y acumulaba y buscaba. abrirnos a ser - derecho viejo

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Derecho Viejo Un periódico para leer Abril 2014 “GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE) Lejos del mundo. Cerca de los hombres PERIÓDICO DE DISTRIBUCIÓN GRATUITA “DERECHO VIEJO” Poner todas nuestras energías en permitir conscientizar que somos Abrirnos a Ser... (...es lo único desconocido) 1) La vida es una oportunidad... podemos perderla. Se- guir preocupados por el dinero, el poder y el presti- gio es la mejor forma de perderla. Permitir que la Vida disponga. Nuestra propia decisión se convertirá en la semilla de nosotros mismos. 2) La vida es un viaje, una peregrinación. No es estática sino que es dinámica. Lo único que permanece es el cambio. Siempre nos estamos dirigiendo hacia lo desconocido. 3) A causa de nuestro miedo nos apegamos a lo conoci- do y no aceptamos que la vida se mueva, es como si no le diéramos suficiente libertad para que se aba- lance a lo desconocido, o mejor dicho, no le permiti- mos que la vida surja. 4) Somos como un río, pero por temor a lo desconocido, por temor al cambio, nos quedamos con la idea de que somos un charco. Y ser un charco significa que no hay cambio, significa que estamos muertos. 5) Los charcos nunca llegan a ninguna parte, solamente se secan, se vuelven más embarrados y ponzoñosos, y despren- den mal olor porque están estancados. El río en cambio, permane- ce puro, fresco, porque se permite fluir. 6) La vida es una sorpresa constante, una sorpresa interminable, una intriga, un misterio, que no tiene principio ni tiene fin. El cuerpo está destinado a envejecer, pero el espíritu necesariamente no envejece. La tan temida muerte no llega como fin sino como princi- pio, una puerta nueva que se abre. 7) El hombre piensa que muere, y la muerte es una falacia. Nunca se ha muerto nadie y nunca ha nacido nadie. Nacimiento y muerte son ambos episodios de la vida eterna. El nacimiento no es el princi- pio y la muerte no es el final. Existíamos antes de nacer, existire- mos después de la muerte. Conscientizar esto es la única manera de liberarse de todos los miedos y las ansiedades, porque están arraigados todos ellos en el miedo a la muerte. Si permitimos que la vida nos libere de la muerte, tendremos una paz que no es la paz del cementerio. Es una paz llena de vida. 8) La meditación es el camino del regreso. Está en nuestro interior. Podemos vagar por todas partes y seguiremos en la oscuridad a menos que regresemos a nuestro propio ser; a menos que nos dirijamos al interior y veamos nuestro propio yo. Los problemas desaparecen. ¿Podemos soportar vivir sin conflictos? 9) Aquellos que son capaces de conocer, deberán dejar su conoci- miento a un lado para que surja la sabiduría. No es la ignorancia la que obstaculiza la sabiduría, sino que lo es el conocimiento pres- tado; de ahí que todo conocimiento sea auténtica ignorancia. 10) Toda manifestación de ser es única. “Lo Desconocido” no saca fotocopias. Es un verdadero creador, nunca repite. A pesar de esto, nosotros no hacemos más que vivir imitando. Siempre intentamos ser otra persona, esto es imposible. Hagamos lo que hagamos es- tamos destinados a fallar, sólo uno puede ser uno mismo, no hay otra posibilidad. Tenemos que iluminarnos con nuestra propia luz. 11) La mente quiere que sigamos dormidos, hipnotizados o muertos; la mente siempre está dejando para mañana. La mente quiere que sigamos inconscientes, porque sólo puede existir cuando estamos dormidos. 12) La mente es un fenómeno como un sueño. Está hecha con la mis- ma materia que los sueños. Nuestra esencia es la infinitud, lo ilimi- tado. Fracasan nuestras búsquedas porque nos hemos identifica- do con los límites, con las formas. Estos límites nos mantienen fue- ra. No decimos que debemos liberarnos del cuerpo ni de la mente, simplemente decimos que no debemos identificarnos con ellos. Tal vez de pronto experimentemos la infinitud. La única manera de conocer a Dios es convertirnos en Dios. Esto es simplemente ser 13) Somos divinos y sin forma. Ser no es algo cuantitativo, es solamen- te una cualidad. Ser no es algo material, es solamente una presen- cia. Somos más una fragancia que una flor, podemos sentir pero no podemos apresar, podemos amar pero no podemos poseer. 14) La programación nos lleva a pensar en Dios como en una persona. Veámoslo como una Presencia. La Encarnación realizó lo siguiente: Dios se volvió humano y los seres humanos se volvieron Dios y partícipes de la naturaleza divina. Tomás de Aquino Yo soñaba, y soñaba que tenía, y soñaba que era; y acumulaba y buscaba. (Continúa pag. 2)

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“Derecho Viejo” Página 1

Un periódico para leer Abril 2014

“GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE)

Lejos del mundo. Cerca de los hombres

PERIÓDICO DE DISTRIBUCIÓN GRATUITA

“DERECHO VIEJO”

Poner todas nuestras energías en permitir conscientizar que somos

Abrirnos a Ser...(...es lo único desconocido)

1) La vida es una oportunidad... podemos perderla. Se-guir preocupados por el dinero, el poder y el presti-gio es la mejor forma de perderla. Permitir que la Vidadisponga. Nuestra propia decisión se convertirá enla semilla de nosotros mismos.

2) La vida es un viaje, una peregrinación. No es estáticasino que es dinámica. Lo único que permanece es elcambio. Siempre nos estamos dirigiendo hacia lodesconocido.

3) A causa de nuestro miedo nos apegamos a lo conoci-do y no aceptamos que la vida se mueva, es como sino le diéramos suficiente libertad para que se aba-lance a lo desconocido, o mejor dicho, no le permiti-mos que la vida surja.

4) Somos como un río, pero por temor a lo desconocido,por temor al cambio, nos quedamos con la idea deque somos un charco. Y ser un charco significa queno hay cambio, significa que estamos muertos.

5) Los charcos nunca llegan a ninguna parte, solamentese secan, se vuelven más embarrados y ponzoñosos, y despren-den mal olor porque están estancados. El río en cambio, permane-ce puro, fresco, porque se permite fluir.

6) La vida es una sorpresa constante, una sorpresa interminable, unaintriga, un misterio, que no tiene principio ni tiene fin. El cuerpoestá destinado a envejecer, pero el espíritu necesariamente noenvejece. La tan temida muerte no llega como fin sino como princi-pio, una puerta nueva que se abre.

7) El hombre piensa que muere, y la muerte es una falacia. Nunca seha muerto nadie y nunca ha nacido nadie. Nacimiento y muerte sonambos episodios de la vida eterna. El nacimiento no es el princi-pio y la muerte no es el final. Existíamos antes de nacer, existire-mos después de la muerte. Conscientizar esto es la única manerade liberarse de todos los miedos y las ansiedades, porque estánarraigados todos ellos en el miedo a la muerte. Si permitimos quela vida nos libere de la muerte, tendremos una paz que no es la pazdel cementerio. Es una paz llena de vida.

8) La meditación es el camino del regreso. Está en nuestro interior.Podemos vagar por todas partes y seguiremos en la oscuridad amenos que regresemos a nuestro propio ser; a menos que nosdirijamos al interior y veamos nuestro propio yo. Los problemasdesaparecen. ¿Podemos soportar vivir sin conflictos?

9) Aquellos que son capaces de conocer, deberán dejar su conoci-miento a un lado para que surja la sabiduría. No es la ignorancia laque obstaculiza la sabiduría, sino que lo es el conocimiento pres-tado; de ahí que todo conocimiento sea auténtica ignorancia.

10) Toda manifestación de ser es única. “Lo Desconocido” no sacafotocopias. Es un verdadero creador, nunca repite. A pesar de esto,nosotros no hacemos más que vivir imitando. Siempre intentamosser otra persona, esto es imposible. Hagamos lo que hagamos es-tamos destinados a fallar, sólo uno puede ser uno mismo, no hay otraposibilidad. Tenemos que iluminarnos con nuestra propia luz.

11) La mente quiere que sigamos dormidos, hipnotizados o muertos;la mente siempre está dejando para mañana. La mente quiere quesigamos inconscientes, porque sólo puede existir cuando estamosdormidos.

12) La mente es un fenómeno como un sueño. Está hecha con la mis-ma materia que los sueños. Nuestra esencia es la infinitud, lo ilimi-tado. Fracasan nuestras búsquedas porque nos hemos identifica-do con los límites, con las formas. Estos límites nos mantienen fue-ra. No decimos que debemos liberarnos del cuerpo ni de la mente,simplemente decimos que no debemos identificarnos con ellos.Tal vez de pronto experimentemos la infinitud. La única manera deconocer a Dios es convertirnos en Dios. Esto es simplemente ser

13) Somos divinos y sin forma. Ser no es algo cuantitativo, es solamen-te una cualidad. Ser no es algo material, es solamente una presen-cia. Somos más una fragancia que una flor, podemos sentir perono podemos apresar, podemos amar pero no podemos poseer.

14) La programación nos lleva a pensar en Dios como en una persona.Veámoslo como una Presencia.

La Encarnación

realizó lo siguiente:

Dios se volvió

humano y los seres

humanos se

volvieron Dios

y partícipes de la

naturaleza divina.

Tomás de Aquino

Yo soñaba,

y soñaba

que tenía,

y soñaba que era;

y acumulaba

y buscaba.

(Continúa pag. 2)

Page 2: y acumulaba y buscaba. Abrirnos a Ser - DERECHO VIEJO

“Derecho Viejo”Página 2 PensamientoEDITORIAL

Ahora atraemos Lo DesconocidoPor Camilo Guerra

15) La vida que vivimos pro-gramadamente es como unapesadilla. Cuando tenemosuna pesadilla en la cual esta-mos sufriendo, lo único quetenemos que hacer es con-centrarnos en despertarnos.Nada más. Si soñamos quenos aplasta una roca, no ne-cesitamos levantar la roca.¡Lo único que necesitamos esdespertarnos!

16) Si somos conscientes de querecibimos vida, podremos re-cibir más. Todo lo que nos haocurrido hasta ahora es ungran don. Tanto los buenosmomentos como los malosmomentos; todo maravillosoporque todo contribuye anuestro crecimiento, a nuestroflorecimiento final.

17) Dios es un concepto. Lo Des-conocido no tiene forma ninombre, ni tampoco por su-puesto, definición. Ser es in-definible, indescriptible, inex-presable; de ahí que todo loque se ha dicho acerca deDios esté equivocado. Encuanto se expresa, resultaequivocado.

18) Sólo podemos estar en lo cier-to acerca de ser si permane-cemos en silencio. Una solapalabra nos hará perder lo im-portante. No se puede hablaracerca de Dios, pero sí pue-de ser una experiencia. Nohay prueba, ni certeza lógica,pero hay algo existencial.

19) En cierto sentido ninguna for-ma es Ser, en otro sentido,cualquier forma es Ser. Lamente no puede saber, por-que la mente sólo puede com-

El nacimiento aunque sea preparado o previsto, o pro-gramado con asistencia especial, o sin ella, siempre seráun desgarro.

El nacimiento es la proyección de nuestra decisión de ex-perimentar la ilusión de separatividad; es el comienzo de nues-tra construcción mental personal. Nacemos en un mundo hip-notizado, dormido o muerto, que solamente tiene realidaden nuestra mente; todo esto no es ningún descubrimiento, elhinduismo lo rescata de la noche de los tiempos en el con-cepto de “maya”, el mundo de ilusión.

Este pensamiento de decisión de ilusión es el comienzodel mundo irreal. De ahí en más nos identificaremos con lamente, entramos en el tiempo y nos movemos en el espacio.De aquí en adelante todo esto constituirá nuestra cárcel sinbarrotes.

El desarrollo de la ilusión de lo irreal impide o bloquea lapercepción de lo real. Así como la tierra impide que la semi-lla se contacte en forma inmediata con el sol.

Así como la semilla lucha por llegar al sol, el sol pone suparte determinante en la atracción que ejerce sobre la semi-lla, llamándola hacia afuera. Del mismo modo opera nuestraalma y Dios, la primera como semilla y el otro como el sol.

La ilusión se realiza, se experimenta, y después del tiem-po necesario se comienza un desbloqueo, que será diferenteen cada caso, hasta llegar a percibir claramente la esenciaespiritual del Ser. De ahí en más dejamos de identificarnoscon la mente, cae la ilusión del tiempo y asimismo la del es-pacio. El nacimiento de lo espiritual se produce siempre porapocalipsis. Es necesario romper un mundo para nacer (noempalmar un mundo con otro).

Una vez más tenemos que ser desgarrados. Tenemos, siqueremos ser, necesariamente ser masticados, tragados ydigeridos.

Despertarse es un acontecimiento que no puede compararse con otros. No es gradual, nidepende de nuestra independencia o voluntad; simplemente ocurre.

La superación de lo conocido no significa su abandono, sino su trascendencia. No nos resultaindiferente porque no existe.

Al principio nos sentimos raros, como desconectados; es como si “conociéramos el secreto”;salimos de la ilusión y toda la estantería cae estrepitosamente.

La sensación de pérdida es abrumadora. Programados para ganar, para mejorarnos, paraascender en la pirámide imaginaria a cualquier precio, no estamos dispuestos a transformarnos; eldespertar se nos presente como algo totalmente desconocido.

El problema: lo que conocimos nunca fue, y lo que se nos presenta como desconocido notermina de expresarse.

El lenguaje, si antes era precario, ahora ya no nos sirve en absoluto. Corremos tras el silencio,la soledad y el vacío...

¿Cómo nos habituaremos al vacío? ¿Podemos habituarnos al vacío conservando la forma?No se mide en tiempos cronológicos ni en tiempos psicológicos. Las cosas son, no hay lógicas

humanas, no dependen de nosotros: ocurren.¿Cuándo ocurren? No sabemos. ¿De qué forma, en qué circunstancias? No sabemos. No

podemos saber.San Pablo, cuando cae del caballo queda ciego (la imagen del vacío); queda sin ningún rol, sin

ningún soporte, sin nada.El dolor es inevitable, deja de ver lo irreal, pero todavía no ve lo real. ¿Período de purificación?Nos abandonamos y nos negamos. Negarnos es lo último que podemos hacer: yo no soy;

todo el pasado cae, y con él cae nuestra vida personal. . Empezamos a vivir.Cuando desenmascaramos al mundo, cuando comprendemos que sólo tiene el valor de una

construcción mental, es ese el momento que debemos esperar el zarpazo del estafador descubier-to. La mente y el ego dejan un campo arrasado, la frustración es total (“... vengan a mí losagobiados”).

El “padre de la mentira”, el ego, actuará, el comediante brindará el último acto de la tragicome-dia denominada “Ilusión, esperanza y sueño”.

Ahora atraemos lo real. Despertar... terminamos... nos vamos... gracias por nada.“No teman, Yo vencí al mundo”. Estamos secretamente muertos para el mundo, cesó la

mente, cesaron los pensamientos... ¡a vivir!

prender las formas. Para co-nocer lo informe tendremosque ir más allá de la mente(conscientizar la no-mente esconscientizar lo vertical).

20) Los minutos que pasamos enlo vertical, o la conscienciaque tenemos en ese momen-to, es lo auténtico, es lo quevivimos. Los demás momen-tos, los de la superficie, sonenteramente desechables.

21) Todo esto requiere paciencia,y lamentablemente nos he-mos vuelto muy impacientes.Siempre tenemos prisa, que-remos todo inmediatamente.La paradoja es que, el impa-ciente nunca conscientice yque el paciente conscienticeinmediatamente.

22) Si descubrimos que en estonos va la vida. Si estamos dis-puestos a esperar toda la

vida sin abrigar ninguna espe-ranza. Simplemente sentadosen silencio, sin hacer nada, lle-gará la primavera y la hierbacrecerá por sí sola. Puedeocurrir ahora.

Abrirnos a Ser...(Viene de tapa)

Dirección y Correspondencia

Almafuerte 2629 (CP. 1712) Castelar

Prov. Buenos Aires - Argentina

Tel: 4627-8486 / 4629-6086

E-mail: [email protected]

Sitio Web:

www.derecho-viejo.com.ar

Responsable

Dr. Camilo Guerra

Registro de la Propiedad IntelectualNº 2.365.486.

Textos: Bhagwan Shri Rajnísh

Page 3: y acumulaba y buscaba. Abrirnos a Ser - DERECHO VIEJO

“Derecho Viejo” Página 3

Interlocutor: –Yo me siento muy solo, y anhelo algu-na entrañable relación humana. En vista de que no puedoencontrar un compañero, ¿qué debo hacer?

Krishnamurti: –Una de nuestras dificultades es, porcierto, que queremos ser felices por medio de algo, de unapersona, un símbolo, una idea, por medio de la virtud, de laacción, de la compañía. Creemos que la felicidad, o la rea-lidad, o como guste llamarlo, puede encontrarse por mediode algo. Debido a eso sentimos que, mediante la acción,mediante ciertas ideas, hallaremos la felicidad.

Sintiéndome, pues, solo, quiero encontrar a alguien oalguna idea por cuyo intermedio pueda ser dichoso. Perola soledad permanece siempre; está siempre ahí, escon-dida. Y como me atemoriza e ignoro cuál es la naturalezaíntima de esta soledad, quiero encontrar algo a qué afe-rrarme. Así, pues, pienso que por medio de algo, pormedio de una persona, seré feliz. De este modo, mi men-te está siempre ocupada en encontrar algo. Por medio demuebles, de una casa, de libros, de personas, de ideas,rituales, símbolos, abrigo la esperanza de lograr algo, dehallar la felicidad. Y así es como las cosas, las personas,las ideas, se tornan extraordinariamente importantes,porque a través de ellas espero encontrar lo que busco.Por lo tanto, empiezo a depender de ellas.

Pero, con todo eso, sigue existiendo esto que no hecomprendido, que no he resuelto: la ansiedad, el miedocontinúa allí. Y aun cuando veo que continúa allí, quierousar aquellas cosas, abrirme paso, encontrar lo que estámás allá. Así, mi mente lo utiliza todo como un mediopara ir más allá; de esa manera lo convierte todo en tri-vial. Si yo le uso a usted para realizar mi felicidad, ustedse vuelve muy poco importante, porque lo que me inte-resa es mi felicidad. En consecuencia, cuando la mentese halla ocupada con la idea de que puede lograr la felici-dad por intermedio de alguien, por medio de una cosa ode una idea, ¿no convierte, acaso, en transitorios todosestos medios? Porque mi interés está puesto, entonces,en otra cosa, en captar algo que está más allá.

¿No es muy importante que yo comprenda esta sole-dad, esta aflicción, este dolor de la extraordinaria vacuidadinterna? Porque si comprendo esto, tal vez no utilice nadacon el fin de encontrar la felicidad. No usaré a Dios comoun medio de adquirir la paz, ni usaré un ritual para tenermás sensaciones, exaltaciones, inspiraciones. La cosaque está devorando mi corazón es este sentimiento demiedo, mi soledad, mi vacío interno. ¿Puedo compren-der esto? ¿Puedo resolverlo? Casi todos nosotros nossentimos muy solos, ¿verdad? Sea lo que fuere que ha-gamos, escuchar la radio, leer libros, dedicarnos a lapolítica, a la religión, etc., ninguna de estas cosas puederealmente ocultar esta soledad. Puedo estar socialmenteactivo, puedo identificarme con ciertas filosofías organi-zadas, pero cualquier cosa que haga, eso sigue ahí en elfondo de mi inconsciencia, o en las más recónditas pro-fundidades de mi ser.

¿Cómo habérmelas con ello? ¿Cómo sacarlo a la luz yresolverlo completamente? Además, toda mi tendenciaes condenar, ¿no es así? Me atemoriza lo que desconoz-co, y el temor es el resultado de condenar. Después detodo, no conozco la naturaleza de la soledad; de hecho,no sé lo que es. Pero mi mente la ha juzgado diciendoque es temible. Tiene opiniones sobre el hecho, tiene ideasacerca de la soledad. Y son estas ideas, estas opiniones,

las que generan el temor y me impiden mirarrealmente esta soledad.

Espero estar expresándome claramente. Osea: me siento solo y eso me atemoriza. ¿Cuáles la causa del temor? ¿No es porque ignorocuáles son las implicaciones que contiene lasoledad? Si conociera el contenido de la sole-dad, no la temería. Pero, debido a que tengouna idea de lo que podría ser, escapo de ella.Lo que genera temor es el hecho mismo deescapar, no el de mirar la soledad. Para mirar-la, para permanecer con ella, no puedo con-denarla. Y cuando soy capaz de afrontar la soledad, soycapaz de amarla, de examinarla.

Entonces, esa soledad que tanto me atemoriza, ¿esmeramente una palabra? ¿No es, en realidad, un estadoesencial, quizá la puerta que puede conducirme al descu-brimiento? Esa puerta puede llevarme más allá, de modotal que la mente comprenda ese estado en el que debeestar sola, incontaminada. Porque todos los otros proce-sos que la alejan de esa soledad, son desviaciones, esca-pes, distracciones. Si pudiera vivir con la soledad sincondenarla, entonces, gracias a eso, la mente quizá po-dría descubrir ese estado en el que se halla por completo

sola (alone), no aislada (lonely) sino totalmente sola,libre, sin depender de nada, sin procurar encontrarla felicidad por intermedio de algo.

Es necesario estar solo de este modo, conoceresa soledad (aloneness) no inducida por las circuns-tancias, esa soledad que no es aislamiento, esa sole-dad creativa en que la mente ya no está buscando nila felicidad ni la virtud, y ya no genera resistencias.Es la mente sola, libre, la que puede descubrir, no lamente que ha sido contaminada, corrompida porsus propias experiencias. De esta manera, la sole-dad (loneliness) de la que todos somos conscien-tes, quizá pueda, si sabemos cómo mirarla, abrir lapuerta hacia la realidad.

Interlocutor: Yo dependo de otros, fundamen-talmente en lo psicológico. Quiero verme libre deesta dependencia. Le ruego que me indique el modo

de hacerlo.Krishnamurti: En lo psicológico, internamente, de-

pendemos de rituales, ideas, personas, cosas, posesio-nes, ¿no es así? Dependemos, y queremos liberarnos deesa dependencia porque nos crea dificultades. En tantoesa dependencia sea satisfactoria, mientras me procurefelicidad, no desearé liberarme de ella. Pero cuando esadependencia me lastime, cuando me ocasione dolor, cuan-do la persona de la que he dependido se aleje de mí,cuando nuestra relación se marchite, cuando ella pongalos ojos en otra persona, entonces desearé verme libre dela dependencia.

Pero, ¿quiero liberarme por completo de toda la de-pendencia psicológica, o sólo de esas dependencias queme ocasionan sufrimiento? Obviamente, de las depen-dencias y los recuerdos que me hacen sufrir. No quieroverme libre por completo de todas las dependencias. Sólodeseo liberarme de determinada dependencia. Busco, pues,medios y arbitrios para liberarme, y pido a otros, o lepido a alguna persona, que me ayude a desembarazarmede esta dependencia en particular que me causa sufri-miento. No quiero liberarme del proceso total de la de-pendencia.

¿Puede otro ayudarme a que me libere de la depen-dencia, de la dependencia parcial o total? ¿Puedo yo indi-carle el modo, siendo el modo la explicación, la palabra,la técnica? ¿Se liberará usted si yo le muestro el modo, latécnica, si le doy una explicación? Seguirá teniendo elproblema, ¿no es así?, el sufrimiento que ello le causapersistirá. Por más que yo le muestre cómo abordar elproblema de la dependencia, por más que usted lo discu-ta conmigo, ello no le liberará de esa dependencia. En-tonces, ¿qué debe uno hacer?

Por favor, vea la importancia de esto. Usted me pideun método que le libere de una dependencia en particularo de la dependencia total. El método es una explicación,¿no es así? ¿Va usted a practicarlo y a vivirlo con el fin deliberarse? En tal caso, el método se convierte en otradependencia. Al tratar de liberarse de una dependencia en

particular, ha introducido otra forma de de-pendencia.

Pero si se interesa en la libertad comple-ta respecto de toda forma de dependencia,si de verdad se interesa en eso, entonces nopreguntará por un método, por el modo delograrlo. Formulará una pregunta totalmen-te distinta, ¿no es así? Se preguntará si tienela capacidad, la posibilidad de habérselas conesa dependencia. Así, pues, la pregunta noes cómo liberarme de una dependencia, sino:“¿puedo ser capaz de abordar la totalidad del

problema?”. Si soy capaz de hacerlo, entonces no de-pendo de nadie. Sólo cuando me digo que no tengo esacapacidad, pido: “por favor, ayúdeme, enséñeme unmodo”. Pero si tengo la capacidad de enfrentarme con elproblema de la dependencia, entonces no pido a nadieque me ayude a resolverlo.

Espero estar expresándome con claridad. Pienso quees muy importante no preguntar: “¿cómo?”, sino: “¿pue-do tener la capacidad de enfrentarme con el problema?”.Porque si sé cómo enfrentarme con él, entonces estoylibre del problema; por lo tanto, no ando pidiendo unmétodo, un medio. ¿Puedo, pues, tener la capacidad deenfrentarme con el problema de la dependencia?

Ahora bien, cuando usted se plantea esa pregunta,¿qué ocurre desde el punto de vista psicológico? Cuandose pregunta conscientemente: “¿tengo la capacidad deliberarme?”. En el momento en que se formula seriamenteesa pregunta, es obvio que ya está libre de la dependencia.

Espero que esté siguiendo esto no sólo verbalmente,sino que esté experimentando de hecho lo que discuti-mos. Eso es el arte de escuchar, no escuchar tan sólomis palabras, sino escuchar lo que realmente ocurre ensu propia mente.

Cuando sé que puedo tener esta capacidad, el proble-ma deja de existir. Pero, como no tengo la capacidad,quiero que me muestren lo que debo hacer. De este mododoy origen al maestro, al gurú, al salvador, a alguien queva a salvarme, que va a ayudarme. Por lo tanto, me vuel-vo dependiente de ellos, mientras que si puedo tener lacapacidad de comprender y resolver el problema, enton-ces es muy simple, entonces ya no dependo más.

Esto no quiere decir que esté lleno de confianza en mímismo. La confianza que se origina en el sí mismo, en el“yo”, no lleva a ninguna parte, porque esa confianza li-mita y encierra. Pero la pregunta misma: “¿puedo sercapaz de descubrir la realidad?”, le da a uno una fuerza yun discernimiento extraordinarios. La pregunta no impli-ca que tengo la capacidad –de hecho, no la tengo–, sino:“¿puedo tenerla?”. Entonces sabré cómo abrir la puertaque la mente está cerrando todo el tiempo a causa de suspropias dudas y ansiedades, de sus temores, experien-cias y conocimientos.

Así, pues, cuando se ve todo el proceso, la capacidadestá ahí. Pero esa capacidad no se puede encontrar me-diante ningún patrón particular de actividad. Analizandoparticularmente determinado problema, no voy a abarcarla totalidad. ¿Tengo la capacidad de ver lo total, no decomprender un determinado suceso o incidente, sino dever el proceso total de mi vida, con sus dolores, suspenas, sus alegrías, su perpetua búsqueda desconsuelo?Si puedo plantearme esa pregunta con seriedad, enton-ces la capacidad está ahí.

Con esa capacidad puedo abordar todos los proble-mas, incidentes, reacciones; eso es la vida. Puesto queno sé cómo habérmelas con ellos, acudo a otras perso-nas para averiguarlo, para pedirles que me indiquen elmodo de enfrentarme con tales problemas. Pero cuandome formulo la pregunta: “¿puedo tener la capacidad?”,eso ya constituye el comienzo de esa confianza que noes la confianza del “yo”, del sí mismo; no es la confianzaque surge por obra de la acumulación, sino la confianzaque se renueva constantemente a sí misma, no a causade alguna experiencia particular o algún incidente, sinoque llega a través de la comprensión, de la libertad, demodo tal que la mente puede dar con aquello que es real,verdadero.

Extraído de “Sobre el amor y la soledad”

Miedo a la soledad

Por Krishnamurti

Mente y observación

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“Derecho Viejo”Página 4

I. Sobre los Evangelios

Sabemos por testimonios precisos y por algunos frag-mentos, que otros Evangelios, además de nuestros cua-tro canónicos, circulaban en las primeras iglesias: el Evan-gelio según los Hebreos, recibido principalmente en lascomunidades judeo-cristianas de Siria, y el Evangeliosegún los egipcios, que localiza su título. Entiéndase bienque no son esos Evangelios apócrifos, que nosotros he-mos conservado y de los cuales no era posible dudar.

Subsistían todavía en el mismo tiempo de San Agustín,a fines del siglo IV, grandes desacuerdos acerca de lacomposición del canon, por más que hubiesen tratadode fijarla, como ya dijimos más arriba, los Concilios de Hipona(año 393) y de Cartago (año 397). Por esto el gran obispo asientalas reglas para guiar a los fieles entre las contradicciones en sutratado DE LA DOCTRINA CRISTIANA; conviene atenerse dice,a la autoridad del mayor número de las iglesias católicas, particu-larmente a las fundadas por un apóstol. Cuando hay divergenciasentre autoridades de igual consideración, admitiendo las unas cier-tos libros y las otras no, habría que admitirlos todos sin distin-ción.

Según la tradición el papa Gelasio dirigió la composición delcanon entre 492 y 496; en todo caso el Concilio de Trento lo fijódefinitivamente en el siglo XVI al proclamar canónicos los 27libros actuales del Nuevo Testamento.

En esa época, más de 1.500 años después de Jesucristo, Luteroy otros jefes protestantes no estaban de acuerdo con la inspira-ción divina del Apocalipsis, de la Epístola de Santiago y de laEpístola de San Judas y por lo tanto rechazaban estos escritosque para otros cristianos eran sagrados.

Por otra parte, sólo se comenzó hacia el siglo VII u VIII enOccidente –en otras zonas se tardó mucho más– a reunir loslibros santos en Corpus o colección, tanto los del Nuevo comolos del Antiguo Testamento. Hasta entonces circulaban aisla-damente o en pequeños grupos.

Hasta entonces, pues, el término Nuevo Tes-tamento, no designaba más que la promesa y elconjunto de los libros en que se encontraba, perono, como se designó después, una colecciónoficialmente considerada como completa y ce-rrada.

Ignoramos qué criterios se siguieron en laantigüedad para seleccionar los libros canóni-cos, seguramente no serían acordes con nues-tra forma de pensar.

En el caso específico de los Evangelios sereunió un Concilio ex profeso para ello en Niceaen el año 325 en el que se encontraron 318 obis-

pos. El Synodikon de Pappus nos cuenta qué ocurrió: Tras una prime-ra lectura de las decenas de Evangelios existentes quedaron con algu-na posibilidad de que mereciesen la pena de ser conservados unoscuarenta. Pero, claro, como los cuarenta eran tan diferentes y contra-dictorios, empezaron las discusiones entre aquellos cuya encendida feempujaba a admitir cuantos más Evangelios mejor y los que con mejorsentido se daban cuenta del daño que eso representaba. Como lasdiscusiones y disputas nunca acababan a alguno se le ocurrió dejar elasunto en manos de la Divinidad. Es decir que ella lo resolviese a favorde un milagro. Y como aunque no todos creían seguramente en estavariedad de prodigios, nadie se atrevería a confesarlo la idea acabópor ser aceptada.

De modo que los cuarenta diferentes Evangelios fueron puestos alpie de un altar, tras lo cual todos los prelados rogaron al Cielo que loslibros apócrifos quedasen donde habían sido puestos, mientras quelos verdaderos, entendiendo por ello los emanados del propio Dios o,por lo menos, directamente inspirados por él, ascendiesen de un saltohasta el altar. El Synodikon no dice si tras la súplica fueron apagadaslas velas; se limita a contar que los cuatro Evangelios que luego fueroncanonizados, de un prodigioso salto se encaramaron sobre el altar,mientras que los otros quedaron donde estaban.

Y debido a este milagro católico los protestantes evangélicos creenciegamente en los cuatro Evangelios que figuran en sus Biblias.

Una mirada diferentesobre los evangelios y sobre Jesús

II. Sobre Jesús

Una lectura sin prejuicios de estosEvangelios nos permite enun-ciar las siguiente opiniones so-bre la personalidad de Jesús:

* Se trata de un hombre que actúaen contradicción con su prédi-ca y que es rápido para la ira.

* Trata a su madre y a sus herma-nos con suma dureza.

* A sus prójimos (escribas y fa-riseos) los insulta sin compa-sión.

* Tiene entre sus discípulos azelotes (especie de terroristasasesinos).

* Ordena a sus discípulos que con-sigan espadas.

* No vacila en castigar a latiga-zos y en volcar las mesas detrabajo de pacíficos trabaja-dores que realizaban una ta-rea lícita y necesaria para elculto en el templo.

* En otro orden ignora la cienciade su tiempo –cree que el cieloes un firmamento sólido y quelas estrellas cuelgan del mismosobre una tierra plana–. Ya losgriegos sabían que la tierra eraredonda e incluso habían me-dido su diámetro.

* Se equivoca al fijar su retornodurante esa generación dehombres.

Es muy común dividir la humanidad en dos grupos: Losbuenos y los malos. Sería interesante que analizáramos enqué grupo nos incluimos, del mismo modo que instintivamentecolocamos a los otros entre los malos.

Nos sentimos mejores de lo que somos, y por el contra-rio, juzgamos a los otros peores de lo que son; pensamos quelos otros tienen que cambiar, mientras que nosotros no tene-mos ni qué, ni por qué cambiar.

Pero será bueno que te detengas a pensar: ¿cómo seríael mundo si todos fueran como tú? Deberías analizarlo contoda sinceridad; no te des fácilmente el “certificado de bue-na conducta”, siendo como eres tan rígido y exigente paradárselo a los que te rodean, no sea que Dios te invierta lospapeles y te juzgues a ti con la exigencia con la que tú juzgasa los demás.

Alfonso Milagro

Despiértate. Ámate y despiértate. Hoy, mañana, siempre.Primero establécete en el camino, después enseñále

a otros. Y así derrota a la tristeza.Para enderezar a los torcidos primero debes hacer

algo muy duro: enderezarte a ti mismo.Tú eres el único maestro ¿quién más?

Domínate a ti mismo y descubre a tu maestro

El recuerdo del pasado siempre es engañoso. ¿Por qué?Porque al identificarnos con la mente, convalidamos todo loque la mente dice, aceptándolo como si fuera pensado pornosotros, y lo que es peor aún, le damos categoría de real aalgo que generalmente no lo es.

En los recuerdos, antes de presentarlos, la mente los re-corta, borra, agrega, modifica, interpreta, y recién despuésde este trabajo, prácticamente de artesanía, nos trae el re-cuerdo de algo que ya no es lo mismo que ocurrió; logra deesta manera que nos consideremos culpables de haber toma-do decisiones en el pasado, que de alguna manera nos hancomprometido el presente; pero no olvidemos que la mentenos ha cambiado el cuadro real descripto en el recuerdo, ynos puso en su lugar un cuadro modificado. Si no compren-demos esto no habrá paz en nosotros.

Hoy despertamos, si leemos esto, es porque hoy desper-tamos, no nos interesa lo que nos pasó ayer. Cuanto másignorantes somos, más vivimos del pasado.

Una pregunta debe ser respondida, en cambio una bús-queda no tiene respuesta; una búsqueda tiene que des-embocar en una experiencia.

Si hay recuerdo no hay paz

Escribe:Inocencio Vicente Celia

Somos dueños de nuestro tiempo in-terior. A pesar de todo lo que sucede en elmundo, no podemos prohibir a nadie queperciba de diferente manera lo que estámás allá de lo circunstancial. Existe untipo de libertad que usamos con poca fre-cuencia, y es aquella que depende sola-mente de nuestra actitud. Llegamos allí,hacia donde nos dirigimos. Es posible in-corporarse al Todo conscientemente; que-darse tranquilo, detener los pensamientosy sentimientos, alejándose de lo estricta-mente personal y de sus múltiples intere-ses. Entonces el milagro se produce: unaserenidad desconocida nos invade.

No es comparable con lo que llama-mos tiempo de descanso o distracción;pertenece a otro ámbito. Es una calma sincausa, una paz sin batalla, un estado deequilibrio en sí mismo. No tiene origen nifin; nada la motiva; está allí siempre. Laencuentra quien la busca, y quien la hallaqueda enamorado de ella, y como todoamante vive deseando esta unión.

El tiempo sereno es otro tiempo, aquelpor el cual, aún sin saberlo, trabajamostan duramente. Lleva muchos años de es-fuerzos descubrir que lo que nos muevees un sentido oculto de paz y equilibriocon la existencia toda. Pero no es necesa-rio que esperemos tanto, sólo es cuestiónde que no olvidemos que navegamos se-renamente en el espacio infinito.

¿En qué grupo estoy?

Palabras del Buda

El desafío de vivir

C. G.

Por Mauricio Gidekel

AtenciónManten la unidad de tu voluntad. No escuches con los

oídos sino con la mente; pero tampoco escuches con la men-te sino con el espíritu. La función de las orejas finaliza con laaudición; la función de la mente simboliza con símbolos eideas; pero el espíritu es un vacío listo para recibir to-das las cosas.

Chuang Tsé

“Es bueno para ustedes que yo me vaya, porque si nome voy, no vendrá a ustedes el Consolador; pero cuando

me haya ido yo se los enviaré”.Jn 16,7

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“Derecho Viejo” Página 5

Monseñor Raúl Trotz

Mi amigo Tomás cumplía sus primeros 50años y los iba a festejar en la ciudad de Roma endonde estaría en ocasión de pasar las fiestas enesa ciudad, el día era el 16 de enero, quiso que yoestuviera con él ese día y me pagó el pasaje paraque ello ocurriera.

Dado que iba a estar en la ciudad donde resi-día el papa Francisco comencé a gestionar laposibilidad de concelebrar una misa con él, si fueraposible el día del cumpleaños de mi amigo y lle-var a él con su familia.

El trámite como es normal en estas circunstancias nofue exactamente fácil y recién el día anterior a mi partidatuve la confirmación que podía celebrar la misa en lacapilla de Santa Marta con el santo Padre.

Seguramente por la emoción, mi primera confusiónfue que pensé que el miércoles era 16 y felizmente enRoma pude confirmar que el jueves 16 a la 6.30 hs. de-bía estar en Santa Marta.

Lamentablemente no pude lograr que mi amigo y sufamilia pudieran también participar de la misa.

El jueves a las 6.15 estaba yo en la puerta de accesoal predio en donde se encuentra el hotel Santa Marta, luegode pasar dos controles llegué por fin al lugar en donde yahabía esperando otros sacerdotes y varios laicos.

A los sacerdotes nos hicieron pasar a un salón endonde nos proveyeron de los ornamentos para la misa ynos dirigimos a la capilla.

A las 7 en punto por una puerta lateral entró solo elpapa y dio comienzo a la celebración.

Después del evangelio predicó, en el altar estuvo solocon dos obispos concelebrantes también, en el saludo dela paz se la dio únicamente a los que estaban al lado suyo,durante la comunión no distribuyó las mismas, sino quese sentó en la sede, al finalizar dio la bendición y se retirósolo por el mismo lugar por donde había ingresado.

Al rato ingresó nuevamente a la capilla para hacer laacción de gracias en un costado mientras nosotros nosretirábamos al salón en donde nos habíamos revestidojustamente para hacer lo contrario.

Ya había concelebrado con el papa Juan Pablo II cuan-do estuvo en la Argentina, pero en aquella oportunidadestaba a 200 metros del altar.

Ya había concelebrado con Benedicto XVI en Veneciacon ocasión de un encuentro mundial de las familias, yno estuve más cerca que la avenida 9 de Julio.

En ninguna de las dos oportunidades pude saludar alos papas.

Si bien esta vez no lo había hecho tuve el consuelo dehaber estado apenas a 3 metros del altar.

Pero para grata sorpresa mía cuando ya pensaba reti-rarme, nos indicaron que fuésemos al hall del hotel. ¡Allíestaba Francisco esperándonos!

Es difícil explicar lo que sentí cuando me ubiqué en lafila para saludarlo (llevaba una mochila llena derecordatorios para que me los bendijera).

Cuando llegó mi turno él se adelantó preguntándome:“¿Cómo anda la catedral de Morón?”

Al acercarme le expresé mi profunda convicción quecon su elección Dios se había compadecido con su Pue-blo y él graciosamente me dijo: “Pero me complicó lavida a mí”. Enseguida me agregó: “Pero no te asustes, esmuy divertido ser papa”.

Después de comentarle mi opinión sobre su exhorta-ción apostólica sobre la evangelización me pidió firme-

mente que me la tomara muy en serio (de loque estoy absolutamente convencido).

Finalmente le comenté que estaba en Romacon un amigo que ese día cumplía 50 años yque le gustaría recibir una bendición suya, merespondió que tenía un día muy complicado,pero que de todos modos hablara con su se-cretario.

Me dirigí primero a uno de ellos que mesugirió que hablara con el argentino (Fabián),

éste me volvió a expresar que era un día complicado,pero igualmente por si, que le diera un número de teléfo-no y le di el de mi amigo.

Volví a la residencia convencido de que no iba a serposible el deseo de mi amigo.

Después de desayunar volví a mi habitación e inme-diatamente sonó mi celular: era Tomás. Mientras lo feli-citaba por su cumpleaños iba pensando cómo decirle queera muy difícil que el papa lo recibiese cuando él meinterrumpió para decirme que había recibido una llamadade un sacerdote Fabián diciéndole que a pedido del P.Trotz, el papa lo recibiría a las 12.30 hs.

En ese momento sentí de una manera inenarrable, quehabía recibido una vez más, en mi ya larga vida, “unacaricia de Dios”.

Pasada la conmoción de la noticia, traté de reflexio-nar recordando lo transcurrido durante mi breve diálogocon el papa.

En primer lugar es bueno aclarar que el papa y yo nosordenamos en la década del 60 y varias veces en estetiempo nos hemos encontrado en el camino de la vida ysiempre estos encuentros fueron cordiales.

En segundo lugar yo nunca tuteé a mons. Raspante,ni a mons. Laguna, ni a mons. Eichorhn, a todos elloslos conocí siendo obispo.

Repasando la conversación con Francisco tomé con-ciencia que en todo momento lo tuteé.

Él, que tantas veces durante la ceremonia de unaordenación sacerdotal los exhortaba a los neo-presbí-teros que “no se la crean”, me hizo sentir en todomomento que seguía siendo el mismo Jorge MarioBergoglio que yo había conocido hace más de cuaren-ta años.

Esto fue lo primero que me conmovió, y nadie puedeignorar que más allá de lo religioso, es uno de loshombres más importante en el mundo.

Inmediatamente tomé conciencia de que me habíaescuchado.

En tercer lugar se hizo tiempo para acceder a mipedido.

Pero Dios es testigo que todo esto que he vivido no loescribo para resaltar la figura del papa Francisco, quesería merecido, sino fundamentalmente para recordar queesto también Dios espera de mí como de cualquiera deustedes: que no me la crea, que sepa escuchar y que mivida tenga una auténtica actitud de servicio.

Encuentro con el papa Francisco

* Cuando decimos “basta” al concepto programado del Dios cultural, entonces nacemos a la vida espiritual.* Todos tenemos necesidad de algo más profundo, en todos los órdenes y en todas las formas del amor. Eso es

nuestra nostalgia de Dios.* Dios no se reserva nada para sí, cuando nos engendró en la eternidad, nos dio todo.

* ¿Qué pedir a Dios si Él me conoce y ya me dio todo?* Cuando descubrimos que Dios se encarnó en nosotros, se produce nuestra resurrección, renacemos de lo alto.* Para favorecer el despertar hay que desprogramar dos conceptos: individualidad y comunidad.* Jesús predicaba un nuevo orden, éste se va dando dentro de cada uno en la medida en que resucitamos.* Lo importante para mí no es lo que dijo Platón o San Agustín, sino lo que digo yo.* En la vida espiritual seremos evaluados por las intenciones y por los apegos.* El hilo se corta por lo más delgado, pero a veces la Providencia gusta de cortarlo por lo más grueso.* Siempre la ayuda que la Providencia nos da es limitada por nuestras propias mezquindades.* Tenemos que detectar dentro nuestro la delgada línea que separa la realidad del fanatismo y del sincretismo.* No tengamos miedo a equivocarnos, tengamos miedo a estar muertos antes de morir.* Preguntarnos ¿quiénes somos? también involucra a Dios. (Eso significa que Dios se lo pregunta junto con

nosotros).* Cuando no somos felices andamos buscando siem-

pre hacer las cosas mejor; nunca estamos satis-fechos, por eso nos engañamos y nos desengaña-mos.

* El hombre está hecho para la verdad, que es unsinónimo de realidad, solamente en la verdad po-demos conocer a Dios y nos podemos conocer anosotros mismos. Somos manifestaciones de lavida (de Dios).

* A medida que nos adentramos en nuestro interior, va-mos experimentando la vida de Cristo en nosotros.

* El camino de la evolución es siempre complicadopor la incapacidad del hombre de distinguir el bieny el mal, pero por sobre todo, por la incapacidadde trascender las categorías de bien y mal..

* Si pensamos en el mundo como si fuera una evolu-ción mental, el mundo sería un pensamiento queva siendo.

C. G.www.derecho-viejo.com.ar

Ahora también puede leer númerosanteriores en nuestra página web:

Silbando bajito(pensamientos prestados)

¿Has pensado alguna vez en lo que serías capaz dehacer si tú quisieras?

Si quisieras, podrías desparramar a tu alrededor semi-llas de alegría y de optimismo.

Si quisieras, podrías alargar tu mano para que otrosse tomaran de ella, y juntos pudieran seguir adelante,cada uno en su deber.

Si quisieras, todos verían en ti una luz que los guiaraen su camino, un compañero que suavizara la mono-tonía del viaje, un amigo que brindara comprensióny afecto.

Si quisieras, podrías hacer muchas cosas para bientuyo y de los demás.

Si quisieras podrías hacer todo eso y mucho más.Si quisieras... si quisieras...¿Por qué no quieres?

Alfonso Milagro

Si quisieras...

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“Derecho Viejo”Página 6

1) Sin espacio sólo tenemos muros ymedidas; sin espacio no hay profundi-dad; sin espacio solamente hay pobre-za externa e interna. No hay belleza.

2) La mente se encuentra sobrecargadade “contenidos”. A esa carga, san Juande la Cruz la llama “niñerías”. En elvacío se disuelven las “estructuras”,que nos protege y nos da seguridad; elvacío puede sentirse como una amena-za, tanto física como mental. Convie-ne observar bien este acontecimiento.

3) “Busquen y encontrarán; llamen y seles abrirá”. Sin embargo la más perfectalibertad del hombre está en el vacío. Y elvacío es un estado de no búsqueda.

4) Si nos fijamos bien en el texto evangéli-co, su misma dinámica implícitamenteacepta esta especie de “paralización de labúsqueda”, porque “el que busca, en-cuentra”. Y se supone que el “encon-trar”, debe dar lugar al reconocimientodel encuentro y al gozo del encuentro.

5) Distinguir dos tipos de búsqueda. Unaque podemos llamar “horizontal”, quesería buscar algo que no tenemos. Eslo que ordinariamente llamamos bús-queda; y responde a un proceso“acumulativo” y “adquisitivo”. En cam-bio la búsqueda vertical supone ahon-dar la posesión. Entrar en su intimidad,en su misterio más profundo. Notamosque no es un proceso adquisitivo, sinouna “inmersión en el acontecimiento”.La mayoría de los que se dicen practi-cantes de una religión, encuentran en labúsqueda horizontal. Nunca se sumer-gen en su hondura y su profundidad.

6) La consciencia vacía o el vacío, esun estado de “no búsqueda” horizon-tal. La búsqueda vertical sólo es posi-ble en el vacío. La búsqueda como pro-ceso acumulativo tiene que terminar.Cuando Dios deje de ser resultado co-menzará a ser una realidad. Lamenta-blemente Dios se ha vendido como unproducto a realizar. Ocurrirá la des-aparición de nuestra avidez por lle-gar a ser.

7) El camino de la búsqueda vertical esprácticamente olvidado, incluso porgente buena, aunque mediocresbuscadores, que no pasan de encon-trar también mediocridades.

8) La única mutación posible es aque-lla en la que cesa el procesoacumulativo. No se trata tanto de en-

contrar cuando buscamos, sino de en-trar en contacto con una presencia. Lamente vacía ni busca ni acumula.

9) Cuando la mente ha llegado a detenersey ya no está interesada en lograr nada,entonces, cuando la mente ha llegado adetenerse completamente y no va a nin-gún sitio, empieza a ir hacia adentro.El vacío completo ocurre al darse un es-tado de no-persecución de logros.

10) Nos abrimos a la maravilla de la cons-ciencia vacía. Dejamos de estar con-duciendo todo como un procesoacumulativo exclusivamente. Dejamosde considerar la vida interior y a Dioscomo objetos de mero estudio y gran-

des suministra-dores de conoci-mientos. Nosabrimos al em-brujo del silen-cio, del vacío ydel contacto dela presenciaamorosa deDios, en silencio,en ese incon-mensurable va-cío de la cons-ciencia, en pre-sente.

11) La nueva manera de relacionarse conDios que nace en el vacío, normalmen-te crea desconcierto. Se trata de undiferentísimo modo, que en realidad notiene modo. A partir de ahora nuestrarelación es una invitación singular aadentrarnos en las profundidades de lasaguas sin fondo, guiados únicamentepor la confianza. Estamos en un ámbi-to ancho, oscuro y cierto. No sabemosni cómo ni de dónde nos viene.

12) En el vacío estamos a la intemperie.No tenemos protección ninguna... “...quedéme y olvidéme”. Nos liberamosde toda opacidad, de toda aparente so-lidez. Nos hacemos receptivos. Lareceptividad es una consecuencia inevi-table del vacío. En el vacío todo nos vapenetrando. La consciencia vacía no tie-ne solidez en el sentido de estar defen-diendo su propia estructura. La luz la atra-viesa sin dificultad. El vacío es pura pre-sencia.

13) No hacemos nada, no entendemosnada claramente, no superponemos losrecuerdos de experiencias anteriores,con lo que ocurre en ese momento. Laconsciencia vacía es como una rea-lidad flotante, porque no está asidaa nada.

14) Ingredientes: soledad, ociosidad espi-ritual, olvido, escucha espiritual. Estaconsciencia vacía, como no introducenociones ni saber propio, en lo que res-pecta a Dios, deja a salvo el misterio.Simplemente lo recibe en la misma fuen-te de la cual surge (“... el que beba demi boca... ”). Se entiende sin sabercómo.

15) En el inconmensurable vacío el espí-ritu es transportado alto, sobre todas

las facultades dentro de un vacío deinmensa soledad del cual ningún mor-tal puede hablar adecuadamente. Es lamisma oscuridad en donde está escon-dido Lo Desconocido, sin límites.

16) El vacío destruye la resistencia bási-ca de la persona, que la hacía imper-meable: el falso yo. En el vacío haycompleta libertad del “concepto del yo”y de la “sensación del yo”. Juan de laCruz dice: “... quedar resuelto en nada”

17) El conocimiento, la creencia, la con-vicción, la conclusión y la experiencia,constituyen la estructura misma del yo;son impedimentos para la verdad. Ladestrucción de la falsedad paga el altoprecio de una aparente desintegración,aunque en realidad es un estado de sen-cillez y de pureza extraordinarias.

18) En la soledad de este desierto interiorno hay donde ir, ni existe un centro enel cual situarse, ni rastro de camino al-guno. En este vacío somos vulnerables.Nos ponemos a tiro de Lo Desconoci-do. “... este sentimiento de estar soloante un inmenso poder constituye elaspecto más intenso y claro de todaexperiencia. Este poder es el que da alalma una vida nueva, no nosotros ninada de cuanto nosotros hacemos. Elverdadero amor actúa por simplepresencia.

19) En esta aparente desintegración y anu-lación, nos encontramos a nosotrosmismos en Lo Desconocido, sintiéndo-nos como hechos de nuevo. El “yo”que surge en el vacío, nacido en el con-tacto con Lo Desconocido, no admiteinvestigación psicológica; no entra enla dinámica “normal” y no admite nin-gún tipo de “psicapatología”. Nació deLo Desconocido y no de la carne ni dela sangre.

20) Vayamos donde vayamos siempre quelleguemos al final del camino, nos en-contraremos sin camino, sin fronteras,sin un lugar a dónde ir. Eso es el vacío,donde termina la ciudad y sus formas,el ruido y el compromiso; y comienzael campo ancho, no edificado, no ur-banizado.

21) Dos grandes dificultades para la com-prensión y aceptación del vacío son: lasensación de no hacer nada y la sensa-ción de que no ocurre nada. Y consi-guientemente la idea de que todo estono sirve para nada.

22) El vacío, como un espacio de libertadno estructurado, silencioso y pleno,siempre nos está rodeando. Sin embar-go la mayoría nunca se ha aventuradofuera de esos límites que llamamosnormales.

23) Vista desde afuera, la plenitud pareceun vacío, y el individuo, espantado, seagarra locamente a la consciencia quetiene de sí mismo. Cuando el vacío re-sulta molesto, cuando incluso asusta,es cuando comienza a ser una expe-riencia. Y precisamente en este momen-to es cuando se está entrando en niveles

En silencio y escucha...

más profundo de consciencia y nos va-mos aproximando a una cierta plenitud.

24) El vacío rompe los límites y nos abrea Lo Desconocido. El vacío es temibleporque no nos cierra dentro de unoslímites de seguridad, porque nos en-frenta a lo no conocido. Nos vamospreparando para no tener prisa, para nover en la no actividad, una pérdida detiempo. No buscamos resultados, nobuscamos utilidades ni ganancias.

25) Entramos en un ámbito que no pasa(eternidad). No tiene sentido la prisa.La gracia se recibe, no se hace nadapara merecerla. Lo Desconocido no esconcreto ni abstracto, tal como enten-demos habitualmente estos conceptos.No es abstracto porque existe, entiende,ama y actúa. Al mismo tiempo no es con-creto, porque no cabe en ninguna formani modo, ni manera. Es causa de todo yefecto de nada. Lentificamos los ritmosy simplificamos los contenidos.

Nicolás Caballero, CMF

En altares perfumadosarmoniosa santidad,rodeado de mil amoresespejo de unicidad.

Habla con el silenciodanza de humanidad,humilde naturaleza,solemne veracidad.

En un suntuoso escaparatepreludio espiritual, enuna alfombra de azahares,besos de libertad.

Hermosura que ennobleceal todo en singular,serenata de por vida,amorosa lealtad.

En altares perfumadosarmoniosa santidad,templanza es tu presenciaágape de inmensidad.

Patricia García

En realidad, despertar de la ilusióndel ego, del sueño de la vida

mundana, para entrar en la realidadconsciente de Dios, es el fin del

mundo. El fin del mundo no significala destrucción total,

sino la trascendencia del espacio,del tiempo y la causalidad.

John White

Altares

Ocurre...

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“Derecho Viejo” Página 7

El total desprendimiento de todo locreado desempeña un papel decisivo enJuan de la Cruz. Se podrá reducir su en-señanza a dos frases: “Un alma llena deafecto hacia las criaturas está vacía deDios”. “Un alma vaciada de las criaturasestá llena de Dios”. En este punto, estegran maestro cristiano de la oración inte-rior se encuentra en el mismo estadio quelos maestros orientales del Yoga o del Zen.El desprendimiento total, la kenosis, esaquel vaciamiento que Jesucristo nosejemplificó. El total desprendimiento deJesucristo es, según Juan de la Cruz, latarea vital por excelencia, a cuya imita-ción están llamadas todas las personas.Jesús es el sacramentum, el signo queabre el camino, la verdad y la vida. Laentrada en el modelo de vida de Jesucris-to y su imitación constituyen, según Juande la Cruz, la vocación contemplativa:

“... al punto de la muerte quedóanihilado en el alma sin consuelo y alivioalguno, dejándole al Padre así en íntimasequedad según la parte inferior, por locual fue necesitado a clamar diciendo:¡Dios mío!, ¿por qué me has desampara-do?, lo cual fue el mayor desamparosensitivamente que había tenido en su vida;y así, en él hizo la mayor obra que en todasu vida con milagro y obras había hechoni en la Tierra ni en el Cielo, que fue re-conciliar y unir al género humano por gra-

cia con Dios. Y esto fue, como digo, altiempo y punto que este Señor estuvoanihilado en todo, conviene a saber: acer-ca de la reputación de los hombres”. (Su-bida, II, 7, 11)

Igualarse a Jesucristo en este aniqui-lamiento es el estado más elevado que elalma puede alcanzar. Ese elevadísimo es-tado consiste en la muerte vivida en la cruz,tanto de los sentidos como del espíritu,interior y exteriormente. El soltarse es,según Juan de la Cruz, la condición indis-pensable para una profunda experienciamística. Esa desposesión de sí se refieresobre todo a las experiencias religiosas,las consolaciones, éxtasis, etc. La salva-ción se consuma siguiendo los pasos deJesús, no sólo imitándole. Hay que haberllegado a una plena identificación con él.

Las exigencias de San Juan de la Cruzno son inferiores a las de un maestro Zen.En el Zen, se habla de morir en el cojín.Es esto a lo que se refiere Juan de la Cruzcon el “nada, nada, nada”, que se encuen-tra en un dibujo del camino contemplati-vo de su libro Subida del Monte Carmelo.Los peldaños que conducen a la cima delmonte se llaman “nada”. No menos de cincoveces, refiriéndose a los peldaños, vemosen este dibujo “nada”. Y en lo alto de la cima,leemos otra vez: “Y en el monte nada”.

Es posible que el individuo sienta aque-llo que le pasa como un aniquilamiento desí mismo. Es parecido a la muerte, al sen-timiento de ser rechazado por Dios, hastatanto que lo creado no esté absorbido por

La “nada” como puerta a la experiencia místicalo divino. O mejor dicho: hasta que lo crea-do se perciba en lo divino.

La enseñanza más importante en lasenda espiritual es el hecho de que no exis-te ningún yo permanente. Quien avancehacia su verdadero ser ya no encuentraallí ningún ego. Los sabios de todas lasépocas ya fueron conscientes de este he-cho. Sin embargo, no tener ego, no signi-fica que no se encuentre ningún yo en ple-no funcionamiento, sino que más biensignifica que ya no nos seguimos iden-tificando con el yo.

Empezamos a reconocer a nuestro yocomo parte integrante de una realidadmucho más amplia. Porque comprende-mos que somos mucho más de lo quenuestro yo nos muestra. Nuestra verda-dera esencia es algo mucho más funda-mental. Nuestra consciencia tiene un es-pacio mucho más amplio al cual podemosdenominar “transpersonal”. Es este espa-cio el que da sentido, forma y desarrollo anuestra vida. Siempre está a nuestra dis-posición como fuente de curación y guíainterior. En este espacio nos sabemosunidos en lo más profundo al Todo y atodas sus manifestaciones.

Reconocemos que la separación denuestro yo es sólo una ilusión. Cuandonos abrimos caminos hasta nuestro ver-dadero ser, aprendemos a convertirnos enexpresión y consumación de lo divino.

Antes de que ninguna persona pueda rea-lizar este descubrimiento de la unidad, esnecesaria la disolución de este yo prepotente

y de todas sus representaciones.El camino conduce a algunos a través

del horror al vacío. El yo reconoce suinsignificancia. Esto es una travesía, y ala vez una condición para la experienciamística.

Una y otra vez me preguntan cuál esla piedra de toque para valorar los avan-ces en la senda espiritual. Me parece queel verdadero camino es manejar las emo-ciones y curar las heridas. Avanzar deverdad en la senda espiritual significa de-sarrollar un sentimiento de autoestima, queen toda responsabilidad para con los de-más, nos haga al mismo tiempo indepen-dientes del comportamiento y la opiniónde los demás. Sin embargo, no es sencilloconstruir un sentimiento de autoestima.Debe crecer. Cuanto más acceso tenga-mos a nuestra verdadera esencia, más nospodremos abrir al amor, de manera queseremos más independientes de los asal-tos emocionales de la vida.

Con cada experiencia más profunda enla senda espiritual, crece la benevolenciahacia todas las manifestaciones del Ser. Yesta benevolencia se mantiene cuandootras personas se relacionan con noso-tros, de forma adversa o negativa.

Cuanto más ampliamente conocemosnuestra verdadera esencia, más podremospasar por la vida con mayor facilidad yligereza. Las sendas espirituales llaman aesto sabiduría, que va unida a un amorque lo abarca todo.

Extraído de “La oración contemplativa”

Por Willigis Jäger, OSB

... ocurre

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“Derecho Viejo”Página 8

Mensaje de Derecho Viejo

Un periódico para poder no pensar

“DERECHO VIEJO”Lejos del mundo. Cerca de los hombres

“GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE)

Cuando salimosdel ámbito de la

construcciónmental, sólo lo

eterno nos sirve;lo demás

definitivamenteno existe.

La mente revisa,corrige y exhibe lo

que quiere y cuandoquiere; el objetivo

es ilusionar.

El yoga y la vida divinaIniciar la vida espiritual significa sumergirse en el Divino, como si te tirases al

mar. Y esto no se refiere al final, sino al principio; porque después de sumergir-te, debes aprender a vivir en el Divino. Ésta es la zambullida que debes hacer, yhasta que no la realices, puede que sigas practicando yoga durante años, peroseguirás sin saber nada sobre la auténtica vida espiritual.

El yoga significa unión con el Divino, y esta unión se realiza a través de tuofrecimiento, se basa en la ofrenda que tú haces de ti mismo al Divino. Una vezhas tomado esta decisión, cuando has decidido dedicar toda tu vida al Divino,debes recordarlo a cada instante, y tenerlo presente en todos los detalles de tuexistencia.

Al iniciarte en el yoga es muy probable que te olvides del Divino a menudo.Pero a través de la constante aspiración, cada vez lo irás recordando más y loolvidarás menos. Pero no debes hacerlo como una rígida disciplina o un deber,sino que debe ser una expresión interior de amor y alegría.

Sri Aurobindo

Normal-mente nos ve-mos definien-do la culturacomo una se-rie de razona-mientos o ac-titudes socia-les más o me-nos triviales.En muchoscasos identifi-camos el vo-cablo "culto"

con "cultura", y —de inmediato— nosrefiere la imagen mental de un museo,obras de arte y bibliotecas. Sin embargono hay más cultura allí que en un puestode comida rápida, un salón de billar o unacárcel... todo es parte inescindible de unaúnica cultura.

Ya tendríamos ahora una visión dife-rente de la cultura, pero esto no se acabacon la simple integración analítica de ex-tremos externos vividos por una socie-dad dada en un tiempo dado.

Obviamente la cultura va mucho másallá...

Tenemos que entender que somos losúnicos animales terrestres capaces de ge-nerar cultura, de producir este medio in-directo de satisfacer nuestras necesida-des, y de inventar necesidades nuevas queno están ya en nuestra naturaleza biológi-ca, sino que son una creación artificial delhombre.

¿Entiende esto señor lector? Ud. y yosabemos que NO NECESITAMOS paravivir—y me refiero a vivir bien- más queun par de cosas entre las que podríamosresumir: ALIMENTARNOS y ABRIGAR-NOS; agreguemos que —como especie-habría una cierta inclinación a REPRO-DUCIRNOS.

Ahora bien, todo el resto reviste la pro-piedad de ser NECESIDADES CULTU-RALES, desde que no nos son impres-cindibles, en tanto y cuanto nosociabilicemos. Esto es, el hombre comoSER SOCIAL tiene una cantidad de nue-vas necesidades que le generan todo tipode inquietudes, inseguridades, sufrimien-tos, desganos, ambiciones, frustraciones,muy superiores a la satisfacción que le vaa brindar el ver cumplido alguno de susanhelos.

Mientras más inmersos estamos en lacultura de nuestra época, más fácil nosva a resultar entender que esto que deci-mos es así y mucho más dificultosa uoculta nos va a aparecer la salida o esca-patoria de este círculo vicioso, pues porcada necesidad artificial o derivada quesatisfacemos se nos crean mil nuevas.

Otrora nos movíamos en un estado delibertad muy superior al actual, a pesar deque pueda parecernos lo contrario, el co-nocimiento que tenía el hombre de sí mis-mo (o la posibilidad real y fáctica de ac-ceder a ese conocimiento introspectivo)era propiciado por su acceso casi directoa la naturaleza de las cosas.

Cuanto más rudimentaria era la comu-nicación, más directa la experiencia delmundo que rodeaba al individuo.

Floridos ejemplos se podrían dar alrespecto de esto último. La gran cantidadde conceptualizaciones, abstracciones yburocracias que debemos intelectualizare internalizar para movemos en la socie-dad actual nos hace mucho más esclavosde los que nos proponía la vida como ple-beyos en la edad media. Vivimos en unasociedad gris, con ciudades grises, con ideasgrises y el futuro, lo vemos bastante negro;la pasión por vivir quedó en el olvido tapadapor millones de kilos de telgopor, cartón pin-tado y electrodomésticos.

El hombre antiguo, el cavernícola, vi-vía sobre una base distinta...

Blanco y puro era para el prehistóricohombre el contacto con la naturaleza.Cuando veía un árbol estaba muy lejos decruzarse por su cabeza el concepto deárbol, la palabra árbol o el universal árbol,el veía ESE ARBOL que estaba frente a él.Para este hombre no había más necesi-dad que conseguir comida y proveerse deun lugar que le diera cobijo del frío y se-guridad de las fieras. ¿Por qué si obtuvi-mos tantísimo más aún, no podemos serfelices? ¿Por qué si hemos dominado lanaturaleza podemos comprenderla cadadía menos?

Kuhn, era un historiador de la cienciaque sostenía que la ciencia no avanzabade un modo progresivo-acumulativo, sinoque su desarrollo se producía por saltosde un paradigma a otro. ¿No ocurrirá lomismo con la sociedad y la cultura? ¿Noserá necesario cambiar radicalmente nues-tra visión de la vida y de las cosas, si que-remos tener la chance de ser felices algúndía?

Contaminación, drogadicción, enga-ños, delitos, corrupción, hambrunas, gue-

rras, traición, infidelidad, odio, éxito, fra-caso, enamoramiento, desilusión amoro-sa, todo esto y mucho más no son otracosa si no una serie de formas culturalesde ver la vida. LA REALIDAD está lejosde ser contenida por estas visiones.

Toda sociedad se complejiza en formapermanente y con ella lo hacemos noso-tros. Si no comprendemos esto rápida-mente y nos salimos de esta maquinariamalvada, vamos a terminar como autó-matas, como infelices e híbridas piezasde un engranaje perteneciente a un meca-nismo inútil.

El objeto de vivir en sociedad debe serel que la misma nos brinde mejores con-diciones de vida. Un sistema social mane-jado por y para la economía está bien ale-jado de su objetivo; por lo cual se tornainsostenible y sin justificación de ser.

Alma y cuerpo es el ser humano, talvez debamos crear un nuevo paradigmasocial (cosmovisión) abocado a integrarestos dos elementos ya que cuando seapuntó solo al primero (en especial en laEdad Media) fue tan insoportable e inser-vible como ahora que se tiene por metaen la vida al hedonista placer del segundo.

¿Será necesaria una nueva cultura?

Escribe:Sebastián GuerraAbogado-Psicólogo

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