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Cuando un poeta calla, se retrata; cuando escribe, olvida. ¿Por qué entonces ha de ser un destino su silencio? Calla para irse, para dejar en sitio seguro a los fantasmas. ¿Por qué si ve se define su estado de vidente como una enfermedad? ALDA MERINI: mística de amor (1931-2009) Selección de poemas, traducción y notas de JEANNETTE L. CLARIOND

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Italian Poetry

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  • Cuando un poeta calla, se retrata; cuando escribe, olvida. Por qu entonces ha de ser un destino su silencio? Calla para irse, para dejar en sitio seguro a los fantasmas. Por qu si ve se define su estado de vidente como una enfermedad?

    alda Merini:mstica de amor (1931-2009)

    Seleccin de poemas, traduccin y notas deJeannette l. clariond

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    Alda Merini nace en una poca de posguerra, de un padre cuyo amor ella reclama desde pequea como nico modo de asirse a la vida, mientras que la actitud que ella define como fascista afectar mayormente la voz escindida de esta poeta que slo alcanza a unirse a Jess, nica imagen verdadera de su frgil destino.

    cuerpo de aMor

    Desde la aparicin de La Terra Santa (1984), Alda Merini ha vivido la religiosidad como amor, despojo, abandono. Su lectura de los santos no la ha llevado a escribir sobre los santos, ms bien ha buscado vivir una suerte de santidad potica duea de su arrojo, de sus miedos, del terror a este natural infierno de existir.

    Cuando la palabra se acerca a Dios es que va al origen, o se siente prxima al dolor del origen. Y por origen no propongo madre, tierra, mar. Digo Palabra que abre la llaga de la creacin.

    El Cristo de Alda Merini en Cuerpo de amor, nace de una soledad transfigurada, cliz que mana la sangre que ella vislumbr como pasin por ese hombre hecho palabra, a quien a veces ha profundamente amado y, tambin, traicionado tantas veces. Junto a su costado no siente ni condena ni salvacin: es cuerpo de lenguaje que la inunda y eleva como el tallo a la flor, con su savia, con su espina.

    Ese Hombre, el Cristo que la acompaa, le da el cielo de la sabidura que todo dolor hace germinar: El rbol echa sus races en el miedo / y la semilla antes de crecer / aprende a morir.

    Slo por un amor as el mundo se vuelve real. En 38 poemas, Alda Merini nos entrega el derrumbe de quien ha amado sin piedad, descarnadamente, pues en ella la carne de Cristo es una rosa roja colmada de sangre, Dios mismo hecho silencio.

    MaGnificat: un encuentro con Mara

    El Magnificat: un encuentro con Mara de Alda Merini pertenece a una triloga entrelazada por una sola voz que se despliega en tres seres espirituales, solitarios, plenos. Seres que se elevan para or la voz slida y sensible de quien nombra su sentir desde el despojo: fina y sosegada, su voz es una forma de piedad, una conmiseracin, un ciego mirar, un develar su fe sin temor, un abismarse sin miedo. Al finalizar la traduccin de este libro, tuve la sensacin de haber escuchado una voz de gran altura, la voz del poeta que por fin encuentra la serenidad.

    En Magnificat: un encuentro con Mara, Mara habla al oyente para contarle los dictados de una pasin sustancializada; una mirada que percib al conocer a la poeta hace ms de quince aos en su apartamento frente al Naviglio en Miln.

    Alda Merini no es de este mundo, lo dej hace ya aos, al vislumbrar que Mara, la madre de Cristo, roza la altura de su voz: un misticismo encarnado. Su palabra es anunciacin, estrella, canto que surge de la tierra. Su lengua no es ausencia de carne sino un eterno vivir en los ojos del Amado: Qu dir a Jos mi esposo? / Le dir que le fui infiel? / Le dir que lo he traicionado conTigo? / Pero, cmo se puede traicionar a un hombre / que es en esencia divino? / Qu dir a Jos, Seor? / Esta tarea ingrata, / esta duda atroz / todos los hombres la llevarn en su corazn / cuando vean a una virgen preada / de Tu Propia Palabra.

    En la poca actual suelen confundirse religiosidad potica el dilogo supremo con nuestro yo an sin develar y la religin inventada por el hombre. Ser religioso no es otra cosa que ser misterio, el que tan bien entendi Mallarm: Todo lo sagrado que desea continuar siendo sagrado, se arropa en el misterio. Misterio no es lo hermtico, no es lo crptico, no es

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    lo religioso: sagrado es hacer florecer la belleza por el sacrificio.

    Alda Merini habla desde lo sagrado msticamente nacida para la poesa. Mstica por natura, por destino, por haber crecido anclada a un germen que va ms all del lenguaje, ms all de las colinas de su origen: llega al corazn herido de quienes la seguimos con la devocin que todo gran arte impone.

    Hay quienes oyen en su voz ecos del Eclesiasts sin darse cuenta que es hija predilecta de la noche y sus tormentas.

    la carne de los nGeles

    El Museo Nacional de Niza alberga un cuadro de Chagal, La creacin del hombre, en donde el artista ha sustituido la imagen de Dios por la figura de un ngel. Las blancas alas desplegadas lanzan un fulgor divino mayor acaso al de Cristo que aparece ms pequeo y humilde en la parte superior del lienzo. Al centro, azulado en blancos, el ngel de Yahv identificado en la Biblia con Dios en persona pareciera acercarse al sueo del artista que se expresa para decir: aqu estoy para entrar en las bocas de los hombres, yo soy el mensajero, la luz que necesitas para crear, yo soy el que cuida tu sueo y se duerme dentro de ti, yo soy el ngel de tu anunciacin cada vez que nombras la palabra.

    Sabemos que los ngeles carecen de sexo, que son finsimos en su vibracin y que, por eso, captan como nadie las realidades humanas; tanto, que los fsicos los diferencian de la condicin humana por sus radiantes pulsaciones lumnicas. Ser ngel, lo supo bien Wallace Stevens, es condicin necesaria del poeta y, a veces, a pesar de ser expulsado, o arrojado a los abismos, o ser como en Hieronymus Bosch la memoria dantesca del pecado; ms necesario que oscuro, todo ngel es reverberacin, luz pura vigilando la armona de los cielos.

    En Alda Merini, la luz del ngel es sutil y penetrante, alta y reposada, desparrameante, difusa hasta concentrarse en la voz cuya carne se desprende del espritu para decir: Se dice que la creacin del Paraso es la fbula de un amor ignoto que de pronto desata sus alas desde la corteza terrestre y que, al enfriarse la tierra, ms all de las creencias bblicas, nacen los primeros vuelos de los ngeles.

    En La carne de los ngeles aparecen velados Serafines (aquellos que arden por el calor de Dios), de seis alas, nicos de la estirpe que por estar cerca, pueden ver a Dios. Tambin los Querubines (los que poseen la plenitud del conocimiento) y slo existen para la contemplacin. Azules, con 4 alas llenas de ojos, pueden ver lo que sucede para advertir, prevenir, transportar los buenos espritus hacia el hombre. Y casi en menor escala, los Tronos, indica su absoluta separacin de cualquier sujecin terrestre. Se les representa junto a un trono, o con un espejo en la mano, o sentados sobre un globo, entronizados o entre las esferas celestiales. Este espejo en la mano lo usa la poeta para llagar nuestros ojos ora secos por la expulsin, ora cansados por la contemplacin. Todos somos ngeles o demonios, depende del sueo creador, del miedo, del amor, del modo en que entregamos nuestra carne para que se encienda o para que se apague, se muera o renazca por el sacrificio del amor.

    Con este poemario se cierra la triloga de Alda Merini: Cuerpo de amor: un encuentro con Jess, Magnificat: un encuentro con Mara y La carne de los ngeles. Para Alda Merini los ngeles son pretexto y realidad de su escritura, son libertad y necesaria contraparte de Satn, son vuelos que la elevan en la escala del dolor a un color ms bello, ms reconciliado: Me regresaste al mundo, yo que volaba / tan alto como para cantar un magnficat a Mara

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    Io che sono vicina alla morte,io che sono lontana dalla morte,io che ho trovato un solco di fioriche ho chiamato vitaperch mi ha sorpreso,enormemente sorpresoche da una riva allaltradi disperazione e passioneci fosse un uomo chiamato Ges.Io che lho seguito senza mai parlaree sono diventata una discepoladellattesa del pianto,io ti posso parlare di lui.Io lo conosco:ha riempito le mie notti con frastuoni orrendi,ha accarezzato le mie viscere,imbiancato i miei capelli per lo stupore.Mi ha resa giovane e vecchiaa seconda delle stagioni,mi ha fatta fiorire e morireuninfinit di volte.Ma io so che mi amae ti dir, anche se tu non credi,che si preannuncia semprecon una grande frescura in tutte le membracome se tu ricominciassi a viveree vedessi il mondo per la prima volta.E questa la fede, e questo lui,che ti cerca per ogni doveanche quando tu ti nascondiper non farti vedere.***Yo que estoy cerca de la muerte,yo que estoy lejos de la muerte,yo que encontr un surco de floresal que di por nombre vidaporque me sorprendi, mucho me sorprendi que de una a otra riberade desesperanza y pasinhubiese un hombre llamado Jess. Yo que lo segu siempre en silencioy me transform en discpulade la espera del llanto,yo te puedo hablar de l.Yo lo conozco:

    llen mis noches con terribles estruendos,acarici mis vsceras,blancos dej mis cabellos por el asombro.Me hizo joven y viejasegn las estaciones,me hizo florecer y moririnfinidad de veces.Pero yo s que me amay te dir, aunque no lo creas,que siempre se preanunciacon gran frescura en todo su cuerpoy sientes como si volvieras a viviry tus ojos miraran por vez primera el mundo.Y sta es la fe, y ste es l,que te busca por todas partes aunque te escondaspara que no te encuentre.

    (De Cuerpo de amor)

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    Io lo soche il figlio mio e Tuonon lo vedr nessunoe che tutti lo vedranno.Ma a Giuseppecosa dir?Lui che piange nascosto in una lacrima,in un canto?Cosa dir?Che Tu prima di luihai visto la mia solitudinee ne hai fatto un corpo?Cosa dir a Giuseppe mio sposo?Dir che lho ingannato?Dir che lho tradito con Te?Ma come si pu tradire un uomocon unessenza divina?Cosa dir a Giuseppe, Signore?

    Questo compito ingrato,questo dubbio atroce,tutti gli uomini lavranno in cuorequando vedranno una vergine incintadella Tua Stessa Parola.***Yo sque el hijo mo y Tuyonadie lo very todos lo vern.Pero a Jos,qu le dir?A l quien llora oculto en una lgrima,en un canto?Qu le dir? Que T antes que lviste mi soledady con ella hiciste un cuerpo?Qu dir a Jos mi esposo?Le dir que le fui infiel?Le dir que lo he traicionado conTigo?Pero, cmo se puede traicionar a un hombreque es en esencia divino?Qu dir a Jos, Seor?

    Esta tarea ingrata,esta duda atroz,todos los hombres la llevarn en su corazncuando vean a una virgen preadade Tu Propia Palabra.

    (De Magnificat: un encuentro con Mara)

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    Cos langelo che si fa demone,il demone che si fa angelo,il male oscuro,la paura del malediventano linferno vivo della mente.E allora si sente il palpito divinodi una rinascita che non pi possibile,e su queste rive di cantonasce forse lespansione di una linguache non conosce nessuno,e di cui non parler mai nessuno.Mentre la poesia distanzatra corpo e corpo,mentre la poesia amore.***As el ngel que se hace demonio,el demonio que se hace ngel,el oscuro mal,el miedo al malse convierten en infierno vivo de la mente.Y entonces se siente el latido divinode un renacer que ya no es posible,y sobre estas riberas del cantotal vez nace la expansin de una lenguaque nadie conoce,y de la cual nadie hablar jams.En cambio la poesa es distanciaentre cuerpo y cuerpo,en cambio la poesa es amor.

    (De La carne de los ngeles)

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