boletin del ateneo paz y socialismo de septiembre de 2015

12
1 Boletín del Ateneo Paz y Socialismo [email protected] Nº27 - Septiembre de 2015 Santiago de Chile, 11 de septiembre de 1973, 8:45 A.M. “…La situación es crítica, hacemos frente a un golpe de Estado en que participan la mayoría de las Fuerzas Armadas. En esta hora aciaga quiero recordarles algunas de mis palabras dichas el año 1971, se las digo con calma, con absoluta tranquilidad, yo no tengo pasta de apóstol ni de mesías. No tengo condiciones de mártir, soy un luchador social que cumple una tarea que el pueblo me ha dado. Pero que lo entiendan aquellos que quieren retrotraer la historia y desconocer la voluntad mayoritaria de Chile; sin tener carne de mártir, no daré un paso atrás. Que lo sepan, que lo oigan, que se lo graben profundamente: dejaré La Moneda cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera, defenderé esta revolución chilena y defenderé el Gobierno porque es el mandato que el pueblo me ha entregado. No tengo otra alternativa. Sólo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir el programa del pueblo...” Fragmento de la locución radiofónica del Compañero Presidente de la República de Chile, Salvador Allende Gossens, transmitida desde el Palacio de La Moneda, a través de Radio Corporación, al pueblo y a los trabajadores y trabajadoras de la patria.

Upload: ateneo-paz-y-socialismo

Post on 14-Dec-2015

105 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

Monográfico dedicado a Chile y a las ediciones chilenas de Revista Internacional-Problemas de la Paz y del Socialismo

TRANSCRIPT

Page 1: Boletin del Ateneo Paz y Socialismo de septiembre de 2015

1

Boletín del Ateneo Paz y Socialismo [email protected] Nº27 - Septiembre de 2015

Santiago de Chile, 11 de septiembre de 1973, 8:45 A.M.

“…La situación es crítica, hacemos frente a

un golpe de Estado en que participan la

mayoría de las Fuerzas Armadas. En esta

hora aciaga quiero recordarles algunas de

mis palabras dichas el año 1971, se las digo

con calma, con absoluta tranquilidad, yo no

tengo pasta de apóstol ni de mesías. No tengo

condiciones de mártir, soy un luchador social que

cumple una tarea que el pueblo me ha dado. Pero que lo

entiendan aquellos que quieren retrotraer la historia y

desconocer la voluntad mayoritaria de Chile; sin tener

carne de mártir, no daré un paso atrás. Que lo sepan, que

lo oigan, que se lo graben profundamente: dejaré La

Moneda cuando cumpla el mandato que el pueblo me

diera, defenderé esta revolución chilena y defenderé el

Gobierno porque es el mandato que el pueblo me ha

entregado. No tengo otra alternativa. Sólo

acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que

es hacer cumplir el programa del pueblo...”

Fragmento de la locución radiofónica del Compañero Presidente de la República de Chile, Salvador

Allende Gossens, transmitida desde el Palacio de La Moneda, a través de Radio Corporación, al pueblo y a los trabajadores y trabajadoras de la patria.

Page 2: Boletin del Ateneo Paz y Socialismo de septiembre de 2015

2

CHILE: LA ESPERANZA EN UNA REVOLUCIÓN PACÍFICA

“Desde el hondo crisol de la patria

se levanta el clamor popular,

ya se anuncia la nueva alborada, Venceremos

todo Chile comienza a cantar…” Quilapayún

La historia de la lucha de los trabajadores y trabajadoras de Chile por crear una sociedad más justa e igualitaria está protagonizada por el afán de que esos logros revolucionarios estuvieran protagonizados por la amplia mayoría de la población chilena de forma democrática y pacífica. El 4 de junio de 1912 se fundaba en Iquique el Partido Obrero Socialista (POS), entre sus fundadores, Luis Emilio Recabarren, impulsor del periódico obrero “El Despertar de los Trabajadores” en cuyas páginas estableció los justos objetivos que la revolución chilena debía alcanzar:

“El Partido Obrero Socialista expone que el fin de sus aspiraciones es la emancipación total de la Humanidad,

aboliendo las diferencias de clases y convirtiendo a todos en una sola clase de trabajadores, dueños del fruto de su

trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes, y la implantación de un régimen en que la producción sea un factor

común y común también el goce de los productos.”.

Ese mismo afán llevó al POS, en su II Congreso celebrado 2 de enero de 1922 en Rancagua, a incorporarse a la Internacional Comunista con la nueva denominación de Partido Comunista de Chile (PCCH). En 1927, la represión del gobierno dictatorial de Ibáñez clausura la prensa del PCCH y encarcela a numerosos militantes comunistas, deportando a muchos de ellos a la lejana Isla de Pascua. Con esa negativa experiencia y tras los fracasos de los experimentos revolucionarios de 1931 (Sublevación de la Escuadra) y de 1932 (República Socialista), analizados ambos de forma crítica por los comunistas chilenos, la izquierda de raíz obrera, comunista y socialista, se alineó con las propuestas efectuadas por el VII Congreso de la Internacional Comunista formando, el 6 de mayo de 1936, junto a la pequeña burguesía antifascista, el Frente Popular y, el 27 de diciembre de 1936, la unitaria y clasista Confederación de Trabajadores de Chile. El radical Pedro Aguirre Cerdá, candidato a la presidencia de la República por el Frente Popular, ganó las elecciones de 1938 con el 50,45% de los votos, en su gobierno participó como ministro de Salubridad, Previsión y Asistencia Social el joven cirujano socialista Salvador Allende. El Frente Popular marcó a la izquierda chilena con la impronta de la necesaria unidad político-electoral, al FP le sucedieron distintas fórmulas organizativas, con breves periodos de tránsito temporal entre ellas, que aseguraron dicha unidad, así, entre octubre de 1942 (el Frente Popular se había disuelto el 16 de febrero de 1941) y 1947, funcionó la Alianza Democrática que apoyó el gobierno del radical Juan Antonio Ríos hasta que su sucesor Gabriel González Videla sucumbiera a las presiones del imperialismo e ilegalizara al PCCH. Entre 1951 y 1956 le sucederá el FRENAP (Frente Nacional del Pueblo) que, ya libre del lastre que suponían los sectores del radicalismo burgués, presentará por vez primera a Salvador Allende como candidato a la presidencia de la República en las elecciones de 1952 en las que obtendrán un escaso 5,42% de los votos. El 28 de febrero de 1956 cogió el testigo el FRAP (Frente de Acción Popular) que volvió a confiar en Allende como candidato presidencial en las elecciones de 1958 obteniendo un meritorio 28,91% de los sufragios y en las de 1964 con un resultado del 38,92%, comicios en los que sólo la unidad del voto conservador en torno a Eduardo Frei, azuzado por una anticomunista campaña del miedo, le privó de la victoria. A partir de octubre de 1969 será la Unidad Popular la que definitivamente recoja la vía chilena al socialismo patrocinada por Allende y la que, el 4 de septiembre de 1970, logrará el triunfo en las elecciones con un ajustado pero, sin duda, democrático 36,6% de los votos con los que Salvador Allende Gossens será proclamado Presidente de la República de Chile. La postura de la izquierda chilena a favor de recorrer el camino al socialismo de forma pacífica y democrática, educando políticamente a las masas trabajadoras para que adquiriesen conciencia de la necesidad de tomar en sus manos el destino de la nación y de sus recursos, triunfando en una confrontación electoral burguesa, alejada de otras tácticas insurreccionales, de vanguardia revolucionaria o de guerra popular, no resultó fácil ni estuvo exenta de detractores en el seno de la misma izquierda chilena, influenciada esta por los procesos revolucionarios que en esos años se daban en América Latina y en el resto del mundo dependiente. A finales de los años 60 del siglo XX, la izquierda latinoamericana se debatía entre adaptar, a la realidad concreta de cada país, la experiencia de la revolución cubana y las teorías foquistas del Che, las lecciones aprendidas gracias a la lucha antiimperialista de pueblos tan lejanos geográficamente como próximos en sus aspiraciones libertadoras como las desarrolladas con éxito en China, Argelia, Indochina... y huir del uso revolucionario de la violencia sumergiéndose en debates nacidos a la sombra de la coexistencia pacífica, del socialismo con rostro humano, del eurocomunismo...

Nº27 SeptiembreNº27 SeptiembreNº27 SeptiembreNº27 Septiembre de 2015 de 2015 de 2015 de 2015

Page 3: Boletin del Ateneo Paz y Socialismo de septiembre de 2015

3

En América Latina y, por supuesto, también en Chile, el sometimiento al imperialismo y al neocolonialismo, la especificidad en su estructura de clases, las connotaciones culturales y económicas, la diferente evolución social como países dependientes... provocaba alineamientos políticos singulares, así, sectores religiosos, militares, socialmente burgueses y políticamente liberales apostaron por procesos de liberación nacional y social, por proyectos antiimperialistas y en clave socialista. Mientras, en Europa Occidental, la socialdemocracia ya no aspiraba a otra cosa que a gestionar el capitalismo y la mayoría del sindicalismo obrero se deslizaba hacia el modelo claudicante de la AFL-CIO estadounidense, en América Latina no solo socialistas sino también democristianos se involucraban en los movimientos revolucionarios incluso en aquellos en los que la vía armada era la principal forma de lucha. El análisis concreto de la realidad concreta es como dijo Lenin el alma viva del marxismo. El foco guerrillero dio el triunfo revolucionario al pueblo de Cuba pero fracasó en Bolivia, la guerra popular prolongada, con matices, fue la estrategia utilizada con éxito en China y en Vietnam, pero fue derrotada en Malasia y Filipinas… No existen recetas mágicas ni modelos infalibles, cada revolución triunfa o fracasa si ha sabido o no adaptarse a la realidad específica de su entorno, si ha sabido o no identificar correctamente las principales contradicciones sociales, los actores y los detractores, los peligros y las amenazas, el contexto regional e internacional… La izquierda chilena en su análisis soberano concluyó: que la lucha de clases en su patria, que su realidad social, cultural, política y económica les dotaba de un sujeto revolucionario capaz de erigirse en mayoría electoral con la que alcanzar el poder y transformar Chile. La Unidad Popular, que congregaba además de al Partido Socialista y al Partido Comunista, a los radicales de izquierda, a la Izquierda Cristiana, al Movimiento de Acción Popular Unitaria y a la Acción Popular Independiente y que contaba con el apoyo de la Central Única de Trabajadores, concretó su programa básico de gobierno el 17 de diciembre de 1969, un programa claramente anticapitalista y antiimperialista: “La única alternativa verdaderamente

popular y, por lo tanto, la tarea fundamental que el Gobierno del Pueblo tiene ante sí, es terminar con el dominio de

los imperialistas, de los monopolios, de la oligarquía terrateniente e iniciar la construcción del socialismo en Chile.” Alejado de toda veleidad reformista: “…las fuerzas populares y revolucionarias no se han unido para luchar por la

simple sustitución de un Presidente de la República por otro, ni para reemplazar a un partido por otros en el

Gobierno, sino para llevar a cabo los cambios de fondo que la situación nacional exige sobre la base del traspaso del

poder, de los antiguos grupos dominantes a los trabajadores, al campesinado y sectores progresistas de las capas

medias de la ciudad y del campo…” y, comprometido con la verdadera democracia: “El Gobierno de la Unidad

Popular será un gobierno fuerte no en el sentido policial y represivo, sino por la solidez y definición de sus

principios, su política, su programa, por su amplia base social, por la coordinación constructiva de las fuerzas

políticas que lo integran, por el apoyo resuelto del pueblo…” La Unidad Popular, su programa y su Presidente electo fueron la esperanza del pueblo de Chile en un futuro mejor, en un futuro democrático y socialista.

Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015

Page 4: Boletin del Ateneo Paz y Socialismo de septiembre de 2015

4

CHILE: EL GOLPE FASCISTA CONTRA LA ESPERANZA “…Si me asesinan, el pueblo seguirá su ruta, seguirá el camino con la diferencia quizás que las cosas

serán mucho más duras, mucho más violentas, porque será una lección objetiva muy clara para las

masas de que esta gente no se detiene ante nada…” (De la locución radiofónica de Salvador Allende

transmitida por Radio Corporación el 11 de septiembre de 1973 a las 8:45 A.M.) La reacción del imperialismo y de la oligarquía nacional ante la pérdida de sus privilegios siempre ha destapado su falso espíritu democrático. Su concepción de la democracia política burguesa como instrumento al servicio de la defensa de sus intereses de clase, su aplicación de los principios democráticos desde el doble rasero de la hipocresía, justifica el hecho de que el régimen racista sudafricano fuera admitido en el seno del “mundo libre” mientras ese mismo mundo asesinaba sin escrúpulos al democrático presidente del Congo, Patrice Lumumba. Los antecedentes que lo demuestran son muy numerosos, las oscuras maniobras que impidieron en la Europa de posguerra el ascenso democrático al poder de los partidos comunistas de Italia y Francia, el significativo caso del asesinato de Julien Lahaut en Bélgica, el apoyo al régimen fascista de Franco en España y la financiación y guía de los partidos y organizaciones sindicales socialdemócratas desde organismos pantalla de los servicios secretos de Estados Unidos y Gran Bretaña pronto fueron superadas por las masacres en Indonesia y por las acciones represivas en numerosos países de los cinco continentes con su reguero de desapariciones, asesinatos, torturas y guerra sucia. Cuando el capital ve peligrar su posición de dominio prescinde de la democracia y recurre al fascismo, esta es una lección que la izquierda transformadora ha aprendido a base de sangre y que nunca debe olvidar. Ahora sabemos que en los años 60, 70 y 80, el imperialismo tenía planes y estructuras que facilitaban el tránsito al fascismo donde este fuera necesario para frenar las justas aspiraciones revolucionarias de los pueblos oprimidos, ahora sabemos que las dictaduras militares en Grecia, en Turquía, en Brasil o en Argentina no eran casos aislados y espontáneos sino que eran fruto de planes estratégicos más amplios conocidos como Plan Cóndor en América Latina o Red Gladio en Europa. Ahora sabemos que el oscurantismo islamista fue patrocinado, financiado y organizado por el imperialismo y sus agentes para frenar la expansión revolucionaria en Afganistán, Yemen, Omán, Egipto o Argelia. Ahora sabemos… Pero en 1970, cuando la Unidad Popular ganó las elecciones presidenciales en Chile, todo parecía posible, por muy ingenuo que hoy nos pueda parecer. No es que no se esperara reacción, no es que no se conociera por ejemplos foráneos lo que podría llegar a pasar, hasta donde podrían llegar las clases explotadoras con tal de mantener su condición de tales, lo que ocurría era que la necesidad de esperanza en que un cambio profundo de las relaciones sociales pudiera darse de forma pacífica y democrática era tan grande que debía intentarse, debían desafiarse todos los peligros y todas las amenazas para mantener esa esperanza. Por eso, cuando el 11 de septiembre de 1973, el golpe fascista ordenado por el imperialismo norteamericano, derrocó al gobierno constitucional de la Unidad Popular y causó la muerte de su Presidente, Salvador Allende, se quebró la esperanza. Para una parte de la izquierda, en América Latina y en el mundo, se acabó la posibilidad de un cambio pacífico a través de la vía electoral democrático-burguesa, para la otra simplemente se cerraron todas las puertas a cualquier cambio revolucionario. Los primeros, recordaron las advertencias que los mismos clásicos hicieran en otros tiempos y circunstancias e intentaron readaptar sus tácticas para alcanzar sus objetivos, para seguir esperanzados. Los segundos, optaron por reducir sus expectativas y sucumbir a los cantos de sirena del capitalismo de rostro humano, de las reformas dentro del sistema y conformarse con las migajas del “más vale poco que nada”, perdieron la esperanza. La izquierda consecuentemente revolucionaria vería ratificadas sus ideas con el triunfo sandinista nicaragüense, en positivo y, con el genocidio contra la Unión Patriótica colombiana, en negativo. La izquierda reformista se limitó a copiar las actitudes y las formas de gobierno de la burguesía, corrupción y represión incluidas, pariendo fiascos como el gobierno “socialdemócrata” venezolano de la Acción Democrática de Carlos Andrés Pérez o la desafortunada gestión del APRA peruano de Alan García. La muerte de Salvador Guillermo Allende Gossens no fue la única que se incluyó en el precio a pagar por haber osado enfrentarse a la injusticia. En todo Chile, socialistas, comunistas, cristianos, miristas, demócratas, sindicalistas… junto a otros miles de obrer@s, estudiantes, indígenas, periodistas, sacerdotes, artistas, amas de casa, campesin@s, profesor@s, y también militares, carabineros y policías fueron detenid@s, torturad@s y asesinad@s por los fascistas a sueldo del imperialismo imponiendo en el país la oscuridad, aquella que los nazis llamaron, de forma muy descriptiva: noche y niebla. A tod@s ell@s hay que sumar l@s que sufrieron el drama propio o cercano de l@s detenid@s-desaparecid@s, del exilio forzado y del miedo, ese que busca arrinconar la esperanza de los explotados en el oscuro cajón de lo imposible.

Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015

Page 5: Boletin del Ateneo Paz y Socialismo de septiembre de 2015

5

Víctor Lidio Jara Martínez, Bernardo Araya Zuleta, Vicente Atencio Cortés, Eliana Marina Espinoza Fernández, Víctor Manuel Díaz López, Mario Jaime Zamorano Donoso, Uldarico Donaire Cortez, Jaime Patricio Donato Avendaño, Jorge Onofre Muñoz Poutays, Marta Lidia Ugarte Román, Elisa del Carmen Escobar Cepeda, Lenin Adán Díaz Silva, Manuel Leónidas Guerrero Ceballos, José Manuel Parada Maluenda, Santiago Esteban Nattino Allende, Rodrigo Andrés Rojas de Negri, Ofelia Rebeca Villarroel Latín, Carlos Mario Vizcarra Cofre, Reinalda del Cármen Pereira Plaza, Oscar Orlando Ramos Garrido, Clara Elena Canteros Torres, David Silberman Gurovich, Stalin Arturo Aguilera Peñaloza, Moisés Eduardo Mujica Maturana, Julia del Rosario Retamal Sepúlveda, Juan Elías Cortés Alruiz, José Arturo Weibel Navarrete, Abraham Muskatblit Eidelstein, Luis Alfredo Almonacid Arellano, Carlos Berger Guralnik… EJEMPLO DE MILITANTES DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHILE ASESINADOS POR EL FASCISMO

Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015

Page 6: Boletin del Ateneo Paz y Socialismo de septiembre de 2015

6

CHILE: LA RESISTENCIA DEL PUEBLO A PERDER LA ESPERANZA “…Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por

donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor…” (De la última locución radiofónica de Salvador

Allende transmitida por Radio Magallanes el 11 de septiembre de 1973 a las 9:10 A.M.)

La lucha por recuperar la dignidad democrática comenzó el mismo día que el fascismo acabó a sangre y fuego con ella, la solidaridad con l@s perseguid@s se extendió dentro y fuera de Chile, la ayuda desinteresada fue fundamental para salvar la vida de much@s de ell@s aún a costa de perder la de quien asumió valientemente ese humano reto. La solidaridad internacional fue clave a la hora de conseguir hitos como la libertad del propio Luis Corvalán Lépez, secretario general del PCCH o la del dirigente socialista Clodomiro Almeyda Medina. No obstante la represión continuó sin piedad alguna en el interior de Chile como demuestra la desarticulación en 1976 de dos Equipos de Dirección Interior del PCCH, cuyos miembros, encabezados por Víctor Manuel Díaz López y Juan Fernando Ortiz Letelier, fueron víctimas del terrorismo de estado.

Tras el golpe fascista, los órganos de la Unidad Popular se reconstituyeron en el exilio formando en la República Democrática Alemana el Comité Político de la misma a cuyo frente se situó el recién liberado Clodomiro Almeyda. Cuando el PS consumó su ruptura en 1979 y aprobó, el sector dirigido por Almeyda, la estrategia de Lucha de Masas Rupturista con Perspectiva Insurreccional, la crisis en el seno de la UP se aceleró llevando a su disolución formal en 1981.

El PCCH, por su parte, elaboró la Política de Rebelión Popular de Masas –Con la razón y la fuerza. Venceremos-, en la que se aceptaban como válidas y necesarias todas las formas de lucha contra la dictadura fascista. Así, en el plano de la alianza política, el 20 de septiembre de 1983 se funda el Movimiento Democrático Popular (MDP) que junto al PCCH agrupaba al PS(Almeyda), al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y a sectores tanto de la Izquierda Cristiana (IC) como del Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU), todos ellos partidarios de una confrontación total con la dictadura. El MDP ayudó a la reorganización del tejido social chileno estando muy presente en las luchas que estudiantes, trabajadores y pobladores desarrollaron frente a la dictadura en las llamadas jornadas de protesta nacional.

Dentro del MDP, tanto el MIR como el PCCH plantearon la necesidad de incorporar la lucha armada a la resistencia general contra el régimen fascista. El 14 de diciembre de 1983 comenzó sus actividades militares el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) con el apoyo político del PCCH. En el FPMR se integraron numerosos jóvenes comunistas chilenos, tanto exiliados como del interior, contando alguno de ellos con formación y experiencia militar tras haber combatido en Nicaragua, con el FSLN, o en El Salvador, con el FMLN. De entre ellos destacaban Raúl Alejandro Pellegrín Friedmann “Comandante José Miguel” y Cecilia Magni “Comandante Tamara”. Durante su primer año de actuación, el FPMR desplegó cerca de 2.000 acciones de agitación armada, en su mayoría sabotajes con explosivos al aparato represivo y a infraestructuras que como la electricidad y los transportes eran consideradas sensibles por su repercusión económica y mediática.

La estrategia del FPMR era combinar la lucha armada con las demás formas de lucha para llegar a 1986 con un clima social en el que pudiera desencadenarse la Rebelión Popular de Masas. El 7 de septiembre de ese año tuvo lugar el intento fallido de ajusticiar al dictador, acción prevista como desencadenante de la rebelión general pero que, con su fracaso, produjo diferencias a la hora de evaluar la idoneidad de la estrategia militar del FPMR y, por tanto, del PCCH.

La ruptura orgánica entre el PCCH y los llamados “autónomos” del FPMR se produjo en 1987 arrastrando también al MDP que sería disuelto el 26 de junio de ese mismo año, siendo sustituido en sus funciones por la coalición Izquierda Unida (IU) de la que formaban parte el PCCH, el PS(Almeyda), el MIR-Renovado, la Izquierda Cristiana, el MAPU-Obrero y Campesino, el Partido Radical Socialista Democrático y el Partido Socialista Histórico. Éste nuevo frente político se alejó definitivamente de la estrategia insurreccional adaptándose a los nuevos aires que comenzaban a respirarse dentro y fuera de Chile. El triunfo del “No” en el plebiscito convocado por la dictadura para intentar perpetuarse y la convocatoria de elecciones para 1989 abrió cauces para la participación política legal, algo que la izquierda aprovechó para lanzar, en noviembre de 1988, su propio instrumento participativo bajo el nombre de Partido Amplio de Izquierda Socialista (PAIS) disuelto en 1990 tras la legalización del PCCH. Lo que vino después es ya otra historia.

Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015

Page 7: Boletin del Ateneo Paz y Socialismo de septiembre de 2015

7

Poesía revolucionaria cantada y recitada Y ahora el pueblo

que se alza en la lucha

con voz de gigante El pueblo unido, jamás será vencido

gritando: ¡adelante! Quilapayún

La tradición poética militante chilena encarnada como en nadie en la figura de Pablo Neruda, fue recogida y actualizada en los años 60 por el movimiento artístico conocido como “la nueva canción chilena”, toda una pléyade de jóvenes que cantaban a la esperanza en el nacimiento de un nuevo Chile. No fue algo exclusivo del país, en toda América Latina: “la nueva trova cubana”, “el nuevo cancionero” argentino, “el canto popular” uruguayo o en Europa: “la chanson” francesa “, la canción protesta” española, griega y portuguesa o los numerosos ejemplos de autores árabes, africanos y asiáticos completaban un mapamundi del uso revolucionario de la música, de la poesía cantada por cantores que no cantantes, como “un arma cargada de futuro”.

Las voces de Violeta, Ángel e Isabel Parra, de Víctor Jara, de Rolando Alarcón, del Gitano Rodríguez, de Tito Fernández, del Payo Grondona, de Patricio Manns... los ritmos de Quilapayún, Inti-Illimani, Cuncumén, Lonqui, Curacas, Tiemponuevo, Illapu, Huamarí... acompañarán siempre al recuerdo de los encendidos discursos de Salvador Allende y a la limpia y esperanzada luz que, desde el Chile de la Unidad Popular, se transmitía al resto del mundo.

No fue fácil hacerse escuchar, ninguno de los mensajes lanzados al aire por la nueva canción chilena tenía cabida ni en las compañías discográficas ni en las cadenas de radio, sólo la iniciativa de las Juventudes Comunitas de Chile les dotó de una útil herramienta: La Discoteca del Cantar Popular (DICAP) fundada en 1967 y que hasta 1973 publicará más de 60 discos de artistas populares.

“Cambia, todo cambia”, cantaba desde la vecina Argentina Mercedes La Negra Sosa y vaya si cambió. Violeta ni siquiera esperó a ver al pueblo en el gobierno, Rolando se ahorró el sufrimiento al sufrir una temprana muerte, a Víctor lo torturaron y lo asesinaron en nombre de todos a los que no pudieron torturar y asesinar… el resto siguieron cantando a Chile desde la distancia del exilio llevando la voz de su pueblo allí donde la rabia empañaba las miradas y la solidaridad alzaba los puños.

Con los dos luceros que, gracias a la vida, permitieron a Violeta distinguir perfecto lo negro del blanco, vimos a Amanda corriendo a la fábrica por aquella calle mojada, tal vez, por las lágrimas de quienes seguimos llorando a Víctor y a los cinco mil que le acompañaron, vemos un Chile renovado de juventud y esperanza y veremos la luz de

un rojo amanecer aquella que iluminará las grandes alamedas por donde Salvador Allende y Pablo Neruda encabecen al ardiente batallón que nos convoque a ponernos de pie y a cantar. Lo que cambió ayer, tendrá que cambiar

mañana. Cambia, todo cambia.

Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015

Page 8: Boletin del Ateneo Paz y Socialismo de septiembre de 2015

8

“NUESTRA ÉPOCA” EDICIÓN CHILENA DE “PROBLEMAS DE LA PAZ Y DEL SOCIALISMO”

La presencia en Chile de “Problemas de la Paz y del Socialismo” se inicia ya a finales de 1958 cuando comienzan a llegar al país los primeros números de la revista. La edición argentina de la publicación se distribuye en Chile desde la Editora Austral Ltda. de la capital, Santiago, mientras llegaban ejemplares de la edición en español publicada en Praga para aquellos que habían formalizado una subscripción con la sede central de la revista. En junio de 1961 aparece el primer número de la edición chilena con el nombre de cabecera de “Nuestra Época” que, a partir de diciembre, estará acompañado por el subtitulo de “Revista Internacional”. Fue una edición completa, mes a mes, con un total de 148 números publicados hasta el de julio de 1973, último en salir antes de que el golpe fascista clausurara la edición. Entre las 148 revistas hay dos, las numeradas como 42 y 89, que se corresponden a suplementos. El número 42 publicado en octubre de 1964 se titulaba “El socialismo y el tiempo libre” mientras el número 89, de agosto de 1968, estaba dedicado a los “Problemas de la unidad del Movimiento Comunista Mundial”. Como ya hemos visto en otras ocasiones la publicación de suplementos era algo habitual en las distintas ediciones de la revista pero, lo que no resulta tan habitual es que dichos suplementos se numeren dentro de la secuencia mensual de la publicación. En 1967 la cabecera de la revista invirtió el orden de sus títulos, hasta entonces “Nuestra Época-Revista Internacional” y a partir de ese momento “Revista Internacional-Nuestra Época”. Durante esta primera etapa de la edición chilena la distribución se continuó realizando desde la Editora Austral, que bajo la gerencia de Ida Toledo, estaba situada primero en San Francisco 36 y desde 1972 en Agustina 1161 de Santiago de Chile, mientras la impresión se realizaba en los talleres de la Sociedad Impresora Horizonte Limitada en Lira 363 de la capital. La dirección de la edición se ubicó en la Avenida Bulnes 143 asumida por Mario Arqueros Silva hasta que en abril de 1964 fuera sustituido en sus funciones por Jorge Soza Egaña como director, Raúl Mellado Castro como subdirector y Atilio Gaete Alcántara como gerente-propietario. La venta directa en la capital se encauzó a través de las librerías vinculadas al PCCH, esto es, las librerías Carlos Marx (Teatinos 420), Arauco (San Francisco 36) y Orientación (Rosas 1176). El coste de la suscripción anual fue subiendo con el tiempo, pasando de los 2,50 Escudos de 1964 a los 40 de 1972. La colección más completa de “Nuestra Época” se encuentra en los fondos de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile donde hay ejemplares fechados entre junio de 1961 (primer número) y junio de 1973 (número 147 y penúltimo), con cinco faltas entre ambos extremos. El número 148, y último, sólo se ha localizado en la Biblioteca de la Universidad Carbondale del Sur de Illinois.

Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015

Page 9: Boletin del Ateneo Paz y Socialismo de septiembre de 2015

9

Si algo en común cabe destacar entre las personas encargadas de la edición chilena de “Problemas de la Paz y del Socialismo” es sin duda su alto nivel intelectual y político:

Jorge Soza Egaña, director de “Nuestra Época-Revista Internacional”, era periodista, profesor y poeta, jefe de informaciones y director legal del diario “El Siglo” hasta el 11 de septiembre de 1973, continuando su trabajo periodístico desde la clandestinidad en las publicaciones “Unidad Antifascista” y “El Siglo”. Raúl Mellado Castro, subdirector de “Nuestra Época-Revista Internacional”, era poeta y periodista, fue director de la revista "Vistazo"; director del suplemento cultural del diario "El Siglo"; redactor del diario "Central" de Chillán y Jefe del departamento de prensa de la radio de la ex Universidad Técnica del Estado hasta 1973. Atilio Gaete Alcántara, gerente de “Nuestra Época-Revista Internacional”, era desde 1971 coordinador de los planes de emergencia del Ministerio del Interior, en 1973 fue hecho prisionero y confinado en el campo de concentración de Chacabuco.

José Miguel Varas, primer representante, entre 1959 y 1961, del Partido Comunista de Chile en el Consejo de Redacción de “Problemas de la Paz y del Socialismo” en Praga, fue un reconocido escritor y periodista radiofónico que pasó a ejercer de director de “El Siglo” a partir de 1961, de locutor en Radio Magallanes en 1967 y de jefe de prensa de la Televisión Nacional de Chile en 1971, entre 1974 y 1988 trabajó en el Programa “Escucha Chile” de Radio Moscú. A éste último le sucedieron en su representación: Waldo Atías Martín, Jorge Texier, Felipe Suárez, Hugo Antonio Fazio Vengoa, Carlos Zúñiga Soto, Orel Viciani Escker y Osiel Núñez. Mario del Cármen Arqueros Silva, quien fuera el primer director de “Nuestra Época-Revista Internacional” entre 1961 y 1964, será detenido el 14 de septiembre de 1973 y desposeído de su cargo de Gobernador de Tocopilla. Se sabe que fue torturado y asesinado en el tránsito hacia la cárcel de Antofagasta la noche del 18 al 19 de octubre de 1973 por orden de la Junta Militar de Gobierno.

Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015

Page 10: Boletin del Ateneo Paz y Socialismo de septiembre de 2015

10

En 1976 se recupera la edición chilena de “Problemas de la Paz y del Socialismo”. En esta segunda fase, y debido a las condiciones de clandestinidad y represión imperantes en Chile, la edición se imprime en Praga y se distribuye principalmente entre los comunistas chilenos exiliados. La cabecera mantiene el título de “Revista Internacional” y el subtítulo de “Nuestra Época”. Al ser impresa en Praga el cuerpo de la publicación es idéntico al de la edición en español publicada desde allí, al que se le añaden las portadas y contraportadas con diseño y contenidos propios. Las portadas de la edición chilena destacan por su gran calidad artística en la que algunos queremos ver la influencia de muralistas como Roberto Matta y, sobre todo, del fenómeno conocido como Brigada Ramona Parra (BRP), aquel que nació formalmente en el VI Congreso de las Juventudes Comunistas de Chile en 1968 y en el que destacan artistas como Alejandro “Mono” González. Las contraportadas contenían manifiestos, comunicados y declaraciones del Partido Comunista de Chile, de las Juventudes Comunistas, del Movimiento Democrático Popular, de organismos sindicales y sociales, entrevistas relacionadas con la actualidad chilena y artículos escritos por militantes y dirigentes comunistas y de la izquierda política y social de Chile. También tenían su espacio las luchas en América Latina y la firma de uno de sus más destacados precursores: Fidel Castro. Fuentes recurrentes eran el programa “Escucha Chile” de Radio Moscú y el Boletín del Exterior del PCCH, de los que se transcribían locuciones, entrevistas y otros materiales. La numeración no continúa la heredada de la edición impresa en Chile sino que emplea la de la publicada en Praga. El último número publicado del que tenemos constancia es el de febrero de 1990, haciendo un total de 170 revistas para esta segunda fase de la edición chilena. Tanto los archivos del Instituto Internacional de Historia Social de Ámsterdam como los del Centro Documental Blest, enfocado éste en la recopilación de las publicaciones del exilio chileno, contienen algunos ejemplares de esta segunda fase de la edición chilena de “Problemas de la Paz y del Socialismo” pero, sin ningún lugar a duda, el aporte mayor de los realizados con el fin de recuperar el patrimonio que, para los comunistas chilenos, supone su edición nacional de “Revista Internacional-Nuestra Época” es el que viene desarrollando el editor del blog “El Boletín Rojo”, el camarada Oscar Dante Conejeros Echeverri quien, con la modesta ayuda del Ateneo Paz y Socialismo, pone a disposición universal, en línea y en formato digital, su importante archivo de ejemplares de ambos periodos de la edición chilena y también el de otras publicaciones del Partido Comunista de Chile entre las que destacan el periódico “El Siglo”, la revista “Principios” y , como no siendo el que da nombre al blog, el Boletín del Exterior que el PCCH publicó bimensualmente desde el exilio entre 1973 y 1988. Desde aquí reiteramos su llamamiento de solicitud de ayuda para completar la tarea.

Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015

Page 11: Boletin del Ateneo Paz y Socialismo de septiembre de 2015

11

Incidiendo en la gran calidad que presentan los diseños gráficos que aparecen en las portadas de la Edición Chilena de Revista Internacional, vamos a intentar enmarcarlos, con ejemplos concretos, dentro del amplio fenómeno de la iconografía del mural, pizarra del pueblo que, como instrumento artístico de propaganda, tuvo y tiene gran difusión en Chile y una innegable influencia en la imagen corporativa de los comunistas chilenos. Hemos de decir que los elementos aparecidos en las portadas de Revista Internacional no son originales o, al menos, no exclusivos de la edición chilena de dicha publicación. Muchos de los motivos ya habían sido utilizados anteriormente ya fuera en portadas de discos, ya en carteles o ya en otras aplicaciones gráficas y, los que no, mantenían el mismo y singular estilo del simbolismo de colores planos que situado entre el surrealismo y lo naïf resulta inconfundible. Las portadas de Revista Internacional presentaban una limitación técnica derivada de su impresión a tres colores: negro, rojo y azul, lo que conllevaba una pérdida de diversidad cromática. A partir de 1985 podemos encontrar alguna portada impresa en cuatricromía más el negro lo que les acercaba más al aspecto original de las obras que reproducían.

Arriba, portada del disco “Canto al Programa” en el que, en 1970, Inti-Illimani musicalizó el programa de gobierno de la Unidad Popular. El mismo motivo aparecerá a 3 colores en la portada de la edición chilena de Revista Internacional de marzo de 1985.

En 1985 las portadas del Boletín Exterior del PCCH (marzo/abril) y de la Edición Chilena de Revista Internacional (enero) coincidieron en el empleo del mismo diseño.

Abajo, la fragilidad de la pacífica paloma combinada con la fuerza del puño cerrado es una imagen que, con diferentes diseños, encontramos en la portada del Boletín Exterior del PCCH de marzo/abril de 1984, en la exposición que las Brigadas Ramona Parra organizaron en el Museo de Arte Contemporáneo entre abril y mayo de 1971 y en la portada de Revista Internacional de enero de 1981.

Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015

Page 12: Boletin del Ateneo Paz y Socialismo de septiembre de 2015

12

Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015Nº27 Septiembre de 2015