cualidades de un profesional periodista eunsa

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  • 7/30/2019 Cualidades de Un Profesional Periodista Eunsa

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    http://www.unav.es/fcom/comunicacionysociedad/es/ar

    ticulo.php?art_id=269

    Cualidades y formacin del periodista

    Gabriel GALDN

    Profesor de Documentacin Periodstica. Facultad de

    Ciencias de la Informacin. Universidad de La Laguna

    1. Cualidades del periodista2. La formacin del periodista3. Corolario4. Notas al pie

    El propsito de este trabajo es dar a conocer algunasreflexiones personales sobre la formacin de los futurosperiodistas.

    Parto de una conviccin: que el periodismo, comoactividad, no es una mera tcnica sino un saber prcticode ndole prudencial. De ah que el factor decisivo parala mejora de la informacin periodstica sea el hecho decontar con mejores periodistas.

    Cabe esperar desde la razn, no desde los intereseseconmicos y de poder que haya un cierto acuerdounnime respecto a esa aseveracin. La dificultadestriba en qu hacer para que esa mejora se produzca,en ponerse de acuerdo respecto a los contenidos, modosy mtodos educativos que la hagan posible.

    A mi parecer, para que se pueda vertebrar una polticaeducativa adecuada, es menester, como paso previoindispensable, tener claro cules son las cualidadesintelectuales y morales que debe tener el periodista paraque pueda y quiera realizar una informacin quecontribuya a la presencia pblica de las diversasverdades que los ciudadanos necesitan conocer para

    actuar con mayor libertad, justicia, solidaridad y acierto.Por esa razn, expondr en primer lugar mi reflexinacerca de cules son esos hbitos intelectuales ymorales. A continuacin, deducir una serie de criterios,pautas y mtodos que hagan factible una adecuadaformacin de los periodistas.

    Cualidades del periodista /

    La inteligencia

    Por inteligencia entendemos los conocimientos,

    aptitudes y actitudes de orden prevalentementeintelectual que deben tener los informadores paradesarrollar adecuadamente su misin especfica.

    Parece claro que si nos situramos en la esfera de losmeros conocimientos, el elenco podra ser interminable.Sobre todo si an se est inmerso en un ambientepositivista que confunde el saber con la erudicin, y queha propiciado esa crtica generalizada que por sertpica no es menos justa acerca del "periodista queescribe de todo y no sabe de nada".

    Evidentemente son necesarios unos conocimientos.

    Pero no es menos palmario que ni basta con poseerlospara realizar bien la labor periodstica, ni son elelemento decisivo. Lo realmente necesario y operativoes que tengan unos hbitos intelectuales y moralespropios de personas que saben valorar y reflexionar y,posteriormente, comunicarse y comunicar, haciendojusticia a la realidad, al destinatario y a s mismo.

    "El valor de un espritu dice Guitton no reside tantoen su ciencia (los libros y enciclopedias estn al alcance

    de la mano) como en la posesin de hbitos vivaces quele permitan adaptar su saber y sus principios a lasingularidad de los casos siempre nuevos e,inversamente, en discernir el provecho que puede sacarde aquello que le es ofrecido por el azar" [1] .

    Pues bien, a mi entender, esos hbitos intelectualesnecesarios son, en sntesis:

    La apertura, sin prejuicios, a la realidad, queimplica el respeto a la naturaleza de las cosas yel esfuerzo por descubrirla (sentido realista).

    La actitud reflexiva y la capacidad de reflexin,que se concretan en el sentido teleolgico, el sentidocrtico, el sentido histrico y la capacidad de anlisis yde sntesis, y cuyo referente permanente es la bsquedade la verdad y su comunicacin adecuada, utilizando ellenguaje y los modos apropiados (sentido retrico).

    El afn por documentarse y actualizarcontinuamente el saber (sentido documental).

    Sentido realista

    La apertura a la realidad, sin prejuicios que la reduzcanapriorsticamente y la conformen a los reducidos lmitesde una mente estrecha y miope, parece una primeracondicin evidente para la persona que quieradesentraar cules son las realidades humanas actualesque interesan de modo fundamental ypermanentemente a los ciudadanos.

    Como ya se ha dicho de diversas maneras, el informadordebe tener en cuenta que "nada de lo humano le esajeno" y que, parafraseando la sentencia que Hamletexpone a su amigo Horacio, "hay mucho ms en el cieloy en la tierra de lo que puede concebir su ideologa".

    Mxime cuando es un dato de experiencia que cada vezms periodistas, faltos de conocimiento y deexperiencia, se atreven a pontificar sobre las msvariadas cuestiones, con el nico bagaje de una lectura

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    fugaz o de un dato escuchado al azar, y vivenencerrados en sus pequeos castillos de limitadoshorizontes. Es menester, por tanto, que tenganhorizontes intelectuales y vitales amplios, que vean pors mismos lo inconcluso de sus planteamientos, quevaloren que la experiencia es pluriforme y global, que"la persona experimentada no es simplemente enpalabras del filsofo A, Llano la que ha dejado resbalar

    su mirada por multitud de objetividades, ni la que hapasado de una vivencia subjetiva a otra.

    Es la persona que ha sabido guardar en s misma elrastro de su contacto vital con el mundo y con los otroshombres, de suerte que ha aprendido a comportarsems adecuada y sabiamente. (...) No es simplementeuna experiencia de los plurales "experimentos" queacaecen en la prxis cotidiana. Por eso tal experienciamultiforme (...) intenta no perder, no dejar que seescape, ningn aspecto de la realidad que puedaresultar significativo y enriquecedor"[2] .

    La primera condicin posibilitadora de esa apertura a larealidad es el respeto a la misma.

    Aunque el conocimiento sea de por s subjetivo, larealidad es objetiva. Y es la mente la que debeadecuarse a la cosa, como ya desde hace siglos unatradicin filosfica cabal, realista, formulacertadamente.

    Ese respeto a la realidad lleva, por tanto, a noacomodarla a las propias limitaciones, gustos, deseos,caprichos, o intereses. Ciertamente tal postura tiene

    tambin su tradicin y su formulacin sinttica: "si loshechos no estn de acuerdo con mi teora, peor para loshechos". Pero tal tradicin es la que ha dado lugar a lasmanipulaciones masivas y a los grandes errores yhorrores que ha vivido y sigue viviendo la humanidad. Yno parece que contribuir a tales calamidades sea lamisin natural del periodismo.

    La realidad hay que descubrirla.

    Y el hecho de que sea enormemente rica y variada, yque las ms de las veces las realidades ms importantes

    o lo ms significativo de ellas no se patenticen a simplevista, se oculten por su propia naturaleza o estnocultadas, indica simplemente que hay que aprender amirar y que la verdad es una conquista.

    A esta misma naturaleza de la realidad y suconocimiento se refera Julin Maras al comienzo de unexcelente artculo periodstico: "La naturaleza gusta deesconderse" deca Herclito . Podramos decir conmayor acierto que eso le pasa a la realidad sin ms,porque las que son naturales son las que ms seocultan.

    La verdad era para los griegos 'altheia', propiamentedescubrimiento, desvelamiento, patentizacin omanifestacin. La realidad, en principio, esta 'cubierta'

    hasta que el hombre (...) la manifiesta o 'descubre', lapone en su verdad.

    "Es trabajoso el descubrimiento de lo que las cosas son,porque su resistencia es grande; para ello hace falta unesfuerzo inteligente y continuado, el uso de mtodosadecuados a cada forma de realidad, y sobre todo larazn, tan abandonada en muchas pocas, entre ellas la

    nuestra, que casi siempre la 'aplaza', hasta en la ciencia,hace todo lo imaginable antes de usarla, de ponerse apensar racionalmente"[3] .

    Sentidos crtico, histrico y documental

    Tal sentido de la experiencia y la propia aperturahumana a la realidad conduce, pues, inexorablemente, ala necesidad de la reflexin. A la adopcin de unaactitud reflexiva, a saber pensar.

    Necesidad que adquiere caracteres de urgencia cuandose observa cmo los grandes fenmenos sociales

    escapan a la comprensin de la inmensa mayora de losinformadores, ya que en lugar de remontar la corrientede los acontecimientos para buscar la causa, se van conla corriente sin saber dnde comienza y dnde acaba.

    "Son muchas escribe Yarce las verdades a medias ylos relatos fabulados que la sociedad digiere cada dapor causa del comunicador precipitado, superficial,frvolo y confuso" [4] . Urgente necesidad que acuciaan ms si cabe cuando se comprueba la existencia detantos intereses econmicos, polticos e ideolgicos quegravitan sobre la prensa; la de tantos y diversos tipos

    de Maquiavelos que quieren utilizar los medios y, porende, a los informadores para sus fines de poder [5] .

    Ya deca Kant en sus reflexiones sobre la educacin quelo que realmente importa es que se aprenda apensar [6]. Aprender a pensar que supone desarrollaruna actitud reflexiva que permita, a su vez, laadquisicin de una capacidad de enjuiciamiento personalque comienza y se desenvuelve con una actitud crtica.Como se sabe, crtica viene de "krinein", discernimiento,poner las cosas en su sitio, saber a qu atenerse.Capacidad de discernimiento que es la primera exigencia segn Soria y Giner del periodismo de calidad [7] .

    Discernimiento que es cribar lo verdadero de lo falso; locomprobado de lo hipottico; lo importante de lo banal;lo perdurable de lo efmero; lo que interesa aldestinatario de lo que slo interesa a unas fuentesinteresadas.

    Discernimiento, sentido critico, que es la anttesis de laaceptacin inconcusa de las ideas, deseos, gustos oprejuicios de la sociedad. Sentido critico que se apoyaen el inters y la curiosidad intelectual (en la apertura ala realidad) que, mediante el esfuerzo y el estudio,

    deben conducir al conocimiento verdadero de larealidad. Sentido crtico reflexin ponderada sobre lasfuentes y la realidad que transmiten que, en fin, debe

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    concluir en juicios serenos y operativos, en decisionesprcticas.

    Y la primera decisin prctica a la que conduce esavaloracin crtica es la de seleccionar las fuentes y lostextos y referencias informativos. De ah que el sentidocrtico no sea slo un 'desiderndum', una meta buena,sino una condicin necesaria para realizar las tareas

    periodsticas de acuerdo con su naturaleza.

    Para el logro de ese sentido crtico que concluye en laformacin de juicios operativos y para podercomprender adecuadamente la realidad, relacionndolaen el espacio y en el tiempo desde diversasperspectivas, y poder comunicarla, otros componentesy, a la vez, consecuencias de la actitud y el hbito dereflexin son la capacidad de anlisis y de sntesisenmarcadas en un sentido histrico. "La sabidura delhombre que piensa afirma Nieto radica en descubrirla verdad ante lo que no es evidente, mientras que la

    idiotez del tonto consiste en llamar novedad a lo que esevidente.

    Desgraciadamente en nuestra poca abundan laspersonas (lase, en nuestro caso, los informadores) que'saben' muchos sucesos, datos y resultados deencuestas; pero escasean las que conocen sus causas ypueden prever las consecuencias" [8] .

    Trasladando al trabajo del informador lo que GarcaVillada escribe para el historiador[9] , puede afirmarseque el trabajo de la crtica, tanto externa como interna,es un trabajo de anlisis por medio del cual se va

    haciendo la seleccin del material para la elaboracin dela informacin. Pero no podemos conocer la realidad sino estudiamos las relaciones de los hechos entre s y deestos con las ideas. Relaciones que pueden ser decondicin, de efecto, de causa, de ocasin.

    Tras este estudio viene lo que nosotros podramoscalificar de sntesis; sntesis que no significa otra cosaque el acto del entendimiento que reconstruye esevnculo con sus causas y sus efectos y puede descubrirel sentido de la realidad.

    La apertura a la realidad, el sentido histrico y el sentidocrtico conducen al afn por documentarse y, a la vez,tienen en l su fundamento. Es indudable que formularjuicios certeros requiere esfuerzos de documentacin, deinvestigacin, de actualizacin permanente de losconocimientos, de comprobacin y profundizacin.

    Pero si ese afn por documentarse que evidentementetiene mucho que ver con la 'studiositas' latina esnecesario para realizar cabalmente cualquier tareahumana, en el informador forma parte intrnsecamentede la propia tarea, es su base y sustento natural sin elcual la actividad no podra desarrollarse o se haradesnaturalizndola.El referente permanente de tal actitud es la bsquedade la verdad sin la cual tambin el sentido crticoperdera su sentido. De ah que para el informador

    documentarse sea un deber que est en la base de latica informativa [10] , y que el primer principiooperativo de la actividad documental sea elverificativo [11] .

    Sentidos retrico y teleolgico

    El sentido retrico es una aptitud que, amn de requerir

    unos conocimientos y destrezas de orden lingstico ynarrativo, comporta el reconocimiento del componentepersuasivo inherente a toda informacin (si bien existeuna gradacin natural y una gran variedad de modos) yla actitud de hacerlo valer, sin engaos ni componendas,en el discurso. Discurso que, por ser periodstico, deberespetar las restantes y antecedentes caractersticasnaturales especficas de este modo informativo [12] .

    El sentido retrico en Periodismo no slo significa laaptitud del informador para hacer verosmil loverdadero, buscando el tipo de discurso adecuado a la

    realidad que se quiere comunicar, al propio saber sobrela misma y a la situacin propia y del pblico sobre esesaber. Sino tambin a su capacidad para hacerinteresante lo importante y para hacer reflexionar a laspersonas que reciben la informacin sobre esa verdad,su importancia y su significado para ellas y la sociedad.De ah que deba conformar el texto periodstico comorelato[13] .

    Tal configuracin lleva a dotarlo de un cierto carcterpotico, a no abjurar de la capacidad creativa yexpresiva, de la sensibilidad artstica [14] .

    Adems, y debido a que la informacin periodstica noes slo el texto periodstico considerado aisladamente,esesentido retrico debe tambin tenerse en cuenta enla configuracin de la coherencia intertextual,macrotextual y global de los contenidos del medio [15] ,considerando, adems, los condicionantes que llevaconsigo la periodicidad.

    Mas ese sentido retrico, como el resto de los sentidos(incluido el sentido comn que no hemos mencionadopor evidente), tiene una condicin y una meta que lemarca el sentido teleolgico, el cual puede definirse

    brevemente como la prudencia de tener siemprepresente el fin de la actividad, y de obrar enconsecuencia, en todos los actos del procesoinformativo.

    A esta integracin de sentidos apuntan las siguientespalabras de Yarce: "La preocupacin por comunicaracertadamente hace que el comunicador integre susaber terico-prctico, tcnico-artstico y de sentidocomn en el cmo de su actividad.

    Pero tiene que pensar en las fuentes de donde recibe lainformacin cosa ms palpable en el periodismo , enlos datos que recolecta y en el tratamiento opreparacin del texto que va a ser difundido (noticia,reportaje, artculo de opinin, informe, etc.). Este esel qu donde se concentra la fuerza de la informacin

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    Para que el periodista pueda realizar esa integracin desentidos marcada por el teleolgico hace falta que tengael hbito de la reflexin. Hbito que supone la continuay natural interrogacin en cada acto del procesoinformativo sobre su pertinente adecuacin con el objeto

    y la finalidad de la informacin periodstica.

    Sin nimo de ser exhaustivo, pero con el deseo deilustrar del mejor modo posible lo que acabamos deafirmar, pienso que merece la pena formular algunas delas preguntas que los informadores deben hacerse en elejercicio de su tarea.

    Respecto a la seleccin y jerarquizacin: En qumedida necesitan los ciudadanos conocer este tema?Es necesario, til o conveniente para el bien comn oslo satisface los legtimos intereses, gustos,

    curiosidades, etc., de un ncleo grande o pequeo depersonas? Es apto para la comunicacin pblica opertenece al mbito privado?...

    En relacin con las fuentes: Es esta fuente fiable! Esla ms autorizada en esta materia concreta? Con quotras fuentes puedo contar para el contraste y elcomplemento adecuado.

    En cuanto a la materia: Es esto verdad? Cmo puedosaber que esto es as? Cmo puedo completar yenriquecer mi conocimiento acerca de ella? Qu hay decierto, de dudoso, de probable? De todo ello, qu es lo

    que necesitan saber los ciudadanos? Cules son laspreguntas que tengo que hacer para satisfacerlos?...

    Sobre el tratamiento adecuado: Qu tipo de relato es elms adecuado para explicar este tema? Qu lenguajedebo emplear para que el pblico lo entienda? Qudebo recordarle o aclararle para que se siteconvenientemente? Debo emplear elementosicnogrficos? De que tipo?

    Acerca de la previsin (que afecta a redactores-jefes ydirectores): Quin es la persona idnea para informar

    de este tema? Qu tiempo y qu ayudas necesita paraprepararse adecuadamente? (...) Qu consecuenciaspuede tener la difusin de esta informacin? Si esmenester difundirla, qu tipo de tratamiento requierepara paliar los posibles efectos negativos en algnncleo de la poblacin?...

    Sin estas y otras deliberaciones es imposible formularlos juicios acertados, tomar las decisiones oportunas yelaborar una informacin periodstica que cumpla lasexigencias que dictan su objeto y finalidad.

    Ciertamente, como escribi Ortega, "es tremendo enel sentido etimolgico de 'tremere', temer que nuestraconducta profesional se pueda convertir en alegra odolor, en amor o en odio, en virtud o en vicio, dentro delalma ajena" [17] .

    Pero no por tremendo menos cierto. Por eso, el sentidoteleolgico como la prudencia misma pertenecetanto a la inteligencia como a la voluntad, e invoca laexistencia de un sentido vocacional y de un sentido

    personalista y tico en el periodista.

    Vocacin y virtudes

    Es obvio que no basta con que el periodista posea todasesas cualidades intelectuales que acabamos de ver en elcaptulo anterior. Tiene que poseer tambin unosconocimientos fontales y unas convicciones, hbitos yactitudes morales.

    Cabe formularlo as: Debido a la ntima y recprocainteraccin entre la inteligencia y la voluntad y a la

    peculiar naturaleza y finalidad de la actividad querealiza, no basta que el informador tenga unosdeterminados conocimientos y cualidades intelectuales,sino que estos deben ir acompaados y sustentados porunos conocimientos fontales y unos hbitos y actitudesmorales que se podran sintetizar en sentido vocacionaly sentido personalista y tico, y que remitennecesariamente al ejercicio de las virtudes.

    Sentido vocacional

    Por sentido vocacionalse entiende, en apretada sntesis,la identificacin del proyecto personal con las exigenciasy finalidad de la actividad.

    A tenor de lo que llevamos expuesto si bien de modoimplcito parece claro que el periodista no es un

    burcrata sin alma, ni un operador tcnico, ms omenos eficiente, Sino una persona comprometida conuna determinada misin al servicio de los ciudadanos,que se puede cumplir de determinadas formas y desdediversas tareas.

    De ah que tenga que reflexionar sobre la naturaleza deesa misin y de ese compromiso, sobre las aptitudes yactitudes que se requieren para cumplirlo, tanto engeneral como en relacin con las diversas tareasespecficas.

    Tras esa reflexin, vendr la aceptacin libre y

    responsable, y la delineacin del proyecto profesionalincardinado en el proyecto vital, personal. Debido a estantima unin, tal sentido es permanente y bsico yrequiere una continua maduracin reflexiva y unaconstante autocorreccin prctica.As lo han entendido los mejores periodistas de todos lostiempos, como ya expuse en otro lugar, por ejemplo, enel caso de D. M. Wallace, aquel gran periodistadel Times londinense de finales del siglo XIX y principiosdel XX[18] .

    Coetneo de Wallace, pero con menor vida periodstica

    debido a una enfermedad, fue Modesto Snchez Ortiz,director de La Vanguardia barcelonesa de 1888 a 1901,hombre "generoso e imaginativo, de gran talentonatural y de enorme fuerza de voluntad, cordial,entusiasta y emprendedor", y cuya labor periodstica

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    constituy "una de las experiencias ms extraordinariasde su poca en el mundo del periodismo". Su frmula seapoyaba "en una concepcin moderna del periodismocomo ejercicio rigurosamente profesional, responsable,tico, independiente, informativo y de servicio a lasociedad". Y convirti el diario de la familia God "en elperidico ms dinmico e influyente de Catalua"19 [19]

    Snchez Ortiz, como ya sabemos, expuso en 1903 suconcepcin del periodismo. El cual aparece a sus ojos"sencillamente como sacerdocio y comomagisterio" [20] .

    Ochenta y siete aos ms tarde, Luka Brajnovic, concincuenta aos de cabal ejercicio profesional, y cerca decuarenta de fecundo magisterio docente e investigadoren su haber, tras hacer una breve y certera tipologa decinco clases de periodistas que, por fas o por nefas, noalcanzan la completa dimensin natural de la finalidad

    de su profesin, llega, finalmente, a referirse al sextoperiodista.En sus palabras aletea el mismo espritu de SnchezOrtiz respecto al hondo sentido vocacional delperiodista. Pero, adems, su caracterizacin delperiodista nos puede servir de nexo de unin con eseotro sentido que nos queda por explicar. De ah que,como joya engarzada en nuestro discurso, en este casohagamos una reproduccin extensa de la misma.

    "El sexto periodista es el que lucha por conquistar oconservar su puesto. Existe, trabaja, sufre y esconsciente de su deber. Su nombre esperiodistaindependiente, que no quiere decir sin criterio ni ideales.

    Todo lo contrario. En realidad se le puede llamar,sencillamente,periodista, sin ningn adjetivo especial.No es triunfalista, ni fantico, ni egosta, s soador,pero es un poco poeta que extiende sus races hacia lospropios conceptos de la profesin. Sabe que en todas lasetapas y en todas sus facetas, el periodismo ha tenidomucho de valeroso y de bueno, quizs ms que en otrasprofesiones. Este periodista est dispuesto a aprenderde los cinco anteriormente mencionados lo que pueda ylo que le sirva.

    Tal vez, los que he llamado conservadores le sugieren laresponsabilidad; los progresistas, ahnco y esfuerzo parano oxidarse entre papeles y ordenadores; los sinnombre por contraste , apoyo en un justificable y justificadooptimismo, contrario al resentimiento y la indiferencia;los contestatarios, el absurdo que es el neotriunfalismoy la autocomplacencia; y los clandestinos, la valenta deser inoportuno cuando estn en juego los principiosfundamentales y la libertad de las conciencias.

    Este sexto periodista es consciente de que su labor debeservir a un derecho universal, al progreso humano, a lacreacin de los valores referentes a la cultura y a laconvivencia de todos los ciudadanos, a todos loshombres y a todas las sociedades. Es un periodista

    capacitado intelectual y moralmente para desempearsu trabajo con indiscutible honestidad. (...)

    "El sexto periodista se encuentra en el polo opuesto delos que pese a su presuncin de arbitrar el bien y elmal tienen unos horizontes demasiado estrechos ydemasiado cercanos. Sus oponentes extremos carecende posibilidades de que nazcan nuevos ideales, nuevas

    pequenas o grandes hazaas, nuevos deseos yesperanzas, nueva fe en el devenir y en las posibilidadesfuturas, en nuevas perspectivas y logros.As, que frente a este sexto periodista se encuentran

    unos hombres vueltos hacia atrs, que se puedenconvertir en un bloque de sal como la mujer de Lot.

    "El periodista se realiza haciendo un vigorosoperiodismo. En ello no debera haber pausas nicansancio, mientras se lo permita, su condicin fsica eintelectual. En ello debera haber un constante andar yun avance hacia adelante, cada da ms, mejor, ms

    bello y ms honrado.

    Viviendo un crecimiento permanente, l crece. Sera unerror querer encontrarse en un instante en un estadodefinitivo que se logra slo con la muerte. Las vctimasde este error son todos los que se cansaron de la vida,del camino de su deber profesional, o los que muestranen cualquier ocasin su autosuficiencia, suegocentrismo.

    "Es natural que el periodista busque las causas de todoaquello con lo que se topa en la vida profesional. Esconsciente de su importancia en la sociedad. No es

    funcionario de nadie y no se puede conformar con vivirtodos los das segn la misma rutina. No se somete aldictado de nadie ms que al de su conciencia. (...)

    "El sexto periodista ve y siente profundamente lasdiferencias que se le presentan en su trabajo. Pero no serinde. Las considera como un reto que hay que superary vencer. Sus crticas demuestran la amplitud de sucriterio, que no se conforma con medianas, consoluciones mediocres a los problemas polticos, sociales,econmicos y culturales, ni con verdades postizas.

    No sera buen periodista si no resistiera activamente a loque le pone en peligro como informador. Su conducta esel resultado de una determinada visin del mundo, de laexperiencia del pasado y de los ideales realizados, queno han sido malogrados o fallidos. El periodista engeneral es un escritor e informador que tiene comometa superarse a s mismo y mejorar a los dems y lasituacin en la que vive la sociedad para la que trabaja.Lo deseable sera que utilice su trabajo en favor de laverdad, la bondad y la belleza" [21] .

    Sentido personalista y tico

    Parece claro, por tanto, que ese sentidovocacionalconduce inexorablemente a la consideracinde que la tarea periodstica es una labor del hombre,sobre el hombre y para el hombre, atendiendo a su bien

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    y al de la entera sociedad. Por ello, su contexto fontal yteleolgico apropiado es el sentido personalista ytico. Por el que se entiende la visin cabal de lanaturaleza y fines del hombre, y la actitud consecuente

    ante ella y desde ella en el quehacer cotidiano.

    A estas alturas de nuestro discurso, quizs no seanecesario explicitar que lo que podramos llamar verdad

    informativa es una verdad prctica que consiste en lacomunicacin adecuada de una verdad concreta sobrealgo concreto. Tal conocimiento de la realidad concretaes el referente objetual que determina lo comunicablepero no las posibilidades y modulaciones de lasperspectivas y formas en que se puede comunicar.

    Ahora bien, esa libertad propia de la verdad prctica noes una libertad de ejercicio sin meta, sentido o finalidad.Sino que, al ser la finalidad lo propio y lo que dota desentido toda actividad humana libre, lo determinante desus decisiones y acciones[22] , es su grado de

    cumplimiento lo que determina el grado de adecuacinde ese saber prctico con su naturaleza propia.

    De ah que, amn de ser la finalidad especfica de cadauna de ellas y no las estructuras o las formas lo quedistingue los diversos modos comunicativos y artsticos,como ha mostrado acertadamente Coseriu refirindose ala distincin entre Informacin y Literatura [23] , sea lafinalidad de la informacin periodstica lo que determinesu naturaleza.

    Dicho de otra forma, y como ya sabemos cual es estafinalidad (la actuacin libre y, por tanto, reflexiva,

    fundada en la verdad y solidaria del hombre ensociedad) es la verdad sobre el hombre la referenciaconcreta y permanente que dota de sentido y permite

    vertebrar adecuadamente todas y cada una de las

    distintas acciones informativas, en diversos grados ymaneras segn sea la naturaleza concreta de la accin.

    El problema estriba en saber cual es esa verdad o,mejor dicho, ese conjunto de verdades. Pues bien, a miparecer, aplicando a este objeto los sentidos realista,crtico, histrico y documental, se puede llegar a unaserie de conclusiones:

    a) Que si se parte de que el hombre no puedealcanzar la verdad, o que la verdad no existe, amn deque esta propia afirmacin lleva en s la propia negacinde lo que afirma [24] , se imposibilita de raz todaposibilidad de informacin.

    b) Que si se entiende que la verdad es creada por elpensamiento individual y slo est en l, al no haberuna referencia real comn fuera de cada sujeto, tambinse imposibilita de raz la informacin [25] .

    c) Que si se considera que todas las cosas no sonms que pensamientos de un gran sujeto impersonal,que sera lo englobante pantesticamente, respecto alcual cada cosa y cada sujeto no seran ms quemomentos de su evolucin, modificaciones del Todo,

    entonces el individuo queda diluido y anulado, sometidoa las determinaciones arbitrarias de la "encarnacinhistrica" de ese Absoluto y no puede haber tampocoinformacin sino propaganda y manipulacinsistemticas, adems de exterminios masivos [26] .

    d) Que a la misma conclusin se llega si, aunque nose sustituya a Dios por ese Absoluto, ni se declare su

    inexistencia ("Si Dios no existe todo est permitido",deca Dovstoieski con razn), se despoja al hombre desu origen y destino trascendentes y se niega sudimensin racional y espiritual que le hace ser un sujetoinviolable, con derechos y deberes inherentes a sunaturaleza creada y a su destino trascendente.

    En estos casos, se le reduce, en la prctica a, porejemplo, mero consumidor, espectador, votante, animalevolucionado y sofisticado... Y los hombres son siempreinstrumentalizados para los fines de quienes detenten elpoder en cada caso.

    Parece claro, por tanto que ni la visin positivista, ni laescptica, ni la inmanentista, ni la materialista en susmltiples formas, ni el laicismo y mercantilismoabsolutista actuales, pueden hacer posible lainformacin periodstica. Entonces, qu queda?

    Pues queda la visin del hombre como persona.Concepcin que hunde sus races en la tradicin clsicagreco-latina y en la Revelacin judeo-cristiana, y que haestado en la base del progreso cultural y moral denuestra civilizacin.

    En virtud de su origen, naturaleza y fin, el hombre esante todo persona. Un ser que es l mismo, que seautoposee, que es responsable de sus actos. Un serllamado a ser y a afirmarse como tal, en toda sudignidad.

    Con la cual vive de acuerdo cuando se abre al tu delotro, del prjimo, mediante la actitud de servicio y deentrega, y no se enquista en una independenciadesligada de la verdad y del bien, ni busca la propiaafirmacin por la va del poder o del tener, que le haceperder de vista el Ser y su ser e instrumentalizar a los

    dems.

    La persona es un ser singular e irrepetible. Conderechos y deberes inalienables, sea cual sea sucondicin, raza, lengua, religin, desde el mismoinstante de su concepcin.

    Esta consideracin es el fundamento de la accin justade cada uno y la base de toda sociedad democrtica ypacifica. Y es tambin, por ello, la referencia y elreferente de las diversas acciones libres que constituyenla informacin periodstica.

    De ah que el sentido personalista est en la basedel sentido vocacionalperiodstico, como conviccinfontal generadora; constituya un deber de respeto a smismo por encima de un mero actuar profesionalista;

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    sea el criterio fundamental de bsqueda, valoracin,seleccin, jerarquizacin y tratamiento de lasinformaciones, dotando de sentido el resto delos sentidos.

    Parece claro que quien no posea esa actitud de servicio,o considere a los lectores, oyentes o televidentes, comomeros nmeros, votantes o consumidores, masa

    impersonal, o vea su trabajo como mera tcnica... podrdedicarse a muchas ocupaciones, pero no podr ejercercabalmente la informacin periodstica. Sino que, sitrabaja en un medio, ser un desinformador (si esinconsciente) o un manipulador (si ejercita adrede suvoluntad de poder y tener).

    Por el contrario, tambin parece evidente que cuantoms acendrado sea su sentido de la persona, podrentender mejor la grandeza intelectual y moral de sutarea y se esforzar ms por poner los medios parallevarla a cabo con plenitud y en resistir las presiones y

    adversidades.

    De ah que para hacer una informacin digna delhombre, de las personas que la realizan y de las que lareciben, es menester tener ese sentido personalistacomo criterio y pauta de actuacin en todas las tareasdiferentes del proceso informativo.

    Con esta visin, ese saber mirar la realidad de la quehablbamos en un punto anterior, se convierte,fundamentalmente, en un saber escuchar a la gente, enconocer sus necesidades, carencias, luchas, ideales; enun ponerse en lugar de los dems, en dialogar de

    persona a persona con ellos, en saber lo que les afecta yen qu sentido.

    Si como norma no escucha a las personas normales, y elperiodista queda encerrado en el circulo de las 'fuentesinstitucionales', se institucionaliza el desprecio al pblicoen un totalitarismo encubierto. De ah que Wallace,consciente de su misin informativa, contrariamente a lanorma ahora habitual, lo que procurase institucionalizarfuese ese mirar, escuchar y dialogar, "para ver la mejorforma de servir al pblico"[27] , y que Snchez Ortiz,por citar otro caso de buen periodista, tuviese como

    criterio de conducta "pensar siempre en losdems"[28] .

    Adems, si el sentido personalista no baa los criteriosde valoracin, seleccin, anlisis, jerarquizacin ytratamiento de la informacin, se absolutizan loscriterios utilitaristas, meramente polticos y. por ende,cortos de vista. Si no hay valores absolutos establespara valorar las acciones humanas, se impide todavaloracin real y humana y se convierte todo en poltica,en poder, en tcnica o en tecnoestructuraautorreferencial.

    Con estas coordenadas es imposible una comprensinadecuada de la cultura, al asimilarla a la ideologadominante, y se impone una visin chata e interesada.

    Aplicar criterios humanos en la prctica periodsticaconstituye una tarea enorme preada de mltiplesposibilidades y modulaciones. Por la propia naturalezade los criterios, y por la propia ndole del periodismo saber prctico y no tcnico , no puede habernunca recetas concretas ni modelos ejemplares nicos ocerrados.Ya deca Aristteles que "mientras que hay unaexcelencia en el arte, no la hay de la prudencia" [29] .

    Y es que aplicar criterios humanos exige, ante todo, serhumano. Dicho de otra manera, el sentido personalistalleva de la mano, inseparablemente unido, elsentido tico. Como se trata de volver a la consideracinnatural de las realidades humanas, la tica natural, latica de toda actividad humana, la tica periodstica ennuestro caso, es la consideracin, desarrollo y ejercicioarmnico de las virtudes intelectuales y morales de laspersonas, que se realizan de acuerdo con su dignidadpersonal y conquistan su libertad interior y fomentan lade los dems, mediante el ejercicio de esas virtudes.

    Tal consideracin de la tica choca frontalmente nopoda ser de otra forma con la concepcin burguesa,racionalista y positivista de la modernidad y, ms an,con la concepcin actualmente reinante de bsqueda deuna especie de muro de contencin a una degradacinpermanente de la persona y de la sociedad, causada porel nihilismo prctico, sin salir de los supuestosvoluntaristas y hedonistas y sin preguntarse ni querersaber sobre la verdad del hombre o el sentido de lavida.

    Desde Scrates y Aristteles, la tica ha sido el mbito

    de reflexin sobre los modos de conducta necesariospara que el hombre, en su obrar, se aproxime lo msposible a su finalidad. Y desde entonces se ha habladodel desarrollo armnico de las virtudes [30] .

    Armona que remite, en primer lugar, a la interconexinmutua entre inteligencia y voluntad, entre mente ycorazn, unidas en el espritu, en el yo personal. Si bienes ste un tema filosficamente abierto, necesitado deuna mayor profundizacin, por pertenecer al ncleo deese misterio que es el hombre, en el que, parafraseandoa Pascal, muchas veces el corazn tiene razones que la

    cabeza no entiende, y otras sucede al revs, parececlaro que la voluntad y las pasiones tienen unainfluencia decisiva en los actos del entendimiento[31] .

    Y si esto es as en el orden del conocimiento de lasverdades, lo es ms an cuando se trata de elegir yjerarquizar, y de realizar la verdad. Es decir, cuando setrata, como en el caso del Periodismo, de un saberprctico, donde la razn de bien y, por tanto, la accindel hombre bueno es fundamental.

    De ah que, al referirnos a los diversos sentidos delperiodista, se hayan introducido necesariamente, por lapropia fuerza de la realidad, referencias a virtudesmorales.Ahora, por la intencionalidad del discurso, cabe resumiry apostillar, aunque sin carcter exhaustivo sino

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    indicativo, que el amor por la verdad y la humildadintelectual; que la capacidad de esfuerzo y lalaboriosidad; que el sentido de la justicia, el desinterspor lo propio y la honradez; que el respeto, el amor alos dems y la actitud de servicio; que, en fin, el haz decualidades morales de la persona, por la propianaturaleza, objeto y finalidad de la informacinperiodstica son imprescindibles para realizar

    cabalmente, de acuerdo con su naturaleza, elperiodismo.

    Por eso, el sentido personalista y tico es la columnavertebral y el alma del resto de los sentidos. Por eso, yen relacin con el sentido vocacional, puede afirmarseque se puede ser buen aparejador, arquitecto,ingeniero, electricista, mecnico, informtico, o realizarbien cualquier otro menester tcnico incluidos loscomunicacionales , sin que sea necesario por estemotivo intentar ser una persona buena en cuantototalidad de sentido; pero jams se podr ser buen

    periodista sin esa condicin.

    Por decirlo de nuevo con ese gran periodista que fueSnchez Ortiz, "la garanta autntica, la mayor, por nodecir la nica, la ms eficaz de la justicia en elperiodismo, (...) est y estar siempre en la energamoral del periodista, en el dominio de sus pasiones, enel equilibrio de su inteligencia y en la extensin de sucultura para apreciar la complejidad de la vida,manifiesta en cada caso de los que examina y juzga;est en los refinamientos del sentido tico delperiodista, y en su amor al prjimo, verdaderos yabsolutos factores de la bondad de nuestros

    trabajos" [32] .

    La formacin del periodista /

    A tenor de lo que llevamos dicho, parece claro, portanto, que la formacin del periodista debera ir utilizando el ttulo de una conocida y admirable obra deMacintyre tras la virtud. Es decir, se trata de ponertodos los medios posibles para que los futurosperiodistas, en la medida de lo posible, poseanesos sentidos a los que nos hemos referido.

    Lo cual implica abandonar los usos y formas educativosque no contribuyan al logro de esas cualidades,encontrar mtodos adecuados al fin que se persigue,contar con los recursos humanos y materialespertinentes, y hacer una vertebracin sistemticaracional de los estudios.

    Como no es mi intencin hacer una especie deinventario de los despropsitos educativos generadospor una concepcin positivistaburocrtica de laenseanza (o por una asuncin inconsciente de sustcnicas y carencias), me limitar a exponer algunasconsideraciones respecto a las otras tres necesidades,teniendo presente el marco de referencia teleolgico quehemos diseado previamente.

    Criterios y mtodos pedaggicos

    Algunos criterios vertebradores

    La primera consideracin realizada desde unaperspectiva general y fontal hace referencia a lanecesidad de ofrecer, ya desde el primer momento, a losque se hayan planteado ser periodistas unaconsideracin global y crtica de la informacinperiodstica.

    Se propone una enseanza dialogada y reflexiva queabarque, en primer lugar, los conocimientos tericosrelativos a la naturaleza, objeto, elementos, medios yfines de la informacin periodstica considerados en smismos, en su desarrollo histrico y en sus casosparadigmticos.

    Se trata, por tanto, de que los alumnos reflexionen ysepan qu tienen que hacer, por qu y para qu; conqu medios cuentan para hacerlo y cmo deben usarlos;cmo se ha realizado esa labor en la historia, quines la

    han realizado mejor y quines la han desvirtuado; porqu ha sido as y qu consecuencias ha producido en lasociedad; cules son los modelos que les pueden servirde orientacin y gua.

    Los conocimientos se irn aquilatando y madurandoposteriormente en la prctica continuada y en lareflexin continua sobre esa prctica, Ya que cuando desaberes prcticos se trata y este es el caso del saberinformativo para saber lo que hay que hacer esmenester hacer lo que hay que saber. De ah que paraque sea verdad aquello de que nada es ms prctico que

    una buena teora, esa teora debe estar enfocada a laprctica y verificarse reflexivamente en y desde laprctica.

    La practicidadconsiste, fundamentalmente, en la tomade decisiones prudentes, esto es, documentadas,reflexivas y acertadas, teniendo presente la finalidad.Una orientacin as es la que parece pedir C, de Miguelcuando afirma que "las Facultades de Ciencias de laInformacin deben ensear a ponderar el uso de lasfuentes y el destino de sus informaciones. (...) Elperiodista debe aprender a buscar y seleccionar; endefinitiva, debe aprender a decidir.

    Es la asignatura fundamental de su formacinprofesional si quiere evitar diferentes tipos deesclavitud. (...) Las materias y el enfoque de lasdisciplinas aun las ms tericas deben estarorientadas a ensear a decidir, o la Facultad estarhacindoles perder el tiempo irremisiblemente a losalumnos" [33] .

    En efecto, ese criterio adquiere diversas intensidades ymodulaciones segn materias y momentos. Adems,hay una serie de pasos que hay que dar uno detrs del

    otro y, finalmente, todos juntos. Cada paso hay queensearlo teniendo intencionalmente presente latotalidad o resultado final. As como la enseanzaprctica de este resultado debe ser procesal y conjunta.

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    Cindonos exclusivamente al ncleo central dematerias, cabe explanar y ejemplificaresta gradualidadhacia la sntesis prctica final delsiguiente modo:

    En primer lugar vendra ese anlisis reflexivo al quehemos hecho referencia ms arriba. Tras l, los alumnosdeberan tener una percepcin clara y completa de la

    misin del periodista en la sociedad y de todos losfactores y elementos que entran en juego a la hora derealizar un periodismo cabal.En segundo lugar estara el anlisis pormenorizado y lasprcticas adecuadas consiguientes de cada uno de losfactores, teniendo presente su contribucin al finespecfico.

    Nos estamos refiriendo, por tanto, a la enseanza de ladocumentacin, el lenguaje y la tica que, aunquetengan una fundamentacin general, deben poseer deprincipio a fin el adjetivo que en este contexto es

    paradjicamente sustantivo periodstico/a.

    Tras ese estudio y esas prcticas, los alumnos deberantener una conciencia profunda y experimentada de lanecesidad de documentarse, de la importancia de laclaridad, precisin y adecuacin lingsticas, y de lasconsecuencias personales, profesionales y sociales delas diferentes decisiones prcticas en el periodismo;deberan conocer el valor y uso adecuado en elperiodismo de los diferentes libros de referencia ydems ncleos de archivo, los usos y normas lingsticosy retricos y los modelos narrativos adecuados...

    En tercer lugar hay que practicar conjuntamente todoslos conocimientos prcticos parciales adquiridos,mediante una simulacin, en tiempo y forma, lo mscercana posible a la realidad.

    De acuerdo con las mejores investigaciones yexperiencias realizadas en Norteamrica desde unaperspectiva meramente pragmtica [34], la enseanzade la Redaccin Periodstica no puede limitarse a laprctica de escritura de una serie de informaciones,siguiendo unos cnones y estructuras prefijadas singularmente las 5 w y la h y la pirmide invertida

    sino que debe abarcar el proceso de reflexin, bsquedade documentacin, valoracin, anlisis, verificacin,eleccin... que culmina en la sntesis escrita final,realizada pensando en las necesidades informativas delos lectores, con los condicionamientos temporalesreales de la actividad periodstica, y utilizando losrecursos documentales y tecnolgicos adecuados.

    Adems, el criterio de practicidad especfica, gradual yreal no concierne slo a las materias que integran elncleo redaccional. Tambin debe aplicarse a aquellasque hasta ahora han sido consideradas como conjuntosde conocimientos meramente tericos, necesarios paraque los periodistas tengan unas nociones bsicas de losmbitos que son objeto de la informacin: Economa,Instituciones jurdico-polticas, RelacionesInternacionales...

    Amn de que, como ya dijimos, ms que conocimientostericos lo que se necesita son criterios y hbitosoperativos que conduzcan a buscar y encontrar lasfuentes idneas y pertinentes, y a asimilar y sintetizarcon vistas al fin especfico de cada momento, es un datode experiencia universal que muchos conocimientos soninestables y perecederos y que, aunque as no fuese, es

    imposible impartir y asimilar en una materia de un cursoel resumen de una carrera entera.

    Por estas y otras razones, parece lgico y convenienteconvertir esas materias tericas en analticas yprcticas, teniendo en cuenta las diferentes secciones delos diarios y revistas de calidad[35] .

    Por ltimo, tambin las asignaturas de fundamentacinhumanstica (Antropologa, Epistemologa, Historia,Literatura...) deben impartirse con el objetivo decontribuir a la formacin de los sentidos personalista y

    tico, realista, histrico... del periodista, y no como unamera erudicin sin sentido.

    Algunos mtodos pedaggicos

    Un objetivo as y la coherencia con los criterios recinmencionados exige la puesta en prctica de mtodospedaggicos adecuados. Mtodos que pueden dividirseen generales y vertebradores de casi todas lasdisciplinas, y especficos de algunas de ellas o de parteso lecciones concretas.

    Parece evidente que no cabe realizar en este artculo

    una relacin exhaustiva. Entre los experimentados porvarios profesores con indudable xito, se puededestacar: el dilogo inductor de la reflexin; laexposicin, anlisis, comparacin y contraste demodelos; los cuestionarios para la reflexin tras elestudio de textos; el aliento de la iniciativa creadora; yla lectura y comentario individual o por grupos dedeterminados libros de pensamiento y clsicos.

    Parece claro que si de lo que se trata es de forjarpersonalidades que sepan pensar y decidir no hay mejorcamino que el del dilogo. As lo ha puesto de manifiesto

    la ms avanzada pedagoga en conexin con la de losclsicos griegos [36] .

    Y es que, en realidad, slo el dilogo inteligente y vitalpuede ensear a saber y a saberse, y es el cauceprincipal de un aprendizaje activo, que requiere el usode la inteligencia, dentro de un proceso dedescubrimiento y deduccin en el que el estudiante yno el profesor es el actor principal [37] .

    Ese dilogo es el mtodo natural de la mayora de lasdisciplinas, en las que el profesor, bien mediantepreguntas oportunas y sugerentes, bien mediante laexpresin en voz alta de dudas o perplejidades antecasos reales, va haciendo que los alumnos recuerden loque ya se ha visto con anterioridad, se planteen losdilemas que han de resolverse e incluso se atrevan a

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    deducir posibles soluciones. Posibilidades que serntamizadas por el profesor o bien quedarn para serdiscutidas por grupos.

    Desde el principio del curso es conveniente formar agrupos de alumnos, en los que haya una mezcla deafinidad y disparidad, a los que se les va sugiriendotemas para que estudien y preparen dialogando entre

    ellos, o para que realicen trabajos prcticos. El profesor,al asistir a algunas de las reuniones puede seguirfomentando e incitando al estudio y la reflexin, y a labsqueda inconformista de los objetivos propuestos. Enalgunas ocasiones hay que contemplar el debate entregrupos, moderado por el profesor.

    Junto al dilogo como mtodo bsico y nuclear, a mientender, de toda actividad educativa, en la nuestraadquiere tambin caracteres de necesidad la exposicin,anlisis, comparacin y contraste de modelosinformativos. No basta con pensar en abstracto, hace

    falta ver, sobre todo en una sociedad con lascaractersticas peculiares de la nuestra. E ir del pensaral ver, del ver al pensar.

    De lo abstracto a lo concreto, de lo concreto a loabstracto. De la ley general a sus aplicaciones ymodalidades, y de stas a aquella. Slo as se puedecomprehender cabalmente la realidad, Adems, y a lahora de la realizacin de las prcticas, no basta contener claro los presupuestos y requisitos tericos. Hacefalta haberlos visto. Y es menester tambin tenerpresente el modelo a la hora de la elaboracin del nuevoproducto informativo.

    Debido a su dimensin artstica, del mismo modo que elpintor tiene presente un modelo y sobre l hace suinterpretacin y recreacin, as los informadores debentener presente las mejores realizaciones que se hanproducido sobre el mismo o parecido tema y desdeiguales o similares presupuestos formales, a la hora desu quehacer periodstico.

    El profesor, por tanto, no puede limitarse a exponer unaserie de modelos elegidos al azar, sino que debe hallaruna amplia y variada gama para cada uno de los

    mbitos, modos y gneros, y procurar que en esa gamase encuentren paradigmas indiscutibles tanto del buenquehacer informativo como de su anttesis y de algunoscasos intermedios. A travs de preguntas precisas y deun modelo de anlisis inequvoco, procurar que elalumno compare por s mismo, vea los contrastes,valore, decida y, por ltimo, razone su postura.

    Las respuestas escritas a cuestionarios sonespecialmente adecuadas en las partes histricas yconceptuales de las distintas disciplinas. Se trata deescribir argumentando la respuesta a un problema defondo que suscita el pensamiento ms que lamemorizacin, la reflexin ms que la mera retencin deconocimientos, la expresin inteligente ms que lareproduccin mecnica de contenidos.

    Tal mtodo sirve al profesor para verificar el grado deaptitud lingstica e intelectual del alumnado y a stepara aquietar sus deseos de prctica y para iraprendiendo a reflexionar, plasmando sus reflexionespor escrito. Tras ese esfuerzo individual viene el debatede los resultados de cada reflexin en el seno de cadagrupo y la elaboracin de unas respuestasconsensuadas, si bien se admiten enmiendas

    individuales.

    El dilogo, la aportacin mutua de reflexiones, eltrabajo en equipo, supone un notable enriquecimiento ycontribuye decisivamente a lograr los fines pedaggicosdescritos en su momento. La exposicin final de cadaportavoz en clase y la sntesis final por parte delprofesor que no slo debe limitarse a corregir loserrores 'factuales' sino tambin y, sobre todo, los derazonamiento en sus diversos modos pondrn demanifiesto el grado de madurez alcanzado.

    De modo indirecto, se ha entrevisto que otro de losmtodos empleados consiste en alentar la iniciativa delos alumnos. Ya el propio hecho de suscitar el dilogoespontneo en la clase supone este aliento. Otra formaes la recomendacin de la lectura de libros depensamiento y clsicos y su posterior comentario con elprofesor, aplicando lo que se ha ledo a algunas de lostemas y problemas vistos en clase. Por ejemplo, dentrode la asignatura documentacin periodstica, la lecturade El trabajo intelectualde Jean Guitton hace que losalumnos reflexionen sobre la necesidad de pensar y dedocumentarse.

    La de El silencio creador[38] hace que los alumnos veany comprendan por s mismos que para escribir bien hacefalta saber sobre la realidad y que el arte no excluyesino que presupone el trabajo intelectual previo.

    Rebelin en la granja de George Orwell les ayuda areflexionar acerca de cmo el totalitarismo se asientasobre la propaganda y la mentira, cmo haymecanismos desinformativos y totalitarios tambin enlas democracias, y cual es la funcin del informador enlas sociedades libres. Tambin estimula su capacidadimaginativa y creadora, Junto a estos tres y otros

    contemporneos se recomiendan clsicos de la literaturade otros siglos, animndoles a que vean su relacin contemas de actualidad.

    La experiencia de varios aos viene demostrando loacertado de la siguiente afirmacin de A. Llano: "Lo queconfiere a una obra artstica o literaria su valor culturales precisamente el haber tocado alguna dimensinprofunda y permanente del hombre. Los que una vez lolograron los clsicos , lejos de ser los ms antiguos,son los ms actuales, porque han alcanzado lo que esuniversal y permanente en el hombre" [39] .

    Tampoco es, pues, de extraar al menos ahora quedos famosos y experimentados "reporteros"norteamericanos, en un libro de bolsillo de periodismoprctico, afirmen sin ambages que "los clsicos pueden

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    ser una ayuda directa, prctica, para cualquiera quedesee ser periodista. Herodoto, en la Grecia antigua, fuequizs el primer cronista de viajes del mundo, Tucdidesfue un gran corresponsal de guerra. Jonathan Swift eraun columnista estupendo. Shakespeare dice, con menospalabras, ms que casi ningn otro" [40] .

    En el mbito de la moderna Filosofa de la Educacin hay

    acuerdo unnime en que el dilogo fundamentado en lalectura de grandes 1ibros es bsico para ensear apensar y saber [41] .

    En esa enseanza hay que tener en cuenta las carenciasconcretas ms fundamentales de los alumnos. Laexperiencia de mis anos de docencia me ha mostradoque una de sus principales deficiencias es la de no sabermaterializar de modo concreto los criterios y pautasgenerales aprendidas en la reflexin terica,

    Ese paso de lo general a lo concreto y especfico slo

    puede hacerse mediante la propia prctica informativa,segn las pautas indicadas al referirnos al criterio depracticidad. Si adems se fomenta en esos trabajos lacreatividad y la posibilidad de eleccin entre variasalternativas se les est ayudando a ser ms libres.

    Aptitudes y actitudes del profesor

    Tanto la correcta aplicacin de los criterios como elempleo adecuado de estos mtodos quedaran en elolimpo de las buenas intenciones si los profesores queimpartiesen las distintas materias no reuniesen unaserie de requisitos y actitudes.

    En el terreno de las aptitudes parece claro que losprofesores de cada materia deben reunir todos losconocimientos previos que pretenden ensear y poseeresas aptitudes que intentan forjar en los estudiantes,por la difana y sencilla razn de que nadie da lo que notiene.

    Tal consideracin debera ser la referencia teleolgicabsica a la hora de la seleccin y formacin de losfuturos profesores, Lo cual se concreta, entre otrosextremos, en tener en cuenta que la investigacin debe

    proyectarse hacia la docencia y servir para la adquisicinde aptitudes especficas, y que el mejoramiento personaly profesional del profesor no acaba nunca.

    Mas no basta con la aptitud. Es necesario tener unadisposicin, una actitud, que, si se me permite la largacita, queda fielmente recogida y expresada en lassiguientes palabras de A. Llano: "El cuidado es unatesitura de extraordinaria riqueza antropolgica, comoHeidegger vislumbr.

    Cuidado es atencin, respeto, ayuda. El que adopta estaactitud de epimeleia no pretende irrumpiragresivamente en la realidad, sino dejarla ser, cultivarlapara que crezca. (...) quien merece cuidado por smisma, como algo insustituible, es la persona humana,precisamente porque es un ser valioso en s mismo:

    digno. Cuidar a otro, insisto, no es sustituirle, esayudarle.

    No consiste en someterle a pautas de conducta extraasa l, sino en contribuir a la realizacin de su proyectopersonal. De aqu que, para cuidar, sea precisocomprender: adoptar una actitud de simpata,depathoscompartido.

    El comprender es la ms alta forma de donacin,porque no se regala una cosa objetivable sino algo de lapropia vida. Comprender es hacerse cargo, es decir,condividir la carga que el otro lleva. Lo cual exige mirarpor los detalles y matices que tonalizan una situacinvital.

    "Una profesin as es la enseanza, entendidacomopaideia, y no como presuntuosa ilustracin. El queeduca no es el protagonista del drama. Su accin no esla esencial en el proceso formativo. El maestro vela por

    el discpulo, fomenta sus capacidades y apuntala susdeficiencias. Cuida de l, se adecua a su tiempoexistencial, le ayuda a crecer"[42] .

    Evidentemente, una exigencia absoluta o "conditio sinequa non" de esta epimeleia es la dedicacin lo msplena posible a las tareas docentes e investigadoras.Respecto a las consecuencias concretas de esta actituden la tarea educativa cotidiana, cabra extenderse en lapormenorizacin de multitud de facetas y detallessignificativos. Mas no considero que sea el momentoapropiado para hacerlo. Slo me detendr a referiralgunas particularizaciones.

    La primera de ellas es la actitud de claridad respecto alos fines y mtodos. Los alumnos tienen derecho a saberhacia dnde se pretende ir y por qu; qu es lo que seles va a exigir, por qu y cmo; etc. Y esto es vlido noslo como introduccin general, sino que hay quehacerlo en cada una de las partes y pruebas concretas,as como en la correccin de las mismas.

    La segunda es la individualizacin. El profesor debereconocer y dialogar uno a uno con cada alumno. Paraello, debe mostrarse asequible y facilitar u organizar

    determinados trabajos o pruebas de tal modo que sehaga posible esa meta. La explicacin personalindividualizada de los resu1tados de los trabajos ypruebas parece muy conveniente y, de hecho, se harevelado enormemente eficaz respecto al logro de losobjetivos docentes.

    La tercera es el respeto al pluralismo y a la idiosincrasiae intereses particulares de los alumnos. Parece claro quesi lo que se desea aunque sea inconscientemente esla admiracin o el seguimiento incondicional, ser muydifcil que los alumnos adquieran sentido crtico.

    El profesor debe considerarse una autoridad provisionaly alegrarse si los alumnos mantienen ideas diversas alas suyas, pues esto significa si tales ideas estnfundamentadas y expuestas con madurez que el

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    alumno va adquiriendo esa capacidad de pensar por smismo.

    Pues, como se ha apuntado con anterioridad desde otraperspectiva, nada esclaviza ms que un compromisoacrtico, que impide al hombre ejercer su ms noblecapacidad: la de enjuiciar personalmente la realidad, locual es vital en la tarea de informar.

    Este respeto y fomento del pluralismo se extiende noslo a las ideas sino tambin a la idiosincrasia eintereses legtimos de los alumnos. El conocimiento ytrato individualizado y el dilogo como mtodo bsico deenseanza facilitan ese proceder. Pero no basta con eso.Hay que tener una actitud permanente que se traduce,entre otras formas, en el ofrecimiento de las mximasposibilidades de eleccin y optatividad en las lecturas,trabajos prcticos, temas de anlisis, etc. Lo cualsupone cumplir las exigencias de la justicia laconstante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo

    suyo , y de la libertad responder razonado de laspropias decisiones , sabiendo que, a veces y endeterminadas circunstancias, el mejor motivo es"porque le da a uno la gana".

    Algunos recursos instrumentales

    A tenor de los criterios y mtodos expuestos, pareceevidente la necesidad de contar en las Facultades dePeriodismo con los recursos instrumentales que haganposible su aplicacin adecuada.

    Sera muy prolijo clasificar y enumerar todos los

    recursos de diversa ndole que se necesitan. Cindonosexclusivamente a la materia nuclear objeto de nuestraejemplificacin, es obvia la necesidad de contar con unoo varios centros automatizados de produccin y edicinperiodsticas, donde el servicio de documentacin sea unelemento sustancial.

    Si de lo que se trata es de realizar unas prcticasacordes con la mejor realidad informativa, y que sean valga la redundancia lo ms reales posibles, esmenester disponer de los medios tecnolgicos,redaccionales y documentales que se emplean a la horade realizar los mejores diarios y revistas de informacingeneral.

    Esas "aulas de redaccin" son, en definitiva, uninstrumento imprescindible para la realizacin de lasprcticas de documentacin, redaccin y diseo, en suorden cronolgico, en su continuidad operativa y en suunidad e integracin real.

    As lo han entendido en las mejores Escuelas dePeriodismo norteamericanas desde hace algunosaos [43] .Tambin en Espaa algunas Facultades hanestablecido aulas similares, si bien tienen carencias

    fundamentales en el mbito de la documentacin. Comoesta deficiencia, por razones obvias, hace imposible laformacin enteriza de los futuros periodistas, pareceoportuno enumerar los recursos del rea de

    documentacin que deben estar integrados en las aulasde redaccin:

    - coleccin, puesta al da, del centenar largo delibros de referencia bsicos para la documentacin de lainformacin periodstica. Programa informtico querecoja y posibilite la adecuada indizacin de loscontenidos e ndices de esos libros y su insercin en el

    programa-men.

    - coleccin microfilmada de los mejores diarios yrevistas internacionales. Software y hardware para sutransformacin e insercin en la base documentalpropia.

    -ndices de esa publicaciones microfilmadas. Programapara la realizacin del ndice de ndices y para suinsercin en el programa-men de consulta y acceso.

    -seleccin de los mejores diarios y revistas periodsticas.

    Esquema metodolgico con los criterios de seleccin,esquema universal de clasificacin de artculosperiodsticos, pautas para la clasificacin, codificacin yredaccin del resumen documental, Programainformtico que recoja las disposiciones metodolgicas.Varios scanners y ordenador central con memoria endisco ptico y en disco duro. Varias terminales deordenador.

    - conexin con una seleccin de bases de datosnacionales e internacionales. Lneas telefnicas ymodem, conexin con los fondos de la biblioteca,previamente automatizada.

    - Programa-men de consulta y acceso a lainformacin documental, segn los diversos ncleos dearchivo. Sistemas y redes para el acceso, a travs delprograma-men, a los fondos documentales desde lasterminales de la redaccin y, eventualmente, desdecualesquiera otros departamentos de la Facultad.

    Corolario /

    Es evidente que no se han tratado en este estudiomuchos aspectos de la formacin de los periodistas que

    merecen ser considerados con profundidad y rigor. Masbasta con lo que aqu se ha visto para percatarse de lanecesidad de hacer una autntica revolucin docente enaquellas Facultades con anos de experiencia, y de sermuy prudentes en la configuracin de las nuevas.

    A mi entender, el estudio y debate cientfico sobre laformacin de los periodistas debera ser uno de lostemas prioritarios de atencin en los diferentesCongresos y Jornadas organizados por las diversasinstituciones implicadas en este menester.

    Albergo la esperanza de que este artculo, junto conaportaciones valiosas de otros autores, pueda servir deacicate para esa reflexin y ese dilogo que tienen comoltimo objetivo contribuir a que los ciudadanos estnmejor informados y, por tanto, puedan ser ms libres.

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    Notas al pie /[1] J. Guitton, El trabajo intelectual, Buenos Aires,1955, p. 38.[2] A. Llano, La nueva sensibilidad, Madrid, 1988, pp.133-134.[3] J. Maras, El encubrimiento,ABC, 26. III. 1992, p.3.

    [4] J. Yarce, "El estudio interdisciplinar de lacomunicacin", en Jorge Yarce, ed., Filosofa de laComunicacin,Pamplona, 1986, p. 33.[5] Cfr., entre otros: M. Fraguas, Teora de ladesinformacin, Madrid, 1985; G. Galdn, "Efectosdesinformativos del periodismo objetivista", enA.A.V.V., Estudios en honor de LukaBrajnovic, Pamplona, 1992, pp. 343 a 359; y J. F.Revel, El conocimiento intil, Barcelona, 1989.[6] E. kant, Reflexions sur l'education, Paris, 1966, p.83.[7] C. Soria y J.A. Giner, Informacin y

    Terrorismo, Nuestro Tiempo, n. 337, XI-1985, p. 65.[8] A. Nieto: Cartas a un empresario de lainformacin. Pamplona, 1987, p. 69.[9] Cfr. Z. Garca Villada: Metodologa y crticahistrica, Barcelona 1926.[10] Cfr., a este respecto, G. Galdon: El deber dedocumentar la informacin periodstica, en (D.Innerarity y A. Vaz, eds.): Informacin y derechoshumanos. Pamplona, 1987, pp. 111 a 116.[11] Vid. G. Galdn: Principios operativos de ladocumentacin periodstica. Madrid, 1989, pp. 45-48.[12] Las relaciones entre informacin y persuasinfueron estudiadas en las III Jornadas Internacionales de

    Ciencias de la Informacin celebradas en la Universidadde Navarra en 1989. Las Actas fueron recogidas en elvolumen informacin y Persuasin. Para reflexionarsobre lo que he afirmado en este ltimo prrafo, puedeser til acudir a los siguientes estudios particulares: J. J.Garca-Noblejas, "Modos informativos, modosargumentativos" (pp. 43-74); Jrgen Liminski, "Lanaturaleza de la desinformacin contempornea", (pp.103-120); A. Cruz, "Races filosficas de lamanipulacin" (pp. 147-154); G. Galdn,"Documentacin de la persuasin periodstica" (pp. 491-498); Mara del Pilar Martnez, "Carcter persuasivo de

    los modos genricos del discurso informativo" (pp. 517-522); J. F. Snchez, "Persuasin por sobredosis deneutralidad: la libertad del lector de peridicos" (pp.571-578); J. L. Orihuela, "El recurso a la lgica de loshechos como argumento persuasivo" (pp. 641-646); yA. Vilarnovo, "Dialctica, Poltica y Retrica enAristteles" (pp. 647454).

    [13] Lo explica claramente Brajnovic: Si la informacin,entre otras caractersticas tiene la de notificary hacersabertodo lo relacionado con un cmulo de elementosnecesarios para conocer una realidad medianteunlenguaje comunicable y adecuado, y si el relato no esslo la comunicacin detallada de un hecho sino tambinuna narracin con un argumento ms o menosdesarrollado, entonces el relato es conditio sine qua nonde la informacin" (...).

    "La informacin est estrechamente unida ala veracidad de los hechos, sucesos e ideas sobre lasque informa. Y precisamente por esto tiene que ser unrelato. Cmo podra existir informacin sin narrarnada? Pero no puede narrar ms que lo veraz" (...)."Hay diversos niveles y planos de la narracin. Un

    mismo hecho o suceso se puede contar de distinto

    modo. Adems, siempre hay diversos niveles y planosdentro de cualquier narracin. Teniendo en cuenta lavariedad de la intensidad, inters y claridad, tanto lanarracin artsticamente creativa comoperiodsticamente informativa obtienen su volumen yplenitud si no caen en la tentacin de aplicar unprocedimiento incomparablemente ms fcil, quedesemboca en la monotona, la superficialidad y latrivialidad.Una escena, un acontecimiento, hasta un dato que por

    sus propias caractersticas se transforma en unarealidad 'desmaterializada' para poder ser comunicada,

    es una informacin veraz si lo concreto, anotado, visto uodo se identifica con la realidad relatada"

    "Este punto coincide con lo que podemosllamar 'estilizacin' de la fuerza sensible de la imagennarrada, que, a veces sin deformarla , puede ser msprofunda que la propia realidad noticiable. Trazar unalnea entre estos dos elementos realidad y relatorealista informativo es como trazar una frontera entrela realidad que el autor del relato periodstico ve, oye,siente, conoce, etc., y lo que nos cuenta (mejor dicho,informa) utilizando un determinado conducto y undeterminado estilo y criterio, que puede ser personal,

    propagandstico, polmico o cualquier otro". ("El relatodel sexto periodista", en C. Barrera y M. A. Jimeno,eds.,La informacin corno relato, Pamplona, 1991, pp.S4-85)

    [14] Cfr. Ibid., pp. 93-95.[15] Cfr. En este punto: L. Nez Ladeveze, Manual

    para Periodismo, Madrid, 1991, caps. 13. 2 y17. l, y la bibliografa citada.[16] J. Yarce, El estudio... loc. Cit., p. 33.[17] J. Ortego Costales, 'Noticia, actualidad,informacin, Pamplona, 1966, p. 151.

    [18] Vid. G. Galdn, Perfil histrico de la documentacinen la prensa de informacin general Pamplona, 1986,pp. 52-53.[19] Nota biogrfica introductoria a la edicin facsmil dela edicin de 1903, realizada en 1990 en Barcelona, desu obra El Periodismo (pp. XXI-XXII).[20] Merece la pena seguir la argumentacin deSnchez Ortiz. Vid Ibid., pp. 8-14.[21] L. Brajnovic, El relato..., op. Cit.,pp. 91-97[22] Aristteles, Fsica II, 8-9.[23] Cfr. E. Coseriu, InformacinLiteratura, Comunicacin y Sociedad, III, l y 2, 1990,pp. 185 a 200.[24] La actitud coherente del escptico es el silencio,pues la proposicin que afirma no existe la verdad" seformula como una verdad concreta que busca laadhesin de los dems. Lo cual puede ilustrarse con una

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    ancdota real: estaba Sartre el filosofo del absurdo defendiendo con inusitada vehemencia y utilizando todotipo de efectismos dialcticos que la verdad no exista.Entonces, una discpula, enardecida por el entusiasmo,exclam: "Qu gran verdad es sta!".[25] Para todos estos puntos en relacin con la verdad ysu conocimiento, vid. A. Orozco La libertad en el

    pensamiento, Madrid, 1977.

    [26] Esto es lo que ha sucedido en nuestro siglo con elNazismo y el Marxismo-leninismo. Adems de labibliografa cientfica sobre la materia, una obra literariabsica para reflexionar sobre este fenmeno en relacincon la manipulacin es Rebelin en la granja de G.Orwell.[27] Cfr. History of the Times, vol. III, pp. 125-134.[28] M. Snchez Ortiz, op. Cit., p. 15.[29] Aristteles, Etica a Nicmaco 1140 b 21-22.[30] de ah que denominar tica o Deontologaprofesional solo al estudio histrico y actual de losCdigos deontolgicos al uso, o reducir la Etica a la

    formulacin y seguimiento de un Cdigo en el que seespecifica, por ejemplo, cundo se puede aceptar unainvitacin a comer o no, no deja de ser una broma msde nuestra actual situacin.[31] Puede hallarse una exposicin sinttica, clara ysencilla, de esta interrelacin en la tercera parte dellibro citado de A. Orozco, La libertaden el

    pensamiento (pp. 115 a 162).[32] M. Snchez Ortiz, op. cit. Pp. 28-29.[33] C. de Miguel, "La representacin del periodista enla imagen flmica", en E. Lpez-Escobar y J. L. Orihuela,eds., La responsabilidadPamplona, 1988, p. 100.[34] Cfr., entre otros, Ph. Brooks y B. Stevens, "Missouri

    develops new on-line morgue", enJournalism Educator,42 (1987), pp. 31-33; L. Flower, Problem-solvingstrategies fm writing, San Diego, 1985; R. Halverson,"Electronic Data Bases Transform Writing and EditingCourses", enJournalism Educator, 47(1992), pp. 85-88; S. L. Hresan,Towards the integration of processwriting with the teaching of journalism

    newswriting, (Tesis doctoral, Wes( Virginia University),1990, y "Process Method of Teaching the News WritingClass", enJournalism Educator, 07(1992), pp. 61-65; D.M. Murray, Write to learn, New York, 1984; P. Paris,"Critical Studies, the Liberal Arts, and Journalism

    Education", enJournalism Educator, 47(1992), pp. 4-13.[35] Es decir, habra que convertir esas materiasen informacin Econmica, Informacin sobre Polticainternacional, Informacin Religiosa, etc., y procurarque los alumnos, mediante la aplicacin de los criteriosy mtodos oportunos, adquieran los conocimientos,criterios y hbitos operativos pertinentes para realizarun periodismo cabal en cada uno de esosmbitos. Tiempo, IX-1985, pp. 26-45.[36] Vid. El dossier La crisis de la Educacin, enNuestro Tiempo, IX-1985, pp. 26-45.[37] Cfr. M. Adler, The Paideia proposal, New York,1982, p. 50.[38] El silencio creadores una recopilacin de textos degrandes poetas, novelistas y pintores que hablan sobreel arte y la tarea artstica (F. Delclaux, Madrid, 1987).

    [39] A. Llano, El futuro de la libertad, Pamplona, 1985,p. 109.[40] Chancellor y W. R. Mears, The News Business, NewYork, 1983, p. 215.[41] Vid. El dossier La crisis de la educacin, cit.[42] A. Llano, La nueva sensibilidad, Madrid, 1988, p.181.[43] Cfr. Bibliografa citada en nota 35.

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