un escenario para el libro de mormon en la america antigua - john l. sorenson

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Prólogo En 1964 Gordon H. Fraser publicó esta declaración con cinismo: “el hecho de que el Libro de Mormón esté desprovisto de cualquier contenido literario, historia creíble, biografía, romance o enseñanza ética, es garantía de que no será leído o analizado de manera concienzuda; por lo tanto no hay peligro de que el lector medio, al estudiarlo, llegue al punto de tener una opinión sobre su credibilidad.” El libro que está ahora en sus manos demuestra el error y los prejuicios de la triste valoración de Fraser. Aquí hay una historia consistente. Aquí están los resultados de una lectura cuidadosa. Aquí hay una información creíble que sitúa al Libro de Mormón en el entorno del Nuevo Mundo de la antigüedad. Este libro ha estado en preparación muchos años y perdurará durante años. Se requerirá su lectura a todos aquellos interesados en la antigüedad del Libro de Mormón. Aquellos que hagan observaciones acerca de la historicidad de los registros que se encuentran en el Libro de Mormón de ahora en adelante o son unos irresponsables o no están informados o ignoran la presente obra del doctor Sorenson. Así como este estudio será fundamental para las investigaciones futuras, también es el producto de la tendencia, de las últimas tres décadas, hacia un estudio serio del Libro de Mormón. Muchos de los que lean este libro pueden apreciar lo lejos que han llegado estos estudios. Durante estos años, se han tomado diferentes vías para investigar sobre el Libro de Mormón. Algunas han sido apologéticas, hostiles, polémicas o eclécticas. Algunas han representado al Libro de Mormón como una prueba de la autenticidad, fecundidad y poder de la Restauración bajo el liderazgo del profeta José Smith. Eruditos santos de los últimos días, como George IX

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Prólogo

En 1964 Gordon H. Fraser publicó esta declaracióncon cinismo: “el hecho de que el Libro de Mormónesté desprovisto de cualquier contenido literario,historia creíble, biografía, romance o enseñanza ética,es garantía de que no será leído o analizado de maneraconcienzuda; por lo tanto no hay peligro de que ellector medio, al estudiarlo, llegue al punto de tener unaopinión sobre su credibilidad.”

El libro que está ahora en sus manos demuestra elerror y los prejuicios de la triste valoración de Fraser.Aquí hay una historia consistente. Aquí están losresultados de una lectura cuidadosa. Aquí hay unainformación creíble que sitúa al Libro de Mormón enel entorno del Nuevo Mundo de la antigüedad.

Este libro ha estado en preparación muchos años yperdurará durante años. Se requerirá su lectura a todosaquellos interesados en la antigüedad del Libro deMormón. Aquellos que hagan observaciones acerca dela historicidad de los registros que se encuentran en elLibro de Mormón de ahora en adelante o son unosirresponsables o no están informados o ignoran lapresente obra del doctor Sorenson.

Así como este estudio será fundamental para lasinvestigaciones futuras, también es el producto de latendencia, de las últimas tres décadas, hacia un estudioserio del Libro de Mormón. Muchos de los que leaneste libro pueden apreciar lo lejos que han llegadoestos estudios.

Durante estos años, se han tomado diferentes víaspara investigar sobre el Libro de Mormón. Algunashan sido apologéticas, hostiles, polémicas o eclécticas.Algunas han representado al Libro de Mormón comouna prueba de la autenticidad, fecundidad y poder de laRestauración bajo el liderazgo del profeta José Smith.Eruditos santos de los últimos días, como George

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PROLOGOX

Reynolds y B. H. Roberts, han sugerido la necesidadde un examen sincero y sistemático de los librosseculares relevantes, pero ellos no podían prevercuándo se llevaría a cabo un trabajo serio histórico yanalítico.

El surgimiento de metodologías histórico-críticas enlos estudios bíblicos (lo que una vez B. H. Robertsllamó “colgar grandes pesos con hilos finos”) trajoconsigo técnicas para examinar el lenguaje y lacomposición de las escrituras hebreas antiguas, y se haprobado que éstas son efectivas a la hora de examinarlos textos del Libro de Mormón. El sorprendentedescubrimiento de documentos como los rollos delMar Muerto también invitó a los especialistas santosde los últimos días a comparar el material que nos dael Libro de Mormón con las prácticas de otros pueblosreligiosos antiguos. Sidney B. Perry adoptó la línealingüística; él dijo a menudo que, sólo basándose ensus conocimientos del hebreo, sabía que el Libro deMormón no podía haber tenido su or igenexclusivamente en el siglo XIX. Durante algunos años,el curso que dio en la Universidad de Brigham Youngsobre “El comportamiento y las costumbres hebreas”examinó caso por caso la narrativa del Libro deMormón, demostrando que el l ibro tenía origenhebreo. Hugh W. Nibley y M. Wells Jakeman, mientrastanto, examinaban el contexto. Jakeman elaboró unmarco donde el Libro de Mormón encajaba, entérminos de la tradición mesoamericana, mientras queel profesor Nibley siguió la pista, con sorprendenteperspicacia, a enormes cantidades de materialeshistóricos que encuadraron al libro en la época y en elemplazamiento en el que declaraba estar escrito.

Pero Nibley no hizo ningún esfuerzo por precisarconexiones con el Nuevo Mundo. “¿Que hay de lasextraordinar ias ruinas de América Central?”,reflexiona. “Hasta que los que estudian esa áreapuedan llegar a un acuerdo entre ellos mismos en lo

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que respecta a lo que han encontrado, el resto denosotros no podemos muy bien comenzar a sacarconclusiones.” Ahora bien, tanta precaución puederevelar posibilidades concretas. Con el planteamientodel doctor Sorenson, ha comenzado en serio el procesode entrever un contexto geográfico y arqueológicoexplícito. El presenta un modelo de marco verosímilpara el Libro de Mormón en la América antigua. Estemodelo presta atención a los detalles que se han dadoen las descripciones de las t ierras del Libro deMormón, de los movimientos en las batallas, de lasciudades construidas y abandonadas, y de los datosgeográficos. Sugiere que las tierras altas de Guatemalason buenas candidatas para ser la tierra de Nefi, que elistmo de Tehuantepec cumple todos los requisitos paraser la estrecha “lengua de tierra,” y que otros cientosde hechos encajan en su lugar cuando se lleva estateoría a sus conclusiones lógicas. Este es un modelo yuna hipótesis para que la consideren otros especialistasmormones y no mormones. A diferencia de muchos desus predecesores, el doctor Sorenson insiste en queeste modelo no se debe considerar sacrosanto. Invita ahacer consideraciones cr í t icas a la vez quecorroborativas.

¿Cómo lo hace? Dicho en pocas palabras, hace máspreguntas que da respuestas. No deja piedra por mover.Sopesa sus palabras meticulosa y cuidadosamente. Encada hoja le esperan al lector grandes sorpresas e ideasque merecen la pena. Hace preguntas como: “¿Quiéneseran esos pueblos, en términos arqueológicos?” “¿Quéapariencia pudieron haber tenido?” “¿Quiénes eran susvecinos?” “¿Cuántos nefitas había allí?” “¿Cómovivían, comían, hablaban, trabajaban y luchaban?”Luego encuentra respuestas plausibles para estaspreguntas haciendo corresponder datos específicosfiables, provenientes de estudios arqueológicos yantropológicos sobre Mesoamérica, con todo elespectro de información cultural e histórica que se

PROLOGOXII

encuentra en el Libro de Mormón. Este enfoque espanorámico y est imulante; ve cosas que,sencillamente, no se han visto antes.

Una buena pregunta vale tanto como mediarespuesta; sin embargo, una buena respuesta hacesurgir todavía más preguntas. Este libro nunca hacaído en el error de pretender que una confirmación esuna “prueba” definitiva. Lo más que puede conseguirun enfoque científico dentro de su terreno, como encualquier otro, es lograr un grado de probabilidad.Está claro que este libro lo hace de manera plausible,aunque (ineludiblemente) todavía quedan preguntas.Así la dimensión religiosa queda “entre paréntesis”,por muy interesantes que resulten estos estudios parausos apologéticos. En su favor, John Sorenson esextremada y consistentemente consciente de estaslimitaciones.

Un Marco Geográfico para el Libro de Mormón enla Antigua América , escribe, por primera vez, lahistoria cultural y natural de Nefi en el contexto de larealidad del hemisferio americano. Aunque siemprepuede que haya resistencia y controversia en torno alLibro de Mormón, aquí hay una invitación consistentepara continuar las investigaciones y su comprensión.No se puede rechazar el libro como lo hace Fraser, conun manotazo de menosprecio.

Leonard J. Arrington

Truman G. Madsen

John W. Welch

Prefacio

El conocimiento que contiene este libro habríatardado más tiempo en aparecer y tenido alguna otraforma sin la insistencia y ayuda de algunas personas enparticular. Para 1974, yo llevaba veinticinco añostrabajando en la relación entre el Libro de Mormón ylos datos geográficos y culturales de Mesoamérica,pero me sentía poco proclive a imponer mis opinionesal público o a mis colegas. David A. Palmer meinsistió por entonces para que preparara un escritoexplicando y documentando mi opinión; se ofreció ahacerlo circular privadamente para que un gruposelecto lo analizara, junto a un artículo que adoptarauna posición diferente. A partir del intercambio decomentarios, Palmer y otros se convencieron de que mimaterial debía conocerse mejor, así que persuadió amiembros del personal de varias oficinas de la Iglesiade Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días paraque me escucharan. En el otoño de 1975 nos reunimosuna tarde por semana, en Salt Lake City, y presentécon cierto detalle una versión de lo que está en estelibro.

Jay Todd, director administrativo de la Ensign, queparticipó en aquellas sesiones, me invitó a prepararuna serie de artículos para la revista general de laIglesia. El y su personal (principalmente LavinaFielding Anderson y Lane Johnson) t rabajaronextensamente para mejorar lo que yo producía. Sin lacontinua fe del director Todd en la importancia denuestro proyecto, yo no habría persistido. Pero no fuesino hasta 1983 cuando nuestros intentos de que elmaterial estuviera expresado en condiciones aceptablespara su publicación en la Ensign llegaron a término sinéxito. Para entonces unas 1.500 fotocopias de unaversión anterior del libro llevaban circulando entre

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PREFACIOXIV

personas que habían sabido de él por medio de susamigos. Parecía claro que su publicación como librosatisfaría una amplia necesidad.

La Fundación para la Invest igación de laAntigüedad y Estudios Mormones1 se decidió en 1983a publicar el libro. John Welch y Kirk Magleby hansido acérrimos partidarios de esta decisión y hanallanado considerablemente el camino. A otros hay queagradecer el haber puesto las bases para la entusiastaparticipación de la Compañía de Libros Deseret2 comoeditora junto a F.A.R.M.S.

Sería imposible reconocer expresamente a todos losque debería dar gracias pero sobresalen algunos:George Reynolds por A Complete Concordance of theBook of Mormon3, una valiosa herramienta de trabajo;Tom Ferguson, por proporcionarme mi pr imeraexperiencia sobre el terreno en Mesoamérica; HughNibley, por su ejemplo de paciencia e integridad queme impulsó a no cejar en esta tarea por otras menosimportantes; Ben Alexander, que me enseñó laimportancia de concebir lo inconcebible; mis amigos,que me han proporcionado el prefacio; los editores,incluyendo Don Norton y Jack Lyon, por obligarme adecir lo que yo quería expresar; Kathryn, mi mujer,que falleció posteriormente, porque nunca se quejó deltiempo que me costó; y a los arqueólogos, benditossean, que siguieron excavando bajo condicionesabsurdas en las que personas más racionales hubieranoptado por la comodidad. Tom Peterson y SteveGordon prepararon valiosos mapas, y Gary Gillumhizo los índices . Si hay fal los en el l ibro, sonindudablemente debidos a mis propias limitaciones, noa las de otros. Naturalmente, las opiniones que se

1.-Foundation for Ancient Research and Mormon Studies(F.A.R.M.S.) (N. del T.).

2.-Deseret Book Company (N. del T.)3.-”Una Concordancia Completa del Libro de Mormón”(N. del T.)

PREFACIO XV

expresan son estrictamente mías y no pretendenrepresentar las de la Universidad de Brigham Young,donde yo trabajo, las de la Iglesia de Jesucristo de losSantos de los Ultimos Días, la Fundación para laInvestigación de la Antigüedad y Estudios Mormonesni las de la Compañía de Libros Deseret.

Todas las ganancias por los derechos de autor de laventa del l ibro i rán a la Fundación para laInvest igación de la Antigüedad y los EstudiosMormones, para que continúe su investigación de lasescrituras.

Introducción

El Libro de Mormón formó parte de mi ambientecultural general mientras crecía en el valle Caché enUtah, algo que se me había dado de manera tanincuestionada como las montañas que se encontrabanal este de mi casa. Durante mis primeras clasesuniversitarias (de ciencias), la guerra, y mi misión enPolinesia, todo lo cual me mantuvo ocupado la décadade los cuarenta, el libro simplemente estaba allí, comopunto de referencia y fuente de inspiración en la quetenía una incuestionable confianza. Ni entonces ni másadelante tuve que preguntar: ¿es este libro cierto?Nunca pedí apoyo externo para mi confirmaciónprivada, de la cual ya disfrutaba.

Cuando llegué a la Universidad de Brigham Youngen 1949 con mi mujer y un hijo, había decidido sinningún motivo racional dedicarme a los estudiosarqueológicos. Durante los próximos tres años losprofesores Jakeman, Nibley, y Sperry me hicieronentender que el Libro de Mormón no era sólo unafuente de información religiosa sino también undesafiante acertijo intelectual e histórico. Llegué averlo como un documento tan sutil y complejo queprácticamente pedía ser analizado y entendido endiferentes términos. Mientras profundizaba misconocimientos sobre arqueología, historia e idiomas,cientos de preguntas atrajeron mi atención, preguntasque las discipl inas académicas que yo estabacomenzando a investigar prometían poder responderalgún día.

Los años que transcurrieron me condujeron amuchos otros intereses aunque continué fascinado pormuchas de aquellas preguntas. Desde entonces, milesde días de detenida investigación han disciplinado miinicial ingenuidad, pero no importa que otra cosadesvíe mi atención, siempre termino volviendo al

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INTRODUCCION XVII

mismo asunto, haciéndome eco del acertado consejo deThoreau: “Haz lo que quieres, reconoce tu propiohueso; róelo, ent iérralo, desent iérralo y s igueroyéndolo.”

El hueso que he estando royendo durante estos añosha sido “¿Cómo sucedieron los hechos que se narranen el Libro de Mormón?”. En vez de probar de algunamanera que esos hechos ocurrieron realmente, lo queme ha preocupado ha sido la complejidad de suhistoria: el intrincado proceso humano e histórico quees el telón de fondo de su mensaje espiritual principal.Y cada vez que volvía al relato una y otra vez, inclusodespués de décadas de investigación, encontraba que ellibro ganaba en amplitud y profundidad de significado,al mismo tiempo que yo ganaba en perspectiva culturale histórica sobre las vidas de las personas que el librodescr ibe. En resumen, he podido obtener a lgúnconocimiento del contexto que Brigham Young nosinstó a conseguir respecto a las escrituras: ¿Leeís lasescrituras, hermanos y hermanas, como si las hubieraisescrito hace mil, dos mil, o cinco mil años? ¿Las leeíscomo si estuviérais en el lugar de los hombres que lasescribieron? Si no os sentís así, tenéis el privilegio dehacerlo.”4 Este tipo de conocimiento del contextorequiere más que el mero estudio del texto comoescritura, ni es suficiente tampoco el estudio erudito desu geografía. Son necesarios ambos conjuntamente.Entender cómo eran los nefitas y jareditas, sus lugaresde asentamiento, lo que comía la gente , cómopensaban, las fuerzas que moldearon su historia, nosayuda a entender más claramente lo que dijeron susprofetas

Algunos lectores del libro no parecen concederimportancia al conocimiento del contexto; otros loconsideran imposible. Para mí, la Biblia es un ejemplo

4.- John Widtsoe, ed., Discourses of Brigham Young (Salt LakeCity: Deseret Book Co., 1941), pág. 128.

INTRODUCCIONXVIII

en este aspecto. Los eruditos de la Biblia han aclaradoese texto de escritura; mostrando la interacción entrelas influencias divinas y humanas y estableciendo laBiblia como un registro aún más profundo, porque estáafianzada en una compleja realidad temporal, espacialy de comportamiento. Yo he intentado buscar lo mismoen Lehi, su pueblo y su libro.

La tarea de establecer un marco geográfico real parael Libro de Mormón es enorme y desafiante. Lasinvestigaciones de algunos santos de los últimos días yde otros durante los últimos 40 años han hecho posibleque conozcamos bastantes detalles concretos sobre laJerusalén desde la cual Lehi condujo a su familia; ennuestra imaginación ahora podemos seguir a su grupo através de una hilera de campamentos a lo largo del MarRojo en la Península Arábiga y cruzar hacia unadeterminada “Tierra de Abundancia” en la costa deHadhramaut.5

Pero desde el momento en que el grupo subió albarco de Nefi e inició su viaje hacia el Océano Indicoperdemos esa sensación de sol idez. Después dedesembarcar en el Nuevo Mundo, se encuentran en“algún lugar” impreciso. Hasta hace poco, pasados 150años desde que el registro nefita fue publicado porprimera vez por José Smith, habíamos descuidado fijarla s i tuación de una sola ciudad, ident if icar conseguridad aunque sólo sea una ruta por la queatravesara el pueblo del que trata el libro, o bosquejaruna imagen creíble de cualquier porción de su vida ensu tierra prometida de América. En varios aspectos, elLibro de Mormón sigue siendo un libro sellado paranosotros, porque no hemos trabajado lo necesario parasituarlo en su marco geográfico.

5.- Lynn Hilton y Hope Hilton In Search of Lehi´s Trail (SaltLake City: Deseret Book Co., 1976)

INTRODUCCION XIX

De hacer esto se derivarían principalmente dosventajas. Primero, los mismos santos de los últimosdías podrían comprender con mayor fuerza el mensajede este libro de escritura, porque los acontecimientos ypersonajes resultarían más creíbles. Las vidas ypalabras de sus principales protagonistas tendrían unimpacto más vivo en nuestra conciencia si se pudierasacar a esos individuos de esa tierra indefinida yrepresentarles como personas de carne y hueso igualque nosotros . Segundo, se podría t ransmit i r laimportancia del libro con mayor fuerza a otros, loscuales ahora se mantienen a distancia del Libro deMormón, juzgando que le falta realidad y consistencia.La apatía de los Santos nos puede privar de ambosbeneficios. Algunos de ellos dicen que realmente nonecesitamos más explicaciones ni aclaraciones de unaescritura que ya tenemos, que tenemos suficiente guíacon el Espíritu. Estoy bien acompañado -por personascómo José Smith o Brigham Young- en la creencia deque nuestros esfuerzos por esclarecer el significado delas escrituras pueden ayudar a los propósitos de Dios.Cuan irónico resultaría si los propios santos de losúl t imos días rechazaran el obtener más luz yconocimiento sobre el registro nefita, en efecto,parafraseando 2 Nefi 29:6 así: “Un Libro de Mormón,tenemos un Libro de Mormón y no necesitamos sabernada más que la doctrina del Libro de Mormón.” ¿Nodeberíamos utilizar todos los medios a nuestro alcancepara clarificar y ampliar este volumen de escritura paraque su mensaje pueda alcanzar a toda persona, yespecialmente a nosotros mismos, con el máximoimpacto?.

Necesito poner en claro algunas de mis intencionesy supuestos. El primer punto es que este trabajo no secompromete a probar la veracidad del Libro deMormón. Mientras avanzamos veremos que lossucesos y circunstancias que se encuentran en el librotienen paralelo en muchos, y a menudo notables,

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aspectos que nos cuentan de la América Antiguanuestras fuentes arqueológicas e históricas. Pero nopuede haber una prueba segura con estos paralelismos;una porción de el los no podría es tablecerinequívocamente este l ibro como un autént icodocumento precolombino, ni el no conseguirlos lorefutaría. Hoy en día, la mayor parte de los filósofosestán de acuerdo en que nunca se pueden obtenerresultados definitivos por este método. Diversoslectores juzgaran de diferente modo los materiales yargumentos que se presentan más abajo. Aquellos queya están inclinados a aceptar llegarán a la conclusiónde que estos paralelismos constituyen una abrumadoraevidencia de que el Libro de Mormón es un auténticoregistro antiguo, mientras que mentes más escépticasachacarán los mismos paralel ismos a datosequivocados, a una serie de malinterpretaciones por miparte, o a una mera coincidencia. Repito que miintención no es poner “a prueba” el Libro de Mormónllevándolo fingidamente al banquillo de la ciencia. Nopuede haber un Tribunal Supremo en este asunto. Cadaindividuo tiene que emitir su propio juicio. El propiolibro insiste en que debe ser puesto a prueba por cadalector: “...quisiera exhortar a que preguntéis a Dios ...si no son verdaderas estas cosas; y ...él os manifestarála verdad de ellas por el poder del Espíritu Santo”(Moroni 10:4).

¿Presento yo entonces una hipótesis para que seaexaminada científicamente? La idea misma resultaanticuada. Los científicos nunca harían este tipo decosas de la manera fría y “objetiva” que a muchosprofanos se les ha dado a entender, excepto, quizás, enalgunos asuntos menores y sin interés. Nadie examinanunca “todas” las pruebas de ningún asunto porque haymucho por descubrir o controlar. De cualquier modolos propios sent imientos y presuposiciones delinvestigador, especialmente en un asunto como éste,entran a formar parte de la manera de expresarlo, así

INTRODUCCION XXI

que la objetividad definitiva es del todo imposible. Mitarea ha estado más cerca de lo que Michael Polanyidescribe en su libro Personal Knowledge6. El sostiene,de forma persuasiva, que los intereses y conviccionesde los investigadores dan forma poderosamente a todainvestigación. Por supuesto que mis puntos de vistasubjetivos acerca del Libro de Mormón y del áreacultural con la que lo compararé han influido en lo quehe escrito aquí. Sin un vivo interés en ambos, el área yel l ibro de escr i tura , nunca habría invert ido elconsiderable esfuerzo que lleva incluso sólo hacer lacomparación. “Un hombre no aprende a entender nadaa menos que lo ame”, afirmó Goethe. Mi deseo deentender el libro y su emplazamiento geográficoinevitablemente da color a todo mi trabajo, afectando aambos. Pero probablemente esto mismo es verdad encualquier científ ico o erudito que trabaja en unproblema complejo, tanto si se trata de desarrollar unanueva variedad de arroz o de reconstruir la historia delos judíos.7 Pero los sentimientos fuertes no debenquitar mérito a una disciplinada investigación.

La comprensión exige algo más que una celosapreocupación o incluso una extensa investigación.También requiere disciplina. Yo he intentado serdiscipl inado en lo que respecta a los muchos yrelevantes hechos que he podido ir comprendiendoacerca de la geografía de Mesoamérica y del mismovolumen de escr i tura . He renunciado a muchasatractivas preconcepciones a la vista de evidenciascontrarias o de escasez de datos. Por otra parte, es

6.-”Conocimiento personal” (N. del T.). Michael Polanyi,Personal Knowledge: Towards a Post-Critical Philosophy (Chicago:University of Chicago Press, 1958).

7.- El profesor Cyrus Gordon, hace veinticinco años, señaló que la“energía y el vigor necesarios para dominar un conjunto complejo ofuentes difíciles” dependen de algún compromiso más allá de laabstracta ciencia o erudición. Introduction to Old Testament Times(Ventnor, New Jersey: Ventnor Publishers, 1953), p. v.

INTRODUCCIONXXII

esencial un escept ic ismo saludable sobre elconocimiento de uno mismo. Yo soy escéptico de quealguna vez pueda llegar a comprender todo lo quedeterminado texto dice. Tengo aún más dudas de queni yo mismo ni otros podamos comprenderenteramente los hechos científicos e históricos queparecen incidir en el texto.

A pesar de todas estas reservas, he llegado ya alpunto donde parece que merece la pena compartir conotros lo que sé. Concretamente, he desarrollado uncuadro o modelo de cómo se desarrollaron los hechosque se describen en el Libro de Mormón. Este es unmodelo plausible. Esto significa que el emplazamientogeográfico que se describe podría ser razonable talcomo yo lo represento. Este modelo funciona comouna pequeña réplica de un aeroplano o una máquina devapor, en el sentido de que unidas las partes, encajan,explicando punto por punto aspectos del Libro deMormón que de otro modo parecerían inexplicables.

Algunas personas comentan: “Pero no puede estarseguro, todo lo que tiene es una teoría, ¿no es así?”Bien, si aparece una persona con, digamos, un nuevomodelo de “maquina voladora,” la mayoría denosotros, sabiamente, pediríamos una demostración.Una vez que hubiéramos visto al aparato despegar, darvarias vueltas y aterrizar con seguridad, y después dehaberle hecho, nosotros mismos, dar varias vueltas conéxito, lo tomaríamos en serio. Llamen a esto teoría siquieren, pero si mi modelo funciona -el modelo decómo los hechos que relata el Libro de Mormónocurrieron en un determinado tiempo y lugar en laAmérica antigua- cualquier persona debería tomarlo enserio. De esta manera el resto de este libro presenta unsistema coherente y plausible de interpretación delLibro de Mormón en términos geográficos, históricosy culturales específicos.

¿Estoy satisfecho con los resultados, después detantos años de estudiar este tema? No, todavía quedanmuchas preguntas; cualquier persona debería estardeseosa de corregir la debilidad de sus puntos de vistauna vez que le son señalados. Ciertamente estoyansioso de hacer lo . A la larga, sólo la verdadpermanece.

Este libro en particular está escrito principalmentepara un público: aquellos que están deseosos deaprender más verdad acerca del Libro de Mormón y laAmérica Precolombina. Mi selección del material y mipresentación están pensadas para ayudar a estoslectores a seguir adelante con la tarea. He edificadosobre la base del trabajo de muchos en el pasado,cuyos esfuerzos yo respeto. Mi experiencia personal encuanto a las disciplinas que tratan de la vida en laantigüedad me confirma que la motivación de los quetrabajan en estos campos es la búsqueda de la verdad.Los Santos de los Ultimos Días que han estudiado lasescri turas han realizado también contribucionesvitales. Reconozco con gratitud ambas fuentes. Lasextensas notas a pie de página son, en parte, un tributoa algunos de los que me han precedido. Estas mismasson también una guía para aquellos que continuaráncon nuevas investigaciones, corrigiendo mis errores eignorancia . Puede que muchos en la próximageneración, exploren detenidamente lo que seencuentra al otro lado de las puertas que yo solamentehe entreabier to . Además estos apasionadosinvestigadores y potenciales colaboradores quizás seanpersonas reacias, curiosas, o críticas que deseantambién leerlo todo. Son bienvenidos, pero estemensaje es principalmente para los apasionadamenteambiciosos.

Más adelante se citan con frecuencia capítulos yversículos del Libro de Mormón. El no leer estosversículos nos inducirá a perder importanteinformación, sin embargo el que yo cite todos los

INTRODUCCION XXIII

versículos que están relacionados podría ser unapesada carga para el lector. Lo que se proporcionasirve, a l menos, como punto de par t ida para e linvestigador que quiera saber más. Lo mismo se aplicaa la literatura técnica citada. Todo lo que intento haceres proporcionar puntos tanto en las fuentes escrituralescomo en las profesionales, a partir de las que unapersona puede comenzar a leer más, sin agotar lasreferencias. Y si un tema se trata superficialmente enel texto, no s ignif ica que no fuera tentador untratamiento más completo. Pero todos debemosenfrentarnos con los mismos problemas, como selamentaba Herman Melville: "¡Oh, tiempo, dinero y

paciencia!”.

INTRODUCCIONXXIV

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Trazando el Mapa del Libro deMormón

De forma prel iminar a nuestra invest igación,debemos establecer donde se desarrollaron los hechosdel Libro de Mormón dentro del hemisferio occidental.Deberíamos saber s i ocuparon la total idad delcontinente americano. Si el escenario fue un territoriorestr ingido, entonces este hecho es esencial .Equivocarnos en la geografía nos envolvería en unconjunto de errores en cadena que inevitablementeharían fracasar cualquier conclusión que sacáramos. Sinosotros no supiéramos dónde, y naturalmente cuándo,encontrar datos comparativos, podríamos tambiéntratar de dar luz al Libro de Mormón asumiendo suemplazamiento en España o en Siberia.

¿Un mapa autorizado?Algunos Santos de los Ultimos Días se enfrentan a

problemas como el de la geografía del Libro deMormón recurriendo automáticamente a los líderes dela Iglesia para encontrar respuestas. Parece apropiado,entonces, comenzar preguntandonos si la geografía delLibro de Mormón ha sido determinada por estoslíderes o no.

Las fuentes históricas no nos indican que entre lasinstrucciones que Moroni dio a José Smith se incluyerala geografía, ni tampoco José Smith declaró tenerinspiración sobre el asunto. Las ideas que él expresómás tarde, acerca de la localización de los hechos delos que se habla en el libro, aparentemente reflejabanlo mejor de su opinión personal. Lo que parece laprimera interpretación consensuada de la geografía del

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UN MARCO GEOGRAFICO2

Libro de Mormón de él y de sus asociados era amplia:la tierra del sur era la totalidad de América del Sur, latierra del norte, el continente norteamericano. Unindicador de esto es un registro manuscrito de 1836 deFrederick G. Williams, que atribuye a José Smith ladeclaración de que: “Lehi y su t r ipulacióndesembarcaron en el continente sudamericano, enChile, a treinta grados de latitud sur.”1 Líderes de laIglesia como B. H. Roberts y John A. Widtsoe, amboscríticos prudentes, vacilaron al aceptar el origen de ladeclaración del profeta,2 sin embargo ciertamente nosería sorprendente que el profeta haya sostenidoalguna vez este punto de vista, ya que otros primerosmiembros parecen haberlo creído.3 (Williams dijo mástarde que la declaración sobre Chile le fue hecha a élpor un ángel en vez de por José Smith.)4 En vista delhecho de que, con el tiempo, las ideas del Profetasobre otros temas maduraron, sus ideas sobre lageograf ía del Libro de Mormón podrían haberexperimentado un cambio. En 1842, un editorial en elperiódico de la Iglesia Times and Seasons (del 15 deseptiembre, páginas 921-22) afirmaba que “Lehi...desembarcó un poco más al Sur del Istmo de Darién(Panamá).” José Smith había asumido seis meses antes(pág. 710) la responsabi l idad exclusiva por e lcontenido del periódico, a pesar de que el editor oficial

1.- Franklin D. Richards y James A. Little, eds., Compendium(Salt Lake City: Deseret News Press, 1886), p. 289.

2.- Brigham H. Roberts, New Witnesses for God, vol. 3 The Bookof Mormon, vol. 3 (Salt Lake City: Deseret News Press, 1926), pp.501-3; John Widtsoe, “Is the Book of Mormon Geography Known?”en A Book of Mormon Treasury: Selections from the Pages of theImprovement Era (Salt Lake City: Bookcraft, 1959), pp. 128-29.

3.- Por ejemplo, la declaración de Oliverio Cowdery en FrancisW. Kirkham, A New Witness for Christ in America: The Book ofMormon (Independence Missouri: Zion´s Printing and Publising Co.,1942), p. 93.

4.- Nancy C. Williams, Meet Dr. Frederick Granger Williams ...After One Hundred Years (Independence, Missouri: Zion´s Printingand Publishing Co., 1951), pp.101-3.

TRAZANDO EL MAPA 3

era John Taylor. El lugar que se menciona es ,naturalmente, alrededor de tres mil millas al norte delpunto de Chile que menciona la cita de Williams.

En el plazo de pocas semanas apareció otro artículosobre geografía en el periódico. Un notable “best-seller” de aquel tiempo era el libro de John LloydStephens Incidents of Travel in Central America,Chiapas and Yucatán , 5 publicado en 1841. En elnúmero de septiembre de 1842 se hizo una reseñaentusiasta del l ibro de Stephens, con extensosextractos del fascinante relato, que describía lasmaravillas de las ruinas mayas, por primera vez en unafuente de lengua inglesa fácilmente accesible. Alcomentar el primer extracto, el anónimo escritorafirmó que los nefitas “vivieron alrededor de laestrecha franja de t ierra , que ahora abarcaCentroamérica, con todas las c iudades que seencuentran allí” (pág. 915). Dos semanas después elescritor llegaba a una nueva conclusión:

Desde que nuestro “Extracto” del libro “Incidentes deviaje” etc. del señor Stephens fue publicado, hemosencontrado otro hecho importante relacionado con laveracidad del Libro de Mormón. América Central, oGuatemala, está situada al norte del Istmo de Darién y enotro tiempo abarcaba varios cientos de millas deterritorio de norte a sur. La ciudad de Zarahemla,incendiada en el tiempo de la crucifixión del Salvador, yreconstruida más adelante, se encontraba en esta tierra.

El autor del artículo añadió, con frases pintorescaspero con cautela digna de elogio,

5.- Incidentes de viaje por Centroamérica, Chiapas y Yucatán. (N.del T.)

UN MARCO GEOGRAFICO4

No vamos a declarar categóricamente que las ruinasde Quirigua (en Guatemala) son las de Zarahemla, perocuando la tierra, y las piedras, y los libros narran lahistoria tan claramente, somos de la opinión, de que serequerirían más pruebas de las que los judíos podíanaportar para probar que los discípulos robaron el cuerpode Jesús de la tumba, para demostrar que las ruinas de laciudad que nos ocupa no son las que se mencionan en elLibro de Mormón.

No tenemos seguridad de que las declaraciones delperiódico fueran hechas por José Smith aunque él teníala responsabilidad editorial del mismo. Ni tampocopodemos estar seguros mediante otra fuente de laconclusión a la que llegó sobre el asunto. Tanto si elprofeta personalmente creyó que las tierras nefitas seencontraban en Centroamérica o no, los líderes que seasociaban diariamente con él sintieron que esta era lamejor contestación a la pregunta “¿dónde?”. Inclusopodría ser más importante para los Santos de losUltimos Días darse cuenta de que ellos la considerabancomo una pregunta abierta, para ser meditada einvestigada, y ellos complementaban su estudio de lasescrituras con los mejores recursos del limitado sabersecular que les era accesible en aquel t iempo.Veintitrés meses después de las afirmaciones del Timesand Seasons , murieron José Smith y su hermanoHyrum. Los sucesos que se acumularon durante esteagitado periodo anterior al martirio del profeta, ledejaron escaso tiempo libre para estudios de geografía.Sin embargo, una afirmación de Orson Pratt, de 1848,demuestra la continuidad de las ideas expresadas por elTimes and Seasons seis años antes. Los nefitas, dijoPratt, “habitaron las ciudades del Yucatán durante eltiempo en que fueron atacados y expulsados de latierra del sur”,6 obviamente esto excluye a Panamácomo “la estrecha franja de tierra”.

6.- Millennial Star 10 (15 de Noviembre 1848): 347.

TRAZANDO EL MAPA 5

La preocupación pr incipal de la s iguientegeneración de Santos fue simplemente sobrevivir.Cuando más adelante, durante el siglo XIX, se reavivóel interés por la geografía del Libro de Mormón, loslíderes de la Iglesia tuvieron cuidado de no dejar quese produjeran divisiones entre los Santos por estacuest ión o que las opiniones se convir t ieran endogmas. El Elder George Q. Cannon, una de lasfuerzas intelectuales de aquel tiempo en la Iglesia, dijoen 1890:

Existe la tendencia, que se manifiesta con fuerza enestos momentos entre algunos hermanos, de estudiar lageografía del Libro de Mormón. ... Se pide a menudo alos hermanos que dan discursos sobre las tierras de losnefitas que preparen sugerentes mapas ilustrativos de lageografía nefita, pero nunca deberían haber consentidoen hacerlos. Tampoco sabemos de ningún apóstol quequisiera emprender tal labor. La razón es que, sin másinformación de la que tienen, no están preparados nisiquiera para sugerir [una solución]. 7

El presidente Joseph F. Smith, el presidente de lossetenta Anthony W. Ivins, y el apóstol John A.Widtsoe se encontraban entre las autoridades que mástarde afirmaron que la Iglesia no adoptaba ningunaposición sobre las localizaciones específicas del Librode Mormón. El presidente Smith, por ejemplo, cuandose le pidió aprobar un mapa “mostrando el lugar exactodonde Lehi y su tripulación desembarcaron,” se negó ahacerlo, alegando que el “Señor todavía no lo harevelado.”8 Elder Ivins advirtió en 1929, “Todavía nose ha anunciado nada def ini t ivo que resuelvadefinitivamente la cuestión [de la geografía del Librode Mormón]. Así que la Iglesia dice, sí, estamossimplemente esperando a descubrir la verdad.”9 Esta

7.- Juvenile Instructor 25 (Enero de 1890): 18-19.8.- The Instructor 73 (Abril de 1938): 160. 9.- Informe de la Conferencia de Abril de 1929 (Salt Lake City:

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, 1929), pp.15-66.

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cautela ha sido la trayectoria que se ha seguidoconsecuentemente desde entonces, dejando libertadpara que los individuos estudien y examinen el temasin poner a las autoridades en el compromiso de tenerque defender o refutar el punto de vista personal dealguien.

Incluso en un resumen tan breve como éste, quedaclaro que las autoridades de la Iglesia desde la épocade José Smith hasta ahora no han llegado a ningúnconsenso, no han hecho ninguna declaraciónautorizada, ni han informado de ninguna solucióndefinitiva a la cuestión de la geografía de Libro deMormón. Sin embargo, nunca les ha parecido unproblema insoluble, sólo dif íci l . Elder Widtsoepensaba que “a fuerza de un estudio diligente, conoración, podemos llegar a comprender mejor la épocay los lugares de las personas que se mueven a través delas páginas del divino Libro de Mormón.”10 No, lasautoridades de la Iglesia no nos han resuelto ningunode los problemas más importantes sobre elemplazamiento geográfico del Libro de Mormón.Debemos buscar las respuestas en algún otro lugar.

¿Qué Dice el Libro?El pr imer lugar donde debemos buscar

conocimiento sobre el contexto del Libro de Mormónes el propio libro. Recurrir al original es la base detodo conocimiento sólido cuando alguien trabaja conun texto antiguo. Un renombrado experto en tierrasbíblicas y del Antiguo Testamento lo dice de estemodo: “No se puede nunca enfatizar demasiado el quelos descubrimientos arqueológicos tienden a justificarel significado literal del texto contra [cualquier otra]interpretación erudita y tradicional. Esto no sólo esválido para la Biblia, sino para todos los textosantiguos en general.”11

6

10.- Witdsoe, “Book of Mormon Geography,” pág. 130.11.- Cyrus Gordon, Introduction to Old Testament Times (Ventor,

New Jersey: Ventnor Publishers, 1953) pág. 107.

TRAZANDO EL MAPA 7

Pero ¿se encuentra suficiente información paramostrar una imagen coherente y digna de confianza enel mismo libro? Algunos Santos de los Ultimos Díashan escudriñado las claves que el Libro de Mormónproporciona sobre geografía y han elaborado variosmapas mostrando lo que ellos consideran que son lasconexiones entre las tierras y ciudades mencionadas.Decir que han llegado a conclusiones variadas, es unaexpresión exageradamente moderada. En efecto,nosotros debemos elaborar un mapa semejante-sistemática y extensamente. De cada afirmación dellibro debemos extraer toda la información importante,y debemos hacerla encajar toda sin contradicciones. Apesar de sus contribuciones, todos los mapas anterioreshan sido incompletos y poco consistentes al tratar lainformación importante del Libro de Mormón.Ninguno es totalmente digno de confianza.

Construir un mapa que sea internamente coherenteno es mas que el primer paso. Seguidamente debemoshacer que correspondan las tierras y ríos del Libro deMormón con lugares existentes, lugar por lugar, talcomo lo han hecho los expertos en lo que respecta agran cantidad de la información que se encuentra en laBibl ia . Si no fuera por eso, los sucesos que seencuentran en el libro permanecerían en un limbogeográfico; y nosotros tendríamos sólo un mapasimulado.

Nuestra primera tarea consiste en analizar lascaracterísticas esenciales de las tierras descritas en ellibro. Esto determinará un conjunto de requisitos.Cualquier área de las Américas que se proponga comola localización de los sucesos del Libro de Mormóndebe encajar con estos cr i ter ios o s i no se laconsiderará equivocada. Mientras comparamos losrequisitos con porciones del mapa actual del mundo,debemos eliminar de nuestra consideración todos losterr i tor ios que estén en confl icto con lo que serequiere. Es concebible que pudiéramos terminar sin la

UN MARCO GEOGRAFICO8

información suficiente para identificar con seguridadalgún lugar como el área donde tuvieron lugar losacontecimientos del Libro de Mormón. Sin embargo,prosigamos.

El requisito más obvio, que es la configuración,tiene que ver con el bosquejo básico del Libro deMormón. Pronto nos enteramos de que una “estrechalengua de tierra” o istmo separaba la “tierra del norte”de la “tierra del sur”, con forma, a rasgos generales, dereloj de arena. (Ver el mapa 1).

Alma 22:32 nos dice que la tierra del sur estaba“casi rodeada de agua,” pero no hace ningunadeclaración clara acerca de la relación de la tierra delnorte con sus mares adyacentes . Tal y como laconcebían los nefitas, la tierra del sur estaba divididaprincipalmente en dos: la tierra de Nefi más al sur, yhacia norte de ésta la tierra de Zarahemla, la cual seextendía tanto que casi llegaba hasta la lengua detierra. La porción sur del istmo se denominaba tierrade Abundancia. Directamente al norte de la tierra deAbundancia, en la estrecha franja de tierra, estaba latierra de Desolación. No lejos, al norte de Desolación,se encontraba la pr imera zona pr incipal deasentamiento jaredita, la tierra de Morón (Eter 7:6). Alnorte de Desolación, a lo largo de la costa orientalyacía una tierra cubierta de agua (Alma 50:29; Eter15:8-11). Al norte de Morón y al sur de Nefi, lasituación permanece nebulosa; pero en medio de todoesto, el conjunto de estas conexiones _t ierra delnorte/istmo/tierra de Zarahemla/tierra de Nefi_ estánmás allá de toda discusión.

FORMA DE RELOJDE ARENA DE LAS

TIERRAS DELLIBRO DE MORMON

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Dimensiones¿Qué largo y ancho tenían estas tierras? La forma de

reloj de arena podría, después de todo, encajar tantocon todo el hemisferio occidental como con unaporción relativamente pequeña del mismo. Es vitalestablecer la extensión del territorio donde tuvieronlugar los hechos narrados en las escrituras.

Para determinar sus dimensiones, la informacióncrucial que se encuentra en el texto es cuánto tiempoles llevaba a las personas trasladarse de una parte aotra. Consideremos la distancia entre la ciudad de Nefiy la de Zarahemla. El grupo de misioneros que dirigióAmón, intentando llegar hasta la tierra de Nefi, “nosabían el rumbo que debían seguir en el desierto parair a la tierra de Lehi-Nefi”; por tanto encontraron ellugar después de 40 días de viaje (Mosíah 7:4). Elviaje de Alma y sus conversos nos es de más ayuda, yaque recorrieron prácticamente el mismo camino ensentido contrario. Salieron de las aguas de Mormón,que probablemente no se encontraba a más de dos díasde la ciudad de Nefi, y lograron llegar a Zarahemla en21 días (Mosíah 18:1-7; 23:1-3; 24:20; 25). El grupoincluía mujeres, niños y “rebaños.” ¿Cuán rápidopudieron haber viajado?

Los pioneros mormones, conduciendo yuntas debueyes a través del llano territorio de Nebraska, hacíanun promedio de 10 a 11 millas por día. En Guatemalales lleva a los porquerizos ocho días conducir unapiara de cerdos 90 mil las a t ravés de terrenomontañoso, hasta llegar al mercado (una media depoco más de 11 millas por día).12 Otros grupos deviajeros no lo hacen ni siquiera tan rápido. R.E.W.Adams, un arqueólogo que ha trabajado en Guatemala,

12.- R. E. W. Adams, “The Ceramic Chronology of the SouthernMaya.” Segundo informe preliminar de la Fundación para lasCiencias Nacionales, Grant GS 610, Universidad de Minnesota,duplicado en Minneapolis, 1966, pág. 5.

TRAZANDO EL MAPA 11

informa que a los viajeros que van en viaje comercialde rutina, atravesar los senderos y corrientes de lajungla desde el val le de Cotzal hasta Petén -aproximadamente 120 millas de distancia por aire -lescuesta 19 días o más, haciendo una media de poco másde 6 millas por día. Gran parte del camino se hace enpiragua río abajo. Además, una persona puede recorreren seis horas, andando por esa zona, una distancia quele llevaría siete a caballo. Si lleva animales consigo, eltiempo se alarga hasta diez horas.13

Otros viajeros son mucho más rápidos. R. F. Heizerinforma que en el siglo XIX en California, pequeñosgrupos de indios Mohave podían recorrer cerca de 100millas al día, en algunas ocasiones sin comida ni aguadurante días. Hace aproximadamente 75 años, un indiotuvo fama de haber hecho un viaje de 100 millas yregresar después de descansar solamente unas pocashoras. En el caso de los indios Mohave14 no eraexcepcional hacer un promedio de seis millas por hora,no por día. El padre Sahagún escribió acerca de unpueblo mejicano pre-hispánico: “Los Toltecas eranaltos, con el cuerpo más grande que los que vivenactualmente; por es ta razón les l lamaban lostlanquacemilhuique que significa que podían correr eldía entero sin cansarse.”15 Durante los traslados de losToltecas, descritos en las crónicas mejicanas, enmarchas desde el amanecer hasta la puesta del sol, sinanimales, hacían una media de seis leguas, entre 15 y24 millas.16

13.- Ibid.14.- Robert F. Heizer, “Physical Capabilities of the Capabilities of

the California Indians,” Masterkey 45 (1971): 109-13.15.- Bernardino de Sahagún, Historia de las cosas de Nueva

España (México: Editorial Nueva España, 1946), pág. 281.16.- Mariano Veytia, Historia antigua de México, vol 1 (México

Leyendia, 1944), pág. 152; Fernando de Alva Ixtlilxochitl, Obrashistóricas, vol. 1 (México: Editora Nacional, 1952) pág. 24.

UN MARCO GEOGRAFICO12

Otros datos sobre la velocidad de los viajes entrandentro de estas escalas establecidas. Existe una ampliagama de posibilidades, dependiendo del terreno, decómo estaban de acostumbradas las personas a viajar,o de si se trataba de un simple mensajero, de todo unpueblo o de un ejerci to los que se hal labaninvolucrados.

Si asumimos que el grupo de Alma y sus animalesfueron a velocidad normal, es plausible que hayanviajado a razón de unos once millas por día. Desde lasaguas de Mormón, de donde partió el grupo de Alma,Zarahemla estaría a 21 días o a 231 millas de viaje realhaciendo 11 millas por día. Helam, la tierra a la quehuyó Alma, parece haber estado fuera de la rutaprincipal, lo cual podría haber resultado un poco máscorto (viajeros posteriores no pasaron por Helam;comparar Mosíah 23:30, 35). Además el texto dejaclaro que parte del viaje se hizo atravesando un yermomontañoso (donde se encontraba la cabecera del ríoSidón; Alma 16:6; 22:27; 27:14), por una retorcidaruta con la que no estaban familiarizados Alma y sugente. El lugar denominado las aguas de Mormónestaba a un par de días de la ciudad de Nefi (Mosíah18:4-7, 30-34; 23:21). Así que la cantidad real demillas del sendero o camino entre Zarahemla y Nefi,las dos ciudades predominantes en este tempranoperiodo de la historia, debe de haber sido del orden de250 millas, asumiendo un ritmo de velocidad de 11millas por día. Considerando las vueltas y curvas deuna ruta verdadera, que sería probablemente la seguidaen semejante terreno, la distancia en línea recta seaproximaría más a 180 millas. (Ver el mapa 2)

Usando la distancia entre Nefi y Zarahemla comomodelo tentativo, podemos calcular las distancias quehabía entre otros lugares. Moroni dijo que la ciudad deZarahemla era el “corazón” o “centro” de la tierra deZarahemla (Alma 60:1, 19, 22; Helamán 1:17-18, 22-23). Sin embargo, Zarahemla no estaba lejos del límite

TRAZANDO EL MAPA 13

de las tierras lamanitas. Un tal Coriantumr condujo unejercito lamanita descendiendo por la tierra de Nefidirectamente hacia Zarahemla, “y su marcha fue tansumamente rápida, que no hubo tiempo de que losnefitas reunieran sus ejércitos” (Helamán 1:19). Si ladistancia entre las fronteras del asentamiento nefita ysu ciudad principal hubiera sido muy grande, losnefitas habrían recibido alguna advertencia de lafuerza que se aproximaba. Antes de esto, otro ejercitolamanita, procedente de Nefi, irrumpió en escena cercade Zarahemla con sólo escaso aviso (Alma 2:23-25).Aparece una corroboración de esto en el relato del reyMosíah, quien, años antes, condujo a su gente fuera dela tierra de Nefi; parece ser que ellos “llegaron a latierra...” e incluso a la ciudad de Zarahemla, más bienprecipitadamente (Omni 1:13-14). Estos hechossugieren que la ciudad de Zarahemla puede haberestado en algún lugar al sur del centro geográfico delpaís, a pesar de que conceptualmente estaba en “elcorazón” del mismo.

Hay otra razón para pensar que la c iudad deZarahemla podía no haber estado exactamente en elcentro de la tierra de Zarahemla. Al norte de la ciudad,entre Zarahemla y Abundancia, la cuál estaba aún másal norte, (Helamán 1:27-28), se encontraban “las partesprincipales de la tierra.” Esta importante zona parecehaber estado a lo largo del río Sidón, el cual fluía alnorte de la tierra de Zarahemla (Alma 22:27-33; 2:15).Con el área más importante de asentamiento situadacorriente abajo desde Zarahemla, nos da la impresiónde que la ciudad principal estaba más cerca de lasfronteras lamanitas que de donde se concentraba lapoblación de la gran tierra de Zarahemla.

Más tarde, pero todavía antes de Jesucristo, unacontinua franja de tierra yerma separaba la Zarahemlanefita del territorio lamanita. Además, por lo menosdurante los sucesos que relatan los libros de Mosíah yAlma, la ciudad de Nefi (también llamada Lehi-Nefi)

1 El viaje de Omer a Ablom ("muchosdías")

2 El de Nefíah a Moroni (un día largo)

3 Los exploradores de Limhi ("muchosdías" perdidos por el desierto)

4 El grupo de Alma

5 La huida de Nefi ("muchos días en unterritorio inexplorado)

6 El grupo de Ammón (40 días)

LOS VIAJESQUE NOSINDICAN

LASDISTANCIAS

TRAZANDO EL MAPA 15

se encontraba a alguna distancia de “la estrecha franjade yermo” propiamente dicha. En el lado lamanita dela zona fronter iza parece ser que un espacioconsiderable de yermo separaba la ciudad de Nefi de lafranja de transición. Una cantidad considerable debúsquedas de tierras perdidas, avances y retrocesos delos enemigos, y viajes en el yermo tuvieron lugar eneste extenso territorio. (Ver, por ejemplo, Mosíah 19:9-11, 18, 23, 28; 23:1-4, 25-31, 35; Alma 17:8-9, 13;23:14, a la luz de los versículos 9-12; 24:1.) No sehace ninguna mención de si alguna vez se hizo unviaje hacia el sur de la ciudad de Nefi, así que debe dehaber estado cerca del límite sur o de lo que los nefitasreconocían como la gran tierra de Nefi (Alma 22:28).Si tomamos todas estas consideraciones en cuenta,parece razonable dividir nuestras cifras tentativassobre la cantidad de millas de esta manera: del ordende 180 millas en línea recta separaban la ciudad deNefi de la de Zarahemla; había alrededor de 100 millasde distancia desde Nefi hasta el punto medio de la“angosta faja de terreno desierto” (Alma 22:27); luego,eran 80 millas desde este punto bajando hasta lamisma ciudad de Zarahemla. Aunque sólo sonestimaciones, estas distancias y relaciones se derivancuidadosa y fielmente de los anales nefitas tal y cómolo permite nuestra información actual.

Al norte, más allá de las fronteras de la tierra deZarahemla, se encontraba una tierra sin nombre, la“tierra que estaba entre la tierra de Zarahemla y latierra de Abundancia.” El lugar sólo se menciona en 3Nefi 3:23. (La línea que contiene estas palabras seomite del texto impreso durante muchos años,aparentemente por un error del impresor, pero serepuso en la edición de 1981 del Libro de Mormón eninglés.17) La tierra de Abundancia, en conjunto, parece

17.-Stan Larson, “Change in Early Texts of the Book ofMormon,” Ensign 7 (Septiembre de 1976), pp. 28-33.

Estas palabras todavía no están en la traducción al castellano.(N. del T.)

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haber sido bastante estrecha, ya que Alma 22:31-33 ladescribe más que nada como una zona que se extendíaa través de la estrecha lengua de tierra. No se dicemucho más acerca de ella.

¿A cuánta distancia se encontraba Zarahemla deAbundancia? Si la primera se encontraba ligeramenteal sur del centro geográfico, como se ha razonadoanteriormente, podría haber alrededor de 100 millasdesde la ciudad de Zarahemla hasta la frontera norte deuna tierra más extensa que la que se denominabaZarahemla en los días de Alma (Alma 5:1; 6:7; 8:1-3,6, 11-12; 16:1-15; 28:1). Si añadimos la tierra sinnombre, “la tierra entre la tierra de Zarahemla y latierra de Abundancia”, y también la estrecha tierra deAbundancia, 80 millas más, debía de haber una ampliadistancia desde el límite norte a la tierra del sur. Másallá se extendía la tierra de Desolación, en la tierra delnorte, de la cual hablaremos más adelante.

Repasemos estas distancias. La “tierra de la primeraherencia” estaría en el límite del extremo sur, pero nopodemos estar seguros de su relación con Nefi o susalrededores, excepto de que la primera era una regióncostera y la otra un territorio elevado. Nuestro primerpunto claro de referencia, entonces, es la ciudad deNefi. El siguiente es una extensión situada a 100millas del punto desde el que se inicia la influencianefita. Unos 80 millas adicionales nos llevan a lamisma ciudad de Zarahemla. Alrededor de 100 millasal norte de Zarahemla estaba el límite de la tierra queera controlada directamente por la ciudad durante elreinado del último rey (Alma capítulos 5-15) y quecontinuó por mucho tiempo después como una unidadgeográfica real (3 Nefi 3:23). Ochenta millas máscubren la extensión unida de la “tierra intermedia” yAbundancia. Así que la longitud total de la tierra delsur, donde tuvo lugar la mayor parte de la historia quenarra el Libro de Mormón, no debía de ser ni más nimenos que de 360 millas.

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Pudiera ser de ayuda, acostumbrados como estamosa grandes distancias que podemos recorrer por aire yautomóvil, que recordáramos que Palestina, desde Danhasta Beersheba, tenía sólo 150 millas de largo ymenos de la mitad de ancho; a pesar de esto el 95 porciento de los hechos mencionados en el AntiguoTestamento tuvieron lugar dentro de ese reducidoespacio. Desde esta perspectiva, la extensión estimadaa la que hemos llegado del escenario nefita parecerazonable.

Naturalmente, posteriores indicaciones del Libro deMormón nos ayudan a confirmar estas dimensiones.En la historia del grupo de exploración del rey Limhise encuentra una comprobación vital de la extensióndel conjunto de estas tierras. Gobernando sobre ungrupo sometido a servidumbre en la tierra de Nefi,Limhi mandó exploradores a encontrar Zarahemla, dela cual sus antepasados habían venido casi 50 añosantes (Mosíah 8:7-8). Sus mensajeros iban a pedir a lagente de Zarahemla que les ayudaran a librarse delyugo lamanita . Desafor tunadamente, de algunamanera, esta ruta sobrepasó Zarahemla, y atravesaronla “estrecha lengua de tierra”, sin ni siquiera darsecuenta, y les llevó al lugar donde había tenido lugar labatalla final de una población anterior, los jareditas.Allí encontraron ruinas y un conjunto de 24 planchasdejadas por el último profeta jaredita, Eter (Eter 15:33;Mosíah 21:25-27). Con tristeza, los exploradoresvolvieron a su tierra, a Nefi, para informar a Limhi,equivocadamente, de que los res tos que habíanencontrado debían de ser los de Zarahemla destruida.El grupo de exploración sabría aproximadamentecuánto les había l levado a sus padres viajar deZarahemla a Nefi, tan sólo dos generaciones atrás, asíque cuando ellos viajaron, digamos, el doble de ladistancia normal, hasta Zarahemla, se debieron dehaber preguntado acerca de su posición yprobablemente no habrían ido mucho más lejos.

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De Nefi a Zarahemla, en línea recta, había 180millas. El doble de la distancia que les habría llevadohasta la “línea” (Alma 22:32, lógicamente un río) queseparaba Abundancia de Desolación, el comienzo de latierra del norte. A semejante distancia de casa debíande haber pensado en volver. Seguramente hombres tandiligentes como los que el rey habría mandado nohabrían seguido mucho más al lá . Así que no esrazonable que el campo de batalla de los jareditas,donde terminaron los exploradores de Limhi, hubieraestado, dentro de la tierra del norte, a más de 100millas desde la “línea” en el istmo. (Ver mapa 2.)

La col ina de Ramah, donde los jaredi tas seautodestruyeron, era la misma colina que la Cumorahnefita (Eter 15:11). Todo este asunto nos dice pues,que es improbable que la distancia total de la ciudadde Nefi al úl t imo campo de batal la en Ramah oCumorah fuera de más de 450, o quizás 500, millas.Tengan presente que estas cifras son estimacionesrazonables de acuerdo con las afirmaciones de lasescrituras; no se pueden determinar distancias másexactas. De todos modos, cualquier incremento de lasdimensiones, haría más difícil de sostener la historiade los exploradores de Limhi . La col ina deRamah/Cumorah parece entonces, haber estado 100millas al interior de la estrecha lengua de tierra, y estoconcuerda con que los nefitas llamaran “Desolación” ala porción que estaba más al sur de la tierra del norte,la cual incluía el último campo de batalla, salpicado dehuesos y armas oxidadas (Alma 22:30-31).

En lo que respecta a la propia tierra del norte,nuestros datos sobre distancias nos llegan del registrojaredita, de sus últimos años de guerras entre ellos.Mientras los jareditas se aproximaban a su destrucciónfinal, el profeta Eter huyó, para salvar su vida, desdelos cuarteles generales del rey, en Morón: “y él seocultaba en el hueco de una roca durante el día, y salíade noche para ver las cosas que le sobrevendrían al

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pueblo” (Eter 13:13). Vivió en esa cueva mientrasescribía “el resto de la historia”, o sea, el original dellibro de Eter, que fue más tarde compendiado porMoroni para que nosotros lo leyéramos. La gran guerracivil jaredita comenzó el mismo año en el que huyóEter, y el profeta registró todo aquello de lo que seenteraba sobre ella, desde su refugio (Eter 13:14, 18,22-24) . Después de ocho años de combateintermitente, todavía continuaban las batallas en elvalle de Morón, que aún estaba dentro del campo deobservación de Eter. Y él continuaba en su cuevadespués que una población de más de dos millones depersonas, las cuales habían cubierto “toda la superficiede la tierra”, murieran (Eter 14:11, 22-23; 15:2).Finalmente, tras una catastrófica batalla cerca de lacolina de Ramah, el Señor hizo salir a Eter de su cuevapara que hiciera la última anotación en su registro y lodepositara donde el grupo de exploración de Limhipudiera encontrarlo.

La conclusión parece clara. Todas las batallasfinales de los jareditas tuvieron lugar en la tierra delnorte, dentro de un territorio lo suficientementepequeño como para que Eter pudiera observar la mayorparte de la acción moviéndose sólo distancias muycortas desde su base, en la cueva. Además, el linaje deJared tuvo su principal asentamiento en Morón desdepoco tiempo después de su desembarco en la costahasta poco tiempo antes de la destrucción final. Y latierra de Morón estaba “cerca” de la tierra que losnefitas llamaban Desolación (Eter 7:6). Probablementecien millas desde Morón hasta la colina de Ramah, seacomodarían a todos estos hechos.

La confirmación de la proximidad de Ramah conMorón se encuentra en el relato acerca del rey Omer.El gobernó durante los primeros años de la historiajaredita, cuando la población inmigrante pudo habersido escasa. Retirándose de Morón, al ser amenazadopor un rival, viajó con su familia “muchos días” hasta

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encontrar refugio cerca del mar occidental. Un grupode gente se trasladaría más lentamente, y, con niños ymujeres, probablemente por una ruta más larga y másllana, que el solitario Eter. En su camino desde Morónhasta el mar, Omer pasó por Ramah/Cumorah (Eter9:3). Cuando se enteró de que los acontecimientos sehabían puesto a su favor en casa, Omer volvió. (Eter9:13). Si el área a la que huyó, y por lo tanto la de laúltima batalla, estaba más o menos dentro de las 100millas desde Morón, la huida y vuelta de Omer tienesentido; una distancia más grande parecería extraña,dada la poca cantidad de población.

Muchos Santos de los Ultimos Días tendrán quecambiar notablemente su manera de pensar paraajustarla a las dimensiones de las que hemos hablado.Y tenemos otras evidencias en el Libro de Mormón deque los nefitas ocuparon un área bastante compacta.Por ejemplo, 3 Nefi 3 nos cuenta cómo los nefitas y loslamanitas justos, amenazados por los ladrones deGadiantón, se reunieron en una fortaleza común, conprovisiones de alimentos para siete años, para hacersal i r de su t ierra a los parasi tar ios ladrones,haciéndoles pasar hambre. El tamaño de la poblaciónreunida se describe como de “miles y decenas demiles” provenientes de la tierra del sur y la del norte,todos reuniéndose desde asentamientos de los cualesunos pocos años antes el relato de Helamán dice:“empezaron a cubrir la superficie de toda esta tierra,desde el mar del sur hasta el mar del norte, y desde elmar del oeste hasta el mar del este.” (Helamán 3:8).Sin embargo, se dice que toda esta gente se reunió enuna sola zona, lo suficientemente pequeña como paraser sitiada (3 Nefi 4:16-18). El texto, claramente, tratade un área que en conjunto sólo tiene una dimensiónde cientos de millas.

¿Que sabemos de la estrecha lengua de tierra?Primero, tenía que ser lo suficientemente ancha comopara que los exploradores de Limhi pudieran

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atravesarla sin darse cuenta de que era un istmo.(Recordemos que a su vuelta supusieron que habíanestado todo el tiempo en la tierra del sur.) Por otrolado, era tan estrecha que “la distancia no era sino deun día y medio de viaje para un nefita, por la línea deAbundancia y la tierra de Desolación, desde el mar deleste al del oeste” (Alma 22:32). Por supuesto nosabemos cuánto tiempo podía ser “un día de viaje”.Las referencias dadas anteriormente ilustran cuán granvariedad de distancias podría abarcar este término.También pueden variar las interpretaciones de estaexpresión. Posiblemente “la distancia de un día ymedio” era una distancia estándar. Los nefitas podíanhaber entendido que “un día y medio de viaje”significaba una determinada cantidad de millas. De lamisma forma, la legua española s ignif icaba elpromedio de la distancia que una mula cargada podíaviajar en aproximadamente una hora; el término nodice nada de ninguna mula ni de una cantidad de horasdeterminadas de viaje continuado. O quizás laspalabras “un nefita” podrían sólo implicar que el quehacia el trayecto era un mensajero especial, ya que lafrase se encuentra en un contexto de defensa militar.¿Y qué medio de transporte se podría haber empleado?Si asumimos un viaje a pie -probablemente el modonormal- podemos proceder a calcular la anchura delistmo. Como ya hemos calculado anteriormente, lavelocidad de “un nefita”, un sólo individuo, podíapotencialmente ser de hasta seis millas por horadurante un tiempo de 24 horas, lo cual entra dentro del“día y medio.” Esto haría un total de 144 millas. Si seutilizó otro medio para viajar aumentaría la cifra de144. O la distancia sería quizás más pequeña, digamos,de 50 millas. Si se aplica la cifra mínima, hubiera sidomuy difícil que los exploradores de Limhi no se dierancuenta de que atravesaban un largo istmo; si nosvamos al extremo contrario, la cifra más alta, el “día y

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medio de viaje” resulta más problemático. Me pareceque una extensión de 75 a 125 millas resulta untérmino medio plausible.

Hay todavía otro relato de un viaje que nos ayuda aprecisar distancias, esta vez en la costa este de la tierradel sur. El comandante nefita Moroni estableció allíuna hilera de ciudades con guarniciones, contra unanticipado asalto lamanita dirigido a Abundancia y a laestratégica zona del istmo. El área pronto se convirtióen una zona crucial de batallas cuando el disidentenefita Amalickíah tramó cómo hacerse con el controlde los ejércitos lamanitas y atacó por sorpresa a lolargo de la costa, capturando ciudad por ciudad hastaque se encontró en la misma frontera de la tierra deAbundancia (Alma 5:22-28). Abundancia era la ciudadque estaba más al norte en el camino de avance hacíala tierra del norte. Al llegar a este punto, un grupo desoldados nefitas hicieron salir a la guarnición lamanitafuera de su fortaleza de Mulek, conduciéndoles haciaAbundancia, mientras una segunda fuerza se introducíafurtivamente en la retaguardia enemiga para tomarposesión de Mulek (Alma 52:21-31) . Mulek yAbundancia estaban tan cercanas la una a la otra quelas fuerzas de Teáncum pudieron recorrer la mayorparte de la distancia y regresar durante parte de un díacaluroso, aunque esto supuso un esfuerzo extenuante(versículo 31). Sobre la base de estas declaraciones,podemos inferir que para los soldados había más omenos un día regular de marcha desde Mulek hastaAbundancia; digamos casi 25 millas.

Un poco después, Gid, la ciudad que seguía a la deMulek, fue recapturada por los nefitas con una únicamaniobra. Después de más escaramuzas, se mencionancuatro ciudades que continuaban en manos lamanitas:Moriantón, Lehi, Nefíah y Moroni. En un decisivo díade batalla, los nefitas expulsaron al enemigo de todasel las (Alma 62:24-35) . El contraataque nef i tacomenzó, probablemente al amanecer, contra Nefíah,

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TRAZANDO EL MAPA 2324

la más importante de las cuatro. Tras capturarlarápidamente, e l capi tán Moroni pers iguió a loslamanitas que se re t i raban a t ravés de Lehi yMoriantón hasta la playa (versículo 32); después, a lolargo de la orilla, fueron corriendo hacia Moroni,llegando al anochecer (versículo 35). Pasaron el díaprincipalmente pers iguiendo a los lamanitasderrotados, no luchando contra ellos. Cargados deadrenalina, los ejércitos pueden haber ido a tres millaso más por hora, durante 15 horas, casi 50 millas.Podemos determinar, por otras evidencias sobre lalocalización de estas ciudades, que la ruta era más unsemicírculo que una línea recta. Nuestra conclusióndebe ser que la porción de litoral que recorrieron esedía no pudo haber sido de más de 30 millas de largo.

Todas estas cifras combinadas nos dicen algoimportante acerca de la longitud de la costa este, enposesión de los nef i tas . Como hemos vis to ,Abundancia estaba a 25 millas de Mulek. En el otroextremo, el sector de Nefíah-Moroni contaba conquizás 25 millas más. Esto deja el centro, en el cualsólo se nombran las c iudades de Gid y Omer.Careciendo de datos sobre este sector, yo simplementeañado otras 30 millas, por analogía con los otros. Enresumen, no resulta plausible que la distancia desdeAbundancia, en el extremo norte, hasta Moroni, en elextremo sur de la costa este, se extendiera mucho másde 85 millas. (Ver mapa 2.)

La costa es te , controlada por los nef i tas , deaproximadamente 85 millas, t iene mucha menoslongitud que la tierra del sur medida desde Zarahemlaa Nefi. La longitud de este eje era del orden de las 350millas. La diferencia entre estas longitudes es tangrande que no se puede deber a presupuestos erróneos.El Libro de Mormón realmente requiere que la costaeste, importante para los nefitas, fuera mucho máscorta que la del oeste, y cualquier mapa que sugiramosdebe acomodarse a este hecho.

LA LOCALIZACIONRELATIVA DE LAS

TIERRAS Y LASCIUDADES

TRAZANDO EL MAPA 25

Al mismo tiempo, “las fronteras de la costa del mareste”, como los escritores nefitas llamaban a esta zonacostera, tenían que ocupar un pedazo considerable deterreno. Cuando Moroníah y sus ejércitos luchaban porregresar de una desastrosa guerra, que había dejadotodo el territorio nefita de la tierra del sur ocupado porlos lamanitas, recobraron “la mitad de sus posesiones,”y esta mitad estaba constituida por el área fronterizadel este más la tierra de Abundancia (Helamán 4:5, 10,16). Como no hay ninguna indicación de que nisiquiera la propia tierra de Abundancia fuera extensa,las “fronteras” tenían que ser un territorio de buentamaño para que, unidas ambas áreas, constituyeran lamitad del territorio nefita. Adviértase también que elataque relámpago de Amalickíah en este sector realizóun corte en forma de guadaña “cerca de las costas delmar”, a lo largo del litoral, hasta cerca de Abundancia(Alma 51:25-28), pero pasó de largo Nefíah, la cualestaba más tierra adentro. Incluso, después que Nefíahcayera finalmente en manos enemigas, los nefitasretuvieron una hilera de tierras bajas en el interior,donde se hallaba situada Jersón, su base militar. Paraque esta situación tenga sentido militarmente, la regióncostera habría debido tener por lo menos 30 o 40millas de ancho, y las palabras “la mitad de susposesiones” confirman tal tamaño.

De todos modos, podemos decir que la tierra del suren conjunto no era ni mucho menos tan ancha comolarga. Adviértase que las migraciones, viajes, guerras,expediciones misionales -prácticamente todos lostraslados- tendían a ser hacia el norte o hacia el sur envez de ser en dirección transversal. El viaje misionalde Alma es uno de los pocos que nos enseñan muchoacerca de la anchura. En su recorrido como predicador,Alma dejó Zarahemla, junto al río Sidón, para predicaren Melek en el límite oeste de la tierra colonizada(Alma 8:3-5). De allí regresó al norte, paralelo alyermo del oeste (Alma 22:27-28), hasta llegar a

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Ammoníah (Alma 8:6). Este lugar, al igual que Melek,estaba cerca de la periferia occidental , como sedemuestra en Alma 16:2 y 25:2. Desde Ammoníah, elprofeta viajó por la costa este hacia una ciudadllamada Aarón (Alma 8:13), sin llegar realmente a ella.Más tarde se dice que Nefíah “unía las fronteras deAarón y Moroni” (Alma 50:14); Nefíah era una de lasciudades defensivas construidas en las tierras bajas deleste, y la ciudad de Moroni estaba al lado del mar deleste (Alma 50:13; 62:32-34) . Esta informaciónestablece que una hilera de ciudades se extendíandesde el oeste hasta la costa este, a través de la tierraal norte de Zarahemla: Ammoníah, Aarón, Nefíah yMoroni. (Ver mapa 2.) Estos cuatro lugares, alineadosa través de la mayor parte de la tierra del sur, debieronde haber ocupado 150 millas, lo que prácticamentevendría a suponer el l ímite . Es probable que ladistancia de costa a costa de este corte transversal noexcediera de las doscientas millas. (Ver mapa 2.)

Nunca se aclara la anchura de la tierra de Nefi, laporción de tierras montañosas de la tierra del sur.Evidentemente la ciudad de Nefi no estaba lejos de lacosta; el grupo inicial de colonos de Nefi no habría idomucho más lejos de lo necesario para escapar de loslamanitas (2 Nefi 5:6-8) , quienes f inalmentecontactaron con ellos bastante pronto (versículos 14,34). Además, se contaba como parte de la tierra deNefi la franja costera oriental colindante (Alma 22:28-“en la tierra de Nefi”), aunque hacia el norte sólo seconcibe esta franja como “al lado de la tierra deZarahemla”. Definitivamente, no se habla de nada quese encuentre al este de Nefi. Toda el área este, desdeNefi, queda sin definir, excepto en que formaba partedel conjunto de las tierras del sur que “casi se hallabanrodeadas de agua” (Alma 22:32).

También se desconocen el tamaño y forma de latierra del norte. Más allá de la lengua de tierra seencontraba una extensión de tierra lo suficientemente

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amplia como para que se distinguieran una zona dealtiplano al oeste y otra de tierras bajas al este (Eter9:3; 10:32; 11:15; 14:3, 6-7, 11-12, 16-17). Nopodemos decir a cuánta distancia estaba Morón, elcentro Jaredita en estas tierras montañosas, de la costaoeste, pero, puesto que fue colonizado por los jareditaspoco tiempo después de su desembarco (Eter 6:13; 7:5,16-17, 20), podemos suponer que no distaba mucho delmar. Recordemos también la restricción que impone elque Eter observara las últimas guerras jareditas desdesu posición en una cueva (Eter 13:13-14). A la luz deestas consideraciones, no es probable que la tierra delnorte, que se encontraba en esta crucial área jaredita,haya tenido más de un par de cientos de millas deanchura.

Esta larga excursión a través de las dimensiones delescenario del Libro de Mormón nos ha permitido fijarunos requisitos vitales. Ahora podemos estar segurosde que la historia del Libro de Mormón tuvo lugar enuna l imitada parte del hemisfer io occidental , yaproximadamente con la forma de un reloj de arena. Eltamaño del territorio se midió en cientos, no en milesde mil las . Los t ras lados de la gente , los viajesindividuales y el tiempo de duración de los viajes quese registran en el libro encajan razonablemente conuna tierra del sur de alrededor de 350 millas de largo yno mucho más de la mitad de esta cifra de ancho, hastaun punto al norte de Zarahemla. La tierra del norte estámenos definida pero no parece tan larga. (Ver mapa 3.)

Los datos del Libro de Mormón y nuestrassuposiciones nos han llevado a pensar que, desdeluego, estas conclusiones no son perfectamente claras.Jugando con la información del texto se pueden darresultados ligeramente diferentes. Si alguna personallega a la conclusión de que la distancia de Nefi aZarahemla era un 25 por ciento mayor de lo que hemosdicho, yo estaría muy interesado en oir tal argumento;quizás sea correcto. Pero cualquiera que afirme que la

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distancia entre las dos ciudades era, digamos, de 400millas, en vez de las 180 que se sugieren aquí, nopodría demostrar su punto de vista de una maneraplausible apoyándose en las afirmaciones que seencuentran en el Libro de Mormón. Algunos de losrequisitos sobre la extensión son bastante específicos.También están ligados entre ellos por intrincadasrelaciones. Es imposible resolver tan sólo en parte elproblema de las ubicaciones y distancias, porque, aligual que un rompecabezas, todas las característicasdeben encajar. Yo encuentro que encajan juntaslimpiamente. Por lo tanto, la situación espacial escoherente, pero también se deben cumplir otrosrequisitos para realizar un mapa aceptable del Libro deMormón. A continuación, vamos a considerar laconfiguración de la tierra.

TopografíaTenemos más información sobre las características

de la superficie de la tierra de lo que da a entender unalectura despreocupada de las escr i turas . Losencargados de guardar los registros escribieronconsistentemente acerca de ir “arriba”, “abajo”, o“sobre”. (Algunos lectores han mantenido que estasexpresiones ref lejan simplemente convencionesculturales, como la expresión yanqui “down South”18.Pero en muchos casos, el libro conecta estas palabrascon claras y consistentes circunstancias topográficas;no veo razón para no tomar estas preposicionesliteralmente). Esta información nos permite obteneruna clara imagen de las elevaciones relativas. (Vermapa 4).

Una característica predominante es el río principal,el Sidón, que bajaba desde las montañas que separabanlas ciudades de Nefi y Zarahemla. El río corría “por”la tierra local de Zarahemla, la cual se encontraba

18.- Abajo, al sur. (N. del T.)

TOPOGRAFIA DELAS TIERRAS Y LASREGIONES

UN MARCO GEOGRAFICO

principalmente al oeste de la corriente (Alma 2:15). Laúnica zona nef i ta poblada, a l es te del r ío , era ,seguramente, el valle de Gedeón. (Alma 6:7). Puestoque los viajeros tenían que ir “arriba” hasta Gedeón, yya que estaba la “colina Amnihu”, nada más atravesarel río desde la ciudad de Zarahemla, extensa pero conuna inclinación lo suficientemente leve como para quehubiera espacio para una gran batalla, la cuenca delSidón debe de haber es tado incl inada másabruptamente hacía el lado este que al oeste. Tambiénsabemos que el río debe de haber sido bastante largo.Su nacimiento se encontraba en lo profundo del yermo,en una altura superior a la de la más alta ciudad nefita,cerca del río, Mantí (Alma 16:6). Zarahemla estabacorriente abajo. La ciudad de Sidón estaba aún más alnorte y probablemente cerca del río. (Al tener unnombre tan parecido al del famoso puerto fenicio, sepuede deducir que el lugar fuera un punto deembarque del río; el énfasis que se da en Alma 15:14al bautismo en Sidón refuerza la idea de que estabalocalizado al lado de la corriente.) La corriente debíade correr a través del territorio nefita por lo menos unpar de cientos de millas antes de desembocar en elmar, dada la extensión global de la tierra del sur. Podíaser atravesada a pie con un poco de dificultad, por unpunto y probablemente durante la parte más seca delaño (Alma 2:27, 33-35; 43:40).

Par te del terr i tor io nef i ta incluía los yermosadyacentes a las áreas de asentamiento, a los cuales eradifícil entrar, lo que nos conduce a esperar que unaporción de la ruta del río se extendiera a través de unterreno inhóspito de colinas. De cualquier modo, laciudad de Zarahemla estaba a una altura intermedia,“arriba” desde la costa (Alma 22:31) pero “abajo”desde Nefi (Alma 22:31; Helamán 1:17).

El río Sidón probablemente desembocaba en el mardel este, no en el del oeste. Las tierras bajas del esteeran extensas, como se ha demostrado anteriormente,

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pero al parecer el área costera del oeste era estrecha yen su mayor parte insignificante. Puesto que se suponeque el curso inferior y la desembocadura de un ríoprincipal se forman y fluyen a través de una llanuraimportante, el río debía de desembocar en las tierrasbajas del este. Las descripciones de las batallas quetuvieron lugar en el este mencionan la “costa del mar”y las “llanuras”, pero nunca hacen mención de ningunacolina de importancia, excepto en el lugar llamadoAntiónum, que probablemente estaba a a lgunadistancia, tierra adentro (Alma 32:4; 25-26, 32; 52:20;62:18) . No se hace ninguna mención de dondedesembocaba Sidón en el mar, aunque semejante ríodebe de haber tenido una desembocadura considerable.Teniendo en cuenta lo corta que era la porción de costaen posesión de los nefitas, el río probablementealcanzaba el mar en el límite de las posesiones nefitaso más allá de éstas, donde no habrían tenido ningunarazón para mencionarlo.

Naturalmente, sabemos que la “tierra de la primeraherencia” estaba en la costa oeste . Después dedesgajarse el grupo de Lehi en dos, Nefi condujo alsuyo hacia una altitud mayor; huyeron a las tierrasmontañosas del interior (2 Nefi 5:7-8; comparar conAlma 22:28). La tierra costera de su primera herenciaestaba al sur de la tierra de Zarahemla, que era mayor,pero continuaba hacia el norte como una franjaparalela a aquella tierra. Esa franja se extendía durantetodo el trayecto hacia el istmo (Alma 22:27-29). Elyermo del oeste consistía también en una hilera demontañas deshabitadas paralelas a la zona costera,porque los grupos de personas tenían que cruzar sobreel yermo o por un pasaje, en el sur (cerca de Antipara-Alma 56:31-40), o por otro, al norte (Alma 25:2).Naturalmente las corrientes de agua del lado oeste deesta cordillera habrían desembocado en el Sidón, elcual c laramente recibía su agua de una cuencaprincipal. No se menciona otro río en la tierra de

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Zarahemla) . La t ierra de Melek se encontrabaadyacente al yermo del este y por lo tanto en unmargen de tierra cultivable, en la cuenca (Alma 8:3-5).Se podía acceder fácilmente a su posición desde laciudad de Zarahemla (versículo 3; comparar con Alma35:13-14; 45:18) pero estaba resguardada de la costapor un yermo montañoso al oeste, puesto que losAmmonitas fueron dispuestos en Melek paraprotegerlos de las represalias lamanitas (Alma 35:13).Melek nunca fue atacado por los lamanitas, quienespasaron furtivamente a lo largo de la costa por lomenos dos veces, para atacar Ammoníah, que seencontraba más lejos, al norte (Alma 25:1-2; 49:1, 25).

La ciudad de Abundancia estaba cerca del nivel delmar (Alma 51:32); se encontraba, después de todo,cerca de la costa este del istmo. Hagoth eligió unlugar, en la costa oeste, “en los confines de la tierra deAbundancia, cerca de la tierra de Desolación” paraconstruir y botar sus barcos (Alma 63:5-6). El lenguajeempleado aquí podría indicar que la t ierra deAbundancia no llegaba hasta el mar del oeste, en elistmo, pero al menos la tierra debe de haber sidorelativamente baja, en la mayor parte de la anchura delistmo, como se sugiere en Alma 22: 29-33.

En la tierra del norte estaba la tierra de Cumorah,como una subdivisión de Desolación, o cómo unacont inuación de el la . Dentro de esta t ierra seencontraba por lo menos una “col ina”(Ramah/Cumorah), lo bastante alta como para que elpuñado de supervivientes nefitas que la escalaron seescondieran con éxi to de los enemigos que seencontraban agrupados al pie de la colina (Mormón6:6, 11). En las proximidades se encontraban la colinajaredita Comnor y dos valles (Eter 14:26-28), y lacolina Shim pudo haber estado ubicada en la mismaregión (Eter 9:3; Mormón 4:23). Así que las batallasfinales tuvieron lugar en este sector de colinas o enotro adyacente, lo que era, desde una perspectiva más

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amplia, “una región de muchas aguas, ríos y fuentes”(Mormón 6:4). Esto implica un clima húmedo y undesagüe hacia el este desde el altiplano, lo que incluíala t ierra jaredita de Morón (Eter 15:8-11). Estehúmedo territorio debe de haber sido, en general, lamisma área a la que se refiere Moriantón como“cubierta con grandes cuerpos de agua” y la cual élcodiciaba. Potencialmente podían formar un bloque oalianza con Abundancia, que se encontraba cerca(Alma 50:29,32) . Los jaredi tas escr ibieronconstantemente que sus antiguas t ierras estaban“arriba” en relación con la zona del este, y el registropolítico aclara que las dos áreas -presumiblemente lastierras bajas del este y las tierras montañosas del oeste-fueron durante largo tiempo rivales (Eter 7:4-6, 15-21;8:2-3; 11:15, 18; 13:27-30; 14:3-7, 11-16, 26). Detodos modos, las tierras bajas parece que habíanllegado a ser la zona más poblada e importante para eltiempo de la destrucción del pueblo jaredita, como sedemuestra por el hecho de que las últimas batallasentre grupos rivales tuvieron lugar allí. Así parece quela división geográfica sirvió de apoyo a una constantedivisión social y política.

En suma, la tierra del norte constaba por lo menosde dos partes: las tierras bajas del este y las porcionesde zona montañosa del oeste. Esta después sería lazona donde se encontraba la capital jaredita de Morón,aunque no se menciona ninguna ciudad l lamadaMorón,dentro de la “tierra [jaredita] de la primeraherencia” (Eter 7:5, 16-17). En la tierra del sur, sonimportantes cinco características principales: la zonamontañosa del sur, el valle de Sidón, una considerablellanura litoral en el este, una estrecha lengua de tierrasituada en tierras bajas, y una estrecha franja costera aloeste, paralela a las montañas que bordean la cuencadel río Sidón.

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UN MARCO GEOGRAFICO

Aún más requisitosSon escasos los detalles que se dan sobre el clima y

la vegetación, pero hay algo de información que nosproporciona requisitos adicionales para nuestro mapa.Se dice que en la tierra de Nefi crecían el trigo y lacebada. Si lo tomamos literalmente, esto sugeriría unclima templado; en el trópico, esto indica tierrasmontañosas. Parece que la cosecha más importante erael maíz (Mosíah 9:9, después el versículo 14), unaplanta básicamente semi-tropical. La única referenciaque se hace en todo el Libro de Mormón de nieve ofrio son las citas que se dan de Isaías, acerca delPróximo Oriente. En algunas áreas del territorio nefitase daban fiebres endémicas, que tienden a confirmar laexistencia de un clima casi tropical (Alma 46:40). Seda a entender que, por lo menos en las fronteras delmar del este, había un calor húmedo enervante (Alma51:33; 52:31; 62:35). Las sequías no eran comunespero podían ser serias (Helamán 11:4-6; Eter 9:28-35).

Un requisito importante, que sólo se menciona depaso, son las características sociales y culturales.Cualquier área que se proponga como la t ierraprometida debe satisfacer ciertos criterios culturales.Por ejemplo, (1) los antiguos habitantes debían sercapaces de leer y escribir, pues mantenían una largatradición de extensos registros históricos; (2) tambiénestán presentes otros elementos básicos de estacivilización, como el desarrollo de la agricultura y elcomercio; y (3) el área debía contener para el siglo IVa. C., por lo menos, una población total de millones,incluyendo ciudades de un tamaño considerable.También, estas características y otras debían apareceren ciertos lugares y épocas pero no en otras.

Ahora poseemos una l is ta de requis i tos , losuficientemente detallados como para ser de valor: laforma de la tierra, las distancias, la topografía, lascaracterísticas naturales y culturales. Aquí sólo hemos

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TRAZANDO EL MAPA

podido tratar la poca información que se halla en eltexto de escritura, pero toda ella es consistente consigomisma y con otros datos demasiado específicos paracitarlos en esta obra de tipo general. Lo que tenemoshasta ahora nos proporciona una lista preliminar quepodemos ut i l izar para examinar cualquier áreageográfica, de un mapa actual, que pueda ser la tierraprometida de los descendientes de Lehi.

Correlación con el Mundo Real¿Sat isface algun área de las Américas es tos

requisitos presentados en el Libro de Mormón?19

En la historia del pensamiento mormón sólo se hanpropuesto seriamente unas pocas correlaciones entre lageografía del registro y el mapa del hemisferiooccidental.20 Para comenzar, hay muy pocas posibles“lenguas estrechas” que valga la pena considerar. Elpunto de vista más antiguo suponía que era Panamá lalengua estrecha de la que habla el Libro de Mormón,siendo Sudamérica, o una parte de ella, la tierra delsur. Tan sólo las dimensiones que nos da el Libro deMormón excluyen a todo el continente, mientras quecualquier intento de considerar sólo par te deSudamérica cómo tierra del sur entra en conflicto conunos cuantos puntos del texto (por ejemplo, Alma22:32, “casi se hallaban rodeadas de agua”). La ideaque a veces se sugiere, de que parte del continenteSudamericano pudiera haber estado sumergido bajo elmar, dejando en la superficie sólo la reducida tierraque ocupaban los nefitas, no tiene mérito, cómo lo

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19.- Para un análisis mucho más detallado de toda la informacióngeográfica que se encuentra en el Libro de Mormón, ver mi libro TheGeography of Book of Mormon Events: A Source Book. Ediciónrevisada, F.A.R.M.S., 1992.

20- Resumidos en The World of the Book of Mormon de Paul R.Cheesman (Salt Lake City: Deseret Book, 1978), pp. 28-33. Ver uncompleto tratamiento de la historia de docenas de interpretaciones delmapa en The Geography of Book of Mormon Events, parte una y dos.

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demuestran las abundantes evidencias geológicas yarqueológicas. Además, por bastantes razones, Panamáno podía ser la lengua estrecha a la que se refiere elLibro de Mormón. Por e jemplo, e l grupo deexploración de Limhi dificilmente podría haberlaatravesado y haber vuelto sin darse cuenta de quehabían salido de la ciudad de Zarahemla.

Se ha sugerido otra correlación para la que lapenínsula de Yucatán, al sureste de Méjico, es la tierradel norte , s iendo la t ierra del sur Guatemala yHonduras. La debilidad más obvia de este esquema esla ausencia de un istmo aceptable. La base de lapenínsula del Yucatán no sirve de ninguna manera, ylos intentos de identificar como una “estrecha lenguade tierra” un pedazo de tierra aquí o allá, en otrosentido que no sea el literal de un istmo con el mar porambos lados, contradice las claras declaraciones quenos hace la misma escritura. No es más creíble lapropuesta de que la tierra prometida se encontraba porcompleto en Nicaragua. Las distancias y una multitudde cosas imposibles descarta completamente esta idea.

La única “lengua estrecha” potencialmenteaceptable de acuerdo con los requisitos del Libro deMormón es el istmo de Tehuantepec al sur de Méjico.Todos los Santos de los Ultimos Días que estudian lageografía del Libro de Mormón, y han trabajado,durante las últimas décadas, sistemáticamente en esteproblema han llegado a este acuerdo. Cómo hemosvisto anteriormente, los líderes de la Iglesia en eltiempo de José Smith aparentemente llegaron a unpunto de vista similar, y probablemente él también.Esto situaría los hechos del Libro de Mormón enMesoamérica, la región cultural del centro y sur deMéjico y el norte de América Central, donde tuvolugar la mayor intensidad de civi l ización en laAmérica antigua. Aquí encontramos los requisitosfísicos de la tierra prometida, y sólo aquí se evitan losprincipales defectos de las otras correlaciones. Por

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TRAZANDO EL MAPA

ejemplo, el Libro de Mormón deja bien claro que sushabitantes guardaban extensos registros escritos, yMesoamérica es el único lugar de toda América dondesabemos que se emplearon regularmente y durantelargo tiempo genuinos sistemas de escritura antes de lallegada de los europeos.

No obstante, los estudiantes del Libro de Mormónque aceptan el istmo de Tehuantepec como la lenguaestrecha de tierra no están de acuerdo entre ellosmismos en cómo se deben interpretar los territorios dealrededor de acuerdo con las tierras que se detallan enel Libro de Mormón. En el transcurso de 35 años depreocupación por el tema, he estudiado todos estospuntos de vista y a veces, me han atraído varios. Hastahace poco, la correlación más conocida ha hecho delrío Usumacinta, parte de cuyo curso forma la fronteraentre Méjico y Guatemala, el río Sidón. Cierto númerode funestos fallos estropean esta imagen. Por ejemplo,no logra en absoluto hacer plausible la razón por lacual Amalickíah atacó por la costa este (Alma 51; 52:1-14), porque, si fuera el río Usumacinta el río Sidón,todo el relato contradiría una sólida y segura estrategiamilitar. Además, las distancias a lo largo de la costaeste , que requerir ían una correlación del r íoUsumancita con el r ío Sidón, desafían todas lasdimensiones que hemos establecido para el territorionefita.

No ser ía de provecho considerar aquí cadacorrelación geográfica que se ha propuesto, indicandouna a una las discrepancias entre las mismas y el texto.Baste decir que cuando se consideran exhaustivamentelos requisitos geográficos y culturales, sólo queda unacorrelación. Se corresponde con las afirmaciones deltexto en todos sus puntos importantes.

Todavía hay unas pocas afirmaciones del Libro deMormón que no se pueden ajustar a lo que hoysabemos acerca del área Mesoamericana. (Estetambién sigue siendo el caso de la Biblia, en este

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asunto.) Se necesita más investigación sobre estospuntos. Pero, desde mi punto de vista, ninguno deestos problemas es serio.

La mayor par te del resto de este l ibro estarádedicada a los detalles de una exitosa correlación y susimplicaciones culturales. Esta correlación añademucho a nuestra comprensión del Libro de Mormón,porque nos permite situar la mayor parte de los hechosy descripciones del texto de escritura en un escenariogeográfico, histórico y arqueológico específico. Estocrea una sensación de que es algo concreto y nospermite profundizar en su significado de forma sólocomparable a la que hoy es posible hacer con la Bibliaen su escenario del Próximo Oriente.

Es prematuro afirmar una precisa identificación detodas las tierras y ciudades del Libro de Mormón. Laimagen general es sólida y convincente. Naturalmente,cuanto más nos acercamos a los lugares exactos laspreguntas son más numerosas. Una buena razón esque, aunque el Libro de Mormón nos da unaconsiderable información global, en detalles como, porejemplo, la ruta entre Nefíah y Gedeón, sóloencontramos unas pocas palabras , ni s iquieraindicaciones. (Esto es como el problema de la personaque pronostica el tiempo: puede decirnos si va a lloveren nuestro estado pero no necesariamente si la lluviava a caer en la parte de la ciudad donde vivimos).Terminaremos con un panorama plausible: lasidentificaciones que hacemos en nuestro mapa sonverosímiles. No es convincente la evidencia contra elemplazamiento de los hechos del Libro de Mormón enlos lugares que muestran nuestros mapas. Algunas delas identif icaciones específ icas parecen inclusoal tamente probables . Sin embargo, no estamosabsolutamente seguros de ninguna de ellas.

Un punto en el que se debe poner énfasis: la historiaque narra el Libro de Mormón realmente sucedió enalgún lugar. Los que creemos que el l ibro es

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TRAZANDO EL MAPA

auténticamente antiguo estamos convencidos de queexisten lugares reales, donde nefitas y lamanitasreales , hicieron las cosas que el l ibro dice quehicieron. Algún día esperamos identificar esos lugares,convertir el emplazamiento del Libro de Mormón enalgo concreto. ¿Por qué no puede ser ahora elmomento? El Sur y Centro de Mesoamérica cualificande forma tan notable para ser el emplazamientogeográfico y cultural del Libro de Mormón que estoyconvencido de que esta fue la tierra de Lehi. Parasimplificar, a partir de ahora sólo me ocuparé de estacorrelación geográfica, cómo si este asunto estuvieraresuelto.

La Forma de MesoaméricaEl istmo de Tehuantepec, con su forma de silla de

montar, se consideró por mucho tiempo como un buenemplazamiento para e l canal que f inalmente seconstruyó a través de Panamá. El lado del istmo que daal Atlántico es muy húmedo y lleno de bosques,ascendiendo gradualmente alrededor de unas cienmillas hacia una cuenca cubierta de hierba en undesfiladero de unos 400 pies por encima del nivel delmar. Por el lado del Pacífico, el terreno pierde altura amenos de 20 millas desde la cima hasta una serie deextensas lagunas conectadas con el mar. Los frecuentesvientos secos sólo permiten la existencia de algunaclase de vegetación árida alrededor de las lagunas. Ladistancia total desde la costa Atlántica hasta el bordede las lagunas es de 120 millas, en línea recta. (Ver elmapa en la portada interior.)

Las cordilleras a ambos lados del istmo pertenecena diferentes zonas geográficas y biológicas. El sur ycentro de Méjico, que se encuentran al oeste y nortedel istmo, marcan el término de América del Norte, enlo que a plantas y animales autóctonos se refiere,puesto que muchos de los que encontramosnormalmente en áreas más templadas y secas de

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UN MARCO GEOGRAFICO

Méjico no aparecen más abajo, al sur del istmo. En elnorte y el oeste el clima tiende a ser más seco que enel sur y este. En el lado Atlántico, o zona del Golfo, elrío Coatzalcoalcos forma una línea bien determinadaque separa las moderadas elevaciones que se levantanal norte, de las extensas, y húmedas llanuras del sur yeste. A pesar de estas diferencias de gran escala entrelos dos lados del río, muchas características botánicasy climáticas se encuentran a todo lo largo de la llanuracostera del golfo. Los efectos del medio ambiente en lapoblación humana fueron ampliamente similares entodas las tierras bajas o “tierra caliente”. Esta zonamantenía una gran población porque era muyproductiva agricolamente, a pesar de lo que podríanparecernos formidables obstáculos.

Más allá del río Coatzacoalcos, a través del estadomejicano de Tabasco, se extiende una tierra baja pocodrenada que sufre grandes inundaciones cada año.Fuertes lluvias caen en las áreas montañosas quecorren hacia el sur, hacia el mar, durante la estaciónhúmeda. La costa está bordeada con antiguas dunas dearena, a veces de una anchura de millas. Esta franjapermite viajar, con alguna dificultad, paralelamente ala playa, pero una maraña de lagunas y pantanos, justodetrás del grupo de dunas, interrumpe la mayor partede las rutas que van hacia la orilla o que salen de ésta.A lo largo de los ríos principales, los diques de lododepositados allí por las inundaciones están un pocoelevados por encima de los pantanos de alrededor. Lamayor parte de la población se encuentra a lo largo depequeñas elevaciones de buena tierra. Antes de quehubiera modernos s is temas de t ransporte ,prácticamente todo los viajes por tierra, en esta costade Tabasco, cesaban durante las inundaciones, quellegan a su punto máximo en junio y otra vez enseptiembre. Incluso en la estación seca, los viajerospueden pasar cómodamente sólo a través de unas pocasrutas.

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TRAZANDO EL MAPA

En el lado pacífico del istmo la estrecha llanura esatacada por vientos originados por el empuje degrandes masas de aire, en los meses invierno, quesalen del centro de los Estados Unidos y barren elgolfo de Méjico; a veces el aire sale a borbotones, amucha velocidad, a través del desfiladero que seencuentra en las montañas del istmo. Como resultadode esto, la región de las lagunas es notablemente másseca que la pendiente hacia arriba del lado atlántico.La llanura costera occidental es estrecha -de cinco adiez millas- casi hasta la frontera con Guatemala, antesde ensancharse considerablemente.

Curiosamente, los Tol tecas de las t ierrasmontañosas de Guatemala llamaban a la franja costerade Tabasco la “frontera del mar,”21 y los guatemaltecostodavía se refieren a la costa sur como las orillas delmarf, que tiene el mismo significado, lo que nosrecuerda la expresión nefita “orillas del mar”,22 comose encuentra en Alma 56:31.

La depresión central de Chiapas se encuentra alsureste del istmo de Tehuantepec (ver el mapa de laportada interior). A través de ella corre un gran ríollamado el Río Grande de Chiapas, el Mezcalapa o elGrijalva, dependiendo de quién le dé el nombre, a lolargo de su curso. Esta gran cuenca está limitada en eleste por una meseta, que es una extensión de las tierrasmontañosas de Guatemala23. Por sus lados norte y este

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21.- Robert M. Carmack Toltec Influence on the PostclassicCulture History of Highland Guatemala , MARI 26 (1968), pág. 65.

22.- Felix W. McBryde Cultural and Historical Geography ofSouthwest Guatemala , SISA 4 (1945), pág. 4.

23.- Un práctico y breve tratado de la geografía, geología y climade Chiapas y especialmente de la depresión central se encuentra enArchaeological Exploration of the Upper Grijalva River, Chiapas,Mexico de Gareth W. Lowe, NWAF 2 (1959), pág. 4-7. Unaexcelente fuente, de más amplio alcance, es Middle America: ItsLands and Peoples de Robert C. West y John P. Angelli. Segundaedición (Englewoods Cliffs, New Jersey: Prentice Hall, 1976).

UN MARCO GEOGRAFICO

la meseta desciende hasta las tierras bajas, a través deuna maraña de colinas y valles llenos de bosques. Todoeste e levado bloque intercepta gran par te de lahumedad del Golfo que, de otra manera, llegaría hastala depresión central . Puesto que el interior estátambién protegido de la humedad proveniente del airedel Océano Pacíf ico por una cadena montañosacontínua, la Sierra Madre de Chiapas, la cuenca altadel Grijalva es relativamente seca y muy cálida. En laparte más alta se pueden cultivar abundantes cosechasde maíz, cerca de las corrientes. Pero hay pocas áreasde ese tipo que se aprovechen para el cultivo. Lamayor parte del terreno es árido y montañoso. Ríoabajo, la extensión central del Grijalva es más húmeda,pero la región es demasiado desigual para manteneruna cantidad considerable de población. Se podía usarpartes del río para el transporte o para seguir senderosen este sector, a través de las colinas. Pero viajar haciael norte de Mesoamérica desde la depresión central deChiapas era mucho más fácil por vía del valle deCintalapa, seco y abierto, que conduce al oeste, haciala costa del Pacíf ico y por lo tanto al is tmo deTehuantepec. El hecho de que actualmente la autopistaPanamericana sigua esta ruta seca y abierta, pone derelieve la seguridad y comodidad del terreno.

Los valles al sur de las tierras montañosas deGuatemala son tan elevados que, por lo general, lastemperaturas son agradablemente frescas. (A taleselevaciones intermedias se las clasifica como tierratemplada que, en algunos lugares sube hasta la tierrafría). A lo largo del borde Pacífico de estas tierrasmontañosas, en el lado que se encuentra más tierraadentro, se hiergue un pintoresca hilera de picosvolcánicos sobre selectas tierras de valles y dominan lallanura costera por el otro. La cara norte de la masa dealtiplanos guatemaltecos se encuentra en el paso devientos húmedos que soplan tierra adentro desde elmar a ambos lados de la península de Yucatán. Sobre

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TRAZANDO EL MAPA

esta ladera caen muchas precipitaciones, lo que nofomenta el asentamiento humano y produce ungigantesco yermo de selva lluviosa. En medio de lastierras altas se encuentra una estrecha depresión que semantiene bastante seca; las partes más profundas sonrealmente áridas debido al principio de la lluvia ysombra que vimos actuando en Chiapas, al otro lado dela frontera.

Los templados valles de Guatemala están separadosde Chiapas por un conjunto de altas montañas, queincluye el volcán Tajumulco, el pico más alto decentroamérica de unos 14.000 pies de al to . Elescarpado valle esculpido por ríos proporciona rutasdifíciles, a través de un área abrupta. Era más probableque los viajeros que iban de Guatemala a Méjicocruzaran sobre la e levación de las montañasCuchumatanes, más llana y fresca, que a través de losdesfiladeros. La barrera formada por este conjunto demontañas que separan los dos paises actuales continúahacia la costa del Golfo como la pendiente cubierta delluvia y selva que se ha descrito anteriormente.

En la costa del Pacíf ico, a l oeste y norte deTehuantepec, una franja estrecha y seca se levanta,bastante abruptamente, hasta una barrera de montañas.Tierra adentro, desde esta cordillera, se encuentrantierras montañosas desiguales y áridas que incluyenunos pocos valles fértiles. Este modelo se extiendetodo el camino hasta el este de la elevadísima SierraMadre, cuyos impresionantes volcanes alcanzan laal tura de 18.000 pies . De aquí a l mar, la t ierradesciende hasta las anchas y llanas planicies -lafrontera del Golfo de Campeche, que ya hemosmencionado. Justo al norte del istmo, en la costa este,están las montañas Tuxtla, bendecidas con un terrenofértil a causa de su pasado volcánico y los vientoshúmedos provenientes del Golfo.

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UN MARCO GEOGRAFICO44

Una ComparaciónCon este breve estudio de las características de

Mesoamérica en mente, es posible compararlas con lastierras descritas en el Libro de Mormón. La formageneral de reloj de arena es evidente en ambas. Lasdimensiones son muy similares -esto es, si ignoramosla extensión del norte y oeste de Mesoamérica, lo cualpodemos hacer, ya que el Libro de Mormón no dicenada acerca de su área correspondiente. Tambiéndebemos ignorar la península de Yucatán y sus tierrasbajas adyacentes , por que, como indicamosanteriormente, la porción de costa a lo largo del mardel este controlada por los nefitas era pequeña y poreso toda el área este, desde la ciudad de Nefi, no sedescr ibe en el l ibro. Así que las dos áreas deMesoamérica que no encajan claramente con lo quenos dice el registro nefita acerca de la geografía sonprecisamente las regiones sobre las cuales el relato delas escrituras es más vago. No hay contradicciones.(Ver el mapa 5.)

El río Sidón encaja con el río Grijalva, que sale delas tierras altas, corre a través de una importantecuenca de mediana elevación, luego continúa hacia elmar atravesando una llanura costera considerable. Lalongitud del río, 300 millas, encaja con lo que hemosdicho acerca del Sidón, y no se encuentra ninguna otracorriente principal en esta parte del sur de Méjico; elLibro de Mormón sólo menciona un río. El istmo deTehuantepec, con sus 120 millas de ancho, entra justodentro de la escala de plausibilidad que establecimospara el ancho de la “lengua estrecha”. La distanciaindicada en el Libro de Mormón a través de la tierra,desde Ammoníah hasta Moroni, en la costa este, esaproximadamente la distancia a través de la mayorparte de los estados de Chiapas y Tabasco, alrededorde 150 millas.

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La topografía también encaja. El grupo de montañasde yermo, que separan las tierras montañosas deGuatemala del centro de Chiapas, es un buenemplazamiento para situar “la estrecha franja deyermo” de los nefitas. Desde ellas fluyen las corrientescuya confluencia forma el Grijalva, o el Sidón. Lasfranjas costeras fronterizas de yermo, la presencia deuna región de colinas, en un área perfectamentesituada para haber sido el campo de la batalla final yotras características, también coinciden.

No se necesitan más detalles sobre este punto. Elacuerdo general entre la geografía de Mesoamérica yla del Libro de Mormón puede comprenderse de unamanera directa estudiando cuidadosamente el mapa 5.Cualquiera que desee invest igar e l temasistemáticamente puede comprobar cada uno de losrequisitos enumerados anteriormente y darse cuenta desus estrechas semejanzas con el escenariomesoamericano.

Muchas características del sur y centro de Méjico yGuatemala parecen encajar decisivamente con elterritorio del Libro de Mormón, excepto, quizás, poruna importante anomalía. Los escritores del Libro deMormón hablan de su geografía en términos de “norte”o “hacía el norte” y el “sur” o “hacía el sur” mientrasque la posición oblicua de Mesoamérica no pareceresponder a estos puntos cardinales. ¿Cómo se puederesolver este problema?

La Cuestión de las Direcciones en el Libro deMormón

El poner etiquetas a las direcciones siempre hapresentado desafíos lingüísticos y culturales a lospueblos del mundo. Al igual que otras costumbres,todo este asunto es bastante más arbitrario que lógico,como les gustar ía pensar a las personas en laactualidad. Nosotros seguimos la tradición europea que

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TRAZANDO EL MAPA 47

dice que es del “este” de donde “sale el sol”; pero en elártico el sol, indiferente a estas cuestiones, sale por elnorte. Incluso en latitudes intermedias el sol saleexactamente por el este sólo dos días al año. Elconocer nuestra propia cultura y otras nos puedeayudar a desengañarnos de la idea de que hay un solo“correcto” y “obvio” modo de dar nombre a lasdirecciones.

En los grupos lingüísticos esquimales orientales sedistingue primordialmente entre dirección tierraadentro ( l i teralmente “arr iba”) o hacía e l mar(“abajo”). Partiendo de esto tenemos la interesantecontradicción de que en Labrador una palabra quesignifica “hacia el mar” se traduce cómo “este”,porque resulta que el mar se encuentra más o menos enesa dirección, mientras que la misma palabra al otrolado del estrecho, en la cercana Groenlandia occidentalse corresponde con nuestro “oeste”24, porque allí elmar está al oeste. Los polinesios utilizan un par detérminos similares para las direcciones básicas, “tierraadentro” y “hacia la costa”, combinados a veces conuna dist inción entre “delante” o “detrás”25. Losislandeses se refieren a las direcciones dependiendo dela procedencia del viajero, no de la ruta por la cual hallegado26. (Esta idea aplicada a nosotros significaríaque, de un viajero que llega a Nueva York desdeMiami dir íamos que ha viajado “hacia el este”,s iempre y cuando su viaje haya comenzado enCalifornia). En el Pueblo Picuris, en Nuevo Méjico, sediferencian y clasifican cinco direcciones y ninguna deellas equivale a nuestros propios puntos cardinales.

24.- Louis-Jacques Dorais “Some Notes on the Semantics ofEastern Eskimo Localizers” Anthropological Linguistics 13 (1971):92.

25.- Phil De Vita, “A Partial Investigation of the Spatial Forms ofSome Tuamotuan Dialects” Anthropological Linguistics 13(1971):401-20.

26.- George L. y Florence H Trager “The Cardinal Directions atTaos and Picuris, Anthropological Linguistics 12 (1970):31-37.

UN MARCO GEOGRAFICO48

Los israelitas de Palestina, en su esquema mentalmás común, interpretaban las direcciones como siestuviesen de espalda al mar, de cara al desierto. Asíque, entonces yam (“mar”) significaría “oeste”, porqueel Mediterráneo se encuentra en esa dirección,mientras qedem (“delante”) representaba el “este”.Yamin (“mano derecha”) significaba “sur”, mientrasque shemol (“mano izquierda”) indicaba “norte”27. EnPalestina este modelo coincidía muy bien con lanaturaleza (la costa se extiende aproximadamente denorte a sur) y también resultaba fácilmente traducible anuestros usos europeos de los términos este, oeste,norte y sur. (Este no era e l único modelo dedirecciones en uso entre los israelitas, pero era el másfundamental, ya que estaba profundamente arraigadoen el lenguaje.) Otros idiomas semíticos, además delhebreo, seguían una lógica similar, aunque algunasveces sus emplazamientos físicos hacían el modeloconfuso. Por ejemplo, los asirios se referían al GolfoPérsico como “el mar del sol naciente”, cuando, dehecho, estaba al sur-sudoeste de ellos.28

Supongan por un momento que estaban con el grupode Lehi cuando éste llegó a la costa del Pacífico deCentroamérica. Según la terminología general de hoyen día, de la civilización occidental, la costa estaríaorientada aproximadamente noroeste-sureste. Cuandousted dijera yamah, queriendo decir “hacia el oeste”, eltérmino significaría literalmente “hacia el mar”,aunque el agua estar ía realmente “detrás de suespalda” hacia nuestro suroeste. Además, el primerpaso que usted diera tierra adentro, alejándose del mar,sería “hacia el este” (“adelante” literalmente) enhebreo; nosotros actualmente dir íamos que elmovimiento había sido hacia el noreste. En ausencia de

27.- S. H. Weingarten, “Yam Suf-Yam Ha´adom,” Beth Mikra48 (1971):100-104.

28.- P. Cornwall, “On the Location of Dilmun,” American Schoolsof Oriental Research, Boletín 103 (1946) pág. 8.

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una decisión consciente del grupo de desviar el sentidode sus términos de dirección hebreos 45 grados o más,el pequeño grupo de colonos, habría entrado en unnuevo esquema lingüístico en cuanto a las direcciones,al encontrar su modelo de lengua semítica el nuevomarco geográfico.

De hecho, no sabemos el nombre que Lamán,Lemuel, Sam y Nefi daban a sus direcciones, ya quelos primeros términos referentes a direcciones sóloaparecen en el Libro de Mormón cientos de añosdespués de su primer desembarco (Mosíah 7:5; 9:14).29

De todos modos, es interesante que para las lenguasmayas de Mesoamérica el “sur” significa “a la manoderecha” y “norte” “a la izquierda”30 paralelamente alhebreo. Además de shemol, los hebreos llamaban al“norte” sapon, que significaba “región escondida uoscura”, que recuerda el modelo cultural ampliamenteextendido que asocia mala suerte, maldad y oscuridadcon la izquierda. 31 Naturalmente los nef i tasconsideraban que la tierra que se encontraba al norte,en el lado izquierdo del sistema hebreo, estaba bajouna “maldición” (3 Nefi 3:24). Las ruinas y huesos delos jareditas destruidos que descubrieron en la tierra

29.- Algunas personas han pensado que la Liahona de Lehi (1Nefi 16:10) era un aparato magnético. Yo no encuentro ningunaevidencia convincente de semejante punto de vista. Una valiosacharla de Hugh Nibley sobre esto nos da una imagen alternativa de sufuncionamiento: Since Cumorah (Salt Lake City: Deseret Book,1967), pp. 283-96.

30.-J. E. S. Thompson, Maya Hieroglyphic Writing: AnIntroduction, rev. ed. (Norman: University of Oklahoma Press, 1960)pág. 249; idem, Maya History and Religion (Norman: University ofOklahoma Press, 1970), pág. 176; Cecelia F. Klein, “Post-ClassicMexican Death Imagery as a Sign of Cyclic Completion,” en Deathand the Afterlife in Pre-Columbian America, ed. Elizabeth P. Benson(Washington, D.C.: Dumbarton Oaks, 1975), pp. 80-81.

31.- Charles E. Osgood, “The Cross-Cultural Generality ofVisual-Verbal Synesthetic Tendencies,” Behavioral Science 5 (1960):146-49; R. Hertz, Death and the Right Hand (Glencoe, Illinois: FreePress, 1960). Leer Mosiah 5:10-12.

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del norte reforzaron esa idea. Los mayas quichés de latierra montañosa de Guatemala, de los cuales tenemosun importante registro precolombino, el Popol Vuh,relacionaban el sur con la mano derecha y el colorrojo; al norte (mano izquierda) se le identificaba con elcolor negro y con asociaciones mentales negativastales como la estupidez, la muerte y el infierno.32

Asociaciones similares, incluyendo los colores,prevalecieron en el Oriente Próximo.33

Los toltecas, gobernantes de los quichés, junto conotros grupos pre-hispánicos, llamaban a la zona detierra baja que bordea el Golfo, cerca del istmo deTehuantepec “el este”, obligando a los traductores delPopol Vuh a una extraña afirmación: “En las tierrashacia el norte, esto es, ‘en el este.’...”34 Además, elprofesor Vogt planteó la posibi l idad de que lasantiguas direcciones mayas presentaran una diferenciade 45 grados respecto a las nuestras . 35 Esespecialmente interesante otra charla reciente acercade la antigua terminología de las direcciones en elcentro de Mesoamérica:

32.- Munro S. Edmonson, The Book of Counsel: The Popul Vuh ofthe Quiche Maya of Guatemala, MARI 35 (1971), pág. 36. La gamade colores difiere algo en otras regiones mesoamericanas.

33.- Weingarten, “Yam Suf,” pág. 103.34.- Adrian Recinos, Delia Goetz y Sylvanus G. Morley,

traductores, Popol Vuh (Norman: University of OklahomaPress,1950), pp. 68-69, 207.

35.-Evon Z. Vogt, Zinacantan: A Maya Community in theHighlands of Chiapas (Cambridge: Harvard University Press, 1969)pág. 602.

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El Golfo de Méjico, no importa cómo esté situado enrelación a la tierra- hacia el este en el norte de Méjico, alnorte desde el área costera del Golfo, o al oeste desde lacosta de Campeche- es el “mar Este”, y, del mismomodo, el Océano Pacífico es el “mar oeste”. Así que, enel interior de la tierra, alrededor del istmo deTehuantepec, el oeste está en el lado Pacífico y el este enel área sur de la costa del Golfo36.

Vimos anteriormente que el Golfo de Méjico, Golfode Campeche, encaja con el “mar Este” de los nefitas.

Los ejemplos de diversos pueblos, que hemosrepasado, demuestran que una orientación simple, enrelación a la brújula, de norte/sur/este/oeste no es“natural” ni universal y que otras cul turas hanpropuesto otros s is temas para dar nombre a lasdirecciones que son difíciles de traducir con claridad alsistema dominante de lenguaje y pensamiento del

36.- Andrew J. McDonald, “The Origin and the Nature ofPlatform Complexes in Southern Chiapas, Mexico” (borrador de tesisdoctoral, University of Texas), pág. 80 (copia en posesión de J. L.Sorenson). La imagen de Klein añade a la afirmación de McDonald:“Invariablemente . . . el norte era asociado con el este, el sur con eloeste. De hecho, el norte y el sur eran comparativamente pocoimportantes en el pensamiento mesoamericano y, frecuentemente,eran relacionados con las direcciones del mundo más importantes deeste y oeste. De esa manera, el norte comparte con el este laconnotación del cielo y lo que está por ‘encima’, mientras que el sur,al igual que el oeste representan la tierra y lo que esta ‘debajo’ (DeathImaginery,” pág. 81). Con la explicación de Klein, se aclara laafirmación de Recinos, Goetz y Morley sobre el “este” y el “norte”.Este modelo de unión de las direcciones puede estar reflejado en elLibro de Mormón, donde Jesús surge del cielo en Bountiful, cerca dela costa este, mientras que las dos ciudades destruidas durante sucrucifixión, cuya posición se identifica claramente como “en el sur”,Moroni, convenientemente hundida en el mar, y Jerusalén, dónde lasaguas se levantaron para cubrirla. La asombrosa congruencia entrelos “hechos objetivos” de la historia y el modelo estructural ha sidopresentado por Y. T. Radday (Chiasm in Kings,” Linguistica Biblia31 [1974]: 52-67), aunque él no puede explicar la concordancia. Noes más fácil sugerir el cómo los hechos objetivos de la geografíapueden concordar con el modelo de espacio conocido por la gente

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mundo de hoy. Así que no nos sorprende que,evidentemente, las terminologías nef i ta ymesoamericana difirieran conceptualmente de lasnuestras.

Además, resulta que el territorio mesoamericano esevidentemente difícil de clasificar direccionalmente entérminos de la brújula europea porque corta en ángulonuestra rígida cuadriculación. La experiencia de losconquistadores europeos ilustra este problema. Porejemplo, el relato del padre Thomas Gage de un viajedesde la ciudad de Méjico hasta la tierra montañosa deGuatemala en el siglo XVII se refería a la dirección desu viaje como “sur.”37 En realidad, es el este, más queel sur. El a t ravesó el is tmo de Tehuantepecaproximadamente donde se encuentra actualmente laautopista panamericana y finalmente llegó a Chiapa deCorzo, en el r ío Gri ja lva. El re la to de su viajemenciona haber pasado allí a través de Macuilapa“hacia el norte” desde Chiapa de Corzo. En el mapa seencuentra realmente en el suroeste. Más tarde habla deque la propia Chiapa de Corzo estaba al noreste de lacapital de Guatemala (que es realmente el oeste-noroeste), mientras que la costa de Chiapas que daba alPacífico era noroeste para él (en nuestros términossuroeste). Hay una explicación razonable para estasextrañas declaraciones; en general él se dirigía al surhacia su destino, así que, naturalmente, los puntos queél ya había atravesado le parecían estar “al norte”,aunque el mapa demuestra que en ningún momento suviaje fue directo hacia el sur, según nuestros términos.Casualmente, una región que él dijo que estaba “aleste” de la capi ta l de Guatemala se encuentrarealmente en el norte, de acuerdo con la brújula; aquísin darse cuenta entró en el mismo esquema mental delos toltecas pre-colombinos de Guatemala: el norte de

37.- J. E. S. Thompson, ed., Thomas Gage´s Travels in the NewWorld (Norman: University Oklahoma Press, 1958), pp. 181, 193-95.

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los puntos cardinales pasó a ser e l “este”. Unaafirmación de un prominente arqueólogo en 1982tropezó con la misma expresión: “Al norte de la regiónMaya . . . en el Monte Albán en Oaxaca. . . .”38 Ladirección real es oeste-suroeste; el norte l i teralconduciría a Cuba, no a Oaxaca.

Es importante un punto semántico del Libro deMormón. Este se refiere normalmente a la “tierra alnorte” y la “tierra al sur”, raramente a la “tierra norte”o “tierra sur”. (Estos últimos términos aparecen sólosiete veces; los primeros 47 veces.)39 La preposición ao hacia significa “tendiendo o dirigiéndose a.” Gage,correctamente, pensó que Guatemala estaba “hacia elsur” de la ciudad de Méjico, aunque técnicamente estámás hacia el este. De igual manera, si usted toma unavión en Los Angeles, hacia Caracas, Venezuela, ¿noconsidera mentalmente esta dirección hacia el sur?Después de todo, el destino es Sudamérica; perorealmente se termina viajando más hacia al este que alsur. A pesar de todo, hacia el sur es correcto.

Ninguna de estas consideraciones implican que laspersonas involucradas no entendían las direccionesreales. Los antiguos habitantes de Guatemala sabíantan bien como usted o yo o Thomas Gage por dondesalía el sol. El problema no era el de la ignorancia sinoel de un diferente esquema conceptual y lingüísticoentre su cultura y la nuestra.

Si todo este asunto suena un poco complicado,todavía podemos estar agradecidos por una cosa.Mormón y José Smith, que nos proporcionaron elLibro de Mormón, podían haber empeorado las cosassiendo “literales”. Imaginese tener que leer una y otravez acerca de la “tierra noroeste-este,” o quizás del“mar que está al suroeste de Zarahemla pero al sureste

38.- Kenneth G. Hirth, “Transportation Architecture atXochicalco, Morelos, Mexico,” Current Anthropology 23 (1982):322.

39.-En la traducción oficial del Libro de Mormón al castellano sehan hecho cambios que alteran estas proporciones. (N. del T.)

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de parte de la tierra noroccidental.” Esto hubiera sidoliteralmente correcto según nuestros términos, peromuy farragoso.

Lo que comenzó siendo un “problema” con lasdirecciones se ha resuelto plausiblemente. Hemosdescubierto que el texto nefita tiene sentido cuando sevíncula al pensamiento e idioma hebreos por una parte,y a las condiciones de Mesoamérica por otra.

El Estrecho PasajeOtra pregunta geográfica que continuamente se

presenta cuando se lee el Libro de Mormón es lanaturaleza y la localización del “estrecho pasaje”mencionado en Alma 50:34 y 51:9 y en Mormón 2:29y 3:5. De estos versículos, se infiere que el pasaje noes lo mismo que la estrecha “lengua” de tierra. Másbien, se trata de algún tipo de rasgos específicosdentro del área del istmo. Alma 50 nos dice cómoTeáncum interceptó al fugitivo grupo de Moriantónjusto cuando ambos l legaban a un punto muyespecífico, “cerca del estrecho paso que conducía allado del mar a la tierra norte, sí, por el mar, al oeste yal este.” También está claro que los grupos pasaroncerca de la ciudad de Abundancia para tener acceso aeste pasaje desde el área litoral oriental (Alma 51:28-30; 52:9, 27; 53:3-4). Sin embargo, no se menciona laciudad de Abundancia cuando se accede al pasajedesde el mar occidental , como se demuestra enMormón 2:3-6, 16-17, y 29 hasta 4:23. (Quizás laciudad ya no estaba habitada para el siglo IV a. C.)

Encontramos una solución a esto observando losminuciosos detalles geográficos del área del istmo deTehuantepec. Aparece una formación irregular dearenisca y grava, como una loma, que tiene unaanchura media de un par de millas y se eleva de 150 a200 pies por encima del campo que la rodea. Seextiende hacia el oeste, desde el curso inferior del ríoCoatzacoalcos. Proporciona el único camino seguro

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durante todo el año, desde el área de la costa orientaldel istmo “hacia el norte” hasta Veracruz central.40 Aambos lados de esta loma se inunda periódicamenteuna porción considerable de tierra, hasta unos 12 piesde profundidad durante la estación húmeda.41 A veces,durante esta estación, el pasaje de la loma conduciríarealmente “por el mar, al oeste y al este” (Alma50:34), porque el agua, en las cuencas inundadas,estaría a ambos lados de la loma e impediría el viaje deforma tan ef icaz como el mar, con lo que seproducirían constantes inundaciones. Incluso en laestación seca, el terreno bajo está obstruido conarbustos espinosos, entrelazado con lagunas, y haceque no sea práctico como ruta habitual. Esta formaciónse extiende desde cerca de Minatitlán, la ciudad que seencuentra actualmente en el río Coatzacoalcos, 20millas hacia oeste hasta Acayucán. Desde allí, la rutanormal conduce más al oeste, hasta el donde seencuentra con el río en San Juan, una confluenciaclave. La autopista actual corre, en parte, a través deesta elevación para evitar el estado pantanoso en el quese encuentran ambos lados. Donde lo hace, sigueesencialmente el camino pre-europeo que se habíausado como camino de preferencia durante miles deaños. (ver el mapa 7.)

40.- J. J. Williams, The Isthmus of Tehuantepec, Being the Resultsof a Survey for the Railroad to Connect the Atlantic and PacificOceans (New York, 1852) pp. 21-35.

41.- Ibid. Ver también Michael D. Coe, “Photogrammetry and theEcology of Olmec Civilization” (ponencia dada en la conferencia detrabajo sobre fotografía áerea y antropología, Cambridge,Massachusetts, 10 y 11 de mayo de 1969), pp. 8-9. Sólo marzo, abrily comienzos de mayo tienen poca cantidad de lluvias. Los ríoscomienzan a crecer rápidamente en junio y alcanzan su máximocaudal entre julio y septiembre, inundando toda la tierra que seencuentra por debajo del nivel de los 24 metros, en las proximidadesde San Lorenzo, el emplazamiento olmeca.

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En el término oriental, la cordillera comienza enPaso Nuevo, el vado principal del Coatzacoalcos, justodebajo de Minatitlán. Al este del vado la ruta normalconduce, a través de las llanuras y colinas bajas, haciaTabasco. Si, como Moriantón (Alma 50:33-34), unollega desde la llanura de Tabasco, el vado y la ruta dela loma se verían como la entrada a la tierra del norte.El ejército interceptor de Teáncum obstruyó la entrada,probablemente en el cruce del río. Y la ciudad deAbundancia , que debía de estar próxima, seencontraría cerca de la ribera oriental (hacía el este),en algún lugar en una extensión de diez millas, entre elvado y la costa (comparar Alma 50:32, 34; 51:28-30;53:3-4; 3 Nefi 11:1; 19:10-12).

¿Dos Cumorahs?Una pregunta lógica y necesaria, que muchos

lectores se deben de haber estado haciendo a símismos, es: ¿cómo obtuvo José Smith las planchas deoro al norte del estado de Nueva York si el últimocampo de batalla nefita estaba en Mesoamérica?

Repasemos dónde tuvo lugar la batalla final. ElLibro de Mormón pone en claro que la destrucción,tanto de jareditas cómo de nefitas, tuvo lugar cerca dela estrecha lengua de tierra. Sin embargo, Nueva Yorkestá a miles de millas de cualquier configuración quese pueda describir plausiblemente como lenguaestrecha. Así que el mismo libro elimina la idea de quelos nefitas perecieran cerca de Palmyra.

Entonces, ¿cómo llegaron las planchas desde elcampo de batalla, hasta Nueva York? No tenemos unarespuesta definitiva, pero podemos reconstruir unaimagen plausible. Mormón nos informa de que élenterró todos los anales bajo su custodia en la colinade Cumorah de la batal la f inal , excepto cier tasplanchas de oro claves (Mormón 6:6), las cuales,según tradujo José Smith, confió a su hijo Moroni.Más tarde, 35 años después, Moroni todavía seguía

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añadiendo sus escritos a estos anales (Moroni 10:1). Elnunca nos dice dónde tenia la intención dedepositarlos, ni dónde se encontraba él cuando losselló (Moroni 10:34). La manera más obvia para quelas planchas llegaran al estado de Nueva York habríasido que alguien las llevara allí. Moroni mismo podríahaberlo hecho durante esas úl t imas y sol i tar iasdécadas.

¿Podría haber sido capaz Moroni de sobrevivir a unviaje de var ios miles de mil las , a t ravesandopoblaciones y t ierras extrañas, s i é l fue quientransportó los anales?42 Semejante viaje no sería mássorprendente que el viaje del grupo de Lehi por tierra ymar, un viaje alrededor de la mitad del mundo. Dehecho, tenemos el sorprendente caso de un viaje muyparecido al que Moroni pudo haber hecho. A mediadosdel siglo XVI, David Ingram, un marinero inglésnaufragado, anduvo, durante 11 meses, a través de unterr i tor io indio completamente extraño, desdeTampico, Méjico, hasta el río San Juan, actualmente enla frontera entre Maine y Canadá.43 Este extraordinarioviaje habría sido, aproximadamente, de la mismadistancia del que hizo Moroni, y, esencialmente, por lamisma ruta. Así que el que Moroni llevara las planchashasta Nueva York, incluso sólo con sus propiasfuerzas, parece factible.

42.- J. N. Washburn ha escrito un interesante obra especulativadescribiendo como Moroni podría haber hecho semejante viaje: “TheSon of Mormon”, no hay fecha ni lugar (disponible en la biblioteca deBYU). A propósito, el libro de J. A. y J. N. Washburn, An Approachto the Study of the Book of Mormon Geography (Provo, Utah: NewEra Publishing, 1939), es valioso por su tratamiento del Libro deMormón, basado sólo en el texto. Fue el primer estudio serio sobre eltema.

43.- “Man Alone,” Christian Science Monitor (1 de Junio de1967), pág. 16

UN MARCO GEOGRAFICO58

¿Qué Hay de la Gran Catástrofe?La localización de Cumorah no es la única pregunta

que vendrá a la mente de un lector atento. ¿Que ocurresi las condiciones físicas han cambiado tanto desdetiempos los antiguos hasta los modernos, que ya no sepueden encontrar los antiguos emplazamientos?Sabemos por el Libro de Mormón que, a causa deterribles terremotos y otras destrucciones al tiempo dela crucifixión de Jesucristo, “la faz de la tierra entera”cambió. ¿Podría ser que hoy en día no hubiera mediode reconstruir la geografía de los tiempos de antes dela crucifixión?

La respuesta a esto también se encuentra en el libro.Mormón y Moroni vivieron y escribieron después deesos catastróficos cambios. Ellos no tuvieron ningúnproblema en identificar lugares que habían conocidodurante sus vidas con los lugares a los que se referíanAlma o Helamán antes de la catástrofe. Nada de lageografía de antes de la crucifixión parece haberlesconfundido. El mismo libro dice que los cambios quetuvieron lugar durante la crucifixión del Salvadorfueron principalmente en la superficie. Abundancia seencontraba todavía en su sitio, su templo continuabaallí cuando apareció el Salvador resucitado (3 Nefi11:1). Zarahemla fue reconstruida sobre las ruinasquemadas de la ciudad anterior (4 Nefi 1:8). Elestrecho pasaje estaba todavía en la misma posiciónclave durante las batallas finales como lo había estadoantes, hacía más de cuatro siglos. El río Sidón todavíamantenía el mismo curso, y Ramah/Cumorah, ladestacada colina, presidía sin ningún cambio, laaniquilación de su segunda población. Así que elpropio registro no da ninguna justificación parasuponer que la forma o naturaleza de la tierra cambiaraen ninguno de sus aspectos esenciales, a pesar de laimpresionante destrucción que señaló la muerte delSalvador. Tampoco hay ninguna prueba geológica

TRAZANDO EL MAPA 59

científica segura que nos conduzca a suponer queocurrieran cambios más importantes. Nada de lo quesabemos nos impide situar la mayor parte de losantiguos emplazamientos en el mapa actual.

Un Mapa General del Libro de MormónAhora es posible presentar un mapa resumido que

correlacione los lugares del Libro de Mormón con lascaracterísticas del mapa de Mesoamérica. Se ha dichoya bastante para poner en claro que no todas lasecuaciones se han hecho con la misma seguridad, yninguna con una certeza absoluta -todavía.- El restodel Libro de Mormón nos dará muchos detalles de lospuntos esbozados aquí. (Ver el mapa 5.)

La lengua estrecha de t ierra es e l is tmo deTehuantepec.

El mar este es el Golfo de Méjico o el que locomprende, el Golfo de Campeche.

El mar oeste es el Océano Pacífico al oeste deMéjico y Guatemala.

La tierra del sur se compone de la porción deMéjico que se encuentra al este y sur del istmo deTehuantepec; comprende principalmente los estados deChiapas y Tabasco, junto con la zona de t ierrasmontañosas y la costera de Guatemala y posiblementecon parte de El Salvador.

La tierra del norte se compone de la parte de Méjicoque se encuentra a l oeste y norte del is tmo deTehuantepec, que incluye todo o parte de los estadosde Veracruz, Oaxaca, Puebla y Guerrero, (yposiblemente más).

El río Sidón era el río Grijalva. La ciudad deZarahemla estaba situada en la ribera occidental del ríoy podía, muy bien, haber sido el emplazamientoarqueológico de Santa Rosa (el cual se encuentrainundado por las aguas retenidas por la represa deAngostura).

UN MARCO GEOGRAFICO60

La tierra jaredita de Morón era probablemente elvalle de Oaxaca.

El campo de batalla final, donde los pueblos jareditay nefita encontraron su fin, estaba alrededor de lasmontañas Tuxtla, en el sur de Veracruz central.

La ciudad de Nefi estaba probablemente en elemplazamiento arqueológico de Kaminaljuyu, el cualactualmente forma parte de los suburbios de la ciudadde Guatemala; la ciudad de Nefi, en su sentido másamplio, estaba constituida por las tierras montañosasdel sur de Guatemala.

La identificación de estos sitios no es el final delestudio, sino el principio. Una vez que sabemos dondesituar los hechos y los pueblos, estamos en posición depreguntarnos acerca de lo que pasó y cuando. Nuestrosemplazamientos para Nefi, Zarahemla o Abundanciaserían una prueba de las migraciones de algunos de lospueblos cuya his tor ia se esboza en el Libro deMormón, y necesariamente la prueba debe tener unafecha adecuada o, si no, habríamos cometido un serioerror. De todos modos, invest iguemos lo queinvest iguemos, es tos emplazamientos debenpermanecer como una referencia fundamental .Volveremos una y otra vez para detallar y ampliar laimagen que hemos expuesto antes tan brevemente.

He dicho, con la suficiente frecuencia, que losresultados no son concluyentes. Sin embargo, de ahoraen adelante planeo asumir que la cuestión geográficaya está resuelta, en términos generales. Es sensatoasumir esto para poder seguir progresando en otrosasuntos. Personalmente estoy seguro de que tenemosuna alta probabilidad de conocer el mapa nefita.Además, ningún mapa con otra correlación sirve; todoslos otros que conozco contienen defectos fatales. Porel contrar io , la imagen que se ofrece aquí escompletamente plausible. Esto se volverá más evidente

TRAZANDO EL MAPA 61

a medida que continuamos nuestro razonamiento. Asíque examinaremos pruebas más detalladas de cómoencajan el libro y las fuentes externas.

José Smith, o alguien próximo a él, escribió en 1842que “No será una mala idea comparar las ruinas de lasciudades del Sr. [John Lloyd] Stephens con las delLibro de Mormón.” Desde entonces, todos los intentosde llevar a cabo este proyecto han sido paralizados porla incapacidad de precisar los emplazamientos, lasfechas y la naturaleza de los paisajes y lugares, parapoder compararlos con los del Libro de Mormón. LosSantos de los Ultimos Días continúan diciendo quealgún día, cuando sepamos mucho más, seremoscapaces de hacerlo. Bueno, sabemos tanto que losSantos de los Ultimos Días que estén atentos nopueden posponer más la tarea.

2

Aclarando Algunas Cosas

Ahora el objetivo central de nuestra tarea es lacomparación. Por una par te , debemos estudiarcuidadosamente y entender de manera clara aquellosaspectos del Libro de Mormón que deseamoscomparar. Por otra , debemos reunir, examinarcuidadosamente y comparar con el libro los resultadosde la invest igación de las c iencias naturales ,arqueología y otras disciplinas relacionadas que nosdan información sobre los tiempos antiguos. Algunosde estos descubrimientos ampliarán nuestros puntos devista acerca del Libro de Mormón. Sin embargo, lavalidez de las comparaciones no puede ser mejor quela calidad de los datos que se utiliza y lo acertados quesean. Especialmente debemos asegurarnos de queestamos tratando el lugar y la época correcta. Elprimer capítulo nos encamina bien hacia el lugar. Aúntenemos que considerar dos problemas. Tenemos queestar tan seguros como podamos tanto de lo que nosdice el Libro de Mormón acerca de sus pueblos comode lo que no nos dice. Simultáneamente, será esencialsaber lo que de fiable han encontrado las ciencias quenos conduzca a las épocas y lugares del Libro deMormón, y lo que no han encontrado.

El Libro de Mormón es ...La página en la que se encuentra el título del Libro

de Mormón dice que el libro es un “un compendio delos anales del pueblo de Nefi”. ¿Puede ser esto lomismo que: la “historia del indio americano,” comomuchas veces los Santos de los Ultimos Días hanetiquetado al libro. En el capítulo 1 hemos reunido

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ACLARANDO ALGUNAS COSAS 63

afirmaciones de las escrituras que muestran cómo elrelato sólo nos cuenta la historia de un territoriolimitado. Los hechos que sucedieron en América, delos que nos habla directamente, estaban limitados a unespacio de quizás 600 millas de largo y 200 de ancho.Las dimensiones temporales también estánrestringidas, ya que abarcan 3.000 años o más desde ladestrucción jaredita hasta el último escrito de Moroni.Sin embargo, se pasan de largo extensos periodos detiempo en un silencio casi total. El sesenta y dos porciento de todo el Libro de Mormón trata de un periodoen particular de 160 años (130 a.C.-30 d. C.), mientrasque los tres siglos siguientes sólo ocupan cuatropáginas. El registro jaredita es incluso más escaso;algunos siglos no reciben más de un par de líneas. Sinduda no podríamos calificar a un libro tan concisocomo “la historia del indio americano”. Incluso para elpueblo de Nefi, apenas puede ser considerado unahistoria.

Lo que la mayor parte de las personas consideranuna historia es un registro secuencial de sucesosimportantes que afectan a un pueblo o a una nación,pero el Libro de Mormón contiene principalmentesermones, car tas y otros escr i tos de propósi torel igioso. Todo esto está ordenado mediante unesquema cronológico que muchos lectores jamásllegan a comprender bien. Desde el punto de vista deun his tor iador exis ten importantes lagunascronológicas y de otros tipos. Por ejemplo, en el Librode Eter -el registro jaredita- la figura principal de laparte inicial es “el hermano de Jared”, pero durante elres to del re la to sólo se ident i f ica a uno de susdescendientes (Eter 12:18), e incluso se le representacomo un intruso entre los gobernantes. Realmente, éstees un tipo de historia extraño. Casi la misma situaciónse ve en el registro nefita, donde, después de que nosdice que la población de Zarahemla era más numerosaque la de los nefitas, descendientes de Lehi (Mosiah

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25:2), no se dice nada más de importancia acerca deesa mayoría. ¿Que clase de historia es ésta? Larespuesta es, una historia de linaje.

El Libro de Mormón como una Historia deLinaje

Linaje, tal y como se utiliza aquí significa un grupode personas que reconoce su ascendencia de unprogenitor común y usa esta ascendencia compartidacomo base de su ident idad social . Los gruposdominantes de élite que se organizan sobre esta base,han existido tanto en la América pre-hispana como enEuropa (“la casa” de tal y tal), y en gran parte delmundo. Un experto en documentos indígenas, el doctorRobert Carmack, ha demostrado que en las tierrasmontañosas de Guatemala cada uno de los principales“descendientes de grupos políticos” de los pueblosquichés, que gobernaban el área cuando llegaron losespañoles, poseía su propia historia escrita. Haysacerdotes eruditos especialistas que conservan einterpretan los anales. Los libros o códices por símismos servían como símbolo del poder de losdirigentes, quienes los exhibían públicamente conpompa y reverencia y hacían que se leyeran partes deel los a sus súbdi tos . Estos documentos eranconsultados para resolver cuestiones de historia ypolítica pública, y se usaban para predecir el futuro.Recitaban la historia formal del origen de su grupo,mientras que también conferían legitimidad y santidada sus gobernantes. Los libros servían también paraexplicar el orden social existente, justificando queciertos elementos sociales o étnicos fueran dominanteso subordinados dentro de la sociedad, y decían por quéhabía cooperación o lucha con los pueblos dealrededor.1

1.- Robert Carmack, Quichean Civilitation: The Ethnohistoric,Ethnographic, y Archaeological Sources (Berkeley: University ofCalifornia, 1973), pp. 16-18.

ACLARANDO ALGUNAS COSAS 65

El Libro de Mormón deja claro qué es este tipo dehistoria de linaje, por las abundantes afirmaciones quenos muestran que servía y se pensaba en él de lasmaneras ya mencionadas. Nefi, el fundador del linaje,dice en la primera frase que todo el libro era unregistro personal “de los hechos de mi vida,” escritoscon su propio conocimiento y “por mi propia mano” (1Nefi 1:3) . Tan pronto como él se convir t ió engobernante de parte de los descendientes de Lehi, elregistro personal de Nefi llegó a ser, de hecho, elregistro de su gobierno sobre el pueblo (2 Nefi 5:33;Jacob 7:26). De ahí en adelante, sus sucesores, queeran descendientes directos de él , cont inuaronescribiendo en el registro, que iba creciendo (Jacob1:2-3, 9-20; Omni 1:11; Mosiah 17:2; 25:13; 28:10-11,20; Alma 63:1; Helamán 3:37; 3 Nefi 1:2; 5:20;Mormón 1:1-5; 6:6) . El registro de su l inaje degobernantes fue conservado en “las planchas de Nefi”como el registro oficial de los sucesos importantes desu reinado. Finalmente Mormón compiló y comprimiótodo el registro de su linaje, o sea, del linaje de Nefi(Mormón 6:6; 8:13). (Pero las “planchas pequeñas deNefi”, que debían dedicarse a materias sagradas fuerondadas al linaje de Jacob, el hermano de Jared, que fuedesignado por Nefi como el primer sumo sacerdote delgrupo; 2 Nefi 5:26; Jacob: 1:1-3, 7:27; Jarom 1:1, 14-15; Omni 1:3-4, 8-12, 23, 25, 30) , y fueronconservadas por este linaje.

Para los descendientes de Lehi, poseer registrossagrados era una fuente de prest igio y unademostración de su autoridad para gobernar (Omni1:14, 17-19; Enós 1:14, 20; Mosiah 1:2,6, 15-16;10:15-16) . Los documentos se exhibíanperiódicamente y eran leídos a los súbditos (Al parecerMosiah 6:3 fue una presentación pública de este tipo,que incluía los registros mencionados en Mosiah 1:16;comparar con 3 Nefi 23:8). Las planchas justificabanclaramente que gobernara el linaje de Nefi en vez de

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cualquier otro. Los registros históricos sobre lasrelaciones entre nef i tas y lamanitas -extensasexplicaciones de cómo cada uno de los grupos llegó ala posición que ocupaban históricamente son unaimportante preocupación del Libro de Mormón. Granparte de Primero Nefi, en el libro, está dedicado a lahistoria del origen nefita. Así, vemos que la mayorparte de las características de las historias de linaje deGuatemala, descritas por Carmack, coinciden con lasde este relato del linaje de Nefi.

El anal de los jareditas es similar. Nada lo aclaramás que la genealogía que encontramos en Eter 1:6-32.Algunos de los dirigentes que se encuentran en la listafueron reyes, y algunos otros pretendientes al trono,pero todos el los eran del l inaje de Jared. Losdescendientes de Jared tenían derecho a gobernar(Eter 6:22-25), como los descendientes de Nefi -ellinaje gobernante- que conservaron el registro oficialdurante una época más tardía. Por otro lado, elhermano de Jared ocupaba un cargo profét ico(¿sacerdotal?) e incluso había desaprobado la idea detener un rey. No es de sorprender que susdescendientes sean, en su mayoría, ignorados en elregistro dinástico que tenemos a través del Libro deEter. Así pues, Eter 10:30-31 nos dice que después deque un rey llamado Heartom reinara durante 24 años,“le fue quitado el reino”, obviamente por otro linaje,puesto que el nombre del nuevo rey ni siquiera se hallaregistrado en el relato del linaje de Jared. Luego Het,Aarón, Amnigadda y Coriántum, de la línea sucesoriade Jared y Eter, vivieron todos sus días en cautividad.Durante ese t iempo, obviamente, otro l inajepermanecía en el gobierno, bien sea el del hermano deJared o el de algún otro grupo de descendencia (Eter2:1).

La “historia” mantenida por un linaje, naturalmente,no es un relato extenso de todo lo que ocurre en elárea. En vez de esto es como la historia de Abraham en

ACLARANDO ALGUNAS COSAS 67

la Biblia. Fundamentalmente, ese relato se interesabasólo por los asuntos del grupo familiar, y mencionabaotros sólo de manera incidental (por ejemplo, enGénesis 23). También se puede comparar a una historiafamiliar. Ahí se registran sucesos importantes de ciertotipo solamente, y la mayor parte de ellos de formabreve. Por ejemplo, s i unas famil ias mormonasescogidas hubieran conservado sus propios registros desus experiencias en Misuri a fines de 1830, considerecuán imposible hubiera sido, después, reconstruir lahistoria de Misuri partiendo de esos relatos. Loscustodios de los anales de Nefi o de Jared noescribieron más que una parte de forma selectiva oincluso sólo de lo que ellos se habían enterado quehabía ocurrido. Obviamente, ésta es la razón de que ellibro de escritura nefita permanezca tan en silenciosobre el “pueblo de Zarahemla”. Sólo se le mencionacuando su presencia entra en contacto, ocasionalmente,con el destino del linaje de Nefi encabezado por los“nefis” o reyes , pero para poder conocer a lgosignif icat ivo de la his tor ia de los zarahemli tastendríamos que tener sus propios anales.

Hay otra cosa importante acerca de la naturaleza delregistro nefita. Todos los que lo guardaron pertenecíana un nivel social poderoso y rico. Debemos tenerpresente que en las civilizaciones arcaicas, tales comola de Egipto, o la de los nefitas en América, la mayorparte de las personas no sabían leer ni escribir. Seenfatiza la dificultad de llegar a ser competentes en eldifícil sistema de escritura empleado en las planchas.El rey Benjamín intencionadamente “hizo que fueraninstruidos [sus hijos, los principes] en todo el idiomade sus padres, a fin de que así pudieran llegar a serhombres de inteligencia” (Mosíah 1:3). Era claramenteun logro notable y poco común dominar el sistema deescritura. Moroni confirmó que esta maestría eradifícil cuando se lamentó de que el Señor no habíahecho a los nefitas “fuertes para escribir” (Eter 12:23).

UN MARCO GEOGRAFICO68

El aprender a base de escribir consumía mucho tiempoy además era caro: “algunos eran ignorantes a causa desu indigencia, y otros recibían abundante instrucciónpor motivo de sus riquezas” (3 Nefi 6:12). En otraspalabras, los niveles socio-económicos más altos de lasociedad eran los únicos que normalmente teníansemejante oportunidad de educación. Considerandoquienes eran, suponemos que los que escribieron lahis tor ia se ocupaban de importantes asuntossacerdotales, dinásticos, o de la capital. Sólo en rarasocasiones encontramos información objetiva acerca dela gente común.

Tener presente estos requisitos nos permite ver másclaramente algunos enigmas del Libro de Mormón. Uncuidadoso estudio del término nefita, por ejemplo, nosmuestra que este nombre se usa por lo menos con seissignificados:

1. El linaje de Nefi en específico (Jacob 1:13-14;Mosíah 25:12; Alma 3:17; y probablemente 43:14).

2. Más limitadamente, un grupo gobernante de élite,que se componía de los reyes que llevaban el título de“Nefi” y sus parientes (probablemente un linaje menorde la primera categoría) (Jacob 1:11; comparar “losnefitas” en la interesante expresión “pueblo de losnefitas”, lo mismo que en Alma 54:14; Helamán 1:1;Moroni 8:27)2.

3. Todos los que eran válidamente gobernados porlos “nefis” (Jacob 1:10-14; Mosíah 25:13; Mormón1:8-9). (Los dos Mosíahs y Benjamín continuaron conel “título” de realeza que tenían los Nefis; los “jueces”o “gobernadores” que sucedieron al Mosíah más jovenfueron, sin duda, legitimizados al transmitirles Mosíahla misma autoridad, aunque no el título.)

4. Los creyentes en un conjunto específico deprácticas religiosas y de creencias (Alma 48:9-10;54:10; 4 Nefi 1:36-37).

2.- La versión en español ha alterado el término en la segunda deestas escrituras. (N. del T.)

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5. Los participantes en una tradición cultural (2Nefi 5:6, 9-17; Jacob 3; Enós 1:20-23; Jarom 1:4-10;Helamán 3:16).

6. Un grupo “racial” o étnico (1 Nefi 12:16, 23; 2Nefi 5:21-23; Jacob 3:5; Alma 55:4, 8).

Algunas veces se dice que los nef i tas erannumerosos en el tercer sentido; en otros lugares se leda el primer significado, en cuyo caso la población a laque refiere sería, comprensiblemente, más pequeña(¿Alma 43:13?). Sin duda, para los que guardaban losregistros, las distinciones eran perfectamente clarascuando escribían, y generalmente el significado que sele quería dar estaba implícito en el contexto.

El mismo principio se aplica a “los lamanitas”.Cuando “los zoramitas se hicieron lamanitas” (Alma43:4) , por e jemplo, es to no s ignif ica que el losadquirieron nuevas características biológicas, sólo quehabían cambiado de lealtad política.

Toda esta información se reduce al hecho de que elLibro de Mormón es un registro parcial de los sucesos,que enfatiza lo que ocurría a un grupo de personas,presentado en términos etnocéntricos propios, enmedio de otras personas, cada una de las cuales tienesu propia versión de los hechos. De este modo, es muyparecido a otros registros de la antigüedad. Losisraelitas, desde José hasta Moisés, cobran muchaimportancia en su propio registro, que nos llega através de Moisés, pero en los registros egipcios,aparentemente ni se menciona a Israel. De formasimilar, el Popol Vuh, un documento de linaje de lastierras montañosas de Guatemala, describe a losgrupos de habla Nahua, que entraron en la tierraalrededor del siglo XIII y subyugaron a los mayaslocales que eran superiores numéricamente. Loshabitantes nativos son casi ignorados en el registro.Sin embargo, en tiempos de los españoles, sólo sepodía percibir un ínfimo vestigio del idioma y unpuñado de rasgos culturales de los intrusos. A la larga

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se encontraron a sí mismos culturalmente engullidospor la población que ellos habían conquistado.3 En uncaso similar, M. K. Freddolino, comparando unahistoria tradicional en el área de Tarrascán en Méjicooccidental con el registro arqueológico no encontró, enlos artefactos, pruebas de ningún grupo inmigrante taly como relataba la tradición. Sólo pudo concluir queaunque la historia podía ser correcta, desde el punto devis ta de la é l i te intrusa, la t radición que el lostransmitieron no reflejaba la más amplia afluencia dehechos que se produjeron en el área geográfica a la quehabían entrado, y ciertamente no tuvieron ningúnefecto vis ible en el regis t ro arqueológico. 4

Naturalmente, el fin del linaje nefita, en Cumorah,aunque afectó a muchos de sus súbditos, se registrócomo el fin de la historia de ese grupo de maneramucho más catastrófica de lo que hubiera parecidovisto desde fuera. Moroni apuntó lacónicamente quehabía gran cantidad de lamanitas y ladrones alrededor,luchando entre ellos, pero que eso no suponía ningúnconsuelo para él cuando su pueblo había desaparecido,pues, “Mi padre ha sido muerto en batalla, y todos misparientes, y no tengo amigos ni adónde ir” (Mormón8:5,8-9). El relato se terminó porque el linaje tambiénlo había hecho, no porque llegara a su fin toda unacivilización (ver Moroni 9:20, 24). La diferencia esimportante, si vamos a relacionar fielmente el librocon los hallazgos arqueológicos.

3.- Robert Carmack, Toltec Influence on the Postclassic CultureHistory of Highland Guatemala, MARI 26 (1968), pág. 86.

4.- Marie Kimball Freddolino, “An Investigation into the ‘Pre-Tarascan Cultures of Zacapu, Michoacan, Mexico” (Tesis doctoral,Yale University, 1973). William F. Albright señala que los israelitasmanipularon las genealogías de la misma manera en el AntiguoTestamento en su obra: Yahweh and the Gods of Canaan: AHistorical Analysis of Two Contrasting Faiths (Garden City, NuevaYork: Doubleday, 1968), pág. 82.

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El Formato Cultural y el Libro de EscrituraToda frase esta expresada dentro de un contexto

socio-cultural, que incluye un vocabulario, unasexperiencias , unos s ímbolos y presuposicionesestándar. Son esenciales en el mismo sentido en queuno necesita cierto tipo de recipiente para llevar agua aun hombre sediento. Cuando Cristo, durante su vida,enseñó a los judíos, hablaba de ovejas y rediles, viñasy lagares, deudas y prisiones, camellos y cabras. Elsignificado de estas cosas llegaba a las mentes de susoyentes como una carga transportada por los signoslingüísticos y visuales que él usaba. Nefi reconoció lasingularidad cultural del mensaje que llega a través delos profetas judíos: “pues he aquí, Isaías hablo muchascosas que a muchos de los de mi pueblo les fue difícilcomprender, porque no saben concerniente a la manerade profetizar entre los judíos. Porque yo, Nefi, no leshe enseñado muchas cosas respecto de las costumbresde los judíos” (2 Nefi 25:1-2). Pero él mismo salió “deJerusalén, y mis ojos han visto las cosas de los judíos,y sé que ellos entienden las cosas de los profetas, y nohay ningún otro pueblo que entienda como ellos lascosas que fueron pronunciadas a los judíos, salvo quefueran instruidos conforme a la manera de las cosas delos judíos” (versículo 5). Nos está diciendo que laverdad del Evangelio se comunica mejor en lostérminos específicos de una cultura, y que nosotrospodemos no entender completamente lo que se estáexpresando si no conocemos el sistema de significadoscon el que se transmite el mensaje. El Libro deMormón tiene su propio conjunto de recipientesnefitas en los que se nos ofrece el “agua de vida”.Podemos beber par te de la palabra en términosgeneralizados, pero para beber mucho, haríamos mejoren usar el recipiente original.

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Los Santos de los Ult imos Días han asumidodurante largo tiempo que el libro de escritura de laAmérica antigua tenía que leerse como si fuera laBiblia. Basandonos en esa premisa hemos supuesto,s in pensar mucho en el asunto, que el Libro deMormón mostrar ía las mismas caracter ís t icasestilísticas hebreas (israelitas) y su mismo trasfondocultural. Algunos de nuestros expertos, efectivamente,han encontrado instructivos paralelismos entre lasculturas israelita y egipcia y el estilo y contenido dellibro.5 Sin embargo, la mayor parte de la historia nefitatuvo lugar en América. El escenario del Nuevo Mundoseguramente habrá tenido, al menos, tanto impactoinmediato y fuerte en el texto de escritura comocualquier otra cosa del Viejo Mundo. Antes de quefinalmente entendamos lo que es el libro y lo que noes, debemos ver como tomó forma en su patr iaamericana, no sólo en el Próximo Oriente.

Cuando José Smith tradujo el texto del Libro deMormón, él, naturalmente, lo redactó de manerasimilar a la Biblia. El estilo que José dominaba y quele parecía “escritural” a él y a sus contemporáneos,obviamente, se derivaba de que estaban familiarizadoscon la Biblia. A pesar de esto, algunas característicasestilísticas del texto revelan, definitivamente, formas,que no son simplemente fruto de la mano o mente deJosé.6 Algún día, cuando sepamos más acerca de los

5.- Por ejemplo: John a. Tvedtnes, “Hebraisms in the Book ofMormón: A Preliminary Survey,” BYU Studies 11 (otoño de 1970):50-60; Hugh Nibley, Lehi in the Desert and the World of the Jaredites(Salt Lake City: Bookcraft, 1952), pág. 33; M. Deloy Pack, “PossibleLexical Hebraisms in the Book of Mormon (Words of Mormon-Moroni)” (tesis de licenciatura, Brigham Young University, 1973),pp. 176-77.

6.- John H. Welch, “Chiasmus in the Book of Mormon,” BYUStudies 10 (1969): 69-84; idem, "Chiasmus in the Book of Mormon,”en Chiasmus in Antiquity: Structures, Analyses, Exegesis, ed. John W.Welch (Hildesheim, West Germany; Gerstenberg Verlag, 1981), pp.198-210.

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estilos de expresión en la antigua América seremoscapaces de detectar similitudes entre esta escritura yotros documentos de los primeros pobladores de estehemisferio, pero por ahora este tipo de comparación esimposible. A pesar de todo, es posible otro tipo decomparación. Se ocupa del contenido, no con el estilo.Los conjuntos de ideas y símbolos que se usan en elLibro de Mormón parecen ser muy similares en ambos,en los códices o libros de la antigua Mesoamérica ytambién en lo que aconteció en las primeras culturasdel Próximo Oriente. En resumen, el Libro de Mormónpuede verse como un puente entre las dos áreasculturales a las cuales se refiere, exactamente comosugiere que es.

Durante la traducción de las planchas, cuandoMartín Harris estaba ayudando a José Smith, Harrisllevó la copia de una parte de los caracteres de lasplanchas de oro al profesor Charles Anthon, de laUniversidad de Columbia, para ver s i é l podíaconfirmar que eran antiguos. El relato de Harris de sustratos con el profesor Anthon es muy conocido por lossantos de los Ultimos Días.7 Algunos años más tarde,Anthon escribió, a los críticos de José Smith, lo que élrecordaba del incidente. Concerniente a los caracteresdel papel que le llevó Martín Harris, el profesor dijoque estaba en columnas “evidentemente copiadas delzodiaco mejicano”8

Hay pruebas de que las planchas de oro podrían serconsideradas como una forma de códigomesoamericano. Muchos de los conceptos e imágenesque se encuentran en el Libro de Mormón son

7.- James B. Allen y Glen M. Leonard, The Story of the Latter-daySaints Salt Lake City: Deseret Book, 1976), pág. 41.

8.- Brigham H. Roberts, New Witnesses for God, vol. 2. The Bookof Mormon, vol. 2 (Salt Lake City: Deseret News Press, 1926), pp.95-100; idem., A Comprehensive History of the Church of JesusChrist of Latter-day Saints. Century vol. 1 (Salt Lake City: TheChurch of Jesus Christ of Latter-day Saints, 1930), pp. 100-107.

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similares a los que se esperan encontrar en un libroantiguo de Méjico. El hecho de que existan talesparalelismos es bastante importante por lo que nossugiere en cuanto a la historia de los contactos habidosentre e l Viejo y el Nuevo Mundo. Para nuestropropósito actual es más importante que comprendamosque el Libro de Mormón debe contener todavía muchascosas que las personas de hoy en día no hancomprendido porque se presentan en términos de unavisión del mundo diferente a la nuestra. Para mostraralgo caracter ís t ico del pensamiento nefi ta , másadelante hago un sumario de lo que ya he tratadoextensamente en otro lugar.9 Casi todos los fenómenosde los que seguidamente vamos a hablar coinciden entres tipos de fuentes: en el libro de Mormón (como semuestra en versículos específicos, citados en elartículo original10), en las creencias mesoamericanas, yen el pensamiento del Próximo Oriente durante laépoca del Antiguo Testamento.

Una Imagen CompartidaLos cielos y la tierra se estructuran en diversos

estratos: múltiples niveles arriba, la superficie de latierra en medio y los mundos subterráneos bajo lasuperficie. Las elevaciones, naturales o artificiales, sonpuntos de contacto con los estratos superiores; cuevasy charcas conectan con el mundo inferior. El león(jaguar en Mesoamérica), una deidad de la noche y delsubsuelo, representa el sol en su aspecto nocturno. Elleón es temido, respetado y envidiado.

9.- “The Book of Mormon as a Mexoamerican Codex,” Society forEarly Historic Archeology, Newsletter and Proceedings (Provo) 139(1976): 1-9, la cual, a su vez, se apoya en mi artículo “Thesignificance of an Apparent Relationship Between the Ancient NearEast and Mesoamerica,” en Man Across the Sea of Pre-ColumbianContacts, ed. Carroll L. Riley et al. (Austin: University of TexasPress, 1971), pp. 219-41.

10.- “Mesoamerican codex,” apéndice, columna de en medio.

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Debajo de la superficie está la región de la muerte yla oscuridad. Alguno de los muertos disfrutan de unparaíso que les proporciona una existencia sin dolordespués de la muerte. Hay un hades que proporcionacastigo a otros. Debajo de la superficie hay un océanode aguas primigenias que pueden salir a la superficiedesde una cueva o agujero cuando se abre una brechaen la montaña artificial que cubre el lugar. Aunque elagua subterránea puede connotar el mal, tambiénpuede ser considerada “pura” o “sagrada”. Habita enestas aguas un monstruo (monstruo terrestre, dragón,cocodri lo , leviatán) . En t iempos ant iguos, fuesometido por el poder divino en una gran batalla. Elsímbolo de una vasija rebosante cuyo fluido se divideen dos o tres corrientes conecta con la idea de lasaguas saliendo; este símbolo se pone también enrelación con la Vía Láctea, que se concibe como unacorriente. En tiempos legendarios hubo una inundacióncatastrófica que destruyó a todas las personas exceptoa un puñado. La historia del mundo se divide en unaserie de épocas, cada una de ellas caracterizada poruna importante catástrofe, una de las cuales fue eldiluvio.

Las montañas son lugares sagrados, la casa de Dios,cuyo nombre a menudo incluye el término “montaña”.Esta divinidad controla la l luvia, las nubes y elrelámpago. Los antepasados muertos y los dioses sereúnen en una montaña sagrada, donde,periódicamente deciden el destino de la humanidad. Alos espíritus benditos se les provee de un refugio sobrela montaña o dentro de ella. Las montañas reales o susrepresentaciones artificiales son puntos de contacto,donde los hombres ruegan a la deidad, hacen ofrendas,reciben visitaciones, erigen santuarios o templos,entierran a sus muertos, etcétera. Subir a semejantemontaña o montículo simbolizaba ascender a loscielos. Los montículos eran agrandados y restauradosperiódicamente.

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Honrar a los antepasados es extremadamenteimportante. La descendencia de padre a hijo es elprincipio esencial de la organización de parentesco.Los antepasados son honrados mediante un respetuosoentierro, a menudo en una tumba, la cual se puedevolver a utilizar para enterrar a otros miembros dellinaje. Se erigían estelas memoriales (grandes piedrasverticales) cerca de las elevaciones y de las tumbas.Las piedras podían estar alineadas con el propósito dehacer observaciones astrológicas. Se consideraba quehabía siete linajes básicos en la historia original delpueblo. El número s ie te t iene, por s í mismo,significado sagrado.

Manantiales, lagos, húmedas cavernas, y otrasfuentes de agua son sagradas, en gran parte debido a supresunta conexión con las aguas de debajo de la tierra.Las serpientes u otros rept i les es tán asociadasconceptualmente con estos lugares húmedos. Unsímbolo benéfico o divinidad es una serpiente voladorao elevada. Este ser tiene poder sobre la lluvia y lasequía y, por lo tanto, sobre la fertilidad o el hambre.

Se concibe al mundo dividido en cuatro extremos, ycada dirección pr incipal es tá unida a un colorsimbólico. La primera orientación es el este, como siun observador mirara hacia esa dirección. Por lo tantoal sur se le llama entonces “la derecha”, mientras queel norte está a “la izquierda”. El sector norte seconsidera maldito, premonitorio, desafortunado. Lasal ida del sol por e l es te , especialmente en lossolsticios, tiene un significado sagrado. A los centrosceremoniales se les llama “el ombligo del mundo”. Enestos lugares sagrados tienen lugar periódicamenteasambleas rituales de fieles.

La enfermedad se considera como un producto delpecado; la curación sería el resultado de eliminar losefectos de la trasgresión mediante la confesión. Seconoce y practica una forma de bautismo, al igual quela circuncisión. Se conoce un complejo y extenso

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sacrificio, que incluye holocaustos de animales.También se conocen los sacr i f ic ios humanos;asimismo, el canibalismo es un elemento ritual queocurre de vez en cuando. Se toman trofeos humanos.Otros ritos son la santa cena y el ayuno.

Los templos se construían de acuerdo con un patrónpor el que tenían en su interior partes progresivamentemás sagradas y estaban alineadas hacia el sol, la luna,los planetas o las estrellas. Los altares incluían unaforma escalonada, cuyos estratos, que forman terrazas,eran un símbolo de los estratos del cosmos. Tambiénse usaban incensarios con cuernos o sin ellos, ídolos ypequeñas figurillas cuyo propósito no se conoce conprecisión. Hay criaturas sagradas compuestas de lohumano y lo animal, tales como cuadrúpedos con alas(querubín), como parte del sistema de símbolos.También es importante el árbol, particularmente elárbol de la vida con su valioso fruto. Se considera quevarios pueblos provienen de los árboles o sonsimbolizados por éstos.

La lista es ya impresionante, aunque podría hacersemucho más extensa. Estas ideas eran parte del sistemade pensamiento o de la imagen del mundo que teníanlos nefitas; gran parte de ellas eran, al parecer,cercanas al pensamiento mesoamericano y al de laantigua Asia occidental. El hecho de que estos modosde pensamiento y de expresión, muchos de los cualesnos suenan extraños, sean normales en el Libro deMormón y en las áreas con las que está ligado, nosignifica que sus puntos de vista sobre el mundoencajen en todo aspecto. Existen diferencias. Despuésde todo, hubo profetas, como Ezequiel en el AntiguoTestamento, que usaron gran parte de este simbolismo,y sin embargo sabemos que las creencias y prácticasisraelitas eran también diferentes, en muchos aspectosimportantes, de los modelos comunes en el PróximoOriente. También el libro nefita tiene un lenguaje yunas ideas únicas. No podíamos esperar que el Libro

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de Mormón fuese completamente mesoamericano ocompletamente del Próximo Oriente; no obstante, elgrado en el que encaja entre esas dos tradicionesculturales es notable y coherente con lo que él dice desí mismo.

Resumiendo, podemos decir que el Libro deMormón es una traducción de la historia de un longevolinaje de raíces israelitas que tuvo su origen en lastierras de la Biblia. Sus representantes cruzaron elocéano hacia Mesoamérica, donde siguieron su cursode vida durante más o menos mil años antes deextinguirse como entidad social y cultural. Como unahistoria de linaje, el libro no pretende contar todo loque ocurrió entre todos los pueblos que tuvieroncontacto con el grupo que guardaba el registro, nitampoco informa de muchos aspectos mundanos de lavida. Sus principales preocupaciones son el poder y lagloria del linaje, que los historiadores atribuían alfavor o a la ayuda divina, y sus problemas, que se diceson debidos a los pecados del pueblo. El registro seexpresa en términos de un lenguaje, de un conjunto deconceptos y puntos de vista del mundo que compartenmuchas características con los del Próximo Oriente,donde se originó el linaje, y con Mesoamérica, elasentamiento del linaje en el Nuevo Mundo.

Teniendo estos puntos en mente somos más capacesde apreciar lo que nos dice el registro y lo que se calla.También podemos compararlo mejor con los hallazgosde estudios externos. De todos modos, en todacomparación hay s iempre dos lados, as í que losiguiente que debemos hacer es considerar lanaturaleza de la información del otro lado de laecuación histórica. Vamos a ver como obtienenresultados los estudios científicos y eruditos, y decuánta confianza son esos resultados.

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Aprendiendo de la Vida en la AntigüedadLa manera ideal de saber acerca de las personas del

pasado sería encontrar a un grupo, que todavía estévivo, que continúe con las formas de vida de esosantepasados, sin haberlas cambiado. Naturalmente estoes imposible, pero la idea es tentadora, porque hay unvacío tremendo entre lo que podemos saber por laspersonas vivas y lo poco que podemos recoger de losrestos que nos han quedado de tiempos antiguos. Haceaños, el antropólogo Julián Steward estudió a losindios paiutes, del estado de Nevada, de dos manerascontrastadas. Primero, reunió toda la información quepudo de los supervivientes, por medio de preguntas yde la observación. Después comparó sus resultadoscon lo que la arqueología descubría excavando losemplazamientos paiutes. Su trabajo con los vivosidentificó unas 1.400 características (y ésta es una delas sociedades más simples de todas las que lleganhasta nuestro día); la investigación arqueológica sólodescubrió 40 de éstas.11

La mayor parte de las sociedades nativas quedescienden de los pueblos del Libro de Mormóncambiaron en muchos aspectos, debido a los sucesosque tuvieron lugar entre la desaparición de loslamanitas (s iglo IV d.C.) y la l legada de losconquistadores españoles. Después del año 1519,cuando Cortés comenzó la destrucción del imperioazteca, en Méjico, e l cambio revolucionario seconvirtió en algo acostumbrado. Como Nefi habíaprevisto milenios antes, las “muchas multitudes” de losdescendientes de su padre fueron “esparcidas delantede los gent i les , y af l igidos” (1 Nefi 13:14) ,pr incipalmente por los españoles; los yanquisayudaron después. Sin embargo, en áreas remotas la

11.- Julián H. Steward, Pueblo Material Culture in Western Utah,University of New Mexico, Bulletin 287, Anthropology Series 1(Albequerque, 1936), pp. 1-63.

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inf luencia europea se mantuvo l imitada, y sepreservaron partes importantes del modelo de vida pre-hispánico.

Un ejemplo iluminador es el pueblo de Zinacantán,una comunidad del sur de Méjico que se encuentradentro del área que se identifica en el capítulo 1 comola gran tierra de Zarahemla. El antropólogo Evon Z.Vogt, de la universidad de Harvard, y muchos de suscolegas han estudiado durante años a este pueblo delengua maya que habita en un valle de montaña, enChiapas. Los investigadores descubrieron un modelocultural que ha permanecido ordenado y con granamplitud a pesar de una cierta cantidad de intrusión delmodo de vida colonial español, y del mejicano. Se hanmantenido muchas de las ideas pre-hipánicas. Inclusolas pocas características que llevaron los españoles yque han l legado a tener bastante importancia -herramientas de metal, el ron de caña de azúcar,gallinas, cruces de madera, el rito del bautismo, lossantos católicos- se han integrado tan enteramente ensu modo de vida nativo que se ha olvidado su origeneuropeo.12 Naturalmente esto no significa que estaspersonas viven exactamente como sus antepasados,sino que en el mosaico de sus vidas se han preservadomuchos de los elementos. Algunas de sus creenciasparecen relacionarse con lo que ya sabíamos de losantiguos mayas.

Otra segunda fuente vi ta l de información laconstituyen los registros que nos han dejado losprimeros escritores españoles y los indios a los queellos enseñaron a leer y escribir. Estas fuentes noscuentan muchos de los aspectos de la vida enMesoamérica que no se han preservado entre ningún

12.- E. Z. Vogt, Recurrent and Directional Processes inZinacatan, 37a Congreso Internacional de Americanistas, BuenosAires, 1966, vol. 1 (Buenos Aires, 1968), pág. 445. Una introducciónpráctica a este pueblo es el informe de Vogt The Zinacantecos ofMexico: A Modern Maya Way of Life, Case Studies in CulturalAnthropology (New York: Holt, Rinehart y Winston, 1970).

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grupo superviviente hoy en día. Buenos ejemplos deregistros españoles clave son: el relato del obispoDiego de Landa sobre Yucatán y los excelentes librosdel padre Bernardino de Sahagún sobre el centro deMéjico.13 Se nos ha transmitido unos pocos relatostradicionales a través de los descendientes de lanobleza anterior a la conquista, y han sobrevividotambién un puñado de auténticos manuscritos pre-colombinos, a pesar de que los sacerdotes españolesquemaron otros en grandes cantidades.

El mayor almacén de conocimientos sobre la vidaen el pasado, lo han hecho los arqueólogos.Frecuentemente desentierran pruebas f ís icas decomidas, herramientas y técnicas que se usaron en elpasado. Por ejemplo, se han encontrado tan a menudomuestras reales de maíz, alubias y calabazas, quesabemos que eran alimentos básicos en la dieta de hacemucho tiempo al igual que lo son en tiempos recientes.Una ausencia consistente también se convierte en unhecho probable. Por ejemplo, en ningún lugar deAmérica ha aparecido ninguna prueba de que la harinafuera usada dándole forma de barras cocidas al horno.Es bastante seguro que estos antiguos habitantes nousaban el pan leudado que nos es familiar, sino tortasplanas sin levadura.

Los científicos han sido capaces de identificar lasrelaciones comerciales existentes entre las primerassociedades a través del estudio de la obsidiana o cristalvolcánico. Los bordes, afilados como una navaja, deeste material lo hacían altamente preciado para cortar

13.- A. M. Tozzer, ed., Landa´s Relacion de las cosas de Yucatan,HUPM 18 (1941), es la traducción más útil, pero se han publicadomuchas otras. Fray Bernardino de Sahagun, Florentine Codex:General History of the Things of New Spain, Monographs of theSchool of American Research 14, ed. y trad. Charles E. Dibble yArthur J. O. Anderson (Santa Fe, New Mexico: School of AmericanResearch and University of Utah Press, 1950-1963).

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y raspar. Como cada afloramiento de este materialtiene una composición química única, generalmente sepuede identificar el origen de un objeto de obsidianaque se encuentre en cualquier lugar de Mesoamérica,aunque haya sido importado desde una distancia demiles de millas. Lo que se infiere de tales datos nosdice mucho. Por ejemplo, durante un período, lasherramientas de obsidiana usadas en losemplazamientos de la civilización olmeca en el centro-sur de Veracruz provenían, casi todas, de un gran flujovolcánico del norte . Mas adelante, lugares másdis tantes proporcionaron la mayor par te delsuministro. La diferencia coincidió probablemente connuevos acuerdos políticos que hicieron inaccesible lafuente más cercana.14 Tal análisis nos aclara que lascondiciones económicas y políticas cambiantes afectanal acceso a los recursos. También hay datos sobre losutensi l ios de cocina, áreas de ta l leres , armas,enterramientos, templos y fortificaciones, a partir dehal lazgos directos , del es tudio de los grupossupervivientes y de los documentos antiguos. Nosbeneficiamos de todo este tipo de información.

Las representaciones artísticas añaden más detalles.Podemos ver costumbres, rituales, guerras y otrosaspectos de la vida de la antigüedad tal y como losartistas escogieron dibujarlos. Pero la mayor parte delarte mesoamericano era complejo y lleno de símbolosexóticos, en vez de representar escenas de la vidacotidiana.15 Miles de pequeñas figurillas de barro (nosabemos exactamente para que servían) modelan, aveces, otros aspectos de la vida.

14.- Jane W. Pires-Ferreira, “Obsidian Exchange in FormativeMesoamesica,” en The Early Mesoamerican Village, ed. Kent V.Flannery (New York: Academic Press, 1976), pp. 301-6.

15.- Elizabeth K. Easby y John F. Scott, Before Cortes: Sculptureof Middle América (New York: Metropolitan Museum of Art, 1970),ofrece un interesante panorama de este artista para el no especialista,combinado con un tratamiento relativamente exacto.

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Métodos ArqueológicosDesenterrar estos restos de materiales del pasado

del hombre -la labor de la arqueología- parece unasunto directo y simple pero no lo es. Los resultadospueden ser inestimables, pero también existen seriaslimitaciones. Para apreciar los puntos fuertes y losproblemas del proceso, necesitaremos revisar unospocos principios clave. La herramienta más útil paraestablecer relaciones tiempo-espacio es la estratigrafía.Para ilustrar este principio, apile tres libros, de uno enuno. ¿Puede haber alguna duda de cual puso elprimero? El de debajo, naturalmente. Alguien queencuentre la pila de libros más tarde seguramentellegaría a la misma conclusión. Los estratos del GranCañón ilustran este principio de la estratigrafía.También está igualmente claro en la zanja de unarqueólogo. Hay escasas excepciones a este principio;uno podría pensar que un terremoto podría trastocarlos estratos, pero esto no ocurre.

Las características más antiguas pueden distinguirsede las posteriores también de otro modo. En un charcode agua, la onda que está más lejos del punto en dondese tiró una piedra será la primera que se formó. De lamisma manera, la distribución de una característicacultural en un mapa puede decirnos algo acerca de lahistoria. Normalmente una costumbre o un artefacto sehabría originado cerca del centro de su posterior áreade distribución, y como habrá tenido más tiempo paraelaborarse en esta zona central, habrá más formasvariantes por allí. En función de estos principiosgeográficos podemos inferir algunas cosas sobre elor igen la difusión de los es t i los de cerámica,arquitectura y cultivo de plantas.

La tercera herramienta para determinar lasrelaciones de tiempo y espacio es la tipología. Cadaactividad u objeto cultural muestra característicasdiferentes en sus detalles de los rasgos que revelan

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actividades u objetos equivalentes de una épocaanterior o posterior. Bailes populares, formas deetiqueta, ropa o botellas de cristal, todos varíancontinuamente a través del tiempo en cruciales detallesestilísticos. Por ejemplo, algunos jóvenes son capacesde identificar, sin titubeos, cualquier motocicleta ocoche que ven, diciendo la marca, el modelo, el año demanufactura y otros datos de un vistazo. El truco esdarse cuenta de los evidentes indicadores de lastendencias de moda o la nueva tecnología que varíande año en año, como por ejemplo, el perfil de unamáquina, la disposición de las luces, la pintura, y elsonido del motor. Los artefactos preservan los cambiosde una cultura como una historia indeleble.

La fuente más útil de que disponen los arqueólogospara datar sucesos son las vasijas de cerámica. Ya quese rompían fácilmente, los platos, ollas y tazas de usodiar io se fabr icaban ininterrumpidamente. Losalfareros hacían a menudo pequeños cambios en suarte sin darse cuenta. Algunas de las tendencias seponían de moda y se extendían a otros lugares. Enocasiones se inventaba, se tomaba prestada o seimponía por los conquistadores una idea o técnicaenteramente nueva. Estas modificaciones de estilo,especialmente cuando se consideran junto con losdatos estratigráficos y distributivos nos permitenconstruir imágenes detalladas y generalmente fiablesde dónde y cuándo existieron ciertos pueblos e ideas yse trasladaron de un lugar a otro, en el pasado.

Fechando en Términos de AñosHasta ahora el cuándo de nuestra discusión ha

significado sólo “antes de” o “después de”. Estosmétodos generales no nos dicen hace cuántos años. Loque deseamos hacer es conectar los sucesos con fechasde nuestro calendario.

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A primera vista, los escritos históricos parecenideales para es te propósi to . Si consiguiéramosencontrar documentos preservados del pasado que,especificamente, describan los hechos, nombren lospueblos e identif iquen edif icios o artefactos entérminos de fechas de calendario, resolveríamos elproblema de la cronología. Por desgracia, el número dedocumentos históricos de cualquier lugar de lasAméricas que contiene tal información es minúsculo, einterpretar los es dif íc i l . Tenemos, en efecto,monumentos de piedra tallada y unos pocos códices(libros autóctonos) de Mesoamérica. Los habitantes, delengua maya, de las tierras bajas de Guatemala y áreaspróximas tenían un extraordinario conocimiento de laaritmética del calendario, y dejaron muchas estelas(monumentos de piedra) y otros objetos en los que lasfechas aparecían inscritas en el sistema nativo. Dosproblemas han atormentado a los expertos queesperaban usar dichas fuentes de datación. El primeroha sido las diferentes interpretaciones que existen decómo el calendario maya se debería relacionar con lasfechas europeas. El segundo es conectar lainformación de las piezas talladas o pintadas con lossucesos del entorno. Por ejemplo, la fecha de unmonumento, ¿se refiere a cuando se le colocó en eselugar, a algún suceso anterior, o a algo que se esperatenga lugar en el futuro? Y, ¿qué conexión, si es quehay alguna, tendría con las edificaciones de alrededor?Ocurre con harta frecuencia que no lo sabemos.

Afortunadamente, la primera dificultad está ahoraprácticamente resuelta. En años recientes, varios tiposde pruebas han demostrado, cada vez más, que es muyprobable que el 1539 d.C. incluya la fecha mayaescrita cómo 11.16.0.0.0.16 Asumiendo que el sistema

16.- Linton Satterwaite, Calendrics of the Maya Lowlands, HMAI 3(603-31. Munro S. Edmonson, “The Mayan Calendar Reform of11.16.0.0.0,” Current Anthropology 17 (1976): 713-17.

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de calendario usado en la época de la conquistaespañola se utilizara de forma continua17 durantemilenios, éso si túa la que podría ser la primerainscripción fechada de Mesoamérica en el 35 d.C.18 Elperíodo de desde aproximadamente el 300 d.C. hasta el900 ha producido cientos de monumentos quepresentan fechas. Además, el vincular los objetosdatados con su entorno se hace más seguro cuanto másse continúa con la investigación, aunque todavíaquedan problemas. Por ejemplo, los estudios durantelos últimos 15 años han demostrado que muchos de losmonumentos tallados por los mayas conmemorabannacimientos , matr imonios o las muertes de losdirigentes locales, y a veces estos acontecimientospueden estar conectados directamente con nuevasconstrucciones er igidas para señalar es tosacontecimientos.19

17.- D. J. Schove y D. H. Kelley cuestionan por separado estacontinuidad, prefiriendo las correlaciones del calendario basadas enconsideraciones astronómicas que la mayor parte de los arqueólogosencuentran imposibles de aceptar. La cuestión no está zanjada, perocasi, a favor del “GTM” o esquema del 11.16.0.0.0. La mejor (aunqueindigerible) confirmación de la correlación del 11.16 se encuentra enla excelente obra de Gordon Brotherson A Key to the MesoamericanReckoning of Time: The Chronology Recorded in Native Texts,British Museum Occasional Paper 38 (London: British Museum,1982). Para ver el punto de vista de Schove, leer “On MayaCorrelations and Calendar Forms,” Current Anthropology 18 (1977):749

18.- Gareth W. Lowe, “Algunos Resultados de la Temporada 1961en Chiapa de Corzo, Chiapas,” Estudios de la Cultura Maya 2(1962):185-96; Joyce Marcus, “The Origins of MesoamericanWriting,” Annual Review of Anthropology 5 (1976):49-51.

19.-Tatiana Prostkouriakoff, “Historical Implications of a Patternof Dates at Piedras Negras, Guatemala,” American Antiquity 25(1960):454-75; Robert L. Rands, “The Classic Collapse in theSouthern Maya Lowlands: Chronology,” en The Classic MayaCollapse, ed. T. Patrick Culbert (Albuquerque: University of NewMexico Press,1973), pp. 48-53; John P. Molloy y William L. Rathje,“Sexploitation among the Late Classic Maya,” en MesoamericanArchaeology, New Approaches, ed. Norman Hammond (Austin:University of Texas Press, 1974), pp. 431-44.

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La Datación por RadiocarbonoTan valioso como es para nuestros estudios el

calendario nativo, hay demasiadas pocas piezasdatadas en demasiados pocos lugares y cubrendemasiado poco t iempo como para permit i rnosdepender de ellas como el principal medio de obtenerfechas absolutas . Afortunadamente, en décadasrecientes, las ciencias físicas han desarrollado nuevas eingeniosas técnicas que se pueden ut i l izar pararesolver es te problema. El método técnico másampliamente ut i l izado se vale de un elementoradioactivo común (carbono 14 o C-14). Veamos cómofunciona. Cada elemento radioactivo se rompe odesintegra a su propia velocidad constante. En el casodel carbono 14 se ha calculado que necesita alrededorde 5.800 años para que la mitad de su mater ialradioactivo original se desintegre. Cada ser vivomantiene un nivel estable de C-14, el cual obtiene dela atmósfera. Sobre un organismo muerto, el carbonoradioact ivo que cont iene se desintegra en unaproporción fija, no pudiendo ser ya reemplazado. Si uninstrumento de prueba muestra que el C-14 de unespécimen orgánico -digamos un trozo de madera- estáradiando en una proporción de la mitad de un ser vivo,entonces, se sabe que el objeto examinado murió hace5.800 años. Esta técnica puede datar carbón en el hoyode una hoguera y así determinar cuando se cortó laleña, o podemos calcular la antigüedad de un poco demaíz almacenado en un jarro y así obtener una fechageneral de cuándo se manufacturó el jarro.20

20.- Una introducción general: Willard F. Libby, “RadiocarbonDating,” Endeavour 13 (1954):5-16. Actualizaciones: Joseph W.Michels, Dating Methods in Archaeology (New York: Seminar Press,1973); y E. K. Ralph, H. N. Michael y M. C. Han, “RadiocarbonDates and Reality,” MASCA Newsletter (Philadelphia: UniversityMuseum, University of Pennsylvania) 9, nº 1 (agosto de 1973): 1-20.

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Como todos los procesos técnicos, éste tropieza conalgunos problemas. Cierto tipos de materiales puestosa prueba han dado resultados extraños. En ocasiones esculpa de los instrumentos del laboratorio o de latécnica. Y a veces la muestra examinada no estabaclaramente relacionada con ningún otro objeto, así queno podemos estar seguros de lo que significa la fecha.Sin embargo, las decenas de miles de datacioneshechas por el C-14 en los objetos arqueológicosdurante los últimos 35 años han permitido a losarqueólogos desarrollar una escala temporal para lasculturas antiguas que generalmente es coherente con loque sabemos por otros métodos, aunque mucho másdetallada. De hecho, entre los objetos que fueronprimero medidos por es te método estaban unospedazos de madera de las tumbas egipcias cuyadatación histórica ya se sabía por los documentos; asíes como se calibró originalmente el proceso en nuestrocalendario.

La continua investigación basada en el proceso dedatación del C-14 ha mejorado su precisión en añosrecientes. Se produjo un importante avance cuando latécnica se combinó con la datación por medio de losaros de los árboles o dendrocronología. Hace más de50 años, el doctor A. E. Douglass se dio cuenta de algoacerca de los aros de los árboles, algo en lo que lamayoría de nosotros no pensamos cuando vemos untocón recién cortado. Todos sabemos que normalmentelos árboles añaden un aro por cada año de crecimiento,y que podemos contarlos fácilmente. Douglass se diocuenta de que en ciertas especies los anillos eranmucho más anchos o estrechos que en otras y quedurante un período de tiempo éstos formaban dibujos.La secuencia de anillos anchos y estrechos sobre unperíodo en particular de 20 años, digamos, nunca seduplicaría exactamente en cualquier otro período de 20años. Los árboles que crecen en la misma regiónmuestran la misma configuración de aros, porque las

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variaciones en la anchura de los mismos son elresultado de las variaciones anuales de lluvia, quecrean una “huella” única en esa área y ese período detiempo. Lo siguiente que descubrió Douglass fue quepodía hacer coincidir los segmentos temporales deforma parcial. Los anillos de un árbol que se sabíahabía sido cortado en 1910 podían extenderse hasta100 años atrás, pero entonces, podría encontrarse otroárbol cuyos aros encajaran exactamente en losprimeros 30 años de ese siglo, extendiéndose a su veztambién 50 años atrás o poco más o menos. Por mediode ta les coincidencias parciales se e laboró unasecuencia de configuraciones características que seremontaban a más de mil años atrás . 21 Esteconocimiento nos permite una dataciónextremadamente precisa de las ruinas de los pueblos,en Arizona, estableciendo cuándo se cortaron las vigasde las casas.

En años recientes, otros investigadores han usado ladendronología para establecer una secuencia deconfiguraciones de aros del pino de piña erizada, quecrece en el oeste del estado de Nevada. Estos árbolesestán entre los más ant iguos de todos los seresvivientes; en algunos casos un árbol en particular havivido miles de años. Los aros de estos pinos se hanusado para construir una secuencia que se remonta amiles de años atrás. Se han tomado muestras demadera de ciertos segmentos de los aros de esos pinos.A continuación fueron procesadas, por el método delC-14, cientos de muestras de las que se conoceexactamente su antigüedad. Un pedazo de maderadatado positivamente al contar sus aros podría, porejemplo, tener 2.675 años de antigüedad. Sin embargo,por el método C-14, el cálculo de tiempo puede ser tansólo de 2.400 años. El método químico estabaclaramente equivocado, porque el cálculo por los aros

21.- Michels, Dating Methods.

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de los árboles no puede ser erróneo. Ahora, después demuchos cientos de estas pruebas, se han elaboradocorrecciones que nos dicen cuánto error hay encualquier datación hecha por el C-14. Como resultado,estas pruebas son ahora casi tan precisas como sicualquier mater ia l nuevo de una excavaciónarqueológica hubiera sido datado realmente por lacuenta directa de los aros de los árboles.22

A propósito, se han tomado lecturas del carbónradioactivo de las vigas de madera de los edificiosconstruidos por los mayas y claramente fechadas segúnsu sistema de calendario, por medio de inscripcionestalladas sobre las vigas. Las fechas del C-14 y las vigasfechadas por el calendario (usando la correlaciónGoodman-Martínez-Thompson) concuerdan bastantebien.

Se han desarrollado otros ingeniosos métodostécnicos para proporcionar fechas en términos denuestro calendario. Uno de ellos se aprovecha de lahidratación o el desgaste que se produce en laobsidiana que se deja expuesta a la atmosfera. Setoman medidas microscópicas del espesor de la capadesgastada de un artefacto obsidiano. Cuanto mástiempo haya transcurrido desde que el objeto obsidianofue recién astillado y por lo tanto expuesto al aire almanufacturar la herramienta, más ancha será la pátinanegra de su superficie; y esto se puede convertir, através de los años, en nuestro calendario.23 Otrométodo, el arqueomagnetismo, se basa en medir loscambios de orientación del campo magnético que rodeala tierra. El calor del fuego alinea permanentemente lasmoléculas en la tierra quemada debajo del fuego en elángulo de las l íneas magnét icas de fuerza queprevalecen en ese punto de la superficie de la tierra enese momento. Los geólogos pueden calcular el ritmo

22.- Ralph et al., “Radiocarbon Dates,” pág. 1.23.- Michels, Dating Methods.

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de cambio de una or ientación magnét ica con eltranscurso de los años, así que, cuando se descubre unedif ic io incendiado o una cocina, e l regis t roinintencionado de su ángulo magnético “congelado”puede compararse con el ángulo del campo magnéticode hoy en día. Entonces se puede calcular cuantos añoshan pasado desde que ardió ese fuego. 24 Solo semencionan estos métodos para sugerir la serie deherramientas que la ciencia ha hecho disponibles paraayudarnos a establecer fechas. Todos ellos producenresultados que normalmente concuerdan unos conotros. Naturalmente nuestra confianza en su exactitudaumenta a medida que se establece el acuerdo.

Usando estos métodos, los expertos han señaladofechas bastante estables para la mayor parte de losrestos antiguos. En cuanto a Mesoamérica, las culturasestudiadas con más detenimiento -las posteriores a laépoca de Cristo- han sido datadas con una variaciónpotencial de no más de 50 a 100 años. En lo querespecta a los siguientes 2.000 años, en los tiempos dedespués de Cristo, las fechas son probablementeprecisas dentro de un margen de cien años en el peorde los casos. De todos modos, todavía se efectuaraninteresantes mejoras.

Historia LingüísticaLos métodos de los que hemos hablado hasta ahora

efectúan estudios principalmente, con objetos físicos,pero éste no es el único material que queda parailuminarnos la vida antigua. La historia del lenguajeañade valiosos datos a la imagen. Vamos a ver en quémanera, con un ejemplo de los idiomas occidentaleseuropeos.

24.-Ibid.; Daniel Wolfman, “A Re-evaluation of MesoamericanChronology: A.D. 1-1200” (Ph. D. diss., Universidad de Colorado,1973), cap. 5.

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Gran cantidad de palabras en inglés, sueco y alemánestán, obviamente, emparentadas unas con otras:

No sólo hay unas claras similitudes ortográficas,sino que muchas de las diferencias se amoldan a unpatrón regular. Por e jemplo, las palabras quecomienzan por d en inglés y sueco, tienen una t enalemán. Mirando muchos más ejemplos descubrimos elgran número de estas relaciones y su naturalezasistemática. A partir de ellas podemos decir que lostres idiomas tienen un origen común. En el mismopunto del pasado, el habla de las personas del lenguajeancestral cambió poco a poco a medida que los gruposde hablantes se alejaban unos de otros. Durante muchot iempo, cada grupo desarrol ló un lenguaje decaracterísticas únicas a la vez que cambiaban suscondiciones y costumbres . El aumento de lasdistancias habría impedido que compartieran suscostumbres con sus anteriores vecinos. Finalmente elcambio llegaría a un punto en el que los dos no seríancapaces de entenderse mutuamente.

Aunque este bosquejo de la división de un lenguaje,en algún tiempo unificado, está suprasimplificado, elprincipio general se ha documentado históricamenteuna y otra vez. Una cuidadosa comparación nospermite reconstruir las divisiones y los traslados de losgrupos lingüísticos con considerable confianza.

Inglésbrother

footdoorday

heart

Suecobroder

fotdördag

hjarta

Alemánbruderfusstürtagherz

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También es posible reconstruir una imagen parcialde la cultura de los hablantes de la lengua ancestral.Cuando se comparan las lenguas derivadas se puedenidentificar puntos culturales para los cuales todostenemos una palabra emparentada con las otras. Otrospuntos pueden no tener ninguna palabra en la mitad delos idiomas recientes, así que podemos decir que esacosa en part icular no se encontraba en la épocaanterior de cuando los antepasados empezaron adividirse geográfica y lingüísticamente. Sobre estasbases sabemos, por ejemplo, que en Mesoamérica,probablemente alrededor del 1.500 d.C., los hablantesdel proto-mixe-zoque cultivaban estas plantas: elcacao, la calabaza, el tomate, las alubias, la batata, elplátano, el maíz, la guayaba, la papaya, el zapote, lamandioca y el algodón. Por este inteligente método,aprendemos hechos importantes que la arqueologíaprobablemente nunca habría podido recobrar paranosotros. Aún más valioso es saber que las mismaspoblaciones originales tenían palabras para: el baile, elincienso, el metal, el festival, el tabaco, tocar música,comprar algo y cepillar la madera, por ejemplo.25

Otro tipo del estudio del lenguaje nos da una ideade cuándo ocurrieron las separaciones. A este análisisse le conoce hoy en día como “glotocronología”. Hacemás de una generación, el profesor Morris Swadesh yotros elaboraron listas de 100 y 200 palabras devocabulario “básico” (palabras como brazo, pie,cabeza, agua, comer) para los lenguajes en los que losregistros históricos nos permitían examinar cuánrápido había ocurrido el cambio. Descubrieron que sepodía documentar una proporción bastante fija decambio: alrededor del 81 por ciento de estas palabraseran todavía reconocibles después de mil años; luego,el 81 por ciento de ese 81 por ciento permanecían

25.- Lyle Campbell y Terrence Kaufman, “A Linguistic Look atthe Olmecs,” American Antiquity 41 (1976): 80-9.

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hasta el fin de otros mil años y así sucesivamente.26 Asíque si dos lenguas comparten raíces reconocibles en un66 por c iento de una l is ta básica, habrían s idoseparadas mil años antes (el 81 por ciento de retenciónpara cada una arroja una cifra combinada de un 66 porciento) . Algunos cr í t icos se oponen a confiarplenamente en las fechas calculadas de esta manera,pero por lo menos el método establece el ordencorrecto de la sucesiva separación de las lenguasderivadas. También nos da, por lo menos, una ideaaproximada de la época, en años, en la que ocurrieronlas separaciones, que podemos contrastar con lasconclusiones de otros métodos.

Consideren un ejemplo de cómo este método aclaralas migraciones antiguas. Las lenguas navajo y apacheestán emparentadas con casi otras 50 lenguas deNorteamérica, la mayor parte de ellas más al norte dedonde se encuentran hoy en día estos indios de losestados del sur. Al conjunto del “caudal” lingüístico detodas las 50 lenguas derivadas de lo que en un tiempofue un solo idioma, se le denomina atabasca. Sicomparamos el navajo con el kutchin, una lenguaatabasca que se usa en Alaska, encontramos quedifieren uno del otro casi tanto como el inglés delalemán. Al comprobar el vocabular io básico sedemuestra que comparten el 70 por ciento de lospuntos básicos (por ejemplo, “-tsin” en navajo y “-tsan” en kutchin significan “árbol”). Esto se traduce enaproximadamente 850 años, usando la variaciónglotocronológica normal, así que alrededor del 1.100d.C. habrían comenzado a separarse el kutchin y el

26.- Morris Swadesh, “Lexicostatistic Classification”, HMAI 5(1960), pp. 79-115; idem, “Diffusional Cumulation and ArchaicResidue as Historical Explanation”, Southwestern Journal ofAnthropology 7 (1951): 1-21. Las críticas son resumidas porCampbell en American Anthropologist 80 (1978): 159-61, pero élexagera las objeciones.

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navajo.27 Otra prueba sugiere que los primero navajosllegaron al área de nuevo Méjico un par de cientos deaños después; es to apoya los resul tados de lacomparación del lenguaje.

Un Método CombinadoHemos aprendido a tener cuidado al buscar pistas en

el Libro de Mormón sobre las características de suspueblos, procurando no substituir los hechos pornuestras presuposiciones e inferencias. También hemostomado nota de algunas de las maneras en las que losestudios científicos y eruditos nos hablan de la vidaant igua, a pesar de cier tas l imitaciones en susestimaciones. Tomando nota de estos puntos, nuestrameta de ahora en adelante es esbozar un escenariogeográfico, cultural e histórico en Mesoamerica en elcual encajen plausiblemente los sucesos, los pueblos ylas afirmaciones que se encuentran en el Libro deMormón. A medida que proseguimos haremos trescosas: (1) analizar lo que dice el texto, (2) comparar lainformación del texto con los hallazgos de estudiosexpertos que estén relacionados y (3) profundizar en elsignificado de ambos grupos de datos, comparándolosuno con otro, agudizando nuestro conocimiento deambos a medida que vemos como se puedenreconciliar.

Más tarde entraremos en detalles minuciosos; dehecho, examinaremos la geograf ía local y lassecuencias arqueológicas en emplazamientosconcretos. Pero, para comenzar, procedamos en unnivel más general . Tres preguntas acudeninmediatamente a la mente de mucha gente cuando seconsideran juntos el Libro de Mormón y los hallazgoscientíficos. Estas tres preguntas ilustran nuestro

27.- Los datos utilizados en este ejemplo han sido sacados dellibro de mis maestros, Ralph L. Beals y Harry Hoijer, An Introductionto Anthropology, 4ª ed. (New York: Macmillan, 1971), pp. 490, 487.

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método general. Una tiene que ver con la lengua: ¿cuáles el significado de la afirmaciones de las Escriturassobre el uso del “hebreo” y el “egipcio” entre losnefi tas? Segundo: ¿cómo podemos expl icar lascaracterísticas raciales de los pueblos americanosnativos, que normalmente han sido clasificados como“mongoloides” (asiáticos orientales), siendo que losjareditas y los nefitas salieron del Oriente Próximo deacuerdo con el registro? Tercero, a la luz de estas dosprimeras preguntas: ¿encontraron las gentes del Librode Mormón otras poblaciones cuando llegaron?

Hebreo y EgipcioSólo en Mesoamérica se hablaban 200 lenguas y

cuando los descubridores europeos llegaron a Américase utilizaban por lo menos diez veces esa cantidad portodas las Américas.28 Algunas de estas lenguas eran tandiferentes entre ellas como el chino del español. Elhebreo y el egipcio no se encontraban entre ellas.Estos hechos nos advierten que es mejor si leemos laspocas afirmaciones que da Libro de Mormón sobre elidioma con extremo cuidado, particularmente las quese podrían referir al hebreo o al egipcio.

Nefi comienza su registro diciendo: “... hago larelación en [la lengua]29 de mi padre, y se compone dela ciencia de los judíos y [el lenguaje] de los egipcios”(1 Nefi 1:2). Los eruditos Santos de los Ultimos Díashan interpretado esta afirmación de maneras contrarias

28.- Terrence Kauffman, Idiomas de Mesoamerica (Guatemala:Editorial José de Pineda Ibarra y Ministerio de Educación, 1974).Gran parte de la misma información aparece en inglés en laEncyclopedia Britannica, 15ª ed., en el artículo de Kauffman sobre“Languages: Mesoamerica”.

29.- En la versión inglesa aparece la palabra “language” en las dosocasiones, la que se ha vertido al castellano como “lenguaje” e“idioma” respectivamente. Con esto se pierde la potencialambigüedad según la que “language” puede ser tanto un idioma comoun sistema notacional (N. del T.).

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unas con otras,30 pero el significado parece estarbastante claro a la luz de otras afirmaciones. La“ciencia” a la que se ref iere Nefi debe de seresencialmente la cultura judía previa al cautiverio enBabilonia (586 a.C.). Esto llega a ser evidente en 2Nefi 25:5 donde Nefi se refiere a “las palabras deIsaías”, “las cosas de los judíos” y “la manera de lascosas de los judíos”. Pone en claro que él sabía de esosasuntos por la época en que él estuvo en Jerusalén.Para que él pudiera transmitir con claridad cualquierparte importante de ese conocimiento cultural a susdescendientes, que no sabían nada de la vida de losjudíos por experiencia propia, parecería hacer falta queusara la lengua hebrea, la cual deben de haber usadotanto uno como otro. Nadie que esté informado acercadel Próximo Oriente cuest ionaría que lasconversaciones, discusiones y decisiones de la vidacotidiana de la familia de Lehi se llevaron a cabo enhebreo en su tierra natal, luego día tras día durante suhuida a través de Arabia y a medida que ellos viajabanhacia América. Hay pocas razones para dudar de queellos conservaran sus registros en la misma lengua. SiNefi hablaba y escribía en hebreo y pensaba en elesquema mental conceptual de la cul turaisraelita/judía, ¿qué habría querido decir con suafirmación concerniente al lenguaje de los egipcios?Moroni lo aclara: “hemos escrito estos anales segúnnuestro conocimiento, en los caracteres que entrenosotros se llaman egipcio reformado; y los hemos

30.- Los primeros representantes de esta discusión fueron losprofesores Hugh Nibley y Sidney Sperry. El primero cree que elregistro nefita se conservó en idioma egipcio, un punto de vistaapoyado por Robert F. Smith. Ver Lehi in the Desert and the World ofthe Jaredites (Salt Lake City: Bookcraft, 1952), pp. 13-19. Sperrysostiene que se usó el hebreo: Our Book of Mormon (Salt Lake City:Bookcraft, 1950), pp. 30-33. El último punto de vista me parece máspersuasivo a mi y a la mayor parte de los que estudian este tema hoyen día aunque no sin dificultades.

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transmitido y alterado conforme a nuestra manera dehablar” (Mormón 9:32, cursiva agregada). Nefi estabadiciendo sencillamente que utilizaba signos egipciospara escribir sus conceptos y creencias judío/hebreos.Su expresión “el lenguaje de los egipcios”seguramente usa la palabra lenguaje en el sentido deldiccionario inglés de “un medio s is temático decomunicar ideas o sent imientos usando s ignosconvencionalizados”. La afirmación de Nefi nos diceque el Libro de Mormón, al menos la parte escrita porél, estaba redactado en lengua hebrea, connotandomucho de la cultura hebrea, y fue escrito en un sistemade caracteres de egipcio reformado. Esta evaluaciónparece razonable, aunque todavía no podemos estarseguros de esas afirmaciones.

En los primeros siglos, después del desembarco deNefi, no se da ninguna indicación de que el hablahebrea del grupo cambiara a ninguna otra lengua, peroademás se habla poco de ninguna cosa durante esteperíodo, así que permanece la posibilidad. Cuando el

La parte de abajo de la Estela 10 de Kaminaljuyu, Guatemala, quemuestra el primer sistema de escritura conocido de las tierras altas deGuatemala, quizas del siglo II a..C. (After Girard, 1982.)

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grupo de Mosíah, de refugiados nefitas, dejó suprimera tierra alrededor de la de Nefi y vino entre elpueblo de Zarahemla, en algún tiempo no mucho antesdel 200 a.C., los dos grupos hablaban diferenteslenguas (Omni 1:17-18), aunque no se nombra ningunode los dos idiomas. Bajo el reinado de Benjamín, els iguiente rey, las masas no-nefi tas entendíancualquiera que fuera el idioma que el rey eligió para sudiscurso (registrado en Mosíah 2 hasta el 5; verMosíah 2:6 en par t icular) . Parece al tamenteimprobable que los súbdi tos muleki tas , másnumerosos, hubieran aprendido el lenguaje que Mosíahhabía traído entre ellos una generación antes. Al juzgarpor la historia de la mayoría de los contactos de estetipo, la nobleza, menos numerosa, habría hecho elcambio, por lo menos a largo plazo. Más tarde, inclusocuando los lamanitas y nefitas conversaban (como enAlma 17:20-24:30) hay pocas indicaciones de unproblema con el idioma o del uso de un traductor.Quizás se implica alguna lingua franca. La escriturano dice nada definitivo de todo este asunto, o por lomenos Mormón, e l que compendió el regis t ro ,consideró innecesario explicarlo. La posibilidad delconocimiento de un hebreo hablado habría continuadoentre los gobernantes nefitas por un tiempo, pero esdifícil de creer que semejante conocimiento de estaespecial élite durara hasta la época de Cumorah. Detodos modos el silencio del registro nos impide zanjarel asunto. Los eruditos Santos de los Ultimos Días hanencontrado que en la traducción al inglés hecha porJosé Smith, aparecen elementos distintivos del estilo yexpresión hebreas, incluyendo la porción escrita porMormón.31 Pero, ¿puede el habla hebrea haberseexpresado en el s is tema de escr i tura egipcio?Necesitamos examinar ese punto.

31.- Welch, “Chiasmus in the Book of Mormon (1981)”; Tvedtnes,“Hebraisms”.

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El sistema egipcio no era alfabético. La mayor partede los jerogl í f icos egipcios representabanindividualmente conceptos completos. También seusaban signos que representaban sonidos, sílabas ysonidos individuales comparables a nuestras letras. Elantropólogo A. L. Kroeber, nos informa de que:“Después de que [los egipcios] hubieron desarrolladouna serie de grafías para los principales sonidos de suidioma, podían muy bien haber desechado totalmenteel resto de sus cientos de caracteres.. . . Pero durantetres mil años se aferraron a estos múltiples caracteres,y escr ibieron juntos caracteres pictográf icos yfonéticos, mezclándolos” debido a la fuerza de latradición.32 Este tipo de escritura ha sido clasificadacomo sistema logográfico con alfabeto incluido. Nosólo el egipcio encaja en esta categoría sino también elchino y el maya.33 Para leer estos sistemas, una personatiene la dura tarea de aprender los significados demuchos cientos de caracteres. Esto es lo que hace quedominar el sistema sea tan gran desafío y también unlogro. También impidió que se extendieran el saberleer y escribir. Además el sistema hacía inevitable laambigüedad; ya que el número de caracteres nuncapodía corresponder al número de palabras o conceptosque eran representados; un carácter solo podíasignificar varias cosas. Por ejemplo, el signo egipcioque se asemejaba a la flor del loto era la cifra tantopara la planta del loto como para “miles”.34 En un

32.- A. L. Kroeber, Anthropology, rev. ed. (New York: Harcourt,Brace, 1948), pág. 512. La explicación de Kroeber del egipcio ysistemas relacionados es inusualmente clara. Ver pp. 371-72 y 509-14.

33.- C. F. y F. M. Voegelin, “Typological Classification ofSystems with Included, Excluded and Self-sufficient Alphabets,”Anthropological Linguistics 3 (1961): 55-96. También ver MarshallDurbin, “Linguistics and Writing Systems”, Estudios de CulturaMaya 7 (1968): 49-57.

34.- Voegelin y Voegelin, “Typological Classification”, pág. 76.

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determinado texto tenían que interpretarse lasindicaciones del contexto y de los signos adyacentes(modificadores “determinativos”). Quizá es por estopor lo que Moroni se quejó de la escritura nefita:“...cuando escribimos, vemos nuestra debilidad, ytropezamos al colocar nuestras palabras” (Eter12:23,25). A la escritura maya le faltaba precisión porla misma razón, así que “el escritor tenía que tener unbuen conocimiento de mitología y folklore paracomprender los textos”.35 (Lo que él llama “mitologíay folklore” es más o menos lo que Nefi, en 2 Nefi25:1-2 y 5, dijo que uno necesitaba saber para entenderIsaías en su versión de las planchas de bronce.)

El tipo de escritura de la que estamos hablandocomunicaba principalmente ideas como tales, nosonidos; por lo tanto no estaba sujeto a ningunalengua. Así los mismos caracteres son usados enmuchos casos por el chino, el japonés y el vietnamita,sin embargo estos idiomas no están relacionados. EnMesopotamia, los babilonios, que hablaban acadio,adoptaron y luego modificaron en gran manera laescritura original sumeria y más tarde los hititastomaron prestado el sistema, no obstante ninguno deestos tres idiomas hablados se parecían entre sí.36 Laposterior escritura cuneiforme podía haberse llamado“sumerio reformado”. Incluso hoy en día podemos vercómo funciona el principio por el que los numerales en“árabe reformado” -1, 2, 3, etcétera- son caracteresconocidos por todo el mundo. Cada carácter tiene elmismo significado para personas que utilizan miles delenguas diferentes. En principio, precisamente elmismo proceso de representar conceptos medianteunos caracteres sin considerar la lengua puede habersido cierto en el caso de los jeroglíficos egipcios. De

35.- J. E. S. Thompson, Maya Hieroglyphic Writing, HMAI 3(1965), pág. 646.

36.- Kroeber, Anthropology, pág. 514.

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hecho, en Palestina, se ha encontrado una cantidad deejemplos que demuestran que se usaban caracteresegipcios para escribir la lengua hebrea en la época delAntiguo Testamento.37

A la luz de esto, entendemos cómo fue posible paralos súbditos de Zarahemla, para los nefitas de Mosíahe incluso para los lamanitas usar el mismo sistema deescritura glífico, llamado “el [lenguaje] de Nefi”(Mosíah 24:4), incluso aunque hubieran habladodiferentes lenguas. De modo paralelo, los glifos en elsistema “maya” de escritura eran usados por hablantesde diferentes lenguas, chol, yucateco, tzeldal y quiché,dentro de la familia maya, mas otros que no estánconectados de ninguna manera.

Ya que el Libro de Mormón no dice, ni implica nadasobre los caracteres escritos del “egipcio reformado”que nos haga pensar que se hablaba el idioma egipcioen la tierra de promisión nefita, no tenemos ningunarazón para pensar que los eruditos vayan a encontrarrasgos del habla egipcia en el Nuevo Mundo. Dehecho, los lingüistas que trabajan en Mesoamérica nohan sacado a la luz apenas ningún rastro de esto. Pero,como hemos visto, la escritura glífica extendida por elcentro y sur de Mesoamérica es idéntica, en principio,a la escritura egipcia,38 y eso puede ser todo lo que laescritura requiere con sus afirmaciones acerca delegipcio. De todos modos se debía utilizar el hablahebrea, por lo menos por los primeros nefitas, así que

37.- John Tvedtnes, “Linguistic Implications of the Tel-AradOstraca”, Society for Early Historical Archaeology, Newsletter andProceedings 127 (1971): 1-5; J. W. Crowfoot y G. M. Crowfoot,“The Ivories from Samaria”, Palestine Exploration Quarterly, o.s.(Enero 1933):13. Conparar con Voegelin y Voegelin, “TypologicalClassification”, pág. 75.

38.- Linda Miller Van Blerkom, “A Comparison of Maya andEgyptian Hieroglyphs”, Katunob 11 (Agosto 1978):1-8. Muestra quese utilizaron los mismos seis tipos de signos en ambos sistemasgeroglíficos.

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deberíamos encontrar indicaciones de se hanconservado, al menos, algunas palabras en otraslenguas del área.

Identificar tales palabras prestadas es un asuntodelicado. Aparecen por casualidad similitudes enpalabras aisladas en algunas lenguas que no estánrelacionadas en absoluto. Sólo si descubrimos unmodelo de paralel ismos l ingüíst icos tendríamosjustificación para pensar que las similitudes sonsignificativas. David H. Kelley, de la Universidad deCalgary, piensa que hay tres nombres de días delcalendario maya que están probablemente relacionadoscon el hebreo. Los días del calendario maya y sussímbolos asociados siguen una secuencia definida,cuyo orden se corresponde con el del alfabeto semíticodel oeste de Asia; el orden de la secuencia alfabéticatambién tenía significado en el calendario. El nombremaya manik era representado por una palabra que teníala forma de una mano y se pronunciaba kaf (en hebreokaf signif ica “mano”; en el maya yucateco kabsignifica “mano”). La siguiente palabra en la secuenciadel a l fabeto hebreo era lamed, mientras que lasiguiente maya era lamat. La tercera en la secuencia esla palabra mem (“aguas”; comparar la griega mu en lamisma posición secuencial , la cual puede estarrelacionada con el mu asirio, “agua”), mientras que elsiguiente nombre de día maya es mulu(c) , cuyoequivalente entre los aztecas significa “agua”. Ni elprofesor Kelley, ni nadie más, sabe completamente quéconclusión sacar de todo esto, pero ciertamente él tienela impresión de que las escrituras, o las lenguas, deloeste asiático jugaron un papel en la formación de estesegmento del calendario maya.39

39.- “Calendar Animals and Deities”, Southwestern Journal ofAnthropology 16 (1960): 325-29; también H. A. Moran y David H.Kelley, The Alphabet and the Ancient Calendar Signs (Palo Alto:Pacific Books, 1967).

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Se puede citar más información interesante acercadel hebreo. Vamos a señalar sólo un estudio de interés.Hace algunos años, se compararon listas de palabras dela familia lingüística de sólo el norte del istmo deTehuantepec, que incluían el zapoteca y el mixteca,con el hebreo. Se descubrió cierto grado de similitudentre los dos grupos. La comparación no se hizo ni conrigor ni con profundidad, pero los resultados sí dieronindicios de una relación sistemática. Más tarde, otroinvestigador extendió la investigación más allá delhebreo, hasta incluir otros idiomas semíticos y elegipcio del Oriente Próximo, encontrando resultadosaún más sugerentes . 40 Lo que ha hecho estainvestigación es señalar la necesidad de invertir muchomás t rabajo. Hasta ahora, la fa l ta de erudi toscompetentes e interesados y de dinero ha evitado quese continuara.

Luego tenemos el libro de Barry Fell América B. C.,que fue publ icado en 1976. El af i rma haberidentificado en América y alrededor del Pacífico nomenos de 11 escrituras, que representan por lo menoscinco idiomas, incluyendo el egipcio. Fell cometeserios errores en su trabajo, pero las inscripciones queha recolectado sí que constituyen un desafío que

40.- Nunca se ha presentado un informe completo pero estáresumido en A. M. Reed, Ancient Past of Mexico (New York: Crown,1966), pág. 10; y SEHA Newsletter 112 (febrero de 1969): 4-5. Laobra, sin publicar, de R. H. Smith contiene la versión extendida;poseo una copia. Brian Stubbs ha producido un informe más extenso,“Observations in Uto-Aztecan” (1983), publicado por la Fundaciónpara la Investigación de la Antigüedad y Estudios Mormones(F.A.R.M.S.). El informe compara las lenguas semítica y uto-aztecaen un extensa variedad de características. Ver tambiénun árticulo sinpublicar de la lingüista Mary LeCron Foster, de la universidad deBerkeley, California, Old World. languaje in the Americas,” ponenciapara Annual Meeting of the Languaje Origins Society, de launiversidad de Cambridge, Septiembre de 1992.

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todavía no ha sido examinado cuidadosamente, niexpl icado adecuadamente por los erudi tosconvencionales.41

Con respecto al lenguaje de los jareditas, poco sepuede decir. La pequeña lista de nombres propios ypalabras sin traducir que aparecen el libro de Eter,junto con la conexión de los jareditas con el norte deMesopotamia (Eter 1:33, 43; 2:1), sugieren quehablaban un idioma semít ico del norte , unorelacionado con el hebreo lejanamente. Los puebloszapoteca y mixteca, que antes he mencionado, vivíanen el área que identifico como la tierra central jaredita:Morón y sus a l rededores . Si poster ioresinvestigaciones confirmaran alguna relación entre losancestrales idiomas zapoteca y mixteca y las lenguasdel Cercano Oriente, sería posiblemente atribuible alhabla semítica del grupo jaredita.

Lo que pudo haber ocurrido con las lenguas delViejo Mundo de los linajes del Libro de Mormón seclar i f ica con el caso de los muy poster ioresgobernantes de un pueblo de habla quiché en las tierras

41.- Barry Fell, America B. C.: Ancient Settlers in the New World(New York: Quadrangle/The New Yok Times Book Co., 1976). Yo lorevisé en BYU Studies (verano del 1977) demasiado optimistamente.Pero una importante revisión de las obras de Fell, por el profesorDavid H. Kelley, aceptan la mayor parte de sus resoluciones, a pesarde sus errores. Ver “Proto-tifinagh and Proto-ogham in theAmericas,” The Review of Archaeology (primavera de 1990), pp. 1-10.

Concerniente a la complicadas pruebas a favor o en contra de losviajes del Viejo Mundo al Nuevo en la antigüedad, los eruditos másfamosos insisten en que tales viajes produjeron poco o ningún efectoen las características culturales, lingüísticas o biológicas de lospueblos americanos antes de Colón. Pero han ignorado la grancantidad de pruebas que contradicen sus obstinadas opiniones.Recientemente una extensa obra ha hecho accesible estas pruebas, asíque pronto veremos si pueden cambiar las antiguas opiniones VerJohn L. Sorenson y Martin H. Raish, Pre-Columbian Contact acrossthe Oceans: An Annotated Bibliography. 2 vols. Provo: ResearchPress, 1990. Comprende más de 800 páginas.

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montañosas de Guatemala. El Polpol Vuh y otrashistorias nativas del área nos dicen cómo estas élitesextranjeras, poco numerosas, entraron en las tierrasmontañosas , que ya tenían cientos de miles dehablantes nativos de la lengua maya. Los intrusoshablaban una lengua nahua (relacionada con losidiomas de los aztecas, y lejanamente con las lenguasute de la Gran Cuenca) . Los recién l legadosconsiguieron el poder sobre los habitantes locales y losdominaron durante varios siglos. Después de laconquista española, los únicos vestigios detectables delhabla nahua consistían en unas pocas palabras intrusasen el vocabulario quiché-maya.42 Probablemente lasuerte del hebreo hablado por los primeros nefitas fuela misma.

Claramente, los c ientos de lenguajes deMesoamérica están conectados, si lo están algo, sóloligeramente con las lenguas del oeste asiático que losgrupos inmigrantes del Libro de Mormón habíantraído. La gran mayoría de las lenguas y los pueblosque las hablaban simplemente tienen que explicarse deotra manera. Pero vamos a considerar la próximapregunta; después volveremos al asunto del idioma.

Extraños RostrosEl Libro de Mormón no nos dice nada -literalmente

nada- de las características biológicas de sus puebloscuando salieron de Asia. Partiendo del texto, nosabemos si Nefi medía menos de metro y medio de altoo más de dos metros. No sabemos nada del color depelo de Lamán ni del esqueleto de Saríah, la mujer deLehi. No se nos da información de este tipo ni sobrelos jareditas, ni sobre el pueblo de Zarahemla. Así queen un sentido estricto no hay nada específico para quecomparemos la escritura y las fuentes externas. Ya quetodo lo que tenemos a continuación son deducciones,

42.- Carmack, Toltec Influence, pp. 71-72.

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queremos ser cautelosos, especialmente por cualquierinclinación que pudiéramos traer al tema de lascondiciones actuales.

Probablemente, podemos inferir con seguridad queLehi y su grupo mostraban características físicasdentro de la gama normal de las personas de su épocaen Palestina. (A este respecto, los pueblos de esa áreano han cambiado mucho desde entonces hasta nuestrosdías . ) Para guiarnos tenemos esqueletos yrepresentaciones artísticas de tiempos antiguos, máslos datos de sus descendientes, que viven actualmente.Toda esta información junta crea esta imagen. Loshombres medían aproximadamente un metro y sesentay ocho centímetros. Las mujeres un metro y cincuentay dos centímetros. Eran más los que pesaban menos decuarenta y ocho kilos y medio que los que pesabanmás. Su figura era esbelta y grácil, sin músculospesados. (El artista que preparó las ilustraciones quehan sido usadas en el Libro de Mormón en los añossesenta y setenta no conocía esta información.) El pelovariaba de negro a castaño. También los ojos eran mása menudo marrones, aunque podían variar hasta sergrises, azules o marrones verdosos. Era normal la pielmarrón rojiza o de color cobre (sin estar bronceada);también en algunos se presentaba con un tinte oliva oblanco amarillento. En algunos hombres aparecía unabarba moderada. En las elevaciones más bajas delMediterráneo Oriental y el Próximo Oriente hanpredominado las personas con estas característicasdurante miles de años. Las regiones montañosas justoal norte de los centros del Próximo Oriente puedenhaber proporcionado genes que han producido unafigura ligeramente más robusta y una nariz aguileñamás prominente.43

43.- Carleton S. Coon, The Living Races of Man (New York:Knopf, 1965), pp. 79-80; C. C. Seltzer, Contributions to the RacialAnthropology of the Near East, HUPM 16, nº 2 (1940), pp. 5-9, 11,60, grabados 1, 3.

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Un pequeño grupo -un par de familias en el caso deLehi- extraído del caudal de población de la Edad delHierro de Israel podría, claro está, haber resaltadociertas características atípicas que hubieran ocurridocasualmente en un grado poco común en los padres. Apesar de ello, cualquiera de esos énfasis especialesprobablemente no habrían cambiado mucho laapariencia de sus descendientes respecto a la imagenque acabamos de presentar.

Supongan que ese grupo fuera transplantado a laAmérica tropical, donde sus descendientes vivierondespués durante 2.500 años. ¿Qué apariencia tendríanahora, asumiendo que no se mezclaron con otros?Simplemente, no hay modo de saberlo. Hoy en díanadie tiene suficiente conocimiento científico de losfactores que se requieren para saber sólo cuánto yhacia qué dirección pudieron cambiar esos inmigrantesbajo el efecto de su nuevo medio ambiente. Cambiosque sucederían, naturalmente. Nueva dieta, nuevos

Figuras de los murales de Bonampak (800 d.C.) Pueden ilustrar partede las diversidad de colores de piel que existía en los pueblosmesoamericanos (fotografía de Daniel Bates, Cortesía de David A.Palmer y la Sociedad para la Arqueología Histórica Antigua.)

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trabajos y nuevas enfermedades y fatigas podíanfavorecer, todas ellas, ciertas potencialidades en subiología y desfavorecer otras. La plasticidad debida alos cambios del medio ambiente podría aumentar si semezclaron con otros grupos.

¿Qué otros grupos? ¿Había otros pueblos alrededor?Ya hemos visto, por la información que se encuentraen el Libro de Mormón concerniente a la dimensión desus tierras, que el libro habla de un territorio de sólocientos de millas de longitud. Eso deja mucho espacioen las Américas que pudo haber albergado a millonesde personas, aquellas a las que se refiriera el padreLehi cuando aseguró a sus hijos que incluso en susdías otros pueblos estaban esperando entre bastidores,por así decirlo: “muchas naciones sobrellenarían latierra”, si tan sólo supieran de su existencia (2 Nefi1:8). El poder divino contendría a esos pueblosmientras los inmigrantes guardaran los mandamientosde Dios (versículo 9), pero, más tarde, profetizó Lehi,el Señor “traerá sobre ellos a otras naciones”. Estoocurriría cuando los descendientes de Lehi se hubieranrebelado y “degeneren en la incredulidad” (versículo11).

Los lamanitas fueron rebeldes, casi desde el día desu primer desembarco; los nefitas no fueron fieles pormucho tiempo (ver los libros de Jarom y Omni). Encuanto a las personas que acompañaron a Mulek, nofueron apenas mejores que los lamanitas (Omni 1:16-17). ¿No habría, la justicia divina, traído “sobre ellos aotras naciones” incluso en esos primeros siglos? Lamayoría de los lectores Santos de los Ultimos Días hansupuesto que las “otras naciones” eran los “gentiles”europeos (1 Nefi 13:1-3) que invadieron el paísdespués del descubrimiento de Colón, pero ¿tienesentido que el destino profetizado por Lehi se retrasarahasta 1.100 años después de Cumorah? “Muchasnaciones” próximas dentro de las Américas podríanhaber entrado en las tierras de los grupos americo-

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israelitas en poco tiempo. La reconstrucción lingüísticanos habla de unos de los últimos grupos, los hablantesdel nahua, que incluye a los aztecas. Ninguno de ellosllegó a Mesoamérica propiamente hasta después deque el relato del Libro de Mormón hubiera sidosellado, pero pronto llegaron a dominar gran parte delárea.44

Dentro del mismo territorio, ocupado primeramentepor los nefitas y lamanitas, otros pueblos podríanhaber estado viviendo cuando llegó el grupo de Lehi.Existe considerable evidencia indirecta dentro delLibro de Mormón de que los supervivientes de laépoca de los jareditas continuaron viviendo durante laépoca nefita e influyeron en gran manera en esteúltimo grupo. Hugh Nibley ha llamado la atenciónsobre alguna de las evidencias.45 Pero, ¿no lo habríandicho los historiadores nefitas así de explícitamente?Consideremos por un momento la posición de aquelloshistoriadores cuando nos hablan de los primeroslamanitas. Ellos escribían desde la limitada perspectivade su pequeña colonia asediada (2 Nefi 5:14; Jacob7:26). Su comprensible esquema mental habría visto atodas las personas con las que entraban en contacto“allá afuera” como “lamanitas”; para el esquema depensamiento nefita de ese tiempo, ¿quienes máspodrían ser esos espías de piel oscura del bosque?Podemos estar seguros de que no charlaban con ellossobre su ascendencia. Cualquiera de las personas a lasque veían eran, en todo caso, enemigos, puesto que sinduda pronto iban a ser dominados por los agresivosdescendientes de los hermanos mayores de Nefi.

44.- Terrence Kaufman, “Arqueological and LinguisticCorrelations in Mayaland and Associated Areas of Meso-America”,World Archaeology 8 (1976): 114-6.

45.- Hugh Nibley, Lehi in the Desert, pp. 238-42.

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La información arqueológica sobre la zona costerade Guatemala o el Salvador en la época deldesembarco nef i ta (a l rededor del 575 a .C.) esparticularmente imprecisa. No hay evidencia de laexistencia de estructuras que daten de antes de estaépoca en el valle de Guatemala, probablemente laprimera tierra de Nefi. Se han encontrado depósitos decerámicas antiguas y otros artefactos representativosde una dispersa población rural (vagamente definidoscomo los periodos de “Las Charcas” y “Arévalo”).46

Con los datos que conocemos, es coherente suponerque sólo unas pocas aldeas agr ícolas dispersasocupaban el valle de Guatemala en la primera mitaddel siglo VI a.C., cuando suponemos que Nefi y sugrupo llegaron allí . Mientras tanto, la más clarasecuencia arqueológica durante este período en lacosta es tá cerca de la f rontera entre Méjico yGuatemala, donde aparece un vacío en la ocupaciónalrededor del 600 a.C., aunque tierra adentro, en lasproximidades de Izapa puede manifestarse un ciertogrado de continuidad en los confusos materialesarqueológicos.47 Cualesquiera que fueran los pueblosque ocupaban la región donde desembarcó el grupo deLehi, si es que la ocupaba alguno, no parecen habertenido gran cantidad de población o poder en esa épocaen concreto. Es razonable que los inmigrantes pudieranencontrar un hueco entre ellos e incluso dominarlos.

46.- Richard W. Kirsch, Mound A-VI-6: A Terminal FormativeBurial Site and Early Postclassic House Platforms PSUO 9 (1973),pág. 328. Comparar con la afirmación de Michel citada en la pág.280.

47.- En el emplazamiento excavado por Coe, La Victoria, entre“Conchas I” y “II”. Dee F. Green y Gareth W. Lowe, Altamira andPadre Piedra, Early Preclassic Sites in Chiapas, Mexico, NWAF 20(1967), pág. 73; Lowe personal communication, 1977. Comparar conSusanna M. Ekholm, Mound 30a and the Preclassic CeramicSequence of Izapa, Chiapas, Mexico, NWAF 25 (1969), pp. 97-98.

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Otra pregunta es qué impacto tendría un pequeñogrupo de colonizadores extranjeros, en la culturaarqueológica del área. David H. Kelley ha señalado elpunto débil del énfasis que los arqueólogos dan a laaparente continuidad cultural en los asentamientoslocales haciendo caso omiso a una importanteinvasión. El advirtió que en los emplazamientos depueblos rurales aztecas, incluso la conquista española(“la invasión más drástica que se conoce que hasufrido Méjico”) se pone de manifiesto sólo tardía ydébilmente.48 Así que, en cuanto al punto inicial deldesembarco de Lehi no tenemos idea de lo que losarqueólogos podrían encontrar para demostrar lallegada de una veintena de personas, más o menos, enel barco del grupo colonizador. Posiblemente las dosfigurillas egipcias ushabti que se encuentran en elmuseo de San Salvador, El Salvador (que se dicefueron desenterradas cerca de la playa, al oeste de SanSalvador), si se pudiera demostrar su autenticidad,serían un rastro tan directo de los intrusos del PróximoOriente como jamás se pudiera encontrar.49

Una fuerte prueba en nuestro texto de la presenciade pueblos indígenas es la referencia constante de losprimeros nefitas a los elevados números de lamanitascon los que se enfrentaban. Las personas que vivían enlas condiciones que los nefitas atribuían a los primeroslamanitas -nómadas, cazadores , salvajes- nodesarrol lan poblaciones comparables a las quedescribieron los ambiciosos cultivadores nefitas deEnós 1:21. Entonces, ¿cómo llegaron los lamanitas aser tan abrumadoramente numerosos? Casi la únicarespuesta es que los inmigrantes lamanitasincorporaron bajo su gobierno a personas nativas queya vivían en la región.

48.- Current Anthropology 15 (junio de 1974): 180.49.- Mi obra “An Apparent Relationship”, pág. 223.

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La imagen es aún más complicada en lo querespecta a l “pueblo de Zarahemla”. Mosíahrápidamente descubrió, cuando les localizó, que el jefepretendía ser descendiente de los judíos (Omni 1:14-15, 18), pero no se dice nada de la ascendencia delpueblo sobre el que reinaba este Zarahemla. Bienpudieron haber sido un grupo mezclado, incluyendomuchos descendientes del grupo de antepasadosjaredita. En el campo filológico, Nibley detectó“inf luencia jaredi ta que l legó a los nef i tas porconductos mulekitas”50 Después de todo, las personasde la c iudad de Zarahemla consideraban a losdestruidos jareditas “nuestros hermanos” (Alma46:22). Pero los “mulekitas” y “jareditas”, tal y comonosotros Santos de los Ult imos Días pensamosnormalmente en ellos, no pueden explicar todos losque estaban presentes. Es imposible explicar lapresencia de 200 lenguas mesoamericanas sólo sobrela base de los grupos del Libro de Mormón. En cuantoal libro de escritura, Nibley nos advierte: “No hay niuna palabra en el Libro de Mormón que impida lallegada a este hemisferio de cualquier cantidad depersonas provenientes de cualquier lugar del mundo encualquier época, sólo con tal que vinieran dirigidos porel Señor; e incluso este requisito no se debe interpretardemasiado estrictamente.”51

Los hallazgos de la ciencia proporcionan unaevidencia positiva de que los pueblos pre-nefitaspresentaban cont inuidad cul tural , l ingüís t ica ybiológica con los encontrados en Mesoamérica despuésde la fecha de la llegada de los nefitas. Hemos vistoque los datos sobre las personas que podían haberestado presentes alrededor del año 600 a.C. en la zonacostera del Salvador y Guatemala, donde

50.- Lehi in the Desert., pág. 245.51.- Ibid., pág. 253.

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probablemente desembarcó el grupo de Lehi, sonambiguos. Entonces se estaban completando cambiosdrásticos como resultado de la muerte de la tradiciónde la civilización de la cual habían sido parte losjareditas. Esa agonía final afectó a la vida hasta el sur,hasta la “tierra de la primera herencia” nefita, como loindican las pruebas arqueológicas. Parece posible quela población presente en las proximidades inmediatasde donde desembarcaron los israel i tas era losuficientemente escasa y débil como para no constituirun serio obstáculo para los colonizadores. De hecho,igual que las re laciones entre los indios deMassachusetts y los colonos ingleses del siglo XVII,los indígenas bien podían haber transmitido lashabilidades y cultivos necesarios para el éxito de lanueva colonia. (Las enfermedades traídas por el grupode Lehi, a las que ellos habían desarrollado inmunidad,podrían haber afectado pronto a los vecinos,debilitándolos aún más, pero no habría eliminado sucontr ibución genét ica y cul tural a la poblaciónposterior.) Se ha demostrado por la arqueología que lasculturas localizadas en el sur y centro de Méjico y enel área del Istmo han perdurado a través del límitetemporal entre los jareditas y nefitas, a pesar delespectacular colapso de la civilización “olmeca”principal. El pueblo de Zarahemla debe de haberestado incluido en uno de esos grupos puente (estohace que se pueda comprender Omni 1:1). Elloshabrían combinado elementos genéticos y culturales dela civilización más antigua con lo que fuera que habíaintroducido el grupo de Mulek, que eran viajerosprovenientes del Mediterráneo. La informacióncient í f ica es inequívoca; hubo una def ini t ivacontinuidad de población desde las épocas másantiguas hasta los días de los nefitas. El relato delLibro de Mormón ni lo contradice ni lo confirma; pero

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semejante cont inuidad tampoco plantea ningúnproblema en particular para la escritura, tal y como yola leo.52

¿Que hay de las caracter ís t icas raciales“mongoloides” que los antropólogos físicos ven en loshabitantes pre-colombinos del hemisferio oriental?Algunos hechos son bastante claros. Se encuentrancaracterísticas asiáticas, tales como el pliegue delpárpado, la mancha pigmentada en la base de la espinadorsal de los niños pequeños y una forma especial deldiente incisivo, en proporciones variables en cadagrupo de indios americanos estudiado.53 Sobre la basede estos rasgos, todo investigador que conoce losmateriales asume con seguridad alguna conexiónbiológica con Asia . Lo que no está c laro es laextensión y el significado biológico de estos hechos.Parece que una parte importante de las característicasde los indios nativos americanos son el resultado de laadaptación a las condiciones medioambientales delNuevo Mundo. 54 Se encuentran s ignif icat ivasvariaciones en la distribución de diversos rasgoscorporales; es decir, algunos grupos son mucho menosmongoloides que otros. Esto suscita la pregunta de si,en algún t iempo del pasado, cier tos pueblos enAmérica podían haber s ido completamente no-mongoloides. Algunas representaciones artísticasmuestran claramente personas de varios grupos

52.-Toda esta discusión sobre la posibilidad de que se encontraranesos “otros” pueblos allí cuando llegó el grupo de Lehi, que haocupado estas últimas páginas, se encuentra ampliada en un árticulomio, “Were others present when Lehi´s party landed?” Journal ofBook of Mormón Studies 1, no. 1(1992): 1-34.

53.- Coon, Living Races, pp. 152-54 y láminas 17-29.54.- Ricardo Ferre D’Amare, “The Origins of the American

Indian: A Reappraisal”, Actas, 41a Congreso Internacional deAmericanistas, Méjico, 1974, vol. 1 (Méjico, 1975), pp. 166-71.

raciales que no son indios ("semítico", chino, negro55),aunque cier tas personas mesoamericanas de laantigüedad sí que se parecían a los actuales nativosque habitan las mismas áreas. Además del arte, ciertosdatos científicos también apuntan a la presencia degrupos mediterráneos y del Próximo Oriente dentro deMesoamérica.

El doctor Juan Comas, el antropólogo físico máseminente de Méjico, hizo la pregunta: “¿Son losamerindios un grupo homogéneo biológicamente?”;luego la respondió con un firme “no”.56 Un sustancialgrupo de otros expertos están de acuerdo con él. G.Alvin Matson, importante investigador de grupossanguíneos, adoptó “una postura razonable” de que“los indios americanos no son completamentemongoloides.”57 El profesor de Harvard EarnestHooton l legó a una conclusión similar, como lo

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55.- Alexander von Wuthenau, The Art of Terracotta Pottery inPre-Columbia Central and South America (New York: Crown,1969); idem, Unexpected Faces in Ancient America (1500 a.C.-1500d.C.): The Historical Testimony of Pre-Columbian Artists (NewYork: Crown, 1975).

56.- “¿Son los Amerindios un Grupo BiológicamenteHomogéneo?” Cuadernos Americanos 152 (mayo-junio de 1967):117-25. Los principales libros de los homogeneicistas contra losdiversicistas se citan en el valioso resumen de Comas, Antropologíade los Pueblos Ibero-Americanos (Barcelona: editorial Labor, S.A.,1974,pp. 35-42. Ver también en ese libro su “paso de CaucasoidesPrehistóricos por el Atantico Septentrional”, pp. 52ff. Comparar conW. O. Hill, “The Soft Anatomy of a North American Indian”,American Journal of Physical Anthropology 21 (Septiembre de1963): 245-64. Hill concluyó, después de un estudio único delcadaver de un indio cherokee que “no se extrae ninguna prueba realque indique características mongoloides. La teoría de Brinton de queAmérica fue poblada por una inmigración proveniente de Europa[muy antiguamente] es apoyada, hasta donde es posible, por laevidencia de sus partes blandas” (pág. 263).

57.- G. Alvin Matson et al. “Distribution of Hereditary BloodGroups among Indians in South America”. IV. In Chile,” AmericanJournal of Physical Anthropology 27 (1967):188.

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explicó, en el hilarante libro Men out of Asia58, delarqueólogo independiente Harold S. Gladwin. Hootonvio características corporales en el Nuevo Mundo quehubieran encajado bien en Palestina.59

Más recientemente, el antropólogo polaco AndrzejWiercinski analizó una larga serie de cráneos deexcavaciones hechas en emplazamientos deMesoamérica a los que ya se les había puesto fecha.Encontró pruebas, no sólo de tipos del norte y centrode Asia, sino además de rasgos chinos y caucásicos,incluyendo el subtipo “armenoide,” del OrientePróximo, cuya larga nariz y barba recuerdan a laclásica figura yanqui del Tío Sam. Wiercinski afirmaque “las antiguas series mejicanas se inclinan máshacia la variedad blanca, en el modelo de rasgosfaciales, que a la de los clásicos mongoloides”. Por lotanto, él consideró que “el antiguo Méjico estabahabi tado por una cadena de poblacionesinterrelacionadas que no se pueden considerar comotípicamente mongoloides”. De hecho, él creía que,superpuestas a estas tres “razas amerindias básicas”, seencontraban características “introducidas por gruposextranjeros de inmigrantes esporádicos provenientesdel área del Mediterráneo occidental”60. El arqueólogoRobert Chadwick, quien propone la presencia de“exploradores” de la Europa antigua en el NuevoMundo, está de acuerdo con esta postura.61

58.- Hombres fuera de Asia. (N. del T.)59.- Men out of Asia (New York: McGraw-Hill, 1947).60.- Andrzej Wiercinski, “Inter- and Intrapopulational Racial

Diferentation of Tlatilco, Cerro de las Mesas, Teotihuacan, MonteAlban and Yucatan Maya”, Actas, Documentos y Memorias, 36aCongreso Internacional de Americanistas, Lima, 1970, vol. 1 (Lima:Instituto de Estudios Peruanos, 1972), pp. 231-48. También“Afinidades Raciales de Algunas Poblaciones Antiguas de México”,Anales, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1972-1973(México, 1975), pp. 123-44.

61.- Robert Chadwick, “The Archaeology of a New WorldMerchant Culture” (Tesis doctoral, Tulane University, 1974).

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Recordemos, también, las características corporalesde los israelitas, esbozadas anteriormente. Sus típicaspieles de color cobre-oliva, su pelo oscuro, sus ojosmarrones y su esbelta constitución, significarían que elgrupo de Lehi no destacaría mucho, en cuanto a laapariencia física, de muchos grupos de indios. Lascaracterísticas que ellos trajeron podían encajarfácilmente en el entorno biológico de América Central,y posiblemente desaparecer en él.

¿Pudieron, pues, los nef i tas haber encajadobiológicamente con la imagen que actualmentetenemos de las poblaciones mesoamericanas? Larespuesta es sí, cuando entendemos la conformaciónfísica que les caracterizaba y cuando los vemos comoun grupo relativamente pequeño que vive rodeado depueblos con los que finalmente se mezclaron y queabsorbieron a sus descendientes. Este escenario encajacon lo que ya hemos descrito en términos sociales ypolíticos; que el Libro de Mormón es un registro hechopor un grupo de élite que dominaba a un pueblo decaracter ís t icas s in revelar a l que encontraronresidiendo en la tierra. Pero los Santos de los UltimosDías que insisten en que millones de nefitas tenían laapariencia de europeos del norte no pueden justificardicha postura.

¿Que hay de la “piel oscura” de los lamanitas y la“piel clara” de los nefitas? En primer lugar, lostérminos son relativos. ¿Cuán oscura es la piel oscura?¿Cuán blanca es la piel clara? Un fraile español,Tomás Medel, observó alrededor del 1560 d.C. que losindios de las áreas más bajas y calientes de la costa delPacífico de Guatemala, donde yo sitúo a los primeroslamanitas , eran más oscuros que los que seencontraban en las áreas más frías y altas, dondevivieron los primeros nefitas. Los habitantes de lastierras altas, dijo Medel, “parecían poco diferentes de

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los españoles”62. La observación aparece subrayada porun incidente histórico que sucedió al otro extremo deMesoamérica durante la conquista de los aztecas porCortés. Enfrentado a una rebelión en su base, en elGolfo de Méjico, el comandante envió espías desde elcentro de Méjico para evaluar la situación. Entre elgrupo de sus aliados indios envió dos españoles de tezrelativamente oscura, vestidos como los nativos.Tuvieron éxito, permaneciendo en el campo de losrebeldes españoles por un largo periodo de tiempo, yvolviendo para informar sobre el estado de las cosas,sin que nunca se detectara su identidad española porsus compatriotas63. El padre Thomas Gage llamó a lapoblación india del centro de Chiapas “de tez clara” ya los nat ivos de Nicaragua de un “blancoindiferente”64. Por otro lado, el color de otros indios seaproximaba a lo que podría denominarse “una piel decolor negruzco” (2 Nefi 5:21)65; esta metáfora sólo seusa una vez en el texto, todas las demás referencias loson sólo respecto a la “oscuridad”66.

Los matices en el color de la piel de los pueblossupervivientes de las tierras del Libro de Mormónincluyen una considerable gama, desde el marrónoscuro hasta casi el blanco. Estos colores cubren casila misma gama que los que fueron encontrados en elpasado alrededor de la costa mediterránea y del

62.- F. W. McBryde, Cultural and Historical Geography ofSouthwest Guatemala, SISA 4 (1945), pág. 9.

63.- Bernal Díaz del Castillo. The Bernal Diaz Chronicles, trad, yed. Albert Idell (Garden City, New York: Doubleday, 1956), pág.227.

64.- J. E. S. Thompson, ed., Thomas Gages´s Travels in the NewWorld (Norman: University of Oklahoma Press, 1958), pp. 149, 94.

65.- En la traducción oficial al castellano del Libro de Mormón setraduce sólo como“color oscuro” (blackness), mientras que la palabraen inglés hace alusión al color negro “negruzco”. (N. del T.)

66.- McBryde, Cultural and Historical Geography, pág. 9; HughNibley, Since Cumorah (Salt Lake City: Deseret Book, 1967), pág.247.

Oriente Próximo. Es probable que la dist inciónobjetiva del matiz de piel entre los lamanitas y nefitasfuera menos marcada que la diferencia subjetiva. Laescritura deja claro que los nefitas tenían prejuicio encontra de los lamanitas (Jacob 3:5; Mosíah 9:1-2;Alma 26:23-25). Esto debe de haber influido en cómopercibían ellos a sus enemigos. La descripción nefitade los lamanitas entra dentro de un esquema conocidoen el Próximo Oriente. Los habitantes sumerios de lasciudades de Mesopotamia del tercer milenio a.C. veíana los amoritas, los parientes de Abraham que habitabanen el desierto, como “oscuros” salvajes que habitabanen tiendas, comían carne cruda, dejaban a los muertossin enterrar y no cultivaban cosechas.67 Los siriosurbanos siguen llamando a los nómadas beduinos “lasbestias salvajes”. La imagen nefita de sus parientes, enJarom 1:6 y Enós 1:20, suena tan similar a los epítetosdel Próximo Oriente que probablemente este lenguajese debe considerar como una fórmula literaria más quecomo una descripción objetiva, una calificaciónaplicada a cualquier pueblo temido, despreciado,“atrasado”68. Pero todo esto no excluye una diferenciacultural y biológica entre los dos grupos. La preguntaes cuán grande era la diferencia; podemos dudar de siera tan dramática como la describen los nefitas queguardaban el registro.

Hemos visto que el Libro de Mormón dice poco detoda la cuestión de la biología humana o “raza”.Repasando la apariencia que tenían las personas quevivían en el Oriente Próximo, descubrimos que, a losojos de un observador descuidado, no hubieran

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67.- William F. Albright, From the Stone Age to Christianity, 2ªed. (Garden City, New York: Doubleday [Anchor Books], 1957), pág.166.

68.- Comparar con: Hugh W. Nibley, Since Cumorah, pp. 246-51.Algunas de sus interpretaciones de este punto estan sujetas aadvertencia porque están basadas en escasa información, pero elempuje general es válido.

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diferido tanto de algunos grupos mesoamericanos.Tenemos pruebas de que en Mesoamérica habríanestado presentes ant iguamente grupos concaracterísticas del Oriente Próximo, junto con lapoblación amerindia, más predominante. Estos hechosparecen indicar que las afirmaciones del texto deescritura pueden estar suficientemente conciliadas conlos datos científicos. Sobre este punto no queda ningúnproblema importante.

Tierra Pequeña, Gran HemisferioAmbas, la información lingüística y la biológica,

demuestran que la historia étnica y cultural de lastierras que hemos identificado con el relato del Librode Mormón -Mesoamérica central y sur- ha sidocompleja. Esto no es sorprendente. Las tierras de laBibl ia muestran ser igualmente complejas ,históricamente. Un solo relato, particularmente unoque está preparado con énfasis religioso, sólo puedeesbozar unas pocas escenas de cualquiera de las doshistorias. Lo que aprendemos en las escrituras de suspueblos y del transcurso de los hechos no es suficientepara que se nos presente una gran imagen histórica, dela cual el libro religioso sólo relata una pequeña parte.La ley y los profetas de los israelitas tratan sólobrevemente la historia de Egipto, Persia o Grecia yestá claro que de ningún otro país que se encontraramás lejos que estos en ninguna dirección. El Libro deMormón no podría tener más esperanza de poner enclaro lo que ocurría en todo el Nuevo Mundo, inclusoaunque los escritores hubieran conocido esos hechos.Pero cuando comprendemos la imagen históricageneral, el registro de las escrituras encuentra un lugarrazonable dentro de ella. En las tierras cuyo centro esel Atlántico podemos ver el desarrollo de un antiguosistema de evolución que incluye la Reforma, la CartaMagna y la Revolución Americana, mas otros milsucesos, todos culminando con la restauración del

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Evangelio. O vemos el arriesgado camino seguido porel diminuto Israel, dirigido por profetas, entre losgigantes del poder: Egipto, Asiria y Babilonia. Lossucesos de importancia sagrada tienen un contextosecular, tanto como lo tienen los sucesos meramenteprofanos.

¿No podría, la condición de los nefitas, seguir elesquema general del Israel del Antiguo Testamento?La “Tierra Prometida” mesoamericana en el NuevoMundo se encontraba en medio de la accióncivilizadora. Así como Palestina probó ser el escenariodel mundo antiguo, donde los efectos de todo lo quelos israelitas hacían y decían podían ser difundidos enel exterior, igualmente Mesoamérica era el nexocultural de este hemisferio. Aquí estaba el único lugardonde una civilización arcaica (una del tipo de las deEgipto o Babilonia en el Mundo Antiguo) podíahacerse grande o ser enterrada en la intensacompetición entre pueblos. Si fuéramos a clasificar lacomplejidad de la civilización, en cualquier momentodado, del hemisferio occidental pre-hispánico, en unaescala de 100, durante varios milenios Mesoaméricatendería a estar en lo más alto de la escala, a menudocerca del 100. Los pueblos de Nuevo Méjicoobtendrían un 20 y la cultura del centro del r íoMississipi en el centro de los Estados Unidos, hacesiete u ocho siglos, un 30. Los paiutes recolectores, deNevada, estarían alrededor del 2, los esquimales unpoco más. Démosle a lo que haya en Nicaragua un 35como mucho y a la mayor parte de los pueblos enBrasil de un 10 a un 25. Perú se anotaría de 80 a casi100. Estos niveles comparativos marcan dos cenits deldesarrollo cultural: la zona mesoamericana y la andina.Sólo en la primera hay pruebas de registros históricos.

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Todo lo demás era sustancialmente menos complejo ymenos interesante desde el punto de vista de la historiacultural del hemisferio. Sería comprensible que losnefi tas es tuvieran s i tuados en el meol lo de lacivilización del Nuevo Mundo.

Todas las historias locales americanas -la expansiónde las poblaciones, la creación de monumentos, elascenso y caída de jefes o “reyes”, la expansión decultos y las escaramuzas entre bandas pequeñas- soncasi tan variadas como la historia de Asia. Cientos detribus y reinos, cientos de comunidades con su propiasingularidad cultural, llenaron el hemisferio durantelargo tiempo. ¿Cuántos de ellos tuvieron algo que verdirectamente con los nefitas o los jareditas? Quizátantos, o tan pocos, como las que se relacionarondirectamente con los israelitas entre los pueblos deEurasia. Sabemos que ciertas características culturalesse extendieron desde Mesoamérica, en diferentesperiodos, así que existen pocas áreas en el hemisferioque no fueran afectadas de alguna manera por lasinfluencias de la nueva patria de Lehi. Probablementealgunas personas -algunos genes- iban con la cultura.En general parece que estos difusos efectos erannormalmente de poca importancia , cul tural ybiológicamente, pero en ciertos lugares se produjeronfuertes resultados. Sabemos que en el norte de Méjicoy el área de Arizona-Nuevo Méjico penetraronmovimientos s ignif icat ivos de gentes e ideasmesoamericanas69. El valle del Mississipi, bajo ycentral, y los estados del sudeste sintieron, en varios

69.- C. C. Di Peso, Casas Grandes: A Fallen Trading Center ofthe Gran Chichimeca, vols. 1-3, Amerindian Foundation Series 9(Flagstaff, Arizona: Northland Press, 1974); J. C. Kelley,Mesoamerica and the Southwestern United States, HMAI 4 (1964),pp. 95-110; B. C. Hedrick et al., The Mesoamerican Southwest(Carbondale: Southern Illinois University Press, 1974).

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periodos, una fuerte influencia70. Ecuador, en tiempode los jareditas, y Perú, Ecuador y Colombia, en variasépocas posteriores,71 también sintieron la huella de lavida mesomericana y probablemente de los genes de sugente. Los grupos que se encontraban en el área deacogida también mandaron obsequios culturales al áreanefita.

Todo este tema tiene demasiadas ramificacionespara tratarlas todas aquí. La pregunta predominante enlas mentes de los lectores Santos de los Ultimos Díases probablemente ésta: Si realmente todas esaspersonas no se describen en el Libro de Mormón,entonces, ¿deberíamos considerar que susdescendientes son “lamanitas”? Hoy en día los Santoshablan de ellos como lamanitas. ¿Es esto verdad, en unsentido biológico directo?

Primero, la profecía de Lehi acerca del futuro de susdescendientes nos enseña que “nadie vendrá a estatierra a menos que sea traído por la mano del Señor.”(2 Nefi 1:6). Y que “esta tierra está consagrada” aquienquiera que el Señor traiga (versículo 7). Elsignificado se vuelve aún más claro en el discurso delSalvador registrado en los capítulos veinte y veintiunode 3 Nefi. Aquellos que han sido traídos aquí y deseanaprovechar las bendición prometida a Lehi tienen quehacerlo siendo “contados entre este resto de Jacob” alos cuales se les ha dado la tierra por herencia (3 Nefi21:22). Esto es tan cierto para los “gentiles” de lossiglos recientes como para los primeros pueblos

70.- C. H. Webb, “The Extent and Content of Poverty PointCulture”, American Antiquity 33 (1968), pp. 297-321; C. R. Wicke,“Pyramids and Temple Mounds: Mesoamerican CeremonialArchitecture in Eastern North America”, American Antiquity 30(1965): 409-20; James B. Griffin, “Mesoamerica and Eastern UnitedStates in Prehistoric Times,” HMAI 4 (1964), pp. 111-32.

71.- Por ejemplo: Betty J. Meggers, “Cultural Deverlopment inLatin America: An Interpretative Review,” ed. Betty J. Meggers yClifford Evans, Smithsonian Institution Miscellaneous Collections146, nº 1 (Washington, 1963), pp. 131-40.

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“nativos”. En resumen, las bendiciones de la tierraiban a estar disponibles para todos los que llegaran, siellos estaban dispuestos a unirse “por adopción” conLehi, al que le fue dada la tierra. Los términos de lasafirmaciones del Salvador, si no de las de Lehi, ponenen claro que todo el hemisferio iba a ser la herencia deLehi, no sólo la tierra inmediata que se menciona en elregistro histórico de los nefitas. (3 Nefi 20:13, 20, 22;21:4, 12, 23-25, 29; D. y C. 54:8). Así que, cualquierpueblo que se encontrara en el hemisferio occidentalpodía recibir las bendiciones de identificación con losisraelitas americanos, bien sea bajo el nombre de“lamanitas”, s i descendía de antepasadosprecolombinos, o como “gentiles” (inmigrantes detradición cristiana, principalmente provenientes deEuropa), bajo los términos de 3 Nefi 21:22. Todos lospueblos nat ivos del Nuevo Mundo pueden serclasificarse así con propiedad como “lamanitas”. Estono dice nada, ni en un sentido ni en otro, de unadescendencia “literal”, lo que el Señor no considera depart icular importancia en lo que respecta a larecepción de bendiciones (1 Nefi 17:32-35).

Si algún investigador encontrara nuevos métodospara continuar la investigación, basándose en las“líneas de ascendencia”, de un individuo, familia opueblo en particular, él o ella, podría encontrar quealgunos nativos americanos son descendientes directosde los nefitas de tiempos antiguos, que algunos sondescendientes en parte de otros de los grupos de Lehi oMulek, que otros tienen un origen jaredita, y que aúnotros no tienen una conexión perceptible con ningunode esos. No están disponibles los métodos científicos,genealógicos o his tór icos para resolver ta lescuestiones; pero, lo que es más importante, la escrituraindica que los resultados no importarían en lo querespecta a la Iglesia y el evangelio.

En esta sección hemos examinado tres preguntasacerca del Libro de Mormón en relación con loshallazgos de la ciencia. Cuidadosas consideracionesdel texto de escritura, el examen de los hallazgos de lainvestigación, a veces descuidados, y un intento activode hacer que concuerden todos estos materiales hanreducido los “problemas” a casi una insignificancia.Encontramos que los dos grupos de datos se acomodanampliamente el uno con el otro. La escritura nopresenta ningún problema en particular, pero tampocola información de fuentes externas, acerca de losantiguos habitantes, demuestra que el registro deescritura sea erróneo. Alguno de nosotros puede querealmente tengamos que revisar nuestras ideas previasacerca del Libro de Mormón y los hallazgos de laciencia, pero eso sería sólo una manifestación denuestra saludable corrección de un error previo. Elfuturo trabajo nos podría enseñar más acerca de estostemas, pero por ahora parece que hemos “aclarado elterreno” por lo que podemos concentrarnos en nuevaspreguntas.

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La Cultura y la Historia en lasTierras del Libro de Mormón

Muchos de nosotros hemos observado, de primeramano, los pueblos, aparentemente eternos, de NuevoMéjico y Arizona, hogar de los hopi, los zuñi, losacoma y otros grupos indios. Dan la apariencia de queel paso de un siglo les importaría poco a ellos o a sushabitantes. Hay mucha verdad en esta afirmación. Latradición está de acuerdo con la investigación: laesencia de la forma de vida de Pueblo ha existido pormuchís imo t iempo, en su pintoresco y ár idoemplazamiento. Algunos modelos de vida tradicionalesen las tierras de la Biblia también han perduradodurante largos periodos. También, si fuéramos aexaminar la cultura de un poblado chino, incluso hoyen día nos sorprendería hasta que punto se hanconservado las costumbres básicas, muy localizadas.

La razón principal de este conservadurismo en lacomunidad es clara. Los desafíos de cómo saliradelante en un medio ambiente en particular tienden ano cambiar; las ovejas, los viñedos y los campos degrano de Palestina, cosechados a mano, eran la clavede la supervivencia personal y cul tural de loshabitantes en los días de Abraham igual que en los deCristo, más de dos mil años después. Y la manera decultivar maíz no ha cambiado de manera significativaen algunas áreas del sur de Méjico en un período aúnmás largo.

Una segunda razón para la cont inuidad es larenuencia psicológica de las personas a cambiar. Loshumildes, que siempre heredan la tierra una vez que

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los capitanes y reyes mueren, prefieren quedarse consistemas ya probados. La mayoría de los cambiost ienen que probar pr imero que son út i les , ynormalmente se incorporan al modelo de cultura sinrevolucionarla, ”Cuantas más cosas cambian, más sequedan igual.”

Mientras que las vidas cotidianas de la mayoría delas personas sí muestran continuidad, el curso de lacivilización en la que viven puede alterarse en algunasocasiones por una revolución genuina, de manerabastante rápida e irreversible. Desde la perspectiva, enparticular, de un grupo de indios de los GrandesLlanos, en la última mitad del siglo pasado, la vidacont inuaba día t ras día tan normalmente queprobablemente ocultó la revolución que estabanviviendo -la extensión de las vías del ferrocarril y lasvallas, y las matanzas de búfalos- todo dentro de más omenos una década. Las tierras ocupadas por los nefitashan atravesado por ambos procesos. Para algunaspersonas, familias y localidades remotas, la vida hacontinuado sin reestructuraciones drásticas a través desiglos. Algunas de las antiguas formas de vida -elsacrificio humano, por ejemplo- se extinguieron,afortunadamente. Los machetes de hierro, el ritualcristiano, el licor destilado, los caballos e incluso lapenicilina han sido aceptados sin alterar drásticamenteel curso básico de la vida. Pero el mundo que rodea aestas islas de estabilidad cultural ha sido en verdadtransformado a medida que se arremolinaban en tornosuyo corrientes más amplias de la historia.

La revolución cultural tuvo mayor impacto en partede Mesoamérica en 1519, cuando Cortés llegó a lacosta este de Méjico, cerca de lo que actualmente esVeracruz. En dos años los españoles controlaban lacapital azteca, Tenochtitlan (la cual llegaría a ser laciudad de Méjico), y unas grandes porciones del centrode Méjico. (Ver el mapa interior de la cubierta deatrás.) En unos pocos años más, la nueva suerte había

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sido echada. La civilización mesoamericana, unatradición continua que se había desarrollado en elt ranscurso de quizás 180 generaciones, es tabamuriendo en lo que la identificaba como tal. Todavíapodemos vis lumbrar par tes de el la , pero latransformación esencial había sido determinada por elfantástico éxito de los conquistadores españoles, losprimeros gentiles provenientes del otro lado delOcéano, a los que Nefi había visto en visión (1 Nefi13:13-15). Los conquistadores atribuyeron el mérito desu sorprendente éxito a la mano de Dios. Ni ellosmismos podían a penas creer lo que había pasado. Nipudieron comprender claramente las consecuencias deencontrar toda una civilización que unos pocos añosantes nadie, en Europa, sabía ni que existía. Cortésdijo, informando a su rey, “Hablaré de algunas de lascosas que he visto, que, aunque mal escritas, sé muybien que causarán mucha admiración, que serándifíciles de creer, porque, incluso nosotros, que lasvemos aquí , con nuestros propios ojos , somosincapaces de comprender su realidad”.1

La Vida en los Tiempos de los AztecasLa cultura que conocemos por el nombre de Azteca

comenzó a tomar forma cuando un pequeño grupo decazadores y recolectores nómadas, que se llamaban a símismos mexica, entraron en el val le de Méjicoprovenientes del noroeste poco después del 1300 d.C.Los numerosos habitantes que contenía ya el valle eranportadores de una tradición cultural heredada de loslegendarios toltecas de unos pocos siglos antes.Divididos entre ellos en pequeñas unidades políticas,los habitantes locales prestaron poca atención a losintrusos, a los que consideraban rudos “paletos”. Los

1.- Michael D. Coe, America’s First Civilization: Discovering theOlmec (New York: American Heritage Publishing Co. en asociacióncon The Smithsonian Institution, 1968), pág. 12.

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mexica se asentaron en una parte pantanosa del valleque nadie más quería. Aprendieron ávidamente muchashabilidades de la civilización de los que les rodeaban.Por medio de amenazas y maniobras pol í t icastemerarias, los recién llegados aumentaron su fuerzahasta que fueron capaces de al iarse con las doscomunidades más prominentes a lo largo de la orilladel lago que había entonces en el fondo del valle. Aúnmás tarde, antes del 1500 a.C., su propia y florecienteciudad había llegado a dominar, no sólo a sus vecinoslocales, sino también a pueblos que se encontraban acientos de millas de distancia. La proeza militar,basada en el temor inducido por su despiadadademanda de víctimas para el sacrificio, había colocadoa más de cinco millones de personas bajo el gobiernopoco preciso de este imperio azteca en la época en quelos españoles pusieron sus pies en la playa.

A través del territorio que controlaban los aztecas,al igual que en otras zonas de Mesoamérica en las quesólo ellos tenían influencia, las bases económicas de lacivilización habían sido, durante largo tiempo, elcultivo, a mano, de tres cosechas: el maíz, las alubias,y la calabaza. En unos pocos lugares se podían cultivardos o incluso tres cosechas al año, y existían muchasvariedades de veintenas de cultivos, adaptados a losdiferentes climas y condiciones del suelo. Tambiéncrecían otras plantas, pero el maíz era el cereal clavede Mesoamérica. Se ha mostrado que una dieta deestas tres cosechas es nutritiva, siempre que contengaproteína suplementaria; en aquel tiempo se obteníaprincipalmente de los animales de caza y de unospocos animales domésticos.2

Aunque el buen suelo y las condiciones de cultivofavorecieron particularmente a algunas áreas, la mayorparte de la agricultura mesoamericana no era altamente

2.- Robert S. Harris, “The Indigenous Plants of Latin America”,International Review of Vitamin Research 23 (1952):404-14.

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productiva. Hay vastas áreas montañosas, amenazadaspor la escarcha o con abundantes bosques. Ciertoslugares , como el val le de Méjico, presentabanespeciales ventajas una vez que se dominaban lastécnicas de cultivo correctas. Las áreas favorecidasusaban alguna irrigación pero no eran comunes lasfuentes de agua fiable y una tierra a la que pudiera serconducida cómodamente. Aparentemente nunca seutilizó la fuerza animal para preparar los terrenos. Nose podían conseguir buenos animales de tiro para losarados. En vez de esto, los cultivos se sembraban amano en un terreno nivelado y se desherbaban a mano.De todos modos, se podían producir suficientescosechas de maíz meramente dejando caer las semillasen los agujeros hechos con un palo afilado en terrenosdespejados de árboles y arbustos, cortándolos ydespués quemando los restos secos. Regado por laslluvias (el tiempo de plantar maíz se calculaba demodo que precediera a lo que se esperaba fuera laestación lluviosa), el maíz normalmente daba unafuerte producción de energía alimenticia por cadaunidad de trabajo que se habría invertido. A veces elmaíz y las alubías se plantaban en el mismo campo,porque maduraban en diferentes épocas. Actualmente,en las zonas rurales del centro y sur de Mesoamérica,todavía es posible ver granjas donde los métodosagrícolas difieren poco de los que se empleaban hacemiles de años.

En las áreas más húmedas y más pobladas deárboles, a menudo era necesaria la práctica de larotación de cultivos. Después de que un campo habíasido despejado y cultivado por un año más o menos,los cult ivos se hacían menos productivos por lapérdida de la fer t i l idad en los suelos , que erannormalmente poco espesos, y por el crecimiento dehierbas, malezas y arbustos. El cultivador tendríapronto que despejar otro nuevo campo y comenzar elproceso otra vez. Un trozo de tierra, una vez usado,

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necesitaba hasta diez años para recuperarse, antes deque pudiera cultivarse otra vez. Este tipo de cultivorequiere mucha tierra y dispersaba los terrenos a travésde un amplio paisaje. Pocas personas podían vivir encomunidades concentradas ni tampoco se podíasuministrar fácilmente el excedente de comida a lasciudades por las distancias que esto traía consigo y losobstáculos del terreno.

Es difícil resumir la imagen del asentamiento sinsimplif icar demasiado, debido a la var iedad decondiciones por toda Mesoamérica, pero sobresale unaspecto. Aunque la población del área alcanzaba losdiez millones, la mayor parte de los colonos estabanesparcidos, o por lo menos había extensiones de yermoque separaban las partes más densamente habitadas. Elcrecimiento de la población significaba una presión enlos recursos. Después de cualquier período en el que semantuviera el crecimiento, algunas personas se veríanforzadas a asentarse en las tierras de los alrededoresmenos deseables, a emigrar a regiones distantes o aintentar conseguir los recursos de los vecinos. Cuandoninguna de estas opciones estaba abier ta , lacompetición por los recursos causaba disensión.

La distancia desde un área de un asentamientointensivo a otra significaba también que el gobiernooperaba con un nivel muy bajo de sofisticación. Las“naciones” no eran tanto grupos de gente unificados ygobernados centralmente como complejas zonas deasentamiento unidas por lealtades poco precisas que semanifestaban por el pago de un tributo (un equivalentea los impuestos), por parte de los que vivían lejos, alas oficinas centralizadas del poder. Sin embargo, losgobernantes tenían una l imitada influencia paraimponer sus demandas. En varias áreas los noblesestaban unidos por parentesco y matr imonio, ycompartían las prácticas religiosas, pero si los lazos deesa clase de relación no lograban mantener unidas lasáreas bajo un gobierno escasamente unificado, la única

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alternativa real para asegurar el orden político era lafuerza. Las regiones sometidas considerabanperiódicamente que el tributo recaudado era demasiadodificíl de soportar, con lo cual se revelaban. Lasolución azteca era enviar un ejército para dar a losrebeldes una lección y reemplazar al líder local porotro más sumiso. (Sin embargo, dos grupos cercanos,los tlaxcalanos y los tarascanos, demostraron serdemasiado difíciles de dominar, incluso para lossangrientos aztecas.) Damos por descontado que lasinstituciones, como la burocracia con un extensomantenimiento de registros, las leyes codificadas, lostribunales y un personal permanente para la aplicaciónde la ley, no existían como tales. Auque no hubieraotra razón, las limitaciones de la tecnología evitaron laproducción de un excedente de artículos suficientepara mantener un gran equipo de especial is tas .Tampoco se podía mantener a un gran ejército.

Los gobernadores locales no sólo eran jefesarbi t rar ios . El los real izaban muchos serviciosnecesarios, como aclarar disputas, decidir cómo iban aser distribuidos los escasos recursos y administrar lasreparaciones en los sistemas de irrigación y otrosservicios públicos. También organizaban y dirigíanejércitos. A cambio de llevar a cabo estas tareas, amenudo desagradables y exigentes, recibían tributo yvivían de él, y cierta comida y rituales se reservabanpara ellos. Los mitos, los r i tos y los sacerdotesjustificaban la posición de las élites, atribuyéndolespoderes sagrados. Los gobernantes real izabanceremonias clave, así que en un sentido también eransacerdotes.

Bajo el gobierno de los aztecas se reconocíanmuchos seres sagrados y que eran objeto de adoración,aunque podemos suponer que la gente común percibíasólo una versión simplificada de las creencias y lasceremonias. Lo que a veces nos parece una multitud dedioses puede haber sido visto como aspectos de unos

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pocos dioses principales o incluso de una sóla deidad.3

El ritual siempre era de central importancia. Para losaztecas, los poderes divinos necesitaban recargarse,por as í decir lo , y los r i tos proporcionaban elmecanismo para poder hacer lo . El ayuno y elautocastigo (como el derramamiento de sangre) eranprácticas regulares. Se pensaba que el sacrificiohumano era esencial , se necesi taba el poderrepresentado por las vidas humanas para mantener elpoder divino universal que mantenía funcionando latierra y el universo. Como resultado de esto, la guerrase convirtió en necesaria, para producir victimas parael sacrificio y para obtener el pago de los tributos quehicieron que las espectaculares ciudades aztecas seconsolidaran.

3.- Las opiniones acerca de “los dioses” difieren. Ignacio Bernalmantiene que muchos de los que él considera los dioses reconociblesde la antigua Mesoamérica “fueron realmente inventados en el vallede Oaxaca” (la tierra que yo propongo como Morón). Sin embargoTatiana Proskouriakoff sigue una línea diferente teniendo en cuenta alos mayas: “Probablemente había muchos pequeños dioses locales,pero pienso que la noción de que la civilización maya tenía muchosgrandes dioses es completamente equivocada. Nunca encontramosrepresentados dioses antes del periodo postclasico, en el que hay unagran proliferación de ídolos. Ni en la cultura de Teotihuacán, ni en lamaya clásica, ni en ninguna de las primeras culturas, hubo lo que sepodría llamar realmente un ídolo o dios al que pudiéramos identificar.Pero ellos sí los tenían ... pienso que los símbolos que soncombinados y recombinados de diversas maneras representanentidades cósmicas.” Elizabeth P. Benson, ed., Dumbarton OaksConference on the Olmec (Washington: Dunbarton Oaks, 1968), pp.142, 176. El eminente estudioso de los mayas J. E. S. Thompson dijo:“He llegado a creer que los mayas de la época clásica estaban cercade tener un culto monoteísta; tenían un dios supremo, con susayudantes, que eran dioses menores; pero la idea de un solo diosestaba muy avanzada.” (Entrevista en El Heraldo, Ciudad de Méjico,27 de enero de 1972).

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La escala de sacrificios humanos es difícil decomprender. En una semana, poco antes de la llegadade los españoles, ¡se decía que 70.000 víctimas fueronasesinadas en los altares!4

Otro aspecto del ritual era la predicción del futuro.Se empleaba la astrología para predecir la fortuna decada persona, partiendo de la base de su fecha denacimiento; el nombre de su fecha de nacimientollegaba a ser su nombre personal. La preocupación porla predicción también estaba unida a su inquietud porel tiempo meteorológico. Como el éxito de la cosechade maíz dependía de la llegada de la época de laslluvias después de que la semilla había sido plantada,había necesidad de determinar si las estaciones iban aseguir de acuerdo con lo que estaba previsto. Lesparecía que un retraso en la llegada de las lluvias, odemasiada lluvia podía convertirse en un desastre si nolo predecía el ritual. Mucha de la preocupación de lospueblos de Mesoamérica por la astronomía y el cálculodel tiempo meteorológico se derivaba de su inquietudpor predecir los cambios estacionales del tiempo, loscuales consideraban determinados por poderessagrados. Naturalmente, sólo podían dominar lamatemática del calendario y las complejidades de laastrología y las deidades los especial is tas , queguardaban regis t ros detal lados. Aunque los“científicos” eran en realidad sacerdotes. El monopoliode este crucial conocimiento les daba gran poder.Naturalmente estaban aliados con los gobernantes, quenormalmente eran elegidos de entre la nobleza así queel poder “político” y el “religioso” eran meramente lasdos caras de la “estructura” de élite. (Como nos lo

4.- George C. Vaillant, The Aztecs of Mexico (Harmondsworth:Penguin Books, 1950), pág. 200. Esta es una de las fuentes mejorescritas para el principiante, aunque sustancialmente anticuado en losdetalles.

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revela el que el rebelde Korihor intentara ganar elpoder agi tando al pueblo en contra del podersacerdotal . Lo que leemos en Alma 30:23-28 esespecialmente revelador.)

La mayor parte de los plebeyos estaban esparcidospor la tierra, siendo cultivadores. Se sentían en ciertosaspectos dependientes de las actividades de los señoresy sacerdotes, pero como la mayoría de las personas delmundo pre-moderno, sus preocupaciones principaleseran los problemas de la vida diaria. Sin el tiempo, lasayudas o la motivación para llegar a saber leer yescribir, dependían del conocimiento popular de sucomunidad para guiar la mayor parte de sus vidas, quea menudo eran arduas. Su primera preocupación eraprobablemente que las personas en el poder les dejaranen paz, pero la guerra, el hambre y otras catastrofesimpredecibles les hacían ser fatalistas, reconociendolas fuertes l imitaciones que tenía su poder paracontrolar sus propias vidas. Además, la escasez derecursos, que no estaba solucionada todavía, obligabaa que, o bien se conformaban dentro de su comunidado grupo familiar, o se les privaba su sustento y suseguridad. Estas circunstancias desalentaban alindividualismo y especialmente a manifestaciones quedesorganizasen la sociedad ta les como el amorromántico.

La separación geográfica y ecológica de las áreas depoblación est imulaba también el comercio. Lasmarcadas diferencias en cuanto a la existencia deminerales , la a l t i tud y el suminis t ro de aguasignificaban que ciertos productos deseables eran másfáciles de conseguir mediante la importación que encasa. Se comerciaba abundantemente con ta lesproductos. Los artículos comunes y pesados, porejemplo, los alimentos básicos, normalmente no setrasladaban a grandes distancias por falta de largasextensiones de r íos navegables o de una formaconveniente de t ransporte por t ierra . La fuente

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principal del comercio era la demanda por parte de laél i te de ar t ículos de lujo. Pero se vendían ytransportaban algunos artículos más practicos. Siemprehabía demanda de obsidiana o cristal volcánicoproveniente de los límitados depositos donde podía serobtenida. Constituía un material esencial para lamanufacturación de muchas clases de instrumentoscortantes; los afilados bordes de sus pedazos o trozoseran más efect ivos que cualquier otro mater ia ldisponible. Se llevaban buenas piedras para hacermetates (losas de moler para preparar la harina demaíz) a las áreas que carecían de ellas. Además, desdeluego, también merecía la pena el costo y losproblemas del transporte de una variedad de materialesdecorativos y rituales por los cuales la élite pagababien: plumas éxot icas , jade y otros mineralespreciosos, oro, cacao, incienso, conchas marinas yropas finas (tanto como para que las especies, tanbuscadas después en el Europa occidental, llevaran a laépoca de los descubrimientos). Gran parte de losbeneficios del comercio, dicho sea de paso, iban aaquel los de la nobleza que f inanciaban lasexpediciones. Mientras tanto, el deseo de conservarabiertas y seguras las rutas comerciales empujaba a losgobernantes a mantener vínculos diplomáticos conl íderes de pueblos dis tantes . En la época de laconquista española, los representantes del comercioazteca estaban operando en lugares tan lejanos comoPanamá. Había numerosos artesanos dentro de lacapital azteca de Tenochtitlán, en sus alrededores y enotras áreas densamente colonizadas. Se intercambiabanlos adornos de oro, plata y cobre, las herramientas, losutensilios de madera y piedra, los textiles, la cerámicay muchos otros productos de artesanía, en concurridosmercados locales . Los españoles se quedaronimpresionados por la variedad de artículos y el ordenque los gobernantes mantenían en los mercados.También había especial is tas en arquitectura, en

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construcción y en una especie de ingeniería; seconstruían abundantes calzadas, murallas defensivas ygrandes monumentos. Los escribas conservabanvoluminosos registros en papel hecho de la corteza dela higuera.

Había ciudades -centros de los r i tuales y delmercado- esparcidas a intervalos bastante regulares, enla mayor parte de las regiones mesoamericanas, perohabia pocas ciudades genuinas. Con mucho, la ciudadmás impresionante en la época azteca era la capital.Los invasores españoles la consideraban en pie deigualdad con las ciudades de su patria. Tenochtitlántenía un mínimo de población de 150.000.5 Teniendoen cuenta la ausencia de vehículos de ruedas queproporcionaran el transporte, el alimentar a semejantemasa de población era un desafio. En este caso eraesencial el transporte por agua; una horda de canoasse deslizaba por el lago y los canales del valle deMéjico, llevando provisiones para el consumo de loshabitantes de las ciudades. En realidad, Tenochlitlán sehabía sido construido en una parte poco profunda delgran lago que ocupaba gran parte del valle. Losméxicas habían llenado gradualmente las áreas deconstrución, conectándolas con carreteras elevadas opuentes que dejaban una red de vías de agua quepermitían el tranporte por medio de canoas. En tierra,los esclavos capturados en las guerras junto contrabajadores plebeyos, transportaban los materialesnecesarios sobre sus espaldas. Así pues, la metrópolisera un eje del comercio y del tributo cuyos vínculos seextendían de manera rutinaria casi 150 millas hacia elexter ior. 6 A las expediciones comerciales se lasmandaba aún más lejos.

5.- Edward E. Calnek, “The Internal Structure of Cities inAmerica; Pre-Columbian Cities: The Case of Tenochtitlan,” Actas yMemorias, 34a Congreso Internacional de Americanistas, Lima,1968, vol. 2 (Lima, 1972), pp. 347-58.

6.- William T. Sanders y Barbara Price, Mesoamerica: TheEvolution of a Civilization (New York: Random House, 1968) pp.151, 189-93, 209.

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Los detalles del sistema que aquí se ha esbozadobrevemente variaban entre los muchos pueblos deMesoamérica, pero para el 1519 d.C., cuando llegaronCortés y sus hombres, los elementos esenciales delmodelo se extendían hasta 600 millas al noroeste de lacapital azteca y 900 millas al sureste. El total de lapoblación afectada podría haber sido de 30 millones.7

En Otras Partes del Hemisferio Un vistazo al escenario del hemisferio nos ayuda a

apreciar la complejidad de Mesoamérica. El únicorival en extensión y en complej idad social seencontraba en Perú y los alrededores del área andina,gobernada por los incas. Ellos aparecieron en escenaaproximadamente al mismo tiempo que los aztecas,surgiendo de la oscuridad hasta llegar a la hegemoníaen el transcurso de los tres siglos anteriores a lainvasión de los españoles, en 1532. La tecnología y loscultivos estaban aproximadamente en el mismo nivelde desarrollo que en Méjico. La utilización de la llamacomo animal de carga hizo que hubiera una pequeñadiferencia en la capacidad de transporte, pero loaccidentado de las montañas de los Andesprobablemente contrarrestó eso. No se guardaronregistros -no se conoce ninguna clase de escritura-pero la transmisión oral de información era altamentesistemática. Los incas eran mejor administradores quelos aztecas; ellos ejercian un control eficaz sobreaquellos a quienes dominaban colocando algunos de supropio pueblo en puestos de gobierno de las regionesconquistadas.8 En general, los dominios azteca e incaeran igualmente complejos, aunque no tenemosevidencia directa de que las dos sociedades secomunicasen la una con la otra.

7.- Henry F. Dobyns, “Estimating Aboriginal Population: AnApraisal of Techniques with a New Hemispheric Estimate,” CurrentAnthropology 7 (1966):395-416.

8.- Una sólida y breve introducción a la vida inca se encuentra enThe Peoples and cultures of Ancient Peru de Luis G. Lumbreras(Washington: Smithsonian Institution Press, 1976).

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El nivel cultural se hacia más bajo en todas loslugares fuera de estos dos elevados enclaves.Colombia, Panamá y América Central formaban unazona intermedia que compart ía a lgunas de lascaracterísticas de estos dos territorios de elevadacultura, pero es dudoso que alguna de estas áreasintermedias contuviera lo que podríamos llamar unaciudad real. Ambos, Méjico y Perú, por el contrario,contenían un considerable número de ciudades.

Los indios del valle del río Missisippi y parte de losdel sureste de los Estados Unidos compart íanimportantes aspectos de la vida mesoamericana, algodiluida en su transmisión hacia el norte. Las personasde estas áreas mostraban sofisticación en algunasact ividades, pero ningún erudi to les l lamaríacivilizados en ningún periodo, como debemos llamar alos mesoamericanos. También los pueblo de NuevoMéjico y Arizona, sus vecinos, y una hilera de tribusextendidas a lo largo del montañoso oeste de Méjicorecibieron mucho de la civilización que estaba al norte.Los problemas de vivir en un medio ambiente hostillimitaban su habilidad para explotar los estímulosculturales que recibían, dejándolos a un nivel no másalto que el de los grupos del valle del Mississippi. Enambas zonas secundarias de Norteamérica, parte de lacultura y de la población eran una extensión de lamesoamericana y, por lo tanto, es probable que de lospueblos del Libro de Mormón. De hecho todos lospueblos agrícolas de Norteamérica, que se encontrabanmás al norte, como son los del centro de Utah, los deWisconsin y los de Ohio, fueron más o menosinfluenciados por la cultura mesoamericana. Más alnorte sólo había pueblos recolectores y cazadores,pocos en número y de poca importancia en la historiadel continente.

El área del Caribe vivía aproximadamente al mismonivel de Centroamérica: un poco menos que civilizada.Las tribus del este de Sudamérica a veces alcanzaban

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niveles de población elevados, pero los problemasmedioambientales, si no otros, limitaban su caminohacia la consecución de una cierta complejidad socialy cultural. La tierra más al sur de Sudamérica, que ensu mayor parte no tenía agricultura y era un fin detierra literal, contaba poco en esta gran panorámica.Durante miles de años, prevaleció aproximadamente lamisma panorámica en el hemisferio.9 Mesoamérica y lazona central andina representaban los puntos álgidosde la cultura; todo lo demás era inferior. En algunosperiodos, la influencia mesoamericana y quizás inclusoalgunas gentes llegaron a ciertas partes de Sudaméricapero las dos áreas estaban sólo ligeramente conectadas,en el mejor de los casos.

Desde el PrincipioComo un modo para comprender más

completamente los modelos azteca y mesoamericanoen general vamos a comenzar ahora con los vestigiosmás ant iguos de vida civi l izada y a esbozarbrevemente los adelantos hasta la conquista española.Detectaremos una considerable continuidad y unaspocas revoluciones en las tendencias culturales. Losmodelos importantes pasaron de generación engeneración hasta el tiempo de los aztecas. Tambiénveremos ciertos cambios claves que hicieron resaltaresta historia. El relato del Libro de Mormón seinterpretará como un registro del desarrollo cultural, allado del registro mesoamericano. Aquí el espacio esdemasiado l imitado para t ra tar la his tor ia conexcesivos detalles. En vez de esto, nos concentraremos

9.- Una corta y bastante típica introducción a la prehistoria delhemisferio es America Past de Thomas C. Petterson (Glenview,Illinois: Scott Foresman, 1973).

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en las regularidades culturales, los modelos típicos depensamiento y acción que parecen hacer encajar elregistro del Libro de Mormón con el panorama deMesoamérica.

El Gran PanoramaEntrar directamente en una presentación detallada

de la vida antigua en Mesoamérica sería abrumadorpara los lectores que sean nuevos en el tema. La mejororientación es un breve resumen. Examinar e ldesarrollo general de la civilización de Mesoaméricanos proporcionará el contexto para aquellas porcionesde la secuencia que se relacionan con el Libro deMormón.

Los antiguos libros de la “historia del mundo”, quealgunos de nosotros es tudiamos en la escuelasecundaria, s implif icaban claramente las cosas.Grandes porciones de tiempo y amplios sucesos eranresumidos a tal grado que, por lo menos, se nos daba laidea de que las pirámides egipcias se construyeronmucho antes de Roma, a la que siguió la Edad Media,y así sucesivamente. Aquí debemos suprasimplificarcon el mismo atrevimiento, justificado por la claridadresultante.

Lo que ocurrió en Mesoamérica puede concebirsecomo el despliege de dos tradiciones de civilizaciónsucesivas, más restos de la mitad de las tradiciones decada una. La más antigua de las dos se extendió en unperiodo de desde quizás e l 2500 a .C. hastainmediatamente después del 600 dC. Una de lasmitades es e l descolor ido resto de la Pr imeraTradición, que se alargó hasta superponerse a laSegunda. Esta última había desarrollado su formaesencial para el 100 a.C.; continuó en un progresoirregular hasta una lenta decadencia, para despuésexpirar antes del 600 d.C. La mitad final representa los

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Cabeza olmeca de piedra gigante de La Venta, que probablemente larepresenta a un líder guerrero. (Fotografía deDaniel Bates. Cortesía deDavid A. Palmer y la Sociedad para la Arqueología HistóricaAntigua.)

intentos de resurgimiento; varios pueblos siguierontratando de juntar los pedazos del cascarón roto de lagloria de las dos tradiciones desde el 600 dC. hasta laconquista europea.

La palabra tradición, tal y como se utiliza aquísignifica más que una civilización por si misma. Porejemplo, la civilización romana tenía su propia unidad.La tradición occidental, mucho más extensa, de la cualRoma era una parte, mostraba variaciones entre susvarias manifestaciones regionales y cronológicas. Sinembargo, un modelo básico unía esas variantes -talescomo la romana- en una poco precisa estructura deconsistencia. Hilos vitales de la historia, símbolos,valores y comportamiento los unían significativamenteen un conjunto reconocible. Las dos tradicionesestaban en un nivel igualmente importante.

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Los OlmecasLa Primera Tradición de Mesoamérica culminó con

la cultura olmeca, al igual que la civilización clásicaromana fue el clímax en su línea. Los investigadoresmodernos han conferido el nombre de olmeca a unpueblo (aunque puede haber incluido a más de uno) ysu cultura, manifestada en un notable conjunto deemplazamientos arqueológicos y un estilo de artecaracterístico. Los restos se encuentran principalmenteen una área semicircular, en el istmo de Tehuantepec yjusto al norte del mismo. No tenemos manera de saberel nombre que este pueblo se daba a sí mismo; olmeca,que significa “pueblo de la tierra que produce caucho”,es simplemente un nombre conveniente que la leyendaatr ibuye a un grupo muy anter ior que habi tabaaproximadamente el mismo territorio.

La cultura olmeca llegó a su apogeo alrededor del1200 a.C. (cómo correlación, poco después que lastribus de Israel ocuparan las tierras de Canaán bajoJosué) . El emplazamiento de San LorenzoTenochtitlán, en el corazón del istmo, muestra losrestos más espectaculares que se acreditan a estacultura. El lugar fue primero poblado alrededor del1700 a.C. Una colina poco extensa domina el llano,fácilmente inundable, que la rodea y que en cadaestación lluviosa se convierte en un pantano. En unospocos siglos los pobladores empezaron un atrevidoproyecto. Reconstruyeron el emplazamiento a granescala. Se vertieron millones de cestas llenas de tierraen las laderas de la colina para extender el área deconstrucción hacia fuera. Así la cumbre de la colinaadoptó la forma de dos cordilleras paralelas en lascuales los pobladores construyeron espectacularesemplazamientos ceremoniales.10 Suponemos que fue uncentro rel igioso por las exót icas escul turas y

10.- Coe, America´s First Civilization, pp. 73-89.

LA CULTURA Y LA HISTORIA 145

estructuras de piedra que se han encontrado allí. Losestilos de cerámica y de artefactos de San Lorenzo sedifundieron hacia el sur hasta la zona costera deGuatemala y, por el norte, hasta el centro de Méjico.La sofisticación de la escultura fue pocas vecesigualada en cualquier otro periodo de Mesoamérica.Todo el desarrollo ha parecido misterioso tanto por subrillantez como por lo repentino de su crecimiento.

Sólo en la última década hemos comenzado a verque el clímax olmeca no fue realmente tan abrupto otan misterioso como parecía al principio. En realidad,detrás de él yacía un largo periodo de desarrollo queahora sólo estamos empezando a vis lumbrar.Particularmente en los estados mejicanos de Chiapas,Oaxaca, Puebla y Morelos, los emplazamientosinvestigados en años recientes hacen retrocedermuchas de las ideas que llevaba consigo la vidaolmeca a una época anterior al florecimiento de esacultura en el centro de su tierra, en la costa del golfo.11

Conocer estos hechos está sorprendiendo a loseruditos que, hace sólo unos pocos años, se dieroncuenta de que la cultura olmeca por sí sola era muchomás antigua de lo que ellos habían supuesto. Hace nomás de t re inta años algunos arqueólogos muyrespetables estaban seguros de que los restos olmecasprovenían de una época no muy le jana a la deJesucristo. Después, una serie de recientes dataciones,realizadas por radiación de carbono, mostraron que suduración probable era del 800 al 400 a.C. Aún másrecientemente, mejores métodos y más trabajo hanmostrado que la fecha correcta para la cultura olmeca

11.- David C. Grove, “The Highland Olmec Manifestation: AConsideration of What It Is and Isn´t,” en MesoamericanArchaeology: New Approaches, ed. Norman Hammond (Austin:University of Texas Press, 1974) pp. 109-28; Gareth W. Lowe, TheEarly Preclassic Barra Phrase of Altamira, Chiapas, NWAF 38(1975); Norman Hammond, “The Earliest Maya,” ScientificAmerican 236 (Marzo 1977):116-17.

146 UN MARCO GEOGRAFICO

y otras relacionadas con ella abarca desde el 1500 aaproximadamente el 600 a.C. Y ahora nos enfrentamoscon los restos pre-olmecas que se extienden claramentehasta muchos siglos antes del 1500.12

Un caso paralelo en el viejo mundo fue cuando secomprendió, hace décadas, que la civilización griegarealmente tenía sus raíces en las culturas minoica ymicénica, casi mil años antes . Invest igacionesposteriores han identificado incluso predecesores másdistantes, mucho más atrás de lo que los mismosgriegos recordaban.

Alrededor del 3000 a.C., estaban en escena losrudimentos de las dos principales tradiciones deMesoamérica. Los cul t ivadores de maíz vivíanentonces en pueblos y mostraban sus habilidades en lamanufactura de cerámica en cierto número de lugaresen el centro-sur de Méjico. La imagen que tenemos dela vida en esa época es difuminada, porque los restosson escasos. No vemos muchas manifestacionesartísticas y religiosas en la vida pública hasta cerca del1500 a.C., pero la investigación durante los próximosaños seguramente sacará más detalles a la luz. Lo quese sabe hasta ahora ha quitado una gran cantidad de

12.- Gran parte de la literatura profesional actual utiliza unacronología anticuada o por lo menos inexacta. La fuente publicadamás detallada es, por el momento, R. E. Taylor y C. W. Meighan,eds., Chronologies in the New World (New York: Academic Press,1978), que incluye un artículo de Gareth Lowe sobre “MesoaméricaOriental”. Más completo y más coherente internamente que cualquierotro por el momento, a pesar de algunos problemas, es mi “AnAmerican Chronology: abril de 1977”, basado en un artículo anterior,“Mesoamerican C-14 Dates Revised”. Ambos fueron publicados sinmi autorización en Katunob: A Newsletter-Bulletin on MesoamericanAnthropology 9, no. 4, (febrero de 1977). Esta es una de una largaserie de revisiones de mi A Chronological Ordering of theMesoamerican Pre-Classic, MARI 18 (1955), pp. 41-70. Un nuevotratamiento con extensión de monografía está en preparación.

LA CULTURA Y LA HISTORIA 147

misterio al fenómeno olmeca. Ese modelo de vida sedesarrolló continuamente durante un periodo. Aún así,e l desarrol lo fue tan rápido y espectacular quedebemos preguntarnos el porqué.

Hay cada vez más científicos que hacen la mismapregunta. La doctora Betty Meggers, de la InstituciónSmithsoniana, en un importante artículo publicado enmarzo de 1975, propuso que el desarrollo olmeca seoriginó por la transmisión directa de elementosculturales clave a través del océano Pacífico, desdeChina, durante el periodo Shang (1750-1100 a.C.),cuando la tradición china adquirió por primera vez suconfiguración característica.13 Anteriormente Meggersy su marido, e l doctor Cl i fford Evans, habíandescubierto que ciertos fragmentos de cerámicaant igua del Ecuador, en la costa or iental deSudamérica no se podían distinguir de las cerámicasencontradas en Japón antes del 3000 a.C. Sugirieronque los viajeros habían llegado al Ecuador, desde Asia,por barco. 14 En otro ar t ículo hablaron de lasposibilidades de un viaje marítimo atravesando elnorte del Pacífico, donde la corriente del Japón llegarápidamente cerca de las islas Aleutianas y de Alaskaantes de hacerse paralela a la costa de California en sucamino al sur.15 Los registros históricos del últimosiglo relatan que muchos barcos de pesca japoneses

13.- “The Transpacific Origin of Mesoamerican Civilization: APreliminary Review of the Evidence and Its TheoreticalImplications,” American Anthropologist 77 (1975), pp. 1-27.

14.- Betty Meggers, “Cultural Development in Latin America: AnInterpretative Overview”, en Aboriginal Cultural Development inLatin America: An Interpretative Overview, ed. Betty Meggers yClifford Evans, Smithsonian Miscellaneus Collections 146, no. 1(1963), pp. 132, 139, comparar 79-80.

15.- C. Evans and B. J. Meggers. “Transpacific Origin of ValdiviaPhase Pottery of Coastal Ecuador,” Actas, 36a CongresoInternacional de Americanistas, Sevilla, 1964, vol. 1 (Sevilla, 1966)pp. 63-67. Los críticos de sus puntos de vista declaran que lassimilitudes en las cerámicas son coincidencias.

148 UN MARCO GEOGRAFICO

fueron llevados por el viento fuera de la costa, hacia elmar, y que sus supervivientes desembarcaron en lacosta oeste de Norteamérica, de forma que la travesíaera posible. Meggers y Evans concluyeron que hacemiles de años habría sido factible el efectuar un viajecon un destino determinado. La velocidad de lacorriente es tal que se podría haber efectuado un viajedesde el Japón hasta el oeste de Méjico con una navebastante simple en aproximadamente un año.16 (Elviaje de los jareditas a través del océano, el cual meparece que fue al norte del Pacífico, en “barcazas”17 sinvelas les llevó 344 días (Eter 2:16; 6:11.) Además, laprimera cerámica que conocemos de Mesoamérica, quepuede datar del 3000 a.C., está localizada en el oestede la costa mejicana, cerca de Acapulco.18 Variosinvest igadores han puesto en te la de juicio lainterpretación de Meggers y Evans, pero hayprominentes estudiosos del tema para los que éstapermanece como una posibilidad seria. Robert Heine-Geldern, David H. Kelley, Paul Tolstoy y George F.Carter se encuentran entre aquellos que han sostenido,en círculos profesionales, que deberíamos acudir a lasfuentes transoceánicas para explicar completamentecómo se originó la civilización en Mesoamérica.19 Másrecientemente Harold K. Scheider, de la universidad deIndiana, ha sostenido que cualquier explicación delsurgimiento en América de elevadas civilizaciones,

16.- Carl L. Hubbs y Gunnar I. Roden, Oceanography and MarineLife along the Pacific Coast of Middle America, HMAI 1 (1964), pp.148, 153-55.

17.- La traducción oficial al español les llama barcos, pero lapalabra inglesa barges equivale a barcazas. (N. del T.)

18.- Paul Tolstoy, “Mesoamerica,” en Prehispanic America ed.Shirley Gorenstein (New York: St. Martin´s Press, 1974), pág. 38.

19.- Ver artículos y referencias bibliográficas de su trabajo enMan Across the Sea: Problems of Pre-Columbian Contacts de CarrollL. Riley et., eds. (Austin: University of Texas Press, 1971). Tambiénver referencias en el artículo citado.en la nota 20

LA CULTURA Y LA HISTORIA 149

que no incluya el desplazamiento de otras culturascruzando los océanos, es teóricamente débil.20 Demanera creciente, algunos antropólogos y arqueólogos-aunque todavía una minoría- están reuniendo pruebaspara demostrar que los primeros viajeros provenientesdel Viejo Mundo podían, y probablemente lo hicieron,haber atravesado el océano y haberse asentado en elNuevo Mundo. Los mormones lo llevan diciendo desde1829.

Se han publicado muchas evidencias que muestranimportantes elementos culturales específicos presentesen Mesoamérica y varias civilizaciones del ViejoMundo. Los ar t ículos de Meggers , Tols toy ySchneider, a los cuales ya nos hemos refer ido,presentan parte de esa información, principalmentecomparando el este de Asia con nuestra área de interésdel Muevo Mundo. En mi artículo del volumen ManAcross the Sea21, una obra de erudición clásica sobreviajes transoceánicos, se presentan pruebas de unaposible conexión entre Mesoamérica y el PróximoOriente, de donde son originarios los pueblos del Librode Mormón. Ahí se da una detallada lista de lascaracterísticas sociales y culturales compartidas por lasdos áreas, completada con referencias. Hay más de 200rasgos que son altamente arbitrarios, poco comunes ycomplejos. Encuentro más difícil de creer que éstosfueran casualmente inventados dos veces que el quefueran llevados a través del océano por viajeros.

20.- “Prehistoric Transpacific Contact and the Theory of CultureChange,” American Anthropologist 79 (1977):9-25.

21.- “The significance of an Apparent Relationship between theAncient Near East and Mesoamerica,” en Riley et al. Man Across theSea, pp. 219-41, lo cual es tratado por Schneider en la página 19. Elmismo material ha sido condensado algo, omitiendo documentación,en “Ancient America and the Book of Mormon Revisited,” Dialogue4 (1969):80-94.

150 UN MARCO GEOGRAFICO

(Muchos puntos de comparación entre la visión delmundo de los nefitas y las ideas mesoamericanas y delPróximo Oriente descritas en el capítulo 2 estántomadas de ese artículo.)

A pesar de la acumulación de pruebas sobre lasignificativa influencia transoceánica en Mesoamérica,no hay duda en absoluto de que muchos de losaspectos -quizás la mayoría- de ambas tradiciones, laPrimera y la Segunda, evidentemente no vinieron delViejo Mundo. Una configuración única de modelos devida y pensamiento distintivos caracterizan este áreaen un nivel fundamental ; ninguna introducciónposterior, por medio de difusión, la habría cambiadomucho.22 Pero esto es como decir que la primeracultura egipcia no era como la de Mesopotamia.Aunque eso es verdad, también está claro que la vidaegipcia quedó significativamente afectada por lascostumbres e ideas mesopotámicas, y las dos áreasestuvieron en comunicación desde los primerastiempos.23

En esta ocasión no podemos demostrar que lascivilizaciones de Mesoamérica se originaran por lainfluencia del otro lado del océano, pero en añosrecientes la idea, de la que se reían los profesionales,primero se convirtió en una hipótesis medio-respetabley ahora se sostiene como plausible más que comomeramente posible. Queda clara la orientación.

22.- La mayor parte de lo que se ha escrito sobre el tema asumeeste punto pero es poco frecuente una documentación adecuada.Buenos ejemplos son: Richard S. MacNeish, “Ancient MesoamericanCivilization,” Science 143 (7 de febrero de 1964):531-45, y Peter T.Furst, “Morning Glory and Mother Goddess at Tepantitla,Teotihuacan: Iconography and Analogy in Pre-Columbian Art,” enNorman Hammond, ed., Mesoamerican Archaeology: NewApproaches (Austin: University of Texas Press, 1974) pp. 187-91.

23.- Henry Frankfort, The Birth of Civilization in the Near East(New York: Dobleday, Anchor Books, 1956), pp. vii y apéndice.

LA CULTURA Y LA HISTORIA 151

Nuestra imagen del origen de la Primera Tradiciónpermanece oscura, pero su decadencia y caída puedenverse más claramente. Naturalmente no ocurrió todode golpe. Destrucciones periódicas, revoluciones odecadencias deben haber precedido a la espectacularcaída del San Lorenzo olmeca, que tuvo lugar pocoantes del 1.000 a.C.; el lugar fue asolado, quizás poralgún tipo de levantamiento interno. Veintenas deesculturas sobresalientes fueron desfiguradas, todo loque el decidido martilleo permitía, sobre la piedra duray después enterradas ceremonialmente con granesfuerzo. La sociedad local perdió gran parte de suvigor e influencia.24 Después se intentaron nuevosdesarrollos aquí y allá. Surgieron otros importantesemplazamientos olmecas, particularmente La Venta -enuna isla, en un terreno pantanoso a 60 millas al este deSan Lorenzo- y Laguna de los Cerros -al noroeste de lacaída capital cultural-. Siguieron continuos cambios enlas formas culturales y en la distribución geográfica delos centros creadores. Monte Negro, en las tierrasmontañosas de Oaxaca, fue completamente incendiadoen cierta ocasión.25 El valle de Oaxaca fue siempreinfluyente. Alrededor del 550 a.C., LaVenta, la cualhabía llegado, por su esplendor, a ser un nuevo SanLorenzo había quedado abandonada; también susesculturas habían sido desfiguradas por personasfuriosas. La mayoría de los eruditos marcan su caídacomo el final de la tradición olmeca.

Estos surgimientos y caídas de ciudades y regiones,la intrincada sucesión de desarrollo e influencias y loscomplicados factores en juego en la historia de laPrimera Tradición todavía es tán s iendodesenmarañados. Después de todo, la cuestión implica

24.- Coe, America´s First Civilization, idem, “San Lorenzo andthe Olmec Civilization,” en Benson, Dumbarton Oaks Conference,pp. 41-78.

25.- Ignacio Bernal, The Olmec World (Berkeley: University ofCalifornia Press, 1969), pág. 195.

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decenas de millares de millas cuadradas y más de dosmil años de sucesos. En el estado del conocimientoactual, podemos ofrecer sólo unas pocas impresiones,aunque son intensas. Primero, el nivel tecnológico eraimpresionante en unos pocos aspectos particulares,pero era vulnerable . Los pr imeros habi tantesobviamente usaban menos variedades de cultivos,adaptados a las muchas zonas ecológicas, que los quese habían desarrollado en la época de los aztecas. Losprimeros pueblos puede que estuvieran siempreresistiendo, al borde del desastre ecológico, y pareceque algunas veces les a lcanzó. También lainestabi l idad pol í t ica podía haber supuesto unproblema. Son evidentes los sorprendentes logros en laorganización, como el reclutamiento de personas paraconstruir el emplazamiento de San Lorenzo. Se piensaque los bustos gigantes de roca volcánica, que pesabanmás de 20 toneladas, mostraban jefes o “reyes”, consus cascos, gloriándose de su poder, pero sus rostrostambién se estropearon al final. El comercio de largadistancia caracterizó la vida durante la PrimeraTradición; en otras épocas parece evidente unarestr icción a lo local . La larga his tor ia se nosmanifiesta en exasperantes visiones momentáneas deciertos puntos culminantes; el proceso histórico -elporqué de lo que ocurrió- nos sigue eludiendo.

Como una especie de taquigrafía, he usado olmecaen un sentido más amplio que el que a menudo utilizanlos arqueólogos. Generalmente el término se restringea los restos y a los pueblos que se encuentran en lazona de tierras bajas alrededor de las montañas Tuxtla.Ahí las ruinas son las más espectaculares del periodo.Simultáneamente estaban teniendo lugar importantesdesarrollos en las tierras altas, pero no existe un solonombre para ellos, así que he agrupado a ambosdesarrollos regionales bajo un mismo nombre: olmeca.

LA CULTURA Y LA HISTORIA 153

Finalmente, no podemos evitar el estar fascinados,como un erudito dijo, de “el modo en que termina esto. . . Nos quedamos sin nada olmeca, ni siquiera paraque se pueda considerar . . . [esto es, mucho] despuésdel . . . 600 a.C.”26

Los RestosFue el sistema el que desapareció al término de la

época olmeca, no todo el pueblo ni todas lascostumbres. La red de gobierno, prestigio, comercio,poder y r iqueza que produjo y mantuvo losespléndidos monumentos y emplazamientos olmecasllevaba siglos decayendo en calidad, aunque todavíafuncionaba a una escala impresionante. Por el 700 a.C.la apariencia de las estructuras de las pirámides, losfrontones de pelota y los centros semi-urbanosindicaban una cultura muy modificada de la olmecaclásica.27 Probablemente la causa de la caida finalfueron los conflictos internos. En la zona central sur deVeracruz y en La Venta, la revolución, al parecer, eracasi total. La continuidad en los estilos de cerámicasugiere que sobrevivieron pequeñas comunidades enlos lugares pantanosos y en los alrededores apartados,pero desaparecieron las comunidades importantes ysus espectaculares obras.

Hacia los límites de lo que había sido Mesoamérica,nuevas personas sacaron provecho del colapso de lasociedad que habitaba el centro para transladarse allí,como lo harían los toltecas y los aztecas mucho másadelante. Así , aparentemente, los habitantes deTicomán y Cuicuilco, en el valle de Méjico, llegaron

26.- Benson, Dumbarton Oaks Conference, pág. 39.27.- Gareth W. Lowe, “The Mixe-Zoque as Competing Neigbors

of the Early Lowland Maya,” en The Origins of Maya Civilization,ed. R. E. W. Adams (Albunquerque: University of New MexicoPress, 1977), pp. 230-39.

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de más allá del límite oeste de lo que había sido unpaís de gran cultura, difundiendo su más sencillaversión de la vida a través de la meseta central deMéjico.28

Unos cuantos de estos desarrol los locales ,aproximadamente entre el 550 y 200 a.C, mantuvieronfragmentos y partes de las costumbres olmecas: la fasefrancesa en Chiapas, anteriormente, la del MonteAlbán en Oaxaca, el desarrollo Totemihuacan enPuebla. Algunas de ellas llegaron a ser bastantepoderosas, como por ejemplo, Cuicuilco y MonteAlbán. Sin embargo s iguieron s iendo cul turaslocalizadas, que comerciaban poco con sus vecinos,regidas por jefes que peleaban con otros del mismoestilo mientras intentaban descubrir la clave de lagloria y la prosperidad que la leyenda les debía dehaber dicho que habían disfrutado sus antecesores. Noconsiguieron hacerlo en ninguna parte. En Cuicuilco,con su peculiar pirámide redonda, el florecientedesarrollo local cayó hecho pedazos, poco antes del200 a.C., bajo el impacto de pueblos aún más recientes(el pueblo chupicuaro) provenientes del oeste, más alládel límite de la civilización. Saquearon Cuicuilco,interrumpiendo cualquier recuperación que hubieraestado en curso a través de la mayor parte de Méjicocentral; después tuvieron sus propias breves décadasde modesto éxito, antes de sucumbir a la dominacióndel naciente Teotihuacán.29 Monte Albán, en Oaxaca,

28.- G. C. Vaillant, Excavations at Ticoman, American Museum ofNatural History, Anthropological Papers 32, parte 2 (New York,1931).

29.- Harold W. McBride, “The Extent of the ChupicuaroTradition,” en Natalie Wood Collection of Pre-Columbian Ceramicsfrom Chupicuaro Guanajuato, Mexico, en UCLA, ed. J. D. Frierman(Los Angeles: University of California, Los Angeles, Museum andLaboratories of Ethnic Arts and Technology, 1969), pp. 33-49; J. A.Bennyhoff, “Chronology and Periodization,” Teotihuacan: OnceabaMesa Redonda (Mexico: Sociedad Mexicana de Antropología, 1966),pp. 23-24.

LA CULTURA Y LA HISTORIA 155

también había llegado a ser un próspero centro local,pero su poder pol í t ico se hal laba restr ingidoprincipalmente al valle de Oaxaca. Los pobladores dela fase Mamón en las tierras bajas de la península delYucatán se expandieron ampliamente, peropermanecieron desperdigados y, sobre todo,políticamente débiles.

A este amasijo de culturas locales es a lo que yollamo la “mitad” de una tradición. El doctor IgnacioBernal se ha referido más o menos al mismo grupo depersonas con el nombre de “olmeca III”.30 Algunosrasgos de la primera tradición de civilización setransmitieron a través del tiempo por vía de estasgentes esparcidas, pero el centro o la esencia de lo quehabía sido la civilización olmeca no se encontraba enninguna parte. Durante algunos siglos no hubo,senci l lamente, ninguna fuerza unif icadora biendefinida que ocupara el lugar del primer modelo.

¿Cuál fue, pues, la herencia mesoamericana de latradición olmeca? Primero, naturalmente, consistió enun conjunto de exitosos ajustes ecológicos. Las plantascultivadas eran una importante contribución por símismas: el maíz, la calabaza, las alubias, el chil yvarios frutos. Los restos físicos prueban el papelprincipal de estos cultivos en la dieta desde muchoantes. Naturalmente esto incluía más que las propiasplantas. También se transmitieron las técnicas paraplantar y cosechar y un conjunto de conocimientosacerca de las estaciones, suelos y clima, además deotros factores relevantes para ganarse la vida. Elsistema jeroglífico de escritura y el calendario, quemás tarde se convirtió en el medio para realizar losregistros de la civilización maya, habían comenzado,

30.- Bernal, The Olmec World, pág. 112.

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por lo menos parcialmente, en la época olmeca.31

También conocemos detal les específ icos delsimbolismo, tradiciones y rituales que continuaron,especialmente a nivel popular. En cierto sentido laPrimera Tradición proveyó muchas de las materiasprimas culturales que los creadores de la SegundaTradición utilizaron en su nueva configuración. Vienenfácilmente a la mente paralelismos europeos de esteproceso. Los elementos griegos y romanos eranclaramente ancestrales al modelo de vida europeo,digamos en el 1500 d.C.. La reina Isabel, que financióa Colón, no hablaba ni griego ni latín, pero sin laherencia grecolatina de la que disfrutaba, gracias a susantepasados, pocas cosas de su vida, o de Españahabrían sido como eran en su época.

La Tradición JareditaLas palabras del Libro de Eter nos cuentan la

historia jaredita de una manera que no se puedecomparar directamente con la imagen que acabamos deesbozar. Primero, el Libro de Eter t iene que sertraducido a términos culturales e históricos con másdetal le que lo que podemos hacer aquí . Laslimitaciones de espacio de este capítulo permiten sólounas pocas comparaciones, pero parecen significativas.

Primero, vamos a explicar el origen de los jareditasen términos históricos y culturales. ¿Cuándo seoriginaron los jareditas como pueblo? Los textoshis tór icos y la invest igación arqueológica enMesopotamia, su tierra de origen, nos dice que esasgrandes plataformas de templos, en forma de pirámide,

31.- Joyce Marcus, “The Origins of Mesoamerican Writing,”Annual Review of Anthropology 5 (1976):35-67. La tesis del origenolmeca del sistema de escritura y del calendario no está tan bienestablecida como el entusiasmo de Marcus da a entender, pero esprobable. Ver, especialmente, Vincent Malmstrom, “AReconstruction of the Chronology of mesoamerican CalendricalSystens,” Journal for the History of Astronomy 9 (1978):105-16.

LA CULTURA Y LA HISTORIA 157

llamadas ziggurats empezaban a erigirse ya bastanteantes del 3000 a.C.32 Sólo una de ellas cumple con losrequisitos para ser la “gran torre” a la que se refiereEter 1:33. Si la salida del grupo jaredita de su hogaroriginal hubiera sido muchos siglos antes del 3000a.C., o antes del 3300 a.C., su relato acerca de “la grantorre” sonaría extraño en términos de la historia delPróximo Oriente. (Casualmente, la fecha cero que seha calculado en los calendarios mesoamericanos es el3113 a.C., lo que podría o no ser una coincidencia.) Yahemos visto que las primeras evidencias de algunos delos indicadores básicos de civi l ización enMesoamérica -agricultura estable, vida en pueblos ycerámicas- databan de alrededor del 3000 a.C.

Por cierto, no hay ninguna evidencia sólida queapoye la idea de atrasados comentarios bíblicos segúnlos que la gran torre (“de Babel”) habría sido erigidacerca del 2200 a.C., como algunos Santos de losUltimos Días continúan creyendo. De hecho abundandatos contrarios.

La extensión de territorio jaredita afectada nuncafue grande, como ya hemos visto. Una capital, la tierrade Morón, fue el centro jaredita desde el principiohasta el final. Los jareditas quedaron confinadosesencialmente a la tierra del norte hasta la época delrey Lib (Eter 10:21), alrededor del 1500 a.C.33 El Librode Mormón nos informa de que, en esa época, Lib

32.- Durante una generación los eruditos estaban de acuerdo enuna fecha, en las proximidades del 3100 a.C. para la primeraaparición del zigurat, pero ahora la datación por medio delradiocarbono ha situado el acontecimiento un poco más atrás. JamesMellart, “Egyptian and Near Eastern Chronology: A Dilemma?”Antiquity 53 (1979):6-18;54 (1980):225-27.

33.- Todas las fechas jareditas son de mi artículo “The Years ofthe Jaredites,” leído en una conferencia sobre el Libro de Mormón enBYU en 1972, pero sin publicar hasta que empezó a ser difundido porla Fundación para la Investigación de la Antigüedad y EstudiosMormones (FARMS), Provo, Utah, como un Informe Preliminar en1984.

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construyó una gran ciudad en la estrecha lengua detierra, lo que sugiere una mayor penetración en latierra del sur. La impresionante “ciudad”, representadapor el emplazamiento arqueológico de San LorenzoTenocht i t lán, s i tuado en la l ínea de r ío que seencuentra entre las tierras del norte y del sur, fueconstruida aproximadamente en esa época. El registroarqueológico nos dice que, antes, los asentamientos dela Primera Tradición se habían concentrado al nortedel is tmo, pero que, después del 1500 a .C. , semanifestó al sur del istmo una significativa, aunquetodavía secundaria, actividad olmeca.

Tras una historia de linaje con altibajos, llegó ladecadencia de la suerte jaredita. El capítulo 11 de Eterdeja claro que, desde la época del gobierno de Com, elsistema tuvo problemas. La cronología interna delregistro si túa la sensacional destrucción de SanLorenzo cerca de la época de los problemasmencionados en Eter 11:4 y 6, aunque, naturalmente,no tenemos modo de confirmar una correlacióndirecta.

Al parecer, la rivalidad entre los linajes prominentesfue una dificultad clave para la estabilidad jaredita.Todo el Libro de Eter es, naturalmente, un registro desu linaje (Eter 1:6-33), que fue fundado por Jared. Sólose hace una breve mención del l inaje del l íderreligioso, “el hermano de Jared” probablemente porqueesa línea se concentraba en asuntos sacerdotales.(Notese la diferencia de actitud expresada por los doshermanos hacia la monarquía [Eter 6:23-24] y lanegativa de Palag y sus hermanos a asumir un papelpolítico [versículos 25-26].) Pero finalmente uno de sulinaje sí se apoderó del gobierno (Eter 11:17), con locual el rey legítimo se halló cautivo. Los hijos que lesucedieron sufrieron la misma suerte. Encontramosaquí un indicio de la razón para la rivalidad dinásticade la que habla Eter 10:30-32 y 11:17-19: la dinastíasacerdotal buscó y obtuvo también el poder secular.

Figura 1Una comparación de los sucesos y de las condiciones existentes en Mesoamérica, el

Libro de Mormón y el antiguo Cercano Oriente.(Los datos más antiguos están representados en la parte inferior, como lo estarían en

los restos arqueológicos)

160 UN MARCO GEOGRAFICO

La destrucción final de la línea de gobierno de Jaredpodría haber ocurrido ya en el 580 a.C. o más tarde, enel 400 a.C. El Libro de Mormón no nos dice losuficiente para permitirnos determinarlo con másprecisión, aunque yo creo que es preferible una fechahacia e l pr imer f inal de ese lapso de t iempo.Actualmente el regis t ro arqueológico ha f i jadobastante bien la fecha del fin de la Primera Tradiciónen el 550 a.C. aproximadamente.

Tomando juntos el asentamiento geográfico, losmodelos culturales, la concordancia en las fechas ymuchos hechos específicos, en los que no podemosentrar en este momento, resul ta muy razonableidentificar la cultura en la que se hallaban inmersos losjareditas con la Primera Tradición o la TradiciónOlmeca.

Los RemanentesLa charla de Nibley sobre los “supervivientes

jareditas” hace años hizo notar que muchos Santos delos Ultimos Días habían suprasimplificado lo completaque fue la “destrucción” de los jareditas.34 El sostuvo,y la evidencia es persuasiva, que pers is t ieronimportantes elementos jareditas hasta las épocasmulekita y nefita. En capítulos posteriores de este librose ofrecen otras pruebas de la continuidad culturaldesde la época jaredita hasta más tarde. Realmente nohay dudas sobre esto. Las contribuciones jareditas alos pueblos posteriores fueron sustanciales, justo de laforma y grado en que la tradición olmeca continuóhasta la época post-olmeca.

Ahora, consideremos los muleki tas , términocomunmente aplicado a las personas a las que seref iere e l Libro de Mormón como el pueblo deZarahemla, aunque el libro nefita no utiliza en ningún

34.- Hugh Nibley, Lehi in the Desert and the World of theJaredites (Salt Lake City: Bookcraft, 1952), pp. 238-47.

LA CULTURA Y LA HISTORIA 161

sitio el término mulekita. El registro nefita dice tanpoco de ellos que tenemos escaso material paracompararlo con los datos externos. Probablementellegaron a la tierra del sur en las décadas posteriores al600 a.C., ya que su salida de la tierra de Israel seprodujo después de la conquista de Jerusalén porBabilonia en el 586 a.C. En términos mesoamericanosellos entraron en escena cuando concluyó la tradiciónolmeca.35 Al leer acerca de los jefes del pueblo deZarahemla en el Libro de Omni uno tiene la impresiónde que estaban limitados geográficamente y eran pocosofisticados (por ejemplo, no sabían leer ni escribir).Esas características parecen verdad en lo que respectaa lo que ocurr ía durante e l mismo periodo enMesoamérica. También encajan las referencias alambiente de guerra de los siglos anteriores al 200 a.C.(Omni 1:17).36 A la luz de estos concordancias, esrazonable que los descendientes de la tripulación queconsti tuía el grupo de Mulek fueran capaces deencontrar un hueco para sí mismos en la t ierra,incorporando entre ellos al resto de las personas que sehabían quedado en la tierra del sur después de que losolmecas abandonaran La Venta de, y también gobernar

35.- El supuesto antecesor de Zarahemla, Mulek, se supone quefue hijo de Sedequías, rey de Judá hasta que ésta fue capturada por losbabilonios en el 586 a.C., cuando éste tenía poco más de treinta años.“Mulek” habría sido un niño a lo sumo. No sabemos cuanto tiempo lellevó a este grupo llegar al Nuevo Mundo, pero de Omni 1:15-16 seinfiere que no fue mucho.

36.- Sólo en años recientes se ha reconocido la existencia deguerras en Mesoamérica y todavía no se comprende su alcance nisiquiera entre la mayor parte de expertos mesoamericanos. Ver,particularmente David L. Webster, Defensive Earthworks at Becan,Campeche, Mexico: Implications for Maya Warfare, MARI 41(1976), pp. 103-13.

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sobre el las . 37 Pero las dif icul tades cul turales yecológicas deben de haberles limitado. Ni su tamaño nisu vigor valían mucho en la época en la que los nefitasles encontraron. Ni siquiera Zarahemla reclamó eltítulo de “rey”, y el grupo permaneció confinado a unterritorio diminuto. Cuando Mosíah, el líder nefitaapareció con su grupo entre los zarahemlitas, estosúltimos parecían deseosos, casi patéticamente, de quealguien les dirigiera hacia lo que ellos considerabanuna auténtica civilización. Sobre las limitadas bases delos hallazgos históricos parece que otros grupos, de lossiglos post-olmecas inmediatos tenían ambicionessimilares.

Se da un resumen de la Primera Tradición deMesoamérica y sus repercusiones en relación con elregistro jaredita en forma de diagrama en la figura 1.Ese breve vistazo general muestra sorprendentesparalelismos entre la imagen arqueológica por un lado,y lo que dice el Libro de Mormón, por el otro. Sonvisibles suficientes paralelismos para que podamos seroptimistas acerca de futuros resultados más detalladosde las investigaciones. Más adelante se presentaran eneste libro algunos detalles, pero ahora debemos echarun vistazo al siguiente episodio importante de la

civilización.

La Segunda TradiciónA menudo, los eruditos han calificado de teocráticas

a las culturas mesoamericanas más conocidas por elpúblico (las espectacularmente visibles, tales como losemplazamientos mayas clásicos de Tikal yTeotihuacán). El significado de esta denominación esconfuso pero una de las cosas que sugiere es la idea

37.- El suyo puede no haber sido el único viaje trasatlántico que sehiciera por esa época. Ver Constance Irwin, Fair Gods and StoneFaces (New York: St. Martin´s Press, 1963).

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del dominio de la religión o del sacerdocio en lasociedad. La única característ ica de la SegundaTradición, que es la más obvia, es el centralismo de lareligión y sus portadores sacerdotales.

Es cierto que los olmecas y sus contemporáneos noignoraban el lado religioso de la cultura, sin embargono pareció cobrar ni con mucho tanta importancia ensu vida cot idiana como en las cul turas que lessucedieron. Para los pueblos posteriores, el ritual y elpensamiento en un poder sobrenatural llegó a ser casiuna obsesión. El comportamiento religioso estabaligado cercana y complejamente a todos los elementosde sus vidas: ganarse la vida, casarse, tener hijos,gobernar, guerrear, la expresión artística, cualquiercosa. La mayor parte de su arquitectura y artefactosinfundían un intrincado, sutil y sagrado simbolismo.(Cuando hayamos descubierto más información acercade la era olmeca, podría, desde luego, mostrar lasmismas características en igual.grado.) Las principales

La Estela 3 de La Venta. Esteimponente monumento,que data delsiglo VI a.C. parece mostrar elencuentro de los líderes de dos gruposétnicos. El hombre de la derecha separece mucho a los judíos se aquellaépoca. (Cortesía de Kirk Magleby.)

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culturas de los primeros siglos de la era cristiana enMesoamérica ponían más o menos el mismo alto gradode énfasis a lo sagrado que los antiguos pueblosisraelita y el egipcio.

¿Dónde y cómo se originó este modelo? Comovimos con relación a la Primera Tradición, identificarlos comienzos de cualquier modelo cultural no es unasunto claro. Obviamente, habrá menos datos cuantomás atrás en el t iempo quieran seguir susinvestigaciones los eruditos, porque la cantidad depersonas y los restos que quedan serán más escasos.Antes que consideremos los borrosos comienzos,vamos a ver qué aspecto tenía el modelo de la SegundaTradición cuando por pr imera vez tomó formadefinida, más o menos en el s iglo anter ior a lnacimiento de Cris to . En terminología de losarqueólogos el último periodo Pre-Clásico se convirtióentonces en lo que se ha llamado el “Proto-Clásico” oPre-Clásico Terminal , que abarca desdeaproximadamente el 100 a.C. hasta el 50 d.C.

En ese tiempo era evidente una configuracióncultural en varios sitios del sur de Mesoamérica queproveía el esquema esencial del llamado periodo“Clásico” posterior. Algunos consideran que el Clásicohabía comenzado ya para el 50 d.C., pero todos losexpertos están de acuerdo en que estaba en plenoflorecimiento para el 300 d.C. En trabajos recientes sedemuestra que el modelo existía en centros urbanos degran tamaño, en una cantidad de regiones, no mástarde del 200 d.C. Sus características incluían unafuerte preocupación por el calendario y la predicciónde elementos claves en términos de ese calendario;ceremonias públ icas extensas; una jerarquía desacerdotes cuyo poder procedía principalmente delconocimiento de los complejos símbolos que eranusados en el ritual, el arte y la arquitectura; trabajadosedificios públicos para uso religioso y un extensocomercio interregional . Los edif ic ios eran

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impresionantes a la vista, usando a veces piedra talladadonde en épocas anteriores había sido escasa. Tambiéneran importantes las diferencias entre las clasessociales y la exhibición de riqueza, socialmenteprest igiosa, l legó a convert i rse en una práct icahabitual.

Debemos recordar que estas caracter ís t icasdistintivas eran la guinda del pastel. Debajo de esteexterior de estilo sofisticado estaba la vieja agriculturade maíz, alubias y calabaza, complementada conalimentos secundarios pero valiosos como el aguacatey el cacao. Para la mayor parte de las personas, la vidadiaria podía no haber sido apreciablemente diferentede las de los siglos anteriores. No podemos saber elefecto del ostentoso ceremonial religioso en las vidasprivadas de los plebeyos, aunque debe de haber tenidoalguno. Pero al final, desde aproximadamente el 650d.C., en el centro de Méjico, o el 900 d.C., en Yucatán,mientras la superestructura dejó de existir, la vida delpueblo continuó, con pocos cambios. Debajo de lapompa y las ceremonias, los modos de vida básicospermanecieron de muchas maneras.

Antes de la cristalización del primer siglo antes deCristo se había estado desarrollando la base para laSegunda Tradición durante varios siglos. Habíacrecido una gran cantidad de población en lugarespropicios, especialmente en el sur del istmo. Laspoblaciones principales, si no eran ciudades, llegaron aserlo. Las redes de comercio comenzaron a abarcaráreas más grandes. Se elaboró y compartió un sistemade escritura y de calendario. Comenzaron a surgirimportantes distinciones de riquezas, rango social ypoder. Luego, alrededor del 125 a.C. los cambios seaceleraron en cierto número de estos pueblos locales,poniéndose en marcha para aterrizar en una importantecivilización, como un avión que comienza a recorrer la

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pista. Para el 75 a.C. los resultados llegaron a serimpresionantes. En menos de tres siglos más, despuésde algunos retrasos en el camino, este modelo habíallegado a ser enteramente el modo de vida clásico.

Varios centros dinámicos eran el foco de sucrecimiento; por ejemplo, la base de la península delYucatán, el pie de las colinas sobre la costa delPacífico de Guatemala y el oeste de El Salvador con elvalle de Oaxaca. Otro centro abarcaba la depresióncentral de Chiapas. Ahí se había desarrollado un grannúmero de asentamientos desde aproximadamente el300 a.C. Después, en un periodo entre el 125 y el 75a.C., el crecimiento se aceleró; aumentó notablementela sofisticación de la sociedad local y la evidencia decomercio. Aproximadamente en el 75 a.C. ocurrió uncambio bastante repentino. Las personas abandonaronmuchos de los asentamientos dispersos y setrasladadon a comunidades mayores. Esto no hubieraocurrido sin un poder político nuevamente concentradoSin duda, un elemento vital de este poder, y parte del“pegamento” que mantenía unido el sistema social, erala religión, pero el cambio bastante repentino en losasentamientos se explica mejor por la amenaza deguerra.38

En el primer siglo a.C., probablemente entre el 50 yel 25 a.C., algunos rasgos culturales y, quizás, gruposmigratorios se trasladaron del centro de Chiapas aciertos lugares distantes. Pruebas específicas muestranla influencia de Chiapas en los centros de las tierrasbajas mayas de Tikal y Altar de Sacrificios, en el vallede Oaxaca, en Tlapacoya, en el límite sur del valle de

38.- Gareth W. Lowe y J. Alden Mason, Archaeological Survey ofthe Chiapas Coast, Highlands, and upper Grigalva Basin, HMAI 2(1965), pp. 217-18. También ver un artículo sin publicar de Bruce W.Warren, “The Central Depresion of Chiapas: Its Role withinEvolution of Mesoamerican Civilization,” pp. 20-21, que está en miposesión.

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Méjico, y en el centro de Veracruz.39 Partiendo de unacultura localizada cien años antes, el modelo deChiapas había llegado a ser, temporalmente, algoparecido a un modelo con una extensa influencia.

Al mismo tiempo floreció el valle de Guatemala. Elcentro era claramente el enorme emplazamiento deKaminaljuyu. Aproximadamente entre el 100 y el 50a.C. surgieron también allí dramáticas diferenciassociales. La más clara demostración de las nuevasdis t inciones de rango nos l lega de las tumbasencontradas en algunos de los grandes túmulospiramidales que se erigieron en esta época. La mayorparte de éstos nunca se excavaron hasta antes de serdestruidos en décadas recientes , pero el que seinvestigó, el Túmulo E-III-3, la estructura más grandedel emplazamiento, tenía unos setenta pies de alto.40

De hecho, su volumen era más grande que el delfamoso Ziggurat de Ur, al sur de Mesopotamia y latierra amontonada para construir el túmulo conteníafragmentos de un vasto número de vasijas de cerámica.Las dos tumbas, construidas en el centro de laestructura, incluían muchos y hermosos tarros, juntocon otros ricos bienes dejados como ofrendas por eldifunto. Los allí enterrados deben de haber sidoprominentes líderes, a juzgar por los cuerpos de lossiervos sacrificados que acompañaban a las figuras alas que se honraba.

La región costera adyacente a Guatemala, junto conel área de Kaminaljuyu, parece haber sido la cuna de laSegunda Tradición. Allí encontramos, desde siglosantes de la era cristiana, pruebas de esa especial

39.- Sobre Tlapacoya y Tikal, Bruce W. Warren, comunicaciónpersonal; sobre Altar de Sacrificios, R. E. W. Adams, The Ceramicsof Altar de Sacrificios, HUPM 63, no. 1 (1971), pág. 147. También elartículo de Warren mencionado en la nota 38.

40.- Edwin M. Shook y Alfred V. Kidder, Moud E-III-3,Kaminaljuyu, Guatemala, CIWP 53 (1952), pág. 45 y figura 56.

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fijación en el ritual que iba a llegar a ser tan destacadaen la mayor parte de Mesoamérica con el paso delt iempo. 41 Desafor tunadamente, hasta ahora lainvestigación arqueológica ha sido muy limitada comopara encontrar una respuesta a las siguientes preguntasque nos gustaría hacer acerca de los orígenes de laSegunda Tradición.

El Pueblo de Nefi en Relación con la SegundaTradición

Esta información acerca de túmulos, cerámica yclase social puede parecer ajena al libro de Mormón,pero no lo es. Los nefitas y los lamanitas eran también,después de todo, de carne y hueso, enterraban a susmuertos de determinadas maneras, cocinaban en ollas,comerciaban, tenían gobernantes y seguían otrosmodelos característicos de cultura. Cuando leemos lahistoria del Libro de Mormón para descubrir esacultura, encontramos interesantes maneras en las quelos descendientes del grupo de Lehi se relacionan, deforma plausible con la Segunda Tradición e incluso

41.- Se muestra alguna continuidad en este concepto desde loscentros del útimo periodo olmeca (por ejemplo, Izapa y Tzutzuculi)hasta los centros ceremoniales de los últimos tiempos, como AndrewJ. McDonald ha mostrado en un artículo sin publicar. Ningúnamericanista competente cuestionaría este punto en general. Pero sepuede ver un concepto muy diferente de “recinto ceremonial” enKaminaljuyu, en la fase de las “Majadas-Providencia”, del 550-125a.C., que incluía túmulos de enterramiento cónicos, dispuestos a lolargo de una plaza con forma de calle que funcionaban como “uncentro de ritual para el funeral de elementos de élite de la población”.William Sanders y Joseph W. Michels, Kaminaljuyu Project -1968Season Part 1. The Excavations, PSUO 2 (1969), pp. 165-66. Sinembargo, Shook y Proskouriakoff piensan que Sanders y Michels noven las cosas correctamente y que la primera disposición deKaminaljuyu no es notablemente diferente. Tatiana Prokouriakoff,“Early Architecture and Sculpture in Mesoamerica,” en Observationson the Emergence of Civilization in Mesoamerica, ed. Robert F.Heizer y John Graham, UCAR 11 (1971), pág. 145.

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pudieron haber s ido un catal izador en suscomienzos.Los detal les deben esperar a otroscapítulos, pero podemos mirar inmediatamente unospocos puntos importantes de la relación.

En el capí tulo 1 decíamos que era posibleidentificar el centro de Chiapas con la t ierra deZarahemla y Kaminaljuyu, en Guatemala, con laciudad de Nefi. Cuando Mosíah, el mayor de su grupo,dejó Nefi, en algún momento poco antes del 200 a.C.(Omni 1:12), saliendo de las tierras altas (Guatemala)hacia un lugar del r ío Sidón (Chiapas central) ,comenzó a reinar sobre el “pueblo de Zarahemla”, alque encontró allí. El trabajo arqueológico demuestra,en ese mismo periodo de tiempo, que esos dos centrosvitales de influencia en el desarrollo de la SegundaTradición en Mesoamérica estaban relacionadosculturalmente el uno con el otro en un grado notable,como sería de esperar por lo que nos dice el Libro deMormón.42

La escritura nos informa también que el controlsacerdotal y e l énfasis en las ceremonias erancaracterísticos de los primeros nefitas (ver Enós 1:23;Jarom 1:3-5). Además, debe de haber sido alrededordel 125 a.C., durante el reinado de Mosíah hijo,cuando la simplicidad social y política que todavíahabía prevalecido bajo el rey Benjamín -quien hizohincapié en que él mismo cultivaba la tierra- comenzóa complicarse. Antes de que pasara mucho tiempo, elsurgimiento de rangos sociales, el crecimiento de lasriquezas, la aparición de pretendientes a la nobleza(los “realistas”) y otros indicadores muestran unmodelo significativamente diferente de aquel de losgranjeros sin clase social de los que se componía engran parte la sociedad nefita hasta aquella época.Aproximadamente en el mismo periodo, los disidentes

42.- William Sanders, Ceramics Stratigraphy at Santa Cruz,Chiapas, Méjico, NWAF 17 (1965), pp. 77-78.

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Una versión tardía del elaborado estilo artístico de Izapa, provenientedel Cerro de Mesas, Veracruz (Estela 6). (Fotografía de Daniel Bates.Cortesía de David A. Palmer y la Sociedad para la ArqueologíaHistórica Antigua.)

El mismo estílo básico, encontrado en Dainzu, Oaxaca, mediomilenio anterior (Fotografía de Daniel Bates. Cortesía de David A.Palmer y la Sociedad para la Arqueología Histórica Antigua.)

Ambas esculturas demuestran la extensión de la influencia cultural ydel pueblo de Chiapas en la tierra del norte más allá del istmo.

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nefitas comenzaron a dirigir a los lamanitas por elmismo sendero hacia la diferenciación de clases (verMosíah 24:3-4, 6-7). El sacrificio de los sirvientes queacompañaban al ocupante de la tumba en el túmulo E-III-3 recuerda el duro reinado del rey de los lamanitasen la época de los misioneros nefitas (Alma 17:28-29).El “sepulcro” preparado para el enterramiento del reylamanita (Alma 19:1) podía bien haber sido una tumbacomo las que los arqueólogos excavaron enKaminaljuyu. Además, en el Libro de Mormón serelata el incremento de la riqueza por medio delcomercio entre nefitas y lamanitas. Aproximadamenteen la misma época encontramos el comerciomesoamericano expandiéndose notablemente, deacuerdo con el registro arqueológico del primer sigloa.C.

Uno de los desarrollos cruciales para los nefitas fueel prolongado periodo de guerra descrito con tantodetalle al final del libro de Alma. (Incluso antes de queterminara formalmente, la guerra se renovóperiódicamente a lo largo del s iglo s iguiente) .Personas como Amalickíah, Moroni , Teáncum,Helamán y sus jóvenes guerreros y muchos otros conlos que los lectores del Libro de Mormón se hallanfamil iar izados, consiguieron ocupar un lugarprominente en el relato de esta guerra. Debido a eseconflicto, se mandó a los pobladores a nuevos lugarespor razones militares estratégicas. Los asentamientosexistentes se veían a menudo amenazados y a vecesdestruidos. Los gobernantes hacían uso de durasconveniencias políticas (Alma 51:15-22; 60:33-36)para enfrentarse a las necesidades de la guerra querevolucionó la vida nefita (Alma 62:39-41). Todo estoencaja impresionantemente con lo que vemos queocurrió en Chiapas desde alrededor del 75 a.C.,aproximadamente la misma fecha que el registro nefitaasigna a tales sucesos.

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Se encuentran pruebas de la difusión del modelo desociedad teocrát ica de Chiapas en las áreascircundantes aproximadamente en la época en la que,de acuerdo con el Libro de Helamán, el pueblo de lat ierra del sur comenzó a emigrar en cant idadessignificativas a la tierra del norte del istmo mientraslos disidentes nefitas estaban influyendo en las tierraslamanitas del sur.

En medio de esta expansión, la tradición del surparecía perder su empuje, pero mejoró la actividad enel territorio del norte. Se tambaleó la tendencia haciauna sociedad dominada por las ceremonias y las clases,que se había acelerado alrededor del final de la erapre-cristiana. Detuvo su continuo desarrollo algo quesólo podemos ver vagamente. En el 50 d.C. ,aproximadamente, unas pocas décadas más o menos,en dos de los más conocidos centros de Santa Rosa yChiapa del Corzo, se quemaron importantes edificios.43

Inmediatamente después, apareció en escena undesarrollo cultural más restringido, drásticamentediferente . Evidentemente ahora actuabarecíprocamente, no tanto con las tierras altas deGuatemala, como había sido antes el caso, sino con elárea del istmo. Estos hechos nos traen a la memoria elLibro de Mormón, que descr ibe el incendio deZarahemla y de otras ciudades de la tierra del sur,parte de la destrucción que señaló la muerte deJesucristo, alrededor del 30 d.C. Después de todo,naturalmente, e l Salvador se apareció a lossupervivientes nefitas en Abundancia. Después, susenseñanzas condujeron al establecimiento de unanueva sociedad sin clases en la cual todas las cosas setenían en “común”. Se extendió desde el sagradocentro del istmo a las tierras circundantes, incluyendoZarahemla,ya reconstruida (4 Nefi 1:1-8).

43.- Agustín Delgado, Excavations at Santa Rosa, Chiapas,Mexico, NWAF 13 (1965) pp. 77-78.

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Existen pruebas interesantes, aunque limitadas porel momento, de que hubo catástrofes naturales quesorprendieron a varias regiones mesoamericanas,aproximadamente en esta época. La pausa en elprecipitado curso del desarrollo, que se produjodurante el primer siglo d.C., podría haber sido suresultado, en parte, de interrupciones debidas a causasnaturales . 44 (En el capí tulo 8 hablaremos de ladestrucción.) Las interrupciones por causa deproblemas sociales internos pueden haber sido tambiénla razón de esa reducción en la velocidad de sudesarrollo (observese 3 Nefi 7).

El registro arqueológico nos dice poco de los 150años s iguientes , as í como el Libro de Mormóntampoco revela muchos detalles acerca de la vidadesde el 50 d.C. hasta el 200. La relativa simplicidad,dignidad y orden de la sociedad y la cultura que seinfieren de la escritura no entra en conflicto enabsoluto con el escaso registro que tenemos de lamayor parte de Mesoamérica. El arte y los artefactosref le jan un intervalo caracter izado por mostrar“grandiosidad y refinamiento”. Se habían abandonadoalgunos antiguos rituales (como se informa en 3 Nefi

44.- Sobre el volcanismo cerca de El Salvador y también en lazona de Chalchuapa, Payson D. Sheets, “An Ancient NaturalDisaster,” Expedition 14 (otoño de 1971): 24-31; R. J. Trotter,“Unravelling a Mayan Mistery,” Science News 111 (20 enero 1977):74-78; Stanley H. Boggs, Pottery Jars from the Loma del Tacuazin,El Salvador, MARI 28 (1967); Payson D. Sheets, “PreliminaryResults of Research in the Zapotitan Basin, El Salvador, “Mexico 1,no. 2 (15 de mayo de 1979): 15-17. La cronología que proporcionaSheets sobre la erupción no es coherente en varios informes, que alparecer se basan en demasiada poca información sobre fechacionesabsolutas como para ser concluyente ya aunque en ocasiones tienenvisos de ser ciertas. Sobre los indicadores volcánicos de Tres Zapotes,Michael d. Coe, Archaeological Synthesis of Southern Vera Cruz andTabasco, HMAI 3 (1965), pág. 695. Del valle de Méjico, Rene Millony James A. Bennyhoff,” A Long Architectural Sequence atTeotihuacan,” American Antiquity 26 (1961): 518-19; y “Noticias delos Museos, Pieza del Mes,” Boletin INAH (marzo 1968): 51.

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9:19),45 pero los ostentosos cultos que florecerían unospocos siglos después todavía no habían llegado a serevidentes. Sin embargo, está claro que la adoración aldios conocido como Quetzalcoatl se remonta por lomenos hasta esta fecha tan temprana.46

Hay una importante excepción a esta regla generalde un modelo cultural tranquilo dominante duranteestos primeros siglos d.C. En ese tiempo en la fronteranorte de Mesoamérica se encontraba el valle deTeotihuacán, una extensión del valle de Méjico. En elsiglo I a.C, aproximadamente, cuando las influenciasdel sur habían comenzado a ejercer una notablepresión en las tierras del norte del istmo,47 la poblaciónde Teotihuacán empezó a experimentar un dramáticocrecimiento. En el siglo siguiente o algo después hayevidencia de act ividad volcánica insinuando laposibilidad de una pausa temporal en el crecimientodel emplazamiento; pero principalmente vemos uncrecimiento continuo.48 La construcción de la granPirámide del Sol, como fue llamada por los aztecas,fue entre el 125 d.C. y el 150. Para el 200 d.C. lametrópolis de Teotihuacán había crecido hasta ser lamás grande en la historia de Mesoamérica, teniendoposiblemente 100.000 habitantes. Alrededor del 250d.C. su inf luencia se extendió a un r i tmo s inprecedentes hacia partes distantes de Mesoamérica.49

Se estaba produciendo un espectacular florecimientode la Segunda Tradición. Por las mismas fechas en las

45.- La razón se encuentra en mi “A Chronological Ordering”, pp.53, 57 con citas de las obras.

46.- Laurette Sejourne, “El Simbolismo de los Rituales Funerariosen Monte Albán”, Revista Mexicana de Estudios Antropológicos 16(1960):85-90. Ver también la nota 52.

47.- Ejemplo: Ignacio Bernal, Archaeological Synthesis ofOaxaca, HMAI, vol. 3 (1965), pág. 801.

48.- Millon y Bennyhoff, “Sequence at Teotihuacan”.49.- Rene Millon, The Teotihuacan Map, vol. 1 (Austin:

University of Texas Press, 1973) pág. 56; Daniel Wolfman, “A Re-evaluation of Mesoamerican Chronology, A.D. 1-1200” (Ph.D. diss.,University of Colorado, 1973), pág. 30.

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t ierras bajas la sociedad maya también habíacristalizado todos los elementos esenciales de sumodelo, con monumentos esculpidos y datados asícomo con elaborados ceremoniales. Comparte conTeotihuacán un modelo básico, a pesar de las obviasdiferencias de est i lo entre los dos. Ambos eranexpresiones de “un antiguo sistema teocrático”, comoapunta el profesor Kubler, en el cual el arte tiene un“carácter litúrgico fuertemente marcado” y donde“cada mural o vasija decorada es una oración”.50 Lasvariaciones regionales en los temas de la SegundaTradición se hacen vis ibles en otros centros deflorecimiento, como el de Cerro de las Mesas, Trajín,Monte Albán y Kaminaljuyu.

Este inmenso vigor -tanto en su naturaleza como ensu poder- rara vez se ha descrito mejor que en estaspalabras del Libro de Mormón:

“Y ahora, en este año, el doscientos uno, empezó a haberentre ellos algunos que se ensalzaron en su orgullo, tal comoel de lucir ropas costosas, y toda clase de perlas finas, y lascosas lujosas del mundo. Y de ahí en adelante ya notuvieron sus bienes y posesiones en común entre ellos. Yempezaron a dividirse en clases; y empezaron a edificarseiglesias con objeto de lucrar; . . . sí, había muchas iglesiasque profesaban conocer al Cristo, . . . Y ocurrió que habíantranscurrido doscientos cuarenta y cuatro años, . . . Y laparte más inicua del pueblo se hizo fuerte, y llegó a sermucho más numerosa que los del pueblo de Dios. Ycontinuaron edificándose iglesias y adornándolas con todogénero de objetos preciosos. . . . Y ocurrió que, cuandohubieron pasado trescientos años, tanto el pueblo de losnefitas como el de los lamanitas se habían vueltosumamente inicuos, los unos iguales a los otros. Y acontecióque los ladrones de Gadiantón se extendieron por toda lasuperficie de la tierra; . . . Y acumularon oro y plata enabundancia; y traficaban en mercaderías de toda clase. (4Nefi 1:24-27, 40-41, 45-46).

50.- George Kubler, The Iconography of the Art of Teotihuacan,Dumbarton Oaks Studies in Pre-Columbian Art and Archaeology 4(1967), pp. 12-13.

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Esta es una exposición muy exacta de lo quenosotros sabemos de la entrada en plena vida Clásica,la cual fue la culminación de la Segunda Tradición enMesoamérica. El comienzo de lo que yo llamo elClásico Inicial (50 d.C.-200) condujo rápidamente auna definitiva maduración del modelo, visible en elPrimer Periodo Clásico, a partir del 200 d.C. Este tipode sociedad rica, influyente y altamente autoritaria -ejemplificada por la de Teotihuacán- aparece en elregistro arqueológico precisamente cuando el Libro deMormón describe los cambios radicales ci tadosanteriormente, desde el 200 d.C. hasta el 300.51

51.- Mi tratamiento -bastante “histórico” por su preocupación porla secuencia de hechos específicos- no es el más popular ahoramismo. Hay una gran cantidad de escritos actuales sobreMesoamérica que adoptan una postura cultural y ecologista. Ver, porejemplo, una obra muy popular de William T. Sanders y BarbaraPrice, Mesoamerica: The Evolution of a Civilization (New York:Random House, 1968). Una valiosa crítica de la postura ecologista esuna reseña de ese libro de Paul Tolstoy en American Anthropologist71 (1969): 554-58. En esencia, este enfoque ignora los detalleshistóricos agrupando los datos en amplias fases dispuestas en ordencronológico para mostrar una escala creciente (“evolución”) en lasociedad. Un paralelismo sería si los médicos clasificaran losregistros de altura, peso e ingestión calórica de una persona desde lainfancia hasta la muerte y después dijeran que habían hecho unabiografía. El enfoque determinista, evolucionista y ecologista,normalmente ignora las sutilezas cronológicas del tipo de las queconsideran vitales los que están interesados en la historia. Sobre esteúltimo punto, ver la reseña que se encuentra en American Antiquity 43(enero del 1978):127, de Warwick Bray, sobre una obra basada en elvalle de Méjico influenciada por Sanders y Price. Se dice que padecelas mismas insuficiencias que su libro desde el punto de vistahistórico. Sin embargo, no se debe pensar que estos comentariossignifican que pienso que ese enfoque no tiene ningún valor.Complementan, pero no reemplazan, un tratamiento detallado de lossucesos con una cuidadosa especificación de lugares, pueblos yfuerzas en compleja y cronológica interacción.

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Culminación y DecadenciaLa Segunda Tradición alcanzó su punto álgido de

fuerza entre el 250 y el 300 d.C. Más adelante,aparecen indicadores de una versión de civilizaciónmás grande pero no mejor; sin embargo, este tipo deperiodo fue único por su dinamismo, algo parecido a laAtenas de la primera mitad del siglo V a.C. Había unvigor rebosante, una expansión geográfica y unaexploración de las formas y de los supuestosinherentes a las culturas regionales que comprendía laSegunda Tradición. El interesante análisis, hecho porLevey de los dibujos de las vasijas de Teotihuacánconfirman la imagen; su interpretación tomó ciertosmotivos decorativos como lo que los psicólogosl laman “la necesidad del logro”. Ese factor secorrelaciona con creatividad, crecimiento y progreso.El concluyó que fue precisamente al terminar el siglo,en el 300 d.C., cuando este trayecto se encontraba ensu clímax, seguido rápidamente de una precipitadadecadencia.52

El simbolismo religioso de los murales de la granmetrópolis ha sido interpretado también como muestrade la decadencia . Se piensa que los sacerdoteselaboraron la teología de Quetzalcoatl más de lo que lagente común podía comprender y apl icar para

52.- El brusco punto álgido sucedió en la Primitiva Tlamimilolpa(200-300 d.C.). W. T. Levey, “Early Teotihuacán, An AchievingSociety”, University of the Americas, Mesoamerican Notes 7-8(1966), pág. 52. Comparar lo que se dice del Periodo II y Transiciónen el Monte Albán, que juntos ocupaban el siglo tres: “El intensopoder e individualidad de la Epoca II, naturalmente, desembocó en laPrimera Epoca de Transición, que le sucedió”. Y hay “unasorprendente monumentalidad en el diseño de las urnas” y “granfuerza y sensibilidad” en este “apogeo del arte de Oaxaca”. F. H.Boos, The Ceramic Sculptures of Ancient Oaxaca (South Brunswick,New Jersey: A. S. Barnes and Co., 1966) pág. 23.

53.- Enrique Fiorescano, “La Serpiente Emplumada, Tlatoc yQuetzalcoatl”, Cuadernos Americanos 133 (no. 2, marzo-abril de1964):121-66.

178 UN MARCO GEOGRAFICO

satisfacer sus necesidades básicas de adoración.53

También es evidente el uso más manifiesto de drogasalucinógenas, aparentemente por la clase sacerdotal, amedida que avanza el Clásico.54 Además, ahora pareceque no fue erigido casi ningún edif icio públicosignificativo después del año 300, a pesar de que lapoblación continuaba siendo numerosa.55 En ciertosentido Teotihuacán podía haber estado “viviendo delas rentas” una vez que entró en el siglo IV. No muchodespués, comenzaron a aparecer con más frecuencia enel ar te hombres armados, y se han encontradoevidencias f ís icas de canibal ismo, cerca deTeotihuacán, que datan del 450 d.C.56 En todo estoparece que estamos presenciando la progresiva erosiónde la esencia de la civilización y la barbarización de latradición teocrática.

El mismo proceso estaba ocurriendo entre lospueblos de las tierras bajas de Guatemala y Yucatán,que hablaban maya. Situados hacia el límite de loscentros de desarrollo, fueron ligeramente más lentosque otros pueblos en conseguir la completa expresiónde la tradición Clásica. Eso significó que entre ellos el

54.- Furst, “Morning Glory and Mother Goddess”, pp. 196-201.55.- Ignacio Bernal, “Discurso Pronunciado durante la visita del

Sr. Presidente de la República a la Zona Arqueológica de San Juan deTehotihuacán”, Boletín INAH (septiembre del 1964):4. Losargumentos de Millon y otros de que la datación por medio delcarbono en la que se basaba la afirmación de Bernal no se podíaaceptar fueron examinados por Daniel Wolfman en “A Re-evaluationof Mesoamerican Chronology: A.D. 1-1200” (Ph. diss., University ofColorado, 1973), pp.35-38, y contestó con fundamentos persuasivos.También un intento de agrandar la Pirámide del Sol, dió sólo comoresultado algunos cimientos incompletos. Rene Millon, “TheTeotihuacan Map”, Urbanization at Teotihuacan, Mexico, vol. 1(Austin: University of Texas Press, 1973) al pie de la figura 17a.

56.- William T. Sanders, The Cultural Ecology of the TeotihuacanValley: A Preliminary Report of the Resuts of the Teotihuacan ValleyProject (State College. Pennsylvania: Department of Sociology andAnthropology, 1965), pp. 179, 183. La fecha era del 450 d.C.aproximadamente.

LA CULTURA Y LA HISTORIA 179

modelo teocrático comenzó y se desintegró al poco dealcanzar la madurez. Estos grupos, que los eruditospensaron durante largo tiempo que eran totalmentepacíficos, ahora son vistos de una manera bastantediferente. En 1964, Samuel Lothrop dijo: “Se ha creídoque los mayas llevaron una existencia pacífica. Sinembargo, desde el comienzo de la era Clásica sepresenta a los victoriosos pisoteando a los cautivos, yestas escenas esculpidas en piedra aumentan encantidad y complejidad con el paso del tiempo”.57 Doceaños después nuevos hallazgos permitieron a Websterafirmar con mucha más firmeza que “se practicaba laguerra en las tierras bajas mayas por lo menos desde laPrimera época Clásica (300-550 d.C.) en adelante”.58

Ahora, incluso esa afirmación no consigue hacerjusticia a nuestra imagen de las manifestacionesmilitares en los orígenes de la vida mesoamericana.

En semejante escenario no podemos ver laexterminación de los nefitas, cerca del fin del siglo IVd.C., como un caso aislado causado por unos celosétnicos únicos. En cambio, lo que estaba sucediendoen esos tiempos era “una completa revolución por todala faz de la tierra” (Mormón 2:8). Después que losnefitas se extinguieran, como grupo, las guerras entrelos lamanitas y los “ ladrones” que quedaroncont inuaron s iendo “extremadamente fur iosas”(Moroni 1:2; Mormón 8:8). Nefi había visto en unaprofecía que las “mult i tudes” de gente quepermanecería después de Cumorah (1 Nefi 12:20-21)continuarían luchando, generación tras generación. Labatalla “final” de los nefitas lo fue sólo desde el puntode vista nefita. Hacia finales del siglo IV, los nefitassólo eran un grupo que no se distinguía de ningunamanera en particular de otros grupos (Mormón 5:15-

57.- Samuel K. Lothrop, Treasures of Ancient America (Geneva:Editions d´Art Albert Skira, 1974), pág. 107.

58.- Webster, Defensive Earthworks, pág. 6.

180 UN MARCO GEOGRAFICO

17; Moroni 9:9-19) excepto quizás por ser poconumerosos (Mormón 4:17; 5:6; 6:8). (De manerasimilar, los relatos de los santos de los últimos días,naturalmente, t ienden a hacer del viaje de susantepasados pioneros a Utah un hecho central en lahistoria del oeste americano, pero un punto de vistamás amplio lo ve como una modesta, aunque altamentedramática, parte de una amplia corriente de migraciónhacia el oeste, a través de Norteamérica, que todavíano ha terminado.)

El comienzo de la fase militar de la decadencianefita, tal como se describe en su registro, ocurriócuando fueron expulsados del área de Zarahemla porlos lamanitas provenientes de la antigua área de Nefi,en las tierras altas. En términos de la geografía queestamos utilizando, esto evidenciaría un notabledespoblamiento del centro de Chiapas cerca del fin delperiodo Clásico Inicial (alrededor del 350 d.C.),mientras que los pueblos de las t ierras a l tasguatemaltecas l lenar ían el vacío. El capí tulo 8presentará datos arqueológicos detallados que nosmuestran precisamente esa secuencia. En resumen, enel emplazamiento de Mirador, que podía ser lo que losnefitas llamaban en aquel tiempo Angola o parte de latierra de David (Mormón 2:4-5), la estructura clave,que está representada en el Túmulo 10, fue destrozadapor un intenso fuego que destruyó totalmente eledificio. A un periodo de abandono le siguió unanueva población que tenía contactos culturales con lastierras altas de Guatemala.59 Esta fue la manifestación,a la que se puede dar una fecha próxima al 350 d.C. enel registro arqueológico, de una desaparición de lasociedad Clásica Inicial en el centro de Chiapasbastante general, seguida de un asentamiento dispersode un grupo sucesor.

59.- Pierre Agrinier, Mounds 9 and 10 at Mirador, Chiapas,Mexico, MARI 43 (1977), pág. 9.

LA CULTURA Y LA HISTORIA 181

El trabajo arqueológico hecho en el área donde tuvolugar la última batalla nefita -suponiendo que fueraalrededor de las montañas Yuxtla de Veracruz- no es losuficientemente detallado como para que se puedanidentificar evidencias de batallas. Algún día tendremosuna imagen más clara; sin embargo, la historia, sinduda, era complicada como lo son todas las guerras.Incluso mientras continuaban las guerras, obviamentela vida normal también continuaba en cierta medida.Después de todo, el maíz y las alubias tenían queplantarse y cosecharse anualmente. Y se enseñó a lageneración más joven gran parte del modelo deestructura social, el conocimiento y los valores. Entreel 400 y 500 d.C. se extendieron, cada vez más, a otrasáreas “peces gordos” ambiciosos desde Teotihuacán,haciéndose con todo el control local que podían dellugar donde ellos estaban asentados. Estos mejicanosdel centro parece que se enriquecieron a costa delt r ibuto de las comunidades locales y gracias alcomercio de objetos de lujo que ellos promovían.60

Hacia el 500 d.C. se habían instalado en puntos clave,en el espectacular Tikal de las tierras bajas mayas, enKaminaljuyu y en otros lugares, precisamente cuandoel nivel de cul tura y prosperidad de su área deprocedencia, del centro de Méjico, menguaba.

En cierta manera los logros culturales de esta épocadel Clásico Medio fueron notables, pero continuaba latensión social. En Becán, en medio de la península deYucatán, los aventureros de Teotihuacán parece quearrebataron el control a los dirigentes locales mayas,que anteriormente habían erigido un enorme muroalrededor del lugar para fortificarlo. Las excavaciones

60.- Ray T. Matheny, “Teotihuacan Influence in the Chenes andRio Bec Areas of the Yucatan Peninsula, Mexico,” en Las Fronterasde Mesoamérica: las Memorias de la 14a Mesa Redonda, Vol. 2(Mexico: Sociedad Mexicana de Antropología, 1976).

Figura 2

Comparación de los sucesos y de las tendencias en Mesoamérica y en el Libro de Mormón,tanto en la tierra del norte (áreas sombreadas), como en la tierra del sur (áreas en blanco).

(Los datos más antiguos están representados en la parte inferior, como lo estarían sus restosarqueológicos; por lo tanto, estudiar este gráfico de abajo arriba para seguir la secuencia

cronológica.)

LA CULTURA Y LA HISTORIA 183

han mostrado fragmentos de restos humanos en losescombros de alrededor del lugar, probablementerestos de una batalla.61 Al mismo tiempo, la guerra ylas tensiones prevalecían en otras áreas.

Ahora parece que el último aliento de lo que yo hedenominado la Segunda Tradición llegó alrededor del550 d.C.62 Por entonces todos los principales centrosestaban completando un cambio desde modelos de vidateocráticos a los seculares. Nunca más se pretendiómantener allí las formas de los viejos ceremoniales.Primero se desmanteló el sistema de Teotihuacán, yeso fue como arrancar la piedra de la clave de un arco.Y después del 534 d.C. (el monumento con fecha mástardía del Clásico Medio), los mayas del otro extremode Mesoamérica, desfiguraron muchas de sus estelastalladas y no se molestaron en hacer otras durante casisetenta y cinco años.63 (Ver la figura 2.)

La nueva “mitad de la tradición” que surgió de lasruinas tenía, a decir verdad, diferentes objetivos quelos de la civilización anterior, incluso aunque muchosde sus “adornos” culturales parecian iguales que losanteriores. “La glorificación personal, el culto a laguerra y la aparición de linajes dinásticos fueron lascaracterísticas de la nueva sociedad que surgía de lossiglos poster iores a l 500 d.C. señaló J . EricThompson.64 “Bajo este nuevo orden de cosas, losasuntos que tenían que ver con lo sagrado eran

61.- Joseph W. Ball, The Archaeological Ceramics of Becan,Campeche, Mexico, MARI 43 (1977), pág. 170.

62.- Ver el apéndice y el diagráma de mi “A MesoamericanChronology, April 1977”.

63.- Gordon R. Willey, “The Classic Maya Hiatus: A Rehearsalfor the Collapse?” en Mesoamerican Archaeology: New Approaches,ed. Norman Hammond (Austin:University of Texas Press, 1974), pp.417-30.

64.- Lothrop, Treasures of Ancient America, pp. 96-107; J. E. SThompson, Archaeological Synthesis of the Southern MayaLowlands, HMAI 3 (1965), pág. 343.

184 UN MARCO GEOGRAFICO

secundarios en vez de primarios. La rel igión seconvirtió en un medio con fines seculares en vez de serun fin en si misma. Los sacerdotes servían a losgobernantes y sus propósitos; antes, por lo menos, sehabía dado la apariencia de que los cultos o “iglesias”eran centrales. En el periodo Clásico Final (600-830d.C.) los objetivos eran claramente el prestigio, lariqueza y el dominio del linaje.

En ese punto, el curso que siguió el resto de lahis tor ia mesoamericana hasta la l legada de losespañoles es claro. Se extendieron prácticas bárbarascomo el sacrificio humano (comparar con Mormón4:15; Moroni 9:8-10) . La guerra l legó ainstitucionalizarse; de hecho los eruditos a veces hancaracter izado toda la era Post-Clásica como“militarista”. Los toltecas de esa era fueron un grupode personas que durante un periodo de varios siglosbuscaron heredar las glorias que veían reflejadas en lasruinas y las t radiciones clásicas . Su manera deproceder era, con arta frecuencia, conseguir, partiendode un centro de poder político ya existente, explotar unárea en particular y a la población sometida. Losdocumentos tradicionales como el Popol Vuh deGuatemala muestran cómo funcionaba el sistema. (Noes exagerado compararlo con una “familia” mafiosacon “derechos territoriales” en los negocios ilícitos deuna determinada ciudad.) Y esto nos trae de vuelta alos aztecas, los últimos que pretendían ser toltecas.

Lo que hemos estado viendo, en todo este resumendemasiado breve, sobre lo que ocurrió en Mesoaméricaes lo que el Libro de Mormón nos dice de su historiacultural; cuando se lee cuidadosamente, concuerda conlas l íneas pr incipales de la sucesión his tór icamesoamericana. En algunos puntos esta concordanciaes realmente asombrosa. No entran en conflicto serio

LA CULTURA Y LA HISTORIA 185

en ningún punto, si nos damos cuenta del punto devista subjetivo que inhibió de escribir más detalles alos escribas que guardaron el registro para el linaje deNefi.

Hay otra cuestión que también es vital. Los Santosde los Ultimos Días siempre han repetido lo que elmismo Libro de Mormón dice, que está dirigidoprincipalmente a los descendientes de los antiguospueblos cuya historia presenta. Pero nunca ha estadoclaro cómo se tenía que hacer la conexión entre,digamos, Nefi en el desierto arábigo, en un extremodel tiempo, y por, el otro, al indio moderno. Ningunaconexión his tór ica ni vinculación psicológicafuncionará a menos que se pueda establecer unacontinuidad creíble del uno al otro. Hacer eso exigeprestar atención a esos pueblos que ocuparon América,y especialmente Mesoamérica, después de queterminara el relato del Libro de Mormón. Debemospreocuparnos por ellos, porque están en la línea dedescendencia cultural y biológica desde Lehi hasta susdescendientes modernos. Si esos descendientes van avolver sus corazones a sus padres (Malaquías 4:6; 3Nefi 25:6), ¿cómo lo podrán hacer a menos que lesayudemos a relacionarse con sus antepasados del 1600,del 1300 y del 600 d.C.? Para algunas personas lasformas de vida que se han transmitido a través de lastradiciones mesoamericanas son una herencia que hayque comprender, no meramente unas trivialidadesexóticas. Nosotros, que tenemos una herencia diferentedeberíamos estar llenando las lagunas, conectando elpasado real y el presente real -concreta, creíble yverazmente- y no simplemente continuar construyendohis tor ias y espectáculos que después l lamamos“lamanitas”. Si los Santos de los Ultimos Días creenque el Libro de Mormón es real, como dicen, deberíantratar su marco geográfico como una realidad.

44

Los Primeros Nefitas en suMarco Geográfico

Suponiendo que el emplazamiento geográfico ycultural presentado en los capítulos anteriores essólido, ahora podemos presentar los hechos en elmarco del mismo. A partir de ahora, con la excepcióndel capítulo 7, seguiremos, más o menos, el orden delregistro del Libro de Mormón, situando a los actores ya los sucesos en sus lugares para ver cómo el conocerla cultura y la geografía arroja nueva luz sobre esteantiguo libro.

Lehi y su grupo botaron y dirigieron su nave haciael océano Indico desde la costa sur de la penínsulaarábiga.1 Sin duda los vientos les llevaron por lasmismas rutas que usaron después los barcos árabes,chinos y portugueses, tocando la India y finalmente laPenínsula Malaya. Desde ese punto, el barco de Nefiprobablemente se deslizó por las islas del PacíficoOccidental, para después, a través de alta mar, llegar alnorte del ecuador donde arr ibar ían a t ierra ,aproximadamente a 14 grados de latitud norte. En elLibro de Mormón, Nefi no nos deja informaciónacerca de la ruta, ni tampoco nos dice, en términosactuales, donde desembarcó, pero cuando analizamoslas declaraciones del Libro de Mormón sobre la

1.- 1 Nefi 17:1-8; 18:8; Lynn y Hope Hilton, In Search of Lehi’sTrail (Salt Lake City: Deseret Book, 1976), pp. 105-15.

186

geografía y otros acontecimientos, la “tierra de laprimera herencia” solo puede estar situada en la costaoeste (del Pacífico) de América Central (1 Nefi 18:23;Alma 22:28; ver capítulo 1).

Para el 75 a.C. los nefitas distinguían tres sectores alo largo del extremo occidental de la tierra del sur;todos “corrían a lo largo del mar”. Estos eran, de sur anorte, (1) “Hacia el oeste, en la tierra de Nefi, en elsitio de la primera herencia de sus padres,” (2) “haciael oeste, en la tierra de Nefi,” (3) “al oeste de la tierrade Zarahemla” (Alma 22:28). Cuando el grupo de Nefihuyó de la primera de estas zonas por temor a sushermanos mayores, viajaron “muchos días”, y fueron aparar a un lugar al que pusieron el nombre de su líder,Nefi. Todavía no estaban lejos de la costa (2 Nefi 5:7-8). Esto sugiere que la ciudad de Nefi no estaba justodespués del primer lugar de desembarque t ierraadentro (si hubieran viajado “muchos días”, tierraadentro, habrían ido a parar lejos del mar; así que yodeduzco que debían de haberse trasladado hacia elnorte, a lo largo de la franja litoral para después irtierra adentro). La única alineación geográfica en quese puede acomodar tanto 2 Nefi 5 como Alma 22 esalgo parecido a lo que se muestra en el mapa 5. Elcapítulo 1 presenta las razones por las que la ciudad deNefi se encontraba con probabilidad en el Valle deGuatemala; es más probable que la parte que seencuentra más al sur de la costa del Pacífico deGuatemala o del colindante San Salvador fuera dondeel grupo de Lehi desembarcó y se asentó inicialmente.

Mientras tanto, en esta tierra costera inicial, lacolonia inmigrante plantó las semillas que habíantraído de Jerusalén. Estas prosperaron, informa Nefi,(1 Nefi 18:24), pero ¿qué les ocurrió después? Laexperiencia de los pioneros sugiere que el éxito inicialde un cul t ivo importado no quiere decirnecesariamente que mantenga su mismo vigor. Lasplantas que florecen no siempre dan a cambio una

187LOS PRIMEROS NEFITAS

buena semilla. El obispo Diego de Landa en el sigloXVI usó un lenguaje muy similar al de Nefi: “Leshemos puesto [a los indios] a cultivar mijo [europeo] ycrece maravi l losamente y es un buen t ipo desustento.”2 Pero casi cuatro siglos después, cuando lainstitución Carnegie, de botánicos, buscó el inventariode plantas de esa área, no pudieron encontrar ningúnresto del mijo del que Landa había hablado tanentusiastamente.3

No se dice lo que ocurrió después con las plantas deesas semillas que el grupo de Lehi transportó a travésdel océano, pero por lo menos hacia el 130 a.C. elmaíz -una planta nat iva de América- se habíaconvertido en la principal cosecha en la tierra de Nefi.Mosíah 7:22 y 9:9 sitúan a este cultivo el primero en lalista de provisiones de alimentos zenifitas, y susvecinos lamanitas querían pr incipalmente maíz(vers ículo 14) . El maíz es una planta tancompletamente dependiente del hombre que no creceen terreno salvaje. Desde que fue cult ivada porprimera vez, miles de años antes de que llegaran losnefitas, tuvo que ser cuidado por manos humanas ytransmitido de generación en generación. No se nos daninguna pista de quién enseñó a los descendientes deLehi a cultivar el maíz ni de quién les dio la semilla.Naturalmente el pueblo de Zeniff -los cultivadores demaíz que se citan en Mosíah 9- vinieron de Zarahemla,pero ¿de dónde lo obtuvieron ellos? La fuente obvia,en términos del Libro de Mormón, ser ía lossupervivientes jareditas.

¿Qué podemos decir de las condiciones de vida enla tierra de la primera herencia? La llanura costeradonde habría tenido lugar el desembarque de Lehi eraincómodamente cálida y húmeda. Esa climatología

188 UN MARCO GEOGRAFICO

2.- A. M. Tozzer, ed., Landa’s Relacion de las Cosas de Yucatan,HUPM 18 (1941), pág. 196.

3.- Ibid.

favorecía el crecimiento rápido del cultivo, pero elclima era desagradable para los colonizadores. Losnefitas huyeron pronto a la tierra de Nefi, donde laelevación permitía vivir con más comodidad. Tal comoNefi cuenta la his tor ia , los lamanitas que seencontraban en las cálidas tierras bajas eran cazadoresnómadas, sedientos de sangre, casi desnudos y ociosos(2 Nefi 5:24; Enós 1:20). Las circunstancias de la vidaen ese medioambiente podrían explicar algunas de esascaracterísticas. Muchos siglos después los españoleshablaron en términos similares de los nativos de lamisma área. El manuscrito de Tomás Mendel, que dataaproximadamente del 1550 d.C., sólo una generacióndespués de que los primeros españoles llegaran al área,informaba que los hombres indios de la costa delPacífico de Guatemala “pasaban su vida entera tandesnudos como habían nacido.”4 Esa práctica puedehaber parecido una reacción razonable al cl imaopresivo. Al final del siglo XVII, Fuentes, sacerdotecatólico, y Guzmán contrastaron la “lasitud y pereza”de estos habitantes de las tierras bajas con la energíade los de las tierras altas.5 En lo referente a la forma deganarse la vida, la maraña de bosque y pantano a lolargo de la propia costa debe de haber sido demasiadodifícil de cultivar eficazmente para los lamanitasrecién l legados, puesto que no adquir ieron deinmediato la habilidad del cultivo en ese lugar. (Quizásellos, o sus padres, ni siquiera habrían sido granjerosen Palestina). Pudo haber sido económicamente

189LOS PRIMEROS NEFITAS

4.- Felix W. McBryde, Cultural and Historical Geography ofSouthwest Guatemala, SISA 4 (1945), pág. 148.

5.- Ibid. pág. 33. Mendel también escribió que los indios de laáreas más cálidas eran más oscuros de piel que los de las tierras altas,que parecían poco diferentes de los españoles. Citado en McBryde,pág. 9. Existe la posibilidad de que la “marca” de la piel oscura que sepuso a los lamanitas pudo haber surgido de matrimonios mixtos de losprimeros de éstos con algún pueblo que ya residía allí.

inteligente para ellos el cazar y recoger el abundantealimento natural de los estuarios, mientras que el calorhúmedo hacía comprensible, una vez más, su falta deenergía.

La Tierra de NefiEs bastante seguro que el grupo de Nefi se asentó en

el valle de Guatemala, o, como ellos lo llamaron, latierra de Nefi. La línea divisoria continental pasa através del valle, actualmente la ciudad de Guatemala, yla ant igua ciudad de Nefi (Kaminal juyú) a unaelevación de aproximadamente 5.000 pies. Las aguasde un lado de la ciudad fluyen hacia el este, hasta elCaribe, las del otro lado al Pacífico. Este es el másvalle grande y productivo de las tierras altas deGuatemala. El c l ima es famoso: pr imaveral ytemplado, con sólo unas lluvias frías y borrascas pocofrecuentes -un maravilloso lugar para asentarse.6 El ríoque conduce el agua fuera del valle hacia el suroesteproporciona un paso entre las montañas que haríacualquier cosa excepto invitar al grupo de Nefi a“subir” mientras se trasladaba a lo largo de las tierrasbajas durante su huida.

Sobresalen dos razones por las que el valle deGuatemala debería considerarse la tierra original deNefi . La pr imera es que el emplazamiento deKaminaljuyu fue durante muchos siglos el centrocultural dominante de las tierras altas de Guatemala, ellugar más importante en varios cientos de millas

190 UN MARCO GEOGRAFICO

6.- A. C. y A. P. Maudslay dijeron del área de Guatemala/Nefi enA Glimpse at Guatemala (London, 1899), pág. 24: “El clima parecíaser absolutamente perfecto, y el resplandeciente cielo azul, el brillantesol, ensombrecido de vez en cuando por las nubes en forma de coposque uno asocia con el viento alisio, la temperatura nunca nidemasiado cálida ni demasiado fría, y la deliciosa frescura del aireagitado por una suave brisa me produce un sentimiento de alegría quenunca pensé experimentar en un país tropical. Todo esto suenademasiado bien para ser verdad, pero no es una descripción exageradadel clima.”

DETALLES QUE SEPROPONEN PARA LATIERRA DE NEFI (VALLEDE GUATEMALA)

alrededor. El gran tamaño de Kaminaljuyu (por lomenos de una milla cuadrada) y sus impresionantesconstrucciones subrayan su importancia esencial y ladel valle. El Libro de Mormón describe la tierra deNefi como la dominante entre las que la rodean en ungrado similar. Una segunda gran razón para considerarque Nefi se encontraba aquí es que las costumbres, losdetal les del terreno, y la datación de los restosarqueológicos se correlacionan muy de cerca con loque nos dice el Libro de Mormón. Después veremosalgunas de estas características.

Establecido en este emplazamiento, el grupo deNefi empezó a reproducir algunos aspectos de lacivilización de la tierra de Jerusalén tal y como elloslos recordaban. Nefi atribuye a la inspiración divina laayuda que recibió para abordar los problemas a los quese enfrentaba la colonia. Estuvo contento de dejar queciertos aspectos de la vida israelita desaparecieranporque los consideraba inicuos (2 Nefi 25:1-2, 6).Transmitió tanto conocimiento práctico como pudo. Lametalurgia y el cuidado de los animales se mencionancomo parte del legado tecnológico (ambos recibiráncomentarios por separado en el capítulo 7). Peropuesto que se hacen numerosas afirmaciones sobre laconstrucción de un templo bajo la dirección de Nefi,vamos a ver lo que nos pueden decir sobre suscaracterísticas probables otras fuentes que no son lasescrituras.

El primer templo se construyó “según el modelo deltemplo de Salomón” (2 Nefi 5:16), una estructura queNefi mismo había visto muchas veces en Jerusalén,porque el antiguo edificio todavía se encontraba en sulugar cuando Lehi y su familia dejaron la tierra deJudá. ¿Cómo se construyó este templo americano?Nefi nos asegura que con detalles diferentes a losmodelos del Viejo Mundo (2 Nefi 5:16). Los nefitasutilizaban materiales distintos, así que las técnicas deconstrucción no podían ser las mismas que las que se

192 UN MARCO GEOGRAFICO

emplearon en el modelo palestino. De tal forma,cuando Nefi dice que “la manera de su construcción”era la misma que en Jerusalén, puede que sólo hubieraquerido decir que el modelo general era similar. ¿Cuálera ese modelo, y cuál era su función?

El templo de Salomón fue construido sobre unaplataforma, así que la gente “subía” literalmente a él.Dentro había distintas habitaciones de diferentesgrados de santidad. Fuera del propio edificio había unpatio o plaza rodeado de un muro. En ese espacio serealizaban los sacrificios, sobre altares con forma deterrazas o escalones. Los niveles de la estructura delaltar representaban el universo estratificado tal y comolo concebían los israelitas y otros pueblos del OrientePróximo.7 El edificio del templo estaba orientado parahacer que los primeros rayos -considerados “la gloriade Dios”- de la salida del sol del día del equinocio deotoño (el 21 de marzo o de septiembre) brillaran através de las puertas del templo, que se abrían para laocasión, yendo a parar directamente a la parte mássagrada. 8 Generalmente esos mismos rasgoscaracter izaban a los complejos templosmesoamericanos. El edificio sagrado, que era el temploen sí, tenía un tamaño modesto, mientras que el áreadel patio recibía una gran atención. Torquemada, unode los primeros sacerdotes españoles del NuevoMundo, comparó el plano de los templos mejicanoscon los del templo de Salomón, y un erudito actualestá de acuerdo en esto.9

193LOS PRIMEROS NEFITAS

7.- G. E. Wright, “In the Days of Israel´s Glory,” en Every DayLife in Bible Times (Washington: National Geographic Society,1967), pp. 20-27; Roland de Vaux, Ancient Israel: Its Life andInstitutions (London: McGraw-Hill, 1961), pp. 274-75, 282-87, 313-25; Ezequiel 43:1-17.

8.-F. J. Hollis, The Sun-Cult and the Temple at Jerusalem: Mythand Ritual (London, 1933); Julius Morgenstern, The Fire upon theAltar (Chicago: Quadrangle, 1963).

9.- Laurette Sejourne, “El Templo Prehispánico,”CuadernosAmericanos 149 (Noviembre-Diciembre de 1966):143, a lo largo delartículo cita a Torquemada y da su propia visión.

194 UN MARCO GEOGRAFICO

El área de la ciudad de Guatemala que se sugiere como la ciudadinmediata a Nefi. (Cortesía de Richard Jones.)

Parte del Kaminaljuyu, el gran emplazamiento, dentro de la ciudad deGuatemala, que cualifica para ser la ciudad de Nefi. (Cortesía deRichard Jones.)

Hoy en día el emplazamiento de la ciudad de Nefiestá tan cubierto de edificios y expoliado por elcrecimiento de la c iudad de Guatemala queprobablemente nunca sabremos mucho más sobre laciudad ant igua que lo poco que nos permitenvislumbrar las limitadas excavaciones arqueológicasque ya se han hecho. No hay esperanza de querecuperemos evidencias firmes del templo original deNefi, pero cabría esperar que el modelo que él siguiósentara un precedente que pudiera repetirse tiempodespués. Las caracter ís t icas salomónicas queimpresionaron a Torquemada podrían tener sus raícesen lo que Nefi y su pueblo introdujeron haceaproximadamente 2.500 años.

Los siglos después de la muerte de Nefi y Jacobapenas se describen en el Libro de Mormón. Ni elregistro de escritura ni la arqueología nos dice muchode cómo se desarrollaba la vida en esa época, pero laUniversidad del estado de Pensilvania, a fines de 1960,invest igó algunos restos de la ocupación deKaminaljuyu que databan de entre el siglo III al VIa.C. , e l per iodo que los l ibros de Enós y Omnidescriben tan brevemente. La colonia tenía ya un buentamaño. Los excavadores interpretan que había sidoocupada por varios grupos familiares o de linaje(observar Jacob 1:13), viviendo cada uno de ellos enun sector diferente del emplazamiento.10 En esa época,el área sagrada central parece haber consistido enhileras de grandes túmulos funerarios. Probablementeéstos eran en donde se enterraban y honraban a losancianos de los grupos de linaje.11 Esta costumbre

195LOS PRIMEROS NEFITAS

10.- Joseph W. Michels, “Political Organization at Kaminaljuyu:Its Implications for Interpreting Tehotihuacan Influence,” enTeotihuacan and Kaminaljuyu: A Study in Prehistoric CulltureContact, ed. William T. Sanders y Joseph W. Michels (StateUniversity, Pennsylvania, Pennsylvania State University Press, 1977),pp. 451-67. Michels apura sus evidencias, pero su idea general estábien sustentada.

11.- Willian T. Sanders, “The Settlement Pattern Test Trenches,”en Kaminaljuyu Proyect- 1968 Season. Part 1. The Excavations.PSUO 2 (1969), pág. 165.

concuerda básicamente con el tratamiento que se lesdaba, cuando morían, a los líderes venerados de losgrupos de linaje israelita en Palestina.12 Quizás durantelos siglos de guerra y obstinación que hubo después deque Nefi y Jacob murieran (Enós 1:22-24), el templooriginal cayó en desuso como centro de las prácticasreligiosas, a la vez que se ponía énfasis en los ritos deenterramiento de los patriarcas de los grupos. Por lomenos no sabemos nada del templo entre los días deJacob y la época en la que los zenifitas reocuparon latierra, aproximadamente 400 años más tarde (Jacob1:17; Mosíah 11:10, 12; comparar con Alma 10:2).

Alrededor del 275 a.C. “la parte más inicua de losnefitas” había quedado destruida, al parecer en guerrascon los lamanitas (Omni 1:5-7), mientras que loslamanitas, al parecer, habían florecido, por lo menosen número. El porqué los lamanitas tenían que haberllegado a ser “mucho más numerosos que los nefitas”(Jarom 1:6) ha sido tratado en el capítulo 2. Losnefi tas se representan a s í mismos comocompletamente civilizados (Jarom 1:8) y por lo tanto,lógicamente, habían de ser más numerosos que loslamanitas. Casi invariablemente los cultivadoresasentados -los nefitas- suelen alcanzar un nivel depoblación mucho más elevado que un pueblo que esesencialmente de cazadores. Entonces, ¿de dóndevinieron todos esos lamanitas?

La respuesta puede ser que los lamanitasprocedentes del grupo de inmigrantes original llegara adominar sobre una población nativa de personas queya estaban esparcidas por el territorio cuando llegóLehi. En lo que atañe a los nefitas, tratarían a esapoblación sometida de la misma manera que a los

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12.- Ver referencias en mi artículo “The Significance of anApparent Relationship between the Ancient Near East andMesoamerica,” en Man Across the Sea, ed. Carroll L. Riley et al.(Austin: University of Texas Press, 1971), pp. 229-30.

lamanitas originales, incluso aunque entre elloshubiera algunas diferencias f ís icas y cul turalesevidentes. “Y malditos serán los descendientes deaquél que se mezcle con la posteridad de ellos; porqueserán maldecidos con la misma maldición. Y el Señorlo habló; y así fue.” (2 Nefi 5:23). Esto suena a hechohistórico más que a una simple advertencia para losfuturos nefitas. La ferviente ambición de Lamán yLemuel de ser dirigentes les habría conducido aintentar dominar, no sólo a los nefitas (2 Nefi 5:3; 14),sino a cualquiera que estuviera por los alrededores.

Los Santos de los Ult imos Días no estánacostumbrados a la idea de que en el escenario delLibro de Mormón hubiese otros pueblos además de losdescendientes directos de Lehi. Pruebas evidentesprovenientes de estudios arqueológicos e históricosnos af i rman que esos pueblos se encontrabanrealmente allí, así que necesitamos entender cómo seacomoda el relato del Libro de Mormón a ese hecho.Anteriormente hemos visto la naturaleza del Libro deMormón como una his tor ia del l inaje de losdescendientes de Nefi. No dice ser, y claramente no loes, una historia en nuestro sentido actual de esetérmino; nunca pretende dar una imagen sistemática de‘lo que ocurría” por toda su área geográfica. EnMesoamérica, los registros de linaje nativos de fechaposterior hacían lo mismo: interpretaban los pueblos ylos sucesos desde el punto de vista del grupo de éliteque guardaba cada registro.13 Algunos linajes nobles yambiciosos se trasladaban de un sitio a otro buscandopueblos locales a los que someter. Esto se aplica a losgrupos de teotihuacanos, “toltecas”, cuicatecas,mixtecas, y otros. Si la suerte les favorecía y caía elpoder en sus manos, el pueblo subyugado a menudo

197LOS PRIMEROS NEFITAS

13.- Lawrence H. Feldman, “Tollan in Central Mexico: TheGeography of economic Specialization,” Katunob 8, nº3 (febrero de1973):3.

encontraba conveniente “seguir la corr iente”,falsificando sus propias genealogías, subordinando sustradiciones originales, y reescribiendo su historia parahacer que se ajustara, donde fuera posible, a la versiónoficial de los gobernantes. (En ciertos círculos socialesde los Estados Unidos se ve esta comprensibletendencia en el fenómeno del “antepasado delMayflower”.) Un estudio ci tado anter iormentemostraba que la historia tradicional del oeste deMéjico, que aseguraba proporcionar el origen delpueblo tarascano, no encajaba con los hechosarqueológicos; la población básica había estado allímucho antes de la llegada del grupo cuya tradiciónaseguraba que la historia comenzó con su llegada.14 Demanera similar, se sabe ahora que la famosa tradiciónmaorí que asegura que el primer asentamiento enNueva Zelanda ocurrió hace siglos, cuando llegó unconjunto de canoas en particular, está excesivamentesimplificada; ya había otros pueblos allí . En lastradiciones se ignoró a los nativos, al parecer de pocaimportancia para los más poderosos recién llegados.15

Y en la actualidad, la fecha, familiar para el escolar, deque Roma se fundó en el 753 a.C. ha caído víctima delmismo fenómeno. Se nos dice que “La evidenciaarqueológica más reciente sugiere que allí había unapróspera confederación de ciudades latino-parlantes,de las que Roma era miembro, por lo menos 200 añosantes de esto”. El arqueólogo clásico John WardPerkins puso el dedo directamente sobre los problemasque plantea el tratamiento de este tipo de “historia”:

198 UN MARCO GEOGRAFICO

14.- Marie K. Freddolino, “An Investigation into the ‘Pre-Tarascan’ Cultures of Zacapu, Michoacan, Mexico” (Tesis, YaleUniversity, 1973).

15.- Richard A. Shutler, Jr., y Mary E. Shutler, OceanicPrehistory (Menlo Park: Cummings, 1975), pág. 86; D. R. Simmons,The Great New Zealand Myth: A Study of the Discovery and OriginTradition of the Maori (Wellington: A. H. y A. W.. Reed, 1976).

“Las teorías antiguas eran demasiado simples.”16 Yparece que así es la teoría sostenida por muchos Santosde los Ult imos Días de que las cul turas indiasempezaron de cero, en una tierra virgen, alrededor del600 a.C. Los descendientes de los dirigentes, pero nonecesariamente todos sus súbditos, consideraban eldesembarco de Lehi como una fecha clave.

Los estudios lingüísticos y arqueológicos nosaseguran que había habi tantes en la costa deGuatemala poco después del 600 a.C., pero podíanhaber sido pocos en número. El hecho de que latradición olmeca (relacionada con los jareditas) seencontrara entonces en su úl t ima fase dedesintegración significaba que los que quedabanviviendo en el área del desembarco de Lehi habríanestado desorganizados, y no dispuestos a desafiar a losmisteriosos recién llegados. La ambición de Lamán yLemuel (podríamos compararlos con Cortés) bienpodría haber impulsado a los inmigrantes a ladominación y a inducir a los habitantes locales arehacer sus puntos de vista para que estuvieran deacuerdo con la historia que contaban los gobernantesinmigrantes, haciendo de una manera efectiva que losrecién llegados reemplazaran a los anteriores jefesolmecas a los que ellos habían estado sirviendo. Larápida expansión numérica de lamanitas, que sesugiere en el registro nefita, tenía que deberse más aun escenario de este tipo que a una improbable ydramática expansión biológica o a una florescenciaecológica de Lamán, Lemuel y compañía.

199LOS PRIMEROS NEFITAS

16.- “When Was Rome Really Built?” Christian Science Monitor,10 de marzo de 1976. Otro rápido bosquejo, esta vez de Africa, ver I.G. Cunnison, History on the Luapala (London: Oxford UniversityPress, 1951).

Desde Nefi hasta ZarahemlaLos problemas internos y los ataques lamanitas

forzaron finalmente a la tradición profética de losnefi tas a buscar un nuevo hogar. Así comoanteriormente Nefi había tenido que escapar de susenemigos, en su primer asentamiento de la costa,alrededor del 210 a.C., a Mosíah “le advirtió el Señorque saliera de la tierra de Nefi”, y “salieron de la tierrapara el desierto17.” El y su pueblo fueron guiados porDios “hasta que llegaron18 a la tierra que se llama latierra de Zarahemla”. (Omni 1:12-13). En términosgeográficos, que se han presentado en el capítulo 1,Mosíah descendió de las tierras altas de Guatemala a lacuenca de desembocadura del r ío Sidón. “Ydescubrieron a un pueblo l lamado el pueblo deZarahemla . . . Y en la época en que Mosíah losdescubrió, habían llegado a ser numerosos en extremo”(Omni 1:14, 17), por lo menos en comparación con elgrupo de Mosíah.

Parece ser que “el pueblo de Zarahemla” se llamabaasí por su líder, el cual informó a Mosíah de que susantepasados habían llegado del área mediterránea porbarco y de que él era descendiente de “Mulek” hijo deSedequías, el último de los reyes de Judá antes delexilio. El viaje llegó primero a la tierra del norte, paradespués seguir hacia el sur. 19 Probablemente seasentaron primero en el emplazamiento de la costaeste, conocido anteriormente como “la ciudad deMulek” (obsérvese Alma 8:7) “Y de allí llegaron hastael desierto del sur” (Alma 22:31), donde más tarde losencontraría Mosíah. Las diversas facciones habían

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17.- En inglés wilderness se traduce mejor como yermo.18.- En inglés came down que implica que bajaron.19.- En mi artículo “The Twig of the Cedar,”Improvement Era 60

(1957):330ff.; reimpreso como “Bible Prophecies of the Mulekites”en A Book of Mormon Treasury (Salt Lake City: Bookcraft, 1959),pp. 229-37 se habla de sugerentes relaciones entre el viaje mulekita ylas tradiciones mesoamericanas.

luchado entre ellas; en ese momente Zarahemla erasólo jefe de un grupo (Omni 1:17). Si la ciudad deZarahemla se llamaba así por él (o su padre); su grupono habría estado en ese lugar durante mucho tiempo,aunque podían haber vivido en esos lugares en generalpor algún tiempo.

Esos viajeros mediterráneos probablemente hicieronlo mismo que los lamanitas, esto es, util izar lashabilidades y el conocimiento superior que habíantraído cosigo para conseguir el dominio sobre loshabitantes locales que quedaban de la civilizaciónanterior. Para cuando Mosíah llegó donde estabanel los , debían de representar una mezcla decaracterísticas en las cuales los rasgos americanoshabrían ensombrecido la cul tura israel i ta queconservaban, como da a entender Omni 1:17. En laStela 3 de La Venta, que cumple los requisitos para serla ciudad de Mulek, se representa una reunión entre unlíder local y un jefe inmigrante con característicasfaciales que se encontrarían fácilmente en TierraSanta. Por lo menos arqueólogos prominentes haninterpretado la escena de esa manera.20 ¿Podría serMulek el que se representa, en un saludo ceremonial alos nativos? La fecha de la Stela 3 es incierta, pero losmejores juicios arqueológicos la sitúan en el siglo VIa.C., la época en la que el grupo de Mulek habría

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20.- Se encuentra una interesante discusión sobre la Stela 3 enIndian Art of Mexico and Central America (New York: Knolf, 1957),pág. 77 de Miguel Covarrubias. Se encuentra una restauración de laescena en America’s First Civilitation: Discovering the Olmec (NewYork: American Heritage Publishing Co. and Smithsonian Institution,1968), pág. 59. de Michael D. Coe. Tatiana Prouskouriakoff señalasobre la escena que: “Lo que se deduce es que estas dos figurasrepresentan dos diferentes grupos raciales de pueblos, y se deduceque, al final, el grupo del extranjero barbado ganó ascendencia y seborró el retrato del gobernador nativo.” “Olmec and Maya Art:Problems of their Stylistic Relation”, en Dumbarton Oaks Conferenceon the Olmec, ed. Elizabeth Benson (Washington: Dumbarton Oaks,1968), pág. 122.

desembarcado.21 Otros datos sostienen la posibilidadde que los que llegaron a La Venta fueran viajerosprovenientes del Mediterráneo oriental (“fenicios”).22

Lo que encontró Mosíah se c lar i f ica con undetenido examen del emplazamiento geográfico de laciudad de Zarahemla y sus inmediaciones. Para hacereso daremos un salto hacia delante en el tiempo con elfin de examinar un hecho revelador que tuvo lugarentre los nefitas aproximadamente 110 años despuésde que Mosíah llegara a Zarahemla. Por aquel entoncesun tal Amlici estaba intentando derrocar la estructurapolítica nefita de “los jueces” para proclamarse a símismo como monarca (Alma 2:1-8). Se originó unabatalla en el lado oriental del río Sidón. (Ver el mapa8.)

Amlici y sus seguidores fueron expulsados por lamayoría nefita desde el campo de batalla inicial haciael sur y este, hasta la tierra alta del valle de Gedeón.Durante la noche los amlici tas levantaron elcampamento en secreto, descendieron hasta el río, másallá, corriente arriba, y lo atravesaron. Allí fijaron unpunto de encuentro con un gran ejército lamanita quebajaba de la ciudad de Nefi, debido a un acuerdoprevio para atacar Zarahemla. Informadas por susespías del giro que estaban tomando losacontecimientos, las fuerzas nefitas abandonaronGedeón apresuradamente por el río para interceptar alos invasores antes de que, como los nefitas temían,“se apoderaran de nuestra ciudad” (Alma 2:25).Podemos imaginárnoslos tomando, a toda prisa, la rutamás directa que les llevara al último vado posible delrío, donde pudieran frenar al enemigo. Precisamentecuando estaban atravesando la corriente, las fuerzas

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21.- John L. Sorenson, “A Mesoamerican Chronology: April1977,” Katunob (febrero de 1977):41-55.

22.- El material “fenicio” se encuentra en el libro de Irwin FairGods and Stone Faces, (New York: St. Martin’s Press, 1963), pp.171-75.

lamanitas-amlicitas, “tan numeros[a]s, casi cual sifueran las arenas del mar” (versículo 27), chocaroncon ellos en la ribera occidental. En un arranque deenergía, los nefitas ganaron ese día, haciendo huir asus oponentes y matando muchos de ellos.

A par t i r de esta his tor ia obtenemos val iosainformación sobre la geografía local. La ciudad deZarahemla estaba en el lado occidental del río yprobablemente al lado del mismo (Alma 2:15, 25-27).Más tarde Alma bautizó al pueblo de la tierra deZarahemla en el río Sidón (Alma 4:4; 6:1-2, 7), lo queconfirma que la ciudad y su área de asentamientopróxima se prolongaba a lo largo del río y estababastante cerca de él. Esta idea se ve fuertementereforzada por lo que ocurrió un año después del asuntoamlicita. Se culpaba de la escasez de alimentos de laciudad de Zarahemla a “la pérdida de sus campos degrano que los lamanitas hollaron y destruyeron”durante la batalla y su fuga (Alma 4:2). Aparentementelas tierras agrícolas más productivas se encontrabanconcentradas justo al lado del río, un poco más arribade la ciudad.

El registro de la batalla subraya cuán pequeña era lacercana tierra de Zarahemla en territorio y poblaciónen el siglo I a.C. Una tierra extensa difícilmente podríahaber sufrido hambre como resultado de la pequeñasuperficie que podía ser pisoteada por los pies dehombres que luchaban y huían. Más de un siglo antesla escala era aún más limitada.

Evidentemente lo que se encontró el grupo deMosíah fue una pequeña unidad centrada en unaciudad de tamaño considerable, con pueblos remotosdependientes de ella por el comercio, la administracióny la adoración religiosa. No solamente había pocoshabitantes sino que también su política era sencilla,porque ni siquiera Zarahemla reclamó el título de rey.(Las tareas concretas de gobierno eran ligeras, porque,años más tarde, después de haber crecido más, el rey

203LOS PRIMEROS NEFITAS

Benjamín tuvo tiempo para sustentarse personalmentea sí mismo a la vez que llevaba a cabo las tareas delgobierno [Mosíah 2:14] . En aquel los pr imerostiempos, la esencia del reinado consistía claramentemás en una presencia simbólica que en el tener ampliasfunciones.) Los residentes locales es tuvieronrápidamente de acuerdo en que Mosíah, un completoextraño que se había dejado caer allí entre ellos, seconvirtiera en su rey (Omni 1:14, 19). ¿Cómo pudieroneste hombre y su grupo de intrusos recibir unabienvenida tan calurosa y después encajar tanhábilmente en el hueco político dominante de lasociedad? Parte de la respuesta se puede encontrar enlos mayores requisitos que cumplía Mosíah para serrey. En la antigüedad, la gente quería que sus reyestuvieran unas credenciales validas. La aprobación de lapoblación de súbditos era un tipo de credencial,naturalmente, pero la posición de gobernante seríasospechosa sin considerar otro aspecto. Un rey debíahacer derivar realmente su autoridad de alguna línea dedescendencia real cuya legi t imidad fueraincuestionable. Parece ser que Zarahemla sólo teníauna débil conexión con la realeza.

Es verdad que Mulek, un antepasado distante, erahi jo de Sedequías (Helamán 6:10; 8:21) , peroSedequías había sido, en el mejor de los casos, un reytítere que los babilonios habían colocado en el trono deJudá (2 Reyes 24:17) y que depusieron por rebelión (2Reyes 25:6-7). Además, en el recuerdo de los judíos, élfue el responsable del desastre nacional del exilio

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babilónico, si no la causa del mismo.23 mientras tanto,entre los antepasados de Zarahemla había habidodisputas después del desembarco, y esto podía haberempañado la pretensión del reinado por su línea deascendencia. Por otro lado Mosíah descendía de unareconocida línea de reyes más directos, los “nefis”(Jacob 1:11; Mosíah 25:13). Al parecer, el grado decivilización era superior en Nefi, de donde proveníaMosíah, y probablemente este grado más alto desofisticación se hacía evidente. En concreto, él sabíaleer y escribir y poseía impresionantes libros deregistros. Estas dos características podían haberle dadopoder ante los ojos de los ingenuos habitantes deZarahemla. Los misteriosos artefactos sagrados que élposeía -la espada de Labán y la Liahona (Mosíah1:16)- deben de haber reforzado más su posición. Y,por último, sospecho, sobre la base de lo que estabacomenzando a suceder económica y culturalmente,como lo demostraron los sucesos subsiguientes, que lapoblación local había entrado en un periodo decrecimiento en el cual daban la bienvenida a la idea detener un auténtico rey, justo cuando apareció Mosíah.

205LOS PRIMEROS NEFITAS

23.- Obviamente, la afirmación de 2 Reyes 25:7: “ Degollaron alos hijos de Sedequías en presencia suya, . . .”, plantea un problemapara la declaración del Libro de Mormón de que Mulek era un hijoque sobrevivió. La única respuesta posible, que yo dí en el artículo dela Improvement Era citado anteriormente y que ha dado también eldoctor Sidney Sperry en diversos lugares, es que Mulek debió dehaber sido un niño pequeño que los leales al rey salvaron de lamuerte. Sedequías sólo tenía 32 años cuando fue depuesto (2 Crónicas36:11), y, naturalmente. tenía más de una esposa, siguiendo lacostumbre de los reyes judíos, así que sus hijos habrían sido muypequeños, y más de uno habría sido un niño pequeño fácil de ocultar.Hay información más reciente que sugiere que, de hecho, podría sermencionado en algún otro lugar. Ver “Is Mulek Mentioned in theBible?” Foundation for Ancient Research and Mormon StudiesUpdate (junio de 1984), pág. 1.

Anteriormente se han presentado pruebas queapoyan la identificación de la depresión central delactual estado de Chiapas, Méjico, como la tierra deZarahemla. El río Grijalva (río de Chiapas), quediscurre a través de este ancho valle, es el únicocandidato plausible para ser el río Sidón. A lo largo dela ribera occidental del río debía de encontrarse laanterior tierra de Zarahemla. Como acabamos de ver,el Libro de Mormón sugiere convincentemente que laregión de asentamiento directamente dependiente de laciudad de Zarahemla se encontraba a lo largo del río,arriba y abajo, y se concentraba en la ribera occidental.Justo tal y como se ha indicado, la tierra mejor regaday más fértil a lo largo de la parte superior del Grijalvaestaba limitada a una estrecha franja de tierra, demenos de media milla de ancho, a ambos lados de lacorriente, pero principalmente en los lados occidentalo sur. La cabecera del río surge al otro lado de lafrontera de Guatemala entre abruptas montañas. Silocalizamos Zarahemla en la parte superior del valledel río, estaría lo suficientemente cerca de este grupode yermos montañosos como para que los invasoresprovenientes del sur pudieran hacer su aparición cercade la ciudad sin previo aviso, como nos conduce asuponer el primer capítulo de Helamán.

El emplazamiento arqueológico más grande, en laparte alta del río Grijalva, que se encuentra en unaposición apropiada para cualificar como Zarahemla, esSanta Rosa. La New World ArchaeologiclaFoundation,24 de BYU, efectuó una modesta cantidadde excavaciones en Santa Rosa en 1956 y 1958.(Ninguno de los que estaban involucrados en la tareapensaba en una posible conexión entre las ruinas y lalocalización del Libro de Mormón. De hecho, casi todoel trabajo fue hecho por arqueólogos que no eranmormones.) Antes de 1974 el emplazamiento se había

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24.- Fundación Arqueológica del Nuevo Mundo, (N. del T.)

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inundado por las aguas que retrocedieron casi 70mil las por detrás de la presa Angostura .Consideraremos dentro de poco algunos hallazgosespecíf icos , pero pr imero vamos a examinar laposición general del área de Santa Rosa.

La investigación lingüística nos dice que la partesuperior del Grijalva yace en la confluencia de dosáreas principales donde existían pueblos e idiomasestablecidos desde hacía largo tiempo. Probablementehace un par de miles de años los idiomas mayas seextendían por gran par te de Guatemala,aproximadamente hasta la franja de yermo montañosoque separa las tierras altas de esa nación del valle delrío Grijalva.25 Río abajo, en las proximidades de

Laguna Francesa, un emplazamiento cerca de Santa Rosa, la cual sepropone como Zarahemla. La vista está orientada hacia el noreste,,hacia Gedeón, en la distante meseta. Fotografía de James C.Christensen, utilizada con el permiso de la Iglesia de Jesucristo de losSantos de los Ultimos Días.

25.- Terrence Kaufman, “Archaeological and LinguisticCorrelations in Mayaland and Associated Areas of meso-America,”World Archaeology 8 (1976):104; Gareth W. Lowe, “The Mixe-Zoque as Competing Neighbors of the Early Maya,” en The Originsof Maya Civilitation, ed. Richard W. Adams (Albuquerque:University of New Mexico Press, 1977), pp. 199-201.

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Chiapa de Corzo y extendiéndose al norte y el oeste, seencontraban los hablantes de los dialectos zoque; en elistmo, propiamente dicho, estaba el idioma mixe,emparentado de cerca con los anteriores. Ambosbloques, los hablantes mayas del lado guatemalteco ylos grupos que utilizaban lenguas de la familia mixe yzoque, que se encontraban en el lado del istmo deSanta Rosa, hacía mucho tiempo que se encontrabanallí. Se ha demostrado que el antiguo mixe-zoqueprobablemente fue el idioma de los olmecas de la costadel Golfo, mientras que es probable que los hablantesdel maya estuvieran en las montañas Cuchumanes deGuatemala desde bastante antes del 1000 a.C.26 (Sinembargo las pruebas de que se hablaran las lenguasmayas hasta épocas posteriores al Libro de Mormón enlo que son las áreas de las tierras altas de Guatemala,donde mejor se pueden emplazar los asentamientoslamanita y nefita, son poco seguras.27) Pero parece queni siquiera el principal grupo de lenguas se establecióen el alto Grijalva, por lo menos no hasta bastantedespués de la muerte de Cristo. Esa zona intermediaparece haber sido una frontera lingüística. El pueblo deZarahemla se trasladó al área, partiendo de la costa delgolfo, atravesando tierras que eran ocupadas porpueblos que habían hablado zoque desde hacía siglos.En los días de Mosíah, sus seguidores localesprobablemente hablaban un idioma similar al zoque.Mosíah y su grupo, que venían de otra dirección, seencontraron entre los primeros de una serie de gruposque se desplazaron desde Guatemala hacia este valledurante los siguientes mil años.

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26.- Lyle Campell y Terrence Kaufman, “A Linguistic Look at theOlmecs,” American Antiquity 41 (1976):80-88.

27.- Donald L. Brokington, The Ceramic History of Santa Rosa,Chiapas, Mexico, NWAF 23 (1967), p. 68; Gareth W. Lowe, ThomasA. Lee, Jr. y Eduardo Martinez Espinosa, Izapa: An Introduction tothe Ruins and Monuments, NWAF 31 (1982), pp. 10-15.

La secuencia arqueológica de Santa Rosa esinteresante en lo que se refiere al Libro de Mormón,aunque los hal lazgos permanecerán s iempreincompletos porque el emplazamiento está ahorasumergido. Las construcciones públ icas másimportantes, de lo que parecen haber sido túmulos quesirvieran de cimiento para “templos” o “palacios”,comenzó, en una escala modesta, aproximadamente enel 300 a.C.28 Esto coincidía con el crecimiento depoblación, lo que dio como resultado la “ciudad” deZarahemla, que el grupo de Mosíah encontraría un parde generaciones después. El lugar nunca pasó de ser unpequeño y modesto pueblo, tal y como nosotroscalculamos los tamaños, durante la época en la quereinaron Mosíah, su hijo Benjamín y Mosíah II.Alrededor del 100 a .C. es evidente un fuer teincremento de la prosperidad de la ciudad, y seerigieron un gran número de importantes estructuraspúbl icas . Estas condiciones cont inuaronaproximadamente durante un siglo.29 Exceptuando elemplazamiento de Chiapa del Corzo, más lejos, ríoabajo, Santa Rosa llegó a ser la “ciudad” más grande ysignificativa de la cuenca del Grijalva, justo en laépoca en la que se dice, en el Libro de Mormón, queZarahemla llegó a ser un centro regional.

En las excavaciones hechas por la FundaciónArqueológica del Nuevo Mundo salió a la luz un hechoexcepcional sobre las caracter ís t icas de esteasentamiento. El arqueólogo Donald Brockington,quien ayudó a excavar parte del túmulo, con forma depirámide, más grande, en el centro de Santa Rosa,encontró que en esta estructura, construida en el siglo Ia.C. se había depositado una capa de grava, la cual se

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28.- Ibid. A. Delgado, Archaeological Research at Santa Rosa,Chiapas, NWAF 17 (1965), pp. 3, 79.

29.- Brockington, Ceramic History, pp. 60-61. Cf. Levi-Straussianstructuralism?

había estucado por encima como base sobre la cual seconstruiría después el túmulo. La base de grava era dedos tipos completamente diferentes, que claramente sehabían llevado allí de dos orígenes. La línea queseparaba las dos áreas de grava era meticulosamenterecta y estaba orientada aproximadamente hacia el estey oeste, dividiendo la estructura exactamente por lamitad. Además los habitantes del emplazamientovivían en dos zonas de forma oval separadas una deotra por una zona de ceremonias orientada a lo largode esta misma línea. Brockington concluyó que lagrava la habían depositado dos diferentes grupossociales (y quizás l ingüísticos) que ocuparon elemplazamiento y que parecen haber es tadorelacionados el uno con el otro por medio de ritualesformales y acuerdos políticos.30 ¿Pudieron haber sidoestos dos grupos el pueblo de Zarahemla y el de Nefi?Mosíah 25:4 apoya esta posibilidad: “Y ahora, todo elpueblo de Nefi se hallaba reunido, y también todo elpueblo de Zarahemla; y se hallaban congregados endos grupos.” También las “ iglesias” que Almaorganizó (Alma 25:19-21) se basaban probablementeen unidades étnicas y de lugar de residencia. Si dospueblos diferentes vivían realmente de seccionesdiferentes, en el interior de la ciudad, esta disposiciónestaría de acuerdo con la lo que se hizo después enMesoamérica.31

Más luz en cuanto al tamaño y asentamiento deZarahemla se deriva de la historia de la reuniónceremonial que convocó Benjamín, el hijo de Mosíah.Un día, Benjamín comunicó a su pueblo que se

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30.- Brockington, Ceramic History, pp. 60-61. Cf. Levi-Straussanian structuralism?

31.-Rene Millon, The Teotihuacan Map, vol. 1 (Austin:Universityof Texas Press, 1973), pág. 40; John Paddock, Problemas Comunesde la Lingüística y la Arqueología en Oaxaca, INAH, CentroRegional de Oaxaca, serie Conferencias 4 (1976), pp. 1, 7.

reuniera ante el templo al día siguiente (Mosíah 1:10,18; comparar con 3 Nefi 17:3; 19:1-3). Calculandocuanto t iempo le l levar ía mandar mensajeros ycongregar a la multi tud, resulta improbable quealguien llegara de una distancia superior a 20 millas.(posteriormente ese era todavía el tamaño aproximadode la tierra inmediata a Zarahemla, en la época de labatal la amlici ta) . La cant idad de personas queasistieron a la asamblea de Benjamín era algo másgrande de lo que se podía acomodar “dentro de losmuros del templo” -probablemente la plaza o el áreasagrada del patio (Mosíah 2:7). Inicialmente el reyhabía supuesto que la multitud podía caber en el áreapara que él pudiera hablarles directamente, pero elgrupo resultó ser demasiado grande para escuchar alanciano gobernante. (John Wesley, a los 70 años, fuecapaz de predicar a 20.000 personas al aire libre enInglaterra, lo que nos sugiere que el tamaño de laasamblea de Zarahemla quizás era un poco másgrande) . La extensión de la t ierra , sumado a lacantidad de personas reunidas, sugiere que en la épocade Benjamín, cerca del 125 a.C., la población cuyocentro era Zarahemla era del orden de 25.000, muchade la cual habitaba en pueblos, cerca del asentamiento,especialmente a lo largo del río.

¿Podría llamarse razonablemente ciudad a eseasentamiento tan pequeño? Actualmente nosotrospensamos que las ciudades son áreas urbanas conmillones de habitantes, y por eso quizás esperamos quelos antiguos centros de población fueran más grandesque lo que realmente fueron. El término ciudad parecehaber tenido un significado definido y formal entre losnefitas y que no estaba conectado directamente con lacantidad de habitantes del asentamiento. La historia deAlma y su grupo nos lo clarifica. Sólo eran 450(Mosíah 18:35) cuando huyeron al yermo para escapardel rey Noé. Encontraron un valle que evidentementeno se había colonizado en esa época; se quedaron allí,

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dándole el nombre de Helam. Los recién llegados“empezaron a labrar la tierra y comenzaron a construiredificios” (versículo 5). Entonces después de que sehubo completado la labor pionera básica, “edificaronuna ciudad que nombraron la ciudad de Helam”(versículos 19-20). He aquí la creación consciente deuna ciudad instantánea. Crearla fue algo diferente quemeramente colonizar el valle. No podía haber pasadomás que una década entre su l legada y elestablecimiento de lo que se llamaba una ciudad, asíque todavía eran sólo unos cientos de personas.Además, no se añadió población por el hecho defundar una ciudad; los únicos habitantes eran los queestaban presentes antes. Puesto que tener gran cantidadde población no pudo haber sido la base para que ellugar fuera designado como ciudad32, ¿qué es lo quesignificaba el término?

Esta pregunta de qué es lo que constituye unaciudad atormenta también a los expertos. En unareciente controversia entre dos antropólogos se ve aldoctor Smith desafiar la definición de ciudad de ladoctora Crumley. El se queja de que utilizando ésta,tendríamos que llamar ciudad al asentamiento de SanJosé Mogote, en el estado de Oaxaca, Méjico, ya en elperiodo del 1300 al 800 a.C., en el cual Smith piensaque no lo era . Crumley responde que según sudefinición, San José Mongote realmente habría sidouna ciudad, comparable en función con las antiguasciudades griegas, cuyas poblaciones tampoco eranimpresionantes, pero sobre las que muchos están deacuerdo en que deberían l lamarse ciudades.

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32.- M. E. Smith, “State Systems of Settlement: Reponse toCrumley”; y C. L. Crumley, “Reply to Smith,” AmericanAnthropologist 79 (1977): 903-6 y 906-8, respectivamente. Se danconvenientemente datos sobre el tamaño comparativo de San JoséMogote en Marcus C. Winter, “Differential Patterns of CommunityGrowth in Oaxaca,” en The Early Mesoamerican Village, ed. Kent V.Flannery (New York: Academic Press, 1976), pp. 237-43.

(Casualmente, sucede que San José Mongote es elemplazamiento arqueológico más impresionante delvalle de Oaxaca, en ese periodo de tiempo, al que yoidentifico con la tierra de Morón, de los jareditas. Elregistro jaredita no se refiere en ningún sitio a laciudad de Morón, así que ni el punto de vista de Smithni el de Crumley se corresponden con el caso del Librode Mormón.)

La palabra hebrea que se ha t raducido como“ciudad” tenía fundamentalmente el significado de“centro donde se encontraba el templo.” Estudiosrecientes han demostrado que los centros de poblaciónde la Antigua América fueron planeados para que lasestructuras y los monumentos de piedra estuvieranalineados con los puntos por donde el sol y la lunasalían y se ponían en los solsticios y equinocios, ytambién estaban orientados según las característicasprominentes del paisaje. 33 Esto era una practicaestablecida también desde hacía tiempo en el AntiguoMundo (ver nota 8). Hasta aquí está claro que uncentro formal en el que se encontraba el templo teníaque planearse conscientemente, no sólo establecersepor capricho (por una elección casual o un accidentehistórico). Ciertamente la religión o su visión delmundo era el centro de la fundación de una “ciudad”.El grupo de Alma llegó a existir por causa de suscreencias religiosas. Anteriormente Alma había sidosacerdote durante el reinado del rey Noé y despuéssirvió a su propio grupo como tal (ver Mosíah 17: 1-2).Siendo uno de los sacerdotes del rey Noé,probablemente ayudó a planear las “torres” o los

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33.- Anthony F. Aveni, Archaeoastronomy in PrecolumbianAmerica (Austin: Univesity of Texas Press, 1975); idem, NativeAmerican Astronomy (Austin:University of Texas press, 1977); RayA. Williamson, ed. Archaeoastromy in the Americas, Ballena PressAnthropological Papers no. 22 (Los Altos, California: Ballena Press,1981).

túmulos piramidales del templo que éste había erigido(Mosíah 11: 12-13). Cuando se construyó la ciudad deHelam, bajo la propia dirección de Alma, losconstructores se debieron guiar por los fundamentos dela pract ica re l igiosa nef i ta . Podemos estarrazonablemente seguros de que su ciudad -y cualquierotra ciudad nefita- calificaban como tales, en parte, porposeer un recinto de ceremonias con su centro en untemplo, formalmente dedicado, que proclamaba lacondición de la comunidad como una entidad políticade importancia. Una ciudad, según la terminología delLibro de Mormón, tenía que tener una cierta categoríaautorizada, pero no tenía que tener el tamaño de unametrópol is , n i s iquiera determinado número dehabitantes.

También sabemos algo acerca del modo deasentamiento a partir de la historia de Helam. Ungrupo armado lamanita persiguió al pueblo de Limhicuando huyó de la tierra de Nefi, unos once añosdespués de que sal iera e l grupo de Alma. Losperseguidores se perdieron y tropezaron con Helam. Elpueblo de Alma, “en la tierra de Helam, sí, en laciudad de Helam, mientras labraban el terrenocircunvecino,” vieron al ejército lamanita acercarse asu valle. “Los hermanos de Alma huyeron de suscampos y se reunieron en la ciudad de Helam”.Observese esta extraña expresión; parece confundir ladiferencia entre “tierra” y “ciudad”. Esto implica quelos campos estaban en la ciudad, así que la ciudad nohabría sido poblada compactamente. Después, cuandose dio la alarma, el pueblo corrió a reunirse con sulíder religioso “en la ciudad”, lo que ahora se debe dereferir al recinto de las ceremonias. Debió de ser en elcentro sagrado donde él habló con el los porqueinmediatamente les dio consejo espiri tual y oróformalmente por e l los como Sumo Sacerdote(versículos 27-28).

215LOS PRIMEROS NEFITAS

El modelo de asentamiento que se presenta enHelamán es similar al que sabemos que caracterizabamuchos de los centros ceremoniales del sur deMesoamérica, incluyendo especialmente las tierrasaltas de Guatemala donde se situaba Helam. La unidadde asentamiento mesoamericana que encajalógicamente con lo que el Libro de Mormón llama“tierra” (centrada en una sola ciudad) consistía en elárea habitada por todas las personas que se reunían enel centro, donde se encontraba el templo para laadoración, el comercio y la administración civil.Sabemos que en las tierras bajas del país maya un díade viaje hacia el centro o desde el mismo comprendíanormalmente el radio de la tierra local, y la escala eraprobablemente bastante igual en todas partes. (El radiode un sólo día concuerda con lo que vimos en el casode la asamblea de Benjamín en Zarahemla.) Amenudo, los campos aparecían entremezclados con lascasas, y una cantidad considerable de los residentespermanentes del mismo centro eran funcionariosreligiosos.34 El modelo de asentamiento de Helam tieneclaramente sentido en los términos de este modelomesoamericano.

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34.- W. R. Bullard, Jr., “Settlement Patterns and Social Structurein the Southern Maya Lowlands During the Classic Period,” Actas yMemorias, 35a Congreso Internacional de Americanistas, Mexico,1962, vol. 1 (Méjico, 1964), pp. 279-87; Stephan F. Borhegyi,“Settlement Patterns in Guatemalan Highlands: Past and Present,” enPrehistoric Settlement Patterns in the New World, ed. Gordon R.Willey Wiking Fund Publications in Anthropology no. 23 (New York,1956), pp. 101-6. Aun a pesar de que esta visión está indudablementeidealizada y en cierto modo es poco exacta, probablemente representarealmente un modelo frecuente, si no típico. Para encontrar una críticaal concepto del “centro ceremonial”, ver Marshall Becker, “Priest,Peasants, and Ceremonial Centers: The Intelectual History of aModel,” en Maya Archaeology and Ethnohistory, ed. NormanHammond y Gordon R. Willey (Austin: University of Texas Press,1979), pp. 3-20.

Lo que hemos visto concerniente a la Zarahemla deBenjamín nos advierte de que el lugar no era unenorme centro de población, aunque tenía un tamañoconsiderable para su tiempo. Era el centro político-religioso clave de una región que contenía algunasdecenas de miles de personas; sin embargo, en toda laépoca de Mosíah I o de su hi jo Benjamín(aproximadamente del 225 al 125 a.C.) no hay ningunaindicación de que fuera un centro administrativo quecontrolara ciudades secundarias. En ese periodo, SantaRosa tenía las mismas características.

Ya que hemos tratado la reunión convocada por elrey Benjamín, éste puede ser un lugar apropiado paraplantearnos una pregunta cultural en particular. Laspersonas que se reunieron para oir al rey Benjamín“plantaron sus tiendas en los alrededores del templo,cada hombre con la puerta de su tienda dando hacia eltemplo, para que así se quedaran en sus tiendas yoyeran las palabras que el rey Benjamín les iba ahablar;” (Mosíah 2:6). ¿Que era una “tienda” nefita?;¿es posible que la multitud hubiera estado sentada enrefugios irregulares al estilo de los árabes? El términotienda aparece unas 64 veces en el Libro de Mormón,así que la pregunta puede merecer atención.

Generalmente, los traductores de la Biblia han dadoa la raíz hebrea ´hl una gama bastante amplia deposibles significados. Algunas se refiere a tiendaspropiamente dichas, según el modelo de las usadas porlos nómadas del desierto del sureste de Asia; pero parasemi-nómadas como Abraham o Isaac el términotambién podía s ignif icar “cabaña” y también“tienda.”35 En el uso posterior, a medida que losisraelitas se hicieron habitantes sedentarios de puebloso ciudades, su significado se amplió aún más. Por

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35.- K. Koch, “ohel,” en Theological Dictionary of the OldTestament, ed. G. J. Botterweck y H. Ringren (Grand Rapids:Eerdmans, 1974), pp. 119-20.

ejemplo, en Salmos 132:3 y Proverbios 7:17 la palabraemparentada´ohel significaba “toldo (sobre unacama),” mientras que en el Nuevo Testamento, Juan1:14 literalmente dice “él plantó su tienda entrenosotros” para comunicar el pensamiento “él vivióentre nosotros”. Un relato hitita dice que el diosElkurnisha vivía en una “tienda” hecha de madera.36 Enescritos provenientes del sur de Arabia, de la época deLehi , y también en el árabe clásico, idiomasestrechamente emparentados con el hebreo, la raízsignifica tanto “familia” o “tribu” como tienda. En ellenguaje, también semítico, de los babilonios, unapalabra con la misma raíz significa “ciudad,” “pueblo”“propiedad” o “unidad social” e incluso formaba partede la palabra que significaba cama. Un equivalenteegipcio se podría leer como “cabaña, tienda de pelo decamello, campamento”.37 Además, el doctor HughNibley nos recuerda que “durante todo el mundoantiguo ... las personas debían pasar la época del granfestival nacional de Año Nuevo viviendo en tiendas.”38

Pero para estas ocasiones los israelitas usaban cabinasimprovisadas hechas de ramas, ya que cada vez eranmenos los habitantes de ciudad que poseían tiendasgenuinas. Naturalmente los nefitas solían vivir enedificios permanentes (ver, por ejemplo, Mosíah 6:3).El pueblo de Alma plantó “sus tiendas” después dehuir hacia Helam, pero después “comenzaron aconstruir edificios” (Mosíah 23:5). Se nos dice que lasfuerzas militares que se trasladaban utilizaban tiendas(Alma 51:32, 34; 58:25), pero es casi increíble quetoda la armada lamanita a la que se refiere Alma 51

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36.- A. Haldar, Who Where the Amorites? (Leiden: Brill, 1971),pág. 52.

37.- A. Rothkoff, “Tabernacle,” Enclycopaedia Judaica 15(1972):679.

38.- Hugh Nibley, An Aproach to the Book of Mormon (Salt LakeCity: The Church of Jesus Christ of Latter Day Saints, 1957), pp. 207-9.

transportara tiendas plegables sobre sus espaldas através de un país tropical, a cientos de millas de latierra de Nefi. Es mucho más probable que erigieranrefugios de arbustos o de cualquier otro material quepudieran encontrar en las proximidades, refiriéndose aésos o a cualquier otro refugio temporal con la palabratradicional de t ienda. En algunas par tes deMesoamérica, los granjeros todavía improvisansencillos refugios de arbustos cuando pasan la nocheen sus campos, durante la estación de más trabajo; y enla época de la conquista española, Bernal Díaz informóque los soldados de sus aliados indios “erigían suschozas” cuando se trasladaban durante la campañamilitar.39 Así que, cuando leemos que los súbditos deBenjamín se sentaron en sus tiendas escuchando susermón, deberíamos entender que ellos podrían haberestado debajo de un refugio muy diferente de lo queviene a nuestra mente cuando oímos la palabra“tienda.”

DisidentesLeemos acerca de “contiendas”40 y “deserciones”

entre los nefitas que comienzan en los días del reyBenjamín (Palabras de Mormón 1:16.) Esta agitaciónsocial continuó en alta medida durante el siguientesiglo y medio. Nunca se nos dicen claramente lascausas, pero los resultados son evidentes: las personasdescontentas o trataban de disponer de otro modo lasociedad nefita desde sus fundamentos (ver, porejemplo, Alma 2:2-4; 3 Nefi 7:2, 6-7) o desertabanintentando llevar a cabo sus propósitos en otro lugar(como en Alma 46:4-6, 10, 29; 3 Nefi 7:12-13).

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39.- Bernal Díaz del Castillo, The Bernal Diaz Chronicles, trad. yed. Albert Idell (Garden City, New York: Doubleday, 1956), pág.133.

40.- En la traducción oficial del Libro de Mormón en castellanotraducecontention como “contención”, pero su traducción real es“contienda”. (N. del T.)

Destacan dos causas probables de los problemas. Unaera la falta de tierra cultivable adecuada. En unmomento leemos, “había muchos que deseaban poseerla tierra de su herencia,” la cual era la tierra de Nefi(Omni 1:27) . Esto se puede entender como unaderivación de la escasez de t ierra deseable enZarahemla. Un incidente posterior es más claro. En lastierras costeras de Moriantón y Lehi, se produjo una“acalorada contienda” sobre unas tierras disputadas,hasta el punto de que un grupo se dirigió a la tierra delnorte, donde pensaban que la tierra era más abundante(Alma 50:25-26, 29). Las migraciones a gran escalaque vinieron un poco después, cuando la poblaciónhabía aumentado aún más, es taban motivadasclaramente por e l deseo de nuevas t ierras deasentamiento (Alma 63:4; Helamán 3:3-12).

El deseo de poder causó aún más disensiones que latierra. Alma 51 cuenta una historia que nos es familiary que leemos en muchos otros lugares: “ahora bien, losque estaban a favor de los reyes eran personas deilustre linaje que deseaban ser reyes; y los apoyabanaquellos que ambicionaban poder y autoridad sobre elpueblo” (versículo 8). Más tarde, Giddiani, el cabecillade una “sociedad secreta” de alborotadores, reveló, enuna carta remitida al dirigente nefita Laconeo, qué eralo que buscaban sus seguidores: “confío en queentregaréis vuestras tierras y vuestras posesiones sinefusión de sangre, a fin de que recuperen sus derechosy gobierno los de mi pueblo, que se han separado devosotros por causa de vuestra iniquidad al privarlos desus derechos al gobierno” (3 Nefi 3:10). Aquí ladisputa no es sobre las tierras meramente “a fin de quemediante su trabajo tuvieran de qué vivir” (3 Nefi 6:3),ni siquiera sólo sobre posesiones materiales, sino quees de poder. Se incluyen los “derechos” por que se lesconsidera un medio para obtener poder. Este problemaemerge una y otra vez en esta parte del Libro de

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Mormón.41 Sin duda, algunos de los disidentes eransimples aventureros (como el “rey” Jacob -3 Nefi 7:9-10), pero otros pudieron haber sido descendienteslegítimos del antiguo jefe Zarahemla, cuyo linaje salióperdiendo en el cambio de poder, cuando Mosíah llegóa ser rey. Luego, en los días de los jueces, después quela monarquía hubiera quedado totalmente abolida, esprobable que varios de los descendientes de losprimeros reyes, Mosíah, Benjamín y Mosíah hijo,sintieran que su noble linaje les daban el derecho detener privilegios especiales.

En los asuntos nefitas el derecho a gobernar era lamanzana de la discordia. El bandido Giddiani es unejemplo, con su preocupación de que se les habíaquitado injustamente los “derechos de gobierno” a losque le eran leales, como lo muestra su insolenteinsistencia a Laconeo, el gobernador nefita (3 Nefi3:10). El tema se repite una y otra vez: el disidenteAmmorón se quejaba de que Nefi había robado a sushermanos “su derecho a gobernar, cuando justamenteles per tenecía” (Alma 54:17) , La guerra de losdisidentes de los nefitas y de los lamanitas era “parasubyugar a los nefitas a nuestra autoridad” (Alma54:20); Amalickíah “ambicionaba ser rey” y él y susasociados “codiciaban el poder” (Alma 46:4); los quepertenecían a la banda de Gadiantón deseaban ser“colocados en puestos de poder y autoridad entre elpueblo” (Helamán 2:5); Moroni estaba enfadadoamargamente con los rebeldes “que quieren usurpar elpoder y la autoridad” (Alma 60:27); la sociedadsecreta logró “la adminis t ración exclusiva delgobierno” (Helamán 6:39).

Se suponía que estos dominadores tenían laautoridad en virtud de su posición como cabezas delinajes de dirigentes. En el fondo, el modelo provenía

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41.- Hugh Nibley, Since Cumorah (Salt Lake City: Deseret Book,1967), pág. 398.

del Viejo Mundo, naturalmente. Pero el primer Nefifue el primero en seguir esta práctica en la tierraprometida americana, cuando estuvo de acuerdo con lapetición que le hizo su pueblo de que fuera él su rey (2Nefi 5:18). Antes de su muerte él ungió a su sucesor. Apartir de entonces, todos los reyes llevaban el título de“nefi” (Jacob 1:11). El l inaje que fundó el Nefioriginal continuó teniendo la carta de derechos y losemblemas sagrados del liderazgo sobre todos losdescendientes de Lehi; ésta es precisamente la razónpor la cual los rivales intentaban exterminar su linaje.

El linaje nefi continuó siendo poderoso hasta elsiglo cuatro después de la muerte de Cristo, cuandoMormón llegó a ser su (último) líder (Mormón 1:5;2:1-2). Con toda probabilidad él fue el varón de másedad de la rama más antigua de su estirpe, o no sehubiera instalado tan fácilmente en una posicióncrucial de liderazgo sobre los ejércitos de su grupo, ala edad de 15 años, sin importar cuán carismáticascualidades llevara consigo a su tarea.

Los ambiciosos no buscan sólo el poder por elpoder. Era un medio para sat isfacciones másterrenales: por lo menos Giddiani es taba tanpreocupado por las “posesiones” y por “toda nuestrasubstancia” como lo estaba por los “derechos” y elgobierno (3 Nefi 3:2-12); este grupo secreto, bajo ladirección de Gadiantón y sus sucesores era de“ladrones” y saqueadores (Helamán 2:10; 6:18)42 queponían “sus corazones en sus riquezas” (Helamán6:17); la acusación de que los sacerdotes se estaban“saciando del trabajo” del pueblo (Alma 30:27-28; 31-32) tenía razón de ser, como hemos visto; además lasesferas más altas de la sociedad poseían ciudades,

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42.- En la versión inglesa del Libro de Mormón en Helamán 6:18se utiliza la palabra plunderers que se traduce como “saqueadores”.La traducción oficial en castellano usa la palabra “ladrones”, lo quesería repetir el término de Helamán 2:10 (N. del T.)

t ierras , rebaños, personas (Alma 8:7; 52:13ss . ;comparar con 51:8, 20; 53:2), y cosas por el estilo.Todo esto es congruente, punto por punto, con laimagen que tenemos del gobierno mesoamericano, porejemplo, con los caciques de Cuicatec o losgobernantes locales del centro de Méjico.43

Los pueblos mesoamericanos mezclabaninextricablemente lo que nosotros clasificamos comodos aspectos separados de la vida: “rel igión” y“pol í t ica .” La rel igión se hal laba ínt imamenteconectada con toda la vida, incluyendo las“contiendas” entre los grupos del Libro de Mormón.En su propia época, Alma hijo no era simplemente unincrédulo sino también un hombre “idólatra”, erudito ycon mucha labia (Mosíah 27:8). No solamente apartó alas personas de la Iglesia de su padre para hacerloscaer en la incredulidad, sino también para convertirlosa un culto que competía con la Iglesia. Otras figurasreligiosas también se oponían a los profetas. Sonnotables Sherem, Korihor y Amulón y sus sacerdotes.Lo característico en ellos era que utilizaban los asuntosreligiosos para obtener unos seguidores que leshicieran ser poderosos, tanto si diferían sinceramenteen sus ideas religiosas como si no. Se nos habla concierta extensión de un grupo disidente con un origendel que no se nos informa, los Amalekitas, que vivíanentre los lamanitas, en la ciudad de Nefi. Ellos creíanen Dios, tenían “sinagogas,” se sumaron a la “orden(sacerdotal) de Nehor,” y eran hombres de cultura(Alma, capítulos 21-24). Sólo una persona de esegrupo fue convertida por los misioneros nefitas.Obviamente, había fuertes y fundamentales creencias

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43.- Eva Hunt, “Irrigation and the Socio-Political Organization ofCuicatec Cacicazgos,” en The Prehistory of Tehuacan Valley, vol. 4:Chronology and Irrigation, ed. Frederick Johnson (Austin: Universityof Texas Press, 1972), pp. 201-30, aclara inestimablemente laestructura y funciones del gobierno en la Mesoamérica Pre-Colombina.

que los separaban de los nefitas ortodoxos, aunqueellos parecen haber tenido su propia ortodoxia (Alma21:5-6). Aún otros grupos se rebelaron en contra delevangelio sencillo y el orden ceremonial que habíaenseñado el rey Benjamín (Palabras de Mormón 1:17)y los igualmente estrictos requisitos establecidos porAlma (Mosíah 26:1-6) , incluyendo los famososzoramitas (Alma 31:8-25).

A pesar de lo limitados que son nuestros datos sobrela organización de la religión mesoamericana, todavíapodemos ver en ellos los mismos puntos que pone demanifiesto el Libro de Mormón. Cuando un pueblomesoamericano era conquis tado, generalmentesignificaba dos cosas: que los impuestos tenían quepagarse a nuevos recaudadores y que se impondría unnuevo conjunto de prácticas religiosas a la poblaciónsometida (comparar Alma 24:11; Moroni 1:3) .Mientras se siguieran los requisitos del nuevo ritual, sepodía continuar con los anteriores. Los gobernantespodían ser extremadamente severos con los puntos devista religiosos opuestos a los suyos, no tanto porasuntos de doctrina o de práctica como por el poderpolítico que legitimaba la religión. El hecho de que lascaras y los símbolos de los monumentos de piedra delas culturas antiguas fueran destruidos tan a menudomuestra esta conexión. Un erudito ha dicho que:“¿Cómo sabemos que [la religión mesoamericana] notenía ramif icaciones s imilares , digamos, a lcatolicismo, al protestantismo o a otras religionescristianas? En ese caso, no sería nada extraordinarioque fueran destruidos algunos monumentos conconnotaciones religiosas.”44 La unión entre los asuntosreligiosos y políticos se encuentra ilustrada en el Libro

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44.- Los comentarios de Ignacio Bernal en Dumbarton OaksConference on the Olmec, ed. Elizabeth P. Benson (Washington:Dumbarton Oaks, 1975), pp. 72-77, extiende el tratamiento de ladestrucción de monumentos.

de Mormón en Alma 43:47, 44:7, 46:7-24 y Mormón8:7-10, por ejemplo. Así vemos que el modelo quecompartían las culturas mesoamericanas y los pueblosdel Libro del Mormón era la disensión en lascreencias, así también como los conflictos sobre elderecho a gobernar, con guerras devastadoras comoconsecuencia.

Nuestras consideraciones sobre el origen de ladisidencia nos conducen de nuevo a los detallesgeográficos de una historia importante del Libro deMormón. Un grupo, dirigido por Zeniff, se aproximó ala tierra de Nefi para “heredar la tierra” (Mosíah 9:3).La ruta que siguieron fue utilizada por muchos otrosgrupos antes y después de el los . Par t iendo deZarahemla, era el camino más corto que conducíafuera de la depresión cálida y húmeda, a lo largo delrío Sidón, hacia Gedeón, un valle de montaña. Estaruta, que era la preferida, conducía a través de Gedeón(Alma 17:1) hacia el sur, pasado Mantí. (Pero no hayningún lugar en el que se diga que los viajerosatravesaran la propia ciudad de Mantí.) Después subíaotra vez hasta atravesar las montañas de la franja deyermo. Pero había más de un camino para ir, y algunasrutas eran más escarpadas que otras (Alma 17:7-9,también el 5; Mosíah 7:4). Más allá de la peor zona deyermos, a través de las tierras altas de Nefi, hasta laciudad de Lehi-Nefi , e l camino todavía eraaccidentado, y los grupos se podían perder (Mosíah23:30).

Cuando examinamos la geografía mesoamericanaentre el centro de Chiapas y el valle de Guatemala,emerge una imagen paralela. El transito de personasrío arriba y abajo, cerca del gran río, siempre ha sidolimitado por la dificultad del terreno, particularmentepor la presencia de corrientes que fluyen hacia elGrijalva, las cuales han abierto barrancos difíciles deatravesar. Los riscos que se encuentran cerca del río ylas pequeñas colinas del fondo del valle hacen más

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complicada la ruta. El camino más común, con mucho,para salvar estos obstáculos ha sido ascender y viajar através de las tierras altas de Chiapas. Los viajeros semueven más rápidamente por estos valles llanos y declima más fresco, por donde pasa actualmente laautopista inter-americana. Hay buenas razones para verlos traslados de los grupos del Libro de Mormón, através de Gedeón, como un duplicado de esta ruta. Elcamino nefita salía del valle de Gedeón y bajaba denuevo hasta la tierra de Manti, a lo largo del río (Alma17:1), como lo hace hoy en día la autopista y como lohacia el “camino real” colonial español. Ambas rutasdiscurrían a través del valle Comitán (probablementeGedeón) y bajaban hasta el valle que se encontraba enla cabecera del río Grijalva, que se corresponde con elárea de Manti. Desde ese punto, el camino tradicionalsubía hacia la parte más fácil de atravesar del macizo omeseta de los Cuchumanes. Allí la superficie era otravez relativamente llana y el clima y el abastecimientode agua mucho más deseable que en las rutasalternativas, por los áridos y estrechos desfiladeros delrío (por donde los misioneros podrían haber ido, Alma17:5). Una vez en el interior de Guatemala, losviajeros experimentados seguían un par de rutasestablecidas donde se encontraban puntos fiables paraconseguir agua. Los viajes eran especialmentecomplicados en esas tierras altas porque las corrienteshabían abierto escarpadas simas. McBryde describevívidamente el problema: “Los inmensamenteprofundos cañones son a menudo tan abruptos que esmuy probable que el viajero imprudente se losencuentre de la manera más inesperada. Puede parecerque los blancos edif ic ios de un pueblo, queresplandecen bajo la brillante luz del sol, más allá delos pinos, se encuentran a sólo una milla o dos dedis tancia , en apar iencia justo al l í delante . Sinembargo, otro cientos de yardas nos darán a conocerque los árboles más cercanos están al borde de un

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estrecho abismo.”45 En consecuencia, los traslados enlas t ierras a l tas de Guatemala/Nefi deben estarlimitados a unas pocas rutas seguras o el viajero tieneproblemas (Mosíah 23:30, 35). Por toda la zona, lossenderos tienden a quedarse en las elevaciones menoserosionadas, altas y onduladas; la ruta principaltodavía discurre cerca de la vertiente continental.

Más Detalles sobre NefiJusto en el noroeste del valle de Guatemala se

encuentra una colina prominente, pero suavementeinclinada, que se eleva unos pocos cientos de yardassobre el paso adyacente. Esta elevación se encuentraen tal posición que cualquiera que venga del noroestela buscaría para dominar todo el valle. En la cumbre deesa colina se hallan los restos de un emplazamientoarqueológico, que incluyen una estructura de pirámide,llamada Alux por el arqueólogo Edwin Shook, que fueel primero en informar sobre el mismo.46 No se hahecho ningún estudio sobre las ruinas, así que no sepuede dar la fecha de su construcción; pero si es comola de muchos otros emplazamientos de esa áreademostrará que ha sido util izada durante muchotiempo, comenzando, probablemente, a finales delperiodo pre-clásico (en los últimos siglos anteriores alnacimiento de Cristo), que es cuando el rey Noé “hizoque se construyera una gran torre sobre el collado queestaba al norte de la tierra de Shilom” (Mosíah 11:13).La construcción que encontró Shook está en el lugaradecuado para haber sido esa misma torre. Ammón ysu grupo también tomaron un descanso en este lugarpara echar un vistazo antes de bajar hacia la ciudad deLehi-Nefi (Mosíah 7:5, 16).

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45.- McBryde, Cultural and Histoical Geography, pp. 6-7.46.- Edward M. Shook, “Lugares Arqueológicos del Altiplano

Meridional Central de Guatemala,” Antropología e Historia deGuatemala 4, no.2 (Junio 1952):5.

En el val le de Guatemala las dis tancias y latopograf ía coinciden notablemente con lasafirmaciones geográficas del Libro de Mormón. Latierra de Nefi, en el sentido restringido del término,podría haber consistido en el fondo superior del valleocupado hoy por la c iudad de Guatemala y sussuburbios (ver el mapa 8). Se concentraba sobre la unaciudad antigua e irregular que los arqueólogos hanllamado Kaminaljuyu (“las colinas de los muertos”).Las seis millas cuadradas de la parte superior del vallese encontraban a una elevación de entre 4.800 y 5.500pies. La tierra de Shilom, el nivel inferior del valle,podía ser que se hubiera encontrado entre el ríoVillalobos, que hace una curva, y el lado norte del lagoAmati t lán. San Antonio Frutal , e l segundoemplazamiento más grande del valle, está en una zonamás llana, con una elevación de cerca de 4.300 pies.Los “enormes túmulos” encontrados allí datan, enparte, de antes del nacimiento de Cristo, aunque susrestos más importantes están fechados como delclásico inicial, casi al final de la época del Libro deMormón.47 En relación a la ciudad de Nefi, a unas sieteu ocho millas de allí, ocupa una posición que encajaclaramente con las afirmaciones que el Libro deMormón hace de las dos. El área de Shi lom esaproximadamente la mitad de extensa que la porciónde valle de Nefi. La colina de la que hemos habladoantes se encuentra aproximadamente al noroeste(según nuestras actuales direcciones) de San AntonioFrutal; el Libro de Mormón llama a esta dirección“norte”.

Shemlón era una tierra de la localidad bastantediferente. La región que reúne los requisitos para serloes la de Amatitlán, que rodea a la moderna ciudad delmismo nombre y la cercana or i l la sur del lagoAmatitlán. Se encuentra a más de 1.600 pies por

228 UN MARCO GEOGRAFICO

47.- Ibid., pág. 26.

debajo de Nefi y muy por debajo de nuestra tierra deShilom. El área de Shilom terminaba en un abruptoacantilado a cuyos pies se encontraba el gran lago,Amatitlán, de alrededor de seis millas de largo. Suorilla sur ha estado muy poblada durante milenios. Porlo menos tres asentamientos se remontan a la época delos zeniffitas/lamanitas y probablemente hay otros enlas cercanías. Geográfica y culturalmente el área deAmatitlán estaba íntimamente ligada con el área que seencontraba al pie de la colina, una docena de millasmás abajo, hacia la costa . All í , unos cuantosemplazamientos, que datan de los primeros siglosantes del nacimiento de Cristo, dan testimonio de unaconsiderable población que sería probablemente“lamanita,” cuyos restos nos sugieren, por su estilo,que descendían de los supervivientes olmecas. Estosería de esperar a la luz de lo que hablamos de loslamanitas de la costa, a los cuales Nefi y su grupohabían dejado atrás. Más tarde, los gobernanteslamanitas siguieron a los nefitas, yendo también a unterreno más elevado, donde Shemlón se convirtió en sufortaleza, pero esa tierra estaba ligada geográfica yculturalmente con los antiguos emplazamientos en lastierras bajas.

En la época de Zeniff, Noé y Limhi, Shemlón era,c laramente, la base lamanita; los a taques a loszeniffitas, que eran gobernados por esos hombres,siempre venían desde o a través de Shemlón. Cuandoel rey lamanita dio la bienvenida por primera vez aZeniff y su pueblo, que habían venido de Zarahemla, elgobernante estuvo deseoso de hacer salir a su propiapoblación de Nefi y Shi lom y hacer la volver aZarahemla con la esperanza de explotar a los nefitasque habían regresado (Mosíah 9:6-7, 10, 12); pero elconflicto resultó inevitable. La primera escaramuzaentre los dos grupos l legó cuando los lamanitasatacaron a algunas personas del pueblo de Zeniff queestaban “abrevando y apacentando sus rebaños y

229LOS PRIMEROS NEFITAS

cultivando sus tierras . . . al sur de la tierra de Shilom”(versículo 14) . El a taque lamanita subió desdeShemlón (Mosíah 10:6)48 A partir de entonces, Zeniffpuso un centinela en la frontera entre Shemblón yShilom, anticipándose a un nuevo ataque. Con elt iempo, los lamanitas s í que volvieron pero nointentaron acortar por Shiblón en su camino haciaNefi. En vez de esto salieron de Shemlón y “subieronpor el lado norte de la tierra de Shiblón” (versículo 8),con la esperanza de evitar la tierra Shilom al oeste,tratando de burlar al centinela y atacar Nefi de repente.Zeniff y sus hombre sabían que algo se es tabatramando, los centinelas que había puesto mirando aShemlón desde lo alto les habían alertado. Cuandolocalizaron al enemigo que avanzaba, “subieron” a lascolinas y lucharon contra los lamanitas al norte deShilom antes de que los atacantes pudieran rodear ybajar hasta Nefi mismo (Mosíah 10:10).49

Suponiendo que la ciudad de Lehi-Nefi fueraKaminaljuyu, actualmente la ciudad de Guatemala, losdetal les f ís icos de todo este suceso encajanperfectamente. Shemlón, al estar junto al lago, sería lapuerta al valle de Guatemala, a través de la cual lasfuerzas de la exuberante zona de pie de montaña seaproximarían a la ciudad. Entre los atractivos queShemblón tenía para la élite lamanita se podría haberincluido su clima, significativamente más cálido queKaminaljuyu (1.600 pies más elevado), pero no tanopresivamente caluroso como el de las tierras bajasadyacentes, la antigua base lamanita. Obviamente lafrontera entre Shilom y Shemlón sería el escarpadoacantilado que dominaba el lago y el río Villalobos,

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48.- En la versión oficial en castellano pone simplemente “venir”pero en inglés se emplea el verbo “come up” que implica quesubieron a un lugar más elevado. (N. del T.)

49.- En la versión oficial en castellano traduce “went up” como“salimos” pero en inglés implica que subieron. (N. del T.) Vease lanota anterior.

MAS DETALLES DE LA TIERRA DENEFI (VALLE DE GUATEMALA)

que hace una curva. Los cazadores furtivos lamanitaspodían haber llegado cómodamente hasta los rebañosnefitas cerca del río, mientras que el acantilado habríasido un emplazamiento ideal para los vigías de Zeniff.El terreno, lleno de colinas, del “norte de Shilom”donde las fuerzas lamanitas intentaron burlar a losdefensores nefitas, es exactamente el que exige lahistoria. La consistencia de la geografía se puedecomprobar en el mapa 8.

En este emplazamiento geográf ico tambiénpodemos ver cómo el rey Noé fue capaz de estar de piesobre la torre piramidal que había construido en laciudad de Nefi y ver Shilom, Shemlón y el áreacircundante (Mosíah 11:12). Shemlón habría estadovagamente a la vista colina abajo, a menos de treintamillas de distancia. Así que cuando el enfurecidoGedeón persiguió a Noé hasta lo alto de la torre,ambos pudieron vislumbrar al ejército lamanita quevenía hacia ellos desde Shemlón (Mosíah 19:5-9).

Esta mención a la torre de Noé exige unaexplicación, porque, así como ocurre con la palabra“tienda”, el término “torre” podría equivocar a loslectores que tienen un trasfondo cultural europeo. Unatorre, tanto en Mesoamérica como de acuerdo con elLibro de Mormón, era más que una estructura verticaldesde la cual uno podía ver a larga distancia. Losconceptos que conlleva se retrotraen a Mesopotamia,quizás hasta antes del 3200 a.C. La “gran torre” que semenciona en el primer capítulo del Libro de Eter era lamisma estructura de cuya destrucción nos hablaGénesis 11 y a la que popularmente se la llama “latorre de Babel”, aunque nadie sabe cuál habría sido laestructura en ruinas a la que se refirieron los jareditas.Era una gigantesca plataforma con los ladosescalonados e inclinados, que en el lenguaje babilonio(acadio) se llamaban ziqquratu (zigurat, en español).Se consideraba que estos zigurats eran montañasartificiales, en lo alto de las cuales la deidad podía

232 UN MARCO GEOGRAFICO

vivir o bajar a visitar a los hombres, en sagradaintimidad.50 Un zigurat también modelaba la relaciónentre los cielos, la tierra y el mundo de los muertos,porque el estrato superior simbolizaba el más altonivel de creación por encima de la tierra y los otrosestratos representaban, supuestamente, múltiplescielos. Aproximadamente para el 2000 a.C. la torresagrada de Ur, la ciudad Mesopotámica del sur, medía80 pies de alto. Catorce siglos después, cuando Nefidejó Jerusalén, el famoso zigurat de Nabucodonosor deBabilonia se elevaba a más de 270 pies.51

Estos imponentes edificios tenían importanciareligiosa y política, como se puede ver en Alma 46:36,48:1 y 51:20. Por lo que se refiere a su dimensiónreligiosa, por ejemplo, el profesor A. Wiercinski hademostrado recientemente que el más grande ziguratbabilonio, las pirámides egipcias y las dos pirámidesde Teotihuacán, en Méjico, todas ellas contienen, ensus dimensiones, una información inesperada. Resultanser una especie de representación codif icada ynumérica de las relaciones de tiempo y espacio entre elsol, la luna y las estrellas con sus movimientos. Estas“montañas cósmicas” de los antiguos parecen habersido una especie de modelos matemáticos de lasdimensiones del universo.52

En términos políticos y cívicos, una torre piramidalrepresentaba el tamaño y la importancia de lacomunidad. De hecho, la presencia de esa estructurapudo haber sido la característica más esencial de

233LOS PRIMEROS NEFITAS

50.- Richard J. Clifford, The Cosmic Mountain in Canaan and inthe Old Testament (Cambridge: Harvard University Press, 1972);William F. Albright, “The High Place in Ancient Palestine,”Supplements to Vetus Testamentum (Leiden: Brill, 1957), pp. 242-58;A. Parrot, Ziggurats et Tour de Babel (Paris: 1949).

51.- Jacquetta Hawkes, The First Great Civilization (New York:Knopf, 1973), pág. 122.

52.- Andrzej Wiercinski, “Pyramids and Ziggurats as theArchitectonic Representations of the Archetype of the CosmicMountain,” Katunob 10 (septiembre de 1977):69-111.

cualquier “ciudad”, como se dijo anteriormente. Lafamosa Pirámide del Sol , que se encuentra enTeotihuacán, se erigió con una altura de más de 210pies en el segundo siglo después de la muerte deCristo,53 un espectacular anuncio, por decirlo así, de laposición de la c iudad como el mayor centromesoamericano de su época. Así que las torres de Noédebieron de tener un gran significado político para él,sus sacerdotes, su pueblo y los lamanitas, junto a susindudables significados religiosos.

En la época del Antiguo Testamento, los israelitas ylas naciones circundantes construyeron y utilizaronestas sagradas elevaciones. Los profetas condenaronenérgicamente los “lugares altos”(bamoth) de loscananeos a los que acudían los israel i tas queapostataban (por e jemplo, en Ezequiel 43:7) .Actualmente, los arqueólogos saben que esasestructuras eran plataformas de tierra muy parecidas alas que se encuentran a miles en Mesoamérica. Segúnel pensamiento israelita, simbolizaban montañas ocolinas, igual que en cualquier otro lugar del PróximoOriente. Les parecía que, en ellas, el poder de loscielos era especialmente accesible; éste era un puntode contacto divino, “el ombligo de la tierra.”54 Tambiénse consideraba accesible el mundo de los muertos (nonecesariamente concebido como infierno) en el mismo“eje del mundo.” Los adoradores de Baal, en Canaán,creían que El , progenitor de los dioses, vivía enAlphaca, un lugar de la costa donde una montaña seeleva directamente por encima de una enorme cueva.Así que esta gran deidad, para ellos, estaba conectada,no solo con con la montaña, sino que también vivía en“ambientes acuáticos y subterráneos.”55 Eso suena

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53.- Millon, The Teotihuacan Map, vol. 1, figura 17b.54.- Albright, “The High Place;” R. de Vaux, Ancient Israel, pp.

284-85.55.- Clifford, Cosmic Mountain, pp. 49-50.

235LOS PRIMEROS NEFITAS

perfectamente mesoamericano. Recientemente, sedescubrió que la Pirámide del Sol de Teotihuacán seconstruyó sobre una cueva y una fuente con un obviosignificado sagrado.56

Todo este asunto puede sonar totalmente pagano,pero, en Israel, la adoración sobre elevaciones eraortodoxa, si se hacia correctamente. Nos viene a lamente la experiencia de Moisés en el Sinaí, también lavisión que tuvo Nefi en una montaña (1 Nefi 11:1). Eltemplo que vio Ezequiel en una visión se encontraba“sobre un monte muy alto” (Ezequiel 40:2-5). Enhebreo, uno de los nombres que se le daba a Dios eraSur, “Montaña” (por ejemplo, en 1 Samuel 2:2 se leeliteralmente “no hay montaña como el Dios nuestro”).En el capitulo 32 de Deuteronomio se utiliza estenombre para la deidad ocho veces.57 Entre los nefitas

La montaña artificial más alta de Mesoamérica (en volumen), en cuyacima se encuentra una iglesia cristiana, junto a una montaña real enCholula, Méjico central. (Fotografía de daniel Bates. Cortesía deDavid A. Palmer y la Sociedad para la Arqueología HistóricaAntigua.)

56.- Doris heyden, “An Interpretation of the Cave Underneath thePyramid of the Sun in Teotihuacan, Mexico,” American Antiquity 40(1975):131-47.

57.- William F. Albright, Yahweh and the Gods of Canaan: AHistorical Analysis of Two Contrasting Faiths (Garden City, NewYork: Doubleday, 1968), pág. 24.

encontramos, como era de esperar, que las montañastenían un significado sagrado. Se le llevó a Nehorhasta “la cima del cerro de Mantí . . . entre los cielos yla tierra” para ser ejecutado (Alma 1:15). El profetaNefi subió a la torre privada que tenía en su jardín,para, como él dice, “derramar mi alma a mi Dios”(Helamán 7:10,14); para él una torre era un lugarespecial donde orar y, siendo similar a la cima de unacolina, se consideraba un lugar “entre los cielos y latierra.” Los zoramitas también adoraban en “unaplataforma que llegaba más alto que la cabeza” (Alma31:13). Alma predicó a los zoramitas pobres “sobre elcerro Onida” (Alma 32:4). Claramente, ambas, lasmontañas naturales y las artificiales, eran importantesde una manera similar en el Libro de Mormón, en elOriente Próximo y en Mesoamérica.

A los lectores de hoy en día les puede parecerextraño, acostumbrados a considerar que las estrechasy altísimas agujas de castillos y catedrales son torres,que los escritores del Libro de Mormón llamaran torresa voluminosos túmulos o zigurats. Pero cuando losinvasores católicos vieron las plataformas de lostemplos mesoamericanos, inmediatamente las llamarontorres58, así que el principal criterio a seguir debe ser laaltura, no la forma.

Una mirada al emplazamiento de los zeniffitasrevela que no sólo ocupaban un territorio realmenterestringido, sino que también eran poco numerosos.Después de todo, si el grupo original de Zeniff hubierasido muy grande, el rey lamanita nunca les habríapermitido entrar en su territorio (ver Omni 1:28-29).Los problemas comenzaron cuando aumentaron ennúmero, lo suficiente como para hacerle sentirseinquieto por la amenaza que suponían (Mosíah 9:11).Tenemos indicios de la escasís ima cant idad depoblación que había a partir de informes casuales. La

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58.- Bernal Díaz, Chronicles, pág. 151.

cantidad de victimas que los zeniffitas dan en suprimera batalla contra los lamanitas (279 en contrastecon los 3.043 enemigos muertos, Mosíah 9:18-19)sugiere que no estaban involucrados más de un parmiles de zeniffitas; sin embargo sus oponentes eran,obviamente, mucho más numerosos. En los días deNoé, se señala la misma disparidad o una mucho peor;alardearon de que “cincuenta de el los podían(¿debían?) [mantenerse firmes]59 contra miles de loslamanitas” (Mosíah 11:19). Cuando las 450 almas quesiguieron a Alma huyeron hacia el yermo, su marcharedujo las fuerzas armadas de Noé, dejándolas“pequeñas, pues habían sido reducidas” (Mosíah 19:2).Las subsiguientes derrotas que tuvieron ante loslamanitas recortaron el número de nombres armadosaún más (Mosíah 21:8-9, 17), así que para la época enque Ammón y su grupo llegaron, provenientes deZarahemla, para buscar la colonia, el pequeñísimogrupo se encontraba extremadamente apiñado en laciudad principal, Lehi-Nefi, sin apenas atreverse asalir (versículos 18, 23). Cuando el pueblo finalmentehuyó, el relato hace otra vez que parezca como sifueran unos pocos, y no muchos miles (Mosíah 22:11).

La descripción de la ruta de escape que Gedeónbosquejó para Limhi (“el pasaje que queda haciaatrás”, “muro posterior”, “bordeando la tierra deShilom”, ver Mosíah 22:6, 8) sigue siendo demasiadovaga para permitir que encaje con seguridad en unsendero específico, pero el mapa 8 muestra una rutaque tiene sentido.

Ls Aguas de MormónAlma tuvo parte en el gobierno del rey Noé, pero se

rebeló cuando fue conmovido por la predicación deAbinadí, el mártir. Continuando, privadamente, con laenseñanza que Abinadí había comenzado, Alma reuniósu propio grupo de creyentes. Noé no iba a consentir

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59.- En la versión oficial en español la palabra “stand” ha sidoomitida. (N. del T.)

ningún desafío a sus sacerdotes, que estaban apoyadospor el estado, así que los disidentes de Alma teníanque permanecer encubiertos. Las aguas de Mormón“en las fronteras del país” de Nefi (Mosíah 18:4, 31)eran su punto de encuentro. Este lugar tenía que estarlo suficiente lejos de la ciudad de Nefi para que losinformes de lo que estaban haciendo no llegaranpronto a la corte del rey Noé. Los hechos demostraronque Mormón se encontraba en la parte de Nefi quedaba a Zarahemla. Esto lo sabemos porque, cuandollegó la hora en la que el grupo de Alma tuvo que huir,fueron hacia Zarahemla, partiendo de Mormón, conuna significativa ventaja sobre el ejército de Noé, queles perseguía. En Mormón, se le dijo a Alma que seaproximaba un ejército, cuando éste ya se había puestoen marcha; sin embargo el pueblo tuvo tiempo, aún, derecoger sus cosas y de escapar sin impedimentos endirección a Zarahemla (Mosíah 18:34) . Parecesatisfactoria una distancia de, aproximadamente, dosdías de viaje rutinario o un día y medio de viajeapresurado desde Nefi hasta Mormón.

La relación entre Nefi y Mormón se aclara máscuando miramos la geografía de las tierras altas deGuatemala. Situando la ciudad de Nefi en Kaminaljuyu(la ciudad de Guatemala), la única masa de agua, endirección a Zarahemla, que podría servir como lasaguas de Mormón es el lago Atl i tán. Tiene unadimensión de unas nueve por cuatro millas. Para serlas “aguas” de mormón sólo valdría un lago de tamañoconsiderabable, por dos razones: (1) parece que, másadelante, esa misma masa de agua subió lo suficientecomo para sumergir la ciudad de Jerusalén (3 Nefi9:7), un centro lamanita que se construyó después de lamarcha de Alma, y (2) se encontraba “allá, en lasfronteras de Mormón” (Alma 21:1); esto implica queestos dos puntos se encontraban a cierta distancia eluno del otro. Las dis tancias y direcciones que

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re lacionan Nefi , Mormón y Jerusalén son lasadecuadas si estas dos últimas se encontraban en ellago Ati t lán. Nefi , en Kaminal juyu, es tar íaaproximadamente a 40 millas del lago Atitlán.

Recordemos que Mormón fue alabada, lirícamente,por su “agua pura” (Mosíah 18:30). El siguienteasentamiento que eligió Alma también destacaba porsu “agua pura” (Mosíah 23:4). Esa expresión puedecontener más de lo que ve el ojo poco avezado. EnMesoamérica, e l agua era un s ímboloextraordinariamente poderoso. Lo que salía del interiorde la tierra era particularmente sagrado. Los hombresdescendían a las cuevas por motivos ceremoniales parallenar recipientes con este fluido, el cual considerabanque no estaba contaminado.60 Esta práctica estabarelacionada con el concepto de un inmenso mar deagua dulce por debajo de la superficie de la tierra. Enciertos puntos, como en las pirámides (montañasartificiales), donde los dos mundos, el superior y elinferior, eran particularmente accesibles, esta aguatenía el potencial de brotar.

En la más voluminosa de todas las pirámidesmesoamericanas, que se encuentra en Cholula, en elestado mejicano de Puebla, los sacerdotes nativos, quese enfrentaban a la inminente derrota frente a loshombres de Cortés, practicaron una abertura en un ladode la estructura, con la esperanza de que saliera aguade la misma, tal y como sus creencias les hacíanesperar.61 También se consideraba que el templo de

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60.- J. E. S. Thompson, “The Role of Caves in Mayan Culture ,”Museum fur Volkerkunde in Hamburg, Mitteilungen 25 (1959):122-29; idem, Maya History and Religion (Norman: Oklahoma UniversityPress, 1970), pág. 184.

61.- Se encuentran referencias en mi artículo “The Significance ofan Apparent Relationship Between the Ancient Near East andMesoamérica,” en Man Across the Sea, ed. Carroll L. Riley et al.(Austin: University of Texas Press, 1971), pág. 227. ver tambiénHeyden, “An Interpretation,” pág. 141.

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La costa del lago Atitlán vista desde el delta Panajachel. (Cortesía deKirk magleby.)

El delta Pana jachel, en el lago Atitlán, el escenarioque se sugierepara ser el bosque de Mormón. (Cortesía de Richard Jones.)

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Imágenes de lo quese sugiere es latierra de Helam"una tierra muybella y agradable,una tierra de aguaspuras," alrededor deC h a l c h i t á n ,G u a t e m a l a .Fotografías deDavid A. Palmer yla Sociedad para laA r q u e o l o g í aHistórica Antigua.)

Jerusalén estaba asentado sobre un abismo acuático,confinando sus contenidos para que no sal ierandisparados como en una inundación. Ezequiel vio enuna visión una época en la que las aguas que dan vidasaldrían como un río desde debajo del templo parareverdecer una Sión milenaria (Ezequiel 47:1, 7-9,12).62 Por donde fluyera, florecerían árboles en lastierras estériles cerca de Jerusalén (pensemos aquí enel simbolismo del “bosque" junto a las aguas deMormón en la fórmula lírica de Alma).

La idea de las aguas subterráneas aparece confrecuencia en otros lugares del Antiguo Testamento ynaturalmente en todo el Oriente Próximo. Lossacerdotes del rey Noé -Alma había sido uno de ellos-estaban sumamente interesados en la interpretación delAntiguo Testamento especialmente en lo referente a lasmontañas; preguntaron a Abinadí sobre el tema(Mosíah 12:19-25). Ellos habían construido, por lomenos, dos montañas artificiales.63 Más adelante ellosfueron los que influyeron para asegurarse de queJerusalén, llamada así por la ciudad santa del ViejoMundo, fuera construida al lado de una impresionante“fuente” de aguas (Alma 21:1-2). Obviamente Almahabía crecido inmerso en esta versión de simbolismosagrado. No había nada que fuera inherentementeant ior todoxo en esto, puesto que el AntiguoTestamento ya estaba lleno de esas ideas. Pero élinsistía en que se tenía que interpretar correctamente,así que, cuando su grupo llegó a Helam, “una tierramuy hermosa y placentera, una tierra de aguas puras”

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62.- W. R. farmer, “The Geography of Ezekiel’s River of Life,”Biblical Archaeologist 19 (1956)” 17-22; Ben Zion Luria, “And aFountain Shall Come Forth from the House of the Lord.” Dor le Dor10, no. 1 (1981):48-58.

63.- Observese la conexión entre “este templo” y “esta montaña”,cuando el Señor habla con Nefi en Zarahemla (Helamán 10:8-9), éstapodría reflejar un aspecto de las ideas que prevalecían entre losnefitas.

(Mosíah 23:4), probablemente vio esta característicacomo una manifestación de la mano de Dios. Lospueblos mesoamericanos hubieran estadocompletamente de acuerdo, porque compartían estamisma idea compleja acerca del carácter sagrado delagua proveniente del interior de la tierra.

La Tierra de Helam El área a la cual el pueblo de Alma huyó, partiendo

de Mormón, tiene que estar localizada en una ruta endirección general hacia Zarahemla, pero también tieneque ir más o menos en esa dirección un senderoparalelo. Sabemos eso por lo que ocurrió cuando elpueblo del rey Limhi escapó a la dominación lamanita,unos once años después de la huida. Limhi viajó porun camino diferente al de Alma y su pueblo, llegandoa Zarahemla sin habérselos encontrado en Helam. Sinembargo, los lamanitas que perseguían a Limhi sedesviaron incorrectamente en algún sitio y perdieron elrastro de Limhi (Mosíah 22:16) . Los lamanitasencontraron a los amulonitas nuevamente asentados(los que antes habían sido sacerdotes del rey Noé, quese habían asentado en el desierto), ¡pero ni siquieraellos estaban muy seguros de dónde se encontraba laciudad de Lehi-Nefi! Poster iores perseguidoresencontraron al pueblo de Alma, pero finalmente estosúltimos escaparon otra vez, yendo en dirección aZarahemla. Después de un día de huida, se encontraronen un valle, al que pusieron el nombre de Alma.Avisados por el Señor de que se dieran prisa, “salierondel valle” dirigidos por Zarahemla. Los lamanitasabandonaron la persecución cuando llegaron a esepunto, sin duda porque podían ver que se estabanmetiendo en un terr i tor io que desconocíancompletamente (Mosíah 24:20-24).

El mapa 9 muestra una disposición plausible paraHelam en relación con los otros lugares que semencionan en el texto. Las subidas y bajadas, las

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“aguas”, las rutas más transitadas e, incluso, lapresencia o ausencia de restos arqueológicos en loslugares adecuados y en la época correcta encajan. Estadisposición geográfica, que parece la más lógica, sitúaHelam en el bien regado valle de Río Blanco y el vallede Alma, alrededor de Huehuetenango. Más allá de esepunto, los viajeros encaminados hacia el norte y eloeste, al igual que el ejército lamanita que perseguía aAlma, pasan por un umbral -una auténtica l íneadivisoria de las aguas- que separa las tierras altas quedan al val le de Guatemala/Nefi del terreno quecomienza a descender hacia la cuenca del río Grijalva,en Chiapas/Zarahemla.

También podría servir una disposición geográficadiferente de Helam. El que estos dos lugares seanapropiados para ser la tierra de Helam nos previene deque quizás no hallamos logrado concretar, de maneraabsolutamente def ini t iva, nuestros otrosemplazamientos para los acontecimientos del Libro deMormón; pero en esta ocasión todo lo que buscamoses, por lo menos, un emplazamiento plausible. Másadelante, la información acumulada puede que nospermita un juicio definitivo. Esta última alternativasitúa a Helam alrededor de Malacatancito (mapa 9, elde la izquierda de los dos posibles emplazamientos quese indican), donde el emplazamiento arqueológico dela época nefita se encuentra al lado del nacimiento delrío San Juan que “brota de una apertura en el pie de lasmontañas Cuchumatanes.”64 Esta podría ser el “aguapura” que impresionó a Alma. El pequeño valle, que seencuentra aquí, habría sido un Helam acogedor. Estesirve como valle de Alma, igual que el anterior, sóloque está sólo a un día de distancia. Esta segundacorrelación tendría sentido si Limhi y su grupo,esperando que se les persiguiera, hubieran despistado a

244 UN MARCO GEOGRAFICO

64.- Samuel K. Lothrop, Treasures of Ancient America (Geneva:Editions d’Art Albert Skira, 1964), pág. 107.

DE NEFI A ZARAHEMLA: LAHUIDA DE ALMA

los lamanitas tomando la ruta oriental. Puede habersido un sendero que Ammón y su grupo habríandescubierto mientras viajaban hacia Nefi, no muchoantes, y por el cual guiaron a Limhi (él nunca habíaatravesado el yermo, ya que había nacido en Nefi).Estos dos caminos, que atraviesan Guatemala, estabanbien establecidos y eran de uso frecuente en la épocapre-colombina y en la española colonial.

Algunas Notas sobre la CulturaMesoamericana entre los Zeniffitas

Ciertas características de la vida de los zeniffitas ysus vecinos lamanitas, en la tierra de Nefi, al final delsiglo II a.C., se aclaran al conocer las característicasculturales y geográficas del sur de Mesoamérica.

El profeta Abinadí advirtió a Noé y sus sacerdotesen nombre del Señor: “Y acontecerá que enviarégranizo entre ellos, y los herirá; y también seránheridos por el viento oriental; y los insectos tambiénabrumaran sus tierras y devorarán su grano. Y seránheridos con gran pestilencia; y haré todo esto pormotivo de sus iniquidades y sus abominaciones”(Mosíah 12:6-7). Ningún libro de escritura nos habladel cumplimiento de esta profecía, pero la amenazaresulta ser válida para Guatemala, donde parece quefue proferida. Las condiciones predichas se dicen detal manera que parecen indicar que estaban dentro delpotencial reconocido de la naturaleza, pero que erantan poco frecuentes que los oyentes no contemplabansemejante combinación de calamidades como unaposibilidad seria. Ocasionalmente, las tierras altas deGuatemala, bajo circunstancias inusuales, sufren estascondiciones profetizadas. El significado de la profecíade Abinadí era que Dios causaría que esos fenómenos,poco frecuentes, sucedieran juntos como un castigopoco normal, por la gran iniquidad de los zeniffitas.

246 UN MARCO GEOGRAFICO

El geógrafo F. W. McBryde explica que ciertassituaciones metereológicas producen un viento norte ynoreste extremadamente seco. (Recordemos que paralos pueblos precolombinos de las tierras altas deGuatemala el “este” coincidía con lo que en nuestrosmapas actuales es el norte o noreste.) Estos vientosimprevisibles detienen el aire húmedo proveniente dela costa del Pacífico, que normalmente sopla de formadiar ia en los val les de las t ierras a l tas . Comoconsecuencia, se altera el modelo normal de chubascosque dan vida. Bajo estas inusitadas condiciones,aumenta el peligro de incendios, con ráfagas queresecan y alcanzan hasta 35 mil las por hora.Ocasionalmente, a estos vientos les acompañangrandes granizadas (de marzo a mayo), mientras que, alo largo de la costa, la fuerte ola de aire seco convergecon el húmedo aire del Pacífico, formando enormesnubarrones que generan granizo y que son arrastradostierra adentro sobre el viento del norte (“este”).65 Asíque un periodo con “viento del este” ocasionaríaproblemas climáticos desastrosos en Guatemala/Nefi,justo del mismo tipo de los que habló el profeta.

El también advirtió que irían insectos a atacar lascosechas. Periódicamente,las langostas migratoriascausaban gran destrucción en los campos de maíz de lapenínsula del Yucatán y las t ierras a l tas deGuatemala.66 El seco interior del valle del río Motagua,sólo 15 millas al “este” de nuestro Nefi, tenía un climaque favorecía particularmente a estos insectos. Lossecos vientos del norte podían hacerles recorrer esas

247LOS PRIMEROS NEFITAS

65.- Felix W. McBryde, “Studies in Guatemalan Metereology (I):The Climates of Southwest Guatemala,” American MeteorologicalSociety Bulletin 23 (1942), pp. 259-60; idem, “Studies in GuatemalanMetereology (II): Weather Types in Southwest Guatemala,”American Meteorological Bulletin 23 (1942), pp. 400, 402.

66.- George C. Shattuck, The Peninsula of Yucatan: Medical,Biological, Mereological and Sociological Studies, CIWP 432 (1933),pág. 22.

pocas millas hasta los campos zeniffitas. Los Anales delos Cakchiquels, unas de las historias tradicionales delas tierras altas, mencionan dos plagas de langostaspoco antes de la conquista española, y debe de haberhabido muchas más.67 Históricamente, se sabe que laescasez de alimentos que se daba como resultado deeste clima destructivo llevaba tras de si desnutrición ypestilencia.68 Como Abinadí predijo, este modelo deviento, granizo, insectos y hambre, que, vis tosuperficialmente, parece bastante arbitrario, resultaestar lógica e íntegramente entrelazado, cuandotenemos la geografía correcta. Estas cosas podíanocurrir, y serían devastadoras, si el Señor las quisieradesencadenar.

Los cultivos de los zeniffitas son de interés envarios aspectos. Como hemos observado, el maízaparece como la comida más importante. Eso es lo queesperaríamos en la mayor parte de Mesoamérica. Peroel “trigo” y la “cebada”, mencionados entre suscultivos, son otra historia. Hoy en día los botánicoscreen que en el Nuevo Mundo el primer trigo lointrodujeron los españoles. No estoy al corriente deninguna evidencia claramente definida que indique locontrario, aunque hay indicios que justifican unexamen más minucioso.69 Actualmente en Guatemalase cultiva trigo, pero sólo en altitudes más elevadasque nuestro Nefi.70 Posiblemente los nefitas llevaron

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67.- Daniel G. Brinton, The Annals of the Cakchiquels(Philadelphia, 1885), pp. 167, 192.

68.- Shattuck, Peninsula of Yucatan, pág. 22. 69.- Por ejemplo, G. N. Collins y C. B. Doyle, “Notes on Southern

Mexico,” National Geographic Magazine 22 (1911): 315. En unrecorrido botánico, hecho para el Departamento de Agricultura de losEstados Unidos, encontraron una variedad de trigo que crecía en lascolinas, sobre San Cristobal Las Casas, Chiapas. Ellos conjeturaronque “probablemente era un cultivo que ha sido cultivado aquí desdetiempos muy remotos.”

70.- McBryde, Cultural and Historical Geography, pág. 27.

semillas consigo y cultivaron trigo durante un tiempo,para que posteriormente se tuviera que dejar decul t ivar, un fenómeno no poco común en lasexperiencias de los grupos migratorios. Pero el“problema” podría ser e l del método cient í f icoutilizado en vez de las afirmaciones del Libro deMormón. Por ejemplo, en 1982 se informó de que sehabía encontrado cebada aparentemente domesticadaen el estado de Arizona, el primer caso precolombinoen el hemisferio occidental.71 El que este cultivo tanimportante pudiera haber permanecido tanto tiemposin ser descubierto por los arqueólogos justifica elpensar que también se podría encontrar trigo en losemplazamientos antiguos.

Otra posibilidad es que se les denominara “trigo” o“cebada” a otras semillas comestibles que no nos sonfamiliares. (Los nombres sí cambian: la palabra “corn”[maíz] en Inglaterra se usa para referirse al trigo; enEscocia a la avena; en Norteamérica al maíz.) Elamaranto, al que se consideraba un grano del ViejoMundo, era cultivado y utilizado en Méjico en la épocaen la que llegaron los españoles. El botánico JonathanSauer pensó que su origen era americano pero tambiénobservó que en el Viejo Mundo estaba ampliamentedistribuido en la época precolombina. Sus usos en losdos hemisfer ios también eran asombrosamentesimilares (en días de fiestas especiales se le hacíareventar y se comía, como lo que llamamos “palomitasde maíz”); las similitudes han sugerido a algunos

249LOS PRIMEROS NEFITAS

71.- Daniel B. Adams, “Last Ditch Archaeology,” Science 83(Diciembre de 1983): 32. La especie es un tipo de cebada americananativa hasta ahora desconocida por los botánicos como cultivo(comunicación personal de un arqueólogo de la Universidad delestado de Arizona).

eruditos que la semilla del amaranto fue llevada através del océano en tiempos antiguos.72 ¿Podría habersido en realidad amaranto lo que se ha traducido en elLibro de Mormón como “trigo”?

En Mosíah 9:9 se mencionan otras misteriosasplantas , entre las que cul t ivaban los zeniff i tas:“sheum” y “neas.” El nombre de esta primera se haidentificado como “una correspondencia precisa delacadio s(h)e´um, ‘cebada’ (en asirio antiguo ‘trigo’); elnombre de cereal más conocido de la ant iguaMesopotamia.”73 La configuración fonética de lapalabra indica que era, probablemente, un términojaredita. Esta palabra jaredita se puede situar bastantebien alrededor del “valle de Nimrod,” al norte deMesopotamia, donde los jareditas descansaron yrecogieron semillas antes de su largo viaje a América(Eter 2:1, 3). (Casualmente, la forma de la palabra, taly como la utiliza el Libro de Mormón, data del tercermilenio a.C., cuando los jareditas abandonaron elOriente Próximo. Más adelante se hubiera pronunciadoy escrito de una manera diferente.) Al parecer, elescriba nefita no pudo traducirlo con otro nombre degrano equivalente, ni tampoco pudo hacerlo JoséSmith cuando lo tradujo al inglés. Sin duda, la planta ysu nombre fue transmitida a los nefitas/zeniffitas porlos supervivientes de la Primera Tradición, justo comolo fue el maíz. Puesto que se utilizan en el mismoversículo las palabras cebada y sheum (Mosíah 9:9),

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72.- Jonathan D. Sauer, “The Grain Amaranths: A Survey of TheirHistory and Classification,” Missoury Botanical Garden Annals 37(1950): 561-630. George F. Carter, “Domesticates as Artifacts,” enThe Human Mirror: Material and Spatial Images of Man, ed. MilesRichardson (Baton Rouge: Louisiana State University Press, 1974)pp.212-13.

73.- R. F. Smith, “Some ‘Neologisms’ from the Mormon Canon,”en Conference on the Language of the Mormons, 1973 (Provo: BYULanguage Research Center, 1973), pág. 66.

251LOS PRIMEROS NEFITAS

sabemos que se trata de dos tipos diferentes de grano,pero no podemos decir por ahora lo que hubierapodido ser “sheum” en nuestros términos botánicos.¿Quizás era éste el amaranto?

Las alubias eran una parte importante de la dietamesoamericana; de hecho la palabra hebrea pol,“alubia,”74 corresponde tan de cerca a los términosmayas de alubia tales como bul o bol75 que nos indicaque la búsqueda lingüística de nombres de plantasdebe continuar con vigor y cuidado; no servirá elcuriosear en los léxicos que tanto caracteriza a lasinvestigaciones sobre el Libro de Mormón. Otrocandidato para ese estudio es, naturalmente, “neas”(Mosíah 9:9) . Sobre la base del nombre, una

San José Mogote y el norte del valle de Oaxaca, el mejor candidatopara ser el Morón jaredita. (Cortesía de Richard Jones.)

74.- Fauna and Flora of the Bible (London: United BibleSocieties, 1972), pág. 97.

75.- Juan Pío Pérez Diccionario de la Lengua Maya (Mérida,1877), pp. 33-34 (“bul,” “buul”); Alfredo Herbruger, Jr. y EduardoDíaz Barrios, Método para Aprender a Hablar, Leer y Escribir laLengua Cakchiquel, vol. 1 (Guatemala: 19560: 165 (“boloss”).

posibilidad remota es que podría ser tabaco (compararcon ma´s en el mam maya),76 pero si se mencionaba laplanta por su importancia práctica en la dieta, serefería probablemente al aguacate. (Los aguacatesprobablemente proveían la principal fuente de grasas alos indios del Méjico y la América Centralprecolombinas, desempeñando el papel que tenía laoliva en el Viejo Mundo.”77)

Se puede clarificar definitivamente lo del “vino” y“viñedos” de las tierras del rey Noé (Mosíah 11:15) siprestamos atención a cuestiones lingüísticas. Esostérminos parecen extraños a primera vista, puesto que,aparentemente, en el Nuevo Mundo el vino no se hacíade uva. (Había cierto tipos de uvas, pero no sabemos sise las usaba como comida o como bebida. 78 Sinembargo, el Libro de Mormón no dice en ningunaparte que había “uvas”, sólo “viñas.” Los españoleshablaban de “viñas” refiriéndose a las plantaciones dela planta del maguey (agave), de la cual se hace elpulque.79 Los primeros europeos que estuvieron enMesoamérica describieron varios tipos de “vinos”: unoque se hacía con plátanos en Guatemala, en el sigloXVIII, otro con piñas, en las Indias Occidentales, vinode palma hecho del tronco de la palma del coyol(manufacturado desde Veracruz hasta Costa Rica), y elbalche del área maya, hecho de una corteza de árbolfermentada.80 Claramente, Noé, el bebedor de vino dellibro de Mosíah podría haber estado bebiendo otracosa embriagadora que no fuera el jugo de la uva.

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76.-Norman A. McQuown, “Indigenous Languages of NativeAmerica,” American Antropologist 57 (1955): 509.

77.- McBryde, Cultural and Historical Geography, pág. 144.78.- Tozzer, Landa´s Relacion, pág. 198, nota 1079.79.- Por ejemplo, Thomas Gage, en Thomas Gage´s Travels in the

New World, ed. J. E. S. Thompson (Norman: University of OklahomaPress, 1958), pág. 76.

80.- McBryde, Cultural and Historical geography, pp. 144-46.Thompson, ed., Gage´s Travels, pág. 76. Tozzer, Landa Relacion,pág. 198.

Aparece un poco más de la a tmósferamesoamericana en la figura literaria que utiliza elescritor en Mosíah 20:11. Escribió: “Combatieroncomo dragones,” (ver también Alma 43:44). ¿Qué tipode “dragones” tenía en mente? La referencia era,probablemente, e l cocodri lo o e l caimán. Haynumerosas rezones para pensar esto. Un observador delperiodo colonial describió estos saurios como: “Muyferoces y muy temidos. . . Algunos de los caimanesson de veinte a treinta pies y más de largo. . . y estáncubiertos con escamas a través de las cuales una balade mosquete no puede penetrar. Sus colas son muypoderosas y peligrosas; y sus bocas son grandes, contres hileras de formidables dientes.”81 Pero este“dragón” era mucho más que una parte peligrosa delmundo natural. En la mitología mesoamericana sepensaba que, en el supuesto mar subterráneo, flotabauna criatura gigantesca con forma de cocodrilo. suespalda era la superficie de la tierra, y su conexión conla tierra y las aguas la vinculaban, simbólicamente,con la productividad y la fertilidad. Este “monstruoterrestre” se muestra repetidamente en la base derelieves en Izapa (en la frontera entre Chiapas yGuatemala), en la escultura maya inicial, e incluso enel arte olmeca, por lo tanto esta idea es muy antigua yfundamental.82 El arte maya representa un aspecto deeste ser por medio del simple símbolo de una quijada.83

253LOS PRIMEROS NEFITAS

81.- Diego García de Palacio, Relación hecha . . . en la queDescribe la Provincia de Guatemala (1576), edición Squier (NewYork: 1860), pág. 25.

82.- J. E. S. Thompson, Maya Hieroglyphic Writing: Introduction,CIWP 589 (1950), pp. 110-11, 274-75; V. Garth Norman, IzapaSculture, Part 2: Text, NWAF 30 (1976), pp. 30-36, 225-28, y enalguna otra parte; Jacinto Quirarte, “Tricephalic Units in Olmec,Izapan-Style, y Maya Art,” en The Olmec and Their Neighbors:Essays in Memory of Matthew W. Stirling, ed. Elizabeth P. Benson(Washington: Dumbarton Oaks, 1981), pp. 289-308.

83.- Thompson, Maya Hieroglyphic Writing, pp. 110-11, 274-75.

(Casualmente, el nombre de Lehi significa “pómulo” oquizás “quijada.” Poder decir que uno era descendientede “quijada,” Lehi debía de haber sido impresionantepara los mesoamericanos.) El Libro de Mormón y eltrasfondo cultural del Oriente Próximo, del que sedesarrolló, representa un monstruo emparentado con elcocodrilo de una manera similar. Segundo Nefi 9:9-10,19 y 26 representan al “diablo” como un dragón o unmonstruo que habita bajo la superficie de la tierra. Losisraelitas compartían con sus vecinos del OrientePróximo la idea y la imagen de este ser como unsímbolo del caos y del mal. El Viejo Testamento da, aveces, a la criatura el nombre de “leviatán.”84 Suescamosa espalda formaba las cordilleras y las colinasde la superficie de la tierra. El nombre de los “lugaresaltos” de adoración de los antiguos habitantes dePalestina se tomaba de una raíz que significaba“espalda de un animal.”85 Se pensaba que la criaturadel mar -caos- había sido conquistada por Jehová enuna antigua y épica lucha (Isaías 27:1; 51:9; Salmos74:13-14). Este es, seguramente, el dragón al que serefiere 2 Nefi 9:9 y la “antigua serpiente” de Mosíah16:3. Obviamente, todo este tema de dragones,monstruos y serpientes es demasiado complejo paraque no podamos sino tratarlo superficialmente aquí.Por lo menos, podemos observar dos cosas acerca delas imágenes de dragones de Zeniff: (1) tenían unpoderoso significado para los que le escuchaban - másallá de ser una mera frase-, y (2) la complejidad deestas ideas está representada, no solamente en el Librode Mormón, sino también en Palestina y Mesoamérica.

254 UN MARCO GEOGRAFICO

84.- Clifford, Cosmic Mountains, pp. 52-54; Albright, HighPlace,” pp. 184-85; Howard Wallace, “Leviathan and the Beast inRevelation,” en The Biblical Archaeologist Reader, eds. G. ErnestWright y David Noel Freedman (Chicago: Quadrangle, 1961) pp.290-98.

85.- Albright, “High Place,” pp. 248-50. De Vaux, Ancient Israel,pág. 284.

La intención del capítulo 4 ha sido demostrar que laprimera parte del Libro de Mormón encaja plausible yverosímilmente en un área específica de Mesoaméricaen un periodo de tiempo en particular. Sus pueblosescribieron, pensaron, hablaron, creyeron y hablaronde una manera que se podría encontrar en esa área. Lasmigraciones de sus pueblos pueden trazarse en unmapa, en lugares reales que tienen las característicasque da el texto. Una vez que se ha establecido estepunto, podemos tomar materiales de Mesoamérica ydel Próximo Oriente para añadir profundidad yamplitud a nuestra lectura del Libro de Mormón. Yahemos hecho un poco de esto aquí. Se podría haberrecogido más información sobre estos puntos, peroquizás ya se ha presentado la suficiente para mostrar elcamino.

En ninguna parte he insistido en que determinadopueblo del Libro de Mormón debía ser identificadocon ciertos emplazamientos, estructuras o artefactos enparticular. En algunos puntos, me parece que lacorrespondencia entre lo que especifica la escritura yel hecho externo va más allá de la mera plausibilidadhasta alcanzar el nivel de posibilidad. Como se dice, siel zapato te queda bien, póntelo. Sin embargo, nuestrasituación parece aproximadamente similar a lo que elprofesor Bright dijo acerca de los estudios bíblicos: “Apesar de la luz que se ha arrojado sobre la época de lospatriarcas, a pesar de todo lo que se ha hecho parareivindicar la antigüedad y autenticidad de la tradición,la arqueología no ha probado que las historias de lospatriarcas ocurrieran tal y como la Biblia nos lascuenta. . . A la vez -y esto debe decirse con igualénfasis- no ha salido a la luz ninguna prueba quecontradiga ningún aspecto de la tradición. Uno puedecreerla o no, según le parezca, pero faltan pruebas poruno y otro lado.”86 Pero Bright continua, la arqueología

255LOS PRIMEROS NEFITAS

86.-John Bright, A History of Israel (Philadelphia: WestminsterPress, 1959), pág. 67.

ha proporcionado “un viso de probabilidad” a losregistros de los patriarcas. Queda tanto por hacer encuanto al Libro de Mormón y su emplazamiento quetodo lo que nos hemos atrevido a darle hasta ahora es"unos visos de posibi l idad” concernientes a lemplazamiento de los antiguos nefitas, pero en elfondo Bright y yo estamos hablando del mismo tipo deesfuerzo. Mientras tanto, se puede ver a Mosíah,Benjamín, Zeniff y Alma más de cerca como personasreales, cuando antes eran sólo unidimensionales,porque sus vidas se presentan en un marco creíble,repleto de sus propios detalles.

256 UN MARCO GEOGRAFICO

5

Dificultades del Desarrollo

Nuestras consideraciones sobre la antigua vidanefita han mostrado que cierto número de hechos quese presentan en el Libro de Mormón encajan en laescena mesoamericana. A medida que continuamos elregistro, aparecen más correspondencias. Veremos elcrecimiento de Zarahemla en extensión y poder, lasexperiencias de Alma y la actividad misional de loshijos de Mosíah.

La Expansión de ZarahemlaTres años después de que Benjamín anunciara que

su hijo Mosíah iba a ser rey, los grupos de Limhi yAlma llegaron por separado a Zarahemla, procedentesdel país lamanita. Entonces, el nuevo rey convocó asus súbditos a una asamblea, según el modelo que supadre había seguido. Eran, en número, varios milesmás que antes, debido a la llegada de los refugiados, yla estructura social se había hecho más compleja.

Benjamín había permitido que su pueblo se reunieraen familias (Mosíah 2:5-6).1 Incluso entonces debieronde haberse separado informalmente en dos gruposporque, después de todo, hablaban dos idiomasdiferentes (Omni 1:17-18) . Pero en la reuniónposterior, las diferencias sociales y culturales eran más

1.- John Tvedtnes ha estudiado las pruebas de que la asamblea yceremonia que se tuvo bajo la dirección de Benjamín era una versiónde la fiesta de los tabernáculos israelita: “The Nephite Feast of theTabernacles,” en Tinkling Cymbals: Essays in Honor of Hugh Nibley,y publicada privadamente por John Welch (Los Angeles, 1978).Disponible como Preliminary Report TVE-78 de la Foundation forAncient Research and Mormon Studies (P. O. Box 7113, UniversityStation, Provo, Utah 846020).

257

explicitas. Al convocar la asamblea, Mosíah dispuso alpueblo en dos grupos diferentes, que consistían ennefitas, propiamente dichos, y el pueblo de Zarahemla.Después de los asuntos iniciales, Alma, que acababade llegar, se dirigió a ellos, hablándoles por turnos en“grandes grupos” (Mosíah 25:15). Aparentementehabía siete, porque inmediatamente después procedió aorganizar siete “iglesias” o congregaciones (versículos19-23). El propio pueblo de Alma habría sido uno deesos grupos. Sin duda, los zeniff i tas de Limhiformaron otro. (Posiblemente estos dos grupos seunieron, ya que el pueblo de Alma había sido zeniffitaanteriormente.) Los residentes nefitas de toda la tierrade Zarahemla deben de haber sido lo suficientementenumerosos y haber estado suficientemente dispersos obien diferían lo suficiente en vínculos de parentescocomo para requerir, por lo menos, dos unidades más.Esto dejaría tres de las congregaciones para el pueblode Zarahemla, e l segmento de población másnumeroso (Mosíah 25:2). Estos grupos se distinguíanuno de otro por sus áreas de residencia , yprobablemente esas áreas es taban controladaspartiendo de la base del linaje.

Obviamente el pueblo de Mosíah se encontraba enun emplazamiento social complejo. Las diferenciaslingüísticas y culturales eran grandes dentro de sureino. Por lo menos estaban presentes dos tradiciones:(1) una antigua tradición del istmo, llevada hasta allípor el pueblo de Zarahemla; (2) la cultura nefita, quetrajeron los pr imeros inmigrantes desdeGuatemala/Nefi, bajo el reinado de Mosíah I, pero quedespués se modif icó y (3) e l modelo zeniff i ta ,determinado por nuevas influencias recibidas durantesu estancia entre los lamanitas, en la tierra de Nefi, alo largo de dos generaciones. En esa época, Zarahemlaera, claramente, el centro de esta mezcla étnica,

258 UN MARCO GEOGRAFICO

lingüística y cultural -una zona que conectaba lasporciones del sur de la “tierra prometida” y el área delistmo.

En semejante posición central, una comunidad aveces atraviesa un periodo de rápido desarrollo,sacando ventaja de las posibilidades comerciales quesurgen y la vigorosa exploración de nuevas formasculturales, que son posibles gracias al est ímulointerno. Ciertamente, Zarahemla parece haber estadocreciendo rápidamente en esta época, y en las pocasdécadas siguientes. Las claves para este crecimientoaparecen dispersas en los registros, tanto de la vidanormal, como de los serios conflictos que había. “Lagente comenzó a ser muy numerosa y a esparcirsesobre la superficie de la tierra, sí, hacia el norte yhacia el sur, al este y al oeste, edificando grandesciudades y aldeas en todas partes de la tierra” (Mosíah27:6). Esta declaración extiende el dominio nefita másallá del territorio ribereño que hemos vislumbradoanteriormente. Los hijos de Mosíah pronto “viajaronpor toda la tierra de Zarahemla y entre todo el puebloque se hallaba bajo el reinado del rey Mosíah” (Mosíah27:35, cursiva agregada). Esa afirmación indica que,para ese entonces, algunos de los súbditos del reyvivían fuera de la tierra inmediata a Zarahemla, que supadre había gobernado. Al incrementar la dispersiónllegó a ser imposible tener asambleas de todo elpueblo. Esto es evidente en el procedimiento queMosíah siguió cuando surgió el problema de quiéndebería ser el nuevo rey que lo reemplazara. En estaocasión no convocó una reunión. En vez de esto, élsimplemente “indagó por todo el país, entre todo elpueblo” -es presumible que oralmente- por medio demensajeros . Pero casi inmediatamente resul tónecesario mandar además “un escrito” (Mosíah 29:1,4) quizás para asegurar la claridad y la uniformidad.Este es el primer registro claro de una comunicaciónescrita y utilizada con propósitos administrativos por

259DIFICULTADES DEL DESARROLLO

los nefitas. El asunto del gobierno se estaba haciendomás complejo y consumía más tiempo. Gobernar sehabía convertido en una tarea que requería todo eltiempo. El rey Mosíah no declaró que se mantenía a símismo con su propio trabajo -probablemente no podía-como lo hizo su padre.

La creciente carga del gobierno ayudó a persuadir aMosíah de que era deseable una reforma en laestructura de gobierno. Como resultado, se abandonóla monarquía y se instauró un sistema de “jueces” paragobernar “en toda la tierra de Zarahemla, entre todo elpueblo que se llamaba nefitas” (versículo 44). Estaspalabras también comunican la sensación de extensión,indudablemente más al lá de la región local querodeaba la ciudad principal.

Sólo nueve años después, encontramos a Alma amuchos días de distancia, en la ciudad de Ammoníah,que entonces se consideraba que estaba en “lasfronteras de la [gran] tierra de Zarahemla” (Alma25:2). Los líderes locales reconocían su lealtad formal,aunque mínima, al juez principal de la ciudad deZarahemla. Los nefitas continuaron usando tanto elsent ido estr ic to como el amplio del nombre de“Zarahemla” (comparar Eter 9:31, donde Zarahemla serefiere a la mayor parte de la tierra del sur, conMormón 1:6, donde es claramente un lugar máslocalizado). Tampoco hoy en día somos consistentes alusar los términos geográficos, como lo atestigua elproblema de si “América” significa una nación o unhemisferio. Exactamente el mismo problema surge conlas referencias a la “tierra de Nefi,” donde el nombrese aplica a parte de un valle (Mosíah 7:7, comparar elversículo 21 y 19:26) o a un territorio de miles demillas, de mar a mar (Alma 22:27). Por supuesto,tenemos que leer esos términos en su contexto.Normalmente la extensión geográfica a la que serefiere es evidente, pero podríamos equivocarnos alefectuar una lectura apresurada.

260 UN MARCO GEOGRAFICO

La cantidad de población de Zarahemla muestracómo el crecimiento de ésta es equiparable a suexpansión. Esto resulta evidente en los relatos sobrelas muertes en guerras. Nuestros primeros datosnuméricos son, aproximadamente, del 90 a.C., de labatalla en la que los disidentes amlicitas sufrieron12.532 bajas y los nefitas leales 6.562 (Alma 2:19).Todas esas personas eran “nefitas”, políticamentehablando; el registro no nos dice nada sobre loslamanitas. Resulta razonable que no más de la mitadde los combatientes cayeran, lo que significa que porlo menos había 40.000 guerreros involucrados, yquizás algunos más. Hay varios estudios sobre laguerra en la antigüedad que nos sugieren cómo deducirla población total a partir de ese número. Se cree quela proporción que normalmente se aplica es de unsoldado por cada cinco habitantes aproximadamente.Utilizando esa proporción, podemos concluir que lapoblación total de esos “que se llamaban nefitas” erade 200.000 o más.

Aparece una afirmación útil acerca de la poblaciónlamanita durante esa misma época en Mosíah 25:2-3,donde nos enteramos de que toda la población bajo elgobierno nefita era menos que la mitad de la lamanita.Si el cálculo sobre los nefitas al que hemos llegadoantes es sólido, eso pondría a la población lamanita enmás de 400.000. Una confirmación parcial de estenúmero aparece en informes de bajas posteriores. Unpoco después del asunto amlicita, un ataque lamanita alos nefitas tuvo como resultado la muerte de “miles ydecenas de miles”; sin embargo, no se nos dice cuántosde estos eran lamanitas y cuántos nefitas. De todosmodos, la reserva de hombres lamanitas todavía no sehabía vaciado, a pesar de estas muertes en batalla. Unadécada después del conflicto amlicita tenemos aún másdatos. Alma 28:2 dice que “decenas de millares de loslamanitas fueron muertos y esparcidos.” El escritor noutilizó la expresión “decenas de millares” cuando

261DIFICULTADES DEL DESARROLLO

fueron muertos casi 20.000 amlicitas y nefitas, así queel término aquí debe querer decir muchos más queesos: por lo menos 30.000 lamanitas muertos. Estoparece requerir un ejército atacante del orden de75.000 o más. La proporción normal de uno por cadacinco arroja una cifra de 375.000 de población totalque se quedó en su tierra, pero probablemente esto esmuy poco. (Los lamanitas estaban actuando a cientosde millas de su tierra, lo que nos lleva a la conclusiónde que se movilizó a algo menos de uno entre cinco.Se hubiera necesitado mayor población en su tierrapara mantenerlos en un viaje de exploración tan lejanocomo la geografía sugiere en este caso). Si se usa laproporción de uno por cada seis , e l total de lapoblación lamanita, de la cual se había extraído elejército, sería del orden de 450.000. A pesar de lotoscas que deben de ser nuestras estimaciones, por laausencia de información más detallada en el texto (yadmitiendo que los informes nefitas sobre las bajaslamanitas pueden ser exagerados), el tamaño de laspoblaciones nefita y lamanita que hemos calculado es,probablemente, del tipo de magnitud correcta.

Vamos a considerar ahora Mosíah 25:2-3 desde unpunto de vista diferente. Nos proporciona menosinformación sobre los nefitas, estrictamente hablando,que sobre el grupo étnico y cultural llamado “el pueblode Zarahemla.” Los nefitas que descendían de Lehi -incluyendo los pueblos de Alma y Limhi- habríanconstituido, razonablemente, el 40 por ciento de untotal de 200.000 basándonos en lo que nos dice eltexto. Eso podía significar que los nefitas, propiamentedichos, eran del orden de 80.000 personas. Estepequeño ejercicio sirve para enfatizar la disparidadentre el núcleo de la población nefita y la enormecantidad de lamanitas, en lo que siguen haciendohincapié los que guardaban los registros. De unamanera realista, y también desde un punto de vistapsicológico, los lamanitas eran un enemigo temible.

262 UN MARCO GEOGRAFICO

Hemos estado hablando de poblaciones de tamañoconsiderable. ¿Que pruebas tenemos a mano de que talcantidad de personas estuviera viviendo en el surMesoamérica, hacia el 100 a.C.? La pregunta no sepuede responder directamente. Calcular poblacionesant iguas provoca acaloradas disputas entre losexpertos. Los arqueólogos examinan los restos físicos,después tienden a suponer que lo que han descubiertoy contado hasta entonces representa a todas laspersonas que había a l l í . Los his tor iadores ydemógrafos usan diferentes datos y a menudo juzganque las poblaciones ant iguas eran bastante másnumerosas. Incluso cuando la misma información estáal alcance de ambos expertos, sus juicios individualesarrojan diferentes estimaciones.2 Pero sí sabemos quealrededor de esa época, cuando el registro nefitainforma acerca de las guerras y bajas de las queacabamos de hablar, e l nivel de población enKaminaljuyu (la ciudad que se sugiere como Nefi, elcentro lamanita) era probablemente el más alto de suhistoria. Por ejemplo, los excavadores de tumbas en eltúmulo E-III-3 calcularon que los escombros raspadosen la superficie de las cercanías, y apilados paraformar precisamente este enorme túmulo, conteníanfragmentos rotos de cerámicas procedentes dealrededor de medio millón de vasijas. Sobre esa base,se ha inferido una población de decenas de millares enel lugar, antes de la construcción del túmulo, alrededordel 50 a.C.3 En las tradiciones se nos dice que ciertos

263DIFICULTADES DEL DESARROLLO

2.- Henry F. Dobyns, “Estimating Aborigical AmericanPopulation: An Appraisal of Techniques with a New HemisphericEstimate,” Current Anthropology 7 (octubre de 1966): 395-416, concomentarios de otros; William A. Haviland, “A New PopulationEstimate for Tikal, Guatemala,” American Antiquity 34 (1969); 429-33; E. B. Kurjack, Prehistoric Lowland Maya Community and SocialOrganization: A Case Study at Dzibilchaltun, Yucatan, Mexico,MARI 38 (1974), pp. ix-xi, 5-9, 15-17, 23-27, 94-98.

3.- S. F. de Borhegyi, Archaeology Syntesis of the GuatemalaHighlands, HMAI3, parte 1 (1965), pág. 13; pero él extiende laduración de la gran cantidad de población excesivamente a la luz denuevos datos.

pueblos de las tierras altas de Guatemala, poco antesde la época de la conquista española, lucharon conejércitos de 60.000, 80.000 e incluso más de 200.000en cada bando, década tras década.4 Así que no hayduda de que el nivel de población y de enemigosconfirma que lo que indica el Libro de Mormón acercade los lamanitas era posible en términos de lacapacidad que tenía la tierra que llamamos Nefi. Laúnica pregunta, que una investigación posterior podríaresponder mejor, es ¿estaba esa cantidad de personasallí, en la misma época en la que los libros de Mosíahy Alma nos dice que estuvieron?

El incidente Amlicita presenta varias implicacionesgeográficas interesantes, además de los datos sobrebajas. Primero está la pregunta acerca del territorio dedonde provenían los rebeldes. Amlici quería ser rey.Era astuto y sofisticado, un seguidor de Nehor, elsacerdote profesional con nombre jaredita. Sería unabuena suposición pensar que parte del atractivo queAmlici tenía para una buena porción de la poblaciónera que él era descendiente del antiguo gobernante,Zarahemla. Podría también haber sido una persona conprivilegios y con deseos de conseguir autoridad realpara aumentar el poder que ya tenía (Alma 2:1-2;comparar con 51:8). Ciertamente tenía una fuerte basepolítica para lanzarse a la acción. Sus principalespartidarios eran geográficamente diferentes a los lealesnefitas de Zarahemla, porque esos amlicitas “sereunieron” y después “llegaron al cerro de Amnihu,que quedaba al oeste del río Sidón, el cual pasabajunto a la tierra de Zarahemla” (versículos 9, 15cursiva agregada). Como ya hemos visto, en la batallaresultante, los amlicitas huyeron hacia el valle deGedeón, para más tarde volver a bajar, atravesar elSidón y unirse a un gran ejérci to lamanita quedescendía hacia la ribera occidental del río. (Ver mapa

264 UN MARCO GEOGRAFICO

4.- Samuel K. Lothrop, Atlitan, CIWP 444 (1933), PP. 9-14.

7.) Es evidente que Amlici había pactado un acuerdocon los lamanitas por el cual él y sus seguidores iban aapartar al ejército lamanita de la ciudad de Zarahemlaen un momento crucial para permitir la invasiónlamanita que no había sido detectada. Pero ¿dónde seencontraba la t ierra de los rebeldes , dónde se“reunieron” y de dónde “llegaron”? Aunque no se nosdice, podemos deducir una localización. No habríanllegado desde río arriba, naturalmente. Si hubiera sidoesa su posición, se habrían reunido simplemente con elejército lamanita cuando éste atravesaba el territorio.No se dice nada, en ninguna parte del registro nefita,que sugiera que había poblaciones de tamañoconsiderable lejos de la zona del río ni tampoco en loslados este u oeste. Pero río abajo había espacio. Raravez se menciona en el Libro de Mormón la extensiónde tierra que se encontraba río abajo. Ocurre una vez,durante e l poster ior a taque dir igido por un ta lCorianumr. Entonces, los lamanitas se apoderaron deZarahemla sin previo aviso y avanzaron río abajo através de “las partes principales de la tierra” (Helamán1:27).

La geografía que estamos siguiendo hace que esaárea coincida con la parte inferior de la depresióncentral de Chiapas, donde los hablantes de la lenguazoque habían vivido durante largo tiempo.5 Elloshabían estado en esa tierra mucho tiempo antes de quellegaran los nefitas. Sus antepasados habían sido losportadores de la cultura olmeca en la época de losjareditas. No hay motivos serios para dudar de quefueran, básicamente, del mismo l inaje que losseguidores del caudillo Zarahemla. Sus líderes habríanperdido mucho poder y privilegios cuando los intrusos

265DIFICULTADES DEL DESARROLLO

5.- Gareth W. Lowe, “The Civilizational Consequences ofVarying Degrees of Agricultural and Ceramic Dependency within theBasic Ecosystems of Mesoamerica”, en Observations on theEmergence of Civilization in Mesoamerica, ed. Robert F. Heizer yJohn A. Graham, UCAR 11 (1971), pp. 212-48.

nefitas tomaron el poder en los días de Mosíah I. En laépoca que ahora estamos considerando, la expansióndel poder de la élite nefita por todo el valle bien podríahaber incitado a esta “nobleza” a desear reconquistarel liderazgo, para que lo ocupara uno de sus propioslinajes. Esta es la base lógica de la que probablementepartió Amlici. La variedad de pueblos bajo dominionefita estaba tan dividida geográficamente por el río yla áreas de yermo, y era tan variada lingüística yculturalmente que la disensión y luchas de poder entregrupos localizados, como la que comenzó Amlici,continuaron, durante mucho tiempo, desafiando a los“nefis”, el linaje gobernante que descendía del primerrey, Nefi. Hay pruebas en Chiapas que sugieren que elárea de Santa Rosa/Zarahemla podría haber tenidomalas re laciones con el área r ío abajo. Elemplazamiento de Chiapa del Corzo, la ciudad másgrande de toda la depresión central en esta época y elcentro del sector río abajo, era más grande y prósperaque Santa Rosa. Ni que decir tiene que se podría haberrebelado contra la soberanía localizada río arriba.Además, en este periodo de tiempo (el siglo II a.C.),Chiapa del Corzo mantenía conexiones culturales biendefinidas con los hablantes mayas del sur, esto es, conel país lamanita en términos de nuestro Libro deMormón.6 Una alianza entre los amlicitas, con base enel área de Chiapa del Corzo, y los lamanitas, en Nefi(las tierras altas de Guatemala) habría formado comoun tornillo de banco que habría hecho presión sobre elcentro nefita. Naturalmente, no podemos asegurar queesta disposición geográfica es en la que ocurrieron lascosas realmente. Todavía nadie sabe lo suficientecomo para estar seguro, pero es muy razonable pensarque podía haber sido así.

266 UN MARCO GEOGRAFICO

6.- Gareth W. Lowe y J. Alden Mason, Archaeological Survey ofthe Chiapas Coast, Highlands, and Upper Grijalva Basin, HMAI 2,parte 1 (1965), pág. 217.

El Recorrido de AlmaLa imagen de Zarahemla expandiendo su influencia

se clarifica más adelante, en la historia de la misión depredicación de Alma (Alma, del 5 al 15). Comenzó sulabor en la propia Zarahemla, en las s ie tecongregaciones. De allí viajó por el río al este y subióhasta el valle de Gedeón, donde se había establecidouna ciudad nefita después de la batalla amlicita (Alma6:7).

La primera etapa del viaje de Alma se localizafácilmente en nuestro mapa. Gedeón estaba, lo vimosanteriormente, en las tierras altas al este del valleSidón. En términos de nuestra correspondenciageográfica, es probable que el valle Comitán sea elsitio donde se encontraba Gedeón. Otra posibilidad,pero menos probable , es e l área de Teopisca-Amatenango (una inspección arqueológica de estastierras altas reveló que se colonizaron primero estasáreas, pero sólo unos pocos lugares, aproximadamenteen el siglo I a.C., en la época de Alma.7 Eso tienesentido, en términos del Libro de Mormón, el cualprácticamente ignora las tierras altas al este de la tierrade Zarahemla, excepto Gedeón.)

La segunda etapa de su recorrido misional llevó alSumo Sacerdote nefita a Melek, cerca del yermooccidental. En varias referencias que se hacen a él seimplica que este lugar estaba a cierta distancia deZarahemla (Alma 8:3, 45:18) . En el extremooccidental de la depresión central de Chiapas,sobresale una importante área de asentamiento.Llamada Frailesca, su nombre viene del hecho de quelos frailes de la orden religiosa de los dominicos de laIglesia Católica controlaban este productivo territorioen los días de la España colonial. Cerca de VillaFlores, el centro del área, se halla un impresionante

267DIFICULTADES DEL DESARROLLO

7.- T. Patrick Culbert, The Ceramic History of the CentralHighlands of Chiapas, Mexico, NWAF 19 (1965), pág. 79.

emplazamiento en ruinas, actualmente llamado VeraCruz II. Es el asentamiento más grande de toda la zonaoeste que data de finales del siglo II a.C., cuando Almahizo su viaje.8 (Sin embargo, el Libro de Mormónnunca menciona ninguna ciudad de Melek, así que nose necesita esperar un centro de gran tamaño). Unaruta básica une directamente Santa Rosa/Zarahemlacon esta región Frailesca/Melek. Los varios vallesadyacentes, que juntos constituyen la zona occidental,habrían constituido “todos los contornos de la tierraque estaba al lado del [yermo]”, cuya gente se reuniópara escuchar predicar a Alma (Alma 8:5). (Ver mapa10.)

La ruta que siguió Alma desde Melek iba hacia elnorte, paralela al yermo montañoso de su izquierda.Más allá se encontraba una estrecha franja costera.Durante su viaje, de tres días, no parece que atravesaraningún asentamiento digno de mencionar. Puesto quepor aquel entonces él era un hombre mayor, nodeberíamos suponer que pudiera haber recorrido entres días más de 50 o 60 mil las . 9 Par t iendo deFrai lesca, semejante viaje le habría l levado alasentamiento arqueológico de Mirador, un importantecentro regional de Chiapas occidental, desde la épocade los jareditas hasta después que desaparecieron losnefitas. Sus 30 túmulos principales están concentrados,de manera impresionante, en un área de alrededor de400 metros por cada lado. Este lugar era losuficientemente prominente como para justificar loorgullosos que estaban los Ammoniahitas de suimportancia (Alma 9:4). Sus conexiones culturales conel área de Zarahemla/Santa Rosa estaban bien

268 UN MARCO GEOGRAFICO

8.- Carlos Navarrete, Archaeological Explorations in the Regionof the Frailesca, Chiapas, Mexico, NWAF 7 (1960), pp. 15, 37.

9.- Miguel Covarrubias, Mexico, South (New York: Knopf, 1947),pág. 89, informa de un anciano en Tabasco que en una semana realizóun viaje de ida y vuelta a una ciudad a sesenta millas de distancia, alparecer andando casi veinte millas cada día.

MAS DETALLES DE LA TIERRADE ZARAHEMLA (DEPRESIONCENTRAL)

270 UN MARCO GEOGRAFICO

El gran túmulo del Mirador, en el oeste de Chiapas, le da nombre alenplazamiento, y pudo haber sido una de las razones por las que elpueblo de Ammoníah estaba tan orgulloso de su ciudad. (Fotografíade Daniel Bates. Cortesía de David A. Palmer y la Sociedad para laArqueología Histórica Antigua.)

El valle llano del río Cintalapa en el que se encuentra Mirador es laruta principal entre el centro de Chiapas y la costa del Pacífico.(Fotografía de Daniel Bates. Cortesía de David A. Palmer y laSociedad para la Arqueología Histórica Antigua.)

definidas aunque no eran íntimas; este mismo tipo derelación se implica en la respuesta, recelosamentehostil, del pueblo de Ammoníah al mensaje de Alma(Alma 8:11-12).

Mirador era la c lave de una zona geográf icadistinta, el valle Jiquipilas-Cintalapa. Esta zona llanaes la extensión más noroccidental de la depresióncentral y, por lo tanto, la principal ruta desde Chiapashasta el istmo de Tehuantepec. La posición inmediatade la ciudad se encuentra en la parte baja del valle,justo antes de que el río que riega el valle se adentreen un profundo cañón en su camino hasta unirse con elGrijalva/Sidón. Inmediatamente al este de Mirador elcamino tierra adentro se alza dramáticamente casi2.500 pies en una meseta intermedia, así que elemplazamiento parece que está en una especie de“agujero”.10 Esta situación puede tener relación con laafirmación que se hace en relación a Ammoníah, deque Alma y Amulek, su nuevo compañero, “[salieron]y llegaron a la tierra de Sidón”11 (Alma 15:1, cursivaagregada). También se decía respecto a los posteriorescolonos que “[entraron]” en el lugar (Alma 16:11).12

En pocos emplazamientos topográficos podrían habersido más apropiadas tales expresiones.

Las excavaciones hechas en Mirador han reveladoque ese lugar fue un centro importante en los días deAlma. Una tumba contenía restos de dos antiguoslibros de papel de corteza o códices. Estos son losúnicos libros que se han recuperado, hasta ahora, enexcavaciones mesoamericanas. (A pesar de lasextensas consultas a destacados especialistas técnicos,parte del personal de la Fundación Arqueológica del

271DIFICULTADES DEL DESARROLLO

10.- Frederick A. Peterson, Some Ceramics from Mirador,Chiapas, Mexico, NWAF 15 (1963), pp. i, xii-xiv, 1-2.

11.- La traducción oficial al castellano traduce “came out” como“partieron”, cuando en realidad significa que salieron. (N. del T.)

12.- La traducción oficial al castellano traduce “go in” como“fue”, pero significa entrar. (N. del T.)

Nuevo Mundo, de BYU, quienes excavaron en elemplazamiento, han sido incapaces de encontrar formaalguna de separar las pegoteadas páginas de losvolúmenes;13 por su emplazamiento arqueológico,datan del 450 d.C., así que este hallazgo no tieneninguna importancia directa para el Libro de Mormón,pero sí nos recuerda, vívidamente, que existían libros,sin duda del mismo tipo, en Ammoníah, en los días deAlma. Los vengativos sacerdotes de Nehor de aquellugar, no solamente quemaron a las mujeres y los hijosde los hombres que creían en la prédica de Alma, sinoque “también trajeron sus anales, que contenían lasSantas Escrituras, y los arrojaron también al fuegopara ser quemados y destruidos por fuego” (Alma14:8). También tuvieron lugar en Ammoníah otrossucesos importantes: dos grandes discursos de Alma yAmulek; su encarcelamiento y milagrosa liberación; larepentina destrucción del lugar por los lamanitas, quetransformaron el emplazamiento en “la Desolación delos Nehores”; y la poster ior construcción defortificaciones alrededor de la ciudad, las cualeshicieron frustrar un nuevo ataque lamanita (Alma 49:1-4).

La consistencia de la información geográfica delLibro de Mormón se confirma en el relato de losataques a Ammoníah. Alrededor del 80 a.C. justodespués de la experiencia que tuvo Alma allí, “loslamanitas habían pasado las fronteras de país, por ellado del [yermo], sí, hasta la ciudad de Ammoníah”(Alma 16:2) y la destruyeron. Nueve años despuésentraron por la misma ruta, esperando que la ciudad,parcialmente reconstruida, fuera una presa fácil (Alma49:1-3). En ambos casos está claro que el ejércitolamanita había viajado desde la tierra de Nefi, hacia elnorte, a lo largo de la franja costera de yermo “al oeste

272 UN MARCO GEOGRAFICO

13.- Jorge Angulo V., “Un posible Códice de El Mirador,Chiapas,” en Instituto Nacional de Antropología e Historia (Méjico),Departamento de Prehistoria, Tecnología, Cuadernos 4 (1970).

de la tierra de Zarahemla” (Alma 22:28); parece quelos nef i tas nunca defendieron aquel la zona.(Probablemente nunca la ocuparon en serio, porque suregistro no menciona allí ningún asentamiento niningún suceso; ver el mapa 10). Cuando los atacantesse adentraron suficientemente al norte, “fueron [porencima]14 a las fronteras de la tierra de Zarahemla, ycayeron sobre los que se hallaban en la tierra deAmmoníah” (Alma 25:2). Este “por encima”, que nose especifica en la traducción oficial al español, esprecisamente correcto, porque ellos debían de habertenido que atravesar la cadena de montañas del yermooccidental, desde la costa hasta llegar a Ammoníah, laprimera ciudad importante con la que se encontraronen el camino pr incipal . El oeste de la cadenamontañosa de Sierra Madre puede verse en elhorizonte desde Mirador (comparar con el mapa 10).La correspondencia del texto con el terreno seríadifícil de mejorar.

Uno de estos ataques sitúa a otra ciudad, Noé, enrelación con Ammoníah. Cuando los enemigosl legaron a Ammoníah por segunda vez, sesorprendieron al descubrir que el capitán en jefe,Moroni, había fort if icado el lugar (Alma 49:4).Frustrados allí, se transladaron más adentro (versículo12), hasta Noé. El ataque anterior había invadidoAmmoníah y, además, después había ido losuficientemente lejos como para capturar algunosprisioneros “en las fronteras de la tierra de Noé”(Alma 16:3). Moroni supuso que Noé sería, otra vez,su objetivo alternativo y acertó. Estos dos incidentesindican que Noé era la segunda ciudad cuando unovenía del oeste, pasada Ammoníah, de camino hacialas “partes principales”, a lo largo del gran río. El

273DIFICULTADES DEL DESARROLLO

14.- “Went over” se traduce en la versión oficial del Libro deMormón en español simplemente como “fueron” perdiéndose el“over” que especifica que fue “por encima” (N. del T.).

candidato lógico para satisfacer estos requisitos esOcozocuaut la , un importante emplazamientoarqueológico cerca de la actual comunidad del mismonombre. Como Mirador, está cerca de una modernaautopis ta , paralela a l camino ant iguo. Esteasentamiento también ha sido investigado por la BYU-NWAF.15 Los resultados muestran otro centro bastanteimpresionante que estaba floreciendo, de maneramodesta , aproximadamente en la época en queatacaron los lamanitas.16

Cuando Alma se encontraba en su viaje misional, alprincipio salió de Ammoníah hacia otra ciudad, Aarón(Alma 8:13). Entonces no se hace mención de Noé. Alparecer, Aarón se encontraba en alguna otra dirección.Probablemente, primero Alma siguió el camino haciaOcozocuautla/Noé pero tomó un desvío hacia Aarónantes de llegar a Noé. Sin embargo, después, cuando ély Amulek “salieron” del valle de Ammoníah y sedir igieron a Sidón pasando sobre la e levaciónintermedia, habrían atravesado Noé (ver mapa 10).

En su viaje, Alma nunca llegó hasta la ciudad deAarón. Mientras se encontraba en el camino, un ángelle mandó volver para enseñar otra vez en Ammoníah.Pero nuestra imagen de la geograf ía nef i ta , enconjunto, se clarifica examinando la posición deAarón. (Este asunto se examinó brevemente en elcapítulo 1). De acuerdo con Alma 50:14, la regiónadministrada desde Aarón colindaba con el territoriode Nefíah, aunque esta última ciudad estaba en lastierras bajas orientales (Alma 50:14; 59:5). Así quevemos que Aarón está re lacionada tanto conAmmoníah al norte y oeste de Zarahemla, como conNefíah. Cuando menos una reconstrucción de lageografía del Libro de Mormón, hace algunos años,

274 UN MARCO GEOGRAFICO

15.- BYU-New World Archaeological Foundation, FundaciónArqueológica del Nuevo Mundo, de BYU.

16.- Comunicación personal con Andrew McDonald, e informessin publicar, BYU-NWAF.

encontró estas referencias irreconciliables con Aarón,concluyendo que debían de referirse a dos Aarones.Resulta que no es así. Como vimos en el capítulo 1,estando Ammoníah cerca del yermo occidental yNefíah en las tierras bajas orientales, asociar Aaróncon ambas lo situaría a mitad de camino entre losmares.

En la porción noroeste del estado de Chiapas, queestamos considerando, un emplazamiento antiguodominaba el sector intermedio de la tierra, San Isidro.Se encuentra en el curso medio del río Grijalva. LaBYU-NWAF17 excavó en el emplazamiento justo antesde que las aguas de la presa de Nezahualcoyotl loinundaran, hace algunos años. Se encontró que SanIsidro era la clave económica y política de toda la zonadel medio Grijalva y el emplazamiento más grande ríoabajo, desde Chiapa de Corzo.18 Una persona que vayadesde Mirador/Ammoníah hasta las tierras bajasoccidentales, naturalmente, pasaría por esta ciudad,viajando por el gran río o cerca de él, a través dellaberinto de montañas que separa la depresión centralde las tierras bajas. El camino desde Mirador hasta lacosta este tomaba una dirección tal que el viajerohabría pasado por alto Ocozocuautla, como parece quehizo Alma al principio. Toda esta disposición dedistancias, topografía y ríos relacionados con SanIsidro proporciona una clara solución al “problema” deAarón. Casualmente la excavación de San Isidromostró que no estuvo ocupada durante el primer sigloantes de Jesucristo, el periodo que siguió a los días deAlma. Esto explicaría por qué no oímos nada más deeste lugar durante el periodo de guerras y migracionesde las que posteriormente informan los libros de Almay Helamán.19

275DIFICULTADES DEL DESARROLLO

17.- Ver nota 15. (N. del T.)18.- Thomas A. Lee, Jr., Moud 4 Excavations at San Isidro,

Chiapas, Mexico, NWAF 34 (1974) pp. 1-4, 78.19.- Lawrence H. Feldman, Languajes of the Chiapas Coast and

Interior in the Colonial Period, 1525-1820, UCAR 18 (1973), pág. 81

Parece que Sidón, adonde fue Alma desdeAmmoníah, era el centro de un área más poblada queAmmoníah y Noé. No se menciona que ninguna deestas dos úl t imas tuviera una t ierra inter iordependiente. Sin embargo, en Sidón, los que fueronsensibles a las enseñanzas de Alma y se unieron a suiglesia fueron “muchos; porque llegaron en grupos detoda la comarca alrededor de Sidón y fueronbautizados” (Alma 15:14). Seguramente que Sidón seencontraba en el gran río, el Sidón. La conexión entrelos nombres tiene que ser significativa; el lugar estabavinculado al bautismo, y las demandas geográficas, enconjunto, lo sitúan allí. Parece que el impresionanteemplazamiento arqueológico de Chiapa de Corzo esSidón. Durante varios períodos, en la antigüedad, fuela cuidad más grande de Chiapas, con muchas ciudadesdependientes en sus proximidades. Habría sido unobjet ivo r ico y crucial para e l l íder lamanitaCoriantumr, ya que ésta y su zona eran las “partesprincipales” de toda la cuenca del río. (Helamán 1:27).Como centro neurálgico del comercio y centroceremonial de toda la parte inferior de la depresióncentral , también ser ía e l lugar lógico al que sedirigirían los refugiados de Ammoníah, tales comoAlma y Amulek (Alma 15:1). Otro interesante indiciode la relación entre Sidón/Chiapa de Corzo reside ensus nombres. En la época de la conquista española elnombre que los indios tzeltales le daban a Chiapa erazactan, “cal blanca”. La palabra semítica sidon podríaderivarse de sid , “cal” . 20 La posibi l idad de unaconexión lingüística invita a estudiarlo más.

Chiapa de Corzo fue ocupada, casi seguramente,desde por lo menos el 1.000 a.C., por hablantes dealguna variante del lenguaje zoque. Es cierto que losnefitas, los verdaderos descendientes de Nefi, habríansido extraños en cualquiera de los dos lugares .

276 UN MARCO GEOGRAFICO

20.- R. F. Smith, comunicación personal.

(Obsérvese que lo primero que Amulek dijo a Alma enAmmoníah fue: “soy nefita” [Alma 8:20, comparar con10:2-3]. Obviamente, al l í la mayor parte de laspersonas no lo habrían dicho; de otro modo hubierasido absurdo que él comenzara a hablar de ese modo.)Si estoy en lo cierto de que Amlici y su ejército habíanvenido de esta área, hay algo de ironía en el éxito quela prédica de Alma tuvo en Sidón. El era ,naturalmente, un genuino nefita, nacido y criado comotal, uno del t ipo de los que Amlici había estadotratando de derrocar. Ahora él viene y t iene unpoderoso impacto en sus creencias y práct icasreligiosas, haciendo que muchas personas se volvieranhacia el modelo de (Santa Rosa) Zarahemla.

Para cuando Alma l legó a Sidón, ya habíacompletado dos terceras partes de su recorrido por ladepresión central y estaba listo para volver a casa.(Una suposición razonable de por qué no siguió nuncasu camino hacia Aarón es que los sucesos acaecidosen Ammoníah y Sidón habrían hecho que se le agotarael tiempo que había asignado a su recorrido, quizásdeterminado por la previsión del mal tiempo de laestación). Junto a Amulek, Alma dejó Sidón y “sedirigieron [por arriba]”21 hacia la ciudad de Zarahemla(Alma 15:18). No se mencionan centros de poblaciónsignificativos en su camino. En el Libro de Mormón“se dirigieron [por arriba]” se refiere, plausiblemente,a su viaje a través de una elevación intermedia. La rutanormal y sensata que va desde Sidón/Chiapa de Corzosí habría estado “por encima”, a través de las tierrasaltas, al este del río en vez de a lo largo del mismo. Laruta más elevada proporcionaba un viaje más tranquiloy era mucho más fresca. El tránsito a lo largo del ríohabría estado interrumpido por acantilados o barrancos

277DIFICULTADES DEL DESARROLLO

21.- La traducción oficial del Libro de Mormón en castellanotraduce “came over” simplemente como “se dirigieron”, perdiéndoseel “over”, que le añade la idea de que lo hicieron “por arriba.” (N. delT.)

o habría pasado a t ravés del dif íc i l cañón deAngostura. Además, el cálido clima del fondo delcerrado valle habría ocasionado incomodidad. Una vezmás, la autopista actual, buscando la ruta más fácil, esparalela al antiguo camino que sube a través de lastierras altas. Alma y Amulek habrían ascendido, desdeChiapa de Corzo hasta una elevación de 7.000 pies,alrededor de San Cristobal de Las Casas, un área que,según muestra la investigación arqueológica, fuecolonizada sólo muy escasamente, si es que lo fue, ensu época.22 Ellos habrían seguido a través del valle deTeopisca antes de descender al río, justo corrienteabajo desde Zarahemla. El mapa 10 muestra la posibleruta, probablemente casi la misma que anteriormentehabían tomado Amlici y su ejército rebelde para llegara la colina de Amnihu.

Cada afirmación del Libro de Mormón sobre lasituación del viaje de Alma resulta ser consistente coneste escenario geográfico. Así también lo son lasfechas de ocupación de los antiguos emplazamientosmencionados, hasta donde la información actual nospermite verificar. Además, en la historia, se revelancier tos paralel ismos sociales y cul turales .Comprobaremos su consistencia a continuación.

Las Tendencias de la Estructura Social NefitaLa creciente extensión de la inf luencia de

Zarahemla demandaba y producía importantes cambiosen la vida que se había llevado en épocas más simples.El rey Benjamín se habría escandalizado del papel quejugaban los abogados a sueldo; sin embargo estosespecial is tas tenían un reconocido puesto en lasociedad cuando Alma visitó Ammoníah (Alma 10:14;11:20). La estructura de administración gubernamentaltambién tuvo que crecer a la vez que aumentaban lapoblación y las distancias. Benjamín no parece habertenido ni siquiera un mínimo de funcionarios; pero,como era necesario Mosíah, su sucesor, sí que disponía

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22.- Culbert, Ceramic History, pág. 79.

de un conjunto de funcionarios (Mosíah 29:1, 4). Eltamaño del gobierno creció enormemente en lasiguiente generación, pues Moroni dejó claro, en susquejas a Pahorán, durante la guerra amalickíahita, quehabía gran cantidad de oficiales en el gobierno (Alma60:7-8, 11, 21-22, 33). Un siglo después el texto sehace aún más explícito en cuanto a que había “muchosoficiales” (3 Nefi 6:11).

La diferenciación de especialistas en el gobiernovino acompañada del surgimiento de sacerdotesprofesionales. En cuanto comenzó el gobierno de losjueces nefitas, Nehor, el prototipo de predicador porlucro, fue ejecutado con la esperanza de acabar con la“superchería sacerdotal”, pero eso no contuvo latendencia; “había muchos que . . . salieron predicandodoctrinas falsas . . . por causa de las riquezas y loshonores” (Alma 1:16). Y, con toda probabilidad, losdesarrollos técnicos y sociales que se indican en Alma1:29 y Helamán 6:11 también est imulaban lasfunciones especiales que requerían una dedicacióntotal, tales como la de artesanos y mercaderes. Para elfin del primer cuarto del siglo I d.C., se nos dice quehabía “muchos comerciantes” (3 Nefi 6:11).

Parte de las diferencias sociales que surgieron eneste período se debieron a la creciente importancia delos sacerdotes. El caso de los zoramitas es claro; suslíderes religiosos, como parte del estrato más rico de lasociedad, explotaban sistemáticamente a la poblaciónlaica (Alma 31:23-32:5). Los sacerdotes de Noé, queestaban entre los zeniffitas, habían seguido el mismocamino dos generaciones antes (Mosíah 11:3-6). Mástarde los sacerdotes buscaron nueva gente a la queexplotar (Mosíah 23:25, 29-39; 24:1, 8-9; Alma 25:4-5) . La profesional ización de la función de lossacerdotes había sido propuesta por Nehor justo antesdel problema Amlicita y consiguientemente la “Ordende Nehor” ganó popularidad (Alma 1:1, 3, 12, 16;14:16; 16:11; 24:28). Parece ser que el propio Amlici,

279DIFICULTADES DEL DESARROLLO

que quería ser rey de los nefitas, creía en los principiosen los que se fundamentaba el cul to de Nehor,“hombre muy astuto, sí, versado en la sabiduría delmundo” (Alma 2:1). Korihor, un disidente con nombrejaredita, acusó a los sacerdotes nefitas, lo que sugiereuna conexión con una antigua tradición relativa a laexplotación del pueblo (Alma 30:23). En ese caso laacusación era falsa, pero el hecho de que semejantecargo pudiera hacerle popular (versículo 18) significaque algunos sacerdotes deben de haber tenido lacostumbre de buscar poder y riquezas (Mosíah 27:3-5sugiere que esos cargos tenían base). Quizás losprincipales culpables eran sobre todo los sacerdotesoficiales del sector tradicional que estaban ligados altrono. Estos no tenían nada que ver con la iglesia deAlma (Mosíah 27:1). Sin duda tenían relación con lossacrificios rituales llevados a cabo bajo la ley deMoisés que estaban en conexión con la institución dela monarquía (Mosíah 2:3; obsérvese la ceremonia sinespecif icar de Mosíah 19:24) . Se sabe que lossacerdotes, en los días del Antiguo Testamento,obtenían ganancia de sus oficios.

Parte del poder de los sacerdotes residía en quetenían más conocimiento. Su control de la tradiciónceremonial y de los libros que la preservaban lespermitía asociarse a la “estructura de poder” y serparte de ella. Esa asociación tendería a llevarlos acompartir con la élite gobernante la ambición decontrolar la sociedad para sus propios fines (compararcon Mosíah 11:3-11).

Era patente que los sacerdotes amuloni tas yamaleki tas tenían este papel de poder entre loslamanitas, sacando ventaja de su crucial posición comoexpertos en conocimientos esotéricos (Mosíah 24:1, 4-8). Antes de su conversión, Alma hijo y los hijos deMosíah eran similares a éstos: hijos de una claseprivi legiada, r icos , instruidos y nominalmentereligiosos. Alma “se convirtió en un hombre muy

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malvado e idólatra. Y era un hombre de muchaspalabras y lisonjeó mucho al pueblo” (Mosíah 27:8;cursiva agregada). Todos esto pone de relieve locentral que era el papel del líder religioso de estaépoca, de la sociedad nefita y en la lamanita. Cada unade las afirmaciones hechas anteriormente acerca de lafunción y los abusos del sacerdocio podrían hacerlas, yprobablemente las han hecho, las obras literarias de loseruditos sobre del papel que tenían los sacerdotes enMesoamérica.23

En los días de Alma, los nef i tas es tabancomenzando una sucesión de desarrollos sociales queiba a resul tar desastrosa. Sin embargo, laespecialización en sus oficios era menos indicativa dela dirección en la que iban los nef i tas que elsurgimiento de las diferencias entre clases. Incluso en“la iglesia” de Alma se “vio una desigualdad muygrande entre el pueblo, algunos que se ensalzaban ensu orgul lo, despreciando a otros , volviendo lasespaldas al necesitado y al desnudo” (Alma 4:12). Sieste proceso se cont inúa durante años, produceautént icas c lases sociales . Su surgimiento esparticularmente claro entre los zoramitas, donde la“clase pobre” se quejaba de que los sacerdotes y losricos, con sus “suntuosos vestidos, y sus anillos, susbrazaletes, sus ornamentos de oro y todos sus objetospreciosos” (Alma 31:28) les habían excluído de loslugares de culto (Alma 32:2-5). A medida que latendencia maduraba, el pueblo empezó a “distinguirsepor clases, según sus riquezas y sus oportunidades parainstruirse” (3 Nefi 6:12). Finalmente, “surgió una grandesigualdad en toda la tierra” (versículo 14).

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23.- G. C. Vaillant, The Aztecs of Mexico (Harmondsworth:Penguin Books, 1950), pp. 183, 186; J. E. S. Thompson, MayaHistory and Religion (Norman: Oklahoma University Pres, 1970),pág. 168; A. V. Kidder, “Introduction,” en Uaxactun, Guatemala:Excavations of 1931-1937, por A. L. Smith, CIWP 588 (1950), pp. 1-12.

Este cambio no había ocurrido de la noche a lamañana. Estas condiciones venían producidas por unlento e inexorable proceso y llegaron a su punto álgidojusto antes del advenimiento de Cris to . En esemomento hubo una tregua, sin duda debida a losefectos de la nivelación que supuso la gran destruccióny la aceptación general del Evangelio de Jesucristo.Sin embargo, después de un intervalo de tiempo, elproceso comenzó otra vez. En unas pocas generacionesla población, que estaba en expansión, se dividió unavez más de acuerdo a su rango y r iquezas, “yempezaron a dividirse en clases” (4 Nefi 1:26). Esemodelo se amplió, hasta la exterminación de losnefi tas y cont inuó después entre los grupossupervivientes.

Naturalmente, el Libro de Mormón no es unahistor ia social . Podemos ver c ier ta cant idad dedesarrol los importantes en la sociedad, que seref le jaban en descr ipciones ocasionales o enindicadores que nos da la escritura, tales como los quehe citado; pero es difícil ver la imagen completa.Podríamos decir, como hicieron los profetas, que elpueblo deseaba la iniquidad, pero eso parece más unadescripción que una explicación. ¿Qué factoresinmediatos actuaron para empujar a los nefitas en lafatal dirección que el los demostraron que eranincapaces de resistir? Lo que hemos visto de la vidamesoamericana arroja luz sobre los que probablementeocurrió en la sociedad nefita.

Las circunstancias geográficas de Mesoaméricafavorecían ciertas direcciones de desarrollo social ypolítico. Un factor clave era que las áreas agrícolasmás productivas eran pequeñas y estaban separadas deotras áreas buenas; por lo tanto, el que extensasnaciones habitaran continuamente amplias extensionesde territorio no ayudaba al desarrollo, al contrario queen Eurasia. Cada área local se caracteriza por unacombinación única de temperatura, suelos, agua,

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plantas, estaciones y similares. De esta manera, laagricultura, en la que se basaba la vida social y lacul tura de una cier ta local idad, difer íasignificativamente de una región a otra. Una largaadaptación había comprometido a cada grupo local aun ajuste efectivo con su especial emplazamientonatural y en correspondencia había desarrolladodiferentes costumbres y modos de pensar.Mesoamérica era más un mosaico de regiones -casi unarchipiélago de “islas” culturales en medio de un“mar” de yermo- que una civilización armoniosamenteintegrada.

La fragmentación produjo cierta cantidad de efectosque se entremezclaban. Primero, los recursos encualquier área eran limitados y un crecimiento depoblación podía conducir a conflictos, cuando laspersonas que no tenían tierras llegaban al límite de loque soportaban los terrenos disponibles. Segundo,estos asentamientos a pequeña escala, normalmente nonecesi taban, ni las podían mantener, grandesestructuras políticas. El gobierno estaba normalmenteen manos del linaje dominante, a menudo de origenextranjero (éstos podían ser más objetivos en lasdisputas locales triviales). Naturalmente, se requeríaque los gobernantes llevaran a cabo ciertos serviciosadministrativos para la población local (tales comoresolver disputas u organizar la defensa). Su dominiose encontraba afianzado en la tradición religiosa quejustificaba su derecho a gobernar.

Este mosaico de cultura y naturaleza tambiénsignificaba que solamente se disponía de ciertosrecursos altamente valiosos, tales como las piedrasverdes de jade o las plumas preciosas , a c ier tadistancia. Por lo tanto, se estimulaba el comercio. Sinembargo, las largas distancias que separaban loscentros significaban que este comercio demandabafuertes inversiones. Los únicos capaces de organizarloy controlarlo eran los linajes de la élite, un caso en el

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que los r icos se enriquecen más. El comercio amenudo cobraba tanta importancia que reprimía latendencia a la guerra entre las regiones, porque lasélites cultivaban relaciones diplomáticas con susiguales de otras tierras pera proteger sus mercancías.Así , que se tendía a crear una red de él i tes quetrascendía las fronteras locales y cuyos miembros seintercambiaban favores.

Sin embargo, la vida no era tan fríamente secular.Se infundía la religión en casi cada aspecto de la vidadel grupo. En aquellos tiempos a la tecnología lefal taba tanta capacidad de sobreponerse a lasdificultades y a problemas naturales impredecibles,que todos los pueblos mesoamericanos, de hecho todoslos pueblos antiguos, sentían que debían reconocer sudependencia del poder divino y debían cultivar suintervención en favor de ellos. Normalmente, estapreocupación se plasmaba en elaboradas ceremoniaspúblicas, a cargo de numerosos sacerdotes.

Obviamente este esbozo es una vers iónsuprasimplificada de la variada realidad de la vidamesoamericana,24 pero, como una parábola, siguesiendo útil como instrumento de enseñanza.

Bajo las fuerzas restrictivas de la geografía y lacultura, los líderes y linajes dominantes surgían ydesaparecían con regularidad. Al margen de estosaltibajos se mantenía tranquilamente un núcleo depoblación básica. Los plebeyos tenían respeto por lossacerdotes y gobernantes sólo porque no podían evitar

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24.- Esta panorámica compuesta puede complementarse leyendoalgunos libros que merecen la pena leer tales como: Michael D. Coe,Mexico (3ª ed.) y The Maya; Muriel P. Weaver, The Aztecs, Maya andTheir Predecessors (2ª ed.); y R. E. W. Adams, PrehistoricMesoamerica. Todos son informativos, aun cuando presentanimportantes imprecisiones. Quizás la perspectiva más amplia, porquellega hasta la época actual, nos la proporciona Eric Wolf en Sons ofthe Shaking Earth. De todos modos, no existe ningún libro que esté aldía o que presente una panorámica en los términos que yo la heusado.

el necesitarlos. La “historia” mesoamericana consisteen un registro complejo, aunque no íntegro, de élitesque competía por el poder y la gloria. Esta secuenciairregular se proyectaba en un trasfondo de pococambio en la vida del pueblo.

El modelo general tan caracter ís t ico deMesoamérica se desarrolló entre los nefitas tanto antescomo después de la época de Alma. Examinar laescritura para detectar esos factores sociales podríaparecer de una sangre fría inapropiada para algunaspersonas religiosas. ¿No es la escritura, un registroreligioso?, preguntan. Por supuesto que lo es, pero lareligión no es una categoría separada de la vida tal ycomo se vive. La portada del Libro de Mormón, escritapor Moroni, pone en claro hasta qué punto su mensajese encuentra envuelto en la historia social nefita. Elcuarto libro de Nefi y el de Mormón subrayan estacuestión: las grandiosas posibilidades abiertas a losnefitas se veían comprometidas porque el pueblosucumbía a las fuerzas sociales y culturales queactuaban sobre ellos, en su emplazamiento. En vez deser lo que debieron haber sido, un pueblo de Dios, sedejaron convertir en simples mesoamericanos. Suexperiencia podría advertir a los Santos de los UltimosDías de nuestra vulnerabilidad a las presiones socialesy culturales para americanizarnos, europeizarnos o“adaptarnos”, de cualquier otra manera, a nuestroambiente del mismo modo funesto.

Las pruebas arqueológicas de Chiapas, en el sur deMéjico, donde pensamos que estaba Zarahemla,indican de modo definitivo el incremento de lasdiferencias sociales durante este período, desdeaproximadamente el 125 a.C. hasta el 75. Una tumbafechada por esa época, en Chiapa de Corzo, incluía 35vasijas de cerámica importada, que habían llegadodesde distancias de hasta 600 millas, desde Oaxaca, alsur de Veracruz, Guatemala y El Salvador. Sólo unapersona rica y socialmente prominente podía haber

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dispuesto de los recursos que este lujoso esconditerepresentaba. Todos los entierros anteriores habíancontenido solo modestas ofrendas locales.25 Esto no esmás que una par te de las muchas pruebas quedetectamos del proceso de cambio social que estabaocurriendo, según lo que encontramos, tanto a partirdel Libro de Mormón como de las fuentes deinformación externas.

Se puede observar un nivel más profundo de lasociedad en la época de Alma si examinamos cómoAlma hacía su entrada en las comunidades quevisitaba, como lo muestra su situación en Ammoníah.En la primera visita del profeta no parece haber tenidocontactos personales, lo que podría ayudar a explicarla poca repercusión que obtuvo su mensaje. Si Almahubiera tenido parientes cercanos en la ciudad, sinduda les habría buscado. Cuando regresó, sin embargo,por lo menos pudo localizar a un hombre de su mismogrupo de ascendencia. Este fue Amulek, un miembroinfluyente de la élite local de Ammoníah, al cual ledirigió un ángel. Con semejante entrada, Alma prontocomenzó a tener algún éxito. Probablemente muchosde sus conversos eran los propios parientes de Amulek(Alma 10:4, 11-12; 14:1). El tipo de relación entreAlma y Amulek es notable. Como se ha mencionadoantes, cuando Alma entró en contacto con él, Amulekse identificó a sí mismo como un “nefita” (Alma 8:20).Alma 10:2-3 nos informa que él dijo: “Yo soy Amulek. . . descendiente de Nefi”. Mosíah 17:2 nos da laascendencia de Alma con las mismas palabras. Así queentendemos que los dos estaban haciendo constar quepertenecían al mismo linaje. Una práctica maya de laépoca de la conquista española muestra que estemismo principio determinaba el cómo relacionarse en

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25.- Gareth W. Lowe, “Burial Customs at Chiapa de Corzo,” enArchaeological Burials at Chiapa de Corzo and Their Furniture, dePierre Agrinier, NWAF 16 (1964), pp. 71-72.

un territorio extranjero: “Cuando cualquier persona seencuentra en una región extranjera, tiene que recurrir alos de su nombre [linaje]; y si hay alguno, lo reciben ylo tratan con toda cortesía.”26 La experiencia misionalen muchas tierras ha hecho entender a los Santos delos Ultimos Días por qué Alma necesitaba, pára teneréxito, establecer contacto con alguien que confiara enél y pudiera servir como intermediario entre él y lagente del lugar. Amulek cubría muy bien estanecesidad. Unían a los dos hombres varias bases parala confianza mutua: ambos eran de una clase socialprivilegiada (Alma 10:4; 15:16, 18; Mosíah 29:42),ambos eran miembros del linaje de Nefi y tambiénambos eran creyentes de la misma religión (Alma 8:20,29). Con la ayuda de Amulek, se creó un núcleo deapoyo, o por lo menos de tolerancia, hacía Alma, pormedio del la extensa red de familiares de Amulek.Podemos suponer que el profeta nefita actuó de lamisma manera en Melek y Sidón. En una sociedad deltipo de la descrita en el Libro de Mormón, como la delos grupos mesoamericanos en general, la construcciónde lazos sociales partía, en su mayor parte, de lasrelaciones familiares. En el antiguo Méjico, sólo losmás desafortunados carecían de una red de “muchosparientes y amigos” (3 Nefi 7:4). Normalmente lasrelaciones personales facilitaban el comercio y lasmigraciones. La difusión de las ideas religiosas, ocualquier otro aspecto de la cultura, también sedesarrollaba, principalmente, a través de estas redes deinfluencia. De hecho, en ciertas épocas, la estructurade la sociedad, tanto en el Libro de Mormón como enMesoamérica, consis t ía en poco menos que losvínculos familiares que se habían elaborado.

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26.- William A. Haviland, “Principles of Descent in SixteenthCentury Yucatan,” Katunob 8, nº 2 (Diciembre de 1972): 64.

Encontramos descritas dos tendencias sociales,tanto en las fuentes mesoamericanas como en laescritura. Se manifiesta un nivel básico de continuidad,fundamentado en un modelo local de relacionessociales ligadas ecológicamente, el cual manteníaparentesco y vecindad en un primer plano. Al mismotiempo, había hombres, con ambición de poder yprestigio, que intentaban constantemente incrementarsus beneficios en contra de la inercia de lasinstituciones populares. A menudo tenían éxito, tansólo para terminar ocasionando algún desastre en elinestable sistema social que habían creado.

Un Vistazo al NorteEl hecho de que Alma estuviera interesado en

Ammoníah y Aarón, enclaves que habrían parecidoestar lejos, al norte de Zarahemla, en los días de supadre, es indicativo del creciente interés respecto alnorte. Pronto culminaría en importantes migracionesnefitas, pasando el istmo, hacia la tierra del norte.Después de trasladarse de Nefi a Zarahemla, lossupervivientes del grupo de exploración de Limhi, elcual había visitado el campo de la batalla final de losjareditas justo antes del 125 a.C., indudablementecontó la historia una y otra vez. Seguramente, losantepasados del cacique Zarahemla habían transmitidosus propias historias tradicionales acerca del norte,lugar en el que sus fundadores habían desembarcadoantes de llegar a Zarahemla (Alma 22:30-32). Ellostambién encontraron a Coriantumr, e l úl t imogobernante jaredita que sobrevivió, al norte del istmo(Omni 1:21). La transmisión de nombres jareditas talescomo Moriantón, Nehor, Korihor y Coriantumr(incluso Moroni significa “alguien procedente deMorón”27) y del maíz, como ya hemos observado, dan

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27.- En hebreo, como me señaló John Tvedtnes, comunicaciónpersonal.

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testimonio adicional de que Mulek y sus descendienteshabían absorbido los elementos genéticos y culturalesde la era jaredita. La mayor parte de esa corriente deinfluencia debió de haber sido llevada a los nefitas pormedio del pueblo de Zarahemla. Por la época en queLimhi llevó consigo las veinticuatro planchas de orode Eter a Zarahemla, Mosíah sintió que era urgentetraducirlas “por motivo del gran anhelo de su pueblo;porque estaban deseosos en extremo de saber acerca deaquel pueblo que había sido destruido” (Mosíah 28:11-12, 17-18). Tan sólo unos pocos años después elcomandante en jefe Moroni tuvo una intensapreocupación por los jareditas destruidos, a los que élllamó sus “hermanos,” en la tierra del norte (Alma46:22,17). Y cuando Moriantón, seis años después,quiso colonizar la tierra del norte, tanto él comoMoroni ya sabían bastante acerca del país (Alma50:29, 32).

Las ruinas de La Venta, que se piensa es la ciudad de Mulek.(Fotografía de David Bates. Cortesía de David A. Palmer y laSociedad para la Arqueología Histórica Antigua.)

Esta argumentación ha tocado varios aspectos de laestructura social de la época de Alma que se nosmanifiestan en el Libro de Mormón. El resultado estriple: (1) la sociedad nefita estaba embarcada en unamarcada expansión en extensión y complejidad; (2)había una continuidad en la sociedad detrás de losdramáticos cambios; y (3) la sociedad del Libro deMormón de alrededor del 100 a.C. está básicamente deacuerdo con lo que sabemos acerca de Mesoamérica; lageografía y la cultura de esa área aclara en muchospuntos lo que la escritura nos dice de sus pueblos.

Contrastes CulturalesHemos identificado algunos puntos interesantes de

similitud entre el Libro de Mormón y el orden socialmesoamericano. También vemos modos tradicionalesde pensar en el mundo o de interpretarlo que parecenvincular a l regis t ro his tór ico con las cul turasmesoamericanas.

Entre los descendientes de Lehi, son visibles dosreligiones, justo como entre los israelitas de Palestina.En este segundo caso, los profetas enseñaban una femoralmente exigente, austera e idealista. Requería quese adhirieran a ritos, creencias y normas de conductaespecíficas, pero no efectuaba muchas ceremonias. Asu continua rival yo la llamo “naturalista”. Esta últimatambién aspiraba a un tipo de salvación por medio dela obediencia a la tribu. Los profetas condujeron aparte del pueblo de Israel a verdades ennoblecedoras, aun nivel mucho más alto que el de sus vecinos. Elprincipal rival de su sistema puede llamarse baalismo,lo que consist ía básicamente en un conjunto deprácticas religiosas que los cananeos transmitieron alos israel i tas . El pr incipal objet ivo real de losadoradores de Baal era el mismo que el de otrossistemas religiosos naturalistas de todo el mundo:buscaba controlar la naturaleza en beneficio delhombre usando principios similares a la magia. En un

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cierto nivel, esta religión siempre estaba localizada;cada región tenía su propia versión del culto. Laspersonas que dominaban la vida nacional apoyabanotra versión más espectacular ceremonialmente, la“religión oficial del estado”. Los monumentos y losartefactos con significado ceremonial o religioso quehan quedado de la Palestina de la época del AntiguoTestamento eran en gran par te producto de lasceremonias del baalismo.28

Existía un estrato de adoración aún más profundo yfundamental, vinculado al ritual orientado hacia lanaturaleza del culto a Baal , que principalmenteconsistía en rendir homenaje a los antepasados yobservar ritos de tránsito: nacimiento, obtención de lamadurez, matrimonio, muerte. La brujería y lascuraciones chamaníst icas pertenecían al mismocomplejo. Muchas de estas actividades semi-religiosasse efectuaban de forma extraoficial, dentro de gruposde familiares, de parientes o de vecinos.29

Las diversas versiones públicas y privadas de lareligión cananea aparecían conectadas por una visióndel mundo unificada o por la concepción de cómo erael hombre, la naturaleza y los cielos. En los días deLehi, la mayor parte de los habitantes del PróximoOriente compartían un conocimiento básico de losconceptos y s ímbolos usados comunmente paraexpresar esa visión del mundo. (Lo mismo que hoy endía la gente de todo el mundo tiende a compartir unacierta visión del mundo, centrada en la mal entendidaciencia mecánica, en lo racional y en el materialismo,aun cuando puedan diferir retóricamente en ciertosdetalles, como ocurre entre el “socialismo” y el“capitalismo”.) El mar primordial, la deidad quecontrolaba la lluvia y la sequía -y que, se pensaba, quemoraba en la montaña sagrada-, los movimientos del

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28.- Albright, Yahweh, pp. 124-44, 197-99.29.- Ibid., pp. 142-43, 204-5.

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sol y la luna explicados mitológicamente, el ritualdespertar de la vegetación en la primavera, y cosas así,todas esas ideas centrales del pensamiento del PróximoOriente componían una imagen común en las mentesde todos los habitantes de Palestina y se explicaban entérminos de la misma tanto para los israelitas comopara los cananeos.

La tradición profética se oponía al baalismo. Latemprana devoción de Israel por la tradición naturalistase mostró en el monte Sinaí, donde se ponían demanif iesto los bai les , e l becerro de oro y otrasexpresiones rituales e ideas religiosas de Canaán yEgipto. Moisés y otros profetas lucharon contra aqueltosco sistema de pensamiento, intentando elevar alpueblo a un nivel de pensamiento por encima deltransfondo cultural de su tiempo. El tema principal dela historia religiosa de Israel fue la interacción entrelos profetas, con su elevada visión, y las desviadastendencias de la mayor parte de los israelitas.

Una combinación de estela y altar característica de Izapa yrelacionada con los emplazamientos del sur de Mesoaméricapertenecientes a la segunda tradición. (Fotografía de James C.Christensen, usada con el permiso de la Iglesia de Jesucristo de lossantos de los Ultimos Días.)

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La misma s i tuación prevalecía en la t ierraprometida de América. Además de lo que llevaron losdescendientes de Lehi, la tierra tenía un sistemareligioso comparable, de manera importante, con el delos cananeos. Los ideales re l igiosos y elcomportamiento t ransmit ido por la poblaciónmesoamericana que continuaba allí, junto con loselementos naturalistas de Baal resonaban en las mentesy vidas de los menos fieles de los grupos de Lehi yMulek. Esta visión contraria del mundo desafiabaconstantemente a los profetas nefitas, que hicierontodo lo que pudieron para elevar a sus pueblos al nivelde la fe en el Evangelio. Los eruditos en culturasmesoamericanas han identificado algunos elementosde creencias y prácticas que reflejan una visión delmundo en Mesoamérica bastante similar a la de loscananeos del Viejo Mundo, y en este aspecto, a la demuchos otros lugares del mundo.30 Los nefitas -esdecir, toda población étnicamente compleja que fueradominada por el linaje de Nefi- siguieron yendo a laderiva hacia el substrato de ese punto de vista mágico.Los almas, nefis y mormones que había entre ellosintentaron valientemente elevar a esta heterogéneamasa de personas hacia un punto de vista más ampliosobre el hombre y la creación, pero durante largotiempo sólo tuvieron éxito en escasas ocasiones.

Los profetas del Antiguo Testamento utilizaron ellenguaje simbólico del concepto baalista del mundocomo vehículo para enseñar el Evangelio (“según sumanera de hablar”, como dice Doctrina y Convenios1:24; la enseñanza tiene que empezar desde donde seencuentra la mente de las personas, no desde dondenosotros desearíamos que estuviera). Los profetas lohan hecho en todas las épocas sin ningún escrúpulo,porque el lenguaje s imbólico es necesar io ,

30.- Ver mi artículo “The Book of Mormon as a MesoamericanCodex,” Society for Early Historic Archaeology, Newsletter andProceeding 139 (1976), pp. 4-6.

part icularmente para hablar acerca del mundoinvisible, y muy bien podría ser un lenguaje que lagente ya conoce. Así que el Antiguo Testamento estálleno de alusiones a montañas sagradas, al granabismo, a palomas, serpientes y cosas por el estilo, quese usaban para enseñar sobre Jehová y los principiosdel evangelio. Precisamente se ve el mismo fenómenoen el Libro de Mormón. Nefi enseñó acerca de Cristocomo Redentor refiriéndose a El en términos de unimportante símbolo sagrado mesoamericano (y delAntiguo Testamento): la serpiente que, sostenida enalto, bendice31 (Helamán 8:13-16; Alma 33:19-22; Juan3:14; Números 21:9).

Cuando Alma enseñó a los zoramitas una lección defe refiriéndose a un árbol de vida que brotaba delcorazón (Alma 32:28-43), estaba utilizando imágenesreligiosas mesoamericanas.32 Como ya hemos visto,una generación antes, Alma padre habían empleado lasideas del agua pura y el mar primordial bajo lasuperficie de la tierra como lenguaje de instrucciónreligiosa. La tradición o la cultura pueden utilizarsepara el bien o para el mal, para enseñar el evangelio oel baalismo. Los símbolos culturales utilizados por losnefitas y lamanitas pueden parecernos tan extrañoscomo los del Libro de Apocalipsis. Pero en amboscasos los símbolos son solamente instrumentos, no laesencia. La representación de la serpiente puede serusada por respetables profetas o por sacerdotesignorantes. Podemos confiar en que las ideas yfraseología nefita encajarían dentro del contextomesoamericano. Pero los conceptos o s ímbolos

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31.-Hay referencias en mi artículo “The Significance of anApparent Relationship between the Ancient Near East andMesoamerica,” en Man Across the Sea, ed. Carroll J. Riley et al.(Austin: University of Texas Press, 1971), pp. 234-35.

32.- Sylvanus G. Morley, The Ancient Maya, 2ª ed. (Stanford,California: Stanford University Press, 1945), lámina 28.

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Un afluente principal del río Sidón o Grijalva, cerca de su cabeceraalrededor de Manti. (Fotografía de David Bates. Cortesía de David A.Palmer y la Sociedad para la Arqueología Histórica Antigua.)

El Sidón o Grijalva, en la zona más baja del término de la depresiónde Chiapas. (Fotografía de James C. Christensen, utilizada con elpermiso de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días.)

aislados no nos pueden decir cuál es la estructura en laque todos ellos tienen sentido. El Libro de Mormónnos muestra esa estructura, una versión bastante purade la tradición profética. En las fuentes nativas quesobreviven, vislumbramos la tradición naturalista

La Misión de los Hijos de MosíahEl relato de la prédica de los hijos del rey Mosíah y

sus amigos entre los amanitas, en la tierra de Nefi, nosproporciona más información sobre la disposición delos territorios y sus características naturales. Una vezmás, prueba que es posible hacer encajar esascaracter ís t icas que nos dan las escr i turas en elemplazamiento guatemalteco de forma consistente yplausible. También podemos ver que el desarrollosocial y cultural de los lamanitas era paralelo a lo queocurría en Zarahemla. Las características de la cultura,la historia y la geografía esbozadas en la escritura, quese corresponden con los nefitas del siglo I a.C., seadecuan nuevamente al esquema mesoamericano.

Los misioneros avanzaron hacia arriba, a la tierra deNefi, por una ruta de la que alguno de los del pueblode Alma o del de Limhi les debió de haber hablado.(Ver el mapa 11.) Pero la transmisión oral algunasveces no logra expresar suficientes detalles acerca dela realidad. En este caso el viaje resultó ser más difícilque los anteriores (Alma 17:7-9). El grupo finalmentese detuvo en un punto de cruce donde sabían quetenían que separarse para ir a diferentes destinosdentro de la tierra de Nefi. Este enclave se encontrabaen “las fronteras de la tierra de los lamanitas” (Alma17:13, 18). Desde allí Ammón fue directamente a latierra de Ismael, Aarón se dirigio a la ciudad deJerusalén, mientras los demás del grupo aparecierondespués en un lugar llamado Ani-Anti. Ninguno deestos lugares se ha mencionado cuando hablamosanteriormente acerca de la tierra. Probablemente todoshabían sido colonizados de manera sistemática, por lo

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DESDE NEFI A ZARAHEMLA:LOS VIAJES MISIONALES DE

LOS HIJOS DE MOSIAH

menos por los pueblos del Libro de Mormón, en eltiempo que había transcurrido desde la marcha de losgrupos de Alma y Limhi, una generación antes. Esmuy posible qu el cruce en el que se separaron loshermanos sea Los Encuentros. Hoy en día éste es unempalme de autopista y también un antiguo punto deempalme de senderos provenientes de cuatrodirecciones.

En Ismael Ammón se convirtió en un siervo del reylocal, Lamoni, a quien convirtió de un modo singular(Alma 17:20-19:36). En compañía de Lamoni comenzóa viajar, bajando “a la tierra de Middoni”, donde sushermanos habían sido encarcelados (Alma 20:7). En elcamino encontraron al padre de Lamoni, gobernadorde toda la tierra de Nefi, tras lo que hubo un combatepersonal. El resultado fue que Ammón consiguió delanciano monarca la soberanía independiente deLamoni. Después Ammón y Lamoni continuaron sucamino hacia Middoni.

Cuando el grupo original de misioneros se separó,Aarón fue directamente a una tierra que se llamabaJerusalén “allá, en las fronteras de [lo que Alma habíallamado] Mormón” (Alma 21:1). Los disidentes nefitashabían dirigido a los lamanitas en la construcción de“una gran ciudad” allí. (El lugar se había fundado nomucho antes; aquí tenemos otro caso en el que lacondición de “gran ciudad” no se ref iere a laantigüedad o al tamaño del asentamiento sino a suconcepto y disposición).

Hemos visto anteriormente que donde mejor encajaMormón es en el extremo oriental del lago Atitlán, elmás cercano a la ciudad de Lehi-Nefi (concretamenteen Panajachel o sus proximidades) . 33 Jerusalénresponde al significado de Alma 21:1-2, si estabalocalizada en el lado opuesto del lago, lo cual todavía

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33.- Felix W. McBryde, Cultural and Historical Geography ofSouthwest Guatemala, SISA 4 (1945), mapa 20 y láminas 19-23.

la colocaría “cerca de las fronteras” de Mormón. Elemplazamiento probable se encuentra cerca deSantiago Atitlán, en el extremo suroeste del lagoAtitlán.34 El lago estaba “obviamente deificado” en elpensamiento nat ivo; los indios del s iglo XVIconsideraban que el lago Atitlán no tenía fondo, algoque recordaba el gran cuerpo de aguas subterráneasque no tenía fondo en el cual se pensaba que flotaba elmonstruo terrestre mesoamericano (equivalente alhebreo tannin o leviatán.)35 A ambos lados del lagoAti t lán, se levantan unos impresionantes conosvolcánicos que completan la conexión entre lamontaña y el abismo. A este Jerusalén se le habíapuesto conscientemente el nombre de la ciudad de losjudíos. Los profetas del Antiguo Testamento como, porejemplo, Isaías , 36 que tanto interesaban a es tosdisidentes nefitas (Mosíah 12:20-26), util izabansímbolos asociados con la Jerusalén del Viejo Mundo:el “abismo,” las cumbres, las aguas en el “este” y otrascaracterísticas cosmológicas. Estos símbolos habríanestado en la mente de los fundadores que eligieron esteemplazamiento.

A lo largo de toda la orilla del lago, el sitio másfavorable para el establecimiento de una ciudad es unaporción relativamente grande de terreno llano querodea a Santiago Atitlán. El comercio por barco en ellago (una fuente de r iqueza para la comunidad;comparar Mosíah 24:5-7) se centra en esta área poralgunas buenas razones, como las explica McBryde.37

299DIFICULTADES DEL DESARROLLO

34.- Ibid. mapa 20, lámina 47, pág. 179.35.- Ibid., pp. 132, 168, 179-80.36.- Comparar los sorprendentes símbolos de Ezequiel 36:1; 43:1-

2; 47:1,2,7,12 y 20 con el emplazamiento de Atitlán, recordando queel lago, como el Mar Muerto de Palestina, estaría al “este” deJerusalén y el océano al “oeste.” Fijarse también en el tratamiento quesobre Ezequiel 17 proporciona mi artículo “The Twig of the Cedar,”The Improvement Era 60 (mayo de 1957) :330ss. Isaías y Jeremías,emtre otros, usaron los mismos símbolos.

37.- Ibid. pp. 97, 99.

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El enclave también se hallaba cercano a las principalesáreas de población lamanita, solo unas pocas millasmás abajo, en la zona cálida pero rica en agriculturadel pie de montaña. Las ruinas y los monumentosindican que existían elaboradas tradiciones religiosas yartísticas en la región de la colina en los últimos añosa.C. El área de Jerusalén es práct icamente unaextensión del pie de montaña que sube hasta lahermosa orilla del lago. La nueva ciudad representaba,sin duda, conceptos simbólicos y de colonización a losque los sacerdotes amalekitas y lamanitas se habíanacostumbrado en la zona baja, más cálida.

Recordemos que esta Jerusalén estaba cubierta deagua en la época de la crucifixión del Salvador (3 Nefi9:7) . Actualmente, e l nivel del lago Ati t lán hacambiado drásticamente -hasta 60 pies en lo quellevamos de historia, habiendo llagado a alcanzar 15pies en un sólo año- así que es comprensible que unaciudad situada en la orilla pudiera sumergirse de

Las tierras altas de Guatemala, una zona en la que pudieron habervivido y trabajado Alma Limhi y los hijos de Mosíah. (Cortesía deRichard Jones.)

manera bastante brusca.38 De tal forma, existen variasrazones interesantes y plausibles que nos llevan asituar Jerusalén en este emplazamiento.

Sin haber tenido éxito en su predicación, Aarón“llegó [por arr iba]” (Alma 21:11)39 a un pueblollamado Ani-Anti. Probablemente “llegó [por arriba]”significa que atravesó el pie del volcán Tolimán; elcamino normal desde Sant iago Ati t lán hasta e lsiguiente pueblo discurre sobre esas corrientes de lava.En Ani-Anti se encontró con algunos de suscompañeros, que habían llegado por otra ruta. Estosdebieron de haber llegado por el otro lado, rodeando ellago, desde el punto en el que se dispersaron, pasandopor la antigua área de “Mormón”, donde se habíaescondido Alma. San Lucas Tolimán, en el extremosureste del lago, cumple los requisitos para ser Ani-Anti.

A cont inuación Aarón y sus compañerosatravesaron la tierra de Middoni, donde más tardeAmmón y el rey Lamoni les encontraron en la cárcel(Alma 20:30; 21:12). Las afirmaciones geográficas quehace el Libro de Mormón concernientes a Middoni seexplican claramente si estaba localizado en el valle deAntigua, la pintoresca ciudad colonial de Guatemala.Aquí, dos de los más impresionantes conos volcánicosdel país forman un estrecho pero fértil valle, conectadoíntimamente con la historia cultural del área vecina aNefi. Varios terremotos y erupciones volcánicasdevastadoras han azotado el lugar de forma periódica.Hasta ahora, en este valle sólo se han realizadoinvest igaciones arqueológicas informales . Losabundantes restos testifican que había una numerosa

301DIFICULTADES DEL DESARROLLO

38.- Lothrop, Atitlan, pp. 60-61, proporciona pruebas de que unemplazamiento se sumergió de esa manera.

39.- La idea original de “come over” en la versión inglesa queimplica que llegó por arriba se ha traducido al español simplementecomo “llegó”.

población en la época del Libro de Mormón, aunqueno se ha descubierto todavía ninguna ruina importante(alguna podría estar profundamente cubierta porcenizas volcánicas).40 Casualmente, en la escritura nose menciona ninguna ciudad en la tierra de Middoni,sólo la “tierra.”

La tierra a la que se llama Ismael, donde Ammónhabía encontrado a Lamoni, encaja con el área deChimaltenango. Eso la convertiría en la primera paradalógica del misionero nefita, después de que se separarade sus hermanos; el lugar se encuentra en la ruta quese seguía de forma regular para salir o ir hacia Nefi,ruta que los zeniffitas, Alma y otros habían seguidotiempo atrás.

Podemos percibir una interesante configuracióngeneral de estas tierras lamanitas cuando leemos elresumen de la disposición de lamanitas conversos y noconversos en Alma 23:9-12 (comparar con 25:13). Losconversos se agruparon todos alrededor de Lehi-Nefi,la principal ciudad de toda el área desde los díasdel padre Nefi. Esta ciudad, como ya hemos visto, seencontraba, muy posiblemente, dentro de los límites dela actual ciudad de Guatemala. Shilom y Shemlónestaban en el mismo valle. Ismael estaba separada deLehi-Nefi por una modesta meseta intermedia, Midián,de la que se habla en Alma 24:5, un punto lógico deencuentro. Situar Midián en esta área (Sacatepequez)satisface todos los criterios. Partiendo de Ismael,Ammón y Lamoni habrían, en efecto, bajadoperceptiblemente hasta Antigua/Middoni (Alma 20:7).Las ciudades de Lemuel y Shimnilom se mencionan enun contexto que sugiere que se encontraban en lascercanías de Lehi-Nefi, pero a las dos sólo se lasmenciona de paso, así que no podemos localizarlas con

302 UN MARCO GEOGRAFICO

40.- Stephan de Borheryi, "The Development of Folk andComplex Cultures in the Southern Maya Area", American Antiquity21 (1956): 343-56.

seguridad. Una de ellas o ambas podían haber estadocerca de Canchón, o en el valle de Pinula, donde sehallan ruinas con la fecha adecuada justo al este delvalle de Guatemala.41

Es interesante el hecho de que todo este conjunto detierras convertidas forma una “región simbiótica”, unterritorio ecológicamente conectado cuya economíatendía naturalmente a estar conectada. Eso podríaayudar a explicar por qué los lamanitas de todo estesector llegaron a actuar como una unidad bajo el reylamanita converso, en Lehi-Nefi, la ciudad principal.

Las áreas sin convertir estaban en “la tierra deAmulón, y también en la tierra de Helam, y . . . en latierra de Jerusalén, y en resumen, en todas las tierrascircunvecinas” (Alma 24:10). Muy probablemente enlas áreas “circunvecinas” se incluía la populosa áreadel pie de la colina. Allí, en emplazamientos comoMonte Alto y El Baul , aparece, en los res tosarqueológicos, una considerable continuidad respecto ala antigua tradición olmeca/jaredita.42 Una tradicióncultural diferente podría haber hecho que esos lugaresfueran especialmente resistentes a la obra misional.

Sospecho que había una razón práctica por la cuallos líderes de las áreas periféricas se oponían a losmisioneros y al rey converso. El pueblo de los anti-nefi-lehitas decidieron establecer “relaciones” (Alma23:18) con los nefitas de Zarahemla a través de losmisioneros nefitas. El examen de la situación entérminos de los modelos mesoamericanos conduce alas s iguientes hipótesis . Si fuera a surgir unacooperación política, económica y religiosa entre el

303DIFICULTADES DEL DESARROLLO

41.- E. M. Shook, “Lugares Arqueológicos del AltiplanoMeridional Central de Guatemala,” Antropología e Historia deGuatemala 4, no. 2 (junio de 1952): 10-11, 30.

42.- Lee A. Parsons, Bilbao, Guatemala: An Archaeological Studyof the Pacific Coast Cotzumalhuapa Region, vol. 1, Milwaukee PublicMuseum Publications in Anthropology 11 (1967); Graham,“Discoveries,” pp. 196-97.

pueblo del rey y los nefitas de Zarahemla, se veríanamenazadas las ambiciones de poder y riqueza de loslíderes amalekitas y amulonitas. Los intransigentes seenfrentarían, entonces, a un poderoso rival, el cualtrastocaría la red de comercio del sur de Guatemala(Mosíah 24:7). Los vínculos directos entre la región det ierras a l tas y la t ierra nef i ta dejar ían al áreacompetidora amalekita/amulonita fuera de “juego”.43

Aunque esta idea es sólo pura especulación, escompletamente característica de Mesoamérica, ytambién ayuda a explicar los sucesos del Libro deMormón.

Los lamanitas, que estaban enfurecidos por lainfluencia de los misioneros, se lanzaron finalmente encontra de los conversos, aunque eran sus hermanosétnicos. Subieron armados al área central de Nefi “conla intención de destruir al rey” (Alma 24:20). Elejército, que probablemente buscaba venganza, subiódesde la zona del pie de la colina, a lo largo de la rutanormal de ataque, a través de Shemlón/Amatitlán.

Monarquía LamanitaLas tierras donde trabajaban los hijos de Mosíah se

limitaban a una parte restringida de las tierras altas, sinembargo la descripción geográfica del reino bajo elgobierno del rey de los lamanitas nos remite a unasáreas que se extienden desde el mar del este hasta eldel oeste (Alma 22).

Primero se nos presenta en el texto una secuencia detiempo. El primer dominio lamanita se encontrabaexactamente en la costa oeste. Desde allí los lamanitasejercieron presión sobre los primeros nefitas, alrededor

304 UN MARCO GEOGRAFICO

43.- Respecto a la importancia del comercio con dirección aKaminaljuyu y a la cercana franja de tierras bajas del Pacífico, y laposición central de estas dos regiones en el comercio del sur deMesoamérica en esta época, ver lee A. Parsons y Barbara J. Price,“Mesoamerican Trade and Its Role in the Emergence of Civilization,”en Observations on the Emergence of Civilization in Mesoamerica,ed. Robert F. Heizer y John A. Grahem, UCAF 11 (1971), pp. 180-95.

de la ciudad de Nefi y terminaron tomando el controlde esa zona. Hacia el final del periodo zeniffita,alrededor del 125 d.C., el dominio lamanita se habíaextendido hasta incluir a Helam y Amulón. Inclusodespués, durante el periodo misional, se había ocupadoJerusalén, a la orilla del lago, y otras áreas periféricas.Se nos informa en cuanto a la culminación de estaexpansión, alrededor del 80 a.C., cuando Alma 22:27nos dice que el rey lamanita tenía cierto tipo desoberanía sobre los pueblos que se encontraban enregiones “que colindaban con el mar por el este y eloeste”. La imagen que nos permiten formar las fuentesarqueológicas e históricas nos sugiere cómo pudohaber funcionado el gobierno, pero no proporcionaninguna indicación segura de que ese dominio fuerauna realidad en el 80 a.C. También es evidente uncierto grado de similaridad cultural y lingüística encasi todas las áreas desde la costa del Pacífico deGuatemala hasta el golfo de Campeche44 (el mar este yel mar oeste del Libro de Mormón).

El gobierno a distancia del rey no puede habersebasado en un sistema coercitivo. A la hora de laverdad, ni siquiera podía controlar a la gente de lastierras altas cercanas a la capital. Por ejemplo, su hijoy gobernante local subordinado, Lamoni, se opusó a élcuando sintió que debía hacerlo, incluso aunque el hijo“tenía miedo de ofenderlo” (Alma 20:11; compararcon 24:2). En aquellos tiempos, el “gobierno”, tal ycomo nosotros lo entendemos, estaba restringido porfactores ta les como la fa l ta de comunicacionesrutinarias, el pobre mantenimiento de registros y porprocedimientos administrativos poco desarrollados. Envez de enviar subordinados para pedir cuentas aLamoni, el rey viajó él solo para hacerlo y luchó con

305DIFICULTADES DEL DESARROLLO

44- Gordon R. Willey, T. Patrick Culbert, y R. E. W. Adams, eds.,“Maya Lowlands Ceramics: A Report from the 1965 Guatemala CityConference,” American Antiquity 32 (1967): 298-300; Graham,“Discoveries.”

Ammón personalmente. Ni siquiera se nos da ningúnindicio de que llevara sirvientes con él. El papelgobernante del gran rey consistía principalmente enconferir credenciales a los jefes subordinados o“reyes”, como lo eran sus hijos (Mosíah 24:2; Alma20:9). A cambio esos líderes locales estaban, de hecho,sujetos a él, probablemente de una manera más visiblepor medio de algún tipo de sistema tributario (unequivalente parcial de los impuestos de la épocaactual). El título de “rey” podía reclamarse fácilmente(ver Alma 2:9; 47:6; 3 Nefi 7:9), pero los poderes delgobernante eran limitados, en el mejor de los casos:Mosíah 20:25 enfatiza cuán limitados eran. Estoslíderes eran realmente “caciques” en la jerga de lasciencias sociales de hoy en día, porque carecían de laestructura y los poderes de coerción característicos deun auténtico gobierno de estado.45 Su fuerza veníaxespecialmente reforzada por los s ímbolos querodeaban al oficio de rey. Los r i tuales, mitos yparafernalia sagrada conferían a un “rey” legítimo uncierto grado y calidad de poder a los ojos del puebloque ningún ejército podía producir. Sin embargo, seríaun error menospreciar tanto la institución monárquicalamanita. Por ejemplo, uno de los dos usos que da elLibro de Mormón al término “palacio” tiene lugar conreferencia al rey lamanita. (Aparentemente, Zarahemlanunca tuvo un “palacio” digno de mención). La meraexistencia de este término apunta a un significativoconcepto de monarquía,46 incluso aunque la prácticapudiera haberse quedado corta . Si hay unemplazamiento en el sur de Mesoamérica que pudierahaber sido el lugar donde se asentara un rey con unpalacio y unos poderes nominales que se extendierande mar a mar, éste habría sido Kaminaljuyu, o Nefi. En

306 UN MARCO GEOGRAFICO

45.- William T. Sanders y Barbara J. Price, Mesoamerica: TheEvolution of a Civilization (New York: Random House, 1968) pp. 42-44.

46.- Algunas referencias de la idea mesoamericana se encuentranen mi artículo “Apparent Relationship,” pp. 239-40.

la época de la que estamos hablando, era claramente elemplazamiento principal de toda el área, desdeCampeche hasta El Salvador.

El mejor análisis de lo que ocurría en las tierrasaltas de Guatemala en la época de la que hablan loslibros de Mosíah y Alma proviene del profesor DavidFreidel de la Southern Methodist University. Elconsidera que está claro que “la vida social y el artepúblico llegaron a su culmen durante el periodopreclásico (300 a.C.- 100 d.C)”. 47 Durante el resto dela historia precolombina el área fue “balcanizada” enfragmentos políticos que nunca alcanzaron de nuevo nitan s iquiera e l l imitado grado de unidad quedisfrutaron en Mesoamérica 1.900 años antes.48 Lossímbolos del gobierno y de culto representados en elarte público son notablemente abundantes y variadosen Kaminaljuyu. “Aparentemente, escultores demuchas localidades residían y trabajaban en estecentro cosmopolita”. Además la “rica variedad deescultura encontrada en Kaminaljuyu” indica, sinduda, una “importante interacción entre losgobiernos”.49 La ausencia de una “ideología y unareligión compartidas” sugiere que no había ni una solaestructura política estable que mediara entre los gruposseparados o tribus. “El mantenimiento de cada [unidadpolítica] se basaba en la condición de estar relacionadapero separada e igualada”. Sin embargo el Dr. Freideldetecta un “incipiente desarrollo de una élite regional”que se identifica a sí misma como una entidad social

307DIFICULTADES DEL DESARROLLO

47.- David A. Freidel, “Civilization as a State of Mind: TheCultural Evolution of the Lowland Maya,” en The Transition toStatehood in the New World, ed. Grant D. Jones y Robert R. Kautz(Cambridge: Cambridge University Press, 1981), pág. 191. Compararcon Lee A. Parsons, “Post Olmec Stone Sculpture: The Olmec-IzapanTransition on the South Pacific Coast and Highlands,” en The Olmecand Their Neighbors: Essays in Memory of Matthew W. Stirling, ed.Elizabeth P. Benson (Washington: Dumbarton Oaks, 1981), pág. 257.

48.- Freidel, “State of Mind,” pp. 191, 204.49.- Ibid., pág. 200.

prominente que proporcionaba una cantidad limitadade unidad. 50 Este desarrol lo de las t ierras al tas ,centrado en Kaminaljuyu, pronto estimuló efectossimilares en las tierras bajas del norte, en el “este”. Apartir de entonces, las tierras altas fueron la fuenteprobable de los símbolos que se hicieron populares enlas t ierras bajas y la fuente continua de nuevasimágenes.51

Una lectura sensible del Libro de Mormón confirmaestos puntos. Nefi/Kaminaljuyu era el centro culturaldominante a l cual tomaban como modelo laslocalizadas culturas circundantes, pero su historiapolítica tuvo altibajos: primeramente reinados de“nefis” a pequeña escala, luego el desequilibrio con elabandono de la ciudad (Mosíah 9:7-8) durante unapoco entusiasta ocupación lamanita, la toma de poderde los zeniffitas, después una poco firme monarquíalamanita seguida por un interludio anti-nefi-lehitainfluenciado por los nefitas. En la época en la que losmisioneros nefitas estaban allí (Alma 17-22, alrededordel 90 a.C.) un rey, políticamente débil, que gobernabasobre “toda la tierra” unía carismáticamente la granciudad de Nefi (Guatemala). Las ideas y los símbolos(por ejemplo, el “Gran Espíritu” de Alma 18-19) asícomo las relaciones de amistad y parentesco (Alma20:4, 9) , más que ser vínculos adminis t ra t ivosformales, eran los lazos que mantenían unida esta“balcanizada” escena política. Además, se dice que lasideas claves salieron del centro de las tierras altas,Nefi, para estimular desarrollos políticos en las tierrasbajas (como en Alma 25:5-11, 43:4-7).

Nuestra imagen de la monarquía lamanita vieneclarificada más adelante por el verbo utilizado enMosíah 24:2: “el rey de los lamanitas había nombradoreyes en todas estas tierras”. Esto tiene connotaciones

308 UN MARCO GEOGRAFICO

50.- Ibid., pág. 204.51.- Ibid., pp. 198, 223.

mesoamericanas. Las tradiciones que se refieren a unaépoca tan temprana como el 700 d.C. representan a loslíderes locales recibiendo sus nombramientos parareinar de un gobernador central en “tulán”.52 Endiversas épocas se reconocieron como tulanesdiferentes centros, pero siempre se requería una cosa:los que deseaban ser caciques locales tenían queobtener una “franquicia” legitima de la tulán principalde esa época. “En tulán . . . recibían su poder ysoberanía,” dice el Popol Vuh.53 El tulán más famosofue la metrópolis de Teotihuacán. La práctica dedelegar autorizaciones para monarquías locales puedehaberse originado de allí, habiendo comenzado un parde siglos d.C. Sin embargo la costumbre podía ser aúnmás antigua. Jacinto Quirarte ha demostrado que unconjunto de s ímbolos ar t ís t icos que se habíanconsiderado por mucho tiempo centrales en la culturade Tehotihuacán, aparecieron en realidad primero enIzapa, Chiapas, o en Kaminaljuyu, ya en el primersiglo a.C.54 Esa es precisamente la época en la quegobernaba el rey lamanita que hemos descrito. ¿Puedela condición de Teotihuacán como “tulán”, centro degobierno, haber tenido un precedente en Guatemala?Si el rey de la ciudad de Lehi-Nefi era entoncesfuncionalmente un tulán, y si él tenía el poder denombrar dirigentes locales en todo el territorio que seextendía de mar a mar, entonces el relato del Libro deMormón adquiere una nueva luz. En vez de ser unaanomalía el reino esparcido del rey, un problema que

309DIFICULTADES DEL DESARROLLO

52.- Robert M. Carmack, Toltec Influence on Postclassic Historyof Highland Guatemala, MARI 26 (1970), pág. 72; Lawrence H.Feldman, “Tollan in Central Mexico,” Katunob 8, no. 3 (febrero de1973): 1-6.

53.- Carmack, Toltec Influence, pp. 72-73.54.- Jacinto Quirarte, Izapan and Mayan Traits in Teotihuacan III

Pottery, UCAR 18 (1973) pp. 11-30. La cronología que presenta sepuede especificar con más cuidado actualmente. La comparación deIzapa y Kaminaljuyu corresponde a la primera mitad del siglo I a.C. oposiblemente un poco antes.

no podemos manejar, la escritura se convierte en unaindicación de que existía un modelo profundamenteimportante un poco antes que lo que han encontradolos eruditos.55

Los arqueólogos pueden objetar que la diversidadde arte local y de artefactos es demasiado grande comopara que sea posible , en cualquier medida, unainteracción política como la que se acaba de esbozar.Sin embargo, en el periodo pre-hispánico inmediato,en Guatemala, las variaciones locales en los estilos decerámica y de artefactos enmascaran que lo quesabemos por las historias de linaje pudo haber sido unaunión política bastante amplia y real.56 Lo contrariotambién es cierto: los estilos a menudo atravesabanfronteras étnicas, políticas y lingüísticas. Obviamente,todavía son poco seguros los criterios para determinarlos fundamentos de una interacción política sobre labase de los restos materiales.

La epopeya del grupo de misioneros terminó conotra retirada, dirigida por los nefitas, de las tierrasaltas de Guatemala. Los conversos lamanitas “salieronde la t ierra , . . . y l legaron 57 [a l macizo deCuchumanes] cerca de las fronteras de la tierra (Alma27:14). Acamparon allí, en algún lugar más arriba deManti , mientras sus guías nefi tas seguían hacia

310 UN MARCO GEOGRAFICO

55.- Creo que Mosíah I fue aceptado rápidamente como rey delpueblo de Zarahemla (Omni 1:19) en parte porque había llegado concredenciales obvias (Omni 1:14; Mosíah 1:16) de la tulán deNefi/Kaminaljuyu. Milton R. Hunter y Thomas Stuart Ferguson enAncient America and the Book of Mormon (Oakland: Kolob Book,1950), pp. 149-57, intenta relacionar “tulán” con los primeros centrosnefitas, aunque no con “la ciudad de Nefi.”

56.- Robert Wauchope, Protohistoric Pottery of the GuatemalaHighlands, en Monographs and Papers in Maya Archaeology, ed. W.R. Bullard, Jr. HUPM 61, parte 2 (1970), pp. 237-38. Comparar H. E.D. Pollock, “Introduction,” en Mayapan, Yucatan, Mexico, H. E. D.Pollock, et al., CIWP 619 (1962),pág. 13.

57.- En la versión inglesa “came over” implica que llegaron porarriba. (N. del T.)

Zarahemla para evaluar qué tipo de recepción lesesperaba. En el camino, los hi jos de Mosíahencontraron a su viejo amigo Alma, que se encontrabaen el camino de Gedeón a Manti. En ese lugar, se hizoun recuento de catorce años de gozo y sufrimiento(Alma 17:1-27). Entonces todos, incluyendo Alma, elsumo sacerdote, viajaron hacia Zarahemla. Al final, lasnoticias provenientes de la capital fueron buenas. A losanti-nefi-lehitas, o pueblo de Ammón, como ahora seles l lamaba, se les concedió una t ierra , Jersón.Informados de esto, fueron, a través de Gedeón (elvalle de Comitán), a lo largo del camino elevado ybajaron a su nuevo hogar cercano al mar oriental sinllegar a ver nunca la propia Zarahemla.

El Encuentro con los Arqueólogos a Mitad delCamino

La parte del Libro de Mormón que hemos acabadode analizar plantea varios puntos que se relacionan conlos restos materiales que examinan los arqueólogos. Aveces el significado de sus hallazgos resulta serevasivo, en relación con el texto de escritura. Unaspocas comparaciones más entre los mater ia lesarqueológicos y los mater ia les escr i tos puedenagudizar nuestra sensibilidad hacia los problemasmetodológicos que están incluidos y que subrayarán lanecesidad de tener precaución al tratar ambos tipos dedatos.

El lino y la seda son tejidos que se mencionan en elLibro de Mormón (Alma 4:6). No se encontró ningunode los dos, tal y como ahora los conocemos, enMesoamérica a la l legada de los españoles . Elproblema podría no ser más que l ingüíst ico. Elformidable Bernal Díaz, quien sirvió con Cortés en laola inicial de reconquista, describió que las ropas delos nativos mejicanos estaban hechas de “henequén el

311DIFICULTADES DEL DESARROLLO

cual es como el lino.”58 La fibra de la planta delmaguey, a par t i r de la que se manufacturaba elhenequén, se asemeja mucho a la fibra de lino que seusa para hacer el lino europeo. Los conquistadorestambién informaron de varios tipos de “seda”. Un tipoera el hilado de pelo fino del vientre de los conejos. Elpadre Motolinia también informó de la presencia de ungusano de seda salvaje, aunque pensó que los indios nohacían uso de los capullos. Pero otros informes indicanque la seda salvaje se hilaba y tejía en ciertas áreas deMesoamérica. Otro tipo procedía de la vaina del árboldenominado ceibo.59 Quizás nunca descubriremosrestos de esas telas, pero, por lo menos, ahora pareceque el uso de esas palabras en el Libro de Mormón noofrece ningún problema.

Sin embargo, el “dinero” del que habla Alma 11, esotra historia. Sería agradable decir que el problema seha resuelto, pero eso no es verdad. Hugh Nibley hahecho una sensata introducción al difícil tema de“¿Que es el dinero?” desde una perspectiva delPróximo Oriente.60 Pero la pregunta continúa, ¿seusaba el dinero en Mesoamérica, la tierra del Libro de

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58.- A. P. Maudslay, traduc. y ed. Bernal Diaz del Castillo: TheDiscovery and Conquest of Mexico, 1517-1521 (New York: Farrar,Straus y Cudahy, 1956), pág. 24.

59.- J. W. Johnson, “Basketry and Textiles,” HMAI 10, parte 1(1971), pág. 312. Matthew Wallrath en Excavations in theTehuantepec Region, Mexico, American Philosophical SocietyTransactions, n.s. 57, parte 2 (1967), pág. 12, señala que la sedasalvaje se reunía y se hilaba en el área del istmo, y que las telas teníanun valor muy elevado. Clavigero también informó que los indiosamericanos tejían la fibra del árbol del ceibo para telas “tan suaves ydelicadas como la seda, o quizás más.” C. Cullen, ed., The History ofMexico, vol. 1 (Philadelphia: Thomas Dobson, 1817), pág. 41.Comparar con A. M. Tozzer, ed.. Landa´s Relación de las Cosas deYucatán, HUPM 18 (19410, pág. 201, 205 y J. E. S. Thompson, ed.,Thomas Gage´s Travels in the New World (Norman: University ofOklahoma Press, 1958), pág. 149.

60.- Hugh Nibley, Since Cumorah (Salt Lake City: Deseret Book,1967), pp. 255ff.

Mormón? No hay ningún dato fiable que muestre quese usaran monedas acuñadas en ningún lugar delNuevo Mundo pre-colombino, a pesar de ciertossingulares y enigmáticos hallazgos de monedas.61 Peroel dinero no necesita adoptar la forma de monedas.Puede ser cualquier medio convenido con anterioridad,en unidades regulares, y que sirva como medidapública de valor. En este sentido se conocían variostipos de moneda en Mesoamérica. La más común erael grano del cacao, que ha seguido en uso hasta, por lomenos, hace cincuenta años. (Las personas podíanentonces, literalmente, beberse su dinero, ¡en forma decacao!)62 El sistema del que informa el Libro deMormón sigue la práctica israelita anterior al exiliobabilonio, en la que las unidades de dinero que seempleaban (tales como el shekel) eran unidades depeso de metal más que monedas regulares. Al parecer,las monedas acuñadas comenzaron a usarse enPalest ina sólo después que Lehi sal iera de al l í .Ciertamente las unidades de “dinero” que se dan enAlma 11 eran pesos proporcionales. El inadecuadotérmino “monetario”, que aparece en la introducción alcapítulo, es un error imputable a su edición en el sigloXIX, no a una parte del antiguo texto. Recientemente,las investigaciones también han mostrado que elrelacionar medidas de granos con el valor de metalespreciosos, tal y como se hace en Alma 11:14-19, erauna práct ica egipcia . 63 No podemos decir s i enMesoamérica había dinero que correspondiera adeterminado peso. No se ha hecho nunca ningúnestudio serio sobre como se utilizaba del dinero allí.

313DIFICULTADES DEL DESARROLLO

61.- Jeremiah F. Epstein, “Pre-Columbian Old World Coins inAmerica: An Examination of the Evidence,” Current Anthropology21(1980): 1-20.

62.- McBryde, Cultural and Historical Geography, pp. 33, 72, 84.63.- Weights and Measures in the Time of Mosiah II, Foundation

for Ancient Research and Mormon Studies, Informe preliminar STF-83 (Provo, Utah, 1983).

Como expliqué con todo detalle en el capítulo 7, todoel tema de los metales en Mesoamérica, en la época delLibro de Mormón necesita investigarse mucho más conel fin de llenar las importantes lagunas existentes en loque conocemos. La metalurgia sudamericana estámucho más clara que la de Méjico y Guatemala, pero,aun en esa área tan “bien conocida”, están apareciendoasombrosos hallazgos. Recientemente, se encontró uncementerio que contenía 12.000 piezas de metal“dinero” (aunque no monedas como tales) en Ecuador,confirmando, por primera vez, que tenían la idea deacumular una fortuna en unidades más o menosregulares de riqueza en metálico.64 Un hallazgo tansorprendente en Mesoamérica podría cambiar nuestraslimitadas ideas actuales.

También merece la pena aclarar otro aspecto de estaantigua cultura sobre la base de la arqueología. En elLibro de Mormón se mencionan tres tipos de lugaresreligiosos: templos, santuarios y sinagogas. Estoslugares de adoración tienen que dejar restos, ¿no esverdad? Hemos considerado brevemente los templosen el capítulo anterior, pero no los otros dos tipos delugar. Generalmente se considera santuario a unaestructura que se encuentra en un lugar veneradodonde, sin un horario fijo, tanto los individuos comolas familias efectuaban sus adoraciones. En Palestina,Betel era de este tipo, y se usó por lo menos desde laépoca en que Abraham adoró allí (Génesis 12:8;28:16-22) hasta los días de Lehi (2 Reyes 23:15). Sinduda, los israelitas que fueron a América siguieron lapráctica de designar santuarios y adorar en ellos.Algunos de estos pudieron haber estado en casas o enlocal idades residenciales; se esperaba que los

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64.- Handbook of Latinamerican Studies 37, Social Sciences(1976), pág. 70, resumiendo un panfleto publicado en Ecuador en1975. Este era dinero de cobre y cada pieza tenía la forma de cabezade hacha.

creyentes en Dios: “ invocar[ran] su nombre yconfesar[an] sus pecados ante él,” “velando y orandosin cesar” (Alma 15:17, 17:4). Hoy en día, en las casasde los nativos de muchas partes de Mesoaméricacontinúan con la costumbre pre-colombina de dedicaruna esquina de la casa para los tranquilos ritualesdiarios. Las cimas de las colinas también sirvieron, ytodavía sirven como santuarios donde la gente dejabasus ofrendas. Los manantiales y los lagos tambiéneran, con frecuencia lugares de culto.65 Hoy en día, seconsideran sagrados los monumentos de piedra pre-colombinos de muchas localidades. La gente acude allípara confesar sus pecados y orar por su perdón.66 Lossantuarios lamanitas y nefitas pudieron haber adoptadocualquiera de estas formas.

De acuerdo con lo dicho, debemos volver a ltratamiento anterior de la religión profética frente a labaalística. La adoración que dirigían los profetasrestaba importancia una y otra vez (aunque no losexcluía) a los objetos y lugares sagrados. Susprincipales preocupaciones eran los resul tadosespirituales más que los lugares físicos. El mobiliariorel igioso que los arqueólogos han recobrado enPalestina parece derivar, en su mayor parte, de latradición no profética. En la Tierra Prometida deAmérica cabría esperar una distinción similar. Sesupone que casi todas las escul turas y pinturasesotéricas de la antigua Mesoamérica tenían algúnsignificado religioso, pero probablemente tenían pocacabida o ninguna en la adoración de Benjamín o Alma.Naturalmente, antes de su conversión, Alma hijo habíasido un hombre idólatra (Mosíah 27:8), como lo había

315DIFICULTADES DEL DESARROLLO

65.- Evon Z. Vogt, The Zinacantecos of Mexico: A Modern MayaWay of Life. (New York: Holt, Rinehart, Winston, 1970), pág. 98;Tozzer, Landa´s Relacion, pp. 182-84.

66.- Robert Ritzenthaler, Recent Monument Worship in LowlandGuatemala, MARI 28 (1967), pp. 107-11, especialmente la figura 7.

sido su padre antes que él (Mosíah 11:7; 17:2). Losvisitantes de los museos de Mesoamérica o de grandesemplazamientos, como Teotihuacán, pueden verabundantes restos del culto más vulgar, pero nodeberíamos esperar conectar directamente esos objetoscon la religión de los profetas nefitas. Es interesante,entonces, que el arte religioso monumental está engran parte ausente en esas áreas de Chiapas que yoasocio con la presencia nefita en la época del Libro deMormón. Por el contrario, los lugares que poblaronprincipalmente los lamanitas, de acuerdo con estainterpretación geográfica, sí que dan muchas imágenesreligiosas, particularmente durante la época en la queel Libro de Mormón nos dice que las práct icasreligiosas estaban en decadencia.67

¿Qué eran las sinagogas? Se las menciona tantoentre los nefitas como entre aquellos lamanitas queestaban bajo la influencia de los disidentes nefitas(Alma 21:4-5; 32:1-12; Helamán 3:9, 14; Moroni 7:1).¿Habrían dejado ruinas que podrían habersedescubierto? A primera vista, la idea en sí pareceplantear un problema para el Libro de Mormón.Muchos his tor iadores han mantenido que no seconocían las sinagogas entre los judíos hasta bastantedespués de que Lehi abandonara Palest ina.Actualmente, sin embargo, otro grupo de expertosargumenta que las sinagogas datan de antes de lapartida de Lehi. Estos proponen que cuando el reyJosías emprendió sus drásticas reformas del cultojudío, para limpiarlo de intromisiones paganas, cerrólos antiguos santuarios (2 Reyes 23). La centralización

316 UN MARCO GEOGRAFICO

67.- Suzanne W. Miles, Sculpture of the Guatemala-ChiapasHighlands and Pacific Slopes, and Associated Hieroglyphs, HMAI 3,parte 1 (1965), pp. 137-75. Comparar con el comentario de T.Proskouriakoff en Dumbarton Oaks Conference on the Olmec, ed.Elizabeth Benson (Washington: Dumbarton Oaks, 1968), pág. 176;contradice el habitual punto de vista de que los “ídolos” eranabundantes.

del culto en Jerusalén desde el 621 a.C. en adelante,impidiendo que muchos judíos participaran en laadoración en el templo, debió de haber conducido,inevitablemente, al establecimiento de lugares dereunión en los que no se efectuaban sacrificios”68, enrealidad, de sinagogas. Así que, por lo menos, elconcepto de s inagoga podría bien haber es tadopresente durante una generación para la época en laque comienza el primer libro de Nefi. Las sinagogasposteriores servían como centro de las comunidades,abiertas a cualquiera que quisiera adorar o hablar(comparar Alma 26:29). De acuerdo con el Talmudbabilonio, la sinagoga judía estaba normalmenteorientada de cara a Jerusalén y también se encontrabaen el lugar más alto de la ciudad y cerca del agua.69

Una sinagoga no era necesariamente un edificio; podíaser tan sólo un recinto delimitado.

En los más ant iguos emplazamientosmesoamericanos existían estructuras que, al parecer,servían para los mismos propósitos sagrados queencontramos en la mayor parte de los criterios delTalmud. El hacer comparaciones detalladas se quedapara algún estudioso ambicioso. Ese estudio debeexaminar cuidadosamente tanto nombres como lasruinas. El término sinagoga, como concepto, es difícilde distinguir de los términos que, relacionados con él,se utilizan en el Libro de Mormón. Las “iglesias”establecidas por Alma en Zarahemla y, también, la“asamblea” de los lamanitas (Alma 21:16) eran, alparecer, similares funcionalmente a las sinagogas. Hayvarios términos del Antiguo Testamento que significan“congregación” o “asamblea” o el lugar de reunión deun determinado grupo. Los términos se superponen enla traducción. Una de esas palabras se ha venido a

317DIFICULTADES DEL DESARROLLO

68.- William F. Albright y C. S. Mann, Mattew (New York:Doubleday, Anchor Books, 1971): CLIII; I. Levy, The Synagogue: ItsHistory and Function (London: Valentine, Mitchell, 1964), pp. 7-14.

69.- Megilla 4, 23; Berakot 11; Shabbat 1, 11.

traducir como “sinagoga,” pero palabras antiguas talescomo sinagogue , ekklesia , kenishta y ´eda setradujeron bastante l ibremente, como si fueranequivalentes.70 Por lo tanto, podríamos encontrar quelo que quisiera que distinguiera a una sinagoga de unaiglesia local, según el criterio nefita, era tan sutil queseremos incapaces de distinguirlas basándonos en susrestos.

En el Libro de Mormón se mencionan altares en dosocasiones (Alma 15:17; 17:4) . Deberían seridentificables en los restos arqueológicos. De hecho laut i l ización de un al tar junto a una estela ,aparentemente, se originó en la costa del Pacífico deGuatemala.71 Quizás se pruebe que este complejo estérelacionado con lo que se utilizaba en la Palestinaisraelita de los días de Lehi, donde se erigía una estelamemorial (massebah) a una persona muerta en un“lugar alto” o túmulo sagrado en el que se ofrecíansacrificios; porque “cada bamoth [lugar alto o túmulosagrado] tenía que tener su altar”.72 El complejo estela-altar-túmulo sagrado es, naturalmente, característicode la Segunda Tradición mesoamericana.

318 UN MARCO GEOGRAFICO

70.- Jack Finegan, Light from the Ancient Past, 2ª ed. (Princenton:Princenton University Press, 1956), pp. 189-91; John a. Tvedtnes, TheChurch of the Old Testament (Salt Lake City: Deseret Book, 1967),pp. 24-25.

71- La definición de altar no está clara; en algunas ocasiones elarte muestra grandes piedras denominadas altares sirviendo de asiento(“¿tronos?”) para los dignatarios. Jacinto Quirarte,“Terrestrial/Celestial Polymorphs as Narrative Frames in the Art ofIzapa and Palenque,” en Pre-Columbian Art History: SelectedReadings, ed. Alana Cordy-Collins y Jean Stern (Palo Alto: PeckPublications, 1977), pág. 53, dice: “el complejo estela-altar tienetambién su origen en Izapán.” La distribución de los “altares” enIzapán se pueden ver en Susanna M. Ekholm, Mound 30A and theEarly Preclassic Sequence of Izapa, Chiapas, Mexico, NWAF 25(1969), pp. 2, 5, 17.

72.- William F. Albright, “The High Place in Ancient Palestine,”en Supplements to Vetus Testamentum (Leiden: Brill, 1957), pp. 247-48, 250-57; Roland de Vaux, Ancient Israel: Its life and Institutions(London: McGraw-Hill, 1961), pp. 284-87.

319DIFICULTADES DEL DESARROLLO

Otra construcción que aparece en los restos delpasado es lo que el Libro de Mormón l lama un“sepulcro”. La reina lamanita preguntó a Ammón si suesposo, Lamoni, que se encontraba inconsciente, debíaser enterrado en uno de estos, “que habían hecho conel fin de sepultar a sus muertos” (Alma 19:1, 5). EnKaminaljuyu se han excavado tumbas de esa mismaépoca que nos dan una buena idea de como era,probablemente, una ‘sepulcro’ lamanita. Se encontróque la tumba I, del túmulo E-III-3, contenía los restosde alguna persona sumamente honrada. La tumbahabía sido excavada en la cima de una montañaartificial, la plataforma de tierra más grande de laciudad muerta. Se habían dejado terrazas o bancos a lolargo de las paredes del agujero hecho en el relleno dearcilla. El cadáver, ricamente vestido, se había llevadoallí en una litera, sin duda acompañada por una extensaprocesión de dol ientes (comparar Alma 18:43) .Después que la litera que llevaba el cadáver, con lacabeza hacia e l sur, se hubiera colocado

Delicadas vasijas de una "curiosa artesanía" como ésta se hanencontrado como "ofrendas" en los "sepulcros" como el queconstruyó el rey de los lamanitas en el siglo I a. C. (Ver Alma 19:1.)(Fotografía de Daniel Bates. Cortesía de David A. Palmer y laSociedad para la Arqueología Histórica Antigua.)

cuidadosamente en el centro de la cámara sepulcral, secolocaba, en el cuerpo y alrededor de él, el ricomobiliario y equipamiento que se usaría en la vidadespués de la muerte. Cuando la ceremonia habíaconcluido, se construía un techo plano de madera y secubría con un relleno de arcilla. (Finalmente, lamadera se pudría, con lo que se añadía más arcilla pararellenar la depresión e igualar la superficie por arriba.Sin embargo, más tarde, los ladrones de tumbasexcavaban para buscar los valiosos adornos). En unasegunda tumba, en el mismo túmulo, se encontrarontres esqueletos, además del principal. Su condición yestado sugieren que habían sido sacrificados paraacompañar al difunto líder. Quizás eran esclavos73

(comparar Mosíah 7:15; Alma 17:28; 27:8).Vemos aspectos en los que los hal lazgos

arqueológicos podrían estar directamente relacionadoscon afirmaciones del Libro de Mormón. El encuentro amedio camino con los arqueólogos probablemente esuna buena idea, pero quizás necesitaremos llegar aúnmás lejos si su trabajo va a ser importante para aclararel registro escrito de manera adecuada.

320 UN MARCO GEOGRAFICO

73.- E. M. Shook y A. V. Kidder, Mound E-III-3, Kaminaljuyu,Guatemala, CIWP 596 (1952), pp. 56-64.

6

Un Emplazamiento para la Guerra

La última mitad del libro de Alma habla del centrocrucial de la historia nefita. Comienza poco antes del75 a.C. y continúa intermitentemente a lo largo detrece difíciles años en los que los nefitas lucharon porsu existencia contra un enemigo astuto y decidido. Laguerra fue par te de un proceso por e l cual loslamanitas, dirigidos por Amalickíah y otros nefitasinsatisfechos que buscaban el poder, presionaron haciael norte más al lá de sus t ierras de siempre y seadentraron en territorio nefita. Los nefitas estuvieron apunto de ser invadidos, pero la dinámica de esasituación tendrá que dejarse para otro lugar. Aquísolamente veremos el conflicto para clarificar más losaspectos geográficos y culturales del lugar en el quevivían los pueblos del Libro de Mormón

Cuando los conversos lamanitas -los anti-nefi-lehitas- llegaron a la tierra de Zarahemla, se les mandóa la t ierra de Jersón, como parte de un plan delgobierno para defenderse de una posible invasiónlamanita. Jersón estaba en una región de una debilidadcrucial para la defensa nef i ta ; las t ierras bajasorientales necesitaban guarniciones, y los anti-nefi-lehitas podía servir para ese propósito. Aunque estosantiguos lamanitas se habían convertido en pacifistas,podían por lo menos proveer apoyo logístico a losejércitos nefitas de la zona.

Simultáneamente, Alma, el sumo sacerdote, conalgunos amigos y dos de sus hijos, se dirigieron a unaproblemática área colindante con implicacionesestratégicas . El grupo viajó hacia la t ierra deAntiónum. (Ver el mapa 12.) Allí ellos intentaron

321

regenerar a un grupo al que se denominaba zoramitas,los cuales vacilaban en su lealtad hacia el gobiernonefita. Antiónum se encontraba “al este de la tierra deZarahemla, que se hallaba casi contigua a la costa delmar, a l sur de la t ierra de Jersón, que tambiéncolindaba con el [yermo] del sur, el cual estaba llenode lamanitas” (Alma 31:3). Si Alma podía afianzar alos zoramitas dentro de la esfera política y culturalnefita, podía impedir la guerra. Por aquel entonces, lacultura de los centros lamanitas de las tierras altas seestaba expandiendo hacia las tierras bajas (para losnefitas “el [yermo] del sur.”) Para atacar a los nefitasen ese sector, necesitaban una base y aliados. Loszoramitas de Antiónum ofrecían ambas cosas. Asípues, “los nefitas temían en gran manera que loszoramitas establecieran relaciones con los lamanitas”(versículo 4). La lealtad polí t ica y la ortodoxiareligiosa estaban íntimamente conectadas en el mundoantiguo, y la primera preocupación del sumo sacerdoteera la fe de los zoramitas. Estando entre ellos, Alma sequedó atóni to a l comprobar lo mucho que loszoramitas se habían desviado del ideal nefita. A pesarde tener algún éxito “entre la clase pobre” (Alma32:2) , f inalmente, la e l i te zoramita forzó a losmisioneros a abandonar la tierra nefita de Jersón. Lessiguieron sus conversos (Alma 35:1-6).

Un comentario interesante que nos indica cómoconcebían los nefitas la tierra es el que se nos dice queel territorio del sur, al que se describe como yermo,estaba “lleno de lamanitas.” Está claro que la esenciadel yermo no está en la ausencia de habitantes sino enalgo más, al parecer en las modificaciones sustancialesdel paisaje que conlleva la civilización. Probablementela sección sur sólo se había poblado ligeramente en losprimeros tiempos, pero ahora estaba siendo colonizadaseriamente. Algunos de esos colonos eran lamanitasque habían sido expulsados de la franja costera delnorte (“el yermo oriental”), arrasados por el ejército

322 UN MARCO GEOGRAFICO

ESCENARIOS PLAUSIBLES PARA LASGUERRAS EN LA TIERRA DEZARAHEMLA

nefita. Los líderes nefitas habían tomado la decisiónestratégica de lograr un auténtico control sobre esastierras costeras, las cuales reclamaban pero que, hastaentonces, habían permit ido que las ocuparanilegalmente los lamanitas (Alma 22:29; 50:9). Aunquelos nefi tas l lamaban “lamanitas” a la poblaciónasentada en el yermo del sur, realmente bajo estenombre se agrupaban probablemente restos de pueblosantiguos que se merecían ese apelativo, principalmenteporque los gobernaba un rey lamanita. La observaciónde Alma, cuando se encontraba en la t ierra deAntiónum, de que “muchos de ellos son nuestroshermanos” (Alma 31:35, comparar con 43:13)confirma que prevalecía esa variedad étnica. Loslamanitas de las tierras altas lo hubieran pasado malcomo gobernantes reales de esta zona húmeda y cálida.Biológicamente ellos estaban adaptados a un habitatmucho más fresco.1 Pero si el rey principal lamanitallevaba el título de “lamán,” así como el rey de losprimeros nefitas llevaba el de “nefi” (comparar Mosíah10:6; Jacob 1:11), entonces todos sus súbditos habríansido “lamanitas” aunque fueran habitantes nativos delas tierras bajas.2

324 UN MARCO GEOGRAFICO

1.- Comparar Alma 51:33 y 52:28 en lo concerniente al enervantecalor de las tierras bajas con los datos de los desastrosos intentos, enla época colonial española, de reasentar a los habitantes de las tierrasaltas en altitudes bajas. A menudo “enfermaban rápidamente ymorían.” Felix W. McBryde, Cultural and Historical Geography ofSouthwest Guatemala, SISA 4 (1945), pág. 11.

2.- Se informa de una práctica paralela, aunque, por supuesto, nonecesariamente relacionada de esta misma manera de llamar a losgobernantes, en las tierras altas de Guatemala, donde un famosoprincipe quiché, Keh Nay, proporcionó su nombre: “Hasta quellegaron los españoles, los reyes tenían este nombre de Keh Nay,porque, es como ‘cesar’, entre los nativos” Munro S. Edmonson, TheBook of Counsel: The Popol Vuh of the Quiche Maya of Guatemala,MARI 35 (1971), pág. 230, acotando una fuente nativa.

325UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

Poco tiempo después, “los zoramitas se hicieronlamanitas” (Alma 43:4), esto es, tornaron su lealtadhacia el gobierno lamanita. Lo que precipitó esa acciónfue la ira de los líderes zoramitas por la compasivarecepción dada a los zoramitas de clase baja quehabían seguido a Alma hasta la tierra de Jersón.Inmediatamente después, los zoramitas “empezaron amezclarse con los lamanitas” (Alma 35:10). Inclusomientras los misioneros nefitas estaban en Antiónumes probable que hubiera habido algún intercambioregular entre la gente de esa tierra y los lamanitas quese encontraban más al sur, porque Coriantón, el hijo deAlma, fue capaz de viajar desde el territorio zoramitahasta “la tierra de Sidón, en las fronteras de loslamanitas, tras la ramera Isabel” (Alma 39:3). Así queel texto deja claro que en este sector de la tierra, lafrontera entre los nefitas y los lamanitas era inestable.El ganar la leal tad de este grupo de nef i tasmarginados, los zoramitas, era, parece ser, parte de un

La "frontera del mar del este" era en su mayor parte una llanuracostera plana y húmeda algo así como esta área, en el estado deVeracruz. (Fotografía de James C. Christensen, utilizada con elpermiso de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ultimos Días.)

proceso extendido de expansión política y económicadel poder lamanita en el cual la re l igión,probablemente, jugaba sólo un papel subsidiario.

La primera escaramuza militar ocurrió cerca deJersón. Los lamanitas se aproximaron desde su base deAntiónum, recientemente adquirida. Los nefitas eranmuy inferiores en número (Alma 43:13-14, 21).Cuando se encontraron con sus enemigos “en lasfronteras de Jersón,” estaban protegidos por armaduraspersonales, para consternación de sus enemigos.Temerosos de atacar ante esta inesperada táctica, elejército enemigo salió de toda el área, yendo por elyermo “e hicieron un rodeo . . . por los manantiales delrío Sidón, para llegar a la tierra de Manti” (versículo22).

Vimos que Jersón se encontraba en las tierras bajasorientales, en algún lugar entre Abundancia y el paíslamanita . En las proximidades se disponía desuficiente tierra cultivable para mantener tanto a losnuevos colonos como, por lo menos, a parte delejército nefita (Alma 43:13; pero véase 60:9). En esemomento, era la tierra que estaba más al este y al surla que los nefitas podían convertir en base defensiva.Allí, el comandante nefita, Moroni, estableció sucuartel general, su “campamento” para el resto de laguerra (comparar Alma 50:31). (No se mencionaninguna tierra de Jersón.)

La escaramuza inicial y la retirada hacían parecerque había desaparecido la amenaza en el frente deJersón, pero eso resultó no ser cierto. La estratégicageografía impondría que los lamanitas atacaran en esamisma área más adelante. El objetivo principal de loslamanitas era aislar a los nefitas de la tierra del norte,apoderándose del istmo (Alma 50:11, 32; 52:9). Elenemigo atacaba las defensas nefitas en cualquierlugar donde pareciera más probable que pudieranpenetrar hacia el istmo. El primer ataque a lo largo dela costa occidental había sido desalentador (Alma

326 UN MARCO GEOGRAFICO

16:2-9); sin embargo probaron otra vez en el mismositio, sin mucho más éxito (Alma 49:1-15). De todosmodos, acercarse por la costa occidental era peligroso;la estrechez aparente de la franja de yermo por la quetenían que viajar para llegar al lado occidental delistmo les habría hecho vulnerables a que los nefitas lescortaran el paso alrededor de Melek. Tampoco llegaronmuy lejos los ataques lamanitas por el interior del país(ver Alma 2:27-35; Helamán 1:15-32). Eso dejaba elsector oriental como un frente obvio. Vimos en elcapí tulo 1 que la porción de la costa or ientalcontrolada por los nefitas era limitada; así que ladistancia a la que tendría que llegar un ataque lamanitapara alcanzar el istmo era seductoramente corta.

En Jersón, pueblo de Ammón pronto resultó ser másun estorbo que una ayuda. Como resultado, se lesdesplazó hacia la protegida ciudad de Melek (Alma35:13) en la cuenca alta del Sidón. Probablemente sesintieron mejor en la elevación media de Melek quesofocándose de calor en la tierra baja de Jersón, ya quehabían nacido en tierras altas. Moroni apresuró suspreparat ivos para la defensa, expulsando a loslamanitas rezagados que se encontraban a lo largo dela costa e instalando guarniciones en las ciudades, paralo que utilizó a los colonos del área de Zarahemla(Alma 50:9-11). Algunos de ellos pueden no haberestado muy animados por las condiciones que seencontraron ante ellos cuando llegaron (versículos 26,29). La ciudad de Moroni estaba prácticamente en lacosta (Alma 62:32; 3 Nefi 8:9; pero Alma 62:34sugiere que podía haber habido un poco de yermoentre ésta y el mar), y era la más expuesta de ellas(Alma 50:13) . Nefíah era aún una base másimportante, más tierra adentro (Alma 50:14; 59:8-90).Lehi , Moriantón, Omner y Gid eran otrosasentamientos, establecidos para fortalecer el sectorsureste y para proporcionar protección al cuartelgeneral de Jersón. En conjunto, los nefitas intentaban

327UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

mantener una línea recta que se extendía desde el marhacia e l inter ior, hasta donde hubiera a lgunaoportunidad de atacar (Alma 50:8).

Finalmente, llegó el asalto lamanita. Dirigido porAmalickíah, el renegado nefita, atacó primero Moroniy después una hilera de otras ciudades. Es evidente quelos lamanitas, instalados allí ilegalmente, quieneshabían sido expulsados de la franja costera en elmomento en que se instalaron las guarniciones,habrían suministrado a los atacantes información sobrecada sendero y cada obstáculo. La posición de Nefíahtierra adentro se confirma por el hecho de que elataque le pasó de largo. También Jersón estaba losuficientemente tierra adentro como para ser seguro(Alma 43:4, 25; comparar con 50:27), aunque fuerebasado cuando los lamanitas se dirigieron al norte,cerca del mar. El registro informa que Nefíah fuecapturada en esa época (Alma 51:24-26), pero esaafirmación es incorrecta si creemos Alma 59:9-11. (Nodebemos escandalizarnos al encontrar que los escribascometieron errores. Moroni, en la página del títulosugiere eso mismo al decir:“si hay faltas, éstas sonequivocaciones de los hombres.”)

La gran cantidad de información interrelacionadaque nos presenta esta sección de las escrituras, nospermite relacionar el registro nefita con escenariosgeográficos y emplazamientos arqueológicos. Lasrazones para que se asentaran en esos emplazamientosse hacen evidentes a la vez que se clarifica la lógica dela campaña de Amalickíah y de la defensa de Moroni.El mapa 12 identifica las posiciones más razonables decada tierra o ciudad de las mencionadas.

A través de esta área central oriental corre una líneaque marca el límite de los idiomas y culturas mayas.Esta frontera, aparentemente, se mantuvo en la épocade la conquista española, tal como lo había hecho

328 UN MARCO GEOGRAFICO

muchos siglos atrás, en la época clásica.3 Incluso enlos antiguos días de los olmecas, los emplazamientosde esa cultura quedaban a un lado de esta línea.4

Parece que algún tipo de frontera ecológica debe deseparar e l terr i tor io a ambos lados de la l ínea,reprimiendo el paso de personas y cultura a través dela misma. Cualquiera que sea la causa, parece que hayuna estrecha zona de unas veinte mil las que haconstituido una frontera étnica por mucho tiempo. Lazona queda precisamente donde se hallaría la fronteranefita-lamanita, del sector del mar oriental, de la quese ha tratado en el capítulo 1.

El área geográfica del sur de Méjico, donde losdefensores nefitas resistieron a los lamanitas, se llamaactualmente Chontalpa. El lento drenaje de la corrientedeja gran parte de la tierra llana demasiado húmedacomo para colonizarla, pero aquí y allá hay sitios máselevados, en los diques del río, o pequeñas elevaciones

329UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

3.- Sylvanus G. Morley, The Ancient Maya, 2ª ed. (Stanford:Stanford University Press, 1947) plancha 19. Una excepción temporalpudo haber ocurrido al final de la época clásica, de acuerdo conDonald L. Brockington en “The Archaeological Sequence fromSipolite, Oaxaca, Mexico” (Tesis doctoral, University of Wisconsin,1966). También una comunicación privada de Brockington, que secita en P. y H. Turner, Chontal to Spanish-English and Spanish toChontal Dictionary (Tucson: University of Arizona Press, 1971), pág.335, que informa de emplazamientos costeros de Oaxaca concerámicas de finales del periodo clásico, como las de Tabasco,presumiblemente producidas por hablantes mayas. Comparar con lainterpretación de Michael D. Coe de que una cultura “maya elevada”ocupaba el área costera del golfo durante el final del periodo clásico(Archaeological Synthesis of Southern Veracruz and Tabasco, HMAI3, parte 2 [1965], pág. 705), pero esto también fue temporal.

4.- Edward B. Sisson, “Settlement Pattern and Land Use in theNortheastern Chontalpa, Tabasco, Mexico: A Progress Report,”Cerámica de Cultura Maya, nº6 (1970), pp. 41-54.

geológicas que permiten que existan pueblos.5 Elfamoso emplazamiento de La Venta es uno de éstos, enuna elevación de unas pocas millas cuadradas deextensión entre pantanos, cerca del río Tonala. El viajea través del área costera se reduce a dos o t ressenderos bien establecidos que correnaproximadamente del noroeste al sureste, a lo largo deun terreno más elevado. En la época de la conquistaespañola, la mayor parte de las guerras indígenas selimitaban a los meses desde octubre hasta febrero.Entonces la comida era abundante, y la inundaciónestacional había disminuido en su mayor parte. A lolargo de la costa se encuentra una franja de antiguasdunas de playa, de un par de millas de ancho, cubiertasde vegetación. Es lo suficientemente continua comopara permitir viajar a lo largo de ella, paralelamente ala costa y libre de los pantanos que se encuentran tierraadentro, que presentan las incomodidades del viento yde los insectos.6

La zona de Chontalpa está limitada por un lado porel río Seco. Hasta la época colonial española, lacorriente principal del río Grijalva llegaba al mar porel canal de El Seco, pero entonces la corriente,contenida por un elevado dique, al ocurrir una de susinundaciones periódicas, desvió su curso adentrándoseprofundamente hacia el este, por donde discurre

330 UN MARCO GEOGRAFICO

5.- Philip Drucker y Eduardo Contreras, “Site Patterns in theEastern Part of Olmec Territory,” Journal of the WashingtonAcademy of Sciences 43 (1953):392-93; Thomas A. Lee, hijo, “TheHistorical Routes of Tabasco and Northern Chiapas and TheirRelationship to Early Cultural Developments in Central Chiapas,” enMesoamerican Communication Routes and Cultural Contacts, ed.Thomas A. Lee, hijo, y Carlos Navarrete, NWAF 40 (1978), pág. 54.

6.- Phillip Drucker y Eduardo Contreras, “Site Patterns in theEastern Part of Olmec Territory,” Journal of the WashingtonAcademy of Sciences 43; Thomas A. Lee, hijo, “The Historical Routesof Tabasco and Nothern Chiapas and Their Relationship to EarlyCultural Developments in Central Chiapas,” en MesoamericanCommunication Routes and Cultural Contacts, ed. Thomas A. Lee,hijo, y Carlos Navarrete, NWAF 40 (1978), pág. 54.

actualmente. 7 El antiguo curso seguía ,fundamentalmente, la frontera lingüística y culturalque se ha mencionado anteriormente. Como R. Gadaczseñala, “En Tabasco, muchos ríos servían de límitesprovinciales.”8 El río es una barrera lo suficientementeenorme como para haber constituido una línea dedefensa lógica para el capitán Moroni. Moroni yNefíah eran las dos guarniciones clave que afianzabanesta clara “Línea de las posesiones de los lamanitas”(Alma 50:13). Esta imagen geográfica explica por quéel registro nefita nunca menciona el río Sidón en lacosta oriental, porque la corriente, por sí misma,constituía la frontera, más que ser una característicadel paisaje que los nefitas necesitaran cruzar.

Seguramente la ciudad de Moroni se llamó así enhonor al capitán nefita de esa época, siguiendo lacostumbre de poner a las tierras y asentamientos elnombre de “su primer poseedor” (Alma 8:7). Todo loque se ha dicho acerca de Moroni tiene sentido sisuponemos que se localizaba cerca de la lagunaMeocoacan, a t ravés de la cual , ant iguamente,discurría el Grijalva/Sidón. Podía haber estado,alternativamente, en el emplazamiento de Tupilco ocerca de él, unas pocas millas más adelante, a lo largode la costa. Sissón, en un reconocimiento arqueológicode esta área, encontró que, a finales del PeriodoClásico -que incluye la época en la que Moroni estabafortificando ese sector- la cerámica típica de la eramaya, que, al tacto, parecía cera, se repartía por lastierras bajas de Guatemala y el sudeste de Méjico,justo hasta el lado oriental de la laguna Mecoatán, yallí se detenía. Más allá de la laguna y frontera étnicaexistía un estilo bastante diferente.9 También en la

331UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

7.- Jorge L. Tamayo, en colaboración con Robert C. West, TheHydrography of Middle America, en HMAI 1 (1964), pág. 93; Lee,“Historical Routes,” pág. 57.

8.- Rene R. Gadacz, Pre-Spanish Commerce in the Gulf CoastLowlands of Mexico (Calgary, Alberta: Western Publishers, 1979),pág. 50.

época de la conquista, un único “bloque económico,”que coincidía con la distribución de las lenguas mayas,se extendía desde Honduras hasta este mismo límiteétnico.10 Esa distribución concuerda con lo que parecehaber sido el reino de las tierras bajas “lamanitas.” SiMoroni fundó su propia ciudad en la misma frontera,cerca de la laguna, esta provocativa acción habríaconseguido cualquier cosa excepto invitar a loslamanitas a atacar. La otra ubicación posible deMoroni es interesante por una razón adicional. Endécadas recientes un emplazamiento arqueológico, enlas proximidades de Tupilco, fue arrastrado hacia elmar por las aguas debido a las potentes tormentas delGolfo, cuyas olas a veces azotan la costa.11 Se nosrecuerda que la ciudad de Moroni se inundó “en lasprofundidades del mar” cuando una gran tormenta fueseñal de la crucifixión del Salvador (3 Nefi 8:9).Entonces, la localización de Moroni aproximadamenteen este punto de la costa encajar ía con elemplazamiento natural, aunque, naturalmente, lasruinas originales se inundaron hace 1.900 años, deacuerdo con el Libro de Mormón.

La ciudad de Nefíah, fundada en la misma épocaque la de Moroni, es, plausiblemente, uno del grupo deemplazamientos, con fecha del fin del Preclásico, queSisson localiza a unas pocas millas al oeste de lafrontera del r ío Seco. Las “l lanuras” que seencontraban cerca de Nefíah (Alma 62:18) serían los -ya desde antiguo- extensos e incultivables prados de lasabana de Chontalpa. (Bernal Díaz describió una de lasprimeras batallas españolas en tierra firme, algo al estede este lugar. Miles de guerreros nativos esperaronpara combatirlos en estas llanuras, que demostraron serun terreno ideal para que maniobraran los caballosespañoles.12) Lehi, Moriantón y Moroni parecen haber

332 UN MARCO GEOGRAFICO

9.- Sisson, “Settlement Patterns,” pág. 49.10.- F. v. Scholes y R. L. Roys, The Maya Chontal Indians of

Acalan Tixchel, CIWP 560 (1948), pp. 3, 18.11.- Comunicación personal de Philip Drucker, 1953.

sido ciudades satélites de Nefíah, el centro (¿delmercado?) regional (Alma 51:24; 59:5; 50:14). Estastres estaban situadas más cerca de la costa que Nefíah.Pero es probable que Lehi y Moriantón hayan estadomuy cerca una de otra, porque sus habitantes sedisputaron la tierra cultivable tan pronto como seasentaron en el lugar, y Moriantón terminóincorporándose políticamente a Lehi (Alma 50:25-26,36) . Sisson local izó var ios emplazamientos ,pertenecientes a esta misma época y colindantes el unocon el otro, en dirección a la costa, partiendo denuestra presunta Nefíah; éstos podrían representar losrestos de esos dos pequeños emplazamientos.13

El tema de las direcciones, tratado en el primercapítulo, es de particular pertinencia ahora. En algunaspartes del relato, como por ejemplo en Alma 50:13-25,las referencias a un mapa podrían l levarnos aconfusión en lo que se refiere al significado real quedamos a los términos “norte” y “sur” . Pero s isuponemos que, por cualquier razón, en laterminología nefita había habido una cierta desviaciónen los puntos cardinales que nos son familiaresactualmente, esa posición tiene sentido. Una notaadicional: Mormón escribió este registro muchotiempo después de que tuvieran lugar los hechos(notese por ejemplo, la primera persona del escritorque aparece en Alma 43:3). Los términos que tienenque ver con las direcciones están descritos según laperspectiva general que él tenía cuando escribía en latierra del norte. Desde su punto de vista, la posición dela ciudad de Nefi se consideraría realmente más alnorte que la de Moroni (Alma 50:13-15),14 incluso sin

333UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

12.- Bernal Díaz del Castillo, The Bernal Diaz Chronicles, trad. yed. A. Idell (Garden City, New York: Doubleday, 1956), pp. 49-50.

13.- El emplazamiento T-2 está situado en el sitio apropiado paraser una de estas ciudades. Probablemente se podrá demostrar quealguno de los nueve o diez emplazamientos que lo rodean es delmismo periodo; muchos de ellos todavía están sin datar. Sisson,“Settlement Patterns.”

tener en cuenta los otros datos que se encuentran en elcapítulo 2 sobre el sistema de direcciones de losnefitas.

Jersón, el otro centro oriental nefita que nuncaamenazaron los lamanitas , probablemente seencontraba bastante tierra adentro. El área que seencuentra alrededor de San Miguel, Tabasco, cumplecon los requisitos geográficos necesarios para serJersón. Ya por la época de los olmecas era unasentamiento importante, aunque dependía de LaVenta, aproximadamente a veinte millas de allí.15 Esnotable una situación que confirma esto: cuandoMoriantón y su pueblo salieron de su ciudad paradirigirse a la tierra del norte, viajaron por una rutadiferente de la que siguió Teáncum. El les persiguiócon su ejérci to por otro camino, intentando“atajar[les]” (Alma 50:33). Las posibles rutas ydistancias, relacionadas con el hecho de que se leinformara a Moriantón de que Jersón había huido y deque su persecución tuviera éxi to , se acomodanperfectamente con el que Jersón estuviera alrededor deSan Miguel. Hay pocas opciones.

Se menciona el nombre de otras ciudades comoOmner, Gid y Mulek, todas situadas “en las fronterasdel este, junto al mar” (Alma 51:26). Leyéndolo, aprimera vista, este versículo parece que otorga a estoslugares la misma importancia y los sitúa claramente enlínea, pero esta posición no se puede sostener. Durante

334 UN MARCO GEOGRAFICO

14.- Un reciente árticulo de periódico es sintomático de latendencia a la discusión sobre la geografía americana, incluso hoy endía. Hablando acerca de la búsqueda de petróleo en Belize (antiguasHonduras Británicas), un reportero se refiere a los sorprendentesdescubrimientos de petróleo “al norte de aquí”, de Méjico. De hecho,los descubrimientos ocurrieron en los estados de Chiapas y Tabasco,justo al oeste de Belize; claro que el área a la que se refiere está endirección al norte (hacia la ciudad de Méjico). Christian ScienceMonitor, 16 de julio de 1977, pág. 7.

15.- Roman Pina Chan y Carlos Navarrete, ArchaeologicalResearch in the Lower Grijalva River Region, Tabasco and Chiapas,NWAF 22 (1967), pp. 3-11.

el contrataque nefita para reconquistar las ciudades deguarnición, no se menciona a Omner para nada;aparentemente se la pasa de largo, se la deja moriraislada (Alma 55:24-25, 33). Además, cuando, muchodespués, Nefi y Lehi, su hermano, emprendieron sumisión para predicar (Helamán 5:14-15) , seencontraron con Gid y Mulek en un orden inverso alque se les habría supuesto, de acuerdo con Alma 51.Eso debe significar que Gid se encontraba desviandosetierra adentro, en relación a Mulek, en vez de estar enlínea con los otros asentamientos paralelos a la costa.Sabemos que Mulek no estaba lejos de la costa, porqueel ejército de Amalickíah que atravesó Mulek endirección a Abundancia fue a parar a la playa (Alma51:32).

Obsérvese que Mulek no era una de esas nuevasguarniciones (Alma 50:14-15). Ya tenía su propiahis tor ia . El nombre de Mulek la vincula con elantepasado del antiguo jefe Zarahemla, el principerefugiado de Judá (Helamán 6:10; 8:21). El grupo conel que l legó, proveniente del otro lado del mar,desembarcó en la costa de la tierra del sur después dehaber llegado a la tierra del norte (y habiéndosequedado allí, ¿por cuanto tiempo?) (Helamán 6:10;Alma 22:30). Estos hechos hacen probable que laciudad de Mulek fuera el primer centro establecidopor es te grupo de viajeros provenientes delMediterráneo.16 Las relaciones geográficas de Mulek yla historia que le sugiere encajan con el asombrosoemplazamiento arqueológico de La Venta, el antiguocentro olmeca situado a unas pocas millas, corrientearriba, de la desembocadura del río Tonala.

335UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

16.- Para ver los paralelismos entre su viaje, su llegada y lastradiciones mesoamericanas, leer mi artículo en The ImprovementEra, “The Twig of the Cedar,” 60 (mayo de 1957): 330-37.

Varios detalles apoyan esta identificación. Elprimero es el hecho de que un grupo que llegue pormar puede acceder al lugar, por el río. El trabajoarqueológico que se ha hecho muestra que La Ventapuede haber estado totalmente abandonada en elmomento en el que llegó el grupo de Mulek, lo que lesofrecía una oportunidad poco común de asentarse enun lugar que ya había sido probado.17 Alma 52:2 hacehincapié en la seguridad que consiguió un preocupadoejército de invasión lamanita al esconderse dentro deMulek. Más adelante, en el relato de la reconquista delemplazamiento (Alma 52:17-23), el texto confirma, demanera poco usual, que Mulek se encontraba aislada.El comandante Moroni pidió a sus enemigos quelucharan en las llanuras que se encontraban entreMulek y Abundancia, pero ellos rehusaron. Fuenecesario un truco para hacer que “salieran” de Mulek(versículo 19) hasta donde, finalmente, los nefitas lesburlaron. La localización de La Venta/Mulek en unaisla rodeada de pantanos aclara la utilización de esaexpresión, y de hecho las llanuras se extendían cercade La Venta y en la mayor parte del espacio que seencuentra entre el río Tonala y Abundancia, cerca delCoatzacoaltos. Las distancias y el terreno que nosmuestra la operación que hizo que los nef i tasconquistaran Mulek se corresponden con esta área.18

También parece significativo otro dato de la culturade La Venta. En la superficie de la enorme Estela 3 seencuentra tallada una famosa escena en que se muestraa una persona de elevada condición social, cuyas

336 UN MARCO GEOGRAFICO

17.- Un montón de arena de duna cubrió el emplazamientodespués de su fase de ocupación IV (¿la última “olmeca”?), lo cualsugiere convincentemente que fue abandonada después del 550 a.C.aproximadamente. Philip Drucker, Robert F. Heizer y Robert J.Squier, Excavations at La Venta, Tabasco, 1955, SmithsonianInstitution, Bureau of American Ethnology, Bulletin 170 (1959), pp.81-82, 113, 218-30.

18.- Philip Drucker en “The Venta Olmec Support Area,” enKroeber Anthropological Society, Papers 25 (otoño de 1961), pp. 59-72, lo describe detalladamente.

características faciales encuentran paralelismos con lasde las personas del área del golfo que sobrevivieron ytambién con las que muestra el arte olmeca, cara a caracon un hombre que tiene la apariencia de haber nacidoen Israel. Su asombrosa barba y su nariz aguileña sontan prominentes que algunos eruditos le han apodado“Tío Sam”.19 Esta escena se considera comúnmentecomo una representación del artista del encuentroformal entre los l íderes de dos grupos étnicosmarcadamente diferentes, uno de ellos aparentemente“semít ico”, ta l y como han sugerido Tat ianaProskouriakoff e Ignacio Bernal.20 Quizás estamosviendo a un lider mulekita junto al cacique local quegobernaba a un grupo de personas que sobrevivieron aldesastre jaredita. Lo más preciso que podemos decir dela datación del monumento en el que aparece la escenaes que la fecha estaba muy próxima a la deldesembarco mulekita, en el 6 a.C. Aproximadamentepor esa época, en Mesoamérica, la Primera Tradiciónse encontraba agonizando. También se han apreciado,en la úl t ima ocupación de La Venta , c ier tascaracterísticas culturales que son comparables a las dela Palestina fenicio-israelita.21 Si consideramos todo enconjunto, estos puntos indican que La Venta es unabuena candidata para ser la ciudad de Mulek. Algunosrestos que se han encontrado en el emplazamientodatan del siglo I a.C. aproximadamente, lo que parecemostrar que cuando Amalickíah atacó Mulek vivía allíuna modesta cantidad de población.

¿Dónde estaría situada la tierra de Antiónum? Erauna zona en la que se estaba expandiendo la influencialamanita y chocaba con la nefita. Si tomamos la línea

337UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

19.- Matthew W. Stirling, “Great Stone Faces of the MexicanJungle,” National Geographic Magazine 78 (septiembre de 1940):327.

20.- Ver la nota del capitulo 3 que trata de este tema y hacereferencia a Ignacio Bernal, The Olmec World (Berkeley: Universityof California Press, 1969), pág. 59.

21.- Constance Irwin, Fair Gods and Stone Faces (New York: St.Martins, 1963).

lamanita-nefita como la frontera entre los mayas y nomayas, cerca del r ío Seco, Antiónum parecer íaencontrarse justo al otro lado, en la parte maya. Puestoque se menciona por lo menos una colina en Antiónum(Alma 32:4), probablemente se encontraba situada alborde del pie de las montañas en vez de en la llanuraabierta e inundada que hay cerca del mar. Alrededor deTeapa o Pichucalco, Chiapas o, incluso más lejos, endirección al mar, cerca de Vil lahermosa, e lemplazamiento se ajusta a los requisitos; en lascercanías también se encuentran mater ia lesarqueológicos con la datación adecuada. Gateth Lowesitúa “la zona de interacción zoque/maya,” unafrontera cul tural en la que él ve un confl ic tointerminable,22 en este preciso lugar (que sigue a travésde todo lo ancho de sur de Mesoamérica,aproximadamente donde yo sitúo la “angosta franja de[yermo]” del Libro de Mormón, Alma 22:27). Másadelante , Sirón (Alma 39:3) , aun de más claratendencia lamanita, pasó a formar parte del país maya,en el área que rodea a Macuspana, en dirección aPalenque, donde también se encuentran restosculturales que tienen la antigüedad adecuada. Estelugar se encuentra sobre un terreno accidentado que seadentra hasta la siguiente doble cuenca, la cualproviene de Antiónum, como lo requiere el texto.

Amalickíah, el Disidente por ExcelenciaAlma 46 nos dice la cantidad de problemas que

surgieron una vez más en Zarahemla sobre cuestionesde poder y privilegios. El líder de los disidentes eraAmalickíah, que quería convertirse en el rey de losnefitas (versículos 3-6). La subversión de Amalickíahafectó más a ciertas porciones de la gran ciudad de

338 UN MARCO GEOGRAFICO

22.- Gareth W. Lowe, Thomas A. Lee, hijo, y Eduardo MartinezEspinosa, Izapa: An Introduction to the Ruins and Monuments,NWAF 31 (1982), pág. 306.

Zarahemla que a otras. El propio Moroni llevó su“estandarte de la libertad” por el centro de la tierra avarios grupos y “envió” mensajes a otras partes,haciendo que los fieles se unieran a los principios delibertad y del gobierno de jueces electos (versículo28) . Cuando Amalickíah y sus seguidores máscercanos vieron que habían perdido la lucha política,huyeron de Zarahemla, hacia la tierra de Nefi paracomenzar de nuevo (versículos 29-30).

Siguiendo el modelo clásico, el ambicioso disidentenefita fue hasta Nefi para incitar al rey lamanita aluchar contra los nefitas (Alma 47:1). Sin embargo, amuchos de los del pueblo lamanita no les agradódemasiado la idea de emprender una más de las series,aparentemente interminables, de desastrosas guerras enlas que los nefitas siempre parecían salir adelante. Estavez la mayor parte de los lamanitas rebeldes de lasproximidades de Nefi simplemente huyeron hacia otrolugar cercano llamado Onida, el “lugar de las armas.”En las cercanías se encontraba el monte Antipas, encuya cima se reunieron después de haberse armado.Está claro que Onida estaba en un terreno accidentado,a no mucha distancia de la ciudad de Lehi-Nefi, queera más importante. En Mesoamérica es obvio quéconstituye un “lugar de armas”; difícilmente puede serotra cosa que un afloramiento de obsidiana. Este vidriovolcánico era el material más conveniente, másefectivo y más barato para manufacturar armas ocualquier herramienta cortante. (Obsérvese que Alma49:2 nos informa que las principales armas de loslamanitas eran las “flechas” y las “piedras”.) Desde laépoca más antigua, la obsidiana era el principal puntode apoyo del comercio. Algunas de sus rutas llegabana las 700 millas de extensión.

Resulta que una de las fuentes más extensas de estematerial clave es una zona accidentada llamada ElChayal , a unas dieciséis mil las a l noreste deKaminaljuyu. Los lugares que se encuentran dentro de

339UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

esta exposición de obsidiana, de kilómetros de ancho,en El Chayal, están prácticamente pavimentados conastillas desperdiciadas, donde se ha dado forma a losutensilios astillándolos. La obsidiana de El Chayal seexportaba mucho ya en la época de los jareditas.23 Asíque el infeliz pueblo lamanita, que esperaba tener queluchar contra el ejército del rey para no ser reclutadosa la fuerza para el servicio militar, primero fueron aOnida (quizás El Chayal) para armarse, y después setrasladaron a la seguridad estratégica de la cima de unamontaña.

Después de una ser ie de movimientoscaracterísticamente astutos, Amalickíah terminó en eltrono, habiendo superado en estrategia a los lamanitasque se oponían a la guerra, al ejército leal al rey, y alpropio rey, a este último por medio del asesinato(Alma 47:10-19). Finalmente el ambicioso ex-nefita“tomó posesión” de la “ciudad principal” y ascendió altrono. Una vez conseguido el control del ejércitolamanita , Amalickíah pr imero intentó vencerfácilmente y por sorpresa a los nefitas. Ese fue elataque de la costa occidental , a la c iudad deAmmoníah, como vimos anteriormente.

Al parecer los nef i tas nunca colonizaron nidefendieron el estrecho yermo occidental (Alma22:28), que se componía de una montaña que hacía debarrera y de una franja costera paralela, en el lado dela gran tierra de Zarahemla que daba al Pacífico. Unarazón probable de esto es que ya estaba ocupado por elresto de alguna antigua población, de la época anteriora los nef i tas , y era más fáci l ignorar los queexpulsar los . (Alma 50:11 podría implicar es ta

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23.- R. Sidrys, J. Anderson y D. Marcucci, “Obsidian Sources inthe Maya Area,” Journal of New World Archaeology 1, no. 5 (1976):1-13; Fred Nelson y Barbara Voorhies, “Trace Element Analysis ofObsidian Artifacts from Three Shell Midden Sites in the Litoral Zone,Chiapas, Mexico,” American Antiquity 45 (1980): 540-50. El Chayalno es la única posible fuente de obsidiana cerca de Kaminaljuyu,como estas referencias dejan claro, pero es la más probable.

expulsión pero no está claro; en cualquier caso, losnefitas no lo colonizaron.) Los nefitas sólo tenían unnotable interés en los extremos sur y norte. En el sur seencontraba “la ciudad más allá”, Antipara, subiendopor la montaña y bajando “[por la frontera] sobre lasorillas del mar [occidental]” (Alma 56:31).24 En elextremo norte, por lo menos en el siglo IV d.C., seencontraba la tierra de Josué, la cual ocuparon losnefitas en su última retirada (Mormón 2:6). La zonacostera del Pacífico de Chiapas junto con las montañasparalelas es, seguramente, el yermo occidental. El grancentro ceremonial de Chiapas está en la situacióncorrecta para ser ‘la ciudad más allá”, Antipara, en elextremo sur; aunque también servir ían otrosemplazamientos de esta región de Soconusco. (El textono dice que hubiera una ciudad nefita. No se haceninguna otra mención de este lugar. Podría bien habersido un centro de peregrinaje , abier to a var iospueblos.25 Los lamanitas enviaron sus ejércitos a lolargo de la ruta occidental dos veces, ambas sin éxito.

341UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

24.- En la traducción oficial al español se omite la referencia a lafrontera que en inglés es clara “in the borders”. (N. del T.)

25.- Es interesante que la imagen que George Kubler da de loscentros de peregrinaje, unido al poco preciso sentido de territorialidadque se deja ver en las culturas mesoamericanas, nos recuerda lo quedice el Libro de Mormón. Kubler sugiere que el comercio, que sedesarrollaba a lo largo de las rutas de peregrinaje hacia los santuariossagrados, era “sostenido por corporaciones sacerdotales”, comosucedia más o menos en Mesoamérica en los últimos tiempos. Elcontinúa diciendo: “Así que, si fuéramos a imaginarnos la geografíamental de los viajeros del Pre-Clásico, parecería una red de caminosmás que el rompecabezas de un mapa, y mostraría los nudos y crucesde caminos de forma más prominente que la propia red o lasfronteras. Los desiertos deshabitados y las montañas serían menosimportantes que las ciudades y que su disposición a lo largo de losríos y caminos. Así que un ‘mapa’ pre-clásico se habría asemejadomás a un conjunto de puntos y líneas que los conectan que a un‘mapa’ de áreas que comparten fronteras.” George Kubler,“Comments,” en Observations on the Emergence of Civilization inMesoamerica, ed. Robert F. Heizer y John A. Graham, UCAR 11(1971), pág. 160.

Fue como consecuencia de estos fallos por lo queAmalickíah decidió efectuar el ataque por el este, en ellugar que ya hemos descrito.

Recordemos la velocidad de ese ataque a la costaoriental que desvió la línea de defensa nefita. Casiantes de que ninguna de ambas partes pudiera darsecuenta de lo que pasaba, los invasores se encontrabancerca del punto crucial de Abundancia. Más tarde,poco a poco, la corriente dio marcha atrás; los nefitasdevoraron el territorio ocupado por los lamanitas.Después de años de lucha, la acción final se desplegótan de repente que en unas horas la última hilera deciudades cayó de nuevo en manos de los nefitas.

La Guerra en el Frente SurEl primer fracaso lamanita en el este, cuando se les

auyentó mientras se aproximaban a Jersón desdeAntiónum (Alma 43:18-22), cambió la dirección de suagresión. El siguiente lugar en el que podían teneresperanzas de sacar ventaja a los nefitas era la regiónde Manti . “Por lo tanto, salieron de la t ierra deAntiónum para el desierto, e hicieron un rodeo en el[yermo], allá por los manantiales del río Sidón, parallegar a la tierra de Manti y tomar posesión de ella”(vers ículo 22) . Aquí se nos ofrece una val iosaclarificación de las relaciones geográficas: cómoJersón-Antiónum estaba conectado con Manti.

Naturalmente Manti estaba en el punto más elevadodel asentamiento nefita, en el Sidón. Inmediatamentemás allá se levantaba la cabecera del Sidón, en elyermo que separaba el territorio nefita del lamanita.Por eso estaba muy cerca de los lamanitas, pero no lohabían atacado antes porque tenía un limitado valorestratégico comparado con las tierras bajas orientales.

Se nos da a entender que Manti se encontraba a grandistancia de “[la frontera] sobre las orillas del mar[occidental]”. Los informantes de Moroni tuvierontiempo de decirle, en su campamento de Jersón, que

342 UN MARCO GEOGRAFICO

los e jérci tos lamanitas es taban abandonandoAntiónum, con lo cual él envió exploradores para quevigilaran sus movimientos. De manera simultáneaenvió a Zarahemla una petición de guía profética aAlma para saber hacia donde se dirigía el enemigo. Larespuesta llegó de Zarahemla hasta Jersón; entoncesMoroni organizó a su ejército y tomó el largo caminohacia Manti. Llegó allí a tiempo para alertar a lamilicia local y para poner una emboscada en el caminoque sabían que seguirían los lamanitas al descenderhacia el río, el Sidón, cerca de Manti (Alma 43:22-33).La ruta que tomaron los lamanitas, desde Antiónumhasta Manti, o no era directa o era difícil viajar porella, porque todas estas idas y venidas del ejército deMoroni debió de haberles llevado semanas. Y elejército de Moroni tenía un camino mucho más directoy fácil para viajar que los atacantes lamanitas.

Esta imagen de un largo “rodeo” por el yermoconcuerda con lo que se implica en otro viaje delejército lamanita. Eso ocurrió cuando Amalickíah, consu ejército, estaba tomando posiciones para su casiexitosa ofensiva a la costa oriental. Ya se habíainformado que el gran ejército estaba “llegando a lasfronteras de la tierra” antes que el comandante Moroniobtuviera la autorización del gobernador de la tierra deZarahemla para actuar contra los subversivos“realistas,” que habían rehusado tomar las armas paradefender su tierra (Alma 51:14-16). Entonces él mandóa su ejército que atacara y dominara la parte de latierra que estaba controlada por esos líderes disidentes,que profesaban “tener sangre noble” (versículo 21).(He sostenido anteriormente que esta porción de tierraprobablemente se encontraba r ío abajo, desdeZarahemla, teniendo su centro en Sidón/Chiapa deCorzo. En ese lugar hay evidencias de que la transiciónde la fase Guacanaste a la Horcones, alrededor del 75a.C., estuvo marcada por la violencia.26 Eso sucedió

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26.- Pierre Agrinier, Mound 1A, Chiapa de Corzo, Chiapas,Mexico: A Late Preclassic Architectural Complex, NWAF 37 (1975),pág. 41.

más o menos cuando el ejército de Moroni se enfrentóa los realistas “para abatir su orgullo,” y los disidentesfueron “talados y derribados a tierra” [versículos 17-18].) Toda esta actividad, que consumía una buenacantidad de tiempo, tuvo lugar cuando los lamanitasestaban “llegando a las fronteras de la tierra”. Sehabrían dirigido hacia la tierra de Moroni por la costaoriental, casi lo contrario de la ruta que siguió elejército lamanita para ir a Manti. Obviamente el“rodeo” por el yermo cubría bastante distancia.

Un vistazo al mapa 12 nos muestra cómo encajanestos tiempos y distancias. Entre Antiónum y Mantilos lamanitas disponían de dos rutas; podían haberviajado por cualquiera de ellas. Una atraviesa la vastaárea yerma de bosques tropicales de Chiapas por unared de valles de jungla. La otra ruta rodea esta regiónaccidentada, se extiende hasta el río Usumancita y losigue corriente arriba. Esta segunda es mucho máslarga pero habría sido más sensato viajar por ella,porque habría habido asentamientos a lo largo delcamino para proveer comida y era segura. La ruta porlos bosques, aunque factible, atravesaba algunas de lasregiones más accidentadas de toda Mesoamérica, queestaban prácticamente despobladas en el periodo delque estamos hablando.27 Al centro de esta regióntodavía se le llama “el desierto de los lacandon” (losindios lacandon).28 Cualquiera de las dos rutas quehubiera seguido el e jérci to lamanita le habríapermitido al de Moroni tener el suficiente tiempo parallegar a Manti primero.

Sin duda el comandante nefita y sus hombressiguieron el mismo camino cuando fueron a apoyar aPahorán, e l juez supremo, más adelante . Los

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27.- Frans Blom y Gertrude Duby, La Selva Lacandona (Méjico:Editorial Cultura, 1957).

28.- Leo Waibel, La Sierra Madre de Chiapas (Méjico: Sociedadde Geografía y Estadística de Méjico, 1946), pág. 216

disidentes, habían reafirmado su derecho a gobernar yhabían tomado el control de Zarahemla, forzando aljuez a que huyera (Alma 61:5). Moroni subió desde subase, en Jersón, hasta el área de San Cristóbal lasCasas. Después él se habría dirigido directamente, através de los valles abiertos, hacia Comitán/Gedeón,donde Pahorán le esperaba con el ejército de relevo(Alma 60:30; 62:3-4, 6).

Otro incidente que tuvo lugar durante el regreso deMoroni, después de haber ayudado a Pahorán, nosproporciona más luz sobre las rutas de la marcha.Regresaba con su ejército a la tierra de Nefíah yJersón, cuando se encontraron por casualidad “ungrupo grande de lamanitas”, los capturaron y seapoderaron de sus provisiones (Alma 62:14-18).Claramente, esa ruta en par t icular, no estabacontrolada por ninguno de los dos lados. La extensióndel yermo significaba que, en raras ocasiones, susfronteras eran firmes y seguras. (Las observaciones deKubler sobre las fronteras imprecisas, en la nota a piede página 25, nos dan luz aquí.) La historia no nos dicelo suficiente para que podamos establecer dónde tuvolugar el encuentro, pero tiene sentido que ambosejérci tos usaran el val le del r ío Teapa, sobrePichucalco, o podría haber sido cerca del Sidón, en lasproximidades de lo que es actualmente Huimanguillo.

Mientras que la guerra Amalickita seguía su curso,en el f rente sur y oeste de Zarahemla se habíadesarrollado un conflicto implacable (Alma 53-58).Manti cayó ante los lamanitas. También fue capturadala ciudad de Zeezrom, aunque, puesto que solamentese la menciona una vez, no debe de haber tenido unaimportancia fundamental (Alma 56:14). Más lejos,hacia el mar occidental, se encontraban Cumeni yAntipara, otros dos lugares que tomaron los lamanitas.La tierra de Judea permaneció en manos nefitas, como

345UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

un corcho bajo presión en una botella, evitando que elenemigo bajara directamente hacia Zarahemla (Alma56:15-18, 22-25).

Estas re laciones geográf icas encajan con elescenario del sur de Chiapas. El mapa 12 muestra ladisposición lógica de las ciudades en este frente. Suemplazamiento, en relación al terreno, clarifica comosucedieron los hechos militares. Las montañas deSierra Madre forman una barrera que hace casiimposible viajar regularmente entre la costa y ladepresión interior, a todo lo largo del extremo sur; conuna notable excepción: hay un paso que conecta laregión de los afluentes superiores del río Grijalva,pasando por la ciudad de Motozintla, con la amplia yfértil colina al pie de una montaña, y la franja costeraconocida como Soconusco. En dirección opuesta aMotozintla, hay un estrecho valle fluvial que bajahacia el Grijalva.29

Antipara estaría situada en el paso que hay a travésde estas montañas. Vemos el porqué al examinar lareconquista nefita de Antipara. Antipus y Helamán, loslíderes nefitas de ese frente, usaron “una estratagema”para hacer que los lamanitas salieran fuera de lasdefensas de la ciudad. Mandaron que un pequeñogrupo pasara por el lugar provocando a los lamanitaspara que les siguieran. Se pretendía que el destino delgrupo fuera obvio por la ruta que tomaba: “como sifuéramos a la ciudad más allá, sobre las orillas delmar” (Alma 56:30-31). Así que Antipara se encontrabadentro o cerca de un paso, en una ruta que, por unlado, bajaba hacia la costa, desde Antipara, y por otrolado hacia Zarahemla, pasando por Judea. Un grupo dehombres, que se trasladara hacia la costa y que pudieraser visto desde un emplazamiento defensivo, situadoen el val le del r ío , cerca de Motozint la , i r ía ,

346 UN MARCO GEOGRAFICO

29.- Leo Waibel, La Sierra Madre de Chiapas (Méjico: Sociedadde Geografía y Estadística de Méjico, 1946), pág. 216.

obviamente, por el paso cercano y bajaría a Izapa o aalguna otra ciudad de la región de Soconusco. Antiparaencaja bien cerca de Motozintla.

Cerca de allí, tuvo lugar la extraordinaria batalla delos 2.000 jóvenes guerreros de Helamán. Helamán ysus jóvenes ammonitas habían subido desde Melek (sinduda, por Zarahemla, la ciudad de Helamán) hastaJudea para reforzar al sitiado ejército de Antipus.Llegaron justo a t iempo de desbaratar el ataquelamanita a Judea. Los jóvenes tomaron pronto parte enla operación para recuperar Antipara. Una vez que sehubo sacado al ejército lamanita de su fortaleza, lacompañía de Helamán retrocedió hacia el norte, através del yermo (Alma 56:36-39). A lo largo de laabierta y llana cima de la hilera de montañas, corrierona través de bosques de pinos o robles.30 Si hubieranintentado descender a través de uno de los cañones,dirigiéndose hacia Judea, su base, los lamanitashabrían sospechado que era una trampa y habríanvuelto; así, el propósito de la maniobra, alejar a loslamanitas de Antipara, se habría frustrado. Después dela larga persecución, los ejércitos se enfrentaron, enuna batalla que dio la victoria a los nefitas. Entoncesse custodió a los prisioneros desde el lugar de labatalla hasta Zarahemla, mientras el grueso del ejercitonefita regresaba a su base, en Judea. Finalmente, unavez que la debilitada guarnición de Antipara se huborendido y retirado, se alivió la preocupación nefita pordefender esa “parte de la tierra”. De nuevo, el mapanos muestra el porqué de una manera obvia.

En esta accidentada área apenas ha comenzado lainvestigación arqueológica. Un rápido reconocimientoque se hizo desde el río Grijalva, subiendo el valle,

347UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

30.- Carlos Navarrete atravesó la misma área pero encontró aúnmenos, ni siquiera en los emplazamientos de Mulleried. “UnReconocimiento de la Sierra Madre de Chiapas: Apuntes de un Diariode Campo,” Universidad Nacional Autónoma de Mexico, Centro deEstudios Mayas, Cuadernos 13 (1978).

hasta Motozintla no encontró ningún emplazamientode fecha temprana, pero el arqueólogo que lo hizoreconoció que sólo había iniciado la investigación yque se necesitaba hacer mucho más.31 Informes defechas anteriores indican que sí que había ruinas de untamaño importante cerca de Motozintla y tambiéncerca de Amatenango de la Frontera, en el valle, másabajo, donde pienso que podría haber estado Cumeni.32

La ciudad de Zeezrom habría estado abajo, cerca deManti, quizás en el emplazamiento de Guajilar, que seinvestigó en 1976 y 1977. En el periodo de estasguerras nefitas era un gran emplazamiento.33 Judeahabría estado en el área de Chicomuselo, situada en unlugar ideal para detener cualquier movimientolamanita que bajara contra Zarahemla (Alma 56:25).En todas estas áreas exis ten muy pocas zonascultivables; esto explica el alto grado de dependenciaque los ejércitos nefita y lamanita tenían de importarcomida (Alma 56:27, 29, 32; 57:6, 8, 11, 15).

348 UN MARCO GEOGRAFICO

31.- Gareth W. Lowe, Archaeological Exploration of the UpperGrijalva River, Chiapas, Mexico, NAWF 2 (1959), pág. 57, fig. 58c.Trabajos posteriores muestran una conexión suficiente entre lascerámicas del Preclásico tardio de Izapa y las de la Depresión Central,de forma que se ha visto la probabilidad de que hubiera comunicacióna través del paso que se encontraba cerca de Motozintla, en esa época,y así también de por lo menos algunos emplazamientos que estaban alo largo de aquella ruta por aquel entonces. Gareth Lowe, Thomas A.Lee, hijo, y Eduardo Martinez espinosa, Izapá, An Introduction to theRuins and Monuments, NWAF 31 (1982), pág. 14.

32.- Manuel Gamio, “Exploración Economico-cultural en laRegión Oncocernosa de Chiapas, Mexico,” América Indigena 6, no. 3(1946): mapa 3, basado en los datos de Mullerried que mostraban“pirámides” en tres lugares de las cercanías. Su presencia demuestrasu capacidad ecológica para tener emplazamientos importantes,aunque todavía no se ha informado de ningún emplazamientopreclásico.

33.- Thomas A. Lee, hijo, "A Preliminary Report of the FirstPhase of Excavations at Guajilar, Chiapas", 1976. Artículo sinpublicar archivado en el BYU-NWAF.

Sólo se podría hablar con exhaustividad de lamicrogeografía en la que se desarrolla la batalla y lasrutas de marcha que ut i l izaron los nef i tas pararecuperar Manti (Alma 58:13-29) teniendo en nuestrasmanos mapas detallados de la localidad, y yo no puedodisponer de el los . Los mapas de la región yobservaciones personales sugieren que, en general, sepueden encontrar emplazamientos plausibles para esasmaniobras mil i tares . (El mismo emplazamientotambién da cabida, en términos generales, a la batallaanterior, que hubo allí, de la que nos habla Alma43:25-54. Para comprobar los detalles se necesita unestudio más minucioso.) La propia Manti parece queprobablemente se encontraba en las importantes ruinasde La Libertad. Está en la confluencia de los tresgrandes afluentes que forman el río Grijalva, justo másabajo del gran emplazamiento, y el yermo requerido seencuentra justo al lado del emplazamiento.Aproximadamente en esta época, La Libertad fue laciudad más grande de toda la porción de tierra de losafluentes superiores.34

La recaptura de Manti terminó la gran guerra, perosus efectos habían sido profundos. Se había usadorepetidamente el poder militar, bajo las ordenes delcapitán Moroni, para proporcionar al gobierno centralla fuerza que necesitaba para poder superar las peoresdivisiones e indecisiones que había sufrido. Se habíacambiado de sitio a las personas de forma bastantearbi t rar ia , para colonizar aquí y a l lá , según senecesitaba. Se habían reforzado los asentamientos

349UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

34.- Donald E. Miller, “La Libertad, A Major Middle and LaterPreclassic Ceremonial Center in Chiapas Mexico: A PreliminaryReport”. Artículo sin publicar que se encuentra en los archivos de laBYU-NWAF. Miller, tentativamente, pone fin a la población delemplazamiento, alrededor del 100 a.C. Andrew McDonald, quetambién examinó las cerámicas, cree que también está representada lasiguiente fase (comunicación personal). Si no fuera así, Guajilar uOjo de Agua podrían haber sido la ciudad de Manti.

defensivos, y se pedía el reclutamiento de mano deobra para construir fortificaciones (Alma 50:10). Lasbajas habían sido numerosas en ambos lados. E,incluso después que cesaron las host i l idadesformalmente, continuaba la tensión; se requería unaconstante vigilancia nefita (Alma 62:42). Toda el áreagobernada desde Zarahemla estaba más unida quenunca. Sin duda la comunicación urgente y lanecesidad de gran cantidad de movimiento de personalarmado, y de las mujeres y niños que estaban en suscampamentos regularizó, rutas de viaje. La riquezacontinuó, debida en parte al incremento del comercio(versículo 48). La atención se había dirigido más alvalor estratégico y a los recursos del área del istmo yde la t ierra del norte más al lá (Alma 63:4-10) .Aparentemente, también se expandió la alfabetizacióny el mantenimiento de registros.(versículo 12).

Estas características de vida del área del istmo delLibro de Mormón concuerdan con lo que sabemos delsur de Mesoamérica en el periodo que siguió al 75 a.C.Además, los prototipos de muchos de los modelos queaparecen en la vida nefita y mesoamericana en laépoca clásica del siglo IV d.C. se ven en esta primeraépoca, incluyendo las guerras, las clases sociales, elcomercio, los cul tos y otras caracter ís t icas quedescribe Mormón justo al final de la carrera históricade su pueblo.

Las Pautas de la GuerraEn este punto, será una ayuda, hacer una incursión

en algunos datos sobre la guerra, en Mesoamérica,para que podamos apreciar más completamente cómolucharon los hombres de Moroni. Hasta hace muypoco, los tratamientos clásicos que se le ha dado a lacultura mesoamericana han seguido la línea de que laguerra era una excepción posterior, que los primerosgrupos que se encontraban en el área sólo practicabanlas artes de la paz. Actualmente sabemos que esto es

350 UN MARCO GEOGRAFICO

una completa distorsión. Parece que, probablemente,los mesoamericanos eran raramente muy pacíficos.Hay pruebas crecientes de que eran frecuentes losconflictos armados, incluso en la época olmeca. DavidWebster, ha publicado una monografía que insiste enque, por lo menos en las tierras bajas mayas, “la guerray el militarismo eran procedimientos importantes a lolargo de todo el clásico” (según sus términos, desde el300 hasta el 900 d.C.). Incluso anteriormente, “laguerra durante la época preclásica era un factoresencial en la def inición pol í t ica de las var iassubregiones de las tierras bajas.”35 Y actualmentetambién sabemos que en Honduras, en las tierras altasde Guatemala, en Méjico Central y en Oaxaca hansalido a la luz pruebas que muestran que la guerra erade gran importancia y muy antigua.36

Cuando Cortés atravesó el sur de Méjico, durante suépico viaje hacia Honduras, descubrió fortificaciones,alrededor del área de Laguna de Terminos, muysimilares a las que erigió Moroni en el siglo I a.C.(Alma 53:1-5), en las tierras bajas de la costa oriental,

351UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

35.- David L. Webster, Defensive Earthworks al Becan,Campeche, Mexico: Implications for Maya Warfare, MARI 41(1976),pp. 3, 113.

36.- Por ejemplo, Robert Wauchope, “Protohistoric Pottery of theGuatemala Highlands,” en Monographs and Papers in MayaArchaeology, ed. W. R. Bullard, hijo, HUPM 61, parte 2 (1970); 99.Sanders señaló: “se están acumulando rápidamente pruebas quedemuestran que las sociedades clásicas mesoamericanas, en general, .. . estaban más orientadas hacia lo militar de lo que se pensaba.”William T. Sanders y Joseph W. Michels, Kaminaljuyu Project-1968Season. Part 1: The Excavations, PSUO 2 (mayo de 1969), pág. 166;Claude F. Baudez y Pierre Becquelin, “Archeologie de Los Naranjos,Honduras,” Mission Archeologique et Ethnologique Française auMexique, Etudes Mesoamericaines 2 (1973), pp. 3-4, 69, AngelPalerm estaba entre los primeros que se dieron cuenta de quefrecuentemente había guerra en la antigua Mesoamérica, en sus“Notas Sobre las Construcciones Militares y la Guerra enMesoamérica,” Instituto Nacional de Antropología e Historia, Anales8 (1954); 123-34.

a sólo unas 20 millas escasas de la ruta de Cortés. ElLibro de Mormón describe que se cavó una zanjaalrededor del área protegida; la tierra excavada fueapilada en el interior para formar un parapeto. En laparte superior de éste se instaló una empalizada demadera, atada con lianas. Actualmente, esa mismadisposición está bien documentada arqueológicamente.El proyecto de la Sociedad Geográfica Nacional y launiversidad de Tulane, en Becán, en el centro de lapenínsula del Yucatán ha mostrado que el modelo eramuy antiguo. La interpretación que da Webster sobrelas excavaciones ve una imponente muralla de tierraalrededor de ese centro, en algún momento entre el250 y el 450 d.C. , durante el periodo en el quesucedieron las úl t imas guerras entre nef i tas ylamanitas . El impresionante tamaño de estaconstrucción defensiva se muestra en la observación deWebster de que, desde la parte más alta del terraplén(sin contar la probable empalizada superior) hasta elfondo de la zanja, la distancia era de casi 35 pies. “Unejército enemigo atrapado en el fondo de la zanjaestaría a merced de los defensores, cuyas armas másefectivas, bajo esas circunstancias, habrían sidograndes rocas.” Además, “la excepcional anchura de ladefensa proporciona protección adicional, porque, enla mayoría de los lugares, los proyectiles pesados sólose pueden arrojar desde el terraplén hasta el bordeexterior de la zanja con gran dificultad. Lanzarloshacia arriba, desde el interior, es casi imposible. Esprobable que los defensores, posiblemente protegidospor la empalizada, lanzaran una lluvia de proyectilesde larga dis tancia contra los enemigos que seaproximaban, usando jabalinas y hondas.”37 Compáreseesas afirmaciones con Alma 49:22: “pero, he aquí . . .[los atacantes lamanitas] fueron arrasados por laspiedras y las f lechas que les lanzaron.” Una

352 UN MARCO GEOGRAFICO

37.- Webster, Defensive Earthworks, pág. 95.

comparación completa de las tácticas, estrategia yconstrucciones defensivas mesoamericanas -de lo pocoque se sabe del tema hasta ahora- revela otros muchosparalelismos instructivos con el Libro de Mormón,muchos de ellos desconocidos hace sólo unos pocosaños.

En la escritura se describen otras características dela vida militar. En documentos y restos arqueológicosde Mesoamérica se da buena fe de la existencia dearcos y flechas, piedras y hondas, jabalinas, dardos,hachas y varios tipos de escudos.38 La “ropa gruesa”que llevaban los nefitas para defenderse (Alma 43:19)parece relacionarse con los t ra jes de armaduraacolchada (ichcauipilli) usados por los aztecas y susvecinos. Se ponía sal u otra substancia entre las ropasy se acolchaba el conjunto holgadamente. Estavestimenta podía resistir un impacto de flecha directo,pero era tan ligera y barata que los mismos españolesla adoptaron. 39 También había otros t ipos dearmadura.40 Lo que el Libro de Mormón llama una“cimitarra”, como su homónimo asiático, era un armapara ser girada. Su poder para golpear era suficientepara atravesar una armadura (comparar con Alma43:44) o para matar de un “golpe” (versículo 37). Suparalelo mesoamericano sería el arma que los aztecasllamaban maccuahuilt, que es un garrote de maderadura que terminaba en afiladas cuchillas de obsidianapor ambos lados. Los españoles llamaron a esta temidaarma “espada”, decían que era más afilada que sus

353UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

38.- Florencia Muller, “Instrumental y Armas,” en Antropología,Teotihuacán, Onceava Mesa Redonda, vol. 1 (Mexico: SociedadMexicana de Antropología, 1966), pp. 232-37.

39.- A. P. Maudslay, traduc. y edi., Bernal Díaz del Castillo, TheDiscovery and Conquest of Mexico, 1517-1521 (New Yor: Farrar,Straus y Cudahy, 1966), pp. 331, 19: H. H. Bancroft, The NativesRaces [of the Pacific States], vol. 2 (San Francisco: A. L. Bancroft yCo., 1882), pág. 410.

40.- Bancroft, Native Races, pág. 407.

propias armas, y descubrieron con consternación queun golpe de la misma podía cortar la cabeza de uncaballo. Entre los conquistadores españoles, BernalDíaz, también habló de “grandes espadas” distintas delas maccuahuilt pero, por lo que yo sé, no se lasdescribe en ningún otro lugar. 41 Ahora bien, unaespada, según la terminología normal europea, tendríauna hoja punt iaguda que ser ía usada con unmovimiento de empuje. El Libro de Mormón nuncadeja claro que los nefitas o los lamanitas usaran esaarma. Sólo en un caso hay una descripción de una“espada” con algún tipo de punta: un soldado nefita “leasestó un golpe” a un lider lamanita, cortándole elcuero cabelludo de manera accidental; entonces, concuidado, tomó la piel que había caído al suelo, la“colocó” en la “punta” de su espada (en vez detraspasarla, como sería de esperar) y la extendió (Alma44:12-13). Esta extraña descripción no aclara cómo eraexactamente la espada. Así como el texto del Libro deMormón no deja claro la apariencia y las funciones deestas armas nefitas que parecían espadas, tampocoquedan claro algunas armas en las fuentes que tenemosdel antiguo Méjico y de la antigua Guatemala. Laconcordancia entre la escritura y las fuentes externasparecen adecuadas, de momento; por lo que parece, nohay ningún problema importante para conciliar losmateriales.

Un principio de la organización militar de la antiguaAmérica clarifica ciertas afirmaciones del Libro deMormón. A veces, se describe un “ejército" nefita olamanita , pero en los grandes combates leemos“ejérci tos” por ambos lados. Los capi tanesmesoamericanos dir igían sus propios e jérci tos ,compuestos por hombres de su parentela. Los líderesno tenían un poder absoluto, pero ejercían una fuerteinfluencia en las decisiones que afectaban a la guerra.

354 UN MARCO GEOGRAFICO

41.- Bernal Diaz, Chronicles, pp. 161-62, 110, 103.

Ellos y sus consejeros decidían s i l lamar a susunidades militares a una campaña en particular. (Lossoldados con dedicación plena eran una excepción.) EnAlma 46:28, 50:12 , y 62:4-5 parece que Moroni teníamucho que ganar al persuadir a los líderes de esasunidades de linaje para que se le unieran. Los amlicitas(Alma 2:7-16) y los realistas (Alma 51:17-21) secomponían de unidades de parentesco o geográficasque negaban su apoyo a la causa oficial nefita deMoroni. Al final los realistas fueron obligados a llamara sus ejércitos e “izar el estandarte [de la libertad]sobre sus torres, y en sus ciudades” como símbolo delealtad al gobierno central (versículo 20). A la luz deesto, el lenguaje que usa Mormón para describir labatalla final de los nefitas también se hace máscomprensible: “Y, he aquí, los diez mil de Gidgiddonahabían caído, . . . y había caído Lámah con sus diezmil,” y así sucesivamente (Mormón 6:13-140. En laépoca de la conquista española, Bernal Díaz usa unlenguaje similar con respecto a la organización de losejérci tos t lascanos que se enfrentaron a Cortés.Aparecen cinco capitanes en el campo de batalla, cadauno con sus diez mil hombres: “Los seguidores delviejo Xicotenga . . . eran diez mil; los de otro gran jefellamado Moseescaci eran otros diez mil; los de untercero, al que se le llamaba Chichimecatecle, eranotros tantos,” y así sucesivamente. Cada grupo llevabasu bandera peculiar. (El ejército tlascalteca que seopuso a Cortés tenía un gran estandarte que “llevaba”el comandante, aunque, en realidad, el palo estabaatado a su espalda.42 Recordemos que “Moroni, que erael comandante en jefe de los ejércitos nefitas,” cogióun trozo de su túnica, escribió un eslogan en él, “locolocó en el extremo de un asta,” y “fue entre elpueblo, haciendo ondear en el aire el trozo rasgado desu ropa,” como se nos dice en Alma 46;11-12, 19.) Los

355UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

42.- Bancroft, Native Races, pág. 412.

tlascaltecas también llevaban uniformes diferentespara mostrar la unidad a la que pertenecían, y “cadacapitán tenía un emblema [insignia] diferente, como lotienen nuestros duques y condes en Castilla.” Ladecisión de si su grupo luchaba o no llegaba de cadacapitán por separado.43 Además, el líder de una unidadmilitar mesoamericana tenía una relación especial consus hombres: “A los guerreros que servían bajo susordenes se les consideraba, en el esquema deparentesco, como ‘hijos y vasallos.’” 44 Esto nosrecuerda a Helamán y sus 2.000 “hijos” guerreros, enel Libro de Mormón.

Es probable que los “ejércitos” de los nefitas y loslamanitas, estuvieran compuestos de conjuntos deejércitos individuales, cada uno de ellos bajo el mandodirecto de un lider del linaje, proveniente de una solaregión y, que probablemente, hablaba un mismodialecto.45 Esta estructura de mando era frágil. Uncomandante desconocido no podía hacerse cargo deuna unidad por una sust i tución puramenteadministrativa. Así que “cuando los lamanitas [enNoé] vieron que todos sus capitanes en jefe habíansido muertos, huyeron al [yermo]’ y volvieron a casa(Alma 49:25). A la luz de esto mismo podemosentender por qué las fortificaciones que construyó elastuto Moroni dieron como resultado que sus ejércitosaumentaran “día a día a causa de la seguridad deprotección que las obras les ocasionaban” (Alma50;12). Los líderes políticos locales estaban cada vezmás deseosos de apoyar a alguien que pareciera queiba a ganar.

356 UN MARCO GEOGRAFICO

43.- Ibid., pp. 107, 112-16.44.- Robert Carnack, Toltec Influence on the Postclassic Culture

History of Highland Guatemala, MARI 26 (1968), pág. 80.45.- Ibid, pp. 106, 112-16.

El Asunto de HagotCon el comienzo de la paz, estalló públicamente la

curiosidad reprimida que había acerca de la tierra delnorte. Recordemos que Moriantón se había imaginadoapoderándose del territorio que estaba más allá delistmo cubierto “de grandes extensiones de agua” yhabía intentado, en vano, llegar a dicha área (Alma50:29), que nosotros habíamos decidido era la zonacentro-sur de Veracruz. Moroni había temido que sehiciera una alianza entre esa área y Abundancia, queprobablemente se encontraba al otro lado del ríoCoatzacoalcos. El unir esas dos regiones en un sóloestado habría hecho que reviviera la antigua unidadterritorial que los olmecas de la costa del Golfo habíanexplotado tan exitosamente siglos antes. Un hombreambicioso como Moriantón (cuyo nombre,casualmente, era jaredita) debió de haber visto laposibilidad de constituir un poder político en la tierrade Desolación y más allá, lo cual podría resucitar elantiguo modelo olmeca/jaredita. Aparentemente, otrostambién vieron posibilidades similares. Después que laguerra terminara, e l lema de la época entre losdescontentos parecía ser, “ve al norte, joven.”

El año 37 de la era del gobierno de los jueces(alrededor del 60 a.C.) vemos a 5.400 hombres,mujeres y niños abandonar Zarahemla e ir hacia elnorte (Alma 63;4). Al año siguiente se marcharonmuchos más. Quizás, en la misma época, se fueronotros provenientes del país lamanita. Algo más quecuriosidad debió de haber impulsado a semejantescant idades de personas a hacer lo . ¿Qué fue?Probablemente se ejerció tanto un empujón como untirón. Vimos anteriormente que el área de la tierra deZarahemla que podía presumir de buenas condicionespara el cultivo era limitada. También hemos visto quela población aumentaba con el t iempo. Cuandodemasiados individuos ocupan un área de recursos, se

357UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

pueden acomodar temporalmente trayendo consigo unaumento de la tensión (como ocurrió en el conflictocon los realistas), pero es probable que, finalmente,parte del excedente de población cambie de sitio. Sileemos Alma 62:39-41 (observese en particular el“hambre”) nos sugiere que la superpoblación en labase que tenía los recursos había sido la causa de laguerra que acababa de terminar, del mismo modo quefue una consecuencia. En cualquier caso, la tierra delnorte se tendía ante ellos con la esperanza de quepudiera acomodar a algunos habitantes del atestadosur. Ya habían entrado en el esquema de unarecolonización total, bajo las condiciones de la guerra.Pero es improbable que, a las colonias del norte, sólofueran s imples individuos. Sólo unidades“constituidas”y organizadas, podían tener los recursosnecesarios para llevar a cabo una tarea tan ambiciosa.Probablemente los grupos tenían que ser fuertesmilitarmente para controlar cualquier área que tuvieramucho valor, porque, siguiendo la regla ecológicageneral, las mejores áreas de asentamiento ya estaríancolonizadas desde hacía tiempo. Es probable quefueran las unidades de linaje las que realizaran esetraslado con éxito. Como resultado, las colonias nefitaspueden haber es tado bastante concentradasgeográficamente (sin embargo, léase Helamán 3:8).Difícilmente podían haberse extendido en familiasindividuales sobre la superficie de la tierra, comohicieron los pioneros de los Estados Unidos en elOeste. Los principales instigadores eran, con todaprobabi l idad, l íderes ambiciosos que veían laoportunidad de incrementar su poder personal y el desu linaje al trasladarse. Moriantón y Jacob (3 Nefi7:12) son un ejemplo de este tipo.

Todo este asunto de buscar nuevas tierras y nuevopoder suena muy mesoamericano.46

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46.- Lawrence H. Feldman, “Tollan’ in Central Mexico: TheGeography of Economic Specialization,” Katunob 8, no. 3 (febrero de1973): 3-6.

Los que se marcharon por vía terrestre (sin duda, lamayoría) se habrían trasladado, principalmente, por elpaso estrecho, justo hasta las zonas en las queMoriantón tenía puesto sus ojos, las tierras bajas aleste de la tierra del norte, cerca del istmo. Otrostomaron una vía marítima, asentándose a lo largo delmar occidental, en el área de la tierra del norte. Losinmigrantes no habrían viajado más de lo necesario,por ninguna de las dos rutas. No tenemos razón parapensar que esto supusiera más de un par de cientos demillas. (Económicamente, tiene poco sentido, porejemplo, transportar un producto pesado, como lamadera, muy lejos, por lo menos en los tiemposantiguos; Helamán 3:10-12.)

Sólo hay una excepción evidente a esta probableregla del viaje corto. Helamán 3:4 nos dice quealgunos nefitas “viajaron una inmensa distancia, a talgrado que llegaron a grandes extensiones de aguas ymuchos ríos.” Esta afirmación parece implicar unadistancia más grande que a la que se encontraba el áreade la tierra del norte, a la cual Moriantón intentaballegar, tan cerca de Abundancia que podía haber estadoaliada con ella (Alma 50:29, 32). En tiempos antiguos,en el fondo del valle de Méjico se encontraba un grupode lagos que, uniendo sus tamaños, eran más grandesque cualquier otra cosa, en el Méjico central Fue estesistema de lagos el que permitió a los aztecas facilitarel traslado de las mercancías que necesitaban paramantener su gran ciudad de Tenochtitlán. Actualmentese considera que la concentración excepcional derecursos que permitían los lagos, conectando tierrasadyacentes, fue la principal razón de la prosperidad delvalle, tanto en la época azteca como en las anteriores.Por estas razones, la región habría sido atractiva paralos colonizadores y podría haber sido el territorio quese menciona en Helamán 3. Quizás 3 Nefi 7:12 serefiere a la misma área, pues nos habla de un grupo dedisidentes que huyeron “a la parte más lejana del

359UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

norte” y que ocuparon una ciudad llamada Jacobugat,que se quemó en la época de la crucifixión (3 Nefi9:9). Además, es muy posible que las dimensiones dela tierra del norte que nos dan los anales nefita yjaredita puedan exceder en algo a las que yo doy en elcapítulo 1. Si el viaje llegó hasta Méjico, eso estaríacerca de los límites del área cultural mesoamericana,en la época de nuestro registro. Y si esas grandesdimensiones resultaran ser correctas, proporcionarían,interesantemente, una posible conexión, por medio del“rey” Jacob y sus disidentes, entre los antiguos centrosdel Libro de Mormón y el crecimiento de laprominencia de Teotihuacán, porque esos inmigrantesdel valle de Méjico pudieron haber llegado a esa área aprincipios del siglo I d.C., justo cuando su tasa decrecimiento se estaba acelerando.

Hagot fue una figura principal en el fomento de lasmigraciones hacia el norte. La localización de supuerto de origen está bastante clara: exactamente en lafrontera, entre las tierras del sur y las del norte, esdecir, en el istmo. En el lado del mar oriental o delPacífico del istmo de Tehuantepec hay grandes lagunaspoco profundas que a menudo han invitado a laactividad marítima. En las colinas, justo tierra adentro,en el istmo, crece buena madera,47 la cual era tandeseable que los españoles la cortaban, la hacían flotarrío abajo, hacia el lado atlántico, y la mandaban aCuba, para construir barcos. Las lagunas y las fuentesde madera se encontraban precisamente en el lugar delistmo, del lado del Pacífico, del que nos habla elcapítulo 63 de Alma.

Se han encontrado asentamientos del siglo I a.C.esparcidos a lo largo de la costa, de los estados deGuerrero y Oaxaca, unos pocos cientos de millas al

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47.- J. J. Williams, The Isthmus of Tehuantepec, Being the Resultsof a Survey for a Railroad . . . (New York: D. Appleton & Co., 1852),pp. 92-93, 97-98, 247.

norte del istmo.48 Resulta razonable que parte de lacolonización nef i ta y e l subsiguiente comercio(Helamán 3:10) se dirigiera allí, especialmente, ya quela buena madera es escasa en esa franja cálida y seca.Más adelante , a l menos, la gente del sur deMesoamérica colonizó definitivamente esta área.49 Sepuede imaginar que los colonos pudieron haberrecorrido una distancia considerable hacia el norte,incluso hasta l legar a l es tado de Nayari t ,aproximadamente a 600 millas de distancia, pero, sifue así, probablemente perdieron contacto con su tierranatal, ya que, incluso en la tierra del sur, en distanciasmucho más cortas, la comunicación era, a veces, tenue.(Obsérvese en Alma 59 que los mensajes eranineficaces y lentos, incluso entre los principalesdirigentes; comparar con Mosíah 7:1) Hay pruebasconcretas de que los viajes por mar, a lo largo de lacosta del Pacífico, no sólo de Méjico sino hasta llegara Ecuador, en Sudamérica, era una práctica antigua,aunque no era lo habitual.50

El “barco” de Hagot, si era como las embarcacionesque sabemos que existieron más adelante en la costadel Pacífico, era, o una gran piragua con los lados

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48.- Donald L. Brockington, “Investigaciones Arqueológicas en laCosta de Oaxaca,” Boletín INAH 38 (1969): 33-40.

49.- Brockington, “Investigaciones,” pp. 33, 35.50.- J. Charles Kelley y Carroll R. Riley, eds., Precolumbian

Contact within Nuclear America, Southern Illinois UniversityMuseum, Meso-American Studies (Carbondale, 1969); Carolyn BausReed Czitrom, “Figurillas Sólidas de Estilo Colima: Una Tipología,”Instituto Nacional de Antropología e Historia, Departamento deInvestigaciones Históricas, Colección Científica: Arqueología 66(Méjico, 1978), pág. 55; Clinton R. Edwards, “Possibilities of Pre-Columbian Maritime Contacts among New World Civilizations,” enMan Across the Sea: Problems of Pre-columbian Contacts, ed.Carroll L. Riley et al. (Austin: University of Texas Press, 1971), pp.3-10; Michael D. Coe, “Archaeological Linkages with North andSouth America at La Victoria, Guatemala,” American Anthropologist62 (1960): 363-93; Robert C. West, “Aboriginal Sea Navigationbetween Middle and South America,” American Anthropologist 63(1961): 135-37.

reforzados o una balsa de t roncos con velas .Cualquiera que fuera su forma, difícilmente pudohaber sido un navío complejo hecho con tablones quese pareciera en algo a los barcos europeos. Hasta ahorano hay ninguna prueba de que se construyeran outilizaran ese tipo de barcos en el Nuevo Mundo, hastadespués de la conquista española, y no parece probableque un artículo tecnológico tan importante no hubieradejado algún indicio, ni siquiera en el arte. Sinembargo, la gran piragua que vio Colón en uno de susviajes, a la altura de la costa de Yucatán, tenía untamaño muy respetable , capaz de t ransportar aveintenas de personas, de una la vez, durante días.51 Y,con tantas pruebas culturales de la existencia de viajesentre Sudamérica y Mesoamérica, aún podríamosdescubrir que las grandes balsas que se sabenavegaban por el mar a la altura de Ecuador o Perú, yque eran capaces de llegar hasta las islas Galápagos, ala altura de Sudamérica,52 también se construían yusaban a la altura de Méjico, aunque esto aún no se hademostrado.

¿Que ocurre con la tradición de algunos Santos delos Ultimos Días de que Hagot, el constructor debarcos nefita, que no pudo regresar a su origen, fue unantepasado de los polinesios? Hace algunos años,compilé un gran conjunto de características culturalescomunes que s í que sugieren la exis tencia deconexiones culturales entre esas islas y varias partes delas Américas, y otros han complementado esto. Sinembargo, las pruebas no nos permiten precisar ni unaépoca ni el lugar de la migración o el comercio quepuedan explicar de modo convincente las similitudes.Sigue siendo imposible demostrar ninguna conexiónbien definida entre las dos áreas, aunque el debate

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51.- Albert Collier, The American Mediterranean, HMAI 1(1964), pp. 128-29.

52.- Edwards, “Maritime Contacts,” pág. 8.

continúa.53 Puesto que fui misionero en Polinesia,estoy al corriente del tema de Hagot en la tradición delos Santos de los Ultimos Días, pero las pruebasdisponibles no la sostienen como un hecho que se baseen la historia. Tampoco podemos excluir la posibilidadde un viaje poco frecuente desde el continente y lasislas. La mayoría de las pruebas que se han citado, enuno u otro sentido, o son débiles o no están claras.Aquellos que eligen creer que Hagot llegó hasta laPolinesia deben confiar principalmente en la fe, másque en pruebas fiables.54 El propio Libro de Mormón,naturalmente, sólo dice que, por lo que sabía el pueblode Zarahemla, es te hombre y sus compañerosdesaparecieron. Porque todos sabían que podían habermuerto a una edad avanzada en la costa occidentalmejicana, sin tener un navío adecuado en el que hacerel camino de vuelta. Y nosotros tampoco lo sabemos.

En el capítulo 3 de este libro se mencionan pruebas,provenientes de varios lugares del centro y del sur deMéjico, de que durante el siglo I a.C. sí llegaroninfluencias culturales y probablemente inmigrantes deélite desde el sur de Mesoamérica y se hicieron con elcontrol del poder local. Es particularmente claro elcaso de Monte Albán, en Oaxaca, al comienzo del

363UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

53.- John L. Sorenson, “Evidences of Culture Contacts BetweenPolynesia and the Americans in precolumbian Times” (Tesina,Brigham Young University, 1952); David H. Kelley, “Linguistics andProblems in Trans-Pacific Contacts,” Actas y Memorias, 35aCongreso Intermacional de Americanistas, Májico, 1962, vol. 1(Méjico, 1964), pp. 17-18; George F. Carter, “Domesticates asArtifacts,” en The Human Mirror: Material and Spatial Images ofMan, ed. Miles Richardson (Baton Rouge: Louisiana State UniversityPress, 1974), pp. 206-15. Muchos de los artículos de Man Across theSea tocan el tema, tanto a favor como en contra. Ver especialmente elartículo de Donald Brand, uno de mis profesores.

54.- Jerry K. Loveland, “Hagoth and the Polynesian Tradition,”BYU Studies 17 (1976): 59-73.

periodo II.55 Como la investigación continúa, podemosesperar saber con más clar idad cómo y cuántoafectaron estas migraciones hacia el norte a laslocalidades que poblaron los nuevos colonos.

El Cálculo Nefita del TiempoSe encuentran declaraciones acerca de cómo

databan los nefitas esparcidas por la parte central delLibro de Mormón, y son más frecuentes a medida queuno lo lee . Casi todos los que leen el Libro deMormón, simplemente consultan las notas que seencuentran a pie de cada página que dan las fechas(ninguna de ellas exactamente correcta) según nuestrocalendario. Si investigamos exhaustivamente lasreferencias nefitas sobre su calendario, las fechasanotadas a pie de página son cuestionables. Quizáspodamos clarificar este asunto viendo los calendariosmesoamericanos.

Por la época en la que el relato del Libro deMormón llega a la mitad del siglo I a.C. (al principiodel Libro de Helamán), está claro para todo el que lolee que los escr ibas es taban profundamentepreocupados por hacer una cronología detallada. Estemismo énfasis cultural es evidente en Mesoamérica.Los principales pueblos mesoamericanos mantuvieronun registro estricto del paso de los años. La mayorinformación que tenemos es de los mayas y de laPenínsula del Yucatán. Ellos contaban los años que

364 UN MARCO GEOGRAFICO

55.- “Los aristocráticos transmisores de la cultura de Monte AlbánII” pudieron haber llegado de “Chiapas o de las tierras altas deGuatemala, o quizás de las tierras altas que se encontraban en elcamino a Chiapas,” dice Ignacio Bernal en “The Olmec World”(Berkeley: University of California Press, 1969), pág. 166. Todo elestilo del arte de Izapa y también el del sur y centro de Veracruzprovenía de Chiapas. Michael D. Coe, Archaeological Synthesis ofSouthern Veracruz and Tabasco, HMAI 3 parte 2 (1965), pp. 694-96;John F. Scott, “The Danzantes of Monte Albán. Part I: Text,”Dumbarton Oaks Studies in Pre-Columbian Art and Archaeology 19(Washington, 1978), pp. 58-59, 70-71.

habían pasado partiendo de un fecha lejana (3113 a.C.)cuya importancia se desconoce.56 Los primeros nefitasutilizaban como fecha fundamental de referencia lasalida de Lehi de la tierra de Jerusalén (se mencionapor primera vez en 2 Nefi 5:28). Siguieron estapráctica por unos seiscientos años, aunque al final deese periodo se adoptó una referencia secundaria, lafecha de cuando los jueces nefi tas empezaron agobernar en lugar del rey Mosíah, como en 3 Nefi 1:1:“Y aconteció que el año noventa y uno [de los jueces]había concluido y habían pasado seiscientos años de laépoca en la que Lehi salió de Jerusalén.” En ese año seobservaron las señales del nacimiento de Jesucristo enPalestina (versículos 2-26).

En la parte inicial, la conexión de la cronologíanefita con la bíblica se establece “al comenzar elprimer año del reinado de Sedequías, rey de Judá” (1Nefi 1;4), cuando comienza el registro de Nefi. Segúnparece, la salida de Lehi de Jerusalén y el comienzodel cálculo nefita se produjeron en pocos meses,cuando todavía era el primer año del reinado deSedequías. La nota a pie de página de la edición actualdel Libro de Mormón le da a ese año la fecha de“aproximadamente 600 a.C.” Actualmente podemosser más precisos, gracias al progreso de la erudiciónbíblica. La tarea era difícil, en parte porque el “primeraño” de los reyes israelitas podía haber tenido dossignificados. Según un cálculo, se decía que un reycomenzaba a re inar en un año parcial cuandorealmente llegaba al trono; según otro método, su añoinicial era todo el calendario del año siguiente a suascensión al trono. Probablemente, en la época deLehi, los judíos usaban el primer sistema.57 Además,

365UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

56.- Encyclopaedia Britannica, decimoquinta edición, s.v.“Chronology: Pre-Columbian America,” de J. E. S. Thompson.

57.- E. R. Thiele, The Misterious Numbers of the Hebrew Kings:A Reconstruction of the Chronology of the Kingdoms of Israel andJudah (Chicago: University of Chicago Press, 1951), pág. 14-15, 28,165-66; idem, A Chronology of the Hebrew Kings (Grand Rapids:Zondervan, 1977).

existe el problema de conectar las afirmaciones quehace la Biblia acerca de la cronología con nuestrocalendario actual. Durante muchos años de cuidadosaerudición histórica se han elaborado las fechas de losgobernantes judíos. La información clave se retrotrae através de la Edad Media europea, la época del ImperioRomano, los gobernantes griegos y el Imperio Persahasta, finalmente, los anales de los reyes asirios. Semencionan eclipses, conjuntamente con sucesos de lavida de esos monarcas; los astrónomos pueden datarloscon precis ión, ayudando así a af ianzar toda lasecuencia de nuestro calendario en uno o dos años.58

Hoy en día, el volumen de información que encaja estan grande que ya no puede haber ninguna duda seriaacerca de la fecha del reinado de Sedequías. Laspalabras de Nefi comienzan con los sucesos quetuvieron lugar en el año judío que cubre lo que paranosotros es del 597 al 596 a.C.

La segunda clave para conectar la datación históricadel Viejo Mundo con el Libro de Mormón es elnacimiento de Jesús. Por ahora, no se le puede poneruna fecha segura en nuestro calendario a ese suceso, yaque los registros históricos de aquellos días ignoraronel nacimiento del bebé en Belén. Pero hay un acuerdogeneral, entre los historiadores, de que Herodes, quereinaba en la época en la que nació el Salvador, murióen el 4 a.C. En los Evangelios se mencionan otroshechos -Lucas 2:2-3 nombra al gobernante de unaprovincia vecina, dentro del Imperio Romano, en laépoca del pago de los tributos, que hizo que José yMaría fueran a Belén; y hay pruebas en lo que serefiere a la aparición de la “nueva estrella” que señalóla natividad (Mateo 2:9-10; 3 Nefi 1:21). Juntar todas

366 UN MARCO GEOGRAFICO

58.- Thiele, Mysterious Numbers, pp. 44-46, 294; Jay H. Hube,Lehi´s 600 Year Prophecy and the Birth of Christ,” Foundation forAncient Research and Mormon Studies, Informe Preliminar HUB-82(Provo, Utah, 1982).

estas consideraciones his tór icas es una tareacomplicada y controvertida. Hoy en día, la mayor partede los expertos están de acuerdo en que el nacimientode Jesús fue “en el 4 a.C. o poco antes,” con laposibilidad de que hubiera sido incluso antes, en el 7a.C.59 Pero el lector podría objetar, ¿cómo nuestrocalendario, con su distinción de a.C. y d.C., puedeestar equivocado en cuanto a es te evento tanimportante? La expl icación es que el año delnacimiento del Salvador no llegó a ser importante, enel calendario que se utilizaba en Europa, hasta siglosdespués del suceso. El monje Dionysius Exiguuscalculó la fecha poco después del 500 d.C., pero seequivocó, principalmente debido a los materialeshistóricos inadecuados con los que contaba.60 Así queCristo no nació en el 1 a.C., ni tampoco en el 1 d.C.,sino, probablemente, en el 4 o 5 a.C., o incluso unpoco antes.

Consideremos lo que esto significa para el Libro deMormón. Tanto por profecía (1 Nefi 10:4; 19:8; 2 Nefi25:19) como por el cálculo histórico nefita (3 Nefi1:1), la escritura americana asigna “600” años alintervalo entre la salida de Lehi, en el primer año del

367UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

59.- Encyclopaedia Britannica, decimoquinta edición, s.v.“Chronology: Christian;” P. L. Maier, First Christmas, The True andUnfamiliar Story in Words and Pictures (New York: Harper y Row,1971); Werner Keller, The Bible as History ( New York: Wm.Morrow, 1956), pp. 343-53; R. A. Rosenberg, “The ‘Star of theMessiah’ Reconsidered,” Biblica 53, no. 1 (1972), pp. 105-10; JackFinegan, Light from the Ancient Past, 2ª ed. (Princeton: PricetonUniversity Press, 1959), pp. 252, 257, 260-61. Más recientemente,tres astrónomos ingleses han sacado la conclusión de que la “estrellade Belén” era una nova o una estrella que estaba explotando, y quelos registros chinos dicen que brilló durante 70 días, en la primaveradel año 5 a.C. “Better Later than Never.” Smithsonian Magazine 8(Marzo de 1978), pág. 14. Ver también la revisión que hace OwenGingerich de otros libros adicionales que tratan el tema, en Journalfor the History of Astronomy 12, parte 3 (1983): 212-13.

60.- Encyclopaedia Britannica, artículo citado en la nota 59.

rey Sedequías y el nacimiento de Cristo. Sin embargolos registros de la historia secular no conceden más deaproximadamente 593 años (del 597 a.C. al 4 d.C.)entre esos dos eventos. Aunque parece que hay unproblema, existe una interesante solución. Paracomprenderla debemos suponer que el cálculo delt iempo nef i ta habría seguido los pr incipios delcalendario que se encontraba extendido por el sur deMesoamérica en la época y lugar en las que se escribióel registro de escritura. Todo el material de este libro,hasta ahora, apoya esta importante relación.

Obsérvese que la palabra “año” t iene var iossignificados en diferentes civilizaciones. Se reconocenvarias definiciones de “año”, cada una de el lasutilizada con un propósito diferente. Un diccionariocompleto del inglés nos revela que, incluso nosotros,para varios cálculos diferentes, sólo utilizamos unapalabra. Entre los mayas de las tierras bajas, cuyocalendario es uno de los que más conocemos del sur deMesoamérica, se calculaban, por lo menos, tres tiposde “años”: (1) el tzolkin o año sagrado de 260 días(trece meses de veinte días cada uno), (2) el haab, queduraba 365 días (dieciocho meses de veinte días, másun último “mes” de cinco días “desafortunados”), (3)el tun de 360 días. Se utilizaba el tun para la mayorparte de los cálculos del calendario, aparentementeservía como una aproximación al haab, y tenía lacualidad de poder ser dividido y multiplicado muchomás convenientemente (360 puede dividirse entremuchos números, 365 entre muy pocos). ¡A losespecialistas en el calendario maya les encantaba“juguetear” con fechas que iban desde 400 años anteshasta millones de años después!61 El sistema de cálculomaya adaptado al calendario era así:

368 UN MARCO GEOGRAFICO

61.- Encyclopaedia Britannica, artículo citado en la nota 56.

No vamos a suponer que el que se reconozcanvarios t ipos de unidades de “año” indica unaconfusión, por parte de los antiguos, acerca de lasreal idades astronómicas. En las sociedadesmesoamericanas, los expertos sabían con granprecisión la cantidad de tiempo que le llevaba a latierra girar alrededor del sol, y cómo este ciclo secorrelacionaba con la luna y sus movimientos, con losciclos de Venus y Saturno, y, sin duda, con otrasinformaciones de los cuerpos celestiales (en el Librode Mormón, comparar Alma 30:44; Helamán 12:14-15). La utilización del año tun de 360 días no era másque un arreglo consciente de conveniencia .Supongamos que los nefitas usaran el mismo sistemade cálculo de tiempo que los mayas.62 Los profetizados“seiscientos años” en ese cálculo const i tuir íanprecisamente un baktun y medio (treinta katunes), unclaro total de 216.000 días. Pero este cálculo de 600“años” tun sería 3.156 días más corto que el total quetendríamos utilizando nuestro año sideral de hoy en día(aproximadamente de 365 días, 6 horas, 9 minutos y9,54 segundos de duración). En otras palabras, “600años” según el método maya de calcular el tiempo enel tun serían 8,64 años menos que “600 años” en el

369UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

1 día20 días

360 días20 tuns

20 katuns

=====

1 kin1 uinal ("mes")1 tun ("año")1 katun baktun ("ciclo")

62.- Robert Smith, en algunos artículos de trabajo sin publicar, hamostrado que la historia de linaje jaredita se adecúa muy bien a unperiodo que cubre justo 50 katunes y las dos juntas 180 katunes.

sentido convencional de hoy en día. Si delimitamos600 años tun desde el primer año de Sedequías, 597-596 a.C., 216.000 días, nos lleva al año que cubre el 5-4 a.C., una fecha aceptable para el nacimiento deCristo.

La “profecía baktun”, que parece haber hechoAlma, confirma aún más de esta conexión entre lacronología nefita y el sistema katun. Predijo a su hijoque la extinción de su linaje y su pueblo, los nefitas,ocurriría “dentro de cuatrocientos años a partir de laépoca en que Jesucristo se [manifestara] a ellos”(Alma 45:10-14). Samuel, el profeta lamanita, anuncióel mismo intervalo hasta la destrucción de los nefitas(Helamán 13:5). Cuatrocientos tunes habrían sido unbaktun o ciclo, en el sistema maya (144.000 días o,aproximadamente, 395 de nuestros años). Entre losmayas, los augurios y profecías (as í como las“generaciones”) se expresaban comunmente entérminos del principio o final de toda la unidad delcalendario.63 Según el modo de pensar mesoamericano,las profecías de Alma y Samuel, de todo un baktun,habrían sido unas afirmaciones extremadamenteprofundas. Y, naturalmente, 600 tunes antes de Cristo,junto con los 400 después de su nacimiento, hacen quetoda la historia nefita salga en términos “exactos” delcalendario. Vemos la misma tendencia a hacer que lahistoria encaje en un esquema entre los egipcios, los

370 UN MARCO GEOGRAFICO

63.- Se han dado razonamientos de que, detrás de las afirmacionescronológicas del Antiguo Testamento, se encuentra el “año profético”de 360 días. Robert Anderson, The Coming Prince: Or the SeventyWeeks of David with an Answer to the Higher Critics, decima ed.(London: J. Nisbet, 1915; reeditada, Grand Rapids: Kregel, 1957). Eluso de los periodos de tiempo de una duración simbólica, junto con lamanipulación de los números, en relación con el cálculo del tiempode los profetas, se puede ver en Números 14:34, Ezequiel 4:5-6 yApocalipsis 11:2-3, 12:6, 13:5.

aztecas, e incluso los israelitas.64 Yehudi Radday, unerudito israelí, sostiene que la historia de Israel dehecho, y no solamente en una forma literaria, se ajustaa un esquema simétrico.

Para recalcar esto, vamos a revisar estos puntos. Siel “año” nefita hubiera sido el mismo que nuestroactual año de 365 días y pico, las profecías del Librode Mormón y también su historia estarían en error,porque desde Sedequías hasta el nacimiento de Cristono hay, de hecho, 600 años, sino que es más probableque fueran 592 de nuestros años solares. Pero, sisuponemos que los nefi tas usaban el método decalcular el tiempo que era corriente en el sur deMesoamérica, donde se debían de encontrar las tierrasnefitas, entonces, 600 años de 360 días encajanbastante claramente en el aparente intervalo desdeSedequías hasta Jesucristo. No solamente se elimina el“problema”, s ino que obtenemos la importanteperspectiva de que los nefitas utilizaban el sistema decalendario que prevalecía en su emplazamientogeográfico y cultural.

Si lo permitiera el espacio, podríamos explorarotros puntos interesantes que se nos abren por estaaparente relación con los conceptos del calendario ydel tiempo mesoamericanos. Vamos a observar, depaso, sólo otra afirmación de la escritura. Amalickíahhabía casi ganado a los nefitas, en la costa oriental,cuando Teáncum, un capitán nefita, entró furtivamenteen el campamento de Amalickíah “y le hincó unajabalina en el corazón,” después se escabulló, sindespertar a nadie. Esta fue la última noche de lo queera su año. (En ese área, la guerra probablementeocurriría entre octubre y febrero, cuando las lluvias y

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64.- J. E. S. Thompson, “Symbols, Glyphs, and DivinatoryAlmanacs for Diseases in the Maya Dresden and Madrid Codices,”American Antiquity 23 (enero de 1958): R. L. Roys, The Book ofChilam Balam of Chumayel (Norman: University of Oklahoma Press,1967, originalmente 1933), pp. 184-85.

las inundaciones no impedían el movimiento; puestoque, para entonces, Amalikíah llevaba ya tiempo decampaña, parece probable que el fin/principio de eseaño fuese en el solsticio de invierno o cerca delmismo) “Y sucedió que en el año veintiséis delgobierno de los jueces sobre el pueblo de Nefi, heaquí, cuando despertaron los lamanitas en la primeramañana del primer mes, he aquí, descubrieron queAmalickíah yacía muerto en su propia tienda. . . . Ycuando los lamanitas vieron esto, tuvieron miedo; yabandonaron su propósito, . . . y retrocedieron contodo su ejército a la ciudad de Mulek, y buscaronprotección en sus fortificaciones” (Alma 52;1-2).Durante todas las sociedades mesoamericanasposteriores se empleaban inmensos esfuerzos paradeterminar si determinado periodo de tiempo eraoportuno o no para alguna empresa. Se buscabanregularmente los augurios, los que frecuentementeestaban ligados a los sucesos del último o del primerdía.65 Sería muy característico de los mesoamericanosactuar como lo hicieron los lamanitas a l morirAmalickíah. El levantarse el primer día de un nuevoaño y encontrarse a su l íder muerto les habríaacobardado mucho más debido a sus sentimientosconscientes de los augurios, que lo que nosotrosactualmente podríamos apreciar.

Los indicios que recogemos de la escritura acercade astronomía y del calendario encajan cómodamenteen el contexto de las prácticas mesoamericanas, perotodavía no sabemos cuándo llegó a cristalizar elconocimiento del calendario del área en la formacompleta en que se empleó en la época clásica.

372 UN MARCO GEOGRAFICO

65.- “Chiasm in Kings,” Lingüística Bíblica 31 91974): 52-67.Dennis E. Puleston, en “An Epistemological Pathology and theCollapse, or Why theMaya Kept the Short Count,” en MayaArchaeology and Ethnohistory, ed. Norman Hammond y Gordon R.Willey (Austin: University of Texas Press, 1979), pp. 63-71,demuestra un modelo fascinante que prueba ser un poco similar.

Probablemente, no fue después del 100 a. C., deacuerdo con David Kelley, de la Universidad deCalgary, un destacado especialista en este campo. Eltambién cree que los elementos clave del esquema seintrodujeron desde el Viejo Mundo.66 Investigacionesmás recientes parecen demostrar que el año real fue enel 235 a. C., en el que basándose en necesidadesastronómicas, cristalizó el largo cálculo del calendariomaya.67 (El calendario de cálculo largo incluye unacombinación del “año indeterminado” de 365 días, elcual, al parecer, fue usado desde aproximadamente el1.322 a.C. con el cálculo de 260 días, de origenposterior.) Esto pudo haber sido el resultado de algunaunión del conocimiento olmeca con la civilización quese estaba desarrollando en el sur de Mesoamérica, a lacual yo he llamado la Segunda Tradición.

El pueblo de Zarahemla, cuando los descubrióMosíah, aparentemente, utilizaban un calendario lunar,porque dijeron que Coriántumr, el dirigente jaredita,les había sobrevivido por tantas “ lunas.” Eso,evidentemente, se refiere al hebreo yerah, “mes lunar”o “luna,” lo cual refleja el calendario simple de losanalfabetos mulekitas. (El calendario hebreo se había

373UN EMPLAZAMIENTO PARA LA GUERRA

66.- Ver nota 64.67.- Comunicaciones personales; “The World Ages in India and

Mesoamerica,” Society for Early Historical Archaeology, Newsletterand Proceedings 137 (marzo de 1975); idem, The Nine Lords of theNight, UCAR 16 (1972), pp. 53-68. Kelley no acepta que unatransmisión, en el 600 a.C., proveniente del Antiguo Mundo puedaexplicar los elementos, que él cree, se incorporaron al sistemamesoamericano. Piensa que ciertas de esas características lasdesarrollaron los griegos, especialmente en Alejandría; de ahí suinsistencia en que el 200 a.C. habría sido la primera fecha posiblepara una transmisión transoceánica, probablemente por el noroeste dela India, pero que provenía en última instancia, del Mediterráneooriental. De cualquier manera, hay razones para creer que, comoocurre con una gran parte de la cultura en la historia, las ideas quetradicionalmente se acreditan a los griegos eran en realidad anteriores,con lo que la fecha límite de Kelley del 200 a.C. podría resultar muytardía.

basado estrictamente en la luna, hasta que los hebreostomaron prestado el sistema babilonio, en los días deLehi.) Ya que no se menciona la “luna” después de lallegada de Mosíah, parece seguro suponer que él y sugrupo llevaron un sistema más sofisticado de lastierras altas de Nefi/Guatemala. La fecha que daVincent Malmstrong a la invención de un calendariocomplejo en el sur de Mesoamérica, 235 a.C., caedentro del reinado de Mosíah I. ¿Podría haber algunaconexión entre la combinación de sus conocimientosacerca del calendario, traídos de las tierras altas deGuatemala, con el sistema mulekita, la amalgama quecatalizó el desarrollo del cálculo largo? El trabajo deponer en claro los s is temas de calendario enMesoamérica podrían arrojar luz sobre las influenciasy los movimientos de los pueblos del Libro deMormón en el siglo III a.C.

374 UN MARCO GEOGRAFICO

7

La Vida Nefita

Hasta ahora, nuestro estudio de Libro de Mormón seha centrado en hacer que la escritura encaje en unemplazamiento geográf ico plausible . Hemosencontrado que, punto por punto, el registro nefitadescribe sitios, migraciones de pueblos, viajes ymodelos de asentamiento que encajan con consistenciaen el sur de Méjico y el norte de América Central-Mesoamérica. Al mismo tiempo que hemos hablado degeografía, también hemos podido vislumbrar el marcocultural.

La cultura y la sociedad de los pueblos del Libro deMormón merecen una atención más detallada. Lasinstituciones de un pueblo sirven de vehículo, medio omecanismos a través de los cuales sus ideas tomanforma y se nos comunican. El Libro de Mormón estálleno de ideas (enseñanzas, principios, significados).Si deseamos comprenderlos con la máxima claridad,necesitamos entender, tanto como nos sea posible, elmedio cultural en el que se nos han transmitido. Nodebemos esperar que José Smith nos librara de esosproblemas cuando tradujo el Libro de Mormón alinglés. Es cierto que nos ayudó; sin embargo aúntenemos que buscar e l verdadero o completosignificado de sus palabras, de la misma forma quetenemos que aclarar el inglés de Shakespeare. Nosayudará el saber cómo y por qué, en términos socialesy políticos, los nefitas prosperaron y cayeron, quérestricciones les imponía su sistema económico y quéideas populares contradecían las exhortaciones de susprofetas. Este tipo de comprensión del modo de vidade un pueblo sólo se consigue con un cuidadoso

375

estudio de todo lo que podemos averiguar sobre él.Como hay tanto material que podríamos tratar, aquísólo podremos presentar temas que no nos es posibledesarrollar en su totalidad. Este capítulo comparará loque nos dice la escritura y los datos externos a éstasobre lo siguiente: los metales, los animales útiles, lassociedades secretas, el comercio, el parentesco y elgobierno. Cuando terminemos, cada referencia que noshaga el libro acerca de “ganado”, “mercaderes” o“parientes” tendrá un significado más profundo para ellector. Y las fuerzas de la civilización que tantocontribuyeron a dar forma al destino de esos pueblosantiguos podrían tener un nuevo sentido para nosotros.

El Uso de los MetalesLos cr í t icos del Libro de Mormón han s ido

aficionados a señalar que las afirmaciones de laescritura relativas al uso que los nefitas y jareditasdaban a los metales eran contrarias a las autorizadasdeclaraciones de los expertos en cuanto al tema. Porlargo t iempo, la posición de los arqueólogosortodoxos, ha sido la de que en ningún si t io deMesoamérica se usaron metales antes deaproximadamente el 900 d.C. Hasta recientemente, losSantos de los Ultimos Días no estaban en posición deponer fin a este conflicto. En 1954, publiqué dosartículos que presentaban pruebas de la existencia deobjetos metálicos en emplazamientos arqueológicosmesoamericanos mucho antes de la fecha aceptada del900 d.C.1 Concluí que se necesitarían más hallazgos,antes de que la cuestión de las fechas se pudieraresolver.

376 UN MARCO GEOGRAFICO

1.- “Preclassic Metal?” American Antiquity 20 (1954): 64; idem,“Indications of Early Metal in Mesoamerica,’ UniversityArchaeological Society Bulletin 5 (Provo, Utah, 1954): 1-15. Sólo sele prestó una leve atención al razonamiento, como es el caso deGordon R. Willey, “The Prehistoric Civilizations of NuclearAmerica,” American Anthropologist 57 (1955): 585.

Cerca de veinte años después puse al día lainformación e incluí muchos más datos. 2 Desdeentonces, han salido datos adicionales que apoyan laidea de que el uso de los metales en América fue muyanterior a lo que se pensaba. La lección básica queaprendemos de esta experiencia es que los expertosestaban bastante equivocados. Sí que se utilizaban losmetales en la época del Libro de Mormón.

¿Qué clase de pruebas hay? Las más fuertes son lasmuestras concretas que se han encontrado en loslugares a los que les se ha señalado positivamente unafecha anterior. Es significativo que más de una docenade éstas son de antes del 900 d.C.3 Hasta ahora, lapieza más antigua data, probablemente, de alrededordel siglo I a.C. Es un pedazo de enfundadura de cobreencontrada encima de un altar en Cuicuilco, en el vallede Méjico.4 Además de estas muestras que son, conseguridad, antiguas, otros hallazgos, que no estándatados con precisión, podrían ser de antes del 900d.C.; se les ha supuesto una fecha anterior a algunos deellos, principalmente porque encontraron metal y “todoel mundo sabe” que sólo se encuentra metal enemplazamientos más tardíos. Cuando se considera todala información que tenemos actualmente, parece quelos arqueólogos ahora se deberían estar haciendo otrapregunta. La antigua era, ¿por qué no había metales enla Mesoamérica Antigua? Ahora debería transformarseen, ¿por qué obtenemos tan pocas pruebas de lametalurgia que, con seguridad, había allí?

377LA VIDA NEFITA

2.- “A Reconsideration of Early Metal in Mesoamerica.” Katunob9 (marzo de 1976): 1-18.

3.- “A Reconsideration,” pp. 1-2. Desde entonces he reunido másejemplos.

4.- Byron Cummings, “Cuicuilco and the Archaic of Mexico,”University of Arizona, Bulletin IV, no. 8, Social Science Bulletin 4(Tucson, 1933), pp. 38-39; Robert F. Heizer y James A, Bennyhoff,“Archaeological Investigation of Cuicuilco, Valley of Mexico, 1957,”Science 127, no. 3292 (1958): 232-33.

Los regis t ros t radicionales mesoamericanos,pertenecientes a diversos grupos, nos informan del usode metales que los arqueólogos no han podidodocumentar. También hay pruebas en el lenguaje queindican que se conocía el arte de la metalurgia antes dela supuesta barrera del 900 d.C. Longacre y Millonreconstruyeron parte de la lengua proto-mixteca delestado de Oaxaca y sus alrededores, partiendo de labase de las palabras que se encontraron en las lenguasque descienden de ella. Al identificar términos queprobablemente se utilizaban antes de que estas lenguasse separaran, los investigadores se asombraron delhecho de que parecía haber existido una palabra para“metal” en la lengua proto-mixteca aproximadamenteen el año 1000 a.C.5 Naturalmente que se supone queentonces no se trabajaba el metal.

El mismo procedimiento lingüístico se ha aplicadoen las lenguas mayas. El proto-tzeltal-tzotzil que data,quizás, del 500 d.C. tenía un término para metal. Perotambién se encuentra un término relacionado con él enla lengua huasteca, que se considera que fue la primeraque se separó del tronco básico maya, supuestamentealrededor del 2.200 a.C.6 Incluso aunque redujéramosesta fecha arbitrariamente a cerca del 1.500 a.C., estaprueba lingüística indica que el pueblo maya conocíael metal desde una época sorprendentemente antigua.

378 UN MARCO GEOGRAFICO

5.- R. E. Longacre y Rene Millon, “Proto-Mixtecan and Proto-Amuzgo-Mixtecan Vocabularies: A Preliminary Cultural Analysis,”Anthropological Linguistics 3 (1961): 22.

6.- Terrence Kaufman, “El Proto-Tzeltal-Tzotzil: FonologíaComparada y Diccionario Reconstruido,” Universidad NacionalAutonoma de Méjico, Centro de Estudios Mayas, Cuadernos 5(1972), pág. 118; Marcelo Alejandre, Cartilla Huasteca con suGramática, Diccionario y Varias Reglas para Aprender el Idioma(Méjico: Secretaría de Fomento, 1899), pp. 84, 88; Hyacinthe deCharency, “ Les Noms des Metaux chez Differents Peuples de laNouvelle Espagne,” Compte-Rendu, Congres International desAmericanistes, Paris, 1890 (Paris, 1892), pp. 539-41.

Con todo, Kaufman y Campbell, en un influyenteestudio del grupo de lenguas mixe-zoques, aportaronmás pruebas. Concluyeron que el proto-mixe-zoqueera probablemente la lengua de los olmecas queconocían los arqueólogos. Esa antigua lengua tambiéntenía una palabra para metal, alrededor del 1.500 a.C.7

Así que el trabajo hecho en lingüística comparativamuestra que es posible que se conocieran los metales yque, presumiblemente, se usaran por lo menos para el1.500 a.C. Esta fecha se retrotrae hasta la época de losjareditas, de la cual no tenemos, hasta ahora, ni unasola muestra de metal real. ¿No parece probable que seencuentren muestras algún día?

Los razonamientos de los estudios comparativosapoyan la idea de que se conocían los metales enMesoamérica desde hacía largo t iempo. Losarqueólogos han sabido, sólo hace poco, que en Perúse trabajaba el metal ya en el 1.900 a.C., y que secomerciaba con él en Ecuador antes del 1.000 a.C.8 Almismo tiempo, todos los eruditos mesoamericanosestán de acuerdo en que hubo intercomunicación entrePerú y Ecuador durante un periodo de miles de años.Algunos creen, de manera definitiva, que fue pormedio de estos viajes como la metalurgia llegó aMéjico y Guatemala.9 Pero a la vez, se nos pide quesupongamos que se esperó hasta el 900 d.C. para llevaralgo tan valioso como el metal hasta el norte; después,de repente, se “consiguió” finalmente la transición al

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7.- “A Linguistic Look at the Olmecs,’ American Antiquity 41(1976): 80-89.

8.- J. W. Grossman, “An Ancient Gold Worker's Tool Kit: TheEarliest Metal Technology in Peru,” Archaeology 25 (1972): 270-75;A. C. Paulsen, “Prehistoric Trade between South Coastal Ecuador andother Parts of the Andes” (artículo leído en 1972, reunión anual,Society for American Archaeology). Hay que corregir las fechas quese dan en estos artículos, hacia atrás, de tal forma que concuerden conlas correcciones hechas en función del pino silvestre.

9.- J. Charles Kelley y Carroll L. Riley, eds., PrecolumbianContact within Nuclear America, Southern Illinois UniversityMuseum, Mesoamerican Studies 4 (Carbondale, 1969).

metal. Actualmente, es imposible aceptar esta extrañaconcepción del desarrollo de un contacto cultural.Dudley T. Easby, hi jo, uno de los expertos másrespetados en tecnología antigua del metal, escribió en1960: “La mayoría de los eruditos, basándose enpruebas circunstanciales, creen que, en el antiguoMéjico, la metalurgia fina se limitaba a unos pocossiglos antes de la llegada de los españoles. Quizástienen razón, pero me parece que sus teorías dejanmucho sin expl icar.” 10 Actualmente las pruebaslingüísticas confirman las sospechas de Easby. Senecesita una nueva teoría sobre la historia de lametalurgia mesoamericana. Cuando haya s idoelaborada, las referencias que hace el Libro deMormón sobre los metales no parecerán tan extrañascomo lo fueron una vez.

Nada de lo que se ha dicho aquí significa que hoyen día la escritura y los descubrimientos científicosconcuerdan punto por punto. Las pruebas tienden haciaesta concordancia , pero todavía quedan ser iasdiferencias por resolver. Para ver cuáles son algunas deellas, ahora vamos a estudiar con cuidado algunas delas afirmaciones que nos hace el libro nefita sobre losmetales . Pero no debemos dejar que nuestraspreconcepciones sobre el texto interfieran en nuestracomprensión del mismo.

Nefi, el hijo de Lehi, fue un eslabón de conexiónentre la tradición metalúrgica del Próximo Oriente y lacultura nefi ta del Nuevo Mundo. En el desiertoarábigo, encontró minerales , los ref inó, hizoherramientas con las que construir un barco. Necesitóguía divina para diseñar el navío, pero su descripciónfactual de la fundición indica que se sirvió de supropio conocimiento para lograr hacerlo (1 Nefi 17:8-11) . Lo que sabía era probablemente bastante

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10.- “Aspectos Técnicos de la Orfebrería de la Tumba 7 de MonteAlbán,” en “El Tesoro de Monte Albán,” de Alfonso Caso, InstitutoNacional de Antropología e Historia, Memorias 3 (Méjico, 1969), pp.393-94.

rudimentario; es seguro que como herramientasdisponía de poco más que un fuelle (versículo 11).Después de todo, los israel i tas no estaban muyespecializados en esas artes. En cambio, la habilidadde trabajar el metal había sido un monopolio deespecialistas pertenecientes a clanes que no eranhebreos, los cuales transmitían los secretos de suoficio de padre a hijo.11 Nefi podía haber conocido lomás elemental del proceso pero no controlaba todo elconjunto de técnicas.

Al llegar a la tierra prometida, Nefi confeccionó unconjunto de planchas en las que guardó su registro (1Nefi 19:1). Aproximadamente veinte años despuésfabricó más planchas (“las planchas menores de Nefi,”2 Nefi 5:28-30). Por esa época él y sus seguidoreshabían dejado atrás a los lamanitas, en las tierras bajasde la costa del Pacífico y se habían asentado en lat ierra de Nefi . Al l í se encargó de t ransmit i r e lconocimiento que él tenía de esos asuntos. Enseñó a supueblo “a construir edificios y a trabajar con toda clasede madera, y de hierro, y de cobre, y de bronce, y deacero, y de oro, y de plata y de minerales preciosos” (2Nefi 5:15). Esta es una l ista impresionante. Pordesgracia, la lengua no nos deja claro lo que los nefitashicieron con estas sustancias. Podemos inferir quealgunas de éstas se utilizaron con fines prácticos a lavez que decorativos (ver 2 Nefi 5:16 en lo relativo alos “materiales preciosos”). Si tal era al caso, lacuestión de la utilidad pronto pasó a un segundo lugar.Un poco después, la preocupación de los nefitas porlos minerales y los metales, fue más por su cualidad de“preciosos” (Jacob 1:16; 2:12). Posteriormente, sólouna vez, aproximadamente en el 400 a.C., se sugiereun uso út i l para la metalurgia (en Jarom 1:8 semencionan aperos de labranza y armas). A partir deese momento de la historia nefita, todas las referencias

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11.- Since Cumorah (Salt Lake City: Deseret Book, 1967), pág.254.

a metales afirman o implican que eran estrictamentepreciosos, una fuente de riqueza. De hecho, durante losúltimos 400 años del registro nefita, incluso el oro y laplata, los únicos metales que se mencionan, sóloaparecen cuatro veces. Quizás para esa época losdepósitos de la superficie en los que era fácil trabajarse habían agotado, haciendo que fuera más difícilobtener los minerales. Un estudio sobre metalesamericanos ha revelado que tal tipo de dificultadsurgió probablemente de forma generalizada, ya que setrata de una probabilidad geológica.12

En el Libro de Mormón no se presta casi atención alprocesamiento de los minerales de metal. Unicamentese nos habla, de manera inequívoca, de la fundiciónuna sola vez. De acuerdo con el registro jaredita, el reyShulen “fundió mineral de la colina e hizo espadas”(Eter 7:9) . Una posible referencia nef i ta a esteprocesamiento afirma que “trabajaban y refinaban todaespecie de minerales” (Helamán 6:11). Obsérvese quelas planchas de Nefi eran “planchas de metal” dondepodríamos esperar leer “planchas de oro” o algosemejante (1 Nefi 19:1) Esto es un enigma porque,simplemente, no está claro lo que el texto nos quieredecir cuando habla de lo que los nefitas hacían con elmetal. El refinamiento podía haber consistido en unsimple proceso de calentar una pieza rica en mineralde metal y martillearlo. Ciertamente el rey jaredita quehacía que su “oro fino. . . se refinara” dentro de losl ímites de una “pris ión” (Eter 10:7) no habríaacarreado grandes volumenes de mineral a dicho lugarpara fundirlo, aunque habría tenido sentido el tenertrabajadores que trataran pequeñas cantidades de oromenos fino para mejorar su calidad. En resumen,seguimos desconociendo ampliamente losprocedimientos que empleaban los artesanos del Libro

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12.- Clair C. Patterson, “Native Copper, Silver, and GoldAccessible to Early Metallurgists,” American Antiquity 36 (1971):292-94.

de Mormón, pero el texto no nos da ninguna razónpara pensar que fueran muy sof is t icadostecnológicamente. Da la impresión de que sushabil idades no distaban mucho, en cuanto a susl imitaciones, de las que fueron corr ientes enMesoamérica más adelante.

¿Que hay de los materiales específicos que semencionan en el Libro de Mormón? ¿Estaban todos losmetales que se mencionan presentes en Mesoamérica?Hay un total de siete en la lista: oro, plata, cobre,latón13, hierro, acero y “ziff”.

Las muestras de oro y plata son bien conocidas. Enalgunas se aprecia el método de fundición de la “cera-perdida” conocido en Mesoamérica, Perú, y tambiénen el Próximo Oriente. Sin embargo, la única formaque se especif ica en las escr i turas es la de las“planchas” planas en las que se guardaban los registroshistóricos y religiosos. No sería posible manufacturaraquéllas de otro modo que no fuera martilleándolas.Conocemos bien el material delgado martilleado; perotodavía no se ha atestiguado arqueológicamente laexistencia de láminas de metal para guardar anales enel Nuevo Mundo. (Un historiador del siglo XIX, enOaxaca, dijo que los antepasados de los mixtecashacían planchas muy delgadas de oro en las quegrababan antiguos jeroglíficos, pero desconocemos susfuentes de información.14)

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13.- En la versión española del Libro de Mormón se traduce“brass” como bronce, cuando se trata de latón o bronce amarillo, unaaleación de cobre y zinc (N. del T.).

14.- José Antonio Gay, Historia de Oaxaca, vol. 1 (Méjico, 1881),pp. 4, 62. En cuanto al registro, debemos señalar que F. W. Hodge,ed., Handbook of American Indians North of Mexico, parte 2,Smithsonian Institution Bureau of American Ethnology, Bulletin 30(Washington, 1910), pág. 833, dice que un grupo indio creek (los“tukabatchi”), en Alabama “tenían en su posesión ciertos anales demetal que llevaban guardando desde tiempo inmemorial. Adair, (Hist.Ind. 178, 1775) dice que en su época se trataba de cinco planchas decobre y dos de latón. . . .”

El cobre también era bien conocido en laantigüedad. El artefacto de metal más antiguo que seconoce hasta ahora en Mesoamérica es el pedazo decobre ya mencionado. Pero el cobre también era unelemento básico para las aleaciones. Una aleación quese utilizaba en muchas partes del centro de Américaera la tumbaga, una mezcla de oro y cobre. Tratadoapropiadamente tenía la “apariencia de oro” peropesaba menos y probablemente era más barato. R. H.Putnam ha razonado, de manera persuasiva, que lasplanchas del Libro de Mormón que tenía José Smith ensus manos eran de tumbaga. (Si hubieran sido de oro,sin ninguna aleación, habrían sido demasiado pesadaspara que las llevara una sola persona.15) Una muestrade tumbaga de Belize (Honduras Británicas) muestraque se conocía este material en las tierras bajas mayas,no después del siglo V d.C.16

El bronce, es una aleación diferente, de cobre yestaño. La palabra bronce no aparece en el Libro deMormón17, pero sí el latón. Como sabemos, Nefi trajolas “planchas de [latón] de Labán” de Jerusalén. Hastahace pocos años, se suponía que lo que nosotrosllamamos latón (una aleación que incluye el zinc) se

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15.- Leer H. Putnam, “Where the Plates of Mormon of Tumbaga?”Papers, 15th Annual Symposium on the Archaeology of the Scriptures(Provo: BYU Extension Publications, 1964): 101-9 (disponible en unareimpresión de la Foundation for Ancient Research and MormonStudies). En lo concerniente al dorado, señalar Daniel F. Rubin de laBorbolla, “Ofebrería Tarrasca,” Cuadernos Americanos 3 (mayo-junio de 1944): XV, 127-38. Rubin señala el dilema de lo que ocurriócon todo el “oro” que los españoles declaraban ver. El concluye queuna buena cantidad del oro era solamente cobre dorado, a pesar deque los documentos nunca mencionan el proceso de dorado.Naturalmente, nos vienen a la mente las planchas del Libro deMormón, que tenían “la apariencia de oro”. Ver también HeatherLechtman, “Pre-Columbian Surface Metallurgy,” Scientific American250 (junio de 1984): 53-63.

16.- David M. Pendergast, “Tumbaga Object from the EarlyClassic Period, Found at Altun Ha, British Honduras (Belize),”Science 168 (2 de abril de 1970): 116-18.

17.- Ver nota 13 (N. del T.)

desarrolló sólo en los siglos últimos. Sin embargo laBiblia habla de latón. Los eruditos de la Biblia hantenido que enfrentarse a esta afirmación aparentementeequivocada, diciendo que la palabra que se traducíacomo latón era realmente bronce. La palabra hebrea,que actualmente sabemos que se refiere tanto al cobrecomo al bronce, se tradujo en la versión del rey Jaimeen inglés con diferentes palabras (en Ezequiel 1:4, 27aparece como “amber” [ámbar]18 Sin embargo, en losúltimos pocos años, se han comprobado algunosartefactos antiguos del área mediterránea con técnicascientíficas más sofisticadas que antes, y las pruebasmuestran que antiguamente los etruscos utilizaban loque actualmente consideramos la tón, con zinc,probablemente en la época de Lehi.19 Eso significa quequizás las planchas de latón de los días de Lehi no eranni una anomalía de la historia cultural ni una rareza dela manera de denominarlo sino, literalmente, del metal.

En Mesoamérica se utilizaba el bronce, aunque sucomposición (es decir, la proporción de estaño) noestaba tan regularizada como en el Viejo Mundo.20 Esinteresante cómo en Eter 10:23 se distingue conprecisión el latón del cobre en un contexto sutil. Elregistro dice que los jareditas levantaron inmensosmontones de tierra para obtener “minerales . . . decobre.” Naturalmente, no habrían obtenido “mineral delatón” o bronce, porque esos metales se fabricanmediante aleación. En cambio, en el mismo versículodice, que “elaboraban” el la tón. La dis t inción

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18.- The Interpreter´s Dictionary of the Biblie: An IllustratedEncyclopedia, vol. 1 (New York: Abingdon Press, 1962), pp.467,461.

19..- P. T. Craddock, “Europe´s Earliest Brasses,” MASCAJournal 1 (Philadelphia, diciembre del 1978): 4-5.

20.- Por ejemplo, Guy Stresser-Pean, American Sources on theHuasteca, HMAI 11 (1971), pág. 590; W, C. Root, “MexicanBronze,” en Metals from the Cenote of Sacrifice, Chichen Itza,Yucatan, de Samuel K. Lothrop, HUPM 10, no. 2 (1952), pág. 20.

metodológica se presenta exactamente como si vinierade una persona que hubiera escrito con auténticosconocimientos de metalurgia.

Es tentador ver el “ziff” como si fuera la tumbaga,por que se la menciona dos veces, en conexión directacon el latón y el cobre (Mosíah 11:3, 8). En hebreo sonposibles varias derivaciones de la palabra “ziff” condos sentidos generales: por una parte, “brillante” o“reluciente” y por la otra “plateado”. Ambossignificados serían apropiados para una aleación cuyasuperficie es dorada. Pero el “ziff” también podíahaber s ido el es taño, otro metal conocido enMesoamérica.21 De hecho, incluso podría haber sido elmercurio, porque también lo había.22

El uso del hierro se documenta en las declaracionesde los primeros españoles que llegaron allí, los cualesdijeron que los aztecas usaban garrotes tachonados dehierro.23 Se han conservado unos cuantos artefactosque son, incuest ionablemente, de hierro; suconsiderable sofisticación, en algunos casos por lomenos, sugiere que se interesaban por este metal.24

(Eso no es sorprendente, ya que, incluso una culturatan simple como la esquimal encontraba valioso elhierro, proveniente de los meteoritos.) Pocas de estasmuestras han sido analizadas químicamente paradeterminar si eran de meteoritos o de mineral de metalfundido. La posibilidad de que se haya encontrado oque se pueda encontrar hierro fundido aumenta con unhallazgo hecho en Teotihuacán. Una vasija de cerámica

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21.- Earle R. Caley y Dudley T. Easby, hijo, “New Evidence ofTin Smelting and the Use of Metallic Tin in Pre-Conquest Mexico,”Actas y Memorias, 35a Congreso Internacional de Americanistas,Méjico 1962, vol. 1 (Méjico, 1964), pp. 507-17.

22.- A. V. Kidder, Jesse D. Jennings y E. M. Shook, Excavationsat Kaminaljuyu, CIWP 561 (1946), pág. 144; David M. Pendergast,“Ancient Maya Mercury,” Science 217 (1982): 533-35.

23.- H. H. Bancroft, The Native Races (of the Pacific States), vol.2 (San Francisco: A. L. Bancroft and Co., 1882), pp. 407-8.

24.- Rene Rebetez, Objetos Prehispánicos de Hierro y Piedra(Méjico: Librería Anticuaria, n.d.).

de alrededor del 300 d.C., y usada, al parecer, para lafundición, contenía una masa de “apariencia metálica”.Analizada químicamente, se demostró que conteníacobre y hierro.25 Linné, el mismo arqueólogo sueco quehizo ese hallazgo, aceptó que una pieza de metalencontrada en una tumba en Mitla, Oaxaca, estabaprobablemente refinada.26

Sin tener siquiera en cuenta el hierro fundido,encontramos que los pueblos de Mesoaméricaexplotaban los minerales de hierro desde épocas muyantiguas. Se llevaron trozos de hematites, magnetita eilmenita hasta los emplazamientos del valle de Oaxacadesde alguna de las treinta exposiciones de mineral demetal que se encuentran cerca del valle o en él. Sel levaron a una sección, que era un ta l ler, delemplazamiento de San José Mogote en una época quese remonta al 1.200 a.C.. Los convirtieron en espejospegando los fragmentos en las partes posteriores de losespejos que estaban ya preparadas y puliendo mucho lasuperficie. Estos objetos, claramente de gran valor,eran comercializados a distancias considerables.27 (Esteprocesamiento del mineral , es tablecidoarqueológicamente, se daba dentro del valle que elcapítulo 1 identificaba como la probable tierra jareditade Morón. El registro jaredita, unos pocos siglos antesde la fechación que se da a los hallazgos de San JoséMogote, nos dice que el rey confinaba a los artesanosque se negaban a pagar impuestos. Allí les obligaba arefinar su “oro fino”; Eter 10:7.) Pero, quizás el interésmás extraño que tenían los antiguos por los materialesde hierro haya sal ido a la luz recientemente.Actualmente hay razones para pensar que los olmecas

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25.- Sigvald Linne, Mexican Highland Cultures, EthnographicalMuseum of Sweden, Publication 7, n.s. (Stockolm, 1942), pág. 132.

26.- Sigvald Linne, Zapotecan Antiquities, EthnographicalMuseum of Sweden, Publication 4, n.s. (Stockolm, 1938), pág. 75.

27.- Jane W. Pires-Ferreira, “Shell and Iron-Ore Mirror Exchangein Formative Mesoamerica,” en The Early Mesoamerican Village, ed.Kent V. Flannery (New York: Academic Press, 1976), pp. 317-28.

usaban la magnetita para hacer brújulas. (Pudieronhaber dejado una tira de ella en un pedazo de maderadentro de una vasija con agua; entonces el metal habríahecho que la madera y él mismo se orientasen al nortemagnético.28) Qué misteriosas sustancias debieronparecer estos “minerales preciosos” (Helamán 6:11).

Sin embargo, ésta no es toda la historia del hierro.En el Cercano Oriente los nombres que daban al hierrolos acadios, los hititas y los egipcios significaban algoasí como “metal proveniente del cielo,”29 porque partedel hierro había caído en forma de meteoritos. Losegipcios dedujeron que el cielo estaba hecho de hierro,aunque en el Cercano Oriente también se fundía hierroterrestre desde muy antiguo, quizás desde el 5.000a.C.30 Cuando los españoles preguntaron a los aztecasde dónde obtenían el hierro, ellos señalaban al cielo.MSus astrónomos habían visto y registrado la caída demeteoritos. 32 La cantidad de hierro que se podíaobtener de los meteoritos no era insignificante H. H.Nininger, una prominente autoridad en meteoritos, haestimado que anualmente caen a la tierra 50.000toneladas de este material. Gran parte de éste es hierroque se puede uti l izar. 33 Se ha descubierto cierta

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28- John B. Carlson, “Lodestone Compass: Chinese or OlmecPrimacy?” Science 189 (5 de septiembre de 1975): 753-60.

29.- Lincoln LaPaz, “Topics in Meteorics. Hunting Meteorites:Their Recovery, Use, and Abuse from Paleolithic to Present,”University of New Mexico, Publications in Meteoritics 6 (1969), pp.84-85.

30.- J. C. Waldbaum, “The First Archaeological Appearance ofIron,” en The Coming of the Age of Iron, ed. T. E. Wertime y J. D.Muhly (New Haven: Yale University Press, 1980), pp. 69-70.

31.- H. Hensoldt, “Meteorites and What They Teach Us, I,”American Geologist 4 (1889): 37-38; José M. Arriola, “Sellos,Indumentaria, Utensilios Domésticos, Utensilios Industriales, ObjetosRituales, Caracteres Alfabéticos y Numéricos,” en La Población delValle de Teotihuacán, vol. 2, ed. Manuel Gamio (Méjico: Secretaríade Agricultura y Fomento, Dirección de Antropología, 1922), pág.218.

32.- LaPaz, “Topics in Meteoritics,” pág. 74.33.- Find a Falling Star (New York: Paul Ereksson, Inc., 1972),

pág. 238.

cantidad de pedazos enormes en Méjico. Uno de ellos,la muestra bacubirito de Sinaloa, tiene 13 pies de largoy se estima que pesa 27 toneladas.34 Los campesinos delas proximidades han hecho utensilios con trozos delmismo. No sería sorprendente que los nefitas hubieranincluido el metal proveniente de meteoritos entre “toda[la] clase . . . de hierro” que ellos conocían (2 Nefi5:15).

El “acero” es otro problema complejo. Nibley hahablado de lo poco seguros que estamos acerca de loque podría significar el “acero” de los antiguos textosdel Viejo Mundo.35 Los traductores del rey Jaime nofueron claros en ese punto; en varios lugares en losque ellos pusieron “acero”, actualmente se traduciríacomo “bronce.” Es un problema incluso para losexpertos, como lo sugiere un reciente artículo técnicot i tulado “Steel in Antiqui ty: A Problem inTerminology.”36 En Méjico nos enfrentamos a una faltade claridad similar. El cronista nativo Tezozomocinformó que los tarascanos (los metalúrgicos másimportantes de la época de la conquista española)llevaban cascos de “acero”.37 Ya que sabemos tanpoco, tanto del texto nefita como de los materiales yprocesos que se utilizaban en la Mesoamérica pre-hispánica, har íamos bien todos en no sacarconclusiones precipitadas acerca de la exactitud o noexactitud de esa afirmación. En una disputa recienteacerca de la utilización del estaño en tiempos antiguosen el Cercano Oriente, J. D. Muhly y T. E. Wertime

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34.- H. H. Nininger, Our Stone-Pelted Planet (Boston: Houghton-Mifflin, 19330, pág. 75.

35.- Lehi in the Desert and the World of the Jaredites (Salt LakeCity: Bookcraft, 1952), pp. 210-13.

36.- Leonore O. Keene Congdon, “Steel in Antiquity: A Problemin Terminology,” en Studies Presented to George M. A. Hanfmann,ed. David G. Mitten et al., Harvard University, Fogg Art MuseumMonographs in Art and Archaeology 2 (Mainz, West Germany:Verlag Philipp Von Zabern, 1971), pp. 17-27.

37.- Bancroft, The Native Races, vol. 2, pág. 407.

hicieron hincapié en que los documentos que serefer ían al inesperado uso del metal son máspersuasivos, como prueba positiva, de lo aceptable quees, como prueba negat iva, e l hecho de que losarqueólogos no hayan conseguido muestras.38 Caley yEasby plantearon el mismo razonamiento en cuanto alestaño pre-colombino en Méjico. Después dedemostrar que las muestras de metal habían estado allísiempre, a pesar de las dudas de los arqueólogos, queno habían examinado las pruebas, terminaron haciendola observación de que “Los resul tados tambiénmuestran que no siempre es prudente no hacer caso oignorar los registros históricos como posibles fuentesde información técnica; en apariencia, algunos de loscronis tas del s iglo XVI eran más sabios y másobservadores en estos temas que muchos de suscríticos.”39 Quizás tanto el historiador jaredita quehabló del acero (Eter 7:9) como Tezozomoc, con suscascos de acero, entre los tarascanos, sabían algo quelos arqueólogos nunca documentarán.

Hemos visto que los metales que se mencionan en elLibro de Mormón, en su mayor parte, se puedenencontrar en Mesoamérica. Por lo que se refiere a laexistencia de un problema importante, éste tiene quever con las fechas. Pero la imagen cronológica que set iene de la ut i l ización del metal también estácambiando, como vimos anteriormente. Lo que elLibro de Mormón dice acerca de estas sustancias aúnpresenta problemas, pero es interesante ver cuándiferente parece hoy en día todo este tema encomparación con hace un cuarto de siglo.

También es prometedora una línea de investigaciónparalela. La comparación de los nombres que laslenguas mesoamericanas dan a los metales con los queles dan las lenguas de Cercano Oriente nos puede decir

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38.- “Evidence for the Sources and Use of Tin During the BronzeAge of the Near East: A Reply to J. E. Dayton,” World Archaeology 5(1973): 116.

39.- Caley y Easby, “New Evidence of Tin,” pág. 515.

algo acerca del conocimiento que tenían los pueblosdel Libro de Mormón sobre la metalurgia. Hyacinthede Clarency, hace mucho tiempo, señaló que unapalabra maya que significaba oro, nab o naab, esparalela a la palabra egipcia noub, “oro.”40 Duranteaños nadie ha prestado ninguna atención al trabajo deeste hombre, así que la posible importancia de estaconexión de nombres entre hemisferios, como unaparte en particular de una transmisión tecnológica,todavía no ha sido sopesada. Con la ayuda de unoscolegas, yo he encontrado sugerentes paralelismosadicionales en la terminología. La palabra egipcia hmty(cobre), se puede comparar de cerca con la zoquehama-tin (oro o plata). (Se añadía un prefijo quesignificaba el metal al que se estaba refiriendo. Por loque yo sé, no se ha registrado ninguna palabra zoquepara cobre.)41 El zoque, lo vimos anteriormente,desciende de la lengua que utilizaban los olmecas.También en zoque, amachil (plomo) puede recordar ala hebrea anak, estaño, pero tendría una conexión másprobable con el acadio (babilonio), del que se tomóprestada esta palabra hebrea y donde annaku seutilizaba para el estaño o plomo.42 La lengua acadiahabría estado próxima de la patria de los jareditas,tanto en t iempo, como en su local ización. Perotambién los primeros sumerios se encontraban cercadel punto de origen de los jareditas y uno de sustérminos para oro, GUS.KIN, recuerda la palabra mayapara el metal precioso en general , ta´kin (kinsignificaba “sol”.) Después, para completar el círculo,la palabra sumeria AN,NA.HIA. significa “estaño,”mientras que la zoque amachil es “plomo.” (Los mayasrelacionaban los dos metales: la palabra para estaño

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40.- de Charency, “Les Noms des Metaux,” pág. 540. 41.- R. de la Grasserie, Langue Zoque et Langue Mixe:

Grammaire, Dictionnaire, Bibliottheque Linguistique Americaine 22(Paris, 1898), pp.. 161, 169.

42.- El asiriólogo Paul Y. Hoskinsson, a quien estoy agradecido,atrajo mi atención sobre este último punto.

significaba l i teralmente “plomo blanco.” 43) Haytambién otras estimulantes conexiones entre palabras.Determinar si alguna de ellas implica la existencia deconexiones históricas requerirá más investigaciones,pero por ahora, las posibilidades parecen interesantes.

¿Dónde dejan al Libro de Mormón todos estos datosacerca del metal? Primero, tanto en el Libro deMormón como en lo que sabemos de Mesoamérica, losmetales se usaban más con f ines decorat ivos,ceremoniales y “preciosos” que con una utilidad. Ni enlas escrituras ni en el registro secular descubrimosbuenas razones de por qué no se empleaban más losmetales (o por qué no encontramos más pruebas deesto, si es que fueron empleados). Se nos arroja unpoco de luz sobre esto, porque los nefitas considerabana algunos de sus minerales de metal “preciosos.” Perolas preguntas que quedan, tanto para los que estudianel Libro de Mormón como para los eruditos en el temade Mesoamérica, son innumerables. El punto de vistaconvencional sobre el papel del metal enMesoamérica, particularmente en lo que respecta a sudatación, está en proceso de experimentar importantescambios. Valdrá la pena observar los progresos de laerudición sobre el tema en la próximas décadas.

Los Animales en el Libro de MormónDe la misma manera que las afirmaciones que hace

el Libro de Mormón en cuanto a los metales requierenuna lectura meticulosa y una extensa comparación paraque podamos apreciar su importancia, asimismo lascosas que se dicen sobre la fauna del territorio nefitatienen que analizarse y cotejarse cuidadosamentesabiendo todo lo que se conoce y no se conoce sobre lanaturaleza de Mesoamérica así como de los principios,que se sabe, gobiernan la designación de las categoríasnaturales en varias culturas.

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43- de la Grasserie, Langue Zoque, pág. 170.

¿Que tipos de animales hay que examinar? En elLibro de Mormón se especifican doce criaturas: elasno, la vaca, el perro, la cabra, la cabra montés, elcaballo, la oveja, el buey, el cerdo, el elefante, el“curelom,” y el “cumom.” De otras expresiones -becerro, ganado, ave, cordero, animal cebado-podemos suponer que son casos especiales, donde sólose nombra a los animales. Es bastante fácil enumerarestos nombres pero, ¿qué significan? La respuesta noestá c lara . Consideremos por un momento laaf i rmación de Nefi de que al l legar a la t ierraprometida encontraron “la cabra y la cabra montés” enlos bosques de las tierras que acababan de descubrir (1Nefi 18:25). ¿En qué se diferencia una “cabra” que noes mansa de una “cabra montés”? Las característicasque dist inguen a estas categorías no son claras.Después están esos nombres incomprensibles cumom ycurelom (Eter 9:19). Para que éstos tengan sentido,debemos considerar un amplia var iedad deinformación histórica, lingüística y de la naturaleza, enuna búsqueda de claves que nos ayuden a interpretarlas afirmaciones de la escritura.

Algunos animales estaban incluidos en los rebañosy manadas que los nefitas comenzaron a criar (2 Nefi5:11). De hecho, ellos tenían “manadas de toda clasede ganado.” (Ganado en hebreo significa cuadrúpedos,tanto grandes como pequeños.) Sin embargo, a lascabras, las cabras monteses y los caballos, que se diceque criaron los primeros nefitas, no se les incluía ni enlos rebaños ni en las manadas (Enós 1:21). Además,los jareditas “tenían” dos categorías de animales, losque eran “útiles para el sustento del hombre” y otrosque se eran meramente “útiles para el hombre” (Eter9:18-19). Hasta ahora no todo va bien. El texto no seaclara. Entonces, cuando leemos “rebaños de reses”(Enós 1:21), casi desesperamos de entender el sistemade clasificación.

393LA VIDA NEFITA

Una cosa es clara. La terminología que utiliza ellibro nefita para hablar de los animales sigue unalógica diferente del esquema que nos es familiar a lamayoría de nosotros, cuyos antepasados salieron deEuropa Occidental. Los antropólogos nos dicen que lospueblos del mundo tienen muchos modelos diferentespara clasificar animales o plantas, como los tienen paradesignar direcciones geográficas o dividir el tiempo.44

Cuando los españoles l legaron a las Américas ,tuvieron problemas para clasificar sistemáticamentelas criaturas nativas. Sin embargo, los indios lopasaron aún peor para clasificar los animales quetrajeron los europeos.

Un buen ejemplo de la confusión es el coatimundi(nasua narica). Landa, el padre que nos obsequió conuna detallada descripción de Yucatán, escribió de labest ia , “Hay un animal , a l cual l laman chic ,asombrosamente activo, tan grande como un perropequeño, con un hocico como el de un lechón. Lasmujeres indias los crían y no dejan nada sin hurgar yponer patas arriba; y es una cosa increíble cuánasombrosamente aficionados son a jugar con lasmujeres indias, y cómo las limpian de los piojos.” Lacarne del coatí también se comía, y el animal siguesiendo una mascota en algunas casas ruralesmejicanas. Está claro que éste era un “animal útil,”pero se le podría llamar manso más que domesticado.(Casualmente, el Libro de Mormón nunca usa untérmino que se parezca al de domesticado.) ¿Quénombre se le debe dar al coatí en inglés? Un nombrecomún en español es tejón. Por desgracia, en españoltambién se le llama tejón al mapache. Otro nombre,proveniente de los aztecas, es pisote (en nahuatl,pezotli), lo que significa básicamente glotón. Sinembargo, a veces pisote se aplica al pecarí o cerdosalvaje. En cuanto al pecarí, los términos natuatles

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44.- Por ejemplo, Cecil H. Brown, “Growth and Development ofFolk Botanical Life-Forms Botanical in the Mayan LanguageFamily,” American Ethnologist 6 (1979): 366-85.

quauhcoyametl y quahpizotl se desarrollaron despuésde la conquista para distinguir las especies nativas delcerdo que introdujeron de Casti l la, así que, porextensión, a veces al coatí se le llamaba quauhpezotli,glotón de los árboles, para distinguirlo del pecarí,glotón de t ierra. Finalmente, las lenguas mayasdenominaban al coatí, por su aspecto juguetón, chic,payaso.45

Qué complicada descripción de la clasificaciónterminológica y zoológica. No sirve de mucho hacer lapregunta pero, ¿qué era un chic? Nuestrasexplicaciones del término maya, tanto si era “unacriatura como un perro pequeño,” “un tipo de lechón,”“un glotón de los árboles” o “una mascota que parecíaun payaso,” no ayudan mucho a entenderlo. Un chic essimplemente un chic . Es obvio que tenemos queplantearnos la traducción de las denominacioneszoológicas entre f ronteras cul turales s in laspresuposiciones que probablemente solemos llevar aestas cuestiones. Podemos asumir que la “cabra” y la“cabra montés” que Nefi descubrió corriendo en elbosque no necesitarían haber sido más que similares engeneral a las criaturas del Viejo Mundo en las quepensamos cuando oímos el término cabra.

Debemos volver al problema de los nombres másadelante, pero primero debe reclamar nuestra atenciónotro asunto. ¿Qué animales se encontraban realmentepresentes en el área donde vivían los nefitas y losjareditas? En cierto modo, actualmente, los científicosse sienten seguros de su habilidad para identificar quéespecies vivieron en qué áreas. Si les faltan pruebas deque un animal en par t icular se encontraba en

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45.- Donald D. Brand, “The Coati or Pisote (Nasua narica) in theArchaeology and Ethonology of Meso-America,” Actas y Memorias,35a Congreso Internacional de Americanistas, Méjico, 1962, vol. 3(Méjico, 1964), pp. 193-202. Basado en una atractiva teoría detérminos superpuestos, ver el artículo de Joe E. Pierce, “Culture: ACollection of Fuzzy Sets,” Human Organization 36 (1977); 197-200.

Mesoamérica, creen que sólo hay una l imitadaposibilidad de que haya pruebas de lo contrario en elfuturo. Sin embargo no debemos excluir la posibilidadde que nos esperen sorpresas, así que está justificadauna cierta precaución acerca de que este panorama seaconcluyente. Lo que se conoce actualmente de lasespecies de Mesoamérica indica que en ese lugar habíasuficientes especímenes del tipo adecuado, de tal modoque es plausible que las doce bestias que aparecen enel Libro de Mormón se pudieran encontrar allí.

El Libro de Mormón muestra una cier tairregularidad en la frecuencia con la que se refiere alos animales. Se nos dice más al principio, tanto delregistro jaredita como del nefita, que hacia el final.Eso se puede deber a una casualidad literaria, pero haycierta lógica en ello. A medida que la poblaciónaumenta y llena las tierras de mejor calidad, hay máspersonas que entran en competencia con los animalespor el espacio y la subsistencia, y los animales acabanperdiendo. Hay poco espacio para éstos en un lugardonde “toda la superficie de la tierra había quedadocubierta de edificios, y los habitantes eran casi tannumerosos como las arenas del mar” (Mormón 1:7).Como es de esperar, el texto no dice una palabra deque hubiera o se utilizaran animales entre los nefitasen la época en la que Mormón hizo esa afirmación, enel siglo IV d.C. o alrededor de esa fecha.

Los eruditos que escriben sobre Mesoaméricasostienen que antiguamente el número de animalespotencialmente val iosos para los habitantes erapequeño. Hay algo de cierto en eso, pero demasiado amenudo la afirmación ignora las pruebas de que síhacía un uso importante de una amplia variedad debestias. El difunto Dennis Puleston, de la Universidadde Minesota llegó a la conclusión, hace unos pocosaños, de que los mayas comían la carne de “losanimales semi-domesticados” mucho más a menudo de

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397LA VIDA NEFITA

lo que se había pensado.46 He acumulado pruebasadicionales que apoyan el punto de vista de Puleston.Considerando todo lo que sabemos sobre la utilizaciónque se hacía de los animales en las cul turasmesoamericanas, es justo que afirmemos que la mayorparte de lo que el Libro de Mormón dice acerca deéstos es plausible. Algunas de las afirmaciones dellibro todavía son difíciles de cuadrar con lo que seconoce actualmente, pero la descr ipción esconsiderablemente más aceptable para los científicosque hace pocos años.

Los términos rebaños y manadas se puedenencontrar fáci lmente . Los ciervos y los cerdos(pecarís) habrían entrado dentro de estos términos.

Durante mucho tiempo las bandadas de pavos han sido importantes enla economía doméstica del pueblo mesoamericano. (Fotografía deDaniel Bates. Cortesía de David A. Palmer y la Sociedad para laArqueología Histórica Antigua.)

46.- The Role of Semi-Domesticated Animal Resources in MiddleAmerican Subsistence (artículo leído en la 37ª reunión anual de laSociedad para la Arqueología Americana, 1972).

Eran normales las bandadas de pájaros.47 Después detodo, el pavo (meleagris sp. y agricharis sp.) eranativo de América. Otras aves domesticadas, mansas oal menos enjauladas, incluían el pato de Moscovia, elpato tinamú, la codorníz, el faisán, la perdíz, lapaloma, el guaco, la cotinga, la espátula rosada, elmacao, la chachalaca y el loro.48 El término rebañospodía haber incluido animales pequeños muyutilizados por pueblos nativos de Mesoamérica, talescomo las liebres, los conejos, y la paca y el agutí(ambos roedores del tamaño de los cerdos pequeños).49

En el Libro de Mormón se menciona a los perroscinco veces , pero no se dice nada de cómo seutilizaban. En Mesoamérica eran comunes dos tipos(quizás dos especies). El mastín grande, blanco yjorobado (en nahatl, itzcuintepotzotli) fue la criaturacuyos ruidosos descendientes infestan los pueblosmejicanos hoy en día. Había un tipo más pequeño y sinpelo (en nahatl, xoloitzcuintli) al que se le haciaengordar y se le comía como un manjar exquisito.50

Los españoles saborearon la carne de estos animales enla época de la conquista, aunque se hubieran ofendido,como lo hubiéramos hecho la mayor parte de nosotros,

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47.- Los rebaños de animales mamíferos y las bandadas de avesson una misma palabra en inglés, flokcs.

48.- Las fuentes representativas incluyen: Matthew Wallrath,Excavations in the Tehuantepec Region, Mexico, Transactions of theAmerican Philosophical Society, n.s., vol. 57, parte 2 (Philadelphia,1967), pág. 12; Kamar Al-Shimas, The Mexican Southland (Fowler,Indiana: Benton Review Shop, 1922), pp. 114-15; A. M. Tozzer,Landa´s Relación de las Cosas de Yucatán, HUPM 18 (19410, pp.201-2.

49.- L. C. Stuart, Fauna of Middle America, HMAI 1 (1964), pp.318-19.

50.- Franz Termer, “Der Hund bei den KulturvolkernAltamerikas,” Zeitschrift fur Ethnologie 82 (1957): 1-57; Ricardo E.Latcham, “Los Animales Domésticos de la América Precolombina,”Museo de Etnología y antropología de Chile, Publicaciones 3, no. 1(Santiago, 1922),pp. 42-73.

si se les hubiera ofrecido la carne del perro másgrande. Quizás los “rebaños” nefitas incluían perrospara el engorde.

Los nefitas utilizaron el término que se ha traducidocomo “rebaños” para referirse también a cuadrúpedosmás grandes. Cuando se mencionan juntos a losrebaños y las manadas (Helamán 6:12; Eter 10:12), ladistinción parece que se aproxima a la nuestra, en ella“manadas” se reserva para animales más grandes, perono estamos seguros de que el los hicieran esadistinción.

Es en lo concerniente a los grandes cuadrúpedos enlo que algunos lectores piensan que hay problemas enel texto de escritura. A medida que examinamos losescr i tos sobre la fauna de gran tamaño enMesoamérica, encontramos que en cada esquina nosasalta el problema lingüístico. Los nativos y losespañoles compartían esta dificultad. Al principio, enlas tierras bajas mayas, llamaban a todos los animalesgrandes de los españoles -caballo, mula, asno- con elnombre de un animal nat ivo de tamaño másequivalente, el tapir. Sin embargo, los españolespensaron que el tapir parecía un cerdo, aunque pesamás de 700 libras.51 Otros consideraban que el tapir seasemejaba a un asno; hace sesenta años, en el sur deMéjico, se llamaba a esta bestia anteburro.52 Los mayasadoptaron los nombres españoles, para las criaturasgrandes que habían introducido los europeos (porejemplo, uacax, de vacas). Las ovejas recibieron unnombre curiosamente descriptivo, taman , que setraduce como “el algodón que comes,” pero a la cabraeuropea se la llamaba por el nombre de un ciervo

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51.- Richard Perry, Life in Forest and Jungle (New York:Taplinger, 1976), pág. 91.

52.- Al-Shimas, The Mexican Southland, pág. 115.53.- Rafael Martín del Campo, “Contribución a la Etnozoología

Maya de Chiapas,” en Los Mayas del Sur y sus Relaciones con losNahuas Meridionales (VIII Mesa Redonda, San Cristobal Las Casas,Chis.) vol. 1, Revista Mejicana de Estudios Antropológicos 17(1961): 33.

nat ivo de cuernos cortos . 53 Una confusión ypragmatismo similar prevaleció en Norteamérica,donde dio la casualidad de que los indios miami vieronlas vacas europeas antes que la tribu fuera empujada losuficientemente al oeste como para encontrarse con elbisonte o el búfalo, a los que entonces llamaron “vacasalvaje .” El explorador DeSoto l lamó al búfalosimplemente vaca; sin embargo los indios Delawaredieron a la vaca el nombre del ciervo, y la tribu miamillamó a las ovejas, la primera vez que las vieron,“parece-una-vaca.”54 Volviendo a Yucatán, el padreLanda observó que el tapir, aunque del tamaño de unamula, tenía una pezuña como la de un buey, yconsideró al pequeño cervato como un “t ipo depequeña cabra montés.”55

Pero, ¿no es obvio que la “vaca” del Libro deMormón era el animal bovino que nos es familiar, sinrodeos, sin todos estos obstáculos? No, no es enabsoluto tan obvio. Primero, estamos intentandoaveriguar lo que quiere decir realmente el Libro deMormón con las palabras que tenemos en sutraducción; no estamos intentando tampoco simplificarel asunto o complicarlo, sino solamente ser exactos. Eneste esfuerzo por conocer la verdad no se puede asumirnada como obvio. Segundo, hay una falta de pruebasfiables -his tór icas , arqueológicas, zoológicas olingüísticas- de que hubiera vacas como las del ViejoMundo en las Américas de la época Precolombina.Esta apreciación es válida también en lo que respecta aalgunas de las otras criaturas que menciona el registronefita, ya que los lectores actuales pueden sentirsefamiliarizados con los animales debido a los nombrescon los que están traducidos. En estos casos, tenemosque encontrar otra manera de leer el texto para poderentenderlo.

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54.- August C. Mahr, “Semantic Evaluation,” AnthropologicalLinguistics 3 (mayo de 1961): 12, 23-24.

55.- Tozzer, Landa'Relación, pp. 203-4.

Así que, ¿qué podría significar realmente el términoque José Smith tradujo como vaca? Cuando el grupode Cortés atravesó la base de la península del Yucatán,durante su conquista, observaron manadas de ciervosdóciles que algunos eruditos piensan que estaban semi-domesticados.56 Quizás estos fueran “vacas.” Además,se describía a los indios Mazahua del Salvador, en laépoca de la conquista, como un “pueblo pastoril” que“poseía y cuidaba de” manadas de ciervos.57 (Cualquiert ipo de manadas de la América pre-hispánicasorprende a la mayor parte de los historiadores de lacultura, los cuales generalmente han supuesto quehabía una ausencia total de esa práct ica . Sólorecientemente, los científicos han demostrado que, enel Perú precolombino existió durante miles de añostoda una tradición pastoril de llamas domesticadas.58

Pero, si no parece ser satisfactorio considerar a losciervos como vacas, ¿qué hay del bisonte? Habíallegado a Nicaragua, estando en contacto directo consus habitantes, en la época de los primeros nefitas.59 Opodríamos considerar vacas a la llama o alpaca, unaespecie de camélido americano. Llevaban cargas yproporcionaban alimento y fibras a los pueblos delEcuador, Perú, Bolivia y otros. No están confirmadaspor los zoólogos en Mesoamérica, en t iemposrecientes. (Mucho antes, en el Pleistoceno, está claroque en Norteamérica vivía un tipo de llama.) Pero unarqueólogo costarricense ha descubierto una vasija con

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56.- Puleston, “Semi-Domesticated animal Resources,” pág. 6.57.- Comunicación personal de Gareth Lowe, citando Anales del

Museo Nacional david J. Guzmán 5, nos. 17-18 (1954), un artículodel historiador Jorge Larde que yo no he podido ver directamente.

58.- Jane Wheeler Pires-Ferreira, Edgardo Pires-Ferreira y PeterKralicke, “Preceramic Animal Utilization in the Central PeruvianAndes,” Science 194 (29 de octubre de 1976): 483-90.

59.- Howel Williams, “Geologic Observations on the AncientHuman Footprints near Managua, Nicaragua,” Carnegie Institution ofWashington, Contributions to American Anthropology and History 52(1952), pág. 30. Sobre la datación de la cerámica usulutana, que estárelacionada con esto, ver, E. Wyllys Andrews V, The Archaeology ofQuelepa, El Salvador, MARI 41 (1976), pág. 65.

forma de efigie de camélido, y allí se conocen otrasvasijas semejantes.60 Una figurilla pre-hispánica deGuatemala parece un camélido cargado.61 Y en el istmode Tehuantepec, en la mitad del último siglo, se nosinforma de la existencia de alpacas salvajes.62 A unaspocas millas de distancia estaban los indios huaves,cuya tradición dice que sus antepasados habían llegadoantiguamente de Sudamérica, el hogar de la alpaca y lallama.63

Quizás hemos identificado bastantes candidatospara la vaca nefita, pero, ¿que hay del caballo? Losverdaderos cabal los ( las especies equus) seencontraban en el hemisferio occidental hace muchotiempo, pero se ha asumido que no sobrevivieron hastala época en que habitaron el Nuevo Mundo los pueblosasentados allí.64 Recientemente hice un resumen depruebas que sugieren que el asunto todavía no estáresuelto. Se han encontrado huesos de caballo realesen cierto número de emplazamientos arqueológicos de

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60.- Michael J. Snarkis, “Stratigraphic Excavations in the EasternLowlands of Costa Rica,” American Antiquity 41 (1976): 348-50. Elautor dice que ha visto vasijas similares con forma de efigie en CostaRica, en colecciones privadas, que mostraban camélidos con los ojosvendados, llevando cargas. Su fechación, basándonos en su estilo, esde entre el 300 a.C. y el 300 d.C., cuando imperaban unas fuertesrelaciones entre Mesoamérica y la zona costera del Pacífico deNicaragua y Costa Rica.

61.- Franz Termer, “Antigüedades de ‘La Violeta,’ Tapachula,Chiapas,” Estudios de Cultura Maya 4 (1964): 90-92.

62.- J. J. Williams, The Isthmus of Tehuantepec. . . .(New York,1852), pág. 204.

63.- Wallrath, Tehuantepec Region, pág. 14.64.- Paul S. Martin y H. E. Wright, hijo, eds., “Pleistocene

Extinctions; The Search for a Cause,” Proceedings of theInternational Association for Quaternary Research, VII Congress,vol. 6 (New Haven: Yale University Press, 1967), pp. 98-104; RobertA. Martin y S. David Webb, “Late Pleistocene Mammals from theDevil´s Den Fauna, Levy County,” en Pleistocene Mammals ofFlorida, ed. S. David Webb (Gainesville: University Presses ofFlorida, 1974), pág. 114-45; Jim J. Hester, “Late PleistoceneExtinction and Radicarbon Dating,” American Antiquity 26 (1960):58-77; Paul S. Martin, “The Discovery of America,” Science 179 (9de Marzo de 1973): 974.

la península del Yucatán, en un caso con artefactos, aseis pies bajo la superficie, en circunstancias quedescartan la posibilidad de que provinieran de loscaballos españoles.65 Sin embargo, otros animalesgrandes podrían haber hecho las funciones de uncaballo o haberse parecido lo suficiente a éstos comopara que uno de ellos pudiera ser al que se referíancomo caballo. Una figura pre-hispánica modelada enla tapa de un incensario de Poptún, Guatemala,muestra a un hombre, sentado a los lomos de unciervo, asiéndose a sus orejas o cuernos, 66 y unmonumento de piedra que data de alrededor del 700d.C. representa a una mujer a horcajadas sobre elcuello de un ciervo, agarrandose a sus cuernos.67

Después, hay otra figurilla de una persona cabalgandosobre un animal, la cual proviene del centro deMéjico.68 Así que posiblemente el ciervo servía comouna especie de “caballo” para cabalgar. (Esta prácticase daba en Siberia hasta hace poco, así que la idea noes tan extraña como hoy en día se podría pensar.

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65.- Se ha informado de que se han encontrado restos de uncaballo junto con restos humanos en excavaciones hechas en la cuevaLoltun, en el área maya. En el informe no está clara ninguna fecha.Miami Museum of Science Institute of Maya Studies Newsletter 7. no.11 (15 de Noviembre de 1978): 2. Más positivas son las pruebas delCenote Ch´en Mul, en Mayapán, Yucatán, de las que informa C. E.Ray. Se reunieron dos porciones, que incluían huesos de caballo,provenientes del estrato más inferior, a casi dos metros deprofundidad. Ray concluyó, contra su voluntad, que tenían que serprecolombinos (“Pre-Columbian Horses from Yucatan,” Journal ofMammalogy 38 (1957): 278). Mercer, había encontrado otros restosen cuevas, al suroeste del Yucatán, junto con varios artefactos. TheHill Caves of Yucatan (Philadelphia: Lippincott, 1896), pág. 172.

66.- A. V. Kidder, “Miscellaneous Specimens fromMesoamerica,” Carnegie Institution of Washington Notes on MiddleAmerican Archaeology & Ethnology 117 (marzo de 1954): figura 4e.

67.- David M. Pendergast, “The Prehistoric of Actun Balam,British Honduras,” Royal Ontario Museum Art and ArchaeologyOccasional Paper 16 (1969); 44-45.

68.- “¿Conocieron la Rueda los Indigenas Mesoamericanos?”Cuadernos Americanos 25, no. 1 (enero-febrero del 1946): frente a la207.

Además, en las lenguas quiché de las tierras altas deGuatemala, encontramos expresiones como keh, ciervoo caballo, keheh, montar o cabalgar, y otras por elestilo.69 En lo que respecta al tiro de vehículos, no haydatos en la América Antigua que nos sugieran que serealizara esa función (los pueblos del norte de Asia síque utilizaban a los renos de esa manera). Así quesimplemente no entendemos cuál pudo haber sido lanaturaleza del “carro” que menciona el Libro deMormón en conexión con los “caballos.” (Alma 18 y20; 3 Nefi 3:22). De todos modos, esta combinación decaballo y carro se menciona en el registro sólo enconexión con dos localizaciones geográficas (parte dela tierra de Nefi, y en algún lugar entre Zarahemla yAbundancia). Sea lo que fuera a lo que se referíacuando hablaba de un animal y un vehículo juntos,puede que no se utilizara en todas partes. Es obvio quetendremos que buscar información más sólida sobre lacuestión de los “caballos.” Sólo unos pocos años antes,nadie podía documentar que, en las cul turasamericanas, los humanos cabalgaran sobre ningúnanimal, que los animales transportaran las cargas,70 oque los camélidos se encontraran al l í . Losdescubrimientos podrían aún clarificar cosas quepermanecen oscuras. Al mismo tiempo, necesitamosestudiar el texto del Libro de Mormón con extremocuidado para tener claro qué dice y qué no dice. Por

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69.- Munro S. Edmonson, Quiche-English Dictionary, MARI 30(1965), pp. 57-58. También kieh: caballo; kiehbal: corcel; kiehem:montado. Comparar con The War of Conquest: How It Was WagedHere in Mexico. The Aztecs´'Own Story as Given to Fr. BernardinoSahagún, Rendered into Modern English by Arthur J. O. Andersonand Charles E. Dibble (Satl Lake City: University of Utah Press,1978): pág. 28, “Los caballos -que parecían ciervos- relinchaban y sequejaban”; pág. 55, “Los ciervos que llevaban al hombre sobre suslomos, llamados caballos.”

70.- En adición a las figuras de camélidos de Snarskis y Termer,ver Termer, “Antiguedades,” pp. 31,36, concerniente a las figurasmodeladas de perros y “jaguares” que llevaban cargas, sea lo que seaque puedan significar.

ejemplo, la manera en la que se habla de “caballos” en3 Nefi 4:4 sugiere que su principal utilización eracomo alimento, no para transportar cosas. Necesitamosponer en claro constantemente nuestra lectura de laescritura.

El caso de los huesos de caballo, encontrados haceaños pero ignorados por todos los arqueólogos, nosdice que debemos revisar de manera constante ycuidada el nivel de adecuación de las creenciascientíficas “actuales.” También se supone que la ovejaeuroasiát ica no se encontraba en la Américaprecolombina; sin embargo se encontró verdadera lanade oveja en un emplazamiento funerario en Cholula,Méjico, en un lugar que no da ninguna otra indicaciónde estar fechado después que llegaran los españoles.71

Esta muestra, por sí misma, no nos ayuda a poder daruna lectura literal al término ovejas en el Libro deMormón, pero quizás también deberíamos dejar estapuerta un poco entreabierta.

No se ha hecho una investigación sistemática quecompare los nombres de los animales del CercanoOriente con los de Mesoamérica. Tal y como nosocurrió con los metales, quizás puede ocurrir tambiéncon las best ias : pueden aparecer conexionesclarificadoras a través de estudios lingüísticos. Unindicio de las posibilidades que existen se derivan delt rabajo hecho con el grupo de lenguas yuma(localizadas alrededor del curso inferior del r íoColorado, cerca de la frontera entre Estados Unidos yMéjico). Al reconstruir la protocultura asociada con laancestral lengua yuma, comparando las lenguasprovenientes de ella, un investigador reconstruyó unapalabra para “caballo” basándose en pruebas firmes.72

Es decir, que hay indicios de que aquellos puebloscompartían un término para caballo mucho antes de

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71.- Linne, Mexican Highland Cultures, pág. 156.72.- Howard W. Law, “A reconstructed Proto-Culture Derived

from Some Yuman Vocabularies,” Anthropological Linguistics 3(1961): 54.

que llegaran los caballos europeos. Las pruebas,naturalmente, no son absolutas, pero sí que demandanalguna explicación alternativa si es que suponemos queno se conocía el caballo antiguamente.

Los “cerdos” y la “puerca” se mencionan en unaparte del Libro de Mormón con tono de repugnancia (3Nefi 7:8; 14:6). Esto es lo que esperaríamos en unpueblo que, aunque fuera nominalmente, seguía lasprohibiciones de la ley de Moisés en cuanto a comercerdo. Pero los jareditas, que no eran israelitas, norevelan ninguna susceptibilidad al usar los “cerdos”como alimento (Eter 9:18). El pecarí o cerdo salvaje seencontraba presente en la mayor par te deMesoamérica, siendo valorado tanto por su carne comoporque mata serpientes en las regiones salvajes.

¿Qué hay del “elefante” del Libro de Eter? Losmastodontes y los mamuts vivieron en un tiempo enNorteamérica y parte de Sudamérica. A los ojos de loszoólogos son, incuestionablemente, elefantes. Lapregunta es hasta cuándo vivieron. La mayoría de losexpertos asumen que no sobrevivieron hasta la épocade los jareditas. El único lugar en el que se losmenciona en el Libro de Mormón es en el Libro deEter, casi al fin del registro (según mis cálculos de lacronología jaredita, la fecha debe de haber sido antesdel 2.500 a.C.). Los expertos están de acuerdo en queel mamut y el mastodonte pudieron haber sobrevivido,en lugares favorables, mucho más del tiempo que elque normalmente se le asigna a su extinción. Elmastodonte ya ha sido fechado en el 5.000 a.C. enDevil's Den, Florida,73 y alrededor de los GrandesLagos en el 4.000 a.C.74 Después está un notabledescubrimiento de los res tos de un mastodontedescuartizado en Ecuador; se dice que la cerámicaasociada con el hallazgo data de después de la época

406 UN MARCO GEOGRAFICO

73.- Ibid.; Martin y Webb, “Pleistocene mammals,” pp. 144-45.74.- Wenner-Gren Foundation for Anthropological Research, Inc.,

Report for 1974 (New York, 1975), pág. 22, que nos informa deltrabajo del Dr. Warren L. Wittri.

de Cristo.75 A la luz de esto, no parece imposible que elradiocarbono fechara en el 100 a.C. los restos decaballos, mamuts y mastodontes, en San Petersburgo,Florida.76 El que los jareditas mencionaran el elefanteuna sola vez -muy al comienzo de la historia de sulinaje- indica que la criatura se extinguió en su áreapoco después. Quizás los propios jaredi tasexterminaron a la última de estas bestias que seencontraba en su zona. Pero los jareditas pueden nohaber sido el único pueblo que registrara la presenciade animales grandes. Algunos indios norteamericanoshan relatado leyendas de “grandes bestias de patasrígidas que no se podían tumbar” y de un animal conun quinto apéndice, que sal ía de su cabeza.” 77

Posiblemente las tribus transmitieron oralmente algúnvago recuerdo de sus encuentros con estos “elefantes.”Cuanto más tiempo sobrevivieran estas bestias, másfácil es de aceptar la veracidad de la tradición. Encualquier caso, es posible que el mamut o elmastodonte permanecieran en Méjico por lo menoshasta el 2.500 a.C.

Sin entrar en más detalles, podemos notar quetambién hay otros animales del periodo del pleistocenoque podrían haber permanecido allí hasta la época ende los jareditas. Quizás estos eran el “cumom” y el“curelom". El que Moroni, el traductor nefita del Librode Eter, no tradujera esos nombres de la lenguaoriginal de los jareditas indica que, probablemente,esos animales ya se habían extinguido en su época. Un

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75.- J. Augusta, The Age of Monsters, Prehistoric and Legendary(Londres: Paul Hamlyn, 1966), pp. 11-12.

76.- Jim J. Hester, “Agency of Man in Animal Extinction,” enMartin y Wight, “Pleistocene Extinctions,” pág. 185.

77.- H. P. Beck, “The Giant Beaver: A Prehistoric Memory.”Ethnohistory 19 (1972): 117; William Duncan Strong, “NorthAmerican Indian Traditions Suggesting Knowledge of theMammoth,” American Anthropologist 36 (1934): 81-88.

hueso de un perezoso gigante tallado por humanos, quese encontró en Guatemala nos da indicios de unposible candidato para ser esa criatura.78

Es el momento de resumir. Lo mejor será una lista.En una columna se encuentran los términos que elLibro de Mormón aplica a varios animales. En la otraestán las nomenclaturas actual y c ient í f ica querazonablemente les podría corresponder. Para cadanombre del Libro de Mormón son posibles diversasbestias. Normalmente no hay base para preferir uncandidato más que otro. Escoja el que quiera. Pero elpropósito no es el de dar una identificación definitiva,s ino el de mostrar que hay cr ia turas que secorresponden con cada término de las escrituras. Lalista muestra que es así. La investigación científica,tanto como un estudio más minucioso del Libro deMormón, nos pueden dar más luz sobre estos asuntos.De cualquier modo los problemas que quedan son másmodestos que los de hace pocos años. Ya no sirve elrechazó dogmático al Libro de Mormón sobre la basede que sus afirmaciones acerca de la fauna no sepueden sostener.

408 UN MARCO GEOGRAFICO

78.- E. M. Shook, “The Present Status of Research on the Pre-Classic Horizons in Guatemala,” en The Civilizations of AncientAmerica, ed. Sol Tax (New York: Cooper Square Publishers, 1967),pág. 93. Nos llega una sorprendente información proveniente de losconfines de Sudamérica que hace que la posibilidad del perezoso seamás creíble. En Patagonia, alrededor del final del siglo, losnaturalistas descubrieron restos del extinguido perezoso de tierragigante con carne que parecía fresca y con huesos que todavía teníantrozos de músculos adheridos; en una cueva, se había separado unasección con un muro como “establo” donde eran abundantes losexcrementos de perezosos y había hierba cortada apilada comoalimento. A. Smith Woodward, “The Supposed Existing Ground-Sloth of Patagonia,” Natural Science 15 (1899): 351-54. En el trabajoque hicieron los arqueólogos en 1970, en el emplazamiento deYucatán de Coba, se descubrió un corral cercado por un muro hechopara algunos animales domésticos. Los metates que se encontraronallí sugieren que se había preparado comida para ellos. No seencontró ningún indicio de que se hubieran guardado animales. JaimeGarduño Argueta, “Introducción al Patrón de Asentamiento del Sitiode Coba, Quintana Roo” (Professional Thesis, Escuela Nacional deAntropología e Historia, Méjico, 1979), pp. 107-8.

Sociedades SecretasPocas instituciones sociales preocupan tanto a los

profetas del Libro de Mormón como las sociedadessecretas; sin embargo continúan siendo desconocidaspara los lectores actuales del libro. ¿Qué podemosentender que es este modelo de organización? ¿Cómofuncionan y por qué Mormón y Moroni enfatizan queson una amenaza? Puesto que, después de todo, son

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Nombres en el Libro deMormónElefante

"Curelom"

"Cumom"

Vaca

Caballo

BueyAsnoOveja

CabraCerdo

Perro

Animal Candidato en elescenarioMastodonte (Mammutamericanum)Mamut (Mammuthuscolumbi)Perezoso (Megalonix sp.),Bisonte (Bison sp.), Tapir(Tapirus sp.), Mastodonteo MamutLas mismas posibilidadesque el "curelom"Ciervo (Odocoileus sp.),Cervato (Mazamapandora), Camelidae(Paleolama sp., Lama sp.),BisonteCiervo, Tapir, Caballo(Equus sp.)Tapir, Camelidae, BisonteTapir, CamelidaeCamelidae, Paca o Agouti(ambos Dasyproctidae)Perezoso, CiervoPecarí (Pecari sp., Tayassusp.) Perro (Canis familiaris)

secretas, es difícil saber mucho acerca de ellas, pero loque sabemos puede arrojar luz, de una manera crucial,sobre la escritura.

En primer lugar, las organizaciones secretas estabanmuy extendidas . No son una invención de losescritores del Libro de Mormón. Los eruditos hanestudiado esos grupos en las sociedades antiguas ytribales tanto como los ejemplos vivientes que tenemosen nuestra sociedad. En consecuencia, tenemos unperfil de cómo son, a menudo, estos grupos secretos.79

Algunas de sus características recurrentes son las deprometer poder, riqueza y privilegios terrenales amodo de señuelos para reclutar adeptos; usan señalessecretas para que los devotos puedan confraternizarunos con otros sin ser conocidos por las personas defuera; los participantes mantienen una respetabilidadsocial como camuflaje de sus intenciones radicales,inician a los reclutas por medio de una serie depruebas hasta que alcanzan la condición de miembro,de forma que la mayoría, que se encuentra en losprimeras fases de iniciación, no sabe mucho sobre laorganización.

Exis te más de una forma de organización.Antiguamente existía toda una variedad, del mismomodo que hoy en día . Las f ra ternidades de lasuniversidades, las “familias” del crimen organizado,los cárteles que fijan los precios, los “fontaneros” delWatergate, los movimientos políticos subversivos y lapolicía secreta, todos, entran, más o menos, dentro deun mismo y amplio modelo. Algunos parecen inocuosy, de hecho, tienen poco poder. Otros son obviamentepeligrosos, como Moroni entendió claramente (Eter8:20-26). El mero hecho del secretismo -el que seretiren de la visibilidad pública- convierte a cualquierade estas unidades abierta A un abuso potencial. El

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79.- Hutton Webster, Primitive Secret Societies (New York:MacMillan, 1908); Camilla H. Wedgwood, “The Nature andFunctions of Secret Societies,” Oceania 1 (1930): 129-45; NormanMackenzie, ed., Secret Societies,” (New York: Holt, Rinehart yWinston, 1967).

problema surge, principalmente, por la ambición de loslíderes ocultos. Estos encubren sus deseos de dominartras la máscara de una organización relativamenteinocente. Sobre la mafia siciliana, un comentarista hadicho: “La ideología de la gente es la mafia -ser fuerte,ser prepotente, dominar. . . .Y la mafia es, primero, eldeseo de dominar. Ser el señor de la situación.”80 Elgrupo que se ve públicamente a menudo adoptaráobjet ivos que suenan muy nobles -” just ic ia ,”“igualdad,” “proteger los derechos de las personas”-pero detrás de esta fachada permanecen intenciones ylíderes ocultos. Webster cita “la regla constante en lassociedades secretas”, que es “que los autores realesnunca se muestren a sí mismos.”81

Aunque el puro poder es una fuerza esencial quehace funcionar a estos grupos, la satisfacción de losdeseos materiales y carnales es, frecuentemente, otra.A pesar de algunas conocidas excepciones, la mayorparte de los que participan en las organizacionessecretas , de algún modo, esperan mejorarmater ia lmente como resul tado de su unión a lasociedad, aunque la retórica del movimiento puedenegar esto con vehemencia. Sin duda alguna en lasorganizaciones secretas de Mesoamérica, en las queeste modelo estaba bien desarrollado, encontramosestas características claves.

El padre Sahagún, una de nuestras mejores fuentes,quien vivió en Méjico antes de la conquista española,dijo que los nahualistas, “gente como los asesinos[una famosa sociedad secreta del Cercano Oriente],osados y acostumbrados a matar, llevaban encimatrozos de piel de jaguar en la frente y en el pecho, y lapunta de la cola, las garras, los colmillos y los labios,para hacerse poderosos, bravos y temibles.”82 Cada uno

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80.- David Annan, “The Mafia.” En Mackenzie, Secret Societies,pág. 255.

81.- Nesta Webster, Secret Societies and Subersive Movements, 7ªed. (London: Britons Publishing Society, 1955), pág. 188.

82.- Miguel Covarrubias, Mexico South: The isthmus ofTehuantepec (New York: Knopf, 1947), pp. 77-78.

de el los tenía su nahual , un espír i tu de animalguardián que confería su poder al iniciado. Paraobtener o descubrir este poder, a una persona se letenía que enseñar la magia negra después de haberaguantado una severa iniciación. Algunas veces seusaban substancias alucinógenas para inducir visionesde un espíritu animal guardián. (El grupo secreto delViejo Mundo que se conoce con el nombre de los"asesinos", del que se deriva este término nuestro, sellama así por la droga del hachís.) Cuando contactabancon un espíritu nahual, por estos medios, se suponíaque el individuo podía, realmente, llegar a ser eseanimal. Se requería succionar sangre de personas quedormían, causar enfermedades e, incluso, comercadáveres. Admiraban increíblemente al jaguar nahualy era el más temido porque el felino -consideradoperezoso, astuto y amante del placer- era la bestia mássut i lmente terror í f ica para sus enemigos. 83 Elsimbolismo del jaguar, presumiblemente vinculado a lacreencia en este nahual u “hombre-jaguar,” viene demiles de siglos atrás, bien entrados en la época olmecao jaredita.84

En Mesoamérica, los úl t imos adeptos de estacreencia formaban una orden semi-sacerdotal conocidacomo nahualteteuctin, “maestros magos,” o comoteotlauica, “compañeros sagrados en armas.” Paraentrar en la orden había que soportar pruebas de dolory autorrechazo. Algunos declaraban que elsacerdote/gobernante tolteca Quetzalcoatl o Kukulcan(no el ser que tuvo originariamente estos nombres) erael maestro y patrón de la orden, pero también seasociaba a otras deidades.85

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83.- Ibid., pág. 76.84.- Peter D. Joralemon, A Study of Olmec Iconography,

Dumbarton Oak Studies in Pre-Columbian Art and Archaeology 7(1971); pero otros especialistas están energicamente en desacuerdo.

85.- Daniel G. Brinton, “Nagualism: A Study in Native AmericanFolk-lore and History,” American Philosophical Society, Proceedings33 (1894), pp. 17, 12.

Otros documentos españoles nos dicen que losnahualistas continuaron existiendo durante la épocacolonial. Naturalmente, permanecieron tan en secretocomo fue posible, así que pocos españoles supieron deellos. Sin embargo, el tomar todas las fuentes, enconjunto, nos permite conocer un buen número de suspropósitos y sus actividades. Esos creyentes “formabanuna asociación coherente que se extendía por la mayorparte del sur de Méjico y Guatemala, inspirados entodas partes por el odio hacia los españoles y lacristiandad.”86

A los miembros se les clasificaba según distintosgrados o niveles, y cada avance exigía al iniciado eneste nuevo conocimiento secreto más r i tos deiniciación y revelaciones. Los cabildos locales ohermandades estaban organizadas y dedicadas a JudasIscariote o a Poncio Pilato, dos obvios enemigos delmodelo cristiano importado. Había ciertos centrosreconocidos de la asociación, particularmente enGuatemala y los estados mejicanos de Chiapas yOaxaca. Los dignatar ios más importantes de laorganización residían cerca de esos centros. Sellevaban a cabo concilios secretos del círculo oculto enlos fuertes del culto, en cuevas o en escondrijosrocosos, no en estructuras artificiales. El negro era elsímbolo de la afinidad que la asociación tenía con lanoche, las cuevas y el mundo inferior, unas ideascomplejas que venían de tiempos mucho más antiguos.La deidad que estaba más claramente asociada con losnahualistas de la época colonial era Tepeyollotl (unimportante dios azteca, que habían tomado prestado deculturas más antiguas del sur). Se le conocía como el“corazón de la tierra,” simbolizado por el jaguar.87 Lasceremonias, las fórmulas y los procedimientos eranbastante iguales en toda el área. Esto no era meramenteuna actividad “religiosa,” puesto que los sacerdotes

413LA VIDA NEFITA

86.- Ibid.87.- Ibid., 37-41; Covarrubias, Mexico South, pp. 78-79.

414 UN MARCO GEOGRAFICO

nahualistas que dirigían, cuyo cargo se pasaba amenudo por línea familiar, fueron los organizadores ycoordinadores de cierto número de revueltas anti-españolas. Lo que realmente representaba la asociacióneran las viejas creencias y prácticas nativas quecontinuaban, como una cultura subyacente contraria atodo el modo de vida que habían llevado consigo losespañoles.88 Incluso hay razones para creer que, por lomenos, parte de este modelo se ha mantenido en áreasaisladas de Méjico hasta nuestros mismos días.

En gran parte de lo esencial , los nahualis tasfuncionaban como una sociedad secreta clásica. Nos lorevelan las pruebas de iniciación, el secretismo de susfines y de sus lugares, la subversión, real o potencial,frente al orden social general y la utilización del

Se han interpretado mascaras como ésta, de la era de Teotihuacán,como una prueba de la existencia de sociedades secretas. (Fotografíade Daniel Bates. Cortesía de David A. Palmer y de la Sociedad para laArqueología Histórica Antigua.)

88.- Brinton, “Nahualism,” pp. 38-43.

atractivo del poder y de los privilegios como tácticapara el reclutamiento. La influencia de la camarillacentral dominante en una sociedad secreta proviene delconocimiento esotérico. “Para adquirir influencia enuna sociedad secreta siempre es necesario establecerque se t iene un conocimiento superior.” 89 Lossacerdotes nahualistas, como los adeptos gnósticos delmundo mediterráneo, decían conocer los grandessecretos del universo y cómo controlar los poderes quehacen que ocurran cosas importantes, pero en estecontexto este conocimiento sólo se considera unaherramienta o un arma. No se desea tanto por sí mismocomo por la influencia que traerá al que lo posea.

Aquellos que se vuelven a los grupos secretos paraobtener el poder y sus mundanas recompensas son losque no descubren o no desean unos medios legítimos yaprobados socialmente para conseguir sus fines. Estosgrupos florecen bajo las condiciones que crean unoscambios sociales y económicos rápidos y quetrastornan todo. Hay personas con ambición o conquejas de que las instituciones existentes no estángobernando que buscan rutas extraordinarias paraconseguir sus propósitos.90 Ese tipo de tensión social

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89.- N. H. Webster, Secret Societies, pág. 157.90.- “En la China tradicional las sociedades secretas eran los

principales instrumentos para expresar las quejas populares en contradel poder superior de la autoridad imperial. . . . Los grupos agraviadosformaban una sociedad de proscritos o se unían a otra ya existente.Proscritos por la ley, los hombres buscaban ocultarse en secreto yvivir de su ingenio, fuera del país. Atacaban las áreas ruraleshabitadas y se escondían en las colinas. La popularidad de la que tan amenudo gozaban los bandidos era el resultado de su supuesta o realidentificación con las masas y de su oposición a la imposición de laautoridad imperial sobre las instituciones locales, más o menosindependientes. En China, como en cualquier otra parte, el bandidajesocial y la entidad que lo acompaña, la sociedad secreta, surgen bajocondiciones de tensión . . .” Stanford M. Lyman, “Chinese SecretSocieties in the Occident: Notes and Suggestions for Research in theSociology of Secrecy,” Canadian Review of Sociology andAnthropology 1 (Mayo de 1964): 90. Ver también María IsauraPereira de Queiroz, “On Materials for a History of Studies of CrisisCults,” Current Anthropology 12 (1971): 387-90.

estaba teniendo lugar entre los nefitas en el siglo I a.C.Ya hemos visto cuán dinámicos eran el crecimiento yla difusión de la influencia nefita en esa época. Elcomercio y la r iqueza f lorecían, se es t imuló laambición en parte de la población (por ejemplo, losrealistas), y el viejo sistema, basado en relaciones deparentesco, que había servido, de forma bastanteadecuada, durante la época de los reyes Benjamín yMosíah, parecía demasiado limitado y localizado paraacomodarse a las nuevas circunstancias. Aquellos quequerían subirse al tren del cambio, para tener éxito,para hacer que las cosas se tornaran en su propiobeneficio (como el Jacob de 3 Nefi 7:12), estabandeseosos de utilizar cualquier organización a la quepudieran asirse como herramienta, incluyendo laconspiración, para amoldar la sociedad convencional ala medida de sus deseos.

Todo esto es típico, no extraño. Los eruditos quehan estudiado los grupos secretos se han sorprendidode que su forma, en general, ha sido similar en lamayor parte del mundo y a través de miles de años. Laexigencia estructural del secretismo cuenta como unade esas similaridades generales, aunque tambiéncomparten otras características muy específicas. Lapregunta que nos viene a la mente es, ¿se repite elmodelo en las sociedades secretas de todo el mundoporque tienen raíces históricas comunes? Así lo piensael his tor iador Nesta Webster : “Incluso aunqueneguemos una asociación [histórica] directa, debemosadmitir con seguridad que una fuente común deinspiración produjo, si no una continuación, en todocaso un resurgimiento per iódico de las mismasideas.”91 Esta explicación de la reaparición de losgrupos secretos tiende a estar de acuerdo con lo quedice en Helamán 6:26-29: “estos juramentos y pactossecretos no l legaron a Gadiantón de los anales

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91.- N. H. Webster, Secret Societies, pág. 157.

confiados a Helamán; más he aquí, los inculcó en elcorazón de Gadiantón aquel mismo ser que indujo anuestros primeros padres . . . ; y él lo ha propagadodesde el principio del hombre hasta hoy.” De acuerdocon el Libro de Mormón, había, con toda seguridad,una cont inuidad his tór ica en el or igen de lassociedades secretas jareditas desde el Viejo Mundo alNuevo. Comenzaron sólo unas pocas generacionesdespués de que llegaran a la nueva tierra provenientesdel área de Mesopotamia. Uno de las jareditas querevivió esta práctica dijo, “¿no ha leido él [mi padre]los anales que nuestros padres trajeron a través delgran mar? He aquí, ¿no hay en ellos una relaciónconcerniente a los antiguos, de cómo por medio de susplanes secretos lograron reinos y gran gloria?” (Eter8:9.) El historiador Nesta Webster lo expresa de formamás directa: “El [Cercano] Oriente es la cuna de lassociedades secretas.”92 Cuando finalmente el registrojaredita llega a manos del gobernante nefita Mosíah, supueblo ansíaba saber acerca de la extinta sociedad quehabía dejado atrás tantas huellas impresionantes ymisteriosas como las que se podían ver alrededor suyo,en las ruinas. El rey hizo pública la historia peroocultó todos los detalles concernientes a los grupossecretos de los que se habla en el registro de Eter(Helamán 6: 26). Sin embargo, el mero hecho dehaberse referido a ellos, habría despertado, en personasambiciosas, la preocupación por saber más (es comodecirle a un niño, “ten cuidado de no meterte alubiasen los oídos”). Así que se estableció el escenario parael resurgimiento de las combinaciones, de algunamanera los organizadores pudieron conseguir losdetalles concretos de los ritos y de la forma de lasorganizaciones.

417LA VIDA NEFITA

92.- Ibid., pág. 1.

¿Que es lo que poseen las organizaciones secretasque no tienen los grupos basados en el parentesco y enla comunidad? La respuesta es : credibi l idadinstantánea. Suponga, por ejemplo, que usted es unmercader que desea entablar relaciones comercialescon una localidad con la que no está familiarizado. Loque más necesitaría sería tener relaciones de confianzacon alguien de al l í que fuera influyente. En lassociedades del tipo de las que describe el Libro deMormón toda la ser ie de invenciones, bastanterecientes, a las que nosotros recurrimos para esepropósito -corporaciones, bancos, créditos, contratos,embajadas- todavía no se habían desarrollado. Situviera parientes en ese lugar, ellos podrían confiar enusted; pero habría sido tan improbable el que unpariente suyo hubiera podido poner un pie en medio deun lugar extranjero como para usted. Una organizaciónsecreta, con “cárteles” esparcidos por toda la tierrapodía otorgar a una persona confianza instantánea.” EnEuropa, en los primeros siglos, los grupos secretostemplarios y judíos usaban ese tipo de vínculos paralas actividades comerciales y financieras de susmiembros.93 Para los oficiales de los ejércitos demuchas naciones modernas son más fáci les susrelaciones en nuevos lugares debido a que sonmiembros de fraternidades. Entre los nefitas y losjareditas, las organizaciones secretas habrían llevado acabo funciones similares para los mercaderes.

Los eruditos han descubierto recientemente, que elcomercio ejerce la función de un gran motor que puedeimpulsar a que, en una sociedad en crecimiento, unospocos de sus miembros consigan ser importantes yricos.94 Normalmente los que controlan el aceleradorson gente del tipo de Gadiantón y el “rey Jacob” (3

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93.- Ibid., 60, 178.94.- Yehudi Cohen, “The Anthropological Enterprise,” American

Anthropologist 79 (1977): 390, 393; Nibley, Since Cumorah, pp. 399-409.

Nefi 7:12), lanzados a poseer poder y riquezas. No essorprendente encontrar que 4 Nefi 1:46 trace unvínculo directo entre la banda secreta de Gadiantón ylas riquezas provenientes del comercio: “los ladronesde Gadiantón se extendieron por toda la superficie dela tierra. . . . Y acumulaban y guardaban oro y plata enabundancia; y traficaban en mercaderías de todaclase.” A la luz de esto podemos comprender lainterconexión de los factores de los que habla enHelamán 6. El versículo 7 comienza describiendo unasituación de comercio vigoroso y la prosperidadresultante (versículos 9, 11). Inmediatamente después(versículo 15), el juez superior fue asesinado por “unamano desconocida,” que resultó ser de Gadiantón(versículo 18). En el versículo 17 se establece elvínculo: “empezaron a poner sus corazones en susriquezas; sí, empezaron a buscar la manera de obtenerel lucro a fin de elevarse unos sobre otros; por tanto,empezaron a cometer asesinatos secretos, y a robar yhurtar, para obtener riquezas” (cursiva agregada).Surge una clara imagen de cómo el grupo secretomotivaba a sus miembros y ganaba poder en lasociedad nefita. Todo esto encaja en la imagen de lassociedades secretas que se conocen en muchas partesdel mundo.

En Mesoamérica, tenemos un ejemplo del estrechovínculo entre el comercio y los grupos, fuertementeentretejidos, que servían sus propios propósitos en lospochteca aztecas, una especie de gremio o sociedad decomerciantes de larga distancia, que tenían sus propiosrituales, deidades y disciplina interna en muchosasuntos importantes, al igual que las sociedadessecretas que hemos estado considerando. Los pochtecatrabajaban, codo con codo, con la estructura de poderazteca, s irviendo al estado como espías cuandoviajaban al extranjero. A cambio, disfrutaban deriqueza y muchos privilegios gracias a la influenciaque ejercían con su extraordinaria función social.95

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Pero todavía sabemos demasiado pocos detalles de lospochteca como para estar seguros de que las“combinaciones” nef i tas fueran algo más quegenéricamente similares.

Otro paralelismo con los ladrones de Gadiantón esevidente en los objetivos de explotación de ciertosgrupos sedientos de poder en Mesoamérica. Todo elpueblo azteca (mejicano) entra dentro de esta clase.Siendo una pequeña tribu de cazadores-recolectores,salieron de las estériles áreas del oeste de Méjico haciael área que actualmente ocupa la capital, no muchoscientos de años antes de que llegaran los españoles.Rápidamente empezaron a ambicionar las riquezas y elconfort que veían en los más ant iguos pueblosgranjeros cuasi-civilizados entre los que se asentaron.Uno de sus primeros líderes, Huitzilopochtli, era unhombre con una “ambición ilimitada” que llegó a ser“la encarnación de las aspiraciones religiosas ymilitares aztecas.” Este hombre afirmaba saber elsecreto que les dar ía la r iqueza y el poder quedeseaban. Al comprometerse a “servir al (dios) sol,para llegar a ser su pueblo y aterrorizar a otros,”Huitzilopochtli no sólo prometió lujo sino también unensanchamiento ilimitado de sus deseos: “nada lesatará, nada les faltará.” Con este tipo de embriagadorapromesa, les incitó a conquistas sin compasión. Fue unlíder tan típico de esta busqueda material que mástarde se le consideró un dios. Los conquistadoresespañoles cristianos consideraban a Huitzilopochtli “eldiablo” y el principal rival de Cristo.96 Exactamenteesa misma ambición de explotar a otros caracterizaba a

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95.- Miguel Acosta Saignes, “Los Pochteca,” en De Teotihuacán alos Aztecas, ed. Miguel León-Portilla (Méjico: Universidad NacionalAutónoma de Méjico, 1971), pp. 436-48; Rudolf van Zantwijk, “Lasorganizaciones Social-Económica y Religiosa de los MercaderesGremiales Aztecas,” Boletín de Estudios Latino-Americanos 10(1970): 1-20.

96.- Gordon Brotherson, “Huitzilopochtli and What Was Made ofHim,” en Masoamerican Archaeology: New Aproaches, ed., NormanHammond (Austin: University of Texas Press, 1974), pp. 163-64.

los “toltecas.” Estos tenían hambre y sed de poder,especialmente el poder o “derecho” de conquistar,recibir tributo y enriquecerse en un territorio enespecífico.97

Esta consumada ansia de riquezas y comodidadesnos recuerdan forzosamente los engaños que escribióGiddiani al juez principal nefi ta Laconeo: “soyGiddiani; y soy el caudillo de esta sociedad secreta deGadiantón . . . [entregar] vuestras tierras y vuestrasposesiones s in efusión de sangre, a f in de querecuperen sus derechos y gobierno los de mi pueblo”(3 Nefi 3: 9-10). “[Entregad] vuestras ciudades,vuestras tierras y vuestras posesiones a este pueblomío, antes de que caiga sobre vosotros con la espada . .. o en otros términos, someteos y uníos a nosotros, yfamiliarizaos con nuestras obras secretas, y convertíosen hermanos nuestros para que seáis iguales a nosotros[en otras palabras, “tomad parte en la acción”]; nonuestros esclavos, sino nuestro hermanos y consociosde toda nuestra substancia” (versículos 6-7).

Evidentemente, los grupos secretos del Libro deMormón y de Mesoamérica utilizaban los mismostrucos y operaban con reglas similares. Pero, ¿esasprácticas eran realmente antiguas en América, o eranevoluciones posteriores? Algunos investigadorespiensan que el origen de los grupos pochteca llegahasta Teotihuacán (los primeros siglos después deCristo),98 pero el profesor Coe mantiene que en lacivi l ización azteca, antes del 1000 a .C. , fuefundamental una institución similar.99 J. A. Bennyhoffha interpretado que las mascaras descubiertas por los

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97.- Munro S. Edmonson, The Book of Counsel, MARI 35 (1971),pp. 215-17; Robert M. Carmack, Toltec Influence on the PostclassicCulture History of Highland Guatemala, MARI 26 (1970), pp. 169-95.

98.- Lee A. Parsons y Barbara J. Price, en Observations on theEmergence of Civilization in Mesoamerica, ed. Robert R. Heizer yJohn A. Graham, UCAR 11 (1971), pp. 169-95.

99.- Coe, “America’s First Civilization,” op. cit., 110-11.

arqueólogos son indicat ivas de la presencia desociedades secretas en la ant igüedad. 100 Estosartefactos rituales están presentes aproximadamentedesde el 1200 hasta el 600 a.C. en el valle de Oaxaca(Morón, de los jareditas).101 La primera mención quese hace de sociedades secretas entre los jareditas entradentro del tercer milenio a.C.; los arqueólogos sólotienen información fragmentaria de esa era. Peroresurgieron organizaciones clandestinas alrededor del1200 a.C. (Eter 10:33), que persistieron hasta ladestrucción de los jareditas. Así que las máscaras deOaxaca coinciden en época y lugar con lo que, segúnel regis t ro jaredi ta , fue el f lorecimiento de lassociedades secretas. (Casualmente, muchos de lasesculturas del “hombre-jaguar” nahual de este períodose encuentran en puntos remotos, en el “yermo,” dondepodríamos esperar encontrar los santuarios de losgrupos secretos.) Se encuentran otra vez máscaras, engrandes cantidades, durante el desarrollo de la épocade Teotihuacán, a lo largo de unos pocos siglosdespués del 300 d.C. Resulta ser justo el periodo en elque Mormón informa del surgimiento de sociedadessecretas que fue la clave de la caída de los nefitas(Mormón 2:8, 10, 27-28; Eter 8:19-21).

Con lo que hemos visto tenemos lo suficiente paraestablecer estos hechos: (1) antiguamente existía, tantoen el Viejo Mundo como en Mesoamérica, un modelomuy extendido de organizaciones secretas, como diceel Libro de Mormón; (2) es tas unidadesproporcionaban una organización que servía comoinstrumento por el cual los hombres ambiciosos e

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100.- The Preclassic Background for the Emergence ofCivilizations in the Mexican Highlands (artículo mandado a lafundación Wenner-Gren, Burg Wartenstein Symposium No. 47, del 4al 13 de julio, 1970), pág. 25.

101.- Kent V. Flannery, “Contextual Analysis of RitualParaphernalia from Formative Oaxaca.” En Flannery, ed., The EarlyMesoamerican Village (New York: Academic Press,1976), pp. 338-40.

intrigantes manipulaban a los menos sofisticados paraproporcionar a los primeros riquezas, poder y otrasgratificaciones; las funciones y el contexto de losgrupos secretos mesoamericanos tiene sentido si losinterpretamos como un reflejo de las “combinaciones”que se describen en el Libro de Mormón, o viceversa;(4) los cambios dinámicos en la sociedad y en laeconomía que, según el Libro de Mormón nos indica,se encontraban estaban teniendo lugar durante elprimer siglo antes de Cristo y, de nuevo, en los siglosIV y V d.C., proveían un escenario que favorecía elsurgimiento de estos grupos subversivos. No hay dudade que el surgimiento de las organizaciones secretasjareditas debe ser entendido en términos paralelos.

La Base de Parentesco de la Sociedad NefitaSería una equivocación suponer que las

organizaciones secretas eran fundamentales en lassociedades donde vivían los nefitas, lamanitas ojareditas. Más bien eran desarrollos parasitarios quesólo florecían cuando el organismo principal no estabasano. El modelo básico de organización de los pueblosdel Libro de Mormón era e l mismo que enprácticamente todas las sociedades antiguas. Elparentesco era fundamental para el establecimiento yla regulación de las relaciones personales y las delgrupo. En la vida urbana actual nos hemos apartadotanto de estas prácticas antiguas que, hoy en día, muypoca gente se da cuenta de cuán importantes fueron enun tiempo las relaciones de parentesco. Tanto en laPalestina israelita como durante los primeros siglos deexistencia nefita en la tierra prometida americana, losvínculos de parentesco proporcionaban las conexionessociales más cruciales. En los días de Lehi, los gruposde parentesco israel i tas cuya importancia seencontraba más extendida eran los que podríamosllamar linajes. La pertenencia a esos linajes estabadeterminada en virtud de ser descendiente de un

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antepasado masculino.102 En las sociedades que ponenénfasis en la unidad de linaje, lo primero que tiende ahacer alguien que quiere obtener una posición social escambiar impresiones con otros para intentar determinarla distancia que les separa de un ancestro común. Unade las primeras cosas que hizo Lehi al obtener lasplanchas de bronce103 fue examinar su genealogía,donde descubrió que él y Labán compart ían unantepasado masculino lejano (1 Nefi 5:14, 16). Esdecir, que pertenecían a un linaje común y que, comoresultado, querían poseer el mismo registro. Al llegarel grupo de Lehi a la tierra prometida, continuaronsiguiendo el principio del linaje, como muestra Jacob1:13: “se l lamaban nefi tas , jacobitas , josefi tas ,zoramitas, lamanitas, lemuelitas e ismaelitas.” Denuevo vemos el principio en funcionamiento cuandoAmulek y Alma se encontraron, siendo desconocidosel uno para el otro, y necesitaban establecer unarelación (Alma 8:20ff). Otra mención posterior es elesfuerzo que hace Amulek para llevar la atención desus oyentes hacia su posición social (de parentesco)con respecto a la de ellos (Alma 10:2).

Los pr incipios y las costumbres de lasorganizaciones sociales no son fijos e inmutables. Lospueblos modifican las leyes y sus preferencias sobre elgobierno basado en el parentesco, el matrimonio, lafamilia y otros arreglos sociales para adaptarlos acircunstancias nuevas. Por ejemplo, como grupospioneros que se esparcían para ocupar una nueva tierrarelativamente vacía, no pondrían énfasis en ciertasrelaciones que habrían tenido más sentido en unacomunidad ant igua más poblada, mientras que

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102.- Uso el término aquí en un nivel muy general. La literaturaantropológica define éste y otros términos relacionados de variasmaneras. Un tratamiento clásico es el de George P. Murdock, SocialStructure (New York: Macmillan, 1949), pp. 46ff.

103.- Hemos traducido brass como “latón” en otros lugares. Sinembargo, utilizamos aquí el término “bronce” por ser el que se utilizaen el contexto de las planchas en el Libro de Mormón. (N. del T.)

necesitaban reforzar otros ciertos vínculos para superarlos efectos de la distancia. Sin embargo, cuando le esposible, el pueblo se acoge a los antiguos usos.104 Asíque, una vez que el pueblo comenzó a vivir en lanueva tierra, se esperaría tanto la continuidad como elcambio en los usos israelitas que el grupo de Lehi trajoconsigo. De hecho, sus primeras costumbres pudieronhaberse sumergido mucho en los modelos queencontraron entre los muleki tas y que tomaronprestados, para que la organización posterior estuvieraprobablemente más adaptada a las condiciones de vidadel entorno de Zarahemla. Es interesante que lossistemas sociales de la Mesoamérica tradicional nocontradicen lo que uno podría esperar de un origenisraelita. Son evidentes algunas diferencias, si bien sonlógicas. Tampoco son sorprendentes las característicasmesoamericanas a la luz de los datos que nos da Librode Mormón.

En ambos casos está claro el énfasis que se ponía enlas relaciones calculadas a través de la línea paterna.La línea paterna descendiente es evidente en el Librode Mormón y entre los mayas, como lo muestran losdocumentos del per iodo colonial español y lainterpretación de los materiales arqueológicos yartísticos.105 En general, la organización de linaje queexistía en el sur de Mesoamérica también concuerdacon la imagen social que nos da el Libro de Mormón.106

Por ejemplo, un maya era miembro de algo que sedefinía vagamente como grupo (maya yucateca ch'ibal)

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104.- Harold E. Driver, en “Geographical Versus Psycho-functional Explanations of Kin Avoidances,” Current Anthropology 7(1966): 131-82, trata la relativa fuerza de la tradición y de laadaptación funcional.

105.- William A. Haviland, Ancient Lowland Maya SocialOrganization, MARI 26 (1968), pp. 95; idem, “Principles of Descentin 16th Century Yucatan,” Katunob 8, no. 2 (diciembre de 1972): 63-73.

106.- Haviland, “Principles of Descent,” pág. 64. En cuanto aalgunas posibilidades en el norte de Mesoamérica, Hugo G. Nutini,“Clan Organization in a Nahuatl-Speaking Village of the State ofTlaxcala, Mexico,” American Anthropologist 63 (1961): 62-78.

cuyos miembros, aunque vivían en diferentes lugares,se consideraban a si mismos descendientes de unantepasado masculino común. Los miembros tenían unnombre en común, y a menudo se les prohibía casarsecon otro que tuviera el mismo nombre.107 El sermiembro del grupo permitía a las personas hacer valersu derecho a que otro les diera protección yhospitalidad al trasladarse de una población a otra.”108

He sugerido anteriormente que Alma, en su recorridomisional (Alma 5-15) hizo sus primeros contactos, enlas diversas ciudades que visitó, con sus compañerosde linaje. Incluso a Zarahemla le guiaron los vínculosdel linaje; al parecer predicó principalmente a ungrupo restringido, probablemente parientes, cuyos“padres” habían estado con su padre y los zeniffitas, enla tierra de Nefi (Alma 5: 11-13).

Una sociedad que cambia con rapidez provocatensión en las unidades basadas en el parentesco decualquier t ipo, porque es dif íc i l a justarse a lasdiferencias económicas, de residencia o de condiciónque existen entre los parientes. Todos nosotros hemosvisto lo rápido que pueden disminuir nuestros vínculoscon nuestros familiares cuando o bien ellos o biennosotros nos trasladamos o cambiamos drásticamentede posición social. Sin embargo, otras formas deorganización de la sociedad están aún en más tensióncuando el cambio es urgente. Los nefitas llegaron a unpunto, poco después de la crucifixión del Salvador, enel que el gobierno convencional - las relacionesorganizadas políticamente- colapsaron. Quedó pocoque pudiera tomar las r iendas exceptuando elparentesco o los vínculos forjados por las sociedadessecretas: “Y hubo división entre el pueblo, unos encontra de otros; y se separaron los unos de los otros entribus, cada hombre según su familia y sus parientes y

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107.- Haviland, “Principles of Descent,” pp. 63-64.108.- Ibid., pág. 64.

amigos; y . . . cada tribu nombró a un jefe o caudillopara que la gobernase; y así se convirtieron en tribus yjefes de tribus. Y he aquí, no había hombre entre ellosque no tuviese mucha familia y muchos parientes yamigos; por lo tanto, sus t r ibus l legaron a sersumamente grandes.” (3 Nefi 7:2-4). Cuando todo lodemás fallaba, quedaban los lazos de sangre. Estehecho demostró cuán fundamental era el modelo deorganización basado en el parentesco entre los nefitas.Este modelo de organización no surgió de repente paraenfrentarse a estas desastrosas circunstancias; susconexiones venían de mucho más atrás. Amulek loconfirma (Alma 10:4). Sólo ocurre que, en las crisispolíticas, las funciones que se habían ampliado sedaban a la estructura basada en el parentesco.

El agrupar a todo el pueblo en estas grandes“tribus” habría requerido una buena cantidad deajustes genealógicos e históricos, pero esto es normal.Los l ibros de antropología es tán l lenos dedescr ipciones, de todo el mundo, de cómo semodifican las genealogías si es necesario para hacerque se ajusten a los hechos políticos y sociales de lavida. Por ejemplo, los dos mil lones y medio desomalíes del norte de Africa oriental “finalmentetrazan su descendencia al profeta Mahoma y sus‘compañeros,’” aunque esa pretensión . . . parece sergeneralmente ficticia. Pero cualquiera que sea susignificado histórico, su importancia reside en el hechode que da validez a todas la base musulmana de lasociedad somalí.”109

De modo similar, parece que la sociedad nefita fuecapaz de incorporar a todas las personas que seencontraban dentro de su mosaico social en un solo

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109.- I. M. Lewis, “Force and Fission in Nothern Somali LineageStructure,” American Anthropologist 63 (1961): 110. Comparar conA. I. Richards, “A Problem of Anthropological Approach,” BantuStudies 15, no. 1 (1941): 51.

“barco” o teoría social que presentaba siete ramasprincipales o super-linajes: nefitas, jacobitas, josefitas,zoramitas, lamanitas, lemuelitas e ismaelitas (Jacob1:13; 4 Nefi 1:36-38; comparar con D y C. 3:17-18).Esta l is ta omite totalmente cualquier “sam-i ta”potencialmente provenientes de Sam, hijo de Lehi; ver2 Nefi 4:11) y también agrupa juntos a todos los hijosde Ismael. También ignora al numeroso “pueblo deZarahemla” que no tenía origen nefita. Estas sieteramas nos recuerdan a las famosas “siete cuevas” olinajes de los cuales, afirma la tradición. Se suponeque surgieron los habitantes de Mesoamérica.110

Obviamente una “tribu” nefita o un macrolinaje deltipo al que se refiere 3 Nefi 7 debe de haber sido unsegmento socio-pol í t ico de población al que seconsideraba que había surgido de un antepasadocomún, pero al que se añadía una cantidad sustancialde otros pueblos para que pudieran pertenecer a una“tribu” u otra (nótese los “amigos” de 3 Nefi 7:2, 4).Una tribu semejante habría incluido las familias que lacomponían y otros sublinajes en forma de pirámidesegún el parentesco fuera más o menos distante.Normalmente, el sublinaje más antiguo habría tenidouna posición de más autoridad, así que era probableque el pueblo designara al hombre de mayor edad paraser líder tribal (3 Nefi 7:3). Por lo menos, esta imagenreconcilia plausiblemente las afirmaciones del Librode Mormón con lo que sabemos de los modelosmesoamericanos de parentesco.

Estas cuestiones nos acercan al asunto del tipo depolítica, que está relacionado con esto. Partiendo delas descripciones que nos hace el Libro de Mormón decómo los nefitas se reunían para tomar decisiones

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110.- Por ejemplo, G. C. Vaillant, The Aztecs of Mexico(Harmondsworth: Penguin, 1950), pp. 97-98. Ross T. Christensen haelaborado este aspecto para los lectores SUD en “The Seven Lineagesof Lehi,” The New Era 5, no. 5 (mayo de 1975): 50-51.

polí t icas (como en Mosíah 29:39) , podríamosimaginar, equivocadamente, que predominaba elprincipio de “un hombre, un voto” pero ningunasociedad antigua seguía ese concepto literalmente.Cuando ellos “[daban] su parecer,” las opinionesvendrían del hombre con más edad de una familia osublinaje. Con toda certeza, estos patriarcas primerohabrían evaluado los sentimientos de aquellos a losque representaban, antes de atreverse a hablar ennombre de su unidad. Así es cómo se ha llevadoadelante el proceso político en gran parte del mundohasta épocas muy recientes. Nada nos da a entenderque no fuera ese el modelo del Libro de Mormón.

Otra pregunta acerca de la política es: ¿tenían, losnefitas, un estado? (Un estado es una organizacióncentral que tiene un monopolio de poder coercitivo enun territorio.) La respuesta parece ser tanto que sícomo que no. Ciertamente, el sistema de reyes y juecesrepresentaba un intento de centralizar las fuerzas enforma de estado, pero las medidas no funcionaban muybien. No vemos ninguna evidencia de que el reyBenjamín usara la fuerza para controlar la conducta delos que se desviaban, en su pueblo. De hecho, esdudoso hasta el que él utilizara a agentes autorizados(exceptuando los mensajeros) para dirigir los asuntosdel gobierno. Se le aplicaba el título de “rey,” y sinembargo ese augusto título significaba poco por símismo (ver Alma 47:6; 3 Nefi 7:10). Tampoco losjueces superiores, en el posterior gobierno nefita, eranmucho más poderosos. No se menciona ni una palabrade una fuerza policial ni de un ejército permanente. Loque nos impresiona es la relativa falta de poder delgobierno central . Soló se podía controlar a losdisidentes cuando los líderes reclutaban una milicia(“ejército”) (ver Alma 2). Los nefitas, al añadirtribunales formales y un código de leyes se estaban

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dirigiendo en la dirección de un estado, pero lapermanente debilidad del aparato de gobierno indicaque nunca se consiguió de manera estable.

La unidad que exis t ía realmente se basabaprofundamente en valores comunes y en tradiciones.Cuando surgían grupos disidentes, sus valores diferíanmarcadamente de los de la clase dirigente, con lo queplanteaban una amenaza a la propia existencia de la“nación” nefita. Ninguna elemento aglutinante fuertede instituciones políticas practicas mantenía unidotodo el sistema. Líderes como Moroni sólo pudieronmantener más o menos unido a todo el pueblo pormedio de una exhortación constante, apoyada por lasactividades ceremoniales dictadas por la tradición(Alma 43:48; 46:19-21; 54:10). Parte de lo que leshacía estar unidos era la religión, así que cuandoapareció la disensión religiosa, la desunión política sehizo inevitable (Alma 8:11-12; 51:5-6).111 Antes detodo el Periodo Clásico (200 d.C.), la estructurapolítica mesoamericana se encontraba principalmenteen este nivel, de pendiendo de los valores compartidosy de los rituales para unificar el poder y el control.Mientras en una sola comunidad el pueblo al que segobernaba estubiera de acuerdo en respetar unascreencias y deidades comunes, se podía mantener lapaz interna. Cuando la adoración y los valoressagrados no lo conseguían, nada mantenía a un puebloo “nación” unido por mucho tiempo. E incluso cuandosí aparecía un incipiente estado, permanecía frágil.

Sin embargo, la fragilidad fundamental de losnefitas no estaba determinada por las estructurascentrales o gubernamentales. Las familias, linajes, y

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111.- El idioma hebreo no proporciona ninguna palabra para“religión.” Cyrus H. Gordon, Introduction to Old Testament Times(Ventnor, New Jersey: Ventnor Publishers, 1953), pág. 55. El términodel Libro de Mormón que se traduce como “religión” probablementedebió de significar algo así como “la adoración de una deidad o lascreencias acerca de ella.”

comunidades eran la clave del tipo de organización.Las comunidades locales podían resolver una buenaparte de las tensiones por su propia naturaleza. Podíanhacer frente a la diversidad interna y eran flexiblescuando se enfrentaban a las presiones externas. Unadisposición que les ayudaba a su adaptabilidad era los“barrios” políticos. La idea de tener estas distintassecciones residenciales dentro de una sola ciudad eramuy antigua en el área.112 Este modelo nos ayuda aentender cómo los nefitas (propiamente hablando)podían tratar con el “pueblo de Zarahemla” dentro dela ciudad de Zarahemla. Pudieron haber ocupadodistintos barrios en diferentes áreas residenciales,probablemente cada uno con su propio gobiernointerno. Así que, cuando Alma habló al pueblo deZarahemla, “se hallaban reunidos en grandes grupos; yfue de grupo en grupo” (Mosíah 25:15). Parece queestos siete grupos (versículo 23) equivalían a laspoblaciones de los barrios.

La falta de espacio nos impide un examen completode todos los aspectos de la vida nefita. Hay elementosmuchos más extensos que demandan nuestra atención,tanto dentro como fuera de la escritura. Por ejemplo, elorden político y social era obviamente diferente entrelos nefitas, los lamanitas y los jareditas; hemosprestado poca atención a esas diferencias. Hay temas yelementos en abundancia para mantener ocupados a losinvestigadores durante largo tiempo.

En este capítulo hemos leído partes del Libro deMormón como un texto cuyas formas de sociedad ycultura merecen un estudio más minucioso. Algunospasajes en particular, a menudo frustrantementebreves, nos han mostrado algo referente a los metales,

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112.- Rene Millon, The Teotihuacan Map, vol. 1 (Austin:University of Texas Press, 1973), pp. 40-41; Nutini, “ClanOrganization,” pág. 62.

la cría de ganado, los grupos secretos, el parentesco yel gobierno de los nefitas y otros grupos del Libro deMormón. Recurriendo a la extensa bibliografía quehay sobre la cultura mesoamericana, hemos podido verlas afirmaciones que hace la escritura de una maneradiferente, arrojando nueva luz sobre su significado ydándole colorido con detalles. En consecuencia, elmarco de la escritura se abre a nuevas dimensiones. Laconsistencia que da el hecho de que la imagen que nosproporciona el Libro de Mormón sobre la vida nefita ylas fuentes externas encajen, confirma que hemosencontrado un marco geográfico plausible para el libroen la Antigua América..

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El Fin de los Nefitas

Los nefi tas se pusieron en el camino que lesabocaría a la destrucción siglos antes de que Mormón,su último líder, naciera. Desde la época de Samuel, elprofeta lamanita, los nefitas se estaban preparandopara su destrucción. La terrible profecía de Samuel,registrada en Helamán 13:8-39 apenas es condicional.A pesar de que empieza con un “a menos que searrepientan”, pronto da paso a expresiones que dejanclaro el futuro, tales como “cuando echeís a los justosde entre vosotros” (versículo 14) y “llegará el día”(versículo 20). Sólo quedaban cinco años para elnacimiento del Salvador.

El hambre ya había puesto a prueba a los nefitas(Helamán 11), pero al final no iban a ser destruidospor medios naturales. El “medio” iba a ser el caossocial, como predijo Samuel. Habían experimentado yauna muestra de esto justo antes de que Samuelapareciera en la t ierra (Helamán 11:24-37) . Elmaterialismo y el orgullo de los nefitas condujo a todoel pueblo al límite. Balanceándose en este precipiciosocial, experimentaron toda la fuerza de las dramáticasseñales que acompañaron al nacimiento de Cristo: unanoche sin oscuridad y una nueva estrella en los cielos(3 Nefi 1:13-21). La impresión fue suficiente parahacerles retroceder, por poco tiempo.

En menos de una década los nefitas y las bandas deladrones ya estaban otra vez entrando y saliendo deconflictos que profétizaban lo que ocurriría a granescala tres siglos y medio después. “Y así . . . la

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espada de la destrucción se cernía sobre ellos” (3 Nefi2:19). Pero, 33 años después de que apareciera laestrel la , l legó un segundo respiro y una nuevaoportunidad.

La Gran CatástrofeLa historia de destrucción que acompaña a la

crucifixión de Jesús en Jerusalén, según aparece en elLibro de Mormón es más explicita en cuanto a losdaños mater ia les que produjo. Se descr ibenvívidamente tempestades, terremotos, elevamientos yhundimientos de tierra. En realidad los cambios de lasociedad resultaron ser más importantes. Todo esteretorcimiento del orden establecido retrasó el reloj, porasí decirlo. Los supervivientes se enfrentaron a unnuevo entorno, que el desastre había vaciado de la gransuperpoblación que les asolaba. Tenían unaoportunidad de comenzar de nuevo, semejante a la queel grupo de Nefi había disfrutado cuando acababan dellegar a la tierra, seis siglos antes.

Antes de que examinemos la nueva sociedad queemergió, vamos a clarificar la extensión y naturalezade los cambios medioambientales que tuvieron lugarentonces. Como siempre, necesitamos preguntarnos,¿qué es lo que el texto de escr i tura nos diceexactamente? El capítulo ocho de 3 Nefi hace unrecuento de los hechos básicos. Se levantó una grantormenta con un violento viento, remolinos de aire ytruenos y relámpagos sin precedente. La extensión dela tormenta fue amplia, porque no sólo afectó a latierra del sur, que tenía una extensión de miles demil las , s ino que también lo hizo, incluso másseriamente, a la tierra del norte. Una serie de violentosterremotos acompañaron a los increíbles truenos yrelámpagos, “toda la faz de la tierra” se alteró, eincluso los estratos de roca básicos se partieron. Todaesta sucesión de fenómenos duró “tres horas,” aunquese les hizo más largo a las desgraciadas victimas. Se

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podía “sentir” un “vapor de tinieblas.” El “vapor detinieblas” dominó y asfixió a algunas personas, a lavez que los “vapores de obscuridad” no dejaron que seencendiera fuego por tres días.

A pesar de la gran extensión geográfica de lacatástrofe y del drama de la violencia que tuvo, afectóprincipalmente a la “faz de la t ierra .” Lascaracter ís t icas fundamentales del paisaje no setransformaron. La cantidad de daños que anunció lavoz del Señor menciona el nombre de 16 ciudades (3Nefi 9:3-10). En otras partes del libro se localizan tresde esos lugares en la tierra del sur; es lógico que lasotras cuatro ciudades que se nombran con el lastambién estuvieran en esa área. Enumera juntas anueve ciudades, desde el versículo 8 al 10, una de lascuales estaba con toda seguridad en la tierra del norte;probablemente las que se nombra con ella tambiénestaban en el norte. El fuego destruyó seis ciudades.Ocho lugares se enterraron o les cayó tierra encima,pero sólo uno se hundió en el mar (se sabe que Moroniestaba cerca de la costa). Otra ciudad, Jerusalén, quedócubierta por el levantamiento de las “aguas.”

Sin embargo, “hubo algunas ciudades quepermanecieron” (3 Nefi 8:15); y en Abundancia,próxima al centro del territorio nefita, una “granmultitud” sobrevivió para reunirse alrededor deltemplo (3 Nefi 11:1) . Pronto se reconstruyeronZarahemla y otras ciudades que se habían quemado, enlos mismos lugares en los que estaban antes (4 Nefi1:7-8). Además, los puntos básicos de referenciageográf ica , como el is tmo, la col ina deCumorah/Ramah y el río Sidón continuaron, al parecer,sin cambios importantes. Así que debemos ponerletrabas a nuestra imaginación cuando nos hacemos unaimagen de cuán total fue la destrucción. No debemos irmás allá de los que el texto declara con comedidocuidado.

435EL FIN DE LOS NEFITAS

436 UN MARCO GEOGRAFICO

Estos hechos del Libro de Mormón deberían encajaren el escenario mesoamericano. Los mismos tipos dedestrucción natural que actuaban en el relato de 3 Nefiserían familiares en Méjico y sus alrededores. Despuésde todo fue la intensidad del destrozo lo queimpresionó al nefita que lo registraba, no lo novedosodel fenómeno (3 Nefi 8:5, 7). Es evidente que todo estetipo de destrucción había ocurrido antes en la tierra,pero nunca con un efecto tan terroríf ico. No essorprendente que el tipo de fuerzas naturales que sedesataron en esas fatídicas tres horas sean familiaresen el escenario mesoamericano.

Esa área se asienta en una zona de intensa actividadde movimientos sísmicos: el borde de la cuenca delPacífico, a lo largo del cual son un hecho de la vidanormal los violentos terremotos periódicos.1 Haymontones de volcanes esparcidos a lo largo de estazona de inestabilidad en particular, desde el centro-

Reconstruccuón de un edificio de Chiapa de Corzo, quizás Sidón, quefue destruido aproximadamente durante el nacimiento de Cristo. (Dela publicación nº8 de BYU-NWAF, de Gareth W. Lowe.)

1.- Manuel Maldonado-Koerdell, Geohistory and Paleogeographyof Middle America, HMAI 1 (1964), pp. 22-26; Robert C. West,“Surface Configuration and Associated Geology of Middle America,”ibid., pp. 42-58, 75-78.

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norte de Méjico hasta Nicaragua. Muchos de ellos hanestado activos en tiempos históricos.2 Antigua, laprimera capital de Guatemala, quedó completamentedestruida por un terremoto en 1773 y seriamenteafectada posteriormente en 1917. Los grandes dañoscausados en Guatemala en 1976, debidos a otra seriede terremotos, son t ípicos de muchas otrasexperiencias previas. Las tradiciones y el que, en losjeroglíficos, haya símbolos que significan terremotosdemuestran el profundo efecto que tenían en lospueblos precolombinos.3

Una descr ipción de la erupción del volcánConsegüina, acaecida Nicaragua en 1835, nos indica elterror y la destrucción que resultaron de un poderosodesastre que tuvo lugar en la época de Cristo. Primerosurgió una densa nube sobre el cono y en un par dehoras “sumió todo en la más grande oscuridad, de talmodo que los objetos más cercanos eran

En Copilco, en el valle de Méjico, una erupción volcánica cubrió laciudad alrededor de la época de Cristo. En este lugar los restosculturales están a nivel del suelo bajo muchos pies de lava.(Fotografía de Daniel Bates. Cortesía de David A. Palmer y laSociedad para la Arqueología Histórica Antigua.)

2.- Felix W. McBryde, Cultural and Historical Geography ofSouthwest Guatemala, SISA 4 (1947), pág. 6.

3.- Maldonado-Koerdell, Geohistory, pág. 26.

imperceptibles.” Atemorizados, los animales salvajesdaban con los asentamientos, lo que aumentaba elterror. Entonces vinieron los terremotos, “unaondulación perpetua.” Empezó a caer lava del volcán,como “harina fina con forma de polvo.” Los truenos ylos relámpagos “continuaron toda la noche y el díasiguiente.” El polvo de la atmósfera se combinó con elcalor proveniente del volcán para desencadenar lastormentas. Sin embargo, después llegó el peor temblorde tierra, lo suficientemente fuerte como para tirar alas personas al suelo. La oscuridad vino otra vez, y enesta ocasión duró tres días . 4 Estas condiciones,multiplicadas tanto en su intensidad como la magnituddel territorio cubierto, recuerdan a 3 Nefi.

En el capítulo 3 se citaron obras científicas queinforman de que existen pruebas de volcanismo justoalrededor de la época de Cristo. Probablemente laerupción más espectacular estuvo en El Salvador. Elarqueólogo y geólogo Payson Sheets ha trabajado paraclarificar la fecha y la extensión de ésta, que tuvolugar allí “por la época de Cristo.” Al parecer, unvolcán devastó un área de 3.000 millas cuadradas; lalava llegó hasta los 40 pies de profundidad sepultandoasentamiento tras asentamiento.5

Naturalmente la historia que narra 3 Nefi incluyemás elementos que volcanes y terremotos. Al escritornefita le impresionaron particularmente los truenos ylos relámpagos; dice que eran lo suficientementepoderosos como para contribuir a la desfiguración de“la superficie de toda la tierra” (3 Nefi 8:17). Laprimera reacción de uno ante esta afirmación espreguntarse: ¿cómo pudieron estos fenómenosatmosfér icos de alguna manera “desf igurar” lasuperficie de la tierra? Sin embargo esta afirmaciónnos recuerda al informe que tenemos de Don Joseph

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4.- Payson D. Sheets, “An Ancient Natural Disaster,” Expedition13 (otoño del 1971): 27.

5.- Ver el capítulo 3, nota 45.

Mozino sobre la erupción en 1793 de las montañasvolcánicas Tuxla, en Veracruz. Todo comenzó con laformación de grandes nubes sobre las montañas;entonces hubo “grandes truenos, pero debajo de latierra.” Después “sonaba como toda la artillería deVeracruz disparándose,” algunos de los más de 400truenos subterráneos se oyeron a cientos de millas dedistancia.6 Así que los “truenos” probablemente erande dos tipos: unos causados por las excepcionalmenteviolentas tormentas, ocasionadas por el calor y elpolvo de las erupciones; y los otros causados por laruptura de los estratos subterráneos debida a la acciónsísmica. Tanto Mozino como el escritor nefita tuvieronproblemas para distinguir unos de otros.

Además de los desastrosos resultados de la acciónsimultánea del volcanismo, los terremotos y lastormentas locales , las l luvias torrenciales queacompañan al volcanismo desencadenan a menudocorrimientos de tierra y aluviones de lodo. Pareceprobable que parte del enterramiento de las ciudades“en lo profundo de la tierra” (3 Nefi 9:6,8) habría sidocausado por los deslizamientos, así como por la caídade lava. También los vientos que se desarrollaban bajociertas condiciones metereológicas soplaban hacia elsur, sobre el golfo de Méjico, “amontonando” el aguacontra la costa (“oriental”), inundando áreas de pocaelevación.7 Tanto este efecto de una tormenta normal

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6.- Joseph Mariano Mozino Suárez de Figueroa, Noticias de Nutka(Méjico: Sociedad Mejicana de Geografía y Estadística, 1913), pp.105-10.

7.- Jorge A. Vivo E., Weather and Climate of Mexico and CentralAmerica, HMAI 1 (1964), pág. 195. Nótese la descripción de unantiguo huracán y sus efectos que nos da el registro de Ixtlilxochitl, enMilton R. Hunter y Thomas Stuart Ferguson, Ancient America and theBook of Mormon (Oakland: Kolob Book, 1950), pp. 41, 190-91.Comparar con A. M. Tozzer, Landa´s Relación de las Cosas deYucatán, HUPM 18 (1941), pp. 40-1, 216, acerca de un huracán queocasionó fuegos que “incendiaron” comunidades en el centro deYucatán. En el centro de Méjico se muestra al dios Quetzalcoatl, enparticular, como Ehecatl, Quetzalcoatl en su aspecto de viento, quizásseñalando el poder que tenían estas tempestades en esa área.

como el resultado más profundo de un huracán tropicalque asolara el golfo de Campeche pudieron haberocasionado que “esa gran ciudad de Moroni,” que seencontraba en esa costa , se hundiera “en lasprofundidades del mar” (versículo 4). Si un huracánseguía el curso normal de una tormenta, a través delgolfo, su centro alcanzaría la costa de nuestra tierra delnorte;8 es significativo que en la escritura se nos diceque la “tempestad” causó más destrucción en el norteque en el sur. (3 Nefi 8:12).

Nosotros situábamos Jerusalén en Guatemala, en laor i l la del lago Ati t lán (Alma 21:1) . Según losgeólogos, el nivel de este lago ha fluctuado hasta 40pies debido a los movimientos subterráneos delmater ia l volcánico que tapona su sal ida 9. Losterremotos y las erupciones pudieron haber agitado labase del lago hasta hacer que el agua ocupase los“lugares” de Jerusalén (3 Nefi 9:7). La tierra próximaa ella o valle de Middoni, hoy en día probablemente elemplazamiento de Antigua, la antigua capital deGuatemala, ha sido sacudida ferozmente muchasveces.10 Todo el sistema de fallas y de cadenas demontañas que se extendía a través de las tierras altasde El Salvador, Guatemala y Chiapas11 debió de haberactuado simultáneamente para provocar los inmensosestragos que se describen en la escritura. Otras áreasvolcánicas y propensas a los terremotos se encuentranen el norte, en un sistema que está en los estadosmejicanos de Veracruz, Oaxaca, Puebla y Méjico.

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8.- Vivo, Weather and Climate.9.- McBryde, Cultural and Historical Geography , pp 132, 168,

179-80; Samuel K. Lothrop en Atitlan CIWP 444 (1933),pág. 83,informó de la existencia de cascos erosionados por el agua,provenientes del emplazamiento de Chuitinamit, bastante más arribadel nivel del agua en aquel tiempo; esto sólo se puede explicar poruna extensa fluctuación.

10.- Maldonado-Koerdell, Geohistory , pp. 25-26. 11.- Robert C. West y John P. Augelli, Middle America: Its Lands

and Peoples, 2ª ed. (Englewood Cliffs, New Jersey: Prentice-Hall,1976), pág. 35.

De manera indiscutible, el tipo de fuerzas naturalesque produjeron la devastación de la que informa 3 Nefies totalmente característico de Mesoamérica. No haynada de sorprendente en el relato salvo la magnitud delmismo. Esta no tenía precedentes. Nuestras fuentesarqueológicas, entre tanto, nos proporcionan algunosindicios de que, de hecho, sí que ocurrió un desastreque hizo época alrededor de los tiempos de Cristo.Conforme vayan pasando los años, es posible quesepamos más de ello.

El Nuevo OrdenQuizás hemos transmitido una idea equivocada

cuando nos hemos referido como “nuevo” al ordensocial que siguió al gran desastre. Inevitablemente, elresultado de un desastre es que se fuerza al pueblo avolver a sus principios fundamentales. Muchos de los“nuevos” estilos de después de la catástrofe, el “Siglode Oro,” habrían sido como los que prevalecían en losdías más senci l los de vida agrar ia , antes delsurgimiento de las clases sociales, las ciudades y lacompleja sociedad secreta/comercial. Históricamente,en toda Mesoamérica a menudo se ha tenido la tierra“en común.”12 Se distribuía la tierra disponible parausarse de acuerdo con las necesidades: ninguna familiatenía más que un control temporal sobre los recursosque estuvieran más al lá de sus necesidades. Latendencia contraria surgía periódicamente cuando sedesvirtuaba el antiguo sistema basado en el parentescopor el crecimiento de una clase explotadora. Durante laconquista se describió el sistema social de los indioscuicatec del centro-sur de Méjico de una manera que

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12.- McBryde, Cultural and Historical Geography, pág. x;comparar con “Economy and Technology,” en Heritage of Conquest,ed. Sol Tax (Glencoe: Free Press, 1952), pp. 60-62, 74 y Eva Hunt,“Irrigation and the Sociopolitical Organization of CuicatecCazicazgos,” en The Prehistory of the Teotihuacan Valley, vol. 4.Chronology and Irrigation, ed. F. Johnson (Austin: University ofTexas Press, 1972), pp. 193, 203-4.

nos proporciona una idea de cómo funcionabaprobablemente la sociedad nefita. La función de losgobernantes entre los cuicatec era superflua en muchasmaneras. Bajo ellos se encontraba una estructurafundamental de unidades que se basaban en elparentesco y otros factores inmediatos. La gente dellugar encontraba valioso al estrato gobernante porque,siendo “extranjeros” intrusos, podían ignorar losprejuicios locales a l l levar a cabo sus tareasadministrativas. Estas incluían la reasignación anual dela tierra, organizar la defensa y resolver disputas. Parahacer estas tareas recibían el derecho a una parcela delas tierras comunales, que el pueblo cultivaba paraellos. Mientras que en un sentido formal estos jefespodían “poseer” la tierra (comparar Mosíah 9:3, Alma53:2), no podían hacer lo que desearan con ella,porque ellos siempre actuaban dentro de una funcióndefinida, como símbolo de toda la sociedad.13 Losgobernantes del Libro de Mormón, como Zeniff,probablemente actuaban más o menos de la mismamanera que los nobles cuicatec. Sin embargo, pocoantes de la gran catástrofe, el gobierno central se habíaderrumbado, y se dejó el sistema de parentesco paradirigir la vida pública. Este sistema pudo funcionarbien mientras la población era relativamente escasa.Entonces vino la gran destrucción, seguida por la visitade Jesucristo y el establecimiento de un comunitarismocristiano. La reducción de la cantidad de población,como resultado de la devastación, permit ió quefuncionara efectivamente otra vez un tipo de gobiernoy sociedad aún más simple, como el que existiódurante la época del rey Benjamín. Una vez eliminadoel temor de la guerra y con pocas o ninguna disputa,porque el pueblo se adhería a los mismos valoresreligiosos, se hizo innecesaria la t ípica funciónadministrativa del gobernante político. Eso parece serlo que ocurrió. (4 Nefi 1:2-3).

442 UN MARCO GEOGRAFICO

13.- Tax, “Economy and Technology,” pp. 200-205, 218-31.

Los restos arqueológicos tienden a confirmar que lasociedad que existía en Mesoamérica durante los siglosI y II d .C. es taba marcada por un mínimo dediferencias sociales. Por ejemplo, en el emplazamientode Chiapa de Corzo, del que conocemos más que otros,los 54 enterramientos de este periodo (istmo) o nocontenían ofrendas o sólo unos recuerdos muymodestos. Los excavadores vieron que “no suponíangrandes diferencias sociales.”14 Ese es un bruscocontraste con las ricas tumbas tanto del periodoanter ior como del que le precedió. En general ,prevalecieron las mismas condiciones en las demáspartes de Mesoamérica. Resumiendo, desde poco antesde la época de Cristo hasta aproximadamente el 200d.C. prevaleció una digna simplicidad en las prácticasde enterramiento y es presumible que esto reflejara unorden social “sumiso.”15

Las gran cantidad de víctimas que hubo por la grandestrucción también habría resuelto algunas de lasdificultades económicas en las que se había metido elpueblo del Libro de Mormón anteriormente. Con unapoblación reducida, el problema de reunir recursos,que había ocasionado disensiones, se habría eliminado.Habría tierra suficiente para todos, por lo menosdurante unas cuantas generaciones, hasta que el excesode población volviera a provocar tensiones. Además,se debió de poner de manifiesto entre esas personasuna respuesta social normal Antiguamente, como en laactualidad, cuando sobrevenía un desastre, tendía asurgir un sentimiento de solidaridad y ayuda mutua porel problema en sí. Con frecuencia, comenzar otra vezuna nueva vida saca a la luz lo mejor de las personas,aun cuando éstas no tengan una nueva fe. Todas estas

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14.- Gareth W. Lowe, “Burial Customs at Chiapa de Corzo,” TheArchaeological Burials at Chiapa del Corzo and Their Furniture,NWAF 16 (1964), pág. 73.

15.- Ibid. pág. 75.

tendencias proporcionan un trasfondo que nos ayuda aapreciar el cambio que tuvo lugar, pero la escritura nosdice que el brusco cambio que tuvieron los nefitas ylamanitas se debió a que aceptaron el Evangelio másque a factores sociales y económicos. El poder delmensaje que Jesucristo resucitado en persona les llevóa parte de ellos cambió sus corazones; ésa fue la razónpor la que fue posible esta nueva vida. “Obrabanrectamente unos con otros” (4 Nefi 1:2). Y “no habíacontenciones en la tierra, a causa del amor de Dios quemoraba en el corazón del pueblo” (versículo 15).

El Señor resucitado apareció a los supervivientes dela ciudad de Zarahemla, donde se reunieron 2.500personas tras la destrucción (3 Nefi 17:25). En el díaque s iguió a su pr imera aparición, un grupo depersonas aún más numeroso, a las cuales se les habíapropagado el maravilloso relato de los sucesos delprimer día, disfrutaron de su presencia (3 Nefi 19:2-5).(Ellos habrían constituido la población de la “tierra”de Abundancia; las distancias eran demasiado grandespara que otros pudieran llegar allí con el poco tiempoque había pasado desde su anuncio.) Parece que dosrazones dictaron el que este trascendental suceso de laaparición del Salvador ocurriera allí. Primero comohemos vis to (por e jemplo en Alma 22:29-30) ,Abundancia estaba muy cerca de la línea que dividía latierra del norte de la tierra del sur; así que era unsímbolo de “toda la tierra.” Segundo, en apariencia eraun centro de la religión ortodoxa desde el cual Nefiemprendió una reforma unas pocas décadas antes delnacimiento de Cristo (Helamán 5:14), y habitó allí conlos doce discípulos que el Señor eligió para dirigir suiglesia.

444 UN MARCO GEOGRAFICO

QuetzalcoatlMuchos santos de los últimos días saben poco

acerca de la antigua figura mesoamericana conocidapor el nombre de Quetzalcoatl (“Serpiente Preciosa”),que guarda una sorprendente semejanza con lo que elLibro de Mormón dice de Cristo. Por ejemplo, seconsideraba que su morada estaba en el área deCoatzacoalcos, nuestra Abundancia; (Coatzacoalcossignifica “el santuario de la serpiente”).16 Segúnalgunos registros, Coatzacoalcos vestía una largatúnica blanca. La “túnica blanca” que llevaba el Cristoresucitado es única, una ropa que no se menciona deninguna otra manera entre los nefitas (3 Nefi 11:8;comparar con 1 Nefi 8:5). Hay cierta cantidad de librosy artículos dirigidos a lectores mormones que hantratado este hecho, citando pruebas de los registrosnativos tradicionales escritos por los españoles, de lasrepresentaciones artísticas, del folklore y del análisisde los nombres ant iguos. 17 Estas documentan lacreencia, ampliamente sostenida en la Mesoaméricaprecolombina, a la vez que en muchas otras partes delNuevo Mundo, de que, muchos años antes, habíaaparecido un ser sagrado, descrito como un hombreblanco barbado, quien enseñó un conjunto deprincipios que muy exigentes y que posteriormente semarcharía misteriosamente con la promesa de quevolvería algún día. El éxito que tuvo Cortés en laconquista de Méjico fue, en parte, el resultado de laindecisión azteca para oponerse a quien ellos creíanque era la deidad que había vuelto.18

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16.- Miguel Cobarrubias, Mexico South: The Isthmus ofTehuantepec (New York: Knopf, 1947), pág. 39.

17.- Por ejemplo, Milton R. Hunter, Christ in Ancient America(Salt Lake City, Deseret Book, 1959).

18.- Frances F. Berdan, The Aztecs of Central Mexico: AnImperial Society (New York: Holt, Rinehart y Winston, 1982), pág.165.; John L. Sorenson, “Some Mesoamerican Traditions ofInmigration by Sea,” El Méjico Antiguo 8 (1955): 428.

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Esta creencia nativa ha hecho que muchos santos delos últimos días se equivocaran al intentar conectartodas las referencias que se hacen de “Quetzalcoatl”con la visita de Cristo, tal y como la cuenta el Libro deMormón. Después de casi 2.000 años de formación dela leyenda, las cosas se habían hecho mucho máscomplejas. Eran varios seres los que llevaban el títulode Quetzalcoatl; ciertas tradiciones y símbolos serefieren a algunos de los que tenían ese nombre y otrasse refieren a otros. El distinguir cuándo la afirmación

Símbolos de Quetzalcoatl en la fachada de un templo en su honor, enTeotihuacán, de los primeros siglos d.C. (Fotografía de James C.Christensen, utilizada con el permiso de la Iglesia de Jesucristo de losSantos de los Ultimos Días

que se nos da se refiere al dios Quetzalcoatl y cuándo alos humanos que posteriormente llevaron su nombre esuna tarea compleja e incompleta. Además, también alos varios quetzalcoatles se les llegó a agregar unagran cantidad de mitología que quizás no tenía unabase histórica. La confusión que acompaña a este temaha ido tan lejos que un historiador afirma que ningunade las fuentes mesoamericanas se refiere a ningún sersagrado en absoluto, sino que sólo se refieren a figurasde sacerdotes del postclásico, alrededor de las cualesse desarrollaron leyendas que las deificaban.19 Sinembargo esta posición extrema ignora una grancantidad de pruebas que demuestran que se conoció yadoró a un ser divino como dios Quetzalcoatl durantemuchos siglos, quizás desde antes del nacimiento deCristo. 20 Se identif icaba a la deidad con ciertossímbolos sagrados que, según nos revela el materialarqueológico, se utilizaban miles de años atrás. El seral que se refieren los símbolos se suele distinguir decualquiera de los sacerdotes posteriores que tomaronsu nombre. Miguel León-Portilla, uno de los grandesespecialistas en escritos tradicionales de Méjico, creeque la mayoría de las fuentes concuerdan en que elQuetzalcoatl original fue el fundador de un “elevado

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19.- B. C. Hedrick, “Quetzalcoatl: European or Indigene?” en ManAcross the Sea: Problems of Pre-Columbian Contacts, ed. Carroll J.Riley et al. (Austin: University of Texas Press, 1971), pp. 255-65.

20.- Stephan F. Borhegyi, “Shell Offerings and the Use of ShellMotifs at Lake Amatitlan, Guatemala and Teotihuacan, Mexico,”Actas y Memorias, 36a. Congreso Internacional de Americanistas,España, 1965, vol. 1 (Sevilla, 1968), pp. 356, 359; Laurette Sejourne,Burning Water Thought and Religion in Ancient Mexico (New York:Vanguard, 1957),pp. 25, 83-85; ídem, “El Simbolismo de los RitualesFunerarios en Monte Albán,” Revista Mejicana de EstudiosAntropológicos 16 (1960): 85-90. Rene Millon, en The TeotihuacanMap, vol. 1 (Austin: University of Texas Press, 1973), pp. 55-56,indica que la concha y la serpiente que decoran el templo deQuetzalcoatl en Teotihuacán no fueron construidas más tarde del 400d.C. y quizás poco después del 150.

espiritualismo, una visión del mundo que condujo alMéjico de la antigüedad a sus más grandes logrosculturales.”21

Entre los símbolos de Quetzalcoatl estaban lasconchas marinas, el pájaro quetzal y la serpiente,particularmente si tenía plumas o se mostraba de formaque volaba. Se ha interpretado que la concha significael concepto de la resurrección de los muertos.22 Elporqué Quetzalcoatl/Cristo pueda estar conectado conel concepto de resurrección es obvio para loscristianos, incluso aunque la razón por la que laconcha sea un símbolo no quede clara. El pájaroquetzal verde, que todavía es el símbolo nacional deGuatemala hoy en día, estaba relacionado con lacodiciada piedra verde, de jade, en virtud de su“precioso” color; tanto el pájaro como la gemasignifican el agua que da vida o lluvia. Antiguamentese pensaba que Jehová o Yavé era el que controlaba lalluvia y en general las aguas que daban vida.23 El Señorprovocó una gran sequía para que los nefitas sehumillaran (Helamán 11). No hay razón aparente paraque El se opusiera a ser asociado ni con el hermosopájaro verde ni con la fría piedra de jade (obsérveseMateo 21:42; Jacob 4:15). Ambos símbolos hacenpensar en su control sobre “la primera lluvia y laúltima” (Deuteronomio 11:14).

La segunda mitad del nombre Quetzalcoatl significaserpiente en el idioma de los aztecas. También estacriatura estaba asociada, en la mente americana, con laidea de humedad, por lo tanto de fertilidad, perotambién con sabiduría y poder.24 El Salvador aplicó elsímbolo de la serpiente a sí mismo: “Y como Moisés

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21.- “Quetzalcoatl: Espiritualismo del Méjico Antiguo,”Cuadernos Americanos 105, no. 4 (1959): 127-39.

22.- Sejourne, “El Simbolismo.”23.- Ver referencias en mi artículo, en Riley et al., Man Across the

Sea, pp. 234-35.24.- Ibid.

levantó la serpiente en el desierto, sí también esnecesario que el hijo del hombre sea levantado” (Juan3:14). La ocasión en la que Moisés realizó esto fuecuando Israel , estando en el desierto, sufrió laspicaduras o mordiscos de “serpientes ardientes”(Números 21:6). Se le mandó a Moisés que levantarala figura de una serpiente de bronce en un palo; éstatenía poder para curar a los que tenían la suficiente fede elevar sus ojos para mirar la . Obviamente laceremonia simbolizaba al levantamiento en la cruz deJesucristo para salvar a los que le miraran con fe enque El era su redentor. En lo que enseñaron a losnefitas, tanto Alma como Nefi, conectaron la imagende la serpiente con Jesús (Alma 33:19; Helamán 8:14-15). La serpiente había sido un símbolo poderosomucho tiempo antes, sin embargo, los jareditas sequedaron impresionados con él (Eter 9:31-33), yaparecía de manera muy destacada en el arte olmeca.25

Está claro que sería apropiado el simbolismo de laserpiente en conexión con Jesús o Quetzalcoatl.

Los primeros siglos después de Cristo vieron laproliferación de los símbolos de Quetzalcoatl . 26

Después derivaron muchos ciclos de ritos y rituales dela figura original que modificaron de muchas manerasel modelo original y sus enseñanzas. El Libro deMormón, en 4 Nefi, nos da la imagen exacta de la

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25.- Philip Drucker, Robert F. Heizer y R. J. Squier, Excavationsat La Venta, Tabasco, 1955, Smithsonian Institution Bureau ofAmerican Ethnology, Bulletin 170 (1957), pp. 199-200, piensan queven al reptil volador representado en La Venta, en la época olmeca,pero Ignacio Bernal, Olmec Word, op. cit., 61-62, niega que hubieraplumas en él ni tampoco en ninguna otra figura de serpiente antigua.Sitúa la primera representación de la serpierte con plumas sólo pocoantes de la época de Cristo. Lo que se ha interpretado como la“serpiente emplumada” de Chiapas está claro que data de variossiglos antes de Cristo. Agrinier, Archaeological Burials, pág. 18, fig.23.

26.- George C. Valliant, The Aztecs of Mexico (Harmondsworth:Penguin Books, 1950), pp. 160, 174.

influencia de Cristo en la vida religiosa de las tierrasnefitas y lamanitas durante los primeros siglos antes deCristo. Algunos de estos mismos motivos simbólicosestán conectados con el Salvador si bien la adoración aCristo se modificaba y distorsionaba conforme pasabael tiempo. No nos sorprende, por lo tanto, que durantesiglos se hubieran derivado características y símbolosextraños y apóstatas del modelo original de creencias.Toda esta comparación tiene una base sólida, pero irmás allá de esto para comparar extensos detalles de lasdos figuras religiosas sin un cuidadoso análisis iríamás allá de lo convincente, aun a pesar de que elasunto invita a una investigación más cuidadosa.

La Iglesia de CristoDurante su ministerio en Abundancia, el Cristo

resucitado ordenó discípulos para que continuaran consu trabajo en la “iglesia de Cristo” (3 Nefi 11:18-22;26:17, 21). Ellos difundieron la religión en “todas lastierras circunvecinas” hasta que “se convirtió al Señortoda la gente sobre la faz de la tierra, tanto nefitascomo lamanitas” (4 Nefi 1:1-2). Esto podía significarque, esencialmente, toda la esfera cul turalmesoamericana de entonces aceptaba y practicaba laadoración a Cristo/la “Serpiente Preciosa”; o ladistr ibución pudo haber s ido más estr ictamentel imitada a las áreas que estaban dominadasespecíficamente por los linajes nefita y lamanita, sinduda una pequeña porción de Mesoamérica (el nortedel istmo, yo diría que principamente el sur y centro deVeracruz). Debido a las diferencias lingüísticas,culturales y sociales que, indudablemente, prevalecíande un lugar a otro, y también por las dificultades en lacomunicación cot idiana, no esperar íamos queprevaleciera un al to grado de uniformidadadministrativa y ritual en el área. La frase de 4 Nefi1:1 (“habían establecido una iglesia de Cristo en todaslas tierras circunvecinas”) podría sugerir que cada

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región o tierra podía haber tenído su propia estructuraorganizativa, beneficiándose sólo de una guía centrallimitada, como había ocurrido en la época de Alma(ver Alma 5, 7 , 8 y 15) . Los problemas decomunicación con los que se enfrentaba laadministración central habrían sido bastante similaresa los que enfrentaron Pedro, Pablo y sus compañerosen el Mediterráneo or iental : muy dif íc i les . Sinembargo deberíamos ser capaces de detectar nuevasprácticas religiosas en los materiales mesoamericanosde alrededor la primera mitad del siglo I d.C. Ypodemos.

Se ve un cambio en el equipamiento ritual y en laspráct icas en torno a la época de Cris to . Seabandonaron, de forma bastante repentina, algunasprácticas antiguas. Ciertos incensarios dejaron deusarse o cambiaron de forma y en muchos lugares seabandonó el uso de pequeñas figurillas de arcilla, lascuales tenían algún tipo de significado religioso.27

Ambas caracteristicas, tanto los incensarios como lasfigurillas tenían paralelismos en Palestina, donderepresentaban prácticas religiosas o de naturalezafamiliar o conectadas con la ortodoxia mosaica. Eslógico que algunos de los del pueblo de Lehi trajeranel conocimiento de esas características y adaptaran lasformas mesoamericanas que ya existían a éstas, paraconseguir sus propósi tos . Esta práct ica habríacontinuado durante siglos, por lo menos entre elpueblo. Estos artefactos pudieron haber tenido que vercon los ritos oficiales nefitas bajo la “ley de Moisés”(Alma 30:3), o quizás no. En cualquier caso, tanto enMesoamérica como en el Cercano Oriente, estaban tanarraigados que la gente difícilmente abandonaba talescostumbres, exepto bajo el impacto del poderososent imiento de unas creencias como las que seincorporaron en la “iglesia de Cristo.”

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27.- John L. Sorenson, A Chronological Ordering of theMesoamerican Pre-Classic, MARI 18 (1955), pp. 53-57.

En la misma época, otro cambio en la prácticarel igiosa fue el que se abandonara la ta l la demonumentos de piedra datados. Esta práctica se creóen un momento; se sabe que las muestras encontradasen Chiapa de Corzo, San Isidro Piedra Parada, TresZapotes y El Baúl se habían comenzado cerca del 35a.C.28 Las series terminan con una cuya fecha es del 36o del 16 d.C. (no se lee con claridad). Después noocurre nada nuevo durante muchos años. Esta“enigmática laguna de los monumentos datados”29

parece haber comenzado alrededor de la época en laque fueron dañadas muchas piedras antiguas talladassiendo algunas de ellas enterradas intencionadamente,como si hubiera tenido lugar una revolución religiosade algún tipo.30 En Chalchuapa, El Salvador, se decíaque uno de estos monumentos grabados fue hechopedazos en una “destrucción ritual” en el momento dela gran erupción volcánica, cerca de la época de Cristo.Sus fragmentos fueron cubiertos por la caída deceniza. 31 Entre los emplazamientos donde sonevidentes es tos vigorosos destrozos estánKaminaljuyu/Nefi y Chiapa de Corzo/Sidón. El Librode Mormón proporciona una posible explicación para

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28.- Joyce Marcus, “The Origins of Mesoamerican Writings,”Annual Rewiew of Anthropology 5 (1976): 49-55.

29.- Lee A. Parsons, “An Early Maya Stela on the PAcific Coastof Guatemala,” Estudios de Cultura Maya 6 (1976): 180. Másrecientemente, en Abaj Takalik, en la costa de Guatemala, se encontróuna estela con fecha del 126 d.C. lo que hace que la “laguna” sea máspequeña.

30.- Lowe y sus colaboradores se refieren al violento destrozo demonumentos de piedra tallados en Chiapa de Corzo, Chinkultic yvarios emplazamientos de Guatemala y El Salvador. Gareth W. Lowe,Thomas A. Lee, hijo y Eduardo Martinez E., Izapa: An Introduction tothe Ruins and Monuments, NWAF 31 (1982), pág. 28. Al mismotiempo, en Chiapa de Corzo la “ocupación de los horcones terminócon su violento derrumbamiento” acompañado de “una actitud deirreverencia tanto con los muertos como con ciertas convenciones.”Lowe,"Burial Customs,” pág. 73.

31.- Robert J. Sharer, “Chalchuapa: Investigations at a HighlandMaya Ceremonial Center,” Expedition 11 (invierno del 1969): 36-38.

este comportamiento. Podía haber sido una reacción dela entusiasta nueva iglesia contra el antiguo modo deadoración, bajo la ley de Moisés, o contra el culto a los“ídolos” (Helamán 6:31). Está claro que son posiblesotras explicaciones.

El periodo que sigue a estos acontecimientos enMesoamérica es conocido por muchos expertos comoel protoclásico, más o menos del 50 al 200 d.C. (Yoprefiero el nombre de clásico inicial que es másdescriptivo.) En muchos lugares de Mesoaméricaaparecieron entonces ciertos tipos característicos devasija, que se han interpretado como la demostraciónde la intrusión de un nuevo pueblo, de un nuevo grupode líderes, una cultura o quizás un nuevo conjunto derituales.32 Ya que los arquólogos no se ponen deacuerdo en qué hacer con estos materiales, podemossugerir que representaban unas nuevas costumbresreligiosas, quizás el sacramento del pan y del vino queinstituyó Jesús (3 Nefi 18:1-9, 28-32; 20:3-9). Loscristianos del Libro de Mormón ponen un gran énfasisen esta ceremonia, que continuó, de forma modificada,una vez que la iglesia original comenzó a dividirse (4Nefi 1:27-28). Esta es una interpretación plausible delcomplejo protoclásico, a modo de sugerencias para losarqueólogos. Está claro que puede no ser correcto

Una cosa está bien clara respecto a la vidamesoamericana de los t res pr imeros s iglos: suestructura era teocrática; su centro era la religión, lafuerza motr iz de la sociedad de esa época. Lossacerdotes ocupaban los puestos clave del gobierno.Esto concuerda también con el Libro de Mormón, queno dice una palabra acerca del “gobierno” o de estos

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32.- Un examen de lo que se piensa sobre el problema seencuentra en Robert Wauchope, Zacualpa, El Quiche, Guatemala. AnAncient Provincial Center of the Highland Maya, MARI 39 (1975),pp. 49-52.

asuntos durante los mismos siglos. De acuerdo con elregistro nefita (como en 4 Nefi 1:34), los líderesreligiosos controlaban los asuntos públicos.

Vemos que la historia que nos cuenta la escritura dela aparición de Cristo y sus resultados sociales encajade muchas maneras con nuestra imagen de la historiacultural mesoamericana. Es de notar que son visibleslos paralelismos entre la escritura y los registrosexternos. Además los hechos que narran los escritoresnefitas toman consistencia y se amplía su significadocuando los vemos en términos de los modelosmesoamericanos.

La Segunda Revolución de la Sociedad NefitaLa paz social que prevaleció aproximadamente

desde el 30 hasta cerca del 200 d.C. empezó atambalearse bastante antes de esa fecha. Alrededor del180 d.C. se separaron formalmente unos pocosdisidentes (4 Nefi 1:20), pero debemos suponer que sehabían empezado a desarrollar ideas y acciones que noeran ortodoxas aún antes de eso. Para el último cuartodel siglo II, algunos de los jóvenes podían haberestado a siete generaciones biológicas de distancia dela aparición de Cristo, y hacía mucho tiempo quehabían muerto todos los testigos oculares, excepto lostres discípulos que fueron milagrosamente preservados(los “Tres Nefitas”). Los 150 años que mediaronconstituyeron más o menos el mismo intervalo det iempo que va desde la fundación de la iglesiarestaurada en 1830 hasta hoy en día. Era el tiempopara que los descendientes de Lehi tuvieran esainevitable crisis de fe que la prosperidad estabadestinada a provocar (4 Nefi 1:23). La estructura socialse estaba desmantelando desde sus cimientos. Quizásno parecía un cambio tan dramático a los queparticipaban en él en ese momento pero sí nos loparece a nosotros retrospectivamente. El proceso pudohaber sido como el de Orderville, Utah, en el siglo

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XIX. Esos santos de los últimos días también estabanintentando tener “todas las cosas en común,” peroencontraron que no lograban reunir el suficiente gradode sacrificio y autocontrol. El pueblo de Orderville seirritaba cada vez más con las restricciones en lo queellos consideraban eran sus “pivilegios individuales.”Finalmente cruzaron el umbral y falló el sistemacomunal. Según James Moyle, en general, tuvo lugarel mismo fenómeno entre los santos de los últimos díasen todo el es tado mormón después de,aproximadamente, 1890. En un periodo de tres años,los contratos, “tratos,” franquicias, pleitos, deudas,clubs sociales , diferencias sociales y demásparafernal ia de la “civi l ización moderna” seexpandieron, por lo menos entre los mormonesurbanos.33 Estas nuevas costumbres arrollaron almodelo de cooperación económica y de dominio de laiglesia que había prevalecido durante dosgeneraciones.

Se puede esperar lo mismo de los israelitas enMesoamérica. De repente, después de llegar al 200después del nacimiento de Cristo, los santos del Librode Mormón “ya no tuvieron sus bienes y posesiones encomún entre ellos. Y empezaron a dividirse en clases”(4 Nefi 1: 25-26). La ambición reprimida de progresaren el mundo dio como resul tado una oleada deactividad en los negocios, justo como en el siglo XIXen Utah. Entre los nefitas, los dramáticos cambiostrajeron consigo malos frutos porque, según dice laescritura, los corazones de las personas se habíanvuelto al “orgullo’ y a la “iniquidad” y el pueblo“endureció su corazón” (versículos 24, 28, 31).Durante esta transición la mayor parte del pueblo delLibro de Mormón parece haber seguido yendo a la

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33.- Gene A. Sessions, ed. Mormon Democrat: The Religious andPolitical Memoirs of James Henry Moyle (Salt Lake City: LDSChurch Historical Departament, 1975), pp. 90, 163ff.

iglesia. No rechazaron la religión pública como tal,sólo las creencias y prácticas cristianas claves. Lossacerdotes y los profetas eran los principales líderes dela sociedad (vers ículo 34) . Numerosos cul tos(“iglesias”) se separaron de la iglesia original paraseguir a l íderes no or todoxos. Las elaboradasceremonias y la arquitectura de los centros ritualesintentaban compensar el empobrecimiento espiritual(versículo 41).

El investigador mejicano Enrique Fiorescano hadescrito los cambios en la arquitectura y la actividadreligiosa que tuvieron lugar en Teotihuacán en esaépoca. La imagen que él da es, sorprendentemente,como la de la escritura. Encuentra que en el periodoque va desde el 150 al 200 d.C., antes de la apostasíageneral de la “ iglesia de Cris to,” la “SerpienteEmplumada,” Quetzalcoat l , era c laramente ladivinidad central. La deidad era mucho más importanteque los sacerdotes. La teología estaba bien adaptada almundo real de las personas y éstas podían entender lasenseñanzas directamente. Pero esta simplicidad eintegridad sólo se mantuvo brevemente, porque para el250 d.C. e l templo de Quetzalcoat l había s idoparcialmente destruido, y cubierto por una estructuranueva, más grande; había empezado a destacar ladeidad Tlaloc, que tenía algunos de los atributos queen un principio habían sido de Quetzalcoatl. Durante elsiglo III d.C. continuó habiendo una gran elaboraciónen el sistema de creencias y en la actividad religiosa:los sacerdotes añadieron nuevos símbolos a Tlaloc y aotras deidades que se reintrodujeron. Entonces elsacerdocio adquirió más poder, particularmente porquela “extraordinaria complejidad” del nuevo sistemarel igioso exigía sacerdotes que interpretaran elintrincado ritual, las creencias y los mitos que seenseñaban a los adoradores. Tlaloc se convirtió en un“dios intelectualizado de los sacerdotes,” mientras

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Quetzalcoatl caía de su destacada posición.34 Lareconstrucción que hace Fiorescano de la historiaconcuerda extraordinariamente bien en su naturaleza yen el t iempo con el registro que hacen 4 Nefi yMormón de la apostasía.

En Chiapas se puede ver un cambio similar en laorientación de la sociedad y la religión. En Chiapa deCorzo, el periodo istmo de los primeros siglos d.C. -”reprimidos” y sin diferenciaciones sociales- fueseguido, después de aproximadamente el 250 d.C. porla breve fase Jiquipilas, una época de “extravagantes”importaciones de artículos para que los usara la élitesocial, de “pompa y ceremonia para mantener lat radición común en todas las otras par tes deMesoamérica en esa época,” y de una “restrictivasituación socio-político-religiosa” que daría comoresultado “el abandono casi total de Chiapa de Corzoun siglo más tarde.”35

El Final y Su GeografíaEl confl ic to que iba a dar como resul tado el

exterminio de los linajes nefitas comenzó en el mismolugar que las guerras anteriores, donde la expansióndel poder nefita en el sur rozaba con la presencia localnefita. “Empezó la guerra entre ellos en las fronterasde Zarahemla, junto a las aguas del r ío Sidón’(Mormón 1:10).

Como hemos observado anteriormente, el suroestede Chiapas formaba una barrera entre los hablantes delengua maya y otros grupos, en particular los zoques,

457EL FIN DE LOS NEFITAS

34.- Enrique Fiorescano, “La Serpiente Emplumada, Tlaloc yQuetzalcoatl,” Cuadernos Americanos 133 (marzo-abril 1964): 137-54. Comparar con David H. Kelley, “The Birth of the gods atPalenque,” Estudios de Cultura Maya 5 (1966): 120, acerca del cultomejicano a Quetzalcoatl, que fue importado a este centro maya nomás tarde del 400-500 d.C., y el mismo fenómeno en el lagoAmatitlán, Guatemala, en la misma época: Borhegyi,”ShellOfferings,” pp. 356, 359, 364-65.

35.- Lowe, “Burial Customs,” pág. 75.

que habían estado entre los portadores de la tradiciónolmeca/jaredita. Nuestro vistazo a la historia étnicaantes de la época de Colón indica que los hablantes dela lengua maya ocupaban casi todas las tierras quehemos identificado como incluidas en la gran tierra deNefi . La mayoría del pueblo gobernado por losgobernantes de l inaje lamanita probablementehablaban una u otra lengua maya. La tendencia de loshablantes de esas lenguas, tal y como lo demuestra lareconstrucción lingüística fue la de expandirse endirección al norte y al oeste, hacia Chiapas.36 Parececasi his tór icamente inevi table que el t ras ladomaya/lamanita llegara a presionar el límite sur deldominio nefita. El renovado conflicto, del siglo IV, enparticular en ese punto adyacente a Sidón y Zarahemla,encaja como una lógica continuación del proceso quecomenzó siglos antes.

Los mismos nefitas ya habían empujado hacia elnorte, por una parte por la presión que tenían en el sury por la otra porque en el norte tenían la oportunidadde explotar territorios menos ocupados. Como hemosobservado anteriormente, las migraciones de las quenos habla Helamán (3:8) eran par te de estosmovimientos. El que, en la época del Salvador,Abundancia reemplazara a Zarahemla como principalcentro nef i ta es una señal de que el procesocontinuaba. Hacia la época en la que se empezó elfinal de la era, el joven Mormón, que iba a ser unafigura central en ella, se encontraba creciendo en sutierra natal, en el norte, probablemente no lejos dedonde se iban a luchar las últimas batallas. Por laépoca de su primer viaje en dirección al sur, haciaZarahemla, siendo joven, el istmo y la t ierra deZarahemla se habían poblado densamente (Mormón

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36.- Terrence Kaufman, “Archaeological and LinguisticCorrelations in Mayaland and Associated Areas of Meso-America,”World Archaeology 8(1976): 106-9.

1:7). El joven Mormón llegó a la madurez en medio deuna sociedad que se estaba revolucionando a sí misma(Mormón 1:13-14, 18-19) . Por razón de susconexiones sacerdotales (versículos 2-3; comparar con4 Nefi 1:19, 21, 47-49), su noble linaje (Mormón 1:5),y la subsiguiente capacidad para leer y escribir quedebió de poseer, se le lanzó a una función de liderazgoque no se habría confiado a ningún joven normal dedieciséis años. Se le dio el mando de los ejércitosnefitas en el área de batalla del sur de Zarahemla. Perodesde el principio la situación era desesperada, y laretirada era inevitable (Mormón 2:3). La época era máso menos de alrededor del 325 d.C.

La naturaleza del problema organizativo nefita sedescribe en la frase del versículo 4 de Mormón 2:“llegamos a la ciudad de Angola, y tomamos posesiónde la c iudad, e hicimos los preparat ivos paradefendernos de los lamanitas.” Esta afirmación esnotable porque Angola ya era parte de la gran ciudadde Zarahemla. ¿Por qué tenía que “tomar posesión” deella el ejército de Mormón? El punto clave de laestructura política nefita ya se ha establecido variasveces: no había un estado nefita unitario. Lo quevemos en la designación de Mormón y en el asunto deAngola es el sistema de liderazgo basado en el linajedentro de la arena política. Los líderes tenían el podersobre la base de la lealtad que les daban sus parienteso los “amigos” que se habían comprometido a aliarsecon un linaje principal más poderoso. Las unidadespequeñas tenían que aliarse unas con otras parasobrevivir en un mundo competitivo de pruebas depoder. Eso había ocurrido justo antes de la aparicióndel Salvador (3 Nefi 7:2-6), y volvía a ocurrir denuevo. Cada linaje tendía a ocupar ciertas áreas ycomunidades. Cada uno de ellos estaba unido a otrospor vínculos interpersonales -compartir antepasadosdistantes, alianzas comerciales, amistad, matrimoniosentre ellos, compartir la misma religión y cosas así- a

459EL FIN DE LOS NEFITAS

la vez que sus líderes cultivaban estas conexiones. Sinembargo, los ejércitos combinados se juntaban deacuerdo con el “viento” político del momento.

Podemos vislumbrar cómo funcionaba ese sistemaen la época de la conquista de Cortés, doce siglosdespués de Mormón. En este lapso intermedio loselementos esenciales del modelo habían cambiadopoco. Vimos anteriormente cómo, Cortés, cuando seencontró por primera vez con los tlaxcalanos, loscuales finalmente se convirtieron en sus aliados contralos aztecas, encontró un liderazgo fragmentado. “Estosmismos caciques . . . salieron a recibirnos, y nostrajeron a sus hi jos y sobrinos y muchos de loshabitantes que tenían puestos de liderazgo; cada grupofamiliar y clan era un grupo por sí mismo.”37 Es seguroque entre los nef i tas prevalecía esa mismafragmentación: el comandante militar, usaba suspoderes de persuasión y diplomacia por aquí y por allátan a menudo como usaba su limitada autoridad.

Es obvio, que no habría sido probable que el padrede Mormón se t ras ladara a Zarahemla desde suresidencia, en la tierra del norte, a menos que una redde relaciones basadas en el parentesco y la clase socialle hubieran abonado el terreno. ¡Pero nadie estabaemparentado con todo el mundo! Algunos grupos no sepersuadieron. En Angola, un lugar donde pararon losnefitas en su huida para salir del centro de Zarahemla,la a l ianza de mil ic ias del l inaje de Mormón noencontró a los habitantes de la localidad entusiasmadospor involucrarse. Probablemente los residentes deAngola pensaban que era preferible evitar ponerse deun lado u otro en una disputa de la que pensaban salircalladamente. Pero, naturalmente, lo quisieran o no,

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37.- Bernal Díaz del Castillo, The Discovery and Conquest ofMexico, 1517-1521, traduc. y anot. A. P. Maudslay (New York:Farrer, Straus y Cudahy, 1956), pág. 150.

tendrían que proporcionar gran cant idad deprovisiones. No es sorprendente que el ejército deMormón tuviera que “tomar posesión” de la ciudad.

Mientras el ejército nefita retrocedía aún más,repitieron el proceso una y otra vez, forzando a loshabitantes de la localidad a que unieran su suerte conla del linaje que se retiraba y su ejército. Mormón y sugente utilizaron todos los medios políticos y militaresdisponibles para reunir a su pueblo “con toda larapidez posible, para concentrarlo en un solo grupo”(Mormón 2:7).

Desde Angola retrocedieron hasta David perotambién se les arrojó de allí. Ya que Angola y Davidaparecen como lugares de paso en el camino desdeZarahemla hasta la costa occidental, cerca del istmo(Mormón 2:4-6), se encontrarían al noroeste deZarahemla, en términos nefitas. Partiendo del centrode Chiapas, el camino normal para llegar a la costa delPacífico conduce al oeste, desde la parte alta del ríoGrijalva/Sidón, a través del valle Cintalapa hasta losdesfiladeros que hay sobre la franja montañosa deyermo más allá de Arriaga. (Los lamanitas habíanseguido la misma ruta en sentido contrario en susprimeros ataques a Ammoníah y Noé; Alma 16:2;49:1-4). Probablemente Angola y David estaban enalgún lugar a lo largo de dicha ruta , aunque labrevedad del registro de Mormón no nos da suficienteinformación para localizar definitivamente estoslugares.

Es probable que la ciudad de Angola estuviera en elemplazamiento de Mirador o cerca de éste; en elcapítulo 5 se la identifica como Ammoníah. No habríasido sorprendente un cambio del emplazamiento o delnombre a lo largo de los siglos, desde los días deAlma. David era una tierra en la que no se mencionaninguna ciudad; podía haber estado al oeste, a lo largodel val le de Cintalapa, par t iendo de Mirador.Finalmente los nefitas se replegaron hasta “la tierra de

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Josué, que se hallaba en las fronteras del oeste cercadel mar” (Mormón 2:6). La zona costera de Arriaga-Tonala estaba muy colonizada en esa época. Estoconcuerda con lo que el texto requiere en cuanto aJosué. El éxito temporal que tuvieron los nefitas encontener el ataque nefita en ese punto (versículo 9) sepuede expl icar porque el los re tenían los dosprincipales desfiladeros de las montañas, más allá de laciudad de Josué, de manera que el enemigo no podíallegar hasta la franja costera. (Ver mapa 13.)

Mormón advirtió que había habido una “revolucióntotal” en toda la tierra de Zarahemla (versículo 8). Laspruebas arqueológicas de Chiapas parecen reflejarlo.En cuanto al emplazamiento de Mirador, el arqueólogoAgrinier nos ha informado acerca de la breve fasejiquipilas (clásico inicial), que duró solamente desdemás o menos el 250 hasta el 350 d.C.

La fase jiquilipas “terminó con un intenso fuego quedestruyó totalmente” la estructura del edificio sagradomás grande de Mirador. “Parece que el templo habíasido limpiado a fondo de sus contenidos antes de quelo quemaran.” Esto sugiere que o fue una política detierra quemada por parte de los habitantes que seestaban retirando o un saqueo de los invasores o quizásambas cosas.38 En esa misma época se saquearon lastumbas de ese lugar.39 Después de la destrucción deltemplo, siguió un período de abandono temporal,quizás sólo por espacio de un año. (Ocozocuautla, laque nosotros identificamos como la antigua ciudad deNoé, se abandonó probablemente en la misma época ynunca se volvió a ocupar. 40) Cuando se colonizóMirador de nuevo, fue otro pueblo el que lo hizo. Losedificios sugieren una “construcción de peor calidad”

463EL FIN DE LOS NEFITAS

38.- Pierre Agrinier, Mounds 9 and 10 at Mirador, Chiapas,Mexico, NWAF 39 (1975), pág. 9.

39.- Ibid., pág. 90.40.- Andrew J. McDonald, comunicación personal.

hecha por “una élite de transición . . . más preocupadapor una grandiosidad fácil y segura que por unadurabilidad de largo alcance.”41 Eso tiene visos de serlo que podríamos esperar de unos invasores lamanitasque les iban pisando los talones al pueblo de nefitasque se batía en retirada.

Las conexiones culturales del área de Chiapas desdeel 50 d.C. se habían establecido básicamente con elistmo de Tehuantepec y más allá del centro-sur deVeracruz. Eso vincularía a nuestra área de Zarahemlacon Abundancia y también con Desolación y Cumorah,la t ierra natal de Mormón. Las af i rmaciones eimplicaciones que encontramos en el Libro de Mormónconcuerdan con esta imagen. Finalmente, los nefitasretrocedieron hacia las tierras del norte (Mormón 2:16-17, 28-29). Por el contrario, en los primeros añosdespués de Cristo, no hay apenas evidencia alguna deque existiera conexión entre los emplazamientos deChiapas y las áreas de lengua maya del sur y este. Yaque éste es al que hemos considerado terr i toriolamanita, esta diferenciación cultural encaja otra vezcon la situación que nos da el Libro de Mormón.Cuando el pueblo de Chiapas, del Clásico Inicial,desapareció realmente de su asentamiento, fue unabandono general . Muchos emplazamientosarqueológicos de lo que una vez fue un área muypoblada se dejaron, sencillamente, vacíos y no sevolvieron a habitar durante muchas generaciones.42 Esevidente que hubo unos cuantos intrusos, pero ningúnasentamiento poster ior l legó a tener muchaimportancia.

464 UN MARCO GEOGRAFICO

41.- Agrinier, Mouds 9 and 10, pp. 99-100.42.- Gareth W. Lowe y J. Alden Mason, Archaeological Survey of

the Chiapas Coast, Highlands, and Upper Grijalva Basin, HMAI 2(1965), pág. 226; John L. Sorenson, An ArcheologicalReconnaissanse of West-Central Chiapas, Mexico, NWAF 1 (1956),pág. 15.

Sabemos que en el siglo IV los lamanitas salieronde las tierras altas de Nefi, provenientes del sur, paraatacar a los nef i tas . Una docena de campañaslamanitas, antes de la era cristiana, les habían llevadoen la misma dirección, desde el mismo origen. En estaépoca en cuestión, el emplazamiento de Kaminaljuyu,en el valle de Guatemala, estaba volviendo a recuperarsu gloria original. Ya comenzaba a estar bajo lainf luencia de la metrópol is en expansión deTeotihuacán, en el centro de Méjico, en esa época laciudad más impresionante de toda Mesoamérica.43 Sehan ofrecido varias explicaciones sobre el vínculo quese desarrolló entre las dos ciudades. Ponen énfasis enque la función de Kaminaljuyu como centro comercialdel sur en el que se podían explotar los valiososdepósi tos de obsidiana de las proximidades. 44

Cualquiera que fuera la motivación material para estaconexión, era un hecho.

El pueblo de Teotihuacán fue el que realmente loorganizaba todo, controlando a la población en su árealocal con las medidas más firmes: “amarraban corto elbarco.” 45 Probablemente la é l i te lamanita de

465EL FIN DE LOS NEFITAS

43.- Kenneth L. Brown, “The B-III-5 Mound Group: Early andMiddle Classic Civic Architecture,” en The Pennsylvania StateUniversity Kaminaljuyu Project -1969, 1970 Seasons, parte 1. MoundExcavation, ed. J. W. Michels y W. T. Sanders, PSUO 9 (diciembrede 1973), pp. 391-463; Kenneth L. Brown, “The Valley ofGuatemala: A Highland Port of Trade,” en Teotihuacan andKaminaljuyu: A Study in Prehistoric Culture Contact, ed. William T.Sanders y Joseph W. Michels, Pennsylvania State University PressMonograph Series on Kaminaljuyu(1977), pp. 205-396.

44.- Wiliam T. Sanders y Barbara Price, Mesoamerica: TheEvolution of a Civilization (New York: Random House, 1968), pp.166-68, 203-4; Lee A. Parsons y Barbara Price, “MesoamericanTrade and Its Role in the Emergence of Civilization,” en PleasantLivelihood: Studies in Economic Anthropological and CulturalEcology, ed. R. Halperin y J. Dow (New York: St. Martin´s, 1976),pp. 205-20.

45.- Wiliam T. Sanders, “A Profile of Urban Evolution in theTeotihuacan Valley,” Actas y Memorias, 37a Congreso Internacionalde Americanistas, Buenos Aires, 1966, vol. 1 (Buenos Aires, 1968),pp. 100-101.

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Nefi/Kaminaljuyu aprendió mucho de sus sofisticadoscolegas del norte acerca de cómo dominar a susvecinos. De hecho, parece como si la conexiónguatemalteca de Teotihuacán, no la propia metrópolismejicana, hubiera sido la fuente de gran parte de laexpansión de su influencia en el sur de Mesoaméricaque hasta ahora se había atribuido al centro del norte.46

Los lamanitas que atacaron a los ejércitos de Moronien Zarahemla/Chiapas pudieron muy bien haber sidolos portadores de la cultura de las tierras altas deGuatemala, bajo el es t ímulo de Teot ihuacán.Trasladándose hacia el norte, desde su base en nuestratierra de Nefi, los jefes de linaje lamanitas debieron detener grandes ideas en cuanto al poder, ya que susmaestros y ejemplos de Teotihuacán habían abierto susojos a las posibilidades de conquista. Habrían estadomejor organizados y equipados de lo que lo habíanestado los primeros lamanitas en sus ataques a sus

El paso de Tehuantepec, que se eleva desde la costa del Pacífico hastasu cumbre, a 800 pies. Los ejércitos nefita y lamanita, como lasunidades aztecas y otras de tiempos antiguos, subían y bajaban amenudo por este desfiladero. (Cortesía de Kirk Magleby.)

46- Nicholas Hellmuth, “The Escuintla Hoards: TeotihuacanCeramic Art of the Tiquisate Region,” Foundation for Latin AmericanAnthropological Research, Progress Reports 1, no. 2 (1975).

eternos rivales, los nefitas. Esta imagen está apoyadapor los datos arqueológicos de Mirador. Resulta quelos invasores que saquearon e incendiaron la zona, quellegaron pisando los talones a la población queabandonaba el lugar, desplegaron una mezcla detradiciones de Guatemala y Teotihuacán. Agrinierobserva: “ Las afinidades de . . . [el estilo de cerámicade Teotihuacán en Mirador] con las tierras altas deGuatemala parecen señalar a esta área como la mayorfuente de influencia de Mirador.”47 La fecha de estapresencia de Guatemala-Teotihuacán es de finales delVIII periodo clásico inicial de Chiapas, alrededor del350 d.C., tal y como yo analizo la cronología.

La imagen que nos da la arqueología de Chiapas enel per íodo clásico inicial muestra una ínt ima ysorprendente correspondencia con lo que nos dice elLibro de Mormón acerca de los últimos años de losnefitas en Zarahemla. Los habitantes de Zarahemla, enChiapas, en los primeros dos siglos después de Cristo,vivieron en una sociedad que mostraba pocasdiferencias sociales internas. Esta condición cambióalrededor del año 250. Entonces se desarrolló unaversión local de la tradición teocrática o clásica en laque los sacerdotes manipulaban un complejo conjuntode símbolos religiosos y rituales, y las clases socialessurgieron entre el desarrollo del comercio y lasriquezas. Menos de un siglo después, un puebloagresivo y determinado proveniente del antiguo centrolamanita de Nefi/tierras altas de Guatemala comenzósu expansión hacia el norte, la cual pronto destruyó odespobló la mayor parte de los emplazamientos de ladepresión central de Chiapas. Inmediatamente después,la cultura lamanita (parecida a la de Teotihuacán,

467EL FIN DE LOS NEFITAS

47.- Agrinier, Mounds 9 and 10, pág. 100. Además los fragmentosde códices descubiertos en la tumba del túmulo 10, en Mirador, ycuya fechación, durante la ocupación de los intrusos(aproximadamente del 400-450 d.C.) apunta directamente aGuatemala, no a Teotihuacán, porque no se sabe de la existencia decódices al norte de la metrópolis.

siguiendo el modelo guatemalteco), tomó el poder enChiapas, pero los nuevos gobernantes sólo podíanreproducir una débil versión de su cultura en estenuevo escenario, quizás por el alto costo en recursoshumanos que consumían las continuas guerras delPeriodo Clásico Medio (comparar con Moroni 1:1-2).

Acercándose al FinEl sostener una serie de encuentros sangrientos

permitió a los nefitas permanecer catorce años en latierra de Josué. Finalmente su defensa se derrumbó.Huyeron precipitadamente, a través de la estrechafranja de tierra y por la tierra del norte, hacia la tierrade Jasón.

Eso no estaba le jos del lugar donde vivíaoriginalmente Mormón (Mormón 2:17 y 1:2-3). En lasproximidades estaba el sitio donde Ammarón habíaenterrado los registros nefitas para mantenerlos asalvo, en la colina Shim, en la tierra de Antum.Encargó a Mormón, cuando éste era niño, que losrecuperara cuando creciera. (Aparentemente le llevó aMormón once años más volver al área para terminar suasignación de las planchas con la que contabaAmmaron.)

Las breves afirmaciones que nos hace la escriturasobre estas tierras no nos permite coordinar los lugaresmencionados con localidades precisas en un mapaactual, pero podemos adivinarlas con inteligencia. ElLibro de Eter nos dice que la colina de Shim seencontraba entre la tierra jaredita de Morón y la colinaRamah (la Cumorah de los nefitas). No mucho másallá de la colina Cumorah estaba la costa oriental (Eter9:3). Vimos en el capítulo 1 que estas colinas estaríanlocalizadas en el sur del estado de Veracruz. En laparte sur de la masa montañosa de Tuxtlas o, menosprobablemente, en las colinas de Sierra Madre, 80millas al suroeste, hay colinas lo suficientementeprominentes como para que se las merezca nombrar

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como señales para marcar un itinerario, al igual que loera Shim. Aunque no se nos proporcionan detallesgeográficos los lugares más probables donde se puedensituar Jasón y Shem (Mormón 2:17, 20) serían en elistmo, alrededor de Acayucán y Hueyapán, el sur yoeste de las Tuxtlas, o si no en un sector de 50 millas,partiendo de San Juan Evangelista en dirección aTehuantepec (ver mapa 13). Todos estos lugaresestaban en el este, en un sector de tierras bajas, en latierra del norte. De acuerdo con lo que se dice en eltexto sobre las últimas guerras, no había “subidas” ni“bajadas” en la geografía de las tierras nefitas al nortede Abundancia.

Un punto muy importante que nos señala la historiade las maniobras mili tares de los nefitas es quebatallaron durante los siguientes 35 años, justo hasta elamargo final, en una región muy restringida, delcentro-sur de Veracruz. Probablemente no habíaningún lugar del territorio de la batalla que estuviera amás de 100 millas de donde Mormón había vivido deniño.

De manera admirable, los nefitas se recuperaron delas derrotas que les condujeron a Jasón. En unacampaña rápida, realmente volvieron a obtener la“posesión de las tierras de [su] herencia,” incluyendoZarahemla (Mormón 2:27). Pero eran conscientes deque les fa l taba el poder para defender todo elterritorio. No habían sido capaces de mantenerlo laprimera vez y ahora eran aún más débiles. Así quenegociaron su ventaja momentánea por lo que ellosesperaban sería seguro. Negociaron un tratado con susenemigos “los lamanitas y los ladrones de Gadiantón”(Mormón 2:28-29). Los límites iban a estar justo en laantigua línea de Desolación/Abundancia, donde latierra del sur se unía a la tierra del norte.

Podría parecer extraño, mirando al mapa, que losnefitas no se preocuparan por la mayoría de las tierrasaltas, que constituían la mitad oeste de la tierra del

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norte, las cuales habrían incluido lo que los jareditasllamaban Morón. Probablemente, la razón es simple:pocos nefitas o linajes aliados se encontraban allí, si esque había alguno. Los que realmente vivían allí en sugran mayoría no habrían estado relacionados con ellospor el linaje y probablemente tampoco por el idioma.Sabemos por los estudios lingüísticos y arqueológicosque estaba ocupado por grupos que descendían enparte de la época jaredita. (Por lo menos es bastanteseguro que los zapotecas y varios otros pueblosemparentados con ellos por el lenguaje ya se habíanestablecido en las tierras altas, aunque ese puntotodavía no se ha fijado.)48

No hay duda duda de que Mormón, su líder, escribióel compendio de las planchas de Nefi en esa época,después de que se hubiera firmado el tratado, pasadoslos años, mientras los nefitas se preparaban parareanudar inevitablemente la guerra. Su pueblo pudohaber fortificado, con bastante facilidad, las pocasrutas tortuosas por las que los lamanitas podíanatravesar la frontera. Sólo había un punto crítico. Allíconcentraron la mayor parte de su ejército -en el“estrecho pasaje,” esa cordillera de grava que lesconducía a través de la barrera de pantanos, de la queya hablamos en el primer capítulo. La base de losejércitos nefitas, que defendía el paso, era la ciudad deDesolación. Habría estado cerca de lo que hoy es laciudad de Minatitlán. Sabían que era donde estabadestinado a llegar el ataque. Finalmente, “los lamanitasllegaron a la ciudad de Desolación” (Mormón 3:7) congran fuerza, habiendo salido de las tierras altas deGuatemala y Chiapas. La batalla debió de haber tenidolugar en el vado que hay al otro lado del r íoCoatzacoalcos, a una docena de mil las de sudesembocadura. El pr imer ataque lamanita y el

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48.- Hans J. Prem, “Calendrics and Writing,” en Observations onthe Emergence of Civilization in Mesoamerica, ed. Robert F. Heizer yJohn A. Graham, UCAR 11 (1971), pág. 122.

segundo no tuvieron éxi to; sus muertos fueron“arrojados al mar” (versículo 8), presumiblemente porel río.

Poco después, los ejércitos nefitas intentaron denuevo abrirse camino hacia el sur, hacia Zarahemla(Mormón 4:1-2), igual que habían hecho unos pocosaños antes. No sólo les falló la incursión, sino que loslamanitas, con refuerzos frescos, doblaban en númeroa sus cansados ejércitos. El resultado fue que perdieronsu base en Desolación. El remanente de sus ejércitosencontró refugio en Teáncum; “en la frontera, por lacosta del mar.” Eso puede estar cerca de Pilapán, aunas docenas de millas de distancia, en la costa delGolfo.

El sangriento combate resultante se inclinaba afavor de uno u otro bando. En “el año trescientossetenta y cinco” después del nacimiento de Cristo, labalanza se inclinaba decisivamente por los lamanitasdebido a su amplia superioridad numérica. Mormónpodía ver “que los lamanitas estaban a punto desubyugar la tierra” (Mormón 4:23). Finalmente llegó eltiempo del que le había hablado Ammarón, así quesacó de la colina Shim los libros de su pueblo.

En esa época los enemigos de los nef i taspracticaban el sacrificio de las mujeres y los niñosprisioneros (y sin duda también de los hombres) a “susídolos” (Mormón 4;15, 14). Más tarde, la historiamesoamericana vio el desarrollo completo de esapráctica sangrienta, junto con el canibalismo ritual delque nos habla Mormón entre sus propios depravadosseguidores (Moroni 9:9-10) . En la época de laconquista española, entre los aztecas, “se practicaba aveces el canibalismo ceremonial, en la creencia de queel que comía absorbía las vir tudes del que eracomido.”49 Las excavaciones han revelado que en laúltima época de Teotihuacán (alrededor del 600 d.C.)

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49.- Vaillant, The Aztecs of Mexico, pág. 76.

hay pruebas claras de sacrificios humanos, y decomidas que se hacían con las víctimas.50 Sanders hainformado de la existencia de esta misma práctica enépocas anteriores en un lugar cerca de Teotihuacán,que se ha fechado entre el 450 y el 550 d.C.51 Si loselementos de la cultura de Teotihuacán se encontrabantan profundamente inmersos en la vida de loslamanitas guatemaltecos como parece, no essorprendente que los lamanitas tuvieran estosdespreciables ritos.

La retirada nefita era ahora irrevocable; no hicieronmás contraataques. A pesar de que perdían más tierrasy ciudades con los avances lamanitas (Mormón 5:4-5),se las arreglaron para mantener una línea de defensaque salvó algunas de sus áreas fundamentales. Pero lascosas habían llegado tan lejos que para los nefitas sólose abría la posibilidad de un movimiento más. En unajugada desesperada, Mormón se dio ci ta con elenemigo para la batalla decisiva, en una tierra dondeesperaban “obtener ventaja sobre los lamanitas”(Mormón 6:4). (Las prácticas posteriores mejicanasatestiguan que darse cita para una batalla era unapráctica establecida.52)

Cumorah debe de ser parte del extremo norte o deloeste de las montañas Tuxtla, a unas 90 millas delestrecho pasaje y cerca del enorme emplazamiento deTres Zapotes. La región tuxtla (“lugar de las aras”) hasido descrita por el artista-autor Miguel Covarrubiascomo “una tierra de fertilidad sin precedentes, regadaen todas las direcciones por corrientes, cascadas ylagos.”53 Mormón la llamó “región de muchas aguas,ríos y fuentes” (Mormón 6:4). Mil años antes, esa área

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50.- Ibid.51.- William T. Sanders, The Cultural Ecology of the Teotihuacan

Valley. A Preliminary Report of the Results of the Teotihuacan ValleyProject (University Park: Pennsylvania State University, Departmentof Sociology and Anthropology, 1965), pág. 179.

52.- Fernando de Alva Ixtlilxochitl, convenientemente accesibleen Hunter y Ferguson, Ancient America, pág. 383.

53.- Covarrubias, Mexico South, pág. 27.

473EL FIN DE LOS NEFITAS

había sido la clave del sistema de asentamiento olmecaposterior, sin duda por la misma razón. Esta zona,extremadamente fértil por causa de su rico suelovolcánico y de sus abundantes lluvias, probablementepodía abastecer por sí misma las necesidades decomida de los e jérci tos nef i tas que estabanconcentrados al l í . (La comida era un problemacreciente, debido al desorden militar, según nos diceMoroni 9:16.) La “ventaja” de la que los nefitaspensaban que quizás podían gozar podía habersedebido al terreno accidentado, el cual Mormón debíade conocer íntimamente. O, posiblemente, los nefitaspensaban que el lugar sería fatídico para los lamanitaspor sus creencias o t radiciones superst ic iosasconcernientes al fin de los jareditas en ese mismolugar. Pero, ¿por qué permitirían los lamanitas que losnefitas tuvieran un periodo de varios años para estarl is tos? En pr imer lugar, entenderían, por susconocimientos de la geografía local, que los nefitas no

El gran sistema de pantanos y lagunas del centro de Veracruz podríanser las "aguas de Ripliáncum", que bloquearon la retirada de losejércitos jareditas. (Fotografía de James C. Christensen, utilizada conel permiso de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los UltimosDías.)

tenían ningún lugar al que retroceder más allá deCumorah, porque detrás de ellos sólo se encontraba elenorme estuario de Alvarado (el Ripliáncum de losjareditas) y la maraña de ríos y pantanos que hoy endía se conoce como “La Mixtequilla.”54 Así que ambaspartes sabían que ésta sería una batalla decisiva entreantiguos rivales. Otra razón para que los lamanitasestuvieran de acuerdo en que fuera en este lugar y enese momento acordado pudo haber sido el que ellosnecesitaban un periodo de tiempo para fortalecer suspropios ejércitos para el agudo cámbio climático,porque estaban a gran distancia de su base original. Decualquier modo, el sitio acordado se encontraba másadentro de lo que entonces estaba delimitado comoterritorio que controlaban los nefitas, así que loslamanitas no tenían nada que perder.

Una pregunta válida es, ¿por qué los nefitas nocontinuaron retirándose más hacia el norte y asíescapar de los lamanitas al mismo tiempo?” En primerlugar, debemos darnos cuenta de que es extraño quedonde hay una tierra decente no haya una cantidadconsiderable de población, así que primero tendríanque haber quitado la tierra a otro pueblo. Además, altrasladarse más habrían entrado en un nuevo territorioecológico, y las posibilidades de que hubieran podidoalimentarse con éxito todos ellos en un nuevo medioambiente, sin tiempo para aprender a explotar la tierra,eran bastante escasas . Más al norte también seencontraba otra amenaza militar. Más allá de losgrandes pantanos se habrían acercado cada vez más alterr i torio de Teotihuacán propiamente dicho, elpoderoso estado aliado cultural, si no militar, de loslamanitas del otro lado. En apariencia, por el 380 a.C.,la posesión del control de Teotihuacán no se extendía

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54.- Los aztecas llamaron a la vasta y pantanosa regiónChalchihuecan, lugar de las faldas de la Señora de Jade, la diosa delas aguas tranquilas. Ibid., pág. 11.

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hasta las Tuxtlas, pero cualquier movimiento quehubiera hecho el pueblo de Mormón de ir más al nortese hubiera encontrado con este gran poder, que semantenía entre bastidores, sin entrar directamente eneste conflicto. Sin embargo, la clave real de que losnefitas resistieran podía haber sido simplemente quelas tierras que estaban defendiendo eran ya suyas;sentían que tenían derecho a ellas y tenían motivaciónpara defenderlas si era posible. Para muchas personas,la vida de un refugiado, lejos de los que uno piensaque es, de alguna manera, su casa, no merece casi lapena ser vivida (comparar Jacob 7:26 y Mormón 8:5).Así que, cogidos entre dos fuegos, en el sur por loslamanitas y en el norte por el propio Teotihuacán, losnefitas defendieron de buena gana el reducido núcleode sus tierras porque tenían que hacerlo.

Cuatro años de preparativos dieron a los nefitas lamejor posición militar que podían esperar. Entoncesllegó el impresionante clímax. Puesto que ya habíandejado a Dios atrás, sólo les quedaban sus propiosmúsculos y cabezas para luchar contra la hordalamanita que se les venía encima en la colina deCumorah (Mormón 6:7). Como en la mayor parte delas campañas militares mesoamericanas y del Libro deMormón, es taban presentes las famil ias de lossoldados. Así que el resultado iba a ser un genocidio,no simplemente una derrota militar.55 Las fuerzasnefitas se componían de ejércitos de 10.000 hombres.Todos fueron aniquilados en ese terrible día.56

55- Por ejemplo, ver Alma 56:28 y también las frecuentesreferencias que se hace al “campo” que acompañaba al ejército, comoen Alma 48:6. En cuanto a esta práctica en Mesoamérica ver, porejemplo, Hunter y Ferguson, Ancient America, pp. 383-84, loconcerniente a Tulteca.

56.- Como se mencionó en un capítulo anterior, las unidades de10.000 hombres bajo el mando de un capitán perteneciente al linajeeran todavía una norma en Méjico cuando éste fue invadido porCortés. Bernal del Castillo, The Bernal Diaz Chronicles, traduc. y ed.A. Idell (Garden City, New York: Doubleday, 1956), pág. 106.

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¿Pudo Mesoamérica haber sido el escenario de unaguerra de la envergadura que se relata en el Libro deMormón? Ixtlilxochitl, un cronista del centro deMéjico, presentó un informe sobre los tol tecas,alrededor del 1060, en el que, en una guerra que durótres años, hubo 5.600.000 muertos entre ambaspartes.57 Incluso dándole un considerable margen a laexageración, nos quedan pocas dudas de que la batallaque tuvo lugar en Cumorah estaba dentro de loplausible en términos mesoamericanos.

Dos docenas de sofocados nefitas sobrevivieronentre los cadáveres. Por la noche se pusieron encamino hacia la cima de la colina de Cumorah, desdela que ellos podían mirar el campo de la matanza.Yacían allí probablemente más de 600.000 muertos(contando mujeres y niños de los nefitas más las bajaslamanitas). El candidato que más probabilidades tienede ser esa colina es el cerro El Vigia, de más de 3.000pies de alto, que se encuentra en el extremo noroeste

El cerro Vigía, el mejor condidato para ser la colina de Cumorah y lade Ramah. Las batallas de los nefitas y los jareditas habrían tenidolugar en las llanuras, más allá de las colinas que se ven en estaimagen. (Cortesía de Richard Jones.)

57.- Hunter y Ferguson, Ancient America, pág. 385.

de las montañas Tuxtlas. En su base hay llanos de lamagnitud que se requiere, donde pudieron haber estadosituados los ejércitos. David A. Palmer, en 1975, hizouna lista de los requisitos necesarios para que unacolina pudiera ser Cumorah, según las condiciones queél pensaba que imponía el texto: tenía que ser losuficientemente grande como para que alrededor de subase se pudieran formar en batalla al rededor de unmillón de personas; debía ser lo suficientemente altapara que, en la cima, los heridos supervivientesestuvieran a salvo de que los lamanitas que seencontraban abajo los divisaran; sin embargo no teníaque ser tan alta como para que unos hombres heridosno pudieran subir por ella durante la noche y cosas así.Más adelante Palmer hizo un viaje al cerro Vigía, elque él había sugerido como el mejor candidato para serla col ina de Cumorah/Ramah de la(s) úl t ima(s)batalla(s). No pudo descubrir ninguna razón por la queno pudiera ser la colina; cumplía con cada uno de losrequisitos del registro nefita. 58 Si estamos en locorrecto, entonces, en algún lugar dentro de ella(quizás en una cueva), Mormón escondió el archivonefita hace tiempo (Mormón 6:6). Su propio grupo deplanchas, en las que había escrito su compendio y a lasque había añadido las planchas menores de Nefi se lasdio a su hijo Moroni (Palabras de Mormón 1:2, 5-6).Este último a su vez añadió otras a éstas y finalmentese las entregó a José Smith.

La tierra de “muchas aguas, ríos y fuentes" dondetuvo lugar la última batalla era demasiado atractivacomo para que los colonizadores la dejaran vacía. Nopasó mucho tiempo sin que se ocupara otra vez la zonade los alrededores. Parece que se construyó unafortaleza de Teotihuacán en esas colinas después deque desaparecieran los nefitas. Las poblaciones que le

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58.- David Palmer, In Search of Cumorah (Bountiful, Utah:Horizon, 1981).

sucedieron, hasta tiempos modernos, han continuadocon las superst ic iones sobre la col ina y losmonumentos antiguos.59

¿Quedaron nef i tas después de la batal la? Sí ,algunos. La escritura deja eso claro. Sólo que ya no seles llamó nefitas. Mormón observó que “unos pocos . .. se habían escapado a los paises del sur, y otros pocos. . . se habían pasado a los lamanitas” (Mormón 6:15).Naturalmente que gran cantidad de descendientes denefitas nunca consintieron en abandonar sus tierras alprincipio (Mormón 2;7-8), sino que cambiaron sulealtad en vez de irse (Moroni 1:2). Mormón advirtió asu hijo que “un gran número de nuestros hermanos sehan pasado a los lamanitas” (Moroni 9:24). Doctrina yConvenios dice que actualmente todavía seidentificarán descendientes no sólo de los nefitas sinotambién de los principales linajes que estaban aliados aellos, los jacobitas, los josefitas y los zoramitas (D. yC. 3:17-20; 10:48).

A través de los años muchos santos de los últimosdías se han sent ido fascinados por los “ indiosblancos.” Han interpretado que los informessensacionalistas sobre esos grupos de los que serumorea, tienen que ver con el remanente de losnefitas. Cuando examinamos el Libro de Mormón noencontramos ningún indicio de que quedara ningún“nefita blanco.” Mormón y Moroni dejaron claro,repetidas veces, antes de que tuviera lugar la batalla deCumorah que no había ninguna diferencia importanteen el grado de iniquidad de los nefitas y lamanitas,s iendo que la iniquidad de su propio pueblo“[sobrepujaba] a la de los lamanitas” (Moroni 9:20; ytambién Mormón 5:15). Los descendientes de lospueblos precolombinos presentaban considerablesvariaciones en su grado de pigmentación, como señaló

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59.- Alfonso Medellín Zenil, “El Dios Jaguar de San Martín,”Boletín INAH 33 (septiembre de 1968): 16.

el capítulo 2. Entre ellos, algunos grupos eran de tezrelativamente clara. Parece que durante mucho tiempoha habido mesoamericanos a los que se les podíal lamar, por lo menos, de tez c lara (“pura” o“deleitable” pueden ser unos conceptos bastantediferentes). Pero no se sabe seguro que hubieraexistido ningún grupo de nativos extremadamente“blancos” en el Nuevo Mundo cuando llegaron losespañoles. Los mormones harían bien en abandonar elromántico pasatiempo de buscar a misteriosos gruposde “indios blancos".

La desaparición de los nefitas no ocasionó ningúnmovimiento cultural revolucionario en Mesoaméricacentral. El pueblo que llenó el hueco se quedó comoportador del mismo modelo básico de civilización, laSegunda Tradición de la que hablamos en la historiacultural . El continuo ascenso de Teotihuacán aldominio de la mayor parte del norte de Mesoamérica ydel oeste del is tmo de Tehuantepec está muydocumentado durante el periodo posterior a Cumorah.Para el 400 se había extendido su militarismo ydurante e l per iodo inicial del Clásico Medio(aproximadamente del 400 al 550) esta gran ciudad,que se hallaba justo a las afueras del valle de Méjico,formaba un eje con Kaminaljuyu/Nefi y la costa delPacífico de Guatemala. La influencia y el dominio desu unión, como medida para conseguir el puro poder,demostró ser la más poderosa de Mesoamérica. Pero elantiguo sistema de religión e ideología en el que esteverdadero “imperio” estaba basado se deteriorabaprogresivamente. Después del 600, sólo los sucesoresde segunda categoría se peleaban sobre los restos de loque una vez había sido una civilización impresionante.

Con la extinción de los nefitas los registros de linajesiguieron siendo conservados por otros. Naturalmenteéstos darían una versión muy diferente de la historiaque la de los nefitas. En total, se guardaron miles del ibros en Mesoamérica, alguno de los cuales se

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asemeja al registro del Libro de Mormón en ciertosaspectos.60 Sin embargo, ninguno de ellos conteníamaterial ni remotamente parecido al del Libro deMormón, de la misma manera que hay miles dedocumentos del Mediterráneo antiguo y del CercanoOriente que se parecen mucho en la forma a laescritura que nosotros conocemos como la Biblia, peropoco en el fondo.

Hemos visto como el Libro de Mormón es, a la vez,diferente y parecido a otros documentos deMesoamérica. También nos hemos enterado de que lahistoria encaja en el lugar y el saberlo nos la aclara.Parece conectar de muchas maneras con la civilizaciónprecolombina de Méjico y del norte de AméricaCentral. Estas páginas han mostrado una manera por laque nosotros podemos conocer una nueva dimensiónde lo que el libro tiene que decir. Queda el que lossantos de los últimos días, y otros también, lean elLibro de Mormón en las varias maneras en las quepuede ser leído, para extraer de él toda la luz que nosreserva.

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60.- Tozzer, Landa´s Relación, pág. 169; Hunter y Ferguson,Ancient America, pp. 337-38)

Epílogo

Este libro no ha intentado proporcionar un mapadefinitivo que pudiera conducir a los lectores al lugarexacto donde desembarcó Nefi o donde luchóMormón. Ni siquiera tiene el propósito de probar quelos sucesos del Libro de Mormón ocurrieron de unamanera en particular o en unas fases arqueológicasespecíficas.

Lo que se ha hecho, primeramente, es mostrar quela historia del Libro de Mormón pudo haber tenido unemplazamiento concreto, de que es plausible tratarlacomo una historia, en un contexto geográfico ycultural en particular. El emplazamiento geográficoque se ha identificado cumple los requisitos que, demanera involuntaria, nos expone el Libro de Mormónmientras nos cuenta la historia. Se ha encontrado quelas dimensiones, e l c l ima, la topograf ía , laconfiguración de la tierra y del agua, y los nivelesculturales que nos presentan las afirmaciones de laescritura concuerdan con las características del centroy sur de Mesoamérica. Los datos culturales, históricosy arqueológicos justifican la correlación geográfica.En interés del espacio, se omitieron muchos de losdatos disponibles; sin embargo, las concordancias hansido consistentes y llamativas.

Las comparaciones han tenido dos campos delanzamiento. El primero, como hemos indicado antes,la concordancia entre el registro de escritura y losmater ia les externos muestra que el pr imero esplausible en términos de estos últimos. El Libro deMormón muestra tantas y tan sorprendentessimilitudes con el emplazamiento mesoamericano queme parece imposible que unas personas racionales quedesean examinar los datos puedan mantener que ellibro es un mero romance o una historia especulativaescrita en la tercera década del siglo XIX en el estado

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de Nueva York. Si a los ojos de algunos esto es una“prueba” de la autenticidad del libro, son libres desacar esa conclusión. Las correlaciones señaladasprobablemente no son lo suficientemente detalladascomo para satisfacer a todos en ese punto, pero lacuestión está, por lo menos, en un nuevo terreno.

El segundo ha sido el cómo se ha clarificado elregistro. Nuestro conocimiento del estudio de la vida ycultura en Méjico y América Central en los primerostiempos nos permite imaginar concretamente cómolucharon los ejércitos del Libro de Mormón, cómoactuaban los dis identes y cómo cul t ivaban losgranjeros. También comenzamos a ver algo del porquéde la situación en la que se encontraban antiguamente:sociedades secretas, parentesco y tribus, comercio yconquistas, migración y misiones. Desde mi punto devista, a la larga, este esclarecimiento es la contribuciónmás importante. Como resultado de esta explicaciónsobre el emplazamiento, los lectores t ienen queconvencerse de que el Libro de Mormón es un registroextremadamente complejo que merece un estudiomucho más cuidadoso del que ha recibido en elpasado.

Sea lo que sea lo que este libro pueda haber hecho,además de esto, establece unos cimientos. Aunque nocontiene todas las respuestas, mejora la calidad de laspreguntas. Los investigadores serios del Libro deMormón, así como los estudiosos de la civilizaciónmesoamericana, deben tomar esto como una invitacióna seguir adelante. Soy claramente consciente de lopreliminares que son los datos que he presentado. Peroel ir paso a paso es más útil.

Sin embargo el Libro de Mormón no es solamenteun libro histórico o el registro de un linaje para serestudiado por es tudiosos “sin valores .” EnMesoamérica se compilaron cientos de historias delinaje. La nuestra es única. Como registro de los tratosde Dios con un pueblo poco común, constituye una

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escritura inestimable por sus poderosas enseñanzasespirituales, sea lo que sea lo que los estudiosospuedan decir de el la como his tor ia . Dada laimportancia del libro, si el entender el emplazamientode éste contribuye a una comprensión más clara de sumensaje, entonces mi esfuerzo resulta justificado.

483Epilogo