el llamamiento

Instituto Bíblico AmielLiderazgo

Cristiano

No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he

puesto Para que vayáis y llevéis fruto, y

vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis

Al Padre en mí nombre, él os lo dé(Juan 15:16)

Tema: El Llamamiento

El LlamamientoEl llamamiento al liderazgo cristiano es el

acto por el cual Dios escoge y designa a sus siervos de manera personal y especifica

para que realicen las tareas de su reino en esta tierra, para lo cual los llena con el

Espíritu Santo, los capacita para la obra y les provee ejemplos en las sagradas

Escrituras.

El Liderazgo cristiano es un privilegio que el Señor le otorga a la persona que Él quiere usar para una tarea especifica en su obra.

I. Análisis del Llamamiento al Liderazgo

A. El Liderazgo Cristiano y Cómo se llega a Él

Para poder definir y explicar el concepto de un “llamamiento” al liderazgo, primero

tenemos que estipular lo que queremos decir “liderazgo” en sí.

Los términos “liderazgo” y liderato” son sinónimos, y designan la condición de

alguien que ocupa una posición de mando.

I. Análisis del Llamamiento al Liderazgo

A. El Liderazgo Cristiano y Cómo se llega a Él

Un Líder o director de una empresa o misión es el individuo a quien todo el conjunto de participantes ve como su guía para cualquier acto que se realice o cualquier medida que se tome.

El líder, en virtud de su puesto, tiene la última palabra, hace las decisiones finales y es responsable de todas y cada una de las cosas que se hagan dentro de su campo de acción.

Métodos para llegar al Liderazgo

1. Por Elección: se elije por democracia a través de un voto por asamblea. La democracia ha sido un sistema de gobierno muy práctico y eficaz para la iglesia.

Lo que se debe buscar para la conservación de una democracia pura es la educación del pueblo cristiano, basada en los principios de las Escrituras. Cuando el liderazgo de una iglesia o un país pierde el control y la autoridad, surge lo que se conoce como “demagogia”, donde imperan los deseos de la gente, lo cual viene a ser desastroso en una comunidad cristiana.

Uno de los beneficios de la democracia es el derecho al voto o sufragio.


2. Por Nombramiento: El jefe o administrador de una compañía, los directores de departamentos y los presidentes de comités o comisiones internas de una organización, son nombrados por alguien de autoridad competente o por un comité ejecutivo.

Hay una enorme diferencia entre los nombramientos dentro de una democracia y los que surgen de la voluntad de un individuo o persona. Los nombramientos tienen un lugar muy importante en el manejo de los quehaceres del pueblo de Dios.

Dios Todopoderoso, Santo y sabio también nombro a grandes lideres de la Biblia como Abraham, Moisés, David entre otros. Jesús también llamó y designó a los líderes que habrían de continuar la obra que Él inició.


Tres peligros del proceso de llamamiento en organizaciones de hoy día:

a) El favoritismo: En algunos casos la persona o junta que hace los nombramientos puede hacerlo por favoritismo ciertos intereses de por medio.

b) La falta de información: También ha habido casos en que por ignorancia se ha nombrado para un cargo a una persona inadecuada. Hay menos probabilidades de fallar cuando el líder es electo por un cuerpo más amplio de votantes.

c) Ventajas secretas: se han dado casos en que se nombra a alguien con el fin de sacar de ello alguna ventaja secreta. Es imperativo que al acogerse al mecanismo del nombramiento de un líder se entienda la voluntad del Señor. Además, debe haber un sometimiento total a los principios bíblicos y no hacer uso de ninguna oportunidad para discriminar o actuar con preferencias personales.


3. Por iniciativa propia: Otra manera en que un individuo puede llegar a un puesto de mando es por su propia iniciativa. Así se han hecho líderes los fundadores de movimientos independientes y los dueños de empresas privadas. Tal es el caso también del caudillo o jefe de un gobierno totalitario.

En el liderazgo cristiano debe haber “iniciativa propia”, pero esta tiene que estar basada totalmente en la Palabra de Dios. Un líder cristiano debe someter los frutos de su iniciativa propia a la organización que representa. Nunca debe adueñarse del ministerio que ha recibido de Dios ni del campo que la sido confiado.


4. Sucesión hereditaria: En el ministerio cristiano se ve muy mal, y contradice los principios de la Biblia, que una persona considere su ministerio o iglesia como parte de sus propiedades, y que por ello la herede a un familiar. La excepción puede darse, sin embrago, cuando dicho heredero es alguien a quién Dios le ha hecho el mismo llamamiento, dotándolo de iguales o mejores habilidades que su antecesores asignándole específicamente el ministerio que ha quedado vacante.

No olvidemos que liderazgo ministerial no se hereda; se recibe por llamamiento directo, personal y especifico de parte del Señor. Es Él quien llama, capacita y envía a sus siervos a la viña.


5. Por llamamiento divino: Los que han llegado al liderazgo Cristiano por llamamiento divino, siempre que han obedecido al Dios que los llamó, han tenido éxito en su misión. El llamamiento divino, sobrepasa los mecanismos mencionados anteriormente.

El llamamiento al liderazgo es el acto por el cual Dios ha escogido y designado a sus siervos y siervas para que realicen las tareas de su reino en esta tierra, dentro de la estructura oficial y jerárquica de la iglesia.


Es Dios quien nos llama, pero Él ha establecido una estructura para canalizar nuestro llamamiento.

De otro modo, andaríamos por nuestra cuenta y a nuestra manera. El Liderazgo cristiano se desarrolla dentro de la estructura organizacional de la iglesia.

B. Definición del Liderazgo Cristiano

La gente se divide en tres grupos: los que dirigen (lideres), los que ejecutan (colaboradores) y los que no hacen nada (ineptos). El liderazgo cristiano difiere considerablemente del criterio en que se funda cualquier otro tipo de liderazgo secular.

El concepto del “liderazgo cristiano” es idéntico al del “ministerio”. Este último término también difiere de la manera en que se concibe secularmente, las palabras “ministrar” y “ministro” tienen como raíz el adverbio latín minus, “menos”, y se aplica a uno que sirve.


Ministrar es servir, de tal manera que al hacerlo se ayude a los demás, ya sea con palabras o con hechos, a que realicen sus metas. En esto coincidimos con los que dicen que “el que no vive para servir, no sirve para vivir”.

El liderazgo difiere de la administración en que el primero dirige, mientras que la segunda maneja. El líder inspira la acción; el administración la supervisa. El líder se mueve con base en principios; el administrador utiliza técnicas. El líder se basa en el carácter, el administrador en la personalidad. El concepto bíblico del liderazgo cristiano viene de dos términos griegos: La diaconía y la Liturgía.


1. El diaconado (diaconía): dentro de esta categoría ministerial se desarrollaba todo lo que tenía que ver con el “servicio pastoral. Aquí se habla de los que gobernaban la congregación, llamados algunas veces “obispos” o “ancianos”. Se incluyen también las tareas administrativas de la iglesia, como la que les fue asignada a los diáconos de la iglesia de Jerusalén. Estos servidores de la comunidad cristiana tuvieron que llenar los requisitos ministeriales, aun cuando inicialmente solo iban a “servir a las mesas”.


2. El Sacerdocio (Liturgía): En esta clasificación se encuentran todas las actividades relacionadas con el culto y la adoración, y constituye el “servicio sacerdotal” “ministración de servicio”. En nuestro lenguaje moderno llamaríamos a estos lideres de la liturgia cristiana, pastores, predicadores y maestros. En ninguno de los dos casos se destaca la preponderancia o grandeza de líder en sí; el énfasis está en el tipo de servicio que realiza dentro del pueblo de Dios.

De ahí que los cristianos no pensemos del “líder” como uno que manda o maneja a los demás, como para enseñorearse de ellos, él los dirige sirviéndoles de ejemplo. Esto interpreta correctamente el principio establecido por nuestro Señor Jesucristo, el Líder de líderes, cuando dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellos potestad”. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiere hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo (Mateo 20:25-27)

C. El Liderazgo en el Nuevo Testamento

En el Nuevo Testamento encontramos dos niveles de liderazgo de la iglesia cristiana. La diferencia entre estos niveles abarca su extensión geográfica y su carácter oficial.

1. Líderes generales: Estos trascendían a la congregación. Su llamamiento iba más allá de la iglesia local.

A) Los apóstoles: los líderes de más alto nivel, por el grado de autoridad que recibieron y la extensión geográfica que cubrían, eran los “apóstoles”, del griego apostoloi, “enviados” y “representantes”. Jesús estableció estas posiciones y escogió de entre sus discípulos a los que habrían de ocuparlas. Estos líderes vinieron a ser los encargados regionales de la marcha de la iglesia del primer siglo, quienes también encabezan la lista ministerial de Efesios 4:11


B) Los profetas: El oficio o puesto de “profetas” (de profemein, profetes, voceros, portavoces), fue mucho más notable a lo largo de la vida del pueblo de Israel. Es común hablar de profetas mayores y menores para designar a los que escribieron, pero hubo centenares, o quizás millares, de profetas que desarrollaron un ministerio verbal solamente. Ya en el Nuevo Testamento se hace distinción entre (1) los de oficio (hechos 11:27,28;13:1,2; Efesios 4:11), y (2) los que anunciaban mensajes del Espíritu Santo por el don de profecía

(I Corintios 12:10; 14:3)


C) Los evangelistas: Como el nombre lo sugiere, estos líderes cristianos desempeñaban un ministerio itinerante, cuya misión era establecer iglesias en las ciudades no evangelizadas y visitar las iglesias ya establecidas para edificar la fe de los creyentes. Estos ocupan el segundo lugar en la enumeración de Efesios 4:11.


2) Líderes Locales: Estos eran los que funcionaban dentro de la congregación, tanto en los quehaceres diaconales como los litúrgicos.

a) Los pastores: El líder principal de una congregación era el pastor, término tomado de la vida común, recordando las funciones de un pastor de ovejas, encargado de un rebaño. Este título tuvo origen en el Antiguo Testamento, donde Jehová es el Pastor de Israel (Salmos 23.1); los profetas y líderes espirituales del pueblo eran llamados también pastores (Ezequiel 34:2). Jesús es el Pastor de la iglesia ( Juan 10:7-21) y Príncipe de los pastores (1 Pedro 5:4).


b) Los maestros: Al principio no hubo distinción entre “pastores y maestros”; así es como el apóstol une estas dos posiciones (Efesios 4:11). Más tarde, sin embargo, con el surgimiento de tanta herejía, y por tener los pastores una agenda más ocupada, se hizo necesario separar a los que se encargarían de la didascalía. (quiere decir enseñanza).

c)Los diáconos: Estos eran los que ejecutaban y dirigían el servicio físico y material en la iglesia (diaconía significa “servicio”), pero con una designación de autoridad oficial dentro de la congregación (Filipenses 1:1; 1 Timoteo 3:8-13)


c)Los diáconos: Estos eran los que ejecutaban y dirigían el servicio físico y material en la iglesia (diaconía significa “servicio”), pero con una designación de autoridad oficial dentro de la congregación (Filipenses 1:1; 1 Timoteo 3:8-13)

No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he

puesto Para que vayáis y llevéis fruto, y

vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis

Al Padre en mí nombre, él os lo dé(Juan 15:16)

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