una comedia sobre el tiempo recobrado · film de harold ramis. en hechizo, el protagonista se...

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6 | espectáculos | Viernes 8 de noViembre de 2013 C omo si se tratara de una cele- bración, a 20 años de la obra maestra Hechizo del tiempo (Groundhog Day) llega lo más pa- recido a una secuela de esa película que se haya hecho hasta este mo- mento. No son los mismos persona- jes, no está el meteorólogo interpre- tado por Bill Murray, no es la misma historia, pero hay lazos innegables. En Cuestión de tiempo, los hombres de una familia reciben, al cumplir 21 años, la noticia de que tienen un don: viajar en el tiempo, pero solamente hacia su propio pasado, con lo que pueden modificar su presente. De esta manera, o mediante este punto de partida argumental, Cuestión de tiempo vuelve sobre algunos temas de Hechizo: ¿qué hacer con el tiem- po (el “extra” es la clave de ambas películas) que nos es dado? ¿Cómo aprovechar la posibilidad del “ensa- yo” en la vida real? Este extraordi- nario film escrito y dirigido por Ri- chard Curtis dialoga con el sublime film de Harold Ramis. En Hechizo, el protagonista se ubicaba solo y el núcleo del relato era la llegada del amor mediante el mejoramiento in- dividual. En Cuestión se amplía el ar- co temporal y el arco de relaciones. La historia romántica no marca el final aquí. Hay más: ser novios, ser padres, ser hijos, ser hermanos. Tim (Domhnall Gleeson), como buen protagonista de comedia ro- mántica, no tiene todo claro. Su don lo ayudará a resolver algunas cosas; otras tendrá que aceptarlas con otras maduraciones, otras re- signaciones, otras sabidurías, otras alegrías. Mary está interpretada por Rachel McAdams, una de esas actri- ces que por ser demasiado bella no recibe todos los premios que me- rece. El padre de Tim es Bill Nighy (siempre presente en las películas del director), experto en ese humor sin énfasis que disimula las emocio- nes hasta que éstas llegan y se hacen especialmente fuertes. La película de Richard Curtis, ade- más de tener decenas de situaciones plenas de gracia, timing perfecto y sutiles implicancias que se derivan de una escritura fluida a todo nivel, es enormemente ambiciosa: apunta a emociones universales y a muchas de ellas. Y con pliegues en el tiempo. Es verdad que hay desajustes lógicos o detalles no del todo claros, pero el objetivo de Curtis no es el de hacer una película con rigor científico; en ese sentido, el film es como el perso- naje del tío Edmond: está pensando en otra cosa y tal vez se hace el dis- traído ante lo que no le importa. Los viajes en el tiempo le sirven a Curtis –guionista de Cuatro bodas y un funeral y Notting Hill; director y guionista de Realmente amor– pa- ra abarcar el arco temático y emo- cional que busca. Curtis se anima, y si ha tenido el coraje de remitir a Hechizo del tiempo no rehuirá de la reflexión intensa acerca del amor y del tiempo (la vida). Quiere saber y quiere contar, y quiere emocionar y divertir, nobles propósitos a los que llega con una forma que está clara desde el inicio. Padres amables y amantes y con sentido del humor, hermana y tío excéntricos, una casa a la que lla- mar idílica es quedarse corto, la cos- tumbre del té en la playa todos (pe- ro todos) los días: desde la primera secuencia es evidente que estamos ante un cuento de hadas y uno múl- tiple, que va más allá de la parejita. Éste es un cuento de hadas familiar con viajes en el tiempo. Cuestión de tiempo no es una pe- lícula perfecta: hay diálogos que podrían ser menos explícitos, hay alguna música que sobra, hay zo- nas no del todo claras en la lógica temporal. Pero esas objeciones me- nores se hacen irrelevantes ante la grandeza vital de esta película y su apuesta máxima de usar el cine, arte del tiempo, para resaltar las mara- villas cercanas de cada nuevo día.ß Javier Porta Fouz Una comedia sobre el tiempo recobrado cine cuestión de tiempo (about time, Reino unido/2013). ★★★★★ excelente. dirección y guión: Richard Curtis. elenco: Domhnall Gleeson, Rachel McAdams, Bill Nighy, Lydia Wilson, Lindsay Duncan, Mar- got Robbie, Will Merrick, Vanessa Kirby. duración: 123 min. distribuido- ra: UIP. calificación: apta para todo público. uip Domhall Gleeson y Rachel McAdams, el dúo protagónico del film de Curtis las bRujas (las bRujas de zugaRRamuRdi, espa- ña/2013. ★★★★ muy buena. direc- ción: Alex de la Iglesia. guion: Alex de la Iglesia y Jorge Guerricaeche- varría. con: Hugo Silva, Mario Casas, Jaime Ordóñez, Carmen Maura. du- ración: 115 min. calificación: apta para mayores de 13 años. lluvia de hambuRguesas 2 (cloudy with a chance of meatballs 2, ee.uu./2013) ★★★ buena. dirección: Cody Came- ron y Kris Pearn. guión: Judi Barrett, Ron Barrett, John Francis Daley y Jonathan M. Goldstein. música: Mark Mothersbaugh. edición: Robert Fis- her Jr. y Stan Webb. diseño de produc- ción: Justin Thompson. distribuido- ra: UIP/Sony Pictures. duración: 95 minutos. calificación: apta para todo público. producciónanimadaensalas normales y 3d. S ehahabladomuchoynomuy bien de Las brujas desde su estreno en España, en sep- tiembre pasado. La nueva película del bilbaíno Alex de la Iglesia –exhi- bida primero en la sección Midnight Madness del último Festival de To- ronto y luego, fuera de competencia, en el de San Sebastián– recibió más palazos que elogios, casi todos con el mismo argumento: se le reconoce una gran primera mitad y se le se- ñala con mucha saña un derrumbe posterior que desdibuja ese inicio poderoso, de ritmo trepidante. Inspirado en la historia de cua- renta mujeres procesadas por la Inquisición española en el peque- ño pueblito de Navarra del título original (doce de ellas terminaron en la hoguera acusadas de bruje- ría), el film marca el reencuentro de De la Iglesia con Jorge Guerri- caechevarría, su colaborador ha- bitual hasta que decidieron tomar caminos separados tras el estreno de Los crímenes de Oxford, otra pe- lícula muy discutida del ex director de la Academia de Cine española. El film arranca con un desopi- lante robo a una joyería en pleno centro de Madrid protagonizado por un par de presuntas estatuas vivientes, un grupo de secuaces camuflados con disfraces de per- sonajes célebres de series de dibu- jos animados y un niño de 8 años armado hasta los dientes y muy L luvia de hamburguesas fue hace cuatro años no sólo un inmenso éxito comercial, sino también una gran sorpresa artística (tanto a nivel de inventiva visual como de irreverencia narra- tiva). La secuela, por lo tanto, era inevitable en una industria como la de Hollywood –y más aún en el negocio de la animación–, siempre proclive a explotar sagas que fun- cionan bien en ambos terrenos. Ya sin Phil Lord ni Chris Miller en la dirección (optaron por incur- sionar en la ficción con Comando especial y regresar luego a la ani- mación con la inminente Lego: La gran aventura), esta segunda entre- ga encuentra a dos realizadores sin tanto renombre (Cody Cameron y Kris Pearn), aunque con un resul- tado final más que digno. Este nuevo film arranca exacta- mente donde había terminado el anterior. Luego de la devastadora tormenta de alimentos que arrasó la isla Swallow Falls, llega al lugar el famoso inventor Chester V con la excusa de que la corporación de su sagaz a la hora de disparar. Toda esa secuencia de apertura combi- na acción con humor de manera ejemplar y está resuelta cinemato- gráficamente de manera notable. Cercado por la policía, el grupo que encabeza el golpe –un padre divorciado que pretende llevar a su hijo a Disneylandia París, el amigo mujeriego y no muy lúcido que lo se- cunda y el niño pistolero– termina escapando rumbo a Francia junto con un taxista casualmente involu- crado en la huida y un pasajero ate- rrorizado y obsesionado con llegar a Badajoz. Y justamente cuando lle- ga a Zugarramurdi, la pequeña villa vasca presentada como el fantasmal centro de operaciones de un grupo de malévolas brujas, empieza un raid aún más delirante, donde De la Iglesia da rienda suelta a su pirotéc- nica imaginación visual. Es cierto que la historia se desme- lena por completo en ese segundo tramo, pero también que la película conserva la gracia para los gags y las escenas de acción, además de sos- tener un atrapante ritmo narrativo. Calificado ligeramente de misógino, el nuevo trabajo del director de la ce- lebrada El día de la bestia respondió la acusación al declarar que “las mujeres son malas y buenas, son lo mejor y lo peor de la vida”, y confesó que el principal motor de la historia fue su proverbial incapacidad para relacionarse con el sexo opuesto. Si hay una lectura que no aplica para esta comedia negra y dispara- tada es la de la corrección política. Conviene, como admite uno de los protagonistas, insólitamente entu- siasmado en una situación límite cuando las brujas lo toman como rehén, dejarse llevar, entregarse al viaje alucinado y excesivo que pro- pone un De la Iglesia menos reprimi- do que nunca.ß Alejandro Lingenti propiedad está encargada de lim- piar el lugar. El veterano científico quiere, en verdad, quedarse con el Súper Duplicador de Comida Diná- mico Mutante Diatómico que el jo- ven y entusiasta protagonista, Flint Lockwood, creó en la primera en- trega. Chester –el malvado de tur- no– engaña a Flint convocándolo para trabajar en un laboratorio que reúne a las mentes más brillantes del planeta. Flint, prototípico anti- héroe lleno de inocencia y buenas intenciones, cree haber tocado el cielo con las manos, pero –claro– la decepción será dura cuando em- piece a descubrir la trama oculta pergeñada por su hasta entonces ídolo. En la segunda parte (de esta segunda parte), Flint y sus amigos deberán regresar a la isla para ase- gurarse de que Chester no se haga del Súper Duplicador de Comida, pero allí tendrán que enfrentarse también con unas hambrientas y exóticas criaturas. La película decae un poco en la mitad final, aunque las referencias al género de zombis y mutantes o a films como Jurassic Park, sumados a los graciosos monstruos (mezclas de comida con animales) y a una estética –entre colorida y lisérgica– que por momentos remite al clási- co Submarino Amarillo terminan compensando cierta sensación de fatiga que puede generar la acumu- lación de desventuras y el vértigo en el que ingresan los múltiples perso- najes. En definitiva, y aun cuando no alcanza los picos creativos de la película original, estamos ante una secuela que no desentona. Y eso, en un mercado que muchas veces tra- baja sus productos en serie, no es un logro menor.ß Diego Batlle Viaje alucinado e incorrecto Continuación que no desentona alfa films uip Un desopilante derrotero fantasmal Los alimentos buscan venganza cine cine

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6 | espectáculos | Viernes 8 de noViembre de 2013

Como si se tratara de una cele-bración, a 20 años de la obra maestra Hechizo del tiempo

(Groundhog Day) llega lo más pa-recido a una secuela de esa película que se haya hecho hasta este mo-mento. No son los mismos persona-jes, no está el meteorólogo interpre-tado por Bill Murray, no es la misma historia, pero hay lazos innegables. En Cuestión de tiempo, los hombres de una familia reciben, al cumplir 21 años, la noticia de que tienen un don: viajar en el tiempo, pero solamente hacia su propio pasado, con lo que pueden modificar su presente. De esta manera, o mediante este punto de partida argumental, Cuestión de tiempo vuelve sobre algunos temas de Hechizo: ¿qué hacer con el tiem-po (el “extra” es la clave de ambas películas) que nos es dado? ¿Cómo aprovechar la posibilidad del “ensa-yo” en la vida real? Este extraordi-nario film escrito y dirigido por Ri-chard Curtis dialoga con el sublime film de Harold Ramis. En Hechizo, el protagonista se ubicaba solo y el núcleo del relato era la llegada del amor mediante el mejoramiento in-dividual. En Cuestión se amplía el ar-co temporal y el arco de relaciones. La historia romántica no marca el final aquí. Hay más: ser novios, ser padres, ser hijos, ser hermanos.

Tim (Domhnall Gleeson), como

buen protagonista de comedia ro-mántica, no tiene todo claro. Su don lo ayudará a resolver algunas cosas; otras tendrá que aceptarlas con otras maduraciones, otras re-signaciones, otras sabidurías, otras alegrías. Mary está interpretada por Rachel McAdams, una de esas actri-ces que por ser demasiado bella no recibe todos los premios que me-rece. El padre de Tim es Bill Nighy (siempre presente en las películas del director), experto en ese humor sin énfasis que disimula las emocio-nes hasta que éstas llegan y se hacen especialmente fuertes.

La película de Richard Curtis, ade-más de tener decenas de situaciones plenas de gracia, timing perfecto y sutiles implicancias que se derivan de una escritura fluida a todo nivel, es enormemente ambiciosa: apunta a emociones universales y a muchas

de ellas. Y con pliegues en el tiempo. Es verdad que hay desajustes lógicos o detalles no del todo claros, pero el objetivo de Curtis no es el de hacer una película con rigor científico; en ese sentido, el film es como el perso-naje del tío Edmond: está pensando en otra cosa y tal vez se hace el dis-traído ante lo que no le importa.

Los viajes en el tiempo le sirven a Curtis –guionista de Cuatro bodas y un funeral y Notting Hill; director y guionista de Realmente amor– pa-ra abarcar el arco temático y emo-cional que busca. Curtis se anima, y si ha tenido el coraje de remitir a Hechizo del tiempo no rehuirá de la reflexión intensa acerca del amor y del tiempo (la vida). Quiere saber y quiere contar, y quiere emocionar y divertir, nobles propósitos a los que llega con una forma que está clara desde el inicio.

Padres amables y amantes y con sentido del humor, hermana y tío excéntricos, una casa a la que lla-mar idílica es quedarse corto, la cos-tumbre del té en la playa todos (pe-ro todos) los días: desde la primera secuencia es evidente que estamos ante un cuento de hadas y uno múl-tiple, que va más allá de la parejita. Éste es un cuento de hadas familiar con viajes en el tiempo.

Cuestión de tiempo no es una pe-lícula perfecta: hay diálogos que podrían ser menos explícitos, hay alguna música que sobra, hay zo-nas no del todo claras en la lógica temporal. Pero esas objeciones me-nores se hacen irrelevantes ante la grandeza vital de esta película y su apuesta máxima de usar el cine, arte del tiempo, para resaltar las mara-villas cercanas de cada nuevo día.ß Javier Porta Fouz

Una comedia sobre el tiempo recobradocine

cuestión de tiempo (about time, Reino unido/2013). ★★★★★ excelente. dirección y guión:

Richard Curtis. elenco: Domhnall

Gleeson, Rachel McAdams, Bill Nighy,

Lydia Wilson, Lindsay Duncan, Mar-

got Robbie, Will Merrick, Vanessa

Kirby. duración: 123 min. distribuido-

ra: UIP. calificación: apta para todo

público.

uipDomhall Gleeson y Rachel McAdams, el dúo protagónico del film de Curtis

las bRujas (las bRujas de z u g a R R a m u R di , e s pa-ña/2013. ★★★★ muy buena. direc-

ción: Alex de la Iglesia. guion: Alex

de la Iglesia y Jorge Guerricaeche-

varría. con: Hugo Silva, Mario Casas,

Jaime Ordóñez, Carmen Maura. du-

ración: 115 min. calificación: apta

para mayores de 13 años.

lluvia de hambuRguesas 2 (cloudy with a chance of meatballs 2, ee.uu./2013) ★★★ buena. dirección: Cody Came-

ron y Kris Pearn. guión: Judi Barrett,

Ron Barrett, John Francis Daley y

Jonathan M. Goldstein. música: Mark

Mothersbaugh. edición: Robert Fis-

her Jr. y Stan Webb. diseño de produc-

ción: Justin Thompson. distribuido-

ra: UIP/Sony Pictures. duración: 95

minutos. calificación: apta para todo

público. producción animada en salas

normales y 3d.

Se ha hablado mucho y no muy bien de Las brujas desde su estreno en España, en sep-

tiembre pasado. La nueva película del bilbaíno Alex de la Iglesia –exhi-bida primero en la sección Midnight Madness del último Festival de To-ronto y luego, fuera de competencia, en el de San Sebastián– recibió más palazos que elogios, casi todos con el mismo argumento: se le reconoce una gran primera mitad y se le se-ñala con mucha saña un derrumbe posterior que desdibuja ese inicio poderoso, de ritmo trepidante.

Inspirado en la historia de cua-renta mujeres procesadas por la Inquisición española en el peque-ño pueblito de Navarra del título original (doce de ellas terminaron en la hoguera acusadas de bruje-ría), el film marca el reencuentro de De la Iglesia con Jorge Guerri-caechevarría, su colaborador ha-bitual hasta que decidieron tomar caminos separados tras el estreno de Los crímenes de Oxford, otra pe-lícula muy discutida del ex director de la Academia de Cine española.

El film arranca con un desopi-lante robo a una joyería en pleno centro de Madrid protagonizado por un par de presuntas estatuas vivientes, un grupo de secuaces camuflados con disfraces de per-sonajes célebres de series de dibu-jos animados y un niño de 8 años armado hasta los dientes y muy

L luvia de hamburguesas fue hace cuatro años no sólo un inmenso éxito comercial,

sino también una gran sorpresa artística (tanto a nivel de inventiva visual como de irreverencia narra-tiva). La secuela, por lo tanto, era inevitable en una industria como la de Hollywood –y más aún en el negocio de la animación–, siempre proclive a explotar sagas que fun-cionan bien en ambos terrenos.

Ya sin Phil Lord ni Chris Miller en la dirección (optaron por incur-sionar en la ficción con Comando especial y regresar luego a la ani-mación con la inminente Lego: La gran aventura), esta segunda entre-ga encuentra a dos realizadores sin tanto renombre (Cody Cameron y Kris Pearn), aunque con un resul-tado final más que digno.

Este nuevo film arranca exacta-mente donde había terminado el anterior. Luego de la devastadora tormenta de alimentos que arrasó la isla Swallow Falls, llega al lugar el famoso inventor Chester V con la excusa de que la corporación de su

sagaz a la hora de disparar. Toda esa secuencia de apertura combi-na acción con humor de manera ejemplar y está resuelta cinemato-gráficamente de manera notable.

Cercado por la policía, el grupo que encabeza el golpe –un padre divorciado que pretende llevar a su hijo a Disneylandia París, el amigo mujeriego y no muy lúcido que lo se-cunda y el niño pistolero– termina escapando rumbo a Francia junto con un taxista casualmente involu-crado en la huida y un pasajero ate-rrorizado y obsesionado con llegar a Badajoz. Y justamente cuando lle-ga a Zugarramurdi, la pequeña villa vasca presentada como el fantasmal centro de operaciones de un grupo de malévolas brujas, empieza un raid aún más delirante, donde De la Iglesia da rienda suelta a su pirotéc-nica imaginación visual.

Es cierto que la historia se desme-lena por completo en ese segundo tramo, pero también que la película conserva la gracia para los gags y las escenas de acción, además de sos-tener un atrapante ritmo narrativo. Calificado ligeramente de misógino, el nuevo trabajo del director de la ce-lebrada El día de la bestia respondió la acusación al declarar que “las mujeres son malas y buenas, son lo mejor y lo peor de la vida”, y confesó que el principal motor de la historia fue su proverbial incapacidad para relacionarse con el sexo opuesto.

Si hay una lectura que no aplica para esta comedia negra y dispara-tada es la de la corrección política. Conviene, como admite uno de los protagonistas, insólitamente entu-siasmado en una situación límite cuando las brujas lo toman como rehén, dejarse llevar, entregarse al viaje alucinado y excesivo que pro-pone un De la Iglesia menos reprimi-do que nunca.ß Alejandro Lingenti

propiedad está encargada de lim-piar el lugar. El veterano científico quiere, en verdad, quedarse con el Súper Duplicador de Comida Diná-mico Mutante Diatómico que el jo-ven y entusiasta protagonista, Flint Lockwood, creó en la primera en-trega. Chester –el malvado de tur-no– engaña a Flint convocándolo para trabajar en un laboratorio que reúne a las mentes más brillantes del planeta. Flint, prototípico anti-héroe lleno de inocencia y buenas intenciones, cree haber tocado el cielo con las manos, pero –claro– la decepción será dura cuando em-piece a descubrir la trama oculta pergeñada por su hasta entonces ídolo. En la segunda parte (de esta segunda parte), Flint y sus amigos deberán regresar a la isla para ase-gurarse de que Chester no se haga del Súper Duplicador de Comida, pero allí tendrán que enfrentarse también con unas hambrientas y exóticas criaturas.

La película decae un poco en la mitad final, aunque las referencias al género de zombis y mutantes o a films como Jurassic Park, sumados a los graciosos monstruos (mezclas de comida con animales) y a una estética –entre colorida y lisérgica– que por momentos remite al clási-co Submarino Amarillo terminan compensando cierta sensación de fatiga que puede generar la acumu-lación de desventuras y el vértigo en el que ingresan los múltiples perso-najes. En definitiva, y aun cuando no alcanza los picos creativos de la película original, estamos ante una secuela que no desentona. Y eso, en un mercado que muchas veces tra-baja sus productos en serie, no es un logro menor.ß Diego Batlle

Viaje alucinado e incorrecto

Continuación que no desentona

alfa films

uip

Un desopilante derrotero fantasmal

Los alimentos buscan venganza

cine

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