borges y el soneto(2)

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Borges en 14 versosRicardo YezEl soneto, legado italiano del temprano Siglo XIII, forma potica por excelencia del espaol y en general occidental, fue definitivamente trasplantado a nuestra lengua a partir de que el veneciano Andrea Navagero (la historia es muy conocida) sugiere en Granada a Juan Boscn que intente "sonetos y otras artes de trovas" practicadas en Italia, sugerencia en la que lo afirma Garcilaso de la Vega quien a su vez, con tan feliz facilidad, asimil las entonces novedades formales en nuestra lengua. Antecedentes haba. El Marqus de Santillana, pariente del toledano, escribi no sin fortuna "al itlico modo", mas la finura y gracia de su descendiente lo superaron con creces en el abordaje de esa "forma lrica cardinal" y "condensador universal de ideas y sentimientos" (Jacobo Burckhardt). Sin meternos en complicaciones respecto de la misma forma en ingls, es de sealar que mientras entre nosotros se opta por la unin de dos cuartetos y dos tercetos, los catorce versos del soneto isabelino clsico se distribuyen en "tres estrofas de cuatro versos y un pareado final." (William Ospina). Al revisar sin orden ni concierto, ms bien al azar, poco ms de cien sonetos de Borges resulta una obviedad que privilegia la segunda opcin. A ms de su conocimiento de la cultura anglosajona, debe haberleAnoto aqu a modo de curiosidad que alguna lejana vez la ya fallecida poeta e investigadora Isabel Quinez me indic que el ms primitivo origen del soneto radicaba en frica y que tena que ver con la armonizacin o simblica conjuncin ertica entre lo masculino y lo femenino. Ella lo haba ledo en algn lado y yo no fui, hablando de curiosidad, lo suficientemente curioso como para, de una manera u otra, ahondar en el aserto cuya segunda parte (relativa a la unidad femenino-masculino), independientemente de la primera (presunto origen geogrfico), abordada desde el aspecto formal dirase que convence sin ms.

parecido, al menos en nuestro mbito, una forma menos desgastada que la nuestra... y ms libre, con mayores posibilidades de juego. Segn es de esperar, no se limita a la forma clsica. En algunos casos, por ejemplo "Enrique Banchs" o "Ritter, Tod und Teufel", la estrofa de dos versos (separacin estrfica tipogrfica, advirtamos, propiamente no muestran, pero existe) aparece entre el segundo y el ltimo cuartetos; en otros, la en Borges usual distribucin rmica abrazada de los cuartetos (ABBA), clsica del espaol, cambia por la cruzada (ABAB, predominante en Shakespeare), como en "Piedras y Chile", versos cuarto a octavo. De pronto (sucede en "Una brjula", escrito a la espaola, o italiana, en el primer y segundo cuartetos las mismas dos rimas abrazadas) da la impresin de que intenta volver al modelo ingls, aunque tambin, como en el ejemplo anterior, modificado, pues al inicio de los tercetos rima CC (pareado) y en seguida, observando la divisin estrfica de los tercetos, culmina con D (espacio) EED, lo cual, esto ltimo, sin el espacio constituira claramente un conjunto discernible como cuarteto. Y lo mismo pasa con "Una llave en Salnica", "Un poeta del Siglo", "Ajedrez (I y II)" y "La lluvia". A vuelo de pjaro visto el esquema ms repetido es el siguiente: ABBA, CDDC, EFFE, GG, y por lo general el pareado, lo que le viene del ingls, es de tal contundencia que expresa una idea completa: Quin es el mar, quin soy? Lo sabr el da/ Ulterior que sucede a la agona. ("El mar"). Te imagino severo, un poco triste./ Quin me dir cmo eras y quin fuiste. ("Junn"). No hay un mrmol que guarde tu memoria;/ Seis pies de tierra son tu oscura gloria. ("Un soldado de Lee"). Y Quin sers esta nocheAnoto aqu a modo de curiosidad que alguna lejana vez la ya fallecida poeta e investigadora Isabel Quinez me indic que el ms primitivo origen del soneto radicaba en frica y que tena que ver con la armonizacin o simblica conjuncin ertica entre lo masculino y lo femenino. Ella lo haba ledo en algn lado y yo no fui, hablando de curiosidad, lo suficientemente curioso como para, de una manera u otra, ahondar en el aserto cuya segunda parte (relativa a la unidad femenino-masculino), independientemente de la primera (presunto origen geogrfico), abordada desde el aspecto formal dirase que convence sin ms.

en el oscuro/ Sueo, del otro lado de su muro? ("El sueo"). Por lo dems el acucioso lector ya se habr dado cuenta del juego de resonancias que hay entre unos y otros finales, al grado de que los que aqu casualmente juntamos sugieren un poema aparte. Rasgo que cabe destacar supongo en todo Borges: el "repetirse, como Bach", que dira Cioran; el "ser Nadie como Ulises", que dira el bonaerense (las citas, recortadas, confesemos, su tantinn tienen de parfrasis). Veamos, propongo que por pares, otros finales: De Proteo el egipcio no te asombres,/ t, que eres uno y eres muchos hombres. ("Proteo"). T tambin ests hecho de inconstantes/ ayeres y maanas. Mientras, antes... ("Otra versin de Proteo"). Soy el que es nadie, el que no fue una espada/ en la guerra. Soy eco, olvido, nada.("Soy"). Djame, espada, usar contigo el arte; yo, que no he merecido manejarte. ("Espadas"). Pienso que si pudiera ver mi cara/ sabra quin soy en esta tarde rara. ("Un ciego"). Soy los que ya no son. Intilmente/ soy en la tarde esa perdida gente. ("All Our Yesterdays"). Ya habr apercibido el lector que los versos citados en el anterior prrafo admiten la minscula como inicial, mientras que los del de ms arriba no. Modos del escritor; y, aunque me veo tentado a adetenerme en ello, dejmoslo ah. Pero indiquemos que tambin tiene sonetos en verso blanco ("Caja de msica", "El espejo"...), uno de los cuales ("Blake") con final heptaslabo en pie quebrado (el poema es endecaslabo) la forma de la rosa. Hay sonetos alejandrinos; muy notoriamente el a la vez tan ingrvido y como grave "La cierva blanca". Y por supuesto los cortados a la espaola, como "Al triste" , "La suma" yAnoto aqu a modo de curiosidad que alguna lejana vez la ya fallecida poeta e investigadora Isabel Quinez me indic que el ms primitivo origen del soneto radicaba en frica y que tena que ver con la armonizacin o simblica conjuncin ertica entre lo masculino y lo femenino. Ella lo haba ledo en algn lado y yo no fui, hablando de curiosidad, lo suficientemente curioso como para, de una manera u otra, ahondar en el aserto cuya segunda parte (relativa a la unidad femenino-masculino), independientemente de la primera (presunto origen geogrfico), abordada desde el aspecto formal dirase que convence sin ms.

"Ricardo Giraldes", en los que las rimas de primero y segundo cuartetos no son idnticas; "El ingenuo", que es alejandrino pero en los cuartetos observa la tradicin de rimar en ABBA, ABBA, y "El bisonte" y "El enamorado", que aunque tipogrficamente separados en cuartetos y tercetos en realidad, si atendemos a la forma rmica, siguen la frmula: cuarteto, cuarteto, cuarteto, pareado. Mucho ms se puede decir, por supuesto, de la relacin de Borges con el soneto. Soneto y unidad, se sabe (y no pocas veces totalidad), son casi palabras sinnimas, y leyendo los de Borges queda como vibrando la sensacin que, igual que en el cuento (palabras de Mara Kodama ) "antes de avanzar deba tener decidido el comienzo y el final"; pero tambin de que estamos ante el ejercicio de una capacidad simblica en el mejor sentido: lectora y generadora de smbolos, la de presentar o condensar una vida en un da, en una escena clave; una biografa (o una situacin, o un estado de espritu, o, ms sencillo, un carcter) en un cuadro: Baruch Spinoza, Juan Crisstomo Lafinur , El enamorado, El pice, Las cosas, La tarde, A John Keats, etctera. Dicho de otra manera, un sentido preciso de condensacin del tiempo. La foto, aludamos de paso a Cortzar, frente a la pelcula. (Ligero parntesis: no se ignora el desdn del creador de El Aleph; en concordancia con esa actitud, alguien lo elogiaba como inventor de un gnero, el cuento-novela. Relacionemos eso con los sonetos con el fenmeno que inmediatamente arriba comentamos). Aqu una osada: lo que de eternidad viaja en el tiempo es lo que capta todo artista, y lo que de eternidad viaja en el tiempo es siempre de esencia musical. LaAnoto aqu a modo de curiosidad que alguna lejana vez la ya fallecida poeta e investigadora Isabel Quinez me indic que el ms primitivo origen del soneto radicaba en frica y que tena que ver con la armonizacin o simblica conjuncin ertica entre lo masculino y lo femenino. Ella lo haba ledo en algn lado y yo no fui, hablando de curiosidad, lo suficientemente curioso como para, de una manera u otra, ahondar en el aserto cuya segunda parte (relativa a la unidad femenino-masculino), independientemente de la primera (presunto origen geogrfico), abordada desde el aspecto formal dirase que convence sin ms.

conciencia musical de Borges da la impresin de ser absoluta. Y dirigida. Atendamos slo dos versos, del "Coronel Surez": Alta en el alba se alza la severa/ faz de metal y de melancola. Aparte de la aliteracin, bastante visible (alta, alba, alza, por mencionar lo ms sencillo de observar), veamos, ya bastante se evidencia, la armona voclica. La lnea inicial es en este sentido de un equilibrio sorprendente; en dos partes. La primera (eludo el ritmo, que doy por muy patente): a ae e a a ea a, y la segunda: a e e a. Mas no acaba all. La primera parte del segundo verso, faz de metal, es como un eco de la final del primero. De juntarlas tendramos: a e e a/ a e e a. En el mismo soneto, segundo terceto, juega con las nasales ene y ee: Junn resplandeciente como un sueo. En un confn... Y esto me recuerda que no hemos hablado de su astucia, grande, para los encabalgamientos. Slo mencionaremos uno, el que por asociacin de ideas nos trajo a sta. Dice en Texas: Aqu tambin. Aqu como en el otro/ Confn del continente, el infinito, donde, se ver, infinito no es sustantivo, sino adjetivo (pero la sensacin del infinito, y ni modo que Borges no lo sepa, pas como una rfaga de brisa sobre la cara del lector). Sigue: Campo en que muere solitario el grito; etctera. Lo que me da la oportunidad, as sea casi con pinzas y ya casi para despedirnos, de atrever que Borges no usa un modo de versificar (maysculas iniciales o no, para el caso) sin tomar en cuenta cada detalle. Ac le ayuda mucho a su, perdn por la frase, coquetera literaria, el hecho de que despues de infinito el verso siguiente empiece con Campo, sugiere un punto inexistente, pero eficiente.Anoto aqu a modo de curiosidad que alguna lejana vez la ya fallecida poeta e investigadora Isabel Quinez me indic que el ms primitivo origen del soneto radicaba en frica y que tena que ver con la armonizacin o simblica conjuncin ertica entre lo masculino y lo femenino. Ella lo haba ledo en algn lado y yo no fui, hablando de curiosidad, lo suficientemente curioso como para, de una manera u otra, ahondar en el aserto cuya segunda parte (relativa a la unidad femenino-masculino), independientemente de la primera (presunto origen geogrfico), abordada desde el aspecto formal dirase que convence sin ms.

Y para concluir (quin con Borges, o con Rulfo, concluye nada), no olvidemos su dspreocupacin por las rimas. Casi nunca sorprende. Rara vez. Y hasta se permite, en un soneto (Camden, 1892) en que todo lo dems es estrictamente consonante, abrazar el primer y el cuarto versos rimando peridicos con alegricos. Da la impresin de que se aconsej no buscar la rima del verso, sino el verso de la rima, o de otro modo dicho, y esto vale para todos los sonetos, no exclusivamente para la rima, de ser, en un universo hecho, un universo hacindose; en un universo conocido, un universo por conocer.

Anoto aqu a modo de curiosidad que alguna lejana vez la ya fallecida poeta e investigadora Isabel Quinez me indic que el ms primitivo origen del soneto radicaba en frica y que tena que ver con la armonizacin o simblica conjuncin ertica entre lo masculino y lo femenino. Ella lo haba ledo en algn lado y yo no fui, hablando de curiosidad, lo suficientemente curioso como para, de una manera u otra, ahondar en el aserto cuya segunda parte (relativa a la unidad femenino-masculino), independientemente de la primera (presunto origen geogrfico), abordada desde el aspecto formal dirase que convence sin ms.

Anoto aqu a modo de curiosidad que alguna lejana vez la ya fallecida poeta e investigadora Isabel Quinez me indic que el ms primitivo origen del soneto radicaba en frica y que tena que ver con la armonizacin o simblica conjuncin ertica entre lo masculino y lo femenino. Ella lo haba ledo en algn lado y yo no fui, hablando de curiosidad, lo suficientemente curioso como para, de una manera u otra, ahondar en el aserto cuya segunda parte (relativa a la unidad femenino-masculino), independientemente de la primera (presunto origen geogrfico), abordada desde el aspecto formal dirase que convence sin ms.