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BOLETIN DE LA ASOCIACION CULTURAL " TEATRO PERMANENTE DE TITERES DEL RETIRO "

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n. 37 de revista Títere. Año 1990 editada por Teatro Permanente de Títeres del Retiro

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BOLETIN DE LA ASOCIACION CULTURAL " TEATRO PERMANENTE DE TITERES DEL RETIRO "

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'salutación Muchas personas, y nosotros entre

.. :; ellos, creíamos que de.fini ti va .. mente el TITERE había 1esapare -

cido por cansancio de la redac -ción y por carencia de finanzas en la Dirección. Pero - al fin - se ha creado una Asociación Cultural que se hqrá

.. cargo de los gastos que origine la aparición de nuevos TIT3RE. A la 11 Asociación Cultural Teatro Permanente de Títeres 1el Retiro 11

puede pertenecer cualquier persona que ame a los títeres. Hasta los titiriteros •

. Todavía no se ha marcado cantidad ninguna como cuota ; eso lo hará la primera Asamblea. Intentaremos conseguir de la Administración lo necesario para que salga todo muy económico. Escribid con vuestro deseo de re­cibir el títere formando parte de 'la Asociación. Siempre estais a tiempo de borraros si la cuota os parece excesiva.

CURRITO PORRAS

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y va de títeres Buenos tiempos para ver teatro de muñecos

.JAVO RODRIGUEZ

El teatro de muñecos es tan antiguo como la huma­nidad v lan elemo como la sonrisa infantil. Mien-tras haya niños capaces

de sonreír, y mayores que amen a /os niños, existirá el leatro de muñecos. Cuando esa sonrisa desaparezca y ese amor no exis­la, /os humanos serán inexora­blemente dominados por /os robols. por los muñecos mecá­nicos».

La frase pertenece a Fran­cisco Porras, director del Tea­tro Municipal de Títeres del Retiro, ese titiritero de largas

y blancas barbas que muchos habréis visto en el parque jun­to a su pequeño teatro.

Pues bien, si volvéis por allí os llevaréis una sorpresa: el viejo teatro ha sido derruido

v en su lugar ha surgido un nuevo esce~ario que f~e inau­gurado hace dos semanas.

Este nuevo edificio -más bonito, pero con algunas defi­ciencias técnicas- os permi­tirá acudir a ese espectáculo. siempre entrañable. que es el teatro de títeres.

Francisco Porras ha realiza­do una programación muy variada por la que pasarán casi todos los grupos de Madrid. La programación incluye. al 50%, espectáculos de la Com­pañía de Tina Francis. titular del teatro, -donde encontra­réis a ese personaje que ya se ha hecho popula r, Pirulo, siempre arreglando entuertos con su potente estaca- y espectáculos de compañías invitadas.

Las sesiones tendrán lugar los fines de semana y festivos, a las 13, 18 Y 19 horas en la glorieta de los Títeres del par­que del Retiro.

y mientras se arreglan los problemas de la sala Mirador, el Centro Cultural de la Villa (Jardines del Descubrimiento

SIfi ) presta también especial atención al público infantil. El día 20 de octubre se inau!!ura la II Temporada de Titcres para niiios, cuya program ac ió n comienza con las representa­ciones de La Gaviota.

Habrá sesiones a las 16. 30 todos los sábados y domingos. Los miércoles, jueves y viernes habrá también representacio­nes a las 11 de la mañana para que acudan los colegios. Para mavor información. llamar al 46~ 3312.

Más títeres. El viernes, 19. en el auditorio Víctor Jara de Argaoda del Rey, el grupo Molécula díscula interpreta El almirante Colon v el malvado Wdkinson. La fuñción es a las 18 horas.

El sábado a las 11 horas tenéis también la oportunidad de ver más títeres: Buscando de don Cristóbal, por Libélula en el CC Antonio Machado (Arcós de Jalón sin); La gesta de don Rodolfo, en el ce nue­ro VaUejo (Boltaña sin) y Entre pitos y flautas, del grupo Teje­maneje, en el ce José Espron­ceda (Al mansa, 9).

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LUNES 8- 1 0-90

Para el titiritero del Retiro, el nuevo teatro es un ((macetero))

Madrid. S. l./Efe

El teatrillo de títeres construído por el Ayuntamiento en el Parque del Retiro , que fue inaugurado el pasado sábado al medio­día, es en realidad un «macetero» , como lo ha calificado Francisco Porras, el hombre con-tratado por el Ayunta-miento tras amenazar. .- ~~,. . el pasado 25 de julio, a - ;./ ~", .. ~ " ,\ I bl m n' ,/.1 .( \ ' )'1' os responsa es u 1- _ í / -::;J.:¡ ~ .

cipa I e s con que se rf · ';lI. ~ '. Quemana a lo bo~zo SI i 7 ~~}l~hl (\ : ... , no se lo daban a el. " •. ,' -¿y ,J,

rr' ;' t Y pasó la mañana ' jI,; !: (: !{

de! día en que se con-, .'//; h 1'" memora la festividad , l l i(i~\'\~ ¡~)I.'1.' / de Santiago, fecha flJa- ' \ " .p ~ i~ '~\\~ \' \ ':k.c~"""" . da para el cumphmlen- o ' . \ ~(,Q>~

lo de la ardiente adver- Francisco Porras tencia por el titiritero, y . el edil responsable de Cultura, Joaquín Alva­rez de Toledo, aparecía junto al artista ase­gurando que quedaban zanjadas las diferen­cias entre el señor Porras y la Administración local y que ya no era precisa ni la gasolina. ni la manta, ni las cerillas.

Pues bien. ahora que ya tiene el estableci­miento para sus títeres en el parque, dice Francisco Porras que el locai remozado en el Retiro es un macetero porque. " en vez de construir un teatro de títeres en condiciones -y para dar una idea de lo que es un teatro de estas características diré que el Teatro de la Marioneta de Moscú cuenta con 400 em-. pleados- han hecho un habitáculo de cua- . renta metros cuadrados para los espectado­res y 48 metros para macetas».

Porras añadió que, a pesar de haber conta­do con 35 mi l lones de pesetas para el proyecto, el Ayuntamiento ha culminado al fi ­nal un local similar al templete de la muslca del parque, donde podrán contemplar los es­pectáculos de marionetas un máximo de 160 personas. y no en sillas. como sería lo lógico. sino en gradas, en tanto que anteriormente el teatrillo tenía capacidad para unos 500 es­pectadores. "Lo que han hecho -continuó el ti1tntero- cuesta menos que las 85 pesetas Que tuve que abonar por la caja de cerillas que adquirí para autoincinerarme. y adema s resulta que me han contratado a mí para Que yo , a mi vez , contrate a otras setenta compa­ñlas de marionetas. con lo que. a 33.333 pe­setas la funCión. tendré que compartir con los otros marionetlstas el 50 por 100 de las fu n­Ciones,'"

" Lo que se deriva de esto es Que yo . por 33.333 pesetas ta función . no puedo traer a nadie más que alguna de las modestas com­pañías que andan "lampando" por Madrid: y por lo que a mí respecta. sólo podré montar un total de 150 funciones al año». se quejó Porras, quien concluyó afirmando filosófica­mente que no le queda más remedio que aceptar tales condiciones «porque son lente­jas, si quieres las comes y si no ... ".

A las protestas del popular creador de títe­res se unió, en los momentos más difíciles para el futuro del teatro del Retiro y para la supervivencia de Porras, la Unión Internacio­nal de la Marioneta (UNIMA Madrid), que ma­nifestó su más enérgica protesta por «la si­tuación de actual . abandono y atropello» que sufre este género de teatro . Cabe recordar que las instalaciones del Retiro son las úni­casdedicadas 'a estos menesteres.

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Javier Villalañe Un titiritero que ha recogido 50.000 cuentos

que le contaron los niños de Aragón

JAVIER ORTEGA Javier Villafañe, titiritero y es­critor el hombre de la barba blaJlc~ como le llaman los niños, se sabe casi todos los cuentos. Nació hace 81 años en Buenos Aires (Argentina) y ha recorrido Venezuela, La Mancha y Ara­gón con su teatro de títeres y re­cogiendo los cuentos que I~ con­taron los niftos. En Aragon ha recopilado hasta 50.000cu~n­tos, de los que se han seleccIO­nado 20 para un libro. Los cuen.­lOS que me contaron por los camI­nos de Aragón es el título y sus autores son niños de seis a 12 años. Hace unos días se presen­tó en Zaragoza.

El titiritero ha vuelto a Ara­gón desde su Buenos Aires na­tal, donde ahora imparte clases un teatro municipal de San Martín, para presentar su libro. El momento no pudo estar me­jor escogido: la inauguración ,de la librería infantil de Aragon, que tiene casi 8.000 v~llÍmenes, a los que se Incorporaran en una segunda fase elementos audiovi­suales y juegos educat.1~os. También acogerá otras actlVlda­des, como trabajos en grupo, manualidades, animación infan­til y visitas colectivas.

Javier Villafañe estuvo ro­deado de niños y asistió a la fi.es­ta organizada con tal motlv~ por Cultural Caracola. <;o.~~ SI de un cuento se tratara, ImelO el relato de su historia: "Ér~se una vez un titiritero . .. ". V!llafaile

llegó a Zaragoza procedente de Getafe (Madrid), contratado por el Ayuntamiento. ¿Qué ne­cesita?,le preguntaron. "Chicos. M uchos chicos", respondió . Vino para dos meses .. . , ~pero el titiritero, en vez de dos meses como lo establecía una cláusula del contrato, prorrogó su estan­cia más de cuatro años".

La culpa la tuvieron "la ma­gia, el encanto de Aragón, la ca­lidad humana y la generosidad, el vaso de vino, el queso y el ja­món". Villafañe interrumpe el relato ante el objetivo de una cá­mara. "Voy a sonreír", dice, y lanza un beso a la reportera.

Su misión era hacer fundo­nes de titeres en las escuelas. Viaja por todos los pueblos de Aragón en coche o en tren, duer­me en pensiones y habla en las plazas públicas. Antes hizo lo mismo en Venezuela y en La Mancha, por los caminos de Don Quijote, donde recogió mi­les de cuentos que le contaron los niños, editados luego en sen­dos volúmenes.

El titiritero monta su teatrillo en el patio o en el comedor de la escuela y ofrece varias piezas a los chicos. Luego habla con ellos y les pide que le escriban el cuento que más les guste de to­dos aquellos que hayan escucha­do, leído o imaginado. Otro día vuelve a por ellos. Así un pueblo y otro pueblo, una escuela y otra

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escuela basta hacers~ éon 50.000 cuentos. "La mayor parte son inventados, creaciones de los propios chicos. Otros los re­cogen tal como se los contaron y seleccionan la parte que más les gustó", señala.

Eseaela IIIIlformlsta VilIafañe opina que no hay dife­rencia en la manera de contar cuentos entre los niños de M­gentina y de Aragón. "Los niños son todos iguales, los mismos. Por: lo general, todos están de­,formados por la eSCUela, que .se e~cárgadi-UiifiCiilos.-cosa-DiüY bien ~por los Gobiernos para ~·~'iúmi1OS e igua­les", dice este inconformista. Destaca la gran lección de los cuentos, "esas coSas que cuen­tan los niflos cuando se les deja expresar en Iibe(&ad".

50.000 escritós eran demasia­dos para un libro y había que se­leccionar. Los leyeron los ami­gos y los niños argentinos y se apartaron 200 escritos y algunos dibujos. Dos muchachos argen­tinos escribieron el prólogo del libro de Villafañe, en el que hay cuentos fantásticos, de terror y de títeres.

Cuentos cortos, cortísimos, corno el de José Andrés, de ocho años, de Huesca, que escribió simplemente: "Un día, una hora". Otros más largos, corno pequeftas novelas. A veces na­rran la realidad corno Jesús Bo­rás, de seis años, de Zaragoza: "En ·un parque había un hombre descansando, florando en el par­que porque se le había muerto un hijo". Otros son de fantasía o recreación de cuentos tradicio­nales, o tienen animales corno protagonistas.

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-, España y

Argentina J. o.

Luciano Padilla López es un niño argentino de 11 años. Un día llamó a la puerta de Javier Villafañe en Buenos Aires: "Venía a hacerle un reporta­je". Terminada la entrevista, el hombre de la barba blanca dijo al niño: "¿Te gustaría leer unos cuentos de muchachos españoles y escribir un prólo­go para un libro?" , "Deme tiempo~, le respondió, y se lle­vó los originales.

Otro día volvió y le trajo el siguiente texto que, junto a otro de Julián Matias Roldán, de 11 años, abre el libro: "Costó. Si digo lo contrario estoy mintiendo. Decidir ar­gumentos, palabras, emocio­nes, fue dificil, muy dificil. Es­taba indeciso, no sabía qué hacer. Muchas veces pensé que esa tarea no era para mí, que no tendría que hacerla. El libro me mantuvo entretenido y tensionado, porque fue un estimulante y porque sentí, reí, admiré, miré y remiré to­dos sus cuentos. En los cuen­tos de estos chicos vi de todo: pequei'ías novelas, cuentos fantásticos, de terror y de títe­res. Títeres y más títeres".

"Siempre los títeres tienen un lugar en cada cuento. Se nota que la visita del señor de la barba blanca (inventado un cuento) causó fuerte s impre­siones en los chicos, El libro fue el causante de una hermo­sa experiencia que me mostro distintos modos de pensar , de sentir. Esa diferencia es la mayor entre los chicos de aquí y de allá" .

El otro chico dice que sin­tió "mucha responsabilidad al seleccionar cuentos. l'>le rare­cía que no era yo la persona indicada para hecer)o. ¿Y si me equivoco y elijo malT, Añade que le hicieron reir, se divirtió y le entretuvieron , "Ojalá haya cuentos que me contaron por los caminos de Ar­gentina".

y entre los cuentos, algu­nos titulados El dragón rojo. La casa encantada, Juan Chor­lito, La lluvia que nunca llovió. El libro mágico, Los doce ladro­nes, La casa embrujada, La isla encantada, La muerte ne­gra y la muerte blanca, La sire­na con alas, Las estrellas salen de día, El gigante egoísta, El hombre de 56 alas, Don Quijote o Los amantes de Teruel.

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Habrá más teatro de títeres en parques de barrio madrileños

EFE La concejala de Medio Ambien­te del Ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre, anunció ayer su intención de que teatros de títeres como el del Parque del Retiro, recientemente adju­dicado a Francisco Porras -el titiritero que pudo quemarse a lo bonzo-, existan también en otros par~ues madrileños.

«En jubo del pasado año -dijo Aguirre- el estado que presen­taba el teatro de títeres del Retiro era realmente lamenta­ble p?r el deterioro que se había vemdo produciendo, como con­secuencia del paso del tiempo, pero también del' vandalismo, que había originado allí incen­dios y otro' tipo de desmanes».

El deterioro, según la con­cejala, era tan grave que no era posible ya efectuar meros reto­ques, sino que se hacía nece­sario dotar al teatro de una par­tida presupuestaria para su reconstrucción, como así se hizo, habilitándose para este fin 25 millones.

El proyecto, añadió, lo llevó a cabo el Departamento de Par­ques y Jardines y la ejecución corresponde al Area de Obras e Infraestructuras . . «En este momento el proyecto está redactado, a punto de ser adju­dicado, las obras se acometerán inmediatamente y, como tam­poco es mucha la envergadura, calculamos que a primeros de septiembre podrá estar funcio­nando el teatro».

Aguirre afirmó estar «muy dispuesta» a introducir este tipo de teatro en otros parques de Madrid. «No hay por qué limi­tarse al del Retiro cuando dis­ponemos de muchos parques».

Con este fin, y según Aguirre. el Ayuntamiento realizará un estudio demográfico de los dis­tritos madrileños para conocer dónde hay más niños, aunque se piensa ampliar la idea del Retiro, en fines de semana,a la Casa de Campo, al Parque de La Arganzuela, a Moratalaz, y a otros grandes parques de barrio».

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SOBRE EL TEATRO DE MARIONETAS

Pasaba yo el invierno de 1801 en M ... , cuando una tarde me encontré en un parque al señor C ... , que desde poco antes estaba empleado en la ópera de esta ciudad corría primer bailarín, y hacía las de­licias del público.

Le manifesté mi sorpresa por haberle hallado ya varias veces en un teatro de marionetas que se había instalado en la plaza del mercado, y que di­vertía al populacho con pequeñas farsas dramáticas entreveradas de cantos y danzas.

Me aseguró que las pantomimas de los muñecos le complacían sobremanera, y me dio a entender sin recovecos que un bailarín deseoso de mejorar su for­mación podría aprender mucho de ellos.

Pareciéndome esta opinión, por la manera en que la formuló, más que una ocurrencia casual, me acomodé a su lado decidido a oír las razones con las que pudiera justificarse tan curiosa afirmación.

Me preguntó si, de hecho, algunos movimientos de los muñecos -en especial los de los más peque­ños- no me habían parecido llenos de gracia.

No pude negar este extremo. Un grupo de cuatro

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campesinos, que bailaban ía ronda con rápido com­pás, no hubiera sido Teniers capaz de pintarlo más bellamen te.

Inquirí el mecanismo de esas figuras, y cómo resultaba posible gobernar cada uno de sus miem­bros y de sus articulaciones, según las exigencias del ritmo de los movimientos o de la danza, sin te­ner que manejar miríadas de hilos.

Respondió que yo no debía figurarme que el ti­tiritero, en los distintos momentos de la danza, ac­cionase cada miembro en particular y tirase de él.

Cada movimiento, dijo, tenía su centro de gra­vedad; bastaba con gobernar éste, en el interior de la figura; los miembros, que no eran sino péndulos, por sí mismos seguían el movimiento de manera mecánica.

Añadió que tal movimiento era muy sencillo; que cada vez que el centro de gravedad se movía en línea recta, los miembros describían directamente curvas; y que a menudo todo el mecanismo, menea­do de manera meramente casual, se ponía en movi­miento rítmicamente, de manera semejante a la danza.

Esta observación me pareció por lo pronto arro­jar alguna luz sobre el placer que el bailarín había pretendido hallar en el teatro de marionetas. De momento estaba yo muy lejos de barruntar las con­clusiones que más tarde iba a extraer de ella.

Le pregunté si creía que el tirititero que mane­jaba las marionetas tenía que ser él mismo bailarín, o por lo menos poseer una noción de la belleza de la danza.

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,

Replicó que aun siendo los aspectos mecánicos de una tarea sencillos, no se seguía de ahí que pu­diese llevarse a cabo careciendo de toda sensibilidad.

La línea que el centro de gravedad tenía que describir era ciertamente muy sencilla y, a su pare­cer, recta en la mayoría de los casos . De ser curva, por lo menos la ley de su curvatura parecía de pri­mero o a lo más de segundo orden; e incluso en este último caso sólo elíptica, que por ser la forma de movimiento más natural para las extremidades del cuerpo humano (a causa de las articulaciones) no ofrecía grandes dificultades de ejecución al titiritero.

En cambio estaJínea, desde otro punto de vista, era algo harto misterioso. Pues no se trataba sino del recorrido del alma del bailarín; y él dudaba que pudiese hallarse salvo si el tirititero se situaba en el mismo centro de gravedad de la marioneta, esto es, dicho con otras palabras, bailaba.

Repliqué que me habían pintado la tarea del titiritero como algo bastante trivial: semejante al hacer girar la manivela de un organillo.

En modo alguno, respondió. Más bien se rela­cionan los movimientos de sus dedos con los movi­mientos del muñeco fijado a ellos de manera bas­tante artificial, aproximadamente como los núme­ros a sus logaritmos o la asíntota a la hipérbola.

Afinnó creer que también de este último resto de inteligencia que había mencionado era posible pres­cindir en el manejo de las marionetas, de modo que su danza se desarrollase por completo dentro del rei­no de las fuerzas mecánicas y pudiera generarse, como yo había pensado, por medio de una manivela.

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Expresé mi asombro al ver cuánta atención consa­graba a tal remedo de una de las bellas artes, inven­tado por el vulgo. No sólo lo consideraba capaz de mayor desarrollo, sino que incluso parecía ocuparse personalmente de ello.

Sonrió y dijo atreverse a afirmar que, si un buen mecánico le construía una marioneta según sus requerimientos, le haría ejecutar una danza cuya excelencia ni él ni ninguno de los más consu­mados bailarines de la época -sin exceptuar siquie­ra a Ves tris- serían capaces de igualar.

Me preguntó, al verme bajar los ojos silenciosa­mente: ¿ha oído usted algo sobre esas piernas mecá­nicas elaboradas por artesanos ingleses para muti­lados que han perdido las suyas?

Dije que no: nunca había visto nada semejante. Es una lástima, replicó; pues si le digo que esos

mutilados bailan con ellas, casi temo que no me va a creer. ¿Qué digo, bailan? Claro que el repertorio de sus movimientos es limitado; pero los que están a su alcance los ejecutan con tal sosiego, ligereza y donaire, que pasman a cualquier ingenio propenso a cavilaciones.

Manifesté, en son de guasa, que en tal caso ya había dado con su hombre. Pues el artesano capaz de construir tan curioso muslo mecánico, sin duda también podría ensamblarle una marioneta entera que respondiese a sus exigencias.

¿Cómo, -le pregunté, pues él a su vez había bajado los ojos algo confuso-, cómo formula usted esas exigencias a la habilidad de su artesano?

Nada, respondió, que no esté ya presente en lo

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que hemos visto: euritmia, movilidad, ligereza -sólo que todo en mayor grado; y sobre todo una distribu­ción de los centros de gravedad más conforme a la naturaleza.

¿Y qué ventaja ofrecería tal muñeco frente al bailarín vivo?

¿Ventaja? En primer lugar una ventaja negati­va, dilectísimo amigo, a saber, que nunca mostraría afectación. Pues la afectación aparece, como sabe usted, cuando el alma (vis motrix) se localiza en al­gún otro punto que el centro de gravedad del movi­miento. Pero siendo así que el titiritero, en nuestro caso, mediante el hilo o el alambre, no tendría abso­lutamente ningún otro punto a su disposición sino ése: entonces los restantes miembros serían lo que deben ser, puros péndulos muertos, y obedecerían meramente a la ley de la gravedad; un atributo en­vidiable, que buscaríamos en vano en la mayoría de nuestros bailarines.

Observe por ejemplo a la P ... , prosiguió, cuando interpreta a Dafne y perseguida por Apolo mira en derredor: tiene el alma asentada en las vértebras del sacro; se encorva como si fuera a romperse, cual una náyade de la escuela de Bernini. Observe al jo­ven F ... cuando, caracterizado como Paris, plantado en medio de las tres diosas, le alcanza a Venus la manzana: tiene el alma asentada (da miedo verlo) en el codo.

Semejantes torpezas, añadió a guisa de conclu­sión, son inevitables desde que comimos del Árbol del Conocimiento. El paraíso está cerrado con siete llaves y el ángel detrás de nosotros; tenemos que dar

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la vuelta al mundo para ver si por la parte de atrás, en algún lugar, ha vuelto a abrirse.

ReÍ.- En cualquier caso, pensé, no puede errar el intelecto allí donde no hay intelecto ninguno. Mas observé que se había dejado cosas en el tintero y le rogué prosiguiese .

A mayor abundamiento, dijo, estos muñecos tie­nen la ventaja de ser ingrávidos. Nada saben de la inercia de la materia que es, entre todas las propie­dades, la más perjudicial para la danza; pues la fuerza que los'levanta por los aires es mayor que la que los encadena a la tierra. ¿Qué no daría nuestra buena G ... por pesar un buen par de arrobas menos, o por que una fuerza de semejante magnitud viniese en su auxilio en los entrechats y piruetas? Los mu­ñecos necesitan el suelo sólo para rozarlo, como los elfos, y para relanzar el ímpetu de los miembros por medio del obstáculo momentáneo; nosotros lo nece­sitamos para descansar sobre él, y para recobrarnos de los esfuerzos de la danza; momento éste que ob­viamente no pertenece a la danza, y con el que no se puede hacer nada mejor que eliminarlo, si es po­sible.

Díjele que, por mucho ingenio que gastase en la defensa de su paradoja, no iba de ninguna manera a convencerme de que un títer.e mecánico pudiese poseer más donaire que la estructura del cuerpo hu­mano.

Repuso que al hombre le resultaba práctica­mente imposible ni siquiera igualar al títere en este respecto. Sólo un dios podía, según él, competir con la materia en este terreno; y precisamente en este

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que hemos visto: euritmia, movilidad, ligereza -sólo que todo en mayor grado; y sobre todo una distribu­ción de los centros de gravedad más conforme a la naturaleza.

¿Y qué ventaja ofrecería tal muñeco frente al bailarín vivo?

¿Ventaja? En primer lugar una ventaja negati­va, dilectísimo amigo, a saber, que nunca mostraría afectación. Pues la afectación aparece, como sabe usted, cuando el alma (vis motrix) se localiza en al­gún otro punto que el centro de gravedad del movi­miento. Pero siendo así que el titiritero, en nuestro caso, mediante el hilo o el alambre, no tendría abso­lutamente ningún otro punto a su disposición sino ése: entonces los restantes miembros serían lo que deben ser, puros péndulos muertos, y obedecerían meramente a la ley de la gravedad; un atributo en­vidiable, que buscaríamos en vano en la mayoría de nuestros bailarines.

Observe por ejemplo a la P ... , prosiguió, cuando interpreta a Dafne y perseguida por Apolo mira en derredor: tiene el alma asentada en las vértebras del sacro; se encorva como si fuera a romperse, cual una náyade de la escuela de Bernini. Observe al jo­ven F ... cuando, caracterizado como Paris, plantado en medio de las tres diosas, le alcanza a Venus la manzana: tiene el alma asentada (da miedo verlo) en el codo.

Semejantes torpezas, añadió a guisa de conclu­sión, son inevitables desde que comimos del Árbol del Conocimiento. El paraíso está cerrado con siete llaves y el ángel detrás de nosotros; tenemos que dar

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la vuelta al mundo para ver si por la parte de atrás, en algún lugar, ha vuelto a abrirse.

Reí.- En cualquier caso, pensé, no puede errar el intelecto allí donde no hay intelecto ninguno. Mas observé que se había dejado cosas en el tintero y le rogué prosiguiese.

A mayor abundamiento, dijo, estos muñecos tie­nen la ventaja de ser ingrávidos. Nada saben de la inercia de la materia que es, entre todas las propie­dades, la más perjudicial para la danza; pues la fuerza que los'levanta por los aires es mayor que la que los encadena a la tierra. ¿Qué no daría nuestra buena G ... por pesar un buen par de arrobas menos, o por que una fuerza de semejante magnitud viniese en su auxilio en los entrechats y piruetas? Los mu­ñecos necesitan el suelo sólo para rozarlo, como los elfos, y para relanzar el ímpetu de los miembros por medio del obstáculo momentáneo; nosotros lo nece­sitamos para descansar sobre él, y para recobramos de los esfuerzos de la danza; momento éste que ob­viamente no pertenece a la danza, y con el que no se puede hacer nada mejor que eliminarlo, si es po­sible.

Díjele que, por mucho ingenio que gastase en la defensa de su paradoja, no iba de ninguna manera a convencerme de que un títer.-e mecánico pudiese poseer más donaire que la estructura del cuerpo hu­mano.

Repuso que al hombre le resultaba práctica­mente imposible ni siquiera igualar al títere en este respecto. Sólo un dios podía, según él, competir con la materia en este terreno; y precisamente en este

...

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punto se engranaban los dos extremos del mundo .. , ~-

aJIU.l(l1 •

Yo estaba cada vez más asombrado y no atina­ha a hallar réplica alguna para tan singulares afir­maciones.

Al tiempo que tomaba una pulgarada de rapé, repusO que parecía que yo no había leído con aten­ción el tercer capítulo del primer libro del Pentateu­co; y que con quien no conocía este primer período eJe toda crianza humana no se podía discutir ade­cuadamente sobre los siguie-ntes, y muchísimo me­noS sobre el último .

Afirmé estar familiarizado con los tra stornos que la conciencia ca usa en la gracia na tura l del ser h UDia no . Un joven cono cido m ío h a bí a perdí do la

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~1 e pregun tó por el suceso a l que m e habia refe­rido.

Hará unos tres años, narré, que me estaba ba­{lando con un joven, cuya constitución irradiaba en­tonces un maravilloso donaire. Debía de tener dieci­-,éis años aproximadamente, y los primeros atisbos ele vanidad ---despertados por el favor de las muje­res- sólo se podían columbrar a lo lejos. Se daba el caso de que poco antes habíamos contemplado en París al adolescente que se está sacando una astilla elel pie; el vaciado en molde de esta estatua es bien conocido y se halla en la mayoría de las colecciones

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alemanas. En el momento en que el joven apoyaba el pie en un taburete para secárselo, echó una ojea­da a un espejo de cuerpo entero, y su imagen le re­cordó esta estatua; sonrió y me comunicó su descu­brimiento. De hecho yo había descubierto lo mismo en el mismo instante. Pero, o bien para probar la firmeza de la gracia que en él moraba, o bien para atajar su vanidad provechosamente, el caso es que le repliqué riendo que veía visiones. Sonrojándose, alzó el pie por segunda vez para convencerme; mas el intento -como era de esperar- no tuvo éxito. Corrido, alzó el pie por tercera y cuarta vez, lo le­vantó hasta diez veces: ¡en vano! Era incapaz de re­producir el movimiento, ¿qué digo?, los movimien­tos que hacía tenían algo tan extraño que me costó reprimir los pujos de risa.

Desde aquel día, desde aquel mismo momento, se operó en el joven una misteriosa transformación. Comenzó a pasar días enteros mirándose en el espe­jo; y le abandonaron sus encantos uno tras otro. Un poder invisible y misterioso pareció apresar como una red de hierro el libre discurrir de sus gestos, y cuando hubo transcurrido un año, no se podía des­cubrir en el joven ni siquiera una huella de su pasa­da hermosura, que había deleitado a cuantos lo ro­deaban. Todavía vivían testigos del singular y des­graciado suceso que podían corroborar palabra por palabra mi narración.-

En este punto, dijo el señor C ... amistosamente, he de contarle yo otra historia, y no le costará apre­ciar que viene como anillo al dedo.

Me hallaba de camino hacia Rusia en una quinta

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I I ;:;

del señor de G .... un aristócrata livonio, cuyos hijos rn c> ... trnn"h'ln 'Jc:ir~"'")mpnt ... nnr ,")r1'H,,1 pntonces. en ..."l \.. ""' i l ~ & '- .t. .1 ""'" U"" .. a ...... J. \0..& '"" '-"- a"",. ~ "- t-' "'.t. _ ~ _ ""......... ..

el arte de la esgrima. Sobre todo el mayor, recién vuelto de la universidad, se las daba de maestro, y una mañana cuando yo estaba en su cuarto me ofre­ció un florete. Esgrimimos; pero resultó que yo le superaba; por añadidura le obcecó la pasión; casi cada una de mis estocadas lo alcanzaba, y por último su florete voló a un rincón. Medio en broma, medio contrito, me dijo al tiempo que recogía el florete que había dado con la horma de su zapato; pero que tal horma existía para toda criatura, y que me iba a con­ducir ante la mía. Los hermanos pronumpieron en carcajadas gritando: ¡ea¡ ¡ea¡ ¡a la leñera con él!, y cogiéndome de la mano me llevaron ante un oso que el señor de G ... su padre, hacía criar en la finca.

El oso, cuando me acerqué a él sin salir todavía de mi asombro, estaba erguido sobre las patas trase­ras; apoyado contra un poste al que se hallaba atado, alzaba la zarpa derecha presta a la réplica, y me mi ­raba a los ojos: tal era su posición de guardia. Con­frontado a un adversario semejante, yo no sabía si soñaba o estaba despierto; pero el señor de G ... me decía, ¡ataque! ¡ataque, e intente asestarle siquiera una estocada! Así que me hube recobrado un poco de mi estupefacción, me lancé sobre el florete en mano; el oso movió ligerísimamente la zarpa y paró el golpe. Ahora yo me encontraba casi en la misma trampa que el joven señor de G ... La seriedad del oso me sacaba de mis casillas, se sucedían estocadas y fintas, me em­papaba el sudor: ¡todo en vano! El oso no sólo paraba todos mis golpes, como el mejor esgrimidor del mundo,

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sino que además ni siquiera se inmutaba por las fin­tas (yen ello ningún esgrimidor del mundo hubiera podido imitarlo): con los ojos fijos en los míos, cual si en ellos me pudiese leer el alma, allí estaba plan­tado, con la zarpa alzada y pronta a la réplica, y cuando mis estocadas no iban en serio, ni se movía.

¿ Cree usted esta historia? ¡A pie juntillas!, exclamé, aplaudiendo alegre­

mente; se la creería a cualquier desconocido, de ve­rosímil que es; ¡cuánto más a usted!

Ahora, dilectísimo amigo, dijo el señor C ... , está usted en posesión de todo lo necesario para com­prenderme. Vemos que, en la medida en que en el mundo orgánico se debilita y oscurece la reflexión, hace su aparición la gracia cada vez más radiante y soberana. Pero así como la intersección de dos lí­neas a un lado de un punto, tras pasar por el infini­to, se presenta de nuevo súbitamente al otro lado, o como la imagen del espejo cóncavo, después de ha­berse alejado hacia el infinito, aparece nuevamente de improviso muy cerca de nosotros: de modo aná­logo se presenta de nuevo la gracia cuando el cono­cimiento ha pasado por el infinito; de manera que se manifiesta con la máxima pureza al mismo tiem­po en la estructura corporal humana que carece de toda conciencia y en la que posee una conciencia infinita, esto es, en el títere y en el dios.

Por consiguiente, dije un tanto ausente, ¿tene­mos que volver a comer del Árbol del Conocimiento para recobrar el estado de inocencia?

Sin duda, respondió; ése es el último capítulo de la historia del mundo.

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~S3 ilus~~ssiones de ~3t e estudio ie Van ~:eist

proceden de un tr~dUC2i6n italian~ de l original

Han sido re ~liz2d~s pa r 3nric D Tro~c o~ i.

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ANTECEDENTES PH.El-IISPANICOS

DE LOS TrrERES

Por AlejandroJara

Lo que a continuación escribo es un breve compen­dio de citas tomadas de diferentes publicaciones especializadas que. según mi punto de vista, están relacionadas con lo que podrían ser los anteceden­tes prehispánicos de los tfteres, dentro de las anti­guas ~ulturas de Mesoamérica.

Comenzaremos con un texto que Fray Bernar­dino de Sahagt'lI1 'tomó de sus informantes nativos de hace cinco siglos, y que el padre Garibay rescató de los Primeros lHemoriales 1 de Sahagún.

"DE LOS fifACOS y SAL TIAIBA N Q UIS . .. EL QUE HACE SALIR A LOS DIOSES.

1.- El que hace salir o saltara los dioses es una especie de saltimbanq ui. En traba a la casa de los reyes,' se paraba en el patio. Sacud¡'a su morral, lo remecla y llamaba a los que estaban en él. 2.- Van saliendo unos como niñitos. Unos son nlll­

jeres: muy bueno es su atavlo de mujer; sufalde/Un, su camisa. De igual manera los varones están bien ataviados: su braguero, su capa, su collar de piedras finas.

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----_ .. _ .. -----

3.- Bailan, cantan, representan lo que detennina su corazón de él. Cuando lo han hecho, entonces re­mueve el morral otra vez: luego van entrando, se colocan dentro del morral. Por esto daban gratifi­caciones al que se llama "el que hace salir, saltar o representar a los dioses. "2

En su HISTOR1A GENERAL DE LAS COSAS DE NUEVA ESPA]\'A, el mismo Sahagún nos rela ­ta la historia de Tlacauepan ClJéxcoch -acaso el nombre de un primer titiritero-, ligado Íntima­mente a las leyendas de Quetzalcóatl y Huitzilo· pocht1i, deidades del Anáhuac. (Doy la cita en fOnTI3 amplia para su mejor comprcn:; ión).

En el Libro Tercero dice :

"DEL PRINCIPIO QUE TUVIERON LOS DIO­SES. ..

CAP. IV) DE COjHO SE ACABO LA FORTU,\'A DE QUETZALCOATL, y VINIERON CONTRA EL OTROS TRES NIGROlY!.ANTICOS, y DE LAS COSAS QUE HICIERON . ..

CAP. IX) DE OTRO EMBUSTE DEL A1ISA10 ¡\'I­GROA1ANTICO, CON QUE MATO A1UCffOS MAS DE LOS TOLTECAS

1.- Otro embuste hizo el nigromántico ya dicho. Asentóse en medio del mercado del tiánquez y dijo llamarse Tlacauepan, y otro nombre, Cuéxcoch,· y hacIa bailar un muchachuelo en la palma de sus ma­nos -dicen que era Huitzilopoch tli-,·

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=

2.- y le ponza danzando en sus manos al dicho muchachuelo y como lo vieron los dichos toltecas todos se levantaron y fueron a mirarle. y empll¡d­banse unos a otros, y as(muricrun muchosalzogados y acoceados, y esto acaeció muy muchas veces que los dichos toltecas se mntaban empujándose unos a otros.

3.- Dijo el dicho nigromántico a los dichos tolte­cas: ¡Ah, toltecas! ¿Qué es esto? ¿Qué embuste es éste como no 10 sentz's? Un embuste que hace dan­zar al muchachuelo. ¡Matadlos y apedreadlos!

4.-Y as( mataron a pedradas al dicho nigromán­tico y al muchachuelo,' y. después de haberlo muerto comenzó a heder el cuerpo del dicho nigronuintico, y el hedor corrompla el aire, que de donde venz'a el viento llevaba muy mal hedor a los dichos toltecas, de que muy muchos se monan.

5.- y el dicho nigromántico dijo a los dichos tol­tecas: Echadlo por alU a este muerto, porque ya se mueren muy muchos de los toltecas del hedor del dicho nigromántico. , .

6.- Y asz' lo hicieron los dichos toltecas, y ataron al muerto con unas sogas, para llevar y echar al muerto que hedza y pesaba tanto que los dichos' toltecas no podzan llevarlo.

7.- De antes pensaban que presto le echan'an fuera de Tulla, y un pregonero pregonó diciendo: ¡Ah toltecas!, venzos todos y traed vuestras sogas para atar al muerto y echarle fuera.

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8.- Y en juntdlldose todos los dichos toltecas lue­go ataron al mu~rto con las sogas, y CO ."nenzaron a llevarle arrastrando al dicho muerto diciendo entre sz': ",Oh toltecas, ea pues arrastrad a este muerto con vuestras sogas!

9.- y el dicho muerto tanto pesaba que no le po­d(ar2 mover, )' quebrdbanse las sogas, )' quebrándose una soga los que estaban asidos a ella caz'an y morz'­'an súbitamente, cayendo unos sobre otros,' )' as!', no pudiendo arrastrar al dicho muerto. dijo el dicho nigromántico a los dichos toltecas: ¡Ah toltecas, este muerto quiere un l'erso de canto!

10.- Y él mismo dijo el canto diciéndoles: ¡Arras­trad/o, al muerto, Tlacauepan nigronuíntico! Yasz', en cantando este verso luego comenzaron a llevar arrastrando al muerto, dando gritos y roces, y en quebrando una soga todos los que estaban asidos a la soga morz'an .. y los que se empujaban unos a a! ros y los que cazan unos sobre otros, todos manan:

11.- y llevaron el muerto hasta el mon te, y los que volvieron no sentz'an aquello que les habla acae­cido porque estaban como borrachos. "s

Ligndo tamhién n In t~ogon{:l d('] mundo n:Hl\I:ln.

Miguel León-Portilla nos hace conocer este texto del Códice Florentino, donde "Nuestro Sefíor. IN TLOQUE NAHUAQUE ..• 'nos está moviendo a su

t . "{ an oJo •.. ,as: 1.-"Nuestro señor, el dueño del cerca y del junto. 2.- piensa lo que quiere, determina, se divierte. 3.- Como él quisiere, asz' Querrd.

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· 4.- En el centro de la palnuz de su nuzno nos tie-ne colocados, nos estd moviendo a su antojo. 5.- nos estamos moviendo, como canicas estamos dando vueltas, sin rumbo nos remece. 6.- Le somos objetos de diversión: de nosotros se n'e. " 6

Figura de barro articulada. Pro~de de Atzcapotzalco, D.F. Periodo Teotihuacán Ill , Clhico: 300-600 d.C. Colección: Museo de Ber­lín.4

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Dejémosle riéndose de nosotros, y vayamos ahora a la Cultura Maya-Quiché, donde el Libro del Con­sejo (Popol Vuh) nos narra la historia de los 'muñe­cos' construídos de madera, antecesores de los actuales hombres de maíz:

"3) ... Entonces [los Dominadores, los Poderosos del Cielo] dijeron la cosa recta: "Que as( sean, as{, vuestros maniqufes, los (muiíecos) constru¡'dos de madera, hablando, charlando en la superficie de la tierra". - "Que asI' sea ", se respondió a sus palabras.

Al instan te fueron hechos los nwniqzdes, los (m u­ríeeos) construz'Jos de ,nwJcra; los hombres se pru­dujeron , los hombre,s hablaron,' existi6la hunl{lnidad er( la ::,:uperficie de la tierra. Vivieron, engendraron, hicieron hijas , hicieron hijos,~ aquellos ,numiqzdes, aquellos (inufiecos) constnddos de nuuitra , No fe

n¡'an ni'(rzgcn io ni sabidu.rz'a; ningún recuerdo de sus 'Constrvctores, de sus Fornw.dores ; andaban , mniinaban sin objeto,:".,ío se acordaban de fos Es¡d­Tifus del Cielo: por eso de cay eron , Solamcn re un

1 • t" . J' " --i ... l ensayo SOíOrnente una LO! ailva ÚC t1lU1wnzaaü . /j, ., . principio hablaron, pero sus rostros se desecaron; sus pies, sus ,nanos (eran) sin consistencia; n i san­gre, ,ni humores, ni humedad, ni grasa,' mejillas desecadas (eran) sus rostros,' secos sus pies, sus ma­nos,' . comprimida su carne. Por tanto (no h~b la)

ninguna sClbidurz'a en sus cabezas ante sus Construc­tores, ,sus Fo,:madores; sus Procreádores. sus' Ani­madores. Estos fueron los primeros hombres que existieron' en la superficie de la tierra. . ,.

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4) En seguida (llegÓ) el fin,'la pérdida~ la destruc­ción, la muerte de aquellos maníquz'es, (mwlecos) constnddos de madera. Entonces fue hinchada la inundación por los Espzntus del Oelo, una gran inundación fue hecha; llegó por encim,a de las ca­bezas de aq uellos maniq uz'es, (mul1ecos) construz'-dos de madera " 9

Hasta aquí las fuentes indígenas; veamos ahora que dicen ]os conquistadores espalloles.

Según el historiador J .E. Varey 10. el mismo Hemán Cortés comentó: "En una carta escrita desde la ciudad de Méjico el 20 de septiembre de 1538, que describe las artes indzgenas, anota Cortés los "que hacen farsas,' otros que juegan de manos,' otros que hacen t(teres y o tros juegos" 11

Y Bernal Diaz del Castillo, también presente en la Conquista del México de aquel en tonces, relata en su HISTORIA. .. 12, "Cómo Hernando Cortés Salió de México para Ir Camino de las Hibueras", y cita al contingente que lo acompañó. Ahí, coloea­dos en un tercer ténnino, sin derecho a nombre ni apellido (que sí otorga a muchos otros, general­mente españoles), sabemos que Cortés:

" ... LIebo cinco ch irim ¡'as y facabuches y duIfay­nas y vn bolteador y otro ?f jugava de mallOS y ha­zía t(teres . .. " 1 3

Aquí terminan nuestras citas de los cronistas de aquel tiempo.

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Vayamos ahora con los investigadores de nuestro siglo, donde el padre Angel María Garibay, erudito marcador de caminos, toma posición y en un comen­tario al texto "l:.,~1 que hace salir . .. lO, dice:

''No es mucho atrevimiento ver en estos mWlecos de cuerda el antecedente de los t¡'teres entre noso­tros. Creo que eso eran y no simple ilusionismo como veremos que en otros casos habla . .. "3

Por su parte Miguel León-Portilla, estudioso contemporáneo de la mexic.1nidad, en su trabajo sobre el Teatro Nálwatl Prehispánico menciona:

"Estas cuatro etapas (del teatro prehispánicoJ fueron: 1. .. 2. Las l'arias clascs dc actuacioncs CÓmicas y dc divcrsión ejecutadas por quicncs ho)' llamamos titiriteros, juglarcs y aún prcstidigirado-

3 4 "14 res ... . .. Ahora bien, entre la gente del oficio del ser titi­

ritero, hay quienes han dejado testimonio escrito de su pensamiento, así Angelina Beloff, prudente­men te anotó:

"La tradición de los t (teres CII AJéxico es muy antigua y 1Iluy arraigada. En el /lfusco Nacional y

en el A-fuseo de San Juan Teotihuacán se conservan unos muñecos articulados de barro cocido, que se­gún toda la apariencia podlan ser t(teres en la época precolombina y hacen suponer que en México, como en Egipto y en Grecia, esos t¡'teres de barro participaban en las ceremonias religiosas y, tal vez, en los espectáculos de recreo. " 1 5

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t

Cetro maniquí ( 7 ). Bajo relieve del Templo de las Inscripciones. Relacionado con el año 642 d.C. Palenque. Chiapas ( 8 ).

o también, Cayuqui Estage N. afirma: "Muñecos con partes móviles han estado presen­

tes en la vida humana desde los lejanos orfgenes del honlbre . .. quedall eJlldel1cias patentes de la exis­tencia de t¡'teres en ,4mérica, y en especial en Méxi­co, antes del arribo europeo . .. En la ldminaNo. 47 del Códice Nuttall se ve lo que en lo personal pien­so sea una representación del primer titiritero nom­brado por los anales mexicanos . .. "1 6

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.pas

Pero ¿qué dicen lo~ decanos titiriteros mexica­nos?

Francisco Rosete Aranda, en LA COMPAÑIA. DE TITERES DE LOS HERMANOS ROSETE ARANDA anota dos citas aparentemente contra­dictorias; la pri"1era de Ermilo Abreu G6mez, la segunda de los Suplementos 'Populares de 'El Nacio­nal':

"Los muñecos animados nacieron ' en tiempos remotos. Fueron usados en los templos para repre-

Códice NutuU. Lámina 47 17 Figura orrendante, Mixteca Alu. Año ; 043 d.C. Colección: British Museum, LondIes. U

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distantes unos de otros, si no fuera porque la [anta­sz'a del hombre lo encontró en la propia proyección

de su sombra? .. "2 O'

En fm. los testimonios son variados y numerosos. Todo parece indicar que la procedencia de los títe­res es lejana y extraña. Sabemos que se han encon­trado figuras articuladas en las culturas teotihuacana, azteca, tia x cal teca , cholulteca, totonaca y maya; los códices aún no vierten toda su enseñanza, las crónicas están ahí para iluminamos en nuestra bús­queda, y que~a mncho por hacer ...

Por mi parte, yo aquf concluyo este trabajo, y dejo a usted, lector, y a los titiriteros que lo deseen, la pregunta del principio. y In consigna del Tolteca: "In toltecatl: , Tlamachti/lf, tolfh centzon, aman, in qualli to/tecal/: mozca/tan!, mozca/ta, mihmati: moyolnonotzani, tlalnamiquini. In qualli toltecat/ tlayol/ocopaviani; tlapaccachivani, tlaiviyanchivani, tlamLJuhcachiva, toltecati, tlatlalia, tlahimati, tlayocoya: tIa lJipanLJ , tlapoppotia, tlarulnamictia . .. "ToItécatl: el artista, discz'pulo, abúndante, inquie­to. El verdadero artista: capaz, se adiestra, es hdbil,' dialoga con su corazón, encuentra las cosas con su mente. El verdadero artista todo lo saca de su corazón,' obra con deleite, hace las cosas can calma, con tien­to, obra como tolteca, compone cosas, obra hábil­mente, crea,' arregla llls cosas, las hace atildadas, hace que se ajusten. El torpe artista: obra al azar, se burla de la gente, opaca las cosas, pasa por encimn del rostro de las cosas, obra sin cuidado, defrauda a las personas, es un ladrón. "2 1

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sentar escenas religiosas y en las calles y plazas para divertir al pueblo . .. En la época precolombina los titeres parece que tUl'ieron cierta importancia, a juzgar por los hallazgos que se han hecho)' de los r:uales -como hemos dicho- hay indicios en ,wCJ­tras museos . .. "1 9_

"En el suelo arqueológico de Mé.xico, los investi­gadores han descubierto notables y peque/las figuras articuladas, de ba"o cocido, .. No obstante, insiste, la existencia de dichos objetos nada dice a quienes se esfuerzan por encontrar en el/os una finalidad auténtica de recreo o esparcimiento. Lo más seguro es que tales piezas arqueológicas sean, más bien, objetos de mngia, de uso ritual o funeran'o. Acaso pueda haber en ello sólo una remota paridad -por relaciÓn de parentescos culturales de origen miste­rioso- entre objetos que ten z'an usos parecidos en el rito funerario del viejo Egipto y de otros pueblos del Orien te antiglw . .. " 1 'J lit lit

El maestro Gilberto Ramírcr Alvarado, DON FERRUCO, escribe:

"Nuestros antepasados, los toltecas, az tecas y mayas, cultivaron el arte de los t¡'tercs, de ello nos dan razón fray Bernardino de Sahagún y el padre Garibay. Tal .'cz el hombre, asombrado ante el pro­digio de la naturaleza que lo rodeaba, sintió la ne­cesidad de crear un (dolo)' cuando ese {dolo tUl'O

movimiento, nació el fz'tcre . .... 1 3

Y el maestro Roberto Lago, también decano titi­ritero, se pregunta:

", . , ¿cómo explicarse el nacimiento y, por ende, el origen simultdneo del t(tere en diferentes paz'ses del globo -Egipto, la India, China, Java, Grecia, Italia, España, México, antes de la Conquisfa- tan

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distantes unos de otros, si no fuera porque la fanta­sía del hombre lo encontró en la propia proyección

d O b ? "2 O' e su s m ra" .. En fin t los testimonios son variados y numerosoS.

Todo parece indicar que la procedencia de los títe­res es lejana y extraña. Sabemos que se han encon­trado figuras articuladas en las culturas teotihuacana, azteca, tlaxca.l teca , cholulteca, totonaca y maya; los códices aún no vierten toda su enseñanza, las crónicas están ahí para iluminamos en nuestra bús­queda, y que~a mucho por hacer ...

Por mi parte, yo aquí concluyo este trabajo, y dejo a usted, lector, y a los titiriteros que 10 deseen, In pregunta del principio. y la consigna del Tolteca: 'In toltecatl:. Tlamachti//f, tolfh centzon, aman, in qualli tolteeatl: mozcalianf, mozealia, mihmati: moyolnonotzani, tlalnamiquini. In qual/i toltecatl tlayo/locopaviani; tlapaccachivani, tlaiviyanchivani, tlanwuheachiva, tolteeaN, tlatlalia, tlahimati, tlayocoya,' tlavipana, tlapoppotia, tlananamictia. " "Toltécatl: el artista, disclpulo, abúndante, inquie­to. El verdadero artista: capaz, se adiestra, es hábil,' dialoga con su corazón, encuentra las cosas con su mente. El verdadero artista todo lo saca de su corazón: obra con deleite, hace las cosas con calma, con tien­to, obra como tolteca, compone cosas, obra hábil­mente, crea,' arregla las cosas, las hace atildadas, hace que se ajusten. El torpe artista: obra al azar, se burla de la gente, opaca las cosas, pasa por encima del rostro de las cosas, obra sin cuidado, defrauda a las personas, es un ladrón. "2 1

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BIBLlOCJ..HIA

lE l"'"" J. ;j!"'O D E S AH ACt"~ .. Pn ."f1t rOI ,f.!tlY10f1lJitl . tdici6n fac5imUlr. r. 127·9; citado pOI Aníf('~ ~h. G uihl' lE. "'" "'. Ol~O DE SAHAGliS, Ap~ndkc 111 de JliJfo,iIJ GeneTal de' loJ C OJel de-le f\'unc f: jr'!oña, rC'~.Ü: . M~, ,: , 1" ~ : E.C.JCJI:'1:. ,~UAd. por Antel Ma. ClriblY.

3 · .~'\ GEL .\ot ." RlA G ARI BA Y K. .• Para/¡pómtnoJ de Saharün. en Rcv. :rlaJoc.n, Vol. 11, n. 3, t 947. p . : :; 5-~ 4. M h 1 .. 0 .

PAL' L ,",'ESTHEl.tr.t, ALBERTO RUZ ti al .• C'uD'tnhJ Sigloldt J' i:ístJ'ca Mexicana, Tomo J, Herrero , '{~l.ic('l. 19t- v

~ , lE It~ AA: DJ.trr,¡O DE SAHAGUN, /lU10rW GtnuQI .. " Libr'!'l 11' •• W'CUEl UON.PORTIllA . FiloJofi4 Nohuatl. UNAM. México. 1979.

T A TIA!'iA PROSKOURlAKOFF. A Slud>' of Cl4JJie May a Seu/plu" , Wash. EUA .. Carneaie Inst ., 10 ; 0. ~ \ ALBERTO RUZ. Po/tnque. Gu'" Oficiol, lNAH, México, 1974. '1 El Libro dtl ConJtio, UNAN, México, 19S0. Trad. y notu de Geor,t'! Rayn.ud, J .M. Gonliltz MrnJ o!. y Mip: c! . .\Il¡;r !

Alturiu. Prol. Feo . Monterde. lO j J .E. \. AR EY, HuroriD de los TI'la~1 en ESPDÍlD, Revista de Occidente. Madrid. Espa.ña, 19 Si. 11) JOAQLr¡~ PACnECO , Coleedon de DocUm~nlOJ in¿ditos R el4ti vo I al Del.:ubrim ien co , Co rz qui.r:.: .' l-, .:,l r:¡:c ;:

POI~IIO"tJ Esp"ñolaJ tn Amiriaz'y Ouan¡Í;. Madrid, España, Tomo 111 , 1864.84, p. 542, Citado por J.E . Vare)' . 1:) BERNAl DIAZ DEL CASTllLO,IIiJloria dt 14 ConquiJla de /a N u<va EJp.,ia. Porro" México. 1980. Cal' . ClX\I"' . 13) GJLBERTO RAMIREZ ALVARADO, ,ExiJu en Mú¡eo un Ttatr o Pcpuwr de T,úteI.', Re", Tinu . .\<1.entr {l. I~' H" .

Mc.ico. n. 38/39, abt. ... pI. 1984 . p. 39~1. )4) MIGUEL LEON·PORTILLA, Teatro NáhUll t[ Prth iJpánico , Rn. L, Palabr. y el Hom bre. uni\'. \'etl ('nJ un. , ~{h i ... ,.

1959, n, 9. p, 13 , eH.do por: MARIA STEN, Vida y Mutrrc d tl Teatro SdhUlUi, SE P·S etentas, MhlC'O, 19'74 . J 5) ANGElINA BElOFF. MuñecoJ AnimadoJ, SEP, Mbico. 1945. 16) CA YUQUJ ESr AGE NOEL, LCJ .A.{ósctZr" indlsena}' su Otra Cara: t:l rúac lnd¡geno, L1n h' . de Cohml, !-ooihico, 1 Q~~ . 17) Thr Codex NutuzJJ -Á PicfUrt Manuscript From An ejen: Mtxieo , Dovef Pul;!l. , NUf!'n York. EU.' . , )C)i5, rdllll,h· ¡' ,, :

Zelia Nuttall, Limina .7. IR) ALFONSO U.SO, Re)' ,,)' ReinoJ de la MlXtcca . FCE , México. 1979 . 19) FRANOSCO ROSETE ARANDA, La Campaihe dr Tz'tars dt Jos Jltr m a TIC>j ROJ e ze A raTo.::"c, Inst¡ IUIC T luC"~ I !r ; J¡ 1\(' :~

Cultura, México, 1983, Cita - ; ER~f1LO ABREl' GOMEZ, LOI Túue , dr[oJ R ou :c.Arcnda, Drl Tieml' ~l Vir,i." [ 1 ~ I c:ional ~ y -- : Los Tiurtl. Enrrettnimir11 ro para Niños r .:J:,¡itos, Suplt'mentos Popullles dr 'El !'\.cionll·

lO) ROBERTO LAGO, Hi.Jtona e Granda Rasgos dd reC.rTe Guiñol (1'1 .~f ¿ :dc('. Rev, La Hoja drl Tir irittr o Indrr C'!Hlk::t: ,

México, Vol.ll . n. J6,jul·a¡o. 1983,p . 1. 21) T~xtol de 101 ln!ormonus dt SQhogUn, Ed . Paso~' Tronco~ . Yol. \'111. Fol. 11 S \', 116 f , Cit. do r M ~{i~ud Ldt\l 1' • .)1 I. ¡, • .

FilC'l o f¡'a Ntihuarl, c.p , V.

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SOBRE LOS lT1'r.;R~:.5 DE

__ 1 n"t~ FAllA

Tenemos entrsu3do a la desaparecida Editora

Nacional un origina~ de más de trescientas

p~ginas y dC[lci:::ntes foto~:;rali8s, "üch:::s

inéditas.

La "::d1 tor, deser::: ,'eí.2 r . '

,'-~J. ~~~rlglL.Gr~ '0(,;

su misi6n de Dublicar lo . - - ~ .., -conSlaeraao assae eL

punto ele vista comercial como impublicable.

Así naci6 la colecci6n de 11 Visionarios, hete-

rodoxo8 ~T mar~ünC1dos l' que , ,

en "Gre sus nur.Jeros

cuentE; con" La :ü.¡ ~~orica 11 de CGrlos Alrodro,

y con 11 '1'i telles : Teatro popular 11 del innom-

brable Francisco Porras. Pero esa dignidad

desapareci6 con le Editora. Los herederos de 18

misma, el Ir:inisterio de C., no han sabido estar

a la al tur3 de lé'; s circunstancias, y como

existían contratos sin cumplir, y libros sin

publicar, encontraron una soluci6n muy propia

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Jalla e.treohando la mano de Don Quijote

en una de las version.. en las que Don

Quijote, Sanoho "1 " el trllohamán " tambi'n

eran marioneta ••

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por a propiaci 6n i n de bida, pero cr eo ~ ue s eria

t 0 - ... , 1 urno. t!"~. SO.LllClOn es es :..=,erar que er: e

r~:i .:1ister:'o f,pél re :~ca una perSOllf.i decente que

remedie la tropelía. Y as! pasan los aGos.

Todo ésto viene a cuento para explicar porqué

no publico más cosas originales sobre lo inves­

tigado acerc~ de los títeres de la pre-guerra.

De todas formas aunque no conservo copia del

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er1c1Dal .í tengo en .1 poder al¡6n qa. otro

doouaento ignorado~-

y boy ~os a pab110ar uno. Se trata de WBas

opin1ones de Garo!a Loros analizando, magnifi­

O8Ilente, • El Retablo de Kaese Pedro ". Istas

apareoieron en torma de entrevista, son total­

mente de.oonooidas por los lorqulstaa y no han

sido reoogida. - todavía - en n1nguna edio16n

de la8 Obras Oomple~s del poeta, ni en n1nguna

obra publicada sobre Pederloo, ni sobre Palla •

•• ta entrevista ha pasado o~pletamente desaper­

oibida a pesar de la importanoia de ouanto en

ella se dioe. Por eso oonsideramos neoesario

publicarla casi 1ntegramente.

PBANCISCO PORRAS.

- ¿ Qu' opina asted d. esta inter­

pretaoi6. de la obra de Cervantes,

tan intensa y de tan alta novedad

- SK PUEDE DBCIll QUE LA INTBR -

PBft.ACIOH DB LA PlGUBA DI DOI

QUIJO!E IR EL " RET.ABLO DB MAESE

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n

la

tr-

,

PEDRO" ES LA MAS JUSTA,LA MAS RICA

DE MATICES, LA MAS HUMANA Y DE DlOCION

MA S PERENNE. EN LA S DISTINTA S INTER -

PRETACIONES LITERARIAS DEL QUIJOTE,

UNAS POR QUERER SER DEMASIADO SAGACES,

OTF.AS POR AGIGANTAR O DIS¡.lINUIR LA

FIGURA DE NUESTRO MANCHEGO, SE LES

ESCAPA ESTE SENTIMIENTO DE AMOR, AMOR

CASI MISTICO, EL UNICO y ORIGINALI -

Sn:O AMOR DE D1.JLCINEA.

Tr.~A]',nn~o NO

Hablamos de la influencia de la excelsE

figura d. la m6.sica.

El amigo poeta me responde :

- Er~ LA ~!USICA NO HA TENIDO DON QUI -

JOTE NINGUNA SUERTE ; NO HA SIDO COMO

DON JUAN AL QUE LE BASTO ENCONTRARSE

CON MOZART PARA QUEDAR DEFINITIV~MEl;"TE

DIBUJ ADO, Y ES QUE DON JUAN ES MA S

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'Jen, QtJi DON QUIJOTE. DON JUAN TIENE

UN PORDO DE lUERZ.A CIEGA, SE REFLEJA

EN EL TORRENTE. VA DEFINITIVAMENTE A

SU pm. DON QUIJOTE ESTA GLORIOSO DE

BAZON i ES A VECES CCldO UN RIO QUE

QUIERE VOLVER A SUS FUENTES; SU REINO

NO ES DE ESTE MUlIDO.

- ¿ y el ~uljote de Strauss ? Con su

ya c1~e1oa dlv1s16n de timbres, su

d1vers1f1oac16n de las masas sonoras,

me temo muoho que Strauss haya hecho

un Qu1jote que no es propiamente cer­

TRnt1no, aunque profundamente lntere -

sante.

- XlECTIVAMENTE - me contesta - EN MI

OPINION EN EL QUIJOTE DE STRAUSS NO

APARECE )lAS QUE LA ARMADURA DE DON

QUIJO'.rE. ES UN DON QUIJOTE VACIO, RICO

DB SONOBl~D ( QUIZA EXCESIVO ) EN EL

QUE EL PAISAJE Y J.A NOTA HUJ40RISTICA

BS!.AB BEI·UMENTE REALIZADOS, PERO

lALTO DE SUSTANCIA MUSICAL. ES UN DON

---- ------_ ..

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r , \: ,

QUIJOTE ONOllATOPEYICO DONDE LAS NUBES

DE POLVO QUE LEVAN~AN LOS REBANOS DE

BORREGOS IMPIDEN" VER CLARAMENTE LA

GRAN FIGURA ANDAnTE.

TIENE ¡:U;ZON SALVADOR :DE lIlAD.ARIAGA

AL DECIR ID¡ LA DEDICATORIA DE SU NUEVO

LIBRO " GUIA DEL LECTOR DEL QUIJOTE "

A lIANDEI. DE FALLA, QUE EL HEROE DE

CERVANTES COBRA SEGm~DA !N}!ORTALI~D

CON "..EL Rb"'TABLO DE :MAESE PEDRO". LA

INTERPRETACION QUE p~ HECHO FALLA DEL

QUIJOTE ES LA !lA S PROPIA DE TAL FIGURA.

PRLSCINDIENDO DEL ESTUDIO QUE EL )'lAES­

TRO HA HECHO DE LA MUsrOA ESPAÑOLA DEL

XVII, DE LOS R~aNCES y DE LA MUSICA

SAGRADA, Ll\ INTERPRETACION ti PERSONAL "

EL PUNTO DE VISTA, LA PROPORCION DEL

DIBUJO DEL CABALLERO, ES DE LO MAS

SORPRENDENTE Y SENCILLO. NO ES UN DON

QUIJOTE DlW1ATICO, QUE CANTA EN EL

VIOLONCELLO UNA QUEJA LITURGlOA ; NI

ES EL DON QUIJOTE DE LA RISA

7 . __ _

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y I,j CARIOATURA I KS EL DON: QUIJ~E

• BU efO " DB MIGUEL DE CERVANTES, BL

Hamo DE CAlmE Y HUESO, EL QUE TIENE

QUE MORIR, BS EL GLORIOSO, PERO ( NO

CONlPUNDAMOS LOS TERMINOS ) ETERNO.

UN DON QUIJOTE JUSTO, EXACTO, CooO

VIVE EN LA NOVELA. I QUE GRAN ESP'UERi;O

DE CREACION y COMPROBACION SUPONE ESTA

OBRA l. TIENE MCMENTOS. DE UN REALISMO

TAN LUMINOSO CaJO EL REALISMO DE ZUR­

BARAN ; RASGOS IRONICOS TAN DELICIOSOS

COMO "QUEL EN QUE DON QUIJOTE CLAMA SU

PROnSION DE FE I YO SOY DON QUIJOTE

DE LA MANCHA, ETCETERA, QUE REPETIDO

TANTAS VECES LO DICE COMO CON LA CAN -

TINELA DE UN NIjO DE COLEGIO; O MCJ4E!! I

TOS T"N FUERTES DE EMOCION CON iNTRA~

001(0 EL INSTANTE EN QUE EL mmOE SE

BNCClfIENDA A DULCINEA, DONDE LA liS -

PlRACIOR RECONDI!A iSPANoLISIMA DE

PALLA NOS CONMUEVE DE UNA )LANERA DEFI­

NITIVA. TODOS LOS DEKA S PERSONAJES

SON IGUAamNTE A!IURABLES ; EL TIPO

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t

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.mOS!ERO y TROTAMU1IDOS DE tlAESE

PEDRO TIENE UNA FUERZA CA SI GOYESCA ;

PERO LO REAUIfENTE ORIGlllAL ES El TIPO

DEL Qr'IJOTE, ORIGIN.AL;. Fti'EnZ.A DE

EXACTO.

El poeta pro8igu. I

VAMOS DESEANDO LA BIACTITUD ; NUESTRO

MOMENTO NO ES UN MOitENTO ROMANTICO

GRACIAS A DIOS. LAS OTRAS INTERPRETA­

CIONES DEL QUIJOTE SON ABSOLUTAMENTE

RC&UNTlOAS ; DETlUS DEL PERSONAJE

ESTAN EN POTENCIA LAS YEDRAS Y LAS

BRUMAS DE GUSTAVO DORK. JlALLA HA HECHC

UN QUIJOTE CERVANTINO, OON UN IPONDO

SENCILLO, DE PARED ENCALADA Y CICLO

MAGNI1ICO, SIN UNA NtmE POR DONDE

PUEl)j CORRER SIN NECESIDAD Dn DRAJü­

TISMO LOS GRABADOS EN MADERA, EL Jau

DELICIOSA y KRAMORA~ DE NUESTRA MAS

.ALTA CREA CI ON •

- ¿ y .1 car&ot.r •• di.yal d. la obra

d. Falla 1.

- EN ESO, PUDIRRAMOS DECIR QUE HA Y UN

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DOBLE FONDO EN LA MUSICA DEL RETABLO; : ,

LOS PERSONAJES QUE RODEAN EL TEATRILLO ¡

TIENEN UN AIMIRABLE COLOR DE SIGLO

XVII, PICARESCO, AMATORIO O LITURGICO;

EL RETABLILLO y SUS GENTES SURGE j

VECES COMO UN SUENo MEDIEVAL. DON

QUIJOTE ESTA VIVO EN ESCENA ; LAS I i

i J I

GENT~S DEL RETABLILLO ESTAN EVOCADAS. I

MIENTRAS DON QUIJOTE CANTA " AHORA

MISMO ", SU CANTO RECIEN CREADO, TODO

EL RETABLILLO y SUS MUNECOS HABLAN A

LO LEJOS COMO SOMBRAS LIRICAS, PERO

CON UNA LEJANIA CASI INCREIBLE. ASI -

MISMO EL R<XANCE DE MELISENDRA EN SU

TORRE A COMPANADA DEL ARPA, TIENE LA

MISMA ALTURA EMOTI~A QUE CUALQUIER

P,ASAJE DEL ti PELEAS Y MELISENDRA " DE

CLAUDIO DEBUSSY ••• NADIE COMO YO

ESTA CONVENCIDO DEL GENIO DE MANUEL I

! I

DE ¡PALLA ; YO PIDO FERVOROSAMENTE A ,

DIOS QUE LO OONSERVE MUCHO TIEMPO, PAJ QUE LA MUSICA ESPAÑOLA LLEGUE AL SITIO

QUE EL SUEÑA Y PUEDE ESCALAR •

-

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He .... c6mo .. puede cons­tndr usted en su prcpIa casa urw betmou asociación para .. puesta en circulación el dra que le corresponda. : , .

.,'" , ...

, D~r30n~s ~~l inten -- " '1''':'''O'~ .",)'11 ·0 ,ro~rt""'-'s , _... . .. ....l __ .:J ..... '_ .... v'::> 'J _ v ' ,

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SI TODOS l-liCiERAN . COMO YO A VER QUiEN _ IBA A DECIR QUE ESTE ANO

HAY MENOS TUR ¡STAS . . 1"'- , . ,. .. . _'P . • •.• • •• - '

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IE5EA rtR RfCiBiDO UN 1EN5AJERO IEANiB4L, 1.~(i'idN

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Sont\saa de' mUndoe1\t.ero

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