el estoicismo antiguo sellars

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1 EL ESTOICISMO ANTIGUO 1 l estoicismo fue una de las escuelas de filosofía que tuvieron más influencia en la antigüedad y su influencia persiste incluso en la actualidad. Tuvo sus orígenes en Atenas alrededor del año 300 a. C., y resultó especialmente popular en el mundo romano, mientras que más recientemente tuvo su influencia en pensadores tan diversos como Montaigne, Kant, Nietzsche y Deleuze. El estoicismo ofrece opiniones distintas y desafiantes tanto del mundo como un todo y del ser humano individual. Concibe el mundo de una manera materialista y determinista como un todo unificado, del que somos una parte del todo. Presenta al ser humano como un animal completamente racional, para quienes las emociones violentas son realmente el producto de los errores en el raciocinio. En la imaginación popular está ahora asociada principalmente con ideas de expresiones emocionales y resistencia heroica frente a la adversidad. Como veremos, como muchas otras imágenes populares esto se sustenta en un elemento de verdad combinado con una distorsión inoportuna. El objetivo de este texto es ofrecer una introducción a la filosofía estoica para aquellos lectores que se acercan por vez primera al estoicismo y no supone algún conocimiento de la filosofía antigua ni de filosofía en general. Podría ser usado por estudiantes de filosofía, de estudios clásicos y otros lectores interesados en general. Así como esbozar las ideas filosóficas centrales del estoicismo, uno de sus objetivos es introducir al lector a los diferentes autores antiguos y fuentes que podrían encontrar cuando se acerquen a investigar con más detalle el estoicismo. La gama de fuentes que nos ayudarán a reconstruir la filosofía estoica pueden ser asombrosas para el principiante desprevenido. Esto, en parte, refleja el hecho de que el trabajo de los primeros estoicos se ha perdido casi por completo, salvados por fragmentos referidos por otros autores y resúmenes de sus ideas trasmitidos frecuentemente por sus críticos. En cuanto a los últimos escritos estoicos del periodo romano –los más famosos fueron Séneca y Marco Aurelio- han sobrevivido, pero han sido considerados como poco originales y limitados a la ética práctica. En esta introducción prestaremos atención por igual a lo que sabemos de los primeros estoicos y los textos sobrevivientes unidos a los últimos estoicos. El capítulo I ofrece una introducción a los mismos estoicos antiguos, sus escritos y otros autores antiguos que han referido algún material sobre la filosofía del 1 El presente texto es la traducción del texto de Sellars. Es una traducción ad usum privatum y con fines exclusivamente académica para los alumnos de la maestría en filosofía. La traducción no está revisada con atención por lo que puede contener errores. E

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El Estoicismo

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Page 1: El Estoicismo Antiguo Sellars

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EL ESTOICISMO ANTIGUO1

l estoicismo fue una de las escuelas de filosofía que tuvieron más influencia en la

antigüedad y su influencia persiste incluso en la actualidad. Tuvo sus orígenes en

Atenas alrededor del año 300 a. C., y resultó especialmente popular en el mundo

romano, mientras que más recientemente tuvo su influencia en pensadores tan

diversos como Montaigne, Kant, Nietzsche y Deleuze. El estoicismo ofrece opiniones

distintas y desafiantes tanto del mundo como un todo y del ser humano individual.

Concibe el mundo de una manera materialista y determinista como un todo unificado,

del que somos una parte del todo. Presenta al ser humano como un animal

completamente racional, para quienes las emociones violentas son realmente el

producto de los errores en el raciocinio. En la imaginación popular está ahora

asociada principalmente con ideas de expresiones emocionales y resistencia heroica

frente a la adversidad. Como veremos, como muchas otras imágenes populares esto se

sustenta en un elemento de verdad combinado con una distorsión inoportuna.

El objetivo de este texto es ofrecer una introducción a la filosofía estoica para aquellos

lectores que se acercan por vez primera al estoicismo y no supone algún conocimiento

de la filosofía antigua ni de filosofía en general. Podría ser usado por estudiantes de

filosofía, de estudios clásicos y otros lectores interesados en general. Así como

esbozar las ideas filosóficas centrales del estoicismo, uno de sus objetivos es

introducir al lector a los diferentes autores antiguos y fuentes que podrían encontrar

cuando se acerquen a investigar con más detalle el estoicismo. La gama de fuentes que

nos ayudarán a reconstruir la filosofía estoica pueden ser asombrosas para el

principiante desprevenido. Esto, en parte, refleja el hecho de que el trabajo de los

primeros estoicos se ha perdido casi por completo, salvados por fragmentos referidos

por otros autores y resúmenes de sus ideas trasmitidos frecuentemente por sus

críticos. En cuanto a los últimos escritos estoicos del periodo romano –los más

famosos fueron Séneca y Marco Aurelio- han sobrevivido, pero han sido considerados

como poco originales y limitados a la ética práctica. En esta introducción prestaremos

atención por igual a lo que sabemos de los primeros estoicos y los textos

sobrevivientes unidos a los últimos estoicos.

El capítulo I ofrece una introducción a los mismos estoicos antiguos, sus escritos y

otros autores antiguos que han referido algún material sobre la filosofía del

1 El presente texto es la traducción del texto de Sellars. Es una traducción ad usum privatum y con fines exclusivamente académica para los alumnos de la maestría en filosofía. La traducción no está revisada con atención por lo que puede contener errores.

E

Page 2: El Estoicismo Antiguo Sellars

2

estoicismo antiguo. El capítulo II considera cómo es que los mismos estoicos conciben

la filosofía y cómo estructuran su propio sistema filosófico. Los capítulos III, IV y V

ofrece una consideración de las doctrinas filosóficas del estoicismo organizada de

acuerdo con la división estoica del discurso filosófico en tres partes: lógica, física y

ética. El capítulo 6 ofrece un breve bosquejo del último impacto del estoicismo en la

filosofía occidental. Y al final del texto se ofrece una guía detallada a fin de favorecer

la lectura.

No podemos no decir que en una introducción de este tipo algunos temas han sido

omitidos y otros tratados de manera muy breve. No ha sido posible discutir la

pertinencia de la interpretación de algunos puntos, y su forma de tratarlos en este

texto aparecerá como algo superficial por aquellos que tiene y n ya un conocimiento

de las fuentes antiguas y la literatura de la escuela. No afirmamos que la

interpretación que ofrecemos en este texto sea definitiva y es una de las razones por

las que ofrecemos una detallada y completa guía para motivar al lector para que

explore otras consideraciones de la misma filosofía estoica por ellos mismos. Si los

lectores están adecuadamente inspirados para profundizar más el tema entonces el

texto habrá también cumplido satisfactoriamente con su cometido.

Este texto fue escrito durante la permanencia de una Junior Research Fellowship en el

Wolfson College, Oxford, y quisiera ser un reconocimiento y agradecimiento al

Presidente y al Fellows por haberme recibido en su comunidad. Mucho trabajo

preparatorio para este texto coincide con mis clases sobre la filosofía Helenista en el

Kings College en Londres en 2004-5 y quisiera agradecer a mis co-lectores en el curso:

M.M. McCabe, Verity Harte y Peter Gallagher. Quisiera dar las gracias también a

Steven Garrard por todos su trabajo sobre a mi favor, así como a tres lectores

anónimos que nos ofrecieron comentarios detallados y constructivos sobre el primer

escrito. Kate Williams fue una excelente editora. Como siempre, no habría podido

completar el texto de manera completa sin el respaldo de Dawn.

John Sellars

FUENTES Y ABREVIACIONES

Los siguientes textos son las principales fuentes antiguas del estoicismo, aunque

naturalmente la lista no es de ninguna manera exhaustiva. Sirve también como una

guía para las abreviaciones usadas en este texto. Una bibliografía detallada de las

ediciones usadas puede ser encontrada en la Guía para el Lector. Una lista completa de

textos citados en el texto puede ser encontrada en el Índex de los pasajes.

Page 3: El Estoicismo Antiguo Sellars

3

Aetius:

De Placitis Reliquiae, in H., Diels., ed., Doxographi Graeci (Berlín; de Gruyter, [1879]

1965).

Alejandro de Afrodisia:

In Top.=In Topica (Comentario a los Tópicos de Aristóteles)

Mixt.=De Mixtone (Sobre la Mezcla)

Arius Didymus

Epitome of Stoic Ethics, citado por los parágrafos de las secciones de Stobaeus,

Anthology, bk 2 ch. 7, printed in Pomeroy’s edition and in Inwood and Gerson’s

Hellenistic Philosophy.

Aulius Gellius

NA= Noctes Atticae (Attic Nights)

Calcidius

In Tim.,= In Timaeus (Comentario al Timeo de Platón).

Cicerón

Acad.,=Academica

Div.,= De Divinationes

Fat.,=De Fato

Fin.,=De Finibus

ND=De natura deorum

Parad.=Paradoxa Stoicorum

Tusc.,=Tusculanae Disputationes

Cleomedes

Cael.,=Caelestia

Diógenes Laercio

DL=Diogenes Laertius

Epicteto

Diss.,= Dissertationes

Ench..,=Enchiridion

Galeno

PHP=De Placitis Hippocratis et Platonis

Page 4: El Estoicismo Antiguo Sellars

4

Hiérocles

El., Eth.,=Elementa Ethica

Marco Aurelio

Med.,=Meditations

Musonius Rufus

Diss.,=Dissertationum a Lucio Degestarum Reliquiae

Plutarco

Mor.,=Moralia, dos de los cuales son citados de manera separada.

Com., Not.,=De communibus Notitiis

St., Rep.,=De Stoicorum Repugnantiis

Séneca

Const.,=De Constantia Sapientis

Ep.,=Epistulae

Ira=De Ira

Ot.=De Otio

Prov.=De providentia

Sexto Empírico

Adv., Math.,=Adversus Mathematicos

Pyrr., Hyp.,=Pyrrhoniae Hypotyposis

Simplicio

In Cael.,= in De Caelo

In Cat.,=In Categorias

In Phys.,=In Physica

Stobaeus

Anthologium

Siriano

In Metaph.=In Metaphyisica

Dos abreviaciones han sido usadas para las más usuales antologías de textos estoicos

traducidos al inglés:

Page 5: El Estoicismo Antiguo Sellars

5

IG=B. Inwood & L. P. Geroson, Hellenistic Philosophy: Introductory Readings, 2nd edn

(Indianapolis, IN, Hackett, 1997)

LS=A. A. Long & D. N. Sedley, The Hellenistic philosopher (Cambridge University Press,

1987).

CRONOLOGIA

Inevitablemente, algunas de estas fechas son solamente aproximadas; en muchos

casos hemos confiado en los datos sugeridos en la Oxford Classical Dictionary.

BCE

300 Zenón de Citium comienza a enseñar en la Painted Stoa en Atenas.

262 Muere Zenón; Cleantes comienza la segunda etapa del estoicismo.

232 Crisipo se convierte en el tercer dirigente del estoicismo luego dela

muerte de Cleantes.

207/205 Crisipo muere y Zenón de Tarso se convierte en dirigente de la escuela

155 Diógenes de Babilonia (sucesor de Zenón) presenta a los romanos el

estoicismo durante la conocida visita de la embajada de filósofos

atenienses a Roma.

152 Antipater sucede a Diógenes en la dirección del estoicismo

128 Panecio se vuelve el director de la escuela al suceder a Antipater.

110 Panecio muere y la dirección de la escuela es representada al mismo

tiempo por Mnesarcus y Dardanus.

78 Cicerón escuchó las clases de Posidonio en Rodas.

51 Muerte de Posidonio

46 Suicidio de Cato el joven.

45 Cicerón escribió una serie de importantes escritos filosóficos (que

constituyen en la actualidad nuestra principal información sobre la

filosofía estoica).

4/1 Séneca nació en Córdoba al sur de España.

CE

41 Séneca es exiliado a Córcega por Claudio argumentando adulterio.

49 Séneca es llamado del exilio (un periodo durante el cual compuso sus

primeros escritos sobrevivientes).

50 Cornutus inicia sus clases en Roma alrededor de este tiempo; entre sus

discípulos se cuenta a Lucan y Persius.

65 Séneca se compromete al suicidio bajo las órdenes de Cicerón.

66 Musonius Rufo es desterrado por Nerón a la desolada isla de Gyros.

Page 6: El Estoicismo Antiguo Sellars

6

71 El Emperador Vespasiano destierra a todos los filósofos de Roma, pero

excepto Musonius Rufus.

95 El Emperador Domiciano destierra a todos los filósofos, incluido

Epicteto; Epicteto funda su escuela en Nicópolis en Grecia occidental.

96-116 Plutarco compone sus escritos polémicos contra los estoicos en este

período.

108 Arriano escucha e registra las clases de Epicteto alrededor de este

tiempo.

120 Hiérocles realiza sus actividades académicas por este tiempo.

130 Muerte de Epicteto

161 Marco Aurelio se convierte en Emperador

162-76 Galeno compuso Sobre las doctrinas de Hipócrates y Platón conservando

material importante sobre la psicología de Crisipo y Posidonio.

176 Marco Aurelio fundó cuatro cátedras de filosofía en Atenas, incluyendo

uno sobre filosofía estoica y uno sobre filosofía peripatética (más tarde

sustentada por Alejandro de Afrodisia)

180 Muerte de Marco Aurelio

200 El estoicismo es aún considerado importante por este tiempo, como

podemos saber por las polémicas de Alejandro de Afrodisia y Sexto

Empírico. Ambos escribieron sus obras por este tiempo.

INTRODUCCIÓN

1. ¿QUÉ ES EL ESTOICISMO?

Estoicismo es una palabra con la que todos estamos familiarizados; el Oxford English

Dictionary cita austeridad, dominio de las emociones y fortaleza como características

de una actitud estoica hacia la vida. Esta imagen popular del estoicismo se ha

desarrolló a lo largo de los pasados cuatro o cinco siglos de tal modo que lectores han

encontrado descripciones de la filosofía estoica hechas por autores clásicos tales como

Cicerón, Séneca y Plutarco. Así como muchas otras concepciones populares, lo que

contiene un elemento de verdad pero, como veremos, es difícil que se nos diga toda la

verdad.

En la antigüedad estoicismo se refería a una escuela filosófica fundada por Zenón de

Citium alrededor del año 300 a.C., Esta escuela se reunía de manera informal en la “la

puerta pintada”, una columnata cubierta ubicada al extremo norte del ágora (plaza) de

Atenas, y que fue por eso que los estoicos adquirieron su nombre. Era este un período

de intensa actividad filosófica en Atenas; la Academia de Platón y el Liceo de

Aristóteles eran todavía vigorosos, mientras el contemporáneo de Zenón, Epicuro

Page 7: El Estoicismo Antiguo Sellars

7

había establecido su propia escuela a las afueras del muro de la ciudad. Otros filósofos

inspirados por el ejemplo de Sócrates –que había muerto alrededor de unos cien años

antes- también florecieron, especialmente los cínicos. Como los cínicos –y en contraste

con aquellos en la Academia, el Liceo y el Jardín de Epicuro- los estoicos como escuela

no poseyeron alguna propiedad formal, en cambio se reunían en lugares públicos en el

centro de la ciudad. Zenón atraía una amplia audiencia y después de su muerte su

discípulo Cleantes continuó la tradición. Cleantes mismo fue sucedido por Crisipo,

tradicionalmente celebrado por haber sido el más importante de los primeros

estoicos.

La tradición de enseñar en la Stoa continuó probablemente de alguna manera hasta el

siglo primero antes de Cristo. Por esta época, Roma se había convertido en la fuerza

cultural y política más importante en el mundo antiguo. Los romanos encontraron

que muchas ideas estoicas congeniaban con ellos y el estoicismo floreció dentro del

mundo cultural romano. En el siglo I a. C., Cicerón presenta al mundo de habla latina

un número importante de resúmenes de la filosofía estoica. Los estoicos crecieron en

número durante el siglo I d. C., de Séneca, Lucano y Persius a Musonius Rufus a

Epicteto. El siglo II vio la culminación de la apropiación de estoicismo en el

Emperador Marco Aurelio, que puso su propia marca al estoicismo en sus

Meditaciones.

Como podemos ver, el estoicismo atrajo a individuos de origen un amplio rango

geográfico y antecedentes culturales: de Diógenes de Babilonia de oriente al Séneca

del sur de España en el occidente; de un ex esclavo Epicteto al Emperador Marco

Aurelio; inmigrantes a Atenas venidos del cercano oriente a miembros de la corte

Imperial de Roma. ¿Qué era lo que les atraía del estoicismo a tan diverso conjunto de

personajes?

Quizá la primera cosa que sea indicada es, como se capta en la imagen popular del

estoicismo, la filosofía estoica no solamente es una serie de afirmaciones filosóficas

sobre la naturaleza del mundo o de lo que podemos conocer o de lo que es verdadero

o falso; es ante todo una actitud o modo de vida. El estoicismo implica complejas

teorías filosóficas de ontología (teoría de lo que existe), epistemología (teoría del

conocimiento) y ética, pero estas teorías se sitúan dentro de una muy particular

concepción de lo que es la filosofía. Siguiendo a Sócrates, los estoicos presentaron la

filosofía como interesada primeramente en el asunto de cómo se debería vivir. Los

estoicos no eran los únicos interesados en este aspecto, sin embargo, lo mismo aplica

para los antiguos epicúreos y los cínicos entre otros. ¿En qué se diferencia el modo de

vida estoica de aquel que proponen las otras antiguas escuelas filosóficas? Aquí

llegamos a las teorías ontológicas, epistemológicas y éticas –teorías que parecen

similares en forma a aquellas propuestas por filósofos modernos- pues la actitud o

Page 8: El Estoicismo Antiguo Sellars

8

modo de vida estoica se construye en estas afirmaciones teóricas. Por supuesto,

examinaremos las tendencias centrales del sistema filosófico estoico en algunos

detalles en los siguientes capítulos, pero en breve los estoicos proponen una ontología

materialista en la que Dios penetra por completo el cosmos como una fuerza material.

Afirman que solamente la virtud es suficiente para la felicidad y que los bienes

externos y las circunstancias son irrelevantes (o al menos lejos de ser importante

como mucha gente tiende a suponer). Argumentan que nuestras emociones son

meramente el producto del error de nuestros juicios y pueden ser erradicadas por una

forma de terapia epistémica (cogitativa). Reunieron todas estas doctrinas en la

imagen ideal del sabio estoico que podría ser perfectamente racional, emotivo,

indiferente en esto o sus circunstancias y, tristemente, feliz incluso cuando sea

torturado en el potro.

Aunque el estoicismo había declinado en cuanto a su influencia a principios de siglo III

d. C., su impacto filosófico no había tenido un fin. A pesar de la pérdida de casi todos

los textos de los fundadores del estoicismo en Atenas, la influencia de la escuela

continuó en los filósofos posteriores, la primera vía es la disposición confiable de los

textos latinos de Cicerón y Séneca durante la Edad Media y el Renacimiento, y la

segunda vía la colección de los fragmentos de los primeros estoicos reunidos de una

amplia variedad de antiguos autores que citan sus escritos ahora perdidos o nos

informan de sus opiniones. El estoicismo tuvo una influencia especial durante el siglo

XVI y XVII, y forma una de las numerosas influencias que contribuyeron al importante

desarrollo filosófico durante este período. Filósofos que van de Erasmo, Calvino y

Montaigne a Descartes, Pascal, Malebranche y Leibniz, estaban bien informados sobre

las idas estoicas. Debates durante este período sobre la naturaleza del yo, el poder de

la razón humana, el destino y la voluntad, y las emociones frecuentemente hacen

referencia al estoicismo. Esta influencia tardía del estoicismo ha continuado hasta la

actualidad, y el más notable ejemplo se puede encontrar en los escritos de Michel

Foucault y sus análisis acerca del “cuidado de sí mismo” y “tecnologías del sí mismo”.

Así el estoicismo no fue solamente una de las más populares escuelas de filosofía en la

antigüedad sino también una constante presencia a través de toda la historia del

pensamiento filosófico occidental.

La tarea de explicar el estoicismo como filosofía es compleja por grandes razones. Más

cuando la mayor parte de los primeros textos se han perdido. Por tanto hemos de

confiar en los informes posteriores de autores que frecuentemente son críticos hacia

el estoicismo y algunas veces escriben en climas intelectuales completamente

diferentes. Los textos que tenemos son tardíos, y es algunas veces difícil de

determinar qué tan cuidadosamente reflejan la ortodoxia de los primeros estoicos y

qué tanto encarna desarrollos posteriores. Todo esto puede hacer la tarea

Page 9: El Estoicismo Antiguo Sellars

9

desconcertante para aquellos que son nuevos en el tema. El resto de este capítulo

introductorio está destinado a ayudar a los principiantes en el tema a fin de introducir

las principales figuras en la historia del estoicismo así como el número de aquellos

autores que cualquiera que se acerque por primera vez es probable que encuentre.

Concluye con algunos pensamientos sobre el porqué muchos de los textos de los

primeros estoicos se han perdido, ideas que aunque expresadas de una forma

especulativa son de ayuda para entrar en tema del capítulo 2. Algunos lectores pueden

comenzar con el capítulo 2 si lo desean, puede volver a la información contextual de

este capítulo como y cuando sea necesario.

CAPÍTULO PRIMERO

LOS PRINCIPALES ESTOICOS Y SUS ESCRITOS

1.1 ZENÓN DE CITIUM

Zenón, el fundador del estoicismo, nació en el 330 a.C., en la ciudad de Citium en

Chipre. Según la antigua tradición biográfica, Zenón viajó a Atenas en sus primeros

veinte años y a su llegada visitó una librería donde encontró una copia de los

Morabilia de Jenofonte. Mientras miraba el libro Zenón preguntó al librero dónde

podría encontrar a un hombre como Sócrates; y en este momento pasaba el cínico

Crates y el librero le dijo a Zenón “Sigue a ese hombre” (DL 7, 2-3). De este modo la

educación filosófica de Zenón comenzó –con los cínicos.

Los cínicos eran reconocidos por defender una vida de acuerdo con la naturaleza, en

oposición a la vida conformada por las costumbres y conversaciones locales.

Afirmaban que todo lo que está de acuerdo con la naturaleza es necesario, mientras

que aquellas cosas que están en conformidad con la convención son meramente

arbitrarias. Los cínicos argumentan que uno podría centrar toda su atención en

conseguir aquellas cosas necesarias que están de acuerdo con la naturaleza (comida,

agua, refugio y vestido elementales), y no prestar ninguna atención a todo lo que lo

que no es necesario y las reglas arbitrarias, regulación y supuestos de la cultura

particular en la que uno espera encontrarse a sí mismo. Como veremos, la idea de

“vivir de acuerdo con la naturaleza” fue una idea cínica que los estoicos adoptaron y

desarrollaron.

Sin embargo, Zenón no habiendo deseado convertirse en un cínico, buscó explorar

otras discusiones filosóficas que tenían lugar en Atenas por ese tiempo. El mismo nos

Page 10: El Estoicismo Antiguo Sellars

10

informa que estudió Polemo, que entonces era el dirigente de la Academia de Platón,

con quien sin duda alguna tuvo oportunidad de estudiar la filosofía de Platón de

manera detallada. También nos refiere que había estudiado con Stilpon, un miembro

de la escuela de Megára, importante por sus contribuciones a la lógica, que en cuanto a

la ética simpatizaba con los cínicos. La combinación de Stilpon de ética cínica y lógica

megárica allanó el camino para una mezcla semejante en Zenón que se desarrollaría

más tarde dentro del estoicismo.

Luego de su amplia y ecléctica educación filosófica Zenón eventualmente comenzó a

enseñar él mismo alrededor del año 300 d. C., En lugar de intentar establecer alguna

escuela formal, Zenón ser reuniría con aquellos que querían escucharlo en uno de los

columnatas cubiertas o Stoa que bordeaban el ágora de Atenas. Su sitio preferido era

la Stoa pintada que estaba al lado norte del ágora. Mientras tanto sus seguidores

fueron llamados “Zenonians”, los cuales rápidamente fueron conocidos como aquellos

que ser reunían en la Stoa: estoicos.

Es común entre los estudiosos que para analizar lo que sabemos de las enseñanzas de

Zenón compararlo con lo que sabemos sobre las doctrinas de sus varios educadores.

Aunque este modo de proceder puede ser de mucha ayuda algunas veces este método

tiene la desafortunada consecuencia de presentar a Zenón como una especie de

charlatán intelectual, tomando ideas de aquí y de allá sin mucha aportación personal

de su parte. Si bien Zenón estuvo sin duda alguna influido por muchos maestros con

los que había estudiado, no hay que descartar sus propias contribuciones filosóficas

en la fundación del estoicismo, ni limitarla a una mera síntesis creativa de doctrinas

para ofrecerse a los seguidores. Con sólo algunos fragmentos que permanecieron de

sus trabajos es difícil evaluar con propiedad su propia contribución, pero de la

evidencia que sobrevive parece claro que la fundación de las doctrinas importantes

del estoicismo en lógica, física y ética fueron en realidad establecidas por el fundador

de la escuela.

El más importante de los trabajos conocidos de Zenón es su República. Este trabajo

sobre utopía política fue muy controvertido en la antigüedad, tanto entre las críticas

hostiles y los apologistas estoicos. Los fragmentos sobrevivientes muestran que

defendía la abolición de los tribunales de justicia, el dinero corriente, el matrimonio y

la educación tradicional. Se nos dice que fue uno de los primeros escritos de Zenón,

escrito cuando estaba bajo la influencia de su mentor cínico Crates (DL 7, 4).2 Sin

embargo, esto puedo haber sido un movimiento de un apologista estoico tardío,

2 Diógenes Laercio, VII, 4, “Por un cierto tiempo, pues, Zenón fue alumno de Crates; porque en aquel mismo tiempo escribió la República, algunos bromeaban diciendo que lo había escrito sobre la cola del perro”.

Page 11: El Estoicismo Antiguo Sellars

11

destinado a distanciar al Zenón maduro del contenido escandaloso de la República

(veremos con más detalle la República de Zenón en el capítulo 5). Los títulos de

algunos de sus escritos conocidos reflejan los temas centrales de la filosofía estoica,

tales como Vivir de acuerdo a la Naturaleza y Sobre las emociones. (DL 7, 4).

Los discípulos de Zenón fueron Perseus, Herillus, Dionisio, Spherus, Aristón y

Cleántes. Los dos últimos parecen ser los más importantes.

1.2 ARISTÓN DE QUÍOS

Aristón de Quíos, discípulo de Zenón, se centró principalmente su atención en temas

de ética, prestando muy poca atención a la lógica y la física.3 Parece ser él quien

rechazó el añadido a la ética estoica la idea de que algunos objetos externos, conocidos

como indiferentes, pueden ser preferibles a otros; por ejemplo, que la riqueza sea

preferible a la pobreza o incluso pensar que estrictamente hablando sean ambos

indiferentes (véase capítulo 5). De este modo quiere mantener una actitud muchos

más austera y cínica, una que se remontaba hasta Sócrates. A la larga se perdió el

argumento, y los conceptos de indiferentes “preferentes” y “no-preferentes” se

convirtió en un elemento estándar de la ética estoica. Y esto sin duda alguna

contribuyó al mayor atractivo de los estoicos, especialmente más tarde cuando se

introdujo en la cultura romana, y así la derrota de Aristón fue probablemente para el

mejor interés del estoicismo. Sin embargo, su postura de inflexible heterodoxia

también se vino abajo entre el público en general en sus días, y sus lecturas son

referidas como siendo especialmente populares (DL, 161).

1.3 CLEANTES DE ASSOS

Cleántes, lo mismo que Zenón antes que él y muchos otros estoicos posteriores,

vinieron a Atenas de oriente, y en su caso de Assos en Turquía. Estudió con Zenón y le

sucedió como dirigente de la escuela, alrededor del 263 a. C., Su principal renombre le

viene de hecho de ser el autor de uno de los textos estoicos más amplios que nos

hayan llegado (aunque a decir verdad no es muy extenso). Este es Himno a Zeus y que

se ha preservado en una antología de materiales compilado siglos más tarde por Juan

Stobaeus. El himno (traducido en LS I y IG II, 21) es de un tono indudablemente

3 DL, 7, 160, “[…] afirma que el fin es vivir perfectamente indiferente a todo lo que no es ni virtud ni vicio, no admitiendo ninguna distinción entre cosas indiferentes, sino considerándolas todas iguales. Comparando al sabio con el actor consumado que debe asumir la máscara sea la Tersite o de Agmenón representando los dos roles con una admirable entereza. Eliminó la física y la lígica, sosteniendo que la primera está por encima de nosotros, la segunda no tiene nada que ver con respecto a nosotros, solamente la ética es la que nos corresponde”

Page 12: El Estoicismo Antiguo Sellars

12

religioso (como el mismo título lo sugiere) y se coloca dentro de lo que extrañamente

podríamos decir que es la física estoica. En realidad, Diógenes Laercio nos dice que

Cleántes tenía poca aptitud para la física (DL 7, 170)4, aunque se nos dice que había

escrito dos volúmenes sobre la física de Zenón y cuatro volúmenes sobre Heráclito.

Los informes tradicionales sobre la física estoica citan con mucha frecuencia a

Heráclito como una fuente importante en la formación de la física estoica, y pudo

haber sido a través de los trabajos de Cleántes que él mismo realizó sobre Heráclito la

marca que dejó el desarrollo de la doctrina estoica.

1.4 CRISIPO DE SOLI

El tercer dirigente del estoicismo en Atenas después de Zenón y Cleántes fue Crisipo

de Soli, una ciudad de Sicilia, en Asia menor. Sucedió a Cleántes como dirigente de la

escuela alrededor de 232 a. C. y murió a la edad de 73 años, alrededor de 205 a.C. La

importancia de Crisipo en el desarrollo de la filosofía estoica esta resumido en una

frase frecuentemente citada por Diógenes Laercio: “Si no hubiese existido Crisipo,

tampoco habría existido ningún estoicismo” (DL 7, 183). Fue especialmente

importante para la continuación del estoicismo debido a sus respuestas a los ataques

los filósofos escépticos de la academia, tales como Arcesilao. Es quizá el más

importante de los primeros estoicos y podría decirse que el más importante de todos

los filósofos estoicos. Su más importante y significativa contribución al desarrollo del

estoicismo fue establecer en un sistema las ideas de sus predecesores, añadiendo su

propia reflexión personal y estableciendo una alta filosofía sistemática, sistema que se

habría convertido en base de un estoicismo ortodoxo. Es, por ejemplo, que solamente

mirando después Crisipo que podemos juzgar a Aristón como un heterodoxo; antes de

Crisipo los asuntos no estaban aún establecidos.

Probablemente fue el más famoso en la antigüedad por su habilidad lógica, pero

también fue reconocido como diestro en todas las partes de la filosofía. Se nos dice

que escribió alrededor de 705 libros, de los cuales existe un sustancial catálogo de sus

libros. Sin embargo, todo lo que sobrevive son fragmentos citados por autores tardíos,

principalmente por Plutarco y Galeno, ambos autores escribieron obras para atacar a

Crisipo. Actualmente existen aún más fragmentos que han sido descubiertos entre los

rollos de papiro desenterrados en Herculaneum, tales como partes de sus escritos

Sobre la Providencia y Cuestiones de lógica. Es probable que existan otros escritos de

Crisipo entre los rollos carbonizados que han sido descubiertos, esperando poder ser

descifrados (Gigante 1995:3).

4 DL, 7, 170, “[…] Era diligente, pero sin aptitudes naturales y excesivamanete lento”

Page 13: El Estoicismo Antiguo Sellars

13

En siguiente dirigente del estoicismo después de Crisipo fue Zenón de Tarso. Su

sucesor fue Diógenes de Babilonia. Diógenes fue uno de los tres filósofos atenienses

que fueron en una embajada a Roma en 155 a. C., un acontecimiento importante que

favoreció la introducción de la filosofía griega en el mundo romano.

2. EL ESTOICISMO MEDIO

Los anteriores personajes que hemos presentado hasta el momento son conocidos

tradicionalmente como los primeros estoicos. Luego de estos primeros estoicos viene

el estoicismo medio. La validez de esta división ha sido puesta en cuestión por algunos

académicos, y tal vez tengan razón al respecto (véase Sedley 2003), sin embargo la

distinción está bastante bien establecida. Una de las pretendidas características del

estoicismo medios que lo distingue del primer estoicismo es un creciente eclecticismo,

los estoicos recurrieron a materiales filosóficos de otras escuelas antiguas. Con estos

personajes, pues, hemos de preguntar en qué medida puede un filósofo desviarse de la

enseñanza de los primeros estoicos y volver a otras tradiciones filosóficas sobre

ciertos temas mientras que todavía seguía siendo estoicos en un sentido muy

importante.

Quizá el primer estoicos después de Crisipo con quién se plantea la cuestión de la

ortodoxia es Antipater de Tarso, que sucedió a Diógenes Laercio como dirigente de la

escuela. Antipater intentó poner de relieve el fundamento común entre estoicismo y

platonismo. Pero la cuestión del eclecticismo y la ortodoxia se presenta en primer

plano cuando nos topamos con Panecio de Rodas, discípulo de Antipater.

2.1 PANECIO DE RODAS

Panecio nació en Rodas alrededor del año 185 a. C. Estudió en primer lugar en

Pergamum y más tarde en Atenas, bajo los estoicos Diógenes de Babilonia y Antipater

de Tarso. Más tarde pasó tiempo en Roma, en el círculo de gente que estaba alrededor

del famoso general romano Escipión el Africano. Se convirtió en dirigente del

estoicismo en 128 a. C., sucediendo a Antipater. Murió alrededor del 110 a. C. La

posterior influencia de Panecio en no poca parte se palpa en Cicerón, que recurrió de

manera extensa a la obra de Panencio De las acciones apropiadas (Peri Kathekonta)

cuando escribió su escrito más importante De Officiis (De los deberes).

Se nos informa que Panecio admiraba tanto a Platón como a Aristóteles. Aunque

permaneció fiel a la doctrina estoica (suficiente como para poder ser dirigente del

estoicismo), hubo algunos puntos doctrinales en los cuales se desvió. Rechaza la

doctrina estoica de la destrucción periódica del mundo, afirmando en cambio su

Page 14: El Estoicismo Antiguo Sellars

14

eternidad (DL 7, 142).5 Puede ser visto como relajar en algo la ética estoica negando

que la virtud es suficiente para poseer la propia felicidad (sugiriendo que los bienes

materiales también son requeridos: DL 7, 128)6, y mover el foco de atención del ideal

del sabio al hombre promedio de las calles (Séneca, Ep., 116, 5).

Sin embargo, a pesar de su heterodoxia en estos puntos y su informada admiración

por Platón, permaneció fiel a la ortodoxia estoica negando la doctrina platónica de la

inmortalidad del alma (Cfr., Cicerón, Tusc., I, 79). Se podría indicar también que

algunos de sus opiniones heterodoxas habían sido adoptadas por otros anteriores

estoicos; Diógenes de Babilonia, por ejemplo, había rechazado la destrucción

periódica del mundo, y que Panecio simplemente siguió una de las principales ideas

de su maestro.

2.2 POSIDONIO DE APAMEA

Posidonio nación en Apamea en Siria alrededor del año 135 a. C., Estudió en Atenas

con Panecio (cuando Panecio murió en 110 a. C., Posidonio habría tenido alrededor de

unos 25 años de edad). En vez de permanecer en Atenas se movió a Rodas y fue allí

donde enseñó filosofía. Esto pudo haber sido la causa de que la dirigencia de la escuela

estoica en Atenas haya pasado juntamente a Mnesarco y Dardanus luego de la muerte

de Panecio). Mientras estuvo en Rodas, Posidionio viajando alrededor del

Mediterráneo, reunió una gran cantidad de materiales culturales y científicos de

mentalidad aristotélica. Su más famoso discípulo probablemente fue Cicerón.

Posidonio murió alrededor de 51 a. C., cuando contaba con alrededor de ochenta años.

Sobre todo, Posidonio fue un erudito, contribuyó no solamente a la filosofía estoica,

sino también a la historia, geografía, astronomía, meteorología, biología y

antropología.

Panecio y Posidonio se desviaron de algunas de las doctrinas de los primeros estoicos.

Pero esto necesariamente no debe ser visto como una deficiencia. Si hubiesen

aceptado todo lo que se enseñaba en el estoicismo sin pensarlo, entonces habrían sido

más bien discípulos religiosos que filósofos. Parece claro que Cleantes y Crisipo no

fueron ciegos seguidores de Zenón, sino que extendieron y desarrollaron el

pensamiento del fundador en tal modo que reflejan sus propias tendencias filosóficas,

5 DL VII, 142, “[…] Del origen y disolución del cosmos tratan: Zenón en la obra Sobre el Cosmos, Crisipo

en el libro primero de la Física, Posidonio en libro primero Sobre el Cosmos, y Cleántes y Antipater en

décimo libro Sobre el Cosmos. Pero Panecio sostiene la incorruptibilidad del cosmos”

6 DL VII, 128, […] Pero Panecio y Posidonio sostienen además que la virtud no es suficiente, sino que es

necesario también la buena salud, la abundancia de los medios para vivir, y la fuerza”.

Page 15: El Estoicismo Antiguo Sellars

15

cada uno haciendo su propia contribución individual para el desarrollo de la filosofía

estoica. Si suponemos que estos filósofos estoicos post-Crisipo eran en efecto filósofos

en vez de ser devotos de las palabras de Crisipo, entonces podríamos esperar alguna

desviación de sus doctrinas. Si Posidonio y Panecio merecen el título de filósofos en

absoluto, entonces podríamos esperar de ellos algunas de sus propias conclusiones

filosóficas y en desacuerdo con algunas de las doctrinas de los estoicos anteriores. No

hay nada de inconsistencia en hacer esto mientras al mismo tiempo afirman la

filosofía estoica como la escuela filosófica con que se tiene más simpatía intelectual.

En efecto, si este no fuera el caso entonces la noción completa de escuela filosófica o

tradición correría el riesgo de convertirse en una contradicción en términos.

Podría también indicarse que aunque tanto Panecio como Posidonio muestra

admiración hacia Platón y Aristóteles, esto puede ser menos un reflejo de su personal

eclecticismo sino más bien el reflejo del amplio cambio del clima filosófico del

período. Mientras que los primeros estoicos tuvieron interés en mostrar su

independencia filosófica frente a Platón, pero a fines del siglo segundo a. C., Platón era

considerado como una fuente del estoicismo en vez de ser un adversario filosófico.

Este período también vio un renovado interés por la filosofía de Aristóteles; cada vez

más fue considerado como un filósofo de estatura importante en vez de ser

simplemente considerado como fundador de una escuela competitiva. Como tal,

cualquier aspirante a filosofía tendría que apreciar su pensamiento.

3. LOS ÚLTIMOS ESCRITORES ESTOICOS

El estoicismo de los dos primeros siglos de nuestra era tiene características muy

diferentes al estoicismo de los primeros tres siglos a. C., La razón de este cambio es

simple para el estoicismo de este último período tenemos textos completos que

podemos leer, en vez de tener citas que dependen por haber sido preservadas por

otros autores, frecuentemente hostiles, y de segunda mano que nos informan sobre

sus ideas. Han existido debates académicos sobre la cuestión en qué medida la

filosofía estoica se desarrolla en este periodo. Sobre la opinión tradicional, los últimos

estoicos perdieron su interés en temas técnicos como lógica y física, y poniendo toda

su atención en la ética práctica. Sin embargo, esta impresión puede simplemente

reflejar la naturaleza de los textos que han llegado a nosotros en vez de algún cambio

sustantivo en el interés filosófico. Los autores mejor conocidos son Séneca, Epicteto y

Marco Aurelio, pero también debemos considerar como figuras menores a Cornutus y

Musonius Rufus, así como a Hierócles y Cleomedes.

3.1 SÉNECA

Page 16: El Estoicismo Antiguo Sellars

16

Séneca es el primer estoico del que tenemos una considerable literatura que nos ha

llegado; en efecto su corpus es la más grande colección de textos sobrevivientes para

cualquier estoico. Cuando se tiene en mente que el siguiente corpus más amplio de

escritos, los de Epicteto, probablemente escritos por discípulo Arriano, y que las

Meditaciones de Marco Aurelio tiene alguna característica peculiar que las hace muy

diferentes de cualquier otro texto, entonces los trabajos filosóficos de Séneca toman

una importancia adicional. Si queremos leer a un autor estoico directamente entonces

debemos volver a Séneca como el más importante autor estoico cuyos trabajos han

sobrevivido.

Desgraciadamente la reputación de Séneca no ha sido bien apreciada. Por una parte,

ha sido acusado a través de los años como un hipócrita, derivado de la aparente

incongruencia entre sus más altos preceptos morales y algunos detalles de su vida

(incluyendo su rol como tutor del tirano emperador Nerón). Por otra parte, sus

escritos morales frecuentemente han sido marginados en el estudio de la filosofía

antigua (aunque en la actualidad esto ha cambiado), debido a que no alcanzan el

mismo rigor teórico que encontramos en Platón y Aristóteles. También ha sido

acusado de eclecticismo (Rist, 1989), con la complicidad que puede incluso no ser una

buena fuente para la información del estoicismo ortodoxo. Pero podría ser un error

juzgar a Séneca solamente en términos de su permanencia fiel a las enseñanzas de los

primeros estoicos. Uno podría también tener en mente que históricamente Séneca ha

sido una fuente clave para la última generación de lectores y ha sido un personaje

central en la conformación de la imagen del estoicismo en occidente. En parte esto se

debió a la existencia de una serie de cartas entre Séneca y san Pablo que fueron

tenidas como genuinas (aunque en la actualidad son tenidas como falsas) y de este

modo los Padres de la Iglesia, lectores medievales y los humanistas del Renacimiento

se acercaron a Séneca como un filósofo pagano cuyos trabajos estaban en simpatía (o

al menos no en un conflicto directo) con el cristianismo.

De los escritos filosóficos sobrevivientes de Séneca incluye una serie de Epístolas

morales, dirigidas a Lucilio, que trata de una manera muy amplia una gama de temas

filosóficos, y una serie de Diálogos. Los Diálogos están de hecho muy cercanos a lo que

podríamos llamar ensayos en su forma literaria. Tales son: Sobre la Providencia, De la

constancia del sabio, De la Ira, Consolación a Marcia, De la vida feliz, Del Ocio, De la

tranquilidad del alma, De la brevedad de la vida, La consolación a Polibio y la

Consolación a Helvia a su madre. Además de estos, existen también extensos trabajos

de prosa que tratan de temas éticos dentro del contexto del liderazgo político: De los

beneficios, De la clemencia. También sobreviven estudios sobre cuestiones de física y

meteorología, Cuestiones naturales.

Page 17: El Estoicismo Antiguo Sellars

17

Fuera de estos escritos en prosa, Séneca escribió una serie de tragedias que tuvieron

una grande influencia en la literatura posterior, cuyo contenido ha sido tomado por

algunos como reflejo de su filosofía (Rosenmeyer 1989). También compuso una sátira

sobre la deificación del Emperador Claudio, titulada Apocolocyntosis.

3.2 CORNUTUS

Lucio Anneo Cornutus tiene alguna conexión con Séneca, tal vez por algún tiempo fue

su esclavo familiar. Nació alrededor del año 20 d. C., comenzó a enseñar filosofía y

retórica en Roma alrededor del año 50 d. C., Entre sus discípulos se encuentran el

poeta Lucano (sobrino de Séneca) y Perseo, cuyas sátiras dice haber editado después

de la muerte de éste. Como muchos de los estoicos romanos de este periodo, fue

exiliado en un momento dado, pero no se sabe si regresó a Roma.

Cornutus es mejor conocido como el autor de la Introducción a la teología griega, una

consideración alegórica de la mitología tradicional griega. Escribió también un trabajo

(actualmente perdido) sobre la lógica aristotélica y su interpretación de uno de los

primeros estoicos llamado Athenodorus.

3.3 MUSONIUS RUFUS

Musonius Rufus fue un etrusco y probablemente nació antes del año 30 d. C., Como

miembro del orden de caballería era miembro de la alta clase social, y su vida como

maestro de la filosofía estoica durante un volátil período político que estuvo marcada

por el destierro y el exilio en un buen número de ocasiones. Fue exiliado a Siria por

dos años por Nerón, y a su regreso fue más tarde desterrado a una isla aislada. Cuando

Vespasiano desterró a los filósofos de Roma en el año 71 d.C. Musonius no fue

obligado a dejarla, pero más tarde fue desterrado por el mismo emperador por

razones desconocidas. Cuando volvió a Roma enseñó filosofía y fue en allí donde

Epicteto debió haber escuchado sus clases. Aunque no tenemos una fecha precisa de

su muerte, se piensa que murió el año 100 d. C., Algunos datos sobre su vida se puede

encontrar en los trabajos de Tácito y Filostrato.

La evidencia literaria referente a Musonius Rufus es de dos grupos: el primero es una

serie de lecturas preservadas por Stobaeus que probablemente son notas tomadas de

sus clases por uno de sus estudiantes (Lucius); el segundo una colección de anécdotas

y dichos reunidos de los escritos de Stobaeus, Epicteto, Aulius Gellios y otros. Parece

que todos estos testimonios se derivan de las enseñanzas orales de Musonius en vez

de algún escrito formal que haya elegido publicar. Como Sócrates antes que él y

después Epicteto, parece que Musonius no eligió escribir nada.

Page 18: El Estoicismo Antiguo Sellars

18

Aunque hay algunos temas interesantes desarrollados en textos relativamente cortos

que sobreviven, incluyendo una importante discusión sobre la igualdad de género, es

de un significado real de Musonius como maestro. Su más famosos discípulo es

Epicteto, y sin más información sobre Musonius es difícil decir precisamente qué tanta

fue la influencia de las ideas de Musonius y el método que dieron forma a la filosofía

de Epicteto. Además de Epicteto, también fueron discípulos de Musonius el orador

Dión Crisóstomo y el estoico Eufrates de Tiro. Su reputación en la antigüedad fue

considerable y académicos modernos lo han denominado como el “Sócrates romano”.

Su estatus como sabio estoico (aunque quizá no es sentido técnico) combinado con su

influencia como maestro de Epicteto, Eufrates, Dión y otros ha conducido a algunos a

pensar que sus significación fue tan grande que debería ser tratado como un tercer

fundador del estoicismo, luego de Zenón y Crisipo (Arnold 1911: 117). El contenido de

la poca literatura que permanece puede tales pueden hacer pensar en una

reivindicación de tipo escéptico, sin embargo es claro que Musonius gozó de una alta

reputación de sabio en la antigüedad. A través de su influencia sobre Epicteto, y más

tarde su influencia en Marco Aurelio, Musonius en efecto se encuentra como el

iniciador de una nueva dinastía en la tradición estoica en los dos primeros siglos

después de Cristo.

3.4 EPICTETO

Con mucho el más importante filósofo estoico que aparece en la estela de Musonius es

Epicteto. Nacido alrededor del año 50 d. C. en Asía Menor, comienza su vida como un

esclavo y entró al servicio de un romano de clase alta, Epafrodito, secretario del

Emperador Nerón y Domiciano. Epicteto sin duda alguna habría estado en el centro de

Roma y tuvo alguna experiencia de la corte Imperial. Mientras tanto siendo esclavo en

Roma le fue permitido escuchar las clases de Musonius Rufus, y más tarde le fue

concedida su libertad. Parece razonable suponer que Epicteto comenzó su propia

carrera de maestro en Roma, quizá protegido por Musonius. Sin embargo no

permaneció en Roma por mucho tiempo; en 95 d. C., Domiciano desterró a todos los

filósofos de Italia, precisamente como un acto en la amplia persecución política que

realizó contra sus críticos. De este modo Epicteto se movió a Nicópolis en la costa

occidental de Grecia, y fue allí donde estableció la escuela donde las clases que han

llegado a nosotros fueron tenidas. Murió alrededor del 130 a. C., Parece que muchas

figuras, incluyendo al emperador Adriano, vinieron a visitarlo a Nicópolis, debido

precisamente a su creciente reputación (existe un diálogo entre Epicteto y Adriano,

desafortunadamente, sin duda alguna falsa).

Dos textos asociados con Epicteto han llegado a nosotros: los Discursos y el Manual.

Una cosa que surge de manera inmediata en estos escritos es la admiración de

Epicteto por Sócrates, el modelo filosófico fundamental. Y como Sócrates, en la medida

Page 19: El Estoicismo Antiguo Sellars

19

en que lo sabemos, Epicteto no escribió nada para su publicación. Los textos que

tenemos no son del mismo Epicteto sino que se afirma generalmente que son

informes de sus clases hechos por uno de sus discípulos. El discípulo en cuestión es

Arriano, también conocido por la historia de las campañas de Alejandro Magno. En el

prefacio a los Discursos Arriano afirma que lo escribió es lo mejor que por capacidad y

memoria es lo que palabra por palabra pudo escuchar de las lecciones de Epicteto. Por

lo tanto se disculpa de su estilo de escribir. En efecto, los Discursos son muy diferentes

en estilo comparados con otros escritos de Arriano, escritos en un estilo menos

literario y con un lenguaje más común (la koiné o griego común del Nuevo

Testamento). Aunque no podemos dudar de la sinceridad de Arriano sobre este punto,

indudablemente es inevitable que lo que nos ha conservado es solamente una

consideración parcial tanto de lo que en realidad Epicteto enseñó y lo que buscaba en

sus lecciones.

En la actualidad existen cuatro libros de los Discursos. Fuentes antiguas tardías

mencionan los escritos de Epicteto en ocho y doce libros, y Aulio Gelio conserva un

fragmento del libro 5 de los Discursos, sin duda alguna, pues, no tenemos todo lo que

Arriano escribió de las lecciones de Epicteto. El Manuel fue reunido por Arriano, según

un testimonio del neoplatónico Simplicio en su comentario al mismo. En efecto es un

compendio de los Discursos, es una destilación de sus temas importantes. En este caso,

el juicio y la selección de Arriano son obviamente importantes en la formación del

carácter y contenido del escrito (considerar la diferencia dramática que podría

resultar si un número de personas pregunta por la razón de seleccionar una serie de

pasajes claves de la Ética a Nicómaco de Aristóteles). Sin embargo el resultado es un

resumen importante de la filosofía práctica estoica, y abriendo el capítulo captura

perfectamente la esencia de la filosofía de Epicteto como la conocemos: “De las cosas,

algunas dependen de nosotros, y algunas no dependen de nosotros. Dependen de

nosotros la opinión, deseo, aversión y, en una palabra, todas nuestras acciones. No

dependen de nosotros nuestro cuerpo, posesiones, reputaciones, oficios y, en una

palabra, todo lo que no son nuestras acciones” (Ench., I, 1).

La clave de la felicidad, sostiene Epicteto, es analizar continuamente nuestra

experiencia del mundo en términos de esta división entre lo que “depende de

nosotros” y lo que “no depende de nosotros”. Al menos toda miseria humana, sostiene,

es el resultado de que las personas no entienden la naturaleza y el significado de la

división, asumiendo la idea de que tienen el control de cosas que no dependen de

ellos, de fundamentar sus felicidad sobre cosas externas “que no dependen de

nosotros” y haciéndose altamente vulnerables a las vicisitudes de la fortuna. En

cambio, deberíamos fundamentar nuestra felicidad en aquellas cosas que “dependen

Page 20: El Estoicismo Antiguo Sellars

20

de nosotros”, sobre aquellas cosas que no nos pueden ser quitadas. Si hacemos esto,

nuestra felicidad sería literalmente inalterable.

3.5 MARCO AURELIO

El emperador romano Marco Aurelio (121-180 d. C.) fue un gran estudioso y

admirador de la filosofía de Epicteto que se encuentra presente en los Discursos, una

copia que tomó prestada de sus propios maestros. De este modo puede ser tenido

como parte de la tradición fundada por Musonius. Pero Marco Aurelio no podría ser

muy diferente ni de Musonius o Epicteto.

El emperador no fue evidentemente un maestro de filosofía ni un sabio de tiempo

completo en las plazas públicas. Sin embargo los textos que han llegado hasta

nosotros bajo el título de Meditaciones, encontramos algo que claramente ha

consumido mucho tiempo en la especulación filosófica. Marco trata una variedad de

temas en un modo no-técnico en los textos ni fue concebido para tener una amplia

circulación, como usualmente se presupone, pero escrito quizá con alguna vista hacia

la posteridad. Quizá uno de los temas dominantes es la relación entre el individuo y el

cosmos. He aquí solamente un ejemplo: “El tiempo de la vida humana, un punto; su

sustancia, fluyente; su sensación, turbia; la composición del conjunto del cuerpo,

fácilmente corruptible; su alma, una peonza; su fortuna, algo difícil de conjeturar; su

fama, indescifrable. En pocas palabras: todo lo que pertenece al cuerpo, un río; un

sueño y vapor, lo que es propio del alma; la vida, guerra y estancia en tierra extraña; la

fama póstuma, olvido” (II, 17). Hay otros pasajes semejantes como estos en las

Meditaciones y para algunos lectores ello puede parecer exactamente repetitivo. Pero

esto en parte refleja quizá su rol como notas filosóficas e ideas en las que Marco

Aurelio está trabajando consigo mismo, viniendo sobre el mismo tema una y otra vez

en orden a ayudarse a sí mismo digiriendo las ideas con las que está reflexionando.

3.6 HIERÓCLES Y CLEOMEDES

Los escritos de Séneca, Epicteto y Marco Aurelio habían estado en amplia circulación

desde el renacimiento (y Séneca fue relativamente bien conocido en Occidente incluso

mucho antes, durante la Edad Media). Recientes investigadores han puesto a la luz dos

textos dos estoicos poco conocidos: Hierócles y Cleomedes.

Poco conocemos de Hierócles. Es mencionado por Aulo Gelio y algunos textos

atribuidos a él se conservan en la antología de Stobeo. Probablemente vivió alrededor

del siglo II d. C., Sin embargo, es importante como autor de un escrito titulado

Elementos de Ética (Elementa Ethica), descubierto en un papiro encontrado en Egipto,

y publicado por primera vez en 1906. Este texto ofrece una muy interesante y valiosa

consideración sobre la fundamentación de la ética estoica. Es también importante en

Page 21: El Estoicismo Antiguo Sellars

21

cuanto toma la forma de un tratado escolar, en contraste con los escritos populares de

moral de Séneca y Epicteto, y ofrece una visión de lo que los numerosos tratados

éticos estoicos pudo haber tenido frente a sí. Es “lo más parecido a un libro de texto no

contaminado o una serie de lecciones sobre la corriente principal de un filósofo

estoico” (Long 1993: 94).

Cleomedes es incluso mucho menos conocido, es autor de un texto de cosmología

estoica titulado Caelestia. Este texto permaneció en la antigüedad y fue trasmitido a

través de un manuscrito, pero desafortunadamente ninguna otra información

permanece sobre Cleomedes en alguna otra fuente sobre él. Generalmente se ha

pensado que vivió en el primero o segundo siglo después de Cristo, aunque no

contamos con ninguna firme evidencia, pudo haber vivido más tarde. El tratado es

sobre astronomía y cosmología (su carácter científico puede ayudarnos a explicar el

porqué de su permanencia) y exhibe la influencia de Posidonio. Representa, al lado de

las Cuestiones naturales de Séneca, como un raro ejemplo de un amplio texto estoico

que se refiere a cuestiones de física. Su existencia muestra también las hipótesis

tradicionales que los estoicos en los primeros siglos de nuestra era estaban

preocupados únicamente de cuestiones éticas.

Recientes investigaciones tanto de Hiérocles como de Cleomedes han hecho mucho

para modificar la opinión tradicional de los últimos estoicos. En esta visión la moral

popular de Séneca, Musonius y Epicteto, al lado de las notas divagantes de Marco

Aurelio, que ilustraría meramente una escuela en decadencia, dejando de lado los

intereses temáticos de lógica y física, ya no innovadores, ya no plenamente

conscientes de la teoría ortodoxa estoica y contentos de recurrir a otras escuelas de

una manera no sistemática. Los tratados de Hiérocles y Cleomedes nos ofrecen

vislumbrar una tradición continua en la escuela que pone atención a la ética estoica y

la teoría física. Sin embargo, recientes investigaciones sobre Epicteto ha señalado la

atención en sus intereses sobre lógica y otros aspectos del currículo tradicional de la

filosofía estoica (Barnes, 1997). Los investigadores son cada vez más sensibles a la

naturaleza parcial de la información sobre Musonius y Epicteto, que bien pudieron

haber participado en cuestiones teóricas que van más allá del aula sobre cuestiones

de la temática del currículo estoico. Sabemos por testimonio de Plutarco y Galeno, así

como de Epicteto mismo, que los tratados de Crisipo estaban en circulación y fueron

leídos a lo largo de los siglos primero y segundo de nuestra era. Cuando leemos el

último estoicismo preocupado por cuestiones éticas, entonces, no deberíamos leerlos

de manera aislada sino como escritos dentro de un contexto y leídos como tal en el

conjunto del sistema filosófico de los primeros estoicos.

4. OTRAS FUENTES

Page 22: El Estoicismo Antiguo Sellars

22

Aunque estos textos de los últimos estoicos son fuentes valiosas para la filosofía

estoica, para la información sobre las ideas de los primeros estoicos es necesario

confiar en las informaciones y citas que nos dan otros autores, autores que

frecuentemente son críticos de la filosofía estoica. Cualquier estudio sobre filosofía

estoica inevitablemente se encontrará con los escritos (o pasajes entresacados de

estos mismos escritos) de los siguientes autores antiguos. Es importante conocer algo

sobre estos autores y su propia tendencia filosófica en orden a considerar su

información en el contexto del estoicismo.

4.1 CICERÓN

Una de las primeras informaciones sobre la filosofía estoica que sobrevive es la de

Cicerón, que se ubica en el primer siglo a. C. (e incluso más antigua que la de Séneca).

Marco Tulio Cicerón (103-43 a. C.) fue un político romano con un pasado aristocrático.

Como tal fue educado en sus primeros años en filosofía y retórica griega. Estudio en

Atenas y Rodas, escuchando las lecciones de Posidonio. Es un autor prodigioso,

escribió una gran cantidad de Discursos, Cartas y escritos de retórica así como un

corpus filosófico importante.

De sus escritos filosóficos los siguientes contienen una buena y valiosa cantidad de

ideas estoicas: Academica, De Divinatione, De Officiis, De Finibus bonorum et malorum,

De Fato, De Natura deorum, Paradoxa stoicorum, Tusculanae Disputationes. De manera

extraordinaria, muchos de estos trabajos fueron escritos hacia el final de la vida de

Cicerón (44-45 a. C.). En conjunto formas una de las primeras y más importantes

fuentes para la filosofía estoica.

Investigadores en el siglo XIX eran frecuentemente indiferentes a Cicerón como un

escritor filosófico, entresacaban de sus escritos fragmentos de los primeros

pensadores griegos aunque prestaban muy poca atención al mismo Cicerón. Sin

embargo Cicerón estuvo familiarizado con los principales filósofos de su tiempo y hay

muy poca duda de que era una persona dotada de mentalidad filosófica. Sus escritos

filosóficos, incluso cuando son primeramente fuentes de información sobre el

estoicismo, merecen ser leídos como ensayos coherentes y bien elaborados en vez de

ser considerados como un compendio de opiniones de otros personajes.

La propia postura de Cicerón fue Académica (es decir, escéptica), pero también se

inclinó hacia un cierto eclecticismo. Aunque ciertamente rechaza la epistemología

estoica, en algunos lugares aprueba la ética estoica, o al menos admira el ideal ético

estoico. No siendo él mismo un estoico, es un observador bien informado y que

muestra cierta simpatía con algunos puntos de dicha filosofía.

4.2 PLUTARCO

Page 23: El Estoicismo Antiguo Sellars

23

Plutarco de Chaerone (50-120 d. C.), famoso por sus Vidas Paralelas de eminentes

griegos y romanos, también escribió un corpus sustancial de obras filosóficas, ahora

reunidos bajo el título colectivo de Moralia. Plutarco fue un platónico y, en

comparación con Cicerón, fue ampliamente hostil a los estoicos. A lo largo de la

Moralia los estoicos frecuentemente son mencionados, pero en dos escritos en

particular Plutarco centró su atención en los estoicos. Éstos son De stoicorum

repugnantiis y De communibus notitiis adversus stoicos. En estos dos ensayos Plutarco

dedica su esfuerzo en mostrar los problemas y contradicciones inherentes en la

filosofía estoica, especialmente en Crisipo. Por tanto, Plutarco irónicamente se ha

convertido en uno de los principales informantes de citas directas de Crisipo, y una

fuente importante para el conocimiento de la filosofía de los primeros estoicos. Hay un

tercer ensayo de Plutarco sobre los estoicos Compendium argumenti stoicos

absurdiora poetis dicere, pero es muy corto y de mucho menos importancia.

4.3 GALENO

Otra fuente importante para citas directas de Crisipo es Galeno de Pergamm (129-199

d. C.), el prolijo y más importante autor de escritos médicos. Galeno escribió obras que

tratan de la filosofía estoica –un comentario a Primera silogística de Crisipo y un libro

sobre Epicteto entre otras- todas las cuales desafortunadamente se perdieron. Sin

embargo, entre sus escritos que han sobrevivido hay dos textos que tienen especial

importancia para el estudio de la filosofía estoica.

El primero es De placita Hippocratis et Platonis. Esta obra es un estudio detallado

sobre la fisiología y psicología que intenta combinar las teorías médicas antiguas que

colocan el alma en el cerebro y aquella de la psicología tripartita de Platón. En el

desarrollo de su intención critica tanto la afirmación de Crisipo de que la facultad

gobernante se encuentra en el corazón y su psicología monista. Para la segunda de sus

críticas Galeno recurre a los escritos de Posidonio y presenta su visión como un

estoico heterodoxo que critica la psicología de Crisipo. Galeno cita extensamente a

ambos de estos estoicos y en el desarrollo nos presenta la más importante discusión

sobre la teoría estoica del alma que se nos conservado. Igualmente nos ha conservado

los fragmentos más extensos que se han conservado de Crisipo.

El segundo trabajo de Galeno es su Institutio logica, que contiene algún material útil

sobre la lógica estoica. Sin embargo, hasta cierto punto es meramente un suplemento

al más importante escrito sobre el tema que nos ha llegado: Sexto Empírico.

4.4 SEXTO EMPÍRICO

Sexto Empírico –probablemente activo en el 200 d. C.- fue un seguidor de la tradición

filosófica escéptica que afirma ser descendiente del filósofo griego Pirrón (y también

Page 24: El Estoicismo Antiguo Sellars

24

es conocido como escepticismo pirroniano, para distinguirlo de escepticismo de la

academia). Pudo haber sido, como Galeno, un médico. Sus principales escritos son:

Esbozos pirrónicos y Adversus Mathematicos, el segundo de los cuales puede de hecho

consistir en dos diferentes escritos. El contenido de estos dos escritos refleja cada uno

en cierta medida, el tema de los libros II y III de los Esbozos pirrónicos repetidos (en

mayor longitud) en los libros 7-11 del Adversus Mathematicos.

Sexto es una fuente importante para una gran cantidad de aspectos de la filosofía

estoica pero es importante cuando tenemos que estudiar la lógica estoica, para la cual

existen muy pocas fuentes. Su consideración de la lógica estoica en el libro II de los

Esbozos pirrónicos y el libro VIII del Adversus Mathematicos.

4.5 ALEJANDRO DE AFRODISIA

Alejandro de Afrodisia tuvo la cátedra de filosofía aristotélica en Atenas alrededor del

año 200 d. C. Esta pudo haber sido una de las cuatro cátedras que se nos informa que

fueron creadas por Marco Aurelio un par de décadas antes (el reciente

descubrimiento de una inscripción en la ciudad nativa de Alejandro sustenta lo dicho).

Alejandro escribió una gran cantidad de comentarios sobre los escritos de Aristóteles

además de una serie de textos cortos. Crítico del estoicismo, Alejandro argumenta en

su contra y en su desarrollo refiere algunas de sus doctrinas en una cantidad de

escritos. Dos de sus escritos cortos en particular nos ofrecen una fuente importante

del estoicismo: De fato y De Mixtione.

El enfrentamiento de Alejandro con el estoicismo sugiere que seguía siendo una

fuerza intelectual en Atenas a lo más tardar en el año 200 d. C. En efecto, al lado de la

catedra de filosofía aristotélica de Aristóteles había también una cátedra de filosofía

estoica (las otras dos eran la que se dedicaba a la filosofía platónica y epicúrea).

Presumiblemente Alejandro entró en debate con las sustentante de la cátedra de la

filosofía estoica, y es probable que los estudiantes fueran capaces de escuchar las

lecciones de más de una cátedra si es que así lo deseaban. Mucho de esto

inevitablemente es mera especulación, pero la atención detallada que Alejandro

prestó a las ideas estoicas sugiere que el estoicismo estaba lejos de ser simplemente

un interés histórico.

4.6 DIÓGENES LAERCIO

Una de las más importantes fuentes para el estoicismo es el libro VII de Vitae

Philosophorum por Diógenes Laercio. Desafortunadamente nada conocemos sobre el

individuo Diógenes Laercio. Usualmente se coloca en algún punto del siglo III d. C., En

algunas ocasiones su supone que era partidario del epicureísmo, porque el libro final

de Vitae está dedicado de manera completa a Epicuro, que es citado en extenso. Este

Page 25: El Estoicismo Antiguo Sellars

25

último libro pudo haber sido concebido por Diógenes Laercio como la culminación de

la historia de la filosofía que estaba presentado.

La consideración de Diógenes de los estoicos presenta a una de las primeras fuentes

que nombra: Diócles de Magnesia, que se puede colocar en el siglo I a. C., aunque tal

consideración cronológica es tan incierta como lo es para Diógenes.

4.7 STOBAEUS

Las ideas estoicas permanecieron en una viva discusión filosófica hasta fines de la

antigüedad. En el 529 d. C., el emperador Justiniano ordenó la clausura de las escuelas

filosóficas de Atenas. Por este tiempo es altamente probable que alguna escuela

estoica haya existido por algún tiempo. Pero una escuela neoplatónica dirigida por

Damascius aún permanencia y sus miembros sintieron la fuerza del decreto de

Justiniano. Según el historiador Agathias, Damascius y el neoplatonismo huyó a Persia,

aunque no permanecieron allí por mucho tiempo, y a dónde se fueron después de esto

sigue siendo un tema de controversia.

Un miembro de este grupo de neoplatonismo itinerante fue Simplicio, autor de un

número importante de comentarios sobre los escritos de Aristóteles. En estos

comentarios Simplicio nos informa de algunas doctrinas estoicas sobre un amplio

conjunto de temas filosóficos (así como material de muchos otros filósofos antiguos

que de otra manera se habría perdido). Simplicio también escribió un comentario

sobre Manual de Epicteto. Este comentario es único en manera tal que es el único

comentario sobre un texto estoico que ha sobrevivido de la antigüedad. Sin embargo,

el comentario mismo está más interesado en desarrollar temas de ética neoplatónica

que explicar a Epicteto en sus propios términos. Sin embargo esto da testimonio del

hecho que Epicteto continuaba siendo leído aún en el siglo VI d. C.

Simplicio también nos refiere una gama de doctrinas estoicas en sus varios

comentarios de los trabajos de Aristóteles. Sin embargo, en sus comentarios sobre las

Categorías de Aristóteles nos dice que más escritos estoicos eran inasequibles en este

tiempo. Parece probable, entonces, que su conocimiento del estoicismo más allá de

Epicteto deriva de informes de segunda mano, tales como los comentaristas

aristotélicos del neoplatónico Porfirio del siglo III d. C., que Simplicio nos dice que

contenían mucho sobre el estoicismo.

5. DECADENCIA Y PERDIDA DE LOS TEXTOS ESTOICOS

Como hemos visto, la amplia cantidad de textos de los primeros estoicos se habían

perdido. De Zenón, Cleantes, Crisipo, Panecio y Posidonio todo lo que queda de sus

ideas principales son fragmentos citados por autores tardíos y de segunda mando.

Page 26: El Estoicismo Antiguo Sellars

26

Más recientemente, hemos sido afortunados por haber encontrado algunos textos

para Crisipo que han sido descubiertos en Herculaneum, pero por otra parte los textos

de autores estoicos anteriores a Séneca se han perdido completamente. ¿Por qué? ¿Y

cómo puede esta pérdida de tantos textos estoicos se relaciona con la decadencia de la

escuela estoica con la antigüedad?

Tradicionalmente la decadencia de la fortuna del estoicismo alrededor del 200 d. C.,

en adelante ha sido vinculada con el resurgir de la popularidad del neoplatonismo,

cuyo fundador, Plotino, nació en 205 d. C., Pero esta no es una explicación

satisfactoria. No es obvio por qué alguien filosóficamente atraído por el materialismo

inmanente del estoicismo podría ser igualmente atraído al otro lado del mundo

metafísico del neoplatonismo, precisamente porque éste iba levantándose en

popularidad. En vez de ver esto por una razón externa, tal como la competición con

otra escuela, sería más válido considerar una causa interna al estoicismo. Semejante

causa puede ser encontrada en Epicteto.

Epicteto es reconocido por un buen número de autores del siglo II d. C., como siendo el

principal estoico de ese momento. Aulio Gelio dice de él que es el más grande de los

estoicos (NA 1, 2, 6), Fronto lo llama sabio (en su Epístola 2, 52), mientras Celso nos

dice que incluso fue más famoso que Platón (Contra Celso, 6, 2). Se dice que sus textos

circularon ampliamente. Su fama en este punto es ilustrada por una anécdota referida

por Lucian en su diálogo contra el Ignorante: “Creo que todavía vive el hombre que

pagó trecientas dracmas por la lámpara de barro de Epicteto el estoico. Supongo que

pensó que sólo había que leer con la luz de esta lámpara, y que la sabiduría de Epicteto

le pareciera ser comunicada en sus sueños, y asumir el mismo el aspecto de este

venerable sabio” (Adversus Indoctum 13).

Como en tiempos modernos las estrellas del cine, los admiradores están

aparentemente preparados para pagar grandes cantidades de dinero para tener

aquellos elementos tenidos por sus ídolos. Cualquier estoico aspirante en el siglo II sin

duda alguna habría buscado ansiosamente los Discursos de Epicteto tal como los había

trasmitido Arriano, o incluso alguno de los discípulos de Epicteto, si alguno de ellos se

había convertido en maestro. Y los sucesores póstumos de Epicteto pudieron ser el

factor decisivo en la decadencia de los primeros estoicos como una tradición continua.

En orden a desarrollar esta hipótesis sería necesario considerar la concepción de

filosofía de los primeros estoicos y su actitud hacia los primeros textos de la escuela.

La concepción filosófica de Epicteto da valor a las acciones en vez de las palabras. El

estoico real no es aquel que solamente aprende a recitar las palabras de Crisipo; sino

más bien es uno que puede mostrar sus acciones en armonía con sus palabras. La

tarea de la filosofía es entender la Naturaleza, de tal modo que puede uno vivir de

Page 27: El Estoicismo Antiguo Sellars

27

acuerdo con la naturaleza y de este modo alcanzar la felicidad o eudaimonia. El

estudio de las teorías filosóficas está subordinado –para Epicteto- a una finalidad

práctica. De este modo presenta la filosofía como “arte de vivir”, un arte (technê) que,

como todas las demás artes y artesanías, estará orientado hacia resultados prácticos.

Y como para otras artes y artesanías, será necesario no solamente aprender los

principios que sustentan el arte de vivir sino también practicarlos o ejercitarlos en

orden a aprender cómo poner en estos principios en acción. Dice: “Luego de haber

asimilado estos principios, muéstranos algún resultado del cambio en la facultad

gobernante de tu alma, precisamente como los atletas muestras sus músculos como

resultad de su alimento y ejercicio, y como aquellos que han dominado el arte pueden

mostrar los resultados de su aprendizaje. El arquitecto no pasa de lado y dice

‘escúchenme decir un discurso sobre el arte de la construcción”, sino que toma el

contrato para la casa, la construye y de este modo muestra que tiene el arte” (Diss., 3,

21. 3-4).

El filósofo debería hacer exactamente lo mismo, Epicteto sugiere, mostrando sus

habilidades no en finas palabras sino en finas acciones. No debería ser gran sorpresa

que Epicteto, entonces, muestre una actitud bastante ambivalente hacia los textos

escolares. En efecto, existe evidencia que Epicteto usó canónicamente los textos

estoicos, de Crisipo, por ejemplo, en sus propias lecciones, pero esta evidencia no

encaja dentro de los pasajes pues los estudiantes no tuvieron el cuidado de tomar en

serio tales textos. “¿Es esta, pues, la más grande y admirable cosa, entender o

interpretar a Crisipo? ¿Qué significa esto? ¿Pero qué es, pues, la admirable cosa?

Entender la voluntad de la naturaleza. ¿Bien, entonces, la entiendes desde ti mismo?

¿En este caso, que necesitas tener para algo de este modo? […] Pero, por Zeus, no

entiendo la voluntad de la naturaleza. ¿Quién entonces la interpreta? Dicen que

Crisipo. Voy y pregunto lo que este intérprete de la naturaleza dice. Entonces no

consigo entender lo que quiere decir y busco a alguien que pueda interpretarlo. […]

Porque no es sobre su propia consideración por la que tenemos necesidad de Crisipo

(o sus intérpretes) sino ser capaces de seguir la naturaleza” (Diss., I, 17, 13-18). No

hay que perder de vista la tarea filosófica y perderse en la interpretación textual,

sugiere Epicteto. Ni se debería considerar la interpretación textual como una

habilidad digna de alabanza: “Tomar [de Crisipo] el tratado Sobre el impulso, veamos

cómo lo he leído yo mismo. Este no lo que he visto como esclavo, sino cómo ejerces tu

impulso para actuar o no, cómo dominas tus deseos y aversiones, cómo te acercas a

las cosas, cómo te aplicas tú mismo a ellas, y te preparas a ellas, y si en armonía o no

con la naturaleza” (Diss. I, 4, 14). Dominar los argumentos filosóficos sutiles y

complejos no es el fin último de la filosofía. “¿Si pudieras analizar silogismos como

Crisipo, lo que serviría para prevenirte contra la aflicción, la desgracia, la envidia y, en

una palabra, distraído y miserable? No es un cosa simple” (Dis., 2, 23.44). Para

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28

Epicteto, pues, la tarea del filósofo es muy diferente a la del filólogo. El estudiante

exitoso de filosofía no malgastará el tiempo analizando los textos; mejor concentrará

su atención en transformar la parte gobernante de su alma en conformidad con los

principios filosóficos que ha aprendido. Naturalmente, el alumno estudiará textos

filosóficos, pero solamente como un medio hacia un fin. Los libros son como signos o

mapas que nos dirigen a dónde queremos ir; el viajero que gasta mucho de su tiempo

analizando los mapas y nunca va a alguna parte ha fracasado como viajero. El filósofo

que todo su tiempo analizando textos y nunca pone en práctica su contenido es

igualmente un fracaso. Porque Epicteto, que no es un autor prolijo como Crisipo, a

quien considera como su modelo filosófico; es Sócrates, quien mejor expresa su

filosofía en actitudes que en palabras. Y, como Sócrates, Epicteto mismo elige no

escribir, reservando su filosofía a su modo de vida.

El estudiante estoico que comprende exitosamente la filosofía de Epicteto centraría

toda su atención en transformar su modo de vida en un arduo intento por acercarse a

la vida del sabio. Como Epicteto, aspiraría a ser como Diógenes el Cínico y, sobre todo,

como Sócrates. Pero lo que no harían es comprometerse es en estudios filológicos de

textos académicos ni escribir comentarios sobre los mismos. Esta actitud ambivalente

hacia el estudio de los textos y la producción de comentarios, muy diferente de los

aristotélicos y platónicos de la época, puede ser una de las razones del decline del

estoicismo y la pérdida de muchos de los primeros textos estoicos. Porque solamente

se requiere una o dos generaciones de discípulos que pongan poca o ninguna atención

a la preservación de los textos para hacer literalmente imposible que la siguiente

generación de potenciales estoicos pudieran estudiar el estoicismo en su conjunto.

Esta actitud ambivalente hacia los textos no marca por completo toda la tradición

estoica. Los primeros estoicos como Crisipo, que escribió copiosamente y pudo incluso

haber escrito comentarios a los textos de los primeros estoicos, así por ejemplo el

Sobre la República pudo tal vez ser un comentario al De República escrito por Zenón.

Cleantes escribió un comentario sobre Heráclito (DL VII, 174), quien fue una fuente

importante para la física estoica, y, más tarde, Atenodoro escribió un comentario o

una respuesta polémica a las Categorías de Aristóteles (Porfirio, in Cat., 86, 22-4). Tal

vez más significativo, la enciclopedia bizantina conocida como el Suda incluye una

entrada sobre un Aristócles el estoico que escribió un comentario sobre el texto de

Crisipo titulado Cómo nombramos y concebimos a cada una de las cosas. De este modo

podemos decir que no todos los estoicos habían tenido objeciones ideológicas contra

la forma del comentario como tal. Y estoicos contemporáneos a Epicteto, tales como

Hierócles y Cleomedes, no parecen compartir el interés central de Epicteto acerca de

la filosofía práctica sino prestan más atención a las discusiones académicas de temas

filosóficos. Pero en algo la actitud desfavorable de Epicteto hacia los textos combinada

Page 29: El Estoicismo Antiguo Sellars

29

con su subsecuente popularidad pudo haber sido la influencia decisiva para los

estoicos de fines del siglo II y principios del III. Cualquier estoico aspirante habría

leído a Epicteto, el más famoso estoico del tiempo, y habría aprendido a no poner

atención a la interpretación de textos escolares sino más bien a los ejercicios

filosóficos prácticos. Ciertamente no habrían gastado tiempo escribiendo grandes

comentarios a los textos de los primeros estoicos, a pesar de que Alejandro de

Afrodisia nos informa que en esta época el comentario se había convertido en un

modelo estándar para los escritos filosóficos (In Top., 27, 13-16). El éxito de Epicteto

en el siglo II –o, para ser más preciso, el éxito del informe literario de Arriano sobre

las enseñanzas de Epicteto- pudo haber contribuido a la trágica pérdida de muchos de

los textos de los primeros estoicos y la decadencia inevitable del estoicismo.

Irónicamente, gracias a los oponentes tales como Plutarco y Galeno tenemos

fragmentos de los escritos de Crisipo que de otro modo se habrían perdido

completamente. Incluso más irónicamente, esto se ve como si por culpa de Epicteto

(pero igualmente Arriano) se dio la decadencia del estoicismo y la pérdida de

muchos textos estoicos.

CAPITULO SEGUNDO

EL SISTEMA ESTOICO

1. ¿QUÉ ENTENDIAN LOS ESTOICOS POR FILOSOFÍA?

Al final del capítulo anterior hemos tocado brevemente sobre la concepción que

Epicteto tiene de la filosofía y el modo inconsciente que contribuyó a la subsecuente

pérdida de los textos de los primeros estoicos. Como se ha visto, para Epicteto la

filosofía no es solamente el ser capaz de entender e interpretar los textos filosóficos;

es también algo más práctico y existencial. Como tal, la filosofía para él es una

actividad muy diferente de la disciplina académica moderna.

Antes de volver a la filosofía estoica directamente es importante considerar

precisamente cómo conciben los estoicos la filosofía y cómo su concepción de filosofía

difiere de la nuestra. Si asumimos que los estoicos eran filósofos simplemente en el

mismo sentido en que un moderno académico es filósofos, entonces corremos el

riesgo de comentar innumerables equivocaciones y distorsiones. En particular,

podemos finalmente simplemente abstraer aquellas partes de la filosofía estoica que

se ajustarían a las categorías de la filosofía moderna e ignorando todo aquello que en

Page 30: El Estoicismo Antiguo Sellars

30

efecto no se acomodaría. Mientras que tal acercamiento puede ser intelectualmente

fructífero, no nos capacita para entender la filosofía estoica en sus propios términos.

Comenzaremos, pues, por considerar algunas ideas estoicas sobre la naturaleza y

función de la filosofía. El siguiente pasaje proviene de Epicteto: “La filosofía no se

compromete, dice, a procurar al hombre lo que le es exterior, pues de lo contrario se

ocuparía de cosas extrañas y no de lo que es su propia materia. Porque así como la

madera es el material para el carpintero, el bronce para el escultor, así cada una de las

propias vidas individuales es el material para el arte de vivir” (Diss., I, 15.2). Aquí

Epicteto presenta la filosofía estoica como un arte (technê), un arte que está

interesado en la transformación del propio modo de vida. En otra parte (Diss., 2, 19,

20.25) sugiere que el mejor indicador de la persona filosófica no es lo que diga sino su

conducta. Sugiere que su estudiante intentaría observarse él mismo en sus acciones

diarias a fin de que pudiera descubrir a que escuela filosófica realmente pertenece.

Predice que muchos de sus estudiantes –todos cuales, naturalmente, estudian el

estoicismo- encontrarán que son epicúreos (afirmando que el placer es el principio de

la sabiduría), otros pocos descubrirán que son aristotélicos (afirmando que la virtud

es el principio de la felicidad, pero requiriendo las circunstancias externas). Pero

Epicteto duda que pueda encontrar muchos estoicos entre sus estudiantes (afirmando

que el principio de la felicidad está en la virtud, sin la consideración de las

circunstancias). Naturalmente, todos los estudiantes serán capaces de recitar los

argumentos y doctrinas estoicas, pero como hemos visto esto no es suficiente para

Epicteto. El verdadero estoico debe ser capaz de traducir estas doctrinas en una

conducta concreta. No es suficiente decir que uno puede ser virtuoso, y de este modo

feliz, sin tener en cuenta las circunstancias; uno debe ser realmente feliz sin tener en

consideración las circunstancias, si se está en peligro, es desgraciado, enfermo o

moribundo.

Este último pensamiento se refleja en un escalofriante pasaje de Séneca: “¿Cómo

puedo saber con qué entereza has de soportar la pérdida de tus hijos, si ves a tu

alrededor a todos los que has criado? Te he oído consolar a otros; recién te hubiera

podido conocer al ver cómo te consolabas a ti mismo, cómo te vedabas a ti mismo el

dolor” (De Prov., 4, 5). Para Séneca como para Epicteto es mejor actuar que hablar. En

efecto, Séneca mismo es explícito sobre esta concepción de la filosofía. En una de sus

cartas escribe: “La filosofía no es una actividad agradable al público, ni se presta a la

ostentación. No se funda en las palabras, sino en las obras. Ni se emplea para que

transcurra el día con algún entretenimiento, para eliminar del ocio el fastidio;

configura y modela el espíritu, ordena la vida, rige las acciones, muestra lo que debe

hacer y lo que debe omitir […] sin ella nadie puede vivir sin temor, nadie con

seguridad” (Epis., 16, 3). Semejantes pensamiento pueden ser encontrados en

Musonius Rufus (Discursos 5). En respuesta a la cuestión acerca de la relativa

Page 31: El Estoicismo Antiguo Sellars

31

importancia de la teoría y la práctica, Musonius pregunta a quien a prefería uno

confiar su vida: ¿a un médico sin experiencia que puede hablar muy bien sobre

medicina, o a un experimentado y con una buena trayectoria en su ciencia, pero que

no articula bien a hablar sobre tal ciencia? ¿De nuevo, podría uno mejor escuchar a

uno que está versado en la teoría de la música que nunca ha tocado antes algún

instrumento, o a uno que nada conoce de teoría musical pero que es un

experimentado ejecutor de algún instrumento? La respuesta a ambas cuestiones es

obvia. Lo mismo aplica en filosofía; evaluaríamos muchos mejor a alguien que trata de

poner en práctica su filosofía que alguno que solamente habla de sobre filosofía.

Tristemente, la falta de algún texto completo de los primeros estoicos hace esto difícil

de conocer con seguridad si Zenón o Crisipo tuvieron esta concepción práctica de la

filosofía esbozada por Musonius, Séneca y Epicteto. Es muy posible que haya podido

ser una innovación tardía. Pero esto es en realidad muy improbable. Si Zenón estudió

con Crates el cínico, entonces se esperaría de él una orientación igualmente práctica

de su filosofía. El hecho de que Zenón no permaneciera en la escuela Cínica, sin

embargo, buscando estudiar con Polemon, y eventualmente fundando su propia

escuela, es una evidencia bastante clara que no deseaba convertirse en un cínico

ortodoxo. Pero sin embargo, la orientación práctica del cinismo sin duda alguna dejó

su propia marca. Y a pesar de algunos intentos posteriores de argumentar contra esta

influencia del cinismo y afirmar que estuvo limitada en su juventud, estudios actuales

han mostrado que los temas de la filosofía cínica pueden encontrarse en el estoicismo

antiguo (Gulet-Cazé 2003). Con una fuerte orientación práctica tanto los cínicos

inmediatamente anteriores a los primeros estoicos y los últimos estoicos, parece

razonable suponer que esta orientación marcó también la aproximación a la filosofía

de los primeros estoicos.

De hecho, hay alguna evidencia en favor de esta suposición. En una información que

está tomada de una escrito perdido de Crisipo, Cicerón describe el uso de la analogía

médica que hicieron los primeros estoicos (Tusc., 3, 1, 21). Ecos de las discusiones de

Sócrates que se pueden encontrar en los primeros diálogos de Platón, supone que así

como hay salud y enfermedad para el cuerpo también existe salud y enfermedad para

el alma. Pero aunque existe un arte establecido para el cuerpo, no se ha prestado

mucha atención a la enfermedad del alma que es mucho más seria que la enfermedad

del cuerpo. El arte que está comprometido con la cura y terapia del alma es la filosofía,

es lo que sostiene Cicerón siguiendo a Crisipo. La filosofía, pues, es un arte dedicado a

la curación de las enfermedades del alma así como la medicina está comprometida con

la curación del cuerpo. ¿Cuáles pueden ser estas enfermedades del alma? Para los

estoicos estas enfermedades son las célebres pasiones, y las pasiones son por sí

mismas el resultado de un juicio falso (capítulo 5). El proceso de descubrir la falsedad

Page 32: El Estoicismo Antiguo Sellars

32

del juicio que produce las desagradables pasiones es un proceso de diagnóstico

semejante a un diagnóstico físico emprendido por un doctor. De hecho, las pasiones

estrictamente hablando son solamente síntomas de un profundo disturbio mental, es

decir las falsas creencias que son el resultado de los juicios falsos. La tarea de la

filosofía, entendida como esta arte de curar el alma, es curarnos de aquellas falsas

creencias por medio de la enseñanza que los lleve a eliminar los falsos juicios. El

filósofo, para Crisipo, es un físico del alma (Galeno PHP 5.2.23).

Sin embargo, a diferencia del físico que trata del cuerpo, el físico estoico del alma

estará menos interesado en curar las enfermedades mentales de otros sino estará más

comprometido con la condición de su propia alma: “A buen seguro, la medicina del

alma es la filosofía, cuyo auxilio no se ha de pedir de fuera, como en las enfermedades

del cuerpo, sino con todos nuestros recursos y fuerzas debemos trabajar para poder

curarnos a nosotros mismos” (Tusc., III, III, 6).

Esta concepción de la filosofía como un arte para tratar las enfermedades del alma que

solamente se puede practicar en uno mismo forma el contexto de nuestro pasaje de

introducción traído de Epicteto (I, 15, 2). Cuando Epicteto dice que cada vida

individual es el material del arte de vivir, estaba respondiendo a un hombre que le

había preguntado cómo podría ser posible detener a su hermano estando enojado con

él. La respuesta de Epicteto fue decir que el hombre debería estar más interesado en

su propia reacción pasional hacia el enojo de su hermano que con la ira de su hermano

mismo. Solamente su hermano puede hacer esto. Puede verse en esto que los estoicos

desarrollaron un tema que tuvo su origen en Sócrates, es decir el pensamiento de que

la tarea más urgente a la que debemos enfrentar es tener cuidado de nuestras propias

almas (Sellers, 2003: 36-39). Nadie puede hacer esto por nosotros; debemos ante todo

dominar el arte de “tener cuidado de nosotros mismos”, por nosotros mismos. De este

modo el físico estoico del alma no pretende llevar a cabo una especie de terapia

evangélica que pretende curar el alma de todos aquellos que se encuentra; más bien

comprometido en una tarea más personal y privada, aunque –como Sócrates y

Diógenes del Cínico- puede intentar motivar a los otros a abrazar el mismo trabajo

personal por sí mismos.

Como veremos más adelante, los estoicos son materialistas y el alma es entendida

como una cierta clase de materia en un cierto estado. Cualquier discusión referente a

la curación del alma de las pasiones, falsas creencias y juicios equivocados puede

igualmente describirse en términos de alteraciones da la disposición física del alma.

También Crisipo nos da una analogía destinada a mostrar que cualquier alteración en

la disposición del alma tendrá necesariamente un impacto en lo modo en que

actuamos (Aulio Gelio, NA 7, 2.11). Sugiere que nos imaginemos un cilindro tirado en

el suelo. A fin de que el cilindro puede moverse requerirá un empuje externo, pero el

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33

modo de moverse, rodando, dependerá de su naturaleza interna o forma, es decir su

sección circular. El movimiento del cilindro será, pues, el producto de la interacción

tanto de la causa externa (el empuje) y la causa interna (su forma). Para Crisipo, la

disposición del alma es análoga a la forma del cilindro, en tanto que los estímulos

externos son semejantes al empuje. Siempre que uno actué en respuesta a un

acontecimiento externo, su acción estará necesariamente formada por la disposición

de su alma así como de los eventos externos. En otras palabras, transformando la

disposición de un alma individual habrá un impacto directo en sus acciones y de este

modo sobre su propia vida. Es de este modo como se entiende que la filosofía se

concibe como un arte para curar el alma y es también el arte de vivir; transformamos

nuestra vidas transformando la disposición habitual de nuestras almas.

Así como veremos en capítulos posteriores, los primeros estoicos desarrollan un

complejo sistema filosófico que incluye la lógica formal, la teoría del conocimiento y el

lenguaje, ontología y cosmología, así como teoría ética. Sin embargo, es importante

recordar que estos varios aspectos del sistema filosófico estoico fueron desarrollados

dentro de un contexto de orientación altamente práctico. El fin de la filosofía, para los

estoicos, fue la transformación completa de la propia vida. Este proceso de

transformación estuvo centrado en devenir, en la medida de lo posible, en su imagen

personalizada: el sabio estoico.

2. EL ROL DEL SABIO ESTOICO

Central para la filosofía estoica es el ideal del sabio estoico. Si la filosofía es un arte de

vivir dedicada a transformar la propia vida., entonces el final último de este arte es

convertir la propia vida en la vida de un sabio. Todas las partes de la filosofía están, de

este modo, orientadas a la consecución de este fin.

El sabio está descrito de una variedad de fuentes como aquel que no nunca está

impedido, que es infalible, que es más poderos que cualquier, también es rico, fuerte,

libre, feliz y la única persona verdaderamente que merece el título de rey (Cicerón, De

fin., 3, 75; Tusc., 3, 10, 21). Arius Didymus añade lo siguiente a su síntesis de la ética

estoica: “Dicen también que todo lo que el sabio hace lo hace bien. Esto es obvio, en la

manera en que decimos que el que toca la flauta o la lira hace todo bien […] es de la

misma manera que una persona sensible hace todo bien con respecto a cualquier cosa

que hace […] Es por ello que piensan que el sabio hace todo bien de acuerdo con un

correcto razonamiento, que es el arte que trata la vida como un todo”. El sabio, pues,

es un individuo que domina el arte de vivir, y de este modo actúa siempre bien en las

áreas de su vida, precisamente como el tocador de la flauta siempre la toca bien

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34

cuando la está tocando. Habiendo dominado el arte de vivir, el sabio será

completamente libre de las enfermedades del alma, y su sabiduría será definida

simplemente en términos de que goza de una perfecta salud del alma (Tusc., 3, 10).

Ahora bien, siguiendo a Galeno, podríamos decir que el alma del sabio será

completamente inmune a tales enfermedades, mientras que otros estarán sanos pero

no serán completamente inmunes, otros estarán fácilmente inclinados a la

enfermedad, mientras que aquellos que son vencidos por las pasiones estarán

enfermos (PHP, 5.2.9). En general, sin embargo, los estoicos tienden a presentar a

todos aquellos que no son sabios como impíos, necios y locos (cfr., Plutarco, St., Rep.,

1048 e).

Si el sabio es como una criatura rara como podríamos esperarlo, entonces estos

términos incómodos se aplicarán a muy pocos. No es sorprendente que esto no

hubiera caído bien a los críticos de los estoicos. Los peculiares atributos del sabio

condujeron a un número de conclusiones que vinieron a ser conocidas como

paradojas estoicas. Cicerón nos proporciona una gran ayuda resumiendo algunas de

ellas en un textos muy corto: Paradoxa stoicorum. Entre los temas discutidos por

Cicerón se encuentran las afirmaciones estoicas se encuentra aquella de que “todo no-

sabio es malo”, “que solamente el sabio es rico” y “que solamente el sabio es libre y

todo no-sabio es esclavo”. Tratando de esto último escribe: “¿Si esclavitud significa,

como es así, la obediencia de un espíritu abyecto y quebrantado que no tiene ninguna

volición por sí mismo, quién podría negar que toda gente voluble y envidiosa y todos

los viciosos son realmente esclavos?” (Parax., 35). A pesar de la popularidad del

estoicismo en el mundo romano, uno puede entender porque un opulento noble

romano propietario de esclavos podría haber apreciado escuchar los argumentos que

de que los esclavos eran pobres y esclavos al mismo tiempo porque no habían

alcanzado (posiblemente inalcanzable) el ideal del sabio estoico.

Los estoicos reconocieron una tercera o clase intermedia de individuos: aquellos que

están progresando (prokopé). Son filósofos en el sentido etimológico de la palabra:

amantes de la sabiduría que aspiran ante todo a la sabiduría pero que en sí mismos no

son sabios. Sin embargo, tales individuos hablando estrictamente siguen estando

entre los locos, como es ilustrado por un pasaje de Crisipo: “Es verdad, como dicen los

estoicos, que un hombre no se ahoga en el mar estando a un codo de la superficie a

menos que se sumerja 500 brazas, de este modo los que están en camino de la virtud

no tienen que ver tanto con vicio como aquellos que están alejados de él […] sin

embargo los que están haciendo progreso continúan siendo tontos y malvados hasta

hallan alcanzado la virtud” (Plutarco, De Com., Not., 1063 a).

De este modo, pues, incluso el filósofo sigue siendo esclavo, impío, tonto, loco y

malvado. En efecto, ninguno de los primeros filósofos estoicos perece que se hayan

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35

presentado a sí mismo como sabios, incluso si luego alguno de sus posteriores

seguidores pudo haber estado tentado en venerarlos como tales (Brouwer 2002). Si

esto es así para los filósofos ¿entonces quién puede ser contado como un ejemplo de

un sabio? No es sorprendente, existía alguna duda sobre si en realidad semejante

individuo existía, o si incluso sí realmente podría existir. A la luz de estas dudas una

cuestión que surge es si el ideal del sabio es una real posibilidad práctica que pueda

realmente ser realizado en la realidad o si es un ideal regulativo puramente ideal

hacia el que se trabaja pero el cual no es alcanzable en realidad. Esta segunda

respuesta ha formado la base por una crítica común a los estoicos de todos los

tiempos, actualizados entro otros por Erasmo y Kant, y ya hechos en la antigüedad.

Esto está en íntima relación con la cuestión de si ha existido un sabio estoico.

Solamente necesitamos ser capaces de señalar un ejemplo concreto del genuino sabio

estoico a fin de ser capaz de decir que es una posibilidad real de convertirse en sabio,

no importa qué tan difícil pueda ser esto para la realización. A fin de contrarrestar el

desafío de que el sabio es un ideal imposible, los defensores del estoicismo sugieren el

nombre de individuos que creen que alcanzaron el status de sabio. Entre los estoicos

romanos, el ejemplo preferido era Catón el Joven.

Catón el Joven (95-46 a. C.), un oponente a la política de Julio César, cuya vida nos es

contada por Plutarco en su Catón el Joven y la Pharsalia de Lucano, es el más famoso

que se suicidó en Utica, una ciudad del norte de África que gobernaba durante la

guerra civil de Roma, en vez de enfrentar la captura por parte de César. Cuando es

apremiado para que presente un ejemplo de un sabio estoico, la respuesta de Séneca

fue siempre señalar a Catón. La admiración de Séneca por Catón fue tan grande que

sugiere que incluso Catón puede ir más allá del ideal del sabio: “No tendrás razón en

decir lo que sueles, que este nuestro sabio no se halla en parte alguna. Porque

nosotros no fingimos esta vana grandeza de la naturaleza humana, ni publicamos gran

concepto de cosa falsa, sino como lo formamos os lo damos y os lo daremos, si bien

raramente y con grande intervalo de los tiempos se halla, porque las cosas grandes

que exceden el vulgar y acostumbrado modo no nacen cada día. Antes recelo que

nuestro Catón, que dio motivo a nuestra disputa, es superior a nuestro ejemplo” (De la

constancia del sabio, VII, 1). Aunque Cicerón es hasta cierto punto muy crítico de este

ideal estoico, sin embargo reconoce que en efecto Catón tuvo domino sobre su vida

como estoico en vez de argumentar en favor de ella (Parad., 2). El poeta estoico

Lucano es incluso más enfático sobre el estatus preeminente de Catón: “Catón fue en

verdad un verdadero padre para su pueblo, y mucho más digno que otros que han sido

grandes por este título, que tienen altares elevados en su memoria. Un día cuando

seamos finalmente libres de la esclavitud, si eso ocurre alguna vez, Catón será

deificado; y entonces Roma tendrá un dios cuyo nombre no es necesario avergonzarse

para jurar” (Pharsalia, 9. 601-4).

Page 36: El Estoicismo Antiguo Sellars

36

Mientras los estoicos romanos como Séneca y Lucano admiran a Catón el Joven como

un posible ejemplo de sabio, en el mundo de habla griega era Sócrates el que con

frecuencia fue presentado como ejemplo de sabio. Vimos en el capítulo I vimos la

afirmación de que Zenón fue inspirado en primer lugar al estudio de la filosofía luego

de leer sobre Sócrates a través de los Memoralia de Jenofonte. En efecto, uno puede

decir que la filosofía estoico comenzó literalmente con la admiración de Zenón por la

vida de Sócrates. Filodemo refiere que algunos estoicos en realidad querían ser

llamados “socráticos” (De Stoicis, 13, 3-4). En los escritos de los últimos estoicos como

Epicteto, Sócrates forma un paradigma para el ideal filosófico de vida. “Para ti, que no

eres Sócrates, bástate vivir como hombre que quiere llegar a ser tan sabio como él”

(Ench., 51, 3).

Es también claro que Sócrates representó el modelo de un rol importante para

muchos de los primeros estoicos (Long, 1988), de igual modo a como Epicuro

funcionó como un rol modélico para los epicúreos. Pero naturalmente Sócrates no fue

de ninguna manera un sabio estoico, ni siquiera habría podido serlo, viviendo antes de

que el estoicismo fuera concebido. Simplemente fue un modelo de sabiduría que

algún estoico tomó con la finalidad de encarnar los principales atributos de su propio

ideal filosófico. Otros no estoicos que habían adoptado este camino como modelo del

sabio incluye al legendario Hércules y Dionisio el Cínico. Epicteto nos presenta a

Diógenes precisamente como un ejemplo de un interlocutor escéptico: “Pero al menos

te puedo mostrar un hombre libre, a fin de que ceses de buscar un ejemplo: Diógenes

era libre. ¿De dónde le viene su libertad? No del hecho de que haya nacido de padres

libres (no fue así), sino que era libre por sí mismo: porque se había desprendido de

todo aquello que hace a una persona esclava; de modo que no había manera de

alguien llegara y se apoderase de él para esclavizarlo” (Diss., 4, 1, 152).

A pesar de estos ejemplos, el gran problema del estoicismo de que ninguno de los

primeros estoicos se presentó a sí mismo como siendo un sabio y los estoicos

posteriores parecen haber vacilado en canonizar a los fundadores de la escuela.

Ambas posturas podrían naturalmente estar acreditadas en cuanto a su precaución en

este punto. Pero significa que la escuela no tiene una figura interna que pudiera

mostrar un ejemplo vivo de su propio ideal filosófico. Ni Sócrates ni Diógenes eran

estoicos, mientras que Catón fue específicamente un héroe romano, producto de un

contexto político particular, que no podría haber sido un modelo obvio para el

estoicismo en general. Los antiguos críticos fueron rápidos en indicar que hay un

problema potencial en el sistema filosófico y se dirigen directamente a la cuestión de

que dicho ideal sabio es algo que nunca y quizá nunca pueda existir o haya existido.

Existe algo inútil dedicarse a intentar dominar su propia vida para volverse sabio si es

un fin que no se puede alcanzar. A pesar de sus grandes cualidades, es algo absurdo la

Page 37: El Estoicismo Antiguo Sellars

37

afirmación de que Sócrates o Catón nunca hicieron un error en sus vidas, que se

podría inferir de la afirmación de que eran sabios infalibles. En efecto, aparece que

algunos estoicos posteriores tomaron estas inquietudes en serio y Panecio, por

ejemplo, se movió su atención de las acciones hipotéticas del sabio perfecto a las

acciones de individuos imperfectos que intentaban mejorar sus vidas en el aquí y

ahora (Séneca, Epis., 116.5).

En respuesta a esta clase de inquietudes uno puede decir que aunque el sabio estoico

puede aparecer como un ideal abstracto imposible, fue de hecho un ideal que se

sustenta en ejemplos concretos. Como hemos visto, el más importante de estos podría

ser Sócrates, quizá seguido muy de cerca por Diógenes. Aunque es improbable que ni

Sócrates o Diógenes hubieran afirmado haber vivido de acuerdo con algunos de los

atributos del sabio perfecto, sin embargo encarnaron una gama de cualidades que los

estoicos consideraban elogiables. Si nos acercamos a la imagen del sabio dentro de

este contexto, conservando en mente los ejemplos concretos en los que se sustenta,

entonces no parecerá un ideal no realizable. Aunque puede ser imposible devenir

perfecto al punto de la infalibilidad, es posible, en palabras de Epicteto, “devenir como

Sócrates”, no importa qué tan difícil sea la tarea, incluso si el “Sócrates” en mente no

corresponde ampliamente con la figura histórica. El punto más importante que hay

que acentuar aquí, sin embargo, es el modo en que estas preocupaciones sobre el

sabio estoico enfatizan su orientación primeramente práctica. La tarea filosófica

fundamental para el estoicismo es transformar su propio modo de vida en una vida de

sabiduría.

3. LAS TRES PARTES DE LA FILOSOFÍA

Hasta ahora nos hemos centrado en la dimensión práctica de la filosofía estoica. Para

los antiguos filósofos como los Cínicos, este era todo lo realmente importante. Los

estoicos, por el contrario, combinan este acercamiento práctico con un agudo interés

en la teoría filosófica. En efecto, la más importante figura en la historia del estoicismo,

Crisipo, fue probablemente mejor conocido en la antigüedad como un lógico. Antiguos

informes sobre la doctrina estoica tal como nos es referida por Diógenes Laercio

esboza un sistema de teorías filosóficas con numerosas divisiones y subdivisiones. He

aquí precisamente un ejemplo: “Algunos estoicos dividen la parte de la lógica del

sistema en dos ciencias de retórica y dialéctica […] la retórica misma, dicen, tiene tres

divisiones; deliberativa, forense y panegírica […] dialéctica (dicen) se refiere a dos

temas: el discurso y el lenguaje. Y el tema cae bajo los siguientes títulos:

presentaciones […] proposiciones, etc.,” (DL VII, 41-43).

En la cumbre de esta división hay una división básica de la filosofía en tres partes

principales: “Dicen que el discurso filosófico tiene tres partes, uno de las cuales era la

Page 38: El Estoicismo Antiguo Sellars

38

física, otra la ética y la lógica” (DL VII, 39). Es importante recalcar desde el principio

que estos tres términos –lógica, física y ética- fueron usados ligeramente una manera

muy diferente a como son usadas en la actualidad. Lógica, por ejemplo, fue concebida

en un sentido muy amplio de lo que es en la actualidad, abarcando no solamente la

lógica formal, sino también la retórica y la epistemología. Igualmente, la física fue

entendida para abarcar no solamente la filosofía natural sino también la ontología o

metafísica y teología.

Varios estoicos ofrecen diferentes símiles con el intento de explicar la relación entre

las tres partes de la lógica, física y ética: “Los estoicos comparan a la filosofía con un

ser vivo: los huesos y los nervios corresponden a la lógica, las partes de la carne a la

ética, el alma a la física. O bien lo comparan a un huevo; la parte externa, el cascarón,

es la lógica, la parte siguiente, lo blanco, es la ética, la parte más interna, la yema, es la

física. O bien la comparan a un campo fértil: la cerca externa es la lógica, la fruta es la

ética, la tierra o los árboles la física. (DL, 7, 40). Algunos comentaristas han analizado

estos fragmentos e intentaron buscar si implica alguna prioridad de una de las partes

sobre otras en la filosofía estoica. Pero todo lo que esta imagen parece sugerir es una

relación fundamental entre las tres partes de la filosofía. Esto es evidente en el caso

del símil del huevo, pero quizá menos obvio en la comparación con el ser vivo. En

efecto, otra fuente nos informa que Posidonio rechazó la comparación con el huerto

precisamente porque era muy fácil concebir que las partes existían de manera

independiente una de otra, y explícitamente prefiere la comparación con un ser vivo

porque acentúa que las tres partes de la filosofía son inseparables (Ad., Math., 7, 19).

Aceptando esta relación fundamental, ¿puede ser posible colocar las tres partes en

alguna forma en orden de prioridad? Un contexto en el que puede hacerse esto es

cuando intentan determinar su orden en la enseñanza. Se informa que varios estoicos

no están de acuerdo sobre el orden en que estas tres partes deberían ser enseñadas

(DL, VII, 41). Crísipo afirmaba que los estudiantes deberían en primer lugar aprender

lógica, luego la ética y finalmente la ética (y la teología, la más alta parte de la física).

Sin embargo, como comenta Plutarco, muchas discusiones de Crisipo sobre la ética

presuponen y habrían sido precedidas por discusiones en ética (St., Rep., 1035 a-f).

Otras fuentes nos informan que Zenón, Crisipo y otros habían colocado la lógica en

primer lugar, seguida por la física y finalmente por la ética. Otros sugieren que

ninguna parte debería ser prioritaria una sobre otra, y que deberían enseñarse de

manera mixta a fin de enfatizar esta íntima relación (DL VII, 40). Cualquier programa

de enseñanza no puede de una vez por todas introducir el estoicismo. Pero a partir de

los limitados fragmentos que tenemos parece probable que el orden de prioridad está

solamente interesado con organizar un currículo y no implica ninguna prioridad

filosófica fundamental de una parte sobre otra. Como veremos, cada una de las tres

Page 39: El Estoicismo Antiguo Sellars

39

partes de la filosofía estoica depende de las otras y no puede ser entendida

plenamente sin las otras.

4. FILOSOFÍA Y DISCURSO FILOSÓFICO

Hemos visto cómo la filosofía estoica fue dividida en tres partes en lógica, física y

ética. Sin embargo, hablando estrictamente esto no es así. Diógenes Laercio nos dice

que era el discurso filosófico era el que estaba dividido en este modo (DL VII, 39),

mientras Plutarco dice que esta división aplica a los teoremas filosóficos (St. Rep.,

1035 a). Esto es importante en cuanto puede ayudarnos a reconciliar la afirmación de

que, por un lado la filosofía es un arte práctico que se interesa en la transformación de

la vida del hombre en la de un sabio, mientras que por otro lado aparentemente es un

tema teórico dividido en lógica, física y ética, cada una de las cuales se subdivide en

una conjunto más complejo el discurso filosófico o teoría, pero no necesariamente

filosófico en sí mismo. La filosofía misma, como hemos visto con Epicteto, es un

intento por transformar la propia vida. Arius Dydimus escribe: “No es la persona que

con afán escucha y escribe lo que los filósofos dicen el que está listo para filosofar,

sino que la persona que está lista para vivir de acuerdo a las prescripciones de la

filosofía en sus acciones y vive de acuerdo con ellas” (11 k).

Tenemos una clara distinción, pues, entre discurso filosófico, que es hablar y escribir

por los filósofos, y la misma filosofía, un modo de vida en el que las doctrinas

filosóficas son expresadas en un comportamiento propio. ¿Pero cómo es que estas dos

cosas se relacionan una con otra? ¿Los estoicos dan una consideración de cómo

piensan su compleja teoría filosófica podría llevarse a cabo el modo que se pudiera

avanzar hacia el ideal de sabio?

Epicteto nos da precisamente una relación. Esboza dos modelos para la educación

filosófica: “A los filósofos primero los ejercitamos en la teoría, donde hay menos

dificultad, y entonces después los conducimos a la cuestión más difícil; porque en la

teoría no hay nada que nos detenga de seguir lo que hemos aprendido, pero en la vida

hay muchas cosas que nos distraen” (Diss., I, 26, 3).

Primero aprendemos la doctrina o la teoría, dividida en los encabezados de lógica,

física y ética, y entonces nos volvemos a la más difícil tarea que es la de intentar poner

estas doctrina en práctica, transformando nuestras vidas a la luz de lo que hemos

aprendido. La primera etapa comprende, al menos en las clases de Epicteto, el estudio

de las dificultades más conocidas de los escritos de Crisipo. La segunda etapa

comprende una serie de ejercicios (askêseis) que están destinados a la realización de

la más difícil tarea, es decir convertir en acciones la doctrina filosófica contenido en

los trabajos de Crisipo. En este caso Epicteto sigue a su maestro Musonius. Como

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40

hemos visto, Musonius enfatiza el valor de la práctica sobre la teoría. Sin embargo,

enfatiza esta expresión haciendo hincapié en la necesidad de la práctica sustentada en

la teoría: “La teoría, que nos enseña cómo deberíamos actuar, se relaciona con la

aplicación, y viene en primer lugar, ya que no es posible hacer bien algo realmente a

menos que su ejecución práctica esté en armonía con la teoría” (Diss., 5). Así, el

estudio de las doctrinas filosóficas es en verdad un primer paso en la educación

filosófica, incluso para Musonious Rufus que tiene en muy alto grado la orientación

práctica de la filosofía. ¿Pero cuál es la idea de Epicteto sobre la segunda etapa?

Hemos sugerido que esta segunda etapa está constituida por alguna forma de ejercicio

destinado a traducir el contenido de aquellas doctrinas en acciones. Comienza por

presentar los ejercicios que serían necesarios para el alma –que Pierre Hadot ha

llamado ejercicios espirituales (1998)- semejantes a los ejercicios del cuerpo que un

atleta emprende. Con respecto a estos ejercicios espirituales, Musonius dice: “El

ejercicio para el alma consiste ante todo en ver que las pruebas relativas a los bienes

aparentes no son bienes reales y están siempre a la mano y como aquellas relativas a

los males aparentes que nos son males reales, y en aprender a reconocer que la cosas

que son bienes verdaderos y acostumbrarse a distinguirlos de los que no son

verdaderos bienes” (Diss., 6).

En otras palabras, aquellos ejercicios están destinados a transformar nuestro modo

habitual de vivir a la luz de las teorías filosóficas que hemos aprendido a dominar en

las clases. Una cosa es ser capaz de decir lo que es un bien verdadero y lo que

solamente es un bien aparente; y otra muy diferente actuar inmediata y

consistentemente a la luz de lo que hemos entendido. Hemos, dice Musonious un poco

más adelante, construido una gran cantidad de malos hábitos que debemos vencer si

queremos tener un progreso filosófico auténtico. Esta es la razón por la cual podemos

reconocer que una acción es la mejor en vez de seguir alguna otra. La tarea de esta

segunda etapa, por tanto, es habituar el alma a fin de haga elecciones de creencias

filosóficas que puedan dar forma costumbres inconscientes, y determinar de este

modo nuestro comportamiento diario. Este proceso se presenta con mucha frecuencia

en término de acostumbrarse y digestión. Marco Aurelio presenta este proceso como

coloreando el alma de un nuevo color, precisamente como uno podría pintar una pieza

de ropa de un nuevo color (Med., 5, 16). La tarea es lo que podríamos llamar la

digestión de las teorías filosóficas, semejante a la digestión de los alimentos. Epicteto

escribe: “Las ovejas no vuelven a dar el heno ni la hierba que han comido, pero en

recompensa engordan y dan leche y lana a sus dueños. Así tú no te has de ocupar en

conversar con los ignorantes de tus preceptos, porque es señal de que no los has

digerido. Debes instruirlos con tus acciones” (Ench., 46).

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41

¿Pero cómo digieres las teorías filosóficas? Un modo de asimilar la información es

escribirla muchas veces, como los estudiantes escriben sus notas muchas veces a fin

de ayudarse a recordar sus contenidos. Se ha sugerido que la repetición frecuente de

los pasajes en las notas que conocemos como las Meditaciones de Marco Aurelio son

un ejemplo de este tipo de escritura. En efecto, Epicteto aconseja que este es un modo

como los filósofos podrían ejercitarse ellos mismos, a saber escribiendo cada día las

doctrinas claves (Dis., I, 1, 25). Séneca propone otra estrategia. Sugiere que al final de

cada día deberíamos tener tiempo para recordarnos a nosotros mismos una relación

de los acontecimientos de cada día. Deberíamos interrogarnos y preguntarnos si

hemos sido fieles a los principios filosóficos que hemos aceptado conscientemente, si

hemos vencido alguna mala costumbre y si hemos resistido cualquier mal deseo (De

Ira, 3, 36, 1-3). En ambos casos, tales ejercicios debería realizarse luego de que se ha

dejado el salón de clase, es decir, luego de que uno ha estudiado las doctrinas

filosóficas que ahora está intentado digerir.

En este punto se podría proponer una objeción. Como veremos con más detalle en

posteriores capítulos, los estoicos siguieron a Sócrates afirmando una concepción

unificada y monista del alma teniendo en cuenta la relación entre conocimiento y

acción. Sócrates es conocido por afirmar que la virtud está constituida por el

conocimiento, que si uno conoce que x es correcto entonces necesariamente tiene que

hacer x. Esto, a su vez, forma la base de la conocida negación por parte de Sócrates d la

debilidad de la voluntad; incluso ninguno se equivocaría voluntariamente y siempre

actuaría de acuerdo con lo que cree que es correcto. Ahora bien, si los estoicos son

intelectualistas en este sentido socrático entonces seguramente dominar las doctrinas

filosóficas en la primera etapa del plan de Epicteto sería suficiente para entregarse a

las acciones filosóficamente correspondientes. ¿Si conocemos las doctrinas, y

conocemos lo que es correcto, entonces no deberíamos actuar de acuerdo con éstos?

La segunda etapa que es la de acostumbrase, el ejercicio y la terapia del alma (como se

describe frecuentemente) debería, para los socráticos intelectualistas, ser

completamente superfluo.

Hay una gran cantidad de maneras para responder a estas ideas. Se debería distinguir

entre los primeros estoicos, que tal vez sean fieles al intelectualismo socrático, y los

estoicos posteriores que introducen las ideas de ejercicio y terapia luego de haber

abandonado la posición socrática. Sin embargo, esto no parece ser el modo adecuado

para resolver el problema, porque los estoicos posteriores tales como Séneca y

Epicteto hacen uso de los temas de ejercicio y terapia afirmando la teoría estoica

ortodoxa de las emociones que presupone una concepción monista e intelectualista

del alma. Otro modo en de responder sería pensar un poco más sobre el modo en que

se comienza a concebir el conocimiento. Recordar que el conocimiento es reconocido

Page 42: El Estoicismo Antiguo Sellars

42

por Sócrates como constituyendo la virtud. Al principio de este capítulo hemos visto

que Epicteto presenta la filosofía como un arte, una technê, y este pensamiento

también se presenta en Crisipo en su analogía médica. En un número de antiguas

discusiones sobre arte y oficios se enfatiza que a fin de dominar un arte es necesario

dominar los principios que sustentan el arte y entonces someterse a un

entrenamiento práctico. En caso de convertirse en un doctor, por ejemplo, el

estudiante de medicina habrá completado su amplia formación después de haber

terminado su formación en el salón de clase y después de esto será calificado como

doctor. Uno puede ver que hay dos etapas en este caso –y que son similares a la los

etapas que han sido ya encontradas en Epicteto. Para Epicteto, la filosofía es un arte y

dominio del arte requiere ambas etapas de formación así como también el arte de la

medicina.

La objeción de que los estoicos como intelectualistas socráticos, no deberían tener

necesidad de ejercicios o terapias porque el conocimiento sería suficiente, asumiendo

por sí mismos que los principios que sustentan un arte también constituyen su propio

conocimiento. En otras palabras, se asume que el conocimiento filosófico debería

identificarse con el dominio de las doctrinas filosóficas. Pero los estoicos como

Epicteto no conciben la filosofía como un conocimiento de este modo. Porque concibe

la filosofía como arte más que como un conocimiento filosófico, como dominar un arte

o un oficio, requerirá tanto las doctrinas filosóficas y un subsecuente periodo de

ejercicio y práctica destinado a digerir las doctrinas. Para Epicteto, dominar

solamente las doctrinas filosóficas no constituirá un conocimiento, y así si alguno con

tal dominio fracasa en el actuar de acuerdo con dichas doctrinas no actúa en contra de

su conocimiento. Debemos decir que actúa contra la información que ha adquirido,

pero no contra su conocimiento, porque en este momento no ha ganado algún

conocimiento filosófico, habrá, como cualquier otro aprendiz del oficio, de someterse

de practicar a fin de asimilar esa información. Solamente entonces alcanzará el

conocimiento entendido como arte. En este sentido, la segunda etapa de la formación

es fundamental. Sin embargo, Epicteto puede seguir siendo un socrático intelectualista

mientras afirme esta concepción conocimiento filosófico, como para Sócrates, pues

puede argumentar que una vez que tiene el conocimiento filosófico puede

necesariamente construir una conducta. El sabio necesariamente actuará bien,

precisamente como el arquitecto construirá necesariamente una buena casa (excepto

la intención deliberada o las influencias externas).

En efecto, esta objeción intelectualista contra la terapia estoica fue hecha por el

estoico heterodoxo Aristón justo al principio de la historia de la escuela (y reportada

por Séneca en la Epístola 94), un hecho que podemos tomar como evidencia para la

afirmación de que tal terapia y ejercicio eran características no sólo de los estoicos

Page 43: El Estoicismo Antiguo Sellars

43

posteriores sino también de los primeros estoicos. Aristón argumenta que estos

ejercicios (en forma de preceptos morales en general) podrían no ser benéficos para

aquellos que permanecen en la ignorancia, porque su ignorancia nublaría su juicio,

mientras los ejercicios serían superfluos para todo aquel que es encuentra libre de

ignorancia, porque tales individuos ya conocerían que deben hacer (Epist., 94, 11). Es

la segunda de estas afirmaciones que forma la objeción intelectualista. En su respuesta

a esta objeción Séneca presta atención implícitamente al hecho de que solamente el

sabio perfecto estará completamente libre de ignorancia. La inmensa mayoría de

nosotros, sin embargo, tendrá costumbres no deseadas y emociones que dificultaran

nuestra digestión de los principios filosóficos. Séneca también cita la opinión de

Aristón contemporáneo de Crisipo, que afirma que esta segunda etapa de la educación

filosófica “es en realidad útil, pero que es algo débil a menos que no derive de

principios generales” (94, 4). Esta es una clara afirmación de las dos etapas de la

educación filosófica que ya había adelantado Epicteto.

De este modo, tenemos una concepción de la filosofía como un arte u oficio que, como

los otros artes y oficios, comprende dos etapas de educación: la primera es el estudio

de los discursos filosóficos, seguido de la práctica o concebido como un proceso de

aprendizaje de acostumbrase y digestión. ¿Cómo pueden estas dos etapas modelar la

educación filosófica en relación con la división tripartita de la filosofía en lógica, física

y ética? Bien, recordemos que es el discurso filosófico el que se divide en tres partes,

por tanto ya tenemos una forma de respuesta. Las tres partes del discurso filosóficos –

lógica, física y ética- forma el contenido de la primera etapa de la educación filosófica.

De este modo, el estudiante en las clases de Epicteto estudiará textos de los más

importantes estoicos sobre uno de estos tres temas. ¿Qué acontece para la segunda

etapa? ¿Será una práctica unificada o también se dividirá en tres partes? En orden a

responder a esta cuestión consideremos lo que Epicteto llama los tres topoi o campos

de estudio.

Hay tres campos de estudio, en los que una persona que ha llegado a ser noble y

bueno debe esforzarse por llevar a la práctica. [1] El que tienen que ver con los deseos

y aversiones, por lo que no fracasará en lo que desea ni caerá en lo debería evitar. [2]

El que tiene que ver con el impulso a actuar o no actuar, y, en general, lo apropiado

para la conducta; de este modo puede actuar de un modo ordenado luego de una

atenta consideración, y no a la ligera o de manera descuidada. [3] El tercero se refiere

a la liberación del engaño y el juicio precipitado, y, en general, si está de acuerdo con

el asentimiento.

Ha sido sugerido que estas tres áreas forman los tres tipos de ejercicio en la segunda

etapa de la formación filosófica que corresponde a los tres tipos de discurso que

corresponden a la primera etapa. Esto es muy claro para aquellos que proponen esta

Page 44: El Estoicismo Antiguo Sellars

44

interpretación, pues se trata de una hipótesis muy atractiva, pero se deberá indicar

que algunos investigadores no están convencido de la mismo y la cuestión sigue

estando sin resolverse (Dobbin, 1998: 94). Teniendo en cuenta esta salvedad, veremos

más adelante que es posible presentar esta hipótesis como siendo significativa. Desde

el principio se deberá indicar que la afirmación no es que estas tres áreas de estudio

son idénticas con las tres partes de la filosofía, sino más bien que pueden estar en

relación con los tres discursos filosóficos. De este modo la cuestión es mostrar cómo

pueden de hecho estarlo.

El segundo topos, que tiene que ver con el impulso y la conducta apropiada,

corresponde claramente a la ética. Luego que el discípulo ha estudiado la teoría

estoica de las acciones apropiadas (de las que trataremos en el capítulo 5), requerirán

una formación esbozada en el segundo topos para ayudarlos a poner esta teoría en

práctica. Esta correlación es probablemente la más obvia de las tres.

El tercer topos, que se refiere al juicio y al asentimiento, corresponde a la lógica. Tanto

el juicio como el asentimiento (como veremos en el capítulo 3) son centrales en la

epistemología estoica, esta mismo parte de la lógica estoica.

Lo que corresponde al primer topos es lo que queda: la física. Por un proceso de

eliminación, el primer topos corresponde a la física, si la hipótesis de que existe una

correlación es adecuada. El primer topos aparece en primer lugar que se interesa por

el deseo y la aversión, y no es inmediatamente obvio cómo la práctica en relación al

deseo y la aversión pueda poner en práctica la teoría física del estoicismo. Sin

embargo, es posible argumentar una conexión. El primer topos está dedicado a

capacitar los deseos y aversiones del hombre, es decir, intenta poner en práctica el

análisis filosófico referente a lo que se debería desear y lo se debería evitar.

Comprendiendo lo que uno debería desear y lo que debería evitar, comprende la

teoría filosófica en dos niveles. En un nivel microscópico comprenderá un análisis

fisiológico del organismo humano, de lo que será benéfico o dañino para su

constitución. Con tal análisis físico diremos que, por ejemplo, desearíamos alimentos

sanos y evitar los que causas daños (venenos). En el nivel macroscópico comprenderá

el entendimiento del orden de causas en el cosmos como un todo, conociendo lo que

debería o no debería ser el resultado realista de eventos deseados. Este tipo de

análisis físico, comprende la teoría estoica sobre el destino, que nos dirá, por ejemplo,

que deberíamos solamente desear eventos que son de hecho posibles de realizarse

dado el orden de causas que concurren para ello. En otras palabras, si uno pregunta

cuáles son las implicaciones prácticas del estudio de la física estoica, la probable

respuesta sería que entre más grande sea el entendimiento del modo en que actúa la

naturaleza tanto a nivel cósmico como individual, deberían haber consecuencias que

consideraríamos objetos realistas para desear y evitar. En este sentido, entonces, el

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45

primer topos es en realidad una capacitación que está en relación con la teoría física

estoica.

Si aceptamos esta correlación, y como ha sido indicado no todos los académicos están

de acuerdo, entonces lo que tenemos son tres tipos de capacitación en forma de tres

topoi o “áreas de estudio” que constituyen la segunda etapa del programa educativo

de Epicteto, reflejo de la división tripartita de la primera etapa del discurso filosófico

en lógica, física y ética.

Mucho de las consideraciones precedentes se basan en el material que nos ofrece

Epicteto. Es difícil determinar qué tanto de este, si algo, es novedoso o si refleja mucho

de la discusión del estoicismo antiguo sobre la estructura interna de la filosofía.

Deberíamos ser prudentes, pues, y vacilar para no atribuirlo al estoicismo como un

todo. Hemos dicho que este material constituye las fuentes más completas de lo que

ha sobrevivido de la forma como los estoicos nos dan a conocer su reflexión sobre la

naturaleza y función de la filosofía.

5. LA NATURALEZA INTERRELACIONAL DEL SISTEMA FILOSÓFICO

Aunque es importante subrayar la orientación práctica de la filosofía estoica, e indicar

el rol jugado por los ejercicios en algunos textos de estoicos posteriores, es

importante no perder de vista la interrelación de las tres partes de la filosofía estoica.

El énfasis en la cuestión de la práctica en escritores del estoicismo posterior ha

conducido a los comentaristas a sugerir que hubo un cambio de interés de la lógica y

la física hacia un interés casi total hacia la ética. La discusión en la anterior sección ha

dejado en claro que la división entre discurso filosófico y el ejercicio o práctica de

hecho cruza toda las tres partes tradicionales de la filosofía, por lo que es posible

hablar de una física práctica y una lógica práctica al lado de la ética práctica

(representada por los tres topoi), así como una ética teórica al lado de una teoría

lógica y física (los tres tipos del discurso filosófico).

De este modo, un cambio de énfasis hacia la cuestión práctica no lleva inevitablemente

a la necesidad de priorizar una de las tres partes sobre las otras dos. Es importante

para el estoicismo que esto sea de este modo, porque cada una de las partes del

sistema estoico es necesaria para que su filosofía sea como un todo. Ninguna parte

puede ser adecuadamente entendida sin entender al menos el desarrollo de los

conceptos centrales en cada una de las otras partes. Por ejemplo, la finalidad ética de

“vivir de acuerdo con la naturaleza” naturalmente dependerá al menos de algún

entendimiento de las características de la naturaleza, el campo de la física. Igualmente,

el fin ético de la liberación de las emociones dependerá de un entendimiento de los

conceptos epistemológicos de juicio y asentimiento que da origen a las emociones, que

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46

pertenecen al campo de la lógica. Los antiguos críticos también lo entendieron de este

modo; por ejemplo, Sexto Empírico pensó que podría socavar el concepto estoico del

arte de vivir si pudiera mostrar que su concepto epistemológico de “impresión

adecuada” era cuestionable (PH 3, 242). El expositor del estoicismo en los escritos de

Cicerón afirma “[…] pero me arrastró la admirable disposición de la doctrina y el

increíble orden de las materias […] ¿Qué cosas no se encadenan unas con otras en tal

forma que, si remueven una letra, todo se tambalea?” (De Finibus, III, 74). Sin duda

alguna esto fue lo que pensó Sexto: todo lo que necesitaba era remover un bloque de

la estructura y todo el edificio se vendría abajo. La interrelación sistemática de las tres

partes de la filosofía estoica fue una fuerte y potencial debilidad del mismo.

Mientras fue posible distinguir entre las tres partes de la filosofía en nuestro discurso,

en la práctica, si esa es una especulación teórica o una acción humana, es posible que

se volvieran completamente separadas unas de otras. Como hemos visto, el proceso de

división es importante en la finalidad educativa, pero Séneca nos recuerda que “es útil

dividir la filosofía, pero no despedazarla; pues abarcar las cosas muy grandes, como

también las más pequeñas, resulta difícil” (Epist., 89, 2). Esta cercana interrelación

entre las tres partes de la filosofía refleja una unidad orgánica recordada en los

conocidos símiles que anteriormente ya indicábamos; la filosofía es como un huevo o

es como un ser humano. El rechazo de Posidonio de símil del huerto fue precisamente

porque no capturaba esta unidad orgánica del mismo modo que los símiles anteriores.

En efecto, si quisiéramos ser más precisos, deberíamos decir que la filosofía

propiamente es una unidad orgánica, una disposición material y orgánica del alma que

puede transformar nuestro modo de vivir. Es solamente el discurso filosófico el que

puede ser dividido en tres partes, pero incluso cada parte del discurso filosófico

depende de conceptos que pertenecen a las otras partes.

Es a la luz de esta naturaleza interrelacional del sistema filosófico estoico y la

orientación siempre práctica, por lo Epicteto insiste en la necesidad de estudiar la

lógica (Diss., I, 17). Cuando uno de sus estudiantes le interrumpe y dice que estudiar

lógica es gastar el tiempo porque no le ayudará a mejorar su carácter, Epicteto le

responde diciendo que cómo podemos esperar hacer algo si no somos capaces de

definir lo que esperamos mejorar y ni capaces de distinguir entre lo verdadero y lo

falso. En otra parte (Diss., 2, 25) Epicteto responde a alguno que solicita ser

convencido de estudiar lógica diciéndole que solamente lo puede hacer haciendo uso

de la argumentación, de este modo si el que pregunta quiere conocer si la lógica es

necesaria o no debe en primer lugar ser capaz de juzgar si este argumento es o no

válido. De este modo la lógica es necesaria incluso para responder a la cuestión de si la

lógica es o no necesaria. Es claro, pues, que incluso el estoicismo más explícitamente

práctico reconoce la necesidad de una potencial parte no-práctica del sistema estoica

Page 47: El Estoicismo Antiguo Sellars

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tal como la lógica formal (Barnes, 1997). Es la lógica a la que nos referiremos en

primer lugar en nuestra exposición del sistema estoico.