revista opcion socialista edición especial # 3 (mayo, junio, julio)

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    COYU

    NTURA

    DOSSIER

    FRONTERA

    LUCHA

    SOCIAL

    Opcin

    socialista

    Opcin Socialista, al cumplircuatro aos de existencia,

    contina ms vigente que nunca

    en la intencin de construir unapropuesta poltica socialista,revolucionaria de nuevo tipo

    que recoja lo mejor de latradicin socialista de antao,pero que renueve tambin su

    pensamiento.

    Director

    Vctor Granda

    Comit editorial

    Andrs CampaaElsa Guerra

    Santiago CahuasquVctor Rivadeneira

    Pablo HerreraGermn RodasSantiago VallejoFrancisco Ypez

    Diagramacin

    Ana Elisa Cordero

    Impresin

    Fausto Reinoso

    Editora

    Mara Paula Granda

    Envo de artculos, informacin,comunicacin, comentarios

    [email protected]

    Suscripciones

    Edicio Korea Park, ocina 5-6Corea E2-17 e Iaquito

    Tlf: 593 2 320 3675

    En Facebook: opcion socialistaEn Twitter:@opcionsecuador

    www.opcionsocialista.ec Editorial 76

    CONTENIDO

    4

    1118

    Hacia el capitalismo del Siglo XXI

    Enrique Ayala Mora

    Nuevo escenario poltico

    luego de las elecciones del 2014

    Vctor Granda Aguilar

    Yasun ITT: Qu se pone en juego?

    Fernanda Soliz

    26

    34

    43

    50

    Cambio de la matriz productiva

    Jorge Rodrguez Torres

    El corresmo,

    a marchas forzadas en el mismo terreno

    Ni transformacin productiva,

    ni revolucin de la matriz productivaAlberto Acosta

    Cambio de la matriz productiva

    y el milagro Yachay

    Arturo Villavicencio

    La economa solidaria en el Ecuador

    de la revolucin ciudadana:

    certezas e interrogantes

    Silvia Vega Ugalde

    58Amrica Latina

    y sus gobiernos progresistas

    Jos E. Daz

    66

    72

    El grupo y el peridico Antorcha

    en la construccin de un

    proyecto poltico alternativo

    Germn Rodas Chaves

    Importancia de la comunicacin popular

    en tiempos de revolucin ciudadana

    Luis A. Moreno S.

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    No es cuestin de reformar la propiedad privada, sino de abolirla; no de paliar los antagonismosde clase, sino abolir las clases; no de mejorar la sociedad existente, sino establecer una nueva.

    Carlos Marx

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    Luego de siete aos de revolucin ciudadana, hay elementos sucientes para tener una clara caracterizacin del

    rgimen que, como veremos en esta seccin, de socialista o propulsor del buen vivir solo tiene el slogan y el discurso yms bien, como seala Enrique Ayala Mora, construye el Capitalismo del S.XXI.

    Clientelismo, corrupcin, criminalizacin de la protesta social, enriquecimiento de los sectores empresariales y -

    nancieros, profundizacin del extractivismo, consolidacin del caudillo autoritario, a travs de campaas publicitariasmillonarias y engaosas, son los rasgos de un gobierno que hasta hace un ao gan todas las elecciones a las que sepresent, pero que el 23 de febrero ltimo sufri un revs; fenmeno que ser analizado por Vctor Granda Aguilar

    quien intentar dar cuenta del por qu de la derrota poltica de Alianza Pais, y particularmente del presidente Correa,en las elecciones seccionales y el reacomodo de las fuerzas electorales en el pas.

    A pesar del notable descalabro del partido ocialista, en vez de darse un giro o al menos un intento de acercamiento

    con las organizaciones sociales y polticas de izquierda, que llevaron al poder en el 2007 a Correa, aunque este no lo

    reconozca, ocurre todo lo contrario, la criminalizacin a dirigentes populares, sobre todo a quienes se encuentran enresistencia a proyectos mineros y petroleros, contina y el desprestigio a iniciativas ciudadanas de cambiar el modelo seacrecienta.

    Si bien, la decisin de explotar el Yasun y las desacertadas declaraciones desde el ocialismo de la inexistencia de

    pueblos no contactados en la zona se dieron el ao pasado, luego del 23 de febrero no solo que se impulsa con fuerza lacampaa de explotacin del parque, sino que se ha negado completamente el derecho a la participacin popular, tirandoal tacho de basura la iniciativa de consulta popular impulsada por el colectivo Yasunidos a travs de la actuacin dudosay servil del Consejo Nacional Electoral. Ms all de estas acciones coyunturales qu es lo que se pone en juego tras ladecisin irrefutable de explotar el ITT?; ser lo que intente develar Fernanda Soliz en el ltimo artculo de esta seccin.

    As se congura un escenario incierto, por un lado, Alianza Pais dej de ser la mayora absoluta y pas a ser la minora

    ms votada, pero sigue controlando todas las funciones del estado, con perspectivas de reeleccin en el 2017; y por otra

    parte, las caractersticas autoritarias que han permitido que la derecha gane terreno siguen posicionndose cada vez ms,causando descontento popular.

    Qu ir a pasar en los prximos aos? Es una interrogante que no podemos responderla, pero al menos esperamos

    que con los elementos de anlisis arrojados por los autores y autora en los artculos de esta seccin, podamos tener ms

    claro hacia dnde camina el proyecto ciudadano y de esta manera, podamos, inteligentemente, reorganizar la estrate-gia poltica a seguir desde las izquierdas.

    oyuntura

    Luego de siete aos de revolucin ciudadana, hay elementos sucientes para tener una clara caracterizacin del rgi-

    men que, como veremos en esta seccin, de socialista o propulsor del buen vivir solo tiene el eslogan y el discurso y msbien, como seala Enrique Ayala Mora, construye el Capitalismo del S.XXI.

    Clientelismo, corrupcin, criminalizacin de la protesta social, enriquecimiento de los sectores empresariales y nancie-

    ros, profundizacin del extractivismo, consolidacin del caudillo autoritario, a travs de campaas publicitarias millonariasy engaosas, son los rasgos de un gobierno que hasta hace un ao gan todas las elecciones a las que se present, pero queel 23 de febrero ltimo sufri un revs; fenmeno que es analizado por Vctor Granda Aguilar quien intentar dar cuenta

    del porqu de la derrota poltica de Alianza Pais, y particularmente del presidente Correa, en las elecciones seccionales y elreacomodo de las fuerzas electorales en el pas.

    A pesar del notable descalabro del partido ocialista, en vez de vislumbrarse un giro o al menos un intento de acerca-

    miento con las organizaciones sociales y polticas de izquierda, que llevaron al poder en el 2007 a Correa (aunque este no lo

    reconozca) ocurre todo lo contrario; la criminalizacin a dirigentes populares, sobre todo a quienes se encuentran en resis-

    tencia a proyectos mineros y petroleros, contina y el desprestigio a la accin colectiva que cuestiona el sistema imperante.

    Si bien la decisin de explotar el Yasun y las desacertadas declaraciones desde el ocialismo de la inexistencia de pueblos

    no contactados en la zona se dieron el ao pasado, luego del 23 de febrero no solo que se impulsa con fuerza la campaa

    de explotacin del parque, sino que se ha negado, completamente, el derecho a la participacin, tirando al tacho de basurala iniciativa de consulta popular impulsada por el colectivo Yasunidos, a travs de la actuacin dudosa y servil del ConsejoNacional Electoral. Ms all de estas acciones coyunturales qu es lo que se pone en juego tras la decisin irrefutable deexplotar el ITT?; ser lo que intente develar Fernanda Soliz en el ltimo artculo de esta seccin.

    As se congura un escenario incierto; por un lado, Alianza Pais dej de ser la mayora absoluta y pas a ser la minora

    ms votada, pero sigue controlando todas las funciones del estado, con perspectivas de reeleccin en el 2017; y por otra

    parte, las caractersticas autoritarias, que han permitido que la derecha gane terreno, siguen posicionndose, causandodescontento popular.

    Qu ir a pasar en los prximos aos? Es una interrogante que no podemos responderla, pero al menos esperamos

    que con los elementos de anlisis arrojados, por los autores y autora en los artculos de esta seccin, podamos tener msclaro hacia dnde camina el proyecto ciudadano y de esta manera, podamos, inteligentemente, reorganizar la estrategia

    poltica a seguir desde las izquierdas.

    oyuntura

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    Hacia el capitalismo del siglo XXI

    Enrique Ayala Mora

    COYUNTURA

    4 Opcin Socialista edicin especial

    El gobierno es bueno o malo?

    El gobierno actual ha dividido al pas. Unacantidad de personas son sus incondicionales,dicen que todo lo que hace es positivo y sostie-nen que el Presidente debera quedarse hastaque termine la revolucin. Otras ven las cosasde manera diferente. Piensan, aunque a vecesno lo dicen, que el corresmo es una dictaduradisfrazada detrs de una Constitucin, que per-sigue a las organizaciones sociales y a la prensa,que ha promovido la corrupcin, que se parececada vez ms a la antigua partidocracia quedice haber vencido, que ofreci hacer una re-volucin y ha terminado haciendo lo contrario.

    Esta discusin puede ir de largo porque haymuchos argumentos en ambos sentidos. En efec-to, en ms de seis aos, el gobierno ha hecho nu-merosas obras, algunas de ellas fundamentalespara el pas. Y, de otro lado, ha cometido tam-bin atropellos. No faltar quien diga que unarevolucin afecta a los intereses de los podero-sos y por ello este gobierno tiene enemigos. Pero

    otros replicarn que el corresmo tiene muchorespaldo entre los poderosos y que sus principa-les vctimas son, ms bien, los indgenas y traba-jadores, los maestros y los estudiantes, en generallos dirigentes sociales, algunos de los cuales fue-ron rmes partidarios suyos al principio.

    Hay personas que piensan que, de todas ma-neras, un gobierno siempre hace obras y tam-bin comete errores. Por ello, lo mejor que sepuede hacer, para saber si ste es bueno o malo,es hacer una lista de lo positivo y otra de lo ne-gativo y luego ver cual pesa ms. Pero, aunquea alguien le parezca que esto es objetivo, en rea-lidad es imposible, porque las dos listas puedenextenderse hasta el innito. Cmo se organi-za una lista en que estn la construccin de losgrandes proyectos hidroelctricos y la repara-

    cin de una pequea escuela rural? Cmo seincluye desde el Caso Yasun, hasta los abusosdel presidente de una junta parroquial que dicecontar con el apoyo del gobierno?

    Por otra parte, no todas las obras tienen elmismo peso y no pueden compararse. Cmose compara, por ejemplo, el haber construidoel magnco edicio del colegio Mara Angli-

    ca Idrobo, con el hecho de haber mandado a la

    crcel ocho aos a una profesora acusada de ha-ber incitado a los alumnos para que salgan a unamanifestacin? Cul de los dos hechos es ms

    importante? El uno justica al otro? La obra

    educativa se mide por las construcciones, o tam-bin cuenta la vigencia de derechos y principios?

    Como se ve, ese no es el camino. Intentar ha-cer un balance de lo bueno y lo malo del go-bierno a base de contar sus obras o sus accionesnegativas de una en una, no funciona. Pero no

    Intentar hacer un balance de lo

    bueno y lo malo del gobierno a basede contar sus obras o sus accionesnegativas de una en una, no funciona.Pero no solo porque es prcticamenteimposible, sino sobre todo porque eso

    no permite conocer la naturaleza de ungobierno, su objetivo central, el eje desus decisiones. De ese modo no es po-sible llegar a saber para quin gobier-na. Es decir, a quin sirve realmente.

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    solo porque es prcticamente imposible, sinosobre todo porque eso no permite conocer lanaturaleza de un gobierno, su objetivo central,el eje de sus decisiones. De ese modo no es posi-

    ble llegar a saber para quin gobierna. Es decir,a quin sirve realmente.

    En estos cortos prrafos no vamos, por tanto,a intentar un balance del actual rgimen. Va-mos a hacer algo mucho ms concreto: estable-cer su carcter. Vamos a tratar de responder ala pregunta: Cul es la naturaleza del gobier-no de Rafael Correa y el Movimiento PAIS?Debe el movimiento social apoyar su proyecto

    actual? Estamos caminando por una revolu-cin al socialismo del siglo XXI?

    Al principio

    En 1979, con el rgimen constitucional, nolleg al pas la democracia, como algunospiensan. La democracia es mucho ms que laexistencia de una Constitucin. Es, ante todo,vigencia de derechos y garantas, respeto a lasinstituciones y, especialmente, justicia social.

    La verdad es que, a pocos aos de inauguradoel rgimen constitucional, en los aos ochenta,la situacin econmica, a que nos haba llevadola deuda externa y el aprovechamiento de la ri-queza nacional por unos cuantos privilegiados,llev a una larga crisis que sucesivos gobiernosenfrentaron aplicando polticas de ajuste eco-nmico, dictadas por las teoras neoliberalesde gran poder mundial, instalado en el Fondo

    Monetario Internacional y el Banco Mundial.En algunos casos, como el del rgimen de Fe-bres Cordero, los golpes econmicos estuvieronacompaados de actos de represin y de crme-nes de Estado, todava no del todo conocidos,

    menos sancionados. Pero, al menos, se logrdesde el movimiento social parar la suscripcindel TLC con Estados Unidos, que amenazabala economa y la soberana del pas.

    Masivas privatizaciones de los bienes pbli-cos, alta inacin, reduccin de los ingresos de

    las grandes mayoras, desempleo y migracionesmasivas al exterior fueron la realidad de esostiempos de empobrecimiento y angustia. La so-ciedad ecuatoriana resisti, pero, en pocos aos,el neoliberalismo se haba apoderado del pas.La lucha y la resistencia de los trabajadores logrdetener algunas medidas, mas no la avalanchade la derecha. En los aos noventa, los indgenastuvieron un papel destacado en la movilizacinsocial y consiguieron frenar algunas medidas,pero no el empobrecimiento general.

    La situacin lleg al extremo en los aos1999 y 2000 cuando el gobierno de Mahuad,

    que gan el poder nanciado por un grupo debanqueros, declar un feriado bancario, enmedio del que los dueos de los bancos que sehaban aprovechado de los depsitos del pbli-co para hacerse prstamos tramposos a ellosmismos, a sus empresas y allegados, terminaronestafndoles y obligando al Estado a que paguesus deudas con plata pblica. Miles de familiaspobres y de clase media fueron perjudicadas. La

    economa se hundi y la solucin que puso elgobierno de Mahuad fue la dolarizacin, quellev a la miseria a millones de ecuatorianos.

    Ante el fracaso del neoliberalismo, en el pasfue surgiendo la conciencia de que se deba en-contrar otra salida para la crisis y, en medio deldescontento popular, el arbitraje militar echabajo al gobierno de Mahuad, como lo habahecho tres aos antes con el de Bucaram. LucioGutirrez gan las elecciones como una expre-

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    naturales y la base de Manta; privilegiar la in-

    versin pblica y la ampliacin de los subsidios.La reivindicacin del sentido patritico era fun-damental.

    Luego del triunfo, en poco tiempo, el gobier-

    no haba logrado cerrar el Congreso y convo-car una Asamblea Constituyente, aprobada enMontecristi en 2008. Con una mayora de go-bierno, la Constituyente realiz una aprobacinde apuro, por grandes bloques del articulado,con un debate pobre, atropellado, virtualmenteinexistente.

    sta gener, como nunca antes, expectativassobre la participacin ciudadana en la redac-cin de la nueva Carta Poltica. Pero no se cum-plieron. Ms all de demostraciones masivas ydesorganizadas de partidarios del gobierno, msbien limit la posibilidad de que hubiera dis-crepancias. Hubo mucha movilizacin de genteafn al gobierno, pero muy escaso debate. Talcomo fue hecha, la Constitucin termin sien-

    do un texto enorme, farragoso y contradictorio;con artculos declarativos, deniciones inapro-piadas, errores y ambigedades. Muchas de susdisposiciones se introdujeron por motivacionescoyunturales. En realidad, desde el punto devista de los sectores de izquierda que luchan porel socialismo, se perdi la oportunidad de con-tar con una Constitucin clara, corta, concisaque pudiera ser base de un proyecto progresistade largo plazo.

    sin del rechazo a la vieja poltica y al neolibe-ralismo, pero su gobierno fue una frustracinms y tambin cay del poder sin completar superiodo.

    Entonces se present la alternativa de Alian-

    za Pais con la candidatura de Rafael Correa,un joven acadmico que criticaba a la vieja cla-se poltica y ofreca implantar un socialismo re-novado, el socialismo del siglo XXI.

    Como candidato, Correa haba irrumpido enla poltica poco antes de la campaa electoralcomo ministro de nanzas, luego de haber sidoprofesor universitario. Con un discurso con-testatario contra la partidocracia y el neoli-

    beralismo, logr el apoyo de sectores mediosinconformes y de militantes de izquierda quehaban abandonado sus partidos. Tambin lo-gr el auspicio temprano del Partido Socialista

    y varias organizaciones populares anes comola FENOCIN; pero no consigui apoyo de fuer-zas como Pachacutik, el MPD y otras que nocreyeron que tena posibilidades de triunfo. Sinembargo, la propuesta radical anti-sistema ledio un enorme respaldo popular.

    Rafael Correa no triunf por casualidad osimpata personal. Tena condiciones para im-pactar en el electorado y encontr la coyuntu-ra oportuna. Fue beneciario de un acumula-

    do histrico de aos de lucha de la izquierda ylas organizaciones sociales contra los regmenesneoliberales. Aunque no lo reconozca, para sutriunfo fue vital haber dado continuidad a pos-turas de izquierda anti-capitalistas y anti-impe-

    rialistas y haber recibido el apoyo socialista. Supropuesta de campaa, cuyo eslogan fue la re-volucin ciudadana, era: desmantelar el poderde los partidos con la disolucin del Congresoy la convocatoria a una Asamblea Constituyen-te, que emitira una nueva Carta Poltica. Loscambios ofrecidos eran: renovar la forma denominacin y funciones de los tribunales cons-titucional y electoral; defender la soberana na-

    cional recobrando el control sobre los recursos

    sta gener, como nunca antes, ex-

    pectativas sobre la participacinciudadana en la redaccin de la nuevaCarta Poltica. Pero no se cumplieron.Ms all de demostraciones masivasy desorganizadas de partidarios del

    gobierno, ms bien limit la posibilidadde que hubiera discrepancias.

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    Por aos, el Partido Socialista ha propuestoun pensamiento ecuatoriano y latinoamerica-no; an ms, lo ha generado como ninguna otrafuerza poltica en nuestra historia. Desde su pri-mer maniesto, se plante este eje central y fue

    un elemento denitorio en su constitucin ini-cial. El carcter nacional y original del PartidoSocialista ha sido reiteradamente planteado porms de ochenta aos. A lo largo de su extensatrayectoria, el Partido Socialista no asumi pos-turas dogmticas y desarroll una amplia crticade las desviaciones que se daban en las tenden-cias de izquierda en el pas y el mundo. Fue laprimera organizacin de izquierda que asumicrticamente la crisis internacional del socialis-

    mo, a nes de los aos ochenta e inicios de losnoventa. Y tambin la primera que se planteuna radical renovacin muy temprano en losnoventa. Luego de un activo debate, apenas seinici el nuevo siglo, el ao 2003, renov suspropuestas con el documento: Socialismo parael Ecuador del siglo XXI. No ha sido pues Ra-fael Correa quien ha planteado por primera vezun socialismo de raz nacional, con pensamien-

    to propio.La verdad es, empero, que tanto en las ar-maciones, como en la prctica, cada vez haymenos socialismo en el actual gobierno. En losltimos aos, y en especial en las campaas elec-torales, ya no ha sido una tesis el socialismo;al parecer, hay conciencia de que el gobierno vaa otra parte.

    En su administracin Rafael Correa ha lle-

    vado adelante varias acciones de gobierno quehan resultado altamente polmicas y algunas deellas meritorias, pero en el gobierno cada vezhay menos gente progresista y ms antiguos co-laboradores de la derecha, del febresborjismoo disidentes del populismo. El resultado es quehay varias incoherencias entre los niveles de laadministracin y tambin entre dependencias,a veces causadas por diferencias profundas deconcepcin y de ideologa.

    Las limitaciones de la Constitucin aprobadaen Montecristi son inocultables. No obstante,la nueva Carta Poltica contiene tambin im-portantes avances y disposiciones de corte pro-gresista que hay que destacar. La Constitucin

    robusteci el papel del Estado, sobre todo enla economa y, en general, ampli el mbitode lo pblico. sta fue una medida necesariafrente al predominio neoliberal que haba des-mantelado, en el Ecuador como en el resto deAmrica Latina y del mundo, instituciones es-tatales de importancia, para promover la con-centracin de riqueza en pocas manos y el em-pobrecimiento de la mayora. La Constitucin,adems, extendi las garantas y derechos ciu-

    dadanos, creando instituciones de proteccin.Desgraciadamente, la aplicacin de la parte

    orgnica de la Constitucin, en estos aos, hasido un desastre peor del previsto. En la prc-tica, ms all de las ampulosas declaraciones,se han reducido derechos fundamentales. ElConsejo de Participacin Ciudadana, rganodel Cuarto poder, que no representa a nadie,ha hecho nominaciones que son, en la prctica,

    un mecanismo para eliminar la representacinpoltica y designar, para las ms altas funciones,a personas adictas al gobierno. Tambin se haneliminado los procedimientos de debate legis-lativo, con el voto en bloque, ya usado en laConstituyente, que atropella una tradicin de-mocrtica que hasta la derecha ha respetado.

    Socialismo del siglo XXI

    Una vez en el poder, el presidente Correa y al-

    gunos de sus colaboradores plantearon de nuevoel enunciado de campaa, en el sentido de quese proponan instaurar un socialismo del sigloXXI. Esta propuesta, segn el propio Correa,

    no est del todo denida. Pero, en vez de irse

    aclarando, cada vez resulta ms confusa y con-tradictoria. Desde luego es positivo que Correahable de un pensamiento propio. Esta idea,sin embargo, no es ni mucho menos original.

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    dbil postura productivista. Tampoco se haplanteado una reforma urbana que enfrente laacumulacin de propiedad y el uso privatizadode los servicios pblicos. Las polticas sobre re-cursos naturales son ambiguas y en algunos ca-

    sos no se ponen en prctica. Hay poco controlsobre la contratacin pblica realizada a basede declaratorias de emergencia.

    El capitalismo del siglo XXI

    Durante la segunda administracin de Co-rrea, desde 2008, tuvo ante si dos alternativas:por un lado, profundizar su lnea de transfor-maciones y acercarse de esa manera a su idealsocialista, o consolidarse como administrador

    de un estado, cuya estructura y la de la sociedadno van a cambiar. Resulta muy importante to-mar en cuenta esta reexin de Vctor Granda:

    Los cambios y transformaciones que requiere el

    Ecuador de hoy pueden ser ejecutados solo con la accin

    extraordinaria de dirigentes y lderes respaldados fun-

    damentalmente con un mayoritario pero difuso respaldo

    electoral coyuntural y con solo efectos mediticos? Nos

    parece que no es suciente; sin duda la legitimidad elec-

    toral puede constituir un punto de partida, de arranque o

    de aceleracin de los cambios, pero stos no sern soste-

    nibles si no se desarrolla la conciencia y la organizacin

    social y poltica del pueblo, que nalmente es el actor

    de las transformaciones que se han dado en la historia.

    Si los dirigentes no toman conciencia de esa realidad,

    estamos caminando hacia una decepcin colectiva, a una

    involucin histrica o a una claudicacin frente a los

    dominadores de siempre. (Manuel Agustn Aguirre y el

    socialismo de hoy, p.39-40)

    Durante el periodo pasado de Correa y en loque va de este tercero, las deniciones son cla-ras. No hay cambios estructurales. Se ha opta-do, ya de manera inocultable, por un proyectode modernizacin del capitalismo. Y para ello,por desgracia, uno de los elementos favoritos esla criminalizacin de la protesta social, la con-signa de debilitar a las organizaciones sindicales

    y populares, tratando de ahogarlas en un marelectoral y clientelista. Una revolucin ciuda-

    En esta administracin, se ha elevado la par-ticipacin del Estado en las rentas petroleras,enfrentando a las poderosas compaas extran-

    jeras; se han incrementado los bonos de apoyoa la pobreza y los crditos para los pequeos

    productores; se han reducido tarifas elctricas.Se han establecido un diario y una televisora es-tatales. Esto se ha dado en medio de una fuerteconfrontacin verbal con las fuerzas que repre-sentan a la oligarqua tradicional. En algunoscasos, ese enfrentamiento ha ido ms all de laspalabras, cuando se limit las elevadas ganan-cias de la banca, aunque no se tomaron medi-das ms radicales.

    Pese a todo ello, los cambios se han limitadoa la esfera del Estado, sin que se descubriera elpropsito de emprender en una transformacinsocial que, como no puede ser de otra manera,tendra fuertes resistencias en el poder econ-mico y requerira, al mismo tiempo, un respal-do muy activo del movimiento social y de otrossectores organizados del pas. Se debe observar,desde luego, que quiz no ha sido posible en-frentar reformas conictivas con una sucesin

    de campaas electorales por delante, pero detodas maneras, hay que constatar la realidadcomo lo hace Vctor Granda:

    Todas estas medidas democrticas, parcialmente redis-

    tributivas, no implican, sin embargo el cambio de estruc-

    turas y peor del modelo econmico y social al que todos

    aspiramos y por el que han luchado, desde hace dcadas,

    los sectores sociales organizados, la izquierda revolucio-

    naria y muchos hombres y mujeres que incluso han entre-

    gado su vida por la transformacin real del Ecuador. Nose advierte todava en el actual rgimen medidas de fondo

    en reas claves que afecten el poder real de los grupos

    econmicos que han gobernado tradicionalmente al pas.

    (Operacin Explosin, p. 253)

    Han pasado los aos y esas medidas siguenausentes, con la evidencia de que ya no se to-marn. La poltica agraria del gobierno no seha orientado ni de lejos a una reforma radical.Al contrario, ha mantenido el status quocon una

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    ello sin que Colombia y Estados Unidos, lospromotores del Plan Colombia, entreguenningn apoyo al Ecuador. Otro tema muy gravees el alza del costo de vida. Este es un hecho quetiene una raz o al menos una causa coadyuvan-

    te internacional, pero las grandes alzas de pre-cios se producen sin que el gobierno pueda con-trolarlas, en una economa dolarizada.

    Las situaciones creadas por un crecimientomuy poco controlado de la contratacin p-blica, y las irregularidades consiguientes, hanhecho mella en la credibilidad del gobierno. Elcaso ms grave es, quiz, el que el hermano ma-

    yor del Presidente hubiera realizado contratospor alrededor de ochenta millones de dlarescon el Estado, a travs de empresas domicilia-das en parasos scales, lo cual le permite ar-gumentar que, formalmente, no tiene relacineconmica con el gobierno. En una realidad enque la scalizacin no existe, la impunidad pue-de crecer.

    Por lo dems, el ambiente de autoritarismo ylimitacin de los derechos de libre expresin sonun problema general y constante. No se trata de

    una pelea del gobierno con la gran prensa quedeende sus intereses, sino de algo mucho ms

    grave que debe considerarse como una cuestinnacional. La represin de las manifestacionespopulares, la protesta de la gente comn, tam-bin son cosa de todos los das. Eso limita la de-mocracia y la vida del pueblo.

    Por lo dems, est claro que la lucha por elsocialismo es una tarea mucho ms ambiciosa

    que el combate contra el neoliberalismo y lapartidocracia. El socialismo no es fruto dereformas, sino de un radical esfuerzo por ins-taurar un sistema social distinto y superior alcapitalismo. Cambiar las instituciones polticasno es suciente, ya que est claro que la parti-docracia no es solo un conjunto de rtulos, sinotambin de prcticas. Y son esas las que hayque suprimir y evitar que se repitan. Para ello,hay que ir hacia un sistema de representacin

    dana es quiz buena como eslogan publicita-rio, pero no es una propuesta de transforma-cin consistente. Un cambio social y poltico,aunque fuera limitado, solo ser posible si elsocialismo del siglo XXI se asienta en la par-

    ticipacin -no el uso clientelar- de las organiza-ciones sociales. Esto, empero, no sucede. Hayque tomar en cuenta, adems, otros serios pro-blemas que han surgido.

    Es preocupante el crecimiento del Estado yel costo que ello implica. En una coyuntura deindita elevacin de los precios del petrleo, elsco recibi enormes cantidades de ingresos

    pblicos. El gobierno, en vez de canalizarlos alpago de deuda pblica o a apuntalar la acumu-lacin de los grandes grupos econmicos, comohan planteado los idelogos del neoliberalismo,los ha usado para inversiones pblicas, para in-crementar bonos y subsidios, para crear nue-vas dependencias burocrticas y nuevos cargos.Luego de los recortes y privatizaciones neoli-berales estaba bien una ampliacin del espacio

    pblico, pero el crecimiento que se registra esa todas luces excesivo. Traer como resultadoun inmenso incremento de los gastos jos delpresupuesto del Estado, sobre todo cuando lasrentas petroleras pueden disminuir con un de-crecimiento sensible de los fondos que puedenser destinados a la inversin.

    El peso del conicto colombiano y sus conse-

    cuencias representan un serio problema para elpas. La movilizacin militar es costosa. Todo

    Durante el periodo pasado de Correa yen lo que va de este tercero, las defi-niciones son claras. No hay cambios

    estructurales. Se ha optado, ya demanera inocultable, por un proyecto demodernizacin del capitalismo.

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    radical. Otra es que vayamos a una nueva frus-tracin, hablando de cambio, pero preparandoa nuestros pases para que funcionen dentro delsistema del capitalismo mundial. Todo nos indi-ca que ya nos estamos moviendo en esta segun-

    da direccin.Nadie puede pedir imposibles. Los procesos

    necesitan tiempo. Es verdad. Pero lo que s sepuede esperar es que el gobierno vaya, aunquefuera paso a paso, por un camino de profundi-zacin de su anunciada vocacin progresista yno al revs. Por desgracia, si se trata de estable-cer el carcter de este gobierno, la cosa est cla-ra: Tiene un proyecto de modernizacin paraapuntalar el sistema; no para cambiarlo radi-calmente. Y para ello, sin duda hace obras, nopocas de ellas importantes. Pero no se trata decuantas obras haga, sino de a dnde vamos conAlianza Pais. Y lo ms grave es que se lo hacecriminalizando la protesta social y combatiendoa las organizaciones sociales.

    La verdad es que no vamos al socialismo, nia la justicia social. Por lo que hace el gobierno,podemos ver con claridad que lo que se trata es

    de remendar el sistema de injusticia y desigual-dad que el pueblo ha combatido siempre. Elrgimen del socialismo del siglo XXI est de-dicado a preparar el capitalismo del siglo XXI.

    asentado en la organizacin social y no mante-ner, o an renar, manejos de clientela, tpicosde la partidocracia y el febresborjismo. Espreocupante que el gobierno pretenda hacer larevolucin ciudadana con guras de los anti-

    guos partidos de estado, que han manejado suspactos polticos y sus redes burocrticas.

    Como ya las centrales sindicales lo advirtie-ron, las medidas anunciadas para el nuevo C-digo Laboral ponen en peligro conquistas quese han mantenido por dcadas y apuntan areducir los derechos de los trabajadores. Todoapunta a un proyecto de modernizacin delas relaciones obrero-patronales en que se pon-

    gan las condiciones para la consolidacin de unproyecto capitalista, antes que un avance haciael socialismo.

    En muchos aspectos, sobre todo en la edu-cacin y en el cambio de la matriz producti-va, se descubre no la voluntad de una rupturacon el gran capital y la instauracin de grandestranformaciones progresistas, sino un esfuerzode modernizacin reejo de la estructura social

    y econmica, para adecuar al pas a las realida-des del capitalismo en este nuevo siglo. Y, dgaselo que se diga, eso es todo lo contrario del socia-lismo que se supone inspir en su origen a estegobierno.

    El futuro del pas, en el contexto latinoame-ricano, ofrece grandes expectativas y perpleji-dades. Frente a ello, una posibilidad es ver unatransicin del pasado neoliberal a un futuro enque el socialismo sea el referente de un cambio

    El futuro del pas en el contexto latino-americano, ofrece grandes expectati-vas y perplejidades. Frente a ello, unaposibilidad es ver una transicin delpasado neoliberal a un futuro en queel socialismo sea el referente de un

    cambio radical. Otra es que vayamosa una nueva frustracin, hablando decambio, pero preparando a nuestrospases para que funcionen dentro delsistema del capitalismo mundial. Todo

    nos indica que ya nos estamos mo-viendo en esta segunda direccin.

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    Introduccin

    Luego de las elecciones del 23 de febrero de2014, han circulado varios anlisis de socilo-gos y politlogos sobre los resultados electoralesque reejan una nueva realidad y una nuevacorrelacin de fuerzas que marcarn los acon-tecimientos venideros y, posiblemente, el esce-nario electoral de 2017.

    Para algunos existe la percepcin de que es-tamos asistiendo al inicio del poscorreismo opor lo menos del n de una etapa de un caudillis-mo; sin embargo, hay que recordar que RafaelCorrea no slo ejerce la funcin ejecutiva, sinoque, gracias a la Constitucin de Montecristi,tiene en sus manos todos los poderes del Esta-

    do y si bien ha sufrido una importante derrotapoltica, cuyas causas y consecuencias preten-demos analizar en este artculo, mantiene unaimportante base electoral y tiene tres aos pararecomponer su imagen y subordinar a su pro-

    yecto a la mayora de alcaldes y prefectos, queno slo ya asistieron a una reunin social en elpalacio de Carondelet, sino que publicaron unmaniesto en el que expresan su adhesin alcompaero Presidente y le ofrecen trabajar

    juntos para satisfacer las aspiraciones de sus re-presentados.1

    El escenario posterior de las recientes elec-ciones locales es transitorio y aunque marcatendencias, es evidente que se avecinan acon-tecimientos importantes que galvanizarn lasfuerzas antes de entrar en el proceso de las elec-ciones generales de 2017.

    Uno de ellos tiene que ver con las reformasconstitucionales. El presidente evadir todaconsulta popular incluyendo la del Yasun, y,dado el control absoluto y personal que tienesobre la Asamblea Nacional y la Corte Consti-tucional, optar por la enmienda de normasconstitucionales para cubrir varios temas queson de su inters; y entre ellos, dar paso a unanueva reeleccin, adems de la ya prevista, o

    a la reeleccin indenida con la nalidad deasegurar la continuidad de su gobierno o paraque, en el caso de que tenga un revs electoralnacional en el 2017, pueda quedar habilitadopara retornar al poder.

    Los resultados electorales y la

    realineacin de fuerzas

    En el Rgimen de Transicin de la Consti-

    tucin de Montecristi,

    2

    los asamblestas y elgobierno, inspirados en concepciones ms de-mocrticas, separaron las elecciones de los go-biernos autnomos descentralizados de las elec-ciones generales, sabiendo que las autoridades

    Nuevo escenario polticoluego de las elecciones del 2014

    Vctor Granda Aguilar

    1 Maniesto de Alcaldes y Prefectos electos, publicado en el diarioEl Comercio, 3 de abril de 2014.

    2 Art.9 del Rgimen de Transicin de la Constitucin 2008.

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    a)La Tendencia de centro-izquierda de Alianza Pais

    que se identica como socialismo del siglo XXI;

    articulada directamente al gobierno y en laque participaron adems guras locales pro-venientes del PSC en Manab, ex Roldosistas

    (Guayas, Los Ros y El Oro) y de Pachakutik(Chimborazo). Esta tendencia obtuvo los si-guientes resultados:-10 prefecturas provinciales (2 en las provin-cias ms pobladas del pas, Guayas y Pichin-cha, y cuatro prefecturas en alianza);-68 alcaldes (43 sin alianzas y 25 con alian-zas). De las diez ciudades de mayor poblacingana la alcalda en Durn y de las 24 capita-

    les de provincia slo gana 3. -Su votacin se deteriora en la sierra y obtie-ne mayor votacin en la costa (provincia delGuayas) y en la Amazona. Si se compara elnmero de alcaldas obtenidas en las eleccio-nes de 2009, baja de 73 a 68.

    -En este proceso electoral Alianza Pais reducesu votacin nacional del 52% en 2013 al 31%

    convirtindose en la minora ms votada.

    b)La Tendencia de Derecha y Centro-Derecha, repre-sentada por los partidos Social Cristiano, CREOySUMA,que se encuentra en oposicin alrgimen, obtiene:-El PSC: 1 prefectura (en El Oro en alianza

    con SUMA) y 11 alcaldes (4 sin alianzas, 6 en

    alianzas locales y 1 con CREO). La importan-

    cia electoral del PSC radica en que triunfa conalianzas en tres capitales provinciales impor-tantes de la Costa: Guayaquil, cantn con ma-

    yor poblacin nacional, Machala y Babahoyo.

    -Nebot en el 2009 obtuvo, en la reeleccin, el

    68,44% y en 2014 el 59,46% de la votacin;

    esto es se deterior en ms del 9 por ciento.

    -El partido CREO obtuvo 1 prefectura enalianza con un movimiento local en Loja y22 alcaldas (11 con alianzas). La disminucinde la votacin de esta agrupacin poltica enestas ltimas elecciones es enorme.

    centrales deben respetar la seleccin que haganlas poblaciones locales de las autoridades quemejor los representen en sus necesidades mscercanas, independientemente del partido omovimiento al que pertenezcan.

    El mismo presidente y el crculo derechistaque gobierna con l, envalentonados por los su-cesivos triunfos electorales entre 2007 y 2013,pensaron que podan controlar tambin todoso la mayora de los gobiernos locales, incluyen-do las juntas parroquiales rurales, cobijando asus candidatos bajo la imagen presidencial, conuna propaganda apabullante y su conocido dis-curso agresivo.

    El propio gobierno, entonces, es el responsa-ble de haber sobre politizado las ltimas elec-ciones, en las que sus candidatos locales hubie-ran obtenido mejores resultados si la disputa sedesarrollaba al margen de la poltica nacional ysi se concentraba en la representacin, la eca-cia administrativa y en las obras. En el caso deQuito, la obsesin presidencial lleg al extremode polarizar la pugna poltica y de demoler laimagen de su candidato a alcalde, manipulando

    de manera arbitraria medidas tributarias mu-nicipales que terminaron favoreciendo al can-didato opositor. Sin embargo, elpPresidente, demanera pragmtica en los das siguientes a laselecciones, no tuvo inconveniente en reunirsecon el nuevo Alcalde de Quito, representan-te de la extrema derecha desestabilizadora, ycompartir con la mayora de nuevos alcaldes unbrindis por las buenas relaciones que deben te-

    ner las autoridades locales y nacionales.Luego del ltimo proceso electoral y de undilatado escrutinio dirigido por un incompeten-te Consejo Electoral, queda el siguiente alinea-miento de fuerzas polticas y tendencias:3

    3 Datos tomados del CNE y de los anlisis elaborados por Carlos

    Larrea, de la UASB; Juan Cuvi y Francisco Muoz; Pablo Ospinay Decio Machado.

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    e)La tendencia populistarepresentada por los par-tidos PRIAN, Sociedad Patritica y PRE, queformalmente se encuentran en oposicin alrgimen, obtienen los siguientes resultadoselectorales mnimos que indican su total oca-

    so: -PRIAN: 2 alcaldes (uno propio y otro en

    alianza) -SOCIEDAD PATRIOTICA: 1 prefecto en Su-

    cumbos y 11 alcaldes (5 con alianzas). -PRE: 4 alcaldes sin alianzas.

    Nuestra explicacin de las causas y

    resultados del proceso electoral

    En el anlisis de los resultados del procesoelectoral ltimo y sus repercusiones en el inme-diato y mediano plazo, debe considerarse, sinduda, el entorno internacional que incide en larealidad ecuatoriana.

    Si bien la crisis capitalista mundial no ha sidoni ser superada, existe en el momento actualun reacomodo nanciero, productivo y mone-tario entre las economas protagonistas del mer-cado y la globalizacin mundial, como son lanorteamericana, la europea, la china y la bra-silea. Este proceso y sus manifestaciones pro-vocan ciertos desajustes y percepciones en unpas esencialmente dependiente de dichas eco-nomas, proveedor de materias primas y porqueel deterioro de sus precios ocasionar un serioproblema econmico y poltico en el Ecuador.

    Las expresiones triunfalistas del presidente,en cuanto al xito de su poltica econmica y

    lo que ha publicitado como milagro ecuato-riano, no corresponden a la realidad, ya quelo medular de su proyecto est fundamentadoen el incremento del precio de nuestras ex-portaciones, una mejor participacin estatal

    y una moderada redistribucin de la riqueza.Su revolucin no se ha empeado en reacti-var la produccin, la inversin y mucho menosen mejorar la redistribucin real de la riqueza;

    -El partido SUMA obtuvo 1 prefectura en

    alianza con el PSC en el Oro y 11 alcaldas

    (3 en alianza). Su importancia electoral se

    concentra en Quito con el amplio triunfo deMauricio Rodas sobre Alianza Pas.

    c)La Tendencia de Centro-Izquierda autodenominadasocial demcrata, conformada especialmentepor personajes provinciales provenientes de lafenecida Izquierda Democrtica, que se ex-

    presan en el partido AVANZA, liderado porRamiro Gonzlez, ex Director del IESS y Mi-

    nistro de Industrias del gobierno de Correa,

    y en movimientos locales como los de Car-chi y Azuay, que tambin se identican con

    el gobierno salvo el prefecto del Azuay. Estatendencia obtuvo:

    -AVANZA:1 prefectura en alianza en Imba-bura; 36 alcaldas (28 sin alianzas y 8 conalianzas).

    -MOVIMIENTOS LOCALES: 2 prefecturas enCarchi y Azuay y varias alcaldas en el pas,cuando menos 4 en Azuay (dos en alianza con

    el MPD) y 6 en el Carchi (3 en alianza con

    Avanza).d)La Tendencia de Izquierda que agrupa a Pachakutik

    y al MPD, opositores del gobierno, yal Parti-do Socialista-FA, cuya dirigencia apoya incon-dicionalmente al rgimen. La tendencia deizquierda, en lo fundamental, se aanza en

    los territorios de resistencia minera y de mo-vilizacin social perseguida por el Gobierno.Tres prefectos de esta tendencia fueron desti-tuidos por el rgimen y recuperan su cargo.

    Esta tendencia obtuvo: -Pachakutik:5 prefecturas (3 en alianzas) y 29

    alcaldas (10 en alianzas)

    -MPD: 3 prefecturas (2 en alianza con Pa-

    chakutik) y 6 alcaldas en alianza.

    -PSFA: 18 alcaldas (6 con alianzas). Varios de

    los nuevos alcaldes son socialistas de trayecto-ria y otros fueron candidatos provenientes deotras tendencias polticas incluso de derecha.

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    tucin de Montecristi; permanecer en el poderpor ms de siete aos (algo indito en la historiapoltica del pas) y ganar la reeleccin con msdel 50 por ciento hace un ao, ubicando en laasamblea nacional una mayora de ms de dos

    tercios que le permitir gobernar constitucio-

    nalmente hasta 2017 y ms all, si modica lacarta poltica segn su conveniencia. Esa posi-bilidad de reforma, que es perfectamente legal,

    puede ser a la vez, por la exageracin en suscontenidos, el punto de inexin para que cier-tos sectores y buena parte de la poblacin en-cuentren alternativas polticas que derrumbenla aparente fortaleza del gobierno.

    Los principales beneciarios de la polticaeconmica del gobierno4son los grupos oligr-quicos y empresariales que controlan los ban-cos, el gran comercio de importacin, la agri-cultura y actividades de exportacin, el turismo,las grandes empresas de produccin y construc-cin que han reconocido que nunca han ganadotanto como en esta poca de revolucin. Noobstante, se debe reconocer tambin que dichapoltica del rgimen ha recuperado el papel delEstado en la economa y la sociedad y ha redis-

    se limita al cambio de la matriz productiva,aanzada en el extractivismo primario y en laelevacin de los niveles de consumo de la po-blacin, lo que nalmente benecia al capitaltrasnacional y local.

    La incertidumbre internacional, las vacilacio-nes econmicas del rgimen y los intereses im-perialistas y de las empresas transnacionales ydel capital nanciero crean un entorno externoadverso para el gobierno y no se diga para lasopciones de izquierda, por lo que dichos pode-res se convierten en fuente de apoyo directo oindirecto a las opciones polticas de derecha ocentro, que resultan ms viables y seguras parasus propsitos de dominacin.

    En ese contexto, adems, la crisis venezolanay la polarizacin poltica, que ha llevado al de-sabastecimiento y al crecimiento de un ampliomalestar en ese pas, crean un clima adverso ala tendencia poltica del actual gobierno, quesi bien en el campo econmico no se encami-na en la senda de Venezuela, si ha creado laimagen de compartir su creciente autoritarismoe intolerancia, lo que obviamente incide en su

    deterioro electoral en este ltimo proceso de re-novacin de los gobiernos autnomos descen-tralizados.

    Pero, lo esencial del contexto en el que seda la reciente derrota poltica de Alianza Pais,

    y en especial del presidente Rafael Correa, esla percepcin que los diversos sectores socialesdel pas tienen sobre su proyecto econmico ypoltico que l denomina revolucin ciudada-

    na o de manera inconsistente socialismo delbuen vivir.Queda claro que, en la actualidad, poco se

    conserva del proyecto inicial de revolucionesy transformaciones, que se ofrecieron al puebloecuatoriano y que permitieron a Rafael Correavencer en sucesivas elecciones a la partidocra-cia; concentrar tras de sus propuestas a todaslas organizaciones sociales y de izquierda delpas; imponer por amplia mayora la Consti- 4 Acosta Alberto et al., El Corresmo al Desnudo, diciembre de 2013.

    Su revolucin no se ha empeado enreactivar la produccin, la inversiny mucho menos en mejorar la redis-tribucin real de la riqueza, se limitaal cambio de la matriz productiva,afianzada en el extractivismo prima-

    rio y en la elevacin de los niveles deconsumo de la poblacin, lo que final-mente beneficia al capital trasnacional

    y local.

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    ms que el gobierno ha abierto nuevas lneasde crdito, inversin y negocios con China y haemprendido, al igual que los GADS de las prin-cipales ciudades del pas, en nuevas obras pbli-cas, calculadas en miles de millones de dlares,

    con nanciamiento internacional en el que nose excluye el Banco Mundial, el BNDS de Brasily otros, en las que tambin quieren participar ybeneciarse los diligentes empresarios naciona-les, sea como constructores o proveedores de loscomponentes nacionales que constan en dichoscontratos.5

    Para estos sectores econmicos sin banderapoltica, resultan apetecibles no slo las empre-sas nacionales, sino tambin las municipales delas grandes ciudades y de las provincias, para locual, obviamente, preeren negociar con los po-

    lticos tradicionales con los que directamente an-tes, o por medio de quienes se estn ubicando alfrente de dichas empresas, han manejado ya esosnegocios a mejor satisfaccin de sus intereses.

    El distanciamiento ms profundo de los mo-vimientos sociales y de la izquierda con el go-bierno se fundamenta, principalmente, en su

    abandono de las propuestas de cambio y por lapersistente actitud gubernamental de perseguir

    y criminalizar la protesta social, procesando yencarcelando a los dirigentes populares, en suafn de desarticular toda resistencia a su pro-

    yecto econmico neocapitalista.De igual manera, el rgimen se empea, den-

    tro de este contexto modernizador, en transfor-mar supuestamente la educacin, especialmen-

    te la superior, siguiendo modelos extranjeros,convirtindola en elitista y antidemocrtica.Estas polticas afectan a decenas de miles deestudiantes secundarios y universitarios, profe-sores y trabajadores, la mayora de los cuales, alverse marginados en su acceso a los centros de

    tribuido, moderadamente, la riqueza nacionalentre la mayora de la poblacin con subsidios,mejores servicios de salud, educacin y seguri-dad social, disminuyendo los ndices de pobre-za en el campo y la ciudad, sin que se hayan

    atendido las demandas sociales fundamentalesde transformacin relacionadas con la tierra, elagua y las inequitativas y cada vez ms abisma-les diferencias en la distribucin de la riquezanacional.

    El gobierno, al sustituir su compromiso inicialde promover y construir la economa populary solidaria (Primer Plan de Desarrollo), por su

    oferta de cambiar la matriz productiva (Ac-

    tual Plan del Buen Vivir), profundiza el extracti-

    vismo en el campo petrolero y minero, archiva lafeliz iniciativa progresista y de responsabilidadambiental con la humanidad de no explotar elYasun y abre enormes posibilidades de inver-sin y ganancia al capital trasnacional y a loscapitalistas regionales y locales. Estas decisiones,sin embargo, provocan recelos en los supuestosinversionistas y un distanciamiento cada vezms grande, casi insalvable, entre el gobierno, la

    izquierda y los movimientos sociales.En el caso del capital extranjero y nacional,

    los empresarios preeren seguir lucrando de lasgangas que les ofrece el gobierno; prepararseen el futuro prximo para ver si en realidadse incrementan sus negocios y, con la mismamentalidad rentista de siempre, conseguir be-necios ilimitados, disminuyendo al mximo laparticipacin del Estado y la sociedad en sus

    ganancias. En la reciente coyuntura electoral,apoyaron y apoyan econmicamente tanto alpartido que est en el gobierno como a la opo-sicin de derecha, de centro-derecha o centro-izquierda o populista con la que siempre se hanentendido y con la que han hecho o preerenhacer negocios leoninos en perjuicio social.

    Esas posiciones e intereses econmicos estu-vieron presentes en el proceso electoral ltimo

    y estn presentes en la actual coyuntura, tanto5 Juan Cuvi y Francisco Muoz, Anlisis Poltico del Proceso Elec-

    toral del 23-F: una lectura ms all de las cifras, abril de 2004.

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    remocin y el ataque sistemtico y personal alos alcaldes o prefectos que cuestionan esos pro-

    yectos y la represin a la lucha social en zonasindigentes o marginadas.

    Conclusiones

    De estas reexiones y de las que han sido pu-

    blicadas en los dos ltimos nmeros de OpcinSocialista (48 y49), obtenemos las siguientesconclusiones:a)Al asumir el presidente Rafael Correa, en la

    ltima campaa, el protagonismo principalen todo el pas y particularmente en Quito,los errores no son slo de responsabilidad delos candidatos locales y de los dirigentes deAP, como inconsecuentemente lo proclam,

    sino fundamentalmente suyos y del crculogobernante que han aupado su personalis-mo, autoritarismo y prepotencia. El resultadofundamental del 23 de Febrero es una derrotapoltica de Correa y un revs electoral paraAlianza Pais, si bien el gobierno con su po-der ya ha alineado a su favor a la mayorade las autoridades municipales y provincialesrecientemente electas.

    educacin, mermados en sus ingresos o someti-dos a un rgimen disciplinario irracional, sin li-bertad acadmica o deteriorada su autoestima,con calicaciones peyorativas a las institucionesa las que pertenecen, miran con escepticismo

    las bondades de una supuesta reforma educati-va que se ha empeado en crear centros privi-legiados a manera de rplica de institutos nor-teamericanos, que consumen buena parte delpresupuesto que podra mejorar la calidad delas universidades existentes. Esos sectores me-dios, de gran incidencia social en las principalesciudades del pas, se alejaron denitivamentedel electorado cautivo del que se ufanabaAlianza Pais e incidieron en los resultados elec-

    torales, votando por los partidos de oposicin algobierno o anulando su voto.

    Tambin, sectores medios y populares de lasms importantes ciudades del pas se desalenta-ron de apoyar al gobierno en la elecciones sec-cionales porque se agotaron de la desacertadaestrategia publicitaria del rgimen, concentradaen el triunfalismo gubernamental y el supues-to traslado de la convocatoria electoral de Ra-

    fael Correa. La propaganda ocial excesiva yla sobreexposicin presidencial con su conocidaprepotencia y agresividad, desconociendo lasrestricciones electorales del impotente CNE,deterior a los candidatos locales en la parte -nal de la campaa. Con razn Barrera dijo quela entrada de Correa en la campaa fue unequvoco.6

    La abrumadora campaa de propaganda del

    gobierno en asocio con el capital transnacionala favor de la explotacin minera intensiva, en laszonas en las que se encuentran en marcha pro-

    yectos de exploracin y explotacin que anulanla pequea minera artesanal, no dio el resulta-do que se esperaba, como tampoco lo dieron, la

    6 Entrevista de El Comercio del 30 de marzo de 2014.

    La abrumadora campaa de propa-ganda del gobierno en asocio con elcapital transnacional, a favor de laexplotacin minera intensiva en laszonas en las que se encuentran enmarcha proyectos de exploracin y

    explotacin, que anulan la pequea mi-nera artesanal, no dio el resultado quese esperaba, como tampoco lo dieron,

    la remocin y el ataque sistemtico ypersonal a los alcaldes o prefectos quecuestionan esos proyectos y la repre-

    sin a la lucha social en zonas indigen-tes o marginadas.

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    traicionando una vez ms a sus bases, en lugarde exigir la atencin a una plataforma social,tratan de obtener ventajas personales a cam-bio de su apoyo incondicional al gobierno.

    f)El fortalecimiento de Avanza y de ciertos mo-

    vimientos independientes de tendencia decentro-izquierda a nivel de municipios ree-ja su habilidad para obtener, con candidatospromocionados o que ya ocuparon funcioneslocales, buenos resultados electorales que lesservirn para negociar una mayor participa-cin en el gobierno o para conseguir del r-gimen un apoyo econmico signicativo enlas obras locales. El oportunismo y la ambi-gedad poltica de este sector, herederos delfebresborjismo, los mantendr cerca delrgimen en esta coyuntura y cuando puedano les resulte conveniente, sin ningn reparo,pactarn o actuarn con la derecha en la lu-cha poltica nacional.

    g)La recomposicin y proyeccin electoral delas fuerzas polticas de izquierda, a medianoplazo, dependen de los procesos unitarios quedesarrollen, de sus propuestas programticas

    y de iniciativas polticas y sociales que las con-viertan en reales alternativas para el pueblo.

    b)Los resultados electorales no deben ser apre-ciados slo por el nmero de prefecturas o al-caldas o concejales obtenidos por el gobier-no y sus aliados, como lo arman sus voceros,ni por la importancia poblacional que repre-

    sentan los alcaldes que fueron elegidos y quese opusieron a candidatos patrocinados porel ocialismo. Se debe analizar el nmero deelectores obtenidos por las diferentes tenden-cias polticas en todo el pas.

    c)En las ltimas elecciones, Alianza Pais dete-riora su apoyo del 52%, obtenido el ao pa-sado, al 32%. Si su electorado era mayorita-rio en todo el Ecuador, ahora tiene un grandeterioro en la Sierra, crece en la Costa ypierde especialmente apoyo en sectores me-dios y populares. AP dej de ser, en el ltimoproceso, mayora electoral nacional y se con-virti en minora ms votada.

    d)La tendencia de derecha y centro derechacreci en representacin electoral de las msimportantes ciudades del pas, pero medianteexpresiones polticas desarticuladas y con in-tereses diferenciados. Nebot y los socialcris-

    tianos, luego de 20 aos en el poder, ganaronnuevamente la alcalda, pero perdieron casiun 10 por ciento de su electorado en Guaya-quil y mucho ms en la provincia del Guayas.La derecha gan en Quito de manera am-plia la alcalda con Mauricio Rodas y proyec-ta una nueva gura poltica a nivel nacionalque evidentemente entra en competenciacon Nebot y Lasso.

    e)La tendencia de izquierda crece en este pro-ceso electoral y se consolida en las zonas deresistencia a la minera y a la represin gu-bernamental. Los candidatos de izquierda yde otros partidos se enfrentan y vencen, ennumerosas jurisdicciones, a los candidatosdel rgimen; por ello, es inentendible y re-

    pudiable la posicin servil adoptada por losdirigentes ociales del Partido Socialista, que

    aprovechando de sus resultados electorales y

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    Yasun ITT:Qu se pone en juego?

    Fernanda Solz

    COYUNTURA

    18 Opcin Socialista edicin especial

    La locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando

    obtener diferentes resultados.

    Albert Einstein.

    Contextualizacin necesaria

    En octubre de 1492, la colonizacin de lospueblos americanos, el control de sus territo-rios, de sus modelos productivos, de su cultura

    y su humanidad misma, utiliz a la religin ca-tlica como justicativo de la violencia, del sa-queo y del control geopoltico de los territorios

    y los recursos.Desde entonces, las historias de resistencias

    y luchas han permeado las distintas geografas.La conquista de la independencia de Amricainicia con el primer grito de independenciadel Ecuador en 1809; sin embargo, la ventade la idea de progreso y modernidad seguiranmanteniendo la estructura de explotacin de latierra y de los trabajadores y determinaran lossiguientes patrones de colonizacin.

    Ecuador, al igual que muchos pases latinoa-mericanos, se caracteriz por mantener econo-mas primario-exportadoras condicionadas aauges determinados por las demandas interna-cionales. La historia econmica del Ecuador hasido as una historia circular construida de reite-

    rativas apuestas a materias primas. Sufrimos, enpalabras de Alberto Acosta, de la enfermedadholandesa: virus que afecta al pas exportadorde materia prima, cuando su elevado precio oel descubrimiento de una nueva fuente o yaci-miento desata un boom de exportacin prima-ria (2009: 42,43).1El mismo autor, satricamen-

    te se pregunta: Ecuador ha sido sucesivamentey de manera sostenida un pas-productor: pas-cacaotero, pas-bananero, pas-oricultor, pas-camaronero, pas-petrolero... Ser un da pas-minero?. (Acosta, 2009: 35).

    La enfermedad holandesa nos ha llevadode manera continua a la construccin de unaeconoma exportadora de naturaleza, que noconsidera en lo absoluto la inversin interna,pese a que es bien conocido que la explotacin-exportacin de la naturaleza y la mano de obrabarata no tienen un efecto dinamizador y redis-tributivo positivo en los Estados. As, el boomcacaotero, bananero y petrolero, favoreci ni-camente a la burguesa industrial y agroindus-trial y el efecto goteo hacia abajo, que debatraer la globalizacin, no slo que no lleg nun-ca, sino que las brechas entre la opulencia y lamiseria crecieron de manera alarmante.

    A travs de estos mecanismos explcitos o im-plcitos, el Estado transri, masivamente, ex-

    cedentes a las burguesas urbano-oligoplicas.

    Importantes transferencias fueron del campo a

    la ciudad, del agro a la industria, de los expor-1 Acosta, Alberto, La maldicin de la abundancia, Quito, CEP,Abya-Yala, 2009.

    La enfermedad holandesa nos ha lleva-

    do de manera continua a la construc-cin de una economa exportadora denaturaleza, que no considera en lo ab-soluto la inversin interna, pese a quees bien conocido que la explotacin-

    exportacin de la naturaleza y la manode obra barata no tienen un efecto

    dinamizador y redistributivo positivo enlos Estados.

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    tadores a los importadores industriales (Acosta,

    2009: 140). De todos los productos y todos los

    sueos, fue el petrleo el de mayor impacto.Mayor en el sentido de que es a raz del boompetrolero que se instaura una poca de endeu-

    damiento creciente. El Ecuador petrolero consi-gui los crditos que no haba recibido el Ecua-dor bananero y mucho menos el cacaotero.

    En este escenario de endeudamiento, la im-plantacin de la receta neoliberal, a travs delConsenso de Washington, fue un formalismo;el control geopoltico de Ecuador haba sido en-tregado y, con ello, el pas profundiza y consoli-da un modelo econmico centrado en el creci-miento por factores externos, especialmente lasremesas de migrantes y la extraccin petrolera.

    Proceso de neocolonizacin

    Podemos armar que a partir del neolibe-ralismo se consolida un segundo momento decolonizacin: la colonizacin tecnolgica. En esteperiodo, el Estado nacional, bajo el argumen-to de importacin de tecnologas social y am-bientalmente responsables, concesiona amplias

    zonas del territorio nacional. Entendemos alterritorio, ms all de los recursos del subsuelo,como la expresin viva de los pueblos y susecosistemas, de su organizacin productiva y delas relaciones de poder. En esta dinmica, lasconcesiones multinacionales establecen una es-tructura de dominio supranacional y reempla-zan a los estados que las patrocinan, de ah queel discurso popular, con el que comunidades in-dgenas condenan el despojo, reza:gobiernos ven-de patria, gobiernos entreguistas (Quishpe, 2009)2.

    Durante los aos de gobierno de la Revolu-cin Ciudadana, si bien la lgica de la polticaeconmica no se acerca al declogo establecidoen el Consenso de Washington, tampoco deja deapostar por un modelo empresarial de desarro-

    llo, de aceleracin econmica e intensicacin

    del extractivismo y la agroindustria, incorporan-do ahora nuevos actores del control geopolticoglobal: China, Canad y Brasil, especialmente.

    Las polticas sociales y econmicas permane-

    cen enquistadas en la enfermedad holandesa,siendo este gobierno el que ampla la fronterapetrolera con la licitacin de la XI Ronda Pe-trolera en la Amazona centro sur (regin queno haba sido explotada por los gobiernos neoli-berales) y el inicio de la megaminera en manosde multinacionales chinas y canadienses.3El go-bierno de Rafael Correa es, ms que ningunode los gobiernos neoliberales, el mayor defensordel modelo de acumulacin primaria exporta-dora; estas tendencias reprimarizadoras de laeconoma fueron reconocidas en el ao 2012por la SENPLADES (Solz, 2014: 211)4.

    La matriz productiva se ha mantenido in-tacta, la concentracin de la produccin, de latenencia de la tierra y el monopolio del aguapersisten. Quizs, uno de los mayores fracasosde este gobierno ha sido la reforma agraria y larevolucin del aparato productivo. La de-cam-

    pesinizacin y la anulacin de la pequea pro-duccin por la agroindustria son componentesimportantes en el camino a la modernidad queEcuador insiste en transitar. Han aparecidonuevas formas de explotacin, y la agriculturapor contrato y los programas pblicos socio-bosque y sociopramo han sido algunas de laspropuestas que encadenan a pequeos produc-tores, campesinos e indgenas en economas de

    pago por servicios (Solz, 2014: 212).Paralelamente, una poltica represiva de cri-minalizacin y judicializacin de la protesta so-cial ha sido denunciada por organizaciones de

    2 Quishpe, Salvador, Seguiremos sembrando maz, Zamora 2009.

    http://www.llacta.org/notic/2009/not0105a.htm

    3 El primer contrato de megaminera fue rmado el 5 de marzo

    de 2012 y la licitacin de la XI Ronda Petrolera se dio el 28 denoviembre de 2012.

    4 Solz, Fernanda. Metabolismo del Desecho en la Determinacin

    Social de la Salud. Tesis doctoral en curso. UASB. 2014.

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    tres dcadas de explotacin verti deliberada-mente 18 mil millones de galones de desechos

    txicos de petrleo en la Amazona ecuatoriana,afectando a los pobladores de Lago Agrio y susecosistemas.

    Sin embargo, el caso de Chevrn Texaco esnada ms uno de los mltiples ejemplos de or-ganizacin y resistencia, no podemos dejar demencionar a Dayuma, Intag, Ro Grande, SanPablo de Amal, Quimsacocha, Shaglly, Nabn,entre otros emblemticos casos.

    Paralelamente, y desde la sociedad civil, losestragos de la intensicacin de las polticas ex-tractivistas traducidos no slo en la agudizacin

    de la pobreza en las zonas amaznicas de ex-plotacin petrolera, sino en la ruptura de tejidosocial, en la prdida de soberana, en los im-pactos de salud, etc., fue determinante en lasdemandas por un Ecuador postpetrolero, pos-textractivista, postdesarrollista, un Ecuador delBuen Vivir.

    Es en este contexto que surge la iniciativaYasun TT como proyecto emblemtico querecoge todas las luchas, todos los sueos y, es-pecialmente, todas las resistencias. Mantener elcrudo del ITT, conocido como bloque 43, inde-nidamente bajo suelo, siempre fue, ms all desu representacin real (traducida en derechosde los pueblos en aislamiento voluntario, pro-teccin de la biodiversidad, emisiones de car-bono evitadas, pago de deuda ecolgica), unarepresentacin simblica. El Yasun representala transicin hacia el no desarrollo, la recupe-

    racin de la Patria, la real emancipacin de lospueblos del sur, la soberana de los Estados yel corte contra la nueva corriente colonizadora

    justicada ahora por la superioridad tecnolgi-ca del norte.

    Si bien, Rafael Correa, al llegar al poder(2007), incorpor la propuesta para dejar elcrudo bajo tierra en el bloque ITT como partede los proyectos de Estado, dos aos despus, laley de aguas, la ley de minera y los crecientes

    derechos humanos, ecologistas, dirigentes po-pulares, indgenas y campesinos despojados desus territorios.

    Decimos entonces que los procesos neo-co-lonizadores, instaurados con el neoliberalismo,

    no slo que se han mantenido sino que se hanintensicado durante el gobierno del presiden-te Correa y se han caracterizado por la ventaanticipada de recursos tal es el caso del con-trato con la multinacional China EcuacorrienteS.A la cooperacin cientco-tcnica, el credoincuestionable por la industrializacin, el ex-tractivismo y la revolucin verde.

    Iniciativa Yasun-ITT: consolidacin

    de las resistencias anti extractivas,anti colonialistas

    En medio de estas estructuras de poder mul-tinacional, las luchas por la resistencia que sonlideradas por indgenas y campesinos, quieneshan sido actores fundamentales, develan la deu-da ecolgica del norte y denuncian las violacio-nes de derechos humanos, sociales, polticos yeconmicos que el capital internacional ejerce

    sobre los pueblos con la venia de los estados na-cionales.

    Quizs uno de los casos ms importantes enEcuador ha sido el juicio contra la multinacio-nal petrolera Chevron Texaco, que luego de

    Paralelamente, y desde la sociedad ci-vil, los estragos de la intensificacin delas polticas extractivistas traducidos

    no slo en la agudizacin de la pobrezaen las zonas amaznicas de explota-cin petrolera, sino en la ruptura de

    tejido social, en la prdida de sobera-na, en los impactos de salud, etc., fuedeterminante en las demandas por unEcuador postpetrolero, postextracti-

    vista, postdesarrollista, un Ecuador delBuen Vivir.

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    El 15 de Agosto de 2013, el presidente RafaelCorrea anunci el desarrollo del Plan B, sus-tentando su decisin con la histrica frase: Elmundo nos ha fallado. Ecuador no haba obtenidolas compensaciones econmicas internaciona-

    les por la mitad del crudo que se dejara en elsubsuelo del Yasun y en respuesta se deni laexplotacin.

    La decisin presidencial, ausente de parti-cipacin ciudadana, dictatorial y autoritaria,cuestionada por gran parte de la poblacin,marcara un hito histrico en el cmulo de re-sistencias y de luchas para un Ecuador del BuenVivir. Con la decisin de la explotacin se poneen juego no slo la conservacin del BloqueITT, sino que Ecuador rearma su insistenciapara permanecer en los caminos del desarrolloprometido. Nos preguntamos entonces, qu sepone en juego con la explotacin del Yasun?

    La negacin de la participacin

    La decisin por decreto presidencial, por so-bre la voluntad popular, pone en evidencia eltotalitarismo del Estado y la asuncin de un

    modelo populista en el que el pueblo es objetode prebendas y subvenciones, siendo el gobier-no quien toma las decisiones. La consulta po-pular impulsada desde la sociedad civil, no sloque ha sido rechazada por el ejecutivo, sino queha debido llevarse contracorriente por sobre lasdicultades impuestas desde el Estado; esto noslleva al segundo punto.

    El totalitarismo

    El control desde el ejecutivo de los poderesjudicial y legislativo, adems de la instituciona-lizacin de la participacin como quinto poder,tambin controlado por el ejecutivo, ha deter-minado una nueva forma de Estado: el Estadototalitario. A esto se suma la indiferenciacinentre partido poltico, gobierno y Estado, con-diciones que inmovilizan y complejizan cual-quier posibilidad de resistencia y organizacin

    casos de represin a comunidades afectadas poractividades extractivas pusieron en evidencia lacontinuidad del modelo de extraccin prima-ria y se convirtieron en determinantes de laruptura de PAIS con el movimiento indgena,

    fracciones de la izquierda, el movimiento eco-logista, sectores campesinos y algunos de los co-idearios ms importantes del proyecto poltico.

    A partir de entonces, la moratoria petrole-ra y la transicin hacia una economa postex-tractivista se convirtieron en discursos caducosatribuidos a una izquierda fundamentalista a laque se descalica permanentemente. Ecuadorinsiste en transitar el camino a la modernidad;

    y el proyecto de la revolucin ciudadana esperaobtener resultados diferentes siguiendo los mis-mos caminos de la derecha neoliberal, ahora ennombre del socialismo del siglo XXI.

    Hasta el ao 2013, el proyecto Yasun fue

    el nico que se mantuvo condicionado a dos

    opciones:

    La primera opcin, la de dejar el crudo re-presado en tierra, a n de no afectar un rea deextraordinaria biodiversidad y poner en riesgola existencia de varios pueblos en aislamientovoluntario o pueblos no contactados y el PlanB, que consiste en el desarrollo de los camposTiputini y Tambococha, fundamentados en losdatos ssmicos (2D) obtenidos en trabajos ante-riores realizados por EP PETROECUADOR,utilizando, en la medida en que sea factible, lasdos plataformas preexistentes; plan que serejecutado nica y exclusivamente cuando la

    Iniciativa Yasun-ITT o Plan A haya sidodeclarado ocialmente inviable y que el poderejecutivo as lo disponga y obviamente cuandoel Ministerio del Ambiente haya otorgado la li-cencia ambiental para el desarrollo del proyec-to objeto del Estudio propuesto5.

    5 Estudio de Impacto y Plan de Manejo Ambiental del Proyecto

    Desarrollo y Produccin de los Campos: Tiputini y Tambococha,preparado por E&E Consulting Environmental, para Petroamazo-

    nas EP.

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    Los Waoranis han sido entendidos como ob-jeto tanto desde la petrolera Repsol que ocupasu territorio, como desde el gobierno que anulasu capacidad como sujetos sociales y los reducea objetos de cuidado. Un gobierno que dene

    unilateralmente las condiciones de lo que debeentenderse como Buen Vivir y les ensea que laforma de vida occidental es el nico buen vivirposible; el deber ser.

    Cuando Alicia Cawiya6deja de ser objeto yen la Asamblea Nacional rehsa leer el discursopreparado por el bloque de Alianza Pais, poneen evidencia la estructura de cooptacin y di-visin de los lderes que anulan las voces de susbases.

    La mercantilizacin de la naturaleza

    Quizs el mayor error de la propuesta YasunITT fue ingresar en las las de la ecologa mer-cantil y traducir al Yasun a bonos, convirtin-dolo en mercanca de canje. Entrar en la lgicamundial de servicios ambientales, an cuandola gura poda acercarse al pago de la deudaecolgica, permiti al gobierno de Ecuador la-

    varse las manos y responsabilizar al mundo enlugar de asumir su propio fracaso. El proyectoYasun siempre fue un asunto de tica poltica,de coherencia discursiva, de soberana de lospueblos ste era el primer paso al Buen Vivir,al no desarrollo, al anticapitalismo

    Los costos enfrentados desde la

    ecologa romntica

    Adems de haber medido exitosamente elmomento poltico para comunicar la decisin,el gobierno fue muy hbil promocionando una

    popular. La Asamblea y los tribunales se limitana cumplir los designios del ejecutivo.

    La violacin constitucional

    Est por dems decir que la decisin de explo-

    tar el Yasun es inconstitucional y una vez mspone en evidencia el distanciamiento del proyec-to poltico desde su nacimiento hasta el momen-to actual. La Constitucin, emblemtica por laincorporacin de los Derechos de la Naturaleza,el Principio Precautorio y el Derecho a la Re-paracin Integral de los territorios, es asumida

    como un estorbo romntico producto de sectoresde una izquierda infantil o fundamentalista.

    La violacin de los derechoshumanos

    A pocos das del anuncio presidencial, el Mi-nisterio de Justicia y Derechos Humanos pro-cedera a cambiar los lmites de los territorioshabitados por indgenas, en aislamiento volun-tario, Tagaeri y Taromenane, llegando a poneren duda e incluso negar su existencia.

    Este pronunciamiento se hace aun cuando,

    semanas atrs se haba reportado el asesinatode 30 Taromenane en manos de un grupo deWaoranis, quienes adems secuestraron a dosnias como evidencia.

    Poco despus de haber dado el informe favo-rable para la explotacin y luego de contar conel pronunciamiento de respaldo de la nacio-nalidad Waorani (NAWE), la Fiscala Generalencarcela al grupo de Waoranis presuntamen-

    te responsables de la masacre, que das antesnunca existi.

    La objetivizacin de los pueblos y

    nacionalidad indgenas

    Los Waoranis como objeto. La participacincomo un circo de consultas no vinculantes, quese reduce a un formalismo y a una estructura dechantajes y encadenamientos.

    6 Vicepresidenta de la NAWE (Nacionalidad Huaorani del Ecua-

    dor), lider la marcha para insistir en la no explotacin petrolera

    en la Amazona centro y sur. El pasado 4 de octubre, cuando la

    Asamblea declar de inters nacional la explotacin del Yasun,ella alter el debate cuando, invitada por el ocialismo, dio un

    discurso contra la actividad petrolera en el ITT.

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    agredido, descalicado e impedido de llevar enel espacio pblico la recoleccin de rmas.

    Y el cambio de modelo?

    El Yasun, al nal, ms all de la conserva-

    cin y el romanticismo, fue el emblema de lalucha anticapitalista, anticolonial. El Yasun re-presentaba la posibilidad primera de un cambiode modelo econmico respetuoso de los ciclosreproductivos de la tierra, de los pueblos y na-cionalidades indgenas y de las visiones plurales

    y diversas de un buen vivir no occidentalizado.El quiebre del proyecto Yasun ITT es el me-

    jor reejo del mantenimiento de una matrizproductiva desarrollista, insustentable y profun-damente explotadora de la naturaleza y de lospueblos. Representa la estructura totalitaria, elaparato represor y el mantenimiento de un co-lonialismo que entrega los territorios al norte,ahora en nombre de tecnologas responsables.

    Al nal de la historia, el Yasun es el sueoque no fue, es el Estado Nacional que no eligienfrentar a los poderes supranacionales y pre-ri seguir aplicando las mismas recetas con la

    ilusin de que, esta vez, los resultados s serandiferentes.

    respuesta que recae en la ecologa romntica,conservacionista que se vale del credo en laeciencia tecnolgica para justicar que nica-mente el uno por mil sera afectado.

    Adems de constituir un insulto para la in-

    teligencia del pueblo, la respuesta se limita a lavisin romntica de preservar el Yasun desdesu biodiversidad y belleza natural.

    La ausencia de una visin de ecologismo po-pular, que entiende la relacin dialctica de in-terdependencia e interinuencia entre sociedad

    y naturaleza, ha colocado al Yasun y su explo-tacin como un asunto lejano al pueblo y sinimpactos nocivos para ste.

    La descalifcacin de los sujetos

    polticos

    La consolidacin de un bloque de poder, quedebe respaldar incondicionalmente cualquie-ra de las decisiones del ejecutivo, establece dos

    nicas condiciones posibles: estar con el rgi-men revolucionario o ser un agente desestabili-zador que le hace el juego a la derecha.

    Quien se atreva a cuestionar la decisin deexplotar el crudo del ITT es catalogado comoagente de la CIA, derecha oportunista, ecolo-gista infantil o joven ingenuo manipulado porla partidocracia. El colectivo Yasunidos, que haestado liderando la recoleccin de rmas parala consulta popular, ha sido permanentemente

    El quiebre del proyecto Yasun ITT es elmejor reflejo del mantenimiento de unamatriz productiva desarrollista, insus-tentable y profundamente explotadora

    de la naturaleza y de los pueblos.

    Representa la estructura totalitaria, elaparato represor y el mantenimientode un colonialismo que entrega los

    territorios al norte, ahora en nombre detecnologas responsables.

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    Nosotros somos como los granos de quinua, si estamos solos el viento lleva lejos. Pero si estamosunidos en un costal, nada hace el viento. Bambolear, pero no nos har caer. Somos como la pajade pramo que se arranca y vuelve a crecer... y de paja de pramo sembraremos el mundo.

    Dolores Cacuango

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    Luego de siete aos de revolucin ciudadana, hay elementos sucientes para tener una clara caracterizacin del

    rgimen que, como veremos en esta seccin, de socialista o propulsor del buen vivir solo tiene el slogan y el discurso yms bien, como seala Enrique Ayala Mora, construye el Capitalismo del S.XXI.

    Clientelismo, corrupcin, criminalizacin de la protesta social, enriquecimiento de los sectores empresariales y -

    nancieros, profundizacin del extractivismo, consolidacin del caudillo autoritario, a travs de campaas publicitariasmillonarias y engaosas, son los rasgos de un gobierno que hasta hace un ao gan todas las elecciones a las que sepresent, pero que el 23 de febrero ltimo sufri un revs; fenmeno que ser analizado por Vctor Granda Aguilar

    quien intentar dar cuenta del por qu de la derrota poltica de Alianza Pais, y particularmente del presidente Correa,en las elecciones seccionales y el reacomodo de las fuerzas electorales en el pas.

    A pesar del notable descalabro del partido ocialista, en vez de darse un giro o al menos un intento de acercamiento

    con las organizaciones sociales y polticas de izquierda, que llevaron al poder en el 2007 a Correa, aunque este no lo

    reconozca, ocurre todo lo contrario, la criminalizacin a dirigentes populares, sobre todo a quienes se encuentran enresistencia a proyectos mineros y petroleros, contina y el desprestigio a iniciativas ciudadanas de cambiar el modelo seacrecienta.

    Si bien, la decisin de explotar el Yasun y las desacertadas declaraciones desde el ocialismo de la inexistencia de

    pueblos no contactados en la zona se dieron el ao pasado, luego del 23 de febrero no solo que se impulsa con fuerza lacampaa de explotacin del parque, sino que se ha negado completamente el derecho a la participacin popular, tirandoal tacho de basura la iniciativa de consulta popular impulsada por el colectivo Yasunidos a travs de la actuacin dudosay servil del Consejo Nacional Electoral. Ms all de estas acciones coyunturales qu es lo que se pone en juego tras ladecisin irrefutable de explotar el ITT?; ser lo que intente develar Fernanda Soliz en el ltimo artculo de esta seccin.

    As se congura un escenario incierto, por un lado, Alianza Pais dej de ser la mayora absoluta y pas a ser la minora

    ms votada, pero sigue controlando todas las funciones del estado, con perspectivas de reeleccin en el 2017; y por otra

    parte, las caractersticas autoritarias que han permitido que la derecha gane terreno siguen posicionndose cada vez ms,causando descontento popular.

    Qu ir a pasar en los prximos aos? Es una interrogante que no podemos responderla, pero al menos esperamos

    que con los elementos de anlisis arrojados por los autores y autora en los artculos de esta seccin, podamos tener ms

    claro hacia dnde camina el proyecto ciudadano y de esta manera, podamos, inteligentemente, reorganizar la estrate-gia poltica a seguir desde las izquierdas.

    DoSSIERCambio en la matriz productiva?

    Desde el inicio del gobierno de la revolucin ciudadana, uno de los ofrecimientos principales para alcanzar el buen

    vivir ha sido el cambio de la matriz productiva con el objetivo de dejar de ser un pas exportador de materias primas,sin valor agregado, para llegar a ser un pas industrializado que pueda salir del subdesarrollo. Con la llegada de JorgeGlas a la vicepresidencia, esa propuesta tom mucha ms fuerza, en el discurso y en acciones concretas, por lo que hoyse vuelve fundamental entender qu implica el proceso de cambio de la matriz y como afecta a los distintos actores invo-lucrados, tomando en cuenta que el planteamiento del gobierno se muestra muchas veces confuso y ambiguo, lo que noshace dudar si en verdad, en la prctica, se est caminando al cambio de la matriz productiva en los trminos iniciales.

    Por esta razn, hemos decidido, en este nmero, dedicar la parte central a esta importante y necesaria discusin y es-peramos, con los aportes de nuestros autores, despejar las interrogantes planteadas y profundizar algunos aspectos clave.As, Jorge Rodrguez Torres de manera general nos explica en qu consiste el cambio de matriz productiva de acuerdoal ltimo Plan Nacional para El Buen Vivir 2013-2017; Alberto Acosta, por otra parte, profundiza las contradicciones

    del rgimen, que lo alejan de un proyecto real de transformacin estructural y al contrario de lo planteado lo llevan a

    redoblar el extractivismo, reforzando de esta manera la matriz productiva existente; desde otro punto de anlisis, Ar-turo Villavicencio explica lo qu en el deber ser consistira el cambio de matriz productiva y lo qu est haciendo elgobierno de Correa, sobre todo en torno a la educacin y al eje principal de su planteamiento de cambio de matriz: laCiudad del Conocimiento Yachay; nalmente, Silvia Vega analiza el rol de la economa popular y solidaria en el marco

    del cambio de matriz productiva, resaltando los cambios de enfoques gubernamentales sobre el rol de esta economa enun proyecto transformador.

    Entonces, Existe o al menos un intento de cambio en la matriz productiva de nuestro pas? O estamos marchando

    sobre el mismo terreno de otros gobiernos? Transitamos al n de la era petrolera, a una transformacin estructural

    del Estado, a una economa ms justa, incluyente, solidaria? O estamos entrampados en un proceso de modernizacin

    del sistema econmico excluyente, colonizador, profundamente inequitativo, imperante en el mundo?

    El debate queda abierto.

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    en consecuencia, se ha producido el regreso a larealidad y a una economa con pies en la tierra.Los precios de los commodities ya no crecenen la misma medida, el dinero ya no uye conla misma generosidad como antes, las inversio-

    nes regresan al mundo seguro de Wall Street,sustentado por la conanza en el dlar.

    Adelantndose a ello, inteligentemente, lallamada revolucin ciudadana, bajo la gidadel pequesimo grupo que hace las veces deciudadana, para enfrentar el enfriamiento delciclo expansivo que le ha dado mucha popula-ridad, no solo entre los consumidores que hancrecido como nunca antes, sino tambin en los

    crculos empresariales beneciarios de la inver-sin estatal, ha debido reprogramar su estrate-gia de crecimiento y para ello ha desarrollado,por sobre un fofo Cdigo de la Produccin,maltrecho por su falta de utilizacin, una pol-tica denominada TRANSFORMACIN DELA MATRIZ PRODUCTIVA, orientada a larealizacin del denominado Buen Vivir.

    Rafael Correa enfrenta siete aos de atraso

    de lo que debi emprender desde el primer dade gobierno; afronta, adems, la prxima con-clusin de su periodo presidencial; ltimos aosque deben dejar un buen sabor en la memoriade los electores para su posible reeleccin. Tresaos cruciales que demandan una gran inver-sin, ya no solo gubernamental, sino tambinempresarial, inversin pblica y privada enfo-cada en 14 sectores productivos y 5 industriasestratgicas descritas de manera general en el

    documento entregado al Vicepresidente, fun-cionario encargado para que lidere su imple-mentacin y ejecucin.

    El problema de liquidez estatal

    La dolarizacin funciona, mientras son ms los

    dlares que entran, que los que salen.

    A ms de lo ya explicado, hay que conside-rar que la dolarizacin y la estabilidad de las -

    nanzas pblicas dependen en altsimo grado dela suciencia en la liquidez de la economa. Ladolarizacin funciona en la medida que existanms dlares que entran, que dlares que salende esa economa y ello, como se puede observar

    no solo en la Balanza Comercial simplicadaen el siguiente cuadro, viene con signos que

    PeriodoBalanza

    Comercial

    Total Petrolera No petrolera

    g=a-d h=b-e i=c-f

    2008 1,081.02 8,362.76 -7,281.74

    2009 -233.85 4,626.33 -4,860.182010 -1,978.73 5,630.40 -7,609.13

    2011 -829.50 7,858.33 -8,687.83

    2012 -440.61 8,350.68 -8,791.29

    2013 -1,083.97 8,027.55 -9,111.52

    preocupan y deben ser corregidos con extremameticulosidad.

    El cambio en la matriz productiva va enca-minado a generar justamente ese supervit,que hoy se ve afectado por el saldo negativo ennuestra balanza de pagos.

    La inmensa suma de USD 9.111520.000 dedcit en la balanza comercial no petrolera enel 2013 justica la contraccin indispensable deimportaciones de bienes superuos. Hay un pe-queo saldo positivo en la Balanza de Capita-les (US208 millones al III trimestre del 2013) yun saldo negativo en Cuenta Corriente (US157

    millones) a igual periodo.Viendo as los nmeros, es un atentado con-

    tra la estabilidad cambiaria en el Ecuador elque lleguemos a colmos como los de importarcarne, to