realismo social

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REALISMO SOCIAL. Concepto de amplio espectro que aparece a lo largo de la historia. Generalmente su auge coincide con momentos críticos tales como postguerras, crisis económicas, dictaduras, etc. Los artistas adscritos a esta tendencia crean obras de denuncia que son más cercanas para el público al que van dirigidas. No dudan en manifestar su compromiso con los valores oprimidos y su lucha contra los agentes represores de la sociedad. El ser humano es la medida que los artistas toman para acercarse a los problemas del mundo. El Realismo Social conoce en España un nuevo ímpetu durante la postguerra, principalmente en la novela y el teatro. También las artes plásticas se ven afectadas por este Realismo. Así, a finales de los años cincuenta (1956) tiene lugar una exposición en la Galería Alfil de Madrid en la que participan tres artistas; Ruiz Pernias, Pascual Palacios Tardez y José Ortega. Las obras presentadas hablan del dolor humano, de la miseria de la vida, de la desesperanza, del drama de una guerra que ha dejado el campo arrasado. Es una pintura del hombre, para el hombre y desde el hombre. Los lenguajes plásticos que se utilizan no tienen que ver con una captación fidedigna de la realidad. Son pinturas que tienen una visión expresionista, que incluso se vieron influenciadas por los nuevos lenguajes plásticos instaurados por Picasso. Agrupaciones como Estampa Popular y Estampa Popular de Valencia, aun agrupando artistas de la más variada procedencia, siguieron esta tónica del Realismo Social. En Venezuela se desarrolló esta propuesta entre 1934 y 1945, posteriormente hacia 1952 para enfrentar las posiciones del arte de vanguardia-abstracta del momento y en 1952 se intentó imponer a partir del Taller de Arte Realista un muralismo de contenido social comprometido, lo cual quedó reflejado en algunos planteles educativos del interior. No es tarea fácil, ni llegan a un total acuerdo los críticos literarios, en hacer una clasificación de los escritores latinoamericanos nacidos en las primeras décadas del Siglo XX. Se han estudiado algunas tendencias comunes tratando de clasificar en realismo mágico, literatura indigenista, el criollismo, la literatura política, la narrativa de la Revolución mexicana y otras formas actuales. El realismo mágico posee como caracteres que lo distinguen: Planos de realidad y fantasía: hay hechos de la realidad cotidiana combinándose con el mundo irreal, fantástico, del autor, con un final inesperado o ambiguo. Escenarios americanos: en mayoría ubicados en los niveles más duros y crudos de la sociedad o que más reflejan el primitivismo cultural. El autor se encuadra fuera de la realidad representada. Literatura para lectores cultivados, no es popular.

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Page 1: Realismo Social

REALISMO SOCIAL.

Concepto de amplio espectro que aparece a lo largo de la historia. Generalmente su auge

coincide con momentos críticos tales como postguerras, crisis económicas, dictaduras, etc.

Los artistas adscritos a esta tendencia crean obras de denuncia que son más cercanas para el

público al que van dirigidas. No dudan en manifestar su compromiso con los valores

oprimidos y su lucha contra los agentes represores de la sociedad. El ser humano es la

medida que los artistas toman para acercarse a los problemas del mundo.

El Realismo Social conoce en España un nuevo ímpetu durante la postguerra,

principalmente en la novela y el teatro. También las artes plásticas se ven afectadas por este

Realismo. Así, a finales de los años cincuenta (1956) tiene lugar una exposición en la

Galería Alfil de Madrid en la que participan tres artistas; Ruiz Pernias, Pascual Palacios

Tardez y José Ortega.

Las obras presentadas hablan del dolor humano, de la miseria de la vida, de la

desesperanza, del drama de una guerra que ha dejado el campo arrasado. Es una pintura del

hombre, para el hombre y desde el hombre. Los lenguajes plásticos que se utilizan no

tienen que ver con una captación fidedigna de la realidad. Son pinturas que tienen una

visión expresionista, que incluso se vieron influenciadas por los nuevos lenguajes plásticos

instaurados por Picasso. Agrupaciones como Estampa Popular y Estampa Popular de

Valencia, aun agrupando artistas de la más variada procedencia, siguieron esta tónica del

Realismo Social.

En Venezuela se desarrolló esta propuesta entre 1934 y 1945, posteriormente hacia 1952

para enfrentar las posiciones del arte de vanguardia-abstracta del momento y en 1952 se

intentó imponer a partir del Taller de Arte Realista un muralismo de contenido social

comprometido, lo cual quedó reflejado en algunos planteles educativos del interior.

No es tarea fácil, ni llegan a un total acuerdo los críticos literarios, en hacer una

clasificación de los escritores latinoamericanos nacidos en las primeras décadas del Siglo

XX.

Se han estudiado algunas tendencias comunes tratando de clasificar en realismo mágico,

literatura indigenista, el criollismo, la literatura política, la narrativa de la Revolución

mexicana y otras formas actuales.

El realismo mágico posee como caracteres que lo distinguen:

Planos de realidad y fantasía: hay hechos de la realidad cotidiana combinándose con el

mundo irreal, fantástico, del autor, con un final inesperado o ambiguo.

Escenarios americanos: en mayoría ubicados en los niveles más duros y crudos de la

sociedad o que más reflejan el primitivismo cultural.

El autor se encuadra fuera de la realidad representada.

Literatura para lectores cultivados, no es popular.

Page 2: Realismo Social

Entre los representantes más importantes de este movimiento, se encuentran Jorge Luis

Borges, Alejo Carpentier, Juan José Arreola, Miguel Ángel Asturias, Lino Novás Calvo y

otros.

La literatura indigenista, como su nombre lo indica, toma el tema del indio como

predominante. En especial esta literatura se desarrolla en los países andinos, donde indios y

mestizos abarcan una gran parte de la población. En las obras se refleja una raza despojada

y oprimida, con una dolorosa descripción de la realidad social, que sirve de denuncia o

protesta. En este movimiento se destacan escritores como Ciro Alegría, Jorge Icaza, Juan

Rulfo, César Vallejo, José María Arguedas, Alcides Arguedas, entre otros.

Hay otro grupo de escritores que desarrollan el tema urbano dentro del realismo social,

como Manuel Gálvez, Alfredo Pareja Díez-Canceco y Manuel Rojas.

Y sin clasificarlos plenamente, pero pertenecientes a la más alta producción literaria

latinoamericana, resaltan los nombres de Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, Ernesto

Sábato, Jorge Amado, Carlos Fuentes, Juan Carlos Onetti, Gabriel García

Márquez, Rómulo Gallegos, José Eustasio Rivera, Mariano Azuela.