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-PIEZAS TERESIANAS- Junio - septiembre 2015 Museo de Zamora Vista de Zamora Joseph Augier Pieza del mes

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Pieza del mes "Vista de Zamora, de Joseph Augier. Una mirada al Siglo de Oro en el Museo de Zamora.

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-PIEZAS TERESIANAS-

Junio - septiembre 2015

Museo de Zamora

Vista de Zamora

Joseph Augier

Pieza del mes

Introducción:

Este año 2015 se conmemora el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús y por ello, todos los museos provinciales de Castilla y León están organizando una serie de actividades para recordar la figura de esta santa tan importante en la cultura española.

Así, en el Museo de Zamora comenzamos el año con la obra pictórica “Santa Teresa de Jesús recibiendo la comunión de San Pedro de Alcántara” como pieza del mes, obra anónima custodiada en los almacenes del Museo y que sigue expuesta al público en el vestíbulo de acceso del museo, donde podemos apreciar el momento en que el santo franciscano da de comulgar a la Santa logrando con ello que el lienzo sea una exaltación de la Eucaristía a la vez que una milagrosa representación de los santos protagonistas.

Iniciamos también un ciclo de visitas temáticas que arrancó con la propuesta “Mujeres divinas”, en las que nos centrábamos en el papel de la mujer a lo largo de toda la Historia comentando piezas arqueológicas y obras de arte, expuestas en la colección permanente del Museo de

Zamora, realizadas o relacionadas con la mujer.

A partir de este mes de junio proponemos una nueva pieza del mes, “Vista de Zamora” por Joseph Augier, un dibujo a pluma de la ciudad de Zamora en 1756 que nos dará una visión aproximada del entorno urbano de la ciudad en la Edad Moderna, que no sería muy distinto algunos años antes, en la época en la que vivió Santa Teresa de Jesús.

Y en relación a ello, ofreceremos una nueva visita temática que lleva por título “Una mirada al Siglo de Oro en el Museo de Zamora” donde comentaremos, previa explicación de la pieza del mes, los restos arqueológicos de los siglos XVI y XVII y las colecciones artísticas de la misma época que se conservan en nuestro centro museístico, procedentes de edificios desaparecidos y conventos desamortizados de la ciudad. Obras que permitirán adentrarnos en el período dorado del arte en España.

Horario de visitas explicadas de la pieza del mes, “Vista de Zamora por Joseph Augier”, de carácter gratuito:

• De martes a viernes a las 13:00 horas. • Sábados a las 17:30 horas. (visita integrada en la visita general

VenQueTeCuente) • Domingos y festivos a las 12:30 horas. (visita integrada en la visita

general VenQueTeCuente) • Miércoles 17/junio, 1, 15 y 29/julio, 12 y 26/agosto y 9 y 23/septiembre a

las 19:00h (visita integrada en "Una mirada al Siglo de Oro en el Museo de Zamora")

• Disponible la información de la pieza del mes en horario de apertura del Museo descargando el código QR.

Horario de la visita temática “Una mirada al Siglo de Oro en el Museo de Zamora”, de carácter gratuito, a las 19.00h:

• Miércoles 17/junio, 1, 15 y 29/julio, 12 y 26/agosto y 9 y 23/septiembre a las 19:00h.

LA PIEZA DEL MESLA PIEZA DEL MESLA PIEZA DEL MESLA PIEZA DEL MES

VISTA DE ZAMORA, JOSEPH AUGIER. 1756.

La Edad Moderna en Zamora y su vista en Augier:

El periodo dorado zamorano comienza, en el terreno político, en el reinado de los Reyes Católicos en el siglo XVI. Si bien en nuestra provincia la prosperidad inicial en esta época no se tradujo especialmente en la conclusión de grandes proyectos de arquitectura de nueva planta, sí que se abordaron algunas intervenciones en edificios preexistentes como transformaciones de templos y promoción de numerosos conventos. Esta adecuación de edificios religiosos está en clara relación con las reformas eclesiásticas que se iniciaron en el movimiento contrarreformista de la Iglesia Católica a partir del Concilio de Trento (1545-1563) gracias a la labor de los llamados “nuevos santos”, como Santa Teresa, que se convertirán en modelos más actuales para los creyentes y que supondrán un aire fresco y empuje renovador de la Iglesia a través de las reformas de sus distintas órdenes.

No sólo se va a atender al impulso religioso. Espléndidas construcciones señoriales o fábricas militares y civiles portarán los nuevos estilos artísticos renacentistas propios del siglo XVI.

El dibujo a pluma de Augier nos presenta la ciudad de Zamora del siglo XVIII y constituye un documento interesante si la comparamos con otras vistas de la ciudad de época anterior, como la famosa de van den Wyngaerde (s. XVI), donde podremos observar la evolución y características de la ciudad para así

hacernos una idea aproximada del entorno urbano de Zamora en la Edad Moderna.

Pocos datos se tienen del autor, Joseph Augier. Los escasos documentos hablan de él como “ingeniero voluntario”, ayudante del “ingeniero extraordinario” Don José Gandón, a los que se les encomendó realizar los mapas generales de las provincias de León, Salamanca y Cáceres a mediados del siglo XVIII bajo un proyecto general de estudio de la frontera hispano-lusa.

Esta vista de Zamora, fechada en 1765, reproduce el perfil más representativo de la ciudad, su vista desde el sur, donde destacan los elementos que la hacen reconocible como tal: su carácter fortificado, los edificios que como el castillo y la catedral estaban ligados a su origen, o la determinante presencia del río Duero a lo largo de su historia.

Desde el punto de vista histórico es interesante observar la situación de edificios hoy desaparecidos, como los monasterios de San Jerónimo o San Benito, o casi perdidos, como el convento de San Francisco. También apreciamos elementos patrimoniales hoy conservados en el Museo de Zamora como las veletas la Gobierna, en el torreón de acceso al puente, y el Peromato, en lo alto de la torre de la iglesia de San Juan de Puerta Nueva. Por supuesto, también refleja el aprovechamiento histórico del río con la clara presencia de las azudas de las aceñas de Pinilla, Cabañales y Olivares, visibles estas últimas en la orilla norte del cauce fluvial.

Observando el dibujo, es interesante acercarse a él para ver cómo están indicados con un número todos y cada uno de los edificios singulares, monasterios, iglesias y conventos, y cómo se detalla su identificación en la relación que aparece en la parte inferior. Así mismo, se puede apreciar la minuciosidad del dibujo y sus detalles.

Arquitectura de los siglos XVI y XVII:

Comentamos a continuación los edificios más representativos de la capital zamorana de la Edad Moderna así como aquéllos que tienen relación con el museo al conservarse parte de sus bienes patrimoniales en nuestro centro. Arquitectura militar:

Domesticada la nobleza por la Corona en la Edad Moderna, los castillos señoriales pierden razón de ser y, o bien se transforman en residencias palaciegas más o menos ostentosas o bien entran en proceso de abandono a medida que los dueños merodean por la corte del monarca y acaban instalados en ella.

A finales del siglo XVI, el castillo de Zamora presentaba un aspecto desolador a los peritos que la reconocieron. Alonso Gutiérrez, maestro de cantería, y Juan de la Rosa, maestro de carpintería, vecinos de Zamora, dan cuenta de que << La fortaleza tiene seis torres donde parece estar todo demolido y sin ningún tejado ni puertas. Mucha parte de la cantería arruinada y caída. En dicha fortaleza no hay puerta ni ventana que se pueda aprovechar y el lienzo de la pared está demolido>>

No mucha mejor suerte corrieron las murallas. Atenuada su importancia militar tras las funciones medievales de protección y defensa ante el enemigo, las otras misiones secundarias que siguieron cumpliendo (de tipo profiláctico, fiscales o de policía) consiguieron simplemente modestas intervenciones para reparar deterioros.

Arquitectura civil:

El pago de los leales servicios prestados a los RRCC en la guerra contra Alfonso V de Portugal y Juana la Beltraneja, por don Pedro Rodríguez de Ledesma, comendador de Peñausende, se reflejó en la construcción del Palacio de los MomosPalacio de los MomosPalacio de los MomosPalacio de los Momos a principios del siglo XVI.

En la actualidad sólo permanece su elegante fachada, de la que destacan sus ventanas geminadas del cuerpo superior con decoración integrada de motivos florales, zoomorfos y humanos. Destaca el escudo acuartelado del promotor y su esposa, María de Herrera, presentado por dos salvajes, de ahí su denominación de “Momos”.

Mala suerte corrió el palacio del Marqués de Villagodiopalacio del Marqués de Villagodiopalacio del Marqués de Villagodiopalacio del Marqués de Villagodio, de finales del siglo XV, ubicado frente a la iglesia de San Pedro y San Ildefonso y que fue destruido para instalar el actual convento de Las Marinas. Del edificio, se ha conservado sólo el ventanal de la esquina, con decoración geométrica, vegetal y animalística que podemos encontrar en la sala de la Ciudad del Museo de Zamora, justo al lado derecho de la vista de Augier.

La Casa del CordónCasa del CordónCasa del CordónCasa del Cordón, uno de los edificios más representativos de la ciudad, hoy es sede del Museo de Zamora. En la sala de la ciudad se pueden ver todavía las arquerías interiores que se conservan del edificio original, y ya en el exterior, si el visitante entra a nuestro centro por la plaza de Santa Lucía, podrá ver la noble fachada donde aparecen los escudos de antiguos moradores, enmarcados por el cordón franciscano que da nombre a la casa.

Este edificio ha suscitado problemas de identificación de su fundador, y por ende, en relación a su datación. Adjudicada desde el siglo XIX a los condes de Puñonrostro, en realidad pertenecía a los marqueses de Maenza, quienes ostentaban desde mediados del siglo XVIII el mayorazgo zamorano de los Gómez-Ramírez.

El promotor de la casa fue el regidor Francisco Ramírez de Noreña, cuyas posesiones se concentraban en los alrededores de Zamora y en inmuebles de la propia ciudad. En el siglo XVI creó un mayorazgo con Lázaro Gómez de Sevilla al casar a los hijos mayores de ambas familias. Pero una circunstancia vendrá a alterar los planes de Francisco Ramírez y Lázaro Gómez. El primero fue nombrado procurador por Zamora en las Cortes de Coruña para aprobar el servicio solicitado por Carlos I para su coronación imperial. Con el encargo de votar en contra marchó a Galicia, donde debido a graves sobornos trocó el voto convirtiéndose en afirmativo para los intereses del monarca. Zamora se levantó contra el traidor y el pueblo intentó incendiar sus casas, a lo que se opuso el conde de Alba de Aliste consiguiendo dirigir a los comuneros hacia la Plaza Mayor donde se quemaron dos efigies de los procuradores.

El edificio, pese a su tardía construcción, presenta todavía una evidente inclinación gótica. Si bien la fachada se concibe de forma muy moderna sin tomas esquineras y abierta a la plaza con múltiples ventanas, los motivos ornamentales escogidos para adornarlo pertenecen al universo gótico, coincidiendo así con otro de los inmuebles más señalados de la ciudad, el

Palacio de los Momos, que, como el Cordón, se abría a una plaza a través de múltiples vanos.

Se buscó, como en los Momos, destacar los motivos heráldicos en forma de gran escudo con las armas de los Ramírez Noreña y los Maenza Puñonrostro. El escudo de los Ramírez Noreña es partido. El primero pertenece a los Ramírez, un león combinado con elementos vegetales, el segundo formado por quince jaqueles, ocho de gules y siete de veros pertenece a los Noreña. En el escudo de los Maenza Puñonrostro, en la parte superior, aparece un león rampante.

La delantera de la Casa del Cordón actuaba como telón de fondo y principal decorado de un espacio eminentemente comercial, que junto con la iglesia de Santa Lucía, acogían el escenario donde una multitud se afanaba en sus compras y negocios.

Es necesario detenerse en un elemento secundario, en apariencia meramente ornamental, pero que, sin embargo, adquiere una enorme significación hasta tal punto de darle nombre a la casa. El motivo del cordón franciscano, habitual en la arquitectura doméstica en torno al 1500, se ha puesto siempre en relación con la devoción a la Orden Tercera de San Francisco por parte de sus promotores.

Veleta de “El Peromato”:Veleta de “El Peromato”:Veleta de “El Peromato”:Veleta de “El Peromato”:

La popular veleta de hierro conocida como "Peromato" coronaba, desde 1584 hasta su retirada en 1898, la torre de la iglesia de San Juan de Puerta Nueva dominando la Plaza Mayor de la ciudad, como queda reproducido en la pieza del mes que nos ocupa. Representa a un guerrero armado empuñando la "Seña Bermeja" -enseña conmemorativa de las batallas ganadas por los zamoranos- y fue realizada en el siglo XVI por Pedro de Sepúlveda, reaprovechando piezas de varias armaduras de torneo, algunas decoradas con motivos renacentistas como las correspondientes al peto y al espaldar, que en su día podrían haber sido utilizadas en juegos cortesanos donde la nobleza las exhibía con un simbólico valor de poder y prestigio. Hoy la podemos ver en la sala de la ciudad en el Museo de Zamora.

Hospitales:

La necesidad de las instituciones benéficas en una sociedad de tantas carencias como la del Antiguo Régimen, las tentativas que las autoridades civiles y eclesiásticas hicieron de la Edad Moderna para racionalizar y mejorar la gestión de las misiones asistenciales asignadas a los viejos hospitales de ascendencia medieval, cuyas instalaciones y servicios en general resultaban deficientes, justifican el nacimiento de nuevas fundaciones hospitalarias, cuyos edificios suelen plegarse a los distintos planteamientos y soluciones que se sucedieron en este tipo de arquitectura.

Hospital de la Encarnación:Hospital de la Encarnación:Hospital de la Encarnación:Hospital de la Encarnación:

Fue denominado popularmente “Hospital de hombres” ya que en el siglo XVIII se centró en atender a los soldados heridos en las guerras con Portugal, sin embargo, en la vista de Augier del siglo XVIII aparece como “Hospital General”. Su fundador, el capitán Don Pedro Morán Pereira, por voluntad expresa, mandó edificar el hospital “suntuoso, lustroso y fuerte” y pretendía socorrer a los pobres y, a la par, erigir un monumento a su familia de hidalgos pobres. Encargó el proyecto al prestigioso arquitecto Juan Gómez de Mora quien propuso una construcción que siguiera el esquema de la arquitectura conventual con una fachada civil y clasicista.

Ya en el siglo XX, se rehabilitó para adecuarlo a sede definitiva de la Diputación Provincial, entidad que ha depositado en el Museo de Zamora piezas provenientes de los hospitales de la ciudad y que se pueden ver en la sección de Bellas Artes. Proveniente del Hospital de la Encarnación podemos ver a San Lucas, que si bien se fecha a principios del siglo XVI, mantiene reminiscencias del gótico final y de las corrientes europeas que imperaban en ese momento.

Hospital de Sotelo:Hospital de Sotelo:Hospital de Sotelo:Hospital de Sotelo:

El Hospital de Sotelo fue fundado por Don Alonso de Sotelo, comendador de la Orden de Santiago, que lo mandó edificar por testamento en 1530.

Se encontraba en la confluencia de la calle San Torcuato y la de Riego. A finales del siglo XIX pasó a denominarse “Hospital de mujeres” para distinguirse del “Hospital de hombres”, ya que se fundaron unas salas de maternidad donde se prestaba asistencia a las

embarazadas y parturientas.

El hospital se autofinanció a partir del siglo XVI con los rendimientos de las tierras que disponía en Tierra de Campos y de la explotación de las aceñas.

Obtuvo dinero en el siglo XVII de las populares representaciones teatrales que se realizaban en el patio del edificio, muy famosas en la España del siglo de Oro. Pero debido a numerosos problemas, entre ellos las quejas del comisario del hospital que denunciaba que cuando había representaciones los trabajadores olvidaban los servicios de los enfermos, se trasladaría esta funcionalidad al Teatro Principal de Zamora ya en el siglo XIX-XX.

Observando la vista de Augier, al alzar la mirada a la parte superior de la sala, podremos ver los dos escudos que se encontraban en la fachada de este hospital, con motivos decorativos renacentistas, orlados de otros elementos escultóricos y ornamentales, hoy desaparecidos.

Visitando la sección de Bellas Artes del Museo de Zamora, en la rampa de subida a la segunda planta, podemos ver piezas que depositó la Diputación Provincial provenientes del Hospital de Sotelo. Así, nos recibe una Virgen con niño, del siglo XIV, obra gótica en piedra que se asemeja en estilo a las imágenes de la “Virgen de la Calva” de la catedral y del pórtico de la Hiniesta. Un Ecce Homo, de gusto popular, una imagen de Virgen (¿) – o de Santa Ana-, o la imagen de Santa Catalina de Alejandría, obra romanista del zamorano Juan Ramos, datada a mediados del siglo XVI, completan las piezas depositadas provenientes de este antiguo hospital en el Museo de Zamora.

Monasterio de San Jerónimo:Monasterio de San Jerónimo:Monasterio de San Jerónimo:Monasterio de San Jerónimo:

Hoy totalmente desaparecido, se encontraba a las afueras de la ciudad en la margen izquierda del rio Duero. Algunas de sus columnas se encuentran hoy en el parque del Castillo de Zamora.

Tiene su origen en el año 1534 cuando la Orden Jerónima decidió trasladar el monasterio de Montamarta a la ciudad de Zamora por razones de insalubridad. El nuevo edificio se ubicó en la zona llamada de Pero Gómez y contó desde el comienzo con el apoyo incondicional del conde de Alba de Liste. Los monjes se asentaron en 1543 y permanecieron allí hasta 1835, momento en el que el cenobio fue desamortizado y posteriormente convertido en cárcel, hospital de coléricos, cementerio, incluso campo de fútbol, hasta ser destruido para aprovechar las piedras como cimentación de las carreteras.

Esta destrucción supuso para Zamora la pérdida de uno de los mejores exponentes, probablemente, de arquitectura renacentista zamorana.

Dentro de sus muros se albergaban grandes obras, muchas desaparecidas pero otras conservadas en los centros culturales de la ciudad. Así, en el museo, podemos ver excelentes obras pictóricas procedentes de este monasterio en la sala de Bellas Artes, como el Descendimiento, que constituye

un excepcional ejemplo de la pintura gótica. Su datación se corresponde a finales del siglo XV, antes de la fundación jerónima en Zamora, por lo que la obra pudo proceder del antiguo monasterio de Montamarta o de otro lugar y depositada finalmente en el monasterio de Zamora. Completan la colección jerónima del museo obras pictóricas como San Jerónimo oyendo la trompeta del Juicio

Final, o la Degollación de los Inocentes, pintado en 1656 por Matías de Torres.

BIBLIOGRAFIA

GARCÍA ROZAS, R.: Guía, Museo de Zamora, 2006. Junta de Castilla y León MUSEO DE ZAMORA: El Prado disperso. Una visión desde Zamora, 2005, Junta de Castilla y

León.

DIPUTACIÓN DE ZAMORA: Historia de Zamora, 1995, Heraldo de Zamora.

DIPUTACIÓN DE ZAMORA: Primer Congreso de Historia de Zamora, 1991. Heraldo de Zamora.

CENTRO GEOGRÁFICO DEL EJÉRCITO: Cartografía histórica de la frontera hispano-lusa.

Ministerio de Defensa.