zizi papacharissi la esfera virtual traduccion

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ZIZI PAPACHARISSI La esfera virtual. Se respeta paginacin del texto original The virtual Sphere: the Internet as a public sphere. http://nms.sagepub.com/cgi/content/abstract/4/1/9 Traduccin provisoria Lorena Salazar

Papacharissi, Z. La esfera virtual de Internet como un espacio pblico

La Universidad de Temple, Filadelfia

Abstract

El Internet y las tecnologas que lo rodean mantienen la promesa de la reactivacin de la esfera pblica; sin embargo, varios aspectos de estas nuevas tecnologas reducen y aumentan simultneamente ese potencial. En primer lugar, la capacidad de almacenamiento y recuperacin de datos de tecnologas basadas en Internet inspiran la discusin poltica con la disponibilidad de informacin. Al mismo tiempo, las desigualdades de acceso a la informacin y la nueva alfabetizacin meditica comprometen la representatividad de la esfera virtual. En segundo lugar, las tecnologas basadas en Internet permiten la discusin entre la gente de los lugares ms recnditos del planeta, por un lado, por otro, propician la fragmentacin del discurso poltico. En tercer lugar, debido a las tendencias del capitalismo global, es posible que las tecnologas de Internet basadas en la cultura poltica actual, se adaptaran a sta, en lugar de crear una nueva. Internet y las tecnologas vinculadas han creado un nuevo espacio pblico para la conversacin orientada a la poltica; si este espacio pblico trasciende a una esfera pblica no depende de la tecnologa en s.

Palabras clave

Ciberespacio Informacin internet Tecnologa esfera pblica poltica virtuales

INTRODUCCIN

La retrica utpica que rodea a las nuevas tecnologas de los medios de comunicacin promete una mayor democratizacin de la sociedad post-industrial. En concreto, las tecnologas de Internet y las que se vinculan, pueden incrementar oportunidades para la comunicacin

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personal y la promocin de la actividad ciudadana (por ejemplo, Bell, 1981 ; Kling, 1996; Negroponte, 1998; Rheingold, 1993) . Las nuevas tecnologas proporcionan informacin y herramientas que pueden extender el papel del pblico en el mbito social y poltico. La explosin de los grupos polticos y el activismo en lnea sin duda refleja usos polticos de Internet (Bowen, 1996; Browning, 1996). Los defensores del ciberespacio prometen que el discurso en lnea aumentar la participacin poltica y conducirn al camino de una utopa democrtica. Segn ellos, la supuesta decadencia de la esfera pblica que tanto han lamentado los acadmicos, polticos, y sectores de la sociedad se frenar por los efectos democratizadores de la Internet y sus tecnologas circundantes. Por otro lado, los escpticos advierten que las tecnologas no son accesibles universalmente y que con frecuencia inducen a la discusin fragmentada, sin sentido, e indignante, tambin conocido como el "incendiario", lejos de ser garanta de una esfera pblica restablecida. Este artculo examina cmo los usos polticos de Internet afectan a la esfera pblica. Tiene el ciberespacio la capacidad de ser una alternativa independiente para ampliar, minimizar o ignorar la esfera pblica?

Es importante determinar si el Internet y sus tecnologas circundantes realmente pueden revolucionar la esfera poltica o si se pueden adaptar a la situacin actual, especialmente en un momento en que el pblico est demostrando una actividad poltica latente y el desarrollo creciente hacia el cinismo la poltica (Cappella y Jamieson, 1996, 1997; Fallows, 1996; Patterson, 1993, 1996). Estas tecnologas pueden extender nuestras capacidades polticas o los lmites de la

democracia - o, alternativamente, hacer un poco de las dos cosas? Este debate debe ser informado sobre todo con una revisin de la nocin de la esfera pblica y el discurso ideolgico que lo acompaa.

LA ESFERA PBLICA

Al pensar en el pblico, uno imagina intercambios abiertos de pensamientos e ideas polticas, como las que tuvieron lugar en las antiguas goras griegas o los ayuntamientos de la poca colonial. La idea de lo pblico est estrechamente ligada a los ideales democrticos que requieren de la participacin ciudadana en los asuntos pblicos. Tocqueville (1990) considera que la dedicacin del pueblo estadounidense a los asuntos pblicos, se debe a que la democracia est en el centro de una sociedad estimulada, y agreg que la participacin en los asuntos pblicos ha contribuido de manera significativa al sentido de la existencia de un individuo y el respeto hacia s mismo. Dewey (1927) insisti en que la investigacin y la comunicacin son la base de una sociedad democrtica, y puso de relieve los mritos de las deliberaciones de grupos en las decisiones de una autoridad nica. Abog por una democracia comunitaria, donde los individuos comparten un proyecto para crear y preservar una convivencia madura. El trmino 'pblico' connota ideas de ciudadana, comnmente, y las cosas que no pertenecen a lo privado, accesibles y visibles por todos. Ms recientemente, Jones (1997) argument que el ciberespacio es promovido como un nuevo 'espacio pblico' creado por la gente que genera narrativas mticas de progreso con iniciativa enrgica de modernidad hacia el individuo mismo

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realizacin y desarrollo personal "(1997:22). Cabe aclarar que un nuevo espacio pblico no es sinnimo de una nueva esfera pblica. Como espacio pblico, Internet ofrece una alternativa para la deliberacin poltica. Como mbito de lo pblico, el Internet podra facilitar el debate que promueve, un intercambio democrtico de ideas y opiniones. Un espacio virtual mejora el debate; una esfera virtual mejora la democracia. En este artculo se examina no slo la discusin poltica en lnea, tambin la contribucin de esa discusin a una sociedad democrtica.

Varios crticos idealizan la esfera pblica, y pienso en ello como algo que exista hace mucho tiempo, pero se fue desgastando con el advenimiento de la sociedad industrial moderna. Sintiendo la desaparicin del gran pblico, Habermas (1962/1989) traz el desarrollo de la esfera pblica en el siglo 17 y 18 y su declive en el siglo 20. Vio la esfera pblica como un mbito de nuestra vida social en la que se podra formar la opinin pblica del debate pblico racional (Habermas, 1991[1973]). Esto sera, un debate informado a travs de discusiones razonables. Habermas (1989[1962]) argument, que podra conducir a un acuerdo pblico y a la toma de decisiones, por lo que representa lo mejor de la tradicin democrtica.

An as, estas conceptualizaciones del pblico fueron un tanto idealizadas. Es irnico que este pinculo de la democracia fuera ms bien antidemocrtico, en su estructura, a lo largo de los siglos, al no incluir a las mujeres o las personas de clases sociales ms bajas, un punto reconocido como tal por el propio Habermas. Por otra parte, los crticos de la esfera pblica racional de Habermas como Lyotard (1984),

plante la cuestin de que la anarqua, la individualidad, y el desacuerdo, en lugar de acuerdo racional, son lo que conduce a la verdadera emancipacin democrtica. Fraser (1992) ampli la crtica de Lyotard, y aadi que la conceptualizacin de Habermas sobre la esfera pblica ha funcionado slo como un mbito privilegiado para los varones que ponen en prctica sus habilidades de gobierno, ya que exclua a las mujeres y las clases desposedas. Ella sostuvo que, en la Amrica contempornea, existen esferas pblicas de opositores que se forman en respuesta a su exclusin de la esfera dominante del debate. Por lo tanto, existen mltiples esferas pblicas, que no son tan poderosas, articuladas al poder o privilegiadas, que dan voz a las identidades y los intereses colectivos. Un mbito pblico o del gobierno, sin embargo, que presta atencin a todas estas voces diversas, nunca ha existido (Fraser, 1992). Schudson (1997) coincidi con esta propuesta, y agreg que hay poca evidencia de que un pblico ideal realmente haya existido, y que el discurso pblico no es el alma de la democracia, ya que rara vez es igualitaria, puede ser demasiado grande y amorfo, es rara vez es civil, y por ltimo, no ofrece una solucin mgica a los problemas de la democracia. An as, Garnham (1992) ha defendido el planteamiento de Habermas, sealando que su visin de la esfera pblica se describe de manera trgica y estoica de una racionalidad casi imposible, reconociendo la imposibilidad de una esfera pblica ideal y de los lmites de la civilizacin humana, pero an as luchando por ella.

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Otros crticos asumen un punto de vista diferente, y argumentan que a pesar de que ahora hemos ampliado lo pblico para incluir a las mujeres y personas de todas las clases sociales, nos quedamos con un sistema social en el que el pblico no es lo importante. Carey (1995), por ejemplo, sostuvo que las fuerzas privatizadoras del capitalismo han creado una cultura comercial de masas que ha sustituido a la esfera pblica. Aunque reconoci que una esfera pblica ideal nunca pudo haber existido, abog por la recuperacin de la vida pblica, como un medio para preservar la vida cultural y social independiente y resistir su clausura por parte de la gestin empresarial y la gobernabilidad corporativa y poltica. Putnam (1996) sigui la desaparicin de la Amrica democrtica de una manera similar, atribuyendo la cada de un pblico actual, no a una cultura de masas que la devora, sino a una fuerza similar - la televisin. La televisin ocupa demasiado de nuestro tiempo e induce perspectivas pasivas sobre la vida, de acuerdo con Putnam.

Esto no es una revisin completa de los puntos de vista acadmicos sobre la esfera pblica, sino que presenta una serie de expectativas acadmicas sobre lo pblico, y puede ayudarnos a entender cmo la Internet puede crear estas expectativas. Puede promover el discurso racional, produciendo as el ideal romntico de una esfera pblica prevista por Habermas y otros? Refleja varias esferas pblicas que coexisten en lnea, en representacin de los colectivos de diversos grupos, como Fraser sostuvo? Estn las discusiones en lnea dominados por elementos de la anarqua o de la voluntad personal, y no fomentan la democracia? El potencial revolucionario de Internet se absorber en ltima

instancia por una cultura comercial de masas? Estas son preguntas que guan esta evaluacin de la esfera virtual.

La investigacin sobre el potencial de la esfera pblica de la Internet, que se presentar en las prximas secciones, responde a algunas de estas preguntas. Algunos estudiosos destacan el hecho de que el acceso rpido y barato a la informacin proporcionada en el Internet promueve el activismo ciudadano. Otros se centran en la capacidad de la Internet para reunir a las personas y ayudarles a superar las fronteras geogrficas y de otro tipo. En ltima instancia, las discusiones en lnea pueden desvanecer o suprimir las desigualdades econmicas. Visiones utpicas y distpicas prevalecen en la evaluacin de la promesa de la Internet como un espacio pblico. En las siguientes secciones, me centro en tres aspectos: la capacidad de Internet para llevar y transportar la informacin, su potencial para unir a la gente de diversa procedencia, y su futuro en la era capitalista. Esta discusin ayudar a determinar si la Internet se puede ayudar a crear una esfera pblica que tal vez nunca lo fue, fomentar varias diversas esferas pblicas, o simplemente ser absorbida por una cultura comercial.

ACCESO A LA INFORMACIN

Gran parte del debate se centra en los beneficios de la informacin en lnea para los que tienen y los inconvenientes para los que no tienen. Por los que tienen acceso a las computadoras, la Internet es un recurso valioso para la participacin poltica, como la investigacin que

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hemos mostrado. Al mismo tiempo, el acceso a Internet no garantiza una mayor actividad poltica o discurso poltico ilustrado. Mover la discusin poltica a un espacio virtual excluye a aquellos que no tienen acceso a este espacio. Por otra parte, la conectividad no asegura una esfera pblica ms representativa y potente.

Sin embargo, la Internet no proporciona numerosas vas para la expresin poltica y varias formas de influir en la poltica y participar en la poltica (Bowen, 1996). Los usuarios de Internet son capaces de encontrar los registros de votacin de los representantes, el seguimiento del Congreso y fallos de la Corte Suprema, se unen a grupos de intereses especificos, la lucha por los derechos de los consumidores, y se conectan a los servicios del gobierno libre (Bowen, 1996). En 1996, 'Decision Maker', un programa de software desarrollado por Marcel Bullinga (los de Netherland) impuls uno primeros debates polticos en lnea de los Pases Bajos, un experimento que dur un mes con civiles involucrados, representantes de organizaciones, grupos de accin y representantes polticos. La investigacin que dio seguimiento a este experimento revel que la mayora de los debates estuvieron dominados por unos pocos elegidos. Por otra parte, se generaron ms respuestas cuando la discusin involucr a individuos de cierta influencia poltica (Jakowski y Van Selm, 2000). Este experimento demostr que la discusin poltica se puede transferir fcilmente en lnea, aunque no es seguro que esta transferencia dar lugar a debates ms democrticos o tienen un impacto en el proceso poltico. Jankowski y Van Selrn (2000) expresaron sus reservas de que las discusiones en lnea, al igual que las de la vida real, parecan

estar dominadas por las lites y no pudieron influir en el desarrollo de polticas pblicas. A pesar de que la Internet proporciona un espacio adicional para el debate poltico, contina plagado por las deficiencias de nuestro sistema poltico. Ofrece un espacio pblico, pero no constituye una esfera pblica.

En las elecciones ms recientes en los EE.UU, el uso inteligente de Internet les permiti a los polticos a motivar a los seguidores, aumentar el apoyo, y llegar a los grupos demogrficos que antes eran inaccesibles. Jesse Ventura y John McCain son dos ejemplos de los polticos que se beneficiaron de este uso de la Internet, un medio que an desconcierta a muchos de sus oponentes polticos. A su vez, los votantes fueron capaces de proporcionar a los polticos con retroalimentacin directa a travs de estos sitios web. Por supuesto, no hay garanta de que esta retroalimentacin directa, con el tiempo pueda conducir a la realizacin de polticas. El proceso poltico es demasiado complejo, por decir lo menos, para justificar tales expectativas. Sin embargo, la Internet abre canales adicionales de comunicacin, discutible por los resultados que puede lograr. Estos canales adicionales permiten un acceso ms fcil a la informacin poltica, estimulando el dilogo renovador y entusiasta de una democracia de escritorio ley pad (Grossman, 1995) y lardwiring una forma de escribir que promueve la conciencia colectiva (Barlow, 1995).

Por lo tanto, la retrica de celebracin en las ventajas de la Internet como una esfera pblica se centra en el hecho de que ofrece un lugar para la expresin personal (Jones, 1997), hace posible que individuos y grupos poco conocidos puedan hacer contacto directo con los ciudadanos y reestructurar los asuntos pblicos

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(Grossman, 1995; Rash, 1997), y la vinculacin del gobierno con los ciudadanos (Arterton, 1987). La interactividad fomenta el uso de "plebiscitos electrnicos", lo que permite el sondeo instantneo, referndum instantneo, y la votacin desde casa (Abramson et al., 1988). La adquisicin y la dispersin de la comunicacin poltica en lnea es rpida, fcil, barata y conveniente. La informacin disponible en Internet es con frecuencia sin mediacin; es decir, no ha sido manipulado o alterado para servir intereses particulares (Abramson et al. 1988).

Si bien estas son ventajas indiscutibles de la comunicacin en lnea, no garantizan una esfera pblica justa, representativa e igualitaria de forma instantnea. Como varios crticos argumentan, el acceso a tecnologas e informacin en lnea debe ser igual y universal. El acceso tambin debe proporcionarse a precios accesibles. Sin cimientos y un sistema de acceso consistentes para la expresin en la red, el Internet es como una esfera pblica ms que abriga la ilusin de apertura (Pavlik, 1994; Williams y Pavlik, 1994; Williams, 1994). El hecho de que las tecnologas en lnea estn nicamente disponibles para, y utilizado por una pequea fraccin de la poblacin contribuye a una esfera pblica electrnica que es excluyente, elitista, y lejos de ser ideal - no muy diferente de la esfera pblica burguesa del 17 y 18 de siglos.

Este punto se reiter en la investigacin emprica de las comunidades polticas en este sentido, realizados por Hill y Hughes (1998). En la investigacin de Usenet poltica y grupos de AOL, encontraron que demogrficamente, los conservadores eran una minora entre los usuarios de Internet. El discurso poltico en lnea, sin embargo, fue dominado por los conservadores, a pesar de que los liberales eran la mayora en lnea.

Esto implica que la esfera virtual se divide polticamente de una manera que se hace eco de la poltica tradicional, por lo que simplemente sirve como un espacio de expresin complementario, en lugar de reformar radicalmente el pensamiento y la estructura poltica. Sin embargo, tambin sealaron el hecho alentador de que por lo menos la gente est hablando acerca de la poltica y protestando prcticamente en lnea contra los gobiernos democrticos.

A pesar del hecho de que todos los participantes en lnea tienen el mismo acceso a la informacin y la opinin de expresin, el discurso sigue dominado por unos pocos. Por otra parte, no toda la informacin disponible en Internet es democrtica o promueve la democracia; por ejemplo, grupos de supremaca blanca a menudo poseen algunos de los sitios web ms inteligentes, pero la mayora no democrticos. Sin embargo, este comentario en particular no debe ser malinterpretado. Los principios democrticos fundamentales garantizan la libre expresin de opiniones. Mientras que los sitios que defienden abiertamente la discriminacin por motivos de raza u origen tnico ejercer el derecho a la libertad de expresin, que sin duda no promueven los ideales democrticos de igualdad.

Algunos investigadores plantean preguntas adicionales, por ejemplo: aunque la informacin en lnea est disponible para todos, es fcil de acceder y gestionar grandes volmenes de informacin (Jones, 1997)? La organizacin, seguimiento, y pasando por la informacin puede ser una tarea que requiere de habilidad y el tiempo que varios no poseen. El acceso a la informacin no nos garantiza automticamente

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ser ciudadanos mejor informados y ms activos. De hecho, Hart sostuvo que algunos medios de comunicacin, como la televisin, los espectadores ` saturar con informacin poltica "y que, como resultado ` alboroto es ste crea en el espectador una sensacin de actividad en lugar de una verdadera participacin ciudadana " (1994: 109). Adems, Melucci (1994) argumenta que mientras que la produccin y el procesamiento de la informacin es crucial en la construccin de la identidad personal y social, los nuevos movimientos sociales surgen slo en cuanto actores luchan por el control, afirmando que " el flujo incesante de mensajes slo adquiere sentido a travs del cdigo que ordena el flujo y permite a sus significados para ser ledo "(p. 102) . Por ltimo, algunos incluso sostienen que el aumento de la participacin en lnea no solo sera ampliar y democratizar la esfera virtual, sino que tambin podra dar lugar a un debilitamiento de su contenido nico, en sustitucin de discurso que es ms propio y menos innovadores (por ejemplo, Hill y Hughes, 1998 ) . Sin embargo, este discurso no es menos valioso.

En conclusin, el acceso a la informacin en Internet no es universal e igual para todos. Aquellos que pueden acceder a la informacin en lnea estn equipados con herramientas adicionales para ser ciudadanos ms activos y participantes de la esfera pblica. Hay historias de xito ms populares, como el de la Red Pblica Electrnica de Santa Mnica, que comenz como una red (poca, edad) electrnica, que promovi la conversacin en lnea entre los residentes , esto logr ayudar a varias personas sin hogar a encontrar empleo y vivienda (Schmitz, 1997) . Grupos como la Electronic Frontier Foundation, el Centro para una Nueva Democracia, Civic Networking, Democracia Internet, el Centro de Recursos para la Democracia,

Interacta y reloj de Telecomunicaciones del Votante son algunos ejemplos de paradas polticas en lnea prsperas.

Sin embargo, las tecnologas en lnea hacen que la participacin en la esfera poltica sea ms eficaz, pero no lo garantizan. Las discusiones polticas en lnea estn limitadas a los que tienen acceso a las computadoras y el Internet. Los que s tienen acceso a la Internet no persiguen necesariamente la discusin poltica, y discusiones en lnea estn dominados frecuentemente por unos pocos. Mientras que el Internet tiene el potencial de ampliar la esfera pblica, al menos en trminos de la informacin que est a disposicin de los ciudadanos, no todos son capaces o estn dispuestos a asumir el reto. El acceso a la informacin no necesariamente crea ciudadanos ms informados, o conducir a una mayor actividad poltica. A pesar de que el acceso a la informacin es una herramienta til, el potencial democratizador de Internet depende de factores adicionales, examinados en la siguiente seccin.

GLOBALIZACIN O TRIBALIZACIN?

Sin embargo, otra razn por la que hay mucho entusiasmo sobre el futuro de la Internet como un espacio pblico tiene que ver con su capacidad para conectar a las personas de diversos orgenes y proporcionar un foro para el debate poltico. Mientras que muchos elogian la discusin poltica en lnea para su racionalidad y la diversidad, otros se muestran escpticos sobre la posibilidad de que grupos dispares logren llevarse bien.

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Estas tecnologas llevan la promesa de unir a las personas, pero tambin tienen el peligro de hacer girar en diferentes direcciones. Ms an, una mayor participacin en la discusin poltica, en o fuera de lnea, no puede garantizar una democracia ms estable y dinmica. Estos son los temas tratados en esta seccin.

Perspectivas utpicas sobre Internet especulan que la comunicacin poltica a travs del ordenador facilitar la democracia de base y llevar a la gente en todo el mundo ms cerca. Las fronteras geogrficas se pueden superar y las utopas `dispora ' pueden florecer (Pavlik, 1994). El anonimato en lnea ayuda a uno superar fronteras identitarias y comunicarse ms libre y abiertamente, promoviendo as un intercambio ms ilustrado de las ideas. Por ejemplo, el grupo de noticias soc.culture.india indio es uno de los muchos grupos en lnea que fomentan el discurso poltico crtico entre los participantes de que ni siquiera podran satisfacer en tiempo y espacio real. Durante varios aos este grupo ha albergado un animado debate poltico sobre cuestiones pertinentes para el futuro poltico de la India (Mitra , 1997a, 1997b).

Sin embargo, la existencia de un espacio virtual no garantiza el discurso democrtico y racional. Flaming y el conflicto ms all de los lmites razonables son evidentes tanto en la Red de Educacin Pblica (PEN) y soc.culture.india, frecuentemente intimida a participantes de unirse a las discusiones en lnea (Mitra , 1997a , 1997b ; Schmitz, 1997). Hill y Hughes (1998) hicieron hincapi en que el potencial tecnolgico para la

comunicacin global no asegura que las personas de diferentes orgenes culturales tambin sern ms comprensivas el uno del otro, y citan varios ejemplos de la falta de comunicacin. Sin embargo, s encontraron que cuando la conversacin se centr en las cuestiones polticas, en vez de general, tenda a ser ms atenuado. A menudo, la comunicacin en lnea se construye sobre la emocin y lo que expresan, Abramson et al. (1988) se refieren a que las opiniones ocupan el ltimo lugar, en lugar de un discurso racional y centrado. Mayor participacin en el debate poltico no se traduce automticamente en la discusin que promueve los ideales democrticos.

Haciendo a un lado los errores o malentendidos, qu pasa con la comunicacin? Qu impacto tienen en realidad nuestras palabras en lnea? Jones (1997) sugiri que tal vez el internet nos permite gritarnos ms fuerte, pero si otros compaeros escuchan, ms all de las pocas personas que pueden contestar, o el "intruso" de vez en cuando, es lo cuestionable, y si nuestras palabras harn la diferencia est an ms en duda " (p. 30). El mismo anonimato y la ausencia de cara a la interaccin cara que ampla nuestra libertad de expresin en lnea nos impide evaluar el impacto y el valor social de nuestras palabras. La expresin de la opinin poltica en lnea puede dejar a uno con una sensacin de empoderamiento. El poder de las palabras y su capacidad para efectuar el cambio, sin embargo, es limitado en el escenario poltico actual. En un sistema poltico en el que la participacin del pblico es limitado, el efecto de estas opiniones en lnea sobre la elaboracin de polticas es cuestionable. Para abundar ms en este punto, la expresin poltica en lnea puede dejar

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a las personas con una falsa sensacin de empoderamiento, que tergiversa el verdadero impacto de sus opiniones. Los individuos pueden salir de los grupos de noticias polticas con el contenido sintiendo que son parte de una democracia bien engrasada [sin conflictos(nuestro)] esta sensacin representa la realidad o es un sustituto de la verdadera participacin ciudadana? Al mismo tiempo, es a travs de las discusiones polticas con los dems que los individuos llegan a darse cuenta de las dificultades de nuestra democracia, e incluso se comprometen a la actividad poltica para superarlos. Ms estudios y observacin ms cercana de las discusiones polticas en lnea, consideran que es necesario determinar el impacto de la discusin poltica en la psique individual, as como el bienestar de una sociedad democrtica.

Otra cuestin fundamental radica en cmo afecta a la discusin interconectada [la conexin de distintas redes como si fuera una]. Las personas a las que pueden llegar nuestras opiniones virtuales pueden ser a grupos amplios, pero tambin puede llegar a ser menor a medida que Internet se vuelve ms fragmentado. Grupos especiales de inters atraen a los usuarios que quieren centrar el debate sobre ciertos temas, proporcionando oportunidades para la discusin especializada con personas que tienen algunas cosas en comn. Como la masa virtual se subdivide en grupos de discusin cada vez ms pequeos, el ideal de una esfera pblica que conecta a muchas personas en lnea se nos escapa.

Por otro lado, la creacin de grupos de inters especial promueve el desarrollo de varios pblicos en lnea, que, como se seal Fraser, reflejan el colectivo de ideologas de sus miembros. Despus de todo, la visin de Habermas era una de las casas

de caf donde se realizaban pequeas discusiones de grupo.

Pero la fragmentacin no se manifiesta nicamente a travs de la proliferacin de subgrupos de intereses especiales. Una buena cantidad de la informacin que recibimos en lnea es de naturaleza fragmentada, presentando un aspecto de un problema, fragmentos de informacin, de opiniones o informacin apcrifa reunida al azar. Schement y Curtis (1997) explic que "cuando los mensajes filtrados a travs del entorno vienen sin conectar, o en forma de bits sin integridad orgnica, el entorno de los medios exhibe fragmentacin", y argument que Tragmentation [fragmentacin tanto en el sentido como en la materialidad del soporte] influye en el clima de ideas dentro de la cual formamos valores y construir la realidad (p. 120). La fragmentacin se presenta en el trabajo de grupos de noticias, en temas irreverentes y en el estilo an ms desconectado de conversaciones observadas en salas de chat. Cuando las personas hablan sobre temas al azar, en un orden aleatorio, sin un acuerdo comn sobre la importancia social de un tema en particular, entonces la conversacin se vuelve ms fragmentada y su impacto disminuye. La capacidad de hablar de cualquier tema poltico al azar, entrando y saliendo de los debates y los temas, a capricho, puede ser muy liberador, pero no crea un punto de partida comn para el debate poltico. Resumiendo, existe el peligro de que estas tecnologas pueden exagerar nuestras diferencias y minimizar o incluso restringir nuestras coincidencias.

Por otra parte, algunos sostienen que el intercambio incorpreo de texto no es un sustituto para la reunin cara a cara, y no debe ser comparado con eso.

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Poster (1995), por ejemplo, sostuvo que los argumentos racionales, que recuerdan a una esfera pblica, rara vez puede prevalecer y el logro de consenso no es posible en lnea, en concreto porque la identidad se define de manera muy diferente en lnea. Debido a que las identidades son fluidas y mviles en lnea, las condiciones que fomentan el compromiso estn ausentes en el discurso virtual. La disidencia se anima, y los marcadores de estado son eliminados. Poster concluy que Internet realmente se descentraliza la comunicacin, pero en ltima instancia, mejora la democracia. Esto trae a la mente el argumento de Lyotard que los movimientos sociales y la democracia se fortalecen con la disidencia y la anarqua en comunicacin. Este es un argumento atractivo, pero en un sistema social en el que el pblico tiene poco poder, la disidencia no puede hacer la diferencia.

Para concluir, el Internet puede en realidad aumentar la esfera pblica, pero lo hace de una manera que no es comparable a nuestras experiencias pasadas del discurso pblico. Tal vez el internet no se convertir en el nuevo espacio pblico, sino algo radicalmente diferente. Esto mejorar la democracia y el dilogo, pero de ninguna manera como se ha experimentado en el pasado. Por ejemplo, los grupos de activistas de internet y de hackers practican una forma reapropiada del activismo en Internet, por allanamiento y cierre de los sitios web o ` bombardeo ' a grandes corporaciones, de modo que no hay ms usuarios pueden entrar en ellos. Esta es una nueva forma de activismo, ms eficaz que marchar fuera de la sede de la corporacin, y

definitivamente menos inofensivo que en realidad bombardear una ubicacin. Se podra argumentar que la esfera virtual tiene una gran promesa como un medio poltico, especialmente en la reestructuracin de los procesos polticos y el rejuvenecimiento de los rituales polticos. Adems, las tecnologas de Internet y afines invitan discusin poltica y sirven como un foro para ello. No obstante, una mayor participacin en el debate poltico no es el nico factor determinante de la democracia. El contenido, la diversidad, y el impacto de la discusin poltica necesitan ser considerados cuidadosamente antes de concluir si el discurso en lnea mejora la democracia.

COMERCIALIZACIN

A pesar de toda la publicidad que rodea a los usos innovadores de la Internet como un medio pblico, sigue siendo un medio construido en una era capitalista. Es parte integrante de un mundo social y poltico (Jones, 1997). Como tal, es susceptible a las mismas fuerzas que, de acuerdo con Carey (1995), originalmente transforma la esfera pblica. Las mismas fuerzas definen la naturaleza de la radio y la televisin, los medios de comunicacin una vez aclamado por proporcionar formas innovadoras de comunicacin. Douglas (1987) detalla cmo la radio revolucion la manera en que las personas conciben la comunicacin, y document cmo se construye la esperanza para la expansin de lo pblico, la comunicacin y el progreso de la democracia. El potencial de la comunicacin televisiva para arar un nuevo camino para la democracia se haba reunido con un entusiasmo similar (Abramson et al., 1988). Hoy en da, los medios de comunicacin han

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transformado la produccin, la programacin de frmulas comercial en su mayor parte . Los ingresos por publicidad tienen ms impacto en la programacin que los ideales democrticos. La concentracin de la propiedad y la normalizacin de la programacin ha sido documentada por varios estudiosos (por ejemplo Bagdikian , 1983 ; Ettema y Whitney, 1994 ) , y el creciente cinismo pblico acerca de la cobertura de los medios de comunicacin socava el potencial democratizador de los medios de comunicacin .

Para una gran mayora de las empresas de Internet es visto como otra empresa de masas; su acceso generalizado y barato puede ser un obstculo pequeo, pero que puede ser superado con estrategias de beneficio econmico. Las tecnologas en lnea, tales como banners y portales, se aaden a un nmero creciente de lugares de Internet para crear ingresos publicitarios. Barrett (1996) traz cmo diversas tecnologas de la comunicacin han destruido un obstculo tras otro en busca de ganancias, empezando por volumen, para pasar a la masa, y finalmente el espacio. Sostuvo que el tiempo es el objetivo del mercado electrnico, la cada de los cuales indicar un mercado ms transparente, en el que la moneda convencional se convertir en una "abstraccin libre flotante" (Barrett, 1996).

An as, la publicidad no es necesariamente mala. Internet, puede garantizar el acceso a los grupos pequeos con los fondos para difundir sus opiniones y ampliar el debate pblico. Para este punto, algunos aaden que la `propia arquitectura de Internet funcionar contra el tipo de control de contenido a esta gente [los monopolios

corporativos] tienen sobre los medios de comunicacin ' (Newhagen , citado en McChesney , 1995). McChesney (1995) coincide en que la Internet se abrir la puerta a un renacimiento cultural y poltico, a pesar del hecho de que las grandes corporaciones se absorbern una parte de ella para lanzar sus cybernautas. Sostuvo que el ciberespacio puede proporcionar 'un motor sobrealimentado, lleno de informacin, y la versin psicodlica de la radio aficin.

McChesney admiti que el capitalismo fomenta una cultura basada en valores comerciales, y que tiende a ` comercializar todos los rincones de la vida social en forma que hace que el desarrollo o la forma en que sobreviven las organizaciones polticas y culturales no comerciales resulte ms difcil (1995:10). Sostuvo que existen varias barreras para la reforma de la democracia en Internet, tales como el acceso universal y la alfabetizacin informtica. Las computadoras no son asequibles para un amplio sector de la poblacin. Me gustara extender esto a nivel global, y aade que desde hace varios pases siguen luchando para mantenerse al da con los cambios tecnolgicos trados a lo largo de la era industrial, para algunos la Internet es una posibilidad remota. Cuando slo un 6 por ciento (Global Reach, 2001) de la poblacin mundial tiene acceso a Internet, el debate sobre el potencial democratizador de las tecnologas relacionadas con Internet parece al menos un poco apresurada. En la actualidad, los debates polticos en lnea son un privilegio para los que tienen acceso a las computadoras y el Internet. Los que ms se beneficiaran del potencial democratizador de las nuevas tecnologas no tienen el acceso a la misma.

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An ms problemtica, es la idea de que las tecnologas pueden transformar unilateralmente la naturaleza de la esfera poltica. Nuestro sistema poltico en la actualidad enfrenta una disminucin de la participacin ciudadana, la internet y sus tecnologas relacionadas han logrado modificar eso, pero slo hasta cierto punto. Sin embargo, es ms importante, el hecho de que el poder de nuestro sistema poltico niega la participacin por la influencia de intereses especiales, y generalmente por una creciente dependencia de una mentalidad capitalista. McChesney (1995) concluy que... tablones de anuncios, y la autopista de la informacin en general, no tienen el poder de producir cultura poltica cuando no existe en la sociedad en general. Dados los patrones dominantes del capitalismo global, es mucho ms probable que Internet y las nuevas tecnologas se adaptarn a la cultura poltica existente en lugar de crear uno nuevo. (p. 13)

Patrones de produccin capitalistas pueden mercantilizar estas nuevas tecnologas, transformndolas en medios de orientacin comercial que poco tienen que ver con la promocin del bienestar social. Aunque este escenario no se materializa, las nuevas tecnologas pueden mitigar la influencia de los intereses especiales en la poltica? Las tecnologas relacionadas con Internet sin duda pueden ayudar a conectar, motivar y organizar la disidencia. Ya sea que la expresin de la disidencia es lo suficientemente potente como para producir un cambio social es una cuestin de la accin humana y un problema mucho ms

complejo. Las nuevas tecnologas ofrecen herramientas adicionales, pero no pueden transformar por s sola una estructura poltica y econmica que ha prosperado durante siglos.

Parece que el debate sobre acceso a la informacin, la fragmentacin de Internet, y la comercializacin conduce de nuevo a un punto principal: cmo recrear algo en lnea, cuando en realidad nunca existi fuera de lnea? No es imposible, pero no es un proceso instantneo ya sea. Por desgracia, la fe ciega en los medios de informacin no es suficiente para lograr los cambios sociales necesarios para una esfera pblica ms slida y justa. Parafraseando legendaria frase de Adam Smith, la mano invisible de la informacin no es tan poderosa como varios entusiastas tecno sostienen que es. Pero puede ser til. Habiendo examinado las condiciones que tanto ampliar y limitar el potencial de Internet como un espacio pblico, me dirijo a esta cuestin especfica ms all y discutir la naturaleza de la esfera virtual en la siguiente seccin.

Una esfera virtual

El ciberespacio es el espacio pblico y privado. Es debido a estas cualidades que hace un llamamiento a aquellos que quieren reinventar sus vidas privadas y pblicas. El ciberespacio ofrece un nuevo terreno para el juego de la edad, la friccin entre la identidad personal y colectiva; el individuo y la comunidad. Bellah et al. (1985) argument que los individuos pueden vencer las tendencias individualistas y egostas en favor de la realizacin de los beneficios de actuar de forma responsable

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dentro de un Orden social, trascendente moralista Es posible hacerlo en el ciberespacio ?

Algunos han argumentado que no lo es. El ciberespacio se extiende a nuestros canales para comunicacin, sin afectar radicalmente la naturaleza de la comunicacin en s. Amplia evidencia se puede encontrar en las discusiones de los grupos de noticias polticas, que a menudo estn dominadas por discusiones y conflictos que reflejan las de la poltica tradicional. Hill y Hughes (1988) llegaron a la conclusin de que " la gente va a moldear el Internet para adaptarse a la poltica tradicional. La propia Internet no ser un interruptor de la luz histrica que se enciende alguna fundamentalmente nueva era de la participacin poltica y la democracia de base "(p. 186). McChesney (1995) coincide en que las nuevas tecnologas se adaptarn a la cultura poltica actual, en lugar de crear uno nuevo, y visto los usos polticos de Internet como `hacer lo mejor de una mala situacin " (p. 15 ) . En ltima instancia, es el equilibrio entre las visiones utpicas y distpicas que revela la verdadera naturaleza de la Internet, una esfera pblica.

Fernback (1997) seal que la verdadera identidad y la democracia se encuentran en el ciberespacio ` no tanto en el contenido de las comunidades virtuales, sino dentro de la propia estructura de las relaciones sociales" (p. 42). Por lo tanto, se podra argumentar que el estado actual de las relaciones sociales reales de la vida impide la creacin de una esfera pblica en el mundo virtual tanto como lo hace en el real. Este es un enfoque inteligente, ya que reconoce las caractersticas de vez liberadoras de las nuevas tecnologas sin ser determinante. Es la estructura

existente de las relaciones sociales que impulsa a la gente a reutilizar estas tecnologas y crear espacios para la expresin pblica y privada. El Internet s posee el potencial de cambiar la forma en que concebimos a nosotros mismos, el sistema poltico, y el mundo que nos rodea, pero lo har de una manera que se adhiere estrictamente a los ideales democrticos de la esfera pblica. La razn de esto radica en el hecho de que trascendemos el espacio fsico y los lmites corporales al entrar en el ciberespacio. Esto tiene un impacto fundamental en la forma en que llevamos a nosotros mismos en lnea, y es simplemente diferente de cmo nos conducimos fuera de lnea.

Una esfera virtual existe en la tradicin pero radicalmente diferente de la esfera pblica. Esta esfera virtual est dominada por los titulares de computadoras burguesas, muy similar a la trazada por Habermas consiste en titulares de la propiedad burguesa. En esta esfera virtual, coexisten varios pblicos de inters especial y hacer alarde de sus identidades colectivas de disidencia, reflejando as las dinmicas sociales del mundo real, como Fraser (1992) observ. Esta visin de la esfera virtual real consiste en varios mbitos de disidencia que han sido excluidos de la corriente principal del discurso poltico, pero emplean la comunicacin virtual para reestructurar la corriente principal que les ha expulsado.

No est claro si esta estructura lograr un cambio poltico. Breslow (1997) argument que Internet promueve un sentido de la sociabilidad, pero queda por ver si esto se traduce en la solidaridad. Social y fsico

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la solidaridad es lo que dio lugar a un cambio poltico y social en el transcurso del siglo, y el anonimato de la internet y la falta de la espacialidad y la densidad en realidad puede ser contraproducente a la solidaridad. En ltima instancia, concluy: "Cmo voy a saber quin est en el otro extremo, y cuando las cosas van mal, a la gente realmente la despoje de sus formas electrnicas para ponerse de pie y ser contados? (pg. 255) . La falta de compromiso slido niega el verdadero potencial de la Internet como un espacio pblico.

El enfoque de Melucci (1996) a los nuevos movimientos sociales tiene ms sentido en una poca en que los individuos utilizan 'mquinas', en movimientos como el 05 1968 utilizan las calles para protestar en contra de las mismas cosas. Su principal argumento es que los movimientos sociales ya no requieren de la accin colectiva que refleje el inters de un grupo social; que giran ms en torno a la identidad personal y dar sentido a la informacin cultural. Melucci sostuvo que en los ltimos 30 aos, los emergentes conflictos sociales en las sociedades complejas han planteado desafos culturales a la lengua dominante, en lugar de expresarse a travs de la accin poltica. Aunque Melucci da entender que tales cambios lingsticos son ineficaces, el punto es que la accin colectiva ya no puede medirse abiertamente, pero todava est presente en la proclamacin creativa de los cdigos culturales. Lo que Melucci denomina poltica de la identidad " deja espacio tanto para los usos privados y pblicos del ciberespacio. La esfera virtual permite la expresin y el desarrollo de este tipo de movimientos que expresiones ms democrticas, al no centrarse necesariamente en temas polticos

tradicionales, sino de cambiar el terreno cultural.

En otras palabras, parece que Internet y las tecnologas relacionadas han logrado crear un nuevo espacio pblico para el debate poltico. Este espacio pblico facilita, pero no garantiza, el rejuvenecimiento de una esfera pblica culturalmente drenado (vaca). Acceso barato, rpido y conveniente para ms informacin no hace que necesariamente todos los ciudadanos ms informados y dispuestos participen en el debate poltico. Mayor participacin en la discusin poltica ayuda, pero no garantiza una democracia saludable. Las nuevas tecnologas facilitan una discusin poltica mayor, pero no necesariamente ms diversa, ya que si acceso es reducido a nicamente a una pequea fraccin de la poblacin. Adems, nuestros diversos y heterogneos orgenes culturales hacen que sea difcil volver a crear una esfera pblica unificada, en o fuera de lnea. Finalmente, la disminucin de la participacin ciudadana es slo uno de los muchos problemas que enfrenta nuestro sistema poltico actual. La dependencia de intereses especficos y un modo de produccin capitalista tambin comprometen los ideales democrticos de igualdad. Por otra parte, la rpida expansin de la mercantilizacin de los recursos relacionados con Internet amenace la independencia y el potencial democratizador de estos medios de comunicacin.

Sin embargo, la forma ms plausible de la percepcin de la esfera virtual se compone de varias ciberesferas culturalmente fragmentadas que ocupan un espacio pblico virtual comn. Grupos de emergencia de ciudadanos reunidos por intereses comunes

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debatirn y quiz traten de lograr sus objetivos culturales.

Gran parte del debate poltico que tiene lugar en lnea no lo hace, y no, suena diferente de la que tiene lugar en la interaccin casual o formal cara a cara. Las crecientes brechas entre polticos, periodistas y el pblico no sern puenteados, a menos que ambas partes quieren que sean. Sin embargo, las personas que nunca seran capaces de reunirse para discutir asuntos polticos ahora son capaces de hacerlo en lnea, y eso no es poca cosa. El hecho de que personas de diferentes orgenes culturales, estados o pases se involucran en discusiones polticas virtuales en cuestin de minutos, a menudo ampliando los horizontes de cada uno con puntos de vista culturalmente diversos, captura la esencia de esta tecnologa. El valor de la esfera virtual reside en el hecho de que abarca la esperanza, la especulacin, y los sueos de lo que podra ser. Castells seal que ` necesitamos Utopias - con la condicin de no tratar de convertirlos en recetas prcticas ' (entrevista con Ogilvy, 1998: 188). La esfera virtual refleja la dinmica de los nuevos movimientos sociales que luchan en una cultura, en lugar de un terreno tradicionalmente poltico. Es una visin, pero todava no es una realidad. Como una visin, que inspira, pero an no ha logrado transformar las estructuras polticas y sociales.

Esto no significa que todava no existe un espacio para investigadores de la comunicacin, para discutir e investigar el potencial poltico de las tecnologas relacionadas con Internet. Nuestra experiencia poltica en lnea ha demostrado que hasta ahora, la Internet ofrece un espacio pblico, pero todava no constituye una esfera pblica. Todava es una herramienta til, sin embargo, y

puede servir para proporcionar informacin directa a los representantes polticos. Sus capacidades tcnicas permiten a los debates entre los votantes y los representantes, y el relativo anonimato alienta a los participantes de discusin para ser ms vocal y por adelantado acerca de explicar sus creencias. Desafortunadamente, los debates polticos, en lnea estn dominados frecuentemente por unos pocos que tienen un discutible, si lo hay, el impacto en la formacin de polticas. Investigadores de comunicacin deben investigar ms a fondo las discusiones polticas en lnea y desarrollar formas de medir las respuestas de los intrusos a la discusin poltica en lnea. Esto podra ayudar a transformar estas discusiones en un indicador ms representativo de la opinin pblica. Los patrones de la argumentacin en lnea podran ser rastreados para aprender ms sobre la naturaleza de la deliberacin en lnea. Grupos de chat de noticias o debates en directo entre los participantes y los polticos en lnea tambin pueden ser monitoreados para determinar si y cmo la naturaleza de las discusiones en lnea cambia cuando alguien con influencia poltica est involucrado.

Hasta ahora, la investigacin considerable ha centrado en la utilidad personal que las discusiones en lnea pueden tener para los participantes de la discusin. La investigacin debe enfrentar el desafo de de cuestionar de manera ms agresiva los efectos, y tratar de determinar las consecuencias de la deliberacin poltica en lnea para los individuos, los grupos sociales y la sociedad en su conjunto. Podran llevarse a cabo estudios de casos en los que se utiliz la Internet para movilizar el apoyo, para comprender el proceso mediante el cual las discusiones en lnea pueden comenzar a ganar peso poltico. Ms

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debates experimentales entre los polticos y los comentaristas en lnea podran estar dispuestos , monitoreados y observados por los investigadores de comunicacin, a partir de un nivel de gobierno local. Ponentes en lnea deben ser encuestados o de otra manera entrevistados para determinar cun poderoso es el impacto de sus opiniones en lnea.

Por ltimo, el Internet ha servido como una herramienta valiosa para perdedores polticos, y debe seguir sindolo. Por ejemplo, en la eleccin presidencial de EE.UU. 2000, el candidato independiente Ralph Nader fue capaz de usar su sitio web para conectar y movilizar a una gran red de seguidores. Para los candidatos independientes, con fondos limitados y escasa cobertura de los medios de comunicacin, la Internet ofrece una forma barata, conveniente y rpida de llegar a los votantes potenciales. Un sitio web puede no ser como mucho de una diferencia para los principales candidatos de los partidos, que pueden permitirse la publicidad de la campaa y disfrutar de una cobertura continua de la prensa general, pero ha demostrado ser una bendicin para otros

contendientes polticos. Investigadores de la comunicacin podran estudiar y comparar cmo los polticos hacen uso de Internet, y sus propios sitios web en particular. Por ejemplo, los investigadores podran considerar cmo los sitios web de los polticos reflejan la personalidad, la mentalidad y la ideologa del candidato en cuestin. El uso y el impacto de estos sitios web pueden ser evaluados y comparado con los medios de comunicacin de masas ms tradicionales, como la televisin y la prensa escrita.

Estas sugerencias para investigaciones futuras deben contribuir a la creacin de un cuerpo considerable de literatura sobre los usos polticos de Internet. Hemos documentado con xito que la deliberacin poltica en realidad puede tener lugar en lnea; ahora tenemos que seguir adelante y considerar el mayor impacto de dicha deliberacin poltica. Comprender y documentar las consecuencias de usos polticos de Internet pueden ayudar a determinar si este medio relativamente nuevo lograr trascender desde el espacio pblico a una esfera pblica virtual.

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Referencias

zizi papacharissi la esfera virtual traduccion

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