verdadero origen de capriles radonski

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8 ESPECIAL CIUDAD VLC / JUEVES 11 DE ABRIL DE 2013 JUEVES 11 DE ABRIL DE 2013 / CIUDAD VLC ESPECIAL 9 ALEXIS VEGA B. FOTO CORTESÍA DULCE MARRUFO / ARCHIVO Corría el año 1989 y en las aulas de la UPEL, el maestro Federico Brito Fi- gueroa le pregunta a una joven estu- diante por la ciudad de su proceden- cia. Ella era Dulce Marrufo, quien al contestarle que era nativa de Coro nunca imaginó que esa sencilla pre- gunta la motivaría a iniciar una in- vestigación que, a lo largo de tres dé- cadas, la llevaría a desentrañar el ver- dadero origen de las familias más re- presentativas de esa incipiente bur- guesía que, en el albores del siglo XIX, comenzaba a enraizarse en el territorio venezolano. “No puedo olvidar las palabras del maestro Brito Figueroa al decirle que yo había nacido en Coro: ‘Aún no conozco al primer coriano o co- riana que se atreva a estudiar a los judíos que vivieron en Coro entre los siglos XIX y XX, porque tienen miedo’, agregando de pasada: ‘Hubo una casa de comercio de origen ju- dío que se estableció en Coro en el siglo XIX, que se llamó la Casa Se- nior, la cual tuvo gran trascendencia a nivel mundial’”. TREINTA AÑOS DE INVESTIGACIÓN “Mi interés inicial por averiguar so- bre estas raíces viene de ese reto”, nos comenta la historiadora Dulce Marrufo, dejando en claro, desde un principio, que el principal foco de su investigación académica estuvo orientado a estudiar el origen de los judíos sefarditas, de nacionalidad ho- landesa, que llegaron a Coro, entre ellos los Capriles, Senior, Fonseca, Cohen, Namías, Hoheb, Curiel, Re- cao, De Lima , Henríquez, Chu- maceiro, Salas, Pereira, Jesurum, Le- yba, Morales, Salcedo, Morón, López, Abenatar y Valencia, entre otros. El largo trayecto que comenzó con una simple pregunta, llevó a la pro- fesora Marrufo a una intensa activi- dad de estudio, desde comienzos de la década de los años 90 del siglo XX, hurgando en las fuentes hemerográ- ficas, documentales, testimoniales e incluso iconográficas existentes en el país, en instituciones como el Ar- chivo General de la Nación, la Acade- mia Nacional de la Historia, el archi- vo del Ministerio de Relaciones Exte- riores, la Biblioteca del Banco Cen- tral de Venezuela, el Archivo Históri- co del Estado Falcón, el Archivo His- tórico de las Antillas Neerlandesas, en Curazao; la Biblioteca Central de Madrid, en España; el Instituto de la Inquisición, en la Facultad de Cien- cias Jurídica de la Universidad Com- plutense de Madrid; la Biblioteca de las Sinagogas en Toledo y la Universi- dad de Las Palmas, en Islas Canarias, entre otros organismos especializa- dos en el tema de los judíos sefardi- tas establecidos en Coro y el resto de Venezuela. —¿Cómo se establece, de manera concreta, que el patrimonio de la familia Capriles Radonski descien- de directamente de los primeros Capriles llegados a Venezuela desde las Antillas Neerlandesas y Holanda? —En Europa, en 1492, se produjo una diáspora de los judíos desde Es- paña hacia Portugal y de allí a otros continentes. En Portugal, convivie- ron bajo estrictas normas impuestas por el régimen de gobierno. Poste- riormente se trasladaron hacia ciu- dades portuarias de Holanda, espe- cialmente Ámsterdam, donde en- contraron las condiciones necesarias para prosperar en todos los ámbitos de la sociedad. A Holanda arribaron familias de apellido Capriles, Chu- maceiro, Texeira, De Castro, Prado, López y Fonseca, entre otras. En 1651, los Capriles se establecieron en la isla de Curazao. Por sus actividades comerciales, comenzaron a vincular- se con la ciudad de Coro. A partir de 1823, entraron formalmente los ju- díos a Venezuela, especialmente a Coro, y entre éstos llegaron los pri- meros Capriles al país. LUCRATIVO COMERCIO ENTRE CORO Y EUROPA De acuerdo al estudio de Marrufo, en Coro, los Capriles se destacaron en la actividad comercial por la vía lícita e ilícita, vinculada al comercio con Ho- landa, New York y Curazao. Ya para 1831, habían conformado y consoli- dado, en Curazao, firmas comercia- les como: Capriles-Senior, Penso y Brandao, entre otras, las cuales se destacaban por sus sólidas relaciones comerciales entre Coro y Europa. En el marco de la crisis mundial del capitalismo de 1855, los Capriles y otros judíos de la élite comercial se negaron en Coro a continuar otor- gando préstamos al gobierno para superar la inestabilidad política y fis- cal del país para ese momento. Ello llevó al pueblo a realizar saqueos y al Estado a la confiscación de propieda- des agrícolas y bienes de los conspi- radores políticos. De la investigación de la profesora se desprende igualmente que en la capital falconiana, a partir de 1880, los judíos también fueron pioneros en la industria manufacturera, en la instalación de fábricas de aceite de castor, a cargo de De Lima Hermanos y S.I. Senior; bebidas gaseosas, en so- ciedad entre Salcedo & Cía. y Alejan- dro Senior S.I.; fideos, cuyo propieta- rio fue Abraham Senior S.I.; Capriles Ricardo y Capriles & Chumaceiro fueron firmas que tuvieron a su car- go las fábricas de pieles, aceite de cas- tor, velas, jabones, hielo y cigarrillos. Asimismo, entre 1893 y 1950, en la ciudad de Coro, existieron las si- guientes empresas, controladas por los Capriles: Capriles & Co., Virgilio Capriles, Manasés Capriles & Co. y Ju- lio & A. Capriles. Destaca, de igual manera, la parti- cipación de los Capriles en obras de infraestructura como la construc- ción del ferrocarril Coro-La Vela. Re- saltan las compañías de Alejandro Salcedo, quien en 1884 concretó el primer contrato. Posteriormente se incorporaría el comerciante Manuel Leyba (1888), Manasés Capriles Ricar- do (1892), Jacobo Baíz (1895), J. M. Ca- priles (1895), J. A. Capriles y Josías Se- nior (1899). “En aquel momento se volvió una costumbre asignar este tipo de con- trato sin ninguna regulación legal debido al control ejercido por los ju- díos en las diversas instancias del aparato del Estado, incluyendo a los Capriles. Las grandes ganancias de estos capitales, obtenidas de manera legal e ilegal —esto a través del con- trabando y la usura— eran deposita- dos mayoritariamente en bancos ex- tranjeros: The Battery Park National Bank of New York, Everett Heaney Co. New York en 1904; el Banco de Venezuela en 1924; Banco de Vizcaya y Vitalicio de España en 1925 y The Bradstreet Company New York en 1926”, comenta Marrufo. “Los Capriles no solamente se des- tacaron en la acumulación de fortu- nas durante el siglo XIX, sino que también lograron tener alta influen- cia en la política. Es así como Mana- sés Capriles, para finales del siglo XIX, llegó a recibir el nombramiento de Alfonso XII, Rey de España, como vicecónsul de este país en La Vela de Coro, lo que le valió el reconocimien- to, tanto del gobierno nacional, co- mo del español, al ser condecorado con las máximas distinciones en 1884. Igualmente ocuparon cargos de importancia en concejos munici- pales, asambleas legislativas, Corte Suprema de Justicia y secretarías de gobiernos, entre otros. Siempre sus mentores políticos han estado en el exterior, sobre todo en Europa y Es- tados Unidos”, destaca la profesora. “Después de la II Guerra Mundial, y en el marco de la puesta en prácti- ca del plan de Sustitución de impor- taciones en Venezuela —proyecto que trataba de industrializar al país apoyado en la renta petrolera—, los Capriles radicados en Coro vieron la necesidad de reconvertir y reorien- tar sus capitales hacia las áreas de la economía que comenzaban a abrir- se. De ahí que los Capriles se trasla- den a Caracas y Maracay, principal- mente. En estas ciudades, invierten en el área de comunicaciones, cons- trucción, música y bienes inmobilia- rios, entre otros”, indicó Marrufo. PODER COMUNICACIONAL Los Capriles controlaron parte de los poderes del Estado y de igual ma- nera áreas tan importantes como los medios de comunicación escri- tos. Entre 1900 y 1953, 71 medios impresos eran de propietarios ju- díos y, específicamente en 1904, los dueños del periódico “La Esperanza” fueron Manasés y Manuel Capriles. Los Capriles también controlaban la organización de Juntas de carnava- les, reservadas tradicionalmente a las élites de la época. El denso estudio de la profesora Marrufo pone así en evidencia el lar- go proceso de acumulación de capi- tal llevado a cabo por parte de la fa- milia Capriles por más de un siglo: la punta de un iceberg que contradice las constantes declaraciones del can- didato de la MUD para tratar de ven- derse como un hombre proveniente de una familia pobre y trabajadora. NI LO UNO NI LO OTRO Realizando una breve búsqueda en internet, encontramos que “El Señor de los Apellidos”, como muy acerta- damente identifica a Capriles el Can- didato de la Revolución, Nicolás Ma- duro, desde hace algún tiempo trata de venderse como el descendiente de una humilde y trabajadora familia de clase media —poco le ha faltado para decirnos que incluso ha sido po- bre— y justifica el trabajo de sus abuelos, quienes, según su propia historia, a fuerza de trabajo, logra- ron crear empresas convirtiéndose con el tiempo en una familia solven- te económicamente. Por otra parte, Capriles se describe a sí mismo como un “católico fer- viente”, pero al mismo tiempo desta- ca su ascendencia judía y no la ocul- ta: “Para los judíos, yo soy judío por mi madre y mi abuela…”, ha dicho, aunque no menciona que los judíos —a lo largo de la historia— realmen- te rechazan a quienes por convenien- cia o comodidad se convirtieron al catolicismo, práctica que es cataloga- da por ellos como “marranismo”, la cual puede verse reflejada en su do- ble moral al declararse en actos pú- blicos internacionales como “judío sionista” y luego aquí como supuesto “devoto de la Virgen del Valle”. Este estudio que venimos comen- tando, sobre los registros históricos y hemerográficos, además de ayudar a determinar el verdadero origen de Henrique Capriles Radonski, tam- bién nos permite inferir acerca de los nexos financiero-familiares a los que responde. En palabras más sencillas, a quienes “enchufaría” el candidato opositor, en el supuesto negado de que ganara las elecciones presiden- ciales del 14 de abril. —Profesora Marrufo, ¿cuál es la cadena hereditaria de Capriles Radonski? —La cadena hereditaria de Capriles Radonski se puede explicar en los si- guientes términos: su padre, Henri- que Capriles García, es judío de as- cendente holandés y curazoleño. Su madre Mónica Cristina Radonski Bó- chenek (judía ruso-polaca). Sus abue- los maternos, Andrés Radonski y Lili Bochenek de Radonski, llegaron a Venezuela en 1946. Sus abuelos pa- ternos fueron Armando Capriles Ma- yerston y Laura García. Sus bisabue- los maternos habrían sido asesina- dos en un campo de concentración de Treblinka, Polonia. Los antepasa- dos paternos se establecieron por Co- ro procedentes de Curazao, entre 1824-1825, donde se destacaron co- mo prósperos comerciantes y ocupa- ron por mucho tiempo cargos políti- cos, religiosos, participaron en la construcción del ferrocarril Coro-La Vela y crearon empresas dedicadas al comercio, con casa matriz tanto en Curazao como en Coro. ENCUENTRO ENTRE FAMILIAS De acuerdo al estudio de la profesora Dulce Marrufo, el encuentro entre las familias Capriles y Radonski pudo darse en Caracas. Según información que es del dominio público, el abuelo materno de HCR tenía experiencia en circuitos cinematográficos, ofre- ciendo películas en la ciudad. Este se- ría el origen de la cadena CINEX, que en la actualidad funciona como em- porio en Venezuela en diferentes centros comerciales del país. Tam- bién es un hecho público que la gran fortuna de la familia Capriles está asociada a empresas de la comunica- ción, industria y servicios inmobilia- rios, a la industria de la construcción y a la banca privada. “Por cierto, entre 1908 y 1935, el General Juan Vicente Gómez otorgó tierras a los Capriles, quienes las ven- dieron posteriormente a transnacio- nales petroleras como Standard Oil Company y Shell, esta última de ori - gen holandés. Es evidente que los Ca - priles y los Radonski fusionaron no sólo sus vidas, sino también sus capi- tales y bienes —los cuales produje- ron por distintas vías a lo largo del tiempo— convirtiéndolos en fortu- nas depositadas luego en bancos ex- tranjeros”, destaca Dulce Marrufo. La profesora agrega que la rama fa- miliar de Capriles Radonski sí está conectada con el mayor dueño de la cadena Capriles, Miguel Ángel Capri- les: “Así como de Armando Capriles, su primo, que lo llevó al congreso por el partido COPEI, en el Zulia, en las elecciones de 1993, estado al cual Henrique Capriles ni conocía, ni ha- bía realizado en carrera política”. “En su visita a Israel, previa a las elecciones presidenciales del 7 de oc- tubre del 2012, la prensa judía tituló el día 16 de febrero de ese año, lo si- guiente: ‘Judío se enfrentará a Chávez en elecciones presidencia- les’. En reunión con representantes del movimiento sionista colonialista, Capriles Radonski se presentó como ‘judío sionista’, e incluso llegó a ofre- cer el restablecimiento inmediato de las relaciones con Israel y EE.UU, si ganaba las elecciones presidenciales. La policía israelí puso a su disposi- ción un séquito de guardaespaldas, según la prensa israelí”, comenta la investigadora. Del estudio de la profesora Dulce Marrufo pueden inferirse muchas cosas: Las contradicciones persona- les y públicas de Capriles Radonski; los intereses familiares, así como los nexos financieros y comerciales a los cuales obedece, pero, sobre todo, la evidente existencia de la doble moral en un personaje que preten- de dirigir los destinos de un país de la mano de la ultra-derecha interna- cional y nacional. Qué se iba a imaginar Dulce Ma- rrufo, en 1989, la importancia que tendría en la vida política del país aquella simple pregunta del maestro Brito Figueroa: “Marrufo: ¿De dónde eres?”... “Soy de Coro, profesor”. Ella sí estaba clara de dónde venía. Los Capriles participaron en la construcción del ferrocarril Coro-La Vela a finales del Siglo XIX. Historiadora venezolana ha investigado por años sobre la inmigración judía en Coro. Las permanentes contradicciones del candidato de la oposición reflejan que sus verdaderos intereses obedecen a la ultraderecha n acional e internacional. Del verdadero origen burgués de Henrique Capriles Radonski » Historiadora Dulce Marrufo investigó sobre las raíces de los Capriles en Venezuela Dra. Dulce Marrufo Olivera: * Historiadora * Docente de la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado * Especialista, Magister y Doctora en Historia * Investigadora con más de 20 años sobre el Origen de los Judíos en Coro * Docente en las cátedras de Pensamiento Político Venezolano; Historia; Lucha Armada; Educación Cultura, Religión e Imaginario Político; Historia de la Lucha del Pueblo Venezolano, entre otras. * Experiencia docente en todos los niveles educativos

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Page 1: Verdadero Origen de Capriles Radonski

8 ESPECIAL CIUDAD VLC / JUEVES 11 DE ABRIL DE 2013 JUEVES 11 DE ABRIL DE 2013 / CIUDAD VLC ESPECIAL 9

ALEXIS VEGA B.FOTO CORTESÍA DULCE MARRUFO / ARCHIVO

Corría el año 1989 y en las aulas de la UPEL, el maestro Federico Brito Fi-gueroa le pregunta a una joven estu-diante por la ciudad de su proceden-cia. Ella era Dulce Marrufo, quien al contestarle que era nativa de Coro nunca imaginó que esa sencilla pre-gunta la motivaría a iniciar una in-vestigación que, a lo largo de tres dé-cadas, la llevaría a desentrañar el ver-dadero origen de las familias más re-presentativas de esa incipiente bur-guesía que, en el albores del siglo XIX, comenzaba a enraizarse en el territorio venezolano.

“No puedo olvidar las palabras del maestro Brito Figueroa al decirle que yo había nacido en Coro: ‘Aún no conozco al primer coriano o co-riana que se atreva a estudiar a los judíos que vivieron en Coro entre los siglos XIX y XX, porque tienen miedo’, agregando de pasada: ‘Hubo una casa de comercio de origen ju-dío que se estableció en Coro en el siglo XIX, que se llamó la Casa Se-nior, la cual tuvo gran trascendencia a nivel mundial’”.

TREINTA AÑOS DE INVESTIGACIÓN“Mi interés inicial por averiguar so-bre estas raíces viene de ese reto”, nos comenta la historiadora Dulce Marrufo, dejando en claro, desde un principio, que el principal foco de su investigación académica estuvo orientado a estudiar el origen de los judíos sefarditas, de nacionalidad ho-landesa, que llegaron a Coro, entre ellos los Capriles, Senior, Fonseca, Cohen, Namías, Hoheb, Curiel, Re-cao, De Lima , Henríquez, Chu-maceiro, Salas, Pereira, Jesurum, Le-yba, Morales, Salcedo, Morón, López, Abenatar y Valencia, entre otros.

El largo trayecto que comenzó con una simple pregunta, llevó a la pro-fesora Marrufo a una intensa activi-dad de estudio, desde comienzos de

la década de los años 90 del siglo XX, hurgando en las fuentes hemerográ-�cas, documentales, testimoniales e incluso iconográ�cas existentes en el país, en instituciones como el Ar-chivo General de la Nación, la Acade-mia Nacional de la Historia, el archi-vo del Ministerio de Relaciones Exte-riores, la Biblioteca del Banco Cen-tral de Venezuela, el Archivo Históri-co del Estado Falcón, el Archivo His-tórico de las Antillas Neerlandesas, en Curazao; la Biblioteca Central de Madrid, en España; el Instituto de la Inquisición, en la Facultad de Cien-cias Jurídica de la Universidad Com-plutense de Madrid; la Biblioteca de las Sinagogas en Toledo y la Universi-dad de Las Palmas, en Islas Canarias, entre otros organismos especializa-dos en el tema de los judíos sefardi-tas establecidos en Coro y el resto de Venezuela.

—¿Cómo se establece, de manera concreta, que el patrimonio de la familia Capriles Radonski descien-de directamente de los primeros Capriles llegados a Venezuela desde las Antillas Neerlandesas y Holanda? —En Europa, en 1492, se produjo una diáspora de los judíos desde Es-paña hacia Portugal y de allí a otros continentes. En Portugal, convivie-ron bajo estrictas normas impuestas por el régimen de gobierno. Poste-riormente se trasladaron hacia ciu-dades portuarias de Holanda, espe-cialmente Ámsterdam, donde en-contraron las condiciones necesarias para prosperar en todos los ámbitos de la sociedad. A Holanda arribaron familias de apellido Capriles, Chu-maceiro, Texeira, De Castro, Prado, López y Fonseca, entre otras. En 1651, los Capriles se establecieron en la isla de Curazao. Por sus actividades comerciales, comenzaron a vincular-se con la ciudad de Coro. A partir de 1823, entraron formalmente los ju-

díos a Venezuela, especialmente a Coro, y entre éstos llegaron los pri-meros Capriles al país. LUCRATIVO COMERCIO ENTRECORO Y EUROPADe acuerdo al estudio de Marrufo, en Coro, los Capriles se destacaron en la actividad comercial por la vía lícita e ilícita, vinculada al comercio con Ho-landa, New York y Curazao. Ya para 1831, habían conformado y consoli-dado, en Curazao, �rmas comercia-les como: Capriles-Senior, Penso y Brandao, entre otras, las cuales se destacaban por sus sólidas relaciones comerciales entre Coro y Europa.

En el marco de la crisis mundial del capitalismo de 1855, los Capriles y otros judíos de la élite comercial se negaron en Coro a continuar otor-gando préstamos al gobierno para superar la inestabilidad política y �s-cal del país para ese momento. Ello llevó al pueblo a realizar saqueos y al Estado a la con�scación de propieda-des agrícolas y bienes de los conspi-radores políticos.

De la investigación de la profesora se desprende igualmente que en la capital falconiana, a partir de 1880, los judíos también fueron pioneros en la industria manufacturera, en la instalación de fábricas de aceite de castor, a cargo de De Lima Hermanos y S.I. Senior; bebidas gaseosas, en so-ciedad entre Salcedo & Cía. y Alejan-dro Senior S.I.; �deos, cuyo propieta-rio fue Abraham Senior S.I.; Capriles Ricardo y Capriles & Chumaceiro fueron �rmas que tuvieron a su car-go las fábricas de pieles, aceite de cas-tor, velas, jabones, hielo y cigarrillos. Asimismo, entre 1893 y 1950, en la ciudad de Coro, existieron las si-guientes empresas, controladas por los Capriles: Capriles & Co., Virgilio Capriles, Manasés Capriles & Co. y Ju-lio & A. Capriles.

Destaca, de igual manera, la parti-cipación de los Capriles en obras de infraestructura como la construc-

ción del ferrocarril Coro-La Vela. Re-saltan las compañías de Alejandro Salcedo, quien en 1884 concretó el primer contrato. Posteriormente se incorporaría el comerciante Manuel Leyba (1888), Manasés Capriles Ricar-do (1892), Jacobo Baíz (1895), J. M. Ca-priles (1895), J. A. Capriles y Josías Se-nior (1899).

“En aquel momento se volvió una costumbre asignar este tipo de con-trato sin ninguna regulación legal debido al control ejercido por los ju-díos en las diversas instancias del aparato del Estado, incluyendo a los Capriles. Las grandes ganancias de estos capitales, obtenidas de manera legal e ilegal —esto a través del con-trabando y la usura— eran deposita-dos mayoritariamente en bancos ex-tranjeros: The Battery Park National Bank of New York, Everett Heaney Co. New York en 1904; el Banco de

Venezuela en 1924; Banco de Vizcaya y Vitalicio de España en 1925 y The Bradstreet Company New York en 1926”, comenta Marrufo.

“Los Capriles no solamente se des-tacaron en la acumulación de fortu-nas durante el siglo XIX, sino que también lograron tener alta in�uen-cia en la política. Es así como Mana-sés Capriles, para �nales del siglo XIX, llegó a recibir el nombramiento de Alfonso XII, Rey de España, como vicecónsul de este país en La Vela de Coro, lo que le valió el reconocimien-to, tanto del gobierno nacional, co-mo del español, al ser condecorado con las máximas distinciones en 1884. Igualmente ocuparon cargos de importancia en concejos munici-pales, asambleas legislativas, Corte Suprema de Justicia y secretarías de gobiernos, entre otros. Siempre sus mentores políticos han estado en el

exterior, sobre todo en Europa y Es-tados Unidos”, destaca la profesora.

“Después de la II Guerra Mundial, y en el marco de la puesta en prácti-ca del plan de Sustitución de impor-taciones en Venezuela —proyecto que trataba de industrializar al país apoyado en la renta petrolera—, los Capriles radicados en Coro vieron la necesidad de reconvertir y reorien-tar sus capitales hacia las áreas de la economía que comenzaban a abrir-se. De ahí que los Capriles se trasla-den a Caracas y Maracay, principal-mente. En estas ciudades, invierten en el área de comunicaciones, cons-trucción, música y bienes inmobilia-rios, entre otros”, indicó Marrufo.

PODER COMUNICACIONAL Los Capriles controlaron parte de los poderes del Estado y de igual ma-nera áreas tan importantes como

los medios de comunicación escri-tos. Entre 1900 y 1953, 71 medios impresos eran de propietarios ju-díos y, especí�camente en 1904, los dueños del periódico “La Esperanza” fueron Manasés y Manuel Capriles. Los Capriles también controlaban la organización de Juntas de carnava-les, reservadas tradicionalmente a las élites de la época.

El denso estudio de la profesora Marrufo pone así en evidencia el lar-go proceso de acumulación de capi-tal llevado a cabo por parte de la fa-milia Capriles por más de un siglo: la punta de un iceberg que contradice las constantes declaraciones del can-didato de la MUD para tratar de ven-derse como un hombre proveniente de una familia pobre y trabajadora.

NI LO UNO NI LO OTRO Realizando una breve búsqueda en

internet, encontramos que “El Señor de los Apellidos”, como muy acerta-damente identi�ca a Capriles el Can-didato de la Revolución, Nicolás Ma-duro, desde hace algún tiempo trata de venderse como el descendiente de una humilde y trabajadora familia de clase media —poco le ha faltado para decirnos que incluso ha sido po-bre— y justi�ca el trabajo de sus abuelos, quienes, según su propia historia, a fuerza de trabajo, logra-ron crear empresas convirtiéndose con el tiempo en una familia solven-te económicamente.

Por otra parte, Capriles se describe a sí mismo como un “católico fer-viente”, pero al mismo tiempo desta-ca su ascendencia judía y no la ocul-ta: “Para los judíos, yo soy judío por mi madre y mi abuela…”, ha dicho, aunque no menciona que los judíos —a lo largo de la historia— realmen-te rechazan a quienes por convenien-cia o comodidad se convirtieron al catolicismo, práctica que es cataloga-da por ellos como “marranismo”, la cual puede verse re�ejada en su do-ble moral al declararse en actos pú-blicos internacionales como “judío sionista” y luego aquí como supuesto “devoto de la Virgen del Valle”.

Este estudio que venimos comen-tando, sobre los registros históricos y hemerográ�cos, además de ayudar a determinar el verdadero origen de Henrique Capriles Radonski, tam-bién nos permite inferir acerca de los nexos �nanciero-familiares a los que responde. En palabras más sencillas, a quienes “enchufaría” el candidato opositor, en el supuesto negado de que ganara las elecciones presiden-ciales del 14 de abril.

—Profesora Marrufo, ¿cuál es la cadena hereditaria de Capriles Radonski?—La cadena hereditaria de Capriles Radonski se puede explicar en los si-guientes términos: su padre, Henri-

que Capriles García, es judío de as-cendente holandés y curazoleño. Su madre Mónica Cristina Radonski Bó-chenek (judía ruso-polaca). Sus abue-los maternos, Andrés Radonski y Lili Bochenek de Radonski, llegaron a Venezuela en 1946. Sus abuelos pa-ternos fueron Armando Capriles Ma-yerston y Laura García. Sus bisabue-los maternos habrían sido asesina-dos en un campo de concentración de Treblinka, Polonia. Los antepasa-dos paternos se establecieron por Co-ro procedentes de Curazao, entre 1824-1825, donde se destacaron co-mo prósperos comerciantes y ocupa-ron por mucho tiempo cargos políti-cos, religiosos, participaron en la construcción del ferrocarril Coro-La Vela y crearon empresas dedicadas al comercio, con casa matriz tanto en Curazao como en Coro.

ENCUENTRO ENTRE FAMILIASDe acuerdo al estudio de la profesora Dulce Marrufo, el encuentro entre las familias Capriles y Radonski pudo darse en Caracas. Según información que es del dominio público, el abuelo materno de HCR tenía experiencia en circuitos cinematográ�cos, ofre-ciendo películas en la ciudad. Este se-ría el origen de la cadena CINEX, que en la actualidad funciona como em-porio en Venezuela en diferentes centros comerciales del país. Tam-bién es un hecho público que la gran fortuna de la familia Capriles está asociada a empresas de la comunica-ción, industria y servicios inmobilia-rios, a la industria de la construcción y a la banca privada.

“Por cierto, entre 1908 y 1935, el General Juan Vicente Gómez otorgó tierras a los Capriles, quienes las ven-dieron posteriormente a transnacio-nales petroleras como Standard Oil Company y Shell, esta última de ori -gen holandés. Es evidente que los Ca -priles y los Radonski fusionaron no sólo sus vidas, sino también sus capi-

tales y bienes —los cuales produje-ron por distintas vías a lo largo del tiempo— convirtiéndolos en fortu-nas depositadas luego en bancos ex-tranjeros”, destaca Dulce Marrufo.

La profesora agrega que la rama fa-miliar de Capriles Radonski sí está conectada con el mayor dueño de la cadena Capriles, Miguel Ángel Capri-les: “Así como de Armando Capriles, su primo, que lo llevó al congreso por el partido COPEI, en el Zulia, en las elecciones de 1993, estado al cual Henrique Capriles ni conocía, ni ha-bía realizado en carrera política”.

“En su visita a Israel, previa a las elecciones presidenciales del 7 de oc-tubre del 2012, la prensa judía tituló el día 16 de febrero de ese año, lo si-guiente: ‘Judío se enfrentará a Chávez en elecciones presidencia-les’. En reunión con representantes del movimiento sionista colonialista, Capriles Radonski se presentó como ‘judío sionista’, e incluso llegó a ofre-cer el restablecimiento inmediato de las relaciones con Israel y EE.UU, si ganaba las elecciones presidenciales. La policía israelí puso a su disposi-ción un séquito de guardaespaldas, según la prensa israelí”, comenta la investigadora.

Del estudio de la profesora Dulce Marrufo pueden inferirse muchas cosas: Las contradicciones persona-les y públicas de Capriles Radonski; los intereses familiares, así como los nexos �nancieros y comerciales a los cuales obedece, pero, sobre todo, la evidente existencia de la doble moral en un personaje que preten-de dirigir los destinos de un país de la mano de la ultra-derecha interna-cional y nacional.

Qué se iba a imaginar Dulce Ma-rrufo, en 1989, la importancia que tendría en la vida política del país aquella simple pregunta del maestro Brito Figueroa: “Marrufo: ¿De dónde eres?”... “Soy de Coro, profesor”. Ella sí estaba clara de dónde venía.

Los Capriles participaron en la construcción del ferrocarril Coro-La Vela a finales del Siglo XIX. Historiadora venezolana ha investigado por años sobre la inmigración judía en Coro.

Las permanentes contradicciones del candidato de la oposición reflejan que sus verdaderos intereses obedecen a la ultraderecha nacional e internacional.

Del verdadero origen burguésde Henrique Capriles Radonski» Historiadora Dulce Marrufo investigó sobre las raíces de los Capriles en Venezuela

Dra. Dulce Marrufo Olivera:* Historiadora* Docente de la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado* Especialista, Magister y Doctora en Historia* Investigadora con más de 20 años sobre el Origen de los Judíos en Coro* Docente en las cátedras de Pensamiento Político Venezolano; Historia; Lucha Armada; Educación Cultura, Religión e Imaginario Político; Historia de la Lucha del Pueblo Venezolano, entre otras.* Experiencia docente en todos los niveles educativos