ensayo de deleuze sobre foucault

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Nota sobre un ensayo de Deleuze titulado Foucault. * 1 (Marco enunciativo). En noviembre de 1970, la revista Critique publi- ca un artículo de Miehel Foucault sobre Gilles Deleuze. Se titula «Ihea- trum philosophicum» y comienza expresando la necesidad de hablar de dos libros de Deleuze: Dífiérence et répétition y Logique du sens: «dos libros que considero grandes entre los grandes... tan grandes que sin duda es difícil hablar de ellos, y muy pocos así lo han hecho. Creo que durante mucho tiempo esta obra girará por encima de nuestras cabezas... tal vez un día el siglo será deleuziano.» 2. (Marco visible). En el patio del hospital en el que acaba de morir Foucault, en junio de 1984, los rostros de un grupo de filósofos y escrito- res se contemplan desconcertados. Gilles Deleuze es invitado a decir unas palabras y, antes de leer el prefacio de L’usage des plaisirs, se limita a decir: «entendamos que ha muerto uno de los más grandes filósofos de todos los tiempos. Su obra, sin embargo, permanecerá muchos años por encima de nuestras cabezas»>. A la hora de enfrentarnos al libro que comentamos, escrito por el uno sobre el otro, este exceso4 con que ambos se regalan ¿nos exige quizá * DELEI.JZE, GUles: Eoucauli, Les Éditions de Minuit, Paris. 1986, 14t páginas.t Aprovechemos esta primera nota para indicar que, aunque hayamos titulado este trabajo como «Nota sobre un ensayo de Deleuze titulado Eoueault», este ensayo que comentamos está constituido, en realidad, por varios estudios (seis), relativamente independientes, tal y como Deleuze mismo expone en la primera página de su libro. Al final de esta exposición comentare- mos brevemente esta decisión, 2 Foucault. «Theatrum philosophicum», Anagrama, p. 7. 3 Noticia recogida de Garabito, Edgar, «De “la Parrhesia’ o el arte de decir-verdad». Texto y Contexto. n, 8, Bogotá, Colombia, mayo-agosto 1986. Las resonancias nietseheanas de este aparente juego mutuo nos parecen claras. véase, por ejemplo, el capitulo dedicado a A/so .sprach Zuraíhusiro en Ecce Horno, loo/es del Sín¡ loar/o de Me,afisi¿o. Xi 23 1989/24L264 1987-88.8’J Ed. Universidad Complutense. Madrid

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Nota sobre un ensayode DeleuzetituladoFoucault. *

1

(Marco enunciativo).En noviembrede 1970,la revistaCritique publi-ca un artículo de Miehel FoucaultsobreGilles Deleuze.Se titula «Ihea-trum philosophicum»y comienzaexpresandola necesidadde hablardedos libros de Deleuze: Dífiérence et répétition y Logique du sens:«doslibros queconsiderograndesentrelos grandes...tan grandesquesin dudaes difícil hablarde ellos,y muy pocosasí lo hanhecho.Creoquedurantemuchotiempo estaobragirará por encimade nuestrascabezas...tal vezun día el siglo serádeleuziano.»2.

(Marco visible). En el patio del hospital en el que acabade morirFoucault,enjunio de 1984, los rostrosde un grupo de filósofos y escrito-resse contemplandesconcertados.Gilles Deleuzees invitado a decirunaspalabrasy, antesde leer el prefacio de L’usage desplaisirs, se limita adecir: «entendamosque ha muerto uno de los másgrandesfilósofos detodoslos tiempos.Su obra, sin embargo,permanecerámuchosañosporencimade nuestrascabezas»>.

A la horade enfrentarnosal libro quecomentamos,escritoporel unosobreel otro, este exceso4con que ambosse regalan¿nosexige quizá

* DELEI.JZE,GUles: Eoucauli, Les Éditionsde Minuit, Paris. 1986, 14t páginas.t

Aprovechemosestaprimeranota paraindicar que, aunquehayamostitulado estetrabajocomo «Nota sobreun ensayode Deleuzetitulado Eoueault»,esteensayoque comentamosestáconstituido, en realidad, por varios estudios (seis), relativamenteindependientes,tal y comoDeleuzemismo exponeen la primerapáginade su libro. Al final de estaexposicióncomentare-mosbrevementeestadecisión,

2 Foucault. «Theatrumphilosophicum»,Anagrama,p. 7.3 Noticia recogidade Garabito,Edgar,«De“la Parrhesia’o el arte de decir-verdad».Texto

y Contexto.n, 8, Bogotá, Colombia,mayo-agosto1986.Lasresonanciasnietseheanasde esteaparentejuegomutuo nos parecenclaras.véase,por

ejemplo,el capitulodedicadoaA/so .sprachZuraíhusiro enEcce Horno,

loo/es del Sín¡ loar/o de Me,afisi¿o. Xi 23 1989/24L264 1987-88.8’J Ed. Universidad Complutense. Madrid

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242 1 JácomeFeijóo

respeto,rigor, lupa, prudencia?,¿quizámásbien pie ligero, irreverencia?No creemosposible,para llevar a cabola tareade leerlo, sino correr elriesgode poner en juego todosesosingredientes.

Su lecturanos situará,en unafluctuaciónconstante,anteel problemade la complejarelaciónde fuerzasqueentrañaestelibro: un escritominu-cioso quenosofreceun fragmentode pensamientofoucaultianofirmadopor Deleuze; ante el problema, pues,del complejojuego de entrelaza-mientos,de capturasmutuas,que ha de producirseentredos discursosvigorosos:el de Deleuze,el de Foucault.¿Oquizáhemosde pensar,másbien, quesusdiscursosse repiten,buscandoincesantementela diferenciaquelos relaciona,lanzadoshaciaun mismonuevopensamiento—proble-matizador,acategórico,afirmativo——? «Theatrumphilosophicum»).

Ahora bien, ¿cómopodríamosabrir unabrechaquenos situaseen elnúcleode estelibro, en elcentrode estepensamiento?Quisiéramospoderencontraresapuertaquenoscondujeraa lo esencial,perobastacontinuarleyendo ese Theatrum philosophicumque dedicaa DeleuzeFoueaultparatruncarla expectativa:«unatrasotra, me gustaríapobrarvariasvíasde accesoal corazónde esta obra temible. La metáfora no vale nada,Deleuzeme dice: no hay corazón,no hay corazón,sino un problema...ningún centro. sino siempredescentramientos...fibrillas, bifurcación».Así puesno haycorazón;en su lugar: un hueco,incertidumbre,un problema.

En «La poussiéreet le nuage»Foucault estableceunadiferenciadeprocedimientoentreel análisisde un problemay el estudiode un perio-do. Analizarun problemaexigeelegirel materialen función de las carac-terísticas de aquél, focalizar el estudio sobre los datos susceptiblesderesolverlo y establecerlas relacionesque permitan su solución. Por lotanto, indiferenciahaciala obligaciónde decirlo todo,de tratarexhausti-vamentetodoel material,de distribuir el examende un modoequitativo.Se trata, pues,de dos modosdistintosde trabajar.Uno de ellosse atribu-ye un objeto e intentaresolverlos problemasqueeste puedaplantear.Elotro, sin embargo,trataun problemay determina,a partir de él, el ámbi-to del objeto quehay querecorrerpararesolverlo.

El libro que reseñamosconstituyeun ejemplosingularde estaúltimaactividad distintiva del filósofo. Deleuzerehuye la simplificación, evitaun análisiscronológicoo secuencial.Lejos de llevar a cabola configura-ción de un índicecomentadode lo queFoucaultha escritoa lo largo desu vida, Deleuzese sitúa ante un problemay localiza sus singularida-des.

Pero quizá ya seahora de decir en quéconsisteesteproblema,quizáya sea hora de definirlo y acotarlo para, abindonandode una vez portodas este lenguajeintroductorio, ambiguoy abstracto,fijar por fin suidentidad5.¿Cuál es,pues,el problema?Puesbien, así buscado,así ase-diado, se desvanececomo humoentrelas manosque lo intentanatrapar.

VéaseFoueault.Les rncils e/ les choses, Gallimard,Paris, 1966, p. 24-25.

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Nota sobreun ensayode Deleuze 243

Por unaparte,como ya hemosapuntado,el problemano es remisibleaun foco desdeel que se pudierarastrearsu origen y su desarrollo.Peropor otra parte,tampocopuedeconstituirseél mismo en un centroqueaglutine nítidamenteen torno a si el discurrir de todo discurso.(El deDeleuze,el de Foucault...)6.El problema,desdeluego, se puededecir demuchasmaneras.Peroademás,y precisamenteporqueno podemosdeunsolo golpesituarnosen su núcleo —no lo hay—, solo diciendolos límitesde lo decibley recorriendoasí los contornosdel huecoen queconsisteyque lo aloja, es posibleir perfilando el problema.

Se trata, pues,de hacerun mapa.En el libro reseñado,Deleuze nosofrece, en efecto, un mapadel discurso foncaultiano,un plano de ese«pensarde otro modo»que se va insinuando,perfilando,constituyendoen los escritosde Foucault.«Topología»es puesno solo el términomásgeneralcon quecaracterizael pensamientode Foucault. sino tambiénelmodo segúnel cual acometeDeleuzela taTeade repensarlot

u

Así es como se nospresentael estudioquecomentamos.Paraindicaruno de los posiblesrecorridospor las sendasqueestemapalocaliza re-planteémonosaquíunapreguntaque lo abray que, unavez pertrechadoscomo estamos,permitaquenos pongamosen camino.

«En realidad, una cosaobsesionaa Foucault, el pensamiento.¿quésignifica pensar?,¿aque se llama pensar?,la preguntalanzadapor Hei-degger.retomadapor Foucault,flechapor excelencia...Pensares experi-mentar,problematizar.El saber,el podery el sí mismo (soi) son la tripleraíz de unaproblematizacióndel pensamiento»(p. 124) las tres figurasdel ser, las tresdimensionesirreductibles,peroen constanteimplicación.quedefinenel espaciode la topologíafoucaultiana.

A) En primer lugar, el saber.Tal y como Foucaultlo define, nadahaybajo él ni previo a él. El saberconsisteen unacierta combinaciónde lovisible y de lo enunciable,en un determinadomodo de disponersecadauno de ellosen supropiocampo(campode decibilidad,mareode visibili-dad) y el uno con respectoal otro, quecaracterizaa cada estrato.Cadaestratoes asíun apriori históricodefinidopor un entrelazamientoespeci-fico de modosde deciry de manerasde ver. Decir y ver, ahorabien,¿quétipo de combinaciónse estableceentreellos?,¿cómohemosde entenderese «y» quesepara«decir»de «ver»?

6 Dicho deotro modo, y deacuerdocon la metáforaantescitada(«nohay corazónsino un

problema»),hay que cuidarsede no convertiren un corazón al problema.Ese es,dehecho,el título de lapartecentraldel libro quecomentamos:Topologie: «penser

autrement»,

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244 J. JáconieFeijóo

Quizá el lazo más importante para nuestro pensamientoseael lazodela verdad,el queune lo quedecimoscon lo quevemos,el puentede laspalabrasa las cosas,el accesode nuestro lenguaje a la realidad, el vínculo,en fin, entreculturay naturaleza.Pero enla ironíadel título «laspalabrasy las cosas»se sugiereel empeñode Foucaultpor tambalearese lazonecesario:entre las palabrasy las cosas:un abismoinfranqueable.Entodo estejuegocotidianoquelleva a cadacosasupalabra,Foucaultquie-re situarpuntosde interrogacióninsidiososdirigidos hacialo máseviden-te, hacialo queparanosotroses másfamiliar, máscotidiano,másinme-diatamenteadmitido. «No puedeverse aquéllo de que se habla», «nopuedehablarsede aquélloque se ve».

Deleuzenos advierte, en efecto,que el título «Las palabrasy las co-sas»(p. 59)ha de entenderseirónicamente,y ello a causade suvaguedad.Palabrasy cosasdesignanlos dospoíosdel saber,peroéstosson,prectsa-mente,los términosmás familiares.Entre ellos se puntea,sin pensarlo,esarelaciónde significaciónqueva de lo formal a lo informecomode lodeterminantea lo indeterminadosy que,a la vez, conformay consuela.Se trata, sin embargo,de todo lo contrario.Se trata de pensarla herida,el hiato,la brecha(pensar,dice Foucault,ni consuelani hacefeliz). «Pen-sares ver y es hablar, peropensarse haceen el entredos,en el intersticioo la disyuncióndel ver y del hablar»(p. 124).

Cada uno de los estratos que Foucault analiza son, pues, formacioneshistóricasconstituidaspor un campode decibilidady un mareode visibi-lidad entre los cualesno existe relación. El campode decibilidad estáconstituidopor enunciadosquehande sercuidadosamentediferenciadosde las frasesy de las proposiciones~.

Es pues precisoextraerde las palabrasy de la lengualos enunciadoscorrespondientesa cadaestratoy asusumbrales,ya queaunquelosenun-ciadosno estánocultos>,tampocoson, sin embargo,directamentelegi-bles o decibles.

$ Lo enunciableno esunaformadeterminantequeseimprima sobreel mareoindeterminadode las visibilidades<p. 67-68). Tantoen lo enunciabiecuantoen lo visible puedendistinguirseuna forma y una sustancia.Tenemos,así, una forma de expresión (por ejemplo, el derechopenal) que define un campode decibilidad <los enunciadosde delincuencia)y una forma decontenido(por ejemplo,la prisión) quedefineun marcode visibilidad (el panóptico,en unadesusacepciones).Cadaunadeestasformastiene su sustanciapropia(en estosejemplos,la delin-cuenciay los prisioneros,respectivamente).

Proposicionestormalizables,frasesinterpretables.En el primercapitulodeestelibro —Unnouvel archiviste.(«L archéologieda 50>01,»)— sediferenciacuidadosamenteel enunciadores-pectode las frasesy de las proposiciones.Frente a la formalizacióny a la interpretación<ytambiénfrente al estructuralismoy a la fenomenología)se sitúa la arqueología.En torno alenunciadose delimita un espacioadyacente,un espaciocorrelativoy un espaciocomplementa-rio quelo constituyencomounamultiplicidad repetible.

LO En estoconsiste,segúnDeleuze,el granprincipio histórico deFoucault,en quesiemprese dice todo,en cadaépoca,segúnsus condicionesdeenunciabilidad.(véasep. 61).

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Nota sobre un ensayode Deleuze 245

Es preciso,del mismo modo, extraerde las cosas,de los objetos,delas cualidadessensibles,las visibilidadesde cadaformación histórica, yaqueéstas,aúncuandojamásesténocultas,tampocoson inmediatamentevisibles.

El sujetoquehabla,el sujetoque ve, no son sino funcionesderivadasde la enunciabilidady de la visibilidad, en modoalgunopuederecurrirsea la interioridad de una concienciapara fundar las condicionesde loenunciabley de lo visible. Estascondicionesse encontraránen un «ser-lenguaje»y en un «ser-luz»,dos «apriori históricos»quevaríanen cadaestrato y que, como si se tratara de un lenguajeo una «luz primera»(p. 65), abrenuno las frasesy las proposicionesparahacersurgir enunciadosy otro las cosasy sus propiedadessensiblesparahacersurgir las visibili-dadescomo «resplandoresque constituyenuna“luz segunda”»(p. 65).De estemodo, estos«apriori históricos»hacendecibleso legibles a losenunciadosy perceptiblesa las visibilidades, respectivamente.El «ser-lenguaje»y el «ser-luz»,en tanto condicionesde lo enunciabley de lovisible, sonformasde exterioridaden las quese dispersanlos enunciadosy las visibilidades de acuerdocon ciertos umbralespropios de cadaes-trato.

En resumen,el saberes,pues,la primerafiguradel ser,peroel serestáentredos formas entrelas queno hay relaciónposible:lo enunciable,lovisible. Entre ambas,entre«el logos» y «lo ente»por decirlo así, se daheterogeneidad,diferenciade naturaleza.La ontologíase vuelve proble-maticidad radical.

Peroapesarde estasudiferenciade naturaleza,ambas,en su entrela-zamiento,componencadaestratoy, aunquede acuerdoa ritmos y leyesdiferentes,las dosse transformanal mismotiempode un estratoa otro.¿Nosugiereestoque,aúnno estandorelacionadasestasformasheterogé-neasdel saber,hayade existir un elementodistinto,un afuera,conelqueambas estén,de algún modo, vinculadasy que dé cuentatanto de sumutaciónsincrónicacuanto de su entrelazamiento?Porque,en efecto,entreellas se establecesin cesarunabatallaquelas entrecruza—«catara-tas de imágenesen medio de las palabras,resplandoresverbalesquesur-can los dibujos» —y que se resuelveen un primado bien determinadode la forma de expresiónsobrela de contenidoqueno implica,sin embar-go, la reducciónde la segundaa la primera.

¿Cómoentoncesse estableceunarelaciónentrelo entresí irrelaciona-ble? Es en estesentidoen el que decíamosque la ontologíase vuelveproblematicidadradical. La misma palabra(onto-logía)sugierelos dospolos y el abismoque los hiereabriendoel problemaque la constituye.Pensar«es inventar cada vez el entrelazamiento,lanzarcada vez unaflechadesdeunocontrala dianadel otro, hacerquedestelleun relámpago

Foucault.ce~.i n «st posunepipe, Fata Morgana, 1973,p. 48.

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246 J. bicorneFe~óo

de luz en las palabras,hacerque se oiga un grito en las cosasvisibles.Pensares lograr quever alcancesu propio límite, y hablarel suyo,de talmaneraque los dos seanel limite comúnque. separándolos,relacionaaluno con el otro». (p. 124).

fi) «¿Cómo,pues,la no relaciónes ella mismaunarelación?»(p. 72)~.Una auténticaparadojasólo es superabletransgrediendolos limites

entrelos quese dé; y. en estecaso,no seráde otro modo: paracompren-der adecuadamentecómopuedeestablecerseel vínculo entrelo visible ylo enunciableseráprecisoapelara un tercer eje informal. Surgeasí unanuevadimensiónqueconstituyeunanuevafigura del ser: el «ser-poder».

Segúnel podercomoproblema,pensares unaemisiónde singularida-des que viene siempredel afuera (p. 125). En efecto, el ser-poderestádeterminadoen relacionesde fuerzasquepasanpor singularidadesvaría-bies en cada época.Estassingularidadespertenecena un afuerarespectodel saber a un elementoinformalquepermitiráel entrelazamientode lovisible y lo enunciable.Este elemento informal constituye el dominioestratégicodel poder,condición de posibilidaddel dominioestratificadodcl saber.

Las fuerzasen relación se definen por su poder de afectaro de serafectadaspor otras fuerzas.El poder, como relación de fuerzas, no espuesesencialmenterepresivosino quelo caracterizasucapacidadde mci-

14lar, de producir: el poder no se posee,se ejerce

El archivose definíacomo el entrecruzamientode las dos formasdelsaberquecaracterizana cadaestrato(archivoaudio-visual).En el domi-nío del poder,la figura correspondienteseráel diagrama.Este se definede varios modosencadenados:como la representaciónde las relacionesde fuerzapropiasde una formación; como la reparticiónde los poderesde afectary los de serafectado;como el abrazode las purasfuncionesno-formalizadasy las purasmateriasno-formadasy por fin, como unaemisión,unadistribuciónde singularidades(p. 79-80).

Ahora bien, entreel sabery el poder,entreel archivo y el diagrama,entrelas relacionesde formas(formasde exterioridad)y las relacionesde

12 Deleuzeensayatresrespuestasa estacuestión,sólo la tercerade las cualesserásuficiente,<p. 72-75).

13 En realidad,son su afuera(p. 90).‘4 En el segundocapitulodel libro ——Un noveaucartographe.(«S¡<r¡’eiller cl p¡rninV—— Deleu-

Le nos diceque de lo quesetrataenS,¡rveiller eí punir, si bien Foucaultsólo empleaunaspáginaspara decirlo, es de ofrecer una nueva concepción del poder. Al comienzo dc este capitulo.Deleuzeresume los postuladossobreel poderque habíanmareadola posición tradicional de«laizquierda»y que Foucault sugiereabandonar.Que el poder no seposeesino que seejerce,es loque defiendeFoucauftal combatirel postuladodc la propiedad.Ademásde ésteencontramosotros seis postuladosquehan de ser abandonadospararevitalizarun pensamiento«deizquier-da» que ponga en juego «otra teoría», otra práctica de lucha, otra organizaciónestratégica»(p, 38).

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Nota sobreun ensayode Deleuze 247

fuerzas(queremitennecesariamenteaun afuera)” se da, de modoanálo-go a lo que ocurría entre lo visible y lo enunciable,heterogeneidadodiferenciade naturaleza(p. 80-Sl). Se da, también,presuposiciónrecí-procaentreambas(p. 81-88), y seda porúltimo, primado(sin reductibili-dad) de la unasobrela otra.(p. 88 y ss.).

Con estasegundafigura del sernosencontramos,asi,ante un segundomodo de problematizaciónen el tránsito abierto por aquellapregunta—¿quésignifica pensar?—que situaba,decíamos,a la ontologíacomoproblematicidadradical.

Si entreel sabery el poderexistediferenciade naturaleza,¿cómoseráposibleestavez queambasesferasencuentrenrelación?Al igual queenel estratose entrelazabanlo visible y lo enunciable,ha de existir un com-plejo poder-saber(p. 82 y ss.) que articule el diagramay el archivoapartir de su diferenciade naturaleza.«Las dos formasheterogéneasdelsaberse constituyenpor integración,y entran en una relaciónindirecta,por encimade su intersticio o de su no relación, en condicionesquenopertenecensino a las fuerzas».(Y de aquítambién el primadodel podersobreel saber).Una integraciónes,en efecto,la actualizaciónqueestabi-liza y estratificalasrelacionesdel poder.Pero laactualizaciónno integrasino creandoun sistemade diferenciaciónformal; escindiéndose,por asídecirlo, al formarse(por unaparte, se formalizanlas funcionesy, porotra,se organizany formanlasmaterias.En estaactualizaciónseconfigu-ra lo enunciabley lo visible). Los factoresde integraciónson las institu-ciones,no comofuenteso esencias,sino comoprácticas,comoagentesdeestratificaciónque fijan las relacionesde poder. La institución tiene asíla capacidadde integrar las relacionesde poder constituyendosaberesque las actualizany las modifican, las redistribuyen.

Resumiendo,«si ver y hablarson formasde exterioridad,pensarsedirige a un afueraqueno tiene forma. Pensares llegar a lo no estratifica-do», y es asícomo ha de entenderseque«veres pensar,hablares pensar,peropensarse haceen el intersticio,en la disyunciónentrever y hablar»(p. 92). Es, pues,necesariala remisión a un afueraque, a través de suintegración-actualización,dé cuentade la paradójicarelación entre lasformas heterogéneasdel saber(ver, hablar); del primado de la una(loenunciable)sobrela otra (lo visible) que no implica la reducciónde éstaa aquélla;de la necesidadde apelara unanuevadimensión(poder)infor-mal (relación de fuerzasestavez, y no de formas),heterogéneaa su vezcon respectoa la primera(saber),sobrela cual ejerce,asimismo,un pri-madosin reduccióny con la que tambiénse da unapresuposiciónrecí-proca que exige explicarotra vez (segundomodo del problema)comopuededarseestanueva relación(saber-poder).

En estesegundonivel, el procesoseráanálogoal que teníalugar en el

‘~ Sobrela distinción entreexterioridady afuera,véasep. 92.

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248 J. JacomeFeijóo

primero. A partir, ahora,del sabery del poder,al igual queantesdesdeel ser-luz y el ser-lenguaje,seránecesarioapelara unanuevadimensiónqueapuntaráhaciaunanuevafigura del ser. En el primer nivel, respectodel espacioestratificadoy formal del saber,el problemaconsistíaen ex-plicarse la relación de las formas irrelacionables.Paraello era necesarioapelara un afueraquenos abríaal espaciodel poder.Pasábamosasídela primeraa la segundafigura del ser: del ser-saberal ser-poder.En elsegundonivel, respecto,ahora,del dominio estratégicoinformal del po-der, el problemaconsisteen explicarsela relación de las fuerzasy ensabercomo éstaspuedenintegrarsey actualizarseen los estratos.Paraello, apartir de su «poderde afectar»y de su «poderde ser afectada»,será necesarioapelara un tercer poder de la fuerza que nos abrirá aldominio de la subjetividad.Estetercerpoderconsisteen su capacidadderesistencia.Pasaremosasí de la segundaa la tercerafigura del ser: delser-poderal ser-símismo.

En efecto,graciasaestasuéapacidadde resistencia,la fuerzatieneunpotencial respectodel diagramaen el queestá incluida y, por eso, aúncuandoel diagramaprocedadel afuera,el afuerano dejade metamorfo-searel diagrama(p. 95). Frente a las singularidadesdel poder se sitúansingularidadesde resistenciaque,al efectuarseen los estratos,hacenqueen ellosel cambioseaposibley sincrónicoen las dosformasquelo consti-tuyen.

«El punto másintensode las vidas,aquel en el que se concentrasuenergía,está allí en dondeéstasse enfrentanal poder,se debatencontraél. intentanutilizar sus fuerzaso escapara sus lazos»6.Y así,cuandoenel modelo disciplinario el poder se cierne sobrela vida paracontrolarla,gestionarla,organizarla;cuandodeviene,en fin, biopoder,entonces,gra-cias al poder de resistenciade la fuerza, la vida devieneresistenciaalpodery la resistenciase hace poder de la vida, poder-vital. Por esoseenoja Deleuzecontraquienesno comprendenque el «antihumanismo»de Foucaultes totalmentecoherentecon su participaciónen las luchaspolíticas. (p. 96).

Tal y como yamanteníanen aquellainteresanteconversacióno entre-vistamutuaquetuvo lugarentreDeleuzey Foucaulten 1972 y fue recogi-da en L’Arc, n.’ 48, páginas3-10, las luchascontrael poder no puedenencontrarsu generalidaden la forma de unatotalizaciónteórica,sino enel sistemamismo de poder,en todas las formasde ejercicio y de aplica-ción del mismo,siemprey cuando«todosaquellossobrelos quese ejerceel podercomo abuso,todosaquellosque lo reconocencomo intolerable,puedancomprometerseen la luchaallí dondese encuentreny apartirdesu actividad (o pasividad)propias.Comprometiéndoseen esa lucha que

Foueaull,«La vie deshommesinfames». Les cahiers dii chenzin, 1977, p~ 16.

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Nota sobreun ensayode Deleuze 249

es la suya... entran en el procesorevolucionario’.., a condición de queestasluchasseanradicales,sin compromisosni reformismos,sin tentati-vas de modelarel mismopoder consiguiendo,como máximo,un cambiode titular». ‘t

(7) Hemosvisto cómo con las relacionesentreel sabery el poder sereproducede algún modo,y multiplicándosesu complejidad,la proble-mática que se dabaentrelas dos formas del saber.Nos encontramosalfinal, de nuevo,anteuna paradojasólo superablerompiendolos límitesdel espacioen el quese da, anteun «callejónsin salidaenel quenos meteel propio poder.en nuestravida comoen nuestropensamiento,a noso-tros, que nos enfrentamosa él en nuestras más ínfimas verdades»(p. 103). La salida de esteatolladeropasapor la remisióna una nuevadimensión,heterogéneaa su vez respectoa las anteriores(del saber,delpoder) y que, en realidad, ya estabapresentedesdeel principio en elpensamientode Foucault(igual queen realidadel poderestáya presentedesdeel principio en el saber).(p. 103).

Serápreciso,no obstante,remodelaresteespaciounavez aumentadasu dimensionalidad.Nos enfrentaremosasí a la tercerafigura del ser, elser-símismo (soi).

Con el mundogriegose produce,desdeluego, unatransformacióndelestratoy del diagrama,es decir, cambiael espaciodel saber(la manerade ver, el modo de decir) y el dominiodel poder.Estastransformaciones,de tan diversosmodosy tan frecuentementepuestasde relieve,no consti-tuyen, sin embargo, el cambio más fundamentalque tiene lugar en elmundogriego.La mayornovedadquese produceconlosgriegosconsisteen el surgimientode unanuevadimensiónapartirde estasotrasdos (delsabery del poder).

«¿Cómose puedegobernara los demássi uno no se gobiernaa símismo?».Cuandoen Grecia se planteapor primera vez esteproblema,comienzaa derivaruna«relaciónconsigomismo»(rapportásoi)apartirde la «relacióncon los otros» (rapportayeeles autres),y una «constitu-ción de sí mismo» a partir del código moral como regla de virtud. Seproduce,así, «unadoble “ruptura” cuando“los ejerciciosquepermitengobernarsea si mismo” se separana la vez del poder como relacióndefuerzasy del sabercomo forma estratificada,como “código” de virtud»

‘‘ En«Másalládel bien y del mal», recogidoenMicrofisica del poder. La Piqueta,Madrid.1980, p. 39-40. Foucaultoponela acciónrevotucionariaal reformismoy al humanismoen tantoqueel primerointentacambiarla institución sin tocarel sistemaideológicoy el segundoquierecambiarel sistemaideológicosin tocarla institución. La acciónrevolucionariase define,por elcontrario,como una conmociónsimultáneade ta concienciay de la institución; to que suponeque seatacaa las relacionesde poderallí dondeson el instrumento,el armazón,la armadura,

~Foueault.«Los intelectualesy el poder»,entrevistacon Deleuzerecogidaen Micro/isha

del poden loe, cit,. p. 86.

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(p. 107). De estemodo se creauna nuevadimensióncuandola relaciónconsigo mismo adquiereindependencia.Pero si esta nueva dimensiónsurgieratal y comolo habíahechola del poder respectode la del saber(estoes,si surgieracomo un tercer eje heterogéneocon respectoal sabery al podercomolo hacíael podercon respectoal ser-luzy al ser-lenguaje,las dosformas,a suvez heterogéneas,del saber)nosveríamosempeñadosen una remisiónal infinito. En efecto,si así fuera seríaprecisocrearunnuevoejeparasuperarcadanuevaparadojaquese formaríaal preguntar-se por la relación de los ejes anteriores(los cualesse presentaríancomoheterogéneose irrelacionablesen el propioespacio,en el espacioqueellosformaran).

Por ello es necesarioapelara la figura del pliegue,o del doble, paraque la nueva dimensiónse forme a partir de las anterioresy no surjaelproblemaqueacabamosde comentar.Estoes lo quepasaconla relaciónconsigomismo. En efecto,«escomosi las relacionesdel afuera(rapport’sda dehors)se plegaran,se curvasenparahacerun doblez,paradejarquesurja una relación consigomismo, que se constituyaun adentroque seabray se desarrollesiguiendounadimensiónpropia: la “enkrateia”, larelaciónconsigomismo como dominio, señorío(maitrise), “es un poderque se ejercesobresi mismo en el poderque se ejercesobrelos otros”».«... plieguesy plegamientosqueconstituyenun adentro:no otra cosaqueel afuera,sino exactamenteel adentrodel afuera»(p. 107 y 104 respecti-vamente).Esteplieguepuederealizarseporque,estandola fuerzadefini-da por su«poderafectar»y su«poderserafectada»,haceposiblela apari-ción de una relaciónde sí consigomisma.Y tambiénpor ello era precisoesperarhastaeste punto, remontarsehastaestesegundonivel, paraen-contrarel pliegue,ya queson las fuerzas,y no las formas,las quepuedenvolversesobresí mismashaciéndolosurgir (por esono es posibleencon-trar el pliegueentrelo enunciabley lo visible. Lasformasde exterioridadno puedenconstituirlo porqueno tienen esacapacidadde autoafectar-se).

Lo importantees,pues,queunarelaciónconsigomismo”> se arranquea los dominiosdel sabery del poder.Graciasa ello es posiblecultivar una«exístenciaestética»(p. 108), un arte de autoconstituirse.mediantelacual puedeformarseun sujetoque es el producto,ya no de un asujeta-mientoo unasujeción(assujettissernent)sino de unasubjetivación(s¡íbjú-tira/ion) comoconstituciónde si mismo (p. 108-109y 113).

La dimensiónde la subjetividadse vuelveasí independientedel sabery del poderaunque,como hemosvisto, derivade ellos (queambascosasseanposiblesa la vez es lo que el plieguehaceposible).

~Esta insistenciaen el sí-mismono debeconducirnosaciertosequívocos.Nadamás lejos,desdeluego, deesta «estéticade la existeacia»que una ética individualista del egoísmo,o delamor propio, entendidoéste como ansiade perduración, satisfacciónrespectode sí mismo,apetenciade mantenersea si mismoen lo que uno mismo es.

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Nota sobreun ensayode Deleuze 251

Ahora bien,las relacionesde sabery las relacionesde podertiendena reintegraren sus espaciosaquelloquede ellos habíaderivado(la rela-ción consigo mismo), tienden, pues,a desplegarel pliegue. Es decir, lasubjetivacióndel hombrelibre, el artede autoconstituirse,vuelvea trans-formarse en asujetamientoo sujeción. Esteprocesotiene dos caras, seproduceen dos frentes,por asídecirlo: en direcciónal sabery en direc-ción al poder.

Por la primera,se constituyeun sujeto mediantela atadurade cadauno asu propia identidadpor la concienciay el conocimientode sí. Estees el procesoquellevanacabolas cienciashumanascontraslas quedirigeFoucaultsu ataque2.Su «antihumanismo»se encamínaprecisamenteadestruir este modo de sujeto (assujettissement)en arasde preservarlaposibilidadde un arte de autoconstituirse(su/Vedva/ion).

Por la segunda,se constituyeun sujeto mediantela sumisióna losdemásgraciasal control y la dependencia.Este es el procesoquelleva acabo el bio-poder,como gestionadorde la vida, controlador,disciplina-dor, mediantela invasión de la vida cotidiana-.

Ahorabien, la nuevadimensiónno llega a desaparecer,no llega a sertotalmenteasumidapor los dominiosdel sabery del poder. A pesardesercontinuamente«recuperadapor las relacionesde podenpor las rela-ciones de saber,la relaciónconsigomismo no cesade renacer,en otrolugar y de otro modo»(p. 111)22.

Por ello la luchapor unasubjetividad(subjeuiviíé~ha de pasarhoy porunaresistenciacontra las dos formasactualesde asujetamiento(a.ssufi’t-tisscmen/)——las exigenciasdel poder,las fijacionesdel saber——paraquepuedaasípresentarsecomosubjetivación(su/Vetivation),comouna«exIs-tenciaestética»,como «un derechoa la diferenciay a la variación,a lametamorfosis».Es decir, frente a un sujeto fijado en su identidady en sudependencia(asujetado),un sujetoen incesantetransformación.en ínce-santeautoconstitución.Frentea un sujetocomo identidad (assu¡eld.sse-rnent), un sujeto como libertad (subjetivation).Frenteal reintegrode larelaciónconsigomismoen los dominiosdel sabery del poder,el continuorenacerde la subjetividad.Esto es, frente al desplieguedel pliegue, elincesantevolver a plegar. (Ver sobreello p. 113.)

20 Especialmenteen LesMots el les choses.21 Véase,acercade estos dosmodosde sujeción.p. 110-113y tambiénFoucault: «Thesuh-

jeetandpower». recogidoenDreyfus& Rabinow,Al. Eoucau lis Búvoodstruciuralism andhern,eneutícs.>. HarvesterPress.1982, p. 210.

22 La relación consigomismoes, por ello, uno de los origenesde los puntosde resistenciaantesmencionados,

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252 1 JácomeFe~óo

III

Pero detengamosaquíestaexposición.Hemosqueridopresentarunproblema(quizáel problemamás radical al queDeleuzese enfrentaeneste libro) porqueDeleuzenos lo muestracomoun problemafundamen-tal del pensamientofoucaultiano,(y podríamosincluso pensarque lo estambiéndel pensamientoen nuestrosiglo): ¿quesignificapensar?

Hemospretendido,pues,comentarun problema,másqueun libro; osi se quiere, un libro, pero desdeun vacío: la preguntaque lo exige y dela cuál procede.

Para ello hemosintentadomostraren esquemael mapaqueDeleuzedisefla del espacioqueabreFoucaultparaencararaquel problemadesdeel cual, decíamos,se volvía la ontologíaproblematicidadradical. Hemospretendido,asimismo,mostrarla complicaciónprogresivade queaquelespacioera objeto al ir ganandosucesivamentenuevasdimensiones.Yhemos, por último, querido seguir mínimamenteel modo en que estemapa se iba tejiendo para situar argumentativamentelas relacionesydependenciasentrecadaunode suspuntos(topología).

Pero no podemos,no obstante,concluir estanota sin seleccionaryapuntaral menostresreflexionespresentesen el texto de Deleuzey quemereceríancadaunade ellasun tratamientocuidadosoy extensoquenopodremos,desdeluego, inieJar aquí. Sólo en la primerade ellas,a modode ejemplo, indicaremoslos distintos nivelesde complejidadquela com-ponen.

1. Estaprimera reflexión consisteen el modo—quizápolémico—deentenderDeleuzelo queél denominaun cierto «neokantismopropio deFoucault»(p. 67). Una analogíaquizá en variosniveles discutible,peroquenos limitaremosaquíacomentar.

Porunaparte,entrelo visible y lo enunciableprimero,y entreel sabery el poderdespués,encontrábamosdiferenciade naturalezay, no obstan-te, mutuapresuposición.Y tanto en uno como en otro casoobservába-mos también que se dabaun primado de la segundasobre la primerapartede la dicotomíasin queello implicaraunareducciónde la primeraa la segunda.

Por otra parte,surgíaunaparadojatanto al preguntarnospor la rela-ción de las formas quecomponíanel archivo audio-visual, el dominioestratificadodel saber,cuantoal preguntarnospor la relaciónde las fue-zasen el diagrama,en el dominioestratégicodel poder,y por su integra-ción en el estrato.Parasuperartales paradojaspasábamossucesivamentede la primeraa la segunday dc la segundaa la tercerafiguras del ser, yestacomplicación topológica se dabasiempreen una búsquedade lascondiciones.

Puesbien, en todo ello cabeencontrar,segúnDeleuze,unaciertaana-logia con el pensamientokantiano.Existen,esosí, diferenciasesenciales,

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Nota sobreun ensayode Deleuze 253

ya queen Foucaultlas condicionespertenecena la experienciareal y noa toda experienciaposible, están, además,del lado de una formaciónhistóricay no de un sujetouniversaly son, porúltimo, formasde exterio-ridad. No obstante,cabehablarde neokantismo:enprimer lugar,en tan-to que las visibilidadesforman con sus condicionesuna Receptividad,ylos enunciadosconlas suyasunaEspontaneidad.Espontaneidaddel len-guaje y Receptividadde la luz que son, de algún modo, análogasa laespontaneidaddel entendimientoy a la receptividadde la intuición kan-tianas (p. 67).

El paralelismose fortaleceal mostrarDeleuzecómoel primadode loenunciablesobre lo visible se da como el de una forma determinantesobreuna forma determinabley no sobreun indeterminadoreductibleala forma de determinación.Es el esquemakantianofrente al cartesiano(ver sobreello p. 67 y 68 y nota17).

Paraexplicar, además,estacomplejarelación,es necesario,tantoenKant, como en Foucault,apelara «unatercerainstanciamásallá de lasdos formas,esencialmente“misteriosa” y capazde dar cuentade su coa-daptacióncomo verdad»(p. 75). Se trata, en Kant, del esquemade laimaginación; en Foucault ——sustituyendo«misteriosa»por «enigmáti-ca»—estanuevadimensiónserá,comoya hemosvistoanteriormente,eldiagramainformal, el dominio estratégicodel poder,que nos abrea lasegundafigura del ser. Esto por lo que respectaa la «relación»entrelovisible y lo enunciable,pero la analogíase puedecomplicartodavíamu-cho más.

En cadaformación,en cadaestrato,haypuesunaforma de receptivi-dad y una forma de espontaneidad;pero en el dominio del poder nosencontramostambiéncon unareceptividaddel poder y una espontanei-dad del poder queno coincidencon las primeras(p. 80). Estasúltimasconstituyenel poderde afectary el poder de serafectadasde las fuerzas,y la tercerainstanciaserá, en estenivel, esacapacidadde resistenciadela fuerza(p. 95 y ss.) quenosabrea la tercerafigura del ser.Así pues,eldiagramatismodeFoucaultes paraleloal esquematismokantiano(p. 88).

Cabetambién,respectode la relaciónsaber-poder(p. 80 y ss.),prose-guir conestarelaciónya que,tantoen Kant como en Foucault, «ladeter-minación puramenteprácticaes irreductiblea todadeterminaciónteóri-cao de conocimiento»(p. 80-81).

Perotambiénen la tercerafigura delserprosigueestaanalogía,ya quesi la subjetividadsurgecuandola fuerzase pliega—debido,comohemosvisto, asu capacidadde relacionarseconsigomisma,a su poder de afee-tarsea sí misma(p. 108)— y en esesentidola memoriaes el «verdaderonombrede la relaciónconsigomismo,o del afectode sí por sí», tambiénen Kant el tiempo —queno erasino la forma bajo la cual el espíritu seafectabaasí mismo—eraautoafeccióny constituíacomo tal, «la estruc-tura esencialde la subjetividad».Peroel tiempocomosujetoo, másbien,como subjetivación,se llama «memoria»(p. 115).

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254 J. .JácomeFei/óo

Y cabe,por último, aunquede otro modo ya, encontrarun paralelis-mo entreKant y Foucault, si bien con un desplazamientoquizámayoren estecaso,respectode las trespreguntasquederivande las tresontolo-gíashistóricas,y que al final de estanota indicaremos(ver p. 121 y Ss.).

2. La segundade aquellasreflexioneses la que inicia Deleuzeen lapág. 94 y que desarrollaposteriormenteen el anexo. Se trata de unareflexiónbrillante, sugerentey discutible,nacidaen torno a un comenta-rio de Lew Mots ef/es(‘hoses.

En lo que sigue nos limitaremosa resumir las tesisde Deleuze:ParaFoucaulttoda forma es un compuestode relacionesde fuerzas.Las fuerzasen el hombrese actualizanen distintasformasal entraren

contactocon determinadasfuerzasdel exterior(p. 131).

1. Cuandolas fuerzasen el hombreentranen relacióncon fuerzasdeelevación al infinito se constituyela forma-Dios.

El despliegue(dépli) es el primer aspectode un pensamientooperato-rio (penséeopératoire) que se encarnaen la formación clásica(p. 131-134).

II. Cuandolas fuerzasen el hombreentranen relaciónconfuerzasdefinitud se constituyela forma-Hombre.

El pliegue (ph) es el segundoaspectodel pensamientooperatorioquese encarnaen la formación del s. XIX (p. 134-137).

111. Si las fuerzasen el hombreentran en relación con otras fuerzasdel exteriorse formaráunanueva Formadistintaala forma-Hombrey ala forma-Dios. Estees el problemadel «superhombre».

El sobrepliegue(surpli) seráel mecanismooperatoriodel pensamientopor venir (p. 138-141).

3. Nos resta,por fin, apuntarla última, y probablementela másim-portante.de las tres reflexionesantesmencionadas.Estaes encaradaenla segundapartede ~<Lesplissernentsou lededansdela pensée»(la tercerapartedel estudioqueconstituyeel nervio del libro, «Topologie: “penserautrement”».) Se trata de «la confrontaciónnecesariade Foucault conHeidegger»(p. 115). Tampocoentraremosen unapolémica respectodeestatercerareflexión. Limitémonosde nuevoa indicarsu alcancey, paraello, remontémonosal lugar en que habíamosdejadola exposicióndenuestroproblemaantesde empezara comentarestasreflexiones.

Retomemosdos puntosde aquélla.Por unaparte,la ontologíase volvía problematicidadradicalal cons-

tatar queentre lo visible y lo enunciable,entre «lo ente»y «el logos»existíaun corteesencial,heterogeneidad,diferenciade naturaleza.Peroesto ya podíamosencontrarloexpuestocon claridad por Nietzsche(ya,porejemplo,en «UberWahrheitund LUge im aussermoralischenSinne»)y. desdeluego, en Heidegger.

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Nota sobreun ensayodeDeleuze 255

Ambospoíoshabíande serremitidosa suscondicionesy éstasno eransino dos formas(una forma de contenidoy una forma de expresión):elser-luzy el ser-lenguaje.Pero entreel ver y el hablarse producíancons-tantesentrelazamientosy ambosse transformabanal mismo tiempo deestratoa estrato:¿cómoeraposibleuna relacióndelo entresí irrelaciona-ble?

Veíamos,por otra parte,cómo la topologíadel ser ibacomplicándoseprogresivamenteañadiendonuevasfiguras. Estassurgíangraciasal es-fuerzopor solucionarla paradojaque se dabaentrelos dos ejesconstitu-yentesdel espacioanterior.Y veíamostambiéncómoera necesarioacu-dir a la figura del pliegueparadetenerestaproliferaciónde dimensiones.Puesbien, «es indudablequeFoucaultha encontradounafuerte inspira-ción teóricaen Heidegger,en Merleau-Ponty,parael temaque le asedia-ba: el pliegue,el doblez»(p. 118).

Pero entonces¿es que acaso Foucault no hace, en lo esencial, sinorepetir, aunquede otro modo,aquelloqueya Heideggerhabíapensadoyle brindaba?(y ello parecesugerirnosReiner Schtirmannen su notableartículo «On constitutingoneselfan anarehisticsubject»).¿esqueacasoFoucaultno hacesino moverseen un espacioabiertoya por Heidegger,volviéndolo, eso sí, más atractivo y como coloreándolomedianteunaradicalizaciónpráctica(y, si cabe,un desplazamientode su interésy sulucha políticos)?

Esto no es asíen absoluto.Deleuzese preocupapor mostrarla impor-tancia de la transformaciónllevadaa cabopor Foucault respectode loque, en efecto,habíaganadode Heidegger(y no deja de ser curiosoqueesteavancepasepor unavueltaa Nietzsche).

El problemade Heidegger,aquello queFoucault parecereprocharle,consisteen «haberido demasiadorápido» (p. 119), «Heideggerse haprecipitado,ha plegadodemasiadopronto.»(p. 121). ParaHeidegger,enefecto, el pliegue del ser (el pliegue del ser y de lo ente)constituye,almismotiempo,«lo que-se-vede la vista»y «lo que-se-habladel lenguaje».«ParaHeidegger,la Lichtunges lo abierto, no solamenteparala luz y lovisible, sino parala voz y el sonido»23(p. 119, nota38) y de estemodo,el mundodel que«sehablaen el lenguaje»es el mismo queel que«seveen la vista» hastael puntode que, así,en Heidegger,«el entre-dos»de loenunciabley lo visible, el intersticio, «seconfundecon el pliegue»(p.119).

Tomemos,porejemplo,el momentoen el que,ya al comienzode SeinundZeit, inicia Heideggersuexplicitacióndel conceptode «fenomenolo-

23 ParaFoucault,sin embargo,lo abiertolibredeformases el afuera,Mejor, lo queestálibredeformasy deestratificacioneses, no «lo abierto»,sino un «afuera».Por esoFoucault«hablarámenosde lo abierto que del afuera»(p. 120).

La «Lichtung»tampocopuedeconfundirsecon el «ser-luz»,tal y comoDeleuzemuestraenla página66.

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256 1 bicorne Feijóo

gía» y en el que,paraello, hacelo propio con losconceptosde «fenóme-no» y de «logos».«Phainómenon»(das,was sich zeigt, dasSichzeigende,dasOffenbare,lo que se muestra,lo patente)derivadel verbo «phaínes-thai» (mostrarse)quees unaforma mediade «phaíno»(an denTag brin-gen. in die Helle stellen,sacara la luz) la cuál, a suvez, perteneceal grupode palabrasprovinientesde la raíz «pha-»como «phés»(das Licht. dieHelle, la luz), es decir, aquelloenquealgopuedehacersevisible (sichtbar)en sí mismo~.El «lógos»es «phoné»y. en realidad,«phonémetáphanta-sías»(declaraciónsonora——stimmlicheVerlautbarung—en la quesiem-pre se avistaalgo —etwasist gesichtet—)25.

Hasta aquí apareceríael mismo problemacon el que comenzamosestaexposición,problemaqueseríacomúna Heideggery a Eoucault.Lovisible y lo enunciable.cadaunoremitiendoa suscondicionesde visibili-dad y de enunciabilidady planteandoel problemade su difícil relaciónen tantoque,a pesarde suheterogeneidad,se producencontinuosentre-lazamientosentreellos.Se abreun problema,surgeunaescisión,la onto-logía (en estecasocomo fenomeno-logía)devieneradical problematici-dad. Paradar cuentade ello seránecesario,como veíamos,acudir a lafigura del pliegue. Pero Heidegger,ya desdeeste primer momentointro-ductorio que hemostomado como ejemplopor su sencillezy claridad,apuntaráa una relación entrelo visible y lo enunciablequetendrálugaren su misma escisión—«el intersticio se confundecon el pliegue»—,sínremontarsea ese nivel intermediodel poder,previo al pliegue,en el quese da cuentadel entrelazamiento,como veíamos,sin clausurarel corte,desplazándolo,esosí, a unadimensióndesdela que ya, estavez, podráel pliegue tenerlugar. Esto es así, como ya hemosindicado, porque noson las formas(en el primer nivel, en el dominio estratificadodel saber)las quepuedenplegarse,sino queson las fuerzas(en el segundonivel, enel dominio estratégicodel poder) las que puedenhacerlo gracias a supoderautoafectivo(queconstituyela capacidadde resistenciade la fuer-za), medianteel cual podía la fuerzavolversesobresí mismay hacerquesurja un sí-mismo,un adentro,como el adentrodel afuera.

Heidegger,sin embargo,no esperaráa ese nivel, no apelaráa esedo-minio del poder (complicaciónque será, en Foucault, necesariacomomediciónentre la escisiónprimera y el pliegue) que, por otra parte, yaestabapresenteen Nietzsche.Ya en el momentoquecomentábamosco-mienzaHeideggera insinuarlo queposteriormenteserápresentadocomoel pliegue. El «lógos»,en tanto «apophaínesthai»(Rede, habla),es undejar ver (ein Sehenlassen),y permite ver (phaínesthai)partiendo de(apó) aquello mismo de que se habla.Es asíqueel «lógos»,como «apó-phansis»,hacepatente(offenbar)aquellode quese hablaen el habla,saca

24 Heidegger.Sein und ZeO, p. 28.25 Heidegger./oe, ch., p. 32-33.26 Heidegger.loe. cii.. págs.cit.

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Nota sobre un ensayo de Deleuze 257

lo quese habla(das,was geredetist) de aquelloacercade lo cual se habla(aus dem, woriiber geredetwird). Y éstopuedeser así en tanto que esparael quehabla(fúr denRedenden)parael queel «lógos»permite veraquellode que se habla;paralosquehablanen tantoquehablanlos unoscon los otros (ftir die miteinanderRedenden)26.

El pliegue, en efecto, comienzaya a insinuarsedesde el comienzomismo de 5cm und Zeit, pero directamentesobrela misma escisióndepartidaentrever y hablar.

La cuestiónes,en Heidegger,no haríafalta decirlo, muchomáscom-pleja pero, en relación con la tesisde Deleuze,nos interesaba,en estemomento,resaltartan sólo los diferentesniveles en los queHeideggeryFoucault van a situar el pliegue. Desde dondelo hace Heideggerseránecesario,paraFoucault,ganartodavíaunanuevadimensión,complicarla topologíaapelandoaun afuera,aun espacioprevio al pliegueen el quese dé cuentadel entrecruzamientode las formascomo el entreabrazarsede los luchadoresy desdeel cual (desdeeste dominio estratégicoquecomponeun diagramade fuerzas)se accederáa la posibilidaddel pliegue.Pero antesseráprecisopensarla presuposiciónmutua del ver y del ha-blar, suentrelazamiento,no comoplieguesino comobatalla.Y, paraello,Foucaulthabrá de volversedesdeHeideggera Nietzsehe.«Eranecesarioreencontrarla fuerza, en el sentio nietzscheano;el poder,en el sentidotan particular de “voluntad de poder”, paradescubrireseafueracomolímite, horizonteúltimo a partir del cual el ser se pliega» (p. 121).

Y es asícomoha de entendersela paradojaquenos presentaDeleuzerespectoa la tan importantey complejarelaciónde estostrespensadores.Esto es, que Heideggerhaya fascinadoa Foucault,queNietzschehayafascinadoaFoucault;peroquelo importanteno seatantoelqueFoucaultse hayaacercadodesdeNietzschea HeideggerparadesdeHeideggercom-prendermejor a Nietzsche,sino másbien al revés,quedesdeHeideggerse hayatenido quevolver Foucaulta Nietzsche,paracomprendermejora Heidegger.Y es. creemos,desdeeste planteamiento(que encuentra,aneedóticamente,un cierto correlatoen la biografíafoucaltiana),desdeelqueDeleuzedice que«Heideggeres la posibilidadde Nietzsche,pero noa la inversa,y Nietzscheno ha esperadosupropiaposibilidad»(loe.cit).

El hechode que fueraprecisopasarpor el entrelazamientoestrático-estratégicoparaalcanzarel pliegueontológico no es vanal. El no hacerlo,el no remontarseen la reflexión hastael dominio del poder,conduce,dehecho,a Heideggeral «profundoequívocode suontologíatécnicay polí-tica, técnicadel sabery política del poder»(loe. cit).

Habíamosdicho yaque,paraFoucault,pensares ver y es hablar,peroque no se piensasino en el intersticio,en la herida,en el hiato, porquepensarviene del afuera.Podemosahora concluir que«pensares plegar,es doblar el afuera»paraconstituir «un adentroque le es coextenstvo».La topologíadevieneasí topologíavital, en tantoqueel espaciodel aden-tro y el espaciodel afueraestántopológicamenteen contactosobre los

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límites de un «viviente».Y estatopologíavital, «lejos de explicarseporel espacio,libera un tiempo quecondensael pasadoen el adentro,hacequeel futuro acaezcaen el afueray los confrontaen el límite del presentevíviente»... «Esde estamanera,queya no debenadaa Heidegger,cómoFoucault comprendeel doblez o el pliegue»(p. 126-127).El pliegueestáasí relacionadocon unatopologíatridimensionalen ta queel ser-saber,el ser-podery el ser-símismoconstituyentresdimensionesirreductiblespero en constanteimplicación~.A partirde ellas se tratade «analizarlasproblematizacionesa través de las cualesel ser se da como pudiendoydebiendoserpensadoy las prácticasa partir delas cualesse formanaqué-lías»2>.

Pero en estenuevoespacio,¿comoha de plantearse«la triple raíz delas preguntas¿quésé?,¿quépuedo?,¿quésoy?».Se trata, hoy en día, dellevar acabotresproblematizaciones.Cuestionarse,en primer lugar, quépuedosaber,o quépuedover y enunciar,en las actualescondicionesdeluz, de lenguaje,¿cuálesson las nuevasfuncionesdel intelectual,específi-co o singular,másbienqueuniversal?En segundolugar, cuestionarsequépuedohacer,a quépoder aspirary que resistenciasoponer,¿cuálessonlos nuevostipos de luchas,transversalese inmediatasmásbien quecen-tralizadasy mediatizadas?Y cuestionarse,en tercerlugar,quépuedoser,de quéplieguesrodearmeo cómo producirmecomo sujeto. ¿cuálessonlos nuevosmodosde subjetiyación,sin identidaden vez de productoresde identidad?(p. 122-123). 0, si se quiere, «¿cuáles nuestraluz y cuálnuestrolenguaje,es decir nuestra“verdad” hoy en día?, ¿aquépodereshayqueenfrentarse,y cuálesson nuestrascapacidadesde resistencia,hoyqueno podemoscontentarnoscondecirquelas viejasluchasya no valen?Y sobretodo¿acasono asistimosa la producciónde unanuevasubjetivi-

27 Hemos utilizado el término «eje» y el término «dimensión»de un modo peculiar. En

realidad,se habla de tres ejes y de tresdimensiones,pero los unos y las otrasno son coinciden-tes.Si seguimosla metáforageométricahemosde tenercuidadorespectoal empleodel término«dimensión»que hemosvenido haciendo.A cada eje, segúnveíamos,no le correspondeunadimensión;el pasode la segundaa la tercerafigura del ser, de la segundaa la terceradimensióntopológica, se realizabasin añadirun nuevoeje al espaciogeométricode nuestrametáfora.Siseguimosestametáforatendríamos,al prinCipio, dos ejes (podemosimagistárnostoscomo ejescartesianos)que definirian el espacioplano(bidimensional,en sentidogeométrico)del saber,Elespaciodel sabercuenta,sin embargo,en el mapa de Deleuze, como la primera dimensión(aunqueenglobedos ejes heterogéneos)del espaciotopológicoque presenta.El tercereje, el delpoder,define la segundadimensiónde estatopología,si bien forma, con los dosejes de la luz ydellenguaje,un espaciogeométricamentetridimensional.El ser-símismo,por último, quesupo-ne la terceradimensión en esta descripcióntopológica de Deleuze, no constituye,como yahemosseñalado,un nuevoeje, sino que surgecomoplegamientodel afueray constituyeasí——deello se trataba—una nuevadimensión(topológica), a partir del mismo espacio(geométrico).Tenemos,pues, tres ejes (ser-luz,ser-lenguajey ser-poder)y tres dimensiones(saber, poder.subjetivación)que no coincideny cuya importanterelación(en ella sejuegael funcionamientode la figura del pliegue) hemosintentadoaclararen estanota3».

2$ Foucault.Lusagedesplaisirs, Gallimard,Paris. 1984. p. 17.

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A’ota sobreun ensayode Deleuze 259

dad?.¿noencuentranlas mutacionesdel capitalismoun oponenteinespe-rado en la lentaemergenciade un nuevosí-mismocomonúcleo de resis-tencia?»(p. 123).

A través de todas estasproblematizaciones,el pensamiento,hoy endía, ha de volverse sobresí mismo para. al preguntarse¿quésignificapensar?,«pensarsupropiahistoria (pasado),peroparaliberarsede aque-llo quepiensa(presente),y poder por fin pensarde otro modo(futuro)»(p. 127).

Jugandoun poco con las palabraspodríamosdecir quizáque si enHeideggereste«penserautrement»fue ensayadocomouna«historiadelser» y una «topología de la verdad»,en Foucaulttendríamosmásbienuna«topologíadel ser»y una«historiade la verdad».

Topologíadel ser,historiadela verdad2~y ontologíadel presente3son,en efecto,tresmodosdistintosde caracterizarla tareallevadaa caboporFoucault.

Iv

Hemostitulado estaexposicióncomo «Notasobreun ensayode De-leuze titulado Foucault»,descripcióntan aparentementeneutraque enella sólo extraña,quizá,el término «ensayo»,y ésto,sobretodo, porquese ha utilizado en singular. Resaltarel término nosparece,porsu impor-tancia, algo positivo, pero ello no bastaparano utilizarlo en plural si esque,comoparece,este libro estácompuestopor variostrabajosen diver-sos aspectosindependientes.Su relativa independenciaes,sin embargo,lo más fácilmente perceptible,aunquesólo fuera porque a ella dedicaDeleuzelas primeraspalabrasde este libro. Nospareció,así,másimpor-tanteadoptarunadecisiónqueapuntaraal modode trabajarqueíbamosa seguir. Nuestradescripciónno ibaa tomar,en realidad,comoobjetoelpropio libro, dividido en susdiferentescapítulos,sino un problema.íba-mos,en todo caso,a describirel libro como un ensayo,como un intentode problematización.Queríamos,por último, y aunquefuesede refilón.mostrarqueun ensayono sólo puedeserplural, sino queen realidad—ya esterespectoes indiferentequeaparezcabajo uno o bajo varios rótu-los— para(hoy en díay en tanto quediscursofilosófico) ser consideradocomotal, un ensayoha de experimentarsecomoun incesanteejerciciodeconstitución—y paraello de desprendimientoy de transformación—desí mismo en el pensamiento.Trabajar consiste,así, en emprenderun

29 véase,por ejemplo, Foucault, A verdade e os formas jurídicas. Trad, cast. en Gedisa,

Barcelona,t980. p. 32.También: Foueault.L usage dés plaisirs, ed.cit., p. 14 y ss.30 Véase,por ejemplo,Foucault,«Thesubjectandpower»,recogidoenDreyfus & Rabinow.

loe. cii., p. 216.

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260 1 JácorneFeijóo

caminoquenos conduzcaa pensaralgodistinto a lo quepensábamos;enunatentativapor modificar lo queuno mismo piensae incluso lo queunomismo es3.

No ha sido, pues,nuestraintenciónen estanota—aunqueello puedatambién seruna tareaa realizar— estudiarla «historia»de esteensayode Deleuzeentendiendoéste y aquéllade maneraque tal empresanoscondujeraa estudiarel modoen queiba constituyéndoseestelibro en susdiversoscapítulos;las variacionesexperimentadaspor lostextosoriginal-menteescritosen Critique en 1969 y 1975 y los dos primeroscapítulosde estelibro quelos retoman;los avancesquesobreestosúltimos puedenobservarseen los tres trabajossiguientesquecomponenel cuerpocentraldel Libro y cuyo título («Topologie: “penserautrement”)podría valercomoemblemadel texto en suconjunto.No hemosquerido,en fin, com-prometernosen un trabajoquedieraa cadacosalo suyo——siendo«cadacosa»lo mismo quecadacapítulo, y «lo suyo» un estudioque los resu-miera de un modo equitativo,ponderado—.Hemospreferidoarriesgar-nosaperseguiren estetexto un problema:no un problemaquenazcadeltexto, sino del queel texto surge;un problemaque no es el de Deleuze,ní el de Foucault, queno es tampoconuestroproblemasino en tantoquenos problematizaa nosotrosmismos y queapuntaa lo queen cadacasohemosde dejarde ser, a lo que todavía no somos;un problemaquenoesperaescondidoen los escritosparaser «interpretado»sino quees,entodo caso,aquelloqueha de impulsarla actividadde la escritura.

Este ha sido, pues,nuestropropósito,acompañarel discursode De-leuze,seguirloen sus problematizaciones,en susencadenamientos,en susramificaciones.No hemosquerido, en realidad, sino llevar a cabo unejerciciode lectura,un perderseen esecaminarconjuntoy dialogantequeregalanalgunostextos, un perderseparaganarseen el espacioquebrin-dan;aprendera transformarse,propedéuticadel pensar.

Como toda preparación,esta notaquedará,pues,esencialmentein-completa,abierta.El regalo de un texto invita, en efecto, a ser recibidohospitalariamente,a quesugenerosidadse vea correspondida.Y no bas-

TambiénFoucault,primer curso del año 1983 sobre el texto de Kant tías ¡si Au/klñrungi’,recogidoen MagazineLinéraire, núm. cit,, págs. 35-39. En su último párrafo leemos: «Peroexiste,en la filosofía modernay contemporánea,otro tipo de cuestión,otro modode interroga-ción crítica: se tratadeaquél que vemosaparecerprecisamenteen la cuestiónde la AuWlárungo en el texto sobrela Revolución; estaotra tradicióncríticaplanteala cuestión¿quées nuestraactualidad?,¿cuáles el campoactual deexperienciasposibles?No se trataaquídeuna analíticade la verdad,setrataráde lo que podríamosllamar una ontologíadel presente,unaontologiadenosotrosmismos;y mepareceque la elecciónfilosófica frentea la cual nosencontramosactual-menteesla siguiente:sepuedeoptarpor una filosofía crític@que sepresentecomo unafilosofíaanalíticade la verdadengeneral,o bien se puedeoptarpor un pensamientocrítico que tome laforma de una ontologíadenosotrosmismos,de unaontologíade la actualidad;éstaesla formade filosofía que, de Hegel a la Escuelade Frankfurt pasandopor Nietzschey Max Weber,hafundadouna forma de reflexión en la que he intentadotrabajar».

3’ Foucault. «Le souci de la vérité», en MagazineLiutraire, n. 207. mai 1984, p. 8.

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Nota sobreun ensayode Deleuze 261

ta, entonces,conempeñarseen unaprecauciónminuciosa,en unaexigen-cia de rigor, es precisotambiéndisponersea unarevisiónincesantede laspropias tesis, aventurarseen unaactividad reflexiva que nos muevaacorregircontinuamenteel enfoque,adesplazarel centroy a desdibujar,por fin, el centroparamejorarel enfoque.En esteproceso,de un modocasi necesarioy, desdeluego, del todo deseable,hande surgir discrepan-cias.Corresponderinvita así,en estecaso,a quenosesforcemosen perfi-lar nuestralecturafrente y graciasa la queDeleuzenosbrinda.

Hemos visto cómo paraanalizarel problemaque nos ha ocupado,Deleuzeha diseñadoun mapay ese es,probablemente,el mejormododeencararlo.Paranosotrosno se trataráahoratantode intentarcorreccio-nespuntualessobreel plano deleuziano,cuantode procurarquesu dis-cursofuncione, y paraello es precisoutilizarlo en su conjuntocon el finde, recogiendo,desdeluego, aquellasdiscrepanciasparciales,acometerlaempresa,no de modificar su plano, sino de intentarconstruir un nuevomapa.Tal tareadesborda.ya lo hemosdicho,el cometidode esteescrito.Aquélla ofrecea ésteprosecucióny apertura;éstees, respectoa aquella,preparacióny comienzo.Pero apuntemosya desdeaquíuno de los inte-rrogantesfundamentalesqueanimarántal empresaparatenderya asíunpuenteconella.

Hagámoslodel modo más arriesgado,dirijámonos precisamentealpunto de arranqueen el estudiodel problema,a aquélque, quizápor serel primero y por parecerque en él se apoya de algún modo el restodeldiscurso,podríaconsiderarseel mejorasegurado.Nuestracuriosidadpa-recíaencontrarsuprimer acicateantela constataciónde unaheterogenei-dad entrelo visible y lo enunciablequeno impedíasu entrelazamientoni el primadosin absorcióndel segundosobreel primero;en todoello seencontraba,además,el primer nível de un cierto paralelismoentreKanty Foucault.

Ahora bien, ¿es cierto que ese es un presupuestodel pensamientofoucaultianoen tanto «penserautrement»?,¿o se trata,másbien, de unode los másmudospresupuestosde la epistemea travésde la cual vemosy hablamost2.

Eoucaultno dedicaun interésespecialmenteintensoal corteepistémi-co quese produceen el s. XVII. Lo peculiares su insistenciaen el análisisde unadiscontinuidadquesitúaentrefinales del s. XVIII y principios delXIX. Foucaultdedicaun granesfuerzoaestudiaren esteperíodola emer-genciade la epistememoderna.¿Eséstaunaelecciónarbitraria?,¿careceacasode importanciaestecambio,con respectoa lo usualmenteadmiti-do, del momentoen el que se cree encontrarel comienzode la moderni-dad?En absoluto.Foucaultsospechaquela mayoríade los esfuerzosquese han llevado a caboparasalir de nuestromodo modernode pensarse

32 Véase,por ejemplo, Foueault.Lesinois el les choses,ed,cit., p. 58. y p. 60.

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hanrealizadotomandoen él el punto de partida, bajo sus presupuestos,siguiendoa vecessusmismosdesigniosy lanzandola críticacontraaqué-lío que, desdeél, no puede,en realidad, sino ser sometidoa crítica. Secretaapuntarcontra la epistememoderna,desdesu seno los dardosselanzabancontra lo quese creíansus comienzos,peroel blanco no eraenrealidad sino la epistemeclásica,esto es, aquéllade la que la nuestrasurgey respectode la cual es paranosotroslo propio seguirelevandolamisma críticaquediferenciándonosde ella, nos ha hechoser lo queso-mos y en ello nosmantiene.Poresoes paraFoucaultfundamentaldefinirel cortequenosconstituye,porquees grandela dificultad paraaprehen-der los presupuestosdel propiopresentey romperel «cuadriláteroantro-pológico»,el espaciopropio de la modernidad.Y en tantoqueello ha deintentarsedesdefuera del mismos,es precisodedicarsea la laboriosa,lenta, minuciosatareadc descubrirsu suelo de positividad.ese espaciosubyacentequeposibilita nuestropensamiento;de descubrir,en fin. todoaquelloqueya no vemosporquese ha vueltoparanosotrosabsolutamen-te transparenteen tantoqueya no sabemosmirar si no es a su través,

Ahorabien, adscribirlea Foucaultafirmacionesqueél hacedel pensa-mientopropiode la epistememodernaes,sin duda,el modomásinsidio-so, másimportantey másfrecuentede confundiraquellode queFoucaulthablay aquello quedice respectode ello. Pero volvamosa la preguntaque hacepoco nos planteábamos:pensarlo enunciabley lo visible delmodo que indicábamos,¿esalgo característicodel pensamientode Fou-cault como «penserautrement»,o se trata másbien de unadescripciónde nuestromodo de pensaren tanto pensamientomoderno?Pero sí setrata de esta descripción,el paralelismocon Kant que comentábamosresultaríaser no ya un «peculiarneokantismo»propio de Foucault, sinouna confirmacióndel análisis foucaltiano.En efecto, sería,en estecaso,naturalque del estudiode lo peculiarde la epistememodernaresultaseqtíe ésta guardaunaestrecharelacióncon el pensamientokantiano,estoes,aquélque,despertandoal pensamientodel sueñoen queestabasumi-do. le proporcionóun nuevo espacioen el quevolver a dormirse,no vacl sueñodogmático,sino estavez con un nuevosueño,el característicode la modernidad,el sueñoantropológicodel que es preciso.de nuevo.despertaí”4.Si estofuera así,podría, desdeluego, explorarsela relaciónde Foucaultcon Kant en diversosniveles,pero habríaquebuscarlano entanto —a menosque quieranestudiarselos escritosde Foucaultcomorepresentativosdel modo modernode pensar,peroen esecasono cabríaya referirse a ellos con la expresión«penserautrements>—que Kant yFoucault piensende un modo parecido,o de acuerdocon estructurasanálogas,sino en tanto queambosse esfuerzanpor instaurarun nuevo

~ Foucault. Loe cii, p. 353.

~ Foucault.Loú. cii, ps. 351-354.

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Nota sobreun ensayodeDeleuze 263

espacioparael pensar,en queambospretendendespertarde un sueñoalpensamiento.Peroestossueñosy aquellosespaciosson distintos.El pro-blemaes,en fin, muchomáscomplejo,no hemosqueridoaquísino tnst-nuarlo.

Pero terminemosya este trabajo,y hagámoslocomolo comenzamos,conunacita de Foucault:«Encuantoalmotivo queme impulsó,ha sidobien simple... Se trata de la curiosidad..,no aquellaque intentaasimilarlo queconvieneconocer,sino la quepermite desprendersede sí mismo.¿Dequé valdría el encarnizamientodel sabersi sólo debieraasegurarlaadquisiciónde conocimientoy no, de un cierto modoy en tantose pueda,el extravíode aquélqueconoce?...¿quées la filosofía hoy en día —quierodecir la actividad filosófica— sino el trabajocrítico del pensamientoso-bre sí mismo?¿Y acasono consiste,en lugar de en legitimar lo que ya sesabe,en acometerla empresade sabercómo y hastadóndeseriaposiblepensarde otro modo?...El ensayo—quehayqueentendercomo pruebamodificadorade sí-mismoen el juego de la verdady no como apropia-ción simplificadorade los demásconfinesde comunicación—es el cuer-po viviente de la filosofía, al menossi éstatodavíaes hoy lo que fue enotro tiempo, es decir, una ascesis , un ejerciciode si, en el pensamiento>í~.

* * *

Acaso queramos,paraconstituir nuestro«modode vida» por venir,queesapeculiar relaciónde cadauno conlos otros a travésde laque irácadacuál esculpiéndosea sí mismo no hayade serotra quelaproblernaíi-zableen torno a palabrastan usadascomo«amistad»o «amor».

JuanJACOME FEIJÓO

~ Foucault.Lusagedesplaisirs, cd. cit. p. 14-15.36 Estanota no se ha escritosino parajugar con la ambigliedadde la notaa la que anota,