stephani hecht - serie cambiaformas perdidos 12 - la locura de ranger

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Page 1: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger
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Exiliado desde la niñez de su manada y odiado por su familia, el cambiaformas lobo, Ranger, se prometió que siempre protegería a todos los que compartieran su misma angustia. Y cumplió su promesa, primero acogiendo a cambiaformas callejeros, y más tarde convirtiéndose en un soldado de la coalición felina. Así que, cuando se encuentra con un extraño cambiaformas águila que acecha a uno de sus amigos, su naturaleza protectora se disparó. Sobre todo porque el águila se encontraba en compañía de dos Cuervos, los mayores enemigos de todos los cambiaformas.

El cambiaformas águila, Xavier, perdió todo lo que quería, cuando la tragedia golpeó a su familia años atrás. Acogido y criado en un aislamiento extremo por una familia de Cuervos, siempre sintió como si un pedazo de sí mismo hubiera desaparecido. Cuando descubre que su hermano gemelo está vivo y vive con cambiaformas felinos, Xavier no puede resistir la curiosidad.

Aunque Xavier y Ranger luchan contra la desconfianza mutua, a su vez también se sienten cada vez más atraídos el uno por el otro. En un mundo que no siempre es blanco y negro, ¿podrán ir más allá de los prejuicios y tabúes, o su amor se perderá y se odiarán?

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El vándalo estaba fuera, en actitud acosadora, una vez

más.

Ranger se agachó detrás de un árbol mientras observaba a

la pequeña figura agazapada sigilosamente detrás de la casa.

Guiándose por su constitución, el desconocido era un varón.

También era dolorosamente obvio que no tenía ningún

entrenamiento militar ni sentido callejero. En lugar de

deslizarse clandestinamente hacia otro escondite, lo hizo

pesadamente, como si fuera un niño al que habían dejado suelto

en una tienda de porcelana. El intruso, incluso tropezó y

trastabilló en un momento dado con las raíces de una planta,

por lo que soltó un gruñido.

Eso tenía a Ranger intrigado, porque no creía que fuera un

simple humano que se hubiera convertido en Peeping Tom1.

Estaba bastante seguro de que el misterioso acechador era un

cambiaformas. Simplemente no sabía de qué raza era, lo que

irritó jodidamente a su lobo poniéndolo de mal humor.

Todo lo que Ranger sabía a ciencia cierta, era que el

extraño tenía un interés malsano en Riley, ya que pasaba a

visitar con frecuencia la casa de campo.

Dado que Riley era un buen amigo, Ranger decidió entrar

en acción. No iba a quedarse de brazos cruzados y dejar que ese

pervertido lo vigilara. No, Ranger averiguaría quién era el idiota

y eliminaría la amenaza antes de que le hiciera daño a Riley.

Después de todo lo que Riley había pasado, se merecía tener un

futuro seguro y feliz.

1 Tom el mirón, un personaje de la leyenda de Lady Godiva que no pudo resistir la tentación de mirar a

la mujer por un agujero.

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Ranger se inclinó ligeramente hacia arriba, esperando que

su mejorado sentido de cambiaformas lobo distinguiera el olor

del acosador. Cuando lo único que detectó fueron los árboles y

los caballos cercanos, la decepción lo abofeteó.

Maldita sea, por lo general era mejor que esto. Aunque

todavía se podía considerar joven y uno de los pocos lobos que

vivían en la coalición felina, sus habilidades nunca lo habían

defraudado. No saber cómo lograba ocultar su olor un vándalo

que apenas sabía ocultarse adecuadamente, lo dejó perplejo y

molesto como el infierno.

Con la esperanza de obtener al menos una mejor visión del

estúpido, Ranger, con cuidado, se acercó más. Contuvo un

gruñido de frustración cuando se dio cuenta de que la gorra de

béisbol roja que el hombre llevaba, no sólo le cubría su pelo,

sino la mayor parte de sus rasgos.

Se maldijo por no haber traído con él a uno de los

miembros más antiguos de la coalición. Aunque Ranger se

distinguía en sus habilidades de combate, ellos eran mejores en

el reconocimiento de un cambiaformas determinado. La

mayoría de ellos los identificaban con solo verlos. Ranger, por el

contrario, necesitaba percibir claramente su olor.

Ranger trató de aplacar su curiosidad para obtener toda la

información que pudiera sobre el tipo. Pequeño para los

estándares de la mayoría de los cambiaformas, era casi

demasiado delgado, como si no comiera de forma regular. Su

ropa también había visto días mejores. Los andrajosos

pantalones vaqueros que llevaba, estaban rotos en varios

lugares, y su descolorida camisa roja de botones, parecía tener

al menos seis años de antigüedad.

Pero eso no significaba que no pudiera ser una amenaza.

Ranger conocía a un montón de chicos malos que no eran

víctimas de la moda. El hecho de que el hombre vistiera como si

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estuviera aún en los días de la administración Bush, no

significaba absolutamente nada.

A lo lejos, Riley y su compañero salieron de la casa de

campo y se dirigieron a su coche. Ranger se tensó,

preguntándose si el desconocido atacaría. En su lugar, hizo algo

que afectó a Ranger ya que fue extraño, y… ¿triste?

El hombre dejó escapar un gemido cuando curvó los dedos

alrededor del tronco del árbol donde se había refugiado. Su

pequeño cuerpo incluso pareció ceder un poco, con la postura

de alguien derrotado.

La mirada del extraño parecía estar devorando a Riley

cuando el águila le dio un beso a su pareja y luego se metió en el

coche. Cuando el vehículo se alejó, el acosador dejó escapar un

suspiro triste, sus hombros caídos, inconfundiblemente

decepcionado.

Ranger envolvió sus dedos alrededor de la culata de su

arma enfundada y salió a la luz. —Siempre puedes subir y

presentarte, en lugar de andar a escondidas.

El acosador dejó escapar un suspiro más fuerte cuando se

dio la vuelta, presionando su espalda contra la corteza del árbol.

Aunque Ranger todavía no podía ver más que la parte

inferior de la cara del hombre, por el gesto de su boca se dio

cuenta de que no esperaba compañía.

—¿No querrá decir...? Sólo me he perdido, y no me había

dado cuenta de que esto era propiedad privada —balbuceó con

voz suave, pero ronca.

Ranger avanzó un par de pasos. —¿Te has perdido tres

veces?

Sabía que debería haber denunciado el incidente al líder

de la coalición anteriormente, pero Ranger quería asegurarse

antes de que la amenaza era real. Lo último que quería era ser

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etiquetado como el lobo que decía que venía... bueno, el lobo.

Esa sería la definición de la ironía.

Él continuaba preparado para un ataque, pero el

desconocido sólo se apretó más fuertemente contra el árbol.

Envalentonado, Ranger dio los últimos pasos que los separaban.

Una vez que estuvo lo suficientemente cerca, extendió la mano y

tiró del sombrero hacia arriba.

Unos sorprendidos ojos verdes parpadearon hacia él

cuando la cara del chico finalmente se reveló. Y no había duda

de ello, este vándalo era un niño en casi todos los sentidos de la

palabra. Aunque parecía estar en los inicios de sus veinte, su

mirada era inocente y había vulnerabilidad en ella.

Ranger se inclinó, hundió su nariz en la parte interior del

cuello del chico y aspiró profundamente. Lo que encontró hizo

que su corazón martilleara en estado de shock. Incluso tomó

otra aspiración, sólo para asegurarse de que su nariz no lo había

engañado.

—Bueno, jodida mierda. Eres un águila, igual que Riley.

Por alguna razón, parecía que el niño se había enojado. Se

retiró con un gruñido. —No soy para nada como Riley.

La familiaridad con la que ese nombre salió de los labios

del extraño, desató la curiosidad de Ranger. Alzó la mano y le

arrancó el sombrero totalmente, no muy sorprendido cuando

encontró debajo el pelo rubio.

Estudió de la cara del chico, haciendo un rápido

inventario. Aunque el colorido de los ojos podía ser diferente,

había otras cosas que eran sumamente similares a Riley, la nariz

ligeramente respingona, los pómulos altos, labios carnosos,

incluso la delgada estructura ósea.

—Tú no eres un simple águila, eres Xavier —declaró

Ranger con certeza.

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Recientemente habían descubierto que Xavier era el único

hermano de Riley que había sobrevivido a la tragedia que había

matado al resto de su familia. Ambos eran niños completamente

indefensos en esa época. Mientras que Riley había sido acogido

y criado por una mujer humana, el paradero de Xavier había

sido un misterio.

Hasta ahora.

Xavier dio una sacudida brusca de cabeza. —No sé de lo

que estás hablando. Sólo soy un don nadie que se ha perdido en

el bosque y ha terminado en el lugar equivocado en el momento

equivocado.

—Está bien, entonces, dime cómo te llamas —desafió

Ranger, sin tragarse su farol.

Xavier se puso rígido, su aliento se enganchó ligeramente.

Después de un momento de reflexión, respondió con voz

entrecortada: —¿Bob?

—¿Quieres intentarlo de nuevo? Y esta vez, te sugiero que

no lo digas preguntando.

—¿Qué pasa con Bob? Es un nombre perfectamente

aceptable.

Ranger plantó sus manos a cada lado de la cabeza de

Xavier, capturando al águila. —No he dicho que haya nada malo

con ese nombre, pero ambos sabemos que no te llamas así.

Un momento de silencio se extendió entre ellos antes de

que Xavier inclinara su cabeza ligeramente hacia un lado de una

manera reflexiva. —Creo que no te voy a decir mi nombre.

Después de todo, no te has molestado en presentarte, ¿por qué

tengo que molestarme yo con sutilezas?

—Mi nombre es Ranger.

Por alguna razón, eso sacó una suave risa de Xavier.

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—¿Igual que el guardabosques de los dibujos de Yogui? —

preguntó Xavier, haciendo con su boca la imitación de ‘Boo-

Boo’.

—Pareces muy alegre para alguien que está atrapado. —

Ranger se inclinó hasta que sus narices estaban a centímetros y

gruñó—. Ahora, dime tu nombre.

Un escalofrío recorrió a Xavier. Al principio Ranger olió el

miedo en el niño, pero después detectó otro olor subyacente que

le provocó todo tipo de alarmas.

Por todos los infiernos, Xavier estaba caliente. Ahora que

lo pensaba, toda la situación tenía un tono erótico. De hecho,

Ranger se sentía bastante seguro de que había visto un par de

películas porno que habían comenzado de la misma forma.

—¿Si te digo mi nombre, me dejarás ir? —Xavier aventuró,

conteniendo el aliento.

Xavier pasó lentamente la lengua por su labio inferior en

un gesto nervioso y Ranger se dio cuenta de otra cosa, Xavier no

era el único que tenía una erección por esta conversación. La

polla de Ranger necesitaba atención y quería una cosa, y sólo

una, de Xavier.

Al mismo tiempo, Ranger se dio cuenta de muchas otras

cosas. Que la boca de Xavier estaba hecha para besar. O cómo

su cuerpo más pequeño parecía estar hecho a su medida para

follarlo. Y cómo su pelo parecía estar pidiendo un buen tirón,

preferentemente, en la agonía de la pasión.

—No, no te puedo dejar ir —dijo Ranger, mientras le decía

silenciosamente a su cuerpo: ‘No, realmente no es el momento’.

Un golpe de alarma cruzó la cara de Xavier antes de que

controlara sus rasgos y pusiera una mueca arrogante. —¿Por

qué no?

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—Porque sé quién eres en realidad. Tienes que venir

conmigo a la sede de la coalición antes de que te metas en un

verdadero problema

—Debes haberme confundido con alguien más. Como te he

dicho, soy un don nadie.

—Ahora, los dos sabemos que eso no es cierto. Así que solo

tienes dos opciones. O bien se puedes venir de buen grado, o

puedo darte un puñetazo y arrastrar tu dulce culo hasta allí.

Xavier dejó escapar un sonido sobresaltado, con sus

alarmados ojos cada vez más abiertos. Trató de huir, sólo para

ser detenido secamente cuando tropezó con el brazo extendido

de Ranger. Murmurando una maldición, Xavier tomó varias

respiraciones profundas, tratando de controlar su miedo.

—Por favor, tienes que dejarme ir. Cuentan conmigo.

Ranger frunció el ceño, preguntándose a quién diablos se

refería Xavier. —¿Quién cuenta contigo?

Xavier abrió la boca para contestar, pero en el último

momento, sacó algo de su mano. Ranger vio el destello de color

negro, pero fue demasiado tarde. Un dolor agudo golpeó su

costado derecho antes de que un golpe de energía pasara a

través de su cuerpo.

Mierda, el vándalo acababa de usar con él un arma de

aturdimiento.

Aunque el golpe no lo afectó tanto como si hubiera sido

humano, todavía lo hizo caer de rodillas. Xavier aprovechó la

oportunidad para separarse de él. Saltó por encima de Ranger y

echó a correr.

Sólo le llevó a Ranger un par de respiraciones recuperarse,

pero fue tiempo suficiente para que Xavier consiguiera una

buena ventaja. Eso no quería decir que Ranger no pudiera

atrapar al mocoso y derribarlo. Con un gruñido, se puso en pie.

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Dio unos pasos inestables antes de lograr deshacerse de

los efectos de la pistola. Pero en cuanto sus piernas lo

sostuvieron, corrió con todas sus fuerzas. Xavier miró sobre su

hombro, sus ojos silvestres se abrieron aterrorizados cuando vio

a Ranger sobre él.

—Sólo déjame ir. Podemos fingir que nunca me has visto

—declaró Xavier cuando giró alrededor de un árbol.

—No puedo hacer eso. Tienes que venir a ver a Mitchell y

explicarle por qué estás escondido alrededor de su territorio.

—No quiero ir a ninguna parte contigo.

Xavier se encontró con un tronco en el suelo. Sólo vaciló

un segundo antes de saltar sobre él, su flexible cuerpo

moviéndose a la perfección. Ranger soltó otro gruñido de

frustración. El vándalo corría rápido, lo que decía mucho

viniendo de un lobo.

—Nadie va a hacerte daño, te lo prometo. Hemos estado

buscándote desde que nos dimos cuenta de que habías

sobrevivido a la masacre. —Ranger trató de que fuera razonable.

Eso le valió un gesto con un dedo. Ranger trató de no

rodar sus ojos ante el comportamiento infantil de Xavier

mientras continuaba persiguiéndolo.

—Vamos, Riley está muy preocupado por ti —trató Ranger

de nuevo.

Xavier soltó un bufido. —Sí, ya me di cuenta por la forma

en la que chupaba la cara de ese Halcón. Mi hermano está

encantado con él solamente porque siente pena por mí.

—Sabes, el sarcasmo no es un buen rasgo.

Ranger vio el brillante resplandor traspasar el cuerpo de

Xavier, pero una vez más su observación llegó demasiado tarde.

Xavier se convirtió con rapidez y facilidad en un gran águila, y

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sin perder tiempo, se dio a la fuga. Ranger maldijo en voz alta

mientras se lanzaba hacia adelante y sus dedos solo dieron con

un espacio vacío. La parte frontal de su cuerpo cayó duramente

al suelo, la suciedad entró en su boca.

—Joder —gritó Ranger—, la palabra amortiguada debido a

la sequedad de su boca.

Xavier dio un grito burlón cuando dio una vuelta en el aire

una vez y luego se alejó.

Ranger se sentó y dejó escapar otra maldición de sus

labios. A pesar de que todavía pensaba que era infantil, levantó

su dedo medio hacia el ave en retirada.

—Gracias a Dios, nadie más lo ha visto o habría sido

vergonzoso —murmuró Ranger mientras se ponía en pie.

Volviendo sobre sus pasos, regresó al árbol donde el

encuentro había tenido lugar. El sombrero de Xavier todavía

estaba en el suelo. Era la única prueba de que el hombre había

estado allí. Lo recogió, y se lo llevó a la nariz. Frunció el ceño

mientras detectaba no sólo el olor de Xavier, sino el de dos

cambiaformas más. Por su vida, Ranger no podía entender qué

eran. Casi diría que eran Cuervos, si no fuera por el hecho de

que olía a limpio en vez de la normal descomposición y el olor a

rancio que solía acompañar a ese tipo de aves. También detectó

el olor de algo vagamente medicinal.

Ranger decidió que era hora de que Mitchell y los demás

supieran lo que había descubierto. Había información suficiente

para saber que no estaba persiguiendo a un fantasma. No sólo

eso, sino que le debía a Xavier un escarmiento por su escapada,

que lo había hecho quedar como un novato idiota que no había

podido atrapar a un inexperto águila. Ranger prometió que

encontraría una manera de hacer que el mocoso pagara por su

ofensa. Incluso si le costaba su último aliento.

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Xavier aterrizó delante de la puerta de su habitación del

hotel y cambió rápidamente de nuevo a su forma humana. Al

mirar hacia abajo a su cuerpo, recordó que nunca había sido

más feliz que cuando descubrió que después de cambiar, su

ropa seguía ilesa. Cómo ocurría eso, seguía siendo un misterio

para él, pero también lo eran otras cosas que tenían que ver con

el mundo de los cambiaformas.

Sacó la llave de su bolsillo delantero, tratando de ignorar

los sonidos y los olores desagradables a su alrededor. El

pequeño hotel en el que se había estado alojando, estaba en la

peor área de Flint. No sólo había varias casas abandonadas y

empresas ya putrefactas, sino que las calles estaban cubiertas de

todo tipo de basura repugnante. Justo el otro día, casi había

pisado una aguja usada.

Abrió la maltratada puerta de sucio acero y rápidamente se

metió dentro. La habitación tenía un olor rancio a humo de

cigarrillos, moho, y cerveza barata, pero a Xavier no le

importaba. Había llegado a representar su seguridad, al igual

que la luz azul procedente de la televisión.

Aunque eso iluminaba muy poco, había poco que ver,

solamente la sucia alfombra marrón y las paredes amarillas del

pequeño espacio que había venido a llamar a casa. Dos camas

ocupaban el centro de la sala, y había una cocina pequeña, a un

lado. El fregadero siempre estaba obstruido y había cucarachas

por todos los rincones, pero aun así, era el mejor hotel en el que

se habían alojado últimamente. Además, no es como si se

pudieran permitir algo mejor.

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Su hermana adoptiva, Dulla, se sentó en el borde de una

de las camas, su cara a pocos metros de la pantalla de la

televisión. Como siempre, estaba puesto ‘El Oso Yogui’. El único

lujo que tenían, era un reproductor de DVD y una gran

colección de dibujos animados del mismo. Sin embargo, si eso

la hacía feliz, era todo lo que importaba. A pesar de que ella era

tres años mayor que él, mentalmente era mucho más joven.

Dulla no reconoció su presencia, su mirada de ojos oscuros

no se apartó ni una sola vez de ver la serie. Xavier se arrodilló a

su lado. La alcanzó, y le metió un mechón de cabello negro

detrás de la oreja. La tenue luz hizo que su tez normalmente

pálida tuviera un aspecto todavía más pálido, pero aún así

todavía se veía hermosa. En lo que a él concernía, no había una

chica por ahí que pudiera competir con su hermana.

Permaneció allí durante casi cinco minutos, estudiándola, antes

de que se diera cuenta y se volviera a mirarlo.

—Xavier, estás en casa —exclamó con su voz ronca, la que

siempre le recordaba a humo y whisky.

—Por supuesto, que sí. —Llegó hasta él y le dio un abrazo.

Cuando ella lo abrazó, lo olfateó ruidosamente. —Hueles

gracioso.

Alarmado, Xavier se echó hacia atrás. —¿Qué quieres

decir?

—Apestas como ese hombre que nos vendió las armas

paralizantes.

«Mierda, mierda, mierda». El comerciante había sido un

lobo. Eso sólo podía significar que ella había detectado el olor

de Ranger en él. Pero no podía demostrarle cuanto lo había

sorprendió su observación. Le dio una suave sonrisa.

—Me olvidé de contártelo. Me encontré con él en el

autobús.

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Ella inclinó la cabeza hacia un lado, entrecerrando sus ojos

oscuros. —¿Por qué iba a viajar en un autobús de la ciudad?

Cuando lo conocí por casualidad, tenía un coche brillante, de

color rojo.

Maldita sea, Dulla podía ser lenta, pero no era estúpida.

Xavier reaccionó. —Se le habrá roto.

Dulla todavía no se veía como si ella comprara su historia,

pero un nuevo episodio de Yogui empezó y lo salvó. Una vez que

su atención se desvió, Xavier se puso de pie y corrió hacia su

mochila. Al abrirla, hizo a un lado su otro único juego de ropa y

sacó una botella de spray.

El spray tamaño familiar para el cabello le había costado la

mayor parte de sus ahorros, pero había valido la pena, ya que

contenía la única cosa que podía evitar que fueran capturados

por los traficantes de esclavos. Consistía en una mezcla de

varias sustancias químicas, que enmascaraban el aroma de

Xavier.

Las Águilas eran muy raras, y por ello, valían una

millonada en el mercado de esclavos. Xavier sabía sin lugar a

dudas, que si alguna vez salía sin haberse rociado con el spray,

sería capturado en un instante. Sólo esperaba que el aerosol

enmascarara también el olor del lobo.

Aunque, tal vez olor no era la palabra correcta. En verdad,

Ranger olía bien, muy, muy agradable. Xavier llevó su brazo

hacia arriba y tomó una bocanada profunda, inhalando el olor a

madera y almizcle del lobo. Él podría haberlo respirado durante

toda la noche.

Desafortunadamente para Xavier, no tenía toda la noche.

Chance llegaría en cualquier momento, y a diferencia de Dulla,

no era distraído. Con un suspiro de pesar, Xavier se cubrió con

el aerosol.

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Sus pulmones quemaban mientras inhalaba parte de la

basura. Muy pronto el dolor de cabeza que seguía siempre que

se rociaba una dosis, lo golpearía. Sólo esperaba que no fuera

tan malo como para que lo obligara a dormir. Detestaba que

pasara eso.

Guardó la botella momentos antes de que la puerta se

abriera de nuevo, y su hermano Chance, entrara. Debido a que

era el hermano biológico de Dulla, tenía las mismas

características que ella. Su pelo oscuro caía sobre su espalda,

una ancha frente y unos ojos grandes y oscuros. Su piel también

tenía el mismo tono pálido de ella, aunque en el momento

actual, un moretón grande y púrpura se marcaba a un lado de su

mandíbula.

—¿Qué demonios te ha pasado? —exigió Xavier cuando

corrió hacia él. Estiró la mano para tocarlo.

Chance se encogió. —No es gran cosa. Lo conseguí

trabajado.

Xavier ni siquiera quería saber lo que implicaba eso del

trabajo. Ya que habían sido criados en un aislamiento profundo,

ninguno de ellos tenía educación o experiencia laboral como

para conseguir un auténtico trabajo. No era que Xavier pudiera

salir y conseguir uno. Aunque el aerosol escondía su olor, no

sería de ayuda si se topaban con un cambiaformas que pudiera

identificar a las razas por la vista. Dulla también estaba fuera de

dudas. Ella era propensa a sufrir ataques de pánico cada vez que

salía en público, así que se quedaba en su habitación casi todo el

tiempo.

Así que eso dejaba solo a Chance, era el único que podía

encontrar trabajo con otros Cuervos. Un escalofrío recorrió la

espalda de Xavier al recordar algunas de las historias que su

hermano adoptivo había compartido acerca de esas criaturas.

Mientras Dulla, Chance, y sus padres había sido amables y

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cariñosos, eso era algo extraño en esos tiempos, puesto que los

otros Cuervos, obviamente, no eran de la misma manera.

—He traído comida —anunció Chance, sosteniendo una

bolsa grasienta de comida para llevar.

Xavier la agarró y se dirigió al mostrador. La repartió,

asegurándose de que Dulla y Chance tuvieran las porciones más

grandes. Los entregó los platos antes de tomar su propia comida

y sentarse en una cama.

Chance lo miró con el ceño fruncido. —¿Por qué no tomas

más alimentos?

«Porque me mata ver cómo Dulla y tú os consumís».

Exteriormente, Xavier se encogió de hombros. —No tengo

mucha hambre.

Eso no era una mentira total. Últimamente su apetito

había sido una mierda, y lo poco que consumía lo terminaba

vomitando.

Dulla levantó la vista de su programa. —Me preocupas.

¿Sigue teniendo esos dolores de cabeza?

—No muy a menudo —mintió de nuevo—. Además, no me

preocupa demasiado. Un cambiaformas no puede enfermarse ni

nada. Probablemente sólo sea estrés.

Chance lo estudió cuidadosamente. —Siempre podemos

intentar volver a casa.

Xavier negó con la cabeza. —De ninguna manera. Las

hienas podría aparecer de nuevo y yo no quiero perderos a

vosotros también. Ya es bastante malo que mataran a mamá y

papá.

Como siempre, la sola mención de sus padres fue

suficiente para que Dulla cayera. Empezó a mecerse hacia

adelante y atrás, dejando escapar suaves gemidos, su comida

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olvidada. Xavier se sintió como una mierda por su desliz, y se

acercó más para poder pasar un brazo sobre los hombros de su

hermana. El íntimo contacto funcionó en unos momentos, y ella

se hundió en su costado.

—Estamos haciéndolo muy bien, y estamos bien aquí —

dijo Xavier firmemente.

Lo último que quería era llevarla de vuelta a esa pesadilla.

Prefería tener al día mil dolores de cabeza antes de dejar que

eso sucediera.

«¿Estás seguro que esa es la única razón por la que no te

quieres ir?» Una voz desagradable se burló en su cabeza.

Xavier dio un ligero movimiento de cabeza para negarse la

verdad a sí mismo. Como si pudiera esconderse de que no había

nada que deseara más que dejarlo todo y presentarse ante Riley.

Después de todo, a Riley, él le importaba un comino.

Mientras que Xavier había estado luchando por su vida y apenas

tenía lo suficiente para comer, Riley había estado bien

alimentado, estaba seguro de ello, y era feliz acoplado con un

halcón.

Tal vez no estaba bien que sintiera tanta animosidad hacia

su hermano gemelo. Después de todo, no era culpa de Riley que

la vida lo convirtiera en el afortunado de los dos. Ni que Xavier

no pudiera valerse por sí mismo.

Lo extraño era, que al mismo tiempo, sentía una fuerte

conexión con Riley que era incapaz de resistir. Eso lo habían

llevado a casi ser capturado por Ranger.

—Está bien, nos quedaremos aquí. —Chance finalmente

concedió, aunque continuó estudiando a Xavier con un ojo

crítico.

Xavier suspiró con alivio.

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Chance preguntó: —Entonces, ¿qué habéis hecho hoy?

Los latidos del corazón de Xavier se aceleraron, dirigiendo

una mirada de preocupación hacia Dulla. —Ah, nada. Hemos

estado tirados aquí.

La ansiedad inundó su cuerpo mientras esperaba que su

hermana lo llamara mentiroso, pero ella guardó silencio. Xavier

hizo una nota mental de algún día comprarle una colección

completamente nueva de DVD de Yogui como recompensa por

no haberlo acusado.

Chance levantó una ceja. —¿Ah, sí? Si estuviste aquí todo

el día, entonces, ¿por qué tienes los zapatos cubiertos de barro

fresco?

Xavier se congeló mientras luchaba por encontrar una

explicación. El único problema era que nunca había sido bueno

mintiendo. Además, Chance siempre sabía cuando le mentía.

—Fuiste a espiarlo. ¿No? —Chance cuestionó.

—Sí, lo hice. —Xavier bajó la cabeza cuando la culpa lo

inundó.

Sabía que sus aventuras no solo lo ponían en peligro a él,

sino que también corría el riesgo de exponer a Dulla y a Chance.

La coalición felina era fuerte en Flint, y la cosa que más odiaban

los gatos, era a los Cuervos. No les importaría que Chance y

Dulla fueran diferentes.

—Traté de mantenerme alejado. De verdad, es sólo... —la

voz de Xavier se desvaneció, demasiado avergonzado para

seguir adelante, porque tenía que reconocer, que no era una

excusa válida.

Si hubiera sido cualquier otra persona, Chance le habría

gritado o atacado. Pero no hizo nada. En lugar de eso, puso una

mano en el hombro de Xavier. Buscó su mirada, y dijo: —Sé que

debe ser muy tentador, pero tienes que tener cuidado. No sólo

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podrían matarnos a Dulla y a mí, sino que podrían arremeter

contra ti por asociarte con nosotros.

Xavier vio el destello de dolor y disgusto que pasó por los

ojos de Chance al decir esas palabras. Eso hizo que se formara

un nudo en la parte posterior de su garganta, porque sabía lo

mucho que su hermano se odiaba a sí mismo por ser lo que era.

—Tú no eres como los otros Cuervos. Además, no hueles

mal. —Xavier soltó una risa suave.

—Sí, pero eso es porque no tenemos algunos de sus hábitos

más repugnantes. Al menos eso es lo que mamá decía.

Incluso antes de que Xavier se fuera a vivir con ellos, su

familia adoptiva había estado apartada de los demás Cuervos.

Cuando el resto de su clase descubrió la discapacidad de

aprendizaje de Dulla, quisieron matarla. Esa había sido siempre

la forma de actuar de los Cuervos, sacrificar a los que ellos

consideraban los miembros más débiles. En cambio, su madre

se había llevado a sus hijos y a su esposo, y huyeron.

Xavier sintió que una ola de feroz protección pasaba sobre

él. Sólo el pensamiento de que cualquiera quisiera hacerle daño

a su dulce hermana porque no se ajustaba a su idea de

perfección, lo hacía enojar. Aunque Xavier no era una persona

violenta, sabía, sin lugar a dudas, que mataría si fuese necesario

para mantenerla a salvo. Por esa sola razón, Xavier decidió

confesar toda la verdad.

—Un lobo me sorprendió espiando a Riley.

Chance contuvo el aliento. —¿Te hizo daño?

—No, usé el arma para aturdir que me diste y escapé

volando. Pero no antes de que me dijera que sabía quién era yo.

—¿Usó tu nombre?

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Xavier asintió con la cabeza. —También afirmó que me

habían estado buscando. Dijo que no me harían ningún daño.

—Supongo que no sabía que estabas con dos Cuervos.

—No lo mencionó.

Un pesado silencio llenó la sala. Chance miró a la cama. —

Tú sabes que si quieres…

—Ni siquiera lo sugieras —interrumpió bruscamente

Xavier.

—Probablemente te aceptarían porque eres el hermano de

Riley. Piensa en ello, finalmente estarías seguro y tendrías

suficiente comida.

La ira y el pánico asaltaron a Xavier. —¿Y dejaros atrás?

¡De ninguna manera! Nunca podría hacer eso. Somos una

familia y os quiero.

Chance le dio una triste sonrisa. —Nos sentimos de la

misma manera. Sólo estoy preocupado. Te siguen dando esos

dolores de cabeza y parece que has perdido aún más peso.

—Ya te lo he dicho, es sólo estrés. Estoy bien.

—Me gustaría poder cuidar mejor de vosotros.

Las lágrimas se acumularon en los ojos de Xavier, pero se

negó a dejarlas caer. Ya que Chance estaba tomando la pesada

carga de soportarlo todo por ellos, lo menos que podía hacer era

ser lo suficientemente valiente como para no llorar.

—Tú cuidas bien de nosotros. Siempre lo haces. Fue

gracias a ti que pudimos escapar ese día que llegaron las hienas.

—No fui lo suficientemente bueno para salvar a mamá y

papá.

—No puedes culparte por eso. Habrías tenido que ser un

psíquico para saber que nos iban a atacar. Mamá y papá fueron

Page 21: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

asesinados antes de que cualquiera de nosotros hubiera podido

detenerlos. Dejar de golpearte por eso. Dulla y yo tenemos

mucha suerte de tenerte.

Dulla rodeó con sus delgados brazos la cintura de Xavier.

—Y también tenemos la suerte de tenerte a ti, Xavier.

Page 22: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

Ranger irrumpió a través de la sede de la coalición, su

temperamento burbujeando, tanto que era un milagro que no

saliera vapor por sus oídos como si fuera un personaje de

dibujos animados. El área donde el pequeño imbécil lo había

golpeado todavía le picaba, y su corazón latía aceleradamente

por el dolor, casi como si se burlara de él. La gorra del chico

estaba en su puño hecha una pelota y eso le calmaba algo los

nervios, porque imaginaba que era la garganta del delgado

Xavier lo que tenía entre los dedos.

De camino a la oficina de Mitchell, se encontró con Shane.

El cambiaformas leopardo, era un sociópata semi reformado, y

era el hombre perfecto para ayudarlo.

Ranger se detuvo el tiempo suficiente para preguntar: —

Shane, ¿me acompañas?

Shane levantó una ceja, pero como de costumbre, no

reveló nada. Aunque su apariencia era juvenil e inocente, con

sus grandes ojos marrones y su mata de pelo marrón, debajo se

escondía un asesino de sangre fría. Ranger sólo esperaba que,

dado que su buen amigo, Trevor, estaba acoplado con él, el

felino estuviera dispuesto a ayudarlo. También apostaba que el

hecho de que fuera la casa de Shane la que Xavier había estado

vigilando, ayudara a desencadenar la cooperación del leopardo.

Que lo llamaran loco, pero Ranger no creía que a Shane le

gustara la idea de que un extraño vigilara su propiedad.

—¿A dónde vas? —exigió Shane, cuando comenzó a

caminar al lado de Ranger.

Page 23: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

—Tengo que hablar con Mitchell sobre algo que estaba

fuera de tu propiedad hoy.

Si eso noqueó o molestó a Shane, no lo demostró. Sólo

hizo un gesto brusco, con el rostro tan impasible como siempre.

Al entrar en la desordenada oficina de trabajo de Mitchell,

Ranger no estuvo demasiado sorprendido de ver allí a la

mayoría de los hermanos del jaguar. Había llamado antes para

decirle a Mitchell que tenía algo importante que discutir y la

familia del jaguar siempre trabajaba junta. Incluso algunos de

los amigos más cercanos de la familia estaban presentes. Una

excepción notable era Riley, aunque su compañero, el halcón

Colin, estaba allí. A juzgar por la mueca en el rostro del oscuro

hombre, no estaba muy feliz.

Ranger les dio un breve resumen de su encuentro con

Xavier, incluso yendo tan lejos como para decir cómo se le

escapó. A pesar de que le jodió admitir que un novato sin

ninguna formación consiguió derribarlo, Ranger no quería que

su orgullo se interpusiera en el camino. Era más importante que

Mitchell y los demás obtuvieran un informe completo para que

pudieran tener una idea de la situación. Cuando Ranger se

quedó en silencio, Mitchell se reclinó en su silla y reflexionó

sobre la situación.

Aunque Mitchell era unos veinte años mayor que Ranger,

no lo parecía. Con una alta y esbelta constitución, ojos color

ámbar y el pelo marrón moteado, él se veía jodidamente bien. Si

no fuera por el hecho de que Mitchell estaba acoplado con su

primo, Ranger podría haberse enamorado perdidamente del

hombre.

Por supuesto, eso fue antes de que Ranger se encontrara

con Xavier. Ahora, encontraba que quería más de cierto águila

rubio que tenía la desagradable tendencia de derrumbar a

personas inocentes. Eso le demostró a Ranger que, o bien había

perdido todo su sentido común, o estaba siendo gobernado por

Page 24: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

su polla. Pero no lo podía evitar, todo lo que tenía que hacer era

pensar en lo bien que se había sentido cuando se apretó contra

el cuerpo delgado de Xavier y dejó estúpidamente que su lujuria

lo controlara.

—¿Estás seguro de que era Xavier? —preguntó Mitchell

finalmente.

—Sí, es casi la viva imagen de Riley. Además, el chico se

comportó como una perra abofeteada cuando lo llamé Xavier.

Trató de ocultarlo, pero era obvio que lo asustó que supiera

quién era.

—Si estaba al acecho, como dices, ¿cómo es que no

olfateaste su esencia? Deberíamos haberlo olido desde la casa —

declaró Colin.

—Creo que lo enmascara de alguna manera. No pude

olerlo hasta que no estuve justo encima de él.

—¿Ese sombrero es de él? —Shane señaló hacia la mano de

Ranger.

—Sí.

—Tíramelo.

Ranger lo hizo. Shane se lo llevó a la nariz y le dio unas

pocas aspiraciones. Cuando se le escapó una maldición por lo

bajo, Ranger supo que no era bueno. Shane no reaccionaba ante

nada, porque para él mostrar alguna emoción suponía un

problema.

—Ese águila es muy valiente o muy estúpido.

Una sacudida de temor golpeó a Ranger. Aunque todavía

quería estrangular a Xavier, Ranger se encontró siendo

extrañamente protector con el mocoso. —¿Por qué dices eso?

—Está usando ‘la sombra’.

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Ranger ladeó la cabeza hacia un lado mientras trataba de

recordar dónde había escuchado esa palabra antes. —¿No es

algo que los cambiaformas pueden utilizar para cubrir su olor?

Eso explicaría cómo había logrado Xavier ocultarse tan

bien de Ranger. También demostraba que Xavier sabía lo

peligroso que era ser un águila.

Ranger asintió con la cabeza. —Sí, es tan ilegal como el

infierno.

—Por una buena razón —cortó Colin—. Si se usa

demasiado puede ser tóxico.

—Debe ser algo muy malo para que pueda afectarnos. Por

lo general, somos inmunes a la mayoría de los venenos. —

Aunque Ranger sabía que probablemente era una estupidez

explicar algo tan obvio, estaba teniendo problemas para aceptar

en su mente que un simple spray pudiera acabar con un

cambiaformas.

Shane continuó estudiando el sombrero. —Uno de los

ingredientes es aceite de ricino, más concretamente, las semillas

de la ricina, que se utilizan para fabricar el aceite. A pesar de

que puedes luchar contra los efectos durante un tiempo,

finalmente sucumbimos si la exposición es continuada.

—¿Crees que Xavier es consciente de eso?

—Supongo que ni él ni sus amigos saben nada.

Ranger se sacudió por la sorpresa. —¿Amigos?

—Sí, por los aromas de este sombrero, diría que ha estado

viviendo con dos Cuervos. El olor es bastante débil y no tan

fuerte como la mayoría de los Cuervos, pero está ahí. Si yo no

fuera tan buen rastreador, ‘la sombra’ me lo habría escondido

por completo.

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—A mí también me pareció que olía a Cuervos —dijo

Ranger.

—Estoy impresionado. No muchos lo hubieran reconocido

—dijo Shane, alabándolo, algo raro en él.

—Gracias.

Shane respiró de nuevo, frunciendo su frente. —Esto es

extraño.

—¿Y ahora qué?

—Este olor es realmente muy diferente al de la mayoría de

los Cuervos.

Ranger asintió. —Sí, huele a limpio en lugar de la habitual

peste.

—Tal vez sea otro tipo de aves —sugirió Colin.

—No, estoy seguro de que son Cuervos. —Shane hizo una

pausa por un segundo antes de que una sonrisa que parecía que

quería decir ‘lo tengo’, apareciera en su rostro—. Oh, esto es casi

demasiado fácil.

Ranger lo miró, confundido al igual que el resto del grupo.

Mitchell dijo finalmente: —¿Quieres contárnoslo al resto

de nosotros?

—Me he enterado por fuentes fidedignas que hay un

cuervo nuevo en la zona.

Colin se encogió de hombros. —¿Y qué? Ellos van y vienen

todo el tiempo.

—Esto es diferente.

Ranger se sentía cada vez más frustrado a cada segundo

que pasaba. Había olvidado lo difícil que era obtener

información de Shane. La peor parte era que no podía perder

Page 27: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

los estribos, o de lo contrario corría el riesgo de que el leopardo

se cerrara por completo. Tomó unas cuantas respiraciones, y se

obligó a preguntar con calma: —¿Por qué es diferente?

—Bueno, para empezar, este cuervo, supuestamente sabe

lo que es una ducha. Además, no tiene estómago para cualquier

tipo de trabajo. No es que pudiera llevarlo a cabo de todas

formas, ya que el chico al parecer no tiene ni una pizca de

formación.

Mitchell cruzó los brazos sobre su pecho. —¿Cómo es eso

posible? Pensé que los Cuervos inculcaban las habilidades de

combate en las cabezas de sus hijos desde el momento en que

podían caminar.

—Eso es cierto, a menos que, por supuesto, el niño no haya

crecido en la sociedad normal de los Cuervos. Al igual que los

felinos y Lobos tienen perros callejeros, los Cuervos también.

La sala se quedó en silencio mientras todos digerían esa

información. Colin finalmente rompió el silencio. —Tengo una

pregunta, Shane. ¿Cómo es que no sabías que Xavier estaba al

acecho en tu propiedad desde el primer momento? Ya que eres

el mejor asesino de la coalición, habría pensado que serías el

primero en saber que un intruso estaba en tu propiedad.

—Lo sé desde la primera vez que pasó a hacernos una de

sus visitas —Shane le informó de forma casual.

Ranger contuvo el aliento. —Entonces, ¿por qué no hiciste

algo al respecto?

—Porque lo evalué y encontré que no era ninguna

amenaza. Si hubiera hecho algún movimiento agresivo, me

habría encargado del problema yo mismo.

Un escalofrío recorrió la espalda de Ranger al recordar

algunas de las formas en las que Shane se hacía cargo de los

Page 28: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

problemas. —Podrías haberte acercado para ver si necesitaba

ayuda.

Shane le dio un vistazo a Ranger. —¿Se te ha ocurrido

pensar que tal vez no todo el mundo quiere ser salvado?

Un estallido de cólera azotó a Ranger, pero lo controló.

Encender un fosforo y arremeter contra Shane, no ayudaría a

encontrar a Xavier.

—¿Cuánto tiempo crees que tenemos hasta que Xavier se

enferme totalmente por la sombra? —A pesar de que hizo la

pregunta, Ranger recordó lo delgado y pálido que parecía. Él no

quería ni contemplar la posibilidad de que Xavier empeorara

mucho más antes de que pudieran ayudarlo.

Shane olfateó el sombrero. —A juzgar por la cantidad que

hay en este sombrero, un par de días como mucho. A estas

alturas, es probable que ya sufra de temblores musculares,

náuseas y dolores de cabeza. Sin embargo, por suerte para él,

ahora sé cómo encontrarlo.

La esperanza estalló en el pecho de Ranger. —¿Cómo?

—Voy a empezar preguntando por su amigo, el cuervo.

Una vez que tenga la ventaja sobre el pájaro, lo seguiré hasta

llegar a Xavier.

Ranger miró a Mitchell. —¿Crees que estaría bien si yo

formara parte del equipo para localizar a Xavier?

Mitchell levantó una ceja. —Pensé que tus días de recoger

perros callejeros habían terminado.

Eso era mucho más que un simple rescate normal para él,

pero no estaba dispuesto a confesarlo en voz alta. Casi no lo

podía admitir ni ante sí mismo. Le gustara o no, Xavier había

conseguido meterse bajo su piel, y ahora se había convertido en

un malcriado picor muy grande, que no podía negar.

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—Creo que sería lo mejor, ya que he tenido contacto con él

—razonó Ranger, no estando dispuesto a admitir que tenía

sentimientos por el águila. Por un momento, pensó que Mitchell

se lo negaría.

Al final, el jaguar asintió. —Voy a hacer algo mejor. Voy a

dejar que dirijas la misión y elijas al equipo. He estado

buscando una oportunidad para probarte y esta será la

oportunidad perfecta.

Ranger parpadeó un par de veces. No esperaba ese tipo de

respuesta. —Gracias, señor. Prometo no defraudarlo.

Colin se aclaró la garganta. —Tengo que hacer una

petición.

—Adelante —dijo Mitchell.

—No quiero que Riley sepa nada de esto. Aunque lo está

haciendo muy bien con los nuevos medicamentos y no ha tenido

ningún episodio en los últimos tiempos, no lo quiero bajo estrés

a menos que sea absolutamente necesario. Una vez que

tengamos al águila en custodia y estemos seguros de que no es

una amenaza, y sepamos a ciencia cierta que es Xavier, entonces

se lo contaré todo a Riley.

Está bien, pero se va a cabrear cuando se entere de que se

lo has ocultado —advirtió Ranger.

—Mejor que se enoje a que se trastorne si Xavier no es

mejor que los Cuervos. Ya que parece que está colgado

alrededor de esos hijos de puta, no sabemos cómo pueden

haberlo torcido. Maloliente o no, un cuervo es un cuervo, y

nunca he conocido a ninguno bueno en mi vida.

Colin tenía un punto. Ranger no creía que hubiera existido

en toda la historia un cuervo que no fuera un hijo de puta

asesino. Parecía ser la única cosa en la que los pájaros

destacaban.

Page 30: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

—Hay una cosa que me confunde —dijo Colin.

Ranger gruñó. —¿Sólo una?

—¿Por qué los dos Cuervos protegen a Xavier? Tienen que

saber que podrían conseguir una pequeña fortuna por él en el

mercado de esclavos.

—La única manera de que sepamos eso, es peguntándoselo

a Xavier. Una vez que lo tengamos aquí, entonces podremos

interrogarlo y averiguar qué demonios está pasando. —Mitchell,

frustrado, se pasó una mano por el pelo—. Hombre, esto no

podría pasar en peor momento. Cassie se casará con Chris en

apenas un par de semanas. Lo último que necesito es la mierda

de los Cuervos jodiendo por aquí.

Como siempre, una punzada de dolor pasó por Ranger

ante la mención del nombre de Chris. No sólo era el primo

mayor de Ranger, sino que también era el líder de la mayor

manada de lobos. La misma manada que lo había echado por

ser gay. Le concedía que no supiera lo que el padre de Ranger

estaba haciendo hasta que no fue demasiado tarde, pero aun así,

todavía no tenía sentimientos agradables por su primo.

Por si fuera poco, lo más jodido era que Cassie era la

hermana menor de Mitchell. Añadiendo que el compañero de

Mitchell, Dean, era el hermano de Chris, había tantas

conexiones en el árbol genealógico de la familia, que era un lío.

A Ranger le parecía una burla del destino, ya que su lamentable

culo también estaba atrapado en ese caos.

Mitchell se dirigió a su hermano. —Jacyn, necesito que el

Dr. Featherstone y tú, investiguéis sobre las consecuencias del

uso de la sombra en los águilas. De esta manera podréis tener

un tratamiento preparado para cuando traigamos a Xavier

—¿Crees que seréis capaces de idear algo para que Xavier

mejore? —preguntó Ranger, su estómago apretado por la

preocupación.

Page 31: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

Jacyn dio una ligera inclinación de cabeza. —Voy a llamar

a Owen para que me ayude. Lo he visto hacer algunas cosas

bastante sorprendentes.

Mitchell miró Ranger. —Está bien, ya que eres el jefe del

equipo, ¿cuál crees tú que debe ser el primer movimiento para

localizar a Xavier?

A Ranger le asombró que Mitchell le pidiera su consejo. Lo

analizó, y dijo: —Creo que debemos seguir con la idea de Shane

y la conexión con el Cuervo.

Shane le dio una pequeña sonrisa de asentimiento. —Si

quieres, puedo empezar a llamar a algunos de mis contactos

para ver lo que me dicen. Si puedo encontrar al cuervo,

entonces lo seguiré hasta su escondite.

—Bien, entonces una vez que lo encuentres, el equipo

podrá entrar y sacar a Xavier.

¿Qué hacemos con los Cuervos que están con él? —

preguntó Jacyn.

Que le mataran si esa no era la pregunta del millón. Por lo

general, eliminaban a los cuervos que se interponían en su

camino y nadie les daba un segundo pensamiento. Pero si

Xavier era cercano a esa pareja, entonces nunca los perdonaría.

Sin embargo, tampoco podían abrir sus brazos y aceptar a dos

enemigos en medio de ellos.

Ranger debatía consigo mismo, sabiendo que esta era la

primera prueba real de su capacidad de liderazgo. Reflexionó

sobre el problema unos momentos antes de llegar a lo que

esperaba fuera la mejor solución. —Pondremos a los Cuervos en

custodia en nuestra cárcel. Ellos podrán decirnos dónde ha

estado Xavier todos estos años y cómo se las ha arreglado para

evitar ser secuestrado por los traficantes de esclavos durante

tanto tiempo.

Page 32: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

Cuando una señal de aprobación pasó por los ojos de

Mitchell, Ranger supo que había hecho lo correcto. —Creo que

deberías ser el encargado de los interrogatorios.

Ranger parpadeó sorprendido. —¿Porque soy el líder del

equipo?

—No, porque eres el mejor en eso. Desde hace años ha

estado acogiendo a perros callejeros y los has hecho sentirse

seguros. El hecho de que sean una pareja de Cuervos, no

significa que no sea igual. Si alguien puede hacer que confíen en

nosotros, eres tú.

El calor creció en el estómago de Ranger por las palabras

de alabanza. Habiendo crecido con un padre crítico antes de ser

finalmente rechazado por su manada, Ranger no estaba

acostumbrado a recibir elogios. Joder, nunca supo lo bien que

se sentía.

—Gracias, Mitchell. Prometo no defraudarte —respondió

Ranger ásperamente.

—Sé que no lo harás. Nunca he dudado de ti, Ranger.

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Le dolía tanto la cabeza, que si hubiera tenido un arma a

mano, Xavier encantado la habría utilizado en sí mismo sólo

para poner fin a su miseria. Aunque podía parecer una solución

un poco melodramática, esto no era un dolor común. La agonía

le reventaba la cabeza, lo que le hizo difícil respirar cuando su

estómago se revolvió. Un sudor frío cubrió su cuerpo,

haciéndolo sentir asqueroso, como si fuera basura. Gimió

cuando enterró su cara todavía más en la fétida almohada.

—Aquí, necesitas beber algo —instó Chance.

Xavier se obligó a abrir sus párpados y vio a su hermano

sostener una taza de agua. Solo verlo, hizo que su estómago

golpeara en señal de protesta. Gimió mientras negaba. El ligero

movimiento hizo que un cohete de dolor le atravesara el cráneo.

Dejando escapar un gemido, cerró otra vez los ojos

rápidamente.

—No quiero nada, gracias —se forzó a decir.

Su cuerpo empezó a temblar, lo que no le sorprendió, ya

que había estado así todo el día. Eso hizo que el dolor de cabeza

se extendiese al resto de su cuerpo cuando sus acalambrados

músculos empezaron a protestar. Aunque no quería preocupar

más a Chance, Xavier no pudo detener un largo gemido de

dolor.

—Mierda. —Chance dejó la copa y se agachó para poner la

mano en la frente de Xavier—. Estás frío y empapado en sudor.

—Siempre criticando —Xavier bromeó con los dientes

apretados.

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—Seamos serios por un segundo. Estoy muy preocupado

por ti.

—Probablemente he pescado un virus o algo así. —Xavier

se atrevió a abrir los ojos, dejando escapar un silbido de dolor

cuando la débil luz de la habitación golpeó bruscamente su

cabeza.

—De eso se trata, se supone que los cambiaformas no

enfermamos —soltó Chance—. Por lo menos eso creo.

—¿No puedes preguntárselo a uno de tus compañeros de

trabajo?

Chance se mordió el labio inferior, una expresión de

auténtica vergüenza cruzó su cara. —No he estado tratando con

ellos últimamente.

Algo en la manera en la que Chance lo dijo, disparó todas

las alarmas de Xavier. —Bueno, entonces, ¿con quién has estado

trabajando? Sigues trayendo comida y dinero a casa.

De hecho, ahora que lo pensaba, hacía un par de días que

Chance traía a casa bastante más dinero y comida. Chance

agachó la cabeza, pero no antes de que Xavier captara el dolor

en sus ojos.

—Maldita sea, Chance, ¿qué has hecho?

—Lo que tenía hacer con el fin de cuidar de ti y de Dulla —

gruñó Chance.

Dulla subió a la cama y se acurrucó junto a Xavier.

Murmurando una canción sin melodía, empezó a correr los

dedos por su pelo. —Tenemos que llevarlo con los felinos.

Xavier protestó. —¿Por qué deberíamos llevar a Chance

con los felinos?

Ella soltó una risita suave. —A él no, tonto. A ti.

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—¿Me quieres abandonar? —Xavier tragó duro.

—No, no quiero que nos dejes, pero los felinos podrán

ayudarte.

Xavier negó con la cabeza, lamentándolo inmediatamente

por el dolor que golpeó su cráneo como una pelota de

baloncesto. —Nos mantendremos juntos, como les prometimos

a mamá y papá.

Chance se sentó en el extremo de la cama, con las piernas

cruzadas delante de él. —Odio decir esto, pero creo que los

felinos son nuestra única opción.

Todo lo que Xavier podía pensar era en las cosas horribles

que podrían hacer a Chance y Dulla. Todas las historias de

horror que su madre los había contado, golpearon en su cabeza,

cada una peor que la anterior. Prefería morir antes que dejar

que hicieran algún daño a sus hermanos de adopción.

Nivelando su mirada con la de Chance, Xavier dijo: —No,

no voy a dejar que nadie ponga sus manos sobre Dulla.

Especialmente el enemigo.

Esperaba que sus ojos hablaran de su temor adicional. Una

mujer normal no tendría ninguna oportunidad en una

habitación llena de soldados. Ni siquiera quería pensar en cómo

afectaría a Dulla si fuera atacada de esa manera.

Chance dejó escapar una maldición suave antes de asentir,

mostrándole que había captado el mensaje, pero que seguía

preocupado por él. Xavier le sostuvo la mirada por un

momento, sólo para demostrarle que no había cambiado de

opinión.

Por lo que a él se refería, sería mejor morir antes que tener

que esperar y ver a Dulla herida o algo peor. Además, esto que le

estaba pasando probablemente sería sólo temporal. Una vez que

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mejorara, se juró a sí mismo que iba a tomar a Dulla y a Chance,

y a continuación, saldría como el infierno de Flint.

Lo mataría tener que dejar detrás a Riley, pero de todos

modos, no es como si estuvieran en contacto. Por lo que Xavier

sabía, su gemelo ni siquiera quería hablar con él, por lo que era

una tontería seguir arriesgando su seguridad por una ilusión.

Ranger se sentó en una mesa en la cafetería mirando su

comida sin verla realmente. Debería tener hambre, de hecho,

estar muerto de hambre, ya que no había comido nada en dos

días, pero como no habían descubierto nada, simplemente

había perdido el apetito.

Aún no habían encontrado a Xavier y las terribles

predicciones de Shane sobre el daño que hacía la sombra,

continuaban rondándolo. Era como si tuviera un reloj gigante

detrás de él que le fuera gritando que el tiempo se acababa.

Empujó la bandeja lejos de él y utilizó una mano para

frotar su cara. Sus ojos picaban y se sentía hecho una mierda

porque no había dormido mucho. Nadie de su equipo había

dormido. Shane continuaba peinando las calles mientras los

demás hacían todo lo posible por ayudar.

A pesar de todo ese esfuerzo, no habían obtenido ninguna

información. Una imagen de Xavier llegó a la cabeza de Ranger.

Esa cara inocente, asustada, sus ojos verdes y sus comentarios

estrafalarios. Nunca antes Ranger se había sentido fracasado.

Podría haber salvado a muchos otros, pero era incapaz de

ayudar a quien más lo necesitaba.

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El no saber nada de Xavier lo mataba, nunca antes había

sentido ese deseo de protección por un perro callejero. Ranger

no podía cerrar los ojos sin que Xavier le viniera a la mente.

Además de sus pensamientos eróticos, puesto que algunos

serían vistos como triple X. Quería conservar, proteger, regañar

y follar a Xavier, todo a la vez.

—Te ves como una mierda —comentó Shane casualmente

cuando tomó asiento frente a él.

Ranger casi dejó escapar un suspiro de alivio cuando vio al

leopardo. Si Shane estaba allí, eso sólo podía ser porque había

noticias. Ranger sólo esperaba que fueran buenas.

—¿Has encontrado al cuervo?

Shane asintió.

—¿Te condujo a Xavier?

Obtuvo un guiño.

—¿Sigue vivo?

Otro guiño.

Ranger dejó escapar un gruñido de frustración. —¿Vas a

darme realmente algunos detalles, o vas a seguir asintiendo?

—Claro, sólo tienes que dejar de hacer preguntas cerradas.

—¿Te han dicho alguien alguna vez lo frustrante que

puedes ser a veces?

—Sí, Trevor tiene el detalle de informarme casi todos los

días.

Ranger podía ver a su amigo pantera hacerlo. Aunque

Trevor podía ser un poco coqueto y un bromista, era el único

que podía señalarle todos los defectos de carácter a Shane y

hablar con él de ellos directamente.

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—Trevor tiene razón. —Ranger se inclinó hacia adelante—.

Así que, por favor, cuéntame todos los detalles de lo que has

descubierto.

—En primer lugar, descubrí el nombre del Cuervo que ha

estado rondando. Se llama Chance y está más allá de verde. Es

tan malo que los otros Cuervos se han negado a contratarlo o

trabajar con él. Por eso me tomó tanto tiempo seguirle la pista.

No estaba en ninguno de los lugares habituales de los Cuervos.

—¿Dónde lo encontraste?

—Ha estado trabajando en las calles, vendiéndose a sí

mismo a los seres humanos.

Ranger ladeó la cabeza hacia un lado. —¿Estás seguro de

eso? Todos los Cuervos que he tenido la desgracia de

encontrarme consideran a los humanos inferiores, ellos nunca

le venderían su cuerpo a uno.

—Chance lo ha hecho, y se ha vendido a más de uno. —

Shane cogió uno de los sándwiches que Ranger no se había

comido.

—Me pregunto por qué lo está haciendo.

Shane le lanzó una mirada de sorpresa. —¿No es obvio?

Chance está cuidando a Xavier y al otro cuervo.

—Eso no puede ser. En el caso de que lo hayas olvidado,

los Cuervos no son capaces de tener empatía con nadie.

—Este es una excepción. Por lo menos en lo que a Xavier

se refiere. —Shane dio un mordisco grande.

—Supongo que tienes un punto —admitió Ranger.

—De lo contrario, Chance habría vendido a Xavier hace

mucho tiempo. Con el precio que dan por un cambiaformas

águila, nunca tendría que venderse otra vez.

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Shane tragó su comida. —Así que, ¿cuándo vamos a buscar

a los pájaros?

—Tan pronto como pueda alertar al resto del equipo. ¿A

qué distancia está la ubicación de Xavier?

—A sólo quince minutos de aquí. Está en uno de esos

hoteles de mierda. Es tan malo que incluso las prostitutas y los

drogadictos se mantienen alejados. Si la sombra no acaba con

él, el barrio de mierda lo hará.

Ranger se levantó. —Bueno, vamos a hacer esto, entonces.

Maldita sea, lo que lo hacía sentir como una mierda no se

iba.

Xavier se puso de lado y agarró su dolorido estómago. El

dolor cortaba en rodajas cada centímetro de su cuerpo, y

mordió su labio inferior en un esfuerzo por contener los gritos

de agonía. Dulla y Chance dormían en la cama de al lado y

Xavier no quería despertarlos, ya que sabía que se preocuparían

más por él.

Otra ola de dolor se estrelló contra él. Xavier mordió más

duramente su labio, los dientes le cortaron la piel haciendo

brotar la sangre, y el sabor fuerte y picante lo envió al borde y

sacudió su estómago.

Xavier se lanzó a sus pies, desesperado por ir al baño. Su

habitación ya olía bastante mal sin él vomitando en medio de

ella. Sólo pudo dar unos pocos pasos antes de caer a un lado. Se

golpeó contra la cómoda, y con su brazo golpeó la lámpara, que

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cayó con un gran estrépito. Xavier soltó un gruñido de sorpresa

cuando el dolor se estrelló contra su cadera por el golpe que se

había dado con la esquina del mueble.

Chance se puso de pie. —¿Qué está pasando?

Poniendo una mano en su estómago, Xavier apenas logró

decir: —Cuarto de baño... por favor.

Su hermano no necesitó que se lo dijeran dos veces. Con

un movimiento rápido, puso un brazo alrededor de Xavier y

medio lo guió, medio lo arrastró al baño. Una vez allí, ayudó a

Xavier a sentarse suavemente en el suelo.

Tan pronto como sus rodillas golpearon los azulejos,

Xavier se inclinó y vació su estómago en el inodoro. Ya que no

había comido mucho en los últimos dos días, no salió nada

sustancial. La sequedad resultante de las arcadas parecía ser

dos veces más dolorosa.

El sudor frío corría sobre su cuerpo, su pecho apretado.

Entre arcadas, trató de tomar algunas respiraciones, pero sus

pulmones no querían cooperar. Se sentía casi como si estuviera

bajo el agua o que alguien estuviera sosteniendo una almohada

en su cara.

—Mierda, Xavier. Tus labios están azules —exclamó

Chance con voz temblorosa.

Xavier trató de decirle algunas palabras de consuelo, pero

todo lo que le salió fueron algunos ruidos sordos. Se arañó el

pecho en un intento desesperado por conseguir un poco de aire

para sus pulmones increíblemente colapsados.

—Ayuda —finalmente logró decir con voz entrecortada, su

voz sonó como un cruce entre una rana y una húmeda válvula.

Dulla comenzó a llorar histéricamente mientras Chance

gritaba pidiendo ayuda.

Page 41: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

Xavier vio manchas bailar sobre sus ojos cuando sus

manos comenzaron a temblar. Entonces se desató el infierno.

Ranger oyó los gritos justo cuando el equipo se acercaba a

la puerta de la habitación del hotel donde se alojaba Xavier. Su

corazón se paralizó de miedo mientras se esforzaba por saber

quién podía ser.

—Si tuviera que adivinar, diría que son Chance y la mujer

—susurró Shane que iba a la derecha de Ranger.

Ranger asintió para indicarle que lo había oído. Entonces

fue cuando un grito lo rompió por el claro y escalofriante

mensaje.

—¡Ayuda! Se está muriendo.

Esa fue toda la motivación que Ranger necesitó.

Levantando una mano en la señal de listos, le gritó a su equipo:

—Moveos, y recordad, los quiero a todos con vida.

Ranger se detuvo. Levantó su pie, dándole una patada a la

puerta con un movimiento rápido. A pesar de que la barrera

estaba hecha de acero, era barata y cedió fácilmente ante la

fuerza de Ranger.

Muy poca luz iluminaba el interior de la parte inferior de

la sucia habitación de hotel. No importaba, ya que podían ver en

la oscuridad si tenían que hacerlo. Ranger extendió

rápidamente su mirada al pequeño espacio, sus intestinos se

apretaron cuando finalmente vio a Xavier.

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El águila estaba de rodillas en el baño. Sus labios estaban

azules y tenía una mirada de pánico en sus salvajes ojos,

mientras que su voz sonaba húmeda, con ruidos jadeantes.

Dos cuervos se interponían entre Ranger y Xavier. Ranger

se tensó, esperando a que uno de ellos atacara, pero los dos se

quedaron en su lugar. Chance se mantenía lanzando miradas

entre la mujer y Xavier, casi como si él no supiera a quien

proteger en primer lugar. La mujer sólo se echó sus brazos

alrededor de su estómago y empezó a soltar gemidos de

lamento.

Ranger se detuvo, y luego levantó una mano para señalar a

su equipo que hicieran lo mismo. Aunque podían haber tomado

a los Cuervos rápidamente por la fuerza, un vistazo a sus

posturas le dijo que haría más daño que bien. La mujer estaba a

un par de pasos del colapso total, mientras que Chance parecía

querer proteger a Xavier y a la niña. Ranger lo sentía por el

hombre, pero al mismo tiempo, los sonidos de la respiración de

Xavier le advirtieron que no tenía mucho tiempo más.

—No le hagas daño, por favor —dijo Chance finalmente

con la voz quebrada por el miedo.

Varios miembros del equipo se miraron sorprendidos.

Ranger compartió su confusión. Los Cuervos actuaban de forma

totalmente diferente a como actuaban los de su raza

normalmente. Shane tenía razón cuando dijo que este par era

único.

Ranger se acercó más a Xavier y eso hizo que Chance se

pusiera en movimiento. Para protegerlo, puso su cuerpo entre

Xavier y Ranger. Al mismo tiempo, le hizo una seña con un dedo

de la mujer para que se acercara a él.

La mujer dio un par de pasos antes de detenerse y estudiar

a Ranger. —Tú eras del que Xavier hablaba el otro día. Lo sé

porque te olí en él.

Page 43: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

Ranger asintió, asombrado del cambio de

comportamiento, como si hubiera girado ochenta grados. —Sí,

lo era. Estoy aquí para ayudarlo.

Empezó a jugar con un mechón de su cabello. —Está muy

enfermo. Ha estado así desde hace un tiempo, pero se agravó

hace un par de días.

—Lo sé. Tenemos un médico esperándolo.

—¿Por qué está tan enfermo? Mamá dijo que los

cambiaformas no podemos enfermarnos como el resto de la

gente.

Ranger desvió la mirada sobre Chance, sólo para ver la

misma pregunta reflejada en los ojos del cuervo.

—Es el spray que ha estado usando. El que usa para cubrir

su olor —explicó Ranger.

—Pero el tipo que nos lo vendió nos dijo que era seguro —

estalló Chance.

—Mira, podemos hablar de esto más tarde. En este

momento tenemos que ayudar a Xavier rápidamente.

Chance le lanzó una mirada más a Xavier antes de parecer

finalmente convencido. Con una corta inclinación, dio un paso

fuera del camino.

Ranger se apresuró hasta Xavier. Cayendo de rodillas,

extendió la mano e inclinó la cara del águila en su dirección.

—Lo siento... sobre... esquivarte... como… pelota de ping...

—jadeó Xavier.

Ranger levantó la mano y le apartó el sudoroso cabello,

peinándoselo hacia atrás. —Shh... No te preocupes por eso.

Xavier se empezó a deslizar. Ranger pasó un brazo

alrededor del hombre más joven para que no cayera al suelo.

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Una alarma sonó en Ranger cuando lo sintió mucho más

delgado y frío que la última vez que lo había encontrado.

—No... que... que... daño... ella. —Xavier lo miró con ojos

suplicantes.

—Nadie va a hacerle daño. Te doy mi palabra de honor —

declaró Ranger lo suficientemente fuerte para que Chance

también lo escuchara.

—Su nombre... es... Dulla.

—Bien, ahora sólo échate hacia atrás y deja de hablar.

Jacyn llegó con una máscara de oxígeno. —Hola, Xavier.

Mi nombre es Jacyn. Sólo échate hacia atrás y déjame cuidar de

ti.

Ranger presionó la máscara en la cara de Xavier, mientras

que el médico le ponía rápidamente una vía intravenosa y

conectaba a su paciente a un monitor portátil.

—Tenemos que llevarlo de vuelta a la sede de inmediato —

dijo Jacyn con una expresión sombría mientras estudiaba el

monitor.

Ranger levantó a Xavier en sus brazos. Llevando su

preciada carga cerca de su pecho, Ranger salió corriendo a

esperar a los vehículos. En el momento en que llegaron a la

salida de la autopista, Xavier comenzó a desplazarse dentro y

fuera de la conciencia.

Jacyn trabajaba frenéticamente en el águila. Ranger

rondaba cerca, rezando todo el tiempo para no haber llegado

demasiado tarde.

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Les llevó doce minutos insoportablemente largos llegar a

la sede. Una vez allí, se detuvieron en uno de los muelles de

carga posteriores, en lugar de usar las puertas delanteras.

Ranger no sólo quería respetar el deseo de Colin de mantener la

presencia de Xavier en secreto, sino que no deseaba anunciar la

llegada de dos Cuervos.

Ranger llevó a Xavier al interior. Aunque podía haber

esperado a una camilla, se resistía a abandonar al águila,

además de que así irían un poco más rápido. Una vez que entró

al edificio, Ranger sintió la tranquilidad de encontrar al Doc

Featherstone esperándolo.

Un nativo americano, de mayor edad, el doctor era

generalmente estoico, y casi aburrido. Simplemente miró a

Xavier antes de gruñir: —Hay una ducha en la cárcel. Os quiero

a los dos en ella ahora.

—¿Una ducha? —se hizo eco Ranger.

—Sí.

—¿Los dos?

—Sí. ¿Eres un lobo o un loro repetidor? Ahora mete tu

peludo culo en la ducha. Tenemos que lavar el producto químico

de la ropa y el cuerpo del águila, y dado que lo has sostenido,

vas con él. —El doctor le dio una sonrisa sarcástica—. Te

necesitamos para quitarle la ropa y que la pongas en una bolsa.

Lo has estado tocando mucho, podría haberte intoxicado a ti, así

que estoy partiendo de la base de que ambos estáis

contaminados. Ahora date prisa, para que pueda empezar el

tratamiento de este pobre chico.

Page 46: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

Incluso si Ranger hubiera querido seguir discutiendo, la

elección le fue arrebatada cuando dos médicos aparecieron y de

manera menos suave, llevaron a Ranger a la ducha. Se dio

cuenta que todo el personal médico llevaba batas desechables

amarillas que cubrían sus batas normales. Casi pensó que era

una exageración hasta que miró la cara demasiado pálida de

Xavier.

A un lado, otro grupo de médicos trabajó en Dulla y

Chance, lavándolos también. Los Cuervos no ofrecieron

ninguna palabra de protesta, simplemente lo tomaron con

estoicismo. Ranger notó que Jacyn había hecho que sólo

personal femenino trabajara con Dulla, y estaba agradecido por

ello.

Ranger les permitió tomar su ropa y la de Xavier, pero los

dejaron su ropa interior. No quería desfilar con todos sus

atributos fuera, ni tampoco que nadie viera los de Xavier

Ranger sabía que su pensamiento no era racional, ya que

nadie tenía interés en alguien tan enfermo como Xavier, pero no

podía evitarlo. Sólo el pensamiento de que cualquier otro

hombre mirara el dulce cuerpo del águila, hacía que Ranger

quisiera atacar.

Puso a Xavier de pie, contra su pecho, mientras los

médicos se movían, lavándolos a los dos. A pesar de que la

máscara de oxígeno estaba todavía atada en su lugar, el color de

Xavier no había mejorado mucho.

Los ojos de Xavier se abrieron lentamente. Cuando se

ampliaron con pánico, Ranger hizo suaves sonidos para

tranquilizarlo. —Está bien, te están ayudando.

—¿Qué me está pasando? —preguntó Xavier, su voz

apagada por la máscara.

—Es el spray que has estado usando. Te estaba

envenenando.

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—Dios, soy un estúpido.

Ranger utilizó una mano para retirar el pelo mojado de

Xavier de su cara. —No, no lo eres. Simplemente no conoces

nada mejor.

Ranger empezó a sentir una pequeña pizca de esperanza,

ya que parecía que Xavier tenía menos problemas para hablar,

muchos menos que cuando estaban en el hotel.

—Yo no quería que mi olor pusiera a Dulla o Chance en

peligro.

—¿Son tus amigos?

Los celos se estrellaron contra Ranger, que se preguntó si

Xavier y Chance eran más que amigos.

—Son mi hermano y mi hermana —explicó Xavier.

—Ah, mi amor, odio tener que decirte esto, pero tú eres un

águila. No hay manera de que puedas estar relacionado con

ellos.

Un par de asistentes del hospital intercambiaron miradas

divertidas por la palabra cariñosa de Ranger. Optó por

ignorarlos.

Xavier por su parte, no pareció haberse dado cuenta. Le

dio una pequeña sonrisa. —Fui adoptado por sus padres cuando

era muy joven.

Aunque Ranger todavía tenía un millón de preguntas,

decidió que podían esperar hasta más tarde, sobre todo cuando

Jacyn le dirigió una mirada de preocupación. —Tenemos que

meterlo en la cama.

Los médicos terminaron rápidamente de limpiarlo. Una

vez que acabaron, separaron a Xavier de Ranger. Mientras

observaba como se llevaban al águila, Ranger tenía el intenso

Page 48: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

deseo de alcanzarlo y recuperar al hombre, casi como si nadie

más tuviera derecho a tocarlo.

Shane se acercó y le puso un uniforme limpio en sus

brazos. Ranger fue tocado por la reflexión del leopardo hasta

que vio la mirada de fastidio en la cara del hombre. Empezó a

vestirse, a la vez que se preguntaba qué le estaba pasando a

Xavier.

Ranger llamó a Mitchell para darle el informe, mientras

que Shane escoltó a los Cuervos fuera de la habitación. Le llevó

a Ranger unos cinco minutos poner a su líder al tanto de la

situación. Acababa de colgar el teléfono, cuando Shane regresó.

—Puse a los Cuervos en las salas de interrogatorio por

separado —dijo Shane.

Ranger asintió, aunque lo último que quería hacer era ir a

conversar con Chance o Dulla. —Está bien, voy a empezar con el

varón.

—Eso sería probablemente una buena idea. La mujer no lo

tomó muy bien cuando la separaron de su hermano.

—¿Qué hizo ella?

Shane arqueó una ceja. —Gritó, y luego comenzó a patear y

morder.

—¿Cómo está ahora?

—Se calmó, pero ella todavía no está apagada.

—¿Apagada? —se hizo eco Ranger un poco incrédulo. Eso

decía mucho viniendo de Shane, ya que era el niño del cartel

para el extraño, raro, raro y absurdo.

—Sí, está completamente fuera. Que yo sepa, estaba

sentada en la esquina y tarareando.

—¿Está todavía aquí el psicólogo que trabaja con Riley?

Page 49: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

—Sí, he oído que está pensando en mudarse de forma

permanente. —Una sonrisa perezosa cruzó el rostro de Shane—.

Entre tú y yo, creo que se le ha metido en la cabeza que puede

educarme y hacerme volver al redil.

—Dile que te gusta como estás.

—Ah, gracias, lobito. Eso hace que casi me gustes.

Ranger decidió ignorar el insulto velado. —¿Puedes

conseguir que venga a ver a la mujer? Sólo asegúrate de que

sabe que no le hemos dicho nada a Riley todavía.

Shane asintió. —Voy a buscarlo ahora. Puse al cuervo

macho en la habitación dos.

Ranger le dio las gracias antes de conseguir un nuevo par

de botas e ir a la habitación. Un par de felinos montaban

guardia, y uno de ellos abrió la puerta para él. Después de tomar

una respiración profunda y obligándose a poner su mejor cara

de autoridad, Ranger entró.

La habitación era igual que cualquier sala de

interrogatorio. Como en la mayoría, había una gran mesa y

algunas sillas alrededor. Una pared estaba cubierta de vidrio,

para poder observar. Chance estaba parado frente a ella,

mirando su propio reflejo.

Eso le dio a Ranger la oportunidad de estudiar al cuervo.

Tuvo que admitir que la información de Shane resultó ser

correcta. Chance no se parecía a ningún otro miembro de su

raza.

La mayoría de los Cuervos tenían el cabello grueso,

moreno y grasiento, los ojos negros sin alma y la piel

anormalmente pálida. También vestían totalmente de negro y

desprendían un olor casi a podrido. El cuervo delante de él no

tenía casi ninguno de esos rasgos.

Page 50: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

Aunque Chance tenía el pelo oscuro, la piel pálida y sus

ojos parecían un pozo sin fondo, el resto de su cuerpo estaba en

completa contradicción con los otros miembros de su especie.

Chance llevaba el pelo limpio y corto, el flequillo le caía sobre su

frente. Llevaba un par de jeans gastados y una desteñida

camiseta de béisbol. Por encima de todo, no olía mal. Al

contrario, tenía un aroma limpio y fresco a su alrededor.

—¿Dónde está mi hermana? —preguntó Chance, sus

miradas se reunieron a través del cristal del espejo.

—Ella está a salvo. Decía en serio lo que le dije a Xavier.

Nadie le hará daño. —Ranger fue a la mesa, pero no se sentó.

—Dulla estará, probablemente, aterrorizada. Nuestra

madre siempre la advirtió de lo que sucedería si los felinos la

cogían.

—¿Y cuáles fueron exactamente esas advertencias?

—Que los felinos consideran a los Cuervos lo más bajo.

Que lo que más les gusta es matar y violar a sus enemigos.

—Wow, esa debió haber sido realmente una conversación

agradable en la cena.

Chance se dio la vuelta, pero mantuvo la espalda pegada a

la pared. —Nuestros padres podían ser un poco paranoicos a

veces.

—¿Os criasteis con otros Cuervos?

—No, mis padres huyeron tan pronto como se enteraron

que no era seguro para Dulla.

—¿Por qué?

Chance ladeó la cabeza hacia un lado, como si considerara

su respuesta. —¿Sabes que muchos se refieren a un grupo de

Cuervos, como asesinos o crueles?

Page 51: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

—Lo he escuchado.

—Es curioso cómo pueden llegar a conseguir ser

insensibles, porque así es exactamente como son. —Chance se

acercó y tomó asiento—. No sólo atacan a todos los

cambiaformas en torno a ellos, sino que se matan unos a otros

por razones menores.

—¿Querían asesinar a Dulla porque ella es diferente?

Un destello de dolor pasó por sus ojos oscuros. —Su

nombre de nacimiento era Cassandra, pero una de las

sacerdotisas lo cambió por Dulla la primera vez que se dio

cuenta de que mi hermana no era tan inteligente como los

demás niños.

—Porque ella es torpe —Ranger supuso, su corazón dolió

por la mujer.

—Sí, cuando dejamos el grupo, mi madre trató de

cambiarlo de nuevo, pero para entonces Dulla se negaba a

responder a cualquier otro. Esa misma mujer me llamó

Chance2, porque mis padres intentaron tener otro hijo después

de que habían gestado uno con un defecto.

—Dios mío, qué puta. —Ranger se hundió en el asiento

frente al cuervo.

—Por triste que parezca, en realidad fue lo mejor. El resto

de los ancianos eran un millón de veces peor. Cuando Dulla

creció un poco más y se dieron cuenta de la verdadera magnitud

de su discapacidad, ordenaron a mis padres que la mataran.

—¿Quieres decir que esperaban que asesinaran a su propia

hija? —La sola idea era tan horrible, que Ranger se sintió a dos

segundos de vomitar.

2 Azar, casualidad.

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—¿Qué puedo decir? Los Cuervos pueden ser verdaderos

hijos de puta a veces. Por suerte para nosotros, nuestros padres

no eran de la misma manera. En lugar de matar a Dulla, nos

tomaron y huyeron.

—¿A dónde fuisteis?

—Iron Mountain, Michigan.

—Nunca he oído hablar de ese lugar.

Chance sonrió. —No mucha gente lo conoce. Es por eso

que nuestros padres lo escogieron. Nos criaron en una soledad

profunda.

—¿Qué tan profunda?

—Hasta hace poco, nunca hemos tenido contacto con el

mundo exterior, en absoluto. Ni siquiera asistimos a la escuela o

íbamos con nuestros padres a la ciudad a por suministros.

—Si ese es el caso, entonces ¿cómo terminó Xavier con

vosotros?

—La hermana de mi mamá murió. Ya que no pudo ir al

entierro, fue a visitar su tumba. En su camino de regreso

tropezó con la casa de Xavier. —Chance se detuvo y le dio una

mirada especulativa a Ranger—. ¿Sabes lo que pasó allí?

—Sí, pero ¿por qué no continúas y me lo cuentas de todos

modos?

Era una prueba y ambos lo sabían.

—La mamá de Xavier estaba un poco ida de la cabeza.

Tanto es así que cogió una escopeta y terminó con toda su

familia. A pesar de que Xavier y Riley tenían sólo cuatro años,

también trató de matarlos.

—Pero ella no tuvo éxito —terminó Ranger.

Page 53: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

—No. De alguna manera los dos gemelos lograron

sobrevivir. Riley fue inmediatamente rescatado por una vecina.

Xavier no tuvo tanta suerte. Cuando su madre le disparó, logró

darle en el pecho. Estaba herido, por lo que se desmayó, así que

cuando la vecina llegó no fue capaz de pedir ayuda. Nadie sabía

que todavía estaba vivo.

El horror desgarró a Ranger mientras pensaba en el dolor

que Xavier debía haber sentido, siendo tan joven y estando solo.

—¿Cuánto tiempo estuvo allí hasta que tu madre lo encontró?

—Ella nunca estuvo segura, pero estima que alrededor de

dos días. —Chance negó con la cabeza—. Todavía no sé cómo se

las arregló para vivir tanto tiempo con esa herida.

—¿Y cómo tuvo la suerte de que lo encontrara?

—Estaba volando cuando olió la sangre. Al principio se

asustó y empezó a huir, pero luego lo oyó gemir. Podéis decir lo

que queráis sobre los Cuervos, y probablemente todo sea

verdad, pero tienen un buen sentido de la audición. Esa fue la

suerte de Xavier, porque fue lo que le salvó la vida ese día.

—¿Así que bajó, lo encontró y se lo llevó a casa con ella?

—Sí, lo sanó y ha estado con nosotros desde entonces.

—¿Nunca pensó en encontrar a su familia?

Chance le disparó una mirada incrédula. —Mira, yo no sé

mucho de cambiaformas, pero hasta nosotros sabíamos que los

cambiaformas Águilas estaban prácticamente extintos. Mis

padres se dieron cuenta que las posibilidades de encontrar

algún familiar de Xavier eran escasas.

—Y además, lo que encuentras te lo quedas. ¿No? —dijo

Ranger con sarcasmo.

—No lo entiendes, ¿verdad? —Chance se inclinó hacia

delante—. Para entonces, los Cuervos daban una recompensa

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por las cabezas de mis padres y la mía. Exactamente no

podíamos ir corriendo a preguntar si alguien había perdido un

cambiaformas águila. No sólo porque hubieran capturado a mi

familia, sino porque los esclavistas se hubieran llevado a Xavier.

¿Tienes alguna idea de lo mucho que les encantaría tener en sus

manos a un águila? Además, para ese momento, todos

queríamos a Xavier. Somos de la misma edad y en poco tiempo,

empezamos a pensar como hermanos.

—¿Tus padres lo trataron como a un hijo? —Por alguna

razón, eso significó mucho para Ranger.

—Sí. —Chance le dio una pequeña sonrisa—. Mi mamá se

enamoró casi instantáneamente de él. Mi papá también lo hizo,

aunque trató de ocultarlo. No le gustaba quedar como un

blandengue, a pesar de que en realidad lo era —dijo Chance con

un tono de cariño más que de desprecio, como hubiera hecho

cualquier otro cuervo.

—¿Qué pasó con tus padres?

—Hace seis meses, algunos cambiaformas Hienas se

enteraron de la existencia de Xavier. Vinieron a llevárselo para

venderlo en el mercado negro. Cuando atacaron, mi padre...

Chance se paró, respiró hondo, y luego continuó: —Mi

papá me dijo que tomara a Xavier y Dulla y volara lejos.

—¿Por qué no fueron tus padres con vosotros?

—Mi madre ya no era capaz de cambiar.

Ranger esperó que siguiera con su exposición, pero el

cuervo no continuó. Al final, Ranger dejó caer otra pregunta, ya

que el cuervo parecía estar abierto a contárselo todo.

—¿Por lo tanto, tu papá se quedó atrás para protegerla?

Chance le dio una sonrisa triste. —En realidad, eran dos

contra veinticuatro, se quedó para morir con ella.

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—Lo siento por tu pérdida.

—¿En serio? Creí que como eres un lobo, serías feliz de que

hubiera dos Cuervos menos en el mundo.

—Tú mismo me has dicho que no erais como cualquier

otro cuervo. Además, salvasteis a Xavier, y eso significa mucho

para mí. —Ranger no estaba seguro de quién se sorprendió más

por esta última frase.

Chance entrecerró los ojos. —Pensé que no conocías a

Xavier hasta la otra noche.

—Eso es correcto.

—Entonces, ¿cómo voy a creer que te preocupas por lo que

le suceda? Sé que no tienes planes de venderlo, o de lo contrario

tú y tus amigos felinos ya habríais vendido a Riley hace mucho

tiempo. Entonces, ¿qué otra razón podría haber para que sea

tan importante para ti?

Ranger se devanó los sesos tratando de encontrar una

respuesta, pero lo único que le vino fue la imagen de Xavier

cuando lo miró mientras estaban en la ducha. La forma en la

que se había aferrado a Ranger, apoyándose en él. Sobre todo,

Ranger pensado en lo mucho que quería volver al lado del

águila.

—No lo sé. Sólo por ser él —Ranger finalmente admitió. Se

aclaró la garganta y cambió rápidamente de tema—. Así que,

después de que salierais volando, ¿a dónde fuisteis?

—Sabíamos que no podíamos volver a casa porque las

hienas estarían vigilando el lugar. Decidí que teníamos que ir a

algún lugar donde pudiera encontrar un trabajo para

mantenernos. Flint me vino a la mente a causa de la alta

población de cambiaformas que hay. Me imaginé que habría

alguien que estuviera dispuesto a contratarme, aunque no tengo

ninguna educación o habilidad laboral.

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Ranger decidió no hacerle saber que sabía que había

tomado medidas desesperadas con el fin de mantener a su

familia. —¿De dónde sacasteis la sombra?

—¿Quieres decir el spray que enmascara el aroma de

Xavier?

—Sí.

—Unos cambiaformas Lobos me lo vendieron. Pensaron

que era para mí. No me atreví a decirles que era para mi

hermano águila.

—¿No te advirtieron sobre lo que podría ocurrir si se

utilizaba demasiado?

Chance negó con la cabeza, el labio inferior le tembló

ligeramente. —No, si hubiera sabido que eso dañaría a Xavier,

nunca lo hubiera traído a casa. Te lo juro.

A juzgar por los gestos de protección que había visto del

cuervo hacia Xavier y Dulla, Ranger se sentía inclinado a

creerlo.

—Tengo una pregunta más para ti. ¿Por qué me lo has

contado todo? A juzgar por lo que he visto, no confías en

nosotros —dijo Ranger.

Chance dudó unos instantes antes de decir: —Porque estás

ayudando a Xavier. Además, he visto la mirada que te dio

cuando le prometiste que Dulla estaría bien. Confía en ti. —

Chance jugueteó con sus dedos antes de preguntar—: ¿Cómo

está Xavier?

—Están trabajando en él ahora.

—¿Crees que se pondrá bien?

—Tenemos a algunos de nuestros mejores hombres

trabajando en él. Si alguien puede contrarrestar el

envenenamiento, esos son Owen y el Doc.

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—Por favor, tenéis que salvarlo. Acabo de perder a mamá y

papá. No puedo perder también a mi hermano

—He visto al Doc hacer milagros otras veces. Además,

Xavier es un cambiaformas, eso está de su lado para ayudarlo.

—¿Mi hermana está bien?

Ranger decidió ser honesto con él. —No, ella se ha cerrado.

Pero ahora que he hablado contigo, puedo llevarte con ella.

Vamos a manteneros en las salas de interrogatorios en vez de en

la cárcel.

—¿Somos un sucio secreto?

—Algo por el estilo. —Tanto si le gustaba el hombre como

si no, Ranger no iba a entrar en detalles sobre la enfermedad

mental de Riley.

—¿Puedes conseguir un televisor para Dulla?

—Claro, ¿es adicta a la telebasura o algo así? —Ranger se

burló suavemente.

—No, estábamos tan lejos en el medio de la nada que no

teníamos canales ni nada parecido, pero mi mamá le compró a

Dulla un montón de DVD del oso Yogui. A Dulla le gusta verlos

todo el tiempo. Ayuda a calmarla.

—Claro, ¿hay algún DVD que quieras que tome para ti?

Chance negó. —Nunca he visto otra cosa. Mi mamá sólo

trajo a casa eso.

—¿Por qué? ¿Estaba en contra de los otros espectáculos o

algo así?

—Hey, ¿qué puedo decir? Somos Cuervos. El hecho de que

no nos guste matar nuestra propia comida y jugar con las

canales, como el resto de nuestra raza, no quiere decir que no

seamos raros de vez en cuando.

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Ranger se echó a reír, antes de que algo en el comentario

de Chance lo golpeara. —En serio, ¿es por eso que los otros

Cuervos huelen tan mal?

—Sí, y debido a algunas prácticas culturales. Mamá sólo

compartió algunas de ellas con nosotros, pero eran brutales y

estaban mal. —A Chance le dio un escalofrío.

Ranger decidió que quizás era mejor no saber en qué

consistían esas actividades. Se puso de pie. —Traeré a Dulla de

inmediato. Me aseguraré de conseguir también el televisor y el

DVD. Sólo tengo una última petición.

—¿Qué?

—Quiero saber el nombre del lobo que te vendió el spray.

—¿Por qué?

Un gruñido bajo retumbó en el pecho de Ranger. —Debido

a que casi mata a Xavier. Voy a asegurarme de que no vende esa

basura a otro cambiaformas confiado.

—Miles. Pero no sé dónde para. Fue expulsado del último

sitio en el que yo estaba trabajando y no sé a dónde se fue.

—No te preocupes, conozco a un rastreador excelente.

Ranger se levantó y salió de la habitación. Antes de cerrar

la puerta, ya estaba sacando su móvil. Tan pronto como Shane

respondió, Ranger ordenó: —Me acabo de enterar que un lobo

llamado Miles, fue quien le suministró la sombra a Xavier.

Quiero que encuentres al bastardo sarnoso y cuides de él de la

mejor forma que sepas.

Curiosamente, Ranger no se sentía ni un poco culpable por

ordenar su primer asesinato. Su único pesar era que no podía

ser él quien hiciera el trabajo. Ese lobo se había atrevido a

lastimar a Xavier y por lo que a Ranger se refería, eso era un

delito que conllevaba la pena de muerte.

Page 59: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

Tan pronto como terminó de hablar con Shane, Ranger

trasladó a Dulla a la sala de Chance y ordenó que llevaran allí un

televisor y una colección de DVD de Yogui, mientras él se

apresuró a ir a ver Xavier. Habían convertido una de las salas de

interrogatorios en una sala de emergencia improvisada. Cuando

Ranger entró y se encontró a Xavier inconsciente y conectado a

un montón de máquinas, su corazón se sacudió.

—¿Qué pasó? Hablaba muy bien en la ducha.

Jacyn levantó la vista. —Tuvo una recaída de las peores.

Sus pulmones se llenaron de líquido y le bajó la presión arterial.

Tuvimos que intubarlo y ponerle otra IV.

—¿Cuánto tiempo lleva inconsciente? —Ranger se acercó y

acarició suavemente el cabello de Xavier.

—Casi desde el momento en el que lo trajeron aquí.

—¿Va a recuperarse? —Ranger se estremeció con el

pensamiento de que Xavier pudiera morir.

—Es necesario tenerlo controlado y esperar, pero el doctor

piensa que va a salir adelante. No hay antídoto conocido para la

ricina, pero Owen logró contenerlo. —Jacyn dejó salir un silbido

de apreciación—. Ese tipo es un maldito genio. Tenemos mucha

suerte de que trabaje de nuestro lado.

—¿Cuándo crees que despertará?

—Todavía no estamos seguros. El Doc sólo ha visto otro

caso como este.

Page 60: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

—Hablé con Chance, el cuervo macho. Según él, el lobo

que los vendió esa mierda ni siquiera los avisó de lo que

sucedería si se ponían demasiado.

Ranger contempló a Xavier. Aunque sus labios ya no

estaban azules, su piel era tan pálida como la de Chance. Ranger

pasó un dedo a lo largo de la mejilla de Xavier, su propio aliento

ligeramente atorado en su garganta.

Maldita sea, si sólo hubiera llegado allí antes, tal vez

entonces Xavier no estaría tan enfermo.

—¿Siempre eres tan cercano a los callejeros que recoges?

—preguntó Jacyn mientras miraba hacia abajo al dedo de

Ranger, que seguía acariciando la cara de Xavier.

Ranger pensó en mentirle, pero sabía que Jacyn vería a

través de él. Desde que se había unido a la coalición, Ranger

había vivido con la familia del jaguar, y Jacyn y él eran bastante

cercanos.

—No, nunca me he sentido así por nadie. No sé qué tiene

Xavier, pero es como una astilla en la pata que no va a

desaparecer.

—Puedo verlo.

Ranger dejó escapar un gruñido suave por la frustración.

—Es una estupidez. Sólo he hablado con el mocoso un par de

veces, así que no hay razón por la que deba sentir nada por él.

—Y sin embargo, no puedes sacarlo de tu mente. —Jacyn le

dio una sonrisa de simpatía—. ¿Ayudaría si te dijera que ocurrió

lo mismo con Logan y conmigo?

—En realidad, no. —Ranger soltó un suspiro de

frustración—. Mira, nosotros no somos como vosotros dos.

Xavier y yo no vamos a salir corriendo a inscribirnos en un

registro de bodas o cualquier otra cosa.

Page 61: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

—Hmm... —Jacyn le dio otra mirada apuntando a la

manera en la que Ranger continuaba acariciando a Xavier—. Si

ese es el caso, entonces, ¿por qué no te vas a casa y duermes un

poco?

—No me iré hasta que despierte. —Ranger

automáticamente protestó. Tan pronto como se dio cuenta de lo

que había dicho, apretó los labios, enojado, para contener una

maldición.

—Sí, sigue diciéndote a ti mismo que no significa mucho

para ti —atacó Jacyn antes de alejarse.

Ranger debatió si correr tras él, pero luego se dio cuenta

de que realmente no quería dejar solo a Xavier. En su lugar,

acercó una silla y se sentó junto a la cama, incluso extendió la

mano y agarró la de Xavier.

—¿Qué demonios me estás haciendo? —le preguntó

Ranger a Xavier.

Por supuesto, ya que Xavier estaba en coma, no respondió.

Ranger utilizó su mano libre para acariciarle el pelo,

maravillándose de lo suave que se sentía. —Tienes que

despertar. Así por lo menos, puedes volver a esquivarme.

Xavier tampoco respondió a ese comentario.

Xavier parpadeó abriendo lentamente los ojos. Se puso

tenso, esperando que el dolor demasiado familiar se disparara a

través de su cabeza, pero no llegó. En cambio, se sentía débil y

desorientado.

Page 62: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

Poco a poco giró su cabeza hacia un lado, tratando de

ubicar dónde podría estar, pero la habitación blanca le era

desconocida. Estaba llena de equipos médicos, pero aparte de

eso, no tenía idea de dónde estaba.

Todavía moviéndose con cautela, volvió la cabeza en la

otra dirección, su corazón perdió el ritmo cuando vio a Ranger.

El lobo estaba sentado a pocos metros de distancia, desplomado

en una silla. Estaba dormido y parecía que llevaba varios días

sin afeitarse, a juzgar por los rastrojos que se veían en su

hermoso rostro.

—Ranger —graznó Xavier, su voz ronca por su dolorida

garganta.

El lobo se sentó en posición vertical automáticamente. —El

paciente está despierto.

—Sí, ¿dónde estoy?

—En la sede de la coalición felina.

Xavier asintió cuando los recuerdos de la otra noche le

llegaron. —¿Cuánto tiempo he estado fuera?

—Un par de días. ¿Cómo te sientes?

—Me duele la garganta.

—Jacyn dijo que era de esperar, debido al tubo para

ayudarte a respirar. —Ranger tomó un vaso y lo acercó con una

pajita a los labios de Xavier—. Aquí, a ver si esto ayuda.

Xavier dio un sorbo, el agua fría bañó su reseca garganta.

Aunque el dolor no se fue por completo, ayudó algo. Xavier se

tomó unos momentos antes de soltar la paja de sus labios.

—Gracias. —Se hundió en la almohada.

—No hay problema.

—¿Dónde están Dulla y Chance?

Page 63: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

Aunque seguía preocupado por sus hermanos, una parte

de él sabía que Ranger cumpliría su promesa y los protegería.

—Ellos están en otra sala de interrogatorios. Pero no te

preocupes. Están juntos y llevé un montón de DVD del oso

Yogui para Dulla.

—Gracias. Probablemente todo esto la haya asustado, y el

programa le ayuda a calmarse.

—Lo sé, me lo dijo Chance.

—¿Eso es todo lo que Chance compartió contigo?

—No, me habló de cómo llegaste a vivir con ellos, lo que

ocurrió con sus padres y como llegasteis a Flint.

Eso sorprendió a Xavier. Habían sido educados para

mantenerlo siempre todo en la familia. Si Chance le había

contado todo eso, realmente debía confiar en Ranger.

—¿Estamos bajo arresto? —preguntó Xavier.

Ranger apretó los labios. —Honestamente, no sé lo que

sois. Aunque no habéis hecho nada en contra de la coalición,

tampoco podemos dejar que os vayáis.

—¿Por qué no? ¿Qué pasa si nos comprometemos a irnos y

no volver nunca más a Flint? —A pesar de que hizo esa

pregunta, el corazón de Xavier gritó en señal de protesta. Esta

vez no era sólo por Riley. Por extraño que pareciera, Xavier

sintió que iba a perder a Ranger en igual medida, si no más.

—Eso está fuera de la discusión. Sólo es una cuestión de

tiempo antes de que los esclavistas te atrapen. Eso no es un

lugar en el que quieras estar. Lo sé por experiencia personal.

—¿Fuiste capturado por traficantes de esclavos? —Xavier

no podía imaginar que nadie pudiera contener a Ranger. El lobo

parecía muy fuerte y capacitado.

Page 64: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

—Antes de entrar en la coalición, vivía con Riley y algunos

otros cambiaformas callejeros. Llamamos estúpidamente la

atención sobre nosotros y terminamos como esclavos.

—¿Cuánto tiempo estuviste en cautiverio?

—Pasó un año antes de que la coalición felina nos

rescatara.

Xavier pensó en eso un momento, su mente seguía fija en

un punto. —Sé que Riley tiene pareja ahora, pero ¿qué cerca

estabais mi hermano y tú antes de eso?

Ranger dio un largo suspiro. —Mientras estuvimos

viviendo todos juntos, nunca fuimos exclusivos ni nada, pero

hemos jugado un par de veces.

Los celos y la decepción golpearon a Xavier. —Cuando

dices jugar, no te refieres a cartas o las damas, ¿verdad?

—No, realmente no. —Ranger se inclinó hacia delante en la

silla—. Pero Riley y yo siempre fuimos sólo amigos. No era nada

más.

Xavier se encogió de hombros, haciendo todo lo posible

para actuar como si no lo molestara. —No tienes que explicarme

nada.

Antes de que pudieran decir nada más, el médico se

acercó. —Ya era hora de que despertaras.

A pesar de su actitud gruñona, Xavier podía decir que el

hombre estaba realmente contento de verlo consciente.

—Sabía que no debería haberme tomado dos pastillas para

dormir —bromeó Xavier

En la esquina de los labios del médico, apareció una

sonrisa. —En lugar de eso, quisiste suicidarte con ese maldito

spray.

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—Sólo trataba de hacerte la vida más interesante. Sin

pacientes como yo haciendo el idiota, los médicos no tendríais

nada que hacer.

—Qué suerte la mía, hay un montón de tontos del culo por

aquí, así que nunca tendré un momento aburrido.

El médico revisó los signos vitales de Xavier. Cuando

terminó, dijo: —Estás haciéndolo mucho mejor que la primera

vez que llegaste.

—¿En serio? ¿Significa eso que puedo ver a mis hermanos?

—Date un día más y luego te dejaré salir de la cama.

Entonces podrás visitarlos. —El Doc escribió algunas notas en

su cuadro médico.

Xavier quería preguntar si podían venir Chance y Dulla,

pero sabía que probablemente sería mejor para Dulla no

moverla demasiado. Además, si veía a Xavier acostado en una

cama, se preocuparía demasiado. Ya había tenido suficiente en

la última semana, como para añadirlo a él a la ecuación.

—¿Sabe Riley que estoy aquí? —Por fin se atrevió a

preguntar.

Si su gemelo lo supiera, pero se hubiera negado a ir a

verlo, sería un duro golpe. Aunque Xavier se decía a menudo

que su hermano de nacimiento no significaba nada para él,

deseaba secretamente tenerlo a su lado. Ya fuera porque eran

gemelos o tal vez por los lazos familiares de los Águilas, fuera la

que fuera la razón, Xavier sentía un anhelo constante de ver a

Riley otra vez.

—No, no lo han informado todavía.

Xavier tiró nerviosamente de su manta. —No intentaría

hacerle daño. Te lo prometo.

Page 66: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

Ranger se acercó y acarició el pelo de Xavier.

Impresionado por el amoroso gesto, Xavier casi se olvidó de la

aplastante decepción. Incluso se acurrucó en el toque, como un

gatito en busca de más atención.

—Sé que no lo harías. Su compañero es realmente

sobreprotector con él, porque Riley... —Ranger se fue apagando

mientras su mirada se desviaba a un lado.

—¿Qué pasa con Riley?

—A veces no maneja ciertas situaciones muy bien.

El pecho de Xavier se apretó cuando cayó en la cuenta de

lo que significaba. —¿Es como mi madre biológica?

Incluso años después, Xavier podía recordar sus cambios

de humor. Cómo se encolerizaba de repente y destruía casi

todos los muebles de la casa. Y en el momento siguiente

utilizaba un marcador rojo para escribir los pasajes de la Biblia

en la pared de la sala. Los pasajes habían sido terribles para

ellos, que todavía eran muy pequeños y débiles.

—No, no es para nada como tu madre. Aunque Riley tiene

a veces... episodios, nunca es violento con los demás.

Eso no hizo mucho para calmar a Xavier. Dejó escapar un

leve sonido de angustia. —Oh, Dios mío.

Ranger se inclinó y depositó un suave beso en la frente del

águila. Xavier contuvo el aliento cuando el calor se arremolinó

en su estómago. Eso lo ayudó a aliviar un poco el pánico que

corría a través de él, especialmente cuando Ranger se acercó y

entrelazó sus dedos con los suyos.

—Riley está mucho mejor ahora. El Doc está trabajando

con un psiquiatra especialista en cambiaformas que está

tratando a Riley. Tomará medicinas el resto de su vida, pero es

más feliz de lo que jamás lo he visto.

Page 67: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

—¿Acaso si siquiera sabe que estoy en Flint?

—Colin no quería decírselo por temor a que Riley se

hiciera demasiadas esperanzas.

—Oh.

Esa noticia le dolió mucho más de lo que debería. La

emoción obstruyó su garganta y se alejó, sin querer mostrar su

momento de debilidad. Cuando una lágrima resbaló por su

mejilla, Xavier intentó limpiársela discretamente en la

almohada. Por alguna razón, le importaba lo que Ranger

pensara de él y quería desesperadamente demostrarle que era

fuerte.

—¿Sabías que fui exiliado de mi manada? —preguntó

Ranger.

—¿Por qué? —preguntó Xavier, sin volverse.

—Porque soy gay. En realidad, fueron sólo algunos

miembros de la manada los que me echaron. En ese momento,

Chris, nuestro líder no era el mejor Alfa y los miembros como yo

eran expulsados.

—¿Y tus padres? ¿Acaso no te ayudaron?

Ranger le dio una risa amarga. —¿Estás bromeando? Mi

padre dirigió el grupo que me echó.

Xavier dejó escapar un grito ahogado de shock y se dio la

vuelta para mirar a Ranger. —Eso debió dolerte.

—Lo hizo. Lo peor fue tener que dejar a mi madre y a Leia.

Una vez más, Xavier sintió la jodida mordedura de los

celos. —¿Era Leia tu novia?

Ranger pegó su nariz a la de Xavier. —No, nunca ha

habido ninguna mujer para mí. He estado fuera durante

bastante tiempo. Leia es mi hermana.

Page 68: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

Xavier trató de no sentirse demasiado satisfecho. Por lo

que sabía, Ranger podría tener un novio. —Siento que os

separaran.

—Yo también siento mucho que Riley y tú estéis

separados.

—Sólo quería verlo. Eso es todo. Nunca tuve la intención

de causar tantos problemas. Ahora Dulla y Chance son

prisioneros, y todo por mi culpa. —Xavier lanzó un suspiro

tembloroso.

—Creo que esto es lo mejor que os podría haber pasado a

los tres. Aunque Chance estaba haciendo todo lo posible, los

Cuervos esclavistas os habrían capturado tarde o temprano.

—¿Crees que los felinos matarán a Dulla y Chance? —

Xavier finalmente expresó su temor más grande.

—No, una vez que pasé mi informe a Mitchell, el líder de la

coalición se dio cuenta de que esta situación es única. Ahora, la

única pregunta es, qué vamos a hacer con ellos. No podemos

dejarlos ir por temor a que los ataquen, pero no sabemos dónde

infiernos colocarlos. La raza más parecida a ellos que tenemos

aquí es la de los Halcones, y hay demasiada sangre derramada

entre ellos y los Cuervos. Creo que van a tener problemas para

aceptar incluso a buenas personas como Dulla y Chance.

Xavier sonrió. —¿Acabas de llamarlos buenos?

—Chance me dejó muy impresionado.

El impulso de sonrisa se desvaneció. —¿Es así?

Ranger se echó a reír. —Eres tan lindo cuando estás celoso.

—¿Quién dice que estoy celoso?

—Lo tienes escrito por todos los lados de esa linda cara

tuya.

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—¿Me acabas de alagar?

—Sí, a pesar de que me diste esquinazo.

El calor se apoderó de la cara de Xavier. —Realmente

siento eso. Estaba asustado y quería marcharme. Esto puede ser

una sorpresa para ti, pero no tengo habilidades de combate muy

buenas.

Una mirada de asombro y burla apareció en el rostro de

Ranger. —¡De ninguna manera! Nunca me lo hubiera

imaginado.

Xavier se echó a reír. —Es una buena cosa que no tengas el

trabajo de Jacyn, tu trato con los enfermos sería una mierda.

—Nunca he tenido ninguna queja antes. —Doblándose

hacia abajo ligeramente, Ranger acarició el cuello de Xavier.

Un estremecimiento de placer bailó por la columna del

águila cuando su polla comenzó a hincharse. —Probablemente

apeste al hedor de la enfermedad.

—Hueles perfecto. —Ranger inhaló profundamente, su

lengua lanzándose hacia la carne de Xavier en una rápida

lamida—. Estoy en el cielo, porque finalmente puedo respirar tu

olor sin el maldito aerosol ocultándolo.

—Todavía no puedo creer que fuéramos tan estúpidos

como para no saber que era el spray el que me estaba matando.

Si hubiera un premio al mayor idiota, lo estaría recogiendo.

—No seas tan duro contigo mismo. Has tenido mucho que

asimilar, por lo que es comprensible que cometas algunos

errores en el camino. Me alegro de haber estado allí para

salvarte.

Xavier se estremeció cuando Ranger le dio otro lametazo

lento y sensual. —Sí, pero ¿qué pasa si no estás allí la próxima

vez?

Page 70: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

Ranger levantó la cabeza unos cuantos centímetros.

Agarró la barbilla de Xavier, lo que lo obligó a girar hasta que

sus miradas se cerraron. Otro escalofrío recorrió a Xavier por la

intensa expresión en los ojos color ámbar de Ranger. Era casi

como si fuera a desnudarlo y lamer cada centímetro de su piel.

—¿No lo entiendes todavía? —Ranger exigió.

La boca de Xavier se secó. Tragó un par de veces en un

intento desesperado para poner algo de humedad en su

garganta. —No, yo no...

—Siempre voy a estar aquí. Ahora que te he encontrado,

nunca te dejaré ir. Y no porque seas el hermano de Riley o

porque seas un águila que necesita protección.

—¿Entonces por qué?

El corazón de Xavier comenzó a latir violentamente. De

alguna manera, sabía que las siguientes palabras cambiarían su

vida para siempre. Ranger pasó la yema de su dedo pulgar a lo

largo del labio inferior de Xavier. El águila no pudo resistirse y

lanzó su propia lengua hacia fuera, su polla se sacudió por el

sabor salado del hombre.

Todavía sosteniendo su mirada, Ranger, dijo: —Nunca te

dejaré ir, porque tú me perteneces.

—Estás loco. ¿Cómo puedes saber eso cuando sólo hemos

hablado un par de veces? —protestó Xavier, aunque en el fondo

sabía que los sentimientos intensos que corrían entre ellos, lo

hacían en ambos sentidos.

—Bien, entonces si no es verdad, niégalo. Dime que desde

el momento en que nos conocimos, no te diste cuenta de que

estábamos destinados a estar juntos. Y no para una follada

casual. Te quiero como mi compañero y yo no voy a aceptar

nada menos.

Page 71: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

Xavier abrió la boca para discutir, pero no salió nada.

Mientras su cerebro gritaba, ‘¡esto es una locura!’, su corazón

decía, ‘¿a quién le importa? Sabes que Ranger tiene razón’. Lo

curioso era que el corazón siempre parecía ser más fuerte que el

cerebro, especialmente cuando se trataba del amor.

Cuando Xavier continuó en silencio, Ranger le dio una

sonrisa de satisfacción. Dándole un suave beso en la mejilla, le

susurró: —Te voy a dar tiempo para acostumbrarte a ello, pero

no te equivoques. Eres mío y no te dejaré ir jamás.

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Aunque Ranger no quería irse a la cama, Xavier insistió en

que debía ir a descansar. Ranger casi discutió, pero al final

decidió que probablemente podría darse una ducha caliente y

cambiarse de ropa.

A pesar de estar cansado hasta los huesos, Ranger dio

vueltas en la cama la mayor parte de la noche, su mente volvía

constantemente a Xavier. A pesar de que el Doc y Jacyn le

habían asegurado que todo había pasado, a Ranger le

preocupaba que Xavier tuviera otra recaída, como la última vez

que se separó de él.

Cuando dieron las cinco de la mañana, Ranger finalmente

se rindió y se vistió. Se abrió camino hasta la cocina,

ligeramente sorprendido al encontrarse a Mitchell sentado en la

mesa tomando unos cereales. Dado que Mitchell era el líder de

la coalición, tendía a tener un horario extraño.

—Me sorprende que hayas dejado a Xavier —dijo Mitchell

a modo de saludo.

Ranger se encogió de hombros, sin molestarse en negarlo.

El águila se había convertido en el foco de toda su atención. —

Xavier quería que durmiera un poco.

—Ah, entonces supongo que estás tan preocupado por él

que sólo has conseguido conciliar el sueño un par de horas.

—Lo intenté durante veinte minutos —bromeó Ranger,

dejándose caer en un asiento.

Page 73: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

Había una jarra de café sobre la mesa, y Mitchell le sirvió

una taza a Ranger. —¿Has pensado dónde debemos poner a

Xavier y los Cuervos?

Ranger asintió. Al menos, sus vueltas en la cama no habían

sido en vano, porque se le había ocurrido la solución perfecta

poco después de medianoche. —¿Sabes ese conjunto pequeño

de oficinas en el extremo norte del edificio? ¿Las que nunca se

utilizan?

—Sí.

—Me preguntaba si me permitirías convertirlas en un

apartamento para Xavier y para mí.

Si Mitchell se sorprendió de que Ranger se fuera a vivir

con Xavier, no lo demostró. —¿Los Cuervos también vivirán

contigo?

—Sí, van a tardar un tiempo, pero creo que el resto de la

coalición se acostumbrará a tener un par de Cuervos alojándose

por aquí. Puede que nunca lleguen a aceptarlos del todo, pero al

menos espero que aprendan que no son unos hijos de puta

asesinos sin alma, como todos los demás Cuervos.

—No va a ser fácil para ellos. Muchas familias se han visto

afectadas por los Cuervos. A pesar de que Dulla y Chance sean

diferentes, va a haber algunos que no puedan ver más allá de lo

que son.

Ranger tomó una manzana de la cesta de frutas en el

centro de la mesa. —¿Qué me sugieres? No podemos

abandonarlos simplemente porque tuvieron la desgracia de

haber nacido en la raza equivocada de pájaros.

—No, todos sabemos lo que les pasará a esos niños si salen

a la calle. Incluso si Xavier no está con ellos, van a tener grandes

objetivos en la espalda. Son demasiado ingenuos y vulnerables

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para sobrevivir en nuestra viciosa sociedad. Tuvieron suerte de

que los encontráramos antes de que los mataran.

—A Xavier casi lo matan —señaló Ranger antes de darle un

salvaje mordisco a la manzana.

—He oído que enviaste a Shane a visitar al hombre que le

suministró a Xavier la sombra.

Ranger buscó la cara Mitchell cuidadosamente para

detectar cualquier signo de desaprobación. Lo único que

encontró fue curiosidad. —En lo que a mí respecta, el lobo debe

ser eliminado. Nunca advirtió a Chance de lo que podría

suceder si utilizaba ese spray. El desgraciado estaba más

preocupado por el dinero que obtendría con la venta. Me

pregunto a cuántos otros cambiaformas habrá matado con su

veneno.

—Estoy de acuerdo con tu decisión. Shane también, o de lo

contrario nunca habría accedido a eliminarlo.

—¿Shane ha rechazado un trabajo alguna vez? —Ranger

arrastró las palabras.

—Esto puede ser una sorpresa para ti, pero, sí, lo ha hecho.

Shane tiene su propio conjunto de normas morales, por extraño

que parezca.

Ranger se sintió mal por haber hecho la pregunta.

Obviamente, el leopardo debía ser un buen tipo, de lo contrario

Trevor nunca se habría enamorado de él. Además, nunca

hubieran encontrado a Xavier de no haber sido por las

habilidades de rastreo de Shane.

—Voy a comprobar y ver cómo está Xavier. —Ranger se

levantó, la manzana aún en la mano.

Salió de la casa y pasó a través de la construcción en su

mayor parte desierta. Eso en realidad era una bendición, ya que

no quería encontrarse con sus amigos y tener que explicarles a

Page 75: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

dónde iba. Se dio cuenta de que no sería capaz de contener las

noticias de los recién llegados por mucho tiempo. Infiernos,

podía ser que los rumores ya circulan alrededor y todo el mundo

lo supiera. Sólo esperaba comprar al menos un día más antes de

que todo estallara. De esa manera, podría convencer a Colin de

que era seguro que Riley viera a Xavier.

Cuando llegó al pasillo que conducía a la sala de

interrogatorios, se detuvo el tiempo suficiente para echar un

vistazo a la habitación de los Cuervos. Chance estaba

acurrucado en posición fetal, al parecer, profundamente

dormido. Dulla sentada en el borde de la cama, con el rostro

casi pegado a la pantalla de televisión.

—¿No ha dormido nada? —le preguntó a la pareja de

guardias apostados en el exterior.

Uno de ellos, un tigre, sacudió la cabeza. —En realidad no.

Ella sólo toma siestas pequeñas.

Ranger miró más de cerca, dándose cuenta que tenía algo

apretado contra el pecho. —¿Qué está sosteniendo?

Una rubor se extendió sobre la cara del joven guardia. —Es

un oso Boo-Boo de peluche. Espero que no te importe, pero lo

compré para ella.

Ranger estudió al tigre. Con el pelo corto, rubio y de punta

con varios colores en él y unos enormes ojos azules, algunos lo

llamaban gatito lindo. —No te he visto por aquí mucho. ¿Cuál es

tu nombre?

—Dominic. Acabo de empezar a servir en la sede, señor.

Espero no haberla liado dándole a Dulla un regalo. Parecía muy

deprimida, así que pensé que podría levantarle el ánimo. No

estaba tratando de llegar a ella ni nada. Me recuerda a mi

hermana y me sentí mal por ella.

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Ranger decidió tener misericordia del pobre chico. —Está

bien. Parece que realmente le gusta.

Dominic sonrió. —Ella lo hace. Sé que Dulla y Chance son

Cuervos, pero me gustan.

El otro guardia, una cambiaformas león llamado Thomas,

soltó un bufido de burla. —No seas idiota, novato. Todos los

Cuervos son lo mismo. Solo que este par está vestido más

elegantemente y sabe lo que es una ducha.

Ranger quería arremeter contra el soldado, pero se

contuvo. Thomas tenía una amarga historia en cuanto a los

Cuervos, en primer lugar mataron a sus padres y, más

recientemente, eran los responsables de que su hermano menor

perdiera la cabeza. Ranger podía entender que el individuo

estuviera enojado.

—¿Quieres que Mitchell te asigna a otro lugar? —Ranger

preguntó finalmente.

Si bien era una salida y no una reprimenda, se aseguró de

que su tono de voz fuera desaprobatorio. Se puso tenso,

esperando a ver cómo lo tomaría Tomás. Si bien técnicamente

tenían el mismo rango, Thomas era mucho mayor y más

experimentado. Por otro lado, era del equipo que Ranger tenía a

su cargo.

Thomas arqueó una ceja, pero por lo demás no desafió la

autoridad de Ranger. —No, me comprometo a ser un buen

gatito y no comerme a los pájaros.

No era la mejor rama de olivo que le habían ofrecido, pero

Ranger la tomaría, dado el pasado de Thomas. Asintió con la

cabeza a los guardias antes de dirigirse a la habitación de

Xavier. Mientras abría la puerta, se hizo una nota mental de que

tal vez sería una buena idea asignar protectores a los hermanos

Cuervos. Algunos compartirían la animosidad de Thomas y no

tendrían el mismo control que el león.

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Despidió a los guardias de Xavier antes de entrar en la

habitación y cerrar la puerta detrás de él, y se detuvo a mirar al

águila. Como siempre cuando se encontraba en presencia de

Xavier, Ranger luchaba contra sus contradictorias emociones.

Xavier estaba sentado en la cama, con la mirada fija en la

televisión, como Dulla. Pero a diferencia de su hermana, Xavier

observaba el show de ‘Maury Povich’. Los llenos labios del

águila estaban muy abiertos por la sorpresa mientras su mirada

de ojos verdes devoraba las imágenes que parpadeaban ante él.

El pecho de Ranger se apretó al recodar la expresión de

Xavier cuando le dijo que era suyo. Ranger aún no sabía por qué

había hecho tal declaración. Aunque todo lo que había dicho era

cierto, sabía que era demasiado pronto para tener esos

sentimientos.

Entonces Xavier se volvió y le brindó una sonrisa tan dulce

que Ranger comprendió de repente sus motivaciones. De hecho,

empezaba a sentirlo como un cristal delicado. Xavier era tan

inocente, tan divertido, tan encantador, tan molesto y

malcriado, que nadie más se le podía comparar en lo que a

Ranger se refería.

Claro, todavía no estaba listo para caer sobre una rodilla y

declararle su amor eterno, pero sí sabía con certeza que Xavier

le pertenecía a él. También sabía sin lugar a dudas, que con el

tiempo, tanto Xavier como él se amarían.

—¿Por qué estás viendo esa basura? —preguntó Ranger

cuando se acercó y se sentó en el borde de la cama.

Los ojos de Xavier de alguna manera aumentaron de

tamaño. —Justo después de que te fuiste, trajeron el equipo. He

estado despierto toda la noche viéndolo.

—Deberías haber descansado. Es necesario para que sanes.

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—Estoy bien. Estoy muy bien. De hecho, no puedo

recordar la última vez que me he sentido tan bien. Fuera lo que

fuese lo que el doctor me dio, realmente funcionó.

—No deberías presionarte.

Xavier no le hizo caso. —Ranger, hay tantas cosas para ver.

Nunca me di cuenta de lo grande que es todo. ¿Sabías que

veinticinco varones humanos compiten por una mujer? Es muy

importante que le entreguen una rosa.

Ranger se mordió el interior de la mejilla para contener en

su risa. —¿Qué más has aprendido?

—Que a algunos seres humanos les gusta vivir en las islas y

comen insectos. Mientras que otros llenan sus casas con basura.

—Xavier lo miró seriamente—. Una mujer tenía cientos de

cerdos... en su casa ¿Te imaginas?

—Puedo ver que vamos a tener que limitar la cantidad de

reality shows que veas —bromeó Ranger.

Xavier se volvió un poco para poder envolver sus brazos

alrededor del cuello de Ranger, una pequeña mueca jugaba en

los labios del águila. —Pero si no los veo, entonces, ¿cómo voy a

saber a quién han expulsado de la isla? Además, hay muchos

más programas. Me gusta ver los documentales de Travel

Channel. No sabía que había tantos lugares hermosos.

Ranger puso sus brazos alrededor de la cintura de Xavier,

disfrutando de lo bien que se sentía tener al hombre en sus

brazos. —¿Cómo qué?

—Me encantaría ver la Torre Eiffel, o ir a Londres o Italia.

Piensa en lo bueno que sería poder volar sobre las pirámides de

Egipto —la voz de Xavier tenía un tono nostálgico.

—¿Dónde más te gustaría ir?

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Los ojos de Xavier dieron una mirada lejana. —Quiero ir a

pescar cangrejos en Alaska, subirme en las montañas rusas de

Florida y ver el cartel de Hollywood en California. Ah, y el Gran

Cañón.

—Te llevaré a todos esos lugares y más —prometió Ranger.

Toda la alegría desapareció del rostro de Xavier para ser

reemplazada por un ceño fruncido. —Los dos sabemos que

nunca podrá suceder.

—¿Por qué no?

—Porque al igual que Riley, tendré que tener cuidado cada

vez que salga en público. Nunca seré capaz de ir a lugares muy

lejanos ni ver la diversión de Londres. Tendré que estar en

medio de la nada, como cuando vivía con mis padres, o

escondido aquí, el único lugar donde estoy a salvo.

Ranger quería negarlo, pero no pudo. Cada vez que Xavier

dejara la seguridad de la sede, estaría en riesgo de ser

capturado. No era justo, y seguro que no era correcto, pero era

un hecho que ambos tenían que asumir. Maldita fuera si eso no

cabreaba también a Ranger.

No era correcto que el resto del mundo pudiera disfrutar

de muchas cosas, mientras que su compañero tenía que negarse

incluso el más simple de los placeres. Sin embargo, al mismo

tiempo, Ranger sabía que si algo llegara a sucederle alguna vez a

Xavier, lo destruiría. Ahora podía entender por qué Colin era

tan protector con Riley.

—Algún día encontraré la manera de ir a todos esos

lugares —prometió Ranger.

Incluso si tuviera que contratar a una docena de

guardaespaldas, haría cualquier cosa para darle a Xavier un

poco de alegría, para que su compañero se sintiese normal,

aunque sólo fuera por una vez.

Page 80: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

La boca de Xavier se levantó en una mueca torcida. —¿En

serio?

Ranger se encontró fascinado por sus labios cuando se dio

cuenta, no por primera vez, que todavía no habían compartido

un auténtico beso. —A estas alturas deberías saber que haría

cualquier cosa por ti.

Xavier se pasó la punta de la lengua por la boca, sin ser

consciente de la broma. —Está bien, entonces, ¿a dónde me vas

a llevar por primera vez?

Ranger bajó la cabeza y lo besó brevemente.

Incluso ese pequeño sabor convirtió su cuerpo en llamas.

—¿Qué tal algún lugar cercano, como Cedar Point?

—¿Qué es eso? —Xavier inclinó la cabeza hacia atrás, en

una súplica muda por otro beso.

Ranger cumplió, esta vez persistiendo lo suficiente como

para deslizar su lengua sobre la comisura de la boca de Xavier.

—Es un parque de atracciones en Ohio. Tengo la sensación

de que vas a amar las montañas rusas que hay allí.

Xavier dejó escapar un gemido cuando su cuerpo se

balanceó en el de Ranger. —Casi no puedo esperar.

—Yo tampoco.

Ranger inclinó su boca sobre la de Xavier y ahora sí le

plantó un auténtico beso. Xavier soltó otro quejido. Sus labios

se abrieron demostrando ser una tentación a la que no podía

resistirse y Ranger deslizó su lengua. El sabor dulce de Xavier

explotó sobre las papilas gustativas de Ranger, enviando

espirales de deseo a través de su cuerpo.

—¿Dónde me llevarás después? —preguntó Xavier cuando

llegó el momento de respirar.

Page 81: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

La cabeza de Ranger daba tantas vueltas, que le tomó un

segundo ordenar sus pensamientos. —Te llevaré a Myrtle Beach

para que puedas ver el mar.

—Siempre he querido caminar por la orilla y dejar que las

olas rodeen mis tobillos.

Esta vez fue Xavier quien se adelantó a por un beso, uno

que Ranger se apresuró a devolver. Al mismo tiempo, empujó

las mantas a un lado para apartar a Xavier y acostarse con él en

la cama. Terminó en la parte superior, con el pequeño cuerpo de

Xavier debajo de él. Xavier llevaba una sudadera negra y blanca

y una fina camiseta, lo que le permitía a Ranger sentir el calor

que emanaba del hombre.

—Más —declaró Xavier.

Ya que Ranger no sabía si se refería a otro lugar o a un

beso, le dio los dos. —Luego te llevaré a esquiar a Colorado.

Ranger metió la mano en el pelo de Xavier y obligó al

hombre a inclinar su cabeza para tener una posición perfecta.

Sólo entonces comenzó a besarlo otra vez. Xavier dejó escapar

un fuerte gemido mientras se arqueaba contra el cuerpo de

Ranger.

—Me encanta la nieve.

Ranger empezó a dejar caer una lluvia de besos por la

garganta de Xavier. —Después de eso nos iremos a Hawai.

—La vi en la televisión ayer noche. Se veía muy hermosa.

—Xavier dio un suave gemido de placer.

Se empujó hacia arriba, frotando su erección contra el

muslo de Ranger. Debió de gustarle, porque lo hizo de nuevo, su

boca abierta en un cuadro perfecto de pasión. La propia polla de

Ranger gritaba pidiendo ayuda, pero empujó a un lado sus

propias necesidades, más preocupado porque Xavier

consiguiera su placer.

Page 82: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

—Eso es, bebé, móntame —instó Ranger.

Xavier comenzó a frotarse en Ranger. Al principio, sus

movimientos eran torpes, pero rápidamente encontró su ritmo.

En poco tiempo, estableció un movimiento rápido, pero con un

ritmo sensual.

—Se siente tan bien —declaró Xavier con su voz excitada.

—Entonces no te detengas.

Ranger enterró su nariz en la parte interior del cuello del

águila, y se perdió a sí mismo en olor de Xavier. Olía a lluvia y

árboles, en otras palabras, era Xavier. Eso hizo que su lobo

aullara de placer, y al mismo tiempo, salieron sus instintos

naturales de Alfa. Mientras que quería clavar a su compañero

debajo de él y reclamarlo en ese mismo instante, sabía que no

era el momento, no todavía.

Eso no le impidió decir: —Mío, todo mío.

Xavier se empujó hacia arriba por última vez antes de

gritar el nombre de Ranger. Gritó tan fuerte que no tuvo

ninguna duda de que Thomas y Dominic lo habrían escuchado

dos puertas más abajo. A Ranger no le importaba, ya que quería

que supieran que Xavier le pertenecía a él.

Después de tomar un tembloroso y último suspiro, Xavier

se desplomó en la cama. —Eso fue... simplemente, wow.

Ranger levantó la cabeza y miró a su compañero. Xavier

sonrió, con una mirada de total satisfacción en su rostro.

Riéndose, Ranger le dio un suave beso. —Eso es sólo el

comienzo de lo que tengo planeado para ti.

—Si eso fue sólo una vista previa, no puedo esperar a ver

las otras cosas.

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A pesar de sus burlas, un ligero rubor cubrió las mejillas

de Xavier. Ranger se rió comprendiendo. —¿Quieres ir al baño y

limpiarte?

—Sí, creo que voy a tener que cambiarme de pantalones —

murmuró Xavier, el rubor extendiéndose por su rostro.

Ranger se levantó. —No te avergüences. Nos pasa a todos.

Xavier se sentó, dejando volar su mirada hacia Ranger. —

¿Tú también terminaste?

Como respuesta, Ranger agarró la muñeca de Xavier,

estrechando la mano del hombre en su polla todavía dolorida,

preguntó: —¿Se siente como que me he corrido?

—Oh. —Los ojos de Xavier se abrieron—. Lo siento.

¿Quieres que me encargue de eso? Nunca he hecho una

mamada antes, pero Chance me lo dijo todo acerca de eso. Estoy

seguro que podría entenderlo una vez que empiece.

Esa sugerencia tan inocente fue suficiente para empujar a

Ranger sobre el borde. Maldita sea, si Xavier sólo supiera el

efecto que tenía sobre él. Tenía el poder para poner a Ranger de

rodillas con una simple sonrisa.

Ranger se inclinó y le dio otro breve beso. —Puedes cuidar

de mí más tarde. ¿Por qué no vas al baño y te aseas, y después te

llevo a visitar a Dulla y Chance?

Xavier sonrió con emoción. —¿Realmente podré verlos?

—El Doc dijo que podías ir hoy.

—Gracias, Ranger. Eres el mejor. Soy muy afortunado de

tenerte.

Xavier le echó los brazos alrededor del cuello y le dio un

fuerte abrazo. Cuando regresó el abrazo, no podía dejar de

pensar que en realidad él era el afortunado.

Page 84: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

Xavier fue al pequeño cuarto de baño adjunto y se limpió

lo mejor que pudo. Aunque lo que en realidad le encantaría era

que Ranger se tomara una ducha con él. Pero estaba demasiado

ansioso por ver a Chance y Dulla.

Se puso otro par de pantalones que los felinos le habían

proporcionado. También le habían dado un par de zapatillas de

deporte negras, que se puso antes de volver con Ranger.

Mientras miraba al lobo, una ola de vergüenza golpeó a

Xavier al recordar la forma en la que había perdido el control

momentos antes. De repente, sintiéndose torpe y tímido, Xavier

se detuvo en la puerta, sin saber cómo actuar.

Ranger lo salvó doblando un dedo hacia él. —Ven aquí.

Feliz de tener una dirección en su confusión, Xavier se

adelantó. Ranger abrió los brazos y Xavier se hundió en ellos

felizmente. Incluso apoyó la mejilla contra el pecho del lobo.

—Me siento seguro cuando estoy contigo —confesó

Xavier—. Pero también estoy confundido.

—¿Sobre qué?

—Todo está sucediendo muy rápido. En un momento,

estoy viviendo en algún vertedero con Dulla y Chance, y la

siguiente cosa que sé, es que estamos viviendo en la coalición.

—Estoy seguro de que eso es mucho para asimilar.

—Lo es, porque hemos hecho todo lo posible para

evitarlos. —Cuando Xavier sintió que Ranger se ponía tenso,

agregó—. Por supuesto, ya no los tememos. Por lo menos yo no.

Page 85: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

Sin embargo, no creo que vaya a ser fácil para Dulla y Chance.

Puedo oír hablar a los guardias, y realmente odian a los

Cuervos.

—Sí, Mitchell y yo hemos hablado de eso.

Ahora fue Xavier, el que se puso tenso. —¿Habéis decidido

que lo mejor es enviarnos lejos?

Ranger lo abrazó tan fuerte que llegó a hacerle difícil

respirar. —No vas a ninguna parte.

—¿Qué pasa con Dulla y Chance? Porque somos parte de

un acuerdo global —advirtió Xavier.

—Nunca se me ocurriría separaros. Sé lo mucho que duele

perder a un hermano.

Xavier asintió con la cabeza, recordando la mirada perdida

en los ojos de Ranger cuando le habló acerca de su propia

hermana. —¿Qué vamos a hacer?

—Mitchell me ha dado permiso para construir un

apartamento aquí mismo, en la sede. Nos mudaremos tan

pronto como sea posible.

Xavier lo miró. —¿Dijiste ‘nosotros’?

—Sí, yo también voy a mudarme.

—Un momento, chico grande. Vamos a retroceder un poco

aquí. ¿No nos estamos moviendo demasiado rápido? ¿Nos

acabamos de conocer y ya nos vamos a vivir juntos?

Ranger dejó escapar un gruñido. —Te dije que me

pertenecías.

—Lo que suena como algo muy sexy cuando estamos

amándonos, pero en cualquier otro momento, me hace sonar

como una galleta o el último trozo de pizza. Si yo quisiera ser

Page 86: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

propiedad de alguien como si fuera una posesión, dejaría que

los esclavistas me llevaran e hicieran lo que quisieran.

—No seas ridículo.

Indignado, Xavier dio un par de pasos hacia atrás para

poner cierta distancia entre ellos. —¿Estoy haciendo el ridículo?

Tú eres el que está corriendo alrededor con gruñidos y actuando

como el Alfa grande y malo. ¿Se te ha ocurrido pensar que tal

vez podrías preguntarme si yo quiero vivir en pecado contigo?

No, solo asumiste que yo saltaría cuando tú ladraras, al igual

que tus otros perros callejeros.

—¿De qué estás hablando?

—También he oído a los guardias hablar de ti. De cómo te

gusta tener perros callejeros con los que puedes follar cuando te

conviene. —Xavier tragó saliva, el dolor cortándolo.

La comprensión apareció en los ojos de Ranger. —¿Y

cuándo te dije que nos mudábamos juntos, asumiste que sería el

mismo tipo de arreglo?

—Tú mismo me dijiste que Riley y tú follabais.

Ranger gruñó otra vez, mientras caminaba hacia adelante.

Xavier retrocedió unos pasos, dejando escapar un grito de

sorpresa cuando su espalda chocó contra la pared. Ranger

plantó las manos a cada lado de la cabeza de Xavier, imitando la

misma posición de la noche que se conocieron.

Acercándose hasta que sus rostros estaban a solos unos

centímetros, Ranger dijo: —No es lo mismo. No es como lo que

existe entre nosotros.

—¿Por qué debo creer eso?

—¿Alguna vez te he dado alguna razón para dudar de mí?

Xavier sintió un poco de culpa cuando escuchó la herida

en la voz de Ranger.

Page 87: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

—No, nunca me has mentido. Pero no puedo evitar

preguntarme por qué me has elegido a mí como compañero y no

a uno de ellos. Sé que no soy gran cosa. No sé luchar. Apenas

puedo leer. Soy tan tonto que casi me mato por accidente.

Además, no sé nada de este mundo. —Xavier sintió sus ojos

llorosos, pero celebró las lágrimas, porque por fin podía

confesar su mayor preocupación—. Sólo soy una pálida versión

de Riley. ¿Por qué quieres conformarte con eso, cuando has

tenido la realidad?

Ranger utilizó una mano para ahuecar la cara de Xavier. —

Tú no eres una pálida versión de nadie. ¿No te das cuenta de lo

valiente, inteligente y leal que eres?

Xavier negó con la cabeza. —Si soy tan valiente, ¿por qué

me he pasado la mayor parte de mi vida aterrorizado por no ser

lo suficientemente bueno?

—¿Por qué siempre piensas eso?

—Mi madre trató de matarme y luego Riley me dejó —

intentó bromear Xavier.

Ranger le salpicó el rostro con suaves besos. —Eso no tiene

nada que ver con no ser lo suficientemente bueno. Tu madre

estaba enferma, bebé. Nada podría haber cambiado lo que hizo.

En cuanto a Riley, sólo tenía cuatro años en ese momento.

Xavier dejó escapar un sollozo roto. —Sé que no tiene

sentido. Realmente es una tontería, ya que los dos éramos

prácticamente bebés. Simplemente no pude ayudarme a mí

mismo. Siempre he pensado que Riley nunca me quiso y por eso

se fue con esa mujer, mientras yo estaba todavía allí tendido,

herido y sangrando. Incluso traté de gritar su nombre, pero no

me oyó. Una vez que se hubo ido, todo lo que tenía por

compañía era el cadáver de mi madre. Sus ojos estaban abiertos

y yo estaba muy asustado de que se levantara y empezara a

dispararme otra vez, pero no podía huir. Así que tuve que estar

Page 88: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

allí aterrorizado durante dos días hasta que mi madre cuervo

apareció y finalmente me rescató.

—Oh, Dios. ¿Entonces te acuerdas de todo lo que pasó? —

jadeó Ranger.

—Cada segundo. Nunca he hablado sobre esto porque no

quiero volver a vivir esos recuerdos. Ni siquiera Chance o Dulla

conocen los detalles. Ni siquiera sé por qué estoy diciéndotelo

ahora.

Ranger le dio un beso suave en los labios. —Nunca has

sido una segunda opción, ni un premio de consuelo para mí. Te

quiero a ti, nadie más puede compararse contigo en lo que a mí

respecta. Mira, sé que no tiene sentido. Créeme cuando te digo

que siempre he sido el más práctico de mi grupo. Lo único que

sé es que vamos a estar juntos.

Xavier hizo un ligero movimiento de cabeza. —Estás loco.

Lo sabes, ¿verdad?

—Me han acusado de eso en el pasado.

—No lo entiendo, soy un desastre y todavía me quieres.

—Siempre —prometió Ranger antes de darle otro beso.

Esta vez el beso fue largo y profundo. Cuando se

separaron, la cabeza de Xavier estaba girando de deseo. —Lo

siento, antes me asusté. Creo que me va a tomar algún tiempo

aceptar que realmente me esté pasando algo tan bueno.

—Puedo ser tan paciente como necesites que lo sea.

Ranger le dio un último beso antes de dar un paso atrás. —

Vamos, te llevaré a ver a Dulla y Chance.

Cuando llegaron a la puerta, Ranger le preguntó: —¿Sabes

los nombres de los guardias que estaban hablando de nosotros?

—No.

Page 89: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

—¿Fueron Dominic o Thomas?

Xavier hizo una mueca. —¿Estás bromeando? Thomas y

Dominic son realmente agradables conmigo. Creo que Dominic

no tiene ni una pizca de ‘pluma’ en su cuerpo.

Ranger se echó a reír. —¿‘Pluma en su cuerpo’?

—Era algo que mi madre cuervo solía decirnos todo el

tiempo.

Ranger abrió la puerta. —Creo que me habría gustado.

—Sé que te habría gustado. Ella era genial.

Fueron dos puertas más abajo, y hablando de los

demonios, Thomas y Dominic se encontraban de guardia. A

medida que se acercaban, Dominic sonrió. —Dulla va a estar

muy contenta de verte.

—¿Cómo está hoy? —preguntó Xavier cuando le devolvió

la sonrisa a los felinos.

—Bastante mejor. Le traje la nueva película del oso Yogui.

A ella le gusta, aunque en realidad no es una caricatura como

los otros programas.

—La estás echando a perder.

—No, sólo estoy tratando de mantenerla entretenida. Sé lo

aburrido que es sentarse sin nada que hacer.

—Es por eso que te perdiste la mayor parte de tus clases en

la escuela —arrastró las palabras Thomas.

Dominic arrugó la nariz. —¿Por qué debería aburrirme

aprendiendo sobre las tácticas de batalla, cuando podía salir a

divertirme?

Ranger le dio un coscorrón en un lado de la cabeza. —

Hablas como un joven cachorro.

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Dominic se quejó de buen humor cuando se hizo a un lado

para dejarlos entrar, Chance estaba durmiendo en una cama

mientras que Dulla estaba sentada en su posición habitual en la

otra. Tan pronto como entró, se dio la vuelta con una sonrisa en

su rostro.

—¡Xavier! ¡Estás bien! —chilló cuando se levantó y corrió

hacia él.

Xavier apenas tuvo tiempo para pararse a tiempo para

atraparla, cuando ella lo atacó con un abrazo fuerte. Le devolvió

el abrazo, con la sensación del consuelo familiar al tenerla de

nuevo en sus brazos.

—Te extrañé —dijo.

—Yo te extrañé demasiado. Hasta Chance me lo ha dicho.

—Hey, mira quien ha decidido mover el culo de la cama —

Chance bromeó mientras se sentaba.

—Bueno, no podía seguir allí y dejarte toda la diversión —

bromeó Xavier cuando se alejó de Dulla.

Se echó a reír hasta que el sonido de voces airadas llegó

desde el pasillo.

—Mira, lo siento. Sólo estaba preocupado por ti.

—No me importa, Colin. No tenías derecho a ocultarme

esto. Xavier es mi hermano y tengo todo el derecho a saber que

está aquí.

—Le advertí a Colin que Riley se enfadaría —Ranger

murmuró.

La discusión continuó.

—Estoy cansado como el infierno de que me trates como

si fuera de cristal.

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—¡Eres mi pareja! Por supuesto que soy protector

contigo.

—Eso no es excusa para mentirme.

—No mentí.

—¡Omitir es como mentir, halcón estúpido!

Xavier intercambió una mirada confusa con Chance. Y sin

embargo todo el mundo decía que los Cuervos eran extraños.

Por lo que Xavier podía decir, los que discutían no se daban

cuenta de su estúpida conversación.

La voz se acercó cuando una pareja entró en la habitación.

Uno de los hombres tenía el pelo y los ojos oscuros. Aunque él

era más alto que su acompañante, estaba acobardado. No es que

Xavier lo culpara, el rubio que daba gritos parecía tener un

carácter del infierno.

Luego, el rubio se volvió y le dedicó a Xavier toda su

atención, y sus argumentos se hicieron añicos, ya que Xavier le

dio un buen vistazo a su cara.

—¿Riley? —graznó Xavier.

Riley se quedó sin aliento, su labio inferior temblaba de la

emoción. —Oh dios, eres tú.

Antes de que Xavier pudiera confirmarlo o negarlo, Riley

corrió y lo abrazó. Xavier soltó un gruñido de sorpresa antes de

que su cerebro lo asimilara y le devolviera el abrazo.

Permanecieron así durante unos momentos. A pesar de que

debería haberse sentido incómodo, por extraño que pareciera,

no lo hizo. En cambio, se sentía reconfortante y extrañamente

familiar. Xavier sintió humedad en el cuello y se dio cuenta de

que Riley estaba llorando.

—Está bien. Estoy bien —lo tranquilizó Xavier.

—No sabía que estabas vivo. Te lo juro.

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—Lo sé.

—Si lo hubiera sabido, nunca te habría dejado ese día. Te

habría agarrado. Me siento tan jodidamente culpable por cómo

te fallé.

—No, no es culpa tuya. Además, realmente he tenido una

buena vida. —Por primera vez, Xavier se dio cuenta de que

realmente había tenido una infancia maravillosa. Aunque su

familia Cuervo podía ser extraña a veces, siempre se había

asegurado de que se sintiera amado y aceptado.

Además, no cambiaría a Dulla ni a Chance por nada.

—Me he enterado de que fuiste rescatado por unos

Cuervos.

—Sí, y eran una familia muy enriquecedora. Nunca quise

nada más. —Xavier sintió que se desgarraba.

Esta vez, en lugar de seguir controlándose, dejó salir sus

emociones. Incluso un par de sollozos ahogados. —Te he

extrañado tanto, centeno.

Era un apodo que utilizaba mucho antes de ese terrible día

y le era fácil rodarlo por su lengua.

Riley lo apretó más fuerte. —Te extrañé demasiado. No

quiero volver a estar lejos de ti otra vez.

—No te preocupes, no voy a ninguna parte.

—Nosotros nos encargaremos también de Chance y Dulla.

Es lo menos que puedo hacer para pagarles que cuidaran de ti.

—Sí, fue un trabajo a tiempo completo. Tengo la tendencia

de eludir mis responsabilidades —dijo en tono de broma.

Colin levantó una ceja. —Qué interesante. Eso debe ser

cosa de familia, porque Riley hace lo mismo.

—Debe ser un doble caso de mente confusa.

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Colin se echó a reír. —Eso es verdad. A continuación, me

dirás que también te encanta Ke$ha.

Xavier se alejó de él, arrugando la nariz por la confusión.

—¿Qué es una Ke$ha?

Riley dejó escapar una exclamación de horror. —Oh,

Xavier. He oído que te criaste en el retiro, pero no tenía idea de

que estabas tan mal. Tenemos que ponerte al día.

Xavier sonrió. —Tengo la sensación de que eres el

cambiaformas perfecto para el trabajo.

Xavier levantó la vista hacia Ranger. El lobo estaba

sonriendo con ternura al ver a la emotiva reunión. Unieron sus

miradas, y Xavier movió la boca. ‘Gracias. Gracias, por traerme

a casa’.

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Una semana más tarde, Ranger se precipitó en la cafetería

para tomar algo de desayuno para Xavier y para él. Aunque

podría haber ido a los apartamentos de los Jaguares, Ranger

sabía que Cassie estaba cocinando, así que sería más seguro

tomar lo que se preparaba en la cocina de la sede.

Llenó una bandeja con frutas y algunos panecillos, y vio

llegar a Dominic. Como de costumbre, siempre que estaba fuera

de servicio, parecía una versión gay de James Bond, porque

siempre estaba rodeado de una pandilla de mujeres hermosas.

Cada una de ellas parecía querer ser su mejor amiga, y nunca

iba a ninguna parte sin por lo menos tres de ellas a remolque.

Una cara nueva estaba el grupo: Dulla. Ranger parpadeó

estúpidamente un par de veces, sorprendido al ver que la chica

había salido de su habitación sin uno de sus hermanos a su lado.

Lo que es más, parecía estar disfrutando. Ella se reía y

participaba activamente con el resto del grupo en la

conversación.

Todos ellos se sentaron a la mesa de siempre, y como

estaba cerca de la línea de alimentos, Ranger podía escuchar su

conversación.

—Por lo tanto, estaba pensando en llevar a Dulla al centro

comercial hoy y conseguirle un nuevo vestuario —anunció

Dominic al grupo.

Todas ellas asintieron entusiasmadas. Una de las mujeres

preguntó: —¿A qué tienda iremos?

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Dominic estudió a Dulla durante unos momentos. —Estoy

pensando que tal vez podíamos ir a H&M. Realmente creo que

es el lugar adecuado para ella.

—¿Iremos a cortarme el pelo? —Dulla preguntó mientras

tocaba sus largos mechones.

—¡De ninguna manera! —exclamó otra mujer, acariciando

el cabello de Dulla con sus dedos. —Es hermoso de esta manera.

Mataría por tener tu pelo.

Dominic asintió. —Estoy de acuerdo, creo que sólo

deberíamos retocarlo un poco, para darte ese aspecto de recién

salido de la cama.

—Será mejor que sus hermanos no te oigan decir eso —

arrastró las palabras Ranger.

Todos ellos saltaron y lo miraron con caras culpables.

Dominic, nervioso, se aclaró la garganta varias veces antes de

tartamudear: —Yo... yo... que... era sólo una broma.

Ranger se acercó y le revolvió el pelo. —Lo sé, sólo te estoy

haciendo pasar un mal rato.

Una sonrisa de alivio cubrió el rostro de Dominic.

Ranger sacó su cartera y su tarjeta de crédito.

Entregándosela a Dulla, dijo: —No te preocupes de nada. Sólo

asegúrate de comprar también algo para tus hermanos. No

podéis seguir usando las cosas de Riley.

Ahora siempre estaba sonriendo y feliz, por lo que todas

las chicas lo miraban como si fuera su nuevo algodón de azúcar.

Dulla soltó una risita pequeña. —Podéis olvidaros de él, ya

está tomado.

—Lo sé —suspiró una de las chica—. Pero podemos soñar,

¿no?

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—Será mejor que te vayas. Ahora, antes de que decidan

desayunarte a ti en lugar de los Fruit Loops —bromeó Dominic.

Ranger se echó a reír cuando siguió el consejo del niño.

Mientras caminaba por la sede, Ranger no podía evitar sentirse

complacido por la cálida recepción que Dulla estaba recibiendo

de la coalición. Todavía no estaba seguro de cómo iban a

reaccionar con Chance, ya que el hombre permanecía

prácticamente todo el tiempo en su habitación, pero tal vez

hubiera la esperanza de que su transición también fuera suave.

Cuando Ranger llegó a la habitación y encontró la cama

vacía, se sintió ligeramente decepcionado. Ya que habían estado

durmiendo juntos durante los últimos siete días, sabía que

Xavier siempre se duchaba tan pronto como se despertaba.

Mientras dejaba la bandeja del desayuno en el tocador,

Ranger rememoró la última semana. El tiempo había sido

especial y placentero por tener a Xavier en sus brazos mientras

dormían, pero también había sido frustrante, porque todo lo

que hicieron fue dormir.

Ranger querían reclamar totalmente a Xavier como su

compañero, pero se había estado reteniendo. Quería darle

tiempo a Xavier para que llegara a conocerlo y se acostumbrara

a su nueva vida. En el interior, sin embargo, Ranger tenía un

caso agudo de bolas azules que iba empeorando con el paso del

tiempo. Estar cerca del águila era al mismo tiempo un placer y

una pequeña tortura.

Entonces lo vio, apoyado en la almohada que Xavier

utilizaba, un trozo de papel doblado. Al abrirlo, Ranger sonrió al

ver las palabras garabateadas allí. «Nos vemos en la ducha».

Deteniéndose sólo lo el tiempo suficiente para tomar un

pequeño tubo de lubricante, Ranger obedeció. Dado que Chance

no estaba, no había guardias alrededor, por lo que el pasillo y

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las habitaciones que llevaban a las duchas estaban

completamente vacíos.

Cuando Ranger se acercó, pudo oír los sonidos del agua

corriendo y a Xavier cantando en voz suave. Cuando entró en el

vestuario contiguo, Ranger pudo discernir la letra. Casi soltó

una carcajada cuando reconoció que era una canción de Britney.

Parecía que las enseñanzas musicales de Riley se estaban

expandiendo a otras divas.

Ahora que estaba cerca, el olor de Xavier lo llamaba, sólo

que esta vez también había un inconfundible olor a deseo.

Dejando escapar un gemido, Ranger se dirigió a la ducha.

Se detuvo en la entrada saboreando la imagen de su

compañero. Xavier estaba debajo de uno de los cabezales de la

ducha situado junto a la pared del fondo. El agua caía en

cascada sobre su cuerpo desnudo, las gotas parecían acariciarle

cada curva y músculo. En la última semana, Xavier había

ganado algo de peso en todos los lugares correctos. El culo tenía

ahora las curvas adecuadas para él, y sus pectorales tenían el

tamaño perfecto para morderlos.

Ranger debió haber hecho algún ruido, porque Xavier se

volvió y lo miró. En el instante en el que sus miradas se

cruzaron, los ojos de Xavier crecieron turbulentos de deseo.

Dejó de cantar a mitad de la palabra, con los labios

entreabiertos en una decadente invitación.

—¿Tienes mi nota? —sopló Xavier.

Su mano se arrastró hacia abajo para acariciar su pene.

Era una jodida y hermosa polla. Larga, pero no demasiado

gruesa, que se curvaba hacia su estómago. Manteniendo el

contacto visual con los ojos de Ranger, Xavier se dio varios

tirones provisionales.

—¿Estás bromeando conmigo? —gruñó Ranger.

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—Dios, me encanta cuando me gruñes —declaró Xavier

antes de dejar escapar un suave gemido.

Ese comentario destrozó el último gramo de control que

Ranger tenía. Gruñendo de nuevo, entró poco a poco en la

ducha. El agua empapó al instante sus pantalones vaqueros y su

camisa, por lo que se adhirieron a su piel, pero apenas se dio

cuenta. Lo único que le importaba en ese momento era llegar

hasta su compañero.

Xavier dejó escapar una risa gutural. —Te estás mojando la

ropa.

—Que se joda mi ropa. —Ranger se acercó, enganchó a

Xavier por la cintura y estrechó al hombre.

—Bueno, estaba pensando en follarte, pero si quieres que

juegue con tus 501, puedo hacerlo en su lugar.

Ranger no se molestó en contestar a ese comentario,

simplemente bajó la cabeza y le dio a la malcriada y cálida boca

de Xavier un apasionado beso. Xavier de inmediato se volvió

dócil, sus labios abiertos para que la lengua de Ranger entrara.

Al mismo tiempo, colocó sus manos en los hombros de Ranger

para estabilizarse.

Cuando se separaron, Xavier no se detuvo. Simplemente

transfirió su atención a la mandíbula y la garganta de Ranger,

salpicando su piel con suaves besos, lamidas y mordidas. El

deseo que corría por el cuerpo de Ranger se convirtió en fuego.

Quería tomar el control, clavar a Xavier contra las baldosas y

follarlo hasta la sumisión. La necesidad era tan grande, que

Ranger cerró sus manos en un puño, clavándose las uñas en las

palmas hasta que se hizo sangre. Tomó cada parte de su auto-

control y disciplina obligarse a estarse quieto y dejar que Xavier

tomara el control.

Cuando Xavier llegó a la camisa de Ranger, comenzó a

tirar de ella, dejando escapar un sonido de impaciencia cuando

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la mojada tela no quiso cooperar. Ranger se puso a ayudarlo, y

entre los dos, se las arreglaron para sacar toda su ropa.

Ranger se aseguró de tomar el lubricante antes de tirar sus

pantalones a un lado. Xavier lo miró, sus ojos se dilataron con

pasión mientras mordisqueaba nerviosamente su labio inferior.

—No te preocupes, bebé, te va a encantar —prometió

Ranger cuando se agachó y besó a su preocupado amante.

En el momento en que él que se separó, todo el temor

había desaparecido de la cara de Xavier. Una mirada de

auténtico asombro lo remplazó cuando estudió el cuerpo de

Ranger. Pasando sus manos sobre el pecho de Ranger, Xavier

sostuvo el aliento. —Maldita sea, no sé por dónde empezar.

—Puedes hacerme lo que quieras.

Un destello malvado llegó a los ojos de Xavier cuando su

mirada cayó en la polla de Ranger. Lamiéndose los labios,

Xavier preguntó: —¿Cualquier cosa?

Ranger asintió sin decir palabra. A juzgar por la forma en

la que Xavier se pasaba la lengua por la boca, Ranger tenía un

presentimiento muy bueno de lo que el mocoso iba a hacer.

Entonces Xavier se puso de rodillas, lo que confirmó las

sospechas y esperanzas de Ranger.

Envolvió una mano alrededor de la polla Ranger, y

entreabrió los labios para metérsela dentro, sólo para hacer una

pausa en el último momento. Mirando a Ranger, dijo: —Sólo

recuerda que nunca he hecho esto antes. Así que si me equivoco,

no te rías de mí.

Ranger pasó los dedos por el pelo mojado de Xavier. —

Nunca me burlaría de ti de esa manera.

Xavier le dio una tímida sonrisa antes de lanzar su lengua

para probar tentativamente. En la primera película de

humedad, Ranger dejó escapar un gemido. Eso pareció darle a

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Xavier la confianza que necesitaba para darle otra probada, y

esta vez arremolinó su lengua sobre la punta de la polla de

Ranger.

Haciéndose hacia atrás, Xavier dejó escapar un suave

zumbido. —Sabes muy bien.

Ranger no se creía capaz de aguantar mucho más, incluso

abrió la boca para decirlo. Pero entonces, Xavier entreabrió los

labios y lo chupó, y todos los pensamientos de Ranger

desaparecieron.

Xavier comenzó torpemente a bombear su cabeza arriba y

abajo, su cuerpo en tensión mientras le dirigía una mirada

preocupada a Ranger. A continuación, Xavier finalmente

pareció hundirse en la pasión y dejó que el instinto tomara el

relevo. Incluso cerró los ojos, el agua cayendo sobre sus

pestañas, abanicando sus mejillas perfectamente.

Después de unos momentos de intenso placer, Ranger,

finalmente decidió tomar el relevo. —Levántate.

Xavier frunció las cejas confundido, pero se hizo hacia

atrás y se enderezó. —¿Estaba haciéndolo mal?

Ranger lo atrajo para un beso. —No, lo estabas haciendo

maravillosamente.

—Entonces, ¿por qué me has hecho parar?

—Porque ahora es mi turno para saborearte.

Antes de que Xavier pudiera responder, Ranger le dio la

vuelta y lo presionó contra las baldosas. —Arquea tu espalda

para mí.

Xavier obedeció, haciendo que su culo se quedara en la

inclinación perfecta. Ranger pasó la palma de su mano por la

mejilla del culo de Xavier. —Eres tan condenadamente

hermoso.

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Ranger cayó de rodillas, acariciando los dos globos

gemelos otra vez. Entonces los separó para poder llegar al

agujero de Xavier.

Xavier miró sobre su hombro, sus ojos desorbitados por la

sorpresa. —Tú no vas a...

Nunca llegó a terminar la frase. Ranger chasqueó su

lengua y trazó un camino perezoso alrededor del borde. Xavier

dejó escapar un suspiro cuando la sensación hizo que la pasión

recorriera su cuerpo, ante lo que arqueó su espalda aún más.

—Sabía que te gustaría —cantó Ranger antes de empezar a

lamer a Xavier un poco más.

—Lo hace. Me gusta mucho.

Ranger clavó su lengua dentro un par de veces antes de

añadir lentamente un dedo. Xavier jadeó cuando se estiró, pero

no protestó. Al poco, Ranger añadió un segundo dedo, ante lo

que Xavier empezó a mecerse hacia atrás, dejando salir suaves

gemidos de sus labios.

Ranger abrió el lubricante y roció un poco en su mano

antes de añadir un tercer dedo. Dado que esta era la primera vez

de Xavier, Ranger quería lubricarlo y estirarlo adecuadamente.

—Oh, wow. Se siente tan bien —se quejó Xavier

lentamente a medida que inclinaba la cabeza hacia atrás—. No

puedo esperar para tener tu polla dentro de mí.

—No soy quien para negarle sus deseos a mi compañero. —

Ranger sacó sus dedos y se colocó. Después de instar a Xavier a

que se agachase un poco más, presionó la punta de su polla en

la abertura del hombre.

—Toma una respiración profunda y luego, lentamente,

déjala escapar.

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Nunca nadie le había dado esa confianza, pero Xavier

obedeció. Al mismo tiempo, Ranger se deslizó cuidadosamente

en su interior. Xavier dejó escapar suaves sonidos de gemidos,

pero no parecía incómodo. De hecho, su polla nunca había

estado tan dura. Pero aun así, Ranger preguntó: —¿Estás bien?

—Joder, follar es fabuloso —dijo Xavier, utilizando uno de

los términos favoritos de Riley—. No puedo creer que hayamos

esperado tanto tiempo para hacer esto.

Ranger asintió en silencio cuando empezó a empujar

lentamente dentro y fuera del apretado cuerpo de Xavier. —Si

quieres, podemos hacer horas extras durante una temporada

para recuperar el tiempo perdido.

—Maldita sea, esto se siente tan bien que puedes

triplicarlo.

Agarrando los hombros de Xavier, Ranger comenzó a

moverse más rápido. El momento era perfecto... o más bien era

casi perfecto. Lo único que le faltaba era ser capaz de mirar a los

ojos de su compañero mientras lo reclamaba.

Saliendo de Xavier, Ranger lo giró, y le ordenó: —Pon tus

piernas alrededor de mi cintura.

Xavier ni siquiera cuestionó la orden, dio un pequeño salto

y envolvió sus largos brazos alrededor de Ranger. Una vez que

lo tuvo en la posición que deseaba, Ranger alineó su polla y se

empujó hacia arriba.

—Wow, eres muy fuerte —jadeó Xavier, sus mejillas

encendidas por la pasión.

Esas fueron sus últimas palabras coherentes, porque

Ranger finalmente cedió a sus instintos naturales. Fijando a

Xavier contra la pared, Ranger comenzó a hacerle el amor con

impulsos cada vez más rápidos y duros.

Page 103: Stephani Hecht - Serie Cambiaformas Perdidos 12 - La Locura de Ranger

Xavier empezó a soltar una serie de gemidos, sus ojos

cerrados por el éxtasis. Entonces, justo cuando sintió que

Ranger estaba en el borde del placer, Xavier inclinó la cabeza

hacia un lado, dejando al descubierto su garganta en el último

signo de sumisión.

—Mío —espetó Ranger antes de hundir los dientes en la

carne ofrecida.

Xavier gritó el nombre de la Ranger mientras se corría, su

esperma caliente bañó sus estómagos. El olor del semen de

Xavier junto con el amargo sabor de su sangre, empujó a Ranger

sobre el borde. Dejando escapar otro gruñido sordo, Ranger se

corrió, su polla pulsando dentro del caliente canal de Xavier.

Permanecieron así durante unos momentos, el agua

caliente caía sobre ellos a medida que recobraban el aliento. Por

último, Ranger lamió la herida de la mordedura, cerrándola

antes de bajar suavemente a Xavier.

Dejando escapar un zumbido feliz, Xavier le sonrió. —Está

bien, me comprometo a hacer esto todos los días a partir de

ahora.

Ranger le quitó el pelo mojado de la cara. —Si insistes,

creo que podré soportarlo.

Xavier se rió mientras le daba al brazo de Ranger una

palmada juguetona. —Lo has disfrutado tanto como yo.

—Sí, lo he hecho —Ranger estuvo de acuerdo besándolo—.

Ahora, date prisa y lávate. Tengo una sorpresa para ti.

Se limpiaron rápidamente, y luego se vistió. Cuando

Ranger vio que le conjunto de Xavier consistía en unos jeans

ajustados y una camiseta que decía: ‘Soy un caníbal. ¡Levanto

muchachos!’ supo que la ropa nueva no podría llegar lo

suficientemente rápido.

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Agarrando la mano de Xavier, Ranger llevó a su

compañero a través de la sede. No se detuvieron a charlar con

nadie en el camino, por lo que sólo les tomó unos minutos llegar

a su nuevo apartamento.

Ranger abrió la puerta e hizo pasar a Xavier al interior. —

No es mucho. Todavía se ve como una especie de llanura con las

paredes blancas y alfombras marrones. Sin embargo, tiene tres

dormitorios y dos baños. Además de que la cocina funciona, así

que es un buen comienzo.

Xavier miró a su alrededor con asombro. —¿Has hecho

todo esto en sólo una semana?

—Bueno, he tenido mucha ayuda, pero sí. Todo esto es

para ti.

—No me lo puedo creer. —Xavier se acercó y tocó

ligeramente la pared.

—Ahora todo lo que tienes que hacer es decidir qué

habitación deseas reclamar.

Xavier se dio la vuelta y lo miró. —No sé. Supongo que

todo depende. ¿En qué habitación vas a dormir tú? Porque ahí

es donde quiero estar.

Ranger contuvo el aliento mientras la esperanza pasó a

través de él. —¿Estás seguro de eso? ¿Qué pasa con eso de no

querer apresurar las cosas?

—Durante la semana pasada me he dado cuenta de algo. —

Xavier se acercó y puso sus manos sobre los hombros de

Ranger.

Ranger le devolvió el abrazo, sus manos en las caderas de

Xavier. —¿De qué?

—Que tengo que dejar de cuestionar mi buena suerte.

Estaba tan preocupado por perder lo poco que tenía, que casi no

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me di cuenta que tenía todo lo que siempre he querido justo en

frente de mí.

—¿Qué estás tratando de decir?

—Que estoy enamorado de ti. De hecho, estoy bastante

seguro de que me enamoré de ti en el instante en el que me

inmovilizaste en aquel árbol.

Ranger se echó a reír. —¿Estás seguro? Tienes una manera

curiosa de demostrarlo. Nunca conocí a nadie tan esquivo

demostrando su cariño.

—Xavier arrugó la nariz. —Nunca vas a dejarme olvidarlo,

¿verdad?

—No, ¿y quieres saber por qué? —Ranger se inclinó hasta

que sus labios estuvieron a centímetros—. Porque estoy

bastante seguro de que fue cuando me enamoré de ti.

—Eres un lobo extraño. —Xavier le dio una sonrisa torcida.

Ranger besó a su compañero, su corazón hinchado de

felicidad. Aunque podía ser un lobo extraño, eso también era

una suerte y no una maldición. No sólo había encontrado a su

compañero, sino también esperanza.

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Stephani Hecht está felizmente casada y tiene dos hijos. Nacida

y criada en Michigan, le encanta todo lo relacionado con ese Estado,

desde los fríos inviernos hasta el equipo de hockey de Detroit ‘Red

Wings’. Generalmente, puedes encontrarla acurrucada junto a su

portátil, creando su próximo libro o atiborrándose de cafeína en su

cafetería favorita.

Puedes ponerte en contacto con ella en:

Dirección de correo electrónico:[email protected]

Twitter: http://twitter.com/StephaniHecht.

MySpace: http://www.myspace.com/stephanihecht

Blog: http://stephanihechtauthor.blogspot.com

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Lleu

Mai

Gaby

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disfrutar de todas estas historias!