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    aula abiertaDIARIO CO LATINO, SBADO 27 DE SEPTIEMBRE DE 2008 N 34

    SECCIN DEL SUPLEMENTO TRES MIL EN APOYO A LOS PROGRAMAS DE LENGUAJE Y LITERATURA DE EDUCACIN MEDIA DEL MINISTERIO DE EDUCACIN

    Miguel Hernndez

    Generacin del 27:

    La Generacin del 27 en Espaa: Miguel Hernndez]pginas 1, 2, 3 y 4[Juan Carlos Onetti: Tres relatos ]pgina 5 y 6[ [

    Poesa griega contempornea:Yannis Ritsos,Lorenzo Mavilis,Yorgos Seferis, Constantino Kavafis ]pgina 7[

    Odysseas Elytis,Kostas Vrnalis, Dionisio Soloms ]pgina 8[

    Responsable: Vladimir Baiza

    Edgar Alfaro ChaverriPRIMERAODEBACHILLERATO

    El poeta espaol Miguel Hernndez, durante una lectura de su obra.

    Miguel Hernndez(1910-1942)

    Poeta espaol, nacido el 30 de ocen la ciudad de Orihuela, provinAlicante, a orillas del Mar Mediterautor de admirables sonetos (El rayno cesa), poemas (Viento del pueblo)obras teatrales:El labrador de msQuin te ha visto yquin te ve.

    La obra de Miguel Hernndez es dsentimiento y de gran arraigo popuvigencia no se ha limitado a los librosediciones se suceden ao con ao, sisus poesas, adems de profundasbrantes, han sido objeto de las notasradas de grandes cantautores de recotrayectoria contempornea. Tal es edel argentino Alberto Cortez, quienaos 70s dio a conocer el arreglo mpara el hermoso poemaNanas de la cel cual, segn consta en el poema, MHernndez escribe y dedica a su hijo, de recibir una carta de su mujer, en le deca que no coma ms que pan ylla, con lo cual podemos deducir, leche, ese sagrado nctar con que las mnos amamantan cuando estamos peqsala de los pechos con olor a cebolles el hecho que conmueve la enormebilidad de nuestro sufrido poeta, puesdo en la crcel, no poda precisamentenada para remediar la precaria situacsu familia. Pero Joan Manuel Serratmoso cantautor cataln, no slo retoiniciativa y el arreglo del argentino, siadems, musicaliz otros nueve poembardo alicant ino, produciendo unhomenaje titulado Miguel Hernnd

    En dicha produccin discogrfibresalen, a mi gusto, Umbro por laCancin ltima,Para la libertad,E

    El nio yuntero. No hay duda que ha hecho un excelente aporte, pues adhizo el disco homenaje para el poetonio Machado.

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    Sufrido poeta?

    S, y cul verdadero poeta no lo ha sido?Miguel Hernndez sufri persecucin ycrcel por motivos polticos, su Espaa devastos viedos y abolengo estaba en plenaefervescencia social, y el pueblo espaolrequera con urgencia los cambios quehicieran ms potable el cotidiano existir.

    Fueron aos duros, y dursimos sin dudapara nuestro interminable Miguel, quiensegn la historia, sigui recibiendo cartas ynoticias de su amada y de su hijo; y hastadonde sabemos, su canto -pleno de vida- sefug del cautiverio, pero su pluma no, supluma muri en la celda el 28 de marzo,vctima de la densa oscuridad que nubl loscielos espaoles de esos das, en los que elgeneral Francisco Franco -conocido comoel generalsimo- pisote la libertad detoda Espaa.

    Un poco de la turbulenta historia

    En 1914, el gobierno de Eduardo Dato,proclam la neutralidad de Espaa en la 1Guerra Mundial, poltica seguida tambinpor sus continuadores. Pero las intrigas pol-ticas, crisis, coacciones, atentados, huelgasy sabotajes oscurecieron la vida pblica delpas, minan la autoridad y provocan el golpede Estado del 13 de septiembre de 1923,dirigido por Primo de Rivera, capitn gene-ral de Catalua. Con carcter de dictador,se puso al frente de un Directorio Militar,sustituido poco despus (1925) por un Di-rectorio Civil. Su gobierno se caracterizpor el restablecimiento de la autoridad, y eldesarrollo de un vasto plan de obraspblicas que dot al pas de excelentescarreteras, ferrocarriles, puertos, embalses,etc. Acab con la larga sangra que para

    Espaa constitua la guerra de frica(1925), pero la oposicin a Primo de Riveraera importante entre los viejos partidos pol-ticos, los intelectuales y las grandes compa-as extranjeras, afectadas por la creacindel Monopolio de Petrleos. Estas circuns-tancias motivaron su cada el 28 de enerode 1930, y el general mora en Pars semanasms tarde. El 12 de abril de 1931, unas elec-ciones municipales, dieron el triunfo a loscandidatos republicanos, y el 14 era procla-mada la Segunda Repblica, con NicetoAlcal Zamora como presidente. Una suble-vacin derechista fue sofocada en 1932, yen 1933, las derechas obtuvieron mayoraen las elecciones. Catalua y Asturias sesublevaron en 1934. Una coalicin izquier-dista, el Frente Popular, subi al Poder en1936, y Manuel Azaa, ocup la presidenciade la Repblica. El general Francisco Fran-co, al frente del ejrcito de Canarias yMarruecos, se alz contra el gobierno repu-blicano, y su movimiento fue secundado endiversos puntos de la pennsula. Tres aosde cruel guerra civil (1936-1939) ensan-grentaron el pas, y condujeron a la implan-tacin de un estado cuyo jefe fue el propiogeneral Franco.

    Poemas de Miguel Hernndez

    Tristes guerras

    Tristes guerrassi no es amor la empresa.Tristes, tristes.Tristes armassi no son las palabras.Tristes, tristes.Tristes hombres

    si no mueren de amores.Tristes, tristes.

    Despus del amor

    No pudimos ser. La tierrano pudo tanto. No somoscuanto se propuso el solen un anhelo remoto.Un pie se acerca a lo claro.En lo oscuro insiste el otro.Porque el amor no es perpetuoen nadie, ni en m tampoco.El odio aguarda un instantedentro del carbn ms hondo.Rojo es el odio y nutrido.El amor, plido y solo.Cansado de odiar, te amo.

    Cansado de amar, te odio.Llueve tiempo, llueve tiempo.Y un da triste entre todos,triste por toda la tierra,triste desde m hasta el lobo,dormimos y despertamoscon un tigre entre los ojos.Piedras, hombres como piedras,duros y plenos de encono,chocan en el aire, dondechocan las piedras de pronto.Soledades que hoy rechazany ayer juntaban sus rostros.Soledades que en el besoguardan el rugido sordo.Soledades para siempre.Soledades sin apoyo.Cuerpos como un mar voraz,

    entrechocando, furioso.Solitariamente atadospor el amor, por el odio,por las venas surgen hombres,cruzan las ciudades, torvos.En el corazn arraigasolitariamente todo.Huellas sin campaa quedancomo en el agua, en el fondo.Slo una voz, a lo lejos,siempre a lo lejos la oigo,acompaa y hace irigual que el cuello a los hombros.Slo una voz me arrebataeste armazn espinosode vello retrocedidoy erizado que me pongo.Los secos vientos no puedensecar los mares jugosos.Y el corazn permanecefresco en su crcel de agostoporque esa voz es el armams tierna de los arroyos:Miguel: me acuerdo de tidespus del sol y del polvo,antes de la misma luna,tumba de un sueo amoroso.Amor: aleja mi serde sus primeros escombros,y edificndome, dictauna verdad como un soplo.Despus del amor, la tierra.Despus de la tierra, todo.

    Vino. Dej las armas

    Vino. Dej las armas,las garras, la maleza.La suavidad que sube,la suavidad que reinasobre la voz, el paso,sobre la piel, la pierna,arrebat su cuerpoy estremeci sus cuerdas.Se consum la fiera.La noche sobrehumanasu sangre ungi de estrellas,relmpagos, caricias,silencios, besos, penas.Memoria de la fiera.Pero al venir el albase abalanz sobre ellay recobr las armas,las garras, la maleza.Sali. Se fue dejandolocas de amor las puertas.Se reanim la fiera.Y espera desde entonceshasta que el hombre vuelva.

    Umbro por la pena, casi bruno

    Umbro por la pena, casi bruno,porque la pena tizna cuando estalla,donde yo no me hallo no se hallahombre ms apenado que ninguno.

    Sobre la pena duermo solo y uno,pena es paz y pena mi batalla,perro que ni me deja ni se calla,siempre a su dueo fiel, pero importuno.

    Cardos y penas llevo por corona,cardos y penas siembran sus leopardosy no me dejan bueno hueso alguno.

    No podr con la pena mi personarodeada de penas y de cardos:cunto penar para morirse uno!

    Guerra

    Todas las madres del mundoocultan el vientre, tiemblan,y quisieran retirarse,a virginidades ciegas,al origen solitarioy el pasado sin herencia.

    Plida, sobrecogidala fecundidad se queda.

    El mar tiene sed y tienesed de ser agua la tierra.Alarga la llama el odioy el amor cierra las puertas.

    Voces como lanzas vibran,voces como bayonetas.Bocas como puos vienen,puos como cascos llegan.Pechos como muros roncos,piernas como patas recias.

    El corazn se revuelve,se atorbellina, revienta.Arroja contra los ojossbitas espumas negras.

    La sangre enarbola el cuerpo,precipita la cabezay busca un cuerpo, una heridapor donde lanzarse afuera.La sangre recorre el mundoenjaulada, insatisfecha.Las flores se desvanecendevoradas por la hierba.

    Ansias de matar invadenel fondo de la azucena.Acoplarse con metalestodos los cuerpos anhelan:desposarse, poseersede una terrible manera.

    Desaparecer: el ansiageneral, creciente, reina.Un fantasma de estandartes,una bandera quimrica,

    un mito de patrias: unagrave ficcin de fronteras.

    Msicas exasperadas,duras como botas, huellanla faz de las esperanzasy de las entraas tiernas.Crepita el alma, la ira.El llanto relampagueaPara qu quiero la luzsi tropiezo con tinieblas?

    Pasiones como clarines,coplas, trompas que aconsejandevorarse ser a ser,destruirse, piedra a piedra.Relinchos. Retumbos. Truenos.Salivazos. Beso. Ruedas.

    Espuelas. Espadas locasabren una herida inmensa.Despus, el silencio, mudode algodn, blanco de vendas,crdeno de ciruga,mutilado de tristeza.El silencio. Y el laurelen un rincn de osamentas.Y un tambor enamorado,como un vientre tenso, suenadetrs del innumerablemuerto que jams se aleja.

    Miguel Hernndez en el frente de guerra

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    Nanas de la cebolla

    Dedicadas a su hijo, a raz de recibiruna carta de su mujer, en la que le decaque no coma ms que pan y cebolla.que no coma ms que pan y cebolla.que no coma ms que pan y cebolla.que no coma ms que pan y cebolla.que no coma ms que pan y cebolla.

    La cebolla es escarcha cerrada y pobre:escarcha de tus dasy de mis noches.Hambre y cebolla,hielo negro y escarchagrande y redonda.

    En la cuna del hambremi nio estaba.Con sangre de cebollase amamantaba.Pero tu sangre,escarchada de azcar,cebolla y hambre.

    Una mujer morenaresuelta en lunase derrama hilo a hilosobre la cuna.Rete, nio,que te tragas la lunacuando es preciso.

    Alondra de mi casa,rete mucho.Es tu risa en los ojosla luz del mundo.Rete tantoque en el alma, al orte,bata el espacio.

    Tu risa me hace libre,me pone alas.Soledades me quita,crcel me arranca.Boca que vuela,corazn que en tus labiosrelampaguea.

    Es tu risa la espadams victoriosa,vencedor de las floresy las alondras.

    Rival del sol.Porvenir de mis huesosy de mi amor.

    La carne aleteante,sbito el prpado,y el nio como nuncacoloreado.Cunto jilguerose remonta, aletea,desde tu cuerpo!

    Despert de ser nio:nunca despiertes.Triste llevo la boca.Rete siempre.Siempre en la cuna,defendiendo la risa

    pluma por pluma.

    Ser de vuelo tan alto,tan extendido,que tu carne parececielo cernido.Si yo pudieraremontarme al origende tu carrera!

    Al octavo mes rescon cinco azahares,con cinco diminutasferocidades.Con cinco dientes

    como cinco jazminesadolescentes.

    Frontera de los besossern maana,cuando en la dentadurasientas un arma.Sientas un fuegocorrer dientes abajohincando el centro.

    Vuela nio en la dobleluna del pechol, triste de cebolla,t, satisfecho.No te derrumbes.

    No sepas lo que pasani lo que ocurre.

    Sentado sobre los muertos

    Sentado sobre los muertosque se han callado en dos meses,beso zapatos vacosy empuo rabiosamentela mano del corazny el alma que lo mantiene.Que mi voz suba a los montesy baje a la tierra y truene,eso pide mi gargantadesde ahora y desde siempre.Acrcate a mi clamor,pueblo de mi misma leche,rbol que con tus races

    encarcelado me tienes,que aqu estoy yo para amartey estoy para defendertecon la sangre y con la bocacomo dos fusiles fieles.Si yo sal de la tierra,si yo he nacido de un vientredesdichado y con pobreza,no fue sino para hacermeruiseor de las desdichas,eco de la mala suerte,y cantar y repetira quien escucharme debecuanto a penas, cuanto a pobres,cuanto a tierra se refiere.

    Ayer amaneci el pueblodesnudo y sin qu ponerse,hambriento sin qu comer,y el da de hoy amanecejustamente aborrascadoy sangriento justamente.En su mano los fusilesleones quieren volversepara acabar con las fierasque lo han sido tantas veces.Aunque te falten las armas,pueblo de cien mil poderes,no desfallezcan tus huesos,castiga a quien te malhieremientras que te queden puos,uas, saliva, y te queden

    corazn, entraas y tripas,cosas de varn y dientes.Bravo como el viento bravo,leve como el aire leve,asesina al que asesina,aborrece al que aborrecela paz de tu corazny el vientre de tus mujeres.No te hieran por la espalda,vive cara a cara y muerecon el pecho ante las balas,ancho como las paredes.Canto con la voz de luto,pueblo de m, por tus hroes:tus ansias como las mas,tus desventuras que tienendel mismo metal el llantolas penas del mismo temple,

    y de la misma maderatu pensamiento y mi frente,tu corazn y mi sangre,tu dolor y mis laureles.Antemuro de la nadaesta vida me parece.Aqu estoy para vivirmientras el alma me suene,y aqu estoy para morir,cuando la hora me llegue,en los veneros del pueblodesde ahora y desde siempre.Varios tragos es la viday un solo trago la muerte.

    Lleg con tres heridas: la de lala del amor, la de la muerte

    Por Miguel Hernndez guardamoscial afecto, su obra, poesa trunca que parece estar bien acabada, resiente ennos tramos la estocada de la urgencnos referimos a la forma, mucho mecontenido, sino simplemente a la marcha del poeta hacia otra vida. Mlos treinta y dos aos podr ser una pa

    para las macetas, pero no para un pde pura cepa. La poesa resentir sinpara siempre , su visin de mundocuando ya Miguel tuviese plena madusin embargo, su fruto no es arrebatadosamos que mediante un anlisis jupuede descubrir que su obra cierra uen realidad. Ingrato o no para la liteuniversal, el canto de este patriota ese fug para siempre de sus captorbarrotes de la dictadura siempre intiles para callar la voz de los pohoy, mejor que nunca, podemos comque la muerte tampoco es eficaz. Esque no todo cantor pasar a la posteeso ser cuestin del contenido de sudel mordiente que tengan sus palabla connotacin de sus respectivas imo sea, depender de la trascendenciobra respecto de su entorno. Miguel t al amor, a la vida y a la muerte, pca-da uno de sus cantos denunci laticia, hizo de cada uno de sus versotrinchera contra el odio y la opresicaer en el panfleto, Miguel le canlibertad.

    El herido

    Para el muro de un hospital de sa

    I

    Por los campos luchados se extiendheridos.Y de aque ll a ex tens in de culuchadoressalta un trigal de chorros calieextendidosen roncos surtidores.La sangre llueve siempre boca arribael cielo.Y las heridas suenan igual que caraccuando hay en las heridas celeridad deesencia de las olas.La sangre huele a mar, sabe a mabodega.La bodega del mar, del vino bravo, eall donde el herido palpitante se aney florece, y se halla.Herido estoy, miradme: necesito misLa que contengo es poca para e

    cometidode sangre que quisiera perder pheridas.Decid quin no fue herido.Mi vida es una herida de juventud diAy de quien no est herido, de quiense sienteherido por la vida, ni en la vida repoherido alegremente!Si hasta los hospitales se va con alegse convierten en huertos de hentreabiertas,de adelfos florecidos ante la cirugade ensangrentadas puertas.

    Miguel Hernndez, a la derecha, en un frente de combate durante la guerra civil espaola.

    Miguel le cant al amor, a la vida y a la muerte,pero en ca-da uno de sus cantos denunci la injusticia,

    hizo de cada uno de sus versos una trinchera contra el odioy la opresin. Sin caer en el panfleto,

    Miguel le canta a la libertad.

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    IIIIIIIIII

    Para la libertad sangro, lucho, pervivo.Para la libertad, mis ojos y manos,como un rbol carnal, generoso y cautivo,doy a los cirujanos.Para la libertad siento ms corazonesque arenas en mi pecho: dan espuma misvenas,y entro en los hospitales, y entro en losalgodonescomo en las azucenas.

    Para la libertad me desprendo a balazosde los que han revolcado su estatua por ellodo.Y me desprendo a golpes de mis pies, demis brazos,de mi casa, de todo.Porque donde unas cuencas vacasamanezcan,ella pondr dos piedras de futura miraday har que nuevos brazos y nuevas piernascrezcanen la carne talada.Retoarn aladas de savia sin otooreliquias de mi cuerpo que pierdo a cadaherida.Porque soy como el rbol talado, que retoo:porque an tengo la vida.

    Elega(En Orihuela, su pueblo y el mo, se me

    ha muerto como del rayo Ramn Sij, a

    quien tanto quera).

    Yo quiero ser llorando el hortelanode la tierra que ocupas y estercolas,compaero del alma, tan temprano.

    Alimentando lluvias, caracolasy rganos mi dolor sin instrumento,a las desalentadas amapolas

    dar tu corazn por alimento.Tanto dolor se agrupa en mi costado,que por doler me duele hasta el aliento.

    Un manotazo duro, un golpe helado,un hachazo invisible y homicida,un empujn brutal te ha derribado.

    No hay extensin ms grande que mi heri-da,lloro mi desventura y sus conjuntosy siento ms tu muerte que mi vida.

    Ando sobre rastrojos de difuntos,y sin calor de nadie y sin consuelovoy de mi corazn a mis asuntos.

    Temprano levant la muerte el vuelo,temprano madrug la madrugada,temprano ests rodando por el suelo.

    No perdono a la muerte enamorada,no perdono a la vida desatenta,no perdono a la tierra ni a la nada.

    En mis manos levanto una tormentade piedras, rayos y hachas estridentessedienta de catstrofes y hambrienta.

    Quiero escarbar la tierra con los dientes,quiero apartar la tierra parte a partea dentelladas secas y calientes.

    Quiero minar la tierra hasta encontrartey besarte la noble calaveray desamordazarte y regresarte.

    Volvers a mi huerto y a mi higuera:por los altos andamios de las florespajarear tu alma colmenera

    de angelicales ceras y labores.Volvers al arrullo de las rejasde los enamorados labradores.

    Alegrars la sombra de mis cejas,y tu sangre se ir a cada ladodisputando tu novia y las abejas.

    Tu corazn, ya terciopelo ajado,llama a un campo de almendras espumosasmi avariciosa voz de enamorado.

    A las aladas almas de las rosasdel almendro de nata te requiero,que tenemos que hablar de muchas cosas,compaero del alma, compaero.

    (10 de enero de 1936).

    Me sobra el corazn

    Hoy estoy sin saber yo no s cmo,hoy estoy para penas solamente,hoy no tengo amistad,hoy slo tengo ansiasde arrancarme de cuajo el corazny ponerlo debajo de un zapato.Hoy reverdece aquella espina seca,hoy es da de llantos de mi reino,hoy descarga en mi pecho el desalientoplomo desalentado.

    No puedo con mi estrella.Y me busco la muerte por las manosmirando con cario las navajas,y recuerdo aquel hacha compaera,y pienso en los ms altos campanariospara un salto mortal serenamente.

    Si no fuera por qu?... no s por qu,mi corazn escribira una postrera carta,una carta que llevo all metida,hara un tintero de mi corazn,una fuente de slabas, de adioses y relatos,y ah te quedas, al mundo le dira.

    Yo nac en mala lunaTengo la pena de una sola penaque vale ms que toda la alegra.

    Un amor me ha dejado con los brazos cadosy no puedo tenderlos hacia ms.No vis mi boca qu desengaada,qu inconformes mis ojos?

    Cuanto ms me contemplo ms me aflijo:cortar este dolor con qu tijeras?Ayer, maana, hoypadeciendo por todomi corazn, pecera melanclica,penal de ruiseores moribundos.

    Me sobra corazn.

    Hoy descorazonarme,yo el ms corazonado de los hombres,y por el ms, tambin el ms amargo.No s por qu, no s por qu ni cmome perdono la vida cada da.

    El ltimo rincn

    El ltimo y el primero:rincn para el sol ms grande,sepultura de esta vidadonde tus ojos no caben.All quisiera tendermepara desenamorarme.Por el olivo lo quiero,lo percibo por la calle,se sume por los rinconesdonde se sumen los rboles.

    Se ahonda y hace ms hondala intensidad de mi sangre.Carne de mi movimientohuesos de ritmos mortales,me muero por respirarsobre vuestros ademanes.Corazn que entre dos piedrasansiosas de machacarle,de tanto querer te ahogascomo un mar entre dos mares.De tanto querer me ahogo,y no es posible ahogarme.Qu hice para que pusierana mi vida tanta crcel?Tu pelo donde lo negroha sufrido las edadesde la negrura ms firme,y la ms emocionante:

    tu secular pelo negrorecorro hasta remontarmea la negrura primerade tus ojos y tus padres:al rincn del pelo densodonde relampagueaste.Ay del rincn de tu vientre;el callejn de tu carne:el callejn sin salidadonde agonic una tarde.La plvora y el amormarchan sobre las ciudadesdeslumbrando, removiendola poblacin de la sangre.El naranjo sabe a viday el olivo a tiempo sabey entre el clamor de los dosmi corazn se debate.El ltimo y el primero:nufrago rincn, estanquede saliva detenidasobre su amoroso cauce.Siesta que ha entenebrecidoel sol de las humedades.All quisiera tendermepara desenamorarme.Despus del amor, la tierra.Despus de la tierra, nadie.

    Estamos de acuerdo, Miguel; lueamor, la tierra, y despus de sta, nadiso slo la poesa, esa que se tensa detierra como un arcoiris para disparar cflechas de sangre, palabra y corarecordarnos que la vida son varios trala muerte uno solo.

    Nota:Despus del amor y El ltimo r

    concluyen de manera muy similaidntica.

    BIBLIOGRAFA

    Miguel Hernndez, Poesa, Obras MaestSiglo XX, Editorial Origen - Seix Barral, Comexicana, 1984.Pequeo Larousse Ilustrado, 17 edicin, 1992.Ocano Uno, Colombia, 1992.La semiologa por Pierre Guiraud. Siglo XXco 1982.Apuntes personales UES.Miguel Hernndez con su esposa Josefina Manresa, en 1937

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    Juan Carlos OnettiSEGUNDOAODEBACHILLERATO

    Este novelista uruguayo naci en Monte-video el primero de julio de 1909 y fallecien Espaa en 1994. Durante su juventud sededica a una gran variedad de oficios, desdeportero hasta vigilante y vendedor de entra-das en el Estadio Centenario de Montevi-

    deo. En 1930 se traslada a Buenos Airespara buscar trabajo despus de habersecasado por primera vez. Es posible que ennovelas comoLa vida brevehalla algunahuella de sus continuos traslados entre Mon-tevideo y Buenos Aires. En el citado libro,el protagonista, Brausen, vive a caballo en-tre las dos ciudades. Segn algunos especia-listas, el nombre de Santa Mara remite alnombre con que los conquistadores espao-les fundaron la actual capital argentina: San-ta Mara de los Buenos Aires. Santa Maraes, amn de una mezcla de Montevideo y laciudad portea, el microcosmos onettiano.

    En 1932 escribe una primera versin desu cuentoEl pozo.Dice Onetti: En aqueltiempo fue cuando comenc a escribir.

    Trabajaba en una oficina ubicada en unstano. [...] La verdad es que el tabaco fuela causa de todo. Haban prohibido la ventade cigarrillos los sbados y domingos. Todoel mundo hacia su acopio los viernes. Unviernes me olvid. Entonces la desespera-cin de no tener tabaco se tradujo en uncuento de 32 pginas, que escrib ante lamquina de un tirn. Fue la primera versinde El pozo.

    En 1939 se une al equipo de redaccindel prestigioso seminario uruguayoMarcha,dirigido por el periodista Carlos Quijano yen el cual tambin trabajaron Eduardo Ga-leano y Mario Benedetti. Tras publicar no-velas comoEl pozo, La vida brevey relatos

    como El infierno, tan temido, Onetti esnombrado director de bibliotecas munici-pales en Montevideo, el ao de 1957. En1974 tras integrar un jurado en el certamende cuentos de la revistaMarcha,es apresado

    por el rgimen militar, pues haban otorgadoel premio al relatoEl guardaespaldas, deNelson Marra. Cuando recobra su libertad,ms de tres meses despus, Onetti viaja aEuropa. Al ao siguiente, se traslada a Es-paa, pas que no querr abandonar, nisiquiera cuando se reinstaura la democraciaen Uruguay, en 1985. En 1993, se publicasu ltima novela, Cuando ya no importe,que cierra el ciclo de narraciones ubicadasen el pas fantstico que Onetti invent:Santa Mara. Al ao siguiente, fallece en

    Madrid, tras una enfermedad que lo man-tuvo hospitalizado.

    Los personajes de Onetti son seres desola-dos, encerrados en oficinas destinadas paranegocios inexistentes, en clnicas srdidaso en antros, deambulan bajo la mirada deBrausen, el creador omnipresente de la ciu-dad de Santa Mara. Pero la desolacin delmundo onettiano no conduce a la amargurao al asco por el gnero humano. De ello losalva la irona y el humor del autor.

    Textos de OnettiAqu recogemos algunos textos

    periodsticos y narrativos de nuestro es-critor. El primero es un homenaje a WilliamFaulkner, el escritor norteamericano queinfluy decisivamente en l. Es tambin unacrtica a las traducciones al castellano de laobra de Faulkner. El segundo fue escrito conmotivo de la muerte de Ernesto Che Gue-vara. El ltimo es un ejemplo de su narrativay de la urbe y orbe fabuloso llamado SantaMara.

    Incursiones en Faulkner

    Hace tiempo y all lejos pude man-tenerme vivo durante un ao haciendotraducciones.

    Durante 12 meses tuve techo yalimento. Pero nada ms. Debo consi-derar tambin la felicidad de no tenerque cumplir un horario, salvo los queyo mismo me marcaba y muy rarasveces cumpla.

    Poco quedaba de esa felicidad cuandose acercaba la fecha en que me habacomprometido a hacer la traduccin.Entonces, como hacen muchos estu-diantes en el da anterior al terror delexamen, se impona un da con sunoche y la ayuda de la bencedrina.

    A un amigo le encargaron la traduc-cin de cuentos de Faulkner. Le ped

    que me dejara traducir Todos los pilo-tos muertos, para mi placer y sin co-brar nada. Como este cuento es mi fa-vorito de entre todos los que escribiFaulkner, encar mi tarea con muchorespeto. Trat de conseguir traduccio-nes anteriores y me encontr con unaen castellano bonaerense, muy mala.Tambin haba otra en francs conerrores insoportables y que alterabanla psicologa del personaje. Poco tiem-po despus, me dediqu a rastrearalgunas de las infamias que se habanhecho al traducir obras del genialnorteamericano.

    Comienzo con Lena, muchacha tanfcil de querer. Ningn esfuerzo esnecesario para verla caminar kilme-tros de caminos polvorientos desde elprofundo sur hasta el profundo sur.Lleva, indomable, el peso de un fetode varios meses y debe encontrar alpadre de su hijo. Calcula dar a luz enel mes de agosto y recuerda, conrestos de dulzura, por qu.

    As, Guillermo de Torre en la editorialLosada se encontr con que una tra-duccin literal del ttulo, Luz en agosto,resultara confusa para los lectores. Seinclin entonces por Luz de agosto,aunque la luz de este mes en BuenosAires, donde estaba la editorial, es grisy tristona. Agosto se soporta porqueantecede a septiembre y su primavera.

    De todos modos, luz de cualquierade los doce meses se puede titularalgn libro indito de poemas.

    Prosiguiendo con mis recuerdos, meencuentro ahora con un libro llamado,en su primera traduccin al castellano,Intruso en el polvo. Hay, a propsito,una divertida ancdota. Cuando Faulk-ner fue descubierto en Europa, suscompatriotas sospecharon, sin mayorentusiasmo, que en su pas exista ungran escritor. Faulkner empez a di-vertirse cambiando los ttulos de suslibros, y as Intruder in the dust tam-bin se llam Flags in the dust y, yams seguro de la aceptacin de su ta-lento, alter tambin el ttulo de algncuento.

    La novela The stealers (Los ladro-nes) se llam The reavers. Pero aFaulkner le gustaba ms deletrearlo enescocs arcaico: The reivers. Deca:Esto suena ms fanfarronesco quereavers, que es la palabra americanaque significa lo mismo, pero resultams suave, demasiado parecido aweavers, urdidores de cuentos.

    Luego de la publicacin de Thereivers sola decir: Generalmente,mis lectores se quedan perplejos conel contenido de mis libros. Esta vezsolamente se quedarn perplejos conel ttulo.

    Cuando alguien le pregunt por quhaca eso, dijo que estaba harto de quemuchos de sus compatriotas dijeranque no haban entendido algunas desus novelas y que estaba ms que har-to de aconsejar que las leyeran otravez. Ahora, por lo menos, se pre-guntaran qu querra decir ese ttulo.

    Intruder in the dust fue traducBuenos Aires como Intruso en el p

    Con gran expectativa, compr econvencido de que asistira a lade algn intruso derrotado y modo el polvo.

    Pero nada de eso haba en el ya que el traductor haba interprla palabra dust de acuerdo con mera acepcin que ofreca el Appo diccionario equivalente. Nopaciencia para encontrar una lneabajo que dust tambin querapelea, ria, polvareda. Sealo qumo novela es bastante floja y qullena de maldita buena intencinlo que quiso decir Faulkner en ely en el texto fue que el norte nointervenir en el problema blanco-del sur del pas. Prometi, sin mesperanza, que algn da o ao sien el infinito, los blancos y los nsureos daran fin a sus diferentodo terminara en un fraternal abfinal feliz.

    Le dos versiones en idioma cllano de The reivers. Una se llaLos ladrones, otra Los rateros. Ede ellas volv a encontrarme cprostbulo de Miss Reba. Ahora estaba all Popeye, a quien le habcho el verdugo un peinado casi intneo. Recuerdo que en cambio un negro alto y robusto que, screo, tena el vientre cruzado pogruesa cadena de reloj. Ademel manager de un adolescente qutentaba el rcord de hacer el amochas veces en un solo encuentnegro aceptaba desafos con loslos de otro manager. Se hacan atas por dinero, hasta que un tristpor ambicin del negro y por vade su pupilo, ste fracas de flamentable.

    En otra versin no recuerdo encontrado ni manager negro y tni siquiera a Miss Reba y su hospitcasa.

    Desconozco si esta amputaciuna de las dos versiones es culptraductor o de instancias superConfo en que algn da me lo exrn.

    Y para terminar por ahora, recque en la traduccin firmada poges de Palmeras salvajes, en la llamada El viejo, se dice al final qpenado alto, luego de escuchaperipecias que el Mississippi le ima su compaero de prisin, ressu opinin en una sola palabra: res.

    Muchas veces, cuando me cualguno de esos pequeos distualdeanos provocados por una seora o seorita, me he limitcomentar la ancdota o chismetiendo: Mujeres, dijo el penado

    Pero hoy, al documentarmeseveramente para escribir esteculo, descubro que la totalidad dmentario del penado alto fue:

    Women shit.Con perdn de Borges.

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    El padre Larsen baj de la mula cuandoesta se neg a trepar por la calle empinadadel villorrio. Vesta una sotana que habasido negra y ahora se inclinaba decididaa un verde botella, hijo de los aos y de

    la indiferencia. Continu a pie, detenin-dose cada media cuadra para respirar conla boca entreabierta y dicindose quedeba dejar de fumar. Con la pequeamaleta negra que contena lo necesariopara salvar las almas que estaban a puntode apartarse del cuerpo y huir del sufri-miento y la inmediata podredumbre. Nolo preceda un monaguillo con una campa-nilla, nadie agitaba una vinagrera, nadierezaba, salvo l durante cada descanso.

    La pequea casa pintada de un sucioblanco estaba emparedada por otras dos,casi iguales y las tres se abran al caminode tierra dura por puertas hostiles y estre-chas.

    Le abri un hombre de aos indiscerni-bles, con alpargatas y bombachones blan-cos. Se persign y dijo:

    -Por aqu, padre.Larsen sinti la frescura de la pieza

    encalada y casi olvid el sol agresivo delas calles mal hechas.

    Ahora estaba en una habitacin pobrede muebles en una cama matrimonial unamujer se retorca y variaba del llanto a larisa desafiante. Despus llegaron pala-bras, frases incomprensibles que atravesa-ban el silencio, la momentnea quietuddel sol, buscando llegar a las sombras que

    se haban aproximado.Un silencio, un mal olor persistente, y de

    pronto la mujer agonizante trat de levantarla cabeza; lloraba y rea. Se aquiet y dijo:

    -Quiero saber si usted es cura.

    Larsen paseo las manos por la sotana, paramostrarla, para saber l mismo que seguaenfundado en ella, mostr al aire -porqueella tena muy abiertos los ojos y slomiraba la pared blanca opuesta a su muertemostr estampas de bruscos colores desle-dos, medallas pequeas de plomo, achatadaspor los aos, serenas algunas, trgicas otrascon desnudos corazones asomando exage-rados en pechos abiertos.

    Y de pronto la mujer grit el principio dela confesin salvadora. El padre Larsen larecuerda as:

    -Con mi hermano desde mis trece aos, lera mayor, jodamos toda la tarde de prima-vera y verano al lado de la acequia debajode la araucaria y slo Dios sabe quin empe-z o si nos vino la inspiracin en conjunto.Y jodamos y jodamos porque, aunque ten-ga cara de santo, termina y vuelve y no secansa nunca y dgame qu ms quera yo.

    El hermano se apart de la pared, dijo nocon la cabeza y adelant una mano hacia laboca de su hermana, pero el cura lo detuvoy susurr:

    -Djala mentir, deja que se alivie. Diosescucha y juzga.

    Aquellas palabras haban agregado muypoco a su coleccin. Tena ya varios inces-tos, inevitables en el poblacho despojado

    de hombres que se llev la guerramiseria; pero tal vez ninguno tan tereiterado, casi matrimonial. Quera ms y murmur convincente: es la el mundo, la carne, hija ma.

    Ahora ella volva a dilatar los ojosdindose en la pausa protectora de la encalada. Volvi a rer y a llorar sin mas como si llanto y risa fueran sonde palabras y graves confidencias. Lsupo que no estaba moribunda ni se bba. Estaba loca y el hermano, si era emano, vigilaba su locura con una rcara de madera.

    Equivocndose, orden padrenuesavemaras y, como en el pasado, vacilel viejo asco mientras se inclinababendecir la cabeza de pelo hmedo y everado; no pudo ni quiso besarle la fr

    Oy mientras sala guiado por el isible hermano:

    -Cuando otra vez me vaya a morir, lmo y le cuento lo del caballo y la sillordear. l me ayud, pero nada.

    En la calle, bajo la blancura empecdel sol, la mula restregaba el hocico epiedras buscando, en vano, mordisc

    Al regreso, de retorno al corral, la btrot dcil y apresurada mientras el pLarsen, sin abrir el quitasol rojo, haclance de lo obtenido y aguardaba, espzado, a que llegara la segunda agonla mujer.

    El padre Larsen busc sin encontraguna araucaria.

    La AraucariaJuan Carlos Onetti

    Hace un ao, cuando Fidel Castroconfirm la muerte de Ernesto CheGuevara, publiqu en la revista Cubalas siguientes lneas:

    El decir est tan gastado queproduce pudor reiterarlo. Desde losperiodistas con prisa hasta losquimricos compadritos de Jorge LuisBorges: Muri en su ley. Tambin, noimporta el abuso, Muri con las botaspuestas.

    Pero la porfa del Che, profetizamos,es inmortal. Trepando,desembarazndose de tanta literatura,lgrimas y sentimentalina arrojadasencima de su pecho asesinado, CheGuevara est hoy otra vez -y vantantas- de pie, repartiendo rostros ymetralletas entre ansiosos, resueltoschecitos nacidos de su muerte yresurreccin.

    Atravesando palabras intiles ydiagnsticos torcidos. Che Guevara vaviniendo, va llegando.

    Desde entonces, mucho ha sucedido,mucho se ha publicado sobre el tema;slo me dieron motivos estticos paramodificar lo anterior. Pero aqu, enSanta Mara, desde donde escribo, passubdesarrollado, carente an de 383a

    a 383b, la gente se est hacxenfoba. Reparan en que el Chargentino, hizo la revolucin en fue muerto en Bolivia. Para corregerror, para no vivir de espaldasprepotencias, los tira y afloja (mlo ltimo), les pido la hora aplazamientos que decorapanorama poltico de Santa Mvuelvo a copiar y me enmieAlzando la puntera, elijo ahoraBaroja:

    Pueblo de los discretos, espelos prudentes, encrucijada dladinos, vivero de los sagenciclopedia de los donosos, albde los que no se duermen en las espelunca de los avisados, cnclalos agudos, sanhedrn derazonables....

    Es que este don Po, ademhumilde y errante, era un hoarbitrario y cerrado; la antipatle causaban los franceses leolvidar una frase de Chateaubri

    Hay cierta poca en la que debe derrochar el desprecio, a del considerable nmeronecesitados.

    Por las eruditas transcripcioneJuan Carlos Onetti.

    Usted perdone, GuevaraJuan Carlos Onetti

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    Poesa Griega contemporneaSEGUNDOAODEBACHILLERATO

    Para ir cerrando este ao escolar y las entregas de Aula Abierta en lo que respecta a la literatura, hemospreparado una seleccin de poetas griegos. Si comenzamos con un gran poema helnico, La Odisea,de Homero,

    cerraremos este ao rindindole homenaje a la poesa ms reciente de ese pas: Kavafis, Kazantzakis, Elitis,Seferis, son algunos de los nombres que ms resuenan, pero tambin estn Soloms, Kalvos y Palams, vocesque prenuncian la modernidad potica helnica. En lo que a Aula Abierta respecta, seguiremos el prximo ao

    desarrollando contenidos de literatura salvadorea, latinoamericana y europea, pero tratando de incorporar otras

    tradiciones literarias igualmente valiosas, como las de frica y Asia. Hasta la vista.LUISALVARENGA

    Constantino Kavafis, nacido en 1863 y muerto enel mismo da de su nacimiento (el 29 de abril), en Alejes un autor que no necesita de presentacin. Sus pms famosos sonMuros, Esperando a los brbarociudad.

    TACA

    Si vas a emprender el viaje hacia Itaca,pide que tu camino sea largo,rico en experiencias, en conocimiento.A Lestrigones y a Cclopes,

    al airado Poseidn nunca temas,no hallars tales seres en tu rutasi alto es tu pensamiento y limpiala emocin de tu espritu y tu cuerpo.A Lestrigones ni a Cclopes,ni a fiero Poseidn hallars nunca,si no los llevas dentro de tu alma,si no es tu alma quien ante ti los pone.Pide que tu camino sea largo.Que numerosas sean las maanas de veranoen que con placer, felizmentearribes a bahas nunca vistas;detente en los emporios de Feniciay adquiere hermosas mercancas,madreperla y coral, y mbar y bano,perfumes deliciosos y diversos,cuanto puedas invierte en voluptuosos ydelicados perfumes;visita muchas ciudades de Egiptoy con avidez aprende de sus sabios.Ten siempre a Itaca en la memoria.Llegar all es tu meta.Mas no apresures el viaje.Mejor que se extienda largos aos;y en tu vejez arribes a la islacon cuanto hayas ganado en el camino,sin esperar que Itaca te enriquezca.Itaca te regal un hermoso viaje.Sin ella el camino no hubieras emprendido.Mas ninguna otra cosa puede darte.Aunque pobre la encuentres, no te engaar Itaca.Rico en saber y en vida, como has vuelto,comprendes ya qu significan las tacas.

    Lorenzo Mavilis,naci en taca, la ciudad de Ulises, en1860. Cercano al grupo de Soloms, estudio lenguasclsicas en Alemania. Particip en la sublevacin de Cretaen 1896 y en la guerra contra los turcos, en 1912, ao enque muri. Su obra se public pstumamente en Alejandraen 1915.

    Noche

    Astros temblorosos recuestan su fulgor en las aguasque parecen sueos del mar dormido.

    No tiembla ni una hojaen el bosque y, con las aves,en el aroma de los rboles,

    duermen dulcemente los vientos con sus alas recogidas.All, donde la creacin parece callar como si estuviesemuerta,all, el alma del poeta, la amante de la soledad, siente

    una armona etrea.Escucha hablar a las estrellasy responder a los querubines

    en la iglesia tranquila e infinita del firmamento.

    El poeta escucha aquellas vocesy aprende, as, a tocar su dulce lira

    y a entonar sueoscelestes y encantadores,esperanza, amor, ideales,

    los bienes de la belleza, la hermosura de la virtud.

    Yorgos Seferis(Esmirna, 1900-1971). Diplomtico de

    carrera, fue funcionario del gobierno griego en el exilio,tras la invasin nazi. Fue Premio Nobel de literatura en1963. Se opuso al Rgimen de los Coroneles. Brillante poetay no menos importante ensayista.

    Rosa del desierto

    Rosa del desierto, encontrar queras con que herirnos,ms, como el secreto que va a liberarse, te inclinabas y erahermosa la orden que aceptaste dar y era la sonrisa comouna espada alerta. El ascenso de tu cielo animaba el universo,de tu espina se arrancaba el designio del camino, nuestroimpulso se insinuaba desnudo a poseerte, era fcil el mundo,un simple latido.

    Yannis Ritsos,al igual que Seferis, se opuso a la dictaduradel general Metaxs, a la ocupacin hitleriana y al Rgimende los Coroneles. Entre las obras de Ritsos figuran Lacancin de mi hermana, Vieja mazurca al ritmo de la lluvia,

    Forma de la ausenciay Sonata al claro de la luna.

    GRECIDAD, CAPTULOI

    Estos rboles no transigen con tener menos cielo, estaspiedras no transigen con los pasos enemigos, estos rostrosno transigen ms que con el sol, estos corazones no transigenms que con la justicia. Este paisaje es duro como el silencio,aprieta contra su seno sus piedras incandescentes, aprietacontra la luz sus olivos hurfanos y sus vides, aprieta los

    dientes, no hay agua, solamente luz. El camino se pierdeentre la luz y la sombra del seto es hierro. Los rboles, losros y las voces se convirtieron en mrmol bajo la cal delsol, con el mrmol tropiezan las races, los arbustospolvorientos, la mula y la rosa, jadean, no hay agua, todostienen sed, aos enteros, todos mastican un bocado de cieloadems de su amargura. Sus ojos estn rojos de insomnio,una profunda arruga clavada entre sus cejas como un ciprsentre dos montes al anochecer. Sus manos estn pegadasal fusil, el fusil es una prolongacin de sus manos, sus manosson una prolongacin de sus almas, tienen sobre sus labiosel furor y tienen una pena profunda, muy profunda en susmiradas, como una estrella en un charco de sal. Cuandoestrechan la mano el sol est seguro para el mundo, cuandosonren vuela una pequea golondrina de su barba feroz,cuando duermen doce estrellas nacen de sus bolsillos vacos,cuando mueren sube la vida cuesta arriba con tambores ybanderas. Hace ya tantos aos que todos tienen hambre,que todos tienen sed, que todos mueren sitiados por tierra

    y mar, el calor devor sus campos y la sal inund sus casas,el viento derrib sus puertas y deshoj las pocas lilas de laplaza, por los agujeros de sus capotes entra y sale la muerte,sus lenguas estn cidas como el amargo fruto del ciprs,sus perros se murieron envueltos en sus sombras y la lluviagolpea en sus huesos. Fuman boigas arriba en las guaridas,convertidos en piedra y por la noche vigilan el rabioso mardonde se ha hundido el mstil roto de la luna. Se haterminado el pan. Las balas se acabaron, ahora cargan susviejas armas, solo con sus corazones. Tantos aos sitiadospor tierra y mar, todos tienen hambre, todos perecen y nadiese muere, arriba, en las guaridas, sus ojos centellean, unagran bandera, un gran fuego rojo, y, cada amanecer, millaresde palomas vuelan desde sus manos hacia las cuatro puertasdel horizonte.

    YorgosSeferis

    YannisRitsos

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    Kostas Vrnalis, naci en Bulgaria en 1884 y fallecidoen 1974, public en vida los poemarios Panales, La luzque ardeyEsclavos sitiados.

    La madre de Cristo

    Cmo exhalan aromas las calles cubiertas de palmas,las calles pisadas por el sol y flanqueadas por jardines!Cada vez crece ms la alegra de la fiestay gime a lo lejos y, a lo lejos, asciende.

    Tu alegra, Pueblo-mar, ola a ola,la alimentaron con el tiempo los odios de los demsy, si tu infame maldad tiene sed de pecados,ah tienes su vctima, su ingenua vctima.

    Ah! Cunto hubiese deseado, como una madre,(sueo que permanece, humo que se va)haberte engendrado, como a tus otros hermanos,lejos de las glorias y lejos de los odios!

    Una casa roja en un patio con pozo...y una parra llena de racimos de mbar...Como buen seor de la casa, regresaras cada tardedorada, silenciosa y dulce como el aceite.

    Y, al abrir la puerta con la sierra en la mano,con las ropas llenas de delgadas virutas(blanca barba, blancas manos), tu esposa, paloma,aspirara profundamente el aire lleno de cedro.

    Y, al detenerte un poco, la casa se llenarade tu buena sombra, Padre y Seor,mientras tu amada sacara agua para derramrtela,para que empezara entre sonrisas la impaciente cena.

    Y la muerte antigua llegara a ser miely dejaras una enorme descendencia, hijos y nietos,y, a cada uno, ovejas, tierras y vias,el taller de aqul que desea tu arte.

    Me cubro los ojos con la negra tnica,para que el pensamiento deje de ver con los ojos...Se divierten los ruiseores en los jardines de alrededor,te envuelve el delicado perfume del limonero.

    Te marchas sobre la primavera, querido hijo mo,dulce Primavera ma que no regresars.

    Tu belleza rein amarilla, hijo mo.No hablas, no miras cmo me deshago, dulce mo.

    Como llora la becerra cuando le quitan el hijo,me pongo a gritar y no tienen sentido mis palabras.Sostnme tus dos enormes ojos.Corre sangre por los pechos de los que mamaste leche.

    Cmo ha quedado tan endeble tu coraznal entrar como Csar en la brillante Jerusaln!Aunque la multitud cambi enloquecidamente (ay de ti!),ni siquiera saba cul era tu nombre.

    All, al lado, tus enemigos se mordan los labios...Ha incitado con falacias a la ingrata multitudy, cuando caiga el sol y llegue el atardecer,clavarn tu cruz tus enemigos y tus amigos...

    Pero, por qu te detienes para que te cojan? Incluso,cuando preguntaron: Quin es Cristo?, respondiste: Yosoy.Ay! Mi pequea boca no sabe lo que dice.Treinta aos, hijo mo, y an no te conozco!

    Odysseas Elytis,pseudnimo de Odysseas Alepudelis,naci en Creta en 1911 y falleci en Atenas en 1996. Amnde su poesa (Dignum est, Canto heroico y fnebre por el

    subteniente cado en Albania, Mara Nefeli), verti a sulengua a Brecht, Maiacovsky, Garca Lorca, Brecht,Lautramont, Rimbaud, luar y Ungaretti, entre otros.

    El monograma

    Es temprano todava en este mundo, me oyesNo han sido domesticado los monstruos, me oyesMi sangre perdida y el aguzado, me oyesPualQue corre como carnero por los cielosY quiebra las ramas de las estrellas, me oyesSoy yo, me oyesTe amo, me oyesTe tengo y te llevo y te vistoCon el blanco traje nupcial de Ofelia, me oyesDnde me dejas, adnde vas y quin, me oyesTe toma de la mano por encima de los diluviosEnormes lianas y lava de volcanesLlegar el da, me oyesEn que nos entierren y miles de aos despus, meoyesNos convertirn en rocas brillantes, me oyesPara que sobre ellas luzca la crueldad, me oyesHumanaY en cinco mil aicos nos arrojar, me oyesA las aguas uno-a-uno, me oyesMis amargos guijarros cuento, me oyesY es el tiempo una gran iglesia, me oyesDonde a veces en las imgenes, me oyesDe los santosSurgen lgrimas verdaderas, me oyesY las campanas abren en lo alto, me oyesUn hondo pasaje que permita mi pasoAguardan los ngeles con cirios y fnebres salmosNo voy a ninguna parte, me oyesO ninguno o los dos juntos, me oyesEsta flor de la tormenta y, me oyesDel amorDe una vez para siempre la cortamos, me oyes

    Y no habr de florecer de otra manera, me oyesEn otra tierra, en otra estrella, me oyesNo existe el suelo, no existe el mismo aire, me oyesQue tocbamos, me oyes.Y ningn jardinero tuvo la dicha en otros tiemposDespus de tanto invierno y tantos vientos fros,me oyesQue nazca una flor, slo nosotros, me oyesLevantamos toda una isla, me oyesCon grutas y cabos y acantilados florecidosOye, oyeQuin habla a las aguas y quin llora - oyes?Quin busca al otro, quin grita - oyes?Soy yo que grito, soy yo que lloro, me oyesTe amo, te amo, me oyes.

    Dionisio Soloms, poeta aguerrido y patritico, naZkynthos en 1798 y muri en Corf en 1857. Sumas, motivadas grandemente por la ocupacin turcacia, son parte de la identidad de aquel pas. Las dos pras estrofas de suHimno a la libertadse convirtierohimno nacional griego.

    Himno a la libertad(Fragmento)

    Te conozco por el cortetemible de tu espada.Te conozco por esa miradaque mide con violencia la tierra.

    Salida de los huesossagrados de los Griegos,valiente como al princioio,salve, salve, libertad!

    Vivas aqu mismo,con amargura, con vergenza,esperando una bocaque te dijese: Vuelve!.

    Pero el da tardaba en venir.Todo guardaba silencioporque el miedo lo oscurecay lo aplastaba la esclavitud.

    Desgraciada! Como nicoconsuelo slo te quedabahablar de la antigua grandezay llorar al recordarla.

    Pero la palabra, amantede la libertad, espera y espera.

    Kosts Palams, nacido en Patras en 1859, tienesus obras Canciones de mi patria, Himno a Atena

    ojos de mi almayLas penas de Limnothlasa.Falle1943.

    Pablo Melas

    Te llora el pueblo. Siempre est verde la hierba,muchacho, en el lugar en que la bala te derrib.Es ligersimo tu sueo. Que escuches las palabrasy los besos de tu casa como las aves de abrily que te lleguen las cascadas del inviernocomo rayos y truenos del fusil y como heraldos de la gLa tierra de nuestro sueo es ancha y lejana. Y vuel

    all y te desvaneces con rapidez.Instante sagrado. Lo muestras como si fuera ms gr

    y lo traes como si estuviese ms cerca.

    Constantino

    Kavafis

    OdysseasElytis