separación familiar
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Los niños y la separación
de los padres.
Es a partir de los cuatro o cinco años
cuando los niños son conscientes de que sus padres tienen
problemas y cuando sufren el divorcio. La primera reacción
de los hijos es el desconcierto por una situación que saben
que existe, pero que no entienden. Ellos han conocido a sus
padres siempre juntos y no pueden darse cuenta de los
problemas que provoca el hecho de que ahora comiencen a
ver menos a su padre o a su madre. El niño, además, suele
ser víctima de crisis nerviosas o depresivas si la tensión
entre los cónyuges se traslada a los otros miembros de la
casa por discusiones o enfrentamientos violentos.
Poco después, los pequeños suelen negarse a admitir lo que
ya es un hecho: insisten en la reconciliación de los padres o
protestan cada día porque no pueden ven al progenitor que
se ha ido de casa. Este periodo puede resultar más o
menos largo en función de la manera en que se haya
producido el divorcio; en definitiva, según los padres hayan
logrado explicar y hacer lo menos dolorosa posible la
situación.
Si realmente no se quiere hacer que el hijo sufra por los
problemas de sus padres es necesario excluirlo de la
tensión que se genera por esta causa; eso no quiere decir
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que no sepa que existen graves diferencias. Cuanto mayor
es el niño, mejor puede asimilar el hecho de que existen
problemas, siempre que no los perciba a través de gritos,
insultos y discusiones violentas.
Varios estudios de psicología infantil desarrollados en
Estados Unidos y la Unión Europea han demostrado que el
niño sufre mucho más en situaciones en que los padres son
infelices juntos que posteriormente, cuando vive sólo con
uno de los dos y ve al otro en un nuevo ambiente e,
incluso, con una nueva pareja. Estas reacciones no son
difíciles de entender: los niños quieren sentir que sus
padres son felices; lo contrario les provoca muchas
alteraciones.
Si la separación es amigable a sus ojos, la tensión
generada desaparecerá. El pequeño percibe que su papá y
su mamá ahora sonríen y juegan con él más que antes;
además ahora tiene dos casas que son suyas, dos cuartos,
dos armarios de juguetes y en cada visita su progenitor le
tiene preparado un programa de diversiones que antes,
cuando vivían juntos, solía disfrutar con mucha menos
frecuencia.
La Separación de los padres es siempre una situación
dolorosa para todos los miembros de la familia, por lo cual
es importante permitir a los niños manifestar sus
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sentimientos de rabia y frustración, acogerlos y no
enjuiciarlos.
Lo más recomendable es el contacto frecuente, al menos
conversaciones por teléfono, para que así la visita de fin de
semana no sea algo extraordinario. Considere además, las
cartas, los e-mails, que pueden ser herramientas
facilitadoras de la comunicación con los/as hijos. Que los
encuentros se destaquen por ser de buena calidad, es decir,
que se disfruten, que el niño esté bien, tranquilo, que se
sienta acompañado. Que sean instancias en las que exista
el diálogo entre padre/madre e hijo, que el niño pueda
hablar de su escuela, de sus notas, de algún paseo, de sus
amigos, de su casa, etc.
Es saludable que el niño conozca cómo es la vida diaria de
su papá o mamá (es decir, de aquél que no vive con él),
por ejemplo, que sepa sobre su trabajo, que conozca el
lugar donde vive, con quién vive, etc. esto le disminuirá el
nivel de ansiedad.
Cada vez que el papá -o la mamá- dice que viene y no lo
hace, o bien llega mucho más tarde de la hora que estipuló,
los niños vuelven a vivir el abandono que sintieron cuando
supieron que los padres se separaban. Ello les causa mucha
angustia y miedo a quedarse solos. Una situación similar se
produce cuando la madre o el padre, que vive con él/ella,
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se opone a que el/la niño vea a su progenitor, ya que lo
priva de un cariño necesario.
¿Cómo organizo las cosas después de la separación?
Aclare la situación y relación que los hijos tendrán con el
padre que deja el hogar. Si se comparte la tenencia de los
hijos, establezca las reglas del juego y que ellas sean
iguales con ambos padres. Conserve buenas relaciones con
las familias de origen de ambos (abuelos, por ejemplo).
Recuerde que ésta es una relación de apoyo para los hijos
en este momento.
Evite la sobreprotección del niño/a por pena; trátelo como a
una niña "normal" de su edad. Si no, no le ayudaremos a
crecer y acabará comportándose de forma inmadura y más
infantil de lo que le corresponde. Todas las personas tienen
virtudes y defectos; también los padres. Hable con el/la
niño/a del otro progenitor con argumentos reales, sin caer
en la ficción.
Los puntos más conflictivos de los padres tras la separación
suelen ser: los hijos, el dinero y las nuevas relaciones.
Trate de ser objetivo/a y no intente poner al hijo/a de su
parte. Hay que solucionar estas cuestione sin involucrar a
los niños.
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Es común que en la primera etapa de la separación los
niños sufran trastornos de sueño, sientan miedo al
abandono de ambos padres, estén irritables, o tengan
conductas regresivas. Asimismo pueden mostrarse más
retraídos o agresivos. También son esperables reacciones
de ansiedad, e incluso angustia. El llanto puede ser
frecuente, esto les tranquiliza y se hace necesario
acompañarles y favorecer la expresión del dolor que
sienten.
Pueden insistir una y otra vez en el deseo de que los padres
vuelvan a estar juntos. Hasta que no aceptan que esto no
es posible, se muestran muy tristes e infelices.
Algunos se acuerdan del otro progenitor, cuando el que
está con ellos les regaña; y desean tanto estar con el otro,
que incluso pueden llegar idealizar más al otro progenitor,
al ausente, pues sólo recuerda los buenos ratos pasados
con éste.
El divorcio es una situación frecuente que enfrentan las
familias actualmente. Los niños son los principales
afectados en estos casos y el deber de ambos padres es el
tratar de minimizar los efectos que su decisión producirá en
ellos.
Es ideal que los niños mantengan una relación con ambos
padres lo más similar a la previa al conflicto.
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Informe a sus hijos antes que se produzca la partida de la
casa de alguno de los cónyuges, hágalo de común acuerdo
con su ex-cónyuge en reunión conjunta. Háganles saber
que la decisión no tiene nada que ver con la conducta del
niño, ni que nada que ellos hagan va a cambiar la decisión.
Repítales reiteradamente que ambos los quieren y seguirán
queriéndolos igual, pese a que no estarán tan juntos como
antes.
Definan los días en que verán o saldrán con cada uno de
ustedes y respétenlos con las flexibilidades que favorezcan
la relación de ambos padres con el niño.
De común acuerdo con su ex-cónyuge decidan no utilizar a
los hijos para presionar al otro bajo ninguna circunstancia,
y respetar al cónyuge ausente en los comentarios y
conversaciones.
Los padres que se separan lo hacen por decisión
consensuada, también lo hicieron cuando decidieron
casarse, si UD. desprestigia a su ex-cónyuge se está
también auto desprestigiando, además de destruir la
imagen paterna o materna que son importantes para el
niño.
Aprovechen los tiempos libres para pasar junto a ellos y
manteniendo contacto en común en los diferentes aspectos
de la vida del niño: escuela, deportes, entretenciones, etc.
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Evítele nuevos cambios además de la separación,
manténgalo en el mismo colegio, casa, amigos, etc. El niño
no está preparado para tantos cambios como los que puede
haber en estas circunstancias.
Póngase de acuerdo con su ex-cónyuge y aplique normas
de disciplina similares en ambos hogares. No intente Ud.
hacer de bueno y que el otro es el malo. Piensen siempre
en el bienestar de su hijo y no en las rencillas propias.
No trate de compensar su presencia o salidas en conjunto
con regalos exagerados, sobre todo si Ud. puede hacerlos y
su ex-cónyuge no.
Si los padres quieren el bien del niño, deben ser aliados
distantes que tienen que colaborar en el objetivo común.
Evite pelear y discutir frente a sus hijos. Esto puede echar
por tierra todo lo conversado y logrado durante mucho
tiempo.
Si su ex-cónyuge tiene ventajas para cuidar de su hijo, déle
la custodia. Si Ud. cree tenerlas convenza y no litigue, sea
honesto en ese sentido y cautele el derecho y deber del
otro cónyuge a estar y convivir con el niño.
Si Ud. cree que la situación causa muchos problemas al
niño, es conveniente consultar con un especialista según el
consejo de su médico tratante.
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Uno de los sentimientos más comunes que los padres
tienen frente a sus hijos cuando comienzan a pensar en
separarse es la culpa, que tiene que ver con el no poder
darles una "familia ideal", la que tanto soñaron. Por eso son
muchas las parejas que intentan dilatar el momento de
ponerle fin al vínculo, pensando que de esa manera los
hijos estarán mejor, y solemos escuchar el "no me separo
por mis hijos". En estos casos, por lo general, casi siempre
hay un adulto que no sabe como resolver su vida y al que
le cuesta afrontar lo que debería hacer.
Lo importante es que, ante la decisión de separarse los
padres tengan claro qué motivos los llevaron a tomar esa
resolución, ya que es con la verdad con lo que deberán
manejarse a la hora de explicarle al niño el cambio que se
avecina en sus vidas. La verdad pone límites a las
fantasías, a las sospechas y a las conjeturas que los hijos
se hacen.
Orientaciones para explicar al niño lo que está sucediendo:
Resulta importante que le expliquen la situación las dos
figuras.
Es importante decir la verdad, no maquillar ésta mediante
mentiras que puedan hacer la situación más llevadera como
"Papá está de viaje" o "Mamá se ha ido a trabajar lejos",
este tipo de informaciones potenciará aún más la
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incomprensión por parte del niñ@, además que llegará un
momento en que comprenderá la situación, sin embargo,
no entenderá porque se le mintió.
Explicarle que sus papás se ha dejado de querer, lo que no
significa que dejen de quererlo a él, sino que son sus
padres y que lo seguirán queriendo siempre, jamás se
podrán separar de él o ella.
Insistir en que no tienen ninguna culpa de lo sucedido. Es
importante este aspecto ya que l@s niñ@s tienden a
completar mediante la fantasia aquellas cosas que no
comprenden y se pueden sentir culpables porque su
comportamiento no era adecuado, porque queria estar más
con papá o con mamá, aspectos que más tarde puede
relacionar de forma inconsciente con la separación de sus
padres.
Es importante anticiparle los cambios que van a suceder en
su vida, que tenga claro:
- Con quien va a vivir
- Cuando verá a la persona que abandona el hogar
- Todos aquellos cambios que van a suceder en su vida
Aunque consideremos que nuestr@ hij@ es pequeño para
comprender estos aspectos es preciso que se explique para
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ellos puedan terminar de cerrar su proceso y comprender la
situación.
Pautas para enfocar la separación o divorcio.
En primer lugar, los ACUERDOS SIEMPRE SE HAN DE
RESPETAR, especialmente los relativos al régimen de
visitas, puesto que sino pueden suponer cierta sensación o
sentimiento de abandono. Es bueno que el padre o madre
custodio se muestre un tanto flexible en las visitas que
puede realizar la otra parte, ya que l@s hij@s tienen
necesidad de ver a aquella figura que ya no está en casa.
Se ha de procurar mantener el máximo de ESTABILIDAD en
la vida cotidiana de l@s hij@s en relación al domicilio, la
escuela, el entorno, los horarios, hábitos y demás. Primero
hemos de dar tiempo a que se adapten a la nueva
situación, pueden tardar más de un año y progresivamente
ya iremos introduciendo cambios, siempre anticipándolos
convenientemente.
Debemos intentar NO HABLAR MAL de la otra figura
parental, ya sea enfrente él o ella con otra persona o bien
directamente con ell@s. Debemos tener en cuenta que para
ell@s es como si hablasemos mal de una parte suya, de
alguién a quien quieren mucho aunque les haya hecho daño
a la otra figura.
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Se debe procurar establecer unas PAUTAS COMUNES en
relación a la educación del hij@, puesto que ambos deben
querer lo mejor para él y ella, en este sentido conviene
tomar especial atención a:
- Escuela
- Exigencia y normativa
- Rutinas
- Aspectos de tipo material
Buscar el ACUERDO en todas las DECISIONES
IMPORTANTES para el niñ@. El punto más importante recae
en el hecho de que LOS HIJOS NUNCA DEBEN SER UN
ELEMENTO DE LUCHA entre los padres. Conviene tener en
cuenta que este aspecto es el más desestabilizador para
ell@s, ya que los pone en una disyuntiva muy difícil de
resolver, para la cual ningún niño se encuentra preparado.
Las disputas las deben resolver los padres entre ellos y no
tienen porque envolver a los hij@s, ya que las
consecuencias psicológicas para los ell@s son terribles,
entrando en una inestabilidad emocional muy difícil de
resolver.
En los casos en los que es más complejo llegar a una
situación de acuerdo, nosotros acostumbramos a
recomendar mediación familiar como una posible ayuda a
un acercamiento de posiciones, aunque depende mucho de
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la predisposición de los padres y de que entiendan que sus
hij@s no tienen que pagar sus platos rotos y tienen derecho
a crecer en un entorno de respeto y con unas relaciones
afectivas positivas con su padre y su madre.
Consejos para hablar de divorcio con los hijos.
- Comenta la situación con claridad. Explica a tu hijo
que papá y mamá ya no pueden y no desean vivir
juntos y, que a partir de ahora, vivirán en distintas
casas.
- Explícales qué es la separación y sus consecuencias.
Habla con tus hijos de la realidad de la separación,
teniendo el cuidado de no culpabilizar a nadie.
- Consolida lazos de amor y cariño. Asegura
repetidamente a tus hijos que ambos continuais
queriéndoles igual o más que antes. El padre o la
madre que no tenga su custodia podrá verles siempre
que ellos quieran.
- Respeta la rutina de tus hijos. Mantén sin cambios la
rutina habitual de tu hijo: domicilio, entorno,
relaciones con los amigos, colegio, horarios, etc.
- Evita culpabilizar. Asegura a tus hijos que ellos no
tienen ninguna responsabilidad en el divorcio. Ellos no
tienen la "culpa". La responsabilidad es de papá y
mamá por igual.
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- Habla de una situación definitiva. Explica claramente
que el divorcio es definitivo, que no existe la
posibilidad de volver atrás.
- Mantén opiniones positivas. Trata de proteger las
opiniones positivas que tu hijo tenga de ambos
padres.
- Facilita la relación de tu hijo con el otro progenitor.
Siendo flexible en los horarios de visitas y cediendo en
fechas señaladas, contribuirás a que tu hijo mantenga
sus referentes emocionales.
- Comparte preocupaciones y tareas. Trata con el
progenitor no custodio todo lo relacionado con la
educación y la salud de vuestro hijo.
Recomendaciones para los padres separados que no
viven con sus hijos.
- Los hijos no son objetos. Lucha no por apropiarte de
ellos y sí por su libertad.
- Cariño y presencia. Es necesario estar con ellos para
darles amor.
- Sigues siendo padre. Lucha por tus hijos movido por
tu amor y no por el odio o el rencor.
- Eres un ejemplo para ellos. Los hijos seguirán
aprendiendo de tu comportamiento. Pórtate bien. Si lo
que quieres es respeto, respeta a tu hijo.
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- Valora la importancia de ambos. Los hijos necesitan al
padre y a la madre. No importa lo humillado,
desprotegido que te encuentres, nadie puede darle a
tu hijo lo que necesita, sólo sus padres. Para ellos, el
padre y la madre son únicos e irremplazables.
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