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Unidad 1: Introducción a la geología. Historia de la geología. Evolución
del conocimiento sobre origen y evolución del universo y Sistema Solar.
Geología planetaria. El tiempo en los procesos geológicos. Escala de
tiempo geológico. Estructura y evolución de la Tierra y la tectónica de
placas.
INTRODUCCIÓN A LA GEOLOGÍA
HISTORIA DE LA GEOLOGÍA
Es una ciencia relativamente nueva. No fue tratada por griegos y romanos,
ni por otras civilizaciones antiguas.
Primeros comentarios documentados surgen del siglo XVI y son
observaciones sobre la presencia de restos de conchillas en algunas
montañas de Italia.
En 1669 Nicolás Steno observa la superposición de estratos y de las edades
relativas entre estos estratos. Es el embrión de la geología moderna.
En el siglo XVIII se comienzan a generalizar las observaciones y se
modifican los criterios de explicar los fenómenos observados en relación a
las Sagradas Escrituras (Biblia) y en especial al Diluvio Universal. A las
observaciones de los italianos se incorporan los franceses, alemanes e
ingleses.
Hacia fines de 1700 e inicios de los 1800, William “Stratas” Smith inicia el
estudio de las rocas sedimentarias, define estratos individuales e integra
grupos mayores de rocas, como formaciones, asociando rocas y fósiles
distintos en diferentes partes de la columna estratigráfica. Hace el primer
mapa geológico. Es el creador de la geología histórica.
En 1830 Lyell sostiene que el presente es la clave del pasado y crea el
principio del “uniformitarismo”. Amplia notablemente el campo de estudio,
aunque la teoría fue discutida y olvidada.
Hacia 1870 Carlos Darwin escribe sobre el Origen de las Especies y se
produce una visión de la evolución de los fósiles del mundo animal y
vegetal.
Por otro lado en 1865 se perfora el primer pozo para buscar petróleo. Lo
perfora el “Coronel” Drake en Titusville, Texas. Solo alcanza los 22 m de
profundidad, pero es el inicio de una industria que no para de crecer hasta
nuestros días.
La búsqueda de hidrocarburos contribuyó a desarrollar distintos aspectos de
la geología. Cuando se comprobó la presencia de yacimientos de petróleo
en pliegues anticlinales tuvo gran desarrollo la geología estructural y la
incorporación de la sísmica para resolver aspectos donde no había geología
superficial para definir las estructuras.
A partir de 1950 toman gran énfasis los estudios estratigráficos y
principalmente sedimentológicos para reconocer y definir las condiciones
de los reservorios en areniscas y carbonatos (calizas y dolomías) y en 1976
aparece una nueva alternativa para relacionar los depósitos sedimentarios,
la estratigrafía secuencial.
Hacia 1980 o poco antes la tectónica de placas produce un gran impacto y
permite a partir de una teoría única incluir todos los procesos geológicos,
tanto los referentes a intrusiones y vulcanismo, como los procesos
estratigráficos y estructurales.
Hacia los fines del siglo e inicio del 2000 se inician los estudios de los
reservorios no convencionales en la exploración y explotación del
petróleo. No invalida los anteriores tratamientos convencionales, sino que
incorpora nuevos conceptos de búsqueda y tratamiento de las rocas.
EL CONOCIMIENTO SOBRE ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL
UNIVERSO Y SISTEMA SOLAR
El origen del sistema solar y el transcurso de su evolución deben incluirse
entre los grandes problemas de la filosofía natural. Como también lo son el
origen de la vida y el desarrollo del hombre. Se requiere una comprensión
de la historia del Sol, la Tierra y los demás planetas para establecer las
condiciones y los cambios que estimularon los procesos evolutivos.
El sistema solar está formado hoy por el Sol, nueve planetas (y sus
satélites), gran cantidad de objetos muchísimo más pequeños, los
asteroides, una gran familia de cometas y una mezcla de polvo y gas en el
espacio comprendido entre los principales integrantes del sistema solar.
El estudio de este sistema difiere del correspondiente a las estrellas. La
astronomía conoce la existencia de muchos millones de estrellas, que se
pueden ver separadamente en diferentes etapas de su evolución, jóvenes
estrellas en proceso de formación así como estrellas muy viejas.
En comparación con tantos millones de estrellas, solo disponemos de un
solo sistema planetario para estudiar, que se supone no es único. Por el
momento no se está en condiciones de estudiar esos otros sistemas
planetarios debido a que la luz que emiten es demasiado débil.
En el espacio entre estrellas ya existentes hay en movimiento una masa de
gas y polvo en equilibrio de las fuerzas de gravedad entre las partículas y
las fuerzas centrífugas debidas a la rotación. En determinado momento esas
fuerzas pueden romper su equilibrio y la condensación se dirigirá hacia el
centro con el agregado de polvo y gas. Es el paso inicial en la formación de
una estrella. No existe aun el menor acuerdo en lo que se refiere a como
llega una estrella a tener su propio sistema planetario.
Sobre esta base existe un notable desarrollo sobre las observaciones
astronómicas convencionales. Se ha ampliado el conocimiento con
observaciones ópticas desde bases terrestres complementadas por
observaciones mediante el radio-radar y las porciones infrarrojas del
espectro y el análisis espectroscópico de las atmósferas planetarias.
Un tercer factor está formado por una nueva apreciación de la Tierra y de
los objetos del espacio que han caído sobre la Tierra. El progreso resulta
del avance de la sismología y de estudios de laboratorio sobre el
comportamiento de los minerales sometidos a altas presiones que son
característicos de las profundidades de la Tierra. Estos minerales se han
encontrados en meteoritos.
Se sabe poco sobre las primeras etapas de la formación del Sol y los
planetas pero se conoce con mayor exactitud cuándo se produjeron tales
procesos.
Se puede determinar cuando inicia el sistema solar mediante el estudio de
la abundancia relativa de elementos e isótopos producidos por el desgaste
radiactivo. Los elementos radiactivos como uranio, torio y potasio se
desgastan o dividen en elementos más livianos que se puede precisar con
exactitud.
El estudio de los elementos radiactivos se ha podido realizar tanto en las
rocas terrestres como en meteoritos. Elementos radiactivos atribuyen a
meteoritos una antigüedad de 4.500 Ma (millones de años), en tanto que las
rocas más antiguas datadas en la Tierra no pasan de los 3.000 Ma.
De acuerdo a estos métodos la Tierra se habría formado entre los 4.500 y
5.000 Ma antes del presente.
La primera generalización tomada de la astronomía es que el sistema solar
se halla hoy altamente organizado. Cada uno de los planetas traza su
derrotero alrededor del Sol en cumplimiento de un viaje pronosticable en
todos sus aspectos.
Quedan cuestiones como si el sistema fue siempre tan altamente
organizado, si los senderos que hoy recorren los planetas son los mismos
que recorrieron hace 5.000 Ma atrás. En fin, se conocen etapas de la
historia, no los cambios que se habrían producido en su evolución.
El problema radica no tanto en la desigual distribución de la masa (el Sol
cuenta con una masa que es casi mil veces mayor que la de todos los
planetas sumados) como en la profunda diferencia existente en la
distribución del momento angular.
La Luna podría haberse formado por la integración de varios objetos más
pequeños que orbitasen la Tierra, formados en las vecindades de la Tierra
en aquellos tiempos iniciales. Parece más sostenible que la antigua noción
que la Luna se desgajó del cuerpo de la Tierra.
El origen y la historia del sistema solar siguen ofreciendo tantos problemas
como siempre, pero los nuevos y poderosos instrumentos de que se dispone
para la exploración del sistema garantizan que en el futuro habrá más
preguntas para formular y quizás algunas pocas respuestas a los clásicos
interrogantes hasta ahora formulados. La exploración del sistema solar
mediante navíos espaciales ya ha ejercido influencia en la concepción del
sistema solar.
Por ejemplo las fotografías tomadas por el Mariner IV en las proximidades
de Marte revelan la existencia de una superficie poblada por cráteres de
hasta 120 km de diámetro, producidos por impactos. Se ve en Marte un
rostro lunar, rígido, que implica que este planeta se parece más a la Luna
que a la Tierra. Tampoco se pudieron descubrir equivalentes marcianos de
rasgos terráqueos como cadenas montañosas, continentes o depresiones. El
paisaje que predomina en Marte no ha sido producido por convulsiones
originadas dentro del planeta y formadoras de montañas y continentes
como ocurrió en la Tierra. Se sospecha que lo mismo habría ocurrido en
Venus, pero aquí se multiplican las imprecisiones por la densa atmósfera
que cubre su superficie sólida.
Los planetas gigantes también deben ser altamente distintos a la Tierra. De
modo que si bien podemos aprender mucho a través del intenso estudio de
un planeta, para responder a preguntas referidas al sistema solar en su
totalidad deberá explorarse cada uno de los planetas y descubrir sus rasgos
característicos.
Con estos datos podrá alentarse la esperanza de desentrañar los procesos
que condujeron a la formación del Sol, la Tierra, los restantes planetas y los
millares de objetos más pequeños que constituyen el sistema solar.
SOL
En contraste con la composición química de la Tierra, el hidrógeno es el
elemento que predomina en el Sol. El 70% de su masa está constituida por
hidrógeno. El grueso del 30% restante está integrado por helio, un
componente químico que en la Tierra figura entre los raros. Solo el 2-3 %
son elementos más pesados. Las proporciones relativas entre la mayoría de
estos elementos más pesados resultan ser bastante similares en ambos
cuerpos celestes.
Se han descubierto en la Tierra huellas de vida en sus formas más simples
en capas datadas alrededor de 3.000 Ma. Por ello la temperatura de la
Tierra en aquella época no sería muy diferente a la actual. La temperatura
terrestre está claramente regida por el brillo del Sol, por ello se podría
concluir que la brillantez solar no habría variado fundamentalmente en los
últimos 3.000 Ma. Da idea de la estabilidad del Sol.
La temperatura del Sol debe estimarse en cerca de los 6.000 º Kelvin en su
superficie, mientras que las temperaturas en zonas profundas tienen que
calcularse en los millones de grados. La materia solar se halla en estado
gaseoso, ni líquido ni sólido.
TIERRA. ESTRUCTURA Y EVOLUCIÓN.
Durante mucho tiempo se creyó que el interior de la Tierra era líquido a
gran temperatura debajo de una corteza relativamente delgada. En el siglo
pasado la sismología ha permitido trazar una imagen del interior terrestre,
aun con algunas cuestiones enigmáticas. Sabemos que no es homogénea
radialmente, sino que existen importantes variaciones en el carácter,
composición y estado físico de los materiales desde la superficie hasta el
centro.
La Tierra puede concebirse integrada por tres secciones: la corteza, el
manto y el núcleo.
Corteza continental y marina
El hombre siente curiosidad por la historia de la corteza en que vive y
también acerca de las fuerzas que le dieron forma. ¿Qué es lo que causa los
terremotos y erupciones volcánicas? ¿Qué fuerzas formaron las montañas y
defendieron a los continentes de la erosión? Muchas de estas dudas han
tenido principio de solución con las teorías de las placas tectónicas.
La corteza tiene de 10 a 50 km de espesor en las zonas continentales y de 0
a 6 km en el lecho de los océanos. La zona limítrofe entre corteza y manto
se define por la discontinuidad de Mohorovicic, que separa diferentes
estructuras por arriba y por debajo de la interrupción.
La parte superior está cubierta en partes por rocas sedimentarias o por rocas
metamórficas (que han sufrido fuertes presiones y altas temperaturas).
Estas rocas quedaron expuestas debido a la acción de procesos erosivos.
Por debajo de los estratos más altos, la corteza se compone de granito o
rocas con sus propiedades. A mayor profundidad las rocas corticales se
tornan más densas, más ricas en hierro y calcio.
Hacia la base de la corteza son frecuentes rocas negras, tipo basalto.
En cuanto a la corteza oceánica, que es más delgada, está integrada
solamente por rocas de tipo basáltico.
Debajo de los grandes sistemas montañosos la corteza está engrosada y
profundizada (hasta 75 km en Asia Central). En las llanuras la corteza
continental es normal y bajo los océanos tiene solo pocos kilómetros de
espesor.
La corteza continental y la oceánica es la superficie de la Tierra. Se conoce
como litósfera.
Manto
Debajo de la corteza está el manto, que se extiende hasta una profundidad
de unos 3.000 km.
El manto se divide en una parte superior, cuyo espesor oscila entre 10 y
400 km y la composición varía con la profundidad. Principalmente son
minerales de olivino y piroxeno El manto es sólido, salvo en regiones
localizadas como cámaras magmáticas, donde se genera la lava de los
volcanes. Se conoce como Astenósfera.
Debajo del Manto superior se define una Zona de Transición, de 400 a
650 km de espesor. Es la fuente de los magmas basálticos. Contiene calcio,
aluminio y granate. Es densa cuando está fría. Cuando aumenta la
temperatura pasa al estado fluido y los minerales se funden para formar
basalto y se puede elevar a través de las capas superiores en forma de
magma. Se conoce como Mesósfera.
El Manto inferior sugiere un incremento de la densidad de las rocas. Está
compuesto por silicio, magnesio y oxígeno y en menor cantidad por hierro,
calcio y aluminio.
La Capa D tiene un espesor de 200 a 300 km. Se ha considerado parte del
manto inferior, con el que tiene diferente composición química. Por su
menor densidad no se habría hundido en el núcleo superior.
Núcleo
Debajo del manto se encuentra el núcleo, una región que se extiende desde
el centro de la Tierra hacia fuera de 3.000 a 3.400 km y está formada por
dos zonas distintas. El núcleo interno es sólido, con radio de 1.200 a 1.300
km.
El núcleo estaría constituido por hierro y algún otro elemento más liviano
como el silicio. En algún tiempo atrás se pensaba que estaba compuesto por
hierro y algo de níquel (10%) y se denomina NIFE.
El núcleo externo está en estado líquido, y se extiende quizá hasta los 3.400
km del centro terrestre. El material que lo compone no es tan denso como
el hierro puro fundido, por la presencia de elementos más livianos como
oxígeno y azufre (10%).
Este líquido caliente es conductor de electricidad donde se producen
corrientes convectivas que generan el magnetismo terrestre. Este se debe a
las corrientes eléctricas circulantes en el núcleo externo líquido, producidas
por movimientos mecánicos del fluido conductor.
Las presiones existentes en el núcleo son mayores a los 1,4 millones de
atmósferas. La temperatura en la región limítrofe entre el núcleo y el manto
es de 4.000º a 5.000º centígrados.
Ondas sísmicas
Estos gruesos rasgos del Núcleo y los detalles de las profundidades son
revelados por las ondas sísmicas provocadas por los terremotos. Se generan
dos tipos de ondas, las ondas P, animadas de un movimiento longitudinal
en la dirección de propagación de las ondas. Viajan a velocidades entre 5 y
8 km/seg. Solo las ondas P pueden atravesar un medio líquido.
Las ondas S tienen un movimiento transversal con respecto a la dirección
de la propagación.
En cualquier plano divisorio de las propiedades de elasticidad (como
manto/núcleo) es posible generar ondas P refractadas y reflejadas así como
ondas S refractadas y reflejadas.
En la zona limítrofe entre el núcleo y el manto una onda incidente P sigue
su viaje hasta introducirse en el núcleo y retorna de este a la superficie. No
hay evidencias en el sentido de que una onda S haya viajado a través del
núcleo externo, y es una de las razones para pensar que es líquido.
También hay ondas sísmicas que se desplazan cerca de la superficie y en la
propia superficie de la Tierra. Hay dos clases, las ondas Rayleigh y las
ondas Love. Si bien se desplazan en torno de la Tierra su velocidad se
afecta por las propiedades del material a profundidades de varios
centenares de kilómetros. Estas ondas han suministrado valiosa
información del manto externo. (Descubrimiento del estrato Gutenberg de
baja velocidad en el manto superior).
Campo magnético
El campo magnético sale por el polo sur del planeta, hace un giro por el
espacio y vuelve a meterse por el polo norte, de modo que en la mayor
parte de la Tierra tenemos una espesa región de campo magnético sobre
nuestras cabezas. Protege a la Tierra de las veloces partículas provenientes
del Sol y resulta como un escudo de la Tierra ante el viento solar en sí, y
además comprime al campo magnético alrededor de la Tierra.
Resulta importante saber de donde proviene la energía necesaria para
conducir las corrientes de convexión en el medio líquido del núcleo
externo. Se considera que esas corrientes son responsables del campo
magnético de la Tierra.
Cuando la lava expulsada por las erupciones volcánicas se enfría por
debajo de determinada temperatura, dentro de su estructura mineral queda
encerrada una orientación magnética que coincide con la dirección del
campo magnético de la Tierra en el momento del enfriamiento de la lava.
Esta memoria magnética permanece fija mientras dura la existencia de la
roca, aunque el campo magnético terrestre se modifique posteriormente.
El ángulo que forma el eje magnético de la Tierra con su eje geográfico no
es constante, pero su variación es muy lenta. La diferencia entre el norte
verdadero y la dirección hacia donde apunta la aguja magnética se llama
declinación. El ángulo es de unos 11º, no es constante y mantiene ligeras
variaciones, en general muy lentas.
Hay evidencias de inversión de los polos magnéticos en la historia
geológica de la Tierra.
TIERRA. Algunas medidas.
Círculo máximo: 40.000 km (Ecuador y Meridianos)
Radio ecuatorial: 6.378 km
Superficie: 511 M km2 (M=Millones).
Océanos y mares: 361 M km2.
Tierra firme: 149 M km2
Volumen: 1.083 M km3
Densidad: 5,51
EL TIEMPO EN LOS PROCESOS GEOLÓGICOS. ESCALA DEL
TIEMPO GEOLÓGICO.
El tiempo geológico es de una gran extensión, donde la unidad de medición
no es el año, sino el millón de años. Es el estudio de la historia de la
Tierra, desde la formación de la corteza terrestre (4.600 Ma) hasta la
actualidad.
El tiempo geológico sirve para situar dentro de un tiempo determinado,
aparición o desaparición de especies, cambios en el clima o en el relieve y
otros factores que afecten a la Tierra.
Partiendo de la observación de las rocas y sus asociaciones, podemos
reconstruir los procesos geológicos del pasado. Los que construyeron rocas,
los que las modificaron y las destruyeron. Los que construyeron montañas,
las erodaron y las arrasaron.
Además es necesario ubicar los “acontecimientos” en la trama del tiempo
físico, luego de ordenarlos en su correcta sucesión en el tiempo.
Hoy sabemos por qué faunas y floras cambian con el pasar del tiempo y
por que se suceden unas a otras. Los organismos se transforman
incesantemente, se han ido diversificando en formas más y más complejas,
más y más evolucionadas, desde las remotas épocas en que la vida
elemental apareció sobre nuestro planeta. Y en cada período, en cada
momento del largo pasado, el conjunto de los organismos vivientes, la
fauna y la flora de ese tiempo, presentaba características propias nunca más
repetidas pero superadas con el pasar del tiempo. El estudio de los estratos
y de sus fósiles característicos en Europa, llevaron finalmente a formular
un cuadro general, ensamblando distintas secciones expuestas en distintas
comarcas.
Debido a los descubrimientos y dataciones más rigurosas de fósiles y rocas,
la división de la escala del tiempo geológico se ha ido tornando más
compleja en la medida del avance de las observaciones y las nuevas
tecnologías.
La división de la escala está dada por una segmentación y subdivisión de
orden jerárquico:
Eones – Eras – Períodos – Épocas y entidades menores.
Todos tienen nombres de aplicación universal, asociados a nombres de
comarcas, poblaciones, fósiles, etc., donde fueron encontrados los ejemplos
más significativos o en relación a los porcentajes de fauna nueva o fósil,
etc.
Eones. Entidad de mayor extensión de tiempo, equivalente a 1000 Ma.
Arcaico, Proterozoico y Fanerozoico.
Eras. Contiene decenas a centenares de millones de años. Paleozoico (vida
antigua), Mesozoico (vida intermedia) y Cenozoico (vida reciente), es decir
tienen nombres originados por cambios profundos de la vida en la Tierra.
Períodos. Subdivisión de una Era. Ej. Triásico, Jurásico y Cretácico, por
cambios menos profundos en comparación a las Eras.
Épocas. Subdivisión de Períodos. El Período Terciario tiene las Épocas
Paleoceno, Eoceno, Oligoceno, Mioceno y Plioceno.
En la historia de la Tierra hay otros acontecimientos a más de los
sedimentarios y biológicos, son los acontecimientos erosivos, volcánicos,
plutónicos y diastróficos, englobando en estos últimos a todos los que
tienen algo que ver con dislocaciones de la corteza terrestre.
Los fósiles más antiguos conocidos datan del Período Cámbrico, uno 500
Ma (millones de años) antes del presente. En este Período aparecen rasgos
de vida organizada. Son mayormente invertebrados.
Las rocas anteriores al Cámbrico se incluyen en el Precámbrico. Las rocas
más antiguas datadas tienen entre 3.000 y 4.500 Ma. Son los escudos o
macizos continentales constituídos por rocas Precámbricas, sin fósiles o
con restos problemáticos, por lo común son rocas altamente
metamorfizadas. Para desentrañar la sucesión de acontecimientos quedan
por estudiar las discordancias o recurrir a métodos de datación radimétricos
(edad absoluta) para armar la secuencia de procesos ígneos y diastróficos,
que permitan bosquejar la historia geológica de estas regiones. El
Precámbrico se divide en Proterozoico (vida primitiva) y Arqueozoico
(vida arcaica), sin saber en realidad como era esa vida primitiva o si en
realidad hubo vida.
TECTÓNICA DE PLACAS
La teoría de la tectónica global o de placas fue desarrollada en la década de
1960 y a ella se ajusta actualmente el trabajo de la geología. El antecedente
a mencionarse es la teoría de la Deriva de los Continentes, elaborada por
Wegener en 1912.
La fragmentación y dispersión de los continentes desde la Pangea
(Proterozoico??) inicial hacia las actuales posiciones implican su deriva.
Para los fines de la teoría de las placas fue importante determinar que la
envoltura exterior y funcional de la Tierra es la capa denominada litósfera.
La corteza terrestre junto con la parte más alta del manto superior
forman la litósfera, que es una capa rígida y quebradiza de unos 100 km de
espesor. Arealmente la litósfera está dividida en una serie de placas rígidas
que flotan sobre la astenósfera.
La astenósfera es una sección del manto de unos 500 km de espesor que
presenta comportamiento dúctil con alta temperatura y presión y responde
a los esfuerzos como un líquido viscoso. Se sitúa debajo de la litósfera.
El calor interno de la Tierra se transmite:
1. Por conducción, es decir por difusión a través de materia estática
como en el caso de la litósfera, y
2. Por convección, en este caso transportado por la materia en
movimiento.
Se admite actualmente que el manto está animado por movimientos de
convección, que involucra materia móvil y deformable, lo que supone
temperaturas suficientemente altas para que el manto adquiera
comportamiento plástico. Estos movimientos son lentos porque remueven
manto sólido. Este circuito de transporte de energía, se produce en forma
ascendente hasta ponerse en contacto con la corteza.
Todo el manto o al menos su parte superior está en continuo movimiento
siguiendo celdas de convección. Como resultado de este movimiento, la
litósfera que se encuentra por encima, está obligada a moverse y entonces
es arrastrada sobre la astenósfera.
En los lugares donde las corrientes de convección divergen se hallan
situadas las dorsales oceánicas, en las cuales emergen los materiales
calientes del manto. En las zonas donde la corteza se presenta adelgazada,
se produce una disminución de la presión que soportan las rocas del manto,
lo que facilita la generación de magma (fusión). Se producen fuerzas
tensionales y como consecuencia ruptura de la litósfera y divergencia de las
placas. La inyección de magma rellena los huecos (surcos o depresiones)
dejados por la separación de las placas. Sin embargo las placas siguen
divergiendo y las lavas recientemente formadas también se rompen,
separándose, y se produce nueva inyección de magma. De este modo la
corteza recién formada se va alejando del centro de expansión.
Para compensar la continua formación de corteza oceánica, existen áreas
donde la corteza se consume: las zonas de subducción. En las zonas de
subducción la litósfera oceánica, fría, rígida y densa (=3 gr/dm3), es
arrastrada por debajo de otra placa de menor densidad (continental=2.65
gr/dm3), hacia zonas más profundas.
En la medida que la litósfera oceánica desciende, se va calentando hasta
fundirse parcialmente, pudiendo llegar a ser asimilada por el manto. El
primer constituyente que pierde esta placa subductada es el agua. Esta
placa ingresa al manto facilitando la fusión (generación de magmas). Por
esta razón en las zonas de subducción se produce actividad magmática
(rocas ígneas intrusivas y extrusivas).
Las placas litosféricas están limitadas por tres tipos de márgenes:
1. Las dorsales, que son lugares donde las placas divergen y se genera
corteza.
2. Las zonas de subducción, que se originan por convergencia de
placas, donde una placa se subducta por debajo de otra y se destruye
corteza.
3. Las fallas transformantes, que son grandes fracturas que cortan
transversalmente las dorsales y en las que se produce un
desplazamiento lateral de dos placas sin que se genere ni destruya
material.