filosofia de la mente cap 3 la inteligencia

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  • 8/18/2019 Filosofia de La Mente Cap 3 la inteligencia

    1/37

    Filosofia de la mente

    d isión desíntesis

    Hasta aquí nos hemos refer ido

    a la actividad

    siempre

    más elevada de los vivientes superiores, hasta l legar a los ani

    males, con algunas alusiones sobre el hombre. Esta actividad

    se muestra

    unitaria

    ya la vez

    múltiple

    estratificada,

    jerár

    quica, con

    elementos que

    hay

    que

    estar

    integrando

    de conti

    nuo. Alhilo del hilemorfismo, cuya máxima expresión se rea

    liza en la v ida

    orgánica hemos

    visto

    cómo en

    los

    animales

    emerge

    un t ipo de actividad en la

    que

    el cuerpo empieza a in

    teriorizarse  percepción , representacione s, memoria, inteli

    gencia animal, emociones , en un sentido

    que

    hemos caracte

    rizado como suprahilemórfico sobrante formal intencionalidad,

    transorganicidad . Todo esto acontece sin dualismos, en una

    admirable continuidad-discontinuidad con la vida orgánica y

    con

    las leyes de la estructura hilemórfica de los cuerpos. En el

    capítulo 4 veremos la emergencia de una causalidad superior,

    de arriba hacia abajo.

    Me he detenido en la fi losofía de la vida animal porque

    en mi

    opinión

    , solo

    una comprensión completa

    de la natura

    leza inferior al

    hombre puede

    ayudarnos a entender sin dualis

    mos nuestra dimensión espiritual, haciendo justicia a la impor

    tancia

    de nuestra corporalidad como ya hicieron

    algunas

    orientaciones de la fenomenología  por ejemplo, la filosofía

    del cuerpo de

    Merleau-Pont

    y o de Wojtyla . El

    comporta

    miento

    somático está personalizado.

    No

    en

    el

    sentido

    de

    un a

    idealización simbólica, sino en la

    línea

    de una

    corporalidad

    animal cadavez más

    dominada

    por

    las formas intencionales de

    la vida cognitiva y emotiva.

    96

    Capítulo 3

    LA INTELIGENCIA HUMANA

    1. La trascendencia de la inteligencia

    humana sobre

    el

    cuerpo

    Dirigimos

    ahora

    la

    mirada

    a la capacidad cognitiva del

    hombre. Con un sal to abismal respecto a los animales, en el

    hombre encontramos

    una dimensión superior, constituida por

    la racionalidad y la

    libertad

    , que: 1

    sobrepasa

    las potencias o

    energías de la materia incluso sensibilizada, como veremos; 2

    a la vez,está en continuidadcon el crescendo de lavida terrestre.

    Parece extraño y hasta es desconcertante este connubio

    entre continuidad y discontinuidad en el plano ontológico y

    operativo. Los clásicos

    comprendían

    este punto en el contexto

    de los grados del ser yla vida. Un principio del místico neopla

    tónico Dionisio

  • 8/18/2019 Filosofia de La Mente Cap 3 la inteligencia

    2/37

    Filosotia de la mente

    zaciones, donde ciertas ganancias

    impon

    en

    una pérdida

    en va

    r ios sen tidos. El á rbol de la v ida f lore ce,

    pues

    ,

    con

    diversas ra

    mificaciones y no e n una sola dirección. A pesar de esto , en el

    conjunto

     co n

    siderando el mundo b

    otánico

    zoológico y

    hu-

    mano  , al final se advierte un cuadro progresivo, si bien no ab

    soluto, en

    cuanto

    está atravesado po r mu chas variaciones, con

    tingencias y

    por

    elementos

    qu

    e

    supon

    en riesgos, limitaciones y

    posibilidade s de colapso.

    Siguiendo una tradici

    ón

    de siglos, podemos denominar

    espíritu a los niveles más altos del alma

    humana

    . En esta nu eva

    dimensión antropológica destacamos dos aspectos:

    1  La

    superación

    o

    tras

    cendencia del espíritu humano respecto

    a laspotencias ofunciones corpóreas.

    Inspirándose

    en Aristóteles,

    Tomás de Aquino hablaba de un a inmaterialidad absoluta de

    la inteligencia humana.

    2  La relación esencial

    y

    no accidentaldelalma humana conel

    cuerpo

    prop

    io.

    Esta relación, lejos de significar un abandono de

    la materialidad física, supone un mayor

    dominio sobr

    e el

    cue rpo y el mundo , aunque a la vez

    implica

    un condiciona

    mi

    en to causado po r la vida

    orgáni

    ca. Este condicionami en to

    es un o de los aspectos del papel del cuerpo en las funcioneses

    pirituales. La corporeidad pone límites al operar del espíritu,

    pero , sobre todo , suscita

    condici

    ones

    antropológicas

    caracte

    rísticas

    del

    hombre: existencia histór ica, r

    acionalidad

    ,

    dim en-

    sión lingüística, aspectos hermen éuticos.

    Consi

    de

    remos, en

    prim

    er lugar, e l punto

    relati

    vo a la

    trascendencia absoluta de la inteligencia sobre el cuerpo . Te

    nemo

    s la

    experiencia

    de rea li

    zar

    oper

    aciones

    cognitivas

    que

    sup er

    an complemente las condiciones de los cuerpos: las op 

    raciones inte

    lec

    tuales. Los

    animal

    es, aunque capten relaciones

    no sen sibles en tre los

    cuerpos

      relaciones de unidad instru-

    mentalidad

    , peligro, colaboración, significado , lo

    hacen

    siem

    pre con rel ación a situaciones concretas de suvida y no en abs

    tracto, es de

    cir

    ,

    no

    lo hacen de

    un

    m

    odo

    generalizable a

    tod

    a

    situación posible. El hombre , en cambio, comprende relacio-

    98

    La inteligencia humana

    nes y contenidos, tanto sensibles como inmateriales objetos,

    relaciones,

    eventos

    propiedades ,

    de

    u n modo completa

    mente universal. El hombre no solo

    enti

    ende relaciones útiles

    en tantas cosas, sino que compren de la idea abstracta de

    utili-

    dad o

    de

    relacionesmedio fin. La univer salidad

    abstracta

    de los

    contenidos entendidos implica la independencia de cualquier

    situación material dada y así está dotada de

    cierta

    infinitud,

    gracias a la cua les aplicable a infinitas situaciones

    en cualquie r

    tiempo.

    Este es el motivo

    por

    el qu e el h

    ombre siempre

    es capaz

    de

    enten

    de

    r cualquier

    tipo

    de re

    alid

    ades, po r

    encima

    de sus

    condiciones espaciales y temporales. En este sentido, el ser hu

    mano se d

    emuestra

    señor

    del

    espacio y del tiempo. Está condi

    cionado

    por el tiempo y vive solo en un período de la historia,

    pero simultáneamente puede intentar

    entender

    la his toria de

    toda

    época, puede escribir novel as atemporales y proyectar la

    construcción de todo t ipo de cosas en cualquier lugar o tiem

    po futuro . Cada uno de nosotros, si está preparado y la huma

    nidad tomada en su conjunto demuestra esta

    capacidad

    ina

    gotable, que puede ser obstaculizada , pero no eliminada. De

    aquí

    nacen las siguientes características:

    1. Potencia ontológi ca. La persona humana es capaz de re

    conocer el valor de realidad como

    rea

    lidad y así distingue entre

    lo real lo irreal la fi c

    ción

      el pensamiento lo verdadero lo fa lso. Po

    demos

    discernir en t re la actualidad la posibilidad la necesidad

    la imposibilidad  la esencialidad la a

    cciden

    talidad

    de todo

    lo

    qu

    e

    pensamos o conocemos. En consecue ncia,

    nos

    de senvolvemos

    en

    la vi

    da

    an te el ser ,

    tomado

    co

    mo

    tal,

    de

    cualquier

    realidad

    existente, posible e incluso ficticia, en

    un

    espacio cognitivo

    ili

    mitado .

    Esta sue

    rt

    e de «potencia ontológica» está

    en

    la raíz de lo

    que significa en profundidad serinteligente. La inteligencia, en

    un sentido radical, es la capacidad de a

    bri

    rse al ser la

    capa

    cidad

    de interrogar

    cualquier

    cosa en la perspectiva del ser «  qué

    significa ser, existir, ser

    un

    cuerpo?»  . Los sentidos y la expe-

    99

  • 8/18/2019 Filosofia de La Mente Cap 3 la inteligencia

    3/37

    Filosofíad e la mente

    riencia

    sensibles alcanzan aspectos

    de

    los cuerpos pero los

    animales no

    pueden hacer de estos aspectos el objet o de una

    averiguación ontológica, y po r eso no pueden reflexionar so

    bre ellos mismos

    para

    preguntarse

    qué

    o quiénes son.

    2  apacidad contemplativa desinteresada De a qu í se sig ue

    la potencia del hombre para enfr ent ar se con t odo t ipo de pen

    samiento

    o

    expresión

    lingüística, y

    para tratar

    de j uzgar, sin

    má s, d e su v er da d o n o v er da d, al

    margen

    de otr os i nt er eses, y

    p ar a l ue go r eg ul ar su v ida s eg ún la v er da d. El hombre puede

    considerar cualquier cosa

    por

    el sol o pl acer de cont emplarl a,

    más allá de sus funcionalidades prácticas .

    3 Trascendencia cognitiva sobre la

    corporeidad

    La trascen

    denci a de l a i nt el igencia sobr e el

    cuerpo

      sin excluir nuestros

    condicionamientos físicos) se nota

    en

    nuestra capacidad de

    enfrentarnos ante

    toda

    realidad material ye l mismo universo

    corpóreo, es más, de

    pensar

    sin límites en otras posibilidades

    cosmológicas.

    Podemos entender

    las leyes

    del

    universo,

    pero

    también

    podemos pensar

    e n o tr as e i li mi ta da s ley es d e o tr os

    infinitos posibles universos. La noción de universos infinitos 

    aun

    siendo solo potencial, demuestra hasta qué punto nuestra

    mente no está encadenada a

    ningún

    tipo de

    cuerpo

    y a

    ningún

    universo concreto.

    Una consecuencia

    de

    este

    punto

    es la capacidad

    hu-

    mana

    de crear las ciencias, con la posibilidad de un desarrollo ..

    de suyo indefinido siempre

    abierto

    a nuevos hori zont es. L a

    existencia de una sola ciencia yaseríasuficiente como signo de

    trascendencia de la mente humana sobre la materialidad. Pero

    el

    hombre

    e s c ap az de

    crear

    una

    multiplicidad indefinida de

    ciencias. Con la filosofía, él

    puede

    plantearse las cuestiones

    universales yfundamentales sobre la realidad, sobre sí mismo y

    sobr e el sent ido de l a mat er iali dad.

    1 Hablo de capacidad y tendencia no de resultados absolutos. La

    apertura ontológica trascendental del hombre no implica el efectivo conoci

    mientode todo de

    manera

    exhaustiva , como sifuéramos Dios.

    1

    La inteligencia humana

    4  Libertad La potencia ontológica y contemplativa hu

    mana

    da lugar, en l aver ti ente t endencial, a l a capaci dad sin l í

    mites de querer y desear cualquier cosa,

    en

    la

    medida

    en

    que

    l o deseado es El ser a su me , de este modo el val or de

    bien

      es

    decir, se vuelve

    un a

    realidad dotada de val or , deseable y ama

    ble ante

    nuestra

    mir ada. La capacidad de amar con la volun

    tad

    incluye la

    libertad

    e st o es, la

    independencia

    tendencial

    ante

    cualquier realidad finita. Con la voluntad podemos amar

    cual qui er enti dad, con capacidad de l ibre elección. E l querer

    humano puede extenderse a cualquier cosa, por t anto, al cos

    mos, a l as ciencias y las art es, a l a natur al eza y,

    por

    supuesto, a

    lasper sonas, en gener al y

    en

    concreto. Nuestro querer no está

    inclinado de modo exclusivo o

    determinado

    a necesidades ma

    teriales o a condiciones físicas. Queremos con libertad el bie

    nestar del cuerpo, la calidad de vida, los bienes sensibles, pero

    también queremos las ciencias, las artes, las personas, la vida y

    cualquier

    otra

    r eal idad natural , per sonal o cul tural. Esta es l a

    r aí z de l a or ientación de l a persona hacia Diós.

    5 Potencia simbólica

    universaL

      libertad como dominio

    racional sobre la materia se manifiesta de modo especial en la

    capacidad de transformar con arbitrariedad cualquier co sa o

    evento sensible en un símbolo, sin por eso quedar ligadaa nin

    guno d e ellos. En c on se cu en ci a, el hombre tiene siempre el

    poder

    de cambiar cuando quiere las reglas entre los signos,

    pudiendo

    crear

    indefinidas gramáticas, indefinidos lenguajes

      libertad sintáctica). Él puede siempre

    cambiar

    los significa

    dos establecidos libertad semántica) y

    puede

    usarlos de modo

    ilimitado, cambiando como quiere las reglas y significados da

    dos libertad pragmática).

    6 Potencia tecnológica universal El dominio

    sobre

    el

    cuerpo y el mundo

    natural

    se expresa

    ulteriormente

    en la ca

    paci dad Rumanade organi zar l as f uerzas de l a natur al eza para

    const rui r t odo t ipo de art ef actos úti les u obj et os de val or art ís

    tico, aun contando con los límites

    de

    l os r ecur sos natur al es y .

    de las disponibilidades energéticas. El hombre no e st á d et er - .

    101

  • 8/18/2019 Filosofia de La Mente Cap 3 la inteligencia

    4/37

    Filosofía de la mente

    minado

    a

    hacer ningún tipo

    de

    cosa

    concreta hacía notar

    To

    más de Aquino porque

    siempre

    puede inventar nuevos tipos

    de instrumentos técnicos sin límites formales a causa de la

    potencia

    infinita

    de

    su

    dominio

    sobre las formalidades

    corpó

    reas-, teniendo en cuenta obviamente el condicionamiento

    de

    los límites materiales,

    del conocimiento de

    la

    verdad

    y

    de

    la

    conveniencia del bien

     estos

    dos últimos

    aspectos

    no

    son pro-

    piamente

    límites).

    ¿Cómo demostrar la existencia de estas características

    de

    la

    inteligencia

    humana

    aunque

    en

    realidad son

    eviden-

    tes?

    Un a

    investigación

    empírica estadística

    o

    sociológica

    puede

    confirmarlas, pero solo de

    modo

    parcial y

    no

    definitivo.

    Son útiles las observaciones psicológicas y sociológicas

    sobre

    aspectos

    de

    la inteligencia que se manifiestan

    en grupos

    cultu

    rales,

    en

    niños etc., pero

    en

    estos casos

    siempre

    estamos abo

    cados

    a

    experiencias limitadas. Presuponiendo la espirituali-

    dad sin embargo estas experiencias son un a confirmación

    de

    las propiedades indicadas.

    Co n

    otras palabras, la existencia

    de

    la infinita potenciali

    dad

    de

    la inteligencia co n la

    consiguiente

    libertad no es di

    rectamente afrontable con métodos

    científicos naturales

    sean

    psicológicos o neurológicos. Conocemos nuestras capacidades

    cognitivas universales solo gracias a la

    mirada intelectual meta-

    física dirigida a lo que somos y hacemos es decir, empleando

    el

    método

    filosófico y

    no

    los

    métodos

    de las ciencias particula

    res.

    La experiencia metafísica de nuest ro pensamien to

    no

    2 Cfr. S.

    Th.,

    I ,q . 76, a. 5 , ad 4.Las expresiones de es te pasaje secon

    centran en la

    potencia infinita

    de la mente humana: «el alma intelectual, al

    comprender los universales, posee

    una

    potencia infinita»; gracias a la razón,

    «el

    hombre puede

    construir instrumentos técnicos según modalidades infi

    nitas,

    y

    para infinitos efectos»

     infinitorum modorum, et ad infinitos

    eJfectus . De

    modo semejante, leemos en

    S. Th.,

    l , q .91, a .3 , ad 2:«a la razón natural , en

    cuanto

    puede

    tener infinitas concepciones  infinitarum conceptionum , le co

    rresponde la capacidad de

    prepararse

    infinitos instrumentos

     infinita instru-

    menta »

    102

    La inteligencia  um n

    mira

    a los actos

    humanos

    aislados, sino al

    conjunto

    de

    las ope

    raciones objetos

    y

    resultados en cuant o

    se

    manifiestan

    en

    nuestra

    vida, en la cultura y en la historia.

    Consideremos

    po r

    ejemplo las

    obras de

    la civilización.

    La existencia

    de la filosofía, las ciencias las

    tecnologías

    el

    arte

    la religión, manifiesta lo

    inagotable de nuestra

    inteligen

    cia,

    condicionada

    p ero n o encadenada

    a las

    funciones mate-

    riales

    de

    la vida.

    Un hombre

    o

    un a única cultura quizá no

    se

    rá n

    capaces de

    superar

    cierta situación científica

    o

    cultural

    pero

    síla

    humanidad en

    su

    conjunto. Un a

    visión

    panorámica

    a

    la experiencia

    histórica

    y

    cultural

    del

    hombre manifiesta

    lo

    que somos. Para conocer la naturaleza

    humana

    señala Spae

    mann no

    hace falta dirigirse a los inicios

      a

    lo que

    pueden

    o

    no

    hacer

    los embriones los recién nacidos, los

    hombres

    primi

    tivos-, sino a los momentos desarrollados ,

    Según la metodología de Tomás

    de

    Aquino conocemos

    el

    espíritu humano remontándonos desde

    los objetos

    hacia

    las

    operaciones porque es muy difícil «asistir» al

    cumplimiento de

    la

    operación

    misma

    dada

    su

    intencionalidad. Ha y que

    respe

    tar, sin

    embargo

    la

    naturaleza del

    sal to y la

    autenticidad del

    acceso a un a nueva dimensión. Las operaciones mentales no

    son

    objetos. Sin

    embargo dada

    la proporción

    entre objeto

    y

    operación

    las condiciones de la objetividad nos dan

    un

    indi

    cio

    de

    la

    naturaleza

    de las

    operaciones

    respectivas.

    Es te es el método que

    hemos

    seguido en nuestras últi

    mas consideraciones.

    Las

    obras

    objetivas

    de

    la

    razón   obras de

    la civilización-

    demuestran

    la trascendencia

    de

    la mente sobre

    el

    cuerpo.

    La

    desproporción infinita

    entre

    los

    objetos

    raciona

    les y la dimensión

    corpórea

    nos lleva así a la conclusión

    de

    la

    inmaterialidadabsoluta del pensamiento

    e st o es, a la

    auténtica

    espiritualidad

    de

    la

    potencia

    y

    de

    las

    operaciones

    intelectuales.

    El

    modo cartesiano de llegar

    a

    esta

    tesis sería, en

    cam-

    bio

    fenomenológico:

    la

    conciencia intelectual

    da

    testimonio

    3

    Cfr. R. SP EM NN Lo naturaly lo racional,Rialp, Madrid 1989, p. 34.

    103

  • 8/18/2019 Filosofia de La Mente Cap 3 la inteligencia

    5/37

    Fiiosofiade la mente

    de sí misma como no corpórea no espacial, no dimensiva. Sin

    excluir el valor positivo

    de

    esta

    experiencia

    de

    la espirituali

    dad reconducible al agustinismo, la vía aristotélicay tomista es

    más ontológica: la operación intelectual   intellectus, voUs semues-

    tra como uurinseca

    y totalmente

    inmaterial, y por tanto, como no

    cau-

    sada propiamente porninguna intervención ofuerza corpórea. Ni si

    quiera

    un

    órgano

    altamente

    sensibilizado,

    como

    el

    cerebro

    órgano

    de la experiencia sensible, puede se r capaz de

    causar

    el acto infinito

    de

    la comprensión intelectual. Con otras pala

    bras, las operaciones de la inteligencia n o p u ed e n realizarse

    propiamente a causa de la intervención de un a funcionalidad

    nerviosa .

    La

    inteligencia humana

    no es

    un a

    potencia orgá

    nica superior. Aunque el alma humana sea el acto substancial

    de l

    cuerpo hay

    en

    ella un a potencia

    qu e

    sobrepasa su función

    de

    constituir

    en acto la

    materialidad

    de la p e rs o na c om o

    cuerpo

    orgánico y

    sentiente

    de

    nuestra

    especie.

    Un

    indicio

    de la trascendencia

    d el i nt e le c to s o br e

    el

    cuerpo está en el hecho

    de

    q ue c on el hombre cesa la progre

    siva transformación

    del

    sistema nervioso o del

    cerebro

    en fun

    ción de

    las

    mejores prestaciones

    cognitivas y emotivas. En el

    cuadro

    biológico evolutivo, la

    complejidad

    cognitiva está rela

    cionada con cierto desarrollo

    del

    sistema nervioso. En la cons

    titución encefálica

    humana en

    cambio

    a

    p e sa r d e l enorme

    salto cognitivo de nuestra inteligencia, no se observan noveda

    des

    demasiado sorprendentes

    respecto a los primates

    subhu-

    4 Cfr., sobre este punto ToMÁS DE   QUINO Q deAnima q. un. , a. 1:

    «en su

    operación

    propia

    [del

    alma intelectual]

    no

    es posible

    un a

    partici

    pación de un órgano corpóreo. No existe un órgano de la inteligencia, así

    como, en cambio, el ojo es órgano de la vista, como dice Aristóteles en el III

    l ibro de Sobre el alma.El alma intelectual obra po r sí misma, en cuanto tiene

    un a operación propia, sin qu e en ella participeel cuerpo» lareferencia esa

    Sobre

    el alma I1I ,429 a 10- b 10). Tomás s igue el principio a ri stotél ico de la

    «separación» total operativa de lainteligencia respecto a toda dimensión cor

    pórea, precisando

    qu e

    no es un a separación según elsero constitutiva: cfr. In

    111DeAnima lect. 7.Ver también DeUnitateIntellectus, cap. 1,

    donde

    se afirma

    qu e la inteligencia no

    puede

    ser el acto de un cuerpo  actus corporis .

    104

    La inteligencia humana

    manos

    más desarrollados ni a los homínidos. Los simios tienen

    ya

    neocorteza

    y en su cerebro se

    produce

    el

    fenómeno

    de la

    lateralización. En algunas especies animales hay áreas cerebra

    les destinadas a la

    producción

    de sonidos significativos, como

    un

    anticipo de las áreas lingüísticas .

    Es significativo, en este sentido,

    qu e

    el

    desarrollo

    de la

    civilización h u ma na n o

    comporte

    ya modificaciones neurofi

    siológicas en el cerebro aunque su increíble magnitud no s

    aleja de un

    modo

    asombroso y

    cada

    vez más creciente

    del

    es

    tilo de vida simiesco. Tenemos el mismo cereb ro q u e el de los

    hombres primitivos , El

    progreso incluso

    físico

    de l

    hombre

    - m a yo r d om i ni o de l cuerpo de l

    territorio

    de l

    ambiente

    ahora

    corre

    a

    cargo del

    desarrollo cultural y tecnológico. La

    mente

    h u ma n a n o crece ya

    según

    modificaciones correlativas

    d el cereb ro

    sino solo

    en

    la medida

    en

    qu e

    adquiere

    un len

    guaje, aprende cienciasy artes, crea instituciones y vivee n u na

    cultura que

    le

    permite

    el desarrollo de hábitos intelectuales.

    Con

    todo, el sal to de la inteligencia no quita la existen

    cia de

    cierta

    continuidad entre la vida de los mamíferos supe

    riores y la existencia

    humana

    una continuidaden la discontinui-

    dad. La manifestación de un a potencia supracorpórea en

    un

    cuerpo sensibilizado e

    intencional

    no es violenta ni extrín

    seca. Po r

    encima

    de la v ida

    orgánica

    en la vida animal ya se

    había

    abierto la vía de un a

    «superabundancia» cognitiva

    y

    tendencial, más alta

    qu e

    las funcionalidades orgánicas. Vimos

    atrás cómo los actos sensitivos animales no

    estaban

    destinados

    a la

    pura producción

    física, sino al desenvolvimiento de fun-

    5 Obviamente, en el cerebro y el cuerpo

    humano

    hay novedades es

    pecíficas, como la posición erecta, la nueva función de las manos, la apari

    ción del órgano fonatorio que pr oduce ciertas modificaciones cerebrales, el

    desarrollode las áreas prefrontales yde las áreas asociativas corticales y el au

    mento del volumen y peso del cerebr o con relación al resto del cuerpo. Es

    tos aspectos son congruentes con las características cognitivas de nuestra ra

    cionalidad encarnada.

     

    Cfr. A. OLIVERIO Esplorare la mente. Il cervello trafilosofia e

    biologia,

    Cortina, Milán 1999, pp. 56-62.

    105

  • 8/18/2019 Filosofia de La Mente Cap 3 la inteligencia

    6/37

    Filosofía de la mente

    ciones orgánicas acompañadas

    por

    la inmanencia de los actos

    intencionales e incluso

    po r

    el ejercicio de funciones transve-

    getativas (juego, socialidad, depredación técnica). En esta lí-

    nea la sensibilidad animal está radicada en una estructura ce-

    rebral

    destinada

    a ser formalizada en modos muy variados, a

    través

    de

    circuitos nerviosos

    no

    predeterminados relaciona-

    dos con la

    experiencia

    y dirigidos a la satisfacción de los fines

    instintivos de la vida sensitiva. Los animales

    t ienen que

    so-

    brevivir, alimentarse reproducirse y no

    como

    si

    fueran

    «me-

    jores vegetales». En

    cierto

    sentido lo

    son

    «peores», pues tie-

    nen

    un a v ida más br ev e y

    subsisten

    po r la alimentación

    heterotrófica

    para lo que

    tienen

    que buscarse el

    alimento

    or-

    gánico

    en el ambiente .

    La v ida intelectual lleva esta hiperformalización orgá-

    nica cerebral a una especie de culminación. Nuestra sensibili-

    dad especialmente en sus estratos superiores, apoyándose en

    una

    base

    orgánica

    enormemente

    plástica, capaz de

    instaurar

    billones de conexiones sinápticas, se orienta principalmente al

    servicio de los fines racionales de la vida humana. Muchos de

    estos fines son

    también

    los de los animales , pero

    ahora

    están

    elevados a una dimensión más alta,

    pues

    se realizan según nue-

    vas

    modalidades

     por ejemplo la

    solidaridad animal

    se trans-

    forma en amistad racional).

    La razón aparece pues aun reconociendo su trascen-

    dencia,

    como

    un (emerger» en un terreno que yala ha prepa-

    rado

    y no como una añadidura extrínseca , Los

    términos

    de

    emergencia y

    superveniencia

    usados

    en

    las posiciones filosóficas

    contemporáneas con

    relación

    a la

    mente no eran

    completa-

    mente ignorados po r la tradición clásica.

    Para

    referirse a la su-

    peración del intelecto respecto a la sensibilidad

    Tomás de

    7 Los animales no pueden sintetizar los elementos que constituyen

    sus células utilizando substancias inorgánicas simples, como hacen, en cam-

    bio, los vegetales (autotrofismo, salvo el caso de los hongos).

    8

    Empleo aquí el término emerger en un sentido amplio, compatible

    con una trascendencia no causada

    por

    la materia.

    106

    La inteligencia humana

    Aquino empleaba

    en este

    sentido

    verbos como excedit

    trans-

    cendit superexcedit emerget supergreduur

    superoenit»

    Omito comentar la luz que este

    punto

    podría implicar

    para una

    comprensión

    de los

    fenómenos

    evolutivos de los ho-

    mínidos hasta la comparecencia del hombre dot ado de una

    mente espiritual y personal. Además, el

    carácter no

    extrínseco

    de

    la

    emergencia

    del alma

    espiritual

    en un organismo alta-

    mente sensibilizado supone una manifestación lenta y natural,

    no brusca y total , de las potencialidades de nuestro intelecto.

    La inteligencia puede madurar sobre la base de

    un

    organismo

    predispuesto y

    en

    un

    ambiente

    humano rico

    en

    experiencias y

    recursos simbólicos. Po r tanto no es

    una

    sorpresa la gradual

    temporalización del desarrollo intelectual

    de

    los

    niños

    así

    como

    la relativamente bajavelocidad del progreso tecnológico

    y cul tu ra l a lo largo de la h is to ria, has ta que se l lega a la pose-

    sión de

    instrumentos

    que

    imprimen

    aceleración a este proceso.

    2. El

    papel

    del

    cerebro

    en el

    pensamiento

    La trascendencia

    supracorpórea

    del pensamien to no

    hace

    secundaria

    ni accidental la función cognitiva del

    cerebro.

    Esta función fue ignorada durante siglos porque la base orgá-

    nica se

    oculta

    a la conciencia fenomenológica de los objetos.

    Este ocultamiento es un bien natural porque así resplandece a

    la vis ión de la mente

    solo

    la

    dimensión de

    la

    objetividad

    y

    sería,

    desde

    luego, molesto notar la intervención de las neuro-

    nas

    en

    los

    procesos

    sensitivos

    que

    están

    en

    la base

    del

    pensa-

    miento.

    El ocultamiento de la

    función cerebral

    en el conoci-

    miento humano ocasiona las posiciones dualistas, que n o po r

    9 Cfr. S. Th 1,q. 76, a. 1c.; ibíd ad4; ibíd a. 4, a d 3

     vsemper

    autem

    secundum

    superoeniens

    priori, perfectius est»: lo que sobreviene en segundo

    término essiempre más perfectode loque era antes) ; ibid q.78, a .1 ;De

      pi-

    ntualibus reaturis

    a. 2, a d 2;

    Q.

    de 

    ima

    a. 1.

    lO?

  • 8/18/2019 Filosofia de La Mente Cap 3 la inteligencia

    7/37

    Filosoffad e la mente

    casualidad son las más antiguas. Sin embargo, este

    hecho

    ha

    bla

    en favor de la tesis espiri tualista: conocemos mejor las

    grandes tesis antropológicas somos libres, somos personas , y

    solo posteriormente llegamos a los detalles de las causalidades

    materiales propias de la dimensión corpórea. El

    hombre

    anti

    guo tuvo una

    conciencia

    de sí mismo

    bastante

    espiritual en

    cierto sentido religiosidad, creencia en el espíritu y en el más

    allá , aunque .estuviera mezclada con muchas oscuridades. El

    descubrimiento de la importancia de la mater ia lidad es, más

    bien, tardío en el hombre. .

    Evidentemente, en cualquier cultura siempre encontra

    remos la obvia percepción del vínculo entre la cabezay las fun

    ciones cognitivas, incluso las más altas. Miramos a las personas

    dirigiendo nuestra vista a las expresiones.de su rostro , allí

    donde advertimos.su mirada inteligente y emotiva.

     

    cara es

    el lugar del lenguaje hablado. La cabezaes claramente la

    parte

    anatómica con que gobernamos nuestro cuerpo. Existe

    una

    sensación difusa, pero verdadera, de que «pensamos con la ca

    beza-vy.los trastornos a esta parte del cuerpo son los

    que

    más

    nos

    impiden pensar. La neurociencia confirma y amplía estas

    impresiones hasta llegar a niveles increíbles de finura y detalle

    analítico.

    Los principios de la gnoseología de Tomás de

    Aquino

    aparecen

    en

    este

    punto

    cargados de

    un

    especial interés de

    caraa lasituación científica y filosófica contemporánea. Según

    esos principios, la relación de la inteligencia

    con

    el

    cerebro

    es

    esencial no obstante el punto firme del carácter inorgánico de

    esta facultad. La

    potencia

    intelectiva

    no

    se

    hace

    operativa y,

    por tanto, no

    puede

    crecer en sus capacidades, si no está pre

    cedida por

    una

    actividad sensitiva superior,

    suficientemente

    amplia y

    madura.

    Esta actividad debe

    ser continuada

    por lo

    que involucra al cerebro de modo permanente como función

    de sostén de una sensibilidad constantemente abierta a la acti

    vidad inteligente. Un ámbito de la sensibilidad especialmente

    l igado a las operaciones intelectuales, es más, directamente

    108

    La inteligencia humana

    controlado po r estas, es el simbolismo lenguaje . Por eso, el

    hombre , animal racional, se ve

    obligado

    a hablar, es decir ,

    tiene que crearse él mismo un espacio superior de la sensibili

    dad y, por tanto, debe «estructurar» su cerebro de una deter

    minada forma

    para poder

    desarrollar su pensamiento.

    a

    omás

    deAquino   el cerebro

    En esta sección voy a indicar algunos

    puntos

    concretos

    del Aquinate en los que la función del cerebro en el conoci

    miento intelectual aparece con

    una

    notable claridad. No lo

    haré

    en

    un sentido historiográfico, por lo que omitiré nume

    rosos detalles, ya

    que

    tan solo

    apunto

    a descubrir en los princi

    pios que señalaré algunas implicaciones interesantes para la

    fi

    losofia de la mente.

    l Relación intrínsecaentreel pensamiento  la sensibilidad

    En la psicología de Tomás , filósofo aristotélico, la relación en

    tre

    el pensamiento y la sensibilidad es

    absolutamente

    intrín

    seca. A su vez, toda la sensibilidad es orgánica y a la vez tran

    sorgánica, como ya vimos . La

    relación

    razón /sensibilidad

    puede verse en los siguientes aspectos:

    • La conciencia sensible es una

    condición

    fundamental parael

    ejercicio delpensamiento La activación

    de

    los

    sentidos

    es una

    condición sine qua non para el ej erc ic io de la r azón y para el

    uso de la libertad. La conciencia sensitiva   el estado de vigilia,

    a diferencia del sueño el desvanecimiento, el estado coma

    toso

    es la situación intencional normal,

    apta para

    el reconoci

    miento del ambiente, del cuerpo y de la p ropi a unidad psico

    somática. Esta es la

    primera

    condición para poder ser dueños

    de nuestras facultades superiores inteligenciay voluntad . La

    perturbación

    de la conciencia sensitiva

    anula

    o disminuye la

    fuerza de la razón y de la voluntad.

    • Abstracción desde la experiencia sensibl La comprensión

    intelectual parte originariamente de una serie de experiencias

    109

  • 8/18/2019 Filosofia de La Mente Cap 3 la inteligencia

    8/37

    Filosofíade la mente

    sensibles iluminadas

    po r

    el intelecto. Sin esas experiencias, el

    pensamiento

    no

    puede emerger v.

    • Lenguaje. El desarrollo del pensamiento racional exige

    la creación del lenguaje, obra de la sensibilidad e n u ni ón c on

    la razón. El

    aprendizaje

    de un a

    lengua

    presupone la

    capacidad

    perceptiva, imaginativa y mnemónica para reconocer, evocar y

    relacionar

    los signos lingüísticos

    de

    un a

    manera

    racional.

    • «Conoersio adphamasmata»y cogitativa.

    El

    conocimiento

    intelectual concreto

    de las cosas y eventos materiales

    requiere

    un movimiento de la inteligencia hacia los objetos de la imagi

    nación,

    a la

    experiencia

    sensible y al

    m u nd o d e

    la

    percepción

    externa.

    De este

    modo,

    la misma sensibilidad comienza a par

    ticipar

    intrínsecamente en

    la

    racionalidad,

    es dec ir , se ve ele

    vada «por iluminación» a un nivel cognitivo más alto .

    Tomás

    de Aquino asigna esta función a lafacultad senso

    rialllamada cogitativa «

  • 8/18/2019 Filosofia de La Mente Cap 3 la inteligencia

    9/37

    Filosotia de la mente

    la rel ación de ver dad y tantas otras realidades metafísicas

    del

    mundot  . Las

    cie

    ncias particular es

     ps

    icología , lingüística,

    n

    eurocienci

    as) pre suponen estos

    puntos.

    Es más , incluso po

    drían contribuir a profundiz

    ar en

    ellos, porque pued

    en

    en

    trar en conexión

    con

    algunas tesis filosófi cas.

    Pero

    no cabe es

    perar que sean demostrable s con métodos

    científicos

    (co n

    mé todos estadísticos, obs

    er

    vaciones empír icas o

    exp

    erimen

    tos científicos) .

    2  El cerebro.

    Par a

    Tomá

    s de

    Aquino

    ,

    qu

    e s igue la medi

    cin a galénica y á

    rab

    e, el órgano de la sensibilidad su

    pe r

    ior (la

    cogitativa) es el cerebro'». He

    aquí

    dos textos significativos:

    «El funcionamiento eficaz de las po tencias sensitivas

    int

    erio

    res, como la imaginación, la memoria y la cogitativa, requi

    ere

    una buen

    a disposición del cerebro

     bono dispositio cere

    bri

    .

    Por

    eso, el hombre posee un cereb ro más grande que el de otros

    animales, según la proporción de su cantidad- P.

    «Era conveniente que el h

    ombr

    e,

    entr

    e todos los animales, tu

    viera un cere

    bro

    de máximas dimensiones

     maximum

    cerebrum

    p

    ara

    que las operaciones de sus capacidades sensitivas interio

    res, necesarias en orden a las operaciones intelectuales, pudie

    ran ejecutarse con mayor liber tad» ,

    13 Elempir ismo seconcentra en la experiencia tomada en modo re

    ductivo , con el inten to de eliminar suse lementos metafísicos y an t

    ropo

    lógi

    cos. Algun os científicos cognitivos comprenden con dificultad el paso al ni

    vel metafísico a causa del influjo del empirismo en la lectura científica de los

    hechos. Así se explica, por ejemplo, qu e ciertos autores no logren ver

    un

    a

    distinción fundamen tal e

    nt r

    e los hombres y los animales. En cierto sentido

    tienen razón , porquecon el

    pur

    o métodoempírico no cabe enten

    der

    el sen

    tido de esa distinción , que , de tod os modos, no deja nun ca de acompa

    ñar

    al

    conocimiento común .

    14 Cfr. S.

    Th.,

    1, q. 78, a. 4.

    15

      deAnima, q un. , a. 8, c.

    16 S.

    Th.,

    1, q . 91, a. 3, ad   Además, siguie ndo a Aristóteles (cfr.

    SO

    ÚTe

    el movimiento de los animales), Tomás de Aquino estima equivocadamente que

    el corazón sería el

    primermotor

    fisiológico del cuerpo es dec ir, el órgano que

    comunicaría al res to de l cuerpo el automovimiento animado (como una es

    pecie de vibración rítmica continuada), si bien pa ra él la uni ón alma

    /cue

    rpo

    112

    La inteligencia humana

    3. Temp

    era

    mento y

    fisio

    logí

    a. Para Tomás, ciertas disposicio

    nes del temperamen to relacionadas con la fisiología pueden

    (sin culpa ni mérito) inclinar a las pe rson as de algún modo a

    ciertos vicios o virtudes, como sucede con la debilidad del carác

    ter, la fuerza de la concupiscencia o la agresividad. El Aquinate

    ve esta dotación temperamental -h oy hablaríamos de predispo

    siciones genéticas o de aspectos epigenéticos y

    neurofisiol ógi

    cos- a la luz de la fisiología humoral galénica. Cada un o

    debe

    empeñarse responsablemen te,

    con

    la educación y la formación

    de virtudes , para contrarrestar las inclinaciones negativas que

    pueden formar parte de su temperam

    en t

    o' .

    4. Patologías.

    La indisposición o las deficiencias en la ac

    tivación de la sensibilidad -trastornos de la concienci a, de la

    memoria de la atención de la capacidad de concentración o

    pl

    anificación-

    impiden el normal ejercicio de la raz ón- , Los

    trastor nos cognitivos y emotivos

    de

    carácter pa tológ ico son

    atribuibles, según el Aquinate, a

    una

    deficiencia cerebral:

    «La lesión de algunos órganos impide al alma comprenderse

    dir

    ectamente a sí misma y a las demás cosas, como cuan do se

    produce una lesión en el

    cer

    ebro  laeditur cerebrunú» »,

    Ciertos desequilibrios psíquicos clar

    amente pat

    ológicos

    de tipo afectivo  peroersitas bestialuasy , aunque parezcan gra-

    es inmediata, sin la mediación de ningún órgano especial: cfr. Q

    deAnima,

    a.

    9, y el opúsculo   ÚTeel movimiento delcorazón. La función de control vegetativo

    del organismo, como hoy sabemos, corresponde al sistema nervioso.

    La

    indi

    cación de Tomás, de todos modos, muestra que pa ra él

    era

    n compatibles la

    función

    in f

    ormante del alma y la primacía dinámica de un órgano respecto al

    resto del organismo.

    17 Cfr. S.

    Th., U U

    q. 155, a. 4;

    q

    156, a.

     

    18

    Cfr. S. Th  1,q. 84, a. 8.

    19

    De Spiritualibus Creaturis,

    q. un ., a. 2, ad 7. Cfr .S .

    Th.,

    1, q.

    84,

    a. 7,

    do nde se hace referenc ia a en ferm edades men tales   frené ticos», «letá rgi

    cos- ) causadas por lesiones físicas que impiden cl uso de la inteligencia.

    20

    Los antiguos conocían el fen

    ómen

    o de las e

    nf

    ermedades menta

    le s. Noes verda d que las atribuye ra n siempre al demonio.Algunos términos

    113

  • 8/18/2019 Filosofia de La Mente Cap 3 la inteligencia

    10/37

    Filosotia de   amente

    ves depravaciones

    moral

    es, incl uso de ti po agresivo o sexual,

    pu

    eden

    obedecer a

    en f

    ermed

    ades

    fisiol ógicas,

    aunque

    tam

    bién

    pued

    en ser favorecidos

    por

    depravaciones sociales en las

    costumbres culturales-l. Se

    gún

    esta últimaindicación , las pato

    logías cognitivas y afectivas no siempre son reconducibles sim

    plemente a lesiones neurales. Su causa

    puede

    estar en defectos

    del prim

    er

    des

    arrollo in f

    antil, rel a

    cionado

    s con factores im

    portantes de la educación  ambiente y familia  .

    Estas breves no tas no s

    mu

    estran hasta

    qu

    é punto

    un

    pen sador antiguo como

    Tomá

    s, guiado

    por

    Aristóteles, ha lle

    gado a sostener una visión bastante clara sob re la relación in

    trínseca y esencial existente entre las funciones espirituales y la

    actividad cerebral. Intentemos ahora expresar estos puntos de

    una manera más sistemática y ontológica.

    b

    La causalidaddelcerebro con r

    elación

    al a

    cto

    inte

    lectual

    Lasinvestigaciones

    neur

    ológicas sobre las relaci

    on

    es en

    tre cerebro e inteligencia nos pres

    entan correlaciones.

    En este

    sentido,

    pod emos

    h

    ablar

    de condici

    one

    s óptimas del fun cio

    namiento del cerebro y de su con formación anatómica pa ra

    que podamos desempeñar ciertas funciones cognitivas y erno-

    empleados en la é

    poca

    de

    santo

    Tomás para referir se a l o s enfermos menta

    leseran: frenéticos, maniáticos, furiosos, melancólicos, le tárgicos,

    lun

    áticos,

    amentes insani.

    21Cfr., sobre estos

    pun

    tos, el libro entero

    In VIIEthicorum  

    los respecti

    vos librosaristotélicos.En este campo , Tomássigue a Aristóteles

    y

    a la medicina

    árabe. Cfr

    ,

    al respecto, el ar tículo de M. F.ECHAv RRÍ ,

    La enfermedad

    «psiouica»

      aegritudoanimalis según Santo Tomás, en

    www

    geocities.com/a llerlist

    /c c

    ha

    varria2.html,

     

    suestudio

    La praxisde laPsicologia y susniv

    eles

    epistemológi

    cos

    se-

    gún Tomás deAquino, Universitat Abat Oliba CEU, Docume

    nt a

    Universitaria,

    Gerona 2005, pp . 435-465; ver también G. ROTH, Amentiaex aegritudinibus ce-

    rebralibus. Psy

    chopathologia

    in doctrina sanctiThomaeet psychiatria bioogica con-

    temporanea,

    en AA.

    W.

    ,

    L anima nell antropologia di

    S.

    Tommaso d Aquino.

    Mas

    simo, Milán 1987 Actas del Congreso de la SITA de 1986 , pp. 597-604; A.

    MUNT  É

    SÁNC

    HEZ,La mentey el cerebro, Libro s EnRed , Buenos Aires 2005.

    114

    La inteligencia humana

    tivas. Este punto es especialmente claro en las disfunciones.

    Las lesiones mecánicas  un trauma cerebral , eléctricas  des

    cargas eléctricas al cerebro , químicas drogas , las disfuncio

    nes neurofisiológicas pueden afectar al uso de nuestras capaci

    dades racionales, decisionales o lingüísticas.

    Las condiciones neurales indican un tipo de causalidad.

    S

    on

    múltiples, complejas y están en la líne ade la materialidad.

    En este sentido,

    son

    algo semejantes a las condiciones fisicas

    necesarias p

    ara

    que

    pod

    amos escribir bien una s

    erie

    de pala

    bras; La causalidad fisica

    nec

    esaria y no suficiente p

    ara

    escribir

    un l ib ro no es la causa de su contenido científico o

    artí

    stico ,

    sino solo de su materialidad.

    No es muy r

    iguro

    so decir,

    entonces,

    que

    cierta

    activa

    ción neural «nos

    hace

    p

    ens

    ar » o «nos mu eve a decidirnos»,

    puesto que la causalidad neural sobre el pensamien to y la deci

    sión es parcial, aunque sea

    una

    condición imprescindible.

    P

    ero

    algunos autores, debido a su

    ment

    alidad exclusivamente

    científica, no conciben

    ot r

    as causas posibles más que las físi

    caso

    Si es así , la cuestión se

    ha

    decidido

     

    prioriy el pensa

    miento no p

    odrá

    tener

    otro

    t ipo de causas.

    Paul Ricoeur, en su obra Lo que nos hacepensar, escrita

    en diálogo con Pierre Changeux y dedicada al tema men

    te/ cerebrort,

    contra

    el reduccionismo de este últ imo ve la ac

    tividad neural como un substrato, como cierta causalidad ma

    terial sine qua non del pensamiento, sirviéndose de los cuatro

    sentidos ari stotélicos de la causalidad  formal, material , efi

    ci

    ente

    y final .

    Las funciones sensitivas

    superior

    es, inseparables del or

    ganismo, sin duda ejercen ci

    erta

    causalidad sobre el acto inte

    lectual. P

    ero

    la causalidad no ha v

    er

    se siempre desde abajo ha

    cia arriba,

    pue

    s en el ámbito psicosomático ella también

    opera

    en

    la

    dir

    ección inversa. La causalidad de las imág

    ene

    s y de la

    22

    Cfr. P. Ri

    COE

    UR,j. P.

    CHAN

    GE

    UX Loquenoshacepensar: la naturalezay

    la regla, Península, Barc

    elon

    a 1999.

    115

  • 8/18/2019 Filosofia de La Mente Cap 3 la inteligencia

    11/37

    Filosofía de la mente

    experiencia sensorial sobre la inteligencia es

     

    oferta deun

    objeto

    adecuado predispuesto para que la mente pueda iluminarlo.

    La plataforma sensitiva suscita la aparición de

    un

    contenido in-

    telectual, pero el iluminar intelectual es algo originario. No es

    el producto de fuerzas materiales y ni

    siquiera

    es

    un

    simple

    fruto de las presentaciones de la experiencia sensible.

    El

    problema

    causal,

    por

    tanto

    ,

    no

    ha

    de plantearse de

    un

    modo

    casi «brutal», como algo

    que

    se juega simplemente

    entre

    la actividad

    neural

    y el

    pensamiento

    . Esto nos llevaría al mate-

    rialismo, si negamos el pensamiento o al dualismo cartesiano.

    La causalidad

    en

    este

    problema

    se está

    jugando

    toda entera en

    la

    línea

    de la mediación

    dela.sensibilidad 

    superior. La sensibilidad,

    constituida por la organicidad cerebral a t ítulo de causa mate-

    rial, ejerce una causalidad parcial en el

    nacimiento

    de la opera-

    ción intelectual, aunque a lavez está guiada e iluminada

    por

    las

    luces intelectuales en sus sucesivas configuraciones ,

    Saquemos ahora nuestras

    conclusiones.

    En primer lu-

    gar,

    recordemos

    el rol de causa material

    del

    sistema nervioso

    en

    la actividad sensitiva. No

    toda

    causa material, sin embargo ,

    interviene

    en el mismo

    sentido

    y, como señala L. Polo, los di-

    versos sentidos de la causalidad no deben verse de modo ais-

    lado , sino

    en

    sus recíprocas relaciones  .

    Por una

    parte

    como

    vimos, la materialidad

    orgánica

    sensibilizada d a u n nuevo sen-

    t ido a la corporeidad «

  • 8/18/2019 Filosofia de La Mente Cap 3 la inteligencia

    12/37

    Filosof[a de la mente

    en cambio «conoce» en

    cuanto

    está sensibilizado así

    como

    el

    ojo

    «ve» en cuanto

    órgano

    sensibilizado. Este

    conocimiento

    sensitivo

    abre

    el espacio

    para

    la iluminación intelectual.

    Se puede

    concluir,

    sencillamente,

    que

    no existe

    u

    causafísica del acto intelectual

    y

    volitiv y Para indagar

    sobre

    los principios

    propios

    de la

    cognición intelectual, habría

    que

    adentrarse

     

    entonces, en

    un

    análisis

    del nacimiento del

    pen

    -

    samiento

     

    en donde ent ra n en j u ego

    la

    inteligibilidad de

    la

    realidad  la

    naturaleza

    y objeto de la

    inteligencia,

    la articula-

    ción de conceptos y

    proposiciones

    y el uso de la racionali

    dad.

    Los

    filósofos los lógicos los

    científicos, han logrado

    una idea amplia

    y

    precisa

    del funcionamiento

    de

    nuestra

    in-

    teligencia

    sin

    necesidad

    de saber

    neurología.

    Sus indicacio-

    nes si

    son

    verdaderas,

    son siempre

    válidas. Este

    hecho

    sirve

    como

    indicador

    de l

    carácter instrumental y dispositivo

    del

    cerebro en la génesis de nuestros pensamientos. La

    expe

    riencia,

    por alta

    que sea,

    no

    causa, sino qu e solo dispone

    para la

    aparición

    de nuevos pensamientos

      especialmente,

    cuando

    son creativos .

    Po r

    otra

    parte , normalmente

    la

    experiencia suscita

    nuevos pensamientos en cuanto ya está enriquecida po r pen

    samientos precedentes  memoria, saber habitual, experien

    cias pasadas . La

    causalidad desde abajo,

    po r

    tanto,

    no

    está

    solo

    en

    el

    cerebro

    como

    entidad

    electroquímica,

    s ino más

    bien

    en la función de las imágenes

    del

    lenguaje y la

    memo

    ria potencias

    orgánicas

    cerebrales. Pero,

    cuando

    la inteligen-

    cia

    empieza

    a

    operar, introduce,

    además su

    propia

    dinámica.

    No basta

    entonces, buscar

    las causalidades predispositivas de

    la comprensión en los

    dinamismos cerebrales.

    Las causas

    propias del progreso en

    el

    conocimiento intelectual

    están en

    la actividad oportuna de la

    misma

    inteligencia en sus opera-

     

    Nuestro análisis se ha dirigido al acto intelectual. Indirectamente

    se extiende también al acto volitivo dadoque la voluntad puede obrar solo

    dentro de la comprensión intelectual.

    118

    La inteligencia humana

    ciones y

    hábitos

    con

    relac ión a la

    completa personalidad

    del

    sujeto   obviamente, en

    función

    de

    otros

    sujetos

    del mundo

    cultural

    y

    del ser

    trascendente

    como fuente inagotable

    del

    pensamiento.

    Indicaré dos ulteriores puntos antes de pasar a otros te-

    mas. El primero se refiere al pensamiento como acto personal;

    el

    segundo,

    a la

    unidad

    del

    acto

    intelectual

    integrado con

    la

    sensibilidad:

    l Elpens miento como parte de

     

    vida racional dela person

    En

    continuidad con  

    visto

    sobre

    la vida orgánica e intencio-

    nal,

    la

    inteligencia

    abre

    un nuevo

    estilo de vida

    correspon

    diente a la persona humana como animal dotado de racionali-

    dad.

    El

    hombre

    vive

    como

    persona

    en

    la

    med id a e n q ue

    conoce

    intelectualmente

    y

    orienta

    su vida según la verdad co-

    nocida y amada.

    De todos modos el pensamiento

    puede

    considerarse en

    abstracto sin referencia a la

    persona por

    ejemplo

    cuando

    ra-

    zonamos sobre objetos matemáticos

    . Los

    contenidos

    y las

    operaciones

    intelectuales

    pueden

    ser además objetivados en

    símbolos y en mecanismos de elaboración de la

    información.

    El pensamiento en estos casos de

    alguna manera

    sesepara de

    la persona y adquiere

    un a

    forma de «autonomía»

     pero

    no

    po r esto hay que postular el mundo platónico de las Ideas .

    Sin

    embargo, la dimensión de objetivid d   bstr ct delpens miento

    adquiere un

    sentido

    definitivo en la medid enquese incorpor a la

    vida inteligente de

     

    person

    Las ciencias y las

    verdades

    científicas se

    consideran

    al

    margen

    de las personas

    humanas

    por

    necesidad de la abstrac-

    ción científica

     dimensión

    de la objetividad . Un libro de cien-

    cia

    contiene

    «pensamientos potenciales». Estos

    contenidos

    se-

    rán actualizados solo por una mente person l que los

    entenderá

    gracias a la

    lectura

    del

    libro. Algo

    análogo

    puede

    decirse res-

    pecto

    a los

    procedimientos

    y

    resultados

    «objetivados» de las

    máquinas inteligentes

     ordenadores dotados

    de inteligencia

    artificial .

    119

  • 8/18/2019 Filosofia de La Mente Cap 3 la inteligencia

    13/37

    Filosofía de la mente

    Poco importa en este sentido, si las elaboraciones de un

    «agente inteligente artificial»

    parecen

    más

    potentes

    que los re

    cursos intelectuales de una persona o si un

    ordenador puede

    realizar cálculos de dimensiones astronómicas, inaccesibles a

    las

    capacidades

    personales.

    Aun así, el

    pensamiento de

    un a

    persona será siempre esencialmente diverso de las objetivacio

    nes artificiales de la inteligencia, sencillamente, porque es per-

    sonal,

    perteneciendo a su vida cognitiva y voluntaria . En este

    sentido

    , ningún tipo

    de tratamiento

    de la

    información

    ex

    terno a la persona puede sustituirlo. Esto no

    quita

    la necesidad

    de abstraer y de objetivar para avanzar

    en

    el desarrollo de la

    inteligencia en el capítulo 6 veremos

    co n más amplitud

    el

    problema de la inteligencia artificial)26.

    2. La unidad psicosomática y

    personal

    delacto de comprender.

    La

    trascendencia

    del acto

    inteligente

    respecto al cuerpo y a la

    sensibilidad

    no impide su integración en la unidad de un

    único acto, así

    como

    el alma humana trasciende el cuerpo y a

    la vez constituye

    con

    él una

    sola

    unidad

    substancial la per

    sona) . La frase «esta es mi casa> pronunciada

    mientras

    la ve

    mos , forma par te de un único acto intelectual-sensitivo. Un

    acto

    personal

    singular

    integra

    aquí la comprensión, el

    propó

    sito voluntario, el acto lingüístico, la visión y las consiguientes

    activaciones neurales.

    Análogamente

    , cuando saludamos con

    la

    mano

    a una

    persona

    , ejecutamos un único acto personal in

    tegrado por múltiples elementos.

    Las acciones humanas suelen estar integradas

    por

    varias

    operaciones realizadas po r diversas potencias voluntad, in teli

    gencia, sentidos, músculos) . Esas operaciones

    pueden

    constituir

    una

    acción humana singular. No serán, entonces, dos o más ac

    tos relacionados entre sí, sino una única acción personal, donde

    26 E. SPR GU

    E, en

    Persons and Their  in d s,

    WestviewPress, Boulder

     Colorado) 1999, contrapone, en este sentido, las habituales filosofias de la

    mente, concentradas en la epistemología

     mindism ,

    a una filosofiaque debe

    ría ir máscentralmente a la persona  

    pers

    onism ,

    120

    La inteligencia hum n

    el elemento formal más alto -normalmente , la voluntad intelec

    tual-

    formaliza los otros elementos yasí los

    unificar .

    A

    continuación

    voy a

    examinar

    dos cuestiones relaciona

    das con la problemática mente/cerebro. La primera se refiere

    al

    inconsciente

    cognitivo, y la otra es el problema de la identi

    dad personal, también en relación a la supervivencia del alma

    después

    de la

    muerte

    .

    3. El inconsciente cognitivo

    Aunque

    la conciencia se puede en tende r en muchos

    sentidos, indicaré al menos tres niveles fundamentalesw;

    1)

      onciencia

    sensitiva o

    estado

    sensitivo de vigilia, común a

    los

    animales

    y al hombre

    con

    una

    radicación cerebral cono

    c ida. En el hombre esta es la base de cualquier otro estado de

    conciencia. La conciencia

    «o

    rica» -los sueños

    cuando dor

    mimos- puede

    considerarse como un

    grado bajo y poco inte

    g rado de la conciencia sensible , quizá enriquecido también

    por

    contenidos superiores

    , pero sin

    una

    plena integración.

    2)   oncienciaintelectual entendida

    como

    advertencia

    clara

      profunda de algunos objetos del conocimiento con la posibilidad

    de diversos grados de intensidad. Uno puede ser más o menos

    consciente

    de que

    tiene un

    objeto de valor en sus

    manos

    o de

    los ruidos de la cal le o de que está delante de una persona im

    portante. En este segundo sentido «conciencia» y «conoci

    miento

    », prácticamente, son sinónimos.

    27

    Cuando el acto de un

    agent

    e voluntario provoca un efecto ex

    t ~ r n o lacausa propiadel efecto esel mismo agente, no las operaciones me

    d a n ~ las cuales se llega a los efectos. Sialguien dispara y asesina, la causa

    propIade la muerte de lavíctima es el agente, no los procesos

    físico-qu ímí

    cos de sucerebro, ni labalaque hiere alcuerpo yprovoca su muerte. Cfr. E.

    LoWE

    Filosofia de la

    mente

    Idea Books,Cornell á del Llobregat 2001, cap.

    9.,

      8Sobre la conciencia, el inconsciente y el yo, remito aJ . M B  GOS

    Antropología: un guíapara la existencia

    cit., pp. 197-216.

    121

  • 8/18/2019 Filosofia de La Mente Cap 3 la inteligencia

    14/37

    Filosofia de la mente

    3) Conci

    encia como autoconocimientodel propio sujet  de

    sus actos o estados

    conciencia de se r re sp

    on

    s

    able

    de algo ,

    de

    obrar

    libremente de

    ser

    una

    persona

    de haber

    cometido

    un

    delito, de tener un brazo.

    También

    el

    autoconocimiento

    ad

    mite varios grados de intensidad y de profundidad- .

    En

    este

    sentido advertimos

    nuestra

    existencia personal

    «

  • 8/18/2019 Filosofia de La Mente Cap 3 la inteligencia

    15/37

    Filosofía de la mente

    tal» y a la memoria «declarativa». Nuestro

    conocimiento

    lin

    güístico tiene

    una

    radicación cerebral. Cabe preguntarse: ¿la

    amnesia nos hace perder los recuerdos o solo la posibilidad de

    recuperarlos?

    El tema es amplio y aquí podemos solo sugerir algunas

    indicaciones filosóficas de principio, basándonos

    en

    lo

    que

    he

    mos visto hasta

    ahora en

    nuestra exposición. Searle

    reconduce

    los contenidos cognitivos inconscientes a

    predisposiciones cerebra-

    les

    30

    • Sería demasiado simple,

    en

    su opinión, concebir nuestros

    conocimientos inconscientes

    como

    si

    fueran una

    especie de

    fotocopia oscura de los conocimientos conscientes, situados,

    sencillamente, en

    una

    «zona de sombra». Sin embargo,

    en otra

    sección de su trabajo- , Searle

    elabora una

    interesante teoría

    del fondo  background cognitivo, según la cual nuestros actos

    intencionales se desenvuelven en

    un

    contexto de capacidades

    mentales no intencionales o no representativas. El sentido de

    nuestras expresiones lingüísticas

     por

    ejemplo, cortar, en frases

    como

    «cortar el césped», «cortar

    una

    conversación », «cortar

    po r lo sano») podría ser infinito según los contextos. Solo

    una

    serie de nexos tácitos con

    redes semánticas

    y,

    en

    definitiva,

    con

    un

    fondo preintencional (el

    background

    determina de

    modo

    suficiente el sentido y laverdad de lo

    que

    s expresa intencio

    nalmente. Así, mientras el sujeto duerme no cabe pensar que

    él tenga en su

    mente una

    especie

    de

    «contenedor» con todas

    las frases posibles relativas a lo que sabe (lenguas, ciencias).

    ¿Cuál es, entonces, el estatuto ontológico del

    fondo

    cognitivo?

    El

    punto queda

    algo oscuro

    en

    Searle,

    pero

    al final él, no pu

    diendo concebir

    un

    tipo de contenido psíquico

    que

    no sea in

    tencional, refiere ese fondo a las capacidades o a

    una

    forma de

    potencialidad del cerebro.

    Esta tesis

    no

    es

    completamente

    satisfactoria. No tene

    mos por qué

    reducir

    el conocimiento a las operaciones cons-

    3 Cfr.J.SEARLE

    El descubrimiento dela mente

    cit., cap. 7.

    31 Cfr.

    ibíd.

    cap. 8.

    124

    La inteligencia humana

    cientes intencionales. Existe

    una

    dimensión cognitiva habitual

    preoperativay preconsciente dotada de contenidos (por ejem

    plo, el saber conservado en la memoria o las virtudes intelec

    tuales y morales), no reductible a simples predisposiciones. Es

    aquí donde

    se

    colocan

    el

    background

    las

    redes

    semánticas y

    todo

    lo que desborda los estrechos márgenes de las ventanas

    cognitivas, y

    donde

    se sitúa también la fuerza comprensiva pre

    operativa de los primeros principios noéticos con relación al

    resto de nuestros conocimientos intencionales. Pero silasope

    raciones

    sensitivas son psicosomáticas,

    de modo

    análogo la

    configuración estable y preoperativa del cerebro como órgano

    sensorial será

    también

    psicosomática, es decir,

    estará

    consti

    tuida

    por una

    dimensión material y po r

    una

    correspondiente

    dimensión

    formal preconsciente. Searle t iene razón

    cuando

    no

    quiere imaginar este estrato según el

    modelo

    del conoci

    miento

    operativo. Pero no se ve

    una

    dificultad

    en

    la admisión

    de

    la existencia de un real psiquismo inconsciente, ligado al

    cerebro en todo

    lo relativo a la sensibilidad,

    aunque no

    se

    identifique sin más con las estructuras neurales.

    La

    relación con el cerebro

    de los

    contenidos

    intelec

    tuales preconscientes será análoga a la de las respectivas opera

    ciones. Nuestra alma espiritual, po r tanto,

    puede

    estar llena

    de

    recuerdos, ciencias, principios, actitudes intelectuales y volun

    tarias e intenciones implícitas. Elsaber habitual, esa especie de

    almacén o tesoro lleno de especies

     thesaurus specierum , en

    la

    metáfora de Tomás de Aquino

  • 8/18/2019 Filosofia de La Mente Cap 3 la inteligencia

    16/37

    Filosofía de la

    mente

    ¿Cómo

    existe,

    po r ejemplo, un r ec ue rd o e n n ue st ra

    mente,

    cuando

    no

    estamos

    recordándolo

    en

    acto? La

    traza

    mnemónica cerebral

    a ese recuerdo,

    mientras

    no esté activada,

    ¿posee un

    contenido

    psíquico preconsciente? La

    co-pertenen

    cia

    entre

    las dimensiones psíquica y neurológica nos

    mueve

    a

    responder afirmativamente

    a esta

    pr egunta. P ero

    el

    recuerdo

    potencial

    no

    es

    como

    un

    objeto ensombrecido.

    El

    recuerdo

    «almacenado» es

    un

    t ipo de estado psíquico

    que podemos

    lla

    ma r

    habitual.

    La

    posesión

    ha bitual de un conocimiento

    no

    puede «concebirse», precisamente porque

    está

    en la base de

    toda

    conceptualización.

    Un r ecuerdo, un a intuición

    preobjeti

    vante o

    un

    saber

    previo

    podrán

    da r

    lugar

    a

    un a

    serie de opera

    ciones

    o de

    representaciones

    objetivas. Estas últimas

    co n

    fre

    cuencia expresan solo aspectos parciales de la fuerza cognitiva

    de l

    hábito .

    El contenido cognitivo

    habitual

    de la

    mente

    es

    inmenso.

    Él influye

    en

    nuestro

    comportamiento

    y

    en nuestr os pensa

    mientos

    (sin causarlos de

    un

    modo

    determinista),

    au n

    sin

    qu e

    pasemos

    a las

    representaciones,

    es deci r, a lo

    qu e

    los clásicos

    llamaban

    verbos mentales   un pensami ent o, un a

    proposición).

    Po r

    o t ra p a rt e ,

    los

    hábitos -por ejemplo,

    los

    recuerdos

    la

    tentes-

    no

    ha n

    de

    tomarse

    de

    modo

    atomista. No podemos

    enumer ar los como

    si

    f ueran uni dades

    aisladas.

    Desde

    cierto

    punto

    de vista,

    so n

    estructuras

    en red, co n núcleos

    sistémicos

    fuertes

    y débiles. Gracias al conocimiento

    habitual, podemos

    echar

    «vistazos

    luminosos

    de conjunto» a la

    multiplicidad

    de

    nuestras

    ideas y

    experiencias,

    incluso

    para

    compararlas

    entre

    sí.Así

    podemos

    ver y

    entender

    mejor, sin la

    necesidad

    de

    tener

    qu e

    realizar

    de continuo

    nuevas operaciones

    p a ra c ad a mo-

    33 Escribe

    santo

    Tomás: «la concepción a ct ua l n a ce d el c on oc i

    miento

    habitual»:

      de Veritate, q. 4, a. 2. Es más, sabemos y recordamos

    mucho más de lo qu e

    conseguimos

    pensar

    e n u n

    momento

    puntual:

    «la in

    teligencia

    no

    consigue expresar en la c once pc ión de

    un

    verbo todo lo qu e

    tenemos

    en el

    conocimiento

    habitual, sino solo

    un

    aspecto»:

      de Veritate,

      4,

    a.

    4.

    126

    La

    inteligencia

    humana

    mento

    intuitivo

      insight),

    lo

    qu e

    sería imposible

    porque

    crearía

    cadenas

    al infinito de

    operaciones

    mentalesw,

    4. Alma,

    cuerpo

    e

    identidad personal

    En

    este

    libro no me

    detengo a

    estudiar

    los

    problemas

    ontológicos

    propios

    de la

    antropología.

    Me limito a los aspec

    tos

    cognitivos

    típicamente

    estudiados

    po r la filosofía

    de

    la

    mente. De

    todos modos, ahora

    me referiré a ciertos puntos re

    lativos a la

    identidad

    de la

    persona,

    indispensables

    para

    la ex

    posición

    de nuestros temas

      presuponiendo

    las nociones an

    tropológicas

    fundamentales de persona

    y

    alma humana).

    En

    ciertos

    casos bastará

    i ntr oduci r t an

    solo

    algunas aclaraciones

    terrninológicas .

    a)  erson

    La

    trascendencia

    de la inteligencia humana

    sobre

    la sen

    sibilidad, junto al vínculo

    intrínseco q u e m a nt ie n e c o n

    ella, es

    correlativa a la

    trascendencia

    del

    alma

    espiritual sobre la mate

    ri a y a su

    ligamen

    substancial

    co n

    el

    cuerpo v.

    La unidad

    34

    Cfr., en este sent ido, E.

    Moss, The Grammar01 Consciousness. An Ex-

    ploration 01Tacit Knowing,

    St. Martiri s Press, Nueva York 1995, donde se pre

    senta

    un a filosofía de la mente

    inspirada

    en las ideas de Polanyi

    sobre

    el co

    nocimiento tácito.

    35 Cfr., s o br e e st e t em a , d e sd e la pe rspe ctiva de la filosofía de la

    mente,]. PERRY

      ed.),

    PersonalIdentity,

    University

    ofCalifornia

    Press, Berke

    ley y Los Angeles 1975;].

    CORNWELL

    (ed.),

    Consciousness and Human Identity,

    Oxford University Press, Oxford 1998; S. SHOEMAKER

    Identity, Cause,

    and

    Mind Clarendon

    Press, Oxford

    2003;]. SEARLE Mind Oxford

    University

    Press,

    Oxford

    2004;].

    HIERRO PESCADOR Filosofíade la mentey de la Ciencia

    cog-

    nitiva, 2005, cit., pp. 216-225.

    36

    Sobre

    el concepto aristotélico de

    alma

    en el c onte xto de l de bate

    mente/cuerpo, cfr.].

    QUlITERER

    L anima umana: illusione o realiá neurobiolo-

    gica? Un contributo all attualitá del concettodi anima,

    «Rivista teologica di Lu

    gano», VIII

      2/2003),

    pp. 217-231.

    127

  • 8/18/2019 Filosofia de La Mente Cap 3 la inteligencia

    17/37

    Filosofía de la mente

    alma/cuerpo es congruente con la identidad y unidad ontoló

    gica de la persona humana. La persona no es ni el cuerpo ni el

    alma, sino la totalidad subsistente de cuerpo y alma. A esta to

    talidad se le atribuye propiamente   acto existencial de ser En

    rigor, solo la persona es y

    no

    sus partes, y solo la persona

    actúa

    en tanto es dueña de sus actos gracias a la libertad. Verdadera

    mente, solo la

    persona

    realiza en

    modo

    máximo la perfección

    existencial del ser.

    La

    persona está siempre

    presente,

    aunque

    no

    opere

    según la altura de todas sus potencialidades, o aunque nadie

    la

    reconozca

     el conocimiento no crea la persona). El em

    brión humano

    es persona,

    per o no puede

    aún ejercer las

    funciones humanas superiores. En cierto estadio primitivo,

    puede incluso no tener siquiera

    sensaciones, así

    como un

    hombre anestesiado o en estado comatoso

    pierde

    el ejercicio

    de su conciencia intelectual y sensi tiva. En estos casos, esta

    mos siempre

    ante

    personas humanas . Sabemos que es así

    siempre que

    estemos

    ante un cuerpo

    vivo

    perteneciente

    a la

    especie humana. Reconocer al otro como persona es tan

    importante

    como

    reconocernos

    a nosotros mismos como

    personas. Obviamente, el c ri te rio de conoc imiento de la

    identidad humana no se confunde con la identidad ontoló-

    g icade la persona.

     

    Conciencia y yo

    La conciencia de la propia

    identidad

    es un aspecto del

    conocimiento intelectual. La conciencia personal

    no

    es la per

    sona (una

    persona

    humana puede estar inconsciente . Como

    vimos en la sección del inconsciente, la conciencia personal se

    manifiesta cuando nos

    comprendemos

    de modo

    natural

    y en

    medio a nuestras acciones como sujetos de referencia de todo

    lo que hacemos y de todo cuanto nos sucede. La palabra em

    pleada

    normalmente

    para indicar la autoconciencia personal

    128

    La inteligencia  um n

    es

    yo

    el

    mismo El yo,

    po r

    tanto, es la propia

    persona en

    cuanto se advierte a símisma en sus actos.

    Elyo no se «siente», y no es objeto aprehendido por nin

    guna

    operación,

    sino

    que

    se advierte

    como

    el sujeto de

    mis

    operaciones y pasiones «

  • 8/18/2019 Filosofia de La Mente Cap 3 la inteligencia

    18/37

    Filosofia de la m

     nt

    e

    sione

    s, proyectos) están en relación con las áreas corticales y

    subc or ticales de la sensibilidad su

    pe r

    i

    or

    cognitiva, emotiva y

    motoraw. R

    ecordemo

    s sobreeste tema, de todos modos , los di

    versos niveles

    de

    la

    conciencia

    ,

    an t

    es esbozados (situación

    de

    vigilia, memoria autobiográfica,

    capacidad

    de reconocer as

    pectos cognitivos o

    partes

    del cuerpo como algo nuestro, ete.) .

    Un nivel de la conciencia personal son los r

    ecuerdos

    de la pro

    pia vida . Sin embargo, la

    con

    ciencia personal no es

    nec

    esaria

    men te idéntica a la conciencia nar rativa.

    Podemos

    decir «yo,>y

    actuar

    libremen te,

    aunque

    ha

    yamo

    s perdido la

    memori

    a de

    nuestra identidad

    narrativas .

      El alma

    como

    yoy elalma

    como

    acto del cuerpo

    El h

    echo

    de

    que

    el alma

    hum

    an a en su

    dimensión

    in te

    lectual tenga actividades orientadas a fine s trascendente s, aun

    contando

    con el sop

    or

    te de la sensibilidad (ciencia,

    arte

    , reli

    gión, amistad,

    moralidad

    ), hace

    que

    a veces el yo sea llamado

    alma

    o

    espíritu

    y

    que

    se hab le de

    un

    a

    vida i

    ntelec

    tual

    o

    espiritual

    como algo distinto de la vida física. Esta vida

    superior

    no está

    ne

    cesariamen te separada del cue rpo es más , no

    rmalm

    ente

    ll

    ega

    a inv

    olu

    crarlo en los fines trasc

    end

    entes

    ,

    como

    sucede de

    un modo especial

    en

    el arte. Así como la inteligencia y la liber

    tad pueden ori entarse al servicio de fin es

    corpóreo

    s

      bu

    scar

    alim

    en t

    os, cuidar la salud, etc.

     

    es igu

    alm

    ente

    natural el

    pr

    o

    ceso inverso, cuando las dimensiones más elevadas del cue rpo

    se

    pon

    en al servicio del esp í

    ritu

     ' .

    39 Cfr.nuestro capítulo 4,nn. 7 y8, donde reconducimos las corre la

    ciones a la causalidad.

    40 Cfr., sobre este tema, el estudiod e A.

    DAMASIO, La sens ción de loque

    ocurre

    ci 

    41

    La espiritualización del cuerpo acontecerá en grado máximo, se

    gún la fe cristiana , en eles tado de gloria.La desaparición de la contingencia

    biológica harásuper fluas lasactividades sensitivasd estinadas a la supervívcn-

    130

    La inteligencia

     um

    ana

    David Braine habla, en este sentido, de una con cepción

    fenomen

    ológica y prefilosófica del alma, fre

    cuente

    en las Sa

    grada s Escrituras, como

    cuand

    o se alude al «corazón

    human

    o al acto de «amar a Dios con toda el alma »4 y usual también

    en la lit

    eratura

    y el lenguaje coloquial (

     

    mi

    alma

    está

    angu

    s

    tiada

    », «mi espíritu se goza»). Este m

    odo

    de referirse a la di

    mensión má

    s alta de la

    pe r

    son

    a

      la

    dim

    en

    sión

    espiritual

    no

    supone un a especial teoría del al

    ma

    como forma

    del

    cuerpo' .

    En estos usos, los t

    érmino

    s «alma» o «espíritu» valen po r «yo»,

    «mi p

    er

    sona». Es

    natural expr

    esarse de este

    modo

    ,

    dad

    o que

    mu

    chasactividades

    superiore

    s no pueden atribuirse al cuerpo.

    No tien e sentido decir «mi cuerpo está

    lleno

    de dudas» y, en

    cambi

    o, sí ti

    ene sentido

    de cir «mi cue rpo se

    ha debilitad

    o».

    Para Braine, la concepción fenomenológica del alma no com

    porta

    dualismo, aunque Descartes le dio una falsa

    ontología

    , al

    separ

    arla del cuerpo.

    Por o tro

    l

    ado

    , esa concepción no es in

    compatible con la

    noción

    aristotélica del alma como acto subs

    tancial del cuerpo.

    d Identidad delcuerpo humanoy cer bro

    La per sona es la totalidad unit

    aria

    e individual de

    cuerpo y alma, no

    una parte

    especial

    del

    alma o del cuerpo.

    Como el alma, acto

    del

    cuerpo, hace específicamente

    hum

    ano

    a

    tod

    o el c

    ue r

    po «

  • 8/18/2019 Filosofia de La Mente Cap 3 la inteligencia

    19/37

    Filosofia de la mente

    (renovación celular) y puede hacerse también de modo artifi

    cial, como

    sucede

    en las prótesis. La sustitución

    de

    partes

    de

    nuestro organismo

    no significa que ellas sean contingentes o

    accidentales. La totalidad somática conserva su

    identidad

    gra

    cias a la presencia

    del acto formal

    -alma- en un cuerpo que

    está renovándose de continuo, privándose de partes y a la vez

    incorporando

    nuevas

    partes

    a su

    totalidad

    en

    flujov . La

    per

    manencia de la identidad personal es testimoniada po r la con

    tinuidad

    de los recuerdos del yo consciente  vyo narrativo»).

    Pero,

    como

    dijimos, la

    conciencia

    no se confunde

    con

    la iden

    tidad personal. Insistamos: la persona, un a realidad ontoló

    gica , subsiste

    aun

    en los casos en

    que

    la

    conciencia

    se

    pierde:

    amnesia, coma, patologías de la conciencia.

    La raíz neurofisiológica de la identidad dinámica del cuerpo

    humano está en el encéfalo

    centro del sistema

    nervioso y, po r

    tanto,

    centro de

    la organización del entero cuerpo humano en

    todas sus funciones , tanto neurovegetativas como neurosensiti

    vas. Esto

    no

    significa

    que

    la

    identidad

    del

    cuerpo

    humanos sea

    la identidad del encéfalo. Si

    fuera

    así, el cuerpo humano sería

    solamente su

    cerebro

    y el resto sería accidental. La atribución

    al encéfalo

    de

    la

    función de

    raíz

    de la identidad

    dinámica de

    nuestro

    cuerpo significa que la destrucción

    del

    encéfalo com

    porta

    directamente

    la muerte (la desintegración del cuerpo

    entero. Obviamente, el principio fundamental de la unidad

    del cuerpo humano es el a lma, no el encéfalo. Pero

    algunas

    44

    A veces se ha planteado el problema de la identidad «nu mérica

    »

    de un barco cuyaspartes materialesvan siendo sustituidas poco a poco. Pero

    esta cuestión esdistinta, porque elbarco no es

    una

    substancia, sino

    una

    uni

    dad físicacolectiva. No entro ahora en laproblemática de laidentidad de las

    composiciones colectivas cuyas partes cambian

     un

    pueblo o el ejemplo

    mencionado del barco).

      5

    Me refiero tanto a la identidad numérica (lo

    que

    hace

    que

    este

    cuerpo sea

    mi

    cuerpo c om o a la

    espe ífi

    (lo que hace de

    una

    estructura

    corpórea un cuerpo humano . En la filosofía analítica se hablade la identi

    dad como tipo  type  específica) yde laidentidadcomo

    token

    (numérica, o del

    caso concreto).

    132

    La inteligencia humana

    partes

    del

    cuerpo dependen de o tras y

    una

    se

    demuestra

    prin

    cipal, de la

    que

    depende dinámicamente la subsistencia de

    todo

    el organismo.

    De

    ah í

    que el encéfalo , tomado como un todo , sea el

    único órgano insustituible del cuerpo humano. En el caso hi

    potético, quizá puramente

    teórico, de

    que

    un

    encéfalo fuera

    «trasplantado»

    en

    otro tronco

    somático

    humano,

    la

    persona

    «seguiría» el destino del encéfalo

     en

    cambio, un trasplante de

    corazón

    no supone un cambio de per sona , p ero no porque

    e st e sea la s ede de las

    funciones

    superiores, ya

    que

    la

    persona

    no se identifica con sus funciones superiores, sino porque,

    como hemos dicho, el encéfalo es la raíz orgánica dinámica de

    la identidad numérica

    de l

    cuerpo propio, y la persona

    está

    donde está el cuerpo propio. El caso de dos gemelos unidos fi

    sicamente

    enun

    único tronco compartido, para mencionar un

    hecho aparentemente

    problemático

    en este

    sentido,

    en reali

    dad

    no significa más que la presencia de dos personas

    en

    un

    único cuerpo.

    Se

    trata

    de dos

    personas con dos cuerpos unidos

    y que comparten algunas partes del organismo. Sabemos que

    son

    dos

    personas porque

    estamos

    ante

    dos encéfalos

    vivos y

    distintos.

    La amputación y substitución de partes del cerebro no

    afecta necesariamente a su unidad e identidad funcional. Este

    tipo

    de intervenciones,

    incluso

    en un ámbi to de ciencia-fic

    ción, como mucho podr ía

    suponer

    la

    muerte

    o b ien un me

    noscabo

    cognitivo y

    tendencial

    más o menos grave de la

    per

    sona  muchas de estas intervenciones, si fueran

    posibles,

    serían inmorales . Igualmente, los casos patológicos de «múl

    tiples

    personalidades» esquizofrenia, cerebro

    dividido)

    son

    fenómenos de

    desintegración

    cognitiva y emotiva que n o su

    ponen la desaparición

    de

    la identidad

    personal

    ontológica.

    Un

    enfermo

    mental, con su conciencia dividida, n o p or eso

    deja de ser

    una

    persona.

    Algunas veces se ha

    planteado

    la cuestión de la posibili

    dad de la transferencia de funciones cognitivas en los casos hi-

    133

  • 8/18/2019 Filosofia de La Mente Cap 3 la inteligencia

    20/37

    Filosofíade la mente

    potéticos

    de

    trasplante de

    partes del cerebro.

    Realmente,

    nunca se ha

    demostrado

    que un eventual trasplante de seccio

    nes cerebrales

    en

    otro cerebro implique una transferencia de

    inform ciones

    y contenidos cognitivos de un sujetoa o tro. La idea

    de ciencia-ficción de un trasplante del área lingüística d e u na

    persona a otra , comportando una transmisión de las compe

    tencias lingüísticas

    implicadas

    ,

    está fuera

    de lugar . Se

    puede

    trasplantar un ojo y la

    potencia

    visual , pero no los

    contenidos

    intencionales del pensamiento recuerdos, saber, experien

    cia).

    Al

    perder su conexión con las funciones intencionales, la

    masa cerebral deja de ser su

    adecuado

    soporte .

    Por m