relaciones españoles - mapuches siglo xviii

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1.- Antecedentes generales de la vida fronteriza a fines del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII. Desde la segunda mitad del siglo XVII se viene configurando en la frontera del territorio mapuche una serie de cambios que tienen como resultado un importante y fluido intercambio tanto comercial como cultural. A partir de aquí la guerra toma un nuevo cariz para ambas partes, los españoles deciden renunciar a la conquista del territorio, lo que no significa que se retiren de éste, mientras que para los mapuches la guerra degenera en los malones o malocas (ataques sorpresivos con el fin de destruir, quemar, robar ganado y cautivos) 1 . Otra razón por la cual la guerra toma otro rumbo es por la abolición de la esclavitud indígena (1674), motivo por el que los comerciantes de esclavos, disminuyen su participación en la guerra. Estas razones entre otras, motivaron una importante vida fronteriza (los limites de cada uno de los bandos en cuestión estaban bien delimitados, dejando como frontera natural el río Bío Bío), en la que destacaron por su participación los indios amigos de los españoles (grupos de mapuches aliados de los españoles en tiempos de paz y guerra), los capitanes de amigos (personas de origen español o mestizo que conocían bien las costumbres de los indígenas y que tenían a su cargo o vigilaban a los distintos grupos de indios amigos) y los comisarios de naciones ( personas de mayor rango que servían de enlace directo entre los capitanes de amigos y la corona española) 2 . Importantes por la cantidad y consecuencias 1 Parra, Lorena y Vergara, Fabián, historia y conflicto mapuche, centro de estudios Miguel Enríquez, http://www.archivochile.com/Pueblos_originarios/hist_doc_gen/ POdocgen0008.pdf 2 Ruiz – Esquide, Andrea, “los indios amigos en la frontera araucana”, Dibam, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 1993, Santiago, Chile.

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Page 1: relaciones españoles - mapuches siglo XVIII

1.- Antecedentes generales de la vida fronteriza a fines del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII.

Desde la segunda mitad del siglo XVII se viene configurando en la frontera del territorio mapuche una serie de cambios que tienen como resultado un importante y fluido intercambio tanto comercial como cultural.

A partir de aquí la guerra toma un nuevo cariz para ambas partes, los españoles deciden renunciar a la conquista del territorio, lo que no significa que se retiren de éste, mientras que para los mapuches la guerra degenera en los malones o malocas (ataques sorpresivos con el fin de destruir, quemar, robar ganado y cautivos)1.

Otra razón por la cual la guerra toma otro rumbo es por la abolición de la esclavitud indígena (1674), motivo por el que los comerciantes de esclavos, disminuyen su participación en la guerra.

Estas razones entre otras, motivaron una importante vida fronteriza (los limites de cada uno de los bandos en cuestión estaban bien delimitados, dejando como frontera natural el río Bío Bío), en la que destacaron por su participación los indios amigos de los españoles (grupos de mapuches aliados de los españoles en tiempos de paz y guerra), los capitanes de amigos (personas de origen español o mestizo que conocían bien las costumbres de los indígenas y que tenían a su cargo o vigilaban a los distintos grupos de indios amigos) y los comisarios de naciones ( personas de mayor rango que servían de enlace directo entre los capitanes de amigos y la corona española)2. Importantes por la cantidad y consecuencias fueron los ataques sorpresivos llamados malones o malocas, según fuesen mapuches o españoles respectivamente quienes cometieran el ataque y por sobre todo el conchavo o trueque entre españoles y mapuches.

A lo largo de este trabajo se darán a conocer los distintos tipos de relaciones que se vivieron entre hispano y mapuches durante el siglo XVIII, como son los indios amigos, los malones y malocas, los enfrentamientos y el conchavo, con el fin de demostrar que primaron las relaciones pacíficas y cordiales, ya que si bien existieron conflictos armados estos no tuvieron la frecuencia, ni la intensidad, ni las motivaciones de los siglos XVI y XVII.

1 Parra, Lorena y Vergara, Fabián, historia y conflicto mapuche, centro de estudios Miguel Enríquez, http://www.archivochile.com/Pueblos_originarios/hist_doc_gen/POdocgen0008.pdf

2 Ruiz – Esquide, Andrea, “los indios amigos en la frontera araucana”, Dibam, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 1993, Santiago, Chile.

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2.- Indios amigos.

Estuvieron presentes durante gran parte del proceso de Conquista, tuvieron gran importancia para los españoles durante la guerra, por su bravura y crueldad en la lucha. Andrea Ruiz- Esquide, 1993; los define como aquellos que prestaron colaboración a los hispanos en la guerra contra los que se negaban a someterse y citando Santiago de Tesillo3, eran “…los indios de paz que sirven de soldados en la guerra”.

Su importancia fue trascendental para los españoles, aunque no les permitió ganar la guerra, les ayudó una enormidad primero que nada a aumentar el número de sus tropas (si bien no hay cifras exactas, debido a factores tales como que su amistad (lealtad) era inestable, cada grupo de amigos era autónomo y los registros de la época dan detallados informes de los eventos, no así de las cifras de amigos en las tropas hispanas, si se está seguro que los indios amigos eran mayor en número que los españoles).

Su importancia no sólo fue cuantitativa, también lo fue cualitativa, ya que eran los mapuches amigos quienes mejor conocían y se adaptaban a las condiciones del terreno (conocían los pasos, vadeaban los ríos, cortaban los caminos), servían de centinelas, en las malocas eran quienes entraban a tomar cautivos, y en las batallas eran bravos y ágiles luchadores.

Los mapuches amigos recibían un pago por sus servicios prestados. El pago podía ser en dinero, plata, víveres (pan, sal, vino, carne) u otros elementos como sombreros, paños, cuchillos, etc. Otra forma de retribuirlos era permitir que ellos también se beneficien de las malocas.

El pago que recibían por parte de la corona era entregado por los factores de los fuertes, más conocidos como los capitanes de amigos.

Los capitanes de amigos eran integrantes de las huestes hispanas que se encargaba de relacionarse directamente con los amigos, debía vivir entre ellos. Asentados entre los araucanos, los capitanes de amigos eran la única expresión oficial del imperio español al sur del Bío- Bío4.

“El capitán de amigos simbolizaba la presencia del estado monárquico entre los indígenas y como tal proveía un salvoconducto a los caciques y ulmenes que acudían a negociar tratados o entrevistarse con los jefes

3 Santiago de Tesillo, la guerra de Chile, causas de su duración y medios para su fin, en Ruiz- Esquide Andrea, los indios amigos en la frontera araucana, Dibam, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 1993, Santiago, Chile.4 León, Leonardo, Maloqueros y conchavadores, Ediciones Universidad de la frontera, 1990, Temuco, Chile.

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fronterizos.., su presencia era vital cuando comenzaba a forjarse la paz. En esos días se convertían en escoltas traductores, diplomáticos y consejeros políticos.

Desde mediados del siglo XVIII el rol de representantes del estado en la Araucanía que jugaban los capitanes de amigos se extendió del ámbito tribal hacia el nuevo mundo de los conchavadores y bandidos blancos que se internaban a tierras indígenas”5.

La paz de la frontera dependía en gran parte de ellos, ya que debían ser observadores y espías de los eventos que tenían lugar en territorio indígena. Si bien su poder era limitado, si eran influyentes por el hecho de ser el único nexo vital entre la corona y los caciques de amigos y sus largas estadías en territorio mapuche los convertía en verdaderos expertos en asuntos tribales.

A pesar de la importante ayuda prestada por los amigos a los españoles, éstos también daban malos tratos a los amigos. Estos malos tratos tenían relación principalmente por la intención hispana de apropiarse de la fuerza de trabajo indígena y por que los españoles les robaban su comida. También abusaban d sus mujeres aunque esto era severamente castigado6.

Jerárquicamente, como nexo con la corona española se encontraban los Comisarios de naciones, cuya función era servir de enlace entre los capitanes de amigos y las autoridades fronterizas y ser cabeza visible de la amplia red de funcionarios y agentes que operaban en la frontera y al interior de la araucanía. su deber era informar periódicamente las noticias recibidas desde los rehues ya sea sobre malocas, guerras internas o disputas, o bien denunciar abusos cometidos por conchavadores, bandidos blancos, o soldados en contra de los mapuches7.

3.- Malones y malocas.

Desde la segunda mitad del siglo XVII y durante gran parte del siglo XVIII, la guerra de Arauco degeneró en un sistema de ataques sorpresivos llamados malones (cuando los atacantes eran los mapuches) y malocas cuando los atacantes eran los españoles.

Si bien este tipo de ataques existió desde la segunda mitad del siglo XVII, es a fines de este siglo y comienzos del siglo XVIII que se realizaron

5 León, Leonardo, 1990, ibidem. 6 Ruiz- Esquide, Andrea, 1993, ibidem.7 León, Leonardo, 1990, ibidem.

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cada vez más frecuente. “En efecto, relata Leonardo León8, a partir de esa época es posible reconstruir, a través de los testimonios, la trayectoria casi ininterrumpida, de las malocas, que de un evento esporádico, se convirtieron en un fenómeno periódico, a partir de 1750”.9

En un compilado escrito por Carlos Aranibar10, se define las malocas como una “expedición militar punitiva y de pillaje, contra los araucanos con el fin de capturarlos y venderlos como esclavos”. En el mismo texto se cita al virrey del Perú Esquilache, 1621, quien las define “no son para conquistar la tierra, sino para robarla y sacar piezas de esclavos y quemar sus sementeras”

Estos ataques tenían por finalidad robar ganado y mujeres, los mapuches se apropiaban de los caballos de las estancias hispano- criollas y de las reducciones de indios amigos de la frontera. La captura de “piezas” se intensifica. Las mujeres blancas, que eran muy valoradas, pasan a ser un símbolo de estatus11. El blanco preferido por los mapuches para sus ataques eran las estancias y haciendas hispano- criollas Tanto de Chile Central como de Mendoza, Cuyo, Buenos Aires (estas últimas en Argentina).

Sólo disminuyeron durante un período bastante de tiempo, la segunda mitad de la década de 1720, tras conseguir la paz luego de la rebelión armada de 1723. Aunque a partir de 1730 se intensificaron, siendo, sobre todo en Argentina, más crueles y sangrientas.

En la zona fronteriza mapuche- española, (alrededor del río Bío- Bío) los ataques se solían dar en venganza de los ataques recibidos, o sea, si atacaban los hispanos (malocas), venía una respuesta mapuche, al revés si había ataque mapuche (malón), la respuesta era hispana.

Un cambio en el sistema económico de los mapuches de los mapuches, en el cual se había introducido la ganadería, en la década de 1770, “había creado un sistema de dependencia cada vez mayor que forzaba la búsqueda de nuevas fuentes de botín cada vez que el mayor estado de alerta de alerta en el virreinato (de La Plata, donde los mapuches habían atacado con mayor intensidad) obstaculizaba el desenvolvimiento de la invasión maluquera. Las haciendas pobremente defendidas de Chile Central, ofrecían en este sentido una jugosa presa12.

8 León, Leonardo, 1990, ibidem.9 Varios de los autores consultados, incluido Leonardo León, utilizan el termino malocas para estos ataques sorpresas, sin diferenciar si son mapuches o hispanos quienes los cometen. 10 Carlos Aranibar, comentarios reales de los incas, fondo de cultura económica, 1967, 11 Boccara, Guillaume, colonización, resistencia y mestizaje en las Américas (siglos XVI- XX), Editorial Abya Yala, 2002, Francia.12 León, Leonardo, 1990, ibidem.

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4.- Rebeliones mapuches durante el siglo XVIII.

Como se anunciaba al comienzo de este trabajo, la guerra no se ha terminado, pero los enfrentamientos se hacen más esporádicos, menos intensos y las motivaciones para enfrentarse, no tienen relación con la Conquista del territorio o la resistencia al invasión, sino más bien a problemas surgidos por la vida fronteriza, esto debido a que desde la segunda mitad el siglo XVII, el comercio entre ambos grupos ha ido en aumento y se ha producido un intercambio cultural importante, debido entre otras razones a la permanencia de los capitanes de amigos.

Durante el siglo que nos interesa estudiar, se produjeron dos enfrentamientos de importancia uno entre 1723- 1726 y el otro entre 1766- 1771.

4.1. Rebelión de 1723.

La rebelión mapuche que comienza en el mes de marzo de 1723, en la cual se levantan todos los rewes de Bío Bío al sur, “fruto de los múltiples abusos cometidos por los Capitanes de Amigos con los mapuches, al ser estos últimos obligados a trabajos forzados y al servicio personal, y por “las especulaciones comerciales del maestro general del ejército, Manuel de Salamanca, que se sirvió de los capitanes de amigos y de la presión que podía ejercer sobre los mercachifles, para crear una especia de monopolio en el comercio con los naturales y que derivó en imposiciones abusivas y hasta maltrato. Según muchos testimonios de la época, los capitanes de amigos, respaldados por su jefe superior violentaron la voluntad de los indios y se acumuló un fuerte descontento”13.

En el mismo levantamiento dan muerte al Capitán de Amigos Pascual Delgado, al que consideraban uno de los máximos exponentes del sistema monopólico, odiado por su soberbia y los castigos "crueles y arbitrarios" que aplicaba14. A ello le siguió el saqueo y destrucción de las haciendas cercanas, con el consiguiente robo de animales, y el paso a las inmediaciones de Purén, para luego avanzar al la Isla de la Laja, mientras en forma paralela se mantenían incomunicados los fuertes españoles, se sumaban a los llanistas los mapuches del lafquenmapu (costinos) y los Cuncos.

13 Territorio y Tierras mapuches, Autonomía territorial y Parlamentos en la Araucanía: de la Rebelión de 1723 al Parlamento de Tapihue, INFORME DE LA COMISIÓN VERDAD HISTÓRICA Y NUEVO TRATO 2003, Volumen III, TOMO II, Primera parte del informe final de la Comision de Trabajo Autónomo Mapuche, Capitulo II. http://biblioteca.serindigena.org/libros_digitales/cvhynt/v_iii/t_ii/v3_t2_c2-Title.html14 Rebelión mapuche de 1723, http://es.wikipedia.org/wiki/Rebeli%C3%B3n_Mapuche_de_1723.

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Finalmente, “A causa de la rebelión, el gobernador Gabriel Cano y Aponte estimó que los fuertes avanzados al sur del Biobio no se justificaban, porque sólo eran puestos de vigilancia y que no habiendo plan de extender la dominación no prestaban utilidad real, originando gastos y preocupación innecesarios15.

Luego de este levantamiento, se consigue finalmente la paz luego del Parlamento de Negrete (los parlamentos eran la forma en la que los caciques mapuches y los representantes de la corona española en Chile, negociaban la paz, este tipo de acuerdos se verá con mayor profundidad en un apartado posterior).

En los llanos de Negrete, el Gobernador Cano y Aponte propuso las condiciones de paz, entre las que se señalaba el que los mapuches debían deponer las armas, reconocerse vasallos del Rey de España y enemigo de sus enemigos, no oponerse a la reconstrucción de fuertes al sur del Bio Bio, y aceptar la evangelización de los misioneros. De ello se deduce que los intereses expansionistas españoles, si bien se congelaban, continuaban vivos.

En todo caso, las resoluciones más importantes tuvieron que ver con la regulación del comercio, el que es reglamentado ya que “por cuanto de los conchavos nacen los agravios que han dado motivo en todo tiempo a los alzamientos por hacerse éstos clandestinamente, sin autoridad pública, todo en contravención de las leyes que a favor de los indios deben guardarse, será conveniente que los tengan libremente pero reducidos... a tres o cuatro ferias al año o las más que juzgaren necesarias y pidieren...”16.

4.2. Rebelión de 1766.

Luego de concertada la paz, en el parlamento de Negrete, el siglo transcurre tranquilo, sin enfrentamientos de importancia, salvo algunas escaramuzas, ocasionadas por lo general por los abusos cometidos por los españoles, pero como la Corona española no se rehusaba a no tener el control sobre las comunidades mapuches, esto generó en 1766 un importante levantamiento mapuche, el que tiene su origen en una nueva política a desarrollar en el territorio jurisdiccional mapuche: la construcción de pueblos.

El Gobernador de Chile Antonio de Guill y Gonzaga (asumido 1762), “decide erigir poblados en la Araucanía, a fin de concentrar en ellos a la

15 Territorio y Tierras mapuches, ibidem.16 Territorio y Tierras mapuches, ibidem,

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población indígena, asunto que desde inicios del siglo XVIII se venía realizando al norte del Bio- Bio”17.Los objetivos de la fundación de pueblos eran religiosos y políticos, ya que “concentrar a los mapuche era ponerlos al alcance de los misioneros para que éstos pudieran evangelizarlos. La dispersión dificultaba una comunicación permanente con los religiosos y, por lo tanto, la enseñanza de la doctrina. La reducción era dirigida, a demás, a controlar, vigilar y disciplinar a los naturales e impedir sus prácticas ancestrales. Era según Bartolomé Meliá, ‘el instrumento esencial para el cambio que se pretendía en los indios, que era hacerlos pasar de la infidelidad al cristianismo y de la barbarie a la vida política”.

Debido a la construcción de estos poblados o villas, los mapuches se levantan en armas quemando y destruyendo las casas, iglesias y obligando a los hispano-criollos a refugiarse en los fuerte y poblados aledaños al Bío- Bío o al norte de esta frontera natural.

Según explica Sergio Villalobos, “la vida en pueblos contrariaba completamente las costumbres y creencias de los nativos, cuya vida se organizaba en aldeas de rucas dispersas y relativamente alejadas. Además, los pueblos significarían el sometimiento a los blancos, controlarlos mejor y quizás obligarlos a trabajar para ellos. Por esas causas, comenzaron a resistir las órdenes y, finalmente, se alzaron, cayeron sobre las obras y obligaron a huir a los pobladores hispanocriollos que se habían establecido en ellas. No hubo matanzas, sin embargo.

El levantamiento de los indígenas de los Llanos, que eran los más afectados, cesó inmediatamente que las autoridades dejaron sin efecto la fundación de los pueblos. Pero hasta 1770 hubo intranquilidad y se efectuaron operaciones en el sector costero de Arauco y en la Isla de la Laja para contener a los Pewenches...”18.

Finalmente en 1771, el localidad de Tapihue, en las cercanías de Yumbel, se celebra un Parlamento en el que se acuerda poner fin al conflicto, en el que los máximos representantes fueron el Cacique Curiñancu, por parte de los mapuches y Agustín de Jáuregui, Capitán General, Gobernador y Presidente de la Real Audiencia, por parte de la corona hispana. En este Parlamento se acuerda de forma principal ratificar el nombramiento de Caciques embajadores, quienes residirán en la ciudad de Santiago, y tendrán plenos poderes y facultades, a fin de tratar y acordar todo lo relativo a la mantención de la paz, como objetivo común “de sus mismas naciones y la de los españoles”; reconocimiento

17 Territorio y tierras mapuches, ibidem18 Villalobos, Sergio, los pehuenches en la vida fronteriza, 1989, citado en Territorio y Tierras mapuches, ibidem.

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de la soberanía de la Corona, obligación de obedecer sus ‘reales ‘ordenes’ y prestarle servicios en la medida que la autoridad real lo requiera; se reconoce al indígena como fiel vasallo del mismo Rey, con lo que se creaba un vínculo directo entre el mapuche y el rey; se encarga a los mapuches el no permitir en sus tierras españoles, mulatos, negros ni yanacona, a fin de no perturbar la paz mapuche; se encarga a los caciques castigar a aquellos miembros de sus reducciones que pasaren a robar a la Isla de la Laja, Arauco u otros ‘parajes de españoles’; que los indígenas son libres y no han de valer ni subsistir las ventas que se hicieren de cualquiera pieza porque la ha de perder el comprador19.

5. Los parlamentos.

Leonardo León20, manifiesta que cuando se reconoce el poderío militar mapuche, las autoridades de Chile implementaron un proceso de negociación con los habitantes de la Araucanía dirigido a pacificar los territorios por medio del pacto, un fenómeno inédito en el continente y que tenía por objetivo, más que de control o de dominación imperial sobre los mapuches, fue de consolidación territorial, de ordenamiento de las relaciones de intercambio y de periódica ratificación del pacto de gobernabilidad que subyacía en la base misma de la vida fronteriza.

Los parlamentos eran una instancia nde formalidad que se realizaba en períodos de paz, posterior a un conflicto armado, con la finalidad ce confirmar la paz, así lo describe el cronista Pérez García “… esta formalidad se celebra para asentar paces, siempre con los indios ha habido guerra, y estando de paz para ratificarla y darles satisfacción, si tienen de algún español queja y se repite por cada gobernador propietario que gobierna el reino”21.

A los parlamentos asistía gran cantidad de personas, (4.000 en promedio durante el siglo XVIII, según afirma Leonardo León, 1990) entre indios, españoles, mestizos y criollos, entre los cuales habían autoridades imperiales, jefes tribales mapuches, comerciantes, conchavadores, soldados y mocetones.

Durante el siglo XVIII se celebraron más de 18 reuniones generales y sobre un centenar de congresos de menor rango o de naturaleza regional22. Estas reuniones se muestran en la tabla Nº 1.

19 Territorio y Tierras Mapuches, ibidem.20 León, Leonardo, Parlamentos y afuerinos en la frontera mapuche del río Bío- Bío (Chile), 1760-1772. http://www.icanh.gov.co/secciones/publicaciones/download/revistas_fronteras/Fronteras%2011-2006/Fronteras_11_03_articulo.pdf21 Cronista Pérez García, citado en León, Leonardo, 1990. 22 León, Leonardo, parlamentos y afuerinos, ibidem.

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Año. Localidad.1716. Tapihue.1726. Negrete.1735. Tapihue.1738. Tapihue.1756. Laja.1759. Concepción.1760. Santiago.1764. Nacimiento.1767. Nacimiento.1771. Negrete.1772. Santiago.1774. Santiago.1782. Valdivia.1784. Lonquilmo.1793. Negrete.1794. Osorno.1803. Negrete.

Tabla Nº 1: Parlamentos realizados durante el siglo XVIII23.

De estos parlamentos realizados durante el siglo XVIII los más importantes fueron los de Negrete en 1726 y Tapihue en 1771, con los que se selló la paz después de las rebeliones mapuches de 1723 y 1766 respectivamente.

El ritual de los parlamentos incluía la respuesta de la jefatura tribal a las propuestas del gobernador; si bien estas ya habían sido discutidas en las reuniones preliminares, el ejercicio que tenía lugar durante el parlamento era su legitimación pública.

Durante el período colonial hispano los parlamentos no tuvieron sólo un objetivo, pues se registró una transformación de las intenciones políticas que subyacían a estos congresos; pero siempre su designio fue transformar la frontera en un espacio de convivencia24.

Otro parlamento de importancia fue el celebrado en Santiago en 1760, Esta reunión, la primera celebrada en la capital después de más de dos siglos de negociaciones, tuvo lugar luego de que un grueso contingente

23 L. M. Méndez, la organización de los parlamentos”, citado en León, Leonardo, 1990.

24 León Leonardo, Parlamentos y Afuerinos, ibidem.

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de jefes tribales llegó a la capital central con el objeto de entrevistarse con las principales autoridades del reino La jefatura mapuche, representada por 32 lonkos, fue recibida por las máximas autoridades del reino con la pompa y ceremonial que se otorgaría a los representantes de una nación extranjera. De acuerdo con el informe remitido a Madrid, las causas de esta extraordinaria reunión debían buscarse en el amago de rebelión protagonizado por algunas tribus del sur a fines de 1759. En respuesta a esta potencial crisis militar, el gobernador Manuel de Amat organizó una expedición contra los rebeldes de río Bueno y ordenó la suspensión del comercio fronterizo en la región del río Bío-Bío25.

Si bien la corona española legitimaba esta forma de mantener la paz con los mapuches y gastaba importantes sumas de dinero (eran los españoles quienes solventaban los gastos de los parlamentos, los que duraban alrededor de 3 a 4 días, en los cuales abundaban la comida, los regalos y el licor, no toda la sociedad colonial estaba de acuerdo, así al menos lo describe el cronista Pérez García “avivan sus ánimos por la honra que reciben en hacer tratados con los españoles y por el interés de los agasajos que se les reparten”26.

Los parlamentos se celebraban al final de una serie de reuniones en las cuales se iba elaborando el programa político que eventualmente era ratificado públicamente por las autoridades coloniales y los líderes araucanos. La seriedad con que se asumía y el complicado protocolo que surgió para asegurarse desenvolvimiento sin torpezas le convirtieron en la modalidad más importante del trato con los indios… Más que ninguna otra institución los parlamentos eran puntos de encuentro de la sociedad fronteriza y expresiones simbólicas del rico mundo político y social que emergía en la periferia del imperio hispano27.

6.- Relaciones comerciales.

Como se repetido algunas veces a largo de este documento, el siglo XVIII estuvo marcado por un fuerte cambio en las relaciones hispano – mapuches; a diferencia de los siglos anteriores primó la paz y el buen trato, se fortalecieron los lazos comerciales y aumento considerablemente el mestizaje.

Sin lugar a dudas la relación más importante estuvo dada por el comercio, sin ánimo de menospreciar las demás tipos de relaciones, ya que no sólo fortaleció los vínculos “amigables”, sino que fue también una de las causales por las cuales los mapuches se levantaron en armas

25 León, Leonardo, Parlamentos y afuerinos, ibidem.26 León, Leonardo, 1990, ibidem.27 León Leonardo, 1990, ibidem.

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(ver punto 4.1. de este documento), recordemos que la rebelión de 1723 tuvo su origen en los abusos que algunos capitanes de amigos cometían sobre los mapuches y por que estaban ejerciendo el monopolio del comercio de los ponchos, resultando ser el Conchavo (trueque) uno de los principales puntos a establecer y formalizar en el parlamento de Negrete en 1726.

El Conchavo no surgió durante este siglo, sino que estuvo presente desde poco después de llegar los españoles a conquistar el territorio. Sergio Villalobos28 cita un testigo de las localidades de Arauco y Tucapel (las más tempranamente sometidas por los españoles) que “recuerda, en 1592, los nativos de aquellas parcialidades estimaban en mucho el trato con los españoles y que llegaban hasta la ciudad de Concepción conduciendo oro y ropas, aves y miel, y que cambiaban herramientas y otras cosas por vino”.

La importancia de este siglo para las relaciones comerciales, tiene que ver, no con su origen, sino más bien con su frecuencia y la legitimación y regulación (en cierto modo) que tuvo por parte de la corona española a través de los parlamentos.

“Después de los encuentros esporádicos, y a medida que las relaciones se hacían permanentes, surgió el Conchavo, o trueque de bienes, efectuado en forma subrepticia, o abierta pese a la lucha. Esta última por otra parte, dejaba despojos que acentuaban el interés de los naturales”29.

Leonardo León30 asegura que el comercio no fue una actividad extraña para los mapuches, que por el contrario, a través del comercio los nativos tenían acceso a que escaseaban en sus propios ámbitos o que eran manufacturados por grupos especializados.

“El comercio realizado por los conchavadores complementaba el intercambio recíproco de favores entre los miembros de un mismo linaje, entre vecinos territoriales o entre potenciales aliados militares. A diferencia del comercio regular, estos intercambios obedecían a afanes extraeconómico, destinados a afianzar alianzas militares o a cimentar lazos de dependencia entre o linajes”31.

A través de este sistema de intercambio, los habitantes de la Araucanía, Patagonia y Pampas, ganaron acceso a bienes europeos que les

28 Villalobos, Sergio, vida fronteriza en la Araucanía, el mito de la guerra de Arauco, 1995, Editorial Andrés Bello, Santiago, Chile.29 Villalobos, Sergio, 1995, ibidem.30 León, Leonardo, 1990, ibidem.31 León, Leonardo, ibidem.

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ayudaron a subsistir materialmente o que les permitían afianzar sus posiciones políticas.”los araucanos, se sintieron atraídos por las baratijas de los conquistadores, el hierro el vino, quedaron cogidos en una red de la que jamás se desprenderían…por su parte, los conquistadores, que carecían muchas veces de bienes fundamentales, como los alimentos y los géneros, podían obtenerlo de los indígenas y de ese modo las necesidades de ambas partes movieron un comercio muy útil”32.

Al llegar el siglo XVIII, el tráfico fronterizo había dejado de ser una actividad esporádica. Se encontraba perfectamente establecido, tenía sus modalidades precisas, y por su volumen no era nada despreciable. Las ciudades que le sirvieron de apoyo, Concepción, Chillán y luego Los Ángeles, además de otros puestos como Rere, y Yumbel, y la serie de estancias próximas al Bío –Bío. También jugaban un papel importante como puntos de contacto los fuertes y las misiones33.

De los fuertes fronterizos, Arauco fue por más de dos siglos el centro más importante de intercambio con los indios libres. Los soldados allí apostados, tenían dos formas de ingresos: sus salarios, pagados con el Real Situado y los ingresos adicionales que generaban mientras realizaban intercambios con los aborígenes… Sin duda la presencia permanente de soldados que conocían a los comerciantes hispano- criollos y que al mismo tiempo mantenían contacto con los conchavadores aborígenes, contribuyó al desarrollo de la plaza de Arauco como centro del flujo de productos que circulaban entre ambas sociedades34. Otros puntos importantes para el comercio entre hispanos y mapuches fueron Nacimiento y Valdivia. Un cronista del siglo XVIII, citado por León, 1990, relata que “venían todos los días en sus canoas por el río a comerciar y vender carneros, gallinas, puercos, papas, maíz, y las demás y las demás legumbres y frutos de la tierra”.

En este tráfico regular que tomaba lugar a lo largo de la frontera militar del río Bío- Bío no sólo participaban los soldados de las plazas, sino también los oficiales, quienes se dedicaban “con poco honor, ninguna experiencia ni celo, y una imponderable aplicación al interes a la codicia, y a las compras y ventas con los indios”35.

Durante el siglo XVII, relata Villalobos36, el aumento de las necesidades mutuas y el apaciguamiento hizo aparecer a buhoneros y mercanchifles,

32 Villalobos, Sergio, relaciones fronterizas en la araucanía, 1982, citado en León, Leonardo, 1990.33 Villalobos, Sergio, 1995, ibidem34 León, Leonardo, 1990, ibidem.35 León, Leonardo, 1990, ibidem.36 Villalobos, Sergio, 1995, ibidem.

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que se internaban el al Araucanía con sus chucherías. Generalmente conducían unos cuantos caballos y mulas con la carga y eran acompañados por algunos peones mestizos, un arriero y un lenguaraz (traductor).

Con ánimo resuelto y algunas armas bajo el poncho, …, iban recorriendo una reducción tras otra, en un trato amable con los caciques, que les recibían con largos discursos, chicha y comida. Efectuaban las transacciones y de inmediato entregaban a los nativos las especias vendidas, comprometiéndose éstos a entregarles al regreso, los bienes acordados.

En los tratos había cumplimiento de la palabra, que demostraba el interés de ambas partes en conservar un comercio tan beneficioso37.

Según explica Sergio Villalobos, 1995, la importancia de este comercio llamó la atención de las autoridades quienes pensando en el perjuicio a la paz la introducción de armas y bebidas alcohólicas en la Araucanía, pensaron en prohibir o reducir el tráfico, pero comprendieron que las consecuencias de esto, podría ser aún peor.

En el quehacer de la frontera, cuenta Villalobos, 1995, el comercio se había convertido en algo realmente importante; había interese masivos, ligados a él y cualquier intento de restringirlo habría resultado fallido. Tan cierto es este hecho que a los parlamentos asistía una cantidad de mercachifles y a vista y paciencia del gobernador y demás autoridades se efectuaban gruesas transacciones en que el vino figuraba en primer lugar.

En el Parlamento de Negrete en 1726, se procuró regular el comercio38, y muy posteriormente Ambrosio O`higgins, como gobernador, dictó un reglamento para poner en práctica los acuerdos de otro Parlamento efectuado hacía poco tiempo. Se estableció, en esa oportunidad, que habría comercio entre los españoles y los indios pehuenche y los araucanos de los llanos y de la costa, vale decir, las regiones con las parcialidades más amistosas. El tráfico debía encausarse en a través de las plazas fronterizas que se indicaban, para poder vigilarlo en forma adecuada. Por ellas podían transitar los indios para llevar sus efectos a cualquier lugar de Chile. Quedaba estrictamente prohibido, introducir, al territorio indígena, hierro, cobre en bruto, armas blancas y de fuego, caballos y mulas. En cuanto al vino, se prohibía entrar con él a la

37 Villalobos, Sergio, 1995, ibidem.38 En un apartado anterior se estableció que una de las consecuencias del parlamento de Negrete en 1726, fue establecer ferias periódicas para el comercio, esto con el fin el de evitar el monopolio que estaban ejerciendo algunos capitanes de amigos, y que provocaron la rebelión mapuche de 1723.

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Araucanía, pero podía ser vendido a los naturales en las plazas de la Frontera.

Todos los bienes que se transasen pagarían el impuesto de alcabala por la compraventa, y con el fin de que no sean burlados se encargaba a los comandantes de las plazas el control sobre los traficantes hispano- criollos e indios. Esos jefes debían informarse, además de la conducta de los mercaderes en tierra de los indios y darles o negarles autorización para entrar en ellas39.

Unos y otros tenían sus exigencias y engaños. Los pehuenches entregaban los costales con la sal humedecida para que pesasen más y llenos sólo hasta la mitad, igualmente si se trataba de piñones. Demandaban en cambio que los de trigo estuviesen llenos. Los cristianos por su parte vendían el licor mezclado con agua y en el fondo de la vasija una costra de sebo para reducir la cantidad los adornos de plata contenían un tercio de cobre así por el estilo40.

En la sociedad hispano- criolla, la introducción regular de grandes cantidades de mantas y otros productos aborígenes contribuyeron a una rápida standardización del traje de los habitantes más pobres de la ciudad, el campo y los indígenas. Más que ningún otro producto, los ponchos se convirtieron en el símbolo visible de la coexistencia pacífica que imperaba en la frontera de Concepción y Valdivia con los araucanos. También constituían uno de los escasos instrumentos de penetración del mundo indígena en la sociedad criolla, dando una nota colorida y pintoresca a las abúlicas calles coloniales. Más importante aún, la producción de las mantas y ponchos reflejaba una síntesis hasta allí no imaginada: los tejedores obtenían sus materias primas en gran parte de los blancos – lanas y tinturas-, aplicaban su trabajo, - técnicas y diseños ancestrales-, y luego los vendían en las fronteras. Así se creaban estrechos lazos de dependencia económica que ya no sería posible disolver41.

7. Mestizaje.

El mestizaje estuvo presente a lo largo de todo el proceso de conquista, sin embargo durante el siglo XVIII fue particularmente intenso debido básicamente a dos causas: una es la mejora en las relaciones fronterizas debido a los incrementos d los períodos de paz. La otra causa es el robo de mujeres durante los malones y las malocas.

39 Villalobos, Sergio, 1995, ibidem.40 Villalobos, Sergio, 1995, ibidem.41 León, Leonardo, 1990, ibidem.

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En la página Web arbil.org42 hacen la diferencia entre mestizaje al norte y al sur del Bío- Bío, planteando que las mejores relaciones al norte del Bío- Bío hizo más intenso el mestizaje en esa zona que al sur, particularmente en la zona de Valdivia, asegurando que en esta última zona comenzó lentamente y fue aumentando poco a poco.

Sergio Villalobos, 1995, plantea que ambos bandos fueron actores activos del mestizaje, en el caso de los mapuches porque a través de los malones obtenían mujeres blancas que por una parte les proporcionaba prestigio, valor económico (ayudaba atrabajar) y satisfacía su apetito sexual. Mientras que los hispanos se fugaban de los fuertes debido al hambre que pasaban en ellos y se iban a vivir entre los naturales, relacionándose íntimamente con sus mujeres.

8. Síntesis.

Desde la segunda mitad del siglo XVII que las relaciones hispano- mapuches sufrieron un vuelco importante. La guerra disminuyó su intensidad, cambió el motivo y el tipo de ataques, es entablaron relaciones de amistad y de comercio, a consecuencia de estas relaciones bien llevadas aumentó el mestizaje y el intercambio cultural. Si bien quienes más adquirieron costumbres del otro fueron los mapuches, los hispanos no estuvieron alejados de este fenómeno, convirtiendo así al río Bío- Bío no en una barrera infranqueable, sino en un lugar de intercambio e intercomunicación.

Destacables por sobre los demás tipos de relación entre hispanos y mapuches fueron los indios amigos y el comercio, ya que estos tipos de relación tuvieron la participación de las autoridades, de ambos lados, y fueron los cimientos para todo los demás tipos de relación entre conquistadores y quienes no se dejaron nunca vencer.

No olvidar que la razón por la cual los enfrentamientos disminuyeron y se logró entablar otro tipo de relaciones pacíficas fue que los españoles abandonaron sus ideas de conquistar el territorio y cuando quisieron volver a intentarlo fueron nuevamente expulsados por los mapuches, quedando en claro, que no por tener buenas relaciones se iban a dejar dominar por los imperialistas.

42 Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica, http://www.arbil.org/(23)chil.htm

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Bibliografía. Ruiz – Esquide, Andrea, “los indios amigos en la frontera

araucana”, Dibam, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 1993, Santiago, Chile.

León, Leonardo, Maloqueros y conchavadores, Ediciones Universidad de la frontera, 1990, Temuco, Chile.

Carlos Aranibar, comentarios reales de los incas, fondo de cultura económica, 1967,

Boccara, Guillaume, colonización, resistencia y mestizaje en las Américas (siglos XVI- XX), Editorial Abya Yala, 2002, Francia.

Villalobos, Sergio, vida fronteriza en la Araucanía, el mito de la guerra de Arauco, 1995, Editorial Andrés Bello, Santiago, Chile.

Webgrafía.

Parra, Lorena y Vergara, Fabián, historia y conflicto mapuche, centro de estudios Miguel Enríquez, http://www.archivochile.com/Pueblos_originarios/hist_doc_gen/POdocge n0008.pdf

Territorio y Tierras mapuches, Autonomía territorial y Parlamentos en la Araucanía: de la Rebelión de 1723 al Parlamento de Tapihue, INFORME DE LA COMISIÓN VERDAD HISTÓRICA Y NUEVO TRATO 2003, Volumen III, TOMO II, Primera parte del informe final de la Comision de Trabajo Autónomo Mapuche, Capitulo II. http://biblioteca.serindigena.org/libros_digitales/cvhynt/v_iii/t_ii/v3_t2_c2-Title.html

Rebelión mapuche de 1723, http://es.wikipedia.org/wiki/Rebeli%C3%B3n_Mapuche_de_1723.

León, Leonardo, Parlamentos y afuerinos en la frontera mapuche del río Bío- Bío (Chile), 1760-1772. http://www.icanh.gov.co/secciones/publicaciones/download/revistas_fronteras/Fronteras%2011-2006/Fronteras_11_03_articulo.pdf

Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica, http://www.arbil.org/(23)chil.htm

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“tipos de relaciones hispano- mapuches en la frontera de la

Araucanía”.

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Alumno: Gustavo Azócar E.Profesor: Cristian Castillo.Entrega: 28 marzo 2009.