Éric laurent - el cuerpo hablante. el inconsciente y las marcas de nuestras experiencias de goce...

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  • 7/26/2019 ric Laurent - El Cuerpo Hablante. El Inconsciente y Las Marcas de Nuestras Experiencias de Goce (19.4.2016)

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    El cuerpo hablante: El inconsciente y las marcas

    de nuestras experiencias de goce*

    Ent revi sta a ric L aurent

    Por Marcus And rVieira

    Con miras al X Congreso de la Asociacin Mundial de Psicoanlisis, El cuerpo hablante.

    Sobre el incons ciente en el siglo XXI, ric Laurent accedi a responder a las preguntas de

    Marcus Andr Vieira, director del X Congreso de la AMP.

    Marcus Andr VieiraEn su libro LEnvers de la biopolitique[El Reverso de la biopoltica]que

    acaba de ser publicado,1 ud. nos propone aproximarnos al inconsciente por el sesgo de lo que

    Lacan haba introducido como el cuerpo hablante, trmino que J.-A. Miller escogi como tema

    del prximo Congreso de la AMP, en Ro.2Quiere eso decir que Lacan, en el perodo llamado

    clsicode su enseanza, haba olvidado al cuerpo?

    ric LaurentEl cuerpo hablantees una expresin que se comprende inmediatamente en nues-

    tra lengua y que, al mismo tiempo, tiene varias significaciones, e incluso varias resonancias. El

    acento puesto sobre el cuerpo hablante se inscribe en las proposiciones de la ltima enseanza

    de Lacan para encontrar algo que vaya ms lejos que el inconsciente. Ms exactamente, se trata

    de separarse de lo que, en el trmino freudiano de inconsciente, est demasiado vinculado a la

    conciencia, como una especie de negativo de la conciencia. Mientras que la conciencia mucho

    interesa a la ciencia cognitiva, Lacan consideraba que es lo menos interesante para el psicoanli-

    sis. Su preocupacin central, en tiempos de su ltima enseanza, es ms bien cernir cul es la

    modalidad de lo real con el que el psicoanlisis tiene que vrselas.

    * Texto original publicado en francs en Lacan Quotidien, N 576, el 19 de abril de 2016, disponible en:

    http://www.lacanquotidien.fr/blog/wp-content/uploads/2016/04/LQ-576.pdf1Laurent, ., LEnvers de la biopolitique. Une criture pour la jouissance, Paris, Navarin / Le Champ freu-

    dien, 2016. Ya disponible en ecf-echoppe.com, y en libreras desde el 6 de mayo.2

    Miller, J.-A.,El inconsciente y el cuerpo hablante. Presentacin del tema del X Congreso de la AMP en

    Rio en 2016, Scilicet. El cuerpo hablante. Sobre el inconsciente en el siglo XXI, Grama Ediciones, Buenos

    Aires, 2015.

    http://www.lacanquotidien.fr/blog/wp-content/uploads/2016/04/LQ-576.pdfhttp://www.lacanquotidien.fr/blog/wp-content/uploads/2016/04/LQ-576.pdfhttp://www.lacanquotidien.fr/blog/wp-content/uploads/2016/04/LQ-576.pdfhttp://www.psicoanalisisinedito.com/
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    Parti primero de una revisin del inconsciente freudiano, separndolo ya de la conciencia. Esa

    era la proeza de su primera reformulacin del inconsciente freudiano: el inconsciente est estruc-

    turado como un lenguaje. Es decir, que el problema no era determinar las relaciones del incons-ciente con la conciencia como tal, ni distinguir el preconsciente del inconsciente. El inconsciente

    estructurado como un lenguajequiere decir que est hecho de una cierta materia, la de las pala-

    bras. Es as como Lacan puede decir que Freud es un moterialistajuego de palabras entre mot

    [palabra] y materialista. La materia del inconsciente est pues hecha de trozos de lenguaje. Pero,

    al mismo tiempo que afirmaba que el inconsciente est estructurado como un lenguaje, deca que

    es un lenguaje transformado por el hecho de que en l se manifiesta una verdad del sujeto: yo, la

    verdad, hablo. Est la palabra, de un lado, y el lenguaje, del otro. La palabra irrumpe en la mate-

    ria del lenguaje. Irrumpe en ella y, si se quiere, no cesa de deformarlo, de agujerearlo, de trans-

    formarlo. Es lo que Lacan ubica como central en el descubrimiento de Freud: el inconsciente freu-

    diano es un lenguaje, pero un lenguaje profundamente torcido por el lapsus, lo que escapa, por el

    chiste que viene como en ms(algo en la lengua que no estaba all), o bien por el acto fallido

    que viene a agujerear las conductas repetitivas o los habitus, las preciadas repeticiones de los

    comportamentalistas. Es por all que se manifiesta una verdad. La materia del inconsciente freu-

    diano se manifiesta en este lenguaje hecho de fragmentos, de trozos, de irrupciones, de rupturas.

    Para especificar su alcance en la atmsfera estructuralista que, por aquel entonces, acababa de

    dar a la estructura una especie de consistencia separada del uso que poda darle el sujeto una

    estructura que, para algunos autores como Lvi-Strauss, por ejemplo, pretenda ser una estructurasin sujetoLacan, a mitad de camino de su enseanza, en medio de los aos sesenta, precisa

    que el lugar del Otro, este Otro de la estructura, ese lugar del cual ha explorado su lgica, no est

    en el cielo de las Ideas. No es una especie de Espritu. Declara: el lugar del Otro es el cuerpo.3

    Esa es tambin la frmula que adelanta en su Seminario La Angustiapara justamente apartar-

    se de que habra un incorporal de la estructura no ligado al cuerpo.4Lo incorporales un trmino

    tomado de los estoicos, que Gilles Deleuze volvi a poner en circulacin a finales de los aos se-

    senta.5Ahora bien, lo incorporal interesa en la medida en que tiene una relacin con lo corporal,

    con los cuerpos; la lgica estoica est articulada sobre esto. Del mismo modo, Lacan afirma que la

    estructura, que en parte se presenta como incorporal, est fundada en su inscripcin sobre el

    cuerpo.

    M. A. V. Sera a la vez incorporal y ligada al cuerpo?

    3Cf. Lacan, J., La lgica del fantasma. Resea del Seminario de 1966-1967, Otros Escritos, Paids, Bue-

    nos Aires, 2012, p. 347 & El Seminario, Libro XIV, La lgica del fantasma, clase del 10 de mayo de 1967,

    indito.4Laurent, ., LEnvers de la biopolitique. Une criture pour la jouissance, op. cit., p. 62-63.5Deleuze, G., Lgica del sentido, Paids, 2005.

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    . L.Al cuerpo como lugar del Otro. El lugar del Otro es el cuerpo en tanto que recibe una mar-

    ca, en tanto que es el lugar donde se inscribe la marca de lo incorporal de la estructura. Entonces,

    si se la aproxima a la primera formulacin de Lacan, el inconsciente es el discurso del Otro,6es

    lo que se manifiesta en nosotros de la verdad de ese lenguaje material que nos atraviesa. Si re-

    emplazamos en la frmula al Otro por el cuerpo, entonces el inconsciente es el discurso del cuer-

    po, de ese cuerpo marcado, atravesado por afectos, por marcas que le vienen de lo que experi-

    menta por el hecho de que un decir lo atraviesa. Digmoslo claramente, este inconsciente como

    discurso del cuerpo no tiene nada que ver con la preocupacin contempornea de los discursos

    de sabiduraque proponen, frente a lo que consideran como la abstraccin de la cultura, volver a

    las cosas que nos aproximaran a la naturaleza, a nuestro organismo, que nos permitiran

    escu-char nuestro cuerpo, el cual nos hablara directamente.

    La perspectiva lacaniana abierta por el cuerpo hablantenada tiene que ver con esos discursos.

    Lejos de concernir al cuerpo que murmurara un discurso de sabidura, toma en cuenta un cuerpo

    que goza y que est marcado por pasiones, por poderosos afectos siendo la angustia el ms

    poderoso.

    Para Lacan, este cuerpo se aproxima al de Spinoza. A Lacan, desde su juventud, le gustaba

    leer y trabajar las obras de este filsofo. Se dice que, sobre las paredes de su habitacin de estu-

    diante, haba escrito los ttulos y la estructura de La tica sobre la cual reflexion largo tiempo.Ahora bien, segn Spinoza, un cuerpo es tanto el cuerpo del sujeto como el cuerpo poltico. Un

    cuerpo es lo que est atravesado por los afectos: es el lugar que experimenta afectos y pasiones y

    que est marcado por ellos, se trate del cuerpo poltico o del cuerpo individual.

    Y bien, el cuerpo hablante no es otro que ese cuerpo marcado que nos habla mediante sus

    irrupciones en la lengua, en el sentido comn donde se sediment el modo por el cual creemos

    hablar la lengua de manera comn. Lo hablantedel cuerpo es el modo por el cual el cuerpo no

    cesa de irrumpir mediante significaciones personales, significaciones de goce que damos al len-

    guaje que nos atraviesa.

    M. A. V. Esta concepcin del cuerpo, que no nos acerca ni al cuerpo de la armona ni al de la

    sabidura, no nos remite al cuerpo como lugar de un sujeto primitivo, animal o diablico, atrave-

    sado por afectos arcaicos y expresndolos as en la conciencia?

    . L.Es eso lo que hace que la eleccin del afecto, en particular la de la angustia, sea crucial: la

    angustia es a la vez un afecto que podemos considerar primitivo, una especie de reaccin funda-

    6Lacan, J., Escritos 1, Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 2009, p. 27 & Laurent, ., LEnvers de la biopoli-

    tique. Une criture pour la jouissance, op. cit., p. 49.

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    mental del sujeto en el mundo, y un afecto de los ms sofisticados que hay, ya que Heidegger, en

    el siglo XX, observa que el estatuto del sujeto contemporneo es el del hombre angustiado

    Angstmensch.7La angustia es el afecto que viene a marcar la relacin con un mundo que se vol-vi otro desde que la irrupcin de la ciencia permiti leerlo, transformarlo, hacer de l otra cosa

    que un mundo de naturaleza, hacer de l un mundo inmundo.

    Se ve que la angustia est en cada momento de la cadena, del principio al fin, es decir, que

    es nuestro presente. En efecto, vivimos bajo un rgimen particular de angustia, que va ms all de

    los miedos miedos que pueden tomar diversas formas en nuestro mundo y Dios sabe que tiene

    distintos aspectos este miedo! , apoyados en una especie de angustia fundamental. Fue obser-

    vada por Heidegger, quien consider que estaba vinculada a la ciencia, y tambin por Zygmunt

    Bauman,

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    quien destaca cunto hay de incertidumbre fundamental en el hecho de que, con laciencia, ya no haya ms descanso en nuestra civilizacin, no ms punto de amarre a una natura-

    leza que obedece a ciclos regulares, todo lo cual conlleva que estamos sujetos a un tipo particular

    de angustia.

    M. A. V.Eso no parece muy optimista. Cuando se postula un sujeto del inconsciente relativo a

    un incorporal fuera de cuerpo, siempre podemos imaginar que nos ayudara a liberarnos del peso

    corporal de las pasiones. Un incorporal que permanece aferrado al cuerpo pero que, sin embargo,

    nos deja con una parte deslocalizada de nosotros mismos, fundamento de una angustia inelimina-ble, que forma parte de nuestra constitucin. Se trata de eso? El sujeto del inconsciente como

    cuerpo hablante es el sujeto de la angustia?

    . L.Es un sujeto que ciertamente no puede soar con separarse de las pasiones sin haber

    tomado, con ayuda o apoyo de la experiencia analtica, los medios con los que aproximarse del

    modo ms preciso posible a lo que son para l las pasiones fundamentales de su ser, esas pasio-

    nes que lo atraviesan, que atraviesan su cuerpo. En efecto, la experiencia psicoanaltica no es una

    experiencia que apunte a la ataraxia, que permitira

    extraerse de sus pasiones

    , como nos lo pro-ponen las sabiduras. No es la va de la sabidura, es la va que permite aproximarse con la ma-

    yor precisin a lo que es la verdad del modo por el cual experimentamos las pasiones que nos

    marcaron y que nos siguen marcando, las experiencias de goce que el cuerpo gozante experimen-

    t.

    M. A. V.Dado que ud. habla del goce, cmo interviene el sexo en sus observaciones?

    7Laurent, ., LEnvers de la biopolitique. Une criture pour la jouissance, op. cit., p. 226.8Bauman, Z., Freedom and security : a case of Hassliebe , Amsterdam, 3 de mayo de 2002.

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    . L.El sexo es precisamente una experiencia crucial porque el sexo (en todo caso, el real del

    sexo) puede aparecer como lo que volvera posible gozar de otro cuerpo. Habra goce del cuerpo

    del otro. Y si, adems, el cuerpo de este otro nunca viniera a ser amado, eso constituira como la

    satisfaccin fundamental hacia la cual el sujeto apuntara: una satisfaccin que sera verdadera-

    mente una.

    Freud, en ciertas consideraciones, sostuvo la idea de que era posible gozar del cuerpo del

    otro. Pero solo en ciertos aspectos de su obra, porque, sin embargo, siempre marc que haba un

    impasse que permaneca: del lado hombre, debido a la castracin y, del lado mujer, a causa de lo

    que llam envidia del pene. Ha debido rendirse ante la idea de que el hecho de tener una satisfac-

    cin sexual no libraba a la especie humana de su fracaso, de una falta de satisfaccin inscripta demodos distintos del lado hombre y del lado mujer.

    Lacan, en el aprs-coupde Freud, parti de la radicalizacin de lo que fracasa en la expe-

    riencia sexual, especialmente del hecho de que gozar del cuerpo del otro es imposible. No hay

    goce del cuerpo del otro. Solo hay goce del cuerpo propio del cuerpo propio, en tanto que est

    tambin aferrado a lo incorporal de sus fantasmas. De hecho, siempre hay un lazo entre ese cor-

    poral y eso que viene a marcarlos mediante la estructura del lenguaje que se injerta, que se aade

    a su cuerpo como tal.

    De modo tal que el sexo es hacer la experiencia de que no gozamos del cuerpo del otro.

    M. A. V. Es en ese punto que Lacan sita al amor, no es cierto?

    . L. Precisamente. Amar pasa por un decir, la palabra de amor toma el relevo, viene al lugar de

    lo que no puede inscribirse de la relacin sexuada como tal. Es lo que no puede experimentarse ni

    escribirse lgicamente de la relacin al otro, lo que la palabra de amor, el decir amoroso, viene a

    suplir. A partir de ese decir amoroso, todo el lenguaje viene a encontrar su lugar

    de la poesa ala literatura; a partir de ese decir fundamental, todo puede ser dicho.

    M. A. V. Ud. muestra que el principio del cuerpo hablante es que el cuerpo es el lugar de una

    alteridad ineludible, que el sexo es el encuentro con esa alteridad, puesto que no se goza del

    cuerpo del Otro. Pero ud. tambin dice que el lenguaje es lo que viene a engendrar decires que

    pueden hacer lazo con lo real del Otro. Acaso una poltica del cuerpo hablante podra entonces

    fundarse sobre esta va?

    . L.Se refiere a una poltica del cuerpo hablante?

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    M. A. V. S.

    . L.En efecto, la dimensin poltica se plantea de entrada, porque es muy importante en la

    perspectiva del cuerpo marcado, articulado al lenguaje, no hablamos de un cuerpo individual. El

    individuo del neoliberalismo contemporneo considera que su cuerpo le pertenece, pero es un

    cuerpo que desconoce que est de entrada articulado y marcado por una dimensin del lazo so-

    cial o, ms precisamente, una dimensin colectiva. Se present antes que el individuo.

    El goce del cuerpo propio no es simplemente individual, puesto que est enganchado a fan-

    tasmas y que esos fantasmas, como aquellos que la industria pornogrfica estandariza, llegan acolectivizar consumidores en cifras impresionantes en todo el planeta. Vemos as, por esta siste-

    matizacin del fantasma, una captura colectiva del goce. Eso destaca que el cuerpo, como lugar

    de los afectos, es poltico, puesto que est atravesado por la angustia, el odio, la ignorancia y el

    entusiasmo, que son pasiones colectivas.

    As, la poltica de los cuerpos hablantes es sopesar el lazo indisociable que hace que el

    cuerpo sea tomado en lo social.

    M. A. V. En nombre de la organizacin del Congreso y tambin de los lectores de esta entrevis-ta, le agradezco sus formulaciones tan claras como fulgurantes

    Transcripcin: Vera Avellar Ribeiro y Fernando Coutinho.

    Traduccin: Lorena Buchner.

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