sifra שׁפרה y fÚa פועה

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SIFRA ההה ה הY FÚA ההההLa historia de estas dos mujeres se desarrolla en el año 1570 a. d. M. Exo 1:15 Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa, y les dijo: 16 Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva. 17 Pero las parteras temieron al Eterno, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños. 18 Y el rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: ¿Por qué habéis hecho esto, que habéis preservado la vida a los niños? 19 Y las parteras respondieron a Faraón: Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias ; pues son robustas, y dan a luz antes que la partera venga a ellas. 20 Y el Eterno hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera. 21 Y por haber las parteras temido al Eterno, él prosperó sus familias. El primer detalle importante en el texto es que nunca dice que las parteras eran egipcias. Ni en las traducciones que tenemos de las Escrituras, ni el en libro de Yashar, ni en la interpretación de la Toráh por parte de un rabino muy conocido llamado Rashí (Rabbi Shlomó Yitzchaki). De hecho tanto en el libro de Yashar como en la Toráh con Rashí se dice que estas dos mujeres eran hebreas, además de otras traducciones de las Escrituras como La Biblia al Día, La Biblia de Nuestro Pueblo, La traducción Kadosh Israelita Mesiánica, La Nueva Biblia Española entre otras traducciones afirman que estas parteras eran hebreas… Había dos parteras hebreas, llamadas Sifrá y Fuvá, que atendían a las mujeres hebreas. El rey de Egipto les dijo:

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Page 1: SIFRA שׁפרה Y FÚA פועה

SIFRA ׁש�פרה Y FÚA פועה

La historia de estas dos mujeres se desarrolla en el año 1570 a. d. M.

 

Exo 1:15 Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa, y les dijo: 16 Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva. 17 Pero las parteras temieron al Eterno, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños. 18 Y el rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: ¿Por qué habéis hecho esto, que habéis preservado la vida a los niños? 19 Y las parteras respondieron a Faraón: Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias; pues son robustas, y dan a luz antes que la partera venga a ellas. 20 Y el Eterno hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera. 21 Y por haber las parteras temido al Eterno, él prosperó sus familias.

 

El primer detalle importante en el texto es que nunca dice que las parteras eran egipcias. Ni en las traducciones que tenemos de las Escrituras, ni el en libro de Yashar, ni en la interpretación de la Toráh por parte de un rabino muy conocido llamado Rashí (Rabbi Shlomó Yitzchaki). De hecho tanto en el libro de Yashar como en la Toráh con Rashí se dice que estas dos mujeres eran hebreas, además de otras traducciones de las Escrituras como La Biblia al Día, La Biblia de Nuestro Pueblo, La traducción Kadosh Israelita Mesiánica, La Nueva Biblia Española entre otras traducciones afirman que estas parteras eran hebreas…

Había dos parteras hebreas, llamadas Sifrá y Fuvá, que atendían a las mujeres hebreas. El rey de Egipto les dijo:

 

Ahora veamos el significado de cada uno de los nombres.

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Shifrá ׁש�פרה brillar:-adornar. Viene de la palabra shafár que ׁש�פר significa brillar, i.e. (figurativamente) ser, estar (caus. hacer) hermoso:-hermoso. Shifrá una israelita:-Sifra.

Puáh פועה brillar; brillo; Puah, una israelita:-Fua. Similitud con la palabra פעה raíz primaria; gritar:-dar voces.

Como vemos los significados de los nombres de éstas dos mujeres eran muy hermosos. Y esto nos puede hablar del corazón que ellas tuvieron para el Eterno, un corazón limpio que hizo que sus obras fueran de olor grato al Eterno, ya que no temieron desobedecer el decreto de los hombres, en este caso faraón, y temieron al Poderoso de poderosos honrándole y dando preferencia a la vida de muchos niños que seguramente era necesario viniesen al mundo y salieran con Moshé de Egipto y poseyeran la tierra de Israel. También Rashí dice que Shifráh era la encargada de presentar bellos (ׁש�פר shapér) a los bebés, dice de ella que era una mujer que formaba parte del grupo de las “mujeres piadosas” en Egipto, que son las que temían al Eterno y no titubeaban ante la amenaza de muerte sobre los pequeños, aún así les brindaba todos sus cuidados para presentarlos bellos. Sobre Puáh dice que ella hablaba (פעה paá) a los niños, conversaba y charlaba con ellos como lo hace una madre para calmar a su hijo que llora. También dice que ésta mujer tenía un don al hablar con la madre del niño susurrando a su oído palabras que le hacían más fácil dar a luz, de tal manera que tanto la madre como el niño estaban tranquilos, y daba a luz silenciosamente para que no se dieran cuenta los vecinos egipcios.

 

Cuando la Toráh dice: 16 Cuando asistáis a las hebreas en sus partos… y veáis el sexo, si es hijo, matadlo algunos comentaristas dicen que se refiere a una antigua práctica aparentemente de invención egipcia. En cuanto al método de destrucción las opiniones están divididas. Algunos creen que los “asientos” eran asientos bajos sobre los cuales se sentaban las parteras al lado de la cama de las hebreas; y que, como podrían fácilmente descubrir el sexo, entonces, cuando apareciera un varón, habían de estrangularlo, sin que los padres lo supieran; mientras que otros son de la opinión de que los “asientos” eran piletas de piedra, al otro lado del río, en las cuales, cuando el nene fuese lavado, había de caer, como si fuese accidentalmente. Cualquiera que haya sido

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el plan de Faraón es evidente que estas mujeres “se la jugaron” confiando en el Eterno y no hicieron tal maldad.

El Eterno bendijo los hogares de éstas dos mujeres por su valor a preservar la vida de los niños, sabiendo que uno de esos niños podría ser el libertador de Israel. Y gracias a la acción de éstas dos mujeres fue que el Eterno prosperó al pueblo en la fecundidad de las mujeres hebreas, lo cual siempre ha sido de mucho valor dentro del pueblo, y más en esos momentos que Israel jugaba un papel profético muy importante. De la misma manera el Eterno dijo a Su pueblo:

 

Deu 7:9 Conoce, pues, que el Eterno tu Poderoso es Poderoso, Poderoso fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones; 10 y que da el pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se demora con el que le odia, en persona le dará el pago.

11 Guarda, por tanto, los mandamientos, estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas.

12 Y por haber oído estos decretos y haberlos guardado y puesto por obra, el Eterno tu Poderos guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres.

13 Y te amará, te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría. 14 Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá en ti varón ni hembra estéril, ni en tus ganados. 15 Y quitará el Eterno de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren.

 

Justo de ésta manera actuaron estas dos mujeres, que temieron al Todopoderoso y le obedecieron a Él antes que a los hombres, y por esta razón el Eterno las bendijo y a sus descendientes.

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Así aprendemos la importancia de analizar nuestra vidas, en cada momento y en cada detalle, y aunque en este mundo tengamos patrones, jefes o “líderes” siempre cuidar obedecer al Eterno antes que a los hombres, y Él que es justo nos recompensará, pero de la misma manera si actuamos con temor o por interés y obedecemos a los hombres antes que al Eterno él no tardará y recompensará a cada uno según sus obras, sean buenas o sean malas. Que el Eterno nos ayude a siempre tener un corazón inclinado hacia Él y nos de la fortaleza de no temer al hombre, que incluso solo es capaz de destruir la carne, sino temerle al que no solo puede destruir la carne sino el alma, y quien en su amor y misericordia nos librará del hombre malo si tenemos un corazón limpio, hermoso y adornado como el de estas dos mujeres, esto por nuestra obediencia a la Toráh , la Palabra del Eterno y por nuestra fe en la justificación a través del testimonio de Yeshúa nuestro redentor.

Puah

De Wikipedia, la enciclopedia libre. 

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Púa o PUVA (hebreo: פועה, que significa "espléndido") puede referirse a los siguientes personajes mencionados en Bíblia1:

Púa, las parteras de las hebreas, una de ellas el rey de Egipto les mandó matar a todos los hijos varones de los hebreos después de su nacimiento. Las

parteras, temeroso de Dios, se negaron a obedecer, pretendiendo que los jóvenes hebreos se suelen nacer antes de su llegada. Su acto se menciona

como meritorio a los ojos del Señor, de quien se dice que se les han premiado por la construcción de "casas" para ellos (Éxodo 1:15-21). En el Midrash Rabba Ex ', Puah se identifica con María, y Sifra, otra partera, con su madre se llamó

Jocabed. Según otra tradición, Puah era un prosélito.Pua en 1 Crónicas 7:01; Púa, en Génesis 46:13, Números 26:23.

Segundo hijo de Isacar, antepasado de funitas, enumerados en el censo del desierto hecha por Moisés y Eleazar.

Púa, un miembro de la tribu de Isacar, mencionado2 como el hijo de Dodo y padre de Tola, el juez.

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Sifra y Púa [editar]

El comentario de Rashi sobre el Talmud, rabino judío del siglo 11, el pasaje del Éxodo identifica Sifra con Jocabed, la madre de Moisés, y Púa con Miriam, la

hermana de Moisés, deduciendo que las dos parteras son madre e hija, respectivamente, . Sin embargo, la Tadshe Midrash (en Ex 01:15), se supone

que Puá y Sifra, era un prosélito no la misma persona Miriam.

El nombre Puah se puede interpretar como una expresión de "grito" (Isaías 42:14, por ejemplo, se traduce la Pa'ah hebreo como "reclamación" o "gemir")

0,3

Los comentaristas han interpretado Éxodo 1:20-21 varios maneiras4. Algunos estudiosos sostienen que las dos mitades de cada verso son paralelos, por lo

que son los hijos de Israel ("que multiplicó y creció") por el cual Dios "construyó casas." Esto se ajusta a la referencia en Éxodo 1:1 a los hijos de Israel

descendieron a Egipto, cada uno con su "hogar". Sin embargo, como señala Jonathan Magonet5, la opinión más común es que las casas eran para

parteras - "casas" aquí se entienda como "dinastías". El pensamiento rabínico ha entendido esto como casas kehunah (sacerdocio), leviyah (asistente

sacerdotes) y regalías - este último interpretado como proveniente de Miriam.6

Las interpretaciones modernas [editar]

Francine Klagsbrun dijo que la negativa a Sifra y Púa de seguir las instrucciones Faraón genocida "puede ser el primer incidente conocido de la

desobediencia civil en la historia" (Voces de la Sabiduría (Voces de la Sabiduría), ISBN 0-394-40159-X- .) Jonathan Magonet está de acuerdo, que califica de "el más antiguo, y en cierto modo los ejemplos más poderosos de

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ÉXODO

CAPÍTULO 1

 Este Capítulo de la Torá está dedicado a la Memoria de:

José -Yosef- BaYona Vila, Z''TL (Zejer Tzadik Livrajá)

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1:1     Y estos son los nombres de los hijos de Israel que vinieron a Egipto (1) conJacob; vino cada uno con su familia 

Ve'eleh shemot beney Yisra'el haba'im Mitsraymah et Ya'akov ish uveyto ba'u.

 

1:2     Rubén, Simón, Leví y Judá, Re'uven Shim'on Levi viYehudah. 

1:3     Isajar, Zebulón y Benjamín;  Isajar Zvulun uVinyamin. 

1:4     Dan y Naftalí, Gad y Asher. Dan veNaftali Gad ve'Asher.

 

1:5     Y todas las almas que salieron del lomo de Jacob fueron setenta almas, y José

(con sus dos hijos) era (estaba) en Egipto. (2) Vayehi kol-nefesh yots'ey yerej-Ya'akov shiv'im nafesh veYosef hayah veMitsrayim. 

1:6     Y murió José, (3) y todos sus hermanos, y toda aquella generación.  Vayamot Yosef vejol-ejav vejol hador hahu. 

1:7     Y los hijos de Israel fructificaron y aumentaron y se multiplicaron, y se hicieron

muy fuertes; y el país se llenó de ellos. Uveney Yisra'el paru vayishretsu vayirbu vaya'atsmu bime'od me'od vatimale ha'arets otam 

1:8     Y se levantó un nuevo rey sobre Egipto, (4) que no conocía a José. Vayakom melej-jadash al-Mitsrayim asher lo-yada et-Yosef.

 

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1:9     Y dijo a su pueblo: He aquí que el pueblo de los hijos de Israel es más numeroso

y más fuerte que nosotros. Vayomer el-amo hineh am beney Yisra'el rav ve'atsum mimenu. 

1:10   Vamos pues, usemos de astucia con él, no sea que se multiplique y suceda que,

habiendo guerra, se una él también a nuestros enemigos y luche contra nosotros, y se vaya (nos vayamos) de la tierra. 

Havah nitjakemah lo pen-yirbeh vehayah ki-tikrenah miljamah venosaf gam-hu al-sonenu veniljam-banu ve'alah min-ha'arets. 

1:11   Y pusieron sobre él comisarios de impuestos, a fin de afligirlo con sus cargas. Y

edificó ciudades de depósitos para el Faraón: Pithom y Ramses. Vayasimu alav sarey misim lema'an anoto besivlotam vayiven arey miskenot le-Far'oh et-Pitom ve'et-Ra'amses. 

1:12   Pero cuanto más lo afligía, tanto más se multiplicaba y tanto más se fortalecía. Y

se hastiaban a causa de los hijos de Israel.Veja'asher ye'anu oto ken yirbeh vejen yifrots vayakutsu mipeney beney Yisra'el.

 

1:13   Y los egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con dureza. Vaya'avidu Mitsrayim et-beney Yisra'el befarej.

 

1:14   Y les amargaron su vida con duro trabajo de barro y ladrillos, (5) y con todotrabajo del campo. Todo el trabajo con que se servían de ellos, era con dureza. 

Vayemareru et-jayeyhem ba'avodah kashah bejomer uvilvenim uvejol-avodah basadeh et kol-avodatam asher-avdu vahem befarej.  

1:15   Y habló el rey de Egipto a las parteras hebreas, de las cuales la una se llamaba

Shifrá y la otra se llamaba Puá; Vayomer melej Mitsrayim lameyaldot ha'Ivriot asher shem ha'ajat Shifrah veshem hashenit Puah.

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1:16   y les dijo: Cuando sirváis de parteras a las hebreas, observadlas en el asiento; si

fuere hijo lo mataréis, mas si fuere hija la dejaréis vivir. Vayomer beyaledjen et-ha'Ivriot ur'iten al-ha'ovnayim im-ben hu vahamiten oto ve'im-bat hi vajayah. 

1:17   Y temieron las parteras a Dios y no hicieron como les había dicho el rey deEgipto, sino que dejaron vivir a los niños.

Vatir'ena hameyaldot et-ha'Elohim velo asu ka'asher diber aleyhen melej Mitsrayim vatejayeyna et-hayeladim. 

1:18   Y llamó el rey de Egipto a las parteras y les dijo: ¿Por qué habéis hecho esto y

    habéis conservado la vida a los niños? Vayikra melej-Mitsrayim lameyaldot vayomer lahen madua asiten hadavar hazeh vatjayeyna et-hayeladim. 

1:19   Y las parteras dijeron al Faraón: Porque las hebreas no son como las mujeres egipcias, sino que son de gran vitalidad, (6) y antes de que llegue a ellas la partera, ya han dado a luz. 

Vatomarna hameyaldot el-Par'oh ki lo janashim haMitsriot ha'Ivriot ki

jayot henah beterem tavo alehen hameyaledet veyaladu. 

1:20   Y Dios hizo bien a las parteras; y se multiplicó el pueblo y se hizo muy fuerte. 

                    Vayeytev Elohim lameyaleot vayirev ha'am vaya'atsmu me'od.

 

1:21   Y aconteció que por temer las parteras a Dios, Él les hizo casas (linajes) (7).                      Vayehi ki yar'u hameyaldot et-ha'Elohim vaya'as lahem batim.

 

1:22   Y el Faraón ordenó a todo su pueblo, diciendo: todo hijo (hebreo) que naciere, lo             echaréis al río; y a toda hija dejaréis vivir. 

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Vayetsav Par'oh lejol-amo lemor kol-haben hayilod haYe'orah tashlijuhu vejol-habat tejayun.

 

 

 

 

Comentario:

1

El segundo libro de la Torah comienza citando los nombres de los hijos de Jacob. El Midrash (Shemot Rabbá, l) atribuye esta repetición (ver Gén. XLVI, 8) al hecho de que ellos se conservaban fieles a las enseñanzas de los Patriarcas en medio del Egipto idólatra. De estos nombres debería surgir un pueblo que más tarde llevaría el estandarte del judaísmo.

 

2

 La Escritura Sagrada quiere hacer notar con esto que José, que estaba en Egipto, no se desvió de las tradiciones de la casa paterna, aún cuando ejercía el cargo de virrey de este país. En hebreo el verbo ser y estar son idénticos. La frase debe traducirse pues de esta manera: "Y José era en Egipto", es decir, a pesar de que José poseía el nombre egipcio de Tzafenat Panéaj (descubridor de cosas ocultas), siguió siendo él mismo aun en tierra extraña, y no se asimiló.

 

 

3

Según el Midrash, una de las causas que abrevian los años de vida de la persona es que ésta dé muestra de superioridad sobre las demás. José, que tenía este defecto moral, murió antes que sus hermanos, pues el versículo dice: "Y murió José y todos sus hermanos". Primero José y después ellos.

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4

Algunos historiadores creen que se trata del faraón Ramsés II. El faraón del tiempo de José parece haber sido uno de los reyes hiksos que gobernaron Egipto aproximadamente 200 años antes de Ramsés II.

 En el Museo Británico de Londres se encuentran ladrillos grabados con el nombre de Ramsés II.

 

5

Esta palabra, en hebreo jayot, significa también "animales". De acuerdo con este sentido, las parteras quisieron decir al Faraón: Las hebreas son en este aspecto como los animales, que no necesitan de ayuda para dar a luz.

 

6

 Las parteras obtuvieron como recompensa por su sacrificio el que sus descendientes fueran sacerdotes y levitas de la primera (Shifrá-Yojéved), y reyes de la segunda (Puá-Miriam).

Cuando Jocabed ya no podía ocultar a su hijo Moisés, "tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea,

y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río. Y una hermana suya se puso a lo lejos, para ver lo

que le acontecería" (Exodo 2:3, 4).

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Esta es la humilde introducción que la Biblia nos proporciona a una muchacha que creemos ser María: no se

menciona siquiera su nombre. Un capítulo posterior del libro de Exodo (15:20) nos informa que Aarón, el hermano

mayor de Moisés, tenía una hermana llamada María, y parece que ella es la única hermana que tenían.

Se ha sugerido que ella tenía unos 14 o 15 años de edad en este momento. Vivió este período impresionable de su

vida durante la persecución de su pueblo Israel como esclavos en Egipto. Muchos años antes, el tío abuelo de

María, José, había llegado a ser el brazo derecho del Faraón de Egipto. Sin embargo, leemos en Exodo 1:8 que "se

levantó en Egipto un nuevo rey," lo cual sugiere que se había levantado una nueva dinastía, otra raza de reyes que

no eran pastores y que miraban de reojo a la creciente muchedumbre de extranjeros que vivían en la tierra. El

versículo continúa diciendo: "...que no conocía a José." Era obvio que este nuevo rey no podía haber conocido

personalmente a José, pero con seguridad había oído hablar de la hábil administración de José durante los siete

años de hambre; este rey escogió no reconocer los beneficios que José había conferido a su país. Egipto todavía

era una nación rica como resultado de la sabiduría que Dios había dado a José, pero para este Faraón, el peligro

estribaba en la creciente población del pueblo judío. Intentó imponer medidas desesperadas para corregir esta

situación. Varios intentos anteriores habían fracasado, y ahora Faraón había dicho: "Echad al río a todo hijo que

nazca."

Entonces, esta era la experiencia de la adolescente Miriam y su hermano de tres años de edad, Aarón, hijos de

Amram y Jocabed, ambos de la tribu de Leví. Para colmo de males, ¡el nuevo hijo que había nacido a esta familia

era varón! Ellos lograron esconderlo durante tres meses, y podemos suponer que durante este período mucha

responsabilidad descansaba en los hombros de su hermana María, vigilándolo durante el día, además de cuidar a su

hermano Aarón, y turnándose con sus padres en la noche para asegurarse de que no lloraba más de la cuenta y que

ningún transeúnte lo oía. Tenía que guardar el secreto adondequiera que andaba, cuando llenaba y cargaba los

cántaros de agua y hacía las demás tareas de la familia. Si revelaba el secreto, toda su familia perecería junto con

su hermano menor. Aquí tenemos un excelente ejemplo de una muchacha que era capaz de refrenar su lengua

(Santiago 1:26), y guardar un secreto que se le había confiado. Frecuentemente se opina que le cuesta más al sexo

femenino observar la exhortación del apóstol Santiago sobre el dominio del "miembro pequeño." Sin embargo, como

hermanas en Cristo debemos apreciar el gran valor de las que son capaces de emular a María, sobre todo en la

familia de la fe.

Un plan para salvar a MoisésPero el llorar del niño se volvía cada día más ruidoso; algo tenía que hacerse pues no podía permanecer más tiempo

en la casa. ¿Era el río Nilo el lugar inevitable para el niño? Esteban menciona esto, como se registra en Hechos 7,

diciendo que el niño fue "expuesto a la muerte," usando la misma expresión que se refería a los otros niños hebreos

que fueron ahogados. El plan que fue elaborado sugiere que Jocabed y María deseaban retardar la muerte del niño

en espera de que Dios hiciera un milagro. Fue entregado al río Nilo colocándolo primero en una pequeña arca de

juncos o papiros calafateada con asfalto y brea, la cual fue puesta entre los carrizales en el lugar cercano dondo se

sabía que la princesa aparecería con sus doncellas. Ya sea por obediencia a la petición de su madre o por su propia

voluntad, María tomó su posición a distancia para ver lo que ocurriría al niño. El papiro crecía hasta una altura de

alrededor de tres metros, y era comúnmente usado por los egipcios para botes, debido a que lo consideraban como

protección contra los cocodrilos.

¿Podemos penetrar en la mente de estas dos mujeres cuando juntas trabajaban para salvar al que amaban? No se

menciona a Amram en este incidente, y es un estímulo para las hermanas saber que las mujeres son

frecuentemente usadas por Dios en momentos críticos y peligrosos en el servicio y, algunas veces, en la salvación

de otros. Podemos pensar en Rahab, Débora, la viuda de Sarepta, María y Marta, y Lidia. Jocabed debe de haber

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confiado en María, para dejarla a cargo del niño, y la joven, aunque temerosa, estaba preparada para esperar con

paciencia y observar. Esta puede ser una lección para algunas de nuestras activas adolescentes, quienes a veces

quieren hacer cosas espectaculares. Unicamente de manera vaga podemos imaginar como su corazón debe de

haber ansiado hacer algo cuando oía el llanto del hambriento niño; sin embargo, se mantuvo silenciosa en su

puesto. Estamos seguros de que ella oraba tal como su madre le había enseñado, confiando que Dios haría algo.

Aquí tenemos una profunda lección. Cuando tengamos problemas que ningún corazón humano pueda resolver,

oremos y esperemos pacientemente a fin de que logremos una solución similarmente maravillosa. La pequeña arca

resultó ser un arca de salvación. La que pudo haber llevado su preciosa carga a una muerte segura, se convirtió en

un pequeño santuario. Recordemos la exhortación de Ezequiel de que "aunque les he arrojado lejos...les seré por un

pequeño santuario" (11:16). Podemos tener estos "santuarios" con Dios en la cocina, o en la oficina, o dondequiera

que nuestros corazones puedan estar en dificultad, y necesitemos la ayuda y fortaleza que sólo Dios puede darnos.

Temor y esperanzaLa princesa egipcia llegó a la orilla del río; vio la pequeña arca e hizo traerla para su inspección. Imagine el temor de

María mientras observaba. Difícilmente esperaría que esta hija del rey asesino tendría compasión de un niño hebreo.

El período de espera de María no había sido malgastado. Se había preparado para entrar en acción tan pronto como

la oportunidad llegara, tanto de palabra como de hecho. "¿Iré a llamarte una nodriza de la hebreas, para que te críe

este niño?" La hija de Faraón dijo: "Vé." Esta palabra era todo lo que María necesitaba. Con alegría corrió a traer a

su madre. Esta vez le tocaba a María tener confianza en su madre. La muchacha sabía que su madre no le fallaría, y

juntas regresaron rápidamente a una situación mucho más feliz que la de unas horas antes. A Jocabed se le pagó

un salario por criar a su propio hijo, y se piensa que ella lo conservó consigo hasta la edad de doce años, antes de

ser llevado al palacio. A esa edad se suponía que un muchacho hebreo debía tener un buen conocimiento de su fe.

La princesa llamó al niño Moisés, diciendo: "Porque de las aguas lo saqué."

En esta breve historia de final feliz relatada en Exodo, tenemos un cuadro maravilloso de dos mujeres trabajando

juntas en amor. Una mujer adulta y otra más joven, cada una confiando en la otra; seguramente una lección para

nuestra "familia real" en el sentido de que grupos de todas las edades pueden trabajar juntos en armonía. Siempre

hay tareas para los jóvenes, y otros trabajos para los "no tan jóvenes": ninguno de los dos grupos puede prescindir

del otro. María fue usada indudablemente por Dios para preservar la vida de su hermano, Moisés, quien más tarde

llegó a ser el "redentor" de su pueblo. Aún está en el futuro el tiempo en que esperamos se nos permita ayudar en la

gran redención del mundo; mientras tanto, podemos observar las palabras de Jesús: "En cuanto lo hicisteis a uno de

estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis."

No volvemos a leer de María sino hasta que Israel ha cruzado el Mar Rojo; las Escrituras guardan un silencio de

alrededor de ochenta años sobre ella. Durante este período su tristeza se ha convertido en gozo al ver a su hermano

Moisés sacando al pueblo de la esclavitud de Egipto. Ella debe de haberse sentido orgullosa y justificablemente feliz

habiéndose visto anteriormente envuelta en la protección de su hermano para este propósito. La ansiedad llegó

cuando todos se enfrentaron al Mar Rojo, con sus enemigos no muy lejos a sus espaldas. ¿Habrá recordado ella el

tiempo cuando años antes estuvo en otra extensión de agua, es decir, el río Nilo? ¿Salvaría Dios a su gran pueblo

ahora así como había salvado entonces al pequeño hermano de María?

Moisés dijo al pueblo: "No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros." Sí, María

había estado quieta frente al río Nilo, pero ahora ella era mucho mayor, y esta extensión de agua era mucho más

grande. A Moisés le fue dicho que extendiese su mano sobre el mar..."y las aguas quedaron divididas." ¡Otro

momento de orgullo para ella!

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Canto de victoria¡Dios ha realizado una gran obra! Israel cruzó el mar Rojo como en tierra seca, y sus enemigos fueron destruidos

cuando las aguas se volvieron sobre ellos. Moisés dirigió a Israel en un canto de victoria, y María, aunque tenía unos

95 años de edad, tomó un pandero en su mano y dirigió a las mujeres de Israel en el canto y la danza, diciendo:

"Cantad a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido; Ha echado en el mar al caballo y al jinete." (Exodo 15:21)

La humilde María, quien había estado dispuesta a esperar junto al Río Nilo, y luego a la orilla del Mar Rojo, una vez

más se levanta en acción. Parecía tener recursos que la habilitaban para esperar pacientemente, estar alerta y lista.

En este incidente se habla de ella como "profetisa." El significado de profeta y, presumiblemente, profetisa, es "uno

que habla en nombre de Dios." Podemos pensar en otras profetisas, como Débora, Hulda y la anciana Ana de los

tiempos del Nuevo Testamento. A pesar de su posición exaltada no se sintió demasiado orgullosa ni digna para

cantar y danzar delante del Señor. Pienso que algunas veces dudamos en mostrar nuestra emoción cuando bien

pudiera ser para la edificación espiritual de otros. El rey David es un ejemplo brillante de esto cuando danzó delante

del Señor por el puro gozo de que el arca había sido traída de regreso a Jerusalén; él mostró a todo Israel como

deberían regocijarse. Pero hubo una nota sombría: a su regreso una mujer menospreció sus entusiastas acciones.

Este hombre santo debe de haberse sentido desanimado: sus recuerdos de un día maravilloso se habían nublado.

¡Hermanas, pongamos atención!

Más anciana, pero menos sabiaMaría debe de haber sido grandemente respetada por Israel debido a su cercana relación con Moisés, su líder, y

Aarón, quien más tarde llegaría a ser el sumo sacerdote de ellos. Tan elevada posición estaba muy por encima de la

que tuviera la humilde adolescente que estuvo en el Nilo. Nos preguntamos si este gran ascenso en su posición tuvo

alguna relación con el penoso cuadro al que ahora nos tenemos que volver, tal como está registrado en Números 12.

Ella era, para ese entonces, una mujer mucho más anciana. Había sido testigo de la maravilla visión en el monte

Sinaí, e Israel estaba ahora acampado en algún lugar lejos de allí. "María y Aarón hablaron contra Moisés a causa

de la mujer cusita que había tomado." (Algunos comentaristas piensan que ésta puede haber sido Séfora.) "Y

dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros?" Aarón había actuado

como profeta para Moisés (Exodo 4:16), y María era profetisa. Así que ellos estaban en lo cierto; Dios había hablado

a través de ellos. Pero Dios quedó muy disgustado con su actitud. El pidió que los tres se separaran de la

congregación; luego una columna de nube, la cual era la manifestación de Dios, se situó a la puerta del tabernáculo.

Dios les dijo que El hablaría a los profetas en visiones y sueños, pero con Moisés hablaría "cara a cara."

Cuando la nube se retiró, María se había vuelto leprosa, tan blanca como la nieve. Podemos deducir de las palabras

de Aarón (Números 12:12) que era un estado avanzado de lepra con su carne parcialmente consumida; una figura

miserable, repugnante e impura. El nombre de María fue mencionado primero, de modo que parecería que ella incitó

a Aarón en este reto a la autoridad de Moisés. Dios consideró que esta crítica de María era una falta seria, y es una

advertencia para nosotras para que apoyemos a los hermanos en su trabajo para el Señor, en vez de criticarlos.

Estamos agradecidas de que Dios nos ha permitido conocer las debilidades de algunas de estas mujeres notables

de la antigüedad a fin de que no perdamos el ánimo cuando dejamos de alcanzar las normas a las cuales hemos

sido llamadas. Aarón mostró amor fraternal rogando a Moisés por María; ella fue curada tras haber sido expulsada

del campamento por siete días, e Israel no se movió en su jornada sin ella. Esto demostró en qué alta estima seguía

siendo considerada.

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Celo y amorEsta crítica de parte de María estaba relacionada con el matrimonio de Moisés con la mujer cusita o etíope. Josefo

describe en forma detallada la conquista de una ciudad etíope y a una princesa etíope con la que Moisés se casó

durante su período como "príncipe" en Egipto. Parece probable que ella y no Séfora fuera el origen del descontento

de María y Aarón. María bien pudo haberse vuelto demasiado posesiva con su hermano y resentirse porque fuera

atendido por un mujer extranjera. Cuán sutil es, a veces, el pensamiento de una mujer, y con qué frecuencia

manifiesta celo donde el amor abunda; Maria puede haberse resentido por alguna posibilidad de desafío a su

elevada posición. Toda la Escritura existe para nuestra amonestación; hemos sido elevados en nuestra posición y

sacados de las tinieblas de Egipto para ser "profetas" y "profetisas" de la gloria venidera; hemos sido transformados

de hijos de Adán en hijos de Dios. Recordemos que esta elevada posición no se debe a nuestra propia justicia. De

hecho, "por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos" por lepra o cualquier otra causa. Deberíamos

estar siempre conscientes de nuestro origen humilde. Si no fuera por la gracia de Dios aún estaríamos en el "río de

la muerte" (tanto el Nilo como el Mar Rojo representan la muerte para muchos), y no tendríamos la esperanza de

poder tomar "del agua de la vida gratuitamente" (Apocalipsis 22:17).

La única otra mención que tenemos de María es sobre su muerte. Esta ocurrió después de 38 de los 40 años en que

Israel anduvo errante en el desierto. La Escritura solamente establece (Números 20) que María murió y fue

enterrada en Cades. El historiador Josefo nos informa que "Moisés lloró por María por espacio de 30 días,

honrándola con un costoso funeral público en el que tomó parte todo el pueblo." Según el mismo escritor su sepulcro

estaba en la cumbre de una colina llamada Sin, que pudo estar en las cercanías de Cades, aunque una tradición

posterior lo sitúa no lejos de Petra. Moisés debe de haber sentido esta gran brecha en el pequeño círculo familiar.

María era una mujer bastante anciana, de cerca de 130 años o más de edad. Ella había acompañado a Moisés en

todo el camino desde Egipto y, aparte de una ocasión registrada, parece que desempeñó fielmente sus deberes de

hermana.

Fue justamente después de la muerte de ella que Moisés desobedeció a Dios golpeando la roca para obtener agua,

cuando él y Aarón dijeron: "¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?" Ella fue, por

consiguiente, librada de la agonía mental que este incidente le podría haber causado, y también de escuchar el

castigo de Dios sobre ellos, que ninguno vería la tierra prometida.

Ni María ni sus dos hermanos realmente vieron la "tierra prometida"; pero ellos caminaron incansablemente hacia

ella, proporcionando liderazgo espiritual muy práctico a los que fueron con ellos. El aprecio de Dios por María como

uno de los líderes de Israel fue expresado por el profeta Miqueas (6:4), diciendo a Israel:

"Yo te hice subir de la tierra de Egipto, y de la casa de servidumbre te redimí; y envié delante de tí a Moisés, a Aarón

y a María."

Exodo 2:3 Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y

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brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río. 

Y una hermana suya se puso a lo lejos, para ver lo que le acontecería. 

 El amor de esta madre fue el arma que Dios usó para proteger la vida de Moisés y mira que todo lo que hacemos para bien tiene su recompensa,

2:5 Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste.

Tal  vez pudo haber sido diferente, la hija del faraón siguiendo la linea y pensamientos de su padre pudo haberle entregado el niño, pero contra los planes de Dios no hay enemigo que valga, además de quedarse con el niño, buscó una nodriza Hebrea para que se lo cuidara y ya sabrás a quien le tocó el privilegio....

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2:7 Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críe este niño? Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre del niño, a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva a este niño y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño y lo crió. Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó,  y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué.