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Encuentros

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El Quinto C

entenario

Petróleo Venezolano para el

Mercado AlemánVEBA OEL AG y PETROLEOS DE VENEZUELA S.A. son socios en el campo petrolero. Conjuntamente retinan crudo para el mercado alemán.

La compañía RAAB KARCHER AG, filial de VEBA OEL AG, está

comercializando productos petroleros para dichas compañías.

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¿ » s -1 RAAB KARCHER Mineralólvertrieb

Contenido Editorial

1992, el Quinto Centenario

Miscelánea:

El ejército venezolano y la influencia alemana: 1910-1913 Angel Ziems 3

Colonos de Tovar en La Victoria Rafael Carias 6

Tema:El Quinto Centenario

Un espejo humeante. El aniversario del 'descubrimiento' de América en el conflicto de opinionesWalther Bernecker 9

Del asombro al desencuentro Domingo Miliani 20

América o el descubrimiento de la memoria histórica Eduardo Subirats 24

El descubrimiento que nunca fue Verónica Jaffé 26

De los pobres y los ciudadanos. La relación Norte-Sur 500 años despuésGabriele Simón 29

Separata:Noticias y programa de la ACH, Caracas

Todo el mundo comenta la fecha. Algunos aún tratan de ver algo positivo en los acontecimientos ocurridos hace 500 años, buscando una razón para festejar: 500 años del descubrimiento de América. Un hombre llamado Colón se hizo a la mar - con unos barquitos de lo más precarios - para encontrar una nueva ruta hacia la India, y se tropezó con un continente, cuyos habitantes tuvieron que sufrir las terribles consecuencias de este error de navegación en el transcurso de los siglos siguientes.

Un holocausto indescriptible se extendió como un incendio sobre el nuevo continente antes de que se le impusiera a tos restos de tos pueblos la cultura occidental-europea, sobre todo en su versión cristiana. Ninguna de las acusaciones y críticas, tampoco aquella de Las Casas ante Carlos V y otras ante potentados posteriores tuvieron algún efecto; la ‘cruzada’, por lo que sea, todavía sirve hoy en día a tos intereses de todos aquellos que buscan algo en este continente.

Cuando contemplan su historia tos descendientes de tos habitantes originales no encuentran motivos para celebrar. ‘500 años de represión’ escriben sobre sus pancartas, y lentamente comienzan a exigir tos derechos que les fueron negados en tos últimos 500 años. La reflexión sobre la propia identidad podría ser en algunos países latinoamericanos la clave para evitar catástrofes futuras. Pues las concepciones económicas occidentales han fracasado escandalosamente.

Quizás también debería tomarse el año 1992 como pretexto para pensar en las nuevas misiones y tos nuevos misioneros, que callada y poderosamente han invadido el nuevo continente. Desde mediados de tos años 60 el continente latinoamericano registra una verdadera invasión de cultos protestantes y fundamentalistas provenientes de tos EEUU. En su libro La destrucción de estructuras simbólicas de la cultura Elisabeth Rohr analiza este fenómeno y advierte que en pocos años un tercio de la población latinoamericana pertenecerá a una comunidad religiosa no católica, generalmente protestante- fundamentalista, que por lo común es dirigida desde tos EEUU. En uno de tos próximos números ofreceremos extractos de este libro. Theo Eberhard

Encuentros 12 1992 1

Encuentros Personalia

Revista publicada por la ASOCIACION CULTURAL

HUMBOLDT, Caracas, en colaboración con el

INSTITUTO GOETHE, Munich, y la ASOCIACION VENEZOLANO-

ALEMANA, Munich.

Directores: Dr. Theo Eberhard (editor)

Arq. Eduardo Robles Piquer (CNPNo. 1367)

Dr. Rolf Walter Coordinación y Redacción:

Dra. Verónica Jaffé

Dirección: Venezuela:

Asociación Cultural Humboldt Apartado 60501 Chacao

Tel. 52.64.45 Fax: (02) 525621

Telex: 27679 ACHum ve Caracas

Alemania: Deutsch-Venezolanische

Gesellschaf e.V.Parkstr. 4

8000 München 2 Tel.: (49-89) 5026531

Fax: 5022311

EDITORIAL R.S. SCHULZCopyright© 1987 by Verlag R.S. Schulz

8136 Percha am Stamberger See, Bergerstr. 8 bis 10

La reproducción de artículos publicados en esta revista es

posible sólo con previa autorización de la redacción.

Derechos reservados, inclusive el derecho a ser copiado, reproducido

parcial o totalmente, así como la traduccción de artículos.

Impreso en Caracas, Venezuela.

Transporte a la R.F. Alemania, cortesía de Lufthansa.

Depósito Legal: pp 87-0228 PVP: Bs. 60.-

Suscripción anual: Bs. 200.- Einzelheft: DM 8.-

Jahresabonnement: DM 32.-

Por la buena causa

En 1992 se cumplen 20 años de labor consular de Venezuela para el editor Rolf S. Schulz. En estos 20

años el Señor Cónsul hizo un trabajo ejemplar. Además de las tareas consulares propiamente di­

chas, el Dr. Rolf S. Schulz demostró que un consula­do puede llevarse con el corazón. Pocos consulados

han promovido y realizado tantas actividades. No solamente las elegantes recepciones en la Residen­cia Real muniquesa, también conciertos, exposicio­nes de artistas venezolanos fueron momentos este­lares del intercambio cultural entre los dos países. El Cónsul Schulz también fue miembro fundador de la Asociación Venezolano-Alemana en 1983, que sin

su constante apoyo jamás hubiera podido desarrollar tan variadas actividades científicas y culturales.

Sobre todo se le debe el que las revistas Nachrich- ten der Deutsch-Venezolanischen Gesellschaft (desde 1983, 19 números) y Encuentros (desde

1987, 11 números) hayan podido publicarse. A él se debe también el que autores venezolanos se pudie­

ran presentar al público alemán. En su editorial aparecieron obras de J.L. Salcedo Bastardo, José Francisco Sucre, Tomás Polanco, Rafael Caldera y Francisco Herrera Luque. El hermoso almanaque sobre Venezuela es otra de las bellas tradiciones mantenidas por él, así como folletos informativos sobre Historia, geografía y gentes de Venezuela.

Este compromiso constante se vio honrado con las siguientes distinciones: Cruz Federal al Mérito,

Orden Bávara al Mérito, Orden de San Jorge, Orden Andrés Bello 1sClase.

2 Encuentros 12 1992

Miscelánea

El ejército venezolano y la influencia alemana:1910-1913 Angel Ziems

En los últimos años han crecido vertiginosamente las líneas investiga- tivas referidas a la larga dictadura del General Juan Vicente Gómez (1908- 1935). La bibliografía hoy día es nu­merosa (1), pero aún existen grandes limitaciones para la comprensión del fenómeno militar. Mitos, barreras y cierto temor por abordar la temática militar han frustrado diversos trabajos in vestigati vos. Estos obstáculos no han permitido profundizar en la investiga­ción de las influencias externas e inte­reses que se mueven en un momento determinado en la organización de u- na fuerza militar. En tomo a la influen­cia externa en la formación del Ejérci­to venezolano en su etapa contempo­ránea no hay trabajos específicos, sólo artículos y referencias diversas. Aún se encuentran celosamente guardados o inexplicablemente olvidados un gran volumen de documentos que nos per­mitiría comprender aún más la histo­ria de las Fuerzas Armadas venezola­nas. En el punto específico de la in­fluencia alemana el trabajo más im­portante es el de Samuel McGill, Po­liantea. Memorias de McGill (2). O- tros trabajos referenciales son los de Ramón J. Velásquez (3), Domingo Alberto Rangel (4) y Angel Ziems (5).

El Gomecismo, los andinos y los alemanes

Antes que los andinos encabeza­dos por Cipriano Castro y Juan Vicen­te Gómez triunfaran con la Revolu­ción Liberal Restauradora, ya éstos tenían contactos con los alemanes. En efecto, la importante producción de café de esa región tenía una salida

natural, la cual era el Lago de Mara­caibo. Las últimas décadas del siglo pasado y las primeras de éste, se carac­terizaron por una influencia comercial de las casas alemanas en la región. Para el comerciante, agricultor o polí­tico andino era común la relación con los alemanes. De manera que no era extraño para Gómez (antes como co­merciante y ahora como político y militar) su conocimiento de la reali­dad alemana. Es importante recordar que cuando gobierna Castro, Vene­zuela sufrió el bloqueo de sus costas por fuerzas navales inglesas, italianas y alemanas por el cobro de la vieja y pesada deuda extema.

Cuando Gómez asume la presi­dencia en 1908, uno de sus objetivos fue de conciliarse con los diversos factores de poder tanto internos como externos, a los cuales había adversado Castro. Alemania era un aspecto im­portante: su poderío financiero, co­mercial y militar encajaba en la nueva política que inauguraba el gomecismo en cuanto a consolidar excelentes re­laciones.

La inspiración m ilitar alemana en América

América Latina, a finales del siglo XIX y principios de éste, era escenario de las pugnas de las diversas potencias de aquel entonces. Los Estados Uni­dos de América controlando e influ­yendo en el Caribe y América Central y tratando de entrar en Suramérica; y las potencias europeas (Inglaterra, Francia, Holanda y Alemania) con una gran influencia en el continente especialmente en su parte sur. Debe­mos agregar que en este momento histórico es la lucha entre las fuerzas caudillistas regionales (ampliamente derrotadas) y las fuerzas centralizado- ras, y en algunas naciones, modemi- zadores. Por supuesto, era importante la fuerza militar. Hay una marcada tendencia a la asimilación de la llama­da “Escuela Prusiana”. El espíritu mi­litar de aquel momento estaba influido por dicho modelo. Había logrado el Estado Prusiano grandes avances en el

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Miscelánea

campo militar: en lo organizacional, técnico y lo conceptual. Tenía una bien organizada y disciplinada maqui­naria que constituía el modelo más avanzado ‘a copiar’ según el análisis de Domingo Alberto Rangel (6) por el resto de los ejércitos.

McGill y la influencia alemana en Venezuela

Un hombre clave en el proceso de modernización del Ejército venezola­no en la primera década de este siglo fue el oficial chileno Samuel McGill. Visita a Venezuela en 1904 y logra establecer una buena amistad con el Presidente Castro.

En 1906 se casa con una hija del General Julio Sierra y el propio Castro y su señora son padrinos de la boda. McGill logra establecer buenas rela­ciones con altos mandos militares. Cuando el Gobierno de Gómez inicia laReforma Militar esteoficial chileno va a ser una pieza clave en el proceso.

McGill va. a poner en práctica las concepciones y métodos adquiridos en Chile, cuyo ejército tempranamen­te se había modernizado bajo la in­fluencia alemana. De manera que el modelo militar alemán va a entrar a Venezuela por la vía de este oficial chileno.

La esencia de la reforma consistía en convertir la vieja montonera en un ejército formal, disciplinado y con u- na gran capacidad de fuego. Para cum­plir semejantes propósitos McGill o- cupó importantes cargos en la instruc­ción y preparación de la tropa y oficia­lidad. En un primer momento (1910) es nombrado Jefe del Cuerpo de Cade­tes de la recién inaugurada Academia Militar con la cual impulsaría directa­mente la formación técnica de los es­tudiantes. A finales de ese mismo año es nombrado Instructor General del Ejército. En 1911 fue designado miembro de la Comisión para la re­dacción de los “Reglamentos Milita­res”. Estos reglamentos eran práctica­mente una ‘copia’ de los reglamentos chilenos, los cuales tenían una fuerte influencia alemana. En 1912 es comi­sionado por el Gobierno para la com­

pra de efectos para el ejército. El Dia­rio New York Times, en octubre de 1912 publica un comentario donde indica que el oficial McGill “es un chileno de nacimiento, pero tan ale­mán por su aspecto que hasta se parece a al Kaiser Guillermo II” (7). En 1913 pasa a ser miembro de la Comisión Superior de Instrucción Militar, orga­nismo que vendría a cumplir las fun­ciones del llamado estado Mayor. El énfasis estuco en la fuerza terrestre. Al margen de los cargos ocupados en poco tiempo, es importante señalar que fue promotor de diversas iniciati­vas para construir una fuerza militar cohesionada, disciplinada y prepara­da técnicamente.

Los centenarios y el ejército a la ‘alemana’

Al margen de querer organizar una poderosa fuerza militar, el gomecis- mo deseaba presentar para las fechas aniversarias de las fiestas patrias un ejército “digno de los Libertadores”. En efecto, se cumplían un centenario del 19 de Abril y del 5 de Julio. Estos centenarios estimularon la organiza­ción de numerosos desfiles y paradas militares. Hubo un interés por la mar­cialidad, por el orden cerrado. Los periódicos de la época (El Venezola­no, El Universal y El Tiempo) recogen diversas opiniones en tomo a la nueva imagen del Ejército al estilo ‘europeo’ para hacer alusión concretamente al modelo alemán.

En sus memorias McGill inserta un artículo publicado por la revista alemana Süd Mittel Amerika, editada en Berlín, de diciembre de 1912, don­de nos detalla más la identificación de los métodos chilenos con los alema­nes y ahora aplicados en Venezuela: “... también llegará Venezuela segura­mente en no lejano tiempo a la altura de organización militar, cultura y dis­ciplina que por ejemplo Chile ha al­canzado bajo la dirección del Señor General Komer, Jefe de la Misión Alemana. El General Félix Galavís es quien ha insinuado al Presidente Gó­mez para esta Reforma Militar, y quien con celo la vigila. El Coronel McGill,

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Miscelánea

Oficial del Ejército de Chile, es la parte ejecutiva; fue bajo la dirección del General Komer que éste hizo sus estudios militares” y agrega el perio­dista, que su curiosidad por conocer la reforma militar fue porque al llegar a Caracas vió una figura -un soldado- “uniformado a la alemana (...); el Co­ronel McGill, Instructor General (...) me dio a conocer, no sólo con pala­bras, su aprecio y admiración por Ale­mania y su Ejército, sino también su estimación muy personal por el Gene­ral Komer.” (8)

Un proceso integral

Si bien en Venezuela no se instaló alguna Misión Militar Alemana es e- vidente que, durante los años iniciales de la Reforma, la influencia alemana fue determinante. Venezuela envió a Colombia y al Perú jóvenes para estu­diar en las respectivas Academias Mi­litares donde era importante la in­fluencia alemana. El propio McGill trajo profesores e instructores chile­nos.

Desde el punto de vista organizati­vo se acogió a la estructura trinaría para una mayor operatividad en las brigadas, regimientos, batallones y compañías: por supuesto de fuerte ins­piración alemana.

Este proceso integral se extendió a la adquisición de armamento alemán: fusiles, cañones, ametralladoras y ex­plosivos. Igualmente cascos alemanes así como equipos de campaña, tiendas y otros accesorios. Hasta se organiza­ron bandas marciales bajo la concep­ción alemana, de acuerdo a los regis­tros en esos años no se enviaron estu­diantes venezolanos a Alemania.

Por qué desaparece la influencia alemana

Esta influencia alemana va a desa­parecer a partir de 1914. existen dos razones poderosas. La primera de ca­rácter interno, porque el gomecismo frena la reforma Militar y se inventa una supuesta invasión del ex-Presi- dente Castro por Occidente, lo que

allana definitivamente el camino a la dictadura gomecista y la desviación del Ejército como fuerza profesional moderna; McGill y Galavís renun­cian. La segunda razón se refiere a la situación internacional de la Primera Guerra Mundial: Venezuela se decla­ró neutral y durante cuatro años sorteó las presiones de los Estados Unidos, después de 1918, el Ejército venezola­no caerá bajo la influencia militar francesa.

Notas bibliográficas

1.- J. R. Lovera de Sola. Tierra Firme (Revista de Historia y Ciencias Sociales), Caracas, vol. III, 1985, no. 12 y vol. IV, 1986, no. 13.

2.- Samuel McGill. Poliantea. Me­morias de McGill. Caracas, Ediciones delaPresidenciadelaRepública, 1978, 409 pag.

3.- Ramón J. Velásquez. Confi­dencias Imaginarias de Juan Vicente Gómez. Caracas, Ediciones Centauro, 1980,465 pag.

4.- Domingo Alberto Rangel. Los Andinos en el Poder. Caracas, Edito­rial Vadell Hermanos, 1974.

5.- Angel Ziems. El Gomecismo y la Formación del Ejército Nacional. Caracas, Editorial Ateneo de Caracas, 1979.

6.- Domingo Alberto Rangel, ob.cit., pag. 19.

7.- Samuel McGill, ob.cit., pag.55.

8.- Ibidem, pag. 122-124.

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Miscelánea

Colonos de Tovar en La Victoria

Rafael Carias

Germán Fleitas Núñez, cronista de la ciudad de LaVictoria y en el presente Alcalde de la misma población recogió en un bien documentado libro con el título “Colonos y Colonieros”, Edito­rial Miranda, Villa de Cura 1988, inte­resantes datos de índole demográfica sobre los primeros 25 años de la Colo­nia Tovar. El autor utiliza fuentes de primera mano, cuales son el libro que llevó el propio Codazzi, titulado “Pri­mer Libro de Registro de Muertos, Na­cidos y Casados de la Colonia Tovar”, el Libro de Bautizos de la Santa Iglesia Matriz Nuestra señora de Guadalupe de La Victoria”, el correspondiente a la Iglesia de Carayaca y el Censo que el maestro Simón Müssle-Hassler Prag realizó en 1870 por encargo del presbí­tero Críspulo Hurtado, párroco de Ca­rayaca.

La obra de Fleitas Núñez es un digno aporte a la historia de las buenas relaciones que han existido entre la Colonia Tovar y La Victoria, desde el comienzo mismo de este asentamiento cuando el 5 de abril de 1843 llegaron los colonos a esta ciudad procedentes de Choroní y se prepararon para el ascenso a los bordes del pico de Maya, meta final del duro trayecto que culminó el 8 de abril, fecha de la fundación de la Colonia. Ahora, a poco menos de un año de estas fechas sesquicentenarias, la ciudad de La Victoria se dispone igualmente a participar en ese impor­tante evento, dados los vínculos de todo género que han mediado entre ambas poblaciones.

Como una contribución dentro del marco de ese jubileo, presentamos un bosquejo de tres familias de La Victo­ria, de clara ascendencia tovarense, que se hicieron dignas de respeto por sus dotes humanas y alcanzaron celebridad

y buen nombre en el ámbito no sólo de La Victoria, sino también de la región aragüeña. Son los Blank, losLehrmann y los Miissle.

Johann Baptiste Blank, oriundo de Ettenheim, pocos kilómetros al norte del Kaiserstuhl, de profesión sombrere­ro, vino en la primera expedición de 1843 acompañado por su esposa Anna Katerina Herbstrith y seis hijos entre nueve y cuatro años de edad. Los Blank Herbstrith no llegaron a permanecer mucho tiempo en la Colonia, ya que no los encontramos en el censo de Simón Müssle-Hassler de 1870. Carlos, el ma­yor de los Blank Herbstrith, casó con Helen Kiessel. Esta familia Blank Kies- sel ciertamente residió en La Victoria, fueron ocho hermanos, todos distingui­dos y entre los que sobresalieron están los siguientes: Carlos Blank Kiessel, nacido el 13 de septiembre de 1880 y fallecido el 24 de octubre de 1952, fue un reconocido educad«-, que regentó largos años el Instituto Mariano Monti- 11a, entre sus discípulos se cuenta el poeta Luis Pastori. Carlos Blank fue ciertamente un esclarecido humanista, con extensos conocimientos de la cul­tura grecolatina. Fue inspirado poeta, a quien se le ha clasificado de neoromán- tico. Su sensible espíritu se proyecta en la naturaleza circundante y sus grandes vuelos poéticos trasmiten la perpetua insatisfacción de su alma que se distan­cia de los logros terrenales. Don Carlos Blank, como se le llamaba p « su auto­ridad de maestro, fue toda una institu­ción en la ciudad como paradigma de la cultura, de las letras y de la misión educativa Su vida académica cubre la primera mitad del siglo XX y forma parte de la constelación cultural inte­grada por Sergio Medina Rafael Brice- ño Ortega y Carlos Aponte.

Eduardo Blank Kiessel fue un prós­pero hacendado cuyas posesiones cer­canas a La Victoria se encontraban al este en Sabaneta y en el oeste en la hacienda El Recreo. Con el tiempo sus descendientes, los Blank Antich y los de la tercera generación, Blank Monti- 11a, cuyos primogénitos invariablemen­te tienen el nombre de Eduardo, adqui­rieron inmuebles dentro de los límites

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Miscelánea

de la ciudad de La Victoria. Eduardo Blank Antich fue un destacado alpinis­ta, habiendo sido el primero en escalar el Pico de Maya que luego recibió el nombre de Pico Codazzi.

Mathilde Blank Kiessel, honorable matrona, contrajo matrimonio con Mi­guel González Esteves, perteneciente a una de las distinguidas familias del lu­gar. Basta decir que su hermana, Isabel González Esteves, fue la esposa del Presidente Raimundo Andueza Pala­cio. Los González Blank fueron todos famosos, los hijos varares Carlos, Al­fredo y Miguel Antonio formaron dig­nos hogares en La Victoria. Entre las hijas cabe mencionar a Angelina, per­sonalidad decidida y egregia en asuntos de cultura aragüeña. Gracias a sus es­fuerzos se fundó en La Victima la Cruz Roja y rescató así mismo la Plaza Mon- tilla frente al memorable cuartel del mismo nombre. Angelina ha estado a la cabeza de numerosas asociaciones y juntas culturales, religiosas y patrióti­cas. Disponible para toda buena inicia­tiva, se hizo con el tiempo la figura imprescindible, a quien se pedía que participara en las más diversas activida­des. Cecilia González Blank se casó con Angel Cano, quien se distinguió por su formación religiosa y su ánimo esforzado, que lo hizo paladín de la resistencia en contra del largo gobierno gomecista, encontrando una muerte prematura en medio de su heroica lucha contra el tirano. Entre los Cano Gonzá­lez Blank, la figura sobresaliente es Josefina, quien ha recogido la bandera de Angelina González Blank como per­sona central en la vida cultural y religio­sa de La Victoria. Está casada con el prestigioso galeno Dr. Gustavo Subero, quien cumple este año 50 años de digno ejercicio de su profesión, casi en su totalidad en La Victoria y muy espe­cialmente en la Colonia Tovar, a donde iba regularmente a atender a los enfer­mos acompañado de su esposa Josefi­na. Ambos ejercieron labor humanita­ria en la Colonia Tovar y recuerdan su amistad con la famosa Baronesa von Keller y con el sobrino de ésta, el Dr. Joachim. Cuenta Josefina Cano que un día le preguntó a la Baronesa cómo había tenido la idea de venir a residir en

Tovar, y la noble dama le contestó que estando en Costa Rica le llegó informa­ción acerca de la privilegiada situación geográfica de Tovar y de sus habitantes, así decidió venir a vivir en la Colonia. Su última enfermedad la pasó la Baro­nesa en La Victoria, en el hogar de los Subero Cano González Blank, quienes la atendieron como a un miembro de su propia familia.

Valenü'n Lehrmann era oriundo de Wassenweiler, población cercana al Rhin y al norte de Kaiserstuhl, en la región de Badén, era tejedor y vino a Venezuela en el primer grupo de 1843 junto con su esposa Juana Mayer. En­contramos en La Victoria, en los prime­ros años de este siglo, a Antonio Lehr­mann, nieto de Valentín, casado con Carmelita Oviedo, dama de distinguida estirpe y de estricta formación moral y religiosa. Su hermano Guillermo Ovie­do fue muy humanitario y se dedicó a la atención de emergencia a los enfermos y a los primeros auxilios. Sobre los Lehrmann Oviedo se cernió un omino­so destino: las hermanas Eloísa y Ber- tha fueron víctimas del mal de Jansen y pasaron muchos años de aislamiento y privaciones en el temido hospital de Cabo Blanco cerca de Maiquetía. Allí nació el pequeño Marcos, que injusta­mente fue privado de la atención de su madre y recibió un segundo hogar en la casa de la familia Udis de buenos cris­tianos y educadores. La población de La Victoria de nobles y y solidarios sentimientos se mostró compasiva ante la tragedia de la casa Lehrmann Oviedo y no pocas familias iban a visitar y consolar a las enfermas en su reclusión de Cabo Blanco. Finalmente, otro her­mano, Eduardo Lehrmann Oviedo, ter­minó su existencia en forma violenta. Personajes de tragedia griega, esta ho­norable familia victoriana de apellido y ascendencia tovareña era extremada­mente amable y de finas actitudes, lo que la hizo muy cercana a esta pobla­ción también sufrida y ecuánime, que le brindó su afecto y simpatía porque se sentía representada en ella.

Joseph Müssle, natural deWyhl am Rhein, sin profesión determinada y ya

Encuentros 12 1992 7

Miscelánea

viudo, vino acompañado de sus seis hijosentre 15y2años,los Müssle Vogt. El mayor de ellos, Simón, se casó con Bemardine Hamm, quien a edad de 14 años había llegado con su padre Antón, viudo éste también y agricultor de la población de Herbolzheim. De los Müssle Hamm, que fueron al menos once hermanos, conocemos las partidas de bautismo de Agustín Esteban, bauti­zado el 9 de diciembre de 1858 y de Juan Antonio, nacido el 17 de junio de 1871. En dicha partida yaaparece escri­to el segundo apellido Ham en vez de Hamm. Juan Antonio Müssle Ham contrajo matrimonio con Rosina Ruh. Nos interesan los hermanos MüssleRuh, quienes relativamente jóvenes vinieron a establecerse en Pie de Ceno, cerca de La V ictoria, debido a la temprana muer­te de la madre Rosina. En la casa del Pie de Cerro vivió el hacendado Pedro Müssle Ruh (Perucho), compadre de Don Adolfo Castro y su señora Altagra- cia. Castro era un conocido y simpático sastre de La Victoria y ofreció su hogar a las pequeñas hijas de Perucho, María y Luisa, mientras asistían a la escuela que dirigía en La Victoria la eximia educadora Carmen Pilar Fernández.

Alumnas de esa época fueron la ya mencionada Josefina Cano González Blank y nada menos que Sofía Imber, ya que su padre, oriundo de la Europa del Este, ejercía sus actividades técni­cas en La Victoria. En la famosa casa del Pie de Cerro vivió igualmente la ilustre Berna Luisa Müssle Ruh, largo

tiempo viuda de Bravo y ahora residen­ciada en La Victoria, quien es una tova- reña auténtica, verdadero puente de unión y afinidades no sólo entre Tovar y La Victoria, sino entre Tovar y las poblaciones alemanas de exigen, en es­pecial Wy hl am Rhein, de donde proce­de el ancestro Müssle. Decir Berna Müssle es evocar toda una mujer insti­tución, llena de entusiasmo por el bien de la Colonia Tovar. Recientemente ha conducido grupos de tovareños en giras por el norte y sur de Alemania, lleván­dolos por la región de Badén, tomando contacto con el museo tovareño de En- dingen y de otras casas donde hay fuer­tes vínculos con la Colonia Tovar. Ber­na está a la cabeza de las asociaciones creadas para conservar el haber artísti­co y cultural de la Colonia Tovar. Natu­ralmente está en el comité que prepara para abril de 1993 las actividades con­memorativas del glorioso sesquicente- nario de la fundación de la Colonia y, junto con el cronista/alcalde Germán Fleitas Núflez, ya se diseña una romería desde La Victoria que rehaga las heroi­cas jomadas del6,7y 8 de abril de 1843, cuando los fatigados colonos transita­ron la ruta de La Victoria-Pie de Cerro- E1 Palmar. Berna Müssle Ruh vive en La Victoria, cerca de sus sobrinas Luisa Müssle de Castro y María Müssle de Siegle, pero su corazón está en la Colo­nia, y se diría que más allá, muy cerca del Rhin, en Wyhl, de bellas colinas y ricos viñedos.

Bellermann: Paisaje selvático cerca de la Colonia Tovar

8 Encuentros 12 1992

Tema: El Quinto Centenario

Un espejo humeanteEl conflicto sobre el aniversario del ‘descubrimiento’ de América

Walther L Bernecker

La visión oficial de España: descubrimiento y colonización

Cuando a finales de tos años 70 el gobierno español llamó a la opi­nión pública nacional e internacio­nal a celebrar tos 500 años del descubrimiento de América produ­jo un eco inmenso -positivo y nega­tivo. En la misma España se inten­sificaron tos preparativos que habí an comenzado tiempo antes. En 1984 se creó la Comisión Nacional para la Celebración del 500 Aniver­sario del Descubrimiento de Améri­ca que goza del ‘alto patrocinio’ y protección del rey Juan Carlos I, y en 1985 la Sociedad Estatal para la Aplicación de tos Programas. A ni­vel internacional siguió en 1984 el establecimiento de una Conferen­cia Interamericana y en 1986 la creación de un Secretariado Per­manente, que cuentan con el Insti­

tuto de Cooperación Iberoamerica­na (ICI) como organismo ejecutory operativo más importante. El prin­cipal responsable de las celebra­ciones por parte española es Luis Yáñez, quien, como secretario de estado con rango de ministro, pre­side la comisión española para la fiesta de tos 500 años y puede considerarse como precursor e ini­ciador del proyecto.

Lo que España intenta con la celebración ha sido explicado por Yáñez en muchos discursos y folle­tos. En 1987 aclaró que la celebra­ción de la fecha histórica de 1492 no significa en modo alguno ‘la celebración del genocidio de tos indios por parte de tos conquista­dores españoles’, más bien, el año 1992 ‘brindaría la oportunidad para recordar un acontecimiento que cambió la percepción de! mundo’. Se trataría de terminar de una vez

por todas tanto con la leyenda ne­gra como con la blanca.(1)

Coincidiendo con Francisco Ló­pez de Gomara, Pedro Laín Entral- go y otros historiadores, Yáñez describe el descubrimiento de A- mérica como el acontecimiento más importante de la historia universal - después del nacimiento de Cristo. No duda en ningún momento de la justificación del término descubri­miento.^) Para él 1492 fue ‘el ¡nieto de una aventura extraordinaria con sus lados de luz y de sombra’, donde tos primeros son claramente más numerosos. Y a pesar de toda la legítima autocrítica, no debería olvidarse -según Yáñez- que la ocasión para la celebración debe­ría ser motivo de orgullo por lo alcanzado. ‘Sin lugar a dudas de­bemos sentirnos orgullosos porque nuestros antepasados fueran tos protagonistas de este aconteci-

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El Quinto Centenario

miento tan decisivo para la historia de la humanidad.'(3) Por ello, el año 1992 deberá festejarse sin complejos. Las ‘celebraciones’ del Quinto Centenario significarían la gran oportunidad para dar un salto cualitativo en la transformación de la imagen de España en el mundo e impulsar la creación de la comu­nidad iberoamericana de nacio­nes.^) Yáñez se opone a un pa­triotismo exaltado o a exageracio­nes nacionalistas y defiende una ‘conquista de la objetividad históri­ca'.

Desde un principio España pro­pagó la idea de una ‘Comunidad Iberoamericana’ que se enfrenta­ría como conjunto a los retos globa­les del presente. El que España juega, o debería jugar, el papel principal en esta tan buscada ‘Co­munidad Hispano e Iberoamerica­na’ no es sólo opinión del gobierno madrileño, sino de una mayoría representativa de los españoles. En una encuestade 1987 un 30,4% se pronunció a favor de un lideraz­go español en tal comunidad y otro 38% consideraba su país como apoyo importante para la defensa de los intereses de esa comuni­dades) Este resultado contrasta claramente con tos resultados de una encuesta hecha en 1991 en Latinoamérica.(6) A la pregunta si el saldo total después de 500 años es positivo o negativo para Améri­ca, un 63% contesto lo segundo (24% contestó positivo, 13% no contestó); la opinión negativa se encontró sobre todo entre encues- tados de las clases bajas. El resul­tado más positivo de estos años sería la herencia de la lengua espa­ñola (31%), mientras que la inte­gración al mundo occidental fue considerada positiva sólo por un 7%. Como daños mayores causa­dos por la llegada de tos españoles se señalaron la pérdida de la iden­tidad cultural (26%), la muerte ma­siva de tos aborígenes (21%), la pérdida de valores morales (21%) y la paralización del desarrollo de las culturas autóctonas (17%).

En relación con la creación de la ‘Comunidad hispanoamericana’ se cita frecuentemente, de la parte española, otra meta: España quie­re presentarse como mediadora y vínculo en el triángulo Comunidad Europea, Latinoamérica y EEUU. Algunos críticos ya sospechan que esta variante de la Hispanidad pretende construir otro modelo he- gemónico para Latinoamérica.(7) El rey Juan Carlos se pronunció contra estos temores cuando exi­gió liberar el aniversario de su mar­co pasado y ‘catapultarlo’ a una dimensión futurista. El monarca no se ha cansado en señalar la fun­ción de puente (ya existente en el pasado y más importante aún para el futuro) de España. “España, co­mo miembro de la Comunidad Eu­ropea, sigue ofreciendo su lengua y sus lazos fraternales con tos países hispanoamericanos para completar su tarea histórica, ser puente entre Europa y el Nuevo Mundo.”(8)

En la Memoria oficial (9) para el 500 aniversario, o sea, en la au- toimagen del gobierno español, se habla de Iberoamérica como de una comunidad de pueblos con una cultura, una lengua e intereses compartidos. Especialmente ins­tructivos son aquellos pasajes don­de se describe la función de las celebraciones. La meta de tos es­fuerzos españoles sería la crea­ción de un ‘polo autónomo en la vida internacional’ que permitiría la independencia económica y tecno­lógica de tos centros internaciona­les de poder para la comunidad de pueblos latinoamericanos. Con ello se menciona explícitamente la si­tuación de dependencia de Latino­américa, sin analizar, sin embargo, tos orígenes de esta dependencia. También se habla de las caracte­rísticas del subdesarrollo: se trata­ría de luchar contra tos males del ‘analfabetismo, marginalización, desigualdad e irrespeto a tos dere­chos humanos’. Algunos de tos pa­sos a seguir en este camino serían unos terms of trade más justos,

instituciones democráticas esta­bles, acceso de todos a la educa­ción, seguridad social y salud. El desarrollo futuro deberá funda­mentarse sobre “una nueva con­cepción de la vida’ y ‘un nuevo orden internacional’. España juga­ría un papel destacado en esta concepción. ‘La grandilocuencia jactanciosa o la nostalgia vacía’ serían pues inadecuadas, por lo contrario, se trataría de recuperar la posición de puente entre el mun­do europeo y americano y popula­rizar la idea de la comunidad ibero­americana. Una condición impres­cindible para ello sería ‘desechar definitivamente algunas percep­ciones negativas que aún existen en algunos círculos’. Hasta aquí el discurso oficial que es llamativo en varios sentidos y sobre el cual re­gresaré más adelante.

En el campo material, la Socie­dad Estatal ha lanzado varios pro­gramas de desarrollo y promoción que involucran varios miles de mi­llones de dólares: para el sistema social y sanitario, el sector educati­vo y urbanístico, para la agricultu­ra, la investigación y la construc­ción ferroviaria. Un peso especial se le dio al apoyo de todas las iniciativas en pro de la población indígena en América; el grupo de trabajo de la UNESCO, Amerindia 92, tiene esta finalidad. Para Espa­ña se creó un enorme programa de inversiones estatales: autopistas, trenes rápidos, una infraestructura sobredimensionada para la expo­sición en Sevilla, el satélite HISPA- SAT y muchas otras cosas más. En total, España ha proyectado para el Plan de Cooperación Iberoameri­cana Quinto Centenario más de 14 mil millones de dólares - 'un paso gigantesco para el futuro de la coo­peración entre España e Iberoa­mérica’.(10)

Paralelo al programa de inversio­nes y promoción, la sociedad española se ve invadida desde ha­ce tiempo por un lutifruti indigesto’ (Manuel Vázquez Montalbán), por ‘orgías publicitarias’ (Mario Bene-

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detti) de folletos a todo color para programas tecnológicos, proyectos arquitectónicos y acontecimientos artísticos.(11) La reconstrucción de las tres carabelas, óperas y pelícu­las así como otras ocurrencias fol- clorísticas son parte de ello, como también programas juveniles y pro­yectos de inversión y cooperación serios y a largo plazo. Un enorme programa cultural pretende esti­mular al público internacional y es­pañol en la celebración del magno acontecimiento.

Con una ofensiva ideológica y material de tales magnitudes proli- feraron las especulaciones sobre los verdaderos objetivos de Espa­ña con este Quinto Centenario. Al­gunos críticos opinaron que las ce­lebraciones estaban inspiradas en una ‘imperial exaltación de la his­panidad civilizatoria’ (Verena Stolcke), otros resaltaron las moti­vaciones supuestamente sólo eco­nómicas de la celebración, por lo cual se trataría únicamente de abrir los mercados latinoamericanos a los productos españoles. Y otros más opinan que ‘el mito de la conquista pretende reestablecer la identidad fracturada del pueblo es­pañol y -sin lugar a dudas- distraer la atención de la crisis social inter- na.’(12) Por último se ha hablado también, como supuesta intención de España, de ‘querer presentar, con la aprobación norteamericana, el modelo español de desarrollo democrático a los políticos en Lati­noamérica’, un modelo que ya ha encontrado numerosos adeptos en ultramar.

Posiblemente tales interpretacio­nes son exageradas. Pero segura­mente puede decirse que la triple fiesta en Barcelona, Madrid y Sevi­lla constituye un maravilloso medio publicitario para dar una imagen positiva de la joven democracia es­pañola dentro de la Comunidad Europea, llamar la atención pública internacional por un año entero, movilizar inversiones futuras y a- traer a millones de turistas.

En sus primeras declaraciones

los representantes gubernamenta­les españoles, siguiendo la termi­nología tradicional, hablaban de la celebración del aniversario del descubrimiento y colonización de América. Era de esperar que tanto los términos como la celebración misma encontrarían oposición en Latinoamérica, si precisamente allí las respectivas celebraciones de la independencia de España -las Fiestas Patrias- se tienen en muy alta estima.

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El comienzo del debate: ‘descubrimiento’ vs. ‘encuentro’

Poco después que las prepara­ciones de las fiestas españolas ha­bían comenzado, se anunció en México un concurso público para trabajos sobre el ‘500 aniversario del descubrimiento y conquista de América’. Se pensó en un contra­peso a las fiestas en España. La palabra ‘descubrimiento’ fue rápi­damente criticada por ios intelec­tuales latinoamericanos, por fin se acordó el término ‘500 aniversario de la conquista de América’. Con ello se estableció la primera gran divergencia con respecto a la posi­ción española. Pero como para Madrid era importante una imagen unitaria y armoniosa de la comuni­dad iberoamericana, había que en­contrar una formulación nueva pa­ra lo sucedido en 1492, aceptable tanto para españoles como latino­americanos.

A finales de 1984 el historiador Miguel León Portilla, en ese mo­mento coordinador de la comisión mexicana para el aniversario - mientras tanto el encargado de es­ta función es Leopoldo Zea- propu­so en Santo Domingo no hablar del ‘descubrimiento del Nuevo Mun­do’, sino del ‘encuentro de dos mun­dos’. León Portilla logró finalmente que en una convención internacio­nal (1984) se aceptara este término como versión oficial. A finales de 1988 este historiador del Náhuatl tuvo otro éxito considerable en su interpretación.(13) Por petición mexicana la UNESCO decidió por unanimidad la ‘universalización’del 500 aniversario. El ‘encuentro de dos mundos’ tiene ahora una signi­ficación universal, pues dió como resultado -por primera vez en la historia de la humanidad- un des­cubrimiento mutuo de todos los pueblos. En aquel entonces habría comenzado la ‘globalización’ de los procesos que transformó la ima­gen del mundo: habría nacido una nueva conciencia global. A esta proposición de León Portilla reac­cionó un compatriota, el filósofo y historiador Edmundo O’Gorman, con una crítica feroz, acusando a León Portilla de haber redactado una ‘obra maestra de la ambigüe­dad’ y, en vez de oponerse abierta­mente a una celebración del ani­versario, ‘querer celebrarlo con la excusa de darle al acontecimiento celebridad de otra forma', quiere decir, 'dándole otro sentido’. La imagen del 'encuentro' fue critica­da por O’Gorman como ‘eufemis­mo que sirve para no tener que llamar por su nombre la realidad de las guerras de conquista, la subor­dinación y explotación de la pobla­ción original y la destrucción de sus culturas.’(14)

En 1990 los ministros latinoame­ricanos de cultura tuvieron que dis­cutir la cuestión del descubrimiento o el encuentro. Después de gran­des debates conceptuales internos le añadieron a la palabra ‘encuen­tro’ el término de ‘confrontación’.

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Sólo ahora se había encontrado unafórmula de compromiso para la ‘Carta Latinoamericana’ publicada finalmente. En ella se dice: ‘La con­memoración del 500 aniversario representa una oportunidad propi­cia para investigar las consecuen­cias del encuentro y la confronta­ción de pueblos y culturas, así co­mo sus recíprocas influencias, sus respectivos aportes para el desa­rrollo general de la región y la hu­manidad.’(1 5) El ministro cubano de cultura Armando Hart se refirió a la necesidad de diferenciar entre el descubrimiento geográfico y la conquista, esta última habría cau­sado la destrucción de las civiliza­ciones existentes, el robo y el ase­sinato, y por ello estaría justificado plenamente el término de ‘confron­tación’. En un intento por superar la historiografía eurocéntrica, los Es­tados latinoamericanos encargaron a sus comisiones nacionales no a 'celebrar el descubrimiento’, sino a ‘recordar el encuentro de dos mun­dos’. Y tos españoles encontraron en la final terminología de su comi­sión para la preparación del ‘500 Aniversario del Descubrimiento de América - Encuentro de Dos Mun­dos’ una fórmula de compromiso que acentuaba tos propios méritos, pero que a su vez indicaba una cierta consideración con tos latino­americanos.(16)

Pero la discusión hace tiempo había sobrepasado tos círculos gu­bernamentales oficiales. Pues la controversia iniciada por el ‘descu­brimiento’ o el ‘encuentro’ suscitó en tos años siguientes una reacción creciente y una radicalización cada vez más fuerte. Aun cuando la dis­puta se restringió relativamente lar­go tiempo a tos círculos académi­cos e intelectuales, en tos últimos tiempos se han incorporado a ella cada vez más organizaciones indí­genas, grupos de defensa de tos derechos humanos, comités de so­lidaridad, partidos y acciones co­lectivas, abriendo así el espectro de discusión y opinión.

Ampliación y radicalización de la polémica.

Las ‘contracorrientes’ surgidas en tos años 80 se diferencian temática y formalmente entre sí.(17) En cuanto a la forma, algunas organi­zaciones rechazan categórica­mente una participación en tos ac­tos oficiales como insulto a tos pue­blos indígenas, mientras otros quieren utilizar el aniversario como plataforma para sus acusaciones. Muchos grupos de oposición ven en las celebraciones la oportuni­dad histórica para atacar la visión oficial y molestar la ‘liturgia’ del Quinto Centenario. No se trata de mostrar solamente tos 500 años de opresión y explotación, sino tam­bién y sobre todo, resaltar tos mo­vimientos de resistencia, el recha­zo, la lucha contra un sistema polí­tico y económico que le fue im­puesto a la población autóctona. Temáticamente se trata para unos de fortalecer tos movimientos de resistencia indígena y popular, así como del desarrollo de modelos alternativos, q.d., el problema de la tenencia de las tierras, la proble­mática de la violencia, el irrespeto por tos derechos humanos, la deu­da externa, la destrucción ecológi­ca. Por otra parte, para tos grupos ‘culturistas’ se trata de la revitaliza- ción del elemento étnico, de la len­gua y de las costumbres como fuente de identidad.

Como el acto del descubrimiento o encuentro no puede ser discutido

sin tomar en cuenta sus conse­cuencias, el debate tuvo que exten­derse forzosamente al tiempo de la colonia e independencia. Una mul­titud de intelectuales españoles y latinoamericanos tomó la palabra - sobre todo en la discusión que ha­ce años viene realizándose en las columnas del periódico español El País.{ 18) En 1988 el sociólogo me­xicano Heinz Dieterich llamó a for­mar un movimiento intelectual bajo el título Emancipación e Identidad de América Latina: 1492-1992, apoyado por muchos autores euro­peos y (latino)americanos, cuyas posiciones, a veces muy diferen­tes, se encuentran reunidas en dos tomos de un libro colectivo y en la revista América. La Patria Gran­de. (19)

La mayoría de tos críticos del Quinto Centenario rechazan no só­lo la perspectiva eurocéntrica del descubrimiento, sino también el término de encuentro, por sugerir una igualdad de condiciones. Si se habla de descubrimiento -de un continente poblado hacia miles de años- se expresaría con ello que las civilizaciones encontradas por tos europeos sólo entrarían a la historia a partir del acto del descu­brimiento, habiendo sido arranca­das así de una ‘prehistoria’ bárbara. Las celebraciones proyectadas tendrían la intención de perpetuar esta perspectiva histórica eurocén­trica.

Igualmente tajante es el rechazo al término encuentro, tomando co­mo criterios dos aspectos: el pro­blema del mestizaje y el genocidio de tos indígenas. Desde que Barto­lomé de Las Casas publicara su Brevísima Relación a mediados del siglo XVI, para tos críticos de la praxis colonial española no cabía duda alguna que tos indios fueron masacrados por millones. Tzvetan Todorov habla en este sentido del mayor genocidio de la historia de la human¡dad.(20) Cómo puede lla­marse encuentro, pregunta el gua­temalteco Luis Cardoza y Aragón en representación de muchos otros,

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algo que fue destrucción, saqueo, opresión, violación, explotación y brutal imposición de una religión extraña. Y el paraguayo Augusto Roa Bastos rechaza el término en­cuentro porque encubre la realidad histórica y, en última instancia, es sólo expresión de un remordimiento de la conciencia colectiva o de una pésima memoria histórica.

Controversias parecidas suscita la palabra mestizaje. En la interpre­tación positiva se tiene la ‘mezcla de razas’ como ideal de las relacio­nes interraciales (21), como ‘obra de amor’ (Carlos Robles Piquer), como ‘misterio genético’ (Ernesto Sàbato), como crisol de razas con ‘increíbles cualidades’ (Fidel Cas­tro), como sensacional ‘simbiosis de culturas, religiones y arles’ (Ale­jo Carpentier). Para el caso del Brasil, Jorge Amado observa que el mestizaje convirtió al país en un ‘inmenso lecho de amor, donde se mezclaron sangres, dioses, ritmos y gustos para formar un pueblo de extraordinaria dulzura y de una amabilidad fuera de lo común [...] un pueblo que puede ser ejemplo para el amor a la paz y la resisten­cia a la pobreza.’(22) El mestizaje sería la única solución para el pro­blema racial.

Del lado de los críticos, Rafael Sánchez Ferlosio habla de ‘una violación étnica de los conquista­dos porlosconquistadores’, yaque las relaciones sexuales permitidas se realizaban no en condiciones de igualdad étnica, sino siempre en un orden jerárquico de desigualdad entre hombres blancos y mujeres indígenas. 'La mujerblanca perma­neció, étnicamente hablando, vir- gen.'(23)

Si hasta este momento se pre­sentaron sobretodo posiciones crí­ticas, no debe pensarse que la gran mayoría de los intelectuales que participan en la discusión se oponen a la celebración. La mayoría, por lo contrario, prefiere la imprecisión de los tonos grises. Posiciones de tanto ésto como aquello’, que in­tentan una representación más ‘e­

quilibrada’ y que toma en cuenta ambas partes son muy frecuentes. En tiempos recientes aumentan nuevamente las voces que sólo se refieren marginalmente a las faltas españolas y representan por lo demás el clásico punto de vista glorificados Entre los historiado­res, últimamente se ha pronuncia­do en forma tajante Carlos Seco Serrano, uno de los ‘grandes’ de la historiografía conservadora espa­ñola: la ampliación de Occidente por la inclusión de un hemisferio hasta entonces desconocido re­presentaría no sólo el aporte más importante de España al Renaci­miento en sus dimensiones cientí­ficas, sería además el inicio de un proceso de transculturización. La inclusión de los pueblos de Améri­ca en la cristiandad pertenecería a los grandes logros históricos que determinan la identidad española. Esta visión sería hoy en día objeto de una agresión pseudohistórica que no debe aceptarse pasiva­mente, sino que debe ser enfrenta­da agresivamente. Para Carlos Se­co Serrano no se trata sólo de salvar el orgullo histórico, sino de preservar el Estado español. Pues opina que ‘el afán general por os­curecer la realidad de España y calumniar precisamente aquello que constituye su grandeza históri­ca’ tiene como consecuencia un resurgimiento de las fuerzas centri­fúgales y secesionistas. ‘La gran amenaza estaría en la poca solida­ridad entre los pueblos y gentes de España, la escasa identificación con la gloriosa historia común.’ (24)

Por la rigidez de la argumenta­ción, ésta (y parecidas) posiciones adquieren un carácter defensivo. La imagen histórica tradicional, única válida durante el franquismo, dif ícilme nte podrá ser deferid ida hoy en día. En la fase de trancísión entre la dictadura y la democra- ciaen España también cambiaron las imágenes históricas. Si el año 1492 se tenía en la historiografía franquista como año especialmen­te feliz’ en la historia española,

aparecía después con mayor fre­cuencia como una fecha negativa en el sentido del fracaso de una cultura abierta’(25). La tolerancia fue reemplazada por la intoleran­cia, la integración sustituida por la explotación. La España democráti­ca comenzó a redefenir las relacio­nes entre los Estados latinoameri­canos y la antigua ‘Madre Patria’, tantas veces invocadas patética­mente en el franquismo pero gene­ralmente vacías, tanto como la vi­sión histórica correspondiente. La diferencia se evidencia en una comparación entre el Cuarto y el Quinto Centenario:

Si las fiestas para el 400 aniver­sario en 1892, en pleno apogeo del período imperialista, mostraban aún un inquebrantable sentimiento de superioridad y conciencia misional del Viejo Mundo frente al Nuevo,(26) cien años más tarde la dignidad personal y la conciencia de sí mismas de Europa y América es muy diferente. Hoy muy pocos po­drán defender aquella ‘leyenda blanca’ que contaba sin crítica al­guna de la obra civilizatoria y misio­nera de España en ultramar (27); pero asimismo muy pocos querrán retomar la ‘leyenda negra’, que trazaba una imagen sólo negativa de una España que se caracteri­zaba por monstruosidades, saque­os, intolerancia y la imposición de condiciones inhumanas de explo­tación .

Desde diversos ámbitos a Espa­ña se le reconoce hoy en día haber producido voces autocríticas, en el sentido de una superación del pa­sado como ninguna otra potencia colonial. ‘Las Casas ya había presentado en 1515 su Brevísima Relación, mientras que un trabajo parecido sobre la colonización de otra potencia no ha aparecido aún.’ (28) También se señala siempre otra vez a Francisco de Vitoria, a Francisco Suárez y otros como e- jemplos de que el caso de la colo­nización española fue el único en la historia de los imperios occidenta­les, que, como contrapartida, pro­

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dujo una corriente intelectual que condenaba las guerras de conquis­ta .^ )

Y también en otro sentido se rela- tiviza el papel de Esparta en el descubrimiento y colonización de América. Cada vez con más fre­cuencia se opina que debe hablar­se de una acción europea y no de una exclusivamente espartóla. An­tonio Escohotado escribe por e- jemplo: ‘es evidente que la opera­ción de conectar continentes entre sí fue un éxito europeo producido por la curiosidad renacentista - con el apoyo de los adelantos portu­gueses, la ciencia de los navegan­tes genoveses, de la cartografía alemana, de los conocimientos náuticos del Norte [,..]S¡ se pretende resaltar las consecuencias positi­vas de 1492, debe evitarse el acento sobre todo lo español y todo lo propio en un sentido exclusivista.’ (30)

La referencia a la responsabili­dad de toda Europa tiene una fun­ción importante tanto para críticos como apologetas de la celebra­ción: los defensores pueden repar­tir la culpa de los excesos del colo­nialismo sobre otras espaldas y no sólo las españolas, y los críticos pueden acusar a toda Europa, ya que España sólo funcionó como punta de lanza del colonialismo eu­ropeo. Los opositores de la cele­bración del Quinto Centenario encuentran así una justificación antiimperialista más: como el im­perialismo contra Latinoamérica continúa en forma diferente, y, en cuanto a sus consecuencias, no menos brutal hasta nuestros días, la oposición a la celebración se ordena dentro de las filas de la lucha antiimperialista de los pue­blos oprimidos contra sus explota­dores. La función de puente de España se interpreta sólo econó­micamente: serviría para una ex­plotación aún más sistemática del subcontinente. La resistencia re­sultaría también del convencimien­to que, dentro del marco de las relaciones internacionales de po­

der y del orden económico mun­dial, continúa la ‘colonización’ de Latinoamérica.

La constante explotación de la periferia por la metrópolis es tema- tizada sobre todo por grupos de oposición españoles - menos en el contexto internacional como dentro del interno español. Pues los críti­cos españoles temen (posible­mente con razón) que 1992 sea celebrado también como el 500 aniversario de la unión española - después de la conquista de Grana­da, el último reino moro en la penín­sula ibérica, y la expulsión de los judíos.(31) Por ello, tos grupos es­pañoles no sólo critican el pasado colonial de su Estado y su glorifica­ción, también tematizan el proble­ma del colonialismo interno como la dominancia del centro castellano sobre las diferentes culturas ibéri­cas y las regiones autónomas. Los grupos más importantes de estos movimientos opositores en Espa­ña son, en primer lugar, partidos extraparlamentartos que utilizan el tema para su trabajo político y au­mentan así su posible influencia sociopolítica.(32) Diversos comités regionales -sobre todo vascos, ca­talanes y gallegos- exigen una au­tonomía total no sólo para tos pue­blos americanos, sino también pa­ra sus propias naciones. Ven en la celebración proyectada ‘una fuerte orientación nacionalista y reaccio­naria, que con nuevas formas ‘eu- ropeistas’ busca la confirmación de ‘España’ como nación dominante (incluso exclusiva) frente a las exi­gencias libertarias de las diferentes nacionalidades que existen en el Estado español.’(33) Su oposición contra la celebración es, a la vez, una lucha contra el Estado central castellano y contra la dominación extranjera que por500 años suyugó sus propias culturas.

El espectro de resistencia es muy amplio. Cada vez más institucio­nes y organizaciones han manifes­tado a lo largo de estos últimos años su rechazo a las celebracio­nes: aquí se encuentran -para re­

saltar sólo algunos- comités regio­nales y partidos españoles de iz­quierda , órdenes católicas y parro­quias populares, iniciativas solida­rias y sindicatos, la conferencia de las ‘Naciones sin Estado’ y el ‘Con­greso Internacional de Americanis­tas' en Amsterdam, o el ‘Simposio Iberoamericano de Estudios Indi­genistas’ en las Islas Canarias. El rechazo más radical se da, sin em­bargo, en América: en la voz de tos vencidos, de tos indios de Norte y Sur.

La perspectiva de los vencidos

Cuando se discute sobre 1492 y sus consecuencias, se habla sobre todo del destino que sufrió la pobla­ción autóctona del continente. Es­tos pueblos, llamados por error y falsamente indios, han jugado has­ta ahora un papel marginal en el debate sobre el Quinto Centenario. Pero su posición es muy clara. En cantidades de declaraciones tos in­dios han rechazado todo tipo de celebración o conmemoración. En 1987 el Consejo Mundial de tos Pueblos Indígenas clausuró su conferencia en Perú con un llama­do, donde se resaltaban las conse­cuencias desastrosas que el su­puesto descubrimiento había tenido: ‘Los esfuerzos sistemáticos por celebrar como acontecimien­tos mundiales positivos aquellos hechos que conllevaron el parcial

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exterminio de pueblos enteros y cinco siglos de constante agresión representan una humillación para nuestros pueblos y para nuestro continente.’(34)

Salvador Palomino, presidente del movimiento indígena del Perú, rechaza categóricamente, en nom­bre de su organización, el discurso oficial y la celebración proyectada. Sería incomprensible cómo puede hablarse de encuentro si debería hablarse de ‘invasión, de una gue­rra genocida, donde fueron asesi­nados millones de nuestras gen­tes.’ (35) Los indios se resisten. La resistencia fue por siglos uno de los medios (frecuentemente el único) de su oposición contra los blancos. El 12 de Octubre, celebrado en Latinoamérica como Día de la Ra­za, fue declarado por las organiza­ciones indígenas Día de la Digni­dad India.

Las comunidades indígenas de Norte y Suramérica (en total 26) también reaccionaron negativa­mente al Programa creado por la UNESCO y la Comisión para el Quinto Centenario, Amerindia 92. (36) El National Indian Council de los EEUU consideró la celebración como algo macabro, ya que los blancos ‘se caracterizan a sí mis­mos como asesinos que celebran su crimen’. Otras comunidades propusieron como nombre para el aniversario ‘500 años de oposición anticolonial’ y exigieron al gobierno español ‘pedir perdón por los da­ños ocasionados a los pueblos in­dígenas del continente america­no.’^ )

Mientras más se acercaba el año 1992, más fuerte se hacía el movi­miento de resistencia de ios indios. Las comunidades indígenas de Colombia propagaron una campa­ña de ‘Autodescubrimiento de Nuestra América’, que luego se extendió como un movimiento con­tinental.(38) En 1989 se realizó en Bogotá el ‘Primer Encuentro Lati­noamericano de las Organizacio­nes Populares e Indígenas’ donde se inició la campaña ‘500 años de

resistencia Indígena y Popular’. Meta de esta campaña es la lucha conjunta de los indígenas por su ‘soberanía y autonomía’. La Decla­ración de Bogotá, firmada por 30 organizaciones de 17 países lati­noamericanos y caribeños, es muy clara: ‘La invasión no ha terminado, continúa hasta nuestros días [...] Para perpetuar y legitimar el robo a nuestros pueblos, las clases domi­nantes han propagado una histo­riografía oficial que busca encubrir el genocidio y el saqueo por parte de los invasores y hoy en día se mantiene en forma de cadenas múltiples, visibles e invisibles, que esclavizan a nuestros pueblos; por medio de la imposición de gobier­nos títeres, por la utilización del terrory la muerte, por la persecución y la tortura, los desaparecidos y la guerra sucia, por la extorsión eco­nómica y la insaciable explotación de nuestros recursos naturales, por la imposición de una deuda externa ilegítima e inmoral [...] Durante 500 años las clases dominantes trata­ron de obligamos con violencia y engaño a aceptar sus valores y concepciones para asegurar la continuidad de este sistema de hu­millación impuesto a nuestros pue­blos. Intentaron sembrar el egoísmo y la competencia entre nosotros, y lograr la partición y fragmentación de nuestras comunidades, destruir nuestro espíritu solidario y comuni­tario, negar nuestra identidad y convertirnos en objetos pasivos y humildes[...]No celebraremos. Por lo contrario, intensificaremos nues­tras luchas para poner punto final a estos 500 años de opresión y dis­criminación y abrir caminos hacia una sociedad nueva y democráti­ca, que sea solidaria y respetuosa de la variedad cultural y responda a bs intereses y necesidades del pue- bb. Redoblaremos nuestras luchas para recobrar nuestra tierra, nues­tros territorbs y nuestros recursos naturales, nuestro derecho a vivir en armonía con la naturaleza, en fin, nuestra identidad como nacio­nes de varias etnias y culturas.’(39)

Un año más tarde se decía en la Declaración de Quito más tajante­mente: ‘Ponemos en duda el orden legal de las nacbnes, porque es consecuencia de procesos cofonia- listas y neocobnialistas. Buscamos un nuevo orden social que acepte el ejercido tradicbnal de nuestro derecho de costumbre. Exigimos nuestro reconocimiento como pue­blos en el marco del derecho inter- nacbnal y que ello se garantbe en las leyes de bs Estados nacbna- les.’(40) No cabe duda que a bs grupos indígenas les interesan me­nos los acontecimientos hace 500 años y más bs indbs de hoy, que sobrevivieron a pesar de la con­quista, y se preocupan más por bs peligros ecológicos, bs derechos humanos, bs recursos naturales, la educación y la cultura, la autono­mía y la propia identidad.

Por supuesto, bs grupos indíge­nas saben que una parte de sus exigencias -precisamente la más importante- no tiene posibilidades de éxito. Si piden la conclusión del ‘colonialismo’ y se refieren con elb al colonialismo ‘interno’ de bs go­biernos nacionales, a ésto se opo­ne el derecho internacbnal impe­rante, que sólo justifica una desco­lonización en el caso de bs pue­blos que viven fuera de las fronte­ras estatales de sus colonizadores. Y si reclaman para sí el estatus de naciones con derecho a autodeter­minación, a elb se opone, en bs EEUU por ejemplo, su condición pupilar en dependencia fiduciaria del gobierno de Washington, y en todos bs otros países, el derecho de soberanía de bs Estados nacio­nales. (41) Si bs indios norteame- rbanos exigen su propia identidad étnica, a elb se opone toda la tradi­ción e ideología de bs EEUU. Hace poco Arthur Schlesinger advertía contra bs peligros de llevar dema­siado lejos el multiculturismo y la etnicidad, pues podría perderse - como en Europa y la URSS- el vínculo nacbnal de la cultura inte- gradora americana : “Pressed too far, the cult of ethnicity has un-

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healthy consequences. It gives ri­se, for example, to the conception of the US as a nation composed not of individuals making their own choices but of inviolable ethnic and racial groups. It rejects the historic american goals of assimilation and integration [...] Group separatism crystallizes the differences, magni­fies tensions, intensifies hostili­ties.”^ ) Falta por ver cómo serán concretados los postulados y promesas de la Declaración de Guadalajara, firmada en Julio de1991 por todos los jefes de gobier­no latinoamericanos, donde se re­conoce ‘el inmenso aporte de los pueblos indígenas al desarrollo y la diversidad’ de las sociedades lati­noamericanas y se habla del ‘com­promiso con su bienestar social y económico’, así como del ‘respeto por sus derechos e identidad cultu­ral’. ^ )

Por lo pronto sólo queda clara una cosa: a la celebración del quin­to centenario del 12 de Octubre de1992 no asistirán los indios del con­tinente. Por lo contrario, conmemo­rarán el día anterior, el 11 de Octu­bre, los 500 años de muerte, robo, desprecio y violación - en el ‘último día de la independencia de los pue­blos de América’.

Conclusión: sobre la ambivalen­cia del progreso.

Cerremos en este punto el deba­te sobre el Quinto Centenario, aun cuando (o precisamente por eso) podrían añadirse numerosas opi­niones y posiciones - por ejemplo, de las iglesias(44)-, pero de lo di­cho hasta ahora puede resumirse que las diferentes posiciones se encuentran muy alejadas una de otra y constituyen la base de visio­nes históricas contrarias. Estas úl­timas sirven, sin embargo, como medios de autocomprensión, y son reflejo de compromisos colectivos, memoria fundacional.(45) Un acer­camiento entre las posiciones contrarias es poco probable, pues las diversas visiones no sustentan primariamen-te el recuerdo de una acontecimiento histórico, sino que le prestan un contenido significati­vo a proyectos sociales, políticos y existenciales; la historiafundamen- ta diferentes identidades.(46)

Pocas imágenes son más ade­cuadas para expresar estas diver­gencias como la del ‘espejo hu­meante’: en una de las versiones del mito creacional azteca se habla de los dos héroes culturales Quet- zalcoatl y Tezcatlipoca, que crean el fuego y el sol, el mundo subterrá­neo y el cielo, el agua y la tierra.(47) Tezcatlipoca, el primer guerrero, cuyo templo en Tenochtitlan se en­contraba en el lugar donde luego se construyó el palacio arzobispal, se convirtió a sí mismo en el sol. Cuando los seres humanos oca­sionaron por su arrogancia el fin del mundo con la irrupción de las negrí­simas sombras, fueron devorados por jaguares, bs animales de la oscuridad nocturna, en los que se había convertido Tezcatlipoca. El dios de la guerra Tezcatlipoca en­carna las estrellas, el cielo de la noche, el invierno, lo oscuro. Su nombre significa ‘espejo humean­te’, y en otras traducciones ‘espejo de fuego’. ¿No podría representar a quienes desde el ocaso del mun­do divino de tos aztecas se encuen­

tran en la oscuridad, bajo las som­bras de la historia americana? Am­bas traducciones del nombre divino son simbólicas: el humo ascenden­te deja intuir la presencia de brasas ardientes, la versión fogosa es una metáfora para la constante oposi­ción y se corresponde con la agre­sividad de la discusión.(48)

En realidad, las interpretaciones de ‘1492’ mencionadas arriba no son nuevas. Pueden encontrarse ya entre tos contemporáneos de tos acontecimientos y reflejan en cierta manera la ambivalencia del progreso, la dialéctica de la moder­nidad. Tzvetan Todorov explicó la victoria de Hernán Cortés sobre Moctezuma -del conquistador so­bre el indio- con el argumento de que Cortés era el típico hombre moderno determinado por la racio­nalidad, quien, por medio de esta racionalidad, alcanzó la suprema­cía sobre el ‘otro’. En la confronta­ción Moctezuma-Cortés una ‘razón tradicional se enfrentó a una razón utilitaria, libre de todo vínculo tradi­cional’. (49) La mentalidad que ayu­dó al ‘éxito’ de la conquista fue la ‘razón moderna’, la capacidad para percibir y comprender la 'otredad' del ’otro’ y actuar calculadamente en consecuencia. Cortés se en­cuentra con su pensamiento y ac­ción estrictamente utilitaria al co­mienzo de la modernidad.

La liberación de la razón de las ataduras de convenciones y tradi­ciones -una de las características de la modernidad europea-también liberó sin lugar a dudas una inmen­sa fuerza productiva, le permitió al mundo del Norte una dinámica y velocidad de desarrollo como has­ta ese momento había sido absolu­tamente inimaginable. A la vez, se liberó una aplastante fuerza des­tructiva, cuyas consecuencias también se reconocen hoy en día en Europa, pero que ya era manifiesta en la conquista: en aquel genocidio de tos indios ya se mues­tra lo catastrófico de una razón liberada. La conquista tiene en este sentido 'un carácter anticipatorto

16 Encuentros 12 1992

Noticias Noticias de Enero 1992

yprograma de la ACH, Caracas

Domingo 19 de Enero

Domingo 26 de Enero

Domingo 2 de Febrero

Febrero 1992

Del Sábado 1 al Lunes 3

Domingo 2

Jueves 6

Domingo 9 al Viernes 28

El año comenzó en la ACH con una interesantísima exposición titulada Frontera* del Cao* que presentaba complejos dinámicos grafícados por computadora de H.-O. Peitgen y P.H. Richter, ambos de la Universidad de Bremen La exposición se inauguró el 5 de enero a las 11: 00 a m en la Sala de Exposiciones de la ACH.

También en Enero los ciclos de cine todos los jueves en la ACH continuaron con películas como: Los Tres de la Estación de Servicios (1930, b/n, 99'. Director:Wilhelm Thiele), el film de la Ufa más exitoso de los años treinta como película musical y de entretenimiento: enredos de un amor entre cuatro personas; La Habanera (1937, b/n, 100'. Director: Detlef Sierck), refinada puesta en escena de un melodrama: amor y desilución de una sueca en Puerto Rico; Un Paso en Falso (1939, b/n. Director: Gustaf GrOndgens), versión filmica de Gustaf Gründgens de la conocida novela de Fontane "Effi Briest*, que no enfatiza la critica social como Fassbinder en su versión de 1974, sino la emocionalidad del escenario; Las Aventuras del Baron Münchhausen (1943, color, 105'. Director: Josef von Baky), las legendarias y fantasiosas aventuras del conocido mentiroso Barón von Münchhausen.

Asimismo se inició una magnifica serie de conciertos: La Historia del Cémbalo interpretados por el conocido maestro Abraham Abreu, dividida en tres partes:Recital # 1: El Clave y su literatura en España e Italia, con piezas de Cabezón, Milan, Gabrieli, Fescobaldi, Rossi y Scarlatti.Recital # 2: La Historia del Cémbalo - El Clave y su literatura en Alemania e Inglaterra, con piezas de Neusiedler, Ammerbach, Kuhnau, Händel, Byrd, Tomkins y Famaby. Recital # 3: La Historia del Clave - El Clave y su literatura en Francia y en la obra de J.S. Bach, con piezas de Couperín, D'Anglebert y Rameau, además del citado genio.

Y finalmente, el 23 de Enero, se bautizó el libro de la Sra. Lic. Luisa Veracoechea de Castillo,por mucho tiempo miembro de la Junta Directiva de la ACH, titulado: ‘Las Huellas del Sabio:El Municipio Foráneo Alejandro de Humboldt', acto que tuvo lugar en la Academia Nacional de la Historia.

ProgramaTeatro: APORÉE - SAGAS Y CUENTOS GERMANOSCon la colaboración de la Embajada de la República Federal de Alemania Hora: Sábado 7:00 p.m., domingo 7:00 p.m., lunes 7:00 p.m.Detalles ver prensa.

Recital # 3: LA HISTORIA DEL CÉMBALO - EL CLAVE Y SU UTERATURA(Francia y J.S. Bach)Intérprete: Maestro Abraham AbreuTeatro Alexander von Humboldt / 5:00 p.m. - ACH.

Cine: ROMANCE EN TONO MENOR (1943, b/n, 100'. Director: Helmut Káutner) La única película importante, sensible y psicológica de la época nazi sobre la doble vida amorosa de una mujer casada.Teatro Alexander von Humboldt - Entrada Libre / 7:00 p.m. - ACH.

Exposición: HERBERT BAYER - Fotografías, Pinturas, Dibujos Inauguración: Domingo 9 de febrero a las 11:00 a.m.Sala de Exposiciones de la ACH.

Febrero 1992(cont.)Del Lunes 10 al Viernes 28

Jueves 13

Viernes 14 al Sábado 15

Jueves 20

Viernes 21

Sábado 22

Jueves 27

Marzo 1992 Mes de la mujerJueves 5

Domingo 8 al Viernes 27

Lunes 9

Miércoles 11

Jueves 12

Miércoles 18

Bajo responsabilidad del Comité Organizador Nacional, MARNR, y en cooperación con la ACH se realizará por primera vez en Latinoamérica el IV CONGRESO MUNDIAL DE PARQUES NACIONALES Y AREAS PROTEGIDAS, con un programa de trabajo qie incluye un ciclo de conferencias y exposiciones. Detalles ver prensa.

Cine: BAJO LOS PUENTES (1944, b/n, 92'. Director: Helmut Káutner).Producida bajo condiciones primitivas durante los últimos días hitlerianos: el paisaje es tan importante como el triángulo amoroso de los héroes.Teatro Alexander von Humboldt - Entrada Libre / 7:00 p.m. - ACH.

Seminario: Comparación metódico-didáctica del plan docente entre las matemáticas y los cursos DAF, con ayuda de ejemplos concretos (en cooperación con el Colegio Humboldt)Dictado por: David Mora y Henning Schroedter-Albers. Detalles según invitación.

Cine: U U MARLEEN (1980, color, 120'. Director: Rainer Wemer Fassbinder). Melodrama popular sobre la imposibilidad de una vida privada inocente en tiempos de corrupción política.Teatro Alexander von Humboldt. Entrada Libre / 7:00 p.m. - ACH.

Conferencia: EL ZEN Y LA ARQUITECTURA (Arq. Dirk Bomhorst)Teatro Alexander von Humboldt. / 7:30 p.m. - ACH. Detalles ver prensa

Concierto: CAMINO A LA LUZ , ZA-ZENTeatro Alexander von Humboldt / 7:00 p.m. - ACH.

Cine: LA JOVEN ROSEMARIE (1958, b/n, 100'. Director: Rolf Thiele).Una de las más discutidas películas de los años cincuenta sobre el escándalo de la famosa prostituta Rosemarie en Frankfurt haciendo referencia a la doble mor sil y al milagro económico.

Cine: EL SEGUNDO DESPERTAR DE CHRISTA KLAGE (1977, color, 93', von Trotta)En unión de acción, reflexión y critica de la sociedad es casi un documental de la escena y del idealismo terrorista.Teatro Alexander von Humboldt - Entrada Libre / 7:00 p.m.

Exposición: HACIA LA LIBERTAD (Intentos de una pintora para liberarse)Intentos de la pintora alemana Waltraut Albers de Salisch por liberarse.

Fantasia libre Gráficos de Morella Jurado, una joven artista venezolana Inauguración: Domingo 08 de marzo a las 11:00 am con brindis Foyer de la A.C.H.

En el marco del ‘MES DE LA MUJER', programa acompañado decharlas literarias con el mismo tema - Lieselotte Vareschi y Henning Schroedter-Albers, detalles ver prensa

Conferencia: LAS MUJERES SUFREN POR GUSTO (?)Un análisis de películas, por la directora de cine Solveig Hoogesteijn Sala Lufthansa de la ACH/7:00 pm

Cine: EL HONOR PERDIDO DE KATHARINA BLUM(1975, color, 106', Faßbinder) Puesta en escena con un estilo polémico sobre la discusión actual en relación al terrorismo: la manipulación por la prensa amarilla, la mezcla de las instituciones gubernamentales con el poder económico privado.Teatro Alexander von Humboldt - Entrada Libre / 7:00 p.m.

Cine: MACULa famosa película venezolana de Solveig Hoogesteijn Teatro Alexander von Humboldt/7:00pm - Entrada libre

Marzo 1992 (cont.)Viernes 13, Sábado 14, Domingo 15 Viernes 20, Sábado 21, Domingo 22 Viernes 27, Sábado 28, Domingo 29

Domingo 15

Jueves 19

Martes 24

Miércoles 25

Jueves 26

Abril 1992Miércoles 1 al viernes 3

Jueves 9 al domingo 3 de mayo

Sábado 4 al jueves 9 Domingo 12

Domingo 12 al domingo 19

Lunes 13 al domingo 19

Teatro:Estreno de "TORQUATO TASSO" de J.W. Goethe La clásica oposición entre la poesía y el poder.Versión y dirección de Ugo Ulive. Con la actuación de Mariano Alvarez. Vier, y sab. 7:30 pm. Dom. 6:00 pm. Entrada general Bs. 100.-, estudiantes Bs. 50.-

Concierto, fiesta y mercado de pulgas:EL MARTIRIO DE LAS MUJERES (con el Grupo Canción Siembra)En las catacumbas de concreto de la ACH. Entrada general Bs. 30 / 8:00 (favor estacionar en el Hotel Avila)

Cine: LOS AÑOS DE HAMBRE (1979, b/n, 114', Brückner)Imágenes en blanco y negro sobre la necesidad de cariño e independencia de una joven durante la triste época del milagro económico alemán.Teatro Alexander von Humboldt - Entrada Libre / 7:00 p.m.

Concierto: RALF NATTKEMPER, pianista (detalles ver prensa)

Conferencia: LA VIDA EN LA SELVA AYER Y HOYDr. Kenneth GoodObservaciones del famoso antropólogo después de su último viaje al Amazonas con los Yanomami (Cambio de fecha posible, favor ver prensa)

Cine: UNA JOVEN COMPLETAMENTE ABANDONADA (1976, b/n, 80', Jutta Brückner)Encuentros y escenarios semi-documentales de las experiencias y sueños de una mujer.Teatro Alexander von Humboldt - Entrada libre / 7:00 pm

Conferencia: LA ACTITUD DE LOS RICOS EN VENEZUELA, dictadas por elDr. Roberto de Vries y Santiago GuevaraSala Luthansa / 7:00 pmEste programa finalizará con un foro.

Exposición: JOYAS DE LA ORFEBRERÍA (Ricardo Merizalde)Muestra de un venezolano en Alemania Inauguración: 11:00 a.m. con brindis

Dentro del marco del IX Festival Internacional de Teatro:"TORQUATO TASSO" de J.W. Goethe. Versión y dirección de Ugo Ulive. Con la actuación de Mariano Alvarez. Sab., lun a juev. 7:30 pm. Dom. 6:00 pm. Entrada general Bs. 100.-, estudiantes Bs. 50.-

Además, para el mismo festival: Espectáculos en alemán: THEATER AN DER RUHR, Director: Roberto Ciulli - Danton (Büchner), Kaspar (Handke), Tote ohne Begräbnis (Sartre), Kroatischer Faust.

Concierto de Jazz: LANDES-JUGEND-JAZZ-ORCHESTER(Con la colaboración de la Embajada de de Alemania y el Colegio Humboldt) 7:00 pm

Abril 1992 (cont.)Martes 21, miércoles 22 Martes 28, miércoles 29

Jueves 24 Jueves 30

Mayo 1992 y más allá...

CONFERENCIAS SOBRE HUMBOLDT(Dra. Ulrike Moheit y Dra. Margot Faak de la "Alexander-von-Humboldt- Forschungsstelle en Berlín)

Cine: EL TEATRO EN CINE(detalles ver prensa)

En Mayo de 1992 se inaugurará una importante exposición de uno de los artistas más conocidos de la Alemania moderna: JOSEPH BEUYS. La exposición se presentará en colaboración con el MACCSI Lugar: Museo de Arte Contemporáneo Sofía ImberInauguración: jueves 21 de mayo / 7:00 p.m. La exposición incluye una muestra de videos de la colección ‘Joseph Beuys’, como muestra complementaria a la exposición que se clausurará a principios de julio.

En Junio vendrán otras dos exposiciones resaltantes: LOS ARTISTAS EMPLEAN FOTOGRAFIAS, una muestra de los múltiples usos del medio fotográfico por parte de una selección de artistas, desde Dieter Hacker y Joseph Beuys hasta Gerhard Richter, esta presentación forma parte de la serie: FOTOGRAFIA EN ALEMANIA DESDE 1850 HASTA HOY EN DlA, organizada por el IfA en Stuttgart. Además, y como otro tema de la serie fotográfica citada, se presentará otra muestra: FOTOGRAFIA DEL BAUHAUS, una selección de fotografías de profesores y alumnos de la famosa escuela de Walter Gropius.

Para Julio se anuncia un concierto de Música Experimental ofrecido por el Prof. KOELLREUTTER que incluye un cido de talleres como actividad complementaria

BIBLIOTECA - MEDIOTECA Horario: 9:00 a.m. - 12:00 m

2:00 p.m. -6:00 p.m. Jueves: hasta las 6:30 p.m. Viernes: hasta las 12:00 m

HORARIO DE EXPOSICIONES Lunes a viernes:

8:00 a.m. - 6:00 p.m.Sábados

9:00 a.m. - 12:00 m.3:00 p.m. - 5:00 p.m.

Domingos:11:00 a.m. -14:00 p.m.

Charlas literarias con la Prof. Lieselotte Vareschl

Discusión y análisis de textos literarios de Brückner, Hagelstange.

Eugen Roth. Kafka. Schnltzler. Trackl. George. Benn y otros.

Los lunes 10 y 24 de febrero. 9 y 23 de marzo. 6 y 27 de abril.

Sala Alexander von Humboldt. ACH/8:00 pm

El Quinto Centenario

para la comprensión de la dialécti­ca de la modernidad.’(50)

La ‘razón instrumental’ (Max Hoikheimer) expresada en la prác­tica de los conquistadores es efi­ciente, pero, a la vez, incluye un relativismo normativo. En ella, dice Todorov, se revela no una natura­leza primitiva, sino un ser moderno y lleno de futuro, que no conoce moral alguna. “La ‘barbarie’ de los españoles no tiene nada de atávico ni de animal; es perfectamente hu­mana y anuncia el advenimiento de los tiempos modernos.”(51)

Rafael Sánchez Fertosio refiere otro aspecto de la oposición entre la mentalidad medieval y el espíritu renacentista.(52) Señala que el ‘descubrimiento’ de América tomó a los castellanos desprevenidos y no preparados moral o intelectual­mente; no estaban a la altura de los acontecimientos y su reacción no era menos muda que la de los supuestos descubiertos. Paradóji­camente las únicas reservas de humanidad y conciencia, capaces de enfrentarse a lo nuevo con un mínimo de conciencia responsa­ble, no provenían del tan loado espíritu renacentista, sino más bien de la tradición medieval de la esco­lástica tardía. Fueron los ‘anacró­nicos’ adeptos de Santo Tomás de Aquino tos que provocaron el es­cándalo con sus acusaciones y se opusieron a la barbarie de tos va­lientes hombres del renacimiento. Entre estos últimos, que tan orgullosamente se consideraban humanistas, estaba Juan Ginés de Sepúlveda, quien se refería cons­tantemente a Aristóteles y justifica­ba la conquista y la dominación con el grado más alto de cultura de tos españoles frente a tos incultos y bárbaros indios. Por lo contrario, Melchor Cano, el alumno predilec­to de Francisco de Vitoria y muy vinculado a la Edad Media, rebatía el argumento que la superioridad cultural diera un derecho de sobe­ranía sobre tos supuestos primiti­vos. Se refería incluso a lo destruc­tivo que tenía para tos aborígenes

el orden social español y su organi­zación política. En esta visión me­dieval se reconocía al indio como un ‘otro’ y se le respetaba como tal.

También Enrique Dussel refle­xiona sobre la oposición entre el hombre medieval-tradicionalista y el moderno-racionalista; comenta críticamente la concepción ‘carte­siana’ y supuestamente racional de los conquistadores: ‘¿Y tos lo­gros de la modernidad? La raciona­lidad del argumento cartesiano ‘Pienso, luego existo' tiene su fun­damento material en el ‘Conquisto, luego existo’ de un Cortés o un Pizarra [...] La ratio y la capacidad de percepción que se alimenta de experiencias y observaciones he­chas a través de largos períodos de tiempo parecen fuera de lugar. Aun cuando hoy ya nadie puede justifi­car pública e ideológicamente esta centralización sobre el pensamien­to europeo, éste es el fundamento sobre el cual se basan las celebra­ciones del Quinto Centenario’. Esto no significa que Dussel quiere eli­minar el aniversario, pues ‘éste es el momento adecuado para el re­cuerdo, para no olvidar la historia de los acontecimientos. Sobre todo no podemos olvidar que los llama­dos vencidos no están abatidos; han perdido la batalla de la con­quista, pero no la guerra de la his­toria.’ Los vencidos viven, han re­sistido. ‘Esta sería una razón para celebrar: han sobrevivido para es­capar al olvido, para recuperar el recuerdo, para salir del en-cubri- miento que pesa sobre ellos desde el des-cubrimiento.’(54)

La conquista también se hizo en nombre del cristianismo. De la tra­dición cristiana proviene ‘el recuer­do del sufrimiento, la memoria passioniscorno argumento en con­tra de la razón liberada y en cons­tante progreso’. (55) El recuerdo del sufrimiento cuestiona la validez de la historia; busca la transforma­ción para terminar con la insoporta­ble perpetuación del dolor. Herbert Marcuse ha señalado que olvidar tos dolores pasados significa ‘per­

donar a las fuerzas que han causa­do esos dolores - sin superar esas fuerzas. Las heridas que curan con el tiempo también son las heridas que siguen conteniendo el veneno. Frente a esta claudicación ante el tiempo, lareinstauracióndel recuer­do como medio de liberación es una de las tareas más nobles del pensamiento.’(56)

Esta tarea se nos plantea hoy - sobre todo ante la polémica sobre la forma de conmemorar el Quinto Centenario. Si no quiere continuar la violencia del pasado, una con­memoración del aniversario histó­rico debe esforzarse por hacer oir las voces de aquellos que ‘se vin­culan con las víctimas de antaño en una historia pasional’(57), quiere decir, sobre todo con tos indígenas (58) y tos negros.

Todorov concluye su estudio in­dicando que sería demasiado fácil darse por satisfecho con la conde­nación de tos malos conquistado­res y lamentar la suerte de tos bue­nos indígenas, como si fuera sufi­ciente identificar el mal para luchar contra él. Deben analizarse las ar­mas de la conquista para poder frenarlas algún día, ‘pues las con­quistas no son sólo cosa del pasa- do.’(59)

Notas:1. Citado de V. Stolcke: 500 Jahre

nach der Entdeckung Amerikas, en: Journal Geschichte 5 (1990) p. 25. Comp, también L. Yáñez: 1992,puerta del futuro, en: El País (Suplemento especial ‘Un Mundo Nuevo’), n.

Encuentros 12 1992 17

El Quinto Centenario

12.10.1991, p. 16.2. L. Yáñez: El futuro comienza en

1992, en: El País. n. 14.10.1988, p. 18; La historia como referencia. La comu­nidad latinoamericana, en: El País, n. 12.10.1989, p. 12.

3. L. Yáñez: Próbgo para: América siglos XVIII-XX. III Simposio sobre el V. Centenario del Descubrimiento de América, Madrid 1989/90, p. 14.

4. L. Yáñez: Odio pasar balas sobre mi cabeza, en: El País, n. 9.8.1991, p. 10.

5. Comentario sociológico 59/60 (1987), p. 721.

6. Los quinientos años de la llegada de bs españoles a América, en: Se­mana Latinoamericana (Alasei), Méxi­co, 19.8.1991, p. 39-41.

7. Si el panhispanismo acentuaba la herencia cultural común, la hispanidad se convirtió incluso en la doctrina ofi­cial del franquismo. Los dos movimien­tos coincidían en un consenso básico, según el cual las repúblicas hispanoa­mericanas tenían unadeuda moral con España por la labor constructiva que este poder colonial había realizado en el Nuevo Mundo. Sólo hace poco se comenzó a cuestionar este consenso básico.

8. Cit. de F. Jáuregui: El rey resalta el papel de España como puente entre la Comunidad Europea y Latinoamérica, en: El País, n. 8.7.1988, p. 20.

9. Memoria. 500 años, 500 progra­mas II, edit. por el Gabinete de Comu­nicación e Imagen Quinto Centenario, Madrid, s.a., p. 15-17, cit. de: Lateina­merika-Bewegung Luzern (edit.): Fünfhundert Jahre Kobnialismus. 500 Jahre Indianer- und Volkswiderstand. Dokumentation, Luzern 1990 (impresión propia), p. 33 y sig.

10. América 92, 5 (1990), p. 17. Cri­ticando la posición española: U. Har- tig: expo '92. El proyecto de inversbn más ambbbso de b s últimos 500años, en: Tranvía (Berlin) 19 (1990), p. 15-18.

11. G. Lutz: Spanien 1992. Eine Re­gierung dreht voll auf, en: Blätter des iz3w 167 (1990), p. 26-28.

12. H Sachs: 1492-1992.500 Jahre Kolonisation - und kein Endel, en: Schwarzer Faden 2 (1990), p. 25.

13. M. León Portilla, UNESCO: Uni- versalizacbn deIV. Centenario, en: El País, n. 10.12.1989, p. 5.

14. Cit. de G. Selser: Amerika: Ent­deckung, Begegnung, Erfindung, Zu­fallsfund? Nominalistische Querele?, en: H. Dieterich (edit.): Die Neuent­deckung Amerikas, Göttingen 1990, p. 191.0 ’Gorman es autor de dos obras clásicas sobre el tema: La bea del descubrimiento de América, México

1951; La invenctón de América. Méxi­co 1957.0 ’Gorman renunció a su cargo como Presidente de la Academia de Historia de México cuando su país aceptó participar en la celebración de 1992.

15. III. Encuentro de Ministros de Cultura y responsables de las políticas culturales de América Latina y el Cari­be. Documento final, s.l. [México], s.a [1990], p. 13; comp. también El País, n. 25.9.1990, p. 34.

16. Los más radicales y extremos en la acentuación de su perspectiva euro- centrista son los dominicanos, que se diferencian claramente de otros Esta­dos latinoamericanos. Su comisión, cuyo presidente es el arzobispo de Santo Domingo, se llama Comisbn Dominicana Permanente para la Cele- bracbn del Quinto Centenario del Des­cubrimiento y Evangelizacbn de Amé­rica.

17. Para lo siguiente comp. Zentral- amerika-Sekretariat (edit.): Rundbrief 1492-1992 (Zürich) 6 (1991), p. 5-7.

18. Comp. J. Covo: ¿Descubrimiento o encuentro? La polémica sobre el V. Centenario de 1492, en: El País, ma­nuscrito 1990 (Sevilla).

19. H. Dieterich (edit.): Die Neuent­deckung Amerikas, Göttingen 1990; en español: Nuestra América contra el V. Centenario, Tafalla, s.a.; B. Höf er y otros (edit.): Das Fünfhundertjährige Rebh. Emanzipation und lateinameri­kanische Identität 1492-1992, s.l., 1990.

20. T. Todorov: Die Eroberung Amerikas. Das Problem des Anderen, Frankfurt 1985. [En español: La Conquista de América. El problema del otro, México, Siglo XXI, 1989]

21. Comp. D. Ribeiro: Gibt es Latei- namerika?, en: el mismo: Unterent­wicklung, Kultur und Zivilisation, Frankfurt 1987, p. 315-28.

22. J. Amado: Un inmenso lecho de amor, en: El País, n. 18.7.1991 (Suple­mento: Iberoamérica, una comunidad), p.7.

23. R. Sánchez Ferlosio: Los perros, en: El País, n. 5.7.1988, p. 40.

24. C. Seco Serrano: Ante el 92, en: El País, n. 27.9.1991, p. 14.

25. M. del Castilb: Von der Recon­quista bis zu Juan Carlos, en: H. Hin­terhäuser (edit.): Spanien und Europa, München 1979.

26. Sobre el IV Centenarb comp. S. Bernabeu Albert: 1892. El IV. Cente­narb del Descubrimiento de Amérba en España: coyuntura y conmemo­raciones, Madrid 1987.

27. Sin embargo, aún se sostienen extraños argumentos. El intelectual venezolano Arturo Uslar Pietri dice b siguiente: 'Lacreación del Nuevo Mun-

dofue un cataclismo del cual surgió un hecho humano nuevo. En menos de un sigb bs españoles, indbs y africa­nos se hermanaron en nombre de Je­sucristo siendo herederos espirituales de Abraham, Moisés y los padres de la iglesia. De esta forma se creó la base para el rico fenómeno de la simbiosis cultural que convertiría a las viejas y separadas culturas en una comunidad espiritual.’ Comisbn Quinto Centena­rb, 12 de Octubre, Discursos Conme­morativos 1986/1987, Madrid, s.a., p. 48, cit. de: Lateinamerika-Bewegung Luzern (cita 9), p. 36.

28. A. Escohotado: La noria del cen­tenarb, en: El País, n. 22.1.1988, p. 10.

29. Xavier Rubert de Ventós se in­cluye indirectamente en el debate so­bre el Quinto Centenarb cuando resal­ta en su estudio sobre 'El laberinto de la hispanidad’ la forma más humanade la cobnizacbn española en compara- cbn, por ejempb, con la angbsajona. Comp. X. Rubert de Ventós: El labe­rinto déla hispanidad, Barcebna, 1987.

30. A Escohotado: La noria del cen­tenarb, en: El País, n. 22.1.1988, p. 10.

31.1992 también es el quinto cente­narb de la expulsión de bs judíos de España. En su último trabajo, Velas de la Esperanza, Simón Wiesenthal esta­blece una reiacbn entre el viaje colom­bino y la expulsión de bs judíos de España. Según Wiesenthal, Cobn se encontraba buscando tierra y espacb para bs judíos expulsados. S. Wie­senthal: Segal der Hoffnung. Chris- toph Columbus auf der Suche nach dem gebbten Land, Frankfurt 1991. Comp. también: S. Ben-Ami: La di- mensbnjudíadel V. Centenario, en: El País, n. 26.4.1990, p. 15 y sig.

32. Comp. G. Rieger: Kein Grundzum Feiern. Die spanische Gegenkampag- ne, en: blátter des iz3w 167 (1990), p. 33-36.

33 .1. Encuentro de la Solidaridad de las Nacionalidades y Regbnes del Es­tado Español. Ni 12 de octubre ni V. Centenarb (hectograma, s.l., s.a.), p. 61. Para la argumentacbn que sigue comp. ibid.

34. Citado de Selser (ver nota 14.), p. 184.

35. Descubrimiento a sangre y fue­go, en: Cambio 16, n. 17.10.1988, p. 158 y sig.

36. Sobre elb: Los indios america­nos dan la espaba al V. Centena­rio, en: Cambio 16, n. 3.4.1989, p. 100-02 .

37. La enorme distancia entre la posbbn de las comunidades indíge­nas y España se nota en un incidente ocurrido en Septiembre de 1991: en un

18 Encuentros 12 1992

El Quinto Centenario

viaje por vartos países latinoamerica­nos, el heredero del trono español, el príncipe Felipe, aseguró en Boliviaque el año 1992 brindaba la oportunidad ideal para una ‘reconciliación definiti­va’ entre tos antiguos colonizadores y tos colonizados. Al mismo tiempo el Centro de Estudiantes Universitarios Campesinos de la Universidad de San Andrés (La Paz) publicó un comunica­do, donde la visita del 'descendiente de tos invasores’ se rechazaba pública­mente y se decía que 'desde 1492 continúa existiendo el hambre y la po­breza de tos pueblos indígenas en Latinoamérica’. El País. n. 17.9.1991,p. 20.

38. Sobre el movimiento indígena colombiano comp.: Entdeckung oder Invasion?500 Jahre Amerika aus der Sicht der “Entdeckten". Nürtingen 1989 [« Kolumbien-Rundbrief 16, Mayo 1989],

39. LateinamerikanischesTreffender Bauern- und Indianergemeinschaften, en: Incomindios: 1492-1992.500 Jah­re Indianischer Widerstand, 60 (1991), p. 12 y sig.

40. Declaración de Quito, en: Inco- mindtos 60 (1991), p. 15.

41. Comp. R. Domnieck: Ureinwoh­ner. “Privateigentum" der Nationalsta­aten?, en: Incomindios 60 (1991), p. 24-26.

42. A. Schlesinger: The Cult of Ethnicity. Good and Bad, en: Time, n.8.7.1991, p. 26.

43. Comp, la Declaración de Gua­dalajara, en: El País, n. 21.7.1991, p. 2.

44. Sobre la posición de la Iglesia (tanto la oficial como la ‘iglesia de aba­jo’, lateologíade liberación, etc.Jcomp. tos artículos en la revista idoc (Roma), no. 20, no. 2/89; también: 500 Jahre Evangelisierung Lateinamerikas. Um­kehr und Neubesinnung (=Missions- zentrale der Franziskaner, 37), Bonn 1988; 1992. Kein Grund zum Feiern. Die Eroberung eines Kontinents und die Kirche (=Missionszentrale der Franziskaner, 42), Bonn 1989; M. Sie­vernich: Die andere Entdeckung Ame­rikas. Theologische Überlegungen zur bevorstehenden500-Jahr-Feier(1492- 1992), en: Zeitschrift für Missions-und Religionswissenschaft 72 (1988), p. 257-77.

45. L. Cardoza y Aragon: Die Ero­berung Amerikas, en: Dieterich: Neuentdeckung, op.cit., p. 36-40.

46. En relación a tos problemas de un debate sobre la identidad indígena (en el Caribe, por ejemplo) y sobre el “Primer Encuentro del Caribe Amerin­dio” en Santo Domingo en 1988, comp. F. Gewecke: Indigenismus und india­nischer Widerstand im Konfliktfeld (34/

35, 1988), p. 141-54.47. Comp. W. Krickeberg: Altmexi­

kanische Kulturen, Berlin 1979, pas­sim.

48. También M. León Portilla utiliza la imagen del espejo cuando habla de las diferentes interpretaciones del des­cubrimiento de América, M. León Por­tilla: El juego de espejos del 12 de Octubre, en: El País, n. 11.5.1985, p.20.

49. P. Rottländer: Die Conquista - auch ein Aufbruch zur Moderne, en: Orientierung 20 (1990). Lo siguiente se guía por este trabajo.

50. Ibid.51. Todorov, op.cit., p. 175 y sig.

(pag 157 en esp)52. R. Sánchez Ferlosio: Los perros,

en: El País, n. 5.7.1988, p. 41.53. Citado de: Schwarzer Faden 12,

año 3 (1991), p. 15.54. E. Dussel: Von der Entdeckung

zu r Aufdeckung, en: Dieterich: Neuentdeckung, op.cit., p. 84 y sig.

55. Rottländer, op.cit.56. H. Marcuse: Triebstruktur und

Gesellschaft, Frankfurt 1979, p. 198.57. Rottländer, op.cit.58. Sobre la posición de los ‘indios’ y

desde una perspectiva crítica cristiana comp. tos trabajos de J. Meier (edit.): Wem gehört Lateinamerika? Die Antwort der Opfer, München 1990.

59. Todorov, op.cit., p. 300. En rela­ción a ésto -y con todo lo justificado que pueda ser la crítica a la práctica colonial española- hay que decir que la situación actual de Latinoamérica se vincula también, y en forma muy im­portante, con la política de las élites criollas en los siglos IX y XX. Roa Bastos pregunta con mucha razón: '¿No será esta indignación histórica creciente y algo retrasada por la Espa­ña imperial posiblemente una descar­ga ambigua de las élites hispanoame­ricanas mestizas, que en realidad se dirige contra otros imperios aún exis­tentes -más actuales, eficientes e i- rrespetuosos- que son menos sensi­bles a la crítica y la condena?’ A. Roa Bastos: El controvertido V. Centena­rio, en: El País, n. 18.6.1991, p. 18.

Traducción: Verónica Jaffé

ROLF WALTER

LOS ALEMANES EN VENEZUELA

Y SUS DESCENDIENTES70*40 II UTO 1*14

Los alemanes en Venezuela

y sus descendientes Tomo II: 1870-1914

La continuación del estudio realizado por el historiador alemán RolfWalter, autor de Los alemanes en Venezuela, Tomo I, que bosqueja la trayectoria histórica desde los Welser hasta la época de Guzmán Blanco. Este segun­do tomo abarca períodos y episodios tan interesantes como lo fuera el famoso blo­queo de los puertos venezo­lanos, así como la labor y actividades de científicos, viajeros, artistas, comercian­tes residenciados o visitantes en nuestro país hasta princi­pios de este siglo.

De venta en la Asociación Cultural

HumboldtSan Bemardino

Encuentros 12 1992 19

El Quinto Centenario

Del asombro al desencuentroDomingo Miliani

Muchos años después” José Arcadio Buendía, armado de un sextante y un astrolabio, pretendió convencer a Ursula y a sus hijos, que era posible probar científica­mente la redondez de la tierra si se navegaba desde América hacia Oriente, que respecto a nosotros es Europa. Ursula consideró aque­lla afirmación como una herejía in­digna de ser transmitida a sus des­cendientes. Desde entonces, en un cenagal de Macondo, cierta ca­rabela permanece encallada, inva­dida por algas, hongos e indigna­ciones proclamadas en nombre de unos aborígenes a quienes vemos desde muy lejos.

Quinientos años antes, una rei­na castellana pretendió con su es­poso aragonés la inútil empresa de fundir los pedazos de heterogenei­dad que configuraban y aún confi­guran la cultura peninsular. ¿Y qué cultura no es por definición hetero­génea? Pensó doña Isabel que por decreto (o real cédula) extermina­ría a los judíos en el territorio espa­ñol, como lo había hecho Ruy Díaz con los moros. Era un entrena­miento en las estrategias para im­

poner la fe y corregir ciertas hetero­doxias implantadas por cierto Rey Sabio intramurosdeToledo. Dedu­jo así que otro decreto impondría una sola fe religiosa y que un dia­lecto -el suyo, castellano- por obra de su voluntad, garantizaría la uni­dad lingüística al ser erigido idioma oficial de sus dominios y al menos podría atenuar la enorme compleji­dad de un amasijo de culturas que había precedido en la historia su afanosa iniciativa unificadora. Un amasijo de coexistencias celtas, iberas, fenicias, romanas, arábigas, hebraicas, germánicas que se ex­presarían en castellano para silen­ciar de algún modo aquel mosaico de pequeños principados de ha­blantes de éuskaro, gallego, cata­lán y otros. Cinco siglos después, qué pensaría la reina ante las re­beldías indoblegables de las pro­vincias vascas, para no hablar de otras.

En todo caso, la gobernante católica fue más crédula que la mujer de José Arcadio y aceptó los planteamientos de don Cristóbal, a quien autorizó para emprender via­je a las Indias por la ruta occidental

y topar con un continente del cual jamás tuvo conciencia. Inauguró así una tragicomedia de las equivo­caciones que dura hasta hoy, cuando aún seguimos peleando en favor o en contra de una identidad inventada, proliferación de un mis­mo diálogo interdiscursivo de asombros y desencuentros, bajo el cual, según algunos, prevalece un mestizaje que nos caracteriza. His­toria y ficción tejen así un maravillo­so nacido de la sorpresa que está en el relato aunque a veces se inerte en una realidad cuyo absur­do recíproco hacía preguntar al Vizconde de Chateaubriand, en 1799, qué habría sido de Europa si en una inversión de rutas e histo­rias, los indios americanos hubie­ran sido ios descubridores del Viejo Mundo, que en la visión al revés habría resultado el Nuevo.(1) En ello se adelantó a José Arcadio, tanto como el Almirante Cristóbal fue el primero en admitir la existen­cia de hombres con cola (¿de co­chino?) en alguna isla de su deli­rante navegación inicial. El 15 de febrero de 1493 escribe a Luis de Santángel:

Ya dije cómo había andado ciento siete leguas por la costa de la isla Juana, por laderecha en línea recta de Occidente a Oriente, por lo que puedo decir que esta isla es mayor que Ingla­terra y Escocia juntas, porque, allende estas ciento siete leguas, me quedan por poniente, dos provincias por las que no he andado, una de las cuales llaman Auan, donde nace la gente con cola.(2)

Se asombra el Almirante de que los “indos” (como realmente llama a aquellos extraños seres con quie­nes se entiende por señas, ante el fracaso y la incompetencia de sus traductores de árabe y caldeo(3), al verlo llegar con sus compañeros de espejismo, lo hubieran confundido con un dios bajado del cieto.(4) El navegante europeo se asombra. Algunos grupos nahuenses o ma- yenses tomancon naturalidad aquel encuentro por razones de otra in- tertextualidad cultural: en los euro­peos no ven a unos intrusos, sino a Quetzalcoatl, el héroe mítico civili­zador de los toltecas que habitaban la meseta central de México-Te-

20 Encuentros 12 1992

E l Quinto Centenario

nochtitlan, quien desplazado de su gobierno por los belicosos aztecas, había emigrado al sureste del golfo mexicano, tumoración marina del Caribe, toltequizó a los mayas de Yucatán quienes lo veneraron en su investidura de serpiente emplu­mada con el nombre de Ku-kul-kan y, al incinerarse y haber esparcido sus cenizas en las aguas del golfo, ascendió como un águila mágica al cielo, se convirtió en estrella matu­tina (Venus) y prometió regresar algún día, dios barbado, para rei­vindicar a su pueblo. En tal sentido, aquel redentor que murió sacrifica­do, fue leido por los indígenas co­mo tal en la figura de unos cristia­nos europeos, quienes no enten­dieron sus creencias sino como supersticiones. Eso ocurrió tam­bién con Hernán Cortés, menos sereno que don Cristóbal. Así, al ser identificado como Quetzalcoatl por los indígenas mexicanos, ante la generosa acogida reverencial, se aterró y cometió la primera ma­sacre de Tenochtitlan y Tlatelolco en una irrecordable noche triste. Cruel impacto de malos entendi­dos de que está plagado todo en­cuentro de conquistadores y venci­dos. Los nuestros se asombraron más con los bastones que trona­ban -arcabuces- o con los venados de cuernos blandos -los caballos-, armas aniquiladoras testimoniadas en la “visión de los vencidos”, que en conmovedora antología ha di­vulgado el Maestro León Portilla.(5)

En el fondo de todo imaginario signado por lo maravilloso juega papel fundamental la conceptuali- zación cu Itural: todo lo cotidiano de una cultura se codifica y desgasta para quienes la viven como suya, pero asombra a quien la percibe por primera vez. Colón lee la reali­dad americana a través de una obsesión marinera: descubrir una ruta más corta hacia Oriente, reino de las especies. Por eso, émulo y lector de Marco Polo, todo cuanto va hollando con sus plantas y sus remos, lo asocia a los reinos de Cipango (Japón) y Catay (China) conforme la autoridad de su admi­rado autor de II Millione le va indi­cando. En el umbral del Renaci­miento, aún tiene la imaginación

poblada de los símbolos mitológi­cos o fabulosos medioevales: sire­nas, amazonas, tesoros bíblicos (el de Salomón, por caso), fuentes de eterna juventud, otras que ma­nan del Paraíso Terrenal. Estas últimas, por cierto, las bebe en las dulces aguas que vierten por las bocas del Orinoco y acorralan el oleaje salobre del Caribe contra la costa sudoccidental d Trinidad. Tan poderosa es la impresión produci­da por el incidente, que duda de su propio convencimiento acerca de la redondez de la tierra, aprendida de Ptolomeo. Tanta es su perpleji­dad ahora que entre Trinidad, el territorio venezolano que él bautiza como Tierra de Gracia y la Punta Arena, le parece haber llegado a las fuentes del Paraíso Terrenal, cuya ubicación en su geografía alu­cinada estará en la que él llama el pezón de la pera, negadora de la esferidad de la tierra. La relación del tercer viaje realizado entre el 30 de mayo y el 31 de agosto de 1498 es una página donde se palpa una muestra de maravilloso involunta­rio. Transcribo modernizados unos fragmentos:

Cuando yo llegué a esta punta del Arenal, allí se hace una boca grande de dos leguas, de Poniente a Levante (entre) la isla de Trinidad y la Tierra de Gracia y, para pasar al Septentrión había unos hileros de corriente que atravesaban aquella boca y traían un rugir muy grande; creí yo que sería un arrecife de bajos y peñas por el cual no se podría entrar en ella. Y detrás de este hilero había otro y otro; todos traían un rugir grande como ola de la mar que va a romper y dar en [las] peñas. Surgí allí a la dicha punta del Arenal fuera de la boca y hallé que venía el agua del Oriente hacia el Po­niente con tanta furia como hace el Guadalquivir en tiempo de "avenida” y esto de continuo, noche y día, que creí no poder volver atrás por la corriente, ni ir adelante por los bajos. Y en la noche, ya muy tarde, estando a bordo de la nave oí un rugir terrible que venía del Sur y me paró a mirar y vi levantado el mar de Poniente a Levante, a mane­ra de una loma tan alta como la nave y todavía venía hacia mí poco a poco y encima de ella venía un hilero de co­rriente, rugiendo con gran estrépito; la furia de aquel rugir y la de los otros hileros me parecían olas del mar que daban en las peñas, [tanto] que hoy

[todavía] tengo el miedo en el cuerpo de que no me trabucasen la nave cuando llegasen debajo de ella (...)

Yo siempre leí que el mundo, tierra y agua era esférico, en las autoridades y experiencias que Ptolomeo y todos los otros que escribieron de este sitio daban y mostraban para ello, tanto por eclipses de luna [como de] otras de­mostraciones que hacen desde Orien­te aOccidente, como la de la elevación de los Polos de Norte a Sur. Ahora vi tanta deformidad como ya dije, [que] me pareció que no era redondo en la forma como escriben sino que tiene la forma de una pera muy redonda, salvo allí donde tiene el pezón, o como quien tiene una pelota muy redonda y en un lugar tuviese una teta como de mujer puesta allí y la parte de ese pezón fuera la más alta y próxima al cielo (...)(6)

Las dudas de Colón se remiten a la redondez de la tierra pero, en cambio, no tiene la menor duda de que en las bocas de Serpiente y de Dragón frente a la venezolana tie­rra de gracia, esté ubicado el Paraí­so Terrenal. En apoyo de su teoría apela a las autoridades de los teó­logos y exégetas bíblicos.

Se podría hacer una antología colombina de su visión fantástica de América, continente que no existió nunca para él y, por tanto, a quienes insisten en que somos los “no descubiertos" el mismo Colón le aporta argumentos. Ese discur­so fantaseoso abarca no sólo la escritura sino la cartografía imagi­naria que él va dibujando como en el aire y por la cual no es inverosímil que sintiera sus naves flotando rumbo al cielo. Lástima que no hu­biera dispuesto del tiempo para en­contrar el territorio de su febril uto­pía. ***

De aquel impacto inicial se des­prende una proliferación de discur­sos que relatan, modifican, para­frasean o exageran las narracio­nes del navegante en sus informes y cartas. Contribuyen todos a edifi­car una confusión general respecto del Mundo bautizado por los euro­peos como “Nuevo”, a partir del milanés Pedro Mártir de Angiera. Esos textos y los de los primeros cronistas son considerados por Walter M ¡gnolo como “formaciones textuales” o textos fundacionales

Encuentros 12 1992 21

El Quinto Centenario

de nuestra literatura, independien­temente de tos tipos discursivos que tos sustentan (crónicas, diarios de a bordo, cartas y relaciones). (7) Mignoto incorpora en su desarrollo algunos tipos discursivos escritos en otras lenguas europeas, porque ellos aluden a un mismo hecho que tos textualiza dentro de la cultura hispánica: el descubrimiento y la conquista. Sin embargo, el crítico argentino omite otros discursos que pertenecen a la textualidad misma del proceso, como reverso de la conquista, piezas de un mismo asombro y un mismo desconcierto. Nos referimos a tos poemas indíge­nas que, si bien fueron escritos en otras lenguas -las indígenas- se textualizaron a través de traducto­res o testigos de tanta solvencia como el fraile Bernardino de Saha- gún, para tos textos nahuas o tos cronistas “mestizos” como Garcila- so Inca de la Vega, Felipe Guamán Poma de Ayala (en Perú) y Felipe de Alva Ixtlixóchitl o Hernando Al- varado Tezozómoc para las cultu­ras nahuenses de Mesoamérica. No ocurre igual con Jean Franco, la gran estudiosa británica de Améri­ca Latina. Ella recoge un conmove- dorfragmento testimonial de la ma­sacre de Tlatelolco, inicialmente compilado y traducido por Miguel León Portilla en su Visión de los vencidos, incorporado por Gabriel Zaid al Omnibus de poesía mexi­cana, donde lo leyó Jean Franco. El texto por ser más trágico y me­nos mágico no deja de ser intensa­mente literario en el desencuentro de dos sangres en colisión. Dice el poema:

En los caminos yacen dardos rotos: los caballos están esparcidos. Destechadas están las casas, enrojecidos tienen sus muros.

Gusanos pululan por calles y plazas, y están las paredes manchadas de

sesos.Rojas están las aguas, cual si las

hubieran teñido, y si las bebíamos eran aguas de

salitre.

Golpeábamos los muros de adobe en nuestra ansiedad

y nos quedaba por herencia una red deagujeros.

En los escudos estuvo nuestroresguardo,

pero los escudos no detienen ladesolación.

Hemos comido panes de colorín, hemos masticado grama salitrosa, pedazos de adobe, lagartijas y

ratones,y tierra hecha polvo y aun de gusanos. Llorad, amigos míos, tened entendido que con estos hechos hemos perdido la nación mexicana.¡El agua se ha acedado, se acedó la

comida!Esto es lo que ha hecho el Dador de la

Vida en Tlatelolco. (8)

Incorporada la otra vertiente -la indígena- a las formaciones textua­les de las culturas del mundo ame­ricano puede sentirse que esa tex­tualidad cultural, más allá de la crueldad implícita en toda conquis­ta, llega a nosotros como un desen­cuentro entre dos visiones del mundo. Ni una ni otra vertiente al­canzó difusión en el tiempo en que esos discursos se produjeron. La represión o la omisión coloniales, el extravío o la incipiente industria del libro no lo permitieron. Al final de cuentas la recepción de esos discursos se textualiza en la cultura contemporánea como una doble cosmovisión que no llegó a mesti­zarse, como veremos. La visión de tos conquistadores y la de tos ven­cidos, como plantea Jean Franco, se corresponden con el modo co­mo cada bloque cultural leyó la cultura de su tiempo. Si Colón y sus acompañantes y exégetas inme­diatos tuvieron la visión mitologi- zante de la Edad Media y la cosmo­gráfica de Ptolomeo o la geográfica de Marco Poto y Toscanelli, tos conquistadores asumen su función menos fantaseadora y más sa­queadora como una lectura caba­lleresca de la realidad americana. Esto lo han hecho notar Irving Leo- nard e Ida Rodríguez Prampolini en libros memorables.(9)

Si las formaciones textuales de nuestra cultura, generadas en aquellos discursos de finales del siglo XV y todas las centurias del XVI y el XVII no alcanzaron gran difusión, el lector posterior realizó lecturas muy diversas cuyas reso­nancias siguen condicionando la reflexión en torno a aquellas inci­

dencias históricas de hace cinco siglos. El Inca Garcilaso de la Ve­ga, leído por Tupac Amaru resultó subversivo y fue prohibido en el virreinato peruano. Los textos de Guamán Poma de Ayala permane­cieron inéditos hasta el siglo XX, como sucedió también con tos de Fray Bernardino de Sahagún y sus informantes, compilados en la Historia general de las cosa de la Nueva España, para no citar sino dos ejemplos de máxima relevan­cia.

Los positivistas revisaron aque­lla historia y generaron una leyen­da negra que rompía la visión pia­dosa del buen salvaje acuñada por tos utopistas neoclásicos del siglo XVIII, heredada y agotada en ver­siones lacrimógenas por tos nove­listas románticos sentimentales, lectores y glosadores de la Atala (1801) de Chateaubriand.

La novela social del super-re- gionalismo explotó el alma del indio en manos de autores que estuvie­ron más próximos -sin conocertos- a aquel desgarrador grito del poe­ma de Tlatelolco. Versiones y re­versiones fueron generando una intertextualidad cultural y literaria que llega a nuestros días en dos versiones: la de un complejo de minusvalía étnica leída anacróni­camente dentro de tos códigos po­sitivistas que acuñaron el estereo­tipo de un mestizaje como caracte- rizador único de to hispanoameri­cano y también como un argumen­to hibridado al deterninismo geo­gráfico para definir nuestra socie­dad como un conglomerado de hombres físicamente débiles, mentalmente atrasados, laboral­mente flojos. Todos ellos fueron lugares comunes de una lamenta­ción que persiste como un escudo para no enfrentar el verdadero reto de nuestro tiempo: la superación de un modelo oligárquico nacido con la emancipación política de Es­paña como proyecto liberal del “de­jar hacer y dejar pasar” incluso la historia, sin percatarnos de ella.

La otra versión variable asume con dignidad y humor literarios el proceso y to reelabora en una lite­ratura que parodia y camavaliza, trastueca y desmantela un destino que nos han inventado en forma

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El Quinto Centenario

exógena, desde ei momento mis­mo en que se nos llamó Nuevo Mundo. Con ironía certera, no siempre bien leída, Emir Rodríguez Monegal, poco antes de morir, dejó escrito un admirable prólogo para cierta antología que tituló Noticias secretas y públicas de América. En él anota dos párrafos que estimo fundamentales para una relectura de este proceso. El primero se re­fiere justamente a la lectura de América en tos primeros instantes de las navegaciones colombinas y de las posteriores inmediatas. El otro alude a la proyección literaria que el fenómeno produjo en la con­temporaneidad de nuestra literatu­ra.

En cuanto al primero, Rodrí­guez Monegal escribe:

El Nuevo Mundo de Colón y Ves- pucci fue, en realidad, un mundo viejo visto como nuevo y romantizado por tos lectores de Marco Poto y de las novelas de caballerías. Pero la historia que leyeron Las Casas y tos jesuítas era otra: una supervivencia tenaz de las culturas prehispánicas, una voz que no podía ser callada y proliferaba en historias (la del Inca Garcilaso), en crónicas (la de Guamán Poma), o en el atroz relato de la Conquista que tos informantes de Sahagún registraron para siempre. El Nuevo Mundo sólo fue un Mundo Nuevo para tos conquis­tadores.^ 0)

La reflexión de Rodríguez Mo­negal culmina con un llamado al diálogo de ambos potos culturales. Y respecto a tos textos señala que “no son contemporáneos de tos lectores de su época: son nuestros contemporáneos”.

En efecto, aquellas obras fue­ron editadas y leídas más amplia­mente durante tos siglos XIX y XX. Fueron lecturas distintas. Sus au­tores no presumieron de intencio­nalidad literaria. Querían informar su asombro o transmitir sus conve­niencias a las metrópolis. Eso es indiscutible. Pero es que la literarle- dad de tos discursos es un valor atribuido o negado según las lectu­ras del texto. Las angustias y traba­jos del Almirante no eran para reír en el momento de vivirlas. Pero su Ingenuidad hace que hoy, quien lo lea, sonría y disfrute de las distor­

siones fantásticas y hasta absur­das de un continente que él tuvo ante sí y nunca lo supo. Sencilla­mente porque él también leyó la geografía oriental de la ruta de las especies en cada isla o mar que tropezaba en su alucinante itinera­rio. Fue sólo en 1513, después que Núñez de Balboa descubriera el Mar del Sur (Océano Pacífico) cuando tos europeos se enteraron de que el Mar Tenebroso por don­de Colón se había adentrado alber­gaba otro continente capaz de fre­nar las apetencias luso-españolas por adueñarse de tos territorios de la Especiería.

La segunda reflexión de Rodrí­guez Monegal a que aludimos an­tes es más literaria. Remite a tos novelistas del boom como herede­ros de lo maravilloso inserto en aquellas formaciones textuales ori­ginarlas. (11) Sin embargo, no pue­de olvidarse que la literatura, en tanto proceso de intertextualida- des infinitas, no tiene hiatos. Tam­poco la historia, según parece. Am­bos subsistemas textuales se con­tradicen y reconcilian. Ciertos his­toriadores negaban la historicidad de cronistas y relatores. Recuérde­se por ejemplo a tos correctores de inexactitudes históricas en tos Co­mentarios Reales del Inca Garcila­so. Con ello el texto ganó en litera­lidad. El largo proceso ha hecho olvidar a su vez a historiadores literarios cómo la imbricación de formaciones textuales y discursi­vas de origen náhuatl y africano se hallan en el contexto de poemas de Sor Juana Inés de la Cruz. Igual­mente las obsesiones de viajes y aventuras en la ruta de las espe­cies que por un continente intruso costó a España el apropiarse de las Molucas, abrió a la novela de Amé­rica un hermoso camino de fanta­sía y absurdo con Los infortunios de Alonso Ramírez, escrita por el astrónomo y matemático mexica­no Carlos de Sigüenza y Góngora en el siglo XVII.

Más hacia nosotros y antes o después del boom, en el caso ve­nezolano asombra la presencia de un realismo mágico temprano o de una maravilla de novela mítica en nuestro “continente literario” como es Cubagua, de Enrique Bernardo

Núñez, donde conviven las tradi­ciones indígenas de Amalivaca y Vocchi con las perversidades de tos envenenadores renacentistas traídas por ciertos conquistadores a nuestra primera ciudad hundida. En medio de ese contexto actúa Nila Cálice, Diana criolla, capaz de conectar con su belleza las mitolo­gías amazónicas, tos misterios de Fray Dionisio y las primeras codi­cias petroleras. Después vendrán presencias y transformaciones si­milares en Asturias, en Rulfo y Gar­cía Márquez, hasta desembocar en esa post-modernidad paródica que ha hecho famosos en corto tiempo a Abel Posse con Los pe­rros del paraíso y a Napoleón Bac- cino Ponce de León con su Maluco.

Queda sólo añadir que una vez aclarado el asunto de la antigüe­dad de un Nuevo Mundo sólo exis­tente para tos europeos, más acá de las nuevas conquistas y un nue­vo milenio inminente, el verdadero Mundo Nuevo tendremos que asu­mirlo con entera responsabilidad de superar complejos de etnia o seguir peleando con nuestros muertos de la historia. Sólo así asumiremos el reto de transformar­nos de verdad y no seguir jugándo­le trampa a la historia con el manido truco de transferir tos retos y com­promisos a unas generaciones ve­nideras que no acaban de llegar nunca, como tos remolinos de agua dulce que no dejaban avanzar ni retroceder a don Cristóbal frente a las bocas del Orinoco.

Notas:1.- Cf. F.R. de Chateaubriand. Los

natchez. Madrid, Bruguera, s.a.V. también: Michei Butor. ‘Chateaubriand y su viaje a América". En: Sobre literatura, I. Barcelo­na, Seiz-Barral, Biblioteca Breve.

2.- El texto original dice “Ya dixe como yo avía andado CVII leguas por la costa de la mar, por la derecha línea de Os ¡den te a Oriente, por la isla luana. Según el cual camino puedo desir que esta isla es maior que Inglaterra y Escosia ¡untas, porque allende d'estas CVII leguas me quedan de la parte del Poniente dos provinsias que ¡o no he andado, la una de las cuales llaman Auan, adonde nasen la gente con cola", (cf. Cristóbal Colón. Textos y documentos completos. (Prólogo y notas de Consuelo Varela). Madrid, Alianza Editorial, 2a ed. 1984, p. 143.

3.- Cf. Angel Rosenblat. La primera vi­sión de América y otros ensayos. Caracas,

Encuentros 12 1992 23

El Quinto Centenario

Edics del Ministerio de Educación. (Varias ediciones).

4.- *Y no conocían ninguna zeta ni idolatría salvo que todos creen que las fuergas y el bien es en el cielo, y creían muy firme que yo con estos navios y gente venía del cielo y en tal catamiento me recibían en todo cabo después de haber perdido mie­do. Y esto no procede porque sean igno­rantes, salvo de muy sotil ingenio, y ombres que navegan todas aquellas mares, que es maravilla la buena cuenta qu’ellos dan de todo, salvo porque nunca vieron gente ves­tida ni semejantes navios". (Ibid, p. 142).

5.- Cf. Visión de los vencidos. México, UNAM (Varias ediciones).- La Habana, Ca­sa de las Américas.

6.- El texto completo en versión original puede leerse en la edición de Consuelo Vareta (v. nota 2.), pp. 206 y ss.

7.- Cf. "Cartas, crónicas y relaciones del descubrimiento y la Conquista". En: Luis Iñigo Madrigal (coordinador) y otros. Historia de la literatura hispanoamericana. Tomo I. Epoca colonial. Madrid, Edics. Cá­tedra, 1982 (El texto de Mignolo, en pp. 57- 116.)

8.- Hemos transcrito el fragmento de: Jean Franco. "La cultura hispanoamerica­na en la época colonial". En: Iñigo Madrigal. Historia de la literatura hispanoamerica­na... pp.40-41.

9.- Cf. Irving A. Leonard. Los libros de los conquistadores. (Hay ediciones de Fondo de Cultura Económica, México y de Casa de las Américas, La Habana. Ida Rodríguez Prampolini: Amadises de Amé­rica. Hay edición venezolana accesible: Caracas, Centro de Estudios Latinoameri­canos Rómulo Gallegos (Col. Repertorio Americano).

10.- Noticias secretas y públicas de América. Barcelona, Tusquets Editores, 1984. La cita en pp. 10-11.

11.- La afirmación de Rodríguez Mone- gal señala: ‘Las rafees de lo maravilloso americano (un atributo del discurso de América y no de su realidad, como ha demostrado la profesora Iriemar Chiampi) están en ese apetito de maravilla con que llegan los descubridores y conquistadores. Apetito que se refuerza por la visión mágica del cosmos que tienen las culturas indíge­nas. Y que reforzarán, a su vez, los escla­vos africanos, divididos por sus dueños y unificados por sus mitos, sus leyendas y sus religiones. La América que hoy ha sido descrita por Miguel Angel Asturias y Pablo Neruda, por Alejo Carpentier y Octavio Paz, por Gabriel García Márquez y Ernesto Car­denal, por Joao Guimaraes Rosa y Joao Cabral de Meló Neto, tiene sus laberínticas raíces en estos libros de crónicas y magia, de historia y leyenda, de biografía y hagio­grafía." (Noticias...pp.14-15). El trabajo de Iriemar Chiampi a que alude Fiodríguez Monegal tiene traducción española: El realismo maravilloso. Caracas, Monte Avi­la.

América o el descubrimiento

de la memoria histórica*

Eduardo Subirais

Centenarios son efemérides monumentales. El objetivo que los legitima, la memoria de una histo­ria compartida en el seno de una comunidad, no deja reducirse a un principio de monumentalidad. Mo­numentos son emblemas. Pueden representar un símbolo: el heroís­mo, la gloria terrenal y eterna, el poder. Pero sólo la verdadera obra de arte es capaz de recordar en el doble sentido de una experiencia de aprendizaje y conocimiento, y del reencuentro con sueños y es­peranzas perdidos. Tal el misterio del mito, de la poesía, no de los grandes monumentos.

El Quinto Centenario del des­cubrimiento de América se ha con-

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vertido en un recipiente vacío: el discurso político lo ha degradado a un ritual administrativo, los me­dios de masa tienden a confundir­lo más y más con un producto espectacular, la ausencia de una inteligencia reflexiva en España favorece su suspensión etérea co­mo símbolo arcaico, y la inercia del tradicionalismo español tiende y tenderá a llenar su vacío con sím­bolos primitivos del heroísmo, las configuraciones banalizadas de la retórica de la cruzada y el imperio, hoy mediáticamente renovados con los símbolos de una acción civilizatoria y humanizadora o con un renovado ritual de sacrificios e identidad. De poco va a servir que los emblemas envejecidos de la cruz y la espada se truequen me­diáticamente por imágenes más amenas de descubrimientos cien­tífico-técnicos que siempre ha despreciado la cultura moderna de España. La ausencia de conte­nidos reflexivos condena esta fies­ta al emblema de un hosco vacío.

Pocas, quizá ninguna fecha histórica española posea, sin em­bargo, un significado tan rico en asociaciones históricas, políticas y legendarias, ni tan brutalmente conflictivo, tan delatador y preña­do de sentidos maravillosos y terri­bles como el año 1492. Rememo­rarla, más acá de los símbolos opacos de una identidad nacional que hoy resulta vergonzosamente arcaica, a través de los símbolos de una memoria poética, constitu­ye hoy una de las más nobles tareas para una inteligencia espa­ñola, y el único camino para poder decidir una verdadera transforma­ción y renovación de nuestra so­ciedad y nuestra cultura.

Con todo, ignorar el heroísmo, la cristiana voluntad transforma­dora, a través de la muerte, del sacrificio y la subyugación de ra­zas, pueblos enteros y formas de vida profundamente arraigadas, negar, en fin, el espíritu de aventu­ra y de cruzada que llevó a tantos españoles a acciones espléndidas

de gloria sanguinaria, divina cruel­dad y destrucción, significaría ig­norar la parte más señalada de esta historia con la que comienza la España moderna. El adusto ca­ballero español, el cruzado impla­cable, el fraile humanitario, el gue­rrero corrupto y cruel que todo lo sacrifica a su voluntad de rapiña y poder, son protagonistas decisi­vos de la España de ayer y de hoy. También lo fue y lo será el del crítico y reformador inflexible de la empresa colonial europea, que no cesó de contestar sus horrores y sus errores, como un Las Casas o un Vives.

Pero la figura del héroe cristia­no-español se yergue monstruosa y magnífica sobre las tres culturas en cuyos despojos se labraron los fundamentos del Estado y las for­mas de vida de la España moder­na: la árabe, arrasada a to largo de una lucha fratricida que se prolon­gó durante siglos, la judía, víctima de una persecución empecinada, desvastadora y suicida que des­pojó a la naciente nación española de to mejor que espiritualmente hablando existía en la península ibérica, y las culturas amerindias, víctimas de una crueldad destruc­tiva cuyos vestigios todavía son perceptibles hoy en viva carne.

Hoy la cultura española se en­cuentra ante la magnífica oportu­nidad que su intelligentsia no ha sabido hasta ahora reconocer: la de revisar abierta y públicamente su pasado y reconocerse a sí pro­pia en todo aquello que persiguió, destruyó y negó bajo un espíritu infinitamente heroico e infinita­mente insensible, innoble y brutal. En el hereje, al fin y al cabo, la cultura tradicional española no ha hecho más que castrarse a sí mis­ma hasta convertirse, de una de las más apasionantes y ricas, en una de las más depauperadas cul­turas de Europa, en un plano inte­lectual to mismo que vital y cotidia­no. Naturalmente, podemos tam­bién seguir dormitando la inercia de una centenaria e insolente in­

consciencia, desconocer eterna­mente nuestra historia real y sem­brar como infatigables asnos mo­numentos a una grandeza que al fin y al cabo nunca fue sino la de quimeras y sueños de míticas ri­quezas, visiones sublimes de mís­ticas transverberactones y actos heroicos de una grandísima intole­rancia.

Celebrar hoy el descubrimien­to bajo el signo de tos “descubri­mientos’’, el nuevo discursos ofi­cial español, no deja de ser una manera brillantemente infantil de eximir la cuestión: la señal de que de todos modos nadie quiere po­nerse cuestiones. Las tareas cien­tíficas y científico-técnicas que subyacieron a tos viajes colombi­nos, y que el descubrimiento de­sató posteriormente, florecieron en Italia y Francia y Portugal, y no bajo el signo de la intolerancia político-religiosa que simbólica­mente representa el 92. Semejan­tes eslóganes propagandísticos no son en realidad más que un efec­tivo encubrimiento ridículo a una revisión de la historia española construida por el tradicionalismo español, hasta hoy todavía pen­diente. Por el contrario, hoy la cul­tura puede y debe salir al encuen­tro de aquello que dejó perder tan inútilmente: saberes literarios y ar­tísticos, formas de vida, religiones, conocimientos científicos y filosó­ficos que encerró en la ignorancia y el olvido. 1992 será el año de una conciencia histórica en España o no será nada: un espectáculo, una fiesta rocambolesca, con algo de grotesco y de estrafalario, y ges­tos de inútiles glorias y de inepcia.

* Tomado de la revista Pliegos, No. 3, Madrid 1991, con la amable

autorización del autor

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El descubrimiento que nunca fueVerónica Jaffé

La figura de Cristóbal Colón ha sido más que debatida a través de la historia. Ya sus contemporáne­os se afanaban en describir, expli­car, justificar o condenar al nave­gante genovés, pues la sensacio­nal ampliación de los regios domi­nios españoles y los sueños, rápi­damente realizados, de oro y ri­quezas sin fin así lo ameritaban. El hijo bastardo se dedicó a ensalzar la hazaña del padre ante el despo­jo que había sufrido la familia. Los intereses de la Corona se orienta­ban evidentemente a defender la ruptura de una promesa a todas luces desmesurada, pues ¿cómo podía cumplirse con lo prometido al almirante y dejar en manos de sus descendientes el usufructo de aquellas inmensas riquezas? Así comenzó la discusión que conti­nuará en los siglos posteriores y hoy se retoma por imposición de una aniversario redondo.

Pero más interesante que deci­dir sobre la figura de un hombre que hizo historia es quizás refle­xionar sobre cuál historia comen­zó con aquella hazaña. ¿ Es el des­cubrimiento de los españoles el inicio de la modernidad occiden­tal? Y si lo es, ¿qué modernidad comenzó en aquel tiempo? Por supuesto, la solución siempre es­tará vinculada a la perspectiva particular de quien responda. Qui­siera concentrarme aquí en una de las respuestas dadas, por lo

demás, en extremo contundente.Hace algunos años se publicó

un libro que ha tenido poca reso­nancia hasta este momento cuan­do las maquinarias oficiales en la península ibérica se aprestan a celebrar el magno acontecimien­to. El libro en cuestión fue escrito por un semiólogo búlgaro residen­te en Paris, famoso en círculos académicos y literarios por sus trabajos en torno a los símbolos, a la literatura fantástica y otros tópi­cos cercanos. El autor se llama Tzvetan Todorov y el libro se titula La Conquista de América, el Problema del Otro.

Una de las connotaciones y significados de la empresa colom­bina, que en ese afán definitorto de nuestra cultura se le ha dado a aquel 12 de Octubre, lo coloca como inicio y primer pistoletazo de la carrera de una modernidad que hoy sufrimos en plena decaden­cia. Si fue el comienzo de un pro­ceso histórico civilizatorio y bene­factor, quiere decir, económico, político, ideológico de una cultura superior en expansión y creci­miento, o por lo contrario, el inicio de una masacre en enorme esca­la, y un ejemplo más de la salvaje fuerza genocida de la cultura occi­dental, la leyenda negra o blanca sobre el descubrimiento y la pos­terior conquista siempre se ha vis­to desde la perspectiva foránea, por el ojo europeo que descubre,

desde el punto de vista de la ac­ción hispana que conquista. El si­lencio de la contraparte se profun­diza cada vez más a medida que se hace constante y persistente el discurso de los primeros. Y es esta circunstancia que Todorov analiza e interpreta. Aquel descubrimien­to y aquella conquista están vistos como el diálogo imposible que fue­ran: era sólo uno de los interlocu­tores el que realizaba la acción, el que observaba, descubría, inter­pretaba y el que consecuente­mente conquistaba. La voz de los vencidos no se escucha en la his­toria, y sólo mucho más tarde aso­ma tímidamente su propia versión de los hechos.

Todorov no reconstruye la res­puesta indígena al acontecimien­to, pero acentúa su ausencia a través de la peculiar perspectiva que desarrolla. El silencio de uno de los interlocutores se hace obli­gado cuando el otro sólo acepta su propia visión como única verdade­ra. Desde Colón el diálogo es un insistente monólogo. Pues el na­vegante viene con expectativas muy bien definidas, ve y descubre lo que a priori quiere y pretende descubrir. Colón sabe de cíclopes, de hombres con cola y de amazo- nes y son éstos los seres que pretenderá encontrar. “Su haza­ña... está en relación con el mismo comportamiento: no ... descubre, encuentra en el lugar donde ‘sa­

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bía’ que estaría”, un saber relacio­nado con “la voluntad divina y con las profecías”, [p.31]

En el diálogo imposible con los seres humanos que encuentra, Colón insiste en la unidad y natu­ralidad del idioma, el suyo, y se esfuerza en reconocer nombres relacionados con su propia len­gua, el malentendido reiterado en relación al Gran Khan que busca en estas Indias es sólo uno de los ejemplos notables. Y es que Colón ‘no tiene éxito con la comunica­ción humana porque no le intere­sa’, y en sus escritos “sólo habla de los hombres que ve porque, después de todo, ellos también forman parte del paisaje.” [p.41] Esta percepción ‘sumaria’, ‘mez­cla de autoritarismo y condescen­dencia’ indica el desinterés funda­mental que Colón siente ante es­tas gentes nuevas, volcándose a la tarea mucho más importante de demostrar las profecías y visiones conocidas: la tierra de Cipango o Catay, las minas del rey Salomón, el paraíso terrenal, y si en algo cuentan los pobladores es porque encajan con la geografía espera­da. Pero siempre serán salvajes, desnudos de ropa y por ende des­nudos de espíritu, por lo cual com­parten con los animales y plantas la belleza física, el esplendor para­disíaco que corresponde a estas tierras. Y como habitantes adáni- cos, son inocentes y buenos, ge­nerosos e infantiles. Todo conflu­ye hacia la imagen que por siglos seguirá marcando la apreciación exterior de los americanos: el buen salvaje será también un niño ne­cesitado de guía, protección y co­rrección, jamás independiente, ja­más dueño de su propio destino.

La relación colonizador-coloni­zado prefigura en este primer en­cuentro sus alternativas: tos otros serán o seres humanos, iguales e idénticos, por lo cual deben tener tos mismos valores de tos unos y, asimilados a éstos porfuerza, ten­drán que ser convertidos a esta identidad y religión, o son diferen­

tes, y la diferencia ‘se traduce in­mediatamente en términos de su­perioridad - inferioridad’.

Son estas alternativas percep­tivas las que conformarán el pro­ceso colonizador: como iguales habrá que civilizar y cristianizar a tos indios e integrarlos a la huma­nidad una e igual ante tos ojos de Dios y hacerlos súbditos de tos católicos monarcas. Y para cristia­nizarlos se utilizará la fuerza, el castigo, el poder del superior so­bre el inferior, pues tos súbditos deberán entregar sus almas y sus bienes a quien corresponde. En esta visión del otro la masacre parece inevitable. Los dos mitos relacionados con el indio, el buen salvaje y el pobre perro y esclavo, se basan en el desconocimiento de tos otros, en “la negación de admitirlos como un sujeto que tie­ne tos mismos derechos que uno mismo, pero diferente.” [...] Alteri- dad humana [que] se revela y se niega a la vez.” [p.57]

Y vino el encuentro de dos cul­turas, la conquista, la guerra. Las cifras calculadas por historiadores actuales son en extremo revelado­ras. La población global indígena para el año 1500 era de unos 80 millones. Cincuenta años más tar­de, de esos 80 millones sobrevi­ven 10; en el caso particular de México, antes de la conquista po­seía una población de unos 25 millones, en el año 1600 queda sólo un millón. Esta destrucción de aproximadamente un 90% o más de la población original no puede definirse sino de una sola forma: “si alguna vez se ha aplicado con precisión a un caso la palabra ge­nocidio. es a éste, [...] ninguna de las grandes matanzas del siglo XX puede compararse con esta heca­tombe.” [p.144] Y aun cuando la responsabilidad europea en esta masacre no es siempre la misma y la muerte es ocasionada en la ma­yoría de tos casos por lo que se llamó el ‘choque microbiano’, por las epidemias y enfermedades in­controlables para tos españoles

de la época, las razones decisivas se encuentran en la situación so­cial, nutricional y sanitaria que el dominio foráneo imponía a tos in­dígenas. Incluso para autores contemporáneos de la catástrofe está clara la cuestión de las cau­sas. Escribe Motolinía en su His­toria de los Indios de la Nueva España, citado por Todorov: “Co­mo tos indios no sabían el remedio para las viruelas, antes como tie­nen muy de costumbre, sanos y enfermos, el bañarse a menudo, y como no lo dejasen de hacer mo­rían como chinches a montones. Murieron también mucho de ham­bre, porque como todos enferma­ron de golpe, no se podían curar tos unos a tos otros, ni había quien les diese pan ni otra cosa ningu­na." [p.147] Para Motolinía la mor­tandad, como en la Biblia, es ex­presión del castigo divino, son diez plagas como en Egipto las que diezman la población indígena, pero a diferencia de aquellas des­gracias naturales enviadas por Dios, Motolinía sabe que son tos hombres blancos tos actores prin­cipales, y después de nombrar la viruela continúa con su lista de horrores: las víctimas que sucum­bieron por las armas, luego por ‘la muy grande hambre’, después por ‘los calpixques o estancieros’, por ‘los grandes tributos y servicios que tos indios hacían’, por ‘las mi­nas de oro’, por ‘la edificación de la gran ciudad de México’, por ‘tos esclavos que hicieron para echar a las minas’, por ‘el servicio de las minas’, por ‘las divisiones y ban­dos que hubo entre tos españo­les’, situación que se aprovechaba para deshacerse de prisioneros y esclavos molestos, [p.147-149] Termina así el catálogo de razo­nes para la cantidad desmesurada de muertes y se pasa entonces a la enumeración de las variaciones cualitativas del horror. Todorov ci­ta algunos casos particularmente crueles para tipificar las dimensio­nes humanas del genocidio. El sa­dismo ilimitado del primer momen­

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to, el placer perverso de los prime­ros conquistadores en torturar, mutilar y masacrar mujeres, niños y hombres que habla por estos ejemplos citados produce una ex­traña sensación de ambigüedad. Ciertamente la barbarie europea no tenía límites y la fantasía asesi­na encontraba siempre nuevas formas de hacer morir. Y uno ima­gina a aquellos hombres salidos de una España medieval, acos­tumbrados a los espectáculos de los autos da fé inquisicionales, re­pitiendo imágenes de horror larga­mente conocidas. Pero existe una diferencia entre aquellos actos re­ligiosos y estas torturas indiscrimi­nadas, que nos hace dudar de la comparabilidad de ambos casos. Todorov explica esta diferencia con la concepción ritual del sacrificio y la concepción laica y moderna de la matanza. Más allá de la codicia y el deseo de hacerse rico que motivaba las acciones europeas - la masacre parece contradecir la conveniencia y razón para satisfa­cer este deseo, pues nada vale un esclavo muerto- se encuentran las motivaciones culturales. ‘Socie­dades con sacrificio'y 'sociedades con matanza’ se enfrentan con concepciones muy diversas de la muerte. Las primeras la compren­den como un ‘homicidio religioso’, realizado ‘en nombre de la ideolo­gía oficial’ y públicamente, cum­pliendo ciertas condiciones defini­das por esa ideología. Las segun­das, por lo contrario, ‘revelan la debilidad de una estructura social y cultural, donde ‘los principios normales que solían asegurar la cohesión del grupo’ se han debili­tado y ya no pueden regular la conducta individual. Tales condi­ciones suelen darse muy lejos de la propia casa, de la metrópoli, de los centros de poder, quiere decir, en la periferia. “La matanza está entonces intimamente relaciona­da con las guerras coloniales, que se libran lejos de la metrópoli [...] lejos del poder central, lejos de la

ley real, caen todas las interdiccio­nes, el lazo social, que ya estaba flojo, se rompe, para revelar, no una naturaleza primitiva, la bestia dormida dentro de cada uno de nosotros, sino un ser moderno, lleno de porvenir, al que no retiene ninguna moral y que mata porque y cuando así le place.” [p. 156/57]

El continente americano ha si­do, desde aquel 12 de Octubre, la enorme periferia de la cultura occi­dental y sigue cumpliendo hasta el día de hoy esa función. Es com­prensible entonces que las fuer­zas contradictorias de esta cultura de la modernidad, que las oposi­ciones internas entre las preten­siones universalistas y las concre­ciones individualistas e utilitarias se manifiesten en sus consecuen­cias más nefastas precisamente en la periferia. La modernidad oc­cidental, la exaltación tan fructífe­ra y productiva de la individuali­dad, del antropocentrismo racio­nalista, de la iniciativa privada, de la efectividad y utilidad económi­ca, todo aquello que relacionamos hace siglos con la hazaña del re­nacimiento europeo, encuentre en tierras americanas su mejor cam­po de actividades. Aquí se mani­fiesta más rápido, más evidente, más efectivo el poder constructivo y destructivo de nuestra civiliza­ción moderna. Los 500 años de historia reciente de América son el espejo perfecto, la imagen nítida

de lo que significa la modernidad occidental: la eliminación de otras culturas, la construcción de impe­rios y economías mundiales, la expansión cultural magnificada a un universalismo siempre esgrimi­do como mejor argumento y de­fensa. la destrucción de una natu­raleza definida únicamente como ‘recurso’ y ‘materia prima’, y tantas otras cosas más. El resultado está a la vista de todos. 500 años después el continente americano muestra claramente las bondades y maldades inherentes a nuestra cultura, las operaciones hechas y las heridas que aquellas dejan, las cicatrices en cuerpo y alma de pobladores y paisajes.

Hace 500 años un navegante genovés pisó un continente des­conocido para él y para los suyos. Creía llegar a la China milenaria, la tan otra cultura que se conocía en su tiempo. Encontró otra cultura y sus seguidores se ocuparon de tratarla como ‘lo otro’. Se estable­cieron entonces las condiciones y posibilidades para una relación con la alteridad que marca hasta hoy nuestro acercamiento a los de­más. No se trató de un descubri­miento, lo otro y diferente no pudo aceptarse como tal, se revelaron sólo las graves, las terribles limita­ciones que sufrimos desde enton­ces ante todo descubrimiento de las diferencias.

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De los pobres y los ciudadanosLa relación Norte-Sur 500 años después *

Gabriela Simón

“Debemos resignarnos", escri­bía hace poco el político alemán Volkmar Kóhler, especialista para políticas de desarrollo, “a que en el caso de una serie de países, no podremos hablar en las próximas décadas de desarrollo, pues se trata de la simple sobrevivencia. (...) Gran parte de la Africa negra enfrenta esta perspectiva.” A es­tos países africanos sin esperan­zas se les daría ahora, después de la temporal cancelación de su de­sarrollo, “subvenciones constan­tes”, en forma de ayuda alimenti­cia, por ejemplo. Nosotros en el Norte seguro que nos resignare­mos a ello. Hace siglos estamos acostumbrados a la imagen de los pueblos naturales y sin historia del Sur; aceptaremos la imagen de esos paises, ahora sin esperanza alguna, de Africa, Latinoamérica y Asia, sin mayor dificultad.

El conocido teórico del desa­

rrollo Ulrich Menzel también cree que “en una gran cantidad de pai­ses” en el Tercer Mundo “no podrá concretarse la aspiración emanci­padora.” Una política de desarrollo sólo podría orientarse por criterios ‘humanitarios’, quiere decir, sumi­nistro de alimentos, medicamen­tos, vestidos, etc. Las regiones críticas del Tercer Mundo deberán colocarse, según Menzel, “por lo pronto, bajo custodia de los paises del Norte.”

Estocontrastafuertemente con la buena nueva que políticos y medios de difusión del Norte habí­an propagado hace poco por el globo entero. ¿No se hablaba de una nueva era? ¿De la universali­dad de los derechos humanos que ahora, después del estancamiento de la guerra fría, podrían disfrutar todos los seres humanos? En al­gún momento entre la Guerra del Golfo, la xenofobia y un creciente

apartheiten los límites de Europa debe haberse quedado rezagada la buena nueva de los derechos humanos universales. En el Sur se continúan las catástrofes silencio­sas y en el Norte los políticos co­mienzan a instalarse dentro del esquema de una nueva resigna­ción.

Mientras, aún se especula so­bre un ‘nuevo orden internacional’ pareciera que para una parte de la humanidad ya pasó todo. Los re­porteros de la televisión nos explican la desesperanza reinan­te al sur del Sahara o nos dicen, por ejemplo, que el “fin de la Histo­ria’ ya sucedió en el Perú. La buena nueva de los derechos humanos recorrió el mundo, pero no estaba pensada para los totalmente po­bres’. El mensaje para ellos es diferente y reza: hasta dentro de un tiempo ustedes perdieron el tren del desarrollo y serán alimen­

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tados a duras penas con los restos que le queden al Primer Mundo. La idea de ‘desarrollo’ como concep­ción mundial, sobre la cual se ba­saba la política Norte-Sur desde la Segunda Guerra Mundial, será en- gavetada - sin escándalo y con una nota: 'por lo pronto', 'para las próximas décadas'. En su lugar pareciera imponerse un regreso al paternalismo de las épocas colo­niales.

Hoy en día los políticos del Nor­te discuten con la mayor tranquili­dad sobre su derecho a suspen­der, en situaciones de crisis, la soberanía de los paises del Sur, sin imaginar siquiera la constela­ción contraria: que también la po­blación del Tercer Mundo podría tener derecho a inmiscuirse en la política del Norte, especialmente en aquellos casos que se relacio­nan con sus posibilidades más e- lementales de sobrevivencia y de­sarrollo, por ejemplo, en la política económica y energética. Al pare­cer, los pobres del Sur no son ciudadanos con derechos políti­cos en la era de los derechos hu­manos, sino siempre y sólamen-te ‘esagente allí abajo’, o ‘tos necesi­tados’.

El nuevo apartheit internacio­nal comienza dentro de las cabe­zas. Comienza con la renuncia si­lenciosa a la idea de igualdad, fundamento, a pesar de todas sus fallas, delconceptode ‘desarrollo’. Un desarrollo universal e igual pa­ra todos - ese era el credo de la política progresista como se formó en la postguerra y en las décadas de luchas anticoloniales. Enton­ces se pretendía que tos paises jóvenes y políticamente indepen­dientes se integraran al mercado internacional con la promesa de- sarrollista. ‘Desarrollo’ se convirtió en la fórmula mágica para igual­dad, paz y progreso, más tarde también para la superación de la pobreza y la emancipación de la mujer. Pero para muchos en el Tercer Mundo también se convir­tió en sinónimo de un proyecto de

dependencia postcolonial, “un modelo de desarrollo, por el cual todo el mundo debía renovarse y seguir el canon del Norte colonia­lista’’, como criticó la ecóloga hin­dú Vandana Shiva.

A la vez, el concepto de ‘desa­rrollo' correspondía a una tarea política que se derivaba de la pre­tensión de una relación igualitaria entre toctos tos miembros de la ‘familia de tos pueblos’ como lo formulaba la Carta de las Nacio­nes Unidas de 1945. La idea que todo país, todo ser humano, tenía el mismo derecho al desarrollo y que de ello se desprendía una responsabilidad de tos paises ri­cos se basa en la idea de igualdad que constituye uno de tos funda­mentos más importantes de la era postcolonial.

Por otra parte, también enton­ces se trataba de la superación de miedos, miedos de tos antiguos poderes coloniales por la posible pérdida de su control sobre el Sur, miedo ante la posibilidad de que el Tercer Mundo se inclinara hacia el campo soviético. Fueron estos miedos tos que determinaron el compromiso desarrollista. La pro­mesa del ‘desarrollo’ posibilitaba una nueva forma de control por medio de hordas de planificadores del desarrollo, expertos financie­ros, asesores gubernamentales, que -junto con las élites locales- mantuvieron al Tercer Mundo dentro de tos esquemas de desa­rrollo occidental.

Hoy también se trata de mie­dos, pero esta vez son diferentes. En las islas de bienestar se extien­de el temor ante la posible pérdida de control sobre las propias condi­ciones de vida. Migraciones masivas, catástrofes ecológicas y cambios globales del clima ame­nazan con convertir a tos sobera­nos planificadores y controladores del ‘desarrollo’ en afectados direc­tos. En una difusa mezcla de mie­do y reacciones de defensa, la política de desarrollo actual define sus nuevas tareas. “No debemos

esperar a que nos lleguen las ma­sas de inmigrantes, sino que de­bemos luchar decididamente con­tra las causas de estos movimien­tos migratorios en las regiones que potencialmente tos ocasionan”. Así se formula la nueva justificación para la ayuda desarrollista, como lo declara el Ministro alemán Cari Dieter Spranger en todo momen­to. “La gente allá” debe ser con­vencida a permanecer en sus pai­ses de origen.

También su secretario de Esta­do Volkmar Köhler ve en el “avan­ce de tos pobres desde sus paises en desarrollo un problema de grandes dimensiones”, que redefi­ne las tareas de la política de de­sarrollo de tos años 90. “Esta pre­sión produce en el país huésped crecientes dificultades internas y problemas sociales muy difíciles de solucionar (...) Tal situación e- xige una dimensión muy diferente de desarrollo”. Junto a la cuestión de cómo sería esta 'nueva dimen­sión de desarrollo', llama la aten­ción que la orientación original de la política de desarrollo se ha in­vertido: no se trata ya de un mejo­ramiento de las condiciones de vida en tos paises subdesarrolla- dos, sino que la prioridad es la seguridad de tos paises industria­lizados. La responsabilidad de la política de desarrollo no es con tos pobres del Sur, sino con el ciuda­dano satisfecho del Norte, que quiere ser dejado en paz.

¿Y cuál ‘dimensión de desarro­llo’ en el Tercer Mundo es imagina­ble cuando en realidad se trata de la defensa del bienestar en el Pri­mer Mundo? ¿Un ‘desarrollo del Sur acoplado al Norte’? ¿No se ha convertido tal perspectiva en un espanto, una amenaza para el ciu­dadano dei Norte consciente de la ecología?

El tiempo ha pasado y mientras tanto tos ricos están conscientes de que su riqueza no es repartible, que por razones ecológicas el mundo no puede soportar una igualación al nivel de vida como

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existe actualmente en Europa o Norteamérica. Hace tiempo que vemos con otros ojos la creciente desigualdad, la pobreza en au­mento en el Sur. “Un bangladeshi funciona casi como un solarmobil, un automóvil con energía solar y sin efectos contaminantes", escri­bió el reportero de Geo, Reiner Klingholz, en un artículo que fue premiado por el BMZ como excelente trabajo sobre políticas de desarrollo. “Una vida forzosa­mente humilde, que a nosotros los europeos occidentales no nos pa­recerá envidiable, pero inofensivo en cuanto a sus efectos ecológi­cos.”

Precisamente: a ’nosotros los europeos occidentales' una vida humilde nos parece 'poco envidia­ble'. Sin embargo, hemos aceptado 'la vida forzosamente humilde' en el Sur como condición imprescin­dible para el mantenimiento de nuestra riqueza. “Existe un miedo casi histérico de los ricos por el aumento del consumo de los po­bres”, comentan las ecólogas hin­dúes Añil Agarwal y Sunita Narein. “En el debate sobre el hueco en la capa de ozono, por ejemplo, tales miedos produjeron la fantasía de que cada chino soñaba con una nevera propia.”

Miedo a la igualdad. El 20% de la población mundial que produce el 80% de los gases responsables del efecto invernadero, y cuyo consumo per capita de carbón, petróleo, papel, leche, carne, ma­dera y metal es cinco veces más alto que el del Tercer Mundo, teme al creciente consumo del Sur. El Norte le teme a las consecuencias de su propio modelo de desarrollo, que por siglos propagó, primero entre los ‘salvajes’ y luego entre los ‘pobres’.

Y ahora los propietarios del de­sarrollo parecen ciegos a todo lo que no semeje a su imagen. En su neurosis defensiva, todo habitan­te de un rancho les parece una imagen imperfecta de sí mismos - éste también estaría obsesionado

por el único deseo de tener un segundo carro o un lavaplatos, por llevar una vida como en París, Nueva York o Tokio. “Está claro”, se preocupa por ejemplo el World Resources Institute (WRI) de Washington, “que la Tierra jamás podrá soportar una población de 10 mil millones de seres humanos, que en promedio produjeran tanto C02 como los europeos occiden­tales." Muy cierto.

¿De qué se trata en realidad en esta lucha desatada ahora por los recursos naturales del Tercer Mundo? Veamos varios ejemplos. Un movimiento ciudadano en Goa lucha contra el turismo de lujo en su región, que malgasta las pocas reservas de agua para utilizarlas en campos de golf y piscinas para turistas blancos. En el Noreste brasilero pequeños campesinos luchan contra los latifundistas, que los ahuyentan de sus tierras para cultivar allí la soya, que luego ter­mina utilizándose en la cría masi­va de animales en Europa. En Ma­lasia tos habitantes de tos bos­ques luchan contra la destrucción de la base del sustento de sus vidas causada por empresas ma­dereras japonesas. En la Amazo­nia tos indios intentan salvar las tierras de sus antepasados de la invasión de industrias extractoras orientadas a la exportación. Los habitantes del Valle de Narmada en la India se resisten desespera­damente a su desalojo por causa de una represa proyectada y cofi- nanciada por el Banco Mundial, que implicaría la emigración de 100.000 personas, la destrucción de tierras fértiles y bosques y la inundación y salificación de exten­sas zonas vecinas.

En estas luchas se trata del control sobre tos recursos elemen­tales de tierra, agua y bosque. Se trata de igualdad, democracia y participación, pero seguramente no de una participación igual en la destrucción ecológica. Mas bien se enfrentan aquí, en tos límites del mercado mundial, diversas e­

conomías, diferentes conceptos de desarrollo y concepciones muy di­ferentes de la vida. Formas de producción tradicionales, orienta­das a la sobrevivencia de comuni­dades sociales, que dependen de que ‘tos ríos fluyan’ y el ‘bosque viva’, son defendidas contra una economía dominante orientada al mercado mundial, que entiende ríos, bosques y personas como recursos que deben ser explota­dos óptimamente.

La igualdad debería concretar­se aquí como valoración igual de formas de producción y de vida, con tos mismos derechos en el acceso a tos recursos naturales y en la decisión sobre el concepto de desarrollo. Pero bajo las pre­siones del mercado mundial, esta igualdad es utópica. Pues mien­tras el Norte insiste en que el Sur no debe utilizar demasiados de sus propios recursos naturales pa­ra no poner en juego ‘nuestro co­mún futuro’, tos precios decen- dientes para materias primas y las crecientes deudas obligan a tos países del Sur a entregar más y más de sus recursos a tos países ricos (‘la orientación a la exporta­ción’) Así, no sirve de mucho si el canciller alemán Helmut Kohl se presenta en el Brasil como santo patrono de tos bosques tropicales, pues al mismo tiempo se tala parte de esos bosques para ser quema­da en la producción de acero, que luego se convierte, en manos de la Thyssen Stahl AG, en carrocerías para automóviles alemanes - y todo ello para pagar de la ganancia una parte de tos intereses a tos bancos acreedores.

Los expertos del Norte, que se desesperan ante la creciente emi­sión de C02 y el mayor consumo de materias primas en el Sur, ‘olvi­dan’ oportunamente, que la pre­sión modernizadora proviene de tos países industrializados. Y estos son tos que obligan a todos tos países, con una velocidad agresi­va del desarrollo tecnológico, a participar en el mercado mundial.

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El Quinto Centenario

Y también ‘olvidan’ naturalmente que las estructuras del mercado mundial constituyen la base de nuestro modelo de bienestar.

Miedo a la igualdad. ¿A qué le teme el ciudadano rico del Norte? Quizás se tenga el presentimiento que la temida ‘invasión’ desde el Sur remueva las bases de aquello que significa futuro común’ para nuestro planeta. También se presiente quizás, que la gente en el Valle de Narmada, en Goa o en la Amazonia sólo puede defender su igualdad contra el modelo de progreso insaciable del Norte, y que el Norte tiene que ser dicipii- nado para que los derechos hu­manos sean realmente universa­les.

La alternativa a la política de un apartheitglobal, que administra la pobreza del Sur para asegurar el bienestar en el Norte, es, en el fondo, muy conocida: la democra­tización del mercado mundial. Las sociedades del Sur necesitan te­ner influencia en los procesos eco­nómicos del Norte, porque aquí se determinan las direcciones que en el Tercer Mundo aparecen como imposición de modernización, participación, orientación a la ex­portación. Es nuestra soberanía la que debe discutirse, no la de los países subdesarrollados, cuyos gobiernos, de todas formas y des­de hace tiempo, sólo pueden go­bernar bajo supervisión del FMI y el Banco Mundial.

El ejemplo de la producción de aluminio en el Amazonas brasilero sirve como muestra de la íntima relación entre derechos humanos y orden económico mundial y, a su vez, con los problemas de ecolo­gía y sobrevivencia. Para tener las enromes cantidades de energía necesarias para la fundición del aluminio se construyeron inmen­sas represas, se inundaron enor­mes zonas boscosas y los pobla­dores fueron evacuados de sus regiones. Los desechos contami­nantes envenenan el suelo. El alu­minio termina por fin convertido en

las latas de refrescos, que des­pués de utilizarse una sóla vez, acaban en nuestras montañas de basura. Un respeto por los dere­chos de los indios a sus tierras y su cultura encarecería y limitaría sen­siblemente la producción de alu­minio , con la consecuencia segura que la demanda se reduciría a un mínimo por sí misma.

Precios mucho más altos de materias primas le darían una oportunidad a los paises del Sur para exportar menos y dejarle los recursos de tierras, bosques y a- guas a aquellos que hace siglos viven de ellos sin destruirlos. De esta forma una democratización de la economía mundial sería un freno efectivo para el consumo e- xagerado del Norte. El Norte sólo puede ser diciplinado por el Sur, por medio de la restricción de su soberanía, sobre todo en política económica y energética, a favor de organizaciones democráticas internacionales.

“La gente con el estómago va­cío, que hace siglos le suministra a Occidente sus materias primas y lo alimenta con su trabajo, conser­va en la peor pobreza una riqueza de símbolos capaces de explicar y controlar la vida,” escribía el beli­coso sociólogo suizo Jean Ziegler. “Los pobres son el futuro de los ricos. El Tercer Mundo salvará a Occidente.” Quizás estas palabras sean hoy más actuales que nunca, ante un hueco de ozono creciente y una amenazante catástrofe cli­mática. Quizás el mensaje de los derechos humanos universales regrese alguna vez en esta forma a manos de sus remitentes.

‘Este artículo se publicó en el semanario 'Dle Ze'it’, Nr. 46-8, de Noviembre de 1991, p.64, con el

subtítulo: ¿Cuánto derecho de palabra tienen nuestros vecinos del

Tercer Mundo en la política mundial? ¿O es que existen dos

tipos de derechos humanos?Versión: Verónica Jaffé

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32 Encuentros 12 1992

Colaboradores en este número

Walther BerneckerNació en 1947, estudió Historia y Literatura alemana e inglesa, desde 1988 es profesor de Historia moderna en la Universidad de Berna; es editor de las colecciones Iberoamericana' e Investigaciones sobre España. Ha publicado varios libros y trabajos sobre la historia española y latinoamericana de los siglos XIX y XX, en especial sobre industria y comercio en México en el siglo XIX.Rafael CariasJesuita con largos años de vida y trabajo en Venezuela, se ha dedicado a investigar sobre el tema de los alemanes en este país, actualmente trabaja en la prestigiosa revista Sic, editada por el Centro Gumilla, Caracas.Verónica JafféDoctorada en Literatura, ha publicado algunos trabajos de traducción, crítica literaria y poesía y trabaja en la redacción de la revista Encuentros.Domingo MilianiNacido en 1934 en Venezuela, se doctoró en Literatura Hispanoamericana en la Universidad Nacional Autónoma de México, fue por muchos años profesor de la materia en varias universidades venezolanas, fundador y director del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos y actualmente dirige la Fundación Museo de Ciencias en Caracas. Ha publicado varios libros sobre escritores venezolanos y es autor de la conocida antología de Literatura Hispanoamericana, junto con Oscar Sambrano Urdaneta.Gabriele SimónEstudió economía en la Universidad de Berlín, es periodista, especializándose sobre temas relacionados con la deuda externa latinoamericana, trabajó en una organización de ayuda llamada 'Mundo Solidario1, recide actualmente en Berlín y publica en el prestigioso semanario Die Zeit de Hamburgo.Eduardo SubiratsReconocido filósofo español y profesor de estética, es autor de varios libros, entre los cuales destaca La cultura como espectáculo, docente en universidades españolas, latinoamericanas y norteamericanasy editor de la revista Pliegos, Madrid. Angel ZiemsHistoriador, fue investigador en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, es autor del valioso trabajo sobre El gomecismo y la formación del ejército nacional, Caracas 1979, actualmente es docente en Estudios Generales de la Facultad de Ingeniería, UCV y colaborador de numerosos periódicos.

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