pequeña biografía de podestá

4
8/18/2019 Pequeña Biografía de Podestá http://slidepdf.com/reader/full/pequena-biografia-de-podesta 1/4 ORÍGENES DE LA NOVELA ARGENTINA: MANUEL T. PODESTÁ ALBERTO BLASI Sistematizable junto con Cambaceres y con Martel y con Sicardi, también con Lucio López, entre los que alguna vez llamados fundadores de la novela argentina, 1  Manuel T. Podestá no ha recibido aún la atención monográfica que a su silueta literaria corresponde. Estas notas vierten cierto ma- terial que califica la presencia de Podestá en el panorama de las letras argentinas. 2 Hijo de genoveses, Manuel Podestá encarna por primera vez en la historia de la novela argentina, al argentino de pri- mera generación. Fue hijo de inmigrantes que llegaron al país con ciertos recursos económicos, y que fueron fecun- dos,  se enriquecieron y gozaron de prestigio en la comuni- dad italiana de la Argentina. El escritor nació en Buenos Aires el 18 de setiembre de 1853, tuvo seis hermanos y her- manas y recibió el nombre de Manuel del Sagrado Corazón de Jesús, pese a lo cual en sus actos jurídicos usó el de Ma- nuel Tomás, y en otros, el de Manuel Teófilo. En 1867 in- gresó al Colegio descrito en  Juvenilia,  donde aún era alum- no su futuro autor y en el cual coleccionó altas calificacio- nes ; lo mismo en la Facultad de Medicina entre 1872 y 1878, año en que se doctoró con una tesis sobre Tendencia de la Medicina Moderna. Había hecho su practicantado en el Hospital General de Hombres de su ciudad, lugar atroz donde, en medio de hedores, convivían los locos con los operados, los infecciosos y los presos. Después fue médico de este hospital y pronto alcanzaría el cargo de médico sub- director de los hospitales municipales. También ingresó al Hospital Italiano donde fue  Primario  y del que recibió un título honorífico al final de su carrera. Obtenido el doctorado ingresó a la docencia universitaria como sustituto de la Cátedra de Patología interna, Enfer- medades mentales y de Niños, donde actuó al menos hasta 1880;  ese mismo año renunció a su cargo de médico subdi- rector, conservando uno de médico municipal que dejó en 1883 cuando ingresaba como diputado a la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires en la que permaneció hasta 1889.  Su carrera política fue anémica y breve, pero los años de su actividad parlamentaria ¡e permitieron un reflexivo sosiego y su encuentro con la literatura. El inventario de su biblioteca que se halla en su juicio su- cesorio permite saber que estaban en ella Charcot y Dieula- foy, Ferri y Mantegazza, Lombroso y Mandsley, Ribot y Lefort, lecturas muy significativas en la elaboración del fu- turo novelista. En 1886 resum e Podestá sus experiencias de médico de la comunidad de inmigrantes genoveses en dos apuntes cos- tumbristas que publica el diario  La Nación  bajo el título  Cuadros del natural 3 : su asunto es La Boca, los conventi- llos, la epidemia de cólera. En 1889, cuando acababa su ac- tividad legislativa,  La Tribuna Nacional  en cinco entregas de su folletín comunica materiales que luego integrarían el libro mayor de Podestá,  Irresponsable. 4 Irresponsable  aparece en volumen a fines de ese mismo 1889 con el pie de imprenta de  La Tribuna Nacional;  está dedicado a Mariano de Vedia y comienza con una extensa carta a él dirigida. 5  En los principales diarios se vieron in- mediatamente cartas laudatorias y apostillas de Edmundo De Amicis, Gabriel Cantilo, Eduardo Sáenz, José María Ramos Mejía, entre otros, e incluso se desató una polémi- ca a propósito de la identidad del protagonista de  Irrespon- sable. 6 Concluida su carrera legislativa, se ve a Podestá como miembro del Departamento Nacional de Higiene, y muy activo como escritor. A fines de 1890,  La Nación  publica un capítulo de su novela  Matucha,  que nunca llegó a edi- tarse y hoy se encuentra perdida. En 1892,  La Tribuna  da como folletín otra novela,  Alma de niña,  que se imprime en libro en los talleres de Coni ese mismo año y de la que se o- cupan en los diarios Julián Martel, Antonio Argerich y Eduardo Wilde. En 1903 Podestá recibe significativo homenaje literario. La  Biblioteca de La Nación publica su número 100: como tributo a las letras nacionales reedita en él y en un único tomo  Alma de niña  e  Irresponsable,  en ese orden. El mis- mo volumen se volvió a imprimir en 1909, y alguna vez más sin indicación de año.  Irresponsable  fue también reedi- tado en 1926 por la editorial Minerva, de Buenos Aires. A partir de allí cayó sobre su autor un pesado silencio edito- rial. En 1905 un dibujo de  Caras y Caretas,  revista satírica de la época, muestra a un Podestá obeso, simpático y doctoral que se completa en este epígrafe: Del Hospital de aliena- das / han nombrado directo / al autor de  Irresponsable I creyendo hacerle un favor / y pensando que para él / será una felicidad / pasarse el día entre tanta / irresponsabili- dad. Gran señor burgués, rodeado de fama profesional, ami- gos importantes en el país y en el extranjero, un pasado li- terario, y abundante y calificada clientela, Podestá no vol- vió a dar señales de su actividad literaria hasta que en 1917 publica bajo el número 755 de la  Biblioteca de La Nación la que creemos única edición de  Delfina,  novela que cierra su vida de escritor: libro traspapelado que incluso Rojas ig- nora, pues en su  Historia  sustituye su título por el de una misteriosa Daniel  en un error que luego perpetuarán mu- chos otros críticos. El 9 de agosto de 1920 muere Podestá, de neumonía, sol- tero y casi setentón. Lo despidió en el cementerio una enor- me multitud muy calificada y elegante en la que no se veían escritores. El hombre de los imanes Si bien el nombre de Podestá es de canónica mención junti a la de los mayores narradores de su generación, su fortuna actual no es la misma que ha beneficiado a sus pares en 111

Upload: daniel-carmelo-scarcella

Post on 07-Jul-2018

216 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Pequeña Biografía de Podestá

8/18/2019 Pequeña Biografía de Podestá

http://slidepdf.com/reader/full/pequena-biografia-de-podesta 1/4

ORÍGENES DE LA NOVELA ARGENTINA: MANUEL T. PODESTÁ

ALBERTO BLASI

Sistematizable ju nto con Cambaceres y con Martel y con

Sicardi, también con Lucio López, entre los que alguna vez

llamados fundadores de la novela argentina,

1

  Manuel T.

Pod está no ha recibido aún la atención monográfica qu e a su

silueta literaria corresp onde. Estas notas vierten cierto m a-

terial que califica la presencia de Podestá en el panorama

de las letras argentinas.

2

Hijo de genove ses, Man uel Podestá encarna por primera

vez en la historia de la novela argen tina, al argentino de pri-

mera generación. Fue hijo de inmigrantes que llegaron al

país con ciertos recursos económicos, y que fueron fecun-

dos ,  se enriquecieron y go zaron de prestigio en la comu ni-

dad italiana de la Argentina. El escritor nació en Buenos

Aires el 18 de setiembre de 1853, tuvo seis hermanos y her-

ma nas y recibió el nom bre de Manuel del Sagrado Corazón

de Jesús, pese a lo cual en sus actos jurídicos usó el de Ma-

nue l To má s, y en o tros, el de Manu el Teófilo. En 1867 in-

gresó al Colegio descrito en Juvenilia,  donde aún era alum-

no su futuro autor y en el cual coleccionó altas calificacio-

nes ; lo mis m o en la Facultad de Medicina entre 1872 y 1878,

año en que se doctoró con una tesis sobre Tenden cia de

la Medicina Mo de rn a. Había hecho su practicantado en

el Hospital General de Hombres de su ciudad, lugar atroz

donde, en medio de hedores, convivían los locos con los

operados, los infecciosos y los presos. Después fue médico

de este hosp ital y pro nto alcanzaría el cargo de médico sub-

director de los hospitales municipales. También ingresó al

Hospital Italiano donde fue  Primario  y del que recibió un

título honorífico al final de su carrera.

Ob teni do el doctorado ingr esó a la docencia un iversitaria

como sustituto de la Cátedra de Patología interna, Enfer-

medad es me ntales y de Niño s, donde actuó al menos hasta

1880 ; ese m ismo año renu nció a su cargo de médico subdi-

rector, conservando uno de médico municipal que dejó en

1883 cuando ingresaba como diputado a la Legislatura de

la Provincia de Buenos Aires en la que permaneció hasta

1889.

 Su carrer a política fue anémica y brev e, pero los años

de su actividad parlamentaria ¡e permitieron un reflexivo

sosiego y su encuentro con la literatura.

El invent ario de su biblioteca que se halla en su juicio su-

cesorio permite saber que estaban en ella Charcot y Dieula-

foy, Ferri y Mantegazza, Lombroso y Mandsley, Ribot y

Lefort, lecturas m uy significativas en la elaboración del fu-

turo novelista.

En 1886 re sum e Podestá sus experiencias de médico de la

comunidad de inmigrantes genoveses en dos apuntes cos-

tumbristas que publica el diario  La Nación  bajo el título

  Cuadros de l na tura l

3

: su asun to es La Boca, los conventi-

llos, la epidemia de cólera. En 1889, cuando acababa su ac-

tividad legislativa,  La Tribuna Nacional  en cinco entregas

de su folletín comunica materiales que luego integrarían

el libro mayor de Podestá,  Irresponsable.

4

Irresponsable  aparece en volum en a fines de ese mismo

1889 con el pie de imprenta de  La Tribuna Nacional;  está

dedicado a Mariano de Vedia y comienza con una extensa

carta a él dirigida.

5

 En los principales diarios se vieron in-

mediatamente cartas laudatorias y apostillas de Edmundo

De Amicis, Gabriel Cantilo, Eduardo Sáenz, José María

Ramo s Me jía, entr e otro s, e incluso se desató una polémi-

ca a propósito de la identidad del protagonista de

  Irrespon-

sable.

6

Concluida su carrera legislativa, se ve a Podestá como

miembro del Departamento Nacional de Higiene, y muy

activo como escritor. A fines de 1890, La Nación  publica

un capítulo de su novela

  Matucha,

  que nunca llegó a edi-

tarse y hoy se encuentra perdida. En 1892, La Tribuna  da

como folletín otra novela,

 Alma de niña,

 que se imprime en

libro e n los talleres de Coni ese mism o año y de la que se o-

cupan en los diarios Julián Martel, Antonio Argerich y

Eduardo Wilde.

En 1903 Podestá recibe significativo homenaje literario.

La

 Biblioteca de La Nación

publica su número 100: como

tributo a las letras nacionales reedita en él y en un único

tomo

 Alma de niña

  e

 Irresponsable,

  en ese orden. El m is-

mo volumen se volvió a imprimir en 1909, y alguna vez

más sin indicación de año. Irresponsable  fue también reedi-

tado en 1926 por la editorial Minerva, de Buenos Aires. A

partir de allí cayó sobre su autor un pesado silencio edito-

rial.

En 1905 un dibujo de

 Caras y Caretas,

  revista satírica de

la época, muestra a un Podestá obeso, simpático y doctoral

que se comp leta en este epígrafe: De l Hospital de aliena-

das / han nombrado directo / al autor de

  Irresponsable I

creyendo hacerle un favor / y pensando que para él / será

una felicidad / pasarse el día entre tanta / irresponsabili-

d ad .

Gran señor burgués, rodeado de fama profesional, ami-

gos importantes en el país y en el extranjero, un pasado li-

terario, y abundante y calificada clientela, Podestá no vol-

vió a dar señales de su actividad literaria hasta qu e en 1917

publica bajo el nú m ero 755 de la

 Biblioteca de La N ación

la que creemos única edición de Delfina,  novela que cierra

su vida de escritor : libro traspape lado que incluso Rojas ig-

nora, pues en su

  Historia

  sustituye su título por el de una

misteriosa  Daniel  en un error que luego perpetuarán mu-

chos otros críticos.

El 9 de agosto de 1920 muer e Podestá, de neumon ía, sol-

ter o y casi sete ntón . Lo despidió en el cem enterio una e nor-

m e mu ltitu d m uy calificada y elegante en la que no se veían

escritores.

El hombre de los ima nes

Si bien el nom bre de Podestá es de canónica mención junti

a la de los mayor es narrad ores de su generación, su fortuna

actual no es la misma que ha beneficiado a sus pares en

111

Page 2: Pequeña Biografía de Podestá

8/18/2019 Pequeña Biografía de Podestá

http://slidepdf.com/reader/full/pequena-biografia-de-podesta 2/4

términos de lectores, o de leyenda. Ese silencio y desme-

moria que le afectan no los creemos justos.

Una relectura de su obra mayor, Irresponsable,  muestra

refinamiento y dexteridades que merecen un primer plano

en el cuadro de la novela naturalista de su país. No lo ha en-

tendido siempre así la crítica. Rojas, que tenía un cierto

desdén por la narrat iva,

7

  ve al libro de Podestá como un a

serie de cuadros descriptivos con rasgos de ingenio y de

observación que co mpensan la falta de unidad poemática y

de ma estría literar ia, y subraya que a la actitud zoliana

agregó el auto r la visión colorida del ambiente po rte ño .

An ton io Pagés Larraya señala que su composición disper-

sa, incoherente, anticipa a Sicardi y despunta imprevistas

conexion es con tendencias recentísimas de la nov ela. Co-

mo crítica de la vida ciudadana la entiende Juan Carlos

G hia no , y como docum ento de los trastorn os de un país que

veía derru mb arse el optimism o de las grandes presidencias,

lo hace Enriq ue And erson Imb ert. Conjunto de descolori-

dos cuadros de am bie nte es, por el contrario, para Roberto

Giu st i , y seudonovela de argum ento malamente hi lvana-

d o . Guillermo Ara se interesa, entre otras cosas, por las

pin tura s de am biente , en las que halla peculiaridad y una

fuerte dosis de hu m or negro y n o poco de acerada crítica.

Adolfo Prieto lee a Irresponsable  como la propu esta y de-

mo stración de una tes is. M yro n Lichtblau visualiza a su

autor como un escritor mayor de la narrativa argentina del

siglo anterior.

8

Esta novela, qu e tan encon trados juicios generara, se or-

dena en trece capítulos con títulos y sin num era r; pero una

lectura atenta descubre en ella seis segmentos definidos:

  Saque usted otra bolilla — Era su destino — El único

ham brien to, Transformismo y Sin amigos — Anta-

ñ o , Irrespo nsable y En polí tica — En el comité,

Inco nscie nte, Inservible y El depósi to —finalmen-

te ,  Apot eos i s .

9

  Cada una de las unidades descritas su-

pon e una cesura en el tiempo , mu y apreciable entre la pri-

mera y la segunda, no mayor de un día entre la tercera y

la cuarta, y entre ésta y la siguiente.

El innominado personaje central es visto primero en la

quiebra de su vida académica, luego en la de su vida senti-

me nta l, m ás tarde en la de su personalidad m oral, sus con-

vicciones políticas, sus relaciones con la sociedad.

El prim er segm ento , Saqu e usted otra bolilla, es auto -

biográfico, narra u na sesión de exámenes en el Colegio que

diera lugar a fuvenilia  y exige para su com prensión ser con-

frontado con el capítulo octavo de En la sangre  de Camba-

ceres, do nde se aclara la imagen que del instituto tenían los

inm igra ntes italianos en busca de ascenso social por medio

del esfuerzo intelectual de sus hijos.

Los recuerdos de Podestá se ordenan en llamativa coinci-

dencia con los que dan sustancia al libro de Cañé: la trampa

en el exa me n, las formas de astucia frente al orden adm inis-

tra tiv o, la vida de café y el holgo rio en algún b arrio alejado,

la agresió n a los pea ton es, la sacralización de una figura rec-

toral o profesoral, la pesadilla de las lenguas clásicas. El

trámite literario de un examen de latín cubre en la novela

una función propedéutica: templar la capacidad de recep-

ción del lector para el momento decisivo, la llegada del in-

no mi nad o, el que supo afrontar el peligro de un exam en

con la impavidez de un griego an te los persa s. Se lo ha de

presentar en un examen de física, con un distanciamiento

qu e produ cirá en el receptor la sensación de que le mu estran

algo, no de que participa de ese algo: aqu í aparece nuestro

protagonista, nuestro héroe, el estudiante de más coraje

que hayam os conocido (p. 33). Nadie sabe quién es, caía

allí como un aerolito .. .detrás de él entram os todo s; la cu-

riosidad y la figura misteriosa del estudiante aerolito, nos

habiá n arra stra do (p. 36). El retrato del personaje merece

una transcripción:

Alto , m uy alto, flaco, con la flacura del hamb re, con una

cara puntiaguda, demacrada, amarillenta, con esa piel

lisa, estirada, como si algún maleficio le hubiese hecho

perder la movilidad que da la expresión fisionómica. Los

ojos negros, tristes, pensativos, que vagaban en dos ór-

bitas demasiado grandes, ahuecadas como las de un

muerto; frente alta, fugitiva, con arrugas prematuras y

más acentuado que en el resto de la cara el color de per-

gamino viejo, (p. 37)

Dicho re trat o establece la adscripción del médico-escritor

a las teorías fisiognómicas de su época, y se continúa en

otras ob servaciones de corte expresionista. Los recursos es-

tilísticos que la novela pone en acción en su primer capítu-

lo ,

 el más decisivo sin duda de toda ella, son de m uy buena

ley, y conducen a aquella situación que habrá de bautizar

a un personaje cen tral al que el novelista nunca llamará por

un no mb re a lo largo de todo el libro. El sujeto declara su

ignorancia ante tres temas sucesivos que le son sorteados:

  Y qu é sabe usted? le pre gu nta el catedrático en el colmo dé

la impaciencia.—Yo, sé los imanes.—Los imanes? Bien, di-

ga usted los imanes.—Los imanes, empieza el afligido exa-

minad o . . . los imanes . . . señor . .  .no los sé ... (p. 40).

El personaje desaparece de escena tal como llegó a ella:

  como una sombra sorprendida por un rayo de luz que la

borra de imp roviso, nuevam ente rodeado de precauciones

expresio nistas. A p artir de allí será el hombre de los imanes,

la contrafigura del triunfador, el excéntrico rechazado por

el sistem a. El doctor P odestá segu irá a su enfermo social co-

m o qui en desflora los círculos de un a construcción escatoló-

gica.

En el segundo segmento, Era su dest in o, una primera

parte lleva el subtítulo En el anfiteatr o y mu estra a los es-

tudia ntes listos para disecar el cadáver de una bellísima m u-

chacha. Las tendencias rom ánticas y las adscripciones n atu-

ralistas del escritor tuv ieron allí oportunidad de ejercerse en

severo contrapunto, sobre la base de memorias personales

y favorecidas por el atroz sistema hospitalario vigente en-

tonces en Buenos A ires. Un calificado historiador de la me-

dicina argentina, el doctor Cranwell, llama al testimonio

ofrecido por Irresponsable  un a descripción llena de colori-

do e int er és y al Hospital que lo suscita triste nosoco-

m io y verdadero foco de podredumbre y de miseria .

1 0

Podestá aprovecha tal recinto para ofrecer u n nu evo tram o

de  juvenilia  pero ahora virado por el hu m or neg ro; el re-

lente de estud iantina se consigue a lo largo de una descrip-

ción que abu nda en precisiones ingra tas, vertidas con impa-

sibilidad. Los trozos disecados y el sirviente de anfiteatro

reciben una atención del más transp arente estilo naturalista

112

Page 3: Pequeña Biografía de Podestá

8/18/2019 Pequeña Biografía de Podestá

http://slidepdf.com/reader/full/pequena-biografia-de-podesta 3/4

Cu and o se trae a la bella difunta, en cambio, se la enfatiza

con los recursos propios de una percepción romántica del

objeto . A ella sigue la segunda aparición del

 de los imanes

como es de suponer vinculado a la muchacha cuyo cadáver

está en ex hibición. En la segunda parte del capítulo, subti-

tulad a "E n el hosp ital ," el ho mb re narra su peripecia con la

bella mu erta del anfiteatro.

En cu ant o a la parafern alia utilizada a fin de movilizar la

presencia del hosp ital dent ro del organismo de la novela, es

necesario decir que la sobrevivencia de las convenciones

propias d el romanticism o fueron el recinto seguro en que se

mov ió Po destá, pos iblemen te no sólo por falta de osadía si-

no po rque su particu lar individualidad rimaba ajustada con

ellas.

Antonio Pagés Larraya señala que el gran tema literario

de la generación argentina de 1880 es Buenos Aires y que

desde  La gran aldea  (1884) hasta Irresponsable  "la ciudad

es el centro d inámico de la acció n."

11

 En esta últim a, y en el

tercero de los segm entos qu e hem os distinguido más arriba,

ha y un a visión sonri ente , conformista y entusiasta de la ciu-

dad y de su calle principal, Florida, que subraya la vocación

costu mb rista de quien escribe. La nota costumb rista corres-

pon de asim ismo a un requer imien to de la época y a los de la

ma triz periodística que favoreció la producción de sus tex-

t o s , en t iem pos en q ue no había periódico sin una sección de-

dicada al artículo de costu mbre s. La irrupción del costum-

bris mo en la escritura de Irresponsable no significa una rup-

tura en el clima general de la novela sino la intensificación

de éste que imbrica romanticismo y naturalismo en el ele-

me nto nutritiv o que lo gestiona y lo decide.

Un desfile de carruajes de lujo se emparenta con el ca-

pítulo "¡Hacia el abismo " de

 La Bolsa

 e inscribe a

  Irres-

ponsable

  en el llamado "ciclo de la Bol sa"

12

 por sus alusio-

nes expresas al

 crac

 financiero p repa ratori o de la revolución

de 18 90. O tr o desfile establece en la novela el tema de la in-

migración, qu epo r entonces ilustran con sus textos Martel,

Cambaceres y Sicardi, así como Argerich, Grandmonta-

gne, Saldías y Ocantos.

1 3

Podestá, hijo de la inmigración como Sicardi, ve su des-

file de in mig rant es con cierta grandeza de fresco, de bajo-

rrelieve en m archa , y en actitud jubilosa. Esa imagen opti-

mista, quizás corresponde a un hecho que el escritor ha

querido ver así, aunque sus caracteres reales quizás fuesen

de otra naturaleza, más acorde con el piadoso testimonio

que de los inmigr ante s da, entre o tros, De Amicis en su en-

tonces difundido  En el Océano.

14

El  innominado  es ahora un a especie de ecce homo  ridí-

culo, cu ya vista y presencia incomoda a los paseante s; algu-

nos de sus rasgos permitieron en su momento compararlo

con algunos notorios bohemios de la época.

15

  El posterior

trá mi te de la novela confrontará el  ethos del bohem io con el

que corresponde a los inmigrantes prósperos y su descen-

dencia, "disciplinad nel possesso" como los muestra Emilio

Zucc arini, u no de sus más calificados cron istas.

16

 Podestá,

en un capítulo clave, "El único hambriento," muestra su

interé s por quien quedó al margen de un sistema y se soli-

dariza con el sistem a: n o el formulado po r el patriciado ar-

gen tino sino el que la inmigración próspera está form ulan-

do en ese mism o mo me nto . El escritor se convierte en po r-

tavoz de las ideas rectoras y de las emociones que corres-

ponden a su comunidad de inmigrantes: el  innominado  es

visto como u n transg resor respecto de esos valores, pero es

visto en simpatía. Todo ello se practica en casa de un viejo

condiscípulo, un triunfador ahora, a quien podemos enten-

der co mo versión oblicua del propio narrad or; y esa escena

catapulta al pobre bohemio a un Gólgota propio: a una gr o-

tesca inmersión en el mundo de la política.

El cuadro de am biente recibe particular atención en "En

el com ité ." Se comienza po r el tema de la decadencia de una

casa, tema que luego preocupará a muchos escritores ar-

ge n t inos ;

1 7

  la casa es la que alberga al club político, un

m un do al que el escritor se acerca con humo r y espíritu áci-

do.

  La descripción es simétrica en posición y recursos a la

que se hizo del anfiteatro; también lo es el retrato del sir-

vie nte . Dent ro del com ité, un desfile de valentones perm ite

nue vam ente la confrontación con testimonios de época, pa-

ra el caso los provistos por Felipe Amadeo Lastra en sus

Recuerdos del 900.

18

  El tono que asume en  Irresponsable

la narració n de la asamblea partid aria, pese a cierto rechazo

ínti mo que se advierte en el cronista, es bonachón, d iverti-

do,

  como si se tratase de una

  juvenilia

  no avenida con la

edad de los protag onistas p ero sí con sus comportam ientos

y con la saludable vitalidad que proviene de su encuentro

en grupo. El

 de los imanes

  es mostrado allí en una imagen

de destitución que hace serie con sus anteriores pero que

profundiza el rasgo expresionista de aquéllas. Otro desfile,

el de los partidarios por la calle, lo verá portador de una

band era y luego pronu nciand o un discurso sobre su Gólgo-

ta, "encaramado sobre un montón de escombros que había

en la calle." El discurso cubre de injurias a los candidatos

oficialistas en cuyo favor se hacía la marcha. A un desfile

ascend ente, el que llega a esa situación, sucede otro descen-

den te, hacia la comisaría, la estación de policía: el protago-

nista es llevado en angarillas y depositado allí. Un ataque

de epilepsia sellará la imagen del hombre de los imanes  co -

m o  caso e integra rá como las piezas de un  puzzle  los datos

que tendiendo a establecerlo como tal venía sembrando el

nar rad or a lo largo de todo el libro. La apoteosis  se da en el

capítulo final, que lleva esa nom bre, y donde se ve al  inno-

minado mu cho tiem po despu és, en el lugar al que todo su

pasado le destinaba: la casa de los locos. Otro desfile, el de

los locos, sella el libro y muestra a su protagonista como

"emblema de una larga serie de hombres"

1 9

  definitiva-

m en te relu ctantes para con su sociedad y rechazando defi-

nitivamente una regla de juego para la que no estaban he-

chos. Q uien pese el valor docum ental de esta visión de m a-

nicom io pue de apelar a los escritos de Osvaldo Loudet y de

Cesarina Lupati Guelfi como fuentes de primera mano.

2 0

Obra mayor obra menor

Si observam os en su conjunto la triada novelística proce-

sada por Podestá advertirem os que entr e aquella novela que

le valió su perdu ración literaria y las dos restantes, hay un

parentesco numeroso y bien acreditable.  Alma de niña  in -

cluye también un  caso: el de la protagonista. Pero esta in-

1 1 3

Page 4: Pequeña Biografía de Podestá

8/18/2019 Pequeña Biografía de Podestá

http://slidepdf.com/reader/full/pequena-biografia-de-podesta 4/4

clusión se da a través de colores mu y ten ues , emboscada en

un contex to que hace más a la novela román tica: la historia

de la noviedta pobre que se enamora del estudiante, es

abandonada en beneficio de un m atrimonio de convenien-

cia, y finalmente opta por la muerte. La intención psicolo-

gista y la tendencia simbólica son verificables como las dos

energ ías q ue deciden y condicionan el relato. Es novela co-

rrecta, eficiente, de no menores calidades que las que por

entonces dieran prestigio a César Duayen; novela de con-

sum o, y tamb ién testimon io de una época y de un estado de

la sensibilidad argentina, logró alta estimación en su tiem-

p o ;  curiosamente contradictoria, bajo su convencionalidad

subyace una estructura propia del naturalismo, pero desvi-

talizada, reducida a esqueleto monitorio, sin los inconve-

nientes que la novela naturalista podía encontrar en un

público pacato y prejuicioso. El universo de la corrección

no siem pre coincide con el de la duración. Alma de niña  no

escapó—menos aún su cuasi-gemela Delfina

23

—a esta sen-

cilla verdad. Temperamental, autobiográfica en cierto gra-

do ,

  arbitraria en sus procedimientos, desprolija quizás,

Irresponsable  contiene en cambio los gérm enes de una gran

novela. Irrumpe en el sistema de la literatura argentina, se

significa inmediatamente como un no-seriable, e incorpora

una nueva manera de novelar, casi sin antecedencia,

22

  sin

duda sin descendencia.

Brooklyn College and the Gradúate Center,

City University of New York

1

  Alber to Blas i ,  Los fundadores: Cambaceres, Martel, Sicardi  ( Bue-

nos Aires : Ediciones Cul turales Argent inas , 1962) .

3

  Una detal lada biograf ía, con abundante mater ial documental en:

Blas i , M a nue l T . Podes t á , Boletín de la Academia Argentina de Letras,

159-160 (1976) , 55-89. Hay separata.

3

  14 , 23 nov . 1886 .

4

1 0 , 1 2 , 1 7 , 1 9 , 2 4 m a r zo 18 89 .

5

  Cf . M ar ia no de Vedia, A propós i to de las úl t imas ediciones de  Irres-

ponsable, La Nación,  5 dic. 1926.

6

  Sobre dicha polémica véase  La Nación,  25 feb. , 8 y 16 marzo 1 890.

7

  Dice Rojas : Es te resum en comp rueba la escasa impor tancia de

nues tra producción ant igua y moderna en el género de las f icciones en

p r o s a . Historia de la Literatura argentina. Los modernos  (Buenos Aires :

Losada, 1949) , I I , p . 389 . Rojas equivoca también los años de nacimien to

y de muer te de nues tro escr i tor en el sumario de su obra, y el de muer te

en el texto ( I I , pp. 391 , 422) .

8

  An ton io Pagés Larra ya, Los años del Progreso y su vers ión na rra-

t i v a , La Nación,  15 jul io 194 5; Juan Car los Gh iano ,  Testimonio de la

novela argentina

  (Buenos Aires : Leviatán, 1956) , pp. 23-7, 95 ; Enr ique

A n d e r s o n I m b e r t ,  Historia de la literatura hispanoamericana,  5a. ed.

(México: Fondo de Cul tura Económica, 1965) , I , p . 355; Rafael Alber to

A r r i e t a , e d . ,  Historia de la Literatura argentina  (Buenos Aires : Peuser ,

1959) , I I I , pp . 398- 9 ; Gu i l l e r mo Ar a ,  La novela naturalista hispano-

americana  ( Buenos Ai r es : E udeba , 1965) , pp . 24 - 5 ; Capítulo,  20 (1967) ,

p p .

 459 - 60 ; M y r on I . L ich tb l au ,  The Argentine Novel in the XIX Century

(New York: Hispanic Ins t i tute in the Uni ted States , 1959) , p . 179;

as imi s mo, M anue l Gálvez>  En el mundo de los seres ficticios  (Buenos

Ai r es : Hache t t e , 1961) , p . 211 .

9

  Para las transcripciones se usó la edición de  Irresponsable  de 1890,

con indicación de página entre paréntes is . No se conservó la graf ía de

época .

1 0

  Dan ie l J . Cr anwel l ,  Nuestros grandes cirujanos  (Buenos Aires : El

Ateneo , 1939) , pp .

  2 8 - 3 1 ;

  El iseo Cantón,  Historia de la medicina en el

Río de la Plata  (Madr id, 1928) , pass im; Daniel J . Cranwel l ,  Nuestros

grandes médicos

  (Buenos Aire s : El Ate neo , 1937) , pp. 11-38 ; Daniel J.

C r a n w e l l ,  Once lustros de la vida de un cirujano  (Buenos Aires : Coni ,

1945) , p . 118; Enr ique E. del Arca,  Observaciones sobre las operaciones

practicadas en 1875

  (Buenos Aires , 1877) , pass im.

1 1

  Perduración romántica de las letras argentinas  (México: Univer-

s idad Nac iona l Au tó nom a de M éxico , 1963) , p . 19 .

12

  Antonio Pagés Larraya, La crisis del noventa en nuestra novela.

El ciclo de 'La Bolsa,' La Nación, 4 mayo 1947.

13

  Germán García, El inmigrante en la literatura argentina (Buenos

A i r e s :

  Hache t t e , 1970) , pp .

  2 3 -5 1 .

1 4

  E dmundo De Amic i s ,  En el Océano (Viaje a la Argentina)  (Buenos

A i r e s :  La Nación,  1907) .

1 5

  Cf . Joaquín de Vedia, Cómo  los vi yo  (Buenos Aire s : Gleizer , 1922) ,

p p .

  1 6 3 - 5 .

1 6

  Emil io Zuccar ini ,  II lavoro degli Italiani nella Repubblica Argentina

dal 1516 al 1910  (Buenos Aires :  La Patria degli Italiani,  1910) , pp. 131-2.

1 7

  Entre el los Alfonso de Laferrere, Mar t ínez Es trada, Mujica Láinez,

Beatr iz Guido, Mallea, Lizarraga.

1 8

  ( Buenos Ai r es : Huem ul , 1965) , pp . 82 - 3 .

19

 Gra n par te de las novelas del 80 cont ienen un observador an odadado,

aquél que no comprende:  el poeta de  La Bolsa,  Julio Rolaz en  La gran

Aldea,  el inno min ado y a veces el narrad or en  Irresponsable.  La soledad

aparece ante el los como  un gran desfile,  que no es sino como un friso

movil izado que pasa—más o menos como una ráfaga—ante sus ojos . La

exacerbación de tal técnica es visible en  Irresponsable.  Ha y en el la una

decena de desfiles—reales o evocados—que pasan casi como el viento

frente al innominado y le dejan cada vez más mal t recho a consecuencia

de su posición de hol oca usto , tal como se la dibuja en la p. 35 1, con los

brazos extendidos de quien, impotente, quiere s in embargo asumir un

of icio mes iánico.

2 0

  Osvaldo Loudet y Osvaldo El ias Loudet ,  Historia de la psiquiatría

argentina

  (Buenos Aire s : Troqu el , 1971) , pp. 152-6; Cesar ina Lupat i

Gue i f i ,  Vida argentina  (Barcelona: Maucc i , 1910) , pp.  156-61.

2 1

  Transfer ibles con holgura a  Delfina  son las considera ciones que

hemos hecho par a

 Alma de niña. En

  ella se repite el tema de la muchacha

frus trada en sus amores puros , ahora por un joven r ico y de elevados

idea l es . De nuevo un e l emen to f emen ino d i s t anc i ador —y ar t e r o - : l a

pr ima que ha perdido su r iqueza y aspira a la boda conveniente. La t ía

de Adela es sus t i tuida en su función por el padre de Delf ina, un anciano

y vir tuoso maes tro de música. La madre del pos ible novio es un ingre-

diente nuevo que complej iza un tanto el esquema. La muer te del joven

fracturará el des t ino de la muchacha. Flotante en la indeterminación,

la novela parece intere sarse por el exam en de cier tas complej idades sent i -

mentales y su escr i tura se pract ica mediante las des t rezas técnicas ya

pr obadas en  Alma de niña.

2 2

  Excepción hecha del  Pot-pourri  de Cambacer es .

114