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1 | Página FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO. Unidad Nº 03 I. Aportes del enfoque sistémico en el trabajo terapéutico con familias. Subsistemas del sistema familiar Subsistema individual Subsistema conyugal Subsistema parental Subsistema fraterno Ciclo evolutivo natural familiar Genograma II. Familia y Acompañamiento Terapéutico: Función del at en la familia BIBLIOGRAFIA FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO.

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1 | P á g i n a

FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO.

Unidad Nº 03

I. Aportes del enfoque sistémico en el trabajo terapéutico con familias.

Subsistemas del sistema familiar

Subsistema individual

Subsistema conyugal

Subsistema parental

Subsistema fraterno

Ciclo evolutivo natural familiar

Genograma

II. Familia y Acompañamiento Terapéutico:

Función del at en la familia

BIBLIOGRAFIA

FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO.

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FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO.

Unidad Nº 03

La denominación terapia

familiar sistémica incluye el

concepto de “sistema”.

Así, la familia es un

conjunto, estructurado,

evolutivo o propositivo,

autoorganizado, en

interacción y abierto.

.

1. ROL Y FUNCIÓN DEL ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO

Se abordará:

La familia como sistema. Su ciclo vital. Desarrollo individual y desarrollo familiar. La

individuación como proceso familiar. Vínculos familiares. Pautas de la comunicación,

distorsiones de comunicación.

La familia, las instituciones y el paciente. Disfuncionalidad familiar. Crisis y evolución-crisis y

disfunción.

Posicionamiento del AT respecto de la familia del paciente e interacción con el grupo familiar.

En la presente unidad Se desarrollará el tema de Acompañamiento Terapéutico y Familia. Para tal

fin se tomarán en cuenta los aportes teóricos y prácticos del enfoque sistémico, ya que en el

ámbito cotidiano de trabajo suele ser esta mirada la que orienta a los terapeutas que direccionan

el tratamiento.

Es por ello que en un primer momento se abordaran a nivel general conceptos básicos a tener en

cuenta cuando se trabaja con familias en el ámbito terapéutico.

Y luego el posicionamiento del at en relación a la familia del paciente.

I. Aportes del enfoque sistémico en el trabajo terapéutico con familias.

La familia desde la perspectiva sistémica: definición y conceptos básicos

Un sistema es un conjunto de objetos y las relaciones

entre ellos y entre sus atributos, que son las propiedades

de los objetos; un conjunto de elementos

interdependientes, cuya relación ordenada contribuye a

un fin determinado.

Las características principales de todo sistema son la

interrelación y la dependencia recíproca que cada

elemento tiene con todos los otros componentes que lo

conforman. Los sistemas son todos integrados, destacando así los principios de organización.

(Watzlawick, 1967, citado por De la Cruz, 2004).

Desde esta perspectiva sistémica, la familia es un conjunto organizado e interdependiente de

personas en constante interacción, que se regula por unas reglas y por funciones dinámicas que

existen entre sí y con el exterior (Minuchín, 1986, Andolfi, 1993; Musitu, 1994, Rodrigo &

Palacios, 1998; citados en Espinal, et al., 2007).

A partir de esta relación es que para dicho enfoque, las características de la familia son las

características del sistema (conjunto, estructura, personas, interacción) y otras características

propias de los sistemas sociales (abierto, propositivo, complejo); además de las características

específicas del sistema familiar (intergeneracional, larga duración, facilitador del desarrollo

personal y social de sus miembros).

La familia como conjunto, una totalidad que aporta

una realidad más allá de la suma de sus miembros y

que se construye mediante un sistema de valores y

creencias compartidos, por las experiencias vividas y

por los rituales y costumbres que se transmiten de

generación en generación. Es una cultura familiar

que da identidad al grupo, fortaleciendo el sentido

de pertenencia de sus miembros, dando respuesta a sus necesidades de filiación y

contribuyendo a la construcción de la propia identidad.

La familia es estructurada porque conlleva una organización de la vida cotidiana que incluye

reglas de interacción que regulan las relaciones entre los familiares (límites, alianzas,

coaliciones) y las relaciones con el exterior (fronteras).

FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO.

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FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO.

Unidad Nº 03

Esas reglas son explícitas e implícitas, condicionan las relaciones familiares, indican quién

pertenece y quién queda excluido del grupo familiar y pueden incidir en cómo la familia hace

frente a los problemas de sus miembros y a su propia problemática como grupo. Esas reglas

suelen ser acordes con los valores y creencias familiares y regulan como se detectan las

necesidades de sus miembros, la comunicación y las conductas de dar y recibir ayuda, que son de

suma importancia para conocer la funcionalidad del sistema.

Al decir que una familia es estructurada se hace referencia a que en la familia hay una

jerarquización de las relaciones entre sus miembros. En ella existen una o unas figuras que

asumen el liderazgo, que tienen mayor influencia en la elaboración y mantenimiento de las

normas familiares y en las sanciones por no cumplirlas. Ese líder influye también en el modo de

pensar, sentir y comportarse de los restantes miembros de la familia. Por ello, la estructura

familiar es asimétrica.

La familia es un sistema evolutivo o propositivo, está orientada a metas de protección;

educación de los hijos y su integración en la comunidad como miembros activos.

La familia es autoorganizada porque plantea sus metas y los medios, estrategias, normas,

recursos y procedimientos para lograrlas, siendo partícipe y agente de su propio desarrollo,

sus propios cambios. Esas formas de lograr las metas provienen de su particular y propia

historia familiar y también se van asimilando del entorno. De este modo la autoorganización

se relaciona con la retroalimentación, que es recabar información sobre el proceso de

desarrollo familiar, sobre los niveles de logro de las metas y sobre la eficacia de las reglas y

de las estrategias activadas a tal efecto, hace posible la autoorganización eficaz. Por otra

parte, la autoorganización también se relaciona con la autopoiesis, que es una resistencia a

los cambios que provienen del exterior, para los que la familia desarrolla procesos de

asimilación e integración de lo nuevo en la estructura existente y de rechazo a lo que se

considera extraño al sistema. (Espinal, Gimeno y González, 2007).

La familia es un sistema en interacción, porque a partir de una serie continua de intercambios

que suponen influencia mutua, bidireccional o circular que tiende a mantenerse estable el

sistema los miembros de la familia permanecen en interacción.

La familia es un sistema abierto, lo que significa que está en continua interacción con otros

sistemas; con una vinculación dialéctica respecto a las relaciones que tienen lugar en el

interior de la familia y el conjunto de relaciones sociales condicionadas por valores y normas

de la sociedad de la cual la familia forma parte.

Subsistemas del sistema familiar:

En todo su proceso evolutivo se conforman subsistemas. Son muchos los subsistemas

estructurales o funcionales que pueden darse dentro de la familia y cada uno de estos tiene sus

propias normas y relaciones que se definen en su interior: individual, conyugal, parental, filial,

fraterno.

Salvador Minuchín, (1992) define a la familia como sistema, un conjunto organizado e

interdependiente de personas en constante interacción, que se regula por reglas y

funciones dinámicas que existen entre sí y con el exterior. La familia, como sistema, está

conformada por subsistemas individual, conyugal, parental y fraterno.

Desde el punto de vista estructural, sostiene que un sistema se compone de subsistemas entre

los que existen límites para proteger la diferenciación del sistema y facilitar la integración de sus

miembros dentro de él (Botella & Vilaregut, 2008).

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FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO.

Unidad Nº 03

Para Minuchín la estructura familiar es

el conjunto invisible de exigencias

funcionales que organiza las formas

por las cuales los miembros de la

familia interaccionan.

Subsistemas:

a) Subsistema individual: incluye el concepto de sí mismo dentro de su contexto; contiene

así, los determinantes personales e históricos del individuo.

b) Subsistema conyugal: dos adultos que aportan para la relación de pareja, valores y

expectativas que servirán de base para la educación de los hijos.

c) Subsistema parental: la pareja en relación con los hijos y la socialización de éstos.

d) Subsistema fraterno: relación entre hermanos, donde las pautas aprendidas se generalizan

a otros sistemas (escuela, trabajo, círculo de amigos, etc.), tanto en la infancia como en la

edad adulta.

Es así que Botella y Vilaregut (2008), la familia es un sistema abierto, separado del exterior por

sus fronteras y estructuralmente compuesto por subsistemas demarcados por límites con

diferentes grados de permeabilidad y con diversas formas de jerarquización interna entre ellos.

INDIVIDUAL

FRATERNO

PARENTAL

CONYUGAL

SUBSISTEMAS DE LA FAMILIA

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FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO.

Unidad Nº 03

Una familia es un sistema que opera a través de patrones transaccionales. “Transacciones repetidas

establecen patrones de cómo, cuándo y con quién relacionarse, y estos patrones refuerzan el

sistema." (Minuchin,p. 57)

Para Minuchin (1992) la estructura familiar está conformada por pautas de interacción o pautas

transaccionales (límites, jerarquía, alianzas, coaliciones, centralidad y periferia e hijos

parentales), que son un conjunto invisible de demandas funcionales, relativamente duraderas,

que ordenan u organizan los subsistemas individual, conyugal, parental y fraterno que componen

a la familia. Así, una pauta transaccional es una interacción familiar que forma parte de la

estructura familiar (Minuchin, 1992)

Una familia requiere de una estructura para que pueda cumplir la función de transmisión de la

cultura y de desarrollar un sentimiento de identidad en cada miembro, facilitando también la

individuación (Minuchin, 1992).

Las formas de interacción en el sistema familiar, conforman su estructura. Esas formas son los

límites, la jerarquía, las alianzas, las coaliciones, la centralidad y la periferia e hijos

parentales (Minuchin, 1992).

Los límites son el conjunto de reglas o normas que protegen a cada subsistema para que exista

y cumpla su función satisfactoriamente, de modo que definen los roles que tendrá cada uno de

los miembros en relación con los otros, a la vez que sirven para proteger la diferenciación del

sistema y subsistemas familiares (Minuchin, 1992).

Los límites varían en cuanto a su grado de permeabilidad y pueden ser:

Difusos, que resultan difíciles de determinar;

rígidos, por resultar difíciles de alterar en un momento dado;

y límites claros, que son definibles y a la vez modificables.

Los límites difusos o rígidos indica la posibilidad de presencia de problemas psicológicos en algún

o algunos de los miembros del sistema (Minuchin, 1992; Botella & Vilaregut, 2008).

Ciclo evolutivo natural familiar:

La familia tiene un ciclo evolutivo natural que se desarrolla

en estadios, secuenciales. A pesar la las diferencias

culturales, la sucesión de dichas etapas en una familia

suele ser universal. Por lo que podemos sintetizarlas en

entre los que podemos mencionar:

noviazgo, formación de pareja, llegada

del primer hijo, crianza, llegada de

nuevos hijos, etapa de crianza, de

escolarización, la familia con hijos

adolescentes, la familia y su

adaptación cuando los hijos iniciaban

su vida autónoma, etapa del llamado

nido vacío, fallecimiento de uno de los

padres, etc.

El desarrollo familiar sigue una misma

progresión de complejidad creciente. En

ella se observan períodos de equilibrio

y adaptación y períodos de

desequilibrio y cambio. Los primeros

se caracterizan por el dominio de las

tareas y aptitudes pertinentes a la

etapa del ciclo vital que atraviesa el

grupo familiar, mientras los segundos

implican el paso a un estadio nuevo y más

complejo, y requieren que se elaboren tareas y aptitudes

también nuevas.

En el siguiente esquema observamos los distintos estadios

del CICLO VITAL FAMILIAR:

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Unidad Nº 03

Tomaremos el cuadro del ciclo evolutivo normativo usualmente utilizado, en el que se platean los

procesos emocionales y cambios en el “status familiar”:

ETAPAS PROCESO EMOCIONAL CAMBIOS EN EL “STATUS”

FAMILIAR

FORMACIÓN DE LA PAREJA Y

MATRIMONIO.

Compromiso con el nuevo

sistema.

a) Formación del sistema de

pareja

b) Realineamiento de las

relaciones con las familias

extensas y los amigos para

incluir al cónyuge.

FAMILIA CON HIJOS

PEQUEÑOS.

Aceptación de nuevos

miembros.

a) Reajuste del sistema de

pareja para incluir a los

hijos.

b) Creación de los roles

parentales

c) Realineamiento de las

relaciones con la familia

extensa para incluir los

roles, ejemplo: abuelos.

FAMILIA CON HIJOS

ADOLESCENTES.

Aumento de la flexibilidad de

los límites familiares.

a) Cambio de las relaciones

padres-hijos para permitir

al adolescente entrar y salir

del sistema.

b) Atención a problemas de

pareja y parentales de los

períodos medios de la vida.

c) Comienzo de las

preocupaciones por la

generación de los abuelos.

EMANCIPACION DE LOS

HIJOS Y PERIODOS

POSTERIORES.

Aceptación de múltiples

entradas y salidas del

sistema familiar.

a) Renegociación del sistema

de pareja.

b) Desarrollo de una relación

adulto-adulto

c) Realineamiento de las

relaciones para incluir a la

familia política y a los

nietos.

d) Afrontamiento de las

enfermedades y muerte de

padres y abuelos.

FAMILIAS EN LAS ÚLTIMAS

ETAPAS DE LA VIDA.

Aceptación del cambio de

roles generacionales.

a) Mantenimiento del

funcionamiento propio y de

la pareja a pesar del declive

físico; exploración de

nuevos roles sociales y

familiares.

b) Apoyo para un rol más

central de las generaciones

medias.

c) Apoyo, sin sobrecargas, a la

generación mayor.

d) Afrontar la muerte ajena y

preparar la propia. Revisión

e integración de la vida.

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FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO.

Unidad Nº 03

Dentro del enfoque sistémico conviven varios modelos en lo que respecta a posicionamientos e

intervenciones terapéuticas, entre los que mencionamos: Terapia del MRI de Palo Alto, Terapia

del Grupo de Milán, entre otros.

No es motivo de la presente unidad profundizar en dichos modelos, sino considerar aspectos

generales del enfoque a tener en cuenta en el trabajo clínico como acompañantes.

Es por eso que se presentaran ciertas herramientas que se utilizan en el ámbito clínico familiar a

los fines de que el at pueda estar informado al respecto al compartir el trabajo con el equipo

terapéutico.

Una herramienta muy utilizada y que podemos encontrar en las historias clínicas de los

pacientes es el genograma.

Un genograma es una representación gráfica del mapa familiar que engloba al menos tres

generaciones. En él se traza la estructura familiar, se registra la información más importante

sobre la familia y se representa el tipo de relaciones.

Los datos plasmados, permiten generar hipótesis sobre la relación del síntoma con el contexto

familiar, considerando quienes están más implicados en el problema, definiendo el estado de

los límites intrafamiliares y extrafamiliares, y observando el grado de adaptación a la etapa del

ciclo vital que le corresponde atravesar al grupo familiar. Todo ello posibilita prever la evolución

del problema y de su contexto. (página 40, Enfoques en Terapia Familiar Sistémica, Inmaculada

Ochoa de Alda)

La creación de un genograma implica tres pasos:

1) El trazado de la estructura familiar,

2) El registro de la información sobre la familia,

3) La representación de las relaciones familiares.

En el primer paso, se muestra cómo están biológica y legalmente relacionados los diferentes

miembros de una familia. Se utilizan círculos y cuadrados para representar a las personas, indicando

el año en que se conoció la pareja, si hay separaciones o divorcios, etc.

Veremos ahora los signos utilizados en un genograma:

Sexo masculino

Sexo femenino

Fallecido

Hombre y

mujer afectados

Adopción

intrafamiliar

Sexo indefinido

Adopción no familiar

Aborto

Señal al

propositus

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FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO.

Unidad Nº 03

Portadores de genes ligados al

cromosoma X

Gemelos monocigóticos

Matrimonio

Unión extramatrimonial

Gemelos

dicigóticos Divorcio

Matrimonio cosanguíneo

¿?

Cigocidad desconocida

Matrimonio sin descendencia

En el segundo paso, una vez que se ha trazado la estructura familiar, el esqueleto del genograma,

se agrega la información sobre la familia, es decir se agregan datos de edades, fechas de

nacimiento y muertes. La edad se registra en el interior del cuadrado o del círculo.

En el tercer paso, se trazan las relaciones entre los miembros del sistema familiar,

simbolizadas por diferentes tipos de líneas, las que se muestran en el siguiente cuadro:

Relaciones interpersonales

Muy

Estrecha

Muy estrecha

pero Conflictiva

Conflictiva

Cercana

Quiebre

Distante

1

1 2

2 3

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FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO.

Unidad Nº 03

Todo tratamiento con niños incluye el

trabajo con la familia, debido al rol

determinante que cumplen los factores

contextuales en todo motivo de

consulta.

El genograma puede aportarle datos importantes al at sobre la familia del paciente, y en ocasiones

sirve como primera aproximación al contexto del paciente y a su conocimiento.

En ocasiones el at frente a la familia y al paciente deberá realizar tareas de

Psicoeducación:

La psicoeducación consiste en darle al paciente o su familia, una breve explicación acerca de

ciertas cuestiones que en ocasiones pueden estar implícitas y se hace necesaria su explicitación.

Por lo que el terapeuta o el at podrá utilizar técnicas de psicoeducación para explicar:

a) El trastorno o enfermedad:

- Explicitando sus causas,

- Cuán frecuente es en la población y,

- Características de la sintomatología

b) El tratamiento:

- Alternativas disponibles

- Criterios para definir uno u otro

- Aspectos básicos

- Técnicas específicas

- Duración estimada

Todo esto es importante para desarrollar una sólida relación terapéutica y brinda una

herramienta más de intervención.

En la clínica infanto-juvenil, debido a que suelen estar implicados en el problema miembros de la

familia, escuela y otros profesionales, etc. es importante que el at preste especial atención a

considerar qué información se da a quien, con que fin y de qué manera.

El equipo terapéutico posibilitará el logro de los consensos entre las partes y bregará por

proteger la intimidad de los pacientes y sus logros familiares.

De este modo, se apunta a definir los problemas a enfrentar de manera concreta y factible de ser

resuelta entre todos. Evitar culpar a los otros y poder cuestionar las atribuciones externas

improductivas. Para ello es importante resaltar los recursos que cada uno tiene, favorecer la

participación activa en el tratamiento y diferenciar el trastorno a tratar de la identidad del niño y /

o adolescente.

Cuando el trabajo con la familia es imprescindible: acompañamiento a niños.

Los niños dependen de sus padres, tutores y

allegados significativos. Sus esquemas cognitivos y

estilos de afrontamiento están en formación y son

particularmente permeables a sus influencias.

Muchas familias cuentan con recursos para facilitar

los cambios, contribuir a la adherencia, al tratamiento

de los pacientes, modelar comportamientos y estilos

de atribución de significados y procesamiento de la

información. Los terapeutas pueden ver facilitadas su

tarea si se incluyen estos aspectos en su terapia, ya

que pueden contribuir a las soluciones del problema.

Se puede destacar ciertos factores típicos que pueden

colaborar en:

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FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO.

Unidad Nº 03

La solución de los conflictos.

En el origen y mantenimiento de los problemas.

1) Familia y resolución de conflictos:

a) La familia puede colaborar en la generalización de los aprendizajes.

b) Los padres pueden modelar conductas adaptativas, transmitir otras formas de entender

los problemas.

2) Familia: inicio y mantenimiento de los conflictos:

a) Las conductas problemáticas de los niños pueden ser sostenidas por creencias

disfuncionales de los mismos padres.

b) En otros casos los padres sin quererlo pueden agudizar al problemática.

c) Otro de los factores familiares que pueden influir en el desarrollo de las conductas son las

consecuencias situacionales.

Es decir que por más extraña o azarosa que parezca una conducta la misma está

determinada, al menos en parte, por las consecuencias que espera obtener. La tradición

conductual desarrolló el concepto de refuerzo para explicar este fenómeno.

…”El refuerzo podría definirse como cualquier estimulo que se presenta a continuación de

una conducta logrando que se incremente su frecuencia. Hay dos tipos de refuerzos, el

positivo y el negativo. El primero implica la utilización de una conducta para obtener una

consecuencia deseada”… (Barkley y otros 1999)

d) Por otro lado el refuerzo negativo consiste en la utilización de una conducta para evitar

consecuencias no deseadas.

e) El refuerzo puede ser positivo o negativo, no se da solo en los niños también se da en los

adultos (padres).

f) Las expectativas desmedidas de los padres puede generar respuestas adversas en sus

hijos.

g) En ciertas ocasiones es pertinente considerar la intervención sobre la posible

psicopatología parental. Esto puede hacerse mediante la orientación a padres o la

derivación para tratamiento individual si es necesario.

h) Diferentes criterios de crianza entre los progenitores o figuras a cargo del niño.

En el ámbito de la psicoterapia infantil se hace casi imposible trabajar sin los padres, o al menos

sin alguno de los adultos significativos en su contexto. Hay ciertas corrientes de la psicología que

sostienen que los problemas de los niños se manifiestan con mucha más frecuencia fuera de la

sala de terapia que dentro de las sesiones, por lo que para poder ejercer un impacto importante

sobre el entorno del niño, los terapeutas deben codirigir la terapia con los padres. Si los padres y

los terapeutas no siguen un mismo “plan de acción”, los niños reciben señales confusas y esto

menoscaba la eficacia de las intervenciones.

Es por eso que los terapeutas pueden servirse de una primera estrategia que se debe tener en

cuenta cuando se trabaja con los padres que es la psicoeducación de la que hablamos

anteriormente. Debemos asegurarnos de que tienen información básica general, por ejemplo,

sobre las conductas esperables en cada etapa del desarrollo o sobre como reconocer los

antecedentes y consecuencias de las conductas. Para transmitírsela, se puede al uso, de

discusiones, lecturas y técnicas de modelado. Por otro lado, las notas con orientaciones sobre las

intervenciones y las tareas conductuales también pueden ayudar a los padres a implementar

estrategias en casa.

A menudo los padres esperan demasiado o demasiado poco de sus hijos y esto puede generar

conflictos. Creemos que algunas de las quejas de los padres sobre las conductas de sus hijos

están relacionadas en parte con unas expectativas poco realistas.

Muchos padres confunden erróneamente conducta deseable con conducta previsible. Los padres

que tienen expectativas poco realistas, se frustran al intentar imponerlas y fracasar

inevitablemente.

Cuando se habla con los padres de las conductas que se pueden esperar razonablemente de sus

hijos, se deben tener en cuenta varios factores, entre los que se encuentras la habilidad y la

experiencia pasada del niño en el área objetivo. Los temas relacionados con las expectativas

realistas presentan algunas características singulares en el trabajo con adolescentes. Con

11 | P á g i n a

FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO.

Unidad Nº 03

demasiada frecuencia los padres (y algunas veces hasta los mismos terapeutas) confunden la

adolescencia con la edad adulta, olvidando que en realidad es una fase de transición que prepara

a los adolescentes para la edad adulta. Los adolescentes están aprendiendo a ser autónomos e

inevitablemente algunas veces toman decisiones equivocadas.

Los padres de hijos adolescentes suele cometer otro tipo diferente de error atribucional. Cuando

sus hijos manifiestan conductas problemáticas o desafiantes, esperan que las manifiesten en todo

momento, o suponen que intentan hacerles enfadar intencionalmente.

El estudio de las prácticas y las expectativas propias de la cultura de los padres también puede

sernos de ayuda cuando se trabaja con ellos. Aunque hay más semejanzas que diferencias,

algunas prácticas parentales presentan diferencias culturales.

Otras de las tareas que realizan los terapeutas, y que pueden sugerirle al at como intervención es

ayudar a los padres a definir problemas de los niños ,evaluando la frecuencia, intensidad y

duración del problema del niño, se puede comprobar si las expectativas de los padres son

realistas.

Un estrategia es cuando el terapeuta puede diseñar con los padres una escala de intensidad que

les permita evaluar hasta que punto la conducta del niño es atípica.

La duración de las conductas problemáticas también es un aspecto a tener en cuenta.

II. Familia y Acompañamiento Terapéutico:

Considerar el tema de la familia al hablar de acompañamiento terapéutico es fundamental, ya que

actualmente, la mirada tiende a considerar al paciente, no ya como un caso aislado e

individualizado sino también como perteneciente a un determinado contexto: familiar, social, etc.

Más aún , en el intento por explicar ciertas enfermedades o trastornos psíquicos se hace difícil

encuadrarla sólo dentro del plano individual por lo que para comprenderla se contemplan también

los aspectos vinculares en el ámbito familiar.

En este sentido, es que, en el grupo familiar se intenta observar:

Veremos ahora, las características propias del AT en relación a la familia del paciente. Para ello,

tomamos el siguiente fragmento de un artículo publicado en el Periódico Actualidad Psicológica

(2006):

El Acompañamiento Terapéutico nos confronta habitualmente con situaciones clínicas que

exceden el marco de los dispositivos convencionales de tratamiento. Nos ubica en diferentes

territorios, requiriéndonos de cierta preparación para maniobrar con aquellas cuestiones

inherentes a esos espacios. Esos escenarios varían de acuerdo a la situación clínica que se

presente con cada paciente, en el momento de su vida en que se recurra al dispositivo.

En muchas ocasiones el acompañante terapéutico se encontrará acompañando al paciente

insertándose en el ámbito familiar, interviniendo allí donde están los elementos que determinaron

aquello por lo cual se requirió el mismo AT. El escenario será esa trama significante con que está

tejida la historia familiar donde está alojado (o desalojado) nuestro paciente. Muchas veces nos

preguntaremos si el paciente es aquel que suscita al AT desde el rol de acompañado o es toda

esa red familiar de la cual él forma parte.

Será relevante ubicar ¿a qué responde lo que se presenta como disruptivo, qué lugar tiene dentro

de la tradición familiar, qué expresa? y los posibles sentidos otorgados por los miembros de la

familia a aquello que se presenta como disfuncional.

Acompañar a un paciente en el medio familiar implica adentrarse en el corazón mismo de lo que

no anda o lo hace muy mal. Esto no necesariamente será bien tolerado por los miembros que

conforman ese grupo familiar, podría resultar hasta intrusivo y ser fuente de malestares. Si bien

no puede ubicarse como causa del padecimiento a lo familiar, siendo que son muchas las

vertientes que determinan que algo se produzca, estimo que podemos rastrear los elementos que

constituyen lo patológico en esa misma trama significante que liga a los miembros de ese grupo

familiar.

Periódico Actualidad Psicológica (2006) Octubre. Artículo El acompañamiento terapéutico entre lo

familiar y la problemática de la anorexia, Lic. Sandra B. Sarbia

a) como funciona el paciente dentro del grupo familiar

b) como se asignan y juegan los roles: ya que a partir de la crisis familiar

provocada, hace que se produzcan: redistribuciones y nuevos roles.

12 | P á g i n a

FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO.

Unidad Nº 03

A los acompañantes terapéuticos, puede surgirles la inquietud de cómo poder acercarnos al contexto

socio-familiar del paciente sin formar parte del mismo, ¿cómo posibilitar la integración del paciente

con su familia sin implicarnos nosotros con las demás personas?

Por la misma naturaleza propia de la tarea de acompañar es que la distancia entre acompañar al

paciente y no implicarnos en dicho trabajo es mínima, ya que trabajamos en su cotidianeidad con el

objetivo de que él mismo se integre a dicha trama. Por lo que, nos relacionamos también con

aquellas personas que constituyen su núcleo de relaciones.

En este sentido es que en la tarea del acompañamiento se articulan e integran las múltiples

modalidades transferenciales. Ya que si bien, generalmente, el at está a solas con el paciente

expresándose allí distintas variables; también puede estar en ciertas circunstancias con la familia

del paciente, y allí la dinámica es diferente ya que se despliegan otras modalidades vinculares.

El terapeuta o terapeuta familiar (en caso en que lo hubiera) trabajará a partir del relato

familiar, mientras que el at podrá observarlo in situ, como así también las representaciones del

paciente como de su familia. Es decir, mientras el terapeuta podrá trabajar e intervenir a partir

de interpretaciones, señalamientos, preguntas, etc; las intervenciones del at se darán a partir de

conductas, acompañando el accionar del paciente en dicha familia.

En relación a esto, Eduardo Kalina sostiene que el terapeuta de familia debería ser un “creador

de escenas”, es decir, posibilitar en sesión la recreación de las dificultades y conflictos. Siguiendo

con dicha analogía, podríamos decir que la posición del acompañante es distinta, ya que el at está

inmerso dentro de la escena, sin pertenecer a ella.

El at trabaja en ámbitos en donde todas estas variables confluyen y por lo tanto posee gran

cantidad de material a partir de lo observado, como así también de las diversas miradas que

convergen sobre el paciente y su familia en el equipo terapéutico.

Función del at en la familia

La función del at es significativa en la familia, ya que puede ser convocado en un momento de

crisis y conflicto en el cual los miembros de la familia pueden estar en situación de vulnerabilidad.

En ciertas situaciones, la función del at es la de intermediar los vínculos del paciente con su

familia, aportando una mirada nueva.

Posibilitando discriminar espacios, deseos e intereses, propiciando así recursos para recrear los

vínculos de manera más saludable.

Veamos ahora un ejemplo:

Crisis psicótica de un paciente:

- desorganiza el sistema familiar,

- es una pérdida de la vigencia del equilibrio

anterior, que se tenía hasta el momento.

Es por ello, que para reencontrar una estabilidad distinta deben replantearse los modos de

relación previos. Por lo que también esta crisis, puede ser vivenciada por la familia como una

amenaza, por ser una revisión de la estructura familiar, por lo que la familia puede resistirse a

dicho proceso.

Frente a una situación de crisis, una familia-en un primer momento- puede vivir con alivio la

inclusión de un at en la estrategia de trabajo ya que en ese momento se ven imposibilitados en

elaborar herramientas para sostener al paciente. Puede suceder que superada la crisis, una

familia comience a ofrecer resistencia frente a la presencia de un at.

La presencia de otro, extraño y ajeno a la propia estructura puede ser intrusiva para la familia y

vivirla como una presencia que, de algún modo, invade y amenaza su ámbito natural. Por lo que

pueden emerger diferentes reacciones y respuestas defensivas por parte de la familia. Entre los

que se suelen encontrar con la experiencia clínica mencionamos:

aquellas situaciones en las que la familia intenta modificar su comportamiento en presencia

del at mostrando comportamientos “adecuados”.

Otra reacción es la responsabilización del at por conductas no esperables del paciente.

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FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO.

Unidad Nº 03

Por lo tanto, la familia podrá o bien obstaculizar o posibilitar el vínculo del paciente con

el acompañante terapéutico, dependiendo de los recursos con los que cuenta para afrontar

situaciones de crisis.

En el artículo “El Acompañamiento Terapéutico desde una perspectiva humanista de las relaciones

familiares”, las autoras señalan que:

En algunos casos hemos observado que la familia busca, en el acompañante terapéutico, un punto

de apoyo en sus dificultades para lidiar con el paciente y con la propia relación familiar. Es casi como

si la demanda de acompañamiento terapéutico fuera una petición de ayuda en la cual la familia se

reconociera, de forma más o menos consciente, como problemática. En estas situaciones le tocaría

al acompañante terapéutico hacer las indicaciones adecuadas y orientarlos en la búsqueda de un

tratamiento.

Por otro lado, el surgimiento de relaciones de competitividad puede indicar algún tipo de

manipulación que explicita las dificultades familiares para soportar la vinculación del paciente con el

acompañante terapéutico, puesto que éste busca establecer una relación basada en los aspectos

sanos de la personalidad del paciente. Puede que la familia intente, entonces, minar esta relación,

que está estimulando el crecimiento y los cambios del paciente, con demandas que no son

adecuadas.

Esta demanda se hace patente cuando la familia quiere que nos hagamos cargo de funciones que

desbordan nuestro rol, en el intento de hacer que asumamos roles que corresponden al padre, a la

madre, y a otras personas de la red relacional del paciente. Con ello, la familia deposita en el

acompañante terapéutico una serie de expectativas que no corresponden a la realidad de su rol

dentro del contexto familiar.

En la medida que el acompañante terapéutico identifica los roles que la familia espera que él asuma,

podrá comprender la dificultad vivenciada en estos roles o, dicho de otra forma, la familia proyecta

en el acompañante terapéutico expectativas de asunción de los roles en los cuales ella misma siente

dificultades. En este momento del trabajo nuestra función es la de contribuir a la redistribución de

roles familiares que, por lo general, o son muy rígidos, o no se encuentran bien definidos.

Paula A.Teixeira, Débora Dename, Rita de Cássia Balduino

Es a partir de lo desarrollado, que se enfatiza en la importancia de que el at debiera contemplar

que su tarea con la familia es compleja ya que por un lado deberá contar con la confianza de la

familia mostrándose amable y dispuesto, mientras que por otro lado, debe delimitar su rol y

función técnica en consonancia con su pertenencia al equipo terapéutico.

Tener en cuenta estas consideraciones en relación a la familia le sirven al at para poder sostener

su tarea ya que es necesario tolerar el impacto de la familia con sus reacciones defensivas para

beneficio del paciente.

A modo de síntesis, retomamos un fragmento del artículo El acompañamiento terapéutico desde una

perspectiva humanista de las relaciones familiares.1 (Ana Paula A. Teixeira, Débora Dename, Rita

de Cássia Balduino)

“(…) le toca al acompañante terapéutico comprender los sentimientos subyacentes a las demandas

familiares, para que pueda elaborar las estrategias de intervención más eficaces. Las

demandas familiares, por lo general, demuestran que hay miedo y ansiedad respecto a los

cambios que podemos promover, por lo que nuestra actuación, además de tener en cuenta

dichos elementos, debe caracterizarse por una mezcla de firmeza y flexibilidad, que puedan

garantizar la posibilidad de mecanismos de relación más sanos.

Hay muchos movimientos cuando entramos en contacto con la familia de nuestros pacientes;

sin embargo, lo básico y prioritario, según nuestro punto de vista, es hacer de la

comprensión de los movimientos internos y externos de la familia, hacia nosotros y a sí

misma, instrumentos de elaboración de manejo terapéutico. Aceptar y trabajar los límites y

potencialidades familiares significa crear un campo favorable para la mejoría de nuestro

paciente, puesto que estamos lidiando con resistencias y defensas en vez de ponernos en

contra de ellas.” 1 Artículo extraído del libro Equipe de Acompañantes Terapéuticos do Hospital Dia A CASA (Org.), "A rua como espaço clínico", São Paulo, Escuta, 1991. Trad. Leonel Dozza de Mendonça (1993).

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FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO.

Unidad Nº 03

BIBLIOGRAFIA

Periódico Actualidad Psicológica (2006) Octubre. Artículo El acompañamiento terapéutico

entre lo familiar y la problemática de la anorexia, Lic. Sandra B. Sarbia.

El acompañamiento terapéutico desde una perspectiva humanista de las relaciones

familiares. Ana Paula A. Teixeira, Débora Dename.

Enfoques en Terapia Familiar Sistémica (1995) Inmaculada Ochoa de Alda. Ed.Herder,

Barcelona.

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FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO.

Unidad Nº 03

Preguntas de la UNIDAD “03” – FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO -

Lea atentamente cada pregunta y marque la única opción correcta con un círculo:

1) Desde el enfoque sistémico la familia es:

a) Un conjunto, estructurado, evolutivo o propositivo, autoorganizado, en interacción y abierto.

b) Un constructo, estructurado, evolutivo y propositivo, organizado, en interacción y abierto.

c) Un conjunto, estructurado, organizado, en interacción y cerrado.

2) Al decirse que la familia es un sistema evolutivo o propositivo, se hace referencia a:

a) Está orientada a metas de protección.

b) Está orientada a la educación de los hijos y su integración en la comunidad como miembros

activos.

c) Las opciones a y b son correctas.

3) ¿A cuál subsistema del sistema familiar corresponde la siguiente definición?:

“Relación entre hermanos, donde las pautas aprendidas se generalizan a otros sistemas trabajo, tanto

en la infancia como en la edad adulta”.

a) Subsistema parental.

b) Subsistema conyugal.

c) Subsistema fraterno.

4) Desde el enfoque sistémico se define a la estructura familiar como:

a) El conjunto visible de las pautas y normas que organizan a una familia.

b) El conjunto invisible de exigencias funcionales que organiza las formas por las cuales los

miembros de la familia interaccionan.

c) El conjunto explicito de límites y reglas de una familia.

5) El Ciclo Vital Familiar, es una sucesión de etapas de manera más o menos generalizada, y su

desarrollo suele ser:

a) De menor a mayor complejidad.

b) De igual complejidad.

c) De mayor a menor complejidad.

d) .

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FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO.

Unidad Nº 03

Preguntas de la UNIDAD “03” – FAMILIA Y ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO -

Lea atentamente cada pregunta y marque la única opción correcta con un círculo:

6) El at podrá utilizar estrategias de psicoeducación para:

a) Enseñar al paciente o a su familia,

b) Explicitar cuestiones relacionadas al tratamiento o enfermedad.

c) Dar indicaciones que no han sido compartidas por el equipo terapéutico.

7) El acompañante terapéutico en relación a la familia de un paciente, puede:

a) Interpretar e intervenir con preguntas y señalamientos.

b) Observar y acompañar el accionar del paciente.

c) Sólo informar al coordinador del equipo terapéutico.

8) Frente a la inclusión del at en un equipo terapéutico, las familias suelen:

a) Siempre sentir alivio

b) En un primer momento sentir alivio, y luego de la crisis ofrecer resistencia a la presencia del at.

c) Siempre resistirse a la inclusión del at.

9) El at deberá observar en la familia del paciente:

a) Sólo los aspectos disfuncionales.

b) Aquellas cuestiones que la familia no realiza en función del paciente.

c) El lugar del paciente en el grupo familiar y la asignación de roles de los otros miembros.

10) Un genograma es:

a) Un mapa familiar que podemos observar o realizar en la historia clínica del paciente

b) Un conjunto de signos y diagramas subjetivos del terapeuta o at.

c) Representación gráfica del mapa familiar que engloba al menos tres generaciones.

Nota importante:

Estimado alumno, los trabajos prácticos son de autocorrección. La

solución de los mismos Usted las encontrará en el apunte de la siguiente

unidad.

RESPUESTAS CORRECTAS DEL TRABAJO PRÁCTICO ANTERIOR

- UNIDAD 02 -

01 02 03 04 05

b a c c b

06 07 08 09 10

c b a c a