el esp.valle.no.50 r.Í.(6) los defectos-orgullo, vanidad 2
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Folleto de divulgacin de la Doctrina Esprita. Edicin No. 50 Junio del 2.010 Pg. 1/6
Amigo Lector: Los vicios y los defectos son creaciones nuestras las cuales podemos y debemos superar y extirpar, las virtudes, una vez conseguidas plenamente son eternas
ya que el espritu no involuciona.
Continuando el Curso de Reforma ntima, a partir de esta Edicin estudiaremos
Los Defectos con el fin de conocerlos y detectarlos en nosotros para as, empezar a
eliminarlos y reemplazarlos por Virtudes. Iniciamos con El Orgullo y La Vanidad. ********
Tema:- CURSO DE REFORMA NTIMA (6) - Los Defectos.
- Orgullo y Vanidad.
Las pasiones son palancas que duplican las fuerzas del hombre, y le ayudan a cumplir las miras de la Providencia, pero si en vez de dirigirlas, el hombre se deja dirigir por ellas, cae en el
exceso, y la fuerza que en su mano poda hacer el bien, se vuelve contra l y lo aplasta.
Todas las pasiones tienen su principio en un sentimiento o necesidad natural. El principio de
las pasiones no es, pues, un mal, puesto que se apoya en una de las condiciones providenciales de
nuestra existencia. La propiamente dicha, es la exageracin de una necesidad o de un sentimiento;
reside en el exceso, no en la causa, y semejante exceso se convierte en mal cuando da como
consecuencia un mal cualquiera. Toda pasin que aproxima al hombre a la naturaleza animal le
aleja de la espiritual.
Todo sentimiento que eleva al hombre por encima de la naturaleza animal, revela el
predominio del espritu sobre la materia y la proximidad de la perfeccin.
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Procuramos destacar en este estudio los principales defectos que han sido para el hombre
los grandes impedimentos para su progreso moral. Obviamente, nuestra preocupacin es la de
esclarecer y colaborar de alguna forma con el diagnstico que cada uno pueda hacer personalmente
de los defectos que se encuentran ms arraigado en su fuero ntimo. A veces, muchos de ellos
constituyen un verdadero obstculo para nuestro avance evolutivo.
Sabemos que, conociendo las peculiaridades de cada uno de esos defectos, ser ms fcil
identificarlos y combatirlos. Debido a los enmaraamientos que obstruyen nuestra conciencia, con
frecuencia tenemos grandes dificultades para descifrar las artimaas y tramas del inconsciente,
muchas veces sugeridas hipnticamente por los hermanos invisibles, quienes se apoyan en nuestras
debilidades, titubeamos, nos dejamos llevar por ellas y finalmente nos desequilibramos.
Conociendo ntidamente como se manifiesta en nosotros el orgullo y la vanidad, la envidia
y la avaricia, el odio y la venganza, el individualismo, la agresividad y la maledicencia, la
intolerancia y la impaciencia, podemos registrar ms rpidamente las acciones de cada uno de ellos
e iniciar de inmediato la lucha interior para controlarlos, cortando sus interferencias, bloqueando su
propagacin y disminuyendo sus consecuencias desastrosas. La condicin para la victoria en una
batalla es conocer lo mejor posible a nuestros enemigos, sus tendencias y modo de actuar, para que
no seamos tomados por sorpresa y sucumbamos a sus ataques.
UNDACIN DESPRITA
ALLEDUPAR
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Cmo puede fijarse el lmite donde cesan las
pasiones de ser buenas o malas?
Las pasiones son como un caballo que es til,
cuando est gobernado; pero peligroso cuando es l el que
gobierna. Reconoced, pues, que una pasin se hace
perniciosa desde el momento en que cesis de poderla
gobernar y origina un perjuicio cualquiera, ya a vosotros, ya
a otro. Pregunta 908 de El Libro de los Espritus. Allan
Kardec.
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El Esprita Vallenato Edicin 50 - Junio del 2.010 Pg. 2/6
Evidentemente, para que venzamos nuestras malas tendencias y nuestros defectos,
necesitamos de aquella herramienta muy importante: "LA VOLUNTAD". Ya hablamos un poco
sobre la voluntad y vimos que ella es la expresin de nuestro "querer" frente a cualquier propsito.
Cuando queremos o deseamos algo, interiormente accionamos la fuerza de la voluntad, la cual se
caracteriza por la disposicin para conseguir, para obtener, prosiguiendo con el esfuerzo que
desarrollamos en ese trabajo de conquistar lo que idealizamos.
Entre tanto, verificamos que casi siempre nuestro "querer", especialmente en el terreno de
los ideales transformadores, no pasa de impulsos fugaces, pasajeros, dbiles e indecisos. Frente a
los primeros impedimentos que son los primeros exmenes para poner a prueba nuestra voluntad,
abandonamos la lucha, dejamos de lado aquella herramienta y caemos en los mismos errores. Mas,
caer, est siempre presente en cada uno de nosotros cuando comenzamos el aprendizaje de algo.
Comparando la base de apoyo de los seres humanos, bpedos, con respecto al de los animales
cuadrpedos, vemos, que al tornarnos erectos, humanos y racionales, la inestabilidad, hasta mismo
del cuerpo fsico, es una condicin propia del hombre. El hombre cae cuando comienza a andar,
cuando ensaya los primeros pasos al erguirse sobre s mismo, evolucionando desde la fase de
gatear, imitacin del cuadrpedo, con poca movilidad y relativo dominio de s mismo, hasta la fase
de caminar erecto.
Nuestro proceso de transformacin ntima es semejante. Cuando nos disponemos a ser
mejores y a crecer espiritualmente, debemos tener en cuenta las posibles cadas, pues ellas son parte
de nuestra experiencia. Son ellas las que nos fortalecen la voluntad, ensendonos a tener
"persistencia". Las cadas son responsables por nuestra continuidad en la lucha para la realizacin
de nuestros ideales. Somos aquello que realizamos y no lo que apenas prometemos realizar. Es
imprescindible, para nuestra firmeza y estabilidad, aprender a caer, saber los riesgos y peligros que
corremos, conocer las amenazas a nuestro equilibrio, convivir conscientemente con aquello que nos
puede derrumbar y de esa manera tornarnos capaces de alejarnos de las arenas movedizas.
An somos biolgicamente frgiles y espiritualmente imperfectos. Todos somos aspirantes
al equilibrio y el conocimiento es el medio por el cual podemos alcanzar nuestro objetivo.
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Cuando desconozcas un asunto, confiesa tu ignorancia al respecto. *
Motivos de aprecio es la honestidad de quien reconoce sus propias limitaciones. Y an cuando ests enterado de la informacin que alguien te da, yela con
paciencia. Tendrs la oportunidad de confrontarla con las noticias que ya tienes,
enriqueciendo tu conocimiento o corrigindolo. *
Una persona que parece muy bien informada, muchas veces tiene solamente un conocimiento superficial, aparentando ms de lo que sabe.
* Quien sabe or, recibe siempre.
Vida Feliz. Joanna de Angelis. Mensaje 68.
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"El precio de la libertad es la eterna vigilancia", este antiguo dictado militar, se aplica totalmente a la batalla que realizamos en los campos de la lucha ntima. Para que lleguemos a estar libres de las embestidas de nuestros propios defectos es imperativo que nos vigilemos siempre, conociendo los peligros a los que estamos sujetos en los momentos en que cedemos terreno.
Vamos a conocer mejor nuestros defectos, retratando bien sus peculiaridades, localizando en nosotros las ocasiones en las cuales somos vulnerables a ellos, y de esta manera saber cmo alejarnos de los momentos propicios a sus manifestaciones, para que no seamos ms envueltos en sus tentculos ni caigamos en sus peligrosas redes.
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REALICE SU EVALUACIN INDIVIDUAL: 1.- Ya reflexion sobre los defectos que se encuentran ms arraigados en su interior? _______________________________________________________________________________ _______________________________________________________________________________ 2.- Ya identific, entre todos los defectos, alguno en particular que constituya un verdadero impedimento? Cul es? _______________________________________________________________________________ _______________________________________________________________________________ 3.- Considera que muchos de sus defectos no fueron an conscientemente identificados? Cules? _______________________________________________________________________________ _______________________________________________________________________________ 4.- Cuando algn defecto suyo se manifiesta, cmo consigue identificarlo?
a) Conscientemente b) Por los males causados a s mismo c) Por los males causados a otras personas d) Por otro medio diferente a los anteriores
5.- Cmo se siente frente a una actitud o reaccin equivocada cometida por usted mismo?
a) Triste b) Se recrimina c) Indiferente d) Procura redimirse 6.- Ya pens si realmente quiere combatir y superar sus defectos? En caso afirmativo, describa los motivos. _______________________________________________________________________________ _______________________________________________________________________________ 7.- Entiende que las cadas son oportunidades valiosas para el progreso interior? Puede recordar algunas experiencias propias que le confirmen ese entendimiento? Descrbalas, pues eso le ser til. _______________________________________________________________________________ _______________________________________________________________________________ 8.- Cmo evala el esfuerzo propio que ha desarrollado para vencer sus malas tendencias?
a) Nulo b) Dbil c) Razonable d) Persistente 9.- Comprende que la pasin propiamente dicha es perniciosa en el exceso y en las consecuencias perjudiciales que provoca, y no en sus causas y en su principio humano? Reflexiones un poco ms sobre eso, usted es un espritu condicionado a un cuerpo humano. _______________________________________________________________________________ _______________________________________________________________________________ 10.- De sus respuestas a las preguntas anteriormente formuladas, qu conclusin puede extraer con relacin a usted mismo, a sus propsitos de transformarse moralmente, a su esfuerzo para conseguirlo y a sus conquistas en ese campo? _______________________________________________________________________________ _______________________________________________________________________________
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El Esprita Vallenato - Edicin 50 - Junio del 2.010 __ Pg. 4/6
Orgullo y Vanidad.
Procuremos ahora ilustrar entre los defectos que ms comnmente se manifiestan en nosotros,
el orgullo y la vanidad. Tranquilamente busquemos conocerlos, tan profundamente como sea
posible, sin enmascarar sus impulsos dentro de nosotros. Entendamos que la tolerancia de nosotros
para con nosotros mismos. De esta manera nuestro trabajo de introspeccin es suave y no podemos
maldecirnos o martirizarnos por los defectos que an tenemos. Vamos, entonces, a traer el nivel del
consciente aquellas manifestaciones impulsivas que nos dominan de cierto modo y que
paulatinamente deseamos controlar.
Veamos cmo identificar en nosotros el orgullo y la vanidad.
Orgullo.
"El orgullo hace creer al hombre que es ms grande de lo que es, y le impide ver lo realmente grande que es" J.
PRINCIPALES CARACTERSTICAS DEL TIPO PREDOMINANTE
ORGULLOSO:
1.- Amor propio muy acentuado: Queda contrariado por pequeos motivos.
2.- Reacciona explosivamente a cualquier observacin o crtica de otra persona con relacin a su
comportamiento.
3.- Necesita ser el centro de atencin y hace prevalecer siempre sus propias ideas.
4.- No acepta la posibilidad de errar, manifestndose cerrado al dilogo constructivo.
5.- Menosprecia las ideas del prjimo.
6.- Al ser elogiado por cualquier motivo, se llena de una satisfaccin jactanciosa, reafirmando
su importancia personal.
7.- Se preocupa mucho con su apariencia externa, sus gestos son estudiados, da demasiada
importancia a su posicin social y a su prestigio social y al prestigio personal.
8.- Considera que todos los que lo rodean (familiares y amigos) deben girar en torno suyo.
9.- No admite humillarse frente a nadie y considera que esa actitud es un trazo de debilidad y
falta de personalidad.
10.- Usa la irona y es perverso para con el prjimo en las ocasiones de disputa.
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"Aquel que no ve ms felicidad que en la satisfaccin del orgullo y de los apetitos groseros, es desgraciado cuando no puede satisfacerlos, al paso que el otro que nada superfluo desea es feliz en lo que ven algunos calamidades".
(Allan Kardec.- El Libro de los Espritus.- Libro
Cuarto. Captulo I. Penas y goces Terrenos. Parte de los comentarios a la respuesta de la Preguntas 933)
9. "El orgullo os conduce a creeros ms de lo que sois, a no poder sufrir una comparacin que pueda rebajaros, a veros, por el contrario, de tal modo por encima de vuestros hermanos, sea como genio, sea como posicin social, sea tambin como ventajas personales, que el menor paralelo os irrita y os resiente; y qu sucede entonces? Que os entregis a la clera".
(Allan Kardec.- El Evangelio segn el Espiritismo. Captulo IX. Bienaventurados los mansos y los pacificadores. La Clera.)
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El Esprita Vallenato - Edicin 50 - Junio del 2.010 Pg. 5/6 Comprendemos que el orgullo vive en una atmsfera de ilusin de destaque social o
intelectual, creando de esta manera, barreras muy densas que le impiden penetrar en la realidad de
su propio yo. En la mayora de los casos el orgullo es un mecanismo de defensa para encubrir algn
aspecto desagradable de orden familiar, para ocultar las limitaciones de su formacin escolar, o
mismo su posicionamiento frente a la sociedad, debido a la imagen que escogi de s mismo, del
papel que desea desempear en la vida.
Es preferible mirarnos de frente, con coraje y luchar por nuestra mejora, no en aquello que
la sociedad estableci dentro de los lmites transitorios de los bienes materiales, sino en las
adquisiciones interiores: los tesoros eternos que "la polilla no come ni el xido corroe".
Orgulloso es aquel que imagina tener mritos y por ello debe ser estimado: Descartes.
Scrates dijo: "El orgullo engendra al tirano. El orgullo, cuando intilmente ha llegado a
acumular imprudencias y excesos, remontndose sobre el ms alto pinculo, se precipita en un
abismo de males, del que no hay posibilidad de salir".
El Egosmo nos mete en los problemas, el orgullo nos mantiene en ellos: Esopo.
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Vanidad
La vanidad es consecuencia del orgullo y de l anda prxima.
FACETAS MS COMUNES DE LA VANIDAD:
1.- Presentacin personal exuberante (en el vestir, en los adornos usados, en la
gesticulacin fingida, en el hablar demasiado).
2.- Demostracin de cualidades intelectuales, sin ahorrarse referencia a su propia
persona o algo que realiza.
3.- Esfuerzo en recalcar los dotes fsicos, culturales o sociales, provocando
notoria antipata en los dems.
4.- Intolerancia con aquellos cuya condicin intelectual o social es ms humilde,
haciendo referencias humillantes hacia ellos.
5.- Aspiracin a cargos o posiciones de destaque que acenten las referencias
respetuosas o elogiosas para su personalidad.
6.- No reconoce su propia culpabilidad en las situaciones de descontento frente a
los infortunios por los que pasa.
7.- Obstruccin mental en la capacidad de autoanalizarse, no aceptando sus
posibles faltas o errores, culpando vagamente a la suerte, a la infelicidad inmerecida o
al azar.
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.."As es como el hombre, en un gran nmero de casos, es hacedor de sus
propios infortunios, pero en vez de
reconocerlo, encuentra ms sencillo y
menos humillante para su vanidad, acusar a
la suerte, a la Providencia, al mal xito, a su
mala estrella, siendo as que su mala
estrella es su incuria o su ambicin". Allan Kardec.- El Evangelio segn el
Espiritismo. Captulo V: Bienaventurados los que lloran. Causas actuales de las aflicciones
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El Esprita Vallenato - Edicin 50 - Junio del 2.010 Pg. 6/6
La vanidad est, casi siempre, furtivamente presente dentro de nosotros. De ella los
espritus inferiores se sirven para abrir caminos a las perturbaciones entre los propios amigos y
familiares. La manifestacin de la vanidad en nuestro ntimo es muy sutil y no es pequeo el
esfuerzo que debamos desarrollar en la vigilancia, para que no seamos vctimas de aquellas
influencias que encuentran apoyo en ese defecto nuestro. De alguna forma y en diversa intensidad,
contamos todos con una parcela de vanidad que puede estar manifestndose en nuestras
motivaciones para realizar algo, lo cual es, hasta cierto punto, vlido. Entre tanto, el peligro reside
en los excesos y en el desconocimiento de las fronteras entre los impulsos del idealismo por amor a
una causa noble y los mpetus de destaque personal, caractersticos de la vanidad.
La vanidad en cualquiera de sus manifestaciones, sea por la postura fsica, gestos
estudiados, retrica al hablar, actitudes intempestivas, reacciones arrogantes, refleja, casi
siempre, una deformacin de la posicin del individuo frente a los valores personales que la
sociedad estableci. Es decir, la apariencia, los gastos, la verborrea cuanto ms artificial y
exuberante, ms llama la atencin y eso agrada al intrprete, satisface su necesidad personal de
ser observado, comentado, elogiado. En el fondo, el protagonista refleja en esa apariencia, una
inseguridad y una acentuada falta de afecto que existe en su interior, oriunda de muchos factores
que se desencadenaron en la infancia y en la adolescencia. Fijaciones de imgenes que, cuando
nio, identific en algunas personas aparentemente felices, exitosas, comentadas, admiradas, cuyos
gestos y maneras de expresin fueron tomados como un modelo a seguir.
El vanidoso, muchas veces, no percibe que lo es y vive desempeando un personaje que
escogi. En su ntimo, es siempre bastante diferente de aquel que aparenta y de laguna forma esa
dualidad le causa conflictos, puesto que sufre con esa situacin y siente la necesidad de encontrase
consigo mismo, aunque muchas veces no sepa cmo hacerlo.
Lo ms perjudicial en todo eso es que las fijaciones mentales en los personajes escogidos
pueden establecer y conducir a enormes bloqueos del sentimiento, llevando las criaturas a asumir un
carcter endurecido, insensible, de actitudes fras y groseras. El individuo interesado en la
Transformacin ntima tendr all un extraordinario campo de reflexin, de anlisis tranquilo para
profundizar hasta encontrar las races que generaron aquellas deformaciones, al mismo tiempo que
necesita identificar sus caractersticas autnticas, su verdadero modo de ser, para entonces
despojarse del ropaje ficticio que utilizaba y colocarse el ropaje propio de una manera madura,
asumiendo en su fuero ntimo la disposicin de mejorar siempre.
Sntesis del Manual Prctico del Esprita de Ney Prieto Peres, Editorial Rivail Santa fe de Bogot, 1955.
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Reserva un breve tiempo entre tus deberes para apreciar la belleza.
*
Despierta temprano, a fin de acompaar el nacer del da, embriagndote con la pujanza de la luz.
Camina por un bosque silenciosamente, aspirando el aire de la naturaleza.
Anda en una playa desierta y reflexiona sobre la grandeza del mar.
Contempla una noche estrellada y hazte silenciosas interrogaciones.
*
Una persona que parece muy bien informada, muchas veces tiene solamente un conocimiento superficial, aparentando ms de lo que sabe.
*
Contempla una rosa en pleno florecimiento. Detente al lado de un nio inocente. Conversa con un anciano tranquilo
brete hacia la belleza que hay en todo y adrnate con ella.
Vida Feliz. Joanna de Angelis. Mensaje 117.
CAMPAA DE DIVULGACIN DEL ESPIRITISMO
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El Esprita Vallenato - Edicin 50 - Junio del 2.010 Pg. 6/6
R E C O M E N D A C I O N E S:
1.-IMAGINACIN Y CONDICIONAMIENTO DEL ORGANISMO:
Siendo los defectos propios del ser inteligente, las recomendaciones para combatirlos deben
ser ms inteligentes y transcendentales. Todo vicio y todo defecto tienen una incidencia econmica
y por lo tanto una exigencia en el trabajo o en la violacin de la ley para conseguir los recurso
necesarios para satisfacerlos. Pensemos e imaginmonos amados por lo que somos y no por lo que
tenemos. Hagamos el ejercicio mental e interrogumonos si todo el aprecio que recibimos fuera el
mismo de no tener como dar algo material a cambio.
2.- TENDENCIA REENCARNATORIA:
Muchos de los defectos tienen origen en nuestro paso por el reino animal, donde el instinto de
conservacin de las especies los dot de ciertas habilidades para atraer al sexo opuesto y as originar
las uniones y las reproducciones, o para defender a la manada. Al llegar al reino hominal ya dotados
de inteligencias, el ser humano usa estas estrategias para dominar, creando as las diferencias, las
injusticias, los desequilibrios, la desarmona. Usemos la inteligencia y el conocimiento de la
evolucin del espritu a travs de las mltiples encarnaciones para aplicar la ley de amor, justicia y
caridad, en saber que todo dao que hagamos es a nosotros mismo a quienes lo hacemos.
3.- PERSUASIN DE LAS COMPAAS VISIBLES O INVISIBLES:
De acuerdo a como escojamos las compaas visibles sern las invisibles, los seres espirituales
se unen a nosotros por afinidad, de acuerdo a nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestras
acciones. Amando a todos los semejantes, compartiendo con los afines y mejores que nosotros
moralmente, podemos ayudar con el ejemplo, con consejos y con nuestras oraciones a los que
amamos pero que an se encuentran rezagados en el campo espiritual.
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Hagmonos el examen de conciencia
sobre lo que nos ha producido las
amistades por conveniencia; las polticas,
las econmicas, las sociales, raciales, etc.,
y comparmoslas con aquellas de las que
nos hemos alejado o hemos abandonado
por las mismas razones. Si hay un
remordimiento, quiere decir que estamos
dando pasos hacia lo transcendental, hacia
la espiritualidad; si an creemos que es
preferible los beneficios y placeres
ilusorios y momentneos, debemos
esperar a que la vida, el dolor y los
sufrimientos hagan la ciruga en nuestro
ser consciente.
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LEER PARA CIMENTAR SUS PROPSITOS:
Allan Kardec.- El Libro de los Espritus.- Captulo XII.- Perfeccin moral. Preguntas 907 a 912.- De las pasiones.
907. Puesto que el principio de las pasiones est en la naturaleza, es malo en s
mismo?
No, la pasin consiste en el exceso unido a la voluntad; porque el principio ha sido
dado al hombre para el bien, y ellas pueden conducirle a grandes cosas. El abuso que se
hace de las pasiones es lo que causa el mal.
908. Cmo puede fijarse el lmite donde cesan las pasiones de ser buenas o
malas?
Las pasiones son como un caballo que es til, cuando est gobernado; pero
peligroso cuando es l el que gobierna. Reconoced, pues, que una pasin se hace perniciosa
desde el momento en que cesis de poderla gobernar y origina un perjuicio cualquiera, ya a
vosotros, ya a otro.
Las pasiones son palancas que duplican las fuerzas del hombre, y le ayudan a cumplir las miras de la Providencia, pero si en vez de dirigirlas, el hombre se deja dirigir por ellas, cae en el exceso, y la fuerza que en su mano poda hacer el bien, se vuelve contra l y lo aplasta.
Todas las pasiones tienen su principio en un sentimiento o necesidad natural. El principio de las pasiones no es, pues, un mal, puesto que se apoya en una de las condiciones providenciales de nuestra existencia. La propiamente dicha, es la exageracin de una necesidad o de un sentimiento; reside en el exceso, no en la causa, y semejante exceso se convierte en mal cuando da como consecuencia un mal cualquiera. Toda pasin que aproxima al hombre a la naturaleza animal le aleja de la espiritual.
Todo sentimiento que eleva al hombre por encima de la naturaleza animal, revela el predominio del espritu sobre la materia y la proximidad de la perfeccin.
909. El hombre podra con sus esfuerzos vencer siempre sus malas pasiones?
S, y a veces con pequeos esfuerzos. Lo que le falta es voluntad. Ah, cun pocos
sois los que hacis esfuerzos!
910. Puede hallar el hombre en los espritus una asistencia eficaz para vencer
las pasiones?
Si lo pide sinceramente a Dios y a su buen genio, los espritus buenos vendrn sin
duda a ayudarle, porque esta es su misin. (459)
911. No hay pasiones tan vivas e irresistibles, que la voluntad es impotente para
vencerlas?
Muchas personas hay que dicen: Lo quiero; pero la voluntad no les pasa de los
labios, lo quieren, y estn muy contentos de que no suceda. Cuando se cree no poder vencer
sus pasiones, es porque el espritu, a causa de su inferioridad, se complace en ellas. El que
procura reprimirlas comprende su naturaleza espiritual y el vencerlas es para l un triunfo
del espritu sobre la materia.
912. Cul es el medio ms eficaz para combatir el predominio de la naturaleza
corporal?
Hacer abnegacin de s mismo.
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Allan Kardec.- El Evangelio segn el Espiritismo. Captulo IX: Bienaventurados los Mansos y los Pacificadores. La Clera.
9. El orgullo os conduce a creeros ms de lo que sois, a no poder sufrir una
comparacin que pueda rebajaros, a veros, por el contrario, de tal modo por encima de
vuestros hermanos, sea como genio, sea como posicin social, sea tambin como ventajas
personales, que el menor paralelo os irrita y os resiente; y qu sucede entonces? Que os
entregis a la clera.
Buscad el origen de esos accesos de demencia pasajera que os asimilan al bruto,
hacindoos perder la sangre fra y la razn; buscad y encontraris casi siempre por base el
orgullo resentido. Acaso no es el orgullo resentido por una contradiccin el que os hace
desechar las observaciones justas, el que os hace rechazar con clera los ms sabios
consejos? Aun la impaciencia que causan las contrariedades, a menudo pueriles, son
ocasionadas por la importancia que se da a la personalidad ante la cual se cree que todo
debe doblarse.
En su frenes, el hombre encolerizado la pega con todo, con la naturaleza bruta, con
los objetos inanimados, que rompe porque no le obedecen. Ah! si en esos momentos
pudiera mirarse con sangre fra, se horrorizara de s mismo, se contemplara muy ridculo!
Con esto puede juzgar de la impresin que debe producir a los dems.
Aun cuando no fuese ms que por respeto a s mismo, debera esforzarse en vencer
una inclinacin que le hace objeto de piedad.
Si pensase que la clera no remedia nada, que altera su salud y aun compromete su
vida, vera que es la primera vctima de ella; pero otra consideracin debera sobre todo
detenerle, y es la de pensar que hace desgraciados a todos los que le rodean; si tiene
corazn, no es un remordimiento para l hacer sufrir a los seres que ms ama? Y qu
sentimiento tan mortal, si en un acceso de arrebato cometiese un acto que tuviera que
reprocharse toda la vida!
En conclusin, la clera no excluye ciertas cualidades del corazn; pero impide
hacer mucho bien y puede contribuir a que se haga mucho mal; esto debe bastar para
excitar a que se hagan esfuerzos para dominarla. El espiritista, adems, es inducido por otro
motivo, cual es el de que es contraria a la caridad y la humildad cristianas. (Un Espritu
protector. Bordeaux, 1863).
10. Segn la idea muy falsa de que uno no puede reformar su propia naturaleza, el
hombre se cree dispensado de hacer esfuerzos para corregirse de los defectos en los que se
complace voluntariamente, o que exigiran demasiada perseverancia; as es, por ejemplo,
que el hombre inclinado a la clera se excusa casi siempre con su temperamento, achaca la
falta a su organismo, acusando de este modo a Dios, de sus propios defectos. Esto es
tambin una consecuencia del orgullo que se encuentra mezclado en todas sus
imperfecciones.
Sin duda hay temperamentos que se prestan ms que otros a los actos violentos,
como hay msculos ms flexibles que se prestan mejor a movimientos de fuerza, pero que
no creis que sta sea la causa primera de la clera y estad persuadidos de que un espritu
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pacfico, aun cuando estuviese en un cuerpo bilioso, siempre ser pacfico, y que un espritu
violento, en un cuerpo linftico, no ser ms dcil; slo que la violencia tomar otro
carcter, no teniendo un organismo propio para secundar su violencia, la clera se
concentrar, y en otro caso ser expansiva.
El cuerpo no da la clera al que no la tiene, as como tampoco los otros vicios; todos
los vicios y todas las virtudes son inherentes al espritu; sin esto, en dnde estara el mrito
y la responsabilidad? El hombre contrahecho no puede enderezarse porque el espritu no
toma parte en esto, pero puede modificar lo que es del espritu cuando tiene para ello una
firme voluntad. No os prueba la experiencia, espiritista, hasta dnde puede llegar el poder
de la voluntad, por las transformaciones verdaderamente milagrosas que veis operarse?
Decid, pues, que "el hombre slo es vicioso porque quiere serlo"; pero que el que quiere
corregirse, siempre puede hacerlo. De otro modo la ley del progreso no existira para el
hombre. (Hanhemann. Pars, 1863).
Allan Kardec.- El Evangelio segn el Espiritismo. Captulo V: Bienaventurados los que lloran. Causas actuales de las aflicciones
4. Las vicisitudes de la vida son de dos clases, o si se quiere, tienen dos orgenes
muy diferentes que conviene distinguir: las unas tienen la causa en la vida presente, y las
otras fuera de esta vida.
Remontndonos al origen de los males terrestres, se reconocer que muchos son
consecuencia natural del carcter y de la conducta de aquellos que los sufren. Cuntos
hombres caen por su propia falta! - Cuntos son vctimas de su imprevisin, de su orgullo y
de su ambicin! - Cuntas personas arruinadas por falta de orden, de perseverancia, por no
tener conducta o por no haber sabido limitar sus deseos! -Cuntas uniones desgraciadas,
porque slo son clculo del inters o de la vanidad, y en las que para nada entra el corazn!
- Cuntas disensiones y querellas funestas se hubieran podido evitar con ms moderacin y
menos susceptibilidad! - Cuntas enfermedades y dolencias son consecuencia de la
intemperancia y de los excesos de todas clases! - Cuntos padres son desgraciados por sus
hijos porque no combatieron las malas tendencias de stos en su principio! Por debilidad o
indiferencia han dejado desarrollar en ellos los grmenes del orgullo, del egosmo y de la
torpe vanidad que secan el corazn, y ms tarde, recogiendo lo que sembraron, se admiran
y se afligen de su falta de deferencia y de su ingratitud. Pregunten framente a conciencia
todos aquellos que tienen herido el corazn por las vicisitudes y desengaos de la vida;
remntense paso a paso al origen de los males que les afligen, y vern si casi siempre
podrn decirse: "Si yo hubiese o no hubiese hecho tal cosa, no me encontrara en tal
posicin". A quin debe, pues, culparse de todas estas aflicciones, sino a s mismo? As es
como el hombre, en un gran nmero de casos, es hacedor de sus propios infortunios, pero
en vez de reconocerlo, encuentra ms sencillo y menos humillante para su vanidad, acusar a
la suerte, a la Providencia, al mal xito, a su mala estrella, siendo as que su mala estrella es
su incuria o su ambicin.
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Los males de esta clase seguramente forman un contingente muy notable en las
vicisitudes de la vida; pero el hombre los evitar cuando trabaje para su mejoramiento
moral tanto como para su mejoramiento intelectual.
5. La ley humana alcanza a ciertas faltas y las castiga; el condenado puede, pues,
decir que sufre la consecuencia de lo que ha hecho; pero la ley no alcanza ni puede alcanzar
a todas las faltas; castiga ms especialmente aquellas que causan perjuicio a la sociedad y
no aquellas que daan a los que las cometen. Sin embargo, Dios quiere el progreso de todas
las criaturas; por esto no deja impune ningn desvo del camino recto; no hay una sola falta,
por ligera que sea, una sola infraccin a su ley, que no tenga consecuencias forzosas e
inevitables, ms o menos desagradables; de donde se sigue que, tanto en las cosas pequeas
como en las grandes, el hombre es siempre castigado por donde ha pecado. Los
sufrimientos, que son su consecuencia, le advierten de que ha obrado mal, le sirven de
experiencia, le hacen sentir la diferencia del bien y del mal y la necesidad de mejorarse para
evitar en lo sucesivo lo que ha sido para l origen de pesares; sin esto no hubiera tenido
ningn motivo de corregirse; confiando en la impunidad, retardara su adelanto, y por
consiguiente su felicidad futura.
Pero la experiencia viene algunas veces un poco tarde, cuando la vida est gastada y
turbada, cuando las fuerzas estn debilitadas y cuando el mal no tiene remedio. Exclama el
hombre: Si al principio de la vida hubiese sabido lo que s ahora, cuntos pasos falsos
hubiera evitado! "Si tuviera que empezar ahora", me conducira de muy distinto modo,
pero ya no es tiempo! As como el operario perezoso dice: He perdido mi jornal, l tambin
dice: He perdido mi vida; pero as como para el jornalero el sol sale al da siguiente y
empieza un nuevo da que le permite reparar el tiempo perdido, tambin para l, despus de
la noche de la tumba, resplandecer el sol de una nueva vida en la que podr valerle la
experiencia del pasado y sus buenas resoluciones para el porvenir.