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Nos referimos en este Fascículo a los tres puntos restantes del Capítulo IV del Ma- nual -la paz: un proceso-, es decir, el debi- litamiento de la guerrilla, que hace posible la paz; la necesidad de una cultura de paz y la estrategia para la misma. Así mismo, iniciamos el tratamiento de las condiciones para la paz: Capítulo V del trabajo. 4. DEBILITAMIENTO DE LA GUERRI- LLA, HACE POSIBLE LA PAZ Es de tener en cuenta también que si no se aprovecha esta coyuntura se des- perdicia una oportunidad que es propicia, además que la guerrilla se va a seguir de- bilitando, a tal punto que la aparición de pequeños grupos regionalizados y su frag- mentación haga que se vuelva incontrola- ble por sus líderes, perdiendo la unidad de mando, y en esas circunstancias, acabar 21 Fascículo www.hsbnoticias.com para Manual La Paz para Manual La Paz Por Ricaurte Losada Valderrama* *Ex Senador de la República, Analista, Investigador. Uno de los problemas -el más importante para conseguir la paz-, es el narcotráfico. En la actual coyuntura es posible un acuerdo de paz, debido al debilitamiento de la guerrilla y a la decisión política del Estado de pactarla. con el conflicto resulta más prolongado y difícil, con el agravante que el narcotráfico las mantiene y las hace rehaceas a des- movilizarse y a negociar, justamente por el jugoso negocio que tienen en sus manos y del cual han dependido cada vez más y que podría llevar a una confrontación más directa por el control territorial. 5. CULTURA DE PAZ En consecuencia, una de las urgencias es formar sujetos de paz y construir, en reemplazo de la cultura de violencia, una de paz y convivencia. Entender que esta se consigue mediante un proceso largo. Es más, se trata de un camino inacabado, esencial y naturalmente imperfecto que to- dos los días debemos moldear. Justamente es esto lo que no hemos he- cho prácticamente a través de toda nues- tra historia republicana y es esta una ra- zón fundamental para que el conflicto se haya perpetuado. Como se trata, en el Capítulo XI, sobre el marco jurídico para la paz, la máxima conquista de los colombianos será hacer realidad el postulado constitucional que concibe la paz como un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento. 6. ESTRATEGIA PARA LA PAZ La estrategia para la paz es determinan- te. El Gobierno debe seguir persuadiendo al país sobre la necesidad de negociar con la guerrilla y la desmovilización y el otorga-

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Vigésimo Primer Fascículo del Manual para la Paz. Un especial de quince temas que El PERIÓDICO DE BOGOTÁ entrega a sus lectores los días viernes, donde su autor, el analista político Ricaurte Losada Valderrama, ilustra los intentos realizados en búsqueda de la paz, hasta llegar al actual, promovido por el Presidente Juan Manuel Santos. "Para que una paz sea duradera y estable, debe ser una conquista de todos, o por lo menos de la gran mayoría. Por ende, debemos prepararnos para contribuir a hacerla posible

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Page 1: Fascículo XXI

Nos referimos en este Fascículo a los tres puntos restantes del Capítulo IV del Ma-nual -la paz: un proceso-, es decir, el debi-litamiento de la guerrilla, que hace posible la paz; la necesidad de una cultura de paz y la estrategia para la misma. Así mismo, iniciamos el tratamiento de las condiciones para la paz: Capítulo V del trabajo.

4. DEBILITAMIENTO DE LA GUERRI-LLA, HACE POSIBLE LA PAZ

Es de tener en cuenta también que si no se aprovecha esta coyuntura se des-perdicia una oportunidad que es propicia, además que la guerrilla se va a seguir de-bilitando, a tal punto que la aparición de pequeños grupos regionalizados y su frag-mentación haga que se vuelva incontrola-ble por sus líderes, perdiendo la unidad de mando, y en esas circunstancias, acabar

21Fascículo

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paraManualLaPaz

paraManualLaPaz

Por Ricaurte Losada Valderrama*

*Ex Senador de la República, Analista, Investigador.

Uno de los problemas -el más importante para conseguir la paz-, es el narcotráfico.

En la actual coyuntura es posible un acuerdo de paz, debido al debilitamiento de la guerrilla y a la decisión política del Estado de pactarla.

con el conflicto resulta más prolongado y difícil, con el agravante que el narcotráfico las mantiene y las hace rehaceas a des-movilizarse y a negociar, justamente por el jugoso negocio que tienen en sus manos y del cual han dependido cada vez más y que podría llevar a una confrontación más directa por el control territorial.

5. CULTURA DE PAZ

En consecuencia, una de las urgencias es formar sujetos de paz y construir, en reemplazo de la cultura de violencia, una de paz y convivencia. Entender que esta se consigue mediante un proceso largo. Es más, se trata de un camino inacabado, esencial y naturalmente imperfecto que to-dos los días debemos moldear.

Justamente es esto lo que no hemos he-cho prácticamente a través de toda nues-tra historia republicana y es esta una ra-zón fundamental para que el conflicto se haya perpetuado.

Como se trata, en el Capítulo XI, sobre el marco jurídico para la paz, la máxima conquista de los colombianos será hacer realidad el postulado constitucional que concibe la paz como un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento.

6. ESTRATEGIA PARA LA PAZ

La estrategia para la paz es determinan-te. El Gobierno debe seguir persuadiendo al país sobre la necesidad de negociar con la guerrilla y la desmovilización y el otorga-

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miento de participación política a sus miem-bros son claves para un acuerdo de paz.

Pero, claro, el Gobierno está condicionado por el hecho que mucha gente está indignada por el comportamiento de la guerrilla y debe insistir que es legítimo y necesario negociar, lo cual es difícil porque implica reconocerle poder.

No hay que olvidar que la guerra ha sido el principal factor que ha deslegitimado a los partidos de izquierda y que los nexos entre la guerrilla y el narcotráfico son el principal problema para el proceso de paz.

Como para conseguir la paz no hay que ahorrar esfuerzo, se debía reactivar el Conse-jo Nacional de Paz, creado por la Ley 434 de 1998 como mecanismo para buscar caminos que conduzcan al éxito de la negociación.

V. CONDICIONES PARA LA PAZ 1. TOMAR LA DECISIÓN POLÍTICA

2. UNA POLÍTICA DE ESTADO

3. PAZ PACTADA CON LA SOCIEDAD

4. CONSEGUIR JUSTICIA A. EL TURISMO JUDICIAL B. GLOBALIZACIÓN DE LA JUSTICIA C. SOLUCIONES

5. CANCELAR DEUDA SOCIAL

6. REPARACIÓN A LAS VÍCTIMAS

7. GENERAR CONFIANZA

8. LLEGAR A LA VERDAD

9. PERDÓN, SIN OLVIDO

10. LA RECONCILIACIÓN

11. CONSTRUIR Y GUARDAR LA VERDAD Y LA MEMORIA

12. SOLIDARIDAD INTERNACIONAL

13. MANTENIMIENTO DE LA UNIDAD Y LA DIGNIDAD

14. INCLUSIÓN SOCIAL A. RESTITUCIÓN DE TIERRAS B. VIVIENDA GRATIS C. REFORMA DEL ESTADO D. PENSIÓN PARA LOS SIN PENSIÓN E. FORMACIÓN Y GENERACIÓN

DE EMPLEO

15. EL COMBATE A LA POBREZA

16. DEBILITAR LA GUERRILLA

17. RESPONSABILIDAD SOCIAL Y EMPRESARIAL

18. EDUCAR PARA LA PAZ

19. GARANTÍAS A LA GUERRILLA

20. NUEVO CONTRATO SOCIAL

21. ACTUAR CON PRUDENCIA

22. CUMPLIR LO PACTADO

Para conseguir la paz es necesario, priori-tariamente, tomar la decisión política de ha-cerlo, ejecutar una política de Estado con re-construcción del tejido social, hacer un pacto con el Estado y la sociedad, es decir, legi-timado por ésta; conseguir justicia, cancelar deuda social, hacer reparación a las vícti-

El Presidente Juan Manuel Santos tomó la decisión de buscar la paz mediante la negociación política.

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mas, generar confianza entre las partes en conflicto, llegar a la verdad, perdonar sin ol-vidar, ser capaces de reconciliarse, construir y guardar la verdad y la memoria, conseguir un compromiso y apoyo mayor de la comu-nidad internacional, mantener por el Estado y la sociedad la unidad y la dignidad, hacer inclusión social, combatir la pobreza, debili-tar a la guerrilla, conseguir mayor responsa-bilidad social y empresarial, educar para la paz, dar garantías a la guerrilla, el diseño y ejecución de un nuevo pacto o contrato social, en el cual, en adelante, la justicia debe ga-rantizar una paz duradera y estable, actuar con prudencia y cumplir lo pactado.

1. TOMAR LA DECISIÓN

Entre las muchas condiciones para llegar a la paz, la primera es que el Estado y la guerri-lla tomen la decisión política de pactar y cons-truir la paz. Por más obstáculos que esta tie-ne, si ella se toma por ambas partes, no cabe duda que se logra.

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2. POLÍTICA DE ESTADO La paz, como el desarrollo del país, se

consiguen mediante la ejecución de una política de Estado -no de gobierno, como ha sido la constante en Colombia-, que trascienda las administraciones presiden-ciales. Además, cuando los colombianos nos organicemos con sentido de compro-miso alrededor del país y de una política de paz, es decir, que real y efectivamente nos involucremos en Colombia y en dicha política de paz, porque lo más seguro es que no haya interés efectivo para resolver

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El Presidente Juan Manuel Santos tomó la decisión de buscar la paz mediante la negociación política.

Una condición indispensable para conseguir la paz y mantenerla, es la determinación de una política de Estado en torno de ella.

La estrategia para la paz es determinante. El Gobierno debe seguir persuadiendo al país sobre la necesidad de negociar con la guerrilla.

Como la paz debe ser pactada con la sociedad, su conquista debe ser producto del esfuerzo de todos.

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la situación por quienes tradicionalmente han estado en el poder, responsables del estado de postración de la Nación, y cuan-do sin descartar las negociaciones con to-dos los alzados en armas, se establezcan unas bases sociales sólidas y se realicen democráticamente los cambios estructura-les necesarios.

Ejecutándose las reformas que se requie-ren y haciéndolas adecuadamente, el país se desarrolla y el Estado se legitima. En consecuencia, la guerra pierde su razón de ser, lo que facilita la paz.

Lo anterior nos debe hacer tener presente que en doscientos años de vida republica-na, no hemos diseñado, menos puesto en práctica el gran proyecto de Nación y Es-tado que hace que los pueblos se desarro-llen y vivan en paz, pues hemos estado de confrontación en confrontación, de guerra en guerra, de improvisación en improvisa-ción, alejados de los grandes proyectos,

imbuidos en la politiquería, justamente por-que hemos tenido, y tenemos, proyectos de gobierno, no de Estado. No hemos sido ca-paces de ponernos de acuerdo en torno de unas grandes directrices, definidas a largo plazo.

3. PAZ PACTADA CON LA SOCIEDAD

Por lo anterior, la paz debe ser pactada con la sociedad, pues es un derecho connatural a la convivencia humana. Por ende, su conquis-ta debe ser producto del esfuerzo de todos, no sólo del gobierno y menos aún del criterio exclusivo del Presidente de la República.

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“La crisis de la justicia está en la base de los problemas sociales y permea todos los ámbitos de la vida nacional”.

“El deterioro de la administración de justicia ha afectado notoriamente a la sociedad colombiana; ha generado corrupción; ha facilitado el surgimiento de grupos irregulares; ha estimulado el narcotráfico, la guerrilla, el paramilitarismo, la delincuencia organizada y la criminalidad común”.

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Por la excelencia en la justicia, El Tiempo, Editorial, 28 de agosto de 1996, Pág. 3 a. 1

4. CONSEGUIR JUSTICIA

Es indudable que una condición indis-pensable para la paz es la consecución de justicia. Por ello en los primeros Fascí-culos de este Manual -Capítulo I: Falta de Justicia-, se hizo referencia a algunos de los principales problemas de la justicia, los cuales, bajo el presupuesto de la sín-tesis, ahora se complementan.

Al respecto, lo primero que debe reite-rarse es que ya perdimos hasta la noción del tiempo que lleva la crisis de la admi-nistración de justicia, pues en Colombia es muy escasa. Se requiere su reforma estructural e integral.

Sin embargo, el problema no es sólo de reformas; es necesario, fundamen-talmente, mejorar las condiciones so-cioeconómicas; y aunque la justicia ha adolecido de fallas durante las últimas décadas, hasta hace poco de su majes-

tad nadie dudaba, ni se irrespetaba con la extravagancia con que ahora frecuen-temente se hace.

“La crisis de la justicia está en la base de los problemas sociales y permea to-dos los ámbitos de la vida nacional. El deterioro de la administración de jus-ticia ha afectado notoriamente a la sociedad colombiana; ha generado corrupción; ha facilitado el surgimiento de grupos irregulares; ha estimulado el narcotráfico, la guerrilla, el paramilita-rismo, la delincuencia organizada y la criminalidad común. Más aún, ha afec-tado considerablemente la economía.”

Durante el debate que hicimos en el Senado sobre la Constitución de 1991 re-cordamos que se perdonaron los delitos atroces cometidos por el M-19, incluidos los del holocausto del Palacio de Justicia, lo que constituyó en buena parte el de-rrumbe de nuestra justicia. Agregamos que no sólo se les perdonó esa barbarie, sino que fueron exaltados en el Gobierno del revolcón, convirtiéndolos en pomposos reformadores de la Constitución y adali-des de la moral. Y lo peor es que nunca se supo en qué quedó la decisión del juez sin rostro que ordenó su encarcelamiento.

Parte de la política criminal vigente es la del sometimiento que desarrolla el principio de ofrecer un replanteamiento de la pena a quien habiendo ofendido a la sociedad, ex-prese de manera fehaciente su voluntad de arrepentimiento, ofrezca información que aligere el proceso de juzgamiento, contribu-ya eficazmente a combatir la criminalidad y manifieste de manera transparente su voluntad de rehabilitación.

Lamentablemente la política de someti-miento se ha caracterizado por la aplicación indebida de los beneficios otorgados por el legislador y una dosificación inaceptable de las penas contempladas para distintas mo-dalidades de delitos. El sistema, concebido como forma de aplicación excepcional de la normatividad penal, se ha convertido en re-gla general, cuya aplicación se está convir-tiendo en puerta hacia la impunidad.

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