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Clase: Tiempo completo Obtener y mantener un grupo humano con las competencias necesarias para que el Municipio cumpla con sus objetivos, diseñando y proponiendo directrices, planes y programas para lograr una efectiva dirección de la gestión Humana. Coordinar la adecuada aplicación de estas directrices. Responder por los procesos de: Vinculación del Personal, Formación Integral, Compensación Salarial, Bienestar laboral y Salud Integral, con el fin de contribuir a lograr el desarrollo integral del personal. FUNCIONES ESPECÍFICAS 1. Dirigir y coordinar la marcha administrativa de la unidad a su cargo, para que cada uno de sus funcionarios laboren con eficacia y eficiencia, cumpliendo a cabalidad con sus funciones y con las normas legales que son de competencia de l servidor público. 2. Adelantar programas de inducción y reinducción para todo el personal de la administración dando a conocer normas, reglamento de trabajo, etc., y hacerlos cumplir. 3. Procurar porque las normas, procedimientos, políticas y directrices, establecidas para la administración de personal y las relaciones laborales sean cumplidas correctamente. 4. Dirigir, coordinar y adelantar el proceso de selección y contratación de personal, dando cumplimiento a lo establecido legalmente para servidores públicos, según sea el caso. (trabajadores oficiales, carrera administrativa, libre nombramiento y remoción). 5. Atender y resolver las solicitudes y problemas de los servidores desde el punto de vista laboral y personal para el mejor desarrollo en sus funciones.

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Clase:Tiempo completoObtener y mantener un grupo humano con las competencias necesarias para que el Municipio cumpla con sus objetivos, diseñando y proponiendo directrices, planes y programas para lograr una efectiva dirección de la gestión Humana. Coordinar laadecuada aplicación de estas directrices. Responder por los procesos de: Vinculación del Personal, Formación Integral, Compensación Salarial, Bienestar laboral y Salud Integral, con el fin de contribuir a lograr el desarrollo integral del personal.

FUNCIONES ESPECÍFICAS1. Dirigir y coordinar la marcha administrativa de la unidad a su cargo, para que cada uno de sus funcionarios laboren coneficacia y eficiencia, cumpliendo a cabalidad con sus funciones y con las normas legales que son de competencia de lservidor público.2. Adelantar programas de inducción y reinducción para todo el personal de la administración dando a conocer normas,reglamento de trabajo, etc., y hacerlos cumplir.3. Procurar porque las normas, procedimientos, políticas y directrices, establecidas para la administración de personal y lasrelaciones laborales sean cumplidas correctamente.4. Dirigir, coordinar y adelantar el proceso de selección y contratación de personal, dando cumplimiento a lo establecidolegalmente para servidores públicos, según sea el caso. (trabajadores oficiales, carrera administrativa, librenombramiento y remoción).5. Atender y resolver las solicitudes y problemas de los servidores desde el punto de vista laboral y personal para el mejordesarrollo en sus funciones.6. Expedir constancias de trabajo cuando sean requeridas por los empleados.7. Certificar la capacidad de endeudamiento que tienen los empleados en el momento en que se requiera.

La Reconceptualización5 que lideró la llamada “Generación 65” a nivel del trabajo social, se constituyó en el más importante movimiento académico de crítica y de autocrítica sistemática a las características de la formación y de la intervención profesional, al que se haya visto sometida una profesión; de ello no existe punto de semejanza ò de comparación alguna, con ninguna otra profesión ó disciplina de las ciencias sociales y humanas en el contexto de América Latina; aunque paradójicamente, compartiera con ellas en su ejercicio concreto, un contexto estructural común, que evidenciaba una profunda crisis: política, económica, social, cultural, institucional, ideológica, etc. La Reconceptualización como movimiento crítico tuvo importantes potencialidades, pero también hay que admitirlo, condujo a una serie de errores y desviaciones con consecuencias sociales y

académicas, tanto en términos de la formación como de la intervención profesional. De una manera rápida y a groso modo, se podría plantear que éste movimiento cuestionó cuatro aspectos importantes

Uno de los resultados importantes de la Reconceptualización a partir de la década de los ochenta –período en el que se inicia la denominada post-reconceptualización– fue el mejoramiento ostensible de la formación profesional, desde el punto vista ontológico, epistemológico, teórico-conceptual, metodológico e investigativo, lo cual se va a reflejar positivamente en una mayor eficacia social6 de la intervención profesional, éste es sin duda uno de los grandes aciertos. Sin embargo, éste movimiento también incurrió en una serie de desviaciones que han pesado en la historia del desarrollo de la profesión en América Latina, al sobredimensionar y sobre ideologizar la intervención del trabajo social, como una práctica política macrosocietal, cuya finalidad era la transformación radical de las estructuras sociales y el compromiso con un proyecto de emancipación humana de liberación de los oprimidos, del cual se apropia unilateralmente y se responsabiliza de llevarlo a feliz término. Esta tendencia al priorizar una práctica política a nivel macroestructural, niega tajantemente las posibilidades de intervención microestructural, en cuanto no comprende ésta dialéctica y conflictiva relación; por lo tanto, se puede afirmar que ésta tendencia como expresión del ala más radical de la reconceptualización, dejó en un segundo plano, el asunto de la reflexión sobre la intervención profesional, el método y la metodología de intervención, situación que se manifiesta de manera clara en todo el continente Latinoamericano. Algunos autores han denominado éste período como la politización de la intervención profesional, por ejemplo, Alwin citado por Ander-Egg, 1986:374, reconoce la existencia de una fuerte politización que tuvo repercusiones en la formación desde el punto de vista académico y teórico, concluyendo que el trabajo social en América Latina ha alcanzado con éste proyecto, pese a todas sus limitaciones, un nuevo nivel de desarrollo y ya no podrá volver a ser lo que era antes de la reconceptualización. En esa misma dimensión pero con un acento diferente al destacar la prelación por la perspectiva macroestructural Netto, (citado por Ander-Egg, 1986:374), señala que la incidencia del proceso de reconceptualización fue positiva: se comenzó a producir un cuadro profesional mínimamente alfabetizado, versado en el acervo de la ciencia social, capaz de recorrer las nuevas teorías sociopolíticas y económicas, apto para comprender los fenómenos de micro-escala a partir del encuadramiento sociohistórico macroscópico.

La Reconceptualización, como se anoto anteriormente, se centró en cuestionar y criticar la llamada metodología “tradicional” ó “clásica”.7 Esto significa, que en un primer momento se cuestiona los llamados métodos tradicionales de trabajo social, sobre todo en cuanto se señala que estos métodos respondían a una visión fragmentada y parcializada de la realidad, en ese sentido se entra a colocar en tela de juicio su estructura lógica, las fases o momentos del método: estudio, diagnóstico y tratamiento. Se cuestiona la concepción que reduce lo social a la existencia de simples patologías sociales, la cual subyace como concepción y le sirve de fundamento a la intervención profesional; esta concepción es retomada por el trabajo social desde la medicina clínica, de la sociología funcionalista-estructural, de la psicología y del psicoanálisis

La Reconceptualización dejó en claro que no se podía seguir hablando de la existencia de tres métodos distintos, ya que si se tiene en cuenta como referente en términos analíticos, su estructura lógica y las fases ó momentos implícitos en la aplicación del método, estas eran comunes a los tres métodos: estudio, diagnóstico y tratamiento; las diferencias estaban más bien dadas ó manifiestas en el ámbito de la aplicación del método en la realidad; mientras que el trabajo social de caso enfatiza la intervención individual, el trabajo social de grupo y comunitario enfatiza una intervención societal. En un principio y durante mucho tiempo producto del individualismo metodológico, el trabajo social priorizó el enfoque individualista, luego va transitando hacía la construcción de un enfoque más amplio que ve al ser humano actuando en pequeños grupos y en macrogrupos, se arriba así al enfoque que se podría denominar societario: se ocupa de grupos de cualquier tamaño incluidos dentro del concepto de sociedad, subrayando el funcionamiento y la estructura del grupo, además de las relaciones entre sus miembros (Lima, 1976).

sociedadyeconomia.univalle.edu.co/index.php/prospectiva/article/.../139...

Políticas Sociales y

Trabajo Social un análisis histórico desafíos, dilemas y

propuestas 

La política social implica la incorporación de recursos públicos, privados y/o la mezcla de ambos dependiendo del tipo de estado de que se trate, del modelo de desarrollo asumido y de la política económica imperante

En el caso de Chile se dan cuatro periodos de tiempo claramente identificables

en los cuales el rol de estado, la implementación de la política social y el rol y función del trabajador social han ido variando, la ponencia que se desarrolla a continuación presenta una matriz de análisis que tiene como finalidad describir en forma sintética esos periodos, incorporando como ejes de análisis el rol del estado; las características de las políticas públicas (sociales en particular), prioridad de las políticas públicas, rol del Trabajo Social, ejercicio de la Profesión, en los siguientes períodos históricos 1920 – 1964; 1964 – 1973; 1973 - 1989; 1990 - a la fecha.

 

¿Qué se entiende por política social?

Dentro de los objetivos fundamentales del estado está el cautelar la adecuada calidad de vida de las personas en su territorio, y desde los años 20 el concepto de política social se ha utilizado como una forma para agrupar aquellas acciones ejercidas para el logro de este objetivo.

La política social es definida como una forma de intervención a nivel macro y que parte del estado en función de lograr algún tipo de justicia dentro de la sociedad concordante al modelo de desarrollo definido por el mismo estado.

Desde el marxismo aparece como un concepto a criticar, esto considerando que la política social tendría un objetivo de "legitimación del funcionamiento de la sociedad en especial en lo que se refiere a la explotación, dominación y predominio de una clase social sobre el resto de la sociedad" es decir la aplicación de la política social no soluciona el problema estructural sino que mantiene en status quo las demandas de las personas que sufren la explotación en espera de la satisfacción de sus necesidades por medio de la aplicación de la política, la que siempre da una solución paliativa pero no genera cambios en la sociedad.

En los países industrializados la adopción de las políticas sociales fue anterior en el tiempo respecto a Latinoamérica, sin embargo, en estos países fueron incorporadas rápidamente debido a los altos niveles de pobreza existente. En las regiones subdesarrolladas las políticas sociales de salud, vivienda, educación y seguridad social, constituyen herramientas fundamentales para el mantenimiento de la paz social y son un intento dentro del sistema de mejorar la equidad y la justicia social.

¿Cómo puede definirse el estado frente a las políticas sociales?

Protector

El estado protector define sus relaciones desde una perspectiva de contención

de los movimientos sociales en desarrollo, la política social aparece como un elemento fundamental a la hora de contener las demandas del proletariado que comienza a ubicarse territorialmente en las periferias de las grandes urbes y a plantear necesidades cuya cobertura apela a la noción de justicia social y al amparo de legislaciones internacionales a exigir implementación de respuestas estatales que generen sea desde la salubridad, instrucción, seguridad social e incorporación laboral, que implican una fuerte presión sobre el mantenimiento del orden político imperante so pretexto de "una integración nacional capaz de permitir la conducción democrática".

Benefactor

El estado benefactor orienta las políticas sociales en función de una mayor equidad y justicia social con una visión redistributiva generalizada a toda la población y con alto porcentaje comparativo del PIB asignado al gasto social.

La postura frente al abordaje de los problemas que impiden el desarrollo está orientada a permitir una cobertura universal por medio de la asignación de una gran cantidad de recursos a la implementación de la política, lo que se traduce, al ponerlo en términos de mercado, en un subsidio de la oferta.

Subsidiario

La asignación de recursos en el marco de la política social está dada por la disminución del gasto fiscal por medio de la privatización de los servicios sociales de los estratos medios altos y de una focalización de los escasos recursos en la población más pobre la que debe esforzarse por hacer un aporte en la satisfacción de sus necesidades, es decir, el financiamiento es la mayoría de las veces compartido, asignándole al sector privado el rol de proveedor de bienes y servicios transables en el mercado, lo que se traduce en un subsidio a la demanda.

Subsidiario focalizado

Mantiene los criterios del estado subsidiario incorporando nuevos conceptos que permiten un mayor control de la gestión de la implementación de la política por parte de los privados.

La idea es capta la oferta privada supervisando la mantención del concepto de calidad de vida y el mejoramiento de la condición de vulnerabilidad concibiendo el gasto social como una inversión social, es decir, promoviendo la instalación de capacidades en los propios individuos que signifiquen su integración a la estructura social productiva.

En teoría la asignación de recursos para la implementación de la política social

se ve de modo complementario a la política económica pero no supeditada a ella, es decir se guardan las reservas necesarias de modo tal de no desprotejer los grupos focalizados en periodos de crisis. Sin embargo, el sustento ideológico que subyace a este tipo de políticas hace inoperante la propuesta ya que el estado se ve disminuido en sus recursos debido a que entrega a la gestión privada la mayoría de las empresas por tanto no cuenta con ganancia para generar la reserva.

La polémica acerca del rol

Desde siempre nuestra profesión ha perseguido una definición respecto al rol que le cabe cumplir en la sociedad, frente a lo que comprendemos la existencia de dos categorías que hemos querido definir como formas y/o posturas que puede asumir el trabajo social, en la medida que pueden ser reconocidas en el ejercicio de la acción social en un mismo periodo histórico, diferenciándose por los valores subyacentes al ejercicio de cada una de ellas. Estas posturas son determinadas por la relación que se establece con el modelo de desarrollo, la concepción de individuo y sociedad y las expectativas de las que son depositarios los y las trabajadores sociales.

Posturas que puede asumir el trabajador social

Analítico – crítico

Se comprende esta postura como la asumida por el profesional que cuestiona el modelo, haciendo la crítica constructiva a la política social que aplica en función de su perfeccionamiento y/o modificación.

Lo que provoca retroalimentación constante que puede manifestarse tanto en aportes que contribuyan al perfeccionamiento de la política como en tensiones y crisis para asumir los cambios necesarios entrando en confrontación con los diseñadores y financistas de ésta.

Funcional - pragmático

Opera en la implementación de la política social buscando su eficiencia dentro de las expectativas de orden preestablecidos

 

¿Qué ha pasado a través de la historia?

 

Matriz de análisis

Períodos históricos

Rol del Estado

Características de la Política Social

Prioridad de las políticas públicas.

Rol del Trabajo Social

Ejercicio de la Profesión

          Funcional Analítico

1920 – 1964 Protector Creciente auge del estado en la provisión de servicios sociales con características universales.

La política está orientada a mejorar las condiciones sociales de los habitantes del país bajo el sustento ideológico de la contención demandas de los movimientos sociales emergentes.

Centralismo territorial y administrativo

Gasto social emergente.

Relaciones laborales Condiciones de trabajo y remuneraciónOrientada a la satisfacción de necesidades Educación Salud (nutrición y mortalidad infantil)ViviendaSeguridad social

Asistencial y de beneficencia con un fuerte énfasis en la educativo en el nivel individual de modo tal que permitiese la solución de la problemática específica presentada por el usuario, a través del adecuado aprovechamiento de los beneficios de la política social.

Educador social informal, lo que se manifiesta en la adaptación de los habitantes rurales a la ciudad y reforzamiento de los hábitos de higiene y cuidados de la salud en la población.

Enfasis en la intervención de caso social

Contenedor de la demanda individual y organizada de la población.

 

 

La población es contenida en función de cautelar el desborde de las demandas en relación de los recursos destinados por el estado para la satisfacción de éstas.

Actúa en relación con la demanda institucional y a la política existente.

 

 

Fomento de la organización social y de la incorporación de las personas a dichas organizaciones.

 

La población es promovida y organizada en función de demandar una respuesta efectiva a su666

3+6s necesidades

 

 

 

Propuestas innovadoras en la formulación de políticas .y sistemas de atención a las personas.

 

1964 – 1973

Benefactor La política social emerge de la creciente movilización de la población y se construye con ésta, al igual que en el periodo anterior se orienta al mejoramiento de la calidad de vida de la población sin embargo el

Desarrollo del modelo de sustitución de importaciones.Inversión en servicios sociales.

Ampliación de la cobertura e inversión en: Salud ViviendaEducación Previsión

Fuerte énfasis en nivel de intervención de grupo y comunidad

Promoción social

   

sustento ideológico se orientaba a la participación de la sociedad activa en la implementación de las soluciones a sus demandas.

Se privilegia la organización como forma de optimizar la implementación de la política.

El estado norma financia y ejecuta la política social.

Centralismo territorial y administrativo.

Gasto social creciente.

Políticas social disociada de la económica.

 

1973 - 1989

Subsidiario Financiamiento de políticas supeditado a un aporte de parte de los beneficiarios.

Privatización de la implementación de las políticas sociales.

Política social subvencionada a la económica.

Beneficios entregados a través de subsidios individuales.

Descentralización administrativa pero no económica ni política.

Gasto social minimizado en función de criterios económicos.

 

Se privilegia el acceso individual a los beneficios de la política.

La profesión sufre un duro golpe dado por el cierre de escuelas y por una fuerte limitación en el ejercicio de esta.

Lo que implicó un retroceso en el rol asignado a la profesión ya que se volvió al desarrollo asistencialista.

Se vuelve a poner énfasis en la atención individual contribuyendo a la atomización de la sociedad y reduciendo los impactos de la intervención.

Trabajadores sociales

Funcionales al sistema

que administran la política

social.

Promoción de la organización y compromiso con la defensa de los derechos humanos.

Coordinación con la cooperación internacional.

Reconstrucción de la red social.

 

 

 

 

1990 - a la fecha

"Integrador" Se ha aumentado un poco el gasto social, recuperación de las políticas sociales, continuando con los lineamientos económicos y políticos del período anterior. Subsidiaridad del Estado.

Se oriento el gasto social, en la salud, educación, vivienda.

Reconocimiento gradual del rol de promotor social del trabajador social.

Que incluye las tres estrategias de intervención social, con las ideologías que sustentan a cada una de ellas.

Ejecutor de las

normativas institucionales

vigentes.

Experiencias críticas y propositivas pero sin una proyección más generalizada, tanto como estrategia de política social como estrategia gremial.

 

Dilemas, desafíos y propuestas.

Del análisis posible de obtener desde esta matriz hemos decidido ordenar las ideas en torno a dilemas, desafíos y propuestas; dilemas entendidos como cuestionamientos que ubican al trabajo social en la encrucijada de tomar posición frente al rol del estado en la definición de las políticas sociales; los desafíos se relacionan con aquellos aspectos pendientes de incorporar en el ejercicio de la profesión y por último las propuestas involucran diseñar escenarios posibles para la instalación y el desarrollo de los puntos anteriores.

Dilemas.

Para el trabajo social resulta imprescindible al menos en términos éticos y políticos resolver:

La coexistencia de dos posturas (analítico crítico y funcional pragmático) frente al rol del Estado.

El compromiso político versus el apoliticismo. Propiciar la apertura del Estado versus su repliegue en manos de los

privados. Rol de formuladores versus implementadores de la política social. Delegar la formulación teórica a otras disciplinas producto de la

práctica avasalladora versus una actitud sistematizadora propositiva de pensamiento teórico.

Desafíos.

La participación reglamentada en la retroalimentación de la política, es decir la creación de instancias que coordinen a trabajadores sociales con competencia y experiencia en áreas determinadas, delegando en ellos la revisión de la formulación de la política social y el monitoreo de su

ejecución . Estructuración e implementación de coordinaciones sociales que

recuperen la noción de ciudadanía e incorporen explícitamente a la sociedad civil en la formulación e implementación de la política social.

Visualizar las acciones políticas necesarias para denunciar y superar los problemas instalados como productos no esperados de las transformaciones neoliberales.

Propuestas

Un trabajo social comprometido con los sujetos de intervención por sobre intereses institucionales que atenten contra ellos.

Un trabajo social comprometido si bien col el presente también como la memoria histórica y el futuro de los sujetos de intervención.

El desarrollo de una estructura gremial con la fuerza para influir en la opinión pública y en el imaginario cotidiano de la población.

Fomento de la participación social en función de la formulación de políticas en orden de promover la noción de ciudadanía.

La promoción de la necesidad de adecuar los conocimientos a las experiencias de cada grupo a través de la sistematización como un ejercicio colectivo de evaluación y rearticulación de las políticas sociales

Advertir y abordar las deficiencias proactivamente de los problemas sociales generados por las reformas neoliberales

Es bien sabido que existen distintos estudios superiores vinculados a la RSE. El documento “Técnico/a en Responsabilidad Social de la Empresa. Perfil profesional” elaborado por ERCoVa establece un ranquin de profesiones, situando Administración de Empresas en primer lugar (48%), Derecho en segundo (35%) y Trabajo Social como tercero (32%).

El Trabajo Social Empresarial se define como “la actividad organizada, que pretende ayudar a la adaptación recíproca de los trabajadores y su empresa. Este objetivo se alcanza mediante la utilización de técnicas y métodos destinados a permitir que los trabajadores, los grupos y las colectividades de trabajo, hagan frente a las necesidades, resuelvan los problemas que plantea su adaptación a una sociedad industrial en evolución y, merced a una acción cooperativa, que mejoren las condiciones económicas y sociales.” (Bernard,1967: 19)

Por tanto, un técnico de RSE trabajador/a social será experto en la intervención

social en la empresa, “trabajará con  las múltiples y complejas relaciones entre las personas y sus ambientes. Su misión es facilitar que todas las personas desarrollen plenamente sus potencialidades, enriquezcan sus vidas y prevengan las disfunciones. Por ello, los y las profesionales en trabajo social, se convierten en agentes de cambio en la sociedad y en la vida de las personas, familias y comunidades para las que trabajan” (definición de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales)

¿En qué áreas de la RSE tendrá competencias el trabajador/a social? Todas aquellas que comprendan una posible problemática social dentro y fuera de la empresa, pero con posibilidad de afectarla directa o indirectamente:

Dentro de la RSE interna contamos con un buen número de ejemplos; la comunicación interna será de vital importancia a la hora de prevenir los conflictos entre empleados, la conciliación personal y profesional, que previene el absentismo laboral, el estrés y mejora la productividad, la atención a la diversidad; todo un reto para las empresas ya que puede ocasionar conflictos o mejorar la productividad en función de cómo la gestione, eliminación de riesgos psico-sociales; interviniendo mediante talleres de prevención de drogodependencias o gestión del estrés o actuando en los casos ya diagnosticados por el trabajador/a social, la integración socio-laboral de personas en riesgo de exclusión social: abarca desde la integración de discapacitados hasta la de mujeres maltratadas, ex drogodependientes etc.  Las medidas de RSC contemplan todo esto, y los trabajadores sociales son los profesionales capacitados para gestionar las subvenciones, redactar los informes sociales y la historia social del futuro trabajador. Mediación laboral:las técnicas de negociación y resolución de conflictos y el conocimiento de las leyes y recursos existentes previenen problemas más graves en la empresa como denuncias o juicios. El plan de igualdad: promover actuaciones para asegurar la igualdad de trato y de oportunidades entre hombres y mujeres en la empresa.

La intervención social en el área interna de la empresa es importante para la mejora de la productividad de ésta, sin embargo, no debemos olvidar otras formas de intervención social que puede realizar la empresa de forma externacomo la gestión de las relaciones de la empresa con la comunidad:

La profesión del trabajo social se articula en tres formas de intervención; trabajo social de casos, trabajo social de grupo y trabajo social comunitario. Este último comprende técnicas e instrumentos que tienen una fuerte relación con la RSE externa: La relación con las administraciones y el tercer sector que con considerados grupos de interés para la empresa y es beneficioso para ella mantener lazos de cooperación y mutuo conocimiento. La elaboración y evaluación de proyectos sociales: el proyecto social es una de las formas de intervención más identificables en una comunidad. Desde la empresa se pueden

elaborar proyectos específicos (de formación, sensibilización, de intervención…) así como evaluar proyectos de otras entidades que colaboren con la empresa (supervisar proyectos públicos o privados), el mecenazgo: tener en cuenta la legislación actual de la Ley de Mecenazgo para proyectos de cooperación Empresa-ONG, así como ser parte de la comisión paritaria de la gestión de un proyecto social conjunto y finalmente el voluntariado corporativo: los trabajadores sociales de empresa históricamente han incluido entre sus competencias la gestión del voluntariado de los empleados. Lo que actualmente la responsabilidad social corporativa denomina voluntariado corporativo. Esta forma de intervención social en la empresa conjuga distintos instrumentos propios del trabajo social: el estudio de una comunidad y su problemática, el diagnóstico social, la elaboración del proyecto social, la conducción de grupos etc.

Concluimos que la dimensión social de la responsabilidad social corporativa es amplia y compleja. Requiere profesionales especializados en intervención social que trabajen en equipos multidisciplinares que velen por una empresa más cercana a la realidad humana.

 Más información en http://trabajosocialcorporativo.blogspot.com.es/

Poloticas sociales

Como Trabajadoras y Trabajadores Sociales, para cumplir con uno de nuestros roles en la sociedad, como lo es el de empoderar a las comunidades para que actúen sobre sus condiciones de vida, debemos partir en primer lugar, del reconocimiento de lo que implica dicho empoderamiento, y esto supone ante todo concebirlo como un proceso político y social complejo, pues todo el proceso de hacer que el poder se transfiera de abajo hacia arriba, en lugar de hacerlo de arriba hacia abajo, demanda gran cantidad de esfuerzos y de tiempo de todas y todos los involucrados. Para ello, se requieren estrategias, habilidades y competencias procedentes no sólo de Trabajo Social, sino de diferentes campos y disciplinas. Es importante a la vez, comprender la interrelación que existe entre la transformación social, la construcción de ciudadanía, la política y la distribución del poder, para orientar las acciones hacia el mejoramiento de la calidad de vida de la población. Cuando hablamos de empoderar al Otro/a, estamos haciendo alusión a la forma como potenciamos el poder que tiene la otra persona sobre sí mismo y sobre su mundo. En ese sentido, como trabajadoras/es sociales necesitamos redefinir nuestro papel frente a esa potenciación, y creo que esa redefinición podría partir de nuestro accionar en los escenarios de educación y formación de las personas. Al respecto, los planteamientos de Paulo Freire creo que podrían contribuirnos significativamente, pues fue la persona que desarrolló ampliamente teorías sobre la educación popular para la liberación y la elevación de la conciencia de los oprimidos. Básicamente, la Educación Popular se nutre de varias dimensiones de la realidad, como: referentes teóricos previos, imaginarios colectivos, representaciones y valores culturales,

experiencias compartidas, así como de la reflexión sobre las propias prácticas educativas. Por lo cual, estos métodos pedagógicos de una u otra forma, refuerzan la confianza de las personas en sí mismas. Ahora bien, Trabajo Social debe liderar también procesos de formación ciudadana, los cuales permitan que las personas conozcan sus derechos y sus deberes, tomen conciencia de ellos, y sepan cómo pueden exigir su cumplimiento. Además, que se comprometan en sus ejercicios de participación a decidir y accionar con un sentido de responsabilidad frente a sus implicaciones en Otros/as. Pues bien, una vez que las personas acceden al conocimiento a través de la educación y la formación ciudadana, van a tener mayores insumos para participar asertivamente. Además, es necesario comprender que la participación ciudadana no es posible en un vacío; es decir, las personas necesitan de motivaciones para participar, y el mejor incentivo que les podemos dar, es precisamente el proporcionarles la oportunidad de trabajar por la solución de los problemas y las condiciones que afectan negativamente su vida diaria. Para terminar quiero compartir ustedes esta bella frase: "Si se acepta lo existente y lo dado como lo que debe ser, no existe el horizonte utópico capaz de indicar el para qué, o lo que es lo mismo, que indique el futuro a construir, se arranca a los hombres (yo le agregaría mujeres) el timón de la historia en cuanto a posibilidades de inventar un futuro diferente del presente. Se puede, sí, realizar cambios intrasistémicos que no cambian los aspectos substanciales de lo existente. Y aunque parezca paradójico, lo pretendidamente neutro, adquiere un carácter ideológico y político a favor del mantenimiento del status quo". Paulo Freire

MODELOS CONTEMPORÁNEOS DE ACTUACIÓN PROFESIONAL

Por: Olga Vélez.

El nuevo orden mundial le plantea a las profesiones cambios en sus roles, y Trabajo Social no puede ser ajena a ello. Las características del conflicto social generalizado, la ampliación de la pobreza y de la exclusión, el multiculturalismo y la relevancia de lo simbólico en la construcción social de la realidad, son fenómenos estructurantes de las sociedades contemporáneas, y como tales hay que considerarlos para dotar a la profesión, de propuestas metodológicas y modelos de formación que permitan ampliar el horizonte de su actuación.

Trazar propuestas diferentes, a las que tradicionalmente se han desarrollado, donde tenga cabida la emergencia de nuevos sujetos y problemáticas, es una de las tareas a emprender por el Trabajo Social Contemporáneo. Perfilar tendencias y perspectivas contemporáneas de actuación profesional es una tarea necesaria, pero compleja, debido a la diversidad de apuestas, intereses y contextos en que transcurre el devenir histórico de la profesión.

Las tipologías y modelos de actuación profesional, constituyen circuitos neurálgicos importantes de interpelar para dilucidar vínculos, filiaciones, y posturas paradigmáticas presentes en la profesión. Basada en los elementos comunes que distintos autores plantean - sobre los roles o funciones ejercidos por el Trabajo Social, en el desarrollo histórico de la práctica profesional - destaco las Tipologías, y Modelos de actuación profesional, interpelando su pertinencia y funcionalidad, en el momento actual.

TIPOLOGÍAS:

La Prestacional o Asistencial orientada hacia la satisfacción de necesidades básicas y la prestación de servicios sociales directos, dirigidos a personas o colectivos sociales que requieren respuestas inmediatas para enfrentar el advenimiento de una crisis ó situación especial. Tiene lugar, cuando se presentan circunstancias carenciales, de carácter

permanente, que exigen atención directa planificada, acceso ó movilización de bienes y recursos para superarla y/o la remisión a las instancias o entidades administrativas encargadas de atenderlas.

En la mayoría de los campos donde se desarrolla este tipo de Trabajo Social la asistencia está focalizada hacia aquellos sectores de población que se apartan de los estándares mínimos de bienestar social, establecidos oficialmente (excepto en situaciones de crisis generalizada como una guerra o un desastre natural).

Aunque la demanda por bienes y servicios sociales es cada vez mayor, en casi todos los países del mundo - debido al empobrecimiento ocasionado por las políticas neoliberales de ajuste y por la re-focalización del gasto social - la restricción de los programas sociales y el neo asistencialismo, que orienta la política social, es algo paradójico que produce malestar : el neoliberalismo, el libre mercado, la apertura y la globalización han sido incapaces de incidir benéficamente en las sociedades globalizadas arrastrando un empobrecimiento generalizado de grandes sectores de población y un clamor desenfrenado de voces que se agrupan para exigir sistemas alternativos más justos y un desarrollo económico social más armónico. América Latina vive con dramatismo esta situación y Colombia - debido a las condiciones de agudización del conflicto armado y del desplazamiento forzoso, de grandes masas de población - está a punto de reventar.

Tales situaciones, propias de la coyuntura actual, le imponen al ejercicio profesional de corte asistencial la necesidad de superar el paternalismo presente en este tipo de práctica elevando la misma a una categoría político social que - soportada en el cumplimiento de los derechos fundamentales - opere bajo parámetros éticos de responsabilidad en la toma de decisiones y en la selección de las acciones orientadas hacia la prestación de bienes y servicios, cada vez más escasos.

Velar porque los recursos lleguen a quien realmente los necesita, y desarrollar una racionalidad critica (no instrumental) que oriente las políticas públicas y la toma de decisiones al respecto, implica convertir el ejercicio profesional asistencial en una práctica útil y socialmente pertinente. No basta con gestionar o administrar la prestación de los servicios sociales, hay que hacerlo "bien, con calidad y responsabilidad social", dotando de sentido a la actuación.

El abordaje integral de las problemáticas sociales, le exige al Trabajo Social Asistencial la incorporación de perspectivas gerenciales y educativas que aporten a la construcción de políticas sociales de "justicia y equidad" donde todos y todas tengamos cabida y no solo aquellos o aquellas a quienes la focalización designa como "vulnerables".

El ejercicio de la Gerencia Social debe ser concebido como una práctica profesional que posibilite procesos

de construcción y deconstrucción de la realidad mediante la potenciación y empoderamiento de los sujetos "usuarios" de los servicios y el establecimiento de modelos de gestión inspirados en principios éticos, humanistas y democráticos.

Sin embargo y a pesar de que la asistencia sea muy necesaria hoy en día, especialmente para aquellos sectores sociales sobre los cuales recaen los efectos de las políticas económicas de ajuste, vale la pena señalar que la actuación profesional de tipo asistencial no puede constituirse en la esencia del Trabajo Social, la práctica profesional vinculada a la asistencia debe considerarse como complementaria, auxiliar y subsidiaria de la acción social contemporánea.

La Promocional caracterizada por el énfasis en el desarrollo social y humano, considerando al individuo como constructor de la realidad y sujeto activo de su propio bienestar. Está orientada a potenciar las capacidades individuales y los recursos colectivos para mejorar o satisfacer las necesidades humanas y sociales, colocando especial énfasis en la capacidad de respuesta que las personas, grupos y comunidades - afectadas por determinadas situaciones - despliegan para asumir los cambios y superar las dificultades. El Trabajo Social promocional se basa en la motivación, la participación activa, la autogestión y la autonomía como principios reguladores de la acción social y orienta la actuación profesional hacia la organización y promoción de los

individuos, grupos y comunidades. La educación y la capacitación como estrategias de acción, cumplen un papel importante en este tipo de actuación profesional, concretizando través de ellas el cumplimiento de sus objetivos .

La actuación promocional, marcó un hito importante en el desarrollo de la metodología del Trabajo Social, contribuyendo a romper algunos de los estrechos vínculos que conectaban la práctica profesional con ejercicios paliativos de carácter paternalista. Con esta modalidad de acción profesional se le abrió camino al desarrollo de metodologías diferentes a las tradicionales y se le dió un impulso notable al trabajo con comunidad y a la participación comunitaria.

Uno de los rasgos predominantes de la metodología tradicional de Trabajo Social había sido el de imponer soluciones técnicas preelaborados por los profesionales, sin la vinculación activa de los sujetos "afectados" por la situación o problema. Sin embargo, la presencia de enfoques participativos, presentes en tipos de actuación profesional como el Promocional contribuyeron a contrarrestar dicha tendencia.

Con el impulso y ampliación de los espacios democráticos ( el derrumbe de los regímenes dictatoriales en el Cono Sur, auge de los movimientos sociales, y las reformas constitucionales en algunos países, entre otros) los enfoques participativos se posicionaran en América Latina - en las últimas décadas- como estrategias de acción social de la

mayoría de las políticas y programas de entidades públicas y privadas. Dicha situación se expandió, irradiando las metodologías de Trabajo Social y el énfasis en lo participativo se convirtió en la esencia de las modalidades de actuación profesional de carácter promocional.

Sin embargo y a pesar de los avances que los enfoques participativos, suscitaron en la profesión, el vínculo que la participación estableció con posturas ideológicas y populistas limitaron en algunos casos su alcance y posibilidades, desvirtuándola. La participación es uno de los conceptos más utilizados en la práctica social y un asunto que desata bastante controversia debido al carácter ideológico con que a veces los gobiernos totalitarios y democráticos propugnan por la participación de la sociedad en sus programas, órganos e instituciones, convirtiendo a la misma en algo que al penetrar la sociedad civil, los aparatos del estado y la vida cotidiana puede, en el peor de los casos, devolverse como un bumerang.

El momento actual obliga a replanteamientos fundamentales sobre los presupuestos y prácticas participativas que soportan el trabajo comunitario: las concepciones sobre lo participativo y lo comunitario tienen que ser reconsideradas a la luz de las transformaciones que actualmente se expresan en el campo de lo social, dándole paso al análisis de los contextos en que ellas se suscitan, a los mecanismos que a través de ellas se legitiman y a las condiciones de fortalecimiento de un sinnúmero de actores, que

en nombre de una sociedad civil desarticulada, toma decisiones.

La Preventiva: como su nombre lo dice, opera en el terreno de la actuación precoz o anticipada sobre las causas generadoras de determinados problemas tratando de evitar su aparición. Hace énfasis en el acondicionamiento de los recursos humanos, sociales e institucionales y en la estimulación de actitudes proactivas que le permitan a las personas grupos y comunidades, prepararse para disminuir o contrarrestar su vulnerabilidad social frente a ciertos eventos.

La prevención reconoce como principios rectores de la acción social la capacidad interna de autorregulación, o sinergia, presente tanto en los individuos como en las colectividades y apela, igual que en la práctica promocional, a la educación como estrategia clave. En muchas ocasiones estos dos tipos de actuación se articulan constituyendo momentos esenciales de un proceso amplio y complejo de acción social.

La Educativa: aunque la función educadora esté presente, como estrategia, en algunas tipologías del ejercicio profesional (promocional y preventiva especialmente) no es conveniente reducirla al terreno de lo formal ó informativo. Los procesos de comunicación e interacción- como constructores de sentidos, significados, realidades y subjetividades- transitan por ámbitos sociales que desbordan la

intención promocional y desde esa perspectiva, la educación deberá iluminar las nuevas propuestas de actuación profesional. La educación en su forma más compleja re-sitúa los roles antes ejercidos por el Trabajador Social, dándole cabida a un tipo de metodología donde el papel del profesional se coloque en el acompañamiento de procesos individuales y colectivos que permitan subvertir lo establecido, propiciando la construcción etica y política de los sujetos sociales y el afianzandomiento de valores para la convivencia.

Las anteriores tipologías de ejercicio profesional centran su atención en lo público y sectorial, descuidando la importancia que lo cotidiano y lo cultural cumplen en la construcción social de la realidad.

Las tendencias contemporáneas de la acción social están basadas en la valoración de la subjetividad y al establecimiento de puentes y conexiones comunicativas que permitan acercar los disímiles mundos de la vida y de la realidad social, enfatizando en la bondad de las perspectivas dialógicas e interactivas para la comprensión, interpretación y abordaje de lo social

MODELOS DE ACTUACIÓN PROFESIONAL: En su acepción más vulgar el término modelo designa algo que se imita. En el terreno profesional, los Modelos de Actuación hacen referencia a patrones de

procedimientos estandarizados, "imitados", o asumidos por los colectivos profesionales, y que -inspirados en determinadas escuelas o corrientes de pensamiento - marcan tendencias, orientan formas específicas de actuación, y definen énfasis, principios y técnicas. Son un conjunto de principios que rigen la acción y que están referidos a un campo particular de problemáticas o situaciones.

Además de orientar la acción, los modelos permiten explicitar los motivos que guían su utilización, los fines que persiguen y la funcionalidad práctica de las técnicas que emplean.

El desarrollo histórico del ejercicio profesional, ha estado acompañado por la configuración de una amplia gama de modelos de actuación que se han ido afinando y depurando en correspondencia con variedad de circunstancias contextuales y funcionales.

La aplicación o implementación de determinado modelo no es casual o arbitraria, obedece a una serie de condicionantes entre los cuales vale la pena destacar : los referentes conceptuales utilizados para nombrar los problemas y determinar los objetivos, la naturaleza de los mismos, los contextos institucionales y sociales en los cuales se circunscribe la acción, los medios a utilizar, la visión profesional, la postura ética y la relación profesional a establecer.

La diversidad de modelos presente en el ejercicio profesional, es amplia y recoge tradiciones, estilos de trabajo y culturas profesionales desiguales; no existiendo la preponderancia exclusiva de uno u otro, sino la pervivencia de algunos y/o la convivencia tensional entre otros. El paso de un modelo a otro, no es un asunto arbitrario: su emergencia, centralidad o funcionalidad práctica, está definida por las demandas que las dinámicas profesionales, políticas, y sociales imponen.

Malcon Payne en su libro Teorías Contemporáneas del Trabajo Social (1998), hace un exhaustivo examen de los modelos implementados por el Trabajo Social a lo largo de su historia. Retomando algunos de los elementos trabajados por dicho autor, establezco - de acuerdo con las tendencias teóricas que los soportan, con el tipo de Acción Social que privilegian y con su origen o desarrollo especifico - la siguiente tipología de Modelos de Actuación Profesional

Tradicionales, Críticos, Contemporáneos y de Convergencia.

Modelos Tradicionales: Referidos al conjunto de propuestas de acción, de corte psicologista - psicodinámico y conductista - que con influencia clínica y terapéutica, especialmente referida a la salud mental, colocan el énfasis de la Acción Social en la modificación de las conductas individuales, generadoras de disfunciones personales o familiares.

Estos modelos además de casuisticos y funcionales, son adaptativos y prescriptivos y como tales circunscriben la actuación profesional a la resolución de conflictos relacionales, ocasionados por patologías o perturbaciones intra-psíquicas. Son modelos bastante estructurados, desde la lógica formal que la "cientificidad" positiva establece para garantizar su efectividad (como el uso de pruebas y procedimientos rutinarios estandarizados)

Los enfoques psicodinámicos constituyeron el soporte fundamental de los Modelos de Actuación Profesional, denominados:Trabajo Social de Caso y Atención en Crisis. El más común de los modelos de actuación profesional conformado bajo la orientación de los enfoques Conductistas es el Modelo para Resolver Problemas, inspirado en la Psicología Experimental y en las teorías conductistas del aprendizaje

Aunque la aplicación de ningún modelo es "pura" y todos tienden a acomodarse o a transformarse (desapareciendo algunos y perviviendo otros) de acuerdo a las exigencias y necesidades que el desarrollo de las ciencias y de la sociedad le imponen a la profesión, considero importante interpelar la estructura y especificidad de los denominados modelos Tradicionales, desde la perspectiva de su pertinencia actual, por ser modelos puntuales, rígidos y restrictivos :

Ø Poseen una visión fragmentada del individuo reduciendo el mismo a un "caso" -de conducta anormal o conflictiva - que requiere ser ajustada, para su normal funcionamiento . Ø Homogenizan y cosifican las situaciones y conductas individuales de tal manera que aniquilan la diversidad y diferencia que en ellas habita, invisibilizando al sujeto como sujeto de acción. Ø La relación terapéutica que se establece a través del contrato entre el profesional y la persona - que requiere la ayuda- es una relación de desigualdad y subordinación, susceptible de manipulación y cuestionable desde el punto de vista ético. Ø La falta de solvencia y fundamentación teórica hace que tales modelos sean asumidos por los profesionales de Trabajo Social incurriendo muchas veces en su instrumentalización o racionalización. En su afán por implementar con eficiencia los mismos, y adoleciendo a veces, de la competencias y fundamentos teórico metodológicos que una formación profesional "psicologista" exige - el Trabajo Social se desdibuja pues las imágenes y referentes identitarios que se construyen, con este tipo de actuación, son ajenos a la profesión y se aproximan más al deseo o necesidad de ser y actuar como psicólogo o terapeuta.

Modelos Críticos: de naturaleza radical - políticamente hablando -, propugnan por el cambio social y la participación comunitaria y colectiva, colocando como tarea central, en la actuación profesional, la transformación social y la lucha contra

la opresión. Están soportados en enfoques marxistas y estructuralistas de la Acción Social y plantean la potenciación, la defensa y la concientización, como ejes articuladores o propósitos de la actuación profesional.

Surgen en el seno de la reconceptualización (décadas de los sesenta y setenta), como movimiento de critica al trabajo social tradicional y al conjunto de las teorías funcionalistas y psicologistas mediante las cuales la profesión, explicaba o actuaba en lo social. Abogan por la descentralización y desinstitucionalización de la práctica profesional, la democratización y el fortalecimiento del trabajo en equipo.

Las propuestas de acción que conforman los denominados Modelos Críticos ó Radicales se inspiran en la Educación Popular y en la Sociología Crítica, y las directrices y procedimientos por ellos utilizados están metodológicamente soportados en la Investigación Temática (Concientización) y en la IAP (Investigación Acción Participativa)

Aunque los Modelos Radicales, permitieron establecer una ruptura importante con las tradiciones positivistas, presentes en la profesión, y aportaron elementos de valor para la consolidación teórica de la misma (bajo el amparo de las Ciencias Sociales), las demandas y necesidades que el conocimiento y la situación social le imponen hoy al Trabajo Social obligan a cuestionar el alcance y pertinencia de tales

modelos en el momento actual:

Ø La perspectiva materialista y economicista presente en las concepciones que animan tales modelos, restringen la concepción humanista e integral de la Acción Social colocando un exagerado acento en las necesidades carenciales de tipo material como constitutivas del bienestar social, y por consiguiente de la política social. Ø Ofrecen perspectivas globales que permiten explicar la causa estructural de los problemas sociales pero se quedan cortos al tratar de elaborar enunciados coherentes que orienten y regulen la acción de manera critica y reflexiva. El énfasis colocado en lo colectivo y comunitario como articuladores de la acción social, desplazando otros aspectos constitutivos de la realidad, como lo simbólico,lo cultural y lo subjetivo, contribuye a consolidar una visión fragmentada de lo social y un accionar práctico incompatible muchas veces con las expectativas y necesidades de las personas, grupos e instituciones con las cuales se trabaja.

Modelos Contemporáneos: Conjunto de propuestas de acción social (unas más consolidadas que otras) que se instalan en el concierto de la profesión, como alternativas contemporáneas de actuación compartiendo su preocupación por las interacciones de las personas con su entorno social desde una perspectiva integral, holística y global e insinúan el posible camino a recorrer en lo que sería la reconfiguración metodológica de la profesión, en este

nuevo siglo.

Están inspirados en la Teoría General de Sistemas y en un conjunto de teorías sociológicas y escuelas de pensamiento que como el Interaccionismo Simbólico, la Fenomenología, el Construccionismo, la Hermenéutica, la Teoría de la Complejidad y la Cibernética de Segundo Orden se abren paso actualmente y permiten direccionar la actuación profesional colocando especial atención en la centralidad de la subjetividad como constitutiva de lo social, en los procesos de comunicación que mediatizados por el lenguaje configuran la acción social, en la interacción y percepción como componentes sustanciales de las relaciones sociales, en la reflexividad , en el mundo de la vida y en la cotidianidad, entre otros.

Son modelos dinámicos, abiertos, flexibles, y como tales están en proceso de permanente de construcción y deconstrucción. Su aplicación está atravesada por la dimensión individual y colectiva, estableciendo un sano equilibrio entre ambas.

Se destacan dentro de esta amplia gama, los modelos de Sistemas y los Comunicacionales Ambos entrañan un estilo de trabajo profesional, teórica y técnicamente diferente, al utilizado tradicionalmente. Son modelos funcionales, interactivos que centran su atención en los efectos múltiples (y multiplicadores) que una acción genera sobre otra, dan cuenta de las conductas individuales

y de los fenómenos sociales evitando explicaciones lineales y deterministas de causa - efecto.

Aunque los Modelos Comunicacionales no están completamente estructurados desde el punto de vista profesional, las tendencias contemporáneas abogan por la consolidación de estos como fundamento de la acción social.La paradoja y la interacción como componentes importantes de la comunicación, orientan la acción social hacia el ámbito de las relaciones interpersonales detectando las reglas operativas que establecen los grupos y comprendiendo a través de ellas las pautas de conducta que regulan los comportamientos humanos y sociales.

Los modelos comunicacionales ofrecen elementos importantes para desentrañar y comprender la complejidad de la conducta humana expresada en la interacción. Centran la atención profesional en aspectos, muchas veces desapercibidos, como el entorno, la subjetividad, las emociones, las vivencias y las experiencias; le asignan especial sentido a lo relacional, llenando de contenido el campo de la cotidianidad donde esta se desarrolla.

Enfatizan en el lenguaje como acción, y sitúan la interacción y la subjetividad en primer plano para el abordaje de lo social. Conciben los roles de una manera distinta, a la naturalización que de ellos hacen, los modelos tradicionales.

Modelos de Convergencia: Albergan algunas de las propuestas de acción que la reconfiguración profesional le exigen al Trabajo Social en el siglo XXI y aunque no estén consolidados como modelos profesionales propiamente dichos, señalan trazos y rumbos a seguir en la actuación profesional. El Construccionismo, la Cibernética de Segundo Orden y teorías como las del Caos y la Complejidad los nutren y orientan.

Los enfoques de convergencia abogan por la diversidad y el respeto a las diferencias. La concertación, el diálogo y el trabajo conjunto constituyen los ejes estructurantes de sus propuestas de acción y los supuestos que la respaldan son: el conocimiento holístico e integrador de las disciplinas y procesos socio - culturales, el colaboracionismo, el trabajo en red, el derecho a la información y el establecimiento de mecanismos universales para compartirla.

Son propuestas de acción plurales, polifuncionales y humanistas que se rigen por la responsabilidad ética, la eficiencia y la calidad en la gestión y el servicio. La concertación, conciliación y armonización de intereses, acciones y decisiones presentes en los enfoques de convergencia dotan a la gestión social de un sentido humanista acorde con la necesidad histórica de construir sociedades justas donde se logre establecer un sano equilibrio entre la competitividad corporativa y el mejoramiento de la calidad de vida. "Las organizaciones con sus

espacios de desarrollo, deben estar al servicio del ser humano y ser manejadas como sistemas dinámicos, capaces de impactar positivamente a la sociedad [...] Esto es redimensionar al hombre en el mundo del trabajo y en sus redes socio - familiares". (Quintero, Ángela María, 1999: 28).

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