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larepublica.org.mx Jorge Galván Colosio se equivocó Carlos Fuentes Alí Chumacero Jaime Sabines José María Pérez Gay Se parecía al futuro del país Su imagen luminosa Hombre de la tierra Remembranzas Nueva Época / Número 14 / 22 de marzo de 2019 Órgano de Difusión del Partido Revolucionario Institucional P4 P3 P5 Raudel Ávila Adrián Gallardo César Camacho Quiroz Colosio, la movilidad social en el centro Colosio: ideas vigentes Un salto hacia el futuro P6 IDEARIO DE LUIS DONALDO COLOSIO P7 P6 P8 P10 P10 P2 Confrontación civilizada y “la violencia de nuestra falta de capacidad para el diálogo” REMODELING THE PARTY Luis Donaldo Colosio - P.12 IDEARIO DE LUIS DONALDO COLOSIO PÁG. 2 UN NUEVO PARTIDO ENTREVISTA: LUIS DONALDO COLOSIO P11 Frida Gómez

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Jorge Galván

Colosio se equivocó

Carlos Fuentes

Alí Chumacero

Jaime Sabines

José María Pérez Gay

Se parecía al futuro del país

Su imagen luminosa

Hombre de la tierra

Remembranzas

N u e v a É p o c a / N ú m e r o 1 4 / 2 2 d e m a r z o d e 2 0 1 9Órgano de Difusión del Partido Revolucionario Institucional

P4P3 P5

Raudel Ávila

Adrián Gallardo

César Camacho Quiroz

Colosio, la movilidad social en el

centro

Colosio: ideas vigentes

Un salto hacia el futuro

P6

IDEARIO DE LUIS DONALDO COLOSIO

P7

P6

P8

P10

P10

P2

Confrontación civilizada y “la

violencia de nuestra falta de capacidad para

el diálogo”

REMODELING THE PARTY Luis Donaldo Colosio - P.12

IDEARIO DE LUIS DONALDO COLOSIO pág. 2

UN NUEVO PARTIDO ENTREVISTA:

LUIS DONALDO COLOSIO

P11

Frida Gómez

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VIERNES 22 / MARZO / 20192 larepublica.org.mx

N U E V A É P O C A , N Ú M E R O 1 4

Claudia Ruiz MassieuPresidenta del CEN del PRI

Arturo Zamora Secretario General del CEN del

PRI

Paul OspitalPresidente del Instituto Reyes

Heroles

Fernanda BayardoSecretaria General del Instituto

Reyes Heroles

http://larepublica.org.mx/

LaRepublicaPRI

@LaRepublicaPRI

[email protected] Oficinas: Insurgentes Norte No. 59 Col. Buenavista, Delegación Cuauhtémoc, C.P. 06359, CDMX.

Política

Muchas de nuestras viejas prácticas políticas que en su tiempo fueron eficaces, ya no funcionan, han perdido significado y se han conver-tido en mera rutina. De nada sirve conseguir la adhesión ocasional, meramente cir-cunstancial de los grupos más poderosos. O la política es de mayoría o no es política.

Ha llegado el momento de ampliar nuestro diálogo con la sociedad y de aumentar en ella nuestra presencia. Tene-mos el firme compromiso de ser un nuevo Partido para una nueva política, una política de profundas raíces sociales, que se exprese en buenos progra-mas y en buenos gobiernos. Una política que se convierta en ética de la responsabilidad y en moralidad pública.

Creo en la política como ejer-cicio responsable para sumar voluntades en torno a un pro-pósito, creo en la política como un espacio privilegiado para la convivencia armónica y civili-zada. La política, como el ins-trumento que las sociedades han construido para ordenar sus interese, para expresar su voluntad, para conducir su destino. Esta es la política que llama a mi conciencia.

La política a la que me refiero es la que propone ideas, la que hace avanzar a las sociedades. No me refiero a la politique-ría, no me refiero a aquella

práctica que sólo se basa en desacreditar al adversario, en el agravio personal. Me refiero a la política entendida como el espacio privilegiado para diri-mir nuestras diferencias.

Partido Revolucionario Institucional

El PRI no teme a la democra-cia. Siempre la ha impulsa-do, y lo hará decididamente.

Estará abierto a todas las ten-dencias y a la discusión. Hay que abrir las puertas, discutir en voz alta, dialogar perma-nentemente entre nosotros. No vamos por ello a romper la unidad, sino a fortalecerla. Va-mos a buscar unidad fundada en consensos reales. Es tiempo de la política, la unidad nacio-nal será uno de sus frutos.

El PRI es el Partido histórico

de la Revolución Mexicana. Y todavía hay quienes pregun-tan en qué y en dónde reside su fuerza. Ellos parecen ig-norar que nuestra organiza-ción ha sido la única capaz de concertar durante años a las clases fundamentales de la nación. También quieren soslayar que, con este Parti-do a la vanguardia, México ha conseguido para las actuales generaciones, civilismo, rele-vos democráticos, estabilidad política, paz social y un ám-bito de libertades que a todos nos acoge.

Convoco al priismo nacional a manifestarse y debatir los rum-bos, los tiempos y las dimensio-nes de la reestructuración de nuestra organización. Porque esto debe quedar claro: el cam-bio, la transformación, la reno-vación partidaria competen de manera exclusiva a nuestros cuadros y bases militantes.

Necesitamos actuar cada vez más para que la membresía se vuelva militancia. No quere-mos priistas en la comodidad de la inercia, sino en el esfuer-zo del cambio.

Hagamos valer nuestra ideo-logía. Hacerlo es sustituir los adjetivos por los argumentos, es hacerse entender por to-dos y entender lo que sucede en todas partes. Necesitamos que los priistas conozcan mejor nuestros propios prin-cipios y programas. No per-mitamos que, por desinfor-mación, otros nos arrebaten

SIETE TEMAS PARA REFLEXIONAR: ideario de Luis Donaldo Colosio

Creo en la política como ejercicio res-ponsable para sumar voluntades en

torno a un propósito, creo en la política como un espacio privilegiado para la

convivencia armónica y civilizada

C O M I T É E J E C U T I V O N A C I O N A L

Noemi Díez Marina Palacios

Secretaria de Administración del Instituto Reyes Heroles

Alberto Lugo Ledesma Secretario de Organización del

Instituto Reyes Heroles

Jorge GalvánSecretario Editorial

Frida Angélica Gómez Pérez

Directora de La República

Susana Flores Diseño y Arte

Tania Larios Directora de Propaganda

PRI DE IGUALES

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VIERNES 22 / MARZO / 2019 3larepublica.org.mx

lo que nos pertenece. Avance-mos en el fortalecimiento de nuestra teoría.

Respetemos y revaloricemos los años y la carrera de parti-do de nuestros militantes. Va-loremos las experiencias y las posibilidades de renovación. Militancia, arraigo, capacidad y lealtad serán los principios para alcanzar una candidatu-ra en el Partido.

En el reconocimiento de las deficiencias, de los errores, radica también la posibilidad efectiva de reformar. Entende-mos que esta visión histórica es intento de recuperar ense-ñanzas, es admisión de deu-das: no es búsqueda de culpa-bles. Estamos decididos, el PRI superará sus errores.

La democracia interna hará que se complementen la pon-deración de las capacidades con la identificación ante la comunidad que se aspira a representar, con el trabajo, con la honestidad y con el res-paldo de la ciudadanía. Así es como garantizamos la unidad del Partido, la eficacia electo-ral y la calidad en el desempe-ño de la función pública.

Nuestro compromiso no es sólo tener una mejor organi-zación. Es, sobre todo, ofrecer un renovado Partido, de políti-ca, de principios, pero sin dog-mas. Un Partido que ante la complejidad social sea capaz de reconocer los problemas más urgentes y de imaginar las mejores soluciones.

Nos hemos movido de ser un Partido burocrático y

altamente centralista, a ser un Partido más descentralizado y lógicamente más práctico a to-dos los niveles. Hemos creado una estructura de partido que le da mayor importancia a los individuos frente a una ante-rior que sólo se la daba a las organizaciones; a diferencia de la antigua estructura, la nueva le da más importancia a la vida diaria de toda la comunidad, importancia que es de gran re-levancia para el PRI. Este es el principal cambio que estamos experimentado: que es a la vez un Partido de individuos y de organizaciones.

Como un Partido en compe-tencia, el PRI, hoy, no tiene triunfos asegurados, tiene que luchar por ellos y asumir que en la democracia, sólo la vic-toria dará estatura a nuestra presencia política. Cuando el gobierno ha pretendido con-centrar la iniciativa política, ha debilitado al PRI. Por eso, hoy el PRI sólo demanda del gobierno imparcialidad y fir-meza en la aplicación de la ley.

Los tiempos de la competencia política en México han acabado con toda presunción de la exis-tencia de un Partido de Estado. Los tiempos de la competencia política son la oportunidad del PRI para convertir su gran fuer-za en independencia con res-pecto al gobierno.

Sociedad mexicana

México no puede intentar so-luciones que sólo permitan el crecimiento acelerado y cancelen las posibilidades de

reforma social o de realiza-

ción de los valores humanos.

No hay modelo preciso a se-guir, cada país tiene que tener la imaginación, la fuerza y la decisión de abrirse a un mun-do complejo y encontrar sus propias soluciones, desplegar un proyecto que pueda com-binar la fuerza de la organiza-ción social, la capacidad de la conducción estatal, con la rea-lización de las aspiraciones y los valores de la población. Tenemos que ponderar con serenidad y objetividad dónde estamos, qué poseemos, hacia dónde tenemos que ir, a qué ve-locidad y la manera de hacerlo.

Queremos convertir al Partido en el foro de expresión ciuda-dana por excelencia, en el que se discutan los problemas de la sociedad; donde prevalez-can los métodos democráticos; donde se desechen el autorita-rismo, la política burocrática, los dogmatismos, la prepoten-cia y la arbitrariedad.

La sociedad mexicana es una sociedad demandante, una sociedad reclamante, una sociedad que exige cada día más participación y que bus-ca – a través de los conductos que los mexicanos nos hemos dado – una participación polí-tica, pero política de la buena.

Por muchos años se concibió al desarrollo nacional como desarrollo industrial, como aquel que vencía a la natura-leza. Tenemos que cambiar esa concepción por aquella que vive en armonía con la naturaleza. Acuérdense de

COLUMNA

Hombre de la tierraLo admiré y lo quise. Por su sencillez, su rectitud, su in-tegridad humana.

Yo le decía que era, como su padre, un hombre de la tie-rra, y que sigue siéndolo.

Él amó a su padre y a su ma-dre, a sus hermanos, a sus amigos, a su gente.

Amó a Diana Laura y a sus hijos.

Amó a México. Quiso hacer de este país un lugar mejor para vivir.

Era un hombre noble.

Da coraje.

Lo único que me consuela es que no se dio cuenta de ese instante tremendo de su muerte.

Estaba lleno de sí mismo cuando el balazo le entró por detrás de los ojos y lo apagó y lo derrumbó de un golpe.

Pero da coraje. Uno quisiera hacer picadillo al idiota ase-sino.

Y si hay otros detrás, tam-bién castigarlos, exhibirlos y castigarlos.

Que se haga justicia de verdad.

Dicen y me digo, que hay que ser sensatos y ecuáni-mes, estar serenos.

Pero yo guardo esa foto de Luis Donaldo caído y san-grante… a colores, sangran-te, jalándole de un brazo… para ponérmela enfrente cada vez que me esté acos-tumbrando a la violencia, a la inseguridad, al salvajis-mo que estamos viviendo en este desmadrado 1994.

* Publicado en la RePública año l númeRo 856, 23 de maRzo de

2000. TexTos Tomados del libRo luis donaldo colosio, comPilado PoR daisy aRcheR, méxico, 1995.

Jaime Sabines

Foto

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pEc

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VIERNES 22 / MARZO / 20194 larepublica.org.mx

Foto: EspEcial

COLUMNA

Su imagen luminosa

Era Luis Donaldo Colosio una persona en quien se daban la mano la inteli-

gencia, la honradez y la inten-ción de hacer siempre amables las relaciones humanas, pocos como él solían transformar la cordialidad en una imagen luminosa, sincera, abierta a los aires de la comunicación. Su presencia física se cifraba en disponer de un carácter ajeno a suspicacias, apartado de maldades, lejano de torpes intenciones. Acaso sería así porque, norteño al fin, confia-ba en la franqueza y lealtad de los demás. Por eso su norma invariable fue ofrecer la mano franca y actuar lealmente en el trato diario con sus contem-poráneos.

De su origen popular, nunca olvidó que la actitud más no-ble consiste en situarse entre los humildes, a su lado; y como hombre público, contribuir, con toda oportunidad, a man-tener la justicia social como una exigencia fundada en la decisión de hacer de México el país que todos hemos espera-do. Demostraba, en esa forma, que la razón, la reflexión, la inteligencia debe hermanarse con el sentido de equidad, y que desempeñar un oficio res-ponsable ante la sociedad exi-ge compromisos que hay que cumplir con dignidad moral, expresado en otras palabras: que política y moral deben correr paralelamente por un mismo cauce.

Todos lamentamos la ausen-cia de Luis Donaldo, y todos, sin importar, la filiación ideo-lógica en que estemos inscri-tos, sabemos que su persona representaba la nueva imagen del político es sin desvirtuar sus principios, se halla con-vencido de que el país se di-rige hacia una pluralidad de opiniones en donde la demo-cracia, además de ser doctrina pura, se convierta en una rea-lidad establecida en la necesi-dad de participªción de todos los ciudadanos.

* Publicado en la RePública año l númeRo 856, 23 de maRzo de

2000. TexTos Tomados del libRo luis donaldo colosio, comPilado PoR daisy aRcheR, méxico, 1995.

Alí Chumacero

aquella frase que dice: “el mundo no nos fue heredado por nuestros padres, sino que nos fue prestado por nuestros hijos”.

Entre el gobierno y la socie-dad hay que construir nue-vas relaciones, tender nuevos puentes, crear nuevos méto-dos de trabajo. Se requieren construir prácticas que ge-neren confianza mutua; es necesario desarrollar nuevas bases para dejar atrás viejas sospechas.

Democracia

Mantener vigente la ley el es-tado de Derecho, es responsa-bilidad de todos, no se puede pretender ser un partido de acción para el beneficio de las mayorías, cuando la fuerza de la minoría trata de imponerse con violencia.

El PRI da la bienvenida a la competencia política. La asu-mimos plenamente. No nos asombra la existencia de pro-yectos divergentes del que nosotros postulamos. Convo-camos al debate. Es una exi-gencia de la democracia y de la pluralidad. Respetaremos a nuestros contendientes. Tam-bién nos haremos respetar.

A los cambios sociales y po-líticos que vivimos hay que

sumar la configuración de un sistema de partidos con opciones cada día más dife-renciadas, crecientemente competitivas. Estamos inmer-sos en el duro aprendizaje del manejo de la pluralidad y la negociación.

El reclamo democrático, la creciente independencia de la opinión pública, la demanda de la participación en la defini-ción y tratamiento de los pro-blemas sociales, la irrupción de la sociedad civil y de la idea ciudadana, la exigencia de ho-nestidad en la administración pública, la democratización interna de las organizaciones sindicales y empresariales, la reivindicación de las autono-mías locales y regionales han sido los formidables signos de la transformación política de la sociedad.

La democracia implica pasar de la política, como negocia-ción de adversarios a la polí-tica como acuerdo y respeto a las diferencias. La violencia y la intolerancia revelan la exis-tencia de grupos articulados y manipulables, el abuso de minorías agresivas que inti-midan a la ciudadanía.

Si no hay acuerdo en lo fun-damental no hay posibilida-des de integrar un verdadero

sistema de partidos, porque habrá fuerzas que tratarán de trastocar el marco mismo en donde se da la concurrencia de las fuerzas políticas y las reglas que norman su partici-pación. Si, por el contrario, no hay una clara diferenciación de posiciones, la contienda política se vuelve irrelevante y no satisface las aspiraciones y los criterios de los distintos grupos sociales.

Aún existen resabios de into-lerancia y diversos vicios tan-to en la mayoría como en las oposiciones. Dejar que estos predominen puede enturbiar un futuro prometedor. Debe-mos entender que el papel de la mayoría es gobernar, pero que esto implica respetar a las oposiciones. Las oposiciones deben entender, a su vez, que su papel no radica en la mera confrontación, que una opo-sición constructiva hace tam-bién gobierno al influir en las decisiones públicas.

La democracia es la renuncia en acto de la imposición de una verdad definitiva. Es el único freno que existe para limitar la violencia, aun individual. Y es la democracia la única expre-sión civilizada de la política.

Es la hora de politizar la democracia, es hora de activar

Mantener vigente la ley el estado de Derecho, es responsabilidad de todos, no se puede pretender ser un

partido de acción para el beneficio de las mayorías, cuando la fuerza de la minoría trata de imponerse con violencia.

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VIERNES 22 / MARZO / 2019 5larepublica.org.mx

COLUMNA

Se parecía al futuro del país

Lo que más me impre-sionó de esas pláticas fue el afán de Colosio

por encontrar un punto de equilibrio entre los factores de separación ideológica o geopolítica, entre modelos de desarrollo superados y nue-vas formas de participación social, entre México y el mun-do. Lo que más me duele de su muerte es no poder conti-nuar ese diálogo y ahora me desvelo imaginando qué pudo pensar y decir sobre nosotros, los mexicanos, este hombre decente, abierto, creativo, ca-luroso en sus afectos, preo-cupado y sensible. Acaso, al definirlo, defino a lo mejor de nuestro país, acaso así sea, mi diálogo con Luis Donaldo Co-losio continuará en el diálogo con México. Colosio se parecía al futuro de nuestro país, si es que tenemos un buen futuro; si lo tenemos, veremos a Co-losio en él. Si no lo tenemos, nos dolerá aún más su pérdi-da. Pero, de todos modos, su sacrificio no sería inútil. Hay muchas maneras de honrarlo y todas confluyen, en una pa-labra: democracia.

* Publicado en la RePública a ño l númeRo 856, 23 de maRzo de 2000. TexTos Tomados del libRo

luis donaldo colosio, comPilado PoR daisy aRcheR, méxico, 1995.

Carlos Fuentes

todos nuestros esfuerzos den-tro de las diferencias, dentro del pluralismo de nuestras sociedades para crear las con-diciones políticas del ejerci-cio de la democracia. Hemos aprendido que el punto de partida de la democracia es la cultura de la tolerancia, que lleva a reconocer intereses y argumentos distintos entre los individuos, entre los gru-pos sociales; la democracia, por tanto, es búsqueda del consenso que no elimina la diferencia ni mucho menos se basa en la premisa de aniqui-lar al adversario.

México no quiere aventuras políticas, no quiere saltos al vacío, no quiere retrocesos, esquemas, que ya estuvieron en el poder y probaron ser ineficaces. México requiere democracia, pero rechaza su perversión: la demagogia.

Legalidad electoral

Nuestro Partido ha propicia-do la mayor competitividad electoral; vamos a preparar-nos para participar con ma-yor eficacia en los procesos electorales del futuro. Ahora, las ofertas políticas son más diversas; en consecuencia, re-querimos definir con claridad la nuestra, para evitar las con-fusiones, necesitamos que los electores conozcan a plenitud la opinión que les ofrecemos.

El voto no es un hecho aislado, al margen de la evolución del

desarrollo que va alcanzando la sociedad en su conjunto. El voto es un ejercicio de la ra-zón que integra los juicios so-bre las diferentes especies del acontecer nacional. El voto ca-lifica también la viabilidad y coherencia de las propuestas de cada partido.

Los ciudadanos queremos ejercer el derecho del voto y demandamos respeto al senti-do que se le otorga. Queremos elegir – y lo queremos hacer con libertad, con seguridad – sobre la opción que mejor re-presente nuestros intereses.

Queremos procesos electora-les que sea clarificados y cla-ros, transparentes en todas sus etapas. El proceso electo-ral es un proceso donde todos somos corresponsables.

Campaña electoral

En esta campaña habremos de convocar el voto del conven-cimiento. Lo afirmo categó-ricamente, el PRI no necesita – ni yo quiero – un solo voto al margen de la ley. Trabaja-remos para que las elecciones sean ejemplo de la práctica democrática. Iré al encuentro del electorado, iré para ganar y convencer.

Tenemos que ser serios en nuestras propuestas y tene-mos que ir al encuentro de la ciudadanía con argumentos y razones que sirvan para hacer de la democracia el factor de unión de los mexicanos y no

de la desunión y del vituperio.

La campaña no solamente es del candidato a la Presiden-cia de la República, la campa-ña es de todos, la campaña es del Partido y sus integrantes. La campaña es un llamado a nuestro esfuerzo individual, a nuestro esfuerzo en comuni-dad, a nuestro esfuerzo como una aportación de lo mejor de nosotros mismos a la sociedad a la que nos debemos.

Reforma del poder

Un gobierno que se reforma para que esté cerca de la gen-te, para que sirva a la gente, para que la gente se sienta protegida y no atemorizada por la autoridad; un gobierno que sepa a ciencia cierta que el poder ciudadano y el poder de la sociedad es lo que debe pre-valecer en la Presidencia de la República.

Hoy, ante el priismo, ante los mexicanos, expreso mi com-promiso de reformar el poder, de democratizarlo y acabar con cualquier vestigio de au-toritarismo. Sabemos que el origen de muchos de nuestros males, se encuentran en una excesiva concentración del po-der, que da lugar a decisiones equivocadas, al monopolio de las iniciativas, a los abusos y a los excesos.

Habré de encabezar un go-bierno con reglas claras, un gobierno que en todo mo-mento sus decisiones sean

*Publicado en La República Año L número 856, 23 de marzo de 2000. Fragmentos del ideario de Luis Donaldo Colosio, tomadas del libro Cincuenta discursos, publicado por el CEN del PRI y compilado por la Comisión Nacional Editorial, México, D.F., marzo del 2000

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previsibles porque estarán su-jetas y apegadas estrictamente a la ley, reglas claras que per-mitan tomar decisiones a futu-ro, con responsabilidad.

La ley es la expresión más alta de la vida civilizada, es la me-jor respuesta que ha encontra-do la humanidad para resolver la convivencia. Vivir en un Es-tado de leyes es vivir con cer-tidumbre, con seguridad; es tener confianza y es también tener la mejor garantía para la paz.

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VIERNES 22 / MARZO / 20196 larepublica.org.mx

COLUMNA

Remembranzas

Al filo de la mediano-che, los invitados des-aparecieron. Donaldo y yo nos quedamos

conversando hasta las siete de la mañana, recordamos nues-tra época en Viena y volvimos a recorrer las calles del centro de la ciudad. Me sorprendió es-cuchar a Donalso hablando de los Sonámbulos, la novela de hermann Brock, de la casa del filósofo Ludwig Wittgenstein, en el barrio obrero de la ciudad, de la pintura de Gustav Klimt o de Oscar Kokochka. La ciudad de Viena nos unió siempre. Do-naldo había pasado allá… decía él… uno de los mejores tiempos de su vida.

(…) Le escuché varias veces leer en voz alta a Jaime Sabines, cantar La barca de Guaymas: “qué extraño piloto condujo tu barca sin vela y sin anclas”. Ale-grarse con el embarazo de Dia-na Laura y reírse a carcajadas cuando un mago sacaba mone-das de su pelo y sus orejas. El día de mi cumpleaños me regaló una máscara de oxígeno con un atento recado: “Querido Chema: este pequeño pero significativo regalo, puede serte útil para cualquier contingencia ambien-tal, porque no sólo de literatura respira el hombre”. Más tarde, cuando nació Mariana su hija, compartimos la alegría de Dia-na Laura y Donaldo.

En estos días se ha escrito mu-cho sobre el hombre bueno y comprometido, pero muy poco, casi nada, acerca de la persona ávida de lecturas, alguien que no perdió nunca la disciplina y el hábito de estudiar, atento siempre a las críticas de su par-tido y ajeno a la almidonada so-lemnidad retórica. La historia de México no era, para Donaldo, los relámpagos perdidos de una leyenda contradictoria, sino un magisterio permanente de es-peranza. Ni un dogmático inge-nuo, ni un escéptico candoroso, sino alguien que vio la empresa política de cada día. Su mejor virtud era sin duda, la de saber escuchar, la lealtad era, creo, el signo de su inteligencia.

* Publicado en la RePública año l númeRo 856, 23 de maRzo de

2000. TexTos Tomados del libRo luis donaldo colosio, comPilado PoR daisy aRcheR, méxico, 1995.

José María Pérez Gay

UN NUEVO PARTIDO Entrevista al senador Luis Donaldo Colosio, presidente del CEN del PRI

Roberta Lajous

l 4 de junio la direc-tora de Examen, Roberta Lajous, en-trevistó al senador

Luis Donaldo Colosio, presiden-te del CEN del PRI. La entrevis-ta se realizó minutos antes del anuncio de la creación de cuatro comisiones de trabajo: Declara-ción de Principios, Programa de Acción, Estatutos, y Moderniza-ción Nacional, preparatorias de la XIV Asamblea Nacional.

¿Cómo aprecia usted las con-diciones y posibilidades del cambio en México?

Efectivamente, vivimos un tra-mo histórico de honda signifi-cación para el futuro de México. Pienso que este momento está definido primordialmente por la capacidad que tengamos de construir un puente entre la realidad social vigente y la del futuro. Por esto, más allá de los imperativos económicos del cambio, interesa resaltar las manifestaciones de esta dinámi-ca en la propia sociedad. Yo he observado importantes trans-formaciones en la actitud de los diversos grupos y sectores ante los problemas que plantean la modernización. Si bien existen todavía algunas resistencias a la modificación de estructuras y comportamientos que han dejado de corresponder con la época, entre los campesinos, los obreros, los habitantes de las ciudades y en general, en todos los ámbitos sociales, po-demos encontrar una renovada conciencia de la participación ciudadana. Hoy la sociedad está a la vanguardia de los cambios. Podemos ver cómo ha comenza-do a surgir un nuevo sindicalis-mo, con nuevas fuerzas y nue-vas exigencias; cómo aparecen cómo aparecen en el campo for-mas hasta entonces inéditas de organización y acciones acor-des con los tiempos; también advertimos cómo en la sociedad irrumpen movimientos ciuda-danos con demandas concre-tas y proposiciones avanzadas

para resolver cuestiones como el rezago social, la problemáti-ca urbana, o la contaminación ambiental.

Cuando la sociedad toma la ini-ciativa es necesario repensar la política. El horizonte actual de ésta es la democracia. La polí-tica tiene ahora una relación inmediata con los intereses de individuos y grupos. A través de la política todos estos intereses han de conciliarse con el interés general. Además, la conciencia del cambio exige romper con el paternalismo e implica aceptar la pluralidad, el diálogo, el con-senso y la cooperación como principios básicos de la activi-dad pública.

Es verdad que la incertidum-bre acompaña siempre al cam-bio, tanto por lo complejo de la sociedad como por los distintos efectos que tiene cada una de las decisiones que se adoptan. Sin embargo, el momento ac-tual de México nos muestra una sociedad segura de sí mis-ma. Hay que confiar, pues, en la sociedad.

¿Cómo se está dando el cam-bio democrático en el país?

El tema de la transición demo-crática no puede ser tratado de una manera simplificada. Desde mi punto de vista ha habido un exceso de generalización en el análisis de los procesos que se agrupan bajo este enunciado. El fin de dictaduras como el fran-quismo o la recomposición polí-tica de los países de Europa del este, plantean de por sí proble-mas particulares para explicar la transformación democrática.

Yo considero que cada agente de la transición a nivel internacio-nal cuenta con una fuerza propia y está frente a una realidad espe-cífica a la cual ha de atender. Vol-viendo al caso de México, el PRI es representativo en ambas di-mensiones políticas. Considera-do por años un caso sui géneris de legitimidad y permanencia en el poder, su situación actual es la de un organismo que se

reforma y que tiene conciencia de sus potencialidades para arri-bar al futuro. Del consenso social de más de medio siglo nos move-mos hacia el consenso del siglo XXI, aprendiendo de los aciertos y también de los errores y tra-zando una nueva relación con la sociedad mexicana. Yo considero que el PRI cuenta con la capaci-dad para impulsar la ampliación de la vida democrática porque ha sido una organización de permanente coincidencia con la evolución política del país. Hoy nos reformamos, precisamente, para ser con cabalidad el partido de democracia. Desde mi pers-pectiva, las nuevas dimensiones de la vida democrática de nues-tro país no pueden ser entendi-das de ningún modo como riesgo para la estabilidad política, sino por el contrario como una valio-sa oportunidad para elevar la ca-lidad de nuestra vida pública. El tránsito democrático en México está definido por la resultante del contacto, no del choque de los diferentes programas políti-cos con la realidad. El nuestro ha coincidido hasta ahora con lo que el país reclama; siempre he-mos tratado de responder a los problemas existentes y no creo que los retos de hoy sean insu-perables, aunque por supuesto, son extremadamente complejos, pero la sociedad sabrá resolver-los junto con el o los partidos que ganen su representación .

¿Cómo evaluaría la participa-ción del PRI en la transición?

El PRI en tanto que partido ma-yoritario, tiene como perspec-tiva general elevar la calidad de la vida democrática de Méxi-co. En este sentido, su reforma constituye un proceso de pri-mordial importancia para el fu-turo del país. Para avanzar ha-cia un nuevo horizonte político, nuestro partido ha propuesto la modernización de la legisla-ción electoral y del sistema de partidos para adecuarlos a los requerimientos actuales de la sociedad. Por otra parte, hemos

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VIERNES 22 / MARZO / 2019 7larepublica.org.mx

COLUMNA

Colosio se equivocó

Colosio se refería con orgullo a la desburo-cratización y descen-

tralización del Partido que logró siendo presidente del CEN. Respondió más que a una contingencia política a una necesidad histórica.

La creación del Consejo Polí-tico fue una decisión impor-tante en la XIV Asamblea, la que le tocó como presidente del CEN. Colosio se equivocó al mantener una estructura de sectores que fue en detri-mento de la pluralización y representatividad del elec-torado. La reproducción de una estructura caduca al interior del Consejo Político burocratizó las decisiones políticas y electorales del partido sin necesariamente representar votos efectivos. El Partido se pareció más a una estructura burocrática sin votos asociada con secto-res huecos y menos al electo-rado mexicano.

Un verdadero Consejo Polí-tico que demuestre la plu-ralidad del Partido debería

convocarse sin la necesidad de establecer cuotas por sec-tores que no generan votos desde los Estatutos del PRI. Para hacerle un justo home-naje al andamiaje institu-cional que imaginó Colosio al estudiar los movimientos políticos en Europa de los 70 y 80 del siglo pasado, de-beremos transitar hacia una organización más ágil y di-námica desterrando la simu-lación proveniente desde los sectores del Partido.

A diferencia de los corrien-tes gobiernos de hoy en día yo sigo creyendo que México requiere más que nunca de políticos honestos, prepa-rados y con conocimientos, pero también con sensibili-dad social y honestidad, sin soberbia ni frivolidad. Las ideas surgen de la reflexión sobre la acción política y se lustran con la preparación académica. Las ocurren-cias han dañado al país en el pasado y amenazan con dañarlo nuevamente. Hoy necesitamos más que nunca un think tank militante que genere estas ideas que hoy comparto.

economisTa, maesTRo en adminisTRación Pública PoR

la univeRsidad de columbia, secReTaRio ediToRial del PRi

Jorge Galván

@ JorgeMGalvan

*Fragmento de las palabras pronunciadas por José Antonio Meade durante el acto conmemorativo del XXV aniversario del asesinato de Luis Donaldo Colosio

Colosio nos dejó algo más que un ejemplo, fijó el es-tándar al que debemos aspirar quienes buscamos el apoyo ciudadano para servir a la sociedad desde un cargo público (…) El mayor legado de Colosio está en su pensamiento político.

El trágico homicidio de Luis Donaldo Colosio privó a México de un hombre con la convicción y la visión para transformar este país con rumbo y responsa-bilidad. Hoy nuestro reto es similar, continuar la transformación de México

EL LEGADO DE COLOSIOJosé Antonio Meade

promovido la transformación del estado para hacer de él un instrumento políticamente efi-caz en el cumplimiento de sus funciones de justicia y solidari-dad social. Apoyamos un esta-do que no renuncia a interve-nir en la dinámica económica y social del país, pero que modi-fica sus estrategias y reconoce la autonomía e iniciativa de la sociedad para resolver sus pro-blemas. Sin embargo, el princi-pal elemento de nuestra contri-bución al fortalecimiento de la vida democrática lo constituye, sin duda, el trabajo de rede-finición y modernización del propio Partido. Pienso que en el proceso de la XIV Asamblea del Partido se muestra el nuevo perfil de nuestra participación en la vida política de México. Al avanzar en nuestra reforma queremos hacer una contri-bución decidida a la calidad y eficiencia de la democracia en México. Por eso, nuestra refor-ma no es oportunista, sino que está orientada por el tránsito hacia el siglo XXI. He insistido en la necesidad de que el PRI cuente con iniciativa y voz po-lítica propia; la XIV Asamblea ha sido pensada como un acto democrático para redefinir el papel de nuestra organización y construirnos en el partido de la sociedad del siglo XXI.

¿En qué forma el PRI se plan-tea participar en el Progra-ma Nacional de Solidaridad?

La desigualdad todavía existe en México; sus distintas formas, sobre todo la pobreza extrema, hacen patente un propósito me-dular de la Revolución mexica-na que no ha sido alcanzado: la justicia social. Al reflexionar sobre las cifras de la desigual-dad, nuestro partido, por fuerza, como partido de la Revolución, tiene que hacer de la lucha con-tra la desigualdad su gran lucha de aquí a fin de siglo. Sin duda, las cifras de la desigualdad con-vocan a esfuerzo solidario de to-dos los mexicanos. Permítanme mencionar las que considero más significativas y de mayores implicaciones. En 1987, año en el cual se estima que la población alcanzó los 81 millones, había 17 millones de mexicanos que vivían en la pobreza extrema y

otros 24 millones de pobres. Así, pues, un total de 41 millones no satisfacen ni siquiera el 60% de sus necesidades esenciales, cri-terio con el que se define la ex-trema pobreza, o no obtienen los satisfactores que les podrían dar un bienestar mínimo, criterio que especifica la pobreza. La cri-sis, no hay duda, y el crecimien-to poblacional incrementaron la desigualdad. En 1981, año en que se interrumpió el crecimiento, el total de mexicanos pobres era de 32 millones, de los cuales cerca de 14 millones se encontraban en la pobreza extrema. Durante la última década el problema se ha agravado en forma importan-te. Una de las causas fundamen-tales de esta situación es la inca-pacidad del sistema económico para absorber la creciente fuer-za de trabajo mediante empleos permanentes. Hay que señalar, también, las grandes diferen-cias entre las regiones, así como las que existen entre los grupos opulentos de las ciudades y los que viven en los cinturones de miseria. La mayor parte de la po-blación en condiciones de pobre-za y pobreza extrema se localiza en el sector rural: el 80% de los ocupados en actividades agro-pecuarias pertenecen a hogares en situación de pobreza, de los cuales la mitad se encuentra en condiciones de pobreza extrema. Naturalmente, a las situaciones de pobreza las acompañan la mala alimentación, las enferme-dades, las carencias educativas y la falta de vivienda y servicios básicos. El gobierno de Carlos Salinas de Gortari, un gobierno priísta, desde su inicio propuso a los mexicanos dos acuerdos para hacer frente a esa situación: el de la lucha contra la inflación y la vuelta al crecimiento económico y el acuerdo para la elevación del bienestar de manera productiva, sobre todo, de los que menos tie-nen. El programa Nacional de Solidaridad responde a este úl-timo propósito buscando que se canalicen todos lo recursos posi-bles a la creación de condiciones favorables al logro de un mínimo de bienestar para todos los mexi-canos. El PRI considera que supe-rar la desigualdad extrema es un requisito para lograr la moder-nización del país. Solo así podrá expresarse toda la capacidad

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COLUMNA

Colosio, la movilidad social en el centro

No conocí a Luis Do-naldo Colosio, pero su referencia y las

anécdotas tejidas alrededor suyo, han marcado mi vida profesional y personal. Des-de niño, cursando la prima-ria en Hermosillo, Sonora, mis maestros hablaban de él como un paisano admirable. “Era muy estudioso. Si le echas ganas, puedes llegar a ser como él” nos alecciona-ban las autoridades escola-res. Cuando había un concur-so de declamación poética, las mamás de los niños excla-maban “¡Mira al plebe! ¡Ha-bla como Colosio!”.

Tengo presente con exactitud imborrable la mañana poste-rior a su asesinato. Reunidos en el patio de la primaria, mis compañeros comenta-ban “ese bato sí iba a ayudar a Sonora. Los huachos (así se le dice allá a quienes no son norteños) nunca se acuerdan de nosotros. Colosio sí.”

¿Quién era Colosio? ¿Qué hizo? El ex Presidente Sali-nas lo describía como el can-didato presidencial que el PRI necesitaba. Santiago Oñate me narraba conmovido el en-cuentro, presenciado por él, entre Colosio y el estadista alemán Willy Brandt. Manlio Fabio Beltrones me platicó los esfuerzos colosistas por acer-car el partido a la población en la década de 1990. Fausto Zapata, un echeverrista per-teneciente a otra generación, admiraba la capacidad colo-sista de tender puentes con gente de otras tendencias en el partido y afuera. Desde el PAN, Juan José Rodríguez Prats se acuerda de él como un hombre atento y amabilí-simo. Políticos de altura y de cabotaje, todos lo respetaban.

Otras personas me contaron de la afición de Colosio por la buena comida, la bebida, las mujeres y la buena literatu-ra, vale decir, la buena vida. Pocos mencionaron en el re-ciente aniversario luctuoso del poeta Jaime Sabines (di-putado por el PRI), la cercana amistad que lo unía con Co-losio.

Colosio fue un lector contu-maz, distintivo natural que ya no tienen los priistas, or-gullosos de su incultura e insignificancia intelectual. Un orador excepcional, Luis Donaldo pronunció el único discurso que se recuerda en el México de los últimos 25 años. Colosio era un sono-rense con carácter de norte-ño, afable pero firme. Hábil negociador, de roce popular en la calle, no de maquillaje ante las cámaras.

Acordémonos, Colosio era un ejemplo de movilidad so-cial. No era un político que presumiera su pobreza o austeridad, pero se ufanaba de haber salido de orígenes modestos en Magdalena de Kino, Sonora, para encum-brarse hasta lo más alto de los círculos políticos. A fuer-za de estudio, talento, tra-bajo, disciplina y empeño, Colosio pasó de estudiante becado en el extranjero a di-putado, senador, presidente del PRI, profesor de econo-mía en El Colegio de Méxi-co, secretario de desarrollo social y candidato presiden-cial. Venía de lo que él llamó “la cultura del esfuerzo”, ésa que olvidó el PRI durante el sexenio pasado, dando prefe-rencia a los apellidos, las fa-milias y hasta la apariencia física por encima de la inteli-gencia. Autocrítico, Colosio proponía revisar cada aspec-to del partido y pronunció aquella frase que haríamos bien en recordar “éste país no nos lo heredaron nues-tros padres. Nos lo prestaron nuestros hijos”.

miliTanTe y columnisTa de conTRaRéPlica

Raudel Ávila@avila_raudel

y potencialidad de México. Me atrevo a decir algo más: uno de los imperativos de la reforma del PRI es, precisamente, resu-mir a plenitud su responsabi-lidad histórica con la justicia social que ahora se hace mas actual ante el desafío de las des-igualdad.

¿Qué sentido tiene hoy para el PRI la Revolución Mexicana?

El significado de la Revolución mexicana, en la hora actual, se mantiene vigente. En una etapa de intensas transformaciones, como las que hoy vivimos, exis-ten tendencias que incurren constantemente en dos errores: limitarse a una nostalgia revolu-cionaria – como si siguieran pre-sentes las condiciones de hace décadas- y considerar que los medios para lograr los fines no pueden cambiar. Ninguna de es-tas dos perspectivas nos permite identificar los ejes del cambio, los márgenes de acción con que contamos ni el horizonte al que nos queremos aproximar. Los mexicanos estamos iniciando, al finalizar la centuria, un ciclo de cambios profundos en casi to-dos los órdenes de nuestra vida pública. Este ciclo forma parte de la cuenta larga de la historia mexicana, y es un reflejo nítido de una dinámica mundial de la que difícilmente nos podemos sustraer sin pagar enormes costos sociales. Los cambios actuales no son el epitafio de la Revolución mexicana, como pretenden caractizarlos los nos-tálgicos y los inmovilistas dog-máticos; por el contrario, esos cambios obedecen a la necesidad de actualizar los medios para al-canzar una mejor calidad de la vida democrática y mayor justi-cia social. Ningún proceso de re-forma se puede fincar en dogmas históricos. Los priístas no pode-mos conducirnos con semejan-te lógica, por eso, nuestra tarea principal es encontrar los nue-vos medios que nos permitirán alcanzar los fines de la Revolu-ción. Ellos no pueden provenir, evidentemente, del pasado sino de nuestra realidad actual. La historia no se desplaza en senti-do inverso a los propósitos de los pueblos. Siempre que haya una vinculación entre un programa social – como el de la Revolución

mexicana- y el futuro inmediato, las premisas del cambio estarán vigentes.

Constantemente se habla de la conformación de una cul-tura política acorde con las nuevas circunstancias que ca-racterizan a la sociedad, ¿qué rasgos debe contener esa nue-va cultura política?

Mire usted, yo creo que en Méxi-co los innegables avances socia-les, como la urbanización, la in-dustrialización y lo que podemos llamar la revolución escolar han determinado la formación de una conciencia ciudadana más crítica y más exigente.

Los últimos años nos han de-mostrado que existe una cre-ciente autonomía social que se concreta en una mayor y más informada participación polí-tica. No me refiero solamente a lo que en otras ocasiones he denominado como el reclamo democrático, sino también a la presencia cada vez mas deter-minante de la opinión pública. En el fondo de las transfor-maciones políticas actuales se encuentra un movimiento de gran fuerza que irrumpe como expreso plural de la sociedad. La aparente indiferencia social ante la política ha dado paso a reivindicaciones hasta enton-ces inéditas que enriquecen las opciones de participación y obligan a una mayor responsa-bilidad en las acción guberna-mental y partidista. Esta cul-tura de la responsabilidad y la tolerancia precisa del consenso de toda la sociedad. No puede, ni podrá, ser producto exclusivo de una formación partidaria o de un sector social determina-do . Las premisas de una nueva cultura política están dadas por la creciente participación y mo-vilización de la sociedad mexi-cana en los últimos tiempos; de la respuesta a esta, es decir, de los canales que se abran para su libre expresión depende en gran medida el florecimiento de nue-vas percepciones políticas que adquieran carta de naturaliza-ción social. El derecho a disen-tir pero también la oportunidad del consenso y la negociación, son elementos indiscutibles de una nueva forma de enfocar el quehacer político nacional.

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La nueva cultura política demo-crática tiene por sustento un esfuerzo de racionalidad que debe predominar por encima de las diferencias, legitimas todas. Personalmente, soy partidario de una confrontación civilizada en donde la oposición y nosotros podamos dirimir y aun salvar las distancias existentes. Evi-dentemente, descarto los pro-cedimientos violentos; ellos nos alejan de la sustancia de lo polí-tico y nos aproximan a la barba-rie; la violencia de nuestra falta de capacidad para el dialogo. Al PRI le interesa sobremanera ha-cer a un lado en forma definiti-va estos resabios primitivos que en nada benefician al desarrollo político del país.

¿Cuál es la relación entre la reforma del estado y el PRI?

Creo que la reforma del estado tiene ya consecuencias para la economía y llego la hora de ex-tenderla a la política. Dicha re-forma es, por un lado, la volun-tad expresa de adaptarse a una dinámica internacional multi-polar, definida por la distensión política, la democratización, la revolución en el conocimiento y por la competencia mundial. Por el otro lado, da satisfacción a los reclamos de la sociedad por una mayor participación en el esfuerzo colectivo y considera la nueva cultura política de los ciudadanos .

Un estado históricamente fuer-te se debilito por su crecimien-to indiscriminado. Ahora tiene la voluntad de reformarse para enfrentar en nuevas condicio-nes los problemas de la econo-mía y de la conducción política y administrativa. Pero reformar el estado no es solo un asun-to de tamaño, sino de calidad y eficiencia. Un estado que, al desincorporar empresas o al fortalecer el carácter mixto de la banca, podrá promover otras formas de distribución de los frutos del crecimiento y pro-piciar otra manera de hacer política. Un estado de derecho, democrático, justo y solidario, que no abandona sus responsa-bilidades estratégicas pero que tampoco inhibe la autonomía y las iniciativas de individuos y grupos. Por eso, si la reforma de estado empezó por la economía,

llego la hora de la reforma de la política y esta ha de pasar necesariamente por el PRI. Ese es el propósito fundamental de la XIV ASAMBLEA: Reformar-nos para reformar la política y así responder a la sociedad que exige nuevas mediaciones y ma-yor eficiencia en la represen-tación de sus intereses. De las opiniones de los militantes, de las propuestas y sugerencias de cuadros y diligencias, de las dis-tintas voces de la sociedad, han ido surgiendo algunas orienta-ciones clave de la reforma del Partido. En primer lugar, la necesidad de una nueva oferta política que corresponda a las condiciones actuales de la so-ciedad. Hemos de explicare qué significa ser, hoy, el partido de la revolución; que los dos gran-des principios revolucionarios, democracia y justicia social, nos plantean, al finalizar este siglo, nuevas exigencias: forta-lecer y ampliar las libertades democráticas; encabezar las demandas sociales, sobre todo, las de los que menos tienen; construir una vida publica fun-dada en el consenso de la unión de los mexicanos. A partid de nuestras propuestas queremos establecer un dialogo abierto y de buena fe con la sociedad; con razones y argumentos ga-naremos el voto de la mayoría. Nuestra capacidad para lograr los consensos dará actualidad a la Revolución y la mantendrá en el gobierno, como garantía de democracia, libertad, jus-ticia social y eficiencia. He de mencionar, luego, un punto que es también del interés de todos los priistas y de la sociedad: la elección democrática de candi-datos. Esa ha de ser, sin duda, la formula de la competencia política interna. Gracias a ella elegiremos a los mejores hom-bres para los puestos de repre-sentación popular o de gobier-no; la militancia adquirirá su sentido y la carrera de partido fortalecerá sus propósitos. La elección democrática interna nos permitirá poner al servicio de la sociedad a nuestros mili-tantes probados, a los que ten-gan mayor credibilidad y mejor imagen publica; desde luego, a los mas capaces. Naturalmente, la elección democrática servirá

también para probar la calidad de nuestra cultura política; si somos capaces de defender po-siciones e ideas; si aceptamos el intercambio de argumento; si se ha acabado con los consensos inducidos; en una palabra, si en lo interno hemos reformado, efectivamente, la política. Otra de las orientaciones de la refor-ma es la nueva formación polí-tica. La sociedad actual exige cuadros políticos con capacidad para organizarla en vista de la satisfacción del interés público; cuadros que también puedan participar en la movilización de ciudadanos y grupos en tor-no a demandas específicas; por ultimo, liderazgos sociales mo-dernos, auténticos y comprome-tidos, que puedan ganar el voto. Necesitamos con urgencia esa nueva formación política, por-que nuestra reforma sólo puede darse a fondo su a hacemos so-bre la base de una nueva racio-nalidad en el quehacer político.

He de mencionar, asimismo, la estructura organizativa del Par-tido. La constancia nos indica que hemos de dar una mayor atención a los ciudadanos, sin abandonar por eso la organiza-ción sectorial. De acuerdo con la composición actual de las sociedad mexicana, seremos un partido de sectores, organi-zaciones y ciudadanos con una presencia territorial fuerte y dinámica; seremos un partido que cubra la pluralidad de la so-ciedad y sea capaz de represen-tar los intereses diferenciados de los mexicanos. Por último, me referiré a la transparencia de los recursos. Los ciudada-nos y la sociedad en su conjun-to nos exigen transparencia en cuando a l origen de nuestros recursos, y responsabilidad en su ejercicio. Por otra parte, los que no son asignados por ley y los que provienen de nuestros militantes representan un as-pecto estratégico de nuestra capacidad política. Por eso, de-bemos hacer transparente su uso. Estas son algunas de las orientaciones de nuestra refor-ma. Aunque la convocatoria de la Asamblea Nacional propone un temario más amplio, sobre el cual, sin duda, todos los pri-istas y también los ciudadanos en general que así lo deseen nos

harán llegar sus reflexiones y propuestas.

Como líder del Partido Revo-lucionario Institucional, ¿qué espera de la XIV Asamblea Luis Donaldo Colosio?

El día de hoy quedarán insta-ladas cuatro comisiones que habrán de recoger y alentar las propuestas de los priistas. Con ello se inicia una deliberación nacional muy amplia y a fondo sobre los distintos puntos del temario contenido en la convo-catoria. La participación en la asamblea de todos los priistas y los ciudadanos que se decidan a hacerlo, hará entrar al partido en un tiempo de reflexión políti-ca, viviremos jornadas intensas por el alcance de los argumen-tos, las criticas animadas por el propósito de responder a las exigencias de la sociedad y la nueva racionalidad de la políti-ca. Ese ha de ser el contexto de la reforma: la deliberación, la critica fundada y constructiva, la discusión abierta. Queremos reflexionar y discutir sin discu-tir sin línea. No habrá ponen-cias escritas por unos y leídas por otros. Cada quien defenderá su punto de vista respetando el de los demás; con la disposición, también, de llegar al consenso y de hacer posibles los acuerdos. Luego, en la sistematización de las propuestas que resulten de la deliberación nacional, ten-dremos que encontrar las con-vergencias y los disensos, los puntos clave y las cuestiones que no podemos eludir; todo esto sin burocracia y sin for-malismos. No toleraremos que la opinión de ningún priista se archive simplemente, como si la deliberación nacional hubiese sido un mero tramite. Por ulti-mo, espero que durante el desa-rrollo de la Asamblea Nacional, por la argumentación en defen-sa de las distintas posiciones y los consensos logrados, nuestro partido haga manifiesta ante la sociedad su nueva cultura polí-tica. Es pero, asimismo, que los contenidos de la reforma y so énfasis respondan a los consen-sos de los priistas y a lo que la sociedad y México esperan del PRI; en una palabra, espero que nuestra XIV Asamblea Nacional ponga en pie un nuevo partido.

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COLUMNA COLUMNA

Un salto hacia el futuro

Luis Donaldo Colosio era un hombre de po-der, porque tenía el

poder de llegar a las personas.

Tengo presente con exactitud imborrable la mañana poste-rior a su asesinato. Reunidos en el patio de la primaria, mis compañeros comenta-ban “ese bato sí iba a ayudar a Sonora. Los huachos (así se le dice allá a quienes no son norteños) nunca se acuerdan de nosotros. Colosio sí.”

Poder que emanaba de su sencillez, que no simplicidad; bondad, que no ingenuidad; tenacidad siempre, terque-dad jamás.

Poder que era talento comu-nicativo y talante democrá-tico. Donaldo era un político completo.

Anhelo truncado de una ca-mada de priistas, Colosio fue el sueño nunca alcanzado de una generación de mexi-canos, que desde la última década del siglo pasado, com-prendió que México necesi-taba dar un salto cualitativo hacia el futuro, que nuestro país requería concretar la

transición a la democracia plena.

Ése era su propósito, así lo anunció, a ello se compro-metió, para eso se había preparado.

Hoy, la conmemoración de su abrupta ausencia, es ocasión propicia para que los demó-cratas de nuestra generación refrendemos el compromiso, no sólo de continuar, sino de concretar su premonito-ria visión, haciendo de ella, nuestra misión política.

(…) Amigos colosistas:

Fuerte, porque poseía ideas, poderoso, porque perseguía ideales, Luis Donaldo Colosio no pudo recorrer el camino que se había trazado, pero tuvo la generosidad de indi-carnos la dirección.

Él cumplió su parte, la res-ponsabilidad y la oportuni-dad son nuestras.

Con la estafeta en mano, avancemos; superemos los desafíos coyunturales del presente, que no lastren los retos que el futuro nos impo-ne, concretemos la transición al desarrollo con igualdad, la seguridad con libertad, y la justicia con paz.

Porque Colosio vive, que viva Colosio.

*FRagmenTo del “discuRso de césaR camacho en el xxi

aniveRsaRio lucTuoso de luis donaldo colosio” PRonunciado el

22 de maRzo de 2015

Colosio: ideas vigentes

Luis Donaldo Colosio fue un reformador visiona-rio. Anticipó mucho an-

tes que otros de su tiempo la necesidad de transformar las instituciones y prácticas políti-cas para responder al cambio social. Fue también un demó-crata liberal que valoraba la diversidad y el pluralismo.

Su visión transformadora no se limitó a lo político. Colosio fue un firme promotor de la modernización económica y social, así como del desarrollo regional.

Colosio construyó una visión integral de País que combina-ba elementos ideológicos con un agudo sentido práctico. En Colosio, hay principios, princi-pios arraigados, pero no dog-mas; hay sentido práctico, pero no pragmatismo sin más. Ese legado de Colosio es hoy más vigente que nunca.

Cuando en diversas latitudes ganan terreno las posiciones políticas extremas, compro-metiendo, en algunos casos, los valores democráticos, es necesario recuperar las ideas que favorecen la tolerancia, los equilibrios y la coopera-ción social.

La experiencia internacional confirma que cuando la de-mocracia es traicionada, el tiempo pasa factura y las ilu-siones se convierten en trage-dia colectiva.

Los fundamentalismos de iz-quierda no se combaten con fundamentalismos de dere-cha, pero tampoco con opcio-nes políticas que en aras de la eficacia, alegremente sacrifi-can valores.

La ruta hacia un México en paz, próspero e incluyente no está en los extremos. México no merece fundamentalismos asfixiantes, ni pragmatismo huérfano de principios.

Hoy, a 25 años de su muerte, es oportuno honrar a Colosio por su ejemplo de integridad y congruencia, pero también por la vigencia de sus ideas.

Cualquiera que revise las pro-puestas de Colosio, se sorpren-derá al observar que muchos de sus postulados centrales son consistentes con las re-flexiones de los economistas, politólogos y filósofos más in-fluyentes de los últimos años.

Por ejemplo, Dani Rodrik, al estudiar el crecimiento eco-nómico de los países, enfati-za, como Colosio, que el éxito económico no es resultado de recetas generales, sino de po-líticas diferenciadas, acorde al contexto regional propio de cada nación.

Francis Fukuyama, al des-tacar que el Estado, el impe-rio de la ley y la rendición de cuentas son los componentes del orden político en la demo-cracia liberal, concluye que la secuencia en que se intro-ducen e interactúan estos ele-mentos entre sí, inciden en la estabilidad y consolidación de la propia democracia.

Esa es justamente la manera en que Luis Donaldo Colosio planteó la reforma del poder, como un balance entre la vi-gencia de la ley, empezando por el combate a la corrupción y la impunidad, y el tránsito pleno de un Estado corporati-vo, a un Estado social y demo-crático de derecho.

A la luz de la realidad mexica-na de hoy, es evidente la vigen-cia de Colosio. Justicia legal y justicia social siguen siendo nuestros dos grandes desafíos. Y la respuesta a estos retos no puede ser otra que la reforma del poder y la reforma social, en otras palabras, democra-cia liberal (y no democracia clientelar) comprometida con el combate a la desigualdad so-cial y regional.

Por eso, dos décadas y media después, el proyecto de Colo-sio sigue siendo un referen-te valioso para el México del siglo XXI.

César Camacho Quiroz

Adrián Gallardo

*Fragmento de las palabras pronunciadas por José Murat durante su toma de protesta como presidente de la Fundación Colosio AC

Necesitamos poner las mejores ideas sobre la mesa, con visión crítica, autocrítica, pero sobre todo pro-positiva. Este es el momento de las ideas. Que sea la Fundación Colosio y nuestro partido, los que pre-senten las mejores propuestas ante la opinión pú-blica de cómo sí vamos a resolver los problemas en México.

UNA FUNDACIÓN DE IDEASJosé Murat

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T

CONFRONTACIÓN CIVILIZADA Y “la violencia de nuestra falta de capacidad para el diálogo”

Frida Gómezenemos tareas pendientes a 25 años de la muerte de Luis Donaldo

Colosio, asesinado el 23 de marzo de 1994 durante un mitin en Lomas Taurinas. La historia ha señalado como culpable a un “asesino soli-tario”, Mario Aburto (Jorge Antonio Guerrero), pero ni el total de la militancia ni el país, mucho menos la polí-cía de Tijuana, han creido en esta version. Dentro del gran saco de piedra que yace en la espalda del tricolor, va la cuenta pendiente de la ver-dad reconciliatoria. En esa verdad que se dio por senta-da con las investigaciones ofi-ciales, se encuentran deudas morales con personajes que ahora militan en partidos distintos al tricolor y que en múltples ocasiones, han se-ñalado al PRI por continuar promoviendo los principios ideológicos colosistas. Con-memorar las ideas de Colosio no sólo es derecho del priís-mo sino también, obligación. Así como lo es reconocer la incertidumbre en la sociedad y permitir que las dudas en torno a la versión oficial sean desfogadas en el sitio que por definición, debe buscar la verdad sobre su candidato más popular y más querido: el PRI. Luis Donaldo Colosio planteaba el derecho al di-senso como la prerrogativa más íntima de la militancia. El derecho a disentir conlle-vaba, a su vez, la búsqueda de las vías institucionales pero no formalistas para plantear las ideas disidentes al status quo. Para Colosio, la disiden-cia daba una “oportunidad del consenso y negociación”, tal como lo expresó en la en-trevista realizada por Rober-ta Lajous, ahora Embajadora de México ante el Reino de España y el Principado de Andorra que el lector podrá consultar en este número de La República.

El aniversario luctuoso de Colosio da espacio para seve-ros llamados de atención a la

cúpula que tomó las decisio-nes en el PRI, ya que Luis Do-naldo alcanzó a advertir los cambios en la sociedad críti-ca que la apertura democrá-tica, construida por el mismo tricolor, trajo consigo. Ideas que el entonces senador plan-teó y que lamentablemente, fueron ignoradas, colocándo-nos en el lugar de la historia que hoy nos apremia.

El primer postulado que se arropa tardiamente es el de la elección democrática de candidatos. Desde hace 25 años, Colosio aseguraba que las personas que aspiraran a cualquier candidatura, de-bían tener una carrera par-tidista larga que fuera pro-banza de su habilidad para construir acuerdos, de su ca-pacidad de convencimiento y de su buena imagen pública. Lo que conllevaba, inversa-mente que se había dado fin a las imposiciones de candi-datos a partir de “consensos inducidos”. Idea aplastada durante el último ejercicio democrático que nos dio los resultados ampliamente co-nocidos el día de hoy. El se-gundo postulado que se igno-ró fue el de la transparencia. Mucho antes de la existencia de un organismo constitucio-nalmente autónomo, Colo-sio hablaba de la necesidad colectiva por saber qué se hacía con su dinero y cómo

es que el uso de los recursos se realizaba de manera res-ponsable. Ideal ignorado por las dirigencias partidistas pero impulsado por legisla-doras del partido que le hi-cieron justicia sin necesidad de anunciarlo. Tema que, por cierto, se ha convertido en una causa potencial a ser abanderada ante un Gobier-no que encuentra gusto por las adjudicaciones directas y el impulso de familiares con-tratistas a los espacios de im-partición máxima de justicia. El tercer postulado ignorado que nos habría cambiado la historia y el panorama par-tidista es el de “reflexionar y discutir sin discutir sin lí-nea”. Al día de hoy, aislados son los esfuerzos desde la ju-ventud, por erigir a una nue-va clase intelectual que re-flexione y ponga ideas sobre la mesa sin mayor interés que el de delinear nuestro proyec-to de partido para el retorno al poder. ¿Dónde quedaron durante 25 años los ideólo-gos? Hoy no tenemos a uno sólo capaz de ser reconocido como tal. Ello debido a que las reflexiones de sectores y dirigentes contenían una no-table carga de líneas, de ideas que antes de la democracia, buscaban construir condi-ciones idóneas para intereses personales. La mejor manera de conmemorar a Colosio, es

viviendo sus principios y sus ideales por primera vez en la historia del Partido. Ante este panorama, celebrar la elección directa de dirigen-tes por parte de la militancia parece una mala broma, una que recalca lo tarde que llega la decisión. Es momento de la confrontación civilizada de ideas, de esa invitación colo-sista a sentarnos para hablar de proyecto más que de gru-pos de poder. Aquella frase de “la violencia de nuestra falta de capacidad para el dialogo” se ha materializado: 25 años de imposiciones hoy nos colocan como el partido más confrontado, violentado y diariamente ofendido por la nueva narrativa hegemó-nica. El augurio estuvo siem-pre ahí, pero no supimos en-tenderlo hasta que los golpes dejaron de ser narrativos par ser oficialistas. Urjo a no aho-garnos en golpes de pecho, nos toca entender por qué estamos aquí y abrir la con-vocatoria permanente a las mentes: Se buscan ideólogas e ideólogos que no aspiren a acomodarse en la próxima dirigencia nacional del PRI, sino que aspiren a dotar de los contenidos de vanguardia que el PRI necesita para brin-dar una oferta competitiva de proyecto de nación, inde-pendientemente de quien sea electo como presidente o pre-sidente del CEN del PRI.

Page 12: IDEARIO DE LUIS DONALDO COLOSIO - priinfo.org.mxpriinfo.org.mx/BancoInformacion/files/Archivos/Pdf/22766-1-17_35_09.pdfSabines José María Pérez Gay Se parecía al futuro del país

fter the 1988 elec-tions we did some soul-searching. We spent almost a

year organizing and holding the 14th National Assembly; the delegates had been elec-ted from each district in the country. There we received a mandate from party ac-tivists to amend our basic documents: the bylaws, the Declaration of Principles, and the Program of Action. Among the many changes made, the Assembly decided that membership in the par-ty would be on an individual basis. In January 1991 we re-duced the number of secre-tariats within the National Executive Committee in or-der to streamline its opera-tions. We have strengthened the local structure without abandoning the peasant, worker, and urban organi-zations. The National Po-litical Council was created as an instrument to ensure

pluralistic leadership. The model was reproduced on the state and municipal le-vels to guarantee represen-tative citizen participation in the party´s decision-ma-king at the different levels of leadership.

This modified structure has made the PRI more competi-tive in elections. Our ideolo-gical position is well defined; we are committed to social justice within a framework of respect for individual freedoms. In order to put this principle into practice, we have also developed a new pragmatic attitude toward electoral campaigning. We have begun an internal pro-cess of identifying our sym-pathizers and members. We have assembled an electo-ral information system that allows us through public opinion polls to establish priorities for our campaigns in accordance with the aspi-rations of Mexican society.

The PRI is now a party that responds to contemporary Mexico – its diversity and plurality. It is an organiza-tion that has adapted to the increasing competitiveness of elections and supports the administration it brou-ght into power in 1988.

(…) The main changes to the bylaws were as follows: (1) membership was made open to citizens on an individual basis, including members of the affiliated organizations; (2) local representation and corporate representation at assemblies, councils, and conventions would be on an even basis; (3) the party was able to be debureaucratized; (4) political decision-making was to be decentralized and based at the municipal level; (5) the procedures for selec-ting leaders and candidates were to be revamped; (6) political councils were to be established at the national, state, and municipal levels

as entities of pluralist and collegial political leadership; and (7) the municipalities and sections were defined as the basic units in which the party activities were to take place, both under the local and sectoral structures.

(…) The PRI has been a cen-tral institution in the conso-lidation and transformation of Mexican politics. Today, it faces the challenges of making Salinas’ program of political change viable. If between 1988 and 1991 we made winning the elections our priority, we now want our party to represent the broadest cross-section of so-ciety. Thanks to the sizeable majority that our party has had in Congress since No-vember 1991, unequaled re-forms have been passed for Mexico´s future. The PRI will continue to change in order to be the center point of poli-tical convergence. Our sights are set on the next century.

REMODELING THE PARTY

A

Luis Donaldo Colosio

*Publicado en su idioma original en “Why the PRI won the 1991 elections” en el libro “Political and economic liberalization in Mexico. At a critical juncture?”, 1993 editado por Riordan Roett