desde que tom levy murió en extrañas circunstancias hace
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Desde que Tom Levy murió en extrañas circunstancias hace doce años, AmyCampbell no ha vuelto a ser la misma. A sus treinta y siete años lleva una vidasolitariay tranquilaenChelsea(Londres),notieneamistadesyevitaa loshombresqueseinteresanporella.AúnrecuerdalasúltimaspalabrasdeTom,misteriosasysinsentido, antes demorir. Como si las visiones y pesadillas que tenía desde niño lealertarandeunamuerte inminente.Tomaún lavisitaensueños,algoquecomplicairremediablementelavidadeAmy.
Undía,recibelainesperadallamadadeunhombrequediceserelabogadodeTom.LeinformaqueeslapropietariadeunacasasolitariaenunacantiladodelabahíadeDingle (Irlanda)queTomconstruyóespecialmenteparaella.Amydecide instalarseallíyenfrentarsealosdemoniosquelaacechan,lospropiosylosajenos.Loquenopodía imaginar,esqueelpequeñoypacíficopuebloirlandésseconvierte,desdesullegada,enunaauténticapesadillacuandoseinicianunosmacabrosasesinatosquelerecuerdandemasiadoauntraumáticopasadodelqueesincapazdehuir.
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LorenaFranco
Dondehabitaelolvido
ePubr1.0Karras27-01-2019
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Títulooriginal:DondehabitaelolvidoLorenaFranco,2016Editordigital:KarrasePubbaser2.0
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Índicedecontenido
Capítulo1Capítulo2Capítulo3Capítulo4Capítulo5Capítulo6Capítulo7Capítulo8Capítulo9Sobrelaautora
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CAPÍTULO1
«Algotanpequeñocomoelaleteodeunamariposa,enúltimainstancia,puedecausaruntifónalotroladodelmundo».
LONDRES,AÑO2003
Desdequeeraniño,TomLevyteníaextrañasvisionesquecomplicabansuexistencia.Alolargodesusveinticincoaños,norecordabaunanocheenlaqueensussueñosnohubieran aparecidomariposas.Mariposas cuyo aleteo era enérgico y poderoso.Unaleteoquepodíadominarelmundoyhacerlotrizassiasílodeseaba.Peronosololasmariposas se apoderaban de su mente de manera regular. A menudo, permanecíadurante horas en estado de trance visualizando muertes, sangre, violencia,persecuciones, ira, mal… Y agua. Agua teñida de multitud de colores…especialmenteelrojo.Elcolordelasangre.Deldolor.
Alrecuperarse,sentíaescalofríoseinclusolaluzsolarlemolestaba.TomLevy, tuvouna infanciamuycomplicadadebidoasudon.Undon terrible
que sus padres desconocían y aunque los profesores les decían que su hijo no era«normal»ynoserelacionabaadecuadamenteconlosdemásniñosdesuclase.Rogery Clara Levy no lo tomaron en cuenta. En casa, no daba muestras decomportamientos extraños ante ellos por los que preocuparse y eso les bastaba.Preferíanvivirconunavendaenlosojossinreconocerlaverdad,porculpadeunoshechos del pasado que preferían olvidar. La vida no se había portado bien con elmatrimonioLevyyloquemenosquerían,eraaceptarquesuhijotuvieseproblemasdesdesumástiernainfancia.
Sinembargo,eraciertoqueTom,siempreestabasolo.Enelrecreo,ningúnotroniño seacercabaaél.Solo lapequeñaydulceAmyCampbell.Amy,compartía subocadilloconTomsinimportarleloquedijeranlosdemás.Ledabaigualqueelrestodeniñostambiénledieranlaespaldaaellaporacercarsedemasiadoal«bichoraro».Amylehacíareírcontándolechistesograciosashistoriasqueseinventabasoloparaél.Paraelniñotristeysolitarioporelqueesaniñadecabellorubioypreciososojosazules,sentíacompasión.EralaúnicapersonaquehacíaqueTom,sesintieraunniñocomolosdemás.Laúnicaqueconseguíaquesusdías,fueranunpocomásagradablesyseolvidarade las terroríficas imágenesque leacompañabana todashoras.Tantodespierto,comoensussueños.
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Conlosaños,TomyAmysehicieronmuyamigos.Amysiempreloprotegíadelas críticas o ataques que Tom recibía. Nunca lo abandonaría. Nunca. Fueron almismo instituto y aunque las carreras universitarias que eligieron los separaran,seguíanviéndosediariamenteyasí…surgióelamor.AmyeralaúnicapersonaqueconocíaelproblemadeTomdesdehacíatiempo.Losabíatodosobresu«don»,queresultaba ser también, su maldición. Cuando lo veía paralizado, esperaba. Yesperaba…pacienteysindarmuestrasdeningúntemor.Sabíaquepasaría,queTomerafuerteypodríaescabullirsedeesasimágenesquenolepermitíanserunapersonanormal y corriente. Quizá fuera eso lo que enamoró a Amy desde su más tiernainfancia. Tom era diferente, especial. Un ser único en el mundo, que a pesar delsufrimientoquepadecía,sehabíaconvertidoenalguienindispensableensuvida.
Pero todocambiaríaunamañanadelmesdeoctubredel año2003.Tom,quienhabía empezado a trabajar en un estudio de arquitectura, empezó amostrarsemásrarodelohabitual.Amy,alprincipionolediomuchaimportancia,porquesiemprehabíasidoasí.Complicado.Peroaltercerdíadenodarseñalesdevida,decidióirasuapartamentoparaverquéeraloquepasaba.Tocóaltimbrecentenaresdevecesyalnoobtenerrespuesta,utilizóunacopiadelallavequesiemprellevabaenelbolso.Al entrar enel apartamentodeTom, lovio todo sucioydesordenado.Olíamal, elapartamentollevabadíassinventilarse.EntrósigilosamenteeneldormitorioyvioaTomdormido.Ojerosoy pálido.Sudoroso.Estaba teniendootra de sus recurrentespesadillas a las que por desgracia, se había acostumbrado. Una vez más, esperópacientemente sentada juntoaTom,queprofundamentedormido,nosehabíadadocuentade lapresenciadesunovia.Mediahoramás tarde,abrió losojos…solounpoco…
—Tom…—susurróAmypreocupada,acariciandolaespaldadesnudadeTom.—Vete,Amy…noquieroquemeveasasí—respondióTom,tapándoselacara.—No,nomevoyair.Dimequéesloquetepasa.Tom salió lentamente de la cama. Únicamente llevaba puesto un pantalón de
pijamalargoazulmarino.SutorsodesnudonoeraelqueAmyrecordaba.Hacíatansolotresdías,Tompodíapresumirdeserunjovenfuerteymusculado.Ahoraseleveíafrágilydemasiadodelgado.Selemarcabanlascostillas,asícomocadahuesodesu desmejorado rostro. Sus ojos verdes mostraban signos evidentes de fiebre,brillabanenexcesoysucabellocastañoestabagrasientoysucio.
—Tom,porfavor.¿Quépasa?—insistióAmycolocándosefrenteaTom.—Nopuedo,nopuedo…—Tomdiovueltasporlahabitaciónapresuradamente.
Amyempezóapreocuparse.Nunca,apesardetodo,lohabíavistotanangustiado.—Tom—AmyseacercóaTom.Leacariciólahuesudamejillaylediounbeso
—.Dateunaducha,porfavor…—Amy…Algoraroestápasando.—¿Y cuando no, Tom? —dijo Amy dando muestras de inquietud con una
sonrisitanerviosa.
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—Tienesquealejartedemí—leavisóTomtristemente.—Nunca.—Sí,Amy.Sino,tútambiénestarásenpeligro.—Novaapasarnada.Sonpesadillas,son…—¡Eslaputarealidad!—gritóTom.—Tom,no…noconfundasesasvisionesconlarealidad.Notienennadaquever.—Mehanatrapado,Amy.Ymevanamatar.Mepersiguen,mehandescubierto.
Tienesquealejartedemí.Vete,porfavor.—No…—¡VETE!—gritóTom,enfurecido.AmysaliódelapartamentodeTomllorando.Ellanoteníaningúndon.Sumente
nojugabaconellamostrándoleescabrosasimágenes,ninadaporelestilo.Peroteníaunpresentimiento.Esa,seríalaúltimavezqueveríaaTom.Ynopodíahacernadaparaevitarlo.
«Lossueñossonsumamenteimportantes.Nadasehacesinqueantesseimagine».
(GeorgeLucas).
HORASMÁSTARDE
ElcuerposemidesnudodeTomLevy,apareciómuertoaorillasdelríoWestbourne.Fueunagentedepolicíaquienloencontróa lascuatroycuartodelamadrugadaydioelaviso.Mientrassellevaronelcuerpoallaboratorioforenseparapracticarleunaautopsia,hicieronunarápidainvestigaciónsobreeljoven,quenollevabaningúntipodeidentificaciónconél.Alcabodeunashoras,supieronquesetratabadeTomLevy.Veinticincoaños,procedentedeLondres.Localizaronasuspadres.YaAmy.RotosdedolorysinpodercreerqueelfallecidofueraTom,llegaronallaboratorio.Alverel cuerpo, Clara, la madre de Tom, se desmayó. Roger, su padre, lloródesconsoladamentesinpodercreerqueesecuerpo, tumbadoenuna fríacamillademetalenavanzadoestadodedescomposición, fuerasuhijo.Ymientras tanto,Amyesperó…comosideunmomentoaotro,Tom…suTom,volvieraadespertardeunade sus visiones. Pero no. No despertaría nunca más. Su cuerpo estaba morado,
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destrozadoyelpatólogoforenseles informóseriamentedealgoqueAmy,nopudoasimilar.
—Hemoscalculadoquefallecióhacetresdías—informó—.Yaunquesetratadeunamuerteviolenta,nopodemosdecirlesexactamentequéesloquepasó.
—¿Cómo no lo pueden saber?—preguntó Roger enfurecido por las dudas delpatólogo.
—Elcuerposeencuentraenunestadodedeterioromuyavanzado.Lamayoríadesus huesos están rotos y un fuerte golpe en la cabeza fue el que probablemente leprovocaraunamuerte inmediata.Peronopodemosarriesgarnosadecirquehasidoprovocada.CabelaposibilidaddequeTomsehayasuicidado—siguióinformandoelpatólogoforense.
—¿Conhuesosrotosyungolpeenlacabeza?¿Estábromeando?—insistióRogersujetandoaClara.
—Esposiblequeselanzaradesdealgúnpuenteosedieraalgúnfuertegolpeenlacabezaantesdefallecer.Losientomucho.
—Perdonepero…¿Hadichoquellevatresdíasmuerto?—preguntóAmy,casienunsusurro.Elpatólogoforenseasintió—.No…nopuedeser.Lovihaceunashoras.No…nohaceniveinticuatrohoras—siguiódiciendoconvoztemblorosa.
—Imposible,señorita.Comoledigo,sucuerporevelaquefallecióhacetresdías.¿Cómo llevarle la contrariayquepensaranqueestaba loca?Amynodijonada
más.Dosdíasmástarde,secelebróelfuneralsinquelascausasdelamuertedeTomfueranclaras.Amyviocomoelamordesuvida,sugranamigodesdelamástiernainfancia, desaparecía del mundo. El simple echo de no imaginarlo junto a ella laenloquecía. Empezó a encerrarse en si misma. Empezó a ser una persona triste ysolitaria. Dejó de importarle el resto del mundo, porque el «extraño» niño depreciososojosverdesyvisionesescalofriantes,yanoestabajuntoaella.
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CAPÍTULO2
LONDRES,AÑO2015(Otoño)
Como cadamañana, la señora Clark, de setenta y dos años, salía del apartamentoprimero A, para acercarse a la pastelería de la esquina a comprarle un deliciosobrioche a su amado esposo. Desde hacía treinta años, se había convertido en unatradición y ambos desayunaban a las nueve de la mañana puntualmente, con unperiódicoensusmanosyunestimulantecaféconleche.StuartThomas,detreintaytantosaños,vivíaenelapartamentodeenfrentealdelaseñoraClarkysuesposoyera un escritor frustrado. Trabajaba de nueve a dos en un supermercado comoreponedor y pasaba las noches en vela escribiendo… tal vez por eso, siempre sedejaba ver ojeroso y cansado.En el segundoA, vivía una pareja feliz de treinta ypocosaños,queestabanesperandolallegadadegemelasqueinundaríandealegría,llantos nocturnos y grititos encantadores el viejo edificio. El segundo B estabadesocupado. La adorable anciana Pamela Harrison, murió mientras dormía en eseapartamentoenelquehabíavividosesentaytresañosdesuvida.Yahabíanpasadotresmesesdesde su fallecimiento.Suscincohijoshabíanpuestoel apartamentoenventa,peroaúnnohabíahabidosuerte.EnelterceroA,vivíaLauraThompson,unamadresolteradecuarentaytantosaños,deunadolescentellamadoCharles;alquelegustaba poner lamúsica a todo volumen. Laura no parecía lamisma que aparecíasonriente en las fotografíasque tenía colocadas enuna estanteríadel salón.En susmejores tiempos, fue una popularmodelo publicitaria que ahora se ganaba la vidacomopeluqueradeunpequeñosalóndebellezaenChelsea.YenelterceroB,ajenaalasvidasdesusvecinos,vivíaunasolitariaAmyCampbelldetreintaysieteañosyunabellezaquenopasabadesapercibidaparanadie.Hacíatiempoquehabíadecididocortarsumelenarubiaporcomodidad.Aunqueinconscientemente,lohizopensandoqueelpelocortoenunamujer,llamabamenoslaatencióndeloshombres.Susojosazules no eran tan vivarachos como antaño y algunas arrugas habían invadido surostro de facciones angelicales, que años atrás lucía terso y aterciopelado. Amytrabajaba en un pequeño periódico local cercano a su apartamento, situado en elbohemiobarriodelcentrodeLondres,Chelsea.Así,evitabacogertransportepúblicoyveramásgentedelanecesaria.Selevantabaalassietedelamañanayloprimeroquehacía,eratomaruncaféyfumaruncigarroenlacocina.Despuésdeunaducharápidayvestirseconloprimeroqueencontrabaenelarmario,bajabalasescalerasdeledificio rápidamente, para evitar encontrarse con cualquier vecino. Al llegar al
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periódicolocal,saludabaconunsimpleyseco«Hola»aMel,larecepcionista.Amypensaba que en un mundo en el que Tom aún estuviera vivo, Mel seguramente,hubierasidosuamiga.
Seguidamente,Amyseencerrabaensucubículo.Esedíaestabamásdesordenadoquedecostumbre.Teníavariosartículospendientesynecesitabaterminarloscuantoantes, así que sin más preámbulos, encendió el ordenador y se puso a trabajar.Escribir eraun trabajo solitarioy eso legustaba.Solamente tenía contacto con suscompañerosenreunionesypocomás.Aunquellevabacincoañostrabajandoparaelperiódico, no había acudido nunca a una cena de empresa. Siempre rechazaba lainvitacióndecadaviernes;eldíaenelquelamayoríadesuscompañerosseibandecopasyalkaraoke.Habíaunbuenambientedetrabajo,debidoalaamabilidaddesudirector, Steve Bentley. Lo ponía todo muy fácil y todas las redactoras solteras,suspirabanporéldebidoasuevidenteatractivofísico.Sinembargoél,siemprehabíasentido curiosidad porAmy; sobre todo desde que se separó hacía dos años de sumujer.Siempretandiscreta,tímidayreservada.Lechocababastantequeunamujercomoellanotuvierarelaciónconnadie.Siempresemostrabafríaydistante,parecíanotenerningúntipodeinterésporlasrelacionessociales.¿Quéeraloquelehabíasucedido?Sentía curiosidad.Perono importaba…se tratabadeuna redactoramás.Quizá lamás eficiente del equipo. Sus artículos siempre eran extraordinarios y losmásbienrecibidosporloslectoresdelperiódico.
Esedía,mediahoraantesdequeAmyterminarasujornada,Stevelallamóparaquefueraunmomentoasudespacho.
—HolaAmy.¿Cómohaidoeldía?—lepreguntósonriente.—Heacabadolosartículos—respondióAmysecamente,comoyaerahabitual.—Perfecto. Sí, los acabo de recibir —dijo Steve, mirando la pantalla de su
ordenador—. Serán perfectos como siempre.Quiero que te encargues del próximoartículo.Esun temaalgoescabroso.Haaparecidoel cuerpodeunamujer flotandoporlasaguasdelríoWestbourne.¿Podríasinvestigarunpocosobreelcaso?
Amy palideció. Le faltaba el aire. Los recuerdos volvieron a su mente, comopuñalesdolorososqueseclavanlentamenteenelcorazón.
—Sino te importa,Steve…—logródecirAmy segundosdespués—.Preferiríaqueleencargarasestetemaaotroredactor.Graciasyhastamañana.
Era laprimeravezqueAmyrechazabaunartículo.ASteve lepreocupóy tuvoganas de preguntarle elmotivo, pero asintió sin decir nadamás.SupusoquequizáAmy,aligualquetodoelmundo,teníasuspropiosdemoniosyesetema,podríaestarrelacionadoconalgoquelehabíasucedidoenelpasado.FueporesoqueSteve,denaturaleza curiosa, buscó otros accidentes similares en el ríoWestbourne y creyóencontrarunarespuestaquedatabadelaño2003.
Amyregresóasucubículo,ordenóunpocoelcaosyminutosdespués,volvióasuapartamento reprimiendo las lágrimasquequeríanbrotardeunmomentoaotro.Un nudo en la garganta la asfixiaba, a duras penas logró subir con rapidez las
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escalerasparapoderencerrarseentrelascuatroparedesdesuapartamento,sintenerlaobligacióndehablarconnadiemásquenofueraconellamismayconTom…ensussueños.Siempreensussueños.
Encendióuncigarrilloypreparóunatila.NecesitabacalmarlosnerviosqueStevele había ocasionado con el encargo de un artículo que ella había rechazado.Imaginaba el cuerpo de Tom flotando por el río Westbourne y sentía nauseas.Recordabasusúltimaspalabrasconclaridad…loangustiadoqueestaba.Loprotectorquesemostróconella.Elpeligroqueloacechaba…Amynuncasupoquéeraloquehabíapodidopasaryesolaconsumíaenvida.¿Cómoeraposiblequellevaratresdíasmuertosiellalohabíavistohacíaunashoras?Todofueconfuso.PerolosveinticincoañosdevidadeTomtambiénfueronconfusos.Yextraños.Efectivamente,élnuncafueunapersonanormal,peroAmynuncaimaginóquetuvieraunfinaltanmacabro,trágicoeinexplicable.
Amy también lloró lamuerte de los padres deTomenun accidente de tráfico.SucedióalasafuerasdeLondresenelaño2010.Seestrellaroncontrauncamiónymurieronenelacto.HabíatenidorelaciónconellosdesdelamuertedeTom,comosiRogeryClara lanecesitaran al haberperdido a suhijo.LamuertedelmatrimonioafectóprofundamenteaAmy,casitantocomoladesumadreunañodespués.Nolequedaba nadie en el mundo, estaba completamente sola. Su padre las abandonócuandoAmyteníacincoañosynovolvieronasaberdeél.FueHillarylaquecuidóaAmyyejerciólomejorquepudo,elroldepadreymadrea lavez.Finalmente,unfulminanteataquealcorazónacabóconsuvidademasiadoprontoyaunque fueungolpe terrible para Amy, lo cierto es que apenas tenían relación. Amy se habíaencerrado tanto en simisma, que ni siquiera quería relacionarse demasiado con supropiamadre.AlmorirHillary,Amyse arrepintió, por supuesto…seguía teniendocorazón.Perosialgohabíaaprendidodelavida,eraaaceptarladesaparicióndelosseresqueridos…leydevida,sedecíaasimisma.Algúndía,tambiénmetocaráirmeamí…pensaba.Noqueríavolver a sufrir.Noqueríavolver a llorarpornadie.Noqueríaquerer…asíresultaríatodomásfácil.
Miróporlaventana.Elaloeveraquehabíaplantadolasemanapasadasehabíamarchitado.Suspiró.AAmylehubieragustadosermadre,perosinopodíamantenervivaunaplanta…¿quéibaahacerconunbebé?
Dio una calada a su cigarro. Bebió un sorbo de tila.Y se fijó en que alguien,desdelacalle,mirabahaciasuventanilla.Laobservaba.Lamirabafijamente.Eraunhombre bajito y grueso, pero no pudo distinguir su rostro al estar cubierto por unsombrero de color negro. Amy lo miró atentamente, por si se estaba imaginandocosas extrañas. Pero el hombre seguíamirándola.No cabía duda, su cabeza estabainclinadahaciadonde se encontrabaAmy,que rápidamente seocultó en el interiordelapartamentoycorriólacortina.Seasustó.Denuevo,tuvounmalpresentimiento,comoelúltimodíaenelquevioaTom.Supoquenoloibaavolveraveryasífue…
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Habíaaprendidoahacercasodesu intuición.¿Quiéneraesehombreque laestabamirandodesdelacalle?Bah…seguramentesetratabadeunaparanoia…
Encendiólatelevisión.Nodabannadainteresante,asíquelaapagóysetumbóenelsofá;escuchandolamúsicaquesuvecinoadolescenteteníapuestaatodovolumen.Al menos tenía buen gusto. Sonaba Coldplay, la canción Fix You… Amy cantóbajito…
Cuandolaslágrimascaenporturostro,cuandopierdesalgoquenopuedesreemplazar,cuandoamasaalguienperosedesperdicia,¿Podríaserpeor?
—Amy…Amy… ¿Estás aquí?—preguntó Tom acercándose lentamente haciaAmy,queestabadepieeneliniciodeuntúneloscuro.
—Estoyaquí,Tom.Comosiempre.Esperándote…—Nosabescuantomealegrodeverte…—susurróTomfrenteaella,mirándola
fijamente.—¿Cómoestás?—Aquínoseestátanmal…—Sigues…¿Siguescontusvisiones?—Aquínohaynadadeeso,Amy.Aquísolohayluz.Paz…—Yo no veo luz. Todo está muy oscuro… —suspiró Amy, mirando a su
alrededor.ElrostrodeTomcambió.Setransformóenelmismoquevioporúltimavez.Dejó
desonreír.Sevolvióojeroso,sudorosoyfríocomoelhielo.—Amy,escúchameconatención.Antesdeentrar,asegúratedesaberdondeestá
lasalida.Antesdeentrar,asegúratedesaberdondeestálasalida.Antesdeentrar…Tomentró en bucle.Siguió repitiendo lamisma frase, almismo tiempoque se
alejabadeAmyatravésdeltúnel;sindejardemirarla.Levitandoydesapareciendorepentinamente.Amysedespertódesopetón,comosiempreasustadadespuésdeunapesadilla.LegustabavolveraveraTomensueñosperoalavezsentíamiedo.Muchomiedo. Siempre conseguía perturbarla. Miró el reloj. Había dormido tres horasseguidas.Preparóunaensaladaparacenaryviounaseriepolicíacaentelevisión.Doshorasmástarde,sefueadormir;nosinantesencenderyapagarelinterruptordelaluznuevevecesylavarselacaraotrastantas.
—Diosmío…—dijoAmypara simisma, llevándose lasmanos a la cabeza—.Necesitoayudaurgente…—Siempredecíalomismoantesdeiradormir.Peronuncabuscabaesaayudaparasalirdelasoledadalaquesehabíaacostumbradoalolargodelosúltimosdoceañosdesutristevida.
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CAPÍTULO3
Lavisita inesperadadeSteve, a lasochode lamañanaenel apartamentodeAmy,rompió una rutina planificada desde hacía años.No supo cómo reaccionar y el ticnerviosoqueteníaenellabioinferiorcuandoalgonosalíasegúnloprevisto,volvióaaparecerdespuésdemesesdeausencia.
—Esperonomolestar,Amy.Peroayermedejastemuypreocupado—dijoSteve,sin ser invitado a entrar en el interior del apartamento.Al ver queAmyno habló,decidiócontinuareiralgrano—.BusquécuerposencontradosenelríoWestbourneymellamópoderosamentelaatenciónelnombredeTomLevy.Loencontraronenelaño 2003 y tu nombre aparecía en el artículo. Eras su novia. No sabes cuanto losiento,Amy…siemprehesabidoquedetrásdetucomportamientofríoydistanteseescondeuna tristehistoria.Yestadesde luego,esunahistoriaquenopodríahaberimaginadonunca.
—Steve…—empezóadecirAmyenunsusurro—.Noquierohablardel tema.Noquieroquetecompadezcasdemí,niquetratesdeentendermicomportamiento.
—Venacenarconmigo.Estanoche—propusoStevederepente.Amynegóconla cabeza—. Una vez. Solo una vez. ¿Cuánto hace que no sales a cenar a unrestaurante?—Amy se encogió de hombros. Trece años. Hacía trece años que nosalíaacenar fueradecasa—.Venga.Eres joven,guapa…tienes todaunavidapordelanteyhanpasadodoceaños.
—Tepidoporfavor,quenotemetaseneseasunto.—Entiendo…Bueno,peromiinvitaciónsigueenpie.Estaréenmidespacho,por
simenecesitas.AmyviodesdeelumbraldelapuertacomoStevesealejó.Bajólasescalerasy
desapareció.Aliviada,siguióconsurutinacomosiStevenolahubierainterrumpido.Ya había tomado café y fumado un cigarrillo, así que se duchó, se vistió y saliócorriendoundíamás,hacialaoficinadelperiódicolocal.Alsentarseensucubículo,viounanotaconunabonitaletraquedecía…
Recuerdamiinvitación.Meencantaríairacenarcontigo.Yquedisfrutesdelavidaaunqueseasolounanoche.
AmymiróhaciaeldespachoacristaladodeSteve.Laestabamirando.Sonriendo,curioso… con las cejas arqueadas, queriendo adivinar los pensamientos de suredactorapredilecta.Amybajó lamiradayencendióelordenador.VolvióamiraraSteveysinqueellatampocoloesperara,sucabezadijosí.Esanoche,saldríaacenarfuera de casa. Con su jefe. Con el guaperas del periódico, tal y como el resto deredactoras lo llamaban.Yaunquenomostraba signosde felicidadconuna sonrisa,
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por dentro estaba entusiasmada; pensando por primera vez enmucho tiempo, quévestidoseleccionaríadesumásbienescasoarmario.
Caballeroso y puntual, Steve pasó a recoger aAmy a las siete de la tarde. Lallevaría a su restaurante preferido, el encantador The Five Fields, situado enBlacklandsTerrace,nomuylejosdedondevivíaAmy.Nolaqueríaalejardemasiadodecasaporsisufríaunataquedeansiedadoalgoporelestilo.Stevedesconocíaaún,quetraumaslehabíanquedadotraselfatalsucesoquehabíadescubierto.
—Estás muy guapa—reconoció Steve, mirando fijamente a Amy. Esa noche,había decidido llevar su cabello corto de color rubio engominado hacia atrás.Acertado,puesresaltabalaesbeltezdesucuello.Llevabapuestounpreciosovestidonegroajustado,discretoyelegante,dejandoentreverunaslargasybonitaspiernasyunaesculturalfiguraquesiempredisimulabacontejanosycamisetasanchas,cuandoseencerrabaenelcubículodelperiódicolocal—.Muydiferente—sonrió.
—¿Dónde vamos?—preguntó Amy, haciendo caso omiso a los cumplidos deSteve.
—Amirestaurantepreferido.ElTheFiveFields.¿Loconoces?—Amynegó—.Está aquí cerca y la comida es excelente. Comida británica auténtica. Te gustará,seguro.
—Estoy acostumbrada a cenar ligero—advirtióAmy—.Lo siento…—bajó lamirada—.Nosécomocomportarme,deboparecerteunaidiota.
—Claroqueno.Vamos,Amy.SteveleofreciósubrazoyAmy,dubitativa,loaceptó.Bajaronlasescalerasyen
ocho minutos, ya estaban sentados en la mesa que Steve había reservado en elpequeñoyencantadorrestaurante.
—¿Vino?—preguntóelcamarero.—¿QuéprefieresAmy?¿Tintoorosado?—preguntóSteve.—Agua—respondióAmy cortante. Steve se encogió de hombros, le sonrió al
camareroyasintió.—Aguapues—repitióStevecomplaciente.—Nomegustaelalcohol—ledijoAmy,cuandoelcamarerosefue.—Mejor.Amí nome gustan lasmujeres que beben.—Steve le guiñó un ojo,
tratandoqueAmysesintieracómodaconélen todomomento—.Tepreguntarás…¿porquéteheinvitadoacenar?Comosabrás,hacedosañosmeseparédemimujer.
—Nisiquierasabíaqueestabascasado—reconocióAmysonriendo.—Bueno,alfinhassonreído.Bien.¿Nolosabías?
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—Nosénadadenadieytampocomeimporta—eltonodeAmysonabatajanteyresultabaincómodoeintimidante,peroaStevepareciónoimportarle.
—Aveceseslomejor.Pero…sabesquehaypersonasenestemundoquemerecela pena conocer, ¿verdad? Por ejemplo Mel, la recepcionista. Siempre me hacomentadoquecreequeeresunserextraordinario.Queojalálehablaras.Piensaquepodríais sermuy buenas amigas. Sé que tus compañeros te invitan cada viernes atomar una copa y al karaoke. Insisten aunque siempre les digas que no. Y esainsistenciademuestraqueleimportasalmundoAmyyquenopuedesencerrarteenuncaparazón.
Amyreflexionóuninstante.Stevepensóquealomejorsehabíapasadodelisto.—Preferiríanohablardeltema,comotedije.—¿Dequéquiereshablar?—¿Quiéneralamujerqueaparecióenelrío?—seinteresóAmy.—Una ama de casa que se suicidó. Se cortó las venas y se sumergió en las
profundidadesdelríoWestbourne.—Vaya…—susurróAmy—.¿Teníahijos?¿Marido?—Marido.Yunhijodedosmeses.Depresiónpostpartoporlovisto.—Muytriste—dijoAmy,negandoconlacabeza—.¿Tútieneshijos?—Sí, dos. Pam de cinco años y Leo de siete. Mi exmujer es una ferviente
admiradora de Leonardo Dicaprio—Amy rio. Por primera vez enmucho tiempo.Stevesealegró—.Terecomiendolatrucha,esriquísima.Olaanguilaahumada.Dehecho,esloquevoyapediryo—dijocambiandorepentinamentedetema,mientrasdesviabalamiradaporunmomento,alacartadelrestaurante.
—Anguilaahumada…Nolaheprobadonunca.—Siempretienequehaberunaprimeravez.Amysesintióagusto.Perotambiénculpableporsentirseasí.Stevenoparabade
hablaryellaleescuchabaconatención.Erasencillo.Miradas.Sonrisas.Gestos.Ydevezencuanto,agradecerloshalagosdesupartenaire.
—Tenías razón. La anguila está buenísima—reconoció Amy, limpiándose loslabiosconlaservilleta.
—Nuncamiento.—Stevevolvióaguiñarunojo.A Amy le parecía encantador. Y las redactoras del periódico no estaban
equivocadas.Muymuyatractivo…altoyfuerte,senotabaquesecuidabayqueibaal gimnasio a diario. Siempre iba impecablemente vestido y bien afeitado. Nuncadejaba que su cabello, de un color castaño oscuro, creciera demasiado y sus ojosrasgadosgrisáceos,estabanrepletosdeluzehistorias.Llenosdevida.Yademássusonrisa era muy bonita y franca. A Amy siempre le habían gustado las sonrisassincerasyamigablesysinembargo…lecostabamuchoregalarseunaaellamisma,cuando semiraba en el espejo.En esemomento, nopudo evitar preguntarse comoseríaTomsiestuvieravivo…enqueclasedehombresehubieraconvertido.QuisoimaginárseloparecidoaSteve.
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—Quieres…Nosé,¿darunpaseo?MeencantapasearalrededordelríoTámesisporlanoche.
—Noesbuena idea.Como imaginarás,no soyuna ferviente admiradorade losríos…—respondióAmy.
—Claro…—selamentóSteve.—Prefierovolveracasa—sesinceróAmy,conelrostrosombrío.SteveacompañóaAmyhastaelportaldesucasaalasnuevedelanoche.Noera
la cita que Steve había esperado y Amy seguía siendo un misterio para él. Unmisteriopor el queno teníaganasde luchar…no la veíapreparadaparavolver almundoreal.Yaunqueledabapena,noseveíaconlasfuerzasnecesariasparahacerlacambiar.
—Muchas gracias por todo, Steve. Nos vemos mañana en el periódico —sedespidióAmy.
—Claro.Hasidounplacer.Hastamañana.Steve se fue y Amy entró en el antiguo edificio, subiendo las escaleras con
rapidezparaencerrarsedenuevoentrelascuatroparedesdesupequeñoapartamento.Alcerrarlapuerta,sintióalivio.Miróhaciaeltechoysuspiró.Habíasidounacenaagradable, pero al fin en casa… al fin segura. Al fin sola. Con sus propiospensamientos, sin tener que escuchar nadamás que el silencio. ¡Bendito silencio!Encendióuncigarrilloycomodecostumbre,mirópor laventana.AúnhabíagentepaseandoporlaAvenidaDraicottyenlaoscuridaddelanoche,enelmismolugar…volvió a ver al hombrebajito y grueso conungorro oscuropara ocultar su rostro.Amydiounsaltodelsustoaldescubrirlo.No,noeraunaparanoia…esehombrelaestabaobservando.Yloqueespeor…vigilando.Denocheydedía.Amyfumótrescigarrillos antes de ir a dormir.Obsesionada y nerviosa, por ese hombre que en laoscuridadmirabahaciasuventana.Selavólacaradiezveces.Encendióyapagóelinterruptordelaluznueveveces…nueve.Teníanquesernueve,niunamásniunamenos.Y trasdiez interminablesminutosde insomnio,al finconsiguióconciliarelsueño.
—Teobservan,Amy…tevigilan…—AmyescuchaaTom.Peronopuedeverlo.Estavezelescenariooníriconoesuntúnel,sinoundescampado.Todoesgrisyloscoloresdelcieloseoscurecenamedidaquepasauntiempoirreal.
—¿Quién?—preguntaAmyconfusa,mirandoasualrededor.—Teobservan.Teobservan.Teobservan.Tom vuelve a entrar en bucle. Amy enloquece y finalmente, despierta de la
pesadillaquelahacesudar.Laagota.Nodescansabienporlasnochesyesosereflejaensurostroyensuhumor.Elrelojmarcalassietedelamañanayeselmomentodeprepararcaféyfumarelprimercigarrillodeldía.Estavez,sinmirarporlaventanadelapartamento.
Esedíaalgocambió.Nofueningunavisitainesperadaninadaporelestilo.Amy,bajórápidamentelasescalerasdeledificioyalsalirporlapuerta,vioqueelhombre
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bajitoygruesoseguíaenlaotraaceracomolanocheanterior.Comosinosehubieramovidodeallídurantehoras.Amylomiróunossegundosydisimulando,empezóacaminarrápidoendirecciónalperiódico.Almirarhaciaatrás,vioqueelhombrelaseguía.Despacio,haciendovertrasunasgrandesgafasdesol,queleíaunperiódicomientras sostenía un puro. Amy aceleró el paso, quedándose casi sin aliento yfinalmente, llegó a su destino. Entró rápidamente, sabiendo que el hombre que lahabía seguido se había detenido en una esquina.Esperándola…acechándola.Amyvolvióasentirtantomiedo,comoeldíaenelqueTomlaamenazódiciéndolequesipermanecíaconél,estaríaenpeligro.
—¿Estásbien?—preguntóMel,viendocomoAmyentrabaporlapuertasudorosaycasisinaliento.Temblando.Asintióysindecirnada,semetióenelcubículodelquedecidiónosalirdurantetodoeldía.
StevehabíaobservadoaAmydurante todoeldía.Nosehabíaausentadodesucubículonisiquieraparacomer.Nohabíaidoalbañoentodoeldía.Parecíaabsortaen sus propios pensamientos y en sus artículos, no tannumerosos comopara estarochohorasseguidassinmoversedelasilla.
Alascincoymediatodossehabíanido.TodosmenosSteveyAmy,queseguíaconcentradasinapartarlavistadelapantalladelordenador.
—Amy,¿estásbien?—preguntóSteve,posandosumanosobreelhombrodelaredactora.
—Me has asustado —dijo Amy, levantándose apresuradamente de la silla—.Me…me…metengoqueir.
Rápidamente,apagóelordenadorysefuecorriendoantelaatentaysorprendidamiradadeSteve.Antesde salir del edificio, se cercioródeque el hombrebajitoygrueso, no siguieraobservándolayvigilándoladesde cualquier esquinade la calle.Corrió tan rápidocomopudoyalentrarensuapartamento, respiró tranquila.Mirópor laventana.Afortunadamente,elhombrehabíadesaparecido.Nohabíani rastrodeél.
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CAPÍTULO4
Los días transcurrieron con normalidad. Demasiada normalidad paraAmy, que nohabíavueltoaveraTomensueños.Alolargodeesosdoceaños,siemprelahabíavenidoavisitar…Aveceseranvisitasrománticas,bonitas…enlasqueTomaparecíasonriente y feliz y le decía aAmy cuanto la quería. Pero lo habitual era diferente.AmyveíaensueñosaunTomdemacrado,rotodedoloryloco.Muyloco.Repitiendoaterradorasfrasesquelaatormentabannosoloensueños.Tambiénaldespertar.Asíque en cierto modo, a Amy le beneficiaba no soñar con él. Al fin, había podidodescansarbienporlasnoches.Aúnasí,seguíaangustiadasinsaberporque,aunqueelhombrequelavigilabadesdelacallenohabíavueltoadarseñalesdevida.
Eramiércoles.Comosiempre,Amyselevantódelacamaalassietedelamañanaypreparócafé.Encendióuncigarrilloymiróporlaventana.Eldíaamanecíatristeygris. El teléfono sonó.Al principio,Amy, que solo recibía llamadas de compañíastelefónicasovendedores,noreconocióelsonidoymiróextrañadaasualrededor.
—¿Dígame?—preguntócogiendoelteléfonocontemor.—¿SeñoritaCampbell?—Sí.—MinombreesAnthonyTannerysoyelabogadodelseñorTomLevy.—¿Cómo?—El abogado del señor…—repitió la voz masculina al otro lado de la línea
telefónica.—Sí,leheescuchado—respondióAmycortante—.¿Quéquiere?Amy estaba confusa. Tom nunca lemencionó que tuviera un abogado. ¿A qué
veníaesallamadadoceañosdespuésdesumuerte?—Megustaríatratarelasuntoenmidespacho.¿Podríavenirestatarde?—¿Dóndees?—preguntóAmydubitativa.—En la calle Cockspur número veinticinco, primer piso. Al lado de la plaza
Trafalgar.¿Laesperoalascuatro?—Vale…sí.Lacuriosidadpudomásqueel caráctermaniáticodeAmyyelodioquesentía
haciaeltransportepúblico.Antesdesalirdecasaendirecciónalperiódico,metiódosfrascosdelíquidodesinfectanteparalasmanosensubolsoyalllegar,ledijoaStevequeesedíasaldríaantes.
Lo primero que hizo Amy al salir del metro, fue desinfectarse las manos queseguramente estarían llenas de microbios, por haber tocado la barandilla deltransporte público. Eran las cuatromenos diez. Llegó al número veinticinco de lacalleCockspurnerviosayalavezintrigadaporloquetendríaquedecirleelabogado
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deTom.ElabogadodeTom…unarisitanerviosaseapoderabadeellaalpensarqueTom, tan joven… tenía un abogado. Tenía ganas de obtener respuestas a susinnumerablespreguntas,asíquesinmáspreámbulos,subiólasescalerasdelantiguoyrecargadoedificiodefinalesdelsigloXIXytocóaltimbredelprimerpiso.Amymiróa su alrededor y sintió haber viajado en el tiempo. Le abrió una señora de unoscincuenta años alta y delgada. Parecía sacada de cualquier película de los añossetenta,debidoasuanticuadovestuario.Untrajechaquetaconunafaldapordebajodelasrodillasdeunsobriocolorgrisoscuro.Arqueólascejasycolocóbiensusgafasdemontura redondasobre sunarizaguileña.EscudriñóaAmyconsuspequeñosyarrugadosojosazulesylahizoentrarenelostentosovestíbulodelbufete,repletodepreciadas obras de arte. Pinturas rupestres de otras épocas que adornaban el lugarrecargándoloenexceso.
—Señorita Campbell, la estábamos esperando. Aguarde aquí unmomento, porfavor—le dijo amablemente la secretaria del señorTanner, señalando un sillón decueromarróndesgastado.
Pocosminutosdespués,AnthonyTannerlarecibíaensudespacho.ElquedecíaserelabogadodeTom,eraelmismohombrequelahabíaestadoobservandodesdeladistancia.Vigilándolanocheydía.Amysepusofuriosaenunprimermomento.
—¿Porquémeperseguía?¿Sepuedesaberporqueobservabamiventanadesdelacalle?—preguntóAmyconfusa,nadamásentrareneldespachodelabogado.
—Lepidoperdónsi laheimportunadooasustado.Noerami intención.Queríaasegurarmequeustedera laverdaderaAmyCampbellde laqueTommehabló—explicóelhombre,aquienAmyalfinpudoponerrostro.Unampliobigotecanosoadornaba su cara regordeta. Sus pequeños ojos oscuros resultaban intimidantes ymisteriososydesprendíaunpenetranteolorapuro.
Elabogadoesperópacientemente larespuestadeAmy,peroalverqueno teníaintencióndeabrirlaboca,decidiócogerunospapelesdelcajóndesumesademaderaderobleoscurayproseguirlaconversación.
—Antesdemorir,elseñorLevy,quecomobiensabrá,teníaunfuturobrillanteyprometedor como arquitecto, adquirió un terreno aislado enun acantilado a quincekilómetros de la isla de Dingle, Irlanda. Un lugar precioso al que llaman FuerteDunbeg.Estábastantelejosdelazonaalaqueacudenturistasavisitarlosresquiciosquequedande laEdaddeHierroenel lugar,poresonosepreocupeporquepodrávivir tranquila.Muytranquila…Despuésdelamuertedesuspadres, laherenciaseempleó para terminar la construcción de la casa que Tom diseñó para usted. Leinformopues,queeslapropietariadeestacasaalaquehanllamadoButterfly.
—Noloentiendo—dijoAmyalfin—.¿Porquéyonosabíanada?Tomnoteníasecretosparamí.
—Imaginoquequisodarleunasorpresaaunqueélnoestuvierapresenteparaverla cara que ponía. Siento su fallecimiento, de verdad. Pero tiene una propiedadmagnífica.Ladecisiónessuya,porsupuesto.Puedeponerlaalaventa,alquilarlao…
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—No,por supuestoqueno—interrumpióAmy—.Jamásharíaeso…si lahizoTom, yo…—Amy luchó para reprimir las lágrimas, pero no venció contra ellas.Siempre caprichosas, aparecen en el momento más inoportuno. El señor Tanner,incómodoporlaslágrimasdeAmy,volvióaabrirelcajóndelqueestavez,sacóunasllaves.
—Tenga,sonsuyas.Antes,debemosfirmarestospapeles.Alsalirdeldespachodelabogado,Amytuvolasensacióndequeibaadesfallecer
deunmomentoaotro.MirócondetenimientolasllavesdeunacasaqueTomhabíaplanificadoantesdesumuerte.Unacasaparaella…llamadaButterfly.RecordólossueñosdeTom.Esasmariposas…supoderosoaleteoylomuchoqueledisgustaban.¿Porquémariposa?¿Porqué?
Al llegar al apartamento, Amy buscó información sobre la isla irlandesa deDingle.EncaramadaalfilodelAtlánticoenelsudoestedeIrlandaypertenecientealcondadodeKerry,decíandeellaqueeraposiblemente, la regióncosteramásbelladelpaís.Unbonitopueblodepescadores,decallesempinadasyconelríoShannonalnorteyelAnillodeKerryalsur.Amyseenamoródesusplayasysusacantilados,dandounpaseoporGoogleMaps.Labellezadelpueblolacautivóydeseóverseallí,aunquefueraenmediodetantagente…turistassobretodo,queabarrotabanelcentrodel pequeño pueblo durante los fines de semana. Amy quiso saber donde seencontrabalacasaButterflyqueTomhabíadiseñadoparaellaydescubrióqueestabaalejada del mundanal ruido. Tal y como le había dicho el señor Tanner, estaba aquincekilómetrosdedistanciadelpueblo.Amymirólafotografíaqueelabogadolehabíaentregadoyelmapaqueinternetlemostraba.Enelmapa,aúnnopodíaverselaespectacular casa en el acantilado con vistas al mar que Tom diseño y encargóconstruir antes de sumuerte. Pero ella podía imaginársela con total claridad…Laveía ahí, para ella… esperándola. Solitaria y amarga como se encontraba su almadesde que Tom se había ido repentinamente. Una extraña felicidad la inundaba,deseosa por conocer el lugar queTom le había regalado. Pero por otro lado, teníamiedo.La inseguridadseapoderabadeellaporquehabíancosasquenocuadraban.Queellasupiera,TomnuncasaliódeLondres.¿QuésignificabaIrlandaparaél?¿Ylaisla deDingle? ¿Conocía el lugar? Nunca lemencionó nada y siempre estuvieronjuntos…¿Cuándopudoirhastaallíacomprarelterreno?¿Cuándodiseñólosplanos?Hubierasidoungranarquitecto,desdeluego…pensóAmy,sinpoderapartarlavistade la fotografía de Butterfly. Tom siempre se había negado a la construcción demodernas edificaciones.A él aún le gustaba el encanto de las casas de piedra con
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pequeñasventanasyunpreciosoyhogareñoporchedesdedondepodercontemplarlas vistas. Sin lugar a dudas, ese diseño solo podía ser de él… solo él hubieraconstruido una casa así. Con vistas al mar… como siempre soñaron cuando eranpequeños. Amy recordó una conversación que tuvieron cuando tenían unos treceaños…Aúnlesgustabacolumpiarseencualquierparqueinfantilalatardecer,cuandoyanohabíanadie.
—Tom… cuando seas mayor, ¿dónde te gustaría vivir? —le preguntó Amy,moviendo con nerviosismo sus flacas piernas de adolescente, dando impulso alcolumpio.
—Enunacasadepiedraconvistasalmar—sonrióunadolescenteTom,guapoymuyalto,aunqueconalgunaespinillaqueloacomplejaba.
—¿Porqué?¿NopreferiríasvivirenLondres?—¡Bah!Lo tengomuyvisto.Viviremosenunacasitaqueyomismoconstruiré
paratienalgunaisla.Amysonrió.Nohabíarecordadonuncaesaconversaciónhastaesemomento.Y
depronto,todoteníasentido…Tomnuncadejódesorprenderlayderepente,Amysesintió la mujer más afortunada del mundo al haber conocido a un ser tanextraordinariocomoél…únicoenelmundoaunqueyanoestuvieraenél.Fumóuncigarrillomirandoporlaventanasinmiedoaquenadie,laestuvieraobservando.Yaconesetemaresuelto,sucabezaempezóadarvueltassobrelaposibilidaddedejarelperiódicoeinstalarsedefinitivamenteenesaisla.¡Eradueñadeunacasa!Aúnnoselo podía creer… Podría escribir. Siempre había deseado huir a un lugar así paraescribirunanovela.Coneldineroque teníaahorrado,podríapermitírseloalmenosduranteunaño.Yluegoyavería.Estabaconvencidadequeencualquiermomentodenecesidad,Steveleabriríalaspuertasdelperiódico.Suimaginaciónempezóavolarmientras consumía el cigarrillo. ¿Era posible que Tom viera ese futuro? ¿Qué losupieratodoantesdetiempo?Deserasí, lo teníatodomuybienplaneado.AmysetumbóenelsofádispuestaaecharunacabezaditaquelacondujerahastaTom.
—Háblame,Tom…háblame…—susurróantesdecerrarlosojosyadentrarseenunprofundosueñodelquenodespertaríahastalamañanasiguiente.
Elescenariooníricoenestaocasiónnoeraun túnel.Tampocouncampogrisydesierto. Amy se encontró en el precipicio de un acantilado. Las olas del margolpeabanconfuerzalasrocasyunamariposaseposósobresuhombro.Eradeuncolor rojo intenso. Cuando la mariposa empezó a aletear poderosamente, vinieronmásmariposas.De todos loscolores.Amyhuyódespavoridahaciael interiorde loque parecía una fría y húmeda cueva. Pero las mariposas la siguieron, chillidosincesantes e insoportables se apoderarondel sueñoyTom…Tomno apareció.Sinembargosuvozsí,yvolvíaarepetirinsistentemente…
—Antes de entrar, asegúrate de saber donde está la salida. Antes de entrar,asegúratedesaberdondeestálasalida.Antesdeentrarasegúratedesaberdondeestálasalida.Antesde…
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Amysedespertóenelsofá,sudorosaycasisinalientoa lasseisymediade lamañana.
—Noeraestoloqueesperaba,Tom…Nadamás llegaralperiódico,Amypidiópermisoparaentrareneldespachode
Stevequecomosiempre,larecibióconunaagradableyfamiliarsonrisa.—Me gustaría comentarte un asunto importante, Steve. Dejo el periódico —
informódirectamente.—¿Cómo?¿Porqué?—preguntóSteve,acostumbradoaquesuredactorasiempre
dijera las cosas así, de sopetón.Directa al grano para evitar hablar demasiado. Lepreocupabaquefueraporsuculpaoporsuinvitaciónacenarlaotranoche.
—Esalgolargodeexplicar,asíqueserébreve.AbandonoLondresymeinstaloenunaisladeIrlandallamadaDingle.
—Nomesuena.Vaya…¿Yquevasahacerallí?—Escribirmiprimeranovela—respondióAmy,estavezsonriendo.—Y que te parece… ¿si sigues trabajando para el periódico? Imagino que en
Dingle también habrá internet y podemos comunicarnos vía Skype o por correoelectrónicositeesmáscómodo.
Amy no había pensado en esa posibilidad. Seguiría teniendo un sueldo y notendríaquesalirnuncadecasa.Elsueñodesuvida.
—¿Podrétrabajardesdeallí?¿Desdecasa?—Steveasintió.—Tusueldonovariará.Aunquesítendríasqueveniralmenosunavezalañoo
en el caso de que algún artículo requiriera de tu investigación,moverte. ¿Tendríasalgúninconveniente?
—Claro,nohabríaproblema.—Puesmealegraquesigasconnosotros.Ytedeseounavidafelizen…¿dónde
hasdicho?—Dingle. En realidad a quince kilómetros de allí… en una casa sobre un
acantilado.—Suena idílico—expresó Steve, contento de queAmy quisiera explicarle con
másdetallesuinminentefuturo—.¿Cuándoteirás?—Espero tenerlo todo listo enquincedías.Esuna locura ¿verdad?—rioAmy,
nerviosa.—Noloes,siesloqueteapetece—respondióStevecomplaciente.AmyasintiópensandoenTom.SilehubieracontadotodalaverdadaSteve,tal
vezhubierapensadoqueestabaloca.Oquesehabíaquedadoancladaenelpasado.UnpasadoenelqueTom,habíaplanificadomilimétricamenteelfuturodeAmy.Almenos,asílopensabaella.
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CAPÍTULO5
DINGLE,IRLANDA.AÑO2015
EnLondres,laseñoraClarkesamañananofueabuscareldesayunoparasuesposoporqueseencontrabaalgo indispuesta.Achaquesde laedad, ledijoelseñorClark,que ese día se quedaría sin su delicioso brioche…En el apartamento de enfrente,Stuart escribía el último capítulo de una novela más, en la que ninguna editorialconfiaría.Debíadarseprisasinoqueríallegartardealtrabajo…EnelsegundoA,lapareja feliz preparaba la ropita de sus gemelas.Quedaban pocos días para salir decuentasydebíandarseprisasinoqueríanqueelesperadomomento, lespillarasinnada preparado. Los hijos de la difunta PamelaHarrison estaban desesperados. ElapartamentodelsegundoB,seguíasinvenderse.Nadieparecíaencontrarseagustoenélylafaltadeascensor,eraungraninconveniente.EnelterceroA,LauraThompsondiscutía como siempre con su hijo adolescente Charles, por tener la músicademasiadoalta.Undíamás,sepreparabaparairatrabajaralapeluqueríamientrascontemplabafotografíasdesuépocadorada…Ningunadeestaspersonassabíaqueeltercero B, estaba vacío. De echo, era como si siempre lo hubiera estado. AmyCampbellnovolveríaabajaratodaprisalasescalerasdelantiguoedificioalasochodelamañana,nilassubiríaalascincoymediadelatarde.AmyCampbell,lavecinaquenadieconoció,sehabíaesfumado.
LaisladeDinglerecibióaAmyconnubarronesyamenazadequepronto,caeríaunagrantormenta.Maldijoelmomentoenelquedecidiócomprarunpequeñocochedescapotablecuyacapotaeraimposiblededominar.Aunqueteníamuchísimasganasdeconoceralfinelqueseríasuhogar,sedetuvoenelcentrodelpuebloacompraralgo de comida. Antes de coger el coche, como resistiéndose a abandonar lastranquilascallesdeDingle,entróenelCaféLiteartha,situadoenlacalleDykegate.Eraimposibleperderseenesepequeñoyacogedorpueblo,tandistintodeLondresyque rápidamente, había conquistado a Amy. El ambiente del Café Liteartha, logrócautivarla.Rodeadadelibros,tomóunricocaféconlechequeunhombremayorlesirviómirándolademaneraextraña.Amynolotomódemasiadoencuentaydecidió
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evitar las miradas curiosas de los allí presentes. No había demasiada gente,seguramentehabitantesdeDingle a losque lesprovocaba curiosidadver a alguiennuevo.
—Últimamentelagenteestáunpocoraraporaquí…Nolotengasencuenta.Ledijounhombredeunostreintaymuchos,sentándoseenlabutacadealladode
ladeAmy.Amyasintiósinlaintencióndeseguirconlaconversaciónydemarcharsede allí, en cuanto hubiera terminado el café. Pero el hombre seguía mirándola.Esperandounarespuestaporsupartequeporelmomento,noobtendría.
—¡Paul! —chilló una voz femenina joven, desde el otro extremo del café—.¡Dejadepiropearalaschicasguapas!
Amymiróalajovensonriendo.Notendríamásdeveinticincoañosyselaveíatanjovialcomolofueellaenelpasado.Fuecomoverseasimismacondoceañosmenos.Elhombre,sonrióyleguiñóunojoaAmy.Sindudaeramuyatractivo.Deespalda ancha y brazos fuertes, destacaban unas manos manchadas de pintura dediversoscolores.Cabellocastaño,unaestudiadabarbadetresdías,sonrisatraviesayunosojoscolormielqueseguíanmirandoaAmyconcuriosidad.
—Mujerdepocaspalabras,porloqueveo.—UnplacerPaul—sedespidióAmyconunamediasonrisa.Amyse levantóde labutacaysindejardemiraraPaul,saliópor lapuertadel
caféysedirigióhastasucoche.Elcieloestabacadavezmásgrisyyasentadaensudescapotable, volvió a intentar por todos losmedios que la capota se cerrara paraprotegerladelalluvia.Escuchócomoalguiendesdeatrásledabaungolpealcocheyderepente,lacapotaempezóafuncionar.
—¿Cómolohashecho?—preguntóAmybajandodelcoche.—Mi tía teníauncoche igual—respondió la jovendelcafé—.Me llamoRuby
Anderson.—AmyCampbell—sepresentóAmysonriendo.—¿Turista?—No. Vivo a quince kilómetros de aquí, en una casa que ni siquiera conozco
aún…—¿NoserálacasaButterfly?—Esamisma.—¡Quepasada!—dijoRubyconentusiasmo—.Puesnosiremosviendoporaquí,
Amy.Encantadadeconocerte.—Igualmente,Ruby.Ygracias.Nofuedifícilencontrarelcaminohasta lacasaButterfly.Amyhabíaestudiado
losplanosconprecisiónysabíaquealllegaralazonaturísticadeFuertedeDunbeg,situado sobre un acantilado quemira al sur a los pies delMonteEagle, repleto deruinas,rocasymontículosartificiales,debíagirarhacialaderecha.Alolejos,podíaversunuevohogar.AúnmássolitarioyperdidodeloqueaparecíaenlafotografíaqueelseñorTannerlehabíadado.Butterfly,laesperabaconlosbrazosabiertosyuna
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placaenlaentrada,enlaqueaparecíaunabonitamariposadecolorrojointenso,quehacíahonorasunombre.LamismaconlaqueAmysoñónochesatrás.Unescalofríorecorriósucuerpo,perotratódeverelladopositivoalasituación.Setratabadeunapreciosacasadepiedradedosplantasypequeñasventanitasdesdedondesepodíaverelacantilado.Yelmar…cuyasolasesedíagolpeabanconfuerzalasrocas.Hacíamucho frío.Amy se abrochó su chaqueta negra de cuero y empezó a descargar elcoche.Lodejó todo en el porche, protegido conunas vigas demadera y conunasvistasprivilegiadasalmaryalasverdesmontañas.Alentrarenlacasa,sesorprendiómuchoalverlaamueblada.Losmuebleseranrústicos,talycomolegustabanaTom.Amy paseó despacio, pisando con inseguridad los suelos de madera. La casa eraluminosaapesardelmal tiempo.Nadamásentrar,amano izquierdaseencontrabaunaampliacocinaamericanayaladerechaunsalónconunconfortablesofádecolorbeigeyuntelevisorcolgadoenlapareddepiedra.Lachimenealedabaunairecálidoal ambientey acogedor, comocada rincóndel queAmyempezaba a considerar suhogar.Aun lado, una puerta corredera que daba paso a un pequeño jardín interiorrodeadodeunmurodepiedrarepletodehiedra,cuyoprotagonistaindiscutibleeraunenormesaucellorón.ElárbolpreferidodeAmy,queempezóallorardeemociónalverlo,mientrastocabasusfrondosasramascaídas.Tuvoganasdedescalzarseycorrersobre el césped verde y mojado. Ya empezaba a llover y la casa que Tom habíaconstruidopara ella, se veía enmediode ese acantilado, preciosa.Conun encantoespecial. En la planta de abajo, había un pequeño pasillo que conducía a un aseocompletoyaundespacho.Amyabriólosojoscomoplatosalverasudisposiciónunpequeño pero completo estudio, cuyas paredes estaban repletas de libros en unasestanteríasempotradasalapared.Frentealaentrada,unescritoriodemaderaconunordenador y una ventana más grande que el resto con vistas al mar, donde Amypudieraencontrarlainspiraciónnecesariaparaempezaraescribirunabuenahistoria.Como si Tom, desde el otromundo, lo hubiera dispuesto todo para su futuro. Unfuturoenelquesabía,queélnoteníacabida.
Subiólasescaleras.Unampliopasillolarecibíacondoshabitacionesyuncuartode baño enorme con jacuzzi incorporado, desde donde al igual que en todas lasestancias de la casa, también podía verse elmar. Amy se sintió en el paraíso, sinpoder creer aún que era la propietaria de Butterfly. Aún tenía muchas cosas queorganizar aunque la casa estuviera dispuesta para entrar a vivir. Al día siguiente,vendría el camión de lamudanza con todas sus pertenencias y entonces, sí podríaempezar la ardua tarea de mudanza que ya había experimentado al vaciar elapartamentodeLondres.
Preparóunatéverdeyconuncigarrillo,salióalporchedesdedondesentadaenuna silla balancín que le recordó a las tardes de columpio con Tom, contempló elpaisajeylalluvia.Unalluviaqueprometíanocesarenhorasyquedejabaunaromamaravilloso al que Amy se volvería adicta con el tiempo. A los cinco minutos,escuchócomouncocheaparcabacercadelacasayunospasosseaproximaban.Era
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un hombre de unos cincuenta años muy parecido al señor Tanner, queamigablemente,seacercóaAmy.
—Buenastardes.¿SeñoritaCampbell?—preguntó.—Sí.—Mi nombre es Derek Harrison, soy colega del señor Tanner. Venía para
asegurarmedequetodoestábien.—Todoestáperfecto.—Mealegro.Entonces,¿ningúnproblema?¿Tomloplaneótodoasugusto?—
siguió preguntando insistentemente. Amy sintió una punzada en el corazón alescucharelnombredeTomenbocadeotrapersona.
—¿Puedohacerleyounapregunta?—elseñorHarrisonasintiócomplaciente—.¿DequéconocíanaTom?¿CuándovinoTomaquí?
DereksequedóensilencioduranteunossegundosqueparecieroneternosyqueaAmyleparecieronmuyextraños.Empezóasospecharyvolvióapensarquealgonocuadraba.
—Verá,noloséacienciacierta.Nofueconmigoconquienhabló.Elpropietariode este terreno murió poco después de que Tom lo comprara y… —empezó abalbucear, queriendo evitar dar una respuesta clara que Amy pensó que quizá nosabía—.Bueno,loúltimoqueséesqueelarquitectocolegadeTom,vinodesdeParísacerciorarsedequelacasaseconstruíatalycomoestabaenlosplanosalrecibirlaherenciadelosseñoresLevy.
—TomnoteníaningúncolegaarquitectoenParís.—¿No?Yocreoquesí,señoritaCampbell.Elseñor…¿cómosellamaba?Vaya,
nolorecuerdo…Nosiemprelosabemostododenuestrasparejas¿nocree?—repusoDerekguiñandounojoymoviendohaciaunladosuespesobigoteblanco.
—SupresenciamehainquietadoseñorHarrison—dijoAmysinceramente.—No quería importunarla. En absoluto. Siga disfrutando de la tarde, es un
privilegioviviraquí.Cuídese.DerekHarrisonabriósuparaguasysefuepordondehabíavenido.Amyesperó
novolverloaver.Nolehabíadadobuenaespinaysusrespuestasnohabíanaclaradotodaslasdudasqueteníaaún,sobreesacasa.SobreTomysusplanesantesdemorir.Seencogiódehombrosydecidióiralestudioaencendereseordenadordesconocido.Alencenderlo,unarchivoWordconunacartaescritaseabrió.
Estosíquenoteloesperabas,¿verdad,Amy?Imaginoquehabránpasadoañosdesdequenoestoyatulado.Tepidoperdón.Sabesquemivida siempreha sidocomplicada…perosi algobueno teníamimente, erapodervermásalláde loqueconocemos.Nosolohevistoa lo largodemividamasacres, sangre,muertesydesastresnaturales…pesadillasconmariposasocosasqueesperoquetusojosnoveanjamás.Tambiénpudeverelfuturoyteviatienél…preciosacomosiempre.Ytevienestacasa,Amy…yenesterincónespecialmentecreadoparaqueteconviertasenlaescritoradelpróximobest-seller delmomento.Aquíesdondeempezarásacrear tuobramaestra. Lo sé. Lo vi. Aunque no es bueno dar información sobre el futuro a la gente¿sabes?Todostenemosnuestropropiodestinoysiloconociéramos,tendríamoselpoderde
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cambiarlo, transformarlo o hacerlo desaparecer. No vayamos en contra de él, Amy… amenudo,nospuedesorprenderydebemosdejarqueasísea.Tequieroysiempretequerré.TomL.
Amyleyóunayotravezcadapalabra.Peroenvezdeemocionarse,sefrotólosojos como si lo que estaba viendo fuera una mentira. Estudió cada frase, comoqueriendodescifraruncódigosecretoquedesgraciadamente,noencontró.Nohabíancódigos secretos. No había un trasfondo que le hiciera tener la esperanza de que,quizáaquelcuerpoqueencontraronenelrío,noeraeldeTom.Guardólacartaenelescritorio aún vacío y comprobó si internet funcionaba. Lo pudo configurar sindemasiadoproblemayunavezhecho,leenvióuncorreoelectrónicoaSteveparaqueleencargaralospróximosartículosquedebíaescribir.Ydespuésdeeso,encendióuncigarrillo e intentó empezar a escribir esa historia que tenía pendiente desde hacíamucho tiempo…lahistoriadeunserextraordinarioque sedignóavisitar la tierradurante un ratito, para hacer feliz a la protagonista de su novela. El argumento lotenía en su mente, solo tenía que dejar volar la imaginación… y con esas vistasprivilegiadasalmar,podríahacerlo.Seríafácil.Perodoshorasdespués,elceniceroestabarepletodecolillasyenlaprimerapáginasoloteníaescritaunafrase.
Unosiemprerecuerdaesosbesosdondeseolvidódetodo.
Frustrada,volvióalporcheacontemplarlalluviayelpaisaje.Afumaryabebertéverdesinparar.Porprimeravez,hastaleapetecióunacopitadewhisky.Mástarde,preparóunaensaladayviounacomedia románticaen lagranpantalladesunuevotelevisor.Todoeranuevo,interesanteyemocionante.Ylomejordetodo…sesentíabien.Antesde iradormir, secercioródecerrarbien laspuertasysubióalpisodearriba.Miróporlaventana.Lasoscurasysolitariasvistasdabanunpocodemiedoalsertétricasyverúnicamenteelreflejodelalunaenelmarrevuelto.Amycorriólacortinablancayse tumbóensunuevayconfortablecamacondosel.Nosinantes,encender y apagar las luces nueve veces y lavarse la cara otras tantas… habíacambiado de lugar, pero no de costumbres. No se oían coches. Ni voces. Solo lacalmadelanocheyelsusurrodelmar…
—Tom…Tom…cuéntamelotodo,porfavor…cuéntamelo…—susurróantesdequedarseprofundamentedormida.
Desorientada, Amy se despertó a las once de la mañana. Miró con rabia aldespertador, que la había abandonado y no había sonado a las siete como de
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costumbre.Teníaqueadaptarseaunanuevarutinapormuchoquelecostara.YanoestabaenLondres.AquellonoeraLondresaunque teníaalgoencomún…sucielogris.Miróporlaventanaparaverdequieneraelclaxonquelahabíadespertado.Sevistió rápidamente al ver que se trataba del camión de mudanzas con todas suspertenencias.Corrióescalerasabajoyabriólapuertaadosjóvenesmusculadosquepocoapoco,fuerondescargandocajasyalgúnmueble.
Cuando se fueron, Amy respiró aliviada. No le gustaban las visitas y muchomenos en esa casa. Sin saber porque, pensaba que le pertenecía solo a ella y a lamemoria de Tom y que nadie… absolutamente nadie, debía pisar ese suelo demadera. Antes de abrir las cajas y ordenarlo todo, preparó café y se encendió uncigarrillo.Yanohacíafaltaasomarseporlaventanilladeunpequeñoapartamento…ahora podía salir al porche, sentarse tranquilamente y dejarse llevar por la brisamarinaentodosuesplendor.Yaunqueeldíafueraoscuroytormentoso,elalmadeAmy se encontraba feliz ante ese nuevo día. Tres horas más tarde, ya habíadesempaquetado todas las cajas, ordenado sus libros, películas y ropa. Y tambiénaprovechóbieneltiempoqueteníaparacolocarsusmueblesenelespacioquecreyóquequedabanmejor,aunquenofueranmuyacordesconladecoraciónyaimpuestadela casa Butterfly. Llenó los armarios de la cocina y de los dos cuartos de baño yadornólasparedesconlospocoscuadrosquetenía.
Ya frentealordenador,volvióa leer lacartadeTomyconunasonrisa, intentóiniciar su novela… pero de nuevo, las musas no la acompañaron, así que decidióponerse a escribir los artículos queSteve le había encargado a través deun correoelectrónico en el que le deseaba que la llegada a Dingle hubiera ido bien. Y asípasaroncincohoras sinpenanigloria…frente aunordenador, comosivolviera aestar en el interior de su cubículo en las oficinas del periódico local. Envió losartículosobteniendounarespuestainmediatadeSteve,queleencargabamástrabajoparaquetuvierafaenadurantetodalasemana.
Asfixiada por no encontrar la inspiración deseada, se dirigió por primera vezhasta laplayaporuncamino serpenteante.Miró fatigada la cuestaque tendríaquesubir de vuelta a casa, pero merecía la pena. El ambiente, aunque frío, eramaravilloso.Ysolitario.CaracterísticasqueentusiasmabanaAmy.Seabrochóbienlachaqueta,sedescalzóyempezóacaminarporlafríaarenaencontactoconstanteconelaguadelmarburbujeante.Respiróprofundamente,miróhaciaelcielonubladoypegóungrititoalverqueempezabanacaerfinasgotasdelluvia.Talvezcogeríaunbuen catarro, pero no importaba… se sentía muy bien por primera vez enmuchotiempo.Perode repente,volvióa tenerunoscuropresentimiento.ComocuandosedespidiódeTomaquellatarde.ComocuandoelseñorTannerlaobservabadesdelacalle.Enesaocasión,fuecomosialguientambiénlavigilaradesdealgúnrincónqueellaaúndesconocía.Alolejos,pudovislumbrarunacuevaparecidaalaqueaparecióen sus sueños, cuando huía despavorida de las numerosas mariposas que laperseguían.Miróasualrededor.Noparecíahabernadieyaúnasílasensacióndeque
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unos ojos estaban puestos sobre ella no desaparecía. Extrañada, decidió subir lacuestaporelcaminoserpenteantederegresoacasa.Ysinembargo,searrepintiódehaberlohechoalverqueenelporche,laesperabaunnuevoinvitadonodeseado.
—¿Qué haces aquí? —preguntó Amy, escudriñando al hombre de las manossucias,repletasdepinturasdecolores.
—Paul,mellamoPaulGeller.Ytúereslamujerdepocaspalabras,claro.Comoayerenelcafé—dijosonriendo—.Notegustamucholagente,¿verdad?Puestediréque a mí sí. Me encanta conocer gente aunque hay muy poca que me llame laatención.Y túmehasprovocadocuriosidad.Bueno, túy…tusbonitosojos tristes.¿Hasidoapasearalaplaya?Yovoyamenudoperoconestetiempo…tearriesgasacoger un resfriado demil demonios. Sí, lo sé…hablo demasiado, pero pareces noestarmuydispuestaadecirnadaasíque…Tepreguntarás…¿porquétienelasmanostansucias?
—No,nomelopregunto.Medaigual.—¿Deverdad?¿Notienesniunapizcadecuriosidad?—Amynegóconlacabeza
seriamente.Paulrioyseencogiódehombros—.Soypintor.Nodecasas,decuadros.Arteconlasmanos.Desdeniñolohacíaynoheperdidolacostumbre.Ymegustaríainvitarteamipróximaexposición.Espasadomañana,a lascuatrodela tardeenlagaleríaCroninenlacalleGreen,muycercadelaIglesiaSt.Mary’s.Caroltieneunade lasmejoresgaleríasdeartede lazonayhabráuncatering…¡parachuparse losdedos!—exclamó con entusiasmo, achinando sus ojos color miel—. Después nosiremosatomaralgopubdeMurphy’s.Lopasaremosgenial.
—No,gracias—respondióAmy,haciendounademándeentrarencasa.—¿Porqué?¿Novasasalirnuncadeaquí?—¿Lossupermercadosdeaquírepartenadomicilio?—preguntó,pensandoenesa
maravillosaposibilidad.—Creoqueno…—Esbuenosaberlo.Adiós,Paul.—No,espera.¿Cómotellamas?—AmyCampbell—respondióAmy,poniendolosojosenblancoydeseandoque
esehombreladejaraenpaz.—Amy.Noséquéesloquetehabrápasadoparaqueseasasí,pero…¿sabeslo
queteestásperdiendo?Tengotreintayochoaños,mecaséhacediezconunamujerpreciosaalaqueconocíadesdequeeraunniño.SellamabaAbbeyyteníamostantosproyectos en común…queríamos tener tres hijos, vivir tranquilos enDingle y serfelices. Nada más. Al año de casarnos, Abbey cayó enferma y murió dos mesesdespués.Mimundosederrumbóyestuvedosañosencerradoencasatrabajando.Noquería saber nada de nadie y solo hablaba conmigomismo y conAbbey…Estabaempezandoavolvermeloco.Afortunadamente,salídeesepozosinfondo.Empecéasalir,aexponermisobras,avenderlasportodoelmundoyaunquenoheolvidadoa
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Abbeyynuncaloharé,melohepasadobienconotrasmujeres.Ynopasanada.Lavidaestáparadisfrutarla,noparaencerrarseentrecuatroparedes.
—Antes de nada, lo siento mucho Paul. Te entiendo perfectamente. Hablasmucho… demasiado. Y no parece lógico que le cuentes tu vida íntima a unadesconocida. Y por último,me gustaría encerrarme entremis cuatro paredes y noescucharnadamásqueelsilencioylasgotasdelluviaalcaerenlaoscuridaddelanoche.
—Vaya,vaya…¿Escritora,talvez?—¿Qué?—preguntóAmydesconcertada.—Porcomohashablado…tanpoética…Noescucharnadamásqueelsilencioy
lasgotasdelluviacaerenlaoscuridaddelanoche…—repitióPaul,mirandoalcielo—. La gente no habla así, Amy.Venga, invítame a unwhisky y te lo perdono—sugirióguiñandounojo.
—VuelveaDingle,Paul.Ydéjameenpaz.Amy abrió la puerta y rápidamente, se encerró en casa dejando a Paul en el
porche sin darle la oportunidadde decir nadamás. Se estaba haciendode noche yprontoempezaríaallovermás.Paul,cabizbajo,volvióhastasucochesinsaberqueAmyloobservabadesdelaventanadelacocina.Seguramenteiríaconsusamigosatomarunacervezaalpub.Esosiempreeraunbuenplanaunquefueramiércoles.
Amy,quesehabíasentidoidentificadaconlahistoriaquePaullehabíacontado,pensóen laposibilidadde irelviernesa laexposición.¿Porquéno?Podríaserunbuen tema para el periódico local de Londres… a Steve le gustaría esa iniciativapropia que tan poco le había demostrado durante los cinco años que llevabatrabajandoallí.AlomejorpodríahablarenelperiódicosobreDingleysunuevavidaen Irlanda aunque no fuera demasiado intensa, social o interesante. ¿Podríainteresarlealoslondinenses?
A lo mejor ese hombre de manos sucias tenía razón. Tal vez había llegado elmomento de entablar conversación con desconocidos, con alguien interesante…alguienqueno fueraellamismaoTom.Arriesgar,descubrir, salir…volver avivirdisfrutandodecadamomentosinquelemolestaralapresenciadenadie.
Volvió a encerrarse en el estudio deseando que esta vez, las musas laacompañaran. Y así fue. Tres horas y media escribiendo sin parar. Cuando quisorevisar todo lo que había escrito, se alegró al ver que tenía completas cincuentapáginas.Ibaporelbuencaminoymerecíaundescanso…comono,eligiódenuevoelporcheylacompañíadeuntéyuncigarro.
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Alasdosdelmediodíadeunfríoviernesotoñal,queenunosdíasdaríapasoalinvierno, Amy miraba con detenimiento su armario. Iría a la exposición de Paul.ConoceríaagenteyseguramentevolveríaaencontrarseconRuby,quelehabíacaídoespecialmentebien.Pensóqueprobablementenoseríaunaexposiciónelegante, asíqueeligióunostejanosajustadosyunacamisablanca.Haríaelridículoconzapatosde tacón,puestoque las calles empinadasdelpueblono loponían fácil para andarconellos.Decidiócolocarseunasbotasdecolormarrónycomoabrigo,sucazadoradecueronegro.Semiróenelespejopensandoensidebíaonomaquillarseunpoco.Disimularsusojerasyanimaraesospómulosquecadavezestabanmenostersos.Porprimeravezenaños,pensóendarseunanuevaoportunidad.¿Ysivolvíaaencontrarel amor enDingle?Negó con la cabeza riendo…nopodía hacerle eso aTom.Nodespuésdetodoloqueélhabíahechoporella.Esacasa…laherenciadesuspadresdestinadaaella…¿Porqué?¿QuéfuturovioTom?¿Quéimágenesviajaronporsumenteparaplanearalgoasí?
—¿Qué te hicieron, Tom?—preguntó Amy con la mirada fija en su reflejo yvisualizandodenuevoelcuerpoinertedeveinticincoañosdesunovio,tumbadoenuna fría camilla de metal del laboratorio forense. De nuevo, recordó el llanto delpadredeTomyeldesfallecimientodesumadre…ambosmuertos.Yanoestaban.Yanoquedabanadadeesepasado…
Intentó animarse un poco. Cubrió sus ojeras y con dificultad por la falta decostumbre, adornó sus pestañas con rímel. Coloreó con un tono melocotón suspómulos y se pusobrillo en los labios.A las tres ymedia de la tarde, salió de lascuatroparedesdesunuevohogarycogióelcochehastaDingle.AunquealllegaralpuebloporprimeravezpensóqueeraimposibleperderseenDingle,enestaocasiónse desorientó por las estrechas calles. Finalmente, logró ubicarse al encontrar laiglesiadeSt.Mary’s.Enfrente,estabalagaleríadondeyahabíagenteesperandoenelexterior. Aparcó el coche y con las piernas temblorosas, al saber que tendría queenfrentarsealasmiradasdemuchagentedesconocida,sedirigióhastalagalería.Yahabíanabierto laspuertas.Amyentróy lasmiradasde losmáscuriososseposaronsobreella.En ladesconocidaque recientementehabía idoavivir a la famosacasaButterfly en el acantilado. Se sintió fuera de lugar e incómoda. No eran miradasamables,sinomásbieninterrogantes…Ylopeordetodofue,cuandoempezaronacuchichear entre ellos. Amy optó por hacer caso omiso y centrarse en lasmaravillosas pinturas abstractas que tenía frente a ella. Llenas de vida y de color.PensóenlasmanossuciasdePaulquellevabanesosmismoscolorescomosifuerantatuajesensupiel.
—Lamujerdepocaspalabrassehadignadoaveniramiexposición—ledijounavozconocidadetrás.
—Paul—saludóAmynerviosa.Ese día, Paul no tenía manchas en sus manos. Estaban perfectamente limpias.
Erangrandesy fuertes.Poderosas, ágilesyal tactoalgoásperas.Peroesoeraalgo
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queAmy, aún no sabía. Al igual que ella, Paul había elegido para la ocasión unacamisablancayunosvaquerosquelequedabanmuybien.Además,Amyaspirócondisimulosuperfume.Comoqueriéndoloretenerensurecuerdo.Suaveymasculino.Inolvidable.
—¿Puedodecirteunacosa?—preguntóPaulpícaramente, sin esperar respuesta—.Eres lomásbonitodeesta sala.Más inclusoquemiscuadrosy teaseguroqueeso…esmuydifícildeconseguir—sonrió,lograndosonrojaraAmy.
—Todosmemiranmal.—Bah,nicaso.Mentescerradas.Esperaaquelleguelagentejoven,terecibirán
conlosbrazosabiertos,Amy.Asífue.LosamigosdePaulfueronllegandopocoapoco,incluidaRuby,quese
acercóaAmyenseguida.—¿Yafuncionalacapotadelcoche?—lepreguntódivertida.—No he vuelto a abrirla. Por si acaso—rioAmy, feliz al verla. Le recordaba
tanto a su «yo» de hace unos años… Esa risa, esas ganas de vivir y comerse elmundo.Rubyerasociable,siempreteníaalgoquecontarysobretodo,parecíafeliz.
—Pauleselgranartistadelpueblo.HaexpuestoenParís,Roma,LosÁngeles,NuevaYork…esmuyconocido.Bueno,élno…porquenoquiere.Perosusobrassonfamosasentodoelmundo.ParaDingleestodounhonorquealfinsehayadignadoamostrarlasaquí.
—¿Y eso?—preguntó Amy sorprendida ante una información que desconocíacompletamente.
—Es laprimeraexposiciónquehaceenDingle.Mepreguntosi tú tendrásalgoquever…
—Noentiendo loquemedices—dijoAmymirandoaPaul, quemanteníaunainteresanteconversaciónconunaparejaabsortatotalmenteenunadesuspinturas.
SintióunarepentinacuriosidadporPaul.Esaespeciedecuriosidadquesesienteporundesconocido,cuandoloqueenrealidadquieres,esqueformepartedetuvida.No lehabíasucedidoesodesdequeveíaaunpequeñoTomsoloe indefensoenelrecreosinamigos.RubycontinuóconsuajetreadavidasocialyAmysequedósolaenmediodelasala.Poraburrimiento,aceptóunacopadechampagnequelesirvióuncamarero y continuó mirando las obras. Steve había aceptado su propuesta paraescribirunartículode laexposiciónysobresunuevavidaenDingle.Podíaserdeinterésparaloslectores,conoceralgomásdelanuevavidaenIrlandadeunadelasredactoraspreferidasdelperiódico.Loquenohabíasospechado,esquePaultuvieratanbuenareputacióncomoartistayenDingle,loconsideraranuncélebrehabitante.
—¿Tegustan?—preguntóPaulderepente.—Esta especialmente —respondió Amy, señalando una obra en la que
predominabaelcoloramarillo.—EsAbbey—leinformóPaulpensativo—.¿Quéteparecequees?—quisosaber
elpintor.
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—Unaestrella.—Exacto,Amy.Esunaestrelladeformasabstractas.Asíescomoimaginamosa
nuestros seres queridos cuando desaparecen de este plano.Como estrellas que nosobservandenocheynosprotegen.YsitenemospacienciayesperamosaqueelcasisiemprecielocubiertodeDinglesedespeje,laspodemosver.
Amy se quedó paralizada ante el bonito lenguaje de Paul. Ensimismada en subocayensusprofundosojos,quemirabanconpena laabstractaestrellaquehabíapintadopensandoenAbbey.
—Muy bonito —dijo Amy al fin, tratando de no mostrar demasiado suspensamientos.
—Estoesunmuermo.Teprometídiversiónylavasatener.¿Vienesconnosotrosalpubenmediahora?
—Nosé…deberíavolveracasa—dudóAmycabizbaja.—Comoquieras.—¿Novasainsistir?—Latécnicadeno insistir funciona,por loqueveo—dijoPaulconunamedia
sonrisaencantadora,queAmyimitó.Cuarentaminutosdespués,Amyseencontrabaenel animadopubdeMurphy’s
bebiendounacervezaconPaul,Rubyyseisamigosmás.Ella,ensilencio,solopodíamaldecir el momento en el que no había guardado en el bolso su líquidodesinfectante.Perosusmaníasyobsesionesseleolvidaronamedidaqueeltiempopasabaylas jarrasdecervezasevaciaban.Algomareada,seplantóenmediodelapistaabailarjuntoalagente,alritmodelamúsicadeunjovenydesconocidogrupoderock.Paullamirabadesdeladistancia,mientrasRubylecontabaquelequedabapocoparaterminarlacarreradeeconómicasenlaqueestabacentradayqueHarry,suex, lehabíavueltoaenviarwhatsappsporquenopodíavivir sinella.PeroPaulnoescuchabaa la jovenydicharacheraRuby…solo teníaojosparaAmy,queesedíadecidióempezaravivirquizágraciasasuspalabras.Quizágraciasaél.SonrióysedisculpóconRubyparairjuntoaAmy,alaquehabíanrodeadounpardehombresalverlaborrachaeindefensa.
—Chicos,largodeaquí—amenazóPaul,cogiendoaAmydelicadamenteporlacintura.
—¡Si tenemos aquí al gran pintor!—exclamóAmy totalmente ebria, rodeandoconsusbrazoselcuellodePaul.
—Mujerdepocaspalabras…deberíasiradormir.Enestascondicionesnopuedescogerelcoche,asíqueteinvitoamicasa.Porsupuestoyoduermoenelsofá.
—No,no…¡yomevoyaButterfly!PaulresoplóyagarrandoaAmyporlacintura,sedirigióhastasucoche.Eranlas
onceymediade lanocheyporcomoestabaelcielo,Paulpensóqueseavecinabauna gran tormenta. Colocó a Amy en el asiento del copiloto, asegurándose queestuvierabienycondujohastaelacantilado.Alllegar,buscólasllavesdelacasaen
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elbolsodeAmy,volvióacogerlaenbrazosprofundamentedormidayentraronencasa.Paulobservóporprimeravez,elinteriordelacasaButterfly.Nadieenelpueblosabía de donde habían sacado el permiso para edificar ahí, en un lugar turísticoprotegido. La edificación era todo un misterio para los habitantes de Dingle ycercanías, y aunque Amy no lo supiera aún, muchas eran las leyendas que yacirculaban sobre el terreno y lamisteriosa persona a la que nadie había visto, quemandóaconstruirlacasa.Losobrerosdelaconstrucción,noteníanrespuestasparalasnumerosaspreguntasqueleshacíanlosqueibanacuriosearhastaelacantilado.¿Quiéneraelpropietariodelacasa?¿Porquéahí?Nadiesabíanada.Butterflyysulentaconstruccióndesdeelaño2010,eratodounmisterio.
Alsubirpor lasescaleraspara llevaraAmya lahabitación,Paulescuchóunospasos.Sedetuvoparacerciorarsequehabíacerradobienlapuerta.Noparecíahabernadiemássalvoellosdos,asíquenolediodemasiadaimportancia.CuandoestabanfrentealapuertadelahabitacióndeAmy,elsonidodeunfuertetrueno,ladespertó.SeabalanzótemblandosobrePaul,quelaabrazódulcemente.Instantesdespués,Amylo miró fijamente a los ojos y acercó su rostro al de él… lentamente… muylentamente…
—Tom…—susurróAmy.Paulfruncióelceño,acaricióelsuaverostrodeAmyylesonrió,llevándolahasta
lacama.Lequitólasbotasylaarropódándoleuntiernobesoenlafrente.AcaricióelcabellocortodeAmyysaliósinhacerruido.Decidiótumbarseenlahabitacióndeallado, no sin antes asegurarse recorriendo todas las estancias de la casa, que allísolamenteestabanAmyyél.
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CAPÍTULO6
Un delicioso aroma a café, despertó a la mañana siguiente a Amy. Se sentía másdesorientada que nunca, con un terrible dolor de cabeza e incesantes mareos. Loúltimo que recordaba era estar bailando enmitad de aquelpub y ni siquiera sabíacomo había llegado a casa. Al bajar las escaleras, vio a Paul preparando unastostadas.
—Buenosdías,mujerdepocaspalabras—saludóalegremente.—¿Quéhacesaquí?—preguntóAmyconfusa.—Tetrajeacasaanoche.Menudatormentahacaído.Tranquila,hedormidoenla
habitaciónde invitadosyhehecho lacama.¿Café?—ofrecióPaul,sirviéndoleunataza.Amy se sentó en un taburete sosteniéndose la cabeza—.Consecuencias de laborracheraquepillasteanoche,metemo.¿Estásbien?
—Resucitaré…—susurróAmy.—Claro que sí. Pero al menos lo pasaste bien ¿verdad? Y mis pinturas te
gustaron,esomepareció—Amyasintiódándoleunsorboasucafé—.Casimejormecallo,debensonarpanderetasenelinteriordetucerebro.
—Másomenos…—¡Bien!Respondesamiconversación.Hemosavanzado.—Graciasportraermeacasa—sonrióAmy,mirándolofijamente.—De nada, cualquiera lo hubiera hecho. Luego bajamos al pueblo para que
puedascogertucoche.—¿MicocheestáenDingle?—preguntóAmy—.Notengofuerzas…—Cuandotúquieras.Notengoprisa.—Vale…gracias…Creo…creoquevoyalbaño…Pasadasunashoras, laresacadeAmyfuedisminuyendoylapresenciadePaul,
queseencargódeprepararunaricacomida, resultóserreconfortanteyentretenida.Había olvidado por completo lo que era estar en buena compañía. Como en susmejores tiempos…conun rostro totalmente distinto que aún recordaba como si lohubieravistoayer.EldeTom,queseguíasinaparecerenlossueñosdeAmy.
—Rubymecontóqueeresunfamosopintor.Quetusobrashanrecorridomediomundo—dijo Amy con admiración, dándole una calada a su cigarrillo, mientrascontemplabalasvistasdesdeelporche.
—Sí,hanrecorrido losuyo—afirmóPaulsonriendo—.Esgenial trabajaren loquetegusta.Leponesempeñoypasiónyesosenotaenelresultado,supongo.Nodigoqueseaelmejor,peroestoysatisfechoconmitrabajo.Orgullosodecadaunodemiscuadros.
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—Sino te importa,megustaría hablar de tu exposiciónyde ti en el periódicolocaldeLondresenelquetrabajo.
—¿Opinarássobremisobras?—Sí.Meencantaron…¿Puedopreguntarteenqueteinspiras?—En la vida. En los sucesos… desde los más cotidianos hasta los más
importantes.Enpersonasyensentimientos.—Graciasporlarespuesta.—¿Soloesapregunta?—Sí,conesotengobastanteparaescribirelartículosobretodoloqueviayer.—Que ilusión. Recortaré tu artículo y lo guardaré como un tesoro—prometió
Paulriendo.—Habránescritoartículossobreti,supongo.—Sí, pero de echo eres la única que ha podido interrogarme aunque no hayas
aprovechado bien el momento y solo hayas hecho una pregunta. El resto deperiodistasmataríanporpoderhacerlo…—dijoPaulriendo—.Esbroma.Laverdadquesoybastantepocoaccesible.Megustadarleelprotagonismoamisobras,noamí.
—Entiendo. A mí me pasa lo mismo con mis artículos. Todos los redactorestienenunafotografíaeneliniciodecadaunodesusartículos.Yono.
—Puesloslectoressepierdenlaoportunidaddecontemplarunrostromuybonito.—Paul,dejadehalagarmetanto.Novoyaserunamásentucolección—repuso
Amyconhumor.—¿Yquiéntehadichoquequieroqueseasunamásenmicolección?—preguntó
Paul seriamente, sin que Amy supiera que decir—. ¿Quién era Tom?—Ante esainesperadapregunta,Amysequedóparalizada.Lediolaúltimacaladaasucigarroyreprimiendo las lágrimas, aplastó lentamente la colilla en el cenicero—. Anochedijistesunombre.
—Eraminovio.Murióhacedoceaños.—PoresomedijistequemeentendíascuandotecontélodeAbbey.—Sí. Sé lo que es perder a alguien a quien quieres.Da igual como pase… es
cruel.—Entonces,¿vivíasenLondres?—Amyasintió—.¿Puedopreguntartecómohas
llegadohastaaquí?—Esunahistoriaunpocorara,Paul.Nisiquierayolaentiendo—respondióAmy
sinceramente,quealmiraralosojosdePaulsabíaquepodíaconfiarenél.—Cuéntamela.Alomejorllegamosaunaconclusiónjuntos.Lociertoesqueen
el pueblo aún se preguntan como pudieron construir una casa aquí. Muchos lointentaronyelayuntamientonodiolospermisosnecesariosparahacerlo.
—¿Nosepuedeconstruiraquí?—Esunlugarturístico.Comoves,aunosmetrosseencuentranunasimportantes
ruinasqueturistasdetodoelmundovienenavisitar.Elpropietariodeestaparcelase
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llamabaMichaelLoganysudeseoeraconstruirunacasitaaquí.Nuncaleotorgaronningún permiso. Así que se cansó y vendió el terreno. Todos nos quedamos muysorprendidoscuandoen2010empezaronaconstruirestacasaquehantardadocincoañosenfinalizar.Efectivamente,comprobaronquetodoeralegal,queteníanlicenciaparaconstruir.Algoqueenaños,nadieconsiguió.
—¿Sabesquiénlaconstruyó?—¿No lo sabes tú? —preguntó Paul sorprendido. Amy negó amargamente—.
Correntodotipodeleyendas…lospueblos,yasabes.Dicenquesetratadelaobradeunfantasma—rio,aunqueaAmyselepusieronlospelosdepunta.Alfinyalcabo,Paul no ibamuy desencaminado—.Bah, tonterías…Y ahora has llegado tú y hascausadomuchacuriosidadentreloshabitantesdeDingle.
—¿Porqué?—¿Serátubelleza?—¡Bastaya,Paul!—Esbroma,esbroma…Bueno,noloes.Perocuéntame,¿cómohasllegadotú
hasta aquí?Haspasadodevivir enel centrodeLondresaunacasa solitaria enunacantiladodeIrlanda.
—Menudocambio¿eh?—Amyinspiróhondo, tratandodesersinceraconPaulsindesvelardetallesdeloquefuela trágicaytormentosavidadeTomdebidoasudon—.Tomestudióarquitectura.Erasupasión…Muriódíasdespuésdeempezaratrabajarcomoarquitectoenunprestigiosoestudio.Porlovisto,añosantesdiseñóestacasa que empezó a construirse con la herencia de sus padres, fallecidos de unaccidentedecocheen2010.Siete añosdespuésde lamuertedeTom.Yono sabíanada,ni siquieraqueTomteníaunabogado…Era tan joven…—se lamentóAmy,apartandosuflequillode lafrente,ante laatentamiradadePaul—.Fueelabogadoquienmecontactóparaexplicármeloymeentrególasllavesdelacasadiciéndomeque era la propietaria, tras firmar unos papeles.El otro día vino un colega de esteabogado…no recuerdo su nombre.Le hice preguntas y solomedijo que se habíaencargadode la construcción un arquitecto colega deTomque había venido desdeParís.LedijequenocreíaqueTomtuvieraningúncolega…teaseguroqueséporquelo digo.Ymedijo que nunca llegamos a conocer del todo a las personas.Tal veztengarazón.Perohaycosasquenomecuadrandemasiado.
—Vaya.Entoncesestacasatetraerárecuerdos.—Enrealidadno.NuncavivínadaaquíconTom.SinembargoenLondressí…al
principioveíasurostroencadachico.Nopodíapasarfrentealparquedondeíbamosal atardecer a columpiarnos y a hablar de la vida y el futuro porque me ponía allorar… Y por supuesto…—Amy se detuvo. Demasiada información. No queríamencionarelríoWestbourneenelqueencontraronelcuerpodeTom.
—Tranquila.Duelehablardelpasado—entendióPaul.El teléfono de Paul sonó, pero decidió ignorarlo. Estaba demasiado ocupado
contemplandolashermosasvistasqueteníadelante,queparaélnoeraelagitadomar
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o las frondosas montañas… eso lo tenía muy visto. Y sin embargo, le era difícilapartarlamiradadeAmy.
Peroquien fueraque llamaba,necesitabahablarurgentementeconPaul,porquenocesóensuintento.
—Cógelo—dijoAmy,queodiabaelsonidodelteléfono.Paullehizocaso,perohubieraqueridonohacerlo.Malasnoticias.Unasnoticias
fatídicasquecambiaríanelrumbodesusvidasylasdetodoelpueblodeDingle.APaulselecayóelteléfonodelasmanosyparalizado,miróaAmyconhorror.
—¿Quépasa?—preguntóAmysobrecogida.—Han…han…—Paulnopodíahablar.—Paul—repitióAmy.—HanencontradoelcadáverdeRubyenelríoMaine…—explicóalfin.—¿Qué? ¿Ruby?—preguntóAmy, a quien la sola idea de imaginar un cuerpo
inerteflotandosobreunríoletraíahorriblesrecuerdos.—Nopuedeser…Ruby…Amy se acercó a Paul y casi como por inercia, le dio un cálido abrazo que él
agradeció,mientras las lágrimas no pudieron evitar correr por susmejillas ante elimpactodeunanoticiatanterriblecomoesa.
NadaigualsehabíavividoenelpequeñoyfamiliarpueblodeDingle.ElcadáverdeRubyaparecióenelríoalasochodelamañana.Fuedescubiertoporunvecinoalque tuvieron que atender de inmediato por el shock que había recibido al ver elcuerpo amoratado de la joven. La autopsia reveló que fue golpeada, maniatada yvioladaantesdequelanzaransucuerpoalrío.Uncrimenhorrorosodelquesehizoeco la prensa local y por la que el pueblo perdió la tranquilidad a la que estabaacostumbrado.Amy,ensilencio,revivióelpeormomentodesuvida,cuandoen2003el cadáver de Tom apareció en el río. Acompañó a Paul hasta el tanatorio dondehabíanllevadoelcadáverdeRubytraslaautopsia.Allíseencontraronconfamiliaresyamigos.AmyvioenlosrostrosdelospadresdeRuby,alospadresdeTom…comosi el pasado hubiera vuelto. Atormentándola cuando había decidido dar un girorepentinoasuvida.Paul,aunquerotodedolor,intentabaconsolaralospadresyalahermanadeRuby,quenoparabandellorardesconsolados.
—Paul…Diosmío,¿quiénhapodidohaceralgoasí?—preguntabalamadredeRubyentrelosfuertesbrazosdePaul,sinpodercreeraúnloquehabíasucedido.
NiPaulninadieteníarespuestas.Lapolicíalocaltrabajabaduramentejuntoaunequipo de investigadores recién llegados deDublín, para encontrar respuestas a la
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violentamuertedeRuby.Peronohabíahuellasnipistasquecondujeranalagresor.Interrogaron a todos los habitantes del pueblo con unamisma pregunta. El agenteSamuelMhic,amigodetodalavidadePaul,trabajabaenelcasomásdifícilalquesehabía enfrentado en los veinte años que llevaba ejerciendo de policía. La vida enDingle era sosegada y sencilla para un agente policial y ese asunto, parecíaescurrírsele de entre lasmanos no solamente por lo escabroso que resultaba, si notambiénporelvínculoqueteníaconRubyysufamilia.
—¿Cuándo fue la última vez que vio aRubyAnderson?—preguntaba Samuelcon profesionalidad, a todos los habitantes dispuestos a colaborar, intentando nodemostrarelprofundodolorquesentía.
La respuesta de todos era la misma. En el pub de Murphy’s. Alegre, feliz,habladoraydicharachera…Nohabíanada raroodiferenteen la joven,quehicierapresagiarunfinalasí.Yellatampocoparecíasaberqueenpocashoras,miraríaalosojosdelamuertedelaformamáshorrible.
—¿Sabessiibaebria?—lepreguntóSamuelaPaul.—No,Rubynobebe alcohol.Ya lo sabesSam…—contestó tristemente—.No
bebía…Rubyno…—Paulseechólasmanosalacara.—Paul, se lopreguntamosa todos, no lo tomes comonadapersonal—advirtió
Samuelconreparo—.¿Quéhicisteanoche?—AcompañéaAmyhastasucasaymequedéadormirallí…enlahabitaciónde
invitados.—¿Conlamujerdelacantilado?¿Lanueva?—quisosaberSamuel.—Sí.El agente Samuel habló también conAmy, para corroborar que todo lo que le
habíadichoPauleracierto.—Si no fuera por él… a lomejor seríami cuerpo el que hubieran encontrado
muertoenelrío—selamentóAmy.—Nodiga eso señoritaCampbell. Es un hecho aislado, nunca ha ocurrido una
desgraciaasíenDingle.Seguramentehabrásidounforastero,alguienqueveníadepaso y… —respondió el agente negando con la cabeza—. Gracias por sucolaboración.
AmysequedójuntoaPaul,porqueelhechodevolveracasayencontrarsesolaleatemorizaba.Eranyalasdiezdelanochedeunhorriblesábado.PaulpudovermiedoytormentososrecuerdosenlatristemiradadeAmy.
—Amy, ¿quieres volver a casa?—le preguntómás tranquilo.Amy asintió, sinatreverseadecirque loque realmentequería,eravolveraButterflyperoconél—.¿Quieres que me quede contigo unos días? Hasta que pase todo esto o pillen almalditoasesino.
La respuesta era claray a lavezconfusaparaAmy.Ella,queencontrabaen lasoledad su propia seguridad y libertad, ahora no la deseaba. Quería estar con él.
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Sentirse segura teniéndolo en la habitación de al lado.ConPaul nadamalo podríapasarle.
—Sí…nomegustaríairsola,Paul.Noquieroestarsola.—Vale. Vámonos de aquí —dijo Paul, acariciando cariñosamente el flequillo
revueltodeAmy.NiDinglenielacantiladoparecíanelparaísoqueAmyhabíavisto,hacíatansolo
unos días desde que había llegado. Nada más entrar en casa, se sentó en el sofáagotadayencendióuncigarrillo.Paul,decidióencenderlachimeneaporprimeravezyalterminar,sesentójuntoaella.
—Paul,losientomucho.SéquequeríasmuchoaRuby—dijoAmy.—¿Notendráswhisky?—Nobeboalcohol…—selamentóAmy—.Lodeayerfueunaexcepción,telo
aseguro.—Es horrible. Aún no lo tengo asimilado. Ruby… tenía toda una vida por
delante.Noentiendocomoalguienpuedetomarselalibertaddedecidiralgoasí.Determinarconlavidadeunapersonadeunaformatansalvaje…Teaseguroquecomopilleaesehijodeputalomatoyomismo.
—Paul…ATomloencontraronmuertoenelríoWestbournedeLondres.—Amy…—susurróPaul,abriendomucholosojosyentendiendoquelasmismas
circunstanciasenlasquehabíamuertoRuby,debíanserhorrorosasparaelrecuerdodeAmy.
—Laautopsiarevelóquellevabamuertotresdíasyaunqueteníahuesosrotosyunfuertegolpeenlacabeza,quefueloqueacabóconsuvida,nopudieronsabersisetratódeunsuicidioodeunasesinato.
—¡Peroestáclaroquefueunasesinato!—exclamóPaulindignado.—Losforensesnolovieronasí.Casocerrado,nuncamássesupo…perolomás
extrañodetodofueque…—Amynosabíasicontinuar.Nuncaselohabíacontadoanadie, ¿por qué Paul le inspiraba tanta confianza? Ante la mirada interrogante dePaul, decidió continuar—…dijeron que llevaba tres díasmuerto pero yo le vi tansolounashorasantesdequeencontraranelcadáverenelrío.
Paulnocontestó.Amyse limitóa sonreír tristementeyacontemplarelpaisajeoscuro a través de la ventana. Solo la luz de un faro lejano iluminaba de vez encuandoellugarylaluna,esedíaescondidatrasunosgrandesnubarrones,decidiónohaceractodepresencia.
—Al principio pensé que era un lugar idílico para vivir, Paul. Ahora me damiedo.
—Tranquila,estoyaquí.Notevaapasarnada.Nolevaapasarnadaanadiemás.Pero Paul se equivocaba. Al día siguiente, el cuerpo de una turista italiana
apareciómuertoenelmismoríoyenlasmismascondicionesqueRubyeldíaantes.ElequipopolicialllevóelcasocondiscreciónparanopreocuparaloshabitantesdeDingle, que ya estaban suficientemente consternados con la violenta muerte de la
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jovenyqueridaRuby.Rubyy esa turista, solo tenían en comúnuna cosa… teníanveinticincoaños.ElpueblodeDingleempezóa recibirde inmediatoamultituddegente.Curiosos,periodistasyunamplioequipodeinvestigación,llenaronlascalles,loshostales,losbaresylospubsdelpequeñoyhastaesemomento,familiarpueblo.Nohabíansospechosos,nadieteníarespuestasaún.Eraprontoparasaberlo,perolosresponsablesdelcasosospechabanqueelasesinoseguíaenlazonayqueelcasodeRubyy el de la turistano era algo aislado.El asesino,volvería a actuar…estabantratandodedarcazaporprimeravezenDingle,aunasesinoenserieconunmismopatrón.
(INVIERNO)
Los días pasaron. Lentos, sosegados y en ocasiones, angustiosos. Como decostumbre, el sol no se dejaba ver en Dingle ymuchomenos en la zona alta delacantilado. Los nubarrones y las tormentas eran constantes y diarias. Amy pasabahoras encerrada en el estudio escribiendo su novela, que avanzaba con éxito. Lasvistas desde la ventana la inspiraban, lasmusas no la abandonaban y cada vez sesentía más a gusto con la historia que contaba a través de sus palabras. Seguíaescribiendo artículos para el periódico, algo que le aseguraba cobrar cada mes sunóminaparacubrirgastos.Steve,tratódeconvencerlasinéxito,paraqueescribierasobre los dos asesinatos acontecidos en el pueblo, que ya habían recorrido mediomundo y eran otros los redactores que escribían sobre el peliagudo asunto. Amysiempredecíaqueno.ErademasiadodolorosoySteve,aregañadientes,aceptabalanegativaaunquenoporellodejaríadeinsistir.AStevelefascinóelartículosobrelaexposicióndeartedePaulGellerenDingle,elpueblonataldelartista.AunqueAmyno lo supiera, era bastante conocido enLondres y así se lo expresó en uno de losúltimoscorreoselectrónicosquelemandóasuredactorapredilecta.
QueridaAmy:Fascinante el artículo sobre la exposición de PaulGeller. Personalmente,me fascina suobrayséporexperiencia,queesdifícilconseguirunaspalabrasdeél.Untipoduroderoer.Esdeesos locosartistasa losqueno lesgusta lapopularidadperovendemuybienyelartículohasidotodounéxitoentreloslectoresyadmiradoresdesuobra.Asípues,unavezmástefelicito.TencuidadoporDingle,lacosapintafea.UnabrazodesdeLondres.SteveB.P.D:¿QuétaleltiempoenIrlanda?Aquí,comosiempre…llueve.
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Paulibayvenía.Porlasnoches,seguíadurmiendoenlahabitacióndeinvitadosdeButterfly.NoqueríadejaraAmysola,lociertoesqueaunquenoqueríamostrarlo,éltambiénteníamiedo.MiedodequealgoleocurrieraenlaoscuridaddelanocheaAmy.Enlasoledaddeesascuatroparedes,aisladasdelmundo.Amynodecíanadayaunqueseguíaconsusmaniáticascostumbres,nopodía imaginarquepor lanoche,Paulnoestuvieraenlahabitacióndeallado.
Las labores de investigaciónpor los dos asesinatos, continuaban avanzando sinéxito. Se buscaba justicia por Ruby, que ya yacía bajo tierra y por la turista cuyocuerpo habían repatriado a su Florencia natal. Los habitantes de Dingle tambiéntenían miedo y el agente Samuel Mhic, en constante contacto con Paul, parecíadesesperado.
—Escomosiesasviolacionesymuertes sehubieranprovocadosolas,Paul.Esdesesperante…—le explicó Samuel, en elpub deMurphy’s. Paulmiraba hacia lasillaenlaqueporúltimavez,hablóconRuby.SearrepintiódenohaberlaescuchadoporestarpendientedelaborracheradeAmy.
—¿Siguesinhaberpistas?¿Niunasolahuella?¿Algo?—preguntóPaul,dándoleunsorboasucerveza.
—Nada.Nohaynada,Paul.Ylopeordetodoesquepresentimosquevolveráaactuar. Han pasado dos semanas y tenemos que estar prevenidos… creo que estáesperandoaquebajemoslaguardia—explicóSamueltristemente.
—Queduro,Samuel.Imaginocomotesientes.—Totalmente frustrado, Paul. Acostumbrado a poner multas por exceso de
velocidadomalestacionamiento…ayudaraancianosallevarsuscomprasacasaoacruzarunsemáforoenverdeyderepenteesto…Dosasesinatos.YRuby…cuantolaqueríamos.
—Eraunachicaincreíble—sonrióPaulpensativo.—¿YquétalconAmy?¿Duermescadanocheallí?—Sí…—¿Hayalgoentrelosdos?—No,nada.Esalgorara,¿sabes?Duermoenlahabitacióndeinvitadosyantesde
iradormir,hacecosasextrañas.Porejemplo…pasamuchoratoenelcuartodebañoconelgrifoabierto.Yantesdeacostarse, enciendeyapagael interruptorde la luznueveveces.Lascontélaotranoche.Tieneunpasado,comotodos…algodifícil.Noquieroforzarnada—respondióPaulconsinceridad.
—Bueno,perosisurge…esmuyguapa.—Sí,loes.Peronocreoquesientanadapormí.—Inténtalo. No pierdes nada… siempre has sido un rompecorazones —rio
Samuel,aquienleconveníahablardeotrotemadeconversaciónquenotuvieraqueverconmuertesotrágicosaccidentes.
Paul no rio. Pensativo, rumió la manera en la que podía acercarse a Amy sinasustarla.Permitiéndoleelegirlibremente.Locierto,esquesinapenasdarsecuenta,
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estabaempezandoasentiralgoporlamujerdepocaspalabras…sentimientosquenohabíavueltoatenerdesdeAbbey.PeroAbbeyestabamuerta,yaunquehacíatiempoquelohabíasuperado,debíadejarlairdeltodo.Alolargodetodosesosaños,eranincontableslasmujeresquehabíanpasadoporsucama.Peroningunalehabíadejadohuella. Ni siquiera recordaba el nombre de la mayoría. Amy era diferente y tal ycomolerespondióunavezamododepregunta,nopensabaincluirlaensucolección.
En casa, Amy terminaba el sexto capítulo de su novela y estaba a punto deponerseaescribirotroartículo,cuandoescuchóel ruidodeunospasosprocedentesde la cocina.Encendióuncigarrilloy sigilosamente, saliódel estudiomirandoconatencióncadarincóndelacasa.
—¿Paul?¿Paul,erestú?—preguntó.Laspiernas le temblaban.Unescalofrío repentino seapoderóde su seryen su
menteresonabancomoecosdeultratumba,laspalabrasdeTom…«Antesdeentrar,asegúrate de saber donde está la salida»… Fue hasta la cocina, donde habíaescuchado los pasos, pero no había nadie. Subió al piso de arriba y estaba vacío.Seguíaescuchandopasosperosoloestabaellaenlacasa.¿Seestabavolviendoloca?Alguientocósuhombro.Amysedio lavueltaperoseguíasinveranadie.Respiróhondoyconunnudoenlagarganta,salióalporchearespirarairepuro.Contemplólasvistasysiguiófumandosinquerervolveraentrarencasa.Almenos,nohastaquellegaraPaul.CerrólosojosyvioaTom…mirándola.Sonriente.Esperándolaenunlugarblancoy luminoso,dondeélnosufría las terriblesvisionesqueamargaronsuexistenciacuandovivía.
—Tom…Tom,¿estásaquí?—preguntóAmy.Tomnohabló,peronegóconlacabezayleadvirtióquesequedaraensilencio.
Amy volvió a abrir los ojos y decidió bajar a la playa a dar un paseo. El mar,revoltoso como siempre,mojaba los pies descalzosdeAmyquedecidió sentarse acontemplar el atardecer.Hacíamucho frío y los nubarrones como siempre, apenasdejabanque sevislumbraran los coloresmágicosdel atardecer.El sol, oculto en elcielo gris, pronto daría paso a una luna misteriosa que con un poco de suerte, sereflejaríaenelmarbravo.Amymiróhacialasruinas,quealolargodeesosdíasnohabíatenidovisitasacausadelosdosasesinatosenDingle.Luego,fijósumiradaenlacueva.Unacuevalejanaquelaatraíamisteriosamente.Quizáfueronsusojoslosquelejugaronunamalapasada,alverunaluzintermitenteenelinteriordelacueva.De nuevo, escalofríos. De nuevo, los fantasmas revoloteando por su mente,impidiéndolellevarunavidanormal.
—Hola Amy —saludó Paul, sentándose junto a ella—. ¿No tienes frío? —preguntó rodeándola con sus brazos.Amy se acurrucó, lo que provocó enPaul unsentimientoindescriptibledefelicidad.
—Noqueríaestarencasa—contestóAmytemblando.—¿Estásbien?—Ahoraqueestástú,sí—respondióAmy,mirándolofijamenteconternura.
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¿Eraelmomento?Paulse imaginóasímismoacariciandodulcementeelrostrode Amy. A continuación, la acercaría a él para besar sus labios. Unos labios quellevabandoceañossolitariosyamargossinprobarelcalordeunosbesos…¿EstabaAmypreparada?Peroelpintornoseatrevióadarelpaso.CuandoAmyvolvióafijarsumiradaenelmar,Paulmiródisimuladamentehaciaelcieloeinstintivamenteporelfríooporlabonitaestampa,apretósucuerpocontraeldeella.
—Paul…—empezóadecirAmyenlacocina,mientraslavabalalechuga.—Dime.—¿Esunincordioparatidormircadanocheaquí?—No,paranada.—Lodigoporque…nosé…—¿Nosabesqué?—preguntóPaulpícaramente,acercándoseaAmy.—Que… bueno…—balbuceó Amy pensativa—. A lo mejor te espera alguna
mujerenDingleo…—Nomeesperanadie,Amy—aclaróPaulinterrumpiéndola.—Peroesunpocoraro¿verdad?—Amy…nosvamosconociendo.¿Quépasa?¿Quieresquemevaya?—No,no…noquieroestarsola.Deverdadqueno—hacíatansolounmes,Amy
jamás hubiera dicho algo así. Ahora no podía concebir esa casa sin Paul. Sincompañía…sinsucompañía.
—Mañanaesviernes.¿Quieresquesalgamos?PodemosiralpubdeMurphy’s.Oaotro,siteapetece.
AmypensóenlajovenRuby.Ensusonrisayensuvitalmirada.Enlaúltimavezque la vio en el pub de Murphy’s, hablando alegremente con Paul. No llegó aconocerlamucho,peropensóquetalvezRubyhubieradichoalgoasícomo…«¡Ey,Amy!¡Sal!¡Diviértete!Lavidaestáparaeso,parapasarlobien.Disfrutacadadíaalmáximo,porquenuncasabescuandovaaserelúltimo.Ysino…dímeloamí…».
—Sí,salgamos—respondióAmyconunaampliasonrisa.Los nueve click del interruptor de la habitación de Amy, sonaron como cada
noche.Paul,aquienlecostabaconciliarelsueño,volvióacontarlos,preguntándoseporqueAmyhacíaesoantesdetumbarseenlacama.
Amy, desde su habitación, tampoco podía dormir y de nuevo… pasos. Pasoslentosperoseguros.Escalofríos.Unangustiosonudoenlagargantaquelaoprimíayla dejaba apenas sin respiración. Amy, asustada, se levantó de la cama. Seguíaescuchandopasos…cadavezmáscerca.Aproximándoseasuhabitación.Lapuerta
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seabrió.Solounpoco.Peronohabíanadietrasella.Derepente, lacortinapareciómoverse y no podía ser una corriente de aire porque todas las ventanas estabancerradas.
—¿Tom?—preguntóAmyatemorizada.Seguíasintiendounamiradainexistente.Lasensacióndequealguienaquienno
podíaver,ledabauntoquecitoenelhombro,fueloqueprovocóqueAmysalierayahurtadillas, se plantara frente a la habitación de invitados en la que se encontrabaPaul.Dudóduranteunossegundos,paseandoconintranquilidadporellargopasillo…hastaquedecidióentrar.Paul,queaúnnodormía,lamiróconfusoenlaoscuridaddeldormitorio.
—¿Puedodormircontigoestanoche?—preguntóAmytímidamente.—Claro.Venaquí—respondióPaul,haciéndoleunhuecoenelladoderechodela
cama.AmysetumbójuntoaPaul.Ambossemiraronynopudieronevitarreír.—Aquínovaapasarnada—aclaróAmy.—¿Puedo abrazarte al menos? —se atrevió a preguntar Paul. Amy dudó un
momento. Hacía mucho mucho tiempo que no dormía con nadie… que nadie laabrazaba.Peroenesosmomentoseraloquemásdeseaba.
—Sí.PaulabrazódulcementeaAmy,quedesprendíaunaromadulceydelicado.Amy
sesintióbien…agustoyprotegida.Elmiedoanteloquehabíaacabadodevivirensudormitoriohabíadesaparecido.NotarelalientodePaulsobresunuca,leprovocóunaexcitaciónquehabíaolvidado,despuésdetantotiemposinsentirotrapielrozarlasuya.AligualquePaul,Amytambiénseesforzópornodarselavueltaybesarsuslabios.Hubiera hecho el amor con él.Hubiera sido perfecto. Pero cerró los ojos yvolvióaveraTom…sabíaque teníaunacitaconelpasado,aunque fueraestandoentrelosbrazosdeotrohombre.
—Ya era hora, Amy—le dijo Tom, desde lo alto de una montaña. Un nuevoescenariooníricoqueAmynohabíaconocidohastaesemomento.Amy,desdeabajo,podíaescucharlocomosilehablaraaloído.
—¿Notemolesta?—preguntóAmyconfusa.—No.Quieroqueseasfeliz.Yéltehacefeliz.Conélestásasalvo,Amy…Con
élestásasalvo,Amy…Conélestásasalvo,Amy…Amytuvoquetaparselosoídos.LamontañasederrumbóyTomvolvióaentrar
enbucle.Alasochodelamañana,lasincesantesgotasdelluviadespertaronaAmyya Paul, que habían dormido profundamente en la misma posición durante toda lanoche.Juntos,muyjuntos.PaulsedesperezóymirandodereojoaAmy,selevantódelacama.Erapreciosa.
—¿Hasdormidobien?—preguntóPaul.—Sí,muybien—respondióAmysonriendoytapándoseconeledredón,tratando
de olvidar el rostro de Tom en sus sueños, para centrarse en el hombre que tenía
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delante.Condisimulo,AmycontemplóaPaul.Sutorsodesnudoerafuerte,biendefinido
eintimidante.ConlamiradaperdidaenlaespaldadePaul,sepercatóquellevabauntatuaje.UnaA.DeAbbey.Ydebajo,unafechaennúmerosromanos.
Sucabellocastañodespeinado,leparecióencantadorysehubieraperdidodurantehorasenesosojoscolormieladormilados…LatezbronceadadePaul,marcabasusatractivasarrugasdeexpresión.Poresasrisasylágrimasquehabíaexperimentadoalolargodesusintensostreintayochoaños.
—¿Tengoalgoenlacara?—preguntóPaulriendo.—¿Qué?No,no…Amyselevantóapresuradamentedelacamayfuecorriendohastasudormitorioa
cambiarse.RecordólaprimeravezqueTomlabesó.Fuemientrassecolumpiabanenunparquealatardecer.Tomselevantóprecipitadamente,ydesopetón,leplantóundelicioso y apasionado beso. Tenían diecinueve años. A partir de ese momento,iniciaron una relación diferente a la que tenían hasta entonces. Y resultó serextraordinaria. Ya no eran solamente amigos, eran algo más. Había amor. Pasión.Deseo.Apesarde todos losproblemasporculpadel tormentosodondeTom.ConTom había siempre dificultades, piedras en el camino, malos ratos… muy malosratos…y sin embargo, todo fue siempre fácil… a lomejor con el tiempo todo sevuelvemáscomplicado.Cuandoteacercasaloscuarenta,teexigesmásatimismoyalapersonaquetienesallado.AunquePaulparecieraserelhombreperfecto…sinterriblesvisionesqueafectaranasuvidaoundonqueentorpecierasucamino.Sinproblemas. Sin dificultades. Paul también era un hombre extraordinario, igual queTom…peroenotrosentido.Erahumano,mientrasqueTom,parecíaprocederdeotromundo.AAmylegustabacómolamiraba.Cómolesonreía…cómoselemarcabanloshoyuelosalreír.Paulhabíaentradoensuvidaderepente,sinqueellaloesperara.Yella,lohabíapermitidodespuésdetantotiempoatrapadaensusmiedosydudas.
Paulyaestabaenlacocinapreparandocafé,cuandoAmybajóvestidaconunosvaquerosdesgastadosyunaanchacamisaderallasazulceleste.
—Sal al porche si quieres, a fumar tu cigarrillo. Te llevo el café—dijo Paulservicialyamable.
—Gracias,Paul.Alpocorato,PaulsesentóalladodeAmyyleofreciósutazadecafé.—CocoChaneldecía…—empezóadecirPaul,dándoleunsorboasucafé—.La
felicidadtambiénconsisteenloquedejasir,portupropiobien.—¿Aquévieneeso,Paul?—Nada, pensamientosmañaneros…—rioPaul. Pero tenía sentido para él, que
habíadecididoserfelizdejandoirunapartemuydolorosadesupasado.DejandoirdeunavezportodasaAbbey.Deltodo…Sinsentirseculpable.
—Haspuestomividapatasarriba, ¿lo sabías?—Paul lamiró sorprendidoanteesasinesperadaspalabras—.Soyunapersonararita…conmanías,costumbresyuna
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rutinamuymarcada.AlmenosasíeramividaenLondres.Sabíaqueaquímishábitoscambiaríanperonologroacostumbrarme.
—Notepillo…—EnLondres, subía y bajaba rápidamente las escaleras demi edificio para no
encontrarme con ningún vecino. No quería saber nada de nadie. No quería tenercontactoconnadie…inclusomealejédemipropiamadre.Mividasocialeranulayporqueeneltrabajonomequedabaotroremedioqueveragentequesino…aúnasílos esquivaba siempre. Y ahora… —Amy hizo una pausa y sonrió—. No meacostumbro a no estar sola, Paul. Pero a la vez, nome imagino sin ti—respondióAmy,mirándolointensamentealosojos.Paulasintiósonriendo,peronodijonadaalrespecto.Preferíaesperar…esperaraquellegaraelmomentoadecuado.EsaesperapareciódecepcionarunpocoaAmy,quecondisimulo,lediounsorboasucaféyunacaladaasucigarrillocontemplandoelpaisaje.
—Entonces, ¿esta noche salimos?Aunque llueva…—dijo Paul, cambiando detema.
—¿Ycuandonollueveaquí?—preguntóAmyriendo—.¿Sesabealgosobre…?—Losasesinatos—interrumpióPaul—.No—negótristemente.
Amy y Paul se dejaron ver juntos por las calles deDingle. Los habitantes losmiraban extrañados y antes de entrar a cenar en la marisquería Out of the Blue,situada frente al puerto, el viejo Rowan Carthaigh, detuvo a la pareja de maneraviolenta. Sus pequeños ojos azules parecían estar poseídos por el mismísimodemonio.
—Tú —dijo señalando a Amy con rabia—. Tú eres la culpable. Has traídodesgracias al pueblo, ¡estás embrujada!—gritó, ante la atentamirada de todos lostranseúntes.
—Rowan,venga…vuelvaacasa—lerecomendóPaulamigablemente.—¡No!Paul,noteacerquesaella.Esunabruja,estámaldita.¡Estámaldita!—
siguiógritandoelhombreenfurecido, sinapartar lavistadeunaAmyasustadayapuntodellorar.
—¡Papá! —exclamó una mujer de unos cincuenta años, acercándoseapresuradamentehastadondeseencontrabaelanciano—.Losientomucho…Papá,¿quédices?Venga,vamosacasa…Deverdadquelosiento—sedisculpólamujer,llevándoseconsigoaRowan,quenopodíacaminarbiensinlaayudadesubastón.
Amy, aún perpleja por lo ocurrido, tenía la mirada fija en el anciano, que sealejabajuntoasuhijagritandoynegandoenérgicamenteconlacabeza.Decaída,no
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pudoreprimirmáslaslágrimasyPaul,antelaevidentetristezadeAmy,laabrazó.—Venga,Amy…Rowanpadecedemenciasenil.Nosabeloquedice—laalentó
Paul.—¿Ysitienerazón?—¿Qué?¿Cómovaa tener razón?No tienes laculpadenada.Venga,olvídalo.
Vamosapasarlobien,teencantaráelmariscodeOutoftheBlue.Amy asintió, y entraron a disfrutar de una agradable cena, acompañada de una
como siempre interesante conversación.Al llegar alpub deMurphy’s, lasmiradasextrañasnocesaron.AligualqueelviejoRowan,lagentemirabacondesconfianzaaAmy.ComosiellafueralaculpabledelosdosasesinatosqueocurrieronenDinglehacíapocassemanas.NadieseacercabaaellayaunquePaulnoloquisieraverenunprimermomento,tuvoquereconocerqueelcomportamientodesusamigosnoeraelhabitual.
—Venga,¿quéospasa?Esunamujerincreíble—lesdijoPaul,aprovechandoqueAmyhabíaidoalabarraapedirunacerveza.
—¿Increíble?Dirás rarita—se sinceróApril, lamujer del agente Samuel, queasintiólentamenteconlacabeza.
—Esraro,Paul.EnDinglenuncahapasadonada.LlegaellayRubyyesaturistaaparecenmuertasenelrío—dijoKarl,elmecánicomássolicitadodelpueblo.
—Hasidosolocasualidad—tratódedefenderlaPaul—.Unatrágicacasualidad.Tratadlaconnormalidad¿vale?
AunquelosamigosdePaulasintieron,noledirigieronlapalabraaAmyentodalanoche.Amydecidió irasuaireydistanciarseunpocodePaul,paranocausarleproblemasconsusamigos.Bebióybebióhastaacabardenuevoenmediodelapistadelpub,bailandosin tenerelcontroldesucuerpo.Alasdocede lanoche,Paulseacercóaellaydenuevo,espantóaunpardehombresqueseacercabancondisimuloalabellamujerebriaquebailabadescontroladamente.
—Vámonos a casa—le dijo Paul, cogiéndola por la cintura como la primeranocheenlaquedurmióenlacasaButterfly.
PaulentróencasaconAmyenbrazosprofundamentedormida.Laacostóensucamayse fueadormira lahabitaciónde invitados.Perominutosmás tarde,Amyabrió la puerta y se acostó con él. Sin decir nada. Paul la abrazó. Amy, aúnconsternadapor los efectos del alcohol sonrió y se quedódormidaplácidamente…esanoche,soñóconPaul.Conlosbesosqueaúnnolehabíadado.Conlasmanosquetanbienconocíayconlosabrazosquetantolareconfortaban.
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CAPÍTULO7
Alamañanasiguiente,elpueblodeDinglevolvíaadespertarconmalasnoticias.Untercer cuerpo había aparecido en el río. Se trataba deMary Larson, una joven deveinticincoañosquelanochedelsábadohabíadecididosaliradarunavueltaconsusamigosporelpueblo.AlcontrarioqueRuby,aMarylegustababeber,peroesanocheno lo había hecho. Se despidió de sus amigos diciéndoles que se iba a casa. Peronunca entró por la puerta. A diferencia de los otros cadáveres, a Mary le habíanamputado la mano izquierda, sus ojos estaban amoratados y no había signos deviolación.Denuevo,buscaronpistas,huellasdactilaresoalgúncabelloquepudieraesclarecer los hechos y dar con el culpable. Pero nada. Como si las víctimas nohubieran puesto impedimento en ser agredidas. Como si no hubieran luchado porsobrevivir.Comosielasesinofuerainvisibleynodejararastro.
PaulyAmysedespertaronesamañanaenlamismacama.Denuevo,Amyteníaun tremendodolordecabezaymareosdebidoa laborracherade lanocheanterior,quelahizopermanecermástiempodelohabitualtumbada.Mientrastanto,Paulbajóa la cocina apreparar el desayuno.En su teléfonomóvil teníavariosmensajesdelagenteSamuel,queleinformabadelosucedido.Maryeraconocidaenelpuebloaligualquesuspadresysusdoshermanoscincoañosmenoresquelafallecida.Conelcorazón encogido, Paul despertó a Amy dándole la mala noticia. Aunque ella noconocieraaMarynia suentorno, laspalabrasdePauldiciéndolequeotrocadáverhabíaaparecidoenelrío,seclavaroncomounpuñalenelcorazón.¿Quéeraloqueestabapasando?¿Porquédesdequehabíallegadoella?¿Teníaalgoquever?
—¿Quéedadtenía?—preguntóAmy,aúnsomnolientayconresaca.—Veinticinco.Comotodas.—Tomteníaveinticincoañoscuandomurió—lecontóAmypensativa.—¿Creesquepuedeteneralgoquever?Amyseencogiódehombrostemiendoquesí.Queeraposiblequelamuertede
Tomtuvieraalgoqueverconesaschicas.Yledolíaenelalmaqueasífueraporqueaquelviejoque arremetió contra ella lanoche anterior, podía estar en lo cierto.Seestremeciósoloconpensarlo.
—Paul,yanohacefaltaquetequedesaquí—dijoAmyderepente.—¿Quieresquemevaya?—Sí.Hace tiempoquedejéde tenerveinticincoaños…Nocreoqueelasesino
vengaapormí—respondióAmycondecisiónyciertanostalgiaensumirada.Paul asintió. Tal vez era lo mejor. Volver a hacer su vida en Dingle, volver a
centrarseensuscuadroseiraButterflysolodevisita.Susamigosteníanrazón.Amy
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eraunamujerextraña.Solitariaaunquehubierahechounaexcepciónconéldurantelasúltimassemanas.
—¿Estarásbien?—preguntóPaulindeciso.—Creoquesí.Amyse levantósindecirnadamás.Sefuehastasudormitorioynosalióhasta
que Paul cogió sus pertenencias y se fue a Dingle. Probablemente se echarían demenos.Probablementeeraesoloquenecesitaban.
AAmy,ButterflyleparecíamuygrandesinlapresenciadePaul.Alamediahorade notar su ausencia, ya lo echaba de menos. Pero manteniéndose firme en sudecisión,seencerróensuestudioconunacajetilladecigarrosyunatazadecaféysiguió trabajando en su novela. Las horas pasaron rápido, se le olvidó comer y nisiquierasediocuentadelmomentoenelquesehabíahechodenoche.Cuandomiróel reloj, eranya las siete de la tardey el estómago empezó a rugir ferozmente.Sedirigió hasta la cocina y preparó un sándwich. De nuevo, escuchó unos pasosprocedentesdelpisodearriba.Miróporlaventana.NoeraPaul,sucochenoestabaallí. Y no estaba loca, sus oídos no la estaban engañando. Alguien paseabarápidamenteporelpasillo.Sintiómiedo,escalofríos…sinatreverseasubir,salióalporche.Oscuridad.Unanochemás,nisiquieralalunasedejóverreflejadaenelmar.Volvióaentrarencasaycondecisión,subióalpisodearribaencendiendotodaslasluces.Nohabíanadieylospasoscesaron.Denuevo,alguientocósuhombro.
—¿Quéestápasandoaquí?—preguntó,maldiciendoelmomentoenelquehabíaabandonadosuseguroapartamentodeLondres,paravivirenunacasasolitariaenunacantiladodeIrlanda—.Tom,¿erestú?
No obtuvo respuesta. Una corriente de aire inundó el pasillo sin que tuvierasentido. Las ventanas estaban cerradas. Amy se estremeció, volviendo a bajar lasescalerasyencerrándoseenelestudio.Elúnicolugardelacasaenelquesesentíasegura.
—Noquieroestarsola…noquieroestarsola…—repitió,llevándoselasmanosalacabezay frotandoenérgicamentesusojoscansados,porhaberestado todoeldíaconlamiradafijaenlapantalladelordenador.
Decidió encender por primera vez Skype y hablar con alguien. Inició unacomunicaciónconSteve,queamablementerespondióasuvídeollamada.
—¡Amy!—saludó sonrientey con el cabellomásdespeinadode lohabitual—.¿CómovaporIrlanda?¿Estásbien?—preguntóalverqueAmyestabablancacomolaparedysusojosenrojecidosmostrabanpánicoporloqueacababadevivir.
—Sí, sí…nada, solo quería preguntarte que…el artículo sobre perros y gatos.Ehh…¿Quieresqueincorporemosotrotipodemascotas?Porejemplo…¿Periquitos?
—¿Periquitos?—rioSteve—.Escribeloquequieras,Amy.—Vale…—¿Algomás?Estoyconlosniñosyesunalocura.—No,no…perdonaporlashoras,yo…
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—¿Seguroqueestásbien?Amyasintió, forzandounamediasonrisaycerró lacomunicación.Seentretuvo
un ratoescribiendosobreperros,gatosy todo tipodemascotas,hastaquevolvióaescuchar pasos. Se quedó paralizada. Tragó saliva y encendió con nerviosismo uncigarro. Esta vez, los pasos no eran rápidos, si nomás bien sigilosos. Pausados…misteriosos.AAmyseleerizólapielydecidióquelomejorerasalirdeallí.Teníaunmalpresentimientoyunasensaciónhorribledequealguienaquienellanopodíaver,laobservabaentodomomento.Yaenelexterior,nisiquieralaslucesdelinteriordela casa la ayudaron a ubicarse para llegar hasta su coche. Seguía escuchando lospasos. Iban trasella.Cadavezmásrápidos…cadavezmáscerca.Corrióasustada,sinsaberaloquerealmenteseestabaenfrentando,hastaquetropezóconunapiedraque no vio y cayó al suelo, dándose un fuerte golpe en la cabeza. Amy quedóinconsciente en la penumbrade la nochey la soledaddel acantilado.Lospasos sedetuvieronjuntoaellayalolejos,unaluzintermitenteseveíadesdelacuevaporlaqueAmysintiócuriosidaddesdelaprimeravezquereparóenella…
Paulpasóeldíaabsortoensuspinturas.TratandodeolvidaraAmy.Noqueríapensarenella.Susamigosteníanrazón,eraunamujerextraña…noleconvenía,sololetraeríaproblemas.Peroentonces…¿porquénopodíaquitárseladelacabeza?ÉlnocreíaqueellaestuvieraembrujadaoquelosasesinatossucedidosdesdequeAmyllegóalpueblo fueranculpasuya.Habladurías…soloeraneso.Habladurías típicasdeunpueblopequeñoyenesosmomentos,muyasustadoportodoloocurrido.Paulnocreía enesas cosas.Ni enbrujería, fantasmas,hechizos…soloenquehabíaunmalditohijodeputadecarneyhuesosuelto,yquepodíavolveraactuarencualquiermomento.ElagenteSamuely todosuequiposeguían trabajandodiariamenteen lainvestigación, aunque estuvierandesanimados al no tener ni una sola pista.Ni unasola prueba. Al no tener absolutamente nada. Sin embargo, advirtieron que lasjóvenes,especialmentelasdeveinticincoaños,nosalieransolasporDinglehastaquetodosesolucionaseyencontraranalasesino.Unasesinosinpiedad.
Agotado,PaulmiróelteléfonoporsiAmylohabíallamadoolehabíamandadoalgúnmensajeduranteeldía.Nada.Eranlasnuevedelanoche…laimaginabaenelporche,consuscigarrillosysuténocturno,contemplandolaoscuridadensupreciadasoledad.Decidió llamarla para asegurarse de que estaba bien.Al tercer tono, Paulescuchó al otro lado de la línea telefónica una fuerte respiración. Jadeos. Palabrassusurrantes que no pudo entender… y de repente, se cortó la comunicación. Paulfruncióelceñoyvolvióallamarla,peroestavez,Amynocogióelteléfono.Tuvoun
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mal presentimiento. Una corazonada. Rápidamente, cogió el coche y fue hastaButterflyparaasegurarsequeAmynoestabaenpeligroyqueelextrañosucesoconelteléfono,solohabíasidounerrordelíneaoalgoporelestilo.
—Tom…hasvenidoabuscarme…—susurróAmy,enlasprofundidadesdelmar.Abrazados,desnudos,pielconpiel…sebesabanapasionadamente.Nohabíatemor.Nosentíanelfrío.Soloelcalordesuscuerposyelamordelpasado.
—Shhh…nodigasnada—ledijoTom,cerrandolosojos—.Estásdentrodeunsueño.Sépaciente,Amy…sépaciente,Amy…sépaciente,Amy…
Tomentróenbucle,hundiéndosebajoelaguaydejandoaAmyenlasoledaddeunmarencalmaqueempezóderepente,aembravecerseyadesatarsufuria.Amyluchó contra las altas olas, pero eran demasiado poderosas para un ser pequeño einsignificantecomoella.Derepente,multituddemariposasrojasvinieronabuscarlaysinsabercomo,Amyseencontróflotandosobreelcielosinqueelmar,teñidodemultituddecoloresderepente,fuerayaunpeligroparaella.
Amydespertóensucama,confusaydesorientadaconunfuertedolordecabezaque en esa ocasión, no era culpa del alcohol. A su lado, Paul le sonreíaamistosamente.
—¿Quéhapasado?—preguntóAmy.—Tehasdadounbuengolpe.Tellaméanocheypasóalgoraroconelteléfono…
supequealgoibamalyteencontrétiradaenelsueloconlacabezaensangrentadaeinconsciente.
—Creoquemecaí…—respondióAmysinquererexplicarleaPaullaverdad.Noquería quepensara que era una loca quehabía sufrido alucinaciones, posiblementeporlasugestióndeestarencerradaenunacasasolitariaenmediodeunacantilado,donde la noche eraoscuray amenudo el paisaje resultaba lúgubrey terrorífico—.¿Mellamaste?
—Sí… pero no fue agradable lo que escuché. Susurros extraños, jadeos…—explicóPaulfrunciendoelceñoyqueriendoolvidaresaespantosavoz.
—Peroesimposiblequetecogieraelteléfono,Paul.Melodejéenelsalón.
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—Alomejormeequivoqué—dijoPaulrestándoleimportancia—.¿Quieresquemequede?
—¿Quieresquedarte?Paulasintiósonriendo.Amypusolosojosenblancoyriotocándoselacabeza.—Duele…—Losé—dijoPaultocándoleconcuidadolacabeza—.¿Temareas?¿Vesbien?—Estoybien.—¿Quéhacías?¿Adóndeibas?—quisosaberPaul.—Nosé,Paul…—Noquieresresponder.—No.—Para que no piense que estás loca—asintió Paul,mirándola fijamente a los
ojos.—Puedeser.—Vale—rio—.Mevoyadormiralahabitacióndeinvitados—dijolevantándose
yguiñándoleunojo.—Paul.—DimeAmy—dijoPauldesdelapuerta,apuntodesalir.—¿Porquénoduermesconmigo?PaulsetumbójuntoaAmy,queestaveznolediolaespaldaparaquelaabrazara.
Semiraronfijamenteysonrieron.Amy,conlamanotemblorosaysumentenubladaporlasdudas,acaricióelrostrodePaul.Ásperodebidoasubarba,peroagradablealtacto.Familiarycercano,desprendíauncalormuyatrayente.Paulsedejóllevar.SeacercópausadamenteaAmyehizo loquedeseabadesdeelprimermomentoenelquelavio.Besarsuslabios.Fueunbesodulce,lento…máspropiodeunaparejaqueseconocendesdehaceañosquedeunprimerbeso.Seacariciaron.Seacercaronmás.Ymás.Losbesosdejarondeserdulcesylentos.Sevolvieronapasionados,deseososporseguirconociéndose.Descubriéndose.EnelmomentoenelquelamanodePaulacariciólaentrepiernadeAmy,ella,confusa,lodetuvo.
—No,Paul…hoyno—dijoAmyfrunciendoelceño.Paulaceptósudecisiónycontinuóbesándolayacariciándolaconmuchomimoy
cuidado.Nonecesitabanadamás.Amyvolvíaasentirseviva.Demasiadosañossinbesos.Sinesosbesosqueojalá,hubieraconocidoantes…muchoantes.
Tressemanasmástarde,PaulhizolasmaletasysefueaBerlín,dondesusobraseranmuydemandadas. Se quedaría cinco días, ya que tenía un par de importantes
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exposiciones. Una en la GaleríaMichael Haas y la otra en el prestigioso espacioartísticoKreuzberg/Bethanien.SedespidiódeAmyenelporchealgopreocupado.
—Te llamaré cada día ¿vale?Nome des ningún susto, por favor—le advirtiódándoleunbeso.Esosbesosquesehabíanconvertidoenunaadicción.
—Quepenaquetevayas…—selamentóAmy.—Quepenaquetúnohayasqueridovenir…—repusoPaul.—Tengo artículos pendientes… Encima que me han hecho el favor de seguir
trabajandoenelperiódicodesdeaquí,nolespuedodejarcolgados.—Bueno,soloseráncincodías.Notendrástiempodeecharmedemenos.—Peroteecharédemenos—ledijoAmy,mostrándoseencantadora.—Yyoati—respondióPaulabrazándola.Dingle no había vuelto a ser noticia por más desafortunados crímenes. Sus
habitantesparecíanquerervolveralanormalidadyalfin,StevedejódeincordiaraAmy para que escribiera un artículo para el periódico sobre los tres asesinatos enserie. Amy no había vuelto a escuchar pasos en Butterfly. Tampoco había tenidotiempograciasaPaul,quehabíaestadoconellalasveinticuatrohorasdeldíadesdeaquelladesafortunadaeincomprensiblecaída.
EldíaenelquePaulsefueaBerlín,Amytratódemantenerseocupadaparanopensar demasiado en su ausencia. Escribió durante horas, paseó por la playa y sesentó en el porche a disfrutar de sus cigarrillos, sus cafés y su soledad.Al caer lanoche,volvióaaparecerelmiedo.Elmiedoavolveraescucharpasos.Elterrordeque una mano invisible tocara su hombro. La espeluznante corriente de aire.Encendióeltelevisorypusoelvolumenmuyaltoparaasínoenterarsedenada.Peroaún así, sentía que alguien la vigilaba. No era la misma sensación que tenía enLondres,cuandoaquelhombredecarneyhuesoqueresultóserelseñorTanner, lavigilabadesdelacalle.LepreocupabalaparanoiaqueleprovocabaelnopodervereseotroladodelqueTomhablabaaveces.Sinningúninterésporloqueemitíanentelevisión,cerrólosojos.Tomvolvíaahablardelmundoinvisible,quelosvivosnoalcanzamosaver.
—Yolohevisto,Amy.Yhaymáspenasquealegrías.Notepuedesniimaginarlacantidaddealmasperdidasyconfusasquehayalotrolado…
—¿Quélado,Tom?—Elladodelosinvisibles.Eldelosmuertos.Laotradimensión.Ellosdesdeese
lado nos pueden ver, pero nosotros a ellos no. A veces, con un poco de suertepodemos sentirlos… y ellos nos pueden tocar.Advertir de algo.Dar alguna señal.Pero cuidado… porque no todos son buenos,Amy.Algunos son capaces de hacermuchodaño.
—¿Porquésequedanatrapados?—Depende. Algunos no saben que han muerto, están perdidos. Otros tienen
asuntos pendientes, la mayoría… sobre todo los que murieron siendo jóvenes. Ymuchos están enfadados. Furiosos por no haber subido de nivel y tener que
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conformarseconvagarduranteañosotalvezsiglos,poresadimensión.Perotambiénestánlosespíritusprotectores,alosquelesesmásfácilprotegernosdesdeeseladomáscercanoalosquesiguenvivos,queotrasdimensionesmásavanzadas.
—¿Ycómoes?—preguntabaAmysinllegaracreérselodeltodo.—Nolosé,nuncaheestado—reíaTom.—Perolaconoces.—Lahevisto.Perosuperficialmente.—¿Porquétúpuedesverla?Tomnoteníarespuestaparaesapregunta.¿Porquéélpodíavercosasqueelresto
depersonasno?¿Porquéterroríficasvisionesloacechabanaélynoaotrapersona?Amyabrió losojosymiróhacia lacocina.Lacortina semovió.Solounpoco,
perolosuficienteparahacersaberaAmy,quehabíaalguiendesdelaotradimensiónquequeríacontactarconella.
—Dimequequieres—dijoAmy,tratandodemostrarsetranquilayconfiada.Unpaso.Dospasos.Tres.Amyesperóunosminutosantesdecontinuarhablando.
Pero de repente, la sensación de que alguien a quien no podía ver la observaba,desapareció.Comoporartedemagia.YsesintióbienyseguraenelinteriordelascuatroparedesdeButterflyalfin.
Antesdeiradormir,Amyencendióuncigarrillo,preparóunatéverdeysalióalporche.Esanochelosnubarronessehabíandadoundescansoylalunallenabrillabapoderosa,ofreciéndolealmarunbrillosobrenaturalprecioso.Amylediounacaladaa su cigarrillo y empezó a jugar con sus dedos distraída. Pensaba en Paul. En suscaricias… en sus besos… pero también en lo culpable que se sentía. ¿Por qué nocreíaquemerecíaserfelizdespuésdedoceaños?Tomestabamuerto…yporloquelehabíadichoensueños,sealegrabadeverlabienaunquefuerajuntoaotrohombre.De nuevo, volvió a pensar en como sería Tom a sus treinta y siete años. Una luzintermitenteprocedentedelalejanacueva,distrajoaAmydesuspensamientos.Eraunaluzintensaeinquietante.Lallamaba…másquellamarla,reclamabasuatención.Unminuto,dos,tres…aloscincominutos,laluzsedesvanecióyAmyescuchóunospasos.Procedíandelapartedeatrásdelacasaynoerancomolosdesiempre.Esos,parecíanpisar con fuerza el césped.BordeabanButterflyy se acercabanal porche.Pasos seguros, firmes.Amy se levantó de la silla inmediatamente y entró en casa.Cerrólapuertaconllaveyalmirarporlaventanadelsalón,ungritoaterradorsaliódesuboca.Nopodíacreerloquesusojosleestabanmostrando,diciéndolequenoestaban equivocados. Que lo que estaban viendo era real. Él. Él estaba allí. Y lamirabaconunasonrisa,comosieltiemponohubierapasado.Comosilamuertenohubieraexistido.
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CAPÍTULO8
CuandoPaul llegó aBerlín, ya era de noche.Las calles,muy distintas al pequeñopueblodeDinglealquePaulestabaacostumbrado,ledabanlabienvenidaconsuairefestivoeinformal.AntesdeiralhotelRiuPlazaBerlíndondesealojaba,decidióiratomarunacervezaaunbarcercano.Ungrupodeatractivasmujereslomiraroncondeseo. Pero Paul, que en otro momento de su vida se hubiera acercado a ellas yseguramentealgunahubierasubidoasuhabitacióndelhotel,selimitóasonreíryaignorarlasseñalesevidentesdeconquista.
Una hora después, ya acomodado en la habitación del hotel, Paul llamó a suprestigioso agente que llegaría a la ciudad al día siguiente procedente de Roma,dondehabíainauguradounaexposicióndeotrodesusartistasrepresentados.
—¡Paul!¿Quétecuentas?—lepreguntóelagentealegremente.—YaestoyenBerlín,Anthony.—¿EnBerlín?¿QuéhacesenBerlín?—preguntóAnthonyalotroladodelalínea
telefónicaextrañado.—¿Estásdebroma?Lasexposiciones—respondióPaulconfuso.—¿Exposiciones?TienesunaexposiciónelmesquevieneenLondrespero…¿en
Berlín?EnBerlínno,Paul.—Noentiendonada.Anteayeruncamiónsellevómiscuadrosparaexponerenla
galeríaMichaelHaasyenKreuzberg/Bethanien.—Paul.Meestáspreocupando—dijoAnthonyErickson,quetrabajabaconPaul
desde hacía quince años—.No hemos acordado nunca esas exposiciones.Hace unañohablamoscon lagaleríaMichaelHaasperono llegamosaunacuerdo.YsobreKreuzberg/Bethanien,nomeconstaquenuncanoshayamospuestoencontactoconellos—explicóseriamente.
—Peroentonces…—Han robado tus cuadros, me temo… —suspiró Anthony alarmado, aunque
intentandomantenerlacalma.—No.Anthony, tú y yo hablamos hace una semana.Me dijiste que estabas en
RomaconlaexposicióndeJudyBrownyquevendríasaBerlínparalasmías.Quelasacordastehaceunmes.
—Paul, hace tres semanas que no hablamos. Y no estoy en Roma, estoy enLondres.
—Esunabroma¿verdad?—Ya sabes que no bromeo. Y menos con estos temas. No te preocupes Paul.
Cuandopuedas,vuelveaIrlandayyomeencargodeloscuadros.Aversipodemoslocalizarlos…daréunavisoalapolicíaoalgo.Elsegurolocubretodo.
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Paul colgó sin saber que pensar. Lo que menos le preocupaba ahora eran loscuadros,porquetodoleparecíaextrañoeilógico.SinohabíahabladoconAnthony…¿Conquiénhabíahablado?Erasuvoz,deesonolecabíalamenorduda.Confusoyaúnenshock,llamóaAmyperonolecogióelteléfono.PaulnopodíaimaginarqueAmy había dejado de pensar en él… que tenía a su lado a la persona que logrósobreviviralolvido.Lapersonaqueaparecíaensussueñosdesdesudesapariciónyquedurantetodaunavida,habíaocupadosucorazón.
Nopodíaser.NopodíaserTom.¡Tomestabamuerto!Ellamismahabíavistosucadáver,seleaparecíaensueños…No…nopodíaserél.Pero…¡Eraél!Tomseñalódesdeel exterior, lapuertadeentradaaButterflyyAmy,haciéndolecaso,corrióaabrirla. Tenerlo delante eramagia.Algo increíble que no hubiera podido imaginarjamás.Noeraunsueño.Noteníalosojoscerrados.Tomestabaallí…estabaallí…ylamirabacontodoelamordelmundo.Comosiempre.
—No…nopuedeser.¿Tom?—preguntómirándolofijamentealosojos.YanolehacíafaltaimaginarcomohubierasidoTomalostreintaysieteaños.Lo
podíaverenvivoyendirecto.NohabíacambiadomuchodelTomdeveinticinco.Sutezeramásmorenaqueantes,algunasarrugashabíaninvadidosurostrohaciéndoloaúnmásatractivo si cabey sehabíadejadobarba.Susojosverdesyanobrillabanfebrilescomolaúltimavezquelovioysucabello,algocanoso,brillaba.Tomolíabien.Estabamásdelgadoeinclusoparecíamásalto.
—¿Nome vas a dar un abrazo?—preguntó, con una vozmás grave a la querecordaba.
—Tom…¿erestú?—¿Quiénsino?—rioTom.—Pero…peromoriste.Yotevi—respondióAmyentrelágrimas.—Séqueestodebesermuyimpactanteparati,Amy…teprometoquetelovoya
contartodo.Peroprimeroabrázame…nosabescuantoheesperadoestemomento.Amyloabrazó.YvolvióasentireneseabrazoasuTom.Alniñodeojostristes
quejugabasoloenelrecreo.Aladolescenteconinsoportablesvisionesquenopodíadormirporlasnoches.Alaparejaquelahizofelizdurantetodaunavida,yquedelanochea lamañana laquiso alejarde él por subien.Para evitarleproblemas.Amyacaricióel rostrodeTom.Él sonrióy labesó.Enesebeso,Amyno reconociódeltodoalTomconelqueestuvo.Perohabíanpasadodoceaños.Doceañossinprobaresoslabios…sinsentirsupiel.Alsepararse,Amylomirósonriendoyasintió.Queríasaberlaverdad.¿Dóndehabíaestadoduranteesosdoceaños?
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—¿Quieres un cigarrillo?—le ofrecióAmy, aún descolocada, sentándose en lasillabalancíndelporche.
—Claro.—¿Desdecuandofumas?—quisosaberAmy.—Desdehacecuatroaños.¿Telopuedescreer?Empecéalostreintaytres.—Tom,noentiendonada.Deverdadquenoentiendonada.—Peroenelfondo,
Amy sabía que con Tom podía ocurrir cualquier cosa. Y había ocurrido. Como sihubiera resucitado… como si hubiera vuelto de entre los muertos, sin haber sidonuncaunodeellos.
—Recuerda, Amy. Recuerda… te dijeron que mi supuesto cuerpo llevaba tresdíasmuertoytúmehabíasvistohacíatansolounashoras.Yonoeraelcadáverquevisteisyteaseguroquemedueleenelalmaelsufrimientoqueoscausé.Perolohiceporvuestrobienyporelmío.
—Sigue—aAmyletemblabalavoz.Lomirabafijamentesinpodercreeraúnloqueestabaviviendo.Comosifueraun
sueñomás en el queTom le hablaba y ella deseara que no entrara en bucle comosiempre,confrasesextrañasyamenudodesagradablesoamenazantes.
Tomsequedócalladounmomento.Inmersoensuspensamientos, lediounpardecaladasalcigarrilloysedistrajoconlamiradafijaenotrolugar.
—¿Quéesesa luz?—preguntómirandohacia lacueva.Deella,volvíaabrillarunaluzintermitente.
—No tengo ni idea—respondió Amy—. Tom, por favor. Necesito respuestas.Entiendequeestoesunshockparamí—continuódiciendo,aúnconlágrimasenlosojosyunnudoenlagargantadelquenopodíadesprenderse.Todosucuerposeguíatemblandoyelticnerviosoenellabioinferior,volvióaaparecersinavisar.
—Misvisiones,Amy.Vicosasmuydifícilesdeexplicarymuycomprometedoraspara personajes públicos e importantes.Me querían cerrar la boca.Querían acabarconmigoycontodaslaspersonasalasqueamaba.Tuvequedesapareceryasíhice.Encontraronaaquelpobrechicoconunparecidoasombrosoamíylomataron.Yomeencerréenelapartamentodurantedíashastaquevinistey…sientohabersidotanbrusco.Peronecesitabasvivirsinmí.Ahoraesaspersonasestánlejosdeaquíyyo…yoqueríavolveraestarcontigo.Sentirtecercadenuevo.Estosdoceañoshansidomuy solitarios y tristes—explicó, como si hubiera estado ensayando cada palabrafrentealespejoduranteaños.
—¿Dóndehasestado?—EnParís.—¿París?—preguntóAmy, recordandoqueelcolegadel señorTanner lehabía
dichoqueunarquitectoprocedentedeParís,habíavenidoarevisarlasobrasdelosplanosqueTomhabíadiseñado—.¿YestacasaTom?
—Lavi.Sencillamentelavi…ylaconstruíparati.En2010,meenteréquemispadreshabíanmuerto.Digamosque…elseñorTannermeayudó—explicódistraído.
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—EntonceselseñorTannermemintió.—Sí,claro…nopodíadecirtequeseguíavivo.Teníaqueserunasorpresa.—Pues al principio me he llevado un susto de muerte… —rio Amy, que
empezabaarelajarseunpoco.—DimeAmy…¿Cómotehatratadolavida?—La vida…—suspiróAmy, pensando de repente en Paul—. Estos doce años
también han sido tristes y solitarios. Tu marcha me dio muchos problemaspsicológicos¿sabes?Aúnmequedaalgopero…—no…nolemencionaríaaPaul—.Creoque todosevaasolucionaryvolveréaser lamujerqueconociste.Algomásmayorpero…Ahorasí,Tom…Ahorasí…
—Mealegromucho.Esextraño…porquehacedoceañosquenonosvemosyescomo si nos hubiéramos visto ayer. ¿No te parece?Como si el tiempo no hubierapasado…Tequedamuybienelpelocorto,porcierto.
—Gracias…Yotambiéntengoesasensación.Comositehubieravistoayer—rioAmy,nerviosa—.Y…¿porquéDingle?
—Dingle. ¿No te parece un lugar maravilloso? Solitario, alejado de todo,tranquilo…reconfortante—respondióTommisteriosamente,mirandoasualrededoraunquenosevieranadadebidoalaoscuridaddellugar.
—Tom,losientoesque…semehacemuydifícil.Nomeloacabodecreer.—¿Porqué?Mira, tócame.Pellízcame. ¡Soydecarneyhueso!—exclamóTom
divertido.—Entonces…¿Porquéhasaparecidoenmissueños?Enellosestabasmuerto…Tommeditóunosinstantesyasintiófrunciendoelceño.Volvióadarleunparde
caladas intensas a su cigarrillo, mientras seguía mirando con curiosidad la luzdestellantequeseguíainvadiendolalejanacuevaenlapenumbra.
—Nolosé,Amy.Túnotieneseldon.Merefieroaque…notienesvisiones.Asíquenotengasmuyencuentatussueños.Puedequenosignifiquennada—respondióTom,restándoleimportanciaaunasuntodelqueparecíanoquererhablar.
—Vale…¿Ytusvisiones?—Vanbien.Mejor.Controladas.—¿Laspuedescontrolar?—Sí.Heaprendidoahacerlo.Tansolodeborespirarhondoyfijarmimiradaen
algo que me encante. En lo que más me maraville o fascine del mundo… y lasvisionesdesaparecen.Apartirdeahora,teniéndotedelanteserámuchomásfácil.
Semiraronfijamentealosojosduranteuninstante.LamiradaverdeeintensadeTom,hipnotizóaAmy.Suticnerviosoenellabiodesapareció.Sumentesenublóporunos instantesyde repente…dejódeexistir todo loquehabía a sualrededor.Losmiedos desaparecieron. También el sufrimiento. En el mundo de Amy, solo habíacabidaparaTom.
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Paulintuyódesdelahabitacióndelhotelquealgoibamal.Amynorespondíaasus insistentes llamadas y empezó a temer lo peor. Alguien había querido quedesaparecieradeDingle.Paulestorbabaallí.NecesitabasaberqueAmyestababien,asíquellamóaSamuelparaquefueraainvestigar.Denuevo,recibiómalasnoticias.
—KimBecker…laacabandeencontrarmuertaenelrío.—¿Kim?—preguntóPauldescolocado—.Veinticincoaños…—Me estoy volviendo loco, Paul. No hay nada. Hemos investigado la zona y
siguesinhaberpistas.Yavancuatrochicas jóvenes,Paul…noshabíamosrelajado.Noshabíamosrelajadoyno…—Paulnopodíaverlo,peroSamuelseechólasmanosa la caray rompió a llorar—.El pueblo está consternado—logródecir con la vozroncayentrecortada.
—Samuel,porfavor.TienesqueiraButterfly.Tengounmalpresentimiento.—¿Qué?¿Amy?—AlguienmehatraídohastaBerlínporquenomequeríanenDingle.—PerdonaPaul,peronoentiendonada.—Samuel,yatelocontaré.Ahoraporfavor,dateprisayveacasadeAmy.—Voy.Notepreocupes,Paul.Pero Paul sí tenía motivos por los que preocuparse. El vuelo hasta Irlanda o
Londresmáspróximo,eradentrodedosdías.Nohabíanadaparaesamismanocheoparalamañanadeldíasiguiente.Maldiciendoalculpabledesusituación,reservóunvueloquesalíaaIrlandaendosdías.Aprimerahoradelamañana.RezándoleaunDiosenelquenocreía,porvolveraveraAmyyqueestuvierasanaysalva.
Amynoqueríairadormir.Noqueríacerrarlosojos.Queríacongelarelmomentoy no desperdiciar ni un solo segundo con la compañía de Tom, por quien lossentimientos nunca habían desaparecido. Sentados en el porche, compartiendocigarrillosyrecuperandoeltiempoperdido.Asísehubieraquedado…parasiempre.
—Entonces,Tom…¿yanoestásenpeligro?—No.Yano.Podemosserfelicesalfin,Amy.Creoquevienealguien—leavisó
Tomafinandoeloído.UnospasoslentosveníandevisitaaButterfly.El agenteSamuelMhic se acercó sigilosamentehasta el porche.Alver aAmy
sentadafumandouncigarrillo,parecióaliviado.
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—¿Todobienporaquí?—preguntóSamuelseriamente.LasonrisanopodíaserlaprotagonistadesurostrodespuésdeloqueestabasucediendoenDingle.
—Sí, claro. Aquí, pasando la noche—respondió Amy sonriéndole a Tom contotalyaparentenormalidad.
Samuel miró a su alrededor para asegurarse de que todo estuviera en orden.Estabaoscuroyunaluzintermitenteprocedentedelacueva,llamósuatención.Peronolediodemasiadaimportancia.Leesperabaunanocheduraylargaencomisaria,debido al recién descubierto cuerpo de Kim en el río, con signos evidentes deviolenciacomotodaslasvíctimasanteriores.
—Bien,entonces.Noquieromolestar.BuenasnochesAmy,cuídate.—Buenasnoches.AmymiróaTomriendo.Comosi lallegadadelagenteSamuelhubierasidoun
contratiempodivertidoyemocionante.—¿Vamosadormir?—propusoTom.—¡No!Quieroestaraquícontigotodalanoche…—Bueno,podemosestartodalanocheenlacamahaciendootrotipodecosasque
noseasolohablar…—dijoTompícaramente.Amyrioaúnmás.Hacíaañosquenoreíaasí…Losnervioshabíandesaparecido
y su cuerpoyano sufría temblores.Había asumidoqueTomestaba a su ladoy sequedaríaahíparasiempre.Conella.Yanohabíapeligroylamadurezyelpasodelosañoslohabíanayudadoacontrolarsusvisiones.Sudon.Sumaldición.¡Quebuenasnoticias!Amysealegrabadeverdadporél.Perotambiénporella.Porquealfin,suvidacobrabasentidoydejaríadesergrisyoscura…inclusolosatardeceressombríosdesde el acantilado de Dingle, parecerían estar repletos de colores gracias a lapresenciadeTom.
Yaeneldormitorio, semiraronembelesados.Tomdesvistió lentamenteaAmy.Acarició con deseo cada rincón de su piel. Saboreó el momento y entre besosapasionados,abrazoscálidosycariciasdulces,hicieronelamor.Fueintensoybonito.Comolasvecesen lasqueeran jóvenesyqueríanexperimentarelunoconelotro.Extasiados, sequedarondormidosa las tresde lamañana.Piel conpiel.Sinpodersepararsedespuésdetantotiempo.
A pesar de tenerlo físicamente al lado, al cerrar los ojos Amy vio a Tom. Sealejabade ellayunamanoquenoera lade él, oprimía suboca sindejarlehablar.MirabaaAmyconunosojosasustadizose irritados.Parecíaquerer llorar.Ygritar.Pero no podía hacerlo. El cielo onírico se volvió gris, y el Tom de sus sueños seesfumósinpoderdecirnada.Amydespertóenmitaddelanocheconfusaysinvolveraconciliarelsueño.MiróaTom.Dormíaplácidamente.Estabapocoacostumbradaaverlo así… recordó las noches tormentosas en las que Tom no dormía por susrecurrentes pesadillas. Ahora, incluso sonreía en sueños. Minutos más tarde,embelesada en unmechón que caía rebelde sobre la frente de Tom,Amy escuchóunos pasos procedentes del pasillo. De nuevo esos pasos… lentos al principio.
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Rápidos al final.Como si alguiendeotromundopasearapor el pasillodepunta apunta.Amy,asustadaysinlevantarsedelacama,seasomóunpocoparapoderveratravésdelhuecode lapuertamalcerrada.Ysusojosnovolvieronaengañarle.Talvezsuimaginativamentesí,perosusojosno…Viounasombra.Laviovariasveces.Corriendorápido,nerviosa,agitada.AmycerrólosojosyserecostósobreelhuesudohombrodeTom.Alvolveramirarlo,surostroyanoeraplácido.Nosonreía.Comosivolvieraasoñarconaquellasmariposasqueloatormentaban,deunbruscogolpetiróaAmydelacamasindarsecuenta.Amy,desdeelsueloyparalizada,lomiró.Seguíadurmiendopero se sentía el sufrimientoen suexpresión.Denuevo, sintiómiedoyfuea lahabitaciónde invitadospara intentardormir loquequedabadenoche.LospasosnocesaronperoelaromadePaulquedesprendía laalmohada, tranquilizaronunpocoaAmy,quelogróvolveraconciliarelsueñosinmásproblemas.
Alamañanasiguiente,unaromaacaféinvadióButterfly.Albajaralacocina,vioaTompreparandoundeliciosodesayunoytarareandounacanción.
Cuandolaslágrimascaenporturostro,cuandopierdesalgoquenopuedesreemplazar,cuandoamasaalguienperosedesperdicia,¿Podríaserpeor?
Coldplay, la canciónFixYou…Amy recordó al vecino adolescente deLondresqueponíaesacanciónatodovolumenunayotravez.Seextrañóqueprecisamentefuera esa canción la que decidió tararear Tom esamañana. Pero… ¿desde cuandocantabaTom?ElTomdeveinticincoañosnisiquieralahabíasacadoabailarnunca.
—Tehaslevantadocontento—saludóAmydándoleunbeso.—Mucho.He dormido genial. ¿Por qué te has ido a dormir a la habitación de
invitados?—Metirastedelacamaensueños—rioAmy.—¿Enserio?Losientomuchísimo.—Noimporta.—¿Café?—Sí,porfavor.¡Lonecesito!—respondióAmyalegremente.AmyseguíateniendopreguntasqueparecíanincomodaraTom.Asíquedecidió
quelomejorerasalirdeButterflyydarunavueltaporelpueblo.—¿Loconoces?—Heestadoenelpuerto…—respondióTom—.Peropocomás.Como tedije,
queríaquefueraunasorpresayestabaesperandoelmomentooportuno.¿ConoceríaTomlaexistenciadePaul?¡Paul!AAmyselehabíaidoelsantoal
cielo con todo loocurrido.Miró su teléfonomóvil yvioque teníavarias llamadasperdidas de Paul. Decidió llamarlo en otro momento, seguramente estaría muyocupadoconsusexposiciones.LoqueAmynopodía imaginar,esquePaulvagaba
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por las callesdeBerlíndeseandoque llegaraeldía siguienteparavolveraDingle.Paraasegurarseporélmismo,queAmynoestabaenpeligro.
—Amy—ledijoTommientrasmirabaelteléfonomóvil—.Olvídalo.Ahoraestásconmigo.
El tono de Tom no fue amable. Tampoco amenazante. Pero sí extraño. AmyasintióydecidieroncogerelcocheparairahacerunascomprasenDingle,dondeelambiente no era muy favorecedor ni amigable. Amy, aún no sabía que otra chicahabíaaparecidomuertaenelríoyaltoparseconelviejoRowan,temióquevolvieraaemprenderunasdurasyviolentaspalabrascontraella.Peronisiquieralamiró.Ella,hablabaconTomdistraída,mientras laspocaspersonasquepasaronporsu ladoenesedíanubladoytriste,seguíanmirándoladeunaformapeculiarydistante.
Alvolveracasa,DerekHarrison,elcolegadelseñorTanner,esperabaaAmyenelporche.Ellanorecordabasunombre,perosísurostroyunavezmás,suintuiciónledecíaquenoeradefiar.
—SeñoritaCampbell—saludóhaciendocasoomisoalapresenciadeTom.—Losiento,norecuerdosunombre—respondióAmytajantemente.—DerekHarrison.Veníaparaasegurarmedequetodoestuvierabien.—Todoestámuybien,señorHarrison.¿Aquéhavenidorealmente?—Yaselohedicho.Aasegurarmedequeestábien—repitiómisteriosamente.—¿Porquétendríaqueestarmal?—preguntóAmymirandoaTom.—Por nada señorita Campbell… por nada —respondió el señor Harrison,
mirandodereojoaTomyvolviendoasuChevroletparadesaparecerdeButterfly.—Este hombre me pone los pelos de punta —le dijo Amy a Tom—. Es la
segundavezquevieneysiempreparaasegurarsedequetodoestébien…Nisiquieraséquienesrealmente.Medijoqueeraamigodetuabogado,delseñorTanner.
—Ya decía que me sonaba su cara… También es abogado. Creo que vive enIrlanda.
—¿Yporquétantapreocupaciónpormí?—Una mujer sola, en un acantilado y en una casa solitaria y apartada… —
murmuróTom.—HahabidovariosasesinatosenDingle¿sabes?Tresmujeresmuertasenelrío.—Cuatro—informóTominconscientemente.—¿Cuatro?—¿Cuatrohasdicho?—Tom,nomevuelvasloca.Yohedichotres.Túcuatro.—Pensabaquehabíansidocuatro.Nosé.¿Quépreparoparacomer?Amysequedóenelporchepensativa,mientrasTomfuea la cocinaapreparar
algodecomer.Unaluzintermitenteenelinteriordelacueva,denuevoreclamabalaatencióndeAmy.Laobservódurante unos instantes, hasta queTom le dijo que laensalada ya estaba lista. Al despertar de la reparadora siesta que Tom le propuso,Amynovolveríaaserlamismadesiempre.
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CAPÍTULO9
LoprimeroquehizoPaulal aterrizar en Irlanda,despuésdedoseternosdíasen laciudad de Berlín intentando localizar sin éxito a Amy, fue conducir hasta elacantilado de Dingle para volver a Butterfly. Pero Amy no estaba en casa. Llegómediahoradespués,desuyahabitualpaseoconTomporlaplayaalatardecer.
—¡Amy!—saludóPaul,acercándoseaellaconlaintencióndeabrazarla.—Perdona…¿Nosconocemos?—preguntóAmyapartándoseinmediatamentede
Paulydelaefusividaddesucomportamiento.—¿Estásbromeando?—No—respondióAmysecamente—.¿Quiéneres?—Amy…SoyPaul—respondióconfuso.—Losiento,noteconozco.Yahorasimedisculpas,tenemosmuchascosasque
hacer.Vamos,Tom.Amy y Tom entraron en casa cerrándole la puerta a Paul como si fuera un
vendedordeaspiradoras.Amy,pensativa,dudóduranteunosinstantes.Eserostro…sí,leerafamiliar…pero¿quiénera?NegóconlacabezasindarlemásimportanciayseacercóaTomcoqueta,acariciandosurostroybesándoloconefusividad.
Paul, aún en el porche, estaba paralizado. Escuchó unos pasos tras él. Seacercaban lentamente pero allí no había nadie. Sintió que unamano acariciaba suhombroyunescalofríorecorriósucuerpo.Algoextrañohabíapasado.Todoeramuyconfuso…sumentesenubló,Paulnopodíapensarconclaridad.YAmy…No,noparecía estar bromeando.Deveras no lo había reconocido. ¿Qué era lo que estabapasando?
Yaenelpueblo,dosagentesdepolicíaesperabanaPaulenlaentradadesucasa.Lapuertaestabaforzadaylopocoquepudoverdelinterior,completamenterevuelto.
—Paul,acompáñanosacomisaria—dijoJacobBritt,unodeloscolegaspolicíasdeSamuel.
—¿Porqué?¿Quépasa?¿DóndeestáSamuel?—Samuel—rioAdamBlaire, el policíamás fuerte y conmásmal carácter de
Dingle—.Esehijodeputateestáesperandoencomisaria.—¿Cómo?—preguntóPaul incrédulo, forcejeando contra los dos agentes a los
queconocíadesdequeeranniños.—Paul,nonoslopongasdifícil—leadvirtióJacob,antelaatentamiradadelos
pocos vecinos que paseaban por las calles de Dingle y que, entre asombrados yaterrorizados,vieronlaescenaenlaquesellevabanpresoaPaul.
—¿Quéestáishaciendo?¡Dejadmeenpaz!
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Paul se resistió. Pero no pudo contra la fuerza de Adam, que le colocó confacilidadlasesposasyviolentamenteleparalizócogiéndolofríamenteporlacabeza.
—Paul, no quería llegar a esto… de verdad que no. Tienes derecho a guardarsilencio.Cualquiercosaquedigaspuedeyseráusadaentucontraenuntribunaldejusticia.Tieneselderechodehablarconunabogado.Sinopuedespagarunabogado,se te asignará uno de oficio. ¿Te han quedado claros los derechos previamentemencionados?—hablóJacobapresuradamente,ayudandoaAdamameteraPaulenlapartetraseradelcochepolicial.
—Irosalamierda—repusoPaul,conlágrimasdeimpotenciaenlosojos.ElagenteSamuelMhic,desdelasaladeinterrogatoriosenlaqueseencontraba,
pudo escuchar los gritos de Paul al llegar a comisaria. Incrédulo ante todo lo queestabasucediendo,yconlasmuñecasesposadas,aSamuelloculpabandecómplicedeviolaciónyasesinatodelascuatrojóvenescuyoscadávereshabíanaparecidoenelrío Maine. Y como máximo responsable de la muerte de Kim Becker, la últimavíctima,puestoquePaulestabaenBerlín.
—Samuel,tienescompañía—ledijotranquilamenteelinspectorDamienBecher.—Nohemoshechonada,Damien—eraalgoqueSamuelhabíadichocientosde
vecesalolargodelasseishorasquellevabasentadoenlasaladeinterrogatorios.Lohabían sometido a un duro interrogatorio poniendo a prueba su capacidad física ymental.Sinembargo,Samuelnosoltabaprendapuestoqueélnoeraculpableynotenía ni idea de quien había podido ser el maldito asesino que además, les habíatendido una trampa. Solo Samuel sabía que el asesino seguía libre y por cualquiertipo de interés, le había elegido a él para parecer el responsable de los atrocescrímenes.
—¿No?¿Yporqué la ropade laschicasestabaen tucasaensangrentada?¿PorquéhemosencontradoencasadePaullapodridamanoizquierdadeMaryLarson?
Samuel se echó las manos a la cabeza con desesperación, sin encontrar unarespuesta que pudiera hacerles ver, que ellos no eran los responsables de esasmuertes.Alguienleshabíatendidounatrampa.
—Damien,noshantendidounatrampa,¿noloentiendes?Nosconocemosdesdesiempre,nosécomopodéiscreerquePaulyyohayamospodidohaceralgoasí.
—Samuel, no lloriquees. Un poco de orgullo, por favor —respondió Damienduramente—.Tedejo.Voyaverquedicetuamiguitoalrespecto.
Enlasaladeinterrogatorioscontigua,unPauldesesperadopreguntabaquéeraloque había pasado para que lo trataran de esamanera. Desorientado y perdido, laslágrimasseguían recorriendosusmejillas.PensabaenAmy.En lacaraquepusoalverlo,enlofríaydistantequesemostróalnosaberquienera.¿Cómoeraposible?¿Qué le había pasado? Las preguntas se amontonaban en su cabeza, sin lograrencontrarunarespuestaquefacilitaralasituación.Sabíaquetraselespejo,unaluviónde agentes loobservabanyde repente, entró el inspectorDamienBecher.Lomirófríamente,altivo.Sincompasiónporlaslágrimasderramadas.
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—¿Arrepentimiento?—preguntósentándosefrenteaPaul.—¿QuédicesDamien?—SamuelytúsoissospechososdelasviolacionesymuertesdeRubyAnderson,
laturistaitalianaAlessiaMarcuzzi,MaryLarsonyKimBecker.—¿Kim?—preguntóPaulpasmado.¿Kimtambiénhaaparecidomuerta?—Elúnicocrimendelquenoseteculpa.EstabasenBerlín.—¿Quépruebastenéiscontranosotros?—Encontramos la ropa ensangrentada de las chicas dentro de un baúl en el
desvándeSamuel.Másbien…sumujerloencontróynosavisóaterrorizadaalsaberque vivía con un asesino. Inmediatamente, registramos tu casa. Encontramos en elcajóndelacocinalamanoamputadadeMaryLarson.
—¿Cómo?Damien,no.Nopuedeser.Alguiennoshatendidounatrampa.Damiengolpeóconelpuñolamesa,asustandoaPaul.—¿Tútambién?—Damien, fui a Berlín y resultó ser que no tenía exposiciones. Alguien me
engañóhaciéndosepasarpormiagente,paraquemefueralejosdeaquí.—A lo mejor fuiste tú quien se alejó para disimular. Para que Samuel matara
fríamente a Kim sin que tú resultaras sospechoso. Luego seguramente, tendríaisplaneadoqueSamuelfueraquienviajaraaalgúnlugaryactuarastú.
—¿Qué estás diciendo?—preguntó Paul llevándose lasmanos a la cabeza.Ungestodesesperado,queDamienyahabíavistoenSamuel.
—Créemequequisieranocreerlo.Perolaspruebassonevidentes,Paul.Samuelytúsoisdoshijosdeputaasesinos,quehabéisacabadosincompasiónconlavidadecuatro jóvenesdeveinticincoañoscon todoun futuropordelante.Habéis acabadoconsussueños,susilusionesyhabéisdestrozadoafamiliasenteras.
—¡Damien!¡No!—gritóPaul,levantándosedelasilla.Detrásdelespejo,observabanaPaul.YnadiepodíacreerqueSamuelyélfueran
losasesinos.Perolocierto,esquelaspruebasensuscasaseranirrefutablesySamuely Paul, pasarían al menos esa noche en el calabozo. Aún les quedaban días detormentoyconfusión.Largashorasde interrogatorios,miradasdeodio,abucheoseinsoportablesvisitasalostribunales.ElabogadoelegidoparadefenderlainocenciadeSamuelyPaul,sellamabaDerekHarrison,elhombrequehabíaidoenunpardeocasionesaveraAmyparaasegurarsedequeestababien…Elúnicohombrequeapesardeestarobligadoamantenerlabocacerrada,conocíatodoslosdetallesdelosescabrososcrímenes…yporsupuesto,alculpable.UndemonioquemanejabalavidadeDerekasuantojoyqueconsolounamirada,lograbaaterrorizaralabogado.
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AmyseencontrabaenelparaísojuntoaTom.Viviendolavidaquedesdesiempresoñó,sinsaberquePaulestabaviviendouninfierno.Nisiquieraexistíaensumenteoensurecuerdo.Paulnuncahabíaformadopartedesuvida.
Tomparecíaunhombrenormal.Era ciertoquehabía aprendidoa controlar susvisiones y aunque muchas eran las noches en las que Amy se iba a dormir a lahabitación de invitados porque Tom semovía en exceso, no había nada de lo quepreocuparse. A menudo, Amy seguía viendo a Tom en sueños. Pero ya no lehablaba… lamiraba confuso e incluso aterrorizado.Pero no le daba importancia aesossueños,porquealfinteníaaTomasulado.Porlasmañanas,Amyescribíalosartículos para el periódico que Steve le encargaba. Al mediodía antes de comer,progresabaexcelentementeconsunovelayporlatarde,Tomyellapaseabanporlaplaya sinpercatarsede la luz intermitenteque seguíaqueriendo llamar su atencióndesdelalejanaysombríacueva.
Unatardeenlaquecontemplabanelatardecersentadosenlafríaarena,AmysepercatódequeaúnlequedabaunapreguntaqueformularleaTom.
—Tom,cuandolleguéaestacasa,elordenadordelestudioyaestabacolocadoenelescritorio.Alencenderlo,mehabíasescritounacarta.—Tomlamiróconfuso,peroenseguida,asintió.
—Sí.—¿Porqué?—Bueno… —dudó un momento—. Era una pista —le guiñó un ojo y Amy
parecióconformarseconlarespuesta.—¿Tegustaríasalirestanoche?—propusoAmy.—Másbienno…—¿Porqué?Dingleestábienyademásnohemossalidoniunanoche.Podemosir
alpubdeMurphy’s,lamúsicaesgenial.—Yasabesquenomegustabailar…—Tampoco te gustaba cantar y el otro día te escuché tarareando una canción,
Tom.—Bueno…—musitóTompensativo.—¡Venga!—¿Yatidesdecuandotegustasalirporlanoche?—¡Desdequeestástú!Tom,hevueltoavivir.Salgamos…Ante la insistencia de Amy, Tom decidió aceptar la propuesta. Esa noche,
aparecieron acaramelados en elpub deMurphy’s e incluso a Tom le extrañó, queAmybebiera cerveza.Amy se situó en el centrode la pista riendo junto aTom,ybailaron.Bailaronhastaquesuspiesdijeron¡basta!Ycuandosesentaronenlabarra,aparecióKarl, elmecánico del pueblo amigo de Paul. Teníamala cara. Se le veíaojerosoycansado,comosi lehubierancaídodiezañosencimadesde laúltimavezqueAmylovio.
—Quecontentateveo,Amy—lasaludóseriamente.
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—Perdona… No recuerdo tu nombre —respondió Amy en el mismo tono,escudriñándoloconlamirada.
—Karl.ImaginoquesabrásquePaulestáenprisión.Amylomirópensativa,sinsaberquieneraPaul.Peroenvezdepreguntar,miróa
Tomfrunciendoelceñoysonrió.—MiraKarl,tepresentoaTom.Mipareja.—¿Cómo?—preguntóKarlpasmado.—Tom,élesKarl.Norecuerdodequeloconozco,peroloconozco—rio,algo
confusa.—Amy, sabes que a tu lado no hay nadie ¿verdad?—le dijoKarl,mirando la
cervezaqueestababebiendolamujerdelaquesuamigoPaulseenamorólocamente.Negóconlacabezaysefue.
Tommiróhaciaabajo.Amyyanoreía.¿PorquéKarl lehabíadichoeso?¿Porqué no había saludado a Tom? Luego pensó en todas las personas con las que sehabíaencontradoyendoconTomycayóenlacuentaqueningunalehabíadirigidolapalabraaél.Soloaella.Lepareciónormalhastaesemomento.Esemomentoenelque lacabezadeAmyempezóadarvueltasycayó redondaal sueloconunúnicopensamientoensucabeza…Tomnoerareal.Tomerasufantasma.
Hacíafrío.Supielestabamojada.Suslabiosamoratados.Helados.Ledolíanlosojosylacabeza.Amymiróasualrededor.Nosentíalosbrazos…estabanatadosconunacuerdagruesaalrededordeunarocafríayhúmeda.Miróasualrededorperonopudovernada.Todoeraoscuroytenebroso.Empezóallorar…nopodíagritar,nolesalíalavoz.Depronto,escuchóunospasos.Seacercabansigilosamente…tanigualescomolosquehabíaescuchadoendiversasocasionesenButterfly.Peroamedidaqueseacercaban,aplaudían.Aplausos…comosidelfindeunaobrateatralsetratase.Alfin,unaluz.Amypudoverqueseencontrabaenunacuevaylaluzintermitentequetantasveceshabíavistodesdelalejanía,apareciófrenteaella.EraTom.UnTomqueellanoconocía.
—¿Eresunfantasma?—preguntóAmy,llorosaeindefensa.—No.Peronadiemepuedever.¿Sabesporqué?Porquejuegoconlamentede
las personas. También he jugado contigo, por supuesto. Y no, no soy Tom —respondiómisteriosamente, saboreando cada palabra. Saboreando y disfrutando delmomento.SerelamiólabocamirandoconintensidadaAmyyalumbrándolaconunapequeñalinterna.
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—Pero…—susurróAmy.Eraniguales,pensó.NopodíanoserTom…Nopodía.Perosí.ClaroquenoeraTom.Tomnuncalahubieramiradocomoloestabahaciendoesehombre.Comosideunmomentoaotro,fueraadevorarlaferozmente.
—Antes demorir y reunirte de nuevo con tuTomverdadero, tendrás todas lasrespuestas.Teloprometo—dijo,encendiendouncigarroydandounavueltasobresímismo.
Amy estaba aterrorizada. Paralizada. Su mente despertó y por primera vez enmuchotiempo,Tomhabíadesaparecidodesupensamiento.Volvíaarecordar.YsolopodíapensarenPaulyen loqueKarl lehabíadicho.Estabaenprisión.¿Porqué?Maldijoeldíaenelquecreyóaesehombre.Aesedesconocidoidénticoasuamordelpasado.Maldijotodosycadaunodelosdíasquetanidílicosparecíanjuntoaél.Decidió permanecer en silencio esperando que el mundo paralelo del que Tom lehablaba,cobraravidayconunpocodefe,obraraelmilagro.Elmilagrodesalvarladelmismísimodemonio.
—MinombreesJamesLevy,elhijoocultodeRogeryClara.ElhermanogemelodeTom.Y fui eseTomque creíste que te echóde su apartamentoparaprotegerte.Todo mentira. Soy un gran actor, ¿no crees? —rio, deteniéndose para darle unaintensa calada al cigarrillo y expulsar el humo al ojo herido de Amy—.Efectivamente,Tomllevabamuerto tresdías.Yomismolomaté.Yomismomatéatodas las jóvenes y Paul y ese policía del tres al cuarto están detenidos por loscrímenes que yo cometí —explicó soltando una carcajada aún más maléfica,orgulloso de todas las maldades que había cometido—. Ocultarme ha sido fácilporquehastamispadreslohicieron…seavergonzarondemí.Meabandonaronyseolvidaron del hermano de Tom… he estado en la sombra durante tanto tiempo,Amy…—Unápicedetristezaseapoderódesumirada.Solouninstante.UnbreveinstanteenelqueAmypensóenlaspocasposibilidadesqueteníadesobrevivir.
Pasos.Uno,dos,tres…James,confundido,miróasualrededor.Perolatenueluzdelalinternaquellevabaensusmanos,nolemostrabalapresenciadenadie.Amysabíaquehabíaalguienmás.Alguienaquienrealmentenopodíanver.Ynoporeldondeunservivoconunamenteenferma.
—¿Hastraídocompañía?—preguntóJamesmaliciosamente.Amyseencogiódehombrossinresponder—.¡Contesta!
—Aquínohaynadie,James—respondiócon toda la tranquilidadde laquefuecapaz.Peroeltemblordesuspiernasyelticnerviosodellabioladelataban.
—Notecreo.«Antesdeentrar,asegúratedesaberdondeestá lasalida»,escuchóAmyenel
interior de su cabeza, sabiendo que no era fruto de su imaginación o locura. Tomestaba ahí… con ella.O almenos eso era lo que quería creer en esos angustiososmomentosdedesesperación.
—Te juroquemehacostadomuchoestarocultodurante tantosañosesperandomimomento.Estemomento,parasermásexactos.PeromataraTomfue todauna
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liberación. En el mundo no pueden haber dos personas con un don tan poderoso.Digamosque…Tomeraelángel.Yoeldemonio.Condosañosintentéestrangularlo.Mispadres lograronsalvarlo.Medieronuncacheteyyaestá…mihermanoestabaaterrorizado.Nomequeríaniver…imaginoqueélviosumuerte.Ysabíadesdelamástiernainfancia,queyoseríaelresponsabledesuvisitaalmásallá.Tresmesesmástarde,apuñaléanuestroperro.Lomatéasangrefría.Ydisfruté…Mispadresmeinternaron. No había cumplido tres años aún… y lo peor de todo… nunca mevinieron a ver.Me abandonaron, Amy. ¿Sabes lo que es eso para un niño de tresaños?
—Unniñoasesino—respondióAmyconfuria.JamesseacercóylepropinóunpuñetazoaAmy.Lepartióellabioyleprodujo
una hemorragia nasal. Dolió. Pero aún así, Amy rio para lograr confundir más almonstruoqueteníadelante.
—Unniñoasesino.Comoquieras.Desaparecídelmapa,Amy.Desaparecí.Enelinternado cometí muchos crímenes. Crímenes ocultos que si se supieran, ya mehabríancondenadoalaperpetua.Oalapenademuerte,quiensabe.Conel tiemposupe que podía jugar con lamente de las personas.Hacer que olvidaran, provocarenfrentamientos,muertes,asesinatos,suicidios…loquequisiera.Ynadiemevería.Podía ser invisible. ¡El deseo de todo común mortal! Si ahora quisiera, con solomover un brazo derrumbaría este lugar y quedaríamos sepultados para siempre…juntos,Amy…Siahoraquisiera,túnomeverías.
—Ojalá—deseóAmycondesprecio.—¿Nometemes?—No.—Aúnrecuerdolamiradadeterrordelascuatrochicasalasquevioléyasesiné.
Nuncaolvidaréesamiradayel lentoplacerdever lamuertedecerca…acechandosigilosa…siendoyoelquelaprovoca.
Denuevounospasos.Distintosalosanteriores,quelograronconfundiraúnmásaJamesalverquenohabíanadieenesacuevaoscurayhúmeda.Nadiealmenos,queélpudieraver.
—Vienenaayudarte,Amy.Perodosfantasmitasnovanapoderhacernadaporti…—susurró.
—¿Dos?James sacó un puñal de su bolsillo. Amy quiso ocultar el terror en sus ojos.
Contuvolarespiración,miróhaciaelsuelo,perolaasquerosaysuciamanodeJames,levantósurostroobligándolaamirarlofijamentealosojos.Losojosdeunasesinocruelysinescrúpulos.
—Así.Así esmejor.Quiero quememiresmientras te desangras—le clavó elpuñalenelestómago.Lentamente…Amyseretorciódedolorycerróconfuerzalosojos.
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—Estásenfermo…—logródecirAmyunminutodespués,viendocomolasangreseesparcíaporelfríosuelodepiedradelacueva.
—Fue fácil engañarte. Y por supuesto, amenazar al señor Tanner y a DerekHarrison. Sí, ese hombre que vino a verte un par de veces para asegurarse de queestabasbien…aesolellamo,cargodeconciencia.AhoraeselabogadodePaulyesepolicía y por supuesto, los ayudará a pudrirse en prisión—informó sonriendo—.Construí esa casapara ti. Pero te voy a confesar queno fui yo el que escribió esacarta que apareció en el ordenador…—suspiró, sacando el puñal del estómago deAmy,paraclavarlojustoallado.Amygritó.Eldolorerainsoportable—.Porlovistolos fantasmitasdehoyendíaestánmuy informatizados…—continuódiciendocontoda lamaldaddelmundo reflejadaen susojosvidriosos; taly comoAmy losviohacedoceañosenelapartamentosucioyabandonadodeTom.PensandoqueerasuTom…cuandoenrealidadestabaviendoaesedemonioporprimeravez.Jameshabíajugado con ella durante todos esos años. Había convertido su vida en un infiernodesdequeasesinóaTom.Habíalogradoengañarla…Yahora,acabaríaconsuvida.
JamesseseparódeAmyalvolveraoírpasos.Unaluzintermitenteaparecióporunodelosestrechospasillosdelacueva.Alguiensosteníaunalinternayseacercabaa ellos.Amymiró con temor aDerekHarrison, que horrorizado al ver a la jovenatrapada en la roca y desangrándose, sacó una pistola del bolsillo con la manotemblorosa.
—¿Ha venido a asegurarse de que estoy bien? —preguntó Amy sin fuerzas,sonriendotristemente.
—Tranquilamuchacha, tranquila…—susurróDerek,acercándosesigilosamenteymirandoasualrededor.
DerekcorrióhaciaAmy.NopodíaverqueJames,trasél,sacabaotropuñaldesubolsillo derecho y se lo clavaba con fuerza en la espalda. El señor Harrison cayódesplomado en el suelo con la mirada fija en Amy. El puñal había atravesado sucorazón.DerekHarrison,cuyocargodeconcienciahabíahechoquenoabandonaseala señorita Campbell, murió en el acto sobre la fría piedra de la cueva sin haberpodidoverasuagresor.Jameshabíadominadolamentedelabogado,yeste,nolohabíapodidover.
—Ventajasdequenotepuedanver—dijoJamesguiñandounojo—.Eresfuerte,Amy.Muyfuerte.Tommurióconelprimergolpe.¿Paraquéesperarmás?Yatelohecontado todo. Irás a la tumba con todos y cada uno de los misterios de tu vidaresueltos.¿Quémásquieres?
—Vivir,James.Quierovivir.—Querida…esonovaaserposible…CuandoJamesseibaaacercaraAmyparaclavarlelapuñaladafinalqueacabaría
consuvida,cuatromanosinvisibles loparalizaron.Jamesabrió losojos.Yaunquerio,seleveíaaterrorizado.Gritó.Nopodíamoverse.
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—Ventajasdequenolospuedasver…—murmuróAmyconunaforzadamediasonrisa.
Porunmomento,Amy,entre laviday laensoñaciónde lamuerte,pudoverelrostroangelicaldeTomyeldeunamujer.Ella,lesonreíaamigablementeperoAmynolaconocía.Sucabelloeranegro,susojosazules,casitransparentes…lafragilidaddesucuerpofantasmalnosecorrespondíaconlafuerzadesualma.Amynosupoeneseinstante,queesefantasmaeraeldeAbbey,elgranamordePaul.TampocosupoqueAbbey,eralaresponsabledelospasosylamanoinvisibleprotectoraposadaensuhombroenButterfly,entantasocasiones.Suintenciónnoeraasustar.Advertiryprotegererasumisión,aunqueamenudo,eldestinoinevitablementeestuvieraescritoynadiepudierahacernadaparaevitarlo.Nisiquieraunfantasmadesdeelotrolado.
Jamescontinuógritando, impotentesinpoderhacernadaporzafarsede losdosespíritusalosqueseguíasinpoderver,apesardesuspoderosascapacidadesqueenesosmomentosparecíanmermadas.Esosdosespíritusbondadosos,seríanlosquesellevaríanaJames,alasmismasllamasdelinfierno.Alládondehabitaelolvido…ydedondeesimposibleregresar.
LacuerdaconlaqueAmyestabaamarradaalaroca,sedeshizocomoporartedemagia.AmymiróelcuerpoinertedelseñorHarrison.No,ellanopodíaacabarasí…Alcuarto intento, logró levantarse.Conunafugazmiradahacia losespíritusque lahabíansalvadodelmonstruodesdeelotroplano,corriólentamentehacialasalidadelacueva.PormotivosqueAmyaúnnoconocía,habíapodidoverporprimeravezeseplano desconocido. Ese mundo paralelo al de los vivos, donde las almas de losmuertos nos protegen… nos vigilan… y en algunas ocasiones, nos salvan. Lointentan.Siguenahí…nosevandel todo,solocambiandelugar.Sí,Amylohabíapodidover…
Minutos.Minutos eternos.Amy logró encontrar la salida.Se sentó en el frío yelevadosuelode laentradade lacueva, sujetándose lasheridasymirandohaciaelcielo.Era la primera vez que el cielo deDingle estaba descubierto y le ofrecía unpreciosojuegodecoloresdeunatardecerquelehacíaentender,quehabíaestadoenla cueva más de veinticuatro horas presa por el monstruo. Amy escuchó a Jamesgritar. Fue un chillido aterrador y Amy supo que los dos espíritus, lo habíanarrastrado al fin, hasta el lugar al que pertenecía. James se encontraba ya, en elmismísimoinfierno.Tambiénentendióenesemomento,quehabíalogradoverelotrolado oculto para los vivos, porque ella, estaba a punto de cruzar debido a susprofundasydolorosasheridas.Y ledolía…ledolíanohaberpodidodespedirsedePaul.Deesanuevaoportunidadquehubierapodidosermaravillosa.
La sangre, seguía brotando caprichosa de las heridas… La vida empezaba aabandonarla, la muerte, como siempre paciente… se acercó lentamente a ella.Empezóaflaquear…miróporúltimavezhaciaelmar.Estabaencalmaysobreél,flotabanloscuadrosdesfiguradosrepletosdevidaydecolordePaul.Amysonriópor
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últimavezyvioaTom…lesonreía.Laveníaabuscar,parallevarlaconélaunplanodesconocido,enelquepermaneceríaocultaporsiempreconelamordesuvida.
EncontraronelcadáverdeJamesLevyenel interiordelasombríacueva,horasmástarde.Nadiesabríajamássunombre.Niquienera,nidedondeprocedía,nisumacabrahistoriayelpoderosodonquelehabíaatormentadodurantetodasuvida,aligualquehizoconsuhermanogemeloTom.Laexpresióndesurostro,aúnconlosojosabiertos,mostrabaelterrorquehabíaexperimentadoantesdemorir.SequedaronmuysorprendidosalencontrartambiénelcadáverdelabogadodePaulySamuelconun puñal clavado en la espalda.Y el de lamujer extraña de pocas palabras,AmyCampbell,enelexteriordelacueva.Surostroreflejabaconunasonrisaeterna,lapazconlaquesefue.LoscuadrosdelartistaPaulGeller,flotabanenlascalmadasaguasdelmardesdedondepodíaverseesedía,elmágicoreflejodelaluna.
Los agentes de policía quedaron consternados ante las escenas que habíanpresenciadoenelinteriordelacuevaalaquehacíaañosquenadieiba.Yaunquenoevidenciaron nada sobrenatural, dieron por cerrado el caso de los asesinatos de lasjóvenes,dandoporsentadoqueJamesLevyeraelasesino.Habíaheridodegravedada Amy Campbell, que logró huir hacia el exterior de la cueva donde finalmentemoriría.DerekHarrison,quedaríacomoelhéroequeintentósalvarlayaunquelogróacabarconelasesino,recibióunpuñaltraidorporlaespaldaynosobrevivió.Fin.
PaulySamuel,eranlibres.Elcasosehabíaresueltoycerrado.Samuelindagóenel caso y aunque él tampoco pudo descubrir quien era ese hombre llamado JamesLevy,cuyocadáverfuetrasladadoaunafosacomún,veíaclaroqueélhabíasidoelculpable.YhabíaidoaporAmyaunquenocumplieraconelpatrónporedaddelasotraschicas.Extrañoytristecaso.Mástristeaún,contarleasuamigoPaulqueAmy,habíamuerto.
—Nopuedeser.Nopuedeser…No…—repitióPaulconsternadoporlanoticia.—Losiento,Paul.Elasesinofueaporella.—Laúltimavezquemevionomereconoció—explicóPaulemocionado.—¿Estásdebroma?—Esolepreguntéyo.—LaúltimavezquelavieronfueenelpubdeMurphy’sconalgunacervezade
más.KarlmedijoquelepresentóauntipollamadoTomcomosupareja,peroalladodeAmynohabíanadie.
—¿Tom?—preguntóPaulsaliendodelestadodeshockenelqueseencontraba.
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Paul cogió el coche y fue hasta Butterfly. Imaginó a Amy con su café y suscigarrillossentadaenelporchecontemplandoelpaisaje.Esedía,lasnubestampocohabíancubiertoelcielodeDingleyporalgunaextrañarazón,estarahílehacíasentirbien.Asalvo.Lapuertaestabaabierta.Paulmiróasualrededor.Conlaesperanzadeque todo se tratase de una broma pesada o una pesadilla y Amy bajara por lasescalerasosalieradelestudioencualquiermomento,contotalnormalidad.
Lacasaolíabien.Estabalimpiayordenada.UnaslágrimasrecorrieronelrostrodePaulydenuevo,escuchóunospasos.Lentos.Tranquilos.Unamanoseposósobresuhombroyleparecióescucharelsusurrodeunamujerqueledecía…
—Estábien…ellaestábien…—Abbey…Paul abrió mucho los ojos. Instintivamente, fue hacia el estudio. El ordenador
estaba encendido. Se sentó y leyó atentamente la última página de lo que era lanoveladeAmy.Lahabíaterminadoantesdemorir.Habíalogradoescribirsunovela.Paulpasótodalanocheleyendoloqueleparecióunaobramaestra…yenesecaso,conun final felizqueAmyen realidad,nohabía tenido.Conel corazónencogido,subiólasescalerasysetumbóenlahabitacióndeinvitados.Ensuhabitación…aúnpodía oler la fragancia deAmy.Sentirla. Pero el vacío al otro ladode la pared, lerecordaba que ella ya no estaba. Cerró los ojos. Y antes de caer en un sueñoprofundo, escuchó nueve clicks del interruptor de la luz que procedían de lahabitacióndeAmy.
—Amy…—susurrósonriendo.Ellaestabaallí.Seguíaahíaunquenolapudieraver.Yderepente,yasumergido
enunpreciososueñoenelqueelescenariooníricoeraunaplaya luminosaconunmartranquiloyresplandeciente,aparecióAmy.Ibavestidadeblancoconunvestidovaporoso y escotado. Su cabello ya no era corto. Había dado paso a una larga ysedosamelenarubia.Susojosbrillabanysuslabios,lesonreían.
—Estásaquí—dijoPaul.—Solohoy.Soloestanoche.Nopodíairmedeltodosindespedirme,Paul.—¿Quépasó?—Notieneimportancia.Estoybien,estoyenpaz.—¿ConTom?—preguntóPaulalgodesilusionado.—Sí,conTom.Peronoteolvidaréjamás,Paul.Loquetuvimosfuemaravilloso,
mehizoverqueenlavida,lassegundasoportunidadesexisten.Yhubierapodidosermuybonitopero…noteníaqueserasí.Tenemoseldestinoescritoyahora,debesserfeliz.Sientonohabertereconocidolaúltimavezquetevi.Créemequenofuepormiculpa…
—Nuncasabréloquepasórealmente¿verdad?—Mejor así, Paul. Mejor así… nadie sabrá nunca la verdad, pero… ¿quién
conoce la verdad absoluta de las cosas? Hay secretos que es mejor mantenerlosguardados bajo llave… Donde habita el olvido —respondió Amy pacíficamente,
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acariciandodulcementeelpechodePaul—.Recuérdameconcariño,Paul.Yrecuerdaa Abbey con amor… Pero vive. Date una tercera, una cuarta, una quintaoportunidad…lasquehaganfalta.Teestaremosesperandoaquíyteguardaremosunpedacitodecielo.Peronotengasprisa,Paul.
—TequiseAmy.—Losé.Yyoati,Paul.Ahorametengoqueir.—¿Tevolveréaver,mujerdepocaspalabras?Amy sonrió y asintió, alejándose lentamente de Paul sin dejar de mirarlo. Se
esfumóadentrándoseenlasprofundidadesdelmar,dondePaulpudoveraunhombreque también sonreíay la acompañaba.Paul se sentó en laplayadesiertahastaqueempezóallover…peronisiquieralalluviaoníricaconvirtióesemaravillososueñoenunaincómodapesadilla.Pauldisfrutódelalluviacayendosobresurostromientrascontemplaba el cielo oscuro. A veces, de las situaciones más difíciles, tambiénpodemossacaralgobueno…
«Elsecretonoescorrerdetrásdelasmariposas…escuidareljardínparaqueellasvenganhaciati».(MarioQuintana).
LONDRES,UNAÑODESPUÉS
Llévamecontigo, la novelade laperiodistay escritora fallecidahacíaun añoAmyCampbell,sehabíaconvertidoenelaclamadobest-sellerdelmomento.Paulremoviócieloy tierraparaque lanoveladeAmycayeraen lasmanosde lamejoreditoriallondinense. Y así fue. Con la ayuda de Steve, que sintió mucho la muerte de suredactorapredilecta,lograronquelamisteriosahistoriaLlévamecontigo,llegaraalomásaltoysetradujeracongranéxitodeventasenvariosidiomas.
Desdeaquellanoche,PaulnohabíavueltoasoñarconAmy.Tampoco lahabíasentido en Butterfly. Supuso que tenía mejores cosas que hacer en el paraíso conTom,quevisitarloaélensueños…oasustarloconalgúnimprevistomovimientoporcasa,desdeelocultoplanodelosmuertos.PaulhabíalogradoquedarseconlacasaButterfly.Leaportabapazeinspiraciónparasuscadavezmásdemandadasobras.Porlastardes,aunquelasnubesdeDinglelopusierandifícilparavereljuegodecolores
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del atardecer, Paul se sentaba en la arena de la playa. A veces con efímerascompañíasyotras,ensoledad.RecordandoaAmy…siempre.YaAbbey,amenudo.
Eldocedemarzode2016,seríaundíamuyespecial.PaulviajóaLondres,parauna importantepresentaciónde lanovelaLlévamecontigo en laprestigiosa libreríaWaterstone’s,situadaenlacallePiccadilly.AllíhabíaquedadoconSteveyalgunosredactores del periódico local donde trabajaba Amy, que no querían perderse elevento. Los que aún no habían leído el best-seller del año, estaban expectantes ydeseosos por conocermás sobre el don del protagonista de la historia. Y sobre laescritorafallecida,algoqueporlovisto,teníaqueverconlaselevadasventasdelaobra,quePauldecidiódonaracausasbenéficas.
AunquePaulhabíaleídomilvecesLlévamecontigo,nohabíaobtenidorespuestasasusmúltiplespreguntas.¿PorquéAmy?¿Quiéneraesehombrealqueencontrarony culparon del asesinato de las jóvenes? El consternado pueblo de Dingleafortunadamente, había vuelto a la normalidad después de descubrir los trescadáveresenlacueva.
Peroalmenos,Paulatravésdelalectura,síconocióaTomenprofundidad.Sinlugaradudas,elprotagonistadelahistoriaestababasadoenél.YPaulviviópalabraapalabrasusufrimientoytormentoatravésdevisionesescalofriantesqueAmysupoplasmaralaperfección.
—Paul, me alegra verte —le saludó Steve emocionado—. A pesar de todo,apreciábamosaAmy.Deverdad.
—Losé,Steve.Eraunamujerdepocaspalabras…—sonriótristementePaul.—Séqueenotrascircunstancias,hubiéramossidoamigas—sonrióunapreciosa
mujerdecabellocastaño,ojoscolormielypielbronceada—.MellamoMel.Soylarecepcionistadelperiódico—leinformóaPaulcoqueta.
—Esunplacer,Mel.SoyPaulGeller.—Losé…—MelnopudoevitarunarisitanerviosaquehizoqueStuartlamirara
asombrado—.Admiromuchotuobra,Paul.Deecho,mepreguntabasidespuésdelapresentación…tegustaríairacenarconmigo.
—¡Mel!Nosabíaquefuerastanatrevida—rioSteve.—Seráunplacercenarcontigo,Mel—aceptóPaul,guiñándoleunojoydándose
unanuevaoportunidad,talycomolehabíapedidoAmyensueños.Lasalasellenódegente.Todos,conlanoveladeAmyCampbellenlasmanos.
Paul, sentado sobre una larga mesa acompañado de Steve y trabajadores de laimportante editorial, observó como tantas otras veces, la fotografía de Amy en lacontraportada. Parecía sonreírle.Lemiraba fijamente como solo ella sabía hacer…deseóvolveraacariciaresepreciosocabellocortoybesaresoslabios…solounavezmás…solounavez…Perosoloeraunsueño.Undeseo…yélteníaqueconformarseconelrecuerdo.Yadaptarseaotroslabios.Aotrasmujeres.Aotravida.YasinAmy.
—Señor Geller, por favor. Puede empezar—dijo una de las editoras con unaagradablesonrisa.
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Paulselevantódelasillaysonriótímidamente.Nuncaselediobienenfrentarsealpúblico.Él,quesiemprelehabíadadoprotagonismoasusobrasocultándoseenlassombras, ahora tenía que dar la cara por la obra de otra persona. Pero esa otrapersona,lomerecía…
—Graciasatodosporvenir.HoyosquierohablardeLlévamecontigo,unanovelaquehaconquistadoamillonesde lectoresen todoelmundo.Perosobre todo…—suspiróamargamente—.Quierohablarosdesuautora.DeAmyCampbell.Unodelosseresmásespecialesqueheconocido.
Paul habló sobreAmy. Sobre las segundas oportunidades y el tiempo perdido.Sobreeldolordelaausenciayelvacíodelrecuerdo.Sobrelavidaylamuerte.Sobrelaspersonasylasoledad.Sobreelterrordelanocheylabellezadeunatardecer.Losallípresentes,terminaronllorandodeemoción,sinsaberquedesdeelplanoinvisibledelosmuertos,unaAmyorgullosadePaul,sonrienteyfelizjuntoaTom,ledabalamanoparaquepudieraseguirsucaminoyqueeste,resultarasermenosdolorososinella.
Porqueaveces,eldestinopuedellegarasorprendernos…solodebemosdejarnosllevaryseguirnuestrocamino.Saberesperar.Confiar.Lamagiaexiste…nosoloenseresespecialesquevisitanlatierraunratitocomoTom.Lamagiaviveencadaunadelaspersonasquecreenenella.Lamagianosconvierteenserespoderososcomoelaleteoenérgicodeunamariposa,quepuede lograrcualquiercosaqueseproponga.Lamagianosevitaeltormentodecruzarnosconellugardondehabitaelolvido…
«Aquelloqueparalaorugasellamafindelmundo,paraelrestodelmundosellamaMARIPOSA».
(Lao-Tse).
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LORENAFRANCO(Barcelona,1983).Esactrizconuna larga trayectoriaencine,seriesdeTvypublicidadanivelnacionaleinternacional.
Despuésdeautopublicarse12novelasenAmazon,quelahanconvertidoenunadelas autoras más vendidas, en 2016 su novela La viajera del tiempo (finalista delConcursoIndiedeAmazon),seconvierteenunfenómenodeventassinprecedentesen laplataformaysusotros títulosconsiguenalcanzarelnúmerounodeventasendigitalanivelnacional.
Hasidotraducidaavariosidiomasysuéxitointernacionalacabadeempezar.
Enlaactualidadcompaginasucarreracomoactrizconlaliteratura.
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