transporte del colesterol

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Transporte del colesterol - Lipoproteínas Los nutrientes solubles de la digestión (aminoácidos, azúcares y vitaminas solubles) viajan desde el intestino al hígado por la vena porta. Además, el hígado recibe por la arteria hepática oxígeno, hormonas, y nutrientes sistémicos, recibiendo información del contenido soluble de la dieta y de la situación general del organismo; recompone los nutrientes absorbidos de acuerdo con las necesidades sistémicas, y hace las conversiones pertinentes. Una mala dieta le hace trabajar excesivamente; aparte de los problemas digestivos que pueda ocasionar, el hígado es quien principalmente sufre los efectos de una mala dieta. El transporte de los lípidos, colesterol y vitaminas liposolubles es mucho más complejo ya que al no ser solubles no pueden ser enviados a la vena porta porque allí producirían rápidamente depósitos de grasa, y deben ser enviados por otro camino. Esta otra vía es el sistema linfático. Entre las funciones del sistema linfático hay que destacar dos: su papel central en el sistema inmune (ver detalles en la sección Sistema inmune), y su papel en el transporte de los lípidos y del colesterol de la dieta. Al ser muy insoluble, el colesterol se transporta por la sangre ligado a lipoproteínas plasmáticas, proteínas intracelulares, y para la excreción biliar y la absorción intestinal o en disoluciones micelares. La mayor parte del colesterol viaja esterificado en su grupo hidroxilo por un ácido graso (principalmente oleico o linoleico) o como colesterol-sulfato. Las células captan el colesterol de las lipoproteínas rompiendo el enlace éster, y lo reesterifican para integrarlo en sus membranas, pues el colesterol libre no cumple debidamente su función estructural. Aterosclerosis y daño que hace el colesterol A pesar de la eficacia de las lipoproteínas, no siempre se puede evitar que una cierta fracción de colesterol precipite sobre las paredes las arterias lo que lleva a aterosclerosis, y que precipite en los conductos biliares produciendo cálculos biliares. El exceso de colesterol favorece la formación de estos depósitos. Lipoproteínas Las lipoproteínas transportan los productos hidrofóbicos insolubles en agua (lípidos, colesterol, vitaminas liposolubles, etc) por la sangre, y se clasifican por su densidad. Como los lípidos tienen menor densidad que las proteínas, cuanta mayor proporción de lípidos tenga una lipoproteína menor será su densidad. De acuerdo con este criterio, las lipoproteínas se clasifican en los grupos descritos en la Tabla 1. Transporte del colesterol de la dieta – Quilomicrones (CM) El colesterol que se absorbe de la dieta se transporta por el sistema linfático desde las células de la mucosa del intestino (enterocitos) en los quilomicrones (CM), que son las lipoproteínas de menor densidad, fabricadas por los propios enterocitos. Del intestino salen conductos linfáticos que llevan los CM con los productos lipídicos procedentes de la absorción intestinal.

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Page 1: Transporte del colesterol

Transporte del colesterol - Lipoproteínas

Los nutrientes solubles de la digestión (aminoácidos, azúcares y vitaminas solubles)

viajan desde el intestino al hígado por la vena porta. Además, el hígado recibe por la

arteria hepática oxígeno, hormonas, y nutrientes sistémicos, recibiendo información del

contenido soluble de la dieta y de la situación general del organismo; recompone los

nutrientes absorbidos de acuerdo con las necesidades sistémicas, y hace las

conversiones pertinentes. Una mala dieta le hace trabajar excesivamente; aparte de

los problemas digestivos que pueda ocasionar, el hígado es quien principalmente sufre

los efectos de una mala dieta.

El transporte de los lípidos, colesterol y vitaminas liposolubles es mucho más

complejo ya que al no ser solubles no pueden ser enviados a la vena porta porque allí

producirían rápidamente depósitos de grasa, y deben ser enviados por otro camino.

Esta otra vía es el sistema linfático. Entre las funciones del sistema linfático hay que

destacar dos: su papel central en el sistema inmune (ver detalles en la sección Sistema

inmune), y su papel en el transporte de los lípidos y del colesterol de la dieta.

Al ser muy insoluble, el colesterol se transporta por la sangre ligado a lipoproteínas

plasmáticas, proteínas intracelulares, y para la excreción biliar y la absorción intestinal

o en disoluciones micelares.

La mayor parte del colesterol viaja esterificado en su grupo hidroxilo por un ácido

graso (principalmente oleico o linoleico) o como colesterol-sulfato. Las células captan

el colesterol de las lipoproteínas rompiendo el enlace éster, y lo reesterifican para

integrarlo en sus membranas, pues el colesterol libre no cumple debidamente su

función estructural.

Aterosclerosis y daño que hace el colesterol

A pesar de la eficacia de las lipoproteínas, no siempre se puede evitar que una cierta

fracción de colesterol precipite sobre las paredes las arterias lo que lleva

a aterosclerosis, y que precipite en los conductos biliares produciendo cálculos

biliares. El exceso de colesterol favorece la formación de estos depósitos.

Lipoproteínas

Las lipoproteínas transportan los productos hidrofóbicos insolubles en agua (lípidos,

colesterol, vitaminas liposolubles, etc) por la sangre, y se clasifican por su densidad.

Como los lípidos tienen menor densidad que las proteínas, cuanta mayor proporción

de lípidos tenga una lipoproteína menor será su densidad. De acuerdo con este

criterio, las lipoproteínas se clasifican en los grupos descritos en la Tabla 1.

Transporte del colesterol de la dieta – Quilomicrones (CM)

El colesterol que se absorbe de la dieta se transporta por el sistema linfático desde las

células de la mucosa del intestino (enterocitos) en los quilomicrones (CM), que son las

lipoproteínas de menor densidad, fabricadas por los propios enterocitos. Del intestino

salen conductos linfáticos que llevan los CM con los productos lipídicos procedentes

de la absorción intestinal.

Page 2: Transporte del colesterol

Los conductos linfáticos procedentes del intestino confluyen en el conducto

torácico que se une al torrente sanguíneo cerca de la entrada de la vena cava

superior, donde el contenido de la linfa pasa a la circulación sanguínea sistémica. La

mezcla no crea problemas de solubilidad, pues la turbulencia que se produce en el

corazón provoca la emulsión de los CM. La sangre sale del corazón desde el ventrículo

derecho que va directamente a los pulmones, de forma que son éstos los órganos

primariamente receptores de los lípidos y del colesterol de la dieta. La sangre sale del

corazón por la arteria aorta y reparte el contenido de los CM por los diversos tejidos,

que absorben este colesterol sin haber pasado aún por el hígado. Sin embargo,

quedan restos de su contenido lipídico en los CM que a partir de ahí se

denominanremanente de quilomicrones (CMR). Éstos llegan finalmente al hígado por

la arteria hepática. El hígado absorbe este colesterol, que actúa regulando

fuertemente la síntesis hepática de colesterol.

Lipoproteínas hepáticas

Las lipoproteínas de baja densidad, o LDL (Low Density Lipoproteins) son remanentes

de IDL (lipoproteínas de densidad intermedia), las cuales son a su vez remanentes de

VLDL (lipoproteínas de muy baja densidad). Las VLDL se fabrican en el hígado.

El hígado fabrica colesterol y ácidos grasos, principalmente a partir de hidratos de

carbono; con los ácidos grasos fabrica triglicéridos y fosfolípidos, y exporta todos estos

productos, en su mayor parte en las lipoproteínas VLDL, que contienen principalmente

los triglicéridos endógenos (55-65%), colesterol (20%) y fosfolípidos (15%), siendo su

fracción proteica sólo el 5-10%. Durante su recorrido por la sangre su contenido lipídico

y algo de colesterol se transfieren a los tejidos (y en parte también a las lipoproteínas

HDL). Así las VLDL aumentan su densidad, y se convierten progresivamente en IDL y

LDL. En esta cadena de conversión la proporción de colesterol va aumentando hasta

llegar a ?45%, mientras que el resto de la fracción lipídica van disminuyendo hasta

?10% de triglicéridos y ?20% de fosfolípidos; al mismo tiempo la fracción proteica va

aumentando hasta ser ?25% en las LDL. Las LDL ceden de su colesterol y sus lípidos a los

tejidos, y la fracción proteica que queda es destruida por los macrófagos [1].

HDL

El hígado también fabrica Lipoproteínas de alta densidad, o HDL (High Density

Lipoproteins) y las segrega a la sangre. Las HDL contienen pocos lípidos, pero tienen

mucha afinidad por el colesterol, y lo recogen de los tejidos y de sus depósitos en las

arterias, y las HDL cargadas son recogidas por el hígado para eliminar el colesterol.

En definitiva, y por lo que atañe al colesterol: el que se produce en el hígado, y el

procedente de los CMR recogido por el hígado, se transporta desde allí en las

lipoproteínas VLDL, IDL y LDL (principalmente en éstas) a los tejidos para su uso,

mientras que el colesterol que se transporta desde los tejidos al hígado para ser

eliminado va en las HDL.

Colesterol bueno y malo

Las HDL tienen más afinidad por el colesterol que las LDL, y lo extraen de los tejidos, y

de las placas ateroscleróticas conduciéndolo al hígado para eliminarlo. Por el

contrario las LDL tienen más afinidad por las proteínas del tejido conectivo de las

paredes de las arterias, y pueden desprender allí su colesterol promoviendo la

formación de placas. Estas propiedades son el motivo de que se llame colesterol

malo al asociado a LDL, porque es un indicativo de su aumento en el cuerpo, y de la

propensión a formar placas ateroscleróticas, y colesterol bueno al asociado a HDL,

porque es el que viaja para eliminarse [2,3].

Valores normales de colesterol y triglicéridos en sangre

Colesterol total: Inferior a 200 mg/dL. Normal-alto: entre 200 y 240 mg/dL. Alto: superior

a 240 mg/dL.

Colesterol LDL: Normal: inferior a 100 mg/mL. Normal-alto: entre 100 y 160 mg/dL. Alto:

superior a 160 mg/dL.

Colesterol HDL: Normal (hombre): superior a 35 mg/dL; mujer: superior a 40 mg/dL.

Triglicéridos: Normal: inferior a 150 mg/dL. Normal-alto: entre 150 y 200 mg/dL. Alto:

superior a 200 mg/dL.

Page 3: Transporte del colesterol

EL COLESTEROL circula permanentemente en el cuerpo humano entre el

hígado, donde se secreta y se almacena, y los demás tejidos del

organismo; sin embargo, como no se disuelve en soluciones acuosas

(como el suero), para ser transportado necesita integrarse a otras

sustancias solubles, las lipoproteínas. ¿QUÉ SON LAS LIPOPROTEÍNAS?

Son partículas esféricas que están constituidas por dos porciones: un

núcleo interno (que contiene ésteres de colesterol y triacilglicéridos) y

una capa externa formada por fosfolípidos, colesterol libre y

apoproteínas. Las lipoproteínas son, pues, el vehículo de transporte del

colesterol. Este transporte es bastante lento en promedio: menos de 1 a

2 gramos por día.

Las lipoproteínas se pueden clasificar en cinco clases diferentes:

1) Los quilomicrones.

2) Las de muy baja densidad o VLDL (del inglés very low density

lipoprotein) llamadas también lipoproteínas prebeta.

3) Las de densidad intermedia o IDL (del inglés intermediate density

lipoprotein).

4) Las de baja densidad o LDL (del inglés low density lipoprotein),

llamadas también lipoproteínas beta.

5) Las de alta densidad o HDL (del inglés high density lipoprotein),

llamadas también lipoproteínas alfa.

Todas ellas se encargan de transportar los lípidos absorbidos por la

mucosa intestinal. LOS DOS CIRCUITOS DEL COLESTEROL

El colesterol recorre dos circuitos diferentes según se trate de colesterol

endógeno (el que fabrica el organismo) o de colesterol exógeno (el que

aportan los alimentos).

Circuito del colesterol exógeno

En promedio, un individuo ingiere diariamente 500 mg de colesterol.

Cuando una persona come un alimento que contiene colesterol las

células de su intestino absorben 40% de la cantidad ingerida y

lo empaquetan, junto con otras grasas del alimento (los triacilglicéridos),

en pequeñas gotitas que se llaman quilomicrones. Estos son las

lipoproteínas menos densas, las que más flotan porque contienen más

grasas, pero también las de mayor tamaño.

Los quilomicrones pasan a los canales linfáticos del intestino y después a

la circulación sanguínea. Mientras circulan van descargando sus

triacilglicéridos en los músculos (a los que aportan energía) o en los

tejidos adiposos (donde se almacenan como reserva). Los

quilomicrones, después de descargar sus triacilglicéridos llegan al

hígado y ya sólo contienen ésteres de colesterol.

En las células del hígado estos residuos son captados por moléculas

receptoras que actúan como edecanes: reconocen a estos residuos y

los introducen en la célula hepática para que ésta los ocupe según sus

requerimientos.

Page 4: Transporte del colesterol

Parte del colesterol que la célula no utiliza es excretado en forma de

ácidos biliares o de colesterol libre, el cual puede ser reabsorbido por el

intestino, reiniciándose así el ciclo. En cada vuelta de este ciclo el

organismo pierde algo de colesterol por las heces. Así, el colesterol de

origen alimentario que entra al organismo sigue un circuito entre el

hígado y el intestino.

Circuito del colesterol endógeno

Las células del hígado producen y secretan a la sangre lipoproteínas de

muy baja densidad (VLDL). Estas transportan, además de colesterol,

gran cantidad de triacilglicéridos producidos por el organismo,

principalmente en el hígado.

Las VLDL son transportadas en la sangre hacia los tejidos muscular y

adiposo donde, al igual que los quilomicrones, descargan parte de sus

triacilglicéridos.

Las lipoproteínas de muy baja densidad se van transformando

sucesivamente en lipoproteínas de densidad intermedia (IDL), baja (LDL)

o alta (HDL) a medida que descargan lípidos y proteínas en su trayecto;

al ir perdiendo lípidos la densidad de las lipoproteínas va aumentando.

Las lipoproteínas de baja densidad (LDL) ya sólo contienen ésteres de

colesterol y un solo tipo de apoproteína. Ellas se encargan de

transportar la mayor parte del colesterol en la sangre, casi las tres

cuartas partes.

Las LDL permanecen en la circulación durante varios días; su función es

llevar colesterol a los tejidos periféricos. Pueden ser captadas por las

células del hígado o por cualquier otra célula del organismo gracias a

los receptores específicos que se encuentran en la membrana celular. El

60-80% de los receptores de LDL se encuentra en el hígado. La cantidad

de receptores en una célula depende de la cantidad de colesterol

intracelular, cuanto más colesterol hay en el interior de la célula, menos

receptores hay en su superficie. El número de receptores es regulado

genéticamente por la misma célula.

Las LDL son las más nocivas de las lipoproteínas. Estudios

epidemiológicos han demostrado que el riesgo de infarto de miocardio

se relaciona íntima y directamente con los niveles de LDL en la sangre.

Por eso, al colesterol transportado por las LDL se le conoce

popularmente como colesterol malo.

Las lipoproteínas del tipo HDL (de alta densidad) se encargan de

transportar el colesterol desde los tejidos periféricos hacia el hígado;

concentran el colesterol libre circulante (producto de la rotura de las

células y lo transportan hacia el hígado para su excreción); esto sería el

transporte en reversa del colesterol.

Las HDL se producen en el hígado y en el intestino. Se ha demostrado

que niveles altos de HDL se relacionan con la disminución de la

incidencia de infarto cardiaco. Las HDL que produce el hígado son

reconocidas como factor protector contra la ateroesclerosis, por eso al

colesterol transportado por las HDL se le reconoce popularmente

como colesterol bueno.

Page 5: Transporte del colesterol

En mujeres que oscilan entre 25 y 40 años de edad y en atletas se han

encontrado concentraciones elevadas de HDL. El tabaquismo, la

obesidad, la vida sedentaria, los andrógenos y los betabloqueadores

disminuyen su concentración en el suero (cuadro 1). CUADRO 1. Principales causas de la reducción del colesterol de

HDL

Tabaquismo

Obesidad

Falta de ejercicio

Esteroides androgénicos y relacionados

Andrógenos

Agentes progestacionales

Esteroides anabólicos

Agentes betabloqueadores

Hipertrigliceridemia

Factores genéticos