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Periodismo al servicio de la ciudad y la región www.lapalabra.univalle.edu.co Foto: Álvaro Ruales

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Periodismo al servicio de la ciudad y la región

www.lapalabra.univalle.edu.co

Retratos del paisaje

rock caleño

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2 La PalabraCali, Diciembre de 2013

La época de la Charanga y la Pa-changa se sintió unánime en Nueva York y en el orbe de los países anti-llanos. También en Cali, ciudad acos-tumbrada a la baldosa, al paso y al caderaje, se gozó como una ganga en las décadas del cincuenta y del sesenta; la bailaron los gringos que quedaban en Cali, pertenecientes a la Colombian Holding Corporation, gringos contratados para edificar el barrio y el Club San Fernando, quie-nes en las tardes de nostalgia se reu-nían a bailar Fost en el Hotel Alférez Real y a escuchar a Nan Kin Cole; la bailaron con pasos de Twist en las salas de las casas del barrio norte y del oeste (Granada y el Peñón); ca-sas con patio interior, fuente árabe y puerta cancel, donde vivían los mu-chachos que iban y venían de Nueva

York a Cali; la bailaron mejor en San Nicolás y en El Obrero, porque allá había más mulataje y sabor, donde, como aconsejó Joe Quijano, no las confundieron con otros ritmos.

A esa música y a ese estilo le hiso contradanza el furor de otra voz, otro ritmo, robustecido por una intensa lí-rica nacida del descontento universal; la pasión del Rock and Roll. Por esa época, luciendo el short, las botas al-tas y el peinado gatica a lo Jakeline Kennedy, irrumpieron en la escena so-cial desobedientes muchachas, salie-ron a bailar torciendo el torso (twists quiere decir torcido) con gran pasión los acordes de una danza desafian-te. Bailaron Rock around the clock y Hasta luego cocodrilo, de Bill Haley y sus cometas, sobre todo después de la película Al compás del reloj, estre-nada en el teatro San Fernando, don-de las pandillas del sur conformadas por jóvenes parecidos a Jean Dean se enfrentaron y sabotearon el estreno. Desde esos días llegó el Rock a Cali y llegó para quedarse. Quizás porque el rock era la expresión estética de un movimiento de contracultura uni-versal, de rebeldía, gestado después

del gran ennui, ese aburrimiento y el pesimismo que sentían los europeos después de la segunda gran guerra y que generó la reacción de los jóvenes hacia el estado bélico y los rezagos del mundo victoriano contra el que había luchado Oscar Wilde, que el rock pudo lo que no pudo la música antillana, producir el movimiento de rebeldía, reaccionar contra el mundo conservador de las costumbres, inte-rrogar el amor, el arte, y despojarse de la antigua vestimenta del siglo XIX que lucían los jóvenes.

Muy pronto el movimiento del rock lanzó raíces entre nosotros, empeza-ron a desfilar por la Avenida Sexta jóvenes con blue jeans y camisetas, sandalias. La música estridente sona-ba en los bares y cafés que se fueron abriendo por distintos lugares de la ciudad. Los primeros grupos de rock conformados por jóvenes caleños del norte hicieron su irrupción y fueron rechazados por los padres de fami-lia; al final una nueva estética tuvo re-cepción en esa generación inconfor-me y logró imponerse en los artistas y seguidores de todo arte y de toda filosofía de moda; la lucían los estu-

diantes universitarios, los profesores, los salseros, los rockeros, las madres jóvenes, los deportistas y junto a esa moda hubo la aceptación de muchos cambios en las costumbres. Hoy el rock ha evolucionado, vive en todo Cali, son miles de jóvenes quie-nes disfrutan de esa propuesta estéti-ca, por eso nuestro periódico quiso cerrar el año con una última edición dedicada al movimiento del rock en nuestra región, para que los segui-dores de su majestad el Rock, ten-gan La Palabra.

EDITORIAL

Periódico cultural de la Universidad del Valle publicado para la Región. Las expresiones están avaladas por el nombre del autor y no reflejan necesariamente la posición de los editores. ISS121-7712. Personería Jurídica. Artículo 80 Ley de 1987. Rector: IVÁN RAMOS CALDERÓN Director: DARÍO HENAO RESTREPO. Consejo Editorial: FABIO MARTÍ-NEZ, GERMÁN PATIÑO, CARLOS PATIÑO MILLÁN, LUIS GUILLERMO RESTREPO, JULIAN E. BAMBULA, GABRIEL SUÁREZ, KEVIN GARCÍA y DARÍO HENAO R. Editor: EDGAR COLLAZOS. Apoyo: PATRICIA LASSO BUITRAGO Coordinación Gráfica y de Diagramación: Andrés Perdomo. Diseño Gráfico: Luis Gabriel Gómez Vergez. La Palabra, Ciudad Universitaria Meléndez FACULTAD DE HUMANIDADES, Edificio 386, Oficina 2045 - Edificio 317, Oficina 1027 Fax: 3308894 Teléfonos: 3334922-3308894 - 3212219 Correo electrónico: [email protected] Coordinador de redacción e investigación: FREDY PRADO GUTIÉRREZ. Asistentes de redacción: Óscar Villegas, Camilo Monta-ño. Reporteros: Diana Ramírez, Jimena Velasco, Luz Giraldo, Jenny Álzate, Nathaly Aguirre, Victor Corrales, Jhonatan Bravo, Harold Pardey, Joseph Losada, Jacobo Arango, Luis Fernando Cruz. Caricatura: Tomada de internet. Foto Portada: Álvaro Ruales.

MIRADAS BIZCAS // REFORMA A LA SALUD EVENTOS UNIVALLE / HOMENAJE

“Un breve espacio para el elogio: vida y obra, Fernando Cruz Kronfly”

Con tal homenaje se busca exaltar la labor literaria, personal y académica, del profesor Fernando Cruz; su obra ha sido resaltada en distintos escenarios a nivel internacional y nacional, en ese sentido, deseamos desde la Asociación de Estudiantes de Contaduría Pública de la Universidad del Valle –ASECUVA-

acercarle nuestro reconocimiento y aprecio.

Fecha: Viernes 20 de diciembre

Hora: 6:00pm

Lugar: Auditorio Diego Israel DelgadilloFacultad de Ciencias de la Administración

Universidad del Valle, Campus San Fernando

Información: [email protected]

- Entrada Libre -

“Sólo déjame escuchar algo de ese Rock and Roll tan viejo

como lo elijas tiene un ritmo que no podrás perder cuando

quieras que lo elija va a ser un rock and roll si tú bailas

conmigo si tú bailas conmigo”

John Lenon.

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3Cali, Diciembre de 2013La Palabra

En una época no muy lejana existió en un rincón del mítico norte, un reino de fantasía con una corte como nun-ca antes se había visto en la tierra de la caña, gobernada por un joven rey revestido de sabiduría e irreverencia sin par, rodeado de príncipes, duques y cardenales que compartían con él su amor por la literatura, la filosofía, el rock y la libertad. De ella salieron al resto del mundo: escritores, pensa-dores, cineastas y demás artistas que dejaron un legado importante para la región y el país, y algunos que toda-vía siguen en pie como portadores de las historias vividas en ese lugar don-de un día reino libre, el pensamiento.

Sentado en una silla de terciopelo, años después, el rey Carlos (Charly) Pineda recuerda los días de esplen-dor de la corte reunida en el parque Versalles o en el castillo de los Cuer-vo al norte de Cali en los años 60 y 70, en el único lugar donde tenían cabida las ideologías más opuestas, la contracultura y la crítica más di-recta contra los diferentes sistemas impuestos. No podía ser de otra ma-nera en plena época de liberación, sexo y rock and roll, que aunaba la creciente necesidad de un grupo de jóvenes privilegiados e inconformes de hallar un lugar desde el cual hacer la realidad de máxima rollingstonia-na: “Haz lo que quieras”.

“La corte era una institución mítica, un ateneo de amigos en torno a la Literatura, la música y el cine, donde era posible un cruce de saberes y pra-xis”, dice el rey Charly, pensador irre-verente e inclasificable capaz de reu-nir a su alrededor a una generación de artistas como Andrés Caicedo (El príncipe Caitela), Gerardo Rivera (El cardenal), William Ospina (El Archi-

duque), entre otros. Los títulos se otor-gaban naturalmente por la presencia y personalidad de cada personaje y su relevancia dentro de la corte, sin que esto restara espontaneidad entre sus integrantes quienes además de su juventud, compartían una filosofía de vida muy marcada por la cultura

norteamericana e inglesa a través de poetas del rock como Jim Morrison y Mick Jagger, en tiempos en que la sal-sa ya comenzaba a posesionarse en Santiago de Cali por encima de otros géneros musicales.

Sin embargo, dentro de la corte eran visibles “micro cortes” orientadas a temas específicos como es el caso de Andrés Caicedo y Luis Ospina, quienes rindieron culto a al cine y su afición por los grandes directores; otras más orientadas a la literatura bajo la influencia del nadaísmo, el surrealismo, la generación Beat y au-tores como Joice, Verlaine, Rimbaud y James. La filosofía y teología por el lado del mismo rey Charlie, quien compartía sus conocimientos sobre fi-losofía oriental, Maoísmo, la cábala y las diferentes culturas religiosas del mundo, hacían de este un espacio de gran riqueza cultural y contracultural desde el cual se combinaban diferen-tes ideas y se criticaba abiertamente la doble moral de la sociedad católi-ca de su tiempo.

Como héroes contraculturales, los miembros de la corte y el mismo rey Charly vivieron el rechazo de las di-ferentes facciones que imperaban en la década de los 70, al ser mal vistos tanto por la derecha y la izquierda; los primeros por no aprobar su esti-lo y comportamientos, los segundos por considerarlos “burgueses deca-dentes”. Pese a esto más allá de la lucha de clases, se alimentaba el imaginario “norte-sur” que dividía a Cali entre “los héroes y antihéroes” representados en la juventud de las clases acomodadas y los jóvenes de barrios marginales, estos últimos como la más pura representación de la rebeldía y la irreverencia ante el mundo y la muerte.

Aunque el paso del tiempo no haya sido muy justo con la memoria de la corte, esta fue sin duda una apuesta por el conocimiento y la cultura libres de las ataduras de una época que se debatía entre dos corrientes de pensa-miento en medio de la cual emergió una generación que aún resuena en las frases y la nostalgia de un pasado que parece diluirse en olvido.

Esta es una invitación a conocer más acerca de este grupo conocido como “La corte” en la entrevista realizada al rey Charly Pineda en el programa ConversanDos a través del siguiente enlace: http://cvisaacs.univalle.edu.co/index.php/medios-1/conversan-dos/programas-conversandos/306-conversandos/3586-charlie-pineda

CVI

Centro Virtual Isaacs:

para la historia de Santiago de CaliUna corte real

Las décadas de los 60 y 70 del siglo XX, pasaran para la historia de Cali como una era dorada donde florecieron dife-rentes artistas y creadores que consolidaron una identidad cul-tural para la ciudad, a través de su pensamiento y su obra. Hoy, más de 40 años después, se rememora aquel lugar don-de se formó parte de la noble-za de la cultura vallecaucana.

Diana RamírezInvestigadora Centro Virtual Isaacs

4 La PalabraCali, Diciembre de 2013

El martes 19 de Noviembre mientras transitaba en su vehículo por el barrio El Ingenio de la ciudad de Cali, el Co-municador Social de la Universidad del Valle, Diego Gómez, fue víctima de un cobarde ataque que estuvo a punto de arrebatarle la vida. “Pa-chin” como cariñosamente lo llaman sus colegas y amigos, ha dedicado 20 años de su vida profesional al Ca-nal UVTV de la Universidad del Va-lle, de los cuales catorce ha ejercido como su Director.

En su versión para los medios, el co-mandante operativo de la policía Co-ronel Nelson Rincón, asegura que el ataque se produjo en el semáforo de la calle 14 con carrera 83; el automó-vil del comunicador obedecía la señal

de alto cuando desde una motocicle-ta se abrió fuego indiscriminado en contra de su persona.

El Periódico Cultural La Palabra re-chaza categóricamente este hecho barbárico y se declara en total des-acuerdo con la creciente ola de vio-lencia que flagela a nuestra ciudad, cabe recordar que el ataque en con-tra de Diego Gómez, tiene lugar días después de la masacre ocurrida en una discoteca ubicada en la autopis-ta sur-oriental, donde murieron ocho personas y cinco más resultaron he-ridas. De igual manera, el Periódico insta a las autoridades e instituciones responsables a adelantar una inves-tigación detallada y responsable de los hechos para evitar de esta manera

que el hecho del cual fue víctima Gó-mez, zozobre en las oscuras aguas de la impunidad.

La Palabra exalta las iniciativas que sus compañeros y amigos vienen realizando con la intención de mani-festar su apoyo y solidaridad con Pa-chin, a la vez que extiende un saludo de fortaleza, respeto y hermandad para con nuestro compañero de labor y vocación. Le deseamos una exitosa recuperación y esperamos verle muy pronto con su carisma y profesiona-lismo en la Unidad de Medios de la Universidad del Valle.En la edición de La Palabra correspon-diente al mes de octubre, publicamos

en la página 4: Un perfil de Tomas Quintero: La brevedad de la línea de tu mano, texto escrito por Jimena M, una de las cronistas del periódico. En esa semblanza recibimos informacio-nes, las cuales se publicaron como investigación periodística; testimo-nios de intelectuales y personas que trataron con el poeta y compartieron con él, hace treinta años, aspectos múltiples de la vida. En la presen-te edición deseamos presentar otra versión sobre algunos de los hechos mencionados, los cuales no fueron bien recibidos por Lily Tobar de Quin-tero, viuda del poeta, quien, en carta enviada a La Palabra, el quince de

octubre de 2013, rectifica por escrito las imprecisiones. Lo hacemos porque es función de la actividad periodística presentar otras versiones existentes, porque pensamos que es pertinente y honesto darle la palabra a quien de verdad lo conoció en la vida cotidia-na, a quien él eligió como compañe-ra y con quien de veras compartió los sagrados sucesos de la amistad y del amor y por el derecho a la verdad y a la dignidad que tienen sus dos hijas y la señora Lily Tobar de Quintero.

Queda claro en el párrafo anterior que el poeta Tomás Quintero sólo se casó una vez y fue con Lily Tobar y nunca con una mujer de apellido Dominguez; que las dos únicas hijas que tuvo son de su unión matrimonial, unión que jamás se sometió al divor-cio.

Es también función nuestra recordar a la comunidad que la memoria de un poeta no se escapa a la fantasía de sus lectores, que antes y después de su muerte, las gentes, por un acto con-génere a la fama, al amor por su arte y al prestigio, sienten que ese alado ser es también de ellos, que tienen derecho a opinar y a crear otro ser mítico capaz de otra vida y de otro destino, y que quizás Tomás Quintero haya muerto en el ámbito de su vida cotidiana, pero no en el universo del arte y de la literatura, donde el poeta Tomás seguirá existiendo y prodigan-do contrariedades, versos y leyendas para el bien de las letras.

TEATRO

Basta mirar, y saber que es una preci-sa puesta coreográfica. Las escenas, que se conectan a través de una dan-za de cuerpos repetidos, no encuen-tran la naturalidad circular pretendi-da; la historia intermitente de cuatro actores que representan la condición sociopolítica de las víctimas del con-flicto en Colombia, a pesar de la in-sistente idea cíclica, no logra recrear

la idea de completitud que sí generan las puestas coreográficas, es decir, la danza-teatro de aproximadamente 40 minutos.

Las fuerzas en pugna son vagas; el conflicto nulo. El interés principal de la apuesta teatral recae en la bús-queda corpórea, ahora considerada como el único foco experimental, en la construcción de imágenes y obje-tos simbólicos conmovedores; tres hi-leras de zapatos diversos de los que desprende un chorro de arena clara, un hombre con la vista cubierta en medio del escenario, cinco actores que tienen por medio rostro imáge-nes desconocidas de otros rostros, la cuerda firme que sujeta del tronco a un hombre con deseos de libertad.

Por otro lado, el texto literario “tea-tral” deja entrever el poco interés que éste suscita, y hace pensar, que la idea de “Experimental” que tiene el Director se orienta únicamente en un trabajo escenográfico que relega de manera muy contemporánea otros elementos también indispensables en la puesta teatral.

Los elementos visuales y sonoros son estéticamente valiosos, y a pesar de la ausencia de un conflicto central, el acontecimiento efímero genera en el público de manera progresiva, una sensación de austeridad y pesadum-bre. La presencia tenaz y sobria de los actores, aunque invisible para una vista ligera, se encuentra cargada de un componente fatídico que quizá re-presenta el rasgo más significativo y

común del tema abordado; la víctima podría ser escogida por azar justo ahora.

Abundan los espacios oscuros, los personajes en estado de frustración, las situaciones inamovibles e inde-seadas, los “finales” lamentables. Los personajes parecen pendular en una pequeña brecha. Negro, el personaje central de la obra, representa a tra-vés de su trágica historia de vida, la condición de vulnerabilidad presente en todas las víctimas. Su esposa, a través de un testimonio, deja entrever la precaria dignidad que todavía con-servan. La ausencia de luz es el ele-mento presente en todas las historias.

Negro: Se dice de la ausencia de todo color.

Jimena MEstudiante Lic. en Literatura

Redacción La Palabra

#FuerzaPachin

Negro

para Lily Tobar de Quintero

Un desagravio

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Manifestaciones de apoyo a Diego Gómez.

5Cali, Diciembre de 2013La Palabra LITERATURA

El movimiento artístico en Cali se encuentra visiblemente marcado por crecientes tendencias poéticas; La Momia Guisada hace parte de esa nueva ola que interpreta el papel de poesía activa e itinerante, un rol que demuestra el carácter severo de tres poetas abismales: Avellaneda Flores, Naira Miranda y Abigail Bécquer, quienes develan su potencial en todas sus creaciones e interpretaciones.

Nacidas como colectivo el 16 de mayo de 2.010 con la compañía de Luis Carlos Rodríguez –quien las seguiría sólo hasta los dos primeros años–, fue creciendo y forjándose un gran proyecto poético para La Mo-mia Guisada, que hoy es un grupo sólido, dinámico y arriesgado; parti-cipantes activas de casi todos los reci-

tales de poesía en Cali y del Encuen-tro de mujeres poetas en Roldanillo en el 2.012 y 2.013. También han sido galardonadas y publicadas en la ciudad y en otros países. Son des-tacadas poetas de tiempo completo y docentes por vocación. Su poesía, sus fuerzas y sus voces, son producto de años de preparación, disciplina y uno que otro aguardiente.

Ley, texto y manifiesto

Ser Momia es representar a la mujer guerrera, desinhibida de todo plan-teamiento artístico establecido, cual-quier arquetipo y caricatura de viejo poeta. Ser Momia en Cali es librarse del clisé poético, del pudor al perfor-mance y a la estética canónica, a la farándula literaria y a la copa de vino con trocillo de queso al final del reci-tal. Ser Momia es no sumarse a una vanguardia, codearse con los poetas vallunos o tertuliar con la nueva ola pseudo-intelectual de Cali. Ser Mo-mia es ser Naira Miranda, Avellane-da Flores y Abigail Bécquer.

La propuesta poética de estas mujeres del arrabal literario surge como opo-sición a la poesía de los veteranos poetas que acaparan los salones, au-ditorios y centros culturales. La Momia Guisada se une a la voz joven y en-tusiasta que pretende revolucionarla poesía en los parques, en los baños, en los bares, en las universidades, en la tienda de la esquina, en la plaza de mercado, en un aeropuerto o fren-

te a un batallón militar. La poesía en Cali tiene mil formas de transformar-se, reinventarse, resistirse a los días o sencillamente Momificarse.

Somos, así como los palíndromos, lo mismo de un lado que del otro, juego de palabras, sensación de confusión, enigma de las letras, la impaciencia del crear. Hemos venido a confundir-los y dilatarlos, a destruirlos para re-crearlos, a convertirnos en esa melo-día fastidiosa que sale de un bus ma-tutino, en ese perro que se orina fuera de su casa mientras Ud. descansa, en ese vecino que deja la basura en su entrada, en esa mierda que pisa en la calle cuando va de afán, en esa situación engorrosa que engendra en Ud. los más repugnantes deseos.

Traer a los muertos por uno o dos días a la vida…

El dos de noviembre, el barrio Bri-sas del sur escuchó el bramido de la muerte en la propia voz de La Momia. Con un acto de declamación poética como homenaje al día de los muer-tos, La Momia Guisada despertó de la eternidad a los que descansan en el recuerdo de sus seres queridos. La poeta Avellaneda Flores fue la encar-gada de abrir la velada con una na-rración sobre la concepción indígena de la muerte; con sigilosa entonación pronunció las letanías de América y el historial nativo de los antepasados que reinan el supramundo.

Hacia las ocho y veinte p.m. se abrió el recital, las palabras cobraron vida en medio de la obscuridad. El ruido de la muerte fue superior al rugido

de los helicópteros que nos sobrevo-laban. El sonido invasor del cielo se acrecentó, se apoderó de la noche de todos los muertos; los expectantes del ritual, atentos a los movimientos de las tres momias se esforzaban por escuchar las invocaciones pese al persistente aleteo de las máquinas; un puñado de militares de la tercera brigada ascendió con velocidad por el parque mientras una nube de taba-co se disipaba lentamente. Catrina, la muerte de la cultura mexicana, des-pertó esa noche para recordarnos a los que se había llevado y los otros tantos que nos arrebataría.

Subían y bajaban por el parque ni-ños, niñas, triciclos, vecinos del ba-rrio, motos de todo tipo y en todas las condiciones. Las tres Momias ron-daban incesantes por el altar levanta-do a Catrina; comenzaron a circular y levantarse las copas de vino para brindar por los idos. Abigail y Nai-ra, con diligente voz, adornaban la noche con sus poemas fúnebres, sus ironías mortales y con la risa loca que envuelve a La Catrina. Cada poema se convertía en una tectónica invoca-ción a los muertos, a los vivos, los que están del más acá, al espíritu creador y regenerador, al acto poético mismo. Las momias lograron su objetivo: resu-citaron la muerte.

Conozcamos pues a Abigail, Avella-neda y Naira, desorbitémonos de la cotidianidad y comencemos a disfru-tar de esta poética andante antiescue-ladeestudiosliterariosacadémicos afe-rrada al goce sin pedantería y degus-temos la rica palabra que La Momia nos tiene guisando. Amén.

Ya la inmortalidad la hemos hallado, somos más que la vida, somos la fuerza creadora de la palabra y el infortunio, somos el caos, el puente que une la locura y la cordura, la belleza con lo despreciable, la verdad con la falacia. Somos un disfraz auténtico que llevamos todos los días, somos la tormenta que viene después de la calma. (LMG)

A Daniela, Gloria y Johanna

LuzLicenciada en Literatura

La Momia Guisada,entre líneas poéticas

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6 La PalabraCali, Diciembre de 2013

PERFIL

El narrador de la muerte vive en San Antonio, su casa tiene doscientos años, y su soledad está irresuelta; con él conviven los espíritus de los perso-najes de su literatura, los entes que vigilan desde los cuadros colgantes el largo corredor, y los múltiples Fernan-dos que lo habitan a él mismo. Todos

emergen, regresan, protagonizan y escriben sus relatos y poemas utili-zando como hilo conductor su vida delirante, explosiva, surreal.

Cuenta la cronista de esta historia que una de tantas noches, cuando la pupila de la bruja Luna se asomó en el firmamento, Fernando Calero de la Pava salió al andén y danzó con movimientos de Guerrero gótico apuntando con una daga hacia el cie-lo. Las personas que pasaban por la acera de en frente, se asustaban al ver los movimientos de este habitante de la noche que con su traje negro de tirantas vino tinto y gafas rayban, parecía invocar el poder de Selene para recordar sus vivencias, recargar su pluma, y hacer cortes incisivos en su cerebro para extraer los recuerdos y narrar las historias de la muerte por

la que un día, años atrás, se hizo ciu-dadano del mundo para observarla de cerca con sus ojos avizores que no miran sino que acechan.

“El Ángel Terrestre que siempre me acompaña”

A Fernando Julián Calero de la Pava la muerte lo escogió desde niño. A los tres años le quitó el freno de mano al auto de su padre que se había ba-jado minutos antes para hacer una diligencia; el carro arrancó en rever-sa y cayó en un caño, Fernando se catapultó hacia el asiento de atrás; excepto un leve golpe en la cabeza, el niño salió ileso. Lo narra uno de sus cuentos; fue la primera vez que sintió de cerca al “Ángel terrestre” que lo acompaña, y que en adelante lo llevó por las esferas extremas de una vida

llena de aventuras, que inició cuando libraba grandes batallas con los ani-males de su casa, y siguió por los ca-minos de la ciudad tropical donde se volvió un personaje de leyenda al que le decían “El Loco”, pues la severidad que recibió en el colegio de jesuitas donde estudió, en contradicción con el amor desbordado que le brinda-ban en casa y la conciencia de una sociedad injusta, lo llevaron a ser un rebelde cuyos actos desestructuraban la moral impuesta en su esfera social: “Me di cuenta cuando leí a Sartre, que éramos sujetos sujetados.Yo era un hombre casto que soñaba casar-me con una mujer virgen, pero todos los instintos reprimidos al servicio del placer, regresan a manera de sínto-mas neuróticos. Era un niño burgués pero en una sociedad desesperanza-da. Todos mis amigos se murieron por las drogas, y eso hizo que la religión no me diera una respuesta válida. El único escape fue la rebeldía…”

A los 17 años las pulsiones de aventu-ra empujaron al escritor a subirse en un crucero rumbo a Europa para es-tudiar medicina; la esfera del mundo se amplió ante sus ojos, conoció a la Baronesa Cristina Fongrisen, y viajó con ella alrededor del mundo como el Barón Consorte. “Me fui a Europa buscando un país que me mostrara un poco la justicia social que los jesuitas me habían en-señado pero que no encontraba aquí. Siempre quise ser viajero, escritor, y estar en una rama de la medicina mental”.

Mientras su cabellera rebelde sentía los vientos de muchas partes del mun-do, estudió medicina y un diplomado superior en Criminología en la Univer-sidad Central de Barcelona, y en su Instituto de Criminología de la facul-tad de derecho, también una maes-tría en Psicología y dos doctorados en University of Psychology, y en el Cen-tro Internacional de Psicodiágnóstico y Psicoterapia: “Yo estudié crimino-logía para saber por qué el hombre delinquía, por qué tenía una pulsión al servicio del placer hasta llegar a la muerte, y de su peligrosidad en una estructura social que lo condiciona”.

Fernando Calero de la Pava:El Griot de la Diosa Muerte

Un día despertarás/ y te dirán que he muerto/ perdulario y siniestro / Soy un cóndor

perdido/ con alas anhelantes /en medio de la tormenta/ que mira abismos insondables / o vuela al infinito/ a la cima del

resplandor.

Fernando Calero de la Pava

Jenny AlzateEstudiante de Lic. en Literatura

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Fernando Calero en su casa

7Cali, Diciembre de 2013La Palabra PERFIL

Hoy basta leer sus relatos para ente-rarse de sus andanzas con mujeres di-versas a las que amó en los desiertos, en las playas y en las ciudades de los países europeos, o de las escenas de coraje del Fernando ficcional que construye en sus historias para darle la voz a los marginados física y mo-ralmente; aquel que fue trasladado en una jaula de vidrio por las calles de España saltando como un simio, o salvó hombres y mujeres en Tailan-dia de las fauces de las “chinas” y los “dragones” (pases de heroína), o tiró dinero en los barrios de los gita-nos por las ventanillas de un carro a toda velocidad con “el grupo Guai” mientras gritaban: “¡Yo odio la Mo-narquía!”, y los gitanos exclamaban: “¡Llegaron! ¡Llegaron! Por todos estos caminos, el escritor-personaje se salva de morir como un protegido de la misma parca: “La diosa muerte es esquiva pero me ha acompañado y me quiere tener un rato gozándome. Me he lanzado des-de un tercer piso. Me han tirado con una daga en Marruecos y me he qui-tado en el momento preciso”.

Si quisieras ahora venir, y acabar de una vez con mi vida, yo te lo

pido, blanca mujer, que me lleves a tu eterna

guarida …“Blanca Mujer”. Roby

Draco Rosa.

El primer poema que leyó Fernando Calero fue “Garrid”, y la prime-ra novela “la Metamor-fosis” de Franz Kafka. El retrato literario de estos dos personajes presas de una sociedad que los oprime con la fama y con el arquetipo de un individuo socialmente co-rrecto, parecen haberle suscitado una profunda indignación social, por eso varios de sus relatos los narra un hombre que vio niños y mujeres muer-tos después de ser utiliza-dos para llevar drogas

en su estómago, que consumió he-roína cuatro años, se despersonali-zó entre sus brazos casi a punto de perderse en ellos sin haberlo hecho, y cuenta con agresividad el clamor de los oprimidos, de los que roban o se prostituyen para comer, son víctimas de la violencia en Colombia, o con-sumen heroína, diosa temeraria de las drogas que junto con las armas, el sexo y el dinero es un tema funda-mental de las historias, y la causante de la muerte o el extravío de los per-sonajes:

“Cada penetración de la aguja en las venas ávidas trae venenosos

delirios y orgasmos bajo la piel, y el goce… el goce del juego con el émbolo en el torrente sanguíneo”.

Relato XLI “Compra un Caballo en Estambul”.

La literatura nos salva. Lo saben aque-llos que vinieron al mundo a transfor-mar la realidad tejiéndola con sus pasos embebidos por las calles del mundo. Los poemas de Fernando Calero metaforizan la soledad de los presos asfixiados en las bóvedas de las cárceles, y la crudeza de una Colombia irredenta atrapada entre hilos sangrientos a la que llama en uno de ellos “…este país de sangre y poesía…”, donde existen plantas an-cestrales como el Yahé e infecciones humanas como los políticos, protago-nistas de su ensayo “De la luz y de las sombras” escrito en compañía con el arquitecto Pedro Gómez Arango.

Además de las voces ficcionales de las historias y poemas de Blanca Oscuridad, Herederos de la noche, Compra un caballo en Estambul, Es-tigmas, o El precio del placer, el dis-curso literario y político de este escri-tor Rocker del Trópiko, plantea la lite-

ratura como un acto de liberación del pasado, representación del presente y construcción del porvenir, y la reali-dad de Colombia como una construc-ción corrupta de quienes la dirigen: “En este mundo vinimos a perderlo todo; la inocencia, los seres queridos, y hasta lo que nos pertenece, el amor. La literatura es un lugar de búsqueda, un acto de conocimiento. Tengo para escribir mientras tenga vida, y puedo narrar muy rápido porque todo lo he vivido”.

“Los políticos delinquen alto”. “Los amos en las sombras son los que nos manejan, ellos se apropian de nues-tras riquezas”. “En Colombia vivimos de las remesas, la redistribución del narcotráfico y la corrupción políti-ca…”.

Fernando Calero de la Pava, el her-mano maloso con el que Andrés Caicedo veía películas tres noches seguidas, se escandalizaba ante la salida del “vampiro” Sol, y aprendió a defenderse de los bandidos, cami-na hoy por las calles de Cali como un extranjero en su propia tierra, y entre las consultas psiquiátricas y la escritu-ra espera a que al fin La Diosa Muer-te, como premio por haber ofrendado sus días a conocerla y a contarla, en-tre por la puerta de adelante con toda su cohorte y lo bese en la boca para llevárselo a vivir con ella.

En el silencio nocturno, el Griot de la Diosa Muerte eleva múltiples voces como una cantata gótica. Conversa con el

recuerdo de las mujeres y los amigos idos; utiliza las palabras para conjurar sus aromas, sus rostros, sus colores, y revivirlos en el tazón mágico de la noche donde se cuecen las historias de la Diosa Literatura”

8 La PalabraCali, Diciembre de 2013

Rock en la ciudad selva

Caminar la Cali de noche es enfren-tarse a una selva desnuda. Ritmos y seres la transitan, diversidad de cultu-ras en ella se forjan. Entre su paisaje se dibujan gentes que como pájaros cantan hacia el viento sus músicas de libertad, inconformes y desenfrena-das. Entre pequeñas multitudes una cultura suena y parece un volcán que estalla, que cubre de sonidos agudos la noche dormida, entre salsa y rit-mos perturbadores que no merecen ser nombrados. Hay algo fuerte que suena profundo y desde abajo, desde bien adentro esta ciudad grita rock.

La escena rock se manifiesta en el un-derground. Cali ciudad de embrujos, al parecer buziracos y calibalistas no dejan de circundarte; espacios limi-tados, escasos toques y conciertos, lugares reducidos para habitarlos de otra música, de otras culturas. Las bandas locales sufren el desprestigio de un no lugar en la capital de la sal-sa, los espacios para el rock, la guita-rra, el baile y las muchedumbres en-tregadas a la vibración de este géne-ro rebelde, son minucias salpicadas por algunos recodos de las calles. Y sin embargo los espacios emergen desde la autogestión y la resistencia, cuando es rock lo que corre por las venas, la sangre hierbe, el desenfre-no avanza y bajo el cemento florecen comunidades amplias, expresiones variables producto de la pasión.

Descubrir la ciudad desde otras ma-nifestaciones, aquellas clausuradas, escondidas, recónditas, sin permi-so y que habitan allí con culturas diversas, es un bello paisaje de la desmesura de esta Cali incitadora. La salsa predomina en el imaginario de ciertos sectores, transformada en una contradicción entre cultura arrai-

gada y negocio comercial, asimismo la música bastarda de otras latitudes se toma escenarios y rumbeaderos rodantes, evidentemente los espacios para otras expresiones es limitado e insignificante. Cali está ávida de vivir bajo dinámicas diferentes, tropicales, irreverentes, festivas, propositivas, contestatarias, y con expresiones como el rock asume su lugar desde la periferia.

Nombre del dossier

Exaltar una ciudad de rock que entre rincones escondidos se agita, es la motivación necesaria para salir a las calles en busca de música para des-pertar el cerebro y envolver el cuerpo. Cali vive su rumbo desde el espacio perdido de múltiples expresiones mu-sicales, de prácticas y acciones de libertad. El equipo de La Palabra se descubre en la música rock en tiem-pos de Feria y despilfarro, retratando otro lugar para las culturas margina-das.

Caminamos entonces sobre los pasos de la actualidad de la escena rock en la ciudad, los géneros que nacen y se fecundan en este trópico caliente, los lugares desde donde se habita la mú-sica, sus tendencias, estética, dificul-tades y logros, su cultura constituida en el desarraigo pero activa desde la periferia. Escenarios e historias, don-de el rokero caleño hace rock.

Saltan a escena los diversos panora-mas de consumo, el movimiento ten-diente al extranjerismo, la sobreoferta de bandas de rock y la poca deman-da por quienes deben promoverlo, así como la necesidad de un movimiento vital en la ciudad, son aquí inspira-ción para el debate y la crítica. Una dicotomía caleña entre la cultura im-puesta y la construida, se hace evi-dente en falta de eventos masivos y gratuitos, con apoyo gubernamental y presupuesto público en la ciudad; una profunda necesidad de un evento que traiga bandas nacionales e inter-nacionales para que alternen con la escena local, como sucede en otras ciudades del país. Apuntar a la des-naturalización de las constantes riñas entre los movimientos rock y eviden-ciar la falta de gestores que superen tales dificultades, hacen parte de este conjunto de experiencias que com-partimos.

Nos abrazamos a narraciones carto-gráficas de una ciudad acompasada por el rock, visiones desde la calle, la historia, la memoria y las vivencias; fotografías con palabras tipo postales que describen ritos y cosmogonías rockers desde la subjetiva literaria, que nace en un recorrido por la Cali desde la loma de la cruz y que se desliza hasta el barrio San Fernando para desembocar en un toque draco-niano bajo la blanca luna.

Órbita rockde una Cali periférica

Nathali AguirreEstudiante Lic. en Historia

RETRATOS DEL PAISAJE ROCK CALEÑO

“El amor es una musiquita que producen los árboles cuando

estás borracho en la banca triste de un parque a las seis

de la mañana. El amor es una musiquita que producen

los árboles cuando están borrachos.”

Rafael Chaparro Madiedo

1. Hablar de rock en Cali es referirse a un puñado de jóvenes que parecen levitar algunos centímetros por encima de las calles de esta Caliente que sofoca las chaquetas e invita a la euforia –dice Yerba, la chica de arriba de la Loma de la Cruz.

2. Si Cali fuera como la literatura, esta calle sería su poesía maldita, que como rosas negras decora con oscuridad la ciudad, donde se suele gritar “camino de rosas, camino de flores, camino, que a mí no, que a mí no me jodes” –palabras de un punki un viernes por la 5ta.

Cápsulas

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9Cali, Diciembre de 2013La Palabra

Con La música camino las noches ca-leñas; en esquinas y calles las sonori-dades me abordan sin tregua. De la Cali caliente de la salsa, el pacífico y su sabor a las escenas de la contra cultura del rock local; rutas del afueri-ta, andenes y muritos, paraderos, ta-rros de basura, son puntos de encuen-tro de los noctámbulos transeúntes. Particularidades conjuradas forman el escenario donde se expresan las prácticas y discursos de la cultura. El panorama urbano nos muestra la col-cha de retazos que somos, pedazos unidos por los hilos de la gestión cul-tural, la autogestión, el underground, la necesidad de espacios, los públi-cos, la necesaria inversión del sector público y privado; hacemos la colcha, somos parte y a la vez queremos cu-brirnos con ella.

Era una tarde de sábado, noviembre ya corría. La escena caleña del Rock lucha por mantenerse encendida todo el tiempo; es muy probable que en

esos momentos, mientras hablábamos con Miguel Méndez, en varios pun-tos de la ciudad una sala de ensayo recibía una banda local, una madre resistía la batería del hijo ardiendo en polifonías, un saxo vivió gracias al vaho de quien lo impulsó a vibrar, una chica quiere cantar. Miguel se mueve en las ondas de la autoges-tión, no solo en términos del dinero para sostener sus proyectos musicales sino en los conocimientos de los que se vale para realizarlos. En compañía de la música me contaba de los esce-narios eclécticos, de la precariedad convertida en prestigio y de los “En-loquecidos por la música” a quienes los trabajos de 8 horas les ayudan a realizar sus sueños. “La manera de generar escuela es fracasar y perder plata, pero hacerlo constante, eso es el undreground!”

En la actualidad Miguel hace parte de ESVRIO, una propuesta que no me atrevo a catalogar, acaso porque su sonido me transportó a un ritual con-temporáneo, un carruaje de energía conducido por Irene, la vocalista. Ya emprendido el viaje por las sonorida-

des y el circuito, los caminos del humo nos llevaron al Club San Fernando; el concierto de Robi Draco Rosa fue la excusa para reunirse, embriagarse en vibraciones y conspirar en el afuerita de la resistencia. Con la llegada de la policía y la querella confirmamos: es-tamos en la escena de la tras-escena. La ruta del rock nos llevo por la quin-ta, en cada parada una cerveza; un paneo por los seres de la noche, un vistazo a la escena local.

“Bienvenidos al cielo para todos”

Jorge Walter Isaza Tabares, también conocido como el paisa ha hecho del kiosko junto al CDU de Univalle un “cielo para todos”; pone lo que le gusta, Rock and Roll. El punto de hi-dratación se convierte en una estación radial de buena música programada desde su experiencia como escucha. Conoció la música de Elvis Presly en el 56 y le cambio la vida. “Aquí hay mucha gente buena, lo que falta es plata”, con claridad nos habla del po-der, una trinidad tangible, la religión, la política y el militarismo. Recuerda como se tildaba el rock de música del diablo. Los discursos de la posguerra a nivel de la cultura joven representan el demonio de una cultura construida a partir de violencia, el dominio, la superioridad. El Rock and roll y su múltiples manifestaciones sonoras re-significaron la vida en términos de los sentidos o sin sentidos del sistema, abrió conciencias, amplio horizontes de compresión.

Con Javier Devia gestor e integrante activo de Ra La culebra hablamos de la escena en varios niveles; la gestión cultural en términos de las propues-

tas o estrategias para fomentar la creación, producción y difusión de la música local. Los públicos en el sen-tido de lo cultural y de mercado, las mediaciones a través de los festivales entre unos y otros. Ubica puntos im-portantes en lo que llama una esce-na decaída pero que se mantiene. La gratuidad de los eventos fortalece una formación de públicos, pero no la sos-tenibilidad de ellos, a esto se une una burbuja de tiempo en algunos bares donde los 80 siguen alimentando los espíritus pero no las bandas locales emergentes, la casi desaparición de las emisoras de Rock cierra el panora-ma “y a pesar de todo eso la escena caleña del rock se mantiene…”

“La situación particular de la escena roquera en Cali es producto de unos procesos que viene de unos 20 o 30 años; hay mucho público, el roquero caleño te lo encontras en la topa, en el Petroneo, no como es el roquero de la zona cafetera Pereira, Medellín, Manizales, es multicultural y multi-género, partiendo de allí es muy di-ferente todo. Es indispensable unirse, si seguimos trabajando cada uno por su parte no va a pasa nada! Lograr una integración horizontal y vertical del sector, hay que trabajar como una industria cultural.” Escucho en mi cabeza la frase mentada una y otra vez “el Rock and Roll es una forma de vida”, y lo es en un dobles sentido: la responsabilidad de no dejar caer el propio escenario donde se ha cons-truido esa vida social, de identida-des y sonoridades, por otra parte, la necesidad de generar posibilidades que hagan sostenibles esa vida que queremos vivir, la del rock and roll.

Sonoridades de la escena caleña

Viajes al circuito

Agente del Kaos y del ErrorEstudiante Lic. en Historia

RETRATOS DEL PAISAJE ROCK CALEÑO

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Walter Isaza “El paisa”

Barrio Blues, tarima Univalle noviembre 2013

10 La PalabraCali, Diciembre de 2013

En el mundo del rock, generalmente vemos un universo de tendencias mo-viéndose, dependiendo del género, ideas o una necesidad por transgre-dir lo establecido; sin embargo, no podemos considerar que se sale de los conceptos estéticos y más creando tendencias, pues, en el nivel históri-co y social de las contraculturas va a existir un paralelo de tu deseo por pa-recer a tus ídolos, haciendo un agón de apariencias para así poder llegar a ser.

Las primeras estéticas que tomaron forma para ondear la bandera de rebeldía en el rock se generaron gracias al impulso de las películas a finales de los 60, de motociclistas que fatigaban las carreteras de Nor-teamérica creando el caos, tal como sucede en “Easy Ryder”, (película de culto entre los rockabillys, grasers de apariencia rebelde), las chamarras de cuero, cabello largo o de frondo-so copete, jeans, botas tejanas o de obreros, hicieron hincapié para las tendencias percibidas hasta la actua-lidad.

En la ciudad, la cultura urbana am-bientada al género rock, siempre re-voloteó una mezcolanza de culturas, la representación de la vestimenta fue la armadura del género y se hizo más fuerte gracias a los procesos me-diáticos que entraron a este país en desarrollo.

A raíz de la tendencia los primeros locales fueron los segundazos, las camisetas transformadas con tijeras, pintadas con los nombres de las ban-das con rossetas o stencils. Poco a poco las tiendas de música fueron ad-

hiriendo accesorios a sus mostradores y la realización artesanal se fue que-dando como una segunda opción.

En el nuevo milenio, el negocio de la ropa consigue poderío gracias a la necesidad de los jóvenes, la crecida de la cultura rock y el alto precio en los accesorios originales, ayudó a que personas de pocas posibilidades para adquirir una camiseta de esti-lo propio, obtuvieran un estampado casi profesional a bajo costo. La en-trada de las tiendas de estampados, quienes por ley general se encuentran al rededor de la calle quinta, (Agente Naranja, Plasmatix, Odín, Ultra, Re-volution, Paria, Subterra) generaron competencia en el mercado estético y fortalecieron la idea de nueva indus-tria por parte de los jóvenes.

Hoy en día, el movimiento del rock caleño se ha apegado a las versati-lidades rápidas de la globalización, han consolidado los cambios esté-ticos, que van contextualizándose cada vez más a las épocas de los paí-ses occidentales; sin embargo en la ciudad siempre prevalecieron firmes los estilos que pasaron a ser parte de “contraculturas” (El punk, el metal con sus diferentes subgéneros; los alterna-tivos [idea de los rockeros convencio-nales, quienes no se entregan en tota-lidad a algún género], junto con otras escenas que vienen a hacer parte de una cultura como los rastafaris). Las otras, pequeñas proclividades dentro del escenario del rock siempre han pasado dejando mínimas secuelas, cambiantes a medida que la música y los estilos se transforman, entregados al ámbito de moda en las juventudes norteamericanas y europeas.

Gracias a la entrada del diseño (Tan-to Grafico, audiovisual o de moda), se robustecieron las tiendas de Tattoo y se convirtieron en una estampa para afirmar la rebeldía. Con los me-dios electrónicos, la cultura del rock se abrió campo cada vez más en el consumo de vestimenta, los hipsters quienes se les atribuyó el nombre por los hip del jazz, se abrieron como una tendencia alternativa, fortaleci-da principalmente en la moda vinta-ge; los geek, cultura tecnológica con

gustos al rock electrónico o música de tierras Niponas, dieron la bienvenida al afianzamiento de la informática y con esto a las tiendas online, las cua-les funcionan a través de las redes sociales y han contribuido en gran medida al fortalecimiento del merca-do y de manera indirecta han venido quebrantando un poco las estéticas de los géneros “contraculturales”.

Dentro los valores de la sensación y la percepción (aisthetikê), llevados a través de la percepción y la sensibili-dad (aisthesis), el rock trata de rom-per las barreras de éstas, unidas en la estética, bajo la mirada performá-tica de sus establecimientos de estilo, buscando el valor de rebeldía conser-vadurista, convirtiéndose en un modo de ver el arte como una mezcolanza entre lo dada, y lo pop, repeliendo las neomiradas de la moda y lo nuevo que llega, viéndolo como una amena-za o la excusa de una enfermedad a las proclividades “contraculturales”; sin embargo como una inclinación de pensamiento sería imposible, pues a pesar de sus deseos a desunirse en los conceptos estéticos de las épocas recientes, siempre tendrán un acer-camiento perceptivo y sensitivo, sea para agredirlo a acercarse a él.

De la aisthetikêsin la aisthesis,una mirada a la estética del Rock caleño

Víctor Manuel CorralesEstudiante de Lic. en Literatura

“Tu crees que esto no tiene nada qué ver contigo. Vas a

tu clóset y escoges, no sé, ese suéter viejo de color azul, por

ejemplo, porque quieres de-cirle al mundo que te respetas demasiado como para intere-

sarte por lo que usas”.

Lauren Weisberger –El diablo viste de Prada

RETRATOS DEL PAISAJE ROCK CALEÑO

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11Cali, Diciembre de 2013La Palabra

A principios de la década del noven-ta, en la efervescente adolescencia, cuando forjaba mi criterio estético, de a poco me incorporé a esa otra ciudad de acordes distorcionados, agresivas percusiones y líricas sobre ese no lugar que se abre paso entre nuestro contexto rumbero; experimen-tando que el rock, como en el lengua-je los extranjerismos, ya era tan de acá como sus calles. En Cali el rock ya traía su curso y yo me enrutaba en él.

La onda del jipismo había quedado en el camino y el carácter underground era entonces el fuerte matiz del roke-ro caleño. Los barrios populares fue-ron los espacios de ese carácter, el Metal, Punk y Hard Core desde sus universos y sonoridades constituyeron una escena comprometida. “Primero en una esquina del Benjamín Herrera nos parchábamos los MetalCorner, luego nos fuimos para La Indepen-dencia, allí llegaban parches hasta de otras ciudades. La música era un elemento de culto, un estilo de vida —me ha dicho muchas veces un hijo de esos días, gran amigo que se reco-nocerá a sí mismo si lee estas líneas–. También estaban otros parches que se reunían en La Base, Floralia, Los Almendros, El Olímpico, Calima y Los Cámbulos.

De aquellos parches aún muchos siguen la fe de aquellos días de es-quinas y parques, el concierto de la icónica banda norteamericana Mas-sacre el pasado 3 de noviembre, al cual asistieron tres generaciones de caleños, para una asistencia aproxi-mada a quinientos rockeros, logró reunir buena parte de esa genera-ción que, fiel a su identidad musical, ratifica ese germen bendito que los acompañará hasta la tumba, porque lo asumieron como su estilo de vida.

Con el cambio de siglo empezamos a participar de los emprendimientos de la escena rock del país, traduci-dos en festivales nacionales que hoy son referente latinoamericano; mien-

tras, nuestra ciudad no ajena a esos emprendimientos, lastimosamente no logra reflejarse en esos modelos que permiten a su escena local alternar con representativa bandas internacio-nales, incluso, pioneras del movimien-to mundial; escenarios donde éstas encuentran la retribución a su trabajo en condiciones técnicas y públicos masivos.

Aunque como lo explica Fredy Ló-pez, difusor y promotor del rock caleño “existe un clúster importante con una cantidad de protagonistas: bares, estudios de tatuajes, tiendas de estampado y accesorios, músicos, escuelas y tiendas de música, ensa-yaderos y más, la no consolidación de los emprendimientos locales radi-ca en la falta de acuerdo entre los criterios de quienes han adelantado estos procesos”; eso lo sabemos bien

quienes de alguna manera vivimos y hacemos el rock de nuestra ciudad. Los últimos dos años dan fe de ello. La fallida mesa de concertación entre los diferentes festivales locales fue el escenario sobre el cual llovieron los descontentos, la impotencia de la no comunión y el no entendimiento. La-mentablemente mientras otras capita-les fortalecen sus festivales con cada edición, el futuro para los eventos en nuestra ciudad se vea cada año incierto y alejado de consolidar un festival a la altura de su contexto na-cional. Por su parte Carlos Balcázar, miembro de la organización del Cali-bre, festivales ejemplo de ciudad por su modelo de gestión comunitaria, ex-pone parte del problema: “Cada año hay que volver a contar la historia a la Secretaría de turno y empezar a convencer a mucha gente, dilatando y desgastando los procesos”, cruda

realidad, máxime cuando El Calibre vive su anticipada agonía por la no destinación de recursos para 2014.

Como existe una diversidad de pers-pectivas en torno a este tema me entrevisté con Jorge Giraldo, músico y gestor cultural por vocación, fun-cionario de la Secretaría de Cultura, quien ha acompañado los últimos procesos de concertación del movi-miento rock local. Con su tono afable me detalló cada etapa del proceso y sus resultados, satisfactorios o no, los cuales han sentado un panorama de cómo está organizada la escena local, reluciendo el problema del des-encuentro de criterios. No obstante, sin importar los tropiezos que hasta ahora ésto ha significado, para Giral-do aún es posible lograr ese anhela-do Acuerdo Municipal que permitiría que los recursos para el rock no se vean supeditados a los dirigentes de turno y se pueda mantener una parti-da presupuestal fija para estas expre-siones, lucha compartida por Fernan-do Tamayo, quien viene aportando a la escena desde el Concejo Munici-pal. Hasta entonces, nos queda como resultado un pronóstico oscuro para el 2014 cuando desde ya se avizora cero pesos desde Secretaría como re-sultado de tales desencuentros, según manifiesta la fuente oficial.

Mientras, nuestra escena seguirá su curso desde el underground –para unos es ideal, para otros no tanto–, ambicionando los conciertos que se hacen en otras ciudades, públicos y privados, que no llegan a nuestras tarimas. Por lo pronto el 2013 cie-rra con dos festivales públicos para su ciudad: el Festival Calibre para el 29 y 30 de noviembre y el Corto Cir-cuito el 6 de diciembre, resultado de los procesos que vienen impulsando una cultura inclusiva para la escena roquera, donde todos sus actores: bandas, públicos, gestores culturales, industria rock y demás se integren para lograr un mejor posicionamiento en la escena latinoamericana, por el bien de nuestro rock y su gente, para así generar los espacios que también nuestra escena merece y encontrar en esta ciudad los eventos que cada año salimos a buscar a otras capitales.

Las tarimas de nuestra ciudad,un escenario por consolidar

Fredy Prado GutiérrezEstudiante de Lic. En Literatura

RETRATOS DEL PAISAJE ROCK CALEÑO

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Concierto Massacre, noviembre 2013

Festival Cali Underground 2007

12 La PalabraCali, Diciembre de 2013

En la cafetería el Samán de la Ja-veriana Cali, me encuentro con las memorias vivas del Rock. Con una camiseta blanca de Pink Floyd me contextualiza el Wish you were here que tiene estampado junto al nombre de la banda: “fue dedicada a Syd Ba-rreth cuando tenía sus momentos de lucidez y regresaba para componer”. Conocido como uno de los sabios del rock, Álvaro Marín “El paisa”, reali-za el programa de Rock Lagrimas de acero en la Javeriana Estéreo bajo la dirección de Mauricio Antonio Cue-vas.

Oriundo de Pereira, a finales de los 80’s llegó a Cali con la intención de expandir la cultura rock. Se ubicaba en el Paseo Bolívar y desde el piso ofrecía LP’s con la mejor música rock

que se podía concebir en aquel en-tonces. Es rockero desde los 11 años y ya frecuentaba a Cali desde los 70’s. Tuvo el placer de ver en escena a las bandas caleñas Arcoíris e Hy-dra y años antes otras que no eran de aquí pero tenían caleños como in-tegrantes: Los Ampex, Los Yetis y Los Flippers. “Sin ser valluno soy uno de los que más ha vivido el rock en Cali y sé buena parte de su historia. Te cuento que Juan Nicolás Estela de Los Yetis, hizo la canción más famosa de rock en Colombia, La chica del bille-te. Ese man es increíble, su triunfo fue en Medellín”.

Álvaro sabe donde ocurría la movida rockera: “Los conciertos eran en la Tertulia. Antiguamente había un muro ahí donde las bandas se trepaban a tocar. Ahora tenemos un pequeño Teatrino; para nosotros los rockeros es un lugar muy agradable, lástima que tiene una tutela y no se puede tocar después de las 9 de la noche. Allá to-caba Hydra, se pasaba muy sabroso. Arcoíris era una banda de aquí de Cali muy buena. Esto que estamos ha-blando es súper vieja guardia, en los

70’s, porque la época media de los 80’s había otras bandas bien famo-sas, Kaos, Ardos, Caton dart”. Revive los lugares por donde transitaba y recuerda: “el sitio más importante en la época vieja de Cali que yo cono-cí, fue Amigos en la Sexta donde nos reuníamos hartos rockeros, ese era mi favorito y a donde más fui. Ya des-apareció. Al bar Ozono, a la vuelta de la plazoleta del Conservatorio, fui a tres conciertos de la Jurassic Band (antiguos Hydra). Llegue a ir a Cines-tesia que fue muy noventero quedaba en la veinte, famosísima”.

En 1994 inauguró el almacén Todo-Rock, distribuyendo cd´s, lp´s, ca-misetas, accesorios y organizando tours rockeros por Colombia. Siendo pionero en Cali con este negocio, sur-ge la sociedad con Didier Panchalo quien quería anexarle un almacén de rock al ensayadero y bar Rock Purpu-ra. De esa forma se convierten en los pioneros en Colombia con un lugar completo para los amantes del rock. Hoy podemos encontrar el almacén de Álvaro en el fan page de face-book: TodoRock Music store.

La movida del rock se hacía en el Co-liseo Evangelista Mora y “El paisa” me cuenta que organizó un concierto de Kraken en el coliseo del colegio Santa Librada, hace una pausa, se ríe y me dice: “Organicé un toque con Masacre de Medellín allá en el au-ditorio del Colombo-Americano, fui-mos los únicos y últimos en hacer un concierto de Metal en ese auditorio y nunca más lo volvieron a prestar”. Le pregunto por Antología del Zaguán hoy conocido como Alterno Bar y me dice: “Allí se hicieron grandes con-ciertos, y muy, muy, muy brutales, en especial las Cruzadas del fuego que es de Metal. El sitio es el sitio. A una de esas Cruzadas asistieron como 1.200 personas que no se sabe como cabían ahí, pero ahí estábamos”.

Álvaro se disculpa con los lugares, bandas y sitios de Cali que se le es-capan de la memoria, son 20 años y muchos lugares de rock han abierto y cerrado. Me parece curioso pasar por Manzana del Saber y divisar el Bronx rodeado de sitios que son puro

rock. Los lugares como los de Grana-da y la 66 son sitios agradables para el esparcimiento, pero cuando vas a rocanrolear de verdad, vas a la quin-ta. El rockero es increíble. Hablamos un poco sobre Eddie’s, Nivel2, Metal Beer, Lennon, y Rock City, y “El pai-sa” me recomienda: “Ahora, si quie-res saber cuál es el bar más bacano y pululado, el de moda, es Barbas Rock Bar, tienen bar y almacén. Rock City, es súper agradable, tocan las bandas en vivo y tienen almacén. Esa es la tendencia que nosotros impusimos, así lo teníamos nosotros, a ellos solo les falta la sala de ensayos. Mire lo que es crear algo. A estos lugares van rockeros de todos los estratos”.

Después de ese recorrido escueto por algunos bares de Cali que “El paisa” considera como notorios, me envía a San Antonio, foco del rock, un lugar de mucha influencia del Blues, Rock and Roll, Twist y sus tendencias. Es muy común ver por el Oeste a los jóvenes improvisando en las calles con sus guitarras, armónicas y de percusión, amenizando los parches que como nómadas pasan por esos lugares donde se respira rock, acom-pañados de vino y cerveza, cantando al son de los rockers de los últimos 60 años.

En nuestros desplazamientos habituales cargamos con ma-pas mentales, donde fijamos lugares que nos traen recuer-dos, gustos y sentimientos.

Jonathan BravoEstudiante de Lic. en literatura

Huellas y anhelosde una ciudad rock

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Reproducción foto de La “Rata” Carvajal. Agrupación Hydra, años 70

Álvaro Marín “El paisa”

13Cali, Diciembre de 2013La Palabra

“El rock es contra poder, espacio protector de la contracultura, de-

mocrática representación de los no representados o representables”.

Diedrich Diedrichsen

Una esquina, un punto,una línea de fuga

Es el final de la noche y no hace falta Facebook para encontrarse en el va-cío de la posmodernidad. El efecto de las pepas sigue presente en la psiquis telúrica de la calicalentura. Diciem-bre asoma su caoticidad. La brisa psicotrópica invoca a los cuerpos de-mentes y los vomita a la calle ancha, como tatuajes urbanos en Rock city. Hombres y chicas de espíritu febril, alma joven y mirada ansiosa, se citan abajo de la Loma de la Cruz, en “Li-cores Tito”, donde los atiende un ser nocturno extrovertido que provee al inframundo rocker del líquido necesa-rio para surfear la agitada noche ca-leña, y consentir al buziraco interior.

Habitan ese paisaje de la quinta, warriors urbanos onda retro setenta/ochentera, seres anómicos, freaks ni-hilistas, zombies anarkotropicales con crestas multicolores, y poetas inadap-tados que transitan sin cronometro por las ondas oníricas, cannabicas y lisérgicas del texter, de una ciudad devota al desenfreno salsero, pero el pentagrama rocker también exhibe sus arlequines de estirpe glamourosa como el Paparazzi, promotor de tu-rismo rockero con Rapsodia Tours, el

poeta Trauma Hugo Caicedo (THC), la legendaria punketa Bacteria, el old school Silvicious, el gestor under-ground Grillo, uno de los tantos hijos de la gruta, que con sus historias me recuerda una mítica canción de Fun people: “ Muy pocos saben valorar tu esfuerzo/ muy pocos saben los cos-tos de un show/ tenés afonía, ampo-

llas en los dedos / las cuerdas rotas y nadie te escuchó ¡!/ están los que siguen por propia convicción/ y otros porque otra no les da/ Estos son … The kings of the underground”.

Foto fija/ polaroid mutante de una ceremonia del deseo

No puedo evitar el humo que entra hoy, ni la gasolina en el corazón. Compro un whisky, y sí es un Dumont, muito melhor, comparto algunos cho-rros con John de Tribal Tatoo and Body Piercing, quien me comenta que el toque de Massacre le limó la cabe-za en Alterno Bar mientras tanto unos cuantos punkys atorrantes que cons-piran el fanzine tierra, como el Cofla y la Coneja comparten las gradas,

con momias metaleras celebrando la noticia de un nuevo toque chatarrero en Jovita Feijoo, mientras se rota un destilado de vodka con naranja por sus gargantas insaciables. La noche es tremendamente suya, sus caras di-bujan éxtasis y comunión. Flashes de infinita locura. Rabiosos sonidos del alma.

Desordenados sentidos existenciales a la deriva, encontrándose de forma festiva. Suena de fondo Misfits, luego The Adicts, y cuando Pestes Mutan-tex escupe “ya ni con drogas ni con alcohol ya no consigo ninguna reac-ción…“un flaco metalero hincha del Cali me invita a una poker, mientras explica que el finado Bocato es una leyenda de la escena metal porque en el 2007 citó a la muerte una no-che en Los Cristales, y no esperó que la pelona lo buscara primero. “Tomó cianuro y se fue…” me lo dice en Ancestral, evocando noches extremas del pandemónium urbano caleño, donde las carcajadas son guasónicas y el caos es justo. Suena Kreator.

Plano Secuencia

Con el habitual paisaje de fondo del neoliberalismo, camino la Calicalave-ra que está repleta de seres que con birra en mano, greda en cuero de arroz del trocen y remeras de Ramo-nes, Dos minutos y Exploited, alegran las noches desde la vaguemia solida-ria, la punkitud dionisiaca, la poesía fanzinera, y la acción directa contra el capital. Son mis amigxs, y por lo general les gusta el perico, la ganja, la calle y el punkrock, y sus cancio-nes de contenidos proletarios, peleas callejeras y los amores enfermizos por los colores del fùtbol. Líricas que gritan a pulmón herido, con bandas imaginarias como Sin sonido, donde el mulato Kuki de San Luisito toca la batería incendiaria, el cucho Mano Negra el bajo, Juan Woodstock conspira el blues en la armónica, la gárgola del Pájaro en los coros, y el poeta Trauma de la Rivera, en sus ver-sos manifiesta la incomprensión de la sociedad, la desigualdad de clases, y la incesante búsqueda de la libertad con mensajes que promulgan raptos oníricos, como: “Deseo estar en una nube gris/ pero no blanca para estar cerca de los ángeles / y si estoy muy oscuro / déjenme volar en los aires del infierno/ que me llevarán hacia las alas de lo perfecto y lo conocido”.

Cuando los veo parcharse en los an-denes de la quinta, o retacar birras en Barbas, La Mancha, e intentar colarse al recital de Draco Rosa en el Club San Fernando, comprendo que underground significa ser más brillante que la luz de la normalidad, como la oscuridad del sonido poético y maldito, del autor de Blanca Mujer, Penélope, y Llanto Subterráneo, quien electrocutó nuestros sentidos en una noche de homenaje a la ausencia de la parcerita Crazy Pao. “Gracias por cantarle a la muerte que nos ronda todo el día en Cali, a todas las horas. Gracias por ser vos, nómada poeta y vagabundo”, sentenció Kuki, mien-tras esta cartografía subjetiva recla-ma más espacio, pues el mapa de la contracultura rockera es rizomático. Nos vemos en los fanzines, en la lleca y en las barricadas sonoras.

Hay una calle mugrienta don-de los vagabundos suben a los árboles de la locura, persiguen arpegios y punteos eléctricos de guitarras, asisten a toques piratas, buscan sonidos nove-dosos, comparten miedos, y rastrean como outsiders el pa-sado del rock que no vivieron. Rolling por las calles ontis del no tiempo, de sus fantasmas y demonios, que la industria cul-tural no puede traducir en cua-dritos de excel.

El Zudaca (Nómada urbano)

QUÉ PASÓ EN MI BARRIO

Subjetiva cartográficarocker por la five streeth

En sus versos manifiesta la incomprensión de la sociedad, la desigualdad de clases, y la incesante búsqueda de la

libertad con mensajes que promulgan raptos oníricos”Fo

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14 La PalabraCali, Diciembre de 2013

“Rockanrollizar: Verbo Bárbaro para Gentes Bárbaras”

Dicen que el Rock llegó a Cali por Presley y su movimiento de pelvis. Él jamás pisó estas tierras. El tea-tro Colón fue el encargado de dar a conocer entre los jóvenes de los 50’s una nueva movida que venía apoderándose de gritos de rebeldía con la película “La Mujer Robada”. Bill Haley sonó después como parte de “Al compás del Reloj” (“Rock and Round The Clock”). La reacción de los medios fue pensar que los asistentes habían enloquecido. No estaban tan

lejos. Los jóvenes destrozaron las si-llas, taquillas y ventanales del San Fernando. La euforia y excitación ju-venil de quienes vieron el film no se debía a drogas; eso era el Rock and Roll, nenes.

De esta juventud rebeldizada por modelos extranjeros de “Chicos ma-los”, salió la élite musical rockera en Colombia. La ciudad se vio siempre sujeta a la poca música que pudiera importarse, o a lo mucho que un “bur-guesito” lograra viajar, copiar, cono-cer y comprar en acetatos.

Por eso en Cali se concibió el Rock como exclusividad del Burgués. Hasta los 70’s la ciudad se dividía en dos sectores sociales: Norte pudiente, viajaba y conocía nueva música; Sur, sujeto siempre a sonido importado. La necesidad de la élite caleña por diferenciarse del pobre llevó al bur-gués a buscar en otras culturas su ex-clusividad.

La utopía de hacer música

En el país del “Sagrado Corazón”, el hacer siempre ha sido cuestión de fe. Sólo hasta los 80’s los sellos dis-cográficos en Colombia decidieron apostarle a lo que estaba por llegar

de Norteamérica y Europa. Los em-presarios comenzaron a invertir en conciertos de grandes magnitudes y muchos grupos musicales hicieron valer su presencia en cada ciudad. Pop, Punk y Heavy Metal se pasea-ron como por su casa, mientras la ju-ventud (nuevamente) lanzaba pétalos de rosas a su caminar. La excepción, Cali, pareciera estar sumida en el hermético olvido por sus ciudadanos que, como ermitaños, marginaban y excluían a sus representantes de apa-riciones públicas.

Como siempre, el Rock quedó en manos de quienes tuvieron suficiente capacidad adquisitiva, en este caso, para producir. Imposible era conse-guir entonces una guitarra eléctrica por las calles de la ciudad, tal vez por ser una novedad; mejor dicho, un lujo. En todo caso, el sueño utópi-co del Rocker era hacer una banda, sonara a lo que fuera, con tal de ca-becear. Ni qué decir del bajista que, sumando todos sus ahorros, compra-ba gruesas cuerdas para su guitarra acústica y soñando que era un bajo, veía cómo se partía en dos por la tensión. O por ejemplo, como “Rodri-go D: No Futuro” de Víctor Gaviria, quien lo tiene todo menos una bate-ría, y aunque no se explica, narrati-vamente pareciera ser ésta la razón de su suicidio. En fin, para el rocker caleño hacer su música era un mal sueño, donde él era un extranjero en tierras de otros.

“Nadie es profeta en su tierra”

“El Rock le grita al mundo y al poder su verdad. El

Poder escucha ese grito, lo graba, saca un CD, orga-

niza una gira, vende cami-setas y espera que el Rock

vuelva a gritar”Diego Capusotto

Al parecer, el proyecto neo-liberalista criticado por el rockero de sangre rebelde, es el que ha permitido a éste acceder al Rock. O si no, cómo tener hoy mejores pre-cios en instrumentos, CD’s, y conciertos de artistas inter-nacionales, de no ser por los proceso de Globalización y apertura económica. Dentro

de Cali, ciudad que todavía vive bajo la mirada musical salsera, surgen cada día nuevas bandas de Rock. Por ello, llegamos a una sobreoferta de bandas y poca demanda para sus propuestas.

Si buscamos responsables, puede ser porque las bandas regalan su trabajo tocando “a precio de huevo”, o los organizadores (llámese bares, festiva-les o promotores), prometen generar espacios y reconocimiento a cambio de un mal pago. O en últimas, por-que el público espera la gratuidad de todos los eventos para ir a “apoyar” su banda favorita. Si así fuera, ¿de sus aplausos se alimenta aquel músi-co? De querer hacer bien las cosas, no estamos para mentiras. Siendo el caso, es momento para que el rocke-ro reflexione, con la mano en el cora-zón: se queja por la falta de eventos y el poco apoyo a las bandas, pero ¿cuánto ha invertido en este año para eventos de bandas locales?

Cali, a pesar de todo ha sido una buena plaza para crear, no tanto para recibir. Tenemos muy buenas propuestas, pero estas no siempre son acogidas por los mismos caleños. Desde aquí, bandas de todos los gé-neros se hacen conocer, aunque para ello, primero deban hacerlo por fuera y así lograr un buen espacio dentro de la ciudad.

Ritmo extranjeroDe tierras ajenas

“Dejen las oficinas y vuelvan al salvajismo del Rock

and Roll”Pomelo

Entre ritmos caribeños y chicas desenfrenadas, uno que otro Cocacolo esperaba paciente en una fuente de soda. El Rock and Roll había llegado para ruborizar lo más sensible de la élite caleña.

Alirio DelirioEstudiante de Com. Social

RETRATOS DEL PAISAJE ROCK CALEÑO

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15Cali, Diciembre de 2013La Palabra PALABRA CRÍTICA

Es muy instructivo leer las expresiones de falso júbilo empleadas por la pren-sa cultural tras un acontecimiento im-portante para la industria. Digamos, la entrega de un Premio Nobel. Cada nota parece escrita por alguien –el periodista modelo– propenso a usar superlativos (“el más grande escritor de…”, “la obra definitiva…”) y luga-res comunes (“fiesta narrativa”, “apa-rente sencillez, complejidad interna”). El público, que nunca pierde ni se equivoca, consiente en apartarse por un momento de sus agotadoras ocu-paciones para dedicarle, siempre en octubre, mes editorial por excelencia, un tiempo a la lectura, porque “leer libera”, “leer abre mundos”, “Con-tArte, NarrArte”, etc., etc., del breve resumen, la semblanza fugaz que condensa todo lo necesario sobre la ganadora. Las librerías ubican en su entrada la colección de obras –pre-viamente han recibido un embarque con títulos que, por lo general, no ha-brían pedido bajo otra circunstancia– destinadas a venderse, por un corto plazo de tiempo, más que las sagas, manuales de superación, testimonios de víctimas. Y así hasta el premio que viene. He aquí una buena rutina. Re-confortante.

Alice Munro suele ser catalogada como una escritora feminista (o al me-nos eso dicen algunos suplementos culturales), lo que fortalece el com-pendio de singularidades sobre las que la prensa hace énfasis, como si a ellas se debiera el premio. En efecto, aprendemos a fuerza de repeticiones que Munro es canadiense y nació en 1931, su obra está dedicada en su totalidad al género del cuento, su ma-dre tuvo Parkinson y su padre le pega-ba, que esos relatos por lo general es-tán ambientados en cierta zona rural de su país y, al parecer, la sencillez de su prosa en realidad esconde pro-fundas revelaciones sobre “zonas de

nuestra vida tan sutiles o tan efímeras o tan modestas que las perderíamos para siempre si ella no las hubiera cartografiado” como se apresuró a señalar el novelista Juan Gabriel Vás-quez en su columna semanal para El Espectador. Uno puede leer mil veces esas palabras, esas enumeraciones, esos engañosos elogios, y con toda seguridad los datos memorizados le permitirán destacar en cualquier con-versación informal. Ninguno de ellos, sin embargo, leídos así, con tanta reverencia, son claves para arriesgar una lectura de la obra. Para entender-la desde nuestras limitaciones. Alice Laidlaw suele ser catalogada como una escritora feminista y sin embar-go ningún suplemento cultural se ha preguntado por qué decidió llevar el apellido de su primer esposo incluso después de que se divorciaran en 1972. Nadie piensa en leer esa deci-sión en la escritura de Munro.

So I wasn’t writing, but I was thin-king about this family in the motels

at night.

Alice Munro, entrevistada por The Paris Review en 1994.

¿Qué quiere decir el cambio de ape-llido? Una posible respuesta sería que representa el acceso al mundo letrado; Munro conoció a su esposo en la Universidad de Western Ontario y luego abrieron juntos una librería, Munro’s Books, que aún sigue en fun-cionamiento. Pero atrás (y adelante, como pasa con el tiempo de sus cuen-tos, sujeto a ese vaivén entre pasado y presente) estaba la vida en la granja, las tardes pasadas tejiendo colchas con las mujeres, estaba la profunda convicción de cuál era tu sitio, cómo debías comportarte, adónde tenías que estar y adónde no, qué palabras no podían ser dichas. Alice Laidlaw aprovecha una beca universitaria vá-lida por dos años para huir, y adopta otro nombre para desplazar el peso indecible de esa tradición que arras-tra hacia su propio campo de bata-lla: la escritura. Estamos a mediados del Siglo XX y el papel que la mujer debe desempeñar en la sociedad se

discute acaloradamente. Alice (ahora sí) Munro no marcha por las calles de Ontario clamando por sus derechos, no se desnuda ante el Parlamento, no aúlla consignas en la helada noche. Escribe. Embarazada escribe. Ma-dre escribe. Esposa escribe. Escribe meciendo la cuna de su primera hija, mientras las niñas están en la escuela, cuando hacen la siesta.

Va a la tienda por comida y mientras hace la fila para pagar escucha la historia, por ejemplo, de esa bibliote-caria, sí, la que vive en el Hotel Con-tinental, esa mujer algo extraña. En el camino a casa un relato se gesta. Una resistencia invisible a la rutina, a la cotidianidad doméstica, que solo podría advertirse en público si alguien reparara en la atención de aquellos ojos; midiendo, calculando, interviniendo todo lo que observan.

“Solo escribe relatos”, nos informa escuetamente la prensa, el pasante con ambiciones, y tal vez podría de-cirse, más allá de la obviedad, que Munro ha encontrado en el relato la forma perfecta para disponer este inventario total de divorcios, matri-monios, órdenes, costumbres, refra-nes, decires, que conforman la vida cotidiana. Que la distancia que esa mirada puede abarcar contiene, en el preciso arte de elaborar sobre los de-talles, (no solamente) los cambios so-ciales entre las guerras del Siglo con más destreza y sensibilidad de la que aciertan a comprender los escritores de voluminosas novelas históricas, orgullosos de su exhaustiva investiga-ción, de los cientos de fechas y datos que han comprimido en un libro. Ali-ce Munro teje su propia épica míni-ma al reverso de la grandilocuencia desbordante en las novelas que se re-conoce incapaz de escribir. Trabaja contra, y, como no podía ser de otra manera, desde esas mismas praderas bucólicas que debió abandonar una vez para regresar siempre acompa-ñada de todos aquellos que la leen, aún si no aciertan a pasar de la su-perficie del relato, y demostrarles que ese pasado pervive, que esas atroci-dades mayúsculas, esos atropellos a un género, no han desaparecido y su fuerza reside intacta en una mirada desdeñosa, en el control firme de una mano con velludos nudillos sobre una espalda frágil. Pasen y vean, nos dice Munro, al interior de esas vidas inad-vertidas. Pasen y vean.

La mirada que no cesa

Jacobo Arango LlanosEstudiante Lic. en Literatura

El hecho de tener ideas pro-pias, por no hablar de ambi-

ciones, o simplemente leer un libro de verdad, resultaba sos-pechoso e incluso podía guar-

dar relación con que tu hijo cogiera una neumonía.

Llegar a Japón, Alice Munro.

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Alice Munro, Nobel de Literatura 2013

16 La PalabraCali, Diciembre de 2013

Titulo original: The CounselorDirector: Ridley ScottGuion: Cormac McCarthyAño: 2013Durción: 227 min.

Ciudad Juarez, ubicada al norte Mé-xico, se destaca en el orbe mundial por su alta peligrosidad. Tal vez por eso es el lugar idóneo para poner en escusa una historia sobre la codicia. El elegido para escribir este relato sobre la ambición es Cormac Mc-Carthy, un autor de amplio prestigio y aceptación por parte de la crítica en los últimos años, cuyas novelas han sido llevadas con éxito al cine (La carretera y No es país para viejos). Y para su incursión cinematográfica, colabora con uno de los directores míticos de Hollywood: Ridley Scott (Alien y Blade Runner). Así, con estos

dos nombres a la cabeza, era fácil lograr un buen ensamble de actores entre principales y secundarios.

La película se centra en la vida de un exitoso abogado (Michael Fassben-der), quien ante la llegada de una mu-jer con la cual se compromete, y para asegurarle un porvenir, ingresa en el mundo del tráfico de drogas pese a las advertencias de sus futuros socios. La carrera por conseguir dinero fácil lo lleva a tomar decisiones apresura-das, a rodearse de personajes extra-vagantes e inmiscuirse en situaciones evitables donde no hay espacio para los errores o malos entendidos, los cuales finalmente ponen en riesgo su vida y la vida de la persona que moti-va todas sus acciones. Pero la pelícu-la, cuya historia está erigida para dar una lección moral, no se suspende en esta cuestión existencial debido a su bien construido y dosificado guion.

A pesar de todo el reconocimiento del director y la trayectoria de un reparto

multiestelar, donde vale rescatar la in-terpretación de Cameron Díaz como una despiadada femme fatale, es la labor del guionista quien logra evitar la maraña de enredos hacia donde se dirigía el filme. La narración de un mundo irreal, lleno de personajes ca-ricaturescos rodeados de falsa sofis-ticación, contrastado con la realidad de la ruta del tráfico de drogas y el modus operandi de los carteles, hu-bieran ocasionado un profundo ma-lestar sin las proporciones razonables que otorgó el guion.

Los dos universos construidos, tanto en su puesta en escena como en su propuesta dramática, están definidos por cambios de cámara, manejo de espacios y un uso de la luz completa-mente disímil que recuerda a Traficc (Steven Soderbergh, 2000), pero que ante el encuentro de ambos universos se deja de lado el contexto del narco-tráfico para darle paso a la artificiosa sofisticación de unos personajes que abusan de unos diálogos conspicuos, ostentan una inexistente sabiduría y dan lugar a una película demasiado pretenciosa.

Director: Amat EscalanteGuion: Gabriel Reyes, Amat EscalanteAño: 2013Duración: 105 minutos

Heli es un joven que trabaja en una planta automotriz para mantener su esposa y su bebé; también conviven con ellos su padre y su hermana Es-trella, de 12 años. En medio de la lucha por el control del narcotráfico, en México, tanto los carteles como la corrupción de la policía juegan un importante rol, y cuando Estrella se enamora de un cadete de policía, la familia accede, sin poder evitarlo, al interior de un entramado que revela una sociedad corroída por la bruta-lidad y la violencia que azotan por igual a inocentes y culpables.

El tercer filme del director Amat Es-calante, quien ya había cosechado triunfos con ‘Los Bastardos’ (2008), se detiene a mirar la realidad de un país desangrado por las mafias que lo devoran. Entonces, analizar la pe-

lícula y enfocar la mirada solamente en lo explícito de esa violencia, termi-na siendo una forma superficial del análisis. La película va más allá, es un estudio sistemático y bien pensado de una sociedad flagelada, subraya la violencia pero nunca de una mane-ra gratuita, por el contario, hace uso de un inteligente dispositivo narrativo neorrealista, exhibiendo la sórdida realidad de Guanajuato. La cámara entiende ese contexto, encara su am-biente y extiende el castigo hacia los espectadores. Por esta razón el largo-metraje fue merecedor del rótulo de único escandalo genuino del pasado Festival de Cannes, donde obtuvo el premio al Mejor Director, y en Cali, hasta ahora, sólo el FICCALI 2013 ha compartido esa experiencia, de la cual el director Amat Escalante, muy aplaudido y también criticado por el uso frontal y excesivo de la violencia, toma lo que para él, y en general para el entorno mexicano, se ha con-vertido en algo cotidiano.

Así, ‘Heli’ no es una película que busque teorizar alrededor de la vio-lencia, pues cada uno de sus momen-tos es una pieza que examina, que

reflexiona alrededor de la condición humana, y lo más importante es lo que sugiere, la corrupción y dege-neración de una población, como se muestra en la imagen de unos niños que ante el sadismo no se inmutan, simplemente observan y algunas ve-ces se hacen participes.

El largometraje presenta un alto do-minio del llamado Nuevo Extremismo Francés, y el director no hace reparos en mostrar la violencia, le da el peso que debe tener. Siente en cada instan-te que es su responsabilidad darla a conocer como debe ser: triste y desa-gradable, muy sucia, una pesadilla.

Al final, la película, una obra crítica sin grandes pretensiones, se convier-te en una pieza para la posteridad y escapa de ser una simple anécdo-ta. Escalante logra excepcionalmente incomodar a las buenas conciencias, cuestionar las instituciones y la locura de la enajenación mental, además de hallar un lenguaje propio sosteni-do en una fotografía impecable y una narrativa capaz de encontrar las emo-ciones más puras en la desolación.

El abogado del crimen

Heli

PALABRA CINE

Luis Fernando CruzEstudiante de Com. Social

17Cali, Diciembre de 2013La Palabra

Para dar nombre a su creación Mu-ñoz utilizó un término acuñado por el curador José Ignacio Roca, quien lo acompaña junto a María Wills. Pro-tografía es la expresión para invitar

a reflexionar sobre los tiempos de la fotografía, pues según él ésta no es completamente capaz de capturar lo que la vida tiene de modificable, de transitorio; Protografía es resistirse a la transitoriedad y aferrarse a los sucesos efímeros para no dejarlos ir. Así, desde el mismo momento de la nominación, la muestra no está orien-tada a pensar exclusivamente el ins-tante en que se captura la imagen, sino en los momentos previos y pos-teriores a éste.

Desde el inicio de su creación artísti-ca –allá por los años setenta– y a lo largo de su trabajo, Muñoz siempre ha mostrado, además de otras ten-dencias, su interés por lo social, las posibilidades de la luz y la búsqueda de técnicas diferentes a las acostum-bradas en el dibujo y la impresión. Entonces, en este trabajo, como ha hecho en otros, utiliza materiales no convencionales que le dan particula-ridad a las acepciones poéticas que en ellos maneja; el polvo de carbón, el agua, la luz natural, y el aire, cum-

plen un rol importante al lograr aludir el carácter cíclico de los procesos na-turales a partir de la memoria. El con-junto de piezas que forman la obra da cuenta de la problematización de la naturaleza instantánea del recuer-do impreso.

“Sea lo que sea que ella ofrezca a la vista y sea cual sea la manera

empleada, una foto es siempre invi-sible: no es a ella a quien vemos”

Roland Barthes

Atravesada por un carácter retrospec-tivo, la obra trasgrede los límites de este canon, bajo el argumento de la no linealidad del pensar y la imagina-ción de un artista. Y aunque en retros-pectiva usualmente se organizan los componentes en orden cronológico para ser mejor observada, ésta no es la ocasión, pues el autor piensa en su trabajo como una serie de rodeos de la creatividad que puede retomar ideas y parecerse, sin ser la misma.

De igual manera, toda la obra altera las prácticas comunes de la fotogra-fía, el video, el grabado y el dibujo, mostrando un aire de libertad que ex-hala el autor, además de un abanico heterogéneo en cuanto a superficies y representaciones del trabajo.

La esencia de la exposición está di-vidida por Muñoz en cinco asuntos: Calidoscopio, donde la ciudad, los hogares, familias y algunos transeún-tes desprevenidos son protagonistas. El Soporte Reconsiderado es una serie que actúa fuera de lo convencional, con impresiones en cortinas plásticas y narcisos en agua. La Imagen Inesta-ble usa el video para hacer, algo que parece, la metáfora del hombre con-sumido por la imagen. En Improntas entran en juegos los objetos y el mis-mo espectador que debe hacer con-tacto con los grabados. Por último, la Imagen en Flujo es el resultado de la investigación de Muñoz con polvo de carbón y agua, donde se representa parte de la vida del artista desde el archivo propio del mismo.

Dibujos con trazos desintegrados im-presiones sobre un tapiz en vasijas con agua, fotografías grabadas con una superposición de tiempos (uno eterno e inmutable y otro cotidiano que transcurre), trazos de agua sobre una piedra al sol: son algunas pie-zas que ponen en consideración la retención de la memoria. Así que, si no se ha decidido a disfrutar de esta exposición, o si no se había entera-do de ella, señor lector, queda invita-do. Goce de la gratuidad que cubre a la obra de este payanes formado en Cali, pues dura poco. Si no la ve, cuando sepa en junio próximo, que está expuesta en París, se va a arre-pentir.

17Óscar Muñoz: la transgresión de la instantaneidad fotografía

PROTOGRAFÍAS

Óscar VillegasEstudiante de Lic. en Literatura

Tras casi cuarenta años de pro-ducción este artista, conside-rado en el momento, uno de los más importantes del arte contemporáneo, presenta en plena madurez artística, más de cincuenta piezas de su obra Protografías, donde expone el uso social de la fotografía, la memoria y la capacidad de las imágenes para paralizar recuerdos. Esta muestra está disponible desde el 18 de oc-tubre hasta el 12 de enero en el Museo La Tertulia y la sala de exposiciones del Banco de la Republica.

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Introducción Óscar Muñoz a su obra, La Tertulia, 2013

18 La PalabraCali, Diciembre de 2013

Un espectáculo para que toda la familia se congregue alrededor de nuestra fiesta más importante. El teatro del Presagio, una de las agrupaciones teatrales más importantes del país, se une a esta fiesta con todo su elenco de actores y músicos para divertir y conmover a grandes y pequeños.Lugar: Centro Cultural Comfandi. Calle 8 # 6-23Valor: Afiliados $8.500 No afiliados $10.000(ingresa un niño por adulto) Informes: 334 00 00 Ext: 1302

SABADO 7 DE DICIEMBRETALLERDe la Comunicación Conflictiva a la Comu-nicación No Violenta o Compasiva

Muchas veces te preguntas: ¿y yo solo, qué puedo hacer por la paz? El punto de par-tida no está afuera, está adentro, por eso hemos de reconocer que somos violentos, que es preciso hacer un cambio en lo que pensamos, sentimos y en nuestras actitudes.

PROGRAMACIÓN PERMANENTE

PRIMERA SEMANA2 AL 6 DE DICIEMBREEXPOSICIÓNTODA CURA

9 grupos de trabajo de séptimo semestre han propuesto 9 proyectos curatoriales, en los que se incluyen exposición de obras, convocatorias y diálogos entre los artistas y la comunidad universitaria. La muestra se encuentra subdividida en dos grupos de trabajo

“Todo Destino” dirigido por el profesor Ja-vier Mojica Madera“Tema Abierto” dirigido por el profesor Leonardo Herrera

Lugar: Universidad del Valle. Departamento de Artes VisualesEdificio 313Auditorios, Salón de Proyectos, Talleres y Jardines de la facultad.

a la tradición musical colombiana. Seresta es una palabra portuguesa que significa serenata o tertulia musical.

Durante su trayectoria musical de 20 años, ha alcanzado importantes logros como:-La nominación al Grammy Latino 2001 por su primer Álbum Seresta, en la categoría de “Mejor Álbum Folclórico”.

Lugar: Centro Cultural Comfandi calle 8 # 6-23Hora: 7:00 p.m.Información: 6847754-51 [email protected]

Iván Cardona Soto.. LA ESCALERA DE LA VIDA. Un energi-zante espiritual. Un paso hacia el éxito (Su-peración Personal), de Daniel Rivera.

Lugar: Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero - Auditorio Jorge Isaacs Hora: 7 p.m.Informes: 883 1595 - 524 9009, Ext. 144 Web: www.feriva.com

MUSEO DE ARTE MODERNO LA TERTULIA

EXPOSICIÓN

PROTOGRAFÍAS La retrospectiva de Oscar Muñoz

Casi cuarenta años de producción artística han convertido a Óscar Muñoz en uno de los nombres más importantes del arte contemporáneo de Colombia. Protografías, la primera gran retrospectiva que se realiza de este artista en el país, finaliza su iti-nerancia nacional e internacional en las salas del Museo La Tertulia y el Banco de la República en Cali.

Cierre: 12 de enero de 2013Informes: 893 2939 v

AREA CULTURAL DEL BANCO DE LA REPÚBLICA

CONVOCATORIA ARTE

IMAGEN REGIONAL 8

LImagen Regional es un programa nacional que promueve el diálogo entre artistas, curadores y comunidad alrededor de las prácticas artísticas contemporáneas.Este programa impulsa el desarrollo artístico en las regiones a través de la circulación y la visibilidad de la obra de los artistas y sus procesos, y se expande más allá de la sala de exposición generando encuentros, talleres y charlas en los que confluyen los puntos de vista de los artistas, los curadores y el público de las regiones.1. ConvocatoriaEl programa Imagen Regional es un programa nacional que promueve el diálogo entre artistas, curadores y la comunidad artística, alrededor de las prácticas artísticas contemporáneas.En 2013, el Banco de la República invita a participar en la octava versión del progra-ma Imagen Regional, con el objetivo de fomentar la producción en las Artes Plásticas y hacer visibles procesos de creación en el contexto colombiano.

Del 10 de octubre 2013 a 31 de enero 2014Área Cultural Banco de la RepúblicaInformación: 6847755-54Web: http://www.banrepcultural.org/evento/imagen-regional-8-7

MUSEO ARQUEOLÓGICO LA MERCED

EXPOSICIÓN

TAPICES “Un Tejido Ancestral”

Olga Lucia González B

La muestra que estará expuesta todo el mes de diciembre, es un trabajo sensible, que parte de la búsqueda de un diseño, el desarrollo de bocetos, la armada del urdimbre, la elección de la trama en cuanto a su punta y por último, la selección de fibras de pro-cedencia vegetal o animal. Fibras, tejidas sobre un telar vertical, de alto liso o bastidor, completamente manual, sin pedales ni lanzaderas. Para obtener como resultado piezas únicas y orgánicas que armonizan y complementan espacios. Olga Lucia, durante su vida, ha tenido una fuerte conexión con el arte, manifestado este, en la manipulación de hilos, textiles, tejidos y teñidos naturales y artificiales. Esta trayectoria, hace que hoy, podamos apreciar una obra con la maleabilidad dada a las fibras, que componen sus tapices.

Agenda culturalDICIEMBRE

19Cali, Diciembre de 2013La Palabra

Hora: 3.30 PM Lugar: Carrera 101 # 13-104 Ciudad Jar-dínInformación: 371 2039 – 311 644 0696 Facilitadora: Maria Alejandra Álzate, miembro de CAFH.

MIERCOLES 11 DE DICIEMBRECINEPSICOSIS

Una joven secretaria, tras cometer un robo en su empresa, huye de la ciudad y, des-pués de conducir durante horas, decide descansar en un pequeño motel de carrete-ra regentado por un tímido joven llamado Norman. Todo parece normal y tranquilo tanto en el apartado motel como en la casa de al lado en la que viven Norman y su ma-dre, pero las cosas no son lo que parecen.

Director: Alfred HitchcockHora: 7:00 pmLugar: Teatro Salamandra del Barco EbrioValor: Entrada libreInformes: 5542411-3800169Página web: www.barcoebrio.org

MIERCOLES 11 DE DICIEMBRELANZAMIENTOPRESENTACIÓN 81 NOVEDADES EDITO-RIALES FERIVA - 2013

Libros y Autores Vallecaucanos presenta-dos:

. HOMENAJE A PETRONIO ÁLVAREZ (Tes-timonio), de Heraclio Parra.

. PEQUEÑO GRAN DICCIONARIO DE LOS RESABIOS (Lexicografía), de Jorge

LANZAMIENTO DEL LIBRO

Que todo el mundo te cante,por Umberto Valverde.

“Este libro no es una biografía: es un relato de la vida musical de Jairo Varela –asegu-ra su autor–, de la cual fue testigo de ex-cepción desde que llegó a Cali”. Valverde quien publicó el primer reportaje del artista dos meses después que éste se instalara en nuestra ciudad, tuvo la oportunidad de acompañarlo en su ascenso a la fama, en la primera crisis al romperse la unidad de

su orquesta, en el periodo que lo persiguie-ron y lo llevaron a la cárcel y después, a su salida, donde consolidaron una amistad controversial, con momentos gratos y otros apáticos o abiertamente de enfrentamiento.

El autor estará en la Librería Nacional para exponer un poco del proceso creador de su libro, y será acompañado por Darío Henao Restrepo quien introducirá su presentación.

Fecha: Hora: 7:00 pmLugar: Librería Nacional

TEATRO“ENCADENADO”

Un hombre secuestrado, encadenado y abandonado por sus captores, lucha por sobrevivir en la espesa selva, mientras es-pera pacientemente que vengan a rescatar-lo. Los recuerdos, sus penas y alegrías se convierten en su única compañía, mientras que un trágico desenlace se teje a través de sus alucinaciones. Hora: 9:00p.m. - Informes: 5541782 Lugar: Fundacion Domus TeatroFecha: viernes 6 de DIC de 2013

JUEVES 5 DE DICIEMBRECONVERSATORIOConversatorio Grupo Seresta

Lugar: Sala de música. Área Cultural del Banco de la República. Calle 7 # 4-69Hora: 5:00 p.m. a 6:00 p.m.Información: 6847754-51 [email protected]: Gratuito

6 AL 20 DE DICIEMBREEXPOSICIÓNSEIS DE PAZ

Artistas: Pedro Alcántara, José Horacio Martínez, Omar Rayo, María Teresa Ne-greiros Fernell Franco y Diego Pombo

Inauguración: 6 de DiciembreHora: 7:00 pmLugar: Teatro Salamandra del Barco EbrioHorario: 2:00 pm – 6:00 pmInformes: 5542411- Entrada libre

SABADO 7 DE DICIEMBRETEATRO“NAVIDAD NAVIDAD” Concierto Familiar

Un espectáculo maravilloso de música, tea-tro y títeres, con mucho humor y tradición para toda la familia.

Esta obra revive el espíritu de la navidad a partir de la más bella historia de todos los tiempos: el pesebre de Belén. A través de villancicos y festivas canciones tradiciona-

les, los personajes del pesebre recrean la historia del nacimiento del Niño Jesús.

SEGUNDA SEMANA

MIERCOLES 4 DE DICIEMBRECINEDRÁCULA

El conde Drácula decide abandonar su castillo de los Cárpatos y establecerse en Occidente. Pronto conoce a una joven de quien se enamora y a la que visita por las noches. Esta alarmante situación hace que la familia de la chica busque la ayuda del doctor Van Helsing.

Director: Terence FisherHora: 7:00 pmLugar: Teatro Salamandra del Barco EbrioInformes: 5542411-3800169Página web: www.barcoebrio.orgEntrada libre

JUEVES 5 DE DICIEMBRECONCIERTOGRUPO SERESTA música tradicional colombiana

Seresta es un grupo instrumental conforma-do por tres músicos profesionales, intérpre-tes de música tradicional colombiana de las regiones andina, llanera y atlántica. La combinación tímbrica de sus instrumentos, la interpretación y los arreglos musicales han dado como resultado una renovación