bonsái, número 4

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Bonsái Literatura mínima cuatro

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Literatura mínima

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Page 1: Bonsái, número 4

BonsáiLiteratura mínima

cuatro

Page 2: Bonsái, número 4

Directorio

EditorEs

Miréia AnievaHerson Barona

ConsEjo Editorial

Belinda OrtizGraciela RomeroJezreel SalazarRafael Zamudio

asEsorEs

Alberto ChimalCristina Rivera GarzaBlanca Rodríguez GaonaLiliana Weinberg

ContaCto

@[email protected]

Bonsái. Literatura mínima. Año 1.

Número 4. Octubre 2011. México.

Bonsái es una publicación electrónica independiente

de periodicidad mensual sin fines de lucro.

El contenido de esta publicación puede ser dis-

tribuido y compartido libremente siempre que se

reconozcan los créditos del autor y de la revista.

Las opiniones expresadas en los textos publicados

en esta revista son responsabilidad exclusiva de

sus autores y no representan necesariamente el

criterio de Bonsái y sus editores.

Page 3: Bonsái, número 4

El poeta es un pájaro que sólo canta afinado en las ramas de su árbol genealógico.

Jean Cocteau

Page 4: Bonsái, número 4

POESÍA

Por orden, 7La verdad, 8Isabel Tejada

recuerdos deL futuro, 12Precauciones de úLtima hora, 13Para mayor seguridad, 14señaLes de ruta, 15criaturas, 16Mario Meléndez

ruPturas, 22Javier Peñalosa

canje de armas, 39marcaPáginas, 40Óscar David López

historias, 48Rumi Cabrera

CUENTO

domingo, 9Miguel Lupián

ENSAYO

Poética deL sujeto, 25Fausto Alzati Fernández

Contenido

Page 5: Bonsái, número 4

TUITS

esPerar no esPerar, 29Diana Guerrero Lozoya

RESEÑA

contra eL mundo

cuLturaL, 17Jezreel Salazar

eL mensajero asesinado, 33Emiliano Delgadillo Martínez

PALÍNDROMOS

ser amar es ser a mares, 41Pedro Poitevin

Page 6: Bonsái, número 4
Page 7: Bonsái, número 4

Isabel Tejada

Por orden

Primero fue la ola

el vaticinio de un ahogado

Más tarde

el trabajo del náufrago: hacer la isla

Olvidarse del barco

Contener el vacío en su propia cintura

Permitir a la noche el idioma de los solos

Saber

perder

7

POESÍA

Page 8: Bonsái, número 4

La verdad

es que hago la cama como hago la vida

Militando el borde de todo lo que me socava

Rumiando un principio en cada desenlace

Sublevada de mí misma redonda de ignorancia

Boreal y equívocamente ambigua

El pecho condecorado con tus graznidos

Si me buscas hallarás en mí animales

Cisnes blanquísimos se arenan en esta piel

que espera ser mordida

Caballos ebrios de viento definen mis caderas

con su fiebre

Un gato se perpetra en cada pupila

ciñéndote a mí sin que te des cuenta

hasta que

ya sea demasiado tarde

Los lobos que me devoran no están a mis pies

Los llevo dentro

8

POESÍA

Page 9: Bonsái, número 4

Miguel Lupián

domingo

Es día de levantarse de madrugada, de cargar los bultos y

meterlos en el carro, de armar el puesto, de permanecer en

pie durante diez horas, de comer todo el día naranjas y man-

darinas, de no poder ver jugar a las chivas… Es domingo.

Domingo se pregunta si el cuchillo ha perdido su filo

o si su fuerza ha menguado después de dos horas de partir

cuerpos pulposos. En cualquiera de los dos casos, tiene que

afilarlo en sus escasos minutos de descanso.

Después de tres horas, la piel de su palma derecha

se empieza a adelgazar tornándose doloroso el contacto con

el cuchillo. Sabe que es inútil detenerse y sobarse la palma:

dentro de algunos minutos se llenará de pus y se convertirá

en ampolla. La retira pellizcando los bordes del abultamiento

y dejando a la vista la sonrojada piel del monstruo que vive

dentro de él. Se coloca una curita y evita limpiar con sus

dedos pegajosos y atiborrados de pulpa el par de lágrimas

que escurren por su rostro.

El sol cae a plomo. La lona que lo cubre solamente

intensifica lo rojo de su playera y de sus mejillas, le dificulta

diferenciar rápidamente entre una naranja y una mandarina

9

CUENTO

Page 10: Bonsái, número 4

y lo hace sudar copiosamente. Domingo entrecierra los ojos

y el cuchillo corta cada vez más cerca de sus pequeños dedos.

Se despabila al recordar las cicatrices en su mano. Le da un

trago al jugo, revisa la curita y vacía otro bulto de naranjas.

Se entretiene pensando que pronto comenzará el par-

tido de las Chivas. Se imagina saliendo a la cancha al lado del

Chicharito y del Bofo. Su nombre estampado en el dorso de

la playera y todo el estadio ovacionándolo. La mano tosca de

su padre buscando la fruta partida derrumba su sueño. Sabe

que si no la encuentra rápidamente, el siguiente movimiento

será un golpe en la cabeza.

Uno grande de mandarina. La voz le resulta familiar y

levanta la vista. Se trata de Víctor acompañado de su mamá,

la señora González. A pesar de que evitan la mirada, Domingo

se da cuenta de que Víctor le susurra algo a su mamá. Sabe

que le está contando que van en el mismo grupo, que reprobó

segundo año y que le dicen El mandarino.

La señora González le regala una sonrisa amable

contaminada de condescendencia. Víctor ríe por lo bajo. Do-

mingo siente palpitar su palma derecha. La curita se cae y el

10

CUENTO

Page 11: Bonsái, número 4

monstruo lo mira con su único ojo. Los dedos de Víctor y los

de la señora González

descansan lánguidamente sobre la mesa: limpios, rosados,

frágiles. Coge el cuchillo. Lo levanta y corta de un solo tajo.

Víctor cierra los ojos, la señora González grita, Domingo

sonríe. Víctor llora, la señora González palidece, Domingo

sonríe. Víctor corre, la señora González se desmaya, Domingo

sonríe.

Los dedos mutilados se retuercen como gusanos entre

la pulpa y las cáscaras. Domingo los observa con indiferen-

cia, suelta el cuchillo y se acuesta sobre un costal de naranjas.

Cierra los ojos.

Abre los ojos. Paredes blancas descarapelándose,

loseta gris apestando a desinfectante y tres camas individuales

separadas por una cortina manchada. Arrastra sus peque-

ños pies desnudos hacia el pasillo. Colgando de una pared se

encuentra un viejo televisor transmitiendo el partido de las

Chivas. Se sienta en el suelo, limpia las lágrimas con su mano

vendada y disfruta el resto del domingo.

11

CUENTO

Page 12: Bonsái, número 4

Mario Meléndez

recuerdos deL futuro

Mi hermana me despertó muy temprano

esa mañana y me dijo “Levántate, tienes que venir a ver esto

el mar se ha llenado de estrellas”

Maravillado por aquella revelación

me vestí apresuradamente y pensé “Si el mar se ha llenado

[de estrellas

yo debo tomar el primer avión

y recoger todos los peces del cielo”

12

POESÍA

Page 13: Bonsái, número 4

Precauciones de úLtima hora

Debo cuidarme de los gusanos

cuando me entierren

lo más seguro

es que hablen mal de mí

que escupan sobre mis poemas

y orinen las flores frescas

que adornarán mi tumba

llegado sea el caso

que hasta devoren mis huesos

me arranquen los intestinos

o en el colmo de la injusticia

se roben mi diente de oro

y todo esto porque en vida

jamás escribí sobre ellos

13

POESÍA

Page 14: Bonsái, número 4

Para mayor seguridad

Vengan a ver mi poesía

no está hecha de material ligero

aguantará perfectamente el invierno

y en verano refrescará

las mentes y los cuerpos

Hay poderosas vigas entre cada verso

hay listones apuntalando mis palabras

Y si la lluvia desea entrar

pondré mis sueños en el techo

y taparé las goteras

con mi propio dolor14

POESÍA

Page 15: Bonsái, número 4

señaLes de ruta

Si te pierdes en el bosque del lenguaje

piensa el poema que más te guste

y dilo en voz alta

Las palabras nos llevan de la mano

me grita Dios

desde una estrella a pedales

Cuando llegues al último verso

encontrarás la salida

15

POESÍA

Page 16: Bonsái, número 4

criaturas

Tus muñecas tienen las manos heladas

parece que juegan con la muerte a la escondida

y no se cansan jamás

Quién peina a tus muñecas cuando te duermes

Tus muñecas se peinan solas

y cuentan hasta diez con los ojos cerrados

mientras la muerte envejece bajo tu cama

16

POESÍA

Page 17: Bonsái, número 4

Jezreel Salazar

contra eL mundo cuLturaL

No es fácil mantener la compostura al

hablar sobre la realidad literaria del

mundo actual. No me refiero al hecho de

que ciertas obras me provoquen exabruptos

o disertaciones apasionadas debido a su

capacidad expresiva o su demoledor re-

proche ante el estado de las cosas. Lo que

ocurre es que desde hace tiempo, al escuchar a mis amigos

escritores, editores o periodistas hablar, frente a un café,

sobre novelas y autores, no puedo evitar sentir agruras

estomacales. Esto, más que un indicio de intolerancia a la

lactosa o de un padecimiento psicológico, me parece un

síntoma de cierta dolencia colectiva, algo que asocio a los

malestares de nuestro campo cultural. ¿Qué lo provoca? He

tenido la impresión de que es el tono, la manera en que se

habla sobre literatura, lo que carcome mis vísceras: demasiada

seguridad, certezas desmedidas, exagerada claridad. Un ex-

ceso de confianza infecta nuestro paisaje cultural, lo cual me

ha llevado muchas veces a perder el estilo, y buscar la puerta

más próxima hacia el sanitario alivianador.

17

RESEÑA

Page 18: Bonsái, número 4

En busca de una solución que me permitiera seguir

conversando con mis amigos, cayó en mis manos un libro

de Damián Tabarovsky con un título que de entrada me hizo

pensar que leerlo podría generarme ámpulas: Literatura de izquierda (Tumbona Ediciones, 2011). No obstante, apenas

lo hojeé me di cuenta que se trataba de un texto provoca-

dor cuyos planteamientos críticos tenían que ver justo con

aquellos comportamientos, imágenes y valores que, en torno

a lo literario, detectaba una y otra vez a mi alrededor: banalidad

política unida a la búsqueda indiscriminada de incorporación

social, pretensiones de notoriedad acompañadas de compla-

cencias estéticas.

A pesar de discutir desde el contexto de la literatura

argentina, es claro que el diagnóstico básico del texto compete

al resto del mundo editorial hispánico. La argumentación

fundamental de este breve libro de ensayos podría resumirse

así: buena parte de la literatura actual posee un ideal con-

servador que le ha hecho perder su potencia expresiva, para

convertirse en un alegato a favor de la reproducción del

orden social. Según Tabarovsky, desde los años ochentas se

18

RESEÑA

Page 19: Bonsái, número 4

ha privilegiado una narrativa que sostiene la inocencia y la

transparencia del lenguaje, el éxito como canon y la sensatez

como valor estético. A esta versión conservadora de la litera-

tura la denomina “política literaria del café con leche” y contra

ella dirige su puntería argumentativa, en aras de reivindicar

el papel negativo de lo literario —esa experiencia radical que

se escribiría desde un afuera, ese discurso que siempre

debería incomodar para poner en cuestión la realidad.

Debido a su carácter de diatriba contra el mundo cul-

tural instituido, Literatura de izquierda resulta un espejo en

el que no es difícil reconocerse, pero ante el que resultaría

preferible desviar la mirada. Lectores o escritores, editores,

críticos y académicos, reciben una imagen de sí mismos que

los repele. De un modo u otro, nos vemos inmersos en un

espacio de conformismos y convenciones, en donde el conser-

vadurismo de nuestras prácticas culturales resulta innegable.

El tono provocador de esa revelación (aunque en momentos

adquiera postulaciones absolutas que requerirían de mati-

ces) es uno de los logros más estimulantes del libro. Pero no

es el único.

19

RESEÑA

Page 20: Bonsái, número 4

Si Tabarovsky sostiene una postura de desconfianza

frente a toda institución que genere hegemonía cultural (de

ahí que defienda con Dubuffet ciertos mecanismos de des-

culturización), lo hace para exponer de manera radical una

reflexión sobre la vanguardia, sobre la voluntad de trabajar

bajo el horizonte de continuas rupturas, transgresiones y

experimentaciones formales. Frente a una época que tiende a

convertir toda crítica en decoración, y logra asimilar lo sub-

versivo hasta volverlo norma o espectáculo banal, Tabarovsky

reivindica una escritura que parta del escepticismo y la

anomalía, asuma la imposibilidad como horizonte y genere

un sentimiento de inadecuación frente a lo real (lo que im-

plicaría vincular vanguardia política y estética). Siguiendo a

Blanchot, Barthes y Nancy, llama la atención sobre la urgen-

cia de que el escritor hable desde el lugar del extravío (desde

un espacio no asimilado), sospechando de su propio relato y

destruyendo el canon existente: “La literatura no piensa, no

da sentido; al contrario: lo congela, lo pone en suspenso. Es

el mundo quien da sentido, y la literatura se opone al mundo.

La gracia de la literatura está en volcar”.

20

RESEÑA

Page 21: Bonsái, número 4

Termino de leer el libro y varias preguntas irrumpen en mi

cabeza: ¿tiene la literatura algo que ver con la compostura

o la contención?, ¿podré lidiar en adelante con las certe-

zas esenciales de lectores y críticos?, ¿al leer los libros de mis

amigos dejaré de tener agruras estomacales?

21

RESEÑA

Page 22: Bonsái, número 4

Javier Peñalosa

ruPturas

a)

Había siempre un largo silencio

cuando uno de los platos

se rompía en la cocina.

Era la hora de las manos pequeñas

que no son manos para sostener.

Y los largos dedos de mi abuela

levantaban esa dureza rota

extendida como un mapa incompleto

por el suelo frío de la cocina.

Siempre el largo silencio

hablaba

la angustia de las cosas

que no se pueden volver a juntar.

Y todo lo que se ha roto desde entonces;

arterias, músculos, huesos,

higos abiertos, cáscaras de nueces,

22

POESÍA

Page 23: Bonsái, número 4

caracoles bajo la suela de los zapatos,

ventanas vencidas por piedras

o pasillos que llevan al cuerpo de mi abuelo,

a las cosas rotas en él y en mí.

Mi madre, mi abuela.

Todas las cosas que se rompen.

b)

Miro mis manos;

las líneas que las cruzan

son accidentes geográficos, cañadas.

Soy lo que se rompe en mis manos.

El padre del mundo

es el padre de las grietas, es

la blanda violencia de lo que se separa

sin hacer ruido.

23

POESÍA

Page 24: Bonsái, número 4

Hay pájaros que caen de las ramas

antes de estar maduros,

hay espacios en blanco entre los cuerpos

antes de que comience la próxima canción.

Las flores se rompen para abrirse,

las olas se rompen hacia adentro,

como las madres pierden a sus hijos.

¿Por qué estoy más cerca de las rupturas

que de las piedras pulidas?

El acero, las flores, los pájaros,

todas las cosas que se rompen.

24

POESÍA

Page 25: Bonsái, número 4

Fausto Alzati Fernández

Poética deL sujeto

Diario hablamos. Intercambiamos idiosincrasias y observa-

ciones, demandas y seducciones, reclamos y aspiraciones,

gruñidos y gemidos, pausas e interrupciones… Transferimos

sentimientos y deseos en pequeñas y arborescentes cápsu-

las volátiles: palabras. Signos asechados por otros signos y

significados diferidos en un juego de historias y espejos. Y a

veces para decir algo, callamos; el peso del silencio, el espacio

que transporta en eclosión, puede en instancias instigarnos a

compartir la incertidumbre o el asombro.

La palabra generalmente se ve relegada a dos campos

opuestos, pero mutuamente edificantes; es decir, o nos topamos

con la concepción de que la palabra designa algo directamente,

como en un contrato; o encontramos lo que algunos místicos

plantean, que la palabra es un gesto vacío y pretensioso que

enreda la experiencia de lo inmediato. Cuánta paranoia.

Menos mal que hay poetas.

En la poesía la palabra puede ser música, como los

juegos fonosemánticos que un niño repite, absorto y ex-

pandido en lo que acontece; o bien puede ser martillo o una

lengua cálida al lóbulo de la oreja; la palabra es lo que es y su

25

ENSAYO

Page 26: Bonsái, número 4

fantasma, y la brecha entre éstos; la palabra es la ruptura del

tiempo por el afecto; la palabra se desnuda, se viste de geisha

o de rayo de sol, y baila y muere y sonríe. En la poesía la

palabra se devela extraña e íntima, intermitentemente y a la

vez.

No hay un sitio fuera de la narrativa para nosotros. No

hay adónde correr a esconderse de la palabra. Si bien en la

inmanencia el sujeto y el objeto pierden sus contornos y con-

trastes, dicha experiencia se verá narrada posteriormente. Si

bien la experiencia como tal no será inscrita en ningún morfema,

sí se buscará transmitir, comunicar a otro —se traducirá, por

lo menos, el método para provocar dicha experiencia—. Ya

sean las direcciones para llegar a dicha epifanía, o una lista

de desviaciones en potencia que habría que procurar evitar.

Nadie puede decirte a qué sabe la cajeta, pero sí te pueden

decir dónde comprar una lata de ésta y dónde no.

La poesía transmite experiencias no sólo en los juegos

con los múltiples significados y connotaciones de la palabra

(como un albur), la rítmica, métrica, arreglo visual, tono,

etc., sino que hay una función directa que la poesía

26

ENSAYO

Page 27: Bonsái, número 4

puede provocar por medio de estos recursos. Como los fa-

mosos Koan de la tradición del Zen, la poesía puede alterar

las estructuras neuronales del lector/escucha a través de lo

inesperado, lo inefable, la aporía. Rupturas y suturas para-

digmáticas, rizomáticos retornos a lo inefable, confusiones y

despertares latentes. Se modifica el registro de la experiencia

gracias al efecto que tiene lo inexplicable ante la lógica —la

cual debe ceder, así abriendo campo a toda otra gama de ex-

periencias antes insospechadas.

El sujeto mismo puede ser poetizado. Durante el trans-

curso de un día suelo pensar compulsivamente, narrándome

los eventos que suceden a mi alrededor, casi como si no estu-

vieran sucediendo. Agregando y encimando juicios y afectos

y recuerdos y asociaciones y resentimientos a este cuento. A

ratos esta tendencia se altera, florece o se cae y ocurre poesía.

Habito más cerca de la inmanencia en esas interferencias. En

otras ocasiones es la manera en que escucho la que cede ante

el flujo poético; la verborrea sigue, pero la oigo con espacio,

distinguiendo sus causas infinitas y la textura precisa de su

desborde. Así los movimientos y desplazamientos del sujeto

27

ENSAYO

Page 28: Bonsái, número 4

se vuelven poesía. La identidad misma se derrite develando

la continua y brillante elusión de aquello que llamamos el

sujeto: el deseo.

La historia que formula el presente como tal es una

novela —la historia es siempre la ficción, los límites de lo

concebible—. El sujeto está sujeto a su enunciación, a su tenaz

causalidad. Al poetizarse el sujeto el enunciado cambia —

nuestras relaciones se tornan más empáticas y jugosas, fractal

y exponencialmente—. El significado de la novela entera se

ve en problemas, en duda. Así se articula lo indecible. Miles

de formas de opresión son develadas y expuestas. Miríada de

libertades cobran vida, y lo posible se ofrece con ética. Res-

catemos la poesía de escondites y pedanterías. Habitémosla

y llevémosla en la lengua y la escucha; en el trazo de los sen-

tidos sobre las huellas de la experiencia; en la carne; abra-

mos sus puertas para que la interpretación le bese el cuello y

así suspiren revueltas. Caminemos junto a ella, hacia ella, en

ella, por ella.

Poetizemos la calle.

julio, 2008

28

ENSAYO

Page 29: Bonsái, número 4

Diana Guerrero Lozoya @DianitaGL

esPerar no esPerar

1. La espera es un vientre que no pare. Un vientre preñado

por años, que duele, que se contrae, al que se le revienta la

fuente a cada segundo.

2. La espera es un hueco entre las manos cuando tienes sed.

3. No importa si el tiempo pasa o se queda estancado sobre

una manecilla, como tierra seca o roca de mar. En la espera

es un abismo.

4. He recorrido los infinitos de la espera. Es un momento

interminable, como la respiración. Cuando termina, no nos

damos cuenta.

5. Me aferré al camino esperando llegar al final, sentarme y

no hacer nada. Llegué a lidiar con las consecuencias de todo

lo que había hecho.

6. La espera siempre tiene prisa y nunca llega tarde.

7. Tengo un párrafo completo en espera de tus renglones.

8. No es lo mismo, la espera y la esperanza. La primera está

muerta desde el momento en que es eterna aun cuando acaba.

La otra sangra.

9. Quien espera no puede ser más humano en ningún otro

momento que cuando lo hace. Siempre queriendo terminar.

29

TUITS

Page 30: Bonsái, número 4

10. Al tiempo y a la espera no les es permitido verse nunca.

Pero siempre lo hacen. Amantes encarnados en uñas comi-

das y cigarros muertos.

11. Vamos, tú y yo. Que esperen aquéllos que son triviales,

que desean. Vamos, solamente falta que llegues.

12. Nunca se aprende a esperar. Del no aprender a hacerlo:

ahí su naturaleza.

13. Reduje los años a meses, y a días, y horas, en espera de ser

segundos solamente, de que me consuma pronto. De serte

fugaz.

14. Quién pudiera ser tiempo que agradece el pasar nada más.

15. De sus ojos de arena fabricaré un reloj. Estará siempre

marcando la hora equivocada, una futura; yo no esperaré

más.

16. Todo lo que hemos esperado se guarda en un cajón espe-

cial de nuestra memoria. Al recordarlo, volvemos a esperar,

sin remedio.

17. Un pájaro vela los segundos. Los labra con su pico y los

coloca manso sobre la línea del tiempo. Espera, como una

madre, verlos crecer.

30

TUITS

Page 31: Bonsái, número 4

18. Plantamos pedazos de tiempo en tierra infértil y porosa.

No hay cosecha.

19. No recordamos haber despertado nunca. Nos han dicho

que lo hicimos, otra gente despierta. Pero seguimos en espera

del sol.

20. Canto un himno a lo que no se detiene, a lo que no repara

en su andar. El tiempo no se ve los pies, aunque le vayan

sangrando.

21. Con cuánta gracia los relojes nos quitan la esperanza.

22. Ya está cayendo la noche como algo inesperado y tímido.

Así, en silencio, llega joven, blanquísima, y nos vela los ojos.

De ahí su oscuridad.

23. La espera nos avienta los despojos de aquello que in-

tentamos arrancarle cuando la mordíamos. Nos los regala en

homenaje a sí misma.

24. El tiempo que con todo acaba, no ha oído hablar de finales.

25. Cercamos las horas como si fueran huertos que darán

frutos, sin entender que en realidad son el cerco.

26. Tiempo ave que muere entre los barrotes de una jaula.

27. No es una costa algo más que la esperanza de lo intermi-

31

TUITS

Page 32: Bonsái, número 4

nable y profundo. Al mar vamos buscando el pasado.

28. Me crecieron las arrugas como rasguños de lo que esperé

y nunca llegó.

29. Vengan los días en que se dirá que hemos llegado al fin.

Que de esos días se hablará también a su tiempo.

30. En la espera se crían bestias que uno no atina a entender

que son propias.

32

TUITS

Page 33: Bonsái, número 4

Emiliano Delgadillo Martínez

eL mensajero asesinado

Buscábamos ser en estas playasel mensajero asesinado.Pero nadie salió nunca a recibirnos.

F. S.

Francisco Segovia nació en la ciudad de

México en 1958. Es hijo de Inés Arredondo

y Tomás Segovia. Desde 1977 ha publicado

varios libros de poesía, entre los que destacan El aire habitado

(1995), Rellano (1998), Ley natural y Elegía (ambos de 2007).

Trabaja como lexicógrafo y traductor, además de dedicarse a

escribir ensayos: Invitación al mito (2001) y Jorge Cuesta. La cicatriz en el espejo (2004) entre los más recientes. Su nuevo

libro de poesía, Partidas (Ediciones Sin Nombre, 2011), aca-

ba de ser presentado en la Casa Refugio Citlaltépetl el pasado

mes de agosto.

El libro se divide en tres partes y una “Posdata” que

es, a mi parecer, compendio y suma de aquéllas. Las dos

primeras, “De guardia” y “De tan lejos”, se desarrollan en una

patria perdida:

33

RESEÑA

Page 34: Bonsái, número 4

Nos dispersamos lentamente en la intemperie como las siete tribus. Pero sin remembranza de un paraíso ni promesa de una tierra.

Patria perdida por el abandono, por desperdiciada, por carecer

de esperanza. La tercera sección, llamada “Tierra roja” (publi-

cada parcialmente en la revista Letras Libres en enero de

2010), ocurre en el planeta Marte, a donde va una partida de

hombres con sed de justicia, en busca de “un ideal sin lujo y

sin miseria”, sin saber lo que les espera en este planeta nunca

antes visitado. Por último, la “Posdata”, próxima a la epís-

tola, es la recapitulación de las reflexiones y angustias de los

poemas anteriores, escrita en un estilo notoriamente rítmico,

vital y excelso, que demuestra la entereza no sólo de Partidas sino de la poesía de Francisco Segovia.

Los 280 poemas breves, numerados consecutivamente

a excepción de la “Posdata”, constituyen una epopeya frag-

mentada por los saltos en la materia y en el estilo de los

mismos. No obstante, pronto vislumbramos una realidad

34

RESEÑA

Page 35: Bonsái, número 4

concreta que bien podemos llamar mexicana (o quizá, mejor,

mesoamericana) y una narración doble, literal y figurada,

virtud de la unidad reflexiva del libro.

La voz poética nos lleva por la vida de un guardia,

disciplinado e impávido a la vista mas lleno de zozobra por

dentro, quien por circunstancias bélicas tuvo que ausentarse

del hogar y separarse de su esposa amada. No obstante, per-

vive la camaradería entre sus pares con quienes comparte

la misma suerte (son mayoría los poemas en plural donde

leemos “nosotros”). Su antiguo oficio de campesino le legó el

trato con la tierra y su entorno; su conocimiento le recuerda

que la naturaleza no se inmuta ante las atrocidades e injusticias:

¡Tantos muertos y heridos dejados al pairo en aquel valle bajo un sol impávido y sereno! [...] “En el país derrotado ríos y colinas impasibles”...

La angustia y la ira lo carcomen porque sabe también

que la violenta historia de la humanidad ha sido forjada por el

hombre mismo. Esta convicción lo lleva a zarpar en busca de

35

RESEÑA

Page 36: Bonsái, número 4

“un futuro aséptico”, pero la tempestad lo hace naufragar en

la misma orilla. Lo intenta de nuevo mas la borrasca lo hace

encallar otra vez. En tierra es tratado muy a contrario sensu

que el peregrino de don Luis de Góngora y por eso decide

abandonar este planeta: parte a uno sin vida, regido por leyes

totalmente distintas, en donde “Nada pende nada tiende una

comba / con la reverencia del helecho.”

A lo largo de Partidas Francisco Segovia nos incita a

reflexionar sobre el origen del mal, y él mismo sugiere una

tesis:

“Al extranjero y al enemigo es en el espejo donde hay que buscarlos”

dice una voz que no sabemos de dónde viene (“¿Cómo me

oís vosotros? / Hablo de tan lejos...” reza el epígrafe de René

Char). Esta tesis, repetida a lo largo del libro, será puesta a

prueba en los pasajes marcianos, en donde no hay bien ni mal

pues no existe siquiera la palabra:

Pero no he encontrado aquí otra cosa

que prehistoria y cielos sucios

36

RESEÑA

Page 37: Bonsái, número 4

la magra médula de un tiempo

que resecó la escasez de siempre

un lugar sin aire y sin madera

donde nadie sabe aún

cómo arar los campos

o encender una fogata.

No quiero hablar más de la estancia en Marte ni de la

“Posdata”. Prefiero que el lector recorra ese “seco mar

marciano”, como dice Ray Bradbury, pues me parece el apo-

geo de un libro que va in crescendo hasta llegar al punto en

el que cada quién debe enfrentarse con la propuesta ética y

estética del trabajo de Francisco Segovia.

Sólo quiero mencionar una última cosa. Al final del

libro Segovia incluye un “Epigrafario” —verdadera rareza en

nuestra literatura— que desvela humildemente su imitatio y

apropiación de pasajes de otros libros y autores, con lo cual,

me parece, rinde un homenaje a los guías de su viaje poé-

tico. Allí encontramos a Virgilio y a Yorgos Seferis, a Homero

junto al libro de Job, a Li Po y a T. S. Eliot; allí nos muestra

37

RESEÑA

Page 38: Bonsái, número 4

que en Partidas conviven René Char, Lucrecio, los Himnos védicos, Tu Fu, Ray Bradbury, Epicuro, Arthur Rimbaud, los

Upanishads, Manuel José Othón, el Gilgamesh, Cesare Pa-

vese y Carlos Pellicer, entre muchos otros.

Y aun sin mencionarlos, hay poemas que me traen a

la memoria la Epístola moral a Fabio del Capitán Andrada.

Otros, simplemente, suceden en Comala.

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RESEÑA

Page 39: Bonsái, número 4

Óscar David López

canje de armas

hijo, cómo eres tonto, cambia

esa arma de fuego, el cuchillo

cebollero, los cortaúñas de la abuela

y de las tías, las herencias familiares

que consideras cristales sintéticos de oro

y no oro puro, cómo eres tonto

creyendo que un día abrirán una Tiffany

en esta ciudad, hijo, para nada te sirven

a ti los zafiros o las esmeraldas, cambia esa arma

de fuego, no te queda nada ya, ni siquiera

un par de balas para ahuyentar a los lobos

o a los policías, cambia ya los cortaúñas

por esa despensa del gobierno

39

POESÍA

Page 40: Bonsái, número 4

marcaPáginas

lado a: “regalemos

un bonito libro

de valores” “poe-

mas y reflexiones

para mi madre”

lado b: “atréve-

te, campeón” “¿nece-

sita dinero? entregue

a un traficante de

drogas”

y el niño tomó cinco: a fin

de cuentas eran ob-

sequio de la librería

cristo rey

40

POESÍA

Page 41: Bonsái, número 4

Pedro Poitevin

ser amar es ser a mares

1.

Árbol.

Os leería la seria,

sola Luna al alba

helada. La luz azul

alada le habla,

la anula. Los aires

al aire. El Sol obra.

2.

Ave.

Un anular ocaso.

Un ísatis nieve.

Un salaz óvalo.

La voz a las nueve,

ínsita, sinuosa,

coral. Una nueva.

41

PALÍNDROMOS

Page 42: Bonsái, número 4

3.

Desearte me trae

sed de saloma

y son a manos.

Y amo la sed.

Desearte me trae sed.

4.

Oda, la ola de ola

y la sed. Oír ese azar

tenue: se divide, se une,

traza ese río de sal

y aloe; da lo alado.

5.

Alba helada

la voz apaga.

Vaya vaga

paz ovalada

le habla.

42

PALÍNDROMOS

Page 43: Bonsái, número 4

6.

Océano. Mitad.

Animo mi nada.

Timón a eco.

7.

Oiré sol; eso, lo solemne.

Dénmelo. Sólo soy yo solo,

solemne. Dénmelo. Sólo sé

lo serio.

8.

Yo ya sumisa, y así.

Mona música. Yací.

Su mano, mi saya, sí.

¿Musa, yo, y?

9.

Hay revés a su maldad.

La musa leve remata,

43

PALÍNDROMOS

Page 44: Bonsái, número 4

se desdá de lo sedoso,

de soledad se desata,

me revela su maldad.

La musa sé ver, y ¡ah!

10.

Orar,

ser ola,

voces,

oído,

dios,

eco,

valor.

Es raro.

11.

¿Oirás?

Orar es raro.

Ojos, oídos,

acaecer

44

PALÍNDROMOS

Page 45: Bonsái, número 4

a paso de dedos.

¿Aparece acaso Dios?

Ojo.

Orar será rosario.

12.

Osé ser ego,

calor, amor,

gozo, coz,

ogro, mar, ola.

Coger es eso.

13.

La sed anulo.

Bebo, me temo bebo

Luna de sal.

14.

—Ave, yo soy Adán.

—Y nada, yo soy Eva.

45

PALÍNDROMOS

Page 46: Bonsái, número 4

15.

Era, sí, verdad.

Es la falsedad.

Revisaré.

16.

Seda de los salaces son los lesos.

El sol nos seca las soledades.

17.

¿La moda? Balas. Érase país y sí, a pesar, es alabado. Mal.

18.

Asirnos a Lao Tse, a esto, a la sonrisa.

19.

Oh, sabré ser ignífero,

lava, y así musa, la sumisa,

ya valore, fingiré ser Bashô.

46

PALÍNDROMOS

Page 47: Bonsái, número 4

20.

Oír, Ícaro: haya las areolas

aseadas—al amor, o la clamada

loba se seda. Veo, no las olas—

oír, iluso, rosa, la salada,

da ya Selene: usara ron. Os ama…

y al óseo Dédalo. Sí, sol a losa

sorda de lo salado, a la dama

amada, la oda, la soledad rosa.

Sol, ¿aló? Sí, sol a dedo: es ola,

y ama sonó rara (¿suene lesa?):

“Ya dad alas al as”; Oró su lirio:

“¡Sal; ósalo!” No evades esa bola:

da mal calor o mal asada. ¡Esa

sal! O eras ala, y—ahora—cirio.

21.

Ateo Pedro va para pavor de poeta.

47

PALÍNDROMOS

Page 48: Bonsái, número 4

Rumi Cabrera

historias

Me gustaría que las palabras fueran más que polvo,

más que signos ásperos en cuya existencia

se descifran epitafios de los hombres.

Tal vez sus anhelos,

sus batallas,

sus comedias,

el péndulo de su musicalidad,

el movimiento rebosante de sus olas,

la hondura de su mar proteo,

no son más que el espejo en el que se adivinan

sombras y copias puntuales: fantasmas.

A veces, en mi mesa de cristal,

hay un rostro de memorias vastas que pasea dentro de sí:

juega con sus líneas y por momentos desea volver a ser de todos,

nada.

48

POESÍA

Page 49: Bonsái, número 4

49

Page 50: Bonsái, número 4

Fausto Alzati FernándezMéxico, DF, 1979. Ensayista, dedicado al análisis de la cultura desde las perspectivas y paralajes de la filosofía, el psicoanálisis y el budismo. Es autor del libro de ensayos In-manencia viral (FETA, 2009).

Rumi CabreraMéxico, DF, 1988, Es poeta, ensayista y traductor. Ha co-laborado en las revistas Cuadrivio, Escenarios XXI, Reflexiones Marginales y La hoja de arena.

Emiliano Delgadillo MartínezMéxico, DF, 1988. Ha vivido en las capitales de Sinaloa y Morelos, así como en distintas ciudades españolas. Actual-mente estudia la licenciatura en Lengua y Literaturas His-pánicas en la UNAM.

Diana Guerrero LozoyaNació en un año en el que no debió haber nacido, 1982. Un 4 de mayo, Force Day. Para ese tiempo, debería haber sido una adolescente ya, fan de Pat Benatar y David Bowie, vestida como Cindy Lauper. Pero no. Sus adolescencias le sucedieron en los noventa, tiempos ridículos. Y a veces, eso le ha servido para no tomarse en serio muchas

cosas. Su padre le leía a Edgar Allan Poe a los cinco años, y su madre es la mejor persona que conoce. Cree que su hermana es todo lo que ojalá un día ella sea. Ella lee.

Óscar David LópezMonterrey, México, 1982. Es escritor y transformista. Autor de los libros de poesía ROMAAMOR. CAJA DELUXE (2010), Roma (2009), Perro semihundido (2008), Gang-bang (2007), y la novela Nos-talgia del lodo/La nostalgia de la boue (2005); además, junto a RZKXPX, es coautor del EP “The Gangbang Show” (2008). Recibió el Premio Nacional de Poesía Joven Francisco Cervantes 2009, y el Prix de la Jeune Littérature latino-américaine 2004-2005. Es di-rector y coordinador de Nue-vos Lectores Fílmicos, y tiene la beca de Jóvenes Creadores del Fonca, 2011-2012. Vive en oscardavidlopez.blogspot.com

Miguel LupiánMéxico, DF, 1977. Devorador de libros, discos y películas. Feli-grés de la iglesia Cthulhiana y devoto de San Lemmy Kilmister. Ex alumno de la Universidad de Miskatonic, de Sogem y de la EME. Especialista en cuento breve fantástico y adicto al

helado de vainilla.

Mario MeléndezLinares, Chile, 1971. Estudió Periodismo y Comunicación Social. Entre sus libros figuran: Autocultura y juicio, Poesía desdoblada, Apuntes para una leyenda, Vuelo subterráneo, El circo de papel y La muerte tiene los días contados. En 1993 obtiene el Premio Municipal de Literatura en el Bicente-nario de Linares. Sus poemas aparecen en diversas revistas de literatura hispanoamericana y en antologías nacionales y extranjeras. A comienzos del 2005, es publicado en las pres-tigiosas revistas “Other Voices Poetry” y “Literati Magazine”. Durante el mismo año obtiene el premio “Harvest Interna-tional” al mejor poema en español otorgado por la Uni-versity of California Polytechnic, en Estados Unidos. Parte de su obra se encuentra traducida al italiano, inglés, francés, portu-gués, holandés, alemán, rumano, búlgaro, persa y catalán. Actualmente vive en Ciudad de México, donde realiza talleres literarios y diversos proyectos culturales.

Javier PeñalosaMéxico, DF, 1981. Es licenciado en Educación y egresado de la

Colaboradores

Page 51: Bonsái, número 4

escuela de escritores de la SOGEM. Fue becario de la Fundación para las Letras Mexicanas en el área de poesía en los períodos 2007-2008 y 2008-2009. Es-cribe guiones para televisión y escribió también la novela in-fantil El día que María perdió la voz. En 2009 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Enriqueta Ochoa por Carto-grafía de la memoria y en 2011 publicó Los trenes que partían de mí (Ediciones Sin Nombre). Actualmente tiene la beca de Jóvenes Creadores del FONCA, 2011-2012.

Pedro PoitevinFreiburg, Alemania, 1973. Gua-temalteco en tránsito. Doctor en lógica matemática y profesor universitario en Salem State University, Massachusetts. Sus poemas en inglés han aparecido en Boston Literary Magazine y The Shit Creek Review, entre otras publicaciones, y su libro de palíndromos Eco Da Eco De Doce A Doce fue publicado por Ediciones La Galera en México, D.F. Su cuenta de Twitter es @poitevin

Jezreel SalazarMéxico, DF, 1976. Es ensayista y cronista. Su último libro, titu-lado Sentido de fuga, obtuvo el Premio Nacional de Crónica

Urbana “Manuel Gutiérrez Nájera”. Mantiene el blog http://jezsalazar.blogspot.com y la cuenta de Twitter @jezsalazar

Isabel TejadaLisboa, Portugal, 1973. Ha sobrevivido a algún que otro naufragio gracias a su adicción al funambulismo extremo y a la contemplación infinita del detalle. Escribe por intuición y, por qué no decirlo, en de-fensa propia ante el abismo de los acontecimientos y/o ante el animal que lleva dentro. Como narradora participa en el proyecto Lapislázuli Literaria, ha publicado el relato Límites en prensa y ha participado con siete relatos en el libro digital Lagartijas de Colores junto a otros autores. Como poeta ha colaborado con di-versas revistas digitales, tales como Impracabeza Maga-zine o Amateurs Hotel, tiene su espacio en La Antología Poética Contemporánea An-dalucía y ha participado en diversas lecturas poéticas. Es integrante del proyecto Slam Jaén, donde tuvo la oportunidad de participar en el último Gran Slam de mayo del 2011 y ga-nar el Slam 13 en septiembre del mismo año. Autora inédita de los poemarios Más Allá de las Noches Incendiadas y La

Sonrisa del Camaleón. Publica asiduamente en su blog:susurroypienso.blogspot.com

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BonsáiLiteratura mínima

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