john l. sorenson - un escenario para el libro de mormon en la america antigua

Download John L. Sorenson - Un Escenario Para El Libro de Mormon en La America Antigua

If you can't read please download the document

Upload: rodrigo-opazo

Post on 04-Jul-2015

341 views

Category:

Documents


30 download

TRANSCRIPT

PrlogoEn 1964 Gordon H. Fraser public esta declaracin con cinismo: el hecho de que el Libro de Mormn est desprovisto de cualquier contenido literario, historia creble, biografa, romance o enseanza tica, es garanta de que no ser ledo o analizado de manera concienzuda; por lo tanto no hay peligro de que el lector medio, al estudiarlo, llegue al punto de tener una opinin sobre su credibilidad. El libro que est ahora en sus manos demuestra el error y los prejuicios de la triste valoracin de Fraser. Aqu hay una historia consistente. Aqu estn los resultados de una lectura cuidadosa. Aqu hay una informacin creble que sita al Libro de Mormn en el entorno del Nuevo Mundo de la antigedad. Este libro ha estado en preparacin muchos aos y perdurar durante aos. Se requerir su lectura a todos aquellos interesados en la antigedad del Libro de Mormn. Aquellos que hagan observaciones acerca de la historicidad de los registros que se encuentran en el Libro de Mormn de ahora en adelante o son unos irresponsables o no estn informados o ignoran la presente obra del doctor Sorenson. As como este estudio ser fundamental para las investigaciones futuras, tambin es el producto de la tendencia, de las ltimas tres dcadas, hacia un estudio serio del Libro de Mormn. Muchos de los que lean este libro pueden apreciar lo lejos que han llegado estos estudios. Durante estos aos, se han tomado diferentes vas para investigar sobre el Libro de Mormn. Algunas han sido apologticas, hostiles, polmicas o eclcticas. Algunas han representado al Libro de Mormn como una prueba de la autenticidad, fecundidad y poder de la Restauracin bajo el liderazgo del profeta Jos Smith. Eruditos santos de los ltimos das, como GeorgeIX

X

PROLOGO

Reynolds y B. H. Roberts, han sugerido la necesidad de un examen sincero y sistemtico de los libros seculares relevantes, pero ellos no podan prever cundo se llevara a cabo un trabajo serio histrico y analtico. El surgimiento de metodologas histrico-crticas en los estudios bblicos (lo que una vez B. H. Roberts llam colgar grandes pesos con hilos finos) trajo consigo tcnicas para examinar el lenguaje y la composicin de las escrituras hebreas antiguas, y se ha probado que stas son efectivas a la hora de examinar los textos del Libro de Mormn. El sorprendente descubrimiento de documentos como los rollos del Mar Muerto tambin invit a los especialistas santos de los ltimos das a comparar el material que nos da el Libro de Mormn con las prcticas de otros pueblos religiosos antiguos. Sidney B. Perry adopt la lnea lingstica; l dijo a menudo que, slo basndose en sus conocimientos del hebreo, saba que el Libro de M o r m n no poda haber ten ido su or ige n exclusivamente en el siglo XIX. Durante algunos aos, el curso que dio en la Universidad de Brigham Young sobre El comportamiento y las costumbres hebreas examin caso por caso la narrativa del Libro de Mormn, demostrando que el libro tena origen hebreo. Hugh W. Nibley y M. Wells Jakeman, mientras tanto, examinaban el contexto. Jakeman elabor un m a r c o d o nde el L ibro de Mormn e nc a ja ba , e n trminos de la tradicin mesoamericana, mientras que el profesor Nibley sigui la pista, con sorprendente perspicacia, a enormes cantidades de materiales histricos que encuadraron al libro en la poca y en el emplazamiento en el que declaraba estar escrito. Pero Nibley no hizo ningn esfuerzo por precisar conexiones con el Nuevo Mundo. Que hay de las e x t r a o r d i n arias ruinas de A m r ic a Ce ntr a l? , reflexiona. Hasta que los que estudian esa rea puedan llegar a un acuerdo entre ellos mismos en lo

PROLOGO

XI

que respecta a lo que han encontrado, el resto de nosotros no podemos muy bien comenzar a sacar conclusiones. Ahora bien, tanta precaucin puede revelar posibilidades concretas. Con el planteamiento del doctor Sorenson, ha comenzado en serio el proceso de entrever un contexto geogrfico y arqueolgico explcito. El presenta un modelo de marco verosmil para el Libro de Mormn en la Amrica antigua. Este modelo presta atencin a los detalles que se han dado en las descripciones de las tierras del Libro de Mormn, de los movimientos en las batallas, de las ciudades construidas y abandonadas, y de los datos geogrficos. Sugiere que las tierras altas de Guatemala son buenas candidatas para ser la tierra de Nefi, que el istmo de Tehuantepec cumple todos los requisitos para ser la estrecha lengua de tierra, y que otros cientos de hechos encajan en su lugar cuando se lleva esta teora a sus conclusiones lgicas. Este es un modelo y una hiptesis para que la consideren otros especialistas mormones y no mormones. A diferencia de muchos de sus predecesores, el doctor Sorenson insiste en que este modelo no se debe considerar sacrosanto. Invita a h a c e r c o nsideraciones crticas a la ve z que corroborativas. Cmo lo hace? Dicho en pocas palabras, hace ms preguntas que da respuestas. No deja piedra por mover. Sopesa sus palabras meticulosa y cuidadosamente. En cada hoja le esperan al lector grandes sorpresas e ideas que merecen la pena. Hace preguntas como: Quines eran esos pueblos, en trminos arqueolgicos? Qu apariencia pudieron haber tenido? Quines eran sus vecinos? Cuntos nefitas haba all? Cmo vivan, coman, hablaban, trabajaban y luchaban? Luego encuentra respuestas plausibles para estas preguntas haciendo corresponder datos especficos fiables, provenientes de estudios arqueolgicos y antropolgicos sobre Mesoamrica, con todo el espectro de informacin cultural e histrica que se

XII

PROLOGO

encuentra en el Libro de Mormn. Este enfoque es p a n o r m i co y estim ulante; ve c osa s que , sencillamente, no se han visto antes. U n a b u ena pregunta vale tanto c omo me dia respuesta; sin embargo, una buena respuesta hace surgir todava ms preguntas. Este libro nunca ha cado en el error de pretender que una confirmacin es una prueba definitiva. Lo ms que puede conseguir un enfoque cientfico dentro de su terreno, como en cualquier otro, es lograr un grado de probabilidad. Est claro que este libro lo hace de manera plausible, aunque (ineludiblemente) todava quedan preguntas. As la dimensin religiosa queda entre parntesis, por muy interesantes que resulten estos estudios para usos apologticos. En su favor, John Sorenson es extremada y consistentemente consciente de estas limitaciones. Un Marco Geogrfico para el Libro de Mormn en la Antigua Amrica, escribe, por primera vez, la historia cultural y natural de Nefi en el contexto de la realidad del hemisferio americano. Aunque siempre puede que haya resistencia y controversia en torno al Libro de Mormn, aqu hay una invitacin consistente para continuar las investigaciones y su comprensin. No se puede rechazar el libro como lo hace Fraser, con un manotazo de menosprecio. Leonard J. Arrington Truman G. Madsen John W. Welch

PrefacioEl conocimiento que contiene este libro habra tardado ms tiempo en aparecer y tenido alguna otra forma sin la insistencia y ayuda de algunas personas en particular. Para 1974, yo llevaba veinticinco aos trabajando en la relacin entre el Libro de Mormn y los datos geogrficos y culturales de Mesoamrica, pero me senta poco proclive a imponer mis opiniones al pblico o a mis colegas. David A. Palmer me insisti por entonces para que preparara un escrito explicando y documentando mi opinin; se ofreci a hacerlo circular privadamente para que un grupo selecto lo analizara, junto a un artculo que adoptara una posicin diferente. A partir del intercambio de comentarios, Palmer y otros se convencieron de que mi material deba conocerse mejor, as que persuadi a miembros del personal de varias oficinas de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Das para que me escucharan. En el otoo de 1975 nos reunimos una tarde por semana, en Salt Lake City, y present con cierto detalle una versin de lo que est en este libro. Jay Todd, director administrativo de la Ensign, que particip en aquellas sesiones, me invit a preparar una serie de artculos para la revista general de la Iglesia. El y su personal (principalmente Lavina F i e l d i n g A nderson y L ane Johnson) tr a ba ja r on extensamente para mejorar lo que yo produca. Sin la continua fe del director Todd en la importancia de nuestro proyecto, yo no habra persistido. Pero no fue sino hasta 1983 cuando nuestros intentos de que el material estuviera expresado en condiciones aceptables para su publicacin en la Ensign llegaron a trmino sin xito. Para entonces unas 1.500 fotocopias de una versin anterior del libro llevaban circulando entreXIII

XIV

PREFACIO

personas que haban sabido de l por medio de sus amigos. Pareca claro que su publicacin como libro satisfara una amplia necesidad. L a F u n dacin para la Inve stiga c in de la Antigedad y Estudios Mormones1 se decidi en 1983 a publicar el libro. John Welch y Kirk Magleby han sido acrrimos partidarios de esta decisin y han allanado considerablemente el camino. A otros hay que agradecer el haber puesto las bases para la entusiasta participacin de la Compaa de Libros Deseret2 como editora junto a F.A.R.M.S. Sera imposible reconocer expresamente a todos los que debera dar gracias pero sobresalen algunos: George Reynolds por A Complete Concordance of the Book of Mormon3, una valiosa herramienta de trabajo; To m F e rg uson, por proporcionar me mi pr ime r a experiencia sobre el terreno en Mesoamrica; Hugh Nibley, por su ejemplo de paciencia e integridad que me impuls a no cejar en esta tarea por otras menos i m p o r t a n t es; B en A lexander, que me e nse la importancia de concebir lo inconcebible; mis amigos, que me han proporcionado el prefacio; los editores, incluyendo Don Norton y Jack Lyon, por obligarme a decir lo que yo quera expresar; Kathryn, mi mujer, que falleci posteriormente, porque nunca se quej del tiempo que me cost; y a los arquelogos, benditos sean, que siguieron excavando bajo condiciones absurdas en las que personas ms racionales hubieran optado por la comodidad. Tom Peterson y Steve Gordon prepararon valiosos mapas, y Gary Gillum h i z o l o s ndices. Si hay fallos e n e l libr o, son indudablemente debidos a mis propias limitaciones, no a las de otros. Naturalmente, las opiniones que se1.-Foundation for Ancient Research and Mormon Studies (F.A.R.M.S.) (N. del T.). 2.-Deseret Book Company (N. del T.) 3.-Una Concordancia Completa del Libro de Mormn(N. del T.)

PREFACIO

XV

expresan son estrictamente mas y no pretenden representar las de la Universidad de Brigham Young, donde yo trabajo, las de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Das, la Fundacin para la Investigacin de la Antigedad y Estudios Mormones ni las de la Compaa de Libros Deseret. Todas las ganancias por los derechos de autor de la v e n t a d e l libro irn a la Funda c in pa r a la I n v e st i g a cin de la A ntigedad y los Estudios Mormones, para que contine su investigacin de las escrituras.

IntroduccinEl Libro de Mormn form parte de mi ambiente cultural general mientras creca en el valle Cach en Utah, algo que se me haba dado de manera tan incuestionada como las montaas que se encontraban al este de mi casa. Durante mis primeras clases universitarias (de ciencias), la guerra, y mi misin en Polinesia, todo lo cual me mantuvo ocupado la dcada de los cuarenta, el libro simplemente estaba all, como punto de referencia y fuente de inspiracin en la que tena una incuestionable confianza. Ni entonces ni ms adelante tuve que preguntar: es este libro cierto? Nunca ped apoyo externo para mi confirmacin privada, de la cual ya disfrutaba. Cuando llegu a la Universidad de Brigham Young en 1949 con mi mujer y un hijo, haba decidido sin ningn motivo racional dedicarme a los estudios arqueolgicos. Durante los prximos tres aos los profesores Jakeman, Nibley, y Sperry me hicieron entender que el Libro de Mormn no era slo una fuente de informacin religiosa sino tambin un desafiante acertijo intelectual e histrico. Llegu a verlo como un documento tan sutil y complejo que prcticamente peda ser analizado y entendido en diferentes trminos. Mientras profundizaba mis conocimientos sobre arqueologa, historia e idiomas, cientos de preguntas atrajeron mi atencin, preguntas q u e l a s disciplinas acadm icas que yo e sta ba comenzando a investigar prometan poder responder algn da. Los aos que transcurrieron me condujeron a muchos otros intereses aunque continu fascinado por muchas de aquellas preguntas. Desde entonces, miles de das de detenida investigacin han disciplinado mi inicial ingenuidad, pero no importa que otra cosa desve mi atencin, siempre termino volviendo alXVI

INTRODUCCION

XVII

mismo asunto, hacindome eco del acertado consejo de Thoreau: Haz lo que quieres, reconoce tu propio h u e so ; r elo, entirralo, desen ti r r a lo y sigue royndolo. El hueso que he estando royendo durante estos aos ha sido Cmo sucedieron los hechos que se narran en el Libro de Mormn?. En vez de probar de alguna manera que esos hechos ocurrieron realmente, lo que me ha preocupado ha sido la complejidad de su historia: el intrincado proceso humano e histrico que es el teln de fondo de su mensaje espiritual principal. Y cada vez que volva al relato una y otra vez, incluso despus de dcadas de investigacin, encontraba que el libro ganaba en amplitud y profundidad de significado, al mismo tiempo que yo ganaba en perspectiva cultural e histrica sobre las vidas de las personas que el libro d e sc r i b e . E n resum en, he podid o obte ne r a lgn conocimiento del contexto que Brigham Young nos inst a conseguir respecto a las escrituras: Lees las escrituras, hermanos y hermanas, como si las hubierais escrito hace mil, dos mil, o cinco mil aos? Las lees como si estuvirais en el lugar de los hombres que las escribieron? Si no os sents as, tenis el privilegio de hacerlo. 4 Este tipo de conocimiento del contexto requiere ms que el mero estudio del texto como escritura, ni es suficiente tampoco el estudio erudito de su geografa. Son necesarios ambos conjuntamente. Entender cmo eran los nefitas y jareditas, sus lugares d e a se n t a m iento, lo que coma la ge nte , c mo pensaban, las fuerzas que moldearon su historia, nos ayuda a entender ms claramente lo que dijeron sus profetas Algunos lectores del libro no parecen conceder importancia al conocimiento del contexto; otros lo consideran imposible. Para m, la Biblia es un ejemplo4.- John Widtsoe, ed., Discourses of Brigham Young (Salt Lake City: Deseret Book Co., 1941), pg. 128.

XVIII

INTRODUCCION

en este aspecto. Los eruditos de la Biblia han aclarado ese texto de escritura; mostrando la interaccin entre las influencias divinas y humanas y estableciendo la Biblia como un registro an ms profundo, porque est afianzada en una compleja realidad temporal, espacial y de comportamiento. Yo he intentado buscar lo mismo en Lehi, su pueblo y su libro. La tarea de establecer un marco geogrfico real para el Libro de Mormn es enorme y desafiante. Las investigaciones de algunos santos de los ltimos das y de otros durante los ltimos 40 aos han hecho posible que conozcamos bastantes detalles concretos sobre la Jerusaln desde la cual Lehi condujo a su familia; en nuestra imaginacin ahora podemos seguir a su grupo a travs de una hilera de campamentos a lo largo del Mar Rojo en la Pennsula Arbiga y cruzar hacia una determinada Tierra de Abundancia en la costa de Hadhramaut.5 Pero desde el momento en que el grupo subi al barco de Nefi e inici su viaje hacia el Ocano Indico perdemos esa sensacin de solidez. Despus de desembarcar en el Nuevo Mundo, se encuentran en algn lugar impreciso. Hasta hace poco, pasados 150 aos desde que el registro nefita fue publicado por primera vez por Jos Smith, habamos descuidado fijar la situacin de una sola ciudad, identificar con se g u r i d a d aunque slo sea una r uta por la que atravesara el pueblo del que trata el libro, o bosquejar una imagen creble de cualquier porcin de su vida en su tierra prometida de Amrica. En varios aspectos, el Libro de Mormn sigue siendo un libro sellado para nosotros, porque no hemos trabajado lo necesario para situarlo en su marco geogrfico.

5.- Lynn Hilton y Hope Hilton In Search of Lehis Trail (Salt Lake City: Deseret Book Co., 1976)

INTRODUCCION

XIX

De hacer esto se derivaran principalmente dos ventajas. Primero, los mismos santos de los ltimos das podran comprender con mayor fuerza el mensaje de este libro de escritura, porque los acontecimientos y personajes resultaran ms crebles. Las vidas y palabras de sus principales protagonistas tendran un impacto ms vivo en nuestra conciencia si se pudiera sacar a esos individuos de esa tierra indefinida y representarles como personas de carne y hueso igual q u e n o so tros. S egundo, se podr a tr a nsmitir la importancia del libro con mayor fuerza a otros, los cuales ahora se mantienen a distancia del Libro de Mormn, juzgando que le falta realidad y consistencia. La apata de los Santos nos puede privar de ambos beneficios. Algunos de ellos dicen que realmente no necesitamos ms explicaciones ni aclaraciones de una escritura que ya tenemos, que tenemos suficiente gua con el Espritu. Estoy bien acompaado -por personas cmo Jos Smith o Brigham Young- en la creencia de que nuestros esfuerzos por esclarecer el significado de las escrituras pueden ayudar a los propsitos de Dios. Cuan irnico resultara si los propios santos de los l t i m o s das rechazaran el ob te ne r m s luz y conocimiento sobre el registro nefita, en efecto, parafraseando 2 Nefi 29:6 as: Un Libro de Mormn, tenemos un Libro de Mormn y no necesitamos saber nada ms que la doctrina del Libro de Mormn. No deberamos utilizar todos los medios a nuestro alcance para clarificar y ampliar este volumen de escritura para que su mensaje pueda alcanzar a toda persona, y especialmente a nosotros mismos, con el mximo impacto?. Necesito poner en claro algunas de mis intenciones y supuestos. El primer punto es que este trabajo no se compromete a probar la veracidad del Libro de Mo r m n . Mientras avanzamos ve r e mos que los sucesos y circunstancias que se encuentran en el libro tienen paralelo en muchos, y a menudo notables,

XX

INTRODUCCION

aspectos que nos cuentan de la Amrica Antigua nuestras fuentes arqueolgicas e histricas. Pero no puede haber una prueba segura con estos paralelismos; u n a p o r c in de ellos no po dr a e sta ble c e r i n e q u v o cam ente este libro como un a ut ntic o documento precolombino, ni el no conseguirlos lo refutara. Hoy en da, la mayor parte de los filsofos estn de acuerdo en que nunca se pueden obtener resultados definitivos por este mtodo. Diversos lectores juzgaran de diferente modo los materiales y argumentos que se presentan ms abajo. Aquellos que ya estn inclinados a aceptar llegarn a la conclusin de que estos paralelismos constituyen una abrumadora evidencia de que el Libro de Mormn es un autntico registro antiguo, mientras que mentes ms escpticas a c h a c a r n los mismos parale lismos a da tos equivocados, a una serie de malinterpretaciones por mi parte, o a una mera coincidencia. Repito que mi intencin no es poner a prueba el Libro de Mormn llevndolo fingidamente al banquillo de la ciencia. No puede haber un Tribunal Supremo en este asunto. Cada individuo tiene que emitir su propio juicio. El propio libro insiste en que debe ser puesto a prueba por cada lector: ...quisiera exhortar a que preguntis a Dios ... si no son verdaderas estas cosas; y ...l os manifestar la verdad de ellas por el poder del Espritu Santo (Moroni 10:4). Presento yo entonces una hiptesis para que sea examinada cientficamente? La idea misma resulta anticuada. Los cientficos nunca haran este tipo de cosas de la manera fra y objetiva que a muchos profanos se les ha dado a entender, excepto, quizs, en algunos asuntos menores y sin inters. Nadie examina nunca todas las pruebas de ningn asunto porque hay mucho por descubrir o controlar. De cualquier modo l o s p r o p i o s sentim ientos y presuposic ione s de l investigador, especialmente en un asunto como ste, entran a formar parte de la manera de expresarlo, as

INTRODUCCION

XXI

que la objetividad definitiva es del todo imposible. Mi tarea ha estado ms cerca de lo que Michael Polanyi describe en su libro Personal Knowledge6. El sostiene, de forma persuasiva, que los intereses y convicciones de los investigadores dan forma poderosamente a toda investigacin. Por supuesto que mis puntos de vista subjetivos acerca del Libro de Mormn y del rea cultural con la que lo comparar han influido en lo que he escrito aqu. Sin un vivo inters en ambos, el rea y e l l i b r o d e escritura, nunca habr a inve r tido e l considerable esfuerzo que lleva incluso slo hacer la comparacin. Un hombre no aprende a entender nada a menos que lo ame, afirm Goethe. Mi deseo de entender el libro y su emplazamiento geogrfico inevitablemente da color a todo mi trabajo, afectando a ambos. Pero probablemente esto mismo es verdad en cualquier cientfico o erudito que trabaja en un problema complejo, tanto si se trata de desarrollar una nueva variedad de arroz o de reconstruir la historia de los judos. 7 Pero los sentimientos fuertes no deben quitar mrito a una disciplinada investigacin. La comprensin exige algo ms que una celosa preocupacin o incluso una extensa investigacin. Tambin requiere disciplina. Yo he intentado ser d i sc i p l i n ado en lo que respecta a los muc hos y relevantes hechos que he podido ir comprendiendo acerca de la geografa de Mesoamrica y del mismo v o l u m e n de escritura. H e renun c ia do a muc ha s atractivas preconcepciones a la vista de evidencias contrarias o de escasez de datos. Por otra parte, es6.-Conocimiento personal (N. del T.). Michael Polanyi, Personal Knowledge: Towards a Post-Critical Philosophy (Chicago: University of Chicago Press, 1958). 7.- El profesor Cyrus Gordon, hace veinticinco aos, seal que la energa y el vigor necesarios para dominar un conjunto complejo o fuentes difciles dependen de algn compromiso ms all de la abstracta ciencia o erudicin. Introduction to Old Testament Times (Ventnor, New Jersey: Ventnor Publishers, 1953), p. v.

XXII

INTRODUCCION

e se n c i a l un escepticismo salu da ble sobr e e l conocimiento de uno mismo. Yo soy escptico de que alguna vez pueda llegar a comprender todo lo que determinado texto dice. Tengo an ms dudas de que n i y o m ism o ni otros podamos c ompr e nde r enteramente los hechos cientficos e histricos que parecen incidir en el texto. A pesar de todas estas reservas, he llegado ya al punto donde parece que merece la pena compartir con otros lo que s. Concretamente, he desarrollado un cuadro o modelo de cmo se desarrollaron los hechos que se describen en el Libro de Mormn. Este es un modelo plausible. Esto significa que el emplazamiento geogrfico que se describe podra ser razonable tal como yo lo represento. Este modelo funciona como una pequea rplica de un aeroplano o una mquina de vapor, en el sentido de que unidas las partes, encajan, explicando punto por punto aspectos del Libro de Mormn que de otro modo pareceran inexplicables. Algunas personas comentan: Pero no puede estar seguro, todo lo que tiene es una teora, no es as? Bien, si aparece una persona con, digamos, un nuevo m o d e l o de m aquina voladora, la ma yor a de nosotros, sabiamente, pediramos una demostracin. Una vez que hubiramos visto al aparato despegar, dar varias vueltas y aterrizar con seguridad, y despus de haberle hecho, nosotros mismos, dar varias vueltas con xito, lo tomaramos en serio. Llamen a esto teora si quieren, pero si mi modelo funciona -el modelo de cmo los hechos que relata el Libro de Mormn ocurrieron en un determinado tiempo y lugar en la Amrica antigua- cualquier persona debera tomarlo en serio. De esta manera el resto de este libro presenta un sistema coherente y plausible de interpretacin del Libro de Mormn en trminos geogrficos, histricos y culturales especficos.

INTRODUCCION

XXIII

Estoy satisfecho con los resultados, despus de tantos aos de estudiar este tema? No, todava quedan muchas preguntas; cualquier persona debera estar deseosa de corregir la debilidad de sus puntos de vista una vez que le son sealados. Ciertamente estoy a n si o so d e hacerlo. A la larga, slo la ve r da d permanece. Este libro en particular est escrito principalmente para un pblico: aquellos que estn deseosos de aprender ms verdad acerca del Libro de Mormn y la Amrica Precolombina. Mi seleccin del material y mi presentacin estn pensadas para ayudar a estos lectores a seguir adelante con la tarea. He edificado sobre la base del trabajo de muchos en el pasado, cuyos esfuerzos yo respeto. Mi experiencia personal en cuanto a las disciplinas que tratan de la vida en la antigedad me confirma que la motivacin de los que trabajan en estos campos es la bsqueda de la verdad. Los Santos de los Ultimos Das que han estudiado las escrituras han realizado tambin contribuciones vitales. Reconozco con gratitud ambas fuentes. Las extensas notas a pie de pgina son, en parte, un tributo a algunos de los que me han precedido. Estas mismas son tambin una gua para aquellos que continuarn con nuevas investigaciones, corrigiendo mis errores e i g n o r a n c ia. P uede que m uchos e n la pr xima g e n e r a c i n, exploren detenidame nte lo que se encuentra al otro lado de las puertas que yo solamente h e e n t r eabierto. A dem s estos a pa siona dos investigadores y potenciales colaboradores quizs sean personas reacias, curiosas, o crticas que desean tambin leerlo todo. Son bienvenidos, pero este mensaje es principalmente para los apasionadamente ambiciosos. Ms adelante se citan con frecuencia captulos y versculos del Libro de Mormn. El no leer estos v e r s c u l os nos inducir a per de r impor ta nte informacin, sin embargo el que yo cite todos los

XXIV

INTRODUCCION

versculos que estn relacionados podra ser una pesada carga para el lector. Lo que se proporciona si r v e , a l menos, com o punto d e pa r tida pa r a e l investigador que quiera saber ms. Lo mismo se aplica a la literatura tcnica citada. Todo lo que intento hacer es proporcionar puntos tanto en las fuentes escriturales como en las profesionales, a partir de las que una persona puede comenzar a leer ms, sin agotar las referencias. Y si un tema se trata superficialmente en e l t e x t o , no significa que no fue r a te nta dor un tratamiento ms completo. Pero todos debemos enfrentarnos con los mismos problemas, como se lamentaba Herman Melville: "Oh, tiempo, dinero y paciencia!.

1 Trazando el Mapa del Libro de MormnDe forma preliminar a nuestra investigacin, debemos establecer donde se desarrollaron los hechos del Libro de Mormn dentro del hemisferio occidental. D e b e r a mos saber si ocuparon la tota lida d de l continente americano. Si el escenario fue un territorio r e st r i n g i do, entonces este hec ho e s e se nc ia l. Equivocarnos en la geografa nos envolvera en un conjunto de errores en cadena que inevitablemente haran fracasar cualquier conclusin que sacramos. Si nosotros no supiramos dnde, y naturalmente cundo, encontrar datos comparativos, podramos tambin tratar de dar luz al Libro de Mormn asumiendo su emplazamiento en Espaa o en Siberia.

Un mapa autorizado?Algunos Santos de los Ultimos Das se enfrentan a problemas como el de la geografa del Libro de Mormn recurriendo automticamente a los lderes de la Iglesia para encontrar respuestas. Parece apropiado, entonces, comenzar preguntandonos si la geografa del Libro de Mormn ha sido determinada por estos lderes o no. Las fuentes histricas no nos indican que entre las instrucciones que Moroni dio a Jos Smith se incluyera la geografa, ni tampoco Jos Smith declar tener inspiracin sobre el asunto. Las ideas que l expres ms tarde, acerca de la localizacin de los hechos de los que se habla en el libro, aparentemente reflejaban lo mejor de su opinin personal. Lo que parece la primera interpretacin consensuada de la geografa del1

2

UN MARCO GEOGRAFICO

Libro de Mormn de l y de sus asociados era amplia: la tierra del sur era la totalidad de Amrica del Sur, la tierra del norte, el continente norteamericano. Un indicador de esto es un registro manuscrito de 1836 de Frederick G. Williams, que atribuye a Jos Smith la d e c l a r a c i n de que: L ehi y su tr ipula c in desembarcaron en el continente sudamericano, en Chile, a treinta grados de latitud sur.1 Lderes de la Iglesia como B. H. Roberts y John A. Widtsoe, ambos crticos prudentes, vacilaron al aceptar el origen de la declaracin del profeta,2 sin embargo ciertamente no sera sorprendente que el profeta haya sostenido alguna vez este punto de vista, ya que otros primeros miembros parecen haberlo credo.3 (Williams dijo ms tarde que la declaracin sobre Chile le fue hecha a l por un ngel en vez de por Jos Smith.)4 En vista del hecho de que, con el tiempo, las ideas del Profeta sobre otros temas maduraron, sus ideas sobre la g e o g r a f a del L ibro de Morm n podr a n ha be r experimentado un cambio. En 1842, un editorial en el peridico de la Iglesia Times and Seasons (del 15 de septiembre, pginas 921-22) afirmaba que Lehi... desembarc un poco ms al Sur del Istmo de Darin (Panam). Jos Smith haba asumido seis meses antes ( p g . 7 1 0 ) la responsabilidad e xc lusiva por e l contenido del peridico, a pesar de que el editor oficial1.- Franklin D. Richards y James A. Little, eds., Compendium (Salt Lake City: Deseret News Press, 1886), p. 289. 2.- Brigham H. Roberts, New Witnesses for God, vol. 3 The Book of Mormon, vol. 3 (Salt Lake City: Deseret News Press, 1926), pp. 501-3; John Widtsoe, Is the Book of Mormon Geography Known? en A Book of Mormon Treasury: Selections from the Pages of the Improvement Era (Salt Lake City: Bookcraft, 1959), pp. 128-29. 3.- Por ejemplo, la declaracin de Oliverio Cowdery en Francis W. Kirkham, A New Witness for Christ in America: The Book of Mormon (Independence Missouri: Zions Printing and Publising Co., 1942), p. 93. 4.- Nancy C. Williams, Meet Dr. Frederick Granger Williams ... After One Hundred Years (Independence, Missouri: Zions Printing and Publishing Co., 1951), pp.101-3.

TRAZANDO EL MAPA

3

e r a Jo h n Taylor. E l lugar que se me nc iona e s, naturalmente, alrededor de tres mil millas al norte del punto de Chile que menciona la cita de Williams. En el plazo de pocas semanas apareci otro artculo sobre geografa en el peridico. Un notable bestseller de aquel tiempo era el libro de John Lloyd Stephens Incidents of Travel in Central America, Chiapas and Yucatn, 5 publicado en 1841. En el nmero de septiembre de 1842 se hizo una resea e n t u si a st a del libro de S tephens, c on e xte nsos extractos del fascinante relato, que describa las maravillas de las ruinas mayas, por primera vez en una fuente de lengua inglesa fcilmente accesible. Al comentar el primer extracto, el annimo escritor afirm que los nefitas vivieron alrededor de la e st r e c h a franja de tierra, que a hor a a ba r c a C e n t r o a m rica, con todas las c iuda de s que se encuentran all (pg. 915). Dos semanas despus el escritor llegaba a una nueva conclusin:Desde que nuestro Extracto del libro Incidentes de viaje etc. del seor Stephens fue publicado, hemos encontrado otro hecho importante relacionado con la veracidad del Libro de Mormn. Amrica Central, o Guatemala, est situada al norte del Istmo de Darin y en otro tiempo abarcaba varios cientos de millas de territorio de norte a sur. La ciudad de Zarahemla, incendiada en el tiempo de la crucifixin del Salvador, y reconstruida ms adelante, se encontraba en esta tierra.

El autor del artculo aadi, con frases pintorescas pero con cautela digna de elogio,

5.- Incidentes de viaje por Centroamrica, Chiapas y Yucatn. (N. del T.)

4

UN MARCO GEOGRAFICO

No vamos a declarar categricamente que las ruinas de Quirigua (en Guatemala) son las de Zarahemla, pero cuando la tierra, y las piedras, y los libros narran la historia tan claramente, somos de la opinin, de que se requeriran ms pruebas de las que los judos podan aportar para probar que los discpulos robaron el cuerpo de Jess de la tumba, para demostrar que las ruinas de la ciudad que nos ocupa no son las que se mencionan en el Libro de Mormn.

No tenemos seguridad de que las declaraciones del peridico fueran hechas por Jos Smith aunque l tena la responsabilidad editorial del mismo. Ni tampoco podemos estar seguros mediante otra fuente de la conclusin a la que lleg sobre el asunto. Tanto si el profeta personalmente crey que las tierras nefitas se encontraban en Centroamrica o no, los lderes que se asociaban diariamente con l sintieron que esta era la mejor contestacin a la pregunta dnde?. Incluso podra ser ms importante para los Santos de los Ultimos Das darse cuenta de que ellos la consideraban como una pregunta abierta, para ser meditada e investigada, y ellos complementaban su estudio de las escrituras con los mejores recursos del limitado saber se c u l a r q u e les era accesible en a que l tie mpo. Veintitrs meses despus de las afirmaciones del Times and Seasons, murieron Jos Smith y su hermano Hyrum. Los sucesos que se acumularon durante este agitado periodo anterior al martirio del profeta, le dejaron escaso tiempo libre para estudios de geografa. Sin embargo, una afirmacin de Orson Pratt, de 1848, demuestra la continuidad de las ideas expresadas por el Times and Seasons seis aos antes. Los nefitas, dijo Pratt, habitaron las ciudades del Yucatn durante el tiempo en que fueron atacados y expulsados de la tierra del sur, 6 obviamente esto excluye a Panam como la estrecha franja de tierra.6.- Millennial Star 10 (15 de Noviembre 1848): 347.

TRAZANDO EL MAPA

5

L a p r e ocupacin principal de la siguie nte generacin de Santos fue simplemente sobrevivir. Cuando ms adelante, durante el siglo XIX, se reaviv el inters por la geografa del Libro de Mormn, los lderes de la Iglesia tuvieron cuidado de no dejar que se produjeran divisiones entre los Santos por esta cuestin o que las opiniones se convirtieran en dogmas. El Elder George Q. Cannon, una de las fuerzas intelectuales de aquel tiempo en la Iglesia, dijo en 1890:Existe la tendencia, que se manifiesta con fuerza en estos momentos entre algunos hermanos, de estudiar la geografa del Libro de Mormn. ... Se pide a menudo a los hermanos que dan discursos sobre las tierras de los nefitas que preparen sugerentes mapas ilustrativos de la geografa nefita, pero nunca deberan haber consentido en hacerlos. Tampoco sabemos de ningn apstol que quisiera emprender tal labor. La razn es que, sin ms informacin de la que tienen, no estn preparados ni siquiera para sugerir [una solucin]. 7

El presidente Joseph F. Smith, el presidente de los setenta Anthony W. Ivins, y el apstol John A. Widtsoe se encontraban entre las autoridades que ms tarde afirmaron que la Iglesia no adoptaba ninguna posicin sobre las localizaciones especficas del Libro de Mormn. El presidente Smith, por ejemplo, cuando se le pidi aprobar un mapa mostrando el lugar exacto donde Lehi y su tripulacin desembarcaron, se neg a hacerlo, alegando que el Seor todava no lo ha revelado.8 Elder Ivins advirti en 1929, Todava no se h a a n u nciado nada definitivo que r e sue lva definitivamente la cuestin [de la geografa del Libro de Mormn]. As que la Iglesia dice, s, estamos simplemente esperando a descubrir la verdad. 9 Esta7.- Juvenile Instructor 25 (Enero de 1890): 18-19. 8.- The Instructor 73 (Abril de 1938): 160. 9.- Informe de la Conferencia de Abril de 1929 (Salt Lake City: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Das, 1929), pp. 15-66.

6 UN MARCO GEOGRAFICO

cautela ha sido la trayectoria que se ha seguido consecuentemente desde entonces, dejando libertad para que los individuos estudien y examinen el tema sin poner a las autoridades en el compromiso de tener que defender o refutar el punto de vista personal de alguien. Incluso en un resumen tan breve como ste, queda claro que las autoridades de la Iglesia desde la poca de Jos Smith hasta ahora no han llegado a ningn c o n se n so , no han hecho ninguna de c la r a c in autorizada, ni han informado de ninguna solucin definitiva a la cuestin de la geografa de Libro de Mormn. Sin embargo, nunca les ha parecido un problema insoluble, slo difcil. Elder Widtsoe pensaba que a fuerza de un estudio diligente, con oracin, podemos llegar a comprender mejor la poca y los lugares de las personas que se mueven a travs de las pginas del divino Libro de Mormn. 10 No, las autoridades de la Iglesia no nos han resuelto ninguno d e l o s p roblem as ms im porta nte s sobr e e l emplazamiento geogrfico del Libro de Mormn. Debemos buscar las respuestas en algn otro lugar.

Qu Dice el Libro?E l p r i mer lugar donde d e be mos busc a r conocimiento sobre el contexto del Libro de Mormn es el propio libro. Recurrir al original es la base de todo conocimiento slido cuando alguien trabaja con un texto antiguo. Un renombrado experto en tierras bblicas y del Antiguo Testamento lo dice de este modo: No se puede nunca enfatizar demasiado el que los descubrimientos arqueolgicos tienden a justificar el significado literal del texto contra [cualquier otra] interpretacin erudita y tradicional. Esto no slo es vlido para la Biblia, sino para todos los textos antiguos en general.1110.- Witdsoe, Book of Mormon Geography, pg. 130. 11.- Cyrus Gordon, Introduction to Old Testament Times (Ventor, New Jersey: Ventnor Publishers, 1953) pg. 107.

TRAZANDO EL MAPA

7

Pero se encuentra suficiente informacin para mostrar una imagen coherente y digna de confianza en el mismo libro? Algunos Santos de los Ultimos Das han escudriado las claves que el Libro de Mormn proporciona sobre geografa y han elaborado varios mapas mostrando lo que ellos consideran que son las conexiones entre las tierras y ciudades mencionadas. Decir que han llegado a conclusiones variadas, es una expresin exageradamente moderada. En efecto, nosotros debemos elaborar un mapa semejantesistemtica y extensamente. De cada afirmacin del libro debemos extraer toda la informacin importante, y debemos hacerla encajar toda sin contradicciones. A pesar de sus contribuciones, todos los mapas anteriores han sido incompletos y poco consistentes al tratar la i n f o r m a c in im portante del L ibr o de Mor mn. Ninguno es totalmente digno de confianza. Construir un mapa que sea internamente coherente no es mas que el primer paso. Seguidamente debemos hacer que correspondan las tierras y ros del Libro de Mormn con lugares existentes, lugar por lugar, tal como lo han hecho los expertos en lo que respecta a gran cantidad de la informacin que se encuentra en la Bi b l i a . S i no fuera por eso, los suc e sos que se encuentran en el libro permaneceran en un limbo geogrfico; y nosotros tendramos slo un mapa simulado. Nuestra primera tarea consiste en analizar las caractersticas esenciales de las tierras descritas en el libro. Esto determinar un conjunto de requisitos. Cualquier rea de las Amricas que se proponga como la localizacin de los sucesos del Libro de Mormn d e b e e n c a jar con estos criterios o si no se la considerar equivocada. Mientras comparamos los requisitos con porciones del mapa actual del mundo, debemos eliminar de nuestra consideracin todos los territorios que estn en conflicto con lo que se requiere. Es concebible que pudiramos terminar sin la

8

UN MARCO GEOGRAFICO

informacin suficiente para identificar con seguridad algn lugar como el rea donde tuvieron lugar los acontecimientos del Libro de Mormn. Sin embargo, prosigamos. El requisito ms obvio, que es la configuracin, tiene que ver con el bosquejo bsico del Libro de Mormn. Pronto nos enteramos de que una estrecha lengua de tierra o istmo separaba la tierra del norte de la tierra del sur, con forma, a rasgos generales, de reloj de arena. (Ver el mapa 1). Alma 22:32 nos dice que la tierra del sur estaba c a si r o d e ada de agua, pero no ha c e ninguna declaracin clara acerca de la relacin de la tierra del n o r t e c o n sus m ares adyacentes. Ta l y c omo la conceban los nefitas, la tierra del sur estaba dividida principalmente en dos: la tierra de Nefi ms al sur, y hacia norte de sta la tierra de Zarahemla, la cual se extenda tanto que casi llegaba hasta la lengua de tierra. La porcin sur del istmo se denominaba tierra de Abundancia. Directamente al norte de la tierra de Abundancia, en la estrecha franja de tierra, estaba la tierra de Desolacin. No lejos, al norte de Desolacin, se e n c o n traba la primera zona pr inc ipa l de asentamiento jaredita, la tierra de Morn (Eter 7:6). Al norte de Desolacin, a lo largo de la costa oriental yaca una tierra cubierta de agua (Alma 50:29; Eter 15:8-11). Al norte de Morn y al sur de Nefi, la situacin permanece nebulosa; pero en medio de todo esto, el conjunto de estas conexiones _ tierra del norte/istmo/tierra de Zarahemla/tierra de Nefi _ estn ms all de toda discusin.

FORMA DE RELOJ DE ARENA DE LAS TIERRAS DEL LIBRO DE MORMON

10

UN MARCO GEOGRAFICO

DimensionesQu largo y ancho tenan estas tierras? La forma de reloj de arena podra, despus de todo, encajar tanto con todo el hemisferio occidental como con una porcin relativamente pequea del mismo. Es vital establecer la extensin del territorio donde tuvieron lugar los hechos narrados en las escrituras. Para determinar sus dimensiones, la informacin crucial que se encuentra en el texto es cunto tiempo les llevaba a las personas trasladarse de una parte a otra. Consideremos la distancia entre la ciudad de Nefi y la de Zarahemla. El grupo de misioneros que dirigi Amn, intentando llegar hasta la tierra de Nefi, no saban el rumbo que deban seguir en el desierto para ir a la tierra de Lehi-Nefi; por tanto encontraron el lugar despus de 40 das de viaje (Mosah 7:4). El viaje de Alma y sus conversos nos es de ms ayuda, ya que recorrieron prcticamente el mismo camino en sentido contrario. Salieron de las aguas de Mormn, que probablemente no se encontraba a ms de dos das de la ciudad de Nefi, y lograron llegar a Zarahemla en 21 das (Mosah 18:1-7; 23:1-3; 24:20; 25). El grupo inclua mujeres, nios y rebaos. Cun rpido pudieron haber viajado? Los pioneros mormones, conduciendo yuntas de bueyes a travs del llano territorio de Nebraska, hacan un promedio de 10 a 11 millas por da. En Guatemala les lleva a los porquerizos ocho das conducir una p i a r a d e cerdos 90 millas a tr a v s de te r r e no montaoso, hasta llegar al mercado (una media de poco ms de 11 millas por da). 12 Otros grupos de viajeros no lo hacen ni siquiera tan rpido. R.E.W. Adams, un arquelogo que ha trabajado en Guatemala,12.- R. E. W. Adams, The Ceramic Chronology of the Southern Maya. Segundo informe preliminar de la Fundacin para las Ciencias Nacionales, Grant GS 610, Universidad de Minnesota, duplicado en Minneapolis, 1966, pg. 5.

TRAZANDO EL MAPA

11

informa que a los viajeros que van en viaje comercial de rutina, atravesar los senderos y corrientes de la j u n g l a d e sde el valle de C otzal ha sta Pe t n aproximadamente 120 millas de distancia por aire -les cuesta 19 das o ms, haciendo una media de poco ms de 6 millas por da. Gran parte del camino se hace en piragua ro abajo. Adems, una persona puede recorrer en seis horas, andando por esa zona, una distancia que le llevara siete a caballo. Si lleva animales consigo, el tiempo se alarga hasta diez horas.13 Otros viajeros son mucho ms rpidos. R. F. Heizer informa que en el siglo XIX en California, pequeos grupos de indios Mohave podan recorrer cerca de 100 millas al da, en algunas ocasiones sin comida ni agua durante das. Hace aproximadamente 75 aos, un indio tuvo fama de haber hecho un viaje de 100 millas y regresar despus de descansar solamente unas pocas horas. En el caso de los indios Mohave 14 no era excepcional hacer un promedio de seis millas por hora, no por da. El padre Sahagn escribi acerca de un pueblo mejicano pre-hispnico: Los Toltecas eran altos, con el cuerpo ms grande que los que viven a c t u a l m e n te; por esta razn le s lla ma ba n los tlanquacemilhuique que significa que podan correr el da entero sin cansarse.15 Durante los traslados de los Toltecas, descritos en las crnicas mejicanas, en marchas desde el amanecer hasta la puesta del sol, sin animales, hacan una media de seis leguas, entre 15 y 24 millas.1613.- Ibid. 14.- Robert F. Heizer, Physical Capabilities of the Capabilities of the California Indians, Masterkey 45 (1971): 109-13. 15.- Bernardino de Sahagn, Historia de las cosas de Nueva Espaa (Mxico: Editorial Nueva Espaa, 1946), pg. 281. 16.- Mariano Veytia, Historia antigua de Mxico, vol 1 (Mxico Leyendia, 1944), pg. 152; Fernando de Alva Ixtlilxochitl, Obras histricas, vol. 1 (Mxico: Editora Nacional, 1952) pg. 24.

12

UN MARCO GEOGRAFICO

Otros datos sobre la velocidad de los viajes entran dentro de estas escalas establecidas. Existe una amplia gama de posibilidades, dependiendo del terreno, de cmo estaban de acostumbradas las personas a viajar, o de si se trataba de un simple mensajero, de todo un p u e b l o o de un ejercito los que se ha lla ba n involucrados. Si asumimos que el grupo de Alma y sus animales fueron a velocidad normal, es plausible que hayan viajado a razn de unos once millas por da. Desde las aguas de Mormn, de donde parti el grupo de Alma, Zarahemla estara a 21 das o a 231 millas de viaje real haciendo 11 millas por da. Helam, la tierra a la que huy Alma, parece haber estado fuera de la ruta principal, lo cual podra haber resultado un poco ms corto (viajeros posteriores no pasaron por Helam; comparar Mosah 23:30, 35). Adems el texto deja claro que parte del viaje se hizo atravesando un yermo montaoso (donde se encontraba la cabecera del ro Sidn; Alma 16:6; 22:27; 27:14), por una retorcida ruta con la que no estaban familiarizados Alma y su gente. El lugar denominado las aguas de Mormn estaba a un par de das de la ciudad de Nefi (Mosah 18:4-7, 30-34; 23:21). As que la cantidad real de millas del sendero o camino entre Zarahemla y Nefi, las dos ciudades predominantes en este temprano periodo de la historia, debe de haber sido del orden de 250 millas, asumiendo un ritmo de velocidad de 11 millas por da. Considerando las vueltas y curvas de una ruta verdadera, que sera probablemente la seguida en semejante terreno, la distancia en lnea recta se aproximara ms a 180 millas. (Ver el mapa 2) Usando la distancia entre Nefi y Zarahemla como modelo tentativo, podemos calcular las distancias que haba entre otros lugares. Moroni dijo que la ciudad de Zarahemla era el corazn o centro de la tierra de Zarahemla (Alma 60:1, 19, 22; Helamn 1:17-18, 2223). Sin embargo, Zarahemla no estaba lejos del lmite

TRAZANDO EL MAPA

13

de las tierras lamanitas. Un tal Coriantumr condujo un ejercito lamanita descendiendo por la tierra de Nefi directamente hacia Zarahemla, y su marcha fue tan sumamente rpida, que no hubo tiempo de que los nefitas reunieran sus ejrcitos (Helamn 1:19). Si la distancia entre las fronteras del asentamiento nefita y su ciudad principal hubiera sido muy grande, los nefitas habran recibido alguna advertencia de la fuerza que se aproximaba. Antes de esto, otro ejercito lamanita, procedente de Nefi, irrumpi en escena cerca de Zarahemla con slo escaso aviso (Alma 2:23-25). Aparece una corroboracin de esto en el relato del rey Mosah, quien, aos antes, condujo a su gente fuera de la tierra de Nefi; parece ser que ellos llegaron a la tierra... e incluso a la ciudad de Zarahemla, ms bien precipitadamente (Omni 1:13-14). Estos hechos sugieren que la ciudad de Zarahemla puede haber estado en algn lugar al sur del centro geogrfico del pas, a pesar de que conceptualmente estaba en el corazn del mismo. H a y o t ra razn para pensar que la c iuda d de Zarahemla poda no haber estado exactamente en el centro de la tierra de Zarahemla. Al norte de la ciudad, entre Zarahemla y Abundancia, la cul estaba an ms al norte, (Helamn 1:27-28), se encontraban las partes principales de la tierra. Esta importante zona parece haber estado a lo largo del ro Sidn, el cual flua al norte de la tierra de Zarahemla (Alma 22:27-33; 2:15). Con el rea ms importante de asentamiento situada corriente abajo desde Zarahemla, nos da la impresin de que la ciudad principal estaba ms cerca de las fronteras lamanitas que de donde se concentraba la poblacin de la gran tierra de Zarahemla. Ms tarde, pero todava antes de Jesucristo, una continua franja de tierra yerma separaba la Zarahemla nefita del territorio lamanita. Adems, por lo menos durante los sucesos que relatan los libros de Mosah y Alma, la ciudad de Nefi (tambin llamada Lehi-Nefi)

1 El viaje de Omer a Ablom ("muchos das") 2 El de Nefah a Moroni (un da largo) 3 Los exploradores de Limhi ("muchos das" perdidos por el desierto) 4 El grupo de Alma 5 La huida de Nefi ("muchos das en un territorio inexplorado) 6 El grupo de Ammn (40 das)

LOS VIAJES QUE NOS INDICAN LAS DISTANCIAS

TRAZANDO EL MAPA

15

se encontraba a alguna distancia de la estrecha franja de yermo propiamente dicha. En el lado lamanita de l a z o n a fronteriza parece ser que un e spa c io considerable de yermo separaba la ciudad de Nefi de la franja de transicin. Una cantidad considerable de bsquedas de tierras perdidas, avances y retrocesos de los enemigos, y viajes en el yermo tuvieron lugar en este extenso territorio. (Ver, por ejemplo, Mosah 19:911, 18, 23, 28; 23:1-4, 25-31, 35; Alma 17:8-9, 13; 23:14, a la luz de los versculos 9-12; 24:1.) No se hace ninguna mencin de si alguna vez se hizo un viaje hacia el sur de la ciudad de Nefi, as que debe de haber estado cerca del lmite sur o de lo que los nefitas reconocan como la gran tierra de Nefi (Alma 22:28). Si tomamos todas estas consideraciones en cuenta, parece razonable dividir nuestras cifras tentativas sobre la cantidad de millas de esta manera: del orden de 180 millas en lnea recta separaban la ciudad de Nefi de la de Zarahemla; haba alrededor de 100 millas de distancia desde Nefi hasta el punto medio de la angosta faja de terreno desierto (Alma 22:27); luego, eran 80 millas desde este punto bajando hasta la m i sm a c i u dad de Z arahemla. Aunque slo son estimaciones, estas distancias y relaciones se derivan cuidadosa y fielmente de los anales nefitas tal y cmo lo permite nuestra informacin actual. Al norte, ms all de las fronteras de la tierra de Zarahemla, se encontraba una tierra sin nombre, la tierra que estaba entre la tierra de Zarahemla y la tierra de Abundancia. El lugar slo se menciona en 3 Nefi 3:23. (La lnea que contiene estas palabras se o m i t e d e l texto im preso duran te muc hos a os, aparentemente por un error del impresor, pero se repuso en la edicin de 1981 del Libro de Mormn en ingls.17) La tierra de Abundancia, en conjunto, parece17.-Stan Larson, Change in Early Texts of the Book of Mormon, Ensign 7 (Septiembre de 1976), pp. 28-33. Estas palabras todava no estn en la traduccin al castellano. (N. del T.)

16

UN MARCO GEOGRAFICO

haber sido bastante estrecha, ya que Alma 22:31-33 la describe ms que nada como una zona que se extenda a travs de la estrecha lengua de tierra. No se dice mucho ms acerca de ella. A cunta distancia se encontraba Zarahemla de Abundancia? Si la primera se encontraba ligeramente al sur del centro geogrfico, como se ha razonado anteriormente, podra haber alrededor de 100 millas desde la ciudad de Zarahemla hasta la frontera norte de una tierra ms extensa que la que se denominaba Zarahemla en los das de Alma (Alma 5:1; 6:7; 8:1-3, 6, 11-12; 16:1-15; 28:1). Si aadimos la tierra sin nombre, la tierra entre la tierra de Zarahemla y la tierra de Abundancia, y tambin la estrecha tierra de Abundancia, 80 millas ms, deba de haber una amplia distancia desde el lmite norte a la tierra del sur. Ms all se extenda la tierra de Desolacin, en la tierra del norte, de la cual hablaremos ms adelante. Repasemos estas distancias. La tierra de la primera herencia estara en el lmite del extremo sur, pero no podemos estar seguros de su relacin con Nefi o sus alrededores, excepto de que la primera era una regin costera y la otra un territorio elevado. Nuestro primer punto claro de referencia, entonces, es la ciudad de Nefi. El siguiente es una extensin situada a 100 millas del punto desde el que se inicia la influencia nefita. Unos 80 millas adicionales nos llevan a la misma ciudad de Zarahemla. Alrededor de 100 millas al norte de Zarahemla estaba el lmite de la tierra que era controlada directamente por la ciudad durante el reinado del ltimo rey (Alma captulos 5-15) y que continu por mucho tiempo despus como una unidad geogrfica real (3 Nefi 3:23). Ochenta millas ms cubren la extensin unida de la tierra intermedia y Abundancia. As que la longitud total de la tierra del sur, donde tuvo lugar la mayor parte de la historia que narra el Libro de Mormn, no deba de ser ni ms ni menos que de 360 millas.

TRAZANDO EL MAPA

17

Pudiera ser de ayuda, acostumbrados como estamos a grandes distancias que podemos recorrer por aire y automvil, que recordramos que Palestina, desde Dan hasta Beersheba, tena slo 150 millas de largo y menos de la mitad de ancho; a pesar de esto el 95 por ciento de los hechos mencionados en el Antiguo Testamento tuvieron lugar dentro de ese reducido espacio. Desde esta perspectiva, la extensin estimada a la que hemos llegado del escenario nefita parece razonable. Naturalmente, posteriores indicaciones del Libro de Mormn nos ayudan a confirmar estas dimensiones. En la historia del grupo de exploracin del rey Limhi se encuentra una comprobacin vital de la extensin del conjunto de estas tierras. Gobernando sobre un grupo sometido a servidumbre en la tierra de Nefi, Limhi mand exploradores a encontrar Zarahemla, de la cual sus antepasados haban venido casi 50 aos antes (Mosah 8:7-8). Sus mensajeros iban a pedir a la gente de Zarahemla que les ayudaran a librarse del y u g o l a m anita. D esafortunadame nte , de a lguna manera, esta ruta sobrepas Zarahemla, y atravesaron la estrecha lengua de tierra, sin ni siquiera darse cuenta, y les llev al lugar donde haba tenido lugar la batalla final de una poblacin anterior, los jareditas. All encontraron ruinas y un conjunto de 24 planchas dejadas por el ltimo profeta jaredita, Eter (Eter 15:33; Mosah 21:25-27). Con tristeza, los exploradores volvieron a su tierra, a Nefi, para informar a Limhi, e q u i v o c a dam ente, de que los re stos que ha ba n encontrado deban de ser los de Zarahemla destruida. El grupo de exploracin sabra aproximadamente c u n t o l e s haba llevado a sus pa dr e s via ja r de Zarahemla a Nefi, tan slo dos generaciones atrs, as que cuando ellos viajaron, digamos, el doble de la distancia normal, hasta Zarahemla, se debieron de h a b e r p r e guntado acerca de su posic in y probablemente no habran ido mucho ms lejos.

18

UN MARCO GEOGRAFICO

De Nefi a Zarahemla, en lnea recta, haba 180 millas. El doble de la distancia que les habra llevado hasta la lnea (Alma 22:32, lgicamente un ro) que separaba Abundancia de Desolacin, el comienzo de la tierra del norte. A semejante distancia de casa deban de haber pensado en volver. Seguramente hombres tan diligentes como los que el rey habra mandado no habran seguido mucho ms all. As que no es razonable que el campo de batalla de los jareditas, donde terminaron los exploradores de Limhi, hubiera estado, dentro de la tierra del norte, a ms de 100 millas desde la lnea en el istmo. (Ver mapa 2.) L a c o l ina de R am ah, donde los ja r e dita s se autodestruyeron, era la misma colina que la Cumorah nefita (Eter 15:11). Todo este asunto nos dice pues, que es improbable que la distancia total de la ciudad de Nefi al ltimo campo de batalla en Ramah o Cumorah fuera de ms de 450, o quizs 500, millas. Tengan presente que estas cifras son estimaciones razonables de acuerdo con las afirmaciones de las escrituras; no se pueden determinar distancias ms exactas. De todos modos, cualquier incremento de las dimensiones, hara ms difcil de sostener la historia d e l o s e x ploradores de L im h i. La c olina de Ramah/Cumorah parece entonces, haber estado 100 millas al interior de la estrecha lengua de tierra, y esto concuerda con que los nefitas llamaran Desolacin a la porcin que estaba ms al sur de la tierra del norte, la cual inclua el ltimo campo de batalla, salpicado de huesos y armas oxidadas (Alma 22:30-31). En lo que respecta a la propia tierra del norte, nuestros datos sobre distancias nos llegan del registro jaredita, de sus ltimos aos de guerras entre ellos. Mientras los jareditas se aproximaban a su destruccin final, el profeta Eter huy, para salvar su vida, desde los cuarteles generales del rey, en Morn: y l se ocultaba en el hueco de una roca durante el da, y sala de noche para ver las cosas que le sobrevendran al

TRAZANDO EL MAPA

19

pueblo (Eter 13:13). Vivi en esa cueva mientras escriba el resto de la historia, o sea, el original del libro de Eter, que fue ms tarde compendiado por Moroni para que nosotros lo leyramos. La gran guerra civil jaredita comenz el mismo ao en el que huy Eter, y el profeta registr todo aquello de lo que se enteraba sobre ella, desde su refugio (Eter 13:14, 18, 2 2 - 2 4 ) . D espus de ocho aos de c omba te intermitente, todava continuaban las batallas en el valle de Morn, que an estaba dentro del campo de observacin de Eter. Y l continuaba en su cueva despus que una poblacin de ms de dos millones de personas, las cuales haban cubierto toda la superficie de la tierra, murieran (Eter 14:11, 22-23; 15:2). Finalmente, tras una catastrfica batalla cerca de la colina de Ramah, el Seor hizo salir a Eter de su cueva para que hiciera la ltima anotacin en su registro y lo depositara donde el grupo de exploracin de Limhi pudiera encontrarlo. La conclusin parece clara. Todas las batallas finales de los jareditas tuvieron lugar en la tierra del norte, dentro de un territorio lo suficientemente pequeo como para que Eter pudiera observar la mayor parte de la accin movindose slo distancias muy cortas desde su base, en la cueva. Adems, el linaje de Jared tuvo su principal asentamiento en Morn desde poco tiempo despus de su desembarco en la costa hasta poco tiempo antes de la destruccin final. Y la tierra de Morn estaba cerca de la tierra que los nefitas llamaban Desolacin (Eter 7:6). Probablemente cien millas desde Morn hasta la colina de Ramah, se acomodaran a todos estos hechos. La confirmacin de la proximidad de Ramah con Morn se encuentra en el relato acerca del rey Omer. El gobern durante los primeros aos de la historia jaredita, cuando la poblacin inmigrante pudo haber sido escasa. Retirndose de Morn, al ser amenazado por un rival, viaj con su familia muchos das hasta

20

UN MARCO GEOGRAFICO

encontrar refugio cerca del mar occidental. Un grupo de gente se trasladara ms lentamente, y, con nios y mujeres, probablemente por una ruta ms larga y ms llana, que el solitario Eter. En su camino desde Morn hasta el mar, Omer pas por Ramah/Cumorah (Eter 9:3). Cuando se enter de que los acontecimientos se haban puesto a su favor en casa, Omer volvi. (Eter 9:13). Si el rea a la que huy, y por lo tanto la de la ltima batalla, estaba ms o menos dentro de las 100 millas desde Morn, la huida y vuelta de Omer tiene sentido; una distancia ms grande parecera extraa, dada la poca cantidad de poblacin. Muchos Santos de los Ultimos Das tendrn que cambiar notablemente su manera de pensar para ajustarla a las dimensiones de las que hemos hablado. Y tenemos otras evidencias en el Libro de Mormn de que los nefitas ocuparon un rea bastante compacta. Por ejemplo, 3 Nefi 3 nos cuenta cmo los nefitas y los lamanitas justos, amenazados por los ladrones de Gadiantn, se reunieron en una fortaleza comn, con provisiones de alimentos para siete aos, para hacer sa l i r d e su tierra a los parasita r ios la dr one s, hacindoles pasar hambre. El tamao de la poblacin reunida se describe como de miles y decenas de miles provenientes de la tierra del sur y la del norte, todos reunindose desde asentamientos de los cuales unos pocos aos antes el relato de Helamn dice: empezaron a cubrir la superficie de toda esta tierra, desde el mar del sur hasta el mar del norte, y desde el mar del oeste hasta el mar del este. (Helamn 3:8). Sin embargo, se dice que toda esta gente se reuni en una sola zona, lo suficientemente pequea como para ser sitiada (3 Nefi 4:16-18). El texto, claramente, trata de un rea que en conjunto slo tiene una dimensin de cientos de millas. Que sabemos de la estrecha lengua de tierra? Primero, tena que ser lo suficientemente ancha como p a r a q u e los exploradores de Limhi pudie r a n

TRAZANDO EL MAPA

21

atravesarla sin darse cuenta de que era un istmo. (Recordemos que a su vuelta supusieron que haban estado todo el tiempo en la tierra del sur.) Por otro lado, era tan estrecha que la distancia no era sino de un da y medio de viaje para un nefita, por la lnea de Abundancia y la tierra de Desolacin, desde el mar del este al del oeste (Alma 22:32). Por supuesto no sabemos cunto tiempo poda ser un da de viaje. Las referencias dadas anteriormente ilustran cun gran variedad de distancias podra abarcar este trmino. Tambin pueden variar las interpretaciones de esta expresin. Posiblemente la distancia de un da y medio era una distancia estndar. Los nefitas podan h a b e r e n t endido que un da y me dio de via je significaba una determinada cantidad de millas. De la m i sm a f o rma, la legua espaola signif ic a ba e l promedio de la distancia que una mula cargada poda viajar en aproximadamente una hora; el trmino no dice nada de ninguna mula ni de una cantidad de horas determinadas de viaje continuado. O quizs las palabras un nefita podran slo implicar que el que hacia el trayecto era un mensajero especial, ya que la frase se encuentra en un contexto de defensa militar. Y qu medio de transporte se podra haber empleado? Si asumimos un viaje a pie -probablemente el modo normal- podemos proceder a calcular la anchura del istmo. Como ya hemos calculado anteriormente, la velocidad de un nefita, un slo individuo, poda potencialmente ser de hasta seis millas por hora durante un tiempo de 24 horas, lo cual entra dentro del da y medio. Esto hara un total de 144 millas. Si se utiliz otro medio para viajar aumentara la cifra de 144. O la distancia sera quizs ms pequea, digamos, de 50 millas. Si se aplica la cifra mnima, hubiera sido muy difcil que los exploradores de Limhi no se dieran cuenta de que atravesaban un largo istmo; si nos vamos al extremo contrario, la cifra ms alta, el da y

22

UN MARCO GEOGRAFICO

medio de viaje resulta ms problemtico. Me parece que una extensin de 75 a 125 millas resulta un trmino medio plausible. Hay todava otro relato de un viaje que nos ayuda a precisar distancias, esta vez en la costa este de la tierra del sur. El comandante nefita Moroni estableci all una hilera de ciudades con guarniciones, contra un anticipado asalto lamanita dirigido a Abundancia y a la estratgica zona del istmo. El rea pronto se convirti en una zona crucial de batallas cuando el disidente nefita Amalickah tram cmo hacerse con el control de los ejrcitos lamanitas y atac por sorpresa a lo largo de la costa, capturando ciudad por ciudad hasta que se encontr en la misma frontera de la tierra de Abundancia (Alma 5:22-28). Abundancia era la ciudad que estaba ms al norte en el camino de avance haca la tierra del norte. Al llegar a este punto, un grupo de soldados nefitas hicieron salir a la guarnicin lamanita fuera de su fortaleza de Mulek, conducindoles hacia Abundancia, mientras una segunda fuerza se introduca furtivamente en la retaguardia enemiga para tomar p o se si n de Mulek (A lm a 52:21- 31) . Mule k y Abundancia estaban tan cercanas la una a la otra que las fuerzas de Tencum pudieron recorrer la mayor parte de la distancia y regresar durante parte de un da caluroso, aunque esto supuso un esfuerzo extenuante (versculo 31). Sobre la base de estas declaraciones, podemos inferir que para los soldados haba ms o menos un da regular de marcha desde Mulek hasta Abundancia; digamos casi 25 millas. Un poco despus, Gid, la ciudad que segua a la de Mulek, fue recapturada por los nefitas con una nica maniobra. Despus de ms escaramuzas, se mencionan cuatro ciudades que continuaban en manos lamanitas: Moriantn, Lehi, Nefah y Moroni. En un decisivo da de batalla, los nefitas expulsaron al enemigo de todas e l l a s ( A l ma 62:24-35). E l contr a a ta que ne f ita comenz, probablemente al amanecer, contra Nefah,

24

TRAZANDO EL MAPA

23

la ms importante de las cuatro. Tras capturarla r p i d a m e nte, el capitn Moroni pe r sigui a los l a m a n i t a s que se retiraban a tr a v s de Le hi y Moriantn hasta la playa (versculo 32); despus, a lo largo de la orilla, fueron corriendo hacia Moroni, llegando al anochecer (versculo 35). Pasaron el da p r i n c i p a l m ente persiguiendo a los la ma nita s derrotados, no luchando contra ellos. Cargados de adrenalina, los ejrcitos pueden haber ido a tres millas o ms por hora, durante 15 horas, casi 50 millas. Podemos determinar, por otras evidencias sobre la localizacin de estas ciudades, que la ruta era ms un semicrculo que una lnea recta. Nuestra conclusin debe ser que la porcin de litoral que recorrieron ese da no pudo haber sido de ms de 30 millas de largo. Todas estas cifras combinadas nos dicen algo importante acerca de la longitud de la costa este, en p o se si n de los nefitas. C omo he mos visto, Abundancia estaba a 25 millas de Mulek. En el otro extremo, el sector de Nefah-Moroni contaba con quizs 25 millas ms. Esto deja el centro, en el cual s l o se nombran las ciudades de Gid y Ome r. Careciendo de datos sobre este sector, yo simplemente aado otras 30 millas, por analoga con los otros. En resumen, no resulta plausible que la distancia desde Abundancia, en el extremo norte, hasta Moroni, en el extremo sur de la costa este, se extendiera mucho ms de 85 millas. (Ver mapa 2.) L a c o sta este, controlada po r los ne f ita s, de aproximadamente 85 millas, tiene mucha menos longitud que la tierra del sur medida desde Zarahemla a Nefi. La longitud de este eje era del orden de las 350 millas. La diferencia entre estas longitudes es tan grande que no se puede deber a presupuestos errneos. El Libro de Mormn realmente requiere que la costa este, importante para los nefitas, fuera mucho ms corta que la del oeste, y cualquier mapa que sugiramos debe acomodarse a este hecho.

LA LOCALIZACION RELATIVA DE LAS TIERRAS Y LAS CIUDADES

TRAZANDO EL MAPA

25

Al mismo tiempo, las fronteras de la costa del mar este, como los escritores nefitas llamaban a esta zona costera, tenan que ocupar un pedazo considerable de terreno. Cuando Moronah y sus ejrcitos luchaban por regresar de una desastrosa guerra, que haba dejado todo el territorio nefita de la tierra del sur ocupado por los lamanitas, recobraron la mitad de sus posesiones, y esta mitad estaba constituida por el rea fronteriza del este ms la tierra de Abundancia (Helamn 4:5, 10, 16). Como no hay ninguna indicacin de que ni siquiera la propia tierra de Abundancia fuera extensa, las fronteras tenan que ser un territorio de buen tamao para que, unidas ambas reas, constituyeran la mitad del territorio nefita. Advirtase tambin que el ataque relmpago de Amalickah en este sector realiz un corte en forma de guadaa cerca de las costas del mar, a lo largo del litoral, hasta cerca de Abundancia (Alma 51:25-28), pero pas de largo Nefah, la cual estaba ms tierra adentro. Incluso, despus que Nefah cayera finalmente en manos enemigas, los nefitas retuvieron una hilera de tierras bajas en el interior, donde se hallaba situada Jersn, su base militar. Para que esta situacin tenga sentido militarmente, la regin costera habra debido tener por lo menos 30 o 40 millas de ancho, y las palabras la mitad de sus posesiones confirman tal tamao. De todos modos, podemos decir que la tierra del sur en conjunto no era ni mucho menos tan ancha como larga. Advirtase que las migraciones, viajes, guerras, expediciones misionales -prcticamente todos los traslados- tendan a ser hacia el norte o hacia el sur en vez de ser en direccin transversal. El viaje misional de Alma es uno de los pocos que nos ensean mucho acerca de la anchura. En su recorrido como predicador, Alma dej Zarahemla, junto al ro Sidn, para predicar en Melek en el lmite oeste de la tierra colonizada (Alma 8:3-5). De all regres al norte, paralelo al yermo del oeste (Alma 22:27-28), hasta llegar a

26

UN MARCO GEOGRAFICO

Ammonah (Alma 8:6). Este lugar, al igual que Melek, estaba cerca de la periferia occidental, como se demuestra en Alma 16:2 y 25:2. Desde Ammonah, el profeta viaj por la costa este hacia una ciudad llamada Aarn (Alma 8:13), sin llegar realmente a ella. Ms tarde se dice que Nefah una las fronteras de Aarn y Moroni (Alma 50:14); Nefah era una de las ciudades defensivas construidas en las tierras bajas del este, y la ciudad de Moroni estaba al lado del mar del e st e ( A l ma 50:13; 62:32-34). Esta inf or ma c in establece que una hilera de ciudades se extendan desde el oeste hasta la costa este, a travs de la tierra al norte de Zarahemla: Ammonah, Aarn, Nefah y Moroni. (Ver mapa 2.) Estos cuatro lugares, alineados a travs de la mayor parte de la tierra del sur, debieron de haber ocupado 150 millas, lo que prcticamente vendra a suponer el lmite. Es probable que la distancia de costa a costa de este corte transversal no excediera de las doscientas millas. (Ver mapa 2.) Nunca se aclara la anchura de la tierra de Nefi, la porcin de tierras montaosas de la tierra del sur. Evidentemente la ciudad de Nefi no estaba lejos de la costa; el grupo inicial de colonos de Nefi no habra ido mucho ms lejos de lo necesario para escapar de los l a m a n i t a s (2 N efi 5:6-8), quie ne s f ina lme nte contactaron con ellos bastante pronto (versculos 14, 34). Adems, se contaba como parte de la tierra de Nefi la franja costera oriental colindante (Alma 22:28en la tierra de Nefi), aunque hacia el norte slo se concibe esta franja como al lado de la tierra de Zarahemla. Definitivamente, no se habla de nada que se encuentre al este de Nefi. Toda el rea este, desde Nefi, queda sin definir, excepto en que formaba parte del conjunto de las tierras del sur que casi se hallaban rodeadas de agua (Alma 22:32). Tambin se desconocen el tamao y forma de la tierra del norte. Ms all de la lengua de tierra se encontraba una extensin de tierra lo suficientemente

TRAZANDO EL MAPA

27

amplia como para que se distinguieran una zona de altiplano al oeste y otra de tierras bajas al este (Eter 9:3; 10:32; 11:15; 14:3, 6-7, 11-12, 16-17). No podemos decir a cunta distancia estaba Morn, el centro Jaredita en estas tierras montaosas, de la costa oeste, pero, puesto que fue colonizado por los jareditas poco tiempo despus de su desembarco (Eter 6:13; 7:5, 16-17, 20), podemos suponer que no distaba mucho del mar. Recordemos tambin la restriccin que impone el que Eter observara las ltimas guerras jareditas desde su posicin en una cueva (Eter 13:13-14). A la luz de estas consideraciones, no es probable que la tierra del norte, que se encontraba en esta crucial rea jaredita, haya tenido ms de un par de cientos de millas de anchura. Esta larga excursin a travs de las dimensiones del escenario del Libro de Mormn nos ha permitido fijar unos requisitos vitales. Ahora podemos estar seguros de que la historia del Libro de Mormn tuvo lugar en una limitada parte del hemisferio occidental, y aproximadamente con la forma de un reloj de arena. El tamao del territorio se midi en cientos, no en miles d e m i l l a s. L os traslados de la ge nte , los via je s individuales y el tiempo de duracin de los viajes que se registran en el libro encajan razonablemente con una tierra del sur de alrededor de 350 millas de largo y no mucho ms de la mitad de esta cifra de ancho, hasta un punto al norte de Zarahemla. La tierra del norte est menos definida pero no parece tan larga. (Ver mapa 3.) L o s d a tos del L ibro de Mor mn y nue str a s suposiciones nos han llevado a pensar que, desde luego, estas conclusiones no son perfectamente claras. Jugando con la informacin del texto se pueden dar resultados ligeramente diferentes. Si alguna persona llega a la conclusin de que la distancia de Nefi a Zarahemla era un 25 por ciento mayor de lo que hemos dicho, yo estara muy interesado en oir tal argumento; quizs sea correcto. Pero cualquiera que afirme que la

28

UN MARCO GEOGRAFICO

distancia entre las dos ciudades era, digamos, de 400 millas, en vez de las 180 que se sugieren aqu, no podra demostrar su punto de vista de una manera plausible apoyndose en las afirmaciones que se encuentran en el Libro de Mormn. Algunos de los requisitos sobre la extensin son bastante especficos. Tambin estn ligados entre ellos por intrincadas relaciones. Es imposible resolver tan slo en parte el problema de las ubicaciones y distancias, porque, al igual que un rompecabezas, todas las caractersticas deben encajar. Yo encuentro que encajan juntas limpiamente. Por lo tanto, la situacin espacial es coherente, pero tambin se deben cumplir otros requisitos para realizar un mapa aceptable del Libro de Mormn. A continuacin, vamos a considerar la configuracin de la tierra.

TopografaTenemos ms informacin sobre las caractersticas de la superficie de la tierra de lo que da a entender una l e c t u r a despreocupada de las e sc r itur a s. Los encargados de guardar los registros escribieron consistentemente acerca de ir arriba, abajo, o sobre. (Algunos lectores han mantenido que estas expresiones reflejan simplemente convenciones culturales, como la expresin yanqui down South18. Pero en muchos casos, el libro conecta estas palabras con claras y consistentes circunstancias topogrficas; no veo razn para no tomar estas preposiciones literalmente). Esta informacin nos permite obtener una clara imagen de las elevaciones relativas. (Ver mapa 4). Una caracterstica predominante es el ro principal, el Sidn, que bajaba desde las montaas que separaban las ciudades de Nefi y Zarahemla. El ro corra por la tierra local de Zarahemla, la cual se encontraba18.- Abajo, al sur. (N. del T.)

TOPOGRAFIA DE LAS TIERRAS Y LAS REGIONES

30

UN MARCO GEOGRAFICO

principalmente al oeste de la corriente (Alma 2:15). La n i c a z o n a nefita poblada, al e ste de l r o, e r a , seguramente, el valle de Geden. (Alma 6:7). Puesto que los viajeros tenan que ir arriba hasta Geden, y ya que estaba la colina Amnihu, nada ms atravesar el ro desde la ciudad de Zarahemla, extensa pero con una inclinacin lo suficientemente leve como para que hubiera espacio para una gran batalla, la cuenca del S i d n d ebe de haber estado inc lina da m s abruptamente haca el lado este que al oeste. Tambin sabemos que el ro debe de haber sido bastante largo. Su nacimiento se encontraba en lo profundo del yermo, en una altura superior a la de la ms alta ciudad nefita, cerca del ro, Mant (Alma 16:6). Zarahemla estaba corriente abajo. La ciudad de Sidn estaba an ms al norte y probablemente cerca del ro. (Al tener un nombre tan parecido al del famoso puerto fenicio, se p u e d e d e ducir que el lugar fue r a un punto de embarque del ro; el nfasis que se da en Alma 15:14 al bautismo en Sidn refuerza la idea de que estaba localizado al lado de la corriente.) La corriente deba de correr a travs del territorio nefita por lo menos un par de cientos de millas antes de desembocar en el mar, dada la extensin global de la tierra del sur. Poda ser atravesada a pie con un poco de dificultad, por un punto y probablemente durante la parte ms seca del ao (Alma 2:27, 33-35; 43:40). P a r t e d el territorio nefita inc lua los ye r mos adyacentes a las reas de asentamiento, a los cuales era difcil entrar, lo que nos conduce a esperar que una porcin de la ruta del ro se extendiera a travs de un terreno inhspito de colinas. De cualquier modo, la ciudad de Zarahemla estaba a una altura intermedia, arriba desde la costa (Alma 22:31) pero abajo desde Nefi (Alma 22:31; Helamn 1:17). El ro Sidn probablemente desembocaba en el mar del este, no en el del oeste. Las tierras bajas del este eran extensas, como se ha demostrado anteriormente,

TRAZANDO EL MAPA

31

pero al parecer el rea costera del oeste era estrecha y en su mayor parte insignificante. Puesto que se supone que el curso inferior y la desembocadura de un ro principal se forman y fluyen a travs de una llanura importante, el ro deba de desembocar en las tierras bajas del este. Las descripciones de las batallas que tuvieron lugar en el este mencionan la costa del mar y las llanuras, pero nunca hacen mencin de ninguna colina de importancia, excepto en el lugar llamado A n t i n u m, que probablemente e sta ba a a lguna distancia, tierra adentro (Alma 32:4; 25-26, 32; 52:20; 6 2 : 1 8 ) . N o se hace ninguna me nc in de donde desembocaba Sidn en el mar, aunque semejante ro debe de haber tenido una desembocadura considerable. Teniendo en cuenta lo corta que era la porcin de costa en posesin de los nefitas, el ro probablemente alcanzaba el mar en el lmite de las posesiones nefitas o ms all de stas, donde no habran tenido ninguna razn para mencionarlo. Naturalmente, sabemos que la tierra de la primera h e r e n c i a estaba en la costa oeste . De spu s de desgajarse el grupo de Lehi en dos, Nefi condujo al suyo hacia una altitud mayor; huyeron a las tierras montaosas del interior (2 Nefi 5:7-8; comparar con Alma 22:28). La tierra costera de su primera herencia estaba al sur de la tierra de Zarahemla, que era mayor, pero continuaba hacia el norte como una franja paralela a aquella tierra. Esa franja se extenda durante todo el trayecto hacia el istmo (Alma 22:27-29). El yermo del oeste consista tambin en una hilera de montaas deshabitadas paralelas a la zona costera, porque los grupos de personas tenan que cruzar sobre el yermo o por un pasaje, en el sur (cerca de AntiparaAlma 56:31-40), o por otro, al norte (Alma 25:2). Naturalmente las corrientes de agua del lado oeste de esta cordillera habran desembocado en el Sidn, el c u a l c l a r am ente reciba su agu a de una c ue nc a principal. No se menciona otro ro en la tierra de

32

UN MARCO GEOGRAFICO

Z a r a h e m l a). L a tierra de Mele k se e nc ontr a ba adyacente al yermo del este y por lo tanto en un margen de tierra cultivable, en la cuenca (Alma 8:3-5). Se poda acceder fcilmente a su posicin desde la ciudad de Zarahemla (versculo 3; comparar con Alma 35:13-14; 45:18) pero estaba resguardada de la costa por un yermo montaoso al oeste, puesto que los A m m o n i t a s fueron dispuestos e n Me le k pa r a protegerlos de las represalias lamanitas (Alma 35:13). Melek nunca fue atacado por los lamanitas, quienes pasaron furtivamente a lo largo de la costa por lo menos dos veces, para atacar Ammonah, que se encontraba ms lejos, al norte (Alma 25:1-2; 49:1, 25). La ciudad de Abundancia estaba cerca del nivel del mar (Alma 51:32); se encontraba, despus de todo, cerca de la costa este del istmo. Hagoth eligi un lugar, en la costa oeste, en los confines de la tierra de Abundancia, cerca de la tierra de Desolacin para construir y botar sus barcos (Alma 63:5-6). El lenguaje e m p l e a d o aqu podra indicar que la tie r r a de Abundancia no llegaba hasta el mar del oeste, en el istmo, pero al menos la tierra debe de haber sido relativamente baja, en la mayor parte de la anchura del istmo, como se sugiere en Alma 22: 29-33. En la tierra del norte estaba la tierra de Cumorah, como una subdivisin de Desolacin, o cmo una c o n t i n u a c in de ella. D entro de e sta tie r r a se e n c o n t r a b a por lo menos una c olina (Ramah/Cumorah), lo bastante alta como para que el puado de supervivientes nefitas que la escalaron se e sc o n d i e r an con xito de los ene migos que se encontraban agrupados al pie de la colina (Mormn 6:6, 11). En las proximidades se encontraban la colina jaredita Comnor y dos valles (Eter 14:26-28), y la colina Shim pudo haber estado ubicada en la misma regin (Eter 9:3; Mormn 4:23). As que las batallas finales tuvieron lugar en este sector de colinas o en otro adyacente, lo que era, desde una perspectiva ms

TRAZANDO EL MAPA

33

amplia, una regin de muchas aguas, ros y fuentes (Mormn 6:4). Esto implica un clima hmedo y un desage hacia el este desde el altiplano, lo que inclua la tierra jaredita de Morn (Eter 15:8-11). Este hmedo territorio debe de haber sido, en general, la misma rea a la que se refiere Moriantn como cubierta con grandes cuerpos de agua y la cual l codiciaba. Potencialmente podan formar un bloque o alianza con Abundancia, que se encontraba cerca ( A l m a 5 0 :29,32). L os jaredita s e sc r ibie r on constantemente que sus antiguas tierras estaban arriba en relacin con la zona del este, y el registro poltico aclara que las dos reas -presumiblemente las tierras bajas del este y las tierras montaosas del oestefueron durante largo tiempo rivales (Eter 7:4-6, 15-21; 8:2-3; 11:15, 18; 13:27-30; 14:3-7, 11-16, 26). De todos modos, las tierras bajas parece que haban llegado a ser la zona ms poblada e importante para el tiempo de la destruccin del pueblo jaredita, como se demuestra por el hecho de que las ltimas batallas entre grupos rivales tuvieron lugar all. As parece que la divisin geogrfica sirvi de apoyo a una constante divisin social y poltica. En suma, la tierra del norte constaba por lo menos de dos partes: las tierras bajas del este y las porciones de zona montaosa del oeste. Esta despus sera la zona donde se encontraba la capital jaredita de Morn, aunque no se menciona ninguna ciudad llamada Morn,dentro de la tierra [jaredita] de la primera herencia (Eter 7:5, 16-17). En la tierra del sur, son importantes cinco caractersticas principales: la zona montaosa del sur, el valle de Sidn, una considerable llanura litoral en el este, una estrecha lengua de tierra situada en tierras bajas, y una estrecha franja costera al oeste, paralela a las montaas que bordean la cuenca del ro Sidn.

34

UN MARCO GEOGRAFICO

An ms requisitosSon escasos los detalles que se dan sobre el clima y la vegetacin, pero hay algo de informacin que nos proporciona requisitos adicionales para nuestro mapa. Se dice que en la tierra de Nefi crecan el trigo y la cebada. Si lo tomamos literalmente, esto sugerira un clima templado; en el trpico, esto indica tierras montaosas. Parece que la cosecha ms importante era el maz (Mosah 9:9, despus el versculo 14), una planta bsicamente semi-tropical. La nica referencia que se hace en todo el Libro de Mormn de nieve o frio son las citas que se dan de Isaas, acerca del Prximo Oriente. En algunas reas del territorio nefita se daban fiebres endmicas, que tienden a confirmar la existencia de un clima casi tropical (Alma 46:40). Se da a entender que, por lo menos en las fronteras del mar del este, haba un calor hmedo enervante (Alma 51:33; 52:31; 62:35). Las sequas no eran comunes pero podan ser serias (Helamn 11:4-6; Eter 9:28-35). Un requisito importante, que slo se menciona de paso, son las caractersticas sociales y culturales. Cu a l q u i e r rea que se propong a c omo la tie r r a prometida debe satisfacer ciertos criterios culturales. Por ejemplo, (1) los antiguos habitantes deban ser capaces de leer y escribir, pues mantenan una larga tradicin de extensos registros histricos; (2) tambin estn presentes otros elementos bsicos de esta civilizacin, como el desarrollo de la agricultura y el comercio; y (3) el rea deba contener para el siglo IV a. C., por lo menos, una poblacin total de millones, incluyendo ciudades de un tamao considerable. Tambin, estas caractersticas y otras deban aparecer en ciertos lugares y pocas pero no en otras. A h o r a poseemos una lista d e r e quisitos, lo suficientemente detallados como para ser de valor: la forma de la tierra, las distancias, la topografa, las caractersticas naturales y culturales. Aqu slo hemos

TRAZANDO EL MAPA

35

podido tratar la poca informacin que se halla en el texto de escritura, pero toda ella es consistente consigo misma y con otros datos demasiado especficos para citarlos en esta obra de tipo general. Lo que tenemos hasta ahora nos proporciona una lista preliminar que podemos utilizar para examinar cualquier rea geogrfica, de un mapa actual, que pueda ser la tierra prometida de los descendientes de Lehi.

Correlacin con el Mundo Real S a t i sf a ce algun rea de las Am r ic a s e stos requisitos presentados en el Libro de Mormn?19 En la historia del pensamiento mormn slo se han propuesto seriamente unas pocas correlaciones entre la geografa del registro y el mapa del hemisferio occidental. 20 Para comenzar, hay muy pocas posibles lenguas estrechas que valga la pena considerar. El punto de vista ms antiguo supona que era Panam la lengua estrecha de la que habla el Libro de Mormn, siendo Sudamrica, o una parte de ella, la tierra del sur. Tan slo las dimensiones que nos da el Libro de Mormn excluyen a todo el continente, mientras que c u a l q u i e r intento de considerar slo pa r te de Sudamrica cmo tierra del sur entra en conflicto con unos cuantos puntos del texto (por ejemplo, Alma 22:32, casi se hallaban rodeadas de agua). La idea que a veces se sugiere, de que parte del continente Sudamericano pudiera haber estado sumergido bajo el mar, dejando en la superficie slo la reducida tierra que ocupaban los nefitas, no tiene mrito, cmo lo19.- Para un anlisis mucho ms detallado de toda la informacin geogrfica que se encuentra en el Libro de Mormn, ver mi libro The Geography of Book of Mormon Events: A Source Book. Edicin revisada, F.A.R.M.S., 1992. 20- Resumidos en The World of the Book of Mormon de Paul R. Cheesman (Salt Lake City: Deseret Book, 1978), pp. 28-33. Ver un completo tratamiento de la historia de docenas de interpretaciones del mapa en The Geography of Book of Mormon Events, parte una y dos.

36

UN MARCO GEOGRAFICO

demuestran las abundantes evidencias geolgicas y arqueolgicas. Adems, por bastantes razones, Panam no poda ser la lengua estrecha a la que se refiere el L i b r o d e Morm n. Por ejem p lo, e l gr upo de exploracin de Limhi dificilmente podra haberla atravesado y haber vuelto sin darse cuenta de que haban salido de la ciudad de Zarahemla. Se ha sugerido otra correlacin para la que la pennsula de Yucatn, al sureste de Mjico, es la tierra d e l n o r t e , siendo la tierra del sur Gua te ma la y Honduras. La debilidad ms obvia de este esquema es la ausencia de un istmo aceptable. La base de la pennsula del Yucatn no sirve de ninguna manera, y los intentos de identificar como una estrecha lengua de tierra un pedazo de tierra aqu o all, en otro sentido que no sea el literal de un istmo con el mar por ambos lados, contradice las claras declaraciones que nos hace la misma escritura. No es ms creble la propuesta de que la tierra prometida se encontraba por completo en Nicaragua. Las distancias y una multitud de cosas imposibles descarta completamente esta idea. La n i c a lengua estrecha pote nc ia lme nte aceptable de acuerdo con los requisitos del Libro de Mormn es el istmo de Tehuantepec al sur de Mjico. Todos los Santos de los Ultimos Das que estudian la geografa del Libro de Mormn, y han trabajado, durante las ltimas dcadas, sistemticamente en este problema han llegado a este acuerdo. Cmo hemos visto anteriormente, los lderes de la Iglesia en el tiempo de Jos Smith aparentemente llegaron a un punto de vista similar, y probablemente l tambin. Esto situara los hechos del Libro de Mormn en Mesoamrica, la regin cultural del centro y sur de Mjico y el norte de Amrica Central, donde tuvo l u g a r l a mayor intensidad de c iviliz a c in e n la Amrica antigua. Aqu encontramos los requisitos fsicos de la tierra prometida, y slo aqu se evitan los principales defectos de las otras correlaciones. Por

TRAZANDO EL MAPA

37

ejemplo, el Libro de Mormn deja bien claro que sus habitantes guardaban extensos registros escritos, y Mesoamrica es el nico lugar de toda Amrica donde sabemos que se emplearon regularmente y durante largo tiempo genuinos sistemas de escritura antes de la llegada de los europeos. No obstante, los estudiantes del Libro de Mormn que aceptan el istmo de Tehuantepec como la lengua estrecha de tierra no estn de acuerdo entre ellos mismos en cmo se deben interpretar los territorios de alrededor de acuerdo con las tierras que se detallan en el Libro de Mormn. En el transcurso de 35 aos de preocupacin por el tema, he estudiado todos estos puntos de vista y a veces, me han atrado varios. Hasta hace poco, la correlacin ms conocida ha hecho del ro Usumacinta, parte de cuyo curso forma la frontera entre Mjico y Guatemala, el ro Sidn. Cierto nmero de funestos fallos estropean esta imagen. Por ejemplo, no logra en absoluto hacer plausible la razn por la cual Amalickah atac por la costa este (Alma 51; 52: 1-14), porque, si fuera el ro Usumacinta el ro Sidn, todo el relato contradira una slida y segura estrategia militar. Adems, las distancias a lo largo de la costa e st e , q u e requeriran una cor r e la c in de l r o Usumancita con el ro Sidn, desafan todas las dimensiones que hemos establecido para el territorio nefita. N o se r a de provecho conside r a r a qu c a da correlacin geogrfica que se ha propuesto, indicando una a una las discrepancias entre las mismas y el texto. Baste decir que cuando se consideran ex