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Sargn BandariMago Gnomo edad 40

Tengo sobre todo un recuerdo intenso al final de mi ultima juventud, ltimamente me sorprendo, cuando llega la maana y cuando se acaba el ron me encuentro de nuevo en ese ftil instante; estoy echado de espadas en la proa de la Fantasia de la doncella, aqu y all se apilan cajas y canastos, el barco apenas si se mueve entre las olas y sin embargo siento por un instante que voy a vomitar, tal ves beb demasiado ron y el olor de las gallinas y las carnes saladas en las cajas no ayuda, el ambiente es pesado, es una noche caliente y solo se oye a Krick Canula balbucear la misma copla obsena, intento levantarme pero a tiempo siento que es una mala idea, me quedo viendo la noche apenas, una noche cerrada por completo, entonces el viento me lleva despacio un aroma que me estremece, hoy, apenas consiente sobre la jarra de cerveza siento de nuevo el mismo aroma, es incienso, ardiendo lento y lento perdiendose mientras dibuja la silueta delicada del barco y las olas, son los humos del viejo, su insignia, su simple alabarda, viejo ogro chaman, en alguna parte ms ebrio y perdido que cualquiera a bordo, guarda tiempo para sus rituales indescifrables, despus me llego su voz, como agua en lo profundo de las cavernas:

Triste es la vida, pues la muerte nos espera a todospero mas triste es la vida del que se sabe vivopues el condenado vivir a la esperadel mal que no conoce y los bienes que no alcanzadel dolor y el olvido

Siempre me he considerado un gnomo atpico, ese quiz sea el legado de mi familia, lo cual si se considera la raza es decir bastante, sin embargo tanto como recuerdo, nunca he conocido mas techo que las estrellas, mi padre era un gnomo entre pocos, crecimos solos despus de que mi madre muriera al darme a luz, a pesar de eso jamas fue otra cosa que un padre carioso, su vocacin se encontr siempre en la cocina y la msica, ramos l y yo una diminuta familia itinerante de pequeos comerciantes viajando de las puertas de Gnomegaran a Pico nidal con nuestro variado cargamento, harina y ron, papiros y polvos, los ltimos artefactos domsticos de la capital y ms que todo la msica, el encanto natural de mi padre, Arim Bandari, acompaados siempre por pequeas caravanas de variados viajeros, y repitiendo por aos un feliz camino. Fueron mis primeros edades, aprendiendo un gusto por la magia y la escritura, creciendo alegre entre la presencia de nios estacionarios de muchas razas, casi llegue a pensar todo el mundo viva en este paseo alegre, muchas personas de todas las razas compartan nuestro camino, todos ellos corran siempre y la mirada de mi padre se fue haciendo cada ves mas sombra, yo los reciba siempre entusiasta, ignorante de los artefactos malignos que asolaban Azeroth.

Solo hasta mis 15 aos tuve una nocin de la muerte, de la perdida y las consecuencias de una guerra que pareca siempre lejana; en un camino que haba recorrido mil veces, que reconoca como mi hogar, vi por primera vez el rostro ptrido de la plaga, y su odio inerte me arrebato en un solo embate todo trazo de mi familia, esa noche viajbamos acompaados por un pequeo grupo, dos humanos en camino a Arathi, y una pequea familia de enanos rumbo a Pico Nidal, apenas cruzamos, primero como un gorgoteo siniestro que nos seguia, apenas audible, despus sus voces horrendas nos acecharon, oigo el grito de mi padre, junto al enano haban ido a explorar y ahora nos gritaban aterrorizados que corriramos, yo me congelo y hasta que no veo su silueta emerger de las sombras no me muevo, pero me dirijo a l, la misma temeridad que tanto me costara me dice combatir, usar mi magia de dos cobres contra el horror no muerto, me proyecto adelante para dejar a mi padre tras de mi, hasta quedar justo delante al enano que huye, este, ahora sabiamente veo, me da un golpe que me proyecta lejos, atrs de la caravana, desde los veo combatir apenas consciente y lleno de ira, los dos humanos resultan excepcionales magos, y el enano es un paladn feroz, pero la muerte es tanta que a la final solo quedo yo, contra la pared y la espalda del enano que lucha empapado en sangre lanzo cuan poca magia conozco, ninguno desconoce esta es la hora de nuestra muerte, y con ira y sangre nos preparamos para partir, hasta que otro sonido llega de lejos, el sonido indistinto de caballos nos da una luz inesperada, jinetes de Arathi llevando una esperanza perdida nos salvan de la muerte, a pesar de las mucha tristeza que ambos nos deja.

Ambos formamos un nuevo lazo desde entonces, una especie de familia creo la mutua desgracia y ese instante compartido, as que part junto a l, un enano vigoroso y gentil asentado en las tierras del interior, Gorim Garracha, 10 aos vivimos entre partidas de caza y carreras de glifos, intentando darnos uno a otro el soporte para olvidar y reconstruir entre enanos, elfos y sobre todo la fascinante nueva raza vigorosa e imponente, por quienes senta una rara hermandad basada seguramente en la orfandad en la que se encontraban nuestras razas, junto a los contados Draenei asentados en Pico Nidal aprend los primeros eslabones de la ciencia arcana, sin embargo, al saber de la perdida de mi querida ciudad sent una ves ms la desilusin golpear a mi puerta, part sin avisar al viejo, y cuando conoc de nuevo mi debilidad en Forjaz retorne a Pico Nidal para hallarlo perdido, otro aos pas en las tierras del interior buscando a Gorim, cuando tuve una pista gast cuan poco tenamos y arrastre a los inadvertidos jvenes con quieres haba pasado estos diez aos para formar un grupo destinado a conocer su suerte, cegado por la sensacin de impotencia y perdida a los 26 aos arrastre a un grupo tan joven, obtuso y temerario como yo a travs del Barranco Bruma Enferma.

Despus de ello jamas he vuelto a Pico, encontr a Gorim, pero preferira olvidar la putrefaccin, la muerte que se haba posado en sus ojos, soldados del alba encontraron un mago inconsciente entre los cadveres rodos de jovenes que nadie hubiera podido llamar guerreros, yo los arrastre y a comando del alba ayude en su quema, despus de ello 4 aos pasara en la Capilla de la esperanza, relativamente a salvo de la visiones del horror mientras servia como mozo de cuadra, reprimiendo el uso de la magia mientras senta como la culpa y el horror inundaba el cielo y desvaneca la fantasa de la gloria y la guerra. El da en que cumpl 30 aos part de las tierras de la peste llevando las nicas cuatros cosas que posea, tres de ellas fueron un regalo de reconciliacin y despedida con los soldados del alba, Betina me obsequio un hermoso corcel junto a sus bendiciones, Smokey LaRue me dejo conservar la miseria que eran mis ahorros y me dio las provisiones de viaje, la Archimaga Angela me dio unas sencillas palabras T vers que los males de los hombres son fruto de su eleccin; y que la fuente del bien la buscan lejos, cuando la llevan dentro de su corazn, la cuarta cosa aun la llevo, y busca paz constantemente con esas palabras.

Part buscando poder, pero sobre todo la sabidura para hacer de este un bien para todos, conoc las muchas caras del mal y como alimenta el odio entre los que viven, los ltimos diez aos de mi corta vida los pase en el mar, conociendo los movimientos que azotan el mundo, a travs de los puertos y la gente humilde de las ciudades y pequeos asentamientos, para no hacer esta historia mas larga, comerciando hierbas y licores entre puertos antiguos y nacientes, aliados y hordas, all conoc al ogro Barkun, y con su ayuda logramos sacar un pequeo comercio de suministros para escribas entre Trinquete y Bahia, junto a el y la sabidura herida de su pueblo aprend tambin a reconciliarme con mi pasado, se que fue un hroe para su gente, no como las grandes historias, un soldado honesto con una decisin frrea de hacer el bien, estuvo junto a sus lderes y no encontr rival para su espada, vivi para encontrar que para el no haba gloria ni monumentos, y sin embargo sigui dando cuanto poda; hace 3 das muri, azotado por un grupo de Nagaz que nos emboscaron mientras llegabamos al encuentro de un grupo de humanos nufragos cerca a la costa de Feralas, una ves siento que mi falta de fuerza me impide salvar lo que valoro, pero sobre todo, que el mundo merece un mejor orden, y todas las criaturas conscientes deben a su simple vida el compromiso exhaustivo de hacerlo un lugar mejor. Ahora voy rumbo a Ventormenta, al barrio de los magos, mientras el barco recorre lento las olas y bajo el ruido sordo la madera un fro helado me alimenta, pienso en los picos eternos y helados del Dun Morogh y me siento en camino hacia un destino.