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Arie! Prehistoria Louis Chaix y Patrice Méniel
MANUAL DE ARQUEOZOOLOGÍA
Revisión técnica y prólogo: J ORDI NADAL LORENZO
Universitat de Barcelona
A riel
CAPÍTULO 4
ESTIMACIÓN DE LA EDAD
La determinación de la edad de los individuos es esencial para la comprensión de la gestión del mundo animal por parte de las poblaciones del pasado.
Ya se trate de caza o de ganadería, es importante saber si, por ejemplo, el cazador de ciervos mesolítico privilegiaba determinadas clases de edad, o si el criador medieval de bovinos practicaba una ganadería para la carne, o una cría ;mixta consagrada a la producción de carne y de leche.
En las zonas de aparición de la domesticación es muy importante estudiar las curvas de edad establecidas sobre el material arqueológico, para ver si existe, o no, una diferencia con la curva de mortalidad natural. Éste es uno de los criterios utilizados por los especialistas de la domesticación de los animales, junto con otros, para establecer el carácter doméstico de una cabaña.
Finalmente, una estimación precisa de la edad permite, en casos muy concretos, hacerse una idea del período de ocupación de un yacimient-0.
Querríamos, llegado este momento, hacer una observación que nos parece importante:
La edad, tal y como nosotros la estimamos a partir del material · óseo procedente de un yacimiento arqueológico, o de un esqueleto de la colección de referencia, es una edad esquelética. No se corresponde con la edad biológica, ligada a la vida del animal y definida por términos como por ejemplo impúber'', sexualmente maduro, etc. Así, en la cría moderna, un cerdo macho de 1 O meses puede ser utilizado como productor de carne o como reproductor, mientras que su esqueleto y
definición son aún los de un animal muy joven, y con dientes de
Todos los vertebrados poseen un esqueleto compuesto por diverelementos que se desarrollan a lo largo de la vida del individuo.
mayor parte de las estimaciones de edad se basan ya sea en el es-
78 MANUAL DE ARQUEOZOOLOGÍA
Mandíbulas izquierdas de buey doméstico que muestran el desarrollo de la dentición. De arriba abajo: recién nacido, cuatro meses, dos años, dos aiios y medio (foto Ratton, MHNGE).
ESTIMACIÓN DE LA EDAD 79
tado de desarrollo de estos elementos, ya sea en la sustitución de un elemento por otro, como ocurre con los dientes.
Pasaremos rápidamente revista de los principales métodos que se utilizan para la determinación de la edad.
4.1. A partir de la dentición
4.1. l. LA ERUPCIÓN DE LOS DIENTES
En los mamíferos existe una dentición temporal (denominada también lacteal o decidua) que se ve sustituida progresivamente por una dentición permanente (o definitiva). En el caso de buena parte de los mamíferos, las fechas de aparición de los dientes de leche y las fechas de su reemplazo por los dientes definitivos se conocen relativamente bien. Esto es así, especialmente, en el caso de las especies domésticas, cuya vida se desarrolla bajo el control humano. En el caso
Estadios de desarrollo de la dentición inferior del reno (según, Bouchud, 1966}.
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5 6 Meses
Tablas de erupción dental de los mmníferos domésticos (según Schmid, 1972).
de los animales salvajes, las fechas oscilan más y son aún, a menudo, mal conocidas.
Existen numerosas tablas que permiten atribuir una edad a una mandíbula o a un maxilar procedente de un yacimiento arqueológico.
Entre los trabajos generales que más se utilizan citaremos los de K.-H. Habermehl (1975, 1985) dedicados respectivamente a los animales domésticos y salvajes.
ESTIMACIÓN DE LA EDAD
Tabla de erupción dental del buey (de Habermehl, 1975)
Nacimiento
1 mes 3-4 meses 5-6 meses 15-18 meses Hacia los 22 meses Hacia los 24-28 meses Hacia los 29 meses Hacia los 3 7 meses Hacia los 45 meses
Aparición de 6 incisivos de leche premolares de leche en erupción Incisivos de leche funcionales Marcas de desgaste en los premolares de leche Aparición de Ml Aparición de M2 Cambio de incisivos Cambio de premolares y aparición de M3 Cambio de I1 Cambio de 12 Cambio de I3
81
La utilización de estas tablas hace que debamos señalar un aspecto importante: se trata de la variabilidad de las fechas de erupción, variabilidad que se debe tanto a la precocidad, más o menos grande de una raza1
', como también a las diferencias entre los indi-viduos. f/
De este modo, en el caso del buey, la aparición de la segunda molar definitiva tiene lugar entre los 15 y 18 meses, mientras que la erupción de los premolares permanentes se observa entre los 24 y 28 meses. Es pues completamente ilusorio intentar estimar la edad del animal con una exactitud precisa. Ello implica, como veremos posteriormente, el reagrupamiento de los individuos en clases de edad amplias.
4.1.2. EL DESGASTE DENTAL
Desde el momento en que queda establecida la dentición definitiva, la estimación de la edad se hace a partir del estado de desgaste de los diversos dientes, pero la abrasión depende en gran medida del tipo de alimentación, así como del medio ambiente en que vive el animal.
Citaremos dos ejemplos:
- Las ovejas europeas pacen, generalmente, en prados de suelo a menudo húmico y pobre en cuarzo. Sus dientes nos aparecerán poco gastados a una edad «X». En África, en las zonas subdesérticas, las ovejas consumen habitualmente alimentos coriáceos, ricos en sílice (tallos secos de mijo, gramíneas, urticáceas). Además, su alimentación se ve enriquecida en sílice exógena a causa de las tormentas de viento Y arena. Su dentición va a presentai~ a una misma edad «X», un desgaste mucho mayor que el de las ovejas europeas.
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Proceso previo al desgaste
1 : Cripta perforada 2: Pieza dentaria visible desde cripta 3 : Pieza dentaria apareciendo a través de la cripta 4: Pieza dentaria prácticamente aparecida 5: Pieza dentaria aparecida totalmente y sin desgaste
Código de desgaste dental (según Grant, 1982).
- En Europa occidental, y particularmente en los Alpes, determinadas poblaciones de jabalíes presentan una distribución limitada a zonas montañosas, en las que consumen una alimentación relativamente coriácea (bellotas, raíces, etc.). Otras poblaciones frecuentan, casi de manera exclusiva, las llanuras cercanas con amplias plantaciones de maíz. Esta alimentación tierna provoca que, a una misma edad biológica, estos jabalíes de zonas llanas presenten una dentición poco desgastada.
ESTIMACIÓN DE LA EDAD 83
Desgaste diferencial en función de la alimentación. A la izquierda, mandíbula de jabalí he1nbra de 4 afias que vive en zanas boscosas y se alimenta de raíces y tubérculos. A la derecha, 1nancUbula de jabalí hembra de 4 afias que vive en el llano y se alimenta de 1:fiaíz (foto Ratton, MHNGE).
No obstante, a pesar de estas limitaciones, existen métodos que nos permiten una estimación relativamente objetiva del desgaste.
Nuestro propósito final debe ser siempre la obtención de una distribución por clases de edad de los diversos individuos.
El método de A. Grant (1982), destinado a los animales domésticos, se basa en la desaparición progresiva del esmalte de la superficie oclusal por efecto de la abrasión. La autora ha definido para las principales -éspecies, y para cada uno de los dientes, una morfología propia que denomina «estadio de desgaste del diente» (en inglés: TWS), que sirve para calcular el «estadio de desgaste de la mandíbula» (en
Desgaste progresivo de los dientes de buey en función de la edad (J.er molar superior derecho) (foto Ratton, MHNGE).
84 MANUAL DE ARQUEOZOOLOGÍA
3
2
Relación entre altura de la corona y diámetro del cuello
M3
M2
M1
5 10 15 Edad estimada en años
Estim.ación de la edad de los bovinos a partir del grado de desgaste de los nwlares inferiores de bueyes (según Ducos, 1968).
inglés: MWS que corresponde a suma de los TWS), que se representa mediante un histograma.
Este método cuenta con la ventaja de ser relativamente objetivo; _ los estadios de desgaste están codificados y suficientemente detallados, lo cual lleva a la autora a una clasificación cuya estructura permite plantear diversas hipótesis en cuanto a la utilización de los animales estudiados. Otros métodos parecidos, igualmente basados en el desgaste, como el de Deniz y Payne (1982), son también aplicables, si bien son menos prácticos.
El desgaste de los dientes puede estimarse también desde un punto de vista métrico, especialmente en el caso de los herbívoros. El principio se basa en las mediciones de la altura de la corona de los dientes (premolares y molares) que decrece con el desgaste. La medición se realiza a partir de unos puntos precisos, generalmente a partir del punto más alto entre las raíces hasta el punto más alto de la superficie oclusal''. Los datos obtenidos a partir del material arqueológico pueden compararse con las curvas obtenidas sobre material de referencia de edad conocida (Ducos, 1968).
ESTIMACIÓN DE LA EDAD
Secciones transversales de las raíces de premolares (P2) de zorros que muestran las líneas de detención del crecimiento. A: dos afias. B: tres aiios. C: cuatro aiios. D: diez afias (según Habermehl, 1985).
4.1.3. LA CEMENTOCRONOLOGÍA
85
Otro método, la cementocronología, se basa en el análisis de las líneas de crecimiento (en francés: LAC) observables en el cemento'', sustancia ósea que recubre las raí&s de los dientes de los mamíferos. El estudio de estos depósitos ha mostrado que éstos son anuales, y su recuento permite estimar la edad del individuo, más allá de lo que permite el estudio de la erupción dental, ya que los depósitos de las LAC continúa a lo largo de la vida del animal (Castanet et al., 1992).
Este método presenta, sin embargo, algunos inconvenientes. Se trata de un método «pesado», ya que por un lado es imprescindible el establecimiento de un referencial para cada especie, y por otro lado, necesita de la preparación de láminas delgadas indispensables para el estudio cie las LAC al microscopio. Además, la lectura de éstas es a menudo difícil y requiere de una buena práctica. Finalmente, el remodelado del hueso supone a menudo la destrucción de las primeras LAC.
4.2. A partir del esqueleto
Los huesos del esqueleto de los mamíferos conocen un desarrollo ontogenético complejo denominado osificación. En la práctica, el método se basa en la observación del grado de osificación de las diferentes partes que constituyen un hueso. En los huesos largos del feto, o del recién nacido, antes de cualquier fusión de las epífisis, la longitud de la diáfisis puede relacionarse con la edad, sobre todo antes del parto (edad fetal). Existen tablas y atlas específicos para la mayor parte de las especies domésticas (Habermehl, 1975; Amoroso, 1989; Prummel, 1987a, l 987b, 1988) y para algunas especies salvajes (Habermehl, 1985).
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88 MANUAL DE ARQUEOZOOLOGÍA
Tabla de epifisación del cerdo.
Centro
Sínfisis mandibular
Exoccipital y basioccipital
Basiesfenoides y presfenoides
Proceso coracoideo
Pelvis
Distal del húmero
Proximal del radio
Proximal de la 2.ª falange
Basioccipital y basiesferoides
Distal de la tibia
Distal de los metacarpos
Distal de los metatarsos
Proximal de la 1. ª falange
Tuberosidad del calcáneo
Distal de la fíbula
Proximal de la ulna
Proximal del húmero
Proximal de la tibia
Proximal de la fíbula
Proximal del fémur
Distal del fémur
Distal del radio
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Discos vertebrales
Tuberosidad del ilion y del isquion
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Hacia 3,5 años
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3-3,5 años
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ESTIMACIÓN DE LA EDAD 89
La esqueletocronología
Este método se basa en la observación de las marcas naturales repetitivas inscritas en el tejido óseo de los vertebrados a lo largo de su crecimiento. Se utiliza principalmente para estimar la edad individual de los animales.
Las marcas observables son de tres tipos:
a) Las «zonas» que son bandas anchas de crecimiento rápido. b) Los «anillos» depósitos óseos lentos. e) Las «líneas de crecimiento» (en francés: LAC) que correspon
den con detenciones momentáneas de la osteogénesis. Gran cantidad de trabajos, llevados a cabo hasta la fecha, muestran que se trata de fenómenos anuales y que una LAC corresponde a un año.
Las marcas de crecimiento se reconocen sobre la mayoría de los elementos del esqueleto de los vertebrados, dientes o huesos.
Gracias a los estudios llevados .a cabo se han definido qué elementos son los más favorables para su lectura. Así, el cemento que recubre las raíces de los dientes refleja mejor el crecimiento del animal, ya que no está sujeto a modificaciones, que sí son frecuentes en la materia ósea y que pueden alterar la lectura.
La esqueletocronología es un método relativamente dificultoso en el caso de los mamíferos, ya que se basa, a menudo, en la observación de láminas delgadas al microscopio óptico, y requiere de la constitución de una colección de referencia de animales de edad conocida. Sin embargo, permite una estimación mucho más precisa de la edad individual de lrn{animales que la que se obtiene por otras técnicas clásicas (erupción dental y epifisación).
Ésta es una técnica de utilización más rápida cuando se trata de vertebrados inferiores (peces, anfibios y reptiles), permite incluso estimaciones sobre la estación del año de muerte del individuo. Véase el partido que se puede obtener de tales informaciones, particularmente para el estudio de la estacionalidad de un yacimiento.
La observación del estado de fusión de un hueso permite de este modo definir la edad del animal en relación a un límite, sin más precisión. Para establecer una distribución de edades de muerte de los animales es necesario disponer de una gran cantidad de observaciones relativas a los diversos huesos de una misma especie (Chaplin, 1971). La combinación de datos sobre el estado de epifisación de
90 MANUAL DE ARQUEOZOOLOGÍA
Desarrollo del metacarpo de oveja, del estado fetal (a la izquierda) al adulto (a la derecha) (foto Ratton, MHNGE).
lo~ huesos de una especie, en el seno de un conjunto coherente, permite obtener una distribución por clases de edad, cuyos límites son las fechas de epifisación de los huesos considerados. Para cada una de estas fechas (algunas pertenecientes eventualmente a las extremidades de varios huesos) se cuenta el número de casos observados Y las piezas no soldadas, lo que permite establecer el porcentaje de «no soldados». Seguidamente, se pueden calcular las frecuencias para
A B e D E F
Desan-ollo del astado del Cevus elaphus del vareta al asta. con corona (según Sumid, 1972).
ESTIMACIÓN DE LA EDAD
Vaina de cuerno de vaca charolesa de 6 afias de edad (foto Ratton, MHNGE). Los anillos oscuros marcan la sucesión de los medrones de crecimiento anual.
91
cada uno de los intervalos que separan dos fechas sucesivas al restar de la tasa observada para la fecha superior la correspondiente a la fecha inferior de la clase. Cuando se obtiene un_ resultado negativo, ello nos indica un sesgo en la colección, que se debe por lo general a la insuficiencia de efectivos. En las series abundantes resulta muy útil comparar estos resultados con los obtenidos a partir de la dentición. r
Existen otros métodos que nos permiten estimar la edad de determinadas especies. Citaremos como ejemplo el desarrollo, más o menos estereotipado, de las astas de los ciervos. Esta aproximación es, sin embargo, poco fiable para los individuos de edad avanzada y para otros cérvidos, el reno en particular (Brown, 1983; Bouchud, 1966).
Para los miembros de la familia de los bóvidos, el estuche córneo que recubre la clavija ósea* del asta se desarrolla por crecimientos suce~ivos. El recuento de los anillos permite, en determinadas ocasiones, üna buena estimación de la edad. Sin embargo, debido a su composición orgánica, este material difícilmente se conserva en contextos arqueológicos.
4.3. Estimación de la edad mediante radiografía
Este método se basa esencialmente en la radiografía de elementos esqueléticos en desarrollo, la dentición, la base de las astas de los cérvidos, o incluso en los huesos largos, la zona de unión de la diáfisis a la epífisis (metáfisis"'). Las imágenes que se obtienen permiten, a menudo, una mayor precisión que la que se alcanza por observación directa (Kratochvil et al., en prensa). Citaremos, a modo de ejemplo, los diversos estadios de desarrollo de los dientes, del germen fetal al cielTe de la cavidad pulpar de las raíces.
92 MANUAL DE ARQUEOZOOLOGÍA
4.4. Observaciones sobre la dinámica de las poblaciones
La dinámica de las poblaciones de los animales salvajes depende de varios parámetros que a menudo interaccionan entre sí.
Por ejemplo, los herbívoros se relacionan con la presencia de vegetación, y no pueden sobrevivir si la vegetación necesaria para su alimentación y su protección no se encuentra en cantidad y calidad suficientes.
Los depredadores regulaiizan la cantidad de herbívoros y, en consecuencia, su calidad. Su supresión genera desequilibrios importantes que obligan actualmente al hombre a sustituirlos.
Los factores ecológicos (clima, altitud, relieve), así como las modificaciones artificiales (introducción de nuevas especies, agricultura, turismo), son elementos muy importantes a tener en cuenta. Se trata siempre de una cuestión de equilibrio: una población de animales salvajes oscila ligeramente alrededor de una densidad óptima determinada por las condiciones etológicas y ecológicas.
Radiografías que muestran el desarrollo de la dentición inferior del reno (según Bouchud, 1966).
ESTIMACIÓN DE LA EDAD 93
Tres ejemplos de la repartición por e8ades del sacrificio de los bueyes en granjas galas del valle de l'Oise.
60 Número de individuos en % Reformados
50 «La Plaine de St. Germain» (Verberie) (n =20)
40
30
20 -
10
OL-_L~~-LL-~----'-'--~-LI-~----"LL-~~~
«L'Orméon» (Longueil) Mixto
r¡~("OnºDD 80
70 60 -
50
40 30 20
10
«La Plaine d'Herneuse» (Verberie) (n = 29)
Carnicería
OL-----'-~~-LL-~--LJ'--~-'-~~-'-~~~
4-6,5 6,5-9 >9 Edad estimada (en años)
0-2 2-4
JI'
CAPÍTULO 5
DETERMINACIÓN DEL SEXO
La determinación del sexo es un complemento indispensable a la estimación de la edad de muerte para estudiar la gestión de los rebaños y la utilización de los animales. Existen varios criterios morfológicos o morfométricos para realizar tal determinación.
5.1. Los criterios morfológicos r
En el caso de los mamíferos se trata de criterios muy diversos, tales como la morfología de la pelvis, las clavijas óseas, los caninos, o las dimensiones de los huesos largos (véase 4.2.2).
Dimo1fismo sexual de los caninos de los suidos. A la izquierda, caninos superior e inferior de jabalí macho. A la derecha, caninos superior e inferior de jabalí hembra (foto Ratton, MHNGE).
96 MANUAL DE ARQUEOZOOLOGÍA
Arriba, clavijas óseas de oveja y de camero de la Edad de Hierro. Abajo izquierda, cráneo de toro de la raza de Herens (foto Ratton, MHNGE). Abajo derecha, cráneo de vaca de la raza de Herens (foto Ratton, MHNGE).
Las diferencias de forma y tamaño de los caninos de los suidos constituyen un indicio de lo más fiable para la determinación de su sexo, pero igualmente pueden encontrarse en el origen de distorsiones en cuanto a su representatividad (selección con finalidades artesanales, recuperación diferencial durante la excava-
. ción ... ). Las clavijas óseas presentan diferencias de tamaño y de morfo
logía muy acusadas entre los caprinos, factor que asegura una fácil de-
DETERMINACIÓN DEL SEXO
Din1.01fisn1.0 sexual del hueso coxal en los cérvidos. Arriba: hembra. Abajo: macho (según Boessneck. et al., 1963 ).
Huesos pe1;eanos de caniívoros: oso, tejón, dingo y bouvier bemois (foto Ratton, MHNGE).
Hueso peneano cortado de perro del oppidum galo de Amboise (Indre-etLoire).
97
98 MANUAL DE ARQUEOZOOLOGÍA
>I 1\
Cráneo de semental del yacimiento de Vertault (COte-d'Or).
terminación; las cosas son menos evidentes entre los bovinos, ya que si bien algunas poblaciones ofrecen diferencias marcadas de un sexo a otro (Armitage, 1982) y se identifican claramente los efectos de la castración, otras, por el contrario, presentan diferencias menos evidentes. En todos los casos en los que las determinaciones se basan en depósitos de clavijas óseas aislados, como es el caso de las curtidurías, hay que hacer atención al hecho que los animales mochos no estén representados.
La morfología del pubis1' es un indicio muy fiable cuando trata
mos con animales adultos, véase maduros. En el caso de las hembras de los rumiantes se observa una depresión marcada en la cara dorsal, mientras que en el caso de los machos la sección es más fuerte y regular, sin que sea fácil identificar a los individuos castrados; precisamente su presencia puede ser el origen de las dificultades con que nos encontramos cuando tratamos de aplicar este criterio a poblaciones recientes (modernas). Por el contrario, es bastante eficaz para las poblaciones prehistóricas. En el caso del caballo, es a la vez la sección del pubis (plano en las yeguas, más grueso en los machos) y las proporciones del coxal* (foramen obturado) las que permiten distin-
DETERMINACIÓN DEL SEXO 99
Tarsometatarsos de gallo de combate cuyo espolón natural ha sido reemplazado por un espolón de hierro (siglo xvrh) (según West, 1982).
guir los sexos (juntamente con los caninos, constituyen los únicos indicios de distinción).
En el caso de los carnívoros, la presencia de un hueso peneano1'
permite asegurar que un esqueleto pertenece a un macho; su ausencia puede evidentemente señalar la presencia de una hembra, aunque también es posible que se deba a una perturbación posterior del depósito. ,
Parádeterminadas aves, a saber las gallináceas, entre las que el gallo doméstico representa un porcentaje importante de las mismas, en la mayor parte de los conjuntos de restos culinarios o de ofrendas funerarias a inicios de nuestra era, la presencia de un espolón sobre el tarso-metatarso asegura la distinción, a menudo fácilmente perceptible por las dimensiones de los huesos largos. El desarrollo anormal de este apéndice permite plantear el problema de la castración. Otro fenómeno, a saber, un depósito calcáreo en los huesos largos de las patas, permite distinguir los huesos de las gallinas ponedoras (West, 1952; Kyes y Potter, 1934).
Además de estos indicios, que se manifiestan a partir del examen directo, debemos señalar otros parámetros relativos a la estructura del hueso como la cavidad medular1
' (Driver, 1982) o su densidad (radiografía). Los exámenes radiográficos a gran escala, necesarios para la obtención de series significativas, son caros y requieren de un
100 MANUAL DE ARQUEOZOOLOGÍA
Tarsonietatarsos de gallo con excrecencias patológicas.
material que no suele figurar entre los aparatos de la mayolia de los laboratorios. Por otro lado, los resultados obtenidos pueden adquirirse por otros métodos, particularmente métricos. Sin embargo, estos trabajos presentan ciertamente un interés teórico.
5.2. Los criterios osteométricos
Ya hemos visto que una de las causas de las variaciones de tamaño de los animales puede ser el dimorfismo sexual. De hecho, las diferencias de estatura y de gracilidad no siempre son evidentes y no pueden utilizarse en el caso de determinadas especies, como el caballo o el perro. Teniendo en cuenta el campo de aplicación de la arqueozoología, las investigaciones se han dirigido principalmente hacia el buey, el cerdo, la oveja y la cabra, con una especial predilección por el primero de estos animales, debido a su abundancia en numerosos yacimientos y por la diversidad de productos que nos puede proporcionar en función de su sexo (leche, fuerza de trabajo). Sin embargo, un cierto número de estudios arqueozoológicos han demostrado ya las posibilidades y las limitaciones de estas aproximaciones osteométricas a otras especies. Éxito en el caso de los metápodos de cerdo en Levroux (Herbin-Horard, 1996) y limitaciones en el caso de ovejas de Boury-en-Vexin (Méniel, 1987), para las que se dispone además de criterios morfológicos fiables (clavijas de caprinos, caninos de cerdos).
DETERMINACIÓN DEL SEXO 101
90 Relación entre los diámetros y la base
85
111
111 Bueyes
80° 111 liil
ºº 111
Vacas oº 111 o
80
75
~
70 ~
~Toros
150 175 200 225 Circunferencia de la base (mm)
índice de gracilidad: d1ám. mini. diá./altura x 100 20 ¡¡¡] liill
19 11111
,p. llllll 1111 Efill
18
17
16
15
14
D DD
CbD
D
D
D D
13'~------L-------~'~------~-L--~-----~----------1
150 160 170 180 190 200 Altura total
~ E .a ;;:
Diámetro transversal proximal
Diámetro antera-posterior
proximal
Diámetro mínimo diáfisis
Di· etro trans rsal Diámetro distal antera-posterior
o dista!
__r-v Diámetro
/
antera-posterior zona troclear
Diámetro transversal zona troclear
A1Tiba: distinción del sexo entre los bovinos a partir de las clavijas óseas. Abajo: Distinción del sexo de los bovinos a partir de los metacarpos: los' de toro (en negro), los de buey (en gris), los de vaca (en blanco) se diferencian por su longitud y su índice de gracilidad.
En el caso del buey, son especialmente los huesos largos de las extremidades los que se utilizan, y a menudo los metápodos, debido a su mejor preservación. Se ha demostrado que los huesos de las extremidades anteriores son mejores que los otros, sin duda debido a las
102
8
7
6
5
MANUAL DE ARQUEOZOOLOGÍA
Diámetro de la diáfisis (mm)
• • • • ·~ «•· • • @) •
60
411 •e\ •• ••
Gallinas
65 70
QÜ Capone0 o ºcfl
Gallos O Qb oºº o
Longitud total (mm)
75 80 85 90 e sin espolón O con espolón O espolón mal formado
Distinción del sexo de las aves a partir de los tarsometatarsos de gallos romanos (según Lepetz, 1996, p. 75).
25
20
15
10
5
n
Hembras
67-70 70-73 73-76 76-79 79-82 82-85 85-88 Longitud total
11 Sin depósito calcáreo D Trazas de depósito calcáreo
Dimorfismo sexual entre gallinas y gallos a partir de la longitud total del fémur (según Lepetz, 1996).
DETERMINACIÓN DEL SEXO 103
F2 Bg
T : toro b : Beauvais V : vaca v : Variscourt B : buey g : Villeneuve St. Germain
Vg
Vg
Vg
Vg Vg
Vg Vg Vg
Vg
Vg
Vacas
Determinación del sexo de los bovinos a partir de los metaca1pos (análisis de los componentes principales sobre 8 dimensiones, véase p. 101 ). Este análisis pennite igualmente diferenciar entre las poblaciones de tres yacimientos galos de la Picardie.
Criterios de distyición de sexo.
Animal Elementos Característica habitual
Clavija Curvada, ligeramente redondeada
Vaca Pubis Cara dorsal deprimida
Huesos largos Gráciles
Clavija Corta, recta y aplanada
Toro Pubis Sección robusta, cara dorsal convexa
Huesos largos Cortos y robustos
Clavija Larga, sección robusta y redondeada
Buey .. Pubis Ídem toro
Huesos largos Más largos que el toro
Cerda Canino Corto, raíz cerrada y sin esmalte
Cerdo Canino Largo, raíz abierta y recubierta dE) esmalte
Caprinos Clavija Corta y de grosor modesto hembra Pubis Cara dorsal deprimida
Caprinos Clavija Larga y robusta macho Pubis Sección redondeada u oval
Perro, gato ... Hueso peneano Presente en los machos
Gallo Espolón Muy desarrollado en el gallo, ausente en la gallina
Gallina Cavidad medular Depósitos internos en determinados huesos de las ponedoras
104 MANUAL DE ARQUEOZOOLOGÍA
diferencias importantes de cornamenta y de cuello entre las vacas y los toros. Tras los estudios realizados sobre el conjunto de las medidas de series de metacarpos (longitud total y seis diámetros), y gracias a los análisis de co!Tespondencias, se ha podido observar que la longitud y la anchura máxima de las diáfisis permiten una discriminación entre los sexos, así como la identificación de la presencia de animales castrados.
5.3. La estructura de las poblaciones
Una población es un conjunto de individuos de una misma especie que viven en un espacio determinado y en un momento concreto. Una especie animal está compuesta de varias poblaciones más o menos aisladas las unas de las otras.
El estudio de la dinámica de una población requiere del conocimiento de varios parámetros.
LA REPARTICIÓN ESPACIAL
De manera general, para los mamíferos, la repartición espacial de los individuos no es uniforme, pero sí presenta ciertas agrupaciones. Se habla entonces de repartición contagiosa. Las causas de esta distribución son diversas, pero los factores medioambientales juegan en ella un papel destacado. Así, el impala será abundante en las sabanas
· de acacias, mientras que el búfalo será dominante en las zonas de herbáceas próximas a las riberas.
LA DENSIDAD
Ésta se expresa por la cantidad de individuos contabilizados por unidad de superficie o de volumen. La densidad no debe sobrepasar un valor óptimo por el grave peligro de desequilibrios que puede acarrear a la población.
LA TASA DE CRECIMIENTO
Es el resultado de la relación entre el nacimiento de jóvenes (natalidad) y la muerte de los individuos mayores (mortalidad). Los valores de esta tasa son muy bajos en el caso de los mamíferos si los
%
DETERMINACIÓN DEL SEXO
100
' º~--:~~~~r--~.:__,~~~=-==~'~
Infantiles Subadultos
20
18
16
14 12
--- Mortandad
Adultos Adultos Adultos de Seniles jóvenes maduros edad avanzada
- - - Catastrófica - - - - - Supervivencia
% 10
%
4
2
o-r-~~-t---~~-r-~~----r-~~-+~~--+-lntantiles Subadultos Adultos Adultos Adultos de Seniles
jóvenes maduros edad avanzada r:-- ------- ---- . -- -1 __ -_-Mortanda~
60
50
40
30
20
1 o
o O a 8 B a 14 a 24 a Meses > 36 14 24 36
Meses Meses Meses
Meses
105
¡u)ivas de mort_alidad y de supervivencia: hiena ( an-iba) lobo (en el cen-10 , cerdo (aba¡o). '
l
106
15
MANUAL DE ARQUEOZOOLOGÍA
Edad (años)
7 ¡...---,--'
Carneros 6 ..,___~--~ Ovejas 5 ¡...--------, 4
10 5 o Número de individuos
Pirámide de edades de las ovejas del yacimiento neolítico de Boury-en-Vexin (Oise).
comparamos, por ejemplo, con los resultados obtenidos para los insectos. En el caso del ser humano, la tasa es de 0,005, que se corresponde con un aumento de la población de 1,005 anual, mientras que para la rata es del 5 ,4 lo que significa un aumento anual de la población de ¡221! (Dajoz, 1975).
La dinámica poblacional de una especie se expresa por las curvas de supervivencia y por la pirámide de edades.
Una curva de supervivencia relaciona la cantidad de supervivientes (en ordenadas) y la edad (en abscisas). Existen artificios de cálculo que permiten comparar las curvas de supervivencia de especies que poseen duraciones de vida muy diferentes.
En el caso de los mamíferos, la duración media de la vida difiere , poco de la longevidad máxima. Debemos recordar que la densidad poblacional puede influir en la forma de la curva de supervivencia. En general, la mortalidad juvenil es más acusada en el caso de poblaciones densas.
La distribución de edades y sexos de una especie depende de las reglas de vida, de la reproducción y de la longevidad que les son propias.
De manera habitual una población está representada por una cam-pana de Gauss, con un equilibrio de sexos. En condiciones naturales, y con una densidad adaptada, la proporción de individuos de edad avanzada es relativamente baja en relación a los adultos de edad mediana y a los jóvenes.
Podemos señalar que mientras que la densidad óptima no se alcanza, las hembras son más numerosas, esta tendencia se invierte al sobrepasar la densidad óptima.
DETERMINACIÓN DEL SEXO 107
En la actualidad, el conocimiento de las pirámides de población nos permite establecer una gestión racional de la caza, ante la ausencia de los grandes predadores, hoy desaparecidos (oso, lobo y lince).
LA SEX RATIO
La sex ratio expresa la proporción entre machos y hembras. En la naturaleza raramente ésta es de 1: 1. En el momento del nacimiento se observa, a menudo, una ligera sobrerrepresentación de los machos.
Todas estas informaciones son aplicables a las poblaciones vivas. Desgraciadamente, el material óseo del que dispone el arqueozoólogo no permite, a menudo, tomar en consideración este parámetro.
De manera general, el estudio de las edades y, más raramente, de la sex ratio permite el establecimiento de la curva de mortalidad observada. Sin embargo, vmios sesgos son difíciles de evitar, como el que se debe a la conservación diferencial que supone la destrucción preferencial de los dientes y de los huesos de los individuos juveniles.
Por otro lado, en el caso de c<5njuntos poco numerosos, la cantidad de elementos a partir de los que se puede estimar la edad es escasa y la curva de mortalidad poco significativa.
Los tipos de curvas obtenidas pueden, en la mayoría de los casos, relacionarse con dos situaciones distintas.
Por un lado, una estructura que c01Tesponde con la muerte osacrificio de una especie en un momento dado. Esta curva denominada «catastrófica» es una especie de fotografia instantánea de la población viviente en un momento dado. Se caracteriza por una proporción decreciente entre las clases de animales de más edad. Se observa esta curva en diversas circunstancias, como tras una erupción volcánica, una inundación masiva, una epizootia o la caza indiscriminada de una manada.
Por otro lado, existe una curva denominada «atricionah que representa los animales muertos durante un largo período de tiempo y es un reflejo, en cierta manera, de la curva de supervivencia de esta población. Se caracteriza por la subrepresentación de los adultos reproductores y la sobrerrepresentación de los animales muy jóvenes y de los de más edad. Incluye animales muertos de hambre, por accidente, enfermedad o predación, todas estas causas afectan principalmente a los animales muy jóvenes o a los seniles.
En el contexto de un yacimiento de caza, este tipo de perfil puede eventualmente indicar la práctica del carroñeo'" sobre animales muertos por causas no antrópicas. Puede también ser el resultado de una caza de acecho con un arma lanzada, técnica que favorece la con-
108 MANUAL DE ARQUEOZOOLOGÍA
secución de las presas más vulnerables (animales muy jóvenes o muy. viejos).
Sin embargo, como ya hemos indicado anteriormente, la forma de las curvas de mortalidad depende del tipo de vida de la especie considerada.
En el caso de animales cavernícolas, como el oso de las cavemas o la hiena, la curva de mortalidad se caracteriza por un máximo de individuos jóvenes y de viejos, con una mínima representación de animales adultos. Esta curva no es la imagen de la población viva, sino la de una «necrópolis». Una jauría de hienas, diezmada por cualquier tipo de catástrofe, presentaría una curva muy diferente, de forma gausiana, comparable con la de una población viva.
Por el contrario, los restos de lobos documentados en el mismo tipo de contexto presentan una curva de mortalidad próxima a la curva gausiana. En este caso, los lobos han sido cazados en el exterior de la cueva y llevados al interior para ser despellejados y, tal vez, consumidos.
Con la domesticación y el desarrollo de la ganadería, las curvas de mortalidad pueden presentar perfiles muy variados debido a la diversidad en la utilización de los animales. En primer lugar, se puede diferenciar entre animales para carne, sacrificados bastante jóvenes, y animales amortizados, a una edad más avanzada, tras una utilización previa de naturaleza no cárnica (leche, fuerza de trabajo, reproducción).
En el caso de un animal estrictamente dedicado a la obtención de carne, como es el caso del cerdo, el perfil de mortalidad presentará su máximo alrededor de un año, edad de rentabilidad ideal de esta especie. Por contra, los animales adultos, de hecho reproductores, son menos numerosos.
Una cría mixta, que combina la producción de carne (o de leche) y la fuerza de trabajo, se caracteriza por unas curvas de mortalidad cuya interpretación no siempre resulta fácil.
El lector interesado encontrará en los trabajos citados en la bibliografía informaciones más detalladas sobre los diversos aspectos de la dinámica de las poblaciones de animales.
CAPÍTULO 6
PATOLOGÍA
El campo de la patología ósea requiere de una formación especializada y de un buen conocimiento de los tejidos óseos, por este motivo sólo los paleopatólogos pueden establecer verdaderos diagnósticos.
Las patologías observables en el hueso son verdaderos testimonios de las diversas agresiones sufridas por el organismo durante su vida. El estado de salud de una pobl;¡¡.ción animal, particularmente en el caso de las especies domésticas, refleja bastante bien el nivel socioeconómico del grupo humano y, de manera más particular, el cuidado dado al rebaño.
Esparaván, twnor óseo de corvejón de caballo (según Fontaine y Huguier, 1921).