técnicas en la terapia craneo sacral

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  • 8/11/2019 Tcnicas en La Terapia Craneo Sacral

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    Tcnicas enla terapiacrneosacral

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    EL ARTE DE LA

    PALPACINLa maravilla del toque es la maravilla de labondad humana.DIANNE M. CONNELLYEl lenguaje corporal

    La anatoma es el lenguaje del cuerpo. Un buen conocimiento anatmico permite al tera-peuta entender los mensajes que el cuerpo comunica. Fluido, hueso, membrana y tejidonervioso, cada uno de ellos tiene su propio lenguaje y transmite su estado de salud deun modo particular. Cada uno ellos puede hablar al terapeuta a travs de los patrones y

    cualidades de su movimiento respiratorio primario.Un diagnstico claro es el trampoln que permite un tratamiento eficaz. Por tanto, elterapeuta tiene que ser capaz de reconocer con precisin las huellas que las experienciashan dejado en el cuerpo y apreciar las fuerzas que organizan su movimiento. Durante eltratamiento, las manos del terapeuta pueden tener que reflejar un patrn especfico con-tenido en los tejidos antes de que stos estn preparados para resolver esa inercia. Si nose emite un diagnstico claro, el tratamiento podra hacerse al azar.

    Sensibilidad de los dedosPodemos definir la palpacin como sentir con las manos. ste es un proceso en el que lainformacin se transmite al cerebro a travs de las terminaciones nerviosas de los dedos,llamadas propioceptores. Estas terminaciones nerviosas transmiten informacin sobremovimientos y posiciones. Los dedos contienen la mayor concentracin de propioceptoresde todo el cuerpo, lo que los hace agudamente sensibles incluso a los menores impulsos.La Figura 6.3 es una especie de hombrecillo. Representa diagramticamente la cantidadproporcional de cerebro que se emplea para recibir los impulsos originados en las dis-tintas regiones del cuerpo. Cuanto mayor sea el rea corporal en el dibujo, ms espaciocerebral se le dedica. Como se indica, una proporcin significativa del cerebro est dedi-cada a las manos, lo que probablemente hace de ellas las partes ms sensibles del cuerpo.Tienen mucha ms capacidad de recepcin y respuesta que cualquier mquina in-ventada, por lo que nuestras manos son los instrumentos ideales para sentir los movi-

    mientos sutiles y los cambios corporales.Segn el doctor Harold Magoun: Se ha dicho que la mano humana es la mayor herra-mienta diagnstica conocida por el ser humano. Por muy maravillosos que sean los avan-ces de la ciencia objetiva, nada puede ocupar el lugar de un anlisis exploratorio de lostejidos mediante un sentido palpatorio bien entrenado a fin de determinar su estadoactual, y tambin el mejor mtodo de modificarlo o remediarlo 30. Es interesante sea-lar que hace algunos aos se inventaron unos instrumentos extremadamente sensiblespara medir los campos magnticos llamados superconductores de interferencia cuntica(SQUID). P_Qr primera vez se pudieron medir los campos magnticos que ro dean alcuerpo humano y se descubri que las ma-_ nos tienen, con gran diferencia, un campo

    ms intenso que cualquier otra parte del cuerpo".

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    Palpacin de la saludEn el trabajo craneosacral las manos se usan' como antenas perceptuales 32. Los dedosaprenden a sentir, pensar y ver las pautas, cualidades y matices del movimiento respira-torio primario 33. Los ritmos sutiles del Aliento de Vida son, en esencia, expresiones

    de salud que llevan al cuerpo nuestra matriz original de salud. Por tanto, la palpacin delsistema respiratorio primario da al terapeuta un acceso directo al estado subyacente desalud y a cualquier restriccin de su expresin. Tambin permite al terapeuta evaluar losrecursos corporales disponibles que pueden emplearse en el tratamiento.

    Conciencia con los sentidos sutilesAdems del sentido del tacto, los procesos fisiolgicos del paciente a veces pueden darsea conocer a travs de otras vas sensoriales. Por ejemplo, es posible que un terapeutavea alteraciones en forma de imgenes visuales. La forma de recibir esta informacinpodra ser parecida a cmo las ondas del sonar barren el ocano 3'. Cuando se encuentra

    un rea de contraccin o condensacin se produce un eco que puede ser registrado porla conciencia perceptora del terapeuta.En ocasiones, el sentido del olfato da al terapeuta valiosa informacin clnica. Muchasveces he podido oler los anestsicos que emanaban de pacientes que estaban accediendoa recuerdos en los tejidos de un trauma quirrgico. Algunos terapeutas tienen per-cepciones auditivas en las que oyen impresiones sobre sus pacientes. A veces es posibleor el zumbido sutil emanado por alguien que est en estado de excitacin nerviosa,aunque no hable. Parece que podemos refinar todos nuestros sentidos para captar tona-lidades que quedan fuera de nuestro nivel habitual de percepcin. Adems, las impresio-nes intuitivas (sexto sentido) tambin pueden ser muy reveladoras.Hace unos aos, un joven de poco ms de veinte aos vino para que le tratara un pro-blema que tena en el hombro. En cuanto entr en la consulta sent una sensacin extra-a, pero no saba exactamente por qu. Mientras tomaba su historial clnico me di cuen-ta de que haba algo sombro en su manera de comportarse que me pona incmodo. Estasensacin continu cuando comenc el proceso de palpacin. Durante su segunda visitami sensacin de incomodidad qued explicada cuando me revel que haba participadoen actividades terroristas. Todava estaba lleno de resentimiento y justificaba el uso de laviolencia para defender su causa. Empec a pensar que tal vez su problema del hombroera la manera que tena la naturaleza de decirle que no participara en ms acciones vio-lentas. A la vista de ello, lo ltimo que quera era ayudarle a movilizar su hombro. Tuveuna sensacin clara de que, dadas las circunstancias, no poda hacer nada por l. Le ped

    que considerara los mensajes que le enviaba su propio cuerpo y le suger que dejara quela naturaleza s hiciera cargo d'urante algn tiempo. Quin sabe de dnde viene estetipo de informacin? Quiz este caso simplemente estaba fuera de mi alcance.

    SintonizarAl comienzo de cada sesin de tratamiento hay un momento para sintonizar con el sis-tema del cliente en el que el terapeuta escucha a travs de los dedos las cualidades delmovimiento respiratorio primario. Generalmente se suele sintonizar desde el crneo, elsacro o los pies, pero puede hacerse desde cualquier punto del cuerpo. Cualquier desor-den viene marcado por restricciones o distorsiones en la simetra, cualidad, ritmo o

    amplitud del movimiento respiratorio primario. Esto puede manifestarse como una fal-

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    ta de motilidad y movilidad en los tejidos, baja potencia o impulso de fluidos y patro-nes inerciales especficos. Ahora consideraremos algunos de estos indicadores de la fun-cin fisiolgica.

    Palpacin del impulso rtmico cranealAntes practicamos un ejercicio para palpar el impulso rtmico craneal en nuestras pro-pias cabezas. Colocamos nuestras manos delicadamente sobre nuestros huesos cranealesy dirigimos la atencin a los movimientos de estos corchos flotando en la marea. Esposible que hayamos notado los movimientos de flexin/extensin y rotacininterna/externa de nuestros huesos craneales al expresar su movimiento de tensin rec-proca. As, podemos haber percibido pautas de movimiento expresadas al nivel delimpulso rtmico craneal (IRC). Dentro del impulso rtmico craneal pueden sentirse losritmos de los tejidos y fluidos con una frecuencia de entre 8 y 12 ciclos por minuto.La percepcin de este nivel de funcionamiento fisiolgico revela cmo los tejidos cabal-

    gan so bre las mareas ms profundas. Podemos prestar atencin al movimiento rtmicode estructuras especficas, como un hueso craneal o membrana, o a la motilidad del sis-tema nervioso central. Tambin puede palpase la fluctuacin longitudinal del fluido cere-broespinal para determinar cmo est funcionando este poderoso portador de potencia.

    Impulso de fluidosLa cualidad de movimiento expresada por la fluctuacin longitudinal de los fluidos estdeterminada principalmente por el grado de potencia que expresa. La fuerza de estemovimiento se denomina el impulso de fluidos del sistema. Si la potencia subyacentequeda disminuida o reducida en su expresin, el impulso de fluidos puede debilitarse.Esto puede percibirse como una sensacin de opacidad, congestin o falta de chispaen la expresin de la fluctuacin longitudinal. Un impulso de fluidos dbil indica unadeficiencia de los recursos curativos disponibles. La falta de potencia afecta a los funda-mentos mismos sobre los que se construye nuestra salud y suele hallarse en estados deenfermedad crnica o agotamiento. La prioridad teraputica en estas ocasiones es incre-mentar la disponibilidad de las reservas curativas vitales.

    AmplitudSi la cualidad del impulso de fluidos est disminuida, o si los fulcros inerciales creanrestricciones, el grado de movimiento expresado por los tejidos puede quedar reducido.Por ejemplo, es posible que un hueso craneal sea capaz de expresar su movimiento cra-

    neosacral en todas las direcciones normales pero que el rango de movimiento sea muypequeo. Al rango de movimiento le damos el nombre de amplitud.Algunos terapeutas tambin dan importancia a la medicin de la frecuencia con la quelos tejidos expresan su movimiento craneosacral. Esta frecuencia puede variar con las cir-cunstancias, y por eso es un indicador de los cambios fisiolgicos que estn teniendolugar. Sin embargo, segn mi experiencia, la medicin de la frecuencia proporcionamenos informacin clnica valiosa que otras variables. La frecuencia nos da un nmero(tantos ciclos por minuto), pero las cualidades del impulso de fluidos y la amplitud nosindican la potencia disponible en el sistema, lo que puede ser importante tanto para eldiagnstico como para la cura.

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    Palpacin de la inerciaSi el cuerpo contiene patrones de resistencia es posible que las estructuras de la lneamedia no puedan expresar su movimiento craneosacral natural de flexin/extensin, yque las estructuras pareadas estn inhibidas en la expresin de su rotacin externa/inter-

    na. La motilidad, la respiracin interna de los tejidos, tambin puede perderse.Cuando palpamos el impulso rtmico craneal percibimos la inercia como restriccionesparticulares de los tejidos que se organizan en torno a un fulcro inercial. Estos patronesinerciales pueden palparse como una prdida de motilidad en los tejidos, resistencias,adherencias, compresiones, tirones, asimetras, congestin del fluido y fluctuaciones late-rales del fluido. Todas ellas indican algn tipo de experiencia estresante que se ha que-dado grabada en el cuerpo produciendo un patrn de movimiento craneosacral condi-cionado y alejado de sus fulcros naturales.Es importante que el terapeuta averige la situacin del fulcro inercial que est en elncleo de un patrn particular. Esto se hace averiguando los lugares de quietud o estan-

    camiento alrededor de los cuales se organiza el patrn. Este lugar es como el ojo delhuracn que contiene toda la potencia de la tormenta". En el fulcro inercial es dondeest la llave que puede abrir las fuerzas que mantienen el patrn.

    Fluctuacin lateralSi la fluctuacin longitudinal del fluido cerebroespinal se encuentra con la resistenciacreada por el fulcro inercial, se producen diversos patrones excntricos en el movimien-to de fluidos. Esta resistencia es como una roca en una playa arenosa y lisa. El agua ya nopuede deslizarse suavemente por la arena y crea todo tipo de remolinos al chocar con lapiedra. Estas fluctuaciones laterales de los fluidos se palpan en el cuerpo en forma deremolinos, corrientes o congestin. Cuando el terapeuta nota que el movimiento de flui-dos no se expresa como fluctuacin longitudinal natural eso le indica que hay resistenciaen el sistema. Si no hay resistencias presentes, el movimiento de la marea longitudinal essereno y equilibrado, y contiene un impulso de fluidos de calidad. Notar los lugares entomo a los cuales se producen las fluctuaciones laterales de fluidos puede dar al terapeu-ta una sensacin clara de dnde estn los fulcros inerciales.

    ColapsoSi los recursos del sistema respiratorio primario de la persona quedan superados, suimpulso rtmico craneal puede detenerse temporalmente. Se produce lo que llamamosun colapso. Es una reaccin fisiolgica de autoproteccin marcada por una cesacin

    abrupta y repentina del movimiento rtmico. El doctor Upledger ha denominado a estosfenmenos detectores de significantes porque indican que se ha accedido a una ex-periencia significativa para los pacientes 36. Revelan la presencia de algn tipo de ten-sin fsica o emocional contenida en los tejidos, que a menudo se presenta cuando elcuerpo est en la misma posicin que cuando se produjo el trauma. Los colapsos indicanque, de momento, el paciente es incapaz de acceder a los recursos necesarios para afron-tar las experiencias recordadas.Merece la pena indicar aqu que el colapso es diferente al fenmeno conocido con elnombre de punto de parada, que hace su aparicin en momentos de profundo descansofisiolgico (vase el captulo 7). Aunque tanto el colapso como el punto de parada impli-

    can la cesacin del impulso rtmico craneal tienen cualidades diferentes. Durante el pun-

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    to de parada se produce un asentamiento suave y delicado del ritmo, que se va relajandohasta entrar en la quietud. En el colapso, la detencin es como un chillido.

    CAPACIDAD DE CONVERSAR

    Para trabajar con mecanismos vivos en un cuerpo vivo necesitamos habilidades palpato-rias vivas.DOCTOR ROLLIN BECKER

    Plantear preguntasEn la prctica, el trabajo craneosacral consiste esencialmente en escuchar los patrones delmovimiento respiratorio primario y facilitar su libre expresin. Pero tambin es posiblehablar al cuerpo entrando en una conversacin para clarificar su historia. El tera-peuta puede plantear preguntas a travs de sus dedos y despus escuchar las respuestas.De este modo, el cuerpo responde, informando al terapeuta de cules son sus priori-

    dades. El enfoque perceptual del terapeuta y su forma de encontrarse con el sistema delpaciente determinan exactamente lo que puede ser palpado. Como indica el doctor JohnUpledger: Lo que "sabes" parece estar relacionado con las preguntas que tienes en men-te durante el examen 39. El terapeuta puede hacer que los tejidos participen en con-versaciones concretas llevando preguntas especficas a sus manos durante la palpacin.Esto se hace introduciendo sugerencias sutiles a travs de los dedos.

    Test de movimientoPor ejemplo, se puede comprobar si un hueso concreto prefiere expresar flexin o exten-sin. Al principio de la fase de flexin del movimiento craneosacral el terapeuta puedehacer con sus manos una sugerencia sutil para que el hueso entre en flexin. A conti-nuacin se observa cmo el hueso incorpora esa sugerencia. Para evaluar la extensin sepuede hacer una sugerencia sutil al comienzo de la fase de extensin. Si el hueso entra enuna fase del movimiento craneosacral con ms facilidad que en la otra (o si hay cualquierotra asimetra) indica la presencia de inercia. Si el hueso se mueve en flexin, pero no semueve con la misma facilidad en extensin, entoncestiene lo que se llama un patrn de flexin. Los patrones inerciales llevan el nombre desu direccin de movimiento preferida. As, un patrn de flexin describe tejidos que sequedan atascados en la fase de flexin, y por tanto no se mueven en extensin.Implicar al cuerpo en una conversacin para clarificar cmo contiene las pautas deexperiencia requiere plantear preguntas claras y ser capaz de escuchar las respuestas.

    Este tipo de indagacin se denomina tradicionalmente test de movimiento. Como todaslas herramientas del trabajo craneosacral, el test de movimiento se hace con delicadeza,dando espacio y teniendo respeto por los lmites del sistema del paciente.

    Dilogo con los fluidosAnteriormente hemos visto que la inercia crea patrones de movimiento excntricos enlos fluidos a los que damos el nombre de fluctuaciones-laterales. La observacin de cmo se mueven los fluidos en torno a un patrn de resis-tencia puede indicar la localizacin del fulcro organizador inercial. Si hace falta cualquierclarificacin se pueden sugerir movimientos sutiles a los fluidos para ver cmo se com-

    portan. El terapeuta puede sugerir una leve presin en la direccin de las fluctuaciones

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    laterales con sus manos situadas a ambos lados de la parte del cuerpo que se est eva-luando. Es como empujar suavemente un columpio en su direccin de movimiento, ayu-dando as a intensificar o ampliar su movimiento. Por otra parte, si las fluctuaciones late-rales no son evidentes pueden ser iniciadas delicadamente. El terapeuta llevar sutil-

    mente la intencin de empujar los fluidos primero de una mano a la otra y despus en elotro sentido.Haciendo el seguimiento de cmo los fluidos incorporan sus sugerencias, el terapeutapuede ubicar el fulcro inercial. Por ejemplo, reenvan los fluidos un eco de la sugerenciapresentada o es absorbida por los tejidos? Si los fluidos encuentran un lugar de inerciarebotarn al golpear con la resistencia de los tejidos, creando un impulso de vuelta quepodr ser sentido por las manos del terapeuta. Observar el lugar en torno al cual se pro-ducen fluctuaciones laterales, remolinos o corrientes, ayuda a confirmar la localizacindel fulcro inercial.

    La historia de RaquelRaquel, una mujer de poco menos de treinta aos, vino a mi consulta quejndose de undolor agudo en la parte baja de la espalda. Sus sntomas haban empezado tres semanasantes, aunque haba notado molestias desde que sufri un accidente automovilsticohaca cinco aos. Tambin haba padecido dolores plvicos intermitentes durante algu-nos aos y tensin premenstrual grave. Durante el examen descubr que tena un espas-mo agudo en los msculos de la parte baja de la espalda y que la movilidad de algunas desus vrtebras lumbares estaba reducida. Al palpar la parte baja del abdomen mostrabamucha sensibilidad y los msculos se ponan en guardia, especialmente en el ladoizquierdo. Cuando sintonic con la marea de fluidos de esa regin pude sentir un ecomuy fuerte que pareca emanar del ovario izquierdo. El movimiento de fluidos daba lasensacin de estar bastante desorganizado. Recomend a Raquel que se sometiera aalgunas pruebas ms para descubrir la causa de este hallazgo. Un par de semanas des -pus un escner plvico revel la presencia de un tumor benigno en el ovario izquierdo.Suger que podramos trabajar este problema con el mtodo craneosacral y Raquel acce-di. Comenzamos el tratamiento facilitando la expresin del movimiento respiratorioprimario en los tejidos de la parte baja de la espalda y la pelvis. Tena la parte baja de lacolumna muy tensa, y un fuerte tirn en los tejidos conjuntivos de la pelvis que hacanque estuviera torcida. Pareca que esto daba como resultado una compresin del ovarioizquierdo, cuya capacidad de incorporar el Aliento de Vida estaba restringida. Algunosde esos patrones se distendieron tras unas sesiones de tratamiento.

    A continuacin intent restablecer la expresin de potencia en su ovario izquierdo. Paraello anim suavemente al fluido y a la potencia a dirigirse hacia el ovario izquierdo faci-litando la fluc'tcin lateral entre mis manos, situadas a ambos lados del vientre, pordelante y por detrs (se pueden sugerir fluctuaciones laterales tanto con fines curativoscomo diagnsticos). Entre tanto, Raquel sinti un tirn en el lado izquierdo de su pelvisseguido por una profunda sensacin de relajacin y apertura.Dos meses despus Raquel volvi a hacerse pruebas para evaluar el estado de su tumory le dijeron que se haba reducido considerablemente. Ha seguido notando una mejorade su problema de espalda y ya no sufre los debilitantes sntomas de la tensin pre-menstrual.

    Fuente: Michael Kern, libro completo de terapia craneosacral.

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    LA EXTENSIN EN VEs una tcnica antilgica que de momento no tiene explicacin cientfica aunque si tienehiptesis. El V spread es una tcnica antilgica local. Se puede hacer en cualquier partedel cuerpo.

    Primero tendremos que sentir el movimiento flexo-extensin en cualquier parte del cuer-po y localizar la zona donde no exista dicho movimiento y seguramente sea dolorosa.

    Se trata de poner las manos en V y trazar un vector opuesto que pase por el eje medialy en la zona opuesta del dolor colocamos un dedo y escuchar lo que llamamos un pulsoteraputico similar a un pulso cardiaco. En la otra zona colocaremos el dedo ndice y eldedo medio a ambos lados del sitio dolorido, por eso se llama en V spread, que en inglesse traduce como extenderse.

    Estaremos ah hasta que el pulso de la otra mano desaparezca y por tanto el dolor hayadisminuido. La mano se tiene que fundir con los tejidos del paciente energticamentehablando.

    Procuraremos que el paciente nos d una escala de valoracin del dolor, por ejemploentre el uno y el diez.

    Podemos aplicar un poco de separacin en el tejido fascial del paciente con la mano colo-cada en V. Tambin podemos poner la mano opuesta en la parte superior del crneo yla otra V en cualquier parte del cuerpo. Procuraremos que nuestra imaginacin conecteambos pulsos marcados por nuestros dedos, como una lnea que atraviesa esos puntos.Va ha llegar un momento en que el punto de dolor va ha ir desapareciendo.

    La extensin en V es una tcnica directa de la mente sobre la materia. Colocamos las dosmanos juntas como indica el dibujo en cualquier tejido duro, en cualquier sutura o arti-culacin u rgano. Despus de unos momentos sentiremos una pulsacin que crece odisminuye en intensidad o ritmo, despus esto ceder y notaremos un ablandecimientopalpable del tejido o una mejora en la articulacin. Tambin se pueden notar resultadosmuy satisfactorios aplicndolo a las zonas dolorosas o puntos gatillo.

    Nosotros procuraremos notar una corriente de energa fluyendo a travs de nuestras manos.

    Yo personalmente uso el impulso rtmico craneal, o movimiento respiratorio primariopara seguir esa fluctuacin energtica por el aura de la persona y, asi percibo cinestsica-mente los nudos de energa o quistes energticos. Una vez localizado ese torbellino deenerga retorcida y, que puede adoptar diferentes formas y tamaos, se procede a su diso-lucin y limpieza. Despus de tiene que recargar la zona del aura afectada y, volver a rea-lizar esta sanacin en los prximos dias, para asegurar que esa zona del aura quede refle-

    jando correctamente las mareas internas del ser humano.

    Si fortalecemos el campo de energa humano, la salud integral e innata del ser humano

    se realiza de forma automtica.

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    LA ESCUCHA DEL IMPULSO

    RTMICO CRANEALLAS TECNICAS PARA REGULAR EL IMPULSO RTMICO CRANEALEl terapeuta lo primero que tiene que hacer es escuchar el movimiento respiratorio pri-mario, entrar en sintona con esta pulsacin. Este proceso tal vez es el ms complicadopor su sutilidad y por no estar acostumbrados a escucharlo. Sin embargo la prctica, laconstancia y la sensibilidad que poco a poco vamos adquiriendo, nos traern la percep-cin fcil y rpida de este movimiento respiratorio primario.Nosotros despus de escu-char y seguir el movimiento respiratorio primario de la zona que estamos tratando por

    varias respiraciones, tendremos que saber el tipo de lesin que existe y la parte de la zonaque no respira, o que no lo hace correcta-mente. Despus de este proceso de escuchavendr por el slo, o nosotros podemosinducir un proceso de punto de parada.Esto se hace al tratar de evitar con nuestraintencin el siguiente llenado del lquidocefalorraqudeo.

    Ritmo craneosacro:habilidades palpatorias, escrito por JohnUpledger

    La mayora de vosotros habis pasado aosestudiando ciencias y habis aprendido adepender mucho de la razn y la mente.Probablemente estis convencidos de que lainformacin que puedan aportar las manoses poco segura. Tal vez consideris seguroslos hechos cuando estn impresos en elordenador, proyectados en una pantalla o

    ledos en el indicador de un aparato electr-nico. Con el fin de usar las manos y empe-zar a desarrollarlas como instrumentos fia-bles para el diagnstico y el tratamiento, hayque aprender a confiar en ellas y en la infor-macin que puedan proporcionarnos.Aprender a confiar en las manos no es unatarea fcil. Hay que aprender a derivar lamente consciente y crtica mientras se apre-cian mediante la palpacin cambios sutiles

    en el cuerpo que se explora. Se debe adop-

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    tar una actitud emprica para aceptar temporalmente sin dudar las percepciones que lle-gan de las manos al cerebro. Aunque esta actitud sea inaceptable para la mayora de loscientficos, se recomienda hacer la prueba. Una vez que se haya desarrollado la habilidadpara la palpacin, se podr someter a crtica lo que se aprecie con las manos. Si se ejerci-

    ta la crtica antes de aprender a palpar, nunca se aprender a usar las manos con eficaciacomo instrumentos diagnsticos y teraputicos altamente sensibles que son.

    Recientemente, la funcin del cerebro se ha dividido por razones de conveniencia en acti-vidades del hemisferio derecho y del izquierdo. Esta divisin puede resultar muy simple,pero es til para el fin del desarrollo de un modelo conceptual sobre el cual fundar unaexplicacin comprensible.Se considera que el lado izquierdo del cerebro es el racional, razonador y crtico; el ladoderecho, el creativo, fantaseador, imaginativo e intuitivo. El proceso educativo al quetodos estamos sujetos, sobre todo en las ciencias, ha respaldado el desarrollo del lado

    izquierdo del cerebro. El lado derecho se ha dejado de lado excepto en el arte, la msicay otras actividades creativas. A menudo, los estudios creativos se consideran de menosvalor que las ciencias. Como resultado, el lado izquierdo del cerebro ha crecido hasta serhipercrtico, egocntrico, omnisciente, intimidador y casi autnomo. Por otra parte, elhemisferio derecho es silencioso, reservado, tmido, miedoso y tal vez inmaduro. Estehemisferio derecho es en gran medida virgen, dado que cuando una idea surge del ladoderecho del cerebro y se hace consciente, el lado izquierdo de inmediato comienza a decirpor qu esa idea es estpida e irracional.Con el fin de desarrollar las habilidades para lapalpacin y empezar a percibir los movimientos fisiolgicos del sistema craneosacro, esnecesario detener la llegada de informacin del lado izquierdo del cerebro durante unrato. Hay que dejar que las habilidades se desarrollen sin escuchar el mensaje de la con-ciencia del lado izquierdo que insiste en que lo que ests sintiendo no est realmente all,sino que es producto de la imaginacin. Hay que hacer caso omiso de la crtica. Deja queel lado derecho del cerebro tenga oportunidad de desarrollarse y aumentar su confianza.El talento e informacin que quedan suprimidos en el hemisferio derecho podran dejar-te atnito. El hemisferio derecho tal vez haya estado intimidado tanto tiempo que seaahora muy tmido, por lo que es probable que los primeros mensajes que recibas cons-cientemente sean muy dbiles, experimentales y fugaces. Hay que darles cancha, darlessalida, ser favorables y considerados con nuestra intuicin. Se desarrollar rpidamentesi le das una oportunidad. Una vez desarrolladas las percepciones y sensaciones duranteun tiempo, como emprico ms que como cientfico, y despus de que las habilidades

    para la palpacin y el hemisferio derecho se hayan desarrollado y aumentado su con-fianza, tendrs todo el tiempo del mundo para asimilar con actitud crtica la informacinreunida por los sentidos. No queremos sugerir que frenes por completo la actividad delhemisferio izquierdo, sino que descanse mientras brindas al resto de tu cerebro unaoportunidad de desarrollarse.Es por eso que hacemos esta peticin al principio: considera lo que sientes como real. Notrates de comprenderlo de un modo racional. Date la oportunidad de aprender. El ries-go de jugar a confo en mis manos es mnimo para el perdedor. La ganancia potencialpara los que tengan xito es grande, mucho mayor de lo que puedas imaginar ahora.Recuerda que el potencial de la humanidad est limitado slo por su propio concepto de

    los lmites. Reljate y deja que suceda.Solemos empezar enseando a las personas a pal-

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    par el ritmo craneosacro partiendo de los movimientos ms evidentes del cuerpo huma-no. Uno de estos movimientos con el que deberas estar ya familiarizado es el pulso car-diovascular. Tmate tiempo. Ponte cmodo. Si no ests cmodo, el estmulo aferente detus propios msculos tensos y la incomodidad crearn un nivel de ruido que causar

    interferencias con la percepcin.Con el paciente tumbado cmodamente en decbito supino, se toma el pulso radial.Repara en el pico evidente de la pulsacin. Sintoniza tambin con el ascenso y descensodel gradiente de presin. Cunto dura la distole? Cul es la calidad de la subida de lapresin diferencial despus de la distole? Es brusco, gradual, suave? Qu anchura tie-ne el pico de la presin? Desciende la presin de modo rpido, gradual, suave opronunciado? Memoriza la percepcin del pulso del paciente para reproducirlo en lamente despus de interrumpir el contacto fsico real con su cuerpo. Igual que se puedecantar una cancin despus de haberla odo varias veces, tambin deberas poder repro-ducir mentalmente la percepcin palpatoria del pulso una vez interrumpido el contacto.

    Ahora se toma el pulso carotdeo del paciente. Memoriza sus caractersticas igual quehiciste con el pulso radial. Compara en la memoria la morfologa de la onda del pulsoradial con la morfologa de la onda del pulso carotdeo.Ahora se toma al mismo tiempo el pulso radial y el carotdeo, y se comparan. Es elascenso de las pendientes parecido? Son los picos iguales? Ests aprendiendo a compa-rar las caractersticas de un pulso con las del otro. Si aprecias sutiles diferencias, no tepreocupes de por qu s o por qu no existen esas diferencias. Por ahora basta con saberque existen.Intenta recordar las caractersticas de los pulsos del paciente y compralas con los pulsosde otra persona. A veces ayuda trazar una representacin grfica de la morfologa de la

    onda del pulso a fin de empezar a establecerconexiones entre la palpacin y la visualiza-cin de lo que has sentido (ilustracin 3.1).Al principio, tal vez te sientas ms cmodovisualizando que tomando el pulso, porqueas te han enseado y preparado. La percep-cin palpatoria tal vez parezca demasiadointangible como para fiarse de ella.

    Despus de haberte concentrado en los pul-sos del cuerpo en las reas radial y carot-

    dea, posa las manos sobre el trax del suje-to y palpa la actividad cardiovascular.Una vez te hayas centrado en la actividadcardiovascular y hayas memorizado suscaractersticas, desva la atencin a los movi-mientos respiratorios del trax. Memorizaestos movimientos. Ahora cntrate en laactividad cardiovascular, de nuevo en la acti-vidad respiratoria Y OTRA VEZ EN LACARDIOVASCULAR, REPITIENDO

    LA OPERACIN VARIAS VECES

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    HASTA QUE PUEDAS APRECIARmediante el pulso slo lo que t desees,manteniendo los otros movimientos anivel inconsciente como ruido de fon-

    do. Recuerda, debes adquirir la capaci-dad para centrarte en cualquier parte delmovimiento de fondo segn lo desees.A continuacin, toca con suavidad lacabeza del paciente (ilustracin 3.3).Usamos la palabra tocar porque elgrado de presin entre tus manos y lacabeza depende en gran medida del pesode la cabeza sobre las manos. Tanto si elpeso de la cabeza es o no un factor, el tac-

    to debe ser muy suave: del orden de 5gramos o menos. Coloca las manos si-mtricamente con el peso del occipitalsobre las regiones hipotenar y palmar dela mano, as como sobre los dedos anula-res y meiques. Debes estar cmodo(ilustracin 3.4).Cierra los ojos. Al tiempo que aguantascon las manos el peso de la cabeza, inten-ta sentir la actividad cardiovascular.Repara en los distintos pulsos arterialesas como en la pulsacin generalizada detoda la cabeza al ritmo de la accin debombeo del corazn de esa persona.Una vez familiarizado con la actividadcardiovascular de la cabeza del paciente,centra la atencin en el movimiento de lacabeza respecto a la actividad respirato-ria. Apreciars una flexin y extensinsutiles del cuello que se correspondencon la actividad rtmica de la respiracin

    del sujeto.Mantn los ojos cerrados. Una vez fami-liarizado con los movimientos de lacabeza correspondientes a las actividadescardiovascular y respiratoria del sujeto,descrtalas de la percepcin consciente.S consciente de otros movimientos des-conocidos para ti. Deja que las manos semuevan con la cabeza del sujeto como simanos y cabeza estuvieran soldadas. Se

    usa toda la mano para palpar y no slo

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    los dedos. Repara en lo que hacen lasmanos siendo consciente de los mensajesde los propioceptores de los brazos. Amedida que contine esta fusin de las

    manos con la cabeza del sujeto y con losojos cerrados, empezar a parecer que lasmanos se vuelven ms grandes y losmovimientos ms largos. Abre los ojos yvers que apenas se mueven las manos,segn la percepcin visual. Cuando estosuceda, estars empezando a potenciarlos sentidos palpatorio y propioceptivo.A medida que la exploracin siga aden-trndose en el dominio de la infor-

    macin palpatoria, sers consciente deque la cabeza del sujeto empieza a ensan-charse y estrecharse lenta y rtmicamen-te, unos 6 a 12 ciclos por minuto. Amedida que se ensanche el occipital, subase parece moverse anteriormente,arquendose sobre un eje transverso demovimiento unos 5 cm anteriores alinin, la protuberancia occipital poste-rior. Este movimiento de ensanche, alarquearse en sentido anterior, constituyela fase de flexin del ritmo craneosacro.Una vez que el occipital concluye la fasede flexin del movimiento y vuelve a unaposicin neutra y relajada por un instan-

    te, comienza a iniciarse la fase de extensin del ciclo de movimiento del sistema craneo-sacro. Se percibe como un estrechamiento de la dimensin transversa del occipital, conun movimiento arqueado inverso al percibido durante la flexin.Con las manos en la misma posicin, se pueden palpar las regiones temporal y mastoi-dea y parte de las regiones posteriores de los parietales. Durante la fase de extensin delritmo craneosacro, la dimensin transversal de estos huesos se estrecha un tanto.

    Adems, se puede empezar ahora a reparar en la simetra de las fases de los movimien-tos de flexin y extensin en el devenir de los ciclos. El estado ideal es un movimientosimtrico perfecto. Esta simetra perfecta pocas veces se halla a menos que el sujeto sehaya tratado con xito usando tcnicas craneosacras antes de la exploracin.Tambin debes ser consciente de que el occipital, los temporales y los parietales se mue-ven con independencia unos de otros. La sutura es la estructura que permite este movi-miento independiente.Deja que las manos sigan en su sitio unos pocos minutos. Mantn los ojos cerrados y per-manece relajado. Deja volar la imaginacin. Es probable que te hayan enseado que losmovimientos que sientes no existen, o que, si existen, son imposibles de percibir con ins-

    trumentos tan rudimentarios como las manos.

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    Si ste es el caso, qu sientes? Se trata realmente de tu imaginacin? Habr tiempo pordelante para decidirlo. Primero, da una oportunidad a los sentidos para que se desarro-llen y ganen confianza. Se producir con gran rapidez.Una vez que hayas palpado (o imaginado que has palpado) los movimientos suaves y

    sutiles del sistema craneosacro de esta persona, procede a la exploracin de otras. Repitelos procedimientos. Aprende a distinguir los distintos movimientos fisiolgicos de unapersona y luego los de otras.A medida que adquieras experiencia, empezars a notar diferencias individuales de unaa otra persona; tu cerebro empezar a almacenar informacin sobre normas de los movi-mientos fisiolgicos percibidos.Una vez que hayas experimentado con xito las percepciones palpatorias creadas por laconcentracin en los movimientos cardiovasculares, los movimientos respiratorios y losmovimientos del sistema craneosacro en una o ms personas, surgir la pregunta de si loque percibes son los movimientos fisiolgicos de esas personas o los tuyos propios. Para

    responder a esta pregunta debes practicar sobre ti mismo y familiarizarte con la per-cepcin de los ritmos de tu propio cuerpo.Sintate. Toca ligeramente tu cabeza con las manos. S consciente de los movimientosfisiolgicos de los sistemas cardiovascular, respiratorio y craneosacro de tu cabeza.Familiarzate con estos movimientos. Una vez que los conozcas, no confundirs las sen-saciones palpatorias que proceden del paciente y las que proceden de tu propio cuerpo.Si inviertes tiempo en hacerlo, adquirirs la experiencia necesaria para poder practicarpalpaciones con confianza (ilustracin 3.5).Una vez te sientas cmodo y seguro de que has apreciado el movimiento de los sistemascardiovascular, respiratorio y craneosacro en la cabeza de varias personas, y una vez queseas capaz de variar la atencin de un movimiento fisiolgico a otro, estars listo parapasar a otras partes de la cabeza y del cuerpo.Se ha dicho antes que la fase de flexin del ritmo craneosacro es, por lo general, unensanchamiento de las porciones posteriores de la cabeza. La fase de extensin es de lige-ro estrechamiento. Al describir la cabeza en conjunto, la flexin parece ser un ensancha-miento transverso de toda la cabeza que se acorta en su dimensin anteroposterior. Laextensin es justo lo contrario, es decir, un estrechamiento transverso acompaado deuna elongacin anteroposterior. Estos cambios se aprecian en la palpacin poniendo lasmanos en varios puntos de la cabeza. El tacto de la palpacin es muy suave: 5 gramos depresin seran excesivos. Imagina que tratas de sentir cmo se mueve el pelo (ILUS-TRACIONES 3.6A y 3.6B).

    Adems del cambio de forma continuo de toda la cabeza junto con el movimiento rt-mico del sistema craneosacro, el cuerpo tambin se mueve fisiolgica e involuntariamen-te junto con el ritmo craneosacro.Durante la fase de flexin del ritmo craneosacro, el cuerpo parece girar un poco exter-namente y ensancharse. Durante la fase de extensin, el cuerpo parece girar interna-mente y estrecharse un poco. Estos movimientos pueden palparse con facilidad en pies ytobillos, muslos, pelvis, trax, brazos, cuello y otras partes del cuerpo. La clave del des-cubrimiento de este tipo de movimiento corporal es la suavidad del tacto. Si el contactocon el cuerpo del sujeto genera cualquier tipo de respuesta de rigidez refleja de lamusculatura, se inhibir el movimiento en cuestin que ests intentando percibir. Si t,

    como examinador, no ests relajado y cmodo, tu propia tensin inhibir tu capacidad

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    de percepcin.Posa las manos con suavidad en el cuerpodel sujeto. Haz que las manos se fundan conese cuerpo, y percibe mediante los propio-

    ceptores los movimientos de tus propiasmanos.El rea siguiente del movimiento del siste-ma craneosacro con la que tienes que fami-liarizarte es el sacro, que se inserta en elextremo caudal del tubo dural.Para palpar el movimiento sacro, se asientael sacro en la mano para que el vrtice delsacro de esa persona descanse sobre la pal-

    ma. La cresta del sacro debe situarse entre los dedos medio y anular. Las yemas de los

    dedos suelen extenderse en sentido ceflico por encima de la base del sacro del sujetohasta el nivel de la IV o V vrtebras lumbares (ilustraciones 3.7A y 3.7B).A medida que el sistema craneosacro entraen la fase de flexin de su movimiento, elvrtice del sacro se mueve anteriormente.Durante la fase de extensin, el vrtice delsacro se mueve en sentido posterior. Estosmovimientos son sutiles y tal vez adquieranuna sincrona perfecta con el ritmo craneo-sacro de la cabeza, o bien se retrasen unsegundo o dos, dependiendo de la cualidady cantidad de restricciones que afecten lamovilidad libre del sacro.Por lo general, los examinadores novatos sequejan de entumecimiento de la mano bajoel sacro cuando el sujeto est en decbitosupino. Sin embargo, esta parestesia porpresin no reduce la propiocepcin; dehecho, mejora un tanto la sensibilidad pro-pioceptiva al eliminar el ruido tctil.Cuando el sacro del sujeto est en posicin

    supina sobre tu mano, apyate con fuerzaen el codo, cierra los ojos y deja que la manose funda con el sacro. Siente lo que esthaciendo la mano.Otra tcnica til para familiarizarse con elmovimiento sacro es sentir mediante la pal-pacin la sincrona de movimiento entre elsacro y el occipital, para lo cual un examina-dor palpa el occipital, mientras otro palpa elsacro, dndose a uno a otro indicaciones

    verbales sobre cundo comienza y terminan

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    las fases de flexin y extensin. Tambinpuede hacerse colocando una mano sobre elsacro y la otra sobre el occipital del sujeto afin de monitorizar simultneamente los

    movimientos de flexin y extensin enambos extremos del tubo dural.La palpacin simultnea del sacro y el occi-pital por un solo examinador se realiza fcil-mente con el paciente en decbito lateral(Ilustracin 3.9). En esta posicin, elpaciente puede tener una almohada debajode la cabeza para que el cuello no se arqueehacia un lado. El encorvamiento o laterofle-xin del cuerpo puede interferir con la sin-

    crona del movimiento entre el occipi tal y elsacro. Esta interferencia se manifiesta cuan-do el sujeto presente lateroflexin extremadel cuello mientras se palpa el ritmo crane-osacro en el occipital y el sacro.

    Con algo de experiencia, usando cuerposvivos como ayuda para el aprendizaje,comenzars a apreciar diferencias significati-vas en la amplitud del movimiento, su sime-tra y la energa que genera dicho movimien-to de una persona a otra. Almacena todos

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    estos datos en la memoria. Almacena informacin sobre lo que es normal con el fin de serconsciente de las variaciones de la norma. Finalmente, estas variaciones adquirirn un sig-nificado diagnstico fisiopatolgico.La musculatura paravertebral es otra rea de palpacin de utilidad diagnstica (ilustracin

    3.10). Con el sujeto sentado o en decbito prono, se palpa el ritmo craneosacro en las regio-nes paravertebrales del occipital hasta el sacro. Se mantienen las apfisis espinosas entre losdedos. Los cambios en el ritmo craneosacro de las regiones paravertebrales pueden usarsea nivel diagnstico para localizar compresiones de las races nerviosas y lesiones en lamdula espinal. El msculo denervado presenta un movimiento fisiolgico de entre 20 y30 ciclos por minuto . Esta informacin puede usarse durante el diagnstico diferencialentre el dolor de una disfuncin somtica y la compresin de una raz nerviosa.

    Como con cualquier otra destreza, el desarrollo de la sensibilidad para la palpacin requie-re prctica. La experiencia adquirida durante el tiempo de prctica en el que varios gruposreducidos de practicantes trabajan juntos con un enfoque acrtico es de lo ms productivo.Recapitulando, no dejes que el intelecto ponga obstculos al desarrollo de tus habilida-des para la palpacin. Familiarzate con este uso de las manos. Una vez que sepas a fon-do lo que tus manos pueden hacer, tendrs mucho tiempo para ejercer una crtica inte-lectual. Brinda al hemisferio derecho del cerebro una oportunidad de demostrar sucapacidad sin que el hemisferio izquierdo se escandalice continuamente diciendoqu sucede? oes posible?. Aprende practicando.

    Autor: John Upledger

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    EL CV4TCNICAS PARA LA MODIFICACIN DEL RITMO CRANEOSACRO

    Hasta el momento se ha practicado la palpacin de movimientos y ritmos fisiolgicos,teniendo cuidado de no interferir con sus actividades normales. El propsito ha sidoestudiar y aprender del cuerpo en su estado natural de reposo pero dinmico. Hemosaprendido que la prctica del tacto por parte del examinador (o mejor dicho el des-cubridor) confiere seguridad al practicante. No debe haber amenaza a la que el cuer-po del sujeto pueda responder mediante rigidez refleja de la musculatura, sea cons-ciente o inconsciente.

    Ahora debers familiarizarte y tener expe-riencia en el uso de tcnicas que modifica-

    rn la actividad rtmica del sistema craneo-sacro. Los fines no son otros que el descu-brimiento, diagnstico, tratamiento y pro-nstico.Comparadas con la palpacin que hasaprendido hasta el momento, las tcnicasque modifican el ritmo craneosacro puedenparecer bastante invasivas; sin embargo,comparadas con las tcnicas manipulativasempleadas ordinariamente por mdicos y

    terapeutas, estas tcnicas siguen siendo muysuaves. Se trata de engaar al sistema crane-osacro, no de maltratarlo, aturdirle ni asus-tarlo. Hay que aproximarse como haras con

    un nio tmido o un animal del que quieres ganarte la confianza. No hay que forzar elsistema craneosacro a que haga movimientos que no sean fisiolgicos. El objetivo es sim-plemente impedir que retorne de un movimiento extremo por la va usual, y animarlo aque halle una ruta nueva. Este descubrimiento encubierto de nuevas rutas introduce unamovilidad aadida al sistema y a su reserva de movimientos.

    EL CV4Esta manipulacin tiene su gran importanciay la realizaremos dos o tres veces en unasesin de terapia crneo-sacral, pues ser laprimera manipulacin a realizar y la ltimaen cada sesin. Nos sirve para activar elmovimiento de la sincondrosis esfeno-basilary por tanto de todo el sistema crneo-sacral ytambin nos es de utilidad para al acabar lasesin dar un mensaje de guardar todos losnuevos datos fisiolgicos ocurridos en la

    sesin en la memoria central del cerebro.

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    Vamos ha hacer el CV4 craneal.El occipital caer sobre el tringulo que forman los pulgares con las eminencias tenares denuestras dos manos juntas como indica en el dibujo. Es importante que el occipital caigaperfectamente en su sitio. Si apoyamos un poco ms hacia arriba podremos pillar las dos

    suturas del occipital con los parietales y no podremos hacer correctamente el CV4.Tampoco podremos tener las manos muy abiertas, porque si no podremos coger los hue-sos temporales. Hay que ser muy preciso y el occipital se queda en dos puntos de apoyoen las eminencias tenares de los pulgares, lo dems est en el aire. La mano se tiene quefundir con los tejidos del paciente energticamente hablando.Tambin podemos escuchar el ritmo craneal en los mastoides. Aqu tengo que sentir elmovimiento de descenso, de ascenso(flexo-extensin), pero tambin tiene un movimien-to de apertura lateral de ensanchamiento, en donde los mastoides se acercan y se sepa-ran. Podemos sentir estos movimientos en nuestros codos o trceps.En la flexin la cabeza se llena y crece por los lados y el occipital se estira lateralmente.

    Despus cuando est en la fase de vaciado al final de esta fase hacemos el bloqueo, evi-tando el llenado. Es con la intencin y la concentracin, como realizamos el bloqueo dela fase de llenado. El occipital al no poder llenarse va ha empezar el borboteo y luego ven-dr el punto de parada o punto de quietud, o Still Point. Despus de realizar estos pasosvolver el ritmo con toda su belleza y amplitud. Estos pasos nos pueden costar variosminutos entre dos o tres hasta diez o veinte dependiendo del tipo de lesin. Tambienpodemos decir que segn vamos progresando con el paciente las sesiones sern mas cor-tas y ms efectivas.

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    El aquietamiento del ritmo craneosacral es un proceso natural y se da por s solo comoun mecanismo de autorregulacin. Por ello es habitual en consulta, reconocer cmo sedetiene espontneamente sin ninguna intervencin por parte del facilitador. Este siste-ma es tan sensible que responde con suma facilidad a la interaccin, ya que, con frecuen-

    cia, basta con empezar a pensar o sentir, que podra ser apropiado invitar a un punto dequietud, para que ste, se de por s solo.CV4 es una de las formas clsicas desarrolladas por el Dr. Sutherland para favorecer unpunto de parada

    Para conseguir dicha posicin, se puede pedir al cliente que levante ligeramente la cabe-za con el fin de colocar las manos de la forma especificada bajo sta.

    Conviene poner atencin en que no se relajen en exceso las manos durante la prctica,pues de s, stas se pueden abrir por el peso craneal y el apoyo podra pasar del occipital

    al temporal lo que podra ser contraproducente.Desde la posicin explicada, prestad atencin al movimiento del occipital en respuesta alMRP y acompaad con suavidad la fase de extensin, rotacin interna, exhalacin, en laque se podr percibir cmo se estrecha lateralmente el occipital comprimiendo el 4 ven-trculo. Cada ciclo de rotacin interna se acompaa hasta el lmite de su movimiento. Y,con la intencin y la suave presin de las manos, se le va invitando a que se produzca unaquietamiento al final del mismo. Si el occipital empuja hacia la rotacin externa se debedificultar su movimiento, volviendo a invitar a la quietud al final de la siguiente fase delestrechamiento lateral, hasta percibir su aquietamiento.En este punto es frecuente notar cmo se profundiza la respiracin del cliente y se aden-tra en un estado de mayor relajacin a todos los niveles, e incluso suele ser frecuente elque se duerma. Tambin pueden darse pequeos ajustes posicionales en los huesos cra-neales o en los msculos del cuello conforme se ahonda en la quietud.

    Desde cualquier parte del cuerpo se puede pedir una parada del MRP y despus de staretornar con mejor calidad y fuerza. La sensacin de bienestar se puede notar a lospocos minutos de realizar esta maniobra.

    Tambin se puede considerar cualquier parada o aquietamiento como una necesidadneurolgica para que el circuito haga un rset e imponga las nuevas tensiones reciprocasmejoradas en su software biolgico. Vamos parecido a cuando se cuelga un ordenador al

    acoplar nuevos programas o requiere de apagar y volver a encender para interiorizar losnuevos cambios.

    LA TCNICA DE CV-4El punto de quietud alcanzado mediante la aplicacin de la tcnica sobre el occipital delsujeto se llama tradicionalmente tcnica de CV-4. CV-4 supone la compresin delcuarto ventrculo. En este caso, el cuarto ventrculo es el ventrculo del cerebro. El doc-tor Sutherland, creador de esta tcnica (SUTHERLAND, 1939), crea que estaba com-primiendo el cuarto ventrculo del cerebro y, por tanto, influa en los centros nerviososvitales localizados en ste y en las paredes del ventrculo.

    La escama del occipital permite la acomodacin a la presin cambiante del lquido intra-

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    craneal. La tcnica de CV-4 reduce de modo significativo la capacidad de acomodacinde las escamas. La presin hidrulica del lquido intracraneal aumenta, por tanto, y sereconduce a lo largo de todas las otras vas disponibles cuando el movimiento de la esca-ma del occipital se restringe extrnsecamente. En consecuencia, la tcnica de CV-4 favo-

    rece el movimiento del lquido y su intercambio. La mejora del movimiento del lquidosiempre es beneficiosa excepto en casos de hemorragia intracraneal en que la formacinde trombos mejora con la estasis, y en casos de aneurisma cerebral en los que el cambiode la presin intracraneal podra causar una fuga o una rotura.

    La tcnica de CV-4 afecta la actividad deldiafragma y el control autnomo de la res-piracin, y parece relajar el tono del sistemanervioso simptico en un grado significati-vo. He empleado a menudo esta tcnicapara reducir la hipertona simptica crnica

    de pacientes estresados. Siempre se esperauna mejora funcional vegetativa comoresultado de la induccin del punto de quie-tud.Clnicamente, esta tcnica es beneficiosa encasos en que lo indicado es una tcnica debombeo linftico (MAGOUN, 1978). Seha conseguido bajar la fiebre hasta 4" F en30-60 minutos. Relaja todos los tejidos con-

    juntivos del cuerpo y, por tanto, es benefi-ciosa para las lesiones musculosquelticasagudas y crnicas. Es eficaz en los procesosartrticos degenerativos, tanto para la con-gestin cerebral como pulmonar, para regu-lar los dolores del parto y como medio parareducir el edema postural.La tcnica de CV-4 es un tratamiento enperdigonada muy sencillo para multitud deproblemas, porque mejora el movimientohstico e hidrulico, y restablece la flexibili-dad de la respuesta vegetativa.

    Como terapeuta, forma un cuenco con lasmanos de modo que los pulgares formenuna V. El vrtice de la V formada por lospulgares debe hallarse a nivel de las apfisisespinosas de las vrtebras cervicales II y III.Las eminencias tenares se posan sobre laescama del occipital, mediales y evitando por completo las suturas occi-pitomastoideasA medida que se estrecha el occipital del

    sujeto durante la fase de extensin del ciclo

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    del sistema craneosacro, este movimiento es seguido por las eminencias tenares. Cuandoel occipital del sujeto trate de ensancharse durante la fase de flexin del ciclo craneal,debers oponer resistencia a este proceso de ensanche. Las manos quedan inmviles y noejercen presin alguna. A medida que se produce el estrechamiento del occipital duran-

    te la fase de extensin, se alcanzar el lmite articular siguiendo el estrechamiento deloccipital. Se opone de nuevo resistencia al ensanchamiento del occipital durante la fasede flexin del movimiento del sistema craneosacro. Este procedimiento se repite hastaque el ritmo craneal se reduzca y desorganice, terminando por detenerse, temporalmen-te pero por completo.Cuando se produzca esta detencin del ritmo craneal, se habr inducido el punto dequietud. ste se mantendr durante un nmero variable de segundos o minutos.Cambiar la respiracin del sujeto, y a menudo aparecer una ligera transpiracin en lafrente. Se observar una relajacin apreciable del cuerpo.A1 cabo de unos minutos, se apreciar que el occipital del sujeto trata una vez ms de

    dilatarse en la fase de flexin del ciclo rtmico del sistema craneosacro. Cuando notes unmovimiento bilateral fuerte y concertado, deja de oponer resistencia. Sigue este ensan-chamiento y evala la amplitud y simetra del ritmo craneosacro.Tambin puede inducirse un punto de quietud en cualquier parte de la cabeza del suje-to aplicando los mismos principios de seguimiento del movimiento hasta su extensinextrema, y oponiendo resistencia a la vuelta a la posicin neutra hasta que se interrum-pa temporalmente la actividad rtmica.

    Autor: John Upledger

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    PUNTO DE PARADAEL PUNTO DE PARADA O STILL POINT

    Casi que el pilar fundamental de esta terapia es la tcnica de forzar el punto fijo o StillPoint. Para forzar este punto gentilmente impediremos la fase del llenado o expansindel ritmo crneo-sacral. El punto de parada lo realizaremos con la intencin, con nues-tra voluntad e intento de que el lquido cefalorraqudeo no pulse, impidamos que respi-re. Esta tcnica se puede aplicar en cualquier parte del cuerpo, desde el dedo del pie has-ta en los parietales, en una sutura o en un msculo pequeo, en un rgano, en una vr-tebra, da igual, sus beneficios van ha ser muy importantes all donde lo hagamos. Conesta tcnica ayudamos a que el LCR circule por todo el organismo con un buen ritmo ysimetra, o sea que respire correctamente. El LCR se ve muy influenciado con nuestra

    mente. Este lquido tan especializado circula en un campo semi-cerrado y s vera obliga-do a no pulsar, si as se lo pedimos, lo que crear una presin extra en su circuito, quetras su liberacin servir para mejorar su circulacin, y por tanto el tejido fascial se rela-

    jara.

    El punto fijo se percibe como un apagn del ritmo crneo-sacral y puede ser interpreta-do como una oportunidad neurolgica para procesar cambios neurolgicos en la zona.Osea el propio IRC del paciente al contacto con nuestras manos y evitando el siguiente lle-nado del IRC entrar en su proceso de borboteo o desenroscamiento.Lo mejor de estoes que el LCR es muy influenciable por nuestro pensamiento y por nuestro intento. As

    que cuando queramos podemos poner nuestra intencin mental y forzar un Still Point.As que con nuestra mente viajaremos por los tejidos y mantendremos la parada delimpulso rtmico craneal. En la mayora de los casos puede venir un borboteo y a losminutos el LCR volver a circular con mayor fuerza. Es como retener el agua de un arro-yo durante un rato y despus volver a liberarla, en este momento el agua saldr conmayor fuerza y debido a su presin podr limpiar de residuos el arroyo y as poder abriry ensanchar las parte que estaban bloqueadas o atascadas.Practicar el punto de paradaneurolgica fortalece las fascias y por tanto el rgano o sistema en el que se encuentra.Si practicamos esta tcnica en cualquier parte del cuerpo que sintamos dolor o existaalguna enfermedad, ayudaremos a que el lquido cefalorraqudeo circule por su interiory por tanto todo el sistema nervioso central pueda conectarse con la zona y realizar todoslos ajustes necesarios para su auto-curacin.

    Tcnica de punto de quietud con el inductorEste ejercicio se realiza con un aparato llamado inducidor de punto de quietud. Es unejercicio para uno mismo con enormes beneficios.La manera de realizarlo: Nos colocamos cmodamente de espaldas sobre una superficieque no sea ni muy blanda ni muy dura. Nos colocamos el inductor debajo de la cabezacontactando la zona media del occipital transversalmente, dejando que el peso de la cabe-za descanse sobre l. Entonces simplemente nos relajamos, entre 10 15 minutos (nospodemos acompaar con msica relajante).

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    Cules son los beneficios?Durante el punto de quietud se crea una sensacin de relajacin general: todo el teji-do conectivo del cuerpo se relaja, se reduce el estrs, se mejora la eficiencia del sistemainmunolgico, se alivian el dolor de cabeza y la migraa, se benefician la artritis y miem-

    bros hinchados, y se incrementa la vitalidad. Ayuda en las nuseas por la maana duran-te el embarazo, activa las fuerzas de autocuracin del cuerpo (homeostasis), restablece laflexibilidad del sistema nervioso autnomo. A esta tcnica no se le conoce efectos secun-darios y solamente est contraindicada en traumas craneales graves donde no convienecomprimir el crneo ni provocar cambios de presin dentro del cerebro como en caso dereciente fractura del crneo, hemorragia en el cerebro, tumor cerebral grande, aneurismaintercraneal y apoplejas.

    Yo personalmente uso el impulso rt-mico craneal, o movimiento respirato-

    rio primario para seguir esa fluctua-cin energtica por el aura de la perso-na y, asi percibo cinestsicamente losnudos de energa o quistes energticos.Una vez localizado ese torbellino deenerga retorcida y, que puede adoptardiferentes formas y tamaos, se proce-de a su disolucin y limpieza. Despusde tiene que recargar la zona del auraafectada y, volver a realizar esta sana-cin en los prximos dias, para asegu-rar que esa zona del aura quede refle-

    jando correctamente las mareas inter-nas del ser humano.

    Si fortalecemos el campo de energa humano, la salud integral e innata del ser humanose realiza de forma automtica.

    Estoy totalmente convencido que con estas cuatro tcnicas a aplicar se obtienen resulta-dos verdaderamente asombrosos y, que con cualquier otra terapia manual directamente

    en el cuerpo, parece una labor ardua, sino imposible.

    PARADA NEUROLOGICADespus del borboteo o desenroscamiento vendr una parada neurolgica, una paradadel impulso rtmico craneal, un silencio, una tranquilidad despus del estrs del unwin-ding.

    Esto se puede interpretar como un momento de paz para que el sistema nervioso centraly el tejido fascial se reorganicen y equilibren para el nuevo y mejorado IRC. Al cabo deunos segundos o pocos minutos vendr el impulso rtmico craneal con mayor amplitud,

    simetra y mejor ritmo. Nosotros seguiremos con nuestro ligero contacto en la zona has-

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    ta que vuelva el impulso rtmico craneal. De nuevo, si tardara en volver el impulso rtmi-co craneal sera indicativo de la importancia de la lesin.Al volver el impulso rtmico cra-neal en todo el cuerpo conseguiremos que el micro articulaciones del cuerpo, las suturas

    craneales, el sacro con la pelvis, etc., recobren su movimiento de flexo-extensin. Este esun bello momento en donde podemos observar la curacin sutil de la zona, la vuelta a lanormalidad del IRC en la zona que estamos tratando. El cuerpo, una vez establecido estemovimiento respiratorio y por tanto pulsando su campo energtico, el sistema nerviosocentral y perifrico estn de nuevo mejor conectados y ellos se encargarn de llevar todala sanacin y la salud a la zona.

    La comunicacin neurolgica y elctrica de la zona funcionar mucho mejor y el cuerposabr llevar toda la actividad qumica, motora o fisiolgica a la zona, para su recupera-cin. Por supuesto gracias a los movimientos de flexin y extensin crneo-sacral la cir-

    culacin sangunea del cerebro, y de todo el organismo se mejorar considerablemente,sobre todo en las uniones de los huesos, tendones y ligamentos. Por ejemplo entre lassuturas craneales existen micro venillas y tejido fascial que recobrarn su salud si des-bloqueamos las suturas craneales.El cuerpo es suficientemente sabio para reencontrar suhomeostasis.

    Para ello se sigue la direccin de mayor facilidad o amplitud que se est expresando, o loque es similar, la direccin de menor resistencia, hasta encontrar un punto en el quetodas las tensiones que actan sobre la zona se equilibran mutuamente, y se produce loque llamamos un punto de tensin equilibrada, un punto neutral o de balance, en el quenos sea ms sencillo encontrar un nuevo equilibrio, en el que se compensen y disipen lastensiones.

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    Acompaar el movimiento en la direccinde facilidad, presenta un lmite natural enel que no se puede ir ms all sin aadirtensin por parte del facilitador, porque

    en ese caso se tratara ya, de la tcnica deexageracin.En el lmite del movimiento natural faci-litado, en el que las fuerzas se equilibranmutuamente, el facilitador promueve laespera en ese punto de menor tensin,hasta que se perciba la suavizacin de lastensiones. Este desarrollo suele requerirpor su parte una atencin precisa parapoder facilitar y colaborar en el ajuste

    sutil de ese punto. Por ejemplo: en laprctica, al estar escuchando los parieta-les, se percibe que el derecho se muevecon naturalidad y simetra y el izquierdopresenta una rotacin externa amplia ysuave y una rotacin interna disminuida ycon resistencias.Para promover que el parietal izquierdopueda normalizarse se sigue la direccinde la facilidad, que sera la de la rotacinexterna hasta el lmite de su movimientonatural. En torno a ese punto se espera, yse ayuda a que se estabilice en el punto detensin equilibrada. Es posible que lastensiones se disipen desde ese punto, oque, a partir de l, necesite irse acomodan-do a las diferentes fuerzas que actansobre la zona con pequeos movimientosy paradas, que se acompaarn en cual-quier direccin que se muestre menos enla de la vuelta.

    Si despus de realizarse la parada, el movi-miento se desplaza hacia la rotacin exter-na, la acompaaremos. Pero si, ms ade-lante, el movimiento quiere volver a larotacin interna, lo impedimos. Si desdeah se quiere mover hacia arriba, lo acom-paaremos. Pero si despus el movimientoquiere bajar, lo impediremos para que sepuedan proporcionar todos los ajustes queel organismo necesite sin retroceder por el

    camino ya avanzado.

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    ExageracinLa exageracin, al igual que el punto de ten-sin equilibrada, es un proceso indirectopara recuperar la movilidad restringida y/o

    la libertad de expresin. Por ejemplo,supongamos que el parietal izquierdomuestra una buena movilidad en rotacinexterna y limitada en rotacin interna. Paranormalizarlo, no se tratara de llevarlo haciala rotacin interna, que es la que se encuen-tra en disfuncin, sino que se acompaa elmovimiento facilitado hacia la rotacinexterna hasta su lmite natural, como sehaca en la tensin equilibrada. Lo que ocu-

    rre en la exageracin es que, una vez que seha llegado a ese punto de equilibrio, se con-tina de forma suave y progresiva, aumen-tando la amplitud del movimiento en ladireccin de la facilidad hasta la barrerafisiolgica.

    Obvia expresar que se debe respetar el tiem-po y la forma en la que el organismo vayarealizando estos ajustes. Al realizar esta tc-nica, tambin es posible sentir cmo, unavez llegado al punto de tensin equilibraday exagerar el movimiento facilitado, el tejidose alarga pero retiene la tensin, de formasimilar a cuando estiras de una goma, efec-to que se puede aprovechar para seguir consuavidad la tensin generada en la direccinde la correccin.Cada vez que se afloja el tejido, se gana unpoco ms de recorrido en la direccin de laexageracin. En este punto, se espera hasta

    que se vuelva a suavizar, repitindolo todaslas veces que se precise hasta percibir que elmovimiento fisiolgico ya ha llegado a sulmite o que se ha soltado la tensin retenida.Esto no debe de aplicarse sobre traumatis-mos agudos o cuando temamos que se pue-den agravar los sntomas. Tampoco se debeaplicar sobre nios de menos de 8 aos,pues, al no tener todava sus barreras fisio-lgicas, delimitadas se podra ir mas all de

    lo debido y aumentar la lesin.

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    DESCOMPRIMIR

    LA VRTEBRA ATLASTCNICA T.D.O.A.A. O DESCOMPRESION OCCIPITO-ATLA-AXIOIDEA.Aqu se trata de dejar que el peso de la cabeza se hunda en nuestros dedos, entonces sen-tiremos el arco posterior del atlas. Con el meique palparemos la cresta externa del occi-pital y suavemente y con la intencin procuraremos fraccionar el occipital y separarlo delcuello. Traccin del atlas y traccin del occipital. En cualquier trastorno craneal como undolor de cabeza, etc. se aconseja la T.D.O.A.A.

    Descompresin O.A.A.Con la cabeza en el aire, dejaremos descansar los seis dedos encima de las protuberan-cias occipitales y la direccin de los dedos ir hacia las rbitas oculares. La cabeza se que-dar en el aire, sobre los punteos de los dedos. La cabeza se va hundiendo poco a poco yel efecto es visco elstico. Desde aqu podemos llegar hasta el arco posterior del atlascuando los dedos se van hundiendo. Es fcil tocar la transversa del atlas pero es muy dif-

    cil tocar el arco posterior del atlas.Cuando esto pasa, los dos meiquescomienzan a trabajar con una pequeatraccin y el occipital se va separandodel atlas. La sensacin es de profundi-dad y traccin visco elstico y poco apoco las fibras van cediendo y el occipi-tal poco a poco se va separando del arcodel atlas.

    Nosotros aqu hacemos una induccinmental buscando la vrtebra o segmentoque queremos trabajar, lo dems eldesenroscamiento del tubo dural, elcuerpo slo lo har. Aqu se trata de un

    sentido de profundidad y de traccin.

    Si pretendemos que el lquido baje deltercero al cuarto ventrculo y de aqu a lamdula, entonces tenemos que reblan-decer esta zona.

    DESCOMPRESION O.A.A.

    TRACCION TUBO DURAL.

    DESCOMPRESION S1 ESPINOSA L5

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    Este hueso craneal es de vital importancia, ya que el quiasma ptico se apoya en las alasdel esfenoides y ste controla parte de la tensin de las membranas del cerebro y, por tan-to, una torsin en su movimiento afectar en una torsin en las membranas del cerebro.A su vez las membranas torsionarn los senos vasculares, tanto el seno sagital, como el

    seno recto que es el que alimenta los nervios pticos. Si liberamos el esfenoides de su tor-sin estaremos inervando los vasos vasculares de la cabeza, o sea, mejorando el riego cir-culatorio. Cualquier distorsin del esfenoides es una distorsin de la membrana verticaly de la membrana horizontal

    En resumen:1- ESCUCHA DEL IRC, SEGUIMOS SU MOVIMIENTO.2- EN LA FASE DE EXTENSIN HACEMOS LA COMPRESION LOSUJETAMOS E IMPEDIMOS QUE SIGA RESPIRANDO.

    3- BORBOTEO, DESENROSCAMIENTO Y PARADA.4- AHORA EN LA FASE DE FLEXION HACEMOS LA DESCOMPRESION.5- MANTENEMOS AH. BORBOTEO.PARADA6- VUELTA DEL RITMO CON MAYOR AMPLITUD

    Paras seguir el movimiento del ritmo tendremos un contacto con la piel de gramos connuestro pulgar y en direccin ocular hacia los ojos.Podemos frotar fuertemente los pulgares para aumentar la temperatura de los recepto-res y mejorar la sensibilidad de nuestros dedos, Pues el movimiento del esfenoides es mssutil que el de los dems huesos del crneo.

    Las alas del esfenoides estn fuera de los puntos de acupuntura. Cuando nos duele la

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    cabeza solemos masajear ah en las sienes, donde estn las alas del esfenoides, encon-trando un alivio temporal.Pero al no poner la tcnica y la intencin no liberamos el movimiento del esfenoides entoda su perfeccin.Como ancdota algunos filsofos antiguos decan que la parte de ngel que tiene el serhumano es a travs de las alas que tiene escondidas en el interior de la cabeza. Es de vitaltrascendencia el movimiento de este hueso que se conecta con el hueso frontal, con lostemporales, los zigomticos, con los parietales y el occipital y con los huesos del rostro.Cualquier modificacin del esfenoides por impactacin en el crneo en cualquier sitioprovocar diferentes adaptaciones membranosas que ocasionarn restricciones de movi-

    lidad por algn sitio y aumento de movilidad por otros, para compensar el traumatismo.Esto es lo que llamamos tensiones reciprocas.Hemos visto que el hueso frontal y el hueso parietal y la compresin y descompresindel esfenoides trabajan en la membrana vertical, la hoz del cerebro.

    VOLVER A HACER EL CV4Despus de hacer los huesos craneales y la mandbula deberemos de volver a hacer unCV4, o sea volver a hacer una parada y ajuste del occipital.Paramos el ritmo del occipital en el momento del vaciado, e impedimos el llenado yentonces va ha venir un borboteo mayor todava que los anteriores. Vendr una paraday volver el nuevo ritmo con ms amplitud y simetra.El realizar el CV4 al final de la sesin es como hacer una copia de seguridad a un orde-nador. Le pedimos al cuerpo que no se olvide del trabajo que hemos hecho. Realizamosde nuevo esta tcnica para despus de haber realizado los diferentes ajustes de lasmembranas craneales, o sea despus de haber relajado las tensiones craneales o delATM, al final de la sesin tendremos una nueva estabilidad craneal y por tanto ten-dremos que volver a la sincondrosis esfeno-basilar para volver ha realizar un nuevoajuste basado en el nuevo acople general de toda la cabeza. Por tanto realizaremos unCV4, aunque tenga un buen ritmo en el CV4 deberemos hacer una parada para queentre en memoria un nuevo programa.Seguramente ahora notemos un buen ritmo en el occipital y en el mastoides inclusive.

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    TRACCIN

    DEL TUBO DURALTECNICA DEL RECORRIDO MDULAR O TRACCION TUBO DURALHay que hacerla con la imaginacin.Con la cabeza aplomada y los dedos hundidos en la regin occipital notaremos una sen-sacin viscosa elstica en nuestros dedos, como de mantequilla. A continuacin arrastra-mos el occipital un poco hacia nosotros, cerramos los ojos y cada vez producimos un pocoms de traccin de la mdula espinal y con la mente imaginamos ste recorrido a travsde las vrtebras cervicales, de ah a las dorsales, lumbares, hasta terminar en el sacro.

    Percibiremos qu parte de la mdula est atascada mediante una sensacin viscosa. Aquharemos una parada, regresaremos un poco atrs y haremos que se libere. Es en estemomento que sentimos un borboteo o temblequeo en la mdula y paramos esperando aque se ajuste. Una vez logrado esto, seguiremos nuestro viaje por el tubo medular frac-cionando cada vez un poco ms. Si volvisemos a sentir una resistencia en esta traccin,volveramos a realizar la operacin antes descrita.

    Con esta manipulacin tambin liberamos la tensin en el occipucio, atlas y axis.

    A partir de aqu hacemos el viaje imaginativo en donde se produce la descompresin deltubo dural hasta llegar al sacro, o lo que es lo mismo realizamos el viaje por la mdulahacia abajo, segmento a segmento. La sensacin es como la de una goma que se va esti-

    rando poco a poco. Cuando se para, es quehay un bloqueo.

    Nosotros slo hacemos una induccin espa-cial, el cuerpo hace el desenroscamiento deltubo dural, l slo.

    Las yemas de los dedos van a arder, a que-

    mar, que es sinnimo de la descarga de losmsculos extensores cervicales.

    Las hernias postero-laterales son tratables.Sin embargo, en los derrames craneales estatcnica est desestimada.

    La mdula espinal siempre est en movi-miento de subida y bajada y con ella lospares raqudeos, por ello los agujeros de

    conjuncin son tan grandes.

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    BALANCEO

    CRNEO-SACRALBALANCEO CRNEO-SACRALLe pedimos al paciente que se ponga decbito lateral y una mano buscar el occipitaly la otra se pondr en el sacro. Aqu tenemos que regular, igualar y devolver el ritmonatural general del crneo y de todo el sistema dural, hasta el sacro.Nos ponemos en escucha en el crneo y en el sacro. Sentimos los movimientos de fle-xin y extensin en ambas partes.Tanto el sacro como el occipital deben de subir en la extensin y bajar en la flexin,

    esto es un buen ritmo.Puede ser que un paciente tenga un movimiento de flexin en el sacro y otro de exten-sin en el occipital. O sea, el occipital baja y el sacro sube, en este caso tendremos unadistorsin del saco dural.Ser el sacro el que normalmente est lesionado, ya que el occipital es el que mandarel movimiento al sacro a travs de la comunicacin fibridal de las fascias o meninges,del canal medular.Para ajustar el sacro lo bloqueamos en el momento de la flexin, del vaciado del IRCy le dejamos que borbotee y se desenrosque. Despus viene el silencio y tras ste elsacro iniciar el ritmo en el mismo sentido direccional que el crneo.Si sentimos el ritmo en el crneo y en el sacro, seguro que estar en todo el tubo dural.Cuando el occipital hace el llenado, en el momento en que el occipital se abre, el sacrohar el movimiento de retroversin o nutacin, es en este instante cuando la puntainferior del cccix sube un peln hacia arriba por delante y la base del sacro baja haciaatrs, a este es el momento del llenado del lquido cefalorraqudeo o extensin crneo-sacral. Este movimiento de retroversin o nutacin de la pelvis es el tpico que reco-miendan algunos ejercicios de yoga, o en los estiramientos de cadenas musculares

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    incluso hay muchos ostepatas y quiroprcticos que lo recomiendan para aliviar la exa-gerada presin que a veces existe en la zona lumbar.Y a la inversa suceder lo contrario, cuando el occipital se cierra, el cccix se inclinahacia atrs a la vez que sube un poquito y la base del sacro se inclina hacia delante a la

    vez que baja un peln, este es el movimiento de contranutacin o contraversin. Este esel momento de la flexin del sistema crneo-sacral. Esta es la posicin del cuerpo quehace que saquemos el culo hacia atrs, tan tpica en algunas mujeres y que fuerza ypellizca algunos nervios de la zona lumbar, provocando en muchos casos la citica y losdolores lumbares y problemas en las piernas, en el sistema reproductor, excretor ydigestivo.

    INDUCCIN DEL PUNTO DE QUIETUD EN EL SACROPara inducir un punto de quietud en el sacro, la mano del terapeuta descansa sobreaqul. Se sigue el movimiento sacro durante la fase de flexin o extensin, sea cual fue-

    re la que parezca ofrecer mayor excursin. Se opone resistencia durante varios ciclos alintento del sacro del paciente por volver a la posicin normal hasta que cese el movi-miento inherente del sistema craneosacro. Ya se ha inducido el punto de quietud.Varios factores pueden tenerse en cuenta al seleccionar el punto del cuerpo del pacien-te donde inducir el punto de quietud. La seleccin puede basarse en la convenienciacuando, p. ej., el terapeuta est sosteniendo el sacro o los pies y no quiere alterar elcuerpo del paciente cambiando de posicin. Tal vez se base tambin en un deseo decontrolar el efecto del punto de quietud inducido en una parte dada del cuerpo. Elcontacto manual con las partes del cuerpo dolorosas es innecesario porque, con laprctica, los puntos de quietud se inducen en casi cualquier parte del cuerpo delpaciente. El movimiento tal vez se palpe en una regin del cuerpo con una restriccincuando el terapeuta quiera evaluar el efecto de un punto de quietud sobre la restric-

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    cin de esa rea. El mtodo ms conveniente para monitorizar este efecto es posar lamano o manos sobre el rea en cuestin durante el procedimiento.

    La induccin de un punto de quietud en las extremidades cuando, p. ej., se intenta eva-luar y tratar a un paciente peditrico que no coopera es un medio excelente para obte-ner su cooperacin. La experiencia del punto de quietud es agradable para los pacien-tes. El nio aprende pronto a asociar el tacto con la experiencia placentera del puntode quietud. La cooperacin se asegura con esta asociacin y se crea el mbito para ini-ciar un proceso teraputico mutuamente beneficioso. Es beneficioso para el terapeuta,por la satisfaccin que le reporta y por la experiencia formativa. Una vez conseguida laconfianza y cooperacin, podr aplicarse un tratamiento ms especfico y eficaz.Recomendamos sobre todo este mtodo para desarrollar el entendimiento y la coope-racin con nios autistas.

    Descripcin de la posicin Invitando a la quietud Las tcnicas de escucha y/o modifi-cacin del ritmo craneosacral promueven la homeostasis y el libre flujo de los lquidos,lo cual desarrolla un aumento de potencia y favorece los estados die quietud corporal,emocional, mental e incluso espiritual, dependiendo del nivel al que se acceda y desdeel que se escuche.La tcnica se puede aplicar en cualquier lugar del organismo utilizando los mismosprincipios de realizacin, aunque suele responder con mayor prontitud y potencia des-de el crneo o el sacro.Inducir un punto de quietud consiste en: colocar delicadamente las manos sobre la

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    zona en la que se quiera realizar y prestar atencin a la simetra, amplitud y facilidaddel movimiento. Se acompaa el movimiento de mayor facilidad hasta el mximo de

    su recorrido y se dificulta su vuelta. En el siguiente ciclo, se vuelve a seguir el movi-miento facilitado hasta su lmite y se vuelve a impedir su retorno, hasta que al cabo devarios ciclos el organismo se detiene al final de dicho movimiento. Es entonces cuan-do se produce un punto de quietud global. Durante este punto de quietud, se perma-necer a la espera hasta que el movimiento surja de nuevo por s solo. En este momen-to se volver a sintonizar con los parmetros anteriores que indujeron a la realizacinde la misma y se valorar si se vuelve de nuevo a efectuar la misma operacin, o bien sise pasa a otro punto.Es frecuente que poco antes de entrar a un punto de quietud el organismo respondacon pequeas vibraciones, tirones, pulsaciones, incremento del dolor o su resurgi-

    miento en lesiones o tensiones antiguas. Tambin puede darse el conectar con patro-nes emocionales contenidos. Todo ello suele cesar una vez que la quietud, en la que sepuede reconocer una profundizacin en la respiracin, una disminucin del tono mus-cular, suspiros, sueo, en ocasiones una ligera transpiracin al principio y con fre-cuencia una desconexin sensorial.De mantenerse un tiempo esta desconexin sensorial suele producirse una reduccinde temperatura y una percepcin de uno mismo diferente, en la que se aminoran pen-samientos, emociones y sensaciones similares a los estados contemplativos.Inducir un punto de quietud desde los pies: se sitan las manos del facilitador sobre,lateralmente o por debajo de los pies, y se procede conforme la explicacin anterior. Seacompaa el movimiento facilitado, por ejemplo rotacin externa, y se dificulta suregreso (rotacin interna) hasta su detencin.

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    Inducir un punto de quietud desde el sacro: con la mano del facilitador bajo el sacrose valora su flexin-extensin y se acompaa el movimiento facilitado, dificultando suregreso durante varios ciclos hasta su parada.EV4, consiste en facilitar un punto de parada en Expansin del 4 Ventrculo (EV4),

    que corresponde con la fase de inhalacin-flexin-rotacin externa. En EV4 se produ-ce un ensanchamiento y llenado de los ventrculos,(lo contrario que en CV4). Al mis-mo tiempo desde la zona lumbar ascienden los fluidos y la potencia acumulada en elpolo inferior del sistema.EV4 desde el sacro: Sintonizar con la flexin-extensin, que en el sacro se percibecuando el cliente se encuentra tumbado, como una elevacin del vrtice y el cccixhacia el techo y un descenso de la base del sacro hacia el suelo en la flexin.

    Facilitar la flexin, dificultar la extensin hasta su aquietamiento en la flexin

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    EL IMPULSO RTMICO

    CRANEAL EN LAS PIERNASLA ESCUCHA EN LOS PIES Y EN LAS PIERNASColocamos suavemente nuestras manos en el dorso de los pies y nos disponemos a escu-char el ritmo fludico del LCR en los pies. El movimiento es de expansin y contraccin,as como tambin hay una componente de rotacin interna en la contraccin y externa enla expansin.Es muy probable que no sintamos ningn impulso rtmico craneal en las pier-nas y que por tanto tengamos que desenroscar y eliminar un gran nmero de tensiones obloqueos energticos en toda la pierna e incluso en las caderas y en el sacro. Iremos desa-

    tando las lneas de tensin a lo largo de las piernas parando en las zonas que as lo requie-ran para mantenernos ah en una transmisin de energa que libere el bloqueo.Despusnotaremos que el impulso rtmico craneal vuelve en esa zona.Si la zona es problemtica ynos interesa profundizar en ella induciremos una parada del impulso rtmico craneal paravolver a encontrarnos con un desenroscamiento de las lneas de tensin efectuando unasanacin en los tejidos ms profundos. Nuestra intencin o el ojo de la mente, son los quese proyectan hacia el interior del cuerpo del paciente.Cuando hayamos conseguido quepulse las piernas un poco, podremos notar como entre la pierna derecha o izquierda existedesequilibrio. Podemos notar como una pierna pulsa y la otra no pulsa. En este caso indu-ciremos una parada a la pierna que pulsa llevando con nuestra intencin el lquido cefalo-rraqudeo hacia la pierna que no pulsa. Cuando consigamos que la pierna con ms debili-dad pulse, mantendremos y acompaaremos esta pulsacin durante varios ciclos. Despusdejaremos de inducir el punto de parada a la otra pierna permitiendo que ambas piernasefecten el movimiento respiratorio primario. Ahora muy seguramente nos encontremoscon que cada pierna pulsa a un ritmo distinto a la otra. Ahora ser el momento en que for-zaremos una parada o Still Point a una pierna y de seguido a la otra. Mantendremos estaparada con su desenroscamiento o unwinding durante el tiempo que sea necesario hastaque venga el silencio neurolgico y retorne el movimiento respiratorio primario. Ahoraprestaremos mucha atencin a percibir la simetra de ritmo en ambas piernas, si no fueraas ser el momento de repetir de nuevo todo el proceso o tcnica crneo-sacral.Este ritmoexiste en cualquier parte del cuerpo. Lo escucharemos tambin en las rodillas, los muslos y

    los iliacos. Lo abajo escrito Autor: John Upledger Una de las formas ms sencillas de apren-der a modificar con suavidad el ritmo del sistema craneosacro es empezar por los pies.Mientras descansan los talones en las manos en movimiento, se sintoniza con la rotacinexterna (la fase de flexin del ritmo craneosacro), vuelta a la posicin neutra, la excursinhacia la rotacin interna (extensin craneosacra), etc., a medida que el ritmo se repite.Mientras descubres este movimiento, contesta estas preguntas. Parece simtrico elmovimiento? Giran los pies externa o internamente con mayor facilidad? Como ejem-plo, digamos que el pie izquierdo gira ms hacia fuera que el derecho, y que ninguno delos dos pies gira internamente con la misma facilidad o hasta donde lo hacen externa-mente. Para cambiar esta situacin todo menos perfecta, acompaa ambos pies hasta la

    amplitud extrema de movimiento que puedan alcanzar con la mxima facilidad. En

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    nuestro ejemplo, esto significa que acompaes ambos pies durante la rotacin externa.Cuando los pies se hayan movido todo lo posible en rotacin externa (en este caso, el pieizquierdo gira externamente ms que el derecho), opn resistencia a que vuelva a la posi-cin neutra deteniendo el movimiento con las manos. No hagas ms fuerza en rotacin

    externa; slo opn resistencia a la vuelta a la posicin neutra de los pies situados en posi-ciones extremas de rotacin externa.Mientras se opone resistencia a la vuelta a la posicin neutra al aplicar una fuerza suavesobre los pies del sujeto, otro examinador, que vigila la cabeza, sentir una resistencia sutila la vuelta de los huesos del crneo a laposicin neutra y a la fase de extensin del ritmo craneosacro. La vuelta a laposicin neutra y el movimiento de extensin se producirn en la cabeza, pero conmenos facilidad. Este cambio perceptible en la cabeza se debe a la resistencia ejercida almanipular los pies del sujeto. A medida que el sistema craneosacro vuelve a la fase de fle-xin, apreciars un movimiento aadido en rotacin externa en uno o ambos pies.

    Se sigue esta rotacin externa muy de cerca. Se llega con cuidado al lmite articular, igualque si mantuvieras un sedal de pesca tenso al sacar un pez del agua, o como mantendrasel parachoques delantero de un automvil pegado al parachoques trasero de un coche queests empujando. Cuando la rotacin externa alcanza el lmite de su nueva amplitud demovimiento y trata de volver a la posicin neutra, las manos del terapeuta se vuelven denuevo inamovibles. El resto del sistema craneosacro volver a su pesar a la posicin neutra.Luego, ante la nueva resistencia incrementada, pasar a la fase de extensin. Este procesopuede presenciarlo un examinador que controle la actividad situado a la cabeza del sujeto.

    Cada vez que los pies giran un poco ms externamente, se llega con cuidado al lmite arti-cular y se opone resistencia a la rotacin interna. Despus de algunas repeticiones (elnmero diferir, por lo general entre 5 y 20), el movimiento total del sistema craneosacrose detendr, completamente inmvil. Esto se llama punto de quietud.El punto de quietud se ha inducido por la resistencia que ejerce el terapeuta al movimien-to fisiolgico en los pies del sujeto. Suele anunciarse con irregularidades macroscpicas enel ritmo craneosacro que se manifiestan por todo el sistema. El sistema craneosacro puedeestremecerse, pulsar o balancearse. Al tiempo que el terapeuta sigue ejerciendo resistenciaa la vuelta a la posicin neutra del movimiento fisiolgico de los pies, la actividad del siste-ma craneosacro se detendr finalmente.Hemos registrado elctricamente el punto de quietud durante parte de nuestro trabajo conel doctor Zvi Karni (APNDICE c). A medida que nos acercamos al punto de quietud, el

    sujeto experimenta varios cambios. En nuestro sujeto hipottico, la excursin de la piernaizquierda en rotacin externa fue mayor que la de la derecha. Ambas giraron externamen-te ms de lo que lo hicieron internamente. Por tanto, podra deducirse que hay una dis-funcin somtica en