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C A R T A S Santa Teresa de Jesús de Los Andes 1. A sus padres Santiago, 10 de septiembre [1910] Señor Miguel Fernández y Señora Padres muy amados: Gracias por todas las bondades que he recibido de Uds., y por haberme puesto en este Colegio. Aquí me enseñan a ser buena y piadosa, y sobre todo me han preparado para hacer mi Primera Comunión. Ahora sólo me falta pediros perdón por las desobediencias, rezongos que he cometido. Espero no volver hacer más. Su hijita que tanto los quiere Juana Fernández Solar 2. A su padre Recreo, 15 de enero de 1913 Señor Miguel Fernández Jara Querido papacito: No he querido dejar pasar más tiempo sin escribirle, pues me acuerdo mucho de Ud. Lo paso bien. Sólo la Rebeca está enferma de la garganta. La tiene hinchada, pero no tiene manchas. Mi mamá la dejó en cama para que no le siguiera. Ignacito le manda saludar con un besito. Me [he] bañado dos veces y he ido a al paraíso y a Viña. No se extrañe que le escriba en este papel, pues no hay block. Dígale a Lucho que me escriba. Todos lo mandan saludar. A Miguel no le ha llegado el caballo. Con saludos para todos; mi abrazo a Lucho, y Ud. reciba papacito, los afectos sinceros de su hija Juana Fernández S.

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  • C A R T A S

    Santa Teresa de Jess de Los Andes

    1. A sus padres Santiago, 10 de septiembre [1910] Seor Miguel Fernndez y Seora Padres muy amados: Gracias por todas las bondades que he recibido de Uds., y por haberme puesto en este Colegio. Aqu me ensean a ser buena y piadosa, y sobre todo me han preparado para hacer mi Primera Comunin. Ahora slo me falta pediros perdn por las desobediencias, rezongos que he cometido. Espero no volver hacer ms. Su hijita que tanto los quiere Juana Fernndez Solar 2. A su padre Recreo, 15 de enero de 1913 Seor Miguel Fernndez Jara Querido papacito: No he querido dejar pasar ms tiempo sin escribirle, pues me acuerdo mucho de Ud. Lo paso bien. Slo la Rebeca est enferma de la garganta. La tiene hinchada, pero no tiene manchas. Mi mam la dej en cama para que no le siguiera. Ignacito le manda saludar con un besito. Me [he] baado dos veces y he ido a al paraso y a Via. No se extrae que le escriba en este papel, pues no hay block. Dgale a Lucho que me escriba. Todos lo mandan saludar. A Miguel no le ha llegado el caballo. Con saludos para todos; mi abrazo a Lucho, y Ud. reciba papacito, los afectos sinceros de su hija Juana Fernndez S.

  • 3. Deseos de comulgar. El colegio Chacabuco, 4 de febrero 1915 Seorita Herminia Valds Ossa Querida Gordita: No sabes qu gusto tuve al recibir tu cariosa cartita. Yo estoy bien y lo paso perfectamente. Solamente te echo mucho [de] menos. Estoy feliz porque pronto subir a caballo. Por ahora me contento con salir en un cochecito, en el cual manejo, lo que me gusta mucho. Siento mucho que lo pases mal. Yo todava me acuerdo de esos das de Via; pero hay bastantes chiquillas. Te has baado en el mar? Por favor, cuntame todo; y yo no escribo ms largo porque tengo que ir a acompaar a mam. Con saludos para todos de parte de los mos, se despide tu amiga con todo el cario de que es capaz. Juana Saluda a la Eli. No la muestres. Rmpela. 4.A Herminia Valds Ossa Chacabuco, 8 de febrero 1916 Seorita Herminia Valds Mi querida Gordita: Parece que ni te acuerdas que existe una amiga que te quiere y no te olvida. Pero yo me he resuelto a escribirte porque, si te espero, no llegarn noticias tuyas en todas las vacaciones. Y Elisita cmo est? Dile que aqu hay una floja sempiterna, y que creo que todava no le contestar. Has salido mucho a caballo? Yo por mi parte me he desquitado del ao pasado, subiendo todos los das. Hemos hecho grandes paseos con la Tere Jara, mi prima, que est aqu. Nos divertimos muchsimo con ella. El otro da fuimos a almorzar al cerro. Salimos a las 6 de la maana y anduvimos toda la maana. Llegamos cerca de la cordillera, que se encuentra bastante retirada, y despus de almorzar subimos a caballo otra vez, y no llegamos hasta las ocho a las casas. Anduvimos 15 leguas. Qu te parece? Pero estos das de felicidad vendrn a enturbiarse con esos tristes das de colegio, que han de llegar muy luego. Me desespero cuando pienso en ello. En las noches de luna salimos acabando de comer y nos vamos a una parva de paja, donde nos llevamos cantando. En el da jugamos crquet. Tenemos una cancha regia. Tambin te contar que estoy sumamente costurera, cosa rara en m que, como t

  • sabes, soy tan floja. Me hice una blusa-camisa, igual a la de la Eli ayudada por la Choca. Y t coses? El sbado llegan las Misiones y me parece que vendr mi ta Juanita, con lo que estamos muy felices. Hoy llega Chuma para estar en las Misiones. La Lucita, Tere, Chuma y Miguel van a irse maana al fundo vecino de la Mara Rodrguez Espnola. Van a pasar dos das en sa. No te tengo ms que contar. Dile a la Eli que la Lucita est de muerte. Ella supondr por qu. Saludos para tu mam y pap y hermanos de parte de los mos, y t mi Gordita querida, recibe con un fuerte abrazo y un beso todo l cario de tu amiga, que ya no recuerdas Juana P.D. Al poner la direccin, supe que estabas en Via. Contstame cmo lo pasas y con quin te juntas. Cuntame todo. Escribe largo y noticioso. Yo no muestro a nadie las cartas. Hazlo as t. 5. A Carmen de Castro Ortzar Chacabuco, 3 de marzo de 1916 Seorita Carmen De Castro Ortzar Mi encantadora Carmenchita: Yo cre que te habas olvidado ya de m, y no esperaba carta, cuando me lleg tu cartita ideal. No s por qu empezar, porque tengo que contarte muchas cosas. Te dir que faltan 7 das no piensas? Slo 7 das para estar en ese calabozo. Se me hiela la sangre slo de pensarlo. Le escrib a la Madre Ros, qu te parece? Te contest la Popa? Ya se acabaron las misiones, que fueron preciosas. Vinieron los Padres del Corazn de Mara. Predicaban muy bien y son muy divertidos. Todos los das hicimos catecismo a 60 nios, 24 de los cuales hicieron la Primera Comunin. Comulgaron 619 personas. Se confirmaron 70 y hubo un matrimonio. Qu te parece? El domingo, ltimo da de la misin, tuvimos una procesin con el Santsimo. Por todas partes donde deba pasar el Santsimo los huasos haban arreglado arcos. Haba 3 altares, dos arreglados por ellos mismos y el otro por nosotras. A las 5 principi la procesin y termin a las 8 con pltica y todo. Fue muy bonita y conmovedora . Estoy apurada con los temas de las vacaciones que nos dieron, pues son muy largos. T [los] has hecho? Cmo lo estars pasando de bien cuando ests tan entusiasmada! Y la Ins? Cmo le va con Lira? Y las Salas pololean mucho? Has visto a la Meche Mena? Yo le escrib al mismo tiempo que a ti, pero no s si le ha llegado la carta, porque no me ha contestado.

  • El otro da so que estbamos internas las tres, es decir, t, la Meche y yo, y que estbamos felices, y que jugbamos en el recreo de la noche todo el tiempo solas. Qu lstima que ha sido sueo! Sera feliz si t estuvieras. Por qu no te entusiasmas, linda? Ya veo que estaramos juntas en todas partes. Pero son sueos que nunca tendrn realizacin, y no me acordaba que, cuando se est interna, se es muy desgraciada. Yo quiero que siempre seas feliz, aunque yo sufra. T dices que tu carta es potica, y yo digo que la ma es fantstica... Pasemos a otra cosa. Dimos las dos con la Rebeca un banquete. Te lleg invitacin? El banquete se dio en la Alameda de los Nogales, y el cocinero mayor fui yo, y la Rebeca, ayudante. El men era el siguiente: Cazuela de perdiz (todo hecho por nosotras), locro falso, empanaditas al horno, humitas, feafteack con papas fritas, torta de manjar blanco. Todo estaba de chuparse los dedos, y asistieron al banquete mi mam y Lucho. Nos remos como t no te imaginas; pero vieras, todo hecho por nosotras en una cocinita que tenemos. A m me encanta hace; quin sabe si haga otra vez antes de irnos. Da risa ver en los platitos lo que cabe. No s si t viste la cocina en Santiago. Tambin tenemos unas casas que son preciosas. Puedes venir t, y alojarte, pues tienen tres piezas con sus buenas ventanas. Acabo de comprar el fundo y la M. Salas me dijo que le pusiera Lourdes. Te gusta? Tiene hasta ferrocarril; de todo. Te convido a pasar una temporada. Y lo mejor que no cabemos sino las dos; as es que podemos hablar todo lo que queramos; Adis, ideal y encantadora Picha. Quin sabe cundo el destino nos juntar. Hiciera ceniza el internado. No la muestres. Rmpela (te lo pido por la Popa). S? No te escribo ms si s que no la has roto. Qu desorden ms grande. Rmpela, te lo pido por favor. Con saludos a tu mam y hermanos, especialmente a la Ins a quien dars un abrazo; y para ti todo mi amor. Ya sabes quin soy. Contstame apenas te llegue, porque ya me voy el mircoles. Adis, que me voy llorando, me voy llorando y te dejo. Si no me piensas ver, con la esperanza me alejo... Cundo vienes? Anda a ver a tu amiga prisionera. Mil besos. Adis, por ltima vez. A la Filipa se la llevaron. La Monja Ros no se [la] han llevado, porque Lucita fue a verla el otro da. No le he escrito a nadie porque t no me contestabas. 6. A Carmen de Castro Ortzar

  • Maestranza, marzo 23 de 1916 Seorita Carmen de Castro O. Mi querida Carmencita: El domingo supe en el saln la muerte de la Oreana, y he tenido mucha pena al acordarme del cario que t le tenas. Yo, sin conocerla, la quise slo con lo que t me hablabas de ella. As es que todos estos das mis oraciones han sido por ella sin olvidarme de ti, por cierto, para que Dios te consuele de la prdida de una prima y amiga tan querida. Pero por otra parte, para ella ha sido una felicidad. Fue un ngel que pas por el mundo sin empaar sus alas. Supo cumplir la voluntad de Dios desde sus ms tiernos aos, y ya habr traspasado los umbrales de la felicidad. Acaso, mi querida Carmencita, no crees que ella habr rogado por ti? Feliz t, que tienes una amiga que vele desde arriba todos tus pasos! La primera vez que salga te ir a ver, pues tengo tantas cosas que contarte, y creo que t tambin, pues hace tiempo que no nos vemos. Sobre todo ahora quisiera estar a tu lado para consolarte. T sabes que sufro junto contigo y, aunque estamos separadas, mi corazn est contigo. Saludos para tu mam y hermanos, a quienes dirs la parte que tomo en su pesar. Y t, querida Carmenchita, recibe con un beso y fuerte abrazo, el cario de tu amiga que no te olvida un instante. Juana P.D.-- No la muestres a nadie. Saludos a la Ins de parte de la Rebeca. 7*. A Teresa Jaraquemada Astaburuaga Maestranza, marzo 29 de 1916 Seorita Teresa Jaraquemada Mi querida M. Teresa: Qu sorpresa tan agradable nos trajo tu cartita. Veo que a lo menos te acuerdas de nosotros en Via, lo que es ya mucho decir. Y nosotros nos acordamos de esa primita tan encantadora que tuvimos en Chacabuco, que nos hizo pasar tan buenos ratos. Desde que t te viniste no realizamos paseos bonitos. La Lucita se llevaba tejiendo y no sala. T me dices que lo pasas muy bien, de lo que nos alegramos mucho, pues ya sabes lo que yo te deseo: un... y sobre todo a una prima tan querida. Nosotros estamos muy

  • bien y me parece que saldremos el 22 de abril. As es que espero que estars aqu para verte. Vas a ir a Mansel? Has sabido de las niitas? Cundo entran al colegio Y la Julia, cmo est? Lo pasar muy bien... La Ins F. Est all en Via? Si est, la saludas. La Lucita fue a Cunaco, donde la Elisita Valds y dijo que te haba escrito desde all. Con saludos a mi ta Elena, abrazos a la Julia, y para ti, mi querida Teruquita, recibe el cario de Rebeca junto con un beso y abrazo de tu Juana Dispensa [la] letra, es porque la escribo en un momento libre [y] ya van a tocar... La Madre Astaburuaga me encarga te salude. 8. A su hermana Rebeca 15 de abril de 1916 * Se encuentra en el cap. 16 del DIARIO. 9. A Carmen De Castro Ortzar Mi querida Carmen: Estoy loca de gusto de poderte escribir sin estar custodiada por monjas que, aunque son muy buenas, no dejan mucha libertad. Si supieras lo que te echo de menos, te acordaras de m. Si supieras lo que lloro, me compadeceras. Y ya me voy a ir otra vez. Siento que se me oprime el corazn de pensarlo. Saludos a todos en tu casa. A la Ins un fuerte abrazo. Y para ti, querida Carmen, recibe el inmenso cario de tu amiga que te idolatra y no te olvida, Juana Saludos a las monjas; que me acuerdo mucha de ellas, en especial M. Sup. I de Mag, y Popa (un besito). No s lo que te escribo. No la muestres, por favor. Anda a verme el domingo a las 10.30 u 11, 1 a 3 (con la sirviente para poder hablar todo, pero si puedes). 10. A Carmen de Castro Ortzar Chacabuco, 17 de enero de 1917 Seorita Carmen De Castro Ortzar Mi querida Carmencita:

  • Acabo de recibir tu tarjetita, y me pongo a contestrtela inmediatamente, pues estaba pensando escribirte de todas maneras hoy, para saber de ti y los tuyos. Cmo lo ests pasando? Cuando me escribas, cuntame todo, por favor: qu chiquillas hay y cul es tu vida. Nosotros lo pasamos muy bien, llevamos una vida muy tranquila, que es lo que ms me gusta. Fjate que el 12 de febrero son las maniobras. As es que va a venir muchsima gente y hay aqu un regimiento que arregla los caminos, cuyo capitn es muy entretenido. Dice versos y canta. No hemos hecho ningn paseo grande, pues los chiquillos se van a la cordillera por 6 das. Te aseguro que los envidio con toda el alma. Te contar que s la batalla de Chacabuco a las mil maravillas, pues el capitn nos la ense en el terreno. Lo que es interesante son unas excavaciones que han hecho en el cementerio de los indios y han encontrado pedazos de ollas y platos, cuyas pinturas son admirables, pues, a pesar de estar un siglo enterradas, se conservan perfectamente, y se puede ver cmo iban adelantando, pues hay unas -que han de ser las primeras- que son de barro. Hay despus, de arcilla sin pintar. Otras, de arcilla cocida, pintadas con diversos colores. Se han encontrado adems balas de fusiles y otras de piezas de artillera; stas ltimas son bastante grandes y pesadas. Y pensar que son como una piedrecita al lado de las que actualmente funcionan en la guerra! Pasando a otra cosa, contstame si te leen las cartas; pues como no pude hablar contigo a solas, te tengo que hacer confidencias, pero para ti sola, entiendes? Y, si por si acaso te pillaran las cartas, te voy a dar un mtodo muy fcil que empleaban las chiquillas en el colegio para que no entiendan. Van representadas las vocales con nmeros romanos: I es a: II es e; III, i; IV, o; V, u, y las dems letras son iguales. Contstame si quieres o no, y si aceptas escribirme la carta as. Adis, pichita. Me acuerdo mucho de ti. Quisiera tenerte a mi lado para gozar un poco; pero como dijimos, no se consigue tanta felicidad en esta vida. Saluda a tu mam de parte de la ma, y a todos los tuyos, en especial a la Ins. Y t, querida Carmencita, recibe con un abrazo y beso el cario de tu amiga Juana P.D.--La Rebeca me encarga saludos para ti e Ins. Dispensa la letra, borrones, lata, etc. y contstame luego. Tambin saluda a las chiquillas conocidas, en especial a la Meche, si est y dame su direccin, y dile que me escriba. Adis, Picha. 11. A Carmen de Castro Ortzar Chacabuco, 4 de febrero de 1917 Seorita Carmen De Castro O.

  • Mi querida Carmenchita: Antes de empezar mi carta, quiero ponerme a tus pies y decirte "mea culpa", y prometerte que nunca ms lo har; pues no te he escrito, porque has de saber que soy una insigne perezosa. As es que en tu prxima carta te doy permiso para que me retes a pasto, pues reconozco que lo merezco. No tengo nada que contarte, pues no hemos salido a caballo nada ms que slo 10 veces desde que estamos aqu. Qu te parece? Cuando nosotras antes salamos tarde y maana. En las tardes solemos salir a andar a pie, y casi siempre vamos a una ermita de la Sma. Virgen en un cerro. Ah rezo y le pido por ti. Aunque t creas que te he olvidado, no es as. Te dir que lo que te voy a contar prefiero decrtelo cuando estemos solas. Mucho gusto me dio que ests pasando tan bien y que tengas hartas chiquillas con quienes juntarte. Tambin te dir que me qued encantada con tu noticiosa carta, y de lo bien que empleas el tiempo. Nosotras pasamos los das leyendo y tejiendo debajo de los rboles--lemos en comn "Relato de una Hermana" que yo lo leo por segunda vez, pues me encanta-, y rezando, por supuesto. No te figuras lo cortos que se me hacen los das y lo ligero que se me pasan, pues ya principio a pensar en esa terrible entrada al colegio, el 8. Ah, qu feliz eres t con no tener que pensar en esto! Pero, gracias a Dios, es el ltimo ao. Slo que yo quisiera entrar -me parece que entrar- a hacer primera por un semestre, aunque no s nada, pues depende de muchas cosas que consultar contigo. Por favor, que quede esto entre las dos, pues te parecer muy raro. El 10 tendremos la dicha de ir a Lourdes -y creo firmemente- a presenciar el milagro de Nanito. Oh, cuntas impresiones grandes te contar en mi prxima! Te ruego que todos estos das le reces a la Virgen hasta el 10, y tambin que te acuerdes pedirle todos los das en la sagrada comunin. Te aseguro que te envidio con toda mi alma por la S. comunin; pues yo hace un mes justo que no comulgo. Acurdate de m, pues, cuando lo hagas. Adis, querida pichita. Cada da te quiero ms y te echo tanto de menos; y quin sabe cundo nos veremos, pues Uds. se vendrn tarde de Cartagena y nosotras entraremos al colegio. Saluda a tu mam de parte de la ma, y a todos tus hermanos, especialmente a la Ins. Y t, querida Carmen, recibe un fuerte abrazo y beso de tu vieja e ingrata amiga. Juana P.D-- La Rebeca me encarga te salude, lo mismo que a la Ins. Por favor cuntame todo, y tambin si pololeas y todas tus impresiones, como lo hacas el ao pasado y como en tu ltima carta. Perdona esta latosa y pesada carta y no la muestres. Adis, pichita.

  • 12. A Graciela Montes Larran Querida Chelita: El otro da no te lo dije, porque me daba vergenza y no poda, pero me decid a decrtelo, y es que yo tengo inclinacin para hacerme carmelita. Me encantan; pero no s si ser monja. Si soy, ser carmelita. Tengo tantas dudas como t no te imaginas. Aydame t, por favor. Dame a conocer la Regla de las carmelitas. Yo s perfectamente que soy muy mala, que no merezco esta gracia tan grande (el que Nuestro Seor me elija por esposa). Soy tan indigna... Me ha llenado de gracias, y yo he sido muy ingrata. T me pides consejos a m, y yo los necesito ms que t. A m me pasa que veo que todo lo del mundo es vanidad; que la felicidad que podemos encontrar aqu en la tierra est en servir a Dios; pero yo no s si tendr vocacin. A m me encanta rezar. Quisiera que mi vida fuera una continua oracin, porque ella es la conversacin que tenemos con Dios. Aydame, por favor, a ser buena. Dime t lo que te propones hacer en el mes del Sdo. Corazn. Preguntmosle a Jesusito qu piensa de nosotras. Consagrmonos a El. Dmosle nuestro corazn, nuestra libertad y todo lo que tenemos. Le gusta mucho a Nuestro Seor morar en nuestra alma. Ofrezcmosela para que viva en ella. Entonces los momentos en que no tengamos que estudiar, hagmosle compaa ofrecindole nuestro amor, consolndolo y reparando nuestros pecados y los del prjimo. Por favor, te ruego, que me digas mis defectos: los que t veas porque yo me tengo compasin y no me los echo en cara lo bastante. Soy muy orgullosa y quiero ser humilde. Aydame t. Y soy rabiosa. Me impaciento por todo. As, cuando t veas la menor seal, avsame, te lo ruego. 13. A Graciela Montes Larran Chelita: Qu cartita ms ideal! Estoy feliz de haberla ledo. Primera vez que tena algo de una carmelita. Qu principio tan encantador! Yo me he propuesto lo mismo que t en el mes del Sdo. Corazn. No dejemos escapar ningn acto que pueda mortificarnos. Yo creo que uno de los puntos de la vocacin carmelitana es la oracin y la mortificacin. Recemos siempre y crucifiqumonos por medio de la obediencia, por medio de la pobreza por medio de la castidad. Por medio de la obediencia, imitando a Jesusito que se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz. El hizo la voluntad de su Padre todos los momentos de su vida. "Heme aqu, Oh Padre, para hacer tu voluntad", nosotras debemos decir tambin con El a cada momento; y esto por medio del exacto cumplimiento del deber. Aunque nadie nos vea, cumplir con el reglamento, que es la regla que tenemos ahora. V. gr. en el estudio estudiar con aplicacin, aunque no tengamos ganas, tal como lo

  • hara Jess. Por medio de la pobreza, no desperdiciando ninguna cosa; no gastando nada en nosotras, sino para los pobres todo. Por la castidad, siendo puras como la Virgen; no teniendo ningn amor que nos preocupe, que nos haga faltar al deber, sino el amor de Dios. Conoceremos su intensidad por el amor que tengamos al prjimo. Quieres que te diga una mortificacin que cuesta harto? Es rezar en la noche un cuarto de hora con los brazos en cruz; y tambin, si no te hace mal, levantarse de la cama, ponerse en el suelo de rodillas con las manos debajo de las rodillas -duele harto-, y rezar tres Padre nuestros. Tenemos que hacer penitencia para consolar a N. Seor, para reparar los pecados de nosotras, del prjimo, y para rogar por los Sacerdotes. Contstame si te has acordado de hacer de tu alma la casita de Dios. Te servir mucho para hacer oracin y pensar que Cristo tambin trabaja all dentro, y que nosotros, con nuestros actos, le damos material para formar su imagen. Un cristiano debe ser otro Cristo; con cunta ms razn nosotras. Hablemos con N. Seor en la comunin. No slo en la accin de gracias, sino a todas horas debemos estar con El. Como tenemos que estudiar no podemos constantemente hablar con El; pero, por ejemplo, 3 veces en la maana y 2 en la tarde. Acurdate de lo que me prometiste de hacerme saber la Regla de las carmelitas, las penitencias, las virtudes, en fin, las cosas ms necesarias. 14.A la Madre Anglica Teresa Santiago, 5 de septiembre de 1917 Rda. Madre Sor Anglica Reverenda Madre: Creo que dispensar la libertad que me tomo al escribirle, pero no puedo menos de hacerlo, para agradecerle el carioso recuerdo que Ud., Rda. Madre, ha tenido la bondad de enviarme con la Chelita. Hubiera deseado contestarle inmediatamente; pero Ud. sabe, Rda. Madre, que no es posible en el colegio. Este detencito que llevo conmigo constantemente me es doblemente precioso por venir de mi querido Carmen, pues usted, Rda. Madre, sabe ya por la Chela el cario y estimacin que tengo por las carmelitas y el deseo que tengo de contarme algn da entre ellas. Mas tropiezo con muchas dificultades, y la principal es mi poca salud. Sin embargo, le he encomendado este asunto a la Sma. Virgen y creo que Ella ha de abrirme las puertas de ese bendito asilo, si es la voluntad de Dios; pues ante todo slo deseo esto. Aydeme, le ruego por favor, Rvda. Madre, con sus oraciones y con las de su comunidad para alcanzar de Jess este favor; aunque s que soy indigna de gracia tan sealada.

  • Ahora le comunicar que yo nunca he conocido personalmente a ninguna carmelita. Solamente he ledo la vida de Sor Teresa y de Isabel de la Trinidad. Desde entonces he comprendido que el Carmen es un cachito de cielo y que a ese Monte santo me llamaba el Seor. Cunto deseo, Rda. Madre, darme por entero a mi Jesusito. Ruguele mucho para que me ofrezca a El pura, sin que el mundo haya tocado mi corazn. Pdale, Rda. Madre, por favor, a la Sma. Virgen que me guarde debajo de su manto maternal. Qu anhelo tengo de entregarme a la oracin, de vivir unida constantemente a N. Seor! Ahora trato de recogerme dentro de mi alma. All adoro, all consuelo y amo a mi Jess. Es verdad que no siempre me recojo, pero hago sobre esto el examen particular. Tambin s que si voy al Carmen, ser para sufrir; mas el sufrimiento no me es desconocido. En l encuentro mi alegra, pues en la cruz se encuentra a Jess y El es amor. Y qu importa sufrir cuando se ama? La vida de una carmelita es sufrir, amar y orar, y en esto encuentro todo mi ideal. Rda. Madre, mi Jess me ha enseado desde chica estas tres cosas. Cunto debo agradecer a mi Divino Maestro las lecciones que da a una miserable como yo ! Qu dir Ud., mi Rvda. Madre, de esta carta tan larga? Pero su corazn maternal me dispensar y sabr recordar en sus oraciones a su pobre ovejita, sobre todo en estos das de septiembre, para que Jess la guarde toda para El. Su indigna hija en Jess Juana Fernndez, H. de M. Le ruego, Rda. Madre, que me guarde secreto de mi vocacin, pues slo lo sabe mi mam y algunas ntimas amigas. Le encargo a sus oraciones y a las de la comunidad mi familia. Mi direccin es, si la necesita, Vergara 92 15. A su padre Santiago, 25 de septiembre de 1917 Seor don Miguel Fernndez Mi querido papacito: Estaba esperando que pasara un da despus de la carta de la Lucita para escribirle, para que sepa bien seguido de nosotros, que nos pasamos acordando de Ud. No se imagina cunto lo he echado de menos, ya que habramos sido doblemente dichosas si Ud. papacito, hubiera estado aqu. Hemos hecho muchos paseos. El domingo fuimos al fundo de don Ricardo Salas con cinco chiquillas, pues como tenamos que ir a pasar todo el da, ninguna seora poda ir; pero mi mam se ofreci a llevarnos a todas. Salimos a la 1.30 P.M. en el tren de

  • Pirque, y nos bajamos en Bellavista que es la primera estacin. All nos esperaban las niitas de don Ricardo. Nos enviaron el auto, que es esplndido; pero como no cabamos todas, unas se fueron en carritos tirados por caballo que pertenecen al fundo. Nos pusimos de la estacin a las casas en 10 minutos. Lo pasamos muy divertido. Ese da celebraron los huasos el Dieciocho; as es que don Ricardo les haba organizado fiesta: elevacin de globos, voladores, carreras en burro, etc. Tienen una magnifica cancha de tenis. En fin, gozamos todo el da. Nos acordamos de Ud., papacito, porque le habra gustado conocer el fundo. Es muy bonito. Por todos lados se vea el pasto verde y mucha agua. Maana vamos a la Escuela de Aviacin con Chiro, que es amigo de uno de los oficiales de la Escuela, y me parece que veremos elevarse un aeroplano. De buenas ganas subira para aterrizar en San Javier e irle a dar un beso y abrazo muy apretado. Qu le parece, papacito? Todos aqu estn muy bien. Ignacito, que haba estado enfermo, constipado, se levant ayer y est muy bien y hoy se levant sin bastn -primera vez- y no cojea tanto. Parece que el Niito Jess de Praga le quiere hacer el milagro. El otro da hizo uno bastante grande a un joven. Miguel ahora acaba de salir con Chiro, con el objeto de hacer una diligencia para conseguir un empleo bastante bueno. Ojal que lo consiga. La Lucita y Chiro siguen siempre muy indiferentes, como Ud. sabe, y sobre todo que ahora Chiro est de asueto. Ya se figurar lo felices que estn. Mi mam est muy bien, recordndolo mucho, pues hace mucha, muchsima falta. Esperamos tenerlo muy pronto entre nosotros. Vngase luego, papacito, para pasar siquiera dos das con Ud.; ya que nosotras lo aprovechamos tan poco cuando usted viene, por estar internas. Reciba, papacito, abrazos y besos de mi mam y hermanos, ms mil besos y carios de su hija que ms lo quiere y que se acuerda a cada momento de su papacito querido. Juana, H. de M. La Rebeca le enva muchos saludos. Lucho le haba escrito; pero, por temor de que no le llegara, desisti de mandrsela. 16. A la Madre Anglica Teresa Santiago, 8 de noviembre de 1917 Rda. Madre Anglica Teresa del Smo. Sacramento Reverenda Madre:

  • Solamente hemos salido ahora del colegio, motivo por el cual no haba contestado antes su cariosa carta, pues en el colegio me es completamente imposible hacerlo. Mas no crea, Rda. Madre, que porque no ha recibido contestacin, la he olvidado, pues todos los das la tengo presente en mis oraciones. Aunque son bastante pobres en mritos, en ellas pido a N. Seor tambin que, si es su voluntad, pueda ser algn da carmelita de ese monasterio, el cual tan cariosa y generosamente me ofrece Ud., Rda. Madre. La carta de Ud., Rda. Madre, la leo muy a menudo. Me hace tanto bien, y en ella pude apreciar, una vez ms, todo el encanto de la vida carmelitana. Crame que en todas mis acciones tengo presente el fin de la carmelita: los pecadores, los sacerdotes. Cada da que pasa siento la nostalgia de ese querido Carmen, y ardo en deseos de verme encerrada por Jess en ese palomarcito, para ser enteramente de Jess, pues mientras se vive en el mundo es imposible ser enteramente de El. Pues considero que, para pertenecerle, es necesario que sean de El nuestros pensamientos, nuestras obras, por medio de la recta intencin. Esto se puede hacer, pero lo difcil, Rda. Madre, encuentro es despegarse, estando en el mundo, de las criaturas, de las comodidades. Yo hago lo que puedo por despegarme de ellas, y encuentro que no tengo, respecto de las criaturas amor desordenado. Pero tengo ese deseo de parecer bien, de ser querida; y yo considero que a Jess no le gusta esto, pues El busc lo contrario. Am siempre la pobreza y busc slo el amor de su Padre. Como Ud. ve, Rda. Madre, le manifiesto enteramente, como una hija, todas las pequeeces de mi pobre alma. Le ruego, pues, me indique la manera de ser enteramente de Jess. Pues s que hasta que no modele mi amor y gusto con los del Corazn de mi Maestro, no podr llegar, a la unin con Dios dentro de mi alma, pues me distraer en las vanidades de este mundo miserable. Comienzo el mes de Mara con entusiasmo, y me he propuesto honrar ms que nunca a mi Madre con sacrificios, especialmente los de la voluntad; pues penitencias no me dejan hacer por mi salud. Esto es para m un gran sacrificio; pues veo, Rda. Madre, que, como soy mala, necesito pagar mucho para que N. Seor tenga piedad de mi. Aydeme con sus oraciones en este bendito mes. Rda. Madre, pdale a la Virgen me d ante todo sus virtudes y despus, si es voluntad de Jesusito me d salud para poder realizar el bello ideal de ser carmelita, pero segn el espiritu de mi serfica Madre Santa Teresa. Le aseguro, Rda. Madre, que como nunca necesito de oraciones, pues estoy en un perodo de pruebas. N. Seor quiere que le busque solamente a El, sin buscar consuelo de ninguna especie en la oracin. Pero yo le doy gracias, pues as me doy a El sin mezcla de inters; no por los consuelos, sino porque le amo. Sin embargo, tengo momentos de desaliento, pues se me figura que slo me lo enva N. Seor por mis ingratitudes; mas quiero que se cumpla la voluntad de Dios y, si El quiere y le place, quiero pasar mi vida entera en este estado de sequedad por los pecadores y por los sacerdotes. Hbleme, Rda. Madre, de todo esto, como tambin de la vocacin de carmelita. Mientras tanto me encomiendo a sus oraciones con toda mi familia; a Ud., Rda. Madre, y a toda esa mi querida comunidad. Reciba, adems, mil afectuosos recuerdos

  • de parte de mi mam y el ms sincero agradecimiento de esta su pobre oveja, que le ruega filialmente la dirija a Jess para perderse en su Divino Corazn Juana Fernndez, H. de M. P.D.--La Virgen la tengo siempre en mi escritorio para imitar su espiritu de oracin. 17. A su padre Santiago, 27 de diciembre de 1917 Seor Miguel Fernndez J. Mi querido papacito: No se imagina lo presente que lo he tenido en estos das de Pascua. Hubiramos sido felices si Ud. hubiera estado aqu. Y no le escrib ese da para enviarle noticias de los paseos que hemos hecho en ellos. Salimos el 20 del colegio. Las dos salimos muy bien en los exmenes y sacamos premios. Lucho obtuvo todos los premios de su clase. Nos acordamos de Ud. en la proclamacin de los premios de la Universidad, pues hubiera gozado vindolo tan premiado; ya que un padre es feliz con el xito de sus hijos El 25 fuimos a la revista de gimnasia de la Escuela militar, que result admirablemente bien presentada; pero Chiro no mand. Presentaron un curso de caballera que hizo varios ejercicios de salto y tambin con la lanza. Los hicieron sin equivocarse en nada. Otro curso fue de gimnasia. Formaron una escuadra en una figura. Saltaban como dos metros. En fin, por ltimo cantaron un himno muy bonito. El da de Pascua me vino a buscar una chiquilla para ir a la Alameda. Estaba llena de gente conocida. Vendieron -entre [calle] Colegio y Manuel Rodrguez- nias conocidas en unos quioscos; y el producto de la venta era destinado para los nios pobres: pero era un verdadero salteo, pues por cualquier cosa pedan 20 30 pesos. Nos preparamos para gozar en Algarrobo. Nos han dicho que con caballos se pasa muy bien. Lo nico que sentimos es que Ud. no vaya con nosotros; y ya sabe Ud., papacito, que no somos dichosas cuando no est Ud. Todos aqu muy bien, excepto la Lucita que cay con fiebre anteayer. No se sabe qu pueda ser. Se le dio purgante esta maana, pero siempre sigue con 38 grados. No enviar la carta hasta la tarde, para comunicarle lo que el doctor diga. Ignacito est feliz con los juguetes de Pascua, que cree con infantil candor se los ha trado el Nio Jess. Y a Ud. papacito, cmo le va en sus trabajos? No dejo de rogar a N. Seor para que recompense sus perpetuos sacrificios. Vngase pronto. Lo echamos tanto de menos...

  • Reciba cariosos saludos de mi mam y hermanos, y Ud., mi querido papacito, reciba, en un beso y abrazo, todo el cario de su hija que ms lo quiere y no lo olvida un instante, Juana P.D.--El Doctor dijo que crea era infeccin intestinal; pero que poda resultar tifus, si no se cuidaba. Mi mam teme, pues tiene mucho dolor de cabeza. Adis, papacito. 18. A Carmen de Castro Ortzar Algarrobo, 14 de enero de 1918 Seorita Carmen de Castro O. Querida Carmenchita: No me haba sido posible escribirte antes, por no haber sacado el papel de las maletas y tampoco las cosas necesarias para escribir; pero sabes muy bien que te tengo siempre a mi lado, y a cada instante me acuerdo de ti. Me dispensars que no me despidiera; pero ese da llegamos tarde y no te pude llamar por telfono, y al otro da te esper en la estacin. La llave no la he recibido. Me la enviaste? No te escribo ms porque se va el correo y va da por medio. Quera ante todo mandarte muy cariosos saludos para todos en tu casa, para tu mamacita de parte de la ma, y t recibe un recuerdo, junto con un beso y abrazo, de tu amiga que tanto te quiere, Juana, H. de M. P.D.--Hoy te voy a escribir una carta bien larga. Adis, Picha. 19. A Carmen de Castro Ortzar Algarrobo, 16 de enero de 1918 Seorita Carmen De Castro O. Querida Carmenchita: Mucho te extraara el laconismo de mi carta; pero estaba muy apurada, porque el correo se iba a ir y no va sino da por medio. T supondrs lo que te recuerdo. Me haces una falta inmensa y a cada instante me recuerdo de la felicidad de que disfrutaramos ambas si estuviramos juntas. Aqu se pasa una vida deliciosa. Es una costa encantadora. Vivimos en una casa que est en la misma playa, a unos 3 metros del mar. Como t puedes calcular, tenemos una vista preciosa. Todo lo que te diga de la confianza que existe ser poco. Aqu se anda del modo que a cada uno le parezca: las chiquillas andan con chupallas de paja,

  • y todo es as por el estilo. En la playa se ve un grupo de slo cuatro o cinto seoras y de 11 chiquillas que se juntan todas. Nos baamos juntas y se puede andar una cuadra con el agua hasta el pescuezo, sin tener que evitar ni olas ni corriente, porque no la hay. Se puede nadar mejor que en un bao de natacin . Te nombrar las chiquillas con que nos juntamos: las Lyon Subercaseaux, las Valds Alfonso, la Estela Valenzuela, Valenzuela Larrain, las Hurtado Valds, que llevan una vida ms independiente, y la Rebeca Echazarreta Larrain. Un da hicimos un paseo a caballo con la Teresa Lyon. No te imaginas paisajes ms bonitos los que se nos presentaban: quebradas inmensas entre dos cerros cubiertos de rboles, y al final de ellas una abertura por donde se vea el mar, sobre el cual se reflejaban nubes de diversos colores; y por detrs el sol encubierto. No te imaginas cosa ms bella, que hace pensar en Dios que ha creado la tierra tan hermosa, a pesar que es un lugar de dolores. Qu ser el cielo -me pregunto muchas veces- cuando es para gozar? Todas las tardes las chiquillas salen a andar, pero mi mam no nos deja, porque llegan muy tarde. Hay aqu dos misas, pero hoy hubo cuatro y, en la tarde, todos los das bendicin. Nosotras con las Lyon hemos formado un coro de canto que no resultara tan mal, si nos supiesen acompaar. Hoy vamos a buscar con la Gabriela Lyon chiquillos para formar un curso de catecismo, del que te dar cuenta en mi prxima carta. Reza para que recojamos un buen nmero. Nada te he contado del pueblo de Algarrobo, cuyas casitas, con excepcin de dos o tres, son verdaderas casas de pobres: enladrilladas, el techo con vigas, y sin muebles. Es cmico ver la sorpresa de los que llegan a conocer el famoso pueblo. Nuestra ca-sita, aunque es pobre, es cmoda. Cuenta con los muebles necesarios, y tiene bastantes piezas. Todo se perdona aqu por la confianza que existe y por la vista que tenemos. Anoche fue una noche ideal. Salimos a sentarnos en la arena, porque era la primera vez que la luna se vea, pues todos los das se nubla en la tarde. Decirte algo ms ideal es imposible. En ese instante me pareci tenerte a mi lado; tanto era lo que te recordaba. No te pasaba, Carmen, a ti que cuanto veas el mar sentas verdadero tormento por lo infinito? Uno siente en el alma una soledad inexplicable que slo Dios puede llenar, pues todo le parece muy pequeo. No te puedes quejar, mi Carmenchita querida, de que no te comunico todo lo que siento y pienso, pues s que t me comprendes, y yo siento la necesidad de expansionarme. Y quin mejor amiga que t? Cmo estn todos en tu casa? Has sabido de la Ins y de los chicos? Y la guagua? Dale muchos besos de mi parte a ese angelito. Saludos cariosos de parte de los mos para tu mamacita y hermanas. Y t, mi pichita linda, recibe un fuerte abrazo y sonoro beso de tu amiga Juana, H. de M.

  • 20. A la Madre Anglica Teresa Algarrobo, 1 de febrero de 1918 Rda. Madre Sor Anglica del Smo. Sacramento Reverenda Madre: Creo que mi carta se ha perdido, pues no he tenido noticias de ese querido convento. En ella, Rda. Madre, le expresaba mis agradecimientos por la maternal acogida que se dign dispensarme, y tambin por los hermosos recuerdos que me envi. Tambin le deseaba un feliz ao para Ud., Rda. Madre, y toda la comunidad. Estamos pasando unas vacaciones muy tranquilas y felices, donde he podido continuar los mismos ejercicios de piedad que hago en el colegio. Cada da, Rda. Madre, pienso ms en el Carmen y deseo ms ardientemente irme a encerrar en ese "cielito". Ms ahora que tengo que tratar con gente del mundo. He visto que la felicidad en el mundo no existe, y siempre su trato me deja un vaco que lo llena por completo N. Seor cuando estoy con El en la iglesia. Todo lo que veo, Rda. Madre, me lleva a Dios. El mar en su inmensidad me hace pensar en Dios, en su infinita grandeza. Siento entonces sed de lo infinito. Cuando pienso que cuando sea carmelita, si Dios lo quiere, tengo que abandonar todo esto, le dijo a N. Seor que toda la belleza, lo grande lo encuentro en El. En cambio en el mundo todo es chico, pasajero, y que nada quiero si no a Jess. Estoy leyendo la Vida de Santa Teresa. Cunto me ensea! Cuntos horizontes me descubre! Qu bien pinta la vocacin de carmelita para aquellas que la siguen! Le ruego que me diga si es verdad que para entrar en el Carmen se necesitan dos aos fuera del colegio. Porque si esto es verdad, conseguira con mi mam que me sacara este ao. Se me hace muy largo el tiempo para ser toda de Jess. Le agradecera me enviase la direccin de la Chela Montes, pues se me olvid pre-guntarle. Rda. Madre, rece para que me d a El; para ser un poco, no, digo mal, para ser igual a mi Divino Ideal; para que vivamos dentro de mi alma en mutua comunin. Rece para que Jess prepare mi alma para serle una esposa menos indigna, sobre todo humilde y obediente; para que encienda en mi corazn, pobre y miserable, la llama del Divino Amor. Le ruego, Rda. Madre, que en su prxima carta, si tiene la bondad de contestarme, me hable de la humildad, de la vocacin de carmelita pues sus cartas me hacen mucho bien. Ruegue a N. Seor que sea de su voluntad el llamarme a ese querido palomarcito, pues quiero slo cumplirla.

  • Encomendndome con mi mam -que me encarga la salude- a sus oraciones y a las de esa comunidad, se despide su pobre hija en Jess Juana Fernndez, H. de M. P.D. -La direccin es: Casablanca, Algarrobo, 21. A su padre Algarrobo, 2 de febrero de 1918 Seor don Miguel Fernndez Querido papacito: Por fin, tengo tiempo para escribirle; pues le aseguro que me haba sido imposible hacerlo, pues pasamos ya en la playa o en caminatas; pero aunque no le [he] escrito, crame, papacito, que no paso un instante sin echarlo de menos, y recordarlo con mucho cario, pues s cunto gozara si estuviera aqu. Hemos hecho varios paseos a caballo y de a pie, y otro en carreta, que creo se lo habr contado la Lucita. Ayer hicimos uno muy bonito y muy en confianza, pues todas ramos chiquillas. Lo formamos con misi Julia Freire de Rivas, pues somos ntimas con la niita de ella. Fuimos 11 por todos a tomar onces a una quebrada denominada "Las Petras". Es un inmenso bosque, donde no penetra un solo rayo de sol, y en donde se encuentran los helechos ms finos y preciosos como malezas. Tomamos muy ricas onces y despus una chiquilla cant. En seguida nos pusimos a jugar juegos de prendas. En fin, gozamos, pasndose en un segundo la tarde. Tambin salimos a andar a pie haciendo excursiones por los cerros y quebradas con la institutriz de la Luz Rivas Freire. No se imagina qu paisajes ms encantadores los que vemos a cada paso: todo lo que el campo presenta de bonito, junto con el mar que se divisa a lo lejos como un lago. Nuestro paseo favorito son los cerros de arena que le encantan a Ignacito, pues nos dejamos caer como de 3 metros, dndonos vuelta rodando. Mi mam no anda mucho, pues se cansa inmediatamente. El otro da estuvo, enferma con esas fatigas que siempre le dan y le dur por espacio de 1/2 hora; pero ahora, gracias a Dios, est mejor. La Luca est como una noche oscura con la ida de Chiro que se fue el martes con don Julio Hurtado, que lo convid a irse por Casablanca, alojando en su fundo "Lo Orrego", y siguiendo despus en auto a Valparaso para tomar el expreso en sa. Lucho est muy triste tambin, porque se fue Paco Rivas F. Una lstima, ya que este chiquillo no lo dejaba leer. A todas horas lo vena a buscar para salir. La Rebeca y yo muy contentas, pues salimos todo el da. Hoy vamos a salir a caballo con los Rivas, pues todo el da pasamos juntos. Hasta Ignacito, porque hay nios chicos. Ahora nos vamos a ir al bao y voy a baar por primera vez a Nano porque

  • antes lo baaban aqu, al frente de la casa, pero le daba mucho susto, pero ahora vamos a una playa, donde el mar es como bao de natacin y donde nado todo el tiempo. Como Ud. ve, papacito, no falta ms que Ud. para que seamos felices; pues mientras nosotros gozamos aqu, Ud. est trabajando, dndose baos de sol, para procurarnos a nosotros comodidad. No tenemos, papacito, cmo pagrselo, pues es demasiado su sacrificio; pero sus hijos lo comprendemos y lo rodearemos de nuestros carios y cuidados, pues encuentro que es la mejor manera de agradecerle a un padre. Por qu no viene siquiera unos das? No sabe la pena que me da cuando veo a las otras chiquillas felices con su pap. Por favor, venga, pues nosotras lo gozamos tan poco durante el ao. El otro da estuve hablando con don Julio Hurtado y me habl mucho de Ud. Reciba saludos y abrazos de mi mam y dems hermanos y Ud., mi querido papacito, reciba un fuerte y apretado abrazo y beso de su hija que tanto lo quiere y recuerda, Juana; aunque Ud. ni siquiera le manda saludos en su carta; pero en fin, ya se me quit el enojo. 22. A Herminia Valds Ossa Seorita Herminia Valds Querida Herminita: Algarrobo, 2 de febrero de 1918 Quiero ser la primera en escribir para darte el ejemplo; pues, de lo contrario, pasaran las vacaciones sin saber la una de la otra. Estamos todos muy contentos de haber venido a este pueblo, pues no creo haya otra costa de ms confianza. El pueblo con sus casas no puede ser ms sencillo. La casa que tenemos est en la misma playa; as, pues, disfrutamos de una vista encantadora. Toda la gente es conocida: estn las Lyon Subercaseaux, las Valds Alfonso, las Hurtado Larran, las Hurtado Echenique, las Larran Gandarillas, las Valenzuela Larrain, las Rivas Freire, las Echazarreta Larrain, las Hurtado Valds. Todos los das salimos por las tardes, ya a pie, ya a caballo. El otro da hicimos un paseo en carreta a Punta de Tralca. El paseo fue lo ms ideal, pues el punto a donde nos dirigimos era precioso: grandes peascos donde azotaban las olas con una fuerza extraordinaria, al extremo de levantar unos 15 metros la espuma. Tomamos onces en las rocas y nos volvimos a las 7 de la tarde, y no llegamos sino a las 11 de la noche. Por suerte era una noche de luna. Cosa ms bonita no es posible imaginarse. Todos los das hay Misa y bendicin con el Santsimo, a la que asiste toda la gente. Tambin hacemos Catecismo.

  • Me tienes que contar todo lo que haces. Estudias? Has ledo los libros? Dame cuenta de todo, por favor. La Luca, gracias a Dios, est muy bien. Mi mam no estuvo bien, pues le dio esa fatiga; pero ya est mejor, gracias a Dios. Saludos para todos los tuyos, en especial para tu pap y mam de parte de los mos. A la Eli un abrazo de la Luca y mo; y t recibe un fuerte abrazo y beso de tu amiga que tanto te quiere Juana La Rebeca te manda saludar. No la muestres. Dime si te la leen. 23. A Carmen De Castro Ortzar Algarrobo, 12 de febrero de 1918 Seorita Carmen De Castro Mi querida Carmen: Presiento que has de estar sentida conmigo, porque no te he escrito, pero verdaderamente no he tenido la culpa, pues cada vez que me pongo a escribirte, me vienen a buscar para salir. Te aseguro que, aunque hacemos muchos paseos, ya a caballo ya a pie, me estoy aburriendo; pues como t sabes, me cansa esa vida tan agitada. Sobre todo que me gusta estar a mis horas independiente, y aqu no tengo un momento libre para escribir, para leer, que, como muchas veces te lo he manifestado, son mis ms gratas ocupaciones. Hoy he conseguido con mi mam que me dejaran en la tarde aqu en la casa porque me duele la cabeza, y aprovecho para conversar contigo que, aunque ests siempre en espiritu a mi lado, te echo mucho de menos, pues las chiquillas que aqu hay son completamente opuestas a mi carcter. As vers los deseos de tenerte a mi lado, de disfrutar ambas a nuestro gusto de esta vida que, por otra parte, es tranquila; de poder comunicar lo que pienso, y de tener a una amiga que tenga las mismas inclinaciones mas. En fin, no te quiero decir ms, pues esto es un sueo que nunca ser realidad; pues, como siempre hemos dicho, es demasiada felicidad y sta no existe en la tierra. Te comunicar que aqu he estado en grupos con chiquillos. El otro da, con ocasin de la visita de las Salas Hurtado, tuvimos una reunin enteramente de confianza donde misia Julia Freire de Rivas. Y por todo lo que he visto y he ordo, me he formado una idea de las fiestas sociales muy poco favorable; pues me pregunto cmo pueden llamar entretenida una cosa as, donde no se oyen ms que puras tonteras. Mira, te aseguro que, cuando pienso que tal vez tenga que asistir a las tales reuniones, me entran ganas de llorar, y ms que nunca anhelo el rinconcito donde

  • existe la verdadera soledad, y donde reside la felicidad, pues all poseer a Dios, principiando as la vida del cielo. Entre tanto la busco dentro de mi alma y, cuando estoy en medio de las chiquillas, pienso que tengo a Jess, y le presento mi corazn, con la satisfaccin de que, aunque es tan pobre y miserable, no me lo ha de desdear en ese sitio donde, en medio de la alegra, nadie lo recuerda . Carmen, est muy triste mi carta, pero as est mi nimo, y contigo es la nica que me puedo desahogar. Quizs soy demasiado egosta, pero perdname. Ahora que te he expresado lo que pienso me siento feliz. Adems hace 3 das que no comulgo por-que me he acostado tarde as es que con esto te lo digo todo... Como te deca, hemos hechos varios paseos. El otro da fuimos a tomar onces a un bosque encantador, donde no penetra rayo de sol, donde crecen los helechos como maleza. Lo pasamos muy bien, pues bamos slo tres chiquillas: la Luz Rivas Freire, la Juanita Lyon y las Hurtado Valds, que son muy dijes, y nosotras tres con misia Julia Freire y un hijo de ella que tiene 15 aos. Fjate que vinieron de Cartagena las Salas Hurtado. Salieron a las 6 de la maana y llegaron a las 11 aqu. No te imaginas qu viaje han hecho, pues venan a caballo y haca 5 aos que no hacan paseos largos. La Rosita, sobre todo, lleg sin poderse mover. Le dieron hasta fatigas en el camino. Como no podan volverse, se iban a quedar en una pensin psima, as es que nosotras, aunque no las conocamos, nos hicimos amigas y las convidamos a alojar. Todo el da pasamos en la playa, y en la tarde le toqu el violn a la Matilde con Paco Rivas, y salimos a caballo, pues la Matilde dijo que no estaba cansada. Pasamos la tarde sobre unas rocas ideales, viendo azotar las olas con furor. Me acordaba de ti. Por la noche nos fuimos donde misia Julia y haba varios chiquillos; una lata consumada. Las Salas Hurtado me hablaron de ti y me dijo la Rosita que le escribieras. Mucho te agradec la llavecita, que la recib antes de escribirte la otra carta y que, como t sabes soy tan pava... no te lo dije; aunque haba sido lo primero que pens al escribirte para agradecerte las molestias. Te felicito por tu sobrinita y me encanta el nombre que le han puesto. Y cmo est Dieguito? Dale un beso de mi parte, pues lo quiero mucho porque veo que adentro de su almita reside Dios. Adralo all, Carmen, cada vez que lo beses. La Rebeca le escribi a la Ins, pero no sabe la direccin. Dmela y cmo est la Ins y Chepita y dems chicos. Saldalos y dales un beso en mi nombre. Ignacito est mucho mejor. Ha engordado y est de buen color, bien quemado. Se lleva todo el da en la playa. Estoy haciendo clase de catecismo. Tengo 9 chiquillos y les rifo todos los das cualquier juguetito, con lo que gozan. Estoy en la cama. Me acost antes de comer porque estaba muy mareada.

  • Cundo se van al campo? Y tu mamacita y hermanos cmo estn? Saldalos de parte de mi mam y Lucita, y tu recibe, mi querida Carmenchita, todo el inmenso cario de tu hermana Juana, H. de M. La Rebeca te manda saludar. Lo mismo Lucita, que ha pasado das muy felices con Chiro. Escrbeme bien largo y en block y no muestres la carta. La tuya la tengo guardada con llave, porque me encant. Rompe la ma para que no la lean. Fjate que viene la Lucha Huneeus. Estamos felices. 24. A Carmen de Castro Ortzar 21 de febrero de 1918 Mi hermana querida: Cunto me gusta llamarte con este nombre [de hermana], pues verdaderamente lo somos. No es as, mi Carmenchita? Hoy recib tu cartita, y para reparar mi pecado del otro da, te la contesto inmediatamente. Mi vida es siempre muy tranquila y lo pasamos muy bien con la Lucha. Fjate que nos ha bajado furor por el tenis; as es que estoy aprendiendo. Me encanta. Ayer hicimos un paseo a caballo y fuimos a la quebrada llamada de las "Palmeras". En realidad hay varias, y muy bonitas, como de 4 metros. La quebrada terminaba con una cascada. Era preciosa. Me alegro que vayan a Papudo a darse unos baos de mar, que creo les probar muy bien a todas, incluso a ti, para que te robustezcas.. En cuanto a mi salud, te dir que estoy igual, pues siempre paso con un dolor muy grande al pecho, lo que hizo a mi mam llevarme donde un doctor, que dijo que me convena un temperamento alto y que todo provena de la anemia en que estaba. As pues, respecto a mi entrada al colegio, veo que no resultar aunque no s nada. Te aseguro que esto me corta todos mis planes, pero en fin, que se haga la voluntad de Dios. Voy a principiar una novena a Mater Admirabilis con este objeto. Quieres acompaarme? Me alegro que no se haya ido Luis, para que aprovechen siquiera un poco de tiempo de l. Aqu todos muy bien gracias a Dios. Saludos para todos. Me llaman. Te abraza tu hermana Juana, H. de M.

  • Todos te envan saludos. Nos vamos el 8 10 de marzo. El viernes 1 van a hacer los chiquillos la 1 Comunin. 25. A la Madre Anglica Teresa Algarrobo, 22 de febrero de 1918 Rvda. Madre Sor Anglica T. del S.S. Reverenda Madre: Cunto le agradec su carta, que contiene tantas enseanzas para m, as tambin como los recuerdos que me envi en ella. Le aseguro que me confunden sus carios. Es demasiado bondadosa. Me gust mucho la vida de la Princesa. Vida toda entera de humildad y sacrificio, y de oracin, por supuesto. Verdadera vida de carmelita. Cuando yo pienso, Rda. Madre, la vocacin que se ha dignado Dios darme, me pregunto: qu he hecho yo para que Je-ss me quiera tanto? Oh, qu bueno es Jess que se rebaja a elegirme, a pesar de ser tan miserable! No se imagina los deseos que tengo de ser carmelita, de irme a vivir esa vida de unin divina, vida de cielo en la tierra, pues la carmelita, como Ud., Rda. Madre me dice, vive para Dios, por Dios y en Dios. Para esto no se me oculta que hay que subir al Calvario, hay que adherirse a la cruz, pues este es el medio ms fcil para llegar a la unin con Cristo. Estoy leyendo el Camino de Perfeccin que me encanta, porque tiene tanta doctrina; lo mismo la "Prctica de Amor a Jesucristo". Mucho goc con lo que me dice -que no hay necesidad de esperar dos aos-, pues pienso [que], aunque tenga que atravesar el fuego, con Jess lo pasar, si tengo salud, para irme este ao. Ruegue mucho por esto. Voy a principiar una novena a Mater Admirabilis con este fin, pues es mi salud lo que me hace temer, ya que, a pesar de estar en la costa, me encuentra el doctor muy dbil. Qu hacer, Rda. Madre? Si Jess quiere que sea carmelita, me dar salud para ello. Que se haga su voluntad. Pdale mucho por m, para que sea humilde, para que sea toda de El. En este tiempo de cuaresma, trato de mortificarme ms. Penitencias no me dejan, aunque las deseo ardientemente. Por ahora me contento con contrariar mi voluntad. Rezar mucho por la Chela para que sea toda de El. Mi mam le agradeci mucho sus recuerdos y sentimos no poder ir all. Es imposible. Reciba saludos de ella y le ruego rece por sus intenciones. Y su pobre hijita le pide por favor que la querida comunidad, lo mismo que Ud., ruegue por ella. Nos vamos el 8 de marzo.

  • Juana, H. de M. Le envo mi retrato. 26. A Marta Hurtado Valds Santiago, 14 de marzo de 1918 Seorita Marta Hurtado V. Mi querida Martita: Una agradable sorpresa me trajo tu cariosa carta, pues por ella veo que no has echado al olvido a tus amigas del "Algarrobito". Despus de la partida de ustedes qued an ms triste ese pueblo tan encantador, donde hemos pasado felices vacaciones. Qu te dir de mi entrada al colegio? Entramos el 12 con una pena negra, despus de haber pasado todo el da con las Lyon y con las Salas Hurtado, que se vinieron a despedir. La recogida fue a las 6 P.M., y yo creo que del llanto de nuestros ojos se hubiera podido formar un mar tan grande como el de Algarrobo. T supondrs cmo lloraramos. Lo dejo a tu vivsima imaginacin. Pero como el mismo da que llegamos se vino mi papacito, conseguimos que nos dieran permiso para salir ayer, 13, desde las 6 de la tarde hasta hoy a las 4 P.M., y aprovecho un momento para escribirte, pues despus en el colegio me leen las cartas. El viaje result divertidsimo, porque nos vinimos con la Victorita, ya que ella efectu el viaje con misi Irene y con misi Raquel, que traa a su cargo a los nios. Te aseguro que gozamos, pues embromamos desde que salimos de San Antonio, y tambin nos acordamos de Uds., pero nada ms que para "pelarlas", pues - como ya te lo he dicho- eres un plomo. La Rebeca Echazarreta fue a la estacin, y pregunt por ustedes. La Berta la divisamos en el tren que vena de Santiago, pues vino por el da. Las Lyon se van el lunes a Pirque; las Valds, creo que a San Bernardo y la Lucra se va a Cunaco, donde la Elisita Valds. Dile a la Mara que le escriba, que no sea ingrata y lo mismo a la Elena. Ya ha llegado el terrible instante de la partida. Qu terrible! Siento escalofros. Ves cmo tirito? No salimos hasta abril. Escrbeme, por favor, bien luego y me diriges la carta aqu a la casa, para que as mi mam me la entregue en el saln. Mucho me alegr de que tengan tenis, ya que as formarn grandes partidas. A nosotras nos van a tener en el colegio, pero creo no resultar muy buena. Por el diario supe que Carmencita ha salido en Via. Dale muchos saludos de mi parte, si la ves. No quisiera despedirme, pero la caridad me obliga a ello, pues para lata ya es bastante. Con saludos para tu pap y mam de parte de los mos, y carios para

  • Mara y Elena, se despide tu amiga con un beso y abrazo y un fuerte pellizco para que no la olvides. Juana Dispensa la letra, pues estoy apurada. Adis. No la muestres. 27*. Al P. Jos Blanch, C.M.F. Santiago, 2 de abril de 1918 Reverendo Padre: Creo no habr recibido mi carta anterior, por lo cual tema escribirle, creyendo pudiera desagradarle, porque no he recibido contestacin alguna. Pero mi mam me dice que le escriba, pues le Parece que no le disgustar. Veo que Dios quiere probarme, porque a cada instante me enva sufrimientos. Mas todos se los ofrezco, ya que comprendo que por ellos me he de asemejar a Jess crucificado y he aqu mi nico ideal. Quiere de m, Rdo. Padre, un abandono total en sus divinas manos, y se ha constituido El mismo mi director; pues creo que slo El me satisfar despus de ser Ud., Rdo. Padre, el gua que me diriga hacia Jess. Yo pienso verdaderamente con quin me voy a confesar..., pues a m me cuesta tanto tener confianza, y adems eso de tener que darse a conocer a otro confesor me desanima. Tengo deseos de no elegir a nadie de director, sino a Jess, pues si El se lo ha llevado a Ud., Rdo. Padre, es porque quiere ser El mismo mi Maestro. Adems me manifiesta su voluntad de una manera tan directa, que no puedo dudar sean esos sus designios. Ahora me pide la renuncia completa de mi voluntad, pues me dice que, si quiero ser crucificada a su semejanza, es necesario despreciarse por completo y vivir en cada instante cumpliendo perfectamente su divina voluntad, aunque ella me traiga sacrificio e inmolacin. He sufrido tanta sequedad [y] abandono, que ya no es posible describirlo. Sobre todo una vez pas como una hora y media en una angustia tan terrible, que me dije: "Si esto contina, no voy a poder hacer nada". Pues senta una soledad, un abandono total, y al mismo tiempo yo vea que no tena a quin comunicrselo. Y esto me haca sufrir. Supliqu a N. Seor me sacara de esa angustia, y entonces El dej or su voz, e inmediatamente, con su palabra, la tempestad se apacigu; aunque qued siempre en sequedad. Pero esto no me extraa, Rdo. Padre, pues yo he sido la que he pedido a Cristo me prive de todo consuelo, para que otras almas que quiero encuentren en los sacramentos y en la oracin paz y gozo.

  • El voto de castidad se cumpli ayer. Yo no me atrev a renovarlo, esperando pedir permiso. En cuanto a las mortificaciones, no he hecho casi ninguna porque no tena permiso. Slo mortifico la voluntad. Adems, me pongo en posturas incmodas cuando no soy vista. Y el Viernes Santo me puse, desde la una hasta las tres, piedras en los zapatos, lo que me incomod bastante. Pero creo no lo podr hacer, pues casi no puedo andar y me lo pueden notar. Tambin el Jueves y el Viernes Santo no beb agua; ni com dulces en toda la semana. Pero ahora le pido permiso para hacer algo ms, pues creo conveniente, cuando estoy con desaliento [y] tedio, hacer alguna mortificacin, como vgr., ponerme cilicios, que voy a comprar, y privarme un poco de la comida. Mas todo quiero someterlo a su voluntad, pues s que sa es la de Dios. Siempre me pongo en la presencia de Dios, pero hay das en que me olvido. Todos los das hago meditacin, y en este tiempo de la Cuaresma, ha versado ella sobre la Pasin, y he podido penetrar ms en los sufrimientos de Cristo. Suelo tomar el Evangelio para ello, lo que antes no poda porque no me resultaba. Cada da que pasa se aumentan mis deseos de ser carmelita. Me escribi la Madre Superiora una carta llena de santos consejos, donde pinta admirablemente la vida de la carmelita, y me dice que entretanto procure slo vivir en Dios, por Dios y para Dios; pero la realizacin de mis deseos la veo cada da ms difcil. Ya principio a sentir la oposicin de mi familia, pues desean que salga del colegio para sacarme a las fiestas; esas fiestas mundanas que son lazos para perder las almas. Ah! Ruegue, Rdo. Padre, por m, para que salga victoriosa de la lucha y de la tempestad que se inicia. Que pueda pronto llegar al puerto del Carmelo donde espero encontrar el cielo en la tierra, es decir, el cielo en el sufrimiento y en el amor. A veces siento deseos de morir antes que sucedan estas cosas; pero digo con Nuestro Seor que se haga la voluntad de Dios y no la ma. Es adems cobarda no querer el combate. Entonces pido a Cristo me d las armas para vencer. Tambin N. Seor me dice que me abandone a El. Ya que siempre me ha auxiliado y me ha hecho vencer, por qu desconfiar ahora? Mi salud es mejor. Sin embargo, con franqueza le dir que siento muchas veces debilidad que no s a qu atribuirla. Sin embargo, estoy mejor en el colegio y puedo estudiar, gracias a Dios. Tomo tnico, lo que espero me acabar de fortalecer para poderme ir este ao al Carmen. Rece, Rdo. Padre, por eso. Se lo suplico. No pierdo las esperanzas que lo han de traer de nuevo a Santiago. Por eso no puedo resolverme a confesarme con otro Padre. Creo que N. Seor quiere probarme. Que se haga su santa voluntad. Le ruego, si le es posible, me conteste. Haga una obra de caridad. Y le doy permiso para que me hable de todo esto de conciencia, y de todo lo que juzgue conveniente para mi alma. Gracias, Rdo. Padre, por todo el bien que me ha proporcionado. N. Seor se encargar de pagar lo que mi pobre alma no puede pagar sino con humildes oraciones, que bien poco valen, como Ud. sabe. Jess las oir para pagar su caridad.

  • Y Ud., Rdo. Padre, ruegue por m en el santo sacrificio de la Misa. Ofrzcame a Jess como vctima de reparacin y amor por manos de la Sma. Virgen. As no me despreciar. Su humilde y S.S. en Jess Juana, H. de M. 28. A su padre Lunes 3 de junio de 1918 Querido papacito: Antes de irnos al colegio, hemos querido enviarle nuestros carios, y expresarle lo mucho que hemos rezado por su pronta mejora. Todas las noches, antes de dormirnos, le rezamos a la S. Virgen para que lo proteja, ya que est tan lejos de nosotros. Cunto deseamos, papacito, estar afuera para poder acompaarlo en el campo y cuidarlo y regalonearlo a nuestro gusto. Adis. Ya nos vamos a ir. Lo esperamos el jueves, pues esperamos salir para verlo. Lo abrazan y besan mil veces sus hijas que ms lo quieren Juana y Rebeca 29* Al P. Jos Blanch, C.M.F. Santiago, 18 de junio de 1918 Reverendo Padre: Aunque eran grandes los deseos que tena de escribirle, me haba sido imposible hacerlo por falta de tiempo. Ahora que sal por el matrimonio de la Luca, aprovecho para hacerlo, pues es mucha la necesidad que tengo de sus consejos. Parece que N. Seor ha querido probarme durante el transcurso de este ao, pues he sufrido bastante, sin tener a quin recurrir. He tenido muchas dudas respecto a mi vocacin de carmelita. Dudas tambin respecto a la fe; de tal manera, Rdo. Padre, que a veces me preguntaba si exista Dios, pues me senta completamente abandonada de El. Miraba mi crucifijo y todo me pareca una quimera. Lloraba e imploraba auxilio de la Virgen, y Ella tampoco me socorra. Hasta que N. Seor se compadeci y dej or su voz interiormente, e inmediatamente ces todo y qued inundada de paz. Mi estado habitual es de una sequedad espantosa. Muchas veces en la comunin paso distrada. No siento el menor fervor sensible. Sin embargo, aunque no siento ese

  • atractivo, no he dejado de comulgar. El ao pasado me port perfectamente en el colegio. Mas este ao me ha sido imposible, aunque todos los das hago resoluciones de portarme bien. Adems, viva en la presencia de Dios. Es cierto que invoco a N Seor antes de algunos ejercicios; pero vivo tan poco recogida dentro de mi alma que, en la noche, me pregunto dnde ha estado mi espiritu todo el da, y no s contestarme. Respecto a las mortificaciones, siempre sigo sus consejos y he tomado la resolucin de negarme en todo. En cuanto al cilicio, todava no lo tengo en mi poder, porque resulta que la nia que me lo va a dar, no la he podido ver. De salud, gracias a Dios, estoy mejor, porque el doctor conoci lo que tena y me recet remedios que me han hecho mucho bien. Eso s, necesito tanto abrigo, que me da no s qu abrigarme tanto, pero lo hago, pues lo necesito. Oracin como haca el ao pasado no he hecho, porque me aconsejaron que hiciera slo los diez minutos que hacen las monjas. Pero hoy mi mam me ha dicho que haga la meditacin en la Misa, pero no s en qu libro la har. Por favor, Rvdo. Padre, h-bleme sobre esto. Las dudas que tengo respecto a las carmelitas es por mi poca salud y, adems, porque estoy segura que mi pap se opondr a ello. Cuando dudo, N. Seor me habla que esa es mi verdadera vocacin. Entonces me someto a su voluntad. Me falta un mes para salirme del colegio. Quiero ahora prepararme para resistir a los halagos del mundo. Le aseguro, Rdo. Padre, que tiemblo, pues me siento tan dbil de carcter. En fin, me pongo en los brazos de la Sma. Virgen y le pido todos los das que, si he de ser infiel a N. Seor, me lleve antes de salir del colegio. Ya me voy a ir al colegio. As es que concluyo pidindole, Rdo. Padre, se acuerde de esta pobre alma en sus oraciones, para que, despegada de todo afecto terreno, viva unida a Jess, encontrando en El la dicha nica y verdadera. Dme permiso para renovar el voto que concluy el da del Sdo. Corazn; pero lo renov hasta mi salida del colegio, pues no pude escribirle para solicitar su permiso, que creo no me lo negar. Todas las semanas, Rvdo. Padre, ofrezco la misa y comunin por su santificacin, para agradecerle cuanto le debo. Acurdese de esta futura carmelita en el sacrificio de la misa y ofrzcala a N. Seor como vctima de amor y expiacin. Su a. S.S. en Jess Juana, H. de M. 30. A la Madre Anglica Teresa Santiago, 25 de junio 1918

  • Rda. Madre Sor Anglica del Smo. S. Reverenda Madre: Cunto le agradec su cariosa carta, lo mismo que la estampa que me envi en ella. No se extrae, Rda. Madre, si no escribo seguido, pues, como estoy en el colegio, me es imposible hacerlo; y en las salidas, no siempre me encuentro a solas para poderlo hacer. A pesar de esto, crame que vivo muy unida a ese Carmen tan querido. Adems, con N. Seor hablamos mucho de todas las Madres y le pido las santifique cada vez ms. Ese da de la toma de hbito, ofrec la Misa y comunin por Sor Isabel de la Trinidad, y lo mismo los das anteriores. Cunto la envidiaba! Me falta un mes para salirme del colegio; pues, como se cas mi hermana mayor, me van a sacar. Yo, por un lado, tengo ganas, pues as me podr ir ms pronto a ese conventito para ser toda de El. Cundo, Rda. Madre, llegar ese da venturoso en que ya nada me separar de El? Por otro, lado tengo pena de salirme, pues quiero a las Madres y me encanta el estudio; y tambin que salindome del colegio, me sacarn a sociedad. Ay!, Rda. Madre, rece mucho para que no tenga que salir a baile ni a ninguna fiesta mundana. Por este ao no saldr a baile, pero creo que para el otro s. Yo voy a hacer cuanto de mi parte est por ser carmelita sin haber conocido esas fiestas. Mientras tanto, me preparo para la lucha que tendr que sostener. Le aseguro que, a veces, tiemblo -mire que soy cobarde-, pero despus digo a Jess y a mi Madre que confo en Ellos; pues si me han librado de tantos peligros hasta ahora, me abandonarn en el momento ms terrible? No; me han amado y me han protegido como [a] nia mimada toda mi vida. Lo que trato por ahora es de adquirir ese espritu de recogimiento que me haga vivir con Jess abstrada de cuanto pasa a mi alrededor. Mi alma ha de ser una fortaleza. En ella he de encontrar a mi Divino Husped, y all estar con El sola... porque all nadie podr habitar. Pienso hacer un reglamento mientras viva en el mundo: me levantar temprano para tener una hora de oracin. Madre, esa hora para m es a veces un cielo; pero otras veces hay tantas tinieblas en mi alma que no descubro en ella a mi Jess. Todo este ao, con excepcin de algunos das, mi oracin y comunin han sido as; tanto que, a veces, no quera ir a comulgar, porque me deca: qu le va a gustar a Jess estar en un corazn tan insensible como una piedra? Sin embargo, el amor no sensible -aquel que reside en lo ms ntimo del alma- me haca levantarme para recibir a mi Jess. S, Rda. Madre, este ao ha sido un ao de prueba; pero yo quiero sufrir esas sequedades para que otras almas sientan el atractivo por la comunin y la oracin. En esos momentos de dudas y de tinieblas me preguntaba: qu hars cuando seas carmelita, la cual no tiene otra ocupacin que la oracin? Pero entonces Dios ser mi fortaleza y lo mismo que me ayuda a sufrir ahora, me ayudar despus. No es verdad Rda. Madre? Adems todo lo merezco, pues soy tan ingrata para con N. Seor; y las almas no valen mucho ms? Qu es esto en comparacin de lo que sufri Cristo por ellas?

  • Como Ud. ve, Rda. Madre, s que al Carmen no voy a ser regalada por N. Seor, sino que voy a sufrir por El. No crea tampoco que he sido muy fiel en estos momentos de pruebas. No me poda portar perfectamente en el colegio. Todos los das tomaba resoluciones que no cumpla y, a fuerza de rogar el auxilio divino, ahora me porto mejor. Rece para que este ltimo mes de colegiala sea una santa, para dejar un buen recuerdo, tanto a las Madres como a las nias. Le contar un gran secreto. Le aseguro, Rda. Madre, que siento una confianza tan grande para con Ud. y es porque encuentro en su corazn de madre esa ternura de N. Seor para con mi pobre alma. Basta de prembulos. El secreto es que hace ya tres aos hice voto de virginidad, pero es por varios meses; pues no me dejan hacerlo por toda mi vida; pero lo renuevo todas las veces que concluye el plazo. Qu le parece? Qu bueno es N. Seor de amar as a una pobre pecadora! Rda. Madre, soy muy mala. No s cmo ese Jess se fij en m y yo, a pesar de eso, no le amo como le deba amar. El otro da, viendo el Santsimo manifiesto, me preguntaba por qu no nos volvemos locas de amor por El. Ay, Madre, deseo tanto ser toda de El, entregarme enteramente! Cundo ser carmelita para [no] vivir sino en El, y por El y para El? Ruegue por m, le suplico. Yo me acuerdo siempre de Ud., Rda. Madre, y de todas mis Hermanitas. Las quiero tanto... Y aunque poco valen mis oraciones, pido a N. Seor las haga unas santas. No se puede quejar [de] que su hijita no le habla de corazn a corazn; y aunque no le escribo seguido, siempre vivo muy unida a ese Carmen querido. Rece para que me una ms a N. Seor, pues as vivir ms cerca an de Uds. Reciba, Rda. Madre, mis ms respetuosos saludos, lo mismo de mi mam, que le pide no la olvide en sus oraciones; y yo le pido le diga a N. Seor me inflame en su Divino Amor Juana en Jess Crucificado, H. de M. P.D.--La Graciela y la Clara siempre la recuerdan. 31. A Elena Salas Gonzlez Querida Elena: Todava estoy gozando con nuestra conversacin. Verdaderamente comprendo cunto vale una buena amiga. Senta verdaderamente la necesidad de expansionarme con alguien que me comprendiera y que sintiera lo mismo que yo siento. Cunto bien me has hecho! Te lo agradezco de todo corazn.

  • He hablado con la que lleva esta libreta. Pobrecita! Te aseguro que me parte el alma [ver] cmo sufre. Y soy yo todava la causa de sus sufrimientos. La idea de separacin la preocupa demasiado, pues, como t sabes, ella lo sabe todo. Elena, no te puedes imaginar lo que siento en este instante. La Rebeca me ha pedido que, por favor, te cuente todo a ti, para poder hablar sobre sus proyectos para el otro ao, los cuales estn ligados a mi pobre personilla. En fin, como esta separacin es su constante preocupacin, quiere tener una confidente que sepa lo mo. Y ese ngel de consuelo vas a ser t. Ella ni sospecha que yo te lo he dicho a ti. Hblale de m; pero yo no le dir ni una palabra de todo lo tuyo, ni t tampoco si quieres no le digas nada. Lo nico que te pido es que la consueles, la alientes. Ve ya demasiado cerca la separacin definitiva; pues pienso realizarla en mayo. Pero no digas a nadie, por favor. Ella lo sabe y duda si salirse del colegio o no. Qu te parece? En este instante te aseguro que siento ms grande que nunca su cario. Cuando se deja lo que se quiere, parece que se siente el corazn ms apegado. Pero en fin, mi ideal es grande y lo voy de todas maneras a cumplir. Pide a Dios por m, para que salga triunfante en la lucha. As es la vida. Es una continua tempestad que nos pone a cada instante en peligro de zozobrar... Cunto cuesta arribar al puerto... Ten cuidado con esta libreta. Escribe, si quieres, en ella tus impresiones. Yo escribir las mas en otra y despus nos cambiaremos y escribiremos en las libretas cambiadas algunas impresiones sobre lo ledo. Qu te parece? No la muestres a nadie, por favor, ni te ras por esta carta tan elevada; pero cuando se tiene pena, se necesita hablar as. Te abraza tu Juanita 32* Al P. Jos Blanch, C.M.F. Santiago, 15 de julio de 1918 Reverendo Padre: He salido del colegio y aprovecho para escribirle unas cuantas lneas, para pedirle me aconseje qu debo hacer en el retiro, pues lo voy a hacer antes de salirme del colegio. Tambin le ruego me d permiso para hacer algunas mortificaciones, sobre todo des-pus que salga del colegio. Cree Ud., Rdo. Padre, que me conviene hacer confesin general de un ao? Adems, dgame cules cree Ud. [son] las resoluciones que debo tomar. Rece mucho por m, que soy tan infiel a N. Seor. Pienso mandarle el reglamento que har en el retiro para seguir en la casa.

  • Cul debe ser mi preparacin para el retiro? Tambin le ruego me hable de la oracin: cmo la debo hacer. Encomindeme a la Virgen. Ofrzcame en la Santa Misa como vctima de amor. Su atenta y s. servidora en Cristo Juana, H. de M. 33. A Carmen de Castro Ortzar Santiago, 16 de julio de 1918 Seorita Carmen De Castro Mi querida Carmen: Imposible me fuera dejar pasar el da de hoy sin enviarte mis ms cariosas felicitaciones, sintiendo no poder drtelas personalmente. Hoy la comunin y la Misa han sido por ti, para que Dios oiga todas sus intenciones. Nosotras estamos de fiesta. Tendremos una sesin patritica muy bonita. Por favor, ven a verme el domingo. Puedes hablar con mi mam por telfono para venir a la misma hora. Tengo mucha pena, pues ya me faltan tan pocos das de colegio, los cuales se pasarn rpidamente con el estudio de los repasos y exmenes. Despus de la salida entramos a retiro, el ltimo en el colegio, qu pena! No tengo ms tiempo. Saluda respetuosamente a tu mam y hermanas, especialmente a la Ins, y t, mi querida Carmenchita, recibe el ms apretado y carioso abrazo y beso de tu Juana, H. de M. No la muestres, rmpela por favor. 34* Al P. Jos Blanch, C.M.F. Santiago, 21 de julio de 1918 Reverendo Padre: No se figura cunto bien me ha hecho su carta. Ella llen de paz mi alma, disipando las dudas acerca de mi vocacin. S, yo creo que mi vocacin es para carmelita y slo

  • pienso en adquirir el espritu de Santa Teresa. Me pregunta si no querr sufrir por N. Seor toda clase de sufrimientos. Crame, Rdo. Padre, que no slo quiero, sino que deseo. Casualmente ahora estoy sufriendo mucho, pues ayer trataron de sacarme una muela y el dentista trabaj tres cuartos de hora y no pudo. Aunque me puso inyecciones, sent el dolor ms horrible. Pero lo ofrec a N. Seor por los pecadores y sacerdotes. Sin embargo, un rato llegu casi a perder la cabeza del dolor. Me vine a casa y, aunque sufro mucho, lo oculto. Y tendr que ir maana a sacrmela. Me estremezco slo de pensarlo, y aunque quieren ponerme cloroformo, yo no quiero; pues prefiero sufrir. Rece para que N. Seor me ayude. El otro da recib un sealado favor de N, Seor. No s por qu dud que Cristo era el que me hablaba dentro de mi alma. Entonces le dije: "Si T, Seor, eres el que me hablas haz que tal Madre me pregunte: 'Ama Ud. a Cristo?'" Rdo. Padre, cul no sera mi emocin cuando oigo a la Madre a quien yo le dije: "Hgame una pregunta cualquiera", que me dice: "Ama Ud. a Cristo?" Me fui a un cuarto sola y llor de agradecimiento a N. Seor. Por favor, le ruego, me deje hacer... 35. A su padre Santiago, 13 de agosto de 1918 Mi querido papacito: Ayer sal para siempre del colegio. Al mismo tiempo que senta pena de dejar a la Rebeca, pues jams nos hemos separado, de dejar a las monjas, que eran tan cariosas conmigo, y a mis amigas, con las cuales pasbamos tan unidas, no poda menos de estar contenta al pensar que volvera a la vida de familia, y [a] estar en medio de los mos, a quienes tanto quiero. Desde ahora, papacito, empieza para m una nueva vida. As es que yo quiero que Ud. cuente para todo conmigo. No tengo otro deseo que darle gusto en todo, acompaarlo y consolarlo, pues s que, en la vida de trabajo que Ud. lleva por nosotros, encuentra muy a menudo sufrimientos que, aunque trate de ocultarlos por el mismo cario que nos tiene, es imposible no comprenderlo. La Luca se cas y, aunque vive en casa ahora, no pertenece sino a Chiro. Crame, papacito, que aunque yo no valgo ni la mitad de ella, tratar por todos los medios posibles de reemplazarla, no slo cerca de Ud. con mi cario, sino tambin cerca de mi mam y hermanos, ayudndoles en cuanto pueda y sacrificndome, si es preciso, por darles el menor gusto. Pienso correr con la casa, tratando de hacerlo lo mejor posible; ya que considero que es ese el papel de la mujer, y que no hay nada ms bonito como ver una joven

  • preocupada en las cosas del hogar, trabajadora, no teniendo otro pensamiento que el agradar a cuantos la rodean. Y aprendiendo ahora estas cosas, si Dios quiere que ms tarde yo tenga un hogar, sabr cumplir con mis deberes. Me preparo para trabajar mucho en las misiones. Tenemos muchos planes combinados con la Rebeca para entonces. Principio a estudiar el piano, para poder tocar algunas piezas bonitas y atraer a la gente con algunos cantos aprendidos en el colegio... Cuente pues, papacito, conmigo. Ahora ya soy grande. Considreme como hija a quien puede confiarle sus penas, sabiendo que ella no lo dir a nadie. Crame que me hara feliz si esto lo consiguiera. Reciba saludos y carios de mi mam y hermanos, y Ud., mi papacito querido, todo el cario y agradecimiento de su hija en un beso y abrazo apretado. Su hija Juana Todas las noches le rezo a la Virgen por Ud. 36. A la Madre Anglica Teresa J.M.J.T. Santiago, 7 de septiembre de 1918 Rda. Madre Sor Anglica del Smo. S. Reverenda Madre: Mucho tiempo hace que estaba por escribirle; pero las muchas ocupaciones me haban impedido hacerlo; pero creo que, si me dejara llevar por mis deseos, le escribira todos los das. Hace tres semanas me sal del colegio con una gran pena, pues estaba feliz en el colegio. Y aunque mi pap quera que me saliera, sin embargo, hubiera podido conseguir [quedarme], si no existieran en m otros deseos y otros ideales. Estos son ser lo ms pronto posible carmelita. Quiero pasar este medio ao en el mundo y solicitar el permiso de mi pap (pues mi mam ya me lo ha dado) en las vacaciones, para irme al principio del otro ao. Rda. Madre, ahora a Ud. le voy a suplicar que me admita en ese palomarcito. Yo s que soy muy indigna, mi querida Madre, de este favor tan grande; pero crame que trabajar toda mi vida por ser una gran santa. Santa Teresa dice que no es orgullo tener grandes deseos; antes al contrario, que esto levanta el alma a cosas ms elevadas. Yo s que soy muy imperfecta; pero espero con el auxilio de N. Seor y de la Sma. Virgen llevar con honor el hbito de carmelita. Entre tanto me preparo para ello lo mejor que puedo. As es que le pido, por favor, me diga si hay un huequito, y tambin que me diga cul es la dote y las cosas que se necesitan para poder ingresar, pues quiero saber de fijo todo esto para pedir permiso.

  • Rece mucho, por favor, para que podamos ir en octubre con mi mam a Los Andes, para poder irla a ver; pues no conozco ningn Carmen, ni he visto nunca ninguna carmelita y, como Ud. comprender, tengo ansias verdaderas de conocer, sobre todo ese conventito al cual siempre estoy muy unida en mi corazn. N. Seor me est librando de salir a las fiestas. No s cmo agradecrselo. Adems, el mismo da que sal del colegio, me dio una amiga que piensa exactamente como yo y tiene las mismas aspiraciones, aunque creo que no estaremos nuestra vida juntas, pues ella pertenecer al Carmen de Valparaso. No me importa, pues estaremos ambas con N. Seor y, por lo tanto, siempre muy unidas. Tengo mi reglamento que trato de seguirlo lo mejor que puedo. Todos los das tengo tres cuartos de hora de oracin tiempo el ms feliz del da, pues en l estoy con El. Como lectura espiritual, me aconsej el Padre con que me confieso leyera el "Camino de Perfeccin" de Santa Teresa. Tambin tengo para leer el "Padre Nuestro" explicado por Santa Teresa. Me mantengo lo ms posible unida con N. Seor dentro de la casita de mi alma; as es que sa es mi celdita entre tanto. Tanto cuando voy en la calle como en el bigrafo o paseos, le digo a N. Seor: "Jess mo, aqu quizs nadie pensar en Ti; pero aqu tienes un corazn que te pertenece enteramente. Te adoro, te amo. Haz que sea siempre tuya". De esa manera estoy recogida y ajena a lo del mundo y, con esa amiga que le deca, nos comprometemos cada vez que tenemos que salir, a rezar para permanecer unidas a N. Seor en la celda de nuestra alma. Nada le he hablado del retiro, que pas para m como un relmpago de felicidad. Lo dio un Padre Jesuita. Dicindole con franqueza, no me gust mucho el mtodo que sigui. Sin embargo, ofrec ese sacrificio a N. Seor, para sacar mayor fruto del ltimo retiro en el colegio. Yo creo sera por el estado de mi alma, pues tena muchas luchas interiores. Adems estaba insensible. Nada me conmova. Mas, a pesar de esto, lo hice muy recogida, guardando tanto el silencio como la vista. En esos das pude apreciar mejor la excelencia de mi vocacin de carmelita, pues como era la reglamentaria, tena que salir antes de la capilla, para ir a tocar la campana para los tiempos libres. Entonces me iba a una capillita de la Virgen donde estaba el Santsimo, y all me llevaba a sus pies tan feliz, tan olvidada de todo lo del mundo, que me pareca estar ya en el Carmen. Pero, a veces, esos instantes eran turbados por las dudas, pues de repente crea que deba ser religiosa del Sdo. Corazn. Esa vida tan abnegada me atraa, pero apenas lo pensaba, cuando una inquietud y desasosiego me turbaba de tal manera que le rogaba a N. Seor me iluminara, y desde el fondo del tabernculo me deca: "Quiero que seas carmelita". Y volva de nuevo la paz a mi alma. Luego no puedo dudar sea sa la voluntad de Dios. Hbleme, por favor, de [la] humildad, pues la necesito mucho. Porque yo, cuando pienso lo que soy delante de Dios y respecto a las dems criaturas, me considero que soy una nada criminal. Pero despus, que me digan algo que me humille; inmedia-tamente contesto movida por el amor propio. Es verdad que, a veces, yo busco las

  • humillaciones; pero esto me cuesta mucho y a veces no lo consigo. Tambin le ruego me hable del sacrificio de la vida de la carmelita, porque es esto lo que ms me atrae. Entr en una asociacin que se llama "La Reparacin Sacerdotal", en la que se reza por los sacerdotes que tanto necesitan. Esta es una devocin carmelitana, pues la carmelita se sacrifica por los sacerdotes; y esto fue lo que me movi a ingresar a ella. Salude respetuosamente a la Madre Sub-Priora y a toda la comunidad, que la quiero mucho ya en N. Seor; y dgales que recen por m para que viva en el mundo como Isabel de la Trinidad. Reciba saludos de mi mam; y Ud., Rda. Madre, reciba, junto con mis pobres oraciones, el cario respetuoso de su hija que se encomienda a sus oraciones. Juana Fernndez Mucho le agradec lo que me mand con la Graciela. 37. A la Madre Anglica Teresa J.M.J.T. Santiago, 18 de septiembre de 1918 Rda. Madre Sor Anglica Teresa del Smo. S. Reverenda Madre: Grandes han sido mis deseos de escribirle, apenas recib su cariosa carta, que agradec tanto, lo mismo que las oraciones y el retrato de Sor Isabel de la Trinidad; pero, como Ud. sabe, Rda. Madre, no he tenido tiempo, pues es ste siempre mi pecado. No se figura cunto bien me proporciona con sus cartas y la alegra con que las recibo, sobre todo esta ltima en la que me dice hay "hueco" en ese palomarcito tan querido para una pobre y miserable. Cuntas gracias le di a mi Seor desde el fondo de mi alma cuando lea esas lneas que me traan la ms feliz noticia! Crame que me siento desterrada aqu en el mundo, en medio de tantos peligros, y tengo ansias de verme ya en ese conventito, prisionera para siempre de N. Seor, [y de] no tener otro pensamiento, otro deseo ni ocupacin que no se dirija a El. Sin embargo, soy tan indigna de esta gracia que me confundo. Mas aunque sea el ltimo lugar, Rda. Madre, y aunque tenga que servir a todas mis Hermanas, lo prefiero a vivir con las comodidades del mundo, pues creo que all he de encontrar la felicidad ms cumplida de esta vida. No s cmo agradecerle a N. Seor todas las gracias que cada da me concede. Me libra de los paseos y de las fiestas milagrosamente. Le voy a referir lo curioso que me pas el otro da en el teatro. Fuimos con mi mama a la opera. Yo era la primera vez que iba. Despus de hacer oracin para estar recogida, le ped la bendicin a la Sma. Virgen pidindole guardara mi alma de todo pecado. Result que la pera tena un

  • baile que, como siempre, suelen ser inmodestos. Yo me mantuve todo el tiempo con la vista baja y rezando, y me deca entre m la lstima de no haber llevado el rosario. Cmo sera mi espanto, cuando salgo a pasearme con mi hermano y una amiga, cuando ste dice que se acaba de encontrar un rosarito. Lo pasa para que lo veamos, y entonces me hice la desentendida y me qued con l. As es, Rvda. Madre, cmo me protege esta Madre cariosa. Cmo no quererla con toda el alma! Estando protegida por Ella, qu podr temer? Y me pregunto, por qu el Seor me protege y me guarda para S cuando soy tan miserable? Y en El mismo encuentro la respuesta: tiene un Corazn de Dios, lleno, por lo tanto, de amor infinito y este fuego de amor abrasa cuanto encuentra a su paso con tal que nos dejemos consumir. Rda. Madre, pida a ese Corazn Divino de Jess que me abrase en las llamas de su amor, y que all consuma todas mis miserias e imperfecciones para serle cada da ms fiel y para llegar a la total unin. La amiga que Ud. cree, Rda. Madre, es Elisa Valds Ossa, que me dice la recomiende a sus oraciones. Verdaderamente necesita mucho la pobrecita de oraciones, pues se encuentra en una atmsfera sumamente hostil a sus inclinaciones. La hacen salir mucho; por lo que tiene muy poco tiempo para sus ejercicios de piedad. Las dos nos ayudamos para amar y servir lo mejor posible a N. Seor. Y nuestras conversaciones son siempre o para estimularnos en el camino de la perfeccin o para hablar de ese Carmen en el cual deseamos vernos las dos. Ojal llegue pronto ese da en que pueda decir: Soy carmelita! Rda. Madre, me parece que ese da tarda tanto que no podr alcanzar ese ideal que he alimentado toda mi vida. Por favor le pido, guarde el ms completo secreto para Elisita, pues cualquiera persona podra decir en su casa y le quitaran la menor libertad. As es que confo no lo dir a nadie. Si tiene la bondad de contestarme, le ruego me diga lo que le pido en la otra carta. Salude muy cariosamente a la Madre Sub-Priora y a todas mis queridas hermanitas, rogndoles recen mucho por m, para que algn da pueda ser tan feliz como son ellas. Y Ud., Rda. Madre, reciba de mi mam el ms afectuoso saludo, y de su pobre hija oraciones y el respetuoso cario que le profesa Juana, H. de M. P.D Rece por varias intenciones y tambin para que pueda ir en octubre a conocer ese conventito que, por lo pobre que me han dicho que es, me atrae ms. Dispense la letra, etc., porque estoy apurada. 14 de octubre. No haba podido mandarla. 38. A su padre Santiago, 18 de septiembre de 1918 Seor don Miguel Fernndez J. Mi querido papacito:

  • Mucho le agradec su cariosa carta, la que hubiera deseado contestar inmediatamente, pero con los quehaceres me cuesta mucho escribirle muy seguido. No se imagina la pena que he tenido con el fracaso de nuestro viaje; pues estaba feliz con la idea de pasar a su lado acompandolo, ya que pasa tan solo. Comprendo, querido papacito, que ha de estar desesperado con tanta lluvia que ha venido a frustrarle sus esperanzas de obtener una buena cosecha; pero en fin, papacito, hay que conformarse con la voluntad de Dios, que sabe sacar el bien de donde a nosotros nos parece un mal. Es verdad que es duro para un padre trabajar tanto como Ud. lo hace, y obtener un msero resultado. Pero no pierda la esperanza, papacito, que Dios es muy justo y nunca deja de recompensar la virtud, y tarde o temprano le da su premio, con tal que en los sufrimientos se someta a su voluntad. Yo le aseguro que tengo dos mandas para que le vaya bien y no pierdo la esperanza que la Sma. Virgen me oiga. Por qu no le hace Ud. una manda de dar una limosna en Lourdes y de ir a comulgar una maana all? Qu le parece? La Virgen siempre accede a cuanto se le pide. Pasando a otra cosa, le contar que he ido dos veces al teatro con misi Julia Freire, que una vez nos mand el palco, porque ella no poda ir y otra vez fui con ella. Vi "Arda" pero no me gust tanto como "Luca de Lamermour", pieza que fue repre-sentada por Mara Barrientos, una de las primeras actrices del mundo. Tiene una voz preciosa. Es verdaderamente un ruiseor. Me acordaba de Ud., papacito, que le gusta tanto la msica y que le encantaba ir al teatro. Mucho le agradec las torcazas que mand esta maana, pues paso verdaderos apuros en mi nueva ocupacin de duea de casa. Ojal, si puede, me mande huevos, y lo mismo me han dicho que tiene una buena chuchoca; as es que le agradecera me mandara. La Lucita est mejor. Chiro va a ir en la Embajada al Brasil. No sabe si pueda ir la Lucita. Mi mam y todos mis hermanos lo mandan saludar, y Ud., mi querido papacito, reciba, junto con un abrazo y beso, el inmenso cario de su hija Juana Vngase luego; de todas maneras tiene que estar el 29 aqu. 39. A la Madre Anglica T