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243 Uso del carbón vegetal como fuente de energía para el Parque Siderúrgico de Carajás: controversias ambientales, sociales y económicas William Santos de Assis Marcelo Domingos Sampaio Carneiro 1. Introducción La provisión de carbón vegetal para el Polo Siderúrgico de Carajás se ha transformado en una de las cuestiones ambientales más preocupantes de la actualidad en los estados de Pará y Maranhão. Con un parque siderúrgico en franco crecimiento, los dos estados no disponen de mecanismos eficaces de control de la producción y del transporte del carbón vegetal, componente que integra el proceso productivo de esas industrias. Los datos estimados de producción de arrabio a carbón vegetal muestran claramente el potencial de devastación de esta actividad, caso medidas mitigadoras serias y funcionales no sean establecidas por el poder público. La fragilidad de los mecanismos de control posibilitó la creación de una red de favorecimiento para la producción y el transporte ilegal del producto en la región, difícil de ser combatida. Entre los años 2006 y 2009, la oficina regional del Instituto Brasileño del Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (IBAMA) em Marabá capturó aproximadamente 196.630 m³ de carbón ilegal en 31 municipios de su jurisdicción 179 . Aún no se sabe ciertamente la real contribución de la producción de carbón para la deforestación de la región, pero se puede imaginar la dimensión del problema por el hecho de que sólo en la región de Marabá, en Pará, existen más de 480 proyectos de asentamiento. A pesar de la existencia de algunos grandes productores de carbón, gran parte de esta producción se origina en pequeñas propiedades distribuidas en toda la región, lo que dificulta la fiscalización y el control de la producción y el transporte. Es probable que solamente una pequeña cantidad producida en estas propiedades esté siendo incorporada a las pocas carbonerías con licencia de funcionamiento. Existe, por lo tanto, un doble perjuicio: uno ambiental y otro fiscal 180 . El Artículo 21 del Código Forestal obliga a todas las empresas siderúrgicas, de transporte y otras empresas que utilizan carbón vegetal, leña u otras materias primas forestales, a implantar áreas de bosques propios para la explotación racional. Sin embargo, el cumplimiento de este artículo aún está muy lejos de lo deseable 181 . Uno de los principales puntos de divergencia relacionados a este tema se refiere al tipo de bosque a ser implantado: bosques diversificados con especies nativas o monocultivos con especies arbóreas exóticas. A la vez que empresas tienden a implantar monocultivos arbóreos con especies exóticas de crecimiento rápido, grupos locales ligados a movimientos sociales y entidades de representación de la sociedad civil se posicionan en contra. La falta de conocimiento sobre el comportamiento de especies nativas es alegada por las empresas como uno de los principales limitantes para la utilización de las mismas para la recomposición del bosque en áreas degradadas. Tales cuestiones están en el centro del debate sobre la viabilidad de una siderurgia a base de carbón vegetal en la Amazonía. Diversas iniciativas gubernamentales y empresariales (Distrito Forestal, Zoneamiento Económico Ecológico, Fondo Forestal de Carajás) han sido esbozadas en los últimos años para enfrentar el problema del 179 Información obtenida en la oficina regional de IBAMA en Marabá. 180 Todo carbón vegetal provisto a la industria siderúrgica o a otra finalidad, sin la debida documentación legal, deja de ser tributado, generándole, por lo tanto, perjuicio fiscal al estado. 181 Los problemas ambientales relacionados a la explotación forestal en el país, y especialmente en la Amazonía, no son resultado de la falta de leyes, sino de la falta de aplicación de las mismas. Actualmente, 98 leyes, decretos, órdenes ministeriales y resoluciones tratan del tema (CGEE, 2009, p.18).

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Uso del carbón vegetal como fuente de energía para el Parque Siderúrgico de Carajás: controversias ambientales,

sociales y económicas William Santos de Assis

Marcelo Domingos Sampaio Carneiro

1. Introducción

La provisión de carbón vegetal para el Polo Siderúrgico de Carajás se ha transformado en una de las cuestiones ambientales más preocupantes de la actualidad en los estados de Pará y Maranhão. Con un parque siderúrgico en franco crecimiento, los dos estados no disponen de mecanismos eficaces de control de la producción y del transporte del carbón vegetal, componente que integra el proceso productivo de esas industrias.

Los datos estimados de producción de arrabio a carbón vegetal muestran claramente el potencial de devastación de esta actividad, caso medidas mitigadoras serias y funcionales no sean establecidas por el poder público. La fragilidad de los mecanismos de control posibilitó la creación de una red de favorecimiento para la producción y el transporte ilegal del producto en la región, difícil de ser combatida. Entre los años 2006 y 2009, la oficina regional del Instituto Brasileño del Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (IBAMA) em Marabá capturó aproximadamente 196.630 m³ de carbón ilegal en 31 municipios de su jurisdicción179.

Aún no se sabe ciertamente la real contribución de la producción de carbón para la deforestación de la región, pero se puede imaginar la dimensión del problema por el hecho de que sólo en la región de Marabá, en Pará, existen más de 480 proyectos de asentamiento. A pesar de la existencia de algunos grandes productores de carbón, gran parte de esta producción se origina en pequeñas propiedades distribuidas en toda la región, lo que dificulta la fiscalización y el control de la producción y el transporte. Es probable que solamente una pequeña cantidad producida en estas propiedades esté siendo incorporada a las pocas carbonerías con licencia de funcionamiento. Existe, por lo tanto, un doble perjuicio: uno ambiental y otro fiscal180.

El Artículo 21 del Código Forestal obliga a todas las empresas siderúrgicas, de transporte y otras empresas que utilizan carbón vegetal, leña u otras materias primas forestales, a implantar áreas de bosques propios para la explotación racional. Sin embargo, el cumplimiento de este artículo aún está muy lejos de lo deseable181. Uno de los principales puntos de divergencia relacionados a este tema se refiere al tipo de bosque a ser implantado: bosques diversificados con especies nativas o monocultivos con especies arbóreas exóticas. A la vez que empresas tienden a implantar monocultivos arbóreos con especies exóticas de crecimiento rápido, grupos locales ligados a movimientos sociales y entidades de representación de la sociedad civil se posicionan en contra. La falta de conocimiento sobre el comportamiento de especies nativas es alegada por las empresas como uno de los principales limitantes para la utilización de las mismas para la recomposición del bosque en áreas degradadas.

Tales cuestiones están en el centro del debate sobre la viabilidad de una siderurgia a base de carbón vegetal en la Amazonía. Diversas iniciativas gubernamentales y empresariales (Distrito Forestal, Zoneamiento Económico Ecológico, Fondo Forestal de Carajás) han sido esbozadas en los últimos años para enfrentar el problema del

179 Información obtenida en la oficina regional de IBAMA en Marabá. 180 Todo carbón vegetal provisto a la industria siderúrgica o a otra finalidad, sin la debida documentación legal, deja de ser tributado, generándole, por lo tanto, perjuicio fiscal al estado. 181 Los problemas ambientales relacionados a la explotación forestal en el país, y especialmente en la Amazonía, no son resultado de la falta de leyes, sino de la falta de aplicación de las mismas. Actualmente, 98 leyes, decretos, órdenes ministeriales y resoluciones tratan del tema (CGEE, 2009, p.18).

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insumo energético a ser utilizado por empresas de arrabio. Sin embargo, todas estas iniciativas están llenas de polémicas y generan debates que involucran diferentes segmentos sociales.

Este capítulo aborda los principales elementos relacionados a la eventual promoción de una actividad siderúrgica funcionando en los marcos de la legalidad social y ambiental vigentes. Se busca destacar las diferentes iniciativas de provisión de carbón vegetal que vienen siendo adoptadas por las siderúrgicas del Polo Carajás, así como las críticas dirigidas a tales iniciativas. Por lo tanto, el texto está organizado en cinco partes. Luego de esta introducción, la primera parte trata de la evolución de la producción de arrabio y carbón vegetal en la región de Carajás. La segunda parte discute la evolución de la demanda y el proceso de diversificación de las fuentes de provisión de materia prima para la producción de carbón vegetal. La tercera parte analiza los impactos sociales y ambientales de las actividades vinculadas a la cadena de producción del carbón vegetal en Pará y Maranhão. La cuarta parte analiza las estrategias empresariales, así como acciones gubernamentales orientadas para la producción de carbón vegetal. La discusión concluye con la síntesis de aspectos relevantes relacionados a las perspectivas futuras de la actividad.

2. Evolución de la producción de arrabio y de la producción de carbón para fines industriales en la región de Carajás

La producción de carbón vegetal en gran escala, para fines industriales, es relativamente reciente en la Amazonía Oriental. Su implantación resulta del Programa Grande Carajás y de estímulos del gobierno federal y de los estados de Pará y Maranhão para la implantación de unidades de producción de arrabio a lo largo de la Carretera de Hierro Carajás (Estrada de Ferro Carajás, en portugués) (CARNEIRO, 1989). Con un inicio tímido (en 1990 representaba menos de 5% del total nacional) la producción de arrabio de Carajás viene aumentando progresivamente su participación en el conjunto de la producción siderúrgica a carbón vegetal en Brasil, respondiendo en el 2006 por cerca de un tercio del total producido (Gráfico 1).

Gráfico 1: Evolución de la producción de arrabio a carbón vegetal (Brasil y Región de Carajás) Fuente: SINDIFER. Sistematizado por los autores.

El establecimiento de la producción de arrabio en la región de Carajás182 se inicia con el desplazamiento de grupos siderúrgicos del estado de Minas Gerais (Itaminas, Ferroeste), así como también por la conversión de 182 Cuando nos referimos a la región de Carajás, estamos considerando el área correspondiente al foco de actuación del Programa Gran Carajás, cuyos mecanismos de incentivos fiscales y de exenciones de impuestos fueron fundamentales para la atracción de los emprendimientos siderúrgicos aquí focalizados. (Carneiro, 1989).

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empresas del sector de la construcción civil (Constructora Brasil, Rodominas) que, aprovechando los incentivos y exenciones fiscales ofrecidos por el gobierno federal, pasan a producir arrabio (CARNEIRO, 1989).

Implantadas a partir de 1988 (inicialmente por medio de la Viena Siderúrgica, de la Compañía Vale do Pindaré, de la Cia. Siderúrgica de Pará y de la Siderúrgica Marabá), actualmente son 18 las usinas de arrabio en funcionamiento en la región del Programa. Diez usinas están localizadas en el municipio de Marabá (PA), cinco en Açailândia (MA), y las demás en los municipios de Bacabeira (MA), Pindaré-Mirim (MA) y Barcarena (PA) (Cuadro1).

Cuadro 1: Perfil de las empresas siderúrgicas del Programa Gran Carajás

Nombre de la Empresa Localización Inicio de la Operación

Cantidad de Hornos

Viena Siderúrgica do Maranhão S/A Açailândia/MA 1988 5 Cia. Vale do Pindaré S/A Açailândia/MA 1988 3 Maranhão Gusa S/A Bacabeira/MA 1990 2 Cia. Siderúrgica do Maranhão S/A Pindaré-Mirim/MA 1991 2 Siderúrgica do Maranhão S/A Açailândia/MA 1993 2 Gusa Nordeste S/A Açailândia/MA 1993 3 Ferro Gusa do Maranhão Ltda Açailândia/MA 1996 2 Cia Siderúrgica do Pará S/A Marabá/PA 1988 4 Siderúrgica Marabá S/A (atual Sinobrás) Marabá/PA 1988 2 Usina Siderúrgica de Marabá Marabá/PA 2002 3 Siderúrgica Ibérica Pará S/A Marabá/PA 2002 3 Terra Norte Metais Ltda (atual Cikel Siderúrgica) Marabá/PA 2003 2 Siderúrgica do Pará S/A (Sidepar) Marabá/PA 2005 2 Ferro Gusa Carajás S/A Marabá/PA 2005 2 Sidenorte Siderurgia Ltda. Marabá/PA 2006 1 Marabá Gusa Siderúrgica Ltda. Marabá/PA 2007 1 Da Terra Siderúrgica Ltda. Marabá/PA 2007 2 Usina Siderúrgica do Pará S/A Barcarena/PA 2007 2 Fuentes: Instituto Observatorio Social (2006), Carneiro (1989), Paula Andrade (1995) El crecimiento de la producción de arrabio de la región de Carajás resulta de una conjugación de factores que incluye la ampliación de la capacidad instalada de algunos grupos pioneros (Cosipar, Viena Siderúrgica, Queiroz Galvão), la entrada de grupos siderúrgicos de mayor porte (Gerdau, Aço Cearense), de una trading que pasa a producir el arrabio antes importado (Promotora Vascoasturiana) y de grupos empresariales locales (Grupo Revemar, Grupo Leolar, etc.).

Otro aspecto que impulsó la ampliación del parque de arrabio fue la elevación de los precios del mismo en el mercado mundial. En los años 1990, una tonelada de arrabio oriunda de las siderúrgicas de Carajás era vendida a US$ 99 – 110 (CARNEIRO, 1989); a lo largo de la década siguiente obtuvo un precio promedio de US$ 170 (MONTEIRO, 2006), alcanzado en el 2008 el precio promedio de US$ 445.60183. Como el proceso para la producción de arrabio adoptado por tales empresas está basado en la utilización del carbón vegetal como insumo energético184, la producción de carbón se tornó una de las principales, sino la más importante, actividad

183 Llegamos al valor de 2008 a través de la división del valor de la exportación por la cantidad exportada, de acuerdo a los datos de la Secretaría del Comercio Exterior (SECEX). Vale decir que este precio declinó bastante en el 2009, debido a la crisis económica y a la retracción de las compras por el mercado norteamericano (CARNEIRO; RAMALHO, 2009). 184 Excepto la fabricación de acero realizada por la empresa Sinobrás, que en 2006 adquirió la unidad de producción de arrabio de la empresa Simara en Marabá. Para tal producción, Sinobrás utiliza como materia prima un mix de chatarra (80%) y arrabio (20%), con una matriz energética que tiene a la electricidad, y no al carbón vegetal, como su principal insumo.

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económica de la región. En el lenguaje de la economía del desarrollo, la industria del arrabio creó un eslabonamiento progresivo "backward linkage" (HIRSCHMAN, 1986).

Al inicio de la implantación de las siderúrgicas en Açailândia y Marabá, la producción de carbón vegetal se originaba básicamente de residuos de serrarías y de la extracción de bosque nativo. Los proveedores de carbón de serrería para las empresas de arrabio de Açailândia estaban localizadas en los municipios de Paragominas, Dom Eliseu, Ulianópolis y Rondon do Pará, en el estado de Pará; y en Amarante de Maranhão, João Lisboa, Santa Luzia (particularmente en Buriticupu), Grajaú, Imperatriz, y el proprio parque maderero del municipio de Açailândia, mientras que el carbón del bosque nativo provenía de estos y de otros municipios situados en la meso-región del oeste de Maranhão (CARNEIRO, 1995, p.112). En el caso de Marabá ocurría una situación semejante, como mostró Monteiro (1993), al examinar la lista de proveedores de la Compañía Siderúrgica de Pará:

“… de los 756 proveedores que en 1991 le vendieron carbón a Cosipar, 341 utilizaban residuos de serrerías y los 415 restantes utilizaban residuos de fincas. Los 341 proveedores de carbón a base de residuos de serrarías correspondían a 45% del número de proveedores y (…) correspondían a 57,6% de la demanda de la empresa. En 1990 los proveedores de carbón de serrería correspondían a 44,8% y producían 67,7% del carbón consumido por Cosipar”. (op. cit., p. 14)

Actualmente, a pesar de la devastación de los bosques primarios, existe un gran potencial de provisión de residuos de serrerías para la producción de carbón en la región de Marabá. El Gráfico 2 muestra que en apenas nueve municipios del entorno de Marabá aún están en funcionamiento 216 empresas de explotación maderera. Según la Comisión de Gestión y Estudios Estratégicos (CGEE, 2009), el potencial de producción de madera en trozos de esos nueve municipios es de 2.559.701 m³. A pesar de difícil comprovación por parte de los órganos de control, las informaciones del gráfico demuestran qué parcela importante del carbón que abastece el parque industrial es oriunda de residuos de serrería.

Gráfico 2: Número de empresas potencialmente proveedoras de residuos para la producción de carbón en el entorno del polo siderúrgico de Marabá

Fuente: CGEE, 2009. Sistematizado por los autores

3. Evolución de la demanda y diversificación de las fuentes de carbón vegetal

La expansión de la producción siderúrgica regional generó una fuerte demanda por carbón vegetal. El Cuadro 2 estima las cantidades mínima y máxima de carbón vegetal consumidas por las usinas siderúrgicas en los

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estados de Pará y Maranhão, considerando dos factores de conversión de la cantidad de carbón (en metros cúbicos) requerida para la producción de arrabio (en toneladas), respectivamente adoptados por IBAMA (máximo) y por las siderúrgicas de Maranhão (mínimo) 185.

Vale destacar que además de la expansión cuantitativa del consumo de carbón vegetal, se verifica también, a partir de la segunda mitad de los años 1990, una diversificación de las fuentes del carbón vegetal consumido por las empresas de arrabio. Mientras que las fuentes iniciales de abastecimiento eran el carbón de residuos de serrarías y de la apertura del bosque nativo, en este nuevo momento ocurre, aunque de forma secundaria, el uso del carbón producido a partir de la quema del coco babasú, de la leña producida en plantíos forestales industriales (reforestación) y de residuos de proyectos de manejo forestal.

Cuadro 2: Producción de arrabio y consumo estimado de carbón vegetal (1990 a 2008)

Año

Producción de arrabio (en Toneladas)

Estimativa del Carbón Vegetal Consumido (en m³)

Mínimo Máximo 1990 383.683 705.976,72 844.102,60 1991 241.966 445.217,44 532.325,20 1992 347.004 638.487,36 763.408,80 1993 398.354 732.971,36 876.378,80 1994 623.083 1.146.472,72 1.370.782,60 1995 632.216 1.163.277,44 1.390.875,20 1996 694.194 1.277.316,96 1.527.226,80 1997 942.632 1.734.442,88 2.073.790,40 1998 1.218.483 2.242.008,72 2.680.662,60 1999 1.390.543 2.558.599,12 3.059.194,60 2000 1.652.000 3.039.680,00 3.634.400,00 2001 2.021.500 3.719.560,00 4.447.300,00 2002 2.245.000 4.130.800,00 4.939.000,00 2003 2.364.500 4.350.680,00 5.201.900,00 2004 3.102.750 5.709.060,00 6.826.050,00 2005 3.228.287 5.940.048,08 7.102.231,40 2006 3.452.400 6.352.416,00 7.595.280,00 2007 3.599.315 6.622.739,60 7.918.493,00 2008 3.532.259 6.499.356,56 7.770.969,80

Fuentes: SECEX/MDIC e IBAMA (2005)

El Gráfico 3 muestra la diversificación de las fuentes de abastecimiento de las empresas de arrabio. El gráfico debe ser interpretado con cuidado, pues los valores presentados corresponden a las informaciones declaradas por las empresas al IBAMA durante una operación de fiscalización. En esta inspección, el equipo del órgano

185 El valor máximo utiliza el factor de corrección adoptado por IBAMA, que establece que para la producción de una tonelada de carbón son necesarios 2,2 m³ de carbón vegetal. El valor mínimo tiene como base el factor indicado por las empresas siderúrgicas de Maranhão, que relacionan 1,84 m³ de carbón para la producción de una tonelada de arrabio (IBAMA, 2005).

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ambiental federal constató “fuertes indicios de que las Autorizaciones de Transporte de Productos Forestales (ATPFs) utilizadas para el transporte de carbón proveniente de residuos de serrerías estaban siendo utilizadas para encubrir el transporte de carbón proveniente de deforestación ilegal” (IBAMA, 2005, p.66). Es decir, todo indica que la principal fuente de abastecimiento de las empresas de arrabio en Maranhão y en Pará continuaba siendo la tala de bosques, principalmente en este último estado. Aún así, más allá de las imprecisiones que estas informaciones puedan contener, se destaca el crecimiento de la participación de otras fuentes de carbón vegetal (coco babasú, reforestación y manejo) en la producción de arrabio.

Los datos presentados, informaciones de diarios y entrevistas realizadas a directores de empresas siderúrgicas en 2008 y 2009, confirman el crecimiento de la participación de estras otras fuentes, incluyendo también del carbón proveniente de procesos de sinterización, es decir, del aprovechamiento del polvo del carbón, de la parte no aprovechada cuando el carbón vegetal llega a la usina y sufre el proceso de cernido, produciendo el denominado molido de carbón.

Sólo una empresa es autosuficiente en la producción de carbón a partir de reforestación: Ferro Gusa Carajás186, que a pesar de estar localizada en Marabá, posee su base forestal en el estado de Maranhão. En los demás casos, se verifica un esfuerzo en la adquisición de tierras y en la inversión en el plantío con especies del género Eucaliptus. Este movimiento es más fuerte en el estado de Maranhão, cuyas empresas Viena Siderúrgica, Margusa, Gusa Nordeste y el grupo Queiroz Galvão (proprietario de la Cia. Vale do Pindaré, de Cosima e de Simasa) vienen aumentando su área plantada187.

Gráfico 3: Participación porcentual de las fuentes de carbón vegetal declarada por las empresas de arrabio localizadas en los estados de Pará y Maranhão (2000 a 2004).

Fuente: Ibama (2005). Sistematizado por los autores.

186 Esa autosuficiencia está relacionada al hecho de que la Ferro Gusa Carajás – empresa formada de una asociación entre la Cia. Vale do Rio Doce y la Nucor Corporation – “heredó” los activos forestales implantados originalmente para la producción de celulosa, del Proyecto Celmar, un emprendimiento anunciado en los años 1990, que nunca se concretó.

11 La empresa Fergumar anuncia en su página en internet que posee un área total de 8 mil hectáreas plantadas con especies forestales. A pesar de anunciar que está invirtiendo en la formación de su base forestal, esta empresa es la que presenta menor capacidad para enfrentar las inversiones necesarias para la adquisición de tierras e implantación de los plantíos de eucalipto.

Babasú Reforestación Serrería Deforestación Residuos (Manejo)

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Informaciones recogidas para el año 2007 indican que el Grupo Queiroz Galvão (tres empresas) poseía 31 mil hectáreas de bosques plantados188, mientras que Viena Siderúrgica tendría 15.164 hectáreas implantadas con eucalipto189. La empresa Gusa Nordeste anunció para 2010 su autosuficiencia en la producción de carbón de “bosques plantados” (35 mil hectáreas de eucalipto), pero, hasta fines de 2009 solamente había adquirido 30 mil hectáreas en los municipios de Barra do Corda y Grajaú (Maranhão)190. La empresa Margusa, que pertencía al grupo Gerdau, buscaba licenciar un área de 71.500 hectáreas, con la previsión de plantío de 36 mil hectáreas de eucalipto para su provisión de carbón. En julio de 2008 la empresa fue adquirida por el Grupo Siderúrgico Calsete, que no reveló si mantendrá el proyecto de licenciamiento citado arriba191.

La inversión en carbón oriundo de reforestación puede ser verificada en el Gráfico 4, en el que se compara, a partir de datos del Instituto Brasileño de Geografía e Estadística (IBGE), la evolución de la producción de carbón vegetal oriundo del bosque nativo (extracción vegetal) con el originario de reforestación (silvicultura).

Gráfico 4: Evolución de la cantidad de carbón oriunda de la extracción vegetal y de la silvicultura – Maranhão (1990 a 2008)

Fuente: Producción de la Extracción Vegetal y de la Silvicultura (SIDRA/IBGE). Sistematizado por los autores

A partir del inicio del presente siglo ocurre un crecimiento continuo del carbón oriundo de plantaciones forestales. Considerando los años en que esa fuente adquiere mayor importancia (2005 a 2008), se verifica que ha representado de 33 al 70% de la producción del carbón de bosque nativo del estado de Maranhão, lo que confirma el informe de inspección del IBAMA (2005) de que las empresas siderúrgicas localizadas en Maranhão están en mejor situación respecto a la meta de alcanzar la autosuficiencia en la provisión de carbón.

Sin embargo, se debe resaltar que el volumen de carbón extraído del bosque nativo presentado en el Gráfico 4 no es un buen indicador para medir el total del carbón de esta fuente consumido por las siderúrgicas localizadas

188 Rumo à auto-suficiência, Revista Queiroz Galvão 360°, Año I, n. 2, Enero/Feb/Mar 2007, p. 28. 189 Entrevista con responsable del departamento forestal de la empresa. 190 Según datos recogidos en la Secretaría Estatal del Medio Ambiente, la Gusa Nordeste tenía cinco fincas, en un total de 27 mil hectáreas, localizadas en el municipio de Barra do Corda (Sousa, 2009). 191 Como la empresa Suzano de Papel y Celulosa anunció la realización de inversiones para la implantación de dos fábricas de producción de celulosa en los estados de Maranhão y Piauí, es probable que la base forestal que le había arrendado a Margusa (cuando esta empresa pertenecía al grupo Gerdau) sea recuperada para viabilizar la producción de eucalipto para la producción de celulosa.

Carbón de la extracción vegetal Carbón de la silvicultura

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en Maranhão, pues parte importante de este consumo es oriunda del estado de Pará y, en menor medida, de los estados de Piauí y de Tocantins.

En el episodio del año 2005 que es conocido como la “guerra del carbón”, provocado por el aumento de la alícuota del Impuesto sobre Circulación de Mercaderías y Servicios (ICMS) cobrado por el estado de Pará sobre el transporte inter-estatal de carbón vegetal, resultó evidente esta dependencia del carbón de la serrería y bosque nativo del estado vecino, como lo demuestra la nota del Boletín de la Federación de las Industrias del Estado de Maranhão (FIEMA):

“El problema al que se refiere el alcalde (de Açailândia) inició el 6 de mayo, cuando el gobierno del estado de Pará emitió la orden ministerial n° 156, de la Secretaría Estatal de la Hacienda, aumentando la alícuota del ICMS en 1.000% sobre las operaciones entre diferentes estados. Con la medida, las siderúrgicas de Maranhão fueron obligadas a comprar por 550 reales el metro cúbico de carbón vegetal, vendido anteriormente por 55 reales, (…). Es decir, la industria de arrabio de Maranhão sería inviabilizada, ya que, de los 27.000 m³ de carbón vegetal consumidos diariamente por los altos hornos de Açailândia, 90% son comprados en la región de Paragominas (…)”.(A crise do carvão. Maranhão Industrial. Boletim da FIEMA, Mai/Jun. 2005, p.13).

A pesar de poseer un número más elevado de siderúrgicas, el plantío de eucalipto para la producción de carbón vegetal es menor en empresas localizadas en el estado de Pará. Según informaciones del Boletín del Sindicato de las Industrias de Arrabio del Estado de Pará (Sindiferpa192), en el año 2007 las empresas de arrabio de Marabá poseían 60 mil hectáreas plantadas con eucalipto, de las cuales 40 mil hectáreas estaban localizadas en el estado de Tocantins193. Comparando el Gráfico 5 (situación en Pará) con el anterior (situación en Maranhão) se percibe que la producción de carbón oriunda de la silvicultura es inexpresiva. En diciembre de 2009, Sindiferpa afirmó que existían 13.031 hectáreas de bosques plantados en Pará, de las cuales 10 mil son de siderúrgicas paraenses y 3 mil de su congénere de Maranhão194.

De acuerdo con esta información, la inversión realizada por las empresas de arrabio de Pará en plantaciones forestales ha ocurrido principalmente en el estado de Tocantins, debido al límite fijado por la legislación ambiental respecto al área de reserva legal. Como explicó, en una entrevista al diario Valor Económico, el ex presidente de Sindiferpa:

“ (...) Afonso Albuquerque, afirma que las industrias requieren reforestar y adecuarse a las normas ambientales para invertir. Pero reclama que la reserva legal de preservación forestal del 80% estipulada por el gobierno federal para todo Pará – para cada 100 hectáreas cosechadas, 80% tienen que ser preservadas – contra las 50% anteriores, torna muy complicado invertir en reforestación para producir carbón. Además, según él, hay problemas en la tenencia legal de la tierra que dificultan la adquisición de áreas para plantío”( Carvão é solução e dor de cabeça no Sudeste do Estado. Valor Econômico, 23/06/2006, p.B4).

Para viabilizar la expansión de los proyectos de reforestación, las empresas cuentan con dos tipos de financiamiento: el Fondo Forestal de Carajás y el acceso a líneas de crédito oficiales, como es el caso, por ejemplo, del Fondo Constitucional del Nordeste (FNE) – Verde operado por el Banco do Nordeste Brasileiro (BNB) y del Programa de Plantio Comercial y Recuperación de Bosques – PROPFLORA195, línea de crédito del Banco Nacional do Desenvolvimento Econômico e Social (BNDES).

192 NdT: sigla en portugués 193 Cf. nota “Novas tecnologias na produção de carvão vegetal”, Polo Sustentável, Informativo do Sindicato das Indústrias de Ferro-Gusa do estado do Pará. Ano 1, n.2, Nov/dez.2007, p.8 194 Jornal Correio do Tocantins, 14 de dezembro de 2009. 195 NdT: sigla en portugués

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Gráfico 5: Evolución de la cantidad de carbón oriunda de la extracción vegetal y de la silvicultura – Pará (1990 – 2008)

Fuente: Producción de la Extracción Vegetal y de la Silvicultura (SIDRA/IBGE). Sistematizado por los autores

El Fondo Forestal Carajás (FFC), fue lanzado en el 2007 en las capitales de los estados de Maranhão y Pará. Articulado por la Asociación de las Industrias Siderúrgicas de Carajás (ASICA), el fondo fue creado con la participación inicial de las empresas de Maranhão: Cosima - Siderúrgica do Maranhão, Fergumar - Ferro Gusa do Maranhão Ltda., Gusa Nordeste S.A., Companhia Siderúrgica Vale do Pindaré, Simasa - Siderúrgica do Maranhão S.A, e Viena Siderúrgica S.A.; y las del estado de Pará: Companhia Siderúrgica do Pará - Cosipar, Siderúrgica Ibérica S.A., Sidepar Siderúrgica do Pará S.A., Simara - Siderúrgica Marabá S.A., Terra Norte Metais Ltda. El FFC fue registrado en la Comisión de Valores Mobiliarios (CVM), con el Banco Itaú como custodio y el Oliveira Trust DTVM como administrador. El FFC es administrado por un Comité de Fiscalización, compuesto por cinco miembros representantes de las empresas asociadas. Todas las empresas fundadoras se comprometen a aplicar US$ 3 por tonelada de arrabio exportada para las actividades del FFC. Además, los proyectos de reforestación también serán de responsabilidad de las empresas, que tendrán los recursos autorizados por los inversores luego de ser comprobado el cumplimiento del proyecto196, aprobado por el Comité de Fiscalización del FFC. Al momento de su lanzamiento, el FFC ya contaba con un capital de cerca de R$ 6 millones y estimaba para los próximos años un área reforestada en torno de 250 mil hectáreas en Pará, Maranhão y Tocantins. Un balance realizado a fines de 2007 contabilizaba un total aplicado en torno a los R$ 17 millones por cuatro empresas de Pará y seis de Maranhão (Compromisso com o reflorestamento. Polo Sustentável, Ano 1, n° 4 , 2008, p.5).

Otra materia prima que ha ganado importancia en la producción del carbón consumido por las empresas de arrabio es el coco de babasú. La presencia del coco de babasú como fuente de carbón es mayor en el estado de Maranhão, debido a la gran población de esta palmera en la vegetación del estado y a la estructura de

196 Según el sitio institucional del FFC, los primeros proyectos implantados bajo la gestión del FFC están localizados en Pará (Paragominas y Ulianópolis, Nova Ipixuna) en Maranhão (Açailândia, Barra do Corda, Bom Jesus das Selvas) y Tocantins (Wanderlândia, Darcinópolis, São Bento do Tocantins). Los recursos complementares para los plantíos realizados se originaron de recursos propios de las empresas y de financiamientos de los organismos de fomento regionales. La misma fuente afirma que en el 2008 fueron reforestadas 150 mil hectáreas en su área de actuación.

Carbón de la extracción vegetal Carbón de la silvicultura

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comercialización preexistente, que favorece la adquisición del mismo en grandes cantidades por parte de las empresas de arrabio. Sin embargo, en el caso del estado de Maranhão, el consumo de carbón vegetal oriundo del coco de babasú se concentra en dos empresas – Cosima e Margusa – que juntas responden por cerca del 80% del carbón consumido declarado en los cinco años de fiscalización llevada a cabo por el IBAMA197.

Esta creciente utilización del consumo del coco de babasú por parte de la industria de arrabio ha provocado reacciones por parte de segmentos económicos que tradicionalmente usan esta almendra en procesos de producción de jabón y aceite en el estado de Maranhão: el Movimento Interestadual das Quebradeiras de Coco Babaçu (MIQCB) y el Sindicato das Indústrias de Óleos Vegetais do Estado do Maranhão (Sindóleo). A pesar de la negación del Sindicato das Indústrias de Ferro Gusa do Estado do Maranhão (SIFEMA), representante de las empresas de arrabio en el estado de Maranhão, un representante de la principal industria de aceite del estado confirmó la importancia de la competencia de las empresas de arrabio en el mercado de compras de almendra de babasú.

“Luis Carlos Peixoto cuenta que la quemada del babasú entero para la producción del carbón comenzó hace cuatro años, con la instalación de la Siderúrgica Cosima en la región de Pindaré, y que la situación se ha agravado desde entonces. ‘Antes los proveedores de carbón compraban la cáscara de babasú para ser quemada. Con el aumento de la demanda, están estimulando a los recolectores a hacer carbón del fruto entero. Inclusive están cediendo tambores de lata para facilitar las quemadas’. Denuncia” (Queima do babaçu prejudica Oleama. O Estado do Maranhão, 30/09/2007, p. 14 – Economia).

En Pará, sólo dos empresas le declararon al IBAMA el uso de carbón proveniente del coco de babasú: Cosipar, la mayor consumidora de carbón (37,2% del total consumido por las siderúrgicas del estado de Pará) y la siderúrgica Ibérica, cuyo consumo entre 200-2004 correspondió a 3,72% del total del carbón vegetal utilizado. En el caso del aprovechamiento de residuos oriundos de la actividad de manejo forestal ocurre uma situación inversa, con la mayor parte de ese tipo de fuente de carbón siendo declarada por las empresas de arrabio instaladas en el estado de Pará. Sin embargo, debe ser resaltado que los residuos citados en el informe de IBAMA (2005) se refieren también a la madera recolectada como residuos de la actividad agrícola, no siendo posible distinguir por los datos del informe lo que proviene de una u otra actividad.

Habiendo hecho esta advertencia, se mencionan las informaciones recolectadas con empresarios del sector siderúrgico de Pará, que destacaron el residuo del manejo forestal como un insumo importante para la producción de carbón vegetal. Según estas declaraciones, empresas198 como Maragusa y Da Terra vienen comprando residuos de la explotación forestal realizada por la empresa Cikel Brasil Verde Ltda. en la hacienda Rio Capim. Tal información fue confirmada en consulta al informe de certificación forestal de la unidad de manejo de Cikel:

“Cikel Brasil Verde Madeiras Ltda. viene utilizando residuos industriales para la producción de carbón vegetal para la siderurgia. Pretende, a partir de 2006/2007, establecer un sistema de producción operacional de carbón vegetal a partir de residuos de la explotación forestal (…). De acuerdo con los resultados obtenidos para cada m³ de tronco de madera retirado del bosque, resultan 4 m.st de residuos”(Scientific Certification Systems, 2009, p.16).

Considerando que la hacienda Rio Capim produce anualmente 70 mil m³ de madera en troncos, habría una disponibilidad de 196 mil m³ de residuos para la producción de carbón vegetal199. Si contamos el volumen de madera autorizada para la explotación por manejo forestal en el estado de Pará en el año 2004 (5.623.100 m³) 197 Según Figueiredo (2008, p.72) las dos empresas que usaron primero el carbón de coco babasú en la fabricación de arrabio fueron Cosima y Fergumar. La empresa Cosima viene desarrollando investigaciones para la utilización del carbón de babasú desde 1994, mientras que Fergumar inició su proyecto de utilización de babasú como insumo a partir del año 2000. 198 Otra empresa que informó utilizar residuo de manejo para la producción de carbón fue Siderúrgica Ibérica. 199 Considerando la relación de 1 estéreo para 0,7 metros cúbicos.

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(LENTINI et al., 2005, p.83), el potencial de residuos para la producción de carbón sería de 15,700 millones de m³.

No obstante, no es posible afirmar con seguridad el origen de esa leña proveniente del manejo forestal. Al momento de la elaboración de este texto, el IBAMA ha divulgado en la prensa local de Marabá que ha identificado y levantado actas contra 150 empresas fantasmas de comercialización de madera y otros productos forestales actuando en el estado. Dice la nota…

“Las empresas pilladas en flagrante por el IBAMA daban informaciones falsas sobre los planes de manejo y las guías forestales para justificar la compra de madera ilegal. Las notas fiscales eran de empresas que no existían. [...] Los infractores tendrán que devolver 170 mil metros cúbicos de madera, además de carbón y leña. El total de productos forestales sería suficiente para llenar 7,5 mil camiones” (Ibama identifica 150 empresas fantasmas. Correio do Tocantins, Caderno 1, 20 a 22 de fevereiro, 2010).

Además de las fuentes de producción de carbón vegetal citadas arriba, se debe destacar que las empresas de arrabio han realizado inversiones en la producción de arrabio a partir de otros insumos energéticos. Este es el caso de la Usina Siderúrgica do Pará (USIPAR), localizada en Barcarena, que tiene su proceso productivo basado integralmente en la utilización de coque metalúrgico, así como de otras empresas localizadas en Marabá y Açailândia, que, en determinadas circunstancias importan coque metalúrgico200.

Otra posibilidad destacada por Sindiferpa es el reemplazo de parte del carbón vegetal por gas natural, aprovechando una iniciativa del gobierno del estado de Pará201 que pretende importar gas natural de Venezuela para dos termoeléctricas que serían instaladas en Marabá y Barcarena. Según un estudio solicitado por Sindiferpa “40 millones de m³ de gas natural por año” permitirían la reducción en el consumo de carbón vegetal en el orden de 500 m³/año202.

En el diagrama abajo (Figura 1) presentamos una visión de las diferentes posibilidades de provisión de carbón vegetal a partir de las diferentes fuentes de material leñoso (reforestación, manejo, bosque nativo) o del coco babasú. En el mismo podemos verificar la existencia de dos esquemas básicos de abastecimiento: empresa/empresa y con la intermediación de empresarios del carbón.

En el primer caso corresponde al carbón producido a partir de madera de reforestación o de manejo forestal. La empresa invierte en la formación de su activo forestal (caso de la empresa Ferro-Gusa Carajás), o compra la madera de otra empresa forestal, que posee área con reforestación o con un plan de manejo forestal sostenible (PMFS). En este tipo de arreglo productivo las empresas siderúrgicas negocian directamente con otras empresas forestales, como ha sido el caso del carbón del residuo de las operaciones de manejo forestal provisto por Cikel Brasil Verde para Maragusa y Daterra203. En esta situación, la producción de carbón es realizada por la propia empresa siderúrgica o la misma puede terciarizar esta actividad.

200 Como el coque metalúrgico es importado, lo que pesa en esta elección es la evolución del precio de este commodity frente a frente con el precio del arrabio, así como el comportamiento de la tasa de cambio. 201 Cf. nota “Pará e Venezuela analisam viabilidade técnica para o comércio de gás”, publicada en la página de la Secretaria Estadual de Desenvolvimento, Ciência e Tecnologia. Monteiro (2006) destaca otra possibilidad para esa provisión de gas natural, sugiriendo la extensión del gasoducto del nordeste de São Luis/MA para Imperatriz/MA. 202 Cf. nota “Novo passo rumo a sustentabilidade”, Polo Sustentável, Informativo do Sindicato das Indústrias de Ferro-Gusa do estado do Pará. Ano 1, n.6, Jul/Ago.2008, p.4. 203 Con la adquisición de su propia siderúrgica, el grupo Cikel debe orientar su producción de residuos del manejo forestal maderero para el propio abastecimiento y vender lo restante para otras empresas.

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En la segunda situación, que corresponde al carbón oriundo de asentamientos, fincas204 y serrerías, el abastecimiento es realizado a través de uno o más intermediarios (empresarios del carbón) que, conforme las características de la actividad carbonera en cuestión, organizan todo el proceso productivo. Así, en el caso de los asentamientos, debe(n) establecer un contrato con los asentados, obtener la autorización de deforestación en el órgano ambiental competente, realizar la actividad de carbonización (generalmente con baterías de hornos en el mismo asentamiento) y de comercialización con las siderúrgicas.

Figura 1: Diagrama simplificado de la cadena de producción de carbón vegetal en el Polo Carajás.

204 En las fincas, el carbón puede provenir tanto de los residuos oriundos de la apertura de bosque nativo como del coco babasú que pasa a ser vendido para trabajadores rurales, también designados como recolectores de coco babasú (Figueiredo, 2008).

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4. Repercusiones sociales y ambientales de las actividades relacionadas a la producción de carbón vegetal en los estados de Maranhão y Pará

Los problemas sociales y ambientales iniciales provocados por la implantación de la siderurgia en el estado de Maranhão fueron bien documentados en los estudios realizados por Carneiro (1995, 1997) y por Paula Andrade (1995), que analizaron las repercusiones de las actividades de producción de carbón en las meso-regiones geográficas del oeste y del este de Maranhão. En estos trabajos, los autores llaman la atención para los procesos sociales provocados (o agravados) por la actividad carbonera, como la concentración del terreno agrario, la competencia con la actividad agrícola de los campesinos y los problemas ambientales relacionados con la quema del carbón en hornos localizados en áreas urbanas.

Otro aspecto que fue objeto de estudios se refiere a la existencia de situaciones de trabajo esclavo en la producción de carbón vegetal (CARNEIRO, 1995, 2002). A partir de la firma de la “Carta-compromiso por el fin del trabajo esclavo en la producción del carbón vegetal y por la dignificación, formalización y modernización del trabajo en la cadena productiva del sector siderúrgico”, en agosto de 2004, acciones de fiscalización fueron realizadas por una entidad creada por las empresas siderúrgicas de la región de Carajás, el Instituto Carvão Cidadão (CARNEIRO, 2008a).

El trabajo del Instituto Carvão Cidadão, las campañas realizadas por ONGs (Comissão Pastoral da Terra, Centro de Defesa da Vida de Açailândia), así como la actuación del Equipo Móvil de Fiscalización del Ministerio de Trabajo, han promovido avances respecto a la disminución de los casos de trabajo esclavo en las carbonerías que abastecen las siderúrgicas de Carajás. Sin embargo, como mostró el estudio realizado por Sousa (2009) aún persisten graves situaciones de falta de respeto a las condiciones de trabajo en la producción de carbón vegetal en el estado de Maranhão.

En la región sudeste de Pará, la producción de carbón vegetal a partir de bosques primarios y secundarios inició antes del funcionamiento del primer alto horno. La primera empresa que incentivó la producción de carbón fue Cosipar, posiblemente durante el año 1996. Monteiro (1998) afirma que la primera carga de carbón entro en el patio de la siderúrgica en febrero de 1997. En esos primeros años, las carbonerías se concentraban en el trecho entre el Distrito Industrial de Marabá y la ciudad de Jacundá, siguiendo la carretera PA 150.

Según el relato de Monteiro (1998), algunas de las áreas utilizadas para la provisión de leña para las carbonerías eran de bosques primarios y de bosques explotados. Las madereras de la región ya habían extraído las especies nobles de los bosques primarios de gran parte de las fincas. La producción de carbón fue un mecanismo utilizado por los ganaderos de diferentes portes como una opción para disminuir el costo de implantación de pastos. La falta de fiscalización y la fragilidad (de estructura y de personal) de los órganos de control contribuyeron para la proliferación de carbonerías en los municipios próximos a Marabá. El estudio de Monteiro (1998) muestra que en 1989, COSIPAR recibió carbón vegetal de 832 proveedores, siendo 500 oriundos de fincas y 332 de serrerías (op. cit., p.163).

Estos números dejan claro que, en el transcurso de veinte años, la repercusión sobre la vegetación primaria y secundaria adquiere una dimensión casi imposible de calcular. Con el crecimiento del número de siderúrgicas después de la década de 1990, se puede imaginar el tamaño del impacto. Sólo a partir del inicio del siglo actual, con las modificaciones en la legislación ambiental y una fuerte presión del estado sobre las actividades que causan impacto sobre la selva amazónica, es que comienza a ocurrir un mayor control sobre la actividad de las carbonerías y la búsqueda de otras fuentes de materia prima.

La diversificación de las fuentes de abastecimiento de carbón vegetal apuntada en la sección anterior, con el fuerte aumento en el área de plantaciones de bosques energéticos y el incremento de la utilización del coco babasú por parte de las empresas siderúrgicas trajo nuevos resultados para la dinámica de tierras agrícolas regional (CARNEIRO, 2009) y para la relación de esas empresas con segmentos campesinos para los cuales el

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coco babasú es el elemento central de su economía (ARAÚJO, 2001). Las próximas secciones abordan estas cuestiones.

4.1. Problemas relacionados con la expansión de los monocultivos de eucalipto para fines energéticos

4.1.1. Agravamiento de la concentración de tierras agrícolas

Los plantíos de eucalipto asociados a la producción siderúrgica de Carajás presentan un claro impacto sobre la distribución de la propiedad de la tierra. A partir del análisis de los datos del Censo Agropecuario es posible identificar la fuerte presencia de estos monocultivos en las micro-regiones de Pindaré e de Imperatriz (Maranhão) (CARNEIRO, 2009). Estudios muestran la apropiación de vastas porciones de tierra por grupos siderúrgicos en municipios como Barra do Corda (SOUSA, 2009) o micro-regiones como Chapadinha y el Baixo Parnaíba Maranhense (CARNEIRO, 2008b).

En el caso de la micro-región de Imperatriz, la dinámica de la adquisición de tierras para la reforestación se ha confrontado con la resistencia de movimientos sociales organizados (Movimento Sindical dos Trabalhadores Rurais, Movimento de Trabalhadores Sem-Terra – MST – y Movimento pela Libertação dos Sem-Terra), provocando diversos conflictos entre empresas de arrabio y grupos de trabajadores rurales.

Como prueba de esta situación tenemos el relato de los directores de la empresa Ferro Gusa Carajás, de que en sólo cinco años ocurrieron diez ocupaciones de propiedades de la empresa, como muestra el Cuadro 3.

Cuadro 3: Nombre, área total y cantidad de veces en las que inmuebles de la empresa Ferro Gusa Carajás fueron objeto de “invasión” por parte de movimientos de trabajadores rurales

Nombre del inmueble Área Total (en hectáreas) Número de “invasiones” Fazenda Jurema 23.103 03 Fazenda Chapada Grande 3.262 03 Fazenda Santa Maria 3.774 02 Fazenda Eldorado 12.267 01 Fazenda São Bento 11.726 01 Fuente: Entrevista con directores de Ferro Gusa Carajás

Para los representantes de movimientos sociales que participan en estas ocupaciones, el crecimiento de la producción de carbón ha afectado profundamente el mercado regional de tierras. Según líderes del MST, el proceso de la reforma agraria en la “región tocantina” se encuentra inmovilizado, ya que la actuación de las empresas de arrabio estimuló el mercado de tierras, tornando más difícil la acción del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA). Argumentan que antes de la iniciativa de adquisición de tierras por parte de esas empresas, los estancieros locales mostraban poca o ninguna resistencia frente a la acción de desapropiación del órgano de la propiedad territorial federal, situación que se revirtió totalmente.

Los datos del IBGE para esa Micro-región Homogénea (MRH) muestran que en el 2006 las áreas correspondientes a bosques representaban 21% del área total de los establecimientos agropecuarios, índice apenas inferior al de las áreas ocupadas con pastos, y muy superior al área de cultivos temporários (6,9% del total) (CARNEIRO, 2009, p.29). La fuerte presencia de plantíos de eucalipto en esa región puede ser explicada por la proximidad con el polo siderúrgico de Açailandia, así como también por la presencia del área forestal del Proyecto Celmar que, en el 2003, pasó a componer el activo forestal de la empresa Ferro Gusa Carajás.

En otras regiones del estado donde el crecimiento del plantío de eucalipto en monocultivos viene ocurriendo, también se observan procesos de concentración de tierras. Es el caso de las MRH de Chapadinha y del Baixo

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Parnaíba Maranhense, donde los plantíos de eucalipto de la Comercial y Agrícola Paineiras205 compiten con la expansión de la producción de soya (CARNEIRO, 2008b), así como la MRH del Alto Mearim y Grajaú, em que se concentran los monocultivos de la empresa Gusa Nordeste (SOUSA, 2009).

El área de plantío de eucalipto en la región sudeste de Pará es inferior a la existente en Maranhão. Dos factores compiten de forma articulada para esto: el gran número de proveedores de carbón oriundos de serrerías y deforestación (incluyendo pequeños y grandes propietarios), y la legislación forestal que impone la manutención de una reserva legal en 80% del área de las propiedades.

En relación al primer factor, la existencia de 481206 proyetos de asentamiento y más de 200 serrerías en la región permiten la acción libre de los intermediarios de la cadena del carbón. Una de las formas de actuación de estos intermediarios es la que fue descripta por Pereira (2005), que identificó la estrategia de inserción en el asentamiento a través del arrendamiento del lote de un agricultor para la implantación de una batería de hornos. Una vez instalada la fábrica de carbón, el intermediario comenzó a comprar el residuo de la madera talada y quemada en terrenos para cultivo o inclusive la madera aún disponible en los lotes de los asentados.

Respecto al segundo factor, las empresas han optado por la reforestación destinada a la producción de carbón en estados vecinos, como es el caso de Tocantins, en áreas de cerrado de ese estado, en las cuales la obligación de manutención del área de reserva legal corresponde a 35% del área total del inmueble (cf. artículo 16, de la Medida Provisoria nº 2.166-67, de 24/08/2001).

El incentivo para la reforestación ha aumentado debido a los cambios en la legislación ambiental. En ese sentido, la Asociación de las Industrias Siderúrgicas de Carajás (ASICA), como fue mencionado en la sección anterior, creó en el 2007 el Fondo Forestal de Carajás (FFC). El FFC fue creado por once (11) empresas de Pará y Maranhão con un capital de R$ 5,5 millones207. En el evento de lanzamiento, fue anunciada por el presidente del fondo la meta a ser alcanzada en el 2015 de 400 mil hectáreas de área reforestada. Falta saber la localización de estos emprendimientos forestales, pues a pesar de que aún no han aflorado, es grande el potencial de conflictos asociados al cumplimiento de esas metas por parte de las empresas.

4.1.2. Uso de agrotóxicos en monocultivos de eucalipto Otro problema mencionado por representantes de movimientos sociales es respecto a procesos de envenenamiento de trabajadores rurales por productos químicos utilizados en el establecimiento y manutención de los plantíos forestales. En diciembre de 1995, el presidente del Sindicato de los Trabajadores Rurales (STR) de João Lisboa, junto con algunos concejales y el presidente de la Cámara Municipal del municipio presentaron un informe denunciando la contaminación por agrotóxicos de trabajadores de empresas terciarizadas por Celmar S/A (Lamare, Timbira y Conterplam) en la localidad de Varjão dos Crentes.

Una comisión de peritos de la Universidad Federal de Maranhão visitó la localidad mencionada arriba para evaluar la denuncia. Algunos trechos del informe de la Comisión se presentan a seguir:

“En la finca de la Celmar S/A fueron utilizados varios productos tóxicos (relación adjunta otorgada por Celmar), siendo algunos clasificados como: I – Extremamente tóxicos (Bromex y DMA 806), II – Altamente tóxicos (Garlon 480 y Goal BR), lo que sin duda acentúa y comprueba la gravedad del problema si consideramos los factores agravantes como: falta de entrenamiento del personal para la manipulación del

205 Que hasta el año 2008 estaban cedidos, a través de contrato de arrendamiento, para la empresa Margusa, por entonces propriedad del grupo siderúrgico Gerdau. 206 Según datos sistematizados a partir de informaciones del INCRA, el área total de los asentamientos en la jurisdicción de la SR27E-Incra de Marabá es de 4.434.932,61 hectáreas, que abrigan 64.840 familias (INCRA, 2008). 207 Además del capital de fundación de R$ 500.000,00 por empresa, el fondo prevee una capitalización. A cada tonelada de arrabio exportada, las empresas destinarán U$ 3 (tres dólares) al fondo (http://www.sindiferpa.com.br/noticias_20070309_2.htm). En el 2008 el fondo ya contaba con un capital de 17 millones de reales (Boletim Polo Sustentável, Ano 2, nº 7, set/out de 2008).

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producto, no uso del EPI necesario, exposición excesiva al producto utilizado, ausencia de control biológico y de exámenes médicos periódicos, así como estructura médica para atender casos de intoxicaciones. La Sintomatología Clínica (cuadro II) presentada por los trabajadores debido a la exposición a agrotóxicos, se traduce en un cuadro clínico de intoxicación aguda” (UFMA, 1996).

Relato de líderes del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra, a ser sistematizado, indica que varios de los trabajadores involucrados en el episodio de envenenamiento de la localidad Varjão dos Crentes perdieron la vista, mientras que otros presentan salud bastante debilitada.

La declaración de un integrante del Centro de Defensa de la Vida y de los Derechos Humanos de Açailândia apuntó la existencia de varios casos de contaminación por pesticidas en la región. Un proceso promovido por una profesora residente en la localidad Quilômetro Trinta, municipio de Açailândia, contra la empresa Celmar S/A, busca la indemnización por contaminación por producto tóxico, aplicado por la empresa en plantío de eucalipto localizado en las proximidades de su residencia208.

Aunque aún no han sido registrados casos de intoxicación en plantíos forestales en la región de Marabá, el crecimiento del área plantada es un fuerte indicio de que en los próximos años ocurrirán. Además de la posibilidad de envenenamiento humano, existe también el riesgo inminente de contaminación de cuencas hidrográficas como las del Itacaiunas, Sororó, Araguaia y Tocantins, donde están localizadas algunas fincas.

4.1.3. Problemas de naturaleza laboral

La generación de empleo es un argumento al que se refieren constantemente las empresas e instituciones del gobierno que apoyan la expansión de los plantíos de eucalipto.

Aunque no esté disponible un informe global sobre la perspectiva de generación de empleo en los platíos de eucalipto asociados a las empresas de arrabio de Carajás (en parte, porque no fue posible identificar la previsión del área a ser efectivamente implantada por las empresas en los próximos años), al tomarse como base los datos de la empresa Ferro Gusa Carajás, se puede concluir que serían generados cerca de 1.200 empleos por año en el sector forestal.

Sin embargo, como muestra la experiencia reciente de la implantación de esos cultivos en la región, la incorporación de esos trabajadores al mercado de trabajo forestal se realiza, como regla, de forma bastante precaria, con el uso recurrente de la sub-contratación por empresas terciarizadas, lo que implica la desobediencia del mínimo exigido por la legislación laboral, como observó Shiraishi Neto (1998), en el episodio de una huelga de trabajadores forestales terciarizados de la entonces empresa Celmar S/A.

“Esta situación permanente de conflicto generó la huelga, que trajo las siguientes reivindicaciones: aumento salarial de 100%; jornada de trabajo normal; pago de horas-extras; pago del salario-familia; pago por insalubridad; fin de los descuentos sin autorización y no discriminación en los recibos de pago; transporte con seguridad y comodidad, alimentación saludable y de mayor cantidad y asistencia médica (STRI. Reivindicação dos Trabalhadores da CELMAR, Imperatriz, 1996 apud Shiraishi Neto, 1998, p.138)”.

De forma similar, Sousa (2009) identificó la acción laboral promovida por el Sindicato de los Trabajadores en las Industrias de Reforestación para Carbón Vegetal del Estado de Maranhão, revindicando contra las empresas de reforestación situadas en Barra do Corda y Grajaú la reparación de las siguientes obligaciones laborales:

“1) trabajadores están desempeñando sus actividades no estando de acuerdo con la legislación pertinente, en lo que se refiere a las normas de higiene y seguridad laboral; 2) trabajadores

208 Según el proceso “la autora reside y trabaja cerca de una finca com plantación de eucalipto de propiedad de la Suplicada (la empresa Celmar S/A), siendo que en el área referida se aplica pesticida constantemente” p.2).

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están desempeñando sus actividades de aplicación de herbicida (pesticidas) sin el uso de EPIs adecuados, i.e., utilizando máscaras vencidas, viejas, reutilizadas, sin los cambios debidos, quedando expuestos al contacto directo con el veneno, causando serios riesgos para la salud, sin la observancia a lo que determinan las normas reglamentarias; 3) en las fábricas de carbón, los trabajadores son obligados a utilizar ropas inadecuadas para el trabajo, entre otros agravantes; 4) tal hecho ya afectó un trabajador, hoy afectado por los daños causados por el pesticida, con secuelas graves, imposibilitándolo de trabajar por tiempo indeterminado (SOUSA, 2009, p.110).

4.2. Problemas relacionados al uso del coco babasú para la producción de carbón

El hecho de que las empresas siderúrgicas pasaron a consumir en gran escala el coco babasú como insumo para la producción de carbón vegetal trajo una serie de problemas para grupos que tradicionalmente utilizan este producto en el estado de Maranhão, como es el caso del sector de la industria de aceites y del movimiento de las quebraderas de coco babasú (MIQCB).

Teóricamente, no debería haber ningún problema con esta utilización, pues, como argumentó el representante de SIFEMA, debido a la polémica ocurrida por el hecho de que las empresas están consumiendo carbón hecho del coco integral, solamente interesaría a la industria de arrabio la cáscara del coco babasú.

“(...), Cláudio Azevedo, confirmó que el coco babasú entero no interesa para la producción de arrabio, ya que el aceite provoca problemas técnicos en los altos-hornos (…). Además, sabemos que la almendra es de gran interés para la industria oleaginosa, observó Azevedo, agregando que el sector siderúrgico no compra la cáscara y mucho menos el coco. ‘Compramos de los productores sólo el carbón producido con la cáscara’ reforzó” (Sifema explica que carvão do coco inteiro danifica o forno. O Estado do Maranhão, 30/09/2007, p.16 - Economia).

Sin embargo, los datos de campo recogidos por investigadores asociados al MIQCB muestran que, estimulados por el precio ofrecido por las siderúrgicas, los recolectores de coco babasú terminan recogiendo y quemando el coco babasú integralmente (ALMEIDA et al., 2005), perjudicando la economía de los segmentos campesinos que poseen en la extracción y beneficiación del coco babasú un instrumento fundamental para su reproducción económica.

Para Figueiredo (2008) el surgimiento de las empresas de arrabio como actores en la economía del babasú eleva el precio del coco, promoviendo situaciones de arrendamiento de áreas de babasú para recolectores de coco asociados a las industrias de arrabio y generando nuevas restricciones de acceso a los campos de babasú para las quebraderas de coco, lo que repercute en dos formas para las familias extractivistas:

“Por un lado, representa la possibilidad de comercialización del producto in natura (coco entero) o semi-procesado (la cáscara), que hasta entonces precisarían ser quebrados para la extracción de la almendra o transformados en carbón para tener valor de cambio; por otro lado, puede significar la pérdida de acceso al coco, ya sea por las restricciones impuestas por los propietarios de las tierras, o por la acción de los recolectores de coco, que torna el producto escaso en las fincas de babasú” (op. cit., p. 74).

En situaciones en las que todavía no se cuentan con mecanismos claros para regular el uso de las fincas de babasú, como en algunos municipios del sudeste del estado de Pará, han aumentado los conflictos entre las quebraderas de coco de babasú y los estancieros. Repitiendo situaciones de algunos años atrás en el estado de Maranhão, estancieros de los municipios de São Domingos do Araguaia, São João do Araguaia y Palestina, cercaron las fincas de babasú. Además de restrigirles el acceso a las fincas a las quebraderas de coco, los

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mismos estancieros comenzaron a comercializar el coco. Sólo una fábrica de carbón instalada en São Domingos do Araguaia cuenta con una capacidad de producción mensual de 2.800 m³ de carbón de coco209.

Otro efecto de esta competencia de las empresas de arrabio por el babasú es la formación de asociaciones de recolectores de coco babasú que, a pesar del discurso contrario, terminan excluyendo a las quebraderas de coco babasú del acceso a las áreas de fincas de babasú en las cuales tradicionalmente recolectaban (ARAÚJO, 2001, p.223).

5. Estrategias empresariales y políticas públicas para la producción de carbón

Como fue discutido en las secciones anteriores, el desarrollo reciente de la producción de arrabio en la región de Carajás se ha modificado bastante, tanto en lo referente a la naturaleza de los grupos actuantes en este sector productivo como respecto al proceso de diversificación de las fuentes de abastecimiento de carbón vegetal, o inclusive del reemplazo de este producto por otro insumo energético (coque metalúrgico, gas natural, eletricidad).

La adquisición de la siderúrgica Terra Norte por parte de la empresa del sector forestal Cikel Brasil Verde S/A, realizada en el año 2009, es un buen ejemplo de las transformaciones en curso. Hasta esta adquisición, Cikel vendía parte de los residuos obtenidos en su explotación forestal certificada para empresas de arrabio de Marabá. Con la adquisición de una unidad siderúrgica deberá consumir dentro del propio grupo empresarial buena parte de los residuos forestales que produce, a pesar de anunciar que también invertirá en plantíos de eucalipto.

Otro ejemplo de esta transformación es la implantación de la primera siderúrgica integrada en la Amazonía, la empresa Sinobrás, que surgió a partir de la adquisición de la antigua empresa Siderúrgica Marabá S/A por el grupo Aço Cearense. Sinobrás produce 300 mil toneladas anuales de acero, laminados y trefilados, utilizando como materia prima chatarra de hierro/acero (80%) y arrabio líquido (20%).

Según informaciones del director de sustentabilidad de la empresa210, la principal parcela de carbón vegetal utilizado para la producción de arrabio proviene de catorce fincas de eucalipto que la empresa mantiene en el estado de Tocantins, dentro de la estrategia de evitar la implantación de proyectos de reforestación en el estado de Pará, debido a la limitación del tamaño del área de reserva legal que la legislación impone, pues como ya indicamos en la sección anterior, la reserva forestal legal en áreas de sabana, aún en la Amazonía Legal, debe ser de 35% del área total del inmueble.

Es decir, las empresas de arrabio que pretenden mantenerse en la actividad deben presentar estrategias efectivas de abastecimiento de carbón vegetal a partir de fuentes legales, debido al fortalecimiento de los mecanismos de fiscalización ambiental y laboral en la región, así como también por el papel desempeñado por las entidades que organizan campañas contra el trabajo esclavo.

El caso de la empresa Usina Siderúrgica de Marabá es ejemplar en ese sentido. Debido a las irregularidades ambientales y laborales, su provisión del mineral de hierro fue suspendido por la empresa Vale, salió del Instituto Carvão Cidadão y fue excluída del Pacto Nacional por la Erradicación del Trabajo Esclavo. Tal vez debido a esta situación, la empresa haya tenido en el 2009 un desempeño bastante inferior al de 2008, con una disminución en el valor exportado de arrabio de aproximadamente 60%.

209 A fines de 2009, esta fábrica de carbón pagaba R$ 1,50 por bolsa de coco (Ana Mafezolli, comunicación personal).

210 Entrevista realizada el 24.01.2009 en la sede de la empresa Sinobrás en Marabá.

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Según fue noticiado, la implantación de la unidad siderúrgica que la empresa Vale pretende establecer en Marabá - Aços Laminados do Pará – no causará impactos directos al sector de carbón vegetal, ya que la matriz energética de la empresa está basada en la utilización de gas natural y carbón mineral (Alpa Bilionária. Correio do Tocantins, 23 a 25 de janeiro de 2010).

Además de estas iniciativas individuales, las empresas siderúrgicas de la región de Carajás han buscado alternativas globales para enfrentar el tema del abastecimiento de carbón vegetal, de la misma forma que los gobiernos federal y estatal también han presentado propuestas para esta cuestión. Entre las propuestas presentadas, dos merecieron mayor destaque hasta el momento: la creación del Distrito Forestal Sostenible (DFS) de Carajás y la propuesta de flexibilización de la legislación referente al porcentual del área de reserva legal por medio del Zoneamiento Económico Ecológico (ZEE).

Buscando una presencia mayor en el polémico debate sobre siderurgia, preservación ambiental y desarrollo, el gobierno federal por medio del Servicio Forestal Brasileño (SFB) propuso la creación del DFS Carajás. El proyecto pretendía abarcar 93 municipios de los estados de Pará, Maranhão y Tocantins y un área de 28 millones de hectáreas. Según información del primer informe de actividades del Servicio Forestal Brasileño:

La implantación del Distrito Forestal de Carajás está siendo planeada para resolver el problema de la oferta de madera y asegurar la existencia del polo siderúrgico a mediano plazo (10-15 años), así como de los polos de producción forestal. En forma diferente del DFS de la carretera BR-163, las acciones estratégicas a ser priorizadas en Carajás serán basadas en la reforestación y en la recuperación de áreas degradadas. Además de los bosques de producción con especies de rápido crecimiento, un programa de investigación con enfoque en la silvicultura de especies nativas será implementado junto con EMBRAPA para la definición de modelos apropiados para la región, incluyendo también la promoción de sistemas agroforestales y la integración de actividades forestales con agricultura, ganadería y producción de biodiesel (MMA/SFB, 2007, p. 53/54).

Algunas de las justificaciones para la creación del Distrito Forestal Carajás incluyen: i) la existencia de un gran pasivo ambiental; ii) la falta de cumplimiento de la reposición de los stocks consumidos – previstos en los artículos 20 y 21 del Código Forestal; iii) licenciamiento del funcionamiento de las empresas de arrabio sin considerar cuestiones forestales y la falta de cumplimiento de los condicionantes; iv) la fragmentación de controles entre IBAMA y las organizaciones estatales de medio ambiente (OEMAs); v) indicios de insustentabilidad del Polo Siderúrgico, en lo referente a las fuentes legales y sostenibles y; vi) la previsión de instalación de más hornos y nuevas siderúrgicas sin la resolución de los pasivos y de los problemas identificados (IBAMA, 2007). Esta constatación del gobierno muestra el grado de fragilidad del control y orden de la gestión de los recursos.

En abril de 2007 el SFB realizó las primeras consultas públicas para la implantación del DFS Carajás en las ciudades de Marabá (Pará), Açailândia (Maranhão), Paragominas (Pará) y Araguatins (Tocantins). En esas ciudades están funcionando los hornos de ararbio y en los municipios vecinos ocurre la producción de carbón, guijarro y calcáreo. Estos productos son componentes importantes del proceso de fabricación de arrabio. En la convocatoria para las consultas públicas, el SFB presenta al DFS Carajás de la siguiente manera:

La creación del Distrito Forestal Sostenible con aproximadamente 28 millones de hectáreas se configura como un gran esfuerzo integrado a favor de la sustentabilidad de la región. En esa región, políticas públicas de varios sectores gubernamentales, incluyendo política agraria, de infraestructura, de desarrollo industrial, de gestión de áreas públicas, asistencia técnica y de educación, serán direccionadas para el establecimiento de una economía de base forestal, buscando obtener el máximo beneficio socio-ambiental. La iniciativa es pionera y busca establecer un nuevo estándar de desarrollo basado en una fuerte economía forestal, conjugada con otras actividades económicas (Ofício Circular nº 003/2007/SFB/MMA, de 30 de abril de 2007).

La convocatoria fue lanzada el 30 de abril de 2007 y a principios de mayo representantes del SFB fueron a Marabá para dialogar con los actores regionales. El SFB presentó cuatro acciones prioritarias para el proceso de

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implantación del DFS Carajás: i) Creación de una línea de financiamiento para la producción de materia prima para las empresas de arrabio con el BNDES (Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social). Ésta, según la representante del SFB, ya estaba en estado avanzado de discusión entre el SFB y el BNDES; ii) Creación de un Centro Interinstitucional de Investigación en Silvicultura de Especies Nativas. El SFB ya mantenía negociaciones avanzadas con EMBRAPA para la creación del centro, cuyas actividades iniciales previstas incluían: recolección de semillas, implantación de viveros y plantones, experimentos en medio real y unidades demostrativas, generación de tecnología, divulgación de tecnologías (para tal fin, EMBRAPA rescataría sus investigaciones en el sector forestal). Según los representantes del SFB, el Centro realizaría investigación exclusivamente con especies nativas. La implantación del Centro sería financiada por el BNDES; iii) Micro-zoneamiento ecológico, a través de un consorcio involucrando los estados de Pará, Maranhão y Tocantins, buscando un zoneamiento integrado, es decir, un zoneamiento del DFSC; iv) incorporar la propuesta del GT-Floresta211 en el plan de acción del DFS Carajás (LASAT, 2007).

A pesar del esfuerzo de los representantes del SFB en el intento de explicar las vinculaciones de la iniciativa con una nueva estrategia de desarrollo regional, la propuesta no fue bien recibida por un conjunto de actores de la región. La principal crítica era respecto al diagnóstico del gobierno que generó la propuesta del Distrito Forestal Carajás. Para los actores locales, el segmento central a partir del cual debería ser generado un programa integrado de desarrollo debería ser la producción familiar, y no la producción siderúrgica. El sector del arrabio no debería ser considerado como el actor principal en el desarrollo de la región. Al analizarse el impacto de la propuesta respecto a la reforma agraria en la región, y cuál sería efectivamente la contribución de la siderurgia para el desarrollo regional, se constató de inmediato que no se trataba sólo de un programa más del gobierno. El DFS Carajás traía una disputa entre actores y visiones de desarrollo.

El segundo punto de tensión fuerte fue la posibilidad de apertura de una línea de crédito para que las empresas de arrabio financiaran la producción de carbón vegetal. Según la visión de los movimientos sociales presentes en la audiencia, considerar el Distrito Forestal a partir del polo de arrabio era como optar por un tipo de desarrollo que no atacaría la principal causa de deforestación en la región. Para ellos, la propuesta de financiamiento representaba una gran ventaja para las empresas de arrabio y un riesgo para los agricultores familiares. Si el carbón era el producto final de los financiamientos, la compra anticipada por las empresas de arrabio con recursos del BNDES eliminaba la posibilidad de agregación de valor de la actividad forestal desarrollada por los agricultores familiares. En este sentido, habría una dupla sumisión: la económica y la política.

Un tercer tema destacado por los movimientos sociales de la región fue la falta de participación popular en la construcción del plan del DFS Carajás. En carta abierta, los movimientos sociales de Maranhão afirmaron que no fueron informados previamente sobre las audiencias públicas, ni fueron llamados para elaborar las condiciones de implantación del Distrito. Estos movimientos revindicaban que el proceso de Consulta Popular fuese abierto para la participación de las entidades de la sociedad civil, además de la suspensión del proceso de creación de la línea de crédito por el BNDES para el plantío de eucalipto.

El resultado de este debate con los movimientos sociales fue la postergación de la creación del DFS Carajás (posteriormente denominado DFS Araguaia-Tocantins), como lo reconoce el informe de gestión del SFB referente al año 2008:

Frente a los entendimientos expresados por parte de los movimientos sociales, la creación del DFS Araguaia-Tocantins fue postergada para que los estudios sobre los elementos reivindicados pudiesen ser desarrollados y sus resultados sumados a la propuesta. Por ejemplo, el INCRA está elaborando una propuesta para una mayor inclusión de los pequeños productores en el crédito y la asistencia forestal. El

211 Iniciativa del sector ambiental del INCRA, con la participación de diversas instituciones locales y estatales. A pesar de ser interesante, la iniciativa no prosperó. El INCRA no fue capaz de hacer funcionar el GT.

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Servicio Forestal, Embrapa y el BNDES avanzan en el entendimiento para la implantación de un centro de difusión de tecnología de silvicultura de especies nativas, el cual fomentará el desarrollo forestal en la región, principalmente en las áreas de pequeños y medianos productores (MMA/SFB, 2009, p. 50).

Los empresarios de la industria siderúrgica apoyaron la propuesta del gobierno para la creación del Distrito Forestal Sostenible y han apoyado iniciativas para el cambio de aspectos de la legislación ambiental, que dificultan la producción de carbón vegetal, principalmente las que amplían las posibilidades de la reforestación.

Estas iniciativas están relacionadas con la propuesta de modificación del Código Forestal y la perspectiva de flexibilizar el tamaño del Área de Reserva Legal (ARL) a partir de la aprobación del Zoneamiento Económico Ecológico (ZEE) del estado de Pará. Los principales cambios en el Código Forestal defendidos son: incorporación del Área de Preservación Permanente (APP) en el cómputo del Área de Reserva Legal, la reducción de la ARL de 80 para 50% en la Amazonía Legal y la posibilidad de utilización de especies exóticas para la recomposición de la ARL212.

La idea de la flexibilización del porcentaje de la propiedad que debe permanecer como área de reserva legal, utilizando el ZEE, ha sido sostenida por los empresarios como un mecanismo para viabilizar la implantación de reforestación en el propio estado de Pará. La tesis defendida propone que la ARL pase de 80 para 50% y que en esa área de reserva recompuesta pueda ser realizada la explotación forestal, a través del manejo forestal, como lo explicó el Director de la Asociación Comercial e Industrial de Marabá en entrevista:

“Tenemos en la cuestión del carbón algunas cosas reales y otras irreales (…). Es un sector en el que la reglamentación estatal se opone severamente aquí a la propia política de desarrollo y el estado está buscando una ecuación para tal fin, que pasa por la creación de distritos forestales, por el zoneamiento económico ecológico del estado que fue delineado en el gobierno anterior y el gobierno actual dio un… acabó un procedimiento aunque muy tímido porque debería ser acentuado (…). La reserva legal adoptada en la Amazonía de 80 a 20 inviabiliza cualquier proyecto que busca retorno financiero para eso, inviabiliza, entonces ¿qué es lo que es la gran reivindicación? Es que con el zoneamiento ecológico económico y con el distrito forestal se establezcan áreas principales, las ya degradadas (…) que se pueda establecer una reserva de por lo menos de 50 a 50 y que de lo que se plante con 50 se pueda hacer un corte de 50% dentro de un proyecto de manejo, perfecto”213.

Esta propuesta también fue defendida por el ex secretario de medio ambiente del estado de Pará, Valmir Ortega, que en entrevista al diario “O Liberal” argumentó a favor de una legislación adecuada a la realidad del polo de arrabio paraense:

“La situación agrícola en estados como Maranhão y Tocantins permite que el índice de Reserva Legal sea menor. Aquí en el bioma amazónico la regla es preservar el 80% y alterar el 20%, mientras en aquellos dos estados, con bioma cerrado, es exactamente lo contrario. Es un costo alto rehacer 80% del bosque, por eso existe la posibilidad de readecuarlo para 50 y 50%, índice considerado dentro del zoneamiento ecológico y económico. Así tendremos fuente para carbón vegetal en gran escala, sin precisar atacar el bosque nativo” (Governo busca saída contra carvão ilegal. O Liberal, 18.03.2007, p. 10).

La declaración del ex secretario presenta algunas imprecisiones, pues, al contrario de lo que afirma, parte importante del estado de Maranhão se localiza en la región definida como Amazonía Legal, lo que hace que el porcentual de mantenimiento (o recuperación) de la ARL214 sea el mismo que rige para el estado de Pará. Es 212 No es por casualidad que parte importante de las propuestas de cambio en el Código Forestal son de autoría de parlamentares paraenses. El Proyecto de Ley es de autoría del Senador Flexa Ribeiro (PSDB/PA) y la propuesta de cambio de la ARL para la Amazonía Legal es del Diputado Federal Wanderkolk Gonçalves (PMDB/PA).

213 Entrevista con Ítalo Ipojucan, Director de la Asociación Comercial e Industrial de Marabá, 22.01.2009. 214 Conforme definió la Ley 1.806, de 06.01.1953, que creó la Superintendencia de Valorización Económica de la Amazonía (SPVEA) y definió por primera vez el concepto de Amazonía legal, incorporando el estado de Maranhão (hasta el meridiano 44°), parte del estado de

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decir, las empresas siderúrgicas que tienen sus plantios localizados en determinadas regiones del estado de Maranhão también deben atender la definición del mantenimiento de 80% del área de reserva legal.

Debido a esta situación, existe un movimiento, encabezado por alcaldes y sindicatos de productores rurales de la región de Tocantins, que propone la exclusión del estado de Maranhão del área delimitada como Amazonía Legal. En un documento elaborado a partir de un encuentro realizado en la ciudad de Imperatriz (16/08/2008), estos actores elaboraron la denominada “Carta Abierta de la Región Tocantina”, en la cual proponen:

“1) Que Maranhão, ya beneficiado con los recursos del Fondo Constitucional del Nordeste (FNE) y por los beneficios institucionales para la región que abarca la SUDENE sea excluído del área que abarca la Amazonía Legal; 2) Que el área de Reserva Legal y Área de Preservación Permanente – APP establecidas en el Código Forestal, sean fijadas en hasta 35% para toda la extensión territorial del estado, atendiendo lo dispuesto en la Ley Estatal 8.598, de 2007; 3) Que en la recomposición de las áreas de reserva legal, respetando el límite de hasta 35% y las de Preservación Permanente, sean admitidas la utilización de especies exóticas; (...)”.215

A pesar de estar más adelantados que sus pares paraenses en lo referente a áreas de bosques energéticos, el sector de arrabio de Maranhão también se suma a esas reivindicaciones. Para el presidente del SIFEMA, Claudio Azevedo, la perspectiva de que las empresas consigan ser autosuficientes en el abastecimiento de carbón vegetal se encuentra dificultada por la legislación ambiental.

“Tenemos que reforestar aún cerca de 60 mil hectáreas para conquistar la autosuficiencia en carbón vegetal, pero esto no depende sólo de nosotros. Hemos enfrentado muchas dificultades, debido al Código Forestal Brasileño y con las licencias ambientales” (Siderurgia maranhense fecha o ano produzindo só 30% da capacidade. O Estado do Maranhão, 6.12.2009, p.3 – Economia).

Por lo tanto, aún estando en condiciones más favorables para poder enfrentar los problemas relativos a la obtención de carbón vegetal dentro de los marcos de la legalidad ambiental vigente, las empresas de arrabio localizadas en Maranhão aún invierten contra lo que consideran las trabas de la legislación ambiental.

6. Conclusión

El proceso reciente de evolución de la siderurgia en la Amazonía está marcado por disputas. El eslabón más débil de esta industria continúa siendo la producción de carbón vegetal, tanto en lo referente a las condiciones laborales como respecto a la legislación ambiental, objeto de la movilización de ONGs y de la actuación de órganos estatales de fiscalización.

El crecimiento de la cantidad exportada y el aumento del valor promedio del precio del arrabio en el mercado internacional capitalizaron las empresas de arrabio, que bajo la presión de la mejora de la fiscalización laboral y ambiental y de campañas internacionales de combate al trabajo esclavo, comenzaron a invertir en la legalidad de su actuación (CARNEIRO, 2008).

Anclados en el buen período de los precios internacionales de arrabio216 determinadas empresas - que tienen mayor solidez económica y un conjunto específico de capitales – han realizado fuertes inversiones en la adquisición de tierras para la implantación de bosques energéticos (reforestación con eucalipto) en los estados de Maranhão y Tocantins, mientras que otras buscan fuentes alternativas de abastecimiento (coque metalúrgico, carbón de babasú, gas natural).

Goiás (hoy Tocantins) y del estado de Mato Grosso. La Ley Complementaria n° 31, de 11/10/1977 incorpora el conjunto del estado de Mato Grosso en la Amazonía Legal. 215 Cf. documento publicado en la página http://www.reporterbrasil.org.br/box.php?id_box=296. 216 Debilitado por la crisis económica del 2008, conforme mostra el estudio de Carneiro & Ramalho (2009).

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El principal resultado obtenido con la realización de estas inversiones fue la reducción de los casos de trabajo esclavo en la cadena de abastecimiento de carbón para la siderurgia de Carajás, dato que se observa con mayor fuerza para las empresas localizadas en el estado de Maranhão (Instituto Observatório Social, 2006). No obstante, como destacamos en la sección 3, otros problemas asociados a la producción siderúrgica permanecen, la concentración de tierras agrícolas y la contaminación por pesticidas, mientras nuevas repercusiones son sentidas, como el caso de la competencia con el extractivismo del coco babasú.

Enfrentar este conjunto de problemas pasa por la recuperación de la capacidad del Estado217 para hacer valer la legislación laboral y ambiental, pero también pasa por la discusión de qué tipo de actividad económica debe ser incentivada en las diversas regiones que componen la Amazonía Oriental, a través de la construcción de formas de gestión territorial participativas.

217 En este sentido, los autores concuerdan con el análisis de Monteiro (2006), que argumenta sobre la necesidad del estado de orientar – a través de trabas e incentivos – a los agentes económicos privados (empresas de arrabio) para la adopción de rutas tecnológicas sostenibles, dificultando la reproducción de aquellos agentes que transfieren para el conjunto de la sociedad los costos de su actividad económica.

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