voces de alaska

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    Cartas del P. Segundo Llorente, S. J.

    Voces de Alaska

    ENTRE ESKIMALES

    Edicin preparada

    por los PP. ngel Santos Hernndez, S. J.

    y

    Francisco Fernndez Castro, S.J.

    1963

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    NDICE

    PRESENTACIN

    EST EN MADRID, TRAS VEINTISIETE AOS EN ALASKA

    I: EN ALASKA

    AKULURAK 1935-1937

    II: DE NUEVO EN ESTADOS UNIDOSPORT TOWNSEND 1937 - 1938

    FRAGMENTOS DE CARTAS

    COPLAS HUMORSTICAS

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    PRESENTACIN

    VOCESDE ALASKA. Oy la voz de la tundra y parti. Ms que voces,son susurros al odo. En el silencio de la tundra, no hace falta gritar. Peroesa voz silenciosa, al resonar en el P. Llorente, nos estremece el alma.

    Percibimos las incidencias de su viaje hasta Akulurak, sus primerosministerios "Entre Eskimales", sus trgicas experiencias de los frosalaskanos, su primer encuentro con los trineos y los perros, con los

    salmones y las focas, con las auroras boreales, presagio de borrascas denieve, con los osos polares, con el fervor de sus cristianos...

    Dos aos de ntima convivencia.

    Y luego un ao de formacin espiritual y prcticas sacerdotales enEstados Unidos.

    Tambin sus cartas de este ao son VOCESDE ALASKA.

    Suea que oye los aullidos de los perros alaskanos, los llantos de los

    huerfanitos, las llamadas de los eskimales. Harto de confort americano,aora los fros congeladores, el pescado ahumado, el suelo para dormir y eltrineo para ir en busca de almas y acaso al encuentro de la muerte enaventura apostlica...

    VOCESDE ALASKA.

    Y pensamos. Los Misioneros lo dan todo por Cristo y por las almas.Y nosotros qu?

    Preparando estbamos esta Presentacin, cuando recibimos carta del

    P. Llorente.

    Anchorage Alaska.

    Abril 29 de 1963.

    Querido P. Castro:

    Me acaba de llegar el pasaporte hace media hora.

    Saldr de Alaska en AIR FRANCE el viernes 3 de mayo. Llegar aParis antes del medioda del sbado. En Paris tomar nuestro IBERIA,

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    que sale a eso de las doce y media y nos posar en Barajas a eso de las

    dos y media de la tarde del sbado 4 de mayo de 1963.

    En unin de oraciones quedo todo suyo In Domino,

    P. LLORENTE, S. J.

    Corrimos a abrazarle al bajar del avin.

    Al da siguiente, 5 de Mayo, J. L. L, del Ya de Madrid, publicabaunas declaraciones del P. Llorente.

    Sern, seguro, el mejor prlogo a este segundo tomo de sus cartas.

    PADRE CASTRO, S. J.

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    EST EN MADRID, TRAS VEINTISIETE AOS ENALASKA

    En su largo viaje no ha dejado de ver el Sol

    El Padre Segundo Llorente, S. J., nos dice tambin:Yo so volver un da a hablar otra vez el castellano

    Declaraciones a YA del clebre misionero leons el llegar a Espaa

    El Padre Segundo Llorente, de la Compaa de Jess, celebr ayer

    su primera misa en Espaa. Fue hacia las cuatro de la tarde, en eloratorio de la casa profesa de la Compaa de Jess en Madrid, sin mstestigos que los ngeles y el Padre que le ayudaba de aclito. Porque el

    Padre Llorente, desde que se orden en Estados Unidos y march a

    Alaska, no haba vuelto a Espaa.

    Hace falta presentar al Padre Llorente?... Veintisiete aos en Alaskadespus de seis en otras ciudades no "polares" de los Estados Unidos sonuna temporada suficiente como para preguntar por l. Pero es indudableque no hay zona de misin ms conocida en sus costumbres, ancdotas,vida pastoral, problemas y resultados que esa "esquinita" de Alaska como la llama el Padre Llorente donde el gran misionero leons go-

    bierna espiritualmente a ms de ochocientos esquimales.El fabuloso epistolario del Padre Llorente ha sembrado el mundo

    entero de noticias sobre su vida y su misin. Lo que muy pocos espaolesconocen de verdad es cmo es el Padre Llorente. Ni fsica nitemperamentalmente hay una imagen exacta de l.

    "EN LAS FOTOS SALGO MAL"

    Fsicamente no es como nos lo han devuelto las fotos "En las quesiempre salgo mal... Mire usted qu fatalidad!", dice l mismo. Naci en

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    1906, en el inmortal lugar leons de Mansilla, pero no representa ms decincuenta aos. Su aspecto es fornido (como si se pasara la vidapracticando deporte); su rostro, ancho y grueso, rebosante de salud y con lapiel sin una arruga, curtida por las navajas de los vientos de la tundra.

    Cuando habla parece que frunce el ceo, pero la amabilidad y calor de sumirada nos abre con toda franqueza la puerta de su alma cordialsima.Cuando escucha, se pasea por su vista cierto pcaro brillo y sus labiospretenden una leve sonrisa. Todo lo cual al orle se confirma nos hacepensar que estamos ante un hombre que gusta ver las cosas por su ladoamable y tomar las molestias como "bromas" de la Providencia.

    NO ES TAN "NRDICO" COMO QUIERE

    Temperamentalmente, no es el impasible "nrdico" de que lpresume, ni tampoco el eterno bromista a ultranza que algunos, a travs delbuen humor cuya finura y profundidad espiritual son inmensas de suscartas, han podido forjarse. En sus gestos, en su voz, en sus respuestasconcisas, en su forma de ver las cosas, es una amable mezcla de sobriedadcastellanoleonesa y seriedad norteamericana. Habla "corto y ceido", miramucho por la ventana y sonre suavemente a unas slo l sabe qu lejanas

    mientras se explica. Pero la amabilidad, la serenidad, la cordialidad de susmaneras dejan adivinar un alma clida y emotiva. Es un espaol, un"mediterrneo" como gusta l decir tanto como nosotros. Lo que pasaes que, en vez de gesticular, prefiere hablar con las manos atrs; en vez dederramar torrentes de elocuencia, dice las cosas en dos palabras; en vez dedar voces, usa un tono suave. Pero, en el fondo, siente y se expresa comoel ms mimado de los hijos de esta gloriosa Celtiberia que, a pesar de susol, sabe enviar a las noches polares misioneros que se aclimatan por amor

    a Cristo lo mismo que si hubieran nacido en un igl.Bueno, hijo me dice, sintese ah, en mi mesa, y escriba; yo

    prefiero hablar paseando.

    SIN PONRSELE EL SOL

    Y se pone a caminar por la habitacin como si fuera un profesordando paseos por el entarimado de su ctedra. Al empezar a hablar paranuestros lectores se echa a rer...

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    Dgales usted que tiene gracia lo que me ha pasado en el viaje...Sal ayer viernes de Alaska a las once de la maana, con sol en el avin deAir France y llegu hoy, "saturday", bueno, sbado, a Madrid, con sol, amedioda. Dejamos a la izquierda el mismsimo Polo Norte, aparecimos al

    otro lado del mundo sobre Islandia, Noruega y vinimos a caer, despus denueve horas de vuelo ininterrumpido, sobre Hamburgo. Al cabo de unahora volvamos a volar hacia Pars, donde me detuve tres horas, cambie aun avin de Iberia y a las doce treinta de esta maana, de nuevo a volar,con sol, hacia Madrid.

    Qu tal?... Pues desde que sal de Alaska hasta que llegu a Madridno he dejado de ver el sol... Curioso.

    Entonces se sienta, da una palmada y se echa a rer de nuevo. Le hace

    gracia el que uno vaya tomando nota a nota sus palabras.Esto es lo que me hace falta a m... Si yo tuviera siempre una

    persona que fuera escribiendo todo lo que yo voy pensando en alta voz,sera feliz y no parara de hablar... dira ms cosas... Claro que tambin esode sentarse a la mquina y mover el teclado inspira mucho. En fin, no squ es lo que sera mejor.

    EL MISIONERO

    Se levanta. Reflexiona un poco. Pega la cara a los cristales de laventana y dice despacio:

    Diga a los lectores por qu he venido a Espaa despus de treinta ytres aos de ausencia. Dgales que ha sido un gesto paternalsimo de missuperiores, que han credo seria muy consolador para este Padre el queestuviera una ten, paradita en "su" Espaa ponga usted sin falta eso de

    "su" Espaa, eh?. Tambin han pensado que con sus charlas podrasuscitar por ac vocaciones para las misiones.

    Querido Padre Llorente, su presencia ser la mejor charla porqueusted es un misionero que...

    Un misionero me corta, un misionero...! Se sabe bien lo quees un misionero...? El misionero debe considerar como una gracia, unregalo de Dios, el que El le haya escogido para serlo. El pecado mshorrible que puede cometer el misionero es creer que est "haciendo algo"

    por Dios cuando el que est obligado es l, que ha sido objeto de seme-jante predileccin.

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    Entonces hablar usted de las misiones, de lo que son.

    Naturalmente, para que los jvenes vean que las misiones nomatan a nadie. Aunque sean tan duras como Alaska.

    Nos informa que estar en Espaa hasta octubre, y puntualiza:

    Si es que el sol no me mata...Durante esa temporada recorrer colegios de segunda enseanza y

    comunidades religiosas dando charlas. "Les contar comenta la vidadel misionero desde que se levanta hasta que se acuesta, para que nadie sequede con curiosidad por saber qu es lo que hace..."

    Lo que hace el Padre Llorente, de da y de noche, es bien sabido. Suscartas han prodigado detalladamente su vida y su trabajo. Lo que si con-

    viene recordar es que este misionero, perdido en medio de la inmensaAlaska, donde caben tres Espaas, tiene ms de 800 fieles (diseminados enla tundra, en pueblos que distan 13 y 30 kilmetros del centro misional),que gracias a su celo son todos catlicos. Lo ms sorprendente es cmo losconoce.

    Los conozco mejor que ellos mismos. Tanto es as, que vienen apreguntarme cundo nacieron y qu parentesco tienen con ste o con aqulo cules son sus apellidos. Y casi nunca tengo que mirar el fichero.

    "VIVA ESPAA!"

    El Padre Llorente habla un castellano excelente y castizo, en el que elimpacto del ingls cotidiano apenas si lo roza con cierto leve acento muyespecial, que no es el acento propiamente de los norteamericanos hablandoespaol, sino uno particularsimo que se ha fabricado el Padre Llorentepara uso del Padre Llorente. Hasta ahora el castellano no era para l ms

    que letra. Ahora va a ser palabra.Yo so dice lentamente, all en Alaska, volver a hablar un

    da otra vez en castellano. Al ver que lo soado se hace realidad estoy muycontento y creo que no me voy a quedar corto.

    Antes de terminar le lanzamos una indirecta sobre sus alardes"nrdicos": esa impasibilidad de la que hace gala.

    Lo que pasa aclara sonriente es que yo me emociono so-

    lamente all en lo recndito de los pliegues del alma las "entretelas",no? sin dejar que la conmocin llegue a los ojos o a la voz. Si acasoesto ocurre, es slo ante una o dos personas, nunca ante grupos. Como ve

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    usted, esto es una "mscara" de indiferencia que yo me pongo, porque delo contrario todo se echa a perder. Con esa "mscara" soy yo capaz deenfrentarme con la humanidad entera. EN ALASKA

    El Padre Llorente, a pesar del cansancio de tan enorme viaje, me diceal despedirme que desde que ha llegado no ha parado de hablar y queaunque son ya las siete y media de la tarde piensa seguir hablando, porque"todava me queda tela para rato". Y al darme la mano me dice con voztranquila pero con la mirada conmovida: "Viva Espaa!"...

    J. L. L.

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    I

    EN ALASKA

    AKULURAK 1935-1937

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    ST. LEO'S RECTORY

    710 s. 13th Street

    Tacoma, WashAgosto, 1935

    1. DESPEDIDA DE ALMA COLEGE. 2. EJERCICIOS A LASADORATRICES DE SAN FRANCISCO DE CALIFORNIA. 3 UNAENTHEVISTA CON EL CNSUL DE ESPAA. 4. EJERCICIOS ALAS CARMELITAS DE SAN FRANCISCO. 5. UNA VISITA ALHOSPITAL PROVINCIAL. 6. DESPEDIDA DE LASADORATRICES Y CARMELITAS. 7. EN TACOMA: VISITA AL

    ASILO. 8. AORANZAS DE ESPAA. 9. LLEGA A LABAHA DE LA ESCUADRA YANQUI. 10. MINISTERIOS CONLOE RECLUSOS DE LA CRCEL. 11. EXCURSIN AL MONTERAINIER. 12. ESPERANDO CON IMPACIENCIA EL PERMISOOFICIAL. 13. ME VOY A ALASKA.

    Mi inolvidable Amando:

    Como te promet una carta larga, voy a cumplir la promesa, haciendodestilar ante tus ojos la serie de acontecimientos que me han salido al pasodesde que dej el Teologado. Helos aqu:

    1 Mayo 29. Examen de cuarto ao. Con l pongo fin a la carrera.Mayo 30. La Ascensin. Me despido de Alma College y sus bellos

    contornos. En el tren, dos horas de charla con un libre-pensador. Al bajaren San Francisco me aprieta efusivamente la mano y me asegura el muy

    vivo que esta charla ha sido el momento ms delicioso de su vida. El P.Ministro (1) me tiene preparado un cuarto limpsimo, con mi nombre ytodo a la puerta. Societas Jesu, Societas amoris (2). Visito a la Superiora delas Adoratrices y fijamos la distribucin de los Ejercicios. Son 43 Madresmejicanas, muy reverendas.

    Mayo 31. Ordeno las papeletas que me han de servir de gua enpuntos y plticas. Las escrib en febrero y marzo, y estn tomadas deautores notables que le y rele en tardes lluviosas y das de vacacin. Con

    1 El Vicesuperior.2 La Compaa de Jess es Compaa de amor.

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    estas papeletas a la vista tengo para hablar hasta dejarlo de sobra, y estome consuela y desvanece todo temor. Por la noche, doy los primerospuntos.

    2 Junio 1.El convento dista de nuestro Colegio doce minutos

    yendo despacio. Voy a las ocho y media y vuelvo a las doce menos cuarto.Por la tarde, voy a las dos y cuarto hasta las seis menos cuarto. Por lascalles hay un trfico feroz. Los autos en este pas matan 36.000 transentesal ao y hieren cerca de un milln. Visito al Sr. Arzobispo que me dalicencia para confesar a las religiosas.

    Da 3.Recibo carta del P. Provincial dicindome que me preparepara ir a Alaska este verano; pues necesitan con urgencia tres misioneros yyo soy el nico que puedo hacer el nmero 3. El corazn me late un poro

    de prisa, se me arruga la frente y me ro un s es no es nervioso. Me pareceque sueo, como cuando a Jacob le dijeron que viva Jos y que le queraver y abrazar.

    Las monjitas se eternizan en el confesonario. Tengo por norma nointerrumpir, dejar que terminen de hablar, y luego puntualizar sobre lodicho. Como ven por delante una semana toda para ellas, lo toman des-pacio y vuelven una y otra vez hasta que ya ni preguntas curiosas les que-dan. Yo agradezco a Dios la pacienciajobina que me da, y bendigo la hora

    en que pens en tener los puntos y plticas preparados para las inmediatas.Durante el da no tengo tiempo ni para cepillarme.

    Da 9. Pentecosts y fin de los Ejercicios. Les digo la Misa conmotetes y les doy la bendicin con la indulgencia plenaria. Al querer salir,me encuentro con la puerta cerrada. Tengo que quedarme a desayunar, y lohago en una sala capaz, rodeado de todas las religiosas, presididas por laM. Superiora. Fueron dos horas inolvidables de intimidades y efusionescapaces de enternecer los desfiladeros rocosos de Despeaperros. Todas a

    una me aseguraban que estos Ejercicios han sido la gracia mayor que hanrecibido despus del Bautismo. Las pobres han andado desterradas poresos mundos, sin confesor fijo, sin ms Padre espiritual que la absolucinquincenal que reciban de Padres que estudiaron en Espaa y entienden elcastellano, vestidas de paisanas, etc., etc. Los dos aos precedentes lesdieron los Ejercicios sendos Padres yanquis que los lean chapurrea-damente en libros o apuntes, sin ponerse realmente en contacto con ellas.Ahora estn que echan chispas por los ojos: me recuerdan ejemplos y

    ancdotas de los puntos que ms les impresionaron, hacen mil comentarlosy se ren a carcajadas, como criaturitas de un ao cuando les hacen cos-

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    quillas en la palma de la mano. Todas quieren morirse ahora mismo. Lesparece que entraran en el cielo sin pasar por el purgatorio. Al cabo de milpreguntas sobre mi porvenir, me amenazan con una campaa de oracionesy sacrificios con que piensan obtener de Dios que me quede en California,

    donde pueda darles Ejercicios todos los aos y confesarlas con frecuencia,y echarles plticas, etc., etc. Bien estn las Misiones me dicen, perolas 200.000 personas de lengua espaola que pululan por los valles floridosde California sin sacerdotes que las entiendan, ms nosotras, ms tantasotras Comunidades de habla espaola necesitan con urgencia a un P. Llo-rente. Y algunas no vacilan en descubrir las estratagemas que van a usarcon Jess Sacramentado para que me saque un da de Alaska y me de-vuelva sano y salvo a San Francisco. Confieso que tamaa amenaza mealarma, pues estas almas serficas alcanzan de Dios lo imposible. Allevantarme para irme, veo muchos ojos humedecidos, caen todas derodillas y me piden la bendicin. Luego finjo frialdad y despreocupacin,me pongo muy cariosote, prometo poner lo que est de mi parte para nodejarlas del todo, y... adis. Por la calle circula una multitud indiferente. Elcontraste me pone pensativo y quedo a merced de los ms diversospensamientos.

    3.Da 10. Ayer y hoy son de descanso. Esta tarde fui a visitar al

    cnsul espaol, quien me extendi la cdula personal. Hablamos deEspaa. Condena los sucesos de octubre (3), y habla con respeto de lasOrdenes Religiosas. Yo, por no haberle visto nunca ni saber de qu piecojea, me hago el desentendido y defiendo el orden y la paz en general. Sel pueblo quiere Repblica viva la Repblica! Si quiere Monarqua vivael Rey! Con estos sentimientos tan democrticos nos entendemos muy bieny yo salgo rindome por dentro. Probablemente tambin l se qued rien-do. As es la vida: la mitad del gnero humano se re de la otra mitad. Pero

    confieso que me hizo el buen seor una impresin magnfica. Visito luegoa la Superiora de las Carmelitas y fijamos la distribucin. Salen todas alrecibidor y puedo ver los deseos inmensos que tienen de empezar losEjercicios. Por la noche les di los puntos preparatorios.

    4. Da 11.De nuevo en Ejercicios. Son 25 Madres, tambinmejicanos y no menos reverendas. Tienen el convento a dos pasos de nues-tro Colegio.

    Da 14. Noto que me voy cansando y que vivo de reservas. Con

    todo, no pierdo la paz en el confesonario donde se me eternizan. Las po-3 La revolucin de Asturias de 1934.

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    bres Carmelitas han estado en las mismas condiciones que sus paisanas lasAdoratrices. Sin embargo se conservan que es una gloria. Hay aqu almastan canonizables como cualquiera de las ya canonizadas. Si estos dos mo-nasterios estuvieran en Francia, seran una fuente perenne de canoniza-

    ciones. Como no estn, se quedan para aquella parte del Martirologio, don-de se dice que: En otras partes otros muchos santos mrtires y confesoresy santas vrgenes.

    Da 19. Fin de los Ejercicios. Mientras ellas tienen elecciones paranueva Priora, me enva el P. Rector a confesar a las Adoratrices, quienesme tienen en el confesonario de ocho y media a doce y cuarto. La santidadde estas sencillas religiosas me avergenza. Lo que all veo y oigo es unaespuela que me acucia a entregarme del todo a Jesucristo y vivir en armo-

    na con lo que significa tal entrega.Por la tarde visito a las Carmelitas. Han reelegido a la Priora y todoscelebramos el acontecimiento en el locutorio, donde me entretienen lo in-decible. Para no estar ociosas, bordan y cosen tras la reja, despus depedirme permiso para ello. As disfrutan de la conversacin sin perdertiempo. Aqu se repite la historia de las Adoratrices. Quiero irme, pero..,no hay tu ta. Saben que me voy a Alaska y quieren estrujarme bien antesde que las deje para siempre. Estn seguras de que Dios me ha de traer

    desde Alaska para darles ms veces los Ejercicios y confesarlas. As se lopiden, y tantas oraciones y tantas amenazas me ponen temblando: Si estasalmas colombinas me torcern los planes de toda mi vida! Les digo que losJesuitas por Instituto debemos desentendernos de conventos; pero unamuy lista replic: A quien Dios no da hijos, el demonio le da sobrinos.Me preguntaban si tena ms hermanos Jesuitas; y cuando les habl de ti,me rogaron te aconsejara que vinieras a Amrica a sucederme. No, mejores que no pienses en venir hasta que te salga la barba y ests un poquito

    ms maduro; porque aqu se necesita mucha madurez y sta no teenfades es planta extica en los Noviciados (4).

    5. El P. Stern, S. J., que atiende al Hospital Provincial, me llevaconsigo a ver su campo de operaciones. El Hospital tiene nueve edificiosmonumentales, con 1.400 camas. En la actualidad hay 900 enfermos. Losvisitamos a todos. Cunta miseria. Qu solos estn aquellos pobres enfer-mos, con la vista fija en el techo, plidos, en un silencio que slo alteranquejidos y los pasos acelerados de mdicos y enfermeras. Hay entre ellos

    4 Su hermano Amando era novicio en Marquain (Blgica). Contaba entonces17.

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    muchos catlicos. Como el Hospital es del Estado, no se permite en l nin-guna religin oficial, aunque hay libertad amplsima para practicar cual-quiera desde el budismo, hasta el mahometismo. El P. Stern tiene sucapillita en los jardines del Hospital, adonde acuden a Misa los conva-

    lecientes. Este Padre lleva once aos sin dejar de visitar todas las salas unsolo da. Todos le conocen y de todos es amigo. Sin velas, ni roquetes, nidistintivo de ningn gnero, reparte todos los das una docena de comu-niones, y los primeros viernes reparte un promedio de doscientas. No se lemuere nadie sin la extrema-uncin, y ha unido muchos matrimonios in

    periculo mortis. Ha convertido un sinnmero de enfermeras no catlicas, ylos mdicos ms indiferentes le dan palmaditas cariosas en el hombro y leveneran. La labor de este Padre slo la pueden apreciar los ngeles.Despus de cuatro horas de subir y bajar escaleras y ascensores, y visitarsalas y ms salas, me siento tan agotado, que apenas me tengo en pie. El P.Stern se me re a carcajadas. Lo mismo le pasaba a l los primeros das.Ahora, al cabo de once aos, y a los 60 de edad, va y viene con la agilidadde un gamo. Todo es hasta acostumbrarse.

    6.Da 20. Recibo carta del P. Socio de California, en la que meconfa dos tandas ms de Ejercicios en espaol a sendas Comunidades deReligiosas mejicanas en las ciudades de Los ngeles y San Diego. Las

    tandas me dicetendrn lugar en agosto. Qu lstima, precisamente enagosto es cuando tengo que estar con las maletas cinchadas para zarparcamino de Alaska. Como no pueden adelantarse esos Ejercicios, tengo quedejrselos a un Padre yanqui de los que estuvieron en Oa. Con esto termi-no mis ministerios en California y me preparo para tomar el tren hacia elNorte. Antes me mandan a confesar por ltima vez a las dos Comunidades.Las Adoratrices me tienen cinco horas, interrumpidas con una visita alcomedor de los huspedes donde en vez de unos pastelitos como me

    haban dicho me encontr con una cena en toda regla. Por primera vezen cuatro aos y medio volv a saborear los clsicos garbanzos. Los com,rindome a lo bobo, sin acabar de creer que en realidad aquello eran gar-banzos. Lo eran, y muy ricos. Las Carmelitas slo me tuvieron en el confe-sonario cuatro horas.

    No se habl de despedidas; baste decir que fueron muy sentidas. Alda siguiente cruc la baha de San Francisco y tom el tren para Portland;justamente veinticuatro horas de tren. Cruc llanuras como el mar, atraves

    montes imponentes, vi ciudades a diestra y siniestra y al fin llegu aPortland en la maana de la fiesta del Sagrado Corazn. Dije Misa en lacapilla domstica, ayudado por un Hermano Coadjutor y luego sub a ver

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    al P. Provincial. A la sazn no estaba en casa, pero haba dejado ins-trucciones al P. Socio. Estas eran que mandsemos una carta a Wshing-ton, al Departamento de Emigracin, pidiendo permiso para ir a Alaskados aos. As lo hicimos. Lo de dos aos, es porque al cabo de ellos tengo

    que venir a hacer la Tercera Probacin. Hecha sta, pensamos arreglardefinitivamente los pasaportes de modo que ya no dependa para nada deldicho Departamento.

    7. Y Como en Portland no hay gran cosa que hacer, me lleva a Taco-ma el P. Rector de aquel Colegio que necesita Padres para diversos mi-nisterios.

    Da 31. Estoy en la ciudad de Tacoma, que tiene al pie de 120.000

    habitantes. Aqu tenemos Colegio y Residencia. Primero habito en el Co-legio donde me encargaron el convento de las Salesas, a quienes atiendenlos nuestros. Luego me bajaron a la Residencia a hacer de capelln en elasilo de las Hermanitas de los Pobres.

    Julio 4. Hay en el Asilo unos 20 ancianos y unas 30 ancianas. Unaque tiene 92 aos me dijo muy ingenua: Yo, fuera de que no tengodientes, y de que estoy sorda y de que no veo bien, por lo dems me en-cuentro hecha una moza. La mayora es catlica. Los hay que no quieren

    ser molestados con cuestiones de religin. Otros lo quieren dejar paramaana. Uno de ellos no catlico me asegura que lleva una vida comoun santo: ni bebe, ni fuma, ni habla mal de nadie, ni roba, ni tiene nadacontra los catlicos. Qu ms quiere usted?, me pregunta extraado deque yo le haga una visitita por las tardes hablndole siempre de lo mismo.

    8.Da 11.Pasa por aqu el P. Provincial, quien me trae un fajo decorrespondencia y me da la noticia de que el Superior de Alaska me hadestinado a la cristiandad de Akulurak (5) junto al Estrecho de Behring.All estar tres meses entrenndome con los dos Padres de la Residencia.

    5 Akulurak, a orillas del ro de su nombre, es el ltimo de los puestos misio-neros abiertos en la primera poca de la Misin alaskana; en 1893 era una regin demarismas y pantanos, reino del silencio y la soledad; sin bosques, sin vegetacin,nada; un distrito inmenso, donde con monotona fastidiosa se seguan sin interrupcinun pramo, un desierto, una estepa, una planicie inculta y cien marismas cenagosas;la regin de las tpicas tundras alaskanas. Actualmente es uno de los puntos msimportantes de la Misin con una hermosa iglesia con asientos para 250 personas,

    rgano y calefaccin. Tiene escuelas, orfanato y una Comunidad de ReligiosasUrsulinas. Hay dos Padres por lo menos y varios Hermanos para los quehaceresdomsticos.

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    Luego saldr para Kashunak (6), distrito del P. Fox (7), que estudi en Oa.Este Padre necesita un compaero con toda urgencia, pues, aparte de lacristiandad, tiene a su cargo el Noviciado de religiosas indgenas, fundadasy amaestradas por l (8). Quiere decir que nos repartiremos el cargo de

    Maestro de novicias, seis meses cada uno. Amando, no s si t te figurarslo que supuso hacerme a mi Maestro de Novicias eskimales. Cuando se loescriba al P. Morn, le voy a dejar sin palabra. Vivir para ver, que dijo elotro.

    El P. Provincial viene a mi cuarto a charlar un ratito y me encuentradevorando cartas y revistas en espaol. Haca mes y medio que no mehaba llegado correspondencia, por andar de ac para all, como judoerrante. Tena yo en mis manos la revista Hechos y Dichos (revista que

    ni sabia yo siquiera que exista), y me la tom l para ver si poda entenderespaol. Coincidi que la tena yo abierta al fin de un artculo mo que mepublic, y vio all mi nombre. Con que tambin escribe usted artculos,eh?, me pregunt. Y luego aadi: Pues sgalos escribiendo, que leservirn de entretenimiento en Alaska. Encargue una mquina de escribirporttil, llvela con usted, y escriba usted cartas y artculos a los cuatro puntos cardinales, y gane amigos y dinero para la Misin. Y si algnJesuita espaol quiere venirse por ac a hacerle a usted compaa, dgale

    que le recibimos con los brazos abiertos. Yo repuse que Espaa est6 Kashunak, puesto en el Estrecho de Behring, fundado de modo estable en

    1927, aunque ya desde principios de siglo haba sido visitado por los primerosmisioneros; el pueblo pasa de unos 200. Cerrado a los tres aos, en 1930 lo atiende elmisionero de Hooper Bay, P. Fox; para ayudarle en estos ministerios fue designado elP. Llorente, como nos comunica en su carta, aunque luego cambiaron los Superioresde opinin y le dejaron todo el tiempo en Akulurak.

    7 El P. ayos Fox naci en 1892 y lleg a Alaska de misionero en 1927; habla el

    espaol por haber hecho en Oa (Burgos) sus estudios teolgicos. De 1928 a 1930estuvo de misionero en Kashunak; el curso 1930-1931 estuvo haciendo la TerceraProbacin en California; el ao 1931 volvi a Alaska y qued encargado del puestode Hooper Bay, con la misin de visitar con alguna frecuencia el distrito deKashunak, sin misionero propio. En un principio se pens en el P. Llorente comocompaero suyo, segn queda indicado.

    8 Son las Religiosas indgenas de Nuestra Seora de la Nieve, Congregacinaprobada por Mons. Crimont en 1933 para atender especialmente a las obras deenseanza, El ao 1939 murieron dos Religiosas, vctimas de la caridad, cuando

    durante una epidemia se consagraban al cuidado de los enfermos; atacadas ellas a suvez por el contagio moran poco despus, vctimas de su abnegacin. Cfr. SANTOS,

    Jesuitas en el Polo Norte, p. 454-455.

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    abrumada de Misiones ahora; a lo que respondi que si me haba soltado am, tambin podran soltar a otro. Y con una sonrisa picaresca aadi:Con tal que el que venga sea de la talla de usted.

    Da 12. No acaba de llegar el permiso de Wshington, y esto me

    alarma. Esperemos. Pero el que espera desespera. Estoy un tanto aburridoy un poco tocado de aoranzas. Cojo el sombrero y voy al parque a despe-jarme la cabeza. En medio del trfico de la calle me siento solo, con unasoledad que me apresuro a desechar, porque no me gustan los santosencapotados como a Santa Teresa. Al internarme en el parque descubroun can de artillera que adorna una de las glorietas. Me arrimo a l y...santos cielos! En l estaba grabado el escudo de Espaa; debajo del cualestn esculpidas estas palabras en pursimo castellano: Sevilla 3 de julio

    de 1783. Evidentemente se trataba de un can tomado a los espaoles enCuba o Filipinas. Me hice amigo de l all mismo. El y yo ramos dosespaoles prisioneros en el destierro. Me apoy sobre l y qued medita-bundo. Luego le di unas palmaditas y me alej, no sin volver dos o tresveces la cabeza para contemplar aquel pedazo de Espaa por ltima vez.

    9.Da 13. Llega a la baha la escuadra yanqui y me invitan a ir aver los barcos. Estuve en un acorazado que me ensearon de arriba aabajo. Es el California, uno de los mayores del mundo. Doce caones

    tan gigantescos que un soldado puede gatear dentro de ellos desde la bocahasta la culata. Luego caones antiareos, ms otros caones de menorcalibre para disparar a objetos cercanos. Aquello es algo formidable. Seme subleva la sangre ante tanto aparato blico y me dan ganas de hacermemarino para andar entre caones. Luego pienso que soy hijo de SanIgnacio, que pertenezco a las huestes apostlicas de Cristo, y el tal acora-zado se empequeece a mis ojos hasta el punto de despreciarle comojuguete sin vida y sin razn de ser.

    No vino toda la escuadra, sino slo 15 barcos con 9.000 marinos.Estos pasean las calles en grupos. Muchos de ellos son catlicos. A nuestraiglesia vienen la mayora y me toca confesarlos.

    Da 14. Contina la huelga general que ya lleva un mes. Por lascalles patrullan pelotones de soldados con casco y bayoneta calada. Paraintimidar a las hordas comunistas obreras tiene lugar un desfile monstruode marinos y soldados por las calles principales. Yo me estaciono en unaesquina cntrica y all, apretado por la turba, presencio el paso marcial de

    soldados, oficiales, marinos, carros de guerra y fuerzas de la polica. Tocan

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    las bandas y la gente aplaude delirante. Yo me contagio y de nuevo quieroser soldado, para rerme luego de mi necedad.

    Da 25. No ha llegado todava respuesta de Washington. Si mehubieran dicho en bromas que yo era tan paciente como lo estoy demos-

    trando ser, no lo creera. Si no llega, no puedo ir a Alaska y tengo quehacer primero la Tercera Probacin. Como sta hay que hacerla, enabsoluto preferira hacerla cuanto antes, para poder luego ir a Alaska sinpreocuparse ya de ms:Fiat voluntas Dei.

    10. Da 29. Ayer domingo estuve en la crcel visitando a lospresos catlicos. Es una prisin modelo, levantada en una isla para quenadie se escape sin nadar antes una legua. A la sazn hay 900 presos enella, de los cuales son catlicos unos 180. Llego la vspera en una gaso-

    linera. Me abren unas puertas de hierro que se cierran tras de m y quedoen un patio donde se divierten los guardias con magnficos perros policas.Se me saluda por todas partes y me abren otra puerta de hierro que secierra automticamente. Luego otra puerta de barras espesas y, por fin,quedo en un saln donde me esperan unos 60 hombrachones de miradaatravesada y rostro sombro. Una instruccin de catecismo con ancdotasque logran hacerles rer, y luego varias confesiones. A continuacin meintroducen en el comedor, donde me esperaban unos 50 muchachotes de

    lengua espaola, nacidos en los Estados Unidos del Suroeste, junto a lafrontera mejicana. El guardia que los vigila se sienta cerca. Es muycampechano, y no sabe ni pizca de espaol.

    Yo dejo el sombrero y el maletn y me pongo a pasear delante deellos, derramando sonrisas, preguntndoles cosas indiferentes, asegurn-doles que viven all como reyes, y luego procedo a una explicacin de loms necesario de la doctrina cristiana. Logro hacerlos rer y que mepregunten sin miedo ninguno. Ya es muy de noche y me llevan a un cuarto

    muy limpio y con buen ajuar donde duermo sin novedad. Por la maanadigo Misa a unos 120, en la que comulgaron 13. Terminada la Misa memezclo con ellos y charlamos amigablemente. Se me acerca un eskimal,que estuvo en las escuelas nuestras de Alaska y me habla un ingls muypasable. Al verle tan cerca de m se me alegra todo el ser y pienso en losque me esperan all en Alaska. Luego me conducen a la enfermera, dondedoy la Comunin a un recluso que ya no le quedan ms que siete aos; casinada. Est muy satisfecho y piensa en la libertad que tendr en el cielo

    donde no hay cerrojos, ni guardias, ni malos ratos. El lugar es magnfico.Las olas, estrellndose ante los muros; un campo colosal de baln, donde

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    juegan los del Norte contra las del Sur; cine los sbados; tres comidas, conmsica durante la cena; radios por todas partes; y dos mudas cada semana.Uno de ellos me dijo que ya no le quedaban ms que dos semanas, y queno saba qu hara una vez salido. No son pocos los que lo pasan mejor en

    la crcel que fuera. Sin embargo, es deprimente el hecho de que los cierrancon barras y candados, como a las fieras en los parques zoolgicos. Porcasualidad, me entero de que hay un espaol all; pregunto por l y mellevan a la enfermera donde se est reponiendo de unas calenturas. Es unnavarro que lleva en este pas 18 aos. En unas huelgas habl muy alto y lecatapultaron en la crcel. Despus de un saludo afectuoso, la conversacinse anima y termina en un torrente de palabras. No es catlico, pero ama aJesucristo ms que el Papa. Los curas son embajadores de los ricos. El cu-ra atontece al pobre obrero con palabras misteriosas y terribles sobre no squ infiernos para los ladrones y descontentos. El obrero as entontecido,baja la cabeza y se deja chupar la sangre por patronos sin entraas. Luegoel rico paga al cura para que contine su obra de entontecer las masas. Estono puede continuar. El espera salir de aqu, volver a Espaa y empezar unacampaa activa en favor de los obreros. Afuera el dinero, y que se trafiquecon intercambio en especie. El no es socialista, ni comunista, ni anarquista.No es ms que un obrero modesto que se esfuerza porque prevalezca laverdad sobre la mentira, el derecho sobre la tirana, y la justicia sobre lafarsa.

    11. Da 31. Fiesta de San Ignacio: Excursin al monte Rainier.Este se eleva a 4.200 metros, con nieves perpetuas, crestas inaccesibles,etctera, etc. En tres horas de auto llegamos a las frondas levantadas a unaaltura de 1.800 metros. La lluvia y la niebla espessima nos impiden ver lacumbre. Hay despeaderos pavorosos, cascadas encantadoras y montonesinmensos de nieve arremolinada en quiebras y caadas. Se nos acercan al

    auto dos osos pardos implorando por misericordia algn dulce. Devoranbombones con furor y cuando stos se acaban, se internan en la espesura,porque a ellos lo que les importa no es el viajero curioso, sino los bom-bones y la cerveza. Estn medio domesticados; pero no conviene fiarsemucho de ese medio. Por la noche vamos al Colegio a cenar, y desobremesa la conversacin es muy animada. Uno de las Padres es italianoy le proponemos apuntarse voluntario para una capellana en Etiopa. El sedefiende muy bien, y la conversacin se anima. Luego me toca a m.

    Cundo vuelve el rey a Madrid?No s.

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    Conviene que vuelva?

    Segn y cmo.

    Cuando vuelven los jesuitas a Espaa?Muy pronto. Etc., etc.

    12. Agosto 2. No llega carta de Washington. Esto est oscuro.Dentro de cinco das empieza la Tercera Probacin. Si para entonces nome ha llegado el permiso, la empezar? Voy o no voy a Alaska este ao?Paciencia y barajar. Entre tanto, no puedo escribir a nadie, pues no puedodarles las seas. Y se estarn creyendo que soy un frescales y un olvidadi-zo que no respondo las cartas. Paciencia. Entretengo mis ocios leyendoespaol. En la biblioteca provincial de Tacoma di con el plteo de autoresespaoles. No estn los que yo quisiera, pero son espaoles y hay que tra-garlos. Cuando ya he devorado ms de cien pginas y se me cansan losojos, tomo el acorden y me voy a los stanos a llenar de armona aquellosrecintos. No puedes imaginarte los progresos que estoy haciendo. Lomismo toco una jota, que un villancico, que la marcha de San Ignacio. Coneste acorden que compr en una casa de empeos, pienso entretenera mis eskimales en las noches interminables de aquellos inviernos sin fin.Todos me dicen que ha sido el gran acierto. Tengo tambin anteojos delarga vista y una linterna elctrica. Slo me falta una escopeta que compra-

    r en vsperas de embarcarme. Tambin tengo una cmara fotogrfica, queme ve a dar la vida para mis artculos... si tengo humor para escribir. Estosobjetos no son despilfarros; son simples necesidades, segn lo afirman losque lo han experimentado.

    Da 7. Esta noche empieza la Tercera Probacin; y yo sigo aqu sinsaber an si la hago o si voy a Alaska; O vos omnes qui transitis perviam; attendite et videte...

    En esta expectacin deprimente me sirve de consuelo el hecho de queme tienen ocupado en el confesonario muchas horas, con evidente prove-cho de innumerables penitentes.

    Ayer celebr por primera vez Misa solemne deRequiem. Aqu traenel cadver a la iglesia y lo colocan junto al presbiterio, donde est entre ci-rios durante la Misa. El cementerio dista 14 kilmetros y fuimos a l enuna caravana de autos. Bendije la sepultura y dems, segn el ritual y, alterminar yo, se desat un llanto que me llen de escalofros. La difunta era

    una abuelita, y all estaban hijos, nietos, parientes y amigos. Era una fami-lia de Yugoslavia, de lengua croata. Una vez ms me convenc de que no

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    puedo en absoluto ver llorar; me derrito lo mismo que la manteca en elfuego.

    Yo la haba visitado una vez que llamaron por telfono avisando queestaba agonizando. Cuando llegu la encontr muy sosegada; se trataba de

    uno de tantos ataques. No saba la vieja ni pizca de ingls. Como ya habarecibido todos los Sacramentos, me content con darla la absolucin des-pus de haberla escuchado la confesin en su lengua ininteligible. Dios laentendi, y eso basta.

    13.Da 13. Buen da. El correo me ha trado una mquina de escri-bir, un rollo en el que viene contenido el diploma del Bachillerato por laUniversidad de San Luis, y una carta del Departamento de Emigracin.

    Da 14. Los envoltorios de papeles y pasaportes aunque aparen-

    temente complicadosprometen un arreglo tan satisfactorio, que hoymismo salgo para el puerto de Seattle a arreglar el billete para Alaska.

    Es Seattle una ciudad de 400.000 habitantes en la que tenemos Cole-gio y Residencia. Un Padre que estuvo en Alaska me toma por su cuentapor orden del P. Provincial, y me lleva a tiendas y almacenes dondecompramos objetos por valor de 40 dlares; botas de agua, polainas, botasde badana hasta la rodilla, pantalones de teniente que mueren debajo de larodilla y encajan debajo de las polainas, dos pares de trajes de abrigo que

    cierran hermticamente, una escopeta de dos caones y seis cajas de cartu-chos, medias de lana ms gordas que las que usan los pastores de nuestropueblo, camisas que pesan media arroba, camisetas que pesan otra media,etc., etc. Luego vamos al puerto. El ltimo barco sale el 7 de septiembre, yen l se me reserva un camarote en el que ir solo y en el que podrcelebrar todos los das, gracias al altar porttil que me ha regalado un anti-guo Misionero de Alaska.

    Como ves, los acontecimientos se van precipitando. Puede ser quesalga hacia el 28 del presente. De todos modos ya te escribir desde Alaskacontndote las peripecias del viaje.

    Recuerdos a todos.

    Tu hermano,

    SEGUNDO LLODENTE, S. J.Agosto, 1935

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    REV. MERRIL SULZMAN

    Sacred Heart Rectory

    Seward, Alaska8 septiembre 1935

    1 CAMINO DE ALASKA. 2. EN KETCHIKAM. 3. ENWRANGELL. 4. UNA ENTREVISTA EN JUNEAU CON MONS.CRIMONT, OBISPO DE ALASKA. 5. EN SECO EN MEDIODEL GOLFO DE ALASKA. 6. EN CRDOBA Y VALDS. 7.ANTE EL GLACIAR COLUMBIA. 8. EN SEWARD.

    Mi inolvidable Sindo (9):1. Ya estoy en Alaska. Para que te hagas una idea de mi viaje mar-

    timo, te lo voy a describir en breves rasgos.Agosto 31. A las nueve de la maana salimos del puerto de Seattle

    (EE. UU.). El buque se llama Alaska, es de 7.500 toneladas y lleva 200a bordo. Al soltar las amarran, la banda entona un himno marcial y por mcorren unos escalofros que no s explicar. El sueo dorado de mis das dejunior en Salamanca y de mis aos de filsofo en Granada se va a plasmaren realidad. No he dejado pasar un da sin decir repetidas veces: Jess,Jos y Mara, recibid en Alaska el alma ma. Y he ah que ya estoycamino de Alaska. La mar est suave; no hay mareos. A la derecha se venlas costas canadienses pobladas de rboles; a la izquierda se divisa la islade Vancouver, tan larga que no la pasamos hasta el anochecer.

    Septiembre 1. No digo Misa por no tener an altar porttil. La maresplndida. Vamos por entre islotes verdes, repletos de aves marinas. Porla maana tuve el placer de contemplar dos ballenas regulares que sedivertan saliendo a flote y sumergindose a corta distancia del buque. Conlos catalejos que llevo, pude apreciar mejor lo descomunal de su tamao.Junto al barco se ven focas que pasan como relmpagos, con unascabezotas negras como terneros, o por lo menos como perros mastines. Yatengo varios amigos a bordo, en especial un dentista de Chicago, solternde 42 aos, muy corpulento, bonachn como todos los gordos, y tanespontneo que, aunque no tiene religin alguna, me confa los secretosms ntimos porque son sus palabras los sacerdotes catlicos sonpersonas de fiar. Por la tarde baja a mi camarote un pastor protestante a

    9 Su primo, P. Gumersindo Treceo..

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    cambiar impresiones. Se divorci de su mujer y tiene dos nietecitos. Dejoven era borracho, jugador y blasfemo; pero un da, al doblar una esquina,el cielo le ilumin y de vicioso se hizo hombre modelo. Se alist en lasecta llamada El ejrcito de salvacin, pero se desavino con los

    directores y se separ. Al cabo de siete aos de oracin, una maana demayo, fresca y rosada, el Espritu Santo baj del cielo visiblemente, lellen y le dijo con voz inteligible: Vete y predica el Evangelios. En-tonces l se empoll captulos enteros del Nuevo Testamento, pidi dineroa un amigo, sac pasaje para Alaska y ahora piensa terminar sus dasevangelizando a los mineros de las costas del Sur de Alaska. Confieso quela extraa locura de este infeliz me dej suspenso por unos momentos. Leexpuse a grandes rasgos la contextura de la Iglesia Catlica y qued tanmaravillado, que all mismo me pidi le recibiese en la Iglesia Romana,Siguieron unas aclaraciones, y lo di todo por perdido cuando exigi quelos Obispos le haban de permitir ir a tierra de infieles a predicar elEvangelio a pesar de vivir an su mujer. La conversacin dur tres horas.Como l no se iba, y en cubierta haca un fresquete que saba a gloria, ledije: Qu cree usted que debo hacer yo para salvarme? y respondi:Pedir el bautismo del Espritu Santo. Se lo promet, y mi hombreempez a dar saltos de gozo, con frenes, con locura. Yo lo vi malo, y,empujndole suavemente hacia la puerta y dndole un apretn de manos,le desped.

    2Da 2. A las ocho llegamos a Ketchikan (10), la primera ciudadde Alaska. Tiene 4.500 habitantes que viven de las minas, de la pesca y dela madera. Como el barco par tres horas, fui a nuestra Residencia a decirMisa. Dicha sta, el Padre (11) que la atiende, me llev al Hospital dirigido

    10Ketchikan, en la isla de Revillagigedo; es tpica por sus construc-ciones originales, pues gran parte de las casas todas de madera estnlevantadas sobre plataformas de tablones por maderos elevados en el mar.Entre los dos barrios el indio y el blanco est la iglesia y casa de losPadres, y Junto a la iglesia se levanta uno de los edificios ms respetablesde la poblacin: es el Hospital, propiedad de las Hermanas de la Caridad,Sus habitantes viven generalmente de las minas, de la pesca y de lamadera. Los Jesuitas se establecieron en esta ciudad alaskana el ao 1907.

    11 El P. HAROLDO BUCKLEY, nacido en 1894 y Regado a la Misin en elverano de 1931, destinado a Ketchikan, donde estuvo hasta el 1936 en que volvi a la

    Provincia. Este ao estaba tambin en Ketchikan el anciano P. Tornielli. misionerovenerable de los hielos alaskanos, nacido en 1850 y llegado a Alaska en 1898; alterminar ese curso tuvo que volver enfermo a EE. UU., donde muri en Spokane el

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    por Religiosas donde hall mesa puesta con desayuno regio. Las monjitasme rodearon hacindome mil preguntas. Al levantarme para irme se mepusieron de rodillas y me pidieron la bendicin de costumbre. La msanciana me entreg una caja muy cuca dicindome que era el nico regalo

    que podan hacerme tan de repente. No valieron porfas y tuve que tomarel bulto. Ya en el camarote le abr y me encontr con el mazapn msguapo que jams ha fabricado el ms experto confitero. Qu delicadezastiene Jess preparadas a los misioneros de Alaska! me dije, y se mellenaron de agua los ojos.

    Por la tarde, tom el acorden y baj a los stanos, donde se apianmarinos, carboneros, pasajeros de tercera y dems. Con una bandurria, unacorneta y mi acorden, armamos un ruido infernal. Ms que las canciones

    nacionales les gustaron Las cuatro Milpas, cancin mejicana que o enLa Habana y que la toco pasab1emente. Con apretones de manos ypalmaditas en los hombros me despidieron y al subir por las escaleras odecir a uno: Qu cura tan majo! Ninguno de los all presentes eracatlico. As se derrumban prejuicios y se les hace ver que tambin los ca-tlicos ren y cantan y aman a sus semejantes.

    3 Por la noche, o mejor, al anochecer, llegamos a Wrangell (12),segunda ciudad de Alaska. Es pequea, pero est en ella el P. Monroe (13),

    26 de octubre de 1938, a los 88 aos de edad. Para ms detalles de este misionerosingular cfr. A. SANTOS,Jesuitas en el Polo Norte, p. 367-370. No sabemos a culde los dos Padres se refiere el P. Llorente.

    12 Wrangell, pequeo poblado alaskano, al N. de Ketchikan. En medio de unjardn primorosamente cuidado se levanta, la iglesia y la casa del misionero: y nolejos de all se ven los fantsticos yacimientos pesqueros, donde se almacenan barcosy ms barcos de salmn. El puesto misionero lo fund en 1925 el benemrito P.Monroe.

    13 El P. Francisco Monroe, francs de nacin, vio la luz del mundo el ao 1855;a los 20 aos entraba en la Compaa de Jess, y en 1886 era ordenado de sacerdote.Dos aos despus se embarcaba para Amrica. Los cuatro primeros aos los pas demisionero en las Montaas Roqueas, en 1892 lleg destinado a la Misin de Alaska,que no deba abandonar ya hasta el da de su muerte. Destrozada su salud en laAlaska del Norte, no quiso ser trasladado a la Provincia y qued como misionerodurante 13 aos ms en la regin austral: de ellos once como misionero en Wrangell.Al fin de su vida en 1939, se embarc para Spokane con el fin de consultar un mdicoy volver de nuevo a Wrangell: tena 85 aos, No pudo conseguirlo: el 9 de enero de

    1940, mientras una ligera nevada blanqueaba la ciudad, y el aire cortaba por su cru-deza glacial, mientras un sol agonizante enviaba sus ltimos destellos mortecinossobre le casa de San Miguel, all, en una habitacin pobre, si, pero arreglada,

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    ancianito de 81 aos, que lleva 42 en Alaska. El barco par dos horas quepas con l en la cocina, respondindonos y preguntndonos con avidezmil curiosidades. Al salir le dej el mazapn como recuerdo de nuestra vi-sita. El me llev a nuestra iglesita, hizo cinco minutos de examen y se

    confes conmigo.Aqu en Alaska hay que aprovecharse as de las ocasiones. Elencuentro con este veterano de Alaska me fue muy provechoso. Al volveral barco pasamos por los almacenes donde empaquetan al ao tres millo-nes de cajas de salmn.

    Los pude ver vivos y coleando; algunos representaban pesar cerca deveinte libras.

    4.Da 3. Estoy en ayunas hasta la una y media en que arribamos

    a Juneau (14), la capital de Alaska, y sede del Vicario Apostlico, PadreRafael Crimont, S. J. (15). Al bajar a tierra me interno por callejuelas

    expiraba rodeado de la comunidad, el ms anciano de todos los misioneros de Alaska.Haba trabajado en la Misin 45 aos. Cfr. A. Sonsos, Jesuitas en el Polo Norte, p.376-378.

    14Juneau, la capital de Alaska, es una ciudad de unos 4.000 habitantes, yresidencia del Vicario Apostlico, centro minero de importancia y con bosquesmultiseculares en las afueras, que proveen de material a las sierras y a los ebanistas.Es verdaderamente encantador el paisaje que la rodea. No lejos de la casa episcopalse levanta un hospital precioso, dirigido por Ursulinas franco-canadienses; y a 20millas de la ciudad hay una casa de Ejercicios. Los Jesuitas se establecieron en elladefinitivamente el ao 1894 y fue escogida desde un principio como sede del VicarioApostlico. cfr. A. Santos,Jesuitas en el Polo Norte, p. 401-4102.

    15 Mons. RAFAEL CRIMONT haba nacido en Ferrres de Francia(Amiens), en febrero de 1858. Educado en un Colegio de Jesuitas, entr enla Compaa de Jess a los 17 aos de edad. Al terminar los estudios

    filosficos, atraves el Ocano destinado a la Misin de los indios deAmrica. En 1886 se ordena de sacerdote en Woodstok. Trabaj primeroentre los indios de la tribu de Cuervos, en Montana (EE. UU.). Ms tarde,durante el verano de 1894, pas como misionero a Alaska Boreal, y en ellaestuvo misionando los puestos de Nulato y Holy-Cross como Vicario Ge-neral del Prefecto Apostlico. De 1901 a 1904 estuvo de Rector en elColegio Gonzaga, de Spokane (California). Este ao fue nombradoPrefecto Apostlico de Alaska, y en 1916, al ser elevada la Prefectura a

    Vicariato Apostlico, el P. Crimont fue preconizado su primer VicarioApostlico de Alaska. Falleci en mayo de 1945. a los 87 aos de edad,despus de haber pasado ms de 50 en Alaska. Misionero alaskano cien

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    tortuosas, preguntando aqu y torciendo para all hasta que vi un JHSsobre una puerta. Entr por ella como Pedro por su casa, y all estaba el Sr.Obispo con su anillo y pectoral. Me mand a la iglesia con un monaguilloy cuando termin la Misa, me tena preparado un desayuno en el Hospital

    que dirigen trece Ursulinas franco-canadienses.All me fue a buscar el clebre P. Hubbard16, gelogo explorador,ms famoso en los EE. UU. que el Presidente de la Repblica. Lo primeroque hizo fue meterme en el bolso un billete de 50 dlares para que no meextraviase. Despus de un rato de charla fui al despacho del Sr. Obispo a ponerme a sus rdenes. Me da las licencias tan amplias, que delmisionero de Alaska se puede decir que es un Papa en pequeo. As megusta. Sin embargo por si las moscascada misionero tiene en la maleta

    el consabidoArregui. All me dieron un altar porttil, un saco de dormirhecho para dormir al raso entre la nieve, un cajn de pelculas de cinehechas por el P. Hubbard, unos libros y una enciclopedia de encargos. Conesto, y con mis dos maletas y con el bal de 200 libras, y las 32 libras dedulces que me dieron las Damas del Sagrado Corazn de Seattle para loshuerfanitos, ya puedes imaginarte lo que me esperaba en puertos y esta-ciones.

    por cien: no hay en Alaska ro que no haya atravesado. ni monte que nohaya rodeado, ni llanura que no haya cruzado. Viaj en canoa, en trineo,en aeroplano, en raquetas, en barcos fluviales, en todo. Por eso eran tan deagradecer las instrucciones que daba a sus noveles misioneros sobre elmodo de reaccionar en las mltiples contingencias de aquella vida tandura. cfr. A. Santos, o. c. p. 287-288.

    16 El P. BERNARDO HUBBARD, explorador incansable de las Hielos Polares, aquien se conoce en Amrica con el nombre significativo de "el sacerdote de los

    glaciares". La sociedad norteamericana de estudios geolgicos quiso honrar a esteinfatigable explorador, bautizando con su nombre a uno de los vrtices alaskanos:

    Hubbard se llama desde entonces uno de los picos a que con tres compaeros seatrevi a subir el Jesuita, poniendo su planta donde hasta entonces no la haba sentado

    jams humano pie. Tiene 4.550 metros, y se encuentra un poco al E. de San Elas. ElP. Hubbard es el director de la Seccin de Geologa de la Universidad de Santa Clarade California; fue enviado a Alaska en 1031 para filmar las escenas invernales de losmisioneros en aquellos pramos solitarios. Para sacar un film verdadero y real, recu-rri al medio ms apropiado: hacer lo que hacen los misioneros. El P. Llorente habla

    de l en varios lugares con ocasin de sus repetidos viajes de exploracin a travs dela Alaska del Norte. Cfr. LLORENTE,En las lomas del Polo Norte, p. 57-60.208-220.

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    Da 4. Atravesamos el golfo de Alaska. Como dicen que estormentoso, temo por la Misa; pero el Seor se encarg de esto. Al entraren l cerr la niebla, de suerte que el capitn mand parar en seco sicabe en el mar. Esto era media noche. A la una arm el altar sobre el

    lavabo con salvavidas y cajas, me revest, encend dos velas y dije Misa enel camarote, solo, entre el cielo y los abismos, mientras en el saln de bailese danzaba y sonaba la msica. Al terminar la Misa, la niebla amain, elbarco arranc y yo me acost. Al querer levantarme no lo pude hacer. Unoleaje brbaro; la tercera parte de los pasajeros mareada y yo en esa terceraparte. Me vest a duras penas y pas todo el da tendido boca arriba sincomer bocado. No vomit, pero lo hubiera hecho si hubiera ido al comedoro a cubierta. En vez del Breviario rec quince misterios sooliento ymalhumorado. Te aconsejo no dejes la conversin para la hora de la muer-te.

    6 Da 3. Llegamos al puerto de Crdova (17), que aqu escribencon v. Hay capilla y residencia a cargo de un sacerdote secular. Llueve conpersistencia. Por la tarde arribamos a Valds (18), donde hay otro sacerdotesecular.

    Ya ves que hay nombres espaoles en Alaska. El por qu es muylargo de contar. Por la noche, pasadas las doce, arm de nuevo el altar de

    marras y dije Misa de Requiem en voz baja, mientras los dems dorman.7.Da 7. A media maana pasamos por el glaciar ms famoso de

    Alaska (19). Una montaa de hielo. El barco para, suena la sirena, ymientras el hielo repite los ecos, se rajan las paredes exteriores y vienen alagua columnas gigantes de hielo que alteran la marea y retumban comotruenos de verano. La temperatura baja desmesuradamente y todo elmundo a tiritar, pero con la boca abierta y unos ojazos enormes de asom-bro ante semejante espectculo. Junto a mi est un novelista educado en

    Oxford y Alemania. Un yanqui verdadero. Me mira y exclama: Esto esuna prueba ms de que el hombre es un accidente; el producto de las fuer-

    17Crdova. Los Jesuitas se establecieron aqu en 1910. De 1913 a 1925 estuvosin misionero; desde este ao hasta 1933 estuvo de nuevo un Padre, y a partir de estaltima fecha est a cargo de un sacerdote del clero secular.

    18Valds, otro puesto de origen espaol que recuerda al marino Valds, uno delos colaboradores principales de Vancouver en el trazado de los mapas de estas

    regiones. Los Jesuitas se establecieron el 1908, desde 1936 lo regenta un sacerdotesecular.19 Cfr. LLORENTE,En el pas de los Eternos Hielos, p. 29.

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    Te extraars de que haya trenes en Alaska. No es ms que un ferro-carril que une las minas de Fairbanks en el interior con este puerto deSeward (20). No s lo que me espera, ni s a punto fijo dnde medestinarn, si a Akulurak o a Holy-Cross; lo que s es que Jesucristo no

    abandona a los suyos, y yo si no soy suyo lo quiero ser y esto me consuela.Te he escrito esta carta casi de un tirn. Se me han enfriado las piernas yvoy a pasearme una media hora por estos contornos. Puedes escribirme acualquier sitio, por ejemplo, a Holy-Cross (21); aqu nadie se extraa derecibir una carta a los seis meses de escrita. Bueno, basta por hoy. Recuer-dos a todos. El que me escriba sepa que entra a partes iguales en lo buenoque yo haga por estas tierras (22).

    Segundo Llorente, S. J.

    Septiembre, 1935

    20Seward, en le pennsula de Kenai. Los Jesuitas se establecieron el ao 1917,y desde el 1934 est a cargo de un sacerdote del clero secular.

    21

    Residencia central de toda la Misin de Alaska.22 Ideas semejantes a las de esta carta las expresa el P. LLORENTE en su obraEn

    el pas de los Eternos Hielos, p. 25-29.

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    AKULURAK

    Yukn Delta - Alaska

    15 octubre 19351. CAMINO DEL INTERIOR EN EL TREN DE ALASKA. 2.

    TORNEANDO EL MC KINLEY. 3. UNA SEMANA ENFAIRBANKS. 4. LLEGA A NENANA 5. POR AGUAS DELYUKN. 6. EL PRIMER CONTACTO CON ESKIMALES ENHAMILTON. 7. CAMINO DE AKULURAK, LTIMO DESTINO. 8. MISIONERO EN AKULURAK.

    Mi inolvidable Amando:

    Apenas arrib a Alaska borraje unas pginas a Sindo, que espero tehabr remitido, como se lo encargu (23). Desde entonces ha pasado jus-tamente un mes han ocurrido sucesos dignos de "entallarse en bronce yesculpirse en mrmoles"; sucesos que dejo para cuando tenga humor ytiempo. Por ahora, baste bosquejarte mi paso a travs de Alaska.Ciertamente la he atravesado como atraviesa Espaa el que entra por Vigoy visite Burgos, Madrid, Granada y Cdiz.

    Continuando, pues, mi narracin donde la dej en la carta de Sindo,

    digo:1. Setiembre 7. Digo Misa a las seis en nuestra iglesita (24),

    desayuno en una fonda, cargo con las maletas, y a las siete y media sale eltren camino de Fairbanks. Es un tren de mala muerte, que hace el trayectouna vez a la semana, y en el que hoy no vamos ms que una docena depasajeros. La locomotora muge y forcejea, pero nos lleva a paso de buey,pues la pobre va subiendo una cordillera cuyos nevados picos se pierdenen las nubes. El paisaje es de los ms salvajes que he visto. Terminado el

    ferrocarril en 1915, por all no han pasado ms seres vivientes que guilas,lobos, osos, ciervos y... el tren. Valles profundsimos, picachoscaprichosos, montes elevadsimos... y un silencio imponente. Ni un pue-blo, ni un casero, ni una caseta. Cada dos o tres horas pasamos un vagndesmazalado donde viven media docena de obreros barbudos y grasientosque tienen a su cargo reparar desperfectos en la va.

    El tal vagn tiene honores de "estacin", y el tren se para a dejar unpuado de cartas, unas revistas y un par de cajas de conservas. Los obreros

    23 Es la carta anterior.24 De Seward.

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    se reparten las cartas con voracidad, rasgan precipitadamente los sobres yse sumergen en sonrisas beatficas, porque no hay nada tan dulce comorecibir carta en la desolada Alaska.

    El tren lleva un carromato al fin sin techo, con asientos rsticos, para

    que los viajeros puedan apreciar el paisaje sin las cortapisas de lasdichosas ventanillas. Junto a m se sienta un seor que lleva en la solapa elemblema masnico. Es inspector de las espordicas escuelillas quesostiene el Gobierno en estas regiones. Nos hacemos amigos, hasta elpunto de descubrirme l secretos por dems recnditos. Es masn comopoda ser socialista o congregante mariano. En mi vida he visto un hombrems bonachn.

    Al ponerse el sol, llegamos a Curry (25), donde el Gobierno tiene un

    hotel para los pasajeros. Buena cena, magnifico cuarto y desayuno a pedirde boca; pero como es la nica fonda, le cargan a uno seis dlares por tanbreve alojamiento. Yo dije misa tempranito en mi cuarto, en un altar quearm sobre un armario.

    2.Da 8. Sale el tren a las siete y nos lleva por unas llanuras sinlmites.

    Al atardecer descubrimos la cordillera Mc Kinley, la ms elevada entoda Norteamrica (26). Me calo los prismticos y disfruto de vista tan

    singular. Aquello no es una cordillera; aquello es una masa informe denieve que obstruye el horizonte y une la tierra con el cielo. El conductor seme acerca para decirme que va a mandar parar el tren a fin de que disfrutea manos llenas de tanta belleza. Y como lo dice lo hace. En mi vida me vitan honrado. Es un seor entrado en aos, de buen corazn, pero el pobreno ha odo hablar de religin ms que como quien oye campanas sin saberdnde. Al quererle explicar lo que eran los Jesuitas, replic: "Es decir, queustedes son algo as como los superintendentes de los otros curas, eh?". Y

    todo porque le dije que tenamos Colegios.3 A la puesta de sol llegamos a Fairbanks (27), centro minero de

    importancia, de poblacin totalmente blanca, y donde tenemos casa e

    25 Antes de llegar a Curry, debi pasar por Anchorage, donde tambin haypuesto misionero desde 1916, y a cargo de un sacerdote secular desde el ao 1933.Como, al parecer, no se detuvo en este lugar, por eso no lo menciona en su Diario.

    26 El Mc Kinley, de la cordillera alaskana, es el pico ms elevado de toda

    Amrica del Norte, con sus 6.140 metros. El Gobierno americano ha establecido entorno suyo una Reserva con el nombre de Parque Nacional del monte Mc Kinley (Mt.Mc Kinley National Park).

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    iglesia para el cultivo de unos cien catlicos. En la estacin me espera el P.Eline (28), quien me conduce al cuarto del Vicario Apostlico (29), me sacaun vaso de vino, me cepilla el gabn y me lleva a la huerta a ensearmeorgulloso los repollos de berza, las parcelas de lechugas cogolludas, los

    nabos modelo, las margaritas que adornan el prosaico patatal, las dalias ylas frambuesas. Qu te parece? No te lo esperabas, verdad? Pues paraque veas que esta naturaleza no es tan madrastra como la pintan los libros.Es el caso que desde mayo hasta fines de agosto corre por aqu un tiempoque ni en Sevilla. Todo crece y prospera a la carrera. Luego un da cambiade rumbo el viento, al da siguiente hiela, al siguiente cellisquea, y setermin todo.

    Da 9. Visito el hospital enclavado en nuestra huerta y dirigido

    por nueve Religiosas de la Caridad, blancas como ngeles en lo exterior yrubicundas como serafines en lo interior. Me ruegan pase con ellas un parde quietes para contarles historias, hablarles de Espaa, responder a unsinnmero de observaciones, etc., etc.

    27 Fairbanks es una pequea ciudad cosmopolita, donde entre sus 2.200 almastienen todas las naciones de Europa y Amrica sus representantes, aventureros,

    buscadores de oro y comerciantes de pieles. Punto cntrico en el interior de Alaska,donde muere el tren que arranca en Seward y por donde pasa la carreterainteramericana recientemente construida por Estados Unidos a travs del Canad. Lafundacin de esta ciudad se debi al hallazgo de nuevos ncleos aurferos hacia el1902. El P. Monroe, que estaba entonces cerca de all, en Eagle, al ver la importanciaque iban tomando los nuevos campos de minas, se corri hasta all, compr un

    pequeo terreno, y comenz la construccin de casa, iglesia y hospital. Era el ao1904. Los Jesuitas dirigen la Parroquia, el hospital y tienen a su cargo los campos deminas: apostolado ingrato y difcil por la frialdad, cuando no hostilidad manifiesta, de

    aquellos aventureros y mineros, que tras un rudo y continuo trabajo hambreandiversiones y pasatiempos violentos y groseros.

    Fairbanks es hoy, adems, toda una ciudad modernizada, con un aeropuerto delque salen todos los das aviones con rumbo a Nulato y Nome, en Alaska Septentrio-nal, y a Anchorage, Seward y Juneau en el Sur. Tiene adems una Universidad. Cfr.A. SANTOS, Jesuitas en el Polo Norte, p. 289-402.

    28 El P. LUIS ELINE, naci en 1878 y lleg a la Misin de Alaska en 1920, siendodestinado al ao siguiente al puesto de Fairbanks; despus de haber estado los aossiguientes en otros centros misioneros, volvi definitivamente a Fairbanks el ao

    1929 y all ha seguido de misionero.29 Lo llama as porque all vivi mucho tiempo Monseor Crimont; actualmente

    es la residencia episcopal del nuevo Obispo de Alaska, Mons. Fitzgerald.

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    Estoy en Fairbanks una semana que empleo visitando enfermos camapor cama; leyendo lo que puedo atrapar ac y all; visitando las minas deoro; asistiendo a la invitacin que recibo de ir a ver el proceso de derretiroro y levantar a pulso los "ladrillos" del precioso metal, y escribiendo

    algunas cartas.4.Da 15. Llego a Nenana (30), donde, segn me han avisado, estel vaporcito que me ha de llevar ro Yukn abajo. Pero el tal vapor hasufrido una avera y me dicen que no vendr en unos das. Nenana es unconjunto de chozas destartaladas; pero hace aos fue un centro mineromuy renombrado con 1.500 habitantes. Entonces nuestros Padreslevantaron una casita con su capilla, muy monas las dos. Entro en mi casa,que encuentro en el abandono ms lamentable, y despus de instalado

    reno los poqusimos catlicos que quedan. Les digo Misa, charlo conellos, pido a Dios que les mejore la situacin, y despus de unas soledadessin precedentes tengo el gusto de subir las maletas al vapor fluvial que salede Nenana el 20.

    5.Da 21. Vamos ro abajo seis pasajeros, los pilotos y un carga-mento enorme de mercanca para los mercaderes que viven en las riberasdel Yukn. El fro es tan feroz que no hay gabn que se resista. Las orejasprotestan desesperadas, las rodillas estn inquietas y los pies hacen bien su

    oficio pateando a ms y mejor. Yo me digo: "Amulate, pa eso teemperraste en venir a Alaska. No va a ser todo escribir artculos". Y as medivierto como si tal cosa. Estuvimos bajando por el ro una semana entera.Los dos ltimos das era yo el nico pasajero. En el trayecto tuve opor-tunidad de decir Misa todos los das en el altarcito, que preparaba lo mejorque poda sobre la cama superior que estaba desocupada. Visit tres Casasnuestras en las que fui agasajado con caridad ignaciana (31), si no fue en laltima (32), donde el Superior de la Misin me ech un "manos arriba" y

    me quit 60 dlares, fruto precioso de mis ahorros. Me dijo que 25 dlares30 Nenana fue un puesto floreciente mando el apogeo de sus minas aurferas.

    Pero el oro se agot, los mineros blancos se desperdigaron, y la ciudad qued tandesmantelada, que hoy es un montn de ruinas y escombros. Creyendo que Nenanacontinuara siendo lo que era el P. Monroe levant una capilla y una casita muymona. A pesar de las frecuentes visitas del misionero de Fairbanks, los cristianos de

    Nenana son fros, envueltos en un ambiente de paganismo materialista, fruto sin dudadel hervor minero de otros tiempos.

    31

    Probablemente, Nulato Holy-Croos y Mont. Village, de las que haremos unresumen ms adelante.32 Marshall, donde estaba de paso el P. Sifton, Superior entonces de la Misin.

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    sobraban, y as me los dej en la cartera. Tuvo tanta razn, que llegu altrmino del viaje con 24. El otro... ay, el otro! Como saltimbanquease unamaana por la cubierta para entrar en calor, en un salto menos modesto que pegu se escap un dlar del bolso del pantaln, rod indeciso dos

    segundos y cay el muy ladrn en las aguas, que abrieron sus fauces y lotragaron para siempre. As que, cuando necesites un duro, ya sabes dndele tienes: en el Yukn.

    6. Da 28. Llego anochecido a Old Hamilton (33), donde mehaban dicho que me estaba esperando el Hermano Murphy con la barca dela Misin para llevarme a Akulurak. Miro, pregunto y me entero que el talHermano "lo mismo puede venir maana que la semana prxima". Porfortuna, tenemos en Old Hamilton casa e iglesia y all me dirijo con una

    caterva de chicos, eskimales de cepa, que me rodean y me llevan lasmaletas. Sentados en la cocina a la luz de un quinqu les paso revista conexclamaciones de "qu muchachos tan majos", "ste qu gordo, eh?","mira ste qu contento est", etc., mientras ellos ren y cuchichean enlengua eskimal. Pero los ms chapurrean el ingls y nos entendemos quees un primor. Luego saco un paquete de bombones y se los reparto. Pas lanoche menos mal, acostumbrado como estoy a pasarla en cualquiera partey de cualquier modo.

    Da 29. Preparo la capilla, toco la campana y espero tecleando unarmonio malo que yace en un rincn. A los cinco minutos, llega unamatrona forrada de pieles, con un olor a pescado ahumado que me hacevacilar en el taburete. Luego llegan ms y ms, la mayora con nios de pecho hbilmente empaquetados en la espalda. Vienen luego atrope-llndose los chicos, y detrs las chicas y, por fin, un par de viejosencorvados.

    Mientras digo la Misa, los chiquitines lloran, gimotean, chillan y

    convierten la capilla en una feria de pitos. Yo me digo: "Aguanta mecha,Llorente, y sigue la Misa, que esto es estar en Misiones". Cuando salen,dejan un olor que sugiere la idea de encargar una mscara contra los gasesasfixiantes. Claro est, viven de pescado curado al aire libre y llevan elmismo vestido hasta que se cae a pedazos; aunque no faltan excepcionesde gente ms pudiente que viste casi de punta en blanco. Les anuncio quepor la noche tendremos Rosario y tuve el consuelo de ver la capilla llenitade eskimales. Aunque todos entienden ingls y lo chapurrean, prefieren su

    lengua natal, y en ella saben las oraciones. Puse, pues, un reclinatorio33Old Hamilton, en pleno delta del Yukn, y a poca distancia de Akulurak.

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    cerca del altar, y en l se arrodill un muchachote a dirigir el Rosario eneskimal. Dios santo, qu sonidos aqullos! Y pensar que lo tengo queaprender!

    Mientras ellos rezaban, yo haca oracin como poda. Es un consue-

    lazo fenomenal el que se siente al verse uno entre tipos castizos como s-tos. Yo casi no crea lo que vea. Ayer en Carrin hecho un trtolo; hoyentre eskimales, como si quisiera ser Misionero.

    Terminado el Rosario les habl un cuarto de hora. Al da siguiente,domingo, se confesaron bastantes, unos en ingls, otros en innuit, que asse llama su lengua. Dicen los moralistas que cuando el penitente no tieneconfesor que le entienda, puede confesarse en su lengua, que Dios entiendeperfectamente, y recibir la absolucin del confesor que se ha quedado a la

    luna de Valencia. Y as, por espacio de una semana que estuve all, todaslas noches despus del Rosario, les expliqu diversos puntos de catecismo.Por la maana siempre hubo varias comuniones. Creme que revienta unode gozo al verse as metido hasta el cogote en ese apostolado. Durante elda los chicos me llenan la cocina. Los ms tenan unas greas que lestapaban ojos y orejas, con unos remolinos en la coronilla que parecanosos. Me convert en peluquero y nos dbamos el gran rato con dosepisodios. El primero era ver la cara que ponan al mirarse al espejo

    despus de arreglados; el segundo, cuando con la escoba y el cogedoramontonbamos las greas trasquiladas. Si se cortan las crines y la cola auna yeguada de percherones, no sale ms pelo que el que yo manej en lacocina. A veces nos sentbamos en la mesa a escribir palabras eskimales.Con frecuencia me qued con el lpiz en el are sin saber qu escribir.Aquello no es lenguaje. Cmo escribirlas t un carraspeo, o una tos, o elsonido que hacemos con la lengua para decir arre! al burro? Y luego unas palabritas que le dejan a uno boquiabierto. Por ejemplo:

    atauglokatauqiunataugloan, quiere decir: mi anciano padre. Pero ellos lohacinan todo en una palabra, como hacemos nosotros en barbilampio,cornicorto, trotaconventos y otros semejantes que sabrs.

    7 Octubre 6. Llega el H. Murphy (34), con una barcazadescomunal. Esta tiene una cubierta a manera de casa, con una mquinacomplicadsima en el centro, tres camastros, una cocinilla, una plaza

    34 El H. ALFREDO MURPHY, mecnico. de residencia en Akulurak, gobernaba con

    gran destreza las barcazas por el ro: naci en 1887 y haba llegado a Alaska en 1913;en Akulurak ha pasado casi toda su vida de misionero: de 1916 a 1929, y de 1930 enadelante; el curso 1929-1930 lo pas en Estados Unidos.

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    adelante y otra detrs que pueden dar cabida a cien toneladas, y sobre eltecho, un volante con el que se gobierna la barca. Cargamos la mercancaque necesitamos, y al da siguiente salimos para Akulurak, trmino de miviajecito. El Hermano lleva a sus rdenes dos jvenes eskimales; uno para

    cocinar y el otro para turnarse al volante. Yo ped unas instrucciones y endos minutos me pusieron al tanto de cmo se viraba a diversas manos, qudireccin convena escoger entre dos corrientes, cmo se esquivaban losbancos de arena, etc., y me sent al volante torciendo aqu, virando all,embistiendo ac y manejando el mastodonte con la zurda, como al tal cosa.Mientras los tres compaeros dormitaban en sus camillas, yo haca mioficio agua abajo, entregado a mil pensamientos y procurando reflectir ysacar algn provecho. La barca era yo; el volante era el Superior; eltimonel el Espritu Santo. As como yo con el volante manejaba sindificultad el artefacto, as el Espritu Santo gobernar facilsimamente mialma por medio de la santa obediencia, si yo como la barca me dejoguiar.

    Akulurak est en la desembocadura del Yukn, en el estrecho deBehring. Es uno de los puntos ms al Oeste de Alaska. Entre Akulurak yLen hay una friolera de once horas de diferencia. Aqu tenemos 95 niosy nias de 10 a 16 aos. Hay 5 monjas, 2 Padres y 3 Hermanos (35).

    8. Pues bien; al anochecer llegamos a la Misin. Apenas atracamos,una turba de chicos abord la barca. Me rodearon con ojos escrutadores,cargaron con mi equipaje y me condujeron a casa, donde me esperaban losdos Padres y los Hermanos. Lo primero que me dijo el P. Superior fue:"Bien venido; llega usted como agua de mayo para dar los Ejercicios a lasmonjas y a los Hermanos. Los hacen juntos porque estamos en Alaska. Aver cmo arregla usted los puntos y las plticas de modo que ellos y ellas

    35 Akulurak, cuando lleg a ella el P. Llorente, era despus de Holy Cross, el puesto ms importante de toda la Misin de Alaska. Se asienta en un terrenopantanoso, en pleno delta del Yuk6n, con sus 17 bocas marineras, y sus 80 kilmetrosde extensin. Cuando llegaron por vez primera los misioneros en 1893, all no habams que una regin inmensa de desolacin, agrupndose un pequeo ncleo eskimal,del mismo modo que en nuestra Europa se levantaba un poblado en la Edad Media,doquiera levantaban los monjes un monasterio. En los edificios de la Misin se educams de un centenar de muchachos y rapazas a cargo de los Jesuitas aqullos y stasen el Colegio de las Religiosas Ursulinas, con amplios dormitorios, comedores,

    capillas y salones de juego y estudio. Su distrito se extiende alrededor en ms de uncentenar de kilmetros de dimetro, cuyos centros catlicos visita todos los aos elmisionero con sus perros y trineos.

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    descubran dnde les aprieta el zapato. Tiene usted todava seis das pordelante; de modo que... quin dijo miedo?"

    Yo repliqu:

    Cmo! Yo Ejercicios en ingls? Y a monjas?

    Pero l me contest:Sabe usted ms ingls que Shakespeare. Y en cuanto a lo de las

    monjas... si usted, espaol, compatriota de San Ignacio, no se atreve a diri-gir almas por caminos msticos... nosotros, yanquis..., etc.

    Total, que tengo que darlos. Pues, si, los dar. Tengo un cuartochiquirritito. En l se ven unos abrigotes de piel, que ni Romanones ( 36).Un rifle, una escopeta, una cama cubierta con una piel de oso negro que

    debi de ser algo tremebundo, un montn de papeles con palabras eski-males, un plteo de libros casi todos espaoles, y otras cosillas que seraprolijo enumerar. Por las tardes, explico el catecismo en la escuela a los ya las mayores juntos. Ahora, despus de haber visitado la Teologa no haycosa tan fcil ni amena como explicar la doctrina. Entre pregunta yexplicacin les meto ejemplitos y consideraciones pas que les tienen laatencin en un hilo.

    El P. Lucchesi es un ancianito de 79 aos, con asma, dispuesto a

    volar al cielo a cualquier hora (37

    ). El P. Superior es joven (38

    ), lleno de36 Hace alusin a un hombre de su pueblo.37 Efectivamente, muri en Holy-Cross el 30 de noviembre de 1937, es decir,

    dos aos ms tarde. El P. JUAN LUCAS LUCCHESI era conocido con el apelativo de "elquerido santo del ro Yukn". Haba nacido en Gnova el 19 de octubre de 1858,donde estudi sus primeras letras y entr en el Seminario. El 19 de julio de 1891, yasacerdote, entr en la Compaa de Jess a los 33 aos. En 1892 y 1893 estuvo enGnova consagrado a misiones populares y dirigiendo asociaciones catlica, En el

    Otoo del 97, desembarcaba en los Estados Unidos. En 1898 fue destinado a la casade Holy-Cross, donde se dedic al estudio de las lenguas india y eskimal. Desdeentonces consagr ya toda su vida al servicio de los eskimales, sobre todo en el bajoYukn. Estuvo 20 aos en Holy-Cross, y 14 en Akulurak. Gobern la Misin comoSuperior Regular en dos ocasiones: de 1909 a 1914, y de 1930 a 1931. Era unmisionero infatigable. Aun con sus 70 aos encima, guiaba l mismo la tralla decanes y les trazaba la pista en ms de una ocasin. En Holy-Cross descansan susrestos esperando la resurreccin de los justos.

    38 El P. PABLO OCONNOR, nacido en 1897, y llegado a la Misin de Alaska en

    1930. Desde el verano de 1934 era Superior de la Casa de Akulurak. Antes habaestado dos aos de misionero en Pilot Station, y el curso 1933-1934 lo pas en suProvincia de EE. UU.

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    AKULURAK

    Yukn Delta - Alaska

    1 febrero 1936

    1. Los MISIONEROS DE ALASKA. 2 AKULURAK Y SUDISTRITO. 3 CONSUELOS Y PENAS EN LA VIDA DELMISIONERO.

    Amadsimo P. Morn:

    Aunque de todos sus novicios soy el que est ms apartado de usted

    con el cuerpo, no quiero suceda lo mismo con el espritu; y, para que nosuceda, le quiero poner dos letras que le enteren de mi vida y milagros porestas remotas partes del globo. Como milagros no he hecho ninguno, melimitar a decirle algo de mi vida.

    1. Yo debiera estar en Tercera Probacin (40); pero urgieron al P.Provincial los Misioneros y nos envi a dos Padres recin terminada laTeologa (41). Desde los EE. UU. hasta la Misin donde al presente mehallo, emple nada menos que 37 das con sus noches. Las vas decomunicacin son aqu pobrsimas, y yo tuve que cruzar Alaska de parte aparte; algo as como el que fuese a Mlaga por Vigo y Segovia. En elcamino visit casi todas nuestras Casas de la Misin y charl despacio conlos Misioneros, que me abrumaron a preguntas y consejos. Algunos llevanen Alaska, 15, 20, 30 y aun 35 aos. Hay algunos Padres viejos que apenaspueden moverse, apoyados en un bastn, y no hay quien los saque de aqu;quieren morir donde vivieron. Sacarlos seria matarlos; mejor dicho, losmataran las aoranzas y recuerdos de esta tierra singular donde gastaron

    las fuerzas de la juventud que ya pas. En cambio, la vista constante denieve, cierzo y eskimales chatos y despeinados les suaviza las penas de lavejez que los encorva.

    40 Especie de Noviciado con que los Jesuitas dan fin a su larga carrera deestudios; dura 10 meses completos.

    41 Los PP. Llorente y Cunningham Toms. El P. Llorente volvi a hacerla a

    Estados Unidos el curso 1937-1938; el P. Cunningham la hizo en el Canad el curso1939-1940 y volvi al ao siguiente a Alaska como misionero de las islas Diomedes,en la mitad del Estrecho de Behring.

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    2. Akulurak est en la desembocadura del Yukn, frente a Siberia.Tenemos aqu una escuela-orfanotrofio, con 95 pupilos de 10 a 18 aos.Las nias estn a cargo de cinco Madres Ursulinas, y de los nios seencarga un Hermano Coadjutor. La Escuela la dirigen dos Madres que son

    maestras diplomadas y que ensean con el primor del mismsimo Manjn.A estas reverendas Madres, ms a tres HH. Coadjutores les tuve que darlos Ejercicios en la misma tanda. Por algo estamos en Alaska. Aunque nohe hecho la Tercera Probacin, he tenido que dar tres tandas de Ejercicios;una, a 45 Adoratrices; otra, a 25 Carmelitas (42), y sta en Alaska, a 8personas las ms heterogneas. Para que no me desaliente me han repetidopor activa y por pasiva, las alabanzas ms inverosmiles y monstruosas. Adecir verdad, lo nico que yo he hecho, ha sido repetir lo que o a usted enlos cuatro meses de Ejercicios (43) que le escuch en aquella famosa "Salade Plticas", reforzados tal vez con ejemplitos y ancdotas que he idorecogiendo en mis lecturas privadas; porque yo no s hablar diez minutossin confirmar lo dicho con algn ejemplo.

    El distrito que circunda nuestra casa tiene los lmites en un horizonteborroso que tal vez diste de aqu 200 kilmetros. Con once perros y un tri-neo visitamos hasta donde alcanzamos. Tenemos ac y all capillas dondehacemos alto en nuestras jiras; si no hay capilla, decimos Misa en una

    choza indgena, atestada de eskimales, con un techo bajo que nos llena lacabeza de chichones, y sirvindonos de altar a veces una mesuca, a vecesun cajn en extremo tosco, y a veces dos latas de gasolina superpuestas. Elrecinto huele que apesta. Y con todo, Jesucristo se humilla hasta bajar yhabitar con nosotros en estos escondrijos ms rsticos que el portal deBeln. Esta humildad y humanizacin del Seor se presta a reflexiones tanserias y consoladoras que son ellas las que nos endulzan las penas en estedestierro peregrino. Me voy a quejar yo de lo que al Seor le huele a

    gloria? Y si siento repugnancia a oler moribundos de manos esquelticas yrostro amarillento, tirados en un rincn humedecido por los esputos desangre de una tuberculosis avanzada, ah est el Seor que entra gustoso enaquella boca por la que salen a millones los bacilos pestilentes. Es cosaque espanta este abajamiento de Dios.

    42 Ambas tandas en san Francisco de California, poco antes de embarcarse paraAlaska.

    43 Durante el Noviciado hacen los novicios Jesuitas un mes de Ejercicios,

    segn el mtodo estricto de San Ignacio; hace unos aos se repeta este retiro dosveces cada curso, para qu pudieran hacerlos los nuevos novicios que desde elanterior haban ido entrando.

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    3. A veces llevamos al Santsimo Sacramento a enfermos que nodistan ms que un par de horas de trineo. Es indescriptible la paz que do-mina el alma cuando va por la nieve con el Santsimo en un bolso interiorjunto al pecho. San Juan en el Cenculo no fue ms afortunado... Todo ello

    se presta a conversaciones ntimas con nuestro Seor que se pasea entrineo por la campia como dueo y Creador que es de toda la faz de latierra. Crame que la vocacin a las Misiones es una tercera vocacin,aparte del bautismo y de la Compaa.

    Estas reflexiones son muy necesarias, ya que, sin ellas, se corre elpeligro de mirarlo todo desde un punto de vista material muy mundano. ElSeor, a cambio de estos consuelos, exige muchas privaciones; correspon-dencia que no llega, soledad y monotona que minan el carcter ms alegre

    y optimista, discrepancias en los mtodos de evangelizacin, extravos decajones con comida, desalientos ante el poco fruto de nuestros sudores,fro que hace tiritar, y una ignorancia atroz en materias de religin porparte de la mayora de los indgenas. Chicas que han estado en nuestraescuela resultan luego madres haraganas y sucias. Chicos que aqucomulgaban diariamente son luego presa del aguardiente y viven borra-chos la mitad de la vida.

    Es, en cambio, consolador ver cmo estas escuelas van poblando el

    distrito de familias que guardan los Mandamientos y mueren cristiana-mente con seales todas de predestinacin. Cada vez que bautizo un neneo doy el Vitico a un moribundo, recibo ms consuelo que lo que se puededescribir. nicamente mirndolo todo as optimista y espiritualmente, sepuede sobrevivir en esta naturaleza madrastra que no sabe de carios.

    Ruegue alguna vez por m para que no me condene, y crea queaunque vivimos tan separados con el cuerpo, estamos muy cerca con elespritu. Siempre que estoy en la capilla me persuado de que estamos

    juntos, pues estoy cierto de que su corazn est en el Sagrario. Lossagrarios son distintos, pero el Husped es el mismo. Es como siestuviramos en terna (44).

    Me encomiendo en sus SS. y OO.

    De V. R. hijo y hermano in Corde Jesu,

    Segundo Llorente, S. J.Febrero, 1936

    44 Alude a la costumbre de salir de paseo los das sealados de tres en tresdurante los aos de estudio.

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    AKULURAK

    Yukn Delta - Alaska

    Marzo, 1936

    1. PESO 81 KILOGRAMOS. 2. VIENEN KILMETROSSOBRE LA NIEVE POR OR MISA. 3. AQU NO TENEMOS FRO. 4. YA SALI MI LIBRO.

    Amadsimos padres:

    1. Aunque no he recibido ms que una carta de ustedes, supongo que

    les ir bien y que se les ir pasando poco a poco el sentimiento que lesprodujo mi venida a estas tierras norteas. Me va mejor que nunca. Meacabo de pesar y peso 81 kilogramos. Nunca los haba pesado en mi vida.Es que, con el fro, hay mucho apetito y como no nos falta nada en materiade comida, se sacia ese apetito y se engorda muy de prisa.

    2. Los sbados engancho nueve perros al trineo, y con un eskimalque conoce bien el terreno y los caminos, voy a un pueblo diferente a decirMisa, confesar, predicar e instruir en la Fe catlica a estas buenas gentes.Estoy un par de das en cada pueblo, y luego vuelvo a esta casa, donde te-nemos la escuela y donde tengo mi cuarto bien provisto de todo. Es muyconsolador ver a estos eskimales acercarse a comulgar el domingo con elfervor de monjes del desierto. Cuando predico me escuchan sin pestaear.Tienen verdaderos deseos de estar bien instruidos en el catolicismo, y esonos alienta mucho a los Misioneros. Ciertamente, no me cambiara ni porel Presidente de la Repblica.

    Algunos eskimales van a pie sobre la nieve varios kilmetros slopor poder or Misa y confesarse.

    3. Adems de los nueve perros, tengo cinco cachorros grandecitosque el da de maana van a ser formidables. En la foto aparezco con unode estos cachorros, pues por las tardes doy un paseto con ellos paraamaestrarlos. Van al galope sobre la nieve y se hace uno la ilusin de queva en coche. Son muy mansos, obedecen como si fueran bueyes.

    Aqu no tememos el fro. Ya ven cmo nos abrigamos. Esas pieles

    que visto, no se compraran en Espaa por menos de cien duros. Aqu lashacen los eskimales usando mtodos primitivos, pero buenos.

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    Todos los das pienso en ustedes como es razn lo haga. Tengoverdaderos deseos de volver a recibir carta del casero. Tal vez el prximocorreo me traiga alguna. Aqu tenemos correo dos veces al mes.

    4. Y nada ms por hoy, si no es decirles que les encomiendo a Dios

    todos los das. Amando hace un siglo que no me escribe, a pesar de que yole escrib dos cartas largusimas. Ya sali mi libro. Les han enviado algnejemplar? Dganme si me entienden el castellano que uso, pues como aquno lo practico, tengo miedo que vaya perdiendo mucho.

    Recuerdos a todos. Dganme algo de los nios, pues pienso mucho enellos.

    Su hijo y hermano que no les olvida,

    SEGUNDOMarzo, 1936

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    AKULURAK

    Yukn Delta - Alaska