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El desarrollo de la orientación

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Page 1: El desarrollo de la orientación espacial en el niño

El desarrollo de la

orientación espacial en

el niño

Page 2: El desarrollo de la orientación espacial en el niño

“Un ganador es alguien que reconoce los talentos que le hadado Dios, trabaja duro para convertirlos en

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habilidades, y utiliza estas habilidades para lograr sus objetivos”

El deporte tiene el poder de transformar el mundo. Tiene el poder de inspirar, de unir a la gente como pocas otras cosas...Tiene más capacidad que los gobiernos de derribar las barreras sociales.

Nelson Mandela

Page 4: El desarrollo de la orientación espacial en el niño

El desarrollo de la orientación espacial en el niño

1. Introducción

La orientación espacial es una habilidad básica en el desarrollo de los

aprendizajes de los niños. Las personas nos regimos por 2 categorías

básicas, el tiempo y el espacio. Sin referentes en alguna de éstas categorías

no somos capaces de procesar ningún tipo de información, o por lo menos

nos resulta seriamente difícil.

El desarrollo adecuado de la orientación espacial es un requisito básico para

que el niño aprenda con garantías a escribir, a leer, a numerar y a realizar

operaciones de cálculo.

La orientación espacial juega un papel sumamente importante en

el desarrollo de la lectura y la escritura. La importancia reside en el hecho de

que tanto las actividades de lectura como las de escritura se encuentran

insertas en una direccionalidad muy específica.

Por otra parte, el bajo desarrollo de la orientación espacial también puede

incidir en otros aspectos básicos del desarrollo de los niños, como son el

deporte, pudiéndose mostrar poco hábiles ante todo en deportes que exigen

saberse ubicar en superficies grandes. Al mismo tiempo, si además de las

dificultades espaciales han tenido un desarrollo psicomotor pobre, pueden

presentar dificultades en ese sentido.

2. Noción del espacio en los niños

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 Las primeras clasificaciones complejas acerca de las nociones espaciales

aparecen en la teoría de Jean Piaget (1948), el cual fundamenta y expone

que la adquisición del espacio se da en tres etapas:

2.1. Espacio topológico:

    Transcurre desde el nacimiento hasta los tres años y en principio se limita

al campo visual y las posibilidades motrices del niño. Al conquistar la

habilidad motriz básica de la marcha el espacio se amplía, se desenvuelve

en él y capta distancias y direcciones en relación con su propio cuerpo, a

partir de sensaciones cinéticas, visuales y táctiles, distinguiéndose las

siguientes posibilidades para el espacio topológico:

Vecindad: relación de cercanía entre los objetos.

Separación: relación entre un grupo de objetos que se hallan

dispersos.

Orden: relación que guardan un grupo de objetos respecto a un

sistema de referencia.

Envolvimiento: relación en que un sujeto u objeto rodea a otro.

Continuidad: relación en la que aparecen una sucesión constante de

elementos.

2.2. Espacio euclidiano:

    Entre los tres y siete años se va consolidando el esquema corporal

favoreciendo las relaciones espaciales y adquiriendo las nociones de:

Tamaño: grande, pequeño, mediano.

Dirección: a, hasta, desde, aquí.

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Situación: dentro, fuera, encima, debajo.

Orientación: derecha, izquierda, arriba, abajo, delante, detrás.

2.3. Espacio proyectivo o racional:

    Transcurridos los siete primeros años de vida el espacio se concibe como

un esquema general del pensamiento, fundamentándose en la

representación mental de la derecha e izquierda. Se da en aquellos casos en

los que existe una necesidad de situar a los objetos en relación a otros, por

lo tanto se adquiere el concepto de perspectiva, en el que permaneciendo

los objetos o sujetos inamovibles, respecto a un sistema de referencia,

cambiará la relación entre los objetos.

3. Las relaciones de orientación espacial

3.1. Relaciones de Orientación:  

Derecha-izquierda, Arriba-abajo, Delante-detrás.

Al niño nada más nacer, se le observan movimientos inconscientes y reflejos.

Esto no implica que éste se oriente y tenga conciencia de su propio cuerpo

en el espacio.

Cuando el niño tiene conciencia de su propio cuerpo e imagen, según Linares

(1989), coordina movimientos organizando su propio espacio, teniendo en

cuenta posibles adaptaciones espaciales (obstáculos que obligan al niño

reorganizarse constantemente). Por ello, no se puede comprender la

adquisición de un espacio coordinado sin referirnos a la evolución de la

percepción del propio cuerpo.

Page 7: El desarrollo de la orientación espacial en el niño

    Según las posibilidades y necesidades espaciales, el niño se organizará su

propio espacio personal y social.

    Espacio personal: El que ocupa nuestro propio cuerpo; y los espacios

internos de éste.

    Espacio social: Es el espacio que compartimos con otros. También

denominado, por algunos autores (Stokoe y Harf, 1984), como espacio

relacional por ser el habitáculo de las intercomunicaciones.

    Según Bara (1975), el niño entiende el espacio en referencia a su propio

cuerpo, de tal forma que cuando ubica su cuerpo en una superficie donde

hay más personas u objetos, el niño desde su perspectiva de punto central,

va organizando el espacio personal y el social y lo va haciendo en la medida

que va conociendo sus posibilidades corporales.

    Las diferentes experiencias personales supondrán la mejora y

afianzamiento de las nociones espaciales, palabras que designan el espacio,

refuerzan todos los pasos (Alomar, 1994). Ejemplos de estas situaciones

pueden ser: saltar atrás o delante de una silla. Esto traerá consigo que el

niño vaya cada vez teniendo más preciso el concepto del espacio que le

rodea, por las diferentes experiencias, estas apreciaciones se hacen más

finas; las distancias, los intervalos, las direcciones, el concepto derecha-

izquierda, las relaciones en el espacio, se hacen cada vez más seguras en las

situaciones de los niños en sus movimientos, Gutiérrez (1989).

    En este sentido, Piaget (1981) hace referencia a dichas Relaciones

encuadrándolas como un "espacio topológico", formando parte del periodo

sensorio motriz del niño, en el que la coordinación de movimientos es

esencial para la construcción del espacio. Las Palabras de Piaget, en

apreciaciones de Linares (1989) revelan que la elaboración del espacio se

debe esencialmente a la coordinación de los movimientos, relación entre

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desarrollo e inteligencia sensorio motriz. A este periodo sensorio motriz se le

denomina "espacio topológico", más tarde servirá de apoyo de la

organización de sus relaciones espaciales con las personas y los objetos.

    La lateralidad (dominio de un lado sobre otro) en el niño, viene dada por

factores endógenos (interior); ya que la elección de un lado u otro

normalmente es debido a que uno de sus hemisferios cerebrales madura

antes que otro, limitando el lado que no ha madurado. Por otra parte, existen

también otro factor, el ambiental (exógeno), que puede influir en el

predominio de uno de sus lados sobre el otro (véase niños que por ser

privados de su libertad en uno de sus miembros en la etapa lactante, no

desarrolla correctamente el miembro cohibido). La lateralidad se atribuye a

factores exógenos, bien a factores endógenos. V.V.A.A. (1992)

    Dichos factores decidirán su gusto por la práctica de uno de sus laterales;

extremidades (inferiores y superiores), e incluso sus ojos. Tal decantación

por su parte preferida, estará completamente definida a la edad

comprendida de los 8 a los 9 años. Spionek (op. cit. en Cratty,1990) en su

estudio sobre la orientación izquierda-derecha desde el punto de vista del

desarrollo, es en la etapa cuarta cuando el niño llega a saber cuáles son sus

partes con precisión a la edad de los 8 a 9 años.

    Sánchez (1986) sostiene que si no mostrase su lateralidad en la fase

inicial del desarrollo, es posible que se acarreen serios problemas y

dificultades en lo que se refiere al aprendizaje en el transcurso de su vida

tanto académica como social. La problemática de las preferencias laterales

en la fase inicial del niño puede dar lugar al desarrollo de una serie de

dificultades de rendimiento académico.

    Para afianzar su derecha-izquierda, Gutiérrez (1989), tiene decisiva

importancia el juego (habilidades y destrezas motoras). Para afirmar la

lateralidad, el juego es sumamente importante, tanto en juegos específicos

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de lateralidad, como golpeos y manipulaciones de pelotas o de diferentes

objetos, como en los juegos de coordinación dinámica general y óculo-

manual.

4. Las relaciones de localización espacial

4.1 Relaciones de localización: Allí, Aquí, Allá, Acá, Ahí, Entre, Centro (en el),

Cerca-lejos, Próximo-lejano.

    Alomar (1994) concluyó que una mala orientación en el espacio supondrá

la difícil localización del propio cuerpo, y por tanto, se apreciará una irregular

organización. La orientación espacial es la aptitud para mantener constante

la localización del propio cuerpo tanto en función de la posición de los

objetos en el espacio como para posicionar esos objetos en función de la

propia posición. Esto podemos comprobarlo al realizar una rondada.

    Según Defontaine (1978), el espacio en el niño se puede considerar una

evolución paralela con la imagen del cuerpo. Para conocer en mayor medida

el espacio exterior, el niño debe reconocer en primer lugar su propio espacio

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(el que ocupa). Así pues, distinguiremos entre espacio próximo y lejano. En

el primer concepto se advierte de la zona por la que el niño se mueve, y en

el segundo ese espacio se limitará al medio y lugar hasta donde alcanza su

vista.

    Alomar (1994), para reforzar los parámetros de espacialidad, el niño debe

reconocer su propio espacio, que es el que envuelve su cuerpo en cualquier

acción que realice, el espacio próximo, propio del área o zona por la que el

niño se mueve y el espacio lejano que es el entorno o paisaje en que se

encuentra y alcanza su vista.

    En la misma dinámica sobre el espacio exterior o espacio externo,

Lapierre (1974) diferencia entre la distancia y dirección respecto al yo,

puesto que, el espacio externo se percibe como una distancia del yo (el

gesto ha de ser más o menos largo) y la dirección (el gesto ha de ser hacia la

derecha, izquierda, arriba, abajo, etc.).

    Mencionada dirección es aprobada según Linares (1989) en el niño entre

los 3 y 7 años, edad en la que éste es consciente ya de las nociones de

orientación; derecha-izquierda, arriba-abajo, delante-detrás. Entre los 3 y 7

años, el niño accede a las nociones de orientación (derecha-izquierda, arriba-

abajo, delante-detrás).

    A modo de conclusión se sugieren a tal percepción de la dirección en

relación al espacio externo, conceptos tales como los siguientes, en cuanto

al tema de la localización espacial:

Allí: en aquel lugar, a aquel lugar. Establece el lugar en lejanía de

forma precisa.

Aquí: en este lugar, a este lugar. Se refiere al lugar exacto.

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Allá: indica lugar menos determinado que el que denota allí. Advierte,

en lejanía, estar junto a.

Acá: lugar cercano, aunque no denota precisión como el del adverbio

aquí. Determina la proximidad o cercanía a un objeto o persona de

forma imprecisa.

Ahí: en ese lugar, a ese lugar. Fija lugar exacto.

Entre: denota la situación o estado en medio de dos o más cosas.

Centro (en el): lugar de donde parten o a donde convergen acciones

particulares.

Cerca: próxima o inmediatamente a un lugar o a un móvil.

Lejos: a gran distancia, en lugar distante o remoto en referencia a algo

o alguien.

Próximo: cercano, que dista poco en el espacio o en el tiempo respecto

a un móvil o lugar establecido.

Lejano: que está lejos en el espacio o en el tiempo en alusión a otro

móvil o lugar.

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5. Influencia de la orientación espacial en el aprendizaje

Muchos son los autores que relacionan los problemas de aprendizaje de un

niño con su orientación espacial, sobretodo en el desarrollo de habilidades

lecto-escritoras. Los niños que tienen una buena orientación espacial, tienen

una mejor disponibilidad para el aprendizaje. Esto puede resultar cierto en

algunos casos, pero no en todos. No puede establecerse una relación efecto

– causa entre el desarrollo de la orientación espacial y los trastornos de

aprendizaje. Sin embargo, debe evaluarse la como un riesgo en el

aprendizaje. Entre los tres y los siete años, tanto en Educación Infantil como

en Educación Primaria, se aborda este tema de gran interés, a través de

juegos, actividades o movimientos para que utilice y afiance sus habilidades.

Pero es a partir de Educación Primaria cuando el alumno/a con un lateralidad

mal establecida puede presentar dificultades en el aprendizaje.

6. Actividades para desarrollar la orientación espacial en

los niños

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En una fase inicial conviene asegurar que el esquema corporal se encuentra

bien asentado, para lo cual podemos utilizar las siguientes actividades:

Con los ojos cerrados, tocarse distintas partes del cuerpo siguiendo las

instrucciones del educador, trabajado también los lados del cuerpo.

Inicialmente, será muy preciso ir ayudando al niño a que conozca el

nombre de las partes de su cuerpo.

Por ejemplo: Tócate la nariz con la mano izquierda o toca tu oreja

izquierda con tu mano derecha, etc.

El niño(a) debe imitar los movimientos de la maestra como si fuera un

espejo. Distinción de derecha e izquierda en distintas posiciones,

siempre sobre si misma o sobre la maestra.

Una vez estos aspectos los tenemos consolidados o en fase de consolidación

podemos iniciar tareas más complejas como:

o Uso del tangram

o Saltar mundo

o Ejercicios de lateralidad cruzada, etc.

Page 14: El desarrollo de la orientación espacial en el niño

7. Glosario:

1. Adaptación.- Proceso individual de internalización de modelos, valores

y símbolos del medio social propio, a fin de participar en la conducta y

los objetivos de dicho medio.

Page 15: El desarrollo de la orientación espacial en el niño

2. Aptitud.- Capacidad para realizar satisfactoriamente una tarea o

desempeñar un cargo

3. Cinético.- Relativo al movimiento o que lo produce.

4. Continuidad.- Circunstancia de suceder o hacerse algo sin interrupción.

5. Converger.- Coincidir varias ideas o acciones en un mismo objetivo.

Concurrir al mismo fin los dictámenes u opiniones de dos o más

personas.

6. Coordinación.- Disposición ordenada de una serie de cosas de acuerdo

con un método o sistema determinado.

7. Decantación.- Separación por gravedad de dos o más sustancias

inmiscibles entre ellas.

8. Destrezas.- Capacidad para hacer una cosa bien, con facilidad y

rapidez. Habilidad, arte, primor o propiedad con que se hace una cosa.

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9. Direccionalidad.- Facultad para poder orientarse o dirigirse a una

dirección.

10. Distancias.- Espacio o tiempo que hay entre dos cosas o

acontecimiento. Medida de la longitud del segmento que une dos

puntos de una trayectoria.

11. Factores endógenos.- Son los que crean la necesidad de cambiar

alguna estructura o comportamiento, estos factores provienen del

interior de alguna organización y son producto de la interacción se sus

participantes y de la tensión provocadas por la diferencia de objetivos

e intereses.

12. Factores exógenos.- Son los que provienen del ambiente exterior

como son nuevas tecnologías, cambio en los valores de la sociedad, o

nuevas oportunidades o limitaciones del ambiente (económicos,

políticos, legal y social) estos factores externos generan la necesidad

de realizar cambios.

13. Habilidades.- Capacidad de una persona para hacer una cosa

bien y fácilmente.

14. Habitáculo.- Vivienda de una persona, especialmente tosca o

sencilla.

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15. Intervalos.- Espacio o distancia que hay entre dos momentos o

entre dos puntos. Espacio o distancia que hay de un lugar a otro o de

un tiempo a otro o entre dos fenómenos físicos, fisiológicos, etc.

16. Manipulación.- Influencia que ejerce una persona sobre otra o

intervención en un asunto para conseguir un fin determinado.

17. Motricidad.- Acción del sistema nervioso central que determina la

contracción muscular.

18. Orientación.- Información o pauta que se da sobre alguna

cuestión para que se lleve a cabo correctamente.

19. Parámetros.- Elemento cuyo conocimiento es necesario para

comprender un problema o un asunto.

20. Percepción.- Proceso por el cual una persona tiene conocimiento

del mundo exterior a partir de las impresiones que le comunican los

sentidos.

21. Perspectiva.- Distancia o alejamiento desde los que se observa y

considera un hecho o una situación con la intención de ganar

objetividad.

Page 18: El desarrollo de la orientación espacial en el niño

22. Proximidad.- Cercanía o poca distancia en el espacio o en el

tiempo. Calidad de próximo.

8. Conclusiones.

La orientación espacial es una habilidad que resulta clave para un

óptimo proceso de aprendizaje en niños y niñas.

La bajo desarrollo de la orientación espacial tiene incidencia también

en otros aspectos del desarrollo del niño como los son los deportes,

actividades lúdicas, etc.

La noción de espacio en los niños se da en tres etapas, la topológica,

euclidiana, y la proyectiva o racional.

Page 19: El desarrollo de la orientación espacial en el niño

   Según las posibilidades y necesidades espaciales, el niño se

organizará su propio espacio personal y social.

    Las diferentes experiencias personales que tenga el niño,

supondrán la mejora y afianzamiento de las nociones espaciales que

poseerá.

9. Fuentes de verificación.

Cuello Gijón A. El dominio espacial. Editorial Rev. Alminar. CORDOVA

1996

García Arroyo M.J. Metodología de intervención psicomotriz en el aula.

Editorial Amaru. SALAMANCA 1990

Http://ec.europ.eu/sport/index_en.html

http://psicopedagogias.blogspot.com/2007/12/actividades-para-

potenciar-la.html

Page 20: El desarrollo de la orientación espacial en el niño

http://www.frasesypensamientos.com.ar/frases-de-deporte.html

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