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Esos modelos aparecieron en diferentes lugares y realidades del pueblo de Dios, pero incluso hoy pueden ser vistos en nuestro medio. Vamos a ver tres de ellos, así como sus características.TRANSCRIPT
Esos modelos aparecieron
en diferentes lugares y
realidades del pueblo de
Dios, pero incluso hoy
pueden ser vistos en
nuestro medio.
Vamos a ver tres de ellos,
así como sus
características.
La “invencible” Jericó acababa de ser
conquistada. Había alegría y regocijo en
todo Israel, ahora, las otras conquistas
serían más fáciles, porque las naciones
paganas estaban desesperadas. Pero
apareció Acán. Antes de la salida para
conquistar Jericó, fueron instruidos
detalladamente sobre lo que deberían
hacer con la ciudad condenada. Josué
había dicho: “La ciudad será como
anatema a Jehová, con todas las cosas que
están en ella…” Josué 6:17
“… Acán había escuchado todas estas
indicaciones, pero codició el anatema de
Jericó, destinado a la destrucción. Estuvo
listo para robar el oro y la plata que debían
ser consagrados a Dios para ponerlos en la
tesorería de su casa…
Escuchad las palabras que brotan de los
labios de Jesucristo, quien envuelto en la
columna de nube, dijo: ‘No estaré más con
vosotros, si no destruyereis el anatema en
medio de vosotros”
Cristo Triunfante, 139.
“Por un manto babilónico y un
miserable tesoro de oro y plata, Acán
consintió en venderse al mal para
acarrear sobre su alma la maldición de
Dios, malograr su acceso a una rica
posesión en Canaán y perder toda
posibilidad de participar en el futuro de
la herencia inmortal en la tierra nueva”. Cada día con Dios, 132.
Después de orar intensamente
durante toda la noche, el
Maestro llama y elige a los 12
apóstoles. Luego les
proporciona un intenso curso
teórico práctico de discipulado,
con duración de mas de tres
años. Ellos serían los líderes
de la Iglesia para el
cumplimiento de la gran
comisión. El Salvador era el
modelo en palabras y hechos.
Todos parecían estar al 100%,
pero con el pasar de los días
vinieron los problemas.
Juan con su temperamento,
Pedro con su impetuosidad,
Andrés con su timidez, Tomás
con una fe incipiente… Pero
todos fueron transformados
por la contemplación del Hijo
de Dios, menos uno, Judas
Iscariote.
A medida que los días
pasaban, los planes
financieros y políticos de
Judas se acentuaban cada
vez más. Día a día, era más
seducido por el amor al
dinero.
Cristo intentó ayudarlo varias
veces, pero él no retrocedió. Y
cada vez era seducido por el
amor al dinero.
Substituyó el amor a Cristo por
el amor al dinero, y permitió que
Satanás tomara todo el control
de su corazón.
En ese contexto Jesús le dijo:
“¿No os he escogido yo a
vosotros los doce, y uno de
vosotros es diablo?” Juan 6:70
Como Acán, Judas pagó
con la propia vida y tiró a
la basura la salvación por
el amor al vil metal.
“Y perseveraban en la doctrina de los
apóstoles, en la comunión unos con otros,
en el partimiento del pan y en las oraciones.
Sobrevino temor a toda persona, y muchas
maravillas y señales eran hechas por los
apóstoles. Todos los que habían creído
estaban juntos y tenían en común todas las
cosas: vendían sus propiedades y sus bienes
y lo repartían a todos según la necesidad de
cada uno...
Perseveraban unánimes cada día en el
templo, y partiendo el pan en las casas
comían juntos con alegría y sencillez de
corazón, alabando a Dios y teniendo favor
con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada
día a la iglesia los que habían de ser salvos.
Hechos 2:42-47
“Después que descendió el Espíritu Santo,
cuando los discípulos salieron a proclamar al
Salvador viviente, su único deseo era la
salvación de las almas. Se regocijaban en la
dulzura de la comunión con los santos…
…Eran comprensivos, considerados,
abnegados, dispuestos a hacer cualquier
sacrificio por causa de la verdad. En su diaria
relación mutua, revelaban el amor que Cristo
les había enseñado. Por medio de palabras y
hechos desinteresados, se esforzaban por
encender ese mismo amor en otros
corazones”.
Hechos de los Apóstoles, pág. 452
“Pero cierto hombre llamado
Ananías, con Safira, su mujer,
vendió una heredad, y sustrajo
parte del precio, sabiéndolo
también su mujer; luego llevó
solo el resto y lo puso a los pies
de los apóstoles”.
Hechos 5:1, 2
Por amor al dinero en
prejuicio del crecimiento
del reino de Dios, como
Acán y Judas, él y su
esposa pagaron con la
vida.
Comienzan bien, pero por la
falta de comunión, la vida
cristiana va perdiendo el
sentido;
Se involucra con las cosas
del evangelio sólo por el
sentimiento de pertenecer a
una comunidad y no por el
sentido de misión;
Sentimiento de auto
recompensa.
Profesión de fe nominal
destituida de principios. ‘No
han integrado los principios
de la verdad que dicen creer a
la vida práctica y miran
benévolamente a sus pecados
y errores considerándolos de
poca importancia”
Cristo triunfante, pág. 139
Pierde de vista la
malignidad del pecado.
Dificultad para reconocer
que está en pecado.
Resultado:
Podrá tener el mismo fin
de Acán, si no hay un
verdadero cambio.
Deshonestidad con Dios y
con los hombres, no es un
pecado insignificante.
Dios es amor, pero él no
disculpará un pecado que
no sea confesado y
totalmente abandonado.
“Judas tenía, por naturaleza, fuerte
apego al dinero; pero no había sido
siempre bastante corrupto para realizar
una acción como ésta. Había fomentado
el mal espíritu de la avaricia, hasta que
éste había llegado a ser el motivo
predominante de su vida. El amor al
dinero superaba a su amor por Cristo. Al
llegar a ser esclavo de un vicio, se
entregó a Satanás…”
El Deseado de Todas las Gentes, pág. 663
Recursos parcial o
aparentemente usados para el
crecimiento del reino.
Usar la Iglesia para alcanzar
sus objetivos materiales.
Postura crítica en cuanto al
uso del dinero.
Resultado:
Aquel que incorpora consciente o
inconscientemente ese modelo,
tendrá el mismo fin de Judas. El
dinero que el Señor nos da es
primeramente para el crecimiento
del reino de Dios y lo restante para
nuestra mantención. El amor al
dinero nos conducirá a un fin
trágico, así como fue el de Judas.
Salieron del radio de
influencia del Espíritu Santo.
Dentro de la Iglesia, tocados
por el fuego del Espíritu,
fueron convencidos que
debían donar al Señor una
propiedad.
“Mientras se hallaban bajo la
influencia directa del Espíritu de Dios
hicieron la promesa de dar al Señor
ciertas tierras; pero cuando ya no
estaban bajo esa influencia celestial,
la impresión era menos fuerte y
empezaron a dudar y a rehuir el
cumplimiento de la promesa que
habían hecho”. Joyas de los Testimonios Vol. 1, pág. 542
Nutrieron y acariciaron la
codicia. La propiedad ya
no les pertenecía, era del
Señor. Codiciar lo que es
del hombre es un pecado
que ofende a Dios.
“Luego, avergonzados de que sus
hermanos supiesen que su alma
egoísta lloraba lo que habían dedicado
y prometido solemnemente a Dios,
practicaron el engaño”.
Joyas de los Testimonios, Vol. 1, pág. 542
Resultado:
Aquellos que sean
deshonestos con el Señor,
un día darán cuenta de
todo su salario y si no se
arrepienten podrán tener
el mismo fin de Ananías y
Safira.
Los ejemplos de Acán,
Judas y Ananías y Safira,
pueden ser reproducidos
en la vida de los hijos de
Dios.
Ciertamente existen entre
nosotros personas que,
consciente o
inconscientemente, están
reproduciendo esos modelos.
Debemos vigilar y
examinarnos cada día para
que no nos equivoquemos
en la reproducción de
esos estilos de vida
“Examinaos a vosotros
mismos, para ver si estáis
en la fe; probaos a
vosotros mismos”
II Cor. 13:5.
¿Existen Acanes entre
nosotros? ¿Soy uno de
ellos?
I- ¿He alimentado mi
codicia y el engaño en mi
estilo de vida?
II- ¿Me siento cómodo en
no confesar y abandonar
determinado pecado
oculto?
IV- ¿Existe algún aspecto en mi
vida que esté reflejando el
estilo de vida de Acán?
III- ¿He vivido con la conciencia
de que mis actos de
deshonestidad hacia Dios y los
hombres traen prejuicio a la
Iglesia?
Hay poder en Cristo
y su palabra para
cambiar su vida
¿Existen Judas entre
nosotros? ¿Es usted uno
de ellos?
I- ¿Siente, de manera natural, amor al dinero?
II- ¿Siente que sólo debe involucrarse con las cosas de la Iglesia, si es necesario, para ganar dinero?
III- ¿Quién ocupa el primer lugar en su vida: el amor al dinero o el amor a Cristo?
IV- ¿Se siente esclavo del vicio de ganar y ganar dinero sin dar lo primero y mejor de su tiempo para Dios?
Haga un plan con Dios en
estos dos periodos y clame
al Señor por un cambio y
ciertamente su final no será
el mismo de Judas.
¿Existen Ananías y Safira entre nosotros? ¿Soy uno
de ellos?
I- ¿Cumple integralmente los
votos realizados al Señor en forma
particular y en público?
II- ¿Se acuerda que cuando se
bautizó prometió, mediante votos,
que sería fiel en los diezmos y las
ofrendas de todo lo que ganara?
III- ¿Ha permanecido en la
presencia del Señor cuando sale
del templo?
IV- ¿Mantiene el hábito de buscar
a Dios en la primera hora de cada
mañana?
Cuando no cumplo los votos que le hago al
Señor, ya sea consciente o inconscientemente,
estoy reproduciendo el carácter de Ananías y
Safira. ¿Ese es el fin que usted quiere para su
vida? Está profetizado que en nuestros días,
aumentaría el número de personas que
tendrían el mismo estilo de vida de ese
matrimonio:
“Está aumentando el número de los que
cometen el pecado de Ananías y Safira” Consejos Sobre Mayordomía Cristiana, pág. 328
Si usted se identifica, en algún
aspecto de su vida, a la
realidad de este matrimonio,
sea valiente, tome la decisión
de cambiar por la gracia de
Cristo.
Al final, la Biblia fue escrita
para que aprendamos con los
errores y con algunas
personas.
Incluso, si mi vida se identifica
con alguna deficiencia de esos
personajes, hoy vino la
salvación a mi vida. Hoy es el
día de realizar un cambio,
porque después de todo, la
Palabra no puede volver vacía.
Ella está trabajando en estos
momentos y necesito dar la
autorización al Espíritu Santo
para que haga el trabajo.
“…pero cuando el pecado abundó,
sobreabundó la gracia”
Rom. 5:20
Nadie va tan lejos por el pecado que no pueda
ser alcanzado por el Espíritu Santo.