artes 17 de octubre, 2000 Cultura Galeña se

de Do J ,

El laureadoesaitorfaueclO ayer en la madrugada, llenando de luto la literatura costarricense

Marco Monge/La República Joaquín Gutiérrez fue un hombre polifacético y con un increíble sentido del humor, hoy el país está de luto con su muerte.

Kryssia Ortega La República

Sus ojos juguetones y píca­ros decidieron partir en otro viaje, del que ya no volverán a sonreírnos ni a contar las ma­ravillosas historias del Caribe que tanto amó.

Ayer, a las 2:30 a.m. el es­critor costarricense Joaquín Gutiérrez Mangel falleció a causa de un paro cardiorespira­torio en el Hospital Calderón Guardia, dejando tras de sí una estela de luto y dolor en el país.

Don Joaquín, ingresó en el centro hospitalario desde la se­mana anterior víctima de pro­blemas respiratorios, secuela de la infección de pulmón que lo afectó el pasado mes de ma­yo, durante su último periplo por España.

Sus funerales se realizan hoy a partir de las 9 a.m. en el Teatro Nacional, donde recibi­rá un homenaje, pasando luego al Cementerio General.

Viajero sin tregua ni des­canso, don Joaquín recibió el Premio Nacional de Cultura en 197 5, siendo el último de los escritores de la generación más

brillante del país que desapare­ce, dejando al mundo de las le­tras y a su personaje más inter­nacional, 'Cocorí', huérfanos.

"Joaquín fue uno de los grandes novelistas de Costa Rica, donde tiene una validez igual a la de Fabián Dobles y Marín Cañas. Era el último de la generación de los años 30 que frecuentábamos a Joaquín García Monge y a Carmen Ly­ra", afirmó el historiador Luis Ferrero.

Nacido en 1918, Gutiérrez creció y nutrió su ingenio a la orilla del mar Caribe y desde ahí recorrió el mundo, que lue­go plasmó en sus obras.

"Me da una enorme pena la muerte de don Joaquín Gu­tiérrez, un hombre extraordina­rio, escritor, pensador, huma­nista, un hombre muy querido.

En lo personal, yo tengo para él el mayor de los afectos, pues fue un hombre compren­sivo, que entendía las diferen­cias de opiniones, que podía manejarse con gran respeto y cariño y siento mucho su muerte, que es una muerte que nos empobrece a todos", afir­mó ayer en Grecia el Presiden­te de la República Miguel An-

gel Rodríguez.

Venido del Caribe

Sus primeros pasos los dió al calor y al ritmo del Caribe costarricense, experiencia que · lo marcó hasta el final. Siendo aún un niño emigró con sus padres hacia San José, lleván­dose a Limón consigo.

Inquieto desde joven, viajó a Nueva York a estudiar, dedi­cándose más bien al boxeo y a jugar ajedrez, según el histo­riador, Luis Ferrero.

"Al regresar al país se acercó a Joaquín García Mon­ge y a Carmen Lyra con quie­nes se impregnó de la lucha social de la época. Partió luego a Chile donde vivió más de treinta años", agregó Ferrero.

En Chile tuvo buena amis­tad con el poeta Pablo Neruda. Estando allá publicó su novela "Manglar", ilustrada por Max Jiménez y también ganó en 1947 el premio Rapa Nui por "Cocorí".

"El fue un autor muy im­portante, no solo para la Edito­rial Costa Rica sino para las le­tras nacionales y su compromi­so literario estaba marcado muy claramente por su mili­tancia política de toda una vida con el partido comunista", co­mentó el Gerente de la Edito­rial Costa Rica, Habib Succar.

En su largo peregrinar vi­vió en China y en la antigua Unión Soviética, sitios en los que ejerció como periodista

hasta llegar a ser corresponsal de guerra.

Fue así como realizó va­rios reportajes sobre su expe­riencia en la cobertura de la guerra de Vietnan, donde en­trevistó al líder vietnamita Ho Chi Ming.

"Puerto Limón", "Murá­monos Federico", "La hoja del aire" y "Te acordás hermano" por la que fue galardonado con el premio Casa de las Améri­cas de Cuba en 1982, son parte de su obra.

Las nuevas letras costarri­censes encontraron en Gutié­rrez un maestro y su partida les deja un enorme vacío.

"Es una pérdida irrepara­ble y yo creo que si alguien merecía el premio Nobel en el país era don Joaquín, ahora va­mos a tener que esperar otros cien años a que aparezca al­guien como él".

Creo que él fue escritor en el papel y en la vida; vivió co­mo un buscador siempre; co­mo un viajero incansable que encontró cosas maravillosas y tuvo la generosidad de poner­las por escrito", dijo el escritor Femando Contreras.

De ahora en adelante las palmeras de Limón quieren crecer más altas para llegar así al cielo y recordarle a don Joa­quín que aun existe el Limón que él amó.

* Colaboraron con esta in­formación Carolina Murillo y Carmen Juncos.

Marco Monge/La República En una de sus últimas entrevistas, don Joaquín posó para una fotografía junto a su nieta la actriz lshtar Yasin y la hija de ésta.

Uno de las grandes montajes que la Compañía Nacional de Teatro hizo en la década de los años setenta, cuando se realizaba el "Teatro al aire li­bre", fue "Puerto Limón", basado en el libro de Joaquín Gutiérrez y dirigido por Al­fredo Catania. En estos días, Graciela More­no, directora del Teatro Na­cional, gran amiga y admira­dora de don Joaquín, se en­cuentra realizando una re­lectura del libro "Puerto Li­món", junto con Catania, con el proyecto de realizar una nueva puesta en escena de la obra. "El destino no rne dió tiempo de poder llamar a Joaquín y contarle del homElnaje que le hariamos''. confesó doña Graciela a Galería. El proyec­ta incluye llevarlo ~ambién a Limón para presentarlo en forma gratuita. ªOecidí hacerle este home­naje, así como lo escogí para estar en el Paseo de los Artis­tas, porque creo que se lo merece, es uno de los costa­rricenses rnás conocidos en el resto del mundo por sus obras y por su vida" explicó Moreno, sumamente emo­cionada. Moreno finalizó invitando a l1os costarricenses a participar de la despedida, ya que hoy, Joaquín Gutiérrez, ese ser que fue Htan vital, tan lleno de comprensión hacia todo el mundo, estará en su casa (el Teatro Nacional), conmi­go y con todos".