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Nº19 Año 9 Octubre 2017 Violeta escondida

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Nº19Año

9

Octubre 2017

Violeta escondida

Violeta escondida

Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017

Sumario

Portada 1

Editorial 3

Pizarra Artística Teresa Guasch y Toda (1848-1917) Hna. Elena Martínez Galicia, ctsj 4

Biografía Madre Teresa Guasch Hna. Mercedes Fernández Cogollos, ctsj 5

Teresa Guasch, mujer Hna. María Soledad Martín Martín, ctsj 8

Al habla con... con Teresa Guasch Hna. Judith Rodríguez Blanco, ctsj 10

Teresa Guasch, mujer de fe Hna. Mercedes Fernández Cogollos, ctsj 13

La Memoria de Teresa Guasch, un motivo para dar Gracias Hna. Soledad Martinez Castellanos, ctsj 14

Celebrar el centenario del paso a la vida de la Venerable Madre Teresa Guasch y Toda Hna. Cecilia Barreda Merino, ctsj 16

A Teresa Guasch. La madre, la maestra, la amiga Hna. Blanca Nubia Zapata Castaño, ctsj 18

Carta a la Venerable Madre Teresa Guasch y Toda Hna. Agustina García Fernández, ctsj 20

Punto de vista A modo de Anunciación a una Religiosa Carmelita Teresa de San José P. Hernán Vargas, Pasionista. 22

Reflexiona, ríe, juega Puede interesarte 25

Humor Hna. Alma Lidia Rodríguez Zorrilla, ctsj 26

Pasatiempo Hna. Dania Margarita Rodríguez Zorrilla, ctsj 27

Revista: CarmelitasTsj Año 9 Número 19 Octubre 2017Edita: UndanetDiseño y maquetación: Desiderio Guerra© Hermanas Carmelitas Teresas de San José

3

Violeta escondida

Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017

Editorial

Durante 39 años la Venerable Madre Te-resa Guasch y Toda custodió el Instituto

de Hermanas Carmelitas Tere-sas de San José, 20 años junto a su madre Teresa Toda y 19 años después de su muerte.

El Espíritu Santo les concedió, a madre e hija, la gracia de comprender que los aconteci-mientos dolorosos de sus vidas eran la semilla para hacer ger-minar en la Iglesia el carisma de un modo de vivir de cara a Dios tras las huellas de Cristo Cami-no, Verdad y Vida, asimilando sus sentimientos y afectos.

Este modo de vivir nace del seguimiento tras las huellas de Cristo, lleno de misericor-dia para derramarla sobre las huérfanas1. El Cristo de Tere-sa Toda, real y plasmado en el evangelio que Teresa Guasch, su hija, asimiló y que cada Her-mana Carmelita Teresa de San José ha de asimilar es el Cris-to Camino, Verdad y Vida. Un Cristo contemplado desde dos perspectivas, la primera pers-pectiva personal: Camino y Verdad traducido como Mo-delo y Maestro y la segunda perspectiva preferentemente apostólica: Vida, que es tradu-cida por la Madre Teresa Toda, para sí y para los demás como Redentor y Salvador. Esta pers-pectiva apostólica de Redención y Salvación, fundamentos esen-ciales del carisma, es la que ha de proyectarse en los talentos

que se nos han confiado, hasta el perfecto holocausto.

Teresa Guasch, al igual que su madre, manifestó con su vida estar animada por los mismos sentimientos y afectos de su Cristo que se caracteriza por tener un corazón sencillo, hu-milde, manso, mortificado y lleno de amor por la humani-dad, hasta asumir por ella la cruz.

Teresa Guasch sigue a su madre haciendo suyo el legado que le hizo en su testamento:

“Ruego a mi hija durante su vida que continúe la buena marcha de mi obra comenzada para gloria de Dios y salvación de muchas almas, así en las co-sas corporales como para las espirituales, no menos que para el bien del Instituto de Her-manas Teresas de San José en general y en particular de cada una de sus individuas y muy particularmente para el bien es-piritual y corporal de las niñas huérfana y pobres de nuestro colegio.”2

Durante 20 años después de la muerte de Teresa Toda, no sin faltarle penas y sufrimientos, acompañó la vida del Instituto en aquellos primeros años. Bas-te recordar aquí el sufrimiento vivido ante la preparación que esmeradamente dio a las hermanas para la atención edu-cativa y que luego murieron o la situación que vivió con la

Madre Eulalia Maurí.

Estas situaciones y otras sirvie-ron para que las hermanas que conocían a la Madre Teresa Guasch descubrieran su talan-te humano-espiritual. Antes de su muerte en su rostro, sereno y entristecido, podía vislum-brarse que el futuro inmediato de la Congregación con solo 39 años de fundada viviría situa-ciones difíciles. Sin embargo, su fe inquebrantable y las virtudes, del corazón de su Cristo, tatua-das en su corazón, le dieron las fuerzas necesarias para aconse-jar, orientar y acompañar hasta el último momento, a pesar de su precaria salud, a las herma-nas y ser testimonio de vida en el Espíritu para hermanas, no-vicias y niñas.

No hay duda de que Teresa Guasch, junto con su madre, desde la eternidad, ha segui-do acompañado, después de su paso a la Casa del Padre, el caminar de la Congrega-ción durante estos 100 años. Ella continúa como la violeta escondida, embalsamando los ambientes en cada una de las presencia y obras que, con te-són y abiertas al Espíritu de Dios, se empeñan en hacer rea-lidad la redención y salvación para los destinatarios de nues-tra misión como Carmelitas Teresas de San José en el hoy de nuestra historia desde ese ser madres, maestras y amigas.

1 A Merced de Cristo pág. 279, edición 2014.2 Ídem pág. 250.

Violeta escondida

4 Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017

Pizarra artísticaTeresa Guasch y Toda (1848-1917)

Hna. Elena Martínez Galicia, ctsj

5Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017

Violeta escondida

Teresa Guasch y Toda, nació en Riudecan-yes, (Tarragona) el 28 de mayo de 1848,

fruto del matrimonio de Anto-nio Guasch Domènech y Teresa Toda y Juncosa, ambos de Riu-decanyes.

Antonio Guasch, a los tres meses de casados comenzó a maltratar a su esposa y a humi-llarla de muchos modos siendo la situación de dominio público. En este hogar roto y marcado por la violencia y el sufrimien-to, nació Teresa Guasch.

La situación se hizo tan peli-grosa para madre e hija, que Teresa Toda decidió solicitar al Arzobispado de Tarragona la separación canónica interi-na, mientras se ponía el caso en estado de sentencia. Se le concedió la separación el 5 de agosto de 1848.

Teresa Toda con su pequeña hija Teresita y su madre Mag-dalena tuvo que abandonar el pueblo y trasladarse a Tarra-gona. Allí empieza una nueva vida, y se dedica especialmente, al cuidado y educación de su hija. La inscribe en el colegio de la Compañía de María donde recibe una esmerada formación humana y cristiana.

Su madre, Teresa Toda, leyendo su vida a la luz de la fe, sien-te que Dios la llama a fundar

Hna. Mercedes Fernández Cogollos, ctsj

Biografía Madre Teresa Guasch

En el centenario de su muerte

Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 20176

Violeta escondida

Biografía Madre Teresa GuaschHna. Mercedes Fernández Cogollos, ctsj

una Congregación dedicada a la educación de niñas huérfa-nas, sobre todo. Cuando Teresa Guasch tiene ya 15 años, su madre le confía su proyecto. Se adhiere a él de todo corazón, y ambas, como un perfecto tán-dem, ponen su empeño, ilusión y voluntad para llevar adelante la obra inspirada por Dios.

Ambas son las fundadoras. Te-resa Toda recibe la inspiración primera, el carisma, su hija Teresa Guasch contribuye de forma determinante a su desa-rrollo.

Durante su estancia en Tarra-gona las alienta y aconseja el canónigo de la Catedral, Dr. José Caixal y Estradé. Pasa-do un tiempo las orienta hacia Barcelona y allí se van en 1868. Los tiempos son difíciles. Ca-recen de recursos y apoyos humanos. Con todo, tras vencer muchas contrariedades y obstá-culos, por decreto de Juan de Palau y Soler, Vicario Capitular, fundan, en Barcelona, el 22 de febrero de 1878, la Congrega-ción de Hermanas Carmelitas Teresas de San José. Su madre es la Superiora General y Teresa Guasch la Maestra de Novicias.

Tras vivir en varias casas de Barcelona, consiguen, en 1885, con muchos sacrificios, estable-cerse en casa propia, un sencillo edificio en la calle Rubí, en la villa de Gracia.

En los primeros años, madre e hija, trabajan codo con codo en las fundaciones de algunas localidades de Tarragona: Cat-

llar en 1894, Reus y Morell en 1895, Garidells, 1896, Vallmo-ll, y la Massó 1897. Siempre con mucho sacrificio y en mu-cha pobreza.

El 30 de julio de 1898 muere su madre. El Instituto, aún inci-piente, queda huérfano. Teresa Guasch, transida de dolor, pero abierta a la esperanza, escribe a todas las Hermanas: “Murió la primera Madre del Instituto… Pero digo mal. Nuestra prime-ra, nuestra segunda, nuestra única Madre es María, la Reina del Carmelo y ésta no morirá jamás”.

Teresa Guasch es elegida Su-periora General, cargo que desempeñará hasta su muerte. Serán 19 años en los que se en-contrará muchas alegrías y no pocos contratiempos.

Más fundaciones: 1902, Saba-dell, Roda de Bará (Tarragona) 1906. La Madre Guasch Te-nía un trato cariñoso y afable con las niñas huérfanas y con las hermanas y a todas aco-gía como si fueran únicas, de modo que todas y cada una sentían ser objeto especial de su predilección. Sobre todo se empeñaba en dar ejemplo para que todas aprendieran cómo se acoge a las que llegan, cómo se las cuida, cómo se las educa.

En julio de 1909, la Semana trágica de Barcelona fue un mo-mento de dura prueba para la Madre Guasch. La vecina pa-rroquia de San Juan es pasto de la llamas y los incendiarios pretenden también quemar el

convento. La entereza de áni-mo y su solicitud maternal consiguieron aplacar la furia revolucionaria y salvar a niñas y hermanas.

El 10 de abril de 1911 es un gran día: el Instituto ob-tiene de la Santa Sede la aprobación definitiva. Una hora verdaderamente jubilosa que las hermanas vivieron con inmensa alegría y gratitud.

Con clara visión de futuro, trabaja en preparar hermanas jóvenes para la enseñanza y en-vía a las más capaces a estudiar la carrera de Magisterio. Cuan-do todo parece prometedor, un nuevo golpe sacude la vida del Instituto: varias de estas jóvenes hermanas se ven sorprendidas por una muerte prematura.

En 1912 se deteriora su salud y el Instituto está a punto de per-derla. Todas las Hermanas oran intensamente y llega a recupe-rarse. Pero su organismo queda debilitado y ya no le abando-narán los achaques y molestias. Ella lo sufre todo con paciencia y sin queja alguna. Sigue cum-pliendo las obligaciones de su cargo y hasta multiplica su acti-vidad. Como si intuyera que le quedaba poco tiempo…

En 1916, funda en Tarrago-na un colegio-asilo para niñas huérfanas y pobres en el Se-rrallo, barrio de pescadores. La Madre Guasch siente una especial predilección por esta comunidad. La propia tierra donde empezó todo. Y donde un grupo de hermanas viviendo

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Violeta escondida

Biografía Madre Teresa GuaschHna. Mercedes Fernández Cogollos, ctsj

con alegría en estrechez y po-breza eran como un bálsamo para ella.

Ya en Barcelona, una sema-na antes de su muerte, fuertes ataques de uremia la obligan a guardar cama. Siente que le quedan muchas cosas por hacer y experimenta su impotencia, pero se abandona en manos de Dios y acepta su voluntad. La noche del 15 de diciembre de 1917, sábado, y octava de la In-maculada, entregaba su alma a Dios.

La M. Teresa Guasch gozó de la admiración, amor y respeto no sólo de las hermanas de su Congregación, sino también de cuantos la conocían y se rela-cionaban con ella. Muchos la describieron como una mujer de extraordinaria calidad hu-mana y espiritual.

Destacaba particularmente por su ecuanimidad. Reflejaba paz y la contagiaba a quienes trata-ban con ella. Y era una mujer profundamente humilde. No en vano la tradición del Instituto le ha dado el apelativo de: ‘Vio-leta escondida’.

Murió en olor de santidad.

El día 19 de abril de 2004, se promulgó en Roma el Decreto por el que la Iglesia reconoce oficialmente la heroicidad de sus virtudes y es declarada “Ve-nerable”.

8 Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017

Teresa Guasch, al pare-cer, no era una mujer muy agraciada física-mente, así se la percibe

por declaraciones de los testi-gos y por alguna foto hallada quizá cuando se presenta para sacar el título de maestra en Ta-rragona. Sin embargo, las niñas corren tras ella, ¿qué atractivo encontrarán que tanto las cau-tiva la Madre?, ¿Seguramente su semblante sereno y tierno?, se la percibe como una mujer de gran personalidad, audaz, sere-na, valiente, intrépida y tenaz.

Se la describe con cualidades naturales psíquicas y afectivas, heredadas o adquiridas que condicionan la conducta de su persona y la distinguen de las demás, mujer de carácter no-ble que revela una manera de ser madura, y de una poderosa voluntad y fidelidad a sus com-promisos.

El carácter heredado de sus progenitores, deja entrever en su infancia algunos rasgos un tanto violentos, fuerte y con brotes de altanería; según su madre la describía: “tenía un carácter violento”. Sin embar-go, realizó con ella una labor tenaz y perseverante, sostenida por una fuerte voluntad y una inteligencia clara, su objetivo es lograr que su hija alcance un buen dominio de sí misma.

Teresa Guasch era una mujer de una inteligencia despejada,

hábil y audaz. La carrera de Magisterio a los 29 años lo deja bien claro, cuando la inmensa mayoría de las mujeres de su época no se dedicaban a tareas intelectuales, más bien a tareas femeninas y hogareñas.

Se la considera “dotada de cualidades de gobierno”, “re-flexiva”, “intuitiva” y “amante del orden”. Se manifiesta con una voluntad muy recta pero tierna y suave al mismo tiempo. En las fundaciones del Institu-to se muestra como una mujer tenaz y actúa con gran osadía en sus actos y las decisiones que le corresponde tomar. Es capaz de combinar energía y ternura, tenacidad y suavidad, responsa-bilidad y cercanía.

Ya en su edad madura (fallece a los 69 años), es una persona cargada de responsabilidades y atormentada con muchas tribu-laciones, enferma y achacosa; además algunas personas de fuera y hasta del mismo Institu-to (tenemos el caso de la Madre Eulalia Maurí), le hacen pasar malos ratos producto del egoís-mo, la soberbia y la envidia, sin embargo, no hay nada que le enturbie la paz, ni los desdenes, ni la indiferencia, ni los recha-zos, ni las críticas o artimañas de los que quieren entorpecer o trastornar el proyecto ini-ciado. Su voluntad demuestra entereza y grandeza de espíritu, mantiene una gran fortaleza y ecuanimidad, sabe callar y ha-

cer silencio al estilo de Jesús y de María; y se abre a Dios para recibir en su corazón a aquellas personas que más la lastiman, llega a quererlas más y más con todo su corazón, sintiendo por ellas una gran misericor-dia y disculpando siempre su forma de actuar con sabiduría, fortaleza y buen ánimo. Nada la desanima ni se deja ame-drentar ante el rechazo de los demás, es una persona mansa, abnegada y dispuesta al sacri-ficio; muy servicial, generosa y solidaria; sencilla, acogedora y misericordiosa; es emprendedo-ra, dinámica y muy responsable, además sabe dedicar también tiempo al ocio cultivando el jardín de la casa con ilusión y algunas plantas medicinales, porque le gusta mucho hacer ‘preparados medicinales’ que luego regala a quien lo necesite, sean las religiosas que se enfer-man, las niñas, bienhechores o personas conocidas.

No obstante, todo lo menciona-do anteriormente, el rasgo que más destacó en la personalidad de Teresa Guasch fue la sereni-dad y la ecuanimidad, que la convierten en una persona pa-cífica porque vivía una ascesis permanente y la gracia de Dios la asistía en todo momento. Las religiosas que la conocieron dan testimonio de esta faceta en la vida de ella y dicen: “que es-taba serena y nunca se la veía perturbaba, ni precipitada, ni agobiada, ni febrilmente atarea-

Violeta escondida

En el centenario de su muerteTeresa Guasch, mujer

Hna. María Soledad Martín Martín, ctsj

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da”. Una majestuosa serenidad envolvía toda su persona. “Nun-ca la vi enfadada aún en medio de sus tribulaciones” afirma Rosa Vendrell, y subraya Fran-cisca Carrera: “Venciendo su natural vivo”, o sea que aque-llas personas que la conocieron, saben de su temperamento y de la ascesis de esta gran mu-jer; descubriendo en ella una personalidad pacífica, afable y ecuánime en el trato con aque-llos que la rodeaban.

Agregan algunas testigos: “La madre Teresa Guasch poseía una sonrisa atrayente y bon-dadosa, tenía un trato cariñoso con todos los que acudían a ella. Por todos los poros derra-maba bondad. Era atractiva, con un encanto espiritual no-table; de finos modales…, y sin perder nunca su sencillez, tenía una prestancia y distinción no-tables. Vestía el hábito con aire fino y noble y hasta es “suave en su andar”. Qué mujer tan admirable, qué elegancia mani-fiesta en el trato con los otros, y siempre sin perder de vista esa sencillez y serenidad que le eran características. Sobre todo, llama la atención esa constante en su definida personalidad que descubren sus testigos cuando sostienen que “mantenía siem-pre un encanto espiritual”, es decir, que poseía una belleza de espíritu capaz de cautivar a los que la rodean porque era trans-parencia de Jesucristo en todo su ser y quehacer.

Teresa Guasch, mujerHna. María Soledad Martín Martín, ctsj

10 Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017

Violeta escondida

Al habla con..

Nació el 28 de mayo de 1848 en Riude-canyes. Fue con-sagrada el 16 de

septiembre de 1883. En su vida ha vivido en Tarragona y Bar-celona. Se ha dedicado a: seguir a Jesús, dando clases, acompa-ñando a las Hermanas Jóvenes, dirigiendo y animando la Con-gregación, fundando comuni-dades y presencias.

• Un color: el marrón.• Una película: Billy Elliot.• Una flor: la violeta.• Una cita bíblica: Flp 2, 1-11: Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús• Un sueño: “Yo quiero ser como Tú, porque a la par con los pobres

mi vida al Padre entregue”.• Un paisaje: el mar de Tarragona.• Una comida: butifarra con alu-bias.• Una obra de misericordia: en-señar al que no sabe.• Una preocupación: nuestro presente, nuestro aquí y nuestro ahora.

- Estamos en un tiempo com-plejo para la vida religiosa. ¿Cómo lo vas viviendo?

Con confianza y esperanza. Son las dos claves con las que siem-pre me he movido. Si Dios nos ha conducido hasta este momen-to, ¿nos va a abandonar ahora? No lo creo. Me fío, con firmeza y tenacidad, en su presencia. En

todo cuadro hay un fondo y una figura. Tal vez estemos fijando estáticamente la mirada, tal vez tengamos que dejar de mirar la figura y contemplar el fondo o tal vez tengamos que descubrir otro plano en la imagen. La cuestión es que, en medio de la tempestad, podemos mirar los rayos y truenos o mirarle a Él. Si hacemos esto, la tempestad no va a desaparecer, pero nuestra atención estará pues-ta en lo que es realmente impor-tante, ¿no te parece?

- El último Capítulo General embarcó a las Hermanas en una dirección: reestructuración y revitalización. El Gobierno General ha presentado su pro-puesta, dentro de una hoja de ruta… ¿Qué les dirías en estos momentos a las hermanas?

Que no tengan miedo. Que Dios les lleva de la mano, que se escu-chen mucho y que se quieran más. A veces hay que tomar decisiones osadas, audaces, a veces hay que actuar con arrojo y estamos en uno de esos momentos. Es funda-mental estar centradas y en movi-miento, desde ese centro es desde donde hay que tomar impulso y pujar, todas en una misma direc-ción: el Reino. No nos olvidemos: Buscad primero el Reino de Dios y todo lo demás se nos dará por añadidura… Ahora, que entrar en la lógica del Reino no es tarea fácil, cada día hay que tomarse el pulso, escucharse, ver qué pasa y discernir para ir acertando, como lo hizo Jesús, no como nosotras pensamos, sino a su modo.

Teresa GuaschHna. Judith Blanco Rodríguez, ctsj

Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017 11

Violeta escondida Al habla con ...

Teresa GuaschHna. Judith Blanco Rodríguez, ctsj

- Imagina que te piden elijas una imagen para representar esa revitalización, esa reestructura-ción y sólo puedes quedarte con una… ¿cuál elegirías y por qué?

Me pones en un aprieto… cada una comunica un énfasis diferen-te: nuevo amanecer, cuerpo con-gregacional, gestación, presencia del Espíritu, espera, conexión,…Creo que con la tercera: dos her-manas con niñas y jóvenes a su alrededor. Y además, desde arriba tres líneas simulan la presencia de la gracia y de la Trinidad en nuestras vidas. ¿No es acaso este nuestro cometido? ¿Estar rodea-das de niñas y de jóvenes sabién-donos llenas de gracia? Identidad y pertenencia, eso es lo que veo. Comunidad y misión. Elección y compromiso. Donación y apren-dizaje. A mayor necesidad, mayor misericordia. Hay color, hay vida. Me gusta.

- Ya sabes que este año 2017 está siendo un año de celebración en torno a tu persona. Hemos editado un disco. Si lo has es-cuchado, nos puedes compartir qué piensas de la letra de la can-ción “Busca un lugar aquí”:

Es una canción que está muy en la línea del Papa Francisco que

nos invita a salir, a ser Iglesia en salida. Y pienso que nuestra fa-milia está llamada a levantar la mirada y caminar. La invitación a ser un mensaje de esperanza es todo un reto para la cotidia-nidad, reconocer la novedad del mundo desde Dios es otro desafío importante para nosotras. Y lo de vivir en el encuentro me resulta muy atrayente, ser letra para que otros puedan leer la presencia de

Dios es también una lanzadera a ir más allá, confiando en que el primero que vela por nosotras es Dios, que es Él quien ha encendi-do la llama dentro y nosotras po-demos ayudar a mantenerla viva. Podemos tratar de huir de la rea-lidad, y esta canción nos centra: Busca un lugar aquí, no dentro de tres años, ni un lugar ideal, sino aquí, donde te encuentres en este momento de tu vida.

12 Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017

Violeta escondidaAl habla con ...

Teresa GuaschHna. Judith Blanco Rodríguez, ctsj

- “Camina con determinación” es el título de la carta pastoral que Mons. Jesús García Burillo, obispo de Ávila, ha presentado como guía para este Año Jubi-lar Teresiano…

Si, ya la he leído, es una comunica-ción que pretende ser una invitación a ponernos en salida, como lo hiciera en su día la Santa, entendiendo la propia vida del cristiano como un ca-mino de perfección. “En una situación complicada y convulsa en la que nos encontramos a nivel nacional e inter-nacional” la propuesta de la carta es la de “entrar en nosotras mismas para hacer un camino” a la manera de las siete moradas teresianas y nos llama a imitar a Santa Teresa con su “fortale-za” y sus “grandes obras”. Sin duda es un tiempo a aprovechar por parte de todas.

- Otro acontecimiento eclesial en el que estamos inmersas es la celebración del Sínodo de los Jóvenes. Quiero retomar conti-go parte del mensaje final que el Concilio Vaticano II ya les dirigía y del que se hace eco el documento preparatorio: La Iglesia os mira con confianza y amor. Posee lo que hace la fuer-za y el encanto de la juventud: la facultad de alegrarse con lo que comienza, de darse sin re-compensa, de renovarse y de partir de nuevo para nuevas conquistas. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

Los jóvenes desean ser parte activa en los procesos de cambio del presen-te y pueden jugar un papel esencial en ese proceso de cambio que está viviendo nuestra congregación y la vida religiosa. Los jóvenes sienten la necesidad de figuras de referencia cercanas, creíbles, coherentes y hones-tas, así como de lugares y ocasiones en los que poner a prueba la capa-cidad de relación con los demás. Además, es de gran importancia poner de relieve cómo la experiencia de relaciones a través de la tecnología es-tructura la concepción del mundo, de la realidad y de las relaciones per-sonales. A esto debería responder nuestra acción pastoral. No podemos olvidar que la fe, en cuanto participación en el modo de ver de Jesús, es la fuente del discernimiento vocacional: reconocer, interpretar y elegir. Y aquí juega un papel fundamental el acompañamiento que hagamos. Fijémonos en el modo de Jesús, cómo actúa al encontrar a las personas en su tiempo, pues esto nos puede ayudar a estructurar este estilo de nuestra acción pastoral: salir, ver y llamar.

- Bueno, esta entrevista está llegando a su final… ¿Quieres añadir algo más?...

Me gustaría dedicar a cada hermana este poema/canción de Emilia Arija:

Eres especial, especialmente te quiero.Eres diferente, un regalo, un reto, un sueño.

Eres singular, tan original, que muero.Mi debilidad, para mí, siempre primero.

No somos tan diferentes.Nadie aquí anda tan cuerdo,

Amor con locura, logra sostenernos.Quién sabe lo que veremos,Te llevas todas mis dudas,

Sobran las palabras me cantas y me inundas,Sé que eres un ángel. Me mirasy me inundas.

Eres especial, especialmente te quiero.Eres diferente, un regalo, un reto un sueño.

Eres singular, tan original, que muero.Mi debilidad, para mí, siempre primero…

Te quiero.

Muchas gracias por tu atención y aporte. Hasta la próxima Hermana.

Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017 13

Ciertamente, la fe, fue una virtud heroica en la Madre Teresa Guasch para resistir ante los

embates de la vida, antes las di-ficultades, a veces enormes, que tuvo que soportar.

Sólo la fe en Dios, recibida en el bautismo, arraigada y cultivada en el seno familiar, favorecida por una sólida educación cris-tiana, robustecida y madurada a lo largo de su experiencia vi-tal nos da la clave de su entrega generosa, de su dedicación en servicio de las huérfanas.

La M. Guasch fue una mujer de fe, de fe valiente, abierta y con-fiada en la Providencia de Dios. Tenía la profunda convicción de que Dios, amoroso con todas sus criaturas, cuidaba de ella y de su obra. Por eso siempre tenía la certeza, aun en los momentos más difíciles de su vida, de que Dios estaba con ella: “Dios lo ha dispuesto así, bendita sea su vo-luntad”, solía decir.

Porque se siente amada profun-damente por Dios, afronta con serena confianza el terrible mo-mento de la semana trágica de Barcelona, cuando el conven-to estuvo a punto de ser pasto de las llamas. Con dolor, pero aceptando en paz los designios de Dios sobre el Instituto que no puede entender, ve cómo van muriendo las jóvenes religio-sas preparadas, que hubieran podido ser puntales en el desa-

rrollo del Instituto. O cuando sin recursos, para alimentar a las pequeñas que tenía acogidas en la Casa Madre, no desespe-raba ni se abatía. Se ponía en manos de la Providencia divina que, de manera asombrosa, ve-nía siempre en su ayuda. Dios es nuestro Padre y sabe lo que nos conviene, decía confiada.

Una fe, la suya, no basada en fórmulas, normas o ritos. Sino una fe viva, fruto de su gran amor a Dios y anclada en la experiencia de un Dios que es Padre, Amigo, Maestro, Pastor, Alfarero, en definitiva, Amor y Misericordia entrañable.

Sólo desde esta experiencia hon-da del amor de Dios en su vida pudo ser la mujer de fe, que se fio totalmente de Dios, en quien puso siempre su esperanza. Es-peranza: la otra cara de la fe.

La fortaleza ante las contra-dicciones y dificultades para llevar adelante la obra que ha-bía emprendido con su madre,

fue la consecuencia de su fe y de su esperanza. Lo mismo que la serenidad y la paz que refle-jaba siempre, según testimonio de quienes la trataron. Incluso en los momentos más críticos. Sabía que su obra era de Dios y Él llevaría su empresa a buen puerto…

¡Qué gran ejemplo el de Teresa Guasch para estos días nues-tros…! El que llaman tiempo ‘lí-quido’, inconsistente, de ausencia de verdaderos valores, de escasas convicciones, de compromisos leves, de pensamiento frágil.

Creo que la vida de Teresa Guasch es una llamada que nos tiene que resonar muy fuerte en nuestros adentros. Tenemos que crecer en fe. Determinarnos a creer en serio. Fiarnos de Dios de verdad, buscar lo esencial, hacer del Señor Jesús el verda-dero ‘Absoluto’ de nuestra vida. Con él podremos ir adelante ‘contra viento y marea’. Y po-dremos ser ‘buena noticia’ para otras personas.

Violeta escondida

Hna. Mercedes Fernández Cogollos, ctsj

Teresa Guasch, mujer de fe

En el centenario de su muerte

Fe es la virtud que nos hace sentir el calor del hogar mientras cortamos la leña. (Miguel de Cervantes)

14 Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017

Hna. Soledad Martinez Castellanos, ctsj

La Memoria de Teresa Guasch, un motivo para dar Gracias

Violeta escondida

En el centenario de su muerte

Recordar la vida de nuestra Venera-ble Madre Teresa Guasch, es hacer creí-

ble la vida cristiana como histo-ria de salvación. Es contemplar el paso de Dios, en unas perso-nas de manera más evidente, más tangible. Vida expresada en fe, esperanza y caridad (amor), tenacidad, confianza en Dios. Teresa Guasch siente tan fuer-te el amor de Dios por ella que no puede dejar de amar desde lo más sencillo y cotidiano, allí donde hace falta.

Recordar a Teresa Guasch es evocar “el bien, siempre bien con sencillez”, el compromiso por los débiles, los necesitados y los más desfavorecidos.

Necesitamos modelos de vida cristiana que se aseme-jen a nosotros: ¡Qué gran ejemplo el de Teresa Guasch para estos días nuestros…!

Es modelo porque pudo releer en la vida de las niñas huér-fanas y abandonadas, una historia nueva. Hacer de su propio pasado una vida re-novada en cada niña a la que ella acogió. El tocar la cruz, se convirtió en su pedagogía para lograr tocar la cruz de cada niña que acogieron.

Es un modelo porque es Madre y toda madre con el talante de

ella, impregna en sus hijas sus propias virtudes, valores, sen-timientos, emociones. Y como por contagio hace que se con-vierta para nosotras en un ejemplo a seguir.

Es una invitación a continuar sus pasos, a “embalsamar el ambiente con mis propias virtu-des, pero por herencia suya.

Teresa Guasch ha sido y si-gue siendo un testimonio de vida para nosotras sus hijas y para todos los que conocen su historia, su audacia, su vida entregada en total anonada-miento.

Acción de gracias y alabanza

Celebrar la vida siempre es un motivo de alegría, de gozo y de fiesta. La vida de un recién nacido, la recuperación de una enfermedad,…el ver a esta mujer que junto a su madre, de una experiencia de frustra-ción y desesperanza, supieron entender el lenguaje de Dios y descubrir que su pasado era un instrumento para entender el lenguaje de las niñas que estaban llamadas a acoger, a re-dimir.

Recordar y celebrar la vida nueva de una persona en Cristo Resucitado, mueve a la ala-banza al Dios de la Vida que se hace cercano a nosotras cada

día, que es capaz de hablar nuestro lenguaje, que se abaja, hasta darnos a entender cómo es su amor, su ternura, su mise-ricordia por nosotras.

Celebrar 100 años de la muer-te de la Madre Teresa Guasch es un acontecimiento de acción de gracias y de alabanza a Dios. Es una llamada a vivir en total entrega al Señor de nuestras vidas que nos ha enriquecido con un carisma que abre cami-nos nuevos de vida si dejamos que nuestro corazón arda sin apagarse, transmitiendo luz, ca-lor, bondad, fe y compasión a quienes tenemos a nuestro lado, en nuestro entorno, como hizo Teresa Guasch con las huérfa-nas, por quienes dio la vida y acogió con misericordia, siendo para ellas verdadera “Madre”, “Maestra” y “Amiga”.

Es un compromiso a ser cauce de misericordia y de hacer po-sible que otras jóvenes, otras muchas personas puedan beber de la fuente de la que bebió Te-resa Guasch.

Alabamos a Dios Padre que nos ha regalado en la perso-na de Teresa Guasch un amor sencillo, humilde y confiado totalmente en sus manos de Padre-Madre Misericordioso. Que como Dios Padre y con el ejemplo de su madre supo vivir el “todo por amor”.

Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017 15

La Memoria de Teresa Guasch, un motivo para dar Gracias

Hna. Soledad Martinez Castellanos, ctsj

Violeta escondida

Alabamos a Jesús Hijo, que en su donación total al Padre, nos hace personas nuevas, capa-ces de seguir sus pasos como lo hizo Teresa Guasch desde su más tierna infancia alenta-da por el cariño de su madre Teresa Toda y de la abuela Magdalena.

Alabamos al Espíritu Santo que sigue manteniendo viva la llama que encendió en Tere-sa Guasch y que hoy debemos mantener viva nosotras, las Carmelitas Teresas de San José

y tantos hombres y mujeres que inspirados en sus virtu-des, espiritualidad y carisma, reconocen hoy al Dios de la historia. Como Teresa Guasch dejemos que brote la chispa desde lo más profundo de nues-tro ser y transmitamos vida. Vida que acoge, que entrega, que da sentido, que alimenta la paz, el amor, la comunión, la armonía, la gratuidad. Llama que conduce al “encuentro con Él”, que sostiene la fe y alimen-ta la esperanza, que armoniza la vida y da la felicidad.

La Palabra crea un estilo nue-vo de vida en Teresa Guasch, donde la sencillez, el amor, la verdad y la pequeñez se con-jugan con la confianza y la alegría. “Los instrumentos de Dios son siempre humildes”. Dejemos que la Palabra siga fecundando en nosotras un estilo nuevo de vida, desde la humildad y nos lance a vivir confiadas y alegres. ¡Gracias, Señor! ¡Gracias Madre Teresa Guasch!

16 Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017

Me han invitado a compartir lo que está sucediendo en mi corazón en

la celebración del Centenario de la Pascua de nuestra querida Madre Teresa Guasch.

Lo hago con mucho gozo y cariño agradecido, y con el salmista, y con todas las Car-melitas Teresas de San José que me han precedido, y las que aún peregrinamos hacia la Patria definitiva, canto agra-decida: “Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra ale-gría y nuestro gozo” (Sal 117, 23).

Gratitud, asombro y gozo son los tres sentimientos que han mantenido mi corazón en fies-ta, en estos meses en los que la Madre Teresa Guasch, viene iluminando, con luz propia, el hoy que se nos regala, cien años después de su partida, mientras recuerdo y celebro, con mis her-manas de comunidad, y con los hermanos con quienes ahora se me regala hacer camino, su pascua y su vida. El Centenario

está siendo Memoria agradeci-da y llamada a la fidelidad.

Memoria agradecida. Como Teresa Guasch, cada una de nosotras tiene una historia, la suya, tejida en alianza de amor. Y como ella somos testigos de la fidelidad de Dios en nuestra vida consagrada y ministerial. Nos ha dotado de fortaleza para confesarle y vivir genero-samente entregadas al trabajo por el Reino. Nos cuida con ternura y nos hace gozar de la singular experiencia de su amor entrañable, único e incondicio-nal.

Y asombro, que se transfor-ma en provocación. A través de ella, hoy, se nos hace, a cada una, una triple invitación: A reavivar el don recibido, a con-vertirnos al amor primero, y a revitalizar nuestra consagra-ción. A su estilo:

Como mujeres consagradas. La Venerable Madre Teresa Guasch fue, como mujer, una bella copia de su mamá: serena, prudente, inteligente, de gran

corazón ... Y prototipo del ca-risma que Dios hizo nacer en la Iglesia, a través de ella: huér-fana, maltratada, secuestrada, de padre huido, y muerto en la guerra.

Paso a paso sigue las huellas de su madre, madre biológica, madre espiritual, madre congre-gacional. Vive, como ella, sus grandes virtudes en la vivencia heroica de su vocación-con-sagración-misión. En su amor inmenso a la María, a San José y a Santa Teresa. En su entrega a la Congregación.

Es una gran pedagoga, una Su-periora General admirable y sobre todo, una verdadera ma-dre para con sus hijas, a las que ama, como su Cristo la amó a ella. Ella, la hija más amada, vi-vió la heroicidad de las virtudes copiando a su madre, porque ésta había copiado, antes, a su Cristo, humilde y crucificado3.

Enraizadas en Dios. Sólo apasionadas por el misterio de Jesús, podemos iluminar el ca-mino humano y ser arco iris

En el centenario de su muerteCelebrar el centenario del paso a la vida de la Venerable Madre Teresa Guasch y Toda

Hna. Cecilia Barreda Merino, ctsj

Violeta escondida

Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017 17

en las tormentas que abaten a nuestros hermanos. Oferta gra-tuita de experiencia de Dios, a un mundo al que le sobra de todo, pero en el que millones de nuestros hermanos están ex-cluidos y tirados en las cunetas de la historia.

Humanas, cálidas, acogedo-ras. “En todas las cosas deben manifestar que están animadas de los mismos sentimientos y afectos de Jesucristo”. “Deben profesarse siempre un tierno amor”. “Las cuidarán -niñas huérfanas- con singular esmero, las tratarán con el mayor cari-ño; tomarán su causa y suerte como cosa propia”4.

Testigos de comunión, desde la primacía del amor. Comunión que está escrita en nuestras entrañas: “La divisa de las hermanas Teresas de San José, será la mutua caridad y amor, el cual harán brillar, principal-mente, a favor de cada una de sus hermanas”5.

Nuestra vida se mide en ra-zón de nuestra fraternidad, de nuestras relaciones. Relaciones que, en la medida en que son auténticas y profundas, afectan nuestra experiencia de Dios,

el ámbito de nuestra afectivi-dad, y nuestra capacidad para asumir un proyecto de misión compartida.

Encarnadas en la historia. Particularmente atentas a cuanto se refiere a la dignidad humana y a sus múltiples de-gradaciones, y comprometidas en afrontarlas, haciendo de este compromiso, nuestra pro-pia identidad, en seguimiento de Jesús6. Y comprometidas en el cuidado de la casa común, en un proceso de “conversión ecológica que implica dejar brotar todas las consecuencias de nuestro encuentro con Jesu-cristo, en las relaciones con el mundo que nos rodea”7.

Alegres, pobres, libres. Con una libertad interior, fundamen-tada en Jesús, nuestro absoluto, que nos hace libres frente a personas, circunstancias y co-sas, sin instalarnos en lugares, tiempos, ni ideas. Como hijas, en actitud de confianza y aban-dono en las manos del Padre8.

Con el Reino en el corazón. Nuestro horizonte de sentido es el Reino, y nuestro lugar, la Iglesia. En comunión, que es la que nos define y hace creíbles.

Y con sentido de cuerpo apostólico. Haciendo vida unos valores, un talante y un estilo. Dones que hemos recibi-do y que acentúan el sentido de pertenencia y el “orgullo” fami-liar imprescindible.

El asombro y el amor a nuestras Madres Fundadoras y el deseo de vivir en fidelidad al Dios de la Vida, desde los rasgos que nos identifican, me abre a la es-peranza y fortalece mi ilusión por vivir con entusiasmo este momento de nuestra historia, este centenario, este día de sal-vación, este tiempo propicio para regalar al mundo y a la Iglesia nuestro verdadero don, lo que somos. Nuestra forma de vivir la fe en un Dios Pa-dre – Madre. Nuestra apuesta humilde y radical por Jesús. Y nuestro deseo de ser paradigma del Reino, al estilo de Teresa Guasch.

Como ella, me abandono en manos de Dios, en quien está nuestro futuro. Como discípu-la deseo vivir y trabajar como si todo dependiera de mí, pero sabiendo que todo depende de Él9. María, la primera discí-pula, acompaña y orienta mi camino.

Violeta escondida

Celebrar el centenario del paso a la vida de la Venerable Madre Teresa Guasch y Toda

Hna. Cecilia Barreda Merino, ctsj

3 Cf Homilía del Padre Alberto Barrios en la celebración de la heroicidad de las virtudes de la Madre Teresa Guasch, en

Madrid, el día 20 de junio de 2004.4 Constituciones de 1883.5 Ídem.6 Cfr IINM 1.3.7 Del Papa Francisco. LS 217.8 Cfr C 20. 9 Cfr Lc 4, 5

18 Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017

Querida Madre Teresa

Desde este momento histórico de mi vida y

de nuestra vida como Carme-litas Teresas de San José, desde este camino emprendido por senderos de renovación y res-tructuración. Me dirijo a la Madre buena que siempre fuis-te, a la madre atenta, solicita, generosa, delicada y sobre todo madre amorosa, de quien se dice: “Resplandecía esta virtud cuando hablaba y aconsejaba a las niñas tratándolas como si fuese su madre, pero con un amor sobre natural”. Como tu hija que soy, me gustaría elevar un canto de acción de gracias permanente al Dios de la vida por el regalo de tu presencia en el mundo, en la iglesia. Ac-ción de gracias por la solidez inquebrantable de tu fe por la fortaleza de tu ser, por la humil-dad de tus obras, por la valentía en tus luchas y por tu firmeza y ternura a la hora de tratarnos y tratar a los que te eran confia-dos en tu misión de consagrada. Me gustaría ahora decirte que aquí estamos nosotras, tus hijas, no sé si somos las que estamos o estamos las que somos, o si las que estamos somos, lo que si se es que no estamos todas las que podríamos estar, en este lar-go viaje de la historia, nuestra historia, hay muchas hermanas que se han bajado del tren an-tes de llegar a la estación final y lo digo con dolor, unas se han bajado poco después de iniciar

el viaje, otras a la mitad del tra-yecto y quizás alguna más este en pensando en bajarse en la próxima estación. No es fácil aceptarlo madre, duele y no es nada alentador, pero nos ense-ñaste a asumir las dificultades con entereza, nos enseñaste que detrás de cada nube oscura se esconden los preciosos rayos del sol que después de la tormenta pueden transformase en el más precioso arcoíris. Nadie conoce más que tú la historia de nues-tro instituto y como se ha ido tejiendo siempre entre dolores y gozos entre las luces del sentir la fuerza del Espíritu empujándo-nos a la vida y entre las sombras humanas de tantas cosas vanas que se nos han ido pegando por el camino, tantas sombras que nos enrarecen la luz y nos con-taminan el aire.

Hemos ido caminando, hemos ido creciendo, nos hemos ido fortaleciendo todas las veces que hemos sido capaces de abrirle de par en par las puertas de nuestro corazón a la acción salvadora del Espíritu. Pero con humildad tenemos que reconocer que tam-bién en muchos momentos se

nos ha rutinizado la mirada y el corazón, se nos ha eclipsado la fraternidad, se han movido los cimientos de nuestra vocación, se nos ha roto la esperanza, se nos ha nublado el horizonte y se nos han caído los sueños muchas veces. y cuando digo madre, que nos ha pasado todo, esto lo digo desde el sentido que tiene el ser y vivirnos como cuerpo congregacional que sien-te y sufre cuando ve en cada uno de sus miembros la dura reali-dad de las situaciones descritas. No obstante, ninguna sombra de duda tenemos quienes cree-mos que esta obra, la obra que recibimos de tus manos “para cuidarla y custodiarla” es de Dios, Él es quien empuja nues-tro tren y a nuestro lado María, la madre, la mujer, la guía. ¿A quién podemos temer? ¿Que más nos puede pasar que no lo hayamos pasado y ultrapasado con tesón y con entereza como fieles hijas de las dos Teresas?...

En esto andamos las que so-mos y las que queremos seguir siendo, vamos avanzando, seguiremos mirando hacia el fu-turo con la fe y la fuerza que nos

Violeta escondida

En el centenario de su muerteA Teresa Guasch. La madre, la maestra, la amiga

Hna. Blanca Nubia Zapata Castaño, ctsj

Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017 19

Violeta escondida

A Teresa Guasch. La madre, la maestra, la amigaHna. Blanca Nubia Zapata Castaño, ctsj

proviene de tu protección, de tu ejemplo y de tu intercesión, la tuya y la de nuestra queridísima madre Teresa Toda. Seguiremos haciendo posible con nuestra responsabilidad y compromiso personal y comunitario aquello que desde los meros parámetros humanos se ve como imposible. Seguiremos creyendo de corazón que el mundo es de los que se arriesgan a empezar de nuevo, a levantarse cada día y agradecer para no lamentarse, luchar para no rendirse, contemplar para no acostumbrarse, volar para no arrastrarse, convertirse para no perderse, determinarse para no contemporizarse, aprendien-do a reír y llorar con la misma fuerza, aprendiendo de ti madre querida, a entregarse y gastarse con la ilusión en los ojos y la mano en el corazón de Dios y de los otros.

Y te escribo como a la Maestra, de quien se dice que siempre era la primera de en todo.” ¡Sé que algunas niñas de nuestros cole-gios habían abrazado el estado religioso movidas por el alto ejemplo que les daba la Sierva de Dios” … y creo que fue así! Y por eso te pido de corazón que también en nosotras se obre esta gracia para que nunca pasemos por este mundo tan nuestro, de la enseñanza, y de la formación, dejando apenas un ejemplo de excelente organización, de inne-gable eficiencia y competentes funcionarias, sino que por el contrario nuestra vida en acti-tud de servicio desde la sencillez, desde la generosidad sea tan sig-nificativa que despierte, inquiete, anuncie, denuncie, cuestione e impulse a muchas otras perso-nas para optar por Jesús y su

Reino y quieran subirse al tren de nuestro Instituto.

Por último, quiero hablarte como a la Amiga de quien se dice era “humilde, sencilla de ca-rácter, dulce, apacible, nos atraía por sus buenas enseñanzas y ex-hortaciones…” Una canción de Alberto Plaza dice que amigo es quien empuja fuerte tu espe-ranza y tú lo haces con nosotras querida Amiga, enséñanos a saber de amistades sinceras, de vidas compartidas ayudándonos a vivir en comunión con Dios, con los otros, con la creación, ayúdanos con tu amistad a se-guir en el tren y a compartir y sostener nuestros sueños. Ayú-

danos a preferir y propiciar en nuestras comunidades los encuentros del tu a tu por enci-ma de los encuentros “online” del tú y el mundo allá fuera… ayúdanos a no caer en la triste realidad de peregrinar solitarias hacia el moderno santuario de la incomunicación globalizada, o de lo que a mi juicio es peor, aquel mal de la introversión que cierra las puertas a los hermanos y las abre a todo tipo de desajus-tes, a veces incluso socialmente aceptados. Como Madre, como Maestra y como Amiga querida Teresa Guasch ayúdanos a escu-char con el corazón la Palabra de Dios que nos dice “Os infun-diré mi Espíritu y viviréis” … las palabras de María, nuestra dul-ce madre que nos dice: “haced lo que Él os diga” … y también a poner atención a lo que tan-tas personas buenas como el Papa Francisco nos dicen: “que nadie os quite la alegría” … O las sabias palabras de San Pio X que un lenguaje sencillo expre-so como una bella sentencia: “lo que está mal, está mal, aunque todo el mundo lo haga. Lo que está bien, está bien, aunque no lo haga nadie”

…Unidas siempre en el corazón de nuestro Dios.

Tu hija

20 Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017

Teresa del Inmaculado corazón de Maríavioleta escondida por amor

Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017 21

Carta a la Venerable Madre Teresa Guasch y TodaHna. Agustina García Fernández, ctsj

En el centenario de su muerteVioleta escondida

Muy amada y siem-pre recordada y venerada Madre Teresa Guasch:

Con motivo de tu centenario del paso a la Casa del Padre, me permito ponerme en con-tacto contigo, te confieso que a medida que van pasando los años, mi amor, admiración y agradecimiento hacia ti es cada vez mayor. Dichosa tu que des-pués de haber vivido una vida plenamente entregada a Dios y al prójimo, de manera especial a tus hijas, las Carmelitas Te-resas de San José, y a las niñas huérfanas y pobres, en una pa-labra, supiste hacer de tu vida una ofrenda permanente agra-dable a Dios.

Te comunico que tenemos una cierta coincidencia, nací el 15 de diciembre de 1934 y tu na-ciste a la vida eterna el 15 de diciembre de 1917.

Me hubiese gustado mucho co-nocerte personalmente, pero

no fue posible; lo que sí me fue posible y agradezco mucho, fue conocer a las Hermanas que habían podido disfrutar de tu compañía, presencia y santa vida.

Estoy en la Congregación des-de el año 1948 y agradezco de corazón y lo recordaré toda mi vida, el haber podido descubrir y valorar la vida de oración, sacrificio, entrega generosa, con sencillez, humildad y amor desinteresado de muchas de nuestras Hermanas, tus hijas, que guiadas e impulsadas por los ejemplos de tu madre Teresa Toda y el tuyo, llevaron a cabo nuestro carisma fundacional.

Entre todas las hermanas con las que tuve la suerte de con-vivir en Reus, cuando era aspirante, destacaría la Her-mana Isidra. Cuando servidora llegaba a casa después de haber hecho las compras para la co-mida, varias veces la encontré en la cocina de rodillas en el suelo pelando las patatas por-que de pie no podía hacerlo.

La manera de actuar de la ma-yoría de las Hermanas fue para mí un ejemplo y reflejo de la vida de tu madre, Teresa Toda y del tuyo, su hija.

Como humanas que somos, siempre encontraremos en nuestro diario vivir, cosas que nos pueden hacer sufrir, pero con la ayuda de Dios y la pro-tección de nuestra Madre, María e intercesión de voso-tras, y nuestra buena voluntad, lo superaremos mejor.

Confieso que he sido muy feliz y sigo siéndolo como Carmelita Teresa de San José. He querido a todas las que he tenido la oca-sión de convivir con ellas y me he sentido querida, igualmente en el momento actual.

Gracias Madre Teresa Guasch por tu vida y modelo de vida consagrada, por las virtudes que nos has dejado como he-rencia y legado.

Con agradecimiento y cariño.

Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 201722

Alégrate, hermana Carmelita Teresa de San José. Canta eter-namente la miseri-

cordia del Señor porque Él ha puesto en ti su mirada, cono-ciendo tu fragilidad y pequeñez. Eres valiosa a los ojos de Dios y Él te ama (Is 43, 4). En la debili-dad se manifiesta la fuerza Dios.

Alégrate porque eres hija de Teresa Toda y Teresa Guasch. Ellas siguieron a Jesús, dóciles al Espíritu, y como hijas fieles de la Iglesia. Su carisma fun-dacional, engendrado desde lo Alto, en una experiencia de amor y dolor, le da razón de ser a tu vida y a tu misión: mostrar el rostro solidario de Jesús, Ver-

bo Humanado, que pasó por este mundo haciendo el bien.

Alégrate por el pasado fecundo de tu Congregación y su rica historia carismática; es la he-rencia que recibiste; ella te da identidad y pertenencia a esta familia religiosa.

Alégrate por ser hija de la Igle-sia, que tiene sus luces y sus sombras; Iglesia contemplativa y samaritana, en salida y hos-pital de campaña, nazarena y peregrina, hogar y escuela.

Alégrate porque eres memoria viviente de la humanidad de Jesús, “como andaba en el mun-do” (VI M 9,3), en el misterio de su Encarnación, asumiendo tú misma el camino del anona-damiento y la sencillez de vida para que otros sencillamente puedan vivir.

No temas. El Señor es fiel y nunca abandona la obra de sus manos. Recuerda que los miedos paralizan los ideales, ahogan la alegría, asfixian la li-bertad y frenan la entrega.

No temas. Dios te ha concedido su favor. El carisma congre-gacional es obra del Espíritu Santo. No temas arriesgarte y abandona esas estructuras ca-ducas que te impiden vivir en gozosa fidelidad dinámica y creativa, esas estructuras que

Punto de vistaA modo de Anunciación

a una Religiosa Carmelita Teresa de San JoséP. Hernán Vargas, Pasionista

Violeta escondida

Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017 23

ya no sirven para anunciar el Evangelio en la misión especí-fica (DA 365). Conviértete; no temas dejar esos estilos de vida personal y comunitario que tie-nen, a veces, muy poco sabor a Evangelio.

No temas escuchar la voz de tu Amado en el grito de los po-bres y de los que sufren. Ellos son la voz y el rostro de Cris-to sufriente y presente en las diversas formas actuales de or-fandad. Estuve huérfano y me acogiste en un hogar para ha-certe TODA de todos.

No temas acoger en tu casa a María de Nazaret y a Jesús, su hijo, como lo hizo José, el hom-bre justo y creyente, del silencio fecundo y elocuente, dócil y fiel a la voz del Espíritu.

El Señor está contigo. Esta es tu mayor certeza. “Yo te he llamado por tu nombre y eres mía. Si atraviesas las aguas, yo estaré contigo; en los ríos no te ahogarás. No temas, yo estoy contigo” (Is 43, 1- 4). Por eso,

• pon los ojos fijos en Jesús. Vuelve al amor primero; a la audacia, la creatividad y la santidad de las MM. FF (VC 37), profetisas arriesgadas y testigos perseverantes. Ellas fueron fieles al proyecto de Dios, a pesar de los obstácu-los que encontraron.

• levántate y come. Sabiendo, como Elías, el profeta amigo de Dios, que el camino es su-perior a tus fuerzas (1Re 19, 6-8), fortalece tus rodillas vacilantes con el Pan de la Palabra y el Pan de la Euca-ristía.” Bien sabes dónde está la fuente que mana y corre, aunque es de noche.”

• bebe Agua Viva en el manan-tial del Espíritu y en el pozo profundo del carisma funda-cional, para apagar tu sed y la de aquellos que Dios ama preferencialmente.

• entra en cada una de las moradas del Castillo por la puerta de la oración para en-contrarte con la Humanidad de Jesús. Así, tu vida será mís-tico-profética.

• construye comunidades fra-ternas que sean parecidas a la de Betania: casa de encuentro con el Señor en la intimidad y en el silencio; comunidad de amor en la que todas se sientan acogidas y valoradas; corazón y reserva de huma-nidad que palpita al ritmo de los sentimientos y afectos del corazón de Cristo.

¿Y cómo será esto? Discierne tu vida a la luz de la Palabra, del Espíritu y de los signos de los tiempos. De Jesús hemos aprendido que quien piensa

construir una torre tiene que sentarse a calcular los gastos; no sea que ponga los cimien-tos y no tenga cómo terminar. Lc 14, 28-29. Déjate acom-pañar. Discierne para ser fiel a la voluntad del Padre, como lo fueron Jesús y María. Fíate de las mediaciones. Sé siempre buscadora de Dios.

El Espíritu Santo vendrá so-bre ti. Él, es el Padre amoroso del pobre, Abogado de los huérfanos y Fuente del mayor consuelo, que te cubrirá con su sombra fecunda. Así podrás nacer de nuevo, del Agua y del Espíritu, porque para Dios nada es imposible. Él es el alma de la Iglesia. “Esperamos un nuevo Pentecostés, que nos libere de la fatiga, la desilusión, la acomodación al ambiente y que renueve nuestra alegría y nuestra esperanza” (DA 362).

Ahí tienes a tus Madres Fun-dadoras. Ellas y tus hermanas de la primera hora, las de ayer y las de hoy, esa gran nube de testigos, Carmelitas Teresas de San José, fieles y coherentes. Ellas entregaron y entregan hoy la vida apostando por el Rei-no de Dios y su justicia para humanizar y dignificar a los marginados. Ellas fueron tierra buena y fecunda para acoger las semillas del Verbo. Ellas te enseñaron cinco virtudes carac-terísticas: sencillez, humildad,

Violeta escondida Punto de vista

A modo de Anunciación a una Religiosa Carmelita Teresa de San José

P. Hernán Vargas, Pasionista

Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 201724

Violeta escondidaPunto de vista

mansedumbre, mortificación y celo apostólico. Son los rasgos de tu rostro e identidad.

Aquí está la servidora del Señor. Vive en disponibilidad al proyecto sorpresivo y sor-prendente de Dios, al estilo de María y de José. Que tus planes y proyectos coincidan con los de Dios. Di con Teresa: “Veis aquí mi corazón, pues por vues-tra me ofrecí. ¿Qué mandáis hacer de mí?” Hágase en mí lo que tú quieras y todo lo que tú digas.

María se puso en camino de prisa. Ponte en camino a prisa, como María de Nazaret, reina y madre del Carmelo, hacia las periferias existenciales para vi-

sitar a las Isabeles que esperan la presencia cercana y acogedo-ra de una madre que las ame con ternura y de verdad; de una maestra, como Jesús, que las eduque y las forme en la sabi-duría y la alegría del Evangelio de la Vida y de la Misericordia; de una amiga fiel y creíble, que las humanice integralmen-te. “La dolencia de amor no se cura sino con la presencia y la figura”.

Reconoce al laicado como compañero de camino en esta aventura pascual misionera.

Inspirada en el Magníficat, el bello canto profético de María, retrato de su alma y programa de su vida, entonado en casa de

Isabel, proclama con todo tu ser las maravillas que el Señor ha hecho en ti. Él te tomó de la mano porque se fija en las hu-mildes y sencillas de corazón.

Ponte en camino hacia donde el amor te lleve. “Dichosa tú que has creído”.

La Iglesia reconoce y les dice: Hermanas Carmelitas Tere-sas de San José, ustedes no solamente tienen una historia gloriosa para recordar y con-tar, sino una gran historia que construir. Pongan los ojos en el futuro hacia el que el Espíritu les impulsa para seguir hacien-do con ustedes grandes cosas (VC 110).

A modo de Anunciacióna una Religiosa Carmelita Teresa de San JoséP. Hernán Vargas, Pasionista

25Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017

Violeta escondida

Reflexiona, ríe, juegaPuede interesarte...

La Congregación para la Educación Católica propone las líneas principales de una educación para el humanismo. Las líneas de orientación “Educar al humanismo solidario” analizan los escenarios actuales y subrayan la ur-gencia y necesidad de humanizar la educación favoreciendo la cultura del encuentro y del diálogo. Esto será posible globalizando la esperanza, guia-dos por el mensaje de salvación y de amor de la revelación cristiana. La so-lidaridad y la fraternidad surgidas de esta transformación personal y social serán la base para un proceso inclusivo que influirá sobre los estilos de vida y sobre los modelos económicos y ambientales.

Recursos pastorales

https://pastoralsj.org/

En esta página podemos encontrar en la pestaña de recursos una serie de propuestas que pueden ayudarnos en nuestra tarea evangelizadora a través de películas, lecturas, canciones, reflexiones y plegarias para distintos mo-mentos.

La nueva película de Paco Arango, invitación a un compromiso.

“Lo que de verdad importa”: Cine contra el cáncer de niños.

Los ingresos íntegros del film irán destinados al beneficio de 120 niños en-fermos.

El espectador en esta película está llamado desde el principio a una com-plicidad con la narración. Alec es un ingeniero mecánico inglés que tiene su vida hecha un lío: sentimentalmente va de pareja en pareja, su negocio una tienda para arreglar aparatos eléctricos es una ruina y además tiene una adicción a las apuestas que le lleva a la perdición. Cuando todo se de-rrumba, aparece un tío-ángel, que le propone una opción para salvarse del hundimiento. Acudir durante un año a un pueblecito de Canadá donde es-tán sus orígenes familiares. Más por imperativo que por convicción acepta el cable que puede sacarle del desastre. Con su llegada todo resulta como diseñado por una magia oculta y benefactora que irá concertando las piezas de su desordenada vida.

Una película para la buena-gente que está dispuesta a ponerse en marcha para echar una mano. Además en “Lo que de verdad importa” el compro-miso en la lucha contra el sufrimiento está profundamente unido a la fe. Se trata de un film sobre la vocación trascendente a la que estamos llamados todos los seres humanos.

Trailer: https://youtu.be/61_1NLxxp_Q

26 Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017

Violeta escondida

Reflexiona, ríe, juegaHUMOR

Hna. Alma Lidia Rodríguez Zorrilla, ctsj

27Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº19 • Octubre 2017

Violeta escondida

Reflexiona, ríe, juegaPasatiempo

Hna. Dania Margarita Rodríguez Zorrilla, ctsj

Soluciónes: Fundaciones de la Madre Teresa Guasch: La Massó (1899), Sabadell (1902), Roda de Berà (1905) y Tarragona (1916). Frases: Dios proveerá - El bien, siempre bien con sencillez - Dios nunca nos abandona - Orad mucho y bien.

Octubre 2017© Hermanas Carmelitas Teresas de San JoséNº19Año

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