pedagogÍa del parÁclito en juan 14,26 aportes para la

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PEDAGOGÍA DEL PARÁCLITO EN JUAN 14,26 Aportes para la reflexión teológica del discipulado. JULIO CHRISTIAN JIMÉNEZ CARRILLO PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE TEOLOGÍA DEPARTAMENTO DE TEOLOGÍA PROGRAMA DE LICENCIATURA EN TEOLOGÍA Bogotá D.C. 2014

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Aportes para la reflexión teológica del discipulado.
JULIO CHRISTIAN JIMÉNEZ CARRILLO
Bogotá D.C.
Aportes para la reflexión teológica del discipulado.
JULIO CHRISTIAN JIMÉNEZ CARRILLO
Trabajo de Grado para optar por el Título de Licenciado en Teología
Tutor: P. Luis Guillermo Sarasa, S.J
Doctor en Sagradas Escrituras
Bogotá D.C.
de síntesis, sólo velará porque no se publique nada
contrario al dogma y la moral católica y porque las
tesis no contengan ataques o polémicas puramente
personales, antes bien, se vea en ellas el anhelo de
buscar la verdad y la justicia.
(Reglamento General de la Pontificia Universidad
Javeriana. Artículo 23 de la Resolución N°. 13 del
06 de Junio de 1964)
________________________________________
________________________________________
FECHA
AGRADECIMIENTO
A mis Familiares por darme la vida y los primeros estudios; a mis amigos, quienes han sido
presencia viva de Dios en sus consejos y oportunidades regaladas; a mis compañeros, con
quienes he compartido grandes momentos de reflexión teológica las cuales ayudaron a tener
mayor claridad sobre este Trabajo de Grado; a los profesores de la Pontifica Universidad
Javeriana, por compartir sus conocimientos y experiencias en las asignaturas cursadas; y a
mis acompañantes tanto espirituales y de formación, quienes supieron con paciencia y cariño
acompañarme en este camino de acercamiento y amor por las Sagradas Escrituras gracias a
los estudios de Teología, Filosofía y Biblia.
Por eso, hago mías las palabras del apóstol y…
Εχαριστ τ θε μου πντοτε περ μν π τ χριτι το θεο τ δοθεσ
μν ν Χριστ ησο, τι ν παντ πλουτσθητε ν ατ, ν παντ λγ κα
πσ γνσει, καθς τ μαρτριον το Χριστο βεβαιθη ν μν. (1 Cor 1,
4-6)
(Doy gracias a Dios sin cesar por vosotros, a causa de la gracia de Dios que
os ha sido otorgada en Cristo Jesús, pues en él habéis sido enriquecidos en
todo, en toda palabra y conocimiento, en la medida en que se ha consolidado
entre vosotros el testimonio de Cristo)
ÍNDICE TEMÁTICO
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 5
EL PARÁCLITO COMO MAESTRO EN EL EVANGELIO DE JUAN ...................... 8
1.1. APROXIMACIÓN AL EVANGELIO DE JUAN .............................................. 8
1.1.1. Autor del evangelio .......................................................................................... 9
1.1.2. Redacción ......................................................................................................... 9
1.1.4. Fuentes del Evangelio ..................................................................................... 11
1.1.5. Estructura del Evangelio ................................................................................. 11
1.2. LA PRESENCIA DEL PARÁCLITO EN EL EVANGELIO DE JUAN ....... 13
1.2.1. La figura del Paráclito .................................................................................... 13
1.2.2. Análisis del término ........................................................................................ 14
1.2.3. Soluciones que aporta el Paráclito .................................................................. 17
1.2.4. Los dichos sobre el Paráclito .......................................................................... 19
1.3. EL PARÁCLITO EN JN 14,26 ........................................................................... 21
1.3.1. Delimitación del texto .................................................................................... 21
1.3.2. Segmentación del texto ................................................................................... 22
1.4. EL PARÁCLITO Y SU FUNCIÓN DE MAESTRO. ....................................... 24
1.4.1. La enseñanza del Paráclito ............................................................................. 25
1.4.2. Comprensión del Paráclito como Maestro ..................................................... 26
CAPITULO II
2.1. LOS TÉRMINOS QUE IDENTIFICAN A JESÚS COMO MAESTRO ....... 27
2.1.1. Análisis del término αββ .............................................................................. 27
2.1.2. Análisis del término διδασκαλος .................................................................... 30
2.2. JESÚS ES EL MAESTRO .................................................................................. 32
2.2.1. La enseñanza de Jesús considerada similar a la de sus contemporáneos ....... 32
2.2.2. La diferencia de la enseñanza de Jesús ........................................................... 33
2.2.3. Jesús enseña como El Maestro. ...................................................................... 35
2.3. LA ENSEÑANZA DE JESÚS EN EL EVANGELIO DE JUAN .................... 37
2.3.1. Jesús, su contexto y auto identificación ......................................................... 37
2.4. LA ENSEÑANZA DE JESUS: AGUA DE VIDA Y LUZ DEL MUNDO ...... 40
2.4.1. La enseñanza de Jesús: Él es el Agua de la vida ............................................ 40
2.4.2. La Enseñanza de Jesús: Él es la Luz del mundo............................................. 44
2.5. LA ENSEÑANZA DE JESÚS ............................................................................. 48
CAPÍTULO III
EL PARÁCLITO Y SU ACOMPAÑAMIENTO EN EL PROCESO DISCIPULAR . 49
3.1. EL DISCIPULADO ............................................................................................. 49
3.1.2. La misión del discípulo desde Aparecida ....................................................... 53
3.1.3. La importancia de una espiritualidad del seguimiento ................................... 56
3.2. LO QUE JESÚS ENSEÑÓ Y EL PARÁCLITO RECORDARÁ. .................. 58
3.2.1. La presencia del Paráclito en la comunidad ................................................... 59
3.2.2. La enseñanza y testimonio del Paráclito ........................................................ 62
3.3. LA PRESENCIA DEL PARÁCLITO EN LA FORMACIÓN
DISCIPULAR ................................................................................................................. 65
3.3.2. La motivación por conocer a Jesús ................................................................. 67
3.3.3. El diálogo con Jesús ....................................................................................... 67
3.3.4. El reconocimiento de Jesús por parte del discípulo ........................................ 68
3.3.5. La vivencia-Testimonio .................................................................................. 69
-5-
INTRODUCCIÓN
El Paráclito en su pedagogía tiene como misión acompañar a los discípulos luego de que
Jesús ya no esté presente entre ellos. Como el pedagogo de los discípulos tiene la función de
enseñar/recordar todo lo que Jesús ha proclamado; con lo cual se puede asegurar que
mantendrá viva la experiencia del encuentro personal con Jesús; de manera que los discípulos
puedan dar testimonio de su fe y la experiencia íntima en Cristo, el Hijo de Dios, en quien
tienen vida (20, 31).
El testimonio de los discípulos tiene como objetivo vincular a otros a la experiencia personal
con Cristo resucitado; lo cual, incita a los espectadores a conocer, experimentar y por último
testimoniar también a ese Jesús Resucitado. En este sentido se encuentra inmersa la
pedagogía del Paráclito, la cual, acompaña el proceso de discipulado (ver, ser y hacer).
El evangelio de Juan, considerado un escrito doctrinal cuya intención primera es la
enseñanza, es el único que hace mención del término Paráclito. Este término es una novedad
en la literatura neo-testamentaria y se lo ha identificado con el Espíritu Santo o el Espíritu de
la Verdad (14,17); además, con la figura de Jesús en sus relaciones, misión y funciones. Una
de las funciones del Paráclito que se destaca en la presente investigación, en su relación con
los discípulos: la función docente. El Paráclito, enviado por el Padre y por Jesús, les enseñará
y les recordará todas las cosas a los discípulos (Jn 14,26).
El Paráclito, el Espíritu de la Verdad (14,17), se encuentra presente en Jesús desde el
principio de su ministerio; pero su presencia como tal en la comunidad se hace reconocible
a partir del momento en el cual se da la muerte-glorificación de Jesús. Él será el “maestro”
(14,26) que introduce a los discípulos, y a nosotros, a la comprensión total del misterio de
Jesús. La presencia del Paráclito en las primeras comunidades ha sido un elemento
importante en la formación de los discípulos en los inicios de la Iglesia; además,
considerando la actividad pedagógica del mismo, sigue siendo fuente de inspiración y de
acompañamiento en la actualidad de las comunidades. El Paráclito, desde la intención del
-6-
autor (o comunidad), trata de vincular a los seguidores de Cristo en su misterio y, como el
evangelio mismo lo muestra, adentrarnos a la experiencia mística de Jesús.
Es por ello que en esta investigación se tratará de profundizar sobre la figura del Paráclito y
mediante una comprensión amplia de sus características, misión y relaciones; además de una
profundización en el término y la referencia que el mismo hace al Maestro, dar respuesta a
la pregunta sobre ¿Cuáles son los aportes pedagógicos que ofrece la figura del Paráclito
en el Evangelio de San Juan para la reflexión sobre la teología del discipulado? Dado que
en los inicios de la Iglesia, éste personaje hizo presente a Jesús demostrando la relación
mutua entre Dios y el hombre; en la actualidad nos da aportes para la formación y
evangelización de discípulos y misioneros.
Mediante la Exégesis, utilizando algunos aspectos del Método Histórico-crítico, se
profundizará en los términos gracias al uso de algunos aspectos de los Métodos Sincrónicos
y los Métodos diacrónicos. La bibliografía a utilizarse está delimitada al uso de diversos
autores sobre el término Paráclito; el autor en el cual se profundizará es principalmente,
Raymond Brown y las categorías que fundamentan la investigación están tomadas de la cita
bíblica de Juan 14,26 (recordará y enseñará); profundizando además en las categorías de
Maestro (διδασκαλος) y Rabí (αββ)con lo cual se pretende reconocer la pedagogía de Jesús
y la del Paráclito; además, una comprensión de la situación histórica en la que se dio la
elaboración del texto del evangelio de Juan nos facilitarán aportes en la investigación para
tener una clara representación del mensaje que pretende el Evangelista sobre la pedagogía
del Paráclito.
Ulterior a ello se utilizará la actualización de dichos contenidos mediante la aplicación
Hermenéutica, por medio de la cual se facilitará la «promoción del sentido» de los textos
estudiados, de manera que se dé respuesta a la pregunta de investigación que trata de aportar
a la reflexión sobre la teología del discipulado.
-7-
OBJETIVO GENERAL:
Mediante el análisis exegético investigar los aportes pedagógicos que ofrece la figura
del Paráclito en el Evangelio de San Juan para la reflexión sobre la teología del
discipulado.
Presentar de manera general los conceptos, misión, comportamientos y funciones del
Paráclito en el Evangelio de San Juan de manera que se comprenda al Paráclito como
pedagogo de los discípulos.
Realizar un análisis exegético neo y vetero-testamentario de las categorías: Maestro,
Enseñanza y Rabí para una mayor comprensión de la pedagogía del Paráclito
propuesta en el Evangelio de San Juan.
Generar, mediante la interpretación hermenéutica-Teológica de las categorías
mencionadas, una propuesta de pautas para la formación y acompañamiento
discipular.
-8-
1.1. APROXIMACIÓN AL EVANGELIO DE JUAN
El evangelio de Juan es conocido como el evangelio “espiritual”1; en el cual, el autor del
escrito o la comunidad, se introduce en la experiencia misma de Jesús, en su relación con
Dios y con los hombres; y, a su vez, revela un camino de seguimiento discipular de una
persona/comunidad en la aceptación/creer en Cristo.
El Espíritu es un eje trasversal en todo el cuarto evangelio. Es guía de la comunidad y del
lector que se involucra con este escrito. Seduce al “conocimiento” de Dios, de manera
pedagógica, mediante el proceso de seguimiento en la persona de Jesús el Cristo para así
creer y creyendo en él tengan vida en plenitud (Jn 20, 30-31). El evangelio es la cristalización
de fe de la experiencia espiritual y de seguimiento de una comunidad; la cual, supo reconocer
las enseñanzas e instrucciones del Espíritu Paráclito, en su papel explícito de hacer
comprender el misterio de Jesús2.
En la comunidad, lo mismo que el evangelio en el que cristaliza su fe, es la más
“espiritual”, es decir, aquella en la que más fuertemente sopló el Espíritu. Esto la llevó
a descubrir la más alta cristología; a no entenderse como comunidad sino desde ella.
(…) la presencia del espíritu llevó también a esta comunidad a deducir todas las
conclusiones ético-morales derivadas de una imagen de Cristo captada desde la
iluminación intensa del Paráclito; a centrar su respuesta a la acción salvadora de Dios
en la fe y en el amor; a censurar con una ironía tan fina como implacable a todos
aquellos que no eran coherentes con la confesión de su fe, como era el caso de los
cristianos “vergonzantes” (Jn 12,42)3.
1 Fernández, Evangelio Según Juan, 263. 2 Cfr. Dufour, Lectura del Evangelio de Juan I, 13. 3 Fernández, Evangelio Según Juan, 268.
-9-
1.1.1. Autor del evangelio
Sobre el autor del libro, tema de difícil precisión, algunos consideran la hipótesis de que sea
el Discípulo Amado4, quien tiene una función simbólica en el cuarto evangelio; sin dejar de
ser una persona real en el escrito. Considerado como testigo ocular que, dentro del evangelio,
se refiere al Discípulo Amado. Por otro lado, algunos autores (Brown, Barret, Marsxen y
Leon~Dufour), consideran que la redacción del evangelio no se realizó por un solo redactor,
sino por una comunidad de pensamiento, llamada así: “comunidad Joánica”. Comunidad que
acogió la reflexión y elementos históricos de un testigo ocular; y que, luego de una reflexión
y meditación de ciertos temas, además de circunstancias históricas, va moldeando y dándole
forma determinada al escrito que hoy encontramos.
Consideramos que la edición del evangelio no se ha realizado por medio de una sola
redacción, sino que se elaboró a través de diversas ediciones y en diversas épocas. Podemos
unirnos a la definición que hace Barret de autor como «la persona (o el grupo) que asumió la
responsabilidad del libro tal como se lee en los antiguos manuscritos»5.
1.1.2. Redacción
La redacción del evangelio tiene diversas etapas antes de llegar a su forma actual. Aunque
no se da un acuerdo sobre el número de redacciones, en su mayoría, los autores optan por
suponer la intervención mínima de dos redactores. A pesar de sus diversas formulaciones,
seguiremos la presentación de Brown la redacción del cuarto evangelio. Teoría que no se
muestra muy complicada en su compresión y a su vez resulta más plausible al tener en cuenta
la redacción de los evangelios sinópticos.
Brown opta por la teoría de la redacción en cinco etapas: a) utilización de hechos y dichos de
Jesús por una figura destacada de la iglesia primitiva, b) configuración teológica y expresiva
4 Martín-Moreno, Personajes del Cuarto Evangelio, hace una aclaración sobre cómo entender la autoridad del
Discípulo Amado como autor del cuarto evangelio, dado que el concepto de autor se diferencia del concepto de
redactor. 27-33. 5 Barret, El Evangelio según san Juan, 50.
-10-
de estos hechos, c) primera elaboración del evangelio, d) segunda elaboración, con
adaptaciones a nuevos problemas y e) la redacción final del evangelio, la cual se dio por parte
de un discípulo6.
1.1.3. La Teología del Evangelio
La teología del cuarto evangelio es la respuesta a la fundamentación de la fe apostólica de la
realidad que vivía la comunidad joánica. Esta teología trata de reelaborar completamente la
tradición cristiana, sin imponer terminologías o formas extrañas, sino favoreciendo el
entendimiento del pensamiento contemporáneo. Esta reelaboración, como nos precisa Barret,
se encuentra matizada por diversos elementos donde «la escatología7 va unida a la cristología,
la salvación a la fe y al conocimiento, los milagros a los sacramentos… »8.
El autor no trata de dar una obra teológica sistemática, sino que trata de mostrar que el “actor
principal”, Jesús, se mantiene en continua referencia a otro ser: El Padre. Es por ello que «El
evangelio se refiere a Jesús; pero Jesús se refiere, por decirlo así, a Dios. El evangelio es una
obra teológica, en el sentido más estricto de la palabra. El interés de Juan es llevar a sus
lectores a un encuentro con Dios, a través de Jesús»9.
6 Cfr. Brown, El Evangelio según Juan I-XII, 33-47. 7 Cabe reconocer que al referirnos sobre la escatología que en Juan hace referencia a una escatología
comenzada, la cual no desvirtúa el sentido de la tensión futura escatológica, “Juan no renunció a una escatología
futurista, a expensas de una experiencia cristiana puramente presente, sino que, como profundo teólogo, fue
capaz de mantener el presente y el futuro en indisoluble unidad”. Para una profundización del uso del término,
ver Barret, El evangelio según san Juan, 54. 8Barret, El evangelio según san Juan, 111. 9 Ibíd., 152.
-11-
1.1.4. Fuentes del Evangelio
Sobre las fuentes y tradiciones observamos una serie de posturas: en su estructura interna se
puede reconocer una cierta similitud con la tradición sinóptica, especialmente con el
evangelio de Marcos y cierto conocimiento del evangelio de Lucas, no como texto escrito
sino como tradición oral; una fuente de signos; una fuente de discursos y la narración de la
pasión10. Como fuentes externas se pueden enumerar: la presencia del Antiguo Testamento11;
la tradición judía, centrada en Jerusalén; la presencia de la filosofía griega, aunque ya no
como una filosofía meramente pura sino como simbiosis con algunas prácticas religiosas
(misticismo); la presencia de gnosticismo, como lo afirma Bultmann12, que está en etapa de
formación; la relación con las religiones mistéricas, que proponen el mito de un dios salvador,
que muere y resucita, o a través del conocimiento13. Lo que no es sencillo de precisar es en
qué medida el redactor del evangelio tuvo en cuenta estos elementos para la elaboración del
evangelio. Lo que sí se puede considerar, como acabamos de decir, es que el evangelio realiza
una reelaboración de tradiciones para estructurar su evangelio.
1.1.5. Estructura del Evangelio
La estructura del evangelio está organizado en dos grandes bloques: el Libro de los Signos
(1,19-12,50)14 y el libro de la Gloria (13,1-2031)15; a los cuales les antecede un Prólogo (1,1-
18)16, y finaliza con un Epílogo (21,1-25)17. En el primer bloque encontramos a un Jesús
realizando signos (σημεον - semion), y luego, una narración (explicación del signo) para
10 Para mayor profundización sobre las fuentes: Barret, El evangelio según san Juan, 40-49. 11 Sobre la presencia de citas del Antiguo Testamento “En comparación con otros autores, sus citas explícitas
son menos numerosas; y rara vez aduce la llamada «prueba textual» con la que los primeros cristianos trataban
de demostrar que Jesús era el Mesías profetizado en el Antiguo Testamento”. Ibíd., 57. 12 Cfr. Brown, El Evangelio según Juan I, 66-69. 13 Para profundizar en el tema ver Barret, El evangelio según san Juan, 56-74. 14 Exposición de los signos y palabras de Jesús que sirven para profundizar en la Fe de Jesús y en el
conocimiento del Padre. 15 Manifestación del retorno al Padre mediante el desvelamiento de la Gloria de Jesús a los suyos, esto se da
por la Crucifixión, Muerte y Resurrección. Situación que finaliza con la donación del Espíritu Paráclito. 16 Himno cristiano primitivo que sintetiza y expone la encarnación y preexistencia de la Palabra: Movimiento
descendente (hacia los humanos) y movimiento ascendente (manifestación de la gloria y regreso al Padre). 17 Las apariciones del Resucitado a sus discípulos en Galilea.
-12-
que el oyente profundice en la Persona de Jesús, no simplemente en el signo, y crea que es el
Hijo de Dios.
En el segundo bloque, el Libro de la Gloria, a diferencia del primero, encontramos un
discurso de despedida que sirve como introducción al gran acontecimiento (signo) que Jesús
realizará al ser elevado en su gloria. «La razón de este cambio de esquemas es fácil de
entender: sería demasiado violento interrumpir la acción de la pasión, muerte y resurrección,
mientras que colocar tan extenso discurso después de la resurrección iría contra el sentido de
culminación que esta posee»18.
El segundo bloque está subdividido en: La Última Cena, El relato de la Pasión, la
Resurrección de Jesús y el Epílogo. La primera parte de esta subdivisión del libro de la
Gloria, La Última Cena, será el lugar en el cual nos centraremos para el tema propuesto de
esta investigación. Delimitando el espectro, trabajaremos con uno de los versículos que
tienen en cuenta la presencia del Paráclito19 y su acción pedagógica.
Aunque nuestro interés en este trabajo no es profundizar en la persona del autor, ni en las
diversas etapas de redacción, sino dar unas pistas iniciales sobre el desarrollo y las
discusiones respecto al tema, consideramos viable tomar la reflexión que hace Martín
Moreno en relación a la importancia del evangelio: «El valor del evangelio y de su testimonio
sobre Jesús no depende de la identidad de su escritor o de su autor, sino del valor intrínseco
del evangelio, del testimonio que el Espíritu Santo ha dado a sus lectores a lo largo de toda
la historia, y de la autoridad de la Iglesia que desde muy pronto lo acogió en su canon»20.
18 Brown, El Evangelio según Juan II, 891. 19 Brown en su libro El Evangelio según Juan II, respecto a la Última Cena, realiza una organización de los
temas en: La Cena y El último discurso. El segundo tema se encuentra dividido en tres secciones y a su vez
cada una de ellas en tres subdivisiones. Seguido a ello se considera la primera sección del Último discurso
como una de las más antiguas formas escritas del evangelio. Para mayor profundización sobre el tema ver
Brown, El Evangelio según Juan II, 899-901. 20 Martín-Moreno, Personajes del Cuarto Evangelio, 29-30.
-13-
1.2. LA PRESENCIA DEL PARÁCLITO EN EL EVANGELIO DE JUAN
El Paráclito es un término particular de los escritos Joánicos. En 1 Jn 2,1 se define a Cristo
resucitado como el primer Paráclito y en el evangelio de Juan encontramos cinco dichos21
donde se menciona al Paráclito, distinto de Jesús ubicados en el Último Discurso, entre los
capítulos 14 al 16. En estos versículos encontramos, la misión, su relación con los discípulos
y con el mundo y, en especial, se pone en claro la identificación del Paráclito como el Espíritu
Santo, el Espíritu de la verdad22
1.2.1. La figura del Paráclito
El término Paráclito es de difícil traducción para comprender todo su contenido. Su
traducción al castellano siempre queda inconclusa y no recoge toda la significación que se le
da en el contexto joánico. Bultmann considera que el evangelista lo toma desde sus propias
fuentes y lo interpreta en el contexto de la tradición cristiana como el γιον πνεμα (Espíritu
Santo), considera además que el significado original lo podemos comprender a través de las
funciones del mismo23.
Raymond E. Brown considera que la utilización del término Paráclito nace en la literatura
griega24, ya que no se encuentra referencia alguna en la literatura hebrea25. La figura del
Paráclito se caracteriza por estar en relación con el Padre y el Hijo; presenta similitud en la
21 Los dos primeros dichos sobre el Paráclito (14, 16-17 y 14, 26) se encuentran en lo que Brown considera la
primera sección del discurso final (13, 31-14,31); esta es la primera “o al menos” la más antigua forma del
evangelio. En el capítulo 14 encontramos las palabras finales de Jesús a sus discípulos, donde se hace presente
el Paráclito, culmina con la indicación de 14, 31, donde finaliza el primer discurso. Los tres siguientes dichos
(15, 26; 16, 7 y 16, 1314) los encontramos en la segunda sección (caps. 15-16) donde se encuentra un material
más amplio que la primera parte. Brown, El Evangelio según Juan II, 899-901. 22 Cfr. Kittel, Theological Dictionary of the New Testament V, 800. 23 Cfr. Bultmann, The Gosple of John, 566. 24 A modo general se lo puede considerar como “ayuda”. La idea de confortador no sintetiza las intenciones y
vocabulario del evangelio, ver Kittel, Theological Dictionary of the New Testament V, 803-806. 25 Cfr. Brown, El «Paráclito» en el cuarto evangelio, 300. El uso como sustantivo, en griego Secular del s. IV
a.C. hace referencia a “una persona llamada a ayudar” como el que “ayuda en una corte”. El uso judío en los
LXX es extraño. Entre los rabinos se lo consideró como el “abogado” o “defensor” frente a Dios. Fuera del NT
la imagen de Paráclito se la entiende como “asesor legal” o “ayudante” o “abogado” en una corte. Kittel,
Theological Dictionary of the New Testament V, 800-803.
-14-
dependencia tanto del Padre como del Hijo; su identificación llamado otro Paráclito (14,16),
Espíritu de la verdad (14,17) y Espíritu Santo (14, 26); en relación con los discípulos se
presenta un amplio conglomerado de categorías y, finalmente, su relación con el mundo que
no lo acepta ni lo reconoce (14, 17).
1.2.2. Análisis del término
Xavier Léon-Dufour afirma que el Paráclito es «una palabra literaria joánica con la cual no
se determina a una naturaleza sino la función de alguien: el que es «llamado al lado de» (para-
kaleo, παρακαλω); desempeña el papel activo de asistente, abogado, de apoyo»26, y es, a su
vez, el que aclarará las dudas de la comunidad. Este personaje posibilita la comprensión del
misterio realizado por Jesús. Respecto al título asegura que «en la presentación joánica,
«Paráclito» es una designación particular del Espíritu Santo (14, 26)»27. Podemos concluir
diciendo que el término es plurifacético y su interpretación de forma aislada no llega a captar
la complejidad de significación28.
Respecto a los términos παρακαλω y παρακλησις se debe señalar que su uso lingüístico están
compuestos del término καλεν y sus significados se remontan al sentido de “llamar a alguien
para sí mismo” y no “llamar a (alguien)”. Su uso en el griego29 muestra las siguientes
acepciones: “llamar a” una persona determinada; “implorar”, utilizado en las oraciones a los
dioses invocando su ayuda divina; “exhortar” en el sentido de dar estímulo; y “consolar”
como estímulo amistoso en los momentos de dolor.
En los LXX30, mediante la influencia del Hebreo, los términos adquieren nuevos significados
en su utilización: se mantiene el uso de “consolar” (aunque puede asumirse como
“disculpas”, “lamentarse”); también se lo asume como “dar expresión de simpatía a alguien”
26 Dufour, Vocabulario de Teología Bíblica, 643. 27 Dufour, Lectura del Evangelio de Juan III, 192. 28 Para mayor profundización sobre el tema ver Bultmann, The Gosple of John, 566; Dufour, Lectura del
Evangelio de Juan III, 300-302. 29 Cfr. Kittel, Teological Dictionary of the New Testament. V, 774-776. 30 Cfr. Ibíd., 776-779.
-15-
(2 Sam 10,2); “estímulo” (Dt 3,28) o una “exhortación amistosa” (Est 5, 1); pero su uso
especial se da en la promesa y el testimonio de Dios a su pueblo en el día del juicio divino o
en los tiempos de tentación.
El uso en el Nuevo Testamento31 tiene vínculo con el evento de salvación: en el sentido de
“rogar por ayuda” se hace presente en el contexto de los sinópticos (aquellos que en
situaciones de necesidad ruegan a Jesús: el ruego del centurión en Mt 8,5; un anciano de los
judíos en Lc 7,4); como “exhortación” de la Palabra proclamada por el poder del Espíritu
Santo; y como “consuelo” prometido en la salvación final (Mt 5,5).
Davil Noel afirma que existen cuatro razones por las cuales es difícil llegar al significado
pleno de la palabra parakltos: 1) la palabra muestra una posible forma pasiva, aunque no se
descarta la forma activa de la misma; 2) tanto la forma activa, como la pasiva, de parakalein,
asumen con precisión las funciones atribuidas al Paráclito en el Evangelio; 3) estas funciones
no pueden ser resumidas o sustituidas por un término integral que pueda sustituir a
parakltos; 4) la traducción del término en un contexto legal (abogado, consolador, etc.),
simplemente son “aproximaciones” al término32. Por eso, como seguiremos en la presente
investigación, lo mejor es mantener la transliteración del término.
El Paráclito es distinto de Jesús, permanecerá con los discípulos para siempre (14, 16); será
enviado por el Padre en el nombre de Jesús para enseñar y recordar todo lo que él ha dicho
(14,26). Para que sea enviado es indispensable la partida de Jesús (16,7). Tiene como función
llevar a los discípulos a la verdad completa (16,13), y dar gloria y testimonio de Jesús (15,
26; 16,14). A diferencia de Jesús no será ya una presencia viva, hecha carne, ni mucho menos
tendrá que pasar por la crucifixión.
Raymond E. Brown33 considera que la utilización del término Paráclito nace en la literatura
griega al no encontrarse referente en la literatura hebrea. Respecto a la figura del Paráclito se
31 Cfr. Ibíd., 791-799. 32 Noel, The anchor Bible Dictionary, 152-154. 33 Brown, “El «Paráclito» en el Cuarto Evangelio”, 299-307.
-16-
pueden mencionar las siguientes caracterizaciones: en relación con el Padre y el Hijo se
presenta similitud en la dependencia tanto del Padre como del Hijo; en su identificación es
llamado otro Paráclito (14,16), Espíritu de la verdad (14,17) y Espíritu Santo (14, 26); en
relación con los discípulos se presenta un amplio conglomerado de categorías; y finalmente
su relación con el mundo que no lo acepta ni lo reconoce (14, 17).
Del término Paráclito se destacan las siguientes acepciones: en forma pasiva es llamado para
ayudar34; en su aspecto forense hace referencia a la defensa de Jesús, enseñando a los
discípulos que Jesús salió vencedor y que el príncipe de este “mundo” ha sido derrotado; en
sentido activo se lo entiende como intercesor o mediador que habla y da testimonio a través
de los discípulos, a quien el mundo no puede ver (14,17); en voz activa es confortador,
consolador, y, por último, en su relación con la paráclesis (exhortación o estímulo), es
considerado maestro y guía de los discípulos.
Felipe Fernández35 muestra que gracias al Paráclito las dos épocas de la historia de la
salvación se unen, siendo éste el hermeneuta de Cristo, como él lo fue del Padre; el intérprete
de Jesús, su sucesor, abogado (llamado por alguien y como asistente de alguien), Espíritu de
la Verdad, Intercesor o mediador, don supremo, otro Jesús, maestro, testigo cualificado de
Jesús, enviado, animador, acusador y revelador.
Para una mejor compresión del concepto y la acción del Paráclito consideraremos algunas
pautas que pueden haber servido como trasfondo para la concepción y formulación de la
figura del Paráclito. En el AT se presenta la relación sucesiva de una figura principal que
deja a otra en su lugar para proseguir su obra36; el espíritu de Dios que desciende a los
profetas. El Espíritu de la verdad, en los escritos de Qumrán, hace referencia a un estilo de
34 La concepción de “ayudante” puede tener ciertas características con la Gnosis Mandea en la consideración
de enviado de lo alto para impartir la revelación. Las características y los rasgos constitutivos del Paráclito en
Juan no encuentran contraparte en la ideología de los “ayudantes” del mandeísmo. En el evangelio los versos
respecto del Paráclito, tienen varios paralelos que se pueden interpretar como “abogado” con autoridad de
Maestro para los creyentes (14, 26), un testigo de la revelación (15,26) y el que da testimonio en el tribunal de
Dios en contra del mundo (16, 8-11). Kittel, Theological Dictionary of the New Testament V, 807-812. 35 Fernández, Diccionario del mundo Joánico, 359ss. 36 Respecto a la idea de sucesión la figura secundaria presenta rasgos similares a las de la figura primaria, sobre
estos casos encontramos los ejemplos de Moisés/Josué y Elías/Eliseo.
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vida o la penetración del mismo en la intimidad del ser humano. Puede ser comparado con la
figura de la Sabiduría que procede de Dios y que mora en el pueblo elegido (Si 24,12),
además otorga el don de entendimiento (vv. 26-28). Son varios los elementos judíos que se
pueden reconocer en el concepto del Paráclito:
«una relación sucesiva en que una segunda figura, que se configura a semejanza de
una primera, prosigue la obra de ésta; la transmisión de su espíritu por una figura
salvífica principal; el don del espíritu por Dios que capacitará a quien lo recibe para
entender e interpretar con autoridad la acción y la palabra de Dios; un espíritu
(angélico) personal que guiará a los elegidos en su lucha contra las fuerzas del mal;
la Sabiduría que viene a los hombres de parte de Dios, mora con ellos y los instruye,
pero es rechazada por algunos»37.
El Paráclito es considerado como otro Jesús que no puede estar presente mientras el primero
permanezca con sus discípulos, sino que será su presencia durante su ausencia. La intención
de Juan no es dar una fundamentación de la teología trinitaria posterior, sino hacer notar las
semejanzas entre las personas de Jesús y del Paráclito.
1.2.3. Soluciones que aporta el Paráclito
El evangelista, mediante el Paráclito, da respuesta a dos grandes problemas en el contexto de
la comunidad Joánica que servirá para mantener la unión y el nexo en y con Jesús. El primer
problema, a consideración de Brown, es que el Paráclito, mediante su presencia y acción, da
solución a la confusión causada en las comunidades por la muerte de los testigos,
especialmente el Discípulo Amado. Los discípulos fueron los guías de las comunidades, y
con la muerte de los mismos suponía un corte en el nexo entre la Iglesia y Jesús; al morir los
testigos, y gracias a la acción del Paráclito, no se rompe la continuidad con la presencia del
resucitado; sino que el Espíritu se mantiene guiando y enseñando en la comunidad.
37 Brown, El Evangelio según Juan II, 1673.
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En este sentido el Paráclito realiza su papel de intérprete, de recordar las cosas a los
discípulos, guiándolos a la verdad. Su papel es ser Maestro de todo cristiano ya que «… no
cesa de actuar una vez desaparecidos los testigos presenciales, pues mora con todos los
cristianos que aman a Jesús y guardan sus mandamientos (14,17). (…) está con ellos tanto
como estuvo con los testigos presenciales. (…) el Paráclito guía a cada una de las nuevas
generaciones ante las circunstancias cambiantes, pues interpreta las cosas que van viviendo
(16,13)»38.
El segundo problema al que se da solución es al retraso de la parusía. Los cristianos no se
desaniman por que Jesús permanece presente en ellos en y a través del Paráclito (escatología
comenzada). El evangelio presenta repetidas veces elementos de la parusía como una realidad
inmanente en la vida del cristiano. El Paráclito se muestra como revelador de la filiación
divina, conduce a la vida eterna, hace presente la persona de Jesús y su presencia misma es
el juicio del mundo. En este sentido, la presencia del Paráclito es cumplimiento de la promesa
de Jesús de que todas estas cosas sucederían antes del fin de aquella generación39; además,
el evangelista muestra que «Jesús retornó ya mientras vivían sus compañeros, pues había
venido en y a través del Paráclito»40 que permanecía y vivía ya en cada uno de los creyentes.
Finalmente podemos reconocer que el Paráclito trata de mantener la misión iniciada por Jesús
no de manera de sucesión, sino con autonomía e independencia. El Paráclito es quien
interpreta, actualiza y enseña en cada época el misterio de Jesús a aquellos que quieren
conocerlo; es considerado una figura paralela e independiente de la de Jesús, conclusión que
es confirmada por el hecho de que a los dos se les asigne el mismo título41. Para el evangelista,
por medio del Paráclito, «El texto transmitido tiene que ser interpretado continuamente, so
pena de quedarse en letra muerta»42.
38 Ibíd., 1678. 39 Cfr. Brown, El «Paráclito» en el cuarto evangelio, 304-307. 40 Brown, El Evangelio según Juan II, 1679. 41 The Paraclete therefore is a parallel figure to Jesus himself; and this conclusion is confirmed by the fact that
the title is suitable for both. Bultmann, The Gosple of John, 567. 42 Dufour, Lectura del Evangelio de Juan III, 197.
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1.2.4. Los dichos sobre el Paráclito
En el evangelio de Juan encontramos sólo cinco dichos sobre el Paráclito. En ellos
descubrimos características que nos pueden ayudar a comprender más sobre el término; pero
además, nos servirá para la profundización en la comprensión docente del mismo. Haremos
un breve repaso sobre lo que algunos autores dicen de cada uno de los dichos43, para después
profundizar sobre el tema de consideración de este trabajo.
1 En el primer dicho (Jn 14, 16-17) Jesús se presenta como mediador del Padre que
enviará «otro Paráclito» que continuará su obra en los discípulos. El Paráclito ejercerá
un papel de defensor de los discípulos y mantendrá la unión de Jesús con ellos; lo
cual sucederá en el momento de la glorificación de Jesús. La función del Paráclito es
«estar para siempre» entre los discípulos, quienes ya lo conocen porque «permanecía»
en Jesús (1,33) y sus palabras eran «espíritu y vida» (6,53). En su condición de
Paráclito el Espíritu adquiere un carácter más personal. El Paráclito se diferencia de
Jesús al no ser corpóreamente visible.
2 El segundo dicho (Jn 14, 26) presenta al Paráclito en su función docente por medio
de los verbos «enseñar» y «recordar». La función docente se encuentra vinculada con
la revelación: la compresión plena de las cosas que Jesús dijo. Este ayudará en la
penetración y apropiación de las palabras de Jesús, de una manera más clara y
profunda a como las escucharon los discípulos por primera vez. El Paráclito está
autorizado para interpretar a Jesús: «la era del Espíritu santo es aquella en la que el
pasado se ilumina para el presente»44.
43 Para mayor profundización sobre cada uno de los dichos sobre el Paráclito: Cfr. Madonia, Cristo siempre
vivo en el Espíritu, 81-87; Dufour, Lectura del Evangelio de Juan III, 93-192; Brown, El Evangelio según
Juan II, 963-1068. 44 Dufour, Lectura del Evangelio de Juan III, 188.
-20-
3 El tercer dicho (Jn 15,26) hace referencia al testimonio que el Espíritu dará contra el
odio del mundo. Testimonio que tiene relación con el acto de «enseñar» y «recordar»
del Paráclito. A diferencia del primero y el segundo dicho, ahora se afirma que Jesús
lo enviará; pero el envío será «de junto al Padre». Este envío no contradice a 14,26
porque Jesús y el Padre son uno mismo en la mentalidad del evangelista. El testimonio
es doble: el del Paráclito en los discípulos y el de los discípulos en el mundo. El
testimonio del primero no puede hacerse visible si los segundos no lo testimonian. El
objeto de este testimonio es el Hijo y su misterio, afianzar la fe de los discípulos, y
mediante estos convencer al mundo. El testimonio del Paráclito será conocido en el
mundo gracias al testimonio de los discípulos. En alguna medida el testimonio de los
discípulos y el del Paráclito guardan relación al testimonio del Padre y del Hijo.
4 En el cuarto dicho (Jn 16,7) Jesús trata de convencer a los discípulos del beneficio de
su partida. Con la partida de Jesús se da su glorificación y regreso al Padre; lo cual
asegura la venida de Paráclito quien se mantendrá en y con los discípulos. El beneficio
de la partida de Jesús se entiende desde el hecho que el Paráclito llevará a la
realización plena la revelación de Jesús. La venida del Paráclito dará cumplimiento
de la revelación que asegura la continuidad y plenitud de la obra de Jesús.
5 El último dicho sobre el Paráclito (Jn 16, 13-14) hace énfasis en la compleción de la
revelación en los discípulos. La comprensión más profunda de la revelación de Jesús
que se afirma en 15,15 se realizará gracias al envío del Paráclito. Lo que revelará el
Paráclito no es de sí mismo sino que viene del Padre, de quien también Jesús revelaba.
En la relación del Paráclito con los discípulos, éstos son los únicos que lo reconocerán ya que
estará con ellos y permanecerá en ellos para siempre (14,17). Les enseñará todas las cosas y
les recordará todo lo dicho por Jesús (14,26). Los guiará a la verdad plena y glorificará a
Jesús (16,14). Dará testimonio de Jesús (16,13) y no dirá nada por su cuenta sino de lo que
le oiga (16,13). En cambio el mundo, a diferencia de los discípulos, no lo puede aceptar ni lo
puede reconocer (14,17); su testimonio será contra el odio del mundo (15,26) y lo convencerá
de su pecado, de justicia y de juicio (16, 8-11).
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1.3.1. Delimitación del texto
Juan 14,26 se encuentra en el contexto del Último Discurso; el cual, se da en un ambiente de
intimidad de Jesús con los suyos (13,1); la entrega de su amor, su testamento. Testamento
que, según Brown, aunque está dirigido a los discípulos en un contexto concreto, se puede
identificar a Jesús hablando ya como el Cristo Resucitado y elevado al Cielo. La finalidad de
este testamento está dirigido a todos los cristianos para que, a la luz de la resurrección y
mediante la promesa cumplida de la venida del Paráclito, tengan vida45.
El Macrotexto de este versículo es la primera sección del Último discurso. Dicha sección (Jn,
13,31-14,31) es considerada el primitivo discurso de las palabras finales de Jesús a sus
discípulos; aunque no es posible atestiguar que los versículos contenidos hayan sufrido
alguna modificación. El género literario de esta sección es un «discurso de despedida»46 y la
presencia del Paráclito en esta sección hace reconocer una tradición latente en la comunidad
joánica sobre el Espíritu; a pesar de que algunos autores consideren que son agregados47.
La primera sección del Último discurso se encuentra dividida en una introducción y tres
unidades. En la introducción, diferente a la primera sección por el auditorio al que se dirige
Jesús, encontramos los temas de: la Glorificación de Jesús (31-32); su partida (13,33), el don
del mandamiento del amor (13,34)48 y finaliza con la negación de Pedro (13,38).
Los temas de la primera unidad son: Jesús partiendo a organizar un lugar a los discípulos y
la promesa de su regreso (14, 1-4), donde se presenta como el camino del creyente para
acercarse al Padre (14, 6. 12-14) con quien tiene íntima identidad (14, 9). En la segunda
unidad encontramos un esquema tríadico respecto a la(s) venida(s): del Paráclito (14,15-17),
45 Cfr. Brown, El Evangelio según Juan II, 892-895. 46 Cfr. Ibíd., 911-917. 47 Cfr. Ibíd., 902-911. 48 Mediante el don del mandamiento del amor los discípulos se distinguirán de los demás y, además, estipula la
nueva alianza esperada en la antigüedad (Jer 31, 31-34).
-22-
retorno de Jesús (14,18-21) y la del Padre (junto con Jesús) (14,23-24). La tercera unidad
contiene unas recomendaciones que tienen un aire de conclusión y despedida; en la cual, se
dan los siguientes temas: El envío y misión del Paráclito como maestro (14,25-26), el don de
la paz (27), la partida de Jesús (14, 27c-29), y la lucha contra el príncipe del mundo (14, 30-
31).
Traducción Literal
16 a δ παρκλητος, Pero el Paráclito, Pero el Paráclito,
b τ πνεμα τ γιον el Espíritu Santo el Espíritu (el) Santo
c πψει πατρ que el padre enviará (a) quien el padre enviará
d ν τ νματ μου, en mi nombre en el nombre mío
e κενος μς διδξει πντα os lo enseñará todo aquel enseñará a ustedes todo
f κα πομνσει μς πντα y os lo recordará todo y recordará a ustedes todo
g επον μν lo que yo os he dicho (las) cuales (yo50) dije a
ustedes
49Tomado de:
http://www.biblegateway.com/passage/?search=%CE%9A%CE%91%CE%A4%CE%91+%CE%99%CE
%A9%CE%91%CE%9D%CE%9D%CE%97%CE%9D+14&version=SBLGNT 50 La traducción de 1881 Westcott-Hort New Testament, agrega a la última parte lo siguiente: α ειπον υμιν
εγω. Ver en:
http://www.biblegateway.com/passage/?search=%CE%9A%CE%91%CE%A4%CE%91+%CE%99%CE%A
9%CE%91%CE%9D%CE%9D%CE%97%CE%9D+14&version=WHNU
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El versículo inicia con una conjunción adversativa (pero- δ), que realiza un cambio en la
narración anterior y hace una aclaración. Jn 14, 18-25 presenta a Jesús comentándoles a sus
discípulos sobre las cosas les ha dicho a ellos (25)51. El siguiente versículo, mediante la
conjunción, aclara lo dicho por Jesús mediante la promesa del Paráclito y su función.
Las secciones “c”, “d” y “g”, de la división del versículo, son conjunciones subordinadas que
aclaran la procedencia del Paráclito y la mediación del envío. En el caso de “b” la
consideramos una aclaración adjetivada del sujeto de la oración (el Paráclito). La sección “a”
nos aclara el sujeto de la oración y las secciones “e” y “f” cumplen la función de predicado,
dándonos a conocer la actividad a realizar por el sujeto de la oración.
Los verbos referidos al Paráclito son: enseñará (διδαξει) y recordará (πομνσει). Están
relacionados en igualdad mediante la conjunción “y” (κα). El tiempo de conjugación, futuro
indicativo, nos informa que dicha acción se realizará posterior al momento presente del
narrador (Jesús), con equivalente de imperativo. Un tercer verbo, secundario, es enviará
(πψει), se predica del Padre, y nos da información sobre la proveniencia del Paráclito. Hay
un cuarto verbo: he dicho (επον) que corresponde al narrador del texto (Jesús), y está
conjugado en otro tiempo, pretérito perfecto indicativo, que expresa que dicho acto (las cosas
que Jesús les ha dicho) ya son un hecho verificable.
Después de esta introducción al versículo, podemos re-organizarlo de la siguiente manera:
El Paráclito enseñará y recordará a los discípulos sobre las cosas que Jesús les dijo, y éste
es enviado por el Padre en el nombre de Jesús. Su misión no es la de realizar una nueva
revelación, sino la de llevar al discípulo a una verdadera y total comprensión de las cosas que
Jesús había manifestado desde su vida terrena; como, en su Pasión, Muerte y Resurrección.
51 Su partida y promesa de su regreso (18), la Inhabitación de los discípulos en Jesús, Jesús en ellos y en el
Padre (19-20), la manifestación de Jesús y del amor del Padre al que ama a Jesús (21).
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1.4. EL PARÁCLITO Y SU FUNCIÓN DE MAESTRO.
Brown identifica las funciones del Paráclito como dobles: «viene a los discípulos y
permanece junto a ellos, guiándoles e instruyéndoles acerca de Jesús, pero es hostil al mundo
y emplaza a juicio al mundo»52. Su tesis principal es que «Juan presenta al Paráclito como el
Espíritu Santo en un cometido especial53, concretamente como la presencia personal de Jesús
junto a los cristianos mientras el mismo Jesús permanece junto al Padre»54.
En su relación con los discípulos, el Paráclito, presenta varias funciones. La primera es su
presencia, estar con los discípulos, que a la luz de la esperanza judía se concretiza en la
alianza prometida por parte de Dios a los antepasados: derramar su Espíritu al pueblo elegido.
Este derrame del Espíritu ya no sería como en la antigüedad a determinadas personas, sino
que sería de manera más plena y completa a todas las personas del pueblo.
El evangelio de Juan, mediante esta primera función, nos hace reconocer que el cumplimiento
de la alianza se realiza gracias a la promesa y entrega del Paráclito dado que “a diferencia de
la presencia terrena de Jesús, el Paráclito estará con los discípulos y «en» ellos para siempre
(14, 16-17). El don del Espíritu caracterizará en adelante la existencia de los creyentes; su
presencia en ellos para siempre significará que se ha cumplido la alianza”55.
La segunda función del Paráclito, la de enseñar (14, 26; 16, 13-15), según Dufour, es el
aspecto principal que engloba los demás aspectos. La función de enseñar del Paráclito la
encontramos en su actividad didáctica con las comunidades primitivas y en nuestra
actualidad. Es el encargado de educar y dar a comprender los eventos realizados por Jesús.
Esta función tiene mucho que ver con la revelación; dado que en 14, 26 «es el Paráclito el
que hace comprender el sentido y alcance de las palabras de Jesús»56. En su función de
52 Brown, El Evangelio según Juan II, 1668. 53 La insistencia de Brown sobre el cometido especial de que no se puede identificar directamente al Paráclito
con el Espíritu Santo al no encontrarse las funciones básicas de este en la imagen del Paráclito: la regeneración
bautismal, la nueva creación o el perdón de los pecados. Brown considera que el autor trazó una imagen
diferente al del Espíritu, en su cometido especial, que con toda razón le dio el nombre de Paráclito; aunque
siempre aparece una semejanza entre los dos. 54 Brown, El Evangelio según Juan II, 1673. 55 Dufour, Lectura del Evangelio de Juan III, 194. 56 Ibíd., 195.
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enseñar se concibe su capacidad de conducir a la verdad entera (16, 13-15), que no se limita
a la compresión profunda de lo dicho por Jesús, sino «comunicar» a la comunidad (a los
creyentes) lo que éste escucha del mismo Jesús.
1.4.1. La enseñanza del Paráclito
La actividad de enseñar (διδασκειν) del Paráclito hace referencia siempre a lo que ya se ha
dicho Jesús a los discípulos (Jn 14, 26). Jesús es el maestro (διδασκαλος) por excelencia en
el Nuevo Testamento. Aunque el verbo en algunos momentos designe «la actividad de los
discípulos de Jesús, de los apóstoles y de Pablo, y el sustantivo expresa un determinado
ministerio en el seno de la comunidad»57.
La actividad de enseñar del Paráclito no es una enseñanza nueva o diferente a que Jesús les
ha dicho a sus discípulos; sino que profundiza en la misma desde la intimidad del Discípulo.
El Paráclito, que permanece en y con los discípulos, les enseñará a mantener una relación
íntima con Jesús y a su vez con el Padre. En esa intimidad es como profundizarán en el
misterio y en la verdad que ha sido revelada por Jesús.
La enseñanza del Paráclito no se limita a la interpretación de lo que Jesús había dicho a los
discípulos o las primeras comunidades cristianas; la pedagogía del Paráclito sigue siendo
presente y actual; el Paráclito es y sigue siendo el Maestro de todo cristiano que quiere
entablar una relación de intimidad y de “conversión” del discípulo; lo cual se manifestará por
medio del testimonio que el Paráclito da mediante el discípulo.
57 Balz, Diccionario exegético del nuevo testamento II, 959.
-26-
1.4.2. Comprensión del Paráclito como Maestro
Al principio de este capítulo iniciamos adentrándonos a los diversos contenidos del
evangelio. La afirmación de que Juan es un evangelio espiritual lo reafirmamos al reconocer
que el Espíritu-Paráclito es un actor trasversal en el evangelio: es guía y acompañante de la
comunidad joánica, en su reflexión y de la elaboración del evangelio; lo cual no se dio en un
solo momento, sino que al sentir la inspiración y manifestación la comunidad fue entendiendo
el mensaje del Espíritu. Por medio de dicha revelación pudieron re-elaborar y “ampliar” el
evangelio a otras culturas y situaciones históricas. El Paráclito es enviado en nombre de Jesús
y Jesús vino en nombre del Padre58. La figura del Paráclito guarda una estrecha relación con
Jesús, lo idéntico entre los dos se debe sus motivaciones: el contenido es su revelación; «la
adhesión cada vez más profunda de los creyentes a Jesús y el testimonio seguro que dan de
él en el mundo»59.
Luego nos adentramos en la figura del Paráclito, el Espíritu Santo o Espíritu de la verdad,
que en el evangelio de Juan tiene un significado distinto, con características únicas y una
personalidad que las podemos reconocer a través de sus funciones. En su ser maestro es
hermeneuta de Cristo que interpreta, actualiza y enseña la verdad; y en su misión soluciona
las preocupaciones de la comunidad: la continuidad de la guía y nexo de la comunidad con
el resucitado (posterior a la muerte de los discípulos, y cumplimiento de la presencia, para
siempre, del Resucitado: escatología comenzada).
El Paráclito lleva a cabo las promesas realizadas por Jesús a sus discípulos: de llevarlos a la
verdad y de hacerles entender las cosas dichas por él. Para comprender la “pedagogía” del
Paráclito es indispensable profundizar en el ser de maestro (διδασκαλος) y a su forma de
enseñar; dado que por medio de este acercamiento inicial reconoceremos el modo de la
enseñanza del Paráclito. Por ello en el siguiente capítulo profundizaremos en la forma como
Jesús es presentado en su actividad de Maestro (διδασκαλος, αββ) y su enseñanza; para
después, vislumbrar cómo se realiza la enseñanza del Paráclito en la actualidad.
58 Cfr. Brown, El Evangelio según Juan II, 1675 y Brown, El «Paráclito» en el cuarto evangelio, 299-302. 59 Dufour, Lectura del Evangelio de Juan III, 193.
-27-
LA ENSEÑANZA DE JESÚS MAESTRO
En el capítulo anterior hemos profundizado sobre el término Paráclito y su actividad como
maestro, llegando a la conclusión que para profundizar en su pedagogía, es menester
profundizar en la pedagogía y en las enseñanzas impartidas por Jesús. El Paráclito, aunque
independiente de Jesús, no enseñará cosas nuevas, sino que su presencia y permanencia en
los discípulos ayudará a profundizar respecto a las cosas ya dichas por Jesús y a la verdad
plena.
2.1. LOS TÉRMINOS QUE IDENTIFICAN A JESÚS COMO MAESTRO
Jesús es identificado como maestro en su actividad pedagógica. En los evangelios
encontramos la mención de Jesús como maestro y las enseñanzas que imparte. En este primer
apartado profundizaremos en los términos Rabí (αββ) y Maestro (διδασκαλος); con los
cuales se identifica la actividad de Jesús y misión. Mediante este acercamiento,
profundizaremos en el sentido de los términos en la persona de Jesús y su enseñanza.
2.1.1. Análisis del término αββ
En el Antiguo Testamento el término αββ proviene de la raíz hebrea Rab () y su
significado es “grande” o “maravilloso”. También con la raíz mencionada, era común realizar
formulaciones de nombres60 que se refieren a cargos determinados: “oficial” o “jefe” (el caso
del “Jefe de oficiales” [rab šqeh] en 2Re 18,17). El termino rabí () denota
siempre la relación de personas de alta y respetuosa categoría superior al hablante. Este
término se ha utilizado para referirse a los profetas (en especial Elías), al Mesías y con más
reverencia a Dios61.
60 Cfr. Freedman, The Anchor Bible Dictionary, vol V O-Sh…, 600. 61 Cfr. Kittel, Tehological Dictionary of the New Testament, Vol VI, Πε-Ρ, 961.
-28-
En el siglo primero antes de Cristo el término (rabí) se utiliza ya como referencia hacia
un maestro (el caso del Rabbí Joshua ben Perachya). Gradualmente el término irá limitándose
con exclusividad a personas que hayan completado sus estudios y sean ordenados como
Maestros (doctores) de la Ley62. Para la literatura rabínica el término es utilizado en dos
formas: designar al “maestre de los esclavos” o para designar a un maestro en general.
En el Nuevo Testamento el término αββ se encuentra exclusivamente en los evangelios,
aunque se da una variante en el evangelio de Lucas. Predominantemente el término αββ
aparece en vocativo y está dirigido a Jesús63, de manera general se lo puede entender como
un título honorífico al referirse a él con respeto. En el evangelio de Marcos encontramos el
uso de αββ tres veces (9,5; 11,21; 14,45) y el término αββουν 64 (mi señor) una sola vez
(10,51). La utilización demuestra la grandiosidad con la que Jesús se presenta. El término es
respuesta a sus acciones milagrosas (la Transfiguración, la higuera y la curación del ciego de
Jericó), y a una vez es utilizada en labios de Judas, cuando entrega a Jesús. El término
αββουν, sin embargo, es utilizada por Bartimeo, su significación es un título honorífico que
no tiene sentido de docente65.
En Mateo el uso del término αββ es polémico. La única persona que llama a Jesús con este
término es Judas (26, 25. 49). Las otras dos veces en que se utiliza el término (23, 7-8) se
refieren a la enseñanza pública: los “maestros” que buscan el reconocimiento público y,
además, anhelan ser llamados de tal manera. Por medio de estas dos citas Jesús enseña a los
discípulos que sólo existe un Maestro: Él; y, entre ellos, deberán evitar ser llamados con este
título porque su relación es de fraternidad (23, 8). En este evangelio el uso del término αββ
está limitado, mayoritariamente, a los maestros de la ley66.
Hay una excepción con el uso del término en el evangelio de Lucas, al encontrarlo como
equiparación a este término, y con referencia de los demás evangelios, encontramos el
62 Cfr. Ibíd., p. 962-963; Balz, Diccionario Exegético del nuevo testamento II, 1293. 63 Crf. Balz, Diccionario Exegético del nuevo testamento II, 1292. 64 En los dos casos que se presenta éste término en el NT, al igual que ραββι, se encuentra en vocativo dirigido
a Jesús. 65 Cfr. Freedman, The Anchor Bible Dictionary, 601. 66 Cfr. Ibíd., 601.
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término epistats (πιστατα, en Lc 5,5; 8,24. 45; 9, 33. 49; 17, 13). Éste término corresponde
a la utilización del término de αββ que se ha utilizado en el evangelio de Marcos (Lc 9,33;
Mc 9,5). Dos veces está referido al término didáskalos (διδασκαλος) utilizado en Marcos (Lc
8, 24= Mc 4,38; Lc 9,49= Mc 9,38). Existe la posibilidad de que el término πιστατα, que es
utilizado por Lucas, refleje de alguna manera las fuentes de αββ utilizadas en el hebreo y
el arameo67.
El evangelio de Juan llama a Jesús αββ, luego ofrece a sus lectores el equivalente griego
del término: Maestro (διδασκαλος). La primera mención se da por dos discípulos del Bautista
que siguen a Jesús (1,38). Éste término, también, es asignado a Juan el Bautista por sus
discípulos (3, 26). Natanael, sorprendido por la visión de Jesús, utiliza el mismo término
(1,49) y confiesa a Jesús como Hijo de Dios. En 3,2 Nicodemo llama a Jesús αββ y
menciona su procedencia divina, le da el título de Maestro capaz de realizar signos. La gente
sorprendida de la llegada de Jesús a la otra orilla lo llama αββ (6,25), y sus discípulos
también lo llaman así (4,31; 9,2; 11,8). María magdalena sin embargo, en su primer contacto
con el resucitado, lo llama Κριε (Señor 20,15) y al reconocerlo lo llama αββουν. Término
con el cual el evangelista trata de resaltar que sobrepasa a la primera mención de la
Magdalena. Es importante notar que los términos αββ y αββουν tienen para Juan un
significado especial y se encuentran emparentados con el término διδσκαλος (Maestro)68 el
cual seguiremos a analizar.
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2.1.2. Análisis del término διδασκαλος
Antes de profundizar en el término διδασκαλος, para una mejor comprensión del sentido del
término, haremos una ampliación del termino διδασκω (enseñar) a nivel general y su sentido
en los evangelios. El término deriva de la raíz δα (σ) y significa “enseñar” o “instruir”, y se
comprende como traspasar conocimientos a determinadas personas para que adquieran
ciertas habilidades. El término διδασκειν (enseñanza) se aplica especialmente a un proceso
gradual, sistemático y fundamental de asimilación de contenidos.
En la filosofía estoica, Hermes es llamado διδασκαλος al tener conexión con el λγος. En los
LXX el uso del término está referido a la enseñanza ( de la Torá. En el Judaísmo Rabínico (
corresponde ( a las instrucciones dadas, mediante la Ley y la Revelación de la voluntad (
de Dios, para las relaciones individuales con Dios y con la comunidad de acuerdo a la
voluntad divina69.
En las comunidades primitivas, sin embargo, las enseñanzas de los discípulos en la iglesia se
refieren al bautismo, llamada al arrepentimiento acompañada del Kerygma de Jesús. La
enseñanza, que hace referencia a las Escrituras, siempre está enfocada a demostrar que Jesús
es el Mesías prometido en el pueblo de Israel y que dio fin a las promesas realizadas por
Dios.
En la literatura joánica se encuentran varios versículos donde se habla de διδασκειν70. La
mayoría de los versículos hablan enfáticamente de la enseñanza de Dios y del Espíritu;
aunque algunos pocos son referidos a Jesús71 y uno en especial al ciego de nacimiento72. Los
versículos 8, 28; 14, 26 y 1 Jn 2, 27, la actividad de enseñanza refleja una presencia directa
de la revelación: en especial en Jn 14, 26 se enfatiza en la continuidad de la misión de Jesús.
En el evangelio de Juan, Jesús es siempre presentado como διδασκαλος a quien los discípulos
muestran un sometimiento incondicional a ser dirigidos por Jesús73.
69 Cfr. Kittel, Teological Dictionary of the New Testament, 135-138. 70 Jn 1, 59; 7,14, 18, 35; 8,20, 28; 9,34; 14, 16; 18,20; 1 Jn 2, 27; Ap 2, 14, 20. 71 Jn 6, 59; 7, 14, 28, 35; 8, 20; 18, 20. 72 Jn 9, 34. 73 Cfr. Ibíd., 143-144.
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El uso del término διδασκαλος, entre los griegos se refiere al maestro. Sobre algunas
características del término se considera que no se concebía simplemente como maestro (como
la enseñanza de las escuelas), sino aquel que enseña determinadas habilidades para que los
estudiantes puedan desarrollar, como: escribir, luchar o poder interpretar cualquier
instrumento. En los LXX el uso de διδασκαλος se da en Ester 6,1 y 2 Mac 1,10; en estos
textos se menciona a un “esclavo instruido” que tiene el encargo de leer los documentos.
En el Nuevo Testamento el término διδασκαλος es utilizado 58 veces, de los cuales 48 veces,
es utilizado en los evangelios y un gran porcentaje, 41 veces, hacen referencia a Jesús. En la
utilización del término, 29 veces están directamente referidas a Jesús. La traducción del
término siempre se hace por Maestro en los cuatro evangelios; a excepción de Lc 2, 46 donde
se traduce por doctores74. En el evangelio de Juan el término διδσκαλος es la referencia
griega del término αββ (Jn 1, 38; 20, 16). El término utilizado con Jesús no implica la
atribución de dignidad, como lo es el término κριος (Señor)75, sino que es un título de respeto
de igual manera como se dirigían a los escribas judíos (Lc 2,46); era una costumbre utilizarlo
en esa época. A diferencia de los escribas, Jesús asume el título absoluto de “el Maestro” (Mt
26, 18; Jn 13, 13-14). Cuando se refiere a Nicodemo (Jn 3, 10) no especifica un estatus en
general sino que designa a un miembro de una clase. Como tal, el término hace referencia a
la persona que enseña cosas respecto de Dios y las actividades de los hombres.
74 Las biblias de Reina Valera y la Biblia del Peregrino traducen por doctores la palabra διδασκλων. A
diferencia de ello la Biblia de Jerusalén sí hace la traducción por maestros. 75 Cfr. Kittel, Vol II, 52-153
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2.2. JESÚS ES EL MAESTRO
En los Evangelios encontramos que Jesús no se limita a la enseñanza tradicional de la Ley;
en algunos momentos pareciera mostrarse en contradicción a la misma; pero la enseñanza de
Jesús se encuentra en orientación a la vida del ser humano referenciado a Dios y al prójimo.
Sus enseñanzas siempre están orientadas a la aceptación de la voluntad de Dios. Para Jesús
la Ley y las escrituras son un paso para poder llegar a esa relación con Dios, para llegar a ser
sus hijos. Claro está, y es de reconocer, que dicha enseñanza para los círculos judíos es muy
escandalosa; por ello, la respuesta contraria de muchos contemporáneos de Jesús a sus
enseñanzas. Podríamos decir lo siguiente: la enseñanza de Jesús lleva al oyente a confrontarse
con la voluntad de Dios mediante la revelación de su Palabra76.
En los escritos joánicos el término διδασκειν, en los versículos de Jn 8,28; 14, 26 y 1 Jn 2,
27, sugieren la presencia directa de revelación. En Jn 14,26, versículo de nuestro interés,
Jesús les promete la presencia del Paráclito a los discípulos, el cual les revelará todas las
cosas dichas por Él. Se enfatiza que el Paráclito continuará la labor iniciada por Jesús en la
presencia de los discípulos. A pesar de que se pueden encontrar algunas ambivalencias en el
uso del término διδσκειν en los escritos joánicos, siempre está en especial utilización con el
sentido de “revelación” y el sujeto de la enseñanza es Jesús77.
2.2.1. La enseñanza de Jesús considerada similar a la de sus contemporáneos
Según el Tehological Dictionary of the New Testament, cuando los discípulos y otras
personas llaman a Jesús αββ es porque Jesús se presenta como un escriba judío; al ser ésta
nominación y actividad del ambiente de la sinagoga y, además, estar relacionada con la
enseñanza de las escrituras. La relación de los discípulos con Jesús se asemeja a la relación
76 Cfr. Ibíd., 138-142. 77 Cfr. Ibíd., 143-144.
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de los estudiantes con su maestro; por ello la mención de αββ se lo interpreta como símbolo
de respeto78.
Cabe resaltar que la relación de los discípulos con los maestros siempre estuvo determinada
por el servicio79 que, al ser común en la tradición, los discípulos le brindaban a su tutor. En
el caso de Jesús, como bien es sabido, su vínculo de maestro es diferente a lo tradicional.
Encontramos que Jesús, en la última cena relatada por Juan, es el que les sirve a sus discípulos
enseñándoles por medio del ejemplo de servicio80. En sentido general se puede considerar
que la enseñanza de Jesús, como tal, no tiene mucho de novedad con respecto a las
enseñanzas de los demás maestros contemporáneos. La enseñanza de Jesús se presenta de
manera pública, a toda la gente, y de manera privada, a los discípulos.
2.2.2. La diferencia de la enseñanza de Jesús
Entre las diferencias de la enseñanza de Jesús, y que será causa de acusación, está que su
doctrina no está respaldada por ninguna de las escuelas rabínicas contemporáneas81 (Jn 7, 15;
Mt 13, 54 y par). Jesús presenta su enseñanza a la manera de los profetas realizaron sus
enseñanzas en el Antiguo Testamento; donde sus enseñanzas van más allá de las
formulaciones tradicionales y proclaman la voluntad de Dios, de manera renovada y directa.
Pero Jesús no sólo se presenta como un profeta, él es más que un profeta. Jesús llega a
describirse él mismo como aquel que trae a cumplimiento, de manera directa, la revelación
78 Cfr. Kittel, Tehological Dictionary of the New Testament, Vol VI, Πε-Ρ, 964. 79 Entre los servicios que le prestaban los pupilos a sus maestros están: llevarle las sandalias, ayudarle en las
situaciones necesarias, abrirle (limpiarle) el camino cuando esto lo precisaba y guiar el asno en el cual se
transportaba. Para mayor profundización: ver. Kittel, Tehological Dictionary of the New Testament Vol II, Δ-
Η, 154. 80 La distinción entre la enseñanza de Jesús y los maestros de su tiempo quizá se dé a primera instancia en esta
expresión de Jesús, pero no se puede negar la similitud del comportamiento de los discípulos como los pupilos
de los maestros ya que también los discípulos de Jesús le sirven: manejando el barco (Mc 4, 35 y par.),
distribuyen la comida (Mc 5,37 y par.), llevan el asno en la entrada de Jerusalén (Mc 11,1 y sig.) y también
preparan la celebración de la pascua (Mt 26, 17). 81 Este tema es discutido, José María Castillo asegura que el título de rabbí se aplicaba no sólo a los escribas o
«maestros» propiamente, sino además a otras personas que no habían tenido el ciclo educacional estricto como
el de los estudios rabínicos. La exclusividad del título se da a partir de los años 100 o 200 d.C. Ver: Castillo,
El seguimiento de Jesús, 52.
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de la voluntad de Dios llegando al punto de presentarse como el camino para llegar al
cumplimiento de esa voluntad82. Esto lo puede afirmar porque es el Hijo de Dios que
permanece en el Padre porque lo conoce en plenitud y lo puede dar a conocer a los demás.
Se puede resaltar, entre las diferencias, que a los escribas sus discípulos los buscaban como
sus maestros; en cambio, Jesús llama a los discípulos a estar con él, los escoge. Sus
enseñanzas no contienen el desarrollo y la explicación de materiales tradicionales que se
probaba mediante la exégesis de las escrituras. La forma de predicar de Jesús era con ξουσα
(poder Mt 1, 22 y par.) y en cierta medida se oponía a la concepción tradicional de la Ley
(Mt 5, 21-48)83. En este sentido, «Jesús, en cuanto maestro, tiene el poder de enseñar. En
cuanto señor, tiene la facultad de dar preceptos y mandamientos»84.
Finalmente se puede decir que el discurso de Jesús no está referenciado a la explicación de
la Ley, con toda la casuística minuciosa de las interpretaciones. Jesús no se presenta
explicando la Ley de manera casuística, mucho menos enfatizando el sentido de la Ley como
la concebían los judíos de su tiempo. Es evidente que Jesús no educó a sus discípulos, y a las
multitudes, como los rabinos judíos lo hacían. No se puede decir que Jesús no haya enseñado
sobre la ley, pero cuando lo realiza es importante notar que «la enseñanza de Jesús no se
limita nunca a la explicación de un texto sagrado para probar su autoridad. La realidad de
Dios y la autoridad de su voluntad están siempre presentes inmediatamente y en Jesús se
convierten en un acontecimiento»85.
82 Cfr. Kittel, Tehological Dictionary of the New Testament, Vol II Δ-Η, 156. 83 Cfr. Ibíd. Vol VI, Πε-Ρ, 964-965. 84 Destro. Cómo nació el cristianismo joánico, 63. 85 Castillo, El seguimiento de Jesús, 53.
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2.2.3. Jesús enseña como El Maestro.
En los evangelios cuando llaman a Jesús maestro el término tiene una designación diferente
a la referida a los escribas y maestros de la Ley. El término maestro aplicado a Jesús indica
su autoridad y dignidad. Además de la dignidad que le da la designación de maestro, su
ministerio también está vinculado con los actos de curación que realiza86. Jesús es presentado
como el Maestro absoluto que trae consigo la revelación plena de Dios y con ello la salvación.
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