unidad 1.pdf
TRANSCRIPT
Seminario de Historia Cultural e Historiografía IIProblemas de Historia Cultural
Unidad 1
Contenidos
1) El problema de la historia de la sociología religiosa: hecho religioso o hecho social?
Bibliografía
Brian Morris, Introducción al estudio antropológico de la religión, Barcelona, 1995, ps.
136-166
Contenidos
2) Invención, surgimiento construcción, conformación y fabricación de la de la nación
como tópicos teóricos.
Bibliografía
• Jean Baechler, La universalidad de la nación, en Marcel Gauchet, etc. op. cit, ps. 9-
28.
• Elías José Palti, La Nación como problema, los historiadores y la cuestión nacional.
Buenos Aires, 2002.
• Alvaro Fernández Bravo (comp.), La invención de la nación, lecturas de la identidad
de Herder a Homi Bhabha , Buenos Aires, 2000., p.167-184
Contenidos
3) Teoría del Estado en el viejo régimen. Legitimidad y circulación imaginaria del
poder: antiguo y nuevo régimen.
Bibliografía
Jean Frederick Schaub, El pasado republicano del espacio público, en Francois Xavier
Guerra Anick Lemperiére et al. Op. cit. ps. 28-53.
Tenga en cuenta que los argumentos que aquí se esgrimen son los elementales para
sostener la idea de que no existió ni el Estado ni la nación moderna hasta después de la
Revolución Francesa.
Contenidos
4) Actores sociales, estructuras e ideologías. Representaciones colectivas. Teoría de
Universidad Nacional de Tres de Febrero UNTREF Virtual
| Seminario de Historia Cultural e Historiografía II. Problemas de Historia Cultural
1/10
los actores políticos en la sociología histórica actual. Crítica del estructuralismo.
Bibliografía
• Francois Xavier Guerra, Hacia una nueva historia política, actores sociales y actores
políticos, en Anuario del IEHS, 4, Tandil, 1989, ps. 243-264.
• Como complemento más actual, cfr. El análisis de los grupos sociales: Balance
historiográfico y debate crítico, en Anuario del IEHS, 15, Tandil, 2000, ps.17-208.
Contenidos
5) Utilidades y límites del sermón como fuente
Bibliografía
Jaime Peire op. cit. caps. IV y V, ya leídos, y Conclusión, en ps. 333-349, partiendo
de la idea de base de que la virtud más grande de esta fuente, como así también su
mayor debilidad, es que podemos siempre profundizar más tanto en su campo de
emergencia cuanto en su campo de recepción. Lo que quiere decir, entre otras cosas,
que el orador a pesar de tener la ventaja de ser orador “sagrado”, sabe qué quieren
escuchar los que escuchan, y también a dónde quiere conducirlos, sin arriesgarse a
un desaire público, que lo colocaría en una posición harto incómoda.
Universidad Nacional de Tres de Febrero UNTREF Virtual
| Seminario de Historia Cultural e Historiografía II. Problemas de Historia Cultural
2/10
Libros de compra sugerida
• Roger Chartier, Espacio Público, crítica y desacralización en el siglo XVIII , Barcelona,
Gedisa, 1995.
• Elías Palti, La nación como problema. Los historiadores y la “cuestión nacional” , Buenos
Aires, Fondo de Cultura Económica, 2002
• Jaime Peire, El taller de los espejos, iglesia e imaginario , 1767-1815, Buenos Aires,
Claridad, 2000.
Contenidos procedimentales
Los Contenidos procedimentales serán alcanzados por los alumnos mientras
éstos estudian la bibliografía, en contacto con el tutor, en quien evacuarán
todas las dudas.
A continuación va una introducción a cada módulo de los contenidos procedimentales.
Se recomienda tenerlos a mano al mismo tiempo que uno va estudiando la bibliografía.
1- Crítica historiográfica:
Lectura y análisis de material bibliográfico. Contraste de opiniones historiográficas. Marco
histórico de la producción historiográfica. Marco histórico y marco teórico. Formulación de
problemas historiográficos. Compulsa bibliográfica. Resolución de contradicciones. Crítica de
fuentes en la historiografía. Crítica metodológica. Crítica epistemológica. Formulación de
hipótesis Visualización de problemas teóricos y problemas historiográficos. Interjuego.
Elaboración de una reseña bibliográfica. Reseña y valoración crítica. Identificación de tesis.
Argumentos que las sostienen. Contribución del libro.
Universidad Nacional de Tres de Febrero UNTREF Virtual
| Seminario de Historia Cultural e Historiografía II. Problemas de Historia Cultural
3/10
Introducción
Sin una crítica historiográfica adecuada, es imposible producir un texto historiográfico
realmente útil.
El primer paso para ello, es la lectura y análisis de los textos que uno ha seleccionado, o
que otro autor/es ha citado, en relación a un tópico determinado. Es esencial, sacar de cada
párrafo una idea, e ir hilvanando el hilo conductor del texto, de manera de poder sintetizar al
final un párrafo que condense la idea principal de lo leído. Cuando se pasa a otro texto, se
procede de la misma manera, buscando las ideas principales.
Piense que
Pronto se comprenderá, que entre un texto y otro u otros, hay contrastes,
desviaciones, focalizaciones, valoraciones diferentes de los temas, enfoques
diferentes, marcos teóricos distintos, en fin, diferencias que promueven la
profundización de determinada problemática, que conducen a explicaciones
e incluso a “meta”narraciones distintas.
Lo primero que se suele hacer hoy en día, es tratar de reconstruir el marco historiográfico
donde el texto fue configurado, especialmente el momento, y el lugar.
Es importante también fijarse en:
• el aparato crítico,
• las notas a pie de página,
• los autores citados,
• los años de las ediciones de los libros citados,
• las revistas especializadas, y
• el público al que va dirigido el texto.
Es decir, se estudian las características del campo de emisión del mismo.
De esta manera se entienden un poco más los contrastes historiográficos entre
varios autores. Este es el principio. El marco histórico y –si es posible
identificarlo- el marco teórico, es decir el paradigma que siguen los autores, es el
que nos permitirá identificar los problemas historiográficos.
Por ejemplo, para poner un tópico conocido- es bien sabido que hay dos
narraciones fundamentales sobre las Revoluciones de la independencia
iberoamericana que los autores reproducen con mayor o menos ajuste.
Lynch, focalizando su mirada en los criollos, en quienes cree ver proto-naciones, dice que
Universidad Nacional de Tres de Febrero UNTREF Virtual
| Seminario de Historia Cultural e Historiografía II. Problemas de Historia Cultural
4/10
para el siglo XVII América vivía una independencia política y económica de hecho y que las
reformas borbónicas estaban destinadas a cambiar tal situación. Pero el contrataque
peninsular contra los criollos, destinado a recuperar el control político y económico de
América, fracasó por la exitosa resistencia de los criollos, y las revoluciones de la
independencia se dieron como respuesta a este “ataque”en cuanto hubo un espacio de
legitimidad para tomar el mando, como fruto de una maduración interna.
Halperín Donghi, dice que las reformas borbónicas fallaron en su objetivo, no por la
resistencia criolla, sino por la debilidad peninsular, cuyas reformas llegaron tarde, y por lo
tanto las guerras de la independencia se produjeron no por una pretendida maduración criolla,
sino más bien por factores externos a América, sustancialmente lo que estaba sucediendo en
Europa, la invasión Napoleónica, y la debilidad de España al dejarse arrastrar en el laberinto
de las guerras napoleónicas.
Cuando el contraste entre dos autores o grupos de autores, es tan grande,
entonces el historiador puede “formular” un problema historiográfico, que le puede
ayudar en la construcción del propio objeto de estudio. Tiene que tratar de
resolver las contradicciones, ajustando el marco teórico y claro esta, más tarde
pasando al campo empírico. (Con frecuencia las contradicciones se resuelven en
este campo y siempre se verifican en él o no se verifican)
Por ejemplo, Chartier verificó una falta de coherencia entre las prácticas sexuales de buena
parte de la campaña rural francesa, de acuerdo a su ideología religiosa: las mujeres dejaban
de tener hijos, mucho antes de que dejaran de ser fértiles. La solución viene por el lado
teórico: las prácticas culturales y sexuales, suelen ser autónomas y no tiene que responder
necesariamente a una ideología. Chartier es un continuador de Michel de Certeau en el
estudio de las prácticas.
Pasando al campo empírico, está la crítica de fuentes. Del mismo modo que hacemos una
crítica bibliográfica como pilar fundamental de nuestro texto, debemos hacer también una
crítica de fuentes, y una compulsa de fuentes.
La crítica de fuentes comienza por la experiencia del historiador
lo que dice esta fuente ¿cómo resiste a un careo con el resto de las fuentes que vi,
sobre todo fuentes que vienen de otro campo de emisión, con otra regularidad de
emisión?
Sobre todo nos estamos refiriendo a que cuando uno lee un determinado libro, trabajo o
investigación, tiene que fijarse en la metodología que usó el historiador, es decir si le creyó a
las fuentes frontalmente, o les hizo la crítica:
• ¿Qué hizo con las fuentes el autor?
• Esta metodología, ¿es correcta? ¿Es confiable?
Universidad Nacional de Tres de Febrero UNTREF Virtual
| Seminario de Historia Cultural e Historiografía II. Problemas de Historia Cultural
5/10
Toda historia, no es una historia de hechos a secas. Es una selección de hechos
bajo un necesario prisma metodológico y epistemológico. Esa selección, cómo fue
hecha: bajo qué criterios metodológicos.
Así por ejemplo, si ya estudio en la campaña bonaerense la producción
cerealera, y uso como fuente el diezmo y calculo la producción cerealera en
base al diezmo, debo tener en cuenta que en la época colonial el diezmo era
arrendado a particulares por medio de una subasta, y el que la ganaba
debía pagar primero el diezmo y recolectar después. No hay una relación
directa entre diezmo y producción, por lo que es necesario complementar
esa fuentes con otras. Esa es una crítica metodológica, que en general se
hace a quien usa “un” sólo tipo de fuentes. Esas fuentes pueden “engañar”
al historiador, son parciales.
Después está la crítica epistemológica. Se puede aducir a nuestro trabajo Bibliotecas
tardocoloniales, los libros como semiósforos culturales , que se ocupa de estudiar 110
bibliotecas encontradas, que es irrelevante que una persona tenga un libro en su biblioteca,
pues no hay evidencia de que lo leyera o supiera algo de él.
Sin embargo, se debe decir que el argumento infiere algo incorrecto de nuestra
metodología y epistemología. Nosotros no acudimos a las bibliotecas para inferir
si el dueño había leído o no un libro, y cuánto había influido en él. Hace mucho
tiempo que la teoría de la “influencia” ha sido desechada con razón.
En realidad no nos interesa que el libro haya sido leído.
Partimos de otro sitio epistemológico distinto del positivista (la lectura fáctica o no del
libro) para colocarnos en la historia cultural, y ver en el libro un semiósforo, es decir una
señal investida de un significado. Esta otra epistemología, habilita para considerar “científico”
el significado cultural de que el libro esté ahí, en la biblioteca. Quiere decir que tenía un
sentido tenerlo, que significaba algo contar con él. Y más se verifica esto, cuanto más se lo
encuentra, o se encuentran libros que hacen referencia a esos temas. El argumento pivotea
sobre el tema del libro, que reviste interés para su dueño. Después, se cruzará este interés
con el discurso, que es así una construcción social que circula y es apropiada
independientemente del libro “positivo”, pero no tan independientemente en su origen
“cultural”.
Hay en las bibliotecas, un potencial hermenéutico que habilita para explicar cosas que de otro
modo son inexplicables: por ejemplo cómo un pueblo que todavía en 1808 parecía creer que
el Rey era la “imagen viva” de Dios, considera poco más tarde (el mismo orador sagrado de
antes de la Revolución lo dice en 1814) que el Rey es un “traidor”. ¿Cómo todos “leen” la
misma realidad sin disparar un tiro?
Podemos a partir de aquí formular hipótesis y visualizar problemas teóricos e historiográficos
Universidad Nacional de Tres de Febrero UNTREF Virtual
| Seminario de Historia Cultural e Historiografía II. Problemas de Historia Cultural
6/10
de una manera original y creativa, actuando de acuerdo con el adagio de que la Historia
nunca es algo clausurado o terminado, sino que es un relato que se re-elabora
continuamente, donde nosotros también tenemos algo que decir. El primer paso en la
producción de “eso” que tenemos que decir, puede ser una “reseña bibliográfica”, donde
nosotros, después de haber leído críticamente el libro, damos cuenta de su contenido, bien
para ser publicado o bien para poder “cruzarlo” con otra lectura.
En primer lugar:
• relatamos lo que dice el libro (sin poner nuestras opiniones) de la forma más
sintética posible, su fundamentación y sus argumentos fundamentales,
• identificamos la tesis fundamental, si la hay, el marco teórico, si es posible,
las fuentes que usa y la metodología a la que somete esas fuentes.
Si la reseña es crítica, le hacemos la crítica que nos parece conveniente, evaluando la
contribución del libro, en la historiografía sobre el tema.
2. Lectura y análisis de fuentes historiográficas
Lectura y análisis de fuentes documentales. Distintas clases de fuentes. Fuentes cuantitativas
y cualitativas: Crónicas, Memorias, diarios, relatos de viajeros, visitas civiles, visitas de
indios, visitas de idolatrías, diarios de misiones, periódicos. Fuentes notariales: utilidad para
la construcción de categorías sociales. (Labrousse-Mousnier) Sucesiones: Bibliotecas,
Patrimonio económico, historia de la familia, Inventarios Viajeros.
Fuentes alternativas-fuentes complementarias: crónicas, y relatos indígenas de la conquista.
Fuentes cuantitativas. Censos, visitas de minas, contabilidad, diezmos, fuentes fiscales.
Alcabalas, limitaciones de las fuentes fiscales. El uso intersticial de las fuentes. Fuentes
literarias: la literatura como fuente. (Screenblat) Literaturas orales indígenas como fuente. La
música como texto.
Universidad Nacional de Tres de Febrero UNTREF Virtual
| Seminario de Historia Cultural e Historiografía II. Problemas de Historia Cultural
7/10
Introducción
Una vez que uno aprende a ejercer la crítica historiográfica, metodológica y epistemológica,
para producir en el campo historiográfico debe aprender a manejar las fuentes. (Aunque ya
hayamos hablado de esto, porque hacía falta hablar de la crítica de fuentes para la crítica
historiográfica).
En primer lugar debería decirse que hay fuentes cualitativas y fuentes cuantitativas, y
que está discutido cuáles deben tener la preeminencia. Puede decirse, que atento a la
experiencia del historiador, depende del contexto y de los objetivos de la investigación.
En una historia que pretenda ser completa, deberán usarse las dos, como fuentes
alternativas o complementarias. Pero muchas veces, un trabajo de investigación,
no sólo es innovador como resultado de una crítica historiográfica aguda, y del
hallazgo de “vacíos” en la historiografía, sino también porque somete las mismas
fuentes a una nueva metodología, o usa fuentes desconocidas hasta ese momento,
o usa textos que antes no eran considerados como pasibles de ser usados como
fuentes.
Tal es el caso del neoromanticismo y del neohistoricismo, que utilizan como
fuentes elementos que hubieran escandalizado (y escandalizan) a los cultores del
positivismo. Utilizan el mito y la literatura como fuente historiográfica, pero no
desde ellos mismos, sino desde la crítica historiográfica, es decir, van a esos
textos para tratar de reconstruir –junto con otras fuentes complementarias, si lo
hacen responsablemente- el contexto que le dio origen.
Un texto literario, un mito o una poesía, dicen también veracidad (o
verosimilitud) histórica, no directamente, frontalmente, sino indirectamente,
si se sabe aplicar sobre ellos una metodología adecuada, dirigida a la
hermenéutica (comprensión) del contexto de enunciación y de recepción.
Una tragedia de Sófocles, una égloga de Virgilio, el mito de algún héroe civilizador, un texto
de San Agustín, o un baile sufí determinado, una ceremonia de iniciación, el Quijote, una
novela de Flaubert, o la descripción de un burgués de Balzac, la imposición final de la
naturaleza desgraciada en Zolá o Emilia Pardo Bazán, la potencia narrativa de una revolución
religiosa de Vargas Llosa en el Sertao brasileño, la pervivencia plurisecular de un dictador
latinoamericano en García Márquez, el realismo estético de los relatos de Cortázar, en fin, la
incoherencia y la angustia de la vida norteamericana en Paul Auster, pueden decir de sus
contextos respectivos, mucho más que muchas batallas y presidentes. Sobre la vida de la
gente, su pensamiento y sus costumbres.
Universidad Nacional de Tres de Febrero UNTREF Virtual
| Seminario de Historia Cultural e Historiografía II. Problemas de Historia Cultural
8/10
Claro que el criterio epistemológico con que son consideradas estas fuentes no es el
positivista “hecho real” o “ficción”. Sino más bien verdad (si es que se cree en el criterio
de verdad)/ veracidad/ verosimilitud/ ficción/ falsedad.
Pero aún la “falsedad” (si no se cree en la verdad tampoco en la falsedad) es útil
para el historiador atento.
De hecho muchas veces los hechos que tomamos por reales, están contados por actores que
mienten conciente o inconscientemente o que evalúan mal las condiciones de realidad: esto
es una constante. Por ejemplo, cuando uno toma las memorias de Belgrano, y –con buen
criterio- utiliza la cautela de compararlas con los hechos que cuenta y examina su
intervención, se da cuenta que el mismo hecho de relatar de adelante para atrás, el
mecanismo de recordar, le resta mucha veracidad a lo que cuenta. Y que por lo tanto esas
memorias deberían tener un rango epistemológico menor en el taller del historiador.
El análisis del discurso ha llevado incluso a bucear en las tradiciones orales indígenas, en los
textos de las crónicas. Así por ejemplo, Mazzoti, desviándose de la lectura “renacentista”
tradicional del Inca Garcilazo de la Vega, descubre en el texto, un sub-texto o un hipotexto,
donde se dan fuertes interferencias del quechua, y donde se dejan oír una polifonía coral de
voces, que permiten reconfigurar el texto, atento a que en el siglo XVI no se usaban todavía
las comas, hasta extraer de él con naturalidad, las estructuras de los versos, tal como
aparecen en otros textos indígenas del período: y todo esto dentro de una escritura canónica
renacentista!(2).
Puede pensarse que todo esto no tiene nada que ver con “la Nación” hasta que uno se
tropieza con cielitos tupamaros, versos octosilábicos populares, o críticas al cruce de los
Andes por San Martín.
(2) José Antonio Mazzotti, Coros mestizos del Inca Garcilazo, Lima, 1996
3. Compulsa de fuentes
Elaboración del estatuto epistemológico de las fuentes. Compulsa de las fuentes. La fuente
como texto .La acción como un texto (Ricoeur) DE la construcción discursiva de la realidad a
la construcción social de los discursos (Chartier) Crítica intertextual. Análisis diacrónico del
discurso: Regularidad de los enunciados. Especificación del conjunto de las condiciones en las
cuales se ejerce la función enunciativa. Homogeneidades y heterogeneidades enunciativas.
Contradicciones. Situación del punto donde las oposiciones toman cuerpo. Descripción del
espacio de las disensiones.
Universidad Nacional de Tres de Febrero UNTREF Virtual
| Seminario de Historia Cultural e Historiografía II. Problemas de Historia Cultural
9/10
Introducción
Finalmente viene la compulsa de fuentes, una vez que uno ha puesto cada una en su lugar,
o mejor, se trata de poner cada fuente y cada personaje y cada acción, leído como un texto
es decir, interpretando lo que intenta significar esa acción (Ricoeur), en su lugar,
articulándolas como es debido, de acuerdo a una determinada metodología, y de acuerdo al
rango epistemológico (de veracidad) de cada una, en su sitio particular.
Se ve con claridad en esta instancia, que si bien la “realidad” se construye
discursivamente en cuanto que el discurso es performativo es decir que los
textos producen efectos concretos y no son meras abstracciones, al mismo
tiempo y más importante para el historiador, hay una construcción social del
discurso, a la que hay que apuntar (Chartier) que es el centro de la Historia
cultural, y que es un intento, aunque modesto, de configurar una historia,
más que “las” historias a que estamos acostumbrados desde que se
derrumbaron los Annales hace 20 años.
Para esto es esencial una crítica intertextual, es decir una confrontación de
textos (o de voces en un mismo texto) que permita ver los problemas enunciados
por actores diferentes, desde sitios diferentes, junto con la toma de conciencia de
cuál es el sitio desde donde nosotros mismos lanzamos la mirada y las
limitaciones y ventajas que eso conlleva, es decir una teoría del observador.
Después, es importante ver cómo los enunciados son usados diacrónicamente, teniendo en
cuenta –siguiendo a Foucault- las homogeneidades y heterogeneidades enunciativas, e
incluso la enunciación desde varios lugares, que pueden llevar, tanto en la sincronía cuanto
en la diacronía, a contradicciones que hay que ubicar y detectar. Ellas se detectan cuando las
oposiciones toman cuerpo, y es precisamente ahí cuando se comienza a describir el espacio
de esas disensiones.
El alumno lo puede verificar en El taller de los espejos, con el enunciado “ pureza de la fe ”, en
cuanto que éste fue acuñado para que se considerara la máxima fundamental del cristianismo
la obediencia en conciencia al soberano como principio fundamental de reaseguro de la
subordinación de América, verdadera bomba que acaba explotando después, y volviéndose en
contra de la misma Metrópoli, cuando éste no está. (Cáp. IV, V, y Conclusión).
Universidad Nacional de Tres de Febrero UNTREF Virtual
| Seminario de Historia Cultural e Historiografía II. Problemas de Historia Cultural
10/10