crónicas de la época y vida de don ricardo

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. --- -__ - - . SECCION.D !: s.cazú (Acuarela oe Sonia Romero¡ "Crónicas de la época y vida de don Ricardo '' IVONNE RQBLES-MOt:·fS_ e rónicas de la época y vida de don Ricardo. obra póstuma de Joaquín Vargas Coto y anunciada desde hace muchos años corno la obra más amplia de su autor por Abelardo Bonilla. en el apartado ''El periodismo durante el siglo XX" de su Historia de la literatura costarricense, ha sido edita· da gracias al concurso de los esfL1erzos de sus hijos Joaquín Var· gas Gené y Alicia V. de Fournier y de la Editorial Costa Rica. con el apoyo de la Universidad de Cos1a Rica y de la administra· ción Monge Alvarez. Consta de 17 capítulos un apéndice. en el cual se registra una extensa lista poco -más de 40 paginas- de fuenles bibliográficas. ordenadas cronológicamente desde 1875 :i J 944. en que el lector puede ampliar el conocimiento sobre la contrnversial figura de Jirrténez Oreamuno. Si don Ricardo se negó a recoger y publicar sus escritos pe- riodistic<J$, correspondió a Vargas Coto. dilecto amigo suyo, sin terizar no sólo la activa participación de político en la pren· sa -empleada por él como forma sistemática y consuetudinaria de comunicación personal -y oficial- sino. fundamentalmente. reconstruir la parcela histórica protagonizada, compartida o po· lemizada en la fecunda vida de Jiménez Oreamuno: paralela- mente. la propia práctica textual revela a Vargas Coto en el conjunto de sus especializaciones: el periodismo. la hísmria. la narración cronística y el dominio de la lengua materna. La riqueza y calidad de Ja exposición conjuga amena mente las coordenadas biográfico-históricas: así. aunque. en el capitulo l. Vargas Coto delimita la máxima figuración de .liménez desde J 889 a 1939. a11os en que, con gran y vasta cultura. c.1crció I(> que sus enemigos denominaron "la dictadura intelcc· 1.ua r' . es clara que el conjunto tcxlual se artic11la re1rospectiva y rrnyec1ivamentc para dar cuema cabal del biografiado: lejos del d1'1:t1rso la11do101io. Vargas ('oto la gama de cir- que ddinicron la inconfundible personalidad y el panicular proceder de don Ricardo: la exaltación ai amigo v ,·onciududano sólo se h;tce expresa en el reconocimiento de aquellos actos que fü1inguiernn a don Ricardo como pilar de la (\í?.rnni.::rncia En colicrrncia Cllíl lns rrori>sitos del estudio. en el carítulo i 11 V<1rgas Coto presenta a don Ricardo como descendiente de Interior (Acuarela de Soma RomeroJ Dnming.o .limcner. llegado a Cana&º en 1 )Oh) J1110 .. ,1e tas pr1 mcra.s co1npt1s1ciones llricas costarricenses. h1.10 y 1_11.cto de rres1· denles. tes1igc. del derrocun11en10 y de la pena sul11dos por sy padre don Jesús Jiméne1. 7.amorn. de carácter somhri11. eclcclr· Nota aclaratoria: este material ha sido modificado de su versión original para su restauración y conservación. co, >ensual. romam1rn A la Bec4_uer u lhatcaubnand J poco afortunado en las relaciones sent1mcn1ales: en el capítulo V. ti tulado "Yo fui como la oveja negra". continúa la caracterir.a· ciqn: excelente alumno. liberal declarado a los 19 u1ios. librcpcn. sador. amigo y compaílero de don Clem González Vique/.. se- guidor de las ideas de Montufar. Zambrana, Moreno Benito v los Fernández Ferraz. En el capítulo 11. Vargas Coto amplía ci1 la formación intelectual de don Ricardo. cómo repercutió en éste y en otros muchos jóvenes el conocimiento de las teorías románticas. raciona lisias. realistas. liberales y el despertar del so- cialismo: seguidamente. con erudición y agilidad narrativa. pe· netra en la coyuntura histórica para explicar cómo lodo ese aliento renovador fue producto del arriho del velero inglés el "Monarch". en 1845. cnn el que se estableció el comercio del café. se conoció la industria europea y la maquinaria. llegaron libros, teoría5 y doctrinas. los exportadores y co111erciantcs ricos visitaron el Viejo Mundo y sus hijos partieron a educarse. Agrc· ga Vargas Co10 que. a pesar de que dicha evolución y la cam· paila nacional habían fortificado el sentimiento de la nacionali dad en el pueblo costarricense. subsistió la división social: se con- solidó. cada vez más. una casta de gran poder e influencia politi· ca. consecuentemente. los intereses económicos .,eparnron a los jerarcas Juan Rafael Mora y Vicente Aguilar. hasla concluir con la deposición del primero: José María Montealegre asum'!ó el poder: don Juanito vanameme intentó reconquistarlo: las rcla· ciones se volvieron tirantes entre las principales casas. la de Montealegre y la de Tinoco: los generales Loren1.0 Sala1.ar v Máximo Blanco se convirtieron en árbitros de los destinos de Costa Rica: éstos erigieron Presidente a don Jesús .liméne¿ "C. conciliador de grandes divisiones: el sucesor de Jiménez el or. caslro. fue depuesto y JíméneL aceptó nuevari1ente el man· do, oe1 c1.1a1 al ¡x:;co tiempo fue derrocado: por úhimo. Vargas(. oe deuene en Tomás Guardia. quien disminuyó las fuerzas de los grupos poderosos y evolucionó el curso del país: difundió la ins· 1rucción, amplió las vías de comunicación. imensificó el cultivn del café y desenvolvió otras ramas agrícolas. Con los pumos de referencia citados. Varga.1 Coto colma de rigurosidad y objetividad el proceso de indagación correspon- diente.al proyecto particular: Ricardo Jíméne1 Oreumuno. Re· cupcrados los amecedentes del devenir político nacional inme· diato a don Ricardo. V.arnas C.. en el capitulo lV. desarrolla rrn· pi1tmente clinicio de la aclividadP(ihlica de dnn Ricardo v dC' la simbimis que se conformaría entre su actuar Ja /1ís1oría jiairia : en palabras del aucor. "por espado de 50 mios. no hubo episodio o hecho de importancia en el que don Ricardo no fuera actor desiacado. ora triunfante. ora vencido". Era el"a1io de 1885. el Congreso ConstítL1cional había autori;.ado al Pres·idente ele Ju República para que defendiera la autonomía nacional de Justo Rufino Barrios. dictador guatemalteco. contaba con la bueria voluntad de México y había expedido el decre10 en que por si ante si proclamaba la Unión de Centroamérica en una snla República: el Gobierno de Bernardo Soto encargó entonces a don Ricaroo de llevar la repre.1entación de Costa Rica a México. a fin de exponer la actit 11d del pab, pues. don Ricardo no sólo gozaha de pres1ígío intelectual. sino que. desde hacia dos ailns. en el periódico La Patria, habla condenado severamente las pre· tensiones tic Barrios. Esta misión impulsó el asc-enso público d, don Ricardo: los gobiernos de El Salvador y de Nicarogu a In nombraron ministro plenipotenciario ante el de Mcxico rara nes similares a lo.s costarricen.ses: desempeiiada esta primera im· portante acción. don Ricardo se radicó en Washinglon. dondl trató con el presidente C'leveland: 1L1ego regresó. hi1<1 publica· ciones de carácter p01itico y literario. fue nombrado mini,1n> plenipotenciario en México y distinguido como ti1 u lar (\e Gohe1 nación. En los capítulos VII l. IX y XI. Vargas Cmo refiere d curso de la carrera política de Jiménel Oreamuno. En 1889. va ú110 Ri cardo había publicado la Cartilla Cívica en la que expllcó el lun cionamiento del Gnbícmo. el origen. desarrollo y <1lca11ce dr., la' instituciones republicanas y de Jos derechos del ciudada1111: concluía el periodo de Bernardo Soto y empezaron las ac1ivida- des de la sucesión presidencial: surgieron los partidos El Cn11s1Í· tucional y el Liberal Progresista. l os primeros procl:inwrnn la candidatura de J.J. Rodríguez y los segundos la de Ascen•, ; ón Esquivel; luego los dc>S han<los intentaron una tronsacción, rrn· rusieron presentar la candida1ura de don Ricardo. rero el la rehusó: pocos días an1es de terminar la adminis1 ra cion de Soto. aceptó el cargo de Ministro de Rel ac iones Exlcrillrcs. Justicia. Culto y Beneficencia : sin embargo. al ent erarse de las tropelias de Smo. abandonó el puesto. Vargas Co10 deslaca la ranicira ción de don Ricardo en er rt''itO de In:.:: tlCOllli."Cimit:•nin..::: J.J .Rodri'!.uez obtuvo el triunfo v los es<.¡Uivelistas denunciaron fraude eii los comicios , los rodriguistas y los esquivelistas se enfrentaron. Soto reconoció como jefe de gobierno a Duran: es · te último pidió acompafiarse de don Ricardo en el desemoeño de

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Page 1: Crónicas de la época y vida de don Ricardo

. --- -__ - - -~- . SECCION.D

!: s.cazú (Acuarela oe Sonia Romero¡

"Crónicas de la época y vida de don Ricardo''

IVONNE RQBLES-MOt:·fS_

e rónicas de la época y vida de don Ricardo. obra póstuma de Joaquín Vargas Coto y anunciada desde hace muchos años corno la obra más amplia de su autor por

Abelardo Bonilla. en el apartado ''El periodismo durante el siglo XX" de su Historia de la literatura costarricense, ha sido edita· da gracias al concurso de los esfL1erzos de sus hijos Joaquín Var· gas Gené y Alicia V. de Fournier y de la Editorial Costa Rica. con el apoyo de la Universidad de Cos1a Rica y de la administra· ción Monge Alvarez. Consta de 17 capítulos ~· un apéndice. en el cual se registra una extensa lista poco -más de 40 paginas­de fuenles bibliográficas. ordenadas cronológicamente desde 1875 :i J 944. en que el lector puede ampliar el conocimiento sobre la contrnversial figura de Jirrténez Oreamuno.

Si don Ricardo se negó a recoger y publicar sus escritos pe­riodistic<J$, correspondió a Vargas Coto. dilecto amigo suyo, sin terizar no sólo la activa participación de e~te político en la pren· sa -empleada por él como forma sistemática y consuetudinaria de comunicación personal -y oficial- sino. fundamentalmente. reconstruir la parcela histórica protagonizada, compartida o po· lemizada en la fecunda vida de Jiménez Oreamuno: paralela­mente. la propia práctica textual revela a Vargas Coto en el conjunto de sus especializaciones: el periodismo. la hísmria. la narración cronística y el dominio de la lengua materna.

La riqueza y calidad de Ja exposición conjuga amena mente las coordenadas biográfico-históricas: así. aunque. en el capitulo l. Vargas Coto delimita la máxima figuración de .liménez desde J 889 a 1939. a11os en que, con gran ha~ilidad y vasta cultura. c.1crció I(> que sus enemigos denominaron "la dictadura intelcc· 1.uar' . es clara que el conjunto tcxlual se artic11la re1rospectiva y rrnyec1ivamentc para dar cuema cabal del biografiado: lejos del d1'1:t1rso la11do101io. Vargas ('oto dc~codifica la gama de cir­~unstancias que ddinicron la inconfundible personalidad y el panicular proceder de don Ricardo: la exaltación ai amigo v ,·onciududano sólo se h;tce expresa en el reconocimiento de aquellos actos que fü1inguiernn a don Ricardo como pilar de la (\í?.rnni.::rncia rns.l8r rir1.~11o;;,e .

En colicrrncia Cllíl lns rrori>sitos del estudio. en el carítulo i 11 V<1rgas Coto presenta a don Ricardo como descendiente de

Interior (Acuarela de Soma RomeroJ

Dnming.o .limcner. llegado a Cana&º en 1 )Oh) J1110 .. ,1e tas pr1 mcra.s co1npt1s1ciones llricas costarricenses. h1.10 y 1_11.cto de rres1· denles. tes1igc. del derrocun11en10 y de la pena sul11dos por sy padre don Jesús Jiméne1. 7.amorn. de carácter somhri11. eclcclr·

Nota aclaratoria: este material ha sido modificado de su versión original para su restauración y conservación.

co, >ensual. romam1rn A la Bec4_uer u lhatcaubnand J poco afortunado en las relaciones sent1mcn1ales: en el capítulo V. ti tulado "Yo fui como la oveja negra". continúa la caracterir.a· ciqn: excelente alumno. liberal declarado a los 19 u1ios. librcpcn. sador. amigo y compaílero de don Clem González Vique/.. se­guidor de las ideas de Montufar. Zambrana, Moreno Benito v los Fernández Ferraz. En el capítulo 11. Vargas Coto amplía ci1 la formación intelectual de don Ricardo. cómo repercutió en éste y en otros muchos jóvenes el conocimiento de las teorías románticas. raciona lisias. realistas. liberales y el despertar del so­cialismo: seguidamente. con erudición y agilidad narrativa. pe· netra en la coyuntura histórica para explicar cómo lodo ese aliento renovador fue producto del arriho del velero inglés el "Monarch". en 1845. cnn el que se estableció el comercio del café. se conoció la industria europea y la maquinaria. llegaron libros, teoría5 y doctrinas. los exportadores y co111erciantcs ricos visitaron el Viejo Mundo y sus hijos partieron a educarse. Agrc· ga Vargas Co10 que. a pesar de que dicha evolución y la cam· paila nacional habían fortificado el sentimiento de la nacionali dad en el pueblo costarricense. subsistió la división social: se con­solidó. cada vez más. una casta de gran poder e influencia politi· ca. consecuentemente. los intereses económicos .,eparnron a los jerarcas Juan Rafael Mora y Vicente Aguilar. hasla concluir con la deposición del primero: José María Montealegre asum'!ó el poder: don Juanito vanameme intentó reconquistarlo: las rcla· ciones se volvieron tirantes entre las principales casas. la de Montealegre y la de Tinoco: los generales Loren1.0 Sala1.ar v Máximo Blanco se convirtieron en árbitros de los destinos de Costa Rica: éstos erigieron Presidente a don Jesús .liméne¿ "C. conciliador de la~ grandes divisiones: el sucesor de Jiménez el or. caslro. fue depuesto y JíméneL aceptó nuevari1ente el man·

do, oe1 c1.1a1 al ¡x:;co tiempo fue derrocado: por úhimo. Vargas(. oe deuene en Tomás Guardia. quien disminuyó las fuerzas de los grupos poderosos y evolucionó el curso del país: difundió la ins· 1rucción, amplió las vías de comunicación. imensificó el cultivn del café y desenvolvió otras ramas agrícolas.

Con los pumos de referencia citados. Varga.1 Coto colma de rigurosidad y objetividad el proceso de indagación correspon­diente.al proyecto particular: Ricardo Jíméne1 Oreumuno. Re· cupcrados los amecedentes del devenir político nacional inme· diato a don Ricardo. V.arnas C.. en el capitulo lV. desarrolla rrn· pi1tmente clinicio de la aclividadP(ihlica de dnn Ricardo v dC' la simbimis que se conformaría entre su actuar y· Ja /1ís1oría jiairia : en palabras del aucor. "por espado de 50 mios. no hubo episodio o hecho de importancia en el que don Ricardo no fuera actor desiacado. ora triunfante. ora vencido". Era el"a1io de 1885. el Congreso ConstítL1cional había autori;.ado al Pres·idente ele Ju República para que defendiera la autonomía nacional de Justo Rufino Barrios. dictador guatemalteco. contaba con la bueria voluntad de México y había expedido el decre10 en que por si ~· ante si proclamaba la Unión de Centroamérica en una snla República: el Gobierno de Bernardo Soto encargó entonces a don Ricaroo de llevar la repre.1entación de Costa Rica a México. a fin de exponer la actit 11d del pab, pues. don Ricardo no sólo gozaha de pres1ígío intelectual. sino que. desde hacia dos ailns. en el periódico La Patria, habla condenado severamente las pre· tensiones tic Barrios. Esta misión impulsó el asc-enso público d, don Ricardo: los gobiernos de El Salvador y de Nicarogua In nombraron ministro plenipotenciario ante el de Mcxico rara tí nes similares a lo.s costarricen.ses: desempeiiada esta primera im· portante acción. don Ricardo se radicó en Washinglon. dondl trató con el presidente C'leveland: 1L1ego regresó. hi1<1 publica· ciones de carácter p01itico y literario. fue nombrado mini,1n> plenipotenciario en México y distinguido como ti1 u lar (\e Gohe1 nación.

En los capítulos VII l. IX y XI. Vargas Cmo refiere d curso de la carrera política de Jiménel Oreamuno. En 1889. va ú110 Ri cardo había publicado la Cartilla Cívica en la que expllcó el lun cionamiento del Gnbícmo. el origen. desarrollo y <1lca11ce dr., la' instituciones republicanas y de Jos derechos del ciudada1111: concluía el periodo de Bernardo Soto y empezaron las ac1ivida­des de la sucesión presidencial: surgieron los partidos El Cn11s1Í· tucional y el Liberal Progresista. los primeros procl:inwrnn la candidatura de J.J. Rodríguez y los segundos la de Ascen•,;ón Esquivel; luego los dc>S han<los intentaron una tronsacción, rrn· rusieron presentar la candida1ura de don Ricardo. rero el la rehusó: pocos días an1es de terminar la adminis1 racion de Soto. aceptó el cargo de Ministro de Relaciones Exlcrillrcs. Justicia. Culto y Beneficencia: sin embargo. al enterarse de las tropelias de Smo. abandonó el puesto. Vargas Co10 deslaca la ranicira ción de don Ricardo en er rt''itO de In:.:: tlCOllli."Cimit:•nin..:: :

J.J .Rodri'!.uez obtuvo el triunfo v los es<.¡Uivelistas denunciaron fraude eii los comicios, los rodriguistas y los esquivelistas se enfrentaron. Soto reconoció como jefe de gobierno a Duran: es · te último pidió acompafiarse de don Ricardo en el desemoeño de

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Viene de la pág. 1

Nota aclaratoria: este material ha sido modificado de su versión original

para su restauración y conservación.

"Crónicas de la época y vida de don Ricardo" !as funciones gubernamentales; desde la cartera de instrucción pública, don Ricardo defendió la escuela liberal cuando monseñor Augusto Thiel trató de influir en la educación laica; dos días antes de que Durán entregara el poder a Rodríguez, Jos diputados elig~eron a doi; Rica~­do presidente del Poder Jud1c1al¡ Rodr1guez li­mitó la libertad de prensa y disolvió el Congreso, Jiménez, disconforme con ta! proceder aban­donó el cargo; Iglesias, s~cesor .de RO<b:í$uez, actuó también con tono d1ctatona!; las d1s1den­cias y disconformidad de los liberales conti­nuaron hasta llegar al acuerdo denominado la Transacción· cada vez más, los jóvenes liberales ganaban m~ respeto y se adéntraba~ en las más importan tes instituciones; don Ricardo fue nombrado miembro de la Real Academia Es­Jañola en la clase de correspondientes extranje­·os; Ascensión Esquive! llegó a~ p~er; se form~ el Partido Republicano Neo, dmg1do por Máxi­mo Fernández, y a_I que ~bién llegó don.!li­cardo; en los años mmed1atos a la transacc1on, don Ricardo fue nombrado diputado, cargo que hizo crecer su figura política hasta que se le proclamó candidato a la Presidencia de la República por miembros del grupo de Máximo Fernández. En 1909, se celebró la primera con­vención de delegados cantonales, en el teatro Variedades, para elegir al candidato del partido Republicana, don Ricardo fue el triunfador y desde entonces se constituyó en el único cos­tarricense que habría de ocupar tres veces la TJresidencia por decisión popular.

En los propios capnu1os rcseiiados. como en os reslantes. Vargas Coto redondeá el retrato Je donRicardo para sintetizar así Japres.enci~ y proyección del político en el devenJT histórico '1ac1onal: como propulsor de la ganadería. a él se debió la ley proleccionista de 1932: como hombre que saboreó muchos triunfos en los tri­huna!es. en las letras. en la política. pero que también sufrió mucho dolor íntimo y soledad; como amigo y gobernante que defendió a los su­yos sin distingo de clase social; como profe­sional. poeta y gobernante que convirtió las páginas de los diarios en foro público; como hábil enemigo que se desató con frases y senten­cias lapidarias; como astuto político que argu­mentó con axiomas y sofismas; como el libre· pensador que le correspondió presidir, en sus di­ferentes administraciones, las tres solemnidades m~yores efectuadas en !a primera mitad del siglo XX: en 191 O, el Primer Congreso Eucarístico Nacional, en 1926. la coronación de la Virgen de los Angeles, en 1935. el tricentenario de la aparición de esta misma Patrona; como figura

legendaria, hombre rodeado de misterio y. deno­minado "El brujo del {razú", que prefirió viajar 1en coches de segunda, ·prohibió toda clase de ho­menajes al Presidente y la colocación de retratos del mandatario en las oficinas públicas, rehusó fiestas y banquetes, y a quien muchos consulta­ron su opinión, imitaron sus gestos y repi~ieron sus frases, anécdotas y refranes; como el gober­nante que centró su obra material en la cons­trucción de escuelas y caminos, creó el Instituto Nacional de Seguros, electrificó el Ferrocarril al Pacífico, repartió terrenos baldíos, hizo efectivo el sufragio popular al impulsar el voto secreto, propuso introducir el vojo femenino, eliminó las elecciones de dos gi-~dos y liberó ~e la potestad del Congreso la elección je los presidentes cuan­do ninguno de los candidatos lograba la mayoría absoluta en los comicios populares; y como ver­dadero forjador de la democracia costarricense.

Cabe destacar que Ja disposición del juego de los 17 capítulos pone en evidencia. como se dijo, el conjunto de las especializaciones de Vargas Coto; Ja mera presentación de la esfera cro­nológica del protagonista ha sido sustituida por el rico discurso multidímensional: el del periodis­ta, el del historiador, el del cronista; en muchos pasajes, la práctica discursiva de Vargas Coto, sin descuidar la ~ignificación referencial, alcan­za dimensión creativa. como por ejemplo. cuan­do con logradas imágenes evoca el Cartago de la segunda mitad del siglo XIX:

-..En la segunda mitad del siglo pasado el ru­mor de Cartago era de aguas corrientes; sobre ese rumor plácido, cantarina. a veces monóto­no, bordaban las campanas de las numerosas iglesias de la ciudad. en ciertas horas. una sinfonía1 metálica. a veces alegre con los claros repiques. a veces triste melancólica. con sus dobles de difunto. Las calles empedredadas declinaban de las aceras al centro por donde corría el caíio henchido que, cuando llovía. des­bordaba dándole la típica apariencia de las ciudades espaíiolas perdidas y olvidadas en su vejez ... ''

En síntesis, la edición de Crónicas de la Epoca y Vida de Don Ricardo ha cumplido con un jus­to reconocimiento a Joaquín Vargas Coto y a su estudio realizado hace poco más de 25 alios, por­que éste no sólo constituye un significativo aporte a la Historia de Costa Rica. a la historia del periodismo. al cultivo de la crónica y al parti­cular conocimiento de don Ricardo Jiménez Oreamuno. sino que. por su propia calidad me­todológica. abre nuevas perspec<;vas de refle­xión.