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Secuencia (2004), 60, septiembre-diciembre, 137-172 ISSN: 0186-0348, ISSN electrónico: 2395-8464 http://dx.doi.org/10.18234/secuencia.v0i60.884

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Secuencia (2004), 60, septiembre-diciembre, 137-172ISSN: 0186-0348, ISSN electrónico: 2395-8464 http://dx.doi.org/10.18234/secuencia.v0i60.884

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Fecha de recepci6n: noviembre de 2003

Fecha de aceptaci6n: abril de 2004

Key words: Photojournalism, student movement, graphic history, list of demands, visual strategy.

Abstract This article analyzes the photo­journalistic re­ presentations of the 1968 student movement in Mexico City, published in El Hera/do de Mexi­ co. This analysis constitutes the first contribu­ tion to the historiography of '68, carried out on the basis of a graphic history that enables one to study the photographers' images as part of a visual strategy in which the political and ideol­ ogical orientation of the newspaper in question and its link with power should be considered.

Palabras clave: Fotoperiodismo, movimiento estudiantil, histo­ ria grafica, pliego petitorio, estrategia visual.

Resumen El presente articulo analiza las represenraciones fotoperiodfsticas del Movimiento Estudianril de 1968 publicadas en el diario El Hera/do de Mexico. Dicho analisis constituye una primera aportacion a la historiograffa del 68 realizada a partir de una hisroria grafica que permite esru­ diar las imagenes de los fot6grafos coma pane de una estrategia visual en la que deben conside­ rarse la orientacion polftica e ideol6gica del peri6dico en cuestion y su vinculaci6n con el pod er.

Historiador. Egresado del doctorado en Historia del CEH de El Colegio de Mexico. Miembro del Sistema Nacional de lnvestigadores. Caredratico desde hace quince afios en la Escuela Nacional de Antropologfa e His­ toria, donde irnparte un seminario de resis sobre el terna de Hisroria de la fotograffa en Mexico. Investigador del Instituto Mora en el area de Historia Social y Cultural. Algunas publicaciones recientes: "La vision de los medicos y el reconocimiento de la nifiez en el cambio del siglo XIX al xx", Boletin Mexicano de Historia y Filoso/{a de la Medicina, vol. 6, mirn. 2, 2003; "El discurso cienrffico y las representaciones en torno a la cri­ minalidad en Mexico en el cambio del siglo XJX al xx" en Jorge A. Trujillo y Juan Quintar (coords.), Pobres, marginados y peligrosos, Universidad de Guadalajara/Universidad Nacional de Cornahue, Mexico, 2003.

Alberto del Castillo Troncoso

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nurn. 60, septiembre­diciembre 2004 [137]

ci6n del discurso visual cotejando las ima­ genes con rodo tipo de documentaci6n escrita y no escrita, asequible a la historia social y cultural. Esta lfnea de trabajo ha comenzado a producir aportaciones s6li­ das e irnportanres para la historiograffa larinoamericana y rnexicana. Sin embargo, puede considerarse todavfa como un area marginal de la misma, con un desarrollo precario e incipience.

En el cam po de la historia del fotope­ riodismo mexicano ha predominado el seguimiento mas o menos puntual en tor­ no a la obra de algunos fot6grafos, consi­ derados como referencias autorales basicas para comprender la evoluci6n de la prensa grafica en nuestro pafs a lo largo del siglo XX.Tales el caso de los fot6grafos y repor­ teros Agustin Victor Casasola y Enrique Dfaz, en lo que concierne a la revoluci6n mexicana y a los primeros regfmenes emanados de la misma, ode Juan Guz­ man, los hermanos Mayo, Hector Garcia, Rodrigo Moya y Nacho L6pez, vinculados al quehacer fotoperiodistico en las si­ guientes decadas. El estudio de su obra nos ha perrnitido acercarnos a algunos as­ pectos relevantes de la politica, de la so­ ciedad y de la cultura de la epoca, no con­ templados por los estudios historicos tradicionales, tales como la nota roja y los reportajes policiacos, la cara no oficial del

Secuencia

* Agradezco al investigador John Mraz, a las fo­ t6grafos Luis Jorge Gallegos y Rodrigo Moya, y a mis gueridos colegas de! seminario de Historia Social y Cultural de! Instituro Mora: Cristina Sacristan, Vero­ nica Zarate, Javier Rodriguez, Ma. Eugenia Chaoul, Ma. Esther Perez­Salas, Ma. Jose Garrido, Monica Szurmuk, Laura Suarez y Gerardo Morales, sus comen­ rarios y observaciones para la realizaci6o de esre rrabajo,

I Sabre el termino historia grafica, vease Mraz, "Historiograffa", 1998, pp. 77­92.

E l estudio de la fotograffa ha sido incorporado al analisis de la invesri­ gaci6n historica desde hace varias

decadas, consolidandose un campo que ha sido denominado "historia grafica" que plantea basicamenre la necesidad de que las imageries fotograficas dejen de ser consideradas como una simple ilusrraci6n de los discursos escritos y que comiencen a ser valoradas desde una perspectiva mas compleja, atendiendo a la lectura e inter­ pretaci6n de sus contenidos especfficos.1

La historia grafica no se limira a una puesta en escena de las imagenes o a su mera vinculaci6n a un periodo determina­ do, como podrfa ser el caso de una historia ilusrrada, Por el conrrario, su prop6sito es mas complejo y consiste en desarrollar un analisis, una lectura y una interpreta­

DE LA HISTORJA DE LA FOTOGRAFfA A LA DEL FOTOPERIODISMO

Alberto de! Castillo Troncoso

Fotoperiodismo y representaciones del Movimiento Estudiantil de 1968.

El caso de El Hera/do de Mexico*

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4 Volpi, lmaginaci6n, 1998, p. 154.

Los protagonistas de los hechos ban resaltado la participaci6n del rector de la Universidad Nacional Aut6noma de Me­ xico (UNAM), Javier Barrios Sierra, quien unific6 a los diversos grupos dentro de la UNAM y posibilit6 la formaci6n del Con­ sejo Nacional de Huelga (CNH), el 6rgano fundamental que aglutin6 a las escuelas y facultades del Instituto Polirecnico Nacio­ nal y de la UNAM. Gilberto Guevara Nie­ bla ha descrito el caos y el desorden preva­ leciente entre los distintos grupos en el interior de la UNAM a finales de julio del

Son variadas las causas que hao querido ha­ llarse para explicar la efervescencia de la re­ volucion juveoil en los sesenta: la relativa abundancia econ6mica de la posguerra, el renovado inreres por la espirirualidad, la ex­ pansion de los sisternas universitarios, la deshumanizaci6n tecnol6gica, la influencia de I dolos pop y de algunos pensa<lores ­de los Beatles a Marcuse­, la brecha entre pa­ dres e hijos y, desde luego, la oposici6n a la guerra de Vietnam. Lo cierto es que un con­ junto vasto de factores, preseotes en la po­ lftica internacional desde el fin de la guerra, desat6 una reacci6n en cadena; de pronto, causas que en otro momenta hubieran pa­ sado inadvertidas provocaron efectos devas­ tadores en la sociedad posindustrial."

Unidos, hasta las capitales mas importan­ tes de Europa, como Paris, Roma, Lon­ dres, Berlfn y Fraga, y otros centros ur­ banos disfmbolos entre sf, como Tokio, Toronto y Rfo de Janeiro. Todo ello pro­ porciona una perspectiva global que debe tomarse en cuenta en el momenta de abordar la especificidad del proceso estu­ diantil mexicano:

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2 Mraz, Nacho, 1999; Monroy, Histories, 2003; Gonzalez, "Juan", 2003; Casanova, Castellanos y Moya, Rodrigo, 2002; Mraz, Mirada, 1998.

3 Gonzalez, Didlogos, 2003. Esta obra cita mas de 250 referencias importantes, entre obras de consulta, rexros literarios, restimonios, grabaciones, catalogos y paginas de Internet.

El Movimiento Estudiantil de 1968 ha sido esrudiado desde diversos angulos du­ rante las Ultimas tres decades. Cuenta con una historiograffa polfrica, social y cul­ tural que tiende a incrementarse en los ultirnos afios, en los que se ha acentua­ do su relevancia en torno al peso simb6­ lico asignado a su incidencia en el proceso de democratizaci6n de la sociedad y del Estado.3

Existe un consenso entre los especialis­ tas en destacar como parte nodular del movimiento la reivindicaci6n de las liber­ tades civiles y la defensa del Estado de derecho. En este sentido, cabe sefialar su car:kter antiautoritario ante los lfrnites y la rigidez del sistema polf tico mexicano, en un conrexto en el que se produjeron rebeliones estudiantiles en distintos lu­ gares del planeta, desde las ciudades de San Francisco y Nueva York en Estados

EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE 1968 A 3 5 ANOS DE DISTANCIA

indigenismo, las precarias condiciones de vida de los migrantes, algunos aspectos destacados de los movimientos sociales y los rostros concretos de la pobreza urbana, entre muchas otras cuestiones desarro­ lladas por la lenre de estos profesionales. Sin embargo, resulta evidente la ausencia de este tipo de trabajos en lo que se refiere a la segunda mi tad del siglo xx. 2

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FOTOPERJODISMO Y REPRESENTACJONES DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE 1968 139

6 "Lo particular de la vision paranoica de la his­ toria es su creencia de que las conspiraciones son la fuerza rnorriz de la historia y el principio organizati­ vo basico de la polftica. Para ellos, la conspiraci6n existe, avanza rapidamenre yes rnalevola por defini­ ci6n. La victoria de los conspiradores esta siempre cerca y, por ende, el paranoico personifica el bien y es el encargado de enfrentarse a ellos." Aguayo, 1968, 1998, p. 38. Cienros de fichas de identidad de los proragonistas del rnovimienro esrudiantil, elaboradas por agenres de gobernaci6n, parecen corroborar el plantearnienro anterior, al mostrar a los lfderes corno peligrosos conspiradores y rerroristas, con estrechos vfnculos con la Habana y Moscu, cuya finalidad con­ sisrfa en sabotear la celebraci6n de las olimpiadas, desprestigiar el regimen de Dfaz Ordaz e instaurar un gobierno de caracter socialisra, Al respecto, vease Es­ pinoza, "Fichas", 2003, pp. 26­30.

La familia revolucionaria mexicana esta do­ tada con una rnision. No se considera una representante del pueblo, sino su gufa, su lf der. A ella le corresponde la inmensa tarea de sacar al pueblo de su ancestral arraso e ignorancia para encaminarlo hacia el pro­ greso [ .. .l El movimiento del 68 fue vis to y explicado como una conspiraci6n. Li cons­ piraci6n nunca estuvo mas de moda. Nose prob6 su existencia, pero tampoco se nece­ sitaba prueba [ ... ] La familia formada para la conspiraci6n no podfa creer lo obvio: que un sector de la sociedad se movilizara con autonomfa y pot su propia iniciariva. No podfa creerlo por razones poderosas: si eso

el cual, oscuras fuerzas locales e interna­ cionales de caracter comunista conspira­ ban para desestabilizar al pafs y provocar una revoluci6n. 6 La estrategia dispuesta para enfrentar esre peligro fue la puesta en escena de un plan polftico­militar que utilize todos los recursos a su alcance para provocar la violencia y reprimir al movi­ miento estudiantil:

5 Guevara, "Nace", 1988, p. 53.

La cronologfa del movimiento del 68 es ampliamente conocida, desde la pelea en la Ciudadela enrre estudiantes de la es­ cuela Isaac Ochoterena y los de la Voca­ cional 2 del Polirecnico y la consecuente represi6n por parte de los granaderos el 22 de julio hasta la matanza del 2 de oc­ tubre en Tlatelolco y sus secuelas. El mo­ vimiento estudiantil vivi6 sus mejores momenros entre el 5 de agosto y el 13 de septiembre de 1968. En ese breve lap­ so se produjo una protesta civil padfica y rnultitudinaria que se apropi6 del es­ pacio piibl ico de una manera festiva y puso en jaque al poder autoritario que prevalecfa en Mexico, representado por la figura del ejecutivo y por la hegemonfa de un partido, el Revolucionario Institu­ cional, que habfa gobernado el pais du­ rante las ultimas cuatro decadas.

Por parte de las autoridades, preva­ leci6 la idea de una reoria de la conjura caracterfstica del esquema polftico­cul­ tural dominante de la guerra frfa, segun

En esos momentos, en San Ildefonso, el ejer­ ciro derribaba la puerta de un bazucazo. El martes 30 hubo un mitin frente a la Recto­ rfa, en el cual Barros Sierra iz6 la bandera a media asta, pues la U niversidad estaba de luto. Raul Alvarez Garfn se encontraba en Oaxtepec, en un congreso de marematicas. El 30 por la tarde nos reunimos y adver­ timos que las iniciativas del rector abrfan una perspectiva polf tica pues objetivarnente contrariaban la lfnea represiva del gobierno.5

68, ap.ortando el siguienre testirnonio, vital para reconstruir la atm6sfera de la epoca, y comprender la 16gica de los diri­ gentes del movimienro:

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ALBERTO DEL CASTILLO TRONCOSO

10 Un caso muy irnportanre al respecto es el de la revista Tiempo, dirigida en 1968 por el escritor Martin Luis Guzman, que rnanruvo una postura ofi­ cialista y de rechazo al rnovirniento esrudiantil. En contraste, las imagenes fotograficas de la revista co­ rrieron a cargo de los hermanos Mayo, de reconocida trayectoria izquierdisra. La clave de la cuestion estriba en los pies de foto, que previsiblernente se encarga­ ron de satanizar a los estudiantes.

ciedad y el Estado pueden observarse de una manera privilegiada en el analisis y en el seguimiento puntual del discurso visual construido por los fot6grafos a parcir de la cobercura de movirnienros sociales am­ plios con una presencia nacional, como es el caso de la revuelta estudiantil de 1968.

En dicha cobertura se puede apreciar canto la evoluci6n tematica y estilfsti­ ca de las autores, como, sobre codo, su forma de plantear una "esrrategia visual", vinculada a la argumencaci6n politica y cultural de la epoca, la cual no constituye un mero reflejo de las textos escritos, sino que incide sobre estos y amplf a notable­ rnente la perspectiva de analisis de las problemas sociales. En coda momenta to­ maremos en cuenta que dicha esrrategia no es obra exclusiva de los fot6grafas, sino que debe encenderse a partir de la tension generada entre el autor de la imagen y el lugar y el espacio que ocupa esta dentro de la publicaci6n periodfstica correspon­ diente, que le imprime una orienraci6n ideol6gica espedfica, entre otras cosas, a partir del pie de foto. 10

A finales de la decada de los sesenta predominaba en Mexico un esquema au­ toritario con una censura generalizada que se manifestaba en un control del conte­ nido informative de las diarios. Este es­ quema ha sido descrito en un ensayo re­ ciente por Luis Gonzalez de Alba, uno de

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7 Warman, "Secreto", 1988, p. 133. 8 Guevara, Democracia, 1998, p. 45. 9 "El carnpo de lo imaginario esra constituido

por el conjunto de representaciones que desbordan el lfrnice trazado por los restirnonios de la experien­ cia y de los encadenamientos deductivos que esros aurorizan. Lo gue significa que cada cultura y por tanto cada sociedad e incluso cada nivel de una socie­ dad compleja tiene su imaginario." Patlagean, "His­ toria", 1984, p. 247.

El fotoperiodismo generado en torno al Movimiento Estudiantil de 1968 en la ciudad de Mexico consrruy6 un imagina­ rio colecrivo,9 elaborado a partir de in­ tereses diversos de reporreros, periodistas y fot6grafos pertenecientes a publicaciones que abarcaron un amplio espectro, que, por lo general, estuvo subordinado a pos­ turas oficialistas, pero que tambien abarc6 ­si bien de manera marginal­ visiones crfricas y contestatarias. Las caracterfs­ cicas del fotoperiodismo mexicano y sus complejas relaciones de poder con la so­

FOTOPERIODISMO Y MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE 1968

Se trata, en realidad, de un conflicto social en el cual, siendo el estudianrado el agente principal, convergen y coagulan procesos sociales de rnuy diverso orden que habfan venido gestandose a lo largo de la epoca pre­ cedente. 8

En rerrninos generales, coincidimos con Guevara Niebla en su caracterizaci6n del 68 cuando sefiala que:

fuera posible su misi6n trascendente y civili­ zadora para llevar al pueblo a la verdadera democracia carecerfa de sentido, se habrfa vuelto redundante.7

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fOTOPERIODISMO Y REPRESENTACIONES DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE 1968 141

12 De una manera mas marginal, el sernanario sensacionalista ~Por que?, dirigido por Mario Me­ nendez, represenro otra referencia crftica e indepen­ diente de! punro de vista oficial.

13 La Cultura en Mexico, num. 345, suplernenro de la revista Siempre! El rfrulo de este importance nu­ mero fue: "Lo que se ha visto y lo que se ha dicho. Una version del movimiento esrudiantil. Foros y rex­ tos de anrologfa. 23 de julio a 17 de septiernbre." En torno a la obra de Hector Garcia duranre el 68 se ha destacado el hecho de que algunas de sus fotograffas parecen formar parre de una esrrategia <lei autor, que consiste en plasmar movirniento dentro del encuadre, como aquella en la cual retrata a los esrudianres como fanrasrnas entrando al Z6calo durante la marcha silen­ ciosa del 13 de septiembre, 0 la mas famosa de todas, en la que un soldado apunta con su fusil a una fami­ lia en la unidad de Tlatelolco, en pleno 2 de occubre.

Gonzalez y Jaime Gonzalez y analistas crfticos como Daniel Cosfo Villegas.

Por su parte, La Cultura en Mexico, su­ plemento de la revista Siemprel, dirigido por Fernando Benitez, cont6 entre sus co­ laboradores con Carlos Monsivais y Jose Emilio Pacheco, lectores atentos no s6lo a las episodios locales, sino al desarrollo de los movimientos estudiantiles en Francia, Estados Unidos y Europa del Este.12

El semanario en cuesti6n public6 en el mes de septiembre un conjunto de foto­ graffas atribuidas fundamenralmente a Hector Garcia, las males ilustraron los distinros artfculos que abordaban la te­ rnatica del rnovimiento estudiantil y posi­ cionaron a este autor como una de las referencias mas importances del movi­ rnienro.t'

Un analisis de contenido de una se­ lecci6n de noticias y textos publicados en la prensa del 68 realizado recienremente aporta los siguientes resultados. Una re­ vision de los peri6dicos distingue dos blo­ ques muy bien diferenciados: el prime­

1.1 Gonzalez de Alba, Mentiras, 2002, p. 89.

En el campo del fotoperiodismo dicho esquema implicaba un escaso reconoci­ miento a los fot6grafos y un espacio muy reducido para el ejercicio de la creativi­ dad. En la mayor parte de los casos, la fo­ tograffa era utilizada para ilustrar la nota correspondiente y, en un buen porcenraje de estos, las imageries aparecfan publica­ das sin el credito del autor,

En terminos generales, las 6rdenes de trabajo para los fot6grafos suponfan un rnimero limitado de imageries y una lInea editorial bastante estricta, a la cual habfa que supeditarse. Una de las consecuen­ cias previsibles de rodo esro fue la ausen­ cia de espacio para la experimentaci6n y la creatividad, asf como la subordinaci6n a las convenciones visuales dominances. Pese a todo, existieron excepciones impor­ tantes, como el peri6dico Excelsior, el cual, en aquella epoca, figuraba entre los diarios mas importances de America Latina, y que para el caso del movimiento esrudian­ til del 68 desarroll6 una reflexion perio­ dfstica significativa, con fot6grafos como Rafael Escoto, Miguel Castillo, Carlos

Para dar una idea, aunque sea somera, de la enorme diferencia entre los afios en que mi generaci6n tenfa 20 afios y la que hoy tiene esa edad, creo que me bastara con se­ fialar unos cuanros elemenros: la unica fuer­ za polftica era la del PRI y en este partido la unica fuerza era la del presidenre de la repu­ blica; toda la prensa era idenrica porque re­ petfa simplemente las boletines oficiales de cada dependencia, asf gue ni siquiera la redac ­ ci6n de la rnisrna noticia variaba mucho. 11

los If deres del movimiento estudiantil del 68 de la siguiente manera:

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!ado las irnagenes. De hecho, solo aparece una foro­ graffa sin credito que se refiere a la enrrada de! ejerciro al Z6calo a finales de agosto, y aun esta imagen es utilizada como simple ilustracion de los planrea­ rnientos del texto.

En cuanto a los textos con informaci6n fo­ tografica, se han publicado irnportantes trabajos a lo largo de estas tres decadas. Sin embargo, la perspectiva de una historia gra­ fica ha estado ausente en una buena parte de los analisis, lo que evidencia la necesidad de impulsar este tipo de investigaciones,

En este contexto, algunas de las pre­ guntas y temas que vale la pena pregun­ tarse para la construccion de una posible historia grafica en torno al movimiento estudiantil son las siguientes: la relaci6n profesional de los forografos con los me­ dias de comunicaci6n; el grado de censu­ ra y de autocensura, implicita y explicira prevaleciente canto en la construcci6n de los textos como de las imageries fotografi­ cas; las caracteristicas del discurso visual construido por dichos medias; las referen­ cias culturales y la cultura visual de los fororreporreros; el uso y la manipulaci6n de las forograflas a craves de la diagrama­ ci6n y el ejercicio editorial de los diarios; el impacto de las imagenes como parre de la construcci6n de un imaginario colec­ tivo en torno al movimiento estudiantil dirigido a la opinion piiblica de la epoca; los distintos grados de recepci6n por pane de distintos sectores sociales en general y por parte de los lfderes y protagonistas de los movimientos estudiantiles en par­ ticular, y la apropiaci6n o el rechazo de algunas irnagenes por parte de los If deres y el grado de incidencia de estas en la conforrnacion y estrategia de dichos mo­ vimientos.

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14 Cano, "Libras", 2003, pp. 115­130. Por lo gue respecta al peri6dico El Dia, de orientaci6n priis­ ta, cabe recordar la renuncia de! coordinador de infor­ maci6n inrernacional.Tose Carreno, [unto con nurne­ rosos reporteros y colaboradores que tomaron distancia del sesgo gubernamental con el que el peri6dico justi­ ficaba la represi6n policiaca contra los estudiantes a principios de agosro del 68. Lo anterior consrituye una muestra mas de la imposibilidad de acercarse a la prensa como un bloque monolftico, sin fisuras, rnarices y contradicciones.

15 Debe agregarse en esre campo el trabajo de Brocca, Nota, 1993, el cual incorpora las notas perio­ dfsticas sobre el 68 al espacio de la nota roja. La inves­ tigaci6n de la aurora se centra en los rexros y deja de

ro, represenrado por los periodicos Excel­ sior y El Dfa, muestra una ligera defensa del movimienro estudianril, que se refle­ ja en 48 y 57% de notas publicadas en favor, respectivamenre. For el otro lado, tenemos los periodicos El Sol de Mexico, El Universal, Novedades y El Hera/do, con 100, 79, 59 y 56% de notas y artfculos en contra. Lo anterior nos proporciona un primer marco de referencia para analizar las irnagenes fotograficas de los diarios.14

En otro campo ternatico, cabe sefialar la importancia de algunos diarios cercanos a la "nota roja" y al reportaje policiaco, tales como La Prensa, Alarma y Magazine de Policfa. Este ultimo desarroll6 algunos de los reportajes graficos mas extensos sobre el movimiento estudiantil con una vision crfrica en torno a la represion lle­ vada a cabo por el cuerpo de granaderos. Dichos reportajes fueron realizados por los fot6grafos] ulio Leon, Aaron Sanchez, Miguel Castillo, Ignacio Castillo, Luis Rodriguez, Jose Carmona, Jestis de la To­ rre, Gustavo Vargas y el ya citado Jaime Gonzalez. Hasta el momenta no ban sido analizados desde la perspectiva de una historia de la fotograffa del periodo.15

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FOTOPERIODISMO Y REPRESENTACIONES DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE 1968 143

17 La lectura de irnagenes de El Hera/do de Mexico que propongo en este artfculo consrituye un primer avance de una investigaci6n mas amplia en torno al fotoperiodismo y el Movirnienro Escudianril de 1968 que actualmente desarrollo en el Instiruto Moray que abarcar:i los principales peri6dicos de la epoca. Agra­ dezco a Monica Flores sus valiosos comentarios y su apoyo en la localizaci6n de las imagenes para el pre­ sence arrfculo.

rs Rodriguez, Prensa, 1993, p. 101.

Una de la caracteristica distintiva de este peri6dico es la gran importancia que desernpefiaron las imageries dentro de su polfrica editorial, la cual las concebfa no solo coma un complemema para la divul­ gacion de las noticias y de las reportajes, sino como una parte importance de la

En la primera plana de su edici6n inicial, El Hera/do public6 una foto de gran tama­ fio del presidente Diaz Ordaz, en el momen­ to de inaugurar las instalaciones del diario y declararse su "primer lector". Diaz Ordaz dedic6 a Gabriel Alarcon frases elogiosas.18

El Heraldo de Mexico fue fundado en 1965. Impreso en offset, a colores, desde sus ini­ cios conro con una infraestructura mo­ derna, con grandes recursos financieros y tecnicos. Vocero de un poderoso grupo de empresarios y banqueros poblanos, su director fue Gabriel Alarcon, que ruvo una importance cercanfa con el presidente Gustavo Diaz Ordaz, pcicticamente desde el primer rnimero del diario:

La relacuin prensa­poder

de un importance grupo empresarial, re­ ferencia obligada para evaluar el punto de vista de algunos sectores patronales y su relacion con el poder presidencial.'?

1.6 La lista de rexros literarios y acadernicos que abordan el rema de! movimiento de! 68 e incluyen forograffas es muy extensa, No es esre el espacio id6­ neo para comentar estos trabajos, que formaran pane de otra investigaci6n.

En este articulo nos referiremos en forma exclusiva a El Heraldo de Mexico, vocero

LA LECTURA DE LAS IMAGENES. EL CASO DE EL H ERALDO DE MEXICO

En respuesta a los planteamientos an­ teriormente expuesros, en el presente tex­ to analizaremos de que manera se foe construyendo el movimiento estudiantil a partir de algunos medios, buscando ar­ gumentar hasta que punto la informa­ ci6n grafica solo respondi6 a una puesta en escena de los deseos de control y ma­ ni pulaci6n del gobierno y su teorfa de la conjura, y hasta d6nde se abrieron rarnbien otros espacios alternas de crfrica a partir de la imagen. Al respecto, resulta muy significativo que la reflexion aurobiogra­ fica de uno de los If deres mas importantes del movimiento del 68, el ya mencionado Raul Alvarez Garin, titulada: La estela de Tlatelolco, publicada 30 afios despues de los acontecimientos, incluya en la parte final del texto una antologfa de imageries con el tirulo: "Reconstruccion grafica del movimiento estudianril", la cual consta de 7 6 fotograffas, de las males el au tor no dice una sola palabra. Lo anterior pro­ porciona al lector una idea del enorme vacfo en rerrninos de analisis grafico al que nos estamos enfrentando.

que recuperen la enorme riqueza del dis­ curso visual producido por reporteros y fot6­ grafos.16

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20 El Hera/do de Mexico, 29 de agosto de 1968, la. plana. La provocaci6n de Campos Lemus ha sido arnpliamente comentada por los otros lfderes del CNH, presentes esa noche en el Z6calo y ha sido cata­ logada coma un grave error politico, que facilir6 la

re memento marc6 la ciispide del proceso de organizaci6n estudiantil, asf como la reconsideraci6n gubernamental de un ma­ yor control de los medios. Dicha multi­ tud abarrot6 el Z6calo, concluy6 el enor­ me rnitin convocado por el CNH y dej6 una guardia de 3 000 personas afuera de Palacio Nacional, en un intento por pre­ sionar a las autoridades para la realizaci6n de un dialogo publico, a sugerencia de Socrates Amado Campos Lemus, uno de los Ifderes del citado Consejo. Poste­ riormenre fue dispersada por la policfa y por el ejercito en la madrugada.

Al dfa siguiente, el astabandera de la Plaza portaba una especie de jerga de color rojinegro en lugar del tradicional labaro patrio. El acto fue de inrnediaro atribuido a los estudiantes y calificado corno un agravio a la naci6n. Este episo­ dic se convirtio en piedra angular de un ejercicio sisternatico de descalificaci6n del rnovimiento. Un dfa mas tarde, se orga­ niz6 un acto de desagravio oficial en el que fueron acarreados cientos de burocratas y ernpleados del Gobiemo del Disrrito Fede­ ral y que consistio en volver a izar la ban­ dera en el Z6calo. La publicaci6n en prirne­ ra plana de las dedaraciones de Gustavo Diaz Ordaz sintetizaban el hecho y le irn­ prirnfan una lectura dvica a las imageries publicadas en el diario: "Solo la bandera de Mexico, dijo Dfaz Ordaz." Por su parte, El Heraldo ampliaba la leccion con otro titular basrante significativo: "Prefirieron el trapo rojinegro en lugar de la ensefia patria" (vease imagen 1).20

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19 El 25 de enero de 1970 fallecieron en un avio­ nazo, cubriendo la carnpafia de Luis Echeverria, can­ didato del PRI a la presidencia, los fot6grafos: Jose Falconi, Ismael Casasola y Eduardo Quiroz, guien para entonces era el jefe del departamento de fotograffa.

postura polfrica del propio diario. La co­ bertura grafica asignada al 68 documenta puntualmente esra aseveraci6n. Un im­ portante grupo de for6grafos cubri6 regu­ Iarrnente los aconrecirnientos, de tal ma­ nera que en algunos episodios llegaron a desarrollarse reportajes graficos de alrede­ dor de 30 imageries, las cuales eran publi­ cadas tanto en la primera plana como en las paginas intermedias. A diferencia de una buena parte de la prensa de la epoca, El Hera/do proporcion6 el credito corres­ pondienre a SUS forografos, aunque este se asignaba de manera general, en referen­ cia a la totalidad del reportaje en cuesti6n. La lista de autores mencionados a lo largo de los tres meses de duraci6n del movi­ miento son Ramon Guzman, Gustavo Guardiola, Ernesto Valenzuela, Eduardo Quiroz, Ismael Casasola, Enrique Flores, Porfirio Cuautle, Carlos Arroyo, Arturo Flota, Gustavo Flores, Guillermo Avila, Andres Manzanares, Carlos Villagran, Raw Sosa, Rafael Castellanos,] ose Pereda y ] ose Aguilar. 19

El analisis que desarrollamos en este artfculo se apoya en este planteamiento basico que sostiene que el manejo de las fotograffas fue prioritaria dentro de la es­ trategia inforrnariva y persuasiva del pe­ ri6dico. Un episodic ocurrido a finales de agosro parece corroborar este punto y vale la pena revisarlo desde la perspectiva de la relaci6n de la prensa con el poder. El 27 de agosro tuvo lugar la manifestaci6n mas concurrida del movimiento, calculada en unos 300 000 estudiantes. Este importan­

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del pueblo que rescata su bandera. El am­ bienre es festivo y pueden observarse los rosrros de los empleados y oficinistas gu­ bernamentales convertidos por el arte del civismo en heroes an6nimos. La utiliza­ ci6n del color resalta el mensaje patriotico de todo el episodio. De esta manera, los pliegues del labaro parrio conrribuyen a una idea de estar presenciando una escena salida de un mural o un fresco revolucio­ nario (vease imagen 2).

Una carra de Gabriel Alarcon, director de El Hera/do, dirigida al presidente Dfaz Ordaz, dada a conocer recienrernenre, re­ sume de una manera bastanre clara la complicidad que privaba entre un sector importante de la prensa y el poder en aquellos momenros. En dicho documen­

propaganda gubernarnenral de desprestigio a craves de los medics y anul6 parcialmente el efecro psico­ l6gico de la manifesraci6n. En lo que respecta al epi­ sodic de! agravio al labaro patrio, Cabeza de Vaca, el lfder de! CNl­1 sefialado por el gobierno coma autor de! incidente, ha negado en repetidas ocasiones haber izado el asta con el trapo rojinegro yen cambio su­ giere que fue obra de las autoridades. Para efectos practicos, lo que conro polfricamente fue la constata­ ci6n de! hecho y su utilizaci6n por pane de la prensa.

Varias fotograffas documentaron el episodio con una fuerte carga simb6lica. Primero la imagen del astabandera con la bandera rojinegra. Posteriormente el con­ traste entre la imagen de esta y la del la­ baro patrio, y, para finalizar, orro par de fotograffas que muestran la reacci6n epica

Imagen 1. "Los esrudiantes prefirieron la bandera rojinegra al pend6n nacional y anteanoche la izaron en la Plaza de la Constirucion; pero ayer al rnedio dfa, el pueblo, enronando el Hirnno Nacional, volvio a elevar el mayor simbolo de la patria en su asra del Zocalo", El Heraldo de Mexico, 29 de agosro de 1968, en Archive Hisr6rico de la UNAM­CESU.

Solo la -eandera de Mexico, Dijo Diaz OF

Prefirieron Esta Bandera ... en vez de la Enseno Patria

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de todos ellos la orientacion precisa para publicar algunas nora "conveniences" para aislar y condenar a los "agitadores'' y para censurar los desplegados 'antipatrio­ cicos" de otros medios de comunicaci6n menos d6ciles gue el propio, como eran los casos de los diario El Dia y el Excelsior. Una parte muy importanre de esra ubor­

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co, Alarcon agradece a la primera aurori­ dad del pais y le informa de sus contacros con Luis Echeverria, secretario de Gober­ naci6n, con Emilio Martinez Manatou, procurador de J usricia, con Alfonso Coro­ na del Rosal, regenre de la ciudad, y con Marcelino Garcfa Barragan, ecretario de la Defensa. Le explica gue ha recibido

Imagen 2. "En un aero de de agravio al sirnbolo de la parria, mile de rnexicanos se reu­ nieron ayer en la Plaza de la Consritucion para bajar la bandera rojinegra e izar en su Ingar el pendon nacional. Las aclamaciones a la bandera nacional y las expresiones de 'Viva Me­ xico' arronaban el espacio cuando el labaro parrio era izado en el astabandera del Zocalo' , El Hera/do de MlY:ico, 29 de agosto de 1968, en Archivo Hist6rico de la u AlVl­CE u.

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A principios de agosto la estrategia del diario contemplaba dos aspectos: por un lado, se traraba de responsabilizar al Par­ tido Comunista de la violencia y del caos desatados. Cinco fotograffas en primera plana documentaban la captura de miem­ bros prorninentes de ese partido: Gilberto

La ambivalencia de agosto

implfcitas que moldeaban dicha relacion. El director del diario de marras conside­ raba como algo natural la alineaci6n de su peri6dico con la version gubernamental y dentro de esa logica se concebfa "como un soldado mas" a las ordenes del presi­ dente. El objetivo central era entonces cuestionar y atacar a los Ifderes estudianti­ les convertidos bajo esta logica en "agita­ dores" y defender y reivindicar las certe­ zas oficiales. En esta lucha ideol6gica, la utilizacion editorial de las fotograffas de­ sempefiaba un papel estraregico en la defensa del orden y el posible impacto en la opinion piiblica. En este contexro, la publicacion de la fotograffa de los carteles con la figura del Che en las aulas universi­ tarias resultaba muy irnportante para do­ cumentar la injerencia extranjera en el conflicto, y la construcci6n del episodic del agravio a la bandera represento otro momenta estrategico clave, gue marc6 el inicio de una nueva etapa de desprestigio de los medias hacia el movimiento estu­ diantil y definio la organizaci6n de una campafia gubernamental mucho mas agre­ siva, gue busco el aniguilamiento de las fuerzas estudianriles por todos los medias.

Conviene, por lo tanto, gue retroceda­ mos un poco para revisar el contenido grafico de esta polftica editorial desde una perspectiva mas amplia.

21 Carta de Gabriel Alarcon, director del peri6­ dico El Heral® de Mexico, al presidenre de la repiiblica Gustavo Dfaz Ordaz [dccumenro fechado el 24 de septiembre de 1968), citada en la revista Nexos, rnim. 246, junio de 1998, pp. 37­38. Las cursivas son mfas.

En pocos documenros puede obser­ varse de una manera nftida el tipo de re­ lacion prevaleciente entre la prensa y el ejecutivo, asf como las reglas culturales

Licenciado y general Corona del Rosal. Al igual que los funcionarios antes sefialados, nos ha orientado sobre la forma en que nuestras informaciones resultan negativas a los agitadores, destacando hechos como la agresi6n a las fuerzas del orden y la profa­ naci6n a nuestra bandera nacional, Cabe adarar que nosotros proporcionamos a otros dia­ nos la Joto def trapo que izaron en el astabandera los estudiantes [. .. ] Doctor Emilio Martinez Manatou. El jueves pasado me llam6 a pri­ mera hora para felicitarnos por la forma en que se destacaba en primera plana la foto del Che y las aulas universitarias con nom­ bres de lfderes cornunisras asf como nuesrra otra informaci6n grafica [. . .] Por ultimo, en una reciente entrevista con el licenciado Agustin Salvat, los dos revisamos todas nues­ tras publicaciones de los acontecimientos, las graficas y los editoriales de El Hera/do y estuvo de acuerdo en que no se encontraba nada que pudiera interpretarse como nega­ tivo al gobiemo y que, por el comrario, nues­ tra polf tica era francamente favorable y de apoyo al regimen."

dinacion a los intereses gubernamentales se referfa al uso y a la manipulacion de las imageries fotognfficas. Al respecto cabe resaltar las tres menciones puntuales sobre este tema que se deslizan en la carta­infor­ me de Alarcon a Diaz Ordaz:

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Como colof6n de esra idea, una foro­ graffa muestra a un grupo de estudiantes de medicina vestidos con el tradicional pamal6n y con la bata blanca, que simb6­ licamente abanderan y protegen de posi­ bles agitadores la marcha encabezada por el rector. Un halo higienico de pureza po­ dfa construfrse todavfa en torno al movi­ miento (vease imagen 5). Los reporreros alaban en consecuencia el comportamien­ to ordenado de los 80 000 universitarios gue acompafiaron al rector, y describen y retratan el apoyo de la genre gue aplaudfa desde calles y balcones el paso de los jove­ nes. Una buena parte de todo esto se re­ crea en irnagenes bajo el concepto unifica­ dor del reportaje grafico.

El arreglo y la negociaci6n no se pro­ dujeron en un par de dfas, como una parte de la opinion piiblica hubiese esperado. La intervenci6n del rector no institucio­ naliz6 el movimiento, sino que, por el contrario, le dio la legalidad y la autori­ dad moral necesaria para adquirir una ma­ yor fuerza y para expandirse en todo el pafs. Las marchas posteriores ya no se cir­ cunscribieron a los rerritorios de la UNAM en el sur de la ciudad, apuntaron a la toma simb6lica de un espacio sacralizado por las autoridades revolucionarias: el Z6calo capitalino. En los siguientes dfas ocurrie­ ron una serie vertiginosa de hechos crucia­ les: el dfa 2 de agosto se public6 por pri­ mera vez por parte del CNH el pliego petitorio con seis puntos basicos que se convertirfan en la raz6n de ser del movi­ miento: libertad a los presos politicos, des­ tituci6n de los jefes polidacos, desaparici6n del cuerpo de granaderos, derogaci6n del delito de disolucion social, indemnizaci6n a los familiares de los esrudianres rnuertos y heridos, y deslinde de responsabilidades de los actos de represi6n. La orientaci6n

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Rincon Gallardo, Mario H. Hernandez, Salvador Sainz, Fernando Granados y Adolfo Garcia. Todos son presentados como "peligrosos agiradores". En el estilo informative de la epoca, la investigaci6n periodfstica es sustituida por la reproduc­ ci6n de un boletf n de la Procuradurfa Ge­ neral de la Repiiblica, el cual sefiala la existencia de una supuesta reunion el 26 de julio en las oficinas del partido entre los lfderes antes mencionados y los repre­ sentantes de la Central Nacional de Es­ tudiantes Dernocraricos para enviar gru­ pos de choque al aero organizado por los esrudiantes del Polirecnico y provocar dis­ turbios. Por otro lado, se defendfa la figu­ ra democratica del rector Barros Sierra y a los "aurenticos" estudiantes, que note­ nfan nada que ver con la violencia, y que todavfa eran considerados como vfctimas de los agitadores profesionales.

Una gran foto de prim era plana con la figura del rector freme a una explanada plet6rica de estudiantes reafirma el men­ sa je. Sin embargo, la fotograffa clave, que muestra la postura del peri6dico, es la que se refiere a un grupo de estudian­ tes, que simplememe "colocan" sus carte­ les en los muros de la Preparatoria mim. 3 (vease imagen 3). Nose dice nada respec­ to al conrenido de los mismos, ni de las tipicas referencias "alrisonantes" dirigidas a las autoridades o al odiado cuerpo de gra­ naderos. Todavfa se mantiene la posibili­ dad de mantener un espacio de civilidad para referirse al movimiento. Una segun­ da fotograffa publicada al dfa siguiente confirma la estrategia del peri6dico de rescatar la figura de los "autenticos'' uni­ versitarios. Para tal efecto, se puede ob­ servar en la imagen a un joven con un car­ tel que reza: "La raz6n y la ley: las armas universitarias" (vease imagen 4).

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Imagen 4. "Carteles como esre, unidos a las voces de proresta de los universirarios, atrajeron la atenci6n del pueblo que los vio desfilar duranre mas de tres horas por diferenres arterias ', El Hera/do de Mexico, 2 de agosto de 1968, eo Archive Historico de la UNAM­CESU.

Imagen 3. "En Moneda y Academia, los muros de! edificio de la Preparatoria num. 3 sirvieron para colocar algunos carteles de protesra de los estudiantes", El Heraldo de Mexiro, 1 de agosm de 1968, en Archive Hist6rico de la UNAM­CE u.

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El crecimienro del movimieoto estu­ dianril marc6 tarnbien el incremenro de los esfuerzos oficiales para contenerlo y controlarlo. Con distinros grados y ma­ tices, una buena parte de la prensa de la epoca cerr6 filas para defender las verdades oficiales y para atacar a los estudiantes. En el caso de El Hera/do, la ambivalencia inicial se diluy6 en un perfil mucho mas hornogeneo. La esrraregia grafica se aco­ pl6, por lo general, a los intereses del dia­ rio, y los pies de foto constituyen el ins­ trumento mas id6neo para clarificar la perspectiva del editor. El tratamiento vi­ sual privilegi6 el concepto del reportaje colectivo, en el cual las fotograffas con­ cretas adquieren un sentido en funci6n de una trama general, compuesta en oca­ siones por 30 imageries, con coberturas de un amplio equipo de fotorreporteros con oficio, que frecueotemenre rebasan las imageries de registro de los hechos principales para captar otro ripo de esce­ nas, que hoy denominarfamos de "vida cotidiana", No obstante, el mayor control del trabajo grafico se refleja no tanto en

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22 Esre es otro de los puntos que ha logrado con­ senso a lo largo de estos afios. El caracter pragrnarico de! pliego perirorio form6 parre de una estraregia cuidadosamenre preparada por los dirigentes del CNH para buscar la convergencia de las diferentes tenden­ cias. Fue rambien el resulrado de la composici6n en­ tre las distinras fuerzas polfricas en el interior del Consejo, en la cual las organizaciones rradicionales de izquierda fueron rebasadas desde un principio.

23 El Hera/do de Mexico, 8 de agosro de 1968.

concreta de estas demaodas permiti6 la convergencia de miles de estudiantes con tendencias polfticas diversas.22 El dfa 5 de agosto se produjo una manifestaci6n de 100 000 esrudiantes del Instituto Polirec­ nico Nacional que marchan de Zacatenco al Casco de Santo Tomas. Un par de dias despues, el 8, se publican las primeras de­ claraciones publicas de una auroridad importance, Alfonso Corona del Rosal, regenre de la ciudad de Mexico, en las cuales sefiala que los hechos estudianriles eran parte de una conjura para lesionar los inrereses de Mexico. 23

Imagen 5. "Los futuros medicos fueron los encargados de cerrar la enorme columna gue ayer des­ fil6 por la avenida Insurgences, Felix Cuevas, avenida Coyoacan y la avenida U niversidad", en El Hera/do de Mexico, 2 de agosto de 1968, Archivo Hisr6rico de la UNAM­CESU.

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imageries de principios de agosto, que mostraban un orden impecable en las filas de los estudianres, en esta ocasi6n el men­ saje visual del diario es muy claro y apun­ ta a proyectar una sensaci6n de caos y de desorden (vease imagen 6).

La estrategia grafica de descalificaci6n hacia los estudianres continu6 con el epi­ sodio, ya comentado, del agravio a la ban­ dera. No obsranre, conviene sefialar que aun en esta coyuntura de desprestigio y satanizaci6n se manruvo a nivel fotoperio­ dfstico un mirador interesado por diversos aspectos que contemplaban una lectura de los distinros sectores sociales. En este caso, dicha perspectiva esta representada por tres imageries. La primera muestra a un par de nifias jugando en la banqueta en un primer piano, mientras al fondo puede observarse un tanque repleto de soldados expectantes, los cuales hacen guardia en las afueras de la embajada de Esrados Unidos, en la colonia Cuauhte­ moc (vease imagen 7). En la segunda puede verse en un primer plano a cuatro mujeres j6venes de espaldas, vestidas de falda y tacones que cruzan la calle hacia el Z6calo, mientras al fondo se observa una parte de un contingente de soldados en formaci6n militar. Por una vez el sujeto organizador de la imagen esta materiali­ zado en este universo femenino, el cual representa a un sector de la poblaci6n civil que se dispone a enrrar en un espacio sim­ bolico de enorme importancia, ocupado por las fuerzas militares. La ausencia de pies de foto permite un margen de Iecrura mas flexible para el posible lecror (vease imagen 8).

Una tercera imagen apuntala esra lf­ nea intermedia del diario, que no denigra al movimiento y que abre espacios para otro tipo de reflexion. En este caso puede

las composiciones y encuadres de los pro­ fesionales de la lente, sino mas bien en la uniformidad con que los citados pies de foto cuestionan y defenestran a los estu­ diantes. En nuestro analisis delinearemos estas coordenadas estructurales, aunque tambien destacaremos algunas otras que tienen que ver con otro tipo de registros paralelos, menos sujetos a la propaganda del control oficial ya los deseos guberna­ rnentales.

El 13 de agosto tuvo lugar la primera de tres grandes manifestaciones estudian­ tiles que desembocaron en el Z6calo capi­ talino, la cual represent6 una evidence de­ mostraci6n de fuerza y organizaci6n del CNH, que exigfa respuesta a su pliego pe­ ti torio. La nueva relaci6n de fuerzas fa­ vorables al organismo estudiantil fue to­ m ada en cuenta por la mayorfa de la prensa capitalina, que intent6 contrarres­ tar las iniciativas estudianriles con una campafia de desprestigio que comienza a ser evidente al dfa siguiente de la manifes­ taci6n. La estrategia grafica de El Heraldo utiliza un reporraje de once irnagenes, el cual se centra en los carteles, que ahora son relefdos e interpretados como diatri­ bas insultantes contra la aurnridad. La foro clave de esre desplazamiento fue pu­ blicada en la primera plana y corresponde a la figura del comandante Ernesto Che Guevara, muerto apenas un afio antes en Bolivia y convertido en icono de la protes­ ta politica por los distintos movimientos sociales ocurridos en distinros lugares del planeta en los meses previos. El acento del peri6dico esta puesto en mostrar la presencia de ideas y doctrinas "exoticas" a la idiosincrasia del pueblo mexicano, un reiterado argurnento, esgrimido tanto por las autoridades como por diversos grupos empresariales. A diferencia de las

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Imagen 7. "Ajenas a los aconrecirnienros, dos pequefias cruzan junto a los vehfculos blindados apostados junto a la embajada norteamericana", El Hera/do de Mexico, 28 de agosro de 1968, en Archive Hisrorico de la UNAM­CESU.

Imagen 6. "Rerratos del Che Guevara y pancarras con frases que eran una exalraci6n abierta y aceptaci6n del regimen comunista de Cuba y otras doctrinas ex6ticas para nuestro pueblo fueron las banderas de los rnanifesrantes ayer. Impunernente gritaron insultos contra las autoridades y frases ofensivas para las fuerzas armadas y las corporaciones policiacas", El Hera/do de Mexico, 14 de agosro de 1968, en Archive Hist6rico de la u AM­CESU.

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2•1 El dia 6 de sepriernbre se difunden unas de­ claraciones de! ex presidente Miguel Aleman que responden al esquema cultural de la guerra frfa, ali­ rnentan la reorfa de la conjura y anuncian una posible represion: "Si quienes deseamos prevalezca la paz so­ cial de Mexico no damos la batalla frenre al vims ro­ ji llo incrustado en nuestra sociedad, despues habre­ mos de lamenrar las consecuencias", El Hera/do de Mexico, 6 de septiernbre de 1968, la. plana.

El 1 de septiernbre tuvo lugar la ceremo­ nia piiblica del informe de gobierno de Dfaz Ordaz, una fecha simb6lica del ca­ lendario politico mexicano, centrada en aquella epoca en la exaltaci6n y la apo­ teosis de la figura presidencial por encima de cualquier otro poder politico.

Los reportajes forograficos consagrados a la fiesta del ejecutivo confirman esra lectura. Por oposici6n, reinara el silencio y la ausencia de referencias visuales de los esrudianres en las siguientes dos semanas hasta que las tomas violentas de Ciudad Universitaria (cu) y, sobre todo, del Poli­ tecnico Nacional definan la estrategia final de confrontaci6n llevada a cabo por las autoridades. En este lapso, Diaz Ordaz aparece retratado en la primera plana, rea­ lizando diversas tareas trascendentales para el devenir de la naci6n, sin contrape­ sos visuales, molestos o inoportunos. De esta manera, el ejecurivo deparre con los gobernadores de los estados en el Club Deportivo Italiano, emrega las instalacio­ nes deportivas a las autoridades oHmpicas 0 posa solemne con los nifios mas estudio­ sos de las escuelas primarias de los estados de Puebla e Hidalgo en Palacio Nacional.24

En medio de esta indiferencia a los asuntos de los universitarios, un subiro y aislado reportaje grafico aparece el dfa 9

Ajustes en la estrategia

verse a un solitario soldado frente a una rnultirud que lo observa desde un puente. Al fondo se observa el edificio Chihuahua. El militar no apunta con su rifle hacia la gente; por el contrario, sujera el arma por la parte central en forma displicenre, No sabemos si esra asombrado, molesto o indiferente frente a los numerosos rostros juveniles que lo observan con atenci6n y desparpajo, pero en perfecta orden. la ausencia del pie de foto impide reorga­ nizar una lectura de la imagen y, aunque el contenido general de las noras es ad­ verso al movimiento, se mantiene aquf la posibilidad de otro tipo de lecturas, en las cuales la evidente soledad del poder represivo frente a la organizaci6n de la poblaci6n civil esta presente como una de las 16gicas posibles de recepci6n (vease irnagen 9).

Imagen 8. Sin pie de foto, El Hera/do de Mexico, 31 de agosro de 1968, en Archivo Hist6rico de la UNAM­CESU.

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el especraculo parodiando a los grupos de izquierda y se dirigfa a la multitud con la consigna: "Querernos uno, dos, tres Ches rnuertos." Entre las disrintas mantas enar­ boladas por el publico destaca una que reivindica los conceptos con los que se identifican los manifestantes: "Dios, pa­ tria, familia y libertad". Fiesta brava tauri­ na y religiosidad popular proporcionan el contexto de tono hispanista en el cual se desarroll6 este ajuste de cuentas simb6­ lico de un sector de la derecha mexicana. Llama la atenci6n que el emblema esco­ gido por estos grupos para denigrar al movimiento sea el mismo que circulaba en las calles de la ciudad de Mexico rei­ vindicado por miles de j6venes con intere­ ses ideol6gicos opuestos. En esta lucha cultural por la apropiaci6n de los simbo­

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de septiembre como un rayo en el hori­ zonte seguido por la oscuridad y la au­ sencia de irnagenes en los dias posteriores. Se trata de un mi tin polf tico de 12 000 personas celebrado en la Plaza de Toros Mexico convocado por diversas organiza­ ciones anticomunistas, entre las que desta­ caban la Organizaci6n para la Defensa de los Valores Nacionales y el Movimiento Universitario de Renovaci6n (MURO). la fotograffa clave del evento nos rnuestra a varios de los organizadores que dan la vuelta al ruedo con una efigie que repre­ sentaba a Ernesto Che Guevara, ratificado de esra manera rarnbien como icono de la protesta antiestudiantil. Despues de dar un par de vueltas al ruedo, le prenden fuego al monigote, mientras Alfonso Aguerrebere, lfder del MURO, animaba

Imagen 9. Sin pie de fore, El Hera/do de Mexico, 31 de agosto de 1968, en Archivo Hist6rico de la UNAM­CESU.

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25 En los procesos judiciales llevados a cabo con­ tra los dirigentes de! CNH se utilize el episodio de la celebraci6n del grito de independencia en cu como una rnuestra de la conjura y de la inrencion de derro­ car al gobierno. En la fiesta popular desarrollada en la explanada central de! territorio universirario, aque­ lla tarde se celebraron matrimonios simb6licos y se extendieron actas con la firma de! CNH. El poder ju­ dicial y en particular el licenciado Eduardo Ferrer

La apoteosis de dicho protagonismo tuvo lugar a proposiro de los festejos parrioticos de la noche del 15 de septiembre con el tradicional grito de independencia y con la celebracion de un impresionante desfile militar al dfa siguienre. Este Ultimo aeon­ tecimiento dio lugar a un extenso reporta­ je forografico de 16 imagenes a cargo de Ramon Guzman y de Gustavo Guardio­ la. En el mismo, puede verse a Dfaz Or­ daz recorriendo el Paseo de la Reforma en un carro descubierto y recibiendo los saludos de la genre, lo mismo que distin­ tos contingentes armados que desembo­ can en el Zocalo. Enrre otras cosas, esre ejercicio grafico exhibe el poderfo de las fuerzas milirares, muestra que la toma de los espacios publicos no era privativa ni exclusiva de los estudiantes y pretende certificar el hecho de que en la competencia por auditories y multitudes, el presidente y el ejerciro llevaban la delantera. Como en pocas ocasiones, la ausencia de infor­ rnacion grafica sobre un terna determina­ do constiruye la nota mas relevante. En efecto, la celebracion de la noche del gri­ to de independencia en Ciudad Universi­ taria y la ejecucion del mismo a cargo del ingeniero Heberto Castillo represento un acto simb6lico de crftica al poder oficial que no pas6 desapercibido por las autori­ dades. Sin embargo, ningun periodico ca­ pitalino public6 alguna nota al respecto. 25

los, la figura del comandante Guevara, convertido en icono indiscutible para los distintos grupos, desempefi6 uno de los pa­ peles protag6nicos (vease imagen 10).

En los dfas posteriores a la celebraci6n del mi tin taurino ocurri6 otro hecho im­ portante. El 13 de septiembre tuvo lugar una gigantesca manifestaci6n, la cual convoc6 de nueva cuenta a decenas de mi­ les de estudiantes que marcharon del Mo­ nurnento a la Independencia al Z6calo capitalino, en lo que represent6 la res­ puesta simb6lica del movimiento al infor­ me de gobierno de Dfaz Ordaz. La mar­ cha fue cuidadosamente preparada por el CNH, el cual intento contrarrestar la pro­ paganda gubernamental con una demos­ traci6n de fuerza al tomar de nueva cuenta la calle. Miles de j6venes desfilaron por Paseo de la Reforma con esparadrapos y cintas adhesivas en la boca, en lo que des­ de entonces se conoci6 como la manifes­ taci6n del silencio. A pesar de la relevan­ cia de este acontecimiento, el mismo solo amerit6 ocho fotograffas a cargo de Cuau­ tle, Flores y Avila en la pagina 12 de la publicaci6n y comparti6 crediros en el mismo lugar con un reportaje grafico de Valenzuela sobre la "huella de destruc­ ci6n" que.dejo el cicl6n Naomi en el es­ tado de Sinaloa. En el imaginario construi­ do por el peri6dico convergfa la presencia estudiantil en las calles de la ciudad de Mexico con los desastres naturales que azotaban a la naci6n.

Resulta evidenre que, despues del epi­ sodio del agravio a la bandera que motive el intercambio epistolar privado entre Alarcon y Diaz Ordaz, la direcci6n del diario tom6 la decision de otorgarle todo el protagonismo politico a la figura presi­ dencial y de rnantener la cobertura de los sucesos estudiantiles con un bajo _rerfil.

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Imagen 10. "Entre el alboroco de un grupo de chiquillos y la algarabfa precedence de los tendidos, Ia caricarura de carton del Che Guevara clio varias vueltas al ruedo, reabriendo a su paso denuestos e insulros", EL Hera/do de Mexico, 9 de sepriernbre de 1968, en Archivo Hisrorico de la UNAM­CESU.

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26 De acuerdo con los hallazgos documemales mas recientes en el acervo de la Direcci6n Federal de Seguridad, se ha podido confirmar la parricipacion a lo largo de todo el episodio estudiantil de agenres policiacos y judiciales adscriros al Departamento del Distriro Federal ya la propia Direcci6n Federal de Se­ guridad, a cargo del capitan Fernando Gutierrez Barrios.

legales y clandestinos utilizados en estas operaciones. 26

El domingo 22 de septiembre el ti­ tular de primera plana "Sangrienta refrie­ ga en Tlatelolco" inaugura el nuevo giro grafico del peri6dico e informa pormeno­ r izadamen re acerca de una verdadera batalla campal procagonizada por los gra­ naderos y los estudiantes y colonos de la zona. De acuerdo con los cestimonios re­ gistrados por los propios reporteros, los pri­ meros arrojaban granadas lacrim6genas a los departamenros, y los universitarios y los tlatelolcas les respondfan con piedras y agua hirviendo, lo que constituye uno de los momentos mas violentos de aquel oto­ fio. Llama la atencion la alianza familiar y vecinal de los estudiantes con los habi­ tantes de la zona, apenas insinuada por las paginas del diario y la disposici6n ofi­ cial de atacar a estos grupos y sembrar el terror en sus propias casas, a diferencia de la ocupacion militar de Ciudad Universi­ taria en los dfas previos, que se habfa ca­ racterizado por una estrategia estricta­ mente preventiva y un USO mas acotado de la violencia.

Un testimonio de c6mo se vivieron estos hechos del otro lado, y de los niveles que alcanz6 la violencia y la resistencia de colonos y estudiantes puede verse en la siguienre narraci6n de Jaime Garcf a Reyes, alumna de la Escuela Superior de Economfa en aquellos rnornenros:

MacGregor, titular del Juzgado Primera de Distrito en el Distrito Federal, utiliz6 estos documenros como pruebas documentales de! complot contra el gobier­ no. Al respecto, vease jardf, "Asf', 1988, pp. 145­147.

La siguiente etapa en la estrategia grafica del diario se produjo en la ultima semana de septiernbre, cuando la violencia repre­ siva se increment6 en forma cualitativa, y de nueva cuenta aparecieron grandes re­ portajes graficos, que evidenciaban la or­ den de cobertura de los sucesos a varios de los reporteros y fotografos mas fogueados del diario y, sobre todo, la decision polf­ tica de registrar en el campo de los hechos el nuevo tramo del episodio estudiantil, cuyo escenario recurrence fue la unidad habitacional Nonoalco­Tlatelolco, y que represento un salto cualitativo en la vio­ lencia desplegada canto por el ejercito como por los distinros cuerpos policiacos

Estado de sitio

El 19 de septiembre se produjo la toma de Ciudad Universitaria por parte del ejerciro mexicano, que culrnino con cientos de detenidos. La cobertura foto­ grafica de 18 imageries a cargo de Quiroz y Valenzuela se centra en la detencion de los estudiantes en la Procuradurfa del Dis­ rrito y ornite cualquier imagen de la ocu­ pacion militar en territorio universitario. La decision editorial del diario opt6 por el registro grafico de los estudianres y de los padres de familia deambulando por celdas y pasillos del Ministerio Piiblico y omiti6, en cambio, la noticia periodfsricamente mas atractiva y espectacular, esto es la presencia del ejercito en cu. La 16gica po­ lftica se impuso a la modernidad grafica esgrimida por el propio diario.

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lenzuela, Ismael Casasola, Porfirio Cuautle, Carlos Villagran, Raul Sosa, Rafael Castellanos, Enrique Flores, Arturo Flota, Guillermo Avila y Jose Pereda.

29 La cobertura es muy amplia y resulra irnposi­ ble describirla en el espacio de esre artfcu.lo. Abarca distinros aspectos de la trifulca, como patrullas y autobuses incendiados, civiles y soldados heridos, fa­ milias de la zona comemplando at6nitas el especracu­ lo, una parte de los venranales del edificio de la Se­ cretarfa de Relaciones Exteriores destruido y un deparramenro de uno de los edificios de la unidad Tlatelolco en llamas. Todas conrribuyen a difundir la idea de un escenario caracterizado por una gran vio­ lencia y una ausencia de control.

hechos en trinchera urbana. Por un ins­ tante se ha roto la seguridad que proper­ cionaba al profesional de la lente estar del lado del cuerpo represivo y el mismo caos de la contienda obliga al fot6grafo a regis­ trar distintos angulos de las escenas del combate (vease imagen 11). En la misma t6nica, la segunda imagen muestra a un granadero en plena acci6n, cruzando una calle solitaria mientras apunta con su rifle contra un objerivo situado en [a acera de enfrente. Al fondo puede verse la silueta iluminada de la torre Latinoamericana. El pie de foto informa de manera inusual­ mente precisa que en el mirnero 162 de la calle Santa Marfa la Redonda hubo mu­ chos nifios intoxicados a causa de las born­ bas lacrim6genas disparadas por los solda­ dos (vease imagen 12). Ambas imageries dan cuenta con oportunidad noticiosa del enorme caos en el que estaba sumida esa zona de la ciudad de Mexico. Se trata de imageries de guerra que desrnenrfan los comunicados oficiales, que aseguraban mantener el control de la situaci6n. La at­ m6sfera nocturna y una cornposicion fue­ ra de foco comribuyen a recrear la ambi­ gtiedad, el caos reinante y la incertidumbre generalizada alrededor de los hechos. 29

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27 Garcia, "Batallas", 1988, pp. 84­85. 28 Nuevameme el diario se lanza a la carga con

lo mejor de su repertorio y manda a la zona de com­ bate a los fot6grafos Andres Manzanares, Ernesto Va­

El reportaje de cerca de 30 imagenes cuenta con dos fotograffas clave, que clan cuenta de hechos desde distintos encua­ dres y puntos de vista. 28 La primera esta romada desde la calle, convertida en los

Asf, al llegar el sabado 21 de septiem bre supimos que otra vez venfan las granaderos. Nos preparamos desde la mafiana para en­ frentarJos. Considerabarnos que la represi6n no tenfa posibilidades si era a traves del en­ frentarnienro. Ese sabado nos dedicamos a preparar un enfrentamiento con los grana­ deros, a provocarlos para que se acercaran [ ... ]Un especraculo padrfsirno fue ver a los nifios de Tlatelolco, con cucharas, escarban­ do y sacando piedras, porque Tlatelolco es­ taba empedrado, y subfan enormes canrida­ des de piedras a los edificios. Quemamos trolebuses, quemamos patrullas, quemamos un jeep de Transite, interrumpirnos el tra­ fico por San] uan de Letran [ ... ] La geme de Tlatelolco descubri6 que los boilers auto­ rnaticos, que en aquella epoca eran una no­ vedad, permitfan tenet agua muy caliente. Cuando se acercaban los granaderos, les echabamos baldes de agua caliente. Noso­ tros utilizabamos las piedras y las bombas molotov, y mientras ellos agotaban sus gases lacrim6genos contra la Vocacional, algunos muchachos les tiraban piedras con hondas. Los granaderos contestaron rarnhien con piedras. Los tenfamos acorralados. La lucha se extendi6 hacia Peralvillo, la Exhip6dromo y Tepito. En la Exhip6dromo de Peralvillo les avemaban llamas encendidas. La lucha, mas o menos con ese grado de intensidad, se mantuvo de las siere a las dace de la noche. 27

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Imagen 12. "En la calle de anta Marfa la Redonda num, 162, donde hubo ownerosos nifios in­ roxicados por el hurno de las granadas", El Hera/do de Mexico, 22 de sepriernbre de 1968, en Ar­ chivo Historico de la VNAM­CESU.

Imagen I 1. "Estudianres y granadero cornbaren furio arnente en las calles adyacentes a la unidad Nonoalco­Tlatelolco. Se puede apreciar en la oscuridad lose tallidos de las granadas y las bombas molotov", El Hera/do de Mexico, _2 de septiernbre de 196 , en Archivo Hist6rico de la UN.ALVl­CE u.

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30 Mraz, "Fotografiar", 1997, pp. 116­117.

Los enfrentamientos entre colonos, es­ tudiantes y granaderos continuaron en todo su apogeo en la zona de Tlatelolco durante los dfas siguientes y se amplfan a otro episodio central del movimiento, que se refiere a la ocupaci6n del lnstituto Po­ Iitecnico por parte del ejercito. La preocu­ paci6n central de la grafica esta con­ centrada en dar cuenta de los distintos aspectos belicos del hecho, que queda re­ gistrado con el estatus de "batalla cam­ pal". A diferencia de la ausencia de regis­ tros fotogrificos sobre la intervenci6n del ejercito en cu, resulta notable el trabajo de los fotorreporteros, que muestran la estrategia militar que incluye la coordina­ ci6n de diversos grupos policiacos, civiles y paramilitares.

Un nuevo y extenso reportaje grifico de 30 irnagenes a cargo de Guzman, Flo­ ta, Casasola, Quiroz, Guardiola, Castella­ nos, Avila, Valenzuela y Cuautle, cubre distintos aspectos del episodio belico. Los fot6grafos estuvieron siempre posiciona­ dos del lado del ejercito y desde ahf regis­ traron algunas imageries importantes, que dan cuenta de los movirnienros rnilitares en su fase inicial, cuando rodearon las ins­ talaciones y se enfrascaron en una balacera contra los estudiantes que defendfan el recinto. A continuaci6n presentamos una secuencia de tres fotograffas representa­ tivas de la cobertura total del episodic. La primera muestra una hilera de soldados tendidos en el suelo, en disposici6n para entrar en combate, justo a la entrada del

agujeros en las ventanas hechos por los bala­ zos del ejerciro, evidencia grafica de una b~talidad desencadenada por un Estado que rehuso compartir el poder con el pueblo. 30

160

En una imagen tomada el 3 de octubre ve­ mos desde muy arriba la plaza de Tlatelolco donde la noche anterior habfa ocurrido la matanza mas grande en la historia del Me­ xico moderno. Pero en lugar de cuerpos o sangre tenemos una reflexion metaf6rica sa­ bre la historia de la violencia en Mexico. Rodean la plaza las piramides donde. los az­ tecas ofrecieron SU iiltirna resistencia a la conquista espafiola; la iglesia colonial, arma del proceso colonizador; los edificios mo­ dernos consrruidos para la clase obrera. En­ cima de todo y en primer plano esran los

Al dfa siguiente y como parte de los ecos de la trifulca, aparece publicada en la primera plana una fotograffa que resume el sentimiento de desolaci6n que privaba en Tlatelolco despues de los aconteci­ mientos. La imagen esta tomada desde los escombros de uno de los departarnen­ tos, semidestruido por los disparos y por las bombas lacrim6genas. La lente del fo­ t6grafo se asoma a craves del hueco de la ventana del local, hecha afiicos, de la cual solo se conserva la deteriorada cancelerfa de metal. La vista da a la conocida Plaza de las Tres Culturas, en la que pueden apre­ ciarse las ruinas prehispanicas, la iglesia colonial y, en el fondo, el edificio Chihua­ hua (vease imagen 13). El pie de fore de la imagen de El Hera/do resulta ambiguo y enfatiza los conceptos de violencia e in­ comprensi6n como puntos conceptuales claves para la lectura de la imagen. Se tra­ ta de una vision impactante, lograda por el fot6grafo Ernesto Valenzuela, que anuncia, sin saberlo, otra imagen captada por los hermanos Mayo el 3 de octubre desde un departarnento del edifi.cio Chi­ huahua y que ha sido considerada como uno de los iconos de la tragedia de Tlate­ lolco (vease imagen 14):

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Politecnico (vease imagen 15). En lase­ gunda puede observarse a orro grupo de soldados parapetados tras una barricada compuesta por los pupitres de las aulas politecnicas (vease imagen 16). El pie de foto denuncia el gasto imiril del Estado en "aulas cornodas" convertidas en escom­ bros. La imagen retoma la lectura indu­ cida y plantea en forma desconcertante el nuevo uso de los pupitres universitarios a cargo de las fuerzas militares. Finalmente, la tercera fotograffa retrata a un grupo de agentes armadas con pisrolas y soldados con rifles, ambos apostados en el suelo en posici6n de combate, protegidos por dos camiones del transporte publico ( vease imagen 17).

Esta ultirna fotograffa capta muy de cerca a estos personajes, cuyos rostros apa­ recen de una manera nfrida. Constituye el primer registro del diario en el que

Imagen 14. Sin tfrulo, 3 de octubre de 1968, her­ manos Mayo, en Archivo General de la Nacion.

Imagen 13. "Tres culturas, orgullo de Mexico, esran amenazadas por la violencia y la incomprensi6n. Esta grafica de Ernesto Valenzuela habla por sf sola de lo ocurrido la noche del sabado en Santiago Tlarelolco, donde se con­ juga el pasado con el presence de nuestro pais", El Heraldo de Mexico, 23 de sep­ tiembre de 1968, en Archivo Hisrorico de la UNAM­CESU.

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Imagen 16. "Los miles de pesos gasrados en proporcionar aulas c6modas fueron con­ verridos en hacinamiento de escombros y barricades", El Hera/do de Mexico, 25 de septiembre de 1968, en Archivo Hist6rico de la UNAM­CESU.

Imagen 15. "He aqui orro aspecro de la batalla que se escenific6 anoche en el Casco de Santo Tomas", El Heraldo de Mexico, 24 de septiembre de 1968, en Archivo Historico de la UNAM­CESU.

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cias, tales como el Departarnento de] Distrito Federal, a cargo de! general Alfonso Corona del Rosal. La se­ fial distintiva de los cliversos grnpos consisrfa en el uso del guance blanco. De cal manera que Los persona­ je de la forograffa podrfan pertenecer a cualquiera de estas agrupaciones.

El segundo episodio gnifico de esra etapa caracterizada por el incrernento de la vio­ lencia esta representado por la cobertura de los rragicos aconrecimienros del 2 de octubre. El regisrro de la devoluci6n de las insralaciones de la UNAM y la eva­ cuaci6n de las tropas de la misma apenas si amerit6 algunas fores aisladas. El dfa 2 apareci6 publicado en primera plana la forograffa de unos atletas olfrnpicos de nacionalidad inglesa realizando su entre­

La matanza de! 2 de octubre

·01 A partir de la aperrura de Jos archivos de la Di­ recci6n Federal de Seguridad ya mencionada, sabemos que durance esros hechos intervinieron no olamenre agentes de esra insriruci6n, sino de otras dependen­

puede verse en una acci6n coordinada con el ejercito a miembros del batall6n Olim­ pia, con el famoso pafiuelo blanco en la mano. Evidentemenre, los pies de foto omi ten cualquier informaci6n al respecto y, por el contrario, enfatizan el hecho de que tanto civiles como militares respon­ dieron a la agresi6n que provenfa del ban­ do esrudiantil. A escasos diez dias de la tragedia del 2 de octubre, aparece aquf por primera vez la evidencia grafica publi­ cada en este diario que muestra no solo la participaci6n de los integrantes del Olimpia en la represi6n, sino su colabora­ ci6n esrrecha con la policfa y el ejerciro."

Imagen 17. "Miernbros del ejercito y de la policfa metropolirana, parapetados en uno de los autobuses del servicio urbano y rirados en el suelo otros, repelen la agresi6n. la escena corresponde a la madrugada de ayer", El Hera/do de Mexico, 25 de septiembre de 1968, en Archivo Hist6rico de la UNAM­CE u.

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mencionado que la rnafiana del 2 de oc­ tubre los directores de los principales dia­ rios ruvieron una reunion con Diaz Ordaz y que ahi tuvieron conocimiento de que algo importance iba a ocurrir en Tlate­

Imagen 18. "Los atletas olirnpicos aprovecharon los enormes prados de cu para enrrenar. En la foro el equipo britanico", El Hera/do de Mexico, 2 de octubre de 1968, Archive Hist6rico de la UNAM­CESU.

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narnienro en la explanada central de Ciu­ dad Universitaria, con la Biblioteca Cen­ tral y el famoso mural de O'Gorman como tel6n de fondo (vease imagen 18). Esta curiosa imagen transmitfa al lector la sensaci6n de una vuelta a la normalidad en la vida cotidiana del campus universi­ tario. El mensaje grafico y editorial bus­ caba difundir la idea de que el movi­ miento estudiantil habfa declinado por completo con la ocupaci6n militar y la posterior devoluci6n de las instalaciones a las autoridades, hasta el grado de no te­ ner presencia alguna en el propio campus. El diario proyecra de esta manera la idea conservadora de la neutralidad olimpica del atletismo para comraponerla a la poli­ rizaci6n defendida por los estudiantes en los meses anteriores.

Orras forografias mostraban con lujo de deralle la represi6n policiaca contra los estudiantes, pero estas crudas escenas pro­ venfan de la agencia Prensa Unida Inter­ nacional (UPI por sus siglas en ingles) y se referfan a marchas estudiantiles contra la guerra de Vietnam ocurridas en los le­ janos escenarios de Boston y Nueva York. La ilusi6n de la vuelra a la normalidad conrinuarfa con dos irnagenes publicadas el 3 de octubre: la visira de la Dofia, Ma­ rfa Felix, a la Villa Olimpica acornpafiada de su esposo, Alex Berger, donde "cause la admiraci6n de los visitantes y turistas que la admiran" y la llegada del cohete espacial Thor­Agena, de 25 metros de longitud de Cabo Kennedy a Ciudad U niversitaria para una exposici6n sobre La Conquista del Espacio, junto al Museo de Ciencias, que congreg6 a una pequefia multitud en el seno mismo de la explana­ da principal de cu.

El crudo regreso a la realidad no tard6 en llegar. u n reportero de la epoca ha

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33 "Sangriento encuenrro en Tlatelolco", El He­ ra/do de Mexico, 3 de ocrubre de 1968, p. 6A. Orra muestra de la preocupaci6n del diario por la imagen del gobierno en el exterior se mostraba en el hecho de publicar en la misma pagina en la que se relataba el "sangrienro encuentro", la noticia de que al dfa si­ guienre llegarfa al pafs el briranico Philip Noel, pre­ mio Nobel de la Paz 1959, quien cenfa una vision muy distinra del pafs de la de los exagerados corres­ ponsales extranjeros, y que habfa declarado lo si­ guienre: "Mexico, pals que piensa y acnia con espfriru nuevo y que ha enrregado su esfuerzo y cooperaci6n permanence para que todos vivamos en un mundo de paz y donde los hombres convivan denrro de la liberrad."

En lo que toca a la informaci6n grafi­ ca, no se public6 ninguna imagen de la represi6n o de los civiles asesinados por los francotiradores o por el ejercito. Como en ningun otro reportaje anterior, la cen­ sura delinea y acota los rnargenes especf­ ficos en que las secuencias tendran lugar. Las forograflas omiten cualquier escena de caracter represivo.

Las imageries clave del reportaje son dos. La primera se orienta a mostrar la evidencia de la participaci6n de agitado­ res profesionales de nacionalidad extran­

Minuros despues de iniciado el encuentro, los teletipos comenzaron a enviar a todo el mundo cables sobre los sucesos ­visible­ rnente abultados­, causandose un dafio irre­ parable e incalculable para el pafs.33

nam y provocaron una batalla campal con el saldo de varios civiles y militares muer­ tos. El diario lamenta incluso el hecho de que algunos corresponsales extranjeros presentes en la plaza informaran a sus paf­ ses sobre los sucesos, y con esto perjudica­ ban la imagen olfmpica de Mexico en el extranjero:

32 El testimonio es de Enrique Metinidez, repor­ tero gcifico de La Prema y una verdadera institucion en el campo de la nora roja periodfstica en Mexico: "En La Prema ya se sabfa de lo del mitin en Tlatelolco [. . .] en los peri6clicos corri6 la version de que el misrno 2 de ocrubre por la rnafiana, el presidente se habfa reunido con los directives de todos los diarios para in­ formarles de lo que iba a suceder con el rnovirniento estudiantil." Morales y Ortiz, Enrique, 2000, pp. 31­32.

lolco. 32 El rumor tiene visos de realidad, dado el impresionante despliegue repor­ teril ordenado por la direcci6n de los dis­ tintos diarios para cubrir un evento apa­ renternente poco relevante, esto es, un mitin anunciado de apenas 5 000 perso­ nas, en pleno reflujo del movimiento es­ tudiantil. El Hera/do mand6 la tarde del 2 de octubre a varios de sus mejores re­ porteros y fot6grafos a cubrir la noticia a la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelol­ co. La lista de los periodistas posicionados en distintos lugares de la plaza estuvo in­ tegrada por los reporteros Miguel Reyes Razo, Jose Falconi, Rodolfo Rivera, Ro­ berto Legorreta, Ramon H. Cossfo, Joa­ quin Lopez D6riga y Manuel Espejel, y los fot6grafos Eduardo Quiroz, Ramon Guzman, Gustavo Flores, Raw Sosa, Gui­ llermo Avila y Rafael Castellanos.

"Sangriento encuentro en Tlatelolco. 26 muertos y 71 heridos": el titular de primera plana, publicado el 3 de octubre, justificaba plenamente la cobertura perio­ dfsrica desplegada. Sin embargo, en lugar de una cr6nica derallada de los sucesos, lo que predomina es el tono oficial del previsible boletfn gubernamental, que justifies la matanza e informa que distin­ tos francotiradores apostados en cuatro edificios de Tlatelolco dispararon contra el ejercito con balas expansivas de uso ex­ clusivo del ejercito estadunidense en Viet­

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34 El Hera/do de Mexico, 5 de octubre de 1968.

restringido mirnero de muertos y acerca­ ban al lector irnplfcitamente a deducir la magnitud real de los hechos. Una secuen­ cia de tres pequefias fotograffas a cargo de Ramon Guzman se ocupa de algu­ nos de estos punros (vease imagen 21).

El Ultimo capftulo de esta historia esta representado por el episodio organizado por el gobierno para justificar la macanza y desprestigiar al movimiento: la difusion masiva de las declaraciones rninisteria­ les de Socrates Amado Campos Lemus, uno de los If deres del CNH detenido la tarde del 2 de octubre, quien sostenfa gue el levantamiento estudiamil habfa sido parte de una conjura comunista para de­ rrocar al gobierno y boicotear la celebra­ ci6n de las Olimpiadas. En dicha conjura habrfan tenido un papel protag6nico el catedcitico Eli de Gortari; la escritora Ele­ na Garro, ex esposa de Octavio Paz; el in­ geniero Heberto Castillo, maestro univer­ sitario muy ligado al movimiento; Carlos Madrazo, ex presidente del PRI y Braulio Maldonado, ex gobernador de Baja Ca­ lifornia. 34

La fotograffa de Campos Lemus de­ macrado y cabizbajo frente a una multi­ tud de reporteros y fot6grafos constiruye un cierre simb6lico de la cobertura gcifica de El Hera/do (vease imagen 22). La forma en que la Procuradurfa General de la Re­ publica distribuyo entre los principales diarios una serie de fotocopias con el con­ tenido de las declaraciones del lf der estu­ diantil ante las autoridades del Miniscerio Publico y el disefio teatral de su presen­ taci6n como trofeo de caza frente a los medios ratifican a la distancia el autori­ tarismo del gobierno de Dfaz Ordaz y la subordinaci6n total del poder judicial en

166

jera en el movimiento. Aparece publicada en la primera plana, junto al titular que anunciaba la cifra de 26 muertos en Tlate­ lolco, y muestra la presentaci6n de cuatro j6venes ante las autoridades ­un rnexica­ no, un alernan y dos guatemaltecos­, que formaban parte de una peligrosa banda de "agitadores profesionales", la cual habfa tenido una participaci6n activa en los dis­ turbios estudiantiles de las Ultimas serna­ nas (vease imagen 19).

La segunda imagen constituye la unica fotograffa en la que aparece el mitin, y esto, antes de que se iniciara la matanza. La atenci6n del fot6grafo no esta puesta en la gente, que ocupa la parte inferior de la imagen y de la cual solo distinguimos SUS cabezas. Todo el peso esta puesto en la enorme mole de concreto del edificio Chi­ huahua, que ocupa la totalidad del cua­ dro. Al igual que en las notas de los re­ porteros, la cr6nica visual sugiere que el punro principal de los hechos estriba en la acci6n de los francotiradores apostados en los edificios, y no en la acci6n represiva de las tropas dirigida a una rnultitud iner­ me en la plaza (vease imagen 20).

En los dfas posteriores a la matanza, la atenci6n grafica del diario continua en el mismo tono y se concentr6 en varios pun­ tos: mostrar los efectos del caos y la des­ trucci6n provocada por los estudiantes a traves de las fotograffas de los tranvf as y camiones incendiados; registrar el exodo de algunos habitanres de Tlatelolco, que hufan masivamente del lugar cargando algunas de SUS pertenencias mas impor­ tantes; y constatar la gran cantidad de j6venes detenidos en las delegaciones y las largas filas de ciudadanos en las calles, a la espera de reconocer el cadaver del fa­ miliar en cuesti6n. Dichas filas contrade­ cfan las declaraciones oficiales en torno al

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Imagen 20. "Esre es el edificio Chihuahua, mementos antes del mi tin que el CNH pretendi6 realizar ayer por la rarde", El Hera/do de Mexico, 3 de octubre de 1968, en Archivo Hist6rico de la UNAM­CESU.

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Imagen 19. "Con un fusil auromarico el mexicano Ernesto Cepeda posa para los for6grafos en laJefarura de Policfa. A su lado esra el aleman Otto Zoller y en los exrremos los guaremaltecos Mario Rene Solorzano y Carlos Rolando Segura Medina. Todos forman parre de un grupo de agitadores profesiona­ les, principalmente extranjeros, que han participado en varios asalros, aten­ rados y disrurbios callejeros", El Hera/do de Mexico, 3 de octubre de 1968, en Archivo Hist6rico de la UNAM­CESU.

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Imagen 22. "Freme a reporteros y for6grafos, Campos Lemus se5al6 por vez primera fechas, cifras y roda clase de pormenores. Ahora se sabe que los nombres que corrian en meros rurnores podran promo confirrnarse", El Hera/do de Mexico, 6 de octubre de 1968, en Arcbivo Hisrorico de la

NAM­ EU.

Imagen 21. "Las escenas de estas tres forograffas son en cierra forma la culminaci6n de las horas de violencia gue vivi6 Tlatelolco el rniercoles pasado. 1. Ayer cientos de personas salieron de los edificios adyacentes a la Voca 7 en busca de nuevo hogar. 2. La escena se repiti6 cienros de veces la noche del miercoles. La desesperaci6n, el dolor de perder o ver rnorir a un ser querido. 3. Y frente a la Tercera Delegaci6n, la interminable fila de guienes buscaban a algun cadaver, sin desear encontrarlo", El Hera/do de Mexico, 4 de octubre de 1968, en Archivo Hist6rico de la UNAM­CESU.

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La recuperaci6n institucional del movi­ miento estudiantil de 1968 comenz6 a principios de la decada de Ios setenta, Un halo romantico comenz6 a permear las interpretaciones. Los peligrosos "agitado­ res" y "alborotadores" regresaron poco a poco a su condici6n de estudianres. La re­ forma polftica de 1978 y el desmorona­ rniento del autoritarismo presidencial y el monolitismo partidista abrieron las condiciones para nuevos diagn6sticos y evaluaciones. En 1986, el surgimiento de un nuevo y poderoso movimiento estu­ diantil, que desemboc6 en la creaci6n del Consejo Estudiantil Universitario y la celebraci6n de un congreso universitario, perrnitieron voltear la vista al 68 y apre­ ciar las rupturas y las continuidades, tanto en el analisis de las organizaciones estu­ diantiles como en el del sisterna polf tico rnexicano. Finalmenre, la perdida de la presidencia par parte del PRI en las elec­ ciones del afio 2000, la apertura de los archivos secretos de la Direcci6n Federal de Seguridad y el avance de las investiga­ ciones documentales en todos los campos ban permitido reconstruir una imagen cada vez mas compleja del movimiento esrudiantil.

A 3 5 afios de distancia, los hilos de la discusi6n apuntan a dos factores: el pri­ mero, con una carga polftica y jurfdica,

CoNSIDERACIONES FINALES

neralizado que inhibi6 las aspiraciones dernocraticas hidicas y festivas de las se­ manas previas al 2 de octubre y convirti6 a esta tragica fecha en un punto de con­ vergencia de la impunidad y de las ino­ cuas efernerides oficiales en las decadas posteriores.

35 Ibid., 2 de septiembre de 1968.

tomo a la figura presidencial. El asunto de la supuesta conjura de intelectuales en contra del gobierno no es casual. Muestra con elocuencia la verticalidad del regimen y su enorme desconfianza hacia este gru­ po. El proceso se habfa iniciado con las primeras declaraciones piiblicas del re­ genre de la ciudad en agosto y qued6 rati­ ficado con la version oficial del informe presidencial, que responsabilizaba a los llamados "jmodemos fil6sofos de la des­ trucci6n, que estan en contra de todo y a favor de nada!", de confundir y manipular a los autenticos estudiantes poniendolos en contra del gobierno y utilizandolos co­ mo carne de cafi6n de una represi6n anunciada.35

En los dfas posteriores, la nota roja desplaz6 a los grandes reportajes graficos de primera plana que habfan caracteri­ zado al movimiento en los meses de agos­ 10· y septiembre. En el nuevo orden de cosas, la publicaci6n de las fotograffas co­ menz6 a aparecer de manera cada vez mas esporadica. La concentraci6n de todos los medias de comunicaci6n en la cobertura de la celebraci6n de los XIXJuegos Olfrn­ picos en la ciudad de Mexico terrnino de cerrar la losa. En este contexto, las declara­ ciones oficiales del CNH decretando later­ minaci6n del movimiento el 5 de diciem­ bre no conmovieron a nadie. La represi6n gubernamental habfa logrado sus objeti­ vos, no solamente con la eliminaci6n ffsica de cientos de j6venes, sino con el envileci­ miento de la atm6sfera publica, la utili­ zaci6n de politicos e intelectuales para denigrar a las lfderes estudiantiles, la per­ secuci6n de los disidentes y, sabre todo, la creaci6n de una arrnosfera de ternor ge­

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La rarde del 2 de octubre de 2003 ruvo lugar la marcha ritual para conmemorar la tragedia de la matanza de Tlatelolco. En esra ocasi6n, la tradicional manifesra­ ci6n se via opacada par la violencia. Cerca de 250 j6venes causaron todo tipo de des­ trozos en comercios, bancos y empresas particulares. La prensa cubri6 el evento

Postdata: El Heraldo de Mexico, 3 de octubre de 2003

Resulta importante desracar que el ana­ lisis de las imagenes fotograficas esta con­ dicionado tanto por los pies de foto como por la diagramaci6n editorial y el conte­ nido espedfico de las notas y los reporta­ jes del propio peri6dico.

No obstante lo anterior, rarnbien es relevante diferenciar entre los intereses y la preocupaci6n central del diario, supedi­ tados a la teorfa de la conjura ya mencio­ nada, y la exploraci6n fotogcifica de otros aspecros marginales, que ilusrran orras areas de la vida cotidiana de la epoca, se alejan del horizonte de la mirada de la censura y permiten incluso el cuestiona­ rnienro implfcito del discurso oficial de las autoridades. Debido a lo anterior, re­ sulra importante sefialar la necesidad de recoger los restimonios de los reporteros y fot6grafos que presenciaron los hechos, asf como acudir a los acervos de estos y de los peri6dicos, y cotejar las imagenes publicadas y las que no lo fueron. Solo comparando esta cr6nica visual de El Hera/do con la de otros peri6dicos de la epoca podremos llegar al arribo de conclu­ siones mas s6lidas que nos permitan es­ tablecer una evaluaci6n objetiva del papel desernpefiado por la prensa grafica du­ rante los acontecimientos de 1968.

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36 "Todo apunta a la normalizaci6n del 68 y su inclusion definitiva entre los legados fundarnenrales en este siglo. Se apagan susceptibilidades, resenri­ rnienros y defensas pasionales. Es irreversible la pena­ lizaci6n moral al gobierno diazordacista, al PRI del 68, a los diputados, senadores, jueces, periodisras ve­ nales, etc. Por eso rnisrno, la venganza carece de todo senrido, pero la sociedad reclama el esclarecimiento de lo sucedido en Tlatelolco, y el examen de c6mo fue posible tanto abuso de poder, tanta represi6n, tanra irnpunidad." Monsivais, "68", 2002, p. 286.

se orienta a la necesidad de establecer jus­ ticia y de no proteger la impunidad de los responsables de la matanza, y el se­ gundo, con una carga mas cultural, apun­ ta a la necesidad historiografica de que la tragedia del 2 de octubre no desplace otros aspectos centrales del movimiento e impida una evaluacion del mismo en su roralidad. 36

Desde el punto de vista ·de una histo­ ria gcifica, y atendiendo a las coordenadas que acotaron la relaci6n entre la prensa y el poder en el periodo estudiado, la apor­ taci6n de este tipo de estudios puede orientarse a mostrar de que manera se or­ ganiz6 visualmente esca representaci6n del movimiento estudiantil como parte de la conjura anunciada con anticipaci6n por las auroridades. En esta primera aproxi­ maci6n hemos desarrollado un analisis de las representaciones fotograficas del mo­ vimienro a partir del punto de vista de El Hera/do, al mostrar las disrinras erapas por las que atraves6 la estrategia visual del diario. En todas ellas aparece el ojo censor del Estado coma instrumento pri­ vilegiado que va marcando las ternaticas, las reiteraciones y las omisiones, asf como el incremento o el descenso de las ima­ genes publicadas, de acuerdo con la eva­ luaci6n polftica de los acontecimientos.

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BIBLIOGRAFfA

El Hera/do de Mexico.

HEMEROGRAFfA

Ignoramos que le habra dicho el joven reportero a Alarcon aquella mafiana. Lo que sf sabemos es la manera en que este narr6 a sus lectores los acontecimientos del 2 de ocrubre de 1968.

(Alarcon] habia llegado, como todas las ma­ nanas, el primero, a las ocho, y como cada dfa, recorrfa la redacci6n, desierta como siempre a esas horas, excepro aquella ma­ fiana del 3 de octubre. Me despert6, me sa­ lud6 y me pregunt6. Me desperte, le salude y le respondf. Y me dio mi plaza de re­ portero. 37

con todo detalle y, en general, dio la pri­ mera plana al aniversario del movimiento al dfa siguiente. "Rapifia y violencia en las marchas del 2 de octubre", reza el titular de El Hera/do. Muy lejos de sus es­ pectaculares reportajes graficos del 68, el diario le dedic6 en esta ocasi6n solo diez imagenes al evento, de las cuales, nueve se focalizaron en el vandalismo de los jove­ nes y solo una cubri6 el aniversario pro­ piamente dicho, con la multitud reunida en el Z6calo capitalino. Los creditos foto­ graficos corrieron a cargo de Berenice Marquez, Federico Xolocotzi y Javier Arellano. Fiel a su viejo estilo, el diario omitio una reflexion de fondo, se centr6 en la descripci6n de los actos delictivos y conden6 la pasividad de los cuerpos po­ liciacos. Nada extraordinario. En su co­ lumna titulada "En privado", el conocido period isra J oaqufn Lopez D6riga se despide del diario, y escribe la cr6nica que no pudo publicar 3 5 afios antes. Des­ cribe la fila de cadaveres apilados a un costado del atrio de la iglesia de Tlate­ lolco, los pasillos enloquecidos del hos­ pital Ruben Lefiero, donde medicos no se daban abasto y la pila de cuerpos en el anfirearro de la Tercera Delegaci6n de Po­ licfa. Narra de que manera rnando sus reportes a la direccion del diario, para que el periodista Mario Santoscoy los integrara junco con los de los dernas reporteros. Sefiala que despues de la matanza decidi6 ir directameme a la redaccion de El He­ ra/do a las cuatro de la madrugada, se que­ do dormido frente a SU rnaquina de es­ cri bir, agotado y abarido, despues de haber sido restigo de los terribles aconte­ cimienros. Finalmente, el periodista narra su encuentro aquella rnafiana del 3 de oc­ tubre de 1968 con el director del perio­ dico, Gabriel Alarcon:

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